Santo Tomás

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SANTO TOMÁS

Pensamiento filosófico
Relacionar el contenido del texto con el pensamiento del autor.
"Pertenece a la ley natural todo aquello a lo cual el hombre se encuentra naturalmente inclinado, dentro de
específico del hombre es que se sienta inclinado a obrar conforme a la razón. Ahora bien, según consta por
Physicorum, es propio de la razón el proceder de lo común a lo particular. Aunque de diferente manera, se
de la razón especulativa o de la razón práctica. Porque la primera versa principalmente sobre cosas necesar
pueden comportarse más que como lo hacen, y por eso tanto sus conclusiones particulares como sus princi
expresan verdades que no admiten excepción. La razón práctica, en cambio, se ocupa de cosas contingente
las operaciones humanas, y por eso, aunque en sus principios comunes todavía se encuentra cierta necesida
más se desciende a lo particular tanto más excepciones ocurren".

(SANTO TOMÁS, Suma teológica, I-II, cuestión 94, art. 4.)

Sto. Tomás (1225,Aquino-1274) es la principal figura del pensamiento escolástico del s.


XIII y del pensamiento cristiano en general. Obras a destacar: Los Comentarios, la
Suma Teológica y la Suma contra Gentiles.

El punto de partida, en el que se enclava el pensamiento de Sto. Tomás, es en establecer


con precisión los límites entre razón y fe, Filosofía y Teología.
Tomás 1º.- empieza por establecer que la razón (el conocer) y la fe (el creer) son dos
facultades distintas, pero 2º.- no se contradicen, sino que 3º.- existe una zona de
confluencia, los llamados preámbulos de la fe así como 4º.- la posibilidad de una
mutua colaboración, ya que si la primera aporta, por ejemplo, sus armas dialécticas, la
segunda se constituye como el criterio extrínseco de los contenidos de la primera.

Filosofía del ser. Tomando como base la teoría hylemórfica aristotélica, Aquino la
amplía, descubriendo en los seres la distinción real de esencia y existencia. La esencia
es lo que hace a un ente ser tal ente, y no otro, y la existencia, actus essendi, es el acto
por el cual ése ente es. En este sentido, los seres finitos (seres creados por Dios, que son
contingentes, finitos, limitados, y que reciben la existencia de Dios), deben recibir la
existencia de otro. En cambio, en el Ser Creador, la esencia y la existencia coinciden.
En este sentido, los seres finitos tienen el ser, pero no son el ser, a diferencia de Dios
que es el Ser.
Dios es causa de todo lo demás ex nihilo. No tiene necesidad de crear porque es
perfecto, pero su Bondad hace que todas las cosas sean por participación de su Ser.
Sólo Él puede dar el ser, aunque las criaturas también pueden ser causas eficientes
(causas segundas) que actúan en dependencia de la Causa primera.
En este sentido, en el universo hay una jerarquía de los seres, que va desde el Ser
increado hasta la materia. En dicha jerarquía, el hombre participa del ser con mayor
intensidad que los animales, etc... aunque menos que los ángeles y las almas.

La influencia aristotélica se nos muestra también en el principio de la analogía de los


seres respecto de Dios: las perfecciones que encontramos en las criaturas las podemos
aplicar a Dios no de forma unívoca o equívoca, sino análogamente. En Dios están las
perfecciones de todas las criaturas, primero porque es su causa, y, en segundo lugar,
porque es el ser subsistente y es necesario que contiene toda la perfección del ser.

Conocimiento, existencia y esencia de Dios

El hombre no tiene un conocimiento innato de Dios, pero lo puede descubrir por 5 vías
que se remontan desde los efectos visibles en la experiencia hasta su causa: Dios. Se
trata pues, en la línea aristotélica, de un conocimiento a posteriori y, a diferencia de
Platón, es un conocimiento de abajo hacia arriba. Estas 5 vías son pruebas metafísicas
que culminan en la existencia de un Primer motor (vía del movimiento), una Causa
Incausada (vía de la causalidad), un Ser Necesario (vía de la contingencia), un Ser
Perfectísimo (vía de los Grados de perfección) y una Inteligencia Ordenadora (vía del
orden del universo).
A partir de estos datos y del uso de la analogía, podemos llegar al conocimiento,
imperfecto pero verdadero, de la esencia divina; esto es, que Él es simple, eterno, uno,
creador, providente, etc....

Antropología

Aplica al hombre la teoría hylemórfica aristotélica, según la cual el hombre es un


compuesto de materia (cuerpo) y forma (alma). Tal unión no es accidental, como en el
agustinismo platónico, sino substancial. Sin embargo, en comunión con Platón y, sobre
todo, con el pensamiento cristiano, el alma es incorruptible, inmortal y subsistente, no
necesita del cuerpo para existir y ha sido creada directamente por Dios.

El conocimiento

En el texto se alude directamente a la teoría del conocimiento tomista, la cual está


asentada sobre la gnoseología aristotélica y se enfrenta al platonismo agustiniano.
El conocimiento parte de las observaciones de la experiencia sensible acerca de las
cosas que nos rodean. Nuestras percepciones sensibles captan datos singulares y
concretos; ahora bien, el auténtico conocimiento humano es el intelectual, que
aprehende las esencias universales: los conceptos del entendimiento son universales.
Este paso desde el conocimiento sensible, que percibe los datos concretos y singulares,
individuales, hasta el intelectual, que aprehende los conceptos universales se realiza
mediante la abstracción, la cual sigue este proceso: Cosas --> impresas en los
SENTIDOS --> grabadas en la memoria como --> IMÁGENES --> sobre las opera el
ENTENDIMIENTO AGENTE el cual abstrae -->la ESENCIA que es imprimida sobre
el ENTENDIMIENTO PACIENTE pasando a ser --> CONCEPTO que es aplicado a las
--> IMÁGENES formando --> JUICIOS

Ética y política

Ésta es la parte de su pensamiento que guarda mayor relación con el texto


propuesto. La Ética, cerrando el sistema tomista, representa la ordenación de la
criaturas hacia Dios (ética teleológica). Los actos humanos son libres y se dirigen hacia
un Bien supremo trascendente: Dios, cuyo conocimiento y participación conduce a la
Felicidad humana.
Por ello, es Dios mismo quien orienta y gobierna el mundo mediante la Ley divina.
Pero esta ley se encuentra participada en las criaturas mediante la Ley natural.
Siguiendo a Aristóteles, todo ser natural posee unas tendencias que se derivan de su
naturaleza. En el caso del hombre, de su conocimiento de estas tendencias se derivan
ciertas normas de conducta que están basadas en su misma naturaleza: la Ley natural.
Como queda expresado en el texto propuesto, el hombre se distingue del resto de los
animales por su racionalidad, porque solo él puede conocer sus propias tendencias y,
por tanto, puede deducir sus propias normas de conducta. Y en esto se cifra la ley
natural: el hombre, como ser natural que es, puede formular ciertas normas de conducta
de acuerdo con las exigencias de su propia naturaleza.

Por otra parte, la ley natural determina también la vida en sociedad y ésta es solo
posible sobre la base de unas normas legales que regulen la convivencia humana: la Ley
positiva que ordena la sociedad, pero no proviene del capricho de los gobernantes sino
que viene exigida por la propia naturaleza humana. Por ello, el Derecho y la moral, la
Ética, no son independientes sino que ambos están incardinados hacia la Justicia.

Problemas filosóficos

Explicar el tratamiento del problema de la naturaleza y del origen del


conocimiento humano en un autor de la Edad Media.

Los grandes autores escolásticos son casi siempre "autores medievales". Sus orientaciones filosóficas
estan determinadas en gran parte por la elaboración de comentarios o sistemas filosóficos y teológicos
que se hayan "dentro" de los dogmas católicos, si bien para S. Tomás la filosofía se basta a sí misma: lo
sabido no es lo creido.

Su teoría del conocimiento sigue en general el pensamiento aristotélico: el conocimiento


fundamental es el de lo universal y necesario, y es producido por la facultades del alma;
el método fundamental es el deductivo, etc... Se aparta de Aristóteles en algunas
cuestiones, por ejemplo al concordar las relaciones razón-fe, por las que lo racional no
puede entrar en contradicción con la revelación.

Sto.Tomás explica el conocimiento humano de la siguiente forma: Las cosas


impresionan a nuestros sentidos externos provocando sensaciones, que son organizadas
por el sentido común y grabadas en la memoria o en la imaginación en forma de
imágenes (phantasmata).
Pero esta imagen sigue siendo particular, no universal. Lo que pretende Sto.Tomás de
Aquino, es precisamente llegar a los conceptos universales que hacen posible el
conocimiento, al ser válidos para todos los individuos que contienen, al margen de sus
diferencias individuales. Este paso de lo individual a lo universal se realiza mediante el
proceso de abstracción, que Sto.Tomás explica mediante la función del entendimiento.

El entendimiento que, tal como sostenía Aristóteles, es doble:

a) Entendimiento agente o activo (el entendimiento propiamente dicho para


Aristóteles): es el que realiza la abstracción propiamente dicha; esto es, despoja
al objeto concreto de todo lo individual y de los datos concretos, dejándole sólo
lo esencial (=forma+materia común); es decir, el universal, imprimiéndolo en el:
b) Entendimiento paciente o pasivo, que es nuestra capacidad o facultad para,
utilizando los datos que le aporta el entendimiento agente, elaborar el concepto
(por ejemplo "hombre").
Pero con los conceptos elaborados por el entendimiento paciente, no poseemos
todavía un conocimiento real, sino meramente abstracto. Para que haya tal
conocimiento real, ese concepto tiene que ser aplicado a las imágenes sensibles
de la mente, y ello lo hace el entendimiento mediante los juicios (Alejandro
-individuo- es hombre -concepto universal-). En todo juicio, el sujeto es la
imagen mental y el predicado lo que el entendimiento conoce (afirma o niega)
de la imagen mental.

La conclusión fundamental de la explicación del conocimiento de Sto.Tomás de


Aquino, es que el entendimiento no conoce directamente las cosas individuales,
sino el universal. Ahora bien, puesto que tal universal no se da si no es en una
cosa particular, el entendimiento también conoce, indirectamente, a las cosas
particulares.

Desarrollar el tratamiento del problema de la existencia de Dios en un autor de la


Edad Media y enmarcarlo dentro del pensamiento filosófico de dicho autor: Santo
Tomás de Aquino

Esencia: Conjunto de cualidades constituyentes que definen a un objeto o a un ser de la naturaleza, y le


hacen pertenecer a una clase o conjunto. Por ejemplo la definición que dió Boecio de persona: sustancia
individual de naturaleza racional. La racionalidad es una cualidad esencial que distingue a los seres
humanos de otras sustancias.

Existencia: Es la realización efectiva de la esencia, que se produce con el nacimiento o aparición de un


individuo, que actualiza o realiza las cualidades esenciales, en la definición anterior, sería el nacimiento
de un niño, que es una persona.

Evidencia: Es la transparencia, claridad o distinción de una idea o de un juicio, que fuerza a la mente a
aceptarla como verdadera de forma inmediata, es decir sin demostración.

Ley Natural: Participación en el ser humano de la ley eterna de Dios. Es el fundamento del ius
naturalismo, o derecho natural. Las leyes positivas, leyes fundamentales o constituciones de los estados,
deben seguir este derecho o ley natural. Santo Tomás inicia así la relación entre moralidad y legalidad;
las leyes deben ser justas

Preámbulo de la Fé: Son algunas proposiciones como la existencia de Dios, o la inmortalidad del alma,
que pueden ser conocidas a través de la razón, y suponen una introducción a las verdades o dogmas de
fe, dentro del cristianismo.

Santo Tomás de Aquino (1224 - 1274) contemporáneo de San Buenaventura, representa


el apogeo de la filosofía escolástica. Sus aportaciones al campo de la filosofía y de la
teología son una brillante síntesis del pensamiento anterior, tanto de los cristianos como
de los judíos y de los musulmanes, especialmente en relación con el tema de la
existencia de Dios, su pensamiento es una lectura obligada de los filósofos posteriores
del final de la Edad Media, de la Edad Moderna e incluso de la actualidad.

Santo Tomás aborda el tema de la existencia de Dios en varias perspectivas, desde la


polémica escolástica de las relaciones entre fe y razón; Filosofía y Teología, desde la
Antropología, desde la Ontología, y, naturalmente desde la Teología Natural. Su obra
cumbre la Suma Teológica se ha considerado como la mejor catedral gótica del
pensamiento cristiano.
En esta obra, estudia el tema de Dios desde dos puntos de vista: la teología existencial
y la teología esencial. Es decir, en primer lugar se ocupa del tema de la existencia de
Dios y en segundo lugar de sus propiedades o características.

Según Santo Tomás la existencia de Dios es un conocimiento natural en el ser humano,


al que puede llegar con el uso adecuado y lógico de su razón, incluso sin haber conocido
la Revelación cristiana, ni haber realizado un acto de fe. La razón, dirigida lógica y
científicamente puede alcanzar la certeza de la existencia de Dios, e incluso de la
inmortalidad y espiritualidad del alma. A estas dos afirmaciones las llama, los
preámbulos de la fe. La razón precede a la fe y la filosofía a la Teología.

Sin embargo Santo Tomás rechaza el argumento ontológico de San Anselmo, según el
cual, y como también afirma San Buenaventura, podemos conocer a Dios directamente
a priori en el interior de nuestra conciencia.

La argumentación tomista se funda en la noción de evidencia y en la distinción


metafísica entre la esencia* y la existencia que había realizado con anterioridad en su
opúsculo De ente et essentia (Sobre el ser y la esencia). Esta distinción, nueva en la
historia de la filosofía, afirma que la esencia es el conjunto de notas o propiedades
constituyentes del ser en cuestión, es decir la respuesta a la pregunta, ¿qué es?, mientras
que la existencia supone la realización efectiva de la esencia en un individuo, y
comienza en el momento de su aparición o nacimiento. En Dios no se da tal distinción,
porque su esencia consiste en la plena existencia, en existir por sí mismo. Su existencia
es eterna y es la causa de todas las demás existencias. Sin embargo a los seres humanos
nos cuesta mucho formarnos el concepto de Dios, y esta es la razón por la que existen
ateos, e incluso algunas personas lo conciben con forma de animal, de hombre o de
fuerza de la naturaleza.

Por estos motivos Santo Tomás entiende que la proposición Dios existe, es evidente en
sí misma, pero no para nosotros que somos seres limitados.

Una tesis, juicio o proposición es evidente en sí misma cuando el predicado está


incluido en el concepto de sujeto, forma parte de las propiedades de su esencia, por
ejemplo cuando digo que el cuadrilátero es un polígono de cuatro lados, o bien, que el
ser humano es un animal, ambas cualidades forman parte constitutiva tanto del
cuadrilátero, tener cuatro lados, como del ser humano, ser animal. Por tanto la
proposición Dios existe, es evidente en sí misma ya que en Dios no hay distinción entre
la esencia y la existencia, sino que él mismo es la existencia plena y total Ipsum esse
subsistens, pero no para nosotros, los seres humanos.

Si todos conocemos la naturaleza del sujeto y la del predicado, la proposición es


evidente en sí misma y para nosotros, pero no todas las proposiciones evidentes en sí
mismas, lo son también para nosotros, éste es el caso de la existencia de Dios, que
siendo en sí misma evidente, porque en ella el predicado se identifica con el sujeto, no
lo es para nosotros sino que necesita ser demostrada a posteriori, es decir por cosas más
asequibles para nosotros, incluso aunque estas cosas sean menos evidentes. Por esta
razón, Santo Tomás se inclina por una demostración aposteriori (quia), que va de los
efectos a las causas, concluyendo en la aceptación de una Primera Causa fundamento de
todas las demás a la que llama Dios.
Santo Tomás habla más que de demostración en sentido estricto o matemático, de cinco
Vías o caminos que conducen a la afirmación de la existencia de Dios.

Estas Vías, tienen todas ellas la estructura común de la causalidad, todo efecto tiene su
causa, y es imposible afirmar una cadena infinita de causas, por tanto se llega a la
conclusión de la existencia de una primera causa incausada o Causa Sui, a la que llama
Dios.

La primera vía es la del movimiento, inspirada en la física y metafísica de Aristóteles.


A través de los sentidos percibimos el movimiento. Todo lo que se mueve es movido
por otro, y así hasta alcanzar el Primer Motor inmóvil, en el que todos reconocen a
Dios.

La segunda es la que se deduce de la causalidad eficiente, inspirada en Avicena. En el


mundo sensible, hay un orden de causas eficientes, orden que no puede llevarse hasta el
infinito; por tanto es necesario admitir una causa eficiente primera, a la que todos
llaman Dios.

La tercera vía nos lleva de los seres contingentes al Ser Necesario; está inspirada en
Averroes y Maimónides; se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Las cosas
pueden existir o no existir, ya que pueden ser producidas o destruidas, llevan consigo la
posibilidad de no existir, esto quiere decir que hubo un tiempo en el que nada existió.
Luego estos seres contingentes exigen la existencia de un Ser necesario, cuya
necesidad esté en sí mismo y sea la causa de la necesidad de los demás. A este Ser
necesario todos le llaman Dios.

La cuarta vía se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas, está
inspirada en Platón, San Agustín y San Anselmo. La bondad, veracidad, nobleza y otros
valores se dan en unas más que en otras. Este más y menos, se dice respecto de un
máximo, que es su causa. Es decir llamamos Dios a la causa, al máximo de esos valores
que se dan en las cosas en mayor o menor grado. De los grados de perfección en los
seres, a la Perfección suma.

La quinta vía se deduce a partir del ordenamiento de las cosas, que, no teniendo
conocimiento, como los cuerpos naturales, actúan por un fin. Este orden y finalidad
implica un Ordenador supremo. Esa inteligencia por la que todas las cosas van dirigidas
a un fin, la llamamos Dios. De los seres ordenados del Universo al Ordenador Supremo.
Está inspirada en Séneca y San Agustin.

Estas vías, como todo el pensamiento de Santo Tomás son una síntesis de otros filósofos
anteriores, pero la originalidad está precisamente en su estructuración para demostrar la
existencia de Dios y su principal atributo que es la Aseidad, Dios es la existencia plena,
en él se identifica la esencia y la existencia, es la Causa Sui, fundamento de los demás
seres, incluido el ser humano.

El tema de Dios, es igualmente importante en la ética y política tomista. El fin de las


acciones morales es la búsqueda de la felicidad, eudaimonía, esta felicidad no puede
consistir en la posesión de nada creado, sólo en Dios, en la visión beatífica, puede
hallarse la felicidad; un acto es bueno si conduce a ese fin último, y malo si se aparta de
él. Para poder diferenciarlo con claridad, hemos de basarnos en su conformidad o no
con la ley natural moral, que no es sino la participación en el ser creado de la ley eterna
de Dios. Santo Tomás fue el iniciador del derecho natural. La ley natural es el
precedente de lo que hoy en día denominamos derechos humanos.

En la política, afirma que la autoridad de los gobernantes procede de Dios, pero el


gobernante, debe contar con unos asesores, representantes del pueblo. La mejor forma
de gobierno es una mezcla de monarquía, aristocracia y democracia. En todo caso
reconoce al pueblo el derecho a rebelarse contra los gobernantes, cuando se han
corrompido y no han buscado el fin último del estado, que es el bien común, a través de
la ley positiva que es una ordenación de la razón, dirigida al bien común, dictada por la
autoridad competente y suficientemente promulgada.

Explicar el tratamiento del problema de qué es el hombre en un autor de la Edad


Media.: Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino (1224 - 1274) contemporáneo de San Buenaventura, representa


el apogeo de la filosofía escolástica. Entiende al hombre como persona. Rechaza la
teoría agustiniana de que el hombre es fundamentalmente su alma, para defender
-siguiendo a Aristóteles-, la unidad de forma sustancial. El hombre es la unión del
cuerpo y del alma. Por otro lado critica la postura agustiniana medieval de la existencia
de pluralidad de formas sustanciales en el hombre (vegetativa, principio de la vida
vegetativa, sensitiva, principio de la vida animal e intelectiva, principio de la vida
racional, con lo que la corriente agustina afirmaba la espiritualidad del alma racional no
sujeta a preocupaciones materiales como la nutrición o la generación). Para Santo
Tomás el alma racional o intelectiva realiza todas las funciones en su unión con el
cuerpo, al que no considera cárcel del alma. Ya que la forma superior puede desempeñar
las funciones de las formas inferiores.

Al afirmar la unión sustancial de cuerpo y alma, Santo Tomás inicia la moderna


Psicofisiología, la interacción entre el alma y el cuerpo en sus estados de ánimo,
enfermedades psicosomáticas etc. Además explica la íntima correlación entre cuerpo y
alma, sin los problemas que se plantearán en la antropología moderna cartesiana sobre
la incomunicación entre el cuerpo y la mente o alma. Con su teoría de la unidad de
formas y de la unidad sustancial en el compuesto humano da vía libre a la teoría de la
evolución moderna.

En cuanto al origen del alma, Santo Tomás defiende la tesis creacionista: el alma es
creada de la nada por Dios. Según la interpretación de Sertillanges en su obra Las
grandes tesis de la filosofía tomista, la virtud formativa latente en el semen, en el óvulo
y en el embrión inicial es virtualmente un alma humana, se llega a ella por etapas, de tal
forma que en la evolución embrionaria se encuentra y se recorren todos los reinos, el
embrión es primeramente vegetal, después un alma superior, sensitiva, y por último, un
alma más elevada, la intelectiva o racional. Santo Tomás afirma la inmortalidad del
alma debido a su simplicidad, como ya había sostenido Platón en el diálogo Fedón, y
también por su espiritualidad, al realizar funciones que no dependen de la materia como
el pensamiento.

Ante el problema que representa la individualidad del alma, una vez que se ha
corrompido el cuerpo, Santo Tomás responde que el alma se sigue manteniendo en su
unidad, y esta persistencia de la individualidad en el alma separada, deja abierta la
posibilidad de la resurrección corporal, cada alma puede recobrar la materia en las
dimensiones determinadas que le eran propias y reconstruir su propio cuerpo. Aunque
esto último es una tesis que sólo se conoce por la fe y no por la razón. También es
propio del alma humana la voluntad y la libertad o libre albedrío, gracias al cual el ser
humano puede realizar actos moralmente correctos siguiendo la ley natural, o
incorrectos, cuando deliberadamente se aparta de esta ley.

Análisis estructural

Identificar la o las propuestas filosóficas del texto y citar la frase o frases que las
recogen.

"Pertenece a la ley natural todo aquello a lo cual el hombre se encuentra naturalmente


inclinado, dentro de lo cual lo especifico del hombre es que se sienta inclinado a obrar
conforme a la razón. Ahora bien, según consta por I Physicorum, es propio de la razón
el proceder de lo común a lo particular. Aunque de diferente manera, según se trate de la
razón especulativa o de la razón práctica. Porque la primera versa principalmente sobre
cosas necesarias, que no pueden comportarse más que como lo hacen, y por eso tanto
sus conclusiones particulares como sus principios comunes expresan verdades que no
admiten excepción. La razón práctica, en cambio, se ocupa de cosas contingentes,
cuáles son las operaciones humanas, y por eso, aunque en sus principios comunes
todavía se encuentra cierta necesidad, cuanto más se desciende a lo particular tantas más
excepciones ocurren".

(SANTO TOMÁS, Suma teológica, I-II, cuestión 94, art. 4.)

El texto pertenece a Sto. Tomás, principal filósofo escolástico del s. XIII, y está ubicado
en la teología moral, la parte más amplia de su obra principal, la Suma Teológica, la
cual se sitúa, tras el estudio de Dios y su relación con los seres creados, en la parte
dedicada a la Ley natural.

PROPUESTAS FILOSÓFICAS:

Tesis punto de partida:


1. "Pertenece a la ley natural todo aquello a lo cual el hombre se encuentra
naturalmente inclinado".
1.1 "dentro de lo cual lo especifico del hombre es que se sienta inclinado a obrar
conforme a la razón".
De acuerdo con el finalismo aristotélico, por el que está influenciado Sto. Tomás, todo
ser natural posee unas tendencias que se derivan de su naturaleza. En el caso del
hombre, como queda expresado en el texto, éste se distingue del resto de los animales
por su racionalidad, y dicha racionalidad le posibilita conocer sus propias tendencias y,
por tanto, puede deducir sus propias normas de conducta. En esto se cifra la ley natural:
el hombre, como ser natural que es, puede formular ciertas normas de conducta de
acuerdo con las exigencias de su propia naturaleza. Y de su conocimiento de estas
tendencias se derivan ciertas normas de conducta que están basadas en su misma
naturaleza: la Ley natural.

La moral tomista tiene un claro trasfondo teológico, a diferencia de la ética aristotélica


y, en consonancia con ello, está planteada desde la perspectiva de la fe. Se trata de un
camino hacia Dios que el hombre realiza de forma libre y racional. Esta unión de
racionalidad en la conducta humana y meta sobrenatural; es decir, esa compatibilidad y
mutua colaboración de razón y fe, es uno de los puntos más característicos del
pensamiento tomista y de su contexto filosófico.

Acto seguido, Sto. Tomás introduce dos tipos de racionalidad, igual que lo hiciera
Aristóteles, ya que nuestras percepciones sensibles captan datos singulares y concretos.
Parte de las observaciones de la experiencia sensible, de las cosas que nos rodean.
Ahora bien, el auténtico conocimiento humano, es el intelectual, que aprehende las
esencias universales: los conceptos del entendimiento son universales. El paso de uno a
otro queda explicado en su "teoría de la abstracción"

    2. "es propio de la razón el proceder de lo común a lo particular".


2.1 "la primera (la razón pura, teórica o especulativa) versa principalmente sobre
cosas necesarias, que no pueden comportarse más que como lo hacen".
2.1.1 "por eso tanto sus conclusiones particulares como sus principios comunes
expresan verdades que no admiten excepción".
La racionalidad pura se dirige hacia lo universal: los primeros, principios y primeras
causas que se caracterizan por tener carácter de necesidad; esto es, no cambian, están
determinados, pre-fijados....

  

Frente a esto, la racionalidad práctica; por ejemplo, la razón humana aplicada a las
acciones morales y a la convivencia social, se encuentra con la dificultad de la
contingencia, la variabilidad, sobre todo cuanto más profundizamos en el individuo
particular. Y ello es así, porque una de las características fundamentales del obrar
humano es la libertad, y ésta, frente al determinismo, siempre implica indeterminismo y,
por tanto, contingencia:
2.2 "La razón práctica, en cambio, se ocupa de cosas contingentes".
2.2.1 "cuáles son las operaciones humanas".
2.2.2. "y aunque en sus principios comunes todavía se encuentra cierta necesidad,
cuanto más se desciende a lo particular tanto más excepciones
ocurren".

En la literatura lógica clásica, es frecuente definir la contingencia como la posibilidad de que algo sea y
la posibilidad de que algo no sea.

En general, el determinismo es la doctrina según la cual todos los acontecimientos del universo estan
sometidos a las leyes naturales.

Contexto

Exponer la relevancia del problema de la existencia de Dios en el contexto


histórico, sociocultural y filosófico de la Edad Media.
"Además, el alma racional tiene en sí arraigado el conocimiento de sí misma, puesto que
el alma está presente a sí misma y es por sí misma cognoscible, ahora bien Dios está
presente a la misma alma en grado sumo y es por sí mismo cognoscible, luego en la
misma alma está arraigado el conocimiento de su Dios. Si replicas que no hay paridad,
porque el alma está proporcionada a sí misma, mas Dios no es proporcionado al alma,
respondo que la objeción es nula; porque, si el conocimiento exigiese necesariamente la
proporcionalidad, el alma nunca alcanzaría el conocimiento de Dios, porque no puede
proporcionársele, ni por naturaleza, ni por gracia, ni por gloria. Por estas razones se
demuestra ser indudable para el alma humana la existencia de Dios, verdad que lleva en
sí naturalmente arraigada, pues ninguno duda sino de aquello de lo que no tiene
conocimiento cierto. Además, se demuestra lo mismo por una segunda vía de esta
manera: toda verdad que proclama toda criatura, es verdad indudable; ahora bien, toda
criatura proclama que Dios existe; luego (es verdad que Dios existe)"

San Buenaventura, Sobre el misterio de la Santísima Trinidad.

San Buenaventura (1221 -1274) en este texto expone el tema de la existencia de Dios
como algo indudable para el alma humana. Con la caída del Imperio Romano y la
invasión de los pueblos bárbaros, la sociedad europea se sumió en una oscuridad casi
total. Sólo en la Iglesia se conservó la cultura greco - romana. La conversión al
cristianismo de los pueblos bárbaros y la aparición de los monasterios, son los dos
hechos que determinan la mentalidad medieval como una época teocéntrica. La
existencia de Dios y su Ley, iluminan y dan sentido a toda la ciencia y filosofía
medieval.

La filosofía escolástica que empieza a enseñarse primero en los monasterios y luego en


la universidad, tiene como objetivo fundamental, no buscar la verdad, sino entender la
verdad ya dada por la revelación. La filosofía es un medio para extender la fe, la
filosofía es ancilla theologiae.

Toda la cultura medieval se desarrolla en las escuelas monacales. Según los valores de
la sociedad medieval, el hijo primogénito se destina a la guerra, a ser caballero y a
realizar los ideales de la caballería. El segundo se ofrecía a Dios, era oblato. Estos niños
oblatos iban a la escuela monacal, aprendían a leer y a escribir, dos cosas absolutamente
necesarias para la oración, que consistía en algunos momentos del día en la lectura de la
Sagrada Escritura, de los Santos Padres como San Agustín e incluso de otros filósofos
antiguos; mientras un monje leía, los demás copiaban; gracias a este trabajo se han
podido conservar muchas obras de la antigüedad. La regla de San Benito ora et labora
transformó los campos enseñando los cultivos y la sociedad europea a través de la
cultura cristiana.

Con el tiempo empiezan a ir a las escuelas otros niños, aunque no lleguen a ser monjes.
Éste es el origen del oficio o mester de clerecía, el oficio de enseñar.

Desde la muerte de San Agustín en 430, hasta el llamado Renacimiento carolingio a


finales del siglo VIII, sólo destacan algunas figuras importantes, Boecio (524), ministro
del rey ostrogodo Teodorico, San Isidoro de Sevilla (636), figura egregia en la España
visigoda, autor de las Etimologías o nombres de Cristo.
A finales del siglo VIII y principios del IX, se produce un resurgimiento de la actividad
cultural, gracias a la visión de Carlomagno, que comprendió la importancia de la cultura
para la prosperidad de un pueblo, y la unión entre la autoridad suprema de Dios, y la
autoridad política. Para ello ordenó y favoreció la creación de escuelas que fueron de
tres clases:

Escuelas monacales, principalmente en los monasterios benedictinos, que tenían dos


secciones, la escuela interna para los monjes y la escuela externa para los seglares,
para aquellos que no iban a ser monjes.

Escuelas episcopales o catedralicias, en las sedes episcopales y en las catedrales.


También con dos secciones: la eclesiástica y la seglar.

Escuelas palatinas, en la Corte de los Reyes. El mismo Carlomagno fundó la escuela


palatina de Aquisgrán, donde se llevó como maestro al inglés Alcuino de York, célebre
por su erudición.

En estas escuelas se fomenta la filosofía y ciencia medievales. De ahí el nombre de


Filosofía escolástica. Poco a poco estas escuelas fueron desarrollándose, destacando con
el transcurso del tiempo, la de York, en Inglaterra; la de Fulda en Alemania; las de
París, Reims, Tours, Bec, Cluny y Chartres en Francia.

París se convirtió en un centro importantísimo de la cultura y de la filosofía europea; ya


en el siglo XI había tres escuelas, la de Nuestra Señora, la de Santa Genoveva y la de
Saint - Germain des Prés, a las que en el siglo XII se añadió la de San Víctor; de todas
ellas surge ya en el siglo XIII la Universidad de París, la Sorbona.

Las universidades, universitas magistrorum et scholarum, son estudios generales, que


responden al deseo de universalizar la sabiduría de las diferentes escuelas, como unión
de profesores y alumnos. El método pedagógico - didáctico era el de la lectio y la
comentatio. El profesor (al igual que el monje en el monasterio) lee las obras de los
antiguos filósofos (algunas obras de Platón, como el Timeo; de Aristóteles parte de la
Lógica, las traducciones de Boecio de las obras de Porfirio y Aristóteles; algunos
escritos de Cicerón, Sénca y Lucrecia; las obras de los Padres de la Iglesia,
especialmente San Agustín y el Pseudo - Dionisio), y después las comenta. Cada
alumno toma sus apuntes, y al final del curso comienzan a aparecer los Manuales -
libros hechos a mano - que contienen los temas tratados; así aparecen las Sumas, como
la Suma Teológica de Santo Tomás. A lo largo del curso escolar, también tenían lugar
las Disputatio, cuestiones problemáticas que se debatían acaloradamente y donde había
posiciones enfrentadas o dialécticas, que dieron origen al método escolástico del Sic et
non.

Las materias impartidas eran por un lado las artes liberales, que comprendían:

l. El trivium, triple vía, integrada por la Gramática, Retórica y Dialéctica.

2. El quadrivium, la cuádruple vía, integrada por la Aritmética, Geometría, Música y


Astronomí.

También estudiaban algo de Cosmología, semejante a las Ciencias de la naturaleza.


En la cúspide de los estudios, estaba la Filosofía, y por último como el saber más
importante la Teología, como estudio y conocimiento de Dios era el valor fundamental
de la sociedad y de la universidad. Alcanzar el grado de Maestro en Teología, era el
título de mayor prestigio.

La filosofía escolástica tiene a lo largo de la Edad Media, tres períodos. El de formación


que va desde el siglo IX al siglo XII. El de apogeo que abarca el siglo XIII, donde
aparecen los pensadores más importantes como Santo Tomás, San Alberto Magno, San
Buenaventura etc., y el periodo de transición a la filosofía moderna.

Las causas del apogeo de la filosofía escolástica se debieron en una gran parte a la
ingente labor de la Escuela de Traductores de Toledo, en la España musulmana, gracias
a estas traducciones al árabe y al latín, se conocieron todas las obras de Aristóteles, que
en un principio fueron acogidas con recelo. Fue mérito de Santo Tomás de Aquino, el
integrarlas en la filosofía cristiana. También fueron muy importantes las universidades
que divulgaron y extendieron los conocimientos. Por último el gran impulso de la
filosofía y teología medievales, lo dieron la creación de las dos órdenes mendicantes
dominicos y franciscanos. En su afán de vivir con plenitud la pobreza evangélica, se
centraron en el estudio de la filosofía y de la teología; todos los grandes pensadores de
esa época son dominicos (S. Tomás) o franciscanos (San Buenaventura).

En los tres periodos de la filosofía escolástica, el tema fundamental de las discusiones


disputatio, y de las Sumas, sigue siendo el tema de Dios, principalmente el problema de
la fe y de la razón, de la Teología y de la Filosofía, ya que la filosofía es un medio para
profundizar en la fe.

En esta polémica surgen tres posturas:

1. Los dialécticos; creen que la fe debe ser analizada y demostrada por la razón, como
Juan Escoto Erígena, Berengario de Tours etc.

2. los antidialécticos, sostienen que la única sabiduría es la que da la fe, y la postura


anterior es mero orgullo o soberbia de la razón humana. La filosofía es en todo el
sentido de la palabra, sierva de la teología Philosophia ancilla Theologiae.
Representantes importantes son Lanfranc de París y Pedro Damiano.

3. Una postura intermedia es la que sostiene por primera vez en el siglo XI, Gerberto
de Aurillac y que continúa Santo Tomás en el siglo XIII. Fe y razón son distintas, son
dos caminos que confluyen a un mismo mar de la Verdad. Ambas proceden de Dios, por
tanto si la razón funciona bien, no puede llegar a conclusiones opuestas a las de la fe. La
Filosofía y la Teología son saberes distintos que se complementan. La Filosofía alcanza
algunas verdades de la fe, como la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. La
Teología, amplía nuestro conocimiento de Dios a través de la Revelación, por ejemplo
Dios es Trinidad.

En resumen la Filosofía ayuda a la Teología demostrando algunas de las verdades


reveladas, preámbulos de la fe*, y viendo la racionalidad de otros misterios de fe, como
la Trinidad. Estas verdades no son irracionales sino suprarracionales.
Por su parte, la Teología ayuda a la Filosofía, aportando nuevos conceptos filosóficos,
como el de creación del mundo o el de la dignidad de la persona humana en el orden
moral.

sic et non: método característico de la filosofía escolástica, iniciado por Pedro Abelardo en el siglo XII.
Para alcanzar la verdad en cualquier tema difícil, expuesto a debate, primero se ponían las tesis a favor
de una hipótesis, seguidamente las objeciones o antítesis, y por último después de varias
argumentaciones, se llegaba a una conclusión, que normalmente fundamentaba la hipótesis inicial,
pasando a ser considerada una tesis cierta.

Preámbulos de la Fé: son algunas proposiciones como la existencia de Dios, o la inmortalidad del alma,
que pueden ser conocidas a través de la razón, y suponen una introducción a las verdades o dogmas de
fe, dentro del cristianismo.

Relacionar el contenido del texto y el pensamiento del autor con el marco histórico,
sociocultural y filosófico de su época.

Históricamente, el siglo XIII representa el momento de mayor florecimiento de la


Europa medieval, siendo Francia el centro político y cultural. La economía goza de una
estabilidad impulsada por un comercio floreciente: la estabilidad de la moneda, el
aumento de circulación de metales preciosos y la consolidación de los gremios
artesanales. Socialmente, esto provoca el enriquecimiento de muchos campesinos y
burgueses comerciantes, a la par que buena parte de la vieja nobleza empieza a
empobrecerse. Las ciudades tienen un gran desarrollo. Políticamente, se comienzan a
esbozar los Estados de la Europa moderna. Francia goza de gran prestigio, y en
Inglaterra se inicia el proceso para la primera monarquía parlamentaria. El poder del
papado alcanza su máxima cota con la Bula Unam Sanctam de Bonifacio VIII, que
proclama la supremacía universal del Papa; sin embargo, ya empiezan a surgir los
primeros brotes de secularización que cristalizarán en el s. XIV.

Culturalmente, el s. XIII destaca por la aparición y auge de las Universidades,


surgidas a partir de la evolución de las escuelas catedralicias. Destacan las de París,
Oxford, Bolonia, Salamanca, Cambridge, etc. Por otra parte, aunque a la Edad Media se
la trata como una Edad oscura para el saber, es indiscutible que algunas ciencias
recibieron un importante empuje, como la Química, la astronomía y la medicina en el
pensamiento musulmán, por poner unos ejemplos. Así mismo, el Derecho tiene un
fuerte desarrollo al convertirse en la herramienta mediante la que el emperador Federico
II y Felipe II, buscan independencia del poder civil frente al papado.
Destaca también el aumento de las traducciones de filósofos griegos, árabes y judíos,
trabajo en el que destaca de Escuela de Traductores de Toledo. Las traducciones de
Guillermo de Moerbeke serán fundamentales para Sto. Tomás.
Por otra parte, se fundan las órdenes mendicantes, principalmente la de los dominicos,
órden de Tomás, y de los franciscanos, que llegaran a ocupar las principales cátedras de
las Universidades.
Finalmente, hay que destacar el desarrollo de la literatura en lengua vulgar (narración,
teatro y lírica), así como el auge del arte gótico.

En el contexto filosófico, el siglo XIII supone el período de apogeo de las principales


discusiones teológico-filosóficas medievales:
1) De relaciones razón-fe se hace una distinción, aunque sin llegar a separarlas, con lo
que la Filosofía se hace distinta de la Teología, aunque no independiente.
2) La naturaleza de los universales: ¿Qué tipo de realidad les corresponde?:
Enfrentamiento de platónicos-agustinianos y aristotélicos, realistas y, ya en el XIV,
nominalistas.
3) Diferencia esencia-existencia, punto central de la metafísica tomista.
4)Relaciones entre el Creador (Dios, Ser necesario) y los seres creados (contingentes),
la creación y la conservación del mundo,
todos ellos de gran relevancia en el pensamiento de nuestro autor.

Pero, en concreto en el siglo XIII, resultará especialmente novedoso el


redescubrimiento, aunque con prevención por parte de muchos, de la física y
metafísica aristotélica, vértebra fundamental de la síntesis tomista, aunque también
mantenga relaciones con la doctrina platónica y neoplatónica.
El averroísmo latino surge en la Universidad de París, y hay que entenderlo como un
aristotelismo arabizado, siendo Averroes el primer comentarista del Estagirita. Los
primeros en cristianizar el pensamiento aristotélico serán S. Alberto Magno y Sto.
Tomás de Aquino.

Influencias filosóficas

Relacionar las principales influencias recibidas y la repercusión posterior o la


vigencia actual del pensamiento del autor.

Sto.Tomás de Aquino es tenido como el gran sistematizador de la Filosofía medieval y,


en cuanto tal, no fue ajeno a ninguna corriente filosófica. Así, en su Filosofía confluyen
los Padres de la Iglesia- especialmente S. Agustín-, los filósofos árabes y judíos, los
neoplatónicos y Aristóteles.

Influencia platónica, neoplatónica y agustinista:

- El principio platónico de participación de los seres en Dios que, en el caso de Platón,


es de las cosas en las Ideas.
- El principio platónico de causalidad ejemplar: Dios es la Causa ejemplar que imitan
las criaturas
- El principio neoplatónico de los grados del ser y la perfección.

Influencia aristotélica:

1ª.- La teoría de la causalidad, así como su concepción teológica del mundo y de los
seres.
2º.- La definición del movimiento (acto de lo que está en potencia en cuanto que está
en potencia), y la anterioridad del acto respecto de la potencia, así como la división del
movimiento en substancial y accidental, y éste en cuantitativo, cualitativo y local.
3º.- La estructura hylemórfica de los seres en materia y forma, aunque Sto. Tomás
excluye de esta composición a Dios, Acto puro y a las substancias angélicas.
4º.- Distinción substancia - accidentes.
5º.- Teoría de la analogía de los seres.
6º.- La concepción aristotélica del alma como forma y acto del cuerpo.
7º.- En Teología, utiliza la teoría de la causalidad y la teoría del conocimiento
aristotélicos para demostrar la existencia de Dios.
8º.- En Ética, acepta la Felicidad como fin último del hombre, así como que ésta se
basa en la contemplación, que en el caso de Sto.Tomás es la contemplación de Dios.
9ª.- Asímismo, que las normas morales se basan en la naturaleza humana, y que el
conocimiento de ésta es el punto de partida para la formulación de la ley moral.

Otras influencias:

- La distinción esencia-existencia también se encuentra en Alejandro de Hales y


Buenaventura, y procede de los árabes (Alfarabí, Avicena) y judíos (Maimónides).

- De Avicena toma la noción procedente de Alfarabí de la contingencia del mundo y le


inspira en la segunda vía.

Recibe, en definitiva, la influencia de otros muchos pensadores como Séneca, Averroes,


Salomón ibn Gabirol, Maimónides... así como de todos los pensadores cristianos, como,
por ejemplo, su maestro Alberto Magno, San Agustín, Juan Damasceno, Pedro
Lombardo, Buenaventura, Boecio, etc...

Por otra parte, su pensamiento tiene notables repercusiones posteriores, como por
ejemplo en la separación, distinción y fundamentación entre Teología Revelada y
Teología Natural, o entre Derecho Natural y Derecho Positivo, etc... y, más
actualmente, en el mensaje del actual Papa, Juan Pablo segundo.

R. Descartes
Pensamiento filosófico
Exponer brevemente el tema: "Método y realidad en la filosofía racionalista
(Descartes)"
La búsqueda de la verdad, que siempre ha sido el objetivo del saber, llámese ciencia o
llámese filosofía, requiere de un criterio de certeza.
En el siglo XII deja de ser aceptado como tal el criterio de autoridad, y la subjetividad
es la única alternativa aceptable. Decartes se propone "edificar en un terreno que es
enteramente mío". Eso sí, no tiene que ofrecer dudas aquello que se acepte como válido,
y tiene que entrar a formar parte de un conjunto de saberes que constituyan el
conocimiento de la realidad. Esta es la justificación del método: si tengo que regirme
por mi mismo, tengo que saber cómo regirme.
La duda no es sólo un estado espontáneo de la mente; debe ser una actividad
sistemática, una búsqueda de evidencia para ya no dudar más. Se convierte así en el
primer paso del método, y por eso se denomina duda metódica. Para fundamentar la
duda, se argumenta con la infidelidad de los sentidos, la sospecha de estar soñando, e
incluso con la existencia de algún genio maligno que nos engañe. Y para arrancar de
algo indubitable, se llega a la evidencia de estar dudando.
De este modo se tiene ya, por un lado, algo sobre lo que constituir una evidencia, la de
estar dudando, que es una forma de estar pensando, que es una actividad para la que se
requiere existir; y por otro lado se tiene un modelo de evidencia que servirá para
comparar con las sucesivas certezas.

Se sigue avanzando en el proceso. El siguiente paso es analizar, dividir. No puede haber


un único elemento porque el pensamieto, la 'res cogitans', aquello con lo que mi 'yo' se
identifica, no es la única realidad existente. De la realidad existente puedo juzgar por las
ideas que aparecen en mi pensamiento, única vía posible.

  Las ideas puedo diferenciarlas entre innatas, adventicias y ficticias. Pues bien, la idea
de Dios se me presenta como una idea innata que me muestra la evidencia de aquello
que representa, el Ser perfecto. Si yo, siendo imperfecto, puesto que dudo hasta de Él,
tengo la idea de perfección, sólo pudo generarla el Ser perfecto. Si no fuera existente,
contradiría su propia perfección.

Y por último, si me descubro como ser contingente y no puedo dudar de mi existencia,


tiene que existir ese Ser que la explica.

En la división ya han surgido como evidentes la 'res cogitans' y la 'res infinitas', o Dios.
Hay otra tercera realidad que aparece en mi pensamiento y se presenta con total claridad
y distinción como 'res extensa'. De su exsistencia tengo como garantía la bondad divina.
La evidencia no es respecto de los objetos sino de las ideas, o sea, de las
representaciones mentales que yo poseo, es decir, mis pensamientos. Y de mis
pensamientos no puedo dudar, puesto que 'Dios no puede engañarnos'.

El siguiente paso o precepto del método es la síntesis u ordenación. Las tres realidades:
res cogitans, res infinita, res extensa, se nos presentan en este orden en la mente. No
obstante, si nos atenemos al concepto de sustancia, aquello que existe por sí mismo y no
requiere de ningún otro para subsistir, únicamente Dios cumple esa condición. Por
tanto, el orden será: Dios, yo, mundo. Pero si seguimos el orden lógico, que aconseja
seguir de los más simple a lo más complejo, primero se estudiará el mundo, luego el
pensamiento, y por último a Dios.
La enumeración es la fase final del método. Consiste en revisar hasta estar seguro de no
omitir nada, ni tampoco incluir algo más de una vez.
En esta primera aplicación, al tratarse de tres únicos elementos, parece demasiado
simple, pero si se tiene en cuenta que tras esta fase se inicia de nuevo el proceso, y así
sucesivamente hasta tejer una red exhaustiva, tanto la ordenación como la enumeración
se hace imprescindible.
Es cierto que el método podrá ser utilizado para todo tipo de saber particular, pero para
el racionalismo cartesiano, es inseparable el método del conocimiento de la realidad. De
no ser así, la realidad podría quedar manipulada por el propio método si fuera éste
anterior; y si por el contrario es posterior, se hace innecesario para este fin o puede ser
sospechoso de oportunismo. Se han gestado al unísono. Se requiere de un método para
pensar la realidad, y la realidad por tener estructura racional, se presta para ser
articulada por el método. Este último es el punto central del racionalismo.

Adventicias: Extraño o que sobreviene, a diferencia de lo natural o lo propio.

Contingente: Aquello que puede suceder o no suceder.

Problemas filosóficos
Explicar el tratamiento del problema de la existencia de Dios en un autor de la
Edad Moderna.

Renato Descartes (1596 - 1650) inicia la filosofía moderna, buscando evidencias y


certezas que le saquen de su estado escéptico de duda. Para conseguir este objetivo
busca un método universal donde construir un conocimiento objetivo, una mathesis
universal, que evite a la razón humana caer en el error o en la ilusión de verdad.

El método tiene cuatro reglas, que resume en la segunda parte de su genial obra El
discurso del método. Estas reglas son:

1. La evidencia, como criterio de verdad: "No admitir como verdadera cosa alguna,
como no supiese con evidencia que lo es,?no comprender en mis juicios más que lo que
se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu que no hubiese ninguna
posibilidad de ponerlo en duda".

2. El análisis: "Dividir cada una de las dificultades que examinase en cuantas partes
fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución".

3. La síntesis: "Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos


más simples e ir ascendiendo poco a poco, hasta los más complejos"

4. La comprobación de los análisis y síntesis ya realizados: "Hacer en todas los casos


unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar
seguro de no omitir nada".

Una vez establecido el método a seguir, Descartes comienza a buscar en el interior de su


conciencia ideas que cumplan con los requisitos de ser verdades indubitables en el
campo de la Filosofía, que tengan la misma categoría de los axiomas en el campo de las
matemáticas. Para alcanzar este objetivo, inicia la duda metódica, dudando de los
conocimientos que posee, especialmente de aquellos que obtenemos a partir de los
sentidos. Su crítica es audaz y exhaustiva, hasta alcanzar una verdad indubitable: Pienso
luego existo, Cogito ergo sum: je pense, donc je suis.
Una vez aceptada esta idea con total evidencia, Descartes pasa revista a las ideas que
encuentra dentro del pensamiento, dentro del ego cogito cogitatum. Los "cogitatum",
son las ideas, los contenidos de conocimiento. Toda idea tiene dos polos, primero tiene
una realidad como acto de pensamiento, realidad subjetiva y mental; pero a la vez tiene
también una realidad objetiva, en cuanto que representa un objeto. Subjetivamente,
todas las ideas se parecen en cuanto que hacen referencia al sujeto pensante; pero
cuando las consideramos objetivamente, son totalmente diferentes unas de otras.

Desde este punto de vista objetivo, puede analizarse su origen. Por ejemplo las ideas
que representan a otros hombres u objetos, pueden ser producidas por mí, ya que su
contenido mental es relativo y limitado; en cambio cuando encuentro dentro de mí, la
idea de Dios, es decir la idea de un ser infinito, eterno, omnisciente, omnipotente y
creador, es difícil suponer que esta idea la haya fabricado yo mismo. La idea de Dios es
la única en la que hay algo que no puede proceder de mí mismo, puesto que no poseo
todas las perfecciones representadas en la idea. Por esta razón, Descartes concluye que
el origen o causa de esta idea, no puede ser más que una sustancia infinita, y la simple
presencia en mí de la idea de Dios, demuestra la existencia de Dios. Es evidente el
parecido de esta demostración con el argumento ontológico de San Anselmo y también
con San Buenaventura. Sin embargo, hay que reconocer que la prueba se refiere
totalmente al innatismo de las ideas; es decir el ser humano viene a este mundo con un
conjunto de ideas o principios innatos, las ideas primitivas a partir de las cuales
construye el edificio del conocimiento. Entre estas ideas se encuentran la de
pensamiento, existencia y la de Ser Infinito."La idea como realidad objetiva requiere
una causa real proporcionada, la idea de un ser Infinito, requiere una causa Infinita,
luego ha sido causada en mí por un Ser Infinito; luego el ser Infinito existe".

En segundo lugar puedo llegar a reconocer la existencia de Dios, según Descartes, por la
misma finitud o limitación de mi yo. Es evidente que no me he creado a mí mismo,
especialmente por mis inseguridades y dudas. Si fuese la causa de mí mismo, me habría
otorgado las perfecciones contenidas en la idea de Dios. Es claro que no me he creado a
mí mismo y que ha debido crearme un ser que tiene todas las perfecciones, cuya idea
poseo como un Ser infinito. De esta manera afirma Descartes en las Meditaciones
Metafísicas capítulo III: "Cuando reflexiono sobre mí mismo, no solamente conozco
que soy una cosa imperfecta, incompleta y dependiente de otro, que tiende y aspira sin
cesar a algo mejor y más grande, sino que conozco también al mismo tiempo que Aquel
del cual dependo, posee en sí todas las grandes cosas a las cuales aspiro y cuyas ideas
encuentro en mí y las posee no de un modo indefinido y en potencia, sino en realidad
actual e infinitamente, y que por eso es Dios".

En conclusión, "No sería posible que mi naturaleza fuese tal cual es, esto es, finita pero
dotada de la idea de lo infinito, si el ser infinito no existiera. La idea de Dios es como
la marca del artesano impresa en su obra y no es ni siquiera necesario que esta marca
sea algo distinto de la misma obra".

La constatación de nuestra finitud o limitación, supone una relación causal del ser
humano con Dios, y esta relación se expresa a través de la idea de Dios que
encontramos en nuestra conciencia, y que sólo Él ha podido crear.

Descartes define a Dios como la sustancia que existe por sí y se concibe por sí misma.
Esta sobreabundancia de la sustancia divina, hace que Descartes apoye en ella, la
existencia del mundo exterior, y no por supuesto en el conocimiento sensible, que es
totalmente falaz y del que siempre debemos desconfiar.

Relacionar el contenido del texto con el tema 'Método y realidad en la filosofía


racionalista (Descartes)'.
Comparar el conocimiento de la realidad externa en Descartes con el origen
sensible del conocimiento en los empiristas (Locke o Hume).

«Pero he aquí que, por mí mismo y muy naturalmente, he llegado a donde pretendía. En
efecto: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son propiamente concebidos sino por el
solo entendimiento, y no por la imaginación y los sentidos, y que no los conocemos por
verlos o tocarlos, sino sólo porque los concebimos en el pensamiento, sé entonces con
plena claridad que nada me es más fácil de conocer que mi espíritu.»

(Descartes, Meditaciones metafísicas).

En el texto se hace implícitamente una justificación del método. Dado que la realidad es
realidad pensada por el entendimiento, necesitaré, para eso que Descartes llama la
'inspección de la mente', regirme por algunas reglas que pongan orden y claridad a todos
mis conocimientos, y a partir de estos, reconstruir la realidad.
El método es racional, especulativo, porque va dirigido a conocer mi espíritu. Si se
tratara de conocer las cosas ajenas a mi, tendría que estar adaptado a esos objetos y su
naturaleza sería más objetiva que subjetiva. Como no es así, el contento de Descartes es
grande porque él mismo, desde su propio pensamiento, con total uniformidad y
coherencia puede abordar toda la realidad. Es el 'cogito' la pieza clave de todo con la
ayuda del método.

La realidad externa se le presenta a Descartes como contenido mental. Y como la mente


elabora sus propias ideas, las innatas y otras, las ideas ficticias, cabe la posibilidad de
que toda esa realidad externa no fuera sino construcción de la mente. Pero que sea
nuestra mente lo que permanentemente nos confunda repugna a la propia idea de mente,
que vemos que procede con todo rigor en casos más elevados. Luego lo que es capaz de
lo más, será capaz de lo menos. La otra alternativa es que sea un Ser supremo quien nos
engañe, pero esto también lo rechaza por estar en contradicción con la bondad divina.
Admite así la realidad externa ajustada al conocimiento de la misma.
En el caso de los empiristas, al no admitir otra fuente de conocimiento que la
experiencia sensible, los contenidos de las mente en forma de 'ideas de sensación' o de
'impresiones' tienes que provenir únicamente de la realidad externa. Esta se presenta
como originaria en el proceso. Sin realidad externa, ya que es la única fuente, no se
daría el conocimiento.
Descartes se situa en otra posición: no analiza el proceso sino el estado actual resultante,
y esto le obliga a plantearse la validez de lo ya obtenido.

Empirismo: Sistema filosófico que toma la experiencia como única base de los
conocimientos humanos.

Análisis estructural
Explicar el significado que tiene, en el texto propuesto, el término 'entendimiento',
y la oración 'nada me es más facil de conocer que mi espíritu'.

«Pero he aquí que, por mí mismo y muy naturalmente, he llegado a donde pretendía. En
efecto: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son propiamente concebidos sino por el
solo entendimiento, y no por la imaginación y los sentidos, y que no los conocemos por
verlos o tocarlos, sino sólo porque los concebimos en el pensamiento, sé entonces con
plena claridad que nada me es más fácil de conocer que mi espíritu.»

(Descartes, Meditaciones metafísicas).

El entendimiento es la facultad suprema del conocimiento. Poseemos otras facultades


como son el sentido o la imaginación, que nos permiten conocer cómo son las cosas,
pero el conjunto de relaciones que nos dan el ser de las cosas sólo es captable a través
del entendimiento.   

Con la oración 'nada me es más fácil de conocer que mi espíritu' Descartes quiere decir
que entre el entendimiento, que es la facultad con la que conozco, y mi espíritu, que en
este caso es el objeto conocido, se da la mayor homogeneidad posible. De aquí proviene
la facilidad a la que se hace referencia. Por decirlo de así, no necesito hacer ninguna
traducción a adaptación para conocerlo, porque lo que me mejor entiende el
entendimiento es la mente o el espíritu, ya que es, en definitiva, aquello que le resulta
más afín. En todos los demás casos en que queremos conocer a través del
entendimiento, hay una serie de elementos sensibles que deben ser apartados o
reinterpretados.

Descartes: Gran parte del mérito de Descartes reside en su extremada coherencia, con respecto a
derribar el criterio de autoridad, que lo llevó a seguir un método autodidacta desde el que desarrollo su
conocimiento, tanto matemático como filosófico.

Contexto
Exponer la relevancia del estado natural y el estado social en el contexto histórico,
sociocultural y filosófico de la Edad Moderna.

La Edad Moderna surge como un profundo cambio en la mentalidad y en la


configuración política europea. Desde el punto de vista filosófico y cultural, se produce
un profundo escepticismo y una búsqueda de nuevos caminos, debido principalmente a
la escisión del cristianismo, que se venía produciendo en los últimos momentos de la
edad media y que culmina en la Reforma protestante y el inicio de un largo ciclo de
guerras de religión. Se establece una fuerte separación entre los países de mayoría
protestante y católica. El cisma religioso trae como consecuencia la secularización del
conocimiento y de la ciencia, basada exclusivamente en la razón. El racionalismo y
empirismo son las corrientes características de este período histórico.

El descubrimiento de América y de las sociedades indígenas, profundiza el humanismo


y antropocentrismo renacentista, estableciendo una antinomia entre la naturaleza y la
sociedad civilizada, entre la vida natural, propia de los aborígenes, y la vida social,
característica de los estados europeos.

El estado natural es un estado de lucha, en el pensamiento de Hobbes, de "guerra de


todos contra todos", que debe superarse en el estado o república, cuyo poder se legitima
fundamentalmente a través de las leyes positivas, que deben ser un reflejo del derecho
natural. El Estado moderno surge como una nueva organización social con un poder
absoluto en la figura del monarca, una concepción patrimonialista que deja claras las
fronteras, la generación de una burocracia, el crecimiento de los instrumentos de
coacción, a través de la importancia del ejército, etc. La culminación de esta teoría
política se expresa en la frase de Luis XIV, "L'état c'est moi", y en el despotismo
ilustrado del siglo XVIII.

Históricamente el absolutismo del estado moderno, representa una reacción contra la


libertad de conciencia exaltada por la reforma protestante y las luchas entre diferentes
creencias cristianas. El absolutismo poco a poco va dando paso a una concepción de
estado más democrático, pasando por el desarrollo de modelos de gobierno alternativos,
como las formas parlamentarias inglesas y el posterior liberalismo político.

Desde el punto de vista socioeconómico, en este periodo evoluciona la implantación de


formas capitalistas vinculadas al desarrollo urbano y preindustrial, que van perfilando
los rasgos de la sociedad capitalista. Estas transformaciones económicas corren
paralelas al proceso de expansión de la actividad económica y de colonización y van
dando protagonismo a nuevos grupos sociales muy dinámicos en su comportamiento,
los burgueses o capitalistas, que van recurriendo a estrategias reformistas o
revolucionarias para salvaguardar sus intereses y poco a poco ir obteniendo mayor
poder político.

Otro aspecto importante en el contexto cultural de la Edad moderna es el desarrollo de


las ciencias empíricas y de la tecnología; los nuevos inventos en la navegación y en el
campo militar, abren nuevas vías al comercio tanto con el Extremo Oriente, como con
América. Este nuevo marco cultural junto con las corrientes filosóficas, racionalismo y
empirismo, da lugar a una nuevo espíritu humanista caracterizado por una
supervaloración de la razón práctica, y del progreso social, el espíritu de la Ilustración,
un movimiento intelectual que produce una nueva cosmovisión. En la mayor parte de
los pensadores ilustrados, la naturaleza humana deja de ser considerada mala o egoísta,
y empieza a divulgarse el concepto de "bondad natural". Los problemas e injusticias
sociales, no pertenecen a la condición o estado natural, sino a una deficiente
organización social, causa de las desigualdades sociales, y contraria a la inocencia del
estado de naturaleza. El pensador más característico de esta postura es, sin lugar a
dudas, Juan Jacobo Rousseau. En su importante obra Discurso y fundamento sobre el
origen de la desigualdad entre los hombres, en la primera parte afirma: "Que el hombre
no tenga naturalmente la idea de bondad, no significa como afirma Hobbes que sea
malo?más bien este estado natural es el más adecuado para la paz y el más
conveniente para el género humano?es la sociedad la que genera en el hombre nuevas
pasiones al despertarle nuevas necesidades".

Es el contrato social el que debe mejorarse llevando la máxima racionalidad al estado de


acuerdo con los ideales de "igualdad, fraternidad y libertad" entre todos los humanos
que constituye la Voluntad General fundamento epistemológico de la democracia
occidental.

La Ilustración o Iluminismo expresa la madurez de la cultura europea que aún mantiene


su vigencia en la sociedad actual.

Exponer la relevancia del problema de qué es el hombre en el contexto histórico,


sociocultural y filosófico de la Edad Contemporánea.

La Edad Contemporánea es un período histórico que se caracteriza por una profunda


preocupación antropológica en todos los campos del conocimiento y de la acción social,
económica y política.

La razón humana es una razón instrumental preocupada por mejorar el nivel de vida de
los seres humanos, y es en esta época donde se desarrolla la ciencia, técnica y la
tecnología a unos niveles absolutamente increíbles para los hombres de épocas
anteriores. A principios del siglo veinte, se produce una revolución tecnológica e
industrial. Los medios de comunicación se transforman, aparece el tren, el automóvil y,
en poco tiempo, el avión, sueño constante de la humanidad.

Desde el punto de vista del conocimiento científico, surgen nuevas teorías, como la
física cuántica, o la teoría de la relatividad, que modifican totalmente la idea de
naturaleza, propiciando los viajes espaciales.

Desde el punto de vista económico, la producción se desarrolla a gran escala y se


industrializa, instaurándose en los países más desarrollados una economía capitalista, a
la vez que una colonización económica y política de los países más pobres de África,
América y Asia. Europa y posteriormente Estados Unidos de América van imponiendo
su estilo de vida a la población mundial, lo que genera tensiones hasta desembocar en
los nacionalismos y fascismos europeos, que culminarán en las grandes confrontaciones
o guerras mundiales, polos negativos de la Edad Contemporánea, que harán de nuevo
reflexionar sobre el sentido de la vida humana y el papel del hombre en el mundo.
Actualmente se habla de globalización de la economía. La industrialización va
cediendo paso al control de las nuevas tecnologías, especialmente internet.

Desde el punto de vista social, se extienden y profundizan las ideas de igualdad de la


revolución francesa y la ideología de la Ilustración en el movimiento socialista y en las
asociaciones internacionales de trabajadores, que reciben un fuerte impulso de la
corriente marxista de Marx y Engels, hasta hacerse efectivas en la revolución
bolchevique rusa e instaurar los regímenes socialistas y comunistas que surgen en Rusia
y en otros países y se mantienen en la actualidad en China y Cuba.
Las ideas de igualdad, se aplican también a la milenaria discriminación de la mujer,
relegada al ámbito doméstico. En la edad contemporánea surge el movimiento feminista
para reparar esta desigualdad. Primero como sufragismo, exigiendo el derecho al voto
femenino, y después como fuerza social, reclamando la igualdad en el campo laboral,
social y político.

Desde el punto de vista filosófico, surgen nuevas y muy diferentes corrientes, siendo su
único punto común, la preocupación por el ser humano en sus condiciones de vida, en
su capacidad cognoscitiva o científica, en el sentido de su existencia etc.

El marxismo que se proclama socialismo científico, incide con fuerza en las


reivindicaciones de los trabajadores ofreciendo un humanismo materialista y
comprometido con la revolución que puede resumirse en la famosa tesis XI de Marx
sobre Feuerbach: "Los filósofos hasta ahora se han contentado con contemplar el
mundo, lo importante no es contemplarlo sino transformarlo". La última y primera
razón de la filosofía, es alcanzar una sociedad comunista igualitaria y sin alienación.

El positivismo afirma el estado científico de la humanidad como última etapa progresiva


y segura de su desarrollo cultural. Según Augusto Comte, su fundador, sólo la ciencia
empírica es capaz de situar al hombre en la realidad y elevarlo por encima de las
supersticiones o falsas creencias de la antigüedad y de la Edad Media alentadas por la
religión o por la imaginación.

Finalmente las corrientes vitalistas, historicistas, personalistas, y sobre todo el


existencialismo, intentan buscar una finalidad a la existencia humana, en un sentido
íntimo, individual y profundo.

La razón y la filosofía misma se vuelven una llamada a la conciencia y a la reflexión. El


existencialismo es un humanismo que intenta rescatar al hombre del sinsentido de una
vida perdida en la masa (Kierkegaard), o bien en falsas religiones o creencias, como
afirma Sartre. La angustia es la llamada a la reflexión sobre la libertad y la necesidad
del compromiso social para una auténtica realización personal.

En el existencialismo teísta (Jaspers) o en el cristiano (G.Marcel), la realización


profunda de la existencia, la donación de sentido, se encuentran en el desarrollo de la
existencia personal y social, y en la experiencia religiosa.

En el existencialismo la filosofía es una actividad del hombre, desde el hombre, pero


sobre todo para el hombre, que se ha convertido en el gran problema para sí mismo.

Influencias filosóficas

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