Prontuario
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PRONTUARIO DE
MUSICOLOGÍA
Música, sonido, sociedad.
Índice
Introducción ............................................................................................................................. 9
1 La musicología y la experiencia de la música ................................................................. 13
1. Música y Musicología ..................................................................................................................... 14
1.1. El difuso concepto de lo que es música ................................................................................. 15
1.1.1. Música y temporalidad ................................................................................................ 15
1.1.2. La música como objeto autónomo ............................................................................... 18
1.1.3. La música como actividad social ................................................................................ 21
1.1.4. La música no siempre baila sola ................................................................................. 24
2. La música en las sociedades humanas ............................................................................................. 26
2.1. La experiencia del sonido ...................................................................................................... 26
2.2. Música y magia ..................................................................................................................... 27
2.3. Música y filosofía .................................................................................................................. 29
2.4. Música y expresión ............................................................................................................... 33
2.5. Música y sentimiento personal .............................................................................................. 35
3. La Musicología frente a la diversidad de experiencias musicales ................................................... 37
Para saber más ..................................................................................................................................... 40
Introducción
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Prontuario de Musicología
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Introducción
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Prontuario de Musicología
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La Musicología y la experiencia de la música
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La musicología
y la experiencia de
la música
A pesar de que todo el mundo tenga una experiencia personal sobre lo que es la
música, existe actualmente una cierta controversia sobre el alcance de ese término.
Esto es así porque la palabra música se utiliza de diferentes maneras según la época, el
lugar, o la cultura a que se refiera. Incluso, hay sociedades en las que no existe siquiera
un término para designarla. Sin ir muy lejos, cabe recordar que para una gran parte de
la Edad Media europea, lo que hoy consideraríamos músicos ambulantes o los trova-
dores no eran, hablando propiamente, músicos. Entonces, los músicos eran sólo quie-
nes comprendían y manejaban el concepto filosófico de armonía. Así que, si quisiéra-
mos saber algo sobre los cantores ambulantes medievales, lo más probable es que los
manuscritos cuyo título nos hablara de música no nos sirvieran para nada; para encon-
trar alguna información musical útil tendríamos que conocer otros aspectos de la cultu-
ra medieval.
Determinar los fluctuantes límites del concepto de música es importante, por tanto,
para quien quiera acercarse a este campo, porque supone asumir, en última instancia,
que se trata de algo inestable y versátil. La Musicología tiene en cuenta esa versatilidad
y construye sobre ella sus trabajos, añadiéndole una cierta dosis de tecnicismo para
manejarse con cosas tan poco tangibles como el sonido y sus efectos.
Esto diferencia la experiencia musical del musicólogo de la del oyente común,
pues la consciencia de los difusos límites de la música y el conocimiento de sus meca-
nismos internos no suelen ser habituales en éste. La mayor parte de la gente accede a la
música por medio de la escucha más o menos pasiva y, al tener una experiencia vivencial
de ella, no se preocupa por sus definiciones ni por las implicaciones de su efímera e
inmaterial existencia.
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Prontuario de Musicología
Por eso, para adentrarse en su mundo comprendiendo cómo es por dentro y cómo
se hace, en qué se basan sus efectos, o de qué forma opera en las diferentes culturas,
conviene revisar primero cómo definimos los conceptos básicos de nuestro campo de
interés.
1. Música y Musicología
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La Musicología y la experiencia de la música
detrás de cada gran grupo o cada solista, existen muchos profesionales trabajando,
aunque el público no los llegue a ver nunca. Todos ellos son necesarios para que el
hecho musical tenga lugar: un buen comentarista de discos, un buen documentalista
musical, un buen agente o un buen programador, o un buen arreglista de partituras, son
profesionales tan buscados en los medios como un pianista o un compositor.
La Musicología reúne los conocimientos necesarios para ejercer varias de esas
otras profesiones musicales que no se ven, ya que aspira a conocer, de forma gratuita o
instrumental, todos sus aspectos. Es una disciplina reciente, que apareció en los países
de lengua germánica a finales del siglo pasado y se incorporó al mundo universitario
como la última de las Humanidades, justo después de la Historia del Arte. En nuestro
país existe como especialidad universitaria desde los años 80, y como Licenciatura
desde 1995. Los Conservatorios Superiores que sigan la normativa LOGSE podrán
incorporar también estos estudios si así lo deciden.
Hasta los años 90, ni siquiera en los diccionarios de la música más importantes
figuraba una definición sobre ella. Pero esto no quiere decir que haya que conformarse
con la experiencia cotidiana para conocerla. En primer lugar, porque tenemos que
estar seguros de que hablamos todos de lo mismo. Y, en segundo lugar, porque según
qué cosas abarquemos con la palabra música, cambiarán mucho los límites y los méto-
dos de trabajo que nos podamos plantear después.
"Fue bonito mientras duró..." solemos decir ante algo hermoso que se acaba, o ante
algo que, una vez que ha terminado, sólo queda en el recuerdo. Si es que queda algo,
porque muchas cosas las olvidamos. La música es una de esas cosas que se acaban y
sólo pueden persistir en la memoria. Como la danza o el teatro, sólo existe mientras
está sonando: más o menos tres minutos para una canción, entre diez minutos y tres
cuartos de hora para una sinfonía, varias horas para una ópera, e incluso varios días
para determinadas fiestas o ceremonias rituales. Una vez que ese tiempo ha pasado, la
canción, la sinfonía, la ópera o la ceremonia desaparecen. Tienen su duración, y una
vez que el tiempo que les corresponde termina después de haber sonado, ya no exis-
ten. Sólo se pueden recordar.
O volver a tocarlas. Las artes temporales como la música requieren, por eso, de la
intervención de intérpretes: personas que vuelven a realizarlas para que existan otra
vez, bailando de nuevo, o tocando y cantando nuevamente. Esto significa que los mú-
sicos, cuando tocan o cantan esas canciones, sinfonías, óperas o rituales, están actua-
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Prontuario de Musicología
lizando algo que muchas veces ya había existido antes. Su misión es traer al presente
algo que pasó, y reactivarlo. Por eso, la música, además de ser una cosa, es una acti-
vidad: algo que se tiene que hacer una y otra vez.
Efectivamente, en este tipo de artes temporales, lo importante no es sólo el resulta-
do o producto en sí (tal o cual música), sino el acto mismo en el que, gracias a los
intérpretes, se hace real (el concierto, por ejemplo). Por eso, se las denomina performing
arts, artes interpretativas. Son artes que aparecen desdobladas siempre en dos planos:
la acción de hacerlas existir (bailar, tocar), por un lado, y el objeto resultante (las obras
que se bailan o tocan), por otro.
Aún así, cada vez que se interpreta música, ésta vuelve a desaparecer al acabar. Si
queremos seguir disfrutando de ella, hay que volver a tocarla de nuevo. ¡Es como si
cada vez que quisiéramos contemplar un cuadro hubiera que volver a pintarlo!
La música, por tanto, sólo existe realmente en el presente. Es decir, cuando está
sonando, en ese único momento. Ese carácter volátil suyo es la razón por la que mu-
chas personas tienen dificultades para reconocerle su carácter objetual, y más aún, su
valor material. En consecuencia, para que pueda haber una cultura y un mercado
específicamente musicales, hace falta que se dé una cierta consciencia de su importan-
cia, lo que sólo se produce cuando, además de escucharla, se ha elaborado una re-
flexión intelectual sobre ella. En nuestra sociedad, por ejemplo, cuando alguien puede
dedicar sus excedentes a algo no directamente productivo, se interesa primero por
objetos materiales: pinturas o esculturas, que son cosas que permanecen y que se pue-
den comprar y vender. En cambio, la música no se puede atesorar y es más difícil que
tenga una traducción directa en términos económicos, así que el interés neto hacia ella
no aparece hasta que no se ha alcanzado un mayor nivel de confort material y seguri-
dad económica.
Para conseguir que la música perdure en el tiempo, y poder actuar sobre ella de
diferentes maneras, se han usado diferentes recursos. Uno de ellos es la escritura mu-
sical. Pero como la materia prima de la música —el sonido— es tan inaprensible, la
escritura sólo sirve de manera parcial: ningún sistema de escritura puede captar todos
los matices y detalles del sonido. Efectivamente, las partituras están formadas por sig-
nos que recogen algunos aspectos del sonido, pero ni todos ni completamente.
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