Efecto Domino - Chloe Santana
Efecto Domino - Chloe Santana
Efecto Domino - Chloe Santana
Domin
Chloe Santana
Ttulo: Efecto domin
Chloe Santana, por el texto.
Susana Len, por el diseo de portada.
Dreamstime_m_28253305, por la imagen de portada.
Impreso en USA.
Queda prohibido la reproduccin total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, ya sea electrnico o mecnico, sin la
autorizacin previa de los titulares del copyright.
Para mis lectores, que da a da me transmiten su cario.
El entusiasmo con el que recibs cada nueva historia es el mejor de los
regalos.
Para aquellas personas que creen en el poder absoluto del amor. Soy de
las que piensan que ser feliz es cosa nuestra, pero la felicidad es ms dulce
si se disfruta en buena compaa, No?
PRLOGO
Se poda morir de amor? Nunca antes se haba formulado aquella
pregunta, pero mientras recorra el largo pasillo del hospital, senta que su
corazn se paralizaba a cada nuevo paso. Persegua la camilla que
transportaba al hombre que haba jurado proteger de s misma, y al tipo
del que prometi no enamorarse. A aquellas alturas, sobraba admitir que
era psima cumpliendo las promesas que se haca a s misma.
La idea de perderlo la aterrorizaba.
Un pinchazo se apoder de su pecho al contemplar el cuerpo inerte
sobre la camilla. Haba gritado tantas veces su nombre que el hecho de
susurrarlo le dola demasiado. Incluso deseaba que l se despertara para
que volvieran a discutir como dos idiotas que estaban demasiado
enamorados el uno del otro para admitirlo sin sentir miedo.
Miedo?
La haba perseguido toda su vida, pero el sentimiento era
incomparable a la agona que le produca su posible perdida. A veces era
necesario que la realidad te abofeteara para que la contemplaras en toda su
mediocridad. Con tus errores salvables y tus victorias factibles. Con todo
lo que podas perder si no tenas valor para afrontar aquellas
inseguridades que quizs merecieran la pena.
Entre el quizs y el miedo se haba movido su vida. Un camino de
probabilidades condicionadas en el que siempre eligi el atajo fcil. El
atajo fcil del engao feliz y pasajero. El de las lgrimas lloradas en
silencio y a oscuras.
Se haba esforzado en no demostrar debilidad. Y todo para qu? Para
terminar llorando en el pasillo de un hospital, rogndole a Dios y a los
mdicos, a la vida y a la muerte, que no se llevaran al hombre del que se
haba enamorado de manera irremediable.
Una mano trenz la suya. Aquel gesto de apoyo la conmovi, porque
en aquel momento no exista para ella mayor enemiga que la muerte.
Abraz a la mujer que tena a su lado y solloz como una nia pequea y
angustiada. Como una chiquilla enamorada, al fin y al cabo.
Tiene que vivir exigi conmocionada. Lo necesito...
Treinta das antes.
Eran las seis y cuarto de la maana cuando se despert. No importaba
a qu hora programara su despertador, pues haba adquirido la indeseada
habilidad de desvelarse unos minutos antes de que la alarma sonara.
Estir los brazos y solt un bostezo. A su lado, el cuerpo del hombre
le daba la espalda como sola hacer siempre que culminaba rendido tras el
sexo. Se conocan desde haca aos y jams haban cruzado la lnea que
los estabilizara ms all de los amigos con derecho a roce. Ambos hacan
su vida y de vez en cuando se reencontraban pese a la distancia que los
separaba.
Se puso en pie y lo zarande ofuscada para que se despertara. No
toleraba que ningn hombre invadiera su intimidad, y la otra noche haba
ido demasiado lejos al permitir que Dominique se quedara a dormir en su
casa.
El hombre se dio la vuelta, mostrndole un torso desnudo y esbelto
que Mnica ya haba contemplado otras veces. Unos ojos azules y
somnolientos la saludaron con aquella sonrisa pendenciera. El cabello
rojizo y rizado le caa sobre la frente confirindole un aspecto bohemio y
encantador. Dominique provocaba que las mujeres suspiraran por l y
sollozaran al no comprender su carcter despreocupado, rebelde y en
ocasiones eglatra. Mnica saba que habra cado rendida al encanto del
artista de no haberlo conocido en el momento ms complicado de su vida.
Tras aquel incidente se haba cerrado al amor, y lo nico a lo que se
aferraba era algn que otro revolcn sin compromiso con un hombre tan
interesante como Dominique.
Bonjour, ma belle la salud, alargando la ltima vocal con una
cadencia seductora.
Dominique llevaba al mximo aquello del artista bohemio. Haca el
amor de madrugada, se inspiraba por la noche y dormitaba hasta medio
da. Pero Mnica detestaba la impuntualidad, por lo que le arrebat la
sbana de un manotazo.
Tienes que irte. En una hora tengo que coger el avin lo inst en
tono apremiante.
l esboz una mueca de fastidio. Incorporndose con lentitud, la atrajo
provoc que fijara la vista de golpe en la bebida que tena frente a ella. Sin
dudarlo, pidi la cuenta y se dispuso a marcharse mientras trataba de pasar
desapercibida.
Qu demonios estaba haciendo Erik en aquel lugar? Ese hombre de
supuesta palabra, con su mediocre sueldo de polica, su musculatura ptrea
y su atractivo de polvo salvaje. Se imagin a s misma recorrindole la
espalda con los dedos, hasta que recab en la voluptuosa morena que lo
acompaaba y le hirvi la sangre.
l no debera estar en aquel lugar, y los nervios la traicionaron cuando
lade la cabeza para observarlo de reojo. A su lado, una pequea mujer de
rasgos dulces le susurraba algo al odo. Pese a que Erik mantena la
distancia con aquella desconocida, Mnica no pudo evitar sentirse
molesta.
No solo la haba dejado tirada, sino que se empeaba en restregrselo
por las narices acompaado de una preciosa mujer a la que odi de
manera instintiva sin poder remediarlo.
Un sentimiento lacerante y explosivo le oprimi el estmago mientras
ella trataba de aliviar aquella sensacin tan agridulce. Saba de sobra que
no deba concederle mayor importancia porque ambos eran dos
completos desconocidos, pero no poda borrarse de la cabeza la estpida
certeza de que entre ellos existi algo maravilloso y nico que aquel
imbcil acababa de estropear para siempre.
A escasos metros de donde ella se encontraba, Erik escuchaba sin
inters lo que Martina le contaba acerca de su traslado a un nuevo
apartamento. Su turno empezaba en menos de una hora, y debido al
malhumor que haba mostrado durante todo el da, su compaera de
trabajo insisti en que se tomaran una copa para aliviar aquel malestar del
que no lograba desprenderse.
No poda dejar de pensar en Mnica y en lo caprichosa que haba sido
al largarse sin avisar. De acuerdo a su perfecta memoria, la mujer que
conoci en aquel balcn era divertida y cordial, cualidades que poco
tenan que ver con la mujer voluble que se march en cuanto se sinti
ofendida.
Y lo saba porque haba contactado con Sara, quien lo inform de que
Mnica haba decidido viajar en taxi en cuanto crey que l la haba
dejado plantada.
Por quin lo tomaba? Y por todos los Dioses, Por qu le importaba a
l tanto?
No debera sentirse irritado por haberle granjeado una mala opinin a
la rubia, pero lo cierto es que lo cabreaba que ella pensara que Erik
careca de palabra. De hecho, empezaba a creer que lo que sucedi en
aquel balcn no fue ms que un espejismo urgido por una mujer a la que
le encantaba llamar la atencin.
Y entonces la vio.
Frente a la barra, con la inconfundible cascada de cabello dorado
sobre la espalda descubierta, Mnica jugaba con el borde de su copa.
Tena el semblante adusto, lo que no impidi que l se disculpar con su
acompaante y avanzar sin dudar hacia ella.
Tena derecho a exigirle una explicacin e iba hacerlo en aquel
preciso momento, pues era la clase de hombre directo y algo brusco que
siempre iba al grano.
Hola Mnica, cunto tiempo sin vernos la salud.
Sinti que ella se ergua al escuchar su voz, y supo de inmediato que
aquella mujer no lo haba olvidado. La delicada mano aferr la copa
mientras se pona en pie y se giraba para encararlo.
Erik sise de manera glacial.
La mirada furiosa que le dedic no le pas desapercibida.
As que te acuerdas de mi nombre...
Lo que fue un comentario inocente ella lo recibi como una burla
hacia su orgullo. Sin dudarlo, volc el contenido de la copa sobre el
rostro del atnito subinspector y asi su bolso para largarse de all a paso
ligero.
Erik solt un juramento y se sec con una servilleta la humedad de su
rostro, mientras contemplaba anonadado a aquella mujer que se largaba
con la copa vaca en una mano y el bolso cargado sobre el hombro.
A qu demonios haba venido eso?
Las miradas curiosas de los clientes se difuminaron en cuanto l los
fulmin iracundo, lo que no evit que Martina se acercara hacia l con la
expresin descompuesta.
Quin es esa loca? pregunt, colocndole una mano sobre el
hombro.
Una completa desconocida que est mal de la cabeza bram.
Martina opt por guardar silencio al percatarse del nimo de su
compaero. A los pocos segundos, Erik recibi una llamada telefnica
2
El prroco acompa a los dos agentes hacia la escena del crimen.
Rode la estancia a toda prisa , pese a que saba que aquel hombre estaba
muerto. No fue necesario que le tomara el pulso, pues la atroz escena que
haban contemplado sus ojos le habl de una crueldad innecesaria para el
fallecimiento de aquel pobre desdichado.
Por aqu, sganme! los apremi, todava conmocionado por la
situacin.
Se detuvo frente a la portezuela que daba acceso al Patio de abluciones,
y seal con un dedo el camino que deban recorrer los agentes de polica.
No volver a entrar ah a menos que ustedes lo estimen oportuno el
prroco se santigu repetidas veces y dedic una ltima mirada de pesar a
la puerta entreabierta. Mis ojos ya han visto suficiente...
Erik se percat del rastro de sangre que salpicaba el suelo de la Capilla
de los desamparados y conduca hacia la entrada del patio.
Descuide, padre. Lo avisar si requiero sus servicios.
Empuj la pesada puerta y accedi al patio exterior. El inconfundible
olor metlico de la sangre invadi sus fosas nasales antes de que sus ojos
captaran la escena del crimen. De inmediato, el grito de Martina reson
contra las paredes del patio. La mujer se llev las manos a la boca y
soport la arcada que le sobrevino al contemplar la sanguinaria imagen.
Has visto alguna vez algo como esto?
Erik no respondi. Se limit a acercarse a la escena del crimen sin
pronunciar una sola palabra.
Sobre la fuente de piedra blanca que se eriga orgullosa en el centro
del patio rodeado de naranjos, se expona el cuerpo sin vida de un hombre
al que haban abierto en canal. El cadver tena las extremidades
amputadas y presentaba numerosas pualadas en el rostro y el cuello. Erik
avanz sin dudar y dej a su compaera rezagada en la entrada.
El agresor se haba ensaado de manera cruel e innecesaria con la
vctima, derramando toda la sangre en el receptculo de la fuente. Las
paredes blancas rebozaban del espeso lquido rojo que se derramaba por
el pavimento, discurriendo hacia un husillo cercano. En el suelo, una de
las extremidades amputadas yaca con un dedo sealando en direccin a
unas letras que Erik transcribi a su cuaderno.
E 7,14-25
Nos ha dejado un mensaje? inquiri Martina.
Erik se encogi de hombros.
Pese a su aparente frialdad, no poda evitar sentirse sobrecogido por el
ensaamiento que haba demostrado el agresor. Aquel crimen se pareca
ms al mtodo de un carnicero que al de un homicida movido por la rabia.
Contempl los altos muros que rodeaban el patio, la puerta cerrada
que daba al exterior y el resto de puertas que conectaban a travs de
galeras con el interior de la Iglesia. Al finalizar su escrutinio, frunci el
ceo y regres junto al prroco.
Quin habita en esta Iglesia?
El prroco se llev las manos a la cabeza y comenz a hiperventilar.
No estar insinuando...!
Responda a la pregunta orden impaciente.
El sacristn, el campanero y yo.
Sopes aquella respuesta y ech un vistazo en derredor. Algo no
encajaba en la sucesin de los hechos.
Cmo se puede acceder hacia el patio? inquiri.
Por la puerta principal y por el pasadizo que conduce a la Calle
Crdoba. Pero ambas se cierran al atardecer.
Erik consult su reloj de mueca. Eran las doce y cinco de la noche.
A qu hora descubri el cuerpo?
Alrededor de las doce menos veinticinco. Estaba dormido, pero me
desvel al escuchar unos pasos en el piso inferior. En seguida llam al
sacristn y al campanero, y descubrimos lo que usted acaba de ver.
Dnde se encuentran?
En la sacrista. El campanero ha sufrido un desmayo y el sacristn lo
est atendiendo. Estbamos esperndolos en la entrada de la Iglesia, pero
en cuanto han llegado, el sacristn ha regresado a cerciorarse del estado
del campanero. Parece que se encuentra mejor.
Dnde se encontraba a la hora de la muerte del hombre?
Estaba durmiendo, naturalmente. Siempre me voy a la cama antes de
las nueve y media de la noche, seor agente.
Podra explicarme cmo alguien ha salido de la Iglesia tras cometer
este crimen? Todas las salidas estn cerradas.
No tengo la menor idea se enfureci el prroco. Ese es su trabajo.
Desde luego admiti Erik sin perder la calma. Entonces se dirigi a
que pudiera replicar, Erik recibi una llamada telefnica, lo que lo oblig
a meterse en el cuarto de bao. Sin poder evitarlo, Mnica peg la oreja a
la puerta y escuch aquella conversacin.
Qu han conseguido identificar a la vctima? lo oy decir. Un
prroco jubilado? Vaya... eso s que no me lo esperaba se hizo un corto
silencio hasta que l volvi a hablar. Tengo una fotografa en la que
aparece el supuesto asesino. Buscamos a un hombre de complexin alta y
fuerte. El laboratorio tendr que analizar la fotografa. Tal vez, con algo
de suerte, podamos verle el rostro. Te veo luego, Martina.
Mnica se apart de la puerta en cuanto escuch los pasos.
Un asesinato... musit, un tanto descolocada.
Al cabo de unos segundos, ya le estaba buscando cierta utilidad a su
reciente descubrimiento. Si empleaba aquella exclusiva, su revista sera la
primera en desvelar aquel homicidio, lo que con toda seguridad ayudara
a relanzar las ventas.
En cuanto Erik apareci en la habitacin, se acerc a l para encararlo.
As que han asesinado a un prroco en la Iglesia del Salvador...
Erik le dedic una mirada atravesada.
No te atrevas, Mnica le advirti, intuyendo su intencin.
Ella se encogi de hombros.
Soy periodista. Es mi trabajo.
Tu trabajo consiste en hablar de trapitos caros, cosmticos absurdos
y famosillos del tres al cuarto desde.
Mnica se puso roja de ira. Cmo se atreva l a menospreciar su
trabajo de aquella manera? De acuerdo, quiz no fuera el trabajo ms
profundo del mundo... pero frivolidades aparte, le pagaba las facturas y le
daba de comer.
Y t eres tonto del culo! explot.
l solt una carcajada al comprender que acababa de sacarla de sus
casillas, lo que se granje la ira de Mnica. Sin poder contenerse, agarr
la botellita de agua que tena sobre el minibar y quiso arrojrsela a la cara,
pero esta vez, l fue ms rpido. De un tirn, le arrebat el envase y la
sostuvo con un brazo alrededor de su estmago. Mnica patale rabiosa,
como una chiquilla que no iba a salirse con la suya.
Erik la apret ms contra su cuerpo, disfrutando de las suaves curvas
femeninas. La respiracin clida acarici la nuca de ella. El olor de
Mnica lo volva loco, y al parecer su pene opinaba lo mismo. El
3
Casi veinticuatro horas sin dormir y su bsqueda le haba resultado
infructuosa. En la primera iglesia lo recibi un cura bastante hurao al que
sonsac un par de palabras. Negaba haber conocido a la vctima, pues
apenas llevaba un ao como prroco de aquella iglesia. Le haba costado
ms de dos horas interrogar a los feligreses de aquella parroquia.
Descart a los jvenes y opt por hablar con las personas que pudieran
haber coincidido con la vctima durante la etapa en la que imparti misa,
pero no logr sacar nada en clave. Al parecer, el prroco apenas pas un
par de aos en aquella iglesia, tras lo cual fue trasladado a otra parroquia.
Consigui la direccin al amanecer, y a aquellas horas, extenuado
pero movido por el ansia de conocer la verdad, se diriga hacia la segunda
iglesia, situada en el barrio de Santa Cruz.
Cruz los Reales Alczares para situarse en una de sus zonas
preferidas de la ciudad. El barrio de Santa Cruz era la cuna de la judera
medieval de Sevilla. Los laberintos de calles estrechas y las paredes
pintadas de cal para escapar del abrasador sol de verano as lo
atestiguaban. En la actualidad, era un conjunto idlico formado por
callejones, casas seoriales, patios cuajados de flores, tascas y terrazas en
las que disfrutar de la gastronoma andaluza y un perpetuo olor a azahar.
Era una zona repleta de idiosincrasias. Porque donde exista un
callejn estrecho acababa una plaza alejada de la urbe. Porque en los
palacios seoriales encontrabas inscripciones sobre azulejos. Y por aquel
encanto fruto de leyendas, duelos y amoros diversos.
No quera armar un excesivo revuelo con su llegada, por lo que
decidi acceder a la Iglesia de Santa Cruz por la parte trasera, tomando la
Plaza de la Escuela de Cristo. Debido a las reducidas dimensiones, ms
que una plaza pareca un patio interior de paredes encaladas y ventanas
enrejadas. En cuanto puso un pie en el interior, se qued paralizado al
contemplar a la mujer que observaba ensimismada la pintura sobre una
cermica. Pareca leer con inters la inscripcin del azulejo, que explicaba
que la pintura de la Natividad se trataba de una copia ya existente en la
Catedral de Puebla de los ngeles, en Mxico.
No quiso hacer ruido, porque por primera vez, poda disfrutar del
placer de observarla a sus anchas sin que aquellos incisivos ojos verdes lo
estudiaran a l a su vez. El cabello dorado luca trenzado sobre el hombro,
lo que consigui que sintiera deseos de soltrselo sobre la espalda
desnuda. En su imaginacin acarici aquella piel cremosa y suave.
Era preciosa.
Sintindose observada, Mnica se dio la vuelta con brusquedad para
encontrarse con la figura masculina de Erik, quien la miraba con una
profundidad que no se esforz en disimular. Los acontecimientos
sucedidos en la oficina la haban obligado a distraerse con un paseo que la
llev hasta aquel rincn apartado del bullicio de la ciudad. No esper
encontrrselo en aquel lugar tan escondido.
Es que acaso no poda caminar sin encontrrselo?
Empezaba a temer que si su mente lo tena siempre presente desnudo
y fogoso en la mayora de ocasiones, su cuerpo se convertira en un
imn para el de aquel hombre tan desagradable como atractivo.
De todos modos, no era un buen momento para hablar con nadie.
Menos con aquel hombre que le recordaba lo dbil e ingenua que poda
llegar a ser si se desprenda de aquella coraza forjada con el paso de los
aos. Los acontecimientos sucedidos en la revista as se lo recordaban.
Hola rubia, Qu haces en este lugar tan apartado? la salud.
Camin hacia ella, hasta que se coloc a su lado. A Mnica el aire le
result ms enrarecido, como si la atmsfera se hubiera prendido fuego
en cuanto el hombro de l roz el suyo, y una corriente de electricidad le
acarici hasta la punta de los dedos.
El ladrn de tarjetas de memoria... musit con desagrado.
Apenas le dedic una mirada de reojo, pese a que l la observaba con
intensidad. Sonrea, como si encontrarla por sorpresa le hubiera resultado
agradable.
Te dije que te la devolvera le dio un leve codazo con el hombro
para animarla. Mnica se apart irritada. Definitivamente, aquel no era un
buen momento para su sociabilidad. Ey, Te has perdido, verdad?
El tono suave que utiliz consigui sorprenderla. Pareca preocupado
por ella, y en su voz afectuosa perviva la intencin de hacerla sentir
mejor.
En realidad quera perderme insinu ella. Mir en derredor, y supo
que no sera capaz de salir de all sin un poco de ayuda. Llevaba plantada
frente aquella inscripcin ms de quince minutos. Pero no de este modo.
desasosiego. Una que tena que ver con la expresin de Erik cuando su
jefe lo reprendi en pblico. Porque tal vez, su enfado se deba a que l no
deseaba cargar con la culpa de saber que ella estaba en peligro, pues
aquello sera desastroso para su carrera policial.
En ese caso, pens molesta, ella no volvera a ofrecerle ningn
problema. Y no lo hara, sencillamente porque se apartara de l para
siempre. Jams volveran a verse. Demasiado humillada se haba sentido a
lo largo de su existencia como para ser el objeto de las recriminaciones
absurdas de un subinspector arrogante.
Se envolvi en una gruesa toalla de algodn tras salir de la baera,
encendi el porttil y comprob los mensajes de su telfono mvil. Tena
una decena de llamadas perdidas de Sara, pero no se senta con el nimo
suficiente para ponerla al corriente respecto a su nefasto da en la revista.
Al fin y al cabo, Qu iba a decirle? Qu haba pillado a los
empleados criticndola mientras ella vomitaba en el cuarto de bao?
Cerr los ojos y record.
Tras recuperarse de la impresin que le produjo aquel correo
electrnico, Mnica se refresc el rostro antes de regresar por el pasillo. A
mitad del camino, se detuvo al escuchar la algaraba de unas risas.
Esa mujer es insoportable coment Brbara, la vedette que su
amiga haba contratado. Si tengo que irme a la calle, juro por Dios que
le gritar que ha llegado hasta donde est a base de hincar las rodillas y
chupar muchas...
Aquel comentario fue recibido con risas maliciosas. Mnica apret los
labios, rabiosa ante tal mentira.
No es ms que la amiguita de la jefa. Qu se cree que va a
ensearnos? Esa niata solo escribe chorradas sin importancia en una
revista frvola! se quej un tipo.
Ni siquiera la conocis trat de apaciguar los nimos la chica a la
que haba estado a punto de entrevistar en su despacho antes de que
huyera horrorizada.
En aquel momento, Mnica no pudo ms. Sali de su escondite y los
encar a todos, granjendose las miradas compungidas y atnitas de sus
nuevos empleados. No necesitaba las crticas ni la compasin de aquellos
Don nadie, y estaba a punto de hacrselo saber.
Si tuvierais tanta experiencia en hacer periodismo serio como en
criticar, probablemente esta revista no se ira a pique. Pero escuchadme
D.
4
El hombre se quit la mscara y la arroj al suelo. La habitacin
estaba sumida en la oscuridad porque era en los entornos lgubres donde
se senta seguro. Al contemplar el carmn rojo que manchaba la mscara,
acarici su propia boca mientras recordaba el tacto suave de aquellos
delicados labios femeninos. An perciba el sabor afrutado de aquella
mujer.
Un deseo carnvoro le recorri la piel hasta asentarse en su
entrepierna. En realidad no era un individuo dado a las bajas pasiones,
pero la extraa a la que bes lo haba cautivado como ninguna mujer.
Atisbaba en ella el mismo miedo y recelo que lo haba embargado a l
durante todos aquellos aos. Un temor que la converta en una presa que
siempre estaba a la defensiva, dispuesta a luchar para alejarse del peligro.
Lo haba intrigado.
Deseaba saber ms de ella. Recorrer su piel con la lengua, hundir la
nariz en su cabello y aspirar el embriagador aroma femenino. Mientras la
imaginaba retorcindose de placer, se desabroch los pantalones y agarr
el miembro con una mano. Jade.
en palabras. Durante aos me obligaste a vivir con miedo, por eso deseo
que tus das transcurran con la sensacin agnica de que tu final se
acerca.
Podrs vivir sabiendo que voy a matarte? Te quitars la vida antes
de que consiga alcanzarte? Sera mejor que lo hicieras, pero me relamo de
placer ante la certeza de que eres un cobarde.
Erik dobl el pliego de papel, como si con aquel gesto tan simple
pudiera borrar la sensacin de espanto que lo acuciaba. Imaginaba el
pnico que invadi al prroco al leer aquella carta sin firmar, pero al
mismo tiempo se preguntaba por qu razn aquel asesino quera acabar
con su vida. Algo deba haber sucedido para que sus palabras destilaran
tanto odio.
Tu final se acerca, y me complace saber que no has sido capaz de
acabar con tu miserable existencia. Te encomiendas al destino que yo he
trazado para ti. Quieres saber lo que te he preparado? Te dar una pista:
no he olvidado cada una de las afrentas sufridas en el pasado, y ni con mil
vidas vividas lograras resarcir el dao que me provocaste.
Tu dolor ser mi venganza.
Venganza.
Sin duda, aquellos asesinatos respondan a tal fin, pero necesitaba
encontrar un nexo entre ambas vctimas. Que se conocieran solo indicaba
que ambas muertes estaban relacionadas, pero deba descubrir la razn de
aquel odio.
Qu habran hecho aquellos dos hombres para granjearse a aquel
enemigo?
Se sinti enfermo al hacerse la siguiente pregunta; Qu sucedera con
las prximas vctimas?
Supo que deba adelantarse a aquel hombre enmascarado si quera
salvar la vida de la siguiente vctima, pero no tena ni idea de hacia dnde
encauzar la investigacin. Lo acuciaba la incertidumbre.
Tras acatar las rdenes de Pepe, sali de la comisara para tomarse un
descanso. Saba que su jefe estaba preocupado por su estado de salud, pero
no poda evitar sentirse frustrado consigo mismo. Mientras l trataba de
relajarse, aquel tipo urdira el siguiente asesinato.
insegura.
No voy a admitir tal cosa, pues es mentira.
Yo tampoco lo negar resolvi, encantado de provocar su rubor.
Que me atraes como la miel al oso, quiero decir.
Mnica se desinfl, pues aquel carcter pendenciero la desarmaba.
Ser mejor que me vaya. Ests delirando coment, con menos
nfasis del debido. Puede que el tiro en la cabeza te haya afectado algn
nervio. Ve al mdico, parece grave.
Dilo, rubia. Soy algo as como... irresistible enunci aquella
palabra con una cadencia peligrosa.
Realmente, disfrutaba sacndola de sus casillas.
Irresistiblemente estpido.
Mnica estuvo a punto de marcharse, pero las siguientes palabras la
detuvieron.
Te recojo esta noche a las diez se ofreci, pese a que lo enmascar
bajo una decisin unnime.
Mnica dud.
Me ests pidiendo una cita? lo encar.
Con las manos metidas en el bolsillo para disimular el nerviosismo
que le produca su probable rechazo, asinti con una sonrisa.
No quiero presionarte, pero quedar como un idiota si me rechazas
brome.
Por primera vez en mucho tiempo, Mnica se ech a rer.
Nunca he conocido a una mujer como t le solt de pronto.
Incluso l se asombr al enunciar aquella frase que sali de su boca
sin ser medida, pero era la verdad. Quiso aadir nunca he conocido a una
mujer que me haga sentir tan desconcertado, a una a la que dese poseer y
abrazar al mismo tiempo, a una que me haga sentir lo que t. Se qued en
silencio, a riesgo de parecer un verdadero idiota si continuaba ponindose
en evidencia.
Mnica no logr sofocar aquel calor que se apoder de ella. Una
frase. Una sola y su mundo se tambaleaba.
Qu tena l? Qu?
Aljate antes de que sea demasiado tarde. Aljate!
A las diez en punto. S puntual claudic.
Se alej a toda prisa para que l no pudiera incomodarla con un nuevo
comentario que la inquietara. Hasta la hora de su cita tena trabajo por
comprador objetivo.
Llam a su despacho a la nica persona de todo el equipo que le
trasmita cierta confianza. Elena la joven recin licenciada y de aspecto
amable, entr en su despacho como un vendaval.
Necesita algo, seorita Laguna? pregunt solcita.
Cierra la puerta, por favor en cuanto lo hizo, le pidi que tomara
asiento frente a ella. Cmo describiras al anterior redactor jefe de Al
Sur?
Rodrigo era una persona encantadora respondi sin dudar.
Mnica bostez. De personas encantadoras estaba plagado el mundo. Y
de intiles.
Y cmo profesional?
En realidad, nos dejaba ir por libre. Cada uno de nosotros poda
escribir sobre lo que estimara oportuno.
Ya me he dado cuenta...
Se masaje las sienes tratando de encontrar una salida. Necesitaban una
noticia impactante que encabezara la portada, y si aquel tipo de la
manifestacin tena razn...
Como era una persona que se dejaba guiar por su instinto que le
haba servido en numerosas ocasiones para salvarle el pellejo , decidi
optar por aquello que la haba llamado desde un momento.
Trevor Pitt, averigua todo lo que haya sobre l. No me importa
cmo, pero quiero que destapes todos sus trapos sucios. Sospecho que
puede estar metido en una trama de chantajes y expoliacin arqueolgica
el rostro de Elena delat temor, pues no estaba segura de estar a la altura.
Consciente de ello, Mnica trat de animarla, a su manera. Ves a todos
tus compaeros? Bueno, pues te he elegido a ti porque me resultas la
opcin ms... razonable. Si haces un buen trabajo, optars a un puesto de
mayor calibre. Si me fallas, te despedir y habrs perdido una buena
oportunidad.
Elena trag con dificultad.
5
Mnica se contempl en el espejo, al tiempo que el nerviosismo le
sacuda el estmago. En general, los hombres no la inquietaban si
respetaba sus propias normas. Con Erik se las saltaba todas.
Inspir.
Haba algo en Erik que la descolocaba, y ella siempre se haba
apartado de la clase de tipos problemticos que queran ms de lo que ella
poda ofrecerles. Sin embargo, se encontraba en la tesitura contraria: saba
que el polica le causara problemas, pero aun as era incapaz de apartarse
de l. Fuera lo que fuera que posea, era demasiado adictivo para
ignorarlo.
Quiz porque con l, muy a su pesar, ella no mantena las distancias.
Incluso con Dominique, al que le una una amistad con derecho a roce
desde haca aos, jams se haba saltado sus reglas. Y aquellas consistan
bsicamente en que los hombres tomaran solo lo que ella les ofreca. Ni
ms ni menos.
Yo decido cundo, cmo y dnde
Por qu? Exista una razn primordial que, pese a la dcada
transcurrida, continuaba atormentndola. En el pasado, alguien le haba
arrebatado la libertad de decidir, por lo que ahora no lograba mantener
una relacin sana y consensuada con cualquier hombre decente. De todos
modos, aunque lo hubiera superado, no crea que fuese posible, puesl
siempre apareca en los momentos ms inesperados.
Ni siquiera era capaz de murmurar su nombre sin sentir un pnico
atroz que le consuma las entraas. El mismo miedo que la invada al
mantener contacto fsico con un hombre, a no ser que fuese ella quien
estableciera los lmites.
Dnde tocar... cundo parar...
Desde los trece aos no acataba la voluntad de nadie, salvo la suya
propia. Excepto, por supuesto, silapareca para chantajearla.l.
Siemprel. Porque en el fondo, se senta una desgraciada sin vida propia.
Una mujer sin libertad ni capacidad para decidir, enclaustrada en sus
propios miedos, condicionada por un error que haba pagado muy caro.
Desterr aquel pensamiento de su mente y trat de centrarse en Erik,
pues quera estar perfecta para l. Saba cmo acertar con los dems,
presentando una imagen perfecta a base de ejercicio intenso y una
patologa alimentaria que trataba de solucionar. Perfecta para los dems,
pero jams satisfecha consigo misma. Era imposible, porque al
contemplar su reflejo, en el fondo odiaba a la mujer hermosa y hermtica
cualidad que todos equivocaban con una falsa frivolidad, en la que se
haba convertido.
Haba formado una coraza para que nadie pudiera volver a herirla. Un
armazn a base de recelo hacia todo lo desconocido, hacia las terceras
personas y hacia s misma. Estaba envuelta por toda aquella mierda del
pasado que era mejor olvidar, salvo que aquel acosador no se lo permita.
La tena atada de pies y manos, condicionada a una posible aparicin
en su vida que la aterrorizaba, y eso era tan frustrante...
Antes de salir de la habitacin, se alis una arruga apenas
imperceptible en su vestido aguamarina. Llevaba el cabello suelto sobre la
espalda porque intua que a l le gustaba as. No importaba que en el
exterior hiciera un calor de mil demonios, pues ansiaba fascinarlo. Haba
combinado aquel atuendo con unos zapatos de tacn alto en color coral y
un clutch de la misma tonalidad. Saba de sobra que los zapatos eran cosas
de mujeres, pero deseaba poder mirarlo a la cara sin tener que ponerse de
puntillas, pues la enervaba la superioridad que implicaba la altura de Erik.
Estaba a punto de abrir la puerta cuando su telfono son. Al
comprobar la pantalla, dud si descolgar, pero al final claudic. No poda
seguir rehuyndola durante ms tiempo, pues saba que pese a su recin
estrenada maternidad, Sara se plantara en Sevilla si crea que las cosas
andaban torcidas.
Por fin me coges el telfono! Cre que iba a tener que contactar con
Erik para que fuera a buscarte y se cerciorara de que no te habas cado al
ro Guadalquivir estaba cabreada.
Mnica consult su reloj. Llegaba dos minutos tarde a su cita, y
adoraba la puntualidad. Comenz a impacientarse porque conoca lo
suficiente a su amiga para anticipar su retahla de reproches absurdos.
Bueno, no sera del todo necesario que viniera a buscarme, pues
vamos a cenar juntos.
Tenis una cita? Pero eso es...! No quiero decir que no me alegre,
es solo que me siento un poco excluida, Sabes? He engordado ms de
diez kilos, estoy aburrida en Nueva York y mis dos mejores amigos me
Mnica sinti una oleada de calor, pero antes de que pudiera asimilar
sus palabras, l arranc la moto y ella se apret contra su espalda. Erik
sorteaba el trfico con habilidad y haciendo gala de una prudencia que tal
vez tuviera algo que ver con su papel como agente de la ley.
Durante el viaje, Mnica contempl ensimismada la oleada de luces
doradas que baaban la ciudad. Erik le dedic una ruta privilegiada, tan
solo perteneciente aquellos nativos de la ciudad que conocan cada recodo
mgico al dedillo. Le explicaba que algunos de los distintos pabellones de
la Expo haban cado en desuso lo cual era una verdadera lstima,
mientras que otros lucan majestuosos. Comentaba que el puente de Isabel
II siempre sera en realidad el puente de Triana, o incluso que las
mismsima diosa Astart, prendada por la belleza del lugar, haba
bautizado a aquella tierra como Triana.
Con leyendas o sin ellas, Mnica disfrut de una ruta alternativa que
aviv su curiosidad por la ciudad. Tal vez fuera la compaa, pero tena
que reconocer que pese a los contratiempos sufridos, aquella ciudad se
estaba clavando en su alma.
Erik detuvo la moto cerca del barrio de Triana, frente a un edificio de
hierro con base rectangular y un conjunto de cuatro bvedas de can,
dotadas de inmensas cristaleras por las que se observaban numerosos
puestos gastronmicos.
Tiene un aire a la torre Eifel coment ella.
Cuenta la leyenda que Eifel fue su arquitecto le explic Erik,
granjendose el inters de Mnica. Fue ideado como una lonja de pesca,
y luego cay en desuso hasta su reciente reinaguracin como mercado
gastronmico.
Mnica se cruz de brazos y le dedic una mirada burlona.
Supongo que todo esto no lo haces para impresionarme.
l puso cara de total inocencia, hasta que habl.
Cre que ya te tena impresionada fanfarrone, granjendose la risa
de Mnica. Entonces, se acerc hacia ella y le apart el pelo del rostro,
Eres preciosa cuando sonres murmur con voz ronca. Ella entrecerr
los ojos cuando l desliz sus dedos por la mejilla, en un roce tan
anhelante como sensual. Dira que eres casi perjudicial para mi salud,
porque no puedo pensar en otra cosa ms que en besarte cuando te tengo
cerca.
Ella quiso gritarle que la besara; por algn extrao motivo no pudo
hacerlo, pues se sinti tan nerviosa que fue incapaz de articular palabra.
Aquel hombre la haca sentir desamparada, como una cra inexperta que
apenas saba nada de los hombres. Aunque con l, supo que an le quedaba
mucho por descubrir.
La aturdi al aproximar su boca hacia ella, y en vez de besarla en los
labios, plantar un casto y caliente beso sobre su frente. Mnica suspir, tan
complacida por su cercana como necesitada de una mayor intimidad.
Hoy no has trado tu cmara dijo l, como si con aquel comentario
tan simple pudiera distender la tensin que se haba formado entre ellos.
Tensin sexual, de aquella que siempre te dejaba con hambre,
insaciable y sediento de ms.
Lo nico que quiero fotografiar lo tengo delante de m musit ella.
Erik lade una sonrisa. Tom su mano y juguete con sus dedos.
Qu mala eres replic abrumado. Me cuesta mucho contenerme,
pero t me lo pones muy difcil, rubia.
Se inclino hacia l.
Pues no te contengas lo anim.
La boca de l captur la suya, y ambos perdieron el control. Con un
brazo le rode la cintura, y con la mano libre le asi el rostro, para
conducirla en un beso salvaje que deseaba tomar todo lo que ella le
permitiera. Pese a que estaban en mitad de la calle, pareca como si el
contacto de sus labios los hubiera transportado a un lugar que les
perteneca solo a ellos.
Erik invadi su boca, la saque con la lengua hasta que la oy jadear
de puro placer. Entonces, sonri triunfal y la apret ms contra s,
lamiendo su labio inferior hasta que Mnica no pudo ms. Turbada por un
cmulo de sensaciones intensas, coloc las manos sobre su pecho y solt
un suspiro trmulo.
Tengo hambre declar.
Vmonos a cualquier lugar en el que podamos estar solos decidi
l, necesitado de ms.
Mnica esboz una mueca temblorosa. El pecho le suba y bajaba,
todava conmocionada por el beso.
Erik... no me pidas...
Qu le suceda? Ella jams haba sido cobarde, pero la asustaba ser
incapaz de controlarse. Quera ms de l, y a la vez necesitaba mantener
cierta distancia, porque senta que l la consuma.
Eres buena.
Mnica le rest importancia con un leve cabeceo que l aprovech
para acariciarle la mejilla.
Slo consigo reflejar la belleza de lo que ya la posee.
Erik enarc una ceja.
Me ests llamando guapo?
Lo eres respondi sin dudar.
Me alegro de que te guste lo que ves, supongo.
Y tanto que puedes alegrarte! No he conocido en mi vida a un hombre
que me resulte ms descaradamente atractivo que t.
Mnica se dedic a fotografiar a una pareja de cisnes que estrechaban
sus picos hasta formar un corazn. Mientras lo haca, Erik vislumbr la
expresin relajada y placentera en el rostro de ella, alejada de la tensin
en la que sola permanecer su cara. La fotografa la extasiaba, cosa que l
estaba encantado de contemplar, aunque si por l fuera, la extasiara de una
forma ms ntima que la hara explotar de placer.
Acabo de descubrir mi lugar preferido de este parque coment sin
cesar de fotografiar todo lo que llamaba su atencin, todo aqu es
romntico e idlico, Sabes? Tan slo le faltara la banda sonora para que
formara parte de la escena de alguna pelcula.
Qu clase de msica le pondras t?
Ella se colg la cmara en el cuello, girndose para prestarle toda su
atencin.
Oh... alguna de Ellie Goulding. Love me like you do, en particular
me encanta.
l se rasc la barbilla, pensativo.
Ah... esa no me la s, pero que no se diga que no intento ponerle
msica a tus deseos murmur, con un leve carraspeo de garganta para
entonar una cancin que provoc que Mnica abriera los ojos de par en
par. Why do birds suddenly appear..., every time ...you are near?
Pese a que lo intentaba, la voz de Erik era demasiado grave para
aquella cancin tan delicada. Mnica trat de taparle la boca mientras se
echaba a rer.
Ssssshhh, Vas a espantar a los pjaros, me muero de vergenza!
l le mordisque los dedos para continuar como si nada.
Just like me, they long to be... close to you... finaliz.
Mnica aplaudi, demasiado divertida por aquel humor que solo
6
Una estela dorada rodeaba el puente de Triana al caer la noche. Todo
era brillante y mgico, como una escena extrada de alguna historia
narrada en las Mil y una noches. Se haban detenido frente a la barandilla,
tan cerca el uno del otro que Mnica estaba segura de que l poda leer los
pensamientos que le avasallaban la mente. Todo se haba vuelto
demasiado ntimo desde que ella lo haba abrazado en un intento por
paliar su dolor, o consumirse con el mismo. Tras separarse, l
simplemente la haba mirado de una manera demasiado profunda para no
sentirse cohibida. Luego haban emprendido el camino de regreso sin
apenas cruzar palabra, hasta que se detuvieron frente al puente.
Con los codos apoyados sobre la barandilla, Mnica sinti la
necesidad de saber ms de l. Tal vez, si descubra todos sus secretos y
anhelos, cesara la voracidad que la acuciaba por todo lo relacionado con
Erik.
Por qu te hiciste polica? inquiri.
Desde que tengo uso de razn, siempre quise serlo. Creo que todo
estaba relacionado con imitar los pasos de mi padre, porque todos lo
admiraban y yo deseaba convertirme en alguien como l. Luego me d
cuenta de que verdaderamente me gusta lo que hago, eso es todo.
Hablaba de ello con total naturalidad, como si fuera una cuestin a la
que ya haba respondido en ms de una ocasin. Mnica se pregunt
cuntas mujeres se la habran formulado antes que ella.
Te pudo preguntar qu le sucedi?
Erik asinti tranquilo. Durante nio, su recuerdo lo haba estremecido,
pero siendo adulto tan solo senta respeto y devocin por su padre.
No estaba de servicio cuando sucedi. Mi padre me haba llevado al
cine, y cuando regresbamos en medio de una riada, el coche que iba
delante derrap por el puente y se cay al ro con una mujer y su hija
dentro. Mi padre salt al agua y consigui rescatar a la pequea. Luego
volvi a por la madre, pero ninguno de los dos logr regresar le relat.
No fueron las imgenes de la noche en la que acompaaba a su padre y l
le pidi que fuera valiente y sostuviera la mano de aquella nia empapada
Cuando una mujer es tan bella como t, no puede ocultar nada tan
terrible la contradijo. Ante un argumento tan banal como halagador, ella
quiso contradecirlo, pero l la detuvo con sus siguientes palabras: pero
lo ms importante es que me fo de mi instinto, y me dice que no te deje
escapar, Mnica. Porque me vuelves loco.
Ella cerr los ojos, estremecida. Irritada consigo misma por querer
doblegarse y abrirse ante l. Por ser tan crdula.
Apret las manos entorno a la barandilla y sacudi la cabeza.
Por Dios, slo soy una chica guapa. Me lo han dicho tantas veces que
ha dejado de tener su encanto. Y creme, algn da conocers a alguien
mejor que yo. No es tan difcil su voz destil rabia.
Lo eres, maldita sea. Pero cuando estoy cerca de ti no eres una chica
guapa ms. Eres esa mujer llena de secretos que necesito desvelar. La que
me ha dado el abrazo ms extrao y reconfortante de mi vida, y la que
sonre haciendo que todo lo dems deje de existir. No s qu es lo que
tienes, pero del mismo modo que s que no tiene nada que ver con tu
belleza, te aseguro que voy a descubrirlo.
Mnica respir aceleradamente.
Bsame.
La atrajo de la cintura de forma tan brusca que ella entreabri los
labios para recibir un beso que la devast. Mnica enred las manos en su
nuca, se coloc de puntillas y se dej llevar. Gimi contra la boca de l, y
susurr su nombre en un delirio de placer que fue incapaz de contener.
Extasiado, Erik desliz las manos hacia los delgados brazos, como si al
sujetarla a ella pudiera sostenerse a s mismo.
Tal vez fuera as.
Me gusta que me beses como si no hubiera un maana musit ella.
A m me gusta besarte como si pudiramos hacerlo todos los das de
nuestra vida.
Mnica se mordi el labio, demasiado maravillada para obligarse a
escuchar a su conciencia. No, no le daba la gana. En aquel momento quera
soar a su lado... mejor an, Quera vivirlo a su lado!
Suspir embelesada, junto a l, contemplando el ro. Erik la miraba de
reojo.
Esta ciudad tiene algo, Sabes? observaba el reflejo dorado de la
luz sobre el ro, y Erik estuvo seguro de que no haba nada ms bello que
la felicidad reflejada en los ojos verdes de Mnica.
inequvoco.
As que esta es la razn por la que no podas salir a tomar una copa
con nosotros el desconocido la evalu de arriba a abajo, pero Mnica
slo percibi un inters amigable que no la hizo sentir incmoda. He de
reconocer que mi compaa no debe serte tan grata como la de esta
belleza.
Mnica sonro agradecida por el cumplido. La otra mujer esboz una
mueca agria que se esforz en disimular como pudo.
Erik le pas un brazo alrededor de la espalda, acercndola hacia sus
amigos.
Mnica, estos son mis amigos y compaeros de trabajo.
Es una forma muy educada de decir que es nuestro jefe brome el
hombre.
Erik ignor el comentario.
l es Gonzalo, y ella es Martina.
Quiso estrecharles la mano, pero el hombre fue ms rpido y le plant
dos afectuosos besos en cada mejilla. Por el contrario, Martina la recibi
con una sonrisa tirante.
Encantada de conoceros
Martina la evalu con descaro.
Me suena tu cara insinu.
Mnica saba a lo que se refera, por lo que opt por hacerse la
ingenua.
Lo dudo; soy de Madrid. Si te conociera lo recordara se excus.
Martina la seal con un dedo insidioso.
Oh, ya lo s continu en sus trece. Mnica supo que iba a dejarla en
evidencia, por lo que se prepar para recibir el comentario mordaz de una
mujer que sin duda estaba colada por Erik. T eres la loca de la terraza,
Verdad? La que le tir la copa a Erik a la cara y huy de all como si se la
llevara el diablo. Menudo espectculo montaste.
Mnica sinti deseos de abofetear a aquella entrometida, pero logr
contenerse. A su lado, Erik pareca ms divertido que preocupado por la
situacin.
No saba que tuviera que ofrecerle explicaciones a su
guardaespaldas.
Gonzalo solt una carcajada, y Martina la atraves con la mirada.
As es cmo saluda la gente de Madrid, tirndose una copa a la
***
Las burbujas de aire se disipaban en el ro salpicado de lluvia mientras
las gotas de agua le empapaban el flequillo. La mano pequea, hmeda y
fra desliz los dedos alrededor de los suyos, aferrndose a l. Ambos
contenan la respiracin con los ojos clavados en el agua, como si de una
vez por todas, los cuerpos fuesen a emerger a la superficie para desterrar
todos sus temores.
Pero no sucedi.
Tranquila, todo saldr bien le dijo a la nia.
La pequea se apret contra l. Mechones rubios se pegaban a su
rostro empapado y lloroso, confirindole un aspecto frgil.
Clav los ojos en el ro cuando una zapatilla roja flot en el agua,
provocando que su mundo infantil se derrumbara para siempre.
Adis, pap.
Solt la mano de la nia de golpe, demasiado aturdido para continuar
fingiendo. La pequea solloz, pero en sus odos el llanto reson como un
sonido lejano parecido al rumor del agua. Un rfaga de viento helado le
golpe la espalda hasta calarle los huesos, pero no llor. No consigui
hacerlo pese a que senta que un milln de esquirlas lo haban destruido
por dentro.
Entonces se mir las manos y comprendi que aquellas extremidades
ya no eran las de un nio, sino que pertenecan al adulto en el que se haba
convertido.
En un arranque de lucidez, se gir hacia la pequea, descubriendo
desconcertado la presencia de Mnica. Flotaba sobre sus pies, a escasos
centmetros de l, con dos lgrimas silenciosas discurriendo por sus
plidas mejillas. Todo en ella resultaba aterrador y quebradizo, por lo que
alarg una mano para borrarle la lgrima que acariciaba su pmulo. El
cuerpo de Mnica fue azotado por el vendaval, alejndola de l. Erik grit
su nombre y ech a correr en su direccin, pero entonces ella se detuvo
frente a la barandilla, con una sonrisa que auguraba las peores intenciones.
Entre hechizada y fascinada ante la idea, clav los ojos en el fondo del ro.
l contempl como pasaba primero una pierna y luego otra por
encima de la baranda hasta colocarse de puntillas sobre la estrecha
plataforma.
Lo recorri un estremecimiento.
No lo hagas suplic con la voz ahogada.
Ella se llev un dedo a los labios, lade la cabeza, estir los brazos
como un pjaro libre y se dej caer. Erik se lanz hacia ella, pero su mano
apenas consigui rozar los dedos femeninos mientras contemplaba como
Mnica se adentraba en la oscuridad, envuelta en una nebulosa
inalcanzable y lgubre.
Mnica! grit, despertndose de aquella pesadilla.
Se inclin en la cama, sentndose sobre el colchn. Se frot el rostro
con ambas manos. Todava respiraba de manera entrecortada a causa de la
conmocin. Haca aos que no soaba con la muerte de su padre. De
pequeo, aquella pesadilla lo haba perseguido una y otra vez,
torturndole con un recuerdo que lo destrozaba. Pero jams haba
aparecido ninguna presencia en aquel sueo, sino que era l, a solas en el
puente, el que terminaba despertndose agazapado en los brazos de su
madre.
Qu significaba la presencia de Mnica? Por qu se haba arrojado
al puente? Por qu haba sido incapaz de salvarla?
Olvdala.
Se esforz en conciliar el sueo, pero le fue imposible. Pese a que se
haba prometido a s mismo que lo sensato era apartar a aquella
complicada mujer de su vida, algo le advirti que ella tena problemas.
Qu iba a hacer? Olvidar a la primera mujer que lograba
transmitirle algo ms que un deseo carnal y primitivo, o ir a por ella pese
a que Mnica tratara de apartarse de l?
***
Se despert sobresaltada. En la calle llova a mares, y la tormenta de
verano haba logrado desvelarla, pues desde los trece aos tena miedo a
los rayos. Sin duda, que tronara el da que su vida cambi para siempre
tena mucho que ver con aquel temor poderoso que la invada en las
noches de tormenta.
La ventana estaba abierta de par en par, por lo que se destap para
cerrarla. Antes de hacerlo, una extraa sensacin la impeli a buscar con
la mirada la cmara depositada sobre la mesita de noche, y lo que
descubri provoc que gritara con todas sus fuerzas.
La sombra masculina se desliz hacia ella, engullndola. Mnica
tembl de la cabeza a los pies, consciente de lo que sucedera en pocos
segundos. Las lgrimas le atenazaron la garganta y el corazn le lati
desbocado, producindole una punzada dolorosa en el pecho.
7
Se ape de la moto en el momento que su telfono mvil volvi a
sonar por tercera vez. La falta de sueo le haba provocado un malhumor
que amenazaba con pagar con la primera persona a la que dirigiera la
palabra aquella maana, por lo que estuvo a punto de colgar el telfono
hasta que recab en el nombre que apareca en la pantalla.
Poda encontrarse a miles de kilmetros de distancia, pero Sara era
una mujer lo suficiente tozuda incluso para tener en cuenta tras una lnea
telefnica. Antes de descolgar, se hizo a la idea de que aquella llamada
tendra mucho que ver con la mujer que le haba robado el sueo esa
noche, por lo que inspir con pesadez.
Qu quieres, Sara salud con ms frialdad de la habitual, para
dejarle claro que aquel no era un buen momento.
Qu manera es esa de saludar a una amiga! exclam risuea. Poda
escuchar el murmullo de un beb, al que Sara ofreca palabras cariosas
antes de volver a prestarle atencin. Parece que no te alegras de hablar
conmigo. Yo por el contrario siempre lo hago.
Siempre me alegra hablar contigo, pero hoy no es un buen momento.
Oh se lament ella. La cita de ayer no fue bien, Me equivoco?
Erik sinti un resquemor en el estmago. Desastrosa era la palabra
que utilizara para definirla, pues todo haba discurrido de forma perfecta
hasta que Mnica huy de l como si padeciera una enfermedad
contagiosa.
De qu hablas, Sara?
No te esfuerces en disimular conmigo. Mnica me dijo que habais
quedado, y por tu malhumor, es obvio que las cosas no salieron como
planeaste.
Slo fue una cena entre conocidos le rest importancia, pese a que
todava paladeaba el sabor amargo de aquel final. Est sola en la ciudad
y me pareci una buena idea. Me equivoqu, eso es todo.
S, ests equivocado admiti ella. Es evidente que los dos sents
por el otro algo ms que simple curiosidad, pero...
Sara, estoy harto de decirte que no te metas donde no te llaman le
espet agotado.
Ella lo ignor.
Mnica es una persona algo compleja a la que merece la pena
conocer. As que no tengo ni idea de lo que sucedi la otra noche, pero
creme si te digo que ella se esfuerza en apartarse de todos los que
queremos ayudarla, y ahora que no estoy a su lado... Erik percibi el
tono alarmado que desprendan las palabras de su amiga, y un murmullo
inquieto le taladr la cabeza.
Pese a todo, su orgullo lo oblig a interrumpirla.
Compleja? Tu amiga es la persona ms voltil e histrica que he
conocido en toda mi vida.
Te conozco y s que en este momento habla tu orgullo lo
contradijo muy tranquila. He visto cmo la miras.
Ah s? se jact con falsa chulera. Y cmo lo hago?
Como si quisieras comrtela con los ojos, tonto.
Con los ojos, la lengua, la boca y todo lo que se terciara, para qu
engaarse.
Es una mujer muy atractiva, cualquiera se da cuenta de ello se
justific.
Cualquiera no la invitara a dar un paseo romntico por la ciudad si
lo nico que quiere de ella es llevrsela a la cama. S cmo es Mnica, as
que no me vengas con milongas. Ests dolido y lo entiendo.
Para qu me has llamado, Sara? fue directo al grano porque si
continuaba pensando en Mnica cometera alguna locura que lo dejara en
evidencia.
Necesito pedirte un favor.
l respondi sin dudar.
No.
Pero si an no lo has escuchado! se quej.
Sospecho que tiene algo que ver con una amiga tuya de melena rubia
y piernas kilomtricas, y te aseguro que ya tuve suficiente con la otra
noche.
Erik... Mnica est en la ciudad por mi culpa. Le ped que relanzara
un proyecto muy importante para m, y tal vez fui muy egosta al hacerlo.
Estoy preocupada por ella.
A Erik le dio un vuelco el corazn.
Por qu? Le ha sucedi algo? exigi saber. Su voz son ms
ronca de lo habitual.
aos. A evadirse hacia un lugar que tan solo le perteneca ella, mientras la
voz del hombre resonaba como un eco percibido desde la distancia.
Aquel da no la haba tocado, lo que no implicaba que su actitud le
resultara ms asquerosa que de costumbre. Perciba el temblor de la mano
que le acariciaba el cabello, seal inequvoca de que por un instante, l
haba sido incapaz de controlarse, lo que lo haba aterrorizado. Sin ella no
era nada, por eso la haba amenazado con arrebatarle lo que ms quera si
ella lo amenazaba a su vez con quitarse la vida.
La necesitaba, pues le otorgaba un inmenso poder. Saba que jams
tendra de ella ms que una actitud sumisa, retrada y distante, pese a que l
deseaba que ella lo contemplara con la devocin que solo le dedicaba a
Erik.
Jams.
Una lgrima recorri su mejilla al fijar la vista en la cmara de fotos
que yaca destrozada en una esquina de la habitacin. Cada vez que
reapareca en su vida, la devolva al maldito mundo real, destrozando sus
ilusiones y aniquilando sus sueos.
Erik, Erik, Erik...
El hombre le sec la lgrima con el pulgar, y Mnica se revolvi
furiosa. l empezaba a percibir su resistencia, por lo que se tens sobre su
cuerpo. Incluso la propia Mnica estaba asombrada consigo misma, pues
jams haba mostrado una actitud que pudiera hacerlo cumplir sus
amenazas.
Pero estaba tan hastiada de todo...
Sssssssh musit, depositando un beso helado sobre su boca.
Mnica hizo una mueca con los labios. l gru.
Jams te hara dao, ha sido culpa tuya, Lo entiendes? exigi
alterado, tratando de convencerse a s mismo. En general, siempre se
mostraba cauto y glacial, sin que las emociones lo descontrolaran.
Avasallarla en la habitacin de un hotel no entraba dentro de sus planes,
pero la presencia de aquel polica lo haba puesto nervioso. Con
Dominique todo era distinto, pues saba que la existencia de aquel estpido
no significaba nada para ella. Pero aquel subinspector, la manera en la que
lo miraba... . Culpa tuya, mi querida nia. Siempre me he mostrado
demasiado comprensivo, e incluso he permitido que te relacionaras con
otros hombres mientras t pensabas que no te vigilaba, pero con el
subinspector te has pasado de la raya...
Mnica se estremeci.
Haba sido muy discreta con sus anteriores relaciones, cortndolas de
raz cuando crea que podan causarle problemas, pero jams imagin que
l la vigilaba desde las sombras. Al fin y al cabo, llevaba ms de cuatro
aos sin aparecer en su vida. Hasta que Erik lo inund todo,
aterrorizndolo.
Llamaron a la puerta, por lo que el hombre la zarande por los
hombros.
A quin has invitado? le espet.
A nadie! exclam asustada. Hice lo que me pediste... yo...
El hombre se incorpor de un salto, dirigindose enfurecido hacia la
mirilla de la puerta. Entonces, chasque la lengua contra el paladar,
sobresaltado ante la inesperada visita. Regres a su lado, dedicndole una
sonrisa cnica.
Es ese franchute libertino desde, como si no le preocupara.
Ese tipo me cae bien. Me gustan sus cuadros.
Ella lo escuch con recelo. Saba que tras sus palabras se ocultaba una
amenaza velada.
Cmo crees que reaccionara si adivina lo que ha sucedido aqu?
insinu con malicia.
Mnica se tir al suelo, abrazndose a sus rodillas en una splica
desesperada.
No, por favor! rog, negndose a soltarlo cuando l quiso
desprenderse de ella con una patada desdeosa. No es nada para m, lo
juro!
El hombre se rasc la barbilla, pensativo.
Lo s admiti convencido. Se inclin para alzarla por los hombros
hasta dejarla frente a su cara, dedicndole una sonrisa siniestra.
Tranquila... tranquila... le he encontrado cierta utilidad, mi querida nia.
No le hagas dao. Pdeme lo que sea, pero Dominique no tiene la
culpa!
l le puso un dedo en la boca para silenciarla, molesto por su
insistencia.
Quiero que poses para l le orden.
Mnica abri los labios, desconcertada ante la extraa peticin.
Cmo?
Desnuda le dio un beso en la frente, empujndola hacia la puerta.
8
Aquella conocida sensacin de calor que le hormigueaba todo el
cuerpo, acompaada de la expectacin. Y el hambre. Seguida por una
ansiedad que lo atizaba cada vez que se produca el reencuentro, que era
inminente. Enloquecido de deseo, porque no haba conocido a una mujer
como aquella. Una diosa de cabello dorado y facciones felinas repleta de
secretos que anhelaba descubrir.
Si exista una palabra para definirla, encabezara la lista el trmino
complicada. Extica, voltil, misteriosa y magntica. As, con un carcter
de mil demonios que l deseaba aplacar con sus besos, hasta que aflorara
la ternura interior, imbuida por una dulzura subyugante, de aquellas que
podan vencer la templanza de un hombre con una simple sonrisa.
A veces atrevida y otras receptiva, pero siempre se mostraba cauta.
Haba descubierto que era la clase de mujer que destapaba las cartas sobre
la mesa, exponindote sus reglas.
Por qu razn era incapaz de dejarse llevar? No quera ejercer la voz
cantante ni ser autoritaria, es que no poda ser de otro modo. l lo intua,
desconcertado ante aquella personalidad tan ambigua y voluble, sopesando
si mereca la pena adentrarse en un misterio llamado Mnica.
Se debata entre regresar por donde haba venido o continuar su
camino, cuando la presencia de un hombre pelirrojo abandonando la
habitacin de Mnica lo oblig a cruzar el pasillo con paso acelerado.
El pelirrojo posea un aire melanclico, de artista bohemio. Erik no
saba si lo haba reconocido por la arrogancia con la que firmaba sus
cuadros o por aquel acento parisino que emple para dirigirse a l con
una palabra que no comprendi. Le devolvi el saludo, ms cortante de lo
que habra deseado.
El hombre lo rode con inters, y l le dedic una mirada fulminante.
Siempre supe que la cambiara alguien como t coment,
observndolo con la curiosidad propia de un artista. Antes de que pudiera
preguntarle a qu se refera, l aadi: no se ha acostado conmigo
porque te desea a ti.
Algo violento se removi en el interior de Erik, abrasndole las
entraas.
9
La mscara continuaba en el mismo escritorio sobre el que la haba
abandonado. En general, era un hombre ordenado, pero los ltimos
acontecimientos lo haban puesto nervioso. Todo estaba revuelto en la
habitacin, desde los papeles dispersos por el suelo hasta los instrumentos
que utilizaba para torturar a sus vctimas. Todo, a excepcin de aquella
mscara sobre la que ella haba posado sus labios.
Una sacudida de excitacin le recorri el cuerpo.
Se dej caer sobre la silla, agarrndose el cabello. Tirando de l con
fuerza para hacerse dao a s mismo por haber errado por segunda vez.
T! grit fuera de s.
Seal la fotografa de un hombre pegada en la pared, rodeada del
resto de personas que alguna vez en la vida se haban burlado de l. Tan
solo dos estaban tachadas. La venganza contra la tercera mujer debera
esperar, pues el haber acudido a la polica haba alterado sus planes. Deba
ser prudente, pero lo cierto era que tarde o temprano se vengara de
aquella devota furcia. De ella y de todos los dems.
Haba un hombre en el centro. Su dcima vctima. El final de su obra
de arte.
Subinspector Erik Rodrguez murmur con desprecio.
Lanz un dardo puntiagudo que acert sobre el ojo derecho del
hombre. Maldito fuera l y el resto por haberlo hecho sufrir. Todos tenan
la culpa, pero la venganza sera su salvacin. Haba esperado veinticinco
aos para iniciar su obra de arte.
Veinticinco largos aos, sollozando por las noches debido a los
abusos sufridos.
Tom lpiz y papel para escribir una carta a la que sera su vctima
nmero diez. Su vctima favorita. Pues el subinspector Erik Rodrguez
posea todo lo que l haba deseado, incluida la atencin de aquella
deliciosa mujer rubia que pronto sera suya.
La venganza era una plato que se serva fro... y lleno de sangre.
***
Si te doy una oportunidad, me enamorar de ti.
No! grit.
Abri los ojos de par en par y se incorpor de golpe, abrazndose sus
rodillas. Marta no hizo comentario alguno. Se alej para ofrecerle espacio
y regres al cabo de unos segundos con un vaso de agua que Mnica
devor.
Tienes problemas para relajarte determin, colocndole una mano
sobre el hombro. Mnica se apart de su contacto, molesta por la cercana
de aquella extraa que haba acertado de pleno. Recuerda que t eres la
duea de tus emociones. Nadie puede hacerte dao aqu seal su cabeza
con un leve toquecito.
Le pidi que se colocara frente a un espejo de cuerpo entero en el que
Mnica se vio reflejada. Vestida con aquel mono color champagne, su
cabello resaltaba sobre los plidos hombros.
Qu ves cuando te miras al espejo? le pregunt. Como si intuyera
su respuesta, se apresur a aadir: la verdad.
Mnica contempl a la mujer de rasgos afilados. Los ojos verdes
proyectaban tristeza y temor, y el delgado cuerpo posea unas curvas
suaves y atractivas. La boca curvada en una sonrisa cnica, impertinente
hacia s misma. Lade la cabeza, incapaz de mirarse durante ms tiempo.
Es... confuso.
Qu ves? insisti Marta.
Es atractiva... pero no me gusta.
Por qu no?
Es dbil. Por muy hermosa que sea, es dbil.
Marta susurr a su odo.
Qu ha hecho para ser dbil... o qu no ha hecho?
Percibi el aliento clido de la mujer en el lbulo de la oreja,
provocando que se estremeciera.
Deja de acercarte a m de una puetera vez! rugi.
Aquel grito histrico provoc que Marta retrocediera.
No quieres ser perfecta decidi maravillada. Mnica not la
humedad que resbalaba por su mejilla, por lo que se la borr de un
manotazo. No tiene nada que ver con tu aspecto, no en ese sentido. Eres
consciente de que eres hermosa.
Cre que la terapia duraba veinte minutos, tengo prisa... murmur
esquiva.
Hay ciertos factores de riesgo que explican la bulimia, factores
una mesa alejada del inmenso ventanal que llenaba la estancia de luz.
Mnica oje la carta, decidindose por una ensalada Csar y agua mineral
cuando la camarera le tom nota.
Al comprobar el gesto de Erik, se cruz de brazos.
No hagas eso le pidi.
El qu? pregunt con total inocencia.
Examinar todo lo que como. Las salidas con Sara se convirtieron en
un verdadero infierno por lo mismo.
Lamento haber hecho algo de lo que ni siquiera he sido consciente
protest l.
Ella exhal aire, algo ms calmada.
He sido yo. No es tu culpa. Estoy acostumbrada a que todo el mundo
juzgue lo que ingiero, lo cual es muy molesto.
De acuerdo. No abordaremos el tema si t no ests cmoda
concedi l. Cundo te marchas de la ciudad?
En tres semanas.
Ese tono implica alivio o tristeza?
No lo s, tal vez ambas cosas. Hay ciertos problemas que me tienen
preocupada hizo un gesto con la mano para que l no le preguntara.
Aunque esta ciudad es preciosa. Cre que no me gustara, pero siempre
encuentro algo digno de fotografiar con mi cmara.
Te refieres a esa que has roto?
Formul aquella cuestin para comprobar la veracidad de su
afirmacin, y se alarm al distinguir la sombra oscura que se cerna
entorno a su rostro.
Todos cometemos estupideces de vez en cuando respondi de
forma esquiva.
La camarera deposit la comida sobre la mesa, y antes de marcharse,
le dedic una fugaz mirada coqueta a Erik. Como todos los hombres, l no
fue consciente de que intentaban ligar con l.
Te echar de menos si te vas dijo l de pronto.
Una sensacin reconfortante le acarici el vientre. No estaba habituada
a que nadie la echara en falta, pues su vida estaba repleta de gente que iba y
vena, sin quedarse demasiado ni formular preguntas incmodas. Tal vez
estaba harta de tanta mutabilidad.
Claro que me ir, Erik respondi, haciendo referencia a la segunda
parte de su frase.
l atrap sus manos por encima de la mesa, como si con aquel gesto
pudiera convencerla de lo contrario.
S que es una locura, pero me gusta estar contigo.
A m tambin se le escap.
No poda contenerse cuando estaba a su lado.
Erik le acarici los nudillos sin decir nada. En el local sonaba Close to
you, the Carpenters. Record los besos compartidos en aquel parque, las
risas y las palabras que no se atrevieron a decirse.
Mnica curv los labios en una sonrisa.
La msica nos persigue.
l le dio un leve tirn, hasta acercarla a su boca.
Soy yo el que te persigue a ti. Deja de huir.
A ella se le aceler la respiracin.
Soy prctica. Cuando me marche, no quiero echarte de menos.
Pues no te vayas le pidi l.
Erik...
No te vayas insisti, rozndole los labios. Deja que yo cuide de ti.
As de sencillo.
Mnica trat de soltarle las manos, pero l se lo impidi. Frot su
boca contra la suya, en un roce tan anhelante como clido. Quera
demostrarle que a su lado todo sera distinto. Que no tena por qu
temerlo.
No sabes lo que dices musit.
Confa en m.
La voz de un joven rompi aquel momento que los alejaba del resto de
la gente. Ella se apart de l, sobresaltada por la presencia de dos personas
que se acercaban hacia ellos. El joven corri hacia Erik y se fundi con l
en un abrazo, mientras la mujer se mantena a una distancia prudencial,
consciente de que acababan de interrumpirlos.
Erik! su hermano volvi a abrazarlo, pero esa vez contempl con
curiosidad a la mujer que lo acompaaba.
Alberto, mam se incorpor para estrechar a su madre entre sus
fornidos brazos.
No quera interrumpiros se disculp azorada.
No tiene importancia la excus Mnica. Se incorpor para
saludarla.
Mam, Alberto, ella es mi amiga Mnica. Mnica, ella es mi madre
de falsedad.
Gracias.
Slo digo lo que pienso le palme la mano con cario, aunque mi
hijo siempre ha tenido muy buen gusto. No creo que mi opinin le
influyera demasiado.
Sabes que tu opinin es importante para m.
Trinidad le dedic una mirada cmplice a Mnica.
Los hombres siempre te dicen lo que quieres or, pero Erik consigue
que quieras or lo que l te dice. Mi chico siempre ha sido muy sincero.
Mnica lo mir de soslayo.
Puedo decir que lo es.
En ese momento son su telfono mvil, por lo que se excus para
contestar. En cuanto lo hizo, recibi los chillidos histricos de Elena , que
pareca encontrarse al borde de un ataque de nervios. Habl de manera tan
atropellada que Mnica solo logr atisbar algunas palabras sueltas que
fueron suficiente para alarmarla.
Tranquilzate. No entiendo lo que me ests diciendo.
Me he metido en un lo, tan solo quera ser de utilidad solloz.
Mnica se temi lo peor.
Dnde ests?
En la construccin de las Termas.
Intuy que aquella joven haba cometido una estupidez.
Llegar en cinco minutos colg.
Se volvi hacia Erik para despedirse, l ya se haba puesto en pie.
Tengo que irme.
Trabajo? inquiri.
La preocupacin que hall en su mirada la alarm a su vez. l no
deba mirarla como si pudiera solucionar todos sus problemas con algo
de buena voluntad. En pocas semanas, se marchara de aquella ciudad para
apartarse de su influjo, pero mientras tanto, conseguir que Erik dejara de
inmiscuirse en su vida con todo lo que ello conllevaba, le estaba
resultando harto difcil.
S, algo as. Una de mis reporteras se ha metido en problemas.
Espero que no sea nada grave.
Puedo acompaarte.
Comprob que estaban lo suficiente apartados de su familia para
responderle.
10
Primero ley el annimo, y luego clav los ojos en Jess, que
mantena aquella sonrisita torcida cargada de pedantera. Jurara que el
tipo estaba disfrutando de lo lindo con aquella situacin, lo cual careca de
sentido.
Conoce el efecto domin, subinspector? Ha roto la cadena, pero el
juego continua. Tan solo he de reemplazar una ficha por otra.
Una amenaza.
El asesino haba descubierto que su tercera vctima estaba fuera de su
alcance, por lo que pretenda reemplazarla con otra. La cuestin era quin
ocupara su desgraciado lugar.
Dnde la has encontrado? inquiri.
Jess pareca satisfecho de ir un paso por delante de l en aquel asunto.
Estaba bajo la puerta cuando he llegado a tu despacho. Solo la he
recogido para dejarla encima del escritorio.
La comisara estaba repleta de cmaras de seguridad que haran
disentir a cualquier psicpata de obrar una accin tan suicida. A no ser que
alguien tratara de tomarle el pelo.
As que alguien se ha colado en la comisara sin ser visto y ha dejado
esa carta bajo mi puerta.
Jess se irgui.
Si vas a acusarme de algo...
Voy a descubrir quin demonios ha dejado esa carta en mi despacho,
sean cuales sean las consecuencias le advirti tajante.
Ya sabemos cuales han sido las consecuencias. Dos muertos y una
mujer bajo proteccin. Tan solo conseguirs que otra persona ocupe su
lugar le ech en cara.
Erik ardi de ira.
Pretendes ofrecerme algn consejo?
Es obvio que no ests preparado para llevar este caso. Escapa de tu
capacidad.
Aquello fue la gota que colm el vaso.
Fuera. Ahora.
Jess ni siquiera se inmut.
Tal vez Roldn... su voz destil malicia.
He dicho que te largues. No me hagas disfrutar sacndote yo mismo
a patadas.
Los ojos de su compaero brillaron con un resquicio de odio.
Algn da ser yo quien te eche de mi despacho.
En tus pueteras fantasas.
El portazo que dio al salir reson en las paredes de pladur. Erik trat
de ignorar aquella rabia que lo carcoma por dentro. Ms que enfadado
con Jess, se senta defraudado consigo mismo. l tena razn. El caso se
le escapa de las manos, y emplear su orgullo para volcar su frustracin
contra su subordinado no conseguira solucionar sus problemas.
Llam a Martina por el interfono, y la joven se present en su
despacho en cuestin de segundos.
Necesito las grabaciones de hoy de las cmaras de la comisara. Es
urgente.
Por supuesto. Necesitas la de alguna cmara en particular?
La que enfoca a la puerta de mi despacho solt aquel sobre con su
nombre en el escritorio. Tengo que averiguar quin me ha enviado esta
carta por debajo de la puerta.
Para eso no necesitars las cmaras, porque he sido yo.
Erik se sinti momentneamente desconcertado, hasta que supuso que
Martina solo haba ejercido de recadera.
Dnde la encontraste?
Sobre el escritorio de Jess. Iba a traerte la correspondencia, y al ver
tu nombre en la carta, la cog sin preguntar y te las ech bajo la puerta.
Por qu, he hecho algo mal?
Erik se puso lvido.
Qu haca la carta del asesino sobre el escritorio de Jess? Lo
evidente sera pensar que le perteneca, pero dudaba que un hombre tan
meticuloso errara con algo tan simple. A no ser que alguien hubiera
tratado de incriminar a Jess, o de tomarle el pelo.
Su desconfianza provoc que tomara la segunda opcin como la ms
vlida y coherente. Tena demasiado trabajo que hacer, por lo que decidi
resolver aquel tema en otro momento.
Tenemos ya los archivos de ambas parroquias?
ojos.
Cunto tiempo voy a tener que permanecer aqu encerrada? su voz
destilaba irritacin.
Tranquilcese, seorita. Eso tiene que determinarlo mi superior, pero
en ningn caso pueden tenerla encerrada por ms de setenta y dos horas
la inform displicente.
Setenta y dos horas! Pero si no he hecho nada! exclam
enfurecida.
Comenz a pasear de un lado a otro de la celda, ignorando los
comentarios tranquilizadores del hombre. Erik sali de su escondite y le
arrebat la carpeta a Jess, en la que se concretaban los hechos por los que
haba sido detenida. Al verlo, Mnica pareci avergonzada, hasta que
comprendi que l podra sacarla de all. Exhalando un suspiro de alivio,
se acerc a l la distancia mxima que le permitan los barrotes.
Amenazas, intento de agresin y resistencia a la autoridad enumer
asombrado, dedicndole una mirada de reojo.
Mnica solt una risilla incrdula, como si lo que l acababa de leer
no fuera ms que una patraa.
Eso no es verdad contest apretando los dientes. Pese a que deseaba
explotar, se prometi a s misma que no volvera a perder la
compostura. Erik, scame de aqu.
l la conoca lo suficiente para saber que alguien haba cometido un
error con ella, lo que no implicaba que estuviera dispuesto a obedecer sus
rdenes. No en aquella ocasin, por lo que le devolvi la carpeta a Jess,
estampndosela en el pecho.
Por qu? No soy tu maldito ngel de la guardia le record.
Mnica abri la boca, indignada con su impasibilidad. Tuvo que
agarrarlo de la camiseta cuando l se apart de ella para marcharse.
No puedes dejarme aqu tirada!
Ah no? la contradijo l.
A ella le pareci que disfrutaba con su bochornosa situacin.
Jess asista a la escena bastante confundido, pues no entenda la clase
de relacin que una a aquellos dos. De dos cosas estaba seguro; si l fuera
el subinspector, no dejara a una mujer como aquella a su suerte, e intua
que la reaccin del polica unida a aquella expresin comedida que
empleaba para dirigirse a ella por mucho que la tensin de su cuerpo lo
delatara, implicaba que aquella mujer le importaba.
Entonces volvi a la carga. Pareces una mujer fuerte que se rige por sus
propias convicciones, no como Martina. No dejes que l...
Mantn tu lengua envenenada fuera de mi alcance le sugiri.
La expresin de Jess se transform en una mueca irascible.
Como quieras.
Se larg de all para dejarla al amparo de sus propios pensamientos.
De algo estaba segura; deba poner al corriente a Erik del desprecio que
aquel tipo emanaba contra l. No poda evitarlo, pese a todo se preocupaba
por l, aunque estuviera recluida en un cuchitril apestoso.
Algo le deca que l la sacara de all.
Apart aquella absurda esperanza de su mente, pues en realidad no
tena por qu hacerlo. Se haba comportado fatal con l para que la dejara
en paz. Por supuesto, ella posea sus motivos. Unas razones lo suficiente
graves. Unas que Erik desconoca.
Si ella fuera l, se sentira defraudada y cansada de su comportamiento
repelente y maleducado. No, no regresara a liberarla de su reclusin.
Se dej caer sobre la banqueta mientras resoplaba. Aquel da haba ido
de mal en peor, y eso que hoy era su nico da libre. En primer lugar, la
terapia con la psicloga a la que haba acudido para quitarse de encima a
Sara result ms efectiva de lo que supona. Luego, el intento de librarse
de Erik la haba dejado ms hecha polvo que relajada. Y para colmo, se
encontraba detenida por haberse enfrentado a un tipo con demasiado
poder.
El asunto de las termas romanas resultaba ms peliagudo de lo que en
un principio haba credo. Generalmente, ella no iba por la vida
amenazando a la gente y plantando cara a tipos como el magnate de la
construccin Trevor Pitt. Saba perfectamente donde estaba su lugar; en
cualquier parte alejada del periodismo serio y los quebraderos de cabeza.
Suficiente haba pasado en la vida para granjearse nuevos problemas con
hombres poderosos que podan arruinarle la vida otra vez, por
inmiscuirse en asuntos injustos que no eran de su incumbencia. Pero si
quera salvar la revista, necesitaba ir ms all de dirigir reportajes sobre
la vida personal de personajes pblicos, ropa demasiado cara y
cosmticos intiles.
Sin embargo, amenazar al Seor Pitt hecha una furia jams entr en
sus planes. No hasta que haba sido espectadora de la forma violenta en la
que se dirigi a su reportera. Aquellos empujones, la manera desptica en
Por supuesto que tena la intencin de sacarla de all. Una celda no era
el lugar apropiado para Mnica, pero deseaba darle una leccin.
Demostrarle que siempre estara de su parte, y que si ella se sinceraba con
l, hara lo que fuera para salvarla de aquello que la persegua.
Por Dios, hara lo que fuera. Todo. Absolutamente cualquier cosa.
Tena los brazos cruzados tras la espalda en actitud pensativa, distante.
Su trabajo sola absorberlo, pero aquellas entrevistas estaban empezando a
resultarle mecnicas. Siempre las mismas preguntas, con las consabidas
respuestas que no le aportaban nada. La fotografa continuaba extendida
sobre el escritorio. La mujer, que rondaba su edad, seal al tipo que se
mostraba en aquella imagen.
Pues s, lo conozco. Ahora que he visto la fotografa, me acuerdo de
l perfectamente le dijo, sobresaltndolo.
Erik se volte hacia ella. Tuvo que sentarse en la silla para no
demostrar la ansiedad que produjo en l aquella respuesta. Por fin!
Despus de tantas investigaciones fallidas e interrogatorios que no lo
conducan ninguna parte, alguien arrojara algo de luz sobre el misterioso
asesino.
Quiero que sepa que cualquier cosa que me diga ser de suma
importancia. Por favor, no omita ningn detalle.
La mujer se turb ligeramente.
Tal vez he sido muy apresurada. Ver, slo lo vi una vez se excus.
No importa. Cualquier cosa que pueda contarme... lo que sea.
Ella asinti, aliviada de serle de utilidad.
S, por supuesto. Lo recuerdo porque aquel da yo estaba limpiando
los candelabros de plata. El padre Tobas me pill robando la colecta. Por
aquel entonces yo era una cra estpida y algo rebelde volvi a turbarse,
pero continu como si nada. Jams podra olvidar lo que escuch,
aunque no se lo cont a nadie. El padre Tobas haca mucho bien a los
jvenes del barrio. Por aquella dcada nuestro mayor enemigo eran las
drogas, y el padre Tobas era de los pocos que no se limitaba a ofrecer un
discurso hipcrita. l actuaba, Sabe? Te buscaba y te ayudaba. S de lo
que hablo inspir, reprimiendo las ganas de llorar. No me puedo creer
que haya muerto, y menos de esa forma. Si alguien no se mereca morir,
ese era l. Pero ese hombre por el que me pregunta... seal con un gesto
desdeoso a la fotografa que mostraba al primer prroco asesinado,
Toda la vida haba recibido golpes bajos, y cuando crea que poda
levantarse, la vida siempre le arreaba una patada en el estmago. Y todo
por qu? Por intentar defenderse.
T no lo entiendes. Yo... jams he recibido la ayuda de nadie. Ser
buena persona nunca me sirvi de nada, y tuve que labrarme un futuro
mientras todo el mundo pensaba que era una estpida que haba tenido
demasiada suerte por ser una cara bonita. Ojal hubiera sido as, porque
cuando me miro al espejo detesto lo que veo y lo que significa sise
rabiosa, al borde de las lgrimas. Sabes lo que es despertarse en mitad
de la noche sabiendo que ests sola y muerta de miedo? Sabiendo que
hagas lo que hagas, nada va a cambiar? Sara es mi mejor amiga. Forma
parte de las pocas cosas buenas que hay en mi vida, y pienso salvar su
revista, te pese a ti y le pese a quien le pese. Porque me tendi una mano
cuando todo el mundo murmuraba a mis espaldas. As que si para ayudarla
tengo que emplear las pruebas de ese asesino, estoy dispuesta a hacerlo.
l intent tocarla, pero ella lo rechaz enfurecida.
Mnica, no pretenda...
Juzgarme?
Tienes tus motivos y los respeto, pese a que no comparta tu opinin.
Tienes mi palabra. Si encuentro esa documentacin, te la entregar sin
poner ninguna objecin.
No me mires as.
De qu manera, Mnica? pregunt resignado.
Como si fueras mejor que yo dijo destilando resentimiento.
Entonces su voz se quebr. No tienes ni idea... t no tienes... no sabes...
Pues cuntamelo, cario. Dime que es lo que escondes le exigi
agobiado, sostenindole el rostro. Es que no ves que digas lo que digas
ya no puedo separarme de ti?
El sonido de un disparo cort el silencio.
12
Roldn se llev las manos al estmago, del que emanaba un reguero
de sangre caliente que las empap. El lquido era pegajoso y denso. La
imagen salpicada de sangre que le devolvieron sus manos fue dantesca.
Era extrao. Senta el sabor metlico de la sangre en la boca, y un fro
sobrecogedor en todo el cuerpo.
As era la muerte?
Irnica al fin y al cabo. Apenas le quedaban un par de meses para
jubilarse.
La vista nublada no impidi que reconociera a aquel hombre cuando
se despoj de la mscara, arrojndola a sus pies en un ltimo acto de
insolencia. Abri los ojos, devastado por la verdad. Herido por su
ingenuidad. Siempre haba estado tan cerca de ellos... a su lado,
escuchando todo lo que decan. Y sin embargo, an le resultaba
incomprensible.
Por qu? exigi. Le pesaba la voz. Aquel esfuerzo le provoc un
agudo dolor que le atraves los huesos.
El hombre lo contempl con una lnguida sonrisa.
Porque puedo.
Dirigi la pistola a su crneo.
Porque confiaste en el hombre equivocado. Porque me despreciaste.
Porque jams...
La voz se envar, destilando rencor y desprecio. Roldn comprendi
que iba a morir, y todos sus sentimientos desembocaron en la rabia.
No te mereces llevar esa placa, lo saba. Siempre estars a su sombra.
Cllate! rugi.
No deseaba lidiar con el valor de un hombre a las puertas de su
muerte. Necesitaba que suplicara como lo haban hecho el resto. Que le
pidiera disculpas. Que rogara por su vida como un maldito parsito.
Se le escapaba el tiempo para disfrutar de aquello que tanto ansiaba,
maldito fuera.
T no te saldrs con la tuya le advirti. Erik se lo impedira.
La confianza de Roldn lo enerv.
Por supuesto que s. Es una pena que t no vayas a presenciarlo. Nada
Martina?
La joven alz la cabeza, y al contemplar a quin perteneca aquella voz
femenina, frunci el entrecejo con evidente desagrado. Mnica saba que
jams podran ser amigas, pues ambas estaban interesadas en el mismo
hombre. Pero en aquel instante, su enemistad no era motivo de inters.
No estoy de humor para soportar lo que tengas que decirme le
ladr.
Lo siento le dijo sinceramente. Martina la contempl con
reticencia. Se trata de Erik.
Al escuchar el nombre, Martina asinti.
Qu sucede?
Creo que puede estar en peligro. Ese hombre me ha enviado una
nota, y cree que l puede detenerlo sin ayuda de nadie. Est cegado y
enloquecido. S dnde ha ido, pero necesito que me lleves.
Ser mejor que me digas dnde es. T no vienes.
No crees que no es momento para discutir?
Martina se mordi los labios con rabia.
Vamos!
La cogi del brazo, arrastrndola hacia un coche cercano. En cuanto se
sent a su lado, Mnica fue consciente de las manos temblorosas que
aferraban el volante. Quiso creer que aquel histerismo se deba al reciente
fallecimiento del jefe de la joven, pero sospechaba que la inquietud de
Martina era producto de la preocupacin que senta por Erik.
Estaba enamorada de l.
Si le sucede algo... Ser culpa tuya! le reproch.
Entonces conduce ms deprisa.
Mnica careca de fuerzas para discutir, pues aunque saba camuflar
sus emociones a la perfeccin debido a las penosas circunstancias que
rodeaban su vida, estaba tan preocupada por Erik como aquella mujer. Tal
vez incluso ms, porque al fin y al cabo Cmo se medan los
sentimientos? Qu era lo que senta exactamente por el polica?
Hago lo que puedo se justific. A aquella hora del da, estaban
sumergidas en un embotellamiento. No deberas haberle dado aquella
maldita nota.
La acusacin provoc que Mnica se irguiera. Aquel comentario
indicaba que, si le suceda algo a Erik, sera culpa suya. Poda soportar
cualquier cosa menos eso.
13
Erik contempl los papeles dispersos sobre aquel charco. La tinta se
difuminaba con el agua, del mismo modo que su rabia. Poco a poco, sus
emociones fueron disolvindose hasta quedar apagadas por la certeza de
que se haba equivocado.
Reprochar cosas absurdas y carentes de sentido a Mnica no le
devolvera a Roldn, y lo cierto era que aquellos folios hmedos y
desechados le recriminaban que ella se haba largado sin la informacin.
Eso, definitivamente, deba de significar algo. Del mismo modo que las
palabras que ella le haba dedicado pero l no quiso escuchar. Las que le
hablaban de una preocupacin sincera por la que haba arriesgado su
propia vida sin dudarlo.
Idiota mascull para s.
Desenfund el arma al sentir una presencia, pero la guard en cuanto
contempl a Martina con las manos en alto, visiblemente asustada. Se
disculp con una mirada que no fue suficiente para apaciguar a la joven.
Me has asustado.
Te dije que te tomaras unos das libres.
Martina se encogi de hombros.
Ella puede ser muy convincente dijo, refirindose a Mnica.
Estaba preocupada, habra venido sola de conocer el lugar aquel dato
provoc que Erik tensara la mandbula. T tambin deberas tomarte
unos das libres antes de que Erik replicara, ella lo detuvo con una mano
en la boca. Era la primera vez que lo interrumpa. No, escchame. S que
ests enfadado, yo tambin lo estoy. Pero cometer una locura no va a
devolvrnoslo.
l no quiso escucharla.
Deberas irte a casa, Martina. Maana ser un da duro.
Le cogi las manos, pese a que l se resisti. Le doli que rehuyera su
contacto, pues saba que no rechazaba el de Mnica. De hecho, pareca
ansiarlo. Su mirada hambrienta lo delataba.
Y t, dnde vas a ir? A buscar a Jess? A cometer cualquier
estupidez?
Encontrar a ese asesino para que deje de matar gente no es una
estupidez...
El beso de ella lo pillo por sorpresa. Martina pos sus labios sobre la
boca de l, que permaneci inerte con los ojos abiertos de par en par. Ella
coloc las manos sobre su pecho, y esper que se rindiera a ella. Pero no
sucedi. Con cautela y haciendo gala de una enorme dulzura, la apart con
cuidado.
Martina, siento si te he ofrecido una impresin equivocada, pero yo...
Ella se llev las manos al rostro, muerta de vergenza.
No digas nada, por favor!
Se ech a llorar, mientras l la contemplaba frustrado. Saba que todo
sera ms fcil si se enamoraba de una chica sencilla y afable como
Martina, pero no era posible. Pensaba en Mnica, a todas horas. Estaba en
sus sueos y en sus ilusiones. Incluso en el futuro con el que fantaseaba.
Se quedar entre nosotros, lo prometo.
Porque tienes que ser as! solloz.
Erik quiso tocarla, pero entonces se apart pensndoselo mejor. No
saba cmo actuar en una situacin semejante, y tal vez sera mejor
mantener las distancias, pues no quera volver a herirla. Sin duda Martina
se senta humillada.
Lamento si he hecho algo que te ha ofendido.
Oh, cllate! Es que no lo entiendes? No deseo tus buenas palabras,
soy una estpida!
Erik suspir, y sin poder evitarlo, se acerc a ella para abrazarla.
Martina no lo evit, sino que solloz sobre su hombro.
Eres una mujer preciosa, y algn da encontrars a alguien que te
valore como mereces.
No quiero a nadie ms, te quiero a ti... musit acongojada.
Martina, no me lo pongas ms difcil. No puede ser.
Porque la quieres a ella dijo, resignada.
Erik no lo neg. No pudo. Tampoco respondi porque no saba qu
decir. Los sentimientos que albergaba por Mnica lo superaban. Lo
superaban incluso cuando se hallaba consolando a otra mujer que admita
estar enamorada de l.
Se marchar, ella me lo ha dicho. Te dejar colgado, Erik. Conozco
a esa clase de mujeres que utilizan a los hombres a su antojo, y no te
merece. Ests cegado.
Las palabras de Martina consiguieron que le hirviera la sangre.
ninguna opcin de recuperar los archivos que arrojaran algo de luz sobre
aquel hurfano.
Sabe qu es lo peor? Los bomberos certificaron que el incendio
haba sido provocado, Puede creerlo? Quin tendra inters en destruir
un orfanato plagado de nios inocentes? El mundo est lleno de locos...
Erik s posea una ligera idea, pues al parecer, aquel asesino siempre
iba un paso por delante. Haba borrado su rastro con aquel incendio
provocado para que nadie pudiera encontrarlo.
14
Regresar caminando desde aquella nave en la otra punta de la ciudad la
haba llevado a los Reales Alczares, un conjunto de palacios amurallados
de herencia arquitectnica rabe y gtica. Se encontraba cobijada del
intenso sol de la tarde por una vereda de mirlos y naranjos que
proyectaban una espesa sombra. El rumor de las fuentes y el canto de los
pjaros le confera algo de la paz que haba ido a buscar a aquel conjunto
de palacios y castillos que armonizaba con una espesa vegetacin y la
constante presencia de agua en los estanques y fuentes.
Los acontecimientos de aquel da haban conseguido perturbarla, no
solo por ser consciente del sufrimiento que se reflejaba en los ojos de
Erik, sino porque comprendi que, pese a lo que se dijera a s misma,
segua temiendo a la muerte. No crea en Dios ni en el Ms All porque la
vida le haba demostrado cuan cruel poda llegar a ser.
Sac su telfono mvil, dispuesta a realizar una llamada que lograra
tranquilizarla. Atrs haban quedado los aos en los que su madre, con una
simple mirada cariosa, lograba sacarla del escondite que le brindaba el
armario. Pero en aquel instante, se sinti tan desamparada que necesit
volver a ser la nia asustadiza con la que las palabras amables y los gestos
de consuelo obraban su efecto.
Cario, qu alegra tener noticias suyas! la voz afable de su madre
son amortiguada por el sonido de unas voces. Al parecer, volva a ser la
anfitriona de otra de sus queridas fiestas.
Al menos, una de las dos volva a ser feliz. Los aos de tortura y dolor
silencioso de su madre haban cesado para siempre, y se prometi que
jams regresaran. Ella haba decidido soportar aquella pesada carga, por
lo que el sufrimiento compartido tan solo provocara mayor dolor.
Hola mam, solo llamaba para saludar.
T siempre llamas para saludar, Pero cundo vendrs a hacerme
una visita? Hace cuanto que no nos vemos?
Demasiado tiempo
Estoy muy ocupada se excus. Todo est bien en casa?
Oh, ya sabes que Alfonso es un amor. Deberas hacernos una visita
para comprobarlo con tus propios ojos.
Una visita era pedir demasiado. Una visita a una casa que le traa
dolorosos recuerdos que jams superara. A veces, se preguntaba cmo su
madre haba sido capaz de sobrellevar lo sucedido junto a un nuevo
hombre. En la misma casa que aos atrs haba pertenecido a su marido. A
su odiado padre. Siendo egosta, la respuesta radicaba en que nunca tuvo
que enfrentarse de nuevo al pasado. Mnica lo haba hecho por las dos, a
su espalda. De haber sabido la verdad, su madre se habra entregado a la
polica por ella. Pero no poda permitir tal hecho.
Me alegro... tom aire para que ella no se percatara de su necesidad
de llorar. Deba ser fuerte por la dos. Me alegro por ti.
Cario, Te encuentras bien? la voz preocupada de su madre la
hizo reaccionar.
S, tengo que colgar. Hablamos en otro momento. Te quiero.
Mnica!
Colg porque no poda seguir mintiendo en voz alta. Se enjug las
lgrimas y camin de regreso al hotel, asustada ante la sospecha de que
volvera a encontrarse conl. Aquella pesadilla hecha hombre y acosador
que regresaba tras siete aos de ausencia para hacerle la vida imposible.
Ya no era la chica que acceda a sus peticiones rogando para que no la
golpeara o destapara la verdad, por lo que careca de escapatoria.
Tampoco poda acudir a la polica, pues jams goz de aquella proteccin.
En juego estaba su vida y la libertad de su madre.
Qu se supona que iba a hacer?
Subi por las escaleras hasta la ltima planta porque tema que l la
interceptara en el ascensor, acorralndola a su merced. Tan solo le restaba
huir todo lo lejos que pudiera antes de que l persiguiera sus pasos. Lejos
de todo. Lejos de Erik.
Recorri el pasillo hacia su habitacin, con el corazn acelerado y la
certeza de quel la sorprendera en cualquier momento. Miraba de reojo,
caminando deprisa con la tarjeta de su habitacin en la mano para
encerrarse dentro lo antes posible.
Diez metros.
El sudor le empap las manos.
Cinco metros.
El pulso le martille las sienes.
Mnica!
Solt un grito y peg la espalda a la pared. Se qued tan quieta como
mugriento y apestoso?
La risa se cort.
Oh... no, por supuesto que no. Lo lamento, muchsimo respondi.
Pareca sincera. Tengo una buena noticia, Mnica.
Y a qu ests esperando? Todo lo que necesito es una buena noticia
tras este da de mierda.
Lo tenemos! exclam emocionada. Mnica tuvo que alejarse el
telfono de la oreja para no quedarse sorda. Oh, Dios... lo tenemos! Me
escabull mientras t... ejem... eras detenida.
S, ya me d cuenta respondi con sequedad.
Me encerr en sus archivos mientras todo el mundo estaba pendiente
de ti y Consegu meterme en su ordenador! He hecho copia de todo. El
to no era demasiado listo en cuanto a discrecin, por mucho que
aparentara lo contrario. Encontr emails con los que compraba al
arquelogo de la junta para que mantuviera la boca cerrada mientras
expoliaban las valiosas obras de arte. Resulta que la hija de Trevor es una
cazatesoros de una compaa britnica que se dedica a vender
antigedades de manera ilegal a coleccionistas privados que pagan una
fortuna.
Esto ser un bombazo... tenemos que adelantar el nmero de salida de
este mes respondi, satisfecha de que las cosas funcionaran al menos en
la revista. Podra concederle aquella satisfaccin a su amiga. Elena,
encrgate de recopilar toda la informacin y empieza con el reportaje. Yo
lo supervisar.
Pero... la idea fue tuya la voz de la joven destil emocin ante una
oportunidad semejante.
Y t eres quien se jug el pellejo claudic. Haz un buen trabajo,
confo en ti.
Tras aquella conversacin, Mnica suspir aliviada. Al menos, se ira
de la ciudad con la satisfaccin de haber trastocado las planes de Trevor
Pitt. Haba viajado a Sevilla con la intencin de sacar a flote la revista de
su mejor amiga. Por desgracia, encontrar a un hombre como Erik, que le
provocaba un maremgnum de sentimientos, no entraba en sus planes.
***
Pum. Pum. Pum.
Se cubri con las sbanas hasta la cabeza al escuchar el puo que
aporreaba la puerta, pero al ser consciente de su comportamiento
arrebatara la ropa que l haba sacado del armario para introducirla sin
ningn pudor en una de las maletas. Ella estaba superada por la situacin.
l agobiado.
Erik, no s lo que ests haciendo! Entiendo que has estado sometido
a mucha presin, a cualquiera lo trastoca perder a alguien que quiere,
pero...
l le tom la mano, y de un tirn la atrajo hacia s. Le roz el pmulo
con los dedos, en una caricia tan lenta y clida que Mnica entrecerr los
ojos sin proponrselo, sintiendo como su respiracin se sosegaba.
Cario, solo voy a decrtelo una vez. No s qu es lo que ese hombre
quiere de ti, pero no voy a esperar a ver lo que sucede. Te vienes
conmigo, Mnica. Chilla, pgame si quieres, pero te advierto que no vas a
impedrmelo. He perdido a un buen amigo hoy, y no estoy dispuesto a
perderte a ti. No podra soportarlo, Es que no te das cuenta?
Apret los labios, temblorosos al saber que no podra escapar de l.
No soy asunto tuyo se resisti.
l sonri. Una sonrisa apagada, seal de que algo lo afliga.
T no eliges lo que me preocupa.
No quiero irme contigo musit, con menor nfasis del debido.
Qu pena; yo siempre quiero estar a tu lado.
Aquella frase provoc que todo en ella se estremeciera, incluida su
resistencia. Apart la vista de l, clavndola en un punto sobre la pared.
Tena que alejarlo de ella, por las buenas o por las malas. Pese a que
deseara todo lo contrario, pues una parte de ella con toda probabilidad
muy estpida crea que a su lado no le sucedera nada malo.
Si lo que quieres es echar un polvo, puedes tirarme sobre esa cama.
Fingir que disfruto solt con veneno.
Erik la solt de golpe. Incluso ella se sobresalt con sus palabras.
Percibi la respiracin sofocada de l, con toda probabilidad debatindose
entre dejarla all tirada o insistir una ltima vez.
Tienes cinco minutos para recoger tus pertenencias, Mnica. Te
aseguro que yo puedo hacerlo por ti. Por dnde empiezo, por tus bragas?
decidi al fin.
Tendrs que sacarme de aqu a la fuerza le advirti.
Tambin puedo hacer eso.
Mnica se mordi los labios, asintiendo resignada. Avanz hacia l y
le propin un empujn que lo dej desconcertado. Haciendo gala de una
templanza que no supo de donde provena, puso las manos en alto para
asegurarle que no iba a tocarla.
S, estoy segura de que puedes hacer todo lo que te propongas. Es
eso? Te gusta demostrar que t eres el que mandas? Qu puedes
forzarme?
Erik le dedic una mirada peligrosa.
Basta. Ni se te ocurra suponer una cosa semejante.
Quieres que me quite la ropa? insisti con malicia.
A l se le incendi toda la sangre al contemplar el tirante sugerente que
caa sobre su hombro para provocarlo. Apart la mirada con gran
esfuerzo, y apret los puos, tan tentado como dolido por la actitud de
Mnica.
Al comprender que no podra sacarlo de sus casillas, ella volvi a
empujarlo. Y explot.
Slo quieres acostarte conmigo!
No quiero acostarme contigo, quiero despertarme a tu lado todos los
das de mi vida.
La sinceridad de l fue brutal. La naturalidad con la que aquellas
palabras brotaron de sus labios mientras la miraba a la cara provoc que
algo se rompiera en el interior de Mnica. Retrocedi conmocionada,
titubeante. Erik no hizo nada por evitarlo hasta que ella se ech a llorar,
rota por la necesidad de expulsar todo lo que guardaba en su interior.
No soportaba verla llorar; aquella Mnica dbil y exhausta que
sollozaba desconsolada lo superaba. No saba por qu se haba
derrumbado, pero intua que algo le haba sucedido en la vida y no le
permita avanzar. Jams haba contemplado a nadie llorar de aquella
forma, tirada en el suelo y temblando de la cabeza a los pies. Quebrada
por el miedo. Aterrorizada.
Se agach para incorporarla hasta que ella se derrumb en sus brazos.
Le susurr que todo ira bien si permanecan juntos, lo que provoc que
ella llorara ms fuerte. Erik la apret contra s, consciente de que l
tambin tena miedo. Tena miedo por los dos. Lo asustaba la mujer rota
de dolor que sollozaba en sus brazos.
Te odio gimote.
Claro que no la contradijo l.
Busc el rostro de l para contemplarlo tras la mirada enturbiada y
anegada de lgrimas en la que se haban convertido sus ojos.
15
Qu hago aqu?
Se repeta una y otra vez la misma pregunta mientras deambulaba por
la casa de Erik. l haba logrado destruir su coraza, y mientras ella
sollozaba como una tonta, consigui llevarla a su casa sin que opusiera la
menor resistencia. Si le suceda algo, sera culpa suya. De ella y de nadie
ms.
Acababa de recobrar la conciencia, provocando que la dura realidad la
aplastara de nuevo. Pero algo haba cambiado. Lo perciba en el ambiente,
tal vez influenciada por el lugar acogedor en el que se encontraba. Ella
siempre haba deseado vivir en un sitio como aquel, rodeada de recuerdos
que no hicieran dao. La clase de recuerdos que una siempre querra
atesorar en su memoria.
Contemplaba el hogar de Erik con enorme curiosidad, cosa que a l no
pareca importarle lo ms mnimo. Apenas tena nada que ver con su casa
de Madrid, repleta de elementos caros e impersonales. La de Erik, sin
embargo, estaba cargada de recuerdos de su infancia y fotos familiares. Se
detuvo frente a la fotografa enmarcada de una sonriente Sara que
abrazaba a Erik hasta estrangularlo, mientras l finga cara de sopor.
Sonri sin poder evitarlo.
No es el Alfonso XIII, pero espero que te sientas como en tu propia
casa le dijo a su espalda.
Nerviosa, Mnica volvi a colocar el marco en el lugar donde se
hallaba.
Es ms hogarea admiti.
l se encogi de hombros para restarle importancia, pues en realidad,
su casa era como las del resto de la gente. Lo que ignoraba era que el tico
de Mnica pues nunca lo haba denominado hogar, estaba preparado
para escapar de all en el momento menos esperado.
Mnica seal un pster de Extremoduro colocado junto a una
estantera repleta de libros, captando la atencin de Erik.
Te pega lo evalu.
Se coloc tras ella, le apart el pelo hacia un lado del cuello y le roz
el lbulo de la oreja con la boca para canturrear:
Mnica bes lo primero que tuvo frente a ella, que fue una atractiva
porcin de su musculosa espalda. Erik desprenda un calor reconfortante,
de aquel que te hara remolonear a su lado en la cama porque no querras
separarte de l. Y ola... ola como recin salido de la ducha. A gel de bao
y after shave. A Erik, pues no podra olvidar su olor.
Sus brazos rodearon el estmago duro, por lo que l entrelaz sus
manos con las de ella para mantenerla a su espalda. Se sinti tan plena y
sosegada que apoy la mejilla en su espalda y dej escapar un trmulo
suspiro.
Cuando viniste a buscarme no dijiste que te haban suspendido no
fue una recriminacin, mas bien una muestra de su incertidumbre. Una
parte de ella segua creyendo que l la protega porque era su trabajo.
Nadie poda quererla, ni era sencillo ni lgico.
l se dio la vuelta hasta agarrarla por los hombros.
Mnica, quiero dejar claro que nada de esto forma parte de mi
trabajo la mir a los ojos, casi devorndola. Ests aqu, tal vez por una
decisin egosta. Pero te quedars, a no ser que decidas marcharte de la
ciudad. Hoy no soy el subinspector Rodrguez, sino un hombre que se
preocupa por ti.
De acuerdo respondi con voz dbil.
Aqu no va a sucederte nada le asegur.
Ella no estaba del todo convencida. Al fin y al cabo, l ignoraba que su
verdadero captor permaneca siempre al asecho, a la espera de una
oportunidad.
Crees que ese hombre quiere hacerme dao?
No, no lo creo. Me parece que t eres su trofeo, Mnica. Podra
haberte matado, pero no lo hizo.
Me dejas ms tranquila respondi secamente.
l curv los labios en una sonrisa.
No eres consciente de lo que provocas en los hombres, verdad? le
pregunt con suavidad.
Ms de lo que t te crees, por desgracia. Desde los trece aos.
Una cara bonita, un par de tetas... enumer resignada. Al parecer,
todo se resume a mi cuerpo.
No negar que eres preciosa, pero si tan solo fuera eso lo que me
atrae de ti, podra irme a la cama sin soar todas las noches contigo. No
me pidas que te mienta.
Ella rehuy su mirada, agotada ante la verdad. Por primera vez, sinti
que fingir no era el camino correcto. Huir la estaba destrozando,
alertndola de que quiz no habra ms sitios a los que escapar.
Necesito darme una ducha.
l dud, ella le dedic un gesto suplicante.
Erik, por favor... necesito lavarme y quedarme sola unos minutos. Me
muero de vergenza, de verdad decidi sincerarse.
l se levant, incmodo ante la idea de dejarla sola.
De acuerdo. Tienes toallas en ese mueble. Tmate el tiempo que
necesites.
Le bes la frente, sorprendindolos a ambos con aquel gesto tan
natural. El contacto de su boca fue el mejor medicamento que ella pudo
recibir en aquel momento de incertidumbre e inestabilidad.
Erik se dirigi a la puerta, pero antes de cerrarla se detuvo con el
pomo agarrado.
Si necesitas cualquier cosa, estoy ah fuera.
La angustia que advirti en el tono de Erik fue tan desconcertante
como deliciosa.
Puedo ducharme sola. Siento si te he dado la impresin equivocada
hace unos minutos, pero esto no suele sucederme muy a menudo minti.
Ojal pudiera creerte, pero me temo que vas a tener que ser sincera
cuando salgas por esa puerta. Tal vez t puedas seguir fingiendo lo
contrario, pero yo estoy acojonado.
Cerr la puerta con suavidad, pese a que las palabras y la conviccin
con las que las haba lanzado consiguieron poner nerviosa a Mnica. Ella
se quit la ropa y se introdujo en la ducha, regulando la temperatura del
agua hasta que consigui que saliera tibia. Se frot todo el cuerpo, cerr
los ojos y trat de olvidar. Durante siete aos los recuerdos haban
permanecido ah, intactos en algn lugar de su memoria. Sus reglas, las
que impona a los dems, lograban que el contacto fsico se convirtiera en
un placer pasajero e impersonal. Pero con Erik todo era distinto. Ms
intenso.
No poda controlarlo... Ni siquiera poda controlarse a s misma!
Ambos queran ms de lo que un polvo fogoso y rpido poda ofrecerles.
No era el placer pasajero lo que buscaba en l, sino una sensacin ms
profunda que a ratos la seduca y a otros la aterrorizaba.
Qu voy a hacer ahora?
16
NUEVA VCTIMA DEL ASESINO EN SERIE QUE MANTIENE EN
VILO A LA CIUDAD HISPALENSE.
Tras leer el titular del peridico online, arroj el ipad sobre el sof y
se llev las manos a la cabeza. No haca ni veinticuatro horas que Roldn
estaba muerto y aquel malnacido se haba cobrado su cuarta vctima. En su
mente vag la escabrosa imagen del cadver apodado con las iniciales
E.M cubierto de moscas.
La cuarta vctima. La cuarta plaga. No se detendra hasta llegar al final.
No obstante, que le hubieran arrebatado la placa y el arma no
impedira que l continuara sus pesquisas. Sac el telfono para hacer una
llamada. Al cuarto tono, Gonzalo respondi con voz cansada. Al parecer,
tambin haba sido un da duro para l.
Erik, esperaba tu llamada de un momento a otro.
En ese caso, ya sabes lo que necesit.
Hubo un silencio incmodo durante unos breves segundos, en el que
solo se escuch la respiracin sosegada de su amigo al otro lado de la
lnea. Al parecer, estaba sopesando su peticin.
El comisario tiene razn. Unos das libres te vendrn bien. Descansa,
tmate tiempo para pasar el duelo le aconsej.
No me vengas con esas. Hay una gran diferencia entre tomarse unas
vacaciones y ser obligado a salir por la puerta de atrs. No se trata de una
cuestin de orgullo, maldita sea. Roldn est muerto y nada va a
devolvrnoslo, pero har lo que sea para que ese hombre dej de cobrarse
vctimas.
Su amigo suspir.
Nada de lo que diga te har cambiar de opinin?
Puedes ahorrarme algo de trabajo y tiempo. Ser discreto.
Tan discreto como el puetazo que le pegaste a Jess? le record.
En su tono no existi reproche. Que no digo que no se lo mereciera,
porque es un gilipollas. Pero joder, Erik, t no eres as. El comisario lo
ha dejado en libertad tras una breve investigacin. Posea una coartada
slida para todas las fechas en las que se produjeron las muertes, incluida
la de Roldn. A la salida de la comisara estuvo charlando con un
***
Tras dejar a Mnica en el trabajo y cerciorarse de que la oficina en la
que trabajaba estaba dentro de un edificio que contaba con guardia y
sobradas medidas de seguridad para impedir el acceso a personas ajenas,
se meti en el coche y reley el email de Gonzalo. En la lista de orfanatos
por los que haba pasado Jess, no figuraba el de las Religiosas del buen
pastor, por lo que en ese aspecto pudo respirar tranquilo. No era idiota.
Tras su arrebato de ira, lo haba sopesado todo con mayor frialdad.
Alguien haba sealado a Jess como el verdadero culpable para
distraerlo. Al parecer, el asesino lo conoca lo suficiente como para
anticipar su reaccin desmedida. Su intencin haba sido apartarlo del
caso desde el momento en el que puso a salvo a la que habra sido la
tercera vctima. No satisfecho con ello, haba asesinado a Roldn.
Por qu?
Condujo hacia la direccin que Gonzalo le haba facilitado con la idea
de formular algunas preguntas. El dolor por la muerte de su jefe y mentor
an persista, pero la certeza de que dara con su asesino para llevarlo ante
la justicia le impeda derrumbarse.
Detuvo el coche frente a la casa de la difunta Elisa Montvez,
consciente de que no poda presentarse como el subinspector Rodrguez.
Si el comisario se enteraba de su investigacin paralela, lo menos que
podra caerle sera una sancin disciplinaria.
Sali del vehculo y cruz la calle en direccin al edificio. Iba a llamar
a la puerta cuando la voz de un hombre lo detuvo.
No han tenido suficiente? Han revuelto todo la casa y nos han hecho
miles de preguntas como si nosotros fusemos los culpables. Estoy harto.
La menor de mis hijas se ha encerrado en su habitacin y no deja de
llorar! Me pregunta que si su madre se mereca lo que le ha sucedido
porque ustedes aluden a algn tipo de absurda venganza.
Erik comprendi que aquel hombre, que deba ser el marido de la
vctima, lo haba tomado por un polica debido a su evidente estado de
alteracin.
Disculpe, mi ltima intencin es causarle molestias. Lo acompao en
el sentimiento le ofreci una mano que qued tendida en el aire, pues el
tipo no se la estrech. Soy investigador privado y solo deseo arrojar
algo de luz, pues el trabajo de la polica est siendo nefasto.
Haba soltado aquella mentira sin inmutarse. Ya tendra tiempo de
17
Contempl con impaciencia su reloj de mueca. Luego clav los ojos
en aquel cerrajero que continuaba dndole problemas. Apenas le quedaban
quince minutos para que Erik se percatara de que haba salido del trabajo,
incumpliendo as su promesa. Cunto tiempo tardara en darse cuenta de
que ella se haba largado?
Se sinti fatal porque saba que le hara dao. Nerviosa, comenz a
mordisquearse la ua del dedo pulgar. No poda permitirse pensar en lo
defraudado que l estara. Traicionado porque ella se largara sin
ofrecerle una miserable explicacin.
En realidad no poda darle ninguna, por eso se marchaba. Escapaba de
Erik porque no le quedaba otro remedio, pero sobre todo escapaba de su
pasado. El mismo que haba regresado tras siete largos aos para
destrozarle la vida, otra vez.
Seora... volvi a insistir, delatando su incomodidad. Ya le he
dicho que no puedo abrirle la puerta porque s. Necesito su documento de
identidad para cerciorarme de que esta es su casa.
Estoy alquilada. Por tanto, no lo pone en el dni.
Comenz a perder los nervios. El tiempo transcurra y Erik podra
aparecer de un momento a otro. Qu le dira si la pillaba intentando abrir
la puerta de su casa? Sin embargo, necesitaba coger su equipaje, o al
menos algo de dinero para pagar un billete de avin con destino a
cualquier parte.
Bien, llame a su casero. Si me presenta la escritura de la casa y
asegura que usted es su inquilina, no pondr ninguna objecin en realizar
su trabajo.
Mnica hizo una mueca.
Con este calor? Mi casero se larga todos los meses de Agosto a la
playa invent sobre la marcha. Estaba desesperadaNo puedo hacerlo
venir por un simple despiste, me echara a patadas! Sabe lo que cuesta
conseguir un alquiler decente en esta ciudad?
El hombre se pas un trapo por la frente perlada de sudor. Ella intuy
que una parte de l estaba deseando largarse de all, cobrar por el trabajo
realizado y perderla de vista.
Cada uno consigui romper las barreras del otro. Todo tena ms
sentido ahora.
El ritmo se aceler, los gemidos aumentaron as como los araazos en
la espalda. Mnica se sinti plena, entregada. l comprendi que ella era
todo lo que haba estado buscando. Ahora slo tena que convencerla.
Volvieron a rodar por la cama, hasta que Mnica consigui cabalgarlo
como una amazona. El pelo cay en cascada sobre el pecho de l, que
enterr el rostro en aquel paraso dorado para olerlo mientras se corran
al unsono. Un grito gutural escap de la garganta de l. Mnica
pronunci su nombre por ltima vez. Extenuada, se dej caer sobre su
cuerpo mientras l le acariciaba la espalda.
Haba llegado el momento de confesarlo todo.
***
Las horas haban transcurrido en aquella cama lentas y deliciosas, sin
que ninguno de los dos se percatara del paso del tiempo. Los cuerpos
enrollados y sudorosos, las manos entrelazadas. l haba perdido la cuenta
de las veces que haban hecho el amor, pero nunca sera suficiente. Se
senta insaciable y poderoso junto aquella mujer que dormitaba sobre su
pecho. Le apart un sedoso mechn que le caa sobre la nariz, intrigado
por su belleza. Sobrecogido por las emociones que lo embargaban.
Ella arrug la frente, Erik la apret ms contra s. Entonces, abri los
ojos de par en par. Durante unos angustiosos segundos, l fue consciente
de su miedo espontneo. Mnica contempl la habitacin, al parecer
confundida de encontrarse all. Poco a poco, se fue relajando al percibir la
calidez del cuerpo masculino. Sonri. Era la sonrisa de quien se renda
por completo.
No quera despertarte se excus. chale la culpa a mis manos. No
quieren estarse quietas cuando te tienen cerca.
Mnica lo mir fascinada.
Quiero soar contigo.
Ests despierta.
Lo s. Quiero soar que un nosotros es posible.
Recibi el beso de Erik como una golosina que se saboreaba
lentamente, porque mereca la pena. Las manos de l saban dnde tocar,
por lo que estuvo segura de que aquello de castigarlas careca de sentido.
Que la tocaran sin pedir permiso nunca haba sentado tambin. En
realidad, era la gloria.
hombros.
Me juzgars delat su mayor temor.
No, no lo har respondi convencido.
Ni siquiera sabes lo que voy a contarte!
Eso da igual. Me importas lo suficiente para tratar de comprenderlo,
Mnica.
De un salto, se puso en pie.
Vamos a darnos una ducha sugiri, tomndolo de la mano en
direccin al cuarto de bao. Todo es ms fcil bajo el agua.
Pondr algo de msica.
La dej ir porque saba reconocer cuando alguien necesitaba su propio
espacio. Del mismo modo que sinti el dolor de Mnica en su propio ser
cuando ella le relat los abusos sufridos, intuy que haba algo que
continuaba guardndose para s. Algo oscuro, que la atormentaba y le
impeda continuar hacia delante.
La razn por la que no haba delatado a aquel desgraciado que la viol
cuando tan slo era una nia.
Busc entre sus cds de msica hasta que se decant por una eleccin
que le result apropiada. Quera distender la tensin que acababa de
formarse entre ambos a raz de la decisin de Mnica, por lo que supuso
que la voz y el significado de las letras de Rayden la ayudaran a ser
sincera.
Entr en el cuarto de bao con ella metida bajo la ducha. El cuerpo
hmedo de Mnica provoc que ahogara la respiracin durante un
instante. Tras la sombra borrosa de la mampara se adivinaba el contorno
de un cuerpo plagado de curvas suaves y armoniosas que haca pocos
minutos lo haban hecho enloquecer en la cama.
Ella le dej algo de espacio cuando l abri la puerta de la ducha. Lo
primero que advirti fue la silueta de sus nalgas pequeas y redondas, que
no pudo dejar de mirar embobado. Al ver que no se mova, Mnica se dio
la vuelta para enjabonarlo con sus propias manos. El vaivn de sus pechos
hizo que a l se le secara la garganta.
Eres demasiado alto para m dijo, ponindose de puntillas para
enjabonarle los hombros.
Casi me muero de la impresin murmur, recorrindola con la
mirada de la cabeza a los pies. Pese al agua helada que baaba su piel,
Mnica sinti calor all donde los ojos de l se detenan para devorarla.
Tena el pelo hmedo y alborotado sobre los hombros. Iba vestida con
una sencilla camiseta de los Rolling Stones que le haba cogido prestada a
Erik del armario. Abrigarse con el aroma del subinspector le produca un
cierto alivio ante la dificultad de enfrentarse por primera vez en aos a la
verdad.
Cenaban comida china desperdigados sobre el sof. Ella con las
piernas sobre el regazo de Erik mientras le alcanzaba una tira de pollo
crujiente con los palillos. Si alguien los hubiera visto en aquella actitud tan
familiar, habra afirmado sin dudar que eran una pareja formada hace
aos.
Mnica tarare la cancin que sonaba en la minicadena sin ser
consciente de que lo haca en voz alta.
Y la vida sigui... como siguen las cosas que no tienen mucho
sentido...
l se ech a rer.
Qu? se avergonz, al comprender que ella era el producto de su
risa.
Nada.
Qu pasa?
Que cantas muy bien.
Ella le lanz otra tira de pollo directa a la cara, pero l salt, abri la
boca y la engull sin dejar de rer. Mnica puso cara de fastidio para
luego pincharlo en el costado con uno de los palillos chinos.
Auch!
Quin se re ahora, eh? volvi a pincharlo, encantada de tenerlo a
su merced. Dime que canto como los ngeles!
No s mentir, rubia... se encogi al sentir un nuevo pinchazo. Ella
solt una carcajada, victoriosa. Pero si va a llover! Sabina se sentira
avergonzado.
Con un movimiento del brazo derecho, la tir sobre el sof antes de
que ella pudiera contrarrestar. Inmovilizndola con su propio peso, le
dedic una sonrisa felina. Ella suspir resignada, y l le bes la curva del
cuello una y otra vez hasta hacerla delirar.
Te cantar al odo mientras duermes... le amenaz, jadeante por el
esfuerzo.
Ni se te ocurra!
Ambos se echaron a rer. A Mnica le doli tanto el estmago que se
nia tonta que hara lo que fuera para ocultar lo sucedido, as que lo
utiliz en mi contra. Me viol y desapareci. Crec creyendo que todo se
haba acabado para siempre, hasta que fui a la universidad y empec a
recibir correos electrnicos en los que me amenazaba. Fue peor que la
primera vez, porque hay algo ms horrible que ser atacada; vivir con
miedo durante toda tu vida. Estaba terminando la carrera de historia, y me
ofrecieron un puesto en el Museo de Prgamo. Fue un sueo hecha
realidad! Cre que las cosas por fin tomaban el rumbo que yo haba
querido. En la fiesta de graduacin, Janine, mi mejor amiga, quiso
presentarme a su novio sonri con tristeza. Sabes quin era?
Erik asinti, con la mandbula tan tensa que estuvo a punto de partirse
los dientes.
Era l. Ese maldito desgraciado... solt un sollozo, incapaz de
controlar el llanto durante ms tiempo. Quise decirle a Janine quin era,
pero entonces l me llev al cuarto de bao. Me record que siempre sera
suya, y que l tambin trabajaba en el Museo del Prgamo. Sonriendo, me
anim a que aceptara el puesto. Luego me advirti que si le contaba a
alguien lo que sucedera en aquel cuarto de bao, delatara a mi madre.
Por supuesto que no acept el puesto en el museo. Cuando sal de all,
Janine me abofete delante de todo el mundo. Me grit que era una zorra
que la haba engaado con su novio... y yo... yo no pude explicarle nada.
Me sent impotente, frustrada y furiosa. Hice las maletas y me mud a
Madrid. Encontr un trabajo en Musa, y el resto de la historia ya lo sabes.
Durante siete aos, l no volvi a aparecer en mi vida. Han sido siete aos
de libertad en los que he tratado de superar lo ocurrido. Desde los
veintitrs aos trat de recomponer mi vida paso a paso... pero todo volvi
a truncarse cuando vine a esta ciudad. Hace pocos das entr en mi
habitacin del hotel. Cre que volvera a intentarlo, Erik. Cre que volvera
a violarme. No puedo soportarlo... No puedo soportarlo ms!
Mnica, te juro por Dios que no volver a ponerte una mano encima
le asegur, todava conmocionado por su historia.
Ella se derrumb. Llor durante unos minutos en los que l guard
silencio, estrechndola entre sus brazos. No poda tolerar tanto
sufrimiento... tanta injusticia. Lo haban educado para luchar contra los
abusos, y no para dar la espalda a lo que era correcto. Por Mnica
conseguira que el hombre que le haba destrozado la vida fuera llevado
ante la justicia.
20
La afilada hoja del cuchillo le roz la garganta. Not la gota caliente
que se deslizaba por la piel de su cuello, y respir con dificultad. La
empuj con furia hacia la entrada del apartamento, pese a que ella trat de
resistirse con la intencin de apartarlo todo lo posible de Erik. l presion
la navaja contra su piel, provocndole un corte poco profundo que la hizo
gemir. Retrocedi asustada, empujada por el acero que le cortaba la
respiracin.
Sultala la poderosa voz de Erik fue rasgada por un matiz
tembloroso Estaba asustado de que aquel malnacido le sesgara el cuello.
Pese a todo, trat de mantener la calma para infundirle valor a Mnica.
Con las manos en alto, dio un paso al frente. Sultala.
David la apret por el vientre, jugueteando con el cuchillo sobre la
plida piel del cuello.
No te ha explicado esta zorra que me pertenece? le espet. Su voz
destil rabia. Maldad. Desliz el cuchillo hacia los primeros botones de la
camisa de ella y los rompi, mostrando sus turgentes senos. Dselo
Mnica, dselo!
Erik la mir a los ojos, tranquilizndola con la mirada. Ella asinti,
consciente de que l era su nica oportunidad de salir ilesa. Confiaba en l
con todas sus fuerzas.
Al toparse con su silencio, David la zarande por los brazos. Mnica
cerr los ojos, dolorida por la herida abierta en su cuello.
Te he dicho que se lo digas! le orden.
Ella gir la cabeza para encararlo con la intencin de que perdiera a
Erik de vista durante unos segundos.
Y una mierda replic.
La risa de David le hel la sangre. Con la lengua, limpi el rastro de
sangre que le empapaba el cuello.
As que ahora te haces la digna... la estudi con una mezcla de
curiosidad y desdn. Reconozco que resultabas ms interesante cuando te
limitabas a abrirte de piernas, nena. Qu voy a hacer contigo? Tal vez...
sea hora de acabar con esto de una vez por todas...
Mnica contempl por el rabillo del ojo que Erik se desplazaba
surrealista.
No, no lo habras hecho le asegur.
Confiaba en l. Por supuesto que lo haca.
Cuando Erik fue consciente de la mano ensangrentada que trataba de
alcanzar el cuchillo, le asest una patada para lanzarlo hacia el otro
extremo de la habitacin. Le pis la mueca con todas sus fuerzas.
Ella te ha salvado la vida, no yo le advirti asqueado. No me
pongas a prueba.
***
Mnica hizo una mueca cuando la aguja le traspas la piel. Desde la
pequea consulta, observaba la puerta entreabierta que daba al pasillo en el
que Erik le ofreca a los agentes una versin de lo sucedido. Segn l,
aquel hombre haba entrado a su casa a robar y haba tratado de
apualarla. Ninguno de los agentes hizo demasiadas preguntas ni puso en
duda la versin del subinspector, que los despidi con un apretn de
manos.
Mnica volvi a quejarse al sentir que el hilo se tensaba alrededor de
la pequea herida. Al parecer no era tan minscula como ella haba credo
en un principio, pues se necesitaron siete puntos para suturarla por
completo.
Ya est la mdica se quit los guantes y los arroj a la basura. Te
quedar una bonita cicatriz.
Mnica quiso mortificarla con una sonrisa, pero curvar los labios le
provoc un agudo ramalazo de dolor en la reciente cicatriz.
Al salir al pasillo, se encontr a Erik hablando con el mdico que
haba atendido a David. Se acerc hacia ellos, escuchando a trompicones
la conversacin en la que era informado del estado clnico del hombre.
Tiene algunas costillas rotas, pero se pondr bien. Su estado
mejorar en algunas semanas le explic.
Por la expresin de su rostro, Mnica supo que aquella no era la
informacin que l deseaba recibir. Ella an trataba de discernir qu era lo
que senta tras lo sucedido.
En cuanto se quedaron solos, Erik le apart el pelo de la cara para
observarle la cicatriz con detenimiento. Mnica atisb la clera que lo
embarg, seguida de un profundo alivio por encontrarla sana y salva. Sin
previo aviso, la tom de la cintura y la bes con profundidad. Aquel
contacto provoc en ella una sensacin tan extraordinaria como
21
En cuanto salieron del taxi, Mnica recibi un golpe de aire caliente.
Detestaba la idea de encerrarse en el apartamento de Erik cuando su mente
se encontraba atestada de pensamientos que ya de por s la acorralaban.
Era extrao; se senta tan culpable como liberada.
Era una mala persona por experimentar alivio tras la brutal muerte de
David? No poda negar que el fallecimiento de aquel hombre le facilitaba
mucho las cosas. El misterioso enmascarado que le produca una mezcla
de fascinacin y repulsin haba acabado con todos sus problemas para
siempre. Haba silenciado a David. No senta agradecimiento alguno hacia
un ser tan sdico y despreciable, pero en su mente continuaba bullendo
aquella palabra: libertad.
Damos un paseo? Me parece que no quieres estar encerrada tras
todo lo que ha sucedido hoy sugiri Erik.
Mnica asinti, acompandolo por una calle solitaria y empedrada.
La luz de las farolas se reflejaba en la fachada de las casas, dibujando las
siluetas de sus cuerpos en la soledad de la noche. Era extrao, pues pese a
los trgicos acontecimientos experimentados, se senta reconfortada y
segura al estar acompaada por l en mitad de la noche en una calle
abandonada.
Deberas dejar de hacer eso respondi.
No s a qu te refieres.
Leer mi mente. Se te da bastante bien, Sabes? lo estudi durante
unos segundos. Ni siquiera yo s lo que quiero en este momento.
No es de extraar. Si yo estuviera en tu lugar...
Me siento aliviada lo interrumpi, deseosa de sincerarse con l. La
reconfort no encontrar rastro de censura en su expresin. Que haya
muerto facilita muchas cosas.
Erik no dijo nada. Mnica volvi a sentir la necesidad de justificarse.
No s en qu clase de persona me convierte eso.
En una que, despus de todos estos aos, tiene la posibilidad de vivir
su propia vida. Sin esconderse. Sin miedo aclar l. Despus de todo,
el karma funciona.
No me has preguntado qu haca en la habitacin de David.
22
Se despert sobresaltada, como tantas otras noches. Si haba credo
que la muerte de David la ayudara a desterrar sus demonios,
sencillamente era una ingenua. Se pas la mano por la frente perlada de
sudor. Necesitaba estirar las piernas y beber algo de agua si quera volver
a conciliar el sueo, cosa que con toda probabilidad le resultara
imposible.
De todos modos, su malestar no tena origen en David, el hombre que
la haba estado acosando durante todos aquellos aos, sino en el
misterioso y grotesco ser enmascarado que le haba disparado delante de
sus narices. Tena la inquietante sensacin de que aquel extrao regresara
para saldar su deuda.
Por qu haba aparecido en aquella habitacin de hospital? Teniendo
en cuenta que David no estaba relacionado con su pasado, sino con el de
ella, aquella situacin la aterrorizaba.
Por qu la haba ayudado? Ayudado, por supuesto, en la mente
desequilibrada y malvada de aquel asesino.
Quera algo de ella? Haba percibido su deseo. Su necesidad carnal.
Pero no la haba forzado, tal vez porque esperaba que ella diera el primer
paso. Un primer paso que jams dara, pues aquel hombre era un
monstruo. Lo era como David o su padre.
En la pesadilla, las manos de David le haban apretado la garganta.
Apareca de la nada, mientras ella dorma en un cuarto que no era el suyo.
Y de repente, aquel extrao apareca y vaciaba el cargador contra David.
El peso del hombre se desplomaba sobre ella, cubrindola de sangre.
Gritaba y pataleaba mientras trataba de quitrselo de encima y aquel
extrao la observaba a escasos metros con la cabeza ladeada.
Plant los pies descalzos sobre el fro suelo y sinti un alivio
instantneo al volver a conectar con la realidad. Busc a tientas la
presencia de Erik, pero no haba rastro suyo en la habitacin. Supuso que
tuvo la necesidad de tocarlo porque su contacto la tranquilizaba hasta
lmites insospechados. Sali de la habitacin completamente oscura para
buscar a tientas el interruptor de la luz del saln. En esas estaba cuando se
tropez con un cuerpo masculino y ms grande que ella, que la atrap por
la cintura.
Solt un grito y comenz a golpearlo. Erik la tranquiliz.
No era mi intencin asustarte se excus.
Al escuchar su voz, ella lo abraz angustiada.
Dios! Cre que alguien haba entrado en la casa le explic, todava
conmocionada. Le habl sin verlo, palpando su rostro en la oscuridad.
Por qu no enciendes la luz? Algunos no nos sentimos cmodos en la
oscuridad, Sabes?
l se inclin sobre la barra americana para alcanzar el interruptor de
una lamparita que apenas sumi la estancia en un lgubre resplandor.
Mnica pudo vislumbrar el contorno adusto de su rostro. Llevaba puestos
unos boxers blancos de algodn que se apretaban alrededor de sus
torneados muslos, y el pecho desnudo y velludo pareca gritar : tcame.
Arame. No hizo ninguna de las dos cosas, pese a que lo dese con todas
sus fuerzas.
Si tienes calor, puedes encender el aire acondicionado. Ya sabes,
ests en tu casa le dijo, acabndose de un trago la cerveza.
No, no es eso tom asiento a su lado. Le roz el muslo con la
rodilla. Su piel arda. Pareca que su temperatura era siempre la de un
volcn en erupcin. He tenido una pesadilla.
l no pregunt sobre qu, pero le tendi una cerveza fra que ella
acept de buen grado.
T tampoco puedes dormir? inquiri. La molestaba que l
permaneciera callado y aislado en su propio mundo. No era habitual en el
Erik honesto y directo que empleaba pocos rodeos para decir lo que
quera. Era como si de buenas a primeras, una muralla inquebrantable se
hubiera erigido en torno a ambos. Le dio un codazo con el hombro,
irritada porque l no le prestaba atencin. No puedes dormir?
No suelo tener pesadillas.
Supo que l menta.
A todos nos da miedo algo. Es lo ms normal del mundo.
Qu te da miedo a ti?
Hasta hace pocas horas, que David delatara a mi madre o cerr
los ojos con tanta fuerza que se hizo dao, que volviera a violarme. Creo
que eso ltimo no habra podido soportarlo otra vez, despus de tantos
aos.
Erik encontr su mirada. Una de sus manos se desliz sobre la barra
de madera para encontrar la suya. Entrelaz los dedos con los de Mnica y
se llev los nudillos a la boca, besndolos de uno en uno.
Lo siento, de vers que lo siento. Lamento haber sido un bruto sin
paciencia, pero creme cuando te digo que pese a que me resultas la mujer
ms atractiva que he conocido en toda mi vida, no es tu cuerpo lo nico
que quiero reclamar. Ya sabes lo que quiero decir; me gusta tocarte... me
muero de ganas por tocarte. Pero eso no es todo. Eso no es ni la mitad,
Mnica.
Ella tir de su mano hasta que lo atrajo hacia s.
Eres tonto, Erik. No pienses ni por un momento que te culpo de lo
sucedido. Nos acostamos porque ambos lo desebamos. Piensas que voy
a echarte en cara que alguien me viol cuando era una nia? sacudi la
cabeza, consciente de que el simple pensamiento era una locura. Me
alegro de que mis reglas no sirvan contigo. Por primera vez en toda mi
vida no he tenido miedo de entregarme a alguien. Nunca tuvo demasiado
sentido hasta que te conoc, idiota.
l le mordisque el labio inferior.
Es un alivio.
Mnica inclin la cabeza hacia arriba para encontrar su boca,
exigindola con reclamo y premura. Ahond en aquel beso hasta que le
flaquearon las fuerzas y tuvo que apoyarse sobre l, exhausta y ms
calmada.
Qu sucede, Erik? Ya lo sabes todo de m. No me trates como si
ocultarme cualquier cosa pudiera hacerme sentir mejor. Odio que haya
secretos entre nosotros.
Me apabulla tu sinceridad musit medio en broma.
Molesta, ella trat de apartarse, pero l la retuvo a la fuerza volviendo
a besarla en cuanto tena ocasin.
No me pidas que sea del todo sincero cuando t tienes pensado
marcharte le hizo saber. Al ver que ella se revolva furiosa, l la apret
ms contra s. Quieres que te diga la verdad? insisti apesadumbrado.
Ella asinti sin dudar. No quiero que te vayas, joder. No quiero. Me da
exactamente igual si sueno como un verdadero egosta. Haz lo que te d la
gana, Mnica. O lo que sea mejor para ti. Te dar todo el tiempo del
mundo si es lo que necesitas, pero no me pidas que te despida con una
sonrisa cuando lo nico que quiero es tenerte a mi lado, De acuerdo?
A ella se le aceler la respiracin.
y contuvo el aliento.
Te equivocas, yo nunca terminar contigo.
Le arranc las bragas de un fuerte tirn, dejndola sin respiracin.
Desnuda para l y expuesta hasta la mdula. Llen sus pulmones de
oxgeno al sentir que la boca de Erik se apretaba contra la parte ms
sensible de su anatoma. Catapultada a un abismo delicioso, arque la
espalda y se ofreci sin condiciones. La lengua de l naveg por su sexo,
ahondando en el tierno botn que captur con sus labios. Mnica solloz
de placer. Un placer tan intenso y devastador que la hizo chillar cosas
obscenas que jams admitira en pblico.
Mientras la lengua de l ofreca caricias hmedas, un dedo se enterr
en su vagina. Sinti el temblor en su vientre, un terremoto de placer que
por fin estallaba. Las manos de l, su boca, el sexo de ella... todo se
convirti en uno al llegar al orgasmo. No ces de penetrarla y lamerla
hasta que los espasmos la abandonaron, sumindola en un mar de calma
temporal. Si se poda explotar de felicidad, ella acababa de hacerlo. Qu
droga tan maravillosa.
Todava sobre ella, le permiti recuperarse mientras l descansaba
sobre sus pechos. Cuando Mnica consigui recuperar el control sobre su
cuerpo, lo apart con delicadeza y se agach a sus pies. Le baj los bxers
con los dientes, halagada de la pasin que hall en los ojos de Erik. l
ech la cabeza hacia atrs al sentir la boca de Mnica alrededor de su
miembro. La expresin ida de placer de Erik fue una imagen que ella
siempre se grabara en la memoria.
Era hermoso. Y en aquel momento suyo.
Las manos de Erik se enredaron en su cabello para marcar el ritmo,
arqueando la pelvis hacia su garganta. Dominante. Apremiante. Cuando no
pudo ms, la agarr de los hombros y la elev sobre la encimera.
La penetr en un movimiento rpido e intenso, provocando que ella
clavara las uas en su espalda. No fue lento, aquella vez no. Fue rpido y
urgente. Devastador. Un terremoto de sensaciones, jadeos, sudor y
araazos en la espalda. Ella tuvo que sostenerse con las manos en la
encimera, l se agarr a su punto favorito: sus caderas.
Y culminaron. Corrindose al unsono, aunque no lo dijeron saban
que estaban hechos el uno para el otro.
***
Estaba amaneciendo, pero a ninguno de los dos pareca importarle.
Erik quiso decirle que la haba visto desnuda las suficientes veces
como para que aquello fuera ridculo, pero no lo hizo. Incluso l segua
desnudo. Incmodo dada la discusin, pero desnudo al fin y al cabo. Al
final, se dio por vencido y se gir de mala gana. Aquella mujer estaba
empezando a sacarlo de sus casillas.
Oye, me halaga que ests preocupada por m. Pero te aseguro que no
es la primera vez que me veo en una de estas. Confa en m.
Qu te halago? Qu te halago? lo increp, roja de ira. Sabes
cmo me siento en este momento? No quiero que te sientas halagado,
quiero que hagas la maleta y te vengas conmigo! A dnde sea... oh Dios...
Por qu no puedes entenderlo?
Erik puso las manos en alto, tratando de frenar un nuevo ataque. Pero
no existi una segunda ronda. Mnica se sent en la cama, se llev las
manos al rostro y solloz en silencio. Mordindose el labio, l la
contempl sin saber qu hacer. Al final, arrastr los pies hacia ella y se
sent a su lado.
No llores por m suplic, tragndose el nudo que le atenazaba la
garganta. Ella clav los ojos en el suelo, incapaz de mirarlo. Vamos, no
llores por m. Ya has llorado suficiente, rubia. No quiero ser la razn de tu
llanto. Quiero ser el hombre por el que sonres... Eh... dime cualquier cosa,
lo que sea.
No puedo evitarlo. Se supona que ya no volvera a llorar por ningn
hombre musit, sorbindose las lgrimas.
Vaya, de veras que lo siento.
No sientes una mierda, mentiroso.
l le pas un brazo por la espalda. Ella no se apart. Tan slo
necesitaba que l la abrazara muy fuerte y le asegurara que todo ira bien.
Que nadie le volara la cabeza de un tiro ni que ella debera vivir con ese
recuerdo.
Mnica dijo su nombre de una forma grave que la oblig a
mirarlo. Lo que vio en l provoc que llorara todava ms fuerte. Hasta
que no se calm, l no prosigui. Regresar a ti. Te lo juro. Regresar a
ti. Estoy completamente seguro de ello. Hay una razn que no puede
impedrmelo , ella lo mir sin comprender, intrigada. l se lami el
labio inferior, inspir durante un largo segundo y dijo: estoy enamorado
de ti. Te quiero, Mnica. Esa es mi razn ms poderosa. En realidad, esa
es mi nica razn.
23
Estaban saliendo cuando se encontraron a Gonzalo y Martina en la
puerta, con una bolsa de papel pringada y grasienta repleta de churros, y
vasos de caf para llevar. Mnica reprimi una mueca de desagrado al
contemplar el copioso desayuno. Lo suyo con las grasas saturadas era
para hacrselo mirar. An as, no pudo evitar torcer el gesto cuando
Gonzalo se abri paso hacia el saln y la salud con dos efusivos besos en
las mejillas.
Jams olvidara que l la haba arrestado, por mucho que ella le haba
rogado durante algunos minutos que tuviera la delicadeza de soltarla. De
hecho, tuvo la desagradable sensacin de que l disfrutaba tenindola en
sus manos.
No es ms que un polica bravucn y algo egocntrico, pens para s.
Pensamos que te vendra bien algo de compaa se explic
Gonzalo, depositando la bolsa de churros aceitosos y el caf sobre la
mesita auxiliar del saln. Entonces, clav los ojos en Mnica con un
inters que la incomod. Obviamente no sabamos que estabas
acompaado de esta belleza.
Os lo agradezco, pero ya nos bamos se excus Erik.
No, qudate. Puedo tomar un taxi sugiri ella.
Ambos saban que aquella sugerencia no era ms que una treta para
escapar de lo sucedido haca unos minutos, cuando tras escuchar su
declaracin, ella se haba excusado a toda prisa para encerrarse en el bao.
No tena escapatoria, deban hablar de ello. Pero Mnica se senta
conmocionada. Nadie en toda su vida le haba dicho que la amaba. Ni
siquiera saba cmo enfrentarse a ello.
Tras la inminente ilusin, lleg el terror ms irracional. El de no estar
a la altura de las circunstancias. Durante toda su vida haba credo que la
suya sera una existencia solitaria y asquerosa.
De ninguna manera, te llevo insisti l. Segua molesto por su
reaccin infantil y carente de justificacin. Mnica no poda culparlo. Si
ella estuviera en su lugar..., bueno; sencillamente no deseaba estar en su
lugar, Vamos le coloc una mano en la espalda y la condujo hacia la
salida, girndose un segundo para hablarle a sus compaeros. Volver
dentro de un rato.
En la moto, ninguno de los dos se dirigi la palabra. Por
contradictorio que resultara, ella disfrut de su contacto. Del embriagador
aroma y del duro abdomen al que se agarraba. No quera soltarlo, de eso
se trataba. No quera soltarlo pero tena miedo de aferrarse a algo otra vez
para que luego la realidad le propinara un nuevo mazazo.
Erik detuvo la moto frente al edificio de la revista. Se baj y se quit el
casco. Ella le devolvi el suyo.
Mira, voy a dejar algo claro.
Ms? se asust.
Erik clav los ojos en ella con rabia. No la clase de rabia producto del
odio, sino la que naca de una sincera desilusin que tambin consigui
afectarla a ella.
Uno no puede decir te quiero y esperar sencillamente que la otra
persona le devuelva las dos palabras. Lo acepto. Pero no esperaba que
salieras corriendo, Mnica. No es la clase de reaccin que alguien desea
cuando acaba de ser sincero respecto a sus sentimientos. Resulta muy
desagradable. Humillante, si me apuras.
Lo s musit.
Lo sabes, genial se mordi el labio inferior, mirando al frente. En
ese caso me quedo ms tranquilo, maldita sea.
Arranc la moto y se larg de all, destilando amargura. Durante un
par de minutos, Mnica estuvo plantada en la calle, cambiando el peso de
una pierna a otra sin saber muy bien lo que hacer. Consigui encender un
cigarrillo y darle un par de caladas en un intento por poner en orden sus
pensamientos. Qu senta. Qu deba hacer. Qu demonios deba hacer.
Expuls una amplia bocanada de humo, y contempl con amargura la
ua mordisqueada de su dedo pulgar, el mismo que se haba llevado a la
boca mientras permaneca encerrada en el cuarto de bao, ignorando o
tratando de ignorar que Erik acababa de desnudar su alma.
Pens en llamar a su madre, pero al final sacudi la cabeza y desterr
aquella idea. Tena demasiadas cosas que contarle secretos que le haba
ocultado durante aos, para sincerarse con una simple llamada
telefnica. Y definitivamente, no quera ser una de aquellas personas que
valoraban lo que posean una vez que lo perdan.
El sonido del corcho de una botella de champagne volando por los
aires fue lo primero que la recibi al abrir las puertas de la oficina.
24
Erik recibi aquella informacin como un mazazo en el estmago.
Gonzalo lo observaba con cautela mientras Martina permaneca sentada a
su lado sin saber qu decir. Acababan de informarlo de que el asesino se
haba cobrado una nueva vctima.
Qu sabis de l? inquiri.
Era un tipo solitario. Un carterista y un matn. Pensndolo bien, esta
vez le ha hecho un favor a la sociedad, porque el tipo acumulaba hurtos,
robo con intimidacin y violencia e incluso agresiones a sus vecinos.
Todos se han mostrado aliviados de su muerte explic Gonzalo.
Cmo puedes decir eso? se horroriz Martina. Nadie merece
morir de esa manera tan cruel.
Yo slo digo... trat de defenderse irritado.
Erik solt aquella fotografa de la escena del crimen.
Martina tiene razn, joder. Incluso se ha cargado a su perro.
Los vecinos me comentaron que ladraba mucho.
Erik lo contempl con horror.
De verdad, esta maana tienes un humor muy extrao.
La quinta plaga mascull Martina, que haba llorado la prdida de
aquel inocente animal como si fuera el suyo. Supongo que tuvo que
darse prisa y cambi el ganado por el pobre perro.
Habis descubierto la relacin que guardaba con el resto?
Todava no respondi Gonzalo, pero sabemos que no tena
familia. Los que lo conocan dicen que era un hurfano.
Otro, pens Erik. A saber por qu delirante razn se habra cargado a
ese.
Lo encontraremos determin Erik, cada vez ms convencido.
Has encontrado algo en los archivos?
Lo he intentado, Erik. Pero es una denuncia de hace veinticinco aos,
y ya sabes cmo andaban las cosas por aquel entonces. Adems, no era
ms que un cro. Ni siquiera tena responsabilidad penal. Supongo que
archivaran el caso en un armario polvoriento.
Erik suspir resignado.
Pero seguir buscando lo anim.
Una hora ms tarde, Erik mantena los ojos clavados en el agua. Una
mano se pos sobre su hombro con la intencin de ofrecerle algo de
apoyo.
Dicen que la corriente ha debido arrastrar el cuerpo.
Erik sinti una tristeza desoladora. Una culpabilidad que lo embarg
todo.
Tienes que irte, Erik. Si Mondragn descubre que estabas con
nosotros, te inhabilitar para siempre.
Pero a quin le importaba perder el empleo cuando haba perdido a
un amigo?
25
Mnica sali de la oficina ms tranquila consigo misma, sabedora de
que la pelota se encontraba en su tejado. Haba llegado el momento de
dejar atrs el pasado de una vez por todas. Para ello, construira un futuro
en el que los recuerdos no pudieran regresar a destruirla. En esas estaba
cuando divis a Erik en la acera contraria, que cruz la carretera a toda
velocidad y estuvo a punto de ser atropellado por un coche. Mnica se
llev las manos a la cabeza, pero el grito se atasc en su garganta al ser
consciente de su rostro lvido e impaciente.
Algo terrible acababa de suceder.
l se acerc a ella dando grandes zancadas, sintiendo que jams la
alcanzara a tiempo. Mnica vislumbr su ansiedad, por lo que corri
hacia l para cercar la distancia que los separaba.
Erik... Qu?
Su pregunta fue silenciada con un beso cargado de dolor y pnico. Ella
sinti que l se aferraba a ella, como si fuera su nica tabla de salvacin
en aquel instante. Conmovida por su actitud, lo abraz tan fuerte como
pudo y lo bes en un intento por consolarlo, pese a que no tena idea de lo
que haba sucedido.
Las manos de Erik rodearon su cintura y la apretaron ms contra s
mismo. Mnica no saba si quera protegerla a ella o a s mismo. Susurr
26
La puerta estaba entreabierta y dentro no se perciba ms ruido que el
de una gotera golpeando sobre el suelo embarrado. Plaf. Plaf. Plaf. Erik
no tuvo tiempo de preguntarse qu motivacin haba arrastrado a Sandra
hacia aquel lugar tan recndito y apartado, pues el peso de su conciencia
lo oblig a empujar la puerta de chapa. Se escuch un crujido que delat
su presencia.
En el interior haca un calor sofocante y abrasador. El sol brillaba
sobre el entramado de metal de aquella nave industrial abandonada. Ola a
metal oxidado, corrompido por la humedad y la suciedad. Camin sobre
el suelo polvoriento e ilumin sus pasos con la linterna de su telfono
mvil.
Sandra?
El silencio que recibi como respuesta lo inquiet. Volvi a
pronunciar su nombre, rodeado por la oscuridad y el silencio. Se arrastr
hacia la pared y entrecerr los ojos al contemplar los artilugios que
colgaban de los pesados ganchos de la pared.
Qu demonios...
Retrocedi horrorizado por aquella visin. Ante sus ojos se
desplegaron una decena de instrumentos de tortura cubiertos por una
sustancia rojiza y slida. Sangre. No tuvo que hacer un gran esfuerzo para
comprender que aquella sangre evidenciaba un peligro inminente.
Le haban tendido una trampa.
All era donde aquel desalmado tramaba sus perversos planes. Su
escondite. La guarida de aquel lobo.
Se desplaz hacia un lado, alerta y a la defensiva. Sus ojos vagaron
por el surtido de cuchillos afilados y de diversos tamaos. Empu uno de
ellos sin pensrselo. Apret la mano alrededor de la empuadura y trag
con dificultad.
Las palabras de Mnica martillearon en su cabeza: regresa. Por ella,
cumplira su promesa. Hara lo que fuera necesario para sobrevivir.
Un tabln de corcho apoyado sobre un extremo de la pared llam su
atencin. Numerosas fotografas de la misma mujer provocaron que l
abriera los ojos de par en par, hasta que una sensacin de ira y pnico se
sdica. Erik cay de rodillas, masacrado por la verdad. Quiso cerrar los
ojos y ocultarse de aquella realidad que devastaba todo en lo que l crea.
Gonzalo.
Su amigo le apunt con el arma.
He regresado de entre los muertos para culminar mi obra.
Dispar.
***
Mnica se sent frente a la pantalla que informaba de su vuelo.
Faltaban quince minutos para que tomara asiento en el avin y se largara
de aquella ciudad. Se encontraba inquieta y recelosa. Rodeada del resto de
pasajeros, no era una ms que abandonaba la ciudad por motivos que no
ponan su vida en peligro. Dese fumarse un cigarrillo, vicio que haba
conseguido abandonar haca varios meses. Lo que fuera con tal de
desprenderse de aquella horripilante sensacin que no auguraba nada
bueno.
En realidad, siempre haba sido una mujer que se dejaba llevar por su
intuicin. Gracias a ella haba sobrevivido que no vivido durante todos
aquellos aos. Y su intuicin le deca que algo no iba bien.
Mi mente me est jugando una mala pasada... murmur en voz alta,
tratando de convencerse a s misma.
La mujer que haba sentada a su lado se movi un asiento ms lejos.
Deba pensar que no era ms que una desequilibrada.
Mnica comenz a mordisquearse la ua del dedo pulgar. Faltaban
diez minutos para su vuelo. En diez minutos, se alejara de aquella ciudad
para siempre. Y de Erik...
Se levant de golpe y clav la vista en la pantalla. Se llev las manos a
la boca y trag el nudo de pnico. Tuvo que ahogar las ganas de gritar,
pues no quera formar un espectculo delante del resto de pasajeros.
Aquella nave. Aquella maldita nave...
Por qu no se haba dado cuenta antes?
Gurdame el secreto, es una sorpresa, record las misteriosas palabras
de Gonzalo. Y su sonrisa. La maldita sonrisa que haba esbozado y que
para Mnica, en aquel momento, no haba significado nada. Por qu
ahora la recordaba tan macabra?
Y si aquella sorpresa...
No poda ser, pero...
Marc el nmero de telfono de Erik mientras se deca a s misma que
Mnica!
Erik, Erik!
Lrgate! Ve hacia la salida, joder! Qu coo haces aqu? Maldita
sea!la sincera preocupacin y la impotencia de su voz no lograron
disuadirla.
Corri hacia la voz y lo encontr malherido contra la viga. Acarici la
herida abierta en un lateral de su cabeza y l hizo un gesto de dolor, por lo
que Mnica retir la mano. Erik suspir aliviado al contemplarla intacta.
Mnica se abraz a su maltrecho cuerpo. Deseaba besarlo tanto como
necesitaba respirar, pero saba que no poda perder el tiempo. Sandra
continuaba inconsciente en el otro extremo de la sala. Intent no examinar
con detenimientos las heridas de su cuerpo y se dispuso a desatarlo con
rapidez.
Date prisa, Mnica la urgi.
Lo hago... hago lo que puedo sus dedos temblaron sobre las
cuerdas.
Deberas haberte marchado la reprendi.
Ella continu desatndolo con dedos impacientes.
Debera, pero no he podido.
Tirone de las cuerdas y solt una maldicin al comprender que le
llevara ms tiempo del que haba credo. Los nudos eran fuertes y la
cuerda muy gruesa.
Lrgate y busca ayuda la apremi, furioso.
Mnica tirone de las cuerdas.
Joder! No puedo... consigui desatar el primer nudo y rugi.
Deja ya de pedirme que me marche! No puedo! Es que no te das cuenta
de que soy incapaz de dejarte a tu suerte? Por qu tenemos que apreciarlo
todo cuanto estamos a punto de perderlo?
A qu te refieres?
Mnica solt un sollozo.
Te quiero susurr, sorbindose las lgrimas. Desat un segundo
nudo y lo mir a los ojos. Te quiero. Incluso asustada, malherida y
muerta de miedo. No puedo evitarlo, y te prometo que lo he intentado con
todas mis fuerzas. Pero aqu me tienes. Jugndome la vida por un hombre
que prometi regresar ileso a m.
Pese al dolor y la tensa situacin en la que se hallaban, Erik logr
curvar los labios en una inestable sonrisa que slo era para ella.
Lo de ileso ya no es posible...
Entonces jrame que saldremos de esta le orden asustada.
Mnica! rugi su nombre un segundo antes de que Gonzalo
estuviera a punto de alcanzarla. Ella cay rodando hacia atrs, y se cubri
el cuerpo por puro instinto. Cojeando y cubierto de sangre, Gonzalo se
arrastr hacia ella con el rostro convertido en una mscara de odio. No
la toques, hijo de puta! Me quieres a m, joder!
Gir la cara hacia l.
T... ya me ocupar de ti ms tarde lo desde, volviendo a clavar
la mirada en Mnica. Zorra traidora!
Ella trat de incorporarse, pero la patada que le asest en las costillas
hizo que se doblara en dos. Abri la boca para tomar una bocanada de
aire, y Gonzalo la agarr del pelo. Lgrimas de dolor le empaaron los
ojos, que buscaron a Erik con temor. l forceje contra las cuerdas y grit
desesperado mientras Gonzalo disfrutaba de la sensacin de sentirse
poderoso.
Sultala! Maldito seas! Sultala y ocpate de m le orden
impotente.
Gonzalo hizo una mueca de hasto.
Sigues empeado en dar rdenes cuando te tengo atado a una viga,
imbcil?
Erik trat de desviar su atencin de la de Mnica durante el mayor
tiempo posible. Se senta superado al contemplarla agazapada y dolorida,
por lo que busc su mirada mientras increpaba a Gonzalo en un intento
por ofrecerle una ltima posibilidad para escapar.
Siempre ser tu superior. No hay nada que puedes hacer para
cambiarlo.
Cllate! Gonzalo estall de ira. De envidia.
Mnica le mordi la mano que la tena asida del pelo. Gonzalo solt
un alarido y la abofete. Aquella vez, la sostuvo de la garganta y la inclin
de tal manera que la expuso ante Erik, quien rugi desesperado.
Has apostado al caballo perdedor le susurr al odo. Mnica se
revolvi, pero Gonzalo le clav los dedos en la delicada piel de la
garganta. ltimas palabras?
Mnica emiti un gorgojeo inaudible, por lo que Gonzalo afloj la
presin.
Mereci la pena... te quiero... musit.
eras... t. M...
Mnica
S, eso.
El gesto desdeoso con el que acompa sus palabras le provoc un
agudo dolor en el pecho. Toda la pasin y el amor que haban
compartido haba sido relegado al olvido? No poda soportar que l la
observara sin una pizca de cario. Con un malestar palpable porque su
presencia lo incomodaba.
Mnica se acerc a l y le toc la mano.
Acabo de despertar de la muerte, maldita sea. Djame en paz le
orden, apartando la mano.
Soy yo susurr dbilmente.
l hizo una mueca.
Ese es el problema, que eres t. Necesito ver a mi madre, a mi
hermano... a la gente que quiero. Y no a una completa desconocida como
t, Te ha quedado claro?
Dolida, Mnica se ech hacia atrs.
T no eres as.
No me conoces.
Por supuesto que te conozco. Porque te quiero.
Erik parpade asombrado.
Oye, me siento halagado porque una chica tan preciosa como t
parezca sentir cosas tan profundas por m. Pero si yo sintiera lo mismo,
No crees que lo recordara?
El hombre hosco y sin sentimientos al que se enfrent provoc que
ella quisiera salir huyendo de aquella habitacin. Sin embargo, decidi
volver a intentarlo porque en el interior de aquel extrao perviva el
hombre del que se haba enamorado.
T tambin me quieres.
Erik rio atnito.
Esa s que es buena. Supongo que echamos un polvo y t te hiciste
ilusiones, No?
Crees que soy la clase de persona que te hara recriminaciones
absurdas? replic ella.
Erik la mir algo turbado.
No lo s, porque eres una completa extraa determin impaciente.
Mi madre estar preocupada por m. Por qu no te vas y nos dejas a
solas?
***
Cundo me recordar? pregunt desesperada al mdico.
No haba podido soportar durante ms tiempo el sincero rechazo que
le demostraba Erik. Al final, tuvo que huir de la habitacin mientras se
tragaba las lgrimas.
Es difcil de medir. Puede que en unos das, meses o semanas. La
amnesia tiene efectos distintos en casa persona le explic el mdico.
Lamento decirle que puede que no lo haga nunca. Algunos pacientes no
recuperan los recuerdos.
Mnica sinti que una pesada loza le oprima el estmago. Erik jams
la recordara?
Hay algo que pueda hacer para ayudarlo a recordar? insisti
esperanzada.
Lo ms importante en este momento es su recuperacin. Es normal
que se sienta irritado, furioso y desconcertado. Ha perdido a su mejor
amigo, el estado de su madre es irreversible y acaba de despertar en una
realidad que le es completamente ajena. Puede mostrarse grun y
despectivo con las personas que hay a su alrededor.
Quiere decir que imponerle mi presencia sera un error
comprendi ella con tristeza.
Si l quiere verla, la buscar.
Pero doctor...
Si yo fuera usted, le concedera su propio espacio. Permtale que
piense y que se adapte a sus nuevas circunstancia. Ahora todo es
desconocido para l.
Qu se marchase lejos de Erik?
En aquel instante, escuch la violenta discusin que Erik mantena con
Martina.
***
Mientes! gru cabreado. Gonzalo no es ningn asesino! Por el
amor de Dios, Es mi amigo!
Era... musit Martina, que desconoca como calmarlo.
Cmo dices?
La perplejidad de Erik la dej sin palabras. Cmo iba a decirle que
haba sido ella quien le haba disparado a Gonzalo para salvarle la vida?
Hijo, tranquilzate le pidi su madre.
29
Dos meses ms tarde
Enfoc con la cmara a aquella pareja rebosante de felicidad que
posaba abrazada en el centro del puente de Segovia. Mnica le indic al
hombre que colocara el brazo alrededor de la cintura, y a la mujer que
posara la mano sobre el pecho de su pareja.
Actuad como si yo no estuviera les aconsej.
Con una sonrisa fiel reflejo del amor que profesaba a su futura esposa,
el hombre clav la mirada en aquella mujer con cario. A ella le brillaron
los ojos con una emocin que Mnica conoca de sobra, pues no haca
demasiado, ella misma haba mirado de la misma forma a Erik.
Las cosas distaban mucho de ser iguales ahora. Haca meses que no
reciba noticias de Erik, salvo la escasa informacin que Sara le ofreca de
tanto en tanto. Por boca de su amiga, descubri que el hombre al que
amaba se haba convertido en un ser amargado y solitario que se
encerraba en s mismo. No superaba la muerte de Roldn, ni comprenda
la traicin de aquel amigo ms parecido a un hermano.
Tampoco quera saber nada de Mnica, a la que equiparaba con una
realidad demoledora que lo haba recibido tras regresar de la muerte.
Esto, aunque nadie se lo haba dicho a la cara, Mnica lo intua en el
semblante triste de Sara, que siempre maquillaba sus palabras para no
hacerle dao. Si deca que Erik se mostraba reservado al respecto, Mnica
adivinaba que l la haba enviado al infierno. Si murmuraba que erik le
haba mandado recuerdos, Mnica sospechaba que le haba gritado que no
quera saber nada de aquella completa extraa que deca amarlo.
Su vida, aunque ms tranquila que de costumbre, se le antojaba
aburrida y agria. Era cierto que ya no tena que preocuparse de mirar con
miedo en cada esquina, ni de temer que aquel manaco que llevaba aos
acosndola regresara para hacer de las suyas, pero no poda evitar echar
en falta aquello que le fue regalado durante aquellas maravillosas semanas
en Sevilla.
Haba saboreado las mieles del amor. La parte amable y dulce del
romanticismo. La sensacin dichosa de ser querida por alguien, sin
Verdad?
Slo es una cancin, Dominique respondi abochornada. Tan
ridcula te resulto?
No eres ridcula, Mnica respondi asombrado. Eres una mujer
fuerte, independiente y capaz de afrontar cualquier reto que se proponga.
Por eso quiero que pases pgina de una maldita vez. Han pasado dos
meses. l no va a buscarte, ma douce. No quiero ser cruel, pero se supone
que los amigos tienen que ser honestos.
Puede que l tuviera razn y que lo nico que Mnica necesitaba era
un golpe de atencin, pero maldita sea, dola. Dola muchsimo.
Dile que acepto susurr al fin.
Domique la estrech entre sus brazos
No te arrepentirs. La vida est llena de oportunidades y ahora es tu
momento de aprovecharlas.
Mnica asinti recelosa. Entonces, Por qu tena la impresin de
haber renunciado a la nica que le importaba?
***
Era un hombre obstinado y orgulloso. Se conoca a s mismo lo
suficiente para saber que se estaba comportando injustamente con las
personas que se preocupaban por l. Martina, a la que haba tratado como
una sicaria, no le diriga la palabra desde su ltima discusin. Su madre, a
la que trataba con mayor tacto debido a su enfermedad, le recalcaba que
deba cambiar su actitud. Sara, que lo atosigaba con sus continuas visitas
como si se tratara de un nio pequeo, lo haba dejado por imposible.
En el trabajo le haban concedido una excedencia, que ms que
excedencia eran unas vacaciones debido a su estado de irritabilidad. Todos
se empeaban en tratarlo como un idiota, y l se afanaba en comportarse
como tal.
An se senta demasiado desconcertado para hacer frente a la realidad
en la que haba despertado. Roldn estaba muerto, y debido a su amnesia,
Erik no haba podido despedirse de su maestro como era debido. Gonzalo
haba resultado ser un asesino perturbado, verdad a la que todava no daba
crdito. El ltimo recuerdo que tena de l era el de unas caas en La
Surea. Y se supona que su amigo lo haba odiado lo suficiente para
matarlo?
Y luego estaba la rubia. No saba por qu, pero no poda quitrsela de
la cabeza. Aquel hecho lo irritaba hasta lmites insospechados, pues no
hijos maravillosos y dos buenos hombres a los que amar. Daba gracias
por todo lo que la vida le haba ofrecido, y jams experimentaba un
sentimiento de rencor hacia el Dios en el que crea.
Durante aquellos dos meses, bromeaba respecto a su estado de nimo.
He debido de ser muy buena contigo para que sea la nica que merece tu
sonrisa, lo reprenda de buen humor. Entonces aada cuando te des
cuenta de todos los errores que has cometido, tendrs que pedir perdn a
mucha gente. Ojal que esa preciosa mujer te perdone si llegas demasiado
tarde.
Eso no suceder, mam. Lamento defraudarte, pero no albergo
sentimientos hacia ella. Las cosas son as, sola responderle l.
Ante aquella respuesta tan descorazonadora, su madre le dedicaba una
sonrisa enigmtica.
Aquel da, no fue su madre quien le abri la puerta como de
costumbre. Solan almorzar todos los das juntos para exprimir el tiempo
al mximo. Erik la besaba a todas horas porque necesitaba paliar todas las
veces que no lo haba hecho. Sala de aquella casa cada da con el temor de
que a la maana siguiente, su madre no lo recibiera como de costumbre.
Hasta ese da.
Con el gesto repleto de pesar, no fue necesario que X le diera la mala
noticia.
Cundo? logr encontrar su voz.
Hace unos minutos. La ambulancia an no ha llegado intent
detenerlo para evitar que tuviera que encontrarse con el cuerpo sin vida.
Sucedi tal y como ella quera. Sin sufrir. Erik, mrame.
A duras penas, Erik logr contener las lgrimas.
A ella le hubiera gustado...
Ya s lo que le hubiera gustado lo interrumpi, con el corazn
destrozado. Pero no est aqu... no est...
30
Mnica adivin que Sara le traa malas noticias en cuanto la vio llegar.
Estaba cenando con Dominique en el porche de la casa cuando Sara y
Hctor, acompaados por aquella criatura rosada y rechoncha, bajaron del
coche y se dirigieron hacia ellos.
Cunto me alegro de veros! los salud entusiasmada.
Se fundi en un clido abrazo con su amiga, y luego se dirigi a
Hctor para saludarlo. Sara y su marido hacan una pareja excepcional. l
la miraba con tanto amor que produca envidia en aquellos que los
observaban.
Espero que la ests tratando bien le advirti en broma. Te la
llevaste demasiado lejos de m.
Hctor contempl a su mujer con orgullo.
Es ella quien lleva puestos los pantalones, yo slo obedezco
respondi con tono angelical.
Sara puso los ojos en blanco. Mnica estir los brazos para acoger a
la pequea Laura, que era tan morena como sus padres. Haba heredado
los ojos verdes de Hctor, y la boca carnosa de su madre. Cuando
creciera, aquella nia sera el centro de todas las miradas. Hctor, que
tema aquel momento, murmuraba entre dientes que la encerrara antes de
que alguien le pusiera una mano encima a su pequea. Tena que
protegerla de los buitres, sola decir.
Ssshhh... calm a la pequea cuando esta comenz a quejarse.
Tendrs que disculpar mi falta de costumbre.
No se te da tan mal le asegur su amiga, pese a que la nia
comenz a llorar con una fuerza descomunal.
Mesindola sin saber cmo calmarla, Mnica comenz a
impacientarse mientras Dominique se echaba a rer slo para irritarla.
Vaya, ha salido a su madre se quej.
Sara la fulmin con la mirada, y la carcajada de Hctor le concedi la
razn. Al final, logr calmar a la nia sostenindola de manera que no
perdiera detalle de los rostros que haba a su alrededor. Aquella mocosa
era tan curiosa como su madre.
A qu ests esperando? Dispara le orden impaciente.
Su amiga suspir.
La madre de Erik falleci esta maana. Supuse que querras saberlo.
Ella sola hablar de ti con mucho cario.
El semblante de Mnica se ensombreci. De manera automtica, pens
en Erik y supuso que l se encontrara derrotado. Adoraba a su madre y la
idea de perderla lo haba aterrorizado.
Pobre Erik... imagino cmo debe sentirse lament encontrarse a
tantos kilmetros de distancia, pese a que l no le haba concedido otra
opcin. Creo que no debera asistir al funeral. Erik no quiere verme, e
imponerle mi presencia en un momento tan ntimo y duro...
Trini me dijo que quera que estuvieses all la sorprendi Sara.
Me result muy incmodo hablar del tema, pero fue ella quien lo sac en
un momento que nos quedamos a solas. Dijo que lo hicieras por ella.
Mnica suspir.
No es justo. Negar la ltima voluntad de un difunto...
Qu es lo que te dicta tu corazn?
Mnica saba lo que le dictaba su corazn. No obstante, Sera capaz
de no derrumbarse cuando volviera a reencontrarse con Erik?
***
Consolando a su hermano, mostr una entereza que no posea por
dentro. La visin del atad de madera consigui turbarlo. Jams volvera a
ver a su madre, y no haba consuelo que lo preparase para tal realidad. En
un corto plazo de tiempo, haba perdido a tres personas muy importantes
para l. Roldn, Gonzalo y su madre. Pese a la rabia que senta, lamentaba
la prdida de Gonzalo y haba optado por no recordarlo con rencor.
Habra sido ms difcil, y sencillamente prefera quedarse con los buenos
momentos que haban vivido juntos.
Martina deposit un beso en su mejilla para transmitirle el psame.
Azorado, la retuvo para disculparse con su amiga.
Martina, siento mi comportamiento y
Ella le apret el brazo con cario.
No seas tonto, Erik. He venido porque soy tu amiga. No hay ningn
problema entre nosotros, a no ser que t pienses lo contrario.
Por supuesto que no respondi, aliviado de recuperar a su amiga y
compaera.
Bien se alegr ella.
Con un gesto de cabeza, seal hacia la entrada de la iglesia, donde
31
La boda de su madre se haba convertido en una autntica verbena. En
el momento que la orquesta toc Paquito el chocolatero, supo que era el
instante de retirarse discretamente. Con los zapatos de tacn en la mano,
camin sobre las hojas en direccin al puente de piedra edificado sobre un
precioso lago que confera al paisaje un aspecto de cuento de hadas.
Slo que su vida, de cuento de hadas, tena ms bien poco.
Dnde est mi final feliz? musit, arrojando una piedra al agua.
La piedra se hundi hasta el fondo, al igual que sus esperanzas.
No pudo evitar un paralelismo muy doloroso. En un lugar muy
parecido, haba compartido un momento maravilloso con Erik. Al menos,
le quedara el bonito recuerdo.
Tal vez en Dubln, respondi para s aquella pregunta.
En un par de das, tomara un avin y se despedira de Espaa. Dejara
atrs los recuerdos, los quizs y las esperanzas para comenzar una nueva
vida. Al fin y al cabo, Dominique tena razn. Erik la haba olvidado y no
pretenda recordarla. Que cada uno hiciera su vida o lo intentara en la
medida de lo posible era lo ms razonable, No?
S, era razonable, al igual que un verdadero asco.
Apoy las manos sobre el puente y suspir. Incluso poda escuchar la
meloda de aquella cancin. Pareca que Ellie Goulding slo cantaba para
fastidiarla.
You'rethe light, you're the night
You're the color of my blood
You're the cure, you're the pain
You're the only thing I wanna touch
Never knew that it could mean so much, so much
/Eres la luz, eres la noche
Eres el color de mi sangre
Eres la cura, eres el dolor
Eres la nica cosa que quiero tocar
Nunca supe que poda significar tanto, tanto.../
Se borr una lgrima traicionera que discurri por su mejilla. Cerr
los ojos con tanta fuerza que se hizo dao. Entonces, a su espalda, sinti
una presencia delatada por una ramita que se quebraba bajo la suela de
unos zapatos masculinos. Una voz masculina comenz a cantar, cada vez
ms cerca:
You're the fear... I don't care... Cause I've never been so high... Follow
me to the dark... Let me take you past our satellites ...You can see the world
you brought to life, to life...
Mnica reconoci aquella voz antes de darse la vuelta para
encontrarse con Erik. Frente a ella, con voz temblorosa, l no cesaba de
cantar su cancin. Mnica parpade alucinada, sin creer del todo que l
estuviera all. Cantando. Por y para ella.
Qu...?
Erik no pudo disimular su nerviosismo, pues Mnica tena todo el
derecho del mundo a rechazarlo tras haberse comportado como un
imbcil. Dej de cantar, pero la msica sigui sonando a lo lejos. Todos
los invitados comenzaron a cuchichear. Sara, Hctor y su madre los
observaron complacidos.
Una vez me dijiste que toda historia de amor deba tener su propia
banda sonora le record emocionado. Si todava sientes algo por m,
entonces esta es la nuestra.
Avanz hacia ella con paso vacilante.
Te dije que el tiempo contigo jams sera tiempo perdido. No ment
esboz una sonrisa repleta de sincero temor ante su posible rechazo.
Porque te quiero.
Te acuerdas de m? pregunt ella en un susurro.
Cada minuto, cada segundo... absolutamente todo. Puede que durante
un tiempo los recuerdos no estuvieran aqu dijo, sealndose la frente;
pero siempre permanecieron donde deban estar.
La mano seal el centro de su pecho, sobre el corazn.
Me culpar a m mismo toda la vida por no haber reconocido a la
mujer de la que estoy perdidamente enamorado le asegur con pesar, y a
ella no le cupo duda de que hablaba en serio. Pero hoy estoy aqu,
pidindote una segunda oportunidad, porque quiero construir nuevos
recuerdos a tu lado. Vuelve a m.
Casi se lo suplic. Mnica, parada a escasos metros de l, logr
encontrar su voz.
Pasado maana me voy a Dubln. Pretendes que renuncie al trabajo
de mis sueos por un futuro incierto a tu lado?
Erik esboz una mueca indecisa que a Mnica le result la expresin
ms tierna del mundo. Haba ido a buscarla para pedirle una segunda
oportunidad, a sabiendas de que ella poda rechazarlo.
S admiti esperanzado. S que no tengo ningn derecho...
Mnica no lo dej concluir. Corriendo hacia l, se ech a sus brazos y
lo bes como llevaba meses deseando. Erik la apret por la cintura porque
no tena la intencin de volver a dejarla escapar.
Trabajos hay muchos, pero slo existe un hombre como t.
Erik la estrech ms fuerte.
Dios, qu suerte tengo coment maravillado.
A su alrededor, la gente aplaudi y Sara comenz a llorar, abrazada a
su marido. Por fin la vida haba sido justa con su amiga. A aquellos dos,
vaticin muy segura, les esperaba una relacin repleta de amor,
oportunidades y mucha pasin.
Cogindolo de las solapas de la camisa, Mnica lo atrajo hacia su
rostro para decirle algo que slo ellos pudieran escuchar.
No vuelvas a cantar en pblico nunca ms, lo digo muy en serio le
orden avergonzada. l se ech a rer. Los ojos de Mnica llamearon con
una mezcla de furia y amor incondicional. Y por lo que ms quieras,
jams vuelvas a olvidarte de m.
El mdico dice que soy incapaz de recordar las discusiones... pero
que la mejor cura para mi estado son las emociones fuertes y placenteras.
Se te ocurre alguna forma?
Mnica solt una carcajada. l le mordi el labio inferior, imaginando
la de cosas que haran en cuanto se quedaran a solas.
Erik, nos est mirando todo el mundo....
Pues que miren concluy.
Y la bes.
EPLOGO
Dos meses ms tarde
Tiene Derecho a guardar silencio no declarando si no quiere; a no
contestar alguna o algunas de las preguntas que le formulen, o manifestar
que slo declarar ante el Juez
Uhm...
Aquellas manos fuertes aferraron las suyas, inmovilizndola por
completo.
Tiene derecho a no declarar contra s mismo y a no confesarse
culpable.
Aj...
Una de las manos que la sostena se desliz peligrosamente hacia la
curva de su cintura. Ella emiti un jadeo que a l lo satisfizo en lo ms
profundo de su orgullo.
Tiene Derecho a designar un abogado y a solicitar su presencia para
que asista a las diligencias. Si no tiene un abogado , se le designar uno de
oficio.
Los dedos, clidos y hbiles, le recorrieron la columna vertebral. Ella
percibi aquel conocido calor que la embargaba siempre que l la tocaba.
Saba dnde hacerlo, en eso era todo un expertos.
Lo voy pillando... musit con voz ahogada.
Seorita la sermone, apretando el bulto de su entrepierna contra
sus nalgas. Aqu soy yo quien hace las preguntas. Usted permanezca
callada.
No hay algn tipo de derecho sobre...?
No determin, con una voz ronca que lo traicion.
La boca de Erik se pos sobre su nuca. Arrastr los labios por su piel,
ofrecindole una caricia lenta y clida que envi una sensacin elctrica y
apremiante a su bajo vientre. Mnica entrecerr los ojos y respir con
dificultad.
Dios... poda acostumbrarse a aquello todas las maanas del resto de su
vida. Despertar con el cuerpo de Erik inmovilizndola tras aquel juego
seductor era tan sensual...
Esto... es abuso policial.
Percibi la sonrisa que se ladeaba sobre su piel.
Se me ocurre una persona que tiene muchas ganas de que le den una
oportunidad
***
Los das pasaron deprisa sin que se diera cuenta de ello. El otoo dio
paso al invierno, y con el invierno llg la navidad. Una poca que
siempre haba detestado se convirti de repente en una fiesta maravillosa
para romper de una vez por todas con su pasado. Haban acordado pasar el
da 24 con su madre, mientras que celebraran el ao nuevo en Sevilla
acompaados por la familia de Erik. Las cosas, por primera vez, pintaban
muy bien.
No poda estar ms satisfecha con su nuevo trabajo. Su jefe, un hombre
mayor pero con una mente muy avanzada para su edad, le permita dar
rienda suelta a su creatividad. Pareca satisfecho de contar con la ayuda de
aquella mujer joven que se mostraba ansiosa por aprender de su
experiencia. A Mnica no le importaba hacer horas extras, ni llevarse
parte del trabajo a casa. Se empleaba al mximo en cualquier proyecto que
l le confiaba porque de verdad disfrutaba al dedicarse a su verdadera
vocacin.
Respecto a Erik... bueno, l no dejaba de sorprenderla. A veces se
presentaba en su trabajo sin avisar para recogerla tras la jornada e
invitarla a uno de aquellos resrtaurantes escondidos en un bonito rincn
de la ciudad. Otras, la agasajaba con una escapada en moto hacia alguna
playa recndita donde dar rienda suelta a su pasin. O la sorprenda con
un ramo de sus flores
el colchn,acompaado por una tarjeta escrita a mano con una de
aquellas notas tan descaradas que conseguan ruborizarla. Era perfecto.
Sencillamente perfecto.
El tiempo la haba ayudado a conocerlo. Posean ciertas similitudes,
como las de llevarse el trabajo a casa y permitir que el otro los
sermoneara. Al igual que ella, Erik siempre mantena la cabeza ocupada
con temas relacionados con su trabajo. As que se distraan mutuamente,
Y de qu manera!
Se pelearon por colgar la estrella en el rbol de navidad, un precioso
abeto de dos metros con las puntas nevadas. Ambos haban optado por
aquel rbol enorme, quiz porque estaban contentos y no podan ni
queran disimular la felicidad que les produca pasar las primeras
navidades juntos.
Sobre m
Escribir siempre fue mi gran pasin. Soy una adicta al suspense, las
novelas romnticas y en definitiva, cualquier buen libro que me transporte
a una realidad cautivadora. Escribir me hace libre. Leer me apasiona.
Publicar mis historias ha sido la mejor decisin que he tomado en la vida.
Intriga, erotismo, romanticismo, pasin y humor, en mis novelas
encontrars buenas dosis de lo que a m me encanta. Porque escribo lo que
a m me gustara leer, as de sencillo.
He publicado la triloga ertica Atraccin Letal, mi primera
introduccin literaria en este mundo tan apasionante. De all saqu a Erik y
Mnica, dos personajes que me fascinaron pese a ser secundarios.
Despierta, una novela repleta de un suspense oscuro y romntico, es un
drama policaco repleto de accin y amor.
Cupido es un lobo feroz es mi novela ms gamberra, en la que un
demonio llamado Dante y una ingenua veterinaria te harn sonrer.
Los das que no nos amamos es una historia corta, dulce y con final
feliz para esos das en los que uno necesita irse a la cama con una sonrisa.
Y despus? No lo s. Te aseguro que vendrn historias adictivas y
sorprendentes. Hace un par de aos que desenfund la pluma, y ya no
pienso guardarla...