Teoría General Del Contrato
Teoría General Del Contrato
Teoría General Del Contrato
que era el vnculo que mediaba entre dos personas, tuviese ste su origen en un hecho
voluntario o en otro hecho no voluntario. Adems, el contractus era un vnculo que se
produca tan solo en relacin a un contenido determinado, al cual correspondan figuras
igualmente determinadas de contrato. Slo aquellas determinadas figuras de contrato
engendraban accin, esto es, eran reconocidas por el ordenamiento jurdico y protegidas
contra su incumplimiento.
Dos factores, posteriormente, contribuyeron a configurar el contrato como categora
genrica:
a) Por un lado, la formacin de la figura del contrato innominado, en el que se enfrentaban
dos prestaciones no determinadas, pero susceptibles de resolverse en una relacin;
b) Por otro lado, el nudo pacto, que en su origen no engendraba ni obligaciones ni accin
(ex nudo pacto, actio non nascitur), evoluciona durante la Edad Media, bajo la influencia
de los canonistas, de los partidarios del derecho natural y de los comercialistas, en el
sentido de que, lentamente, la voluntad de las partes adquiere el valor de elemento bsico,
que triunfa sobre el formalismo antiguo, y basta para dar vida al contrato. El contrato
moderno, en realidad, no es sino un pacto, es decir, un acuerdo de voluntades, capaz
cualquiera que sea su contenido- de dar vida a una obligacin. Pothier as lo entender, y
luego los cdigos consagrarn la misma idea. El contrato se transforma de esta manera en
un paradigma general y abstracto, susceptible de acoger un contenido cualquiera, con tal
que sea serio y lcito.4
3.- El concepto moderno5 de contrato.
El contrato es un acto jurdico bilateral o convencin que crea derechos y
obligaciones. Se atribuye a la voluntad de las partes un poder soberano para engendrar
obligaciones.
La voluntad de las partes es por lo tanto, al mismo tiempo:
Fuente de las obligaciones; y
Medida de dichas obligaciones, en cuanto ella fija el alcance o extensin de las
mismas.
La voluntad de las partes contratantes determina as el nacimiento del contrato y sus
efectos.
Tal concepto de contrato es fruto de la doctrina de la autonoma de la voluntad, que
recogida por el Cdigo Civil francs, tambin se encuentra como uno de los principios
fundamentales del Cdigo Civil chileno.
Para la doctrina, este principio fundamental de la autonoma de la voluntad, se
descompone, fundamentalmente, en dos subprincipios:
El consensualismo; y
La libertad contractual.6
Ambos subprincipios operan, segn se estudiar, en el momento en que nace el
contrato.
4
Ms adelante sern analizados, junto con los restantes subprincipios (efecto obligatorio
y efecto relativo del contrato) tambin derivados de la autonoma de la voluntad, y junto al
principio de la buena fe.
4.- El concepto de contrato en el Cdigo Civil chileno.
Nuestro Cdigo Civil menciona los contratos como una de las cinco fuentes clsicas
de las obligaciones: Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos
o ms personas, como en los contratos o convenciones (artculo 1437).
El artculo 1438 define a su vez el contrato o convencin, haciendo sinnimas
ambas expresiones: Contrato o convencin es un acto por el cual una parte se obliga para
con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas.
Tal confusin es criticada por una parte de la doctrina nacional, puesto que la convencin
es el gnero (acuerdo de voluntades destinado a crear, modificar, transferir o extinguir
derechos u obligaciones)7 y el contrato una especie de convencin (acuerdo de voluntades
destinado a crear derechos y obligaciones), recordndose que todo contrato es una
convencin, pero no toda convencin es un contrato. As, por ejemplo, la resciliacin o
mutuo disenso, el pago y la tradicin son actos jurdicos bilaterales o convenciones, pero no
son contratos, porque extinguen (los tres) y transfieren (la ltima) derechos y obligaciones,
pero no los crean. Por su parte, la novacin es a la vez convencin y contrato, porque
extingue y crea obligaciones, es decir, es al mismo tiempo un modo de extinguir las
obligaciones y un contrato. La renegociacin de un crdito, por ejemplo, es una convencin
que modifica obligaciones, pero no implica crear las mismas, pues su fuente generadora fue
el respectivo contrato de mutuo.
La definicin de contrato del Cdigo Civil chileno tiene su fuente en la del Cdigo
Civil francs, que en su artculo 1101 define la institucin en los siguientes trminos: El
contrato es la convencin por la cual una o ms personas se obligan, con otra u otras, a dar,
hacer o no hacer alguna cosa.
Sin embargo, cabe tener presente que esta confusin o identificacin entre
convencin y contrato tambin la podemos encontrar en otros cdigos civiles. Hoy, la
mayora de los cdigos enfatizan el acuerdo de voluntades como elemento esencial del
contrato, y no su contenido o finalidad. As, el Cdigo Civil italiano (del ao 1942), para el
cual contrato es el acuerdo de dos o ms partes para constituir, regular o extinguir entre
ellas una relacin jurdica patrimonial.8 Por su parte, el artculo 957 del Cdigo Civil y
Comercial argentino, establece: Contrato es el acto jurdico mediante el cual dos o ms
partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurdicas patrimoniales. El Cdigo Civil peruano, por su parte, claramente
basado en el Cdigo italiano, seala en su artculo 1351 que El contrato es el acuerdo de
7
En cambio, el acto jurdico puede tener un quinto fin: transmitir derechos y obligaciones, como ocurre en el
testamento. Ello no es posible tratndose de una convencin o contrato, pues adolecera de objeto ilcito,
habida cuenta de lo dispuesto en el artculo 1463 del Cdigo Civil, que proscribe los pactos sobre sucesiones
futuras.
8
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p.17; Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 40 y 41. Este ltimo autor
(ob. cit., pp. 48 y 49), subraya el distingo entre contratos y convenciones no sobre la base de que se originen o
no derechos y obligaciones (distingo que, segn vimos, no considera el Cdigo Civil italiano), sino
atendiendo a si disciplinan o no relaciones patrimoniales: si lo hacen, estamos ante un contrato, y en caso
contrario, ante una convencin. Tal distingo no es considerado en la doctrina chilena.
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dos o ms partes para crear, regular, modificar o extinguir una relacin jurdica
patrimonial.. El artculo 1254 del Cdigo Civil espaol, a su vez, dispone que El contrato
existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto de otra u otras, a
dar alguna cosa o prestar algn servicio.
En la doctrina francesa, el distingo entre convencin y contrato es reconocido por
Colin y Capitant, aunque relativizan su importancia. Parten proponiendo como concepto de
contrato el siguiente: El contrato o convencin es un acuerdo de dos o ms voluntades con
el fin de producir efectos jurdicos. Al contratar, las partes pueden proponerse, ya crear un
vnculo jurdico; crear o transferir un derecho real u originar obligaciones; ya modificar una
relacin existente; ya, por ultimo, extinguirla. El artculo 1101 parece distinguir el contrato
de la convencin, hacer de sta el gnero y de aqul la especie. En efecto, se reserva alguna
veces el nombre de contrato para las convenciones que tienen por objeto originar o
transmitir un derecho9, derecho de crdito o derecho real.10 Los autores franceses citan
acto seguido a Pothier, quien deca: La especie de convencin, que tiene por objeto
formar alguna obligacin, es la que se llama contrato, dice Pothier (Obligations, nm. 3,
edicin Bugnet, tomo II, pg. 4). Las convenciones que no constituyan contrato sern, pues,
los acuerdos de voluntades destinados a modificar o extinguir derechos, como la novacin o
el pago. Pero esta distincin entre los contratos y las convenciones slo tiene un inters de
terminologa; las mismas reglas generales se aplican a unos que a otros. Y hasta en algunos
casos el Cdigo emplea indiferentemente una u otra expresin.11
No todos concuerdan, sin embargo, con la crtica formulada al tenor del artculo
1438 en cuanto confundira contrato con la convencin. Patricio Carvajal, seala al
respecto que Desde luego, se intuye como insatisfactoria una respuesta que se basa en un
error o una confusin de carcter tan elemental. Esto, pues no resulta fcil aceptar que el
codificador, don Andrs Bello, haya cometido un error que en la prctica resulta
imperdonable incluso para un alumno que rinde su examen del primer curso de Derecho
Civil. Sostiene que la crtica incurre en un anacronismo, pues se plantea a partir de la
Teora del Negocio Jurdico, elaborada con posterioridad a la redaccin del Cdigo: En
nuestra opinin, el asunto no se puede solucionar al amparo de una aproximacin
metodolgica sincrnica, que consiste en analizar la cuestin nicamente a partir de
nuestras concepciones actuales; vale decir, dando validez atemporal y absoluta a la teora
general del negocio jurdico. Esta doctrina, dice, desconoce las normas que nos obligan a
asumir las definiciones de los artculos 1437 y 1438 como trminos de significacin legal
(artculo 20) y, adems, a desechar las interpretaciones que generen problemas de
correspondencia y armona con el propio Cdigo (artculo 22). Recuerda Carvajal que en el
Derecho francs, la convention lleg a identificarse con la categora general de contrato.
Durante la Edad Media, y principalmente por el aporte de los canonistas, se abandona la
regla romana nuda pactio obligationem non parit (no surge obligacin del simple pacto),
enfatizndose en cambio que tanto valen una simple promesa o convencin, como las
estipulaciones del Derecho Romano. Se proclam entonces el deber de respetar la palabra
dada, las convenances, bajo la regla toutes convenances sont a tenir. Esta tendencia se
9
Resulta evidente que los autores no emplean aqu la expresin transmitir en su acepcin propia, de traspasar
el dominio a la muerte del causante, sino en una acepcin amplia, de traspasar el dominio por acto entre
vivos, lo que corresponde ms bien, como sabemos, al acto de transferir.
10
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, Curso Elemental de Derecho Civil, Madrid, Instituto Editorial Reus,
ao 1951, Tomo III, tercera edicin espaola, p. 594.
11
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 594.
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plasmar en el artculo 1134 del Code, que reza: Las convenciones legalmente celebradas
tienen fuerza de ley entre aquellos que las han hecho. Luego, nuestro Cdigo Civil adopta
la frmula del Cdigo francs, asimilando las nociones de contrato y de convencin al
acuerdo de voluntades destinado a ser fuente de obligaciones. En tal contexto, la definicin
del artculo 1438 debe vincularse con el artculo 1437, tal como lo destaca Claro Solar,
cuando afirma que el Cdigo da por establecido en esta definicin (artculo 1438) que
contrato y convencin son cosas sinnimas, indican la misma idea; pero esta asimilacin es
motivada, porque da aqu a la palabra convencin el mismo sentido que acaba de atribuirle
el artculo 1437, de concurso real de las voluntades de dos o ms personas destinado a ser
fuente de las obligaciones. Consigna Carvajal que la referencia a las fuentes de las
obligaciones (artculo 1437) parece la clave ms importante para superar la aparente falta
de sistematicidad del Cdigo Civil al dar valores idnticos a los trminos contrato y
convencin. Aceptando, as, que contrato y convencin son sinnimos (y no puede ser de
otra forma, si se tiene en consideracin el artculo 20) y que dicha identificacin se refiere a
las fuentes de las obligaciones, la cuestin se resuelve. Concluye Carvajal que resulta
claro que nuestro Cdigo Civil, siguiendo el francs, utiliza el concepto de convencin
como criterio de clasificacin de las distintas fuentes de las obligaciones, por un lado se
encuentra el contrato, designado a estos efectos como convencin; y del otro, las fuentes
distintas del contrato: los cuasicontratos, delitos, cuasidelitos y la ley, todas ellas
designadas, en perfecta correlacin, como fuentes no convencionales. Vale decir, en un
sistema en que el concepto ordenante es el contrato, la oposicin entre fuentes
contractuales y fuentes no contractuales viene designada en cada uno de sus polos como
fuentes convencionales y fuentes no convencionales. As, desde la perspectiva de las
fuentes de las obligaciones convencin funciona como concepto delimitador, adoptando
la acepcin ms restringida de contrato: contrato o convencin tienen, por tanto, un
mismo significado.12
Una segunda crtica se formula a la definicin del artculo 1438, en cuanto al objeto
del contrato. Debemos recordar que el objeto de todo acto jurdico, y el contrato entre ellos,
son los derechos y obligaciones, mientras que tales derechos y obligaciones tienen a su vez
por objeto una prestacin que puede consistir en un dar, hacer o no hacer (artculo 1460).
De ah a que se diga que cuando el artculo 1438 seala que en el contrato una parte se
obliga para con otra a dar, hacer o no hacer, se omite una etapa, desde el momento que se
hace referencia a la prestacin como objeto del contrato, en circunstancias que la prestacin
es el objeto de la obligacin y no del contrato.
Una definicin de contrato ms precisa, siguiendo al profesor Jorge Lpez Santa
Mara, sera la siguiente: el contrato (es un acto jurdico que) engendra obligaciones y ()
stas a su vez tienen por objeto dar, hacer o no hacer alguna cosa13 (la definicin est
contenida en Los Contratos. Parte General, dos tomos, segunda edicin actualizada del ao
1998, la mejor obra en esta materia, y que seguiremos preferentemente en esta parte del
curso).
5.- Elementos del contrato.
12
Carvajal R., Patricio Ignacio, Arts. 1437 y 1438 del Cdigo Civil. Contrato y Convencin como
sinnimos en materia de fuentes de las obligaciones, en Revista Chilena de Derecho, Vol. 34, N 2, pp. 289 a
302, 2007.
13
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 18.
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Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 19 a 24; y Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 35 a 37.
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 597 y 598.
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combinan de manera que cada cual halla su satisfaccin; de esto deriva, en el conjunto, un
incremento de utilidad, de la que participan en varias medidas cada uno de los contratantes,
mientras que indirectamente se beneficia tambin la sociedad.16
Pero el contrato cumple tambin una funcin social: no slo sirve el contrato para la
satisfaccin de necesidades individuales. Adems, es un medio de cooperacin entre los
hombres. Pensemos que el trabajo, la vivienda, el estudio, la recreacin, la cultura, el
transporte, etc., implican usualmente una dimensin social o una relacin de cooperacin
entre diversas personas. En algunos cdigos, se recoge explcitamente la idea de la funcin
social del contrato, como en el artculo 421 del Cdigo Civil brasileo: La libertad de
contratar ser ejercida en razn y con los lmites de la funcin social del contrato.
Advirtamos s que slo en el Siglo XX lleg a consolidarse la funcin social de los
contratos, en una tendencia destinada a corregir ciertos abusos que se amparaban en la
nocin de contrato exclusivamente voluntarista, propia del Siglo XIX. Ello hizo intervenir
al legislador, dictando normas imperativas reguladoras de las clusulas ms importantes de
aquellos contratos considerados socialmente ms significativos. Aparece as el contrato
dirigido, bajo la impronta del orden pblico social o de proteccin de aquellos individuos
dotados de menos poderes de negociacin, o sea, contratantes ms dbiles, frente a otros
colocados en una posicin ms fuerte.
Aclaremos s que no siempre la cooperacin se impone a los contratantes
externamente, por el poder pblico, sino que puede alcanzarse espontneamente, cuando los
particulares anan esfuerzos en torno a un objetivo de relevancia social.
Desde otro punto de vista, la funcin social de los contratos se relaciona
directamente con el principio de la buena fe, que impone a cada contratante el deber de
lealtad y de correccin frente a la otra parte durante todo el iter contractual, vale decir,
desde las negociaciones o conversaciones preliminares fase precontractual-, pasando por
la celebracin del acto jurdico hasta la ejecucin del contrato y abarcando incluso las
relaciones postcontractuales.
Desglosando las funciones econmica y social de los contratos, distinguen los
autores diversas subfunciones de los contratos, en todo caso no taxativas:
a) Funcin de cambio o de circulacin de los bienes y de prestacin de servicios: que se
realiza mediante los contratos traslaticios de dominio, por ejemplo, la compraventa, la
permuta, la donacin, el mutuo, la transaccin (cuando recae en un objeto no disputado), el
aporte en dominio a una sociedad, el cuasiusufructo y el depsito irregular. Como expresa
Messineo, la institucin jurdica del contrato es un reflejo de la institucin jurdica de la
propiedad. El contrato es el vehculo de la circulacin de la riqueza.17 Este autor distingue
diversas clases de contratos de cambio: i) Contratos de cambio dirigidos a realizar un do ut
des, en los cuales la materia del cambio es un dar a ttulo oneroso, como una compraventa o
una permuta; ii) Contratos de cambio, dirigidos a realizar un do ut facias, en los cuales la
materia es un facere, es decir, la asuncin de una obligacin de hacer por parte del deudor,
contra una prestacin consistente en un dar, como el arrendamiento de servicios o el
contrato de trabajo; iii) Contratos de cambio dirigidos a realizar un facio ut facias, en los
cuales hay dos prestaciones de la misma estructura, si bien no del mismo contenido, que se
enfrentan, como ocurre con la prestacin de servicios recprocos (por ejemplo, dos personas
16
17
que acuerdan constituirse cada una mandatario de la otra); iv) Contratos de cambio en los
cuales se da una cosa o se asume una obligacin sin retribucin, cual es la donacin.18
b) Funcin de crdito: mutuo, contratos bancarios. Estas son figuras onerosas;
excepcionalmente, esta funcin es gratuita, como ocurre en el comodato o prstamo de uso.
c) Funcin de garanta: mediante contratos accesorios como la prenda, la hipoteca o la
fianza, destinados a fortalecer el derecho del acreedor a obtener el cumplimiento de la
obligacin principal caucionada.
d) Funcin de custodia: a travs de contratos destinados a la guarda y conservacin de
bienes ajenos, como el depsito.
e) Funcin de uso y goce: que se concreta en contratos que proporcionan a un tercero el uso
y a veces el goce de una cosa, pero no el dominio, como el arrendamiento, el usufructo, los
contratos que generan los derechos reales de uso y la habitacin.
f) Funcin laboral: contrato de trabajo, contrato de arrendamiento de servicios, mandato
(especialmente el mercantil a comisionistas).
g) Funcin de previsin o de prevencin del riesgo social: seguros mutuos, seguros
comerciales, renta vitalicia, contratos con administradoras de fondos de pensiones,
instituciones de salud previsional, etc.
h) Funcin cultural y educativa: contrato de prestacin de servicios educacionales, de
investigacin cientfica, de extensin, etc.
i) Funcin de recreacin: hotelera, transporte con fines tursticos, contratos de
espectculos, el juego y la apuesta, etc.
j) Funcin de cooperacin: si bien se encuentra prcticamente en todos o en casi todos los
contratos, aparece ms patente en los llamados actos intuitu personae, como el mandato, la
donacin, las sociedades de personas, etc.
k) Funcin de previsin o de prevencin del riesgo jurdico: contratos dirigidos a prevenir o
dirimir una controversia, como son el compromiso o la transaccin.
7.- Clasificacin de los contratos.
Al respecto, debemos considerar en primer lugar aquellas clasificaciones legales,
contenidas en el Cdigo Civil, y en segundo lugar, aquellas que ha ido elaborando la
doctrina recogiendo la cambiante realidad social, cultural y econmica, cuya dinmica
ciertamente excede las fijaciones que el legislador puede efectuar.
7.1. Clasificaciones del Cdigo Civil chileno.
A) Contratos unilaterales y bilaterales.
a.1) Conceptos.
Se refiere a esta clasificacin, el artculo 1439 del Cdigo Civil: El contrato es
unilateral cuando una de las partes se obliga para con otra que no contrae obligacin
alguna; y bilateral, cuando las partes contratantes se obligan recprocamente.
18
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 35 y 36. Estos distingos, nos recuerdan aquellos que formulara, a
propsito de la causa, Jean Domat.
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La expresin contratos sinalagmticos encierra una tautologa, pues synallagma quiere decir contrato:
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 605. As por lo dems lo entiende el Diccionario de la Lengua
Espaola.
20
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 100 y 101.
21
El artculo 1489 tiene su fuente en el artculo 1184 del Cdigo Civil francs, que consigna: La condicin
resolutoria se sobreentiende siempre en los contratos sinalagmticos, en el caso de que una de las dos partes
no cumpla su obligacin. En este caso, el contrato no se resuelve de pleno derecho. La parte respecto de la
cual no ha sido cumplida la obligacin, puede elegir entre obligar a la otra al cumplimiento de la convencin,
cuando ello es posible, o pedir la resolucin con la indemnizacin de daos y perjuicios. La resolucin debe
ser pedida ante los Tribunales, y stos pueden conceder al demandado un plazo, segn las circunstancias.
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10
En tal sentido, Alessandri Rodrguez, Arturo, Curso de Derecho Civil. Tomo III, De las Obligaciones,
Santiago, Editorial Nascimento, ao 1941, p. 76; Somarriva Undurraga, Manuel, Las Obligaciones y Los
Contratos ante la Jurisprudencia, segunda edicin actualizada por Ramn Domnguez Benavente, Santiago,
Editorial Jurdica de Chile, ao 1984, pp. 12 y 13. Cita abundante jurisprudencia.
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11
Claro Solar, Luis, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Tomo Dcimo, De las
Obligaciones, Santiago, Editorial Nascimento, ao 1936, pp. 190 a 193.
24
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 777.
25
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 607.
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12
que deca Domat, atinente a esta materia: Siendo la obligacin de uno el fundamento de la
del otro, el primer efecto de la convencin es el de que cada uno de los contratantes puede
obligar al otro a cumplir su obligacin cumpliendo l la suya por su parte. Colin y
Capitant recuerdan tambin lo que afirmaba Pothier, en la misma lnea de Domat: En los
contratos sinalagmticos se presume que cada uno slo quiere cumplir su obligacin en
tanto la otra parte cumple al mismo tiempo la suya.26 La excepcin de contrato no
cumplido se descompone en dos hiptesis: non adimpleti contractus, cuando se opone dicha
excepcin al acreedor (y a la vez deudor tambin) que ninguna parte de su obligacin ha
cumplido; y non rite adimpleti contractus, cuando se opone la excepcin al acreedor (y
tambin deudor) que slo ha cumplido una parte de su obligacin. Procede en ambos
casos? Nadie podra discutir que en el primero, la excepcin es completamente admisible.
En el segundo caso, la cuestin no es tan clara. Es cierto que el demandado, en cuanto es
tambin acreedor del demandante, tiene derecho a recibir un pago ntegro de su crdito, y si
tal no ha ocurrido, podra levantar la excepcin. Pero no es menos cierto que si el
demandante ha cumplido con buena parte de su obligacin, han surgido voces que han
planteado que no parece razonable admitir que el demandado, quien en nada ha cumplido,
pueda oponer al actor la excepcin non rite adimpleti contractus. Esta cuestin viene a ser
la otra cara del problema, ya mencionado, de si puede el contratante diligente demandar la
resolucin del contrato, cuando el demandado ha dejado de cumplir con una parte
insignificante de su obligacin. Por lo dems, bien podra afirmarse que si cumpli lo
principal, es porque est llano a cumplir con lo que resta.
4 Cesin del contrato: en los contratos bilaterales, puede ocurrir que una de las partes ceda
a un tercero el conjunto de sus crditos y obligaciones que emanan del contrato. Para que
ello ocurra, es necesario sin embargo que consienta el otro contratante, pues de aceptarse la
cesin sin que consienta en ella la otra de las partes del contrato, estaramos tolerando una
novacin por cambio de deudor, sin que el acreedor consienta en ello, lo que vulnera lo
dispuesto en el artculo 1635 del Cdigo Civil.27 En cambio, en un contrato unilateral,
cuando la nica parte que tiene derecho a recibir la prestacin, transfiere su derecho a otro,
estaremos no ante la cesin del contrato, sino ante la cesin del crdito.28
5 Resolucin y revisin del contrato: segn lo estudiamos, en la doctrina comparada y en
algunas legislaciones, se admite en los contratos bilaterales la resolucin o la revisin de
los contratos por excesiva onerosidad sobreviniente: teora de la imprevisin, estrictamente
26
13
ligada con los contratos onerosos, de ordinario opera respecto de los contratos onerosos
bilaterales (lo que no excluye, en algunos casos, que pueda operar en un contrato oneroso
unilateral).29
a.3) Contratos sinalagmticos imperfectos.30
En el contrato propiamente bilateral o sinalagmtico perfecto, todas las obligaciones
nacen al mismo tiempo: al momento de perfeccionarse el contrato por la formacin del
consentimiento, o si se trata de contratos solemnes, al cumplirse la solemnidad, o si
estamos ante contratos reales, con la entrega de la cosa (ste ltimo caso, slo en teora,
pues en la prctica los contratos reales son unilaterales).
Las obligaciones, que han nacido en un mismo instante, son interdependientes, de
manera que lo que a unas afecta, repercute en las otras. Tal interdependencia no se agota en
el nacimiento del contrato, sino que se mantiene durante su ejecucin y se proyecta hasta su
extincin.
Puede ocurrir sin embargo, que ciertos contratos que nacen como unilaterales, por
circunstancias posteriores a su generacin originen obligaciones para aquella de las partes
que inicialmente no contrajo obligacin alguna. Tales son los denominados contratos
sinalagmticos imperfectos.
As ocurre, por ejemplo, en el depsito y en el comodato, contratos unilaterales,
pues slo generan obligaciones para el depositario y el comodatario, pero que pueden, a
posteriori, generar obligaciones para el depositante y para el comodante, que consistirn en
el reembolso de los gastos de conservacin de la cosa o en indemnizar los perjuicios
ocasionados por la mala calidad de la cosa (artculos 2235, 2191 y 2192). Igual acontece en
la prenda (artculo 2396).
La doctrina critica sin embargo la denominacin de sinalagmticos o bilaterales
imperfectos, porque da la idea que en definitiva nos encontramos ante contratos bilaterales,
lo que no es exacto. En efecto, los contratos siguen siendo unilaterales, y tal naturaleza la
debemos buscar al momento de su nacimiento o formacin. El contrato unilateral no pierde
su naturaleza si por hechos sobrevinientes queda obligada la parte que inicialmente no lo
estaba. Las nuevas obligaciones, en verdad, no tienen su fuente en el contrato, sino en la
ley, siendo independientes de las otras obligaciones primitivas, y no interdependientes.31
Las obligaciones primitivas, entonces, tienen por fuente el contrato, mientras que en el caso
de las sobrevinientes, es la ley. Por lo dems, las obligaciones para el acreedor son
eventuales, responden a un hecho que hubiera podido no producirse.32
No tienen lugar en los contratos sinalagmticos imperfectos, por tanto, las
instituciones que antes resebamos como propias de los contratos bilaterales: condicin
resolutoria tcita (con las salvedades que hicimos respecto del comodato y la prenda), la
teora de los riesgos y la excepcin de contrato no cumplido. Algunos autores, sin embargo,
intentan asimilar la ltima a estos contratos unilaterales, pero ello debe descartarse, desde el
29
Acerca de la resolucin del contrato con prestaciones recprocas (o bilateral) por excesiva onerosidad
sobreviviente de la prestacin, Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 373 a 400.
30
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 101 y 102.
31
Como seala Messineo, en el contrato sinalagmtico imperfecto las dos series de obligaciones nacen en
momentos distintos y en virtud de razones diversas y no se encuentran en ese nexo lgico de interdependencia
en que estn en los contratos con prestaciones recprocas: Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, p. 415.
32
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 606.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
14
momento que la ley otorga en este caso otro instrumento: el derecho legal de retencin
(artculos 2193 y 2234).
a.4) Contratos plurilaterales o asociativos.33 34
Son aquellos contratos que provienen de la manifestacin de voluntad de dos o ms
partes, todas las cuales resultan obligadas en vista de un objetivo comn. Arranca este
concepto del Cdigo Civil italiano.
Esta nocin se aplica especialmente al contrato de sociedad. En verdad, entre
contrato bilateral y plurilateral no hay diferencia cualitativa o de fondo, sino slo
cuantitativa. El contrato plurilateral, sin perjuicio de ciertos rasgos distintivos, sera una
especie de contrato bilateral.
En la doctrina comparada, especialmente italiana, se indican algunas diferencias
entre uno y otro:
1 En los contratos bilaterales surgen obligaciones correlativas y diferentes para las partes
(por ejemplo, en la compraventa, la entrega de la cosa por el vendedor y el pago del precio
por el comprador); en los plurilaterales, cada parte adquiere derechos y contrae
obligaciones de idntica naturaleza y respecto a todos los dems (en el contrato de
sociedad, por ejemplo, todos los socios se obligan a efectuar un aporte y a soportar las
eventuales prdidas).
2 En los contratos bilaterales, los vicios del consentimiento traen consigo la nulidad del
acto jurdico; en los plurilaterales, el vicio de que adolece la voluntad de uno de los
contratantes implica la ineficacia de su concurso al acto jurdico, pero el contrato mantiene
validez en la medida que las otras partes puedan lograr la finalidad en vista de la que se
contrat. En otras palabras, el contrato subsiste entre las dems partes.
3 En principio, los contratos bilaterales estn circunscritos a las partes originalmente
contratantes (aunque cabe la posibilidad de cesin del contrato); los plurilaterales permiten
el ingreso de nuevas partes o el retiro de las originales (en la sociedad, el retiro e ingreso de
socios).
4 Los contratos bilaterales suelen extinguirse tan pronto nacen, suelen ser de ejecucin
instantnea (aunque, en ocasiones, tambin pueden ser de ejecucin diferida), mientras que
los plurilaterales suelen generar situaciones estables, jurdicas y econmicas, destinadas a
durar un tiempo prolongado (son, por ende, de tracto sucesivo o incluso de duracin
indefinida).
B) Contratos gratuitos y onerosos.35 36
b.1) Conceptos.
El artculo 1440 del Cdigo Civil define unos y otros: El contrato es gratuito o de
beneficencia cuando slo tiene por objeto la utilidad de una de las partes, sufriendo la otra
el gravamen; y oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes,
33
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 103 a 105.
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 76 a 78.
35
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 105 a 113.
36
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 416 a 420.
34
15
gravndose cada uno a beneficio del otro. El aspecto fundamental reside en la utilidad
que preste el contrato a las partes. Contrato a ttulo oneroso es por tanto aqul en que cada
parte paga la ventaja que obtiene del contrato, es decir, percibe un beneficio a cambio de
una contraprestacin actual o futura. Contrato a ttulo gratuito, en cambio, es aqul en que
una de las partes se procura una ventaja sin que ello le demande un sacrificio, porque no
debe suministrar una contraprestacin a cambio del beneficio que recibe.
Como seala Lpez Santa Mara, lo que permite clasificar a los contratos en
gratuitos y onerosos es un criterio econmico, y no un criterio eminentemente tcnicojurdico, como el que sirve de base a la distincin entre contratos unilaterales y bilaterales.
De lo que se trata es discernir si el contrato resulta til o provechoso para una de las partes
o para ambas.37
El criterio anterior, que resalta el beneficio o utilidad como elemento esencial, ha
sido discutido por otros autores. As, para Somarriva, para ser oneroso el contrato, las
partes deben gravarse recprocamente; la discrepancia entre los dos autores citados, se
resume en lo siguiente: para concluir si estamos o no ante un contrato oneroso, basta, para
Lpez Santa Mara, que el contrato reporte utilidad para ambas partes, aunque dicho
beneficio lo obtenga uno de los contratantes de un tercero ajeno al contrato (como ocurre en
el caso de una garanta constituida por un tercero a cambio de un pago realizado por el
deudor); en cambio, para Somarriva, adems del beneficio para ambos, es necesario que las
dos partes se graven recprocamente, segn se desprende del artculo 1440 del Cdigo
Civil.38
b.2) Clases de contratos gratuitos.
El contrato gratuito, que no reporta utilidad para una de las partes, puede o no
implicar, adems, empobrecimiento para el mismo contratante. Si se produce tal merma
patrimonial, como por ejemplo ocurre con el contrato de donacin, podemos hablar de
contratos gratuitos propiamente tales; cuando no se produce un empobrecimiento, es decir,
cuando uno de los contratantes, movido del deseo de prestar un servicio a otro, no se
empobrece en su beneficio, pero no recibe nada a cambio de la prestacin que hace o se
obliga a hacer, estamos ante contratos gratuitos desinteresados. Es lo que acontece, por
ejemplo, en el comodato, el depsito y la fianza no remunerada.39
b.3) Acerca de si los contratos bilaterales son siempre onerosos: regla general y
excepciones.
Para Ramn Meza Barros, los contratos bilaterales son siempre onerosos: al
obligarse, ambas partes reportan un beneficio y soportan el gravamen que significa la
obligacin recproca.
Tal conclusin (que tambin sustentan Abeliuk, Mery y Somarriva), es criticada por
Lpez Santa Mara: seala ste que aun cuando lo habitual es que los contratos bilaterales
sean onerosos, existen figuras concretas de contratos bilaterales gratuitos, citando al efecto:
37
16
40
17
1 Para determinar el grado de culpa de que responde el deudor (artculo 1547): tratndose
de los contratos onerosos, el deudor responde de la culpa leve, considerando que se obtiene
por ambas partes un beneficio mutuo. En cambio, en los contratos gratuitos, debemos
distinguir a qu parte reporta utilidad el contrato; si slo reporta utilidad al deudor
(comodato, por regla general), responde hasta de la culpa levsima, mientras que slo
responde de la culpa lata o grave, si quien recibe la utilidad es la contraparte (el depsito,
por regla general). De esta manera, en los diversos contratos regulados por el Cdigo Civil
se responde de la siguiente manera:
Contrato de compraventa: las partes responden hasta de culpa leve;
Contrato de arrendamiento: las partes responden hasta de culpa leve;
Contrato de sociedad: las partes responden hasta de culpa leve;
Contrato de transaccin: las partes responden hasta de culpa leve;
Contrato de prenda: el acreedor prendario responde hasta de culpa leve;
Contrato de comodato: el deudor responde incluso de culpa levsima.
Contrato de depsito: el deudor responde slo de culpa lata;
Contrato de hipoteca: el deudor (constituyente) responde hasta de culpa leve;
Contrato de promesa: las partes responden de culpa leve.
Contrato de anticresis: el acreedor anticrtico responde hasta de culpa leve.
2 Tratndose de la obligacin de saneamiento de la eviccin: esta se reglamenta en la
compraventa (artculo 1838 y siguientes), arrendamiento (artculos 1928 y siguientes) y la
sociedad (artculo 2085), pero en la doctrina nacional y comparada, se sostiene que es una
obligacin de la naturaleza de todo contrato oneroso. Algunos cdigos civiles (argentino 43 y
peruano) establecen que el saneamiento de la eviccin se aplica a los contratos onerosos en
general.
3 En los contratos gratuitos, la persona con quien se contrata es de relevante importancia:
se trata de contratos intuitu personae. En consecuencia, el error en cuanto a la persona,
vicia el consentimiento (artculos 1455, 1681 y 1682). En los contratos onerosos, la
identidad de la persona con quien se contrata es normalmente indiferente, de manera que un
error en tal aspecto no tiene trascendencia jurdica, no vicia el consentimiento.
Excepcionalmente, los contratos onerosos son intuitu personae, como por ejemplo
tratndose de la transaccin (artculo 2456) o en el caso del mandato remunerado o de la
sociedad de personas.
4 Los contratos gratuitos imponen ciertos deberes a quienes reciben los beneficios: as se
aprecia en nuestro ordenamiento positivo, en las donaciones entre vivos, las que son
revocables por ingratitud del donatario (artculos 1428 y siguientes). Ello es una excepcin
a la irrevocabilidad de las donaciones entre vivos. Por su parte, el donatario est obligado a
proporcionar alimentos al donante que le hizo una donacin cuantiosa (artculo 321 nmero
5); el donante, por su parte, goza del beneficio de competencia, si el donatario le demanda
el cumplimiento de la gratuidad (artculos 1417, 1625 que define el beneficio de
competencia- y 1626 nmero 5).
43
Disponen los artculos 1033 y 1034 del Cdigo Civil y Comercial argentino: Artculo 1033.- Sujetos
responsables. Estn obligados al saneamiento: a. el transmitente de bienes a ttulo oneroso; b. quien ha
dividido bienes con otros; c. sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a
ttulo oneroso. Artculo 1034.- Garantas comprendidas en la obligacin de saneamiento. El obligado al
saneamiento garantiza por eviccin y por vicios ocultos conforme a lo dispuesto en esta Seccin, sin perjuicio
de las normas especiales.
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44
45
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 113 a 118.
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 422 a 426.
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rescindibles por lesin enorme, puesto que la equivalencia es subjetiva, las prestaciones se
miran como equivalentes por las partes (aunque en verdad bien puedan no serlo).
Excepcionalmente, esta equivalencia debe fijarse dentro de ciertos lmites, cuando la
ley as lo establece, y la sancin en caso de contravencin ser la nulidad relativa o la
reduccin de la prestacin excesiva o el aumento de la prestacin nfima. Tal acontece en la
compraventa y la permuta de bienes races, por ejemplo.
Tratndose de la lesin enorme, la equivalencia deja de ser subjetiva y se torna
objetiva, considerando la grave desproporcin de las prestaciones que las partes miraron
como equivalentes.
En nuestra legislacin, los nicos casos en que se puede alegar lesin enorme, son
los siguientes:
Compraventa voluntaria de inmuebles: arts. 1888 a 1896; el artculo 1889 dispone:
El vendedor sufre lesin enorme, cuando el precio que recibe es inferior a la mitad
del justo precio de la cosa que vende; y el comprador a su vez sufre lesin enorme,
cuando el justo precio de la cosa que compra es inferior a la mitad del precio que
paga por ella. / El justo precio se refiere al tiempo del contrato.
Permuta de inmuebles, por aplicacin de las normas de la compraventa, art. 1900:
Las disposiciones relativas a la compraventa se aplicarn a la permutacin en todo
lo que no se oponga a la naturaleza de este contrato; cada permutante ser
considerado como vendedor de la cosa que da, y el justo precio de ella a la fecha del
contrato se mirar como el precio que paga por lo que recibe en cambio.;
Mutuo con inters; habr lesin, cuando se pacte un inters que exceda el mximo
convencional. En cuanto al mutuo de cosas fungibles y consumibles que no sean
dinero, dispone el artculo 2206: El inters convencional no tiene ms lmites que
los que fueren designados por ley especial; salvo que, no limitndolo la ley, exceda
en una mitad al que se probare haber sido inters corriente al tiempo de la
convencin, en cuyo caso ser reducido por el juez a dicho inters corriente.; en
cuanto al mutuo de dinero, establece el artculo 6, inciso final de la Ley nmero
18.010: No podr estipularse un inters que exceda el producto del capital
respectivo y la cifra mayor entre: 1) 1,5 veces la tasa de inters corriente que rija al
momento de la convencin, segn determine la Superintendencia para cada tipo de
operacin de crdito de dinero, y 2) la tasa de inters corriente que rija al momento
de la convencin incrementada en 2 puntos porcentuales anuales, ya sea que se
pacte tasa fija o variable. Este lmite de inters se denomina inters mximo
convencional; el artculo 8, inciso 1, de la misma Ley, agrega: Se tendr por no
escrito todo pacto de intereses que exceda el mximo convencional, y en tal caso los
intereses se reducirn al inters corriente que rija al momento de la convencin o al
momento en que se devenguen los respectivos intereses, en el caso de las
operaciones a que se refiere el inciso primero del artculo 6 ter.
Anticresis, art. 2443: Las partes podrn estipular que los frutos se compensen con
los intereses, en su totalidad, o hasta concurrencia de valores. / Los intereses que
en Temas de Derecho, edicin especial Jornadas de Derecho Civil en Homenaje al Bicentenario del Cdigo
Civil Francs, Santiago, Universidad Gabriela Mistral, enero-diciembre 2004, Ao XIX, nmeros 1 y 2, pp.
147 a 174.
54
Cfr. Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 654 a 659.
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As, por ejemplo, pinsese en un heredero que acepta una herencia intestada, pero despus aparece un
testamento, y en l, si bien se le instituye asignatario de la cuarta de libre disposicin y de la cuarta de
mejoras, ambas son gravadas en trminos muy onerosos para el causahabiente; o, por ejemplo, un heredero
testamentario que acepta a la luz del testamento del causante, pero despus aparece un segundo testamento,
que sin revocar el primero, lo complementa, imponiendo los aludidos gravmenes. En ambos casos, el
asignatario bien podra arrepentirse de haber aceptado, alegando la lesin grave.
56
No fue esta la idea original de nuestro legislador: en los primeros proyectos de Cdigo Civil, la lesin
enorme, como destaca Alejandro Guzmn Brito, apareci tratada bajo dos conceptos: como vicio general del
consentimiento en los contratos conmutativos y como causa particular de rescisin del contrato de
compraventa y de permuta. Hasta el Proyecto de 1853, deca el artculo 1638 del mismo: La lesin, como
causa de vicio en los contratos, es propia en los conmutativos; i para viciar un contrato, ha de ser enorme, esto
es, tal que el valor de lo que el uno de los contratantes da al otro no llegue a la mitad del valor de lo que el
otro reciba de l, no constando haber habido intencin de donar el exceso. / No se entender haber habido tal
intencin sino cuando se mencionen especficamente las cosas o cantidades que se donan. La norma no
subsisti en el Proyecto definitivo del ao 1855: Cfr. Guzmn Brito, Alejandro, ob. cit., pp. 207 y 208.
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23
Los clculos deben hacerse segn valores al tiempo del acto y la desproporcin debe
subsistir en el momento de la demanda. / El afectado tiene opcin para demandar la nulidad
o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se debe transformar
en accin de reajuste si ste es ofrecido por el demandado al contestar la demanda. / Slo el
lesionado o sus herederos pueden ejercer la accin. Por su parte, el artculo 157 del
Cdigo Civil brasileo, establece: Ocurre una lesin cuando una persona, bajo necesidad
apremiante, o por inexperiencia, se obliga a una prestacin manifiestamente
desproporcionada al valor de la prestacin opuesta. / 1 Apreciase la desproporcin de las
prestaciones segn los valores vigentes al tiempo en que fue celebrado el negocio jurdico.
2 No se decretar la anulacin del negocio, si fuere ofrecido suplemento suficiente o si la
parte favorecida concordare con una reduccin del provecho. A su vez, el artculo 21 del
Cdigo Suizo de las Obligaciones de 1912, establece: En caso de desproporcin evidente
entre la prestacin prometida por una de las partes y la contraprestacin de la otra, la parte
lesionada puede en el plazo de un ao, declarar que rescinde el contrato y repetir lo que ha
pagado si la lesin ha sido determinada por la explotacin de su necesidad, de su ligereza o
de su inexperiencia. El plazo de un ao se cuenta desde la celebracin del contrato. El
artculo 138 del Cdigo Civil alemn, dispone: Ser nulo todo acto jurdico contrario a las
buenas costumbres, y en particular aqul por el cual, explotando cualquiera la necesidad
(algunos traducen aqu desgracia), la ligereza o la inexperiencia de otro, se haga prometer o
dar por l o por un tercero, a cambio de una prestacin, ventajas patrimoniales que excedan
el valor de esta prestacin, de tal modo que, segn las circunstancias, las ventajas estn en
enorme discordancia con ella. El Cdigo Civil peruano tambin consagra la lesin como
una sancin genrica (aplicable an en los contratos aleatorios), consignando en el artculo
1447: Artculo 1447.- Accin por lesin. La accin rescisoria por lesin slo puede
ejercitarse cuando la desproporcin entre las prestaciones al momento de celebrarse el
contrato es mayor de las dos quintas partes y siempre que tal desproporcin resulte del
aprovechamiento por uno de los contratantes de la necesidad apremiante del otro. / Procede
tambin en los contratos aleatorios, cuando se produzca la desproporcin por causa
extraas al riesgo propio de ellos. Agrega el artculo 1448: Presuncin de
aprovechamiento. En el caso del artculo 1447, si la desproporcin fuera igual o superior a
las dos terceras partes, se presume el aprovechamiento por el lesionante de la necesidad
apremiante del necesitado.
2 Aplicacin de la doctrina de la imprevisin (originada en Francia) o resolucin o
revisin de los contratos por excesiva onerosidad sobreviniente (originada en Italia). Esta
doctrina slo podra tener cabida tratndose de los contratos conmutativos. Nos remitimos a
lo que explicamos sobre el particular, a propsito del estudio de los actos jurdicos y
principalmente de las obligaciones, al tratar de la Teora de la Imprevisin. A diferencia del
Cdigo chileno, en otros cdigos se contempla expresamente la figura: as, en el Cdigo
Civil peruano, artculos 1440 a 1446, en el ttulo Excesiva onerosidad de la prestacin y
en el Cdigo Civil brasileo, artculos 478 a 480, en la seccin De la resolucin por
onerosidad excesiva.
D) Contratos principales y accesorios.
d.1) Conceptos.
24
Somarriva Undurraga, Manuel, Tratado de las Cauciones, Santiago de Chile, Editorial Jurdica EdiarConoSur Ltda., sin ao, p. 8.
58
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 119.
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25
Lo mismo ocurre en el artculo 2743 del Cdigo Civil italiano, segn destaca Messineo: ob. cit., Tomo I, p.
436. Seala al efecto: se ha observado que adems del influjo del contrato principal sobre el accesorio ()
puede existir influjo del contrato accesorio sobre el principal como seguramente lo demuestran el artculo
2743, donde se prev que el acreedor puede pedir el pago inmediato si, habiendo perecido o habindose
deteriorado la cosa dada en garanta, sta no fuese reintegrada
60
Somarriva Undurraga, Manuel, Tratado de las Cauciones, Santiago, Editorial Jurdica Ediar-ConoSur
Ltda., sin ao, p. 217, quien a propsito de la ausencia en la prenda de una norma similar a las contempladas
en la fianza y en la hipoteca, refiere: Este silencio debemos interpretarlo en el sentido de que el legislador no
acepta la prenda para garantizar tal clase de obligaciones; silencio que resulta ms sugestivo si consideramos
que en el Cdigo la prenda est precisamente ubicada entre la fianza y la hipoteca. Corrobora esta
interpretacin el hecho de que el artculo 2385 diga que la prenda supone siempre una obligacin principal a
la cual accede, declaracin que no formula al referirse a las otras garantas citadas. Hay, entonces, una
estrecha relacin entre el silencio que guarda en la prenda sobre la posibilidad de que garantice obligaciones
futuras, y la expresa declaracin de que ella supone una obligacin a la cual accede. En la fianza e hipoteca,
por el contrario, no se exige este requisito, y expresamente se acepta que ellas puedan garantizar obligaciones
futuras. De cualquier manera, en la prctica la cuestin suele solucionarse recurriendo a la prenda sin
desplazamiento de la Ley N 20.190, que expresamente admite la posibilidad de garantizar obligaciones
indeterminadas o futuras: en su artculo 4, -obligaciones que pueden garantizarse con prenda-, se establece
que pueden caucionarse con esta prenda toda clase de obligaciones, presentes o futuras, estn o no
determinadas a la fecha del contrato. Puesto que la ley no distingue, podr tratarse de obligaciones propias o
ajenas (artculo 1 de la misma Ley), directas o indirectas, en moneda nacional o en moneda extranjera,
admitindose expresamente que estn determinadas o que se determinen ms adelante.
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29
cuerpo cierto. Tratndose del mutuo, el mutuario adquiere el dominio de lo recibido, pasa a
ser poseedor, quedando obligado a restituir otro tanto del mismo gnero y calidad. En este
punto, recordemos la figura del cuasiusufructo (art. 789), que muchos asimilan al mutuo
(arts. 2197 y 2198). Sin embargo, se aducen algunas diferencias entre ambas instituciones:
El ttulo constitutivo es diferente: el cuasiusufructo puede constituirse por ley,
testamento o contrato, mientras que el mutuo slo por contrato;
Slo el cuasiusufructuario tiene el deber de prestar caucin y hacer inventario;
Sus causales de extincin son diferentes.
Recordemos que la expresin tradicin que utiliza el art. 1443 no es del todo
correcta, excepto para el mutuo, siendo la correcta la expresin entrega, ms genrica. En
realidad, mejor habra sido que el Cdigo hubiere dicho: entrega o tradicin.
Finalmente, cabe destacar que, en principio, los contratos reales son unilaterales.
7.2. Clasificaciones doctrinarias de los contratos.70
A) Contratos nominados o tpicos y contratos innominados o atpicos.71
a.1) Concepto.
Los primeros son aquellos que han sido expresamente reglamentados por el
legislador en Cdigos o en leyes especiales y los segundos los que no lo han sido.
Como apunta Lpez Santa Mara, ms correcto sera hablar de contratos tpicos y
atpicos, puesto que existen numerosos contratos dotados de un nombre consagrado por el
repetido empleo y que sin embargo son atpicos, pues carecen de reglamentacin
especfica: contratos de talaje, de cuota litis y de opcin, por ejemplo.72
Podramos agregar una segunda razn: hay contratos que se encuentran regulados en
la ley, pero que no son nominados por sta, como por ejemplo, aquellos que convienen los
padres para regular el cuidado personal de los hijos o el ejercicio de la patria potestad.
a.2) Fuente de los contratos atpicos.
Los contratos atpicos no estn configurados por la ley y van surgiendo como
creacin de los particulares, fruto de la autonoma de la voluntad y del aforismo en el
Derecho Privado slo no puede hacerse aquello que la ley expresamente prohbe. En
definitiva, las partes van moldeando figuras contractuales en funcin de sus intereses. La
libertad contractual viene a ser as una directa consecuencia de la autonoma de la voluntad.
La jurisprudencia ha concluido: Dentro del principio de la libertad de las convenciones
nada hay que se oponga al valor y eficacia de los que revisten la condicin de innominados
mientras no pugnen con los preceptos jurdicos de orden pblico que corresponden a los
actos y declaraciones de voluntad y a las prescripciones generales que reglan toda clase de
contratos. Especialmente, se agrega, que tengan objeto y causa lcitos. Como expresa
Messineo, La verdad es que el contrato innominado reproduce, en trminos particulares, la
situacin, ms general, por la cual el derecho estatudo se encuentra, en un cierto modo,
70
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 129 a 162.
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 377 a 404.
72
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 129.
71
30
atrasado con respecto a la realidad vivida, en el sentido de que los institutos jurdicos tienen
por lo comn su germen, no en la fantasa de los juristas o del legislador, sino en la
inventiva prctica de los mismos interesados y encuentran generalmente una primera
disciplina en los usos, antes que la legislacin se apodere de ellos. El fenmeno del uso (o
costumbre) que ningn legislador moderno (por muy absorbente que sea) podra ni abolir
ni ignorar eficazmente, porque es un medio frecuente a travs del cual el derecho objetivo
se va adaptando incesantemente a las necesidades de la vida- encuentra una de sus ms
destacadas manifestaciones (si no la ms destacada), precisamente en la materia del
contrato por el trmite de los contratos nuevos, los cuales, aunque desconocidos por la ley,
encuentran igualmente su propia disciplina.73 Agrega Messineo que el contrato
innominado es el ndice ms seguro de que la vida jurdica no se fosiliza en formas
inmutables, sino que, por el contrario, est en perenne movimiento y en constante
evolucin.74
a.3) Clases de contratos innominados o atpicos.
La doctrina distingue tres clases de contratos innominados o atpicos:
Hay contratos con un contenido completamente extrao a los tipos legales; ellos no
tienen ningn parentesco conceptual con figuras disciplinadas por la ley. Se les
llama inditos, pues no corresponden en nada a los tipos reglamentados por el
legislador.75
Hay contratos en los cuales slo algunos elementos seran extraos a los legales,
mientras otros, con una funcin prevalente, seran legales, es decir, elementos
conocidos y propios solamente de un contrato dado;
Hay contratos construidos o compuestos por elementos que en su totalidad, estn
contemplados en la ley, pero que las partes combinan o disponen de manera diversa
a la que establece la ley. Se les llama tambin hbridos.76
Se afirma tambin que las dos primeras clases corresponderan al contrato innominado
o atpico en sentido estricto, mientras que la tercera correspondera a un contrato mixto.77
a.4) Calificacin del contrato atpico.
A la luz del art. 1545, ninguna diferencia existe desde el punto de vista de la
obligatoriedad para las partes, entre contratos tpicos y atpicos: ambos son una ley para las
partes, tienen plena fuerza obligatoria. El problema se plantea desde la perspectiva de los
efectos, es decir, cmo quedan regulados los efectos de los contratos atpicos, si las partes
no tuvieron en cuenta las dificultades sobrevinientes y por ende no acordaron para tales
casos las estipulaciones pertinentes. Corresponde determinar por qu normas supletorias
han de regirse. El criterio que se ha utilizado es el asimilar el contrato atpico al contrato o a
los contratos tpicos ms parecidos, a objeto de aplicar al primero las normas de los
73
31
segundos. Para ello, debe calificarse el contrato, es decir, establecer su naturaleza jurdica,
encuadrndolo en alguno de los tipos definidos por la ley, sobre la base de la esencia de las
circunstancias que configuran el contrato, prescindiendo de la denominacin que las partes
hayan empleado. Se trata de una cuestin de derecho, no de hecho, y como tal, susceptible
de revisin por la Corte Suprema va recurso de casacin en el fondo. Para calificar un
contrato atpico hay que interpretarlo, fijando para ello la intencin de los contratantes. As
se determinar la legislacin supletiva o supletoria de la voluntad de las partes, que se
aplicar en todo lo no previsto por stas. En sntesis, las lagunas contractuales se resuelven
recurriendo a la analoga, relegndose a un plano secundario a la equidad.78 Ahora bien, si
no existiere ninguna norma anloga, deber el juez fallar conforme a la equidad (artculo
170, nmero 5, del Cdigo de Procedimiento Civil).
a.5) Algunas hiptesis de contratos atpicos o innominados.
Con el nico propsito de mencionar algunos ejemplos, seguidamente aludimos a
algunos contratos atpicos o innominados:
Contrato de talaje: en verdad es una de las formas que puede asumir el contrato de
arrendamiento, como ha precisado un fallo de la Corte de Santiago de abril de 1898: El
contrato en virtud del cual una de las partes coloca animales a talaje en el fundo de la otra
es de arrendamiento y no de depsito, pues se concede el goce de los pastos del fundo a fin
de alimentar animales ajenos mediante la remuneracin estipulada79.La circunstancia de
que los animales sean talajeros no faculta la retencin de ellos por el dueo del talaje, en
razn de no habrsele pagado ste, sin que tal retencin haya sido ordenada o dictada
previamente por la autoridad competente (Corte de Santiago, fecha no expresada)80.
Contrato de opcin: nos referiremos a l al tratar de los contratos preparatorios.
Contrato de cuota litis: es aqul contrato en que una de las partes, el cliente, cede una
cuota o parte alcuota de sus derechos litigiosos a su abogado o procurador, en pago de la
defensa que ste se obliga a proporcionarle a fin de obtener que tales derechos sean
reconocidos por los tribunales de justicia.
Contrato de negociacin: es aqul destinado a regular los tratos negociales previos. Por
su intermedio, quienes entran en contacto con miras a celebrar un contrato, acuerdan
regular la negociacin ajustndola a ciertas reglas imperativas, que tienden a ordenarla y
hacerla ms transparente (por ejemplo, establecen a qu domicilios o correos electrnicos
deben enviarse los documentos, en qu plazo debe responderse a las propuestas que cada
parte formule, en qu plazo mximo debe concluir la negociacin, sea que tenga un
resultado feliz o que se frustre el objetivo perseguido, etc.). De existir un contrato de
negociacin y de infringir uno de los partcipes las clusulas del mismo, la responsabilidad
que pueda surgir deber regularse por las normas de la responsabilidad contractual.
78
32
81
La Ley nmero 19.281, rige el comnmente llamado leasing para la vivienda, de manera que ste no es
ya un contrato atpico o innominado. Advirtase s que en este contrato, el arrendatario promete comprar, o
sea est obligado a hacerlo, a diferencia del leasing mobiliario, en donde tiene la opcin para comprar o no.
82
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 135 a 137.
83
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 429 a 435.
84
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 135.
85
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 135.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
33
un cierto plazo; el mutuo (sea que se pague lo adeudado en una cuota, sea que se pague en
cuotas); contrato de construccin; contrato de apertura de lnea de crdito; etc.
Los contratos de tracto sucesivo o de ejecucin sucesiva, son aquellos que en el
perodo de tiempo establecido por la ley o acordado por las partes, van renovando sus
efectos. Su cumplimiento va escalonndose en el tiempo, durante un lapso prolongado.86 En
estos contratos, la relacin jurdica que vincula a las partes, tiene permanencia. Ejemplos:
contratos de arrendamiento, de sociedad y de trabajo. Estos contratos suelen llevar una
clusula en cuya virtud sus efectos se van renovando por perodos similares, salvo voluntad
contraria de las partes. La renovacin del contrato, sin embargo, no debe confundirse con la
figura denominada tcita reconduccin, que puede operar en el contrato de
arrendamiento. En efecto, cabe consignar que a propsito de este contrato, tanto en el
ejercicio forense como usualmente en la ctedra suelen emplearse como sinnimos la
renovacin automtica del contrato y la tcita reconduccin. En realidad, se trata de
figuras distintas, pues en la primera, el mismo contrato prolonga su vigencia, mientras que
en la segunda, nace una nueva relacin contractual, lo que tiene directa incidencia en la
pervivencia de las garantas constituidas por terceros, cuestin que no acaecer en la
hiptesis de tcita reconduccin. La confusin puede deberse a que el mismo Cdigo Civil,
en el artculo 1956, tras aludir a las conductas que ponen de manifiesto la intencin de las
partes de perseverar en el arriendo, agrega que en tal hiptesis se entender renovado el
contrato bajo las mismas condiciones que antes, frase que parece indicar que se trata del
mismo contrato. No es as, sin embargo. Como seala Meza Barros, La reconduccin
importa la celebracin de un nuevo contrato de arrendamiento, en las mismas
condiciones que el anterior; se mantendr idntico el precio y las dems modalidades del
contrato, pero variar su duracin. Cualquiera que haya sido la duracin del arriendo que
termin, el nuevo arrendamiento durar hasta tres meses si el bien arrendado es urbano, y
hasta que puedan recogerse los frutos pendientes y aprovecharse las labores realizadas, si se
trata de un predio rstico.87 Refirindose acto seguido a la suerte de las cauciones en caso
de tcita reconduccin, agrega: Puesto que el contrato que liga en lo sucesivo a las partes
es un nuevo contrato, se extinguen las cauciones constituidas por terceros para la seguridad
de las obligaciones derivadas del primero. La renovacin, en otros trminos, no afecta a los
terceros; stos no quedarn obligados sino a condicin de que accedan al nuevo contrato.88
En efecto, como una consecuencia de tratarse de una nueva relacin contractual, advierte el
artculo 1957 del Cdigo Civil que, que habiendo operado la tcita reconduccin del
contrato, se extinguirn las garantas constituidas por terceros (se aplica el mismo principio
consagrado en el artculo 1519, respecto a la solidaridad, y en los artculos 1642, 1645 y
1649, a propsito de la novacin). Por lo dems, ello igual podra ocurrir, aunque se tratase
de una renovacin del contrato en lugar de la tcita reconduccin, habida cuenta de lo
dispuesto en el citado artculo 1649 del Cdigo Civil, a menos que los terceros que haban
constituido las cauciones, hubiesen consentido, de antemano o en el momento en que se
produce, en la renovacin del mismo contrato. Por ende, la importancia del distingo, estara
circunscrita a las garantas constituidas por uno de los contratantes (el arrendatario,
usualmente) y no por un tercero.
86
34
Los contratos de duracin indefinida son aquellos que nacen sin que las partes fijen
un plazo expreso o tcito de vigencia de los mismos, teniendo stas la pretensin de que se
prolonguen en el tiempo, por perodos extensos: es el caso de sociedades que se pactan a
duracin indefinida (como es sabido, algunas son ms que centenarias), o de
arrendamientos pactados en la misma forma. La duracin indefinida no implica, en modo
alguno, perpetuidad, como se aprecia en el caso del ltimo contrato, en el que cualquiera de
las partes podra poner trmino al contrato, mediante el desahucio. El Cdigo Civil peruano
llama a esta clase de contratos, como contratos continuados, sealando al efecto el
artculo 1365: Artculo 1365.- Fin de contratos continuados. En los contratos de ejecucin
continuada que no tengan plazo convencional o legal determinado, cualquiera de las partes
puede ponerle fin mediante aviso previo remitido por la va notarial con una anticipacin no
menor de treinta das. Transcurrido el plazo correspondiente el contrato queda resuelto de
pleno derecho.
b.2) Inters jurdico de la clasificacin.89
1 Respecto de la nulidad y la resolucin: tratndose de los contratos de ejecucin
instantnea y de ejecucin diferida, la nulidad y la resolucin operan con efecto retroactivo,
conforme a la regla general, volviendo las partes al mismo estado en que se encontraban
antes de contratar (artculos 1687, para la nulidad y 1487, para la resolucin). En los
contratos de tracto sucesivo o de duracin indefinida, en cambio, en principio la nulidad y
la resolucin (que aqu se llama ms bien terminacin del contrato) slo operan para el
futuro, a partir de la fecha en que queda ejecutoriada la respectiva sentencia.
2 En materia de riesgos: tratndose de contratos de ejecucin instantnea, no se presenta el
problema; si se trata de contratos de ejecucin diferida, extinguida la obligacin de una de
las partes por caso fortuito o fuerza mayor, subsiste sin embargo la obligacin correlativa
(arts. 1550 y 1820): el riesgo corre por cuenta del acreedor. En cambio, si el contrato es de
tracto sucesivo o de trmino indefinido, la extincin por caso fortuito o fuerza mayor de la
obligacin de una de las partes, extingue la obligacin de la contraparte (art. 1950).
3 En relacin a la teora de la imprevisin: la doctrina de la excesiva onerosidad
sobreviniente, obviamente slo cabe respecto de los contratos de ejecucin diferida, de los
contratos de tracto sucesivo y de los de duracin indefinida.
4 Respecto de la resciliacin (artculos 1545 y 1567), cabe sealar tres aspectos:
No puede operar la resciliacin, tratndose de contratos de ejecucin instantnea,
pues es indispensable, para resciliar, que existan obligaciones pendientes de
cumplimiento;
Nada obsta resciliar un contrato de ejecucin diferida, siempre que reste por cumplir
al menos una obligacin;
Tratndose de contratos de tracto sucesivo y de aquellos celebrados por tiempo
indefinido, excepcionalmente, puede tener lugar la resciliacin por voluntad
unilateral de uno solo de los contratantes: desahucio (arrendamiento y contrato de
trabajo, sea en este ltimo caso desahucio propiamente tal, para cargos gerenciales o
de confianza, sea bajo la modalidad de la causal de necesidades de la empresa).
89
35
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 436 a 439; y Brebbia H., Roberto: Instituciones de Derecho
Civil, Rosario, Editorial Juris, ao 1997, Tomo I, pp. 215 a 217.
91
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 138.
92
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 138.
93
Brebbia H., Roberto, ob. cit., Tomo I, p. 216.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
36
indirecto, pero no inexistente, pues siempre cabe la posibilidad de recurrir el juez de Polica
Local competente.
c.2) Ejemplos de contratos colectivos.
* En materia laboral, los contratos colectivos de trabajo; regirn a todos los trabajadores,
an a quienes se opusieron a su celebracin, y tambin a los que se incorporen con
posterioridad a la empresa; como seala Messineo, el contrato colectivo es una verdadera y
propia fuente de normas jurdicas, cuando se refiere y disciplina la materia de las relaciones
de trabajo. Tiene como finalidad fijar por anticipado y en abstracto ciertas clusulas de
futuros contratos individuales con relaciones a ciertas categoras de sujetos en cuyo inters
obren las asociaciones gremiales (en Chile, los sindicatos) respectivas. Tales clusulas
debern incluirse inderogablemente en los contratos individuales, valdrn para todos los
integrantes de una determinada colectividad que estipulen los contratos individuales, con el
efecto de que las clusulas eventualmente discrepantes de los contratos individuales son
sustituidas de derecho por las del correspondiente contrato colectivo.94
* Acuerdos de los acreedores, en los procedimientos concursales de la Ley N 20.720:
acordados con el qurum exigido por la ley, sern obligatorios para todos los acreedores;
* En general, los acuerdos adoptados por los propietarios de las unidades, en el marco de la
Ley nmero 19.537 de Copropiedad Inmobiliaria.
D) Contratos libremente discutidos y contratos de adhesin.95
d.1) Conceptos.
Lo que caracteriza a la relacin jurdica de Derecho Privado, es que consiste en una
relacin de coordinacin, a diferencia de la relacin de Derecho Pblico, que se caracteriza
como una relacin jurdica de subordinacin. El contrato libremente discutido o paritario es
aqul fruto de la negociacin, deliberacin de las partes en cuanto a su contenido, en un
mismo plano de igualdad y libertad, en un ajuste de intereses contrapuestos que se produce
en las negociaciones preliminares o fase precontractual. La autonoma de las partes slo se
ver limitada por la ley, el orden pblico, la moral y las buenas costumbres.96
El contrato de adhesin es aquel cuyas clusulas son redactadas por una sola de las
partes, limitndose la otra a aceptarlas en bloque, adhirindose a ellas. 97 Como destaca
Messineo, la falta de negociaciones y de discusin, as como tambin de participacin en la
determinacin del contenido del contrato, que es propia de la adhesin, implica una
situacin de disparidad econmica y de inferioridad psquica para el contratante dbil.98
94
37
Como sealan Colin y Capitant, aludiendo a los contratos de adhesin, por su esencia
misma, el contrato supone dos voluntades independientes e iguales que debaten y discuten
libremente las condiciones de su acuerdo. Ahora bien, semejante situacin se encuentra
raramente realizada en la prctica. An en los contratos en que intervienen dos partes
solamente, hay casi siempre una que se encuentra en una situacin econmica ms fuerte
que la de la otra y que establece la ley del contrato () Esta desigualdad econmica entre
las dos partes es algunas veces tal, que la independencia de una de ellas se encuentra casi
enteramente paralizada. Ocurre esto en el contrato de trabajo con el obrero, que se emplea
en la industria de un patrono, en el contrato de seguro con el asegurado, al que la Compaa
impone las condiciones generales en la pliza del seguro, con el particular que trata con una
Sociedad que explota un servicio pblico de transportes, de agua, de alumbrado, etc. ()
Se designa hoy a los contratos de la clase de los que acabamos de indicar con el nombre de
contratos de adhesin, para indicar bien el papel borroso que representa la voluntad ms
dbil de los contratantes.99 Frente a quienes han llegado a sostener que el contrato de
adhesin no tendra en verdad un carcter contractual, atendida la falta de independencia de
los contratantes e imposibilidad para uno de ellos de discutir los trminos del vnculo
proyectado, Colin y Capitan agregan que De hecho, semejante observacin es, acaso,
fundada. En derecho es inexacta. Con razn han persistido los jurisconsultos en ver en los
contratos de adhesin verdaderos contratos. El que se adhiere a las condiciones que se le
proponen es, en realidad, libre para no aceptarlas; puede rechazarlas en bloque, y, por
consiguiente, cuando las acepta, da, sin duda, su consentimiento. Sera entrar en
dificultades invencibles negar a tales operaciones el carcter contractual.100
Nuestro Cdigo Civil no reglamenta los contratos de adhesin, pero cada da han
ido cobrando mayor fuerza. Por ejemplo: los contratos suscritos con Isapres,
Administradoras de Fondos de Pensiones, compaas de seguros, de cuenta corriente
bancaria, de lneas de crdito bancarias o abiertas en casas comerciales, etc. Tambin
operan en el mbito del suministro de servicios bsicos, como los relativos a energa
elctrica, agua potable, gas, etc. Responden estos contratos a la masificacin de dichas
relaciones jurdicas, a la exigencia de una rpida conclusin y a la necesidad de unificar
relaciones semejantes. Constituyen los contratos de adhesin una realidad insoslayable en
el mundo de los negocios. Constituyen un instrumento indispensable en un sistema de
produccin y de distribucin de masas.101 No cabe duda que el contrato de adhesin
presenta beneficios para la actividad econmica. Uno de tales beneficios es la reduccin
de costos de transaccin que permite el contrato de adhesin, cuando la totalidad de estos
costos los asume el ofertante. Es decir, se tiene la ventaja que los costos de asesora,
redaccin, debate y relaciones precontractuales y el tiempo que demoran los asume el
ofertante y ofrece un producto final al aceptante.102 El contrato de adhesin permite
adems un mejoramiento de la gestin de la empresa. Facilita la divisin de las tareas en el
seno de la empresa al concentrar el trabajo jurdico; reduce las necesidades de
comunicacin; facilita la planificacin.103 No se trata entonces de demonizar los contratos
99
38
Brebbia, Roberto, Contrato de adhesin, en: Enciclopedia Jurdica Omeba, Buenos Aires, Driskill, 1986,
Vol. IV, p. 247.
105
Tapia y Valdivia, ob. cit., p. 23.
106
Dereux, Georges, De linterpretation des actes juridiques, pp. 152 a 210, Tesis, Paris, 1905.
107
Tapia y Valdivia, ob. cit., p. 23.
108
Brebbia, Roberto, ob. cit., p. 248.
109
Tapia y Valdivia, ob. cit., p. 26.
110
Tapia y Valdivia, ob. cit., p. 26.
111
Brebbia, Roberto, ob. cit., p. 248.
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39
40
Alessandri Rodrguez, Arturo, De los contratos, Santiago de Chile, Imprenta Editorial Bellas Artes, 1930,
p. 23.
119
Alessandri Rodrguez, Arturo, ob. cit., p. 23.
120
Tapia y Valdivia, ob. cit., p. 28.
121
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 142 y 143.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
41
exigencias del mismo servicio.122 Este enfoque ha sido rebatido sin embargo, aducindose
que es bien aleatorio el prever que una sociedad de seguros, una usina o una empresa
teatral pueden llegar a ser verdaderos servicios pblicos por el camino de una evolucin
normal; y es todava ms difcil definirlos por esa tendencia. Cul es la empresa con algn
desenvolvimiento que no pueda pretender que algunos de sus fines no son de inters
colectivo y que por su importancia y por los servicios que rinde a la sociedad no sea digna
por tal causa de atraer la atencin del Estado?123
As las cosas, Roberto Brebbia seala que si no se pueden precisar los caracteres de
los contratos de adhesin, si no es posible distinguirlos netamente de las dems figuras
contractuales, quiere decir que, a juicio de este autor, no existe jurdicamente dicha clase de
contratos. No existen en realidad los contratos de adhesin. Lo que s existe son nuevas
modalidades en los actos jurdicos como producto de la evolucin industrial y econmica
de las sociedades contemporneas.124 Estas nuevas modalidades que han dado origen a la
teora de la adhesin, pueden resumirse de la siguiente forma:
1. La oferta tiene un carcter general y permanente.
2. La oferta emana de un contratante que goza de un monopolio de hecho o de derecho o de
una gran potencia econmica.
3. El objeto del contrato es la prestacin de un servicio privado de utilidad pblica.
4. La oferta se presenta bajo la forma de un contrato tipo cuyas clusulas esenciales no
pueden discutirse.
5. El contrato contiene una serie de clusulas concebidas en exclusivo inters del
ofertante.125
Para Lpez Santa Mara, los signos distintivos del contrato de adhesin seran los
siguientes:126
1 Se trata de contratos estrictos o rgidos, en el sentido que el adherente nada puede
cambiar, se encuentra ante un contrato-tipo. Existe un obvio desequilibrio en el poder
negociador de los contratantes. El destinatario de la oferta, siendo el ms dbil, no puede
discutirla, circunscribindose a aceptarla. Esta caracterstica engloba los elementos de
predisposicin o redaccin anticipada del contrato y de imposicin de sus clusulas.
2 Son generales o impersonales, usualmente, van dirigidos al pblico en general. La oferta
est destinada a toda una colectividad o grupo de contratantes potenciales. En todo caso,
cabe advertir que la generalidad no es un elemento indispensable para configurar un
contrato de adhesin; por ello, las normas de los contratos de adhesin se aplicarn an
cuando estemos ante un contrato redactado por el oferente para un caso particular.
3 Son permanentes: la oferta se formula por un determinado plazo, usualmente
prolongado. La oferta suele mantenerse vigente mientras su autor no la retira o modifica.
4 Minuciosidad: la oferta es pormenorizada, reglamentndose todos los aspectos de la
convencin, an aquellos extremadamente hipotticos o improbables.
d.4) Remedios propuestos frente a los inconvenientes que presentan los contratos de
adhesin.
122
42
La doctrina ha propuesto diversas vas para remediar los inconvenientes que surgen
del contrato de adhesin. Las examinaremos a continuacin:
1. Intervencin del legislador: como seala Brebbia, El primer remedio y, tal vez el ms
eficaz, es la intervencin legislativa en las relaciones contractuales, con el fin de nivelar la
balanza cada del lado del contratante econmicamente ms fuerte. La voluntad privada
debe ceder as ante la regla obligatoria de orden pblico.127 A travs de leyes y normas
reglamentarias, se produce un intervencionismo estatal tendiente a evitar situaciones de
perjuicio y desigualdad para un determinado sector de la poblacin (arrendatarios,
consumidores, etc.) que, de otra manera, se vera aplastado por el poder econmico superior
de otro sector circunstancialmente preponderante.128
Planiol y Ripert hacan notar en su poca que este era un procedimiento utilizado
antes en el Derecho, especficamente en lo concerniente a La reglamentacin legal del
trabajo, que prohbe un gran nmero de clusulas o de prcticas e impone al empleador
obligaciones imperativas, penalmente sancionadas, contrato que cronolgicamente fue el
primero en sufrir una intervencin del legislador, porque el trabajo humano remarcaban
los ilustres juristas galos-, no puede quedar enteramente librado a la libertad contractual.129
La intervencin legislativa, como mecanismo de control de los contratos de
adhesin, puede asumir dos formas: un control abstracto y un control concreto. El primero
es el que se le concede a rganos administrativos del Estado que controlan el contenido de
las condiciones generales de los contratos (al que aludiremos en el nmero 2). El segundo,
es el que realizan los rganos jurisdiccionales. Este ltimo es que ms difusin ha tenido en
el derecho comparado.130
Para Lpez Santa Mara, la intervencin del legislador da origen a una categora
contractual especial, la del contrato dirigido. Expresa dicho autor: En los casos marcados
de abusos de los oferentes, v. gr., en los contratos individuales de trabajo, en los
arrendamientos, en los contratos de edicin, el legislador ha intervenido reglamentando
imperativamente las clusulas ms relevantes de estos contratos, cautelando as los
intereses de los dbiles () La intervencin del legislador es tanto ms fructfera cuando en
lugar de reprimir, en ciertos casos y a posteriori, los abusos de quien dicta la convencin
como ocurre con cualquiera solucin jurisprudencial- permite anticiparse a la adhesin,
evitndola de manera general respecto a todos los casos de conclusin de la especie de
contrato que el legislador reglamenta. Esta intervencin del legislador, que ha dado a luz el
llamado contrato dirigido, era indispensable.131
De esta forma, concluye Lpez Santa Mara, En las situaciones subsanadas por el
legislador por medio de la transformacin de los contratos de adhesin en contratos
dirigidos o reglamentados imperativamente, la contratacin deja de ser la imposicin de la
voluntad de una de las partes. Tanto el oferente como el aceptante, en el contrato dirigido,
consienten en vincularse por un marco legal preestablecido. De esta manera, los contratos
de adhesin ms caractersticos han sido sometidos a un estatuto de orden pblico que,
127
43
44
anual mxima no poda exceder del 11% del avalo vigente para el pago del impuesto territorial. En todo
caso, la restriccin en el monto de la renta no afectaba a numerosos inmuebles, excluidos de la norma legal,
entre ellos los construidos conforme al Decreto con Fuerza de Ley nmero Dos del ao 1959, las viviendas
cuyos avalos para los efectos del pago del impuesto territorial fueren superiores a 406 Unidades de Fomento
y los destinados a locales comerciales o industriales, oficinas, teatros y cines, y, en general, a actividades
lucrativas. Fue la ltima restriccin que rigi en la materia. Hoy, las partes contratantes pueden convenir con
plena libertad el monto de la renta de arrendamiento y el pago de una garanta igual o superior a un mes de la
renta.
134
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 156.
135
Servicio Nacional del Consumidor. Este organismo est regulado por el Ttulo VI de la Ley nmero
19.496, y debe velar en Chile por el cumplimiento de las disposiciones de la Ley nmero 19.496 y dems
normas que digan relacin con el consumidor, difundir los derechos y deberes del consumidor y realizar
acciones de informacin y educacin del consumidor (artculo 58). Se trata de un servicio pblico
funcionalmente descentralizado y desconcentrado territorialmente en todas las regiones del pas, con
personalidad jurdica y patrimonio propio, sujeto a la supervigilancia del Presidente de la Repblica a travs
del Ministerio de Economa, Fomento y Turismo (artculo 57).
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45
46
47
sistemticamente los textos, por rubros de actividad, controlando que los contratos de
adhesin no contengan clusulas abusivas. Para ello, luego de un riguroso anlisis, emite un
dictamen en el que se determinan si existen o no clusulas abusivas. En caso de existir, se
requiere al proveedor responsable que cambie la clusula o las clusulas, imponindole una
sancin en caso que no lo haga. Si el proveedor no comparte los trminos del dictamen de
la autoridad, puede apelar ante la justicia, quien dirimir definitivamente la cuestin.137
3. Establecimiento de contratos-tipo bilaterales, acordados por grupos con intereses
antagnicos: Lpez Santa Mara menciona esta tercera va. Estos contratos-tipos,
visados, por as decirlo, por los principales actores, serviran para subsanar las
dificultades entre ambas partes o grupos opuestos. El texto aprobado de comn acuerdo,
ser despus empleado en la celebracin de numerosos contratos individuales, calcados
sobre el modelo preestablecido. El autor propone, como ejemplo, a fin de fijar las
condiciones de la contratacin masiva de los seguros voluntarios contra riesgos inherentes a
la conduccin de vehculos motorizados, que los automovilistas chilenos podran agruparse
y negociar con las compaas aseguradoras una pliza tipo, que ms tarde sera utilizada en
los miles de contratos de seguros individuales, no siendo stos, en tal hiptesis, contratos de
adhesin, dada la participacin directa o indirecta del asegurado, durante la fase previa del
contrato tipo bilateral. Deseable sera entonces fomentar la celebracin de contratos
colectivos entre grupos que en principio, tienen intereses contrapuestos o
complementarios.138 Rodrguez Grez alude al respecto a la voluntad institucional del
consumidor, como uno de los factores a tener presente en la materia: Si para desterrar los
excesos que conlleva el contrato de adhesin (instrumento insustituible en un mercado
masivo) estuviramos obligados a optar por el contrato dirigido (en el cual se prescinde de
la voluntad de aquellos afectados por sus efectos), parece necesario concebir otra frmula,
que no clausure la libertad tan drsticamente y preserve los beneficios de una economa
competitiva. De lo contrario, ello repercutir en el menoscabo de la capacidad productiva
de las empresas y frenar fatalmente el desarrollo. A nuestro juicio, en este proceso falta un
elemento: la voluntad institucional del consumidor no del gobierno en funciones-, que
debe ser, en definitiva, la llamada a salvaguardar el equilibrio entre los que concurren a una
negociacin de esta naturaleza. Hoy es posible, gracias al proceso tecnolgico, dar vigor y
mayor representatividad a las asociaciones de consumidores y transferir a ellas el poder de
negociacin de quienes demandan bienes y servicios en una economa moderna. De esta
manera, agrega, se trata de que el contrato de adhesin fuera negociado por un organismo
representativo de los consumidores, pero ajeno a intereses partidistas.139
4. Ampliacin del mbito de aplicacin de la lesin enorme: a partir del Cdigo Civil
alemn de 1900 (artculo 138, citado), se ha abierto camino una nueva concepcin de la
lesin enorme, que permite neutralizar los casos ostensibles de abusos del oferente sobre el
adherente. En tal sentido, frente a una concepcin restringida de la lesin enorme en
nuestro Derecho, circunscrita a muy pocos casos, el ms importante de ello a la
compraventa voluntaria de inmuebles, el Cdigo Civil alemn declara nulo cualquier acto
137
48
140
49
50
* La compraventa con pacto de retroventa (que para la mayora de los autores, es una venta
bajo condicin resolutoria ordinaria: art. 1881);
* El contrato de apertura de crdito o lnea de crdito (en su virtud, un Banco, por ejemplo,
se obliga a proporcionar prstamos en favor de cierta persona, fijndose desde ya la tasa de
inters, los plazos mximos de vencimiento y dems particularidades de los mutuos,
cumplida que sean por el futuro mutuario determinadas condiciones, usualmente la
constitucin de garantas, el alzamiento de garantas constituidas en favor de otro acreedor,
presentacin de balances, estados de situacin patrimonial, etc.); y
* El contrato de suscripcin de acciones de una sociedad annima en formacin.
F) Contratos intuitu personae y contratos impersonales.145
Como destaca Messineo, algunos contratos se califican y forman un grupo aparte
por el hecho de que la persona de uno de los dos contratantes y a veces de ambos es
elemento esencial, en el sentido de que un inters cualquiera ha inducido a uno de los
contratantes a escoger una persona determinada porque est dotada de cualidades o
aptitudes particulares, o de una especial pericia tcnica, etc. Tal es el contrato intuitu
personae (alocucin latina que significa en atencin a la persona). Esta figura de contrato
se vincula con la de la obligacin de hacer no fungible, considerando que el contrato,
usualmente, origina una obligacin de ese tipo. Es decir, esta figura se presenta
especialmente en el caso que est en juego una colaboracin (casi siempre de carcter
continuado) entre los contratantes, en la que el elemento de la confianza personal adquiere
una importancia especial.146 Los casos principales corresponden, en el mbito patrimonial,
al contrato de mandato, de comodato, de arrendamiento de servicios, de transaccin, de
depsito, de donacin, de sociedad (la de personas, que regula el Cdigo Civil, no la de
capitales), el contrato de trabajo, etc., y en el mbito extrapatrimonial, ciertamente el
contrato de matrimonio.
Las consecuencias ms importantes de los contratos intuitu personae son las
siguientes:
La esencialidad del error en la persona del otro contratante, que dar derecho a
solicitar la rescisin del contrato;
La pretensin del otro contratante a que el contrato sea ejecutado personalmente por
la contraparte y no por otros, con el consiguiente derecho de rehusarse a recibir la
prestacin si sta fuese obra de otra persona;
La intransmisibilidad del contrato al heredero del sujeto a quien incumbe la
prestacin;
La imposibilidad de ceder los derechos y las obligaciones que origina el contrato.147
Por el contrario, cuando la persona concreta del contratante es jurdicamente
indiferente, estamos ante un contrato impersonal. En estos casos, el contrato no se celebra
en consideracin a la persona del otro contratante. Cualquiera podra ser la contraparte. Por
ende, el error no ser esencial ni dar derecho a pedir la rescisin del contrato; ser
admisible la ejecucin por un tercero extrao al contrato (como ocurre cuando se debe, por
ejemplo, una suma de dinero); operar la transmisin del contrato al heredero del
145
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 179 y 180.
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 179.
147
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 180.
146
51
contratante fallecido; ser factible que cualquiera de las partes haga cesin del contrato y
sea entonces sustituido por un tercero en la relacin jurdica, etc.148
G) Contratos de familia y contratos puramente patrimoniales.
Los contratos de familia se refieren a la situacin de una persona dentro de su
familia y a sus relaciones con los restantes integrantes de la misma. Son contratos de esta
ndole, por ejemplo, el contrato de matrimonio; el acuerdo de unin civil; el pacto a que
alude el artculo 45 de la Ley 19.620, sobre Adopcin de Menores; el pacto mediante el
cual los padres que viven separados, convienen que el cuidado personal del hijo menor
corresponde a uno de aqullos o lo ejercern en forma compartida (artculo 225, inciso 2
del Cdigo Civil); etc. Algunos de los contratos de familia, ciertamente, tienen tambin
efectos patrimoniales como ocurre, por lo dems, con el propio contrato de matrimonio-,
pero seguirn siendo contratos de familia, en cuanto a que junto a ellos contienen elementos
extrapatrimoniales, que generan deberes jurdicos no avaluables en dinero, como ocurre con
el respeto mutuo, el deber de fidelidad, convivencia, cohabitacin, etc.
Los contratos puramente patrimoniales son aquellos destinados a crear, modificar,
transferir o extinguir un derecho patrimonial o valuable en dinero. En este caso, la totalidad
del contrato regula aspectos patrimoniales. Tal es el caso de todos los contratos regulados
en el Cdigo Civil, salvo el matrimonio. Algunos de estos contratos pertenecen a la esfera
del Derecho de Familia, pero en cuanto tienen un contenido puramente patrimonial, no son
contratos de familia; tal es el caso de las capitulaciones matrimoniales convenidas antes del
matrimonio, cuando generan derechos y obligaciones para los esposos; y el pacto mediante
el cual se atribuye el ejercicio de la patria potestad, a aqul de los padres que no tenga el
cuidado personal del menor (artculo 245, inciso 2 del Cdigo Civil).
H) Contratos de formacin instantnea y contratos de formacin progresiva.
Se formula sta clasificacin segn si el contrato nace de una sola vez o por un solo
acto, por el mero acuerdo de las voluntades, en cuyo caso estaremos ante contratos de
formacin instantnea; o si por el contrario, el contrato requiere para nacer de un proceso
de negociacin previo, en el cual los interesados van acercando posiciones y consensuando
las diversas materias que el contrato regular, en cuyo caso estaremos ante un contrato de
formacin progresiva. En estos ltimos contratos, aunque ellos nazcan por un solo acto,
existe una fase anterior, de carcter precontractual, que resulta imprescindible para el
nacimiento del acto jurdico.
Interesa esta clasificacin, para determinar si puede o no operar la responsabilidad
precontractual, cuestin propia de los contratos de formacin progresiva, cuando stos no
llegan a celebrarse por el retiro de la negociacin por una de las partes. En cambio, en los
contratos de formacin instantnea no se presenta cuestin alguna vinculada con la
responsabilidad precontractual.
Por cierto, no debemos confundir los contratos de formacin progresiva con los
contratos de ejecucin progresiva, pues en stos, no se atiende al tiempo requerido para que
el contrato nazca, sino al tiempo estipulado para que el contrato se cumpla.
148
52
149
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 163 a 230.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
53
54
a cargo del porteador de personas; b) Otro caso discutible, para Josserand, es el del
reconocimiento de la teora de la imprevisin, afirmando al respecto: Pero sobre todo es
discutible la tesis llamada de la imprevisin, la cual reconoce al juez el poder de tener en
cuenta, en el funcionamiento de la convencin, los acontecimientos imprevisibles o
imprevistos- que sobrevinieron durante su ejecucin y que, verdaderas circunstancias
extracontractuales, han roto el equilibrio de la operacin; el deudor, el proveedor,
alcanzado por ese golpe del destino, va a poder exigir de quin con l contrat, sino la
rescisin, por lo menos la revisin de la carta contractual, cuyo equilibrio ser
restablecido. En cuanto al dirigismo legislativo, resalta Josserand que En el curso de
los ltimos aos, el legislador se ha distinguido en esta obra de flexibilizacin del contrato;
incesantemente se ha inmiscuido en la vida de la convencin, y siempre para acudir en
ayuda del deudor, considerado por l como el ms dbil, el ms digno de atencin.
Menciona, entre otros, los siguientes casos: a) La prctica de los trminos de gracia
favorecida por varias disposiciones legislativas (alquiler de inmuebles, prstamos
hipotecarios, etc.); b) Cuando el legislador suspende, de pleno derecho, todos los
procedimientos de ejecucin para cierta categora de deudas o en provecho de ciertos
deudores; c) Cuando se dictan leyes que imponen a una de las partes la continuacin o
renovacin de la situacin jurdica que haba sido establecida contractualmente; d) A la
inversa, cuando el legislador favorece la rescisin anticipada de un contrato, y antes de
expirar el perodo durante el cual, segn la voluntad de las partes, tena que desarrollar sus
efectos; e) Cuando el legislador derrumba la economa de los contratos, modificando el
equilibrio establecido entre las prestaciones de las partes, al autorizar una revisin para
disminuir o excepcionalmente para elevar la tasa de alquiler o de la renta y para realizar as
un ajuste de precios, etc. Concluye Josserand afirmando: Esta poltica no es condenable en
tesis general e indistintamente; todo depende del fin que persiga y de las aplicaciones que
de ella se hagan: benfica en cuanto tiende a la organizacin racional y equitativa del
contrato, resulta nefasta cuando lleva a la desorganizacin, a la anarqua y a la inseguridad.
Nada mejor que los poderes pblicos se preocupen de organizar el contrato, fenmeno
social y no exclusivamente individual; sobre todo, es deseable que el juez y el legislador se
esfuercen en proteger al ms dbil contra el ms fuerte y en asegurar, con medidas
preventivas o represivas, el equilibrio de la operacin (prohibicin de clusulas leoninas;
prevencin o represin de la lesin). En compensacin, se deben criticar y censurar
duramente las medidas que producen el efecto de desorganizar el contrato, permitiendo al
deudor, llamado con excesiva ligereza de buena fe, sustraerse fcilmente a la ejecucin de
los compromisos que adquiri libre y normalmente, y a derrumbar la economa de una
operacin considerada hasta ahora poco menos que intangible; el cambio de las condiciones
econmicas no debera, en tesis general, justificar la falta a la palabra empeada. Al
contratar, las partes han podido, han debido prever la posibilidad de tal cambio, y
precisamente para asegurarse contra tal eventualidad, han adquirido compromisos entre s;
la destruccin del contrato es tambin la de la confianza y la de la seguridad jurdica; si se
generaliza, si bajo el benvolo pretexto de abrir las vlvulas de seguridad en salvaguardia
de la paz social, se la hiciera entrar en nuestras costumbres, llevara consigo el retorno a ese
rgimen no contractual que, segn afirmacin de Sumner-Maine, era el de las sociedades
primitivas; nos hara retroceder a la edad de las cavernas. A qu contratar cuando se sabe
55
56
el Cdigo en el artculo 1445 slo se refiere a la situacin general, pero sin pretender que
sea la nica que pueda acaecer.
La doctrina nacional tampoco trat de los contratos forzosos en las dcadas
ulteriores a la vigencia del Cdigo Civil. Arturo Alessandri Rodrguez, en sus clases
recopiladas como apuntes por sus alumnos, no aluda a aquellos.155 Deca el recordado
maestro, y con razn, que Desde el momento que el contrato es un acto jurdico bilateral o
convencin, y que todo acto jurdico necesita de la voluntad para generarse, se comprende
que no puede haber contrato sin el concurso de las voluntades de las partes. 156 Un autor
popular de las ltimas dcadas del Siglo XX como Ramn Meza Barros, tampoco se refiere
a los contratos forzosos en su manual atinente a las fuentes de las obligaciones y cuando
trata de las limitaciones al principio de la autonoma de la voluntad, discurre ms bien
acerca de hiptesis de contratos dirigidos, aunque sin nominarlos de esa forma. 157 Un
diccionario jurdico clsico de mediados del Siglo XIX, como el de Joaqun Escriche, no
recoge ninguna entrada acerca del contrato forzoso, definiendo al contrato en condiciones
muy similares a lo que algunos aos despus hizo nuestro Cdigo Civil, esto es, como Una
convencin por la cual una o ms personas se obligan para con otra otras a dar, hacer o
dejar de hacer alguna cosa.158
Ocurre con el contrato forzoso algo similar a lo que acontece con el contrato de
adhesin, a saber, ambos, de alguna manera podemos decirlo, son el resultado de la
masificacin de los vnculos contractuales, fenmeno creciente a partir de la segunda mitad
del Siglo XX.
Cuando decimos forzoso, estamos hablando de fuerza. En efecto, conforme al
sentido natural y obvio, forzosa es aquella precisin ineludible en que uno se encuentra
de hacer algo contra su voluntad, mientras que forzar, implica obligar o precisar a que
se ejecute una cosa159
As las cosas, el contrato forzoso constituye una severa restriccin al principio
genrico de la autonoma de la voluntad y particularmente a uno de sus subprincipios, el
relativo a la libertad contractual. En efecto, el contrato forzoso afecta de manera directa uno
de los aspectos de la libertad contractual, cual es el de libertad de conclusin, esto es, la de
celebrar o no un contrato. La ley, en el caso del contrato forzoso, nos obliga a concluirlo, o
en algunos casos extremos, lo da por concluido, como si hubiramos manifestado nuestra
voluntad.
En Chile, el mrito de haber subrayado la presencia de los contratos forzosos como
una categora contractual perfectamente discernible, corresponde al profesor Lpez Santa
Mara. Distingue l dos categoras de contratos forzosos, los ortodoxos y los
heterodoxos. Por qu tales denominaciones? Tngase presente lo que el Diccionario de
la lengua espaola dice de tales expresiones. Lo ortodoxo es aquello conforme con la
155
Vase al efecto Derecho Civil. Segundo ao. De los Contratos. Versiones taquigrficas de la ctedra de
Derecho Civil del Seor Arturo Alessandri Rodrguez, Santiago de Chile, Imprenta Editorial Bellas Artes,
ao 1930.
156
ALESSANDRI Rodrguez, Arturo, ob. cit., p. 15.
157
MEZA Barros, Ramn, Manual de Derecho Civil. De las fuentes de las obligaciones, (Santiago de
Chile, Editorial Jurdica de Chile, ao 1979, sexta edicin), p. 26.
158
ESCRICHE, Joaqun, Diccionario Razonado de Legislacin y Jurisprudencia, (Paris, Librera de Rosa,
Bouret y Ca, ao 1852), p. 506.
159
Diccionario de la Lengua Espaola, Real Academia Espaola, Buenos Aires, ao 2007, vigsima
segunda edicin, Tomo I, p. 1080.
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57
Diccionario de la Lengua Espaola, Real Academia Espaola, Buenos Aires, ao 2007, vigsima
segunda edicin, Tomo II, p. 1.635.
161
Diccionario de la Lengua Espaola, Real Academia Espaola, Buenos Aires, ao 2007, vigsima
segunda edicin, Tomo II, p. 1204.
162
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 168.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
58
59
ficto, que ordena dar por constituida una prenda sin desplazamiento, para el caso de
que el propietario del vehculo no hubiere celebrado el primero de estos contratos.
El del artculo 138 bis de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, a
propsito de la celebracin de contratos de promesas de compraventas: Las
personas naturales o jurdicas que tengan por giro la actividad inmobiliaria o
aqullas que construyan o encarguen construir bienes races destinados a viviendas,
locales comerciales u oficinas, y que celebren contratos de promesa de
compraventa, debern otorgarlos mediante instrumentos privados, autorizados ante
notario y caucionarlos mediante pliza de seguro o boleta bancaria, aceptada por el
promitente comprador. Esta garanta debidamente identificada, se incorporar al
contrato a favor del promitente comprador, en un valor igual a la parte del precio del
bien raz entregado por ste y establecido en el contrato de promesa respectivo, para
el evento que ste no se cumpla dentro del plazo o al cumplimiento de la condicin
establecidos por el promitente vendedor. La garanta permanecer vigente mientras
el inmueble se encuentre sujeto a cualquier gravamen o prohibicin emanado
directamente de obligaciones pendientes e imputables al promitente vendedor y
hasta la inscripcin del dominio en el registro de propiedad del respectivo
Conservador de Bienes Races, a favor del promitente comprador.163
El del artculo 36, inciso 1, de la Ley nmero 19.537, sobre Copropiedad
Inmobiliaria, que ordena al administrador de un condominio contratar un seguro
contra incendios: Salvo que el reglamento de copropiedad establezca lo contrario,
todas las unidades de un condominio debern ser aseguradas contra riesgo de
incendio, incluyndose en el seguro de los bienes de dominio comn en la
proporcin que le corresponda a la respectiva unidad. Cada copropietario deber
contratar este seguro y, en caso de no hacerlo, lo contratar el administrador por
cuenta y cargo de aqul, formulndose el cobro de la prima correspondiente
conjuntamente con el de los gastos comunes, indicando su monto en forma
desglosada de stos. Al pago de lo adeudado por este concepto, se aplicarn las
mismas normas que rigen para los gastos comunes. El artculo 26 del Reglamento
de la Ley de Copropiedad Inmobiliaria, establece por su parte: El administrador
tendr las funciones que se establezcan en el reglamento de copropiedad y las que
especficamente le conceda la asamblea de copropietarios. A falta de disposiciones
en el reglamento de copropiedad y en el silencio de la asamblea, sern funciones del
administrador las siguientes: () 4. En el caso a que se refiere el inciso primero del
artculo 36 de la ley, contratar por cuenta y cargo del copropietario el seguro de
incendio de la respectiva unidad en el caso que aquel no lo hiciere
El del artculo 10 de la Ley 14.908, sobre abandono de familia y pago de pensiones
alimenticias: establece el artculo, en su inciso 1, que el juez podr ordenar que el
deudor garantice el cumplimiento de la obligacin alimenticia con una hipoteca o
prenda sobre bienes del alimentante o con otra forma de caucin (como una fianza o
codeuda solidaria). En este caso, es facultad del juez ordenar que se constituya la
caucin. Por su parte, dispone el inciso 2 del mismo artculo que el juez lo ordenar
163
Ver artculo Nuevos requisitos establecidos por la Ley General de Urbanismo y Construcciones para la
celebracin de contratos de promesa de compraventa de determinados inmuebles, de Juan Pablo Seplveda
Larroucau, publicado en revista LEX ET VERITAS, nmero 2, ao 2004, Facultad de Ciencias Jurdicas de la
Universidad Internacional SEK, pp. 379 y siguientes.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
60
164
61
A favor de esta tesis, al menos en lo que respecta al contrato de sociedad, Jorge Lpez Santa Mara, ob.
cit., p. 171 (este autor seala tambin el caso de la comunidad, pero sin pronunciarse si est o no a favor de
incluirlo entre las hiptesis de contratos forzosos); en contra de esta tesis, Fernando Rozas Vial, Los Bienes,
Santiago de Chile, Editorial LexisNexis, cuarta edicin, ao 2007, p. 112 (se inclina ms bien por entender
que habra una agencia oficiosa); y especialmente, Manuel Somarriva Undurraga, Indivisin y Particin,
Santiago de Chile, Editorial Jurdica, quinta edicin actualizada, ao 2002, pp. 178-181. Nuestra
jurisprudencia, con todo, ha acogido en algunas oportunidades la tesis del mandato tcito y recproco.
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62
63
64
65
El del artculo 214 del Cdigo de Aguas, en relacin al artculo 212 del mismo
Cdigo: conforme a lo dispuesto en el Cdigo de Aguas, quienes sean comuneros en
comunidades de aguas, deben concurrir a los gastos de mantencin de la
comunidad, a prorrata de sus derechos (artculo 212 nmero 3). Agrega el citado
Cdigo que los derechos de aprovechamiento de aguas quedarn gravados de pleno
derecho se trata por ende de un caso de contrato forzoso ficto-, con preferencia a
toda prenda, hipoteca u otro gravamen constituido sobre ellos, en garanta de las
cuotas de contribucin para los gastos que fijan las juntas y directorios. Los
adquirentes a cualquier ttulo de estos derechos, respondern solidariamente con su
antecesor de las cuotas insolutas al tiempo de la adquisicin (artculo 214).
Finalmente, el artculo 258 del Cdigo de Aguas, establece que las disposiciones
citadas, referidas a las comunidades de aguas, son aplicables tambin a las
asociaciones de canalistas.
El del artculo 2151 del Cdigo Civil, en el contrato de mandato: se ha sealado que
habra un contrato forzoso implcito en el caso de que el mandatario acte a nombre
propio y no a nombre de su mandante. Si as ocurre, el primero est obligado,
mediante un contrato, a traspasarle al segundo todos los derechos reales y
personales y todas las obligaciones que adquiri o contrajo, respectivamente, al
contratar con los terceros en ejecucin de la gestin confiada166.
66
167
Claro Solar, Luis, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Santiago de Chile, Editorial
Jurdica de Chile y Editorial Temis S.A., ao 1992, nmero 701, p. 238.
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67
En las normas de la sociedad colectiva mercantil, dispone el artculo 386 del Cdigo
de Comercio: Cuando el contrato social no designa la persona del administrador, se
entiende que los socios se confieren recprocamente la facultad de administrar y la
de obligar solidariamente la responsabilidad de todos sin su noticia y
consentimiento. Agrega el artculo 387, sobre la misma materia: El virtud del
mandato legal, cada uno de los socios puede hacer vlidamente todos los actos y
contratos comprendidos en el giro ordinario de la sociedad o que sean necesarios o
conducentes a la consecucin de los fines que sta se hubiere propuesto.
De las precedentes reflexiones, podemos proponer las siguientes conclusiones:
SEPLVEDA Larroucau, Marco Antonio, Los grandes principios que inspiran al Cdigo Civil chileno
(Santiago de Chile, Universidad Central de Chile, ao 2007), p. 96.
169
VIAL del Ro, Vctor, Teora general del acto jurdico (Santiago de Chile, Editorial Jurdica de Chile,
reimpresin del mes de marzo de 2005, quinta edicin), p. 61.
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68
Agradecemos al distinguido profesor de Derecho Civil, don Luis Bustamante Salazar, su precisa
observacin acerca de este punto.
171
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo I, pp. 447 a 451.
172
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 180.
173
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 180.
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70
71
72
185
186
73
Navarro Albia, Ren David, Teora general del contrato & contratos en particular, Santiago de Chile,
Ediciones Jurdicas de Santiago, ao 2005, p. 57.
188
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 216 y 217.
189
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 248.
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74
75
crean mediante el subcontrato nuevos derechos y obligaciones que vinculan a las partes del
subcontrato, pero no al primer contratante.
Hay entre el contrato base y el subcontrato una relacin de simultaneidad,
compuesta de dos unidades jurdicas que aunque dependientes, tienen existencia propia.
Tratndose de la cesin de contrato, la relacin es sustitutiva, no existen simultneamente
dos entidades jurdicas con existencia propia, sino que una sola, que despus es
reemplazada por otra.190
En el subcontrato, estamos ante un derecho que se separa del derecho atribudo por
el contrato-padre y que ste lo deja coexistir (porque si este no coexistiera, caera tambin
el subderecho), pero lo limita; un derecho que, adems, es de contenido formalmente
idntico al del derecho-padre, si bien a menudo, de contenido econmico ms dbil. No es
exacto afirmar que el derecho del contratante que participa en el primer contrato y luego da
origen al segundo (llamado intermediario) quede ntegro y completo. En efecto, el derecho
adquirido por el tercero participante en el segundo contrato, disminuye, en algn grado, el
derecho del intermediario, aunque formalmente, ante el causante, su derecho est intacto.191
6.-) El autocontrato.192 193
a) Concepto.
Es el acto jurdico que un sujeto celebra consigo mismo, no siendo necesaria la
intervencin de otra persona.194 Es aqul en que la actividad y la declaracin de una sola
parte, en dos distintas calidades (por ejemplo, representante que declara, por un lado, en
nombre propio y, por otro lado, en nombre del representado), basta para entenderlo
celebrado.195
En la doctrina, se le llama tambin a esta figura contrato consigo mismo.196
b) Hiptesis de autocontratos.
En el autocontrato, el nico sujeto acta ya sea como parte directa y como
representante de otra parte; ya sea como representante de ambas partes; ya sea como titular
de dos patrimonios (o de dos fracciones de un mismo patrimonio) sometidos a regmenes
jurdicos diferentes. Se deduce de lo anterior que hay tres series de casos que integran la
categora de autocontrato:
* La primera serie, est formada por la hiptesis en la que el sujeto que interviene acta
tanto a nombre propio como a nombre ajeno. Por ejemplo, el caso del mandatario que
debidamente autorizado, compra para s lo que el mandante le ha ordenado vender.
190
76
Vallimaresco, Rev. Trim., ao 1929, p. 953, citado a su vez por Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 220.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 221 y 222.
199
En esta posicin, Demogue, en Francia; Rmelin, en Alemania; y Barassi, en Italia: Brebbia H., Roberto:
Instituciones de Derecho Civil, Rosario, Editorial Juris, ao 1997, Tomo I, p. 208.
198
77
representados, en el caso de la segunda serie). Esta fundamentacin, sin embargo, tiene dos
inconvenientes, como apunta Lpez Santa Mara:
Es inaplicable a la tercera serie de casos, en los que no existe representacin en
juego;
La idea de la representacin a la que Claro Solar alude es la de la representacinficcin, concepcin que ha ido quedando superada por la de la representacinmodalidad: la voluntad que da vida al acto jurdico es la del representante y no la
del representado. Slo en virtud de una modalidad, los efectos del acto celebrado
con la voluntad del representante se radican directamente en el patrimonio del
representado.
Para Lpez Santa Mara, el autocontrato es siempre un contrato. Agrega que razones
de orden prctico permiten sostener que jurdicamente la personalidad de un individuo
puede desdoblarse, de tal modo que su voluntad se exteriorice a diversos ttulos. Una
voluntad puede descomponerse en dos voluntades o en dos declaraciones diferentes.
Considera que no tiene mucho sentido seguir apegados a la afirmacin de que tcnicamente
el contrato es siempre un acuerdo de voluntades antagnicas. El acuerdo de voluntades
opuestas, si bien existe habitualmente en los contratos, no es de la esencia de los mismos.200
d) Restricciones y prohibiciones al autocontrato.
En ciertos casos, la ley prohbe algunos autocontratos y sujeta otros al cumplimiento
previo de exigencias o formalidades habilitantes. Tales restricciones legales, en todo caso,
no pueden aplicarse por analoga a casos parecidos, debiendo interpretarse en sentido
estricto. El fundamento de dichas prohibiciones y restricciones suele ser la proteccin a los
incapaces o el evitar que una misma persona represente intereses incompatibles.
Ejemplos de casos en que la ley restringe el autocontrato: art. 2144: No podr el
mandatario por s ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el mandante le ha
ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante lo que ste le ha ordenado comprar, si
no fuere con aprobacin expresa del mandante.; artculo 2145: Encargado de tomar
dinero prestado, podr prestarlo l mismo al inters designado por el mandante, o a falta de
esta designacin, al inters corriente; pero facultado para colocar dinero a inters, no podr
tomarlo prestado para s sin aprobacin del mandante.; ambos en el mandato; artculo 412,
inciso 1, respecto de las guardas: Por regla general, ningn acto o contrato en que directa
o indirectamente tenga inters el tutor o curador, o su cnyuge, o cualquiera de sus
ascendientes o descendientes, o de sus hermanos, o de sus consanguneos o afines hasta el
cuarto grado inclusive, o alguno de sus socios de comercio, podr ejecutarse o celebrarse
sino con autorizacin de los otros tutores o curadores generales, que no estn implicados de
la misma manera, o por el juez en subsidio.
Ejemplos de casos en que la ley prohbe el autocontrato: art. 412, inciso 2: Pero
ni aun de este modo (o sea, en la forma sealada en el inciso 1) podr el tutor o curador
comprar bienes races del pupilo, o tomarlos en arriendo; y se extiende esta prohibicin a su
cnyuge, y a sus ascendientes o descendientes.; artculo 1796: Es nulo el contrato de
compraventa entre cnyuges no separados judicialmente, y entre el padre o madre y el hijo
sujeto a patria potestad.201
200
201
78
79
mandato con representacin (el mandatario revela al tercero con quien contrata, que lo hace
por cuenta o con poder de su mandante, a quien individualiza) y el mandato sin
representacin (el tercero permanece ignorante de la existencia del mandato). Tratndose de
un contrato por persona a nombrar, el tercero que contrata con el mandatario sabe que
existe un mandato, pero ignora la identidad del mandante. Lo anterior nos permite concluir
que el contrato por persona a nombrar es inconcebible tratndose de actos jurdicos intuitu
personae.207 Slo cabe tratndose de contratos impersonales.
d) Plazo para declarar por quien se contrata.
La declaracin del contratante fungible (sustituible), designando a la persona que
lo subrogar y ocupar su mismo lugar jurdico, debe formularse dentro de un plazo
determinado. En Italia, a falta de estipulacin, tal lapso es de 3 das, en Portugal y Brasil, de
5, mientras que en Per aumenta a 20 das. Si la declaracin designando al nuevo
contratante no se emite dentro del plazo estipulado o el plazo legal, o si la declaracin no
surtiere efectos, el contrato tendr fuerza obligatoria entre los contratantes originarios.208
Por el contrario, si la declaracin se realiza dentro del plazo pertinente, la persona
nombrada adquiere la posicin de contratante con efecto retroactivo al da de la formacin
del contrato, como si hubiese estipulado en propia persona. De esta manera, no hay en
ningn momento falta de certeza jurdica acerca de la persona del contratante: un
contratante existe siempre, ab origine, es decir el contratante originario, o es, con efecto
retroactivo, la persona nombrada.209
e) Diferencias entre el contrato por persona a nombrar y otras figuras jurdicas.
El contrato por persona a nombrar no debe confundirse con otras figuras, que
presentan ciertas similitudes. No es, en primer lugar, un caso de representacin, porque
quien participa en el contrato declara en nombre propio y no en nombre de otro, y si no
hace en definitiva la declaracin de nombramiento, termina por haber estipulado en su
propio inters; no es tampoco un caso de gestin de negocios ajenos, porque el nombre de
la persona no se invoca en el momento de la estipulacin del contrato y, cuando se lo
invoca, mediante el nombramiento, la declaracin de aceptacin de la persona nombrada
excluye, con efecto ex tunc (o sea, con efecto retroactivo), la representacin; no es un caso
de contrato a favor de tercero, porque ste implica que el contrato produce efectos a favor
del estipulante y del tercero y, adems, que el tercero no es parte del contrato; no es un caso
de promesa de hecho ajeno, porque en sta se obliga el promitente a una prestacin por
parte de un tercero, mientras que en el contrato por persona a nombrar se obliga a un hecho
propio y eventualmente al hecho de un tercero, si se efecta el nombramiento en el plazo
respectivo; no es, finalmente, un contrato por cuenta de quien corresponda, segn se
ver seguidamente.210
7.2) El contrato por cuenta de quien corresponda.211
207
80
a) Concepto.
Tambin llamado contrato in incertam personae. Es aquel en el cual una de las
partes inicialmente queda indeterminada o en blanco, en la seguridad de que despus ser
individualizada.212 Se trata de un contrato a beneficio de un tercero (mientras tanto
indeterminado) mediante el cual es posible cautelar un inters suyo, en espera de que se
revele quin es el sujeto de tal inters (sujeto en blanco).213
Al momento de celebrarse el contrato uno de los participantes tan solo tiene formal
o aparentemente el carcter de parte, puesto que necesaria y forzosamente ser reemplazado
ms tarde por el verdadero contratante, por quien corresponda.214
b) Diferencias entre el contrato por persona a nombrar y el contrato por cuenta de quien
corresponda:
81
82
que a las ocupaciones ms rentables, buscando el mximo de lucro individual con el menor
sacrificio posible.223
De ah a que en los ltimos decenios, sin perjuicio de reconocer el importante papel
jurdico de la voluntad, se concluye que no es soberana. Es ostensible la declinacin del
dogma de la autonoma de la voluntad.224
2.-) El principio del consensualismo contractual y su deterioro.
a) El consensualismo contractual a travs de la historia.
El examen del principio consiste en averiguar si los contratos surgen a la vida
jurdica como simples pactos desnudos, por la sola manifestacin de la voluntad de las
partes (tesis consensualista) o por el contrario, si es menester cumplir con ritualidades
externas, para que los contratos tengan existencia y produzcan efectos.225
Para ser consecuente con el dogma de la autonoma de la voluntad, ha debido
afirmarse la vigencia del principio del consensualismo contractual. Los contratos quedaran
perfectos por la sola manifestacin de las voluntades internas de las partes, ya que
cualquiera exigencia de formalidades externas, vendra a contradecir la premisa segn la
cual la voluntad todopoderosa y autosuficiente es la fuente y medida de los derechos y de
las obligaciones contractuales.226
Esta proclama es histricamente falsa. A travs de los siglos, casi siempre los
contratos han sido formales. En Grecia, Roma y los pueblos germnicos, los contratos
fueron esencialmente formales. Dicha formalidad no implicaba que el contrato fuere
necesariamente escrito: en Roma, las formalidades ms importantes no consistieron en
escriturar los actos, sino que en pronunciar palabras sacramentales y rgidas o en entregar
materialmente un objeto. Ms tarde, salvo en Espaa, durante la Edad Media no existe el
contrato consensual. 227
El consensualismo slo surge en los Tiempos Modernos, por lo que la idea del
contrato como simple acuerdo verbal de voluntades es reciente.228 Como sealan Colin y
Capitant, el rgimen de contrato consensual fue siempre excepcional en el Derecho
Romano y en la Edad Media, hasta el Siglo XIII, cuando por efecto de las necesidades
econmicas crecientes en importancia y en complejidad, exigen ms libertad en la
formacin de los contratos.229 El proceso de declinacin del formalismo se consolidar en
los albores del Siglo XVII, poca en la que Loysel pudo por fn escribir: Se sujeta a los
bueyes por los cuernos y al hombre por las palabras, y tanto vale una simple promesa o
convenio como las estipulaciones del Derecho Romano.230
223
83
231
84
234
85
En todo caso, los textos legales que la establecen, cuidan de advertir que esta no es
absoluta: tiene como lmites la ley, la moral, el orden pblico y las buenas costumbres.
En algunos casos, se incluye expresamente en la libertad contractual la posibilidad
que las partes celebren contratos innominados o atpicos. As, en el art. 405 del Cdigo
Civil portugus: Dentro de los lmites legales, las partes tienen la facultad de fijar
libremente el contenido de los contratos, de celebrar contratos diferentes a los previstos en
este Cdigo, o de incluir en los previstos las clusulas que ellas aprueben. Las partes
pueden reunir en un mismo contrato reglas de dos o ms negocios regulados total o
parcialmente por la ley.238 El artculo 1354 del Cdigo Civil peruano, por su parte,
dispone: Artculo 1354.- Contenido de los contratos. Las partes pueden determinar
libremente el contenido del contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de carcter
imperativo. A su vez, el artculo 425 del Cdigo Civil brasileo, consigna: Es lcito a las
partes estipular contratos atpicos, observadas las normas generales fijadas en este Cdigo.
El Cdigo Civil y Comercial argentino seala: Artculo 958.- Libertad de contratacin.
Las partes son libres para celebrar un contrato y determinar su contenido, dentro de los
lmites impuestos por la ley, el orden pblico, la moral y las buenas costumbres.
d) Deterioro o lmites de la libertad contractual.
La mayor ruptura o deterioro de la libertad contractual, desde el punto de vista
cuantitativo, est hoy configurada por el CONTRATO DIRIGIDO (que atenta contra le
libertad de configuracin); igual acontece con el CONTRATO FORZOSO (que atenta
contra la libertad de conclusin), especialmente los forzosos heterodoxos, que nosotros
llamamos forzosos fictos, donde en verdad se produce un quiebre total de la libertad
contractual.239
En sntesis, cada vez que el legislador, por razones de orden pblico social o
econmico, fija imperativamente las clusulas ms relevantes de ciertos contratos u obliga
a las partes a celebrarlos, se produce una ruptura del principio de la libertad contractual.
Messineo seala los siguientes lmites a la libertad contractual:
1. Un primer lmite est constituido por los casos en que el esquema del contrato est
preparado, en todo o en parte, por uno solo de los contratantes, de manera que el otro no sea
admitido a concurrir a su determinacin (alude, por ende, al contrato de adhesin).
2. El segundo lmite dice relacin a que la libertad de determinar el contrato est
circunscrita por la exigencia del respeto a las normas legales imperativas (se refiere, por
tanto, al contrato dirigido).
3. En un tercer significado, lmite a la libertad contractual significa prohibicin de concluir
contratos que no tengan una disciplina particular, cuando con ellos se quiera realizar
intereses no merecedores de tutela jurdica, segn el ordenamiento jurdico, como son los
contratos ilcitos, imposibles o en fraude de la ley.240
4.-) El principio de la fuerza obligatoria de los contratos. Ley y contrato.
a) Relacin entre el contrato y la ley.
238
86
241
Este artculo tiene su antecedente en el artculo 1134, inciso 1, del Cdigo francs, que reza: Las
convenciones legalmente celebradas tienen fuerza de ley entre aquellos que las han hecho.
242
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 265 y 266.
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cumplimiento tienen por misin asegurar.243 De esta segunda consecuencia, derivan tres
aspectos, segn Colin y Capitant:
Cuando una ley nueva, dictada despus de la celebracin del contrato, modifica una
disposicin jurdica que las partes han adoptado como regla de su vnculo contractual, el
juez no debe aplicar la ley nueva al contrato anteriormente celebrado, pues, al hacerlo,
modificara los trminos del acuerdo celebrado entre los interesados (artculo 22 de la Ley
sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, operar ultra actividad de la ley).
El juez encargado de interpretar los trminos de una convencin debe inspirarse, ante
todo en la voluntad de las partes para determinar su sentido exacto. En cuanto a la
procedencia del recurso de casacin en el fondo por infringir la ley del contrato, tocaremos
el punto al tratar de la interpretacin de los contratos, aunque anticipamos que la respuesta
exige matices: en cuanto a la interpretacin de los hechos, es inadmisible el recurso de
casacin; en cuanto a los efectos jurdicos de tales hechos, s resulta admisible.
Cuando el juez se halla colocado frente a los trminos de una convencin, no puede
modificar sus elementos a pretexto de que las condiciones impuestas a una de las partes son
contrarias a la equidad, draconianas o leoninas. No tiene el derecho de atenuar el rigor de
las obligaciones impuestas a las partes.244
c) La fuerza obligatoria del contrato frente al legislador y el juez.
La obligatoriedad del contrato se traduce en su intangibilidad. Vale decir, que el
contrato vlidamente celebrado no puede ser tocado o modificado ni por el legislador ni por
el juez. Estos, al igual que las partes, deben respetar las estipulaciones convenidas por los
contratantes. Sin embargo, la intangibilidad del contrato no es absoluta.245
c.1) Frente al legislador.
En algunas ocasiones, el propio legislador vulnera la fuerza obligatoria del contrato:
1 Al dictarse leyes de emergencia, de carcter transitorio, que implican concesin de
beneficios a los deudores, no previstos en los respectivos contratos: por ejemplo, las leyes
moratorias (Ley N 17.663, de 1972, que suprimi la reajustabilidad automtica de las
deudas provenientes de los contratos de mutuo, otorgados para fines habitacionales, por
Institutos de Previsin y Servicios Pblicos de la Vivienda). O tambin tratndose de
diversas leyes que han condonado parte de las deudas que mantenan con la Corporacin de
Reforma Agraria o los organismos que le sucedieron, los asignatarios favorecidos con la
adjudicacin de los inmuebles que fueron expropiados. Igualmente, cabe destacar el caso de
la Ley nmero 5.001, publicada en el Diario Oficial el 13 de noviembre de 1931, que
dispuso en su artculo 1 que la renta de arrendamiento de los predios urbanos y rsticos
deba ser pagada, durante su vigencia, con una rebaja del 20% con relacin a la que el
mismo arrendatario pagaba el 1 de enero de 1931. Esta ley, como subraya Vodanovic,
oper entonces con efecto retroactivo, pues la situacin establecida por los contratos de
243
88
arrendamiento, con anterioridad a la promulgacin de la ley, vino a ser modificada. 246 Una
norma de esta ndole con seguridad sera tachada en nuestros das de inconstitucional, pero
debemos entenderla en el contexto de la poca, cuando nuestro pas fue severamente
golpeado, con dos aos de desfase, por la crisis del ao 1929, ocasionando a la postre la
cada del gobierno de Carlos Ibez del Campo.
2 Al dictarse normas permanentes, como encontramos en el propio Cdigo Civil o en leyes
especiales:
Artculo 1879, en relacin al pacto comisorio calificado por no pago del precio: Si se
estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se resuelva ipso facto el contrato
de venta, el comprador podr, sin embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo ms
tarde, en las veinticuatro horas subsiguientes a la notificacin judicial de la demanda.;
Artculo 2180, nmero 2, en el comodato: El comodatario es obligado a restituir la cosa
prestada en el tiempo convenido; o a falta de convencin, despus del uso para que ha sido
prestada. / Pero podr exigirse la restitucin aun antes del tiempo estipulado, en tres casos:
() 2 Si sobreviene al comodante una necesidad imprevista y urgente de la cosa.;
Artculo 1559, 1 regla, en el mutuo: Si la obligacin es de pagar una cantidad de dinero,
la indemnizacin de perjuicios por la mora est sujeta a las reglas siguientes: 1: Se siguen
debiendo los intereses convencionales, si se ha pactado un inters superior al legal, o
empiezan a deberse los intereses legales, en caso contrario; (dicho de otro modo: si los
intereses convencionales son inferiores al inters legal, se debe ste ltimo, lo que supone
una norma protectora de los derechos del acreedor);
Artculo 2396, inciso 2, en la prenda, derecho del constituyente para solicitar que se
sustituya la cosa pignorada: El deudor no podr reclamar la restitucin de la prenda en
todo o parte, mientras no haya pagado la totalidad de la deuda en capital e intereses, los
gastos necesarios en que haya incurrido el acreedor para la conservacin de la prenda, y los
perjuicios que le hubiere ocasionado la tenencia. / Con todo, si el deudor pidiere que se le
permita reemplazar la prenda por otra sin perjuicio del acreedor, ser odo;
Artculo 1826, inciso 4, en la compraventa, que establece un derecho legal de retencin a
favor del vendedor, si despus de celebrado el contrato hubiere disminuido la fortuna del
comprador, en forma que el vendedor se halle expuesto a perder el precio, caso en el cual
no estar el vendedor obligado a entregar la cosa, aunque se hubiere estipulado pagar el
precio a plazo, sino cuando el comprador efectivamente se lo pague o asegure su pago
suficientemente: se trata de una aplicacin del art. 1496;
En el artculo 10 de la Ley nmero 18.010, sobre operaciones de crdito de dinero, al
facultar al deudor, en ciertos casos, para pagar anticipadamente lo que debe, an contra la
voluntad del acreedor.
Tambin se infringe por el legislador el principio en estudio, cuando ordena la
mantencin de una relacin contractual que haba expirado: caso ms claro en las prrrogas
automticas de los contratos de arrendamiento de inmuebles urbanos expirados, y que
subsisten durante los plazos de restitucin indicados por la ley, como en el caso del art. 4,
inciso 1 de la Ley N 18.101: En los contratos de plazo fijo que no excedan de un ao, el
arrendador slo podr solicitar judicialmente la restitucin del inmueble, y en tal evento, el
246
Vodanovic H., Antonio, Derecho Civil. Parte preliminar y parte general. Basado en las explicaciones de
los profesores de la Universidad de Chile Arturo Alessandri Rodrguez y Manuel Somarriva Undurraga.
Tomo I, Santiago de Chile, Ediar Conosur Ltda., 1990, quinta edicin, p. 216.
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Recurdese que sobre los derechos personales podemos tener dominio, ms no posesin (y por ello, los
derechos personales no pueden adquirirse por prescripcin).
248
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., pp. 278 a 286.
249
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., p. 293.
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93
partes, sea por su propia voluntad o por disposicin de la ley. Dice Giovene que la idea
jurdica de terceros relativos presupone, por una parte, un acto al cual el tercero es extrao,
y por otra parte, un nuevo acto o hecho jurdico en general, en el que esta persona es parte
con relacin a uno de los sujetos del primer acto y en virtud del cual, llega, necesariamente,
a encontrarse en relacin con el otro sujeto que intervino en el primer acto, a consecuencia
del contenido de las dos estipulaciones.
A su vez, entre los terceros relativos o interesados distinguimos dos categoras: los
causahabientes a ttulo singular y, a juicio de una parte de la doctrina, los acreedores
comunes del deudor, cuando ste es una de las partes del contrato.
1. Situacin de los causahabientes a ttulo singular: reciben este nombre quienes suceden a
una persona por acto entre vivos o por causa de muerte, en un bien determinado y no en la
totalidad de su patrimonio ni en una cuota del mismo. Son causahabientes a ttulo singular
por acto entre vivos, por ejemplo, el comprador, el donatario, el mutuario. Lo son mortis
causa, los legatarios. Como dicen Colin y Capitant, El causahabiente a ttulo particular
sucede a su autor en lo que respecta al derecho transmitido; en otros trminos, este derecho
contina sometido a todas las modalidades con que estaba gravado en el momento en que
fue enajenado.265
Qu ocurre con el principio del efecto relativo de los contratos respecto a estas
personas? Afectan a los causahabientes a ttulo singular los contratos celebrados por el
causante o autor con otros sujetos? El problema, por cierto, se circunscribe exclusivamente
a los contratos celebrados por el causante sobre la cosa o derecho que especficamente se
transfiere o transmite al causahabiente singular, ANTES que ste pase a ocupar el lugar
jurdico de su autor. Segn la mayora de la doctrina, especialmente extranjera, la respuesta
es afirmativa, debiendo tenerse a los causahabientes singulares como partes en tales
actos.266 Pero los ejemplos de la doctrina, casi siempre dicen relacin con la constitucin de
DERECHOS REALES limitativos del dominio, por lo que la respuesta afirmativa es una
consecuencia del derecho de persecucin o efecto erga omnes propio de los derechos
reales. As ocurre cuando el causante, antes de transferir un inmueble, lo haba hipotecado o
gravado con servidumbres, censo o usufructo (artculos 2428, inciso 1; 825; 2033; 792,
todos del Cdigo Civil).267
La cuestin en anlisis se torna problemtica, cuando el causante haba limitado sus
poderes sobre la cosa en el mbito estrictamente de las OBLIGACIONES Y DERECHOS
PERSONALES y no en el de los derechos reales desmembrados del dominio. Por ejemplo,
si el causante se haba obligado a no enajenar un bien es oponible tal clusula al
causahabiente singular o adquirente? A travs de la doctrina de las obligaciones
ambulatorias o propter rem, se responde afirmativamente: son obligaciones ambulatorias
aquellas cuyo sujeto pasivo es variable, de tal modo que el rol del deudor lo asume quien se
encuentre en la posicin jurdica del dueo de la cosa. Estas obligaciones se traspasan al
causahabiente singular junto con la transmisin del derecho de dominio sobre la cosa.
Ejemplo por acto entre vivos: obligacin de pagar las expensas comunes, en el mbito de la
Copropiedad Inmobiliaria. Esta obligacin, que comprende los gastos de conservacin y
mantencin del inmueble y los gastos de administracin del edificio, tiene carcter
265
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 712. Se trata entonces de una manifestacin de la regla
Nemo plus juris ad alium transferre potest quam ipse habet.
266
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 712 y 713.
267
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 341 y 342.
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94
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 342 y 343.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 343 y 344.
270
Excepcionalmente, el inciso 2 del art. 169 del Cdigo de Minera, impone la obligacin al adquirente, de
respetar un contrato de promesa de venta celebrado por su antecesor en el dominio, si dicho contrato se
hubiere celebrado por escritura pblica e inscrito: Otorgado el contrato por escritura pblica, inscrita en el
Registro de Hipotecas y Gravmenes o en el Registro de Accionistas, segn proceda, estar obligado a
celebrar la compraventa, en los mismos trminos en que lo habra estado el promitente vendedor, todo aqul a
quien se transfiera la cosa, a cualquier ttulo.
271
En cambio, como subraya Messineo, en lo relativo a los acreedores con prelacin la cuestin sera ociosa,
puesto que ellos tienen un derecho inmediato sobre los bienes del deudor y el contrato concluido por el
constituyente de la prenda o de la hipoteca no perjudica, hasta la extensin de la garanta, el derecho del
acreedor: Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 184.
272
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp.711 y 712.
273
Dice al respecto Messineo: el acreedor quirografario est, s, interesado en que se mantenga ntegra la
consistencia del patrimonio del deudor, pero no tiene sobre ste un derecho de naturaleza absoluta; ni, por otra
parte, cuando se habla de efectos del contrato respecto de terceros se quiere hacer referencia al hecho de que
el tercero pueda estar expuesto a sufrir directamente sus efectos pasivos o activos: en otros trminos, que el
tercero pueda suceder en tales efectos.: Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 184.
274
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 345 y 346.
269
95
275
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 186 y 187.
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 186 y 187.
277
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 187 y 188.
278
Dispone el artculo 976 del Cdigo Civil que La accin de indignidad no pasa contra terceros de buena
fe. La buena fe del tercero consistir en ignorar la existencia de la causal de indignidad que afectaba a quien
le enajen el bien. Se trata de un tercero que adquiere la cosa de manos del indigno. Ntese que el artculo
976 protege a todo tercero, sin importar que haya adquirido la cosa a ttulo gratuito o a ttulo oneroso. La
norma, por ende, es ms amplia que la del artculo 2301, a propsito del pago de lo no debido, que slo
276
96
segundo, atendido lo dispuesto en el artculo 1578 del Cdigo Civil, que protege a quien de
buena fe hizo el pago.279 Tambin podramos incluir aqu el caso del heredero presuntivo,
que, de buena fe, enajena bienes del que fue declarado muerto presunto, y despus,
reaparece. No podr ste impugnar los actos de enajenacin, en el caso descrito (artculo 94
del Cdigo Civil).
De lo expuesto en este literal, puede afirmarse que el contrato en perjuicio de
terceros ser usualmente ilcito, mientras que el contrato sobre el patrimonio de un tercero
ser lcito, pero inoponible al propietario de la cosa a que ste se refiere.
b.4) Excepciones al efecto relativo de los contratos.
Estamos ante excepciones al principio citado, cuando un contrato crea un derecho o
impone una obligacin a un tercero absoluto. Tal es el caso de los CONTRATOS
COLECTIVOS, y tambin tratndose de los convenios de reorganizacin o de
renegociacin en el marco de la Ley N 20.720, y de los acuerdos de mayora adoptados
por las asambleas de copropietarios de edificios, o en general, en cualquiera comunidad. En
estas hiptesis surgen derechos y obligaciones para quienes no concurren a celebrar la
convencin colectiva o incluso para quienes votan en contra.280
Se han planteado tambin como excepciones la estipulacin en favor de un tercero y
la promesa de hecho ajeno. Veremos que la primera es una verdadera excepcin y la
segunda slo una excepcin aparente.
b.4.1) La estipulacin por otro o contrato en favor de un tercero.281 282
* Concepto: en la medida que se admita la doctrina de la creacin directa del derecho, a la
que aludiremos ms adelante, la estipulacin en favor de un tercero es otra importante
excepcin al principio en anlisis, pues se originan efectos en beneficio de un tercero.283
El contrato en favor de un tercero ha tenido distinta acogida a lo largo de la historia.
En el Derecho Romano clsico, la figura fue repudiada. No se poda estipular por
otro (Alteri stipulari nemo potest). El vnculo jurdico era personalsimo; ni siquiera se
admita la representacin. Las frmulas rgidas de la Stipulatio slo vinculaban a quienes
las pronunciaban. Esta regla, como destacan Colin y Capitant, era muy incmoda, pues
impeda operaciones jurdicas que en un cierto grado de civilizacin se hacen necesarias,
como por ejemplo permitir al vendedor convenir que el precio fuere pagado a un tercero, su
acreedor o simplemente su amigo al que hubiera querido pagar o gratificar.284 Sin embargo,
ampara al tercero que hubiese adquirido la cosa a ttulo oneroso y de buena fe. Contra l, por tanto, los
herederos carecen de accin reivindicatoria.
279
Colin y Capitant incluyen estos dos casos dentro de las excepciones al efecto relativo del contrato: Colin,
Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 720 y 721. Concluyen que Estas dos derogaciones al principio (del
efecto relativo de los contratos) se explican por la misma razn. El heredero y el acreedor verdadero han
incurrido en culpa por haber dejado crearse una situacin que sera perjudicial para los terceros si los actos
celebrados por el que est en posesin de la herencia o el crdito pudiesen ser anulados. Sufren la pena de su
negligencia perdiendo la facultad de impugnar los actos en cuestin.
280
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 346.
281
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 188 a 201.
282
Cfr. Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 719 a 746.
283
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 347.
284
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 724.
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con el correr del tiempo el Derecho Romano mitig su postura inicial admitiendo, por
ejemplo, la figura de las donaciones modales, en la que donante y donatario convienen que
el segundo realizar una prestacin o cumplir una carga u obligacin en beneficio del
tercero o asignatario modal (recordemos que en este caso, el contrato de donacin adquiere
el carcter de bilateral).285 En el Derecho Romano, inicialmente se le otorga accin al
estipulante pero no al tercero beneficiario. En el Bajo Imperio, se confiere a ste accin,
primero en la hiptesis citada de donacin sub modo. Ms adelante, con Justiniano, se
aplic la misma solucin a las hiptesis de constitucin de dote, depsito y comodato,
acompaados de una clusula que ordenaba restituir a un tercero los bienes donados,
depositados o prestados.286
En el extremo opuesto, el derecho germnico admita la estipulacin por otro. En
nuestros das, el CC. alemn establece: por contrato puede estipularse una prestacin en
favor de tercero, de manera que este ltimo adquiera inmediatamente el derecho de exigir la
prestacin. El Cdigo Civil espaol tambin admite la figura, aunque a diferencia del CC
alemn, impone el requisito de la aceptacin para que el tercero pueda exigir el
cumplimiento de la estipulacin hecha a su favor. An ms, para el cdigo espaol, la
figura es inicialmente nula, pero susceptible de sanearse tal invalidez con la ratificacin. Se
trata por ende de una nulidad relativa. Dispone el artculo 1259 del Cdigo hispano:
Ninguno puede contratar a nombre de otro sin estar por sta autorizado o sin que tenga por
la ley su representacin legal. / El contrato celebrado a nombre de otro por quien no tenga
su autorizacin o representacin legal ser nulo, a no ser que lo ratifique la persona a cuyo
nombre se otorgue antes de ser revocado por la otra parte contratante. Esta aceptacin es
intrascendente en Alemania.287
El derecho civil francs se sita en una posicin intermedia. Restrictiva en los
textos legales, la jurisprudencia sin embargo ha consagrado amplia validez a la figura.288
Efectivamente, el Cdigo francs consigna en su artculo 1119: Slo se puede, en general,
estipular para s mismo. Se trata de la vieja prohibicin del Derecho Romano. Sin
embargo, agrega el artculo 1121: se puede estipular en beneficio de un tercero cuando tal
es la condicin de una estipulacin que se hace para s mismo, o de una donacin que se
hace a otro. De esta forma, en el Derecho francs, la estipulacin es vlida en dos casos: i)
Cuando tal es la condicin de una donacin que se hace a otro, esto es, la clsica hiptesis
de la donacin sub modo; y ii) Cuando tal es la condicin de una estipulacin que se hace
para s mismo: es la hiptesis de la estipulacin por otro propiamente dicha. Como
subrayan Colin y Capitant, los alcances dados a esta segunda figura, han sido restringidos:
Los autores interpretan ordinariamente esta segunda frmula de una manera estrecha y la
limitan al caso en que el estipulante ha estipulado al mismo tiempo para l y para otro: por
ejemplo, el vendedor estipula que el comprador le pagar parte del precio a l y parte a un
tercero, y tambin que pagar la totalidad del precio a uno de sus acreedores, al que pagar
de este modo. Es evidente que en ambas hiptesis el vendedor estipula para s, ya en parte
ya en la totalidad. Semejante interpretacin restringida, agregaban los autores citados, es
inadmisible, debiendo ampliarse, sealando que la expresin estipulacin para s mismo
empleada en el artculo 1121, puede ser entendida como sinnima de contrato que interesa
285
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 347 y 348.
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 725.
287
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 348.
288
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 348.
286
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de un tercero; o cuando con cargo a su cuenta corriente, una persona solicita a un Banco la
emisin de un vale vista a nombre de un tercero, etc.295
* Carcter abstracto o incausado de la estipulacin en favor de un tercero.
En la estipulacin en favor de un tercero, el promitente se obliga frente al
beneficiario por la contraprestacin del estipulante en su favor. Tal es la causa de su
obligacin. Por ejemplo, una compaa de seguros (prometiente) se obliga a pagar una
suma de dinero a cierta persona (beneficiario), en el evento que fallezca el asegurado
(estipulante). La causa de la obligacin del promitente, se encuentra en el pago que el
estipulante efectu de las primas pactadas. Pero tambin podra ocurrir que el promitente se
obligue gratuitamente, caso en el cual la causa de su obligacin ser la mera liberalidad.
Dicho en otros trminos: la causa slo se presenta entre el estipulante y el promitente o
entre el estipulante y el tercero beneficiario, pero no respecto del vnculo que nace entre el
promitente y el tercero beneficiario. Como seala Messineo, puede darse que el estipulante
se sirva del promitente para cumplir por medio de este ltimo un pre-existente deber
patrimonial suyo hacia el tercero (causa solvendi), aunque la mayora de las veces el
estipulante se propone nicamente beneficiar al tercero (causa donandi). De esta forma, el
estipulante se sirve de la actividad del promitente en lugar de efectuar l mismo la
prestacin.296
* Naturaleza jurdica de la estipulacin en favor de un tercero: cuatro son las
principales doctrinas que se han formulado para explicarla. Para entenderlas cabalmente,
precisemos que en esta figura intervienen tres personas: el estipulante, el prometiente y el
tercero beneficiario. En el contrato de seguro de vida, por ejemplo, el asegurado es el
estipulante, el asegurador es el prometiente y el tercero beneficiario es la persona a quien
debe pagarse la indemnizacin convenida.
Teoras propuestas:
1 Teora de la oferta: se descompone la estipulacin en favor de un tercero en dos
convenciones. Por un primer contrato, el prometiente se obliga frente al estipulante, quien
se transforma en acreedor de la estipulacin. Posteriormente, el estipulante ofrece su crdito
contra el prometiente al tercero beneficiario. La aceptacin de este ltimo forma una
segunda convencin. El crdito pasa as del patrimonio del estipulante al patrimonio del
tercero, pero nicamente despus que ste acepta. A partir de este momento, el prometiente
tampoco podr echar pie atrs.
Se han sealado sin embargo diversos inconvenientes de esta teora:
+ Al ingresar el crdito inicialmente al patrimonio del estipulante, pasando a formar parte
del derecho de prenda general de sus acreedores, stos podrn embargar el crdito,
imposibilitando as el traspaso al tercero beneficiario. A su vez, los herederos del
estipulante podran considerar el derecho o crdito como parte del patrimonio hereditario, y
negarse por ende a transferirlo al tercero beneficiario; o si el derecho se traspas en vida,
295
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 350; Abeliuk Manasevich, Ren, Las Obligaciones, tomo I,
5 edicin actualizada, Santiago de Chile, Editorial Jurdica de Chile, 2010, p. 145.
296
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 190.
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frente a dicha cesin a ttulo gratuito que hizo el estipulante al tercero, podran intentar su
invalidacin, mediante la accin de inoficiosa donacin (arts. 1425 y 1187).297
+ En general, mientras el tercero no acepte la oferta que le hace el estipulante, esta estar
sujeta a todas las contingencias que pueden afectar una propuesta. Ahora bien, puesto que
la oferta caduca por la muerte o incapacidad sobreviniente del oferente, si en el intertanto el
tercero no la haba aceptado, no ser posible consolidar la operacin. As las cosas, no
podra concebirse el contrato de seguro de vida, que obviamente siempre opera en favor de
un tercero, pues ste, usualmente, slo conoce la estipulacin despus de la muerte del
estipulante.298 299
2 Teora de la agencia oficiosa o gestin de negocios ajenos: el estipulante acta como
gestor de los negocios del tercero, como su agente oficioso (art. 2286), al obtener el
compromiso del prometiente. Por la aceptacin del tercero interesado, la operacin
cuasicontractual se transforma, retroactivamente, en un contrato de mandato (ratihabitio
mandato aequiparatur), entendindose que el estipulante actu a nombre y en
representacin del tercero. Este ltimo es en realidad parte y no tercero. Por
consiguiente, el tercero beneficiario se reputa que ha contratado para s mismo con el
deudor, lo que explica que su derecho se considere nacido el da de la estipulacin.300
En relacin a la primera teora, la de la agencia oficiosa tiene dos ventajas:
+ En primer lugar, la operacin no tiene ya el carcter precario que se critica a la teora de
la oferta; adems, la gestin puede ser ratificada an despus de la muerte del gestor.
+ En segundo lugar, el derecho no permanece en el patrimonio del estipulante antes de la
aceptacin; no queda por ende expuesto a la accin de los acreedores o de los herederos.
Sin embargo, se precisa que esta teora es FICTICIA, ya que en el hecho, el
estipulante acta a nombre propio y no como agente oficioso. En cambio, en la agencia
oficiosa, el gestor es un mero intermediario y obra a nombre del interesado, aunque sin
mandato.
Adems, tres caractersticas esenciales de la agencia oficiosa no estn presentes en
la estipulacin a favor de otro:
+ El interesado en la gestin debe cumplir las obligaciones contradas por el agente si ste
hubiere administrado bien el negocio (art. 2290); esto no ocurre en la estipulacin por otro,
en la que el tercero, aunque el negocio haya sido bien administrado, puede rechazar la
estipulacin.
+ El agente oficioso, despus de iniciada la gestin, est obligado a proseguirla (art. 2289);
en cambio, el estipulante puede revocar la estipulacin de comn acuerdo con el
prometiente, mientras no acepte el tercero.
+ No media entre el estipulante y el tercero ninguna relacin, el primero no puede reclamar
cuentas al ltimo ni a la inversa. Entre tanto, la gestin de negocios crea entre el gerente y
el interesado un conjunto de relaciones jurdicas.301 302
3 Teora de la declaracin unilateral de voluntad: habra en la estipulacin por otro una
expresin de la voluntad unilateral del deudor como fuente de las obligaciones. El
prometiente adquirira el rol de deudor del beneficiario por su exclusiva voluntad; en tal
297
101
sentido, Louis Josserand, quien refirindose a los principales tipos de actos jurdicos de
formacin unilateral, incluye la estipulacin por otro, sealando que en ella el crdito del
tercero nace de una promesa unilateral inserta en un contrato; nace y es adquirida por el
tercero sin que ste haya unido su voluntad a la del promitente y aunque no haya tenido
siquiera conocimiento del contrato celebrado entre el estipulante y dicho promitente.303.
Ante esta teora, se tiene presente:
i) Que es muy discutible que el Derecho Chileno acoja la promesa unilateral como fuente
de las obligaciones. No se aludira a ella en los artculos que consagran las fuentes de las
obligaciones (578, y la triloga compuesta por los 1437, 2284 y 2314).304 Sobre el
particular, la jurisprudencia ha declarado en algunas ocasiones que la aceptacin de una
letra de cambio o la suscripcin de un pagar, constituiran casos de declaracin unilateral
de voluntad como fuente de obligaciones. Otro caso, a juicio de algunos, sera la promesa
unilateral de contrato bilateral; o tratndose del caso sealado en el artculo 632 del Cdigo
Civil, al ofrecerse una recompensa a quien encuentre una especie perdida; o en el mbito de
la formacin del consentimiento, el caso de la oferta que por s sola obliga (artculo 99 del
Cdigo de Comercio).
ii) Esta teora desconoce el CONTRATO, sealado en el art. 1449, existente entre el
estipulante y el prometiente.
iii) Finalmente, no permite comprender por qu sera necesaria la concurrencia de la
voluntad del estipulante junto con la voluntad del prometiente para revocar la estipulacin
antes de la aceptacin del tercero, si para que naciera la obligacin slo se requera la
voluntad del prometiente.305
4 Teora de la adquisicin directa del derecho: esta teora considera la estipulacin en
favor de un tercero lisa y llanamente como una excepcin al efecto relativo de los contratos.
Por excepcin al principio, el contrato crea directamente un derecho para el tercero. No se
intenta asimilar esta figura a otras instituciones. Como seala la doctrina, ms que explicar
la naturaleza jurdica de la figura, esta teora constata la existencia y eficacia de la
estipulacin en favor de un tercero.306 Con todo, al menos no se entraba su desarrollo
aplicndose regmenes jurdicos propios de otras instituciones. El derecho se crea en favor
del tercero desde el instante mismo en que se celebra el contrato entre estipulante y
prometiente, aunque el tercero desconozca la estipulacin. La declaracin o aceptacin del
tercero beneficiario, slo es un requisito para que dicho tercero pueda exigir la prestacin,
pero el derecho a su favor ya naci, independientemente de su voluntad. En otras palabras,
la aceptacin del tercero no es sino un presupuesto de la exigibilidad del derecho por el
mismo tercero, pero no para su nacimiento. Con todo, si bien sobre este punto hoy da no
hay mayor debate, Ramn Domnguez guila previene que restan por resolver doctrinaria
y prcticamente algunas cuestiones importantes. Desde luego, la razn misma del por qu
se crea el derecho (para el tercero) directamente con el contrato, pues decirlo es una mera
afirmacin y no una explicacin. Mientras ello no se solucione lgicamente, queda en
dudas el saber si vale la estipulacin en favor de quien no ha nacido o no es an persona
303
102
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 353 y 354.
Recordemos que el Cdigo Civil chileno resuelve este punto, en cuanto a las asignaciones testamentarias,
en el inciso 5 del artculo 1056: Lo que en general se dejare a los pobres, se aplicar a los de la parroquia del
testador.
309
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 744 y 745.
308
103
310
En realidad, como acertadamente se ha dicho, en el contrato en favor de un tercero una de las partes, el
promitente, se obliga a ejecutar una prestacin no slo ante su contraparte en el contrato, sino tambin a
realizarla a favor de un tercero extrao: Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 191.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
104
ante una doble condicin: la resolutoria apuntada y una suspensiva, consistente en que
llegue a existir la persona natural o jurdica de que se trate.
Acerca de esta institucin, interesante es el fallo de la Corte Suprema, en sentencia
de casacin del 30 de enero de 1989, pronuncindose sobre un contrato de seguro por daos
a buses en beneficio de un tercero (un Banco). Ocurrido el siniestro, la compaa
aseguradora indemniz al estipulante, dueo del autobs, y no al Banco. Este demand a la
prometiente (aseguradora), sosteniendo que se haba infringido el art. 1449, al desconocerse
la estipulacin en su beneficio. La Corte rechaz el argumento, pues no constaba que el
Banco hubiese aceptado el contrato de seguro en su favor, expresa o tcitamente. 311
Cabe preguntarse si muerto el estipulante, y no habiendo mediado an aceptacin
del tercero beneficiario, pueden o no los herederos del primero, acordar con el prometiente
que se rescilie la estipulacin. Conforme a las reglas generales, pareciera que ello es
factible, pues los herederos del estipulante ocupan en el contrato el lugar que tena el de
cujus. Sin embargo, tal respuesta afirmativa puede implicar desconocer o contrariar la
voluntad del estipulante, cual era beneficiar al tercero. La cuestin se ha discutido en el
Derecho francs, sealando al efecto Colin y Capitant que los herederos careceran de la
facultad de revocar, atendido a que Desde el momento en que ste (el estipulante) ha
muerto sin haber revocado la atribucin hecha en beneficio del tercero, ha manifestado su
intencin definitiva de dejarle a ste el beneficio de la estipulacin. No hay que olvidar que
la estipulacin por otro se hace casi siempre para asegurar la suerte del tercero, y que est
determinada por un inters de afeccin que puede no encontrarse entre los herederos. Estos
ltimos se sentirn frecuentemente inclinados a revocar la estipulacin para aprovecharla
personalmente.312
+ Efectos o relaciones entre prometiente y beneficiario: el prometiente se encuentra
directamente obligado frente al tercero beneficiario. Este, aunque no es parte en el contrato,
es acreedor del primero desde el momento en que se celebra la estipulacin, sin necesidad
de obtener la intervencin del estipulante. Como sealan Colin y capitant, el tercero
beneficiario adquiere, por el solo hecho de la estipulacin, en la que, sin embargo, no ha
tomado parte alguna, un derecho de crdito contra el promitente. Este derecho le pertenece
personalmente, nace en su persona y no en la del estipulante.313 Cabe admirarse, dicen
Colin y Capitant, de ver que un derecho nazca antes de que el tercero beneficiario haya
manifestado su intencin de aceptar el beneficio de la estipulacin. Dicha aceptacin del
beneficiario, no hace ms que confirmar el derecho de crdito ya existente en su provecho.
No es ella la que crea el derecho, pues ste ya naci en el momento mismo de la
estipulacin; el alcance de la aceptacin es el de hacer en adelante imposible el ejercicio del
poder de revocacin (del estipulante, en el Derecho francs, o del estipulante y prometiente,
en el Derecho chileno). Por lo dems, agregan estos autores, no hay por qu asombrarse de
ver a una persona convertirse en acreedora sin manifestacin de voluntad por su parte: se
puede comparar esta situacin a la del heredero que adquiere la herencia desde el mismo
da del fallecimiento del causante (igual que el legatario de una especie o cuerpo cierto),
aunque desconozca su calidad de heredero, y que no hace ms que confirmar este derecho
(que en este caso ser el de herencia y el de propiedad), por medio de su aceptacin.314
311
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 355 y 356.
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 739.
313
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., p. 732.
314
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 733 y 734.
312
105
Ahora bien, para ejercer su accin contra el prometiente, deber aceptar expresa o
tcitamente. No podr ejercer sin embargo la accin resolutoria contra el prometiente, ya
que esta accin incumbe exclusivamente a las partes contratantes (art. 1489).
En caso de fallecimiento del tercero beneficiario antes de aceptar la estipulacin,
transmite a sus herederos la facultad de aceptar, puesto que el crdito o derecho ya estaba
en su patrimonio. Con mayor razn acontecer lo anterior, si fallece despus de haber
aceptado, caso en el cual transmite a sus causahabientes el derecho a exigir el cumplimiento
forzado de lo que deba el prometiente.315
+ Efectos o relaciones entre estipulante y tercero beneficiario: jurdicamente, son
sujetos extraos. No media entre ellos ninguna relacin jurdica proveniente de la
estipulacin. El derecho del tercero beneficiario nunca se radica en el patrimonio del
estipulante. Los acreedores del estipulante carecen por ende de derechos sobre el crdito
derivado de la estipulacin. Tampoco los herederos del estipulante podran poner en tela de
juicio la estipulacin en favor del tercero entablando la accin de inoficiosa donacin.316
Con todo, a pesar de lo sealado, es indudable que entre estipulante y beneficiario existe
una causa, remota si se quiere en relacin a la estipulacin pero causa al fin y al cabo, que
explica que el primero haya contratado con el prometiente. As, indican Colin y Capitant, la
estipulacin por otro puede estar inspirada, segn los casos, ya en el deseo de extinguir una
obligacin existente que tena el estipulante para con el tercero beneficiario, ya, lo que es
ms frecuente, en la intencin de procurar un enriquecimiento al tercero beneficiario. En el
primer caso, el cumplimiento de la estipulacin por el prometiente, har desaparecer la
obligacin que tena el estipulante para con el tercero beneficiario; en el segundo caso,
estaremos en rigor ante una donacin, que entra en la categora de lo que algunos llaman
donaciones indirectas, pues la ley no exige el cumplimiento de las formalidades propias
de este contrato. Sin embargo, no siempre existir tal donacin del estipulante al tercero
beneficiario, sino slo en el caso de que el primero hubiere pagado al prometiente una
determinada suma de dinero, que a su vez origine la obligacin del promitente en favor del
tercero beneficiario. En efecto, Esta donacin slo puede comprender las cantidades que
hayan sido efectivamente pagadas por l al promitente para conseguir que ste se obligue.
Es la prestacin hecha por el estipulante al promitente la que fija el importe de la
liberalidad del estipulante para con el tercero beneficiario.317
* Caractersticas de la estipulacin en favor de otro:
+ El tercero debe ser extrao a la relacin jurdica entre el prometiente y el estipulante.
Por ello, es indispensable que el estipulante no tenga derecho para representar al
tercero. Si el estipulante fuere el mandatario o representante legal del tercero, ste sera
parte en el contrato. Tampoco podra considerarse al beneficiario como un extrao, cuando
sea heredero del estipulante (caso del seguro en que el beneficiario fuera la sucesin del
estipulante; en cambio, si fuere una persona que no tiene la calidad de continuador legal del
causante, estaramos ante estipulacin en favor de tercero).
+ El estipulante debe obrar a nombre propio.
En efecto, en caso de actuar sin poder pero a nombre del tercero beneficiario, el
estipulante ser un agente oficioso. No estipulara para otro, sino a nombre de otro.
315
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 356 y 357.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 357.
317
Colin, Ambrosio y Capitant, Henry, ob. cit., pp. 741 y 742.
316
106
Cfr. Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, pp. 201 a 203.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 357 y 358.
320
Messineo Francesco, ob. cit., Tomo II, p. 202.
321
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 358.
322
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 358.
319
107
depende de la voluntad del tercero, vale decir, es un criterio puramente subjetivo. Para
otros, la fuente sera la voluntad unilateral del deudor, en este caso, del tercero, cuando
ratifica. Hay sin embargo un argumento de texto contra esta hiptesis, en el art. 1536, 2,
relativo a la promesa de hecho ajeno con clusula penal, cuando alude al consentimiento,
vale decir, la promesa de hecho ajeno implicara, para su eficacia, un acuerdo de voluntades
y no la mera voluntad aislada del deudor que acepta. Lpez Santa Mara concluye
sealando que es ms simple admitir que la fuente de la obligacin del tercero es la ley (el
art. 1450 del CC), evitando as los inconvenientes derivados de la prctica de explicar las
instituciones jurdicas mediante su absorcin por otras.323
c) El efecto absoluto o expansivo de los contratos.
Al margen de la voluntad de las partes, a veces un contrato puede ser invocado por
un tercero a su favor o tambin oponerse a un tercero en su detrimento. En alguna medida,
en cuanto el contrato es un hecho que como tal existe para todos, en sus efectos reflejos
puede alcanzar a terceros absolutos. No hay propiamente en esta situacin una excepcin al
principio del efecto relativo de los contratos. En el caso del efecto expansivo, no surge un
derecho u obligacin directamente para el tercero, sino que ste puede invocar un contrato
ajeno o puede oponrsele. El contrato, como hecho, tiene vigencia erga omnes.324
Algunas manifestaciones concretas del efecto absoluto de los contratos:325
* En el procedimiento concursal de liquidacin, cuando un acreedor verifica su crdito
contra el deudor, los restantes acreedores no podran desconocerlo o impugnarlo alegando
que deriva de un contrato que no les empece.
* Al regular los efectos civiles de las ventas sucesivas de una misma cosa a dos o ms
personas, mediante contratos diversos, la ley protege a un comprador sobre otro en base a
los criterios que indica el art. 1817. El comprador que no es preferido por la ley resulta
perjudicado por el efecto reflejo o expansivo de la compraventa en que no fue parte.
* Al conferir a los acreedores una accin directa, que les permite demandar, en sede
contractual, a quienes contrataron con sus deudores. Dicho de otro modo, el demandante
puede oponer al demandado un contrato en el que slo el segundo fue parte. En nuestra
legislacin, el caso ms importante lo encontramos en la Ley N 18.490, en materia de
seguro obligatorio contra riesgos personales derivados de la circulacin de vehculos
motorizados. La vctima de un accidente del trnsito puede accionar directamente contra el
asegurador, a pesar de que la primera sea un tercero absoluto en el contrato de seguro. No
obstante ello, podr esgrimir, a ttulo personal, el contrato ajeno.
Igual acontece en algunas hiptesis de subcontrato, como en el submandato (art.
2138), al permitirse al mandante accionar directamente en contra del delegado o
submandatario; o en el caso de los subcontratistas, que pueden exigir el pago de sus
remuneraciones u honorarios al propietario de la obra, y no slo al empresario o constructor
que contrat al subcontratista (art. 2003, regla 5); o en el caso del subarrendamiento,
cuando se posibilita al arrendador para expeler al subarrendatario de la casa o edificio, si
hubiere tenido notoria mala conducta (art. 1973).326
323
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 359 y 360.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 360 y 361.
325
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 362 y 363.
326
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 363.
324
108
327
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 363 y 364.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 368.
329
Vodanovic H., Antonio, Derecho Civil. Parte preliminar y parte general. Explicaciones basadas en las
versiones de clases de los profesores de la Universidad de Chile Arturo Alessandri R. y Manuel Somarriva
U., redactadas, ampliadas y actualizadas por Antonio Vodanovic H., Santiago, Ediar Conosur Ltda., 1991,
Tomo II, quinta edicin, p. 336.
330
Abeliuk Manasevich, Ren, ob. cit., Las Obligaciones, p. 169.
331
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 368.
332
Pescio, Victorio, Manual de Derecho Civil. Teora general de los actos jurdicos y Teora general de la
prueba, Santiago, Editorial Nascimento, 1948, p. 182. Cfr. Essai dune thorie gnrale de linoponibilit,
Pars, 1929, de Daniel Bastian, y en Chile, Ensayo de una teora general de los actos inoponibles, de Alberto
Baltra Corts, 1935.
328
109
333
110
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 369 y 370.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 370 y 371.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
111
340
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 371 y 372.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
112
113
Incluso, puede ocurrir que la nulidad del contrato no sea oponible a una o ambas
partes del contrato, como ocurre con el matrimonio nulo putativo, que permite al cnyuge
que lo hubiere celebrado de buena fe y con justa causa de error, hacer valer los efectos del
contrato, como si fuere vlido (artculo 51 de la Ley de Matrimonio Civil).
No corresponde incluir entre los casos anteriores el del art. 94, regla 4, porque
como se dijo, la ley usa impropiamente el trmino rescisin, cuando en realidad hay
caducidad del decreto que haba concedido la posesin definitiva de los bienes del
desaparecido.342
8 Inoponibilidades contempladas en la Ley N 20.720, Ley de Reorganizacin y
Liquidacin de Empresas y Personas.
En las disposiciones del captulo VI de la Ley N 20.720, que trata De las acciones
revocatorias concursales, cabe tener presente los artculos 287, 288, 290 y 291. Los dos
primeros artculos, aluden a los actos ejecutados o contratos suscritos por Empresas
Deudoras (personas jurdicas). El artculo 290, a la revocacin de los actos ejecutados o de
los contratos celebrados por una Persona Deudora (persona natural). El artculo 291, es una
disposicin comn para ambos casos, y establece el plazo de prescripcin de la accin y el
procedimiento aplicable a la accin revocatoria.
El artculo 287, consagra una hiptesis de revocabilidad objetiva, cuyas nicas
exigencias son: que se trate de actos realizados dentro del ao inmediatamente anterior al
inicio del respectivo procedimiento concursal de Reorganizacin o de Liquidacin, o dentro
de los dos aos inmediatamente anteriores, si el acto fuere celebrado a ttulo gratuito o con
una Persona Relacionada a la Empresa Deudora, y que haya ocasionado perjuicio a la masa
de acreedores. El artculo 288, contempla una hiptesis de revocabilidad subjetiva, pues
adems de haberse realizado el acto jurdico dentro del plazo sospechoso, exige mala fe del
tercero que contrata con la Empresa Deudora y que el acto cause un perjuicio a la masa o
altere la posicin de igualdad que deben tener los acreedores en el concurso. En este caso,
el plazo cubierto por la accin revocatoria es mayor: dentro de los dos aos,
inmediatamente anteriores al inicio del respectivo procedimiento concursal de
Reorganizacin o de Liquidacin.
El artculo 290, por su parte, se refiere a la revocacin de los actos ejecutados o de
los contratos celebrados por una Persona Deudora, con antelacin a los Procedimientos
Concursales de Renegociacin o de Liquidacin de sus bienes. Tales actos jurdicos
susceptibles de ser revocados, son aquellos que se hubieren celebrado dentro del ao
inmediatamente anterior al inicio de los mencionados procedimientos, o incluso dentro de
los dos aos anteriores, si lo hubiere celebrado a ttulo gratuito o con Personas
Relacionadas a la Persona Deudora. El precepto, en sus tres primeros incisos, establece una
especie de revocabilidad objetiva, y en su inciso final, una revocabilidad subjetiva,
remitindose a la accin pauliana del Cdigo Civil, que exige acreditar mala fe del tercero
que contrata con el deudor, si se trata de contratos celebrados a ttulo oneroso.
El artculo 291, segn se expres, es una disposicin comn aplicable tanto a los
actos y contratos de las Empresas Deudoras como de las Personas Deudoras, sealando el
plazo de prescripcin de la accin y el procedimiento aplicable a la accin revocatoria: la
accin prescribir en el plazo de un ao, contado desde la Resolucin de Reorganizacin,
342
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 372 y 373.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
114
115
116
* Por la renuncia expresa o tcita del tercero (dado que la inponibilidad mira a su personal
inters, art. 12). Habr renuncia tcita, cuando no se interponga la accin respectiva, en
aquellos casos en que la inoponibilidad debe hacerse valer por va de accin (por ejemplo,
el dueo que no est en posesin de la cosa, y no deduce a tiempo la accin reivindicatoria;
o en lugar de reivindicar la cosa, el dueo recibe el precio de la compraventa; o el
legitimario que no impugna el desheredamiento dentro del plazo legal).
* Por prescripcin, en todos aquellos casos en que debi hacerse valer como accin o como
fundamento de la accin. As, por ejemplo, dado que la accin de simulacin no tiene plazo
especial, prescribir en cinco aos; la revocatoria en el plazo previsto en la ley; y la
reivindicatoria se extinguir no por la prescripcin extintiva sino por la prescripcin
adquisitiva, es decir, cuando el poseedor adquiera la cosa por usucapin.348
6.-) El principio de la buena fe contractual.
En el Derecho Civil comparado, la buena fe va adquiriendo enorme importancia
desde que las escuelas exegticas han comenzado a batirse en retirada. Son numerosos los
textos legales del siglo XX que han consagrado, con mayor o menor amplitud, el pleno
vigor del principio de la buena fe en materia contractual. Tambin se advierte en la
jurisprudencia comparada la dictacin de importantes fallos que extraen consecuencias
jurdicas de la buena fe, an a falta de texto legal expreso que les sirva de apoyo
inmediato.349
Mencionar la buena fe es evocar la idea de rectitud, de correccin, de lealtad. En
trminos generales, alude a una persuasin subjetiva, interna, de carcter tico, de estar
actuando o haber actuado correctamente. Proyectada al Derecho Civil, asume dos
direcciones: la primera, la buena fe subjetiva, conserva la fisonoma psicolgica a que
aludamos. La segunda, la buena fe objetiva, que es la que mayormente interesa en materia
de contratos, pierde tal fisonoma.350
Estamos ante un principio general del derecho de la mayor trascendencia. Como
destaca Lpez Santa Mara, ya contamos en esta materia en Chile, con una sentencia que
abre el camino adecuado: Los contratos deben ejecutarse de buena fe, sin apego a la letra
rigurosa de ellos ni a un derecho estricto. No deben las partes asilarse en la literalidad
inflexible para dar menos ni para exigir ms, arbitrariamente, al influjo de un inters propio
y mezquino; antes bien, ha de dejarse expresar al contrato ampliamente su contenido.
Tampoco debe dejarse de atender a factores extraliterales que pudieran fundarse en la
naturaleza del pacto, en la costumbre o en la ley (Corte Pedro Aguirre Cerda, 4 de marzo
de 1988).351
a) La buena fe subjetiva.
Bona fides, en este sentido, es la creencia que, por efecto de un error excusable,
tiene la persona, de que su conducta no peca contra el Derecho (Von Thur). Es la
conviccin interna o psicolgica de encontrarse el sujeto en una situacin jurdica regular,
aunque objetivamente no sea as, aunque haya error. El Derecho, en diversas ocasiones,
348
117
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 392 y 393.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 393.
354
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 393.
355
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 393.
356
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 393.
357
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 393.
358
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 393 y 394.
359
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 394.
360
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 395.
353
118
Un estndar es una regla que en lugar de formular una solucin rgida, recurre a
un parmetro flexible cuyo manejo y concrecin, en cada caso, queda entregado al criterio,
prudencia y sabidura del juez de la causa. Se trata de conceptos susceptibles de asumir un
contenido empricamente variable pero que, no obstante, tienen una unidad de significado
bsica e inamovible, que el sentenciador debe acatar. Uno de dichos estndares legales es la
buena fe objetivamente considerada. La misma naturaleza tienen otras nociones como el
buen padre de familia, las buenas costumbres, el orden pblico, la informacin
esencial, etc.361
El principio de la buena fe objetiva impone a los contratantes el deber de
comportarse correcta y lealmente en sus relaciones mutuas, desde el inicio de sus tratos
preliminares hasta incluso despus de la terminacin del contrato.362 La buena fe equivale a
la obligacin de cooperacin, a la lealtad a la palabra dada, y la exclusin del dolo y del uso
abusivo de los derechos subjetivos.363
A diferencia de la buena fe subjetiva, que se aplica in concreto por el
sentenciador, averiguando la conviccin ntima y personal del sujeto implicado, la buena fe
objetiva se aprecia in abstracto, prescindiendo el juez de las creencias o intenciones
psicolgicas de los contratantes, para puntualizar la conducta socialmente exigible de las
partes, exclusivamente en base a la equidad, a los usos y en general, al modelo del hombre
razonable, o sea, a los estndares legales.364
La buena fe contractual corresponde a la moral del deber, cuyo objetivo, como
seala Enrique Barros, es hacer de cada persona un ciudadano cumplidor de los
requerimientos bsicos que plantea la vida social. De lo que se trata es de excluir el abuso y
la mala fe en las relaciones contractuales. Se recoge aqu el creciente valor atribuido a la
CONFIANZA en las relaciones contractuales, como elemento bsico de las mismas.365
Dado que el estndar o regla de la buena fe objetiva tiene valor NORMATIVO,
tanto porque figura en el art. 1546 cuanto porque autoriza al tribunal para determinar los
efectos jurdicos del contrato en discusin, ampliando, precisando o restringiendo el tenor
del acto jurdico, segn las circunstancias, su aplicacin configura una cuestin de
DERECHO. La decisin sera por tanto susceptible de revisin por la Corte Suprema, por la
va de la casacin en el fondo. Por ello, los jueces, amparndose en la imprecisin de la
buena fe, se ven impedidos de dictaminar de manera arbitraria o inicua.366
b.2) Funciones de la buena fe contractual.
Se ha dicho que tres formas parecen reflejar de manera ms idnea las funciones de
la buena fe en las relaciones contractuales:367
361
119
368
120
que las partes, sin embargo, asumieron implcitamente. Se sobrepasa de esta manera, la
literalidad contractual.372
Conforme a esta funcin, la buena fe opera ampliando lo estipulado por las
partes.
b.3) Diversas manifestaciones de la buena fe objetiva en el Iter contractual.
Dado que tiene un valor normativo flexible, que se va precisando de modo
casustico, no es posible enumerar todas las manifestaciones concretas de la buena fe
durante todo el ter contractual. S pueden sealarse algunos ejemplos:
+ En los tratos preliminares: cada uno de los negociadores debe presentar las cosas
conforme a la realidad. Deben expresarse con claridad, abstenindose de afirmaciones
falsas o inexactas o de un silencio o reticencia que puede llevar a una equivocada
representacin de los elementos subjetivos y objetivos del contrato que se pretende
celebrar. As, por ejemplo, respecto de LOS SUJETOS, no debe incurrirse en inexactitudes
sobre la solvencia de los negociadores, sobre su salud mental, sobre sus aptitudes laborales,
artsticas o tcnicas, etc. En relacin AL OBJETO, por ejemplo en el seguro contra
incendio de un inmueble, debe informarse fielmente sobre los materiales de que se
compone la cosa.373
En algunos casos, estas hiptesis pueden configurar DOLO en la conclusin del
contrato, aplicndose entonces el art. 1458. Pero an sin dolo, toda vez que se violan
negligentemente los deberes de informacin, ha de remediarse lo hecho indemnizando por
culpa in contrahendo (caso de responsabilidad civil precontractual).374 Otro ejemplo de
buena fe objetiva durante los tratos preliminares, es el deber de guardar los secretos
conocidos durante las negociaciones, o el deber de advertir que no se est en situacin de
concluir un contrato vlido.375
De lo expuesto, se puede concluir que el inters jurdicamente protegido est
referido al dao sufrido por el partcipe damnificado por haber sido envuelto en
negociaciones intiles, a raz del retiro intempestivo y arbitrario del otro partcipe o por el
ocultamiento de situaciones que resulten ser, posteriormente, causas de nulidad del contrato
resultante.376
Se trata de participar entonces en forma correcta y leal en las negociaciones, lo que
implica por ende actuar de buena fe. Como refiere De Los Mozos, citando a Castn
372
121
Tobeas, en la base de la formacin del contrato hay ya para las partes un deber de
lealtad recproca y buena fe. Por regla general, la ruptura de los tratos no traer consigo
ninguna responsabilidad; ms si llegadas las convenciones a un punto en que poda
razonablemente esperarse la conclusin del contrato, y una de las partes se vuelve atrs sin
motivo justificado, est obligada a responder a la otra, por su arbitrario proceder, de los
gastos que haya hecho y de las prdidas patrimoniales que haya sufrido. Agrega que ante
el silencio legal (en el Cdigo Civil espaol), cabe perfectamente aplicar el principio de
la buena fe () al ser uno de los confortantes, no slo del Derecho de obligaciones, sino de
todo el orden jurdico y que obliga a las partes a no faltar a ella o contradecirla en los tratos
previos a la perfeccin del contrato.377
Para Francisco Saavedra, a modo ejemplar, constituyen conductas que no infringen
este proceder de buena fe, o dicho en trminos positivos, son conductas que estn
conformes al principio de actuar de buena fe, las siguientes:
Participar en las negociaciones estando debidamente facultado para ello (cuando quien
acta, lo hace a nombre y en representacin de otro).
Que una de las partes no sea inducida a contratar mediante la entrega de informaciones
falsas, errneas, simuladas o incompletas.
Que para la seguridad de las negociaciones se respeten los acuerdos de confidencialidad
que se hubieren adoptado y se custodien diligentemente los documentos entregados.
No haber ocultado hechos que podran acarrear luego la nulidad o la ineficacia de lo
acordado.
Que las negociaciones no se prolonguen deliberadamente para luego contratar con otro.
Que no se realicen actos disfuncionales que entorpezcan o que encarezcan intilmente las
negociaciones.
Que una de las partes no se sustraiga o retire arbitraria o injustificadamente de las
negociaciones.
Que no se revoquen propuestas que se haba prometido que no seran retiradas, etc.378
+ En la celebracin del contrato: especialmente encontramos ejemplos en la legislacin
comparada. As, el art. 1338 del CC. italiano establece que la parte que conociendo o
debiendo conocer la existencia de una causal de invalidez del contrato, no la ha informado a
la otra, debe resarcir el dao sufrido por la ltima al confiar, sin culpa suya, en la validez
del acto.
En nuestro Cdigo, algunos ven un ejemplo en el art. 1815, venta de cosa ajena: las
indemnizaciones a que tiene derecho el comprador en caso de ser evicta la cosa, se vinculan
con la buena fe objetiva. En este contexto, Lpez Santa Mara critica la pacata concepcin
actual de la lesin enorme en Chile, que opera en muy pocos casos y que no permite anular
-a diferencia de lo que acontece en el Derecho Comparado, segn ya se revis- contratos a
travs de los cuales una de las partes hubiese explotado el estado de necesidad o la
inexperiencia de la otra, obteniendo ventajas patrimoniales desproporcionadas e ilegtimas;
subraya el autor citado que cuando menos, estas abyectas situaciones de hecho podran ser
sancionadas en tanto vulneratorias del deber de rectitud y lealtad contractuales que la buena
377
De Los Mozos, Jos Luis, artculo Responsabilidad en los tratos preparatorios del contrato, Madrid,
Editoriales Dykinson, S.L. y Ciudad Argentina, 2001, p. 169, que a su vez cita a Castn Tobeas J. M.-Garca
Cantero G., Derecho Civil espaol, comn y foral, Madrid, 16. Edicin, 1992.
378
Saavedra Galleguillos, Francisco, ob. cit., p. 94.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
122
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 401 y 402.
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, p. 403.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
123
Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 405 a 407.
Cfr. Lpez Santa Mara, Jorge, ob. cit., tomo II, pp. 411 a 540.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
124
jueces cuando sea necesario interpretar el contrato-, o por el contrario, meros criterios
orientadores de su labor indagatoria de la voluntad de las partes. A juicio de Alessandri, las
reglas de interpretacin no son obligatorias para el juez en el sentido que ste se vea
necesariamente obligado a seguirlas, ni mucho menos aplicarlas en un orden
preestablecido, sino que tienen el carcter de verdaderos consejos dados por el legislador al
juez. A fin de cuentas, concluye que habra sido mejor no consignar estas reglas y dejar a
los jueces con ms libertad para estos efectos. Agrega que si el C.C.CH. las consign, fue
por imitacin del CC. francs, el que a su vez no hizo sino repetir lo que deca Pothier al
respecto.383 Meza Barros seala por su parte que el juez debe aplicar en su tarea
interpretativa la lgica, el buen sentido, la experiencia, su conciencia y la buena fe. Lpez
Santa Mara discrepa de la tesis de Alessandri. Afirma que el legislador no cumple su
misin dando consejos. Las normas sobre interpretacin tienen carcter imperativo, cuya
inobservancia por parte del juez puede ser impugnada en casacin. La mayora de los
autores contemporneos y la jurisprudencia siguen la misma lnea.384
2.- Carcter de las reglas legales de interpretacin.
Los arts. 1560 a 1566 regulan la materia. Corresponde a los jueces del fondo (de
primera y segunda instancia) interpretar los contratos, y escapa al control de la Corte
Suprema. Colin y Capitant, aludiendo a la posibilidad de que se pueda recurrir a la Corte de
Casacin cuando el juez ha interpretado mal la voluntad de los contratantes, sealan que se
trata de una cuestin muy delicada, pues equivale a preguntarse si la interpretacin de las
clusulas de un contrato, la investigacin de la voluntad de las partes, es una cuestin de
hecho o de derecho. Se sostuvo por algunos, en Francia, al poco tiempo de entrar en
vigencia el Cdigo Napolen, que es una cuestin de derecho, puesto que la convencin es
la ley de las partes, e interpretarla es interpretar la ley. Pero al poco tiempo, la Corte
Suprema, en un fallo de 1808, vino a declarar que la interpretacin de las clusulas de un
contrato es una pura cuestin de hecho. Desde esa poca, la jurisprudencia de la Corte de
Casacin francesa no ha cambiado, desprendindose que los jueces de instancia son los
nicos que tienen la misin de interpretar las clusulas litigiosas. Y de decir cul es su
sentido. En efecto, agregan los autores franceses citados, por una parte, para hacer esta
interpretacin, hace falta, necesariamente, conocer todos los hechos pertinentes al caso,
investigar, no solamente en los trminos mismos del documento, sino en las circunstancias
que le han acompaado cul ha sido la voluntad de las partes; de tal modo, la interpretacin
del documento se relaciona demasiado ntimamente con la apreciacin de los hechos para
poder separarse de ellos. Y, por otra parte, la funcin superior de la Corte de Casacin, que
es la de asegurar la unidad de la jurisprudencia, le concede facultades para interpretar las
leyes generales, pero no esta ley especial de las dos partes que procede de una
convencin y en cuya interpretacin no hay evidentemente, que temer las divergencias de la
jurisprudencia.385 Nuestra Corte Suprema ha seguido un criterio similar. Al respecto, de un
fallo de fecha 5 de enero de 1981, se desprende que Las leyes relativas a la interpretacin
de los contratos son normas dadas a los jueces del mrito a fin de que escudrien la
verdadera intencin de las partes contratantes. La determinacin de esa intencin es una
383
125
126
son cuestiones de derecho susceptibles de ser revisadas por el tribunal de casacin, bajo
cuya crtica cae toda desnaturalizacin jurdica del contrato.
3.- Mtodos de interpretacin.
Dos mtodos se conciben: subjetivo y objetivo.
3.1. Mtodo subjetivo.
Busca determinar cual es la voluntad REAL de los contratantes. Se trata de indagar
acerca del verdadero pensamiento de los contratantes, el que debe primar sobre la voluntad
declarada, considerando que no pocas veces los contratantes expresan su voluntad en forma
inadecuada. Este es el sistema del C.C.CH., siguiendo al CC. francs.
Este mtodo es una consecuencia lgica de la doctrina clsica de la voluntad, que
postula que esta es, de algn modo, la causa eficiente de todo derecho (tanto en el plano del
Derecho objetivo, fruto de la voluntad nacional, cuanto en el plano de los derechos
subjetivos, y en especial los derechos personales, fruto de una supuesta voluntad soberana
de los contratantes). Es lgico por tanto que la teora tradicional haya prescrito que en la
interpretacin de los contratos, el intrprete debe precisar el sentido de las convenciones de
acuerdo a las INTENCIONES o voluntad psicolgica de los contratantes.
3.2. Mtodo objetivo.
Plantea que no interesa la voluntad que tuvieron las partes al concluir el contrato,
debiendo fijarse el alcance de las clusulas discutidas de acuerdo al sentido normal de la
declaracin, de manera que los efectos jurdicos sern los que cualquier hombre razonable
atribuira a la convencin. En otras palabras, la declaracin de voluntad tiene un valor en s,
con autonoma o independencia de la intencin de los contratantes. No debe indagarse
entonces la intencin de los contratantes, sino un alcance que debe atribuirse a la
declaracin, atendiendo a la costumbre, usos corrientes o prcticas usuales de los negocios.
Lo anterior demuestra que el mtodo objetivo de interpretacin est directamente vinculado
con la buena fe objetiva.
Este mtodo adopt el CC. alemn de comienzos de siglo, apartndose del sistema
francs.
Resumiendo lo expuesto acerca de los mtodos subjetivo y objetivo, podramos
concluir en los siguientes trminos:
* Al contratar: ha de primar la intencin de los contratantes, recurriendo entonces al
mtodo subjetivo de interpretacin, y operando la buena fe subjetiva;
* Al ejecutar el contrato: en el silencio de las partes o cuando no es posible deducir la
intencin de los contratantes, ha de primar la buena fe objetiva, ajustndose la conducta de
las partes a los parmetros legales.
4.- Objetivo fundamental: intencin de los contratantes.
Dispone el artculo 1560 del Cdigo Civil: Conocida claramente la intencin de los
contratantes, debe estarse a ella ms que a lo literal de las palabras.
Esta norma, seala Alessandri, es diametralmente opuesta a las que el CC. da para la
interpretacin de la ley, en especial el art. 19. Agrega que esta diferencia se debe a que el
CC. presume que el legislador es culto, conoce el lenguaje, procurando emplear cada
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
127
128
Pero puede ocurrir que las clusulas del contrato sean ambiguas y que las partes
discrepen acerca del sentido que debe drseles. Interpretar entonces el juez, de
conformidad con las reglas que establecen los arts. 1561 y siguientes.392
En relacin al art. 1560, un fallo de la Corte Suprema de junio del ao 1978, seala
que las partes pueden discrepar sobre la CALIFICACION o INTERPRETACION del
contrato. En el primer caso ser necesario determinar qu convencin se ha generado, si
una compraventa, una dacin en pago, una transaccin, etc., y los efectos consiguientes. En
el segundo caso, en el de la interpretacin, habr que determinar cul ha sido la intencin,
voluntad o propsito de las partes para actuar en un sentido o en otro, conforme a las
clusulas que establecieron en su convencin.393 Este concepto de interpretacin se adecua
ms a la conducta de las partes que al contrato mismo. La interpretacin del contrato es la
actividad encaminada a descubrir la comn intencin de las partes que las ha determinado a
celebrar el contrato. Para este efecto, se indagan o escrutan las declaraciones de voluntad y,
eventualmente, el comportamiento de los contratantes, la aplicacin prctica que hayan
hecho de las clusulas estipuladas, etc.
Los tribunales tambin han deslindado sus atribuciones exclusivas para interpretar el
contrato en caso de conflicto. Sobre el particular, un fallo de la Corte Pedro Aguirre Cerda
de septiembre de 1989 deja en claro que la interpretacin de los contratos no compete a la
autoridad administrativa, sino a los tribunales: la interpretacin de un contrato que habra
sido tcitamente modificado es materia de lato conocimiento y debe ser resuelta en el juicio
correspondiente. En consecuencia, resulta improcedente sancionar con multa el
incumplimiento de una interpretacin no establecida legalmente sino por una autoridad
administrativa, como es la Direccin e Inspeccin del Trabajo, facultadas para sancionar
infracciones a la legislacin laboral o de seguridad social y a sus reglamentos, pero no para
interpretar contratos.
5.- Reglas de interpretacin de los contratos.
5.1. Regla de la aplicacin restringida del texto contractual: art. 1561: Por generales que
sean los trminos de un contrato, slo se aplicarn a la materia sobre que se ha contratado.
Referida al alcance de los trminos generales del contrato. En el mismo sentido, art.
2462, en la transaccin: Si la transaccin recae sobre uno o ms objetos especficos, la
renuncia general de todo derecho, accin o pretensin deber slo entenderse de los
derechos, acciones o pretensiones relativas al objeto u objetos sobre que se transige.
As, por ejemplo, si se celebra una transaccin poniendo trmino a un litigio
pendiente o precaviendo un litigio eventual por concesiones recprocas, y si A se obliga a
pagar a B $ 1.000.000.-, expresndose que las partes se declaran libres de todas sus
pretensiones respectivas, los trminos generales del contrato no perjudican los derechos de
A contra B nacidos despus de la convencin, ni tampoco aquellos que ya existan al
momento de la celebracin de la transaccin pero de los cuales las partes no tenan
conocimiento.
retom el criterio del juez rbitro, acogiendo un recurso de casacin en el fondo interpuesto por la actora:
www.legisnews.com Boletn diario de Jurisprudencia Chilena.
392
Alessandri Rodrguez, Arturo, ob. cit., p. 70.
393
Repertorio de Legislacin y Jurisprudencia chilenas. Cdigo Civil y Leyes complementarias, Santiago de
Chile, Editorial Jurdica de Chile, ao 1997, tercera edicin, Tomo V, p. 391.
Teora General del Contrato Juan Andrs Orrego Acua
129
130
causa pueda celebrarse con el acreedor (un Banco), lo que hace comprender en la garanta
tanto las obligaciones pagaderas en moneda nacional como extranjera. Y esta conclusin
aparece ms evidente si se considera que fue precisamente en fecha coetnea que se
suscribieron pagars en dlares; no puede pretenderse encontrar sentido a una clusula de
garanta dirigida a asegurar en forma cabal su cumplimiento para luego otorgar un crdito
en moneda extranjera que no amparara la constitucin de hipoteca.396
La Corte Suprema, por su parte, en un fallo de agosto de 1937, aplica el precepto en
relacin al uso de la firma social de una sociedad, concluyendo que si una clusula
contractual establece que uno de los socios tendr el uso de la razn o firma social, el otro
queda excluido de su uso. No cabe argir que por el hecho de ser administrador el otro
socio, puede ste usar la firma social a virtud de que la facultad de administrar lleva
consigo la de usar la firma social, pues es evidente que cuando se dice en el contrato que
slo uno de los socios tendr ese uso, se excluye al otro.397
Finalmente, en un fallo de la Corte de La Serena de febrero de 1992, se puntualiza
que la referencia en un ttulo de dominio a una baha como lmite de la heredad no hace
dueo al titular de sta de la playa adyacente, puesto que tal referencia debe ser entendida
en trminos que produzca algn efecto legal y no contrario a la ley, desde que los terrenos
de playa son bienes nacionales de uso pblico y su dominio pertenece a la nacin toda.398
5.4. Regla del sentido natural: art. 1563, inciso 1: En aquellos casos en que no apareciere
voluntad contraria deber estarse a la interpretacin que mejor cuadre con la naturaleza del
contrato.
Pothier, para expresar la misma idea, sealaba: Cuando en un contrato los trminos
son susceptibles de dos sentidos, debe entendrselos en el sentido ms conveniente a la
naturaleza del contrato.
As, por ejemplo, si se fija que la renta de arrendamiento de un inmueble urbano
ser de $ 400.000.-, debe concluirse, aunque no se haya dicho, que se trata de una renta
mensual y no anual o por el perodo que dure el contrato, pues es de la naturaleza de los
arrendamientos de predios urbanos destinados a la habitacin, que la renta se pague
mensualmente.
En un fallo de la Corte de Santiago de abril de 1863, se conclua que si se estipulaba
que al final del arrendamiento se abonara al arrendatario los lamos y dems rboles
frutales que plantara, en estos ltimos no se comprendan las plantas de via. Estas ltimas
no caen dentro del trmino rboles, atendido lo que expresa el Diccionario de la Lengua y
la prctica uniforme de los agricultores, que siempre en sus contratos acostumbran
distinguir entre las plantas de via y los rboles frutales.399
Alessandri y Meza Barros incluyen en esta regla el inciso 2 del art. 1563, referido a
las clusulas de uso comn. Lpez Santa Mara, en cambio, las concibe como una regla
diferente, que denomina regla de las clusulas usuales.
396
Santiago de
Santiago de
Santiago de
Santiago de
131
5.5. Regla de la armona de las clusulas: art. 1564, inciso 1: Las clusulas de un
contrato se interpretarn unas por otras, dndose a cada una el sentido que mejor convenga
al contrato en su totalidad.
Cualquier intrprete, comienza por observar el conjunto o la totalidad de aquello
que debe interpretar. Normalmente, las clusulas de un contrato se hallan subordinadas
unas a otras. As como la ley debe interpretarse de manera que haya entre todas sus
disposiciones la debida correspondencia y armona, porque la ley forma un todo que
persigue un fin general, de la misma manera los contratos forman un todo nico, que desde
la primera hasta la ltima clusula tienen un mismo objeto. Por ello, el juez no puede
interpretar aisladamente. Puede ocurrir sin embargo, que las clusulas que individualmente
consideradas son precisas, se tornen contradictorias en el conjunto del contrato.400
En un fallo de la Corte de Santiago, de noviembre de 1942, se establece que si en
una carta-poder se autoriza al mandatario para cobrar las cantidades adeudadas hasta
obtener el pago, y se agrega que aqul pedir que los valores se giren a favor de otra
persona, el mandatario no est facultado para percibir. As se concluye de la relacin de las
dos clusulas.401
En otro fallo de la Corte Suprema de junio de 1905, se puntualiza que si en la
clusula de un contrato se dice que una de las partes dona a la otra una faja de terreno,
comprometindose, en cambio, la segunda, en otra clusula del contrato, a construir una
lnea frrea, la transferencia del mencionado terreno no puede estimarse hecha a ttulo de
donacin gratuita, sino que debe considerarse como el equivalente de la construccin.402
Finalmente, en una sentencia de la misma Corte, de diciembre de 1919, se subraya
que no pueden dividirse el efecto ni la subsistencia de las diversas estipulaciones del
convenio, de tal manera que valgan en una parte y no en otra. Por tanto, as como se han
mantenido los efectos de la hipoteca constituida sobre los bienes del deudor, debe tambin
subsistir la remisin estipulada de una parte de los crditos y del total de los intereses en
provecho del deudor.403
5.6. Regla de la interpretacin de un contrato por otro: art. 1564, inciso 2: Podrn
tambin interpretarse (las clusulas de un contrato) por las de otro contrato entre las mismas
partes y sobre la misma materia.
Se puede recurrir a otros contratos celebrados por las mismas partes sobre idntica
materia. La convencin susceptible de ser considerada en la interpretacin puede ser
anterior o posterior al contrato objeto del litigio. Especial aplicacin tiene esta regla en
aquellos negocios que slo llegan a realizarse mediante una serie de contratos, todos ellos
referentes a la misma materia.
400
132
Santiago de
Santiago de
Santiago de
Santiago de
Santiago de
Santiago de
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410
134
camino en Chile, ya que los espritus, con demasiada frecuencia, siguen creyendo que no
hay Derecho ms all de la ley.412
5.9. Regla de la ltima alternativa: art. 1566: No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas
precedentes de interpretacin, se interpretarn las clusulas ambiguas a favor del deudor. /
Pero las clusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea
acreedora o deudora, se interpretarn contra ella, siempre que la ambigedad provenga de
la falta de una explicacin que haya debido darse por ella.
Esta norma debe aplicarse en ltimo trmino, como recurso final para dirimir la
contienda relativa al alcance del contrato.
El inciso 1, Ms que descansar en la equidad, puesto que se da el favor al deudor,
se relaciona con el art. 1698, en cuanto incumbe probar las obligaciones a quien las alega.
Conforme al art. 1566, inciso 2, quien dicta o redacta el contrato, sea deudor o
acreedor, debe responder por la ambigedad resultante. La jurisprudencia nacional ha
aplicado directamente esta norma, en particular respecto de contratos de adhesin.
Refirindose Alessandri al art. 1566, inciso 1, seala que su fundamento descansa
en que aqul que ha querido obligarse, ha querido obligarse a lo menos. En cuanto al inciso
2, afirma que busca impedir que la parte que redact el contrato o la clusula en discusin,
saque provecho de su negligencia y aun de su malicia. Como anot Bello al respecto, En
caso de duda, se tiene menos consideracin a aquel de los contratantes que pudo explicarse
con ms claridad, y omiti hacerlo.
Acerca del alcance de la expresin partes, una sentencia de la Corte de La Serena,
de agosto de 1903, afirma que las clusulas dudosas de una escritura de venta redactadas
por el abogado del comprador deben interpretarse en contra de ste.413
A su vez, en un fallo de diciembre de 1930 de la Corte de Santiago, se indica que
suponiendo ambiguas o dudosas las clusulas del seguro relativas a doble indemnizacin
por muerte por accidente, debe interpretrselas contra el asegurador que redact el
formulario contenido en la pliza, ya que la ambigedad provendra de una falta de
explicacin que debi dar el asegurador. Por tanto, debe acogerse la demanda en que se
cobra la doble indemnizacin.414
En otra sentencia, de la Corte Suprema, de fecha 15 de septiembre de 1911, se
descarta la ambigedad de una clusula que exclua la indemnizacin en caso de incendio
originado por un terremoto: si bien el seguro se haba contratado contra riesgo de incendio,
en el contrato se estipul que quedaba excluido el dao producido por terremotos, como
tambin los incendios originados por el sismo.415
Sistematizando la materia relativa a las reglas de interpretacin de los contratos,
Lpez Santa Mara distingue:
412
135
a) Reglas relativas a los elementos intrnsecos del contrato: o sea, sirven para interpretar el
contrato por s mismo, considerando slo los elementos que se encuentran en la declaracin
contractual:
Artculo 1562: Regla del objetivo prctico o utilidad de las clusulas;
Artculo 1563, inciso 1: Regla del sentido natural; y
Artculo 1564, inciso 1: Regla de la armona de las clusulas.
b) Reglas relativas a los elementos extrnsecos del contrato: es decir, permiten recurrir a
otros instrumentos o hechos externos al contrato:
Artculo 1561: Regla de la aplicacin restringida del texto contractual;
Artculo 1564, inciso 2: Regla de la interpretacin de un contrato por otro;
Artculo 1564, inciso 3: Regla de la interpretacin autntica o de la aplicacin prctica
del contrato; y
Artculo 1565: Regla de la natural extensin de la declaracin.
c) Reglas subsidiarias de interpretacin contractual, vale decir, que slo han de aplicarse
cuando las reglas relativas a los elementos intrnsecos o extrnsecos no permitan dilucidar
la controversia:
Artculo 1563, inciso 2: Regla de las clusulas usuales; y
Artculo 1566: Regla de la ltima alternativa.
416
417
136
Se puede definir la resciliacin como una convencin en que las partes interesadas,
siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en dejar sin efecto una
convencin o contrato, extinguindose las obligaciones vigentes.
Si la voluntad de las partes gener el contrato, es lgico que esa misma voluntad
puede dejarlo sin efecto. Para ello deben concurrir todos aquellos que concurrieron a su
formacin, por aplicacin del principio de que en Derecho, los contratos se deshacen de la
misma manera que se hacen. El acto en virtud del cual las partes deshacen un contrato que
han celebrado se denomina resciliacin. Se trata de una convencin, ms no de un contrato,
pues su finalidad es extinguir derechos y obligaciones.
Cabe notar, en todo caso, la impropiedad en la que incurren los arts 1545 y 1567
inciso 1, al sugerir que la resciliacin da por nula la convencin, lo que ciertamente
constituye un error, porque la resciliacin parte del supuesto que la convencin es
perfectamente vlida, y porque slo el legislador o el juez pueden declarar nula una
convencin, no las partes.
Es importante destacar que las obligaciones del contrato que se pretende resciliar
deben estar vigentes, esto es, no cumplidas en su totalidad, pues si as fuere, en rigor ya no
podran resciliarse, por la sencilla razn de que no existiran obligaciones destinadas a
extinguierse418.
b) Efectos de la resciliacin.
b.1) Efectos respecto de terceros.
La resciliacin produce efectos nicamente para el futuro, respecto a terceros. No
afecta el pasado, los efectos del contrato ya producidos y que han originado derechos para
terceros, los que no pueden ser alterados ni modificados por las partes que rescilian. Bajo
este respecto, los efectos de la resciliacin se asemejan a los del plazo extintivo pero
difieren de los efectos de la nulidad. Consecuencia de esto es que aunque el contrato sea
resciliado o destruido por el mutuo consentimiento de las partes, los derechos constituidos
en favor de terceros sobre la cosa objeto del contrato en el tiempo que media entre la
celebracin del contrato y su resciliacin, subsisten, porque la voluntad de las partes no
tiene fuerza suficiente para destruir los derechos de los terceros. As, por ejemplo, si se
rescilia una compraventa sobre un inmueble, la hipoteca constituida por el comprador no se
ver afectada.
b.2) Efectos entre las partes.
Entre las partes, la resciliacin tiene efecto retroactivo, pues la voluntad de las
partes es regresar al estado anterior al del contrato. Por ende, efectuando las prestaciones
mutuas, las partes sern restituidas a la situacin previa a la celebracin del contrato. As,
418
137
138
mandante, ello slo ser as por regla general); en el contrato de mediera o aparcera, slo
la muerte del mediero extinguir anticipadamente el contrato, no as en caso de
fallecimiento del cedente, artculo 18 del Decreto Ley nmero 993).
d) El plazo extintivo: as, por ejemplo, en la sociedad, el arrendamiento y el comodato.
139