El Viejo Arte de La Curación Ocultista - 1974 - Ed 1983

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 46

EL VIEJO ARTE

DE LA CURACIN
OCULTISTA

Eric Maple

EL VIEJO ARTE
DE LA CURACIN
OCULTISTA

Ediciones Lidium
BUENOS AIRES

NDICE

Introduccin.

Captulo 1. Terapeutas de los albores.


.
.
Tiradores fantasmas. Condicin primordial.

Captulo 2. Culto a los dioses de la curacin.


Captromancia. Medicina druida.

11

Captulo 3. pocas de la fe.


.
.
.
Supresin del paganismo. Pozos curativos.

14

Captulo 4. Magia blanca y magia negra en medicina.


Monopolio del arte de curar.

18

Captulo 5. Los mdicos.


.
.
.
.
Espritus naturales. Elixir de la vida.

20

Captulo 6. Poder curativo de las piedras preciosas .


.
.
.
Tres grupos principales. Cualidades hipnticas. El mal de ojo.

23

Captulo 7. Metaloterapia, talismanes y amuletos. .


.
.
Proteccin de los talismanes. Hostilidad de la Iglesia.

27

Captulo 8. Magia campesina.


.
.
.
.
Curanderos psquicos. Curanderos de pueblo.

30

Captulo 9. Manos curativas.


.
.
.
.
.
.
Don de Dios? Magnetismo animal. Terapia de hipnosis.

35

Captulo 10. El umbral de la medicina.


.
.
Aguas minerales. Umbral de la medicina.

40

Captulo 11. Curaciones espiritistas.


Mdico crate a ti mismo!

43

INTRODUCCIN
Vivimos en una era de ansiedad, acosada por guerras y rumores de guerra y
bombardeada por malas noticias desde la madrugada al anochecer. Los peridicos, la
televisin y los boletines radiales nos recuerdan constantemente que si bien el fin de la
civilizacin no est exactamente al alcance de la mano, tampoco se halla demasiado
lejos. Nuestra sociedad est enferma, constreida por presiones intolerables y
envenenada por temores.
No es de extraar entonces que haya tantos hombres y mujeres inteligentes que se
alejan de las falsas promesas de la ciencia para aproximarse a los misterios ocultos y las
curas milagrosas de las perdidas eras de la fe. La fe es la clave de la salud fsica y
mental, el nico antdoto completo contra la influencia txica de la desesperanza que
cunde tanto en el individuo como en la sociedad en que ste vive.
Por medio de este relato acerca del notable desarrollo del antiguo arte de la curacin
ocultista es de esperar que se profundice la comprensin de los procesos secretos que
determinan la salud, riqueza y felicidad de la humanidad.

CAPTULO 1
TERAPEUTAS DE LOS ALBORES
Por curioso que pueda parecer a los ojos modernos, no ha habido perodo en la
historia de la humanidad en que sta no haya contado con alguna clase de filosofa de la
medicina. Nuestros ms primitivos antepasados basaron sus teoras mdicas casi
ntegramente en la magia y daban por sentado, por ejemplo, que un mdico brujo poda
trasferir una enfermedad de una persona enferma a un objeto inanimado, como un rbol.
Otro principio de la medicina antigua podra llamarse la ley de semejanza. De acuerdo
con esta ley se crea posible determinar por ciertas caractersticas exteriores de una
planta en particular, o de una hierba o flor, el tipo de dolencia que podra esperarse que
aliviara o curara.
De acuerdo con este principio, la gente preparaba medicinas con flores de ptalos
amarillos para el tratamiento de la ictericia; para manchas en la piel, ungentos blancos
que eran preparados a partir de plantas con hojas moteadas. Todos estos mtodos se
basaban en la nocin de que el ambiente humano tena un objeto y significado, y que los
secretos de la buena salud estaban al alcance de la comprensin humana.
Dentro de esta teora primitiva, la idea de la muerte y la enfermedad que podan ser
causadas por magia negra, dirigida por un enemigo contra uno o ms individuos,
ocupaba un lugar preponderante. Es un hecho curioso que existan an hoy en el mundo
comunidades para las cuales la expresin muerte natural no tiene sentido; la muerte es
considerada como la intervencin sobrenatural en un proceso de vida que continuara
normalmente para siempre.

Tiradores fantasmas
En el Pacfico Sur existe la creencia de que la enfermedad y la muerte son
provocadas por hechiceros malignos llamados tiradores fantasmas, que disparan desde
lejos fragmentos de huesos a sus enemigos. Los aborgenes australianos, inspirados en
una teora casi idntica, tratan de destruir a sus enemigos apuntando un hueso en su
direccin. Es interesante destacar al respecto que los labriegos ingleses del siglo XIX
describan las cabezas de flecha de slex halladas en los campos como Elf Bolts
creyendo que eran proyectiles mortferos dirigidos contra la humanidad por demonios
de mucho tiempo atrs, capaces de provocar enfermedades.
No debe descartarse el argumento esgrimido por los hechiceros de magia negra que
indican que la brujera puede ser empleada como efectiva arma de enfermedad y muerte,
ya que existe evidencia de que entre las comunidades donde esta creencia est
firmemente arraigada, las maldiciones pueden ser trgicamente efectivas. Sustityase la
palabra miedo por magia y el problema que enfrentaban los curanderos primitivos
comienza a tener sentido inmediato. El individuo que se cree maldito se encuentra tan
desmoralizado por el terror que pierde frecuentemente la voluntad de vivir y entonces la

Literalmente proyectil de los gnomos. Los elfos o gnomos forman parte de la mitologa y el folklore
escandinavo. (N. de la T.)

vida, por medio de esta actitud negativa, abre las puertas de la mente al espritu de la
muerte.
La hechicera es en realidad una forma de envenenamiento mental, una negra
neurosis que contamina toda la personalidad y destruye finalmente el organismo de la
persona hechizada.
A travs de toda la historia de la medicina, tanto los mdicos brujos, los sacerdotes
con facultades curativas y los mdicos, se han visto forzados a reconciliarse con el
hecho, que ahora sabemos que es verdadero, de las numerosas enfermedades que son el
resultado de temores profundamente arraigados. De ellos ha sido, por lo tanto, el papel
histrico de proteger mentes y cuerpos de aquellos bajo su cuidado contra los peligros
de lo que hoy en da llamaramos ataque psquico.

Condicin primordial
La condicin esencial para que las curaciones psquicas surtan efecto es que los
remedios sugeridos por la persona que va a efectuar la curacin sean aceptados por el
enfermo, ya sea que crea en la magia o sea un devoto cristiano. El shaman o mdico
brujo de Siberia empleaba la tcnica de persuadir a su paciente de que un espritu
maligno le haba robado el alma y esto era causa de la prdida de la salud corporal.
Luego el shaman entraba en estado de trance y viajaba por dominios astrales desde los
que volva con el alma errante y la devolva a su dueo, quien generalmente recuperaba
poco despus su salud mental y fsica.
En Ghana, donde el mdico ocupa frecuentemente una posicin intermedia entre el
mdico brujo y el sacerdote, se frota aceite sagrado sobre la piel del paciente
acompandolo con cantos de himnos. Una vez que el enfermo se convence de que los
demonios de la enfermedad lo han abandonado despus de haber sido frotado, a menudo
se recupera tanto en espritu como en salud. Y en aquellos lugares mediterrneos en que
el cristianismo es una firme creencia, el curandero del pueblo har el signo de la Cruz
en la frente del paciente con saliva mientras murmura un encantamiento o una plegaria,
lo que tiene el mismo efecto.

CAPTULO 2
CULTO A LOS DIOSES DE LA
CURACIN
La primera etapa importante en el desarrollo de la curacin ocultista fue el remplazo
del mdico brujo por un sacerdote hechicero que deca estar en comunicacin directa
con los dioses de la curacin.
El ms famoso de estos dioses fue Esculapio, hijo de Apolo, cuyo templo de
Epidauro, en Grecia, luca numerosos tablillas testimoniando las curas logradas por lo
que hoy en da se llamara terapia del sueo. Una de ellas describa cmo Pndaro, un
tesaliense, que tena manchas en la piel, cay en un sueo profundo bajo la direccin de
un sacerdote y en el sueo vio al dios vendndole suavemente la cabeza. Al despertar
descubri, asombrado, que las manchas en su piel haban desaparecido, y
milagrosamente aparecan en el vendaje, donde podan verse claramente. Cabe
preguntarse si esto puede describirse como un trance hipntico, pero la tcnica tiene
bastante en comn con la empleada por los shamanes siberianos que eran adeptos
abiertamente declarados de la magia.
Los antiguos egipcios adoraban a numerosos dioses de la curacin, especialmente a
Serapis, dios greco-egipcio que auxiliaba a los enfermos por medio de sueos y
visiones; e Imhotep, mdico que haba sido deificado despus de muerto y quien
contaba con su propio altar especial. No obstante, la deidad ms importante era Tot, que
haba curado al dios Horus del veneno de una picadura de serpiente y a quien luego se
asoci con la recuperacin de las enfermedades oculares.
La medicina egipcia tuvo un desarrollo excepcional ya que los sacerdotes que
efectuaban curaciones posean un considerable conocimiento de la anatoma, incluso
comprendan la funcin del pulso y de los pulmones y aparentemente anestesiaban a sus
pacientes ponindolos en trance hipntico, por lo que fueron posibles operaciones
quirrgicas.
En pocas previas de la era cientfica, los diagnsticos de las enfermedades eran
realizados casi invariablemente con tcnicas basadas en adivinacin y magia. En una de
stas colocaban un cristal o una piedra preciosa en un vaso de adivinacin lleno de agua.
Si al retirar la piedra del vaso sta se hallaba opaca y sin brillo, las perspectivas de la
salud del paciente eran consideradas graves. Sin embargo, si la piedra brillaba haba
buenas posibilidades de recuperacin. Los sacerdotes de Esculapio preferan
generalmente grandes cristales blancos para hacer este experimento.

Captromancia
Otro sistema conocido como Captromancia requera la participacin activa del
paciente al que se indicaba suspender un pequeo espejo atado a un hilo y sumergirlo en
la fuente frente al templo de Ceres, la diosa de la Tierra. Luego se retiraba el espejo y se
examinaba el reflejo. Si la cara en el espejo estaba deformada y era horrible, se crea

entonces que la muerte era inevitable. Si, por el contrario, era feliz, serena y saludable,
indicaba que con un tratamiento apropiado existan buenos indicios de recuperacin. Un
arroyo de agua clara junto al templo de Demter se empleaba constantemente con el
objeto de estudiar el progreso de enfermedades de toda clase.
Entre otros curiosos mtodos de diagnstico cuyos secretos se han perdido, estaba el
de la piedra que emita un sonido descrito como similar a un silbido agudo, cuyo
sentido poda interpretar solamente el sacerdote.
Los antiguos sacerdotes consideraban el cuerpo humano con profunda reverencia,
pues crean que era el caparazn o cubierta exterior del espritu o alma que habitaba
dentro. Es comprensible entonces que la medicina primitiva se ocupara profusamente
si bien no totalmente de curar el alma para producir una mejora correspondiente en la
salud orgnica. A este respecto los cultos de la curacin de la antigedad representan
claramente a los pioneros de la medicina psicosomtica.
Un aspecto poco conocido de las curaciones del alma se basaba en los efectos del
sonido incluyendo la msica, ya que es sabido que sta tiene una influencia inmediata
sobre la mente. Por ejemplo, los persas crean que la msica del lad aceleraba la
recuperacin al tranquilizar los pensamientos. En el relato bblico del rey Sal se hace
referencia al empleo de la msica en el tratamiento de los desrdenes psicolgicos.
Despus que Sal cay presa de una enfermedad nerviosa, sus consejeros le
recomendaron el siguiente remedio: Dejad que nuestro seor comande ahora tus
sirvientes [] que busquen un hombre habilidoso con el arpa [] y sucedi que
cuando el espritu maligno de Dios cay sobre Sal, David tom un arpa y la toc con la
mano: as se alivi y recuper Sal.
Se recitaban hechizos y plegarias dirigidas solemnemente a los dioses de la curacin.
Encontramos en el Athara-Veda que los espritus de las plantas eran invocados y se
imploraba su auxilio para la cura de los enfermos. Se ha conservado para la posteridad
una plegaria oriental destinada a un paciente febril: Oh fiebre fra y caliente y que
vienes en el verano, te lo ruego, destryela, oh planta.
Los perfumes han jugado un papel preponderante en el arte de curar desde los
tiempos primitivos y las habitaciones de los enfermos de la antigedad se colmaban de
aromas e inciensos, ya que stos tenan el doble objeto de servir de fumigantes y
estimulantes. Se utilizaba ruda como proteccin contra la peste y la mirra era el
ingrediente preferido para ungentos medicinales especiales.
No est ampliamente difundido el alcance logrado por los sacerdotes-hechiceros de
la antigedad en la ciencia de la anestesia, por medio del uso de drogas analgsicas tales
como la amapola, la mandrgora, y la belladona. Tambin eran muy duchos en la
induccin de lo que hoy en da sera descrito como amnesia psicolgica para aliviar los
dolores de parto.
A travs de toda la antigedad los mdicos parecan adherir a la tradicin sobre
fuerzas sobrenaturales como la causa principal de las enfermedades. Inclusive
Hipcrates, que fue quien puso las bases de lo que despus se convertira en la ciencia
de la medicina, consideraba la curacin como un arte mstico, como puede observarse
en el juramento hipocrtico: Juro por Apolo, el Mdico, por Esculapio, por Higea y
Panacea y a todos los dioses y diosas, que observar fielmente este juramento y
obligacin con lo mejor de mis fuerzas y juicio.
Los romanos hicieron pocos adelantos en medicina aparte de la ciruga, que
lamentablemente era apenas el resultado subyacente a sus numerosas guerras. En Roma
los charlatanes y seudoocultistas prescriban drogas adulteradas que mataban a tantos
como curaban. Dudosos ungentos reciban nombres de marca egipcios para facilitar las

ventas y se importaban especialmente amuletos medicinales de Caldea que era entonces


donde se hallaban los ms poderosos magos del mundo antiguo.

Medicina druida
Todava rodea a los druidas un buen grado de misterio, pero los estudiosos parecen
coincidir en que este poderoso culto atrajo una atencin importante en toda Europa
alrededor del segundo siglo a.C. y que probablemente sobreviviera en Escocia e Irlanda
durante un perodo considerable despus de su supuesta represin por parte de los
romanos. La medicina de los druidas se basaba, en apariencia, principalmente en la cura
por medio de la fe, pero como sugiere Lewis Spence en su Magic Arts in Celtic Britain
los sacerdotes celtas tambin dominaban las artes mgicas. Las tcnicas que empleaban
perduraron por siglos como parte de la medicina popular de Gran Bretaa y fueron
incorporadas posteriormente a las prcticas de los hechiceros medievales.
Uno de los mtodos druidas para sustraer los malos espritus de los cuerpos de los
enfermos consista en colocar carbones al rojo en el agua mientras se invocaba al mismo
tiempo a los buenos espritus de los cuatro costados de la tierra para que efectuaran la
cura. Para descubrir si sus pacientes viviran o moriran se los colocaba sobre la tierra
entre dos hoyos recin cavados, uno representaba la vida y el otro la muerte. Si el
enfermo en su delirio se inclinaba hacia la izquierda se abandonaba toda esperanza pero
si lo haca hacia la derecha significaba que vivira.
La fuente ms importante del poder de curar con que contaban los druidas y sus
sucesores inmediatos parece haber sido las aguas sagradas de los pozos, arroyos y
fuentes que en ese entonces se crea que eran las moradas de los dioses y los espritus.
La piedra erigida habitualmente para sealar el lugar del altar de agua representaba el
rgano sexual masculino y el arroyo o pozo, el femenino. Tanto hombres como mujeres
se baaban en las aguas sagradas con la esperanza de encontrar un restablecimiento a
sus dolencias y a menudo emergan repuestos en cuerpo y alma. A continuacin de la
violenta destruccin del druidismo como religin organizada, la antigua creencia de la
cura psquica se desintegr gradualmente hasta verse reducida a un folklore
fragmentado que se trasmita de una a otra hechicera de pueblo. Sin embargo, nada que
sea realmente valioso se pierde jams del todo. La historia de las curas psquicas
constituye una saga de redescubrimientos a medida que cada sucesiva generacin se ve
forzada a admitir que los secretos de la salud residen dentro de la mente humana.

CAPTULO 3
POCAS DE LA FE
A veces resulta difcil conciliar las enseanzas de la cristiandad moderna con los
principios msticos sostenidos por sus fundadores. En tiempos remotos los cristianos
gritaban como David: Crame, Seor y eran curados. En ese entonces la curacin de
los enfermos por medio de la plegaria formaba parte integral de las prcticas cristianas y
acudir al hombre antes que a Dios en procura de curacin, era considerado ajeno a la fe.
Encontramos en el Nuevo Testamento que Cristo comparte sus poderes divinos para
curar con los Apstoles, dndoles poder contra los espritus polutos para arrojarlos
fuera y curar toda de enfermedad y toda forma de dolencia. Surge as perfectamente
claro que los primeros cristianos, de igual manera que los adoradores de credos
anteriores, crean que los causantes de las enfermedades eran los espritus malignos.
En determinadas circunstancias, como lo han descubierto numerosos msticos
cristianos, la enfermedad fsica puede tener una influencia santificante sobre el espritu
humano; as, santa Juliana de Norwich oraba para contraer una severa enfermedad con
el fin de poder apreciar mejor la agona de Cristo y descubra as que, siempre que no
existiera autoconmiseracin, la enfermedad poda ser de infinito valor para despertar en
el sufriente el verdadero significado del ser interior o del alma. En sus Revelations of
Divine Love Juliana escribi: Es la voluntad de Dios que tomemos nuestra morada y
nuestras enfermedades tan ligeramente como podamos hacerlo y cuanto menor sea el
precio que le demos por amor, menor ser el dolor que sintamos por ellos Porque es
la voluntad de Dios que nos consolemos con toda nuestra fuerza, porque la
bienaventuranza es permanente, sin final, y el dolor es pasajero.
A pesar de la preeminencia de la plegaria como agente curativo en la iglesia
primitiva, el empleo de aceites sagrados para restregar los cuerpos de los enfermos era
muy privilegiado ya que a los ojos de los Primeros Cristianos los remedios
suministrados por la naturaleza se contaban entre los dones de Dios. Como dice
Santiago: Hay algn enfermo entre vosotros? Que llame a los ancianos de la iglesia y
dejadlos que oren sobre l, untndolo con aceite en nombre del Seor. Algunos
mrtires cristianos pudieron soportar las ms terribles agonas empleando solamente el
poder de la mente. Cuando culminaba la persecucin de Diocleciano y los mdicos
Cosme y Damin fueron torturados y sentenciados a muerte por rehusarse a abjurar de
su fe, la orden fue: Atenlos de pies y manos y tortrenlos hasta sacrificarlos, a lo cual
respondieron desafiantemente: Os rogamos que nos atormentes ms ya que no
sufrimos. A pesar de haber sido lapidados y quemados rehusaron retractarse de su
credo y fueron decapitados.
Durante siglos los cristianos de Macedonia invocaban los nombres de estos mrtires
frente al dolor, recitando la plegaria: San Cosme y Damin, San Ciro y San Juan, San
Nicols y San Akyndnos, que sostienes la guadaa y cortas el dolor, detn tambin el
dolor de este siervo de Dios. Amn.
Se dice del Arzobispo Cranmer que muri en la pica sin angustia aparente,
martirizado por los catlicos ingleses en el siglo XVI. De acuerdo con un testimonio

contemporneo: Ardi aparentemente sin movimientos o dolor. Pareca repeler la


fuerza del fuego y superar la tortura por la fortaleza del pensamiento.
La fe, al fortalecer el alma, proporciona energa al cuerpo para resistir cualquier
forma de enfermedad y aun cuando la muerte es inevitable, a menudo mejora sus peores
aspectos.

Supresin del paganismo


La cristiandad sufri una severa disminucin en fuerza espiritual despus de la
conversin en masa de los paganos, muchos de los cuales aparentemente solo abrazaron
superficialmente la nueva fe. Sin embargo, aquellos que se opusieron activamente a la
marcha triunfante de la Iglesia fueron violentamente suprimidos ya que toda forma de
abierta fidelidad a las antiguas deidades se consideraba como perteneciente a la
adoracin del diablo.
Una antigua ley inglesa defina la actitud oficial hacia las creencias herticas y
condenaba toda adoracin pagana, es decir que un hombre reverencie dioses paganos,
el sol o la luna, incluso el fuego o las inundaciones rboles del bosque en cualquier
clase de culto a la hechicera o realice cualquier trabajo turbio de cualquier ndole ya sea
por medio de sacrificios o adivinacin o realice cualquier acto de tales supercheras.
Este tipo de ataques contra credos religiosos de antigua data hizo que los sacerdotes
sobrevivientes de los cultos paganos se escondieran. Sin embargo es obvio segn surge
de los documentos de la poca que muchos de ellos continuaron ejerciendo sus
funciones como curanderos ocultos bajo la mscara de la ortodoxia cristiana.
El derrumbe de cualquier creencia religiosa cuyo sistema sea fielmente observado
abre casi invariablemente las puertas de la hechicera ya que en tiempos de
incertidumbre la gente tiende a buscar refugio en la supersticin, o sea, la religin de los
timoratos. Los innumerables curanderos que ejercan el arte ocultista de la curacin en
Europa durante los primeros tiempos de la era cristiana eran en realidad en parte brujos
y en parte mdicos. Generalmente eran hbiles adivinos y practicaban un mtodo de
sabidura popular herborstica conocido como Wort Cunning y acompaaban el
tratamiento de los enfermos con cnticos en los cuales los nombres de Dios y sus
ngeles eran repetidos constantemente. Su farmacopea inclua remedios tan extraos
como los siguientes:
Para problemas pulmonares se bebera una mezcla de vino condimentado con
pulmn de zorro.
Para ataques de espasmos, tomar vino caliente condimentado con tutano de toro.
Para la cura de la lepra (que era en ese entonces una enfermedad corriente), comer
terrones de grasa de caballo mezclados con sal.
El dolor de dientes se aliviaba frotando las encas con un diente extrado de un
cadver; mientras que el polvo de calavera era un remedio popular para los ataques
epilpticos. Se atribua a las astillas de las horcas el poder de curar la fiebre
intermitente.
A pesar de que las prcticas de estos primitivos curanderos estaban impregnadas por
cuantiosos elementos de magia negra, se les permiti continuar el trabajo sin
inconvenientes por parte de las autoridades siempre que cumplieran en apariencia con el
cristianismo y continuaran aliviando a los enfermos. Sin embargo, ms tarde en la
historia, cuando el clero se agit ante el temor de la brujera, muchos de ellos fueron

Wort: planta, hierba; vocablo poco usual, empleado generalmente como sufijo en palabras compuestas;
cunning: hbil, sagaz. (N. de la T.)

arrestados. En 1488 ocurri un hecho curioso cuando una curandera llamada Agnes
Hancock fue interrogada como posible bruja. Durante su defensa sta argument que
sus poderes se basaban en el empleo de agua bendita y plegarias, pero trascendi que
estas ltimas resultaron ser cnticos mgicos que eran recitados en un idioma
desconocido.
Muchos de los primitivos curanderos eran indudablemente adoradores del dios
anglosajn Odn, cuyo poder era constantemente invocado contra lo que se crea que
eran las nueve causas principales de enfermedades: los venenos rojo, blanco, prpura,
amarillo, azul, verde, lvido y marrn. En la tradicin escandinava, el dios Odn haba
cercenado la serpiente del mal en nueve pedazos con su espada y consecuentemente
cada trozo se haba convertido por derecho propio en un veneno.
El temor al demonio era un factor de vital importancia en los mtodos mdicos
medievales y condujo al empleo de exorcistas para conjurar los espritus malignos de
los enfermos. La ceremonia del exorcismo consista principalmente en plegarias
intercaladas con rdenes al demonio para que abandonara los cuerpos; se empleaban
exhortaciones como la siguiente: yo te exorcizo, vil espritu, verdadera corporizacin
de nuestro enemigo, el espectro ntegro, toda la legin de demonios en el nombre de
Jesucristo sal y aljate de esta criatura de Dios. La habitacin del enfermo era
profusamente saturada con agua bendita e inciensos y ocasionalmente el endemoniado
reciba severos latigazos de manera de apresurar la partida del demonio fuera de su
cuerpo.
Tambin se utilizaban reliquias de los santos como instrumentos para las curas
religiosas, en particular huesos de aquellos que haban sido mrtires de la fe. Desde
luego que esta prctica era muy dada al fraude. Se dice que los monjes de St. Medard de
Soissons realizaban milagros mdicos con uno de los dientes del Salvador mientras que
otro agente de curacin era un dedo del Espritu Santo.

Pozos curativos
De lo anterior resulta obvio que el antiguo arte de la curacin ocultista haba ido
deteriorndose durante las llamadas edades de la fe hasta llegar a ser escasamente
reconocible. No obstante y a pesar de esta deplorable cada fuera del mbito de la gracia
se continu reverenciando en gran parte los pozos y arroyos curativos que la Iglesia
haba dedicado esta vez a los santos en lugar de los espritus pganos originales,
santificando de esa manera una tradicin en el arte de curar, tan vieja como el tiempo.
De esta manera, como dice el escritor William Andrews en su Church Treasury, los
viejos dioses fueron remplazados y sin embargo no se ejerci violencia contra un credo
al que el hombre primitivo haba adherido con enorme tenacidad.
Algunos pozos tenan poder para devolver la salud mental y otros para alcanzar
longevidad. Los de las Islas Britnicas fueron dedicados a alrededor de una docena de
santos: Margarita, Chad, Ana, Elena, Cuthbert, Juan, Pedro, Agustn, Beda y
Hawthorne; Yorkshire encabezaba la lista con el mayor nmero de pozos.
En Cornwall, donde una buena cantidad de la tradicin fuera heredada de los druidas
y estaba firmemente arraigada, cada pozo sagrado tena supuestamente su espritu
guardin. El Pozo de Menacuddle, no lejos del St. Austell, tena poderes para restaurar
las fuerzas de los nios enfermizos que se baaran en sus aguas y tambin de curar
lceras y problemas similares. Se le poda formular una pregunta al espritu del Holy
Well en Gulnal y la respuesta consista en el burbujeo de sus aguas que indicaban cules
eran las expectativas con respecto a la propia salud. El Doom Well de St. Madro
continu atrayendo multitudes de peregrinos hasta alrededor de ms o menos un siglo

atrs. Una autoridad sobre el folklore de Cornwall indic en ese tiempo que gente que
sufre de dolores y entumecimiento de los miembros acude y se lava y se dice que se han
logrado numerosas curas.
Se cree que hubo otros pozos famosos que tenan propiedades curativas. El Pozo de
St. Teclas en Denbigshire curaba la epilepsia; el Pozo de St. Bede en Jarrow aliviaba las
enfermedades infantiles; el Pozo de St. Cuthbert en Bellingham, Northumberland,
curaba la artritis. Se dice que una muchacha con una mano tan lisiada que no poda
mover los dedos bebi sus aguas curativas y pas luego el resto de la noche en oracin.
A la maana siguiente la movilidad de la mano se haba recuperado completamente.
Todava ms notable era el Pozo de Dalston, Northumberland, que purificaba las almas
de sus visitantes y lograba asombrosas reformas morales tales como templanza, salud,
limpieza, simplicidad y amor.
Uno de los resultados de la Reforma religiosa del siglo XVI fue poner fuera de la ley
a los pozos curativos debido a sus asociaciones paganas originales, los altares fueron
demolidos y se prohibi toda peregrinacin por parte de los fieles. Sin embargo, de
acuerdo a un testimonio contemporneo, el culto rehusaba morir y particularmente los
galeses continuaron acudiendo en grupos numerosos, en peregrinaje a los pozos y
sitios de supersticin acostumbrados; inclusive llegan al sitio donde se encontraba la
iglesia o capilla, a travs de largos viajes que realizaban descalzos.
La mxima expresin del elemento de las curaciones por medio de la fe en el
cristianismo de las Islas Britnicas fue indudablemente la peregrinacin a Walsingham,
llevada a cabo por hordas de mendigos y lisiados, junto con enfermos mentales, todos
los cuales crean a pie juntillas que la fe y solamente la fe poda ponerle remedio a sus
dolidas condiciones. Lamentablemente el altar de Walsingham as como el culto al pozo
fueron destruidos juntos con los ltimos restos sobrevivientes de las curaciones
psquicas institucionales en Gran Bretaa.

CAPTULO 4
MAGIA BLANCA Y MAGIA NEGRA
EN MEDICINA
El trnsito de la curacin medieval por medio de la fe hacia la medicina moderna
comenz realmente en el siglo XV con la invencin de la imprenta, que disemin por
toda Europa un intenso deseo de lograr nuevos conocimientos. El impacto que alcanz
sobre el mundo medieval fue dinmico y encontr considerable hostilidad, pues
amenazaba socavar las tradicionales formas del credo y las prcticas. En todas partes la
gente comenz a cuestionar tanto la autoridad de la Iglesia como sus dogmas y cundi
la hereja.
La ciencia mdica dio entonces sus primeros pasos cautelosos hacia lo desconocido,
y algunos de los antiguos mtodos de curacin ocultista fueron las primeras bajas de la
batalla entablada.
En el ao 1423 el Gremio Ingls de Mdicos lanz un violento ataque contra lo que
dio en llamar charlatanes y empricos y bribones tanto hombres como mujeres y un
siglo despus, en 1518, el Colegio de Mdicos lleg ms lejos y acus a los curanderos
de brujera, como puede verse en la declaracin de su Acta de Incorporacin en la que
se reclamaba accin legal contra lo que se describa como personas ignorantes, las que
en su mayora no cuentan con la mnima perspicacia ni clase alguna de instruccin
(quienes) toman sobre s la responsabilidad de grandes curaciones y cosas de gran
dificultad para las cuales emplean en parte hechicera y brujera y en parte aplican tales
medicinas para la enfermedad que son muy perjudiciales y nada recomendables, por lo
tanto, para gran disgusto de Dios.
La insinuacin de brujera era especialmente peligrosa en ese momento particular de
la historia, pues el temor a las brujas y demonios se haba extendido por toda Europa
como resultado directo del resquebrajamiento de la fe. La gente estaba ahora menos
segura acerca del futuro y por lo tanto mucho ms ansiosa y sus aprensiones empezaban
a envenenar las relaciones sociales. Necesitaban un chivo expiatorio para aliviar sus
tensiones emocionales y lo hallaron en el brujo.
Los cazadores de brujas del siglo diecisis eran hombres extraamente obsesionados,
dominados por un intenso deseo de destruir a todos los cultores de la magia a quienes
consideraban agentes de la enfermedad que afectaba tanto a seres humanos como al
ganado. El Malleus Maleficorum, un manual de brujera escrito en 1486 por dos frailes
dominicos, Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, declaraba que las brujas podan infligir
toda clase de enfermedades, generalmente males de lo ms graves e injuriar el ganado
de diversas maneras.
De todos modos el trmino brujera era sumamente amplio ya que inclua tanto a
videntes como a curanderos psquicos, junto con profesos representantes de magia
negra. Las llamadas brujas curanderas se contaron entre las primeras vctimas de esta

Literalmente, Martillo de Maleficios. (N. del T.)

poltica represiva. En 1590 Gilly Duncan, una escocesa, fue acusada de brujera sobre el
supuesto de haber curado a todos aquellos que estaban perturbados o afligidos por
cualquier clase de enfermedad.
Un prominente demonlogo, Jean Vincent, declar que aun los herboristas aliviaban
las enfermedades en virtud de poderes adquiridos a Satn. William Perkins, un
demonlogo ingls, adverta seriamente al pblico acerca de los peligros de consultar
curanderos cuando se vieran afectados por alguna enfermedad rara y desconocida. Si
bien no negaba la eficacia de los tratamientos que stos prescriban, insista en cambio
en que era realmente el demonio quien efectuaba la curacin.

Monopolio del arte de curar


En el ao 1540 el Parlamento otorg el monopolio del arte de curar al Colegio de
Cirujanos, que declar fuera de la ley a videntes, curanderos naturalistas, brujas blancas
y otros curanderos legos que atendan a los enfermos pobres. No obstante, al cabo de
dos aos la presin pblica forz al rey a rever muchas disposiciones ya que los pobres
haban quedado desprovistos de toda clase de tratamientos mdicos. Los curanderos que
haban sido puestos fuera de la ley eran descritos por sus defensores como personas
honestas, hombres y mujeres a quienes Dios los haba dotado con un conocimiento de la
naturaleza y del modo de actuar de ciertas races de hierbas y agua, y que adems se
ocupaban de los enfermos sin retribucin monetaria. Las dichas personas no han
tomado nada por los esfuerzos y habilidad sino solamente por buena vecindad y por
amor a Dios y por conmiseracin y caridad.
An hoy en da provoca asombro leer la violenta hostilidad expresada por la
profesin mdica oficial a partir del siglo XVI en adelante, hacia las curaciones
extraoficiales. Poco despus del fracaso del primer ataque, se llev a cabo otro intento
de desterrar de la medicina lo que fue descrito como prcticas mgicas y
supersticiosas y numerosos individuos fueron acusados de ser impdicos e ignorantes
bufones, profetas, astrlogos y curanderos, y expuestos en la picota.
La seguridad de los verdaderos curanderos se vio complicada frente a la presencia de
hordas de charlatanes en todas las grandes ciudades, cada uno de los cuales ofreca su
propia panacea o elixir de la vida, mientras que en los umbrales de la medicina
funcionaba una abigarrada multitud de inescrupulosos mercachifles que vendan drogas
de carcter semiletal. Aparentemente las autoridades pusieron poco empeo en
distinguir entre los populares curanderos genuinos y los espurios, ya que entonces como
ahora la ortodoxia mdica era el nico criterio de aceptacin y en este tipo de conflictos
ser siempre el sincero el que lleve la peor parte.
En el continente europeo los curanderos psquicos junto con los seguidores de sectas
religiosas herticas sufrieron un destino mucho peor que en Gran Bretaa ya que fueron
por lo general arrestados como herejes, torturados cruelmente y quemados vivos.

CAPTULO 5
LOS MDICOS
Con buena dosis de verdad se ha dicho que la medicina fue nuestra primera ciencia
debido a su necesidad. Sin embargo, es tambin igualmente cierto que la ciencia se
desarrollo a partir de la magia y nuestros primeros mdicos fueron a menudo ocultistas
practicantes cuya misin principal consista en combatir las causas ocultas de la
enfermedad. Es comprensible, por lo tanto, que la primitiva ciencia mdica incorporara
una cantidad de prcticas supersticiosas, a pesar de lo cual los hombres de la medicina
resultaron curiosamente respetados por la persecucin, si bien muchos de ellos
incursionaron en la magia negra, como se sabe.
Su farmacopea indica bien claramente la existencia de un elemento sobrenatural en la
medicina oficial. Para la epilepsia, una enfermedad cerebral, haba que recoger semillas
de peona durante la luna menguante y luego mezclarlas cuidadosamente con polvo de
calavera y administrarlas al paciente. Muchas medicinas eran compuestos formados con
los ms extraos ingredientes, como polvo de momia egipcia o de clculos que se
extraan de los estmagos de las cabras. Las momias elevaron sus precios en el mercado
internacional mdico debido al hecho de que el betn con que haban sido preservadas
posea verdaderas cualidades curativas. Paracelso, uno de los primitivos mdicos
cientficos europeos, crea realmente que era posible crear vida y se dice que intent
fabricar un homnculo u hombre artificial.
Otro mdico, el famoso Dr. Dee; que fuera astrlogo personal de la reina Isabel I, era
un destacado vidente e investigador psquico que intent comunicarse con un cadver
mediante la necromancia en un cementerio de Lancashire. A pesar de la persecucin
contra los brujos menores, Dee sobrevivi relativamente indemne a la caza de brujas.
Los remedios usuales ms livianos de la poca incluan la msica que era llamada a
menudo la medina del alma y que se supona que aliviaba los dolores de gota y
citica.
Existi en Alemania una clase de curanderos conocida como mdicos susurrantes,
que administraban pociones herborsticas mientras susurraban encantamientos en los
odos de sus pacientes.
La mayora de los hombres de medicina del Renacimiento y aun ms tarde sostenan
teoras que presentaban gran afinidad con la alquimia y la magia. La teora
predominante era la humoral, basada en los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua,
que a su vez estaban relacionados con la sangre, la bilis, la flema y la bilis negra. Si
los cuatro humores perdan alguna vez el equilibrio, la salud se resenta
automticamente.

Espritus naturales
Al igual que los antiguos sacerdotes, los mdicos del siglo XVI crean firmemente
que el cuerpo humano estaba animado por un espritu que moraba en su interior o un
alma de vida que se expresaba mediante la ayuda de los espritus naturales, cada uno

de los cuales controlaba una funcin corporal especfica, tal como la respiracin, la vista
o el odo, e influa sobre las facultades mentales incluyendo la imaginacin y la
memoria y, por lo tanto, la habilidad para razonar.
Resultar evidente al lector que los espritus naturales del siglo XVI eran idnticos
en su naturaleza a los que fueran adorados siglos antes por los primitivos curanderos de
la antigedad.
Nuevamente, la filosofa bsica que sustentaba la medicina del siglo XVI tena
mucho en comn con los principios conocidos tempranamente acerca de las curaciones
ocultistas, ya que los escritos de ese perodo indican que muchos de los trabajos de los
primeros mdicos estaban relacionados con la magia blanca o, para darle una expresin
moderna, la autosugestin. Una famosa teora mdica propugnada por Paracelso entra
totalmente dentro de la categora de la magia: el principio de lo similar cura a lo
similar. Paracelso sostena la creencia de que no hay nada en el cielo o la tierra que no
se encuentre en el hombre.
Un ejemplo de esta filosofa lo representa el empleo del hierro para el tratamiento de
los problemas de la sangre. Dado que existe una afinidad entre la sangre y el hierro
debido al hecho de que ambos entran dentro de la jurisdiccin del planeta Marte, por
definicin la medicina apropiada para un problema de anemia debe ser un tnico
ferroso. Otra teora sustentada por Paracelso contena efectivamente el germen de la
idea de la homeopata que l resuma en la frase: Hay veneno en todo y nada es
veneno. Es la dosis lo que lo convierte en veneno o en remedio.
A diferencia de la mayora de sus contemporneos, Paracelso profesaba un profundo
respeto por los curanderos populares de su tiempo ya que crea que muchos secretos del
arte de curar haban sido conservados por la gente comn desde los das de los antiguos
hechiceros. Escribi: Antes que existiera la medicina los doctores eran llamados
magos. Numerosas son las cosas que les fueran reveladas pero muchas de ellas se han
perdido.
Otra curiosa teora mdica que atrajera atencin internacional en el siglo XVII fue
desarrollada por sir Kenelm Digby, un discpulo de Paracelso. De acuerdo con Digby
las heridas deban ser limpiadas y vendadas y deba aplicrsele un polvo mgico al
vendaje manchado de sangre, dejando que la herida se curara por s sola. La teora de
Digby tiene una curiosa afinidad con la terapia moderna de la Caja Negra.

Elixir de la vida
Los pacientes pedan frecuentemente a los mdicos del siglo XVII que les prepararan
elixires de salud y larga vida. El elixir era una pocin de alquimia ya fuera en forma de
polvo o lquida que tena el poder, se pensaba, de prolongar la vida casi
indefinidamente. Un remedio para la longevidad era casi siempre muy caro y slo
podan afrontarlo los pudientes, por lo tanto esta situacin provocaba no pocos fraudes y
charlataneras. Sin embargo el quid de la perpetua salud y juventud permaneci
inclume, ya que los primeros descubrimientos de la qumica parecan ofrecer grandes
esperanzas en ese sentido. Se crea, por ejemplo, que la sal, el sulfuro y la
quintaesencia tenan poderes de activar la vida humana.
Para poder comprender los misterios de la medicina alquimista es necesario recorrer
el sistema de las equivalencias sobre las que sta se basa. Los ocultistas y curanderos
del pasado parecen haber aceptado incuestionablemente la existencia de conexiones
directas entre los dioses, estrellas, metales, colores, piedras preciosas y el cuerpo
humano. Paracelso empleaba la siguiente tabla de equivalencias al aplicar las teoras
que tuvieron una profunda influencia en el pensamiento mdico de su poca:

TABLA DE AFINIDADES ASTROLGICAS


Cuerpos
Celestiales

Colores

Metales

Piedras
Preciosas

El Cuerpo
Humano

Saturno

Verde / negro

Plomo

Diamante

Bazo y huesos

Mercurio

Azul /
amarillo

Mercurio

Venus

ndigo / verde

Cobre

Lapislzuli

Genitales y riones

Jpiter

Blanco / azul

Estao

Zafiro

Hgado

Marte

Rojo

Hierro

Amatista

Vejiga, msculos y
cerebro

Luna

Violeta / gris

Plata

Cuarzo /
perla

Cabeza y sangre

Sol

Naranja

Oro

Crisolita

Corazn

Boca y pulmones

CAPTULO 6
PODER CURATIVO DE LAS PIEDRAS
PRECIOSAS
Desde muy antiguo, las piedras preciosas y los metales jugaron un papel muy
importante en la curacin ocultista y siguieron siendo preferidos por los ocultistas
mdicos durante el siglo XVII y aun despus. La evidencia que ha perdurado apunta
hacia el antiguo Egipto como fuente del culto de las piedras preciosas, si bien tambin
podra haberse desarrollado paralelamente en la India.
En el Papiro de Ebus encontramos que el lapislzuli era utilizado como ungento
para los ojos y para reducir las hemorragias, pero despus del desarrollo de la astrologa
el grabado de un diseo sacro en una piedra preciosa o semipreciosa se convirti en una
prctica corriente en el momento de ascendencia de un planeta en particular. Los Magos
o maestros de la antigua sabidura eran los responsables de difundir la creencia que las
gemas posean propiedades curativas, o al menos que tenan poderes para prevenir
enfermedades, pero muchos sabios posteriores contribuyeron a crear una confusin en
las teoras hasta que verdaderamente se poda decir que cada piedra preciosa era
recomendable como cura para toda clase imaginable de dolencias.
Es sumamente importante distinguir entre los valores de las piedras preciosas como
talismanes y sus cualidades puramente medicinales como sustancias minerales. El
talismn se usaba junto al cuerpo como proteccin contra ocultos peligros exteriores,
mientras que la piedra medicinal se mola hasta convertirla en un fino polvo que, una
vez disuelto en agua, se poda beber.
No era exclusivamente la influencia planetaria la que otorgaba a la piedra preciosa
sus propiedades curativas particulares, sino que tambin el color tena una funcin
importante. El rub, el granate y la hematites son ejemplos evidentes de piedras que
podan servir para el tratamiento de hemorragias. Las piedras amarillas, como las flores
amarillas, posean poderes sobrenaturales para curar la ictericia; mientras que las
piedras de coloracin azul que simbolizaban el azul del cielo contrarrestaban la
malvola influencia de los espritus de las sombras. La esmeralda, debido a su verdor
tranquilizante, era la eleccin ideal para los que sufran problemas oculares. Solamente
una piedra perfecta otorgaba completa proteccin contra las enfermedades; en realidad
una piedra defectuosa a menudo atraa la maldicin del desaliento y la desgracia sobre
la cabeza de su dueo.
Cuando San Lucas visitara el Templo de Epidauro en Grecia, advirti con inters los
poderes curativos especficos atribuidos a las piedras preciosas y semipreciosas. En este
Templo, los sacerdotes de Esculapio consideraban todas y cada una de las piedras
preciosas como un extraordinario remedio contra cada dolencia especfica, segn puede
verse en la siguiente tabla:

Piedra

Enfermedad

Carbunclo y Rub

Peste

Diamante

Locura

Crisolita

Delirio

Amatista

Alcoholismo

Coral

Venenos

Jade

Enfermedades renales

gata grabada con serpientes

Mordedura de serpiente

Tres grupos principales


Las piedras preciosas pueden clasificarse en tres grupos principales: los carbonos, las
alminas y los silicios, con varias etapas intermedias tales como los granates, que estn
formados por una variedad de sustancias. Las perlas, corales, el mbar y la malaquita, la
turquesa y el lapislzuli no son verdaderas piedras preciosas.
El carbn, del cual el diamante es su ms importante ejemplo, era prescrito por los
antiguos mdicos finamente molido y se supona que controlaba la fermentacin
intestinal. La almina ejerca supuestamente su influencia sobre las membranas
mucosas y era por lo tanto utilizada para resfros y catarros. Los silicios ayudaban a
combatir los clculos renales y se supona que eran particularmente efectivos para el
tratamiento de trastornos orgnicos antes que funcionales. Tambin se los consideraba
un remedio indicado para la escrfula de las articulaciones.
Las ms antiguas clasificaciones de las enfermedades han sido abandonadas desde
hace mucho tiempo y los remedios de los sacerdotes del arte de curar y luego de los
alquimistas, han dejado de ser tanto efectivos como aplicables. Se puede decir sin
demasiado temor que una pocin alquimista sera hoy en da positivamente letal.
Las ms tempranas teoras de las piedras preciosas estaban basadas casi enteramente
sobre simbolismos mgicos y las posteriores, sobre varios sistemas de equivalencias
astrolgicas. Los romanos dedicaron el jacinto o granate a Acuario, la amatista a Piscis,
la hematites a Aries, el zafiro a Tauro, el gata a Gminis, la esmeralda a Cncer, el
nix a Leo, la cornalina a Virgo, la crisolita a Libra, la aguamarina a Escorpio, el
topacio a Sagitario y el rub a Capricornio.
A travs del cambio de color de ciertas piedras se supona que era una indicacin
acerca de la posible sobrevida o muerte de su dueo. Un viajero ingls del siglo XVI
que haba visitado Rusia, registr una curiosa conversacin mantenida con Ivn el
Terrible inmediatamente antes de la muerte del Zar. Ivn, que haba estado discurriendo
acerca de las propiedades sobrenaturales de su tesoro de piedras preciosas, habra
observado finalmente: Este hermoso coral y esta hermosa turcas que usted ve
colquelas sobre mi mano y brazo : estoy envenenado por la enfermedad; va usted

cmo muestran su virtud por el cambio de su color puro y se tornan oscuros; declaran
mi muerte.
Numerosos propietarios de piedras preciosas crean que deba usarse una piedra
sobre aquella parte del cuerpo que ms deban proteger. Un escritor alemn del siglo
XVII llamado Wolffi sealaba que el jacinto deba llevarse en el dedo ndice, el rub en
el meique, el diamante en el brazo izquierdo y as sucesivamente.

Cualidades hipnticas
Nadie que haya manipulado, ya sea piedras preciosas o semipreciosas podr negar
que stas pueden tener a menudo desusadas cualidades hipnticas y esto debe de haber
acrecentado su importancia como agentes curativos. Algunas piedras emitan
supuestamente una fragancia misteriosa, segn se lee en los escritos del mdico del
siglo XVII Olaus Borrichius, quien moli una onza de cada una de las siguientes
piedras: esmeraldas, jacintos, zafiros, rubes y perlas. Luego, al cabo de alrededor de
tres semanas, la habitacin que era ms bien grande, estaba saturada de perfume. El
perfume, que semejaba mucho al de las violetas de marzo, permaneci en la habitacin
por ms de tres das. No haba nada en la habitacin que pudiera producirlo, de manera
que proceda por cierto del poder de las piedras preciosas.
Es muy probable que la mayora de las alhajas y piedras preciosas ejerzan sus
influencias curativas a travs de la mente de quienes las usan. Esto concuerda por
completo con la antigua tradicin, ya que los seguidores de Pitgoras sostenan que toda
piedra preciosa tiene su esencia interior o alma, la cual poda ser absorbida por el ser
humano con quien se pona en contacto fsico. El filsofo Francis Bacon afirmaba este
principio en su Sylva Sylvarum en el que escribiera: Muchas cosas actan sobre el
espritu del hombre por secreta simpata y antipata. Antigua y generalmente se ha
aceptado que las piedras preciosas tienen virtudes al ser usadas; tanto ms cuanto las
gemas tienen finos espritus como surge de su esplendor y pueden actuar por lo tanto
sobre el espritu de los hombres para fortalecerlos y alegrarlos.
La llegada del cristianismo a escena result testigo de una posterior clasificacin de
piedras preciosas que entonces fueron ligadas a los doce apstoles:
Apstol

Piedra
Preciosa

Aspecto
Emocional

Andrs
Bartolom
Santiago
Santiago el Menor
Juan
Mateo
Matas
Pedro
Felipe
Simn de Can
Tadeo
Toms

Zafiro
Cornalina roja
Calcedonia blanca
Topacio
Esmeralda
Amatista
Crisolita
Jaspe
Sardnica
Jacinto rosado
Crisoprasa
Berilo

Fe
Martirio
Pureza
Delicadeza
Juventud
Sobriedad
Pureza
Solidez
Amistad
Buen carcter
Serenidad
Inestabilidad de la fe

El mal de ojo
Sabemos por los lapidarios medievales o por tratados sobre piedras preciosas, que los
amuletos y talismanes que esas piedras contenan, daban proteccin especial contra el
mal de ojo; en otras palabras que el poder maligno en los ojos de individuos de mala
disposicin, en especial brujos, era capaz de infligir enfermedad y muerte a sus
enemigos. Sin embargo una de estas piedras, el palo, posea por derecho propio una
cualidad maligna. Un antiguo lapidario revela que el palo poda ser utilizado contra los
enemigos para infligir una ceguera menor llamada amencia, de manera que no puedan
ver ni percatarse de lo que se hace frente a sus ojos. De acuerdo con una antigua teora
rebatible en algunos casos, el palo deriva su nombre de la palabra oftalmos: la piedra
del ojo.
Entre las piedras mgicas usadas a menudo como proteccin contra el mal de ojo se
incluan el coral y la malaquita blanca y marrn. Las cuentas azules tenan la misma
cualidad protectora. Haba, sin embargo, una infinita variedad del tipo de piedras
preferidas para la proteccin contra el mal. En Persia se prefera el gata marrn y en la
India el nix. Los diamantes y crisolitas usados sobre el brazo izquierdo eran
considerados efectivos contra las enfermedades a los ojos provocadas por el mal de ojo.
Durante la Edad Media la medicina del mal de ojo era frecuentemente responsable por
una gran variedad de dolencias que incluan fiebres, clicos infantiles, viruela e incluso
la peste negra; por lo tanto las piedras protectoras eran solicitadas siempre por aquellos
que podan hacer frente a los elevados precios que se pedan por ellas.
El mbar ha sido errneamente incorporado entre las piedras preciosas por algunos
de los ms viejos lapidarios. Se consideraba que el mbar era un buen preventivo contra
el delirio y la estranguria o un fundamento de cada si se lo ingera bajo forma de
polvo o si se lo usaba como amuleto sobre el cuerpo. Se ingera mbar dorado mezclado
con miel de tica como remedio para las dolencias del estmago.
Se hace necesario subrayar que el poder de curacin de las piedras preciosas
pertenece estrictamente al dominio de la curacin por la fe ya que se expresaba
principalmente a travs de la vista y el tacto, sentidos que a su vez influan sobre la
imaginacin y reaccionaban sobre el cuerpo. En los arcanos das en que la medicina se
encontraba todava en sus primeras etapas, el amuleto o piedra preciosa tranquilizaba las
mentes agitadas reduciendo el temor a la enfermedad y en esa medida reduca su
vulnerabilidad.

CAPTULO 7
METALOTERAPIA, TALISMANES Y
AMULETOS
Entre las obras ms importantes de los alquimistas se encontraban los trabajos sobre
filosofa mdica que describan tcnicas para ordenar y preparar metales, minerales y
sales para medicinas tanto internas como externas.
Los primeros mdicos asociaban a todos los metales con su planeta correspondiente:
el oro estaba dedicado al Sol, la plata a la Luna, el cobre a Venus, el plomo a Saturno, el
estao a Jpiter, el mercurio a Mercurio y el hierro a Marte.
Los metales se dividan en dos clases principales: los metales nobles y los viles o de
baja ley; a cada uno de ellos se le otorgaba propiedades curativas especficas. El ms
importante era el oro, al que se atribuan grandes poderes de curacin. Se consideraba al
bromuro de oro como una panacea para todo tipo de enfermedad, en particular el
reumatismo. Los astrlogos lo recomendaban para la apendicitis y los mdicos chinos
prescriban un elixir de hojas de oro puro para recuperar la fortaleza decada. De manera
similar los hombres de medicina y los magos de Occidente sostuvieron alguna vez el
punto de vista de que el oro fortaleca el intelecto y otorgaba resistencia a la escrfula.
Muchos charlatanes se enriquecieron sobremanera prescribiendo elixires de la
longevidad basados en oro puro para sus pacientes de edad avanzada.
Se crea que la plata usada sobre el cuerpo en forma de amuleto tena el poder de
aliviar toda clase de trastornos nerviosos incluyendo la epilepsia. Se prescriba en los
casos en que el vigor del paciente haba disminuido y se crea que era especialmente
efectiva para robustecer las membranas bronquiales; se la recomendaba, por lo tanto, a
los afectados de catarro. Las alhajas de platino se usaban a menudo como antdoto
contra la constipacin y la melancola.
Al cobre se le atribuan numerosas propiedades curativas, pero quizs la ms
conocida es como remedio contra los calambres, cuando se lo usaba bajo la forma de
una banda. Hasta el siglo XIX se emplearon discos de cobre suspendidos alrededor del
cuello de los nios durante las epidemias de clera. Muchos hombres que practicaban
medicina insistan acerca de su eficacia como un elemento protector y sealaban que el
clera era casi desconocido entre los hombres que trabajaban en las minas de cobre. Los
antiguos etruscos crean que el cobre, el antimonio y el plomo emitan curiosos rayos
que eran la fuente de sus poderes curativos.
El primer hierro que el hombre conoci parece haber sido de origen meterico y
resulta entonces comprensible que se le atribuyeran cualidades sobrenaturales. Un
mdico del siglo XVII, Thomas Sydenham, sostena que el hierro otorgaba a la sangre
lnguida un estmulo o impulso y fue preferido durante mucho tiempo como tnico
para la sangre.
El plomo ayudaba a mantener en buena salud a los ancianos y era bueno para la piel.
El estao se empleaba para combatir los parsitos intestinales y para el tratamiento de

llagas. El zinc se utilizaba combinado con cobre bajo forma de anillo para permitirle al
usuario el control de sudores nocturnos.

Proteccin de los talismanes


Los talismanes y amuletos son objetos mgicos que se pueden usar o llevar consigo
con el objeto de mantener la buena fortuna y la salud durante la vida cotidiana. Sus
funciones se superponen bastante, pero la principal del talismn es la de atraer las
influencias psquicas favorables, mientras que el amuleto provee un escudo defensivo
contra adversidades de toda ndole, incluyendo los ataques de los malos espritus. Cada
uno representa, por lo tanto, un aspecto diferenciado de la magia: el talismn el aspecto
positivo y el amuleto el aspecto negativo.
Las piedras preciosas y los metales sagrados se han usado en todos los tiempos como
amuletos y talismanes e incluso la ropa puede tener el poder de evitar el mal; as se lee
en el Nuevo Testamento, en el que los pauelos y delantales adquieren milagrosas
propiedades curativas.
El talismn debe llevar grabados los nombres del poder, lucir el signo del planeta
dominante y tener el color planetario correcto. Tambin debe ser preparado en el
momento planetario favorable usando una aguja nueva, es decir fsicamente estril; en
otras palabras absolutamente libre de toda emanacin maligna. De esta manera el
talismn se ve imbuido de poderosas cualidades magnticas que atraern buena fortuna
cada vez ms.
Los talismanes se han utilizado desde los primeros tiempos en conexin con todas las
situaciones y actividades concebibles. Existen, por ejemplo, talismanes para los
negocios y los viajes, para el amor y el romance y, lo ms importante, para la salud. Al
igual que los dems, el talismn de la salud debe ser usado o estar cerca de la persona
para que sea efectivo.
El talismn posee no solamente el poder de preservar el bienestar fsico y mental de
quien lo usa sino que tambin ayuda a reforzar las energas psquicas de los curanderos
espirituales, mdicos, enfermeras y gente lega que atiende enfermos.
El amuleto tiene un gran rol defensivo y es usado a veces como un encantamiento
pasivo ya que ha sido designado principalmente para proteger contra el mal a quien lo
usa. Debe tener el color del planeta dominante en el da del cumpleaos de la persona
que lo usa y puede tener la forma de piedra o alhaja, de placa de metal o ser un parche o
pergamino que lleve inscritos los smbolos mgicos dirigidos a los dioses.

Hostilidad de la Iglesia
A los primitivos eclesisticos les resultaba difcil distinguir entre las invocaciones
mgicas que se hallaban prohibidas y las legtimas plegarias que se usaban juntamente
con amuletos y la Inquisicin encontr necesario promulgar un sistema de
reglamentaciones para cubrir dicha situacin. Se prohiba un amuleto si ste incorporaba
cualquier intencin o sugerencia de tener un pacto con Satn; nombres desconocidos;
declaraciones falsas; cualquier smbolo que no fuera el Signo de la Cruz, cualquier frase
que no estuviera en la Biblia. Finalmente deba ser preparado prescindiendo de ritos
supersticiosos y para ser efectivo deba depender enteramente de la gracia de Dios.
De lo precedente resulta obvio que muchos cristianos han de haber continuado
invocando a los dioses de la salud del mundo de la antigedad, cuando se vean
postrados por la enfermedad. Tambin resulta igualmente manifiesto que a menudo se
empleaban rituales mgicos durante la preparacin de un amuleto o talismn. La

penalidad vigente en Escocia y en el continente europeo por la preparacin de


encantamientos, talismanes y amuletos curativos era la muerte en la picota. La pena
habitual en Inglaterra y Gales era, sin embargo, la prisin o la ejecucin por medio de la
horca.
A pesar de los cnticos que incluan nombres santos y el uso de buena cantidad de
terminologa cristiana por parte de los curanderos, toda clase de encantamientos
medicinales cayeron presa de los ms furiosos ataques por parte de las autoridades
eclesisticas durante los siglos XVI y XVII. Un encantamiento tpico usado contra las
hemorragias durante el siglo XVII, inclua referencias al lanzazo sufrido por Cristo en
su costado en la Cruz y terminaban con la invocacin semipagana: a travs de la
santa virtud que Dios demostr all, te conjuro sangre que no fluyas de este cristiano.
Quiz se pueda apreciar la eficacia de los amuletos y talismanes curativos por el
denuedo hostil que despertara entre el clero. En 1608, William Perkins, un demonlogo
ingls, al condenar los cnticos recitados por las mujeres para reforzar los poderes de
los amuletos curativos, los describa como un signo o clave para provocar al Demonio
a realizar maravillas. Otro demonlogo sugera que los amuletos eran verdaderamente
inventos de Satn para satisfacer su furiosa ira contra la humanidad.

CAPTULO 8
MAGIA CAMPESINA
Durante los siglos XVI y XVII, la revolucin de las ideas impulsadas por la mayor
disponibilidad de libros, origin un inters cada vez mayor entre los estudiosos hacia las
obras antiguas sobre magia, conocidas como grimorios. Su destino original haba sido la
instruccin de los magos medievales que deseaban dominar a los espritus (considerados
algunas veces como demonios) y generalmente consistan en volmenes eruditos
escritos en trminos crpticos. Numerosos sacerdotes cristianos medievales se volcaron
a las prcticas de rituales adquiridas en los grimorios manuscritos y normalmente
permanecan indemnes a la persecucin siempre que no incurrieran en pactos con Satn.
Papas tales como Honorio no vieron la ms mnima incompatibilidad en practicar las
artes mgicas o en publicar su propio grimorio. Crean que las llaves del Reino de los
Cielos que les haban sido confiadas por Pedro los santificaban y hacan capaces de
dirigir a los espritus, aun si empleaban ritos tomados de la mstica precristiana.
Inevitablemente con el correr de los siglos, la mayora de las obras de magia han sido
reducidas a versiones mal transcritas, degradadas y a menudo irreconocibles de aquello
que fueran importantes manuales msticos del conocimiento, originalmente presentados,
no en palabras, sino en smbolos que solamente poda entender el adepto. Las versiones
impresas sufrieron la misma mala erudicin y fueron compradas solamente por aquellos
interesados en su poder personal o por individuos superficiales que deseaban la
excitacin emocional provocada por ceremonias esotricas.
Estos magos de ceremonias, a menudo introspectivos y estrechos en cuanto al dogma
y divorciados de la mayor parte de la masa de gente, no hicieron prcticamente ninguna
contribucin a la cura psquica. Es cierto que el poder de la varita mgica de los magos
era idntico al de los sacerdotes curanderos de la antigedad, de quienes en efecto lo
haban tomado en prstamo, pero su magia se haba tornado estril por la inmadurez de
aquellos que la empleaban.
Aquellas personas que caen vctimas del ritual mgico ms superficial generalmente
no se percatan que el poder de una vara mgica no es otra cosa que la extensin del
poder de su propietario. La varita mgica original era la mano del curandero y
solamente despus, con el desarrollo de una casta sacerdotal, la vara emergi como un
instrumento independiente de magia. Una de las curiosidades de la historia consiste en
que hasta casi las postrimeras del siglo XVIII, el smbolo del mdico ingls estaba
representado por el bastn con cabeza de oro originado en el bculo que llevaban los
sacerdotes del arte de curar de Esculapio.
Detrs de cada ceremonia, ritual y encantamiento de magia, ya sea elevado o inferior,
reside el trabajo efectivo de la voluntad que se convoca a un objetivo activo, solamente
por medio de la fe y la imaginacin. El mago que vive sin otro empeo que la conquista
del poder y que no tiene ningn deseo de aliviar el sufrimiento de sus semejantes, no es
ms que un prisionero de su propia imaginacin limitada y debera ser evitado por todos
aquellos que creen encontrar all un verdadero sentido de la vida.

La hechicera moderna si bien contina dentro de la amplia tradicin de la antigua


magia, preserva su efectividad manteniendo estrecho contacto con el curso principal de
la vida a travs del arte de curar. Cualesquiera sean las faltas y debilidades del
movimiento y haciendo a un lado todos los puntos en discusin acerca de si desciende o
no de algn primitivo culto de curar, los miembros de la Wicca para darle su
nombre apropiado dirigen mucho de su energa mental y espiritual hacia el alivio de la
enfermedad en todas sus formas, ya sea mental o fsica. El propio xito que ha logrado
en el rea de las curaciones psquicas de hecho le ha valido a la hechicera moderna el
verse trabada en conflicto directo con elementos de la religin organizada. Hoy en da al
igual que en el pasado, muchos sacerdotes si bien estn preparados para admitir que los
milagros de curacin pueden tener lugar a travs de la intermediacin de la hechicera,
insisten en que el verdadero autor es el diablo.
De todos modos nunca debe condenarse a un clrigo intolerante exclusivamente por
este motivo ya que como dice Marian Green en su importante tratado Magic in Theory
and Practice, son numerosos los sacerdotes que pueden ver mucho ms all de los lazos
de la ortodoxia y pueden atraer el poder. El fallecido Dr. Gerald Gardner, a quien
algunos consideran como fundador de Wicca, relat personalmente al autor que el
verdadero secreto de la magia reside en la imaginacin, mientras que los gestos
msticos, los crculos sagrados, pentagrama y las palabras de poder son meros puntos
focales de concentracin y que como adepto l no tena verdadera necesidad de stos. El
mago completo prescinde de chucheras y trabaja a travs del poder de la mente
solamente. As como el individuo ve y desea, as lo har l.
Muchos hechiceros parecen haber heredado una habilidad para curar mientras que
otros pueden desarrollar sus poderes incipientes por medio de la meditacin, los rituales
mgicos y la danza.

Curanderos psquicos
A lo largo de la historia, los curanderos psquicos han tenido ocasionalmente que
emplear o acudir a formas de subterfugios para atraer en primer lugar y controlar luego
las imaginaciones de aquellos que se encuentran a su cargo, con la inevitable
consecuencia de que algunas veces los han acusado de deshonestidad. Los magos y
hechiceros, hombres y mujeres de la Europa de los siglos XVIII y XIX que eran no
solamente aplicados curanderos psquicos sino tambin muy hbiles en la preparacin
de medicinas botnicas, estaban perfectamente conscientes de que para poder
entenderse con pacientes que crean firmemente en la magia, era absolutamente
necesario aportar un punto focal mgico a la imaginacin, como primera etapa
esencial para lograr la curacin. Estos curanderos de gran dedicacin, que actuaron
durante un perodo de la historia en que la profesin mdica no era particularmente
eficiente ni atesoraba grandes conocimientos, sino muchas veces letal, parecen haber
sido en parte videntes y en parte hechiceros y a menudo eran denunciados por sus
enemigos como charlatanes.
Los pocos que actuaban todava a comienzos de este siglo fueron descritos algo
despreciativamente en el informe de la Oficina de Publicaciones de Su Majestad Report
on the Practice of Medicine and Surgery 1910 como Viejas mujeres llamadas
curanderas quienes si bien se encontraban en rpida desaparicin como clase, vendan
ungentos, blsamos, encantamientos, etctera a menudo desagradables para el
tratamiento de abscesos, panadizos, pstulas y escaldaduras. Sin embargo lo que no se
deca era que estas mismas mujeres eran las legtimas herederas de las sacerdotisas del

arte de curar de la antigedad que haban velado por los enfermos pobres a travs de los
siglos, cuando la medicina oficial estaba disponible solamente para las clases pudientes.
Podan hallarse representantes del antiguo culto en el oeste de Inglaterra y en Gales
y, debido a que estos videntes campesinos eran los ltimos exponentes de la clase ms
antigua de curanderos psquicos, es que sus tcnicas son de suma importancia para los
estudiantes modernos de medicina. Al igual que los hechiceros medievales stos
pretendan invariablemente ser los sptimos hijos de sptimos hijos o sptimas hijas de
sptimas hijas. Eran sumamente diestros en terapia herborstica y preparaban pociones
para sus clientes y para la hacienda de sus clientes. Cuando sus tcnicas fracasaban,
tranquilizaban a sus ansiosos pacientes, por lo que en efecto era una muy hbil forma de
psiquiatra presentada como magia. Muchos de aquellos que buscaban su ayuda estaban
bastante convencidos de que haban sido vctimas de hechizos o de mal de ojo y se
encontraban casi destruidos por el temor. Ninguna cura puede resultar efectiva si el
paciente cree estar embrujado, y por lo tanto, la primer tarea consista en restaurar el
normal equilibrio de la mente.
Esto se lograba por lo que solamente puede ser descrito como un tipo de terapia de
shock. La persona enferma era conducida a la cmara del mago donde se encontraba
con una visin de calaveras polvorientas y rollos de antiguos pergaminos puestos all
para lograr el mximo impacto sobre la imaginacin. Abrumado momentneamente por
lo que vea, el paciente sola olvidar por un rato su morboso terror al mal de ojo y a la
hechicera y comenzaba a escuchar con temor y respeto las palabras del hechicero a
quien haba confiado el cuidado de su mente ansiosa.
Lo primero que ocurra era un juego de manos; en otras palabras actos engaosos. Un
mago de Anglia oriental tena un telescopio trucado que permita al paciente ver a
travs de una pared de ladrillos. Otro exhiba un espejo y le sugera a su paciente que
poda ver reflejada en l la cara del brujo o de algn otro individuo que era responsable
por su estado desgraciado. Una vez que se identificaba al culpable, se lo combata por lo
que era popularmente conocido como un hechizo a la inversa, de carcter
emocionalmente perturbador. Esto se lograba empleando un recipiente que contena
orina, sangre y cascos de caballo que se hervan en el fuego de la chimenea a
medianoche mientras el brujo mova los labios en encantamientos inaudibles. A menudo
se quemaba incienso para acentuar la atmsfera requerida en la que el paciente se
tornaba receptivo a las sugestiones acerca de que se iba a producir la curacin. Se deca
al paciente que cuando la botella estallara, el maleficio sera arrojado automticamente
sobre quien lo originara y el paciente se vera libre despus de sus temores y dudas.
Por medios tan melodramticos como stos, el curandero mago poda penetrar dentro
del mundo mental de su paciente emocionalmente enfermo; era la etapa primaria de la
curacin. Muy frecuentemente suceda que el paciente se recuperaba una vez que se
aseguraba a s mismo de que su enemigo, el brujo, haba sido vencido o destruido. Las
tcnicas de esta categora son totalmente ajenas a la medicina moderna pero es la forma
en que el mago debe actuar cuando el paciente se cree vctima de un hechizo.

Curanderos de pueblo
Los curanderos de pueblo de la vieja Europa estaban tcnicamente mucho ms
adelantados que los mdicos brujos primitivos de las sociedades tribales ya que tenan
una nocin cabal en el sentido de que su magia no era ms que una tcnica sagaz para
restaurar la salud mental de su paciente. De todas maneras, los mtodos empleados los
hacan sumamente vulnerables a los cargos de fraude y a pesar del hecho de que
prestaban sus servicios generalmente en forma enteramente voluntaria, a menudo se los

calificaba como charlatanes peligrosos por parte de los respetables miembros de la


sociedad y por la profesin mdica.
Todava frescos en la memoria de muchas personas vivas actualmente, quedan los
practicantes de artes similares que podan encontrarse en los bosques Ozark en Amrica
del Norte. Los Ozark permanecieron durante mucho tiempo como un museo real de
medicina de viejo cuo y eran famosos por sus curanderas conocidas como
abuelitas que combinaban la triple tarea de comadrona, herborista y maga en una.
Eran duchas en la preparacin de pociones herborsticas a partir de races de zarzamora
que daban a las mujeres durante el parto. Muchos montaeses de los Ozark continan
confiando en los mdicos herboristas y an hoy en da los prefieren a los mdicos.
Los remedios prescriptos por los curanderos de pueblo, hombres y mujeres, eran
como se ha podido ver, de carcter bsicamente mgico pero aun la medicina domstica
tena la marca del ocultismo tradicional si bien comprensiblemente muchas de sus
cualidades originales se han perdido a travs de los siglos.
Los libros hogareos recetaban curas tales como races de peona molidas con nuez
moscada fina para el tratamiento de ataques mientras que el aceite y azufre se
empleaban como blsamo para las heridas que rehusaban cicatrizar. La mayora de los
remedios tenan una considerable dosis de sentido comn si bien ha de aceptarse que la
vieja costumbre de emplear telaraas para detener las hemorragias rebeldes tena sus
inconvenientes higinicos. Los ancianos de pueblo empleaban frecuentemente curiosos
encantamientos como el siguiente para detener hemorragias o para reducir el dolor de
quemaduras y escaldaduras:
Tres ngeles vinieron del Oeste,
Uno trajo fuego, el otro trajo hielo.
En el nombre del Padre, Hijo y Espritu Santo
Afuera fuego. Adentro hielo.
En las bajas regiones pantanosas de las Islas Britnicas, los dolores y malestares
causados por la fiebre intermitente eran curados por medio de hechizos hechos con
varitas de madera de avellano. Supuestamente, los cnticos que los acompaaban
ejercan una influencia tan profunda en la imaginacin de los enfermos que stos sufran
recuperaciones aparentemente milagrosas. En el oeste de Inglaterra, se colocaban
durante la noche sobre las chimeneas varitas mgicas hechas de vidrio y con forma de
bastones, destinadas a mantener fuera de la casa a los espritus malignos que
provocaban enfermedades. Por cierto que si la varita se quebraba era signo de mal
augurio o de un mal inminente.
Los estudiosos de la vida rural hasta un siglo atrs o algo ms, expresaban un
constante asombro ante las curiosas creencias mdicas del acervo rural que
aparentemente haba cambiado muy poco desde el siglo diecisiete. En 1850 el peridico
Notes and Queries sealaba que el tratamiento domstico de las enfermedades entre
nuestros pobres, consiste principalmente en hechizos y ceremonias e incluso en los
remedios materiales que se emplean, se asigna tanta importancia a los rituales que los
acompaan, como a los elementos utilizados.
En otro artculo se da cuenta de una curacin milagrosa lograda en las inmediaciones
del oeste de la ciudad de Leicester que tena reputacin de ser buena para los ojos
enfermos. Era costumbre en Northampton llevar en el bolsillo una choquezuela o
rtula de oveja como proteccin contra los calambres y conservarla bajo la almohada
por las noches.

El autor del artculo haca la importante observacin acerca de una condicin


preliminar que era absolutamente esencial en este tipo de magia mdica: para lograr una
perfecta recuperacin la persona afectada tena que creer con todo su corazn que la
curacin iba a ser efectiva.
Muchos ritos populares reflejan la creencia, vieja como el tiempo, de que la curacin
psquica era una de las funciones de la religin y forman parte integral del folklore de la
iglesia de las Islas Britnicas. Este nfasis en el aspecto sacerdotal de la medicina
provena originalmente de los cultos del arte de curar de la prehistoria, donde sus
sacerdotes no eran solamente pastores sino tambin maestros de la medicina
sobrenatural. La fe en los hechizos de cementerios est declinando rpidamente hoy en
da, pero hasta alrededor de setenta aos atrs era numerosa la gente que crea a pie
juntillas en su efectividad.
El reverendo William Rees escribe tan recientemente como en 1897 y observa en un
interesante tratado sobre hechizos y curaciones que era entonces una creencia comn
que los espritus malignos eran los que causaban las enfermedades y que esto resultaba
en lo que l llama la solicitud de ayuda dentro de los recintos de una iglesia, y
continuaba: no queda la menor duda que tal ayuda espiritual ha sido requerida una y
otra vez.
En el oeste del pas, los epilpticos solan entrar al edificio de una iglesia durante la
noche y arrastrarse tres veces bajo la mesa de la Comunin para lograr alivio.
Anteriormente al establecimiento de la cristiandad, el enfermo debera haberse
arrastrado sobre las manos y rodillas bajo los arcos de una tumba o templo pagano.
Inclusive haba casos en que los enfermos robaban tierra de cementerio o agua de la
fuente despus de un bautismo para utilizarlas como medicina para los desrdenes
nerviosos. Se supona que un cheln sacramental (una de las limosnas recolectadas para
la Santa Comunin) posea poderes semejantes si se lo colgaba del cuello del paciente
como un pendiente.
En el norte de Inglaterra durante mucho tiempo anillos tallados con las bisagras de
los atades eran utilizados como encantamientos para la curacin de ataques. La
macabra creencia de que la enfermedad poda trasferirse por algn medio milagroso del
vivo al muerto condujo al extrao ritual de recetar calaveras molidas como remedio para
el mismo mal. En Lancashire se inform un caso de esta ndole tan recientemente como
1858. Un principio similar radica en la costumbre de caminar seis veces alrededor de
una tumba despus del oscurecer para curar las manchas de la piel y los fornculos.
Todos los extraos hechizos descritos anteriormente se referan en gran parte al
alivio de las enfermedades mentales o emocionales e implicaban dos principios bsicos:
uno, terapia de shock y el otro la antigua creencia de que el contacto con un objeto
santificado puede lograr la curacin en virtud de estar imbuido con el poder de los
dioses curativos.

CAPTULO 9
MANOS CURATIVAS
A travs de todas las pocas han existido hombres y mujeres de gran dedicacin e
inclusive nios que curaban enfermos por el aparentemente simple proceso de la
imposicin de las manos y sin embargo desde ningn punto de vista puede decirse que
estas personas fueran hechiceros. El hechicero utiliza ciertas reglas bien definidas de
ocultismo por medio de las cuales est capacitado para invocar primero y luego obligar
a las fuerzas de la naturaleza a cumplir su voluntad. Mientras que aquellos que curan
por tacto logran las curaciones casi invariablemente en virtud de un poder especial que
reside dentro de ellos y que generalmente heredan de sus padres o ha sido adquirido
como resultado de alguna forma de intervencin sobrenatural. Estas personas diestras en
el arte de curar tienen lo que puede describirse como un don de Dios y aparecen a
menudo cargadas con una energa dinmica que se extiende hacia afuera de su propio
cuerpo y ejerce influencia sobre todo aquello donde imponen las manos. Se han
registrado numerosos ejemplos de gente que posea esta facultad, algunos datan hasta
los albores de la historia documentada. Es muy probable que los sacerdotes del arte de
curar de la antigedad hayan reclutado sus miembros entre este tipo especial de
individuos.
En el antiguo Egipto e Israel se conocan muy bien las curaciones por tacto. Como se
puede leer en el Nuevo Testamento: No seas negligente con el don que est en ti y que
te fuera dado por profeca, con la imposicin de las manos del presbtero. Y en las
Actas se nos dice cmo San Pablo impuso las manos sobre un enfermo de fiebre y lo
cur. Jesucristo cur el odo de un nio enfermo a quien sac de entre la multitud.
Puso un dedo en su oreja y lo escupi y toc su lengua y elevando los ojos al cielo
suspir y dijo Ephphatha que quiere decir brete.
Muchos de los primeros santos tuvieron la reputacin de haber logrado notables
milagros de curacin por medio de la imposicin de las manos. San Bernardo curaba los
ciegos y los cojos; San Patricio de Irlanda curaba la ceguera. Los dos santos mrtires
Cosme y Damin antes mencionados, fueron particularmente famosos por esta clase de
curaciones. Los monarcas consagrados estaban investidos con este poder como un
aspecto de su bondad, incluso los emperadores de Roma. Vespasiano cont con la
reputacin de haber curado cojeras y cegueras y desrdenes del sistema nervioso por
medio de estos mtodos.
Los reyes de Inglaterra y Francia aliviaban la escrfula por medio de lo que se
conoca como el toque real, reforzado por la intensidad de la fe en sus poderes por
parte de sus sbditos. El rey Carlos I cur cierta vez la escrfula solamente por medio
de la palabra: Dios te bendiga y te otorgue lo que deseas. Jorge I, el monarca de la
casa Hanover, suprimi las curaciones por medio del tacto y como resultado directo la
monarqua perdi buena parte de la reverencia mstica que haba inspirado hasta ese
entonces entre la gente.

La curacin por medio del tacto adopt varias formas; se deca que los prncipes de
los diversos estados alemanes curaban las dificultades del habla existentes entre sus
sbditos besando a los enfermos en los labios.
En la mayora de los casos las personas capaces de curar o que aducan curar
enfermos por medio de la imposicin de las manos eran muy estimadas en las
sociedades en que vivan. En tiempos medievales no solamente reciban reconocimiento
oficial sino que se les otorgaba el nombre de quiotetistas. Retrocediendo an ms hasta
un perodo anterior, encontramos que Plinio deca: Hay hombres cuyos cuerpos
ntegros poseen propiedades medicinales. Esto se aplica especialmente a los pueblos de
Chipre y Espaa. Por lo tanto la imposicin de las manos con miras a la curacin de
los enfermos como se practica hoy en da, puede considerarse como una de las ms
honorables artes que perduran de la curacin ocultista.

Don de Dios?
No solamente los monarcas y santos obtuvieron renombre por la realizacin de
milagros en lo que actualmente podra llamarse terapia tctil sino que tambin los legos
afirmaron tener poderes similares y haber participado ampliamente en la curacin de los
enfermos. Resulta interesante destacar que muchos de ellos actuaron durante el
resurgimiento del entusiasmo religioso imperante en el siglo XVII, en que la mentalidad
del hombre se alejaba de los asuntos terrenales hacia esferas ms elevadas. Uno de los
individuos ms famosos en este arte de curar fue Valentini Graterakes, veterano de las
guerras civiles inglesas de quien se dice que haba curado una gran cantidad de
dolencias inclusive el mal del rey, por medio del sencillo mtodo de tocar el cuerpo
vestido de su paciente. Graterakes estaba plenamente convencido de que sus poderes
provenan de un don del Todopoderoso e insista en que estaba cargado de magnetismo.
Sus tcnicas eran sumamente interesantes, ya que se dice que poda extraer una
enfermedad bajndola a lo largo del cuerpo de su paciente hasta expelerla por la va de
los pies. Un tocador lego parecido, hacia esta poca, excitaba grandes multitudes de
enfermos de Londres, y muchos de aquellos que se hallaban desesperados en busca de
alivio intentaron comprar su jergn, ya que crean que estaba provisto de poderes
sobrenaturales.
Todas aquellas personas que realizan curaciones psquicas reflejan las creencias
prevalecientes en los tiempos en que viven. Durante algn perodo de la historia la
persona que impone las manos estar convencida de que sus poderes provienen de su
propio interior mientras que en otro momento cree ser instrumento de Dios. En las
pocas de fe cuando prevaleca el exorcismo, las curaciones psquicas estaban
estrechamente vinculadas con el hecho de arrojar fuera de los cuerpos de los enfermos a
los demonios de la dolencia. Actualmente el exorcismo se ha convertido en psiquiatra y
los demonios han sido rebautizados como represiones.
El mecanismo de las curaciones tctiles permanece en el misterio an hoy en da. Sin
embargo es posible que el tacto de la persona que realiza la curacin imparta una serie
de seales al subconsciente del paciente el cual acta como un estmulo mental al que la
mente no tiene ms opcin que responder.
La moderna teraputica psquica no necesita equipar sus consultorios con elementos
de superchera mgica por la simple razn que stos han dejado de servir de estmulos
para el poder del psquico. El paciente moderno se muestra mucho ms profundamente
impresionado por lo que puede llamarse atmsfera clnica. De todas maneras como
hemos visto en innumerables casos, en el pasado los distintivos mgicos eran esenciales

para el tratamiento de pacientes que adheran por entero a la creencia de que la causa de
una enfermedad era ya la magia negra, ya los malos espritus.
Nada acta sobre el enfermo ms inmediatamente que la atmsfera. Una vez que se
ha creado el clima cultural apropiado, la mente del paciente se torna receptiva a la
sugestin y puede ser conducida hbilmente hacia lo que es en realidad autocuracin. Se
entendern mejor los papeles relativos a las dos partes siguientes si se visualiza al
paciente como a una orquesta y a la persona que va a efectuar la curacin como a su
director. Por esta razn algn viejo adivino con una slida reputacin tanto como
persona capaz de realizar curaciones como tambin por s misma, lograr obtener a
menudo curas que desconcierten a mdicos cientficamente equipados. Esto se aplica,
por ejemplo, para las llamadas curas milagrosas logradas por Bridget Bostock, la
Pitonisa del siglo XVIII de Nantwich en Cheshire que curaba con tanta efectividad a
sordos, mudos y ciegos, que tanto ricos como pobres abandonaban a sus mdicos
habituales para acudir a ella en rebao para ser tratados. Sus mtodos, que consistan
principalmente en acariciar con la mano y en la aplicacin de saliva, resultaban en
numerosas curas milagrosas.
El crecimiento de la ciencia mdica ha estado casi invariablemente acompaado por
una oposicin intolerante, que alguien podra llamar histrica, dirigida contra la persona
que ejerce un arte de curar no ortodoxo, o mdico no convencional a quien
generalmente se lo denuncia como charlatn o loco. Entre los ejemplos ms palpables
de esta categora de imperdonable intolerancia se cuentan el obstinado rechazo por parte
de la profesin mdica a admitir la validez de la teora de Pasteur acerca de los
grmenes y el ridculo que debi enfrentar Semmilweis al descubrir que las manos
sucias de un mdico podan conducir a la muerte de la madre durante el parto.

Magnetismo animal
No caba esperar otra cosa que un ridculo semejante como el que por lo tanto hallara
Franz Antoine Mesmer en el siglo XVIII por su asombrosa teora acerca del
magnetismo animal, a pesar de ser un mdico calificado. Mesmer, producto de la
llamada Ilustracin, se haba visto muy impresionado por los logros de Joseph Gassner,
un sacerdote austraco que haba curado a una gran cantidad de labriegos enfermos por
medio de una combinacin de tacto y exorcismo. Mesmer sostena que las curas tenan
validez cientfica y elabor la teora que no constitua por cierto ninguna novedad,
acerca de la sujecin del cuerpo humano a fuerzas magnticas de procedencia
planetaria. Si se sustituye el trmino mgico por magntico se percibir
inmediatamente que la nueva ciencia era, en medida considerable, la reinstauracin de
ciertos curiosos principios de magia formulados durante el Renacimiento.
En el siglo XVI el mago-cientfico Paracelso coloc el polo negativo de un imn
sobre la cabeza de su paciente y el polo positivo de otro sobre el estmago, de manera
de interrumpir el caudal de fluido nervioso al que atribua la causa de sus ataques. Dos
siglos despus, Mesmer desarrollaba la teora sobre el movimiento de los planetas como
influencia sobre el cuerpo humano por medio de un fluido invisible. Crea que el cuerpo
estaba dividido magnticamente en polos positivos y negativos y que cualquier forma
de desequilibrio resultaba en enfermedad. Cuando Mesmer intent curar la histeria
colocando imanes sobre el cuerpo de su paciente, ste cay en un profundo trance y
despus de despertar comenz a recuperarse bastante rpidamente.
An ms, Mesmer descubri como resultado de un increble nmero de
experimentos, que el procedimiento poda ser controlado efectivamente a voluntad de la
persona que lo llevara a cabo. Su tcnica represent un puente entre los rituales mgicos

y la ciencia. Se haca sentar a los pacientes en crculo alrededor de una baera que
contena agua, barras y limaduras de hierro; sin embargo esto fue remplazado
posteriormente por una cadena viva de manos apoyadas sobre una mesa.
Las teoras de Mesmer fueron indirectamente responsables del renacimiento de los
rituales mgicos en nuestra poca y de la renovacin del inters por los cuerpos astrales
y el misterioso elixir de la vida de los antiguos alquimistas.
Mesmer fue tachado por la mayora de sus contemporneos tanto de desequilibrado
como de charlatn, en gran parte debido a que la simbologa exterior de sus
experimentos pareca pertenecer, a los ojos de ellos, al entonces desprestigiado mundo
de los magos. A pesar del hecho de que multitudes de personas acudan a l en procura
de curacin y de las muchas curaciones aparentemente milagrosas ocurridas, su trabajo
hall el destino habitual reservado a aquellos que tienen la temeridad de desafiar los
cnones del pensamiento mdico contemporneo. La imagen de Mesmer acudiendo de
un paciente a otro, vara en mano, era demasiado para lo que el espritu racionalista de la
poca poda tolerar. Inclusive ofendi a la Iglesia y una cantidad de crticos clericales
llegaron hasta decir con toda seriedad que ste haba vendido su alma a Satn.
Un aristcrata francs, el marqus de Puysegur, desarroll an ms el magnetismo al
realizar el descubrimiento sumamente importante sobre la hipnosis en el sentido que
sta poda ser de suma efectividad sin necesidad de utilizar complicados gestos con las
manos y el empleo de varitas mgicas. En lo exterior al menos, los experimentos de
Puysegur sugeran la ms profunda supersticin ya que haca sentar a sus pacientes en
crculo alrededor de un olmo magnetizado mientras se sujetaban entre s de sus
respectivos pulgares. Todo este ritual y ceremonial tenan la ms profunda importancia
ya que de esta manera estaba allanando el camino a la hipnosis mdica que hoy en da
cuenta con el total reconocimiento por parte de la profesin.

Terapia de hipnosis
La hipnosis parece estar estrechamente relacionada en ciertos aspectos a una tcnica
bien establecida de magia y curacin, conocida como visualizacin, en la cual el sujeto
crea una clara imagen de cualquier cosa que se desee. Se puede alcanzar este estado por
medio de la meditacin o simplemente contemplando un objeto en particular e
intentando retenerlo como una visin en la imaginacin. Un individuo o un grupo puede
emplear esta tcnica para dirigir pensamientos curativos hacia la persona que lo
necesita. En algunas ocasiones se puede crear la imagen mental de un espritu o deidad
con la capacidad de curar y proyectarla hacia la persona enferma.
Por lo tanto puede considerarse la hipnosis como una clase de la antigua magia
divorciada de sus adornos rituales sin sacrificar ninguna de sus verdades esenciales.
Entre los miembros de la ms vieja escuela de terapistas por hipnosis, se escriba a
veces sobre un trozo de papel el concepto a sugerir y se lo presentaba al paciente de
manera de imprimir en su mente la idea de su curacin. Esto no es, en efecto, otra cosa
que una versin modernizada y santificada de los antiguos hechizos con poderes de
curacin usados por los sacerdotes del arte de curar, los magos medievales y los
mdicos brujos tribales.
Actualmente se admite que el dolor puede aliviarse por medio de la sugestin, pero
cuando se desarroll seriamente esta idea por primera vez bajo la forma de teora
mdica en el siglo pasado, el clamor desatado indicaba que los mdicos de ese entonces
no estaban preparados para considerar los reclamos verificables de aquello que dieron
en considerar como charlatanera mdica.

Todava despus de 1842 cuando John Elliotson fund el hospital donde se aplic
hipnosis por primera vez en operaciones quirrgicas, la profesin mdica en su conjunto
mantuvo una frrea indiferencia hacia tales medidas que ofrecan la entonces nica
alternativa para paliar los atroces dolores provocados por las operaciones quirrgicas.
Desde esos tiempos, los dentistas han descubierto que el caudal de saliva puede ser
detenido por medio de la sugestin, los mdicos han descubierto que las heridas
cicatrizan ms velozmente despus de tratar al paciente con hipnosis y que toda clase de
dolores y molestias, ya sea neurticas o de otra ndole han sido similarmente aliviados.
Debe resultar bastante evidente que algo del trabajo de los mdicos hipnlogos tiene
mucho en comn con la detencin de las hemorragias lograda por medio de sugestin
segn lo realizaban los sacerdotes magos de la vieja Laponia. Se podra muy bien
agregar la observacin sobre los hechizos para la sangre, en el ao 1890 tan en boga en
Devon y Cornwall, que algunos de ellos continan actuando, cuidadosamente ignorados
por la medicina oficial, an hoy, en ciertos lugares remotos.

CAPTULO 10
EL UMBRAL DE LA MEDICINA
El trmino charlatn mdico que se endilgara tan indiscriminadamente en el
pasado comprenda una multitud de santos tanto como pecadores. En realidad muchos
de stos eran personas dedicadas con mucho empeo al arte de curar que, al permanecer
fuera de las organizaciones oficiales de la medicina o de la Iglesia, sufrieron
persecuciones e incluso la muerte. Muchos atendieron a las comunidades en situaciones
en que la profesin mdica pareca incapaz o renuente a aceptar sus responsabilidades,
tal por ejemplo lo ocurrido durante la Gran Peste de 1665 en que todos los mdicos
oficiales abandonaron Londres hacia las provincias. An en el siglo diecinueve la
ciencia mdica resultaba lastimosamente inadecuada frente a determinadas
circunstancias. John Constable, el pintor, describa su perplejidad cuando su joven hijo
fue atacado de tos ferina, y escriba: Encuentro que los mdicos no saben nada acerca
de esta terrible enfermedad; queda por lo tanto en manos de los charlatanes.
Si bien es indiscutiblemente cierto que una gran cantidad de charlatanes
inescrupulosos floreciera durante los siglos XVIII y XIX, sera totalmente equivocado
condenarlos a todos carte blanche, ya que muchos de ellos parecen haber sido
responsables de algunas curaciones verdaderamente destacadas. James Hallett, el
famoso charlatn de Sussex del siglo XIX que se anunciaba algo grandilocuentemente
en un volante que deca El Curador Original de Todas las Enfermedades, era en
realidad un ducho herborista que, debe destacarse, invariablemente atribua todos sus
xitos a la ayuda de Dios.
Sally Mapp, la famosa componedora de huesos cuyos aciertos mdicos hicieron de
ella una figura nacional en la Inglaterra del siglo XVIII, era indudablemente una
curandera tradicional cuyas habilidades le haban llegado a travs de generaciones
anteriores durante las que no exista la profesin mdica como se la conoce en la
actualidad. Su habilidad era considerada tan importante que no solamente la consultaban
hombres y mujeres de clase elevada sino tambin muchos de los prominentes mdicos
de su poca. Al igual que Mesmer, que haba representado una unin entre la magia y la
psiquiatra, Sally Mapp parece haber establecido un puente entre el antiguo oficio de
componer huesos y la moderna terapia ortopdica, deuda que la profesin mdica
parece estar determinadamente remisa en reconocer.
La reputacin de los curanderos extraoficiales e incluso de los doctores charlatanes
dependa casi ntegramente de la fe que la comunidad depositara en sus poderes. Es
significativo que la mayora de ellos adujeran ser los sptimos hijos de sptimos hijos o
sptimas hijas, lo cual es el manual de los signos tradicionales del curandero mgico.
Inclusive ese destacado mercenario y bufn de la medicina Gustavas Katterfelto, el
charlatn de la influenza del siglo XVIII, se apresur a explotar la tradicin de larga
data de reunir el arte de curar con la magia, ya que apareca invariablemente frente a su
multitudinario pblico acompaado de dos enormes gatos negros que pasaron a ser
conocidos como los diablos del doctor. La mayora de los extraos charlatanes de esta
calaa tuvieron un fin desastroso una vez que el pblico atisb sus engaos. Solamente

los reputados curanderos parecen haber sobrevivido virtualmente indemnes y stos lejos
de tener afn de lucro a menudo rehusaban cobrar por sus servicios prefiriendo confiar
en cambio en las contribuciones voluntarias de sus pacientes.
De todas maneras es un hecho lamentable que hacia fines del siglo pasado y bien
entrado el presente, una gran cantidad de charlatanes haya continuado menoscabando a
los mdicos por un lado y a los curanderos psquicos por el otro. En un determinado
perodo, los miembros de la profesin mdica de los Estados Unidos fueron superados
en una proporcin de por lo menos veinte a uno por mdicos charlatanes cuyo equipo
ntegro, segn un crtico, consista en psicoterapia sumada a un astuto entendimiento
de la naturaleza humana. Este asombroso estado de cosas se atribuy en su momento al
descrdito popular frente a la medicina legtima lo que parecera indicar muy
claramente que su causa radical residira en la continua confianza que la mayora de la
poblacin prestaba a las formas tradicionales de curacin que seguan la tradicin
mgico-religiosa en el arte de curar a los enfermos.

Aguas minerales
En ninguna otra esfera de la medicina de antao se puede ver una situacin ms
evidente que en el culto de las aguas minerales que permaneci casi inmutable en las
Islas Britnicas por lo menos durante doscientos aos.
Como se indic anteriormente, el culto primitivo hacia los espritus con propiedades
curativas de los pozos y arroyos fue remplazado durante la Edad Media por el culto
hacia los pozos sagrados que fueran colocados bajo la advocacin de los santos
cristianos. Ms adelante tuvo lugar una sucesiva modificacin de estas actitudes y el
agua dej de ser adorada para ser entonces bebida debido a sus condiciones teraputicas.
Durante un perodo, el tratamiento de aguas minerales comprenda baos de agua
helada, lo que era obviamente un sustituto moderno del antiguo rito de la inmersin
total. Esto cay en desuso gradualmente pero son muy pocos los mdicos que parecen
haber llegado a denunciar las curas de aguas cuando stas se encontraban en su apogeo,
posiblemente debido a la buena razn de haber permanecido por un perodo
considerable como uno de los ms lucrativos de todos los fetichismos mdicos
oficialmente aceptados.
En Irlanda, Escocia y Gales prosigui la reverencia hacia los tradicionales espritus
de las aguas sobre los que se haban basado los viejos cultos de la curacin, en forma
atenuada hasta el final del siglo XIX. Esto resultaba particularmente evidente en un
curioso juego infantil de varias regiones de Cardiganshire, en el cual uno de los
jugadores era llamado el brujo del pozo. Tambin persiste en la tradicin la creencia
en pozos muy viejos que contienen fabulosos tesoros escondidos bajo el tutelaje de
espritus poderosos.
A travs de toda la historia de la medicina corre una trama constantemente
recurrente: la persona que posee el arte de curar es bastante impotente a menos que
pueda establecer una relacin apropiada con su paciente. En otras palabras, el
mecanismo de la curacin est estrechamente relacionado con la intensidad de la fe que
la persona con el arte de curar pueda imponer.

Umbral de la medicina
Si bien la mayora de los mdicos estn preparados generalmente para coincidir en
privado acerca de la validez de esta propuesta, lamentablemente tienen una tendencia a
reaccionar demasiado exageradamente cuando la curacin psquica se presenta bajo

forma de un credo mdico rival, como en el caso del Umbral de la medicina, que es el
equivalente moderno de los cultos curativos de la Antigedad. La naturopata es
claramente una restauracin en el siglo XX del antiguo principio del cuerpo como
organismo autosuficiente en cuanto al aspecto mdico y que en tanto se libere a la
naturaleza para actuar sin impedimentos no habra probabilidades de mala salud. Todos
los productos medicinales no-orgnicos son repudiados por los naturlogos que
demuestran una reverencia casi religiosa hacia la fuerza de la vida en la naturaleza.
La osteopata, fundada por un curandero rural llamado Andrew Taylor en los Estados
Unidos en el siglo XIX, tiene por base el sensato principio mdico del cuerpo humano
como incapaz de funcionar eficientemente a menos que se encuentre estructuralmente
sano. Como a la quiropraxis, que es tradicionalmente igual al arte de curar de los
compone-huesos de la vieja Europa, la mayora de los hombres de la medicina ortodoxa
continan oponindosele aun cuando muchos de stos no dudan un instante en derivar a
miembros de sus propias familias a ostepatas para un tratamiento especial de la espina
dorsal.
La existencia de dos caras contradictorias en la medicina da plena evidencia del
miedo neurtico hacia lo desconocido demostrado demasiado a menudo por los
miembros de la profesin mdica, en la que lamentablemente el miedo es la palabra
clave.
Sin embargo, el estudioso de la historia de la medicina ha de encontrar una intensa
fascinacin en la reaparicin en el siglo XX de diagnsticos pendulares bajo el nombre
de radiestesia, la cual tiene estrecha afinidad con las teoras de Paracelso, el curandero
mago del siglo XVI. De todas maneras, los miembros de los modernos cultos del
Umbral no parecen darse cuenta cabal de la estrecha similitud entre formas
aparentemente modernas de diagnosis y las que fueron utilizadas por mdicos brujos,
sacerdotes druidas y brujas blancas, los que a veces medan la intensidad de una
enfermedad por la tensin en la cuerda que aplicaban en la cabeza del paciente.
Edgar Cayce, el famoso curandero norteamericano que poda diagnosticar una
enfermedad mientras se hallaba en estado de trance, empleaba mtodos muy similares a
los utilizados por los sacerdotes del arte de curar de la Antigedad. Inclusive la terapia
de la caja negra que como tantos cultos mdicos modernos alcanz popularidad primero
en los Estados Unidos, puede ser rastreada finalmente hasta las teoras de los mdicos
magos del siglo XVI. La herborstica originada en las tradiciones msticas conservadas
por los curanderos rurales, ha sido restablecida desde hace tiempo con una base
cientfica y se ha despojado de los aspectos de encantamiento y casi mgicos que en
otras pocas se consideraban como inseparables del tratamiento herborstico.

CAPTULO 11
CURACIONES ESPIRITISTAS
El advenimiento del espiritismo a mediados del siglo XIX condujo a un gran
restablecimiento del inters en las curaciones psquicas, que hasta ese entonces parte del
pblico haba asociado con las curaciones de los santuarios de la Iglesia Catlica o con
la charlatanera.
Las personas que practican el arte de curar por medio del espiritismo parecen estar
convencidas de que sus curaciones se logran principalmente con la cooperacin de
mdicos fallecidos que han pasado al mundo de los espritus y que esto incluye la
ciruga psquica. Si esta posicin es justificable puede ser debatible pero no cabe duda
que los espiritistas han efectuado muchas curas milagrosas.
Existen dos clases principales de curaciones espiritistas: en primer lugar hay contacto
fsico entre la persona que realizar la curacin y su paciente, de hecho es la tradicional
imposicin de las manos; en segundo lugar, existe la curacin en ausencia, en la cual
una persona bien intencionada interceder ante un curandero espiritista por un amigo
que a menudo est completamente ajeno a lo que se est haciendo por l.
Tanto los mdicos como los eclesisticos parecen coincidir en que los estados
mentales tienen una profunda intervencin en la curacin. Los espiritistas, por otro lado,
contemplan la cuestin como parte de una preocupacin constante de los muertos hacia
los vivos.
El secreto final de una salud perfecta permanecer quiz siendo para siempre un
misterio insoluble. En la actualidad generalmente se acepta que muchas enfermedades
pueden ser rastreadas hasta conflictos inconscientes dentro de la mente y esto incluye
algunas formas de sordera, ceguera y hasta parlisis, todas las cuales a veces son
curables por medio de la sugestin.
Los nuevos conocimientos han dado nuevos nombres cientficos a viejas
enfermedades. La histeria morbosa, que se creyera alguna vez que era uno de los
sntomas principales de los embrujos y entraba por lo tanto dentro de los dominios del
mago blanco, es tratada ahora por el psiquiatra, nuestro exorcista lego del siglo XX. La
mente comprueba ser la duea del cuerpo en otras formas insospechadas hasta ahora.
Las glndulas estn sujetas a sugestin hipntica y dolencias menores tales como la
constipacin y desrdenes menstruales son fcilmente curables por medio de la
hipnosis. Es interesante que finalmente se haya restaurado la terapia tctil entre el
mdico y su paciente y que se vea favorecida por mdicos que hasta muy recientemente
habran rechazado cualquier sugestin de haber adoptado la reminiscencia de la tcnica
de la imposicin de las manos de los sacerdotes del arte de curar de la Antigedad.
Finalmente los mtodos empleados por todos los curanderos, cientficos o religiosos
deben confiar para su efectividad con un rapport consciente o inconsciente entre la
persona con el arte de curar y aquel que debe ser curado. Por lo tanto la relacin
permanece siendo religiosa en esencia, es decir, la del sacerdote curandero y su
comunicante; la fusin de dos mentes en un esfuerzo combinado para extraer la causa
escondida de la enfermedad y superarla por medio del aporte del poder interior, el cual,

debido a que yace ms all del alcance de lo consciente es llamado demasiado a menudo
sobrenatural.
Se puede ver a mucha de la llamada medicina moderna como el restablecimiento
sobre lineamientos cientficos de ciertas antiguas tradiciones del arte de curar. La
medicina cientficamente orientada a cobrado xito al ubicar sobre un plano racional o
consciente mucho de aquello que en los primitivos cultos sacerdotales hubiera sido
conocido solo intuitivamente. El cientfico define; el filsofo comprende. Solamente
cuando las dos ramas de la medicina la racionalista y la espiritista se renan, podr
contarse con cualquier clase de esperanza verdadera en una filosofa de la salud
realmente positiva.

Mdico, crate a ti mismo!


El verdadero secreto de la salud reside en la creacin de la clase de ambiente que
mejor se adapte a los temperamentos individuales y a las necesidades psquicas y en
evitar aquellas situaciones que instintivamente sabemos que atentan contra nuestro
bienestar. Todas las personalidades difieren entre s y por lo tanto no puede haber una
ruta bien definida hacia el xito. Para algunos, la tranquilidad rural aporta el marco
esencial para una mentalidad satisfecha y un organismo con salud, mientras que para
otros ello estriba en la vitalidad de los pueblos y ciudades. Para una minora inteligente
el camino principal hacia la salud consistir en un equilibrio bien logrado entre los
requerimientos de la ciudad y el campo, que quiz sea la mejor solucin de todas ya que
ofrece la clase de contraste que conforma mejor la personalidad exterior y el ser interior
o alma.
Pero esto es solo el comienzo. Se debe calar ms profundo y atender a esas voces
intuitivas que buscan guiar al individuo a travs del remolino de conflictos que lo
acosan cotidianamente.
Los verdaderos elegidos son aquellos que reconocen sus propias limitaciones y
rehsan verse envueltos en conflictos inevitables. Imperturbables entre esperanzas y
temores, no son ni ambiciosos ni depresivos. Los habitantes del campo de algunas
generaciones atrs habrn vivido vidas frugales, pero muy pocos de ellos habran sido
candidatos al divn del psiquiatra, cuando menos porque sus sistemas nerviosos no
fueron tan vapuleados como los nuestros por la violencia real y potencial y por la
guerra.
Los desrdenes espirituales ocasionales a los que en su inocencia daban el nombre de
hechicera, eran remediados con comparativa facilidad por los curanderos y curanderas
que existan en ese entonces en toda comunidad, como custodios de la salud fsica y
espiritual.
Haciendo un balance, la gente del pasado parece haber llevado una vida ms feliz
que la nuestra en la opulenta sociedad actual. Desde luego que no est a nuestro alcance
volver atrs la arena del tiempo y volver a la vida el desvanecido mundo del ayer pero
existen de todos modos sinnmero de cosas que podemos hacer para tornar la vida
menos agobiante de lo que es en la actualidad.
En primer lugar uno debe contemplarse a s mismo como a un individuo
perfectamente sano que en el curso normal de los acontecimientos est propenso a verse
aquejado por dolencias menores alguna vez. Esa imagen no debe perderse de vista, ya
que a travs de tenerla constantemente en la mente se puede mantener un estado
satisfactorio de salud. El siguiente paso ser tratar de enfrentar cabalmente el hecho del
temor a la muerte. Si solamente se logra esto, la muerte dejar de perturbar la mente y
una multitud de otros demonios se desvanecern tambin. Entonces debe escucharse la

voz interior; es el alma que habla y solamente le preocupan la persona y sus intereses
finales. Es la gua.
Finalmente debe intentarse crear un ambiente hogareo libre de discordias al cual
uno pueda retirarse al final de una jornada de labor para renovar la fortaleza requerida
para enfrentar las dificultades de la vida cotidiana. De esta manera cada individuo logra
una estructura de salud fsica y mental, y se convierte en efecto en su propio mdico, y
vive de la mejor manera posible desde el nacimiento hasta la muerte una existencia
formada dentro de la posibilidad humana en el mayor acuerdo con sus propias
necesidades individuales y nicas.

También podría gustarte