La "Triple Frontera" y Sus Representaciones. Políticos y Funcionarios Piensan La Fronter

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La triple frontera y sus representaciones.

Polticos y funcionarios piensan la frontera


The Triple Frontier and its Representations. Politicians
and Government Officials Views on the Frontier
Vernica Gimnez Bliveau
Profesora e investigadora de la Universidad de Buenos Aires
Direccin electrnica: [email protected]

El presente artculo estudia, en la regin organizada por el lmite tripartito entre Argentina,
Paraguay y Brasil, las representaciones de los polticos y funcionarios de las ciudades vecinas
Foz do Iguau y Ciudad del Este sobre la regin en la que habitan y sobre la accin poltica.
Marcada por la construccin de imaginarios transnacionalizantes sobre la regin, la llamada
triple frontera es un espacio en el que convergen tres ciudades pertenecientes a Paraguay,
Argentina y Brasil, entre las que se desarrollan dinmicas comerciales, poblacionales y culturales
fluidas. Estudiar los intercambios entre funcionarios y polticos y las representaciones de la propia actividad y del otro nacional es un punto de partida para comprender, desde el estudio de las
dinmicas locales marcadas por las asimetras entre los pases las circulaciones de los imaginarios
en reas de frontera.
Palabras clave: 1. Triple frontera, 2. representaciones, 3. funcionarios, 4. poltica, 5. Mercosur.

Abstract

This article studies the representations of politicians and government officials from the neighboring cities of Foz do Iguau and Ciudad del Este of political actions and the region in which
they live: the Triple Frontier where Argentina, Paraguay and Brazil meet. The Triple Frontier
is characterized by the construction of transnational imaginaries and is a space in which three
cities converge and develop spontaneous dynamics related to business, culture and population.
Studying the exchange between government officials and politicians, and the representations
they have of their own activities and those of the country as a whole serves as a starting point
for understanding the circulations of imaginaries in border areas, by studying the local dynamics
marked by the asymmetries between the countries.
Keywords: 1. Triple Frontier, 2. representations, 3. government officials, 4. politics, 5. Mercosur.

Fecha de recepcin: 11 de marzo de 2009


Fecha de aceptacin: 18 de junio de 2009

Frontera Norte, Vol. 23, Nm. 46, julio-diciembre de 2011, pp. 7-34

Resumen

Frontera Norte, Vol. 23, Nm. 46, JULIO-DICIEMBRE de 2011

Introduccin

Existe en el corazn de Amrica del Sur un punto en el que limitan Paraguay,


Brasil y Argentina. Esta frontera tripartita, cuya geografa ha sido dibujada por los
ros Paran e Iguaz, se caracteriza por la proximidad de tres ciudades de relativo
porte y por los densos intercambios que sostienen las personas que viven all.
Ciudad del Este es la ciudad fronteriza paraguaya, y se conecta con su vecina Foz
do Iguau, en Brasil, a travs del Puente de la Amistad. A su vez, Foz se vincula
con la argentina Puerto Iguaz, al otro lado del ro homnimo, por el Puente de la
Fraternidad. Estas tres ciudades ven circular entre ellas personas, bienes y significados cuya direccin, intensidad y sentido varan segn las pocas, las estaciones,
los cambios de moneda, los regmenes aduaneros, las polticas comerciales de los
pases que convergen en ellas.
La regin comenz a ser conocida como triple frontera desde mediados de
la dcada de 1990 (Rabossi, 2008), y ese nombre estuvo desde un principio fuertemente ligado con determinados atributos que asociaban a la regin con fenmenos
como el terrorismo y el contrabando. La triple frontera en los medios argentinos
y estadounidenses fue descripta como una tierra sin ley y un nido de terroristas
(Montenegro y Gimnez Bliveau, 2006). Se enfatiz que entre sus ros y sus selvas
se desarrollaba sin control todo tipo de trfico ilcito, desde drogas y armas hasta
mujeres y nios. Esta manera de concebir el territorio, que surge de una mirada
externa y cargada de prejuicios, se apoya en algunas caractersticas de la poblacin
de la regin, que cuenta entre las ciudades de Foz do Iguau y Ciudad del Este con
una colonia de origen rabe de proporciones significativas (Montenegro y Gimnez Bliveau, 2006). A partir de una serie de acontecimientos ocurridos fuera de la
regin, como los atentados antisemitas de Buenos Aires (a la Embajada de Israel
en 1992 y a la sede de la mutual juda amia en 1994) y los atentados a las torres gemelas Word Trade Center en Nueva York en 2001, la comunidad rabe residente y
toda el rea geogrfica fronteriza en general comenzaron a ser consideradas como
peligrosas por los supuestos lazos con redes terroristas islmicas internacionales.
Estos lazos, que no fueron lo suficientemente probados, instalaron en los medios
de comunicacin masiva estadounidense de circulacin internacional una concepcin fuertemente negativa de la regin, que la construye a la vez como un espacio
transnacional1 recortado de los estados nacionales que convergen en ella.
La triple frontera como un espacio transnacional resulta de una construccin poltico-meditica
instrumentada desde fuera de la regin, especialmente desde la prensa y el gobierno de Estados Unidos

Gimnez/La Triple Frontera y sus representaciones

A esta representacin externa se superponen otras representaciones provenientes de los ncleos de los pases que limitan en la triple frontera, la ms
fuerte de las cuales es la integracin regional que el surgimiento del Mercosur
debera encaminar. El Mercosur, proyecto poltico regional que se desarrolla a
partir de mediados de la dcada de 1980 (Vigevani, 2005), crece en el imaginario
de los actores de la regin, erigindose como un espacio a construir que se impone
por su necesidad: la integracin producto del Mercosur es percibida como buena
(y como inevitable), y considerada como una suerte de deber ser hacia el que
marchamos. En este punto me interesaba trabajar con las percepciones de los polticos de las ciudades de Foz do Iguau y Ciudad del Este sobre la regin, y sobre
las maneras de hacer poltica. A pesar de las construcciones que uniformizan a la
regin, transnacionalizndola desde marcadores negativos (falta de control de los
estados, circulacin libre de clulas terroristas) o desde identificadores positivos
(la integracin de los pases, la circulacin de las culturas), el peso de los imaginarios nacionales a la hora de discutir polticas y ejercer el gobierno es considerable,
y stos siguen determinando las maneras de vivir en la triple frontera como
argentino, brasileo, paraguayo.
En la primera parte de este artculo abordo el anlisis de las maneras en
que polticos y funcionarios piensan la regin y sus problemas. En un segundo
apartado, trabajo las concepciones de la accin poltica, destacando especialmente el peso especfico de las identidades nacionales a la hora de pensar la
actividad poltica. Este artculo se inscribe en un proyecto de investigacin
ms amplio que abarca el estudio de las tres ciudades que limitan en la triple
frontera. Por razones de espacio y por la ms estrecha relacin que las vincula
en la actualidad, trabajo aqu con la comparacin entre dos de las ciudades, la
paraguaya Ciudad del Este y la brasilea Foz do Iguau. El corpus del material
de campo que da origen a este artculo fue producido durante los meses de
enero y febrero de 2007. Se realizaron ms de 25 entrevistas, de las cuales citar
sistemticamente 11.

y la prensa argentina, que tienden a considerar la zona como escindida de los espacios nacionales de los
que forma parte. Varios investigadores han estudiado el tema que, por razones de espacio, no puedo
profundizar aqu; vase Montenegro y Gimnez Bliveau (2006), Rabossi (2008) y Karam (2010).

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Pensar la regin: la Triple Frontera y sus problemas

Como todo espacio sociogeogrfico, la triple frontera es una construccin social. Esta afirmacin no pretende ser innovadora, ya lo demostraron en su momento Pierre Bourdieu (1980) y Benedict Anderson (1993), entre otros, y desde
disciplinas diferentes. La triple frontera como construccin social surge en un
momento determinado, y es un significante producido por actores especficos
(Montenegro y Gimnez Bliveau, 2006; Rabossi, 2008), que denominan a la regin en la que convergen Ciudad del Este, Foz do Iguau y Puerto Iguaz con
un nombre comn, y le atribuyen caractersticas propias. Como seala Lefebvre
(1962) todo proceso de urbanizacin (y, en ese sentido, de apropiacin humana de
la naturaleza) supone una doble intervencin hasta cierto punto abstracta y arbitraria (Lefebvre, 1976:13), a la vez en el espacio y en el tiempo. La intervencin
humana sobre el espacio y el tiempo es siempre histrica, y como tal marcada por
las tensiones entre proyectos portados por agentes especficos: Harvey (2000:54)
destaca cmo la produccin del espacio era fundamental e integral para las dinmicas de acumulacin de capital y las geopolticas de la lucha de clases.
La triple frontera como territorio nominado responde a esta lgica de
intervencin de agentes histricos portadores de proyectos polticos definidos:
sta estrena, as, su distincin geogrfica a mediados de la dcada de 1990, junto con una serie de rasgos ligados a la supuesta inoperatividad de los Estados
argentino, brasileo y paraguayo para controlar eficazmente el territorio: proliferacin de contrabandos de diverso tipo, multiplicacin de trficos ilegales (armas, drogas, personas), presencia de terrorismos de origen variado (desde clulas
dormidas de Al Qaeda hasta visitas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-farc). Las representaciones que los habitantes de las ciudades de la
frontera portan del territorio que habitan y de su propia situacin en l, dialogan
con el imaginario construido desde la esfera meditica y con sus evoluciones y
cambios.2
Una primera consideracin se impone con la fuerza de lo obvio a la hora de
trabajar las concepciones de polticos y funcionarios sobre la regin que habitan:
las representaciones sobre la frontera y sobre su accin en la misma no son ni
unitarias ni homogneas. Los cortes se dan siguiendo lneas marcadas por la pertenencia nacional, por la adscripcin partidaria, por el rea de actividad. Es posible,
Para un anlisis ms detallado de la manera en que los habitantes de Ciudad del Este, Puerto Iguaz
y Foz do Iguau piensan el territorio, vase Montenegro y Gimnez Bliveau (2006) y Coelho (2009).

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sin embargo, y sin vulnerar la multiplicidad de voces y de ideas, trazar algunos ncleos significativos que marcan el imaginario de la regin, al interior de los cuales
ir trabajando los matices y las texturas.
Polticos y funcionarios parecen pensar la regin en que viven a partir de una
pregunta implcita, nunca formulada, que articula dos significantes presentes en
las dos ciudades: la riqueza de la tierra, por un lado, y en abierto contraste los indicadores de desarrollo humano que muestran pobreza, desempleo, marginalidad,
dependencia, por el otro. Estos dos ejes interpretativos se combinan de diferentes
maneras en los interlocutores, pero siempre aparecen en definiciones sobre el
presente de las ciudades y de la regin.
La vasta regin que contiene a la triple frontera es definida por los polticos
como una zona rica en energa y de altos rendimientos agrcolas. Hay recursos
energticos, forestales, tursticos;3 otro funcionario profundiza: Paran es rico,
tiene una poblacin activa; tiene recursos.4 El gobernador del Alto Paran afirma: Hay una gran riqueza natural en nuestro pas. Del otro lado del puente, en
Foz do Iguau, uno de los Secretarios de Estado del municipio sostiene: Tenemos bajo nuestro suelo en Brasil, Argentina y Paraguay la mayor reserva de agua
dulce del planeta, el Acufero Guaran, que es considerado por el presidente de
la Cmara de Vereadores (cmara legislativa del municipio) de Foz como una
riqueza nica, de la que hay que tener conciencia del manejo. Digamos que es una
reserva de petrleo blanco, de aqu a unos aos. Las riquezas naturales, que se
sustancian en la abundancia del agua superficial y subterrnea, en la fertilidad de la
tierra, en la biodiversidad de la selva y en la belleza de los paisajes, contrastan sin
embargo con la percepcin aguda de los problemas sociales ligados a la pobreza.
Me permitir agregar algunas reflexiones sobre el primero de los polos de la
dinmica no explicitada que estructura el pensamiento de polticos y funcionarios
sobre la regin de las tres fronteras, la riqueza, para luego explayarme en los
problemas relacionados con la pobreza. De qu se trata esa riqueza anhelada, perdida, presentida? De alguna manera el par pobreza presente/riqueza pasada, pero
tambin situada en un futuro utpico marca el pensamiento y la autopercepcin
latinoamericanos.5 La riqueza originaria, pocas veces discutida, siempre fantasmtica, aparece asociada con frecuencia a un acto de expoliacin que altera el desSecretario de Estado, Departamento del Alto Paran, Paraguay.
Funcionario del Estado nacional paraguayo, residente en Ciudad del Este.
5
Agradezco los comentarios de Silvia Montenegro, Paulo Hilu da Rocha Pinto y Fernando Rabossi, que
me permitieron desarrollar este punto.
3
4

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tino de gloria que ese patrimonio anticip alguna vez.6 Y as como la pobreza es
una falta cotidiana, la riqueza es una ausencia mtica que articula deseos y proyectos.
Aquello que aparece como particular de la zona de la triple frontera es que
esa riqueza es pensada en relacin con uno de los elementos que componen la generalidad de los dones de la naturaleza, el agua. Reflejando los miedos globales
de la sociedad de riesgo (Beck, 2008), los actores de la frontera parten de la abundancia de aguas superficiales y subterrneas (a la que muchos de ellos asocian un
sentido relacionado con lo trascendente) para imaginar un mundo futuro en el que
este recurso falte. Las aguas del Sistema Acufero Guaran estn en el centro de la
construccin imaginaria de la riqueza de la regin. Los trminos utilizados para
referirse a ellas, petrleo blanco, la mayor reserva de agua dulce del planeta,
reflejan esta concepcin, que las eleva al rango de capital invaluable para la construccin de un futuro utpico subversor de los trminos de la ecuacin actual, que
describe una regin potencialmente rica pero efectivamente pobre.

El desempleo y sus causas. Crisis y ciclos productivos


El primer problema de la propia ciudad y de la regin, y en esto coinciden los
polticos y funcionarios de los dos lados de la frontera, es la desocupacin.7 El
El estado de Paran (Brasil) y particularmente la ciudad de Foz cuenta entre sus actividades econmicas
principales la generacin de energa (hidroelctrica, a partir de la represa de Itaip) y el turismo, ambas
ligadas a la abundancia de las aguas; la fundamental atraccin turstica de la regin son las cataratas
del Iguaz y el trabajo humano sobre esta riqueza. El Departamento del Alto Paran (Paraguay), cuya
capital es Ciudad del Este, tambin ubica en rubros similares la generacin del producto de la regin. La
Direccin General de Estadsticas, Encuestas y Censos de Paraguay, refirindose al Departamento del
Alto Paran, sostiene: Su ubicacin geogrfica dota al departamento de inigualables condiciones para el
comercio y el turismo. Sus atractivos ms notorios son la represa Itaip Binacional y el fcil acceso a las
Cataratas de Yguaz a travs del Puente Internacional sobre el ro Paran, por donde se canaliza tambin
el comercio internacional de su enorme produccin agrcola. Esto convierte al departamento en uno
de los de menor nivel de pobreza en el pas (dgeec.gov.py, 2010). No pretendo aqu discutir la efectiva
presencia en la regin de recursos naturales importantes, que podran ser eventualmente ambicionados
por agentes externos; me interesa ms bien examinar las lgicas que sustentan el pensamiento sobre la
zona, encarnadas en el discurso de sus polticos.
7
La desocupacin en los dos pases analizados desde el ao 2000 se mantiene cerca de los totales de
Latinoamrica. En 2003, por ejemplo, el desempleo abierto urbano en toda Latinoamrica lleg a 11.3
por ciento, en Brasil alcanz 12.3 por ciento y en Paraguay 11.2 por ciento. Durante 2005, es decir, la
tasa de desocupacin haba descendido en Latinoamrica a 9.4 por ciento, en Brasil se constataba 9.8 por
ciento y en Paraguay 7.6 por ciento, segn las mediciones de la Organizacin Internacional del Trabajo
(2006).
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desempleo aparece como ncleo de una serie de problemticas que se desprenden


de esa causa bsica, y que afectan a amplias proporciones de la poblacin de la
zona. Un concejal de Ciudad del Este define al problema de fondo: crear fuentes de trabajo. El 90 por ciento de los ciudadanos de Ciudad del Este se dedica a
un trabajo informal, mesiteros,8 taxistas, que dependen del turismo. Otro 10 por
ciento son funcionarios pblicos; no hay industria. Una alta autoridad de Foz
sostiene: El principal problema es el desempleo, porque el empleo era irregular,
mucha gente se ganaba la vida pasando mercadera en la frontera, y eso tiende a
acabarse. La preocupacin por la masa de trabajadores desempleados a los que
se caracteriza adems como mano de obra descalificada (Carlos Baudel, 2007)
y como personas de poca instruccin (Paulo Mc. Donald, 2007) se reitera a ambos lados de la frontera.
Si se indaga en las razones a las que polticos y funcionarios atribuyen el escenario actual de alto desempleo y consecuente desorganizacin social se observa
que las explicaciones difieren a uno y a otro lado de la frontera. Ciudad del Este
piensa su presente casi exclusivamente a partir de su instalacin como polo comercial de importacin y exportacin; la economa, basada durante muchos aos en la
venta de productos importados, sobre todo en el mercado brasileo, experimenta
una crisis significativa. Todo intento de cambios (y los funcionarios paraguayos,
preocupados por el alto grado de informalidad de su economa, desearan que la
situacin actual variase) implica una negociacin con el gobierno brasileo: Este
es un comercio informal, nosotros reconocemos que por muchos aos fue un comercio informal. Estamos queriendo formalizar, pero necesitamos la cooperacin
tambin de Brasil, afirma el gobernador del Departamento de Alto Paran. Este
circuito de compra permite movilizar la economa de la ciudad,9 no slo por el
dinero que entra de las ventas en los negocios y galeras, sino por la actividad de
los vendedores de la calle, que permite que el circulante llegue a los barrios perifricos. El presidente de la Junta Departamental de la Gobernacin del Alto Paran,
del Partido Liberal Radical Autntico (plra), lo grafica de la siguiente manera:
Porque un mesitero que viene al microcentro Ciudad del Este a trabajar gana sus 10
o 15 mil guaranes10 por da, se va otra vez a los barrios a gastar eso; y por ende em-

En Paraguay se conoce como mesiteros a los vendedores callejeros que se desempean en un lugar fijo.
Su nombre deriva de la mesita sobre la que exponen su mercadera.
9
Para un anlisis en profundidad del comercio de frontera en Ciudad del Este, vase Rabossi (2008).
10
Moneda de curso legal en Paraguay.
8

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pieza un circulante de recursos econmicos. Y anteriormente un mesitero que venda


en el microcentro de Ciudad del Este o un taxista ganaba 50, 70 mil guaranes. Y el
circulante en los barrios era ms, y hoy ya no existe. Tenemos barrios en Ciudad del
Este que desde las ocho de la maana hasta las cinco de la tarde son barrios totalmente despoblados; no existe movimiento dentro de esos barrios. Por qu? Porque no
existe un circulante; se entra en el microcentro y no hay un crecimiento de los barrios
perifricos de la Ciudad del Este.

La entrada de dinero gracias a la continua actividad de compristas,11 generalmente provenientes de Brasil, ha disminuido significativamente en los ltimos
aos (Pinheiro, 2010). La percepcin generalizada es de decadencia, de fin de una
poca. La titular del Consejo por los Derechos del Nio, la Nia y el Adolescente
de la municipalidad de Ciudad del Este, Perla Guerrero, sostiene: Ya termin la
poca buena del Alto Paran, de Ciudad del Este. Ya no existe esa plata que vena,
ya no hay afluencia de personas del extranjero [...] por eso tenemos pobreza y
desempleo. A consecuencia, eso viene lo dems, pobreza y [] droga y delincuencia. El inicio de la crisis del sistema de comercio informal es situado a mediados
de la dcada de 1990, y desde entonces sta no ha hecho ms que profundizarse.
Un secretario de estado del Departamento del Alto Paran, Julio Csar Albarenga
(2007), rememora: Yo en la zona estoy hace 10 aos exactamente, y segn los
comentarios cuando yo vine ya baj muchsimo lo que era el movimiento comercial en la regin. O sea que esa etapa floreciente de muchsimo circulante, del
comercio fluido de la zona ya no se da hace 10 aos. Y de ah a ahora baj una
inmensidad nuevamente.
La crisis es atribuida de manera casi unnime a la cada del turismo de compra, y es pensada como una crisis comercial. Algunos entrevistados profundizan
an ms esta perspectiva, asegurando que la economa basada en el comercio,
principal fuente de recursos de Ciudad del Este, se caracteriza por el alto grado
de circulante monetario, acompaado por altas dosis de inestabilidad, producto de
la dependencia de factores externos. Las restricciones que el gobierno federal de
Brasil comenz a imponer efectivamente desde hace algunos aos son la muestra,
para los polticos locales, a la vez de la incertidumbre producto de una economa
basada slo en el comercio, y de la escasa confiabilidad que Brasil les merece,
como vecino poderoso y por momentos amenazador.
11
Se llama compristas a aquellos (tanto turistas como sacoleiros, pequeos revendedores) que compran en
Ciudad del Este (Paraguay) aprovechando las caractersticas del rgimen de mercado libre all establecido.

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La historia de Ciudad del Este es pensada por sus funcionarios y polticos a


partir de ese momento de auge comercial, definido como la poca buena, ms
activa, el mejor momento y la flor ms resaltante;12 la declinacin de la ciudad se ha vuelto a sus ojos visible y palpable. Y no confan demasiado, ni siquiera
ellos, polticos y funcionarios, en la capacidad y la intencin de la esfera poltica
para transformar el actual estado de cosas.
En Brasil, la percepcin de la crisis que ha producido la desocupacin no se
construye de modo lineal. Siguiendo el modelo de la organizacin de la historia
del pas a partir de ciclos productivos,13 los polticos y funcionarios de Foz do
Iguau atribuyen el actual desempleo a un momento de pasaje de ciclos.14 Los
ciclos de la historia brasilea son reinterpretados por polticos y funcionarios,
que los reubican en la frontera misma. As, el primer ciclo productivo de la regin,
en la dcada de 1960, sera primariamente agrcola y con un desarrollo turstico
incipiente, mientras que a partir de la dcada de 1970 se impone con fuerza el ciclo
econmico de Itaip binacional. Este ciclo es fundamental para la comprensin
de las dinmicas regionales, puesto que como producto de la construccin de la
represa hidroelctrica de Itaip la poblacin de la ciudad de Foz pas de 70 000
habitantes a casi 200 000 (Andr Alliana, 2007).
Despus de Itaip sobreviene una serie de ciclos comerciales, la ms importante comienza en la dcada de 1980 y tiene como gran impulsora a la paraguaya
Ciudad del Este en tanto importadora y revendedora de artculos hacia Brasil. Esta
poca es llamada ciclo de compra de mercaderas o ciclo de los compristas,
evidenciando el papel que los brasileos ocuparon en l como compradores. Sera,
actualmente, un ciclo en vas de extincin. El problema aparece porque an no se
ha afirmado un nuevo ciclo. Andr Alliana lo explica en estos trminos:

Estas expresiones fueron utilizadas por diferentes funcionarios entrevistados en Ciudad del Este.
Agradezco a los participantes del seminario internacional Investigando desde la triple frontera,
realizado en Buenos Aires en marzo de 2009, especialmente a Lindomar Coelho Albuquerque, Fernando
Rabossi y Silvia Montenegro, haberme ayudado a pensar las particularidades de los relatos histricos de
Brasil.
14
La interpretacin de la historia brasilea organizada en ciclos fue retomada por varios de los funcionarios
en Foz do Iguau. El intendente, el secretario de Integracin Regional, dos concejales y sobre todo el
secretario de Medio Ambiente desarrollaron sus ideas sobre los ciclos productivos en la regin de las tres
fronteras. Esta interpretacin puede leerse tambin en el sitio Prefeitura do Municpio de Foz do Iguau
(2009). Pousadela (2007) destaca la concepcin del tiempo poltico en Brasil como continuo y progresivo,
y Semn y Merenson (2007) insisten en la nocin de evolucin para pensar las descripciones histricas
presentes en el imaginario brasileo.
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La generacin de empleo es un problema grave, es un problema de toda la sociedad,


pero aqu es un problema especfico porque siempre se vivi en ciclos, entonces
cuando el ciclo se acaba hay un perodo, entre ese ciclo y otro, en que la sociedad
queda desestructurada, y nosotros estamos viviendo el perodo final de un ciclo que
es el del comercio con Paraguay, para entrar en un nuevo ciclo econmico que es
industrial y de servicios.

Mientras que en Ciudad del Este la situacin actual es pensada en trminos de


decadencia y declive, en Foz polticos y funcionarios parecen sentirse ms cmodos con las nuevas perspectivas que abre la crisis de la organizacin econmica
de la ciudad alrededor de los compristas. Las presiones de la opinin pblica
nacional y la mala imagen que los incidentes en el Puente de la Amistad generaban
regularmente en la prensa contribuyeron al fin del ciclo. Segn Paulo Mc Donald
Ghisi (2007):
Cada vez que hay un robo sobre el puente [...] es filmado, y la imagen que se ve de la
ciudad no es de una ciudad, es de un puente conflictivo, con los compristas que pasan
y la confusin. Y esto es muy malo para nosotros, es una imagen que estamos tratando de modificar, es malo para toda la regin [...] Porque la opinin pblica brasilea e
internacional, con todas las acusaciones de piratera que haba, que vena de China, de
otros lugares [...] toda esa discusin hizo que se acabase. Tampoco se poda permitir
lo que estaba sucediendo. Era extremadamente nocivo para nosotros.

Es interesante llamar la atencin sobre las representaciones que las formas de


pensar la crisis transmiten. Polticos y funcionarios de Foz do Iguau consideran
que los ciclos productivos se desenvuelven en un territorio amplio, que va ms
all de las fronteras nacionales, y cuyo centro sera la misma Foz. Se construye
as un espacio de accin econmica que trasciende las fronteras del Estado brasileo. Tanto el ciclo Itaip como el ciclo de los compristas se sustentan en
las interrelaciones entre dos pases, Paraguay y Brasil, sin las cuales la economa
misma de la zona adoptara otras caractersticas. Y las razones del fin del ciclo de
importacin-compra se sitan casi exclusivamente en decisiones polticas tomadas en Brasil por el gobierno central. En Paraguay existe una perspectiva distinta
y a la vez convergente: el imaginario del territorio y de la economa coincide con
los lmites del Estado paraguayo, y es una representacin estadocntrica, pero las
causas de la crisis del sistema comercial eje de la economa de Ciudad del Este se
ubican afuera, en el Brasil, que no ayuda a recomponer la economa de la ciudad, y en sectores comerciales de Estados Unidos que, inquietos ante la apertura

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de rutas comerciales directas entre Ciudad del Este y China, habran hecho lo
posible para boicotear el polo comercial paraguayo. De alguna manera las ideas
que unos y otros tienen de sus vecinos del otro lado del ro dibujan un paisaje de
coincidencias, en el que paraguayos se piensan como vctimas de agencias externas
y brasileos como actores en un territorio que supera los lmites de su Estado.

El desempleo y sus consecuencias: violencia, exilio, depredacin


La desocupacin, como problema central, genera una serie de procesos que para
los entrevistados son concomitantes, y que dibujan una configuracin social problemtica, una forma de la sociedad desigual, injusta, violenta, depredadora de los
recursos naturales. La violencia es un tpico que preocupa en las dos ciudades; y
la causa generadora de la misma es siempre la desocupacin que perpeta la pobreza. Polticos y funcionarios del lado paraguayo y brasileo desestiman interpretaciones esencialistas sobre el delito, y lo asocian directamente con las condiciones
sociales desfavorables de gran parte de la poblacin. Ha crecido la inseguridad
personal, asaltos, robos se han acentuado en el ltimo tiempo en nuestra zona,
sostiene el gobernador de Alto Paran (Paraguay). Del lado brasileo de la frontera tambin se destaca el crecimiento de la violencia:
El principal problema de Foz hoy es la violencia. Foz do Iguau es una de las ciudades
ms violentas de Brasil. Recientemente fue rankeada como la cuarta ciudad ms violenta [...] pero en 2006 hubo un aumento del nmero de homicidios, tengo la certeza
que Foz va a ser, en el prximo ranking, la ciudad ms violenta de Brasil, proporcionalmente (Aiex Neto, entrevista, 2007).

Si bien el crimen organizado aparece tambin como una de las causas de la


violencia, el factor ms importante al que los polticos y funcionarios atribuyen
la actual situacin de inseguridad se centra en la disponibilidad de una masa de
poblacin empobrecida y desocupada aprovechable para encarar actos ilcitos ante
la falta de oportunidades de ganancia econmica en el circuito legal.
Es interesante destacar la relacin ambigua que se verifica para los actores
tanto de Ciudad del Este como de Foz entre los espacios de la legalidad y de
la ilegalidad. Polticos y funcionarios se refieren a una poblacin empobrecida y
negativamente afectada por ciclos econmicos (Itaip, el crecimiento de la soja,
el proceso de compra de artculos importados), cuyo origen se sita en espacios

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nacionales e internacionales, y que la conciernen centralmente. Esta poblacin, en


la interpretacin de nuestros entrevistados, recurre a un abanico de soluciones que
va desde la improbable y en todo caso minoritaria insercin en el mercado legal
hasta el compromiso con las redes criminales y de narcotrfico, pasando por la
comisin de ilcitos menores para garantizar su supervivencia. Actuar en el mbito
de lo legal o fuera de ste no tiene que ver con la avenencia a reglas impuestas por
el Estado, sino con una serie de vaivenes econmicos con los que la poblacin
tiene que lidiar para mantener una actividad, aunque sea mnimamente, rentable.
El lmite entre el par legal/ilegal no organiza la vida colectiva, ni siquiera
desde la perspectiva de polticos y funcionarios, agentes del Estado encargados de
trazar esa frontera. Esta distancia entre la norma y los lmites que sta impone no
es una particularidad de la regin que se estudia. En distintos contextos investigadores atentos han relevado zonas grises en las cuales las relaciones entre actividades legales e ilegales son estrechas, van en distintos sentidos, y el trnsito entre
unas y otras no es unvoco. En Argentina, Kessler (2006) aborda la cuestin de los
trnsitos entre espacios legales e ilegales a partir del estudio de trayectorias de vida
de jvenes que han cometido delitos violentos contra la propiedad. All sostiene:
Si se quisiera situar las trayectorias de nuestros entrevistados en una lnea de continuidad cuyos polos fueran el trabajo y el delito como actividad nica, la mayora de
ellos se concentraran en las posiciones intermedias, a distancia variable de los dos
extremos. A lo largo del tiempo, los veramos movindose hacia una y otra direccin,
con perodos de dedicacin exclusiva a una de las actividades y otros de acciones simultneas. Tampoco se trata de una lnea con una direccin nica (de trabajo a delito
o viceversa), sino que los movimientos van en uno u otro sentido, con marchas y
contramarchas (Kessler, 2006:34).

Venkatesh tambin remarca, en su anlisis de la economa subterrnea en las


barriadas empobrecidas de Chicago, la necesidad de superar las barreras estrictas
entre la observancia de la ley y su explcito quiebre: Los intentos de separar los
as llamados bienes y servicios ilcitos de aquellos lcitos no son siempre exitosas.
Las distinciones son a menudo confusas y las demarcaciones parecen arbitrarias
(Venkatesh, 2006:11).
Lo que parece relevante destacar a partir de nuestras investigaciones es que
estos trnsitos entre la legalidad y la ilegalidad, que son efectivamente actuados
por amplios grupos de pobladores de la frontera, son retomados por polticos y
funcionarios, e integrados a sus maneras de comprender a la regin y a su propio
accionar en tanto que dirigentes.

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Estos deslizamientos entre lo legalmente normado y otras actividades al margen de las reglas tienen sus consecuencias tambin en otros mbitos de accin
que son centrales en el discurso de los actores, el medio ambiente y la ecologa.
La pobreza y el desempleo son tambin generadores de problemas ecolgicos:
en Ciudad del Este el secretario de Medio Ambiente evala que como no hay
trabajo en el interior, la gente empieza a depredar los montes; un concejal agrega
que no hay polticas de Estado para la pobreza, no se sostiene a los agricultores,
que vienen a las ciudades, generando as el despoblamiento de los campos, que
quedan disponibles para modalidades productivas ligadas al monocultivo, y el hacinamiento en las ciudades.
Para polticos y funcionarios, una serie de trastornos medioambientales surgen
del descuido del Estado frente al desempleo y la pobreza: deforestacin, contaminacin de cursos de agua, y sobre todo el avance imparable de la sojizacin: los
pequeos productores y campesinos pobres, sin opciones de produccin, se ven
llevados a vender sus tierras que son luego empleadas para cultivar soja a gran escala. Las consecuencias del desmonte y la deforestacin son graves desde la perspectiva de polticos y funcionarios paraguayos, sobre todo porque se perciben como
un ncleo problemtico que asocia necesidades sociales insatisfechas y modelos
econmicos establecidos y sostenidos por intereses poderosos, con procesos de
accin del hombre sobre el medio ambiente cuyos resultados se ven irreversibles.
Del lado brasileo, polticos y funcionarios tambin asocian desempleo y pobreza con daos al medio ambiente. Aqu el dao se concentra en la ciudad, deviniendo un problema de desorganizacin urbana: personas desocupadas y pobres
que carecen de otra vivienda van a vivir a la vera de los ros [...] en reas que
deberan preservarse (Andr Alliana, 2007) contaminando los cursos de agua y
talando el bosque nativo. El problema ecolgico urbano parece haber despertado
el inters de la actual administracin de Foz do Iguau, cuyo secretario de Medio
Ambiente inform que trabaja en un proyecto conjunto con otras reas municipales para construir viviendas adecuadas en otros lugares y as recuperar el bosque
nativo de la orilla de los ros.
As como las consecuencias ecolgicas del deterioro del nivel de vida de las
personas es enunciado como problema a ambos lados de la frontera, aunque con
especificidades propias en cada caso, hay un nudo temtico que slo revel en
Paraguay, y que surge con mucha fuerza: la expulsin de poblacin fruto de la imposibilidad de encontrar empleo en el pas. El exilio o el xodo, como llaman
en Paraguay a este fenmeno, es para polticos y funcionarios de Ciudad del Este

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un problema preocupante, que comienza a estar en la agenda. Paraguay es comprendido por sus agentes como un pas que expulsa poblacin.
Aqu, en Ciudad del Este, segn estadsticas de la Pastoral Social, ms de 13 000
ciudadanos viajaron a Espaa en un ao [...] Y yo mismo pongo ejemplo, tengo seis
familiares mos en Espaa [...] En total somos seis hermanos que lastimosamente,
cuatro de ellos estn ya en Espaa. Y tambin pods hacer la pregunta a las familias
tradicionales paraguayas, uno, dos o tres de cada familia estn en Espaa. Y sabs por
qu, porque el gobierno nacional no da garanta laboral. No existe una poltica de
bsqueda de inversionistas (Luis Moliz, entrevista, 2007).

Los ejes fundamentales de esta cita resumen los trminos en que se plantea
en ciertos crculos la problemtica del exilio: la falta de oportunidades laborales
provoca la salida masiva del pas de personas que buscan empleo en otros lugares.
Esta falta de oportunidades es consecuencia de polticas desatentas al desarrollo
del pas, y genera una realidad que afecta a la mayora de la poblacin paraguaya.
En la cita aparece adems un dato relativamente nuevo: mientras que hace algunos aos la mayora de los emigrantes se diriga hacia Argentina, y en particular
a Buenos Aires como destino privilegiado, en el presente Espaa aparece como
el destino de migracin ms elegido, gracias a su insercin en la zona euro y a las
mayores posibilidades de ganancia, sumadas a las facilidades del idioma comn.
Se calcula en efecto que alrededor de 100 000 paraguayos viven actualmente en
Espaa, segn datos de la agencia estatal paraguaya que se ocupa de repatriados;15
fuentes oficiales espaolas registran alrededor de 80 000 ciudadanos paraguayos
empadronados en ese pas (ine, 2009). Esta cifra se fue intensificando durante los
primeros aos del siglo xxi, reconociendo un incremento relativo alto comparado
con otras comunidades de migrantes en la pennsula, tal como informa el Instituto
Nacional de Estadsticas de Espaa: Los mayores incrementos relativos, entre las
nacionalidades con mayor nmero de empadronados, corresponden a ciudadanos
paraguayos (19.4 %), chinos (15.5 %) y peruanos (12. 5 %) (2009).
El exilio de miles de paraguayos genera adems consecuencias importantes en
el nivel de la organizacin social, revela Perla Guerrero (2007): La desvinculacin
de la familia es muy grande. Cada vez ms hay personas que viajan a la Argentina,
15
Secretara de Desarrollo para Repatriados y Refugiados Connacionales (2010): Suman 42 los paraguayos
repatriados en los primeros tres meses del 2010. Cabe recordar que la mayor colonia paraguaya se
encuentra en Argentina, con ms de medio milln de personas residiendo, y cerca de la mitad con
documentos en regla.

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viajan a Espaa. Los nios quedan as con otras familias. Los nios dejados con
abuelos, tos, amigos o vecinos para poder perseguir el sueo de una mejor vida
para la familia se convierten en un problema del Estado, un problema generado
por el crculo vicioso desempleo-migracin. Crculo vicioso al que la misma funcionaria, que forma parte del partido que gobierna, no ve visos de solucin:
Y bueno, una de [las razones] es la falta de trabajo a nivel nacional. Yo creo que a nivel
mundial inclusive porque tanta gente que va a Espaa, por decir alguna ciudad. Vos
que sos argentina tambin a la Argentina y bueno [...] eso hace que los chicos tengan
que salir a la calle. Nosotros no vamos a decir que vamos a frenar eso porque vamos
a mentir y [...] ojal que se creen fuentes de trabajo (Perla Guerrero, entrevista, 2007).

La migracin masiva de paraguayos a otros pases de Amrica Latina y de Europa se ha convertido en un tema de la sociedad, presente en documentos de instituciones y dossiers de prensa. El xodo preocupa, los polticos lo identifican como
un nudo problemtico, con ramificaciones de pesadas consecuencias sociales. Cito
un ejemplo de la circulacin pblica del tema del exilio: en 2007, la Conferencia
Episcopal paraguaya public un documento al trmino de la 180 Asamblea Plenaria Ordinaria, en el que plantea el problema en los siguientes trminos:
Esta realidad se agrava ante los crecientes desplazamientos de nuestros hermanos
y hermanas que dejan su pueblo de origen y llegan hasta los centros urbanos, y de
aquellos que forzosamente abandonan el pas, en busca de mejores condiciones econmicas y sociales para su propio sustento y el de sus familiares. Sus consecuencias
son la disgregacin de las familias, la fuga de profesionales jvenes que no encuentran
un futuro digno y seguro en su pas, la disminucin de la poblacin y de la mano de
obra cualificada y finalmente la lenta desintegracin de la misma sociedad.

Es interesante detenernos por un momento en la nominacin de los fenmenos. Exilio y xodo son palabras que portan contenidos predefinidos, fruto de
la historia de los trminos, aplicados a determinados fenmenos particulares. El
concepto xodo, de raigambre bblica, susurra reminiscencias del traslado de un
colectivo (pueblo), expulsado por circunstancias externas, portador de rasgos
identitarios que los unifican. Todos estos elementos estn presentes en la manera
de pensar las migraciones de paraguayos hacia otros pases.
Oviedo (2006), luego de afirmar que el xodo econmico a Espaa s es un
fenmeno reciente, sostiene que los migrantes parten pendientes del azar, con
la proteccin de la Virgen de Caacup y los dedos cruzados hacia Espaa. El uso

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del trmino xodo destaca la masividad con que son percibidas las migraciones
actuales y a las condiciones expulsivas que Paraguay rene para los entrevistados,
fruto de una combinacin negativa de distintos factores: el avance de los monocultivos en las reas rurales, la precariedad en la que sobreviven porcentajes altos
de la poblacin, la baja remuneracin para los sectores ms calificados, el escueto
promedio de gasto social de Paraguay, cinco veces menor al de Latinoamrica.
La utilizacin de la palabra exilio remite, en cambio, directamente al hecho
traumtico de las dictaduras en Amrica Latina, y a la expulsin masiva de opositores polticos y sindicales. El exilio se suma a las gravsimas consecuencias de los
gobiernos dictatoriales en trminos de recursos humanos: a los muertos asesinados en los Centros de Detencin Clandestina se suman aquellos que no pudieron
ya volver a sus pases porque sus vidas estuvieron amenazadas, los exiliados. La
atribucin de la misma denominacin a los migrantes actuales, la causa de cuya
migracin es centralmente econmica, describe la gravedad que los funcionarios
y polticos atribuyen al fenmeno migratorio actual. La partida de los que se van
es relatada en trminos de expulsin, y su ausencia es vivida como un despojo.

Pensar la accin poltica: modelos nacionales enfrentados

Es interesante, en este punto, plantear una reflexin sobre la agencia poltica.


Cules son las maneras en que polticos y funcionarios conciben la accin poltica? A partir de la definicin que los actores realizaron de los problemas de la regin y las caractersticas de la misma, abordar aqu la concepcin sobre su propio
trabajo en tanto que polticos. En el imaginario de los ciudadanos, por lo menos
en su versin optimista, la tarea de polticos y funcionarios pblicos de alto rango
como los que entrevist es pensar y dar soluciones a los problemas de la regin.
Accionar sobre los desafos del entorno, generando condiciones mejores para la
vida de los ciudadanos es, sin embargo, un presupuesto demasiado general que no
ayuda a comprender lo que los polticos piensan de su actividad.
El corpus de entrevistas con las que trabaj revela cortes y continuidades. A
la hora de establecer conjuntos de coincidencias y antagonismos encontr a la
variable nacional nuevamente desempeando un papel significativo, en relacin
con otras variables como la pertenencia a partidos polticos o a organizaciones religiosas. Dicho de otro modo, un poltico paraguayo oficialista se parece ms a un
poltico paraguayo opositor que a un poltico brasileo oficialista. Un funcionario

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brasileo catlico se parece ms a un funcionario brasileo evanglico que a un


funcionario paraguayo catlico. El peso de las culturas polticas nacionales organiza las formas de concebir la poltica: no solamente porque la apuesta por la que se
compite y las reglas del juego en ese espacio estn nacionalmente basadas,16 sino
tambin por el largo arraigo histrico de las luchas polticas que han generado giros de lenguaje coincidentes, formas de organizacin paralelas, imaginarios comunes entre quienes actan en poltica en los lmites de un mismo estado nacional.
En Paraguay, el imaginario sobre la poltica funciona como uno de los vectores explicativos que articulan los dos polos de la ecuacin que define la regin,
la riqueza natural, dada, y la pobreza presente. En efecto, en la gnesis misma
de las situaciones desfavorables de la sociedad contempornea se sitan las polticas ineficaces cuando no malintencionadas y corruptas. Las riquezas naturales
son descuidadas y maltratadas, las leyes existen pero no se cumplen (Miquias
Abreu, 2007), las polticas del Estado son errticas y discontinuas. En el centro de
los cuestionamientos encontramos a la poltica como esfera de actividad, actuada
por agentes considerados corruptos, centrados en sus propios intereses de obtencin de poder y dinero, despreocupados por el futuro del pas y de los paraguayos.
Los cuestionamientos se articulan en una serie de crticas distintas: al tratamiento estatal desaprensivo de los recursos naturales, que como se ve son considerados una riqueza dada, esencial, pura, se suma el incumplimiento de las leyes,
consideradas buenas. El par de polos opuestos buenas leyes/cumplimiento
escaso marca la percepcin de los polticos y funcionarios, describiendo cules
son para ellos los lmites de la accin poltica. Paraguay es uno de los pases
que tiene las mejores legislaciones ambientales. Porque recopilamos un poco de
la Argentina, de todos los pases vecinos tambin [...] Ahora el cumplimiento es
otro tema.
El problema es colocado por el mismo secretario de Desarrollo y Medio Ambiente del Departamento del Alto Paran en el mbito de la asignacin de recursos. En esa dependencia trabajan dos personas, el secretario y un asistente. Y no
cuenta con un cuerpo de inspectores propio; necesita recurrir a otras dependencias estatales para realizar inspecciones que verifiquen el acuerdo con las leyes
vigentes. De este modo, las posibilidades de actuar en pos de la aplicacin de
legislaciones consideradas positivas son escasas. Luis Moliz, un concejal de Ciudad
16
Retomo el concepto de campo de Bourdieu (1991:114): el espacio de juego, las reglas del juego, los
asuntos en juego [enjeux]. Lo que est en juego es aquello por lo que los agentes de un campo determinado
compiten con capitales diferenciados.

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del Este, afirma en el mismo sentido: La institucin encargada de aplicar las leyes
en el pas no funciona. El mal funcionamiento de las instituciones pblicas en
Paraguay se evidencia para polticos y funcionarios en la imposibilidad de generar
una estructura burocrtica eficaz que acte los principios legales que gozan de una
relativa aceptacin general.
Finalmente, se destaca la escasa planificacin como una de las caractersticas
del accionar del Estado en sus diversos niveles: no hay suficientes espacios verdes;
el desarrollo de la ciudad no cuenta con un plan; falta agua potable. A Paraguay
le falta autonoma, el trazado de polticas propias [...]: los que dicen que ahora
estn preocupados son los mismos que han financiado para destruir. En la dcada
de 1970 se financi toda la devastacin de los bosques del Alto Paran. Y ahora
nosotros estamos teniendo crditos a travs del mismo ente para reforestarlos
(Julio Csar Albarenga, 2007). En el mbito del comercio, la principal fuente de
recursos de Ciudad del Este, el Estado, ha mostrado la misma escasa capacidad
de previsin, desde la ptica de los polticos y funcionarios paraguayos. Falta integrar y organizar. Impulsar un programa que ayude a mitigar ese problema de la
crisis comercial, sostiene un funcionario del rea de medio ambiente. Luis Moliz
(2007) agrega:
Lastimosamente cuando Ciudad del Este estaba con su flor ms resaltante no se tom
ninguna precaucin. Todo el mundo pens que Ciudad del Este iba a seguir siendo
por 100 aos como fue 10, 15, 18 aos atrs. No se tomaron las precauciones; las
autoridades de turno, entonces, nunca se preocuparon por buscar una solucin de
fondo; crean que iba a seguir el turismo aqu en la zona. Hoy, es otra la realidad.

Al Estado nacional se le percibe como lejano: la centralizacin de las decisiones polticas en Asuncin es uno de los problemas que los polticos y funcionarios de la frontera paraguaya relevan, y que coincide, por otro lado, con planteos
similares de sus pares brasileos y argentinos respecto de sus respectivos gobiernos centrales. Est todo muy centralizado en Asuncin. Realizan los trabajos en
nuestra zona, pero trabajan con las agencias internacionales, digamos, de la capital.
Nosotros no tenemos ninguna vinculacin directa con esas agencias [...] No estamos muchas veces acostumbrados a trabajar en forma interinstitucional, sostiene
un secretario de gobierno del Departamento de Alto Paran. Hay una poltica
centrpeta hacia la propia capital, sostiene Gustavo Cardoso (2007).
Las polticas de corto plazo, que acentan la concentracin de la riqueza, y
que no logran articular la economa de la regin no son, sin embargo, en ciertas

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formulaciones patrimonio exclusivo de la burocracia estatal. Uno de los funcionarios entrevistados (Miquias Abreu, 2007), que adems ha trabajado como voluntario de varias organizaciones no gubernamentales en el rea de salud, destaca
que el mal funcionamiento de las instituciones se da tambin entre los organismos de la sociedad civil. A partir de su relato, podemos reconstruir una serie de
decepciones en su trabajo con organizaciones no gubernamentales, cuyo punto
lgido tuvo que ver con su desempeo en una organizacin local que trabajaba
en el rea sensible de la explotacin sexual de menores. Los administradores de la
misma defraudaron el trabajo de los voluntarios entre los cuales el funcionario
se contaba y la confianza crediticia de organismos internacionales, malversando
los fondos obtenidos. Las representaciones sobre la corrupcin se atribuyen a
porciones extendidas de la sociedad, aunque se manifiestan con particular fuerza
hacia la esfera de la poltica.
De hecho, es precisamente a la crisis de la poltica que los funcionarios
imputan la irrupcin de lderes provenientes de otras actividades a la lucha poltica. A propsito de la por entonces candidatura del an obispo Fernando Lugo
(finalmente electo presidente de la repblica de Paraguay en 2008), un funcionario
sostena, en enero de 2007, que est teniendo su espacio porque la gente est
cansada. Explicando su propia trayectoria, el gobernador del Departamento de
Alto Paran describe un estado de situacin en la cual el descrdito de la poltica
conduce a la emergencia de liderazgos de eclesisticos, periodistas, empresarios:
Hay una realidad que creo que sufre Paraguay y muchos pases, que es la falta de
confianza y credibilidad hacia la clase poltica[...] Aparece un monseor Lugo, que
evidentemente es una figura nueva dentro de la poltica. Y eso genera mucha expectativa de parte de la poblacin, aqu a nivel regional. Lo mismo sucedi conmigo.
Yo vengo de los medios de prensa, yo soy periodista, trabaj como presentador de
noticias, aqu en un canal local, en Canal 8, Sistema Nacional de Televisin, durante
12 aos aproximadamente. Y de repente yo me presento a la candidatura frente a
tradicionales polticos, entonces la gente tiene otras expectativas diferentes hacia la
persona (Cardoso, 2007).

La emergencia de figuras extrapolticas, portadoras de legitimidad construida


en otro mbito de accin, refleja para los entrevistados la crisis de la esfera poltica. Y para los entrevistados de los partidos opositores en general esta situacin se
centra en el Partido Colorado, en primer lugar, y luego en la imposibilidad de otras
fuerzas polticas de articular alternativas viables. Los polticos opositores al partido

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que gobern Paraguay por dcadas destacan la marca de la fuerte vinculacin entre
el Partido Colorado y la dictadura de Stroessner, atribuyendo adems al gobierno
dictatorial la gnesis de lo que consideran un estado de corrupcin generalizada.
El largo arraigo y la estabilidad de las pertenencias partidarias en Paraguay son
algunas de las variables que explican el sistema de pensamiento que subyace a la
idea que comparten oficialistas y opositores sobre la crisis. Si la accin poltica
est en crisis, el actor ineludible que la ha organizado durante tanto tiempo tambin
lo est, parecen transmitirnos los entrevistados: hablar de poltica en Paraguay es
hablar del Partido Colorado. Y hablar del Partido Colorado supone enfrentarse a
una organizacin compleja, que, por un lado, ha estado centralmente involucrada
en el ltimo y largo gobierno dictatorial (1954-1989) y a la vez (o tal vez precisamente por eso) conserva una porcin del electorado que le ha permitido ganar las
elecciones presidenciales hasta la eleccin de Fernando Lugo como primer mandatario, en 2008, y que conforma la principal fuerza poltica organizada en el pas.17
Las pertenencias polticas estables y firmes, y las representaciones sobre la relativamente escasa flexibilidad de las identidades partidarias generaran corrientes
de entusiasmo hacia personas que proponen su participacin poltica desde otros
espacios sociales, portadoras de capital extrapoltico que en un juego en el cual el
capital poltico aparece desvalorizado y asociado a la corrupcin, vale ms.
La accin poltica relatada por los funcionarios y polticos del lado brasileo
tiene algunos puntos de contacto con la percepcin de sus pares paraguayos y varios puntos de divergencia. Uno de los primeros datos que llama la atencin es el
contraste entre la percepcin de la accin poltica en Paraguay, ligada fuertemente
con las nociones de crisis y corrupcin, y en Brasil, donde pudimos rastrear una
idea de lo poltico en la que priman la planificacin y organizacin de actividades.
Aqu, la accin poltica se presenta como un espacio generador de medidas que
intentan solucionar los problemas.
Vuelvo un momento sobre mi objeto de anlisis: las representaciones de las
instituciones y de la accin poltica. En este sentido, me interesa ver paralelismos
y divergencias en las maneras en que polticos y funcionarios de las dos ciudades
enfrentadas se presentan y describen su trabajo, y las representaciones que las
Cfr. afirmaciones de Abente (2007): En sntesis, el Partido Colorado contina con un respaldo electoral
de 45 por ciento, guarismo que se ha mantenido en la ltima dcada independientemente de las variables
polticas, sociales o econmicas coyunturales. Ello habla de un voto cautivo sumamente consolidado.
Para leer ms sobre la estabilidad de las pertenencias partidarias en Paraguay, vase tambin Di Tella
(1999).
17

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sustentan. stos presentan, en el sentido goffmaniano,18 su propia accin, atribuyndole determinadas caractersticas y particularidades. Esto no quiere decir
que en Brasil la accin prime sobre la crtica y que en Paraguay los polticos se
detengan en un lamento permanente sobre su situacin: la manera de expresar la
accin poltica tiene que ver con moldes marcados por las maneras de pensar
la propia pertenencia nacional, y con la centralidad que el eje nacional adquiere
en la esfera de la poltica.
En Brasil, la relacin entre la riqueza existente, dada, natural y la pobreza
presente y visible tambin encuentra en la accin poltica un actor importante.
Pero as como en Paraguay la poltica corrupta es una de las causas principales que
ha organizado el pasaje de la riqueza originaria, y a la vez utpica, a la pobreza que
marca el presente de la regin, en Brasil la poltica es concebida como el puente
que permitir transitar el camino hacia el desarrollo, y hacia la reconstitucin de
la riqueza que caracteriza a la frontera, desde el discurso de los entrevistados.
Las valoraciones negativas de la accin poltica son ms puntuales en las representaciones de polticos y funcionarios brasileos. La falta de planificacin atribuida a los gobiernos de la regin, mencionada por algunos funcionarios, se ubica
en un momento histrico especfico, el de la construccin de la represa de Itaip.
Paulo Mc Donald (2007) sostiene:
[Foz do Iguau] fue una ciudad formada muy rpidamente: al inicio de la obra de
Itaip tena 35 000 habitantes, 10 aos despus tena 140 000 o 150 000. Es un crecimiento brutal; vinieron personas desarraigadas, algunas vinieron para quedarse poco
tiempo e irse, y no se pensaba a la ciudad como una ciudad definitiva, y con eso las
personas quedaron a merced de populistas y profesionales de la poltica para hacer
asistencialismo barato, y que no tenan condiciones para planear una ciudad, para
proyectar, para administrar. Eso es lo que estamos superando ahora.

La corrupcin es atribuida a ciertos polticos, en un determinado momento de


la historia de la regin, y asociada con ese tiempo fundacional de la Foz moderna
que fue el fuerte crecimiento poblacional en el momento de la construccin de la
central hidroelctrica y el embalse de Itaip. Pero, en general, la poltica es concebida a partir del par problema/solucin. Este modelo se sustenta en la identificacin de un problema que da origen a un procedimiento con vistas a solucionarlo:
la poltica es el instrumento que media entre estas dos instancias. Como se ve, la
El concepto de presentacin puede leerse en Goffman (2004).

18

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desocupacin y la pobreza son identificadas por polticos y funcionarios como los


problemas ms acuciantes de la regin. En cada una de las entrevistas que realic
en Foz do Iguaz a principios de 2007, la mencin de la pobreza estuvo ligada a
los proyectos para enfrentarla, independientemente de la pertenencia partidaria
del poltico. As, frente al problema del desempleo, el alcalde (prefeito) menciona
las polticas de articulacin con Itaip Binacional para crear del lado brasileo del
lago un polo de desarrollo de software libre y un centro de conocimiento de ciencias de la ingeniera con universidades, auditorios y laboratorios de investigacin.
Carlos Alberto Grellman (2007), secretario de estado de Foz, refirindose a una de
las caractersticas de su cargo, sostiene que su cometido es trabajar en la cuestin
de la industrializacin para absorber mano de obra.
Desde otra perspectiva, pero con el mismo modelo de accin poltica como
trasfondo, Andr Alliana (2007) se refiere al plan de relocalizacin de las favelas19
de la orilla de los ros:
Estamos trabajando ahora en la recuperacin de los ros. Tenemos un programa
fuerte de habitacin popular, que apunta a que esas personas que viven en regiones
inundables, y que estn consecuentemente en reas de preservacin permanente, sean
transferidas a una residencia mejor localizada [...] y que el ro pueda ser recuperado,
con su bosque original.

Las medidas contra la desocupacin estn presentes en los discursos de


todos los entrevistados; adems de los planes de construccin de viviendas, la
creacin de un rea industrial busca no slo convertirse en una alternativa econmica de la regin, que complemente la fuente de ingresos proporcionada por
el turismo, sino sobre todo aumentar la oferta de empleos para una poblacin
que, con los cambios de los trminos del comercio con Paraguay, ha quedado
desocupada.
La asociacin entre problema y proyecto de solucin se repite en distintos
mbitos de la accin poltica en Foz do Iguau, con la identificacin de otros problemas que preocupan a los polticos: el alcalde (prefeito) menciona a la piratera y
al comercio ilegal como un flagelo, inmediatamente asociado con las medidas que
su gobierno ha tomado para fiscalizar y controlar mnibuses y automviles, en el
Puente de la Amistad y en los caminos secundarios. Es ste uno de los recursos del
discurso poltico para legitimar las acciones del propio gobierno, sin duda, pero
Barrios precarios, conocidos en otras partes de Latinoamrica como villas miseria o chabolas.

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las palabras de la mxima autoridad del municipio son tambin portadoras de un


modelo de concepcin de la poltica que hemos identificado en Brasil, y que se
distancia del modelo que impera en Paraguay.
La relativa uniformidad en la manera de concebir la accin poltica, que no
encuentra brechas entre las diferentes opciones partidarias, habla de un modelo
con un fuerte anclaje en lo nacional. La esfera de la prctica poltica tiene un fuerte
sesgo nacional que caracteriza la modalidad de la accin: desde la consolidacin
de los estados nacionales en la regin, a fines del siglo xix, la accin poltica en
los distintos estados en Brasil y los departamentos en Paraguay estuvo relacionada
con el espacio nacional. A partir de la fundacin de Foz do Iguau y Ciudad del
Este, las redes polticas, las correspondencias partidarias, las alianzas polticas y
sociales se dieron hacia el interior de los respectivos pases, con sus capitales de
estado: Curitiba, en el caso de Brasil, y del pas: Ro de Janeiro/Brasilia y Asuncin, respectivamente.
En un contraste explcito con la permanencia de las adscripciones partisanas
en Paraguay, en Brasil el modelo de accin poltica est marcado por la gran fluidez de las pertenencias partidarias (Campos y Mariz, 2004). Los cambios de partido son comunes entre los polticos brasileos, hecho que constat durante el trabajo de campo: el presidente de la Cmara de Concejales, que haba pertenecido al
Partido Trabalhista Brasileiro (ptb), militaba, en el momento de nuestra entrevista,
en el Partido da Social Democracia Brasileira (psdb); dos secretarios de gobierno
se encontraban desafiliados, uno haba pertenecido al Partido dos Trabalhadores
(pt) y el otro al Partido Democrtico Trabalhista (pdt). Uno de los entrevistados
se explaya en las razones de su cambio:
Hoy estoy entrando al psdb, el Partido de la Social Democracia Brasilera, yo sal [...]
me encuentra usted en pleno cambio, yo perteneca al ptb, el Partido dos Trabalhistas Brasileros, en l milit durante 10 aos, pero la confusin, la divisin partidaria
brasilea es extremadamente frgil, uno siempre es susceptible de interferencias de
instancias superiores, y me tuve que ir, y estoy entrando al psdb .

El desarrollo de las diferentes concepciones de la poltica a uno y otro lado de


la frontera nos sirve para comprender el peso que las representaciones en torno
de lo nacional tienen a la hora de definir los espacios de lo posible en la accin
poltica. En un territorio de frontera en el cual las relaciones entre dos Estados se
vuelven cotidianas, y que ha sido construido como un espacio transnacional por
los medios de comunicacin (Montenegro y Gimnez Bliveau, 2006), volver a

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pensar la variante nacional ayuda a comprender la vida cotidiana de los habitantes


y las modalidades de relacin con el vecino de enfrente.

Conclusiones

A modo de cierre, destacar algunas cuestiones que aparecen con fuerza cuando
se aborda el estudio de la regin desde la perspectiva etnogrfica. La primera
cuestin que salta a la vista tiene que ver con la definicin de los problemas de
la regin que los polticos y funcionarios de la triple frontera realizan. Aqu
aparecen problemas comunes a las dos ciudades, y uno en particular, la pobreza y
el desempleo, que es mostrado por los polticos como el centro de los males que
asuelan la regin. Pero las interpretaciones de cmo ha surgido el problema y de
cmo solucionarlo varan, y la lnea de corte no tiene que ver con las divisiones
intranacionales; es decir, paraguayos en el gobierno/paraguayos en la oposicin,
brasileos en el gobierno/brasileos en la oposicin, sino con el recorte nacional.
Los polticos y funcionarios paraguayos piensan a la triple frontera de una manera, estn en el gobierno o se opongan a l, y los polticos y funcionarios brasileos la piensan de diferente forma, sean oficialistas u opositores.
El peso de los imaginarios nacionales y de las formas, nacionales tambin,
de hacer poltica definen las maneras de abordar el gobierno de la regin y sus
problemticas. Este recorte se repite en las distintas concepciones de la accin
poltica: en Paraguay se sindica primariamente como causa de la negativa situacin
presente a la continuidad de las malas polticas generadas en el gobierno dictatorial de Stroessner, mientras que en Brasil la misma accin poltica es pensada
como un instrumento para la solucin de problemas que son abordados en la
medida en que surgen.
En este marco, es interesante preguntarse sobre el destino del Mercosur, que
reconoce en la actividad poltica una de sus principales fuerzas impulsoras. El
Mercosur, y la consecuente integracin que se le asocia, aparece ms como una
imposicin de los gobiernos nacionales centrales que como una serie de dinmicas
surgidas localmente y funcionales a los intercambios fronterizos. Incluso muchas
veces, como lo destacara Grimson (2003), las polticas del Mercosur son vividas
como obstaculizadoras y restrictoras de los intercambios fronterizos. En el caso
de los polticos y funcionarios de las ciudades brasilea y paraguaya de la triple
frontera, se puede constatar que la idea de una integracin entre los tres pases,

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comprendida como producto del Mercosur, es tomada como parte de un futuro


inexorable, una especie de proyeccin utpica que, sin embargo, se enuncia ms
de lo que se acta. Las asimetras entre los pases, las diferencias de poder y de
influencia de los Estados brasileo y el paraguayo conspiran contra el imaginario
de una integracin pensada en trminos de fraternidad sin conflictos.

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por Vernica Gimenez Bliveau [trabajo de campo], La triple frontera y sus
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Grellman, Carlos Alberto, secretario para la Integracin Regional [entrevista],
2007, por Vernica Gimnez Bliveau, [trabajo de campo], La triple frontera
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Moliz, Luis, concejal, Cmara Legislativa [entrevista], 2007, por Vernica Gimenez Bliveau [trabajo de campo], La triple frontera y sus representaciones. Polticos
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Polticos y funcionarios piensan la frontera.
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