El Deseo Femenino Y La Muerte en El Amante de Marguerite Duras
El Deseo Femenino Y La Muerte en El Amante de Marguerite Duras
El Deseo Femenino Y La Muerte en El Amante de Marguerite Duras
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El Amante
Marguerite Duras escribi su obra maestra, El amante, tras atravesar
un doloroso periodo de soledad y alcohol, cuando tena 70 aos.
El amante proporcion a Duras reconocimiento mundial, as como el
mximo galardn literario francs, el Goncourt. Se vendieron tres millones de copias y el libro se tradujo a unas cuarenta lenguas. El realizador
Jean-Jacques Annaud dirigi una adaptacin cinematogrfica de la historia.
El libro comienza as:
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Un da, ya entrada en aos, en el vestbulo de un edificio pblico, un hombre se me acerc. Se dio a conocer y me dijo: La conozco desde siempre. Todo el mundo dice que de joven era usted hermosa, me he acercado para decirle que en mi opinin la considero
ms hermosa ahora que en su juventud, su rostro de muchacha me
gustaba mucho menos que el de ahora, devastado. (El amante, p.9)
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La cmara sigue a la nia hasta la Escuela Francesa para Chicas de
VinhLong y la pierde de vista.
La tercera escena retoma el interior de la casa. El dormitorio donde la
madre yace sin sueo en una cama grande. La nia llega y tambin se
acuesta. Hablan, acogidas a la intimidad de la noche. La nia dice que
tiene miedo de que Pierre mate a Paulo. Pregunta a la madre por qu le
quiere a l as, siempre, y no a ellos, sus otros hijos; ella lo niega; la nia
grita que es una mentirosa; la madre cede entonces, no s por qu. La
nia se tumba sobre la madre y la besa llorando, le cierra la boca con la
mano para que no hable de ese amor por el hijo. La madre dice por fin,
con esfuerzo, que ha escrito a Saign para pedir la repatriacin de Pierre
a Francia. La nia ve a la madre como muerta, acabada, y entonces la
abraza.
El amor de la nia arranca pues de esa oscuridad de la madre en su
turbia relacin con Pierre; incomprensible incluso para ella, ms all de
todo lmite o razn. Como contrapartida de esa binaria lgica aplastante,
Marguerite ha establecido una poderosa unin incestuosa con Paulo.
Una relacin por la que, si bien en cierto modo se protege protegiendo a
Paulo, tambin resulta avasallada. Pero ella lo ignora, y denomina a
Paulo en realidad, 4 aos mayor su hermano pequeo, un nio al que
la madre ha considerado siempre especial, mentalmente deficiente,
diferente de Pierre.
Y sin embargo, inevitablemente, el deseo de la nia es por la madre.
En su figuracin ms amable alimenta su pasin por la mujer de rojo. En
su versin siniestra, un terror incesante por la presencia de un rostro de
pesadilla, que le produce pnico; una mendiga loca que ha perdido a sus
hijos, una mujer espectral, que alla y re y come peces crudos sacados
del ro.
La historia del amante arranca precisamente de ese punto ciego de la
insatisfaccin materna, donde es posible atisbar su dolor, su soledad, un
vaco total que podra hacerle sentir que su vida entera es una ruina.
Un punto de desesperacin que le lleva a atravesar cada da, cada
noche, por un momento muerto. Slo mucho ms tarde, cuando Marie se
encuentre ya realmente al borde de la muerte, comprender Marguerite
la dimensin abismal de ese vaco, la locura de su madre.
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El transbordador sobre el ro.
La nia va en el transbordador del Mekong. Sale del autobs y mira
al chino elegante que est en el interior del gran coche negro. Ella lleva
un vestido viejo de seda de su madre, zapatos de lam negro, de fiesta, y
un sombrero de fieltro color palo de rosa con el ala plana. De hombre.
El que sale ahora del coche no es el mismo que el del libro, se parece
ms al amante real.
...es ms robusto que l, tiene menos miedo que l, ms audacia
Tiene ms belleza, ms salud. Es ms de cine que el del libro. Y
tambin se muestra menos tmido que l ante la nia. (ACN p. 29)
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bajito, una larga frase en chino. Sin abrir los ojos, ella pregunta qu ha
dicho. El har descender la mano, entonces, para acariciar su cuerpo.
El chino ha comenzado ya a desearla, y a sufrir tambin en el instante
mismo en que el coche de la mujer de rojo les adelanta. Para la nia de El
Amante esa debilidad, lo mismo que con Paulo o Thanh, era la condicin
misma de su deseo.
Un disfrute que insiste en la escena de separacin del internado, anotada por el silencio sbito del chino, y por el subrayado de que todo
podra indicar que se trataba de un amor cuando, sin embargo, no lo era.
Nada ms, todava, que un juego cruel.
Hay una imperceptible variacin de la escena en la segunda versin
del amante. En el momento en que el chino y la nia han desembarcado
y merodean entre los puestos del muelle, la nia se abstrae, observando
fascinada el segundo transbordador que acaba de atracar, en el que reconoce el Lancia negro descapotable de la mujer de rojo. Es apreciable
entonces el sufrimiento del chino, sus celos terribles, que complacen a la
nia. Pero ahora, se percibe tambin su propio sufrimiento. La nia dice
al chino su nombre; tambin que como todos saben en Sadec, tiene
muchos amantes. Uno de ellos, en especial, muy joven, se habra matado
por ella. La mujer est tambin un poco loca pero, de eso, la nia no sabe
nada.
En El Amante de la China del Norte la voz sin rostro nombra ahora la
historia de amor que est comenzando. Cegador, an por venir, que
podra alojarse y lo hace ahora bajo esos mismos gestos.
La relacin sexual
En El amante, la narracin de la entrega de la nia al chino es rpida,
brutal. Se sita un jueves en el que ella ha escapado al paseo obligatorio,
y ya est en su apartamento; un sitio descuidado, amueblado a la ligera,
mal iluminado.
El lugar tiene de pronto algo de srdido, pero ella no registra ningn
sentimiento definido, ni siquiera odio, o repugnancia. Puede ser que ya
se trate del deseo, apunta la voz quebrada del presente, pero la nia lo
ignora. Tiene miedo. Tambin el chino tiembla. Le dice que la ama con
locura, muy quedo. Ella no dice nada, no podra decir que no le ama.
Siente que l no debera conocerla nunca tal cual es, con toda su perversidad. Le habla con la distancia del usted:
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...preferira que no me amara. Incluso si me ama, quisiera que
actuara como acostumbra a hacerlo con las mujeres. La mira como
horrorizado, le pregunta quiere? Dice que s. El ha empezado a
sufrir ah...Le dice que ya sabe que nunca le amar. (A, p. 50)
Le ha arrancado el vestido, lo tira, le ha arrancado el slip de
algodn blanco y la lleva hasta la cama as desnuda. Y entonces se
vuelve del otro lado de la cama y llora. Y lenta, pacientemente, ella
lo atrae hacia s y empieza a desnudarlo. ...Ella no lo mira a la
cara...Lo toca...El gime, llora. Est inmerso en un amor abominable.
Y llorando l lo hace. Primero hay dolor. Y despus ese dolor se
asimila a su vez, se transforma, lentamente arrancado, transportado hacia el goce, abrazado a ella.
El mar, informe, simplemente incomparable. (A, p.52)
El origen
En El amante de la China del Norte es ms clara la asociacin de la relacin sexual con el origen, una inexorable exigencia de la madre ante la
que la nia cede. Anterior a la posesin del amante, se inserta una escena
en el pensionado en la que Hlne Lagonelle habla de una de sus cuidadoras, una joven mestiza que ejerce de prostituta por las noches. Fruto
ella misma de un amor ilcito, se encuentra en el lugar ms oscuro con
hombres distintos, a los que no conoce. La nia cuenta a Hlne que una
noche, cuando tenan 7 u 8 aos, Paulo tuvo miedo y fue a su cama.
Despus, volvi todas las noches. Una vez su hermano Pierre le vio y le
peg. Ah empez el miedo a que le mate. La madre llev a la nia a dormir con ella, pero ellos siguieron encontrndose. Una vez, cuando Paulo
haba cumplido trece aos, goz, y fue tan feliz que llor. Es la nia
quien llora ahora.
La imprecisin en el dato biogrfico de Marguerite enlaza sin duda
con el error, mantenido siempre, de situar la muerte de su padre cuando
ella tena slo 4 aos cuando segn los datos de su bigrafa, Laure
Adler, tena con seguridad 7. Si Paulo tena 7 u 8 aos cuando empez a
acudir a su cama, Marguerite deba haber contado slo 4 5; la edad en
la que, segn deca, muri su padre. Esta es la poca, sin embargo, de la
iniciacin sexual con un pupilo de su madre, en Hanoi, y del viaje a
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China realizado con sus padres. Ms probablemente la relacin ntima
entre los hermanos comenzara con la enfermedad y el viaje a Francia de
su padre, cuando Paulo tena 10 u 11 aos y Marguerite 6 7. Es la desaparicin del padre, y con l de la ley que poda imponer diques a la relacin pulsional entre los miembros familiares, la posible razn de que la
crueldad de Pierre con Paulo se desatara, al tiempo que la relacin incestuosa de Paulo con su hermana.
El error posiblemente expresa la inevitable confusin de Marguerite
entre su iniciacin sexual con 4 5 aos y la subsiguiente relacin con su
hermano cuando tena 6 7. En ambos casos los nios eran pre-adolescentes. Existe, adems, la confusin entre su propia edad y la de Paulo.
Puede pesar tambin la necesidad de retrotraer el incesto a una poca
infantil en la que el abuso por parte de Paulo supusiera una violencia
menor. Es en cualquier caso la culpa correspondiente a la primera infidelidad edpica la nica que aparece, transformada, en el caso de Paulo, en
el profundo terror al hermano mayor, y en un vaco total de sentimiento
por lo que respecta a la muerte del padre.
Hlne contina diciendo que Alice pero ste era el nombre de la
primera esposa de su padre, Henri se hace pagar muy caro, diez piastras cada vez, aunque no tanto como las prostitutas blancas de la Rue
Catinat. Esto hace llorar an ms a la nia.
La Rue Catinat es tambin la de los comercios caros donde su madre,
en un gesto de derroche inexplicable, le compr el sombrero de hombre
que lleva desde entonces. Desde entonces tambin qued sellado su destino de entregarse al goce de un hombre por dinero. La crueldad del
designio de la madre deriva de su utilizacin de la nia para deshacerse
de una humillacin que le resulta intolerable. Su deseo consigue escribirse, sin embargo como acaso sucediera con Henri cuando puede ser
percibido, junto al odio, en otra mujer en Marguerite como en Alice.
Estructura perversa, expuesta aqu por Marguerite con brutal precisin, que constituye el origen de la tensin narrativa de su escritura.
Arquitectura en laberinto explorada sistemticamente, hasta el lmite,
que desemboca finalmente, en El amante de la China del Norte, en un amor
que deslumbra tras el dolor de la prdida de Paulo, de Marie, del amante, encarnado, transmutado el odio, como el carbono en diamante, en un
amor sublime.
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El vals desesperado
En El Amante de la China del Norte se demora la entrega de la nia, y se
explicita ms claramente su deseo. El amante lleva a la nia a una bote
occidental, La Cascade. La nia pide ir a su apartamento, eso es lo que
desea. Aade que le desea. El le pide que no lo diga nunca ms.
A continuacin los dos estn ante una puerta que l abre. Est oscuro.
Dentro es todo trivial, modesto. El deseo de la nia ha desaparecido. El
se sienta en el nico silln. Ella est de pie. De pronto, ante el titubeo del
chino, el deseo vuelve.
El amante podra ser de pronto el hermano asustado. Pero podra ser
tambin la vctima, acechada por la nia, cazadora como sus hermanos.
En cualquier caso, exigir ser tratada sin amor, al que no puede corresponder.
...Ella dice que desea a los hombres cuando stos quieren a una
mujer y no son queridos por esta mujer. Dice que su primer deseo
fue un hombre as, infeliz, debilitado por una desesperacin amorosa. (ACN., p. 61)
Creo que slo de su hijo mayor mi madre deca: mi hijo. A veces
lo llamaba de este modo. De los otros dos, deca: los pequeos (A,
p.78)
El mal de la muerte
Es el final de los amantes; el retorno a Francia de la nia entra en la
habitacin, y de lleno en el libro. Se tratara desde luego del deseo de la
madre de volver a Francia, pero es tambin el deseo de huida de la nia,
y el amante lo sabe. Es entonces cuando querra matarla.
Por su parte el amante est comprometido por un antiguo acuerdo
entre familias, a desposar la joven designada; la boda debe celebrarse
pronto. El chino deseara llevar a la nia a Long Hai y ella tiene miedo.
El sufre. En Long Hai hay tigres, y mujeres que dan miedo. El chino
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conoce a una en especial que mendiga entre VinhLong y Sadec, grita y
re a la vez, canta nanas y da miedo.
Ella se gira, se acurruca junto a l. La abraza. Le dice que ella es
su nia, su hermana, su amor. No se sonren. El ha apagado la luz.
-Cmo me habras matado en Long-Hai? Dmelo una vez ms.
-Como un chino. Con la crueldad aadida de la muerte (ACN,
p. 95)
En El amante no es tan ntida la presencia de la muerte, pero est tambin ah, ntimamente ligada al deseo insaciable de la madre.
Un odio a la afrenta de lo femenino que, proyectado como destino
fatal sobre la nia, ser localizado finalmente en el deseo del amante.
Algo ante lo que ella huye, tanto como deseara quedarse.
Ceja, entonces, el poder de atraccin de la desdicha materna sobre la
nia; cuando puede reconocer en el centro de su ser su propia queja.
La humillacin
En El amante, el chino sufre la cruel humillacin de la familia. La
humillacin de la nia, en cambio, ha ser restituida, por inversin, en
proporcin equivalente a la que aparece.
En El amante de la China del Norte la humillacin encuentra su verdadero origen en la falta de valor que su propia madre concede a la nia.
De igual modo, es el opulento y anciano padre de su amante quien
humilla a la madre. Desaparece entonces la crueldad de Pierre con el
chino de El amante, y aparece, en cambio, la de la nia, dulcificada por
un amor que ha crecido con el tiempo, como un musgo entre las ruinas.
El amante afrenta a la nia diciendo que saba que lo nico que deseaba en el barco era su anillo, que arroja ahora sobre la cama con violencia. La nia grita, llora, pero no coge el anillo una alianza con un diamante falso que Marguerite llevar siempre, hasta su muerte.
-Tengo algo que decirte... Voy a darte dinero para tu madre. De
parte de mi padre. Ella ha sido avisada (...)
-Es imposible, mi madre no sabe siquiera que usted existe.
El usted ha vuelto, muy brutal. El no contesta. (...)
-S. Fui a Sadec, a ver a tu madre a peticin de mi padre. Para
hablarle. Informarme sobre la pobreza de vuestra familia (...)
-Es verdad que ya no tienen nada. La nica cosa que an les
quedaba por vender eras t. Y no quieren comprarte. Tu hermano
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mayor haba escrito a mi padre. Tu madre intentaba encontrarse
conmigo. Mi padre me pidi que la viera. La vi. (ACN, p. 127)
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Mirar es tener un impulso de curiosidad hacia, sobre, es perder (A,
p.71)
La herida
Es diferente el final de la escena de la cena familiar en El amante de la
China del Norte.
El chino y la joven bailan juntos.
El hermano mayor los mira. Se re sarcstico, se burla.
Vuelve la maldicin. Est all, en su risa obscena, forzada.
(ACN, p. 137)
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Ella mira.
El est perdido en el dolor. El de saber que no tiene suficiente
fuerza para robarla...que nunca matar a su padre, que nunca le
robar, que nunca llevar a la nia en barcos, trenes, para esconderse con ella, lejos, muy lejos. (ACN, p.145-146)
Long Hai
Despus, una escena de la nia sola en el apartamento. Hay un sobre
grande encima de la mesa. Se sienta en el silln, y permanece all, encerrada con el dinero. Con la bata negra del amante fnebre, aterradora
llora, ante lo que ha conseguido sacar.
Para la nia comienza el repliegue, el deseo de estar sola, abandonarse al dolor, quiz morir. Un deseo que permanecer con ella siempre,
toda su vida. Ha tenido un retraso y ha pensado en el nio que nunca
tendrn. Ni siquiera as, por ese nio, el padre habra aceptado la boda
de su hijo con la pequea prostituta blanca.
Entre los amantes el dolor y el miedo se produce ya todas las noches
bajo la forma, con el nombre de Long Hai. Concienzudamente, ella lo
busca. Dice a su amante que puede ofrecerle a su amiga Hlne. Quiere
localizar ah ese dolor, en la imagen de su amante y Hlne fundidos,
olvidados de la nia... Luego ella dir su nombre bajito, pero l no lo ha
odo.
La agona de los das que transcurren despus se describe en el ltimo libro; no en el primero, donde el final de la historia, el viaje a Francia,
es un corte despiadado y brutal, y la conciencia del dolor, para la nia,
slo aparece en el barco que la aleja del chino, con la muerte de un hombre joven, como Paulo, que se arroja al mar.
En el ltimo libro, en cambio, la presencia de la muerte se sucede,
escena tras escena.
Hay una inscripcin previa de ese dolor de la separacin en la partida
del hermano mayor, con el desconsuelo de la madre. Todos lloran, incluso Thanh.
La fecha de la boda del chino est fijada para la semana siguiente a su
partida. El acaba de conocer a su novia. Es guapa y robusta, de piel blanca. Debe conocer la historia del chino y de la nia por las sirvientas jvenes de Sadec, y sufrir tambin.
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La promesa
Ella dice que le habra gustado que se casaran, que fueran amantes
casados, para hacerse sufrir hasta la muerte. Sin embargo, por el sufrimiento que el amor del chino por la nia proporcionar a su esposa, ellos
estarn an ms casados. Y despus vendrn los nios, que ella nunca
conocer. El dice que en toda su vida ser ella a la que habr querido.
Ella grita que l ser feliz, porque ella as lo quiere; que amar a esa
mujer china; se lo jura.
Ella le dice que nunca olvidar su olor. El que nunca olvidar su cuerpo delgado, todava sagrado. Ella dice an que deber contarle todo a su
mujer, con los nombres de las calles, para que la historia permanezca.
Ella entender, gracias a su dolor. En ausencia de dolor, todo quedara
olvidado.
En otra tarde, quiz anterior, el chino habra anunciado la ltima visita antes de la boda. Habra dicho que no sufre ya. Ella no llora. El no
puede poseerla, y le pide que lo haga, para que l lo mire. El ya est
guardndolo todo, todos esos recuerdos. Ella lo hace, y en el instante
preciso del goce dice para l su nombre en chino. Una nica vez.
Suficiente, para hacer perpetuar la huella, junto al olor, de un nombre
irrepetible; un grito, en una lengua para siempre incomprensible.
Referencias:
ADLER, Laure (1998): Marguerite Duras Gallimard: Pars. Trad. 2000
Gollancz: Londres.
DURS, Marguerite (1984): L'amant Les Editions de Minuit, Trad. Ana MOIX
1994: El Amante Tusquets: Barcelona.
DURS, Marguerite (1991): L'amant de la Chine du Nort, Gallimard. Trad.
Beatriz DE MOURA, 1991: El amante de la China del Norte, Tusquets: Barcelona.
ILUSTRACIONES 17
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