Tesis Arte Feminista en Argentina
Tesis Arte Feminista en Argentina
Tesis Arte Feminista en Argentina
Agradecimientos
Quiero agradecer en primer lugar a mi directora de tesis Dra. Yayo Aznar Almazn,
de quien he aprendido a lo largo de estos aos no slo conocimientos sobre la
Historia del Arte sino tambin riqueza humana. Ella fue una sabia compaera en
esta investigacin; sin su generosidad, dedicacin y sugerencias este trabajo no
hubiera llegado a su fin. Agradezco en particular la lectura minuciosa de Yayo y
todo lo dedicado a esta tesis en una poca en la que vivimos donde el tiempo es un
bien cada vez ms escaso en nuestras vidas.
Esta tesis doctoral implic un ciclo en mi vida en el que los afectos jugaron un lugar
importante para el desarrollo de la investigacin. Sin la presencia, el apoyo y el
estmulo de Mariano Eloy Rodrguez Otero este trabajo no hubiera podido ser lo
que es. Gracias a su inteligencia, su comprensin y su conciencia feminista pude
escribir cada captulo que aqu presento. Gracias a su humor pude sortear varios
momentos difciles.
Agradezco la presencia de mis padres y hermanos, por su compaa, aliento y por
lo que han trabajado al lado mo cuidndome y ayudndome en todo lo que han
podido.
Quiero dar las gracias a mis amigos por sus complicidades y su compaa. Gran
parte de la bibliografa se las debo a ellos. Gracias a Alejandro Kantemiroff, quien
en su estada en los Estados Unidos fue un atento corresponsal feminista, a quien
debo adems el haber actualizado parte de mi biblioteca. Gracias a Cecilia Widmer,
Magdalena Pagano y Fernando Davies, por sus escuchas atentas, los ricos
intercambios y por estar siempre dispuestos a engrosar sus valijas con libros
feministas. Gracias a la fidelidad y el amor de mis viejas amigas espaolas Elisa y
Charo, a quienes adoro. Muchas gracias a Sergio Vita y Elena Sierra por estar
siempre. Gracias a Lea greda, Ins Buchar y Ana Sartori por su inteligencia,
paciencia y solidaridad. Y agradezco a una amiga que ya no est pero que fue la
primera en leer y corregir un boceto de esta investigacin, Brigitte Martini, quien me
lleva acompaando todos estos aos.
En 2006, por mediacin de Yayo Aznar, pude conocer a Juan Vicente Aliaga. Al
ao siguiente me encontr con Assumpta Bassas Vila. Fue un lujo para m contar
con ambos desde entonces, no slo por sus conocimientos sobre el arte feminista
sino tambin por el afecto y la amistad que fuimos formando con el tiempo.
Agradezco especialmente a Assumpta sus conocimientos y sus palabras sabias
que han enriquecido tanto este como otros trabajos mos, el haberme familiarizado
con la escuela de la diferencia y el abrirme al mundo de las msticas y las
beguinas, quienes me alimentan el alma y a las que vuelvo una y otra vez.
3
Agradezco fundamentalmente a Juan Vicente todo lo que lleva realizado por el arte
feminista -ejemplo primordial para el presente trabajo- por los proyectos que nos
han unido y unen, y por su cario a la Argentina.
Quiero agradecer a mis colegas del Instituto Interdisciplinario de Estudios de
Gnero quienes han colaborado amablemente con esta investigacin: quien fuera
su directora, Dra. Dora Barrancos y a la directora actual, Dra. Nora Domnguez; a
las compaeras del grupo Historia Gnero y Poltica en los 70, a Isabela Cosse y
por ltimo a Marcela Nari, quien se fue muy pronto pero que dej un legado
fabuloso para los estudios feministas en Argentina.
Esta investigacin se llev a cabo en gran medida gracias a la palabra y a la
memoria de sus protagonistas. De todas ellas quiero muy especialmente agradecer
a tres figuras que considero cardinales en estos aos de trabajo: Monique Altschul,
Leonor Calvera e Ilse Fuskov, de quienes admiro el valiente compromiso que han
tenido con el feminismo desde los aos setenta hasta hoy, su forma de entender el
mundo y el ejemplo de vida que nos dan. Sin vuestra colaboracin y el rico archivo
que cada una labr y cuid, hubiera sido imposible avanzar contra la invisibilidad
de los trabajos de las artistas aqu presentes. Me hubiera gustado mucho conocer a
Mara Luisa Bemberg en persona, lamentablemente el tiempo me gan de mano.
Sin embargo cont con la posibilidad de acercarme a travs de los recuerdos de su
amiga Leonor Calvera y de su ltima secretaria, Patricia Maldonado, con quienes
viv la admiracin y el amor que tuvieron hacia Mara Luisa sin dejar de ser crticas.
Si bien todas las investigaciones precisan de archivos y bibliotecas, los que se
encuentran las ms de las veces en manos pblicas, en el caso de mi tesis estara
en deuda si no dijera que una parte fundamental de la documentacin con la que
trabaj me la provey el Centro de Documentacin de la Librera de Mujeres de
Buenos Aires, una de las bibliotecas ms ricas sobre la historia de nuestro
feminismo tanto local como latinoamericano, con la que contamos en Argentina.
Sus fundadoras, Piera Oria y Carola Caride fueron fundamentales en mi trabajo. A
ellas quiero agradecer el confiar en m, el brindarme siempre respuestas y
soluciones ante mis preocupaciones, y en especial a Patricia, quien contestaba de
manera encantadora mis llamadas apremiantes.
No quisiera dejar de agradecer a las Mitominas que me abrieron sus puertas: Silvia
Berkoff, Florencia Braga Menndez, Beba Braunstein, Adela Iribarren, Pilar
Largui, y Ebe Molinuevo. A Sara Torres que me abri su valioso archivo. A
Claudina Marek y Carlos Altschul, por apoyar y apuntalar incansablemente el
trabajo de sus parejas y siempre ser tan amables conmigo.
ndice general
ndice de imgenes.. 4
Introduccin
I. Conformacin de los grupos feministas de Buenos Aires al calor
de la segunda ola. Singularidades respecto del feminismo
internacional...... .16
II. Articulacin de la relacin arte-feminismo en Buenos Aires.
Dcadas 70 y 80. . 21
III. El olvido de los 90 y la aparicin acadmica del concepto de
gnero. 31
IV. Hiptesis de trabajo 33
V. Metodologa y objetivos de la investigacin. ... .34
Captulo I: Mara Luisa Bemberg en el origen de un arte feminista
I. Mara Luisa Bemberg. UFA y la relacin arte-activismo. 42
II. La mujer es una construccin visual y discursiva. El Mundo de la
Mujer (1972). .55
III. Dilogos entre Mara Luisa Bemberg y Martha Rosler. .76
IV. La educacin y los juegos de la infancia en la construccin del
gnero. Juguetes (1978) ...89
V. Repercusiones en la prensa de los cortos de Mara Luisa
Bemberg. 109
Captulo II: Ilse Fuskov. Desde la fotografa al activismo
I. Lugar de Mujer. La vuelta de las exiliadas y el regreso de las
luchas feministas. .123
II. Ilse Fuskov. La sexualidad femenina en su serie El zapallo
(1982). .128
III. Desde la casa a la calle. El Grupo Feminista de Denuncia (19861987)....145
IV. Pintar con sangre. Activismo lsbico y produccin artstica
(1988)...158
Captulo III: Mitominas I. La construccin de la mujer a travs de los
mitos
I. El origen de Mitominas I: Transformaciones (1985)178
II. Contexto terico de los mitos y la mirada feminista.....187
ndice de imgenes
Captulo I
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
15
Introduccin
16
Feminismo radical refiere a aquellos movimientos que al calor de la segunda ola feminista lucharn
en y desde el espacio pblico contra el sistema de opresin patriarcal. Este momento que florece en
la dcada de los 70, va dando paso a un feminismo cultural, con el que se llega a una
conceptualizacin esencialista de lo privado. Inspirndose en el feminismo francs de la diferencia,
las coordenadas pblico-privado sern reinterpretadas desde una defensa de la filiacin materna y
de la reordenacin de los espacios en un tiempo anterior al orden patriarcal, segn Susana Carro
Fernndez. Ver, Susana Carro Fernndez: Mujeres de ojos rojos. Del arte feminista al arte
femenino, Gijn, Ediciones Trea, 2010, p.16.
17
18
19
ilustrar
la
decadencia
civilizatoria
como
las
transformaciones
ms
Finalmente, las dictaduras por las que atraviesan los pases del Cono Sur
llevan a trabajos en clandestinidad, con fuertes crticas contra la censura y la
9
Fernando J. Ruiz: Las palabras son acciones. Historia poltica y profesional de La Opinin de
Jacobo Timerman (1971-1977), Buenos Aires, Libros Perfil, 2001, p.60.
10
Ibd., p. 69.
20
Durante los aos setenta se forman los primeros grupos feministas del
pas, desarrollando reuniones de reflexin y discusin sobre problemticas
comunes a todas las mujeres. En 1969 se organiza en los salones del caf Tortoni
Unin Feminista Argentina (UFA), de cuyos orgenes participa la cineasta Mara
Luisa Bemberg y la escritora Leonor Calvera. En 1971 se constituye tambin el
Movimiento de Liberacin Femenina (MLF), que instala con fuerza el debate sobre
el aborto. Ambas agrupaciones se encuentran motivadas por la prctica de un
feminismo radical de influencia anglosajona. Las vicisitudes vividas por la
Argentina de entonces no permitieron un desarrollo lineal y armnico
de las
11
Ver : Ins Cano: El movimiento feminista argentino en la dcada del 70 en Todo es Historia,
n183 agosto de 1982, pp.84-93.
21
22
esta serie de diez fotos, una ser seleccionada en 1986 para integrar la exposicin
internacional de fotografa Mujeres fotografan mujeres, organizada por la
Volkshochschule de Munich.
artistas,
escritoras,
diseadoras,
socilogas,
antroplogas,
14
Cuadernos de Existencia Lesbiana. Edicin homenaje a Ilse Fuskov, Buenos Aires, Librera de
Mujeres, 2008.
23
15
Emeterio Cerro (Balcarce, Provincia de Buenos Aires 1952- Buenos Aires 1996), poeta y
dramaturgo. Reside en Pars desde 1986. Conforma la compaa de teatro La Barrosa en 1983, con
la que actuar hasta principio de los aos 90. Para ms informacin ver: Viviana Usubiaga; Ana
Longoni: Arte y literatura en la Argentina del Siglo XX, Buenos Aires, Fundacin Espigas, 2006, p.46
y ss.
24
Puesto que en 1992 Mitominas III Cleras de Amrica, dur tan solo un da, se llev a cabo en
Parque Lezama y fueron acciones realizadas en conjunto con murgas, este trabajo no ser tomado
en mi estudio ms que en relacin a los otros dos Mitominas.
25
estereotipos,
el
desenmascaramiento
de
la
opresin
femenina,
el
17
26
El primer gobierno del general Juan Domingo Pern 1946-1952- se inicia sostenido por una
variopinta alianza del sindicalismo, sectores de la iglesia y las fuerzas armadas. Aunque respaldado
mayoritariamente en las urnas, esta mezcla conforma un panorama complejo y contradictorio que
atraviesa a la Argentina hasta la actualidad. Durante este perodo las vanguardias artsticas
sufrieron un proceso de denigracin -por elitistas y extranjerizantes- y, en la mejor de las suertes, de
ignorancia. Es el caso de los movimientos Arte Concreto Invencin y Madi, cuyas pocas de
madurez plstica se dan entre los aos 1945 y 1955, ambos sufren la crtica u omisin del gobierno
imperante, el cual vea con buenos ojos la esttica realista cercana a los gobiernos fascistas y
nacionales socialistas. A partir de 1955, con la revolucin libertadora se buscar una mayor
apertura en el campo de las artes y al mismo tiempo se intentar actualizar el lenguaje plstico a
nivel de los acontecimientos artsticos internacionales. Aquella geometra que era equivalente a
vanguardia durante la dcada anterior seguir incursionando a travs del arte ptico y cintico. El
Informalismo de los aos cincuenta buscar vincularse a los procesos polticos del pas y a la
situacin econmica emergente. Los objetos se tornarn polivalentes, muchas veces aludiendo a la
precaria situacin econmica en la que se ven sumidos gran parte de la poblacin. Los mismos, en
su mayora, referirn a las villas de emergencia que comienzan a crecer en relacin al desarrollo
industrial de ciudades como Buenos Aires o Rosario, afectadas por la superpoblacin y la
contaminacin ambiental. El Informalismo argentino no slo propicia un acercamiento diferente
hacia lo real a partir de sus materiales sino que plantea nuevas cuestiones sobre la propia
naturaleza del arte y esto es lo que permite que en el pas se pueda saltar de lo moderno hacia lo
contemporneo: del mundo de lo material hacia la desmaterializacin del arte. Es a finales de los
aos 50 cuando se inicia el proceso de institucionalizacin de las vanguardias artsticas, hasta
entonces situadas al margen de los discursos polticos establecidos, y contrarias o crticas de la
cultura oficial. El Instituto de Artes Visuales Di Tella promover el arte de vanguardia experimental
como partcipe de una misin educadora en el contexto de la concepcin poltica desarrollista de
esos aos. Ingresan al campo de la plstica local lenguajes denominados pop, ambientaciones y
happenings. Estos se transformaron en el centro de la participacin social y en vidriera de las ms
importantes publicaciones de diarios y revistas de la poca. La dcada de los 60 es larga y
compleja para la Argentina. Se inicia, como seala en 1958 con la asuncin de Arturo Frondizi al
gobierno y concluye en mayo de 1973 con el fin de la llamada Revolucin Argentina, un rgimen
autoritario que incub la serpiente de los setenta. En trminos pictricos, fue el ciclo de las
renovaciones formales ms importantes de la segunda mitad del siglo veinte: el informalismo, la
nueva figuracin, el arte destructivo, lo que genricamente se conoce como las vanguardias, el arte
conceptual. El cruce entre arte y poltica es permanente y el artista vuelve a replantearse las
relaciones entre creacin y compromiso. A mediados de la dcada del 60 este programa
modernizador -descripto brevemente- cuyo objetivo principal era el de internacionalizar al arte
argentino, comienza a ser cuestionado por grupos de izquierdas de fuerte carcter nacionalistas.
Estos ltimos lo denuncian por su dependencia, tanto ideolgica como financiera, al imperialismo
capitalista. La coyuntura poltico-social por la que atraviesa la Argentina demanda el compromiso del
artista con la actualidad, es as como se llevan a cabo obras de marcado carcter poltico en las que
se inscriben exponentes de un conceptual comprometido, al que el crtico Marcelo Pacheco
denominar conceptual caliente para diferenciarlo del tautolgico, realizado por europeos y
27
sufren las mujeres las hace hablar una lengua franca. Todo ello sucede mientras
el arte local se debate en problemticas polticas al margen de lo privado.
norteamericanos. La escalada de violencia durante los aos 70 llev a que los artistas tomaran
actitudes de autocensura y ocultamiento a la hora de criticar la situacin poltica del pas, a travs
del desarrollo de vocabularios crpticos y de difcil interpretacin. En muchos casos se vuelve a
utilizar el formato tradicional de la pintura adoptndose lenguajes un tanto regresivos que oscilarn
entre la obviedad y el lenguaje cifrado. La desaparicin de personas, el gran nmero de exiliados
polticos sumado al incalculable dao hecho hacia las instituciones y a la sociedad en su conjunto,
son elementos que no deben olvidarse a la hora de analizar el arte argentino que emerge en poca
democrtica, ya que los artistas que protagonizan aquellas propuestas fueron educados bajo el
gobierno de facto. Uno de las situaciones ms dramticas de la dictadura en relacin al mbito de la
cultura fue el desmantelamiento de las universidades, museos y la persecucin a galeristas que
apostaron por propuestas cuestionadoras al orden establecido. Esto genera una fuerte represin
interna desde el propio medio artstico. Las artistas feministas emergern del movimiento de
mujeres desvinculadas de la prctica artstica establecida por considerarla ignorantes de las
preocupaciones de las mujeres. Un estudio ms detallado del campo artstico local y su
desvinculacin del arte feminista en Mara Laura Rosa: Breve recorrido histrico por la plstica
argentina desde el 45 en La representacin poltica del cuerpo. Arte argentino de los 90 desde
una perspectiva de gnero, Tesina del Perodo de Investigacin de la Facultad de Geografa e
Historia, Departamento de Arte Contemporneo, UNED, Madrid, mimeo, 2008, pp. 36-56.
28
19
La doble jornada: concepto que se define en relacin al contenido diferente del trabajo de las
mujeres, el trabajo productivo y el reproductivo. El primero es asalariado, el segundo no. Esta
situacin exhibe la construccin sexual del trabajo tan discutida y cuestionada por las feministas de
la segunda ola, momento del feminismo que se desarrolla al calor de los movimientos sociales y
polticos del 68.
29
su hogar y lo sostenan econmicamente gracias a sus trabajos de luchadoras en relacin al deporte de la lucha libre, muy extendida en Mxico- en su serie
sobre La lucha libre femenina que inicia a principios de los 80.
individualmente o como integrante del grupo Polvo de Gallina Negra junto a Maris
Bustamante. Polvo de Gallina Negra en sus diez aos de existencia realiz varias
performances que reflexionaban crticamente la cuestin del ama de casa, entre
ellas podemos mencionar: Las mujeres artistas o se solicita esposa, 1984; Madre!,
1987 y
Madre por un da, 1987, entre otras. Para finalizar, el grupo Bio-Arte
presente
investigacin
buscar
desarrollar
una
cartografa
Seala Mnica Mayer: La poca de oro del arte feminista en Mxico fue a principios de los
ochentas, hasta la revista FEM dedic un nmero a la mujer en el arte (). Mnica Mayer: Rosa
Chillante. Mujeres y performance en Mxico, Mxico, CONACULTA/FONCA/Pinto mi raya, 2004,
p35.
30
durante las dcadas del setenta y ochenta en la ciudad de Buenos Aires. Debido
a
la
macrocefalia
que
sufre
Argentina
podemos
pensar
que
estas
Asimismo esta tesis tambin buscar establecer contactos entre las obras
locales y las continentales ya que el denominador comn de las artistas, ms
all de las metodologas de trabajo en conjunto, ser la crtica a la opresin
femenina por el patriarcado. De esta manera la inmanencia del trabajo
domstico, la procreacin como condicin sine qua non de lo femenino y la
demarcacin del comportamiento asignado a los sexos sern temticas
recurrentes.
Trmino que se emplea para englobar a aquellos que se vanagloriaban de la paridad peso-dlar,
dedicndose a despilfarrar el dinero y adoptando un tipo de vida por encima de sus posibilidades.
22
Las visitas a la Argentina de crticos como Achille Bonito Oliva o filsofos como Gianni Vattimo
durante la dcada del 90, familiarizaron al medio local con conceptos como transvanguardia, crisis
de las vanguardias, postmodernidad y pensamiento dbil. Ambos intelectuales italianos eran
invitados principalmente para las Jornadas de la Crtica organizadas por la Asociacin Argentina de
Crticos de Arte, y como conferenciantes en diversas instituciones locales. Por otro lado, la visita y
las lecturas de las publicaciones de Nstor Garca Canclini argentino exiliado en Mxico desde
1976- fueron fundamentales para difundir el concepto de multiculturalismo y de culturas hbridas o
hibridacin cultural, desarrollados por el socilogo argentino.
32
33
para
34
La historiadora del arte Griselda Pollock seala en relacin al Pars del siglo
XIX: Porque hay una asimetra histrica una diferencia social,
econmica,
subjetiva entre ser mujer y ser hombre en el Pars de fines del siglo XIX. Esta
diferencia el producto de la articulacin social de la diferencia sexual y no una
imaginaria distincin biolgica- determin la manera en que pintaron hombres y
mujeres.23 Ante lo expresado, esta investigacin se valdr de la reconstruccin
histrica del contexto en que las artistas feministas trabajaron, pero no slo desde
el lugar de los grandes hechos polticos, sociales, econmicos- sino de la
articulacin de stos con el mundo de lo privado. Para ello la palabra de las
protagonistas -en forma de entrevistas y/o filmaciones- ocupar un lugar
importante. Es desde sus experiencias personales que buscar analizar la
particularidad de las manifestaciones artsticas, al decir de Cixous: () desde ese
atrevimiento e impertinencia que las mujeres pueden suscitar cuando indagan en lo
desconocido para buscarse a s mismas.24
23
Griselda Pollock: Vision and Difference: Feminity, Feminism and the Histories of Art, London,
Routledge, 1988, p. 53.
24
Hlne Cixous: Castration or Decapitation?, trad. Annette Kuhn, Signs, vol. 7, n1, 1981, p. 54,
cito por Griselda Pollock,La herona y la creacin de un canon feminista. Las representaciones de
Artemisisa Gentileschi de Susana y Judith en Karen Cordero Reiman e Inda Senz (comp.): Critica
feminista de arte en la teora e historia del arte, Mexico, Universidad Iberoamericana, 2007, pp. 161196.
35
25
Roger Chartier: El mundo como representacin. Historia cultural: entre prctica y representacin,
Barcelona, Gedisa, 1999, pp. 36-37.
26
En cuanto a la interdisciplinariedad ver: V.V. A.A.: Interdisciplina, escuela y arte. Antologa tomo I,
Mxico, Direccin General de Publicaciones del Conaculta/Centro Nacional de las Artes, vol. I,
2004. Dicha obra es una antologa de 28 artculos de diferentes intelectuales y artistas que han
pasado por las aulas del Centro Nacional de las Artes de Ciudad de Mxico, quienes aportan
reflexiones tericas, acadmicas, culturales y artsticas respecto a la tarea interdisciplinar. De este
estudio cito el trabajo de Maris Bustamante: La transdisciplina como indisciplina donde plantea
una conceptualizacin revolucionaria, citando a Michael Kirby y citndose a s misma, con su
trabajo Estructuras narrativas no objetuales: las algicas propone que () toda idea para ser
entendida, desmontada o armada, recae en una estructura narrativa. Que las estructuras narrativas
convencionales a que estamos acostumbrados podemos denominarlas lgicas. Que las estructuras
narrativas no tradicionales podemos llamarlas algicas y que desde luego a nadie que desea
trabajar en firme le interesan las ilgicas pues no plantean ningn orden, mientras que las algicas
aspiran a eso. Como me sigue gustando decirlo: mientras las lgicas representan el orden de
pensamiento en que hemos sido educados, las algicas plantean un orden alterno a ellas, es otro
orden, otra manera de pensar y por lo tanto otra estructura, en V.V. A.A.: Interdisciplina, escuela y
arte. Antologa, ob. cit., pp. 168-169.
36
Dentro de los objetivos a los que aspiran los Estudios Culturales se encuentra
el de exponer las relaciones de poder y examinar el modo en que stas influyen y dan
forma a las prcticas culturales. Asimismo, no son simplemente el estudio de la
cultura como si esta fuera una entidad independiente, separada de su contexto social
o poltico, sino que aspiran a comprender la cultura en toda su complejidad de formas
y analizar el contexto poltico y social en el que se manifiestan27.
Con respecto a lo sealado ver: Ziauddin Sardar; Boris Van Loon: Estudios Culturales. Barcelona,
Paids, 2005; James Curran; David Morley; Valerie Walkerdine (comp.): Estudios Culturales y
comunicacin. Anlisis, produccin y consumo cultural de las polticas de la identidad y el
posmodernismo, Barcelona, Paids, 1998 y Ann Gray: Research practice for cultural studies.
Etnografic methods and lived cultures, London, SAGE Publications, 2003.
28
Teresa de Lauretis: Diferencias. Etapas de un camino a travs del feminismo, Madrid, Horas y
horas, 2000, pp.7-8.
37
38
30
Griselda Pollock: Desde las intervenciones feministas hasta los efectos feministas en las historias
del arte. Anlisis de la virtualidad feminista y de las transformaciones estticas del trauma en Xavier
Arakistain y Lourdes Mndez: Produccin artstica y teora del arte: nuevos debates, Vitoria, Centro
Cultural Montehermoso, 2008, Vol. I, p. 45.
39
Vincular las obras de las artistas feministas de Buenos Aires con las
realizadas, en el mismo espacio temporal, por artistas del continente. De
esta manera se alegar que las reflexiones desarrolladas por las artistas
locales no son nicas y exclusivas sino que pueden dialogar con
problemticas afines.
A modo de cierre, quiero destacar que esta investigacin -al no tener como fin
el ser aadida o incorporada en un futuro a la historia del arte argentino- buscar
dar ms argumentos y contribuir a una genealoga de artistas argentinas para que,
tal como sealara Griselda Pollock () las formas en que la sexualidad y las
relaciones sociales entre hombres y mujeres tal como se encuentran organizadas,
pueden, esperamos, ser modificadas31.
31
Griselda Pollock: Vision, Voice and Power: Feminist Art Histories and Marxism en Vision and
Difference: Feminity, Feminism and the Histories of Arts, ob. cit., p. 35.
40
Captulo I
41
Captulo I
I.
A partir del mundo Moderno se rompera con esta norma ya que tanto lo
ntimo como lo social devendrn en modos subjetivos de la existencia humana.
Ambos se vinculan con los conflictos del hombre moderno y su habilidad para
encontrarse en la esfera social como en su propia casa o para vivir por completo al
margen de los dems. Es as como lo ntimo, seala Arendt, va en contra de lo
social: Es decisivo que la sociedad, en todos sus niveles, excluya la posibilidad de
accin, como anteriormente se excluy de la esfera familiar. En su lugar, la
sociedad espera de cada uno de sus miembros una cierta clase de conducta,
mediante la imposicin de innumerables y variadas normas, todas las cuales
tienden a normalizar a sus miembros, a hacerlos actuar, a excluir
la accin
32
Segn Hannah Arendt, la aparicin de la esfera social que a rigor, no es ni pblica ni privada, es
un fenmeno de la modernidad cuya forma poltica es la Nacin-Estado. En La condicin humana, la
filsofa alemana seala que en la Antigedad la esfera domstica estaba conformada por la
necesidad de mujeres y hombres, la fuerza que les una era la propia vida. Al varn le incumba el
mantenimiento individual el alimento-, mientras que a la mujer la supervivencia de la especie dar
a luz-. Es as como para Arendt la familia nace de las necesidades vitales. Ver Hannah Arendt: La
condicin humana, Buenos Aires, Paids, 2009.
33
42
mismas
imitarn
la
conducta
victoriana
que
influye
entonces
en
los
Dora Barrancos: Mujeres en la sociedad argentina. Una historia de cinco siglos, Buenos Aires,
Sudamericana, 2007, pp. 53-54.
43
La reorganizacin del pas lleva a que desde las primeras dcadas del Siglo
XX la Argentina viva la expansin del Estado sobre la vida privada de las personas,
regulando su pertenencia a la comunidad. Es entonces cuando se articula un
modelo de familia que, en palabras de Isabella Cosse, () encarn lo que puede
llamarse un ideal de domesticidad, que demarcaba el deber ser para varones y
mujeres, pautaba la vida cotidiana, dibujaba los contornos del proyecto vital y las
conductas apropiadas para las relaciones de pareja y entre padres e hijos,
conectando el orden familiar con el social36.
Ibd., p. 89.
Isabella Cosse: Estigmas de nacimiento. Peronismo y orden familiar 1946-1955, Buenos Aires,
Fondo de Cultura Econmica/Universidad de San Andrs, 2006, p. 30-31.
37
Ibd., p.32.
36
44
Marcela Nari: Mujeres, trabajos y representaciones en la Argentina del Siglo XX, mimeo, s/f.,
c.1995 p. 16.
39
Mara del Carmen Feijo y Marcela Nari: Los 60 de las Mujeres en Todo es Historia, N321,
Abril de 1994, p.10.
45
econmica,
buscan
ser
sexualmente
atractivas40,
utilizarn
mtodos
Esta bsqueda de ser atractivas por parte de las mujeres, ya haba sido analizado por Joan
Rivire en La feminidad como mascarada, texto del 1929. All la psicoanalista analiza cmo la mujer
que busca profesionalizarse se crea una mscara con un guin vinculado a cdigos normativos
sociales y ontolgicamente endebles, es decir, desarrolla actuaciones para ser aquello que los
cdigos han determinado como lo adecuado y han naturalizado. Ver: Jane Flaxman: Psicoanlisis y
feminismo. Pensamientos fragmentarios, Valencia, Ctedra, 1995.
41
Isabella Cosse: Los nuevos prototipos femeninos en los aos 60 y 70: de la mujer domstica a
la joven liberada, en Andrea Andjar, Dbora DAntonio, Karin Grammtico, Fernanda Gil Lozano y
Mara Laura Rosa: De minifaldas, militancias y revoluciones. Exploraciones sobre los 70 en la
Argentina, Buenos Aires, Luxemburg, 2009, p.173-174.
42
Mara del Carmen Feijo y Marcela Nari: : Los 60 de las Mujeres, Ob. Cit., p. 17
46
mujeres fue vista como una problemtica burguesa y por tanto despreciable,
aunque se viviera una verdadera crisis en las relaciones intergenricas de muchos
grupos y organizaciones sociales.
Tomo dicha fecha por lo expresado por una de sus protagonistas, Leonor Calvera. Pero cabe
sealar que algunas autoras como Ins Cano seala su creacin en 1970 y el artculo de la prensa:
La reivindicacin de los derechos de la mujer propone un grupo local, La Opinin, martes 22 de
febrero de 1972, p. 18, considera su creacin a fines de 1971.
44
Mara Luisa Bemberg perteneca a una de las familias ms ricas de la Argentina, dueas una de
una de las principales cerveceras del pas Cervecera Quilmes- entre otras industrias de las que
era dueo Otto Bemberg, su padre. Seala Clara Fontn que: Bemberg en Argentina es algo ms
que un apellido de familia. Tiene resonancias de fortuna y poder concretos, suscita imgenes de
explotacin y fuertes contrastes econmicos y promueve asociaciones con una de las peores
pocas de la represin conservadora, lo cual no siempre es una ventaja. No lo es en la medida en
que suscita desconfianza y aliena ciertas formas de escarnio ideolgico. Basta leer alguna de las
crticas que se publicaron despus del estreno de sus primeras pelculas para confirmarlo. Cito en
Clara Fontn: Mara Luisa Bemberg, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina e Instituto
Nacional de Cinematografa, 1993, p. 10.
45
En los aos ochenta, Mara Luisa Bemberg ser una exitosa directora de cine, sus films cobrarn
renombre internacional y en 1985 su pelcula Camila ser nominada para el Oscar a la mejor
pelcula extranjera.
47
una seora (1970), la que caus un fuerte escndalo local. As seala: En esa
nota me declar abiertamente feminista y preocupada por la postergacin de las
mujeres en todas las reas: poltica, cientfica, tcnica, econmica, y artstica. Al
poco tiempo recib varias llamadas telefnicas y cartas de mujeres que
manifestaban compartir mis inquietudes.46 Una de las que se acercarn a
Bemberg ser la condesa italiana radicada en la argentina, Gabriela Christeller;
un poco despus se sumar Leonor Calvera, graduada en Letras y traductora de
lengua inglesa.
46
Ins Cano: El movimiento feminista argentino en la dcada del 70 en Todo es Historia, n183
agosto de 1982, p.85. Es posible que Bemberg se refiera al artculo: Habla la autora, artculo sin
datos, consulta Archivo Bemberg, octubre de 2010.
47
Entrevista a Leonor Calvera, 11/X/2005
48
Ins Cano: El movimiento feminista argentino en la dcada del 70, ob. cit., p.86.
48
pensbamos
todas.50
Moira Soto: Hilda Rais: Cuando las mujeres dijeron ufa en Pgina 12, 9 de enero de 2010,
<www.carlosianni.com.ar/blog/156/hilda_rais:_cuando_las_mujeres_dijeron_ufa_por_moira_soto.ht
ml> [ltima consulta: octubre de 2010]
50
La declaracin de Alicia DAmico se encuentra en: Encuesta feminista argentina. Ser feminista en
los setenta y los ochenta en Travesas. Temas del debate feminista contemporneo, Ao 5, n 6,
Octubre, 1997, p. 69.
49
polticas
con
el
fin
de
captar
feministas52,
se
desatan
Si bien es en el ao 73 en que el grupo deja de reunirse, una crisis profunda de UFA ya se haba
anunciado en la reunin plenaria realizada el 22 de agosto de 1972, da elegido por las fuerzas
represoras de la crcel de Trelew Patagonia- para masacrar a casi todos los prisioneros polticos
que no haban podido escapar de una fuga masiva das anteriores. Estaba implicado dentro de los
posibles masacrados el hijo de Gabriela Christeller, ese da la convocatoria de UFA se vio muy
influida por los sucesos de Trelew, lo que desencaden discusiones de carcter poltico partidario.
Ver Alejandra Vasallo: Las mujeres dicen basta: movilizacin, poltica y orgenes del feminismo
argentino en los 70, en Andrea Andjar et al.: Historia, gnero y poltica en los 70, Buenos Aires,
Feminaria Editora, 2005, p.62.
52
Entrevista a Leonor Calvera, 27/VII/2010
53
Ins Cano: El movimiento feminista argentino en la dcada del 70, ob.cit., p. 86.
54
La reivindicacin de los derechos de la mujer propone un grupo local, La Opinin, ob. cit.
50
el MLF realiza acciones en conjunto con UFA entre las que comprenda disear y
repartir volantes y planificar conferencias.55Estas mujeres que en sus orgenes
eran alrededor de treinta, se reunieron en una oficina que alquilaban en la Av.
Corrientes 884, tambin de la ciudad de Buenos Aires. All organizaron una
biblioteca, dictaron conferencias y a partir de 1974 editaron la revista Persona,
pensada para la difusin de las ideas feministas. En 1976, por las mismas
razones antes enunciadas, cesan las actividades de la agrupacin. Recin en
1981 -dos aos antes de alcanzar la democracia nuevamente- Oddone y antiguas
miembras del MLF se renen con el nombre de Organizacin Feminista Argentina
(OFA).
Ins Cano: El movimiento feminista argentino en la dcada del 70, ob. cit., p. 88.
El citado volante fue costeado por Mara Luisa Bemberg. Ella se lo habra encargado a un
publicista para que lo diseara, el folleto form parte de la campaa realizada por UFA para
denunciar la explotacin de las mujeres. Datos en Alejandra Vassallo: Las mujeres dicen basta:
movilizacin, poltica y orgenes del feminismo argentino en los 70 en Andrea Andjar et. al:
Historia, gnero y poltica en los 70, ob. cit., p. 69.
56
51
destrozos frente a la ropa lavada que ella recin terminaba de colgar. A su lado, en
una mesa, la TV transmita un aviso que la incitaba a mostrarse hermosa gracias al
uso de la locin Sexy. En la parte inferior del dibujo un epgrafe seala: Madre:
esclava o reina, pero nunca una persona.57
52
Cocinando con Doa Petrona, lo atesoran-. Para Doa Petrona la importancia del
papel de las mujeres dentro del hogar era incuestionable, si bien, como ha
estudiado Rebekah Pite, sta busc adaptarse a los tiempos modernos, tratando
de proponer recetas fciles y rpidas de realizar, () no slo alentaba a las
jvenes a cocinar, sino que argumentaba que era en dicha actividad domstica
dnde ms podran brillar.59
Rebekah E. Pite: Slo se trata de cocinar? Repasando las tareas domsticas de las mujeres
argetinas con Doa Petrona, 1970-1983 en Andjar, Andrea, DAntonio, Karin Grammtico,
Fernanda Gil Lozano y Mara Laura Rosa: De minifaldas, militancias y revoluciones. Exploraciones
sobre los 70 en la Argentina, ob.cit., p.202.
60
Ver: Isabella Cosse: Claudia: La revista de la mujer moderna en la Argentina de los aos sesenta
(1957-1973), Revista Mora, IIEGE, UBA [en prensa]; Slo en el plano terico de las tareas del
hogar son compartidas por ambos miembros de la pareja, La Opinin, jueves 13 de enero de 1972,
p. 18; rgano de prensa refleja inquietudes del movimiento feminista, La Opinin, viernes 14 de
enero de 1972, p.18;Es excesivo e indiscriminado el uso de cosmticos, La Opinin, mircoles 19
de enero de 1972, p. 18;Enfoque acertado, pero parcial, de la liberacin femenina, La Opinin,
viernes 21 de enero de 1972, p.18; Tendencias antagnicas en la lucha por liberar a la mujer, La
Opinin, martes 25 de enero de 1972, p.18; Notable aceptacin de libros que se dirigen a la mujer y
su problemtica, La Opinin, viernes 11 de febrero de 1972, p.18; La reivindicacin de los
derechos de la mujer propone un grupo local, La Opinin, martes 22 de febrero de 1972, p. 18;
Provoca polmicas en Europa el libro de La mujer eunuco de Germaine Greer, La Opinin,
martes 21 de marzo de 1972, p. 19; Manifiesto de la Unin Feminista Argentina. Luchas por la
reivindicacin de las mujeres, La Opinin, domingo 23 de abril de 1972, p.15; Las alemanas piden
la emancipacin profesional y la igualdad de salarios, La Opinin, viernes 19 de mayo de 1972,
p.18; La militancia feminista de la candidata del socialismo a la presidencia de EE.UU., La Opinin,
sbado 20 de mayo de 1972, p.10.; Simone de Beauvoir dice que es necesario el cambio en las
estructuras familiares, La Opinin, jueves 23 de noviembre de 1972, p.18; Inquietud de entidades
locales por la urgente emancipacin femenina en La Opinin, Domingo 26 de agosto de 1973, p.6;
Inquietud de entidades locales por la urgente emancipacin femenina en La Opinin, Domingo 26
de agosto de 1973, p.6.
53
61
Diego Borracchini: Mara Luisa Bemberg. UFA con los hombres, Claudia, n 194, julio de 1973,
p.50.
54
su impacto en las propias activistas, en cmo sta nueva forma de pensar y hacer
poltica, transformaba tambin a sus protagonistas.62
62
Alejandra Vassallo: Las mujeres dicen basta: movilizacin, poltica y orgenes del feminismo
argentino en los 70 en Andrea Andjar et. al: Historia, gnero y poltica en los 70, ob. cit., p. 61.
63
El mundo de la Mujer. Direccin: Mara Luisa Bemberg. Jefa de Produccin: Mara Rosa Sichel.
Sonido: Nerio Barberis. Cmara: Osvaldo Fiorino. Editor: Miguel Prez. Ao: 1972. Duracin:
1545.
55
64
Clara Fontana: Mara Luisa Bemberg, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina e Instituto
Nacional de Cinematografa, 1993, p.17.
65
Nostalgia y angustia de las incomunicaciones en La Prensa, 12 de mayo de 1981, s.p.
66
Exposicin internacional del consumo y la industria de productos destinados a mujeres, La
Opinin, mircoles 26 de abril de 1972, p. 18.[resaltado en el original]
67
Datos extrados de: Femimundo 72: una muestra para el consumo femenino en La Opinin,
domingo 17 de diciembre de 1972, p.18.
56
68
57
71
Ibd., p. 18.
Ibd., p. 18, [resaltado en el original]
72
58
73
74
59
Pabelln
Uno
Ubicacin
Av. Sarmiento y
Cervio
Dos
Sin ubicacin
precisa
Tres
Sin ubicacin
precisa
Frers
Sin ubicacin
precisa
Zona
Microcine
Sin ubicacin
precisa
Zona
Sin ubicacin
saln de
precisa
astrologa
Funcin
Dedicado a espectculos. Cuenta con
un escenario y una pasarela de ms de
40 m. Permite una capacidad de ms de
mil personas. Se realizan desfiles de
moda, festivales de msica, shows,
conciertos y actividades relacionadas
con el espectculo.
Los desfiles cuentan con el auspicio de
las firmas Ducilo y Rhodia.
Complementa
las
funciones
relacionadas con la vestimenta. Las
principales firmas del pas venden sus
productos al por mayor.
Productos relacionados con el hogar, la
decoracin, la salud y la alimentacin.
Elementos que van desde piezas
artesanales
hasta
la
produccin
industrial ms avanzada.
Dedicado a la cosmtica. All se realiza
en un escenario especial, campeonatos
de maquillaje y peinado.
Estructura inflable en el que se proyecta
un film de 30 minutos de duracin
llamado La historia del beso, consiste
en la seleccin de clebres besos de
ms de cien films. Se proyecta cada
media hora.
De mayor concurrencia femenina, se
puede solicitar una carta natal
gratuitamente.
Se
obsequian
medallones con los signos del zodaco.
75
Para el cuadro empleo la descripcin de los pabellones aparecida en el artculo Femimundo 72:
una muestra para el consumo femenino ob. cit., p.18.
60
61
Azul de Para Ti y de la Gua para saber cul es la mujer ideal para cada hombre,
cmo debe hacer para conquistarlo y conservar el amor, stas ltimas ledas por
una locutora femenina. Gran parte de la msica del film y ciertos textos tambin
provendrn del cuento Cenicienta cuyo disco realizado por Walt Disney era muy
comn por entonces en Buenos Aires. En relacin a este cuento, la misma
directora apunta: Inclu la Cenicienta explica Mara Luisa Bemberg, autora
tambin del libreto Tringulo para cuatro, que se estrena hoy- porque creo que
la alienacin de las mujeres comienza desde que son nias. Mi interpretacin de
Femimundo es que fue montada a partir del doble concepto de enganchar un
hombre primero, mediante los cosmticos, maquillaje, etctera, y luego de
conservarlo, mediante toda la infraestructura domstica, cuyos productos se
ofrecen en los stands. () Segn esta concepcin, el mundo de la mujer gira en
torno de conquistar y conservar dcilmente al varn.79
79
La mujer y el consumo: tema de un cortometraje polmico, artculo sin datos, consulta Archivo
Bemberg, octubre de 2010
62
Influida por la lectura de Sexual Politics de Kate Millet, quien sostiene que
uno de los instrumentos ms eficaces del patriarcado estriba en el dominio
econmico
hincapi en el consumo como ardid para una eterna dependencia del varn. Es
por ello que la directora se detiene en las billeteras de las mujeres pagando y
pagando, y en los poderes de cooptacin de las imgenes publicitarias.
En las sociedades patriarcales modernas, las mujeres poseen ciertos derechos econmicos, y,
sin embargo, por las labores del hogar llevadas a cabo en los pases ms desarrollados por los
dos tercios de la poblacin femenina- no se recibe ninguna remuneracin. En una economa
monetaria en la que tanto la autonoma como el prestigio dependen del dinero contante, este hecho
reviste gran importancia. Por lo general la posicin ocupada por la mujer en el patriarcado constituye
una funcin continua de su dependencia econmica. Su relacin con la economa es tan indirecta o
tangencial como su situacin social, adquirida, en numerosos casos, con carcter pasajero o
marginal. En Kate Millet, Poltica sexual, Mxico, Aguilar, 1975, p. 53.
63
81
64
83
Carla Lonzi: Escupamos sobre Hegel y otros escritos sobre liberacin femenina, Buenos Aires, La
Plyade, 1978, p. 26.
65
84
Ibd. p. 27
66
Sin embargo, esta matriz no slo afecta a uno de los gneros, tambin los
varones se vern implicados en las construcciones de lo masculino, tan frreas
como las de las mujeres. Seala Isabella Cosse: El ideal del varn proveedor
delineaba una domesticidad masculina, para utilizar el trmino acuado por
Margaret Marsh, que implicaba una identidad centrada en la familia y el
matrimonio. Sin embargo, ella no alteraba la divisin de esferas de gnero, por la
cual el varn tena potestades en el espacio pblico y detentaba adems la
autoridad en el privado.85 Tanto familia como matrimonio son referentes del orden
patriarcal, los cuales deben superarse proponiendo un () cdigo moral nico y
permisivo basado en la libertad sexual86. En la base de las crticas al modelo de
domesticidad de Bemberg se sita la nocin de Millett de revolucin sexual, el
verdadero cambio en lo privado llegar cuando podamos encontrar otros modos
de vinculacin fuera del orden familiar heteronormativo, puesto que la clula por la
que se reproduce el patriarcado es la familia.
Isabella Cosse: Pareja, sexualidad y familia en los aos setenta, Buenos Aires, Siglo XXI, 2010,
p.118.
86
Kate Millett: Poltica sexual, ob. cit., p. 82.
67
Bemberg haba viajado creemos que ese mismo ao de 1972- a Pars, all
realiza una entrevista a la filsofa Simone de Beauvoir. Dicha informacin aparece
en la prensa local a propsito de su experiencia sobre el feminismo en Israel. La
argentina haba buscado constatar personalmente lo sealado por Beauvoir en
el marco del mismo encuentro- sobre el kibutz como una posible estructura
domstica que permite a la mujer conjugar la casa con lo profesional. As indica:
Simone de Beauvoir piensa, como por cierto toda feminista, que la condicin
bsica para que la mujer empiece a liberarse del tutelaje del varn, es
conquistando su autonoma econmica a travs de un trabajo remunerado fuera
del hogar indic la seora Bemberg. Cuando le pregunt si vea factible la
conciliacin de una vida profesional con las tareas domsticas, ella propuso como
una de las posibles soluciones, la vida en el kibutz, la clsica granja colectiva de
Israel.89 Dicha situacin marca la preocupacin de Bemberg sobre el ideal de
domesticidad que pesa por entonces sobre la mujer y la posibilidad de buscar
otros modelos -en apariencia mejores- que puedan proponerse en su lugar.
87
Femimundo 72. Exposicin internacional de la Mujer y su mundo (cat. expo.), ob. cit., s.p.
Simone de Beauvoir, El segundo sexo, Buenos Aires, Sudamericana, 2010 [6 edicin], vol. II, p.,
513.
89
Testimonio sobre el feminismo en Israel de una escritora argentina en La Opinin, martes 9 de
mayo de 1972, p.18. El artculo no seala con precisin cundo Mara Luisa Bemberg se entrevista
con Beauvoir, todo indicara que sera el mismo ao en que ella viaja a Israel, o sea, 1972.
88
68
Por otro lado, los medios comenzaban a tener cierta permeabilidad para
con los reclamos feministas90. Ms all de diversos documentos y manifiestos de
las agrupaciones locales, aparecern artculos del tipo Slo en el plano terico
las tareas del hogar son compartidas por ambos miembros de la pareja en el
diario La Opinin de enero de 1972. All se seala: Las tareas domsticas de la
mujer son reconocidas en la dinmica social y econmica de un pas. Esa fuerza
laboral desperdiciada y silenciada slo podr influir en la comunidad en la medida
en que socialice. Tal es el planteo que propuso hace dos semanas el semanario
francs Politique Hebdo. Las respuestas viene sugeridas en El pequeo manual
de guerrilla domstica, dedicado a las mujeres, en el que una lectora alerta
sobre las trampas de una socializacin aparente.91
69
evidenciar lo
70
por
el
sistema
el
de
modelos
promotoras
del
evento-
95
Ver: Od el ruido de gordas caderas. Obesidad. La neurosis de los kilos de menos, Primera
Plana, n293, 6 de agosto de 1968, p.56.
96
La cuestin del cuerpo ideal y sus problemticas para alcanzarlo se refleja en una larga
entrevista a Yoko Ono realizada por el suplemento dominical de cultura del peridico La Opinin. La
artista seala: Me llev treinta y ocho aos acostumbrarme a mi apariencia, aceptar el tipo de mujer
que soy. Finalmente estoy resignada. No engordo ms porque no tengo ni piernas largas ni dedos
largos. Descubr finalmente- que tengo mi propio tipo de belleza. Para decirlo de alguna manera.
Ver: Yoko Ono frente al espejo en La Opinin Cultural, Domingo 26 de diciembre de 1971, p.12.
71
97
Slo la revolucin feminista puede eliminar enteramente el cisma sexual causante de aquellas
distorsiones culturales. () La incorporacin de la mitad de la experiencia humana abandonada la
experiencia femenina- al cuerpo de la cultura para crear un todo abarcativo, es slo el primer paso,
una pre condicin. Pero el cisma de la realidad misma debe ser destituido antes para que pueda
haber una verdadera revolucin cultural. Shulamith Firestone: (Male) Culture en The Dialectic of
Sex: The Case for Feminist Revolution, London, The Womens Press, 1970, cito en Hilary Robinson
(ed.): Feminism-ART-Theory. An Antology 1968-2000, Massachusetts, Machwell Publishers, 2001,
p.16.
72
instancias, sobre todo, con la erotizacin que nos agrede desde todos los
ngulos.98
98
Diego Borracchini: Mara Luisa Bemberg. UFA con los hombres, Claudia, n 194, julio de 1973,
p.50.
99
Manifiesto de la Unin Feminista Argentina. Luchas por la reivindicacin de las mujeres, La
Opinin, ob. cit., p. 15
100
Segn Leonor Calvera, el trmino Mujer Nueva tena que ver con nuestras concesiones a la
izquierda. En los 70 la izquierda planteaba la urgencia de cambios para un Hombre Nuevo. Otros
hablaban de un Mundo Nuevo. Todo estaba por hacerse. Por eso nosotras plantebamos la Mujer
Nueva, desde el lenguaje hacamos un guio a la izquierda Conversacin telefnica con Leonor
Calvera, 15 de agosto de 2010.
73
101
74
que nos d la gana.103Podemos ver entonces que este modelo de mujer nueva
ya vena gestndose en los sesenta, los medios fueron eco de las conmociones
acaecidas en el ideal de domesticidad por las bsquedas de la igualdad, sin
embargo, como ha destacado Cosse, lo hicieron de forma ambigua y contradictoria:
si por un lado se asuma la necesidad de proyecto personal en las mujeres, por otro
no se dejaba de recordar los lmites de este y su sumisin al marido.
103
Isabella Cosse: Pareja, sexualidad y familia en los aos setenta, ob cit., pp.136-137.
As seala Leonor Calvera al aludir a los diferentes grupos feministas: Aunque UFA estuviera
ms influida por el feminismo radicalizado norteamericano que Nueva Mujer o que la inclinacin de
Oddone hacia los anlisis existencialistas de Simone de Beauvoir, era innegable que exista una
legtima y fluida red de comunicacin, a pesar de algunas diferencias de enfoques. Cito en Leonor
Calvera: Mujeres y feminismo en la Argentina, ob. cit., p. 45.
104
75
14. Mujer enjaulada con la que termina el corto El mundo de la mujer de Mara Luisa Bemberg
Martha Rosler egresa en Bellas Artes del Brooklyn College en 1965. En 1970
se establece en California donde realizar una maestra en artes visuales en la
University of California, San Diego, la cual culmina en 1974. En dicha ciudad se
76
La artista realizar entre los aos 1965 y 1974 una serie que llam Body
Beautiful or Beauty knows no pain en la que reflexiona a travs de treinta
fotomontajes con imgenes tomadas principalmente de la publicidad del perodo,
sobre el ideal de belleza femenino. Estas piezas fueron realizadas en California y
difundidas en publicaciones alternativas locales de carcter feminista105; en ellas
Rosler induce al espectador, como seala Alexander Alberro () a reconsiderar el
uso de las mujeres como signos de la domesticidad, la docilidad, la sexualidad y la
circulacin de mercancas. () El conjunto de la serie fetichiza pardicamente el
cuerpo femenino y sus partes, a la vez que desfetichiza el carcter objetual de la
obra de arte ()106.
77
78
17. Martha Rosler, Pop Art, or Wallpaper, 63x52.5 y S, M, L, or Kaiser Perma-Lift, 52.5x63. Ambas
obras fueron creadas entre 1965-74
En los aos 70 Rosler consideraba que este ejercicio de control del cuerpo
era reflejo de un ideal de domesticidad que buscaba delimitar roles con el fin del
orden social. A su vez como seala Annette Michelson: Los contextos,
implicaciones
resultados
concretos
de
estas
premisas
implican
el
79
107
80
Es en este punto en el que tanto Bemberg como Rosler, ambas dentro del
feminismo radical de los 70, tomen como herramientas las mismas que emplea el
sistema para generar un contradiscurso: subvertir las partes cambiando el
resultado del todo. Del mismo modo que en la serie Body Beautiful Rosler habla
del cuerpo como mercanca, en House beautiful: bringing the war home (19671972) es el ideal de domesticidad el que se ve violentado por la propia realidad
estadounidense. En ella expone una variedad de espacios privados hogareos
comedores, baos, cocinas, pasillos- que en apariencia preservados del devenir
pblico se ven invadidos con imgenes de la guerra de Vietnam. Los espacios
domsticos que reflejan la clase a la que pertenecen la alta burguesa- y que
exponen la idea Home Sweet Home, fuertemente deconstruda por el feminismo
de los 70, se ven obscenamente invadidos por nios, mujeres, hombres
mutilados, nios muertos que hieren la visin del espectador.
81
19. Martha Rosler, House Beautiful, Bringing the War Home, 1967-72
110
Juan Vicente aliaga: Lo pblico y lo privado: entrecruzamientos productivos. Unas notas acerca
de la obra de Martha Rosler en La casa, la calle, la cocina (cat. expo.), Granada, Centro Jos
Guerrero, 2009, p. 30.
82
film Bonnie and Clyde (1967) del director Arthur Penn. El mismo representaba a
una pareja de ladrones enamorados que vivieron en la poca de la Gran
Depresin, los que fueron tomados en el momento de la pelcula como
exponentes de la rebelda antisistema. Rosler elige colgar encima de la cabeza de
Pat Nixon a una Faya Dunaway reducida por las fuerzas de seguridad, su cuerpo
acribillado forma parte de la decoracin de la cmara junto a las dems obras
clsicas, podramos decir que se integra casi sin desentonar.
20.Martha Rosler, First Lady (Pat Nixon) 50.8x61, 1967-72, de la serie Bringing the War Home
83
incorporacin del lenguaje.111Es por ello que el arte feminista inaugura con fuerza
la exploracin de otros medios visuales para hablar de lo Otro: aquello que
habiendo estado presente todo el tiempo en el lenguaje plstico fue construido
desde el deseo y los requerimientos masculino, heterosexual, blanco y burgus,
siendo entonces expulsado de los discursos que construyeron las disciplinas
artsticas.
111
Martha Rosler: Imgenes pblicas. La funcin poltica del imagen, Barcelona, Gustavo Gili, 2007,
p. 43.
112
En relacin a este tema y la Argentina ver, Mara Laura Rosa: Un territorio dislocado en Ramona
n87, diciembre de 2008, y vinculado al campo artstico internacional ver Mara Laura Rosa:Tan
slo un rumor arriba de la escalera: notas sobre el arte feminista (de gnero?) en la 29 Bienal de
So Paulo en www.museodemujeres.com/matriz/biblioteca/027marialaurarosa.html [ltima
consulta: septiembre de 2011]
84
entonces.113
113
Lucy Lippard: Sweeping Exchanges: the Contribution of Feminist to the Art of the 70, en Art
Journal, n38, 1980, p.361-362.
85
21. Secuencia que muestra a Sarita Torres repartiendo folletos en la puerta de Femimundo 72
Ambas valoran al cine como el arte que puede llegar a amplios sectores de
la poblacin, as seala Rosler: En los aos sesenta, el cine la historia del cine y
el cine contemporneo europeo, llamado de arte y ensayo- era bsico para la
educacin de todo artista e intelectual. () El incipiente desmoronamiento del
punto lgido de la modernidad tarda precipit una bsqueda de nuevas formas de
conocer y representar y nuevas formas para llegar al pblico. En ese momento
todo era heterodoxo: no hay una sola fuente de conocimiento, no hay una sola
86
Benjamin Buchloh: Una conversacin con Martha Rosler en Martha Rosler: Posiciones en el
mundo real, Ob Cit., p. 31.
115
Mara Luisa Bemberg: El mundo del cine en V.V.A.A.: Mara Luisa Bemberg, Buenos Aires,
Grupo Nmesis, 2005, p.8.
116
Walter Benjamin: La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica en Obras. Libro I,
vol. 2, Madrid, Abada Editores, 2008, p. 83.
87
Tanto Bemberg como Rosler realizan una tipo de obra en donde al fin
esttico se suma el de la transformacin del entramado de inequidad que subyace
en la construcciones de la realidad. El arte feminista buscar en la concienciacin
generar una prctica artstica que refleje el lema lo personal es poltico. As
seala Mara Luisa Bemberg: No recuerdo una sola sesin [hablando de lo
grupos de concienciacin de UFA] que no finalizara con una sensacin de alivio
por haber desmitificado algn conflicto que creamos derivado de alguna falla
personal y resultaba ser el emergente de una opresin cultural. De esta manera
vivenciamos una de las premisas fundamentales del feminismo: lo personal es
poltico. A partir de all nos resulta evidente que el Movimiento Feminista es el
nico en la historia que se ha planteado modificar profundamente las estructuras
desde la puerta de la casa hacia adentro. 117
117
88
Si partimos del precepto beauvoriano que no se nace mujer sino que se llega
a serlo, podremos interpretar el anlisis de la construccin de lo femenino y lo
masculino que realizar Bemberg a travs de su cortometraje Juguetes. En l, la
guionista y directora bucear sobre los lineamientos dados en la infancia a nias y
nios para ir gestando las futuras personalidades afines al sistema patriarcal: nios
productivos, nias domsticas.
118
119
89
Juguetes. Direccin: Mara Luisa Bemberg. Jefe de Produccin: Juan Carlos Serrano. Sonido:
Jorge Ventura. Cmara: Flix Monti. Editor: Miguel Prez. Tema Musical: Alberto Bengolea. Ao:
1978. Duracin: 1139.
121
90
UFA- la autora alude a los procesos histricos que fueron delimitando la educacin de
las mujeres: Acerca de la mujer, se fue alcanzando as mismo la conclusin de que
un mnimo de cultura resultaba ms agradable que la completa ignorancia, y
mantena al mismo tiempo su tan deseable inferioridad, sin plantear ninguno de los
peligros de la igualdad intelectual. La educacin femenina se concibi, pues, como un
gentil barniz que no deba rebasar el umbral de la instruccin. Y, en la mayora de los
casos, realz, con deliberado cinismo, la virtud de la mujer (acaramelado sinnimo
de obediencia, servilismo y una inhibicin sexual peligrosamente cercana a la
frigidez).124
124
91
92
128
93
130
94
95
La
organizacin
del
binomio
mujer-hombre
sus
consecuentes
Claudio Espaa:El de Walt Disney es un nombre de vigencia que no se marchita. Con motivo de
la ensima reposicin de La Cenicienta, La Opinin, martes 26 de julio de 1977, p. 19. [resaltado
en el original]
134
La mujer: es una esclava del consumo?, Para Ti, 28 de abril de 1975, s.p.
96
135
Bronwyn Davies: Sapos y culebras y Cuentos feministas. Los nios de preescolar y el gnero,
Valencia, Ctedra, 1994, p. 89.
136
Isabella Cosse: Pareja, sexualidad y familia en los aos setenta, ob cit., p.76-77.
97
A continuacin Bemberg filma los juegos asociados a las nenas en la Feria del
Juguete: muecas Fiorella, casitas, diversos electrodomsticos, muecas vestidas de
novia, menajes de juguete, recetas de cocina, todo lo vinculado con el orden de lo
domstico. Mientras que para los nenes encontramos juegos de accin y destreza
asociados a los superhroes ms populares del momento: Batman y Robin, El Zorro y
El llanero solitario. En esta parte de la obra es significativa la imagen de una mueca
vestida de novia encerrada en una burbuja acrlica que cuelga del techo.
137
Bronwyn Davies: Sapos y culebras y Cuentos feministas. Los nios de preescolar y el gnero, o.
cit., p. 137-138.
138
Kate Millett: Poltica sexual, ob. cit., p.98.
98
141
99
de
de la ya citada frase de Ernesto Sbato. Al concluir esto, la voz en off cambia e inicia
el recitado de una larga cadena de obligaciones femeninas que se ensamblan al ritmo
repetitivo y constante del Arroz con leche:
Que sepa abrir los brazos y hacerme gozar,
que sepa cocinar,
que sepa adorar,
que sepa ahorrar,
que sepa excitar,
que sepa procrear,
que sepa escuchar,
que sepa educar,
que sepa juguetear,
que sepa coquetear,
que sepa instigar,
que sepa renunciar,
que sepa agasajar,
que sepa perdonar,
que sepa engatusar,
que sepa fantasear,
que sepa alentar,
que sepa..
Cosas de la naturaleza.142
Una a una las imgenes de mujeres adultas van intercalando los roles
impuestos por el patriarcado: objetos sexuales, madres y amas de casa conformarn
los tres estratos de la condicin femenina que aparecen en el corto.
142
100
Ibd.
En un artculo de la prensa local se seala la edad de Brbara: La cmara muestra, como
alternativa, la naturalidad y la libertad con que Brbara, de tres aos, acompaa a un varn en el
juego creativo y tradicionalmente masculino en Por Buenos Aires, La Nacin, 12 de abril de 1978,
s.p.
144
101
28. Imagen de Roxana y Karina del corto Juguetes de Mara Luisa Bemberg
145
102
146
Ibd., p. 62-63.
La misma Nari destaca respecto a los aos 60 que: Nos hallamos, entonces, tanto frente a
rupturas (que sealaban la existencia de ciertas cambios) como a continuidades ms profundas
(que intentaban aggiornar las concepciones tradicionales con respecto al gnero femenino). Ver,
Marcela Nari Mara del Carmen Feijo y Marcela Nari: Los 60 de las Mujeres, ob. cit.,
p.10.[entrecomillado en el original]
148
Qu somos, qu sentimos, qu queremos. Mara Luisa Bemberg y un film feminista, ob.cit.,
p.26.
147
103
de la belleza. Como ser bella y elegante149 -este para adultos- y Cmo ser siempre
bonita y coqueta150, para nias. Completa esta parte una batera de juegos de
belleza.
149
Dicho libro comprenda 480 pginas y 556 ilustraciones, ver: M. P. Comin; A. Montagut: El libro de
la belleza. Cmo ser bella y elegante, Barcelona, Danae, 1975 y Seleccione su libro en La
Vanguardia, mircoles 11 de junio de 1975, p. 36.
150
Mara Josephe Beccaria: Cmo ser siempre bonita y coqueta, Buenos Aires, Sigmar, 1971.
151
Gauchito: mascota oficial del Mundial de Argentina 1978, representaba el dibujo de un nio con
sombrero de gaucho y una fusta en la mano.
104
152
Graciela Faimberg: Juegos para todas las edades del nio en La Opinin, domingo 8 de mayo
de 1977, p.19
153
Arminda Aberastury: El nio y sus juegos, Buenos Aires, Paidos, 1962. Arminda Aberastury
(1910-1972), psicoanalista argentina, pionera en el de nios y adolescentes en la Argentina. Su
correspondencia cientfica con Melanie Klein la llev a ser conceptuada como la difusora de Klein en
Amrica Latina.
105
106
Una voz en off masculina lee la siguiente frase de Rainer Mara Rilke:
Acaso la gran renovacin del mundo consista en esto: que el hombre y la mujer
liberados de todo falso sentimiento y aversin se busquen el uno al otro, no como
rivales sino como hermano y hermana, como prjimos y lleguen a reunirse como
seres humanos154, mientras caminan hacia la cmara Brbara y el nio portando
dos grandes muecos. Un periodista se acerca a la nena y le pregunta: Brbara,
qu vas a ser cuando seas grande?155Entonces Brbara abre su abrigada
campera y muestra al periodista que el jersey lleva bordado su nombre. Con esa
gran sonrisa de la nia y la dedicatoria de Bemberg: A Brbara con esperanza 156,
concluye Juguetes.
154
107
157
108
109
de inmediato:
162
Un filme feminista: La mujer: Es esclava del consumo? en Para Ti, 28 de abril de 1975, s.p.
[consulta Archivo Bemberg, octubre de 2010]
163
Exhibiciones para hoy s.d. [consulta Archivo Bemberg, octubre de 2010]
110
164
111
112
matutina, publican un pequeo artculo, prcticamente similar al anterior, ver: Corto argentino sobre
juguetes en Crnica matutina, 10 de marzo de 1978, s.p.
171
Directora argentina, La Capital, Rosario, 12 de marzo de 1978, s.p.
172
Un film educativo argentino se vio en Nueva York, La prensa, 10 de marzo de 1978, s.p. Ver
tambin: Cortometraje de M. L. Bemberg en Nueva York, La Nacin, 11 de marzo de 1978, s.p.
173
Fue el mircoles 5, en el cine Atlas. La escritora Mara Luisa Bemberg present a la prensa y a
un reducido grupo de amigos su primer cortometraje de quince minutos de duracin. Ver
Personajes, Para Ti, 17 de abril de 1978, s.p.
174
Fernando Ayala (1920-1997), director, guionista y productor de cine argentino.
175
Bernardo Neustadt (1925-2008), periodista, uno de los primeros en hacer periodismo poltico en
la televisin argentina a travs de la conduccin de su programa Tiempo Nuevo a lo largo de tres
dcadas.
113
176
Carlos Martnez-Bouquet y Cristina Flrez Monroy son psicoanalistas, fundadores de AluminUniversidad del Hombre.
177
Productora, ambientadora y vestuarista cinematogrfica.
178
Por Buenos Aires en La Nacin, ob. cit., s.p.
179
En una pequea mencin al corto que sale en la revista T.V. Gua, aparece una foto de Mara
Luisa Bemberg y Bernardo Neustadt en actitud de dilogo. Ver: Sin ttulo, T.V. Gua, 19 de abril de
1978, s.p. y ver Anexo II.
114
Ins Cano: La funcin de los juguetes en La Opinin de la Mujer, martes 28 de agosto de 1979,
p.III.
115
Felisa B.
Sin embargo hubo una de las docentes la maestra jardinera sala B- que
percibe las elecciones de muchas mujeres, molestas por sus situacin personal,
117
como planificadas en un marco de relativa libertad. Es por ello que piensa que el
problema () es la incapacidad que hay en algunas para ser consecuentes con
elecciones hechas.181Esta mirada no es nica, refleja lo pensado por una gran
parte de las mujeres que vean de forma sospechosa las crticas realizadas por las
feministas al sistema opresivo que las rodeaba. Mara Luisa Bemberg responde en
una entrevista a una pregunta de un periodista, cuyo
181
Ibd, p. III
Qu somos, qu sentimos, qu queremos. Mara Luisa Bemberg y un film feminista, ob. cit.,
p.27.
182
118
La cuestin excede a las posibilidades de elegir con que cuentan las mujeres
e incluso a los juguetes con los que hayan contado desde su infancia, tiene que ver
con los mandatos que se transmiten desde el nacimiento y se sostienen en el
tiempo de mltiples formas, la educacin es una de ellas. Veinte aos despus del
cortometraje de Bemberg, Mara-Milagros Rivera Garretas seala con aguda
claridad: Fingir que no se tiene el cuerpo que se tiene, es un camino hacia la
pobreza o la miseria simblica: es decir, hacia la escasez o carencia de significado
en el mundo del propio ser, de lo que nos fue donado al nacer para estar en el
mundo. Esta parte, la ms profunda, del fraude de la igualdad es menos visible
socialmente que la doble jornada (tambin llamada doble explotacin) a la que ha
llevado, a muchas mujeres, la emancipacin: doble jornada que se acepta, mejor o
peor, no por falta de conciencia ni, menos, por resignacin, sino porque se sabe
que las prcticas de creacin y recreacin de la vida y la convivencia humana tiene
que seguir hacindolas alguien, si no se quiere que el patriarcado se nos caiga
encima a las mujeres, una vez fracasado su modelo ancestral de familia y tambin,
al parecer, su modelo de estado del bienestar.183
183
119
Seala Bronwyn Davies que los adultos transmiten a los nios por medio del
lenguaje un orden social que involucra elementos que pudiramos querer desterrar.
As indica: Los adultos exigen a los nios sus prcticas lingsticas no slo por su
propio bien, sino tambin como manera de confirmar la bondad del mundo tal y
como ellos la entienden. Hasta que los nios no han aceptado los trminos de
referencia incluidos en el lenguaje, son () una fuerza desorganizadora capaz de
socavar lo que los adultos consideran obvio y conocido por todo el mundo () que
las personas son hombres o mujeres.185A este proceso de adquisicin de un
lenguaje que, a medida que lo van aprendiendo van connotndolo de sexo, se
suma la inscripcin corporal, comenzar a manejar el cuerpo en relacin a lo que se
es, una nia o un nio. Davies seala como () se ensea a las nias a sentarse
con posturas bastante pocos naturales y sumisas, manteniendo sus rodillas
siempre juntas. En contraposicin, se permite la libertad absoluta a los nios para
184
Ins Cano: La funcin de los juguetes en La Opinin de la Mujer, ob. cit., p.III.
Bronwyn Davies: Sapos y culebras y Cuentos feministas. Los nios de preescolar y el gnero,
ob. cit., p. 18.
185
120
Para concluir podemos sealar que, pasada la dcada del setenta y con ella
las luchas iniciales y el posterior silenciamiento de los grupos feministas, Mara
Luisa Bemberg no exhibir ms estos cortometrajes, los que sern considerados
por ella como ejercicios de su poca activista en UFA, con los que dar sus
primeros pasos como directora cinematogrfica.188 Deseo sealar que Momentos
no es mi primer experiencia cinematogrfica, ya que con anterioridad realic dos
cortometrajes. El primero fue El mundo de la mujer (1973) y luego Juguetes. Con
ellos descubr la magia del montaje dijo Mara Luisa Bemberg- y mi necesidad de
filmar.189
186
Ibd., p. 40.
Al hablar de lenguaje no estamos aludiendo a la lengua materna que refiere el feminismo de la
diferencia, por el contrario, al lenguaje atravesado por el logos masculino.
188
As me lo seal Patricia Maldonado, ltima secretaria y asistente de Mara Luisa Bemberg.
Entrevista a Patricia Maldonado, 10/VII/ 2007.
189
Nostalgia y angustia de las incomunicaciones en La prensa, 12 de mayo de 1981, s.p. [consulta
Archivo Bemberg, noviembre de 2010]
187
121
Captulo II
122
Captulo II
I. Lugar de Mujer. La vuelta de las exiliadas y el regreso de las luchas
feministas
La escalada de violencia que asol al pas durante los aos 70 llev a que
las feministas se llamaran a silencio o se fueran al extranjero. La desaparicin de
personas, el gran nmero de exiliados polticos sumado al incalculable dao hecho
hacia las instituciones y a la sociedad en su conjunto, son elementos que debemos
tener en cuenta a la hora de analizar los reclamos y las acciones desarrollados por
los movimientos de mujeres durante la dcada del 80. Hubo urgencias, como la
bsqueda de desaparecidos, el retorno de las nias y nios nacidos en cautiverio
con sus madres y familias o el inicio de los juicios a los represores, todos hechos
que las feministas apoyaron. Tambin habr acciones en conjunto con los grupos
que reclamarn por los derechos humanos.
Se trataba de un
encuentro con caractersticas tal vez inditas en nuestras tierras: mujeres de todos
los mbitos de la creacin, mujeres con gusto o aficin por el arte expusieron sus
trabajos junto a las profesionales y, a la par, se reunieron para hablar en talleres y
mesas redondas con mujeres espectadoras del arte. Intercambiaron ideas,
opiniones, juicios crticos. Plantearon problemas, dudas, anhelos. 191
124
193
194
Ibd., p. 5.
Ibd., p. 5.
125
Ibd., p. 115.
Lugar de Mujer, dossier institucional 1985, s. p.
197
Ver Nelly Casas: Se hace camino al andar, Tiempo Argentino, 10 de marzo de 1984, s.p.
196
126
198
En septiembre de 1986 Ilse Fuskov y Nelda Guix presentarn en Lugar de Mujer el libro escrito
por ellas Luna en la vereda. Por ser una actividad literaria slo la mencionamos.
127
Ilse Fuskov decidi usar el apellido checo de su madre despus del divorcio de Eduardo
Kornreich, con quien estuvo casada treinta aos. Por esa razn hay trabajos firmados como
Kornreich y otros posteriores firmados como Fuskov.
200
En su juventud Fuskov haba realizado cursos de fotografa ya que era reportera grfica.
Cuando conoce a Cppola y a Stern, ellos las animan a estudiar fotografa artstica, as recuerda:
Yo era muy amiga de Cppola y Grete Stern, ellos me apoyaron mucho en los inicios con el arte
fotogrfico, tena una muy buena cmara. Comenc as. Entrevista a Ilse Fuscova, 7/VIII/2008.
128
201
129
204
El Zapallo consisti en una serie fotogrfica integrada por diez trabajos que
referan directamente a la fecundidad femenina, tanto a nivel biolgico como
mental. La invitacin a la exposicin estaba acompaada de un pequeo poema de
Fuskov:
En el mercado siempre me deleita el zapallo abierto. Dentro de sus dorados
y sutiles telones son escenarios para una liberadora fantasa. Y junto con la
poderosa alineacin de sus semillas, se tradujo para m en la imagen de la
fertilidad de la mujer.
Frtil con su vientre.
Frtil con su mente.
Sus hijos y sus hijas y sus ideas pueden cambiar el mundo.
204
La artista aparece con su apellido de casada, Kornreich. En 1985, durante el III Encuentro
Feminista Latinoamericano y del Caribe que se realiz en Bertioga (Brasil) se descubre lesbiana
ante la enorme atraccin que siente por la espaola Empar Pineda. Desde entonces su familia
paterna le prohibir que adopte el apellido de su padre Wnhe-, en consecuencia ella llevar el
apellido de su madre, Fuskov.
130
Ilse Fuskov describe as los orgenes de esta serie: Lo del zapallo, era al
final de mi matrimonio, yo estaba muy deprimida. Una de las cosas que me haca
bien era la belleza de la creacin, una rosa que alguien me diera para el desayuno
me poda salvar el da. Ir a hacer las compras con el carrito, entrar en la verdulera
y ver esos zapallos grandes cortados por la mitad, ah vea un mundo de magia
porque est lleno de telones dorados, de semillas, para m eso era la magia. Yo no
s si alguna vez vieron un zapallo as. Para m era una cosa divina, llena de
fertilidad y me dije, yo quiero hacer una serie de fotografas con esto. Me compr,
entonces, el zapallo.207Y contina: Estaba cansada de la exigencia de lo
domstico. Tena una buena cmara, era muy amiga de Grete Stern y Horacio
Cppola, y empec a hacer fotos. Una amiga me contact con la modelo del pintor
Ral Soldi. Para m era el tema de la fertilidad, tanto a nivel biolgico como a nivel
cerebral.208
205
La modelo posaba frecuentemente para el pintor Ral Soldi, al ser conocida de Silvia Schmid,
sta es quien se la presenta a Ilse Fuskov.
206
Entrevista a Ilse Fuscova, 7/VIII/2008.
207
Entrevista y conferencia de Ilse Fuskov en el Seminario de Doctorado Arte y poltica en/desde
los conceptualismos: cruces, desbordes, impugnaciones. Impartido por Ana Longoni, Assumpta
Bassas Vila y Fernando Davis en la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, 29
de agosto de 2008. Ver Anexo Documental.
208
131
209
Ibd.
132
133
En la segunda foto hay una mayor relacin entre el rostro y el torso ya que
ubica al zapallo dentro de un eje al que lo une con la cabeza. El vegetal apoya
sobre el pubis. A su vez, l sostiene las manos de la modelo en sutil gesto. El
corazn de la verdura, abierto y expresivo, contrasta con la piel de la mujer y con la
luz que refleja sobre ella. El dorado de ambos cuerpos, la sedosidad de la piel y los
brillos particulares de cada uno, estn unidos por la luz en asombrosa armona.
Los pechos se
210
Ilse Fuskov; Claudina Marek: Amor de mujeres. El lesbianismo en la Argentina hoy, Buenos
Aires, Planeta, 1994, pp. 42-43.
135
Segn Fuskov, la muestra internacional estuvo integrada por 161 mujeres de 27 pases, y se
llev a cabo desde el 3 de septiembre al 20 de octubre de 1986 en Mnich, luego itiner por varios
pases.
136
del pas en donde se inscriben. Este carcter nacionalista se afianza durante los
procesos independentistas del siglo XIX, arribando intacto al siglo XX e
incorporndose al lenguaje del arte moderno212. Sin embargo, algunas artistas
latinoamericanas darn un giro al gnero cuando vinculen los frutos de la tierra con
el cuerpo femenino. Sin nimos de explayarnos, slo mencionaremos que uno de
los ejemplos ms frecuentes de lo sealado es la artista mexicana Frida Kahlo
(1907-1954), quien representar frutas abiertas en puntos de vistas inslitos para la
temtica, buscando analogas con su propio cuerpo213. As tambin, la espaola
exiliada en Mxico, Remedios Varo (1908-1963), asociar los alimentos con las
fuerzas espirituales de la naturaleza, lo que sin ser visto habita en la materia.
Finalmente, la argentina Raquel Forner (1902-1988) habla a travs de la naturaleza
muerta sobre la tierra desgarrada por las guerras.
Sobre la cuestin del bodegn en Latinoamrica ver: Dawn Ades; Guy Brett; Catlin Stanton
Loomis; Rosemary ONeill: Arte en Iberoamrica, 1820-1980, Centro Nacional de Arte Reina Sofa,
Madrid, 1990. Para un anlisis de los vnculos entre artistas modernos y artistas contemporneos a
la hora de abordar la naturaleza del continente ver: Jos Roca: Otras Floras (cat. expo.), So Paulo,
Galera Nara Roesler, 2008.
213
Sobre el tema ver Patricia Mayayo: Frida Kahlo. Contra el mito, Madrid, Ctedra, 2008.
214
Empleo el trmino iconografa femenina tal como lo enunciara Lucy Lippard en su ensayo
Prefaces to Catalogs of Three Women Exhibitions de 1973. All la terica y crtica estadounidense
seala: () es innegable que la experiencia -social y biolgica- de una mujer en esta sociedad es
simplemente diferente de la de un hombre. Si el arte emerge del interior, como debera ser,
entonces el arte de los hombres y de las mujeres tienen tambin que ser diferentes. Y si ese factor
no se exhibe en los trabajos de las mujeres, nos es otro el motivo ms que su represin. Para cada
poca pueden especificarse esas diferencias, hay infinitos momentos en las cuales quedan stas
fuera del alcance de los anlisis. Quizs sea imposible precisarlas hasta que el lugar que ocupe la
mujer en la sociedad no sea verdaderamente en igualdad de condiciones y que los trabajos de las
mujeres puedan ser estudiados fuera de los confines de la opresin que los condicionan. En Lucy
Lippard: The Pink Glass Swan. Selected Feminist Essays on Art, New York, The New Press, 1995,
p. 57.
137
la
visin
patriarcal
de
la
sempiterna
relacin
entre
mujer
Al sealar Fuskov que son () las ideas las que pueden cambiar el mundo
() pero tambin () sus hijos y sus hijas (), su reivindicacin se vincula
estrechamente con el movimiento de mujeres de Argentina para quienes lejos de
ver la maternidad como una esclavitud, reivindicaron desde sus orgenes el papel
de cambio a travs de la educacin de hijos e hijas 217: es a los/las nios/as a
quienes les tocar la tarea de transformar la inequidad del mundo.
215
Ibd., p. 178.
Milagros Rivera Garretas: El cuerpo indispensable. Significados del cuerpo de mujer, Madrid,
Horas y Horas, 1996, p. 9.
217
Ver Marcela Nari: Polticas de maternidad y maternalismo poltico. Buenos Aires, 1890-1940,ob.
cit.
216
138
frtiles218. Si bien la mitologa femenina ha sido vista con reticencia en los ltimos
aos ya que alude para muchas feministas- a una visin conservadora de la
mujer, vinculada con la maternidad y la fecundidad de la Madre Tierra, no podemos
ignorar que Fuskov adhiere a las interpretaciones sobre el matriarcado y los
estudios sobre el culto a la Diosa que afloraron durante la segunda ola. Ella
buscar reflexionar sobre la experiencia fsica y espiritual desde un cuerpo de
mujer. Es por ello que, sin nimo de caer en interpretaciones anticuadas, debemos
tener en cuenta el recurso a la mitologa femenina que realiza la artista para as
poder indagar en la serie fotogrfica219. No desconocemos que la obra puede llevar
a lecturas esencialistas y/o a plantear argumentos que conduzcan al binomio
mujer/naturaleza. Sin embargo, consideramos oportuno plantear una interpretacin
de la serie atravesada por el contexto de lecturas e intereses de la artista en el
momento de su realizacin. Cuestiones referidas al cuerpo femenino como el lugar
de inscripcin de la diferencia sexual motivan gran parte de mis interpretaciones.
Lucy Lippard: The Pink Glass Swan. Selected Feminist Essays on Art, ob. cit., p. 59.
Gua tambin mis interpretaciones el saber que uno de los libros de cabecera de Ilse Fuskov es
Elinor W. Gadon: The Once & Future Goddess. A Symbol for Our Time, San Francisco, Harper and
Row, 1989. Dicha publicacin fue adquirida por la artista el mismo ao de su salida porque () la
temtica, de la que ya se haba enterado antes a travs de las revistas feministas anglosajonas, le
apasionaba. Entrevista a Ilse Fuscova, 7/VIII/2008.
219
139
220
140
44. Figura de terracota. Egipto, cuarto milenio antes de Cristo; Venus de Willendorf c.25000 a.C.
Fuskov seala que el culto a la Diosa fue ignorado por varias razones: ()
debemos decir que las extraordinarias manifestaciones artsticas de la cultura del
neoltico eran conocidas, slo que no eran atribuidas a una cultura matrilineal, a lo
que llamamos la cultura de la Diosa. Lo que se tena por verdad no estaba basado
1970s, History and Impact, New York, Harry N. Abrams, Inc., Publishers, 1994, p. 174. [El
entrecomillado y los asteriscos son mos] Orenstein emplea trminos creados por las feministas
anglosajonas que no tienen traduccin al espaol. *He traducido herstory como propia historia, la
autora lo utiliza para contrastar con history, vinculado, segn ella, a las narrativas patriarcales. ** He
traducido matristic como matricial, el mismo significa para la autora Diosas Madres.
141
222
Ilse Fuskov; Claudina Marek: Amor de mujeres. El lesbianismo en la Argentina hoy, ob. cit., pp.
149-150.
223
Gloria Feman Orenstein: Recovering Her Story: Feminist Artists Reclaim the Great Goddess en
Norma Broude; Mary Garrand (ed.): The Power of Feminist Art. The American Movement of the
1970s, History and Impact, ob. cit., p. 187.[el entrecomillado es mo]
142
cermica y las artes de la aguja, cobrarn fuerza al calor del rescate de culturas
antiguas.
224
Ilse Fuskov; Claudina Marek: Amor de mujeres. El lesbianismo en la Argentina hoy, ob. cit.,
p.150.
225
Griselda Pollock: Visin and difference. Feminity, Feminism and the Histories of Art, Routledge,
Londres y Nueva York, 1988, p. 7.
143
En esta direccin, Lynda Nead apunta: No puede haber un cuerpo sin ropa
que sea otro del desnudo, porque el cuerpo siempre est en representacin. Y,
puesto que no cabe el recurso a un cuerpo semiticamente inocente y sin
mediaciones, debemos contentarnos con investigar las diferentes maneras en que
los cuerpos de las mujeres son representados y con promover nuevas imgenes
corporales e identidades nuevas.226
Julia Antivilo Pea refiere a la cuestin del cuerpo como una temtica central para
el feminismo: Si bien dentro de las artistas feministas no existi un manifiesto o
declaracin de principios, lo que s existi fue ms bien una motivacin comn que fue la
temtica del cuerpo, a la que tomaron como una prctica de estrategia y punto de
encuentro. La prctica artstica y la produccin de nuevos significados principalmente para
el cuerpo de las mujeres fue la inscripcin de su compromiso poltico. El cuerpo, fue el sitial
desde donde politizar sus obras pues ste haba funcionado -y sigue- como un dispositivo de
smbolos y objeto de las representaciones e imaginarios que se han construido social y
culturalmente sobre las mujeres.227
226
Lynda Nead: El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad, Madrid, Tecnos, 1998, p. 34.
Julia Antivilo Pea: Entre lo sagrado y lo profano se tejen rebeldas. Arte feminista
latinoamericano. Mxico 1970-1980, Santiago de Chile, mimeo, 2006, pp. 50-51.
227
144
III.
Susana Carro Fernndez: Mujeres de ojos rojos. Del Arte feminista al arte femenino, ob. cit., p.
122.
229
Adriana Carrasco (Buenos Aires 1957) se dedica a la filosofa; Josefina Quesada (Buenos Aires
1922 (?) -1998) artista plstica discpula del artista surrealista Juan Batlle Planas.
230
Entrevista a Ilse Fuscova, 17/XI/2004.
146
colaboracin, y pueden ser representada en lugares que varan desde una galera
de arte o museo hasta un espacio alternativo: un teatro, un caf, un bar o,
simplemente, una esquina de la calle. El contenido rara vez sigue un argumento o
una narracin tradicional. La accin puede ser tanto una serie de controlados
gestos ntimos como un teatro visual a gran escala que puede durar desde unos
pocos minutos hasta muchas horas; puede representarse slo una vez o puede
repetirse varias veces, con o sin guin preparado, improvisando de manera
espontnea o ensayando durante semanas o meses. La accin exige, por parte del
espectador, una ampliacin de la sensibilidad artstica. En ningn momento se le
da un resumen del argumento o algun tipo de informacin aclaratoria; simplemente
se le bombardea con sensaciones que tiene que ordenar por su cuenta. Su actitud
debe ser la de la observacin participante en un oscilar contnuo entre el dentro y
el fuera de los sucesos: por un lado, debe atrapar empticamente el sentido de
unos acontecimientos y unos gestos especficos; por el otro, debe dar un paso
atrs para situar esos significados en contextos ms amplios y que as adquieran
un sentido ms profundo o general.231
El Grupo Feminista de Denuncia actu durante dos aos -1986 a1988siendo un antecedente importante para el accionismo feminista de grupos ms
recientes, como Mujeres Pblicas232 conformado en 2003. Las acciones se repetan
todos los sbados con diferentes lemas, recuerda Fuskov: La violacin es
tortura, La mujer es la nica duea de su fertilidad o en cierta ocasin con las
palabras de Golda Meir Despus de las 22 horas debera estar prohibido a los
varones acceder al espacio pblico. Esos y otros lemas irritantes provocaba la
231
147
discusin entre la gente que nos miraba con sorpresa. () Gasto mnimo y
cuetionamiento interesante, ese era nuestro objetivo.233
234
233
Ilse Fuskov: Palabras para Josefina en Brujas. Publicacin Feminista, ao 17, n25, octubre
de 1998, p. 65.
234
El grupo activista Mujeres Pblicas realiz este dibujo de las mujeres del Grupo de Denuncia
Feminista a partir de las descripciones de las acciones que da Fuskov.
148
Mary Garrand: Feminist politics: networks and organizations, en Norma Broude; Mary Garrand
(ed.): The Power of Feminist Art. The American Movement of the 1970s, History and Impact, ob. cit.,
p. 90.
236
Yayo Aznar Almazn: El arte de accin, ob. cit., p.44
149
237
Mara Milagros Rivera Garretas: Perqu lamicizia tra donne in s poltica, en V.V.A.A.:
Politica e amicizia. Relazioni, conflitti e differenze di genere (1861-1914), Universidad Estatal de
Miln, 2006, s. p.
238
Norma Broude; Mary Garrand: Introduction en Norma Broude; Mary Garrand (ed.): The Power
of Feminist Art. The American Movement of the 1970s, History and Impact, ob. cit., p. 24.
150
establecido239 buscar ser reparada durante la ltima dictadura militar. Los inicios
democrticos sern testigos del retroceso sobre los logros alcanzados por las
mujeres durante estas dcadas. Si bien cabe sealar que an faltan anlisis que
evalen el impacto del gobierno de facto sobre los roles familiares240, a travs de
las obras de arte feministas podemos encontrar una regresin en las conquistas
alcanzadas durante los aos 60/70, llevando a roles conservadores y frenando la
carrera de libertades negociadas por las mujeres. Sobre esta cuestin nos
extenderemos en el captulo IV.
151
Suzanne Lacy and Leslie Labowitz: In Mourning and in Rage en Hilary Robinson (ed.):
Feminism-ART-Theory. An Antology 1968-2000, ob. cit., p. 142 y ss.
243
Yolanda M. Lpez; Moira Roth: Social protest: Racism and Sexism en Norma Broude; Mary
Garrand (ed.): The Power of Feminist Art. The American Movement of the 1970s, History and
Impact, ob. cit., p. 149.
152
Tal como plantea Aliaga, es indudable que las acciones del G.F.D. se
inscriben en un marco no slo internacional sino local. La denuncia pblica sobre la
violencia hacia las mujeres emerge con fuerza en el inicio del gobierno democrtico
del Dr. Ral Alfonsn. A.T.E.M. (Asociacin de Trabajo y Estudio de la Mujer)
creada en 1981 -en la que participa Ilse Fuskov- se ocup especialmente de esta
temtica definindola como () todo tipo de dominio que se ejerce sobre un ser
humano (). Luego especificaban sobre la violencia sexista: Comprende formas
de violencia fsica, psicolgica y sexual. En la comisin de estudio y reflexin sobre
Violencia trabajamos violacin y mujeres golpeadas ().
[Entendiendo por
violacin] () un acto de poder que ejerce el hombre sobre la mujer. 245En 1983
las integrantes de ATEM constituyen el Tribunal de violencia contra Mujeres Mabel
Adriana Montoya. El 8 de marzo de 1984, en la primer marcha dedicada al da de
la mujer, dicho tribunal repartir dos volantes que llevarn por ttulo: Violacin:
Quin es el culpable? y No ms mujeres golpeadas. Una de las impulsoras de
los volantes ser Ilse Fuskov, as la representa la cmara de Alicia DAmico ese
da.
244
Juan Vicente Aliaga: El beneficio de la discordia, en La batalla de los gneros (cat. expo.),
Centro Galego de Arte Contempornea, Santiago de Compostela, 2007, p. 32.
245
Historias de ATEM en Travesas. Temas del debate feminista contemporneo, , Ao 4, n5, ob.
cit., p. 36.
153
154
48. Denuncia del atropello sufrido por dos compaeras de ATEM, GFD.
En
las
manifestaciones
la
agrupacin
acuda
con
pancartas
que
denunciaban la violencia para con las mujeres y que firmaban con un logo
especialmente creado por las integrantes: las manos formando un tringulo, el
smbolo femenino () y el nombre Grupo Feminista de Denuncia. Los sbados se
replicaban las denuncias de las marchas, esta vez las tres mujeres paradas en la
calle Lavalle como ya sealamos. Lamentablemente no hemos podido localizar el
material fotogrfico que documentaba aquellas acciones, slo contamos por ahora
con el poco material grfico y los testimonios de Ilse Fuskov y Adriana Carrasco,
ya que Josefina Quesada muri en 1998.
155
desde
un
terico
potencial
revolucionario
la
accin
poltica
() En
La cuestin del lesbianismo fue creciendo dentro de los intereses del G.F.D.
En 1987 comienzan a escribir los Cuadernos de Existencia Lesbiana, primera
publicacin en Argentina que exhibir el pensamiento lsbico, cuya salida mensual
perdurar hasta 1996. Dicha revista estar ricamente ilustrada por Josefina
Quesada y la misma Fuskov, mientras que los escritos sern seleccionados por
Fuskov, Adriana Carrasco e invitarn a participar a otras escritoras. A su vez, en
los Cuadernos se divulgarn textos sobre la temtica lsbica, traducidos del
ingls, alemn y francs por Ilse Fuskov.
246
Hilda Rais: Lesbianismo. Apuntes para una discusin feminista en Travesas. Temas del debate
feminista contemporneo, Ao 4, n5, ob. cit., pp. 140-143.[subrayado en el original]
157
158
Mara Laura Rosa: Y no hay razn para nada, de haber razn para tanto. Pequea reflexin
sobre el ejercicio de la libertad en Cuadernos de Existencia Lesbiana. Edicin homenaje a Ilse
Fuskov, Buenos Aires, Librera de Mujeres, 2008, pp.1-2.
249
Y no tan antiguamente ya que en nuestro presente perviven inquisiciones contemporneas.
250
Ver: Ted Gott (comp.): Dont leave me this way. Art in the Age of AIDS (cat. expo), Canberra,
National Gallery of Australia, 1994.
159
Mesa
Redonda
251
Sin nimo de extendernos ms all de los lmites de esta investigacin, s quiero subrayar que, a
pesar del viaje de Pineda a Brasil y Argentina, el lesbianismo espaol no parece haber gozado de
un contexto ms dispuesto al dilogo y la tolerancia que el argentino, sino ms bien, parece haber
estado atravesado por la invisibilidad y/o la intolerancia, en gran medida avalada por la legislacin
vigente durante la transicin postfranquista. Esto queda manifiesto cuando Fefa Vila seala: Me
gustara hablar de lo que ha sido la evolucin del movimiento de lesbianas. Yo creo que, en general,
en el Estado espaol, el movimiento lsbico ha sido dbil, y se ha articulado de forma muy diferente
del movimiento gay. Durante la dcada de los ochenta, el movimiento lsbico ha estado diluido en el
movimiento feminista. No podemos olvidar la importancia del desarrollo del feminismo en este pas,
tanto en lo que ha sido su expresin poltica, como en otro tipo de manifestaciones del movimiento
de lesbianas. El lsbico ha sido un movimiento nutrido de la ideologa feminista, lo que
paradjicamente, ha contribuido a invisibilizar a las lesbianas dentro del movimiento. Creo que eso
ha sido una nota general dentro de la dcada de los ochenta. En estos ltimos aos algo nuevo est
surgiendo. Es difcil imaginar hacia dnde va, pero creo que se trata de un movimiento
prcticamente urbano; no podemos hablar de movimientos gays y de lesbianas en toda Espaa,
sino que ste se centra en las grandes ciudades como Bilbao, Madrid, Barcelona y Valencia, y tiene
un desarrollo especfico en cada ciudad. Probablemente, lo que articule el movimiento de lesbianas
en Madrid difiera de lo que pueda ser el movimiento en Barcelona; es muy difcil hablar en trminos
generales como ncleos homogneos. La dcada de los noventa significa, entre otras cosas, la
pandemia del SIDA, que supone la posibilidad que han tenido gays y lesbianas de unificarse en
determinadas luchas, cuestionar la invisibilidad, e hipotecar una norma que se ha impuesto durante
mucho tiempo, una norma de silencio y de opresin brutal. Eso da posibilidades de crear un espacio
de lucha compartido para las lesbianas y gays. Y, aunque se tienda a unificar el movimiento en
grandes coordinadoras, existen grupos pequeos que difieren en las prcticas polticas, en las
160
Seala Laura Cottingham que la historia del lesbianismo est atravesada por
el borramiento, silenciamiento, la infravaloracin y los prejuicios que impiden o
afectan a la investigacin histrica y a la escritura. As agrega: No es sorprendente
que la historia del lesbianismo haya emergido en los estudios acadmicos slo
recin en 1970, despus de que las lesbianas, aparentemente por primera vez en
la historia, se asuman como grupo y, por tanto, como gente que podra tener una
historia propia. () No poda haber una historia del lesbianismo si las lesbianas no
se declaran en principio a s mismas, decididamente como una entidad, como
gente que existe a travs del tiempo y del espacio (y, de forma relevante para el
paradigma de identidad lsbica, a travs de las nacionalidades y de los lmites
culturales) en tanto personas cuya identidad colectiva es aceptada como cuanto
sus diferencias entre sus miembras, como cualquier grupo reconocido.253
Partiendo de lo sealado por Cottingham, creemos que ste fue el camino ms
importante que inici y leg
161
discriminacin en todas su formas. Las artes plsticas fue uno de los lenguajes que
ella emple para esta lucha, el otro fue la pluma.
En la segunda mitad de los 80, Ilse Fuskov y Adriana Carrasco editarn
Cuadernos de Existencia Lesbiana en cuyo largo recorrido de casi diez aos de
vida -1988-1996- desvelarn las construcciones sociales que afectan a la vida de
las mujeres. Los Cuadernos manifestarn tambin las propias limitaciones del
mismo feminismo a la hora de abordar la cuestin de la heterosexualidad
obligatoria. Ya sealaba Rich en el artculo citado que su inters se situaba tambin
en () sugerir tipos nuevos de crtica, que suscitara preguntas nuevas en las
aulas y en las revistas universitarias y que, al menos, esbozaran un puente sobre el
hueco entre lesbiana y feminista. Quera, como mnimo, que a las feministas les
resultara menos posible leer, escribir o dar clase desde una perspectiva de
heterocentrismo incuestionado.254
254
Adrienne Rich: Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana, ob. cit., p.16. Sobre una
crtica a la heterosexualidad normativa y su relacin con el arte contemporneo ver: Juan Vicente
Aliaga: Un mapa infinito. Acerca de las representaciones de la diversidad sexual en el arte desde
los sesenta hasta la actualidad en En todas partes. Polticas de la diversidad sexual en el arte (cat.
expo.) Santiago de Compostela, CGAC, 2009, p. 19.
162
163
258
Ilse Fuskov: Una lesbiana del Tercer Mundo en San Francisco en Cuadernos de Existencia
Lesbiana, n10, noviembre de 1990, p.3.
164
259
Juan Vicente Aliaga Judith Butler. Interrogando el mundo, en Exit Book, n9, 2008, p. 55.
Nos referimos a la entrevista realizada por Fuskov a Bunch durante la participacin de sta en
el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, San Bernardo, Argentina, 18 al 24 de mayo
de 1990.
260
165
como los dos ms destacados al Sida y la violencia de gnero. Sobre este evento
nos detendremos en el captulo V.
261
166
Shere Hite: Sinceridad Sexual. As naci el informe Hite, Buenos Aires, Martnez Roca, 1977, p.
224.
167
Ninguna de las fotografas que integran la serie estn numeradas, seleccionamos un recorrido
que consideramos adecuado pero no el nico.
168
169
170
Elegimos cerrar la serie con la fotografa que exhibe el cuerpo de una de las
mujeres extendido sobre la cama en tanto que slo aparecen las piernas y los
brazos de la segunda figura. Un eje central conforma la representacin: la nariz de
la mujer proyecta una lnea imaginaria que atraviesa el centro de su cuerpo,
contina por el ombligo y finaliza en su pubis -zona descubierta que casi apoya
sobre la rodilla de la compaera-. Los brazos y las manos de la segunda mujer
acarician las piernas de la protagonista; fragmentos de su cuerpo cierran la
composicin. Las arrugas de las sbanas contrastan con la lisura de la piel de las
mujeres, las luces y las sombras destacan estas texturas. La epidermis se
descubre como soporte del juego sensual femenino.
171
264
Documento escrito por Ilse Fuskov, Buenos Aires, 22 de octubre de 1988, mimeo. Ver Anexo
Documental.
265
Carolee Schneemann: Czanne She Was a Great Painter, 1975 en Lucy Lippard, From de
Center, New York, E.P.Dutton, 1976, p. 126.
172
cotidiano. Pienso que explorar nuestro cuerpo es muchas veces el primer paso
hacia una autodefinicin.266
266
Ilse Fuskov; Claudina Marek: Amor de mujeres. El lesbianismo en la Argentina hoy, ob. cit., p.
41.
173
Seala Lynda Nead en relacin al arte corporal de los setenta, el cual tiene
mucha influencia en los trabajos de Fuskov: El varn espectador es confrontado
con el hecho de la diferencia sexual cuando la superficie fetichizada del cuerpo es
disuelta para revelar las marcas y los fluidos corporales del interior. 267La lucha de
Fuskov y equipo se centrar en romper con la utilizacin de las lesbianas como
objetos sexuales para la masturbacin masculina. El valor en tanto coraje- de
utilizar la sangre en una poca atravesada por el Sida viene dado por el hecho de
reivindicarla como elemento de energa fsica268 y espiritual a la vez que marca
categrica de la diferencia sexual.
Lynda Nead: El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad, ob. cit., p. 110.
El concepto de Iglesia-Mujer al que refiere el documento del grupo de la sangre tiene que ver con
un tipo de espiritualidad diferente que plantea la mujer en su relacin con lo divino, en esa instancia
mstica el ritual no renegara de los fluidos internos.
269
Teresa de Lauretis: Diferencias. Etapas de un camino a travs del feminismo, Madrid, Horas y
Horas, 1999, p. 92.
268
174
perspectiva, y sera impropio decir que las lesbianas viven, se asocian, hacen el
amor con mujeres porque la mujer no tiene sentido ms que en los sistemas
heterosexuales de pensamiento y en los sistemas econmicos heterosexuales. Las
lesbianas no son mujeres.270
270
Monique Wittig: El pensamiento heterosexual y otros ensayos, Barcelona, Egales, 2006, pp. 56-
57.
271
Lynda Nead: El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad, ob. cit., p. 103.
272
Rita Felski: Beyond Feminist Aesthetics: Feminist Literature and Social Change, London,
Hutchinson Radius, 1989, p. 171.
273
Lynda Nead: El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad, ob. cit., p. 172.
175
Sin embargo,
censurada por las mismas lesbianas que integraban la muestra Mitominas II,
quienes impedirn que se exhiban. Vale decir, sern las lesbianas quienes
argumentarn el temor al cierre de la exposicin si el grupo mostraba los trabajos
fotogrficos. La decisin se llev a votacin, ganando por catorce votos contra
tres. Los reclamos de Fuskov no pudieron frenar lo determinado, creciendo la
indignacin tanto de ella como de su equipo al comprobar, tras la inauguracin, la
aceptacin y exposicin de obras que reflejaban la construccin ertica lesbiana
del patriarcado. Sobre este tema nos detendremos en el captulo V.
274
Citado por Teresa de Lauretis: Diferencias. Etapas de un camino a travs del feminismo, ob. cit.,
p. 101.
176
177
Captulo III
178
Captulo III
275
Idea y Coordinacin general: Monique Altschul. Cmara y edicin de video: Csar Tercero.
Diseo Grfico: Beba Braunstein. Coordinacin de espectculo: Ana Luisa Stok. Coordinacin
musical: Nora Bologna. Coordinacin de talleres: Diana Mizrahi. Produccin: Monique Altschul,
Laura Benusiglio, Miriam Jerusalami, Pilar Larghi, Anna Lisa Marjak, Luca Mourelle. Prensa:
Monique Altschul, Anna Lisa Marjak, Marcela Sola. Relaciones pblicas: Beatriz Altshul, Marta
Fernndez Longo, Melisa Tirabasso. Asesoramiento filosfico: Mara Celia Ulloa.
Asesoramiento de evaluacin: Adela Duarte. Registro fotogrfico: Carlos Altschul, Carlos
Fumagali. Instalaciones plsticas: Raquel Ackerman, Monique Altschul, Laura Benusiglio,
Mercedes Brito, Nora Correas, Adriana Da Cunha, Miriam Jerusalami, Pilar Larghi, Anna Lisa
Marjak, Luca Mourelle, Micaela Patania, Susana Rodriguez y Viviana Zargon. Fotografa: Alicia
Damico, Mnica Magrane. Video: Mnica Altschul, Rosa Brill, Narcisa Hirsch, Mabel Maio. Textos:
Anglica Gorodischer, Irene Gross, Daniela Gutierrez, Narcisa Hirsch, Natalia Cohen, Liliana
Mizrahi, Carola Ordoez, Susana Pravaz, Hebe Solves, Alicia Steimberg, Luisa Valenzuela.
Performances: Marie Luise Alemann, Beatriz Aragor, Emeterio Cerro, Silvana Daich, Ana
Deutsch, Robertino Di, Cecilia Echegaray, Silvia Strin, Susana Evans, Leonardo Carvie, Ana
Kamien, Anibal Mediano, Elvira Onetto, Beby Pereyra Gez, Diana Raznovich, Patricia Savastano,
Ana Luisa Stok, Mara Teresa Stok. Talleres: Thelda Basso, Diana Belessi, Norman Brinski, Mabel
Burin, Laura Caldiz, Rosa Coll, Clara Coria, Lidia Estrin, Silvia Estrin, Lilian Fischer, Liliana
Genijovich, Carmen Gonzlez, Mnica Groisman, Daniela Gutirrez, Cecilia Huberman, Liliana
Mizrahi, Hebe Molinuevo, Lucrecia Oller, Graciela Podest, Orfilia Polemann, Diana Raznovich,
Gabriela Rebok, Marian Schenone, Beatriz Schmuckler, Graciela Scolamieri, Hebe Solves, Ana
Luisa Stok, Teresa Stok, Fernando Ulloa, Leonor Vain, Susana Vasallo, Hctor Yanover.
179
Altschul comienza un
Es importante destacar que en esa misma Universidad estudi la artista feminista, de origen
cubano, Ana Mendieta. Dicho centro de estudios fue sensible a las propuestas feministas del campo
artstico.
277
Altschul alude al Instituto de Artes Visuales Di Tella, el cual promover el arte de vanguardia
experimental durante los aos 60 en Argentina. Adriana Bruno: Los mitos de la sangre no ser
negociada en El periodista, noviembre de 1988, s.p.
278
Entrevista a Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004.
180
artsticas:
performances,
danza,
mimo,
fotografa,
canto,
Influida por sus lecturas sobre semitica y, en especial, por Obra abierta de
Umberto Eco, Altschul buscar la integracin del espectador en el proceso
creativo280, en un momento - la dcada del 80 en Argentina- marcado tanto por
la vuelta a la pintura como por la investigacin sobre los lmites del lenguaje
artstico, todo ello al calor de la efervescencia democrtica. Altschul seala que:
La obra existe en la medida en que la rehace el espectador. Temas de obra
abierta. Del papel del espectador como activo gestor. Estas preocupaciones me
llevaron a dedicar todo el ao 1985, a crear un espacio plstico en el cual
279
181
Monique Altschul: Una exploracin sobre creatividad, Noticias del Mundo, Nueva York, 7 de
marzo de 1986, p. 5.
282
Monique Altschul Una exploracin sobre creatividad, ob. cit., p. 5
182
283
Monique Altschul: Transformaciones. Diario de una aventura creativa, Buenos Aires, Grupo
Editor Latinoamericano, 1993, pp.11-12.[resaltado y cursiva en el original]
284
En relacin a su taller Monique Altschul expresa: A mi taller se llega subiendo una escalera sin
balaustrada. Algo as como una escalera de molino. Al subir preocupa, al bajar da vrtigo. Las
escaleras me perturban. No lo voy a negar. Sueo con ellas, son mi pesadilla recurrente. Escaleras
audaces, luminosas, atractivas que trepo con gran expectativa. All en lo alto me atrapan. Como
una telaraa. No llevan a ningn lado y son un punto sin retorno posible. Bachelard me reconcilia un
poco con ellas: Por la escalera del desvn ms empinada, ms tosca, se sube siempre. Tiene el
signo de la ascensin hacia la soledad ms tranquila. Cuando vuelvo a soar en los desvanes de
antao, no bajo nunca. (Gastn Bachelard, La Potica del Espacio, Breviarios del Fondo de Cultura
Econmica, Mxico, 1965, p. 57). Ibd., pp.14-15. [cita bibliogrfica y cursiva en el original].
Considero a esta cita como el antecedente directo de la obra que realizar Altschul junto a un
equipo de artistas feministas, nos referimos a Los espacios domsticos: Del stano al desvn o El
ama de casa y la locura, Galera de Arte del Centro General San Martn, del 17 de septiembre al 4
de octubre de 1987, y que analizaremos en el captulo IV.
183
Seala Altschul Slo uno de los convidados fracas: fue el grupo de los
ejecutivos. De los diez invitados apenas dos asistieron a la cita. La respuesta en
los otros casos fue ms estimulante, ocho de cada diez participaron del juego.
Cada uno de los sectores imprimi al experimento su propio espritu. () Las
mujeres reprodujeron, como sin quererlo ni saberlo, el ciclo vital; los jvenes se
expresaron con grafitis y aportaron su propio fondo musical ()286
285
Acompa al evento una mesa redonda integrada por Anglica Gorodischer, Fernando Ulloa,
Eduardo Pavlosky, Adela Duarte y Eduardo Newark, este ltimo es quien tuvo a su cargo la
filmacin.
286
Oponer una respuesta entusiasta a las dificultades presentes. La artista Monique Altschul y su
hacer a pesar de todo, La Razn, 1985, s/d.
184
62. Transformaciones, 1985. Grupo conformado por Rosa Bril, Ana Esteras, Nora Garca, Anglica
Gorodischer, Mnica Magrane, Liliana Maresca, y Luca Mourelle
En el grupo integrado por Rosa Bril, Ana Esteras, Nora Garca, Anglica
Gorodischer, Mnica Magrane, Liliana Maresca, y Luca Mourelle aparecen
problemticas referidas a la mujer en sus distintos roles y transgresiones288. Es
entonces cuando, en un encuentro posterior del grupo para ver el material
grabado, Gorodischer propone aplicar esta experiencia para la transformacin de
los mitos de la mujer.289La escritora expresar en ese momento: Considero que
el final digno de esta reunin es la lectura de la entrevista que me acaban de
publicar en Playboy. (Lee y es muy festejada. Insiste en el concepto principal).
Que los hombres se metan el poder en el culo. Ese mundo no lo queremos. Y
propongo adems la relectura de los mitos clsicos desde la ptica femenina:
Antgona (desde la ley de la madre y no la ley de los dioses), Eva y la manzana
287
Monique Altschul: Transformaciones. Diario de una aventura creativa, ob. cit., contratapa.
Continuas alusiones al sexo, transformacin ininterrumpida, vertiginosa, que define a la mujer en
sus distintos roles y trasgresiones. A travs de un enfoque teatral, este grupo logr una excelente
relacin entre el cuerpo y los materiales que van marcando, y casi definiendo los distintos
subtemas. Ibd., p. 128.
289
Las mujeres con humor, Clarn, viernes 14 de noviembre, 1986, p. 41.
288
185
(Adn ser un calzonudo pelotudo; la mina comi del rbol del conocimiento). Y
agrralo a Edipo: pero qu pelotudo! Encontramos en todo una mirada unilateral.
Pero, qu pas con nosotras esa noche? Estuvimos perfectamente femeninas:
la casa, el parto290. Las menciones del hombre fueron mnimas.291
290
Recuerda Gorodischer: El grupo se consolid para al parto, que fue el momento principal de las
Transformaciones, cuando llegamos a que alguien para. () Eran historias que crebamos en el
momento y sala todo de los objetos que Monique haba puesto ah. A travs de objetos se iban
armando pequeas historias que iban cuajando en una sola cosa. Pero estuvo muy bien eso, yo te
dira que a m me dej un muy buen recuerdo. Entrevista a Anglica Gorodischer, 4/II/2009.
291
Monique Altschul: Transformaciones. Diario de una aventura creativa, ob. cit., pp. 123-124.
186
187
Los estudios sobre el mito del jurista suizo decimonnico Johann Bachofen,
impactaron especialmente sobre el movimiento feminista de la segunda ola, el cual
retomar sus ideas sobre el matriarcado y algunas de sus interpretaciones mticas,
al calor de los movimientos de liberacin de la mujer. Para Bachofen los mitos
deben ser estudiados en relacin a su contexto histrico. stos transmiten
esquemas de la existencia de contactos culturales entre diferentes pueblos, por
tanto son abordados por l desde el lugar de un testimonio histrico del
pensamiento. En su obra sostendr que a travs de los mitos occidentales
podemos identificar la lucha entre el principio masculino y el femenino. La unidad
madre-hijo se encontrara en el origen de la cultura, siendo la organizacin
matriarcal anterior a la patriarcal, esta ltima se conformara hacia el siglo V a. C.,
coincidiendo con la Grecia clsica. As establece: El matriarcado no pertenece a
ningn pueblo determinado, sino a un estado cultural que, por tanto, y como
consecuencia del carcter normativo de la naturaleza humana, no puede depender
de ser restringido por una identificacin con algn pueblo concreto, y que,
293
Ibd., p. 220.
188
Esta ltima idea -la del patriarcado como institucin cultural creada- fue
abono de debates y estudios desde varios campos disciplinares, desarrollados por
las feministas de los 70 y 80. Al respecto expresa Giulia Colaizzi: Las sociedades
patriarcales en efecto no son slo regmenes de propiedad privada de los medios
de la produccin, sino tambin de propiedades lingsticas y culturales, sistemas en
los que el nombre del padre es el nico nombre propio, el nombre que legitima y
otorga autoridad y poder, el logos que controla la produccin de sentidos y
determina la naturaleza y cualidad de las relaciones, el modus propio de interaccin
humana.296
294
189
figura pasiva o no cayera en los estereotipos delineados por los varones para su
sexo- los relatos mticos.
III.
reflexionar sobre las evoluciones que han conducido al patriarcado clsico, cuyos
valores hemos conocido, vivido y sufrido, y en gran parte estn todava vigentes
en la cultura, las representaciones y las costumbres de la sociedad europea
occidental.297Nosotros, podramos agregar, recibiremos esta herencia europeaoccidental en Hispanoamrica a la que acoplaremos los mitos de los indgenas
del continente.
Ana Fraga Iribarne: De Criseida a Penlope. Un largo camino hacia el patriarcado clsico,
Madrid, Horas y Horas, 1998, p. 15.
190
arrepentida
como
Magdalena,
diablica
como
Lilith,
191
Quien diriga por entonces el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires era el
arquitecto Osvaldo J. Giesso (Buenos Aires 1924). Dicho espacio se haba
fundado bajo gobierno de facto, en 1980, cuando el Intendente Brigadier
Osvaldo Cacciatore (1924-2007) decidi transformar el viejo asilo General
Viamonte, junto al cementerio de la Recoleta, en un centro cultural. Para ello
convoc a tres grandes arquitectos y artistas: Clorindo Testa, Jacques Bedel y
Luis Benedit.
298
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), 7 al 30 de noviembre, Centro Cultural
Ciudad de Buenos Aires, 1986, p.1.
299
Giesso, el arquitecto en su laberinto en Clarn, sbado 20 de marzo de 2004 en
<http://edant.clarin.com/diario/2004/03/20/s-05901.htm>[ltima consulta, marzo 2011, resaltado en
el original]
192
300
Ibd.
193
Monique Altschul y Mara Laura Rosa: Mitominas. Un paseo a travs de los mitos y Mitominas 2,
los mitos de la sangre, conferencia dada en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2 de
septiembre de 2010. Ver en Anexo la desgravacin completa.
194
302
195
enuncia viejas
197
304
Monique Altschul y Mara Laura Rosa: Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos y Mitominas 2,
los mitos de la sangre, Conferencia dada en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2 de
septiembre de 2010. Ver en Anexo la desgravacin completa.
305
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos, Buenos Aires, Centro Cultural Ciudad de Buenos
Aires, 1986 [videocinta]
306
Ibd.
198
Las artistas que integraron la exposicin fueron treinta y dos, ellas son:
Raquel Ackerman, Beatriz Altschul, Monique Altschul, Nadia Altschul, Laura
Benusiglio, Nora Bologna, Beba Brausntein, Rosa Brill, Nora Correas, Adriana
Da Cunha, Judith Fabre, Marta Fernndez Longo, Daniela Gutirrez, Narcisa
Hirsch, Miriam Jerusalami, Pilar Larghi, Mnica Magrane, Anna-Lisa Marjak,
Liliana Mizrahi, Hebe Molinuevo, Lucia Mourelle, Carol Ordoez, Micaela
Patania, Diana Raznovich, Susana Rodrguez, Marcela Sola, Ana Luisa Stok,
Melisa Tirabasso, Helga Thomson, Mara Celia Ulloa, Viviana Zargn.
307
Monique Altschul y Mara Laura Rosa: Mitominas. Un paseo a travs de los mitos y Mitominas 2,
los mitos de la sangre, Conferencia dada en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2 de
septiembre de 2010. Ver en Anexo la desgravacin completa.
199
308
Mitominas. Las chicas que destruyen los mitos sobre las mujeres, en Libre, Ao 3, N148,
11/11/1986, s.p.
309
Entrevista a Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004.
200
En relacin a la razn de ser del taller, Liliana Mizrahi expresa: Nuestro ojo
lcido se entrena en la bsqueda activa, tensa, comprometida. Se rebela a los
convencionalismos y aprende a ver. Se transforma en renovada certeza. () Las
mujeres estamos aprendiendo a ser una presencia constante ante nosotras
mismas. Estamos desaprendiendo a esperar. Queremos que la ternura, la
310
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos, Buenos Aires, Centro Cultural Ciudad de Buenos
Aires, 1986 [videocinta]
311
Amelia Jones: Herejas feministas: el arte coo y la representacin del cuerpo de la mujer, en
Herejas. Critica de los mecanismos (cat. expo.), Palma de Gran Canaria, Centro Atlntico de Arte
Moderno, 1995, p. 591.
201
creacin y la honestidad tengan un lugar en este mundo insensato. Para eso nos
enfrentamos con nuestras propias oscuridades con el deseo de conquistar los
significados que nos permiten comprender los hechos. Buscamos suscitar e
ilustrar las paradojas y las contradicciones de nuestro mundo atroz y opresivo.
() La fotografa es siempre testimonio concreto de nuestra profunda e intensa
capacidad de olvido. Por eso no podemos prescindir de la memoria. An la
mejor fotografa traiciona lo real, en tanto nace de una eleccin que da lmite a lo
que no lo tiene (Camus). La fotografa: ceremonia, secreta, ritual de posesin y
encierro. Cada retrato se carg con la imprevisible presencia individual. Mientras
cada uno de nosotras trat de darle forma a una esperanza.312
69. Monique Altschul; Pilar Larghi: Jardn de Afrodita y Demter, Mitominas I, 1986
312
Liliana Mizrahi: El ojo lcido en Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. exp.), ob. cit,
p. 34.
202
313
Mitominas. Las chicas que destruyen los mitos sobre las mujeres, en Libre, ob. cit., s.p.
Anna Lisa Marjak: Mitos y realidades del mundo femenino, La Nacin, domingo 23 de
noviembre de 1986, ob. cit., p. 37.
315
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), 7 al 30 de noviembre, Centro Cultural
Ciudad de Buenos Aires, 1986, p.2.
314
203
Nora Correas, quien viene del campo del arte textil, realizar una
instalacin dedicada a Penlope: en una de las salas acumula gran cantidad de
prendas de vestir cuyo denominador comn es el color blanco: vestidos,
camisetas, camisones, sbanas, paales, vestidos de novia y de comunin,
enaguas y medias, todo este material se extiende a lo largo de una pared a
modo de gigantesco tapiz. La artista indica que () la mujer es una cavidad
blanda, la cosa mullida y receptora. Ms adelante explica lo que es Penlope
para ella () la rutina domstica de la mujer, que siempre termina y que no
termina nunca (), el color blanco es el elegido porque se desea la mujer en
blanco, no escrita; la pureza no es solamente la virginidad, sino lo no hecho, lo
no dicho ().317
204
prohibidas durante los aos de la espera. Anna Lisa Marjak seala que Correas
() ve a la mujer como en etapa de servicio, la mujer al servicio del hombre,
de la familia, de los platos y la comida. Todo se convierte en un espacio blanco:
la pureza. El recorrido finaliza en una mancha roja: la mujer y su sangre.318 Esto
ltimo seala el final de la virginidad.
Anna Lisa Marjak: Mitos y realidades del mundo femenino, ob. cit., p. 37.
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), ob. cit., 1986, p.2.
319
205
En este canto XXIV se manifiestan los opuestos entre buena y mala mujer,
configurando toda una lnea de conducta a seguir y la amenaza encubierta ante el
incumplimiento del mandato-ley.
320
Ana Fraga Iribarne: De Criseida a Penlope. Un largo camino hacia el patriarcado clsico, ob. cit.,
p. 81.
321
La Odisea. Traduccin de Juan Manuel Pabn, e Introduccin de M. Fernndez Galiano, Madrid,
Gredos, 2009, Canto XXIV, p. 192-202.
206
Ibd. p. 355.
Ana Fraga Iribarne: De Criseida a Penlope. Un largo camino hacia el patriarcado clsico, ob.
cit., p. 83.
324
Ibd., p. 93.
323
207
Altschul seala: Fue nuestra terica del mito: nos gui en la difcil tarea de
tomar en cuenta a Eliade o Barthes para llegar a entender qu significa para
nosotras, mujeres del siglo veinte, Eva, Penlope o Pandora.325 Marjak, por su
parte, agrega: Como dice Chich Ulloa este trabajo es movilizador, reflexivo.
Nunca se dej atrs la diversin. Los dioses pretenden que nos divirtamos y que
los imitemos. La historia avanza y los mitos ya dejan de estar congelados, los
llevamos con nosotros, les damos nueva vigencia, los transformamos. La ciencia
ha contribuido a ese quehacer.326Es as como Penlope estar presente en dos
obras de la muestra: a la mencionada instalacin de Correas se suman cinco
monlogos performticos
Raznovich
protagonizados por Silvia Estrin. Se reunirn con el nombre El Mito del Telfono.
72. Silvia Estrin en el Monlogo del telfono de Diana Raznovich, Mitominas I, 1986
La autora de los monlogos indica: Ulises, seducido por las sirenas, hace
esperar a Penlope que teje y desteje. O sea, a la mujer se la ha divido: en la que
espera, en la buena ama de casa que espera a que el hombre tenga sus
aventuras con las sirenas, y en la sirena que mueve su cuerpito y lo seduce.
Nosotras estamos tratando de juntar a las sirenas con Penlope. () A m me
molesta el mito del telfono. Escrib sobre ese tema. Hice un monlogo sobre la
seorita de la hora que muchos suponen que se trata de un Ssifo encadenado.
325
326
208
La que dice la hora todo el tiempo, imperturbable. Yo la hice hacer pis, hacer
caca. La hice hacer miles de cosas que uno no se imagina que haga la seorita
de la hora. Aunque el tema es mucho ms amplio 327
La
protagonista
apareca
transitando
entre
la
327
Mitominas. Las chicas que destruyen los mitos sobre las mujeres, en Libre, ob. cit., s.p.
209
lleva veintitrs horas de retraso. Hace veintitrs horas que lo espero pegada al
telfono.328
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos, Buenos Aires, Centro Cultural Ciudad de Buenos
Aires, 1986 [videocinta]
329
Diana Raznovich: Cables pelados 1, Buenos Aires, Ediciones Ldicas, 1987.
210
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo), ob cit., pp. 2-4.
211
Monique Altschul y Mara Laura Rosa: Mitominas. Un paseo a travs de los mitos y Mitominas 2,
los mitos de la sangre, Conferencia dada en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2 de
septiembre de 2010. Ver en Anexo la desgravacin completa.
332
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo), ob cit., p. 46.
212
que yo har. Ser duro pero, oh!, tan delicioso. Crear el mundo ahora, lo
nombrar todo, inventar una lengua para mis hijos y todos los que vengan
despus, y esta lengua se extender a lo largo del tiempo, cobijando parasos y
espadas en sus vueltas y esquinas. La memoria acumulada de lo que he mirado,
el horror y la belleza, todo ser la dote que deje en cuna de cada nio. En cuanto
a ti, le palme el hombro afectuosamente, no te aflijas, puedes transcribirlo. 333
213
335
Sibila Camps: Las mujeres, con humor en Clarn, Buenos Aires, viernes 14 de noviembre de
1986, p. 41.
215
Bajo las rojas mscaras tenemos el rostro en carne viva y las lgrimas bien
podran disolver la sal y dejar al descubierto nuestras llagas. La peor
penitencia.
Nos cubrimos con sal, y la sal nos carcome y a la vez nos protege. Roja
sal la ms bella, la ms voraz de todas. En tiempos idos nos restregaban
la boca con la sal roja, queriendo lavarnos de impudicias. Brujas! gritaban
ellos cuando algo perturbaba el tranquilizante orden por ellos instaurado. Y
nos fregaban la cara contra la sal roja de la ignominia y quedbamos
anatemizadas para siempre. Brujas! Nos acusaban, acosaban, hasta que
supimos apoderarnos de esa sal y nos hicimos las mscaras tan bellas
iridiscentes, color carne, traslcidas de promesa.
Ahora ellos si quieren besarnos, y todava a veces quieren, deben besar la
sal y quemarse a su vez los labios. Nosotras sabemos responder a los
besos y no tenemos inconveniente en quemarnos con ellos desde el
reverso de la mscara. Ellos/nosotras, nostras ellos. La sal ahora nos une,
nos une la llaga y solo el llanto podra separarnos. () que ser de
nosotras cuando afloren nuestros rostros ardidos. Quin nos querr sin
mscara, quin en carne viva.336
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), 7 al 30 de noviembre, Centro Cultural
Ciudad de Buenos Aires, 1986, p. 44.
216
337
217
338 338
218
339
Ana Fraga Iribarne: De Criseida a Penlope. Un largo camino hacia el patriarcado clsico, ob.
cit., p. 135.
340
Ibd., p. 152
341
Ibd., p. 153.
342
Daryl Sharp: Lexicn junguiano, Santiago de Chile, Cuatro Vientos, 1994, p. 28.
219
343
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos, Buenos Aires, Centro Cultural Ciudad de Buenos
Aires, 1986 [videocinta]
220
Otra obra que integr la muestra fue Pandora, la cual consisti en una
instalacin de Susana Rodrguez y Monique Altschul. La pieza buscaba rescatar
() la esperanza, que es, en realidad, lo que conserv Pandora. Y que es,
344
Muchos nios y nias, algunos hijos e hijas de las artistas, salan con las musas para invitar a los
paseantes de Plaza Francia, lugar en el que se ubica el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires.
345
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), ob. cit., p.4.
221
adems, lo esencial para la vida, para el futuro, indica Altschul. 346 A su vez
apunta Gorodischer la siguiente cuestin: por qu la curiosidad de Pandora ha
de ser castigo de la humanidad, si la curiosidad de los que miran por los
microscopios, miden los continentes, bajan a las profundidades del mar, suben a
la luna, inventan nmeros imposibles y plantean teoras, es, por el contrario,
motivo de progreso y regocijo.347La instalacin consista en la figura de una
mujer cuyo cuerpo lo conformaba un televisor. El mismo proyectaba una imagen
fija de la artista Susana Rodrguez, rodeada de cremas y afeites. De las piernas
de Pandora emergan cajas de cosmticos, sales de baos, jabn para cuerpo y
cabello, elementos de limpieza y del arreglo femeninos, todas figuras simblicas
que ayudan a la construccin de los diferentes estereotipos de belleza que
recaen sobre el gnero.
Mitominas. Las chicas que destruyen los mitos sobre las mujeres, en Libre, ob. cit., s.p.
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), ob. cit., p.3.
347
222
entre finas telas encoladas que a modo de piel, tapizaban la mesa. Toda la obra
fue pintada de blanco, nuevamente como smbolo de una pureza, en este caso,
avasallada. La mujer aparece sobre la mesa como un objeto al que se dispone
con el fin de ser comido, despiezado.
87. Jaula con bailarina de la obra Od mortales el grito sagrado, Mitominas I, 1986
348
Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos, Buenos Aires, Centro Cultural Ciudad de Buenos
Aires, 1986 [videocinta]
224
Pilar Larghi, coordinadora del rea artes plsticas del evento seala: Anna
Lisa, Monique y yo [refiere a Marjak y Altschul] bamos trabajando
alternativamente en diferentes espacios. Creo que la muestra fue muy
enriquecedora por eso, por el trabajo grupal, por la integracin que haba entre
plsticas, y de pronto con escritoras u otro tipo de mujeres que no pertenecan a
la plstica y se acercaban a trabajar.349
349
Ibd.
226
90. Taller de mscaras dirigido por Ana Luisa Stok y Mara Teresa Stok, Mitominas I, 1986
91. La nueva sexualidad femenina, taller dirigido por Laura Caldiz y Ana Fernndez, Mitominas I
Ibd.
227
92. La Julietada de Anglica Fader, grupo de teatro dirigido por Emeterio Cerro, Mitominas I
351
Seala Monique Altschul al respecto de la difusin en va pblica del evento: Beba Braustein
fue la diseadora de los afiches. Despus vamos a verlos en la calle, en proporcin. Para nosotras
era deslumbrante vernos en la calle, y ver tantos carteles diseminados por tantos lados. En
Monique Altschul y Mara Laura Rosa: Mitominas. Un paseo a travs de los mitos y Mitominas 2, los
mitos de la sangre, Conferencia dada en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2 de septiembre
de 2010. Ver en Anexo la desgravacin completa.
352
Revista que estuvo bajo la edicin de Editorial Perfil de Argentina.
353
A descongelar los mitos!, Tiempo Argentino, Buenos Aires, 25 de setiembre de 1986, p.4; Las
mujeres con humor, Clarn, Buenos Aires, 14 de noviembre de 1986, p. 41; Mitominas, esa
delirante mirada sobre las leyendas, La Nacin, Buenos Aires, 19 de noviembre 1986, p. 6;
Antiguos y modernos mitos y muchas mujeres, La Razn, Buenos Aires, s/f., p.27; Las chicas que
destruyen los mitos sobre las mujeres. Mitominas, Libre, Buenos Aires, 11 de noviembre, 1986, n
148, s/p.; Anna Lisa Marjak: Mitos y realidades del mundo femenino, Revista La Nacin, Buenos
Aires, 23 de noviembre, 1986, pp.36-37.; Nuevos mitos para las minas, Revista Claudia Buenos
Aires, s/d., p. 29.
228
229
La exposicin las llev a superar desafos que, para una mujer de clase
media argentina de los aos 80 sector al que pertenecan las integrantes de
Mitominas- era inusual. As exterioriza Altaschul: Qu hicimos, cules fueron
nuestros logros? Haba dicho que por un lado un logro fue salir de la queja. Por
otro lado realizamos exposiciones, concursos, publicaciones en continuidad, con
libertad absoluta para centrarnos en los temas que nos interesan desde la
ideologa, la esttica y la atmsfera con la que nos identificamos. Ejecutamos
tareas que antes nos parecan imposibles: serruchar, clavar, soldar, treparnos a
altsimas escaleras, cargar pesos inimaginables.357
Algunas
de
las
integrantes
coinciden
con
la
metodologa
230
se
El
358
Quizs el rasgo ms evidente sea el de ser una muestra que pone en prctica la colaboracin.
As expresa Susana Carro Fernndez al hablar del arte feminista norteamericano de los 70: ()
las artistas pasan a la accin reivindicando un nuevo modo de trabajo: el llamado arte de
colaboracin. La colaboracin artstica es otro reflejo inmediato de la influencia del feminismo sobre
el arte, pues se inspira en la nocin radical de sororidad o hermandad de las mujeres frente a una
experiencia comn de opresin. Ver: Susana Carro Fernndez, Mujeres de ojos rojos. Del arte
feminista al arte femenino, ob. cit., pp. 150-151. [cursiva en el original]
359
Seala Anglica Gorodischer: Eso tambin fue muy interesante. Todas tenamos intereses
distintos. Haba plsticas, historiadoras, escritoras, todas tenamos oficios distintos. Entrevista a
Anglica Gorodischer, 9/II/2009.
232
Centro Cultural como parte de la obra, etc.- que motivaban a que sea un hecho
inslito para la poca.
Por otro lado, el mismo movimiento de mujeres local tuvo una participacin
tibia dentro de la muestra. Algunas figuras dictaron talleres o dieron alguna charla
pero la muestra reflej la falta de consolidacin entre las artistas y los grupos
feministas. Esta situacin expone la carencia de vnculos entre las feministas y
aquellas artistas que, aunque sin militar dentro del movimiento, contaban con
inquietudes afines.
360
Ibd.
233
234
Captulo IV
235
Captulo IV
361
Los espacios domsticos: Del stano al desvn o El ama de casa y la locura (cat. expo.), Buenos
Aires, Centro Cultural General San Martn, 1987.
362
Beatriz Aragor (sin datos biogrficos), Historiadora del Arte y compositora. Fue fundadora del
cuarteto de msica folclrica Cabrakn, instrumentista y arregladora.
236
El trabajo se basa en dos obras, una del campo de la filosofa y otra del de la
poesa: La potica del espacio de Gastn Bachelard363 y El ama de casa y la
locura, de la poeta Hebe Solves364, presentada en Mitominas I. Por otro lado, el
equipo de artistas propone la integracin de las artes ya que la gigantesca
instalacin que constituye la exposicin asiste de escenografa a la obra del
dramaturgo Emeterio Cerro,365 Doa oqua, llevada a cabo por su compaa de
teatro La Barrosa366. La msica tambin tiene un lugar central, cada habitacin de
la instalacin goza de una meloda propia. Dice Altschul: Somos las mujeres
quienes hicimos esa ambientacin y sentimos mucho placer en hacerla. En hacer
cada uno de los ambientes, de los objetos, la msica que acompaaba. 367
363
Gastn Bachelard (Champagne 1884-Pars 1962), cientfico, filsofo y terico literario francs. G.
Bachelard: La potica del espacio, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2009, 10 ed.[1 ed. 1965
en espaol]
364
Hebe Solves (Buenos Aires 1935-2009), poeta y escritora argentina. H. Solves: El ama de casa
y la locura en Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat. expo.), Centro Cultural Ciudad de
Buenos Aires, Buenos Aires, ediciones del Autor, 1986.
365
Emeterio Cerro (Balcarce, Provincia de Buenos Aires 1952- Buenos Aires 1996), poeta y
dramaturgo. Reside en Pars desde 1986. Conforma la compaa de teatro La Barrosa en 1983, con
la que actuar hasta principio de los aos 90. Ver: Viviana Usubiaga; Ana Longoni: Arte y literatura
en la Argentina del Siglo XX, Buenos Aires, Fundacin Espigas, 2006, p.46 y ss.
366
La compaa de teatro La Barrosa, dirigida por Emeterio Cerro, estaba integrada en el momento
de El ama de casa y la locura por: Roberto Di, Damin Dreizik, Cecilia Echegaray, Anbal Mediano y
Beby Pereyra Gez.
367
Entrevista a Monique Altschul, 22/I/2009.
237
en lo dramtico
Doa oqua incospicente iridiada india andada cospicua pica aguita te
ponga por mano iris de hada dadante capa nalga tracia casi asia Doa
oqua santa sepulcra hacedora de pises isis tsicos india acalambrada
balando arada de ojos moros es madre es madre acolonada y madrando
taras diga:
Faunillos mos el piojo hermano de la
cucarraja es no promulguis sarna ajena
cuando os aja el trasero id, de bolsitas
en las aguas hirviendo
Doa oqua ya os mira
as
238
AQU
Emeterio Cerro
Doa oqua
en lo potico
Moraleja del ama de casa
Yo soy la locura y la cobarda. Soy la madre y la perdida. La que muri una
vez y vive del olvido. La asesina del padre y del marido. La bailarina de la
sangre. La que limpia. La curandera que enferma. La que escucha por
primera vez hablar y no entiende las palabras; la que escribe, la hija de la
belleza o la que naci por arte de magia, la vecina de la noche que habla en
el cuarto de arriba de la noche, la que busca el ojo perdido en la mirada de
dios y se hace cenizas
Hebe Solves
El ama de casa y la locura368
368
Los espacios domsticos: Del stano al desvn o El ama de casa y la locura (folleto), Buenos
Aires, Centro Cultural General San Martn, 1987.
239
Hebe Solves: El ama de casa y la locura en Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat.
exp.), ob. cit. p.36.
370
La poesa es mi tierra. Entrevista a la poeta Hebe Solves, en Pgina 12, 12 de noviembre de
2007, disponible en http://www. noveduc.com/entrevistas/solveshebe.htm [ltima consulta, diciembre
de 2010]
240
el modo en que el
lenguaje y los fenmenos externos interactan para crear nuestra realidad. En esta
construccin de lo real, la imaginacin cobra un papel determinante en el desarrollo
del conocimiento y en el combate que establece sobre nuestros supuestos saberes.
Es as como, para Bachelard, llegamos a nuevos modelos de pensamiento yendo a
contrapelo de nuestro conocimiento, y eso slo puede lograrse gracias al ejercicio
de nuestra imaginacin en la experiencia vivida. En La potica del espacio cita una
carta de Rilke en la que seala: Las obras de arte nacen siempre de quien ha
afrontado el peligro, de quien ha ido hasta el extremo de una experiencia, hasta el
punto de que ningn ser humano puede rebasar. Cuanto ms se ve, ms propia,
ms personal, ms nica se hace una vida.373 La imaginacin, necesidad vital del
ser humano, es la esencia del proceso creativo. ste ltimo refleja la relacin
fenomenolgica entre los seres humanos con el mundo, entre la experiencia vivida
y la creada gracias a la mediacin de la imaginacin.
El conjunto crece a travs de los tres pisos de la galera del Centro Cultural
San Martn. El/la espectador/a ingresa por el stano realizado por Beba
Braunstein-,
371
241
perturba y andan a sus anchas en la oscuridad374, seala Anna Lisa Marjak. Este
espacio debe ser atravesado para poder subir una escalera y llegar al bao
creacin de Monique Altschul-, sitio blanco reluciente en donde el pblico puede
escribir un mensaje ya que es el lugar del pensamiento.
La obstinacin por la limpieza -de toda ama de casa que se precie de serloaparece representada en un toillet limpio, casi transparente, en donde cuelgan
inodoros, peines, lavabos, paales y toallas descartables, tampones, apsitos,
trozos de algodn, todo en un impecable blanco lo que lleva a Doa oqua a pedir
a los/as espectadores/as que no le usen el bao. En relacin a la obsesin por la
limpieza sostiene Leonor Calvera: Como ha sealado Simone de Beauvoir, la
actitud del ama de casa respecto a la conservacin del aseo es maniquesta. La
suciedad, el desorden son el mal, cuyo retroceso deja resplandecer el bien. Nunca
se puede conseguir esto, vale decir, el orden y la limpieza de manera positiva sino
mediante la derrota del enemigo. El mal acecha en todas partes: en el polvo que
desciende con el rayo de sol, en la suela de unos zapatos caminadores, en la mano
del pequeo sucia de dulce que se tiende hacia una pared impoluta en busca de
equilibrio, el sweater abandonado al pasar en una silla. Su ideal de existencia es la
correccin del mineral, que nada descompone.375 Podemos encontrar que la
limpieza es vista por Emeterio Cerro en el sentido que seala Calvera, como el
signo fundamental que marca la eficiencia del trabajo domstico, por tanto, la razn
de ser del ama de casa.
374
375
242
98. Personajes de la compaa de teatro La Barrosa en el bao del Ama de casa y la locura, 1987
En el primer piso nos encontramos con el comedor llevado a cabo por Tona
Wilson-, lugar en donde se representa una de las obsesiones ms fuertes del ama
de casa: la comida. Salamines, cebollas, ristras de ajo, cucharones y cucharas
cuelgan de una soga que rodea al ncleo central de la mesa familiar, alimentos y
utensilios que hablan de la funcin nutricia de la madre, ella es la que planifica la
comida diaria, la que cocina y abastece a los hijos desde su nacimiento. La mesa
tiene como centro un rozagante lechn de raso rosa presidiendo la ceremonia del
banquete -realizado por Marcela Altschul-, rodeado de platos que contienen cortes
243
de carne. En torno a ella se da cita la familia: padres, beb y abuelo. Una familia
aburrida pero bien alimentada ()376.Por otro lado, es el comedor el espacio en
donde se discuten los conflictos cotidianos, es por ello que las figuras exhiben
rostros tensos, el beb busca escapar de su sillita, el abuelo reconcentrado tiene el
mismo tamao que los nios, mientras que los padres son desmedidamente
grandes, quizs vinculando sus tamaos con la autoridad. En este espacio ata
Chola -una de las hijas de oqua- deleitar -durante los fines de semana- a los/as
espectadores/as con canto flamenco y recitado de delirantes poemas.
99. Dos vistas del Comedor del Ama de casa y la locura con los personajes creados por Altschul y
equipo, 1987
100. Comedor del Ama de casa y la locura con la compaa de teatro La Barrosa en accin, 1987
244
telas rojas sangre que caen desde la pared en donde se apoya la cama hacia los
respaldos de la misma. stos lienzos estn decorados en su centro con un enorme
corazn formado con bustos femeninos que se emplean en casa de venta de ropa
interior para exhibir sujetadores, creando una atmsfera entre kitsch y anticuada en
la habitacin. Desde el techo penden diferentes anticonceptivos, profilcticos,
Dispositivos Intrauterinos, etc., en medio de golondrinas negras que pueblan la
zona. Todo el espacio y los objetos estn teidos de un rojo profundo. Sin
embargo, el smbolo sentimental de la golondrina es acompaado por el color
negro que refiere a la idea de angustia y muerte. La cama no slo es el espacio de
las pasiones y de los encuentros sino tambin de las despedidas y la muerte. El
espacio tiende a la asfixia, poblado por los fantasmas ms recurrentes del ama de
casa: la maternidad y las demandas sexuales.
101. Monique Altschul (primera fila de blanco) y equipo preparando el dormitorio del Ama de casa y
la locura, 1987
245
Finalmente el desvn del tercer piso creacin de Anna Lisa Marjak- cierra el
recorrido con la misma oscuridad con que se haba iniciado. Esta vez son las telas
de araas y los murcilagos junto a los muebles de antao, los que aslan y ocultan
zonas secretas del ama de casa a la vez que rememoran pocas pasadas.377
Seala su creadora: () las telas de araa, que apenas dejan entrever aquellos
viejos muebles que han quedado apilados, como recuerdos, como tesoros. 378 All
se sita la hija loca de la vivienda representada por una mueca de papel machaquella subnormal que toda familia bien379 oculta en el desvn. En este lugar se
puede leer la Moraleja del ama de casa de Hebe Solves, quien poticamente pone
de relieve las contradicciones y paradojas de este personaje. Yo eleg la hoguera
naturalmente, y he volado. Sent que los brazos de los otros eran llamas y que yo
suba y me mecan en el aire caliente. Despus de lavar las tazas del caf de la
tarde en adelante, comenc a volar y en el cielo me encontr con el dios y con la
maga.380
377
Un recorrido completo de la muestra y la crtica a la obra de teatro que presenta Emeterio Cerro
se encuentra en Sibila Camps: Loqusimas amas de casa, Clarn, Buenos Aires, domingo 27 de
setiembre de 1987, p. 25.
378
De casas, mujeres y locura, La Nacin, ob. cit., p.15.
379
En referencia irnica hacia la alta burguesa y/o aristocracia local.
380
Hebe Solves: El ama de casa y la locura en Mitominas I. Un paseo a travs de los mitos (cat.
exp.), ob. cit. p.35.
246
Sin embargo, durante los fines de semana, la loca del desvn cobra vida en la
escenificacin dramtica. Este personaje, que baila el folklore como la reina de
Humahuaca, deja entrever entre gritos y palabras delirantes, un abuso sexual
realizado por su padre. La madre quiere ignorar lo que ocasion la locura en su
hija, niega el acto del padre que la loca grita.
381
382
247
msica para cada uno de los espacios, pero al mismo tiempo cuando uno ascenda
y llegaba al desvn os todas las msicas entremezcladas. La obra fue pensada
como un conjunto de msicas individuales y como estuche de sonidos.383
Ante la pregunta sobre qu significa ser ama de casa para Altschul, ella
responde: Yo formo parte de la generacin que lo que quera era salir de ah
porque es un trabajo repetitivo no remunerado, al no ser remunerado se invisibiliza
totalmente. Pero adems porque la mujer queda recluida, es una prisionera del
espacio. Una mujer de la clase media que no trabajaba en los aos 50, 60 poda
salir a la peluquera o para hacerse una escapada pero tena que volver a estar en
la casa. La mujer sigue a cargo de la casa, a cargo de los hijos y de los viejos de la
familia. Cuando se van los hijos se deprime, le da el sndrome del nido vaco. En
cambio cuando uno tiene actividades a fuera uno puede rescatar dentro de la casa
espacios propios y a partir de ah puede recuperar otras perspectivas. 384Con cierta
crueldad y en relacin a la falta de posibilidades, Calvera compara a la madre-ama
de casa con las madres calamar: El marido, que se forj una profesin, que ha
procurado conseguir mejores puestos en su trabajo, descansa en el apogeo de sus
lauros. La madre que se olvid de s misma en el sacrificio del matrimonio, recoge
lo sembrado: la vida independiente de los hijos, el afecto aptico de un marido para
quien nunca fue centro. Su perspectiva recuerda la de esas madres calamar
383
384
248
Drescher, a la que slo les resta extinguirse tras la puesta de huevos y los
cuarenta y dos das que tardan en salir de ellos los calamarcitos:385
385
249
250
se le ha dado al patrn domstico, aunque cabe indicar tambin que estos trabajos
integraron los aos de baja repercusin de sus exhibiciones en el ambiente artstico
neoyorquino.390
en
las
historias
de
trabajadoras,
militantes,
intelectuales,
Juan Vicente Aliaga indica: Las primeras exposiciones de Bourgeois no obtuvieron demasiado
eco en el mundo artstico. Hasta 1982, con una enorme trayectoria tras de s, no se produce un
lanzamiento a la altura de sus hallazgos. Ver Juan Vicente Aliaga: Arte y cuestiones de gnero.
Una travesa del siglo XX, ob. cit., p. 51.
391
Ins Prez: El trabajo domstico y la mecanizacin del hogar: Discursos, experiencias,
representaciones. Mar del Plata en los aos sesenta en Isabella Cosse; Karina Felitti y Valeria
Manzano (editoras): Los 60 de otra manera. Vida cotidiana, gnero y sexualidades en la Argentina,
Buenos Aires, Prometeo, 2010, p. 171 [cursiva en el original]
251
Occidente lleva siglos- las labores domsticas no slo han sido poco estudiadas
sino que frecuentemente, cuando se refiere al siglo XX, se reproducen ideas que
parten ms del sentido comn que de la realidad. Este es el caso de los
electrodomsticos y su impacto sobre la vida de las amas de casa.
Joann Vanek: Time Spent in Housework, Journal of Home Economics, vol. 68, January, 1976,
p.30.
393
Leonor Calvera: El gnero mujer, ob. cit., p. 227.
252
Para poder llevar a destino este hacer ms y mejor, las mujeres se valdrn
de la asistencia de otras mujeres y no tanto de los electrodomsticos que no
posibilitaban el cuidado humano que necesitaban ciertas actividades. As Calvera
indica: En tanto persiste la divisin biolgica del trabajo, la madre de familia
sobrecargada de trabajo apela, cuando los recursos monetarios lo permiten, al
servicio domstico. Que generalmente es otra mujer. Entre ambas se entabla una
curiosa relacin que sigue un esquema global de dominacin-sometimiento. Nunca
los trabajos que la empleada realice le parecern al ama de casa demasiado bien
hechos.397Aqu se evidencia uno de los conflictos que an no ha encontrado
solucin para las feministas, la libertad de algunas mujeres se lleva sobre la
esclavitud de otras, siendo an difcil de concretar el reparto igualitario de las
tareas domsticas para ambos sexos.
El supuesto tiempo libre que le quede al ama de casa entre tarea y tarea,
incrementado ahora por los electrodomsticos, cuanto menos es absurdo. Un ser
394
253
398
La frase seora gorda fue creada por el popular historietista Landr (Juan Carlos Colombres,
nacido en Buenos Aires en 1923) inspirado en su ta Cora, seora gorda que opinaba de cualquier
cosa en forma siempre desubicada. Landr fue el creador del suplemento semanal Ta Vicenta del
diario El Mundo, el cual se public desde 1957 hasta su clausura, por el presidente Juan Carlos
Ongana, en abril de 1969.
254
Aunque el menosprecio a las amas de casa es patente para los aos 60, a
mediados de la dcada siguiente y al calor del golpe de estado del 24 de marzo de
1976, se vivencia un fortalecimiento de la vuelta al hogar de la mujer y por ende al
rol domstico. As sealaba una encuesta realizada en 1981 por IPSA (The
International Political Science Association) sobre 936 encuestados, mayores de 16
aos, residentes en Buenos Aires:
Un
retorno
roles
estereotipados:
estos
roles
son
El argentino de 1963: Un ser que se debate entre polos contradictorio en Primera Plana, 11 de
junio de 1963, p.28. [cursiva en el original]
255
400
256
Vale decir que el sndrome descripto ya era acreditado con nombre propio,
ante lo cual se busca una solucin que viene del lado de la medicacin, ms no del
cambio de vida de estas enfermas a quienes les corresponde naturalmente
ejercer el rol domstico.
401
257
Este quiebre generacional entre madres amas de casa e hijas que escapan
de ese modelo, tambin fue sealado por la misma Friedan: En mi generacin,
muchas de nosotras sabamos que no queramos ser como nuestras madres, an
cuando las adorbamos. Su desilusin era demasiado evidente para que no nos
402
Betty Friedan: La mstica de la feminidad, Gijn, Jcar, 1974; Kate Millett: Poltica sexual,
Mxico, Aguilar, 1975; Shulamith Firestone: The Dialectic of Sex, New York, Harpers, 1970.
403
As sealaba Marcela Nari: El doloroso sentimiento de ser ignoradas por las nuevas mujeres
que entraron al feminismo en los 80 (muchas de ellas esclarecidas durante el exilio) se mezcla
con una problemtica ms estructural de las mujeres, como grupo oprimido: todos los das
comenzamos nuestra historia. Las mujeres no tenemos pasado, no nos sentimos parte de una
cadena. Vivimos descubriendo la plvora. Otras en cambio, independientemente de que hoy
mantengan o no una militancia pblica dentro del movimiento, ven al feminismo de los 70 como el
substratum sobre el cual se edific el de los 80. Lo nuestro fue pequeo, minoritario, pero
dejamos semilla. Todo sirvi, todo fue valioso. Marcela Nari: Abrir los ojos, abrir la cabeza: el
feminismo en la Argentina de los aos 70 en Feminaria, Ao XI, n18/19, p. 20.
404
Comunicacin telefnica con Monique Altschul, 22/VII/2010.
258
Sin embargo, Kate Millet no deja de sealar que lo privado es poltico, hecho
que Altschul marca como una puerta a la accin. Es as como esta nocin resultar
central a la hora de vincular a las feministas del Ama de casa y la locura con el
campo artstico, ya que la obra deviene -desde el humor y la irona- en denuncia de
la situacin domstica de la mujer; as explica Millet en Poltica Sexual: En este
ensayo no entenderemos por poltica el limitado mundo de las reuniones, los
presidentes y los partidos, sino, por el contrario, el conjunto de relaciones y
405
259
407
408
260
La instalacin refleja en sus silencios como cobran vida los personajes con
los que convive diariamente la reina del hogar. Es en la soledad en donde el/la
espectador/a puede personificar al ama de casa que en su desamparo, recorre la
vivienda. En relacin a ello Altschul aclara que () la locura entendida no como
409
410
Ibd.
Ibd.
261
411
262
415
Los espacios domsticos: Del stano al desvn o El ama de casa y la locura (cat. expo.), Buenos
Aires, Centro Cultural General San Martn, 1987 [videocinta]
263
416
417
264
110. Doa oqua (izq.) y ta Pina (der.) en el bao del Ama de casa y la locura, 1987
Todas las tardes un grupo de actores cuentan a gritos los padecimientos del ama de casa en
Libre, septiembre de 1987, s.p.
419
Entrevista a Monique Altschul, 22/I/2009.
265
II. La cuestin del ama de casa en los fotomontajes para la revista Idilio de
Grete Stern. Cruces con El ama de casa y la locura
266
Dicha
267
Fue esta nueva mujer la que intent ser domesticada en estos aos. Una vez
casada, la esposa feliz en la casita familiar y la madre higinica.423
El auge del mercado de revistas, este ltimo en escala ascendente desde los
aos 50 como ya indicramos en el Captulo I- unido a los discursos de las
marcadas instituciones, ayudaron a difundir y sedimentar un ideal domstico en
donde los roles estaban claramente delimitados: la familia nuclear constaba de un
padre activo y proveedor y una madre pasiva que velaba por la crianza y educacin
de sus hijos. La permisividad en la ruptura de estos mandatos sociales slo se le
estaba permitida al varn, siempre y cuando no afectara al orden familiar. As
seala Isabella Cosse: Ello significaba la normalizacin de la contradiccin entre la
moral pblica y los actos privados. En el Ro de la Plata la duplicidad de la moral
sexual, amplificada con la inmigracin espaola e italiana, oper sobre una
sociedad cimentada en su condicin de frontera, con una diversidad de formas
familiares, alta movilidad de poblacin y de tasas de masculinidad, y escasa
presencia de la iglesia catlica hasta el siglo XX, comparada con otros contextos
latinoamericano. En el Buenos Aires de mediados del siglo XX, la connotacin
pecaminosa atribuida a la sexualidad encontraba su correlato en la colisin entre
mandatos que glorificaban la satisfaccin del deseo sexual de los varones y su
represin en las mujeres.424
423
424
268
425
Hugo Vezzetti, Las promesas del psicoanlisis en la cultura de masas en Fernando Devoto;
Marta Madero: Historia de la vida privada en Argentina, t.3, Buenos Aires, Taurus, 1999, p. 175.
269
fueron
Ibd. p. 186-187.
Isabella Cosse: Pareja, sexualidad y familia en los aos sesenta, ob. cit., p. 207.
428
La revista Idilio se extender desde el 26 de octubre de 1948 al 24 de julio de 1951.
427
270
Gino Germani (Roma 1911- Npoles 1979) Socilogo italiano que se estableci en Argentina en
1934, fundador de las carreras de sociologa y psicologa en la Universidad de Buenos Aires.
Enrique Butelman (Buenos Aires 1917-1990) Filsofo y psiclogo, destacado docente universitario
que crear en 1945, junto a Jaime Bernstein, la Editorial Paids.
271
272
Grete Stern: Apuntes sobre fotomontaje en Sueos. Fotomontajes de Grete Stern. Serie
completa. Edicin de la obra impresa en la revista Idilio (1948-1951)(cat. expo.), Buenos Aires,
Centro Cultural Recoleta y Fundacin Ceppa, 2004, p.31.
431
Sobre el fotomontaje dadasta seala Brandon Taylor:Cuando los dadastas aplicaron las tijeras
al material fotogrfico durante la Primera guerra Mundial, sabemos cunto disfrutaron con el frisson
o escalofro; con el absurdo que creaba y supona reemplazar partes del cuerpo humano con
maquinarias (Hausmann) o manipular maliciosamente la escala relativa de personas y cosas
(Hch). Ver: Brandon Taylor Al filo de la creacin en Cortar y Pegar/Cut &Paste. Exit n35,
Agosto-Octubre de 2009, p. 16. [cursiva en el original]
273
en vano trabaj para una editorial. As, ms all de las coerciones y sinsabores de
las relaciones ntimas, Hch adopta la parodia como tctica creativa a la hora de
abordar la imagen de la nueva mujer (Neue Frau) en Alemania, confeccionada
como mercanca despolitizada por los medios de comunicacin, la publicidad y el
cine, en los aos veinte.432
Juan Vicente Aliaga: Orden flico. Androcentrismo y violencia de gnero en las prcticas
artsticas del Siglo XX, Madrid, Akal, 2007, p. 73.
274
trabajos,
en
numerosas
ocasiones,
exteriorizan
conflictos
que
las
interpretaciones de Gino Germani callan. Como seala Pramo: En todos los casos
Grete trabajaba sobre la convencin de que una mujer haba soado lo que se
mostraba en el fotomontaje. Una vez editada, la imagen le serva a Germani para
generalizar el problema reflejado en la ilustracin aislamiento, angustia,
disconformidad, desorientacin- y comentarlo. As el fotomontaje serva como
ejemplo tpico bajo un ttulo que el mismo Germani le aplicaba- Sueos de
aislamiento, Sueos de angustia, Sueos de disconformidad, Sueos de
desorientacin- y que luego analizaba con esa perspectiva. () La lectura de
Germani es, habitualmente, unvoca y taxativa. () [ Hecho que] termina por
cerrarle el paso al efecto de la imagen de Grete, que en sus mejores momentos
nos habla con voz seca, breve y sarcstica, que no explica ni exhorta y es por
completa ajena a todo sentimentalismo, y que, sobre todo, pone el acento en una
crtica axiolgica y de costumbres.434
433
En comunicacin personal con su bigrafo, Luis Pramo, ste seala: () Lo que hubo, por
supuesto, fue una influencia evidente del espritu feminista [habla de las influencias de Stern sobre
su hija Silvia] implcito en la conducta de vida de Grete (en los aos veinte y treinta nadie hablaba
de feminismo, pero es evidente que Grete era una protofeminista hecha y derecha, aunque nunca
fue militante de nada. Comunicacin personal con Luis Pramo, 17/I/2011.
434
Luis Pramo: Notas sobre los Sueos de Grete Stern en Sueos. Fotomontajes de Grete Stern.
Serie completa. Edicin de la obra impresa en la revista Idilio (1948-1951), ob. cit., p. 20-21.
275
435
277
436
Al respecto seala Stern: Cuando el fotomontaje se destina a una publicacin debemos tomar la
precaucin de no utilizar caras o figuras sin su autorizacin. Cierta vez, un montaje para la Editorial
Abril, mostr la cara de una chica qe se observa la mano. Cada uno de sus dedos era reemplazados
por la figura de un hombre diferente. Para este trabajo utilic figuras de modelos de mi archivo, cuya
conformidad tena asegurada. Pero me faltaba la figura para el hombre del pulgar: deba ser bajo,
gordo, sin sombrero. Me acord de una fotografa de un grupo de obreros que haba tomado aos
atrs. All estaba el que cubra las caractersticas buscadas. Pegu su fotografa sobre el pulgar y
entregu el trabajo. Das despus de aparecer la revista, la editorial me inform que una seora
viuda, muy ofendida, se haba presentado preguntando dnde obtuvieron de su difunto esposo que
era la del pulgar- y quin haba autorizado su reproduccin, Expliqu los pormenores del caso a las
autoridades de Abril, y stas dieron mi nombre y nmero de telfono a la seora. Yo estaba
dispuesta a asumir las responsabilidades de una situacin un tanto imprevista, pero la seora nunca
se present. Ver: Grete Sern:Apuntes sobre fotomontaje, en Sueos. Fotomontajes de Grete
Stern. Serie completa. Edicin de la obra impresa en la revista Idilio (1948-1951), ob. cit. p. 31.
278
115. Detalle de Etelvina Alaniz en Sueos de contraste, Idilio n30, 14 de junio de 1949
Silvia Cppola (1935-2003), mdica anestesiloga, fue fundadora junto a Claudia Pascuale de la
agrupacin Elegir, cuya actividad se centr en el reclamo al derecho a decidir sobre el propio
cuerpo que deben tener las mujeres. Durante los primeros aos del retorno a la democracia y junto
a la feminista Safina Newbery Silvia expuso en los medios de comunicacin las actividades en
defensa de la mujer que desarrollaba Elegir. Ambas participaron en debates de TV donde tuvieron
que enfrentarse a las rgidas y descalificadoras posturas de religiosos catlicos. Ver: Anala
Bernardo: Grete Stern, Silvia Cppola y los Sueos de las Mujeres en Agenda de las Mujeres, s.f.,
<http//agendadelasmujeres.com.ar/paginas/stern.html> [ltima consulta: noviembre de 2009] Sobre
Silvia Cppola apunta Luis Pramo: Me consta que era una militante feminista. Ignoro en qu grupo
militaba, pero s que entre otras cosas activaba por la despenalizacin del aborto. Al respecto
recuerdo muy bien que se enojaba mucho cuando los antiabortistas acusaban a su movimiento de
fomentar el aborto: Nosotros no fomentamos el aborto, eso es un infundio. Luchamos por su
despenalizacin, por la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo!, deca. De cualquier modo
ste no era un tema que frecuentramos, excepto de un modo genrico y muy de tanto en tanto,
de manera que poco ms puedo decirte al respecto. Por otra parte desde que ella falleci, creo que
fue en el 2003, no volv a tener contacto con sus amigas, una o dos de las cuales eran compaeras
de militancia. Sobre el exilio de Silvia Cppola durante la ltima dictadura militar argentina, Pramo
agrega: Silvia se exili en Francia por razones polticas, y ms especficamente de seguridad. Ella
trabajaba profesionalmente en el Hospital Posadas, donde creo que militaba polticamente (esto
tampoco me consta porque por prudentes reflejos que venan de la poca de la dictadura militar,
tampoco lo conversbamos en detalle), y donde hubo varias desapariciones de mdicos conocidos
suyos. () Por la poca de los fotomontajes para Idilio Silvia era una adolescente, y no creo que
279
280
lleg ac, era como un bicho raro. Imagnate, vena de los crculos de Berln y
Londres donde las mujeres eran mucho ms libres, se vestan como queran. Mi
madre se instal en Ramos Meja439 en los 40 y caminaba por la calle tan tranquila
en pantalones. Mara Elena Walsh todava se acuerda del escndalo que
provocaba. Ella iba a veces con el pelo a la garon, tuvo pocas en que se pintaba
mucho y otras nada, casi siempre con el pucho440 en la boca. Un estilo
completamente fuera de los cnones aceptados en esa poca. () Pero mi mam
no se senta una transgresora, ella pensaba que tena derecho a hacer lo que se le
diera la real gana. No registraba toda la incomodidad o sorpresa que despertaban
sus actitudes441.
439
281
revelaciones. Mujeres luchando contra la domesticacin. En busca y perdidas, de ida y de vuelta, ancladas o
etreas. Representadas, muchas veces, en un doble rol, decorativo y funcional, de artefactos.
444
Socorro Estrada Grete Stern: cmo sacarles fotos a los sueos femeninos. Exponen un trabajo
con interpretaciones de experiencias onricas, en los aos 50, Clarn, 11 de enero de 2004, p. 32.
282
de una hermosa mujer, quien desde la tela tensada por un bastidor artstico mira al
espectador, con una desesperada ama de casa sin camino por delante y con un
pasado fuera de foco. La figura de la mujer real -no la representada- se vuelve
antropoide cuando el/la espectador/a baja la mirada y observa que en vez de pies
carga unas patas de elefante, las que dificultan su andar. En un escenario pleno
de soledad y desvirtuado por la falta de precisin de la imagen, la mujer no parece
tener escapatoria ms que la de enfrentarse a una realidad que la condena al
orden de lo domstico y la aleja de su sueo, quizs el de ser artista. El juego de
opuestos se acenta cuando observamos que el bastidor s se sostiene en dos
patas, acordes a su condicin de objeto. Mujer y bastidor, una por tener patas de
elefante, el otro por ser un objeto, permanecen anclados al piso que los sostiene.
118. Etelvina Alaniz posando para Sueos de contraste, Idilio n30 del 14 de junio de 1949
445
Leyendas completas de los sueos en Sueos. Fotomontajes de Grete Stern. Serie completa.
Edicin de la obra impresa en la revista Idilio (1948-1951)(cat. expo.), ob. cit., p.122.
283
sueo seleccionado previamente, Stern elige tomar una posicin crtica ante la
condicin de la mujer del relato, visibiliza situaciones que Germani pasa por alto.
284
446
285
como el nico camino proyectado por otros para la vida de la futura adolescente.
Esta situacin es destacada por unas ramas que descansan sobre un palo, los que
a modo de indicadores de la senda, unen a la pareja con un esqueleto. El
fotomontaje se divide en dos zonas por medio de una lnea de horizonte que
subvierte el relato: en la parte superior, a modo de cielo, vemos el infierno de la
fmme-enfant; en la parte inferior, la tierra, vemos un jardn con una calzada que
mostrara una escapatoria, la cual se presenta de manera ambigua.
286
287
448
288
Leyendas completas de los sueos en Sueos. Fotomontajes de Grete Stern. Serie completa.
Edicin de la obra impresa en la revista Idilio (1948-1951)(cat. expo.), ob. cit., p.123.
289
Hebe Solves dice que el ama de casa es () la que muri una vez y vive
del olvido. La asesina del padre y del marido. La bailarina de la sangre. La que
limpia. La curandera que enferma. La que escucha por primera vez hablar y no
entiende las palabras ()454, aquel ser que se debate entre los lmites de las
emociones, entre la razn y la locura, el amor y el odio. Las experiencias
personales se entremezclan en la creacin de las artistas, tanto Stern como
Altschul y equipo desarrollan obras que tienen como componente a sus vivencias
de lo privado. Si para Altschul la locura tena que ver con un () lugar de no
escapatoria, donde la mujer es guardiana, cuidadora y ordenadora de un orden
452
290
455
456
291
III. Vnculos entre El ama de casa y la locura y las performances del grupo
mexicano Polvo de Gallina Negra.
292
hacia la
desacralizacin del objeto artstico y del artista y hacia los sistemas de distribucin
y comercializacin, incluidas galeras, concursos, subastas y apoyos oficiales."460
459
Csar Espinosa; Araceli Ziga: La Perra Brava. Arte, crisis y polticas culturales, Mxico,
UNAM/Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2002, p.
26.
460
Jorge Alberto Manrique: "Pintura joven en Mxico" en Imgenes y visiones. Arte mexicano, entre
la vanguardia y la actualidad, Santiago de Compostela, Centro Gallego de Arte Contemporneo,
1995, p.133.
293
Los agrupaciones de artistas que surgen en este momento, llamado por los
historiadores del arte mexicano la Generacin de los Grupos o Grupos de Trabajo
Colectivo, tienen como uno de sus principales objetivos ampliar el limitado circuito
oficial del arte mexicano buscando nuevos espacios para la produccin y exhibicin
de obras en paralelo a la urgencia de experimentar con nuevos lenguajes plsticos,
lo que inclua la investigacin en soportes con obras interactivas y efmeras. Entre
los colectivos ms importantes de la poca cabe mencionar al No- Grupo, Tepito
Arte Ac, Proyecto Pentgono, Suma, Taller de Arte e Ideologa, Peyote y la
Compaa, Taller de Investigacin Plstica y Germinal. De varios de ellos surgirn
artistas que se unirn a los movimientos feministas y que buscarn conformar
grupos especficos de trabajo artstico462.
461
Itzel Vargas: "Disertaciones sobre el sentido de la prctica escultrica. Del geometrismo a los
discursos actuales" en V.V. A.A.: Escultura Mexicana. De la Academia a la Instalacin, Mxico,
INBA, 2001, 2 edicin.
462
Dice la artista Magal Lara sobre la herencia de los grupos: Como todos los de nuestra
generacin, la experiencia de los grupos nos abri muchas perspectivas organizativas y tcnicas;
aparte de recuperar el discurso social dentro de la obra plstica y mirar, con nuevos ojos, al
Muralismo y a la Escuela Mexicana. Tres son para m los puntos bsicos que aprendimos: 1. La
posibilidad de organizar nuestras propias actividades; 2. La colaboracin, propiamente dicha, en
torno a un tema y para un cierto pblico; 3. La utilizacin de soportes nuevos, y el uso de la
experimentacin ms como un proceso de adecuacin que como un fin en s misma. Magal Lara:
Un comentario sobre el arte y las mujeres en Fem, vol. IX, n33, abril-mayo de 1984, p. 34.
294
El inters por ampliar el lenguaje del arte no fue en simultneo con la crtica
de arte. En consecuencia, tericos y crticos no supieron evaluar el alcance de
muchas acciones urbanas y performances ya que carecieron de parmetros de
anlisis. En el ao 2004, Issa Mara Bentez Dueas sealaba la ausencia an de
estudios que analicen la historia del arte contemporneo mexicano: Las
propuestas ms crticas y radicales generadas en la dcada de los setenta por los
Grupos de Trabajo Colectivo y por algunos artistas individuales apenas han
encontrado un lugar en la cronologa del arte en Mxico en el siglo XX. Esta
situacin no deja de ser paradjica si pensamos que precisamente las artes no
objetuales (conceptualismos, performance, happenings), en su condicin de
eventos o sucesos temporales, son las que ms se asemejan a la historia del arte
en general. Es decir, se trata de obras que dejan una estela de documentacin
primaria y secundaria que tendra que ser interpretada y reconstruida.463
Issa Mara Bentez Dueas: Hacia otra historia del arte en Mxico. Disolvencias (1960-2000),
Mxico, CONACULTA, 2004, p.14-15.
464
Olivier Debroise (ed.): La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en Mxico. 1968-1997,
Mxico, UNAM, 2007.
295
465
En relacin a la violencia y violacin en Mxico ver: Fem, vol. I, n4, julio-septiembre 1977.
Sobre esta y otras instituciones del movimiento de mujeres mexicano ver en Ana Victoria
Jimnez y Francisca Reyes: Sembradoras de futuros. Memoria de la Unin Nacional de Mujeres
Mexicanas, Mxico, Unin Nacional de Mujeres Mexicanas, 2000.
466
296
125. Cartel realizado por Leonora Carrington para una de las primeras marchas del feminismo
mexicano, la del 8 de marzo de 1972
La artista Mnica Mayer (1954), una de las voces ms fuertes del arte
feminista de Mxico, marca la falta de visibilidad que sufran por entonces las
mexicanas, tanto en su participacin poltica como desde el campo artstico: "(...)
habiendo cerrado San Carlos [Escuela Nacional de Artes Plsticas] como parte de
467
Para un desarrollo de los grupos feministas mexicanos de la dcada del setenta ver: Grupos
feministas en Mxico, Fem, vol.. II, n5, octubre-diciembre, 1977, pp. 27-30.
297
468
Mnica Mayer: "De la vida y el arte como feminista" en N.Paradoxa: Issue N8, noviembre 1998,
s/p.
469
Carlos Arias, Maris Bustamante, Mnica Castillo, Lourdes Grobet, Magal Lara, Mnica Mayer,
Lorena Wolffer: "Arte feminista?" en Debate feminista, ao 12, vol. 23, Abril, 2001, p. 278.
470
Un anlisis exhaustivo a esta exposicin se puede encontrar en el captulo III de la tesis indita
de: Anvy Guzmn: Entre amor y color. Mujeres en la plstica Mexicana. Tesis de Maestra en
Estudios de la Mujer de la Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, Mxico,
mimeo, 2005, p. 65-85.
298
exposicin de mujeres artistas ni se les ocurri que era incongruente plantear una
exposicin en la que la mujer segua siendo principalmente musa, por no decir
objeto.471
curada
por
Alade Foppa, Sylvia Pandolfi y Raquel Tibol, el evento fue en paralelo al Primer
Simposio Mexicano Centroamericano de Investigacin de la Mujer. Ese mismo ao
se realiza Collage ntimo en la Casa del Lago, Mxico D.F., en la que participaron
Mnica Mayer, Rosalba Huerta y Lucila Santiago. Al ao siguiente se organiza la
Muestra Colectiva Feminista473, en la Galera Contraste del D.F. y la exposicin Lo
Normal en la Casa de la Juventud de la Colonia Guadalupe Tepeyac. En esta
ltima reuni obra de fuerte contenido feminista en relacin al rol social de la mujer,
"(...) aunque las artistas no necesariamente militaban. La lucha por definir lo que
podra ser un arte feminista se haca por todos lados, seala Mayer474.
471
299
300
475
477
En relacin a la carrera individual de Mnica Mayer ver: Lorena Zamora Betancourt: El imaginario
femenino en el arte: Mnica Mayer, Rowena Morales y Carla Rippey, Mxico, INBA/Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, 2007.
476
Sobre la influencia de sus maestras sobre el trabajo de Mnica Mayer ver la tesis de maestra
presentada en el Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Facultad de Filosofa y
Humanidades, Universidad de Chile: Julia Antivilo Pea: Entre lo sagrado y lo profano se tejen
rebeldas. Arte feminista latinoamericano. Mxico 1970-1980, Santiago de Chile, mimeo, 2006.
477
El interior del trptico indica: En los ltimos aos, por todas partes, ha emergido la energa
creativa de las mujeres, no como artista aislada, sino realizando su trabajo en grupos o colectivos,
en todos los terrenos. Las alternativas actuales son muchas y se estn creando nuevas. Se
llamaba a () discutir la importancia de recuperar la historia () Hacer intercambio de
experiencias y conocimientos como artistas y feministas. Saber que formas de arte feminista existen
que funcionen como instrumentos polticos. Descubrir a partir del planteamiento feminista lo
personal es poltico que queremos decir con ello al hacer arte, de qu manera nuestros
301
302
129. Revista Fem n 33, abril-mayo de 1984. Nmero dedicado a las artes plsticas con portada de
Magal Lara
482
482
Mnica Mayer comenta que fue tan grande el inters por el arte feminista en los ochenta que le
encargaron coordinar un nmero de la revista Fem, dicado en su totalidad al tema de las artes
plsticas. Ver, Fem, vol. IX, n33, abril-mayo, 1984.
483483
Mnica Mayer: Rosa chillante, ob. cit., 35.
484
La irona contenida en su nombre surgi de la idea de conjurar, por medio de una receta
mgica, los efectos negativos productos de su atrevimiento a impugnar y desafiar con su oferta
artstica, los valores patriarcales.() Existe la creencia popular en Mxico acerca de una
enfermedad de origen mgico llamada mal de ojo, que se cura mediante la receta de polvo de
gallina negra.() Porque ya nacer mujer, es difcil, en cualquier cultura y en esta ms, querer ser
artista mujer, bueno! hasta para un hombre es difcil ser artista fregn no! Entonces, ahora
imagnate, ser mujer, y si a eso le metes, a ese coctelito le metemos la variante de feminista, ya
nada te va a salvar. Conversacin entre Maris Bustamante y Araceli Barbosa, en Araceli Barbosa:
Arte feminista en los ochenta en Mxico, ob. cit., p. 113.
485
Al respecto dice Mnica Mayer: Herminia nos abandon al poco tiempo por no compartir
nuestras ideas artsticas. Mnica Mayer: Rosa chillante, ob. cit., p. 38.
303
Grupos
de Arte
Feminista
Tlacuilas y
retrateras
Perodo de
trabajo
Integrantes
Obras
1983-1984
Pancartas para la
manifestacin contra la
violacin, D.F.486, 7 de
octubre de 1983.
Participacin en Las
mujeres artistas o se
solicita esposa,
Biblioteca Nacional,
1984. La fiesta de
quince, Academia de
San Carlos, agosto de
1984.
Polvo de
Gallina Negra
1983-1993
Ana Victoria
Jimnez,
Patricia Torres,
Nicola Coleby,
Elizabeth
Valenzuela,
Lorena Loaiza,
Ruth Albores,
Karen Cordero,
Marcela
Ramrez, Isabel
Restrepo y
Consuelo
Almeda
Maris
Bustamante,
Mnica Mayer y
Herminia Dosal
(esta abandona
el grupo al ao,
por lo que
Polvo estar
formado por la
486
304
El respeto al cuerpo
ajeno es la paz,
manifestacin contra la
violacin, D.F., 7 de
octubre de 1983. Las
mujeres artistas o se
solicita esposa, agosto
de 1984, Biblioteca
Nacional. Las ilusiones y
Bio-Arte
1983-1984
dupla
BustamanteMayer)
las perversiones,
Primera, Segunda y
Tercera Receta de Polvo
de Gallina Negra, La
fiesta de quince aos,
Academia de San
Carlos, agosto de 1984.
Mujeres artistas/artistas
mujeres, Museo de
Bellas Artes de Toluca,
1984. Madres!, 19871988. Tres madres para
un desmadre, 1988.
Pancartas para la
manifestacin a favor de
la despenalizacin del
aborto, enero de 1991.
Nunik Sauret,
Roselle Faure,
Rose van
Lengen,
Guadalupe
Garca
305
130. Folleto de Polvo de Gallina Negra, 1984. Fotografa de Mnica Mayer y Maris Bustamante
Las mujeres artistas o se solicita esposa consisti en una gira en la que las
artistas impartieron treinta conferencias performticas en diversas instituciones
educativas del Estado de Mxico. El proyecto surge de una instalacin y una
performance que las artistas realizaron en agosto de 1984 en la Biblioteca de
Mxico, en donde reflexionaban sobre la doble jornada: el trabajo de las mujeres
dentro y fuera del hogar. Esta obra dio pie para que con el auspicio de la Direccin
General de Promocin Cultural de la Secretara de Educacin Pblica impartieran
eventos artstico-educativos, con el fin de desvelar la situacin de explotacin
laboral y trabajo invisible de la mujer. Mnica Mayer recuerda: Vestidas con
nuestras clsicas botas y mandiles sobre enormes pansas de unicel , hacamos un
recorrido por los temas del feminismo a travs de la obra de artistas como Lourdes
Grobet487, cuyas luchadoras nos permitan hablar de las mujeres golpeadas, o
Magal Lara, cuyos dibujos de la infancia nos permitan hablar de la educacin
sexista.488Las artistas buscan, a travs del arte y la educacin, poner en evidencia
la naturalizacin de la maternidad y el trabajo domstico de la mujer, la doble
487
Magal Lara (1956) artista cuya obra rene lo autobiogrfico con las problemticas de las
mujeres de su pas. Durante los aos '80 realiza trabajos desde la narrativa visual -movimiento pos
conceptual de fines de los '70 que emplea la imagen y la palabra-. Lourdes Grobet (1940) fotgrafa.
Durante aos la artista se document sobre la lucha libre femenina, actividad que practican algunas
mujeres de la clase popular quienes manejan un valor del cuerpo muy diferente a las mujeres de
clase media.
488
Araceli Barbosa: Arte feminista en los ochenta en Mxico, ob. cit., p. 117-118.
306
Las artistas le dieron ese nombre por presentar como caractersticas: su integracin a una
propuesta poltica, su empeo en borrar los lmites entre lo que se considera o no arte, y por ltimo,
el hecho de que se efectu a lo largo de varios meses. Ibd., p. 119.
490
Las performances se organizaron en cuatro etapas: Madres I se realiz en la Escuela Nacional
de Pintura y Escultura La Esmeralda (INBA-SEP), Madres II se llam Madres por un da y se
present en el programa televisivo Nuevo Mundo de Guillermo Ochoa, Canal 2 de Televisa, Madres
III fue una conferencia-evento llevada a cabo en el Museo Carrillo Gil y, por ltimo, Madres IV: Me
fui a parir, gracias, se realiz en la Universidad Autnoma de Mxico.
307
132. Secuencia en la que Maris Bustamante corona a Guillermo Ochoa en el programa que
conduce, Nuestro Mundo, Canal 2 de Televisa, 1987
491
Frase dicha por Maris Bustamante en Madres por un da.Ver la accin Grupo Polvo de Gallina
Negra: Madre por un da, en Nuestro Mundo de Guillermo Ochoa, Canal 2 de Televisa, 28 de
agosto de 1987. [videocinta] Ver Anexo Documental.
308
Mnica Mayer realiz una mueca llamada Catalina Creel -por el personaje
de madre maligna de la telenovela Cuna de lobos- la misma simboliza el
estereotipo de la madre bruja y malvada, construido por el patriarcado. El
despliegue de acciones y objetos a travs de un espacio que puede ser tanto el
virtual la T.V.- como el real las instalaciones-, se conjugan para involucrar al/la
espectador/a, hacindolo un protagonista ms de la obra. Por otro lado, reina,
madre y sierva se unen en una imagen que evidencian los estereotipos de lo
femenino a travs de tres smbolos: la corona, la panza de embarazada y el
delantal de cocina (mandil en Mxico).
133. Secuencia en la que Bustamante y Mayer presentan a Catalina Creel a Guillermo Ochoa. En el
piso se puede observar la falsa panza con que haban embarazado al conductor. Nuestro Mundo,
Canal 2 de Televisa, 1987
492
309
134. Una de las cartas del proyecto Madres! El texto habla sobre cmo dentro de varios milenios
nuestras descendientes habrn acabado con el arquetipo de la madre, 1987
Roszika Parker; Griselda Pollock: Framing feminism: Art and the Womens Movement 1970-1985,
Londres-New York, Pandora, 1987, p. 93.
310
495
Araceli Barbosa: Arte feminista en los ochenta en Mxico. Una perspectiva de gnero, ob. cit., p.
121.
311
Simn Marchn Fiz: Del arte objetual al arte de concepto, ob. cit., p.250.
312
Existen varios puntos en comn entre las artistas feministas mexicanas y las
plsticas argentinas que hemos venido analizando tanto en el presente captulo
como en los anteriores. Lo primera es una falta de consolidacin entre los grupos
feministas y las artistas feministas. Quizs por falta de conocimiento sobre el arte
contemporneo con que contaban las feministas para poder interpretar las obras de
arte conceptualmente complejas en muchos casos-, en ambos pases
encontramos un divorcio entre las prcticas artsticas feministas y los movimientos
de mujeres497.
497
Al respecto Magal Lara seala: De hecho, yo creo que las artes plsticas nunca tuvieron un
buen vnculo con la parte feminista terica () yo me imagino que porque nunca hubo alguien que
escribiera sobre arte y que participara en esos lugares. En Araceli Barbosa: Arte feminista en los
ochenta en Mxico, ob. cit., p. 157.
498
Entrevista a Mnica Mayer, 20/VII/2009. Seala la artista que el nico nmero al que la invit a
participar Marta Lamas en Debate feminista -revista que dirige y que constituye una de las
publicaciones sobre feminismo ms importante del continente- es aquella en la que Lamas organiz
una mesa redonda con artistas de diversas generaciones para debatir sobre el arte feminista. Ver:
313
A ello hay que sumar que en los dos pases existi cierto desinters por
parte de la crtica de arte, quienes no pudieron evaluar el peso de las obras en los
tiempos en que se realizaban. Es as que, ya sea por el carcter disruptivo de las
mismas, lo que impidi interpretaciones certeras, o por la falta de conocimiento de
las discusiones que se estaban gestando en los movimientos de mujeres, la crtica
slo describi los trabajos, cuando no los analiz de forma equvoca.
Mnica
314
Por ltimo, la anti solemnidad y el humor con el que transmitieron las crticas
al patriarcado, hace que mexicanas y argentinas se distancien de las artistas
anglosajonas. El humor las conect con el pblico. La capacidad de rerse de ellas
mismas quit la carga angustiante de muchos de los temas que abordaban,
exhibiendo que no somos santas ni somos cosas pero tampoco tan peligrosas.503
502
En comunicacin personal Mnica Mayer expres su relacin con la bibliografa feminista y los
estudios de arte que se desarrollaron por entonces: En esa poca yo era una lectora voraz y
desordenada, por lo que las le a todas ellas [refiere a Firestone y Millett], pero tambin a Simone de
Beauvoir, Andrea Dworkin, Germaine Greer, Susan Griffin, Margaret Mitchel, Adrienne Rich,
Margaret Randall, etc. Tambin ya empezaba a haber publicaciones especializadas en arte, desde
el catlogo Women Artists 1550-1950 de Ann Sutherland Harris y Linda Nochlin, hasta By Her Own
Hands de Faith Wilding sobre el movimiento de arte feminista. Y, antes de ir a EU, lea todo tipo de
libros, desde Si me permiten hablar, de Domitila (testimonio de una mujer indgena) hasta la vida de
Benita Galeana, que fue una militante mexicana. Adems ya haba diversas publicaciones
feministas desde Cihuatl: voz de la coalicin de mujeres (en la que particip y que es de los
setentas) hasta FEM, que empez en 1976. Todo esto ha influenciado mi trabajo, aunque de una
manera vaga y contextual. Comunicacin personal con Mnica Mayer, 30/1/2011.
503
Jesusa Rodrguez (letra); Liliana Felipe (msica): No nos van a centavear en Tan Chidos.
Canciones para cabaret, Mxico, El Hbito, 2005. [CD] Jesusa Rodrguez, escritora mexicana, actriz
y directora de teatro; Liliana Felipe, compositora argentina.
315
316
asfixiada por la sacrificada vida hogarea es un eje que vincula al Ama de casa y la
locura de Altschul con la Womanhouse de Chicago, Schapiro y su grupo. Me
propongo en este apartado establecer vnculos entre ambas obras.
Ibd., p.247.
317
por
Susana
Carro
Fernndez
como
()
una
situacin
de
506
Susana Carro Fernndez: Mujeres de ojos rojos. Del arte feminista al arte femenino, ob. cit.,, p.
50. [cursiva en el original]
507
Betty Friedan: La mstica de la feminidad, ob. cit., p. 180.
508
Susana Carro Fernndez: Mujeres de ojos rojos. Del arte feminista al arte femenino, ob. cit., p.
68.
318
el amamantamiento y el
Estos debates tericos sern el mar de fondo de las obras planteadas por
las artistas feministas radicales estadounidenses. La agitacin de los aos sesenta
llevar al desarrollo de teoras y praxis revulsivas; el activismo ir de la mano del
espritu de sororidad hermandad- que no incurrir en clases sociales, ideologas
polticas ni diferencias tnicas, aunque s habr una fuerte presencia de mujeres de
la clase media blanca del pas510. Se generarn con las hermandades los primeros
grupos de concienciacin, los que llevarn a desvelar el componente poltico de lo
privado. Dicha situacin resumida en el slogan lo personal es poltico auspiciar
de fermento para la prctica artstica, ingresando en ella las problemticas del
mundo de la intimidad femenina.
319
conformar el Grupo de Mujeres Artistas Ad Hoc, del que formar parte la crtica de
arte Lucy Lippard y la artista de color Faith Riggold, entre otras. El activismo de las
plsticas pronto se volcar en pancartas creativas y proyectos colectivos que se
irn alimentando de las propias prcticas de concienciacin, enlazando
directamente la experiencia personal con la obra. La esfera de lo privado se
presentifica en el trabajo artstico el cual denuncia la situacin de la mujer con
objeto de visibilizar su estado y subvertir el sistema, deviene as la obra artstica en
poltica.
En el campo artstico sern aos los 70- en que se rescate del olvido
artistas histricas a la vez que se analicen si existe una arte femenino diferente al
practicado por varones, y de haberlo, cules son sus caractersticas. Por entonces
se bucear en la diferencia biolgica situando en ella la particularidad del arte
femenino, hecho que conduce a la iconologa vaginal y a una imaginera femenina,
enunciada por las artistas Judy Chicago (1939) y Miriam Schapiro (1923), a las que
luego respaldar al menos en un principio- la crtica de arte Lucy Lippard. Las
artistas mujeres de la generacin feminista se diferenciaron de las de los cincuenta
y los sesenta sobre todo por la deliberacin elemental sobre su arte dentro de la
socializacin de su experiencia como mujeres y como corolario de esta posicinen su aceptacin de la experiencia femenina como sino diferente de la masculina,
igualmente vlida512, sealan Norma Broude y Mary Garrard.
Norma Broude; Mary Garrand: Introduction: Feminism and Art in the Twentieth Century en
Norma Broude; Mary Garrand (ed.): The Power of Feminist Art. The American Movement of the
1970s, History and Impact, New York, Harry N. Abrams, Inc., Publishers, 1994, p. 21.
320
educativos harn que la artista comparta la direccin del programa con Miriam
Schapiro. A poco de crearse ste buscarn salir del predio universitario de Fresno
para trabajar con mayor libertad, as trasladan el programa al campus de CalArts, el
cual contaba con mayor infraestructura. En ese espacio, las artistas plantearn el
primer gran proyecto colectivo desarrollado en una casa abandonada de Los
ngeles, nos referimos a la Womanhouse. El mismo pone en prctica el campo
terico feminista: llevar a la obra y por tanto a la comunidad al orden pblico- las
experiencias personales y cotidianas de las mujeres el orden privado-.
La idea original de Paula Harper, historiadora del arte del programa de arte
feminista en CalArts, prende rpidamente. La casa que establecer el espacio
propio de las artistas les ser cedida temporalmente por el Ayuntamiento de Los
ngeles, ya que la misma estaba a punto de ser derribada. Se situar en una zona
excntrica, o sea, por fuera del circuito artstico y universitario de la ciudad. A las
artistas les llevar varias semanas restaurar el inmueble para poder trabajar en
ella, hecho que las enfrasc tanto en tareas consideradas masculinas pinturera,
fontanera, carpintera, electricidad- como femeninas rasqueteo y limpieza de
pisos, limpieza de las habitaciones y los baos, etc.- y en consecuencia, segn
Patricia Mayayo: subvirtiendo de esta forma el concepto tradicional de creacin
artstica.513
513
Patricia Mayayo: Historias de mujeres, historia del arte, ob. cit., p. 98.
321
cabello.514 La gigantesca instalacin en la poca ser llamada ambientacintom como inspiracin, segn Arlene Raven,el libro de Betty Friedan La mstica de
la feminidad como herramienta cuestionadora del ideal de domesticidad sufrido por
las norteamericanas. Pero para Laura Cottingham la instalacin se inspir en las
tericas Simone de Beauvoir, Kate Millett y Shulamith Firestone () como las
referentes de quienes las artistas feministas, lo mismo que sus hermanas
activistas, tomaron la teora.515
Lucy Lippard: Household Images in Art en Lucy Lippard: The Pink Glass Swan. Selected
Feminist Essays on Art, New York, The New Press, p. 64.
515
Laura Cottingham:The Feminist Continuum: Art after 1970 en Norma Broude; Mary Garrand
(ed.): The Power of Feminist Art. The American Movement of the 1970s, History and Impact, ob. cit.,
p. 276.
516
El comedor fue realizado por las artistas Beth Bachenheimer, Sherry Brody, Karen LeCoq, Robin
Mitchell, Miriam Schapiro, Faith Wilding. La cocina la desarrollarn las artistas Susan Frazier, Vicki
Hodgetts, Robin Weltsch.
517
Judy Chicago; Miriam Schapiro: Womanhouse, Valencia, California Institute of the Arts, 1972, cito
en Patricia Mayayo: Historias de mujeres, historia del arte, ob. cit., p. 99.
322
137. Beth Bachenheimer, Sherry Brody, Karen LeCoq, Robin Mitchell, Miriam Schapiro, Faith
Wilding, Comedor de Womanhouse, 1972
518
Arlen Raven: Womenhouse en Norma Broude; Mary Garrand (ed.): The Power of Feminist Art.
The American Movement of the 1970s, History and Impact, ob. cit., p. 57.
323
significa que no friegas los platos. T tienes un coo y un coo significa que t los
friegas519 responde el personaje masculino ante el pedido de ayuda con las
labores domsticas de su compaera. En Waiting la propia artista se balancea en
una silla mientras va recitando -de forma repetitiva, la cual cobra dramatismo a
medida que se va extendiendo la accin- situaciones de la existencia femenina
que traslucen una constante espera pasiva: Esperando a que mis pechos
crezca./Esperando
para
casarme./Esperando
llevar
en
brazos
mi
519
Arlen Raven: Womenhouse en Norma Broude; Mary Garrand (ed.): The Power of Feminist Art.
The American Movement of the 1970s, History and Impact, ob. cit., p. 58.
520
Ibd, p. 58
521
Ibd. p.51
325
522
327
328
Captulo V
329
Captulo V
I.
Puesto que en 1992 Mitominas III Cleras de Amrica, dur un da slo en Parque Lezama y
fueron acciones realizadas en conjunto con murgas.
524
Mitominas II. Los mitos de la sangre. Idea y direccin: Monique Altschul. Coordinadora de
mesas redondas y talleres: Hebe Molinuevo. Coordinadora de prensa: Daniela Gutirrez.
Coordinadora de espectculos: Anna Lisa Marjak. Coordinadora de cine y video: Mara Pousa.
Coordinadoras de literatura: Liliana Mizrahi, Alicia Paz y Marcela Sola. Diseo grfico: Beba
Braunstein. Los espacios plsticos que integraron la muestra los desarrollaron: Alejandra Miranda;
Ana Luisa Stok; Andrea Racciatti; Anna Lisa Marjak; Arturo Holzer; Beba Braunstein; Carina Rybak;
Carlota Petrolini; Carolina Antoniadis; Daniela Gutirrez; Diana Estrin; Diana Raznovich; Elba Soto;
Ernesto Levin; Florencia Braga Menndez; Gabriela Henke; Graciela Perosio; Helga Thomson; Ilse
Fuskov, Josefina Quesada; Julieta Hanono; Lila Weinschelbaum; Lili Mactas; Liliana Maresca;
Liliana Mizrahi; Luca de Jess; Malu Cantn; Marcela Altschul; Marcelo Pombo; Margit Ljosaa;
Mara Luisa Manassero; Mara Marta Pichel; Mara Pousa; Michel Froloff; Monique Altschul; Natalia
Hermida; Ofelia Fisman; Omar Chabn; Patricia Dunsmore; Pilar Larghi; Roberto Pane; Safina
Newbery; Silvia Berkoff; Susana Rodrguez; Viviana Lombardi. A estas/os heterogneas/os
integrantes hay que sumar el trabajo de las personas que desarrollaron las mesas redondas,
aquellas que realizaron talleres y las que organizaron los espectculos teatrales y las performances.
Finalmente no debemos olvidar los pases de video y cine que implicaron a otro tanto ms de
colaboradores, por ello sealo que alrededor de doscientas personas participaron de Mitominas II.
330
526
Ver: Celia Amors: 10 palabras claves sobre mujer, Navarra, Verbo Divino, 1995.
331
ONUSida recomendar a partir de 2001 referir con las siglas VIH al portador de la enfermedad y
slo Sida para quienes se encuentran en la etapa avanzada o final de la dolencia. Ver Terminologa
relacionada con el VIH en V.V. A.A.: VIH y Sida en las Amricas. Una experiencia multifactica,
OPS-ONUSida, 2001, p. 234.
332
528
Jorge Cueto: Historia del Sida en Patricia Prez, Javier Barberis (comp.): Sida: La sociedad bajo
la lupa. Manual del operador social en el impacto del Sida, Buenos Aires, Dunken, 2003, p. 42
333
529
Susan Sontag: La enfermedad y sus metforas y El sida y sus metforas, Madrid, Taurus1996,
p.112.
334
Podramos pensar que a lo largo del artculo, el cual se extenda por cinco
pginas exhibiendo casos dramticos de los Estados Unidos, se aludira a la
situacin local, pero no fue as. Ni un solo prrafo de la crnica menciona el estado
del pas en relacin al VIH, lo cual refuerza la falsa idea de que era una dolencia
extranjera que aquejaba a otras regiones del continente americano. Esto fue un
hecho bastante corriente en la prensa del perodo, por ello resulta de suma
importancia las mesas debates de Mitominas II, por las que se buscar poner al da
estas cuestiones a la vez que transmitir mecanismos de prevencin de la
enfermedad. En este contexto, el mismo subttulo de la exposicin Los mitos de la
sangre- ya plantea cierta inquietud en el espectador local.
530
Tengo Sida. Por favor abrzame. No puedo contagiarte en: Nios con Sida. La lucha
desesperada: superar los lmites de la ciencia y el muro de los prejuicios en La Nacin, 27 de
septiembre de 1987, pp. 6-7; 10-11 y 34. El ttulo slo hace mencin a la tapa de la revista del
suplemento dominical, no a los artculos de su interior.
335
531
Sibila Camps: Ellas... frente a sus mitos, Clarn, Buenos Aires, 17de noviembre de 1988, p. 3637; Los mitos de la mujer, El Cronista Comercial, Buenos Aires, 27 de octubre de 1988, p. 8; Nora
Iniesta: Womens myths seen by women, Buenos Aires Herald, Buenos Aires, noviembre de 1988;
s/p., Susana Villalba: Mujer se Escribe con Sangre, El Ciudadano, Buenos Aires, noviembre de
1988, s.p.; Lea Fletcher: Mitominas 2: los mitos de la sangre, Feminaria, Buenos Aires, noviembre
de 1988, s.p.; Adriana Bruno: Los mitos de la sangre. No ser negociada, El Periodista, Buenos
Aires, noviembre, 1988, s.p.; Escenografa para un mito, Buenos Aires, First, noviembre de 1988,
s.p. De todos los artculos mencionados slo el de Susana Villalba menciona: En cine se ofrecen
documentales sobre maternidad, locura y Sida (), en Susana Villalba: Mujer se Escribe con
Sangre, El Ciudadano, ob. cit., s.p.
532
Los mitos de la mujer, El Cronista Comercial, ob. cit., p. 8.
336
II.
S/T. est conformada por cinco fotografas que muestran una pareja de
lesbianas pintando su cuerpo con sangre menstrual, de las que ya me he referido
largamente en el captulo II.
337
El 6 de octubre pas por Lugar de Mujer para entregar un sobre. All Ilse me
anunci que quera mostrarme los contactos de las fotos que iba a exponer
en MITOMINAS. Como la programacin se haba cerrado en setiembre y
adems Ilse se haba retirado del proyecto semanas antes, su actitud me
pareci autoritaria pero, acorde con mi conducta abierta y tolerante, acept
que las incluyera en la exposicin.
Alrededor del 20 de octubre recib una llamada telefnica que me transmita
el temor de una compaera lesbiana feminista a que se exhibieran las fotos
de Ilse. Convoqu inmediatamente a una reunin pidiendo que se le avisara
a Ilse que concurriera y trajera las fotos en cuestin.
533
Luce Irigaray: Ese sexo que no es uno, Madrid, Akal, 2009, p. 48.[cursiva en el original]
338
del
lesbianismo;
las
tradicionales
imgenes
534
Carta escrita por Monique Altschul el 8 de noviembre de 1988. Archivo Ilse Fuskov. [subrayado
en el original] Ver en el anexo documental la carta completa.
535
Luce Irigaray: Ese sexo que no es uno, ob. cit., p. 19.
339
Carta escrita por Ilse Fuskov el 5 de noviembre de 1988. Archivo Ilse Fuskov. [maysculas y
entrecomillado en el original] Ver en el anexo documental la carta completa.
340
acompaaron el reclamo las firmas de: Magui Belotti, Marta Fontenla, Liliana
Azaras, rica Demertel, Cristina Garca, Mara Jos Ramos Prez, Susana
Blaustein (primer apellido de Susana Muoz), Safina Newbery, Josefina Quesada,
Isabel Miranda, Liliana Mizrahi, Nicole Berasard y Olga Prez Portillo.
Si bien est claro que cualquier imagen puede proyectar una placentera
identificacin con el cuerpo de la mujer y su capacidad deseante, como seala
Amelia Jones: () cualquier imagen puede ser recuperada por el placer fetichista
o escopoflico de un varn heterosexual, y ninguna imagen es inherentemente
lesbiana o bi-sexual () el emplazamiento y tcnica de las imgenes
incrementan su potencial a fin de dislocar tales placeres opresivos y motivar otros
537
Lynda Nead: El desnudo femenino. Arte, obscenidad y sexualidad, ob. cit., p. 13.
341
que integraban
Mitominas.
Amelia Jones: Herejas feministas: el arte coo y la representacin del cuerpo de la mujer, en
Herejas. Critica de los mecanismos (cat. expo.), ob. cit, p. 613.
539
Carta escrita por Monique Altschul el 8 de noviembre de 1988. Archivo Ilse Fuskov. [subrayado
en el original] Ver en el anexo documental la carta completa.
540
Ni Fuskov ni Muoz pueden precisar con exactitud la fecha, pero s recuerdan que fue un da de
gran convocatoria de pblico, con lo que creemos que sera sobre el fin de semana cuando se
organizaban los talleres, de gran asistencia de pblico.
342
bien hechos que muchos varones los tomaron y los llevaron a sus bocas! Claro,
ellos nunca haban visto que era un tampn. Con Susana escapamos ni bien
terminamos la accin, muertas de risa.541
Para concluir debemos sealar que la obra S/T. de Ilse Fuskov no ha sido
hasta la actualidad exhibida.
541
543
343
Mara Gainza: Liliana Maresca. La leyenda dorada en Graciela Hasper (comp.): Liliana
Maresca. Documentos, Buenos Aires, Libros del Rojas, 2006, p. 34.
344
propuesta de Giesso fue no sacarla, sino poner una nota explicativa. Le ped a
Liliana que escribiera un texto y dijo: No, que la saquen!!!! Y en vez de retirarla la
545
Adriana Lauria: Liliana Maresca. Transmutaciones (cat. expo.), Rosario, MACRO/ Castagnino,
2008, p. 13.
546
Safina Newbery declara en relacin a la teologa feminista: Para m en los 80, fue descubrir, por
una teloga feminista catlica, las mentiras de la Institucin Iglesia Catlica, y otras formas de mirar
las Escrituras y la Historia de la Iglesia con ojos de mujer feminista. Surge el movimiento MujerIglesia cuyas consignas son De generacin en generacin la Mujer-Iglesia habla y Reclamando
nuestro poder en el que nos enrolamos todas las mujeres de distintas religiones, formando grupos
ecumnicos de reflexin, celebracin y difusin. Se difunde en Americe Latina el Movimiento de
Catlicas por el Derecho a Decidir, luchando por la educacin sexual en todos los niveles de la
enseanza, la libre determinacin de la mujer a tener los hijos que elija, defendiendo todos los
anticonceptivos, peleando por la legalizacin del aborto, y considerando a cada mujer como un
agente moral que puede tomar decisiones ticas sobre su vida, con total responsabilidad. La
declaracin de Safina Newbery se encuentra en: Encuesta feminista argentina. Ser feminista en los
setenta y los ochenta en Travesas. Temas del debate feminista contemporneo, n 5, ob. cit., p.
72. [entrecomillado en el original]
547
Entrevista a Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004.
345
dejamos en un lugar menos al paso, ms escondido. Fue una obra muy elogiada el
da de la inauguracin.548
Lo cierto es que este trabajo gener comentarios que, en el boca a boca,
incitaron la curiosidad del pblico, el que acudir en amplio nmero a la muestra.
Cristo con sus llagas sangrantes, las que cclicamente sangran -puesto
que el mecanismo que idea la artista as lo permite- exhibe los tabes del lquido
rojo en pleno contexto del Sida. Por otro lado, parte de la Iglesia ligar a la
enfermedad con el pecado venial y por tanto con el castigo divino hacia aquellos
que se salen del camino del bien. Los fantasmas y prejuicios alimentarn la
tremenda discriminacin que sufrirn los enfermos, durante esta dcada y la
venidera en nuestro pas. Maresca, consciente de su mal, emprende un camino de
reflexin sobre la vida y la muerte que caracterizar desde ahora a todos sus
trabajos y tambin a su poesa, la cual escribir durante los aos 90.
548
Natalia March; Andrea Wain: Cronologa biogrfico artstica en Adriana Laura: Liliana Maresca.
Transmutaciones (cat. expo.), ob. cit., p. 140.
549
Mara Gainza: Liliana Maresca. La leyenda dorada en Graciela Hasper (comp.): Liliana Maresca.
Documentos, ob. cit., p. 34.
346
Punta aguda
Duele
La herida
Que gota a gota
Me desangra
Vete muerte
Que quiero la vida
Quiero dar fruto
Todo mi fruto jugoso
347
De la vida
Vivida tan intensamente
III.
348
Escenografa para un mito, Buenos Aires, First, noviembre de 1988, s.p [resaltado en el
original]
551
Sibila Camps Ellas frente a sus mitos, ob. cit., pp. 36-7.
349
plsticos rojos de formas cilndricas, muy angostas e infladas, manera tal que
tenan volumen. Estos aludan a la sangre perdida en el acto violento.
552
350
145.
Safina Newbery; Josefina Quesada, La vagina dentada y la menstruacin, obra completa y detalle.
Mitominas II, 1988
351
dispusieron con el fin de visibilizar los diferentes tipos de violencia ejercida a las
mujeres.
555
La ligazn
Sibila Camps: Ellas frente a sus mitos, en Clarn, ob. cit., p. 36-37.
Lea Fletcher: Mitominas 2: los mitos de la sangre, ob. cit., s.p.
352
gnero epistolar, ambos destinos exclusivos del mbito privado, lugar en el que la
escritura femenina estuvo forzada a permanecer durante mucho tiempo. Este
confinamiento de la mujer llev a que sus manifestaciones escritas dieran voz,
preferentemente, a sus sentimientos y preocupaciones personales, pero no
debemos pensar que todo qued abocado a ese mbito, ya que a partir del siglo
XVIII y XIX muchas mujeres emplearon seudnimos para poder manejarse con una
mayor libertad. Fletcher, escritora y editora feminista, destaca la carrera de
obstculos y tensiones entre mundo privado y deseo profesional que toda mujer
no slo las que escriben- deben sortear.
556
353
147. Beba Braunstein, Para recortar, colgar y vestir, Mitominas II, 1988
l/la visitante poda leer del adminculo de donde colgaban las vestimentas
para engalanar a las figuras, las tareas asociadas con la belleza personal o el
cumplimiento de los mandatos que el patriarcado impone a las mujeres para ser
deseadas por los varones: mechitas, dieta del limn, ducha escocesa, ruleros,
bronceados artificiales, buzos reductores, depilacin con yil 559, gimnasia con
aparatos, anfetaminas, hambre y hartazgo. En resumen, la obra versa -con tono
ldico e invitando al espectador/a a jugar con ella- sobre la violencia que el
patriarcado ejerce en el cuerpo de las mujeres -a travs de los mandatos
mediticos- con el fin de alcanzar los parmetros de seduccin vlidos para el
varn560. Beba Braustein seala:() la idea de la obra era mostrar los sacrificios
que hacen las mujeres sobre el cuerpo.561
559
354
148. Adela Iribarren y Beba Braunstein jugando con Para recortar, colgar y vestir, Mitominas II, 1988
355
149. Beba Braunstein con las siluetas en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 1988
Barba Azul en: Charles Perrault: Cuentos completos, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica
Latina, 1982, p. 91.
356
cuanto a ese cuartito le prohbo entrar, y se lo prohbo de tal modo que si llega a
abrirlo no hay nada que no deba usted esperar de mi furia. 563 Pero, durante una
larga ausencia del marido la joven decide ingresar a la habitacin, all se da cuenta
de con quin convive y se desencadena la tragedia. En un primer momento no vio
nada porque las ventanas estaban cerradas. Despus de algunos instantes
comenz a ver que el piso estaba cubierto de sangre coagulada, en la que se
reflejaban los cadveres de varias mujeres, colgadas a lo largo de las paredes564
Conocedora del asesinato de las damas por parte de Barbazul, la joven esposa se
da cuenta de que ella ser la siguiente vctima, cosa que finalmente es impedida
por los hermanos de la jovenzuela. La temtica versa sobre la violencia domestica,
tpico que se potencia al saber que el cuento bebe de las leyendas y narraciones
populares francesas.
Las artistas crearn tres figuras femeninas de papel mach: una mujer
embarazada, una amamantando y otra que regresa de la compra diaria. La sala se
ambientar exhibiendo desorden, confusin y agitacin. El clima denso se acenta
al verse colgado del techo uno de los cuerpos femeninos que porta un nio. Una
figura masculina yace en el piso, su ropa destrozada deja ver su sexo. La muerte y
la violencia inundan el espacio, las artistas buscaran transmitir una versin del
cuento situada en la Argentina de los 80.
In Vitro, instalacin realizada por Monique Altschul, versa sobre otro de los
temas abordados por Mitominas II: la manipulacin gentica y los nuevos y no tan
nuevos- sistemas de fecundacin. La obra consista en una serie de tubos de
ensayos, tortas y burbujas de vidrio que presentaban lquidos de colores
fluorescentes. Los mismos se disponan en repisas negras con el fin de generar
una atmsfera de laboratorio. La oscuridad ambiental y la luz dirigida
563
564
Ibd, p. 92.
Ibd, p. 93.
357
Sangre.
El latido incesante, perpetuo, profundo, impulsando la vida. Pulsando
la vida.
El fluir constante, palpitando un recorrido que se busca a s mismo
para recomenzar, obstinado, una y otra vez.
565
Sibila Camps: Ellas frente a sus mitos, ob. cit., pp. 36-37. [entrecomillado y resaltado en el
original]
358
152. Silvia Berkoff; Monique Altschul, Sida, instalacin para Mitominas II, 1988
Seala Susan
566
Entrevista con Silvia Berkoff, 18/IV/2009. Texto que pertenece al archivo de Silvia Berkoff.
Susan Sontag: Susan Sontag: La enfermedad y sus metforas y El sida y sus metforas, ob. cit,
p. 146.[entrecomillado en el original]
567
359
153. Liliana Kaplan, Ricardo Al y Nicols Zoric, Erotismo celular, Mitominas II, 1988
568
Comenta Monique Altschul: Liliana Kaplan era un biloga que se haba instalado en Canad, all
descubri la manera de poder conocer el sexo de los embriones a las pocas semanas de gestacin.
Al descubrir que sus investigaciones se estaban empleando en algunas zonas de Asia como
sistema para desechar los fetos femeninos, decidi abandonar la biologa. En conversacin
telefnica con Monique Altschul, 26/VI/2011.
360
154. Florencia Braga Menndez; Alejandra Miranda, Violencia y magia de la sangre, detalle de la
instalacin, Mitominas II, 1988
insertaron dos camitas de una plaza, separadas entre s. Ambas se fijaban a las
estructura y sta, a su vez, lo haca de modo vertical a la pared. Las camas tenan
en su parte inferior una gran bolsa plstica que recoga la sangre, rastros del primer
encuentro matrimonial, smbolo de la prdida de la virginidad. En la parte superior
de la instalacin, un par de alas pendan del techo, tambin como smbolo del final
de la inocencia. Un par de zapatos de tacn colgaban de una de las camas,
generando juegos de luces y sobras. El blanco de los metales que componan la
instalacin se confrontaba con la gigantesca bolsa de sangre, situacin que daba
cierto dramatismo al trabajo.
155. Carolina Antoniadis; Andrea Racciati, La casa de la doncella, Mitominas II, 1988
569
Walter Batato Barea (1961-1991) ser uno de los artfices de la renovacin teatral que acontece
durante el perodo democrtico y que algunos autores llamarn nuevo teatro argentino. El crtico
teatral Jorge Dubatti explica: Los aos transcurridos entre 1983 y 1994 constituyen uno de los
362
perodos ms productivos en la historia del teatro argentino, y la potica del nuevo teatro encarn en
una innumerable cantidad de espectculos memorables, que dan cuenta de la densidad creadora
del movimiento. Algunos de ellos fueron El mtodo de Juana, El pur de Alejandra, Alfonsina y el
mal, La Carancha y otros muchos espectculos en los que particip Batato Barea. Ver: Jorge
Dubatti: Batato Barea y el nuevo teatro argentino, Buenos Aires, Planeta, 1995, p. 24.
El pur de Alejandra, realizada en Mitominas II pero representada por primera vez el 26 de octubre
de 1987 en el Centro Cultural Ricardo Rojas, fue un homenaje de Batato a la escritora Alejandra
Pizarnik (1936-1972). La pieza era presentada por Batato como: () una obra clownesca y ahora s
podrn decir los payasos son tristes. Ibd, p. 135.
570
Nuevo teatro argentino: trmino que emplea Jorge Dubatti para hablar de la nueva escena teatral
argentina de los aos ochenta, as explica: Con el avance de la dcada de los ochenta fue
constituyndose una franja desordenada, en constante cambio, de nuevos creadores, casi todos
muy jvenes: actores, directores y dramaturgos () Dicho frente renovador (nucleado casi
totalmente en Buenos Aires) comenz a desarrollar una esttica teatral diferente, de rasgos
discrepantes con las poticas escnicas vigentes en los setenta. Rpidamente dicha zona
emergente del campo teatral fue catalogada por la prensa y el pblico bajo los provisorios (y hoy
muy cuestionados) nombre de teatro joven o teatro alternativo o teatro underground, como
fenmeno inserto en el movimiento ms amplio del off Corrientes. Con tales rtulos se pretenda
definir un teatro de mdica, atenuada contracultura juvenil, realizado al margen de los espacios
363
En ese sentido Mitominas II, como tambin lo haba hecho Mitominas I, dio
espacio para las nuevas propuestas, no slo del campo de las artes visuales, sino
tambin de las escnicas. Esta situacin se vincula con la idea de Altschul de que
la multidisciplinariedad enriquece el juego de posibilidades de un obra artstica: Me
identifico con la idea del filsofo Feyeravan dice Monique- acerca de que todo
sirve, de que los grandes inventos tuvieron algo de azar y de irracional. Por eso
creo que si una escritura interviene en un trabajo plstico o viceversa y el pblico
aporta lo suyo, el resultado no se empobrece sino que se enriquece. () Cada uno
va comprendiendo cmo trabaja el otro y, por supuesto, esta la coordinacin de
una persona que maneja la tcnica de la disciplina encarada. Todos trabajan y
juntos hacen una obra. 571
institucionales consagrados y del teatro comercial u oficial, una expresin englobable aunque con
rasgos diferenciados- dentro de las nuevas manifestaciones del teatro independiente o de
autogestin. Ibd, pp. 18-17.[comillas y cursiva en el original]
571
Escenografa para un mito, First, ob. cit., s.p.
572
Programa periodstico en clave de humor muy popular de la pantalla argentina de los 80.
573
Entrevista a Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004.
364
574
365
En
ambas
citas
se
destacan
las
construcciones
histricas
que
366
Adriana Bruno: Los mitos de la sangre. No ser negociada, El Periodista, ob. cit., s.p.
Amelia Jones: Herejas feministas: el arte coo y la representacin del cuerpo de la mujer, en
Herejas. Critica de los mecanismos (cat. expo.), ob, cit., p. 583. [entrecomillado en el original]
579
Ibd., p. 586.
578
367
La declaracin de Silvia Palumbo se encuentra en: Encuesta feminista argentina. Ser feminista
en los setenta y los ochenta en Travesas. Temas del debate feminista contemporneo, n5, ob.
cit., p. 71.
581
Me refiero a las dos exposiciones ms significativas que buscaron hacer un balance al calor de
los treinta aos de la exposicin fundacional curada por Linda Nochlin; Ann Sutherland Harris:
Women Artists: 1550-195 (cat. expo), Los Angeles County Museum, 1976, estas son: Global
Feminisms New Directions in Contemporary Art organizada por el Brooklyn Museum en 2007 y
368
369
Mitominas I y II se
presentan como una serie de exposiciones que subvierten la ortodoxia del sistema
del arte, ya sea por la propuesta conceptual de cada una de las exposiciones, sus
guiones curatoriales, la diversidad de sus integrantes, la confluencia de
especialistas que acompaaron con mesas debates a las exhibiciones como por el
inters en discutir temas apremiantes para la opinin pblica. Mitominas intervino
activamente sobre los discursos dominantes de la poca pero apareci sobre un
vaco crtico puesto que no se cuentan con antecedentes de exposiciones
cuestionadoras de las construcciones discursivas de gnero y el papel de la mujer
en el circuito institucional del arte.
583
370
IV.
Griselda Pollock: Desde las intervenciones feministas hasta los efectos feministas en las
historias del arte. Anlisis de la virtualidad feminista y de las transformaciones estticas del trauma
en Xabier Arakistain; Lourdes Mndez (dir.): Produccin artstica y teora feminista del arte: nuevos
debates I, Vitoria, Centro Cultural Montehermoso, 2008, p. 49.
371
binarios:
cuerpo/mente;
blanco/negro;
civilizado/primitivo;
585
372
158. Manifiesto de Mitominas III, las artistas lo distribuirn principalmente desde la Librera de las
Mujeres de Buenos Aires, 1992
cabeza, las Mitominas se reunirn una vez por mes para trabajar sobre un tema
convocante de la siguiente manera: se invitaba a un especialista al que se
escuchaba su disertacin para luego debatir y analizar el rol de la mujer en lo
planteado.
En 1991, Monique Altschul y Hebe Molinuevo participan del programa de
televisin por cable Las unas y los otros586, conducido por la reconocida periodista
Mnica Gutirrez. All difundirn lo realizado en Mitominas I y II adems de
proyectar parte del VHS que documentaba las actividades del primer Mitominas. En
cmara comentarn las tareas que venan realizando de cara al futuro Mitominas
III. Altschul indica: La propuesta es mil cuatro noventa y dos, mil nueve noventa y
dos. Es decir que tomamos los hechos histricos pero para aclararnos el presente y
queremos ver tambin quines somos las conquistadoras y quines somos las
conquistadas en nuestra sociedad. () Las reuniones son muy polmicas porque
estuvimos invitando a historiadoras y antroplogas que representan las dos
posiciones clsicas, la leyenda rosa y la leyenda negra. () Hay una que revaloriza
todo el rol de la iglesia en la conquista y cmo la iglesia introduce la cultura en
Amrica Latina a travs de las leyes, las leyes de Indias, etc. y despus hay otra
que empieza con la denuncia de Fray Bartolom de las Casas en donde se ve que
el rol de la iglesia era muy discutido, ms de lo que se crea587. Para completar
Hebe Molinuevo agrega: La propuesta sera investigar esto a travs de talleres
participativos donde vamos a trabajar con tcnicas psicodramticas, donde se va a
investigar y donde cada uno puede reflexionar cules son sus aspectos de
conquistadoras y conquistadas.588
586
Las unas y los otros, se emita semanalmente por el Canal de la Mujer del canal de cable VCC
(Video Cable Comunicacin) y sali al aire durante siete aos, 1990-1997.
587
Las unas y los otros, Canal de la Mujer, VCC, c. 1991 [videocinta] Archivo Altschul.
588
Ibd. [videocinta] Archivo Altschul.
374
Pasando al otro episodio que marca los inicios de la dcada del 90,
podemos indicar que en 1991 el clera regres a Latinoamrica.
Llegar a la
Argentina -cuyo primer brote databa de 1865- en febrero de 1992. El tema alcanza
a la opinin pblica durante los brotes del verano 1991/92 y 1992/93. La
enfermedad estaba acompaada por la falta de instalaciones sanitarias, el agua
potable y los bajos niveles socioeconmicos. La zona ms afectada fue la del
noroeste argentino. Esta situacin determina que Monique Altschul decidiera
cambiar el subtitulado de Mitominas III, pasando de ser De conquistadoras y
conquistadas a Cleras de Amrica.
589
375
161. Beba Braunstein, prototipo de diseo para el cartel de Mitominas III, 1992
Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. Este hecho malogr la idea de Altschul y
el grupo de Mitominas de hacer una exposicin cada dos aos.
Mnica Petracci, Luis A. Quevedo y Ariana Vacchieri: Los modelos poltico-comunicativos del
Sida y el Clera en Argentina, Buenos Aires, CLACSO, 2003, p.13 [cita bibliogrfica del original]
377
378
593
La conquista de las mitominas, Revista Clarn, suplemento dominical, sin fecha, c. domingo 11
de octubre de 1992, p. 4-5. Archivo Adela Iribarren [entrecomillado y resaltado en el original]
379
164. Adela Iribarren; Beba Braunstein, sombreros para Mitominas III, 1992
Monique Altschul seal que: Con Mitominas III no estaban dadas las
condiciones para una enorme muestra. Se llam Cleras de Amrica y dur un solo
da en Parque Lezama. Cont con la participacin de murgas.594
El impacto de este Mitominas sobre la prensa fue muy menor. Slo dos
notas en peridicos Clarn y El cronista comercial- difundieron el encuentro.
Ambas hablaron extensamente sobre las Mitominas anteriores buscando desde el
pasado legitimador del grupo, atraer espectadores nuevos. En el artculo de El
cronista comercial se desarrolla ampliamente la trayectoria de Mitominas, dejando
un pequeo espacio para invitar al nuevo evento: En el marco de los distintos
594
380
bajo el lema
595
381
Sorprendi tanto lo
expresado que Adela Iribarren subraya en el original esta frase y escribe entre
signos de interrogacin: cmo?597.
167. Recorte subrayado por Iribarren en relacin al juicio crtico del/a periodista contra el feminismo.
596
382
90. El desgaste que genera en las Mitominas la falta de un espacio que corporice
sus propuestas las llevar finalmente a la disolucin.
Mitominas fue una tormenta pasajera. Monique Altschul se integrar de lleno
al campo poltico encabezando con Zita Montes de Oca la organizacin no
gubernamental (ONG) Mujeres en igualdad, hoy uno de los referentes ms fuertes
en cuestin de legislacin contra la trata en Argentina. Cada Mitomina se ir
ocupando de proyectos personales o colectivos, aunque asociados a otras reas
del feminismo, ms desde el campo de la accin poltica -si se quiere- que de la
plstica. Mitominas concluy en 1992.
599
Ver mi anlisis efectuado en Mara Laura Rosa: Breve recorrido histrico por la plstica
argentina desde el 45 en La representacin poltica del cuerpo. Arte argentino de los 90 desde
383
V.
Consideraciones finales
384
Mitominas tenan
385
venan
Ibd.
386
603
Hebe Molinuevo se refiere a la mesa de Mitominas II, El terror fuera del cine en la que participa
Eugenio Zaffaroni, hoy juez de la corte suprema.
604
Reunin con las Mitominas, Buenos Aires 18/4/09.
387
y las discusiones
Seala Luce Irigaray: Por tal motivo es muy importante que las
mujeres puedan reunirse y reunirse entre ellas. Para comenzar a salir de los
605
606
388
lugares, de los roles, de los gestos que le han sido asignados o enseados por la
sociedad de los hombres. Para amarse entre ellas, mientras que los hombres han
organizado de facto la rivalidad entre mujeres. Para descubrir otra forma de
socialidad distinta de la que siempre les ha sido impuesta. El principal envite de
los movimientos de liberacin es hacer que cada mujer tome conciencia de lo que
ha sentido en su experiencia personal, es una condicin compartida por todas las
mujeres, lo que permite politizar esa experiencia.607 En ese sentido, la democracia
permiti nuevamente la reunin de las mujeres y Mitominas se vali del arte para
politizar la experiencia personal de todas ellas. Politizar el arte al disolver la
alienacin arte-poltica. Lo personal, una vez ms, es poltico.
607
Luce Irigaray: Ese sexo que no es uno, ob. cit., p. 122.[ entrecomillas y cursiva en el original]
389
A modo de conclusin
subvertir los discursos patriarcales. Para llevar a cabo dicho objetivo se valieron del
empleo de la obra de arte como instrumento para la reflexin sobre la experiencia
de gnero. La prctica de concienciacin funcion como catalizadora de los
trabajos artsticos.
cortos que hemos analizado de Mara Luisa Bemberg El mundo de la mujer (1972)
y Juguetes (1978)-. Como integrante de Unin Feminista Argentina (UFA), la
guionista y cineasta lleva a cabo un corpus de trabajo que es tanto reflejo de su
ideologa como pieza clave del activismo de la agrupacin. Por tal motivo, los
cortos se proyectaron en lugares inditos para el mundo cinematogrfico con claros
fines de concienciacin. En este marco, el debate posterior a la proyeccin de las
obras devendr en fundamental. Es as como la meta de la concienciacin
vincular la prctica artstica con la prctica poltica: politizar abiertamente al arte
disolviendo la barrera entre lo pblico y lo privado, la alienacin entre el arte y la
poltica.
391
las
Con objeto de poder abrir cruces conceptuales con artistas del mismo
perodo pero de distintos pases, de manera tal de trascender los lmites nacionales
que emplea el canon de la disciplina, me result oportuno poder vincular los cortos
de Bemberg con la creadora estadounidense Martha Rosler quien ha venido
desplegando una carrera que abarca la fotografa, el video, la performance y las
instalaciones en paralelo a su integracin dentro del feminismo radical
norteamericano. Para tal objetivo seleccion trabajos que Rosler realizara entre los
aos 1965 y 1974, en particular la serie Body Beautiful or Beauty knows no pain en
la que reflexiona sobre el ideal de belleza femenino a travs de treinta
fotomontajes, con imgenes tomadas principalmente de la publicidad. Estas piezas
fueron realizadas en California y difundidas en publicaciones alternativas locales de
carcter feminista con el firme propsito de la concienciacin y reflexin sobre el
binomio patriarcado-capital. En estas obras Rosler induce al espectador a
reconsiderar el uso de las mujeres como signos de domesticidad y de docilidad. A
su vez, el disciplinamiento que sufre el cuerpo femenino para ser adaptado al
392
debates tericos como a exposiciones artsticas. Como viramos, all exhibir Ilse
Fuskov la serie fotogrfica El zapallo y expondr sus pinturas la artista Josefina
Quesada. Rosa Faccaro organizar una mesa redonda -en septiembre de 1984- en
la que participarn las artistas Diana Dowek, Elda Cerrato, Nora Iniesta, Ins
Ferrari Hardoy, Margarita Paksa, Josefina Quesada y Teresa Volco. La discusin
en mesas de debate sobre la cuestin de la creacin y las mujeres fue constante
en Lugar de Mujer, segn lo exponen las gacetillas mensuales.
393
Nuevamente nos encontramos con una artista informada sobre los debates
que se desarrollaban en el extranjero. Fuskov, quien maneja alemn e ingls, ser
traductora de Monique Wittig y Adrienne Rich, esta ltima enormemente admirada y
leda por la argentina. La difusin de textos de las mencionadas a los que hay que
agregar Audre Lorde, Mary Daly, Charlotte Bunch, Judy Grahn, eran constantes en
los Cuadernos En el nmero 15 podemos apreciar en su tapa una obra de Ana
Mendieta perteneciente a la serie de esculturas que realiza en el parque Jaruco de
Cuba, en 1981. La primera pgina de la publicacin se abre con un poema de
Adrienne Rich que dice as:
Vemos que si algo implic el arte feminista para las artistas que la
practicaron es el hecho de habilitarlas a representar sus propios cuerpos e
identidades sexuales, esto se desarrollar a travs de una imaginera que reflejar
sus miradas diversas, cuestionadoras, excesivas o no. En ese camino redefinieron
fronteras ampliando los horizontes de sentido del lenguaje visual, los que
construyen al/los gnero/s a la vez que estn siendo construidos por l/ellos. Al
respecto Adrienne Rich seala en Sobre mentiras, secretos y silencios: Ambas
sabemos que las mujeres no somos idnticas: el movimiento de tu mente; el pulsar
de tu orgasmo; las figuras de tus sueos; las armas que recibiste de tus madres o
tuviste que inventar; la gama de tus hambre no puedo intuirlas simplemente
porque las dos somos mujeres. Y sin embargo, hay tanto que puedo conocer.609
La poeta estadounidense guiar la investigacin de Fuskov sobre diferencia e
identidad, sin embargo, la argentina buscar atravesar esas reflexiones con las
problemticas que tienen las lesbianas en su propio pas, principalmente, y en
Latinoamrica en general. Ella destacar lo sealado en su disertacin para el Da
de la Marcha del Orgullo Gay y Lesbiano de la ciudad de San Francisco en 1988 y
en los Encuentros Feminista Latinoamericano y del Caribe en los que participa
incansablemente durante los aos 80.
608
395
Recordemos
que
Amelia
Jones
entiende
al
arte
feminista
como
610
Seala Mnica Mayer: La poca de oro del arte feminista en Mxico fue a principios de los
ochentas, hasta la revista FEM dedic un nmero a la mujer en el arte (). Mnica Mayer: Rosa
Chillante. Mujeres y performance en Mxico, Mxico, CONACULTA/FONCA/Pinto mi raya, 2004, p.
35.
396
397
buscarn
alternativas
al
lenguaje
formalista
del
domstica, se extiende por los tres pisos del Centro Cultural General San Martn.
La misma ser empleada como escenografa para la pieza teatral Doa oqua, la
que presenta durante los fines de semana la compaa La Barrosa, dirigida por el
dramaturgo Emeterio Cerro. El ama de casa conjuga las artes plsticas con el
teatro y la msica, ya que cada espacio contaba con una composicin musical
propia.
Durante los aos 80, en Mxico, maduran propuestas artsticas que venan
plantendose desde la dcada anterior y que llevaron a la conformacin de grupos
como Tlacuilas y Retrateras, Polvo de Gallina Negra, Bio-Arte o a la realizacin de
muestras de arte feminista. Por ello consider importante poder establecer cruces
entre la obra El ama de casa con la crtica que realizaran al ideal de
domesticidad las artistas de Polvo de Gallina Negra, integrado por Mnica Mayer y
611
Debemos agregar otro tema que Grete Stern analiza en su serie y que no es citado en El Ama de
casa que es el de la permisividad con aquellas profesiones atravesadas por la construccin de lo
maternal como el magisterio y el secretariado.
399
Los rasgos comunes que presentan las obras argentinas y mexicanas son,
entre otras cosas, el emplear soportes y tcnicas nuevas junto al uso de los medios
de comunicacin, en el caso de Mxico como soporte de los trabajos y en el de
Argentina como difusin. En ambos pases la crtica no acompa al nivel de lo
propuesto por las artistas, ya que slo al describir los trabajos en reseas
publicadas en la prensa exhibi su propia incomprensin ante la que se hallaban613.
A estas caractersticas se suman el sentido del humor y la irona para poder rer y
612
La doble jornada: concepto que se define en relacin al contenido diferente del trabajo de las
mujeres, el trabajo productivo y el reproductivo. El primero es asalariado, el segundo no. Esta
situacin exhibe la construccin sexual del trabajo tan discutida y cuestionada por las feministas de
la segunda ola, momento del feminismo que se desarrolla al calor de los movimientos sociales y
polticos del 68.
613
Araceli Barbosa seala ante la obra de Tlacuilas y retrateras. La fiesta de quince: () por las
caractersticas intrnsecas de la pieza se requera una crtica ms adaptada a estas manifestaciones
no convencionales () [creyeron] hallarse ante una representacin teatral, de all que calificaran a
las artistas de malas actrices. Araceli Barbosa: Arte feminista en los ochenta en Mxico. Una
perspectiva de gnero, Universidad Autnoma del Estado de Morelos, 2008, p.107.
400
los
A lo largo del captulo IV hemos dado ejemplos del humor empleado por las artistas de ambos
pases, slo agrego esta pequea cita de la prensa portea. As titulaba un artculo aparecido en el
diario La Nacin de Buenos Aires en relacin a Mitominas I: Mitominas, esa delirante mirada sobre
las leyendas. Con mucha frescura 80 mujeres dan nueva y graciosa vida a los mitos antiguos.
Mitominas, esa delirante mirada sobre las leyendas, La Nacin, Buenos Aires, 19 de noviembre
1986, p. 6.
615
Luce Irigaray: Yo, t, nosotras, Madrid, Ctedra, 1992, p. 12.
401
Nace en 1937 en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados Unidos. Licenciada en Ciencias Polticas
de la Universidad de Chicago. Desde 1974 colabora en instituciones culturales: ha sido directora del
Centro Cultural Coyoacn, directora de la Coleccin y Museo Biblioteca Pape en Monclova/Coah,
Jefa del Departamento de Investigaciones del Museo Nacional de Arte del Instituto Nacional de
Bellas Artes (INBA). Desde 1984 a mayo de 1998 fue directora del Museo de Arte Carrillo Gil
(INBA). Es miembro de la Mesa Directiva del Comit Internacional de Museos de Arte Moderno
403
(CIMAM), miembro del ICOM y Vicepresidenta de la Organizacin de Museos del Sur. Participa
como curadora en la XXIV Bienal de So Paulo en octubre 1998. Actualmente es Directora General
de Artes Plsticas de la Coordinacin de Difusin Cultural de la UNAM (Universidad Nacional
Autnoma de Mxico).
617
Comunicacin personal con Mnica Mayer, 30/I/2011.
404
estas iniciativas.618 Ante este contexto sealado por Cordero Reiman no sorprende
que las iniciativas exhibitivas hayan partido de connivencias entre las artistas
feministas y algunas feministas con las que coincidan y que ocupaban un lugar
estratgico dentro de las instituciones culturales.
Karen Cordero Reiman: Construyendo nuevas lecturas del arte en Mxico desde el feminismo,
en Xabier Arakistain y Lourdes Mndez (dir.): Produccin artstica y teora feminista del arte: nuevos
debates, Vitoria, Centro Cultural Montehermoso, 2009, Vol. II, p. 137.
619
Paradigmtico de estos estudios son las investigaciones de Ana Longoni, quien recupera, al
calor de la pieza Tucumn Arde, una gran cantidad de trabajos de arte poltico del pas, aunque sin
contemplar dentro del concepto de arte poltico a las obras de las artistas feministas. Ver: Ana
Longoni, Mariano Mestman: Del Di Tella A Tucumn Arde. Vanguardia artstica y poltica en el 68
argentino, Buenos Aires, El Cielo Por Asalto, 2000. Ana Longoni, Gustavo Bruzzone (comp.): El
siluetazo, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2008.
405
Como una pescadilla que se muerde la cola, la escasa influencia que han
620
Ver: Mara Laura Rosa: Breve recorrido histrico por la plstica argentina desde el 45 en La
representacin poltica del cuerpo. Arte argentino de los 90 desde una perspectiva de gnero,
Tesina del Perodo de Investigacin de la Facultad de Geografa e Historia, Departamento de Arte
Contemporneo, UNED, Madrid, mimeo, 2008
406
407
621
As se presenta Audre Lorde en Aprender de los sesenta, ver: Audre Laurde: La hermana, la
extranjera. Artculos y conferencias, Madrid, Horas y Horas, 2003, p. 151
622
Audre Laurde: La hermana, la extranjera. Artculos y conferencias, ob. cit., p. 17.
408
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Entrevista a Mnica Mayer y a Araceli Barbosa, 20/VII/2009.
Comunicacin personal con Mnica Mayer, 30/1/2011
Reunin con las Mitominas, 18/IV/09.
Comunicacin personal con Luis Pramo, 17/I/2011.
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An
Antology
1968-2000,
426
427
Anexos
428
Anexo I
Datos estadsticos de la educacin femenina. Perodos 1941-1987
Ao
Varones
Mujeres
1941
86.8
13.2
1970
64.1
35.9
1975
56.8
43.2
1984
55.2
44.8
1987
53.1
46.9
Quinquenio
Total de ttulos
Varones
623
Mujeres
Susana Torrado: Historia de la familia en la Argentina moderna (1870-2000), Buenos Aires, Ediciones de la
Flor, 2003, p. 201.
624
Ibd., p. 201.
429
1941-45
18.020
84.3
15.7
1946-50
22.467
83.3
16.7
1951-55
27.184
78.8
21.2
1956-60
36.227
75.8
24.2
1961-65
41.501
71.8
28.2
Tipo de
carrera
% de mujeres
% de varones
en la
en la
Distribucin
Distribucin
del total de
del total de
matriculados
matriculados
1941
1978
1941
1941
66.4
74.6
61.8
18.3
33.6
74.6
61.8
18.3
Odontologa
25.6
61.8
61.8
18.3
Ciencias de
58.1
88.8
61.8
18.3
5.0
47.0
26.5
58.1
Filosofa y
Letras
Qumica,
Bioqumica y
Farmacia
la Educacin
625
Ibd., p. 204
430
Medicina
Derecho
4.8
48.4
26.5
58.1
Arquitectura
10.3
43.3
26.5
58.1
Ciencias
7.6
33.4
26.5
58.1
1.1
10.9
26.5
58.1
64.8
89.4
6.2
4.4
Resto de
Datos no
Datos no
5.5
19.2
carreras
disponibles
disponibles
Econmicas
Ingeniera
Paramdicas
4. Tabla
de
produccin
de
algunos
artefactos
(principalmente
Ao
de TV
calefones
--------------
-------------
de coser
incluye
heladeras
a
kerosene)
1939 15
626
--------------
--------------
--------------
431
1946 12
--------------
--------------
-------------
--------------
--------------
1950 40
19
--------------
310
60
13
1955 130
60
--------------
-------------
--------------
50
1960 206
100
140
240
60
86
1965 235
117
180
544
560
85
1970 237
157
194
570
346
59
1973 278
187
233
673
440
72
1975 260
181
289
713
441
84
1977 215
126
254
567
353
81
1979 262
145
252
630
237
74
1980 260
150
454
605
290
45
1981 205
110
515
550
170
27
432
433
435
436
nunca nos dieron el espacio; nos aprobaron el proyecto, pero nunca nos dieron el
espacio. Ah ya Giesso no estaba. Quiere decir que fjate que, en general, las
grandes conquistas de las mujeres se consiguen a travs de un hombre. Fjate que
tenemos una Ley de salud sexual y reproductiva en la Argentina gracias al ministro
Gins Gonzlez Garca. Ahora que tenemos una mujer, Ocaa, restringe
muchsimo la distribucin de los anticonceptivos y aument la mortalidad materna
M. L. Rosa: qu brbaro! S, porque Giesso se nota que fue un personaje
y este proyecto cuando lo presentaron? Si te acords, para saber quin era el
director del Centro Cultural en ese momento.
M. Altschul: y debe haber sido en el 95
M. L. Rosa: ah, mediados de los 90 ya
M. Altschul: s, s
M. L. Rosa: ya entrados los 90 digamos.
M. Altschul: s, s. En qu ao muere Liliana Maresca?
M. L. Rosa: en el 94
M. Altschul: no, entonces fue antes de que porque Liliana iba a participar
con Marta Surez. Iban a hacer un cadver exquisito ellas.
M. L. Rosa: ah! Ella muere en el 94, que fue su ltima muestra en el Centro
Cultural Recoleta.
M. Altschul: claro, esto debe haber sido en el 93 o 94. Debe haber sido a
principios del 94.
M. L. Rosa: qu brbaro no? S, que fue la poca de auge del gnero.
Fjate qu paradjico porque fue el momento de empezar a hablar del gnero y de
que surgiera dinero para proyectos de gnero, pero, a su vez, no les dieron el
espacio a ustedes. Bueno, est bueno tener ese dato para
M. Altschul: s, yo creo que si la hubiera peleado ms hubiera conseguido el
espacio, solo que en ese momento yo ya estaba muy metida en la fundacin, en
otros proyectos y no segu insistiendo. Esa fue una idea de Berkoff, que era
trabajar la idea de la representacin en el arte de la figura masculina y femenina y
cmo en toda la historia del arte el desnudo masculino es siempre encubierto.
Siempre aparece la hojita de parra, el drapeado o lo que sea, a menos de que fuera
indgena o negro que son parte de la naturaleza al igual que las mujeres, que s
aparecen al desnudo.
438
439
M. L. Rosa: porque vos me habas dicho as. Y esto sera 1988, Mitominas
II. Y esta especie de baile?
M. Altschul: bueno eso era una instalacin con performance y fue hecho
M. L. Rosa: Mitominas I o II?
M. Altschul: II, porque mito de la sangre era sobre el Sida. Fue sobre un
texto de es una biloga, Lily Kaplan?
M. L. Rosa: porque hay varias fotos de este grupo. Imagino que estas deben
ser tambin. Bueno es una performance de Mitominas II que era lo que yo intua
pero
M. Altschul: ves La carne de Mara Rodrguez se llamaba lo de Emeterio
M. L. Rosa: y tena que ver con el Sida?
M. Altschul: no, no tena que ver con el Sida. Era muy estrepitoso como todo
lo que haca Emeterio, era con mucho ruido
M. L. Rosa: muy escandaloso?
M. Altschul: si, si, era escandaloso. Ac hay uno de LOrinal. No, se ha
perdido esto
M. L. Rosa: bueno, ya te va a aparecer en el recuerdo, a veces pasa.
M. Altschul: creo que es Lily Kaplan con dos bailarines del Coln. Hacan
una performance alrededor de la
M. L. Rosa: a ver y esta?
M. Altschul: esto deba ser en un taller
M. L. Rosa: pero de Mitominas II seria no?
M. Altschul: no, no necesariamente. Poda ser s del II es, s por los
dibujos.
M. L. Rosa: bueno, taller Mitominas II. Para ir ms o menos separndola del
I. Y esto?
M. Altschul: ah, esto era una performance del II.
440
M. Altschul: por Ilse, porque Ilse quera exponer unas te cont eso, no?
lo de las fotos
M. L. Rosa: s, que me las dio, las tengo ac, va las tengo en la computadora
escaneadas. Me las mostr. Fuerte!
M. Altschul: claro, pero fue sin ninguna explicacin. Nos mostr solamente
los contactos, nunca llegamos a ver las fotos. Y fueron las feministas las que se
opusieron; las lesbianas feministas.
M. L. Rosa: eso me dijo ella. Que increble la censura que viene del
mismo!
M. Altschul: claro, lo que decan es que Lo que pasa es que todas ellas
tenan que trabajar y no podan exponerse pblicamente y la nica que no
necesitaba trabajar era Ilse, que tena recursos propios.
M. L. Rosa: Ah! Decan que por esa causa
M. Altschul: si
M. L. Rosa: es para debatir
M. Altschul: hubo una votacin y adems
M. L. Rosa: hubo cartas que tengo, que Ilse me fotocopi cartas, porque
est bueno como para debatir
M. Altschul: yo tengo las cartas. A ver, dejame ver.
M. L. Rosa: est bueno como para el debate eso.
M. Altschul: y esto ni siquiera nos present este texto eh
M. L. Rosa: ese texto que te estoy mostrando no?
M. Altschul: no, nunca
M. L. Rosa: no, ves que no tengo yo lo de Mitominas I . No, tengo una foto
del catlogo verde [Se refiere a un papel que estaban buscando antes]
M. Altschul: la modific a la carta, no es la carta original esta. Porque yo
empezaba, ella me lo mandaba como estimada, firmado por compaeras
lesbianas feministas y ac deca estimadas compaeras lesbianas feministas,
empezaba. No es la carta. La tengo que buscar.
M. L. Rosa: bueno, busca ese material Monique porque Ilse me dio eso.
443
445
M. Altschul: pero nunca mand es que yo nuca llegu a ver las fotos ni
siquiera. No, las debo haber visto, claro, las debemos haber visto, pero nunca
vimos las fotos fotos, sino solamente tena contactos, muy chiquitos pero qu linda
foto!
M. L. Rosa: ah s, pero es de la compu. Lo que pasa que me hace acordar a
Mxico y Mxico me pone tan feliz que la tengo ah. Mira a m las fotos me parecen
bellsimas y muy fuertes para la poca.
M. Altschul: pero adems yo le ofrec ponerlas en el mismo espacio en
donde estaba la de los ratones. No exponerlas como solucin y cuando todas se
oponan a que se mostraran les dije: miren los trabajos de Mara Martha Pichel que
sabemos que van a ser cuestionados los vamos a hacer en un espacio cerrado
donde entran solamente menores de edad acompaados por sus padres. Yo
propongo que las fotos de Ilse estn tambin en ese espacio y con una explicacin
de lo que quiere hacer. Safira, por ejemplo, lo que deca era que uno solamente
vea sangre pero porque no estaba explicado que era sangre menstrual, entonces,
pareca que era violencia, y que venga con una explicacin. Entonces ah Alicia
DAmico dijo: no, si por lo menos si las fotos fueran buenas pero son una porquera.
Entonces, ah todas decidieron que no.
M. L. Rosa: qu brbaro Alicia DAmico!
M. Altschul: si
M. L. Rosa: no s a m me parecen geniales las fotos, me parecen
preciosas.
M. Altschul: y despus uno de los proyectos que tena era de llevar algunas
de las cosas de Mitominas a la Antrtida y dejarlas en la Antrtida, entonces, yo
llame al Instituto Antrtico para que me diera el viaje etc. y fueron horas y horas de
ir ah y finalmente pareca que s, que sala y sabes quines me sacaron el viaje
que se enteraron de esto y fueron y lo pidieron y se fueron ellas? Alicia DAmico y
Liliana Mizrahi.
M. L. Rosa: y se fueron ellas a la Antrtida?
M. Altschul: se fueron ellas a la Antrtida. Era un viaje pagado por el Instituto
Antrtico con todas las gestiones que haba hecho yo, as que, estuvo plagado de
traiciones
M. L. Rosa: es difcil eh
M. Altschul: muy difcil.
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un antivirus que los protega del Sida y lo bailaban estos dos muchachos que eran
pareja.
M. L. Rosa: ah mira qu interesante. Pero qu fuerte eso en los 80. No, a m
me parece increble que en los 80 hayan podido hablar de estas cosas as
M. Altschul: por ms, era una poca en donde se debata si exista el Sida o
no. Recin apareca. Algunos deca que Reagan haba creado ese virus. Otros
decan que era un invento.
M. L. Rosa: eso es la de Emeterio Cerro entonces
M. Altschul: La carne de Mara Rodrguez
M. L. Rosa: es ese La carne de Mara Rodrguez?
M. Altschul: si
M. L. Rosa: esta habamos dicho que era Al borde no?
M. Altschul: si
M. L. Rosa: porque le puse performance y nada ms. Bueno entonces esta
es lo mismo, esta es Al borde
M. Altschul: de Adriana Barenstein
M. L. Rosa: y sta tambin?
M. Altschul: no, esta es otra bailarina. No, todo eso lo tendras que ver con
Anna Lisa.
M. L. Rosa: Mitominas II seria esto?
M. Altschul: si
M. L. Rosa: bueno, y ac creo que es la misma
M. Altschul: es la misma. A menos de que esto sea Al borde, no s, ves,
porque creo que es esta
M. L. Rosa: despus lo vemos. Y esta? esta me tiene muy intrigada. Esta
es Usina de sangre?
M. Altschul: esta es o de Carolina Antoniadis o de
M. L. Rosa: porque vos tenes una Usina de sangre puede ser?
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M. L. Rosa: Graham Bell, el aparato que invent Graham Bell. Dice con letra
pequea: por si usted no tiene uno se trata de un aparato para hablar a larga
distancia.
M. Altschul: si, pero, era Penlope que espera y espera. Es el mito de
Penlope. Aparece en la versin metonmica junto a un viejo telfono.
M. L. Rosa: y esto era?
M. Altschul: otra vez la vagina era del mito latinoamericano de la vagina
dentada. Bueno ah tenemos a Nora
M. L. Rosa: y esto?
M. Altschul: en lo de Nora Correas.
M. L. Rosa: Me imagin. La saqu por una foto de un diario
M. Altschul: pero, a ver, est bien o est? Si, esta as no?
M. L. Rosa: esta es la que vos me diste, ves: este es el piso con dos grandes
fotos que es lo que vos me decs que las tortur con el tema de la luz. Me imagino
que debe haber hecho la pared qu estaba de ese lado?
M. Altschul: Si
M. L. Rosa: claro, para tapar todo. La novia, le puso, o Penlope. Bien, esto
calculo que es lo mismo de Mitominas
M. Altschul: Beby Pereyra, esto es Emeterio Cerro s.
M. L. Rosa: y esta?
M. Altschul: no esto no es ninguna esto es anterior mo.
M. L. Rosa: entonces ponemos Monique. Bueno, y esta era la de qu linda
esta eh
M. Altschul: se sacaban la ropa y los vestan como queran. Beba Braunstein
M. L. Rosa: este es Mitominas II
M. Altschul: yo hubiera jurado que era Mitominas I, pero evidentemente no
M. L. Rosa: yo tambin, yo crea que era I. Y esta no
M. Altschul: es Beby Pereyra. Que debe ser la otra. Hay otra a ver
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M. L. Rosa: ah, mira que bueno, con tela de araa. Eso qu es?
M. Altschul: era el cmo se llama la parte de arriba?
M. L. Rosa: el desvn
M. Altschul: el desvn y que el texto de Bachelard era: Hacia el tejado todos
los pensamientos son claros. En el desvn, se ve al desnudo, con placer, la fuerte
osamenta de las vigas. Se participa de la slida geometra del carpintero () En el
desvn la experiencia del da puede siempre borrar los miedos de la noche.
M. L. Rosa: y ac est esta a color, pero con ella rindose, qu bueno!
M. Altschul: y esta era Beby. Era la madraza mala, porque la historia es la
historia de Cenicienta que buscaba novio a la hija.
M. L. Rosa: la de Emeterio, la de Doa oqua se basaba en la Cenicienta?
M. Altschul: si
M. L. Rosa: qu bueno! Y qu influencia tuvo la casa de la Womanhouse
de Judy chicago? Vos estabas enterada de eso?
M. Altschul: si, estaba enterada
M. L. Rosa: pero la llegaste a verla vos?
M. Altschul: no
M. L. Rosa: no, vos ya no estabas en Estados Unidos cuando fue la
Womanhouse
M. Altschul: creo que no, ya no estaba. Debe haber sido en los aos 80
no?
M. L. Rosa: la Womanhouse es de la segunda mitad del 70. Creo que fue
del 76, 77, me parece.
M. Altschul: yo volv en el 71
M. L. Rosa: ah, vos volviste en el 71. No, entonces la Womanhouse deben
ser del 74, entre el 74 y el 76 me parece
M. Altschul: si, puede ser. Yo pensaba que era un poco ms tardo, de los
80.
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M. L. Rosa: claro, pero vos nunca tuviste ms que alguna lectura de alguna
revista, pero no lo viste a Womanhouse.
M. Altschul: no, no lo vi. Esto es del ao 83, que lo arm primero en el
comedor de casa. No lo poda sacar, estuvimos meses sin usar el comedor porque
estaba esto instalado y cumpl aos e invit amigos a que me vinieran a ayudar a
desarmarlo y se fueron metiendo. Una amiga se meti [La entrevistada busca
una foto] ac esta, as se fueron metiendo todos ah y me ayudaron a desarmarlo.
M. L. Rosa: ah, qu brbaro! La del banquete que fue en el 83.
M. Altschul: 83, si
M. L. Rosa: pero que todava seguan los militares
M. Altschul: si
M. L. Rosa: y vos en base digamos ya venias experimentando. Despus
vinieron los del libro, las transformaciones que tambin fueron como
M. Altschul: ao 85 fue eso
M. L. Rosa: que fueron como pequeas instalaciones
M. Altschul: claro y en medio de eso estuvieron Alicia en el pas de lo no
visto, que fue sobre Alicia en el pas de las maravillas
M. L. Rosa: claro, que fue lo anterior a transformaciones. Despus vino
Mitominas I y despus viene El ama de casa y la locura.
M. Altschul: Mitominas II y despus los laberintos
M. L. Rosa: s. Y en El ama de casa y la locura, digamos, ya venias con
bastante contacto dentro del feminismo; ya haba varios aos tuyos de feminismo,
con lo cual
M. Altschul: bueno en realidad yo vena del feminismo de los Estados Unidos
de los aos 70, los aos 60, que fue muy importante tericamente dentro de las
universidades
M. L. Rosa: y en Iowa donde vos estuviste ah te tomaste como ms
contacto ms fuerte
M. Altschul: si, a travs de lectura, sobre todo, de teora sobre el feminismo.
M. L. Rosa: y a quin records de esos aos?
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M. L. Rosa: I o II?
M. Altschul: no, debe ser I eh. S, porque es otro de los mitos s, Mitominas
I seguro.
M. L. Rosa: las fotos te digo ya estn, porque estas es lo mismo. Las que
quedaron son estas que ya cuando vuelva a casa esta es Liliana Maresca.
M. Altschul: es de Marcos Lpez la foto?
M. L. Rosa: si, estos son de Marcos Lpez. Esta es una primera plana que a
m me gusta mucho y esta es una revista de feminismo de Mxico.
M. Altschul: s, tengo algunos nmeros
M. L. Rosa: toda dedicada al arte, que est buensima. Esto fue un poco
antes de morir, creo que dos aos sern. Liliana Maresca se vende. Y esto
queres que te haga un? esta sali fea. Esta es Mara Luisa Bemberg
M. Altschul: y en el I de alguna manera, yo me acuerdo de haber almorzado
un da con Mara Luisa Bemberg y con Mara Luisa Aleman y creo que una
escritora canadiense que estaba ac, una feminista. Me acuerdo que habamos
almorzado en el restaurant Lola
M. L. Rosa: ah, qu lindo! En Recoleta
M. Altschul: porque Lola nos auspici con un almuerzo gratis
M. L. Rosa: ah, mira qu bien. Yo Monique ya con todo esto que tengo
anotado
M. Altschul: yo voy a tratar de encontrar ese programa que debo tener en
algn lado y te escaneo esa pgina.
M. L. Rosa: yo voy a seguir buscando, que me tiene angustiada, el DVD
porque eso tiene que aparecer. O sea, voy a escribir hasta a mi amiga de
Barcelona por si se traspapel, pero medio difcil porque yo lo cuidaba muchsimo.
Me resulta extrao con algo que cuido tanto pero bueno. Sino trataramos de ver de
volver a copiar porque tena informacin. Vos lo llegaste a ver al DVD?
M. Altschul: no
M. L. Rosa: el DVD haba partes que se cortaban porque la cinta esta hace
mil aos y estaba medio arruinada, pero haba partes claras donde vos aparecas
hablando sobre Mitominas I, cul era el objetivo del proyecto, apareca Anna Lisa
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Marjak hablando tambin y Pilar Larghi. Aparecan las tres hablando y por ah se
cortaba
M. Altschul: pero eso era de El ama de casa y la locura no? Ah y Daniela
Gutirrez apareca en un habra que ver qu paso porque la ltima vez que vi los
videos estaban perfecto.
M. L. Rosa: no, estos se cortaban. Bueno yo te pedira si vos podes verlos
de vuelta a ver
M. Altschul: lo que pasa es que ya nadie tiene videocasetera
M. L. Rosa: yo tengo para pasar a DVD. Lo peor de todo es que encima
tengo para pasar a DVD, de video a DVD. Compr una porque trabajo con dcada
del 80, la gente tena VHS.
M. Altschul: y esto es de Mitominas
M. L. Rosa: vos me habas grabado un DVD con Mitominas I y II, pedacitos.
Entonces aparecan pedacitos. Aparecas vos hablando y algunas escenas, de los
fantasmas caminando.
M. Altschul: claro, porque yo no decid qu es lo que iba
M. L. Rosa: cmo vos no decidiste?
M. Altschul: se lo pase a una persona para que me lo pase
M. L. Rosa: y te lo pas. Todo lo que haba en esos
M. Altschul: no, creo que todo eh
M. L. Rosa: ah, y qu se hicieron esos videos?
M. Altschul: los tengo, quers que ahora mismo te los doy?
M. L. Rosa: y bueno. Te paso y hago varias copias
M. Altschul: buensimo
M. L. Rosa: y si aparece lo otro, te lo doy a lo otro
M. Altschul: buensimo
M. L. Rosa: y si necesitas otras cosas te ofrezco. Yo tengo porque yo
trabajo dcada del 80, entonces, mi marido compr un aparato que te pasa de
VHS a DVD
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M. Altschul: si, de mucho grito, pero por otra parte somos las mujeres las
que hacemos esa ambientacin y sentimos mucho placer en hacerlo; en hacer
cada uno de los ambientes, cada uno de
M. L. Rosa: de los objetos, la msica que acompaaba.
M. Altschul: si
M. L. Rosa: o sea que en la obra no estara una visin tan negativa del ama
de casa
M. Altschul: no no tan negativa en el sentido Era como que cuando no
haba obra, las mujeres que visitaban las feministas, por ejemplo, que visitaban la
obra- se quejaban mucho de la obra de teatro. Decan que les gustaba mucho el
espacio solo, en silencio. Es decir, que eran dos cosas distintas, pero realmente los
fantasmas de la casa eran en esa obra
M. L. Rosa: y esos fantasmas eran cuando la mujer, el ama de casa, se iba
a dormir o convivan en la cotidianeidad de esa ama de casa?
M. Altschul: y no, tambin convivan. Creo que para el ama de casa el
momento de alivio es cuando todos los chicos se van a la escuela, el marido se va
al trabajo y se queda ah y se queda a tomar unos mates y a escuchar la radio.
Entonces hay un momento de tranquilidad en donde ella recupera esos espacios.
Y despus empieza todo el trabajo repetitivo
M. L. Rosa: constante y
M. Altschul: y con la falta del espacio propio para poder crear. Eso es algo
que se da en las distintas clases. Virginia Woolf incluso lo plantea.
M. L. Rosa: claro, la falta de un cuarto propio. No tienen taller o tienen un
espacio chiquitito o es un rincn que prcticamente es inaccesible
M. Altschul: hace poco estuve en Viena en casa de una familia, una casa
maravillosa con antigedades por todos lados, objetos de todos los lugares del
mundo, objetos por todos lados, la casa entera est llena llena de eso y el que
colecciona es el marido y ella dnde tena su computadora? La tena detrs del
microondas, en un rinconcito de la cocina. Y eso es una familia
M. L. Rosa: de alto nivel econmico
M. Altschul: de alto nivel econmico
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Monique Altschul: Buenas tardes a todos y todos. Muchas gracias por estar aqu
en este da realmente heroico. Yo soy Monique Altschul y ella es Mara Laura
Rosa. Y tengo que agradecerle a Mara Laura que nos haya redescubierto. Me
llam un da para preguntarme por Mitominas, y esto qu es?. Tard en darle el
material, en contestarle porque era algo que tenamos totalmente enterrado que era
del pasado. Y gracias a la insistencia de Maria Laura, empezamos a desenterrar
todo ese material. Y agradezco mucho al Cedyp todo lo que est haciendo, los
archivos del Centro Cultura Recoleta para nosotros es muy importante.
Yo les voy a hablar de la cocina de Mitominas, cmo se fue haciendo, cmo lo
llevamos adelante. Antes de Mitominas haba hecho un proyecto que se llam
trasformaciones. Invitaba a distintos grupos a que viniera a mi taller, y que
trasformaran exactamente con los mismo materiales cada uno de los grupos, ese
papel blanco que hay en el fondo que era totalmente blanco, neutro. Entonces
tomaban los materiales e iban construyendo algo. Hubo gente de ciencias sociales,
psiclogos, otro grupo de jvenes, otro de bailarines, mimos, otro de ancianos, que
fue un trabajo que fue un trabajo muy conmovedor porque todo se hizo a nivel de
suelo, una cosa muy recoleta, muy ntima. Fue tan impresionante que la persona
que filmaba Eduardo Altschul, y Marcos Lpez que sacaba las fotos, no pudieron
seguir sacando las fotos, no podan meterse en eso. Empezaron a retirarse y en un
momento los vi que estaban escondidos detrs de unas maderas esperando a que
ocurrieran cosas. Y uno de los ltimos grupos fue el de las mujeres. Las mujeres
rompieron con todo, no acataron ninguna consigna, decidieron romper los paneles
y se arm algo as como un tero dentro del cual ellas trabajaron. Entre las que
estaba ah est Anglica Gorodischer, escritora, Mnica Magrane, fotgrafa, Luca
Mourelle directora de una escuela, fsica, cabeza abajo Liliana Maresca, Nora
Garca, a la izquierda que es pianista, Rosa Brill arriba a la derecha.
A medida que iban trabajando iban presentando distintas propuestas, y se
hacan muchas preguntas. Algunas de las preguntas, eran todos propuestas,
mucho optimismo, mucha alegra, mucho chiste, mucho humor, y lo que podamos
ver es que se salan de la queja y se pasaba al desafo. Todas eran muy
desafiantes.
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Y ah est Liliana Maresca que era una artista, hoy sera una performer
multifactica, se iba reinventando constantemente. Uno de los temas que ms se
hablaba era del poder. Y haba preguntas como Qu proyectos genero yo mujer?
Qu es lo que me atrapa de un proyecto? Cules son nuestros miedos? Existe
una mirada femenina? Es legtimo o beneficioso para nosotras plantear una
esttica femenina o feminista? Cmo desarrollamos las mujeres nuestros
proyectos, cmo trabajamos? Cmo manejamos el tiempo, el espacio, lo
recursos? Qu es xito para las mujeres? Cmo preferimos el poder, para qu lo
queremos?
Apareci en distintos momentos la necesidad de tener recursos para trabajar y
lo difcil que resulta para las mujeres conseguir esos recursos. Creo que resultaba
mucho ms difcil hace 20 aos que hoy en da. Todas hemos a prendido a salir a
pelearla un poco ms afuera. En ese momento era todo muy complicado. Cuando
decidimos que bamos a hacer Mitominas, la gran pregunta era de dnde sala el
dinero, quin consegua los recursos. Y la frase que ms repeta era yo no sirvo
para conseguir dinero. Y esto es interesante porque es lo mismo que dice Clara
Coria en su libro sobre las mujeres y el dinero. El libro se llama El sexo oculto del
dinero. Y plantea la convergencia en la mujer de una trada sugestiva: dinero chico
o caja chica, espacio restringido y tiempo indiscriminado. Que se manifiesta bajo el
aspecto de un dinero, un espacio y un tiempo esculpido a la medida del mbito
privado, de lo domstico, lo cual provoca otra medida y otra calidad en el accionar.
Clara Coria interpreta que esto se debe a la falta de contacto fluido con el dinero
que es una de las caractersticas de la dependencia econmica, y al mismo tiempo
es una consecuencia. Se entrelaza con una manera particular de concebir el
tiempo y el espacio, creando un modelo psquico que va a tener fundamental
importancia en todo lo relativo a la movilidad y toma de decisin. Y Coria lo deriva
la ecuacin tan enfatizada de la tradicin judeo-cristiana: mujer+dinero+mbito
pblico = prostitucin. Las mujeres pblicas. Justo aqu est una de las integrantes
del grupo de arte feminista Mujeres Pblicas, Magdalena Pagano.
El otro tema es que as como el tiempo es indiscriminado, y la mujer que
trabaja si tiene el taller en su casa al mismo tiempo hace las tareas de la casa, se
ocupa de los chicos, llama por telfono a ver quien los busca al colegio, etc. Hay
otro tema que es el espacio propio. Y ac nos encontramos con Virginia Wolf, que
en su libro Una habitacin propia dice la libertad intelectual depende de cosas
materiales. La poesa depende de la libertad intelectual y las mujeres siempre han
sido pobres, no solo durante 200 aos sino desde el principio de los tiempos. Las
mujeres han gozado de menos libertad intelectual que los hijos de los esclavos
atenienses. Las mujeres no han tenido pues, la menor oportunidad de escribir
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poesa. Por eso he insistido tanto sobre el dinero y sobre tener una habitacin
propia. Y esto lo deca Virginia Wolf que perteneca a una clase privilegiada.
Y el otro tema es el tema del tiempo, lo que es la feminizacin del tiempo. Y es
interesante lo que plantea Frida Hoffman, que tiene un libro que se llama Tomando
nuestro tiempo. Perspectiva feminista sobre la temporalidad. Y ella dice que en
general en la cultura se plantea el tiempo de la muerte, cmo sobrevivir a travs de
la cultura para de alguna manera evitar la muerte. Cuando las mujeres empiezan a
meterse en la cultura y a trabajar en la cultura, el acento se pone en el nacimiento.
Es decir que esa sera la contracara.
Volviendo a los fondos, fuimos dos las que decidimos que bamos a salir a
conseguir fondos. La otra persona es Miriam Gerusalami que es una plstica
brasilera, muy eufrica, muy simptica, muy desenvuelta, y que me daba coraje
para ir a ver a los siniestros empresarios que siempre nos hacan esperar media
hora, una hora hasta que nos reciban, despus de haber pedido 3 o 4 veces cita, y
finalmente nos daban muy poco. Generalmente los que nos daba era materia
prima. Pero eso fue importante para Mitominas 1 porque nos dieron muchos
metros de telas de distintos colores, y nos dieron materiales como para hacer las
esculturas. Y a una mujer le debemos esta publicacin, a la fundacin Argentia
quien era en ese momento la presidenta y que es la plstica y escritora Natalia
Cohen.
Cmo naci el proyecto, cmo fue surgiendo? Hicimos muchsimas
reuniones. Anglica Gorodischer recuerda como fueron esas reuniones y cuenta
que nos reunimos y que una de nosotras dijo que haba que hacer algo al respecto
de los mitos. Que si bien los mitos haban sido contados una vez y para siempre
haba que pensar si no exista otra manera de contarlos. Esto fue el punto clave de
Mitominas: reinventarnos nosotras mujeres, dentro de los mitos y a travs de eso
reinventar tambin los mitos. De ah pasamos a reunirnos a veces de a 2, de a 3,
de a 5, de a 20 mujeres, a pensar en los mitos, hablar de ellos, mirarlos, sobarlos,
cuestionarlos, rechazarlos, volver a aceptarlos. En la primera reunin nos
dedicamos a comer exquisiteces y a tratar de definir qu es el mito. Lo primero nos
levant mucho el nimo dice Anglica. Y de lo segundo eso que llamamos el
manifiesto de las Mitominas y que se encontrar por ah en otro lugar de este
acontecimiento. Aqu Anglica comenz a relevar los distintos mitos y se
preguntaba por qu Eva ha de ser la culpable del pecado original y no como
Prometeo la herona, curiosa, fuerte y desobediente que consigue para la raza de
las mujeres y de los hombres la luz del conocimiento. Por qu esto ha de ser la
sombra de una palabra y no la palabra que Narciso no alcanza porque es un idiota
ocupado en mirarse al espejo y probarse ropa de dios. Vase en la Ventana
Indiscreta de pap Hitchcock en donde el hombre es la mirada y la mujer es la
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Mara Laura Rosa: Bueno, yo voy a ser un poco breve, justamente para dejar a los
comentarios y voy a dar un poquito el marco terico en donde se inserta Mitominas.
Porque en realidad estas dos exposiciones, la primera de 1986 y la segunda de
1988 se insertan en un marco terico y que tiene que ver con el activismo feminista
que se viene desarrollando en Buenos Aires desde la segunda ola, es decir desde
1970. A partir de 1970 las historiadoras del arte feministas van a desvelar que la
historia del arte es una construccin con exclusiones. Entre ellas las mujeres, pero
no fueron las nicas excluidas dentro de este discurso de la historia del arte
tradicional o cannico. Y uno de los conceptos reguladores de este discurso, el
discurso de la disciplina, va a ser el concepto de genio que las historiadoras del
arte feministas van a caracterizar digamos, con 4 connotaciones: este concepto es
blanco, burgus, heterosexual y masculino van a decir las historiadoras del arte
feministas.
Al calor de la segunda ola feminista, es decir a partir de 1970 se pone en
marcha el desarrollo del arte feminista el cual tomar el slogan lo personal es
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Monique Altschul: Yo quisiera agregar que los talleres se hacan los das de
semana, y quienes concurran eran sobre todo mujeres. Pero los fines de semana
tuvimos muchas mesas redondas y participaron una gran cantidad de intelectuales
que siguen vigentes hoy. Estaban Covadloff, Jos Pablo Feinmann, Fernando Ulloa
estuvo en cantidad de actividades, Mara Luisa Lerer, Norman Brisky, estoy
nombrando a los varones que participaron, Sergio Sinai. Haba una lista enorme de
varones que participaron. Tambin lo cual para nosotras era una manera de
involucrarlos en lo que estbamos proponiendo.
Bueno, si tienen alguna pregunta o comentario
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Pblico: (casi inaudible) la elaboracin de las obras por parte de ustedes en cada
institucin. O sea, cmo fueron, llevaban una firma individual, pero de todos
modos discutan entre ustedes?
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Monique Altschul: Si, eso fue realmente importante porque adems trabajbamos
con mucho humor. Todo el mundo continuamente se rea, se diverta, y era muy
gozoso trabajar en eso y queramos que eso fuera, creo que ni siquiera lo dijimos,
que fue surgiendo as. Y esto fue muy importante tambin para la difusin de esto.
Por ejemplo un da nos instalamos en Canal 7, que en ese momento tena un
noticiero que era absolutamente insolente, que se llamaba La noticia rebelde. Nos
instalamos ah hasta que pudimos hablar con alguno de ellos, y los convencimos
de que vala la pena que vinieran a verlo y que les iba a gustar, que se iban a
divertir, etc. Vinieron, y tenamos un poco de miedo porque poda salir bien o poda
ser tambin una crtica feroz que nos despedazara. Pero realmente se prendieron
muy bien y durante 3 das pasaron 5 o 10 minutos de lo que ocurra en Mitominas
con lo cual el fin de semana siguiente se llen el Centro Cultural y tuvimos en las 4
semanas que dur 25 mil personas. Y de la misma manera salieron notas en los
distintos peridicos, hasta en la revista de La Nacin salimos, que realmente era
inslito que apareciramos ah. Pero vinieron de una revista que ahora no recuerdo
como se llama pero que es el equivalente de lo que hoy es hombres. Libre si. Y
realmente fue la mejor entrevista que nos hicieron. Y despus tambin salieron
notas en California, una nota en una revista que se llama Collections. Que hoy
aqu est un pasante nuestro Alex, que estamos reordenando toda la biblioteca y
me encontr con nmeros de Collections as que voy a traer eso, quera traerlo
hoy y me olvid, pero es una nota muy linda. O sali una nota de unas 10 pginas
en una revista sueca. Que hasta el da de hoy no hemos traducido totalmente,
Carla tradujo algunas partes que sabe algo de sueco, pero creemos que le gust la
muestra. Creo que todo ese clima es el que atrajo y es muy importante tratar de
recrear. Ahora despus de Mitominas creamos una ONG con Zita Montes de Oca
que era la primera sub secretaria de la mujer que tuvo la Argentina de la
democracia. Y la organizacin es Fundacin Mujeres de la Igualdad. Y ahora
estamos trabajando desde hace unos cuantos aos, desde el ao 2000, 2001 en
un tema dursimo que es la trata humana. Toda la trata humana, y la explotacin
sexual. En el 2008 hicimos el 3er foro internacional de las mujeres contra la
corrupcin, lo hicimos en la facultad de derecho, y una graduada del IUNA que vive
ahora en el Chaco, ofreci hacer lo que haba sido su tesis de graduacin que era
sobre la trata. Y lo hicimos en la facultad de derecho y realmente fue muy
contundente. Creo que incorporar las performances, la actuacin, el canto, la
palabra, agrega muchsimo a lo que es solamente la plstica, y todas las formas de
expresin combinadas se van enriqueciendo para estos temas.
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Pblico: Te hago una pregunta. Cuando vos dijiste que te son el telfono y era
Mara Laura dijiste que era como volver al pasado, o una cosa que tardaste en
contestar. Durante esos aos en los que nadie te habl de Mitominas, a nadie le
import aparentemente, antes de que alguien diga eso, vos que pensabas sobre
lo que habas hecho?
Mara Laura Rosa: Una cosa quera decir en relacin al humor. Las feministas
anglosajonas de los 70 no tenan mucho humor, por eso las feministas
latinoamericanas terminamos teniendo esa cruz de la falta de humor, cuando en
realidad son las latinoamericanas las que ms humor tienen. Las mexicanas son
increbles como se ren, de las cosas ms terribles, y cmo se pueden rer. Pero las
primeras feministas las de las radicales de los 70 anglosajonas no tenan
demasiado humor. Ese fue un tema, porque manejaban la angustia. Uno se llenaba
de angustia viendo esas obras. En Mitominas ni siquiera hablando de SIDA uno
puede salir angustiado. Porque tena otro clima que se respiraba. Mucha cosa
ldica y de hablar de lo ms terrible hasta desde un lugar de juego y de chiste. Y
hubo varios artculos en la prensa donde destacaban el humor: A las minas con
humor haba titulado uno de los artculos Clarn, y todo este tema de la risa
aparece mucho, que es algo diferente, bueno, muy caracterstico.
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Adela: stas son tuyas, son las que me diste, sta es la pintura que yo tom
de Ana Lisa en Parque Lezama, sta es la murga con que cerr Parque Lezama.
Murga Fantasma
M. L. R: Qu linda foto.
Adela. sta fue la orden que ella puso, despus cuando se sacaban las fotos
mira qu linda que est. Mira yo ponindome una vbora encima.
Aqu: Ponele el cuerpo y hace tu propio ritmo, as deca el cartel.
M. L. Rosa: Ponele el cuerpo y hace tu propio ritmo.
Adela: sta est linda.
B Braunstein: Era una instalacin, figura como instalacin.
Adela: Claro peroaqu est tirada.
B. Braunstein: Pero haba que darle un orden.
M. L. Rosa: As colgados y la vbora
Adela: Aqu est la murga fantasma en su lugar de ensayo.
B. Braunstein: Todo era nuestra imaginacin.
Adela: Aqu: Poneles el cu dice, poda ser cualquier cosa.
M. L. Rosa: Est bueno.
B. Braunstein: Pero eso sali de casualidad.
Adela: Sali as.
M. L Rosa: No es una vbora, creo que es una
Adela: Eso lo aprovechamos, yo no s si alguien lo llevo o estaba tirado ah
y lo aprovechamos.
M. L. Rosa: Es como una manguera.
B. Braunstein: S, una cosa de esas.
Adela: Aqu est la murga cuando todava estbamos en ciernes no?
M. L. Rosa: sta que no se pierda. Pero mir todas las fotos, pero qu
lindas.
Adela: Y adems yo las hice en ese tamao porque las aprovechamos para
la cosa de Coco Romero. Una amiga ma se levant a las 8 para sacarle fotos a la
pared porque habamos puesto ves? sta es la de la murga.
B. Braunstein: Pero hace poco.
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M. L. Rosa: Bueno. Y tus fotos, todo lo que sea de Adela porque sino voy a
armarme un merengue.
B. Braunstein: Bueno, pero si se mezcla lo de nosotras tampoco es muy
grave.
Adela: Por eso te digo si te pasa algo con las cosas realmente no te
preocupes porque tampoco es un drama.
M. L. Rosa: Gracias. Bueno stas son tus fotos?
B. Braunstein: S, stas son mis fotos. Estos son negativos de stas. Ac
est Mitominas II. Yo lo que voy a hacer es ir a Quinefot que es donde yo trabajo y
les voy a pedir que me hagan una copia de cada una de stas y las que no estn
les voy a pedir que me las escaneen ellos en papel fotogrfico.
B. Braunstein: Claro, claro, trabajan muy bien.
M. L. Rosa: Qu lindo, son muy lindas. stas son las de Mitominas III.
B. Braunstein: Ac hay ms negativos.
M. L. Rosa: No, estn las mariposas nada ms. No vale la pena.
B. Braunstein: Bueno.
Adela: Beba tens un poco de scotch?
B. Baunstein: S.
Adela: A m stas me gustara tenerlas.
B. Braunstein: Cules?
Adela: Las de la murga grande.
M. L. Rosa: Te hago copias.
Adela: Bueno, gracias.
M. L. Rosa: Estos muecos varones estaban en la muestra Mitominas II?
B. Braunstein: No, en esa muestra no. Estaban sabs dnde? en la del
Centro Cultural Borges, en un piso, en un balcn.
M. L. Rosa: Son de Silvia.
B. Braunstein: S, son de Silvia Bercoff.
M. L. Rosa: Entonces stas te las dejo para no decir pavadas, porque yo en
Mitominas no los vi.
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de
las
galeras,
uno
de
los
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tema de la fertilidad tanto a nivel biolgico como a nivel cabeza. Con ella, que es
una escritora que tuvo premios, ramos ntimas amigas y sta es mi hija
M. L. Rosa: Cmo se llama la escritora?
I. Fuskov: Silvia Schmidt.
A. Bassas: Es la de la entrevista no?
I. Fuskov: No, no es la del libro.
A. Bassas: Ah, es la del libro, vale.
I. Fuskov: Ella es escritora y durante muchos aos tuvo taller literario. Nos
conocimos en el 78` cuando empezamos a hacer terapia de parejas, cinco parejas
juntas. Ella sigue con el marido. ramos intimas amigas con Silvia.
A. Bassas: Se nota porque en el libro la entrevista fluye muy bien, se nota
que la conoce o que hay una afinidad.
I. Fuskov: Vivimos muy cerca y seguimos siendo muy amigas.
A. Bassas: Qu lindo.
Fuskov. Tambin en esta imagen de mi hijaque en ese momento pas
una depresin terrible. Terrible porque ella estaba metida en el Movimiento de la
Juventud Peronista, de la JP, y a pesar de que ella tiene una disminucin visual
muy, muy grande, la utilizaban, tena catorce aos y la utilizaban para trasladar
armas. Una vez ella tena una cita poltica -todo eso era desconocido para m, era
secreto- y se perdi y no encontr a los compaeros. Resulta que fue uno de los
fusilamientos ms grandes de jvenes en el proceso.
M. L Rosa: Vos de esto me ests hablando del proceso, antes de esa serie
que es en el 82`.
I. Fuskov: Paula ahmurieron muchos compaeros de ella
M. L. Rosa: Se salv raspando.
I. Fuskov: Ella se salv raspando y durante muchsimos aos vivi con una
pena, con una angustia terrible. Por eso esta foto, yo no saba de este episodio.
Mis tres chicos estuvieron involucrados polticamente, uno se tuvo que exiliar en
Brasil. Los tres se tuvieron que ir de casa porque la orden era no vivir ms en la
casa.
A. Bassas: T te enteraste ms tarde.
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santificadas, beatificadas. Ella deca que eso era otra vez volver al thelos de la
maternidad y lo discuta
M. L. Rosa: Era tremendo decir eso en esa poca.
Fuskov: En ese momento no?
M. L. Rosa: En ese momento tenas que tener muchsima fuerza, mucho
valor para decir eso.
I. Fuskov: En el 84`que fue el primer encuentro, el 8 de marzo, cuatro mil
mujeres ac en Plaza Congreso, despus de la dictadura ella vino con un cartel
que deca: No a la maternidad, s al placer, por lo cual la criticaronen algunos
grupos ponan un cartel que deca: No ser bien recibida Mara Oddone. Eso
sigue hasta hoy en da. A m me gustara que la conocieras, tienen ochenta y pico
de aos y una lucidez
M. L. Rosa: Bueno, vamos.
I. Fuskov: Adems sera una reivindicacin. Yo tengo la autobiografa que
ella edit y que las feministas no se atrevieron a presentar como por ejemplo
Carola y otras libreras de la mujer. Ella quera presentarla y le dijeron que no. Con
el tiempo eso habr que reverlo.
M. L. Rosa: Por qu? Por esta posicin.?
I. Fuskov: No por eso sino porque tambin pona ciertas crticas a la
maternidad que para algunas es palabra sagrada. Ella cuestion mucho. Cuando
tengas tiempo y quieras leer la biografa yo la tengo, ah cuenta sobre su
separacin, sus cuatro hijos, su marido militar. Se compr una imprenta la puso en
la cocina e imprima -en aquel entonces no haba fotocopias- los volantes. Muy,
muy jugada.
Mi contacto con Mara Elena, ya separndome, me vuelca en el feminismo y
empiezo a leer, adems ella traa libros de afuera en espaol y los haca circular.
Por ejemplo los de la italiana cmo se llama? no me acuerdo ahora.
A. Bassas: Carla Lonzi
I. Fuskov: Exacto, esa. Bueno, toda esa vanguardia. Ella te venda los
libros porque en ninguna librera haba. Mara Elena ha hecho un trabajo
impresionante.
M. L. Rosa: Muy subversivo, muy crtico dentro del mismo feminismo.
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I. Fuskov: Exacto.
A. Bassas: Pero entonces toda esta serie la hiciste antes de entrar al
feminismo.
I. Fuskov: Djame pensar en realidad ya tena contacto con Mara Elena
pero era como el comienzo, el inicio. Yo no lo una a lo plstico por ejemplo.
Entonces ya con una visin ms de feminista hago el trabajo. Ya me haba
separado, vendimos la casa -tenamos una casa en La Lucila cerca de San Isidrovivimos treinta aos en esa casa, la vendimos mi marido se port muy bien y me
dio la mitad. Por primera vez viv en la ciudad porque yo siempre haba vivido en
provincia. Me compr un departamento en Santa F y Uriburu, un enorme
departamento, por primera vez en mi vida iba a vivir sola, fue fantstico. En el
85`me fui al encuentro de Brasil en la (15:33) y me enamor de un par aunque fue
platnico, aunque para m no lo fue porque slo ya de mirarlas me temblaban las
rodillas.
A. Bassas: Estuvo en
I. Fuskov: En Brasil, en el encuentro feminista. Me empieza a mandar la
revista Nosotras que nos queremos tanto y mucho material terico, es decir yo
empiezo a tener mucha informacin y mucho material sobre lo lsbico, ya ah me
descubro como lesbiana, ese primer enamoramiento de una mujer. Y arm con las
compaeras esta serie para Mitominas que es La mujer y la sangre Cmo se
llama? Lemos por ejemplo El informe Hite lo leste?
A. Bassas: Yo no.
I. Fuskov: Esta mujer habla sobre la sexualidad de las mujeres y tiene un
prrafo en el que hablate lo tengo que leer, lo tengo acque para algunas
mujeres lesbianas era una fiesta pintarse menstruando, era antes del sida este
informe. Nosotras lo lemos y con un grupo hicimos una serie de fotos. Esta es
Adriana Carrasco quieren que lo saque o lo ven bien?
M. L. Rosa: No, no, se ve perfecto.
I. Fuskov: Mujeres pintndose con sangre menstrual.
M. L. Rosa: Esto es para el Mitominas II, del 87`
A. Bassas: El de la sangre no? el mito de la sangre.
I. Fuskov: S, el de la sangre.
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I. Fuskov: S, tambin ah los expuse. Fue tambin una cosa que me divirti
hacer y que no me atrev a llevar al grupo de Coppola.
M. L. Rosa: No?
I. Fuskov: No, no.
A. Bassas: Te criticaban todo.
I. Fuskov: Todo. Yo tengo unas fotos por ejemplo de Hctor Bianciotti, que
es el nico argentino que integra la Academia Literaria de Francia, que era un
poeta argentino pobre como una laucha pero ya apuntaba como un ser muy
especial. Yo tengo unas fotos sacadas ac en Buenos Aires que me parecen unos
retratos buensimos y cuando se los mostr a Coppola y al grupo empezaron: La
ventana debera estar un poco ms a la derecha y cosas as. Si tenemos tiempo
les muestro los retratos de Biancotti. Bianciotti es hoy miembro, se llama
academia?
M. L. Rosa: De la Academia de Letras francesa?
I. Fuskov: S. De la Academia de Letras francesa.
Bueno despus fue esto y yo despus dej de hacer fotografa. Saben por
qumejor dicho esto es retomar la fotografa de alguna manera. Yo en el ao
61`tuve mi tercera hija tengo dos varones y ella- que naci ciega. Para m fue
terrible, yo ya no pude hacervos sabs que las ltimas fotos que saqu, el ltimo
rollo son las cajas de fruta que llegan al mercado pero que todava tienen un
plstico encima, un toldo. Para m se cierra como un teln, hasta que Paula
despus de cuatro operaciones, antes del ao, recupera una dcima de visin.
Mientras tuve ese beb ciego en brazos ni pensar en una imagen.
A. Bassas: Qu duro.
I. Fuskov: Fue muy duro, muy duro.
A. Bassas: Eso fue retomar entonces
I. Fuskov: Fue retomar de alguna manera, volver a la cmara.
M. L. Rosa: Se cierra con Mitominas en los 80`? No, vos seguiste con
Coppola y en el 90` Qu pasa? A raz del encuentro con Claudina
I. Fuskov: Bueno en el 91 es el famoso almuerzo con Mirta Legrand que
tiene una audiencia de 36%. Bueno, se empiezan a formar grupos de lesbianas,
nos dan un espacio, Carola y Piera nos dan el espacio que tienen en la calle
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I. Fuskov: S.
A. Bassas: En esas acciones que hacan en grupo, a veces hacan alguna
performance o alguna cosa impresa?
I. Fuskov: Mira, ramos tres personas: sta nia que ahora est dedicada
nada ms que a la filosofa, Adriana Carrasco
A. Bassas: Nada de feminismo?
M. L. Rosa: No, no quiere saber nada de feminismo.
A. Bassas: Qu raro no?
I. Fuskov: Una mujer que tena cerca de 80, Josefina Quesada
M. L. Rosa: Josefina Quesada tena cerca de 80 aos?
I. Fuskov: S, debera tener mi edad actual.
M. L. Rosa: Qu fuerte.
I. Fuskov. S. Ac hay una pequeano, no, tengo que buscarla. Nuestra
propuesta era la siguiente: cada una lea diarios y estaba en contacto con lo que
pasaba en la Argentina y en Buenos Aires y se haca un cartel para exhibir. Nos
encontrbamos antes de las 20hs para ver los carteles que habamos hecho cada
una y para colgarlos. A las ocho de la noche en Lavalle, que en aquel entonces era
prcticamente la calle de todos los cines de Buenos Aires, pasaban miles de
personas que nos vean as con el cartel. Recuerdo por ejemplo uno mo que deca:
Las mujeres somos las nicas dueas de nuestra fertilidad. Lo cual a los hombres
los enloqueci, dos horas paradas as escuchando los comentarios. Voy a
buscarles el membrete que nos hicimos porque deca: Grupo feminista de
denuncia, calle Lavalle al 800 los sbados de tal hora a tal hora.
A. Bassas: Eso ya es una accin.
I. Fuskov: Hoy en da
A. Bassas: Como ahora estn reivindicando otro tipo dede propuestas, de
polticas sociales de otros lugares, yo ceo que eso nosotros lo debemos reivindicar
como una accin tambin.
M. L. Rosa: Claro.
A. Bassas: Me entiendes? Porque otros tambin lo estn haciendo, eso era
una accin, porque era una cosa militante, era
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Fuskov: Yo creo que inclusive hay un cierto retroceso del lugar de las
lesbianas, porque ahora con lo de la comunidad gay, lsbica, bisexual, transexual
hay como una cierta invisibilidad.
Bassas: Es como todo ah.
Fuskov: S, pero digamos el rechazo de la heterosexualidad obligatoria es
un paso poltico impresionante.
Bassas: Eso es lo que decs en el libro, lo que cuentas en el libro, en el
artculo de Adrienne Rich, que fue tan importante para ti y realmente para muchas.
Fuskov: Es que ese
Bassas: Ese mandato es la clave de la cuestin no?
Fuskov: Es la clave de la cuestin.
Si no tens fotocopia, te hago una fotocopia buena.
M. L. Rosa: Una fotocopia buena de los otros textos, las cartas, todo.
Fuskov: Yo esto es lo que tengo digamos de
Bassas: Material no? Yo creo que esto es lo que se puede pasar el da de
la sesin porque
Fuskov: Esto es simplemente una cosaes una de mis fotos creo que ms
hermosas. Est tomada en una villa miseria y ese nio con ese barrileteyo amo
esta fotografa.
A. Bassas: Hacas este tipo de fotografa t?
I. Fuskov: S, con luz de calle por lo general.
A. Bassas: Pero ibas a lugares sociales as, barrios pobres o de todo?
I. Fuskov: Tengo toda una serie sobre -bueno no s si la quers ver- sobre
la Isla Maciel, una villa miseria.
A. Bassas: An hoy.
I. Fuskov: El papel est arriba, acordate.
M. L. Rosa: S, si.
A. Bassas: Todava hoy es una villa miseria?
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I. Fuskov. Nada. Es que ella tena un talento increble, ella misma cantaba
sus canciones en el San Martn, yo llevaba a mis chicos en aquel entonces. Era
difcil que alguien que escribiera para nios dijera que era lesbiana, era imposible.
A. Bassas: Lo que le pas a Claudina no? Hay que entenderlo tambin en
contexto.
I. Fuskov: Pero podra decirlo ahora. No lo ha dicho.
A. Bassas: Bueno.
I. Fuskov: Sara Facio tampoco. Susana Rinaldi, la cantante de tango, es
del mismo grupo.
A. Bassas: Y tampoco?
I. Fuskov: Tampoco.
M. L. Rosa: La fotgrafa esa que vos decs.
A. Bassas: Facio.
M. L. Rosa: No, la pareja de ella que no nos acordamos el nombre, la obra
cuando se separan se la queda Facio y es muy difcil conseguir obra de ella.
I. Fuskov: Escchame si vos quers eso te hago copias lser.
M. L. Rosa: De fotos de la ex pareja de Facio?
I. Fuskov: Cmo se llamaba? No me puedo acordar.
Esa de la espalda es la mejor foto, es muy bonita.
M. L. Rosa: Toda la serie Cmo se llama la serie?
I. Fuskov: La serie? No s que s yo.
No quieren tomar un caf nias? Yo no s que ms contarles.
A. Bassas: S, si.
M. L. Rosa: Dale, tomemos un caf.
Salieron fantsticas Ilse te las voy a pasar.
A. Bassas: Porque todos los documentos, todo esto hoy en da es como
trabajo artstico ya. Porque es documento de una accin, de algo que pas, de un
debate.
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amor y gratis. Bueno, recog ideas muy interesantes y de repente en el Herald leo
una noticia: revista Persona, revista feminista editada por Mara Elena Odonne. Eso
debe haber sido el 78. La llamo por telfono.
Alumna: el contexto era la ltima dictadura
I. Fuskova: en plena dictadura Mara Elena sacaba esa revista. Mara Elena
se haba divorciado de un militar, dej 4 hijos. Lo que le toc en el divorcio lo puso
todo en el feminismo, alquil una imprenta, la instal en su cocina, sacaba los
volantes. Es la nica que sac volantes contra la invasin de Malvinas, por
ejemplo. Fue una mujer muy valiente. Bueno, ah empiezo, integro el grupo de
Mara Elena, formo otro grupo, integro Asociacin del Trabajo y el Estudio de las
Mujeres (ATEM), estoy 15 aos ah.
Ahora bueno en el ao 85 es el famoso encuentro de Bertioga, en el III
Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en la ciudad brasilea de
Bertioga y ah las argentinas, que ramos varias, vemos por primera vez una
militante lesbiana espaola de nombre Empar Pineda que tiene un
discurso sobre la sexualidad y el por qu uno no tiene que estar a
escondidas. Tiene una cantidad de teoras extraordinarias que plantean que
realmente la heterosexualidad obligatoria es una especie de dictadura masculina,
que en la sexualidad se da un abanico, pero lo que el acento est puesto en la
posibilidad de la atraccin y del amor entre mujeres. Bueno, las argentinas nos
enloquecemos de tener teora para justificar esa atraccin que empezamos a
sentir. A la noche en Bertioga haba msica, msica brasilera, haba muchos
tragos, se bailaba y se genera un ambiente de sensualidad y atraccin entre las
mujeres con el clima brasilero, que solo podramos haber imaginado en un boliche
heterosexual. No, se daba entre las mujeres tambin. Fue un descubrimiento muy
importante y muchas empezamos a sentirnos que realmente ramos lesbianas, que
una estructura nos haba llevado a una vida heterosexual, a tener una familia, a
tener hijos. Yo tengo tres hijos, pero una realidad profunda mostr otra cosa.
Ahora, hay otras mujeres a mi movindome en ese espacio intelectual de Buenos
Aires no lo haba podido descubrir en 30 aos. En cambio, otras mujeres, mi
compaera, por ejemplo, de provincia, lo saba desde que tena 6 aos. No se
sinti, digamos, obligada, amarrada a un heterosexual. Bueno termino ac con la
publicidad gay.
M. L. Rosa: Bueno, yo te quera preguntar algo especfico: que le contaras a
los chicos, a Ana y a Fernando Qu fue el grupo feminista de denuncia? Qu
hacan ustedes, por un lado, y quin era Josefina Quesada?
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ingeniera, pero tambin estudiaba teatro con Gen. Bueno, no fue un mal consejo.
Estuvimos juntos Eduardo y yo durante 30 aos. Ya les dije: descubrir m el
lesbianismo me llev mucho tiempo, pero todava llego a tiempo porque mi vida
cambi para mejor, aunque no fue fcil en cuanto a relaciones familiares, pero mi
vida, desde entonces, ha sido muy buena y no me arrepiento. Bueno ya pas
Alumna: Ilse y tus hijos acompaaron algo de tu militancia feminista?
I. Fuskova: Mir, mi hijo que vive en Berln le pareci fantstico. El otro no.
[Al que le pareci bien] Estaba estudiando cine. Me film en la plaza, en el cine con
el cartel, pero a mi hija psicloga le cost mucho. En una poca me deca: no
quiero que nos vean juntas en la calle porque mis pacientes no s qu van a
pensar. Porque despus yo en un momento tuve mucha exposicin pblica como
lesbiana militante. No es fcil para una hija, por ms que venga de un ambiente de
izquierda y de cabeza abierta. En casa, en esa casa de La Lucila donde se criaron
mis chicos estaban todos los pensamientos ms avanzados pero despus, en
concreto, tener una mam lesbiana!
M. L. Rosa a partir de qu ao estuviste ms expuesta con la militancia
lesbiana?
I. Fuskova: militancia lesbiana en el 87 habamos despus de Bertioga
que nos fascin empezamos un grupo de estudio, sobre todo, con el texto de la
americana Adrienne Rich Heterosexualidad y existencia lesbiana, donde es una
mujer que haba estado casada, que tiene hijos. De repente descubre en ella el
lesbianismo y escribe un ensayo extraordinario. Se pueden obtener copias en la
librera de la mujer.
Alumna: Est en la bibliografa.
A. Bassas: Slo una parte porque era muy largo, entonces, puse solo la
primera parte que est traducida al castellano.
I. Fuskova: Para nosotras fue la primera herramienta terica para
plantarnos, bueno no somos personajes de prensa amarilla porque en aquel
entonces estbamos solamente entre las corruptas, las que seducen a nios
indefensos. Bueno, antes de pararnos con nuestro grupos en Plaza Congreso el 8
de marzo de 1987, algo en mi destino me llev a Berln donde conoc a las
lesbianas alemanas de Berln que, adems, se rapaban casi, se presentaban bien
que nadie poda dudar que eran lesbianas, con un orgullo, un discurso terico
fantstico, con numerosas casas donde tenan bibliotecas, videos, grupos de
discusin. Y, despus, tambin el destino me llev a San Francisco, la meca de
gays y lesbianas, donde vi el mismo fenmeno. Y cuando yo volv a Buenos Aires
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fue
vagina o un tero recin ms tarde. Era como una imagen y, adems, sent que lo
tena que hacer. Y despus ya ms elaborado digo: pero la fertilidad tambin est
en nuestra cabeza, en nuestro vientre y en nuestra cabeza. Y bueno, Silvia
Schmidt que pos para esa foto. Yo mand esas dos fotos a Alemania y me las
publicaron. Yo amo esas dos fotos porque cada vez de alguna manera veo niveles
significativos. Laura vos no tens el texto, el de cartoncito? Porque es un texto de
esa poca y dice
M. L. Rosa No prometo traerlo. Y el de la sangre cmo fue? Que tambin
te preguntaban
I. Fuskova: S. Vos tens ac las otras fotos de la sangre?
M. L. Rosa No, seleccion esas dos nada ms. Queras que pasara todas?
I. Fuskova: no, no, pero si las tenas
Alumna: Del zapallo tenas solo esas tambin?
I. Fuskova: Es mucho ms grande
M. L. Rosa: Tengo toda la serie escaneada, pero traje y seleccion esas dos
para que... Por ah en el centro de la cooperacin la invitamos a Ilse y pasamos la
serie.
I. Fuskova: Cuando se anuncia Mitominas de la sangre yo estaba leyendo
muchos libros y revistas. Hay uno de Shere Hite, es una filsofa sociloga que
hace mandar 80 mil cuestionarios por Estados Unidos con preguntas sobre
sexualidad de las mujeres. Qu prcticas? Con quines? 80 mil. Y de todas esas
respuestas ella hace un libro que se llama Sinceridad sexual. En una de las
pginas encuentro, en mi plena efervescencia feminista, un relato de dos mujeres
que solan pintarse con sangre menstrual, es decir, tenan sexo y luego pintaban.
Todava no estaba el sida cuando se hace esa encuesta. Queran sacar la sangre
menstrual de esa cosa prohibida, escondida, que la mujer se senta avergonzada
de menstruar y usaban esa sangre para pintarse. Ah creo que hay unas seis fotos:
dos compaeras desnudas, algunas acostadas, otras sentadas, siempre las
mismas con distintas pinturas y nos pareca un tema fantstico citando, adems,
cmo se origin la idea, y se lo mandamos a Monique Altschul pero no fue
aceptado en el 88, hace 20 aos, que eso poda cerrar la muestra de Mitominas II.
Alumna: Y vos hiciste las fotos
I. Fuskova: Yo hice la serie de fotos. Las expuse despus en una jornada de
ATEM pero bueno en un patiecito
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M. L. Rosa: O solteronas.
A. Gorodischer: O solteronas amargadas resentidas, malcogidas, todo. Hoy
todava se escuchan cosas de esas. A las muchachas ms jvenes que a veces
me dicen: Mira lo que nos dicen, yo les digo que tienen que aprender a contestar.
Porque hay cosas que son terribles, el chiste por ejemplo.
M. L. Rosa: El chiste es tremendo.
A. Gorodischer: El chiste es tremendo. O cuando por ejemplo dicen: Ah, las
mujeres estn todas locas, yo les digo: S, y los hombres son todos unos
pelotudos. Y cuado me dicen: Eh, qu agresiva, les pregunto: Yo?
M. L. Rosa: S, hay que aprender a contestar, eso es verdad.
A. Gorodischer: Hay un montn de cosas, de estereotipos que te largana
veces incluso sin querer, a veces incluso buena gente pero que ha mamado todo
eso no?
M. L. Rosa: Y esa llegada de la democracia, esa necesidad de hablar
cosas yo recuerdo una frase que siempre estuvo en esa dcada de los 80`que
era: no confundir libertad con libertinaje.
A. Gorodischer: Eso yo lo he escuchado desde que tena diez aos.
M. L. Rosa: Yo se ve que pude darle odo en los 80`.
A. Gorodischer: S, es una cosa que yo digo de qu me estn hablando?
cuando una tarada dice: yo no soy feminista, soy femenina. Te dan ganas de
agarrar un hacha y decirle: Pero vos te das cuenta la estupidezuna vez nuestra
presidenta lo dijoesa confusin entre fisiologa-biloga. Femenina somos todas, si
te pones hormonas masculinas y un pito de goma o te implantas segus siendo
femenina porque tus glndulas internas son femeninas, as que femenina sos
siempre. Lo otro es la ideologa, sos comunista o sos radical o ests con Lilita o no
s que cosa. Pero decir: yo soy femenina, no soy feminista es como decir: yo no
soy socialista, yo soy de mediana edad.
M. L. Rosa: Claro, Qu tiene que ver?
A. Gorodischer: Eso es otra cosa
S. Gorodischer: Tiene otra lectura: Yo soy mujer pero tengo alma de
esclava.
A. Gorodischer: Exacto, esa es linda ves?
M. L. Rosa: Esa es dura, es linda pero es dura.
S. Gorodischer: Pero si vos decs: Soy femenina pero no soy feminista Qu
ests diciendo?
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amiga, muy amiga que tambin tuvo una vida parecida a la ma, siempre me dice:
te acordas cuando nos moramos de sueo. Me acuerdo que un da me llevaron
al mdico porque yo me dorma en todas partes, iba a una fiesta y me sentaba en
un silln y me dorma. Entonces el mdico me hizo hacer todos los anlisis y me
dijo: Seora lo que usted tiene es sueo. Yo no dorma porque los chicos, porque
la casa, porque la escritura As yo escrib siete libros, sin lugar y sin tiempo. Esto
parece muy voluntarista pero es verdad.
M. L. rosa: No, no, no. Entiendo.
A. Gorodischer: Fue as porque la sociedad esta hecha as. Si un tipo dice:
quiero ser poeta, seguramente van a empezar a decirle: y de qu vas a vivir? .
A m antes me decan: Vos escribs y de qu trabajas? . Escribir no era trabajar.
M. L. Rosa: Claro, no era trabajar.
A. Gorodischer: No, no. Para la gente era un hobby como coleccionar
mariposas. Yo a veces me encuentro con alguna amiga de aquellos tiempos y me
dicen: Qu tal? Segus escribiendo?, y yo les digo: No, ahora me dedico al
bordado en realce. Y me miran con una cara.
M. L. rosa: Qu terrible.
A. Gorodischer: O sino otra: Ah, porque vos siempre fuiste muy rara
M. L. Rosa: Y s, es que eras rara, en esta sociedad eras rara. S, es muy
duro no? tener que llevar las dos cosas.
A. Gorodischer: Es duro, es duro y nadie sabe lo que pasa una cuando
siente eso que tiene que hacerlo, que le es imprescindible. No quiero compararme
pero te acords de la hermana de Shakespeare? Vos la lees y decs: Claro.
M. L. Rosa: Qu terrible, qu tragedia. Cundo empezaste a sentir que
podas salir ms de ese?
A. Gorodischer: Yo nunca sent que poda salir, sal no s cmo. Cuando los
chicos crecieron y ya no fue necesario ni mamaderas, ni paales, ni agarrarlos de
la mano para que fueran al jardn de infantes, cuando empezaron a independizarse
la cosa se ateno un poco, un poco porque despus vinieron los milicos. As que
hubo ah otra cosa que te impedalo mo pasa m no me censuraron ni nada
por el estilo pero yo en ese momento escriba literatura fantstica y
M. L. Rosa: No iban a entender.
A. Gorodischer: Entonces yo no tuve ningn inconveniente. Pero yo sent
que recin cuando los chicos empezaron a casarse, a recibirse y cuando
empezamos a quedarnos solos los dos ya ah la cosa fue realmente como yo
quera.
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hacan ac en los 90`y las exposiciones que supuestamente eran de gnero pero
que en realidad era un rejunte de mujeres que hacan cualquier cosa, que tuve que
irme a los 80`y en los 80`me cost encontrar entonces me fui a los 70`. En los
70`empec con UFA con Mara Luisa Bemberg, con los cortos, le a Leonor
Calvera, toda su biografa y ah me enter despus de un tiempo, en un encuentro
de mujeres, que haba existido algo que era Mitominas. Porque no exista, no
exista, pero fue oralmente, fue historia oral que me lleg por otras feministas en
un encuentro de mujeres y ah empec, pero en realidad es una reconstruccin oral
porque no existe. Lo que s existe son toda una serie de artistas en los 90`,
algunas son realmente crebles y otras no, en realidad pescan becas que
empiezan a darse y subsidios porque el tema del gnero se pone de moda. Y la
crtica lo que hace es destacar qu bueno que hay arte de gnero y que se pudo
superar la cuestin de las feministas radicales, excluyentes, violentas. O sea que a
medida que se iba elevando el gnero se iba deteriorando, denigrando cada vez
ms al feminismo.
A. Gorodischer: S, yo me acuerdo cuando no s qu seores y seoras
tambin hablaban mal del feminismo y decan eso, que ramos violentas, que
quembamos corpios y que s yo. Entonces deca: Cuando los oprimidos
empiezan a murmurar, los opresores empiezan a decir que allan. Claro, no eran
aullidos eran murmullos nada ms pero ya era: Ay qu horror. Vos no sabs lo
que tuvimos que luchar en Rosario para que una exposicin que se llam la La
lnea colorada, muy interesantetuvimos que luchar en el museo Municipal de
Arte para que en los jurados de artes plsticas se incluyeran mujeres. Mujeres que
haba en el pblico decan: Pero ustedes quieren que se premie nada ms que a
las mujeres. No les entraba en la cabeza que queramos que en el jurado hubiera
de cinco personas al menos dos mujeres.
M. L. Rosa: Qu brbaro. La lnea colorada fue una exposicin?
A. Gorodischer: Fue una exposicin. Yo no tengo material pero
M. L. Rosa: Fue en los 80` o en los 90`?
A. Gorodischer: Fue en los 80`, le voy a preguntar a Susana haber si tiene
material de eso. Yo escrib algo para eso, no me acuerdo qu, el programa era mo
lo escrib yo, pero no me acuerdo. En 1998 hicimos el primer encuentro
internacional de escritoras, con escritoras de los cinco continentes en el
S. Gorodischer: En el Bernardino Rivadavia.
A. Gorodischer: S, gracias a todas las que trabajamos y gracias a que el
director era un tipo muy macanudo que nos ayud, que trabaj al lado de nosotras
y le dimos un premio ah, premiamos a un varn con el ttulo de: mujer honoraria.
M. L. Rosa. Mira.
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todava no sabia tomar fotos, entonces estn medio fuera de foco. Ana agarr la
cmara a la par de eso no? Y fue en el camino hacindose fotgrafa. Pero ya
estaban haciendo intervenciones, ya estaban haciendo performance. Entonces
para mi esa es toda la historia que hay que contar y que no se ha contado.
Entonces que vengan y nos digan las feministas que no haba arte integrado o que
vengan los del medio artstico y nos digan que no haba un arte poltico, cuando es
claro que haba un arte poltico. Pero no se defina ni como poltico de un lado ni
como arte del otro. Noms es cosa de cruzar esos dos medios.
A. Barbosa: Ana Victoria [Jimnez] tambin me platic que el primer poster
feminista lo hizo Remedios Varo. T has visto ese poster?
M. Mayer: No, no lo he visto.
M. L. Rosa: Leonora Carrington.
A. Barbosa: Leonora Carrington, perdn.
M. Mayer: No, no lo he visto. Ella lo tiene. El otro da me habl que se lo
haba encontrado. Tiene como cien carteles.
A. Barbosa: Pues Cmo lo rescata?
M. Mayer: Pues, todo esto es lo que se va a rescatar. Todo ese material que
espero se quedetiene el de Herminia Dosal con esa foto de all arriba [M. Mayer
seala una foto que esta colgada en la pared], tiene un montn de carteles.
M. L. Rosa: Qu foto?
M. Mayer: No es cartel, pero esa foto se us en una manifestacin.
A. Barbosa: S, me acuerdo de ese.
M. Mayer: Les voy a mostrar algo para que vean, que ahorita he encontrado.
[Las tres se paran y se acercan a un mueble con cajones del que extrae M.
Mayer una revista]
M. Mayer: Sacando papeles me encuentro esto [una revista] miren qu raro:
1968 La seorita Mxico. Y yo para qu guard esto? Entonces Miss Mxico,
miss Mxico, miss Mxico, y en la pgina central: Las manifestaciones feministas.
Ah est mi mam, ah estoy yo, ah estoy yo de nuevo, ah est mi mam que se
iba elegante a las marchas para que no dijeran que todas ramos fachosas.
576
casa o los estereotipos de la mujer como madre y ama de casa pero no el tema de
la violacin. Qu pasaba aqu con el tema de la violacin?
M. Mayer: Yo creo que el tema de la violacin comienza en un principio
porque es un tema que en el feminismo se est tratando, no es un tema que venga
del arte. El tema del ama de casa s es como el tema de las artistas. Lo que viene
de violacin es del lado de las que habamos estado en el movimiento feminista y
era uno de los temas ms fuertes.
A mi me toc -y lo pongo ah en el libro- ir a la delegacin y hablar con el doctor
que reciba a las violadas y que nos dijo que cualquier mujer a la que violaban era
porque quera. Es el tiempo en el que se sucedi el caso de una muchacha joven
que era divorciada y que tena un hijito, entonces conoce un cuate, el cuate llega a
su casa en la noche y la trata de violar porque no tiene nada que perder porque es
divorciada; ella se defiende y lo mata. Entonces se arma una defensa -a mi me
toc estar afuera en los juzgados y dems- y se logra que se reconozca que fue en
defensa propia es decir para defender su integridad y su vida.
Entonces ese era el tema fuerte porque abortoel aborto era porque de veras eras
muy valiente. En Baja California acaban de pasar una ley pero en ningn caso se
acepta el aborto, ni los anticonceptivos al da siguiente, ni nada de nada no?
Entonces es como muy difcil y violacin pues empezaba a hablarseahora a ti no
s si te ha tocado andar por la calle aqu, no s como es en Argentina, pero aqu es
horrible y no ha cambiado nada, hace treinta y cinco aos se viva lo mismo que le
toca vivir hoy a mi hija en la calle. Nada ha cambiado.
A. Barbosa: Es como esto que te decamos de hablar de la violencia desde
Frida Kahlo, con unos cuantos piquetitos y los feminicidios. Entonces cuando
hablamos de violencia de veras que no ha cambiado nada al contrario se va
agudizando.
M. Mayer: Ya desde hace diez, doce o quince aos Cunto tiempo
llevamos ya con los feminicidios?
A. Barbosa: Como diez.
M. Mayer: Se volvi al tema por lo de los feminicidios que no paran y no es
noms en Jurez, en muchos lados. La violencia hacia la mujer yo creo que ha
recrudecido mucho. No s si ser igual en otros lados.
A. Barbosa: Eso s me interesara, s ese fenmeno del feminicidio en
Latinoamrica est
M. Mayer: En Guatemala s.
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con la misma violencia noms estsno es que el uno o el otro sean siempre
buenos o malos, pero hay ese equilibrio en el que hay un momento en el queya
se est vendiendo bien el trabajo de muertos en las colecciones internacionales.
Pues es que ya no est teniendo el efecto de criticar porque son los mismos grupos
que estn apoyando todo lo que hace que pase esa violencia.
Barbosa: Como la Nota Roja verdad?
M. Mayer: S, es como la Nota Roja. Pero para mantener ese equilibrio
cuando proponer otro tipo de cuestin es ms radical y ms cuestionador no?
Digo sin quitar que las piezas de Teresa pueden ser maravillosas. Pero en trminos
de efecto poltico yo no s cmo se juega. Y lo mismo pasa con Regina Jos
Galindo
M. L. Rosa: Eso te iba a preguntar.
M. Mayer: Pasa lo mismo. Nos hemos escrito, conozco bien su trabajo. Hay
un momento en el que yo digo: ya no est uno noms como haciendo Nota Roja,
como reproduciendo ese mismo sistema.
M. L. Rosa: Aparte el espectador, en mi caso en particular con Regina Jos
Galindo me voy con una angustia que no s qu hacer con ella. Ese es un
problema tambin.
En Argentina se discuti mucho este tema y una de las que mejor trabaj la
cuestin de los desaparecidos es la artista Claudia Contreras, quien desde un
conceptual sutil y reflexivo consigue que el espectador no se vaya cargado de
angustia. Y justamente ella me deca eso, me deca que no quera generar angustia
sino que quera generar la reflexin porque a veces hay situaciones en las que
estos temas, lo que uno hace con el espectador es angustiarlo tanto que no sabe
para donde salir corriendo. Lo que ella quera era reflexionar sobre cmo poder
hablar del desaparecido, de alguien que no est, que nunca se vio el cuerpo y del
que slo queda el recuerdo de los que lo amaron y dems
Con Regina me pasa eso, que me angustio de tal manera con ese cuerpo
herido, lacerado, violentado
M. Mayer: Ella dice: Todo est bien, no me lastimo
M. L. Rosa: Ella dice eso, s, s.
M. Mayer: Porque a m me ha dado una angustia espantosa y yo no concibo
que por denunciar algo de ese tipo uno se agreda a uno mismo.
M. L. Rosa: Operndose no?
581
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Habla del libro de Karla Jasso: Arte, tecnologa y feminismo. Nuevas figuraciones simblicas, Ciudad de
Mxico, noversidad Iberoamericana, 2008.
585
por Internet pero durante aos fue de recortar y recortar. Seguimos juntando este
material y lo central de nuestro trabajo se ha convertido en archivo, ya ni s lo que
tenemos en el archivo. Hemos guardado todas las invitaciones, todos los catlogos,
todo desde hace veinte aos. Entonces por lo menos este cachito de historia ah va
a quedar, ah van a quedar los materiales.
Pero es esta batalla contra la invisibilidad y esta batalla contracontra eso
de que sobre arte en Mxico nadie escribe, no hay crticos. Eso lo dicen los
artistasbueno, Octavio Medina, es el nico Y el trabajo de todos los dems? En
Mxico hay una crtica muy especializada, hay quienes escriben de arquitectura, de
cmics, de graffiti, semanalmente. Eso no existe no? Quien escriba sobre pintura
supongo que tampoco existe. Hay un montn de personas escribiendo pero una
desarticulacin
M. L Rosa: Y Pinto mi raya surge a partir de ese proyecto, como un
archivo.
M. Mayer: Como un archivo. Y a partir de eso hemos hecho muchos
performance, por ejemplo invitamos una vez a treinta y cuatro crticos
investigadores a hacer obra artstica y a que cedieran sus columnas para que los
artistas escribieran. Entonces pues fue el morbo total.
A. Barbosa: Para que ellos hicieran obras y se expuso.
M. Mayer: Se expuso. Entonces fue muy divertido.
A. Barbosa: S, pero hubo mucha polmica porque se prestaron a eso. Pues
cmo los crticos iban a hacer obras y los artistas a escribir
Fue en la Casa de Cultura no? Yo fui a esa.
M. Mayer: S, fue un montn de gente por el morbo, haba varios directores
de museos exponiendo unas cosas horribles, pero verdaderamente horribles.
M. L. Rosa: Espantosas, claro.
M. Mayer: Pero a los artistas les dio ms miedo escribir.
Luego hicimos uno sobre cmo est la investigacin en Mxico. Nos fuimos
al Centro de Investigacin de Artes Plsticas y al Centro Nacional de
Documentacin y no tenan ni un solo video de performance. Te estoy hablando de
1997. Quince catlogos de instalacin era todo lo que haba en la Biblioteca
Nacional de las Artes. Nosotros dijimos pues lo primero que tienen que documentar
es el arte efmero, los cuadros ah van a estar, pero el arte efmero
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Entonces vimos que la situacin era tan dramtica que fuimos a conseguir
una bruja para que les hiciera una limpia porque no haba manera. Entonces
hicimos una limpia con una bruja de de veras, que generalmente trabaja con
polticos no trabaja con artistas. Hicimos la limpia ah, primero en la noche con una
sola persona del CENIDA, la bruja y nosotros dos. Y al da siguiente puso ella una
mesa, como un altar, muy catlico el asunto, nosotros nunca hubiramos hechos
instalacin con crucifijos y cosas por el estilo, pero ella hizo su altar con flores
Barbosa: Los curanderos as son, meten santos cristianos y de todas las
M. Mayer: Hizo con los objetos que tena ah amuletos a la gente y dej
amuletos y nosotros mientras lemos una carta que dejaron los investigadores,
como un ritual cruzado. En la cual hablbamos de la importancia de que
documentaran y de que tenan que hacer esto y lo otro, como el resultado de
nuestra investigacin. Hemos hechos muchas cosas por el estilo, muy divertidas,
hablando del sistema no?
Y lo de las mujeres es como que se quedporque lleg un momento a
principios de los 90` que era imposible, Polvo de Gallina Negra no sigui en parte
por eso, porque era como imposible. Luego poco a poco ustedes empezaron como
a
M. L. Rosa: Pero imposible Por qu? Era como predicar en el desierto?
M. Mayer: Pues s. Nadie nos hacia el menor caso, nadie escribi nunca de
Polvo de Gallina Negra ms que nosotras.
M. L. Rosa: Ac en Mxico.
M. Mayer: Entonces pues llega un momento en el que dices: pues hay que
cambiar, hay que hacer otras cosas. Pero por ejemplo ahora se fue Maris a San
Francisco un aos a dar clases y entusiasm tanto a sus alumnas que se quisieron
tatuar el logo de Polvo de Gallina Negra.
M. L. Rosa: Guau, la fama.
M. Mayer: Entonces Maris se tatu con ellas y present una pieza en el
Consulado en la que estn las tres tatundose. A m me parece un poco extico y
exagerado, yo les hubiera dicho: Hganse ustedes su propio logotipo, su grupo, y
ya se tatuarn, no se taten con
Pero me sorprendi mucho el nivel al que de repente ahora les est
llamando la atencin como para tatuarse el logotipo de Polvo de Gallina Negra.
Me parece extraordinario.
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M. L. Rosa: Claro.
M. Mayer: Y l vivi mucho tiempo en Estados Unidos entonces l tambin
vena como con otra mentalidad.
A. Barbosa: Y me acuerdo que hasta en la obra del falo t me dijiste que l
pos.
M. Mayer: S, s.
A. Barbosa: Hasta era modelo, fjate que solidario.
M. Mayer: Rubn y Vctor nos ayudaron a tener nuestras hijas para nuestro
proyecto. Nos embarazaron para que. [Risas]
Eso ha sido muy padre, realmente, esa complicidad a lo largo de todo el
tiempo no? De hacer esos proyectos y luego los de Pinto mi Raya que te digo
para m es una extensin del rollo feminista. Aunque no lo parezca porque es una
desarticular y rearticular los sistemas de una maneracuestionar la invisibilidad,
cuestionar las mismas cosas no?
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M. Altschul: incluso era un tema medio tab no? Se hablaba muy poco.
Incluso el tema de la homosexualidad tampoco.
P. Larghi: es que vuelvo al tema: estaba recin o sea, el primer gobierno
democrtico que tenamos, el Centro Cultural era una fiesta, tambin era la poca
del teatro abierto, o sea, todo el mundo cultural estaba revolucionado.
H. Molinuevo: Era anterior
P. Larghi: fue anterior, pero ms o menos digo estbamos como ah
venamos con todas esas situaciones culturales que iban desencadenando a
M. Altschul: Y sobre todo salamos del aislamiento y del trabajo individual. La
mayora de las obras eran obras de varias plsticas, no eran individuales.
B. Braunstein: nos habamos ido del pas y de golpe nos encontramos todos
ac de vuelta.
M. L. Rosa: es verdad eso. Si recuerdan en el grupo mujeres que hayan
estado en el exilio y que de repente el exilio les sirvi para reflexionar sobre el
feminismo y sobre su condicin de mujer.
P. Larghi: no, de hecho haba muchas mujeres que venan, o sea, me
acuerdo una americana que haba participado
M. Altschul: una canadiense, una escritora canadiense. S haba Tamara
Kamenszain tambin volva en ese momento del exilio.
H. Molinuevo: Tato Pavlovsky
M. Altschul: Tato Pavlovsky que tambin particip. Fernando Ulloa, Norman
Brisk qu ms? No s eran
H. Molinuevo: Silvia Estrin y Diana no haban estado alguna de las dos
afuera?
S. Berkoff: En Espaa
M. Altschul: se fueron despus no?
H. Molinuevo: No me acuerdo, pero bueno haba muchos que volvieron del
exilio. Y con respecto al tema del sida, yo me acuerdo que estuve en el taller, no lo
coordin pero estuve presente, y en general el impacto era cmo hablan de ese
tema? Y como que por primera vez escuchando voces que hablaban desde un
lugar diferente al del prejuicio referido a lo que veamos de la homosexualidad.
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Cheto: es diminutivo de concheto, en Argentina refiere a las y los estirados, nenes de pap. Similar a pijos
en Espaa.
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toda la vida pero que tom conciencia fue en esas reuniones. Yo senta injusticias
en el trato hacia las mujeres en muchsimas cosas. Tuve un mundo muy femenino.
Yo estuve pupila en un colegio con mujeres y muy aguerridas eran las chicas,
ramos. Y bueno en cuanto a reflexionar sobre el tema del feminismo yo creo que
la conciencia que tom fue a partir de estas reuniones previas a Mitominas I
M. Altschul: y ah tuvieron un rol importante Anglica Gorodischer y Daniela
Gutirrez tambin. Quin ms estaba en?
P. Larghi: Anna Lisa
M. Altschul: Liliana Mizrahi tambin. Hicimos un taller. Se acuerdan el taller
de las mscaras?
P. Larghi: en casa. Y las fotos de Alicia DAmico que cada una eran con
mscaras?
M. Altschul: cada una se identificaba con un mito y se pintaba y se vesta
como ese mito
P. Larghi: y hacia una performance y ella sacaba las fotos. Que tena una
sala Alicia DAmico con todas las fotos hechas. Pero que tambin fue muy
importante porque cada una tom un mito, lo elabor, fue un laburo digamos, no
fue una cosita que de un da para el otro
M. Altschul: no, fue todo un ao
P. Larghi: se hizo todo una eleccin, una preparacin
M. L. Rosa: y esas fotos de Alicia
P. Larghi: estn ah, no s, debe tener registro no?
M. Altschul: no, nunca no porque despus nos quera cobrar una suma
era muy caro.
P. Larghi: ah, pero se las llev, las tiene ella.
M. Altschul: las tuvo ella, no s ahora quien las tendr
H. Molinuevo: yo hace poco en la Fundacin OSDE fines del ao pasadohubo una muestra de Sara Facio donde yo vi una foto de Liliana Mizrahi de esa
poca. Pero solo de ella, de ninguna de nosotras.
M. L. Rosa: y Beba vos con el feminismo cmo te vinculaste?
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algo que era el nosotros, hay un nosotros muy dibujado, nunca se me haba
ocurrido que dentro del nosotros hubiera otro enemigo. El patriarcado no exista. Mi
padre me haba enseado en relacin me haba fortalecido bastante.
H. Molinuevo: tu pap iba apoyando mucho a Mitominas
F. Braga Menndez: a m claramente me habilit. Fue un papa muy
habilitante en muchos aspectos. Yo pensaba que solamente exista el mundo del
humanismo y de los fascistas. Jams imagin de golpe descubrir en el seno
profundo de compaeros la problemtica de no poder entender yo me acuerdo la
primera sensacin de cmo puede ser que yo no puedo hablar tranquila en una
charla en Casa Nacional! que era el espacio que tena Caputo donde formaban
cuadros intermedios polticos. Las minas parecen todas boludas y hacan todas de
boludas y los varones tenan un modo terriblemente as como qu tal? Cmo
andas divina? qu s yo, y caputo, cllate.
P. Larghi: si, cllate, cerr la boca
F. Braga Menndez: qu s yo, era increble. Entonces de golpe descubr
para m la primer situacin habilitante institucionalmente, ms all de que yo no
senta poder adherir en un montn de aspectos, pero creo que me trasform,
porque no soy la misma persona que en ese momento y hoy puedo descubrir los
temores que tena, en todo caso, a ponerme determinado camiseta y la necesidad
que tena de estar o sea, en el fondo era pura debilidad el temor a o sea,
estaba enormemente identificada con un montn de valores que no poda
deconstruir desde la perspectiva de gnero que tengo hoy, porque llegu muy tarde
a la conciencia de que haba un problema. O sea, tengo que agradecerle a la
impudicia e imbecilidad de ex maridos idiotas que me top en la vida, la conciencia
respecto del lugar de sometimiento de la mujer.
P. Larghi: gracias a todos ustedes aprend!
F. Braga Menndez: a la torpeza, a la impudicia, no lo digo en joda, te juro.
Ah, pero la puta! esto realmente es muy claro, pero hasta el 83 uno tena tan
claramente hecha, estaba tan separado el peligro que a m no se me ocurri jams
que despus del 83 iba a descubrir dificultades en relacin a mis posibilidades
expresivas que no tuvieran que ver con el campo del fascismo deliberado,
enunciado.
M. L. Rosa: visible, claramente visible
F. Braga Menndez: claro, jams se me ocurri que de un compaero
pudiera surgir una cosa y la pregunta a m me la instal seguramente Mitominas,
o sea, la primera vez que yo me pregunt respecto de mi situacin de gnero. Y en
606
esa poca me acuerdo que trabajaba en una librera, tena un trabajo momentneo
en una librera, y a m me gusta mucho la literatura infantil y haba libritos, una
coleccin sueca, donde haba libritos para chicos que eran ms comprometidos
polticamente y haba un librito que era un librito para nenas que era un libro muy
altamente cuestionador donde empezaban a salir y yo como una nena realmente
lea preguntas y cosas y el relato me tocaba por primera vez. O sea, era muy
pelotuda, estaba muy lista para creo que hasta el da de hoy. No s si les pasa a
ustedes, yo no me siento con derecho a mi cuerpo claramente. Yo soy gorda y yo
nunca me he sentido cmoda de estar en pelotas, yo no voy a la playa en maya, o
sea, sufro mucho. Entonces, yo no siento para nada ser una persona desenajenada
que super la situacin. A m me han metido inyecciones gigantescas y esa
distancia que yo tomaba en aquel momento con el fenmeno tan generoso y
convocante de Mitominas tena que ver con mis partes ms dbiles probablemente.
Yo tengo muchsimo para agradecerle a la experiencia de Mitominas y cada vez
me doy ms cuenta con los aos, porque me doy cuenta o sea, lo que vos decs:
siempre fui feminista, yo siento que tambin, o sea, para mi estaba la situacin de
derecho y libertad, pero me cost mucho descubrir cmo no tena o sea, senta
que era libre pero yo el pasaporte con sello no lo tena, el salvoconducto no lo
tena.
M. Altschul: para m, que organizo esto, fue la misma experiencia porque yo
que vena de estar en Estados Unidos, de haber pasado por esa segunda ola de
feminismo donde todo el mundo en las universidades era feminista, llego ac en el
ao 71 y no encuentro a nadie, no hay nada. Cada vez que me encontraba y deca
que era feminista me miraban y me decan: yo soy femenina, pero no feminista.
Llego a la Argentina, yo nunca haba sido peronista, pero todos mis amigos
estaban en la tendencia, entonces, me meto ah porque quera participar, quera
volver a mi pas y hacer algo. Adems era un momento muy as
Silvia Berkoff: cuantos aos viviste afuera?
M. Altschul: 10 aos en total: primero en Europa, despus 3 aos que volv
tuve hijos y estuve aislada, y despus 7 aos en Estados Unidos. Entonces,
empiezo a participar en la tendencia y entro en un grupo cultural. Entonces, estoy
con un cineasta que se llamaba, se llama, Borenholtz y con Baasco creo, ramos
cuatro, y en el momento que yo planteo que es importante en toda la cosa de
cambio cultural meter tambin al feminismo y la tomo a Margaret Randall, que era
una americana que haba tenido que huir de Mxico a cuba porque la perseguan
por todos lados
P. Larghi: te retiraron el saludo.
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F. Braga Menndez: Pombo tena menos prejuicio que yo, creo yo, en
relacin a la esttica que Mitominas propona. Era una persona mucho ms
valiente.
M. Altschul: adems habamos trabajado juntos en una publicidad para
Casals con Marcelo, nos divertimos como locos.
M. L. Rosa: y Marcelo haba estado en tu primer proyecto
M. Altschul: en el primer proyecto, en el de Alicia y el pas de lo no visto
M. L. Rosa: y en el otro, el de la ambientacin en cada habitacin
M. Altschul: era eso, Alicia en el pas de lo no visto.
M. L. Rosa: ah, el que est en el libro, porque yo le llamo como le llamas al
libro vos
M. Altschul: ah, no, Las transformaciones
M. L. Rosa: claro, en ese.
M. Altschul: pero despus, anterior a Las transformaciones, en el ao 82 u
83 cuando todava estaba la dictadura vaciamos toda la casa, llamamos a
mudadores y mudaron todo para atrs y en cada mbito haba gente que vino a
hacer instalaciones y en medio de eso haba coros, haba grupos de teatro,
estaban Las Gambas al ajillo, que no eran Las Gambas todava. Despus
cerramos la calle y estaban los que despus fueron La Portuaria, que hicieron la
batucada y todos los vecinos se acercaron a bailar. Cruzamos el auto en la esquina
y cerramos la calle y esto era una dictadura todava.
F. Braga Menndez: en qu ao eso Monique?
M. Altschul: fue fines de 82 o principios de 83 y era una poca en donde
todos estbamos muy aislados, entonces, invitbamos y, por ejemplo, vino
Menchi Sabat y trajo lo que estaba haciendo en ese momento y lo mostr, estaba
Oscar Oszlak que estaba con su coro y trajo su coro entero y cantaban todos en
medio de tules en el dormitorio. Despus ac en la cocina estaba Vivi Tellas que
hizo una stira imitando a la cocinera esta Doa Petrona, que fue delirante
porque tena harina, huesos y agua y entonces se sacuda as y todo el mundo
terminaba enchastrado y despus cocinaba eso y lo ofreca para comer. Una
porquera terrible! Y Chabn vino y se subi a una mesa en el jardn y dijo: que
salgan los chicos nadie sac a los chicos-, y empez a putear como loco y
entonces Carlos estaba: saquen a los chicos, vos te bajas de la mesa! Y Marcos
Lpez, haba una pileta de lona
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H. Molinuevo: Pelopincho632
M. Altschul: pelopincho, y la lleno de agua y en el fondo haba fotos que eran
las fotos de los desaparecidos, fotos inundadas, despus ah estaba
M. L. Rosa: qu bueno eso!
Silvia Berkoff: no tenes ningn registro de eso?
M. Altschul: despus ah estaba tu ex marido [de Pilar] cmo se llama?
Horacio.
P. Larghi: ese fue con el que ms aprend. Lo ms parecido a mi viejo que
encontr. Esto, por favor, scalo!
M. L. Rosa: era tu modelo?
M. Altschul: si, era mi modelo. Hizo una performance impresionante que
salan de arriba y se iban tirando por las escaleras dos tipos envueltos en una bolsa
de plstico y con pintura adentro, que era como sangre, y finalmente era como un
nacimiento, salan de esa bolsa de plstico a medida que bajaban las escaleras y
aparecan todos ensangrentados.
Silvia Berkoff: no tenes fotos, nada de eso?
M. Altschul: si, debo tener
M. L. Rosa: algunas fotos salieron
H. Molinuevo: no se puede creer como han salido de normales los hijos de
esta loca!
M. Altschul: despus Marcos Lpez haba instalado una mquina de fotos y
cada uno se encerraba ah, se miraba en un espejo y se sacaba a s mismo la foto,
la revelaba en el momento y se las daba.
F. Braga Menndez: fue muy altamente perfomtico, realmente es la
situacin perfomtica. Estaba pensando recin, en este instante
P. Larghi: adems, algo que tena mucho que ver con el Di Tella en su
momento. Te acords que cuando sali Mitominas todo el mundo empez a
hablar como el nuevo Di Tella? Para todo el mundo, digo por lo de performance,
era como volver a vivir esa situacin perfomtica.
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La noticia rebelde: programa televisivo que se desarroll por el canal ATC (canal estatal) entre 1986 y
1989. Sus tres principales conductores fueron Ral Becerra, Adolfo Castelo y Jorge Guinzburg. El programa
fue de suma importancia para el periodismo humorstico argentino.
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P. Larghi: bueno, pero esas son las paradojas del sistema: mujeres que
terminan tomando formas masculinas de no escapamos a eso.
M. Altschul: adems mi gran satisfaccin es que volvieron peleadas a
muerte, pero fue bravo.
M. L. Rosa: pero entonces cost sacarle a Giesso el lugar, bueno, mostrarle
que iba a ser algo piola y la segunda vez
M. Altschul: despus nos ayud muchsimo porque, por ejemplo, esos
carteles inmensos que estn en la calle eran del seor Patrn Costas y quin
llegaba a l? y l nos hizo el enganche, fuimos a las oficinas de este seor que nos
dio todo, realmente nos trat fantstico y tenamos los carteles. Nunca ms en
nuestra vida vamos a conseguir eso as, porque eran unos carteles inmensos y
despus por toda la ciudad. El seor Patrn Costas pag los afiches y dio los
espacio para pegar los afiches.
B. Braunstein: en los mejores lugares de Buenos Aires.
P. Larghi: le seguimos haciendo publicidad para que el prximo Mitominas
consiga ms espacio
M. L. Rosa: y en el II fue como ms fcil? De dnde surgi la idea del
Mitominas II?
P. Larghi: tuya
H. Molinuevo: porque nosotros nos propusimos hacer un Mitominas cada
dos aos y la idea era que
M. L. Rosa: cada dos aos?
H. Molinuevo: cada dos aos ms o menos, entonces, lo habamos hecho en
el 86 y tocaba en el 88.
M. Altschul: en el 87 seguimos algunas trabajando juntas en El ama de casa
y la locura as que no hubo realmente una interrupcin; lo que pasa es que fue un
trabajo tan costoso.
B. Braunstein: pero colectivo
M. Altschul: conseguimos, por ejemplo, que nos donaran todos los
materiales para Mitominas I, pero eso implic ir con Miriam Jerusalmi ella tena
muchos contactos con empresas porque el marido era empresario-, entonces,
bamos a las empresas, pedamos. Era pedir horas, se olvidaba el tipo que nos
616
tena que recibir, despus deca: bueno, a ver estas chicas qu quieren, y nos
daba uno nos daba, por ejemplo, 10 metros de una tela, otro nos daba, no s, 5
rollos fotogrficos, otro nos daba bombachas!
H. Molinuevo: te acordas que la que consegua todo era Matilde cmo se
llamaba?
M. Altschul: Monseor
H. Molinuevo: s, esa consegua todo y nosotros
M. Altschul: ella consegua todo porque estaba en la comisin de amigos del
Centro Cultural y tena poder realmente En algn momento no colgamos esas
bombachas que nos haban donado? Que eran de la empresa Sol y oro
P. Larghi: no era de Mara Martha Pichel?
F. Braga Menndez: Mara Martha tena los ratones pijudos
M. Altschul: eso lo haba conseguido Miriam Jerusalmi.
H. Molinuevo: las bombachas?
M. Altschul: s, de Sol y oro. Y las colgamos de una soguita.
Silvia Berkoff: para qu donar las bombachas?
M. Altschul: No s, porque era lo que fabricaban y en vez de darnos plata
nos daban materia prima.
F. Braga Menndez: lo bastante increble es que no exista en absoluto el
concepto de gestin cultural. Entonces la gestin era una suma de espontneos
arranques solidarios, pero para todas las cosas porque aparte eso fue como un
pulmn que estaba estoy pensando que, no s cul fue el huevo y la gallina, pero
para m siempre el Centro Cultural Recoleta estuvo asociado a eso porque para m
la primer experiencia que le dio ese carcter de Centro Cultural Recoleta fue
Mitominas. Bueno, el homenaje de despedida a Giesso se lo organizamos vos y yo.
Te acordas cuando empezamos a llamar gente por telfono que termin recitando
Federico Peralta Ramos y que terminamos todos porque es un muy buen amigo
el da de la renuncia, va lo sacaron a Giesso y entraba no me acuerdo a quin
haba puesto Menem al principio en Recoleta era la mujer de Livingston?
H. Molinuevo: ah, Mnica Mller?
F. Braga Menndez: Mnica Mller. Bueno y ah habamos organizado
pero todo era como ese homenaje a Giesso, despedida. Che, le hacemos no s
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M. L. Rosa: qu fuerte!
M. Altschul: adems yo acababa de exponer en Blgica, en una galera muy
prestigiosa y haba expuesto en Suecia y qu s yo.
F. Braga Menndez: esa violencia exista en el mundo del arte claramente
M. Altschul: bueno ac en Bellas Artes haba varios profesores que eran
directamente acosadores.
P. Larghi: y el cuentito del maestrito que se curta a todas las alumnas
M. L. Rosa: Y los libros que hay que recuperar de Mitominas, de
expresiones del pblico no? De los varones que iban y decan qu maravilloso y
despus ponan
M. Altschul: si, esos los tengo guardados. Los tengo. Eso sera muy
importante. Creo que s dnde estn
F. Braga Menndez: dibujaban pitos en el cuaderno de comentarios en
Recoleta en esa poca
Silvia Berkoff: ah s, yo tengo cuadernos guardados tambin. Recoleta
parece que especialmente va gente que se expresa en los cuadernos, dibujan ellos
tambin.
M. Altschul: adems, amigos plsticos. Yo vea a un amigo plstico que
vena y me saludaba e iba inmediatamente a escribir algo, entonces apenas se iba,
iba a ver qu era y era terrible los mensajes que haba.
F. Braga Menndez: yo tuve una pelea con Miguel Harte que termin
llorando cuando sala de una charla en el Rojas, porque no daba ms de la
angustia, porque deca: es evidente que una mujer no puede ser una artista de
calidad como un hombre. Pero qu ests diciendo? Es evidente. Aos ms tarde
casado con Guadalupe, una artista valiosa, se disculp
M. L. Rosa: pero ese da te fuiste llorando
F. Braga Menndez: ojala hubiera sido nada ms que ese da llorando.
Todos sabemos que eso se senta y se viva permanentemente Yo jams me voy a
olvidar el da que cay Fevre634 a mi taller con una corte de gente a tomarme un
examen. Me dice: puedo ir a conocer tu taller? S, yo estaba yupi, yupi!
M. Altschul: cmo van los practicantes a un hospital
634
Fermn Fevre: crtico de arte y titular de la revista Arte al da, vivi entre 1939 y 2005.
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F. Braga Menndez: Pero fue una cosa s, tal cual. Y a ver, faltaba mostrar
la hemorroide. Una cosa violentsima. Tomando un examen. Y me acuerdo
despus lo am porque me divert mucho tomando clases con l, pero estaba ese
da y me dijo: qu relacin tiene tu obra con el panptico? Y yo no haba ledo el
panptico de Foucault. Entonces yo le dije: y no s qu es el panptico. Pero era
claramente una cosa El ejercicio hoy yo creo que es ms violento que entonces y
est ms agazapado, menos evidente.
M. L. Rosa: fue terrible
P. Larghi: che, yo voy a tener que partir.
M. L. Rosa: bueno, esto les quera decir que ya cerraba porque me quedan 7
minutos de filmacin. Me encanta todo lo que contaron, la ve
[Luego de finalizada la filmacin - 81.35] Espero en un ao y pico, espero
que nos volvamos a reunir, eso desde ya, espero en un ao y pico estar
defendiendo la tesis que est basada en Mitominas, que se basa en el origen de la
relacin arte y feminismo en la Argentina, que claramente es Mitominas. No s en
Argentina, en Buenos Aires al menos es Mitominas. Despus no hubo en archivos,
si encuentran algo psenmelo, no hubo algo que tuviera como objetivo
desestructurar la construccin de la mujer en los mitos y despus en los mitos de la
sangre. No hubo otra cosa, con lo cual es muy fuerte porque en congresos o en
lugares donde pongo pedacitos del trabajo se quedan con la boca abierta.
M. Altschul: Los mitos de la sangre impresion mucho a mucha gente y
haba hombres que salan diciendo que estaban a punto de desmayarse y que se
tenan que ir.
P. Larghi: para m, le deca a ella, que la experiencia de Mitominas, el
segundo, es un laburo en mi terapia, se lig directamente a mi historia personal,
porque yo tengo un viejo milico y mis hermanos estaban en el ERP y colegio de
monjas. Tena 20 aos, estaba saliendo al mundo. Yo reconozco que a Liliana para
m fue muy fuerte, un despertar a los mitos de la sangre, me quem la cabeza. Fue
laburar, juntar mis partes, fue decir: la locura no es femenina, no es hereditaria. Lo
labur en terapia. Toda mi familia venia as de una historia personal en donde las
mujeres enloquecan y se terminaban todas suicidando, entonces, para m los
mitos de la sangre yo dej la vida ah en esa muestra. Para cada una de
nosotras fue muy movilizador y nos dimos cuenta aos despus y creo que ahora
con tu pregunta fue como sentir la ola expansiva ? Y cada una pudo ver qu
magnificencia tuvo Mitominas en la vida de cada una.
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Anexo III
Material Flmico y videocintas
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