Los apóstoles fueron elegidos por Jesús para predicar el Reino de Dios y fundar la Iglesia. Pedro fue puesto a la cabeza. Los apóstoles establecieron sucesores, los obispos, para continuar su misión de apacentar y enseñar a la Iglesia. Los obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia por institución divina.
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Los apóstoles fueron elegidos por Jesús para predicar el Reino de Dios y fundar la Iglesia. Pedro fue puesto a la cabeza. Los apóstoles establecieron sucesores, los obispos, para continuar su misión de apacentar y enseñar a la Iglesia. Los obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia por institución divina.
Los apóstoles fueron elegidos por Jesús para predicar el Reino de Dios y fundar la Iglesia. Pedro fue puesto a la cabeza. Los apóstoles establecieron sucesores, los obispos, para continuar su misión de apacentar y enseñar a la Iglesia. Los obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia por institución divina.
Los apóstoles fueron elegidos por Jesús para predicar el Reino de Dios y fundar la Iglesia. Pedro fue puesto a la cabeza. Los apóstoles establecieron sucesores, los obispos, para continuar su misión de apacentar y enseñar a la Iglesia. Los obispos han sucedido a los apóstoles como pastores de la Iglesia por institución divina.
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La institucin de los Apstoles
19. El Seor Jess, despus de haber hecho oracin al Padre, llamando
a s a los que El quiso, eligi a los doce para que viviesen con El y enviarlos a predicar el Reino de Dios (cf. Mc., 3,13-19; Mt., 10,1-42): a estos, Apstoles (cf. Lc., 6,13) los fund a modo de colegio, es decir, de grupo estable, y puso al frente de ellos, sacndolo de en medio de los mismos, a Pedro (cf. Jn., 21,15-17). A stos envi Cristo, primero a los hijos de Israel, luego a todas las gentes (cf. Rom., 1,16), para que con la potestad que les entregaba, hiciesen discpulos suyos a todos los pueblos, los santificasen y gobernasen (cf. Mt., 28,16-20; Mc., 16,15; Lc., 24,45-48; Jn., 20,21-23) y as dilatasen la Iglesia y la apacentasen, sirvindola, bajo la direccin del Seor, todos los das hasta la consumacin de los siglos (cf. Mt., 28,20). En esta misin fueron confirmados plenamente el da de Pentecosts (cf. Act., 2,1-26), segn la promesa del Seor: "Recibiris la virtud del Espritu Santo, que vendr sobre vosotros, y seris mis testigos as en Jerusaln como en toda la Judea y Samara y hasta el ltimo confn de la tierra" (Act., 1,8). Los Apstoles, pues, predicando en todas partes el Evangelio (cf. Mc., 16,20), que los oyentes reciban por influjo del Espritu Santo, renen la Iglesia universal que el Seor fund sobre los Apstoles y edific sobre el bienaventurado Pedro su cabeza, siendo la piedra angular del edificio Cristo Jess (cf. Ap., 21,14; Mt., 16,18; Ef., 2,20). Los Obispos, sucesores de los Apstoles 20. Esta divina misin confiada por Cristo a los Apstoles ha de durar hasta el fin de los siglos (cf. Mt., 28,20), puesto que el Evangelio que ellos deben transmitir en todo tiempo es el principio de la vida para la Iglesia. Por lo cual los Apstoles en esta sociedad jerrquicamente organizada tuvieron cuidado de establecer sucesores. En efecto, no slo tuvieron diversos colaboradores en el ministerio, sino que a fin de que la misin a ellos confiada se continuase despus de su
muerte, los Apstoles, a modo de testamento, confiaron a sus
cooperadores inmediatos el encargo de acabar y consolidar la obra por ellos comenzada, encomendndoles que atendieran a toda la grey en medio de la cual el Espritu Santo, los haba puesto para apacentar la Iglesia de Dios (cf. Act., 20,28). Establecieron, pues, tales colaboradores y les dieron la orden de que, a su vez, otros hombres probados, al morir ellos, se hiciesen cargo del ministerio. Entre los varios ministerios que ya desde los primeros tiempos se ejercitan en la Iglesia, segn testimonio de la tradicin, ocupa el primer lugar el oficio de aquellos que, constituidos en el episcopado, por una sucesin que surge desde el principio, conservan la sucesin de la semilla apostlica primera. As, segn atestigua San Ireneo, por medio de aquellos que fueron establecidos por los Apstoles como Obispos y como sucesores suyos hasta nosotros, se pregona y se conserva la tradicin apostlica en el mundo entero. As, pues, los Obispos, junto con los presbteros y diconos, recibieron el ministerio de la comunidad para presidir sobre la grey en nombre de Dios como pastores, como maestros de doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros dotados de autoridad. Y as como permanece el oficio concedido por Dios singularmente a Pedro como a primero entre los Apstoles, y se transmite a sus sucesores, as tambin permanece el oficio de los Apstoles de apacentar la Iglesia que permanentemente ejercita el orden sacro de los Obispos han sucedido este Sagrado Snodo que los Obispos han sucedido por institucin divina en el lugar de los Apstoles como pastores de la Iglesia, y quien a ellos escucha, a Cristo escucha, a quien los desprecia a Cristo desprecia y al que le envi (cf. Lc., 10,16)