Panki y El Guerrero
Panki y El Guerrero
Panki y El Guerrero
Se trasmiten de
generacin en generacin de modo espontneo. Adems en el caso
de las etnias de la amazonia es parte de su cosmovisin. Una forma
de apreciar, aprehender el mundo, la vida y el ser humano. La
apreciacin mtica da un rumbo a su vida y lo inserta en el
maremagnum de la selva. En las tardecitas, a las orillas de los ros o
en el interior de las casas comunales: en pueblos, caseros o
comunidades nativas, acude el rimero de los mitos y leyendas a
involucrase en la conversacin. All, basta que alguien toque el tema,
para que los mayores, hombres o mujeres, relaten sobre fieras
increbles, aparecidas, brujera, magia y encantamientos que los
presentes escuchan con avidez y respeto.
PANKI Y EL GUERRERO
Leyenda de los indios aguarunas, etnia de la selva amaznica
peruana
Ciro Alegra (Per, 1909-1967)
Fue cuando el pueblo aguaruna supo de veras lo que es muerte. All
lejos, en esa laguna de aguas negras que no tiene cao de entrada ni
de salida y est rodeada de alto bosque, viva en tiempos viejos una
enorme panki. Da miedo tal laguna sombra y sola, cuya oscuridad
apenas refleja los rboles, pero ms temor infunda cuando aquella
panki, tan descomunal como otra no se ha visto, aguaitaba desde all.
Claro que los aguarunas enfrentamos debidamente a las boas de
agua, llamadas por los blancos ledos anacondas. Sabemos disparar la
lanza y clavarla en media frente. Si hay que trabarse en lucha,
resistiendo la presin de unos anillos que amasan carnes y huesos,
las mordemos como tigres o las cegamos como hombres,
hundindoles los dedos en los ojos. Las boas huyen al sentir los
dientes en la piel o caer aterradamente en la sombra. Con cerbatana,
les metemos virotes envenenados y quedan tiesas. El arpn es arma
igualmente buena. De muchos modos ms, los aguarunas solemos
vencer a las pankis.
Pero en aquella laguna de aguas negras, misteriosa hasta hoy,
apareci una panki que tena realmente amedrentando al pueblo
aguaruna. Era inmensa y dicen que casi llenaba la laguna, con medio
cuerpo recostado en el fondo legamoso y el resto erguido, hasta
lograr que asomara la cabeza. Sobre el perfil del agua, en la
manchada cabeza gris, los ojos brillaban como dos pedruscos pulidos.
Si cerrada, la boca oval semejaba la concha de una tortuga
gigantesca; si abierta, se ahondaba negreando. Cuando la tal panki
resoplaba, oase el rumor a gran distancia. Al moverse, agitaba las
aguas como un ro sbito. Reptando por el bosque, era como si
boquete por entre las costillas, sali como una flecha sangrienta y
alcanz la orilla a nado.
No pudo sobrevivir muchos das. Los lquidos de la boa de agua le
rajaron las carnes y acab desangrado. Y as fue como muri la ms
grande y feroz panki y el mejor guerrero aguaruna tambin muri,
pero despus de haberla vencido.
Todo esto ocurri hace mucho tiempo, nadie sabe cunto. Las lunas
no son suficientes para medir la antigedad de tal historia. Tampoco
las crecientes de los ros ni la memoria de los viejos que conocieron a
otros ms viejos.
Cuando algn aguaruna llega al borde de la laguna sombra, si quiere
da voces, tira arpones y observa. Las prietas aguas siguen quietas.
Una panki como la muerta por el guerrero Yacuma no ha surgido ya
ms.
(Fuente del texto: Fbulas y Leyendas Latinoamericanas).
BIOGRAFIA
Escritor peruano Ciro Alegra Bazn, hijo de Jos Eliseo Alegra Lynch y
Herminia Bazn Lynch, naci el 4 de noviembre de 1909 en la
hacienda Quilca, en Huamachuco, provincia de Snchez Carrin,
departamento de La Libertad.
A la edad de 7 aos fue a vivir junto a sus padres, a la hacienda de
Marcabal Grande, propiedad de su abuelo Teodoro Alegra.
A los 9 se traslad la ciudad de Trujillo donde curs estudios primarios
en el colegio San Juan, y tuvo como profesor al poeta Csar Vallejo;
pero al enfermar de malaria, regresa a Cajabamba, donde conoce al
pintor indigenista Jos Sabogal.
En Maracabal convivi estrechamente con peones, indios y cholos,
muchos de ellos narradores orales de cuentos, es aqu que empez su
temprana aficin hacia los relatos.
En 1924 regres a Trujillo a continuar la enseanza secundaria en el
colegio San Juan, donde funda el peridico Tribuna Sanjuanista;
cuando cursaba el quinto ao de secundaria escribi El buey,
posiblemente su primera obra. Fue invitado por Antenor Orrego como
reportero en el peridico El Norte, y de ste pas en 1930 a La
Industria de Trujillo.
Ese mismo ao ingres en la Facultad de Letras de la Universidad
Nacional de Trujillo y escribi la novela La marimorena; adems en
este ao particip en la fundacin del Partido Aprista.