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La reina Ahhotep
Boletn Informativo de
Amigos de la Egiptologa
ndice
Presentacin
Susana Alegre Garca ........................................................................................
Historia y Civilizacin
La reina Ahhotep. Nria Castro Jimnez ....................................................
23
Grandes Egiptlogos
mile Clment Amlineau. Jos Antonio A. Sancho (texto) y ngel
Caellas (dibujo) .........................................................................................................
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Curso de Jeroglficos
Leccin octava. ngel Snchez Rodrguez ......................................................
42
Obra en detalle
Tutankhamn con el arpn. Susana Alegre Garca .....................................
51
Egipto y la Biblia
Egipto en los orculos profticos bblicos. Estudio de Isaas 19.
Sergio Fuster........................................................................................................
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Entrevista egiptomanaca
Entrevista a Miguel Jaramago Canora. Laura di Nbile Carlucci ...........
63
Pginas egiptolgicas
La web de la Asociacin Espaola de Egiptologa (AEDE). Manuel
Juaneda Magdalena............................................................................................
67
Novedades Editoriales
Recensiones de libros. Sobre la traduccin de los textos religiosos.
Elisa Castel..........................................................................................................
69
Qu es y dnde est?
Jaume Viv..........................................................................................................
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Equipo de Redaccin:
Susana Alegre
Jos Antonio Alonso
Elisa Castel
Gerardo Jofre
Manuel Juaneda-Magdalena
Francisco Lpez
Rosa Pujol
Vctor Rivas
Jaume Viv
Colaboradores en este nmero:
Roberto Cerracn
ngel Caellas
Sergio Fuster
Laura di Nbile Carlucci
ngel Snchez Rodrguez
Entidades y publicaciones colaboradoras:
Societat Catalana dEgiptologia
Asociacin Espaola de Egiptologa
Revista de Arqueologa (RdA)
El Boletn Informativo de Amigos de la Egiptologa (BIAE) es una publicacin electrnica
y gratuita de carcter egiptolgico. Su periodicidad es trimestral y tiene como objetivo la
difusin en castellano del conocimiento del
antiguo Egipto, as como la divulgacin de
noticias de relevancia, novedades editoriales
o estado de las investigaciones.
Si deseas colaborar de algn modo con
BIAE, mandarnos algn artculo o hacernos
partcipe de tu punto de vista, puedes contactar con nosotros en:
www.egiptologia.com
En BIAE se respetan las transcripciones de
nombres propios presentadas por los autores, aunque se procurar la utilizacin de alguno de los dos sistemas propuestos para la
transcripcin en lengua castellana.
Propuesta de Josep Padr: La transcripcin
castellana de los nombres egipcios.
Propuesta de Francisco Prez: La transcripcin castellana de los Nombres Propios
Egipcios.
BIAE no se hace responsable de los contenidos u opiniones vertidas por los autores
de los textos, ni de las inexactitudes o equvocos que puedan desprenderse de las noticias aparecidas en la prensa y de las que
BIAE pueda hacerse eco.
Presentacin
Noticias
Resumen de noticias
egiptolgicas
ROBERTO CERRACN
Segn Mario Capasso, director de la misin de la Universidad de Salento, citado en el comunicado, estas ostracas deban encontrarse originalmente en una reserva
situada en el patio de un templo dedicado a Soknopaios,
y podran haber sido desplazadas al exterior durante una
excavacin clandestina durante el siglo XIX.
Tampoco escapan al nuevo proyecto las preciosas tumbas de Seti I, padre de Ramss II, que rein entre 1314
y 1304 a.C, en el valle de los Reyes, y de la reina Nefertari, esposa de Ramss II, en el Valle de las Reinas. De
hecho, ambas ya estn cerradas.
Mediante el uso de los rayos lser, varios expertos han
empezado a sacar imgenes de los refinados detalles, dibujos y escrituras que decoran los muros de las tres tumbas para repetirlos en rplicas, que construirn en el
mismo valle de los Reyes, en la orilla occidental del Nilo.
A algunos expertos en egiptologa como Basaam elShammaa, que tambin trabaja como gua turstico
desde hace 25 aos, no les gusta la idea de hacer rplicas de las antigedades, aunque s les importa el mantenimiento de los templos.
La arqueloga Myriam Seco aboga por tomar medidas para que las visitas tursticas no afecten a la
tumba de Tutankhamn
21/01/2011 La arqueloga Myriam Seco ha abogado por adoptar algn tipo de medida para evitar que
la afluencia de turistas en Egipto perjudique a la tumba
del faran Tutankhamn, que acaba de cerrarse al pblico. "Algo hay que hacer", ha sostenido Seco, quien ha
incidido en que el turismo a esta zona "se ha disparado",
hasta el punto de que acuden al Valle del Nilo "miles y
miles de personas", y ha remarcado la condicin de "obra
de arte" de estas instalaciones.
Esta arqueloga trabaja en el proyecto para la recuperacin del templo funerario de Tutmosis III, faran de la
Dinasta XVIII conocido por sus 17 campaas milita-
Si bien existe una carta enviada el 2 de enero a la fundacin alemana Preussischer Kulturbesitz y firmada por
el director del Consejo Superior de Antigedades de
Egipto y viceministro de Cultura, Zahi Hawass, pero
no por el primer ministro egipcio, Ahmed Nazif, ni por
ningn otro alto cargo del gobierno en El Cairo, seal
el portavoz.
Hermann Parzinger, presidente de la Fundacin Preussischer Kulturbesitz confirm la carta proveniente de
Egipto. "La carta no lleva la firma del primer ministro",
afirm Parzinger. S lleva la firma Hawass, agreg. Por
eso, explic el portavoz del ministro de Cultura, Alemania considera que sigue sin haber una solicitud oficial
por parte del Estado egipcio. Sin embargo, desde El
Cairo el Ministerio de Cultura seal que el pedido
lleva la firma del primer ministro. El gobierno egipcio
envi la correspondiente carta al presidente de la Fundacin Preussischer Kulturbesitz, Herman Parzinger, y
el propio primer ministro egipcio, Ahmed Nazif, firm
la solicitud, inform el ministerio.
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queados por personas que han robado y daado algunos de ellos, segn han informado este lunes arquelogos y empleados de los depsitos.
Un grupo de ladrones ha asaltado un almacn en Qantara, cerca de la ciudad de Ismailia (en el Canal de Suez),
en cuyo interior haba unos 3.000 objetos de la poca de
los imperios romano y bizantino, segn una fuente de
la Polica de Turismo.
Un empleado del depsito ha indicado que los saqueadores decan que buscaban oro y que aunque l les asegur que all no haba oro, siguieron con el saqueo,
rompiendo algunos objetos y llevndose otros.
Un arquelogo ha afirmado que tambin varios almacenes prximos a las pirmides de Saqqara y Abusir han
sufrido actos de pillaje. "En otros lugares, los guardias y
los vecinos han conseguido echar a las bandas de saqueadores", ha agregado.
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Organizar una campaa para casi 20 personas de Espaa, ms 80 egipcios, supone 70.000 euros de inversin, as que el CSIC no puede plantearse volver este
ao si el ambiente poltico se tranquiliza, algo que tampoco sucede.
A falta de sorpresas arqueolgicas, los arquelogos han
vuelto con la sensacin de que los egipcios van a cortar
el paso a los vndalos: "Fue increble la masa humana
que protegi el Museo Nacional de El Cairo y las tumbas del Valle de los Reyes. Era el pueblo en defensa de
su patrimonio", relataba el investigador an desde el aeropuerto de Luxor.
A la arqueloga sevillana Myriam Seco, directora del
proyecto hispano-egipcio en el templo de Tutmosis III,
tambin en Luxor, la revolucin le ha pillado en El
Cairo, donde vive, cuando estaba a punto de irse al sur
para excavar con un equipo alemn en la tumba de Amenofis III.
Myriam termin los trabajos con su propio equipo en
diciembre. "La gente reclama cambios, y esperemos que
sean pacficos. Todo esto puede paralizar la arqueologa, de la que vive aqu mucha gente, lo mismo que pasa
con el turismo". Estas declaraciones las haca Myriam
tan slo horas antes de que las calles cairotas se convirtieran en campo de batalla, y de nuevo el Museo Nacional se viera amenazado por ccteles molotov lanzados
por los vndalos.
Desde Espaa, los responsables de otros dos de los cuatro grandes proyectos espaoles en Egipto se mantienen
a la espera. Una de ellas es Carmen Prez Die, directora
de las excavaciones en Heraclepolis Magna desde 1984,
que tena pensado salir el sbado 29 para El Cairo. De
momento, ha aplazado el viaje a marzo.
Desde su despacho, en el Museo Arqueolgico Nacional, la desazn mantiene inquieta a Prez Die. "Es muy
doloroso pensar que unos cuantos pueden daar monumentos que son de toda la Humanidad. Nuestro almacn est en el Oasis de El Fayum, no lejos de la crcel
de donde han salido todos los delincuentes. Estamos
muy preocupados por lo que pueda pasar".
Quizs el menos sorprendido por lo que acaece en el
pas del Nilo sea Francisco Martn Valentn, del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. En 2009, comenz
a excavar la tumba del visir Huy, en Luxor, de donde volvi en diciembre. "Ya entonces haba subido hasta un
40% la comida, nos olamos que algo iba a pasar. Nuestro yacimiento, que es de 1.000 metros cuadrados, nos
dicen que est como lo dejamos".
La sorpresa, en su caso, ha sido que Mubarak nombrara
en su nuevo gobierno, al mximo responsable de las An-
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fin Zahi Hawass, que ha tardado una semana en arrojar luz sobre el tema, ya estaban as de ajadas antes del
ataque al museo. Se trata de dos embalsamamientos de
relativamente poca importancia, guardados en un almacn y que estaban siendo usados para probar el nuevo
escner en el laboratorio de conservacin. Nadie sabe
por qu los asaltantes se los llevaron con ellos. Una de
las momias fue recuperada de las manos de uno de los
ladrones cuando trataba de sacarla del museo. En cambio, rompieron y dejaron tiradas por el suelo estatuillas
de Tutankhamn infinitamente ms valiosas.
Hawass asegura que el dao en las dos cabezas momificadas ha sido inexistente. En una valoracin de los ataques al patrimonio de estos das agitados, el ministro de
antigedades volvi a insistir en la suerte que ha tenido
el museo de que los asaltantes fueran gente poco preparada. Buena parte de ellos se march tan ufana con el
material de la tienda de recuerdos pensando que eran
objetos autnticos.
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Las majestuosas pirmides de Guiza, reabiertas la semana pasada, fueron visitadas por una media diaria de
800 personas, segn el inspector del monumento, Ali El
Asfar. Un grupo de jvenes organiz una manifestacin
para pedir el regreso de los turistas.
En Luxor, 670 kilmetros al sur de la capital, 93 turistas descubrieron la sorprendente arquitectura de Karnak. Adems, reabrieron los museos de arte copto e
islmico de El Cairo, el de la momificacin y el centro de
arte faranico de Luxor y el dedicado a la cultura Nubia
en Asun.
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cada en el SCA y Hosni Mubarak le ascendi a los cielos ministeriales antes de claudicar el pasado 11 de
febrero, dndole la cartera de antigedades en su ltimo
Gobierno. Pareca inalcanzable pero el terremoto poltico que la revolucin del 25 de enero ha causado en
todo Egipto ha terminado alcanzndole. Dice que se va
para protestar por los expolios que no han cesado desde
que empezaron las manifestaciones, que no formar
parte del nuevo Gobierno. Y que est contento de haber
tomado "la decisin correcta".
En las ltimas semanas, Hawass haba sido el blanco de
las crticas que se ciernen sobre los adeptos al clan Mubarak. Le acusan de corrupto y de intentar buscar su beneficio y popularidad personal a costa del patrimonio
egipcio. Desde hace aos es el rostro de la egiptologa,
con su sombrero y su carcter de aventurero, y ha aparecido en decenas de documentales. Tambin ha remozado las desvencijadas instalaciones de los yacimientos,
aunque muchos son los que consideran que siempre prevaleci su afn de lucro. Adems se le consideraba un
hombre del rgimen, algo que ha negado con insistencia.
El juicio de Osiris
07/03/2011 Parece haberle llegado a Zahi Hawass la
hora del juicio de Osiris, en la balanza de Tot. Hay mucha
gente, dentro y fuera de Egipto, que quiere su cabeza: es lo
que tiene haber ejercido la soberbia y la prepotencia durante tantos aos. Oriundo de Abeedya, un pueblecito
cerca de la ciudad de Damieta, en el Delta, e hijo de un
ganadero, Hawass, no pareca destinado a grandes cosas
en la estratificada sociedad egipcia.
Ni siquiera quera ser arquelogo sino abogado. De hecho,
cuenta la leyenda es decir l mismo que sufra de claustrofobia, lo que es no es, convengmoslo, la mejor disposicin para explorar tumbas. Su casi increble ascenso, digno
de un Julian Sorel niltico, fue el resultado de la autoconfianza, el tesn y la ambicin (seguramente tambin de una
sincera pasin por el Egipto antiguo). Y no estuvo libre de
retrocesos e incertidumbre. Su carrera est jalonada por enfrentamientos con subordinados, colaboradores y cientficos extranjeros (recurdense los casos de Nicholas Reeves y
Joann Fletcher, a los que prcticamente expuls de Egipto).
Siempre ha actuado con la contundencia rayana en la brutalidad de quien se sabe sin demasiados apoyos slidos y rodeado de enemigos. Sin embargo, lleg a creerse intocable e
imprescindible. Un caso egipcio de hybris griega.
Ha bastado que se avizorara su cada para que afloraran
contra l las crticas y acusaciones. Y se olvidaran los aspec-
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abrir el debate sobre la repatriacin de material arqueolgico a pases en desarrollo. Hawass es famoso por sus
intensas campaas pblicas exigiendo la devolucin de
material arqueolgico extrado de Egipto de manera ilcita. Sin embargo, el controvertido ataque al Museo Egipcio de El Cairo ha puesto de relieve la dificultad de
defender el patrimonio histrico en tiempos de inestabilidad.
A esto se suman las acusaciones de corrupcin y mala praxis contra Hawass, que parecen minimizar sus esfuerzos
por recuperar el patrimonio histrico de Egipto. Su gorro
fedora, reminiscente de Indiana Jones y su participacin
en un gran nmero de documentales han sido objeto de
denuncia por parte de la comunidad arqueolgica egipcia,
que acusan al ministro de estar endiosado y de atribuirse
el trabajo de otros.
Sin embargo, para Zahi Hawass, el uso de los medios de
comunicacin es un punto clave para promocionar Egipto,
el trabajo de arquelogos nacionales y obtener el apoyo del
pblico en su lucha por la repatriacin de material arqueolgico.
Sea como fuere, lo cierto es que la personalidad apabullante de Hawass, su pasin por el patrimonio de Egipto
y sus tcticas publicitarias han conseguido que el Museo
Metropolitano de Nueva York acuerde devolver 19 piezas
extradas ilegalmente de Egipto por Howard Carter (descubridor de la tumba de Tutankhamn).
Es difcil estimar el impacto que va a tener la cada de Mubarak y la dimisin de Hawass en los procesos de repatriacin ya abiertos. Los ataques a yacimientos durante las
revueltas parecen reforzar la posicin de los museos occidentales, que alegan que el material arqueolgico est ms
seguro en sus fronteras.
Sin embargo, el propio Neues Museum de Berln, actual
hogar de la bella Nefertiti, no debe olvidar que hace poco
ms de medio siglo un bombardeo aliado destruy un
gran nmero de frescos budistas extrados impunemente
de Asia Central. En realidad, esta discusin oculta una
serie de intereses econmicos que nadie parece querer reconocer.
El turismo cultural ha ido en aumento en las ltimas dcadas, generando una riqueza nada despreciable en ciudades con grandes museos. El patrimonio arqueolgico no
es slo un vestigio del pasado, sino un recurso no renovable que puede ser usado para generar riqueza. La repatriacin de material podra favorecer el desarrollo
econmico de pases en desarrollo y mejorar la calidad de
vida de la comunidad local.
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Historia y Civilizacin
La reina Ahhotep
NRIA CASTRO I JIMNEZ
I. El Papiro Sallier
El Papiro Sallier nos habla de la situacin histrica
contempornea a la Dinasta XVII. Los hicsos, asiticos
que parecer fueron llegando en nmero reducido al menos
desde el Imperio Medio (Dinasta XII), fueron cobrando
relevancia progresivamente hasta hacerse con el poder en
el Bajo Egipto, posicionando su capital en Avaris y tomando al dios Set como protector. Al sur, constantes incursiones kushitas sembraban el terror y el desconcierto
en los territorios desprotegidos, gobernados por algunos
reyezuelos y prncipes egipcios. Uno de ellos era el prncipe
tebano Sequenenra Taa, el Bravo. Segn el Papiro Sallier,
el rey hicso, Apofis, enva una misiva a Sequenenra Taa II,
comunicndole que los hipoptamos de su estanque no le
dejan dormir, por lo que habr que silenciarlos. Como el
estanque del palacio de Sequenenra estaba a 800 Km. de
la capital, el avispado prncipe tebano se da perfecta cuenta
de que se trata de un acto desptico de provocacin.
Esto sucedi mientras el pas de Egipto estaba en la
desgracia, pues no haba entonces Seor dotado de vida, salud
24
Fig. 1. Cabeza de la momia de Sequenenra Taa II, en la que pueden apreciarse las heridas recibidas en batalla. (Catalogue of the Royal Mummies in the Museum of
Cairo).
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Fig. 3. Brazos retorcidos de Sequenenra Taa II. (Catalogue of the Royal Mummies in the Museum of Cairo).
Fig. 2. Vista occipital de la cabeza de Sequenenra Taa II, con la herida posterior
indicada. (Catalogue of the Royal Mummies in the Museum of Cairo).
de ellas eran mortales de necesidad. Entre las armas agresoras se han identificado un hacha, una lanza, y un objeto
contundente que rompi sus huesos nasales y disloc los
faciales.
La manera de realizar la momificacin a Sequenenra
Taa II tambin parece apoyar el relato del Papiro Sallier
respecto al avance hacia Avaris de los rebeldes egipcios,
para enfrentarse al ejercito hicso, ya que la tcnica de momificacin dista mucho de ser la de los hbiles embalsamadores tebanos. El cuerpo est eviscerado mediante
incisin en el costado izquierdo, pero no hay indicios de
secado con natrn. Al parecer se limitaron a recubrir el
cuerpo con sustancias aromticas, y a rellenar con lino la
cavidad abdominal. Tampoco se esforzaron en colocar los
brazos extendidos a lo largo del cuerpo, como era la costumbre durante la Dinasta XVII, y los dejaron tal como
estaban, absolutamente retorcidos y agarrotados en su rictus de agona final (Fig. 3). Segn se deduce de estos elementos, se supone que Sequenenra muri lejos de Tebas,
posiblemente en el campo de batalla, aunque hay cierta
controversia sobre esto. La direccin de las heridas parece
indicar que fueron realizadas mientras yaca acostado, y
no presenta los habituales traumatismos en los brazos que
se producen al intentar defenderse de los golpes. Por todo
esto y por el hecho de que una de las armas es de factura
egipcia, se ha teorizado sobre una conjura que atacase al
rey a traicin mientras dorma. Otra posibilidad es que el
golpe en la nariz o la herida de lanza detrs de su oreja resultase mortal o en su defecto le hiciera perder el sentido,
siendo atacado encarnizadamente una vez indefenso en
tierra.
As pues, el Papiro Sallier deja claro que el Bravo Sequenenra Taa II fue el que inici la revuelta contra el invasor hicso. Pero, quin era Sequenenra Taa II? Hubo
un Sequenenra Taa I?. Vamos a indagar un poco ms en
la familia ahmosida.
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Fig. 4. Cabeza de la momia de la reina Tetisheri. (Catalogue of the Royal Mummies in the Museum of Cairo).
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Fig. 7. Ahmose-Nefertari entre los Seores del Oeste, antepasados representados en las tumbas (TT 359).
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Fig. 11. Sarcfago de Kamose, hallado por Mariette en Dra Abu el Naga. Hoy
se cree que se tratara de una pieza de la Dinasta XX o XXI, momento en que
la momia del rey volvi a ser enterrada.
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apenas sali a la superficie. Entre vendas y huesos se descubri un hermoso ajuar funerario: una daga de bronce y
oro atada al brazo con un cordn de papiro que se conserva en la Biblioteca Real Alberto I de Bruselas (Fig. 12),
dos leones y un cartucho del faran Ahmose conservados
en el Museo del Louvre E7167-68) (Fig. 13), que seguramente eran parte de un brazalete; un espejo de bronce que
tambin se conserva en el Museo del Louvre (E3456); un
escarabeo y otros amuletos, actualmente extraviados.
Todo iba segn lo previsto, pero el prncipe Napolen cancel el viaje. Mariette proporcion unos cuantos
objetos para que Said Pach se los enviara al prncipe como
souvenirs, en recuerdo de un viaje que nunca realiz. El sarcfago se qued en un rincn del Museo de El Cairo ( JE
4944), ya que Mariette pens que el propietario era un
Ahmose desconocido de la Dinasta XI. Georges Daressy,
conservador del museo 50 aos despus, tradujo el nombre del propietario Rey Kamose. Mariette nunca supo
que haba regalado el ajuar de un rey que l haba estudiado y admirado profundamente, uno de los liberadores
de Egipto e impulsor del Imperio Nuevo, una de las edades de oro de la civilizacin faranica. Evidentemente, la
birria de sarcfago fue el que le proporcionaron en un reenterramiento posterior.
V. Ahmose, el libertador
Ahmose rein 25 aos y 4 meses. La edad aproximada que tena en el momento de su muerte, segn estu-
Fig. 13. Leones y cartucho del faran Ahmose, hallado en Dra Abu el Naga. Museo del Louvre.
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VI. Ahmose-Nefertari
fuerza.), Hija Real, venerable madre del rey, que est al corriente de los asuntos, que une Egipto.
Ella ha reunido a sus notables, asegurndoles su unin.
Ella ha vuelto a traer a los fugitivos, ha convencido a los
disidentes.
Ella ha pacificado el Alto Egipto; ha derrotado a los rebeldes.
La Esposa Real, Ahhotep, dotada de vida.
As pues, durante la minora de edad del rey, y posteriormente al ao 15de reinado, en su ausencia, Ahhotep
logra unir las fuerzas del Alto Egipto contra los invasores,
ha vencido y convencido a los disidentes y ha seguido con
la lucha que Tetisheri y Sequenenra iniciaron por la libertad. La posibilidad de que ella misma comandara los ejrcitos en persona, la prueban el ajuar militar de su tumba,
y las joyas conocidas como condecoraciones militares
(como el collar de moscas de oro) (Fig. 15), que slo se
conceden a los que probaban su valor en batalla.
El importante papel de la reina Ahhotep fue admirado
y reconocido por su hijo Ahmose I. Un papel que sigui en
manos de su hija Ahmose-Nefertari, hermana-esposa del rey,
un caso nico de reina que ostentaba el ttulo de Segundo
Profeta del dios Amn, al que renuncio para asumir el de
Esposa del Dios a la muerte de su anciana madre, Ahhotep;
la primera en llevarlo, y que tanta importancia iba a tomar en
sucesivas generaciones de reinas2. Despus de la madre de
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Fig. 17. Estatuilla votiva de Ahms-Nefertari, hallada en Deir el Medina. Museo del Louvre.
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Fig. 19. Hacha de oro e incrustaciones, parte del ajuar de Ahhotep. Museo de El
Cairo.
Fig. 20. Brazalete de arquero, protector del antebrazo para el uso en el tiro con
arco, que se localiz formando parte del ajuar de Ahhotep. Museo de El Cairo.
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Mariette con motivo del viaje de Plonpln?, pues dos aos
despus, en 1859, siguiendo por la zona en la necrpolis
tebana, se hall un sarcfago con inscripciones en Dra
Abu el-Naga, en ausencia de Mariette. Se le hizo llegar la
inscripcin, y, reconociendo el nombre de Ahhotep, orden por carta que se detuviese la excavacin. Pero antes
de llegar el mensaje, el gobernador local ya lo haba abierto,
tirado las vendas y los restos seos. De los objetos hallados
se dio aviso al virrey, que orden que le fueran enviados a
palacio. Mariette parti tras el barco que los transportaba
y a base de gestos, amenaz a los navegantes con lanzarlos
por la borda, colgarlos, enviarlos a galeras y asarles los
sesos. Las joyas fueron finalmente recuperadas. Su excepcional calidad y belleza hizo que se enviasen a la Exposicin Universal de Pars en 1867. All, la emperatriz
Eugenia de Montijo qued prendada de ellas y sugiri que
le fuesen regaladas por el virrey de Egipto, del que conoca la gran admiracin que le profesaba. Ante el peligro de
volver a perderlas, Mariette huy de su pas natal para devolverlas al lugar donde pertenecan: el Museo de El Cairo.
(Fig. 19, 20, 21)
Fig. 18. Pgina anterior, a la izquierda, fragmento de pintura de la tumba de
Kynebu en Tebas (Dinasta XX), que muestra a Ahomose-Nefertari luciendo
el tocado y cetro caractersticos de las reinas de Egipto. Luce adems la piel negra
y sostiene una flor de loto, lo que posiblemente sean smbolos de regeneracin.
No hay que olvidar que Ahmose-Nefertari fue divinizada y venerada especialmente entre los obreros de la necrpolis tebana.
Notas:
1. En la estela CG34002 est representado Ahmose I realizando ofrendas ante
la figura de su abuela, cuyo nombre aparece en un cartucho.
2. La propia Ahhotep es portadora de este ttulo en inscripciones posteriores a
su muerte, por lo que quizs se le concedi a ttulo pstumo.
Bibliografa:
G. DARESSY, Les parents de la reine Teta-chera ASAE 9 (1908), pp. 139-140.
M. EATON-KRAUSS, The coffins of Queen Ahhotep, consort of Seqeni-enRe and mother of Ahmose, CdE 65 (1990), pp. 195-205.
N. REEVES, El antiguo Egipto. Los grandes descubrimientos, Barcelona, 2001.
G. E. SMITH, Catalogue of the Royal Mummies in the Museum of Cairo, El Cairo,
1912.
T. STASSER , La famille d'Ahmosis, CdE 77 (2002), pp. 23-46.
L. TROY, Ahhotep. A Source Evaluation, GM 35 (1979), pp. 81-91.
C. VANDERSLEYEN, Les deux Ahhotep, SAK 8 (1980), pp. 237-241.
H.E. WINLOCK, On queen Tetisheri, grandmother of Ahmose I, AE (1921),
pp. 14-16.
38
Grandes Egiptlogos
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cumentos coptos, Amlineau se desplaz a diversas colecciones de Oxford, Londres y Leyden y en 1882 a Egipto
como parte de la Mission Archologique Franaise, por entonces ya permanente, donde visit numerosos monasterios.
Decidido a continuar con el estudio de aqullos textos
coptos que, en su origen, acompaaron al cristianismo egipcio y a iniciar una etapa meramente cientfica y educadora,
apostat de su sacerdocio en 1887 y ese mismo ao present en lcole dos tesis doctorales: una sobre el gnosticismo egipcio y otra sobre Historia Lausiaca. Poco despus
accedi a un puesto de profesor de historia de las religiones
en la institucin francesa dnde sus conocimientos en lengua y cultura coptas hicieron de l un reconocido erudito y
sabio profesor hasta que se le present la oportunidad de
viajar a Egipto como arquelogo.
Su primer destino le llev a trabajar en el equipo de
Jacques J. M. de Morgan durante sus excavaciones de Dahshur (1894), pero no fue hasta que por recomendacin suya
inici las propias en Abido (1895). La fortuna quiso que en
la zona de Umm el-Qaab, el equipo de Amlineau descubriera alrededor de 150 tumbas entre las que se hallaron varias de reyes del Predinstico (Escorpin y Narmer),
Dinasta I (Hor-Aha, Dyer, Merneith, Uadye, Den, Adyib,
Semerjet y Qaa) y Dinasta II (Peribsen y Jasejemuy), adems de varios miles de restos arqueolgicos.
Cinco aos duraron aqullas excavaciones (18951899), y si bien resultaron trascendentales por la importancia del lugar, por la falta de preparacin en tareas
arqueolgicas de Amlineau los resultados cientficos no
fueron los deseados y el equipo de aficionados, como as los
calificara el que fuera su profesor, Gaston Maspero, seran
objeto de numerosas y duras crticas por parte de los profe-
40
41
BIBLIOGRAFA
W.R. DAWSON y E.P. UPHILL, Who was who in Egyptology, Londres, 1995 (3 edicin).
JL. DE CENIVAL , Les Fouilles de . Amlineau Abydos (18951898). La dcouverte du cimetire des rois de la Ire et de la IIe
dynasties. Un sicle de fouilles franaises en gypte. loccasion du
centenaire de lcole du Caire, IFAO, Pars, 1981.
Recomendaciones en la red:
www.inha.fr/spip.php?article2170
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Curso de jeroglficos
NGEL SNCHEZ RODRGUEZ
Leccin Octava
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
2.3. Tiempos simples. No presentan verbos auxiliares ni partculas auxiliares de enunciacin. En este apartado es imprescindible hacer un comentario muy
importante. La estructura de la lengua egipcia en poca clsica es diferente a la
que encontramos en castellano. Lo primero que encontramos en la proposicin
es el verbo, seguido del sujeto y luego los complementos. As tendremos
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sDm sA
Esta regla tiene algunas excepciones que conviene conocer. Cuando el sujeto es nominal, un sustantivo o un sintagma nominal ms complejo, y el com1
Ya veremos que los participios no siempre se traducen como los castellanos, sino que lo hacen en la
mayor parte de los casos como una proposicin de relativo en las que el sujeto coincide con el antecedente.
2
Hasta que no digamos otra cosa, utilizaremos el tiempo pasado para traducir las proposiciones de
predicado verbal.
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
2.3. Tiempos simples. No presentan verbos auxiliares ni partculas auxiliares de enunciacin. En este apartado es imprescindible hacer un comentario muy
importante. La estructura de la lengua egipcia en poca clsica es diferente a la
que encontramos en castellano. Lo primero que encontramos en la proposicin
es el verbo, seguido del sujeto y luego los complementos. As tendremos
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sDm sA
Esta regla tiene algunas excepciones que conviene conocer. Cuando el sujeto es nominal, un sustantivo o un sintagma nominal ms complejo, y el com1
Ya veremos que los participios no siempre se traducen como los castellanos, sino que lo hacen en la
mayor parte de los casos como una proposicin de relativo en las que el sujeto coincide con el antecedente.
2
Hasta que no digamos otra cosa, utilizaremos el tiempo pasado para traducir las proposiciones de
predicado verbal.
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
plemento indirecto es pronominal, ste se colocar delante del sujeto, pues existe
una norma que dice que un nombre no debe colocarse delante de un pronombre
si ste es el complemento indirecto. De este modo tendremos gm n.f sA pr
Igual ocurre en el caso de que el sujeto sea nominal y el complemento directo pronominal, pues existe una norma segn la cual un pronombre dependiente no debe colocarse delante de un pronombre sufijo en el caso del complemento
indirecto. As
gm n.f sw sA efirindose a la caso que es masculino en egipcio)
Recordad que el complemento directo pronominal es el pronombre dependiente.
El orden de las palabras es muy importante en egipcio, pues es frecuente
encontrar una forma verbal seguida de dos sustantivos. El primero de ellos es el
sujeto y el segundo, el complemento directo.
2.4. Tiempos compuestos. Presentan verbos auxiliares y auxiliares de
enunciacin.
2.5. Formas contingentes.
2.6. Formas relativas. Utilizadas en proposiciones adjetivas o de relativo
cuando el antecedente no es el sujeto de la proposicin de relativo.
CLASIFICACIN DE LOS VERBOS EN EGIPCIO CLSICO
45
Los estudiosos del tema han clasificado los verbos egipcios en grupos mezclando tres categoras, el nmero de consonantes de la raz, la presencia o no de
una semivocal final (j, w) y la duplicacin de la ltima consonante fuerte.
En el primer caso (nmero de consonantes) tendremos verbos de 2 (dos
u
(dbiles, 3. Segn el tercer supuesto, los verbos se clasifican en gemina-
Esta semivocal suele encontrarse ausente en la escritura, pero la encontramos en los diccionarios al
buscar el verbo.
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
dos, cuando presentan la repeticin de la ltima consonante fuerte, y no geminados, la mayora, cuando no la presentan.
Veamos algunos ejemplos para aclarar las ideas:
3-literae4,
jrj a la 3-infirmae, y
sDm pertenece a la
mAA a la 2-geminada.
, su infinitivo es sDm
) y aquellos
que finalizan con una desinencia en t (en general en verbos dbiles: de jrj
su infinitivo es jrt
).
46
La grafa del plural puede ser idntica a la del singular, pero en muchas
ocasiones presenta una desinencia en w, mostrada generalmente por el determinativo de pluralidad (
sDmw
LA NEGACIN DEL INFINITIVO Y DEL IMPERATIVO
tm y el verbo
m.
4
5
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
nn sDm u-
sDmw), excepcionalmente
tm
tm sDm
ma
47
m sDm
. De esta for-
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
EJERCICIOS DE COMPROBACIN
Usa el vocabulario de los temas anteriores.
1. Escribir en jeroglficos y transliterar las siguientes frases utilizando el
vocabulario los captulos 5 y 6, teniendo especial cuidado con el orden de
las palabras.
(1) El padre vio la luna; (2) La madre la vio (la luna); (3) Ellos la vieron (la luna);
(4) El escriba envi al hermano del rey (
hAb ; (5) El hermano
del rey envi al escriba; (6) Nosotros lo enviamos; (7) T se lo enviaste; (8) El hijo
te la envi; (9) Yo os traje agua (mw
); (10) Mi padre nos trajo agua; (11) La madre trajo a la hermana del rey del alto y bajo Egipto Menkheperra
2. Clasificar los siguientes verbos y escribir su infinitivo cuando sea distinto de la forma bsica:
(1) jrj (
mAA (
sDm (
Dd (
, mirarwnn (
snsn (
msDj (
jj (
wsTn (
r-
ptpt (
prj (
3. Transliterar y escribir en jeroglficos las siguientes frases con infinitivos circunstanciales utilizando el genitivo indirecto cuando sea necesario y los verbos del ejercicio anterior.
48
(1) Sin mirar a la hija de Neferty; (2) Sin escuchar al escriba del templo de Osiris;
(3)
casos); (4) Sin odiar a tu padre y a tu madre; (5) Sin colocar tierra en vuestra
tumba; (6) Sin andar a zancadas hacia la luna
4. Transliterar y escribir en jeroglficos las siguientes frases con negaciones de los infinitivos utilizando el genitivo indirecto cuando sea necesario y los verbos del ejercicio anterior.
(1) No confraternices con la hermana del rey; (2) No vengas hoy mjn
(3) No hables al padre de Neferet, la bella; (4) No entres en la tumba negra: (5)
No ames al mal escriba; (6) No hagas una tumba para el hijo fuerte
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
SOLUCIONARIO
1. Escribir en jeroglficos y transliterar las siguientes:
(1)
mAA jt jaH; (2)
mAA sw mwt
y el complemento directo se coloca delante del
sujeto por ser pronominal); (3)
hAb sn
(8)
jn mwt
2. Clasificar los siguientes verbos y escribir su infinitivo cuando sea distinto de la forma bsica:
(1) 3-inf (jrt
(7) 3-inf (mrt
irregular (rdjt
); (2) 3-lit; (3) 2-lit; (4) 2-gem; (5) 2-gem; (6) 4-lit reduplicado;
); (8) 4-inf (msDt
3. Transliterar y escribir en jeroglficos las siguientes frases con infinitivos circunstanciales utilizando el genitivo indirecto cuando sea necesario y los verbos del ejercicio anterior.
49
Wsjr
4. Transliterar y escribir en jeroglficos las siguientes frases con negaciones de los infinitivos utilizando el genitivo indirecto cuando sea necesario y los verbos del ejercicio anterior.
ngel Snchez
Amigos de la Egiptologa
; (2) m jj mjn
mr jt n Nfrt nfrt
; (4) m ao m js km
; (5) m mr sS bjn
jor
50
; (3) m
; (6) m jr js n sA
51
Material:
Dimensiones:
Altura unos 70 cm
vinculados con algn tipo de culto o liturgia; quiz relacionadas con el propio ritual generado alrededor de los funerales del monarca, para luego pasar a integrarse en el
ajuar que deba acompaarle eternamente.
El singular conjunto de tallas comparte caractersticas estticas y tcnicas similares, destacando una elevada
calidad en la ejecucin y una gran limitacin del cromatismo, que se reduce esencialmente a la utilizacin reiterada de la madera ennegrecida con resina, combinada en el
brillo del pan de oro. Una combinacin de tonos y de materiales que resulta muy armnica y elegante, pero que
tambin es factible que contenga referencias simblicas: el
negro se vinculaba tradicionalmente con la regeneracin,
con la tierra de la que emerge la vida y se renueva; el oro
es una alusin a lo solar, a la fuerza vital que hace palpitar
la existencia y que la perpeta eternamente.
En el interior del armario que Carter numer como
objeto 2751, tras romper el sello y abrir las puertas, fueron localizadas cuatro tallas excepcionales (Fig. 3 y 4): la
52
Fig. 1. Vista lateral de la figurilla, del lado del arpn. C. Desroches-Noblecourt, Tutankhamon, Vie et mort dun pharaon, Pars, 1963, Pl. XLV, p. 217.
53
Fig. 3. Muble 275, abierto y con las cuatro figurillas an en su interior. Foto en archivo del Griffith Institute en www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/275-p1058.html
Fig. 4. Mueble 275 cuando an quedan en el interior las dos figuras que muestran
a Tutankhamn sobre una barca y armado con un arpn. Foto en archivo del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/275b-p0999.html
54
55
Fig. 7. Tutankhamn con el arpn, pieza JE69709, an con la tela de lino. Foto
en archivo del Griffith Institute: http://www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/275cp0999a.html
Fig. 8. Tutankhamn con el arpn, pieza JE69709, ya sin la tela de lino. Foto en
archivo del Griffith Institute http://www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/275cp1004a.html
riendo su continuidad. Ello es posible debido a la utilizacin de la madera y de elementos de bronce, lo que permite liberar volmenes y mostrar zonas voladas que
habran sido irrealizables con materiales como la piedra.
Pero las sutilezas en el diseo de la figura del monarca
son igualmente fundamentales para conseguir plasmar
de un modo eficaz la difcil sensacin de movimiento
contenido.
Ciertamente las piernas separadas el monarca contribuyen a generar un artificio de dinamismo. La elevacin
del tobillo izquierdo, dejando solo los dedos de los pies
como punto de apoyo, ayuda a sugerir esfuerzo en el equilibrio y, adems, indica un intenso impulso hacia delante.
El faldelln plisado juega tambin un papel importante en
el efectismo general de la obra, abrindose para facilitar la
apertura de las piernas, mostrndose con cadas en diversos niveles y, a la vez, ajustndose a la piel en algunas zonas.
Pero la sensacin de tensin se hace ms patente en
la parte superior de la figura, especialmente en la manera
de plasmar los brazos. Ello no es de extraar, ya que la accin principal es la preparacin del lanzamiento de un
arpn; es decir, la parte ms relevante de la accin se condensa en el brazo que sostiene el arpn y en el propio
arpn.
56
Fig. 9. Detalle del rostro. Detalle de foto en T.G, Henry James, Tutankamn, Barcelona, 2001, p. 179.
Fig. 10. Bajorrelieve del templo ptolemaico de Edfu, dedicado al dios Horus, en
la que el dios aparece sobre una barca de papiro arponeando a Set, mostrado como
un pequeo y derrotado hipoptamo. Foto Jos Lus Lpez Fernndez.
Fig. 11. Derecha, figurilla en madera localizada en la tumba de Amenofis II. Foto
en catlogo de la exposicin: Toutankhamon. Lor de lAu-Del. Trsors funraires
de la Valle des Rois, Pars, 2004, p. 100. Fig. 39.
Fig. 12. Abajo, pintura de la tumba de Seti II. Foto en N. Reeves, R. H. Wilkinson, Todo sobre el Valle de los Reyes. Tumbas y tesoros de los principales faraones de
Egipto, Barcelona, 1998, p. 152.
mente para no propiciar su existencia. Y cuando se muestra la negatividad se insiste en su debilidad o se busca la inoperancia mgica de la imagen (Fig. 10). Pero a nivel
expresivo el hecho de no mostrar al enemigo, como ocurre
en esta figurilla, puede resultar todava ms efectista, pues
consigue una incomparable pulsin de inquietud. Tutankhamn, efectivamente, se prepara para enfrentarse a un
enemigo invisible, algo que puede tomar mltiples formas,
que es indefinido y, por tanto, prximo al caos. Algo informe e indeterminado que se mueve en un medio tambin indefinido, en el vaco, en la inexistencia, en la
ausencia donde Maat no se manifiesta. Puede que la omisin, en realidad, sea la forma ms magnfica de mostrar la
confusin y terribilidad que Set encarna.
La idea de mostrar al rey sobre un barco para atacar
con un arpn a un enemigo no es, en absoluto, una iconografa restringida a objetos procedentes de la tumba Tutankhamn. Se trata, en realidad, de una temtica
profundamente anclada en la imaginera egipcia e incluso
en Valle de los Reyes hay testimonios de representaciones.
Un paralelo directo es una figurilla localizada en la tumba
de Amenofis II (1453-1419 a. C.), que se encuentra en un
estado muy deteriorado pero que parece reproducir el
mismo tema (Fig. 11). Tambin en esta ocasin el monarca
luce la corona del Bajo Egipto, eleva el brazo y el tobillo
izquierdo, mientras extiende hacia delante el otro brazo y
abre la mano. Igualmente interesante es una pintura conservada en el interior de la tumba de Seti II (Fig. 12). La
imagen muestra lo que parece ser una figurilla dentro de
un armario cerrado con forma de capilla, la misma localizacin en la que apareci la figurilla de Tutankhamn
acompaada de otras tres esculturas. En esta ocasin el
monarca aparece con la corona del Alto Egipto (Fig. 12),
pero se muestra situado sobre un pequeo barco, armado
con un arpn y sosteniendo en la otra mano, suavemente
abierta, una cuerda enrollada.
Durante muchas dcadas la figurilla de Tutankhamn con el arpn ha reposado tranquilamente y sin notables contratiempos en las vitrinas del museo de El Cairo,
salvo espordicos viajes como los que vivi al formar parte
de la exposicin sobre el tesoro de Tutankhamn que en
los aos 70 recorri el mundo deslumbrando a europeos
y americanos. Desgraciadamente, en los ltimos meses,
esta magnfica antigedad ha sido protagonista de una historia rocambolesca, misteriosa an en muchos de sus pun-
57
58
59
tos. Todo parece indicar que se trata de una de las antigedades vctimas del asalto producido en el Museo de El
Cairo durante la noche del 28 al 29 de enero de 2011,
cuando en la plaza Taharir se vivan jornadas de reivindicacin y lucha que terminaran siendo cruciales en el devenir del Egipto actual y que iban a liberar al pas del
dictador Mubarak. Las televisiones del todo el mundo,
centradas en lo que suceda en Egipto, mostraron tambin
imgenes que fugazmente nos dejaron ver vitrinas rotas y
antigedades daadas. Ya entonces, en esas primeras informaciones, vimos estrellada contra el suelo la barca de
papiro sobre la que se sostena Tutankhamn y vimos sus
piernas fracturadas (Fig. 13). Y tuvieron que pasar semanas hasta que Zahi Hawass reconociera que, efectivamente, adems de actos vandlicos el museo haba sido
vctima del robo. Luego vinieron las listas ofrecidas por el
Supreme Council of Antiquities, as como noticias alarmantes de otros robos en yacimientos y almacenes de antigedades5.
Afortunadamente algunas de las piezas robadas en el
Museo de El Cairo han vuelto a ser localizadas, aunque
no se ha ofrecido una explicacin ni clara ni verosmil de
estas apariciones, ni tampoco sobre las medidas que se van
a tomar contra los responsables si es que stos han sido
identificados y detenidos. En el caso concreto de la pieza
que muestra a Tutankhamn sosteniendo el arpn, la
prensa public el 12 de abril el sugestivo relato ofrecido
por las autoridades: la pieza, junto con otras tres, fue encontrada de modo casual por un arquelogo que iba a su
trabajo y al que llam la atencin una maleta abandonada
en una estacin del metro de El Cairo.
En la actualidad la figurilla de Tutankhamn con el
arpn es una autntica sombra de lo que fue. La antigedad se encuentra rota y maltrecha (Fig. 14 y 15). Espero
que una cuidada restauracin pueda recuperar, en la medida de lo posible, su milenario esplendor; pero no ser
fcil. Espero igualmente que todo el patrimonio histrico
Notas:
1. Ver archivo del Griffith Institute en: www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/275.html
2. As viene referenciada en obras como D. P. Silverman, J. W. Weger, J. Houser
Webner, Akhenaten ant Tutankhamun. Revolution and Restoration, Filadelfia,
2006, p. 9., en F. Tirardritti, Tesoros Egipcios de la coleccin del Museo Egipcio de
El Cairo, Barcelona, 2000, p. 209 o en T.G. Henry James, Tutankamn, Barcelona, 2001, p. 179.
3. Lamentablemente esta pieza parece que es uno de los objetos del ajuar de Tutankhamn que fueron robados hace unos meses en el Museo de El Cairo y,
aunque bastante maltrecha, ya recuperada por el museo cairota. De hecho, en algunos informes y listados se ha indicado una numeracin y tengo la impresin
que, debido a la semejanza, se han producido confusiones y han puesto la foto
de la otra pieza. La reciente reaparicin de la figurilla y ante las fotos publicadas
en la prensa, a pesar del precario estado en que se encuentra, creo que, efectivamente, la pieza que haba sido robada era la JE60709 (al menos la as llamada
atendiendo a la referencias de publicaciones como las que indico en la nota 1) y
llamada por Howard Carter 275c. Ver en http://www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/275c.html
4. Muchos objetos de la tumba de Tutankhamn se encontraron cubiertos con
telas de lino, la coleccin de figurillas negras y doradas no es una excepcin. Sorprendentemente algunas figurillas portaban etiquetas que aluden al ao 3 del reinado de Akhenatn, lo que segn N. Reeves puede hacer pensar que quiz
stas fueron preparadas evidentemente para la proyectada tumba tebana de
Akhenatn (quiz la n 25 en el Valle occidental), que haba sido abandonada
en el momento de su ruptura con la antigua religin, sacada del almacn y vueltas a inscribir para el enterramiento de su hijo. Ver en N. Reeves, Todo Tutankhamn. El rey. La tumba. El tesoro, Barcelona, 1991, p. 131.
5. El listado de las piezas robas y las ya recuperadas puede consultarse en la wed
del Supreme Council of Antiquities: www.sca-egypt.org/eng/MR_PR.htm
Historia
http://www.egiptologia.com/historia.html
60
Egipto y la Biblia
a redaccin de Isaas 19: 1-25 est dentro de un conjunto de profecas contra naciones extranjeras a Israel. El estudio de este captulo puede dividirse en
dos partes: los versculos 1-15 que destacan un juicio condenatorio sobre Egipto, mientras que los versculos 16-25
son un orculo sobre la conversin de Egipto a Yahv.
La coexistencia de estas dos porciones yuxtapuestas
muestran un proceso hermenutico de la intencin proselitista y tiende a destacar la actitud salvadora de Yahv. Es
Fig. 1. Vista de las ruinas de Menfis, la bblica Nof. Foto de Susana Alegre Garca.
61
62
Bibliografa:
Mientras que la primera parte hablaba de lo local y
de condena; aqu se asume un lenguaje universal y desalvacin. Esta porcin est compuesta de seis breves orculos que comienzan con la expresin: aquel (ese) da.
Estos, aunque pudieron estar originalmente en forma independiente, conforman en lneas generales una estructura bastante cerrada. Los egipcios recordarn a los
israelitas con miedo recordando las obras de Yahv. El
Entrevista egiptomanaca
Entrevista a
Miguel Jaramago Canora
LAURA DI NBILE CARLUCCI
64
nos falta ese gran bilinge, esa Rosetta que sirva de llave
definitiva.
Qu estudiaste?
Soy alumno de la Universidad Autnoma de Madrid.
Estudi Geografa e Historia (especialidad en Prehistoria
y Arqueologa) y, posteriormente, un interesante Mster en
Historia Antigua y Ciencias de la Antigedad. Para alguien
acostumbrado a trabajar durante la licenciatura en temas
del mundo mediterrneo preclsico y clsico, y de Egipto
antiguo de manera especfica, el Mster fue una sedimentacin poderosa y actualizada de conocimientos nuevos;
asomarse, por ejemplo, a la escritura sumeria fue un vrtigo y una apertura de horizontes insospechada.
S que has asistido a congresos y simposios, cuntanos
algo al respecto.
La asistencia a este tipo de eventos siempre es interesante; se conoce (y reconoce) lo que otros colegas estn
investigando, las lneas de trabajo en las excavaciones de
los grandes yacimientos y en los museos, en los campos de
la filologa y de la civilizacin. Es un aluvin de datos actualizados lo que uno se lleva de los congresos. Y, lo que es
ms importante, la convivencia en este tipo de actos
(donde estamos tantas horas juntos) suele ser muy fructfera, profesionalmente hablando.
65
66
Toda a Espaa, y que hoy se conserva en el Museo Arqueolgico Nacional. Como sabes, defiendo la tesis de que
los nombres propios recogidos en la cuarta lnea de esa estela no son egipcios, sino extranjeros, del Prximo Oriente
de poca persa. Una colonia de mercenarios judos haba
sido establecida en Asun por los persas, colonia a la que
pertenecen los famosos papiros arameos de Elefantina.
Trataba, pues, de encontrar la conexin entre los nombres
propios recogidos en la estela y la onomstica aramea de
Egipto.
Seguramente ms de una persona que lea esta entrevista se preguntar sobre qu tiene que estudiar una persona que quiera dedicarse a la Egiptologa?
Mi hoja de ruta personal podra ser perfecta para
alguien que quiera dedicarse a la Egiptologa. En la Universidad Autnoma de Madrid un estudiante interesado
en el Egipto antiguo tiene muchas herramientas a su alcance, desde una licenciatura general en Historia Antigua
hasta clases especficas acerca del Egipto faranico en el
Departamento de Historia Antigua: clases de historia, civilizacin, escritura jeroglfica, msteres, etc.
Desde luego, no es la nica opcin. Barcelona o La
Laguna ofrecen tambin buenas posibilidades en este sentido.
67
Pginas de Egiptologa
68
69
Novedades Editoriales
Sobre la traduccin
de los textos religiosos
ELISA CASTEL
Algunas de las herramientas para el estudio del antiguo Egipto pasan por el anlisis y comprensin de sus textos. El mercado editorial espaol cuenta con diversas traducciones, unas ms afortunadas que otras, de los grandes corpus religiosos que
produjo la civilizacin faranica, los cuales pueden resultar extremadamente tiles
para indagar en la religin y las prcticas sagradas de los antiguos egipcios. En estas
lneas trataremos de presentar los ms interesantes, comenzando con algunas de las
traducciones de los Textos de las Pirmides y del Libro de los Muertos pues, curiosamente, de los Textos de los Atades nadie se ha ocupado.
Esta traduccin, pese a no haber sido editada en papel, merece una especial mencin pues se trata de la nica existente en
espaol. Ha sido elaborada por Francisco
Lpez y Rosa Thode, los cuales han agregado notas y comentarios para una mejor
comprensin. Generosamente lo pusieron
a disposicin del pblico en la siguiente
direccin:
www.egiptologia.org/pdfs/LosTextosdelasPiramides.pdf
Los autores comienzan describiendo qu
son los Textos de las Pirmides y dnde se
grabaron, para despus hablan de su estructura y objetivo. Tras un repaso por la
historia de su descubrimiento se llega al
compendio de trabajos, a la relacin y comentario de las traducciones existentes y a
las consideraciones finales.
Un ndice de abreviaturas da paso a las
notas de lectura que nos explican los smbolos empleados en el texto para, por ejemplo, indicar lagunas o pasajes restaurados.
En una traduccin de este tipo fue imperativo aadir una amplia nota de los traductores donde se explicara cul haba sido
la base del trabajo, la filosofa a la hora de
70
por los telogos del Reino Nuevo. La primera edicin til en espaol fue la de Jos
Mara Blzquez Martnez y Federico Lara
Peinado (El libro de los Muertos, Madrid,
1984); una obra reeditada y corregida despus por Federico Lara y editada por Tecnos (1989, 1993, 2002, 2005, 2009).
El texto ha sido traducido teniendo en
cuenta la edicin del britnico E.A.W.
Budge y del francs P. Barguet, al juzgar
que son las mximas autoridades en el estudio de estos textos. Tambin se cotejaron las ediciones del alemn R. Lepsius,
del suizo E. Naville y del norteamericano
T.G. Allen.
No nos encontramos ante una versin directa de unos originales, sino tal y como
indica Lara Peinado es el resultado de una
puesta al da, lo ms cientfica posible en
cuanto a plasmacin lgica de ideas y sentimientos religiosos del propio textos, de cuantas traducciones solventes existen.
La obra se estructura en dos partes. Se inicia con un estudio preliminar en el que se
analiza la religin egipcia, ofreciendo una
visin del panten, de los sistemas teolgicos y de otros ritos funerarios (la momificacin, el entierro y las sepulturas). A
continuacin se adentra en el Ms All,
describiendo los componentes del hombre
y la literatura funeraria para despus tratar
el origen, formacin y estructura del Libro
de los Muertos, haciendo nfasis en su importancia religiosa. Otros aspectos de inters cierran este primer gran apartado,
entre ellos la simbologa, el juicio de las acciones, la Frmula para los vivos y una valoracin del corpus, concluyendo con al-
2 edicin
71
72
dentes y explicando su composicin. Cuarenta y dos notas ponen a nuestra disposicin aclaraciones y material para seguir
profundizando en el tema. La obra concluye con una cronologa, un listado bibliogrfico dividido por temas y un til ndice alfabtico.
A diferencia de otros autores, Barry J.
Kemp cree que el Libro de los Muertos no
tuvo un carcter secreto y que, muy por el
contrario fue una pieza fundamental del
saber de un egipcio culto, considerando
que algunos textos religiosos producidos
por la civilizacin egipcia se escribieron
para ser ledos en las casas, en voz alta. Cindose al Libro de los Muertos, Kemp
opina igualmente que no era un texto secreto, aunque requera estudios y el dominio de cierto vocabulario tcnico, una teora realmente innovadora cuya idea no
todos comparten.
Inexplicablemente, en la edicin espaola
el traductor, Gonzalo Garca, advierte en
la nota sobre la traduccin espaola, que
se han tomado textos selectivos y no extensos del Libro de los Muertos editado
por Federico Lara Peinado, pese a que
Kemp en la edicin inglesa prefiri utilizar
las traducciones de Faulkner y Allen. No
as los comentarios de Kemp que se reproducen ntegramente habindose traducido de la edicin original inglesa.
Est editado con tapa dura y carece de
ilustraciones.
El britnico Barry J. Kemp es catedrtico
de egiptologa en la Universidad de Cambridge. Durante muchos aos ha dirigido
excavaciones e investigaciones en Tell elAmarna y es autor de un gran nmero de
obras tanto divulgativas como de investigacin.
73
Detalle del papiro de Hunefer con una escena del Libro de los Muertos. Reinado de Setos I, din. XIX. Conservado en el British Museum de Londres (BM 9901/3)
74
Qu es
y dnde est?
Solucin en el prximo BIAE
Solucin a la imagen del BIAE 72: Pilar osiraco originalmente situado en el ala norte del patio peristilo del templo de Gerf Hussein construido por Rameses II.
Este pilar fue trasladado debido a la construccin de la gran presa de Asun y se halla en la actualidad reconstruido en New Kalabsha. Fotografa de Jaume Viv.
Amigos de la Egiptologa
Vive el antiguo Egipto