B. Délano LasPlayasDeFuego

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BRBARA DLANO

LAS PLAYAS DE FUEGO

[Brbara Dlano (1961-1996) naci en Santiago de Chile. Estudi literatura hispnica en la Universidad
de Chile y luego se titul de sociloga en la Universidad Autnoma de Mxico. A los diecisiete aos
public su primer poemario Mxico-Santiago. En 1984 edita su segundo libro El rumor de la niebla. Fue
becaria del primer taller de poesa de Fundacin Neruda. Muri en un accidente areo frente a las costas
de Lima. Su cuerpo nunca fue encontrado. Playas de Fuego fue publicado de forma pstuma en 1997]

Los muertos no nos rehabilitarn


Tadeusz Rzewicz

He regresado para sentarme


como una vieja se sienta a la orilla de las lamentaciones
y hunde sus dientes contra una piedra
para no hablar
para no hablar ya ms
y dejar que el mar susurre su voz de nieve ardiente
He vuelto a este rincn enfermo
donde me obligan a tragar una hostia mancillada
por las bocas que dijeron todas las mentiras

Entonces veo desfilar en el caleidoscopio del agua


las grandes y pequeas traiciones
bajo el delirante sol de febrero

All estn los que osaron aspirar eternidad


sin pedir permiso
comieron carne ajena e invadieron casas
donde alguien oraba en secreto
Luego se sentaron en la sala
pidiendo caf y cigarillos

Y all estamos nosotros

Insomnes mudos los rostros


sin orillas flotando sin destino
tratando de ver a Dios en la tierra de nadie

Porque todo lo que se pierde va a dar al mar


me tiendo en el borde
para or a mis hermanos muertos
Puedo ver en la ciudad desierta

a mujeres que amontonan cachureos en los patios


pequeos objetos que se pudren

La trivialidad del poder atraviesa


civilizaciones de sangre
para luego ofrecer t y cuidar de los heridos

Puedo verte
danzando sin cabeza
desnudo sobre las olas llameantes
moviendo apenas los labios
los dedos apuntando hacia arriba
donde los pelcanos baten sus alas mudas

La ciudad

una botella soplada por un viento


ptrido
se hincha

Y a travs

slo veo muertes solapadas

por todas las mentiras dichas para robarnos a Dios


para hacer de nosotros buenos chicos chicas listas

Quieren ponernos las cosas difciles te dije


considerando que las palabras ya no designan
objetos ni situaciones
sino relaciones lingsticas
dejndonos sin frutos sin sombra
en este infame terruo de las representaciones
Bajo el aire salobre del puerto
el viento agitaba sus certidumbres contra mi rostro
Eramos jvenes

lo s

tena el cabello despeinado


y el mar de pronto fue una bveda
encerrando todos los secretos todas las visiones

Entonces vi la puerta que daba al Jardn


donde mam y yo mirbamos caer la nieve
sobre los duraznos desnudos mirbamos
caer la nieve sobre los duraznos desnudos

Porque no soy yo la que habla


me he tendido en la colina para que hable el mar

Desde aqu veo la extensin del agua


perderse en el horizonte
una gran lmina plateada y brillante
bajo el sol ardiente del verano

La palidez del agua es un muro invisible


entre los mundos donde habremos de perdernos
all entregaremos la palabra de fuego
que nos arrojaron desde el traspatio de los crmenes
para ser otra vez tomados de las manos
y acariciados por el viento

Aqu he regresado
al pie de nosotros mismos a dejar mi ramo
Voy soplando copos de ceniza
que se esparcen en el Jardn quemado
el nico paisaje de Klee
al final del caleidoscopio

Reconozco un zumbido de abejas


las patas de las araas rozando suavemente la hierba
y s que nos han abandonado a las puertas del sueo
para decirnos que no hay tregua

Aqu donde los damascos crecen maduros


para alimentar a las hormigas

ao tras ao la pulpa exige su tributo de sangre


y se relame en su sed inextinguible

Porque es fracaso la saciedad


esa traicin de pequeos animales
sacando sus lenguas de fuego
para araar la nieve las olas llameantes
que se levantan desde este mar estanco
donde todo lo que abandonamos ha ido a perderse
como se pierde en la tarde
un eco de campanas

Sin embargo
s que otra vez
estaremos frente a ese Jardn
callados y felices
escuchando cmo cae la nieve sobre las ramas
de los hermosos rboles invernales

Junto al mar se extiende la ciudad


La noche se desprende como un susurro
Veo a los feriantes marchando a casa
despus de pedir vino en la cantina
donde una gorda pintarrajeada
canta tangos de Gardel

Los nios desarman la Rueda de la Fortuna


donde suban las novias del barrio bajo
sonrojadas y sucias comiendo palomitas

Cae la noche sobre el puerto y las calles


son el nico rastro que dejan los asesinos

Maana ser otro da

y habrn de volver

a abrocharse los zapatos


subir peinados al micro maloliente
para llegar al fin de la jornada
a dormir a un hotel equivocado
un sueo equivocado

Este es el lugar de los crmenes


La muerte es el nico museo abierto

Aqu estn los que iban a comer carne de Dios


y fueron sitiados
los que sobrevivieron al banquete de restos
cuescos de damascos carcomidos sobre las bandejas
una cita que la Historia anunci
demasiado tarde.

No soy yo la que habla

El mar dibuja los paisajes que nosotros olvidamos


para no decir malas palabras ni delatarnos entre vecinos
y recibir la recompensa de un nombre
la nica investidura para ser reconocidos
cuando la Historia reparta su premio de canicas

Desde aqu veo a los que estuvieron antes

Juana la pecosa se durmi al sol


esa tarde que la encontraron sobre la arena

Veo al loco Pepe

no dej su sombrero de fieltro regalo de su padre


cuando lo arrojaron al Pacfico

Ese ocano que todo lo guarda


porque todo lo que se pierde va a dar al mar

Amanece y la ropa tendida en las azoteas


ondea bajo la brisa
He subido por el camino y desde el monte
contemplo el sol sobre la tierra mojada
Pero los grillos ya no cantan himnos imperiales
y las mujeres ya no lucen sus preciosos tocados de ayer

A orillas del mar la Historia ha ido a perderse


sin justificaciones

sin hroes

Son las palabras las que matan

sin santos

te dije

Y fue cierto

Abajo la baha enciende luces de ceniza


Hay quejidos de peces suspendidos en el aire
un eco venido de otras aguas
donde las algas son diademas de muchachas
y no stas cabelleras muertas

Son otros los puertos donde habremos de perdernos


para reencontrarnos con las manos manchadas
y los zapatos viejos
como en la plaza florida de septiembre
cuando nos citbamos bajo los ciruelos
para no decirnos nada
para susurrar esa cancin que tanto nos gusta
y que ya no podemos recorder

Porque se era el Jardn nevado


el pedazo de tierra para dormir bajo las fragantes nubes
sin buscar nada sin desear nada
con el oscuro presentimiento
de que el mar es un espejo
para ser mirado por los ojos de Dios

Era el da preciso para arribar al puerto


La hora que nos recuerda y nos salva
Encumbrados por el hechizo de fuegos artificiales
bandas de muchachos

nalgas apretadas

brazos tostados que cantaban


viejas canciones sobre marinos y sirenas
que se besan
bajo la luz de petrleo de una lmpara
en la cubierta de una nave
hemos atravesado todas las edades

Pero lo veo
el agua arrastra el peso de un muerto
y los dulces amigos danzan en la arena
un ritmo triste

Un perro ladra en lo oscuro


invitndonos a una embriaguez leve
seduccin escondida en la humedad
hasta que despertamos y perdidos en la orilla
permanecemos callados

alegres

viendo cmo oscurece sobre la gran ciudad


como si furamos los ltimos guardianes
de un pas innombrado bajo el aire salobre
Cerrados los cinematgrafos escuchamos a Pathy Smith

Alguien dice que el festn no ha terminado

Fue entonces cuando vi a la diosa tenderse


cansada y sucia
a la orilla del mar

He danzado al pie de los dolos

He bebido y comido todos los frutos de la tierra

He subido montes nevados y pisado las arenas ardientes

Una maana me asom desde lo ms alto de las Torres Gemelas


y sent satisfaccin

He sido pobre y rica


ataviada por finas coronas de hierbas

Odi y am en la lujuria y el reposo

En los festines fui bataclana


y en la soledad me recoga

Conoc campos y ciudades

prepar platillos deliciosos

y disfrut el sencillo pan que me ofrecieron

Entr en las pagodas


prend cirios a los santos romanos

Peregrin hacia los oscuros monasterios


y me hinqu en la Sinagoga

Me convert en araa

pein mi cabellera

a orillas de un abismo

Prend fuego a los palacios de los nobles


me hice ruin y sin embargo
al doblar la esquina
sent la sombra del temor

Vagu todos los puertos


bebiendo con marinos y prostitutes

Cant canciones divinas y paganas


me arrodill frente a mi Padre y com
y beb de Su Copa la sangre de mi sangre
as como am a Danae a orillas del Nilo
y bes el pecho del extranjero en las tiendas del Sahara

Ilumin con velas el regazo de mi Madre


Or por mi madre
Siempre en todos los caminos
or por mi Madre

Luego regres a casa cargada de regalos


telas chinas

pipas turcas le llevaba

licores de frutas tropicales

mscaras olmecas

y cuentas y espejos y confites

Haba cargado mucho tiempo un tiempo largo


y entonces aparecieron mis amigos y parientes
vivos y muertos en silencio uno a uno
golpearon la vieja puerta y se sentaron a la mesa

Pero las botellas de vino


ya no esperaban en la alacena

y las tiendas haban sido saqueadas


por una pandilla de embusteros

Y ahora estoy aqu tendida en la colina


donde sube el humo de las fbricas
y se escucha el entrechocar de las gras
y el bullicio de cafetines y confiteras

Fui diosa fui reina

No en vano somos nada mis amigos muertos y yo

Por ellos me he tendido aqu


para abrazarlos amorosamente
como lame el mar a lo lejos la orilla

Ahora que el mar azota certidumbres y ya no estn


Laurel y Hardy en el cine de la plaza

Ahora que no sabemos dnde qued el loco Pepe


que venda pescado en la feria semanal o la seora Ana

de quien cuentan sigui tocando el piano cuando


entraron a su casa

Ahora que la estampida abandon las cartas sobre la


mesa de la cantina y no queda nadie que se siente con
nosotros a jugar la ltima partida
pego mi cara al vidrio llovido

Solo veo en el patio jugando a una nia muerta

Las calles del puerto despliegan caleidoscopios


derraman palacios deshechos
terrones bajo la rompiente
como si de pronto una desconocida recordara
un cuadro de Klee que nunca ha visto

Alguien se ha quedado para siempre


perdido en este puerto inmundo

Alguien camina con los dientes apretados


y pregunta en otro idioma el nombre de antiguas calles
la esquina del Central donde tomamos el ltimo caf
o esa marca de cigarrillos que pas de moda

Pero el mar no habla la lengua de los muertos

Hay un zapato tirado en la arena

Una vieja lee el destino a los forasteros

Viento sur

fortuna en el amor

Soledad

no batirn tus alas

Aqu regresaremos
Los pelcanos se entregan a la noche
y van hacia el azul del cielo

Al fin sabemos
no es necesaria ninguna excepcin para morir
Las horas abren su huella como un ciego
que trastabilla
susurrando Nosotros por la acera

(Aquella mujer es viuda de padre y madre


el seor Moreno qued cojo el ltimo verano)

En balde giran las veletas

el viento

no se detiene en este rincn


Al cerrar la feria
un puado de ladronzuelos
se lleva las ltimas gatas
Las venden
en pueblos que no aparecen en el mapa

Un hombre pasea por la plaza con los labios resecos


Dicen que los forasteros violaron a su mujer
que incendiaron la casa

Pas la caravana por la ciudad


dejando un reguero de trastos viejos
Un puado de frescolines hizo de las suyas
vendiendo baratijas y hablando demasiado alto

Hay una mujer en la cubierta del ltimo navo


una mujer que se niega a zarpar
y recuerda la ltima refriega

El paraso tiene muchos nombres

Se mecen goletas en el agua


pero no hay consuelo para mi boca seca
So con el agua desbordada y t mi amor venas sin
cabeza bailando sobre el mar todo de colores

Haba mucha gente que quizs conoc

Gritaban y corran de un lado a otro

Mi sueo era mudo

Slo te vea a ti avanzando sobre el mar

Las mismas manos huesudas

Tu paso

Y el traje con que te vi la ltima vez flotaba en el agua

Lo habamos comprado una maana, hace muchos aos en la tienda de Avenida Prat y
era azul como el color del agua. Ahora lo recuerdo.

A quin escupir sobre el rostro?

En el cristal del caleidoscopio la ciudad se derrama

Cuadrillas de gente desentierran trastos y huesos


De quin son todas estas cosas que sacan de la arena?

Oigo tu voz susurrndome al odo


una cancin que no logro recordar
tu voz como eco de antiguos pasos
donde el deseo encenda la tarde
Te iban a matar
Lo so o fue cierto?

En ese tiempo bamos a una Iglesia


Un amigo tocaba a Bach para nosotros
Luego nos despedamos annimos

al entrar a la calle sitiada

Las esquinas no nos recuerdan


No hay huella aqu
Tal vez sea cierto
que nunca estuvimos

Ciudad ruinosa

Puerto inmundo

En tus calles no galopan ya jinetes devoradores


Se amontonan ruedas de xido en las esquinas

Es hora de marchar
Alguien se despide desde cubierta
Alguien conocido cuyo rostro
no alcanzo a distinguir

El miedo agita sus alas


El invierno arras con las tiendas gitanas
Una caterva de chiquillos husmea en los arcones

20 centavos por Objeto perdido


Se pagan Datos

Descripciones
Domicilios

Los das caen como aguatinta


y en el muelle una desconocida silba Eleanor Rigby
Se pudren los restos
del banquete ofrecido al tonto del pueblo
Y en la cocina un gato gordo se lame los bigotes

Hemos regresado al sitio donde nacieron los dioses


Aqu no nos escucharn

Los besos duermen en el fondo de un pozo


donde arde el deseo
Otra vez habremos de partir
como si no tuviramos nada que hacer
ms que arrojar besos desde cubierta

El atardecer cae y su sombra


expande el caleidoscopio del agua

No hay llanto en mi corazn

(El odio tiene su propia letrina


escondida entre la carne como una joya)

Si por un momento nos dejramos ir


slo veramos espuma golpeando las rocas

No habra nada que agregar


apenas la mmica de una cancin
los labios silentes de un muchacho
en una esquina en otra ciudad
donde las palabras nombraban a las cosas

La Historia es una corona demasiado pesada

El acantilado se despea frente a nosotros


y va a caer junto a las olas
donde los huiros son cabelleras
de mujeres muertas

All la veo

Juana la pecosa duerme


su ltima siesta bajo el sol

All lo veo
Pedro mucho antes de todo
el marinero del tatuaje azul camino a casa
con una sarta de jaivas colgando del hombro

La noche va trepando por las rocas


Una vbora anuncia no es ste el reino
ni son estos restos las manos enjoyadas de los prncipes
ni el alivio ni el descanso
bajo el sol ardiente de las playas

El fro destempla sus constelaciones de hierro


y se hunde en las sombras de las ciudades derrotadas

Sentados en la cuneta
los chicos cuentan las monedas del botn
Un centavo ha ido a perderse
para siempre en la alcantarilla

Con mis amigos paseamos por la plaza del puerto


all habita la noche el prncipe Tzutzn

Donde Teresa nos sentamos en la barra


Haca fro

los chicos bailaban frenticamente

y las chicas compraban pasta en el bao


para estar OK

Toda la noche nos sigui una mujer de abrigo rojo


con los zapatos en la mano

Se subi al ltimo taxi pero el diablo no quera llevarla

"Esa calle est en otra ciudad seora


Adems aqu es muy peligroso"

La dejamos ir

le deca

Ella se agarraba la cabeza

Nosotros sabamos que esa calle estuvo aqu


Entramos al pasaje La Ilusin
Esperamos a que abriera un Caf
Esa maana estaba olorosa como la piel
de los que habitan ciudades olvidadas

Era cierto
Has estado saboreando el principio de la sed
la ardiente llama que sube del Glgota
hasta nuestra pequea escalinata
donde nos asomamos para desnudar nuestros sueos
Has visto a una nia de nueve aos orinando en el Jardn de las Delicias
y has lamido su pequea vulva hmeda

Abajo los huiros se mecan en el agua como cabelleras muertas


y las bodegas de los navos despedan olor a encierro y desperdicio

El viento miente
El sol miente
El silencio enrojece su rostro

En esta hora todos somos buenos todos somos malos

El pjaro de las sombras


an se alimenta en el granero de tus sueos
Has estado all besando su entrepierna y escuchas

cmo han ido a perderse las voces del medioda


castaas que caen y quedan para siempre escondidas en las hojas

El tiempo guarda su ley exacta


crujen las puertas
con un arrepentimiento leve
con un suave rubor

En el Jardn una nia orina a la luz de la luna


Como una temprana traicin
el oro ha sido derramado sobre el agua

El sol miente
El viento miente
El atardecer adorna las plumas del acantilado

Sobre los cerros seales de luz anuncian la partida


El faro ilumina en silencio los resquicios que nos salvan
Las pequeas cavidades hmedas de la inocencia

Estbamos sentados en el Jardn

Caa nieve sobre los duraznos desnudos

Te dije tal vez sera posible vivir all para siempre y tratar de ser buenos en el rincn
donde Dios nos pertenece todava
Todo haba terminado
Siempre tenemos un minuto para descansar dijiste
Posaste tu mano en la ma porque as la nieve nos dola menos

As estuvimos mucho tiempo

Todo el tiempo con las mejillas sonrojadas por el


fro de la tarde

Alegres y dolidos sabiendo que ramos dueos slo de un minuto

Luego la nieve

dejara de caer

Tendramos que entrar a casa buscar los zapatos tratar de reconstruir nuestra vida y
preguntar a los vecinos por nuestros objetos perdidos

Porque otra vez tendremos

que partir y el invierno acabar inexorablemente

Entonces slo tendremos el recuerdo de la tarde


en que nos amamos bajo la nieve en un jardn que existe para siempre

He buscado una palabra


para decirte

solamente una palabra

es cierto que dejaremos de or

el trajn de la ciudad

las pisadas de transentes apresurados

lo que nunca se dijeron esos amantes


que ayer paseaban por la plaza como si fueran eternos

Una palabra solamente


para ver la cara de los dioses escondidos
el dulce gesto de los santos en martirio

Ya no podemos reconocer
la triste alegra de lo que fuimos

Porque estuvimos juntos slo un instante


dos viajeros que se cruzan
se saludan se despiden con las manos en los bolsillos
y se marchan silbando

He buscado esa palabra como una misin secreta

Esa palabra que oscurece el

sonido de nuestra farsa


Lamentaciones al despertar cuando pasan los micros
bufando rumbo al puerto cargados de quienes no tienen
un nombre ms que para decido al odo de una desconocida a la salida del turno

Nunca nos dijimos nuestros nombres

Esos nombres que escondan lo que bamos a ser


se perdieron en un rincn de esta ciudad
un da del que no tenemos memoria
Nunca supimos lo que bamos a ser
Ahora que la guerra termin
ahora que hemos visto las olas llameantes
y danzado el "baile de los descuartizados"

(Lo recuerdas? Puedes recordarlo?)

Busco una palabra como una ciega un anillo


que ha ido a perderse
en el fondo de un pozo

Entonces s que esa palabra


est apenas

es apenas

que no es reconocible en su rastro de sangre


y cuando comenzamos a pronunciarla huye
como huy de nosotros la certeza de lo imposible

Y no obstante estamos alegres

Abrimos la ventana
desde donde se ven las gigantescas gras
las tiendas y las madres y los escolares

van y regresan todava

Porque esa palabra no est aqu en la ciudad


ni en la colina
ni en el fondo marino de las visiones
caminamos al fin por las calles como nios
como salvajes

como salvajes adorando

adorados una vez ms bajo el aire salobre


Las horas abren sus bocas como pjaros
entrechocando en el azul del cielo
y el da camina sobre la arena
bajo las nubes agitadas

Los gigantes tienden sus carpas a la vera del camino


dejan ver sus ltigos de fuego
para que sepamos que han perdido la fe

Las gaviotas rastrearn el agua


buscando moluscos muertos
sobre las manchas de petrleo

A este rincn de enfermos regresaremos

No hay consuelo para mi boca seca


Huye de mi casa el forastero
Las mujeres hablan de m tras de las puertas
La lluvia resbala
hasta tenderse sobre las agujas de los pinos

Entonces un olor de otros parasos


abre su ventana frente a la ventana del mar

Recuerdo las iguanas tendidas bajo el sol de Tulum


ms all y antes de todo

El paraso tiene muchos nombres


lejanos y hundidos como botellas en el agua
Preponderancia de lo grande
Aqu el agua pasa y no se detiene

Mil colores se deshacen sobre tu rostro


Tu rostro hace una sola pregunta
Hay silencio en el fondo del mar?

Ciudad en ruinas
el doblez de mis ojos termina en tu orilla
No hay soporte para el trono de los elegidos
Vagarn los poetas por los caminos del xido
Y la noche pasar

el da pasar

Y vendrn las sirenas otra vez


a poblar estos mares del sur

Veo a una nia en la plaza


donde van los jubilados a jugar al azar
Lleva una falda azul y el pelo tomado en la nuca
Oscurece
Taen las campanas de la iglesia

El odio remonta sus cicatrices


hasta hacernos morder el polvo
hasta yacer sobre la acera con las rodillas descubiertas

Las campanas repiquetean para decir que no hay perdn


en esta tierra de nadie donde hemos venido a perdernos
Inunda tus venas de color

forastero

Haz tu agosto en esta tierra de desolacin

Puedes esconder los cadveres en el mar


que todo se lo lleva

Bajo el agua vive el crimen

Entonces vi el avin atravesando el cielo


la nieve blanca se extenda abajo
y el sol era ms grande que nunca
como en los dibujos de los nios lo vi

Tmame la mano pecosa

dije

para que no sintiramos

Pero sentamos de todas maneras


el carraspear de las bobinas y las alas
las magnficas alas

tambin se caan

y se estrellaban contra el suelo

Tmame las manos le dije a mi hermana


basta ya de esta chingadera

Y sal por el pasillo hacia la cabina del piloto


saqu mi aka y le grit alto ah
alto ah

hijo de puta

Ya no recuerdo

hijo de puta

Me mir

me desmay

Vea como bajo el agua


Era Juan el vecino deca la pecosa
haba visto al hijo de puta
le import

no le import

Ella era muy fuerte

al vecino pero no
igual se lo ech

ah mismo qued su cremallera reventada contra


las ventanas del avin

las ventanas del avin que dejaban pasar el azul del cielo

Un da salimos de casa sin nada bajo el brazo


con la leve certeza de que jams volveramos
Caminamos hacia el Parque Forestal
donde se apiaban los coches
que no podan entrar al centro

Los transentes caminaban rpido

No haba nada ms que la certeza


de que todo se haba acabado

"Va a caer"

grit un joven azotndonos La Nacin

en el rostro

"Va a caer"

gritaba

Y cay y tuvimos que marchar


como marcharon los judos

Nos haban dejado sin casa sin sueos


sin escuela y nuestros padres se fueron
y los vecinos se arrinconaron en sus cocinas
y cuando llegaron a preguntarles dieron nombres
y entonces fueron a nuestra casa

Muchas veces entraron con sus mascarillas


se sentaron en la sala a hacer preguntas
revisaron la alacena y los cajones
dejaron todo desparramado

Dijeron que era rutina


La rutina dur aos

Y tuvimos que cambiar de nombre


dar claves telefnicas a los amigos
juntarnos en las esquinas oscuras
a leer al buen Maiakovsky

al buen Esenin

ramos cuatro gatos y queramos vivir

La generacin perdida nos llamaron


y fuimos carne de can

Nos juntbamos en el Jaque Mate o en la Unin Chica


a conversar de poemas de la Frontera
y a tomar vino
Al principio creamos que alguien nos oira
que alguien vendra a buscarnos

Slo nos busc la muerte


la enfermedad

el xodo

A veces bamos al mar y comamos almejas


en algn boliche barato del puerto
Dejbamos que el sol pegara sobre nuestras piernas
y al salir escribamos en las paredes
frases heroicas que he olvidado
para despus correr y perdernos en las callejuelas
para volver a sentirnos tristes
porque es la tristeza la que salva
la rotunda melancola de no saber
de no tener destino

Leamos a Eliot a Fidor a Maupassant

dejbamos los libros sobre la mesa


llena de colillas
donde planebamos grandes acciones
para que las calles fueran otra vez caminables
y no nos dejaran a medianoche en la oscuridad
obligados a volver a casa sin ningn cine abierto

Derrumbados los castillos


y cerradas las puertas de las iglesias
no se despliegan ya las visiones
que les dieron morada a nuestros padres

He ascendido por el camino hacia el mar


donde vivan mis antepasados

Desde aqu contemplo el ufrates


la Isla Delfos

Pars

el Misissippi

Tulum

Atrs han quedado las huellas de la feria


y despus de la cena los comensales
se van a casa

Los hombres desarman la rueda de la Fortuna


y toda su gloria no es ms
que un puado de fierros viejos
a la orilla de la playa
El olor del mar azota mi rostro
queriendo decir algo
que no me atrevo a comprender

Pasa serena y oscura la gran mquina negra


Arrastra sus ruedas por el riel

y a su paso rechinan ecos de viejas melodas


de amor

odio

piedad

Sobre el mar la historia ha ido a perderse


sin hroes
ni santos
Arrastra sus pesadas ruedas sobre un riel
demasiado estrecho

Nunca supe bien a bien quines fuimos

bamos a ser otros

bamos a ser

quienes debamos ser y algo para siempre


qued trastabillando como un ciego que no logra
llegar a casa despus que han cerrado
todas las cantinas

De modo que stos son entonces los tiempos venideros

Todo lo bamos a hacer ahora


pero en el zagun

tirados los rastrojos

ciertos ropajes antiguos

libros sellados

cuentan historias ciertas


sobre hombres y mujeres que existieron de verdad

Ms arriba

ms arriba del terruo

donde las serpientes se muerden la cola


las fragantes nubes se arremolinan y pasan

Obligados a mirar el camino


sin prepararnos a morir

sin or

cmo cimbra la nota del arpa all


en el azul del cielo
como si de pronto hubiramos descubierto

que un enemigo atroz nos vigilaba


agazapados entre nuestras escasas pertenencias
dndonos un veneno razonable
vagamos sin ropaje

sin recuerdos

con la herida abierta manchando


las calles horribles

Nada tan miserable como la ausencia de Dios


en esta casa sin Padres donde slo habita
el tigre castrado de la Duda

Tengo miedo

Todos tenemos miedo

All donde qued el eco suspendido


de lo que no alcanzamos a decir

Esa huella de sangre que esconden las piedras


como la lengua de un nio esconde el secreto de la voz
All qued la nieve cayendo para siempre
sobre el Jardn de los duraznos desnudos
como queda un instante el ltimo hlito
sobre la lmpida superficie del espejo

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