San Andrés de Creta
San Andrés de Creta
San Andrés de Creta
que
florece entre espinas y paraso espiritual donde Jesucristo,
el
nuevo Adn, establece su morada.
LOARTE
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Disertaciones
La entrada de Cristo en Jerusaln:
Venid, subamos juntos al monte de los Olivos y salgamos al
encuentro de Cristo, que vuelve hoy desde Betania, y que se
encamina por su propia voluntad hacia aquella venerable y
bienaventurada pasin, para llevar a trmino el misterio de
nuestra salvacin.
Viene, en efecto, voluntariamente hacia Jerusaln, el mismo que,
por amor a nosotros, baj del cielo para exaltarnos con l, como
dice la Escritura, por encima de todo principado, potestad, virtud y
dominacin, y de todo ser que exista, a nosotros que yacamos
postrados.
l viene, pero no como quien toma posesin de su gloria, con
fasto y ostentacin. No gritar dice la Escritura, no clamar,
no vocear por las calles, sino que ser manso y humilde, con
apariencia insignificante, aunque le ha sido preparada una
entrada suntuosa.
Corramos, pues, con el que se dirige con presteza a la pasin, e
imitemos a los que salan a su encuentro. No para alfombrarle el
camino con ramos de olivo, tapices, mantos y ramas de palmera,
sino para poner bajo sus pies nuestras propias personas, con un
espritu humillado al mximo, con una mente y un propsito
sinceros, para que podamos as recibir a la Palabra que viene a
nosotros y dar cabida a Dios, a quien nadie puede contener.
Madre
inmaculada
(Homila I en la Natividad de la Santsima Madre de Dios)
Exulte hoy toda la creacin y se estremezca de gozo la
naturaleza. Algrese el cielo en las alturas y las nubes
esparzan
la
justicia. Destilen los montes dulzura de miel y jbilo las
colinas,
porque el Seor ha tenido misericordia de su pueblo y nos
ha
suscitado un poderoso Salvador en la casa de David su
siervo,
es
decir, en esta inmaculadsima y pursima Virgen por quien
llega
la
salud
y
la
expectacin
de
los
pueblos.
Que las almas buenas y agradecidas entonen un cntico de
alegra; que la naturaleza convoque a todas las criaturas
para
anunciarles la buena nueva de su renovacin y el inicio de
su
reforma (...). Salten de alegra las madres, pues la que
careca
de
descendencia [Santa Ana] ha engendrado una Madre virgen
e
inmaculada. Algrense las vrgenes, pues una tierra no
sembrada
por el hombre traer como fruto a Aqul que procede del
Padre
sin
separacin, segn un modo ms admirable de cuanto
puede
decirse. Aplaudan las mujeres, pues si en otros tiempos una
mujer
fue ocasin imprudente del pecado, tambin ahora una
mujer
nos
trae las primicias de la salvacin; y la que antes fue rea, se
manifiesta ahora aprobada por el juicio divino: Madre que
no
conoce varn, elegida por su Creador, restauradora del
gnero
humano.
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1. Clara alusin a que la Santsima Virgen estuvo inmune
del
pecado
original, con el que en cambio nacen todos los dems seres
humanos.
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