Santo Tomás
Santo Tomás
Santo Tomás
Pensamiento filosófico
Relacionar el contenido del texto con el pensamiento del autor.
"Pertenece a la ley natural todo aquello a lo cual el hombre se encuentra naturalmente inclinado, dentro de
específico del hombre es que se sienta inclinado a obrar conforme a la razón. Ahora bien, según consta por
Physicorum, es propio de la razón el proceder de lo común a lo particular. Aunque de diferente manera, se
de la razón especulativa o de la razón práctica. Porque la primera versa principalmente sobre cosas necesar
pueden comportarse más que como lo hacen, y por eso tanto sus conclusiones particulares como sus princi
expresan verdades que no admiten excepción. La razón práctica, en cambio, se ocupa de cosas contingente
las operaciones humanas, y por eso, aunque en sus principios comunes todavía se encuentra cierta necesida
más se desciende a lo particular tanto más excepciones ocurren".
Filosofía del ser. Tomando como base la teoría hylemórfica aristotélica, Aquino la
amplía, descubriendo en los seres la distinción real de esencia y existencia. La esencia
es lo que hace a un ente ser tal ente, y no otro, y la existencia, actus essendi, es el acto
por el cual ése ente es. En este sentido, los seres finitos (seres creados por Dios, que son
contingentes, finitos, limitados, y que reciben la existencia de Dios), deben recibir la
existencia de otro. En cambio, en el Ser Creador, la esencia y la existencia coinciden.
En este sentido, los seres finitos tienen el ser, pero no son el ser, a diferencia de Dios
que es el Ser.
Dios es causa de todo lo demás ex nihilo. No tiene necesidad de crear porque es
perfecto, pero su Bondad hace que todas las cosas sean por participación de su Ser.
Sólo Él puede dar el ser, aunque las criaturas también pueden ser causas eficientes
(causas segundas) que actúan en dependencia de la Causa primera.
En este sentido, en el universo hay una jerarquía de los seres, que va desde el Ser
increado hasta la materia. En dicha jerarquía, el hombre participa del ser con mayor
intensidad que los animales, etc... aunque menos que los ángeles y las almas.
El hombre no tiene un conocimiento innato de Dios, pero lo puede descubrir por 5 vías
que se remontan desde los efectos visibles en la experiencia hasta su causa: Dios. Se
trata pues, en la línea aristotélica, de un conocimiento a posteriori y, a diferencia de
Platón, es un conocimiento de abajo hacia arriba. Estas 5 vías son pruebas metafísicas
que culminan en la existencia de un Primer motor (vía del movimiento), una Causa
Incausada (vía de la causalidad), un Ser Necesario (vía de la contingencia), un Ser
Perfectísimo (vía de los Grados de perfección) y una Inteligencia Ordenadora (vía del
orden del universo).
A partir de estos datos y del uso de la analogía, podemos llegar al conocimiento,
imperfecto pero verdadero, de la esencia divina; esto es, que Él es simple, eterno, uno,
creador, providente, etc....
Antropología
El conocimiento
Ética y política
Por otra parte, la ley natural determina también la vida en sociedad y ésta es solo
posible sobre la base de unas normas legales que regulen la convivencia humana: la Ley
positiva que ordena la sociedad, pero no proviene del capricho de los gobernantes sino
que viene exigida por la propia naturaleza humana. Por ello, el Derecho y la moral, la
Ética, no son independientes sino que ambos están incardinados hacia la Justicia.
Problemas filosóficos
Los grandes autores escolásticos son casi siempre "autores medievales". Sus orientaciones filosóficas
estan determinadas en gran parte por la elaboración de comentarios o sistemas filosóficos y teológicos
que se hayan "dentro" de los dogmas católicos, si bien para S. Tomás la filosofía se basta a sí misma: lo
sabido no es lo creido.
Evidencia: Es la transparencia, claridad o distinción de una idea o de un juicio, que fuerza a la mente a
aceptarla como verdadera de forma inmediata, es decir sin demostración.
Ley Natural: Participación en el ser humano de la ley eterna de Dios. Es el fundamento del ius
naturalismo, o derecho natural. Las leyes positivas, leyes fundamentales o constituciones de los estados,
deben seguir este derecho o ley natural. Santo Tomás inicia así la relación entre moralidad y legalidad;
las leyes deben ser justas
Preámbulo de la Fé: Son algunas proposiciones como la existencia de Dios, o la inmortalidad del alma,
que pueden ser conocidas a través de la razón, y suponen una introducción a las verdades o dogmas de
fe, dentro del cristianismo.
Sin embargo Santo Tomás rechaza el argumento ontológico de San Anselmo, según el
cual, y como también afirma San Buenaventura, podemos conocer a Dios directamente
a priori en el interior de nuestra conciencia.
Por estos motivos Santo Tomás entiende que la proposición Dios existe, es evidente en
sí misma, pero no para nosotros que somos seres limitados.
Estas Vías, tienen todas ellas la estructura común de la causalidad, todo efecto tiene su
causa, y es imposible afirmar una cadena infinita de causas, por tanto se llega a la
conclusión de la existencia de una primera causa incausada o Causa Sui, a la que llama
Dios.
La tercera vía nos lleva de los seres contingentes al Ser Necesario; está inspirada en
Averroes y Maimónides; se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Las cosas
pueden existir o no existir, ya que pueden ser producidas o destruidas, llevan consigo la
posibilidad de no existir, esto quiere decir que hubo un tiempo en el que nada existió.
Luego estos seres contingentes exigen la existencia de un Ser necesario, cuya
necesidad esté en sí mismo y sea la causa de la necesidad de los demás. A este Ser
necesario todos le llaman Dios.
La cuarta vía se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas, está
inspirada en Platón, San Agustín y San Anselmo. La bondad, veracidad, nobleza y otros
valores se dan en unas más que en otras. Este más y menos, se dice respecto de un
máximo, que es su causa. Es decir llamamos Dios a la causa, al máximo de esos valores
que se dan en las cosas en mayor o menor grado. De los grados de perfección en los
seres, a la Perfección suma.
La quinta vía se deduce a partir del ordenamiento de las cosas, que, no teniendo
conocimiento, como los cuerpos naturales, actúan por un fin. Este orden y finalidad
implica un Ordenador supremo. Esa inteligencia por la que todas las cosas van dirigidas
a un fin, la llamamos Dios. De los seres ordenados del Universo al Ordenador Supremo.
Está inspirada en Séneca y San Agustin.
Estas vías, como todo el pensamiento de Santo Tomás son una síntesis de otros filósofos
anteriores, pero la originalidad está precisamente en su estructuración para demostrar la
existencia de Dios y su principal atributo que es la Aseidad, Dios es la existencia plena,
en él se identifica la esencia y la existencia, es la Causa Sui, fundamento de los demás
seres, incluido el ser humano.
En cuanto al origen del alma, Santo Tomás defiende la tesis creacionista: el alma es
creada de la nada por Dios. Según la interpretación de Sertillanges en su obra Las
grandes tesis de la filosofía tomista, la virtud formativa latente en el semen, en el óvulo
y en el embrión inicial es virtualmente un alma humana, se llega a ella por etapas, de tal
forma que en la evolución embrionaria se encuentra y se recorren todos los reinos, el
embrión es primeramente vegetal, después un alma superior, sensitiva, y por último, un
alma más elevada, la intelectiva o racional. Santo Tomás afirma la inmortalidad del
alma debido a su simplicidad, como ya había sostenido Platón en el diálogo Fedón, y
también por su espiritualidad, al realizar funciones que no dependen de la materia como
el pensamiento.
Ante el problema que representa la individualidad del alma, una vez que se ha
corrompido el cuerpo, Santo Tomás responde que el alma se sigue manteniendo en su
unidad, y esta persistencia de la individualidad en el alma separada, deja abierta la
posibilidad de la resurrección corporal, cada alma puede recobrar la materia en las
dimensiones determinadas que le eran propias y reconstruir su propio cuerpo. Aunque
esto último es una tesis que sólo se conoce por la fe y no por la razón. También es
propio del alma humana la voluntad y la libertad o libre albedrío, gracias al cual el ser
humano puede realizar actos moralmente correctos siguiendo la ley natural, o
incorrectos, cuando deliberadamente se aparta de esta ley.
Análisis estructural
Identificar la o las propuestas filosóficas del texto y citar la frase o frases que las
recogen.
El texto pertenece a Sto. Tomás, principal filósofo escolástico del s. XIII, y está ubicado
en la teología moral, la parte más amplia de su obra principal, la Suma Teológica, la
cual se sitúa, tras el estudio de Dios y su relación con los seres creados, en la parte
dedicada a la Ley natural.
PROPUESTAS FILOSÓFICAS:
Acto seguido, Sto. Tomás introduce dos tipos de racionalidad, igual que lo hiciera
Aristóteles, ya que nuestras percepciones sensibles captan datos singulares y concretos.
Parte de las observaciones de la experiencia sensible, de las cosas que nos rodean.
Ahora bien, el auténtico conocimiento humano, es el intelectual, que aprehende las
esencias universales: los conceptos del entendimiento son universales. El paso de uno a
otro queda explicado en su "teoría de la abstracción"
Frente a esto, la racionalidad práctica; por ejemplo, la razón humana aplicada a las
acciones morales y a la convivencia social, se encuentra con la dificultad de la
contingencia, la variabilidad, sobre todo cuanto más profundizamos en el individuo
particular. Y ello es así, porque una de las características fundamentales del obrar
humano es la libertad, y ésta, frente al determinismo, siempre implica indeterminismo y,
por tanto, contingencia:
2.2 "La razón práctica, en cambio, se ocupa de cosas contingentes".
2.2.1 "cuáles son las operaciones humanas".
2.2.2. "y aunque en sus principios comunes todavía se encuentra cierta necesidad,
cuanto más se desciende a lo particular tanto más excepciones
ocurren".
En la literatura lógica clásica, es frecuente definir la contingencia como la posibilidad de que algo sea y
la posibilidad de que algo no sea.
En general, el determinismo es la doctrina según la cual todos los acontecimientos del universo estan
sometidos a las leyes naturales.
Contexto
San Buenaventura (1221 -1274) en este texto expone el tema de la existencia de Dios
como algo indudable para el alma humana. Con la caída del Imperio Romano y la
invasión de los pueblos bárbaros, la sociedad europea se sumió en una oscuridad casi
total. Sólo en la Iglesia se conservó la cultura greco - romana. La conversión al
cristianismo de los pueblos bárbaros y la aparición de los monasterios, son los dos
hechos que determinan la mentalidad medieval como una época teocéntrica. La
existencia de Dios y su Ley, iluminan y dan sentido a toda la ciencia y filosofía
medieval.
Toda la cultura medieval se desarrolla en las escuelas monacales. Según los valores de
la sociedad medieval, el hijo primogénito se destina a la guerra, a ser caballero y a
realizar los ideales de la caballería. El segundo se ofrecía a Dios, era oblato. Estos niños
oblatos iban a la escuela monacal, aprendían a leer y a escribir, dos cosas absolutamente
necesarias para la oración, que consistía en algunos momentos del día en la lectura de la
Sagrada Escritura, de los Santos Padres como San Agustín e incluso de otros filósofos
antiguos; mientras un monje leía, los demás copiaban; gracias a este trabajo se han
podido conservar muchas obras de la antigüedad. La regla de San Benito ora et labora
transformó los campos enseñando los cultivos y la sociedad europea a través de la
cultura cristiana.
Con el tiempo empiezan a ir a las escuelas otros niños, aunque no lleguen a ser monjes.
Éste es el origen del oficio o mester de clerecía, el oficio de enseñar.
Las materias impartidas eran por un lado las artes liberales, que comprendían:
Las causas del apogeo de la filosofía escolástica se debieron en una gran parte a la
ingente labor de la Escuela de Traductores de Toledo, en la España musulmana, gracias
a estas traducciones al árabe y al latín, se conocieron todas las obras de Aristóteles, que
en un principio fueron acogidas con recelo. Fue mérito de Santo Tomás de Aquino, el
integrarlas en la filosofía cristiana. También fueron muy importantes las universidades
que divulgaron y extendieron los conocimientos. Por último el gran impulso de la
filosofía y teología medievales, lo dieron la creación de las dos órdenes mendicantes
dominicos y franciscanos. En su afán de vivir con plenitud la pobreza evangélica, se
centraron en el estudio de la filosofía y de la teología; todos los grandes pensadores de
esa época son dominicos (S. Tomás) o franciscanos (San Buenaventura).
1. Los dialécticos; creen que la fe debe ser analizada y demostrada por la razón, como
Juan Escoto Erígena, Berengario de Tours etc.
3. Una postura intermedia es la que sostiene por primera vez en el siglo XI, Gerberto
de Aurillac y que continúa Santo Tomás en el siglo XIII. Fe y razón son distintas, son
dos caminos que confluyen a un mismo mar de la Verdad. Ambas proceden de Dios, por
tanto si la razón funciona bien, no puede llegar a conclusiones opuestas a las de la fe. La
Filosofía y la Teología son saberes distintos que se complementan. La Filosofía alcanza
algunas verdades de la fe, como la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. La
Teología, amplía nuestro conocimiento de Dios a través de la Revelación, por ejemplo
Dios es Trinidad.
sic et non: método característico de la filosofía escolástica, iniciado por Pedro Abelardo en el siglo XII.
Para alcanzar la verdad en cualquier tema difícil, expuesto a debate, primero se ponían las tesis a favor
de una hipótesis, seguidamente las objeciones o antítesis, y por último después de varias
argumentaciones, se llegaba a una conclusión, que normalmente fundamentaba la hipótesis inicial,
pasando a ser considerada una tesis cierta.
Preámbulos de la Fé: son algunas proposiciones como la existencia de Dios, o la inmortalidad del alma,
que pueden ser conocidas a través de la razón, y suponen una introducción a las verdades o dogmas de
fe, dentro del cristianismo.
Relacionar el contenido del texto y el pensamiento del autor con el marco histórico,
sociocultural y filosófico de su época.
Influencias filosóficas
Influencia aristotélica:
1ª.- La teoría de la causalidad, así como su concepción teológica del mundo y de los
seres.
2º.- La definición del movimiento (acto de lo que está en potencia en cuanto que está
en potencia), y la anterioridad del acto respecto de la potencia, así como la división del
movimiento en substancial y accidental, y éste en cuantitativo, cualitativo y local.
3º.- La estructura hylemórfica de los seres en materia y forma, aunque Sto. Tomás
excluye de esta composición a Dios, Acto puro y a las substancias angélicas.
4º.- Distinción substancia - accidentes.
5º.- Teoría de la analogía de los seres.
6º.- La concepción aristotélica del alma como forma y acto del cuerpo.
7º.- En Teología, utiliza la teoría de la causalidad y la teoría del conocimiento
aristotélicos para demostrar la existencia de Dios.
8º.- En Ética, acepta la Felicidad como fin último del hombre, así como que ésta se
basa en la contemplación, que en el caso de Sto.Tomás es la contemplación de Dios.
9ª.- Asímismo, que las normas morales se basan en la naturaleza humana, y que el
conocimiento de ésta es el punto de partida para la formulación de la ley moral.
Otras influencias:
Por otra parte, su pensamiento tiene notables repercusiones posteriores, como por
ejemplo en la separación, distinción y fundamentación entre Teología Revelada y
Teología Natural, o entre Derecho Natural y Derecho Positivo, etc... y, más
actualmente, en el mensaje del actual Papa, Juan Pablo segundo.
R. Descartes
Pensamiento filosófico
Exponer brevemente el tema: "Método y realidad en la filosofía racionalista
(Descartes)"
La búsqueda de la verdad, que siempre ha sido el objetivo del saber, llámese ciencia o
llámese filosofía, requiere de un criterio de certeza.
En el siglo XII deja de ser aceptado como tal el criterio de autoridad, y la subjetividad
es la única alternativa aceptable. Decartes se propone "edificar en un terreno que es
enteramente mío". Eso sí, no tiene que ofrecer dudas aquello que se acepte como válido,
y tiene que entrar a formar parte de un conjunto de saberes que constituyan el
conocimiento de la realidad. Esta es la justificación del método: si tengo que regirme
por mi mismo, tengo que saber cómo regirme.
La duda no es sólo un estado espontáneo de la mente; debe ser una actividad
sistemática, una búsqueda de evidencia para ya no dudar más. Se convierte así en el
primer paso del método, y por eso se denomina duda metódica. Para fundamentar la
duda, se argumenta con la infidelidad de los sentidos, la sospecha de estar soñando, e
incluso con la existencia de algún genio maligno que nos engañe. Y para arrancar de
algo indubitable, se llega a la evidencia de estar dudando.
De este modo se tiene ya, por un lado, algo sobre lo que constituir una evidencia, la de
estar dudando, que es una forma de estar pensando, que es una actividad para la que se
requiere existir; y por otro lado se tiene un modelo de evidencia que servirá para
comparar con las sucesivas certezas.
Las ideas puedo diferenciarlas entre innatas, adventicias y ficticias. Pues bien, la idea
de Dios se me presenta como una idea innata que me muestra la evidencia de aquello
que representa, el Ser perfecto. Si yo, siendo imperfecto, puesto que dudo hasta de Él,
tengo la idea de perfección, sólo pudo generarla el Ser perfecto. Si no fuera existente,
contradiría su propia perfección.
En la división ya han surgido como evidentes la 'res cogitans' y la 'res infinitas', o Dios.
Hay otra tercera realidad que aparece en mi pensamiento y se presenta con total claridad
y distinción como 'res extensa'. De su exsistencia tengo como garantía la bondad divina.
La evidencia no es respecto de los objetos sino de las ideas, o sea, de las
representaciones mentales que yo poseo, es decir, mis pensamientos. Y de mis
pensamientos no puedo dudar, puesto que 'Dios no puede engañarnos'.
El siguiente paso o precepto del método es la síntesis u ordenación. Las tres realidades:
res cogitans, res infinita, res extensa, se nos presentan en este orden en la mente. No
obstante, si nos atenemos al concepto de sustancia, aquello que existe por sí mismo y no
requiere de ningún otro para subsistir, únicamente Dios cumple esa condición. Por
tanto, el orden será: Dios, yo, mundo. Pero si seguimos el orden lógico, que aconseja
seguir de los más simple a lo más complejo, primero se estudiará el mundo, luego el
pensamiento, y por último a Dios.
La enumeración es la fase final del método. Consiste en revisar hasta estar seguro de no
omitir nada, ni tampoco incluir algo más de una vez.
En esta primera aplicación, al tratarse de tres únicos elementos, parece demasiado
simple, pero si se tiene en cuenta que tras esta fase se inicia de nuevo el proceso, y así
sucesivamente hasta tejer una red exhaustiva, tanto la ordenación como la enumeración
se hace imprescindible.
Es cierto que el método podrá ser utilizado para todo tipo de saber particular, pero para
el racionalismo cartesiano, es inseparable el método del conocimiento de la realidad. De
no ser así, la realidad podría quedar manipulada por el propio método si fuera éste
anterior; y si por el contrario es posterior, se hace innecesario para este fin o puede ser
sospechoso de oportunismo. Se han gestado al unísono. Se requiere de un método para
pensar la realidad, y la realidad por tener estructura racional, se presta para ser
articulada por el método. Este último es el punto central del racionalismo.
Problemas filosóficos
Explicar el tratamiento del problema de la existencia de Dios en un autor de la
Edad Moderna.
El método tiene cuatro reglas, que resume en la segunda parte de su genial obra El
discurso del método. Estas reglas son:
1. La evidencia, como criterio de verdad: "No admitir como verdadera cosa alguna,
como no supiese con evidencia que lo es,?no comprender en mis juicios más que lo que
se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu que no hubiese ninguna
posibilidad de ponerlo en duda".
2. El análisis: "Dividir cada una de las dificultades que examinase en cuantas partes
fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución".
Desde este punto de vista objetivo, puede analizarse su origen. Por ejemplo las ideas
que representan a otros hombres u objetos, pueden ser producidas por mí, ya que su
contenido mental es relativo y limitado; en cambio cuando encuentro dentro de mí, la
idea de Dios, es decir la idea de un ser infinito, eterno, omnisciente, omnipotente y
creador, es difícil suponer que esta idea la haya fabricado yo mismo. La idea de Dios es
la única en la que hay algo que no puede proceder de mí mismo, puesto que no poseo
todas las perfecciones representadas en la idea. Por esta razón, Descartes concluye que
el origen o causa de esta idea, no puede ser más que una sustancia infinita, y la simple
presencia en mí de la idea de Dios, demuestra la existencia de Dios. Es evidente el
parecido de esta demostración con el argumento ontológico de San Anselmo y también
con San Buenaventura. Sin embargo, hay que reconocer que la prueba se refiere
totalmente al innatismo de las ideas; es decir el ser humano viene a este mundo con un
conjunto de ideas o principios innatos, las ideas primitivas a partir de las cuales
construye el edificio del conocimiento. Entre estas ideas se encuentran la de
pensamiento, existencia y la de Ser Infinito."La idea como realidad objetiva requiere
una causa real proporcionada, la idea de un ser Infinito, requiere una causa Infinita,
luego ha sido causada en mí por un Ser Infinito; luego el ser Infinito existe".
En segundo lugar puedo llegar a reconocer la existencia de Dios, según Descartes, por la
misma finitud o limitación de mi yo. Es evidente que no me he creado a mí mismo,
especialmente por mis inseguridades y dudas. Si fuese la causa de mí mismo, me habría
otorgado las perfecciones contenidas en la idea de Dios. Es claro que no me he creado a
mí mismo y que ha debido crearme un ser que tiene todas las perfecciones, cuya idea
poseo como un Ser infinito. De esta manera afirma Descartes en las Meditaciones
Metafísicas capítulo III: "Cuando reflexiono sobre mí mismo, no solamente conozco
que soy una cosa imperfecta, incompleta y dependiente de otro, que tiende y aspira sin
cesar a algo mejor y más grande, sino que conozco también al mismo tiempo que Aquel
del cual dependo, posee en sí todas las grandes cosas a las cuales aspiro y cuyas ideas
encuentro en mí y las posee no de un modo indefinido y en potencia, sino en realidad
actual e infinitamente, y que por eso es Dios".
En conclusión, "No sería posible que mi naturaleza fuese tal cual es, esto es, finita pero
dotada de la idea de lo infinito, si el ser infinito no existiera. La idea de Dios es como
la marca del artesano impresa en su obra y no es ni siquiera necesario que esta marca
sea algo distinto de la misma obra".
La constatación de nuestra finitud o limitación, supone una relación causal del ser
humano con Dios, y esta relación se expresa a través de la idea de Dios que
encontramos en nuestra conciencia, y que sólo Él ha podido crear.
Descartes define a Dios como la sustancia que existe por sí y se concibe por sí misma.
Esta sobreabundancia de la sustancia divina, hace que Descartes apoye en ella, la
existencia del mundo exterior, y no por supuesto en el conocimiento sensible, que es
totalmente falaz y del que siempre debemos desconfiar.
«Pero he aquí que, por mí mismo y muy naturalmente, he llegado a donde pretendía. En
efecto: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son propiamente concebidos sino por el
solo entendimiento, y no por la imaginación y los sentidos, y que no los conocemos por
verlos o tocarlos, sino sólo porque los concebimos en el pensamiento, sé entonces con
plena claridad que nada me es más fácil de conocer que mi espíritu.»
En el texto se hace implícitamente una justificación del método. Dado que la realidad es
realidad pensada por el entendimiento, necesitaré, para eso que Descartes llama la
'inspección de la mente', regirme por algunas reglas que pongan orden y claridad a todos
mis conocimientos, y a partir de estos, reconstruir la realidad.
El método es racional, especulativo, porque va dirigido a conocer mi espíritu. Si se
tratara de conocer las cosas ajenas a mi, tendría que estar adaptado a esos objetos y su
naturaleza sería más objetiva que subjetiva. Como no es así, el contento de Descartes es
grande porque él mismo, desde su propio pensamiento, con total uniformidad y
coherencia puede abordar toda la realidad. Es el 'cogito' la pieza clave de todo con la
ayuda del método.
Empirismo: Sistema filosófico que toma la experiencia como única base de los
conocimientos humanos.
Análisis estructural
Explicar el significado que tiene, en el texto propuesto, el término 'entendimiento',
y la oración 'nada me es más facil de conocer que mi espíritu'.
«Pero he aquí que, por mí mismo y muy naturalmente, he llegado a donde pretendía. En
efecto: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son propiamente concebidos sino por el
solo entendimiento, y no por la imaginación y los sentidos, y que no los conocemos por
verlos o tocarlos, sino sólo porque los concebimos en el pensamiento, sé entonces con
plena claridad que nada me es más fácil de conocer que mi espíritu.»
Con la oración 'nada me es más fácil de conocer que mi espíritu' Descartes quiere decir
que entre el entendimiento, que es la facultad con la que conozco, y mi espíritu, que en
este caso es el objeto conocido, se da la mayor homogeneidad posible. De aquí proviene
la facilidad a la que se hace referencia. Por decirlo de así, no necesito hacer ninguna
traducción a adaptación para conocerlo, porque lo que me mejor entiende el
entendimiento es la mente o el espíritu, ya que es, en definitiva, aquello que le resulta
más afín. En todos los demás casos en que queremos conocer a través del
entendimiento, hay una serie de elementos sensibles que deben ser apartados o
reinterpretados.
Descartes: Gran parte del mérito de Descartes reside en su extremada coherencia, con respecto a
derribar el criterio de autoridad, que lo llevó a seguir un método autodidacta desde el que desarrollo su
conocimiento, tanto matemático como filosófico.
Contexto
Exponer la relevancia del estado natural y el estado social en el contexto histórico,
sociocultural y filosófico de la Edad Moderna.
La razón humana es una razón instrumental preocupada por mejorar el nivel de vida de
los seres humanos, y es en esta época donde se desarrolla la ciencia, técnica y la
tecnología a unos niveles absolutamente increíbles para los hombres de épocas
anteriores. A principios del siglo veinte, se produce una revolución tecnológica e
industrial. Los medios de comunicación se transforman, aparece el tren, el automóvil y,
en poco tiempo, el avión, sueño constante de la humanidad.
Desde el punto de vista del conocimiento científico, surgen nuevas teorías, como la
física cuántica, o la teoría de la relatividad, que modifican totalmente la idea de
naturaleza, propiciando los viajes espaciales.
Desde el punto de vista filosófico, surgen nuevas y muy diferentes corrientes, siendo su
único punto común, la preocupación por el ser humano en sus condiciones de vida, en
su capacidad cognoscitiva o científica, en el sentido de su existencia etc.
Influencias filosóficas