Diferencias de Sexo, Género y Diferencia Sexual - Martha Lamas
Diferencias de Sexo, Género y Diferencia Sexual - Martha Lamas
Diferencias de Sexo, Género y Diferencia Sexual - Martha Lamas
2000
Marta Lamas
DIFERENCIAS DE SEXO, GNERO Y DIFERENCIA SEXUAL
Cuicuilco, enero-abril, ao/vol. 7, nmero 018
Escuela Nacional de Antropologa e Historia (ENAH)
Distrito Federal, Mxico
Marta Lamas**
Abstract: What is the real difference between sexualized bodies and socially constructed beings? Every culture symbolizes
the sexualization of human beings in its
own specific ways that act on its imagery.
We have to realize that for both men and
women the Other essentially is the Other
sex. Anthropological and psychoanalytical research may offer an important
contribution to answering the former
question that requieres a clear distinction
of sex, gender and sexual difference.
* Agradezco enormemente la lectura crtica y los comentarios de Franoise Vatant y Mara Antonieta Torres
Arias. Como no siempre incorpor sus sealamientos, asumo la responsabilidad de los errores que seguramente tiene el texto.
** PUEG-UNAM
NUEVA POCA, volumen 7, nmero 18, enero-abril, 2000, Mxico, ISSN 1405-7778.
MARTA LAMAS
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Aunque el trmino cultura aparece en un amplio rango de los escritos de distintas disciplinas sociales,
persiste un cierto monismo explicativo. Strathern en un agudo ensayo, seala el riesgo de utilizar la cultura
como un concepto totalizador que vuelve todo evidencia de s mismo: como el contexto de los contextos.
Esto no le quita al trmino cultura la flexibilidad de un concepto que es simultneamente normativo y
comparativo.
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a otras categoras, como las de clase, raza y etnicidad. Segn ellas, gnero poda cumplir ese objetivo, pues serva para referirse a los orgenes sociales de las
identidades de hombres y mujeres. Adems, comparado con el concepto psicoanaltico de diferencia sexual, con su resonancia a diferencias de sexo y, por lo
tanto, riesgosamente biologicista, gnero les pareci un concepto ms adecuado. Curiosamente, aunque les sirvi para dar una interpretacin sobre la
subjetividad, al usar gnero se eludi el papel del inconsciente en la subjetividad.
Al elaborar sus planteamientos tericos, estas feministas hablaron de diferencia de gnero, y redujeron la definicin de diferencia sexual a lo anatmico,
a las diferencias de sexo. Ellas limitaron el concepto diferencia sexual a una
distincin sustantiva entre dos grupos de personas en funcin de su sexo, es
decir, a un concepto taxonmico como el de raza, anlogo a la categora de
clase social, sin reconocer su sentido psicoanaltico. Al ignorar un sistema total de relaciones que incluye la subjetividad y la sexualidad, no rebasaron los
lmites de la interrogante de los papeles sociales.
No registrar la existencia del inconsciente ti, adems, la forma en que la
reflexin feminista imagin a la mente como una pgina en blanco, sobre la
cual la sociedad escribe un script con papeles diferenciados para mujeres y
hombres. Pensar al cuerpo como mediador pasivo de estas prescripciones,
y creer que con pura voluntad se cambia el script, llev a parte del feminismo a plantear como va para resolver el conflicto entre hombres y mujeres una
especie de recondicionamiento social: una reeducacin voluntarista y bien
intencionada para transformar los cdigos patriarcales arbitrarios y opresivos,
y fomentar el aprendizaje de conductas y rasgos polticamente correctos. 3
Esta actitud de buenos propsitos fue cuestionada por las psicoanalistas feministas lacanianas, en especial las inglesas Adams y Cowie, quienes hacan
hincapi en la importancia del inconsciente.
Esta diferencia de posiciones responde a una divisin dentro de las posturas tericas del pensamiento psicoanaltico. Aunque el psicoanlisis apuntala
las dos perspectivas la biolgica (el sexo) y la sociolgica (el gnero) con las
que se pretende explicar las diferencias entre hombres y mujeres; plantea la
existencia de una realidad psquica distinta a una esencia biolgica o a la marca
implacable de la socializacin. En la reflexin feminista se manifiestan claramente dos escuelas psicoanalticas: por un lado la escuela que trabaja con el
gnero y la teora de las relaciones de objeto, y por el otro la escuela lacaniana,
que usa el concepto psicoanaltico de diferencia sexual.
3
Un caso paradigmtico de esta postura es el libro de Chodorow cuya popularidad fue impresionante.
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El feminismo norteamericano, que desarrolla un psicoanlisis sociologizado, no incorpora los conceptos lacanianos derivados de la teora del significante, que se trabaja en tres registros: lo real, lo imaginario y lo simblico.
Adems, su visin reconoce de manera muy simplista que las personas estn
configuradas por la historia de su propia infancia, por las relaciones del pasado y del presente dentro de la familia y fuera de ella pero, olvida el papel del
deseo y del inconsciente. Esta ausencia las lleva a pensar que lo que est primordialmente en juego son los factores sociales y, por tanto, el gnero, con su
diferente potencial de relacin entre los sexos.4 Como su concepcin de diferencia sexual se reduce a las diferencias de sexo, eso las lleva a considerar que
en las relaciones sociales el principio de igualdad es capaz de modificar el estatuto de lo psquico.
Por otra parte, las psicoanalistas lacanianas fueron quienes insistieron en la
necesidad de utilizar la teora psicoanaltica para abordar los problemas de
la diferencia sexual. Especialmente el grupo feminista formado alrededor de la
revista inglesa m/f 5, se propuso revisar los planteamientos feministas socialistas,
y mostrar cmo el discurso da forma a la accin y cmo hace posibles ciertas
estrategias. Este grupo desarroll un proyecto desconstructivista en el sentido ms amplio del trmino, y le neg una especificidad fundante al feminismo
al cuestionar la idea esencialista de la mujer. Aunque su adhesin al psicoanlisis le gan acusaciones de elitista e indiferente a las urgencias polticas,
m/f se sostuvo en su afirmacin y difusin de las ideas psicoanalticas.
A diferencia de otras, las feministas influenciadas por el psicoanlisis lacaniano consideran que la determinacin sexual est en el inconsciente. La
estructuracin psquica del deseo se da de manera inconsciente, y adems lo
femenino o lo masculino no corresponden al referente biolgico. Esta visin no impide la crtica a la definicin patriarcal de lo femenino dentro
del orden simblico, sino slo reitera que el sexo se construye en el inconsciente independientemente de la anatoma, por lo que subraya el papel del
inconsciente en la formacin de la identidad sexual, y la inestabilidad de tal
identidad, impuesta en un sujeto que es fundamentalmente bisexual.
A excepcin de estas feministas inglesas, el trmino diferencia sexual se interpret en la academia feminista como diferencia de sexos. En cambio el
4
Por ejemplo, para Chodorow las diferencias entre masculinidad y feminidad son el resultado de que las
mujeres desempeen el papel de madres; ella declara: el hecho de que las mujeres hacen de madres es el nico
factor de su subordinacin y el ms importante.
5
La revista m/f se public en Inglaterra durante ocho aos, de 1978 a 1986. Sus ensayos ms importantes
fueron publicados posteriormente en el libro de Adams y Cowie.
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las personas no slo somos construidas socialmente, sino que en cierta medida nos construimos a nosotras mismas, Butler formul que elegir nuestro gnero significa interpretar las normas de gnero recibidas de tal forma que se
les reproduzca y organice de nueva cuenta. Butler lanz la provocadora idea
de que el gnero es un proyecto para renovar la historia cultural en nuestros
propios trminos corpreos. Cmo interpretar esto?, cmo la escenificacin de
los mitos culturales en nuestro mbito personal? o cmo la posibilidad de construir nuestras propias versiones del gnero?
Al conceptualizar el gnero como performance como una actuacin cuya
condicin coercitiva y ficticia se presta a un acto subversivo Butler se pregunta si la naturalidad se constituye a travs de actos culturales que producen reacciones en el cuerpo ser femenina es un hecho natural o un
performance cultural? e indaga cules son las categoras fundantes de la
identidad: el sexo, el gnero, el deseo sexual? Para responder, propone analizar una serie de prcticas paradjicas que ocasionan la resignificacin
subversiva del gnero y su proliferacin ms all de un marco binario. Un
acierto de su parte es el atinado cuestionamiento al esencialismo presente en la
bsqueda de lo genuino.
Butler construye su discurso con connotaciones teatrales y performativas,
y utiliza la jerga filosfica para avalar la propuesta feminista para distinguir
el comportamiento de gnero del cuerpo biolgico que lo alberga. Parte sustantiva de su interpretacin tiene influencias de autores franceses como Mauss
y Bourdieu, a quienes extraamente no cita, aunque comparte conceptualizaciones similares, como la que el gnero es algo que se hace, como un estilo
corporal slo en escasa medida voluntario, ya que est arraigado profundamente en scripts culturales previos.
Las coincidencias de esta definicin con el habitus, planteado primero por
Mauss y desarrollado ampliamente por Bourdieu son innegables. Marcel
Mauss, quien trabaj el tema del cuerpo en los aos treinta, seal que:
El cuerpo es el primer instrumento del hombre y el ms natural, o ms concretamente, sin hablar de instrumentos, diremos que el objeto y medio tcnico
ms normal del hombre es su cuerpo (342). En su ensayo de 1936 Tcnicas y
movimientos corporales plante que: La educacin fundamental de estas
tcnicas consiste en adaptar el cuerpo a sus usos (355).
l tambin analiz la divisin de las tcnicas corporales segn los sexos, y no
simplemente la divisin del trabajo entre los sexos, y afirm que:
Nos encontramos ante el montaje fisio-psico-sociolgico de una serie de actos, actos que son ms o menos habituales y ms o menos viejos en la vida
del hombre y en la historia de la sociedad (354).
Tambin en ese texto propuso la utilizacin del trmino habitus, explicando que:
lo digo en latn, ya que la palabra traduce mucho mejor que costumbre, el
exis, 6 lo adquirido y la facultad de Aristteles (que era un psiclogo). La
palabra no recoge los habitos metafsicos, esa misteriosa memoria, tema de
grandes volmenes o de cortas y famosas tesis. Estos habitus varan no slo
con los individuos y sus limitaciones, sino sobre todo con las sociedades, la
educacin, las reglas de urbanidad y la moda. Hay que hablar de tcnicas, con
la consiguiente labor de la razn prctica colectiva e individual, all donde
normalmente se habla del alma y de sus facultades de repeticin (340).
Butler retoma de manera inteligente la reflexin de Mauss sobre el cuerpo,
y la lanza nuevamente.7 Mucho del impacto de su trabajo radica en la reformulacin del concepto de habitus, que ella plantea como un estilo corporal arraigado profundamente en scripts culturales ya previamente existentes. La
desconstruccin que Butler lleva a cabo es importante, as como el hecho de que
se manifiesta de manera novedosa frente a las lneas tradicionales de argumentacin sobre el conflicto del sexo/gnero/identidad; si bien Gender Trouble
recibe muchas crticas, tambin genera una cauda de admiradoras.
Butler representa una ruptura con el discurso feminista sobre gnero, que
durante los ochenta haba centrado su investigacin en las consecuencias del
gnero, dando pie a un corpus de teorizaciones y postulados parciales preocupados casi exclusivamente por los procesos de socializacin. As, por alejarse de
la lnea que privilegia lo social sin visualizar lo psquico, no logra evocar la
complejidad de la adquisicin de gnero por los cuerpos sexuados en una cultura, asunto que Bourdieu explica mejor.
Preguntarse cmo han sido inscritas, representadas y normadas la feminidad y la masculinidad implica realizar un anlisis de las prcticas simblicas
6
Exis o hexis es el trmino griego que se refiere a la manera de ser, al estado, la constitucin, el temperamento
y el hbito.
7
Por eso en su libro siguiente, Bodies that Matter responde a sus crticas planteando que aunque jugar con el
gnero es una estrategia para resistir el esencialismo los cuerpos cuentan (1993).
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Bourdieu enriquece la definicin de habitus de Mauss y plantea que son sistemas perdurables y transponibles de esquemas de percepcin, apreciacin y
accin, resultantes de la institucin de lo social en los cuerpos. Tambin ampla el concepto clave de habitus, como una subjetividad socializada, y con l
se refiere al conjunto de relaciones histricas depositadas en los cuerpos individuales en forma de esquemas mentales y corporales de percepcin, apreciacin y accin. La cultura, el lenguaje, la crianza, inculcan en las personas
ciertas normas y valores profundamente tcitos, dados por naturales. El habitus reproduce estas disposiciones estructuradas de manera no consciente,
regulando y armonizando las acciones. As el habitus se convierte en un mecanismo de retransmisin por el que las estructuras mentales de las personas toman forma (se encarnan) en la actividad de la sociedad (1996: 87).
Las consecuencias de esto son brutales. Bourdieu destaca la violencia simblica como un mecanismo opresor sumamente eficaz precisamente por la
introyeccin que las personas hacen del gnero. Para, la violencia simblica es
lo esencial de la dominacin masculina (1996:24). En su definicin de violencia simblica Bourdieu incorpora la definicin de Gramsci de hegemona:
Dominacin con consentimiento, y afirma que no se puede comprender la violencia simblica, a menos que se abandone totalmente la oposicin escolstica
entre coercin y consentimiento, imposicin externa e impulso interno. Bourdieu
rearticula culturalmente la idea de hegemona, haciendo notar que la dominacin de gnero consiste en lo que en francs se llama contrainte par corps, es
decir, un constreimiento efectuado mediante el cuerpo.
As, con la lectura de Bourdieu el cuerpo aparece como un ente/artefacto
simultneamente fsico y simblico, producido tanto natural como culturalmente, y situado en un momento histrico concreto y en una cultura determinada. El cuerpo experimenta, en el sentido fenomenolgico, distintas sensaciones,
placeres, dolores, y la sociedad le impone acuerdos y prcticas psicolegales y
coercitivas. Todo lo social es vivenciado por el cuerpo. Es ms, para Bourdieu,
la socializacin tiende a efectuar una somatizacin progresiva de las relaciones de dominacin de gnero. Este trabajo de inculcacin, a la vez sexualmente diferenciado y sexualmente diferenciador, impone la masculinidad a
los cuerpos de los machos humanos y la feminidad a los cuerpos de las hembras humanas.
Pero, aunque Bourdieu reconoce que convendra llevar mucho ms lejos la
lectura antropolgica de los textos del psicoanlisis, de sus conjeturas, de sus
sobreentendidos y de sus lapsus, l no da ese paso, slo enuncia ideas contundentes, pero difciles de entender. Por ejemplo, cuando afirma que la
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somatizacin del arbitrario cultural tambin se vuelve una construccin permanente del inconsciente (1996). Qu quiere decir con esto?, qu la forma en
que nuestros cuerpos asimilan la prescripcin cultural de ser hombre o mujer
se fija en el inconsciente?
Bourdieu no registra aspectos claves de la complejidad que provoca la adquisicin del gnero por cuerpos sexuados y con inconsciente. Desconocer las
formas diversas de recepcin del mandato de la cultura en la psique individual,
es decir, su traduccin en el imaginario, hace que su explicacin muestre lagunas, especialmente al omitir la problemtica de las personas cuya identidad
sexual va en contra de la prescripcin cultural, y de los habitus de la masculinidad y feminidad.
Bourdieu comparte con otros cientficos sociales un manejo de conceptos que,
aunque surgieron en el psicoanlisis, tienen ya una acepcin social en la teora
antropolgica, como inconsciente. Sin embargo, aunque Bourdieu aplica al
psicoanlisis el mismo tratamiento riguroso con que se maneja l mismo, y se
pregunta si el discurso del psicoanalista no se halla permeado hasta en sus
conceptos y problemtica por un inconsciente no analizado?, tambin cita tanto a Freud como a Klein para fundamentar muchas de sus apreciaciones. Por
ejemplo, otorga credibilidad al psicoanlisis cuando, al hablar de la construccin social del sexo, seala que las acciones:
surten el efecto de construir, mediante una verdadera accin psicosomtica, las disposiciones y los esquemas que organizan las posturas y los hbitos ms incontrolados de la hexis corporal y las pulsiones ms oscuras del
inconsciente, como las revela el psicoanlisis (1996:35).
Sin embargo, pese a algunas inconsistencias, Bourdieu reconstruye lo ms
cuidadosamente posible la lgica interna de las ideas que articulan la configuracin de relaciones entre mujeres y hombres, y las prcticas sociales que
las sostienen. Su mrito es mostrar cmo los sujetos aprehenden y vuelven subjetivas relaciones sociales e histricas. Y aunque no es parte de los ttemes
culturales del feminismo, debera tener un reconocimiento especial, ya que con
su obra Bourdieu da la razn de ser del feminismo al concluir que el orden
social funciona como una inmensa mquina simblica fundada en la dominacin masculina (1996).8
8
A la misma conclusin llega otro conocido antroplogo, Maurice Godelier, a partir de su investigacin sobre
los baruya.
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aman a mujeres y hombres que desean a hombres. La manera en que un sujeto sexuado asume, inconsciente e imaginariamente, su diferencia de sexo es
especialmente relevante en la formacin de su identidad sexual.
Al examinar cmo el gnero estructura la vida material y simblica salta a la
vista el papel constitutivo que tiene para dicha simbolizacin la complementariedad reproductiva. Esta complementariedad, recreada en el lenguaje y en
el orden representacional, favorece una conceptualizacin biologicista de la
mujer y del hombre, de la feminidad y la masculinidad,9 y formula una supuesta naturalidad de la heterosexualidad. Desde la lgica del gnero la relacin
entre los sexos aparece como complementaria, no slo en el aspecto reproductivo, sino en muchos otros: afectivo, econmico, etctera. Si bien la heterosexualidad ha sido imprescindible para la reproduccin, no lo ha sido para
la obtencin de placer sexual. El psicoanlisis rompe con la idea de complementariedad, especialmente con Lacan, quien seala que la complementariedad es imaginaria.
Pero, si otorgamos al gnero el papel constitutivo de la masculinidad y la
feminidad, como hace gran parte de la academia feminista, qu ocurre con
los elementos psquicos de la diferencia sexual? No se puede trasladar
mecnicamente el problema de las identidades sexuales subjetivas de mujeres
y hombres al de subjetividades femeninas o masculinas pues, esto presenta
otro conjunto de asuntos que pasan por el dilema: quin es hombre o mujer?,
quines cargan con los cromosomas que corresponden?, quines se sienten
como tales o quines son reconocidos as por su entorno social?, qu ocurre con
las personas que aceptan los emblemas correspondientes a la masculinidad y
a la feminidad, aunque su cuerpo no corresponda a tal prescripcin?
Encarar de manera crtica esta problemtica conduce a revisar tanto los efectos consistentes de la simbolizacin y el condicionamiento en los cuerpos de las
personas, como las fugas, resistencias y rupturas que los sujetos llevan a cabo
frente a la imposicin cultural del gnero. Esto requiere de la exploracin de
la relacin entre corporeidad, autoconciencia e identidad.
La diferencia sexual en su acepcin psicoanaltica de cuerpo e inconsciente,
no es una invencin humana, ni es una construccin social; es lo que podramos llamar sexo/substancia y, al mismo tiempo, sexo/significacin. Qu
supone replantear desde ah la disimetra biolgica entre los machos y las
hembras de la especie? Hay o no una relacin contingente entre cuerpo de
9
La esencializacin que se construye en torno a la idea de mujer y de hombre se consolida bsicamente
en la oposicin y contraposicin solidarias de lo femenino, encarnado en la figura de la madre, por una parte,
y lo masculino, representado en la figura del guerrero, por otra.
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nen que ver con la vivencia de la menstruacin, en el sentido de la imposibilidad de controlar este fluido corporal, mientras que la metaforizacin de la
sexualidad masculina como una fuerza indomable tiene que ver con la vivencia de la ereccin incontrolada del pene.
El anlisis de los rasgos ostensibles del gnero, su apariencia y su actividad
como performance, representacin, o habitus, rutinizado e integrado, apunta a
algo bsico: no obstante existen cuerpos de mujer y de hombre, no hay esencia
femenina ni masculina. El anlisis de la subjetividad de personas en cuerpo de
mujer o de hombre conduce a reconocer algo similar: no hay caractersticas
psquicas exclusivas de un sexo. Sin embargo, cmo viven la feminidad, mediada por el cuerpo, ciertos hombres que se sienten mujeres y qu se comportan con atributos femeninos, si carecen de la vivencia de los fenmenos que
simblicamente se asocian a la feminidad, como la sangre menstrual? Establece eso una diferencia cualitativa con la vivencia de las mujeres?
Creo que la pregunta que subyace a estas dudas va ms all de interpretaciones, de elaboraciones o de representaciones, qu es lo real del cuerpo?
Eso que no se puede formular, para lo que no hay palabras, eso que se escapa,
es lo que Lacan llama lo real.
Diferencia sexual y gnero, psicoanlisis y antropologa
La construccin social de los deseos, discursos y prcticas en torno a la diferencia entre los sexos apunta, ms que a una articulacin de la mente con el
cuerpo, a una integralidad difcil de concebir. El psicoanlisis, que supera la
concepcin racionalista mente/cuerpo, propone concebir la diferencia sexual
como cuerpo e inconsciente: un cuerpo pensante, un cuerpo que habla, que expresa el conflicto psquico, que reacciona de forma inesperada, irracional; 11
un cuerpo que recibe e interpreta percepciones olfativas, tctiles, visuales y
auditivas que tejen sutilmente vnculos entre sufrimiento, angustia y placer.
Para el psicoanlisis es imposible hacer un claro corte entre la mente y el cuerpo, entre los elementos llamados sociales o ambientales y los biolgicos: ambos
estn imbricados constitutivamente.
11
Aqu vale la pena recordar cmo surge el psicoanlisis. En 1889, el neurofisilogo Freud, asombrado ante
el fenmeno de la histeria, lo describe tentativamente como un misterioso salto de la mente al cuerpo. La manera
innovadora en que Freud interpret la interaccin entre cuerpo y mente en la histeria, le permiti comprender
el vnculo emocional del sujeto con su cuerpo, y as inaugur ese campo de saber que tomara el nombre de
psicoanlisis.
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No es posible hoy tratar temas como la existencia de el Otro, o sea, no es posible hacer antropologa reflexiva,12 sin comprender el gnero y la diferencia
sexual y sin abordar el proceso de constitucin de la identidad. La identidad de
un sujeto no puede ser entendida a menos que se perciba al gnero como un
componente en interrelacin compleja con otros sistemas de identificacin y
jerarqua (Alcoff y Potter). El paradigma de que el sujeto no est dado sino que
es construido en sistemas de significado y representaciones culturales, requiere ver que, a su vez, stos estn inscritos en jerarquas de poder.
Por eso, hoy en da un dilema epistemolgico de las antroplogas feministas consiste en dejar de pensar que toda la experiencia est slo marcada
por el gnero; sino pensarla tambin marcada por la diferencia sexual, entendida no como anatoma sino como subjetividad inconsciente. El sujeto es producido por las prcticas y representaciones simblicas dentro de formaciones
sociales dadas, pero tambin por procesos inconscientes vinculados a la vivencia y simbolizacin de la diferencia sexual. Es crucial comprender que la
diferencia sexual no es cultura (cmo s lo es el gnero), y por lo tanto no puede
ser situada en el mismo nivel que los papeles y prescripciones sociales. Confundir diferencia sexual con sexo o con gnero, emplear los trminos indistintamente, oculta algo esencial: que el conflicto del sujeto consigo mismo no
puede ser reducido a ningn arreglo social.
Aunque el mbito psquico requiere diferente abordaje que el mbito social,
el inters compartido de la antropologa y el psicoanlisis por los procesos de
simbolizacin de los seres humanos perfila una posible relacin entre ambas
disciplinas. Al menos desde la antropologa, para ir ms all de la descripcin
etnogrfica e intentar comprender la dinmica interna de la constitucin del
sujeto requiere un manejo bsico de elementos de la teora psicoanaltica. Sin
embargo, el uso de ciertos trminos psicoanalticos, pero a los que cada disciplina otorga significados distintos, puede plagar de disonancias de interpretacin este supuesto manejo bsico. Un ejemplo clsico es el uso distinto
de lo simblico. Mientras que los antropolgos lo aplican a las construcciones
culturales, el trmino simblico desde el psicoanlisis lacaniano es uno de los
tres registros (imaginario, real y simblico) que hacen referencia a la ley del
significante: la manera en que el ser humano est sometido a una regulacin
simblica. Tambin el concepto de inconsciente tiene una aplicacin distinta
en antropologa. Otras dificultades son de corte ideolgico, como la resisten12
El sentido de la antropologa reflexiva lo explican Bourdieu y Wacquant. Para una referencia ms
etnogrfica ver a Aull Davies.
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