Filosofía y Metodología de Las Ciencias Sociales - Gómez Rodríguez, Amparo
Filosofía y Metodología de Las Ciencias Sociales - Gómez Rodríguez, Amparo
Filosofía y Metodología de Las Ciencias Sociales - Gómez Rodríguez, Amparo
El libro universitario
Filosofa y
metodologa de las
ciencias sociales
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de soporte o comunicada a travs de cualquier medio, sin la preceptiva autorizacin.
ndice
Introduccin ..................................................................................................................
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ndice
6. Las teoras de las ciencias sociales ..................................................................
1. Las teoras cientficas como sistemas de enunciados ........................................
1.1 Teoras factoriales .....................................................................................
1.2 Tipos de teoras sociales............................................................................
2. Las teoras como estructuras .............................................................................
3. Axiomatizacin de teoras .................................................................................
3.1 Axiomatizacin conjuntista de teoras sociales.........................................
3.2 Las condiciones de ligadura ......................................................................
4. La concepcin semntica de las teoras.............................................................
4.1 Modelos anlogos......................................................................................
4.2 Modelos tericos .......................................................................................
4.3 Modelos deterministas y estocsticos........................................................
4.4 Hiptesis tericas ......................................................................................
4.5 Teoras .......................................................................................................
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Bibliografa ...................................................................................................................
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Introduccin
El conocimiento social constituye un campo de enorme inters para la investigacin filosfica. Metodlogos, filsofos y cientficos sociales han
tratado de dar cuenta de la diversidad de cuestiones filosficas que se plantean en el contexto de las actividades que conocemos como ciencias sociales. Esto se ha llevado a cabo en el marco de las distintas concepciones filosficas del conocimiento cientfico que se han desarrollado a lo largo de
la historia. Los temas de reflexin que se han considerado relevantes, el tratamiento que se ha hecho de ellos e, incluso, la forma de concebir a las propias ciencias sociales han dependido estrechamente de estas concepciones
y su evolucin. A su vez, stas han sido deudoras, en buena medida, del desarrollo de las propias ciencias.
Desde su constitucin como disciplinas que se pretendan separadas de
la filosofa para adentrarse en el terreno de lo cientfico, las ciencias sociales han estado bajo la influencia de los estndares de cientificidad dominantes en el mbito de las ciencias naturales. Tericos y filsofos sociales
no albergaron dudas acerca del carcter cientfico del conocimiento social
que se estaba produciendo, abordando cuestiones de naturaleza ontolgica,
epistemolgica y metodolgica relacionadas con la extensin del punto de
vista cientfico al estudio de los seres humanos y la sociedad. Sus aportaciones constituyeron los prolegmenos de la filosofa de las ciencias sociales y fueron fundamentales para las emergentes disciplinas sociales.
El anlisis del mtodo cientfico, la naturaleza causal de los acontecimientos sociales, las formas de explicacin, las leyes, la justificacin de las
teoras o los fines que deben regir el conocimiento social fueron temas fundamentales de reflexin a lo largo del siglo XIX. Configuraron, por as decirlo, una agenda filosfica que no cambia sustantivamente hasta la aparicin
en el siglo XX de los planteamientos postpositivistas. Tal permanencia, en
buena medida, se debe a que stos son temas que interesan a los propios
cientficos sociales, profundamente inmiscuidos en la cuestin de la cientificidad de las investigaciones que llevan a cabo, de los resultados que alcanzan y, en ltima instancia, de sus propias disciplinas.
Las filosofas neopositivista y racionalista crtica profundizaron en el estudio de estas cuestiones desde el ideal de ciencia unificada, la primera, y
las exigencias del mtodo crtico, la segunda. Sus trabajos consolidaron el
corpus central de la epistemologa y metodologa de las ciencias sociales y
sus argumentos formaron parte de la discusin posterior, erigindose en
punto de referencia obligado, aunque fuese para su cuestionamiento. En
esta discusin ocupa un lugar destacado su diagnstico acerca de la cientificidad de las ciencias sociales, que establece, en el mejor de los casos, la
consideracin de estas ciencias como cientficamente deficitarias y, en el
peor, la exclusin de ciertas propuestas del mbito de la ciencia. La dilucidacin del estatus cientfico del conocimiento social constituy el leitmotiv
de la filosofa de las ciencias sociales ms cercana al neopositivismo y racionalismo crtico. Su insistencia en esta cuestin ha sido tan destacada
que, en cierta medida, podra contarse la historia de la filosofa de las ciencias sociales hasta fechas no muy lejanas como el esfuerzo dirigido a clarificar la cientificidad de estas disciplinas.
El cuestionamiento del neopositivismo y el racionalismo crtico, con el
surgimiento de los planteamientos denominados postpositivistas, modifica
profundamente la concepcin del conocimiento cientfico y el diagnstico
respecto a las ciencias sociales. En primer lugar, porque la cuestin de la
cientificidad se va disolviendo en la medida en que desaparece la creencia en
modelos nicos de cientificidad y, en segundo, porque los problemas filosficamente relevantes empiezan a ser otros. La importancia de prestar atencin a
la historia de la ciencia y al contexto de descubrimiento modifica la percepcin de lo que se considera relevante para la comprensin del conocimiento
cientfico. Autores como Kuhn y Lakatos tuvieron una importante repercusin en el estudio de las ciencias sociales, dando paso a anlisis de disciplinas
concretas con resultados diversos. Por otro lado, con la aparicin de nuevas
formas de entender las teoras y su reconstruccin desde el enfoque estructural-semntico, la filosofa de las ciencias sociales aborda el examen de las
teoras y de sus relaciones con el mundo desde una perspectiva novedosa, que
permite clarificar importantes asuntos de naturaleza epistemolgica y formal.
La filosofa de la ciencia de las ltimas dcadas profundiza en la va
abierta por la filosofa postpositivista producindose un cambio an ms
radical en la forma de enfocar el conocimiento cientfico y, por tanto, el conocimiento social. Las nuevas tendencias dirigen su atencin a las diversas
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Introduccin
11
Como evidencia la exposicin que acaba de hacerse, este libro se ha planteado como un texto general de filosofa y metodologa de las ciencias sociales. Con l se ha pretendido mostrar la envergadura e inters de los asuntos filosficos que genera el conocimiento social, cubriendo as lo que, a
12
Introduccin
Muchas son las personas e instituciones que de diversas maneras se han hecho acreedoras de mi agradecimiento durante la elaboracin de esta obra.
Agradezco especialmente a Javier Muguerza, Eulalia Prez Sedeo, Javier
Echeverra, Manuel Cruz, Wenceslao Gonzlez, Eduardo de Bustos, Francisco lvarez, Anna Estany, Jose Dez, Antoni Domnech, Jess Snchez,
Inmaculada Perdomo y Margarita Santana la posibilidad de discutir con
ellos muchos de los temas que se abordan en este libro. Sus sugerencias y
crticas han sido fundamentales para mejorar la versin definitiva del texto.
La ayuda de Antonio Fco. Canales ha sido inestimable; con l no slo he
debatido muchas de las cuestiones tratadas, sino que adems ha contribuido
a la ardua tarea de la revisin del manuscrito original. En este sentido,
igualmente debo reconocer mi deuda con Eulalia Prez Sedeo, que ha ledo y corregido el original. Agradezco tambin a mis alumnos de Filosofa
de las Ciencias Sociales de la Universidad de La Laguna que hayan soportado en los ltimos aos las diferentes versiones de este trabajo y, muy especialmente, a Obdulia Torres y Cristbal Abrante. Finalmente, deseo agradecer el soporte que ha supuesto disponer de varios proyectos de
investigacin de los ministerios de Educacin y Cultura y Ciencia y Tecnologa (PB95-0125-C06- 06, PB98-049-C08-05 y PB98-1192).
13
1.
15
biolgicas. Ambas configuraron la matriz de referencia en la que emergieron las ciencias sociales.
No debe olvidarse, por otro lado, que en la misma constitucin de las ciencias naturales interrelacionaron y desempearon un papel central ideas provenientes de diversos mbitos. Como ha sido ampliamente estudiado, la incidencia de la misma filosofa fue considerable en los orgenes de la revolucin
cientfica, junto a las trasformaciones sociales y desarrollos tecnolgicos
especficos de la emergente sociedad industrial. Sin embargo, lo que interesa resaltar en este contexto es la considerable influencia que las tesis provenientes de las ciencias naturales ejercieron sobre las incipientes disciplinas
sociales con la consiguiente aceptacin por tericos y filsofos del supuesto de la unidad de la naturaleza y la unidad metodolgica.
1.
Con la revolucin cientfica y el nacimiento de la fsica moderna se instaur una concepcin del conocimiento cientfico de enorme influencia en todos los campos del saber, incluyendo el de las ciencias sociales. Baste recordar la repercusin que la nueva fsica tuvo en el pensamiento ilustrado,
en cuyo seno la idea de un conocimiento cientfico de lo humano y lo social
arraig poderosamente e incidi claramente (con los matices que supone la
Ilustracin inglesa, escocesa o francesa) en la constitucin de disciplinas
como la economa. Los trabajos de Kepler, Galileo y Newton supusieron
una ontologa, una epistemologa y una metodologa que dominaron ampliamente.
La nueva fsica supona una realidad mecanicista, determinista y materialista cuyo autntico conocimiento se alcanzaba a travs del establecimiento de leyes matemticas que daban cuenta de su estructura. El mtodo
para ello era experimental, pero tambin deductivo y matemtico 1. La combinacin de experiencia y razn, entendida sta sobre todo como anlisis,
se erigi en la clave del proceder cientfico. Segn Cassirer 2, el camino de
Newton no era la pura deduccin, sino el anlisis. No comenzaba formulando conceptos y principios generales para llegar a partir de ellos, por deducciones abstractas, al conocimiento de lo particular inferido desde estos
principios. Su pensamiento se mova en la direccin opuesta: los fenmenos son lo dado y los principios lo inquirido (y ah la experiencia y la ob1
16
Thomas Hobbes (1588-1679). Sus obras centrales fueron De Cive, 1647; Leviathan
1651; De corpore, 1655, y De homine, 1657. Hay traduccin al castellano de estas
obras, como consta en la bibliografa: Leviathan en 1989, Tratado sobre el ciudadano
en 1999 y Tratado sobre el cuerpo en 2000.
4
T. Hobbes, 1651, p. 3.
5
T. Hobbes, 1651, pp. 45-46.
17
lgica, preocupndose por el rigor en la introduccin de conceptos y la correccin de las deducciones. Partiendo de los buenos principios, aspiraba a
los ideales metodolgicos de la revolucin cientfica, a la claridad expositiva y contrastadora en los datos empricos, a la conservacin del valor de
verdad a travs de las largas cadenas de razonamientos aplicando correctamente procedimientos deductivos y a la prediccin por inferencia desde los
axiomas y las condiciones iniciales.
El ideal metodolgico era, pues, el mtodo resolutivo-compositivo que
Galileo utilizaba en el estudio de los fenmenos fsicos. El razonamiento riguroso era esencial, pero deba ser vinculado con los datos sobre los fenmenos. La ciencia no era slo una coleccin de datos empricos, sino el conocimiento de cmo estn conectados causalmente. A partir de este
conocimiento se poda proceder deductivamente a su explicacin causal. La
ciencia era conocimiento de la dependencia de un hecho respecto a otro 6.
El mtodo de la fsica era, segn Hobbes, aplicable universalmente. El conocimiento social, por tanto, deba adaptarse a l para ser autntica ciencia.
Se trataba de extender las leyes de la mecnica a un nuevo sistema, lo que
haca necesario que el sistema mantuviese propiedades isomrficas susceptibles de ser descritas con el mismo cuerpo de legalidades. Esto llev a
Hobbes a tratar de mostrar que ontolgicamente la realidad social y la fsica eran idnticas.
Hobbes entendi que la sociedad constitua una realidad mecnica formada por tomos y fuerzas, es decir, individuos y pasiones. El vacuum fsico en el que Galileo concibi el movimiento equivala al vacuum del estado
de naturaleza en el que chocan las partculas, los individuos tomos egostas y mutuamente hostiles, en una guerra de todos contra todos de la que
slo se sale con la instauracin de un poder reconocible 7. La libertad se defina como ausencia de oposicin externa al movimiento, y el Estado intervena como constriccin que evitaba que las actuaciones individuales guiadas por el egosmo resultasen en un desastre colectivo 8.
A partir de esta ontologa social Hobbes estaba, tericamente, en disposicin de aplicar su ideal epistmico y metodolgico, estableciendo las leyes que regulan los movimientos de estos tomos y las fuerzas que los rigen para proceder a su explicacin causal 9. Esta ltima fase del proceso,
6
18
La concepcin metodolgica y epistemolgica de A. Smith aparece claramente expuesta en su obra de juventud, Principles which lead and direct
Philosophical Enquiries, illustrated by the History of Astronomy. En ella
mantuvo la unidad de mtodo, que consideraba resultado de la unidad de la
naturaleza. A. Smith crea que las matemticas y la fsica mostraban el mtodo adecuado para alcanzar el conocimiento en todos los campos. Pretendi emular los logros de los cientficos naturales en el estudio del ser humano y su conducta, ya que consideraba el sistema de Newton el mayor
descubrimiento que haba hecho la humanidad.
A. Smith entenda el mtodo como una combinacin de anlisis terico
y prueba emprica (frente a los cartesianos y baconianos puros). Sostuvo,
sin embargo, que el mtodo por s solo no basta para producir ciencia; es
necesario formular leyes y elaborar una teora explicativa de los fenmenos
(en Smith no se confunde, como en Hobbes, teora y ontologa). Una investigacin debe establecer las leyes generales que gobiernan una amplia gama
de fenmenos. La superioridad de Newton consista precisamente en que
haba descubierto tales leyes. A. Smith intent hacer lo mismo tratando de
establecer las leyes generales de la economa (o economa poltica, en el
lenguaje del autor).
En la Teora de los sentimientos morales 10, A. Smith defini una ontologa que, a modo de la de la fsica, describa los cuerpos y las fuerzas sociales. As, el equivalente a la atraccin gravitacional era la simpata que acta
como fuerza estabilizadora del mundo social. La simpata constitua una
capacidad de los tomos sociales que interactan movidos por otra fuerza,
la persecucin de los intereses propios (self love) 11. La simpata sita a los
10
A. Smith (1723-1790). Vase A. Smith, 1759; hay traduccin al castellano en Alianza, 1997. Se citar versin inglesa de 1976. Las citas de los diversos autores clsicos se
hacen por la versin castellana o inglesa que se explicita en la bibliografa, no es de los
originales.
11
Como seala F. A. Hayek: Es falso que Adam Smith haya predicado el egosmo:
su tesis central nada dice acerca de la forma en que el individuo debe emplear su
producto incrementado; y sus simpatas se dirigan claramente hacia el uso benevo-
19
20
principios en la ms importante de las ciencias: el conocimiento de la comunidad humana y sus operaciones. Smith habra descubierto las leyes del
movimiento econmico igual que Newton lo haba hecho con las del movimiento fsico.
Su teora parte de un esquema social definido en lo econmico (la sociedad est compuesta por tres clases, empresarios, terratenientes y trabajadores, definidas por la retribucin econmica) y presenta una ordenacin
completa. En la introduccin se ocupa del trabajo; en el primer libro, del
aumento de la riqueza de una nacin debido a la mayor destreza de los trabajadores a causa de la divisin del trabajo; el segundo trata de la acumulacin de capital y del trabajo productivo; el tercero est dedicado a la forma
real en que se ha producido el progreso de las distintas naciones; el cuarto,
a los planes que se han elaborado para hacerlo (historia de la econmica
poltica); y el quinto, al Estado.
A. Smith capt el funcionamiento del mercado como mecanismo de coordinacin y sus efectos. Estableci con claridad qu direccin deba tomar
el anlisis, pero no consigui elaborar un modelo general. Por una parte
consigui aclarar la significacin bsica del valor y, por otra, expuso una teora parcial del valor. Hay que resaltar tambin que Smith situ al mercado
en el marco general de las leyes, las instituciones y las costumbres. Consider necesarios al Estado y la intervencin poltica, aunque siempre controlada y limitada, ya que la economa sigue sus propias leyes. Su posicin no
puede caracterizarse en trminos del puro laissez faire 15. A. Smith seal el
marco de accin aceptable para el Estado, cuyo deber, junto a otros, inclua
proporcionar ciertos bienes pblicos (obras e instituciones) que jams seran aportados por ningn individuo o grupo de individuos (no estaba en su
inters dada la relacin coste-beneficio), aunque su beneficio fuese enorme
para la sociedad 16. No ignor la posibilidad de que se produjesen efectos
perversos que deban ser corregidos. Reconoci que la tendencia al progreso poda ser frustrada, como haba ocurrido en el caso de las sociedades colonizadas. A su juicio, esto se deba a la salvaje injusticia de los europeos
que hizo que un hecho que debera haber sido beneficioso para todos fuese
ruinoso y destructivo para varios de esos desafortunados pases 17.
15
Tal como ste se entiende en su versin doctrinaria. Segn Scott Gordon, Adam
Smith, cuyo nombre es el ms asociado con el laissez-faire, no lo profesaba como doctrina... (S. Gordon, 1995, p. 249).
16
A. Smith, 1776, p. 660 (cita versin castellana de 1994).
17
A. Smith, 1776, p. 416. Una reflexin sobre este aspecto menos conocido de A. Smith
puede encontrarse en A. Gunder Frank, 1982, captulo 3, seccin 2.
21
1.3
A. Comte (1798-1857). Primero denomin a la nueva ciencia fsica social, y posteriormente, sociologa (Comte, 1830-1842 y 1844).
19
Vase S. Gordon, 1995, p. 313.
20
Como mantiene J. Rubio Carracedo, 1984, p. 47. Comte insiste en un principio que
en buena medida sigue en pie: la simetra entre prediccin y explicacin.
22
lacin con la poltica que la fisiologa con la medicina. En un aforismo famoso, mantuvo que conocer es predecir y predecir es actuar. La ciencia de
la sociedad era un instrumento eficaz para proyectar y producir nuevas formas de organizacin social ms adecuadas y racionales que las existentes.
De ah su propuesta acerca de un nuevo orden poltico social positivo y progresista.
El objeto de la sociologa es irreductible, autnomo, y supone sus propias leyes de los fenmenos y de su evolucin histrica. Es necesario descubrir las leyes que rigen la evolucin de la civilizacin, y estas leyes no
haba que buscarlas en la historia natural o en la historia econmica, sino
en la historia intelectual del ser humano. Estableci, as, la Ley de los tres
estadios (Turgot, Condorcet, Saint-Simon y los moralistas escoceses son
precursores de esta idea). La humanidad y el conocimiento evolucionan segn la Ley de los tres estadios: el modo de conocer cientfico o positivo es
el que corresponde al tercer estadio del desarrollo y a la sociedad industrial
pacfica que le es caracterstica. Quedan atrs el primer estadio, el teolgico, con su organizacin social militar agresiva, y el segundo, el metafsico,
con su organizacin militar defensiva. Esta ley muestra que la sociologa,
aunque fsica social positiva, tiene en cuenta la evolucin social y el influjo
de unas generaciones sobre otras. El modelo de la fsica conviva, as, con
un enfoque histrico positivo.
Para Comte, la sociologa se divida en dos partes, la esttica y la dinmica, del mismo modo que la fsica o la qumica estudian primero las fuerzas en equilibrio y luego en actividad. La esttica estudiaba las condiciones
constantes de la existencia de las sociedades, el orden o estructura social, y
la dinmica, las leyes del desarrollo de la sociedad. Cada fenmeno se analizara desde este doble ngulo, el de su armona con los fenmenos coexistentes y el de su encadenamiento con los estadios anterior y posterior de
desarrollo humano 21.
Sus teoras sociales sustantivas fueron muy generales. De hecho, Comte
es considerado un protosocilogo ms que propiamente un socilogo. Insisti en estudiar los fenmenos sociales considerando a los individuos como
seres sociales por naturaleza moldeados por la cultura. Por otro lado, entendi que la sociologa era el estudio de la sociedad como un todo irreductible a sus miembros individuales, aunque, como seala Scott Gordon, sostuvo la opinin de que necesitamos saber cmo los individuos ven su
mundo, cmo piensan y qu creen, para poder entender y predecir cmo se
comportarn 22.
En su propuesta de un nuevo orden social positivo, prest atencin no a
la economa, sino a la poltica. El gobierno deba se fuertemente centraliza21
Vase la crtica de K. Popper, 1944-1945, pp. 127 y ss., al uso comtiano de los conceptos de esttica y dinmica.
22
S. Gordon, 1995, p. 318. Vase A. Comte, 1844, pp. 94-96.
23
John Stuart Mill difundi en Inglaterra las ideas de Comte. Coincidi con
l en su actitud antimetafsica, pero rechaz su filosofa social y muchas de
sus ideas sobre el mtodo, y dedic una monografa a corregir su positivismo 23.
Los trabajos de J. S. Mill suponen una de las ms destacadas aportaciones a la constitucin de la metodologa y la filosofa de las ciencias sociales. Fue uno de los grandes pensadores del siglo XIX y su obra se extendi a
campos tan diversos como la economa 24 (comparte las tesis de Ricardo), la
lgica, la teora del conocimiento, la metodologa de las ciencias humanas
o sociales y la filosofa moral. El libro VI de su Sistema de lgica demostrativa e inductiva 25, Lgica de las ciencias morales, es un clsico de la
filosofa de las ciencias sociales. En l se lleva a cabo un anlisis que establece los estndares del debate en torno al mtodo de estas ciencias y cuya
influencia llega prcticamente hasta nuestros das 26.
J. S. Mill comparti con su padre, James Mill 27, la teora psicolgica del
asociacionismo, que sostiene que la mente y el conocimiento humano se
23
24
desarrollan por la operacin de algunas leyes psicolgicas sobre los materiales presentados en la sensacin; no hay diferencias innatas entre los seres
humanos, y s una ilimitada posibilidad de perfeccionamiento por la educacin 28. Estaba influido por el pensamiento de J. Bentham y, aunque se distanci de l, adopt su mtodo del detalle 29: el conocimiento no se ocupa
nunca de generalidades o totalidades, sino que procede resolviendo el todo
en sus partes, las abstracciones en cosas, las clases y generalidades en individuos y descomponiendo cada cuestin en piezas antes de intentar resolverla. No dud de que la mente era un conjunto de sensaciones, la sociedad
un conjunto de individuos y un objeto material un conjunto de fenmenos.
Era un individualista convencido para el que lo primero no era la sociedad,
sino el individuo. Esto no fue obstculo para reconocer que las acciones humanas estn condicionadas por las circunstancias y el carcter, aunque a su
vez los individuos tienen el poder de modificar, si quieren, su carcter y,
por ende, su conducta y las circunstancias mismas 30.
J. S. Mill acept los fundamentos del empirismo y del positivismo entendiendo que todo conocimiento consiste en una descripcin de la coexistencia y sucesin de fenmenos. El mtodo cientfico es inductivo y procede infiriendo de casos particulares generalidades (que en ltima instancia
se descomponen tambin en casos particulares). En la ciencia opera siempre la induccin imperfecta. A travs de ella establecemos leyes cientficas,
matemticas e incluso algunos principios muy generales, como el de causacin, cuya negacin supondra oponernos a lo que nos dicta nuestra ms
fundada experiencia, que lo imprime en nuestra mente. Mill consider la
inferencia deductiva como mera transformacin verbal: es la induccin la que
subyace a toda inferencia y, por tanto, la nica real. Explor ampliamente
los fundamentos de esta inferencia e intent fundamentar su validez lgica
abordando el conocido problema de la induccin.
En el libro III de su Sistema de lgica, desarroll los mtodos experimentales a travs de los cuales es posible establecer las relaciones de causacin entre los fenmenos 31. Mantuvo que la apelacin a la experiencia ha
de hacerse con una actitud cientfica, es decir, experimentalmente, no en
28
J. S. Mill rechaza las diferencias innatas entre los sexos reducindolas a diferencias
educacionales y aboga por los derechos de la mujer, convirtindose en uno de los pocos
pensadores que as lo han hecho (S. Mill, 1869).
29
En J. S. Mill, 1838.
30
J. S. Mill, 1843, p. 269.
31
Los conocidos mtodos de J. S. Mill son el de la concordancia y diferencia, residuos
y variaciones concomitantes (Mill, 1843, pp. 116-132). Hay versin espaola: De los
cuatro mtodos de investigacin experimental, en Teorema, 1980. Una cosa es reconocer la existencia del principio general de causacin y otra muy distinta establecer las conexiones causales que operan en los fenmenos concretos. Esto ltimo exige investigacin experimental.
25
J. S. Mill, 1843, p. 283. Esta clase de fenmenos estn presentes, segn Mill, en todas las ciencias, desde la fsica hasta la economa.
33
J. S. Mill, 1843, p. 110.
34
J. S. Mill, 1843, p. 108.
35
J. S. Mill, 1843, p. 104. De la pluralidad de causas se ocupa en el captulo X del libro
III, pp. 132-139. De la composicin, en el captulo VI, pp. 110-113.
36
J. S. Mill, 1843, p. 132. Puede ocurrir, nos dice Mill, que falte una causa y se d el
fenmeno o bien estar la causa y no darse el fenmeno (J. S. Mill, 1843, p. 138).
37
J. S. Mill, 1843, p. 136.
38
Como veremos en el captulo cuatro, J. S. Mill fue de los primeros pensadores que
reflexionaron detenidamente sobre el estatus de las leyes sociales.
39
J. S. Mill, 1843, p. 933. Dedica un apartado especfico al clculo de probabilidades
(tambin en pp. 169-173). Para una interesante historia del surgimiento de la probabilidad, vase I. Hacking, 1975.
26
27
2.
A. Comte y S. Mill fueron dos mximos exponentes del viraje que se produjo en la epistemologa y metodologa del siglo XIX. Los procedimientos y
valores de carcter baconiano seguidos por las ciencias biolgicas constituyeron el modelo de referencia para las nacientes disciplinas sociales. La observacin sistemtica, los registros, las clasificaciones, las comparaciones y
la induccin caracterizaron el proceder cientfico en biologa, geologa, medicina o botnica pero, tambin, en las incipientes sociologa, psicologa diferencial y experimental y antropologa fsica 43. Todas ellas eran disciplinas enumerativas, con escasa carga terica y frecuentemente reducidas a
procedimientos comparativos. El experimento se entendi ms cercano a la
experiencia ordinaria que en el caso de la fsica; la observacin fue considerada el gran recurso a lo emprico. Estos planteamientos se condensaron,
en buena medida, en el programa positivista de Comte.
Los desarrollos de las ciencias biolgicas y tambin de las fsicas (aparicin en ptica de teoras alternativas al corpuscularismo, la teora cintica
de gases y la termodinmica) dieron paso a una nueva ontologa que rompi los estrechos lmites del mecanicismo y determinismo de la fsica clsica. La creencia en que el mundo es un mecanismo que desconoce la flecha
del tiempo y que se reduce a tomos y fuerzas se mostr incompatible con
los nuevos avances cientficos. En consecuencia, se modific la visin de
un universo cerrado con leyes inmutables que ordenan los fenmenos, in42
28
cluidos los del mundo social, donde los elementos del sistema deben pertenecer todos al mismo nivel ontolgico.
La metfora del reloj fue remplazada por la de la mquina de vapor, en la
que la transformacin del calor en movimiento se efecta con un derroche
irreversible. La naturaleza pas de mecnica a termodinmica. El principio
dominante fue el de la entropa: el universo no puede ser sino el lugar de
una evolucin que va en el sentido de una entropa creciente. A finales del
XIX Boltzmann propuso una definicin probabilstica de la entropa haciendo de la probabilidad el principio explicativo (aparece el juego de los posibles). La frmula de Boltzmann permiti la prediccin probabilstica de la
evolucin de los sistemas de poblacin numerosa, como los gases, que manifiestan una dinmica irreversible generadora de estados de probabilidad
creciente hacia el desorden bajo un azar calculable 44.
Charles Darwin mostr la transformacin de los sistemas vivos por
adaptacin al medio. La interrelacin entre medio y organismo implica
cambio y evolucin, de tal manera que se puede establecer la tendencia,
pero nunca la forma precisa, que adoptar la evolucin de cada sistema. Se
producen formas nuevas continuamente en un tiempo de escala amplia,
aparecen perturbaciones aleatorias y mutaciones; por tanto, el azar tiene
una funcin. Se constituy, as, una cosmologa evolucionista que implicaba direccionalidad en el tiempo y antimecanicismo, pero tambin antideterminismo y antirreduccionismo al suponer la aparicin sucesiva de propiedades emergentes que no pueden ser deducidas de las propiedades
existentes en el estadio previo. Este proceso configuraba la historia del
mundo desde las partculas originarias hasta la aparicin del ser humano 45.
El modelo de referencia haba cambiado y se hizo extensivo a las personas
y la sociedad a travs de metforas nuevas. Se entendi que lo vivo y lo social tenan en comn el ser sistemas complejos y abiertos que se encuentran
en relacin de intercambio con el mundo exterior en un tiempo irreversible.
Por otro lado, las explicaciones de la biologa eran funcionales, formuladas
en trminos de finalidades naturales. Este modelo fue compartido por evolucionistas, organicistas y vitalistas y tuvo una favorable acogida en sociologa y antropologa. As, la antropologa fsica, la psicologa diferencial y
la sociologa organicista se constituyeron bajo la metfora de las ciencias
biolgicas y mdicas, con el evolucionismo de Spencer, Morgan o Galton y
el organicismo de Spencer y Durkheim. Al mismo tiempo, todos ellos
adoptaron las tesis del programa positivista de Comte.
44
El paso de la metfora mecanicista a la termodinmica es explorado en todo su alcance por G. Balandier, 1993.
45
F. Ovejero, 1987, p. 145. Vase su anlisis.
29
2.1
La antropologa fsica
30
Gall crea que la mente humana constaba de 37 facultades diferentes (desde las emotivas hasta las de identidad e intelectivas).
49
Los trabajos de Gall fueron popularizados por su discpulo J. G. Spurzheim (17761832), y la nueva ciencia de la frenologa se hizo popular; vanse sus obras: J. G. Spurzheim, 1815 y 1826. El autor confirma que hay una diferencia natural en las disposiciones mentales de hombres y mujeres en cualidad y cantidad que la educacin no
puede cambiar dadas las diferencias cerebrales entre los sexos. En el hombre predomina
el intelecto sobre el sentimiento, y en la mujer ocurre al revs. Para este tema, vase
C. E. Russett, 1991, pp. 110-117. Igualmente A. Gmez Rodrguez, La inferioridad
mental de la mujer en la ciencia decimonnica, en Ciencia, Tecnologa y Gnero, Editora E. P. Sedeo, pendiente de publicacin; A. Gmez Rodrguez, 1995b, pp. 39-48, y
E. Prez Sedeo, 1999, pp. 253-270.
50
G. Morton, 1799-1851. Public sus estudios y medidas craneales en Crania Americana, Filadelfia, J. Dobson, 1839.
31
cantidad de mediciones). Igualmente, Robert Knox 51, mdico y antroplogo de Edimburgo, afirm que la raza lo era todo y que los negros eran una
especie distinta de los blancos dadas su menor capacidad craneal y sus especificidades fsicas. Ello le llev a justificar la esclavitud como algo natural. Segn Marvin Harris, Knox constituye un antecedente en el estudio de
la evolucin humana al introducir la lucha a vida o muerte entre las razas
blanca y de color como explicacin de su distinto desarrollo. La superioridad de la raza blanca quedaba demostrada por su mayor xito en la lucha 52.
Paul Broca confirm que las facultades mentales estaban situadas en rganos cerebrales especficos al investigar los desrdenes lingsticos producidos por lesiones cerebrales 53. Fund la Sociedad Antropolgica de Pars, que se convirti en el gran centro europeo de tipologa racial, modelo
de otras sociedades similares que se fueron extendiendo en Londres y
Amrica. Paul Broca lleg a medir 500 cerebros y a pesar ms de 1.000.
Consider que raza y sexo eran dos caras de la misma moneda, y por eso
las mujeres, igual que las razas inferiores, tenan un menor ndice ceflico y
su cerebro era menos pesado. Su ndice ceflico estaba ms cerca del de los
negros que del de los hombres blancos; por tanto, sus cualidades mentales
se asemejaban. Su intelecto tena menor rigor y un menor poder reflexivo, y
su razonamiento no poda alcanzar ms all del mundo visible 54. En esto
coincidi con James McGrigor Allan, para quien el tipo de crneo de la
mujer se pareca en muchos aspectos al del nio y todava ms al de las razas inferiores 55. La especificidad racial y sexual del cerebro fue enfatizada
por Carl Vogt, profesor de historia natural de Ginebra 56. En su obra Lectures of Man afirm que los crneos de hombres y mujeres podan ser separados como si pertenecieran a dos especies diferentes. Pes 2.086 cerebros de
hombres y 1.061 de mujeres y concluy que los primeros son ms pesados,
con una diferencia de 140 gramos (segn Broca esta diferencia era de 113
gramos). Se populariz el tema de las famosas cinco onzas perdidas del cerebro femenino 57.
James Cowles Prichard fue considerado el ms eminente antroplogo ingls de la primera mitad del siglo XIX (era mdico tambin) 58. Sus escritos
51
32
33
El evolucionismo social
La teora de la evolucin fue el gran fundamento que unific explicativamente los datos de los estudios comparativos y las mediciones anteriores. A
partir de ella los antroplogos estudiaron los hechos diferenciales entre los
grupos humanos en el contexto evolutivo siguiendo a Darwin, pero tambin
a Lamarck. La antropologa no abandon fcilmente la idea de que la evolucin humana, de las sociedades y culturas se daba en relacin a una escala de perfeccin y progreso hacia la civilizacin. Esto supuso un modelo teleolgico, en cuya cima estaba la sociedad y la cultura europeas del siglo XIX y el arquetipo masculino propio de tal sociedad. Hasta principios
del siglo se siguieron acumulando los datos diferenciales segn una escala
evolutiva de perfeccin.
igual al hombre; la diferencia intelectual slo empieza donde empieza la educacin. Lo
que necesita la mujer, como el hombre, es ejercitar sus facultades a travs de la educacin. Nada autoriza a afirmar que la inferioridad intelectual de la mujer sea orgnica
(C. Arenal, 1892, pp. 106-111).
62
La idea de que el cerebro se diferencia sexualmente y que ello determina las capacidades intelectuales de cada sexo se mantiene en todo el siglo XIX y durante el XX.
A modo de ejemplo citaremos las palabras, en nuestro pas, de J. A. F. Tresguerres (del
Departamento de Fisiologa de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense), quien afirma: incluyendo tambin algunos esbozos de lo que es la diferenciacin
sexual cerebral como justificativa de los papeles distintos que asumen ambos sexos no
solamente en lo que respecta a los papeles sexuales, sino tambin en lo que respecta
a las capacidades intelectuales distintas que presenta cada caso (subrayado mo)
(J. A. F. Tresguerres, 1996, pp. 11-12).
63
P. J. Moebius, 1900. Como seala la traductora de esta obra, Franca Ongaro Basaglia, en la introduccin (pp. XII-XIII), la obra hay que situarla en el contexto social y
poltico en el que se desarrolla el trabajo de Moebius: a partir de la segunda mitad del
siglo XIX las mujeres entran masivamente en el mercado de trabajo, ms explotadas que
los hombres comienzan a luchar por la igualdad salarial y el acceso a la instruccin, por
el sufragio... la conquista de los derechos negados. Stuart Mill, las sufragistas, las luchas de obreras, las ligas de braceras, voces femeninas diversas incitan a la lucha y a la
conquista de los propios derechos. Una nueva conciencia poltica se est formando entre
las mujeres. En este contexto se insertan las voces de Moebius y Lombroso para oponerse a la insubordinacin de la mujer.
34
35
36
ma que plante Malthus, sostuvo que inteligencia y fertilidad estaban en relacin inversa: las clulas de la mente y las del sexo compiten por los mismos materiales. Los hombres ms inteligentes son los que sobreviven. En
consecuencia, se producira una progresiva disminucin de la fertilidad y de
la reproduccin. Malthus se haba equivocado: el mayor desarrollo intelectual de la especie frenara su crecimiento y, por tanto, al final la presin de
la poblacin y los males que la acompaan desaparecern enteramente 67.
La libre competencia entre individuos era, para Spencer, el motor natural del progreso. No resulta extrao, por tanto, que el modo de organizacin
de la sociedad que mejor se adaptaba a la naturaleza fuese el del libre mercado. Esta visin poltico-econmica liberal le llev a oponerse radicalmente a cualquier intervencin para corregir los resultados de la supervivencia del ms fuerte. Rechaz toda intervencin estatal en medicina o
educacin (escribi contra la ley de pobres), ya que todo eso iba contra la
ley natural de la lucha por la existencia y supervivencia del ms fuerte, con
la consecuencia de ahondar los males de la humanidad. El altruismo social
era un peligro al interferir en la ley natural. La ley del ms fuerte poda en
pocas generaciones hacer desaparecer los males sociales al eliminar a sus
portadores (pobres, enfermos, locos...). El socialismo se opona a la ley natural y era, por tanto, una aberracin.
Para Herbert Spencer la sociologa consista en el estudio de la evolucin social en su forma compleja 68. Desarroll su teora de la analoga orgnica funcionalista y de la heterogeneidad creciente de los sistemas sociales estableciendo un paralelismo entre organismo y sociedad (sus trabajos
van a influir sobre el organicismo y funcionalismo de . Durkheim). En su
obra The social organism de 1860 Spencer desarroll la analoga orgnica
ampliamente estableciendo los rasgos que consideraba comunes a los organismos individuales y a las sociedades 69. Compar sistemticamente las estructuras y funciones de un animal (piel, sistema digestivo, circulacin sangunea...) con las instituciones y procesos de produccin y distribucin en
la sociedad. Sin embargo, su organicismo qued matizado por la creencia
de que el todo debe servir a las partes y no a la inversa (como crea Comte,
al que se opona). Hay interaccin entre la sociedad y sus miembros individuales. La sociedad no es idntica a un organismo animal; se diferencia de
l en muchos aspectos: las partes de un organismo no pueden cambiar sus
funciones y emplazamientos, pero las personas s. En una sociedad todas
las partes estn dotadas de conciencia, cosa que no ocurre en un organismo 70. La sociedad es una entidad viva, pero no tiene intenciones, deseos o
propsitos. Hay similitudes y paralelismos sugerentes entre los fenmenos
67
68
69
70
37
La psicologa diferencial
72
38
39
F. Galton, 1886.
En Connecticut, en 1896, y se adoptaron en muchos estados durante las dos primeras
dcadas del siglo XX. Mdicos de un reformatorio estatal de Jeffersonville (Indiana)
esterilizan a reclusos varones en 1899 y en aos posteriores la operacin se realiza a
cientos de reclusos varones. Indiana aprob una ley de esterilizacin forzosa en 1917.
Fue copiada por 15 estados ms en la dcada siguiente y aplicada a delincuentes habituales, violadores, epilpticos, locos, dbiles mentales y criminales cuya tipologa coincida.
78
40
namiento de las personas por la educacin. S. Mill estaba a favor de la educacin de las mujeres y de las clases sociales desposedas 79.
2.4
La sociologa organicista
La analoga entre organismo y sociedad es la base sobre la que mile Durkheim trat de consolidar la sociologa como disciplina autnoma. Durkheim
naci en Francia, cerca de la frontera alemana. Era hijo de judos y l mismo fue rabino, aunque termin abandonando el judasmo y toda religin 80.
Estudi en la Escuela Normal Superior de Pars, donde se licenci quedando en uno de los ltimos lugares. No obstante, form parte de una generacin de intelectuales que influy enormemente en el pensamiento y la cultura del pas 81.
Durkheim particip de la tradicin sociolgica positivista de su compatriota Comte, aunque estaba fuertemente influido por el organicismo funcionalista de Spencer. Se alej, por tanto, de Mill y rechaz su psicologismo, individualismo y utilitarismo. La sociedad era para Durkheim una
entidad en s misma, no un simple agregado de personas individuales; un
organismo del cual los individuos no son sino rganos. Comparta con
Comte el proyecto de hacer de la sociologa una autntica ciencia positiva
otorgndole un papel preponderante entre las ciencias sociales e insistiendo
en el carcter especfico y sui gneris de lo social. El mtodo objetivo experimental de Cl. Bernard, el positivismo idealista de Wundt y el organicismo de los franceses Fouill y Worms y de los alemanes Lilienfeld y Schffle (de quien tom el concepto de conciencia colectiva) influyeron en sus
ideas 82.
Durkheim comparti el optimismo cientfico de los positivistas y de su
propsito de dotar a la sociologa de un mtodo y un objeto de estudio propio fundamentado y diferenciado del econmico, biolgico o psicolgico y
que le otorgase un estatuto cientfico riguroso. Su gran tema, abordado en
La divisin del trabajo social, fue el del orden social. En esta obra trat de
79
Darwin acusa a Mill, en escritos que cruzaron, de afirmar ideas errneas por desconocer las ciencias naturales.
80
. Durkheim (1858-1917).
81
Durkheim fue profesor de la Sorbona, donde ense sociologa y tuvo una enorme
influencia.
82
En su obra pueden distinguirse dos pocas. La primera, positivista experimental, en
la que sigui a Spencer y a Bernard y de la cual son representativas La divisin del trabajo social (1893), Las reglas del mtodo sociolgico (1895) y El suicidio (1897). La
segunda, positivista idealista, con influencias de Wundt. Esta etapa comienza con Las
representaciones colectivas y las representaciones individuales (1899) y culmina con
Las formas elementales de la vida religiosa (1912).
41
42
munes, e incluir en la investigacin a todos los que responden a esta definicin 86. Por ltimo, el socilogo debe investigar un orden de hechos sociolgicos considerndolo aislado de sus manifestaciones individuales.
Finalmente, la sociologa ha de ofrecer explicaciones de sus hechos a
travs del establecimiento de las causas de las variaciones de los datos disponibles. sta es una cuestin de envergadura que implica la bsqueda de
antecedentes que den cuenta de los hechos. Los factores psicolgicos o etolgicos de Mill son descartados, ya que un hecho sociolgico slo puede
ser explicado, segn Durkheim, por otro hecho sociolgico que le antecede,
y los hechos psicolgicos quedan excluidos del mbito de lo sociolgico.
Los hechos que interesan a la sociologa han sido expurgados de toda connotacin no puramente sociolgica. Por tanto, a la hora de establecer antecedentes causales para explicar, por ejemplo, las variaciones de las tasas de
suicidios, postula lo que presenta como un hecho puramente sociolgico: la
anomia. Sin embargo, este concepto recoge en su definicin elementos
cuyo cariz psicolgico es difcil de eliminar, aunque Durkheim lo deseaba:
quiebra de expectativas de la gente, falta de gratificacin y ruptura del
equilibrio personal, disociacin de su sociedad 87. Por otro lado, el suicidio
se explica tambin por factores como el egosmo y el altruismo.
En cualquier caso, para Durkheim, la explicacin de los hechos sociolgicos deba formularse en trminos causales de antecedentes sociolgicos.
Pero no toda explicacin se reduce a esta frmula, ya que no basta con explicar causalmente el origen de un hecho. Es necesario para su total explicacin dar cuenta de la razn por la que los hechos permanecen. Tal razn
debe buscarse en la funcin social que desempean en relacin con algn
fin social. Admiti, pues, la existencia de una teleologa social desde la cual
se hacen inteligibles y explicables funcionalmente los hechos sociales 88.
Esta teleologa permiti a Durkheim la constitucin de tipos sociales y
la distincin entre lo normal y lo patolgico, empleando metforas mdicas
y biolgicas. La sociedad es un organismo, y los hechos sociales se clasifican
en normales, si son tiles o necesarios para ese organismo, y en patolgicos
cuando ello no es as. Son los primeros los que garantizan la salud de la sociedad, mientras que los segundos sealan su patologa. La utilidad social
es la que permite explicar la normalidad y el mantenimiento de un hecho en
una sociedad; la falta de utilidad, su patologa y por tanto su anormalidad.
Los primeros se constituyen como hechos generales en esa sociedad; los
86
43
segundos son hechos patolgicos, disfuncionales, condenados a ser eliminados del organismo social, aunque para ello tenga que aplicarse el bistur
al cuerpo social y extirpar igual que hace un cirujano. As, todo lo que permanece tiene una funcin que explica su permanencia; todo lo que desaparece, una disfuncin que explica su desaparicin 89.
La segunda poca de Durkheim estuvo influida por el positivismo idealista de Wundt. La nocin de conciencia colectiva 90 cobr su mayor protagonismo adquiriendo una existencia metafsica separada y distinta de las
conciencias de los individuos. La sociedad fue concebida holsticamente
como una entidad, pero, adems, como una entidad que posea conciencia.
Durkheim consider que la nocin de conciencia colectiva refera a la totalidad de creencias y sentimientos comunes a los ciudadanos medios de la
misma sociedad, entendida como un sistema determinado con vida propia.
En obras como Las formas elementales de la vida religiosa 91, el concepto
de conciencia colectiva termin adquiriendo tintes radicalmente idealistas:
la conciencia colectiva es a la vez suprema razn y espritu supremo 92. Valores morales y concepciones religiosas no son ms que representaciones
de la conciencia colectiva.
El programa organicista y funcionalista de Durkheim se convirti en
punto de referencia de las propuestas funcionalistas y estructuralistas del
siglo XX.
3.
Una tercera lnea de reflexin sobre las ciencias sociales hunde sus races en la hermenutica y el historicismo en clara oposicin a las tesis
cientificistas y positivistas. Esta opcin se fue fraguando en el mbito
alemn y dio lugar a una disputa sobre el mtodo cuyas implicaciones se
dejaron sentir en el siglo siguiente. Supuso una reaccin anticientificista
respecto al conocimiento histrico y social (cultural) cuyos representantes ms destacados fueron los historicistas W. Dilthey y J. G. Droysen y
los neokantianos de la escuela de Baden W. Windelband y H. Rickert 93.
El ncleo de esta reaccin estuvo constituido por el mtodo que deba
emplearse en la historia, las ciencias del espritu y las ciencias de la cultura y por los valores epistmicos que deban regir en estos mbitos del
conocimiento.
89
44
45
La sntesis weberiana
La concepcin de las ciencias naturales de historicistas y neokantianos es la del positivismo. Los hechos naturales son lo dado, y su conocimiento no est mediado en modo
alguno; por tanto, es objetivo y neutro. Al cientfico le basta con levantar acta de su
existencia estableciendo experimentalmente las conexiones causales y las leyes generales que les gobiernan y explican.
97
M. Weber (1864-1920). Segn A. Giddens, 1971, pp. 205-206, Max Weber fue casi
exactamente contemporneo de Durkheim, que estuvo al corriente de sus estudios (pas
un breve periodo en Alemania), aunque la ausencia de influjo de uno sobre otro ha sorprendido a menudo. Los mbitos intelectuales que incidieron sobre ellos fueron muy diferentes: en el caso de Durkheim el francs, y en el de Weber, predominantemente los
intelectuales alemanes.
46
accin social 98. La nocin de accin es clave; remite a componentes fundamentales de la realidad social: los individuos, la intencionalidad, la racionalidad y la relacin social. Tales elementos son los explicativamente relevantes, ya que el mtodo cientfico exige que la explicacin proceda
reduciendo los fenmenos sociales a sus componentes, y esta reduccin ha
de hacerse al nivel adecuado: el de las acciones individuales.
El individuo es la unidad ms simple susceptible de un comportamiento
significativo; ms all de l no hay sino metafsica o adivinacin. Todos los
conceptos pueden ser reducidos a acciones y relaciones entre individuos, ya
que la sociedad no es ms que el conjunto de las numerosas interacciones
de individuos en situaciones concretas. Weber era, pues, individualista metodolgico con una posicin cercana a las tesis de la escuela austraca de
economa. Aunque en el debate metodolgico entre la escuela austraca y la
histrica nunca seal su alineamiento explcitamente, ste es evidente en
su rechazo de la visin holstica 99. Fue crtico con el estatuto lgico de los
conceptos holistas considerando que los socilogos que parten del todo
para analizar la conducta individual caen fcilmente en la tentacin de hipostasiar conceptos haciendo que la sociedad adquiera identidad propia cosificada como si fuera una unidad activa con su propia consciencia distinta.
Esto es lo que ocurri en el caso de Durkheim.
La accin que interesa fundamentalmente al socilogo es la accin intencional, significativa para el actor. sta es la conducta humana que est
dotada de sentido, de la que el sujeto puede dar explicacin, a diferencia
por ejemplo del acto reflejo. Esta clase de acciones pueden ser comprendidas atendiendo a su significado y explicadas por el observador. El investigador social ha de comprender el significado de las acciones humanas para
poder integrarlo en una explicacin causal basada en los objetivos que persigue y los medios de que dispone el actor para hacer lo que hace. Es decir,
ha de situarla en una secuencia comprensible de motivaciones o conexiones
de sentido. La orientacin de las acciones humanas hacia fines y la utilizacin racional de los medios adecuados para la obtencin de esos fines son
caractersticas fundamentales de la vida social. La accin queda explicada
cuando los motivos son correctamente captados 100.
La nocin de racionalidad es fundamental en este esquema, ya que en la
medida en que el comportamiento es racional se hace comprensible y expli98
M. Weber, 1922a. Esta obra consta de tres artculos traducidos por M. Faber-Kaiser
y S. Giner (cap. I), Wirtschaft und Gesellschaft (1904), Tbingen, J. C. B. Mohr (4. ed.,
1956), vol. I; y (caps. II y III) Gesammelte Aufstze zur Wissenschaftslehre (1917), Tbingen, J. C. B. Mohr, 1969.
99
Dirigida por un individualista metodolgico radical: Carl Menger. Para el individualismo metodolgico de Weber, vase F. Naishtat (comp.), 1998.
100
M. Weber supone que el significado subjetivamente intencionado es un elemento
causal de la conducta.
47
cable, adquiere sentido no slo para el actor, sino para el observador. La racionalidad tiene inters explicativo, puesto que, una vez especificado el
tipo ideal, puede procederse a la comprensin explicativa poniendo en claro
el vnculo de motivos a travs de la comprensin del proceder de un individuo que usa determinados medios para alcanzar un objetivo concreto. Estamos en el terreno de la racionalidad de medios, aunque la discusin sobre
los fines es factible: la crtica no se detiene ante los juicios de valor, pero
emitir un juicio sobre la validez de tales valores es un asunto de fe, no de
ciencia 101. Por otro lado, el tipo ideal racional permite explicar las acciones que se desvan de l por el influjo de elementos irracionales 102.
En la aplicacin de la sociologa al anlisis emprico la explicacin o
adecuacin causal es sumamente importante y supone determinar que con
cierta probabilidad a un acontecimiento observado sigue otro acontecimiento. Los que han afirmado que la accin humana no puede ser predicha
se han equivocado. Las uniformidades que se dan en el proceder humano
slo pueden expresarse en trminos de la probabilidad con que una circunstancia concreta producir una determinada respuesta por un agente o pluralidad de agentes. Toda relacin social se sustenta en la probabilidad.
La accin es social en la medida en que la conducta de otros tiene significado para la propia accin, es decir, cuando se tiene presente de forma
significativa la relacin con otros individuos. La accin social es aquella
que significativamente se orienta por las acciones de otros. Las nociones de
accin social y relacin social estn estrechamente unidas, ya que, para
Weber, existe una relacin social en aquella conducta [accin social] en la
que el significado que a ella atribuye el agente o agentes entraa una relacin con respecto a la conducta de otra u otras personas y en la que tal relacin determina el modo en que procede dicha accin 103. No toda clase
de accin es una accin social en este sentido; hechos como el pnico de
masas o la colisin accidental de dos personas en la calle no tendran el carcter que acredita la accin social.
Weber pas del estudio de la accin social al de la vida social a travs de
la tipologa establecida para la accin segn su orientacin: racional respecto a fines o respecto a valores, pero tambin de tipo emocional o tradicional 104. La vida social es el conglomerado de este tipo de acciones, a partir
de las cuales es posible su explicacin. En su sociologa poltica desarroll
una tipologa del poder paralela a la de la accin: el poder puede ser legiti101
48
M. Weber, 1901.
Vase, por ejemplo, La objetividad del conocimiento en la ciencia y la poltica sociales, en M. Weber, 1904-1917, pp. 5-93.
107
Otra cosa muy distinta es que la ciencia social tenga como objeto de estudio fenmenos, las acciones sociales, penetrados de valores.
106
49
la importancia cultural especfica que conferimos en cada caso al acontecimiento 108. Los cientficos incorporan valores que actan en esta fase de la
investigacin. Ahora bien, una vez determinado un mbito como significativo, su investigacin debe aspirar a la objetividad y la verdad. La comparacin en sentido lgico de una realidad con unos tipos ideales no tiene nada
que ver con la apreciacin evaluadora de esa realidad a partir de ideales 109.
El conocimiento cientfico de lo social y cultural ha de basarse en juicios
de hecho, no de valor. Los cientficos deben tomar conciencia de los valores que sostienen y eliminarlos de la investigacin 110.
La importancia de la obra de Weber en el pensamiento social contemporneo, tanto por las investigaciones concretas que llev a cabo cuanto por
su aportacin al estudio del mtodo de las ciencias sociales, ha sido unnimemente reconocida. Su herencia ha influido de modo directo en pensadores tan distintos como K. Jaspers y T. Parsons o los autores de la Escuela de
Frankfurt y lleg al pensamiento anglosajn a travs de Parsons, Mills y
Shils, que se mostraron receptivos a sus planteamientos. Fue, sin embargo,
duramente criticado por Abel, quien redujo el pensamiento de Weber a pura
empata hermeneuta. Esta interpretacin se convirti, a pesar de su burdo
reduccionismo, en la posicin oficial del neopositivismo.
En oposicin a esta valoracin, hay que sealar, sin embargo, que algunas de las tesis weberianas se han ido abriendo paso y siendo objeto de
cada vez mayor atencin en la reciente filosofa general de la ciencia (no
slo en la filosofa de las ciencias sociales). Esto est ocurriendo con temas
como el de los valores, la racionalidad, la dependencia de los problemas a
investigar de factores como el significado que tienen para los cientficos o
la importancia de la contextualizacin histrica, social y cultural de la actividad cientfica.
108
109
110
50
2. Neopositivismo,
racionalismo crtico e
individualismo metodolgico
Hay que sealar que la filosofa de las ciencias sociales como disciplina diferenciada
de otras disciplinas filosficas se constituye en el marco del neopositivismo.
2
A estas corrientes hay que aadir las propuestas hermenuticas y dialctico-crticas,
como la Teora Crtica de la Escuela de Frankfurt, y los planteamientos de los denominados neowittgenstenianos, como P. Winch y Ch. Taylor, o las aportaciones de E. von
Wright. De estas opciones no nos ocuparemos directamente en este libro, aunque en
ocasiones se haga referencia a ellas. En parte han sido abordadas en otros trabajos,
como A. Gmez (2002).
51
1.
La filosofa del neopositivismo o empirismo lgico se desarroll en las primeras dcadas del siglo XX en el seno del Crculo de Viena (M. Schlick,
R. Carnap, O. Neurath, H. Feigl, K. Menger y K. Gdel, con los que colabora Wittgenstein) y de la Escuela de Berln (H. Reichenbach y luego
C. G. Hempel), con la participacin de los empiristas de Upsala, los lgicos
polacos (Lukasiewicz, Adjukiewicz y Tarski), algunos filsofos norteamericanos como E. Nagel y Ch. Morris y los britnicos R. Ryle y A. Ayer 4. El
neopositivismo predomin ampliamente tras la Primera Guerra Mundial a
travs de la denominada herencia del positivismo lgico o, tambin, concepcin heredada 5.
El neopositivismo supuso una radicalizacin de la tesis de la unidad del
mtodo de las ciencias 6. El mtodo se entendi como lgica de la justifica3
Encontramos autores que se mueven en ambos terrenos, como ocurre con K. R. Popper, cuyo individualismo metodolgico constituy uno de los frentes de la controversia
sobre el mtodo, al mismo tiempo que su racionalismo crtico repercuta en la filosofa
de las ciencias sociales.
4
La constitucin definitiva de la lgica matemtica tiene lugar con la publicacin, a
principios de siglo, de los Principia Mathematica de Russell y Whitehead, que son su
primera exposicin completa y sistemtica, amn de axiomatizada. Se dispona as de
un instrumento preciso y potente para llevar a cabo el anlisis de la ciencia y se desarrolla el programa de una filosofa cientfica precisa que recurra a la lgica como mtodo
de investigacin.
5
La primera expresin aparece en P. Achinstein y S. F. Barker (eds.), 1969; la segunda
es debida a F. Suppe (1974).
6
A la tesis de la unidad de mtodo y a la aplicacin de los postulados neopositivistas
a las ciencias sociales se oponen crticamente algunos pensadores que estn influidos
por la filosofa analtica va Moore y, sobre todo, Wittgenstein, como es el caso de
52
53
O. Neurath, 1944.
O. Neurath, 1931, p. 288. Para la psicologa, vase R. Carnap, 1932-1933.
9
O. Neurath, 1931, p. 306.
10
O. Neurath, 1931, pp. 298-301.
8
54
55
15
56
El neopositivismo tuvo una considerable incidencia en el mbito de la filosofa de la economa a travs de autores que se adscribieron, en un grado
u otro, a sus postulados, como T. Hutchison, P. Samuelson, C. J. Hitch,
R. L Hall, R. Lester y M. Friedman 16. Estos autores trataron de establecer
en qu medida las teoras de la economa satisfacan los requerimientos
empiristas. Entendieron que los principales problemas eran el escaso contenido emprico de los supuestos de las teoras, las dificultades para su verificacin y su excesivo deductivismo. Las teoras econmicas deban ofrecer
descripciones ms exactas de la realidad, sus principios tenan que ser ms
realistas y ambos, teoras y principios, deban verificarse empricamente.
En este contexto se plante el debate acerca del realismo de los supuestos
que tuvo una importante repercusin en la filosofa de la economa.
Este debate parti de la crtica a la concepcin dominante de los postulados de la economa como verdades autoevidentes que no tenan que ser
probadas (S. Mill, von Misses o L. Robbins). Robbins afirm: los postulados forman parte de nuestra experiencia diaria de tal manera que basta
enunciarlos para reconocerlos como obvios... Entendemos trminos tales
como la eleccin, la indiferencia, la preferencia, etc., en trminos de la experiencia interna 17. Frente a esta posicin, Hutchison, Hall, Hitch o Lester
mantuvieron la tesis contraria: los principios fundamentales de la economa
deban y podan ser empricamente probados, al menos a travs de sus implicaciones. Las dificultades que tuvo que afrontar esta propuesta (y que
llev a cuestionar proposiciones fundamentales de la economa) tuvieron
una salida en el planteamiento instrumentalista de Friedman que domin en
el periodo de postguerra y que fue recibido como una liberacin por los
economistas.
Para Friedman las teoras constan de modelos matemticos o formales
que suponen una abstraccin simplificadora de la realidad y reglas que ponen en correspondencia los trminos tericos del modelo con los fenmenos observables. Los supuestos del modelo son fundamentales, ya que esta16
57
blecen los elementos clave del mismo, pero no tienen por qu constituir
descripciones muy exactas de la realidad: son abstracciones de las que se
han eliminado lo contingente, concreto y, en general, la complejidad del
mundo emprico real 18. Esto significa, segn el autor, que los supuestos no
son realistas; de hecho son descriptivamente falsos. Pero ello no es problemtica, pues lo que interesa es que hiptesis y teoras sean aproximaciones
suficientemente buenas para predecir correctamente. Los supuestos de una
teora permiten presentar de forma econmica una teora (aqu tiene cabida
su famoso como si) 19. De hecho, presentan una descripcin de los fenmenos como si se comportaran de determinada manera, lo cual no significa
que lo hagan realmente (las hojas se comportan como si maximizaran la luz
solar). La nica prueba relevante para la validacin de una teora es que
prediga y que sus predicciones sean exitosas.
Esta propuesta, aunque muy influyente, ha sido ampliamente debatida.
Las crticas se han basado en sealar que Friedman olvida el papel de la explicacin, considera la prediccin como la nica meta del conocimiento
cientfico, su planteamiento exige dar cuenta de por qu unas teoras tienen
xito predictivo y otras no (lo que nos lleva de nuevo al realismo de los supuestos) y, finalmente, que en el caso de la economa el criterio de predicciones exitosas no parece muy adecuado, pues normalmente sus pronsticos no logran el grado de xito (precisin, alcance y conformidad con los
hechos) que exige la propuesta instrumental de Friedman. Por tanto, su criterio se vuelve intil en este mbito y no permite disolver instrumentalmente el problema del realismo de los supuestos.
La falta de xito predictivo de la economa tendra adems que ser explicado como hizo, por ejemplo, S. Mill con su anlisis de las leyes 20. Sin embargo, Friedman se limit a sealar que la realidad econmica terminara
ajustndose a la teora, ya que si, por ejemplo, el comportamiento de los
empresarios no se aproxima al comportamiento consistente con la maximizacin de los rendimientos, el problema no es de la teora, sino de los empresarios, que no permanecern mucho tiempo en el mercado 21. La seleccin natural, como l indic, ayuda a validar la teora.
2.
58
Popper critic el empirismo lgico en otros aspectos: en la consideracin de la filosofa exclusivamente como anlisis de lenguaje (metalenguaje) y en el supuesto de la neutralidad del lenguaje observacional en el que se contrastan las teoras. La observacin
no fue para Popper una instancia neutra aproblemtica, sino que supona siempre la
existencia de teora. Los enunciados bsicos (observacionales) no los consider algo
dado e independiente de las decisiones que los cientficos toman.
23
Fue nombrado profesor de lgica y mtodo cientfico de la London School of Economics en 1946, cargo que mantendr hasta su jubilacin en 1969. l recuerda esta etapa
en su Autobiografa como la poca ms feliz de su vida, en la que pudo dedicarse por
entero a la solucin de problemas filosficos. Falsacionistas reconocidos en economa
son T. W. Hutchison, M. Blaug, J. Klant y L. Boland.
24
Comparte con el empirismo lgico una serie de temas, aunque reinterpretados desde
su propia posicin: el ideal del criterio de demarcacin entre lo cientfico y lo no cientfico, la importancia de la contrastacin emprica, la afirmacin del progreso del conocimiento cientfico y de la racionalidad de este progreso, la concepcin de las teoras
como conjuntos de enunciados o la separacin entre contexto de descubrimiento y de justificacin (la filosofa de la ciencia no tiene nada que ver con la cuestin de cmo elaboramos nuestras teoras, es decir, con el contexto de descubrimiento; esto es algo factual,
psicolgico o histrico, no lgico o filosfico; son la psicologa o la historia las que han
de ocuparse de ello; cmo llegamos a nuestras teoras no concierne a la cuestin lgica
y metodolgica de la validez, que es la que interesa a la filosofa de la ciencia).
59
K. R. Popper, 1934, pp. 41-42, y 1983, pp. 23-28. Todo sistema terico puede ser
protegido de diversas maneras contra una falsacin emprica mediante, por ejemplo, la
introduccin de hiptesis ad hoc.
26
Los entresijos de la falsacin de hiptesis y teoras se abordarn con detenimiento en
el captulo siete, dedicado a la justificacin de las teoras.
27
K. R. Popper, 1983, p. 28. l reconoce que el desarrollo del conocimiento cientfico
no cumple automticamente este esquema, pues con frecuencia se tarda bastante tiempo en aceptar una falsacin, pero aunque no sea de forma automtica, sigue este esquema y supone progreso hacia la verdad. Popper dio cuenta detallada de cmo ocurre este
proceso con la introduccin de las nociones de grado de falsabilidad, contenido emprico y grado de corroboracin. Por otro lado, Popper hace importantes aportaciones en
temas centrales de la filosofa de la ciencia, como son el del realismo y el del determinismo. Fue un defensor del realismo cientfico y del indeterminismo. Interpret la probabilidad en trminos objetivos propensivistas. Las propensiones han de considerarse
60
61
La lgica de la situacin
62
63
Las anteriores afirmaciones, sin embargo, tienen que ser matizadas dndoles su verdadero alcance. Popper mantiene, con Marx, que los seres humanos son en parte producto social, pero, al mismo tiempo, que la sociedad
es obra de ellos: que el hombre y sus objetivos son, en cierto sentido, producto de la sociedad nadie lo duda. Pero no es menos cierto que la sociedad
es producto del hombre y sus objetivos y que cada vez puede serlo en mayor
grado 41. La influencia de instituciones y tradiciones se manifiesta a travs
de la educacin, la informacin que se recibe, normas sociales, leyes, etc.
Pero esto no elimina la subjetividad, puesto que tradicin, aprendizaje, etc.,
cristalizan de una manera particular en cada individuo; lo que hace es situarla en sus justos lmites. Nuestras ideas dependen de la educacin y otros factores situacionales, pero slo en parte, puesto que somos capaces de ejercer
la crtica y la autocrtica y de aprender de la experiencia. Somos seres abiertos al medio, no determinados por l. Igual que ocurre en el caso de la ciencia, podemos criticar el conocimiento existente apoyndonos en la experiencia a travs del ensayo y el error. Hemos de admitir, por tanto, que nuestras
ideas y acciones no se hallan plena y exclusivamente determinadas por la
herencia, la educacin y las influencias sociales... 42. Somos seres sociales,
pero, tambin, autnomos a pesar de todos los condicionamientos.
Popper plantea el problema de la libertad en el espacio terico abierto
por la tercera antinomia de Kant 43. Las personas son libres y, por tanto, responsables de sus actos, aunque sus acciones estn sujetas a la lgica de los
acontecimientos. A pesar del condicionamiento que supone la lgica de la
situacin, las personas siempre disponen de suficiente autonoma como
para tomar decisiones respecto a sus actuaciones. An ms, si el individuo
no est impedido por la fuerza, puede actuar incluso en contra de esa lgica. Sea cual sea la situacin, puede decidir de acuerdo con su conciencia.
Moralmente el ser humano es libre, es capaz de elegir y es responsable de
sus actos. Por otro lado, entiende que el problema del determinismo al que
se enfrenta Kant ya no tiene por qu preocuparnos. La ciencia actual no es
determinista: deja una salida a la libertad. Hemos de admitir todos los condicionamientos a que estn sometidos los humanos, pero nunca hemos de
considerar a los individuos determinados mecnicamente. El condicionamiento es adecuadamente entendible en trminos de la nocin de control
plstico 44.
41
64
65
compartieron su enfoque, como N. Koertge o J. Leach 48, entre otros, optaran por reformular el principio de racionalidad tratando de evitar el recurso
a estrategias inmunizadoras y afirmndolo como ley emprica.
Sin embargo, es la segunda opcin la que ha tenido una aceptacin ms
general en la filosofa de la ciencia postpositivista. Esto ha supuesto que el
uso de estrategias inmunizadoras por parte de Popper no haya afectado a la
valoracin posterior del mtodo situacional. Se reconoce el inters de esta
propuesta para las ciencias sociales y se desproblematiza el recurso a estrategias inmunizadoras. Su uso se entiende como un problema para el refutacionismo ingenuo, pero no para el mtodo situacional, al que se considera
una interesante propuesta metodolgica 49. La lgica de la situacin es valorada como una de las aportaciones ms relevantes de este autor, aunque
muestra algo que forma parte del quehacer habitual en ciencia: que los
cientficos, al contrario de lo que pretende Popper, usan estrategias inmunizadoras.
Finalmente hay que resaltar que el mtodo situacional fue expuesto por
primera vez por Popper, pero forma parte del proceder explicativo de muchas disciplinas sociales y est presente en propuestas metodolgicas posteriores (como el programa analtico de los microfundamentos) 50. Estas
propuestas han supuesto aportaciones esenciales a la explicacin en ciencias sociales al centrarse en los agentes empricos y su racionalidad limitada, las caractersticas de la informacin en condiciones de riesgo e incertidumbre, la importancia de las consecuencias no intencionales de las
acciones o la consideracin de la naturaleza estratgica de la accin. Se
abandonan los aspectos normativos del planteamiento de Popper relacionados fundamentalmente con sus intentos de introducir una ley de cobertura
que le permitiera disponer de modelos nomolgico-deductivos de explicacin y se profundiza en elementos de la accin, la racionalidad y la situacin que no haban sido tenidos en cuenta. Todo ello ofrece una interesante
perspectiva metodolgica que puede ser situada en la va abierta por la tesis
de la lgica de la situacin de Popper.
2.2
Popper se enfrenta al historicismo y sus planteamientos holistas en el territorio especfico de la planificacin e ingeniera social 51. Su anlisis se centra en la negacin de que existan leyes universales y deterministas de la his48
66
67
za, al contrario, por su capacidad de emprender estrategias indirectas tendiendo a la maximizacin global 53. Deja, sin embargo, claro que el hecho
de que exista esta tendencia, o capacidad, no significa que no haya con frecuencia buenas razones en contra de ejercerla, es decir, en contra de experimentar con situaciones que estn muy lejos de la actual. Entre estas razones
estn el problema del cambio endgeno de preferencias, la aversin al riesgo y el efecto de irreversibilidad. Todo ello puede ponerse en relacin con
las consecuencias no esperadas de las estrategias seguidas y los cambios
producidos. Lo que, por otro lado, fueron razones aducidas por Popper en
contra de la ingeniera holista.
3.
El holismo metodolgico
En clara oposicin a las tesis popperianas encontramos el holismo metodolgico, que a mediados del siglo XX se reaviv con la Teora General de
Sistemas y el estructural-funcionalismo. Recordemos que en el siglo XIX el
organicismo funcionalista de . Durkheim supona un enfoque holista en
sociologa basado en la analoga entre la sociedad y la biologa. Por otro
lado, los planteamientos holistas haban sido predominantes en el seno de la
teora de la historia y la sociedad marxistas. De hecho, puede sealarse
como motivo epistemolgico central de los enfoques holistas la idea de Hegel de que puesto que solamente lo total es verdadero y lo parcial momento falso de la verdad, la verdad de cada parte solamente tendr sentido en
virtud de su referencia e insercin en el todo 54.
3.1
La Teora General de Sistemas surgi despus de la Segunda Guerra Mundial, a partir de los trabajos de N. Wiener y von Bertalanffy (discpulo de
Weiss), como teora de los sistemas biolgicos (Weiss y Bertalanffy) y
como teora de las mquinas que procesan informacin o ciberntica (interesada por los problemas de la comunicacin y el control que presentaban
los sistemas automatizados cuyo mximo exponente eran las computadoras
[Wiener y von Neumann]) 55. El enfoque de sistemas tendi al globalismo
abarcando toda la realidad y su conocimiento en oposicin al mecanicismo
y al reduccionismo. Se plante como la teora de todos los tipos de sistemas
53
Para este tema, vase J. Elster, 1979, sobre todo pp. 23-27.
Segn Ferrater Mora, 1979, p. 3063.
55
L. von Bertalanffy, 1968; J. von Neumann, 1958; N. Wiener, 1948; W. Buckley,
1967; D. Easton, 1965; T. Parsons et al., 1951 y 1968; N. Luhmann, 1983, 1990
y 1996; R. Carnap, O. Morgenstern, N. Wiener et al., 1974.
54
68
57
69
sistmicos era esencial precisar los flujos retroactivos y los tipos de autorregulacin para dar cuenta del sistema social y su evolucin. Esta tarea
ofreci, sin embargo, considerables dificultades y condujo a la identificacin
de dos formas muy generales de la autorregulacin y autodireccin funcional de todo sistema social y cultural: la integracin y la adaptacin. Ambas
son resultado de tres formas de retroalimentacin de los sistemas: persecucin de metas, aprendizaje y conciencia. Los conceptos de persecucin de
metas, aprendizaje y conciencia refieren a los sistemas mismos y su interrelacin con el medio. Parsons propuso una clasificacin similar al sealar
como requisitos funcionales que toda sociedad deba cumplir si no quera
dejar de existir por extincin (apata, guerra o absorcin) la estabilidad normativa, la integracin, la persecucin de fines y la adaptacin 58. Llev a
cabo una clasificacin de los constituyentes de todo sistema sociocultural
elaborando una ontologa general. Tales constituyentes eran el sistema fsico-qumico, el ecosistema, el sistema orgnico, el sistema de accin y el
sistema tlico. La integracin y la unidad de todo sistema sociocultural se
dan por las interrelaciones funcionales entre los sistemas y los subsistemas.
La base material de los sistemas vivientes, la organizacin teleonmica, la
organizacin simblica y el significado de la accin son cuatro parmetros
cuya interrelacin asegura la integracin del sistema en la medida en que
interaccionan proporcionando y recibiendo capacidad adaptativa, idoneidad
del entorno, energa orgnica, organizacin motivacional, fe, gracia, orden
natural e inteligibilidad 59. La teora de Parsons es un claro ejemplo de la
postura perspectivista y de jerarquizacin de sistemas que supuso el enfoque de sistemas en sociologa.
Los tericos de sistemas reconocieron la existencia de dos problemas
centrales en el sistemismo social que no se daban en el caso de los sistemas
orgnicos y artificiales. Estos problemas tenan que ver con dos requerimientos bsicos de la teora de sistemas: a) la identificacin y caracterizacin de los sistemas, que han de poder deslindarse unvocamente frente
a su entorno y cuyos lmites deben establecerse, y b) los valores que definen el estado del sistema en un espacio y tiempo especificables han de poder medirse empricamente identificndose as el estado del sistema y su
cambio.
Estos requerimientos fueron satisfechos en biologa y en el estudio de
sistemas artificiales en la medida en que se dispona de conocimiento emprico y teoras (fsicas, qumicas, biolgicas o matemticas) que permitan
especificar y, por tanto, caracterizar los sistemas, el medio, los estados del
58
T. Parsons et al., 1968, pp. 38-41. Por ejemplo, se afirma que los fines que la sociedad persigue al ejercer funciones de control a partir del sistema educativo son: seguridad, equilibrio, orden, mantenimiento de las situaciones, adaptacin del individuo al
medio fsico y social. A. J. Colom Caellas, 1982, p. 149.
59
T. Parsons, 1978, p. 382.
70
71
de la teora de sistemas. Como ha sido sealado, un orden social puede experimentar fuertes mutaciones estructurales sin abandonar su identidad y
continuidad de existencia 60. Por consiguiente, no puede decirse cundo estamos ante un nuevo sistema. La cuestin del cambio social queda, as, indeterminada.
El enfoque sistmico se ha planteado tambin como una forma de anlisis y estudio de ciertos problemas empricos ms que como una filosofa y
teora generales. sta es la conocida como versin cientfica de la teora de
sistemas basada en la elaboracin de modelos (estticos y dinmicos) y la
aplicacin de formalismo matemtico. En esta versin se sigue el mtodo
cientfico y sus procedimientos analticos y de sntesis en el estudio de ciertas cuestiones, ya sean de la biologa, la ingeniera, la economa o la sociologa 61.
3.2
El estructural-funcionalismo
72
73
de las estructuras como modelos que elabora el cientfico o como realidades empricas. Esto supone dos interpretaciones del enfoque estructural,
una epistmica y otra ontolgica, con la consiguiente confusin de niveles
en muchas de sus aserciones.
Como seala Cerezo, el estructuralismo desemboca en el discurso annimo de las estructuras, el trascendentalismo del inconsciente y el constructivismo de los sistemas; en torno a estos ejes se desarrollan y fundamentan las grandes teoras sociales que tratan de abarcar la complejidad
social en trminos de estructuras, sistemas y funciones globales, desde las
cuales se ofrecen explicaciones estructural funcionales de la multiplicidad
y diversidad de los fenmenos de superficie, a partir de lo latente/estructural 67. En estos trminos el mtodo estructural se plantea como
explicacin total de la realidad (por ejemplo, en el Pensamiento salvaje de
Lvi-Strauss o Palabras y las cosas de Foucault) y se convierte en filosofa
68
.
Althusser propuso una revisin estructuralista del marxismo desarrollando ampliamente el postulado de la cientificidad 69. Llev a cabo una lectura
cientfica de El capital igual que Lacan hizo con Freud y del mismo modo
que Lvi-Strauss quiso llevar las ciencias del hombre a un verdadero estatuto cientfico o Foucault desentraar la arqueologa de la ciencia y el saber. Althusser pretendi extirpar del pensamiento marxista los elementos
precientficos (hegelianos y humanistas) distinguindolos ntidamente de
los propiamente cientficos. El periodo cientfico de Marx se abrira en
1845 con La ideologa alemana, que supuso una ruptura epistemolgica (a
lo Bachelard) con la obra de juventud puramente ideolgica. Althusser rechaza el humanismo materialista presente en el joven Marx que entiende
ms como la expresin de la problemtica hegeliana y feuerbachiana que la
marxista propiamente dicha. Defini la dialctica materialista (el mtodo)
en trminos muy alejados de Hegel. No existe una unidad simple, como en
Hegel, sino compleja estructurada. Este todo complejo posee la unidad de
una estructura articulada con dominio del nivel econmico (sobredeterminacin), lo que supone el concepto de causalidad estructural como propio
de la dialctica marxista: modo de intervencin de un todo sobre sus elementos, relacin existente entre una estructura regional (lo econmico, por
ejemplo) y una estructura global (una formacin social en su conjunto).
En su versin sociolgica y antropolgica, el estructural-funcionalismo
se basa en los trabajos de T. Parsons (que, como hemos visto, a su vez sos67
74
tuvo el enfoque sistmico) y en los de Lvi-Strauss, mientras que la ortodoxia funcionalista viene representada por los trabajos de R. K. Merton, en
sociologa, y Malinowski y Radcliffe-Brown en antropologa 70. El funcionalismo, por su parte, postulaba que los elementos de una sociedad forman
un todo indisociable, desempean un papel fundamental en el mantenimiento del conjunto y son, por tanto, indispensables. Se presupone la estabilidad y la integracin de los sistemas y estructuras sociales y se reduce la
explicacin al establecimiento de funciones que dan cuenta de ambas. El
funcionalismo es clave en el enfoque de sistemas y en el estructuralismo,
aunque no se reduce a stos. Merton aplica el funcionalismo a la explicacin de fenmenos empricos distancindose del estructuralismo y el sistemismo.
A pesar de las diferencias de acento entre la teora de sistemas, el estructuralismo y el funcionalismo, encontramos un denominador comn que, en
lo sustancial, queda recogido en las siguientes cuestiones compartidas 71:
explicacin funcional de relaciones estructurales, sistmicas o empricas;
predominio de estructuras, sistemas y funciones; eliminacin del actor social como sujeto reducindolo a mero receptor e internalizador de los valores institucionales o culturales; interpretacin de la accin social como normativamente orientada, es decir, institucionalizada (roles); concepcin
dominantemente esttica del sistema social que se entiende dotado de una
integracin que conduce a ignorar el carcter histrico de las estructuras y
sistemas (problema de la diacrona) y le incapacita para explicar el cambio
social y el conflicto; difcil resolucin de dualidades como estabilidad-cambio, sistema-medio, interior-exterior.
3.3
Principales crticas
En los enfoques estructural-funcionalista y de sistemas se entrecruzan diversos elementos pertenecientes al terreno de la filosofa y la teora social.
Desde estos distintos frentes es sometido a crtica por filsofos y tericos
sociales que ponen de manifiesto sus limitaciones 72.
En cuanto teoras sociales, el enfoque sistmico y el estructural-funcionalista han sido cuestionados al suponer una integracin social inexistente,
a partir de una visin utpica del orden social, y una explicacin enteramente teleolgica cuyo valor explicativo, por recurso funcional a sistemas,
70
75
roles, normas o estructuras, es problemtico 73. La crtica confluye en sealar las siguientes carencias: olvido del papel de los actores como modificadores de los valores institucionales (irreductibles a meros internalizadores);
no se tiene en cuenta que la vida social se constituye por interaccin activa de actores sociales en marcos constitucionales siempre sometidos a revisin por los mismos actores (como individuos o grupos organizados) 74; no
se reconoce que las categoras de poder y prestigio tambin desempean un
papel en la dinmica institucional; se olvida que el orden es resultado de un
equilibrio inestable. En el caso del enfoque de sistemas, encontramos, adems, que se basa en la asuncin metafsica del automatismo de los procesos
sociales que opera como a priori no demostrado; no se precisan los procesos de retroaccin, correccin y estabilizacin que estn en la base de la
afirmacin de que las sociedades son sistemas autorregulados y autodirigidos que pretenden mantener algn tipo de estado final 75; que se adscriben a
los sistemas propiedades intencionales como la persecucin de metas (pero
qu tipo de metas persigue el sistema social?, qu estados finales est intentando mantener? 76); que no se establecen diferenciaciones suficientes
entre el plano ontolgico y el terico, es decir, se da confusin entre el nivel del lenguaje (conceptual) y el de la realidad; que se tiende a elaborar
amplias taxonomas y grandes marcos conceptuales que no consolidan teoras particulares, y, por ltimo, que la nocin de relacin sistema-medio,
clara en el caso de los organismos, deja de serlo en el de las sociedades.
Finalmente, las definiciones de las nociones de sistema y estructura social no traspasan el nivel de la afirmacin de relaciones entre los elementos
que forman un todo, del supuesto de la integracin funcional y del privilegio epistmico del todo. Por otro lado, la caracterizacin de ambas nociones es bastante prxima, con lo que su utilizacin se superpone y, a veces,
no se distingue. Los sistemas han sido definidos, por ejemplo, como conjunto de elementos o componentes en estado de interaccin 77 o como
una realidad compleja interconectada 78; las estructuras, como organizacin y disposicin interna de unos elementos [...] que forman un todo en
virtud de sus relaciones mutuas79.
73
Segn Dore: Uno de los caminos consiste en postular una tendencia inmamente-universal en las sociedades humanas a integrarse funcionalmente (R. P. Dore, 1961, p. 109).
74
J. Rubio Carracedo, 1984, p. 137.
75
Ryan pregunta: se compromete el funcionalismo a decir que las sociedades son sistemas con propiedades de retroaccin negativa que mantienen o pretenden mantener algn tipo de estado final? Y, en su caso, cmo podran saber los funcionalistas si tienen
razn al decir esto? (A. Ryan, 1970, p. 213). Ms adelante muestra la falta de identificacin de los procesos de correccin, retroaccin y estabilizacin (pp. 218-219).
76
A. Ryan, 1970, p. 218.
77
L. von Bertalanffy, 1957, p. 110.
78
A. Sanvisens, 1972, p. 138.
79
A. Bolvar, 1985, p. 36.
76
La crtica filosfica del estructuralismo se ha centrado, en buena medida, en el cuestionamiento del seguimiento directo del modelo fonolgico de
la Escuela de Praga, con su particular interpretacin de la lingstica saussureana, que se tradujo en la desaparicin del sujeto hablante y del contexto social e histrico, y la reduccin del significado a semitica. En este
marco se teoriz la disolucin del sujeto eliminando su privilegio semntico, pero, tambin, epistemolgico y de agencia. Sin embargo, lo que hizo
Saussure fue delimitar metodolgicamente el sistema de la lengua para su
estudio sin que ello supusiera la eliminacin del sistema del habla ni del
contexto histrico social. Lo que descubri Saussure no fue la autonoma
de la lengua respecto del sujeto y del contexto, sino ms bien el modelo
lingstico como un intercambio entre el sistema de la lengua, el sujeto
hablante y el contexto histrico 80. En Saussure no faltaba el inters por
las relaciones entre lengua y realidad social ni por la gnesis desde abajo
del sistema lingstico 81. La significacin lingstica se completa con la
contribucin del sujeto hablante que se apropia el sentido, y el contexto en
que esto pasa: quien habla no se limita a poner en marcha un sistema
simblico que se expresa annimamente en l, sino que produce un enunciado de realidad, esto es, significa algo para s mismo y para el otro 82.
Ricoeur ha sealado que la nueva unidad no es de ninguna manera semiolgica si se entiende por esto todo lo que concierne a las relaciones
de dependencia interna entre los signos o componentes del signo. Esta
gran unidad es propiamente semntica, si se toma esta palabra en el sentido fuerte, que no es solamente el de significar en general, sino el de decir
alguna cosa, el de reenviar del signo a la cosa 83. El sentido vuelve a quedar ligado al sujeto en lo que Ricoeur llam proceso de reapropiacin en
el esfuerzo de interpretacin y elaboracin personal de los signos. Las
operaciones pueden estar objetivadas, pero exigen siempre un sujeto que
las asuma (reapropiacin). Se evidencia as la importancia del poder significante del sujeto humano.
La confusin entre lo semitico y lo semntico es lo que ha llevado a
los extremos estructuralistas. De acuerdo con lo que ha manifestado Rubio Carracedo, los sistemas semiticos cobran todo su sentido en la funcin semntica que les confiere inteligibilidad ltima. En el nivel de la
frase, el lenguaje siempre hace referencia a un sujeto; en el nivel de la lengua, no tiene sentido preguntar quin habla. N. Chomsky, con su perspectiva gentica, descubre claramente que el yo es tambin fruto de la
capacidad del locutor para situarse como sujeto y oponerse a otro inter80
77
4.
Vase J. Rubio Carracedo, 1984, pp. 207-209 sobre todo. Para un anlisis de la reintroduccin de la categora de sujeto de la historia y, por tanto, de la accin, y el entramado de cuestiones filosficas que convoca, vase M. Cruz, 1995, 1995a y 1999. Vase
tambin F. Biruls, 1993.
85
Vanse, I. L. Horowitz, R. K. Merton y E. Nagel, 1959; A. Rose, 1959; S. Lukes, 1973;
A. Ryan, 1970; R. S. Rudner, 1966; C. G. Hempel, 1965; C. V. Mills, 1959; R. P. Dore,
1961; J. Watkins, 1973; R. Dahrendorf, 1968.
86
El mismo Merton cuestion estos supuestos y mantuvo la exigencia de elaborar teoras intermedias en lugar de teoras generales y de prestar atencin a la validacin de
los anlisis sociolgicos segn la lgica de la experimentacin (R. K. Merton, 1957,
pp. 25-35).
78
Vanse, entre otros, J. Elster, 1982, 1985a, 1985, 1986; J. Roemer, 1982, 1990; E. O.
Wright, 1985 y 1992; E. O. Wright, A. Levine y E. Sober, 1986-1987; P. van Parijs,
1982, 1986 y 1992; A. Przeworski, 1985; S. Lash y J. Urry, 1984; A. Carling, 1986; T.
Carver y P. Thomas, 1995, y J. Carabaa y A. Francisco, 1994.
88
J. Roemer, 1990, pp. 1-10.
89
Por lo que esta corriente se denomina tambin Rational Choice Marxism, Game Theoretic Marxism y Collective Action Marxism. Ellos reconocen que el marxismo fue concebido en el siglo pasado, que ha de resultar primitivo en contraste con los estndares
actuales y que de lo que se trata es de intentar rescatar lo que pueda seguir siendo vlido
de l. Para una crtica de los excesos de la aplicacin del enfoque de la eleccin racional
al conocimiento social, vase A. Domnech, 1991. Vase, sin embargo, su anlisis de la
historia del pensamiento tico poltico desde esta perspectiva en A. Domnech, 1989.
90
En sociologa, la bsqueda de microfundamentos lleva a la tesis de que los fenmenos macrosociales no son conocidos ni cognoscibles a menos que puedan ser basados en
conocimiento derivado del anlisis de situaciones microsociales. Vase K. Knorr-Cetina
y A. V. Cicourel (eds.), 1981.
79
Se lleva a cabo, por tanto, un anlisis crtico del estatus de las teoras,
los conceptos y las explicaciones sociales, aplicando las pautas de rigor
conceptual de la filosofa analtica y las exigencias habituales de la metodologa cientfica para reformular estas cuestiones en trminos ms acordes
con la prctica cientfica habitual. Esto supone que: a) los conceptos sociales han de ser precisados y refinados estableciendo cul es su contenido terico y emprico; hay que hacerlos operativos si pretendemos que tengan
capacidad explicativa; b) las leyes han de ser generalizaciones basadas en la
investigacin emprica y la teorizacin controlada; las teoras no pueden reducirse a mera especulacin si se pretenden cientficas; y c) los modelos de
explicacin no pueden ser trivialmente funcionales y han de tender, como
en cualquier otro contexto cientfico, a establecer cadenas causales de conexin entre antecedentes y consecuentes. Es necesario acortar la enorme
distancia entre explanans y explanandum que mantienen las explicaciones
funcionales.
Este ltimo punto ha sido fundamental para el programa analtico. Buena parte del trabajo desarrollado se ha centrado en la crtica de la explicacin funcional, la propuesta de fundamentos causales para la explicacin y
la formulacin de modelos explicativos alternativos a los funcionales.
4.1
80
pondientes; por tanto, no se dispone de argumentos funcionales apropiadamente sostenidos por una explicacin causal del proceso local que establece la explicacin funcional 94. No hay forma de dar cuenta razonable de
cmo los efectos beneficiosos tienden a mantener sus propias causas sin
implicar a los actores humanos.
En el caso que expone Merton respecto a las funciones latentes de la
mquina poltica en relacin al caciquismo urbano, no hay manera de explicar cmo la meta del sistema (conseguir bajos niveles de conflicto social)
ha producido en abundancia el fenmeno de los caciques urbanos. Para ello
es necesario tener en cuenta que las recompensas provechosas para los caciques y sus clientes proporcionan oportunidades empresariales en las que
pueden participar individuos sin demasiados escrpulos y aprovecharse, lo
que a su vez tiene efectos tiles en algn sentido para otras personas que no
tienen, as, ninguna buena razn para intervenir en la supresin de la corrupcin 95. Pero esto ya no es una explicacin funcional, sino una explicacin basada en las razones (intereses) de ciertos actores y en las consecuencias (intencionales y no intencionales) de sus acciones.
Este tipo de cuestiones han configurado el corazn del debate acerca de
la explicacin funcional que se ha desarrollado en las ltimas dcadas en el
contexto del programa analtico de los microfundamentos cuyos protagonistas principales han sido J. Elster y G. Cohen 96. Los resultados que este
debate arroja nos dejan con una valoracin de la explicacin funcional en
ciencias sociales acorde con la que ya seal R. S. Rudner en los aos sesenta cuando afirm: los resultados conseguidos hasta la fecha han de ser
considerados como equivalentes solamente (en lo que respecta a la explicacin) a la articulacin de algunos presentimientos precientficos o pas esperanzas de que una explicacin funcional para el elemento en cuestin
pueda por fin ofrecerse 97.
A partir de la crtica a la explicacin funcional, se plantea la necesidad
de determinar las condiciones de posibilidad del establecimiento de explicaciones causales de los fenmenos sociales. Ello lleva a la investigacin
de los fundamentos de la explicacin social en una direccin muy distinta de
la funcionalista, explorndose los microfundamentos de los eventos sociales para detectar los mecanismos causales implicados en su ocurrencia. La
investigacin de tales mecanismos supone un procedimiento analtico dirigido a la indagacin en los niveles elementales de la realidad social en los
94
81
que se entiende que se configura la microfsica causal de los eventos sociales, sea cual sea su grado de complejidad. Esto es necesario para especificar los mecanismos causales a partir de cuales son explicables tales eventos. Elster es claro al respecto cuando sostiene que es preferible explicar lo
macro por lo micro que explicar lo macro por lo macro; es ms eficaz abrir
la caja negra y ver el funcionamiento de los mecanismos de los fenmenos,
pues as se reduce el riesgo de confundir explicacin y correlacin y podremos detectar los antecedentes causales de los fenmenos 98. Se acenta la
importancia de investigar los mecanismos causales, ya que, segn Elster,
cuando hemos identificado un nuevo mecanismo por el cual p produce q
ha progresado el conocimiento, porque hemos agregado un nuevo tem a
nuestro repertorio de modos en los cuales suceden las cosas 99. Esto es lo
que permite la elaboracin de explicaciones en mbitos, ahora, limitados a
imprecisas correlaciones entre variables de gran generalidad y a vagas explicaciones funcionales. Se trata de retomar la idea de que explicar un
acontecimiento es dar un relato de por qu sucedi, y ello implica algn relato del mecanismo causal que relaciona los dos acontecimientos 100. Si se
puede proceder en este sentido, se habr avanzado en la direccin correcta
en el terreno de la explicacin social.
La correlacin funcional entre un sistema y otro, entre una estructura y
otra, no permite responder al cmo de la ocurrencia; no muestra los microprocesos causales a travs de los que han ocurrido las cosas. No es suficiente, por ejemplo, afirmar funcionalmente que el Estado sirve a los intereses del capital; es necesario dar una explicacin de los mecanismos a
travs de los cuales se configuran las polticas de Estado para producir ese
resultado. Los cientficos sociales necesitan, a la hora de la explicacin, tener alguna idea de los mecanismos a travs de los cuales el fenmeno agregado emerge, en el sentido de la afirmacin de Roemer de que el anlisis
de clase requiere microfundamentaciones para explicar por qu y cundo
las clases son unidades relevantes para el anlisis 101. Como seala Elster,
sin un profundo conocimiento de los mecanismos que actan al micronivel
las grandes reivindicaciones marxistas acerca de las macroestructuras y el
cambio a largo plazo estn condenadas a permanecer en un nivel especulativo. Por ello, hay que ir a los microfundamentos intentando deslindar los
mecanismos a travs de los que opera la causalidad social. De esta manera,
podremos establecer explicaciones causales basadas en tendencias y leyes
probabilsticas.
98
82
4.2
83
que determinan su conducta y concretan sus intereses, necesidades y derechos. Como seal Hobbes, hombres surgidos de la tierra por generacin
espontnea y que de repente, como setas, alcanzan su madurez sin compromiso de ninguna especie (De Cive). Lo econmico, poltico y social se explicara en funcin de estos individuos egostas, soberanos y depositarios
de la Razn.
Sin embargo, pocos fenmenos sociales pueden ser entendidos, y menos
explicados, en tales trminos, como ya mostr el mismo Popper al destacar
la importancia del medio social e histrico y de la lgica de la situacin,
negando el recurso a la naturaleza humana o la psicologa 106. El programa
de los microfundamentos profundiza en esta direccin incorporando una
serie de cuestiones que van ms all del situacionismo de Popper.
En primer lugar, se discute el supuesto idealista del individuo depositario de la Razn, capaz de actuar de forma perfecta y objetivamente racional
(de ah el alejamiento de la pretensin popperiana de ofrecer explicaciones
nomolgico-deductivas de las acciones segn un principio de racionalidad
normativo que opere como ley de cobertura). Igual ocurre con el supuesto
burdamente utilitarista que identifica comportamiento racional con comportamiento egosta.
En segundo lugar, se problematiza el postulado de la existencia de individuos que actan como sujetos aislados en contextos paramtricos. Esto
supone, por un lado, dar cuenta de los diversos mecanismos a travs de los
cuales se ejerce el condicionamiento social, como por ejemplo en la configuracin adaptativa de deseos y preferencias, y, por otro, destacar el carcter interactivo (relacional) y estratgico de la accin humana, con los lmites y restricciones que ello implica para la accin individual.
En tercer lugar, se resalta la importancia de las consecuencias (sobre
todo no intencionales) de la interaccin estratgica como elemento fundamental de la causacin social, central para la explicacin social.
Estos tres mbitos suponen una importante reelaboracin de temas como
el de la accin, la racionalidad o la relacin medio-accin y una interesante
utilizacin de la idea de interaccin estratgica y consecuencias no intencionales para dar cuenta de los eventos sociales.
4.3
La explicacin de los eventos sociales puede caracterizarse en los siguientes trminos generales, expuestos de forma muy esquemtica. No son las
106
Por otro lado, como nos recuerda L. Dumont: debemos distinguir universitas, o
unidad orgnica, y societas, o asociacin (partnership), en la cual los miembros siguen
siendo distintos a pesar de su relacin y en la que la unidad es por tanto colectiva y no
orgnica (corporate) (L. Dumont, 1983, p. 86).
84
85
del dilema del prisionero viene dada por la siguiente historia que le da
nombre.
Dos prisioneros incomunicados en celdas individuales son acusados de
haber cometido un delito grave (es un juego de dos personas, pero podra
darse entre n personas). No existen pruebas que les condenen a menos que
alguno confiese. El fiscal comunica a cada uno de los prisioneros independientemente: si usted confiesa que su compaero es culpable, podremos
convencer al jurado de ello, usted saldr libre y l quedar en prisin por
diez aos; si ninguno de ustedes confiesa, ambos sern declarados culpables, pero slo podremos condenarles a dos aos por falta de pruebas. Sin
embargo, dado que le har la misma oferta a su compaero, si ambos confiesan que el otro es culpable, no habr razn para beneficiar a ninguno y
se les condenar a nueve aos.
As, los prisioneros se encuentran ante un dilema con las siguientes opciones: si acuso al otro y l hace lo mismo, seremos declarados culpables
(9 aos); si yo lo acuso pero l no, quedar libre y l pagar toda la culpa
(10 aos); si yo no lo acuso pero l s, ser el nico culpable, pagar toda la
culpa (10 aos) y l quedar libre; si yo no le acuso y el tampoco slo tendremos que cumplir, cada uno, una pena leve (2 aos). Dado que cada jugador elige independientemente del otro, sus dos pares de estrategias producen cuatro resultados posibles, como se ve en la siguiente matriz de pagos:
Jugador 1
C
3,3
0,5
5,0
1,1
Jugador 2
Cada uno piensa que slo pueden pasar dos cosas: que el otro acuse o
que no lo haga. Y cada uno se ve enfrentado a la siguiente lgica: si el otro
me acusa, es mejor que yo tambin lo haga, porque de lo contrario quedar
como nico culpable (10 aos en la crcel); si el otro no me acusa, yo debo
hacerlo, pues de esta manera quedar libre y l quedar como nico culpable (10 aos). La conclusin es que, haga lo que haga el otro, lo mejor que
puede hacer cada uno es acusar al compaero. Ambos razonan de igual
modo y afrontan una condena mucho ms larga que la que les habra correspondido si hubiesen cooperado entre s y ninguno de los dos hubiese
acusado al otro (2 aos). Por tanto, la estrategia dominante para cada uno es
la acusacin, aunque sea pareto inferior (ambos estaran mejor si cooperaran). El dilema radica precisamente en que el mejor resultado colectivo se
86
87
Dos teoras se han ocupado de las dificultades que afrontan los procesos
colectivos de produccin de ciertos eventos sociales: la Teora de la Accin
Colectiva y la Teora de la Eleccin Social. La investigacin desarrollada
en ambos mbitos permite profundizar en la lgica explicativa de tales
eventos.
La Teora de la Accin Colectiva se ocupa de explicar qu hace que con
frecuencia no se obtengan los resultados perseguidos en acciones colectivas, es decir, cules son las causas del fracaso de la accin colectiva. A partir de los trabajos de M. Olson 109, padre de la Teora de la Accin Colectiva
tal como hoy la conocemos, se investiga por qu los actores humanos no
son capaces de producir, actuando conjuntamente, los resultados deseados
y buscados por todos y que a todos interesa alcanzar. La respuesta a esta
cuestin tiene que ver, tal como seala el mismo Olson, con la lgica de la
accin colectiva y la naturaleza de los productos que esta accin persigue
obtener: bienes colectivos y bienes pblicos 110. La caracterstica esencial de
estos bienes, sobre todo si son pblicos, es que son tales que una vez obtenidos nadie puede ser excluido de su consumo, ni siquiera aquellos que no
han colaborado en su obtencin 111. Tienen como rasgo fundamental, por
tanto, la imposibilidad de excluir a consumidores potenciales. Esto da lugar
al que ha sido denominado problema de la accin colectiva o problema del
free rider (gorrn). Este problema se basa en el hecho de que el mejor resultado individual se obtiene si los individuos se comportan como egostas
109
88
89
90
91
92
5.
El programa de los microfundamentos muestra la relevancia de las herramientas propias de la filosofa para la clarificacin de las importantes cuestiones que afrontan las disciplinas sociales (tambin evidencia el inters
que tienen determinadas teoras sociales para dar cuenta del conocimiento
cientfico). La indagacin filosfica de temas como los abordados por este
programa (la explicacin, la causalidad, la reformulacin y precisin de
conceptos o la utilizacin de modelos formales) es central para el anlisis
del conocimiento social. De este tipo de cuestiones nos ocuparemos en los
siguientes captulos, en los que se dar cuenta, sucesivamente, de la investigacin cientfica, las leyes, la explicacin, las teoras y su evaluacin. Comenzaremos, pues, ocupndonos de la investigacin en ciencias sociales.
123
124
93
3. La investigacin
y conceptualizacin en
ciencias sociales
La investigacin cientfica tiene que ver con las actuaciones y procedimientos implicados en la produccin de conocimiento cientfico. Supone normas y preceptos que reglamentan el proceso de investigacin, adems de
tcnicas e instrumentos. Es llevada a cabo por una comunidad que se inserta en tradiciones y/o paradigmas y desarrolla programas de investigacin
compartiendo cierta clase de elementos entre los que se encuentran las teoras, las tcnicas y recursos instrumentales, un trasfondo de normas, reglas,
valores y asunciones acerca de la propia investigacin, los que se consideran problemas a investigar, los modelos de solucin o los objetivos de la investigacin. Estas comunidades hay que entenderlas, adems, histrica y
socialmente contextualizadas.
La investigacin cientfica puede ser abordada desde el doble punto de
vista del papel que desempea en la aceptacin o rechazo de hiptesis y en
el origen de hiptesis nuevas. En nuestro anlisis, se prestar especial atencin a la que ha sido la funcin predominante de la investigacin en ciencias sociales: avanzar en la resolucin de problemas y en la formulacin de
nuevas hiptesis 1. En este sentido ha sido estudiada por la filosofa de las
ciencias sociales, dada la naturaleza de disciplinas como la antropologa, la
sociologa, la psicologa social o la historia, en las que el principal inters
radica en los procedimientos a travs de los cuales se avanza en la investi1
95
1.
96
97
98
99
dad. Por ejemplo, la variable posicin social est ligada en una relacin de
dependencia con diversas variables, entre las que se pueden sealar edad,
sexo, ingresos, poder, inteligencia y nivel educativo; la variable estatus en
una empresa depende de las variables contribucin (edad y grado de escolaridad) y retribucin (antigedad y salario); las variables oferta y demanda
estn en una relacin de influencia mutua; la variable calidad de vida est
asociada a variables como salud, renta, trabajo, vivienda, seguridad, educacin-formacin, entorno fsico-social, ocio, etc. Las variables a su vez
presentan dimensiones e indicadores; los indicadores permiten medir las dimensiones de las variables posibilitando el establecimiento de cuantificaciones 11.
Las variables pueden clasificarse en cuantitativas y cualitativas. Las
cuantitativas, a su vez, en agrupadas o no y en discretas o continuas. Las
agrupadas son aquellas en las que la serie numrica que abarcan est dividida, a efectos operativos, en intervalos agrupados. Las continuas pueden tomar cualquier valor dentro de su rango, mientras que las discretas,
al contrario, se hallan restringidas a determinados valores. Las variables
pueden ser tambin individuales o colectivas. Las primeras se refieren a
caractersticas de unidades individuales: edad, sexo, profesin; las segundas, a caractersticas de unidades que son colectivos, conjuntos o grupos:
tasa de fertilidad, recursos variables, rendimiento sobre la inversin, industrializacin.
Por su nivel de abstraccin, las variables pueden dividirse en generales,
que se refieren a caractersticas no medibles empricamente, intermedias, que
expresan dimensiones o aspectos parciales de estas variables, por tanto,
ms concretos, y, finalmente, indicadores, que representan aspectos de estas dimensiones directamente medibles y observables. El proceso de hacer
operativas (operacionalizar) las variables no consiste sino en traducir las
variables ms generales en variables intermedias e indicadores. Esto es fundamental en el proceso de hacer investigable una hiptesis.
Segn el carcter de las escalas o conjuntos que forman los elementos
que comprenden las variables, stas se pueden dividir en nominales, ordinales, de intervalo y de razn. Las variables nominales son las que comprenden la distincin de diversas categoras sin implicar ningn orden entre s.
Las variables ordinales implican orden entre sus categoras, pero no grados
de distancia iguales entre s. Las de intervalo suponen a la vez orden y grados de distancia iguales entre las diversas categoras. Por ltimo, las de razn comprenden a la vez todos estos aspectos, distincin orden, distancia y
origen nico.
Por ltimo, las variables se dividen en dependientes e independientes.
Las primeras designan las variables a explicar, los efectos o resultados
respecto a los cuales hay que establecer el motivo o la causa. Las inde11
100
pendientes son las variables explicativas, cuya asociacin o influencia sobre la variable dependiente se pretende descubrir en la investigacin. Esta
distincin hace referencia al ncleo central del proceso investigador. En
muchos casos no se puede determinar de modo absoluto en las variables
sociales las que son dependientes o independientes. A veces, que tengan
un carcter u otro en una investigacin depende del objetivo perseguido
en ella.
Por otro lado, aunque una variable relacionada con otra sea claramente
anterior en el tiempo a sta, y deba ser considerada como independiente
para estudiar la influencia de la primera sobre la segunda, se puede considerar la variable posterior en el tiempo como independiente a efectos de estudiar la distribucin de la variable primera en funcin de la segunda. Por
ejemplo, la edad de las personas puede influir a la hora de comprar determinado tipo de camisa y no al revs. Sin embargo, nada impide que, considerando los tipos de camisas comprados como variable independiente, se
trate de conocer la distribucin proporcional por edades de las personas que
las compran.
2.
101
La observacin
Como sealamos, la investigacin procede a travs de la observacin y experimentacin controladas. La observacin desempea un papel central en
la investigacin social y en muchos casos se circunscribe a ella. Para que
sea considerada cientfica ha de reunir las siguientes condiciones: que sirva
a un estudio ya formulado de investigacin, que sea planificada y se realice
sistemticamente, que est relacionada con proposiciones cientficas ms
generales, que emplee procedimientos contrastables, es decir, que aspire a
observar, registrar e interpretar los hechos en forma tal que otras investigaciones puedan contrastar sus hallazgos, que est sujeta a algn control para
la comprobacin de su validez y fiabilidad.
13
Por ejemplo, Durkheim, Weber y Spencer. Para un estudio de la comparacin, G.
Sartori y L. Morlino, 1991. Hay disciplinas centradas en la comparacin, como reza en
su denominacin: historia comparada, educacin comparada, derecho comparado, poltica comparada.
14
R. Boudon, 1970, pp. 33 y ss.
15
En este sentido, es clsico el estudio de S. Mill de los mtodos experimentales.
102
La observacin en ciencias sociales presenta las siguientes caractersticas: limitacin de los sentidos humanos, frecuentes errores de percepcin
difcilmente evitables y, por ltimo, el hecho de que el observador forma
parte de aquello que es observado 16.
Dependiendo de la extensin del universo objeto de investigacin, la observacin procede sobre una parte representativa de l, es decir, sobre una
muestra o sobre la totalidad. Por consiguiente, es necesario decidir si las
unidades objeto de observacin o estudio van a ser todas las que forman el
universo en cuestin o si se restringen a una parte representativa de l.
La observacin tiene como finalidad la obtencin de datos mediante diversos mtodos. Estos mtodos permiten clasificar la observacin en los siguientes tipos:
a)
16
103
104
servar que 20. Lo primero remite al mero hecho de que los humanos proceden como un instrumento fsico de medicin debido a sus capacidades fsicas y biolgicas, mientras que lo segundo se refiere a la interpretacin del
significado de lo observado; y esto es lo que es dependiente de alguna teora, no necesariamente de la teora para la que las observaciones establecen
datos. Helen Longino sostiene una diferencia parecida al distinguir entre
estados de cosas y evidencia relevante 21. Los cientficos acceden a estados
de cosas del mundo a travs de la experiencia. La percepcin de los estados
de cosas del mundo no est determinada tericamente hasta el punto de ver
cosas distintas desde teoras distintas. Lo que depende de nuestras asunciones es la interpretacin de los estados de cosas del mundo, la consideracin
de que ciertos aspectos de estos estados son evidencia relevante para nuestra hiptesis 22. El desacuerdo entre diferentes teoras sociales, respecto a un
mismo dominio de hechos, tiene que ver con las distintas interpretaciones
de los estados de cosas observados. Desde teoras diferentes se puede estar
de acuerdo en que el desempleo ha aumentado en determinada proporcin
en determinadas fechas, en que hay una diferente distribucin de la riqueza
en una misma sociedad o entre distintos pases, en que la poblacin aumenta en cierta proporcin y zonas, mientras disminuye en otras, en que las
mujeres reciben habitualmente una retribucin menor por el mismo trabajo,
en que en algunas situaciones experimentales los individuos son incoherentes en sus elecciones o actan infligiendo dolor fsico a sus semejantes o en
que el test de inteligencia aplicado a personas reclusas y no reclusas arroja
datos diferentes en respuesta a las preguntas y operaciones planteadas. El
desacuerdo aparece a la hora de interpretar estos estados de cosas y ofrecer
una explicacin de sus causas.
2.3
La experimentacin
La investigacin en ciencias naturales y sociales recurre a la experimentacin controlada. El experimento es el instrumento de la investigacin causal por excelencia; con l se busca establecer las causas de un fenmeno a
partir de diversas manipulaciones 23. Se realiza tambin con fines eminentemente prcticos en aquellos casos en que se quiere comprobar la efectividad de soluciones alternativas a problemas concretos, por ejemplo, para
20
105
Tal como lo expone E. Nagel, 1961, p. 224. No otra cosa seala el mtodo de la diferencia segn lo formula Mill.
25
Como manifiestan D. Campbell y J. Stanley, los criterios de control son el fundamento del experimento, y los criterios de validez interna son centrales para establecer si la
variable independiente realmente causa la variable dependiente (D. Campbell y J. Stanley, 1963, p. 3).
26
Mostrar que dos o ms fenmenos varan conjuntamente, demostrar que la relacin
entre dos variables no puede ser explicada por una tercera variable y la demostracin de
que un fenmeno ocurre primero o cambia primero que otro.
106
107
que forman el grupo de control puede ser diferente, lo que invalida los resultados atribuidos al efecto diferencial de los sujetos sometidos a tratamiento experimental. Por ello es tan importante seguir procedimientos
aleatorios en la asignacin de individuos a ambos grupos procurando una
total equivalencia inicial entre stos, es decir, que los sujetos compartan
las mismas caractersticas. A pesar de ello pueden existir diferencias leves,
con lo que la aleatoriedad slo garantiza la equivalencia aproximada. Otro
problema est en que el grupo de control puede recibir un tratamiento favorable, en pequeos detalles, que le resten eficacia como grupo de control. Por otro lado, el hecho de tener conocimiento de que se pertenece al
grupo de control y no al experimental puede afectar a su intervencin y su
conducta.
Todo ello repercute en la dificultad que se encuentra para excluir relaciones espurias y eliminar explicaciones rivales de la asociacin entre las
variables. Sin embargo, el hecho de que los investigadores estn alerta,
atiendan a estos factores y sean capaces de preverlos aumenta el control sobre las variables y ayuda a paliar, en cierta medida, el riesgo de relaciones
espurias y explicaciones alternativas.
La situacin sealada hace que en ciencias sociales la posibilidad de establecer relaciones causales, en trminos de condiciones necesarias y suficientes, sea escasa 30. Una cuestin importante es el problema de la relacin
causalidad-generalidad. El dilema est en que el establecimiento de causalidad sobre evidencia no ambigua supone generalmente sacrificar la generalizabilidad. Podemos establecer la relacin causal de manera fuertemente
controlada y vlida para un caso, pero no podemos generalizar. Si lo hacemos, no disponemos de medios de control para afirmar esa generalizacin
como causal.
El establecimiento de correlaciones causales probabilsticas (en el sentido en que se han establecido, por ejemplo, para el binomio fumar-cncer de
pulmn) es bastante ms factible. El obstculo ms comn en este mbito
tiene que ver, de nuevo, con la eliminacin de relaciones espurias y el cumplimiento de las condiciones que lo permitan: el requisito de mxima especificidad de Hempel o los requisitos de Salmon y Cartwright de no existencia de un factor de criba o de trasfondo causalmente homogneo para
asegurar que la correlacin positiva entre las variables sea causal 31. Sin embargo, en el terreno de la probabilidad, estas condiciones son asumidas con
mejores resultados.
Por otro lado, la investigacin social emplea con cierta frecuencia diseos preexperimentales y cuasiexperimentales caracterizados por no satisfacer alguno de los requisitos sealados. Los ms interesantes son los
cuasiexperimentos, aunque las inferencias causales que permiten son vul30
31
108
109
Medicin y escalas
Esto supuso encarar el hecho de que las mujeres apenas haban sido tenidas en cuenta
como objeto de estudio y, por tanto, eran invisibles para las categoras, conceptos, mtodos y teoras sociales, y que cuando se les prestaba alguna atencin su tratamiento estaba muy sesgado por los valores dominantes. Este hecho es comn a todas las ciencias
sociales, como indican las diferentes estudiosas del tema.
37
W. L. Wallace, 1971.
110
111
ras del mayor o menor grado en que poseen una dimensin comn dada.
Corresponde a los conceptos comparativos. Volviendo al ejemplo anterior,
la escala nominal de partidos polticos, si comparsemos entre s a stos en
relacin a la dimensin de mayor o menor conservadurismo, obtendramos
no ya una escala nominal (en la que el orden de enumeracin no tiene ninguna significacin, de tal modo que se podra variar sin ninguna consecuencia), sino una escala ordinal que indica de menos a ms, o de ms a
menos, el mayor o menor grado de conservadurismo que se considera que
dichos partidos poseen. En esta escala los nmeros que se asignan a las categoras implican un orden, pero nicamente en sentido de menos a ms,
sin que este orden, aunque est relacionado con nmeros, signifique con
precisin en qu cuanta es ms o menos elevado el grado de conservadurismo en una categora que en otra. La escala slo puede presentar una
disposicin inalterable, correspondiente al orden en cuestin, que en el
ejemplo citado sera: 1. anarquismo, 2. comunismo, 3. socialismo, 4. democracia cristiana, 5. tradicionalismo.
La regla de la escala en este caso es asignar a cada partido un nmero
cualquiera con la nica condicin de que el nmero de los tradicionalistas
sea el ms alto, y as sucesivamente. Aqu no slo se clasifican las unidades
de observacin en categoras distintas, sino que se ordenan estas categoras.
El tratamiento ordinal de la utilidad sera un ejemplo. En palabras de
M. Davis, una funcin de utilidad es una simple cuantificacin de las preferencias de una persona con relacin a ciertas cosas 41 o, lo que es lo mismo, un instrumento para asignar a cada una de las alternativas un nmero,
de forma que las ms preferidas tengan un nmero superior a las menos
preferidas, lo que supone una funcin de utilidad de tipo ordinal.
La escala de intervalo se basa en la existencia de una distincin que no
slo diferencia categoras y establece un orden entre ellas, sino que tambin
determina la distancia entre las diversas categoras. Esta distincin es el resultado de la comparacin de cada categora con unidades iguales, determinadas en relacin a un origen convencional. En las escalas de este tipo se
puede determinar que la diferencia que separa dos categoras es igual o distinta a la que separa a otras. Dos objetos que alcancen las medidas 5 y 10
estn igualmente separados o a la misma distancia que otros que alcancen
las medidas 10 y 15. Los conceptos mtricos intensivos dan lugar a escalas
de intervalo. Un ejemplo muy utilizado en ciencias sociales es la escala sociomtrica (las ms conocidas son las de actitud). En ellas se alcanza el nivel de medida ordinal con puntuaciones especficas para cada sujeto, que
en ocasiones se consideran formadas por intervalos iguales y constituyen
escalas de intervalo.
La escala de razn o de proporcin, adems de diferenciar categoras y
establecer un orden y distancia entre ellas, permite su comparacin propor41
112
cional, o sea, determinar en qu proporcin exacta una categora de la escala es ms o menos que otra. Son escalas que adems constituyen magnitudes aditivas o extensivas, por disponer en sus correspondientes sistemas
empricos de una operacin correspondiente 42. Renen todas las propiedades de los nmeros naturales (distincin, orden, distancia y origen), y no
slo alguna de ellas, como las anteriores. Los conceptos mtricos extensivos (o aditivos) dan lugar a escalas de este tipo. Un ejemplo en ciencias sociales sera el tratamiento cardinal de la utilidad, que pretende establecer
comparaciones interpersonales de utilidad a pesar de los problemas que ha
presentado este intento. Otros ejemplos muy utilizados son las escalas de
edad, nivel de ingresos, precios, renta per cpita, producto nacional, poblacin, etc.
En ciencias sociales se encuentran escalas de los diferentes tipos y, por
tanto, conceptos clasificatorios, comparativos y mtricos. Sin embargo, hay
problemas para metrizar conceptos fundamentales de las teoras sociales.
Los inconvenientes se relacionan con la dificultad para establecer funciones cuyos valores sean vlidos no slo en el dominio en que se realiza la
medicin, sino en un dominio ms amplio, es decir, para establecer conceptos mtricos que sean funciones en mbitos de varios sistemas 43. Esto es lo
que revelan, por ejemplo, los intentos de cardinalizar la utilidad en teora
del comportamiento del consumidor de la economa neoclsica o los intentos de metrizar el valor tanto en su aseveracin neoclsica como en su versin marxista.
Hay que tener en cuenta que un concepto mtrico es un homomorfismo
entre un sistema emprico y un sistema numrico (o el conjunto de todos
los homomorfismos) 44. Y que la metrizacin de un sistema emprico supone, como ha sealado J. Mostern, cuatro pasos: (1) Definicin de un sistema emprico. (2) Formulacin de axiomas o hiptesis que expresan ciertas
caractersticas cualitativas de ese sistema emprico. (3) Prueba de un teorema de representacin, que afirma la existencia de un homomorfismo de ese
sistema emprico en cierto sistema numrico. (4) Prueba de un teorema de
unicidad que indica hasta qu punto el homomorfismo es unvoco, es decir,
cules son las transformaciones (llamadas permisibles) del homomorfismo
dado, que tambin constituyen homomorfismos del mismo sistema emprico en el mismo sistema numrico 45. Este ltimo paso es el que presenta
ms dificultades en la metrizacin de conceptos de las ciencias sociales.
42
113
3.
114
4.
Como hemos visto, las variables se transforman en conceptos en el proceso de interpretacin y conceptualizacin que tiene lugar en la investigacin cientfica. Los conceptos son las unidades bsicas del conocimiento cientfico y se expresan lingsticamente en los trminos de un
lenguaje 46. En ellos pueden distinguirse dos elementos fundamentales: su
contenido emprico y su contenido terico. El contenido emprico, o extensin, es aquello a lo que refiere, y el contenido terico es el conjunto
de propiedades y relaciones que comprende. El primero est conectado
con la investigacin emprica, y el segundo, con los procedimientos tericos a travs de los que se da cuenta de las propiedades del referente.
Contenido emprico y terico pueden modificarse con el desarrollo de la
ciencia 47.
Llamaremos trminos de existencia 48 a aquellos que tienen contenido
emprico directa o indirectamente establecido (son definidos en funcin de
otros que s lo tienen). Se consideran conceptos de existencia tanto los que
desde la concepcin heredada se denominaron conceptos tericos como los
que se catalog como observacionales, lo que significa que no se suscribe
esta distincin en los trminos clsicos. Una razn central para ello es la
que aduce Shapere cuando seala que la distincin entre observacin y
teora, tal como ha sido concebida por los filsofos de la ciencia, ha demostrado no ser en modo alguno clara 49.
Un ejemplo conocido de un trmino de existencia cuyo referente no
puede determinarse directamente (refiere a otros ya garantizados en el
contexto cientfico) es el de masa. Este trmino se introdujo porque determinados clculos matemticos en fsica clsica basados en el concepto de peso (un concepto ordinario metrizado) presentaban desajustes
en los resultados que se necesitaba explicar. El trmino masa fue caracterizado en la fsica clsica como la razn de esos desajustes (caracteri46
115
En ciencias sociales los trminos de existencia se ajustan, en general, al esquema sealado. Su contenido emprico est relacionado con procedimientos propios de la investigacin (cuestionarios, tests, experimentos), y el
contenido terico, con procedimientos tericos de diversa naturaleza 51.
La situacin de los trminos sociales de existencia es, sin embargo,
muy variada, diferencindose de una especialidad a otra e incluso dentro
de una misma disciplina. Se encuentra una gama de posibilidades que van
desde los que se han establecido a travs del recurso a investigacin controlada y procedimientos tericos aceptables hasta los que no cumplen ninguno de estos dos requerimientos 52. ste es el caso de conceptos cuyo
contenido emprico se da por supuesto como algo evidente o refiere a vagas consideraciones experienciales y cuyo contenido terico se determina
en el seno de teoras sociales considerablemente especulativas. Ejemplos
de ello son: conciencia colectiva 53, inconsciente colectivo, complejo de
Edipo, desplazamiento, integracin, cohesin social, estructura social o
neutralidad afectiva. Entre ellos se encuentran trminos que se definen,
casi exclusivamente, tericamente, con un contenido emprico escaso y genricamente establecido: conciencia colectiva, inconsciente colectivo o estructura social. Y trminos cuya caracterizacin est fundamentalmente
basada en experiencia ordinaria ms que en investigacin controlada, entre
otros: desplazamiento, integracin, autoridad, carisma, desviacin o conflicto. El trmino autoridad ilustra lo que se acaba de sealar. Se le define
como influencia impuesta a los otros para hacerse obedecer en un terreno
concreto 54. Igualmente el trmino psicoanaltico de desplazamiento, cuya
definicin reza como sigue: traslado de la energa de una pulsin de su
50
Otras formas de clasificarlos son: observacionales-tericos; observacionales-no observacionales; T-tericos; T-no tericos para una teora dada. Para un recorrido por la
historia de la distincin terico observacional y analtico sinttico, vase F. Suppe,
1974, pp. 66-77.
51
Para los conceptos de las ciencias sociales, vanse, entre otros, los trabajos de
T. Pawlowski, 1980; R. Mayntz et al., 1969; J. Trusted, 1987; L. Doyal y R. Harris,
1986, y R. S. Rudner, 1966.
52
Sin que esto suponga la tesis de la futilidad de tales conceptos.
53
Como afirma A. Ryan, 1970, p. 187: al fin y al cabo cuando Durkheim introdujo el
concepto de conciencia colectiva insisti en que tal cosa tena existencia de hecho y era
causalmente efectiva.
54
Diccionario de sociologa, Larousse, p. 25.
116
verdadero objeto a un elemento sustitutivo que esconde su anterior significado. Tal procedimiento permite reducir la tensin y evita el gasto de energa psquica que necesitara su represin. El nio que se chupa el dedo pulgar a falta del pecho de la madre acta por desplazamiento. El subordinado
que recibe una reprimenda sin poder responder y al llegar a casa grita a su
mujer porque la sopa est demasiado fra se comporta segn el mismo
principio. Y precisamente por el hecho de que se elaboran por desplazamiento (y condensacin), los sueos nos parecen incomprensibles 55.
Junto a stos, encontramos trminos que satisfacen en diversas medidas
los requerimientos sealados, como densidad demogrfica, habilidad motriz,
inhibicin proactiva, bien de consumo, relaciones de parentesco, plusvala,
demanda, utilidad, actitudes sindicales, disonancia cognitiva, retribucin, demanda elstica, movimiento reflejo, recursos renovables, entre muchos otros.
La cuestin en juego no es que se considere que el contenido de los trminos de las ciencias sociales deba depender de la experimentacin estricta
y de teoras fuertes. Los recursos empricos y tericos pueden ser bsicos,
elementales, pero han de suponer alguna forma de investigacin y teorizacin controlada en el sentido que hemos venido sealando. Un ejemplo de
lo que se quiere decir lo encontramos en trminos como el de desarrollo
social, cuya definicin emprica remite a la investigacin y medicin de la
evolucin de la poblacin en intervalos determinados, en relacin a factores
como el de los niveles de bienestar y consumo, la accesibilidad y comunicacin (distancia a la capital, nmero de autobuses, trenes, vehculos privados, centros educativos), etc. Tericamente la sociologa lo define como
mejora cualitativa y cuantitativa, econmica y social de la sociedad o de
una zona determinada. Otro ejemplo es el trmino calidad de vida, que se
define tericamente como grado en que una sociedad posibilita la satisfaccin de las necesidades materiales y no materiales de los miembros que
la componen y extensionalmente se refiere a la medicin de variables
como salud, renta, trabajo, vivienda, educacin, ocio, etc. stos son conceptos que se establecen por recurso a la investigacin emprica y a teoras,
aunque no sean de gran alcance 56.
Una de las formas ms extendida en la caracterizacin de trminos, sobre todo de la psicologa, es la definicin operacional 57. Esto es as a pesar
55
117
de que esta forma de definicin presenta problemas que han sido abundantemente sealados y nos deja con definiciones parciales 58. Un ejemplo de
definicin operacional lo encontramos en la introduccin de trminos como
el de ansiedad. Existe una serie de manifestaciones ligadas a l (medicin
del ritmo cardiaco, alteracin de la tensin, tiempo de reaccin) que lo caracterizan. Pero ello slo permite una definicin parcial, puesto que seguimos sin saber cules son las condiciones necesarias y suficientes para hablar de ansiedad. Su definicin como estado de agitacin e inquietud
apenas va ms all de las operaciones registradas.
En economa encontramos trminos de existencia cuyo contenido terico se establece desde teoras con aceptables recursos tericos y formales y
cuyo contenido emprico remite a diversos tipos de investigacin (estudios
de mercado, investigaciones de laboratorio, por ejemplo en relacin a la
Teora de la Utilidad Esperada de Ramsey y V. Neumman o en relacin a
la Prospect Theory de A. Tversky y D. Kahneman). Trminos como demanda, oferta, efecto-renta, rendimientos decrecientes, tasa de beneficios,
precios, costo marginal de produccin, nivel de ingresos, renta per cpita
o producto nacional son definidos con bastante precisin. Sin embargo,
en ciertos casos el contenido emprico se basa en el recurso intuitivo a lo
que se considera evidente, como por ejemplo que la gente prefiere ms a
menos, en relacin al concepto de maximizacin (de riquezas, satisfaccin o bienes). Igual pasa con el trmino utilidad y el supuesto de que
los bienes preferidos tienen una utilidad mayor ya que reportan mayor
satisfaccin. Por otro lado, hay que sealar que muchos de los trminos
mejor definidos de la economa son idealizaciones ms que trminos de
existencia.
4.2
Las idealizaciones
Una clase de conceptos cientficos de gran importancia son las idealizaciones. En ciencias sociales tienen una considerable presencia, sobre todo en
economa. Las idealizaciones ejemplifican los valores extremos de una variable cuyo mbito lo constituye el universo del discurso propio de ese sistema conceptual; son trminos aplicables a ejemplos extremos en el universo del discurso (equilibrio general, gas ideal, competencia perfecta,
condiciones ideales de dilogo, comunicacin perfecta, sociedad abierta,
pndulo matemtico, choque perfectamente elstico, son ejemplos caractersticos) 59. Estos trminos se distinguen de otros por el hecho de que tenemos, o hemos llegado a adquirir, una evidencia emprica considerable en
58
Como se ver en el captulo cinco en el anlisis del intento de Hempel de definir disposicionalmente el concepto de racionalidad.
59
R. S. Rudner, 1966, p. 91.
118
M. Weber, quien mostr la importancia para las ciencias sociales de los tipos ideales,
ya seal que por su pureza conceptual no pueden encontrarse en la realidad. Por otro
lado, Hempel, 1965, pp. 159-175, hace un anlisis de los conceptos tipo en ciencias sociales detenindose en la naturaleza lgica y metodolgica de los tipos extremos y tipos
ideales.
61
Como seala R. S. Rudner, 1966, pp. 92-94.
62
Una versin tradicional de estas condiciones la encontramos en R. S. Rudner, 1966,
pp. 100-101. Aqu nos alejamos en varios aspectos de sus formulaciones.
119
Recapitulando
120
121
4.
Para los empiristas, el paso del fenmeno a la ley es el paso de regularidades investigadas a una frmula que sintetiza estas regularidades y permite predecirlas en el futuro.
Esta concepcin, que tiene su origen en Hume, requiere el denominado fundamento de
la induccin. La crtica al inductivismo se basa en el argumento de que si el fundamento
de la induccin es el postulado de la uniformidad de la naturaleza, entonces se presupone lo que se trataba de demostrar. Por tanto, el paso no puede ser meramente inductivo.
El problema de la induccin puede resumirse, segn Popper, en lo siguiente: no podemos justificar deductivamente el principio de induccin, pero tampoco inductivamente,
pues si lo hacemos caemos en contradiccin y la justificacin se retrotrae indefinidamente. Por tanto, para Popper, no puede haber razonamiento vlido desde enunciados
de observaciones singulares hasta leyes universales. Por ejemplo, K. R. Popper, 1983a,
pp. 51-198, y 1934, pp. 27-47.
2
La palabra ley deriva del trmino latino lex (regla, norma), y ste del griego nmos,
que tiene varias significaciones: ordenar, uso, costumbre, convencin, mandato.
123
1.
124
la teora (permiten restringir los estados fsicamente posibles y los fsicamente imposibles).
Las condiciones que deben ser satisfechas por las leyes cientficas para
ser consideradas como tales son: verdad, generalidad, necesidad y regularidad. Nos aproximaremos brevemente a cada una de ellas.
Respecto a la verdad encontramos, al menos, cinco grandes posiciones.
En primer lugar, la de los empiristas lgicos, que han entendido las leyes
como enunciados verdaderos, o, segn Hempel, susceptibles de ser verdaderos 6. En segundo, la de los falsacionistas, para quienes las leyes son hiptesis refutables que han superado con xito las contrastaciones. Como ha
sealado Popper, las leyes cientficas son enunciados sintticos y estrictamente universales que no pierden nunca el carcter de hiptesis (eso s, que
han superado con xito todos los intentos de refutacin). Son conjeturas
que pueden aproximarse a la verdad, pero que nunca pierden su carcter
conjetural. En tercer lugar, la de los kuhnianos, quienes sostienen que la
verdad de las leyes es paradigma dependiente: depende de que as sean consideradas por una comunidad cientfica en el marco de un paradigma. En
cuarto lugar est la posicin instrumental, por ejemplo de M. Friedman,
para la que la verdad de las leyes no es lo que realmente importa, sino su
poder predictivo. Una variante de esta posicin la encontramos en N.
Cartwright para las leyes fundamentales de la fsica, que ella considera falsas. Lo que caracteriza a estas leyes es su manifiesto poder explicativo y
predictivo (su concepcin de las leyes fenomenolgicas es muy distinta) 7.
Y finalmente, en quinto lugar, estn aquellos que como Swartz afirman que
deberamos creer que virtualmente todas las leyes cientficas son falsas,
aunque no as las leyes de la naturaleza 8.
Otra condicin fundamental de las leyes cientficas es la de la generalidad.
Segn su generalidad espacio-temporal, las leyes pueden clasificarse en universales y no universales, y estas ltimas, en tendenciales y estadsticas. Las
universales adoptan, segn Kaplan, la frmula siguiente: (X) (Fx Gx),
para todo x si x tiene la propiedad F, entonces tiene la propiedad G (para
todo x si x es metal, entonces se dilata por el calor). Hempel entiende que
son enunciados que dicen que cuando quiera y donde quiera que se dan
6
C. G. Hempel, 1965, p. 233. No se puede observar rgidamente el requisito de la verdad, nos dice Hempel, puesto que entonces enunciados a los que comnmente nos referimos como la ley de Galileo y la ley de Kepler no se consideraran leyes...; slo se
cumplen de forma aproximada, y la teora fsica explica por qu esto es as. C. G. Hempel, 1966, p. 86. Segn M. Schlick, se ha hecho notar a menudo que, estrictamente, no
podemos hablar nunca de una verificacin absoluta de una ley... Esto significa que una
ley natural no tiene en principio el carcter de un enunciado, sino ms bien de una prescripcin para la formacin de enunciados. Citado por K. R. Popper, 1934, p. 36.
7
Esto se ver con detalle ms adelante.
8
N. Swartz, 1985, p. 5.
125
126
plio un enunciado de este tipo afirma la existencia de una conexin uniforme entre diferentes fenmenos empricos 12. Pero tambin de necesidad; las
leyes suponen algo ms que mera regularidad; en ello se asienta su nomicidad. Tenemos, por tanto, dos enfoques concernientes a la naturaleza de las
leyes: el de los regularistas y el de los necesitaristas (necessitarian).
Para los regularistas, las leyes fsicas derivan su verdad de las conexiones (i. e., instanciadas) actuales (entre estados y entre eventos) en el mundo. Las leyes fsicas, por lo tanto, expresan solamente lo que ocurre 13.
Para los necesitaristas, las leyes fsicas (y condiciones antecedentes) determinan qu conexiones pueden y no pueden ocurrir; las leyes fsicas expresan lo que debe ocurrir en circunstancias particulares 14.
Los regularistas, por ejemplo Carnap, Russell, Wittgenstein o van Fraassen, niegan la necesidad natural en todas sus formas, causal, ntica, nomolgica. Las leyes son descripciones de lo que es y de lo que ocurre. Las leyes fsicas son simples verdades, generalizaciones materiales universales.
No implican necesidad y no hay distincin entre leyes y generalizaciones
accidentales. B. C. van Fraassen, desde su empirismo constructivista, niega
que haya conexiones necesarias entre eventos, rechaza la necesidad del orden natural y las leyes de la naturaleza: las regularidades no suponen necesidad, no son explicables en trminos de necesidad. Para los regularistas no
hay distincin entre leyes y generalizaciones accidentales; la diferencia no
es entre nomicidad y accidentalidad. Tenemos excelentes fundamentos experimentales y tericos para creer en la verdad de las regularidades que expresan las leyes sin tener que introducir nomicidad. Una proposicin es una
ley fsica si es una verdad contingente, condicional, de forma universal o
estadstica cuyos trminos no lgicos o matemticos son descriptivos.
Segn Hempel las generalizaciones empricas (enunciados empricos de
forma universal) son leyes en la medida en que sean derivadas de leyes fundamentales. De hecho, la condicin esencial para considerar que disponemos de una ley es que sta tenga un slido apoyo terico, es decir, que se
siga de una teora bien asentada 15. Por tanto, que un enunciado de forma
universal cuente como una ley depender, en parte, de las teoras cientficas
aceptadas. Sin embargo, Hempel admite que ello no quiere decir que generalizaciones empricas (enunciados de forma universal empricamente bien
confirmados) que no tienen una base en la teora no se consideren leyes.
Las leyes de Kepler, Galileo o Boyle lo fueron antes de recibir una fundamentacin terica 16.
12
C. G. Hempel, 1966, pp. 85-86. Para autores como Piaget, la legalidad de las leyes
cientficas no es otra cosa que la afirmacin de la generalidad del hecho.
13
N. Swartz, 1985, p. 38.
14
N. Swartz, 1985, p. 38.
15
C. G. Hempel, 1966, pp. 90-91, y 1965, p. 268.
16
C. G. Hempel, 1966, pp. 99-91.
127
Los necesitaristas, por ejemplo Popper, Kneal, von Wright, D. M. Amstrong y F. Drestke, entienden las leyes como descripciones de lo que puede
y debe ocurrir; son irreductibles a afirmaciones acerca de lo que ocurre.
Las leyes fsicas tienen primaca sobre las meras ocurrencias. Distinguen
entre leyes y generalizaciones accidentales (aunque estas ltimas tengan la
forma de enunciados universales verdaderos). La principal diferencia entre
ambas, segn seal Goodman 17, es que una ley puede servir para justificar
condicionales contrafcticos (lo cual manifiesta su carcter modal), pero
una generalizacin accidental no.
D. M. Amstrong mantiene una posicin fuertemente necesitarista desde
la que distingue entre uniformidades accidentales y leyes genuinas. Las leyes suponen una relacin de necesidad entre propiedades universales (tipos
de estados de cosas) a partir de la cual se puede afirmar que existe una relacin nmica de necesidad 18. F. Drestke establece la diferencia entre verdades universales y leyes. Las leyes no son lo mismo que las verdades universales; stas no implican leyes, aunque las leyes s que suponen verdades
universales. Las leyes nos dicen lo que debe ocurrir y no slo lo que ocurre
dadas unas condiciones iniciales. Permiten algo que las verdades universales no: hablar de los mundos posibles y los contrafcticos 19. Para D. Lewis,
la diferencia entre generalizaciones verdaderas por accidente y generalizaciones que son leyes verdaderas depende de en qu sistema de verdades
aparezcan integradas 20. No todas las regularidades se convierten en leyes;
ello depende del papel que desempean en el sistema en el que figuran
como axiomas o teoremas. Una generalizacin verdadera es una ley si encaja en un sistema integrado de verdades que combinan simplicidad y fuerza de la mejor forma posible 21.
W. C. Salmon sostiene una posicin ntica que da cabida a la probabilidad. No basta con la regularidad; es necesario una teora acerca del mecanismo causal entre dos eventos que ocurren en una secuencia temporal (no es
suficiente con que sean temporalmente seguidos) 22. Propone una teora de la
naturaleza de las relaciones causales en la cual la causalidad es entendida
fundamentalmente como un concepto probabilstico. La explicacin causal
de los fenmenos no se limita a la mera subsuncin bajo regularidades; algunas regularidades son capaces de explicacin a un nivel ms profundo,
otras no. La visin laplaciana tiene problemas para pasar del contexto deter17
N. Goodman, 1955.
D. M. Armstrong, 1983.
19
F. I. Dretske, 1977.
20
La tesis de la pluralidad de los mundos le permite ofrecer una solucin al problema
de los contrafcticos, desde una posicin realista modal. Para su tratamiento de las leyes, vase D. Lewis, 1973 y 1986.
21
D. Lewis, 1986a, p. 122.
22
W. C. Salmon, 1984, p. 14.
18
128
minista al indeterminista, pero se puede sostener una posicin ntica y mantener el indeterminismo. Para ello es necesario una teora probabilstica de la
causalidad, ya que muchos procesos del mundo son estocsticos 23.
Las leyes estadsticas admiten igualmente la doble interpretacin, la regularista y la necesitarista. La primera supone que las leyes estadsticas expresan regularidades que son frecuencias estadsticas. Al entender las leyes
universales como proposiciones descriptivas que son verdades contingentes, las proposiciones estadsticas tambin son leyes, ya que igualmente son
proposiciones descriptivas que expresan verdades contingentes y condicionales. Tienen idntica naturaleza metafsica que las leyes universales. La
diferencia est nicamente en el grado de conexin que sostienen entre dos
clases de eventos, estados, etc. Para unas esa conexin es universal, y para
las otras, estadstica. No es necesario recurrir a necesidades ocultas, ni universales, ni estocsticas.
Para los necesitaristas las leyes estadsticas expresan conexiones estadsticas causales entre secuencias o pares de eventos y entre series de estados.
Como en el caso de las leyes universales, sostienen que ciertas verdades
(estadsticas) son nmicas, mientras que otras no, son accidentales o meramente descriptivas (expresan slo frecuencias). Las leyes estadsticas implican una conexin causal, como las leyes universales; la naturaleza de esta
conexin es nmica, y sus valores numricos persisten.
Las leyes cientficas pueden ser interpretadas en trminos realistas, empiristas o instrumentalistas. La cuestin en juego es si existen en la realidad leyes que se correspondan con las leyes de la ciencia, es decir, si existen leyes
de la naturaleza o no. Tradicionalmente los realistas responden afirmativamente, los instrumentalistas negativamente y los empiristas podemos decir
que suspenden el juicio ms all de las regularidades observadas. En el caso
de los realistas, esta afirmacin debe ser matizada, pues un realista puede
mantener que las leyes fundamentales muy abstractas y matemticas son ecuaciones bsicas de las teoras, no leyes de la naturaleza, y en cambio sostener
que s lo son las leyes causales de los fenmenos empricos. R. Giere, que se
manifiesta realista constructivo y desarrolla un marco de interpretacin basado en la acentuacin de la ciencia como actividad, rechaza la idea de que las
leyes cientficas proporcionen leyes de la naturaleza 24. Propone expresiones
alternativas que desempean un papel fundamental en la ciencia: generalizaciones restringidas y principios. Su postura no excluye la existencia de necesidad causal, que justifica por recurso a los experimentos 25.
Segn Giere, lo que habitualmente se denomina leyes de Newton del
movimiento y de la gravedad son ecuaciones que permiten construir modelos. La ecuacin describe la conducta del modelo con precisin, son verdad
23
24
25
129
130
roso principio motriz para hacer ciencia 33. Esto lo relaciona con el carcter empricamente vaco de las leyes fundamentales, como la de la maximizacin de la utilidad 34.
2.
131
Las leyes tericas son formuladas como leyes universales capaces de dar
cuenta de las generalizaciones empricas. Comte, S. Mill, Marx y Ricardo,
entre otros, habran propuesto leyes de este tipo. As tenemos la ley del valor o cantidad de trabajo de Ricardo: el valor de cambio de todas las cosas
es igual al trabajo aplicado o contenido en ellas; la afirmacin de Comte:
los instintos sociales accionan y reaccionan entre s hasta producir por medio de un proceso equilibrador el orden espontneo de la sociedad; la ley
del materialismo histrico: la historia humana evoluciona a travs de etapas de progreso definidas por la naturaleza de las relaciones de produccin (o por el grado de desarrollo de la produccin). Leyes de la economa
neoclsica, como las leyes de la teora del equilibrio, las leyes que componen la teora de la empresa y las de la teora de la eleccin del consumidor,
seran de este tipo.
Si determinadas leyes sociales, tanto empricas como tericas, estn dotadas de universalidad, regularidad o necesidad y verdad o aproximacin
conjetural a la verdad, son equivalentes a las leyes universales de las ciencias naturales. Por tanto, su capacidad explicativa y predictiva es idntica a
la de aqullas. Esta conclusin, sin embargo, se revel errnea desde muy
pronto. A la hora de su aplicacin, las leyes universales de las ciencias sociales no tenan el mismo rendimiento explicativo y predictivo que las leyes
universales naturales. Este hecho plante la necesidad de responder a dos
interrogantes bsicos: qu diferencia a las leyes sociales universales de las
naturales?, dnde est la clave de la mayor debilidad explicativa y predictiva de las primeras? El intento de responder a ambas cuestiones ha marcado el tratamiento de las leyes sociales desde el siglo XIX.
2.1
36
132
133
ciales, son producto de la combinacin de causas que actan como tendencias. S. Mill afirm al respecto que las causas obran como tendencias, y
su efecto se vuelve ostensible si no est contrariado 41. Con su anlisis de
las causas perturbadoras S. Mill acot con claridad el problema y lo que lo
produce definiendo el espacio en el que la filosofa de la ciencia lo seguir
abordando en el siglo siguiente.
2.2
134
135
lo que de hecho pasa, entre lo que se prev y los resultados reales. Es decir,
las leyes presentan excepciones dado que los factores que cubre la clusula
ceteris paribus ni son irrelevantes ni permanecen constantes. El menor rendimiento explicativo y predictivo de las leyes sociales se explica precisamente en estos trminos. Por tanto, es necesario especificar estos factores y
establecer las leyes que los gobiernan para poder tenerlos en cuenta previendo sus consecuencias al aplicar la ley, lo que supone lograr un acercamiento entre condiciones ideales y reales al modo del que se ha dado en las
leyes de la fsica.
El problema para lograr este acercamiento con las leyes sociales estriba
en que: a) en muchos casos se desconoce qu factores originan las discrepancias (por eso la clusula se generaliza a todo lo dems); b) es difcil
especificar qu factores son dominantes (stos deben ser adems constantes) y cules irrelevantes 47; c) generalmente se carece de leyes que den
cuenta de ellos y, por tanto, de explicacin; y d) tales factores no pueden
ser cuantificados ni sus consecuencias calculadas previendo con exactitud
sus efectos.
Esto no significa que no se den casos en los que se cumpla alguno de estos puntos, sino que esto ocurre en escasa medida y que habitualmente no
se cumplen todos los pasos sealados. Sobre todo, es muy difcil llegar a
satisfacer las dos ltimas condiciones. La mera identificacin de cules son
los factores relevantes es ya bastante complicada. Segn Kaufmann, una
de las dificultades ms importantes que surgen para establecer leyes cientfico-sociales reside en que no es posible en este campo llevar a cabo tal aislamiento (de los factores dominantes) en las mismas proporciones (que las
leyes naturales) 48. No es extrao encontrar importantes desacuerdos a la
hora de decidir cules son los factores relevantes y cules hay que considerar irrelevantes.
El reconocimiento de esta situacin ha dado lugar a dos posturas diferenciadas con importantes consecuencias sobre la definicin del estatus lgico y epistemolgico de las leyes sociales universales ceteris paribus.
Ambas posiciones parten del reconocimiento de que las leyes sociales no
pueden entenderse como leyes universales en sentido estricto, ms all de
su formulacin. Son leyes cuasigenerales, afirma Nagel, que, aunque son
expresadas de forma estrictamente universal, de hecho presentan diversas
excepciones 49. O como mantiene Hausman para la economa, son leyes inexactas: la economa emplea leyes inexactas y por tanto teoras inexactas.
Uno podra decir que sus leyes poseen una verdad inexacta. No son literalmente verdad 50. A partir de este diagnstico, por un lado, se considera
47
48
49
50
136
que el carcter de leyes universales estrictas es una cuestin que slo depende del desarrollo del conocimiento social. Por otro lado, se sostiene que
efectivamente estas leyes no son leyes universales, pero ello no es una cuestin que tenga que ver con el avance del conocimiento, sino con las caractersticas del objeto de estudio de las ciencias sociales.
2.3
La primera de las posiciones sealadas supone que el recurso a las clusulas ceteris paribus es algo transitorio. En la medida en que se desarrolle el
conocimiento social, estas clusulas se irn especificando primero y explicando despus segn leyes generales que darn cuenta de ellas desde teoras fuertes. Las leyes sociales, igual que las naturales, resolvern sus discrepancias entre las condiciones ideales y las reales investigando sobre las
causas de las mismas.
Hempel considera que, igual que ha ocurrido con leyes fsicas que incluyen ceteris paribus (como la ley de cada libre de Galileo, las leyes
de Maxwell o la ley de la gravedad de Newton), en las leyes sociales
todos los factores que se consideran relevantes deben enunciarse explcitamente... o ser perfectamente comprensibles 51. Las leyes sociales sern leyes universales exactas si las clusulas ceteris paribus son finitas
en nmero, especficas y directamente aplicables 52. Como seala Hausman, el hecho de que las leyes de la economa no sean estrictas es una
caracterstica epistmica que se debe a que desconocemos todos los factores que interfieren en el cumplimiento de la ley. Por tanto, al comprometerse uno mismo con una ley cualificada con una clusula ceteris paribus, imagina que la imprecisin en la extensin del predicado
disminuir sin lmite tanto como el conocimiento cientfico de uno se incremente 53, lo que supone que la clusula ceteris paribus implica algn
predicado que aadido al antecedente de la generalizacin la convertira
en una ley exacta.
De hecho, las clusulas se han ido especificando en alguna medida. Sabemos por ejemplo que la ley si disminuye la oferta, suben los precios, ceteris paribus (tal como se formula en los libros de texto) a veces no se
cumple porque hay control estricto de precios 54; igualmente, si aumenta la
oferta, los precios pueden no bajar porque los productores forman crteles.
51
137
Sin embargo estas especificaciones son parciales y no han logrado el estatus de las establecidas en el caso de las leyes de la fsica.
Para lograr una especificacin adecuada de la clusula ceteris paribus se
necesita dar razn de los factores que interfieren, explicndolos, y calculando en qu medida interfieren (calculando sus efectos). Pero se reconoce
que este programa no ha sido satisfecho a pesar del tiempo pasado desde
que Mill seal que la solucin estaba en dar cuenta de las causas perturbadoras de forma cientficamente aceptable. La propuesta sigue teniendo carcter de programa no cumplido a pesar de los logros parciales obtenidos.
Las especificaciones realizadas no han llevado a la desaparicin de las discrepancias en la aplicacin de las leyes. El mismo Nagel ha reconocido que
las discrepancias son tan grandes entre, por ejemplo, las condiciones supuestas para las que se han enunciado las leyes econmicas y las circunstancias reales del mercado econmico que es muy difcil siquiera determinar los factores que actan en contra, es decir, hallar las suposiciones
complementarias requeridas para llenar este abismo 55.
Hoy por hoy seguimos careciendo de investigacin, leyes y teoras que
lo permitan. El obstculo principal ha sido sealado en la complejidad de
los fenmenos sociales y la dificultad para realizar experimentos en las disciplinas sociales. Hausman afirma: si los economistas pudieran hacer experimentos, podran controlar las perturbaciones a las cuales ellos se enfrentan no experimentalmente. [...] Si, por otro lado, fueran bendecidos con
un conjunto comparativamente simple de fenmenos, tales como los movimientos celestes, entonces ni la inhabilidad para experimentar, ni la escasez
de conocimientos seran muy graves 56. Pero ninguna de estas dos condiciones se cumple.
A pesar de esta situacin, Hausman (igual que Mill) cree justificada la
confianza en las inexactas leyes fundamentales o axiomas de la economa neoclsica, aunque hayan sido postuladas mediante introspeccin o experiencia
cotidiana: la experiencia diaria y la introspeccin son suficientes para establecer que algunas de esas leyes, tales como la tasa de sustitucin marginal
decreciente y los rendimientos decrecientes, son aproximaciones razonables
57
. Los economistas tienen buenas razones para comprometerse con ellas, y
entre estas razones destaca la confianza en el mtodo deductivo. Lo que hay
que reconocer es que los axiomas bsicos de la economa son inexactos y
que la economa procede deduciendo las consecuencias de esos axiomas en
circunstancias particulares. El mtodo de la economa es deductivo, y la confianza en las implicaciones de la economa deriva de la confianza en sus
axiomas ms bien que de la comprobacin de sus implicaciones 58.
55
56
57
58
138
2.4
Dificultades de la especificacin
Filsofos y cientficos sociales han puesto en entredicho que la especificacin de las clusulas ceteris paribus de las leyes sociales pueda darse en los
trminos necesarios para disponer de leyes universales estrictas 59. La razn
est no slo en el menor desarrollo de las ciencias sociales, como se indicaba en el apartado anterior, sino en las caractersticas del objeto de estudio
de estas ciencias, concretamente en las propiedades de los factores incluidos en las clusulas o, si se quiere, en la naturaleza de las causas perturbadoras sociales.
Esta posicin sigue dos lneas argumentales centrales, que por otra parte
son muy prximas. La primera est relacionada con el hecho de que los
factores relevantes, por ejemplo rozamiento en relacin a la cada libre en
el vaco, son condiciones constantes que admiten una especificacin estndar sea cual sea la situacin en la que se aplique la ley de Galileo. Los efectos que producen sobre la relacin invariante que afirma la ley son constantes 60. Por tanto, sus consecuencias pueden ser previstas y calculadas al
aplicar la ley.
En el caso de las leyes sociales, aun cuando se ha identificado un factor
(o un nmero pequeo de ellos) como causante de la discrepancia, ste no
presenta la constancia sealada. Sus consecuencias sobre lo que la ley afirma varan segn las situaciones en las que sta se aplique. Por ejemplo, la
variable tradiciones muy rgidas ha sido sealada como la causante de que
no se cumpla de manera universal la relacin aumento de industrializacin
supone aumento de democratizacin. Sin embargo, se pueden encontrar casos en los que las tradiciones muy rgidas, ms que impedir la relacin, lo
que hacen es ralentizarla o situaciones en las que es un elemento indiferente para la relacin. Es decir, la misma causa perturbadora, por seguir el lenguaje de Mill, no produce el mismo efecto (lo que Mill reconoci con su
concepto de pluralidad y combinacin de causas). Este hecho tiene que ver
con que factores como el sealado actan en combinacin con otros que
varan en algunas de las situaciones en que se aplica la ley. Esto tiene importantes consecuencias sobre la exigencia de que los factores relevantes,
para ser cientficamente interesantes, han de ser tipificados de forma estndar. La tipificacin, por ejemplo, del factor tradiciones muy rgidas variar
segn aquellos otros con los que aparezca combinado. Por tanto, la tipifica59
139
cin se particulariza considerablemente. De esta manera nos alejamos bastante de la posibilidad de previsin y clculo que permiten variables de la
fsica como el rozamiento. Si sustituimos la clusula ceteris paribus por los
factores especificados y los aadimos al antecedente para disponer de leyes
universales exactas, como indica Hausman, las leyes sociales se convierten
en leyes muy particularizadas, no en leyes universales. Y todo esto tiene
que ver no con el mayor o menor desarrollo del conocimiento, sino con lo
que ocurre en la realidad.
Factores como el efecto contagio, produccin centralizada versus produccin descentralizada, partidos polticos urbanos y alcance del mercado pueden tener efectos variables sobre la hiptesis de J. Paige de que la
estructura de clases determina ampliamente la conducta poltica agraria
en pases desarrollados y sobre las hiptesis derivadas: el sistema de
plantacin determina reformas del trabajo; los pequeos holdings, reformas mercantiles; la hacienda comercial, revueltas agrarias, y los grandes
estados, movimientos revolucionarios 61. La combinacin de factores es
amplia, y las consecuencias sobre la hiptesis general varan segn los
casos.
A. Rosenberg mantiene una posicin muy interesante respecto a la especificacin de las clusulas ceteris paribus en economa. Seala como cuestin clave de esta disciplina la falta de precisin predictiva de sus teoras
debido al problema de las leyes ceteris paribus 62. Para lograr un aumento
en la capacidad predictiva sera imprescindible especificar las clusulas ceteris paribus, identificando las condiciones que estas clusulas afirman
como constantes e iguales. Aadidas al antecedente de la ley, se reduce la
inexactitud de sta. Pero para ello es necesario que estas condiciones sean
finitas, manejables y medibles. La cuestin, segn Rosenberg, es que en
economa no existen tales condiciones manejables, finitas y medibles, sino,
al contrario, las condiciones son diversas, heterognas, difciles de manejar
en su combinacin y de medir 63. No hay, por tanto, propiedades cientficamente interesantes que descubrir y sustituir por las clusulas ceteris paribus. No hay una propiedad que cuando se aada al antecedente de la ley
inexacta la haga ms precisa 64. La evidencia de que disponemos es contra61
140
ria a la existencia de tales propiedades. Filsofos y psiclogos han establecido hechos relevantes respecto a las elecciones racionales individuales
(Elster, Simon, Tversky, Kahneman, entre otros), pero sus aportaciones nos
dejan con trminos intencionales que no son cientficamente interesantes.
Las variables intencionales no identifican nociones que tengan en comn
un tipo de propiedades causales y por ello no pueden formar parte de generalizaciones causales. Por tanto, la ciencia econmica no puede aumentar
su capacidad predictiva ms all del sentido comn y la Folk Psychology.
El segundo tipo de argumentos tiene que ver con la variacin de los factores en el tiempo 65. Los factores relevantes identificados pueden cambiar,
evolucionar o desaparecer (y surgir otros nuevos) en una escala de tiempo
no muy amplia. Esta variabilidad de nuevo afecta a la tipificacin, ya que,
aun cuando los factores puedan determinarse a la larga tipificndose de forma estndar para cada situacin, la variedad de ellos seguira siendo muy
grande y la ley terminara particularizndose 66. Como afirma Gibson, la
ley se vuelve demasiado especfica y de escasa utilidad, pierde de hecho su
carcter universal y slo permite explicaciones ideogrficas concretas 67.
Por tanto, las leyes sociales difcilmente alcanzarn el estatus de universalidad de las leyes fsicas. Son leyes condicionales que expresan tendencias.
Kincaid reconoce esta condicin de las leyes ceteris paribus, sean naturales
o sociales. stas expresan tendencias causales, y las tendencias nos son
ms misteriosas que la causacin en general 68. Son leyes cientficas que
implican factores causales parciales, o influencias causales, y permiten explicaciones causales adecuadas.
Por tanto, se puede concluir que sostener leyes ceteris paribus o hablar
de tendencias son dos formas diferentes de reconocer el mismo hecho: las
leyes sociales son leyes condicionales. Su rendimiento explicativo y predictivo no puede ser el de las leyes universales estrictas. La afirmacin de
Popper respecto a que no hay leyes universales de la historia, sino tendencias, se hace extensiva, por ejemplo, a la sociedad o a la economa.
(identificacin del factor especfico que interfiere) (D. Hausman, 1992, pp. 140-142).
Rosenberg muestra que las generalizaciones econmicas no satisfacen estos requerimientos (A. Rosenberg, 1992, p. 115).
65
Para las dificultades que supone, simplemente, establecer cules son los factores relevantes a tener en cuenta y para las dos cuestiones mencionas aqu, vase E. Nagel,
1961, pp. 523-528.
66
La clase de fenmenos de los que se establecen leyes sociales no es la misma de la
que se formulan las leyes de la fsica clsica. stas se refieren a fenmenos que permiten un tratamiento universalista y determinista (y sus causas perturbadoras igual),
mientras que las primeras se refieren a fenmenos sujetos a evolucin y cambio en un
tiempo histrico irreversible, y sus causas perturbadoras comparten esta situacin.
67
Q. Gibson, 1961, pp. 163 y ss.
68
H. Kincaid, 1996, p. 65.
141
2.5
El debate en sociologa
142
143
sible la especificacin completa de las condiciones de aplicacin de cualquier ley, incluidas las de la fsica 70. Toda ley supone una abstraccin de la
realidad y desdea algunos aspectos de los fenmenos como irrelevantes.
Por tanto, toda ley es ceteris paribus.
Un primer ejemplo del nuevo tratamiento del problema lo encontramos
en la filosofa de Lakatos. Para este autor es fcil argumentar que las
clusulas ceteris paribus no constituyen excepciones en la ciencia, sino
ms bien la regla 71. Por tanto, las leyes presentan discrepancias, aunque
sean pequeas, en su aplicacin. Cualquier factor considerado insignificante en un momento determinado puede convertirse en relevante, puesto
que la investigacin de discrepancias mnimas puede dar lugar a nuevo conocimiento que muestre la importancia de factores antes no tenidos en
cuenta.
Las clusulas ceteris paribus forman parte, junto con las hiptesis auxiliares, del cinturn protector del ncleo de un programa de investigacin.
Una de las estrategias protectoras de las leyes fundamentales del ncleo
duro consiste en remitir cualquier discrepancia a los factores incluidos en la
clusula ceteris paribus: se investigan estos factores (o alguno de ellos) y
se formula una nueva hiptesis auxiliar que d cuenta del problema. El proceso puede continuarse indefinidamente de manera que las leyes nucleares
no se cuestionen, mientras el programa de investigacin no se convierta en
degenerativo 72.
El planteamiento lakatosiano permite deducir que la situacin de las leyes ceteris paribus de las ciencias sociales es equivalente a la de las ciencias
naturales. Sin embargo, sigue existiendo una importante diferencia entre
ambas: las leyes sociales presentan clusulas ceteris paribus poco especificadas o sin especificar. Esto afecta tanto a la heurstica negativa como a la
positiva de los programas de investigacin de las ciencias sociales. En el
primer caso porque la inespecificacin de las clusulas ceteris paribus hace
que el cinturn de proteccin absorba fcilmente cualquier discrepancia
que pueda plantearse. sta puede ser achacada a unas clusulas que incluyen factores poco o nada conocidos; en consecuencia, la heurstica negativa
se refuerza. En el segundo, la falta de especificacin de las clusulas cete70
144
ris paribus hace que la capacidad predictiva de los programas de investigacin sociales se resienta considerablemente. Por lo tanto, el criterio fundamental para decidir si un programa es ms o menos progresivo que otro
(prediccin de hechos nuevos) queda afectado. La eleccin entre programas
se oscurece y stos se perpetan. La inespecificidad de las clusulas ceteris
paribus de las leyes sociales redunda en la existencia de programas degenerativos, que no se abandonan.
Un segundo ejemplo lo encontramos en el enfoque semntico. En l
se considera que toda ley es una representacin esquemtica del mundo,
ofrece una representacin parcial de l. Las leyes tienen un correlato inmediato que es la representacin idealizada de la realidad (slo existente en
las situaciones de laboratorio) respecto a la cual son exactas y un correlato mediato que es la realidad misma respecto a la cual son leyes ceteris paribus.
Para que realidad y leyes coincidieran exactamente, stas tendran que
ser enormemente complejas. Slo as podran recoger todos los aspectos
implicados en la ocurrencia de los fenmenos reales. Pero esto no es factible, ya que las leyes representan a los fenmenos como sistemas aislados,
fuertemente idealizados y simplificados. Entre la realidad (se entienda sta
en trminos empiristas o realistas) y la representacin que de ellas hacen
las leyes existe una considerable distancia.
Los fenmenos reales presentan tal complejidad que su tratamiento exigira la combinacin de todas las leyes de la naturaleza. Por ejemplo, el aspecto cinemtico del movimiento de una bala en el aire quedar descrito en
primera aproximacin por la ley galileana de cada libre (que es ella misma
una consecuencia deductiva de las leyes newtonianas del movimiento), aunque se obtendr una aproximacin mejor si la resistencia del aire se representa en el enunciado legaliforme de nivel superior y si se resuelve la formulacin de este ltimo. Pero, incluso entonces, lo nico que cubren estas
leyes es el aspecto cinemtico, mientras siguen desprecindose los dems
aspectos del movimiento del proyectil, como su calentamiento, su prdida
de gases, la produccin de ondas sonoras, etc. Estos factores suponen una
clusula ceteris paribus implcita que las incluye como aspectos que no se
tienen en cuenta en el tratamiento del fenmeno como un sistema aislado.
Es decir, todas las leyes son ceteris paribus.
Las leyes se interpretan empricamente a travs de aproximaciones y
mantienen determinadas condiciones como si no intervinieran sobre el fenmeno real; son siempre aproximativas 73. Como seala Giere, cuando se
aplica la ley al mundo se hace de forma aproximada, usando procedimien73
145
75
146
Las leyes incluyen clusulas ceteris paribus implcitas, incluidas las leyes fundamentales de la fsica, como la de la gravitacin. N. Cartwright, 1983, pp. 57 y 64.
77
Retoma la tesis de J. S. Mill.
147
podran serlo 78. Por leyes fenomenolgicas entiende aquellas que se producen experimentalmente, por manipulacin, y que, por tanto, afirman las
causas de los fenmenos. Hay una cierta idealizacin de la realidad en el
experimento, pero en la medida en que esta realidad es sometida a manipulacin se puede detectar la causa real de un fenmeno. Cuando descubrimos experimentalmente la existencia de genes, tomos, etc., estas entidades
son reales en la medida en que las detectamos como causas de un efecto determinado. Las leyes fenomenolgicas afirman relaciones entre tales entidades, dan cuenta de las causas de los fenmenos, con lo cual podemos
predecir su ocurrencia. Aadir correccin fenomnica, factor a factor, es lo
que ayuda a producir una correcta descripcin, pero esto no es dictado por
las leyes fundamentales, sino por las fenomenolgicas 79. Tampoco es algo
que se logre completamente, ya que la aproximacin de las leyes a los fenmenos siempre est sujeta a la influencia de causas perturbadoras.
Por otro lado, las explicaciones desde leyes fundamentales son imprescindibles en la ciencia. Cartwright nos dice que, si por explicacin entendemos no slo disponer de la causa sino ser capaz de determinar por qu esa
causa y no otra produce el fenmeno en cuestin, entonces las leyes fenomenolgicas solas no nos permiten explicarlo, y necesitamos de las fundamentales 80. Toda explicacin N-D es un modelo en la parte alta del cual encontramos las leyes fundamentales de las que se derivan, en distintos
grados de aproximacin, las fenomenolgicas, que aparecen en la parte
baja. Las leyes fundamentales (parte alta del modelo) lo que hacen es ofrecer una explicacin de las causas que recogen las leyes fenomnicas. Pero
esta explicacin es instrumental. Slo salva las apariencias fenomnicas
ofreciendo una explicacin que case con las leyes fundamentales de un determinado modelo terico. La explicacin da razn terica del porqu de
las causas que las leyes fenomenolgicas afirman, y esto puede hacerse en
trminos muy distintos. Segn las leyes fundamentales en cuestin, la explicacin de las leyes fenomenolgicas puede ser una u otra. En cada caso
la explicacin salva las apariencias, y por eso constituyen simulacros con
leyes fundamentales que son una ficcin 81. Cartwright reconoce que la explicacin como simulacro no es una explicacin formal, sino una forma de
78
N. Cartwright, 1983, p. 4. Las leyes fundamentales slo son verdad de los objetos del
modelo. Vanse tambin pp. 14- 15.
79
N. Cartwright, 1983, p. 111.
80
Si nos limitamos a explicar un hecho sealando las causas que lo producen tal y
como las describe la ley fenomenolgica, la explicacin es correcta, pero no N-D. Es
una mera explicacin contextual que se limita a sealar las causas, no a explicarlas; una
ley fenomenolgica no es una ley de cobertura; para explicaciones N-D necesitamos las
leyes fundamentales. N. Cartwright distingue entre una explicacin particular y la explicacin N-D en la que se basa la fsica.
81
N. Cartwright, 1983, pp. 151-153.
148
149
Recapitulando
Las distintas formas de enfocar las leyes sociales con pretensin de universalidad que hemos examinado tropiezan con el mismo problema: la falta de
especificacin de las clusulas ceteris paribus o, lo que es lo mismo, el conocimiento parcial que se tiene de las variables que incluye la clusula y de
su incidencia sobre lo que la ley afirma.
La universalidad de las leyes sociales se mantiene por el recurso a las
clusulas ceteris paribus. Pero, como se ha visto, afirmar leyes sociales ceteris paribus o hablar de tendencias son dos formas diferentes de reconocer
el mismo hecho: las leyes sociales son leyes condicionales. Expresan tendencias (propensiones, influencia causal o capacidades). Por supuesto, el
desarrollo del conocimiento social permitir seguir especificando las clusulas ceteris paribus. Esto no es sino otra forma de sealar que con el avance de la investigacin se precisarn las tendencias, o se establecern otras
nuevas, con lo que aumentar la exactitud de las explicaciones y predicciones de los fenmenos sociales.
El carcter de tendencias de las leyes cientficas no es exclusivo de las
leyes sociales, como seala Cartwright (recurriendo a Mill). Toda ley expresa de hecho una tendencia, ya que toda ley presenta excepciones y est
sujeta a las causas perturbadoras, y stas dejan de existir solamente en el laboratorio. Por tanto, segn la autora, las leyes causales de la ciencia, debido
a su propensin a ser contravenidas, requieren ser afirmadas como tendencias, sean leyes de la economa o de la mecnica 82. Y esto tiene que ver con
la estructura causal de la realidad. Los tericos clsicos de las leyes de cobertura pensaron que la naturaleza est bien regulada y que hay una ley que
cubre cada caso. Cartwright, al contrario, imagina que los objetos naturales son ms parecidos a las personas en sociedad. Su conducta est constreida por algunas leyes especficas y por un puado de principios generales,
82
150
3.
4.
151
152
153
claro lo que quiere decir con un ejemplo: la probabilidad de que una pelota
de golf entre en el hoyo es ms alta si no tropieza casualmente en una rama
de rbol, P(E/A) que P(E/A. R). Sin embargo, golpeada la pelota, de hecho,
tropieza con la rama y entra en el hoyo 92. A pesar de las probabilidades negativas, R es un eslabn de la cadena causal y est causalmente entre el
tiro de golf y la pelota cayendo en el hoyo 93.
Salmon entiende la causalidad, en general, no en funcin de relaciones
entre eventos discretos continuos espacial y temporalmente, sino de procesos que trasmiten influencia casual de una regin del tiempo y el espacio a
otra. Los procesos causales interaccionan con el medio de diversas formas
trasmitiendo energa, informacin, marcas, signos y propensiones a producir ciertos efectos 94. Las nociones centrales son las de procesos, propagacin de influencia casual e interaccin.
Los procesos constituyen la conexin fsica que buscaba Hume. Para la
fsica clsica era adecuada una ontologa de cosas fsicas; para la relativista,
una ontologa de procesos. La teora de la relatividad especial demanda la
distincin entre procesos causales y pseudocausales. Los causales son capaces de transmitir signos, informacin, propensiones; los pseudocausales,
no. El criterio de trasmisin es central para distinguirlos: un coche por la
carretera es un proceso causal, interacciona con el medio de diversas formas transmitiendo influencia causal; su sombra, no. Las personas, en cuanto agentes, tienen la cualidad de transmitir influencia causal.
La influencia causal es entendida fundamentalmente en trminos probabilsticos. Salmon afirma que ni l ni P. Suppes, al abogar por la nocin de
causalidad probabilstica, niegan que haya causas suficientes, pero stas
son un caso lmite de las causas probabilsticas 95. Lo contrario supone una
visin muy restringida de la causalidad. En los procesos causales nos encontramos con dos casos muy relevantes para Salmon: aquellos en los que
hay causas comunes para dos o ms efectos (remite al principio de causa
comn de Reichenbach) y aquellos en los que hay dos causas para un mismo efecto (ambos casos pueden adems darse conjuntamente). Esto supone
interacciones causales complejas, y es interesante para explicar las ocurrencias improbables y lo que parecen coincidencias fortuitas 96. El autor seala
92
154
155
156
capacidades causales con ellas; por ejemplo la propiedad de ser una aspirina lleva con ella la capacidad de curar los dolores de cabeza. Son las probabilidades las que operan igual que un instrumento para medir las influencias causales. La tesis central es que en el contexto de las teoras de la
modelizacin de la causalidad las probabilidades pueden ser un instrumento completamente fiable para dar cuenta de las leyes causales 104. Los
modelos causales que elaboran los cientficos deben proceder en este sentido y mostrar cmo es posible empezar con capacidades y terminar con probabilidades que describen las asociaciones en la naturaleza. Cartwright rechaza la visin tradicional de que primero son las leyes de asociacin,
luego las leyes causales y luego las capacidades. Las capacidades son ms
bsicas que las modalidades: ellas son algo en el mundo, son primarias y
fundamentales. Las asociaciones que ocurren en la naturaleza surgen como
consecuencia de las acciones de estas capacidades ms fundamentales. Esto
supone que en algn sentido no hay leyes de asociacin del todo; son epifenmenos 105.
Cartwright seala explcitamente la coincidencia entre su planteamiento
y los postulados de S. Mill para las ciencias sociales y afirma que sustituyendo la palabra capacidad por la de tendencia, Mill afirma exactamente lo
que quiero establecer en este libro 106. Por eso todas las leyes, debido a su
propensin a ser contravenidas, requieren ser afirmadas como tendencias y
no como leyes de resultados reales. Se predice no un resultado real, sino
una tendencia a ese resultado, un poder actuando con una cierta tendencia
en esa direccin. La ciencia actual, nos dice la autora, se toma en serio esta
idea de poder. Nuestros mtodos y nuestro uso de la ciencia presuponen
que las tendencias o capacidades son reales.
Una ontologa que toma las capacidades como fundamentales y las asociaciones como secundarias implica una visin muy distinta de la tradicional. Esta visin coincide con la forma en que S. Mill trata la estructura profunda de la realidad: lo que hay habitualmente en la naturaleza es un ir y
venir de una cambiante mezcla de diferentes causas 107. Slo cuando esta
mezcla se concreta en algn periodo o lugar puede emerger un patrn estable de asociacin. Pero las asociaciones no tienen el tipo de permanencia
que dara derecho a considerarlas leyes. Los ejemplos antiguos estn en los
cielos, donde las causas perturbadoras son raras o su influencia pequea.
Los modernos estn en la fsica de laboratorio, donde el control es tan pre104
N. Cartwright, 1989, p. 11
N. Cartwright, 1989, p. 181. Seala su oposicin a Russell y al modelo de leyes de
cobertura de Hempel y Nagel, ya que, al contrario que ella, aceptan las leyes, pero rechazan las capacidades. Op. cit., pp. 7-8.
106
N. Cartwright, 1989, p. 170. Como sealamos, J. S. Mill, 1843, p. 136, entiende las
causas como tendencias.
107
N. Cartwright, 1989, p. 182.
105
157
5.
Leyes y explicacin
108
N. Cartwright, p. 182. Cartwright no comparte la visin de un mundo uniforme completamente ordenado por una teora simple y elegante. Frente a ello propone la idea de
un patchwork de leyes de la naturaleza. Vase N. Cartwright, 1999.
158
5. La explicacin
en ciencias sociales
La idea de que hay dos tipos de conocimiento, uno de lo que las cosas son y
otro de por qu son, es muy antigua 1. La explicacin cientfica se ha centrado en la segunda cuestin, e implica preguntas como por qu ocurri la
guerra civil espaola?, por qu la agricultura de pequea propiedad es ineficiente?, por qu en las democracias tradicionales hay absentismo del
voto?, cmo se da el conflicto de clases en los estados capitalistas? Los interrogantes pueden dividirse fundamentalmente en dos categoras: preguntas de por qu y preguntas de cmo-posible.
En el primer caso se trata de identificar los procesos causales y condiciones iniciales que determinaron la ocurrencia. Esto, en algunas ocasiones,
supone establecer las condiciones suficientes que producen el evento, regularidad o proceso; en otras, mostrar que las circunstancias descritas incrementan la probabilidad de su ocurrencia; y, en otras, establecer las tendencias implicadas. Las explicaciones de por qu estn basadas en la identificacin de
causas y tambin de las motivaciones de los agentes.
En el segundo, las preguntas acerca de cmo fue posible conciernen a la
conducta de sistemas de los cuales tratamos de explicar el funcionamiento
interno que produce una capacidad que tiene el sistema; por ejemplo un termostato y su capacidad de mantener la temperatura de una estancia cons1
Como seala Salmon, ya presente en Aristteles. En 1662 Antoine Arnauld, en Logique de Port-Royal, sostuvo que nuestras mentes no estn satisfechas a menos que conozcan no slo lo que las cosas son, sino por qu son (W. C. Salmon, 1984, p. 4).
159
tante. Esta pregunta est relacionada con la demanda de explicacin funcional, que necesita una descripcin de los diversos subsistemas que realizan la funcin y que supone de hecho una explicacin causal de las propiedades de los subsistemas para mostrar cmo contribuyen a la capacidad del
sistema.
Estas dos clases de preguntas determinan las formas fundamentales de
explicacin cientfica, es decir, la nomolgico-deductiva (y sus variantes),
la inductiva estadstica y la funcional, que sern abordadas en relacin a las
ciencias sociales en lo que sigue.
1.
160
por formularlas en trminos universales (que hemos analizado en el captulo anterior) tienen que ver con esta creencia.
Importantes filsofos contemporneos han dado cuenta de la estructura
y naturaleza de este tipo de explicacin. Los trabajos de Hempel-Oppenheim constituyen un clsico en este terreno, punto de referencia obligado
en el anlisis de la explicacin por subsuncin bajo leyes conocida como
explicacin nomolgico-deductiva (en adelante N-D) 5.
La explicacin nomolgico-deductiva presenta la siguiente estructura 6:
Condiciones iniciales C1, C2, ..., Ck
Ley de cobertura
Conclusin
explanans S
L1, L2, ..., Lr
E
Oracin explanandum
C1, C2..., Ck son oraciones que describen los hechos particulares aducidos (circunstancias en las que se dio el hecho o fenmeno a explicar), L1,
L2, ..., Lr son las leyes generales en las que se basa la explicacin, y son
fundamentales para la deduccin del explanandum. La conclusin E del razonamiento es una oracin que describe el fenmeno aludido en el explanandum: aquello que se quiere explicar. En palabras de Hempel, el explanandum es una conclusin lgica del explanans 7. La explicacin es un
argumento deductivo, y sus premisas incluyen una o ms leyes empricamente verificables y una o ms afirmaciones de hecho, tambin constratables. Su conclusin es una afirmacin del hecho o regularidad a ser explicada.
Una explicacin de este tipo responde a la pregunta por qu se produjo
el fenmeno mencionado en el explanandum?, mostrando que dicho fenmeno result de ciertas circunstancias particulares, especificadas en C1,
C2, ..., Cn, y de acuerdo con las leyes L1, L2, ..., Lr. Esto demuestra que,
dadas las circunstancias y las leyes, el fenmeno era de esperar, lo que nos
permite explicarlo. Las leyes son fundamentales para poder deducir E del
explanans; su eliminacin restara validez al razonamiento. De ah la importancia que dan los autores a caracterizar la naturaleza de las leyes generales de las que se deduce el explanandum. Como seala D. Little, el modelo N-D da cuenta de dos aspectos importantes de la explicacin: permite
5
161
La explicacin nomolgico-deductiva pone de relieve la identidad o simetra estructural existente entre explicacin y prediccin. Tal identidad se
basa en que las leyes universales y principios tericos incluyen en sus afirmaciones casos an no examinados sobre los que tienen implicaciones definidas. Esto no significa que los sucesos futuros puedan predecirse estrictamente a partir de la informacin acerca del presente. El razonamiento
predictivo supone ciertas premisas acerca del futuro en las que se afirma la
ausencia de influencias perturbadoras o, lo que es lo mismo, segn Hempel, supone considerar el sistema como aislado 12. Por tanto, la afirma8
D. Little, 1991, p. 5.
Vase C. G. Hempel, 1965, pp. 374-375.
10
D. Little, 1991, pp. 15-17.
11
N. Cartwright, 1983; B. C. van Fraassen, 1980, 1990 y 1998; Kitcher, 1989.
12
C. G. Hempel, 1965, p. 361. Lo que Cartwright y los semnticos han sealado abundantemente, con las consecuencias que hemos visto en el captulo anterior.
9
162
cin de que las leyes y teoras de forma determinista nos permiten predecir
ciertos aspectos del futuro a partir de informacin acerca del presente debe
ser tomada con moderacin 13.
La tesis de la simetra no slo tiene que ver con leyes universales deterministas y el razonamiento deductivo que implica la explicacin N-D, sino
que se hace extensiva a toda explicacin basada en algn tipo de ley. Es
aplicable a toda respuesta racionalmente aceptable a la pregunta por qu
se produjo el hecho X? 14. Una respuesta aceptable debe ofrecer informacin que muestre que el evento ocurrido era de esperar al menos con razonable probabilidad.
La similaridad estructural explicacin-prediccin supone dos subtesis:
que toda explicacin adecuada es potencialmente una prediccin y que toda
prediccin adecuada es potencialmente una explicacin. En este doble sentido ha sido cuestionada por diversos autores que han planteado objeciones
basadas en una serie de casos de la ciencia en los que no se cumple15. El
ejemplo ms destacado tiene que ver con teoras de gran poder explicativo,
como la teora de la evolucin de Darwin, que no permiten predecir casos
an no examinados. Otro ejemplo es el que tipifica la explicacin de la paresia que slo aparece en algunos enfermos de sfilis. La paresia se explica
por la sfilis, pero tal explicacin no es adecuada como prediccin. Un ltimo tipo de objeciones viene de las ocasiones en las que no se conocen las
condiciones antecedentes hasta que se produce el hecho: el desgaste de los
metales fue la causa de que el puente se derrumbara. Slo tras los hechos
se sabe que este desgaste (fatiga de los metales) fue la causa, y el evento se
explica en esos trminos. Pero ste no poda ser predicho por el argumento
explicativo.
Hempel rechaza estos casos en contra aduciendo varios contraargumentos que podramos sintetizar en la respuesta general de que estamos ante
explicaciones incompletas, porque no se conocen todas las condiciones antecedentes, o bien se conocen tras los hechos. Si las explicaciones fuesen
completas y adems pudisemos tener conocimiento previo de las condiciones antecedentes, la tesis se cumplira. La tesis de la simetra es, por tanto,
condicional. Los casos sealados slo implican que su clusula antecedente
no se satisface, no que la tesis sea falsa. Es decir, el problema se plantea en
el terreno de las explicaciones cientficas, no en el de la tesis. Sin embargo
puede objetar que los ejemplos sealados son explicaciones racionalmente
aceptables que no satisfacen la simetra explicacin-prediccin.
Respecto a la subtesis de que un razonamiento predictivo adecuado proporciona una explicacin potencial, tambin se han presentado objeciones.
La aparicin de las manchas Koplik permite predecir el sarampin, pero no
13
14
15
163
Para este punto, vase monogrfico de Synthese, vol. 68, 1, 1986, o M. Blaug, 1985,
pp. 22-29.
17
Segn expresin de M. Blaug, 1985, p. 190.
164
165
distancia entre el modelo aislado y la realidad es muy amplia e indeterminada, ya que est sometida a interferencias que dependen de acciones y
elecciones humanas variables en tiempo histrico (como ya vio S. Mill).
Tendran que ser predicciones dirigidas a excluir la intervencin orientada a
frustrar el curso de los acontecimientos predichos, lo cual significa que
tambin se tendran que elaborar predicciones de las intervenciones en
las intervenciones en lo que se ha predicho, lo que nos lleva a un callejn sin salida. No hay predicciones incondicionales en ciencias sociales,
pues se carece de leyes incondicionales como hemos visto en el captulo
anterior.
2.
La aplicacin del modelo de ley de cobertura en ciencias sociales se ha llevado a cabo en las dos versiones que permite este modelo: a) desde generalizaciones estadstico-probabilsticas, b) desde leyes generales pretendidamente universales.
En el primer caso, se usa en mbitos en los que se dispone de leyes, o
principios de forma estadstica, ya sean empricos o postulados hipotticamente 22. La deduccin se realiza por medio de la teora matemtica de la
probabilidad estadstica que permite inferir ciertas probabilidades derivadas sobre la base de otras probabilidades (hiptesis estadsticas del explanans). Por ejemplo, hiptesis como arrojar una moneda equilibrada da
caras con una probabilidad estadstica de 1/2 (experimento de azar) y
los resultados de diferentes lanzamientos de la moneda son estadsticamente independientes; por tanto, la probabilidad de cualquier sucesin especfica de resultados es igual al producto de las probabilidades de los resultados aislando constituyentes. De tales hiptesis se deduce que la
probabilidad de que salga cara despus de una larga sucesin de caras es
de 1/2 (al contrario de lo que creen los jugadores) 23. Hay que resaltar que
lo que se explica es una uniformidad general expresada por una ley estadstica, no un hecho particular (que implica una explicacin inductivo-estadstica).
En el segundo, la situacin es muy distinta dado el problema de las leyes ceteris paribus ya sealado. La naturaleza ceteris paribus de las leyes
universales sociales afecta a la posibilidad de inferir con certeza deductiva el explanandum. ste es un hecho esencial que pone en cuestin la
aplicacin de este modelo de explicacin en ciencias sociales. A continuacin examinaremos un intento de establecer explicaciones N-D sociales que evidenciar lo que acabamos de sealar. Se trata de la propuesta
22
23
166
Este intento es central en Popper, ya que est relacionado con el tipo de explicacin
que es posible formular de los fenmenos sociales segn el mtodo situacional.
25
C. G. Hempel, 1965, p. 460.
26
C. G. Hempel, 1965, p. 463.
27
C. G. Hempel, 1965, p. 463.
28
Hempel especifica los enunciados de sntomas para la propiedad estar imantado
(C. G. Hempel, 1965, p. 452).
167
168
169
34
35
170
accin que explicamos son la misma: la conclusin se est dando por supuesta en las premisas. La explicacin es circular: afirmamos la racionalidad de A porque llev a cabo la accin x y explicamos que A hizo x porque
A era racional debido a que ha hecho x. Lo que se est haciendo es racionalizar post hoc el comportamiento de A ms que a explicarlo nomolgicodeductivamente.
La premisa C2 tiene un estatus confuso que se evidencia si planteamos el
esquema como una prediccin: C1, C2, L1, luego A har x. A se afirma
como agente racional en la premisa C2, pero mientras no haga x, no sabemos si realmente es racional. A era un agente racional es condicional a lo
que haga, no puede ser afirmado como premisa. Suponer la racionalidad
del agente como condicin antecedente de la accin, al mismo tiempo que
su racionalidad se hace depender de la realizacin de esa accin (si no hace
x no se puede decir que era racional), parece un sinsentido. No se puede
afirmar que el agente era racional antes de que lleve a cabo la accin por la
cual se le considera racional. Esto sera tanto como conceder que, realice la
accin que realice, el agente es racional, cosa que Hempel no admitira.
Por otro lado, puede ocurrir que A no haga x, aunque hasta ahora siempre lo haya hecho. No puede inferirse con certeza deductiva la ocurrencia
del explanandum a pesar de que se afirme la racionalidad del agente como
premisa, ya que nada asegura que esta vez A no actuar irracionalmente.
Mientras que s que podra inferirse para un hierro H imantado que H atraer las limaduras de hierro.
Todo esto lleva a formular propuestas explicativas en las que la ley de
cobertura no se postula como ley emprica. Es lo que hace Popper al afirmar que la explicacin de las acciones ha de basarse no en una ley emprica, sino en un principio cero que las acciones reales pueden no satisfacer
pero que permite su explicacin.
2.2
171
plica consideracin alguna acerca de la racionalidad de la naturaleza humana, slo se refiere a la adecuacin de la accin a la lgica de la situacin. El
principio de racionalidad es una hiptesis general que afirma que los individuos actan siempre de acuerdo con la lgica de la situacin 37. Popper
es explcito al respecto: ... cuando hablamos de conducta racional o de
conducta irracional, queremos significar un comportamiento que est o
no de acuerdo con la lgica de la situacin 38.
La lgica de la situacin est configurada sustancialmente por dos tipos
de elementos: (a) fines y creencias (stas se objetivan como informacin y
teoras del agente) y (b) los hechos (estados de cosas y procesos) 39. Hechos, creencias y objetivos tienen un cierto orden de existencia al que Popper denomina lgica de los acontecimientos o lgica de la situacin.
Este orden es objetivo y determina la accin adecuada. Cualquier individuo
slo ha de leer ese orden (evaluando la situacin) para saber cul es esa accin y realizarla. La elaboracin de un modelo explicativo slo exige que
se establezcan las circunstancias de los individuos y si la accin realizada
est de acuerdo con la lgica objetiva de la situacin. La explicacin puede
esquematizarse en los siguientes trminos:
(1) El agente A estaba en una situacin del tipo C.
(2) En una situacin de tipo C, la cosa apropiada a hacer es x.
(3) Los individuos siempre actan de acuerdo con la lgica de la situacin (PR).
(4) Por tanto, A hizo x 40.
Este esquema supone una accin adecuada que viene objetivamente determinada por la situacin y que el agente en cuestin llev a cabo esa accin, puesto que los individuos siempre actan de acuerdo con la lgica de
la situacin. Su accin queda explicada (o puede ser predicha) por el explanans sealado.
Las personas actan racionalmente en la medida en que realizan la accin adecuada para obtener determinados objetivos que forman parte de la
situacin cuya lgica se evala. La explicacin situacional se alinea con la
racionalidad de medios (Weber) o racionalidad instrumental (Habermas),
no con la de los fines. Las elecciones de los actores conciernen a los medios, se circunscriben a ellos. La racionalidad se mide, en consecuencia, en
la adecuacin de los medios a unos determinados fines 41.
37
172
El principio de racionalidad supone actores que disponen de toda la informacin relevante; su conocimiento de la situacin es el apropiado; sus
teoras, adecuadas; su evaluacin del curso de accin a seguir, correcta, y
su actuacin, consistente (no estn sujetos a problemas de akasa). Son actores capaces de saber cul es la accin apropiada (y de llevarla a cabo) en
un medio que no ofrece resistencia ni opacidades, riesgo o incertidumbre.
Cualquier individuo que no cometa errores llevar a cabo la accin racional, pues se limita a sacar las consecuencias de lo que est implcito en la
situacin.
Pero la cuestin es que, como Popper reconoce, las personas cometen
errores en su evaluacin: falta de informacin, estar sometidas a tensiones, etc. Por tanto, no siempre ocurren las cosas como afirma el principio
de racionalidad; no siempre se lleva a cabo la accin adecuada. Esto significa que el principio de racionalidad, en cuanto ley universal acerca de
la conducta humana, queda falsado por los hechos. Popper reconoce esta
situacin explcitamente cuando afirma: ... el principio de racionalidad
me parece con certeza falso 42. Es un principio casi vaco o principio
cero, que ha de ser entendido como una ley de animacin, no como una
afirmacin emprica o psicolgica 43. Bajo esta formulacin no es susceptible de ser refutado, ya que es entendido como una aproximacin a la
conducta, una idealizacin de escaso contenido emprico no sujeta a los
mismos requisitos que una ley emprica. Lo que nos deja, como se ha sealado en el captulo dos, con una ley de cobertura atpica que problematiza la tesis de la unidad metodolgica sostenida por Popper, ya que no satisface las asunciones fundamentales del falsacionismo: ser refutable y no
quedar refutada.
Popper trata de soslayar este problema haciendo descansar el peso de la
contrastacin en otras partes del modelo explicativo. Segn el autor, no
debe abandonarse nunca el principio de racionalidad; si una explicacin falla, no por eso ha de ser cuestionado. Son los dems componentes del modelo los que quedaran afectados: una buena prctica metodolgica consiste en no declarar responsable al principio de racionalidad, sino al resto
del modelo 44. Es la explicacin que el cientfico propone la que puede ser
refutada por contrastacin, no el principio de racionalidad. Los modelos explicativos se construyen teniendo en cuenta los diversos factores que intervienen en la accin; son estos factores los que pueden ser falsados, no el
da por el medio. Esto es as porque en condiciones de certeza una de las opciones se dibuja como objetivamente preferible a otras, y esto ocurre casi de forma determinista.
Los fines es lo nico que puede variar, pero stos vienen dados (H. A. Simon, 1979, pp.
133-134).
42
K. R. Popper, 1967, p. 138. Tambin K. R. Popper, 1962, p. 118.
43
Vase K. R. Popper, 1967, pp. 139 y ss. Tambin K. R. Popper, 1944-1945, p. 156.
44
K. R. Popper, 1967, p. 140.
173
174
175
rs de esta propuesta para las ciencias sociales y se desproblematiza el recurso a tales estrategias. Segn Caldwell, Latsis o Hands, entre otros, la lgica de la situacin es una de las aportaciones ms relevantes de este autor
que muestra algo que forma parte del proceder habitual en ciencia: que los
cientficos, al contrario de lo que pretenda Popper, usan estrategias inmunizadoras 50. En palabras de Caldwell, la economa ha usado generalmente
el mtodo situacional y las estratagemas inmunizadoras, y esto no ha supuesto un problema; el antiinductivismo de Popper no debe ser tomado en
serio: los datos pueden apoyar las teoras ms que falsarlas 51.
Lo que s se cuestiona es el uso de modelos N-D de explicacin de la accin. El principio de racionalidad propuesto como ley de cobertura, junto
con las condiciones iniciales sealadas, no permiten inferir con certeza deductiva la ocurrencia del explanandum E.
2.3
Como sealamos ms arriba, otros autores que compartan el enfoque situacionista de Popper trataron de resolver los problemas que afrontaba su
modelo de explicacin y principio de racionalidad reformulando a ambos.
Entre los intentos realizados destaca el llevado a cabo por N. Koertge.
N. Koertge parte de la crtica al principio de racionalidad formulado por
Popper. Bsicamente afirma que este principio no es una autntica ley acerca de la conducta humana, sino ms bien un principio normativo de evaluacin de la racionalidad de las acciones. Permite diferenciar las acciones objetivamente racionales de las que no lo son y dar cuenta de aqullas en
funcin de su racionalidad, lo que el mismo Popper reconocera al afirmar
que su mtodo consiste en construir un modelo de la situacin de manera
tal que explique la racionalidad (el carcter-cero) de la accin 52. La cuestin que se plantea entonces es qu sentido tiene seguir manteniendo un
principio de racionalidad normativo y recurrir a la evaluacin subjetiva
para explicar buena parte de las acciones. La respuesta de N. Koertge es
que ninguno. Para explicar la accin causalmente se necesita una ley que d
cuenta del proceder real de los actores, sea ste acorde o no con la lgica
objetiva de la situacin. Esta ley se plantea como una hiptesis emprica
que atiende al hecho, que ya Popper seal, de que los individuos actan
segn su apreciacin de la situacin. Lo que hace Koertge es proponer tal
ley basndose en el punto de vista del agente, ofreciendo, as, una versin
subjetiva del principio de racionalidad. Esta autora afirma: ahora dar una
formulacin ms precisa del principio de racionalidad y especificar su
50
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(6) El explanandum-1:
(8) explanandum-2:
177
La racionalidad de la apreciacin de todo agente (5) se basa en las premisas (2) y (3), es decir, en el uso de la regla de apreciacin R. Estas premisas aseguran un resultado racional debido a la exigencia que introduce
Koertge de que la apreciacin satisfaga la teora de la decisin racional,
aplicada en condiciones de certeza en las que el agente puede decidir una
opcin segn criterios objetivos de maximizacin de beneficios o minimizacin de prdidas (esto se refuerza, adems, por la premisa 4) 55. El principio de accin racional (7) puede sostenerse como una ley universal que, a
pesar de que permite una lectura subjetiva (su formulacin es ambigua), garantiza que las personas actan racionalmente segn una apreciacin racional que es infalible.
El esquema de N. Koertge parece ofrecer una explicacin subjetiva de la
accin, pero esto no evita los problemas de refutacin de las formulaciones
ms objetivas de su modelo, tanto del principio de apreciacin racional (5)
como del de accin racional (7). Ni todas las personas aprecian racionalmente las situaciones cuando el trmino racional tiene el significado fuerte
que le da la autora (teora de la decisin y exclusin de errores) ni siempre
actan segn esta apreciacin (problema de la akrasa).
La propuesta de Koertge ofrece tantos, o ms, problemas que la de Popper, quien admita que los agentes podan cometer errores, manteniendo as
la distancia entre su principio ideal y la evaluacin subjetiva de la situacin.
Los principios de apreciacin y accin racional de Koertge y la exclusin
de que los agentes puedan cometer errores suponen, igual que el principio
de racionalidad de Popper, una idealizacin que o se admite como tal (estrategia inmunizadora) o enfrenta a tales principios con el problema de la
refutacin. Ante este problema, Koertge se limita a mantener que sus principios de racionalidad dan cuenta del proceder de los individuos, que las
personas se comportan realmente como afirman estas clusulas. Trata de
evitar el problema de la refutacin a costa de considerar que los agentes
empricos son racionales. Pero esto supone otro tipo de estrategia inmunizadora que no la lleva muy lejos, ya que no puede evitar la refutacin que
supone el hecho de que ni todos los individuos aprecian de manera racional
su situacin, ni son infalibles (no comenten errores), ni actan siempre consistentemente con su apreciacin racional.
Dados los problemas que plantea el recurso a leyes de cobertura para explicar las acciones, A. Donagan propone una alternativa situacionista consistente en eliminar las leyes de la explicacin 56. Considera que la explicacin casual de las acciones no exige leyes, ni universales ni probabilsticas.
Por tanto, son las hiptesis explicativas del cientfico las que pueden ser refutadas, sin ms consecuencias para el mtodo situacional que reformular
el esquema explicativo modificando elementos equivocados. Donagan
55
56
178
cuestiona el objetivismo de Popper (lo que la gente hace depende de la situacin tal como piensa que es, no como es), su antipsicologismo (los aspectos psicolgicos son parte de la situacin y explicativamente relevantes)
y la formulacin de hiptesis acerca de la racionalidad 57.
A pesar de eliminar la ley de cobertura, Donagan pretende explicar las
acciones en trminos estrictamente causales, es decir, cumpliendo la condicin inherente al modelo nomolgico-deductivo: que el explanandum se
siga con certeza deductiva del explanans. Las crticas centrales a su propuesta se basan en sealar que esta condicin no se cumple en ausencia de
leyes universales y que, por consiguiente, su modelo permite una racionalizacin de la accin ocurrida, no una explicacin causal, como pretende Donagan 58.
W. Dray, cuyo enfoque influy en Donagan, niega tambin la necesidad
del recurso a ley alguna para explicar situacionalmente las acciones 59. En
su caso la exclusin de las leyes no plantea problemas, ya que no pretende
ofrecer explicaciones causales de las acciones (niega la tesis de la unidad
de mtodo): las acciones no tienen que ser explicadas causalmente, sino
comprendidas racionalmente. Formula un modelo situacionista de comprensin racional basado en la nocin de buenas razones, entendiendo por
tales aquellas que llevan a los actores a actuar haciendo lo que deban en la
situacin. Por tanto, la lgica de la situacin permite evaluar si los agentes
llevaron a cabo la accin que deban. Si esto es as, las acciones basadas en
buenas razones quedan normativamente explicadas 60. Pero esto, como sealan J. Leach o Hempel, ofrece una solucin a un problema normativo (lo
que deba hacerse), una racionalizacin, y no una explicacin de las acciones 61.
2.4
179
Vase P. M. Churchland, 1963, 1970 y 1979. Tambin A. Beckermann, 1979. Igualmente, R. Tuomela, 1977 y 1985.
63
La situacin es la misma que se da en las propuestas de A. Donagan.
64
P. M. Churchland, 1970, p. 221.
65
P. M. Churchland, 1970, p. 221, y 1979, p. 262.
180
181
refutacin. Por tanto, si hemos de admitir una ley infalsable y analtica, parece preferible la propuesta de Popper, que reconoce este carcter explcitamente. Popper seala dnde est el problema al mantener su ley de cobertura como principio cero: los individuos pueden actuar de forma diferente de
como propone la ley. Esto supone una dificultad insoslayable para cualquier ley universal en este mbito. La nica forma de sostener una ley de
estas caractersticas sera proponindola como ceteris paribus, pero, como
hemos visto, esto no es sino un recurso para mantener formalmente la universalidad en lugar de admitir que son leyes condicionales.
2.5
Una alternativa a las propuestas de explicacin examinadas se basa en reconocer que, para explicar las acciones, es necesario disponer de una generalizacin que no sea una ley universal y que permita dar cuenta de las acciones efectivamente realizadas. Esto puede llevarse a cabo a partir de la
nocin de lgica de la situacin reformulando el principio de racionalidad
de Popper en trminos empricos y descriptivos 67. Ello supone, en primer
lugar, centrarse en la evaluacin que realizan los agentes de la situacin en
que se encuentran, teniendo en cuenta que stos aprecian la situacin desde
su particular punto de vista, sus capacidades cognitivas limitadas, usando
reglas heursticas y eligiendo el que consideran curso de accin adecuado
(satisfactorio) para lograr sus objetivos. En segundo lugar, reconocer que
los individuos no siempre llevan a cabo la accin que consideran adecuada
y que han decidido hacer, es decir, pueden actuar inconsistentemente (problema de la akrasa).
El desarrollo de esta propuesta se sita, por tanto, en lnea con los trabajos de diversos autores (entre los que destaca H. Simon) que han teorizado
la eleccin racional en trminos descriptivos, atendiendo a la complejidad
de la eleccin humana, a las constricciones a las que est sujeta (entre ellas
sus capacidades cognitivas limitadas), a la importancia del riesgo y la incertidumbre y a la nocin de satisfaccin en lugar de a la de maximizacin. De
esta manera se pone el acento en el proceso de eleccin, no en la optimizacin del resultado (racionalidad procesual) 68.
67
Como he propuesto en otros trabajos, por ejemplo, A. Gmez, 1988, 1992, 1993 y
1997.
68
Como, entre otros, J. Elster, 1979, 1983, 1999 y 2000; H. A. Simon, 1957, 1979
y 1997; P. M. Allais, 1953; G. Gingerenzar, 1983; D. Kahneman y A. Tversky, 1979 y
1982; G. Loomes y R. Sugden, 1982, o A. Tversky y D. Kahneman, 1974 y 1981. Se ha
mostrado que en contextos informativamente no trasparentes, como los de riesgo, la
eleccin no transcurre en trminos de maximizacin de una funcin de utilidad esperada
puesto que los agentes no satisfacen los axiomas de la teora de la utilidad esperada y,
182
Desde esta perspectiva puede proponerse una hiptesis estadstico-probabilitaria que afirma que con alta probabilidad los individuos actan de
acuerdo con su evaluacin de la situacin, o, lo que es lo mismo, que los
individuos actan frecuentemente de acuerdo con su evaluacin de la situacin. Esta hiptesis es entendida como un principio de racionalidad mnima, o descriptiva, segn lo que hemos sealado, que no excluye que los
individuos puedan actuar en contra de la que consideran opcin adecuada.
No permite, por tanto, afirmar concluyentemente que un agente actuar segn este principio de racionalidad mnima (PRm en adelante), pero s mantener una certidumbre fundada al respecto. Es poco probable que un individuo no acte de acuerdo al PRm, o sea, que no realice la accin que cree el
medio adecuado para lograr sus objetivos segn su evaluacin de la situacin. Esto es suficiente para mantener el PRm como hiptesis explicativa.
El principio de racionalidad propuesto permite explicar la accin en trminos inductivo-estadsticos. Tal explicacin se caracteriza porque la relacin entre premisas y conclusin es de apoyo inductivo. Puede ocurrir que
las premisas sean ciertas y la conclusin falsa, ya que el explanans slo
confiere al explanandum alta probabilidad. Una accin particular no queda
as explicada por subsuncin bajo alguna ley de cobertura, sino por un explanans que contiene una hiptesis estadstica, junto a los enunciados que
especifican las condiciones antecedentes. El esquema explicativo es el siguiente:
Evaluacin de la situacin
PR. Min.
183
184
las naturales 71. Por eso el modelo de explicacin inductivo-estadstico basado en leyes estadstico-probabilsticas (y el basado en leyes de tendencia)
es central en estas ciencias.
3.
La explicacin inductivo-estadstica
La explicacin inductivo-estadstica es usada en ciencias naturales y sociales. En ella se aplican leyes estadstico-probabilsticas a hechos particulares 72. La explicacin inductivo-estadstica subsume un suceso particular
bajo leyes estadsticas, en lugar de subsumir deductivamente una uniformidad estadstica bajo otras ms amplias (como ocurre con la explicacin
deductiva-probabilstica). Un ejemplo clsico de explicacin inductivo-estadstica es la explicacin de la recuperacin de Juan de la infeccin de
estreptococos debido a que se le suministr penicilina. En este caso, la
oracin explanandum no puede inferirse con certeza deductiva, pues no
todos los pacientes se curan, aunque en un porcentaje muy elevado s lo
hagan.
Las explicaciones de sucesos particulares por medio de leyes estadsticas se presentan como razonamientos que son inductivos o probabilsticos
en el sentido de que el explanans confiere al explanandum un grado ms o
menos alto de apoyo inductivo o de probabilidad, no certeza deductiva 73.
Por ello se enfrentan a lo que se denomina el problema de la ambigedad,
que Hempel expone con el siguiente ejemplo. Es posible que Juan tenga estreptococos de un tipo especialmente resistente o que sea un octogenario y
por tanto no tienda a responder bien a la penicilina. Empleando esta informacin, puede presentarse un razonamiento rival, que tambin parte de premisas verdaderas y no concluye que la probabilidad de curarse de Juan sea
muy alta, como ocurra en el razonamiento original. El problema es que el
conjunto total de los enunciados aceptados contiene diferentes subconjuntos de enunciados que pueden utilizarse como premisas de razonamientos
inductivo-estadsticos que confieren altas probabilidades a conclusiones lgicamente contradictorias 74.
La solucin a este problema es lo que Hempel denomina el requisito
de la mxima especificidad (y Carnap el requisito de los elementos de
juicio totales) 75: al formular o evaluar una explicacin, debe tenerse en
cuenta toda la informacin que tenga potencial importancia explicativa,
por ejemplo que la penicilina es casi siempre eficaz, excepto cuando se
71
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75
185
186
187
mente seleccionada) de americanos de 10 aos pertenecientes a cada celdilla. En la celdilla a la cual pertenece Albert encontramos varn, protestante,
padres divorciados, rea suburbana, clase media.
Si hemos tomado en cuenta todos los factores relevantes y hemos averiguado correctamente las probabilidades asociadas a las varias celdillas de
nuestras particiones, entonces tenemos unas bases, estadsticamente relevantes, para la explicacin de la delincuencia de Albert. La explicacin
ofrece informacin estadsticamente relevante acerca de los factores implicados en la ocurrencia del hecho, proporcionando la base para inferirlo con
cierta probabilidad y para inferir que o bien tales factores son probabilsticamente causales, o bien que en esta direccin ha de proceder la investigacin para establecerlos.
4.
Las tendencias permiten explicaciones cuya exactitud depende de la posibilidad de utilizar varias tendencias conjuntamente (lo que supone combinacin de causas en la lnea de Mill, Salmon y Cartwright, como se vio en
el anterior captulo). La eficacia explicativa y predictiva de las tendencias
aumenta cuando se las utiliza conjuntamente teniendo en cuenta la influencia de diversos factores en la ocurrencia de un hecho. Es posible explicar, por ejemplo, un cambio en la cantidad de vino consumido en un
pas, dado cierto aumento de su precio, cierta ampliacin de las horas en
que puede servirse y una campaa que declare que es perjudicial para la
salud. Si las tendencias afectan a magnitudes, como puede ocurrir en economa, se combinan como si fueran fuerzas. Las explicaciones a que dan
lugar las tendencias no son nomolgico-deductivas, pero s que permiten
demostrar que el acontecimiento es un resultado deducible de las leyes de
tendencia empleadas 83.
5.
La explicacin funcional
188
ner en buen funcionamiento (equilibrio) un sistema dado y 84. Hempel seala que el objeto del anlisis funcional es un tem i que constituye un
rasgo o disposicin relativamente persistente que ocurre en un sistema S.
La explicacin se propone mostrar que S se encuentra en un estado y en
un medio tales que el rasgo i tenga efectos que satisfagan alguna necesidad o requerimiento funcional de S, es decir, una condicin n que es necesaria para que el sistema siga funcionando de manera adecuada, eficiente o regular 85. En la formulacin de G. A. Cohen, siempre que x
tenga consecuencias favorables para y, aparecer x. Por tanto, x se explica por sus consecuencias favorables para y, aunque no se indique ningn
mecanismo 86.
Encontramos dos paradigmas funcionales en ciencias sociales. El primero, el paradigma funcional principal, postula la existencia de funciones
latentes y manifiestas 87. Se entiende por funcin latente aquellos efectos
de X que son beneficiosos para una estructura social o poltica dominante,
que no son buscados por los actores ni reconocidos por los beneficiarios
como debidos a X; por funcin manifiesta, aquellos efectos objetivos de
estabilizacin que se proponen los participantes de un sistema. Son funciones intencionales y reconocidas. El paradigma funcional fuerte afirma que
todas las instituciones o pautas de conducta tienen una funcin latente que
explica su presencia. Podemos decir que ste fue el paradigma que invoc
Leibniz a escala csmica y que Hegel aplic a la sociedad y a la historia,
pero sin el sustrato teolgico que poda justificarlo. El origen de la explicacin funcional se ha sealado en la teodicea cristiana, que alcanza su
punto culminante con Leibniz para el que todo es para el bien en el mejor
de los mundos posibles: cada aparente mal tiene, desde una perspectiva
ms amplia, consecuencias beneficiosas, por las que debe ser explicado.
En otras palabras, la suboptimalidad de la parte est en funcin de la optimalidad del todo. En ciencias sociales este paradigma queda sintetizado en
la afirmacin de C. Kluckhohn de que cualquier prctica cultural debe ser
funcional o desaparecer en poco tiempo. Es decir, debe contribuir de alguna manera a la supervivencia de la sociedad o a la adaptacin del individuo 88. El paradigma funcional fuerte ha sido ampliamente cuestionado, incluso desde las mismas filas del funcionalismo, como vimos en el caso de
Merton.
Las explicaciones en trminos de funciones latentes son las explicaciones funcionales caractersticas. Ellas han sido consideradas la explicacin
social por antonomasia en el estructuralismo y sistemismo. El debate re84
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88
189
190
Y es un efecto de X;
Y es beneficioso para Z;
Y no es el objetivo (intencional) de los actores que realizan X;
Y o por lo menos la relacin causal entre X e Y no es reconocida por los actores en Z.
(5) Y mantiene a X mediante un crculo de retroalimentacin que pasa
por Z.
Este esquema puede aplicarse al ejemplo mencionado de la danza de la
lluvia de los hopi. Tal pauta de conducta no produce lluvia, pero refuerza la
cohesin social y puede explicarse (su ocurrencia y pervivencia) por este
efecto beneficioso.
(1) la cohesin (Y) es un efecto de esta danza (X);
(2) la cohesin (Y) es beneficiosa para los hopi (Z);
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94
191
192
J. C. Chesnais, 1986.
M S. Teitelbaum, 1984.
193
la poltica del hijo nico chino sera paradigmtica. Pero el caso chino, con
sus premios y castigos destinados a regular el comportamiento de las parejas, no supone una explicacin en trminos de funcin latente alguna. Sencillamente se establecen polticas demogrficas destinadas a regular la natalidad y se toman medidas respecto a su cumplimiento. El mayor o menor
xito en ellas produce el equilibrio demogrfico buscado, o no lo produce.
As pues, no es el equilibrio demogrfico el que determina las tasas de natalidad, sino el equilibrio demogrfico que pretenden obtener intencionalmente los polticos chinos de turno.
Por tanto, aplicada a los ciclos modernos, la explicacin funcional es
vista como excesivamente simplificadora y explicativamente muy limitada,
lo que queda demostrado por el escaso xito obtenido en los intentos de reconstruir el mecanismo de retroalimentacin. Por ello, diferentes demgrafos han abandonado la teora de la transicin para buscar explicaciones a
los cambios que no dependan de la bsqueda del equilibrio demogrfico.
J. C. Caldwell establece una teora general del cambio demogrfico basada en la direccin de los flujos de riqueza entre generaciones 99. Cuando
los flujos de riqueza operan de los hijos a los padres, caso de las economas
familiares en la sociedad preindustrial o en el actual Tercer Mundo, existen
incentivos racionales, reforzados por normas culturales, para que las familias tengan un nmero elevado de hijos. Tales incentivos desaparecen si la
direccin de los flujos se invierte y los hijos, en lugar de incrementar, consumen parte de los recursos familiares. En este caso el nmero de hijos disminuye. La teora se refina introduciendo cuestiones centrales como la escolarizacin obligatoria o, incluso, el papel de las abuelas. Pero lo que
interesa es que la explicacin de los comportamientos reproductivos de las
parejas ya no recae sobre un elemento ajeno a ellas, sino sobre sus estrategias de supervivencia y promocin social.
Para el caso histrico de Europa occidental se han desarrollado explicaciones ms ajustadas que van desde los efectos del incremento del ingreso
real y la movilidad social hasta los cambios de la composicin del ingreso
familiar y su repercusin sobre la cultura obrera, adems de los efectos no
deseados de estos cambios. Es interesante tambin destacar el rechazo a la
explicacin tecnolgica basada en la disponibilidad de medios anticonceptivos.
99
194
6.
Las teoras cientficas estn constituidas por leyes o principios que dan una
explicacin unitaria de un amplio campo de fenmenos antes cubierto por
generalizaciones empricas. Constan de proposiciones de cada vez mayor
nivel de abstraccin, generalidad y alcance explicativo-predictivo. En palabras de Hempel, las teoras se introducen normalmente cuando estudios
anteriormente realizados de una clase de fenmenos han revelado un sistema de uniformidades que se pueden expresar en forma de leyes [...] intentan, por tanto, explicar estas regularidades y, generalmente, proporcionar
una comprensin ms profunda y exacta de los fenmenos en cuestin 1.
Las teoras de las ciencias sociales comparten la misma naturaleza y objetivos que las de las ciencias naturales. Como seala Rudner, las caractersticas estructurales de las teoras sociales son las de cualquier teora cientfica, es decir, constituir un conjunto de enunciados sistemticamente
relacionados que incluyen algunas generalizaciones del tipo de una ley y
que es empricamente contrastable 2.
195
1.
C. G. Hempel, 1965, pp. 177-229, y 1966, pp. 107-125; E. Nagel, 1961, pp. 108-149,
y K. R. Popper, 1934, pp. 57-74. O filsofos de las ciencias sociales como R. S. Rudner,
1966, pp. 29-88, o W. L. Wallace, 1971, pp. 65-78. Para una exposicin de la concepcin de las teoras de la concepcin heredada, la evolucin y problemas que tuvo que
afrontar, vase F. Suppe, 1974, captulos I, II, III y IV.
4
W. L. Wallace, 1971, p. 60.
5
Ni permiten una formalizacin completa. R. Rudner, 1966, pp. 77-79.
6
H. L. Zetterberg, 1965, pp. 75 y ss. Sobre las funciones de las teoras, vase tambin
A. Ryan, 1970, pp. 89-114.
196
Teoras factoriales
En ciencias sociales escasean las teoras estrictamente deductivas. Sin embargo, s que se encuentran teoras caracterizadas por otro tipo de relacin
entre las proposiciones; las denominadas teoras concatenadas o factoriales 8.
Una teora factorial es aquella cuyas leyes componentes entran dentro de
una red de relaciones derivativas no estrictamente jerarquizada; generalmente teoras cuyas leyes son tendencias. En ellas, en lugar de la ordenacin jerrquica, las leyes aparecen siempre situadas en formacin paralela:
leyes que refieren a los diversos factores y leyes ms especficas que se derivan de las primeras a travs del examen de sus resultados 9.
T
a
T
d
a, b, c
T
d
197
que el trmino teora tiene significados diversos en el campo de estas ciencias y que se debe diferenciar cundo se est usando para referir a teoras
del primer tipo y cundo se usa en otro sentido 10. Por teora social se entiende cosas tan diversas como:
esquemas de clasificacin ms o menos precisos,
principios gua que orientan al investigador sobre determinados hechos (marcos heursticos),
marcos conceptuales,
ideas generales acerca de la manera en que se producen los hechos y
los cambios sociales (enfoques generales),
modelos,
analogas, y
sistemas interpretativos de datos.
2.
198
3.
Axiomatizacin de teoras
Si los estructuralistas establecen para los conceptos la distincin entre t-tericos y tno-tericos que rompe con la distincin terico-observacional mantenida por la concepcin heredada. B. C. van Fraassen afirma la distincin, observable y no observable.
14
Vanse F. Suppe, 1989, J. Echeverra, 1999, pp. 43-47, y J. Mostern, 1984, pp. 111130.
15
En este sentido vase el argumento de Suppes repetido por W. Stegmller, 1979, p. 15.
16
J. Echeverra, 1999, p. 45.
17
Como afirma R. S. Rudner, 1966, p. 80. Un ejemplo cannico de reconstruccin conjuntista de una teora es la de la Mecnica Clsica de Partculas, cuya exposicin fue llevada a cabo por Sneed, McKinsey y Sugar, 1953. Vase la exposicin de esa axiomatizacin en J. Mostern, 1984, pp. 162-164 y 179, o J. Echeverra, 1999, pp. 178-184.
199
J. Echeverra, 1999, p. 170. Para una exposicin de este programa vanse J. Echeverra 1999, pp. 176-193, y J. Mostern, 1984, pp. 159-174.
19
W. Stegmller diferencia entre axiomas impropios (condiciones de definicin estructural de los conceptos bsicos y dominio) y axiomas propios (leyes fundamentales).
200
3.1
Personas.
Clases de bienes.
Cantidades de bienes.
Precios.
Beneficios.
201
4) p : G R+ (funcin precio).
5) U : J Rn R para todo J (funciones de beneficio) 23.
Aunque Balzer especifica amplia y detalladamente cada concepto, podemos resumir los aspectos fundamentales de su exposicin como sigue.
J es el conjunto de agentes econmicos, es decir, aquellos que realizan
los intercambios. G es un conjunto finito de clases de bienes; q determina
la cantidad de cada clase de bien 1, ..., n del conjunto G en manos de
cada persona ( J). Evidentemente la cantidad de bienes no puede ser
negativa (R0+). La funcin precio coordina un nmero real positivo con
cada clase de bien , que es entendido como precio de la clase de bien ,
exactamente como precio de una unidad de . El concepto de beneficio
U es el ms complicado. El tuplo <1, ..., n> designa (si ningn es
negativo) las cantidades de bienes que la persona podra poseer. Con ella
coordina un nmero real U (1, ..., n), que especifica la magnitud del
beneficio que obtiene la persona del consumo o posesin de esta cantidad
de bienes 24.
La teora describe cmo los agentes tratan de maximizar el valor de
U intercambiando la distribucin de bienes que poseen. Segn Balzer:
Inicialmente existe una distribucin de mercancas dada q0. En un segundo paso se realizan intercambios hasta que nadie quiere o puede
cambiar algo ms... En la etapa final, despus de que los intercambios
han sido realizados, tenemos una nueva distribucin de mercancas. La
teora nos dice que este proceso est gobernado por ciertas reglas. Si los
individuos actan acorde a esas reglas, la nueva distribucin satisfar
ciertos requerimientos que pueden ser afirmados en forma de axiomas.
ste es el truco esencial: en lugar de afirmar los axiomas acerca de acciones, uno usa axiomas que describen distribuciones que son el resultado de tales acciones 25.
Un sistema econmico considerado a lo largo de un periodo de tiempo
supone una distribucin de bienes en el estado inicial y otra en el estado final. Para obtener modelos de dos fases que describan el estado inicial y el
final hay que incorporar en los modelos dos distribuciones de bienes. Balzer define ambas distribuciones y seala que con los conceptos hasta ahora
introducidos se sintetiza una estructura que puede servir como modelo potencial de los sistemas de intercambio que contiene dos fases y la posibilidad de un trnsito qi y qf.
X es una economa potencial de intercambio, si y slo si existen J, G, p,
qi, q ff y U tales que
23
24
25
202
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
26
27
203
Las condiciones de ligadura afectan a las relaciones intermodelos. Se aplican a los valores de las funciones de los distintos modelos. Estos valores
han de ser los mismos en cada modelo en el que aparezca la misma funcin. Esta restriccin afecta a las aplicaciones de la teora (conjunto I), ya
que el valor de una funcin en una aplicacin de la teora no puede ser distinto de los valores en otra aplicacin (si las diversas aplicaciones de una
teora, como es de esperar, no son modelos disjuntos). El valor de la funcin masa para la Tierra es invariante independientemente de que el modelo considerado sea Tierra-Luna, Tierra-Sol, Tierra-proyectil, etc. La estructura de esta constriccin se puede representar como una relacin entre los
dominios de las funciones tericas y sus rangos, de tal manera que, si entre
los elementos de la unin de dominios de las funciones vale la relacin B,
entonces entre los elementos de los rangos de esas funciones vale la relacin B1. Si representamos la Tierra por a en el primer sistema visto y a1 en
el segundo, de forma que tenemos las funciones:
28
29
204
a__?
a1__?
la relacin entre los dominios de las funciones tericas es la de igualdad:
si a = a1 entonces n(a) = n(a1).
Los modelos de la teora aparecen as ligados por esta condicin. Esto
permite, una vez establecido el valor de una funcin, darlo por supuesto en
los distintos modelos de la teora, es decir, se da por sentado que all donde
aparezca dicha funcin el valor establecido se cumplir dado que la funcin
es constante. Esto significa que se pueden hacer pronsticos transportando
la informacin a otros modelos y aplicaciones. La capacidad predictiva (y
explicativa) de la teora depende de ello.
En la reconstruccin de Balzer, la funcin beneficio ha de permanecer
constante para los agentes econmicos a travs de los diversos sistemas
econmicos de intercambio, de tal manera que, establecidos en un sistema
sus valores o proporciones de beneficio para determinadas cantidades de
bienes, se podran presuponer stos en el siguiente sistema y con su ayuda
averiguar valores de beneficio para nuevas cantidades de bienes 30. La
constancia de la funcin beneficio supone que los modelos de la teora no
estn aislados entre s y que, establecido el valor de la funcin, puede presuponerse en otro modelo. Esto permite la trasposicin de datos, que se
conocen o se han calculado para una determinada situacin, a otra situacin 31. Lo que supone que esa otra situacin est vinculada con la originaria de diferentes modos 32.
Balzer reconoce que esto difcilmente ocurre, ya que la constancia de
la funcin beneficio slo se sostiene en trminos ceteris paribus. Es decir, en el trnsito de un sistema econmico a otro la funcin de beneficio se trata como si no cambiase. Para poder hacerlo se considera que
los individuos son constantes en sus propiedades relevantes para la economa de intercambio, lo que significa, segn Balzer, constancia en carcter, gustos y hbitos de consumo. Pero tal constancia no se da; estas
propiedades cambian frecuentemente. Adems es difcil trazar una frontera entre propiedades econmicamente relevantes de una persona y las
influencias econmicamente relevantes a las que est expuesta, y aquellas influencias y propiedades que no son relevantes econmicamente 33.
Estas dificultades son las que se evitan con el uso de clusulas ceteris
paribus.
30
31
32
33
205
34
35
206
delos reales 36. Tal idea es aceptada en cierta medida por el mismo Balzer,
quien reconoce que no se ha podido afirmar de forma general y sistemtica
a qu sociedades se aplican los axiomas de la teora de intercambio 37. Esto
evidencia el problema del contenido emprico de las teoras de la economa
neoclsica, que ha interesado a los filsofos y economistas desde el siglo XIX.
El reconocimiento de que tal contenido es, cuando menos, problemtico
aparece en los distintos enfoques de la disciplina. Las diferencias aparecen
a la hora de evaluar este hecho y plantear estrategias al respecto y, por consiguiente, a la hora de interpretar la naturaleza de la ciencia econmica.
Para concluir puede sealarse que la reconstruccin conjuntista no es tan
satisfactoria como en las ciencias fsicas. No obstante, es un medio que
permite clarificar diversos aspectos de la estructura de las teoras sociales
mostrando el estado de stas, los puntos que hay que investigar y los que
estn slidamente establecidos. La reconstruccin da como resultado una
clarificacin y precisin de las especificidades de las teoras sociales difcil
de alcanzar por otros medios (teniendo en cuenta que la axiomatizacin estndar es inaplicable en este terreno).
4.
El enfoque estructural de las teoras se bifurca en dos posiciones, como hemos sealado: la estructuralista propiamente dicha y la semntica. La concepcin semntica supone la formalizacin de las teoras mediante espacios
de Hilbert con un lenguaje semiinterpretado constituido por un espacio de
estados, un conjunto de enunciados elementales y una funcin representacin.
Esta concepcin, adems de la formalizacin de las teoras, permite el
planteamiento de cuestiones informales esenciales para la comprensin de
las teoras cientficas. Como se ver a continuacin, el enfoque semntico
posibilita una presentacin intuitiva y clara de las teoras 38.
4.1
Modelos anlogos
La definicin informal de las teoras se basa en las nociones de modelo terico e hiptesis terica. Segn Giere, los modelos tericos son la materia
prima de la que estn hechas las teoras, aunque otro tipo de modelos, sobre
todo los anlogos, son tambin de inters; vemoslo.
36
207
Modelos tericos
Como hemos sealado, los modelos tericos son la materia prima de la que
estn hechas las teoras 40. Un modelo terico es un tipo de modelo cuyas
caractersticas son especificadas por una definicin explcita; todo sistema
39
40
Para un tratamiento clsico de las analogas, vase E. Nagel, 1961, pp. 108-118.
Seguimos la caracterizacin de R. Giere, 1979, pp. 78-81.
208
que satisfaga las condiciones estipuladas en la definicin es un modelo terico del tipo definido. Un modelo terico no se encuentra necesariamente
fundamentado en las caractersticas de la realidad, aunque en las ciencias
empricas se pretende que sea as. Como indica Giere, son bsicamente
criaturas del lenguaje, los creamos formulando afirmaciones y ordenndolas en una definicin del tipo de sistema que nos proponemos 41.
Puede afirmarse que uno de los logros de Newton fue una penetrante definicin de un tipo de sistema, lo que llamamos sistema de partculas newtoniano. Un sistema de partculas newtoniano es aquel que satisface las tres
leyes del movimiento y la ley de la gravitacin universal; es decir, un modelo terico definido por las leyes de Newton. Cualquier sistema que cumpla estas leyes es un modelo terico de este tipo, o sea, un sistema de partculas newtoniano 42.
Uno de los xitos de A. Smith, emulador de Newton, fue definir un tipo
de sistema: el que llamamos sistema de economa clsica. Un sistema que
satisfaga los principios econmicos de Smith es un modelo terico de este
tipo, es decir, un sistema econmico clsico.
Una definicin puede tener tantos modelos como se ajusten a ella; algunos de ellos se realizarn en el mundo, otros no. No es necesaria evidencia
para justificar el comportamiento del modelo y sus elementos componentes; simplemente se deduce la conducta de la definicin original. En la medida en que esta definicin implique valores matemticos, todo sistema
que satisfaga la definicin (todo modelo terico) ha de satisfacer estos valores, proporciones u otras relaciones matemticas. Cuando la definicin
no es matemtica como ocurre en casos de las ciencias sociales, no se
da esa situacin. Si la definicin es probabilstica, los modelos sern estocsticos; si es formulada en trminos de tendencias, los modelos sern tendenciales. Esto lo nico que significa es que hay modelos tericos muy diversos.
En ciencias sociales disponemos de modelos tericos que satisfacen definiciones formales precisas y modelos que satisfacen definiciones cualitativas de distinto signo. No existe dificultad alguna para extender la terminologa sealada a la definicin de modelos. De hecho, se reconoce que en
ciencias sociales abundan los modelos tericos.
4.3
Hay dos tipos bsicos de modelos tericos: los deterministas y los estocsticos. Para explicar en qu consiste un modelo determinista necesitamos del
concepto de estado de un sistema. El estado de un sistema es descrito ha41
42
209
Hiptesis tericas
210
Recordemos que toda ley-hiptesis es siempre ceteris paribus para esta concepcin.
211
Teoras
Una teora cientfica es una poblacin de modelos tericos del tipo definido y varias hiptesis tericas que afirman que alguna clase de sistemas del
mundo son aproximativamente del tipo definido. Bsicamente una teora es
una hiptesis terica general que afirma que alguna clase designada de
sistemas naturales son (aproximadamente) sistemas de un tipo especificado 46. Un sistema como el sistema de partculas newtoniano tiene que ver,
como hemos sealado, con muchos sistemas reales: Tierra-Luna, Tierra-pelota, etc. Lo que llamamos teora del movimiento mecnico de Newton es
una generalizacin sobre un amplio rango de sistemas naturales, esto es,
una hiptesis terica general que afirma que todos estos sistemas son, al
menos aproximadamente, sistemas de partculas newtonianos. La teora
45
46
212
47
213
7.
La justificacin
de las teoras
215
1.
Se seguir en buena medida la exposicin de los requisitos de una buena prueba que
presenta R. Giere, 1979. Su tratamiento del tema nos deja con una versin sistematizada y con una clara exposicin de los entresijos formales de la justificacin cientfica.
Vase R. Giere, 1979, p. 33. Sin embargo, Giere, sobre todo en obras posteriores, destaca la existencia de cierta clase de factores que inciden en la justificacin y que no reducen sta a la mera aplicacin de la mecnica de una buena prueba de la hiptesis terica.
216
car: (H) la hiptesis de cuya contrastacin se trata, (CI) las condiciones iniciales, (SA) los supuestos o hiptesis auxiliares y (P) la
prediccin, respectivamente.
2) La improbabilidad de la prediccin es la condicin fundamental de
la prueba, y puede formularse as:
Si no H y CI y SA, entonces muy probablemente no-P.
Esta condicin afirma que de una hiptesis terica H, ms CI y SA, teniendo en cuenta el estado del conocimiento del momento que no incluye a
la teora acerca de la cuestin, el resultado que se deduce es improbable.
La idea central es que probar una hiptesis no es meramente probar que
tiene unas consecuencias lgicas ciertas, sino que estas consecuencias eran
originalmente improbables. sta es una condicin muy exigente de claras
resonancias popperianas, ya que es la improbabilidad de la prediccin la
que hace que la teora se arriesgue en la contrastacin pudiendo quedar refutada. Si, al contrario, la prediccin se confirma, la teora queda muy apoyada por los hechos; cuanto mayor sea la improbabilidad del falsador potencial de una teora, tanto mayor ser el apoyo que recibir si resiste la
falsacin. Slo cuentan las contrastaciones severas, las ms improbables
con respecto a la informacin que poseemos. La prediccin de Adams y
Leverrier que llev al descubrimiento de Neptuno era sumamente improbable, y por ello supuso un fuerte apoyo a la teora de Newton, que era la nica que permita la prediccin de un hecho tan improbable.
Sin embargo, la condicin de la improbabilidad ha sido cuestionada. Por
un lado, respecto a si realmente supone una inferencia deductiva: Neurath
seal que los enunciados acerca de lo que se espera que ocurra constituyen una induccin propiamente dicha. El mismo Giere resalta que ninguna
prediccin es hecha con perfecta exactitud; se da siempre alguna incertidumbre en las condiciones iniciales y un grado de aproximacin en H. Por
otro lado, ha sido debatida como elemento esencial de una buena prueba.
No est claro que sea siempre preferible una hiptesis menos probable a
otra ms probable. La conjuncin de dos hiptesis puede dar como resultado una hiptesis ms improbable que las hiptesis por separado y no por
ello permite una mejor contrastacin de la teora 2.
3) Debe ser posible, en el tiempo apropiado, mostrar (observacional o
experimentalmente) si la prediccin es correcta o no, es decir, si se
ha cumplido o no.
La hiptesis no puede ser comprobada hasta que no se dispone del resultado de la investigacin, esto es, hasta que el cumplimiento de la prediccin
ha sido confirmado correctamente. Una vez hecho esto, puede establecerse
2
217
que, si la prediccin ha tenido xito, la hiptesis est razonablemente justificada (nunca definitivamente). Si la prediccin falla, la hiptesis ha sido
rebatida.
1.1
218
Si H y CI y SA, entonces P.
No P.
No (H y CI y SA).
No H o No CI o No SA.
CI y SA.
No H 5.
Cada paso de este argumento es deductivamente vlido. La primera premisa es la condicin una; la segunda, el resultado del experimento, esto es,
la prediccin fallada. El paso vlido de negar el consecuente permite la negacin de la conjuncin antecedente y la validez de la siguiente conclusin
preliminar; luego podemos afirmar explcitamente las condiciones iniciales
y la hiptesis auxiliar. El paso final es un silogismo disyuntivo vlido; el
argumento es deductivamente vlido y la conclusin est justificada.
1.3
219
2.
La justificacin de teoras
Justificar una teora es justificar una hiptesis terica que afirma que ciertos sistemas reales son al menos aproximativamente sistemas del tipo definido 8. Tal justificacin requiere que la hiptesis terica sea la conclusin
7
8
220
de un argumento en el cual tenemos como premisas otras aserciones. Tomemos una hiptesis terica: el cometa Halley es un sistema de partculas
newtoniano. Se especifica ms la hiptesis: si el cometa Halley es un sistema newtoniano, entonces su rbita es elptica y tendr que volver a aparecer cada 75 aos 9. Los clculos desde la teora de Newton y las observaciones de anteriores apariciones (Halley concluy que los cometas vistos
anteriormente eran el mismo cometa) llevaron a Halley a la prediccin concreta de que volvera a aparecer en diciembre de 1758 (hecha en 1682). Tal
hiptesis tena una alta improbabilidad de que fuese cierta dado el conocimiento de la poca, a no ser que se hiciera presuponiendo la teora de Newton. Se cumpli con exactitud, lo que result un destacado logro. La teora
general se confirma para este caso y se afianza para los dems. El xito de
la prediccin supone un elemento de prueba importante que aumenta la
probabilidad de la teora general que sostiene que todo sistema real es un
sistema de partculas newtoniano.
Los elementos bsicos de la prueba son: a) la hiptesis terica a probar, b) la deduccin de una prediccin precisa e improbable (afirmacin
que describe el posible evento cuya ocurrencia es predicha), c) las condiciones iniciales que tpicamente describen la ocurrencia de algn estado
en el comienzo del experimento y d) su comprobacin emprica (por observacin o experimentacin) 10. La prediccin es deducible de la hiptesis
terica ms las condiciones iniciales observables (los enunciados que describen las posiciones del cometa observadas por Halley en 1682 y tambin
la masa del Sol) y los supuestos auxiliares (la influencia de Jpiter es
muy pequea, etc.) 11. Tal prediccin era improbable y fue verificada empricamente.
Como seala Giere, la verificacin de una hiptesis slo permite saber
que la hiptesis est en la senda correcta; no puede considerrsela definitivamente confirmada. Esto es as dado el problema de la induccin al que
est sujeto la verificacin. Los datos empricos que confirman hiptesis lo
hacen inductivamente; por tanto, aparece el problema de determinar en qu
sentido se puede aseverar que ciertos datos empricos confieren apoyo o
justificacin a una hiptesis. Es decir, ninguna suma de enunciados particulares puede confirmar definitivamente una hiptesis general o teora hacindola verdadera. La hiptesis excede el contenido de los datos desde los
que se hace la inferencia, que por ello se denomina ampliativa. Lo que su9
221
pone que la hiptesis est infradeterminada por la experiencia 12. Por tanto,
el problema de la induccin nos sita ante el de la infradeterminacin de
las hiptesis por los hechos. Ambos problemas obligan a tener en cuenta la
toma de decisiones, por un lado, respecto a la justificacin y, por otro, a la
eleccin entre hiptesis alternativas compatibles con los datos.
Que el problema del apoyo emprico a las hiptesis deja abierto un espacio a la toma de decisiones ya fue sealado por Neurath, tanto respecto a la
confirmacin como a la refutacin de teoras 13. l afirm que la induccin,
si se hace cientficamente, tiene como base alguna suplementacin; la suplementacin que se prefiera en cada caso es cuestin de decisin. Las normas para la induccin que algunos cientficos establecen no pueden sustituir la decisin.
Por otro lado, Popper admiti el elemento decisional que toda prueba
implica. Los enunciados bsicos (observacionales) no son algo dado e independiente de las decisiones que los cientficos toman. Tampoco pueden entenderse de forma independiente a las teoras. En Conocimiento Objetivo su
postura es clara: las observaciones estn impregnadas de teora, siempre se
parte de algn conocimiento previo y no hay ningn tipo de percepcin que
sea inmediata y simple como crea el empirismo lgico. Por eso los enunciados bsicos estn sujetos a nuestras percepciones, pero, tambin, a las
decisiones, e incluso los acuerdos, de la comunidad cientfica que decide
(de forma fundamentada) aceptar un enunciado como observacional y, por
tanto, como bsico. Todo esto no cuestiona, para Popper, la importancia del
papel de una buena prueba y el lugar que los experimentos cruciales tienen
en ella.
2.1
La cuestin que nos interesa ahora examinar es si se cumplen las condiciones para una buena prueba en el caso de las teoras sociales. Esto nos lleva
al examen de la situacin para cada una de las condiciones.
La primera condicin no plantea demasiados problemas, pues se pueden
establecer predicciones deducidas de las premisas y las condiciones iniciales. Sin embargo, la segunda, la improbabilidad de la prediccin, es ms difcil de satisfacer, ya que en muchas ocasiones las predicciones en ciencias
sociales no son improbables dado el estado del conocimiento del momento.
La prediccin de que si se acerca la mano de un individuo al fuego la reti12
222
rar inmediatamente es bastante probable dada la experiencia, y no necesita de la teora del estmulo-respuesta; la prediccin de que las mujeres no
desarrollarn sus capacidades intelectuales al mismo nivel que los varones
no necesita de la teora de la inferioridad mental de las mujeres de Moebius
o del evolucionismo de Spencer. Se deduca del hecho de que su actividad
se reduca exclusivamente a la reproduccin y crianza y se las exclua de la
educacin. Estas predicciones podran ser establecidas a travs de la observacin de lo que pasaba habitualmente. Al contrario, la prediccin del Halley presentaba dos caractersticas relevantes: era improbable (lo que le
daba fuerza como prueba) y era precisa (ao, mes), lo que facilit su comprobacin emprica. La precisin de la prediccin es un elemento significativo, pues reduce el elemento decisional e interpretativo, por otro lado presente en toda prueba, como hemos visto.
Si una prediccin es muy imprecisa, la comprobacin (tercera condicin) se dificulta considerablemente. Un ejemplo de ello lo tenemos en predicciones del tipo: se producir la revolucin socialista cuando las condiciones de la coyuntura sean las adecuadas; el crecimiento econmico
determinar un cambio social; los sueos del paciente mostrarn informacin acerca de sus conflictos internos o emociones reprimidas, etc. En estos casos hay considerables dificultades para identificar y ponerse de
acuerdo respecto a si lo que ha ocurrido es realmente el hecho predicho:
es sta una revolucin socialista o es una revolucin burguesa 14?, las
condiciones de la coyuntura eran las adecuadas?, los sueos que ha tenido
el paciente muestran realmente sus conflictos internos? Cabe la posibilidad
de que las cosas puedan interpretarse diferentemente, de tal manera que
para unos el hecho ocurrido puede entenderse que confirma la prediccin y,
por tanto, justifica la hiptesis, mientras que para otros no. El desacuerdo
puede alcanzar incluso a los que comparten la teora desde la que se hace la
prediccin.
Por otro lado, en ciencias sociales pueden encontrarse predicciones de
las que puede considerarse que satisfacen, en cierto grado, la segunda
condicin. En el momento del nacimiento de la economa neoclsica, y,
por tanto, entendiendo como conocimiento del momento la teora econmica clsica, se puede estimar improbable la prediccin de que si un individuo es un consumidor, entonces las cantidades que adquirir de un bien
variarn inversamente a su precio, en cada momento. Sin embargo, segn
algunos autores que veremos ms adelante, esa misma prediccin actualmente no necesita de la teora del comportamiento del consumidor, la ex14
Duda que mantuvieron incluso los bolcheviques en los primeros meses de la revolucin de octubre y que los mencheviques sostuvieron ampliamente entendiendo que la
revolucin ocurrida era una revolucin burguesa. Era difcil interpretar lo ocurrido, ya
que la teora marxista sealaba la necesidad de una revolucin burguesa como condicin previa a la revolucin socialista.
223
La teora de los lmites del crecimiento constituye un modelo que representa, o se pretende que lo haga, el sistema econmico fsico y social de nuestro mundo real y los lmites de su crecimiento. Es definido usando algunas
ecuaciones matemticas (programadas en un ordenador que hace los clculos). La definicin supone, solamente, cinco magnitudes bsicas que representan aspectos del mundo. Estos cinco aspectos son:
1.
2.
3.
4.
5.
15
16
Poblacin.
Resultados o residuos industriales.
Polucin.
Produccin de comida.
Recursos no renovables.
224
La teora del comportamiento del consumidor (TCC) est considerada la teora econmica que ms se acerca al rigor y la elegancia de la fsica. Esta teora
est basada en los axiomas de la teora de la preferencia revelada (TPR),
cuyo teorema fundamental o ley generalizada de la demanda afirma que si
los consumidores prefieren ms bienes a menos bienes, si eligen tan slo
un conjunto definido de bienes en cada situacin presupuestaria y se comportan consistentemente en elecciones sucesivas, comprarn una cantidad
menor de un bien cuando su precio suba y habran comprado una cantidad
mayor de dicho bien caso de haberse elevado sus rentas. Esta generaliza-
225
cin incluye todas las implicaciones observables de la teora de la indiferencia, y adems el efecto-renta es medible en principio.
La hiptesis terica aseverara: cualquier sistema de consumidores es
(se comporta), ceteris paribus, un sistema del tipo TCC. De esta hiptesis
terica podemos deducir la prediccin: si un individuo es un consumidor
del tipo TCC, entonces las cantidades que adquirir de un bien variarn
inversamente a su precio, en cada momento.
Para probar esta prediccin, segn las condiciones exigidas, tendra que
ser una prediccin improbable y comprobable. De nuevo es la improbabilidad de la prediccin la que plantea problemas. La prediccin de que un
consumidor X se comportar como especifica la teora puede deducirse de
la observacin del comportamiento de X en el mercado (de cualquier consumidor por tanto) atendiendo a cmo vara su demanda de un producto en
funcin de la variacin del precio 17. Por tanto, la prediccin no es improbable dado el estado del conocimiento del que se dispone, sino todo lo contrario: los consumidores tienden a comportarse con alta frecuencia segn la
prediccin.
Como sostiene M. Blaug, el poder predictivo de la teora del comportamiento del consumidor con relacin a las relaciones de demanda no es mejor que el de las antiguas teoras del comportamiento del consumidor 18. La
teora se mantiene a la zaga de los estudios estadsticos en lugar de dirigirlos. Ofrece ms bien una racionalizacin ex-post-facto de cualesquiera variaciones experimentadas por la demanda 19. En el caso de la ley de la demanda se ha sealado que tenemos predicciones aceptables, pero tales
predicciones se basan en el grueso de la informacin existente acerca de la
elasticidad de la demanda. Si, como mantiene Lipsey 20, tuvisemos que
adivinar, sin conocimiento previo, si la curva de demanda de un determinado producto M presenta pendiente positiva o negativa, tendramos dificultades.
Esto no significa que la teora del comportamiento del consumidor no
tenga capacidad predictiva, sino que no la tiene del tipo necesario para satisfacer la segunda condicin sealada. Lo que, estrictamente hablando,
quiere decir que de ella no se deducen predicciones improbables en las que
17
En el anlisis de la demanda una gran parte del trabajo emprico ha sido puramente
pragmtico y realizado con escasa referencia a cualquier teora del comportamiento del
consumidor.
18
M. Blaug, 1985, p. 192.
19
Segn Mishan al economista no le hara ningn dao permanecer ignorante de todas las
teoras del comportamiento del consumidor y aceptar como un acto de fe la ley de la demanda, aceptable, ms a causa del conocimiento emprico general que de los dictados tericos de la teora pura del comportamiento del consumidor (E. J. Mishan y G. H. Borts,
1962).
20
Citado por M. Blaug, 1985, pp. 194-195.
226
la teora se arriesgue pudiendo ser refutada y, en caso de confirmarse, recibiendo un importante apoyo de los hechos. Es decir, lo que no satisface la
teora del comportamiento del consumidor, y en general las teoras sociales,
es la condicin de la improbabilidad, que, como indicamos al principio, es
clave en la concepcin falsacionista de una buena prueba. El problema tiene que ver con la falsacin de la teora, no con su confirmacin, ya que,
como sealamos, los consumidores tienden a comportarse en el mercado
segn la prediccin. Por eso, desde la perspectiva falsacionista se ha afirmado que la debilidad primordial de la economa moderna consiste en su
reluctancia a producir teoras que generen implicaciones refutables claras,
seguida de una falta generalizada de disposicin hacia la confrontacin de
dichas implicaciones con los hechos 21. Se ha mostrado que los postulados
de la escuela austraca son infalsables y, por tanto, inadmisibles en el contexto de la ciencia; el institucionalismo americano tiene planteamientos fciles de verificar, pero imposibles de falsar; la teora del equilibrio est vaca de contenido emprico.
3.
Los problemas para disponer de teoras justificadas en trminos falsacionistas afectan no slo a las teoras sociales, sino tambin a las naturales.
Una cosa es la conclusividad del argumento refutador, como tal argumento,
y otra, muy distinta, que en la prctica las teoras se falsifiquen de forma
concluyente. La crtica general al falsacionismo ha tenido uno de sus principales fundamentos en las consecuencias de la conocida tesis Duhen-Quine que muestra que las refutaciones de las teoras son ambiguas y que no
hay pruebas decisivas: no hay pruebas que no adolezcan de ambigedad.
A la crtica que la tesis Duhem-Quine supone, Popper responde admitiendo que es cierto que una cosa es la lgica de la refutacin y otra la prctica cientfica. B. Magee afirma que desde el principio Popper distingui
entre la lgica de la falsacin y la metodologa real 22. La lgica es extremadamente sencilla: si se ha observado un cisne negro, no puede ser que todos
los cisnes sean blancos. Lgicamente, es decir, atenindonos a la relacin
entre enunciados, una ley cientfica es rotundamente falsable y no rotundamente verificable. Ahora bien, esto es distinto si se considera metodolgicamente, pues en la prctica, como seal el mismo Popper, siempre es posible poner en duda un enunciado de observacin (elemento decisional):
puede haber algn error en la observacin registrada o puede que el pjaro
21
227
en cuestin no haya sido correctamente identificado 23. De modo que siempre es posible rechazar, sin caer en contradiccin, la validez de un enunciado de observacin. As podra descartarse cualquier experiencia falsadora.
Ahora bien, si los cientficos actan en estos trminos y van reinterpretando los hechos para mantenerlos de acuerdo con sus enunciados, su enfoque
ser acientfico.
Popper reconoce el contenido normativo de su propuesta y recomienda
que no evitemos sistemticamente la refutacin, ni introduciendo hiptesis
o definiciones ad hoc ni rehusando siempre aceptar la fiabilidad de los resultados experimentales no convenientes. Los cientficos han de mantener
una actitud crtica, deben evitar las estrategias inmunizadoras 24. De hecho,
segn Popper, esto es lo que ocurre generalmente: la actitud crtica de los
cientficos es real y ha sido la que ha permitido el avance de la ciencia. La
propuesta de Popper supondra una normatividad del proceder cientfico
que los mismos cientficos habran aceptado y que formara parte de su manera de actuar. Sin embargo, a pesar de estas consideraciones en contra de
las estrategias inmunizadoras, el mismo Popper las utiliza en su mtodo situacional, como hemos visto.
Frente a la respuesta de Popper, tericos de diversas adscripciones filosficas reconocen que las estrategias inmunizadoras forman parte de la
prctica cientfica; son la norma ms que la excepcin (Lakatos las admite
formando parte de su metodologa) 25. Estas estrategias son un problema
para el falsacionismo, pero, como manifiesta Caldwell, por qu hay que
tomar en serio las recomendaciones de Popper?; las exigencias falsacionistas no se cumplen en la prctica cientfica. Lo habitual es que no se disponga de pruebas que no adolezcan de ambigedad, por lo que las teoras cientficas (naturales o sociales) no quedan concluyentemente falsadas (ni
verificadas) 26. El falsacionismo es una filosofa y una metodologa prescriptiva inapropiada para todas las ciencias, y en particular para las sociales. Diversos autores muestran su inadecuacin para la economa sealando
23
K. R. Popper, 1934, pp. 41-42, y 1983, pp. 23-28, reconoce que es difcil demostrar
de modo concluyente que una teora cientfica emprica es falsa. Todo sistema terico
puede ser protegido de diversas maneras contra una falsacin emprica mediante, por
ejemplo, la introduccin de hiptesis ad hoc. Pero rechaza esta estrategia.
24
Las recriminaciones de Blaug a los economistas que no ajustan su proceder a la metodologa falsacionista coinciden con esta actitud normativa de Popper; los economistas
deben tratar de ajustar su prctica a los requerimientos falsacionistas (M. Blaug, 1985,
pp. 285-286).
25
D. Hausman cuestiona detenidamente el falsacionismo. Seala, entre otras cuestiones, que como siempre podemos salvar la hiptesis a probar ajustando otras partes de
la prueba (hiptesis auxiliares, clsulas ceteris paribus tcnicas economtricas, etc.).
No podemos distinguir entre teoras cientficas y no cientficas (D. Hausman, 1992, pp.
180-188, y tambin pp. 202-204).
26
B. J. Caldwell, 1991, p. 7.
228
como principales problemas la imposibilidad de probar los modelos de inters que se proponen en economa y que el desarrollo histrico de esta
ciencia no se ajusta a la metodologa de Popper 27. El falsacionismo no es
un programa metodolgico ni epistemolgico viable, y, desde luego, no
lo es para la economa 28.
Sin embargo, para los falsacionistas, el hecho de que el desarrollo de la
ciencia no se ajuste a los requerimientos su metodologa no es un argumento contra el falsacionismo en cuanto teora prescriptiva: si los practicantes
de la disciplina no han seguido las normas metodolgicas correctas, tanto
peor para el desarrollo de la disciplina. Ahora bien, aqu se puede aplicar
algo que seal J. Muguerza respecto a la estipulacin de determinado concepto de racionalidad terica: uno puede, si lo desea, definir al hombre
como mamfero bpedo de dos metros y diez centmetros de estatura,
pero no esperar que su definicin convenga a ms de un par de decenas de
jugadores de baloncesto y a un centenar acaso de batusis 29. El problema
no es que la realidad deba ajustarse a la prescripcin, sino que la teora
prescriptiva se aleja de la prctica cientfica habitual y, por tanto, no da
cuenta de la ciencia y su desarrollo. Como seala Hausman, si se puede demostrar en la reconstruccin histrica que los economistas no siguen la metodologa falsacionista, entonces sta no es una metodologa til para la reconstruccin de la historia del pensamiento econmico 30. Para los
falsacionistas las objeciones histricas siguen siendo un formidable campo
de cuestiones sin resolver.
La tensin entre lo prescriptivo y lo descriptivo va a estar en el centro de
la propuesta de I. Lakatos, discpulo de Popper. En su metodologa de los
programas de investigacin cientfica, Lakatos mantuvo una postura falsacionista refinada que asume la crtica de Duhem al falsacionismo de Popper
(que Lakatos denomin ingenuo). Sostuvo que las teoras no pueden ser verificadas ni falsadas por procedimientos empricos, entre otras razones porque ninguna proposicin fctica puede nunca ser probada mediante un experimento 31. Consider que las teoras forman parte de programas de
investigacin cientfica y que son estos programas, y no las teoras aisladas,
lo que se evala en trminos de problemticas progresivas y estancadas 32.
27
A. G. Papandreou, 1958, L. Boland, 1977, y F. Malchup, 1955. Incluso los defensores del falsacionismo han reconocido las dificultades para cumplir esta metodologa
prescriptiva: M. Blaug, 1985, y T. W. Hutchison, 1981. Otros autores han ofrecido evaluaciones ms crticas, como A. Salanti, 1987, B. J. Caldwell, 1982, y B. J. Caldwell,
1991.
28
Como seala entre otros muchos D. Hausman, 1992, p. 204, o B. J. Caldwell, 1991, p. 8.
29
J. Muguerza, 1977.
30
D. Hausman, 1992, pp. 188-191.
31
I. Lakatos, 1978, p. 27.
32
I. Lakatos, 1971, p. 25.
229
Admiti como parte de su metodologa la utilizacin de estrategias inmunizadoras en relacin al ncleo duro de los programas (estrategias convencionalistas). Pero tambin que los programas de investigacin progresan en
trminos de su capacidad para predecir (descubrir) hechos nuevos. Su metodologa tuvo una importante repercusin en filosofa de la economa,
como veremos en el siguiente captulo.
230
8. Programas, paradigmas y
tradiciones de investigacin
1.
La recepcin del pensamiento de I. Lakatos en ciencias sociales se circunscribe, sobre todo, al terreno de la filosofa de la economa. En otras reas
ha sido bastante ms reducida, dadas las dificultades para aplicar las nociones centrales del enfoque lakatosiano. Por tanto, nos limitaremos a la filosofa de la economa en el entendido de que los problemas que afronta el
enfoque de Lakatos en ciencias sociales quedan minuciosamente expuestos
en este mbito.
En la filosofa de la economa la repercusin de Lakatos ha estado presente desde los aos setenta 1. Segn Redman, ha sido el filsofo ms popular entre los economistas, mientras que Rosenberg afirma que ha llegado a
serlo tanto como Milton Friedman, cuya metodologa positivista instrumentalista ha sido suplantada en buena medida por la metodologa de los programas de investigacin cientfica 2. La recepcin de Lakatos puede situar1
231
Los trabajos de M. Blaug evidencian dos rasgos que van a estar presentes
en los distintos intentos de aplicar la metodologa de los programas de investigacin cientfica (MPIC) al terreno de la economa: el inters de la
propuesta de Lakatos y las dificultades que presenta para el anlisis del
pensamiento econmico 4. Blaug considera que la metodologa de los programas de investigacin cientfica es la perspectiva ms adecuada en la re3
232
flexin sobre la economa, ya que es capaz de evitar las carencias de la propuesta normativa de Popper y la ms sociologista de Kuhn 5. Su interpretacin de la MPIC sigue, sin embargo, siendo deudora de un trasfondo falsacionista que Blaug no termina de abandonar.
El ncleo de la propuesta de Lakatos puede sintetizarse en torno a la nocin de programa de investigacin 6. Esta nocin alude a las teoras como
estructuras organizadas. Las teoras cientficas no son consideradas aisladamente; la ciencia tiene que ver con unidades que constituyen un marco terico interconectado (lo que se evala son programas de investigacin cientfica). Los programas presentan un ncleo duro irrefutable por decisin
metodolgica de asunciones metafsicas, una heurstica negativa y una
positiva. La heurstica negativa da cuenta del cinturn de proteccin del ncleo del PIC; la heurstica positiva est compuesta por las lneas que indican cmo se puede desarrollar la investigacin, y sirve de gua a la investigacin.
La reputacin de un programa de investigacin cientfica (PIC) se basa
en las teoras contrastables del cinturn de proteccin que contiene las partes flexibles de un programa y donde se combina con las hiptesis auxiliares para formar teoras concretas. Finalmente, la metodologa de los programas de investigacin cientfica tiene la virtud de ser al mismo tiempo una
metodologa normativa y una teora histrica que trata de explicar retrospectivamente la historia de la ciencia (una metodologa y un programa de
investigacin metahistrico). La heurstica positiva expresa cul es la forma
racional de proceder de la prctica cientfica y reglamenta normativamente
esa prctica.
En cuanto metodologa normativa, la MPIC permite que los programas de investigacin cientfica sean evaluados comparativamente. No se
decide acerca de un programa por su contrastacin emprica aislada, sino
en relacin a un contrincante. Los resultados de la contrastacin permiten establecer cul es el programa de investigacin cientfica progresivo
y cul es degenerativo y, por tanto, la eleccin racional entre programas
de investigacin. La estrategia evaluadora no es instantnea, ya que un
PIC no ser cientfico de una vez por todas y para siempre, sino que
puede cambiar con el paso del tiempo. Un programa puede dejar de ser
progresivo y pasar a degenerativo; tambin puede ocurrir que pase de degenerativo a progresivo. Esta idea ser mantenida por Blaug a lo largo
de toda su obra.
La evaluacin de los programas de investigacin se basa en los criterios de progreso emprico, progreso terico y progreso heurstico, para
5
M. Blaug, 1985, pp. 55-56. Para este tema vanse, entre otros, J. Worrall, 1979, y
D. W. Hands, 1985, pp. 1-17.
6
Toma el concepto de programa de investigacin de lo que Popper denomina programa metafsico de investigacin.
233
Lakatos entiende por hechos nuevos aquellos que anticipan una teora y que son improbables o prohibidos por la teora previa, pero tambin un hecho conocido nuevamente reinterpretado (I. Lakatos, 1970, pp. 32 y 70-71).
8
I. Lakatos, 1978. Para Lakatos un programa de investigacin es progresivo si es tericamente progresivo consecuentemente, e intermitentemente empricamente progresivo
(I. Lakatos, 1970, p. 134). Para la nocin de progreso heurstico, vase I. Lakatos, 1970,
p. 69. Como seala W. Gonzlez: Metodolgicamente, Lakatos avanza en la evaluacin del progreso cientfico cuando ve tres perspectivas diferentes (terica, emprica y
heurstica)... (W. Gonzlez, 2000, p. 463). D. W. Hands, 1990, p. 72, indica que Lakatos considera una tercera forma de progreso, el heurstico.
9
La interpretacin que hace Blaug de Lakatos acerca a este autor a Popper. Blaug de
hecho cree que Lakatos no tiene nada que ver con Kuhn, a pesar de que el mismo Kuhn
cree que no hay demasiadas diferencias entre ambos en varios aspectos.
10
Segn M. Blaug, 1985, p. 59, la historia de la ciencia es adecuadamente entendida
como una sucesin de PICS lakatosianos que se superan constantemente unos a otros
con teoras de contenido emprico creciente en vez de ser una serie continua de refinamientos paradigmticos puntuados cada varios siglos por una revolucin cientfica kuhniana. Es cierto que no toda la historia de la ciencia es interna, ya que los cientficos no
son perfectamente racionales, pero, como ya muestra Lakatos, ha de darse prioridad a la
historia interna respecto a la externa (que Lakatos escribe a pie de pgina). Vase I. Lakatos, 1971, pp. 37-43.
234
12
235
(carcter terico de la economa); b) cuando parece que se pueden establecer tales predicciones, stas presentan problemas para su corroboracin; c)
dificultades para determinar programas rivales 13; y d) la adhesin de los
economistas a programas de investigacin a pesar de las anomalas.
El reconocimiento de estos problemas no le impide considerar que el
pensamiento lakatosiano es til, pues permite clarificar la estructura de las
teoras econmicas y las relaciones entre ellas y prestar atencin a elementos que sin Lakatos no seran tenidos en cuenta (ncleo, heurstica, cinturn). Sobre todo, nos obliga a ir a la historia real y examinar los casos concretos antes de emitir juicios. Su metodologa sirve para reconstruir
evaluativamente la historia de la economa, aunque no sea posible establecer con claridad la progresividad de los programas de investigacin. Blaug
considera que el problema ms importante de la economa actual es su resistencia a producir teoras que generen implicaciones empricas refutables,
claras, y su falta de disposicin hacia la confrontacin de dichas implicaciones con los hechos. Aunque, segn el autor, los economistas s que se
ocupan de la investigacin emprica, una gran parte de esa actividad se parece a la de jugar al tenis sin poner la red: en vez de tratar de refutar las
predicciones contrastables de su disciplina, se contentan con demostrar que
el mundo real se conforma a sus predicciones, sustituyendo as la falsacin,
que es tarea difcil, por la verificacin, que no lo es tanto 14.
El acento popperiano de estas afirmaciones es claro: el progreso tiene
lugar para Blaug cuando contrastamos predicciones de hechos nuevos y stas no son falsadas. En las pginas finales de La metodologa de la economa esto queda claramente establecido al afirmar que la metodologa que
han de acatar los economistas es la del falsacionismo. Los economistas de
la economa neoclsica lo aceptan, al menos tericamente; el problema es
que luego no ponen en prctica sus creencias. Hay que persuadirlos de que
se lo tomen en serio 15.
Pero por qu no hacen los economistas lo que predican? Blaug da una
respuesta clara a esta cuestin: porque todos los cientficos se aferran tenazmente a programas de investigacin degenerados en presencia de otros
rivales progresivos, pero los economistas son especialmente afectos a esta
13
Es difcil establecer si estamos ante PICs rivales, ya que muchos programas que se
consideran rivales del neoclsico plantean preguntas acerca del mundo real que son diferentes de las planteadas por el PIC neoclsico, con lo que la eleccin entre ellos es difcil de enjuiciar.
14
M. Blaug, 1985, pp. 282 y 285.
15
M. Blaug, 1985, p. 288. Sin embargo, el mismo Lakatos mantiene una importante
permisividad emprica considerando que las refutaciones no pueden desempear un rol
dramtico en ciencia (I. Lakatos, 1968, p. 163). I. Lakatos, 1970, p. 176, afirma: los
cientficos [...] no son irracionales cuando tienden a ignorar contraejemplos [...] y siguen la secuencia de problemas prescritos por la heurstica positiva de su programa.
236
El progreso terico
237
238
239
El progreso emprico
M. Blaug, 1991.
D. W. Hands, 1991. Este tema lo resalta igualmente D. M. Hausman, 1992, pp. 200202.
26
240
241
Lakatos sobre el rol de las habilidades de las teoras cientficas para la resolucin de problemas tericos (como hace Marchi), pero hay razones (incluso en economa) para insistir una vez y otra sobre el mayor papel del aumento del contenido emprico probado 27. Adems, recalca, despus de todo
los economistas prestan atencin a la evidencia emprica y rechazan una
teora repetidamente refutada por la evidencia.
Blaug, a pesar de los problemas y las crticas, sigue convencido, y as lo
manifiesta, de que Lakatos puede inspirar un trabajo fructfero en metodologa de la economa. Su posicin no ha variado sustancialmente respecto a
su planteamiento inicial, aunque profundiza en los problemas de la aplicacin de la nocin de PIC a la economa y aboga por una flexibilizacin en
este terreno.
1.4
El legado de I. Lakatos
Blaug afirma en referencia a Hands: los metodlogos lakatosianos pueden sufrir del
fetichismo de los hechos nuevos, pero los economistas modernos sufren de la deprivacin de los hechos nuevos (M. Blaug, 1991, p. 505). Se opone a Hands, pero tambin a
Latsis y March.
28
R E. Backhouse, 1991.
29
R. E. Backhouse 1991, p. 25.
242
R. E. Backhouse propone ver la macroeconoma moderna como parte de un PIC neowalrasiano que fundamenta las teoras macroeconmicas en la conducta individual optimizadora como fundamento microeconmico coherente.
31
El programa alternativo para evaluar el neowalrasiano es el de Chicago. Estos programas se solapan, pero el primero se diferencia en la afirmacin de la hiptesis de la
competicin perfecta, mientras que el segundo la cuestiona (tambin se diferencian en
que la construccin de modelos no recibe el mismo nfasis). Hay, por tanto, problemas
en la consideracin de los PICs rivales, se solapan demasiado. Es la economa de Chicago un PIC rival de la neoclsica moderna? Muestra ejemplos de diferencias, pero estas diferencias se sitan en el terreno de las polticas econmicas de desempleo que inspiran en Europa y Estados Unidos. R. E. Backhouse, 1991, pp. 30-34.
243
244
34
245
Por ejemplo las que seala Worrall: un viejo programa puede tener una heurstica positiva ms poderosa que uno nuevo, aunque ste se considere superior (J. Worrall, 1979,
p. 66).
36
Esta cuestin es tratada por ejemplo por Boylan y OGorman, 1995, p. 24, y A. Leijonhufvud, 1976, p. 60. Leijonhuvud seala la dificultad tambin de considerar las escuelas y doctrinas como programas de investigacin en el sentido en que lo seran la
astronoma ptolemaica y la copernicana o las teoras del flogisto y el oxgeno y de considerar las controversias entre escuelas y corrientes como aquellas que se dan entre
PICS.
246
puede ser rechazada totalmente, ya que la corroboracin es inductiva 37. Segundo, los problemas de la teora de la verosimilitud no son una razn para
atacar la significacin del criterio de prediccin de hechos nuevos corroborados. No tenemos un criterio cuantitativo de aproximacin a la verdad,
pero s un criterio cualitativo que puede expresarse en trminos del xito de
las predicciones. Este xito nos deja con teoras ms verosmiles, aunque
no podamos establecer tal verosimilitud cuantitativamente 38.
En cuanto a la adecuacin entre la MPIC y la MPIH, Backhouse argumenta largamente en varios frentes. Desde luego la idea bsica que sigue
sosteniendo es que lo que hay que hacer para evaluar la propuesta de Lakatos es examinar la historia de la economa y ver si se adecua a su metodologa de los programas de investigacin cientfica. Ahora bien, este examen
arroja como resultado desacuerdos entre ambas, dado que no siempre los
cientficos actan segn la MPIC. Esta distancia entre lo positivo y lo normativo es resuelta por Backhouse dirigiendo su argumentacin no tanto a la
prctica real cuanto a la valoracin de esa prctica por parte de los mismos
economistas. Se sita as en un terreno diferente tanto al de Blaug como al
de los autores que han resaltado la importancia de prestar atencin no tanto
a lo que los economistas creen (y dicen) que hacen cuanto a lo que hacen.
Para Backhouse la cuestin es cmo valoran los propios economistas la
prctica que llevan a cabo, lo cual alude a cmo los economistas interpretan lo que hacen y no a cmo lo interpretan los filsofos, historiadores o
socilogos de la ciencia cuando afirman estar dando cuenta de la prctica
cientfica real. Desde esta posicin, examina la adecuacin entre la MPIC y
la MPIH. El peso de la prueba ahora se desplaza hacia la consideracin que
de la MPIC tienen los propios cientficos en relacin a su propio quehacer.
Esto encaja, dice Backhouse, con lo que ya seal Lakatos cuando afirm
que una teora metodolgica racional, o criterio de demarcacin, debe ser
rechazada si no es consistente con los juicios de valor bsicos aceptados
por la lite cientfica. De ello se deduce que cuando coincida debe ser aceptada, y Backhouse considera que la MPIC es consistente con los juicios de
valor dominantes en la lite de los economistas. Lo que interesa es la valoracin de los propios economistas respecto a lo que hacen y las estrategias
cientficas aplicadas.
En The lakatasonian legacy Backhouse profundiza en esta lnea preguntndose por qu los economistas encuentran atractiva la MPIC a pesar
de las crticas que ha recibido. La respuesta est en que la forma en que los
economistas ven su proceder cientfico es muy acorde con las exigencias de
la metodologa normativa de Lakatos. La teora econmica est dominada
37
38
247
Que niega que d cuenta de la prctica real de los economistas (crtica que comparte
con Hands). Para D. N. McCloskey, 1985, no tiene sentido una metodologa normativa
que diga al cientfico cul es la mejor forma de conducta.
248
economa, aunque da cuenta de aspectos importantes de la conducta econmica. En segundo lugar, el hecho de que las reconstrucciones racionales de
la historia del pensamiento econmico, aunque exitosas, son incapaces de
proveer de una ntida respuesta a la relevancia de la metodologa de los programas de investigacin cientfica. Las condiciones requeridas para disponer de reconstrucciones racionales que permitan una evaluacin no ambigua son tan restrictivas que son diferentemente satisfechas en economa.
Por tanto, en ltima instancia, la cuestin queda abierta a interpretacin. En
tercer lugar, carecemos de firmes fundamentos epistemolgicos para el uso
del criterio lakatosiano de progreso emprico corroborado como criterio de
evaluacin.
Backhouse se pregunta: significan estos problemas que debamos abandonar la MPIC de Lakatos? La respuesta es negativa. Lo ms fcil sera hacerlo, pero no debemos caer en ello, ya que ese abandono plantea problemas importantes. En primer lugar, para comprender la economa
tendramos que encontrar una metodologa alternativa a la de Lakatos, y no
est claro que haya ninguna mejor a nuestro alcance. En segundo lugar, si
abandonamos totalmente la metodologa, tenemos que abandonar la importante tarea de la evaluacin de la ciencia. Pero esto es inadmisible, ya que
supone abandonar la pregunta clave para la filosofa acerca del progreso de
la ciencia.
Es ms adecuado modificar la metodologa de Lakatos, como han hecho
algunos autores. Pero esta modificacin no debe ir en la direccin de debilitar el ncleo duro de los PICS o abandonar la idea de prediccin de hechos nuevos como criterio de evaluacin en favor del uso de criterios diversos, como propone Hands. Lo que debemos hacer es movernos en la
direccin de simplificar la MPIC reteniendo el criterio de evaluacin de
Lakatos. Tenemos que reemplazar el concepto de programa de investigacin cientfica de Lakatos por algo mucho ms amplio (en lnea con su definicin del programa neowalrasiano). Pero, si aceptamos el criterio de evaluacin de Lakatos sin aceptar la definicin que hace de programa de
investigacin cientfica, qu estaramos evaluando? La respuesta es que
evaluamos secuencias de teoras definidas segn relaciones que Lakatos no
haba considerado. Al fin y al cabo, una de las aportaciones fundamentales
de Lakatos es mostrar que lo que se evala son secuencias de teoras, y no
hay razn para no poder especificar secuencias que se relacionan de ms
maneras de las que ste seal.
Debemos aplicar, por tanto, el criterio de evaluacin de Lakatos y usarlo
para evaluar programas de investigacin que no son exclusivamente definidos en trminos de las asunciones comunes de su ncleo duro. La funcin
del ncleo duro era eliminar secuencias ad hoc, pero no hay razn por la
que stas no puedan ser eliminadas por otros medios. Ello no significa que
el criterio de un ncleo duro comn no pueda ser nunca apropiado: a veces
lo es. La cuestin es que sta no es una condicin necesaria para la existen-
249
R. E. Backhouse, 1994, p. 78. N. Marchi y M. Blaug, 1991, pp. 6-7, afirma que es
imposible evaluar los resultados del trabajo en econometra sin conocer las creencias y
convicciones de los economistas comprometidos en el trabajo.
250
teresante y fecunda por ms que se introduzcan modificaciones para adaptarla a las necesidades de la economa. El enfoque metodolgico de Lakatos permite un acercamiento a la economa que combina anlisis histrico
positivo y evaluativo, es decir, no abandona ninguno de los dos polos de la
tensin entre lo positivo y lo normativo (cosa que s hacen las filosofas puramente normativas y las posiciones externalistas en historia y sociologa
de la ciencia). La evaluacin es considerada un valor epistmico central que
la filosofa no puede abandonar. La cuestin est en los criterios de evaluacin que propone Lakatos. Las dificultades para que la economa satisfaga
el criterio de progreso emprico quedan claramente expresadas por los autores sealados a pesar de sus profesiones favorables a Lakatos.
1.5
251
cin de las potencialidades de los lenguajes formales que ordenan las realidades econmicas percibidas 42.
Se reconoce de forma generalizada que la confrontacin con los datos es
problemtica. Es obvio, afirma Hutchison, que las dificultades de la falsacin son en general incomparablemente ms grandes en economa que en
fsica. En economa (y ciencias sociales en general) abundan las conjeturas,
pero no las refutaciones; la superpoblacin intelectual es su condicin crnica 43. Los modelos ms rigurosamente axiomticos son incapaces frecuentemente de dirigir la confrontacin con los datos. Por tanto, pueden ser objeto de diferentes interpretaciones sustantivas. De nuevo, aparece la
problemtica asociada a la tesis Duhem-Quine (y la infradeterminacin de
la teora por los hechos), que afecta a los lakatosianos ms estrictamente
falsacionistas, como sealan Cross, Redman, Boylan o OGorman, entre
otros.
Para Hands, el vicio dominante de los lakatosianos ha sido el fetichismo
de los hechos nuevos. Pero la prctica cientfica, y claramente la econmica, sigue criterios diversos. Se eligen unas teoras frente a otras porque son
ms profundas o simples, generales, operacionales, explican mejor hechos
conocidos, son ms consistentes con otras teoras, etc. La historia de la
gran economa es mucho ms que una lista de hechos nuevos corroborados.
Desarrollos tericos como la mano invisible de A. Smith, la nocin walrasiana de interdependencia de mercados o la marshalliana de bienestar econmico, entre otros, han determinado el autntico progreso 44.
Por otro lado, el criterio de progreso emprico no es una frmula ntida
de evaluacin de las decisiones de los cientficos en el presente. Lakatos no
da reglas de eleccin satisfactorias, no ofrece una solucin clara a la cuestin de cundo un PIC degenerativo debera ser abandonado. Los principios
o mximas para las decisiones cientficas necesitan interpretacin y juicios
para su aplicacin prctica, no suponen un campo de respuestas correctas y
nicas. Por eso las asunciones de los cientficos desempean un papel importante en la ciencia.
Un importante conjunto de consideraciones crticas se ha desarrollado
en relacin a la doble dimensin presente en la propuesta de Lakatos: la positiva y la normativa. La primera tiene que ver con lo que los economistas
hacen y cmo se desarrolla la historia real de la economa. La segunda, con
lo que deberan hacer segn una teora metodolgica normativa. Diversos
autores indican que para avanzar en la comprensin de la economa hay que
42
Segn A. Leijonhufvud, 1976, pp. 77 y ss. En esto coincide Rosenberg, quien enfatiza la importancia del progreso matemtico y lgico en el desarrollo de la teora econmica (A. Rosenberg, 1992).
43
T. W. Hutchison, 1976, p. 199. En otros trminos, la abundancia de modelos tericos, como hemos visto en el captulo anterior.
44
D. W. Hands, 1990, pp. 76 y 78. Vase tambin D. W. Hands, 1985, pp. 1-17.
252
prestar atencin a la prctica real de los economistas histricamente desarrollada, no limitarnos a la mera evaluacin segn la norma establecida.
Hutchison afirma: creer que lo que los economistas hacen o deciden se
adecua a lo que los metodlogos normativos dicen es una ingenuidad. El
elemento normativo slo se concentra en un tipo particular de historia exitosa: el desarrollo de la fsica del XVI. Pero este modelo es inadecuado, ya
que nos deja con una simplificacin de cmo la ciencia debe desarrollarse 45.
La historia real de la economa se aleja de las exigencias de la MPIC, que
aparece as como una teora de la historia limitada e incapaz de dar cuenta
del desarrollo de esta disciplina. Los PICs se mantienen durante amplios
periodos de tiempo y tienen una vida muy larga; desde A. Smith la economa ha consistido en un simple programa de investigacin, de construccin,
cualificacin y autoajuste de modelos. El programa neoclsico se protege
de la evidencia y se mantiene, aunque presente sntomas de ser un programa de investigacin cientfica degenerado 46.
Otro tipo de cuestiones se plantean en relacin al papel de la historia externa. Los lakatosianos ms ortodoxos como Blaug o Backhouse reducen la
historia externa a meras notas a pie de pgina (igual que Lakatos), la subordinan o sencillamente la excluyen a favor de la interna. Leijonhufvud afirma que una historia severamente internalista es sospechosa, y que hay que
combinar variables exgenas y endgenas en la explicacin de la realidad
econmica 47. La historia internalista es necesaria siempre que no se limite
a una sola metodologa o un valor epistmico, pero igualmente lo es la externalista. Muestra en su reconstruccin de la revolucin keynesiana y la
controversia con la economa neoclsica (keynesianos y monetaristas) que
ciertos factores externos histricos tuvieron un importante papel en la aceptacin y predominio de un programa u otro y en el seno del mismo debate.
En ltima instancia, hay dos grandes elementos que sealar: la crisis econmica y el desempleo de larga duracin y el hecho de que ambos programas
suponan polticas econmicas diferentes, dos concepciones de cmo resolver los problemas y de cmo actuar polticamente. Y como indica Hutchison, la historia de la economa se caracteriza por sus pretensiones de avan45
T. W. Hutchison, 1976, p. 182. A pesar de su falsacionismo inicial, es crtico del falsacionismo en economa y comparte el situacionismo, lo que le permite afirmar lo que
sealamos. En palabras de Hoover, la prctica cientfica no puede dividirse en tomos
bien definidos para ser juzgada desde criterios formales, como intenta hacer Lakatos.
Cree que deberamos ver las teoras econmicas no en trminos especialistas, sino como
un antroplogo ve una sociedad mostrando las relaciones entre miembros de las sociedades o tribus econmicas y su estructura social; hay varias familias con relaciones que
van ms all de las fronteras familiares. l termina optando por una clase de antropologia kuhniana y rechaza la MPIC (Hoover, 1991, pp. 386 y 380).
46
En este sentido se manifiesta F. Malchup, 1974. Igualmente, J. R. Hicks, 1976, y
A. Leijonhufvud, 1976.
47
A. Leijonhufvud, 1976, pp. 87-88 y 73 y ss. Vase todo el apartado II, pp. 81 y ss.
253
48
Vase su trabajo en S. Latsis, 1976, pp. 207-218, en el que resalta desde una perspectiva kuhniana la importancia fundamental de los factores externos para entender la historia de la economa.
49
R. E. Weintraub, 1991.
50
K. Hoover, 1991, p. 380. Este autor termina optando por una clase de antropologa
kuhniana.
51
McCloskey, 1985; B. Gerrad, 1991.
254
2.
Examinada la propuesta de Lakatos, nos adentramos en el anlisis de la recepcin de la obra de T. S. Kuhn en la filosofa y la historia de las ciencias
sociales. Con este autor el contexto de descubrimiento y las cuestiones relacionadas con la actividad cientfica se constituyen en objetos primordiales
de la reflexin sobre la ciencia. La clave para entender el conocimiento
cientfico ya no reside en cmo se justifican las teoras, sino en cmo se
producen en el seno de paradigmas. Esto no implica que los paradigmas
sean inamovibles, ya que en la medida en que aparecen anomalas que se
acumulan, siendo cada vez ms difciles de salvar en el marco del paradigma, ste va entrando en crisis y puede terminar siendo reemplazado por
otro. Pero sta es una cuestin que nada tiene que ver con la justificacin
(verificacin o falsacin) de teoras. Por otro lado, la determinacin (carga)
terica de la experiencia y la inconmensurabilidad de los paradigmas son
dos temas fundamentales del pensamiento de Kuhn que sern objeto de un
importante debate filosfico a raz de su obra. Kuhn da un papel central al
estudio de la historia externa y destaca la importancia de los aspectos sociales de la actividad cientfica. El relativismo y externalismo presentes en
parte de la reflexin posterior sobre la ciencia son deudores, en buena medida, de su propuesta.
2.1
T. S. Kuhn, 1962. Esta obra fue revisada en 1969. Citar la versin castellana de sta,
de 1975. Kuhn profundiza y matiza sus posiciones iniciales en obras posteriores; vase
Kuhn, 1970, 1977, 1979 y 1989.
255
La nocin de paradigma
Una de las primeras dificultades con las que tropieza el anlisis kuhniano
de las ciencias sociales es la ambigedad que presenta la nocin de paradigma, dada la vaguedad de la misma definicin de Kuhn. Esto hace que
la nocin sea interpretada y aplicada en formas que difieren de un autor a
otro. El concepto fue definido en la primera edicin de La estructura de
las revoluciones cientficas y precisado por Kuhn en trminos de matriz
disciplinar y modelos o ejemplares en la posdata de 1969 a la segunda edicin del libro 55. Finalmente, fue abordado de nuevo en la Tensin esencial
53
Lo que hace que los especialistas en ciencias sociales debatan acerca de si son ciencias, pseudociencias, ciencias inmaduras, ciencias multiparadigmticas, ciencias morales o qu son. J. Hughes, 1980, pp. 33-34.
54
Los filsofos e historiadores generales de la ciencia centran su atencin en la fsica
haciendo apenas referencia a las ciencias sociales. Esto ocurre con el mismo Kuhn, que
sin embargo reconoce la importancia que tiene para su propuesta haber pasado el ao
1958-1959 en el Center for Advanced Studies in the Behavioral Sciences, en una comunidad compuesta sobre todo por cientficos sociales. Ello, afirma Kuhn, 1975, p. 13,
hizo que me enfrentara a problemas imprevistos sobre las diferencias entre tales comunidades y las de los cientficos naturales.... Kuhn reconoce el asombro que le produce
el alcance de los desacuerdos patentes entre los cientficos sociales sobre la naturaleza
de problemas y mtodos cientficos aceptados. Sin embargo, duda acerca de que los
cientficos naturales, a pesar de que carecen de controversias sobre fundamentos, poseyeran respuestas ms firmes o permanentes para esas preguntas que sus colegas en las
ciencias sociales. La ambigedad respecto a la valoracin en trminos kuhnianos de
las ciencias sociales, presente en los diversos anlisis, aparece ya en estas palabras del
mismo Kuhn.
55
Una matriz disciplinar, segn Kuhn, est compuesta por varios tipos de elementos ordenados, compartidos por una comunidad especializada. stos son, sobre todo, generalizaciones simblicas, modelos ontolgicos (tambin heursticos, aunque no necesariamente), valores y ejemplares que son modelos de solucin de problemas que los
estudiantes aprenden a dominar en su formacin como cientficos (T. S. Kuhn, 1975,
pp. 278 y ss.).
256
T. S. Kuhn, 1977.
M. Masterman, 1970. Kuhn menciona su trabajo tanto en la Posdata de 1969 como
en La tensin esencial.
58
Segn T. S. Kuhn, 1982, pp. 319-321. Una matriz disciplinar puede ser vista como
una subcultura especial de los profesionales de una especialidad cientfica. Resalta la
importancia de la comunidad como subgrupo de una especialidad: qumicos orgnicos,
qumicos de las protenas, etc. Vase tambin T. S. Kuhn, 1979, pp. 509 y ss.
59
T. S. Kuhn, 1975, pp. 286-293. Es decir, tiene que ver con las soluciones concretas a
problemas que son rompecabezas (puzles) y que los estudiantes aprenden a resolver en
su educacin cientfica. Se utilizar indistintamente enigma o puzle de problemas como
traduccin del trmino ingls.
60
D. Thomas, 1979, p. 162.
61
M. Blaug, 1980, p. 140.
57
257
trmino como una visin metafsica general del mundo. Muchos de sus lectores se quedan con esta impresin.
Segn en cul (o cules) de los tres sentidos indicados sea usado el concepto en el anlisis de las ciencias sociales, se llegar a una u otra conclusin sobre cuestiones fundamentales, como la existencia o no de paradigmas, la clase de paradigmas que se identifiquen, la existencia o no de
revoluciones cientficas o cules son stas.
2.3
El anlisis de las ciencias sociales se desarrolla en trminos de dos importantes distinciones introducidas por Kuhn. La primera es la que establece
entre ciencias paradigmticas y ciencias preparadigmticas en la edicin de
1962 de La estructura de las revoluciones cientficas. La segunda tiene que
ver con la reformulacin del tema al hilo de la nocin de ciencia multiparadigmtica aparecida en la Posdata de 1969.
En relacin a la primera distincin, muchos observadores entendieron
que la definicin de ciencias preparadigmticas se aplicaba claramente a
las ciencias sociales, que seran as descritas como ciencias jvenes en las
que, segn Kuhn, el nmero y alcance de los desacuerdos entre los cientficos sociales sobre la naturaleza de problemas, mtodos y fundamentos
son patentes. Sin embargo, para muchos tericos y cientficos sociales la
cuestin no puede zanjarse tan fcil y rpidamente relegando globalmente
a las ciencias sociales al mbito de la inmadurez cientfica. Se lleva a
cabo, as, un importante esfuerzo para mostrar que las diferentes ciencias
sociales son paradigmticas en algn sentido relevante del trmino, pretendiendo responder a la cuestin que Kuhn haba planteado: queda todava
en pie la pregunta de qu partes de las ciencias sociales han adquirido ya
tales paradigmas 62. Ello exiga establecer en qu medida se ha alcanzado
consenso en ciencias sociales y cules son las unidades del mismo, es decir, los paradigmas, tratando de demostrar positivamente lo que Kuhn haba sealado de forma dubitativa: Este siglo parece caracterizarse por el
surgimiento del primer consenso en partes de unas cuantas de las ciencias
sociales 63.
La segunda distincin, entre ciencia paradigmtica y multiparadigmtica, va a tener gran relevancia en el anlisis de las ciencias sociales. El mismo Kuhn reconoce que la transicin de un periodo de inmadurez a uno de
madurez merece una ms amplia discusin que la dada en este libro, particularmente por aquellos interesados en el desarrollo de las ciencias sociales
62
63
258
contemporneas 64. La cuestin se plantea ahora en los siguientes trminos: la transicin de ciencia inmadura a ciencia madura no necesita estar
asociada con la primera adquisicin de un paradigma. Los miembros de todas las comunidades cientficas, incluyendo las escuelas del periodo preparadigmtico, comparten paradigmas. Los cambios que se efectan con la
transicin de una ciencia de la inmadurez a la madurez no se deben a la
presencia de un paradigma, sino ms bien a su naturaleza 65. La madurez
es consecuencia de la adquisicin de la clase de paradigmas que identifica
los enigmas en pugna, aporta guas para su solucin y garantiza que el
practicante verdaderamente inteligente alcance xito 66. Estos paradigmas
pueden encontrarse en muchas reas de estudio, incluso cuando esas reas
estn compuestas por escuelas que compiten.
Con este planteamiento puede considerarse que las ciencias sociales se
encuentran en la situacin descrita por Kuhn. Son, por tanto, multiparadigmticas, dada la presencia de distintas escuelas en su seno. Su anlisis no
tiene por qu centrarse en la bsqueda, contra viento y marea, de un paradigma dominante siguiendo el modelo de desarrollo de la fsica, sino que
ha de procurar mostrar la ndole multiparadigmtica de estas ciencias, indagando si disponen de la clase de paradigmas propios de las ciencias maduras o son ciencias inmaduras aunque dispongan de paradigmas.
2.4
Muy pronto los socilogos se esforzaron por establecer la naturaleza paradigmtica de la sociologa. Los anlisis al respecto se diversifican, dada la
variedad de posiciones tericas desde las que se llevan a cabo. Sin embargo, pueden reducirse a tres planteamientos: a) la identificacin de algn
tipo de paradigma sociolgico ampliamente consensuado segn la propuesta de Kuhn, b) la redefinicin del concepto para adaptarlo a la sociologa
dadas las especificidades que sta presenta y c) la clarificacin de la condicin multiparadigmtica de la sociologa. Veamos los tres acercamientos a
la cuestin.
2.5
259
metafsicos o metaparadigmas. Los paradigmas son entendidos en el sentido amplio, y se refieren al consenso de la comunidad en torno a supuestos,
tericos o metodolgicos, muy bsicos que se afirman como paradigmas de
la disciplina completa, no de reas especializadas de sta. Esto es debido,
primero, a la dificultad para establecer paradigmas en un sentido ms restrictivo del trmino y, segundo, a la tendencia a considerar que las verdaderas especialidades en sociologa son imposibles y poco deseables. La sociologa no ha de especificarse por reas, puesto que las ideas generales tienen
ms importancia 67.
Los socilogos identifican como paradigmas grandes tradiciones tericas que anan la teora social con la ontologa, la epistemologa y la metodologa. El marxismo, el estructuralismo, el darwinismo social y, sobre
todo, el funcionalismo han sido los principales candidatos a considerar en
uno u otro momento. De entre todos ellos, el funcionalismo es generalmente entendido como el paradigma sociolgico por excelencia en la medida en
que subyacera o estara presente en el resto de las alternativas en juego.
As, los socilogos mantienen la existencia de un considerable consenso en
torno a la aproximacin funcional, dominante desde el siglo XIX hasta la
primera mitad del XX, que la convierte en el gran paradigma de la sociologa (tambin de otras ciencias sociales) 68. El funcionalismo habra determinado los desarrollos, sobre todo tericos, relevantes de la sociologa y especificado los problemas y la forma de abordarlos. Segn M. Douglas, el
funcionalismo ha producido dos beneficios especficos que son tpicos del
progreso cientfico normal: una comprensin realista del rol del conflicto
en todos los sistemas sociales y una comprensin del modo en la que los
sistemas de pensamiento se relacionan con la estructura social 69.
El funcionalismo, por otro lado, ha sido interpretado como un paradigma transversal. La idea que est detrs de esta consideracin es que un paradigma no se circunscribe a una ciencia social, sino que atraviesa las diferentes disciplinas. Esta tesis se sustenta a su vez en la asuncin de que las
ciencias sociales constituyen de hecho una ciencia unitaria en la que prima
la interdisciplinaridad. En este contexto, si se entiende que la ciencia social
dispone de un paradigma dominante, se asume habitualmente que ste es el
funcionalista. Si se cree que la ciencia social an no ha alcanzado un estadio paradigmtico, se afirma la necesidad de establecer la gran teora, generalmente funcional, que la acerque a tal estadio. Por tanto, se trata de
postular prescriptivamente qu habra que hacer para que la ciencia social
en su totalidad dispusiese de un paradigma exclusivo. Ello a pesar de que el
67
J. Urry, 1973, p. 446; R. Keat y J. Urry, 1975, pp. 54 y ss. Tambin L. W. Sherman,
1974, o P. Wilson, 1970.
68
Tal como mantienen, entre otros, T. Lehman y R. T. Young, 1974, H. Hucklick,
1972, o T. Bottomore, 1975. Sera tambin el paradigma dominante en antropologa.
69
M. Douglas, 1971, p. xxiv.
260
T. S. Kuhn, 1970.
A. W. Gouldner, 1970, p. 157.
261
vos, y, por tanto, no dan lugar a etapas de ciencia normal. Carecen de investigacin normal y de puzles de problemas cuyas soluciones sean modelos
para la formulacin y resolucin de nuevos problemas en la disciplina. No
tienen la capacidad de determinar monolticamente una forma de ver la realidad, una visin del mundo. Su determinacin de la carga terica de lo emprico es ms dbil que en el caso de los paradigmas de las ciencias naturales. Son paradigmas muy generales de naturaleza metafsica que carecen
de los elementos cognitivos y estructurales caractersticos y cuyo desarrollo
no se adapta al esquema kuhniano. Segn Ritzer, los socilogos han interpretado mal el concepto de paradigma, ya que slo lo utilizan en el sentido metafsico y no como matriz disciplinar o ejemplar 72. En esta lnea,
M. Douglas muestra que a menudo, cuando los socilogos usan el trmino
paradigma, ste no significa ms que perspectiva terica general o incluso
coleccin de elementos de varias perspectivas distintas. Slo si se entiende
paradigma en el sentido ms general y laxo del trmino, como una visin
del mundo, puede aceptarse que el funcionalismo (o el estructuralismo o la
etnometodologa) sean paradigmas.
Otro tipo de paradigma identificado a veces en sociologa se basa no en
las grandes tradiciones tericas, sino en los procedimientos metodolgicos
y tcnicos dominantes en la comunidad. As, se ha afirmado que el anlisis
de varianza y el mtodo estadstico son los autnticos paradigmas sociolgicos 73. stos seran mtodos compartidos cuyo uso es comn en toda investigacin sociolgica. Por tanto, la comunidad est constituida por profesionales unidos por el acuerdo acerca de cmo abordar la bsqueda de
soluciones a los problemas especficos que afronta la disciplina y por el
aprendizaje compartido de tales mtodos. stos son elementos propios de
las matrices disciplinares.
Esta propuesta topa, sin embargo, con el problema de que una matriz
disciplinar incluye, adems de tcnicas, otra clase de elementos que no son
tenidos en cuenta en este planteamiento, tales como generalizaciones simblicas, teoras, modelos ontolgicos, valores y ejemplares, como indic
Kuhn. Se est olvidando la importancia central de la teora respecto a cuya
metafsica, afirmaciones tericas centrales y conceptos se articula el consenso. No se tiene en cuenta la importancia de la generacin de puzles de
problemas, y el paradigma se centra en el tratamiento de los puzles surgi72
C. Ritzer, 1975, pp. 5-7, es uno de los pocos autores que reconoce que un paradigma
no debe aplicarse a una disciplina en su totalidad. Sin embargo, el mismo Ritzer, a pesar
de su crtica, cae en el error que critica cuando analiza la sociologa. Entiende por paradigma la ms amplia unidad de consenso dentro de una ciencia.
73
M. P. Carrol, 1972, p. 83, entiende que el anlisis de varianza es un paradigma, pero
no el nico de la sociologa. J. D. Douglas, 1971, p. 46, afirma al paradigma estadstico
como el dominante en sociologa; sera ms bsico que los paradigmas que define Ritzer.
262
dos de otras fuentes. La estadstica y el anlisis de la varianza son instrumentos, pero por s mismos no proporcionan modelos de soluciones como
base para la solucin de otros problemas en el desarrollo de la investigacin normal. No constituyen paradigmas como ejemplares ni como matriz
disciplinar. El acuerdo acerca del empleo de tcnicas estadsticas o anlisis
de varianza, en todo caso, slo representa una clase de elementos de un paradigma.
2.6
Los problemas sealados conducen a algunos autores a sostener que la sociologa no es paradigmtica en un sentido estricto; en trminos kuhnianos
su naturaleza es ms bien preparadigmtica 74. Esto no les impide, sin embargo, mantener que un cierto anlisis kuhniano es posible si se revisa el
concepto de paradigma para adaptarlo a la realidad de la sociologa (como
se plante en el caso de la economa con el concepto de programa de investigacin cientfica). Segn Callahan, en un sentido ms amplio del trmino
es posible encontrar cierta clase de paradigmas en sociologa: paradigma
aplicado a la sociologa ha de entenderse como una matriz de creencias
compartidas 75. Con ello se est designando ciertas asunciones que sustentan el trabajo sociolgico.
Es necesario un uso ms generoso del concepto de paradigma, y tal uso
mostrar que ha habido un nmero de paradigmas reinantes en sociologa.
Effrat propone un mtodo para generar paradigmas especficos usando una
tipologa basada en la interaccin de dos niveles: nivel de anlisis (micromacro) y componentes sustantivos enfatizados (material, afectivo, interaccional, idealista o simblico). Distingue as ocho paradigmas para la sociologa poltica 76.
En esta misma lnea est el anlisis de Friedrichs, quien trata primero de
aplicar el concepto kuhniano de paradigma para terminar reconociendo que
en sociologa no hay paradigmas exclusivos. stos difcilmente se darn, ya
que las ciencias sociales y las naturales son diferentes. Kuhn no tuvo en
cuenta esta diferencia, y por eso sus esquemas no pueden aplicarse directamente a estas disciplinas; es necesario adaptarlos 77. Friedrichs distingue
tres clases de paradigmas en sociologa: los paradigmas consensuales, los
conflictivos y el paradigma fundamental. Los primeros son paradigmas en
74
263
torno a los que hay consenso (como ocurre con la aproximacin funcional,
que considera uno de los mayores paradigmas en sociologa); los segundos
son los paradigmas que estn en conflicto con aqullos, sus ms populares
contendientes 78. Sin embargo, ambos tipos de paradigma no son los ms
cruciales. El paradigma fundamental en sociologa es mucho ms bsico y
tiene poder de control sobre los anteriores. Este paradigma bsico est
constituido, segn Friedrichs, por la imagen que el cientfico social tiene
de s mismo como agente cientfico 79. En funcin de esta imagen el cientfico social elige entre los paradigmas consensuales y conflictivos.
En cualquier caso, los tres tipos de paradigmas refieren a la disciplina
globalmente y tienen una acusada dimensin metafsica. La nocin delimitara a paradigmas muy vagos que no circunscriben comunidades cientficas, ms all de la de los socilogos en general, y no sirven de soporte a
ninguna tradicin de resolucin de problemas. Friedrichs reconoce este hecho admitiendo que la investigacin sociolgica no es estrictamente paradigmtica en el sentido de Kuhn, pero tambin critica la concepcin kuhniana
de la actividad cientfica como algo centrado en torno al conocimiento tcnico e instrumental. Existen formas de conocimiento, como el dialctico,
que constituyen ejemplares fundamentales en el desarrollo de una disciplina como la sociologa. Las ciencias sociales son ms bien una empresa en
la cual las tradiciones de investigacin y las anomalas no desempean ningn rol activo, pero la produccin de artculos en las principales revistas
funciona en el mismo sentido que lo hacen los logros concretos de una tradicin de investigacin coherente.
W. C. Wimsatt defiende la existencia de lo que denomina paradigmas
invisibles que implican juicios valorativos, definen estndares explicativos
y cambian, aunque no sea a travs de revoluciones cientficas 80. La crisis
en un paradigma invisible supone un cambio, pero ste no implica un rechazo del viejo paradigma que es desplazado, sino nuevas interpretaciones
de los viejos problemas y de la teora contenida en la vieja visin. No hay
desplazamiento de paradigmas en crisis, sino que stos se reajustan para
ofrecer nuevas soluciones a viejos problemas sin abandonar su ncleo terico.
Todas estas aportaciones tratan de solventar la dificultad para establecer
paradigmas sociolgicos exclusivos modificando el concepto y admitiendo
como una caracterstica intrnseca a la sociologa (y a otras ciencias sociales) la existencia de ms de un paradigma en su seno. La admisin de la coexistencia de paradigmas es generalizada en todos los autores examinados;
en algn momento de sus respectivos anlisis reconocen que en sociologa
domina la diversidad terica. Incluso historiadores que han pretendido descubrir una unidad bsica en el objeto de estudio de la sociologa invariable78
79
80
264
mente enfatizan la gran variedad de posiciones tericas que han sido adoptadas sobre ese objeto de estudio. Dado el nivel de generalidad al que se definen las teoras, la diversidad e incluso el conflicto son inevitables. Un paradigma exclusivo supondra una perspectiva monoltica sobre la sociedad,
una nica teora social, y ello, aparte de improbable, para muchos tericos
no sera saludable. Por tanto, no encontramos en sociologa la determinacin monoltica de una forma de ver la realidad, de una visin del mundo
que supone la existencia de un paradigma dominante; no encontramos una
determinacin de cules son los hechos relevantes, cuales los problemas a
resolver y cul la forma de investigarlos. Esto, que constituye un problema
grave para los analistas interesados en mostrar a la sociologa como ciencia
paradigmtica, deja de serlo para los que consideran que el anlisis kuhniano debe basarse en la realidad multiparadigmtica de esta disciplina. En
trminos de este reconocimiento se abre el debate en torno a la naturaleza
multiparadigmtica de la sociologa.
2.7
El anlisis de la sociologa como ciencia multiparadigmtica trata de mostrar que del hecho de que esta disciplina, y las ciencias sociales en general,
carezcan de paradigmas exclusivos no se deriva que sean ciencias preparadigmticas e inmaduras. En este contexto se argumenta que las ciencias sociales disponen de paradigmas que cumplen en buena medida la definicin
de Kuhn de matriz disciplinar y que, por tanto, no estn limitadas a los paradigmas metafsicos. Fiske y Shweder afirman la existencia de paradigmas
que dan lugar a una sana tradicin emprica en ciencias sociales y a una
rica y rigurosa produccin de descubrimientos a travs de la investigacin.
Son paradigmas de este tipo el evolucionista y marxista en sociologa o el
freudiano y conductista en psicologa 81. En sociologa y otras ciencias sociales encontramos pluralidad paradigmtica, puesto que en ellas no es posible la reduccin de la diversidad de la conceptualizacin, lo que supone
distintas teoras de alto nivel. Para Shweder al ms alto nivel de actividad
intelectual las cosas son esencialmente multiparadigmticas o pluralistas 82.
Pero esto no implica inmadurez, ya que la convergencia de creencias como
criterio para la madurez es un supuesto muy cuestionable. Es necesario
examinar la asuncin alternativa de que la pluralidad de puntos de vista es
compatible con la racionalidad y objetividad cientfica y, en ltima instancia, con la madurez cientfica. Muchos tericos estn abordando el problema de la persistencia de paradigmas diversos que no convergen en las teoras y conceptos que guan la investigacin e interpretan la evidencia.
81
82
265
Por tanto, no puede entenderse que slo cuando existe un paradigma exclusivo tenemos ciencia madura. Esto sera segn Fiske muy poco correcto
y contrario a Kuhn, para quien la convivencia de ms de un paradigma no
pone en tela de juicio la madurez de una disciplina. Las ciencias sociales no
estn dormidas hasta que despierten con un nico paradigma. La diversidad
y la pluralidad, por una razn u otra, son endmicas, y el cambio de una escuela de pensamiento a otra es muy similar al cambio de regiones ideolgicas: es radical en los puntos de referencia intelectuales. La diversidad ha de
ser animada, no cuestionada.
D. Thomas coincide con este anlisis 83. Sostiene que las ciencias sociales son ciencias multiparadigmticas debido a dos factores: existe ms de
una visin moral de la sociedad y las teoras son indeterminadas respecto a
los hechos. Ambos elementos explican la existencia de ms de un paradigma en sociologa, puesto que si el mundo indetermina a la teora, el mismo
tipo de instituciones o cambios institucionales pueden ser teorizados en formas diferentes. Por otro lado, una sociedad con una visin moral monoltica que permitiera el dominio de un paradigma exclusivo sera imposible,
amn de poco deseable. En este mismo sentido, Hughes sostiene que las
ciencias sociales nunca han operado bajo el auspicio de un nico paradigma 84. No ha existido una visin absolutamente global y hegemnica en la
explicacin de lo humano y lo social al modo en que se ha dado en las ciencias de la naturaleza.
Para D. Thomas el hecho de que un campo de estudio, como el sociolgico o el econmico, tenga varios paradigmas compitiendo no imposibilita que sea cientfico en varios aspectos relevantes: pueden desarrollar
programas de investigacin suficientemente esotricos y progresivos
como para que la nocin kuhniana de ciencia normal pueda ser aplicada a
ellos 85. El paradigma marxista es un ejemplo de ello. Ha tenido la capacidad de delimitar los hechos a tener en cuenta, el tipo de problemas que
se considera relevantes y la forma general que debe adoptar la solucin.
La comunidad cientfica comparte ciertos objetivos, incluido el de la formacin de los sucesores, y dispone de medios que la identifican como tal.
El marxismo puede considerarse un paradigma empricamente progresivo
si es capaz de asimilar los hechos del fracaso de la revolucin proletaria
en el Oeste, la supervivencia de la religin en la Unin Sovitica, los
cambios en la estructura del capitalismo occidental y, habra que aadir,
el retorno al capitalismo de los pases comunistas. Una razn por la que
el marxismo estudia estos hechos es que en sus propios trminos son prima facie anmalos para algunos principios centrales del paradigma. Si la
respuesta a estas anomalas es exitosa, podemos concluir que el paradig83
84
85
266
2.
86
El reconocimiento de que en sociologa no hay paradigmas exclusivos ni para la disciplina globalmente entendida ni para ningn rea
especfica. Esto da lugar a dos enfoques de la cuestin: a) es una
ciencia cuyo anlisis requiere una nocin modificada de paradigma
y b) es una ciencia multiparadigmtica.
La identificacin de paradigmas sociolgicos muy generales que
son metaparadigmas o paradigmas metafsicos. En estos trminos el
anlisis muestra a la sociologa como una ciencia con problemas
267
3.
4.
2.8
268
269
270
271
3.
Las tradiciones de investigacin son unidades con ontologas muy generales y componentes metodolgicos que son normas o reglas 99. Adems, asociada a una tradicin de investigacin activa, encontramos una familia de
teoras que pueden ser congruentes o no (dependiendo de si son teoras rivales o no). Segn Laudan, las tradiciones son muy duraderas, tienen una
muy larga vida y pueden sobrevivir a la cada de una teora subordinada.
Son, de hecho, las unidades que persisten, y establecen gran parte de la
continuidad que hay en la historia de la ciencia.
Entendidas como tradiciones, las familias de teoras sociales (igual que
las de otras ciencias) estn abocadas, a pesar de sus problemas y anomalas,
a la pervivencia (aunque convivan con teoras rivales). Pero esta situacin
de las ciencias sociales sera la habitual, la norma, no la excepcin en el desarrollo del conocimiento cientfico. Las diversas tradiciones de investigacin, entre otras la clsica-neoclsica, keynesiana o marxista en economa,
la funcionalista, interaccionista o weberiana en sociologa o la conductista,
cognitiva o psicoanaltica en psicologa, compartiran las caractersticas que
definen el verdadero desarrollo de la ciencia. ste, segn Laudan, se encuentra ms cerca del cuadro de coexistencia permanente de rivales que del
cuadro de la ciencia normal [...] es difcil encontrar algn periodo extenso
de la historia de cada ciencia, durante los ltimos 300 aos, en que prevaleciera el cuadro kuhniano de ciencia normal. Lo que parece mucho ms comn es que las disciplinas cientficas abarquen toda una variedad de enfoques de investigacin (tradiciones) copresentes. En cualquier momento, una
u otra de stas puede tener la ventaja competitiva, pero est llevndose a cabo
una lucha continua y persistente en que los partidarios de una opinin u otra
sealan las flaquezas empricas y conceptuales de los puntos de vista rivales
y la progresividad, para resolver problemas, de su propio enfoque 100.
La nocin de tradicin de investigacin parece adecuarse bastante bien a
la situacin de las ciencias sociales. Pero en El progreso y sus problemas el
planteamiento de Laudan supone no slo la existencia de tradiciones de in99
272
L. Laudan, 1977, p. 33. l afirma en esa misma pgina: mi propuesta ser que la
racionalidad consiste en la eleccin de las teoras ms progresivas. Por otro lado, el
progreso no es acumulativo, segn el autor.
102
L. Laudan, 1984, pp. 62-66. Vase este debate en A. Gmez Rodrguez, 1995.
103
L. Oliv ve en estas manifestaciones de Laudan la extensin de la racionalidad a los
fines (sin que ello signifique otra cosa que la ampliacin de racionalidad instrumental;
L. Oliv, 2000, pp. 141-148). Laudan, 1984, p. 50, afirma que es posible la crtica de fines cognitivos porque sean utpicos o irrealizables o porque falla de acuerdo con los valores implcitos en las prcticas y juicios comunales.
273
conjunto de fines 104. Puede evaluarse en trminos de la capacidad de resolucin de problemas, pero igualmente en relacin a otros objetivos. Laudan
mantiene una posicin pluralista junto a la exigencia de que, sean cuales
sean los objetivos que persigan los cientficos, stos han de ser realizables
y epistmicamente accesibles. En la medida en que objetivos y metas son
tambin objeto de discusin y eleccin racional, puede interpretarse que el
progreso cientfico no es independiente de la racionalidad de los fines 105.
Ello abre la puerta a la evaluacin de la racionalidad del desarrollo cientfico en cuanto los fines son evaluables racionalmente, al menos desde los estndares de la realizabilidad y coherencia.
El planteamiento de Laudan permite, en el caso de las ciencias sociales, la evaluacin del progreso atendiendo a los objetivos plurales que se
plantean en el seno de las distintas ciencias en diferentes etapas de su desarrollo.
3.1
La nocin de capacidad de resolucin de problemas aplicada a la evaluacin de tradiciones de investigacin de las ciencias sociales tropieza con algunas dificultades, aunque es til para abordar ciertos casos. La primera de
ellas es la determinacin de qu constituye una tradicin de investigacin.
Esto es importante, ya que si se entiende que la economa clsica y la neoclsica son dos tradiciones distintas, se puede afirmar que se dio progreso
en el paso de una a la otra, ya que la tradicin clsica no pudo resolver cierta clase de problemas que la revolucin marginalista de la economa neoclsica s resolvi. Pero si se considera que ambas forman parte de la misma tradicin de investigacin, lo que estaramos evaluando es el progreso
en el seno de una tradicin. Sin embargo, es cierto que la nocin de tradicin de investigacin no parece ofrecer tantas dificultades de identificacin
como la de paradigma o de PIC.
En segundo lugar, la nocin de resolucin de problemas encuentra dificultades en su aplicacin a tradiciones de investigacin diferentes entre las
que los cientficos sociales han de elegir. Esto tiene que ver con la dificultad para establecer el nmero y la importancia de los problemas empricos
que resuelven y la relevancia de sus anomalas empricas y evaluar el nmero y la significacin de las anomalas y problemas conceptuales que
cada una genera.
104
L. Laudan, 1984, pp. 64-65. Y ello es diferente del progreso juzgado en relacin a
los fines de los agentes que realizaron una accin, como cree T. S. Kuhn. Laudan, 1984,
p. 66.
105
Esta interpretacin es mantenida por L. Oliv, 2000, p. 146. Vase L. Laudan, 1990,
pp. 47-48.
274
El carcter pluralista de la propuesta posterior de Laudan es ms adecuada para dar cuenta de la situacin de las ciencias sociales en la medida en
que la evaluacin del progreso se establece en relacin a fines diversos, y
no exclusivamente en funcin de la capacidad de resolucin de problemas.
As, por ejemplo, se ha considerado que el avance en sociologa gira, como
afirma Popkewitz, en torno a la elaboracin por parte de algunos tericos
de nuevos temas con los que considerar el mundo, lo cual ha generado
cuestiones inditas y nos ha estimulado a buscar nuevos datos demostrativos de cmo se construye y se transforma nuestro mundo 106. Estos objetivos permitiran evaluar el progreso de la disciplina.
La posicin pluralista de Laudan respecto a los fines, valores epistmicos y teoras permite dar cuenta de la pluralidad presente en las ciencias sociales, difcil de encajar en otros planteamientos. Si se elabora un cierto
cuadro de lo que se ha considerado progreso en ciencias sociales, encontramos que ste tiene que ver con cuestiones tan diversas como, entre otras: a)
elaboracin de nuevos temas, b) acumulacin de investigacin en torno a
campos de problemas, c) desarrollo y mejora de mtodos y tcnicas de investigacin de esos problemas, d) refinamiento de las teoras, modelos e hiptesis que dan cuenta de esos campos de problemas, e) resolucin de problemas y f) nuevos desarrollos tericos.
Por otro lado, hay que resaltar que es cierto, como se ha sealado, que la
situacin de las tradiciones sociales ha sido la de su coexistencia e incluso
rivalidad. Pero tambin lo es que, despus de los grandes debates intransigentes de la primera parte del siglo XX sobre las generalizaciones de principios vlidos, la tendencia ha sido que las tradiciones interacten en torno a
la investigacin de reas de problemas. En este terreno los investigadores
debaten no con sus tradiciones nicamente, sino con los especialistas que
estn investigando los mismos problemas, aunque provengan de tradiciones
diferentes. Se tienen en cuenta los resultados, mtodos, procedimientos, interpretaciones, objetivos y perspectivas mantenidas por los que estn trabajando en el mismo mbito de problemas, sean cuales sean sus tradiciones:
neomarxista, weberiana (sociologa); Gestalt conductista (psicologa); neoclsica, postkeynesiana (economa), etc. Esto supone, como mnimo, que
las investigaciones sobre esos problemas, y los resultados que se alcanzan,
se acumulan. Incluso aunque haya discrepancias en la interpretacin de los
resultados, el mero aumento del nmero de estudios compartidos supone
progreso. Las discrepancias implican debates y desacuerdos, pero tambin
replanteamiento y progreso en los estudios realizados. Tales debates redundan en el avance en el perfilamiento de teoras e hiptesis especficas, el
acotamiento de los problemas, la concrecin de los objetivos de las investigaciones, etc. Sigue existiendo filiacin a grandes tradiciones, pero stas
interactan en torno a campos de problemas. Al menos el debate no es ya
106
275
4.
276
servacin 109. Ello supone la entronizacin de importantes temas en la filosofa y la historia de la ciencia, como el de la inconmensurabilidad
(total en el caso de Feyerabend o parcial segn interpretaciones menos
radicales), el del relativismo, o la consideracin de los aspectos sociales
de la prctica cientfica. Las lecturas ms extremas de Kuhn afirman que
los instrumentos de que disponemos para entender la ciencia son exclusivamente intraparadigmticos, que la visin o enfoque dominante determina radicalmente los recursos empricos y, por tanto, que stos son profundamente inconmensurables y relativos. La consecuencia es un fuerte
relativismo, que afecta a la cuestin de la racionalidad y el progreso
cientfico. En las propuestas de Lakatos y de Laudan la concepcin de
las estructuras en las que se integran las teoras no tiene las implicaciones de la concepcin de Kuhn. Siempre hay recursos metametodolgicos
que permiten evaluar el progreso y la racionalidad cientfica. Para estos
autores el cambio es bsicamente gradual, no procede a travs de revoluciones.
La historia de la ciencia ha seguido la va kuhniana, desarrollndose
ampliamente con importantes aportaciones. No en vano Kuhn insisti en
la importancia de los estudios histricos para la elaboracin de cualquier
teora de la ciencia. Se abandona toda referencia normativa; la historia
de la ciencia es descriptiva, y se presta atencin a los diversos elementos en juego, incluyendo la mediacin de factores externos. Esto ha supuesto un posicionamiento favorable a la historia externa en relacin a
la dicotoma planteada por Lakatos entre historia interna e historia externa.
Las tesis de Kuhn influyen en el desarrollo y renovacin de los estudios
sociales de la ciencia 110. stos implican una pluralidad de enfoques, escuelas, disciplinas y aportaciones que van a incidir de formas diversas en la filosofa de la ciencia de las ltimas dcadas. A ello hay que unir el desarrollo de programas sobre ciencia, tecnologa y sociedad, los estudios
culturales de la ciencia y los estudios de gnero y ciencia. Dos rasgos que
destacan este tipo de estudios y que influyen en la filosofa de la ciencia
son: la importancia del anlisis de la ciencia sin recetas o modelos globales
de cientificidad y la centralidad que adquiere la prctica cientfica en el estudio de la ciencia. Esto muestra cmo los filsofos se han replanteado ideas bsicas al colaborar y/o competir con otros profesionales que tambin
estudian la ciencia 111. Todo ello hace que la filosofa de la ciencia se haya
diversificado con aportaciones y tendencias plurales, situndose en el espa109
Tambin en el de Hanson.
En los que encontramos lneas de investigacin tan diferentes como las vinculadas a
la etnometodologa, la sociologa del conocimiento, la economa de la ciencia y la tecnologa.
111
Como seala J. Echeverra, 1999, pp. 168-169.
110
277
112
278
9.
1.
La filosofa de la
prctica cientfica
La actividad cientfica
La filosofa de la ciencia de las ltimas dcadas se ha centrado en el estudio de la prctica cientfica. La ciencia es caracterizada como actividad
ms que como conjunto de conocimientos aceptados 1. Esto no significa
que las teoras, su estructura y relaciones con el mundo no hayan seguido
siendo objeto de inters filosfico, pero s que la prctica cientfica y las
cuestiones que de ella derivan se hayan situado en el centro de la reflexin
sobre la ciencia 2. El conocimiento cientfico es actividad cognitiva (episteme), pero tambin prctica (praxis). La filosofa de la ciencia da cuenta de
esta doble dimensin, siendo entendida no slo como filosofa terica, sino
tambin como filosofa prctica 3.
1
279
280
281
La infradeterminacin plantea la cuestin de la pluralidad de representaciones del mundo (e incluso, segn Longino o U. Moulines, la pluralidad
ontolgica 13), es decir, la existencia de marcos alternativos, diversidad de
interpretaciones, diferentes modelos para medir e interpretar los datos. Por
otro lado, la aceptacin de la pluralidad, no slo de representaciones, sino
tambin metodolgica y epistmica, no supone considerar a la ciencia
como una empresa irracional o aceptar el relativismo.
La pluralidad de representaciones tiene que ver, segn Resecher, con
que la realidad es rica, compleja y excede los recursos (enumerables) de
nuestro lenguaje y los recursos explicativos de nuestras teora: las entidades, tal como las describe la teora, no son nunca ms que toscas aproximaciones a las entidades que contiene el mundo 14. Los lmites de nuestro
mundo pueden ser los de nuestro lenguaje (y teoras), pero no los del mundo (parafraseando a Wittgenstein). La ciencia, y sus explicaciones, nunca
desciende por debajo del nivel de las clases naturales 15. Las teoras, y los
modelos, como han destacado los semnticos, no son ms que aproximaciones al mundo que no lo describen en toda su particularidad y concrecin.
Suponen abstraccin de la realidad, son algo construido, y su grado de similaridad o adecuacin emprica implica interpretacin y toma de decisiones de los cientficos.
1.1
U. Moulines afirma: Argumentar que la consecuencia de ello es que hay que admitir una pluralidad de universos, tanto en el sentido de lo que realmente existe como en el
sentido de lo que podemos conocer, es decir, hay que admitir una filosofa pluralista
tanto en el rea ontolgica como en la epistemolgica (U. Moulines, 1997, p. 57).
14
N. Rescher, 1999, p. 54.
15
N. Rescher, 1999, p. 56.
16
J. Muguerza, 1977, La razn sin esperanza, Madrid, Taurus, pp. 128-129. Muguerza
seala en esta misma obra, p. 133: Lo fctico incorpora por lo tanto, invariablemente,
282
283
Pluralismo axiolgico
La consideracin de que la actividad cientfica no se rige por un nico valor est presente en los trabajos de Laudan o del propio Kuhn, quien pro19
Longino afirma: ... los componentes bsicos de las metodologas lgica y observacin no son suficientes para excluir los valores de la investigacin (H. Longino,
1990, p. 216).
20
Longino sostiene: Mi principal objetivo es mostrar cmo los valores sociales desempean un rol en la investigacin cientfica analizando aspectos del razonamiento
cientfico (H. Longino, 1990, p. 3). Para la cuestin de la buena y la mala ciencia, vase, sobre todo, el apartado del mismo libro Debates About Science and Social Values,
pp. 7-12.
21
H. Longino, 1996, pp. 39-58. Aqu la autora seala que la frontera entre los valores
epistmicos y no epistmicos no es tan clara como habitualmente se supone. Su naturaleza cognitiva o no cognitiva depende de los contextos de uso de tales valores en la
prctica cientfica.
284
T. Kuhn, 1977, pp. 344-364. Para un interesante tratamiento de este tema, vase
J. Echeverra, 1995. Tambin N. Rescher, 1996.
23
H. Longino, 1996, pp. 39-58. Tambin, 1990, p. 223.
24
Giere seala explcitamente que la cuestin de qu valores se estn usando en las decisiones cientficas ha de tener en cuenta que no todos los valores son idiosincrticos.
Muchos son adquiridos a travs del procesos de aculturacin y profesionalizacin
(R. Giere, 1988, p. 161).
25
R. Giere, 1988, p. 201.
26
U. Mki, 1989, pp. 176-198.
285
Un tpico de la filosofa de las ciencias sociales ha sido el anlisis del papel de los valores externos en el conocimiento social. La relacin entre las
ciencias sociales y la ideologa, la poltica o los valores sociales y culturales fue abordada desde muy pronto por los filsofos y los propios cientficos sociales. El trabajo de Weber es un clsico en este terreno cuya influencia se deja sentir hasta nuestros das.
M. Weber mantuvo que la investigacin cientfica, social o natural, debe
ser valorativamente neutra y perseguir la verdad. Una cosa son los juicios
de valor y otra los juicios de hecho. Debemos estar en guardia si queremos
producir conocimiento digno de confianza y no confundir ambos niveles.
ste es el ideal regulativo que diferencia al cientfico del poltico. No obstante, Weber reconoce que los valores desempean un papel destacado en
la investigacin cientfica en la seleccin de los que se consideran fenmenos relevantes para la investigacin. Las decisiones acerca de qu debe y
27
28
29
286
qu no debe ser estudiado estn conectadas con valores y asunciones externas, incluidos fines prcticos de grupos sociales determinados. Los cientficos sociales tienden a enfatizar los problemas que consideran importantes
e ignorar otros. A pesar de ello, el conocimiento cientfico de esos problemas debe aspirar a la verdad y distinguir entre juicios de hecho y juicios de
valor.
Desde el neopositivismo se sostuvo una posicin claramente asptica
respecto a las ciencias sociales. Nagel, en un conocido trabajo, trat de
mostrar que neutralidad y objetividad son factibles en ciencias sociales, que
la incidencia de valores externos es paliable igual que en las ciencias naturales y que, por tanto, no afecta de manera especial al conocimiento social 30.
Con la crtica de la concepcin heredada, la filosofa de las ciencias sociales
se replantea la cuestin de los valores en el espacio abierto por las tesis de
Weber, por un lado, y los planteamientos externalistas que reducen el conocimiento social a compromiso poltico-ideolgico, por otro. En este espacio
se evala cul es el peso de los valores externos y cul el de los factores internos en la produccin de conocimiento social. Veamos los trminos en
que se plantea esta cuestin.
Las ciencias sociales han sido entendidas, desde diversas posiciones tericas, como ciencias partidistas. El ncleo de esta concepcin puede
situarse, por un lado, en relacin a los trabajos de C. W. Wrigth Mill,
A. V. Gouldner y H. Becker y las corrientes crtico-marxistas como la escuela de Frankfurt de la primera mitad del siglo XX y, por otro, a los postulados, ms recientes, del postmaterialismo, la sociologa de la ciencia, la
etnometodologa constructiva y el pensamiento postmoderno. La tesis central comn a estos diversos enfoques es que el conocimiento social est determinado por la toma de partido y el compromiso de los cientficos con
programas polticos e ideolgicos 31. En el seno de este planteamiento se
encuentran al menos dos grandes posiciones: una que sostiene que el partidismo no est reido con la verdad y la objetividad y otra que rechaza esta
creencia y acepta el relativismo que implica la toma de partido.
La primera posicin se basa en la idea de que la verdad y la objetividad
son acordes con ciertas concepciones polticas e incluso morales. Se trata
de la opinin de que verdad y justicia son inseparables, idea ya presente en
el enfoque ilustrado del conocimiento. Esta creencia ha sido sostenida en
los enfoques marxistas para los que las ciencias burguesas eran ideologa,
mientras que las marxistas ofrecan conocimiento objetivo, dada la objetividad intrnseca al punto de vista de clase. En las ciencias burguesas, el punto
de vista de la clase dominante sesga profundamente su aproximacin a la
realidad; en las ciencias proletarias el punto de vista de las clases domina30
31
287
288
es inevitable (la toma de partido debera hacerse explcita). La gente en diferentes situaciones sociales necesariamente tiene diferentes perspectivas, y
al investigador le ocurre lo mismo. ste debe simplemente adoptar una u
otra: la verdad es siempre relativa al grupo o la comunidad.
Para Becker la cuestin no es slo la toma de partido, que considera un
hecho, sino qu partido se toma, es decir, de qu lado se est. Por tanto,
todo lo que las personas llaman conocimiento del mundo presenta cuatro
caractersticas: 1) es invariablemente descubierto por el punto de vista de
un actor situado en una estructura social, 2) siempre es parcial e interesado,
nunca total y objetivo, 3) vara de una persona a otra debido a las diferencias de los papeles que se encarnan y a sus situaciones sociales y 4) las relaciones de poder siempre influyen en ese conocimiento, sea cual sea el
punto de vista desde el que se descubra, el de los dominantes o el de los subordinados 36. De sus trabajos sobre la conducta desviada se desprende
que deberamos estar con aquellos que tienen una posicin subordinada.
Cuestiona la prioridad oficial dada a varios problemas, la forma en que son
formulados, etc., y lo hace sobre la base de compromisos de valores declarados. Enfatiza el rol de los factores sociales en la generacin de problemas
sociales y la responsabilidad de los grupos dominantes en ello.
Gouldner resalta este aspecto del trabajo de Becker y defiende la tesis
de la sociologa como toma de partido, aunque l no est de acuerdo con la
toma de partido que mantiene Becker. Para Gouldner las cuestiones internas a la profesin, los recursos metodolgicos y epistmicos no tienen un
papel destacado. Sin embargo, Becker s que hizo consideraciones internas
relevantes para la sociologa, como ha sealado en un trabajo reciente
Hammersley. Segn este autor, aunque Becker parte de la existencia de sesgos y valores externos, y de su incidencia en la sociologa, tambin defiende la profesionalidad y el uso de instrumentos de investigacin propios de
los socilogos. Lo que supone que Becker, cuando menos, sostiene una posicin epistmica ambigua 37.
A partir del anlisis de los tericos que destacan el papel partidista de
las ciencias sociales, Hammersley pretende mostrar que las investigaciones sociolgicas no se reducen a ideologa o toma de postura poltica. A
pesar de la influencia de valores externos, los recursos internos de produccin de conocimiento sociolgico desempean un papel fundamental
en esta disciplina, las investigaciones que se desarrollan y los resultados
que se alcanzan. Hammersley sigue una va de argumentacin similar, en
algunos aspectos, a la de H. Longino. Mantiene que la reduccin externalista de la sociologa (igual que la de cualquier otra disciplina) tiene un
importante punto de apoyo en la consideracin de que la ciencia es resultado de cientficos individuales histrica y socialmente dependientes,
36
37
289
290
291
ca est lejos de ser neutral 43. Destaca el hecho de que tanto en la economa marxista como en la neoclsica los profesionales comparten un conjunto de compromisos y valores (adquiridos a travs de la formacin). Este
trasfondo de valores y compromisos es inevitable, y lo nico que podemos
hacer al respecto es explicitarlo e interesarnos por sistemas de valores alternativos (en lo que coincide con Longino y Hammersley). Cada economista
tiene un conjunto propio de valores que orienta la seleccin de los problemas que investiga. Los principios o mximas para las decisiones cientficas
necesitan interpretacin y juicios para su aplicacin prctica, no suponen
un campo de respuestas correctas y nicas. Por eso las asunciones por parte
de los cientficos tienen un papel significativo en la ciencia: los criterios no
se aplican automticamente, sino que estn influidos por valores y asunciones que estn en el trasfondo de las decisiones que se toman y las elecciones que se llevan a cabo.
Esto no significa que la economa se reduzca a mero partidismo, ya que
los cientficos forman parte de comunidades en las que se integran valores
y asunciones epistmicas relacionadas con los problemas y procedimientos
aceptables, los mtodos, las reglas y normas que regulan la produccin de
ciencia normal segn el paradigma dominante.
1.4
292
293
294
Giere afirma que las explicaciones que se han hecho de casos histricos en trminos
bayesianos no han dado ninguna explicacin de lo que realmente ocurri. El modelo bayesiano de riesgo ha tenido que afrontar el hecho de que diversas investigaciones
(Tversky, Kahneman, Slovic) muestran las dificultades que tienen las personas para satisfacer los axiomas de la teora de utilidad esperada, como hemos indicado en captulos
anteriores (R. Giere, 1988, p. 57).
53
R. Giere, 1988, p. 163.
54
R. Giere, 1988, p. 164.
295
sistema es aproximativamente similar al modelo terico en cuestin. Cuando esto ocurre, tenemos un criterio para parar la bsqueda.
Ahora bien, son los cientficos los que determinan cundo parar, los que
consideran que la informacin ya es satisfactoria y pueden terminar la bsqueda. Ellos son los que deciden si los datos de que se dispone son satisfactorios para considerar, por ejemplo, que un modelo es ms adecuado que
otro (segn el criterio visto) y tomar la decisin. Esto subjetiviza el proceso
de eleccin cientfica, por ms que se disponga de valores epistmicos que
determinen estndares de satisfaccin. Son los cientficos los que deciden,
aunque posteriormente pueda establecerse (por ejemplo desde el punto de
vista de la similaridad aproximada) que su decisin no ha sido las ms correcta.
Giere reconoce esta situacin y acepta que los cientficos pueden llevar
a cabo elecciones incorrectas. Para abordar este problema plantea que las
matrices de decisin deben incorporar una restriccin que haga equivalente
satisfaccin con correcto. Hay que aplicar a las matrices de decisin la restriccin adicional de que los resultados que representan decisiones correctas sean considerados satisfactorios, y los que representan decisiones incorrectas, insatisfactorios 55. Al mismo tiempo, Giere remite lo correcto al
valor epistmico de la similaridad aproximada: opciones que cuadran mejor
que otras con el mundo. Las decisiones correctas, en consecuencia, son las
que ofrecen resultados satisfactorios segn este valor epistmico.
Con esta restriccin el autor introduce un elemento normativo en el modelo de satisfaccin que no exista en la formulacin original de Simon. Se
dispone de un criterio de evaluacin objetivable en trminos de similaridad
aproximativa, de las decisiones tomadas y los resultados de stas. Por tanto,
podemos establecer, de acuerdo con Giere, cundo el cientfico ha decidido
correctamente y cundo lo ha hecho incorrectamente considerando correcto
algo diferente de lo que se espera. Un ejemplo de decisin incorrecta, segn el autor, lo encontramos en el caso de un cientfico comprometido con
un modelo determinado para el que el nico resultado satisfactorio es mantener ese modelo (Priestly). En este caso decide incorrectamente dado el estndar de satisfaccin sealado; el cientfico ha sido cerrado de mente con
esta formulacin ms dbil Giere elude el calificativo de irracional 56.
Pero estas consideraciones nos dejan ms cerca de lo que creamos estar
de las propuestas normativas. En ltima instancia el modelo de Giere permite evaluar la correccin de las decisiones, de los resultados de stas e, incluso, de las aptitudes del cientfico. Sin embargo, ste no pareca ser el objetivo del autor al optar por un modelo descriptivo que diese cuenta del
proceso real por el que los cientficos llevan a cabo sus elecciones. Lo que
55
Giere presenta matrices de eleccin con opciones satisfactorias entre las que ha de
elegir el cientfico (R. Giere, 1988, pp. 163-164).
56
R. Giere, 1988, pp. 163-164.
296
pretenda, al menos eso pareca, era explicar las elecciones efectivas segn
los estndares de satisfaccin de los cientficos, no evaluar su correccin de
acuerdo con un estndar comprometido con un determinado valor epistmico. Una cosa es el proceso emprico de eleccin y otra su evaluacin y la de
sus resultados en trminos del compromiso manifiesto por la similaridad
entre modelos y realidad.
El planteamiento de Giere muestra la dificultad de combinar el inters
por la explicacin de las elecciones con el inters por su evaluacin racional, como ya vimos en el anlisis de los modelos de explicacin de la accin. Evidencia la dificultad de compaginar la bsqueda de un modelo de
eleccin descriptivo (que Giere quiere adems apoyar cognitivamente), limitado a dar cuenta de las elecciones realizadas, y el inters del filsofo de
la ciencia por evaluar las elecciones y los resultados obtenidos desde el
compromiso con ciertos valores epistmicos. Un modelo descriptivo permite, en el mejor de los casos, dar cuenta de lo ocurrido en trminos de los
antecedentes que lo originaron. Si esto es lo que se pretende, los modelos
como el de Simon son perfectamente adecuados. Si adems se quiere establecer una evaluacin, son necesarios modelos normativos que lo permitan
desde algn valor o sistema de valores establecido (acerca de lo correcto, lo
satisfactorio, lo racional, lo socialmente adecuado o lo moralmente aceptable, por ejemplo). La cuestin no es que tal evaluacin no sea legtima, sino
que en este caso no estamos en el terreno descriptivo-explicativo en el que
se situaba Giere. El desplazamiento de un territorio a otro es el punto dbil
de su propuesta. Si lo que est diciendo Giere es que siempre hay valores
epistmicos (y no epistmicos) en juego en las decisiones cientficas, seguimos en el plano descriptivo, ya que esto es obvio. Si adems mantiene que
las decisiones de los cientficos son evaluables como correctas o no, y sus
resultados como satisfactorios o no, en trminos de la similaridad aproximada, se est dando un deslizamiento de lo descriptivo a lo normativo. Para
dar cuenta de las elecciones efectivas, la propuesta de Simon es adecuada
siempre que, de acuerdo con ella, la explicacin se reduzca a las elecciones
llevadas a cabo por los cientficos sean cuales sean su estndares de satisfaccin y los valores asociados, lo que estara en la lnea del modelo de
eleccin racional y explicacin de la accin que hemos propuesto en el captulo cinco de este libro.
1.5
297
dad de medios no es la nica clase de racionalidad a considerar en las decisiones y elecciones cientficas. La racionalidad cientfico-tecnolgica tambin est relacionada con la bsqueda de los fines apropiados. La ciencia es
una actividad que no se limita a investigar cmo es el mundo, sino que trata
de transformarlo en funcin de valores y fines. La racionalidad de estos valores y fines es un componente esencial de la racionalidad cientfica. La
adecuacin de los fines, no slo de los medios, es susceptible de deliberacin y, por consiguiente, de racionalidad: no todo razonamiento deliberativo es razonamiento del tipo medios-fines 57.
Que los fines son susceptibles de deliberacin y racionalidad es algo que
ya mostr Laudan en su modelo reticular. La racionalidad cientfica tiene
que ver con la adecuacin de los medios, pero tambin con los ajustes y
elecciones de fines en relacin a los elementos de la red. Cuando los cientficos tienen que deliberar y decidir acerca de fines que son incompatibles
entre s, o que son utpicos o irrealizables, lo que est en juego es la racionalidad de los fines.
La racionalidad de los fines descansa en la posibilidad de disponer de
valores respecto a los cuales podamos ofrecer buenas razones. Esto ha supuesto tratar de fundamentar la existencia de valores objetivos. Rescher ha
relacionado la objetividad con la capacidad que tenemos de ofrecer razones
impersonales como fundamento de los valores que sostenemos, como ocurre en el mbito de la racionalidad terica en relacin a las creencias que se
estiman adecuadas 58. Esta capacidad nos permite establecer razones impersonales que sustenten la deliberacin racional de los valores. Al contrario
de lo que afirmaba Hume, los valores son objetos de la razn.
Por otro lado, se ha puesto de manifiesto la importancia de las condiciones de la deliberacin racional y de la consideracin de la objetividad como
intersubjetividad. As, si sumamos a la capacidad de ofrecer razones impersonales el requisito de que stas sean intersubjetiva y crticamente sostenidas, dispondremos de buenas razones que fundamenten los valores implicados en la deliberacin racional acerca de los fines apropiados. La
justificacin racional de las creencias cientficas, la fundamentacin racional de los valores y de la eleccin de fines se basa en las razones que proporcionan a un agente una justificacin para mantener una creencia, sostener ciertos valores o adoptar determinados fines. La posibilidad de
comunicacin y discusin crtica intersubjetiva est en la base de la capacidad de ofrecer buenas razones como fundamento racional de nuestras creencias, nuestros valores y fines y, por consiguiente, en la base de la racionalidad cientfica.
57
58
298
2.
Realidad y objetividad
Como se indic a final del captulo anterior, la filosofa de la ciencia, a pesar del esfuerzo por dar cuenta de la incidencia de valores no epistmicos
(y otros factores externos) en la ciencia, se distancia cuidadosamente de los
estudios sociales puramente externalistas y fuertemente relativistas. Esto
es, la admisin de factores externos que pueden influir en el conocimiento
cientfico y el reconocimiento del componente constructivo de la actividad
cientfica no supone la aceptacin del relativismo fuerte proveniente de la
lectura radical de Kuhn-Quine, ni del externalismo, subjetivismo y constructivismo propios de la sociologa del conocimiento y los estudios culturales de la ciencia. Externalismo y relativismo se eluden mostrando el destacado papel que desempean los recursos internos de la produccin de
conocimiento cientfico. Dos factores considerados centrales en este sentido son: la entidad de la comunidad cientfica y la posibilidad de que no
todo nivel de la experiencia est determinado tericamente. En lo que sigue
se expondr cmo se desarrolla la argumentacin en los dos frentes, centrndonos en la propuesta de H. Longino.
Longino sostiene explcitamente que su enfoque se diferencia del externalismo radical, el relativismo y el holismo de autores como Keller, Haraway, Quine o Feyerabend, entre otros. Afirma la posibilidad de establecer
grados de racionalidad y objetividad cientfica a travs del papel que otorga a la comunidad cientfica y su defensa de un realismo mnimo.
Para la autora la ciencia se caracteriza por ser una actividad desarrollada
por una comunidad cientfica. Las posiciones ms externalistas y relativistas otorgan un papel epistemolgicamente central a los cientficos individuales que hacen suyos y trasmiten valores e intereses externos reduciendo
la ciencia a ideologa o toma de postura poltica. Longino admite que la
ciencia es desarrollada por individuos histrica, social y culturalmente situados, pero que se caracterizan por formar parte de una comunidad cuya
estructuracin filtra las influencias externas. De esta manera se limita la incidencia de lo externo en cuanto se ejerce sobre individuos intersubjetivamente sujetos a los mecanismos internos de la comunidad cientfica. Como
ha sealado Kitcher, la comunidad cientfica est constituida por individuos, pero stos se integran en grupos sociales y siguen reglas de actuacin
e interaccin. Los cientficos forman parte de estos grupos a travs de procesos de socializacin y en su seno se producen resultados consensuales 59.
59
299
En palabras de Longino, lo que predomina es el punto de vista de la comunidad, no el de los individuos particulares, aunque en ella deben tener cabida todos los puntos de vista, incluyendo los de la minora crtica, ya que no
puede ser una dictadura de la mayora 60.
Una propiedad fundamental de la prctica cientfica desarrollada por las
comunidades es su capacidad crtica. Las comunidades cientficas tienen la
capacidad de someter a crtica y examen pblico datos, procedimientos, resultados, valores y asunciones. Segn Longino, pueden hacer explcitos y
abrir a la crtica pblica hasta sus supuestos ms bsicos. Esta capacidad
hace posible la objetividad y racionalidad cientficas en la medida en que la
discusin crtica opera no slo intracomunidad, sino tambin intercomunidad, es decir, entre cientficos pertenecientes a comunidades distintas y, por
tanto, marcos conceptuales, asunciones y valores diferentes.
La discusin crtica intercomunidades depende de que la comunicacin
entre ellas sea factible. Longino considera que sin la comunicacin la discusin crtica sera impracticable, y ni siquiera podramos establecer las
diferencias que sostenemos respecto a otras opciones y la ciencia se colapsara en el relativismo de las posiciones radicales 61. Por consiguiente,
para demostrar que la inconmensurabilidad y el relativismo radicales no
se sostienen, y que la racionalidad y objetividad cientficas son viables, es
necesario trazar algn puente que permita la comunicacin entre comunidades cientficas diferentes, es decir, es necesario fundamentar la posibilidad de la comunicacin intercomunidades. Esto es lo que hace la autora
argumentando a favor de un realismo que ella denomina mnimo.
La argumentacin que desarrolla Longino se basa en dos asunciones
fundamentales:
1) que el mundo exterior existe independientemente de nosotros: hay
un mundo independiente de nuestros sentidos con el que stos interactan para producir nuestras sensaciones y la regularidad de nuestras experiencias. Hay algo ah que impone lmites a lo que podemos decir acerca de ello 62,
2) que los cientficos pueden acceder a estados de cosas del mundo,
especificados independientemente de sus hiptesis y de sus asunciones. Longino afirma: estados de cosas, hiptesis y creencias de
trasfondo son especificables independientemente 63.
La segunda asuncin de Longino supone que las teoras no determinan
toda, o absolutamente, nuestra experiencia. Al contrario de lo que cree
60
61
62
63
300
Kuhn, ella mantiene que la percepcin de los estados de cosas del mundo
no est determinada tericamente hasta el punto de ver cosas distintas desde teoras diferentes 64. Rechaza la teora de la Gestalt y su postulado de la
carga terica de todo nivel de la experiencia. Por ello es posible acceder a
estados de cosas del mundo independientemente de las hiptesis y teoras
para los cuales los datos tienen relevancia evidencial. Los paradigmas no
determinan el contexto de evaluacin, de tal forma que lo que uno ve confirma circularmente la teora.
Para entender la posicin de Longino hay que aclarar la diferencia entre
estados de cosas y evidencia relevante. Tenemos experiencia independiente
de los estados de cosas del mundo: sucesin de da y noche, movimiento de
oscilacin, de cada de las piedras, o marcas dejadas por una columna de
mercurio en un tubo de cristal. Luego interpretamos estos estados de cosas
considerando que ciertos aspectos de ellos son evidencia relevante para
nuestra hiptesis 65. Esto siempre se hace a la luz de las teoras y de las creencias y asunciones de trasfondo. Por tanto, una cosa es la percepcin de
los estados de cosas del mundo y otra lo que se considere evidencia relevante. En palabras de Longino: primero tenemos la experiencia de las barras de mercurio en un tubo de cristal, luego esto se ve como evidencia para
una determinada hiptesis en el contexto de una teora. Pero primero es una
mera observacin que no sabemos de qu es evidencia 66. Los datos por s
mismos no son evidencia relevante, se convierten en evidencia solamente
a la luz de las asunciones de trasfondo que afirman una conexin entre el
tipo de datos logrados y los procesos o estados descritos por las hiptesis.
Creencias y asunciones son principios de inferencia 67. Es la conexin entre datos e hiptesis la que es permeable a valores y asunciones, incluyendo
las externas, y la mejor ciencia no puede evitar este hecho. El razonamiento
evidencial es el que depende del contexto; nuestros juicios acerca de los datos cambiarn en la medida en que cambie el contexto; por tanto, la interpretacin de lo que es evidencia relevante se modifica cuando lo hace la teora 68.
Los mismos datos pueden ser evidencia para hiptesis distintas e, incluso,
opuestas; por consiguiente, las teoras tienen siempre un alto grado de infradeterminacin por los hechos.
64
301
Lo que conocemos depende, en gran parte, de nuestras teoras, asunciones y creencias; en consecuencia, los hechos y objetos cientficos son, en
cierta medida, construidos, pero construidos con materiales provenientes de
una realidad que impone lmites a lo que sobre ella puede ser establecido, a
las afirmaciones que sobre ella pueden hacerse. Lo que conocemos depende de nuestras teoras y asunciones, pero tambin de la experiencia e interacciones con la realidad. As, una vez establecidos los procedimientos tcnicos y aparatos de medicin a travs de los cuales accedemos a la realidad
(y esto es algo dependiente de nuestras teoras), el comportamiento de la
realidad no es arbitrario y, por tanto, el resultado tampoco 69. Los sistemas
de medicin o manipulacin son convencionales, pero, una vez aplicados,
los resultados que muestran no lo son. Su fiabilidad no depende de que representen al mundo tal como es en s mismo, sino del hecho de que las
gradaciones y cambios en los parmetros de un sistema se corresponden
con gradaciones y cambios en el mundo natural 70. Por consiguiente, los
resultados que arrojan nuestras observaciones y manipulaciones experimentales nos informan de la realidad y de sus cambios, aunque las manipulaciones sean dependientes de nuestros instrumentos, teoras y asunciones.
Si no ofreciesen informacin de la realidad, el desarrollo cientfico sera
impensable.
La distincin de Longino entre estados de cosas y evidencia relevante es
cercana a la que establece van Fraassen al distinguir entre observar y observar que, o ver y ver que, categoras que permiten que los cientficos con
teoras diferentes o incompatibles tengan acceso observacional al mismo
mundo. Esto no implica creer en un lenguaje neutral en el cual representar
nuestras descripciones cientficas (tesis que comparte Longino). La observacin de que este objeto que se desplaza es una pelota de tenis, y su
descripcin como tal, es terico dependiente, mientras que la observacin
objeto que se desplaza no lo es. Por tanto, existe un nivel del acceso
obervacional al mundo que no es terico dependiente, es el significado de
lo que se observa, es decir, su interpretacin, lo que s lo es 71.
R. Giere reconoce, como hemos visto, que la ciencia se hace desde un
trasfondo que incluye diversos factores, entre ellos sociales, pero tambin
que los juicios perceptuales de los cientficos son igualmente importantes.
Estos juicios estn basados en los datos obtenidos por intervencin sobre el
mundo y en las capacidades cognitivas de los individuos 72. Los humanos,
igual que los animales, tienen la capacidad de construir mapas internos de
su medio ambiente producidos a travs de interaccin causal con el medio.
Es la evolucin la que produce la capacidad neural para generar tales ma69
70
71
72
302
303
gn Kukla es la formacin de creencias la que depende en parte del trasfondo de teoras y en parte de las propiedades de los datos sensoriales. Por ello
no necesaria e inevitablemente cientficos con teoras diferentes han de ver
cosas diferentes. Ni es cierto que no podamos entender las creencias sostenidas desde teoras alternativas o podamos llegar a un nivel de descripcin
mnima en el que estemos de acuerdo (por ejemplo de sentido comn). Ello
hace posible, afirma Kukla, incluso que podamos aprender a ver el fenmeno tal y como se lo describe desde la teora alternativa. Podemos, as, entender la combustin como se la describe en la teora del Flogisto sin necesidad de compartir esa teora. Esto es suficiente para resolver el problema
de la inconmensurabilidad radical 78.
Longino coincide con esta idea al mantener que es posible que cientficos de teoras diferentes puedan entender, en buena medida, lo que los
otros plantean, aunque luego estn en desacuerdo con ello. Afirma que no
debemos suponer que galileanos y aristotlicos deban ser incapaces de ver
aspectos que interesen al otro, ni suponer que no hay una descripcin de la
situacin que ambos podran aceptar, y que ello podra formar las bases
para la discusin de las diferencias 79. Galileanos y aristotlicos no ven cosas diferentes en el sentido kuhniano, sino aspectos distintos de lo mismo:
podran hablar de piedras que oscilan o de la sucesin de los das y las noches, aunque lo expliquen muy diferentemente. Existe una profunda diferencia entre lo que unos y otros quieren decir acerca de piedras que caen,
pero ambos estn viendo la misma cosa 80. La discusin cientfica puede retrotraerse en muchas ocasiones a ese terreno comn de experiencia mnima
compartida. Sin ello la ciencia sera impensable; sin este mnimo siquiera
se podra saber en qu difieren cientficos de teoras y trasfondos de asunciones distintos. La discusin es factible, segn la autora, porque hay
siempre algn mnimo nivel comn de descripcin del mundo comn al
cual podemos retrotraernos cuando nuestra descripcin terica de lo que es
el mismo estado de cosas difiere 81. Esto es lo que posibilita que los cientficos de comunidades diferentes puedan hablar y discutir acerca de sus diferencias haciendo posible, en diversos grados, la objetividad y racionalidad.
Los cientficos pueden, incluso, llegar a modificar, a la luz de la discusin crtica y la experiencia, ciertos elementos de su trasfondo de creencias
y asunciones. Muchas veces el debate no es slo sobre los datos, sino sobre
las asunciones a la luz de las cuales son interpretados estos datos. Como seala Longino, en el curso de responder a la crtica o de proveer de soporte
emprico a las creencias uno puede modificar las asunciones de trasfondo
78
79
80
81
A. Kukla, 1998, pp. 115-128. Debate con Kuhn y con van Fraassen.
H. Longino, 1990, p. 54.
H. Longino, 1990, p. 53.
H. Longino, 1990, p. 222.
304
305
da podemos comprometernos con nuestras hiptesis, siempre de forma provisional. Slo podemos sostener que nuestras mejores hiptesis ofrecen explicaciones plausibles de los datos. Son las mejores explicaciones, o las
ms adecuadas, de que disponemos, pero ello no es incompatible con que
puedan surgir otras mejores, e incluso otras alternativas en el momento. No
hay una nica descripcin del mundo, y menos una que sea la verdadera, y
las que creemos verdaderas son falibles y cambian con el tiempo. Por consiguiente, como l mismo declara, su realismo no es metafsico, porque no
afirma la existencia de una descripcin verdadera completa de ningn sistema real 87.
2.1
306
En el terreno de la filosofa de la economa, Lawson mantiene una posicin realista basada en la creencia de que el mundo existe independientemente de nosotros y que est constituido de cierta manera: en l hay mecanismos, capacidades, tendencias y objetos, independientes de nuestro
conocimiento de ellos 90. Es cognoscible, sobre todo, a travs de la prctica
cientfica 91. El conocimiento cientfico opera aislando e identificando mecanismos con poder causal (observables y, sobre todo, no observables) que
generan fenmenos observables. La teora econmica, si est adecuadamente construida, da cuenta de los mecanismos causales generadores del
flujo de los fenmenos econmicos. Ahora bien, nada garantiza que el conocimiento cientfico muestre al final la estructura real del mundo; nuestro
conocimiento es falible y sujeto a constante revisin.
En ciencias sociales la causalidad descansa fundamentalmente en las capacidades de los agentes 92. No se dispone de laboratorio, pero s de la posibilidad de observar las interacciones que se dan en la realidad econmica y
sus efectos. Igualmente se dispone de la capacidad de interactuar con esta
realidad produciendo ciertos resultados comportamentales intencionalmente buscados con objetivos determinados. Esto supone una serie de mecanismos que causan esos resultados. Tales mecanismos se detectan precisamente a travs de la interaccin y manipulacin de ciertas variables de la
economa real. El objetivo de la ciencia econmica es dar cuenta de los mecanismos causales productores de efectos.
Segn Lawson, el economista empieza abstrayendo ciertos elementos de
la realidad e ignorando otros. Construye modelos con hechos estilizados y
postula mecanismos que tienen la tendencia o capacidad de producir eventos regulares (regularidades parciales). Es decir, el economista elabora abstracciones (modelos) que son idealizaciones que dejan fuera mltiples aspectos de la realidad que se consideran secundarios: la economa, como
todas las ciencias, es abstracta. Los modelos permiten el examen de los mecanismos que generan los fenmenos econmicos y, por tanto, ofrecen explicaciones de los fenmenos en trminos de tales mecanismos.
En cuanto a la capacidad predictiva de la economa, Lawson seala que
sta existe en los modelos en cuanto suponen sistemas cerrados, aislados,
en los que se pueden establecer predicciones precisas. Pero la realidad econmica es muy distinta; las leyes del modelo no pueden proporcionar pre90
T. Lawson, 1994, p. 8.
T. Lawson, 1989a, p. 68.
92
T. Lawson, 1989a, p. 65. Lawson reconoce que la realidad econmica es una realidad
preinterpretada. Las personas realizan acciones y transacciones que incluyen referencias
a esquemas conceptuales. El realismo de Lawson incluye esta dimensin interpretativa,
y reconoce a los agentes humanos como un poder causal; lo que ocurre resulta de cambios producidos por los agentes, y las estructuras econmicas dependen de la accin humana en general (aunque la accin no existira sin la nocin de estructuras y contextos).
91
307
94
308
universabilidad. Pero esto, segn Lawson, es opuesto a la prctica de formular axiomas de amplia generalidad y poca capacidad explicativa, tpica
de la economa neoclsica. Los axiomas no dan cuenta de la naturaleza de
los mecanismos y estructuras econmicas que rigen los hechos econmicos
observables. Axiomas como los relacionados con las preferencias o la competicin perfecta son idealizaciones que no tienen que ver con el modo en
que operan los mecanismos econmicos reales, son introducidos para lograr tratabilidad matemtica. Lawson aboga por el cambio de esta aproximacin por asunciones ms realistas en el sentido en que pas con las asunciones de la teora especial de la relatividad de Einstein y la teora general
(los trabajos en la lnea de Simon iran en esta direccin).
En un sentido parecido encontramos las crticas de Mki a la economa
neoclsica por su falta de realismo. Por ejemplo, se supone que los consumidores son individuos totalmente informados, calculadores racionales y
maximizadores de beneficio, lo cual no se ajusta a la realidad 95. Las mismas empresas, como han indicado Hall y Hitch, no son maximizadoras en
el sentido de que no se llevan a cabo los clculos y ajustes marginalistas requeridos. Las hiptesis neoclsicas acerca de las empresas o los consumidores dejan fuera otras motivaciones (altruismo, motivacin personal, etc.);
no son realistas, no nos dicen la verdad completa. Las consecuencias de
todo esto son para Mki que la economa neoclsica no da una descripcin
terica adecuada ni de las empresas reales ni de los consumidores. Su
caracterizacin es til para organizar los datos econmicos, pero poco realista.
La falta de realismo sealada es una importante crtica que se ha hecho a
la economa neoclsica a lo largo de su historia. Ello ha supuesto el surgimiento de alternativas ms realistas, como la de Kaldor, quien desarroll
una teora del equilibrio alternativa a la ortodoxa. Su propuesta de un concepto de tiempo irreversible, real e histrico, presta ms atencin al contexto y las circunstancias 96. Robinson seal que era imposible asumir la
constancia de nada en el tiempo (por ejemplo de las preferencias) 97. Es necesaria una descripcin ms afinada del trabajo del mercado y de la formacin de precios, una definicin ms precisa de sus estructuras y operaciones. Esto supondra abstraccin e idealizacin, ya que ninguna teora tiene
la capacidad de describir el mundo en todos sus aspectos, pero seran abstracciones adecuadas en el sentido de Lawson.
El anlisis de la economa ha sido abordado desde posiciones empiristas
constructivas, crticas con el realismo. Los empiristas, al contrario que los
95
Desde el punto de vista del realismo de sentido comn, U. Mki, 1992, lleva a cabo
una crtica de la postura de Friedman sealando que es inconsistente. Mki considera
igual que Lawson que realismo y pluralismo son compatibles.
96
N. Kaldor, 1985, p. 61.
97
J. Robinson, 1977, pp. 18-39.
309
realistas, no entran en consideraciones acerca de la realidad de las propiedades de las entidades tericas econmicas. La exigencia clave para los
modelos de la ciencia es la de ser descriptivamente adecuados; por consiguiente, en la medida en que los modelos de la economa sean empricamente adecuados no es necesario entrar en otro tipo de consideraciones 98.
Como sealan Boylan y OGorman, los economistas estaran implicados en
la construccin de modelos descriptivamente adecuados a la actividad econmica, a sus estructuras e instituciones 99. Tales modelos seran plurales, lo
cual es una ventaja, ya que la diversidad de las condiciones que histricamente contribuyen a la aparicin y desarrollo de instituciones y estructuras
econmicas es muy variada. El fin de la ciencia econmica sera construir
modelos empricos que describiesen con precisin el mundo observable.
El problema desde este punto de vista es que los modelos de la economa no son descriptivamente adecuados. Por tanto, como ocurre en el caso
de Boylan y OGorman, se evala negativamente la economa neoclsica
por no satisfacer el requerimiento de adecuacin emprica. Igual que los
realistas, los empiristas constructivos consideran que el fuerte desarrollo de
las matemticas en economa y la fascinacin por el trabajo neowalrasiano
han supuesto una perspectiva cada vez ms restringida, en lugar de aumentar la perspicacia cientfica para dar cuenta de la complejidad de los avanzados sistemas econmicos. Los tericos de la economa se cierran cada
vez ms sobre la teora y una imagen distorsionada de la realidad. Marshal,
Kaldor o Robinson seran la contrapartida a esta posicin 100.
El anlisis de empiristas y realistas coincide en su evaluacin crtica de
la economa neoclsica, aunque por razones diferentes. Los primeros por la
falta de adecuacin emprica entre los modelos y lo observable, mientras
que los segundos destacan el escaso realismo de sus supuestos y principios.
Para los realistas la economa debe explicar los fenmenos empricos, y
para ello las abstracciones han de dar cuenta de los mecanismos causales
que los producen.
98
310
3.
L. Oliv, 2000, pp. 146-147. La racionalidad cientfica est relacionada con la capacidad de autocorreccin y, por tanto, con la capacidad crtica de las comunidades cientficas.
311
entre otras, las elecciones que llevan a cabo los cientficos, las caractersticas que adquiere la observacin y experimentacin en la investigacin social, los estndares metodolgicos que establecen, cules son los problemas
considerados legtimos en las disciplinas, los criterios de fiabilidad usados
en la evaluacin y aceptacin de hiptesis y teoras, los sistemas de valores
de los que derivan tales criterios (y el anlisis crtico de tales sistemas), la
naturaleza de las leyes, explicaciones y teoras sociales o el anlisis de los
debates y controversias propias de las ciencias sociales.
En consecuencia, la filosofa de las ciencias sociales se ocupa de la elucidacin de los recursos conceptuales, epistmicos, metodolgicos, axiolgicos prcticos y tcnicos implicados en la actividad de las ciencias sociales en sus diferentes contextos: justificacin, descubrimiento, aplicacin y
trasmisin de los conocimientos. Desde esta perspectiva aborda cuestiones
de diversa ndole, como se ha mostrado a lo largo de este libro. Entre ellas,
el reconocimiento de la importancia de las leyes causales probabilsticas y
tendenciales que ha tenido una considerable repercusin en la filosofa de
estas ciencias centrada durante buena parte de su historia en el intento de
dirimir la naturaleza de las leyes universales y las consecuencias que su carencia; o el cambio en la forma de considerar a las muy abstractas y matemticas leyes universales de la fsica, a las que ya no se les otorga (como
seala Giere y ha mostrado Cartwright) el papel tradicional que tenan en la
ciencia, lo que ha modificado la perspectiva de los anlisis sobre las leyes y
principios ms tericos de las ciencias sociales (sobre todo de la economa).
Asimismo, en la medida en que se avanza en el terreno de la causalidad
probabilstica, el inters por dar cuenta de los problemas asociados al establecimiento de las condiciones necesarias y suficientes se desplaza a favor
de la profundizacin en la causalidad probabilstica social y la dilucidacin
de la naturaleza probabilstica de la estructura causal de la realidad social.
Ello ha repercutido en la consideracin de la explicacin y prediccin de
eventos sociales y ha permitido revisar temas fundamentales para las ciencias sociales como el del binomio causalidad-determinismo o, si se quiere
en trminos tradicionales, causalidad-libertad. Esto nos deja con un marco en
el que el conocimiento cientfico de lo humano y social no tropieza con la
segunda antinomia de Kant.
Por otro lado, la idea de que, a pesar de la existencia de escuelas y tradiciones de investigacin distintas (o, si se prefiere, programas de investigacin o paradigmas), son posibles la comunicacin y, por consiguiente, el
debate y la discusin crtica arroja una luz diferente sobre las controversias
entre alternativas que coexisten durante amplios periodos de tiempo. La comunicacin, a partir del puente trazado por el realismo mnimo y la capacidad crtica de las comunidades cientficas, abre la posibilidad de que los
significados manejados desde otras tradiciones sean inteligibles, al menos
en parte, desde la propia (se puede aprender a entenderlos). Esto hace com-
312
313
a su puesta en marcha) dirigidas a la consecucin de nuevas formas de organizacin social. La idea de que el conocimiento cientfico de lo social y
humano es clave para perfeccionar las condiciones de la vida social ha sido
un lugar comn en las ciencias sociales desde sus orgenes. Basta mirar la
historia de su desarrollo para comprobar en qu medida ello ha sido una aspiracin, profundamente arraigada desde la Ilustracin, a la que no se ha
renunciado.
De esta manera se ponen en cuestin las fronteras tradicionales entre
ciencia pura y aplicacin, situando en el corazn de la filosofa de las ciencias sociales cuestiones relacionadas con los medios y los fines que se pretende alcanzar, su racionalidad y los valores asociados, adems de enfrentar
a la filosofa de las ciencias sociales con el problema de la evaluacin de
las consecuencias que generan sus aplicaciones. Todo ello pone en evidencia que, como indicamos al comienzo de este captulo, la ciencia es actividad cognitiva, pero tambin prctica, y de esta doble dimensin se ocupa la
filosofa de la ciencia.
314
Bibliografa
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Adjukiewicz, K., 52
Agassi, J., 66
Aguiar, F., 90
Allais, P. M., 182, 183
Althusser, L., 72, 74
Aracil, J., 72
Arenal, C., 33-34
Armstrong, M. D., 128
Arrow, K., 91-93
Axelrod, R., 89
Ayer, A. J., 52
Backhouse, R. E., 232, 240, 242-250,
253, 254, 291
Baer, K. E. von, 35
Barker, S. F., 52
Balzer, W., 130, 198, 201-205, 207
Barthes, R., 72, 74
Beauvoir, S. de, 83
Becker, H. S., 287-289
Beckermann, A., 180, 181
Ben-Tovim, G., 287
Benoit, O., 98
339
340
ndice onomstico
Gordon, D. F., 269, 270
Gouldner, A. W., 261, 287-289
Gunder Frank, A., 21
Habermas, J., 69, 72, 173
Hacking, I., 95, 303
Hage, J., 156
Hahn, F., 57
Hall, R. L., 57, 309
Hammersley, M., 289, 290, 292, 306
Hands, D. W., 66, 176, 231-234, 240242, 246-249, 251, 252
Hanson, N. R., 277
Harris, R., 116, 139
Harris, M., 32, 33
Harsanyi, J., 93
Hartsock, N., 288,
Hatley, 24
Hausman, D. M., 27, 136-138, 140,
141, 228, 229, 240, 247, 251, 286
Hayek, F. A., 19, 20
Hempel, C. G., 52, 55, 56, 78, 81, 108,
115, 118, 119, 125-127, 134, 135,
137, 152, 156, 157, 161-164, 166171, 179, 181, 185, 186, 189, 190,
192, 195, 196, 199
Hegel, G. W. F., 68, 74, 189
Helmholtz, H. L. F. von, 30
Hicks, J. R., 232, 238, 251, 253, 254, 291
Hintikka, J., 80, 190
Hitch, C. J., 57, 309
Hobbes, T., 17-19, 83, 84, 89, 208
Hollis, M., 57, 137
Hoover, K., 232, 251, 253, 254, 291
Horowitz, I. L., 78
Hucklick, H., 260
Hughes, J., 256, 266
Hume, D., 22, 24, 123, 154-156, 298
Humphries, B., 287
Hutchison, T. W., 57, 59, 229, 232, 238,
251-253, 290, 291
Ibez Gracia, T., 98
Jacobson, R., 73
Jane, I., 201
Jaspers, K., 50
Jimnez Jrez, M., 313
Jones, R. A., 107
Kahneman, D., 98, 118, 120, 141, 182,
183, 294, 295
341
342
Naishtat, F., 47
Nell, E., 137
Neumann, J. von, 68, 118, 204
Neurath, O., 52-55, 164, 217, 222
Newton-Smith, W. H., 115, 293
Oliv, L., 273, 274, 303, 311
Oliver, M., 287
Olson, M., 88-90
Oppenheim, P., 55, 161
Orne, M. T., 107
Ovejero, F., 20, 29
Pahl, R. E., 263
Papandreou, A. G., 229
Pareto, V., 92, 291
Parijs, Ph. van, 79, 81, 189, 191
Parsons, T., 50, 68-70, 72, 74
Pawlowski, T., 111, 116
Perdomo Reyes, I., 126
Prez Sedeo, E., 31, 35
Piaget, L., 72, 127
Popper, K. R., 23, 28, 52, 58-68, 84,
123, 125, 126, 128, 141, 151, 161,
165, 167, 171-179, 181, 182, 196,
197, 222, 227-229, 231, 233-235,
239-241, 246, 248
Popkewitz, T., 275
Prichard, J. C., 32, 33
Przeworski, A., 79
Putnam, H., 115, 280
Quesada, D., 195
Quine, W. V., 227, 252, 281, 299
Radclife-Brown, A. R., 72, 75
Ramsey, F. P., 118
Rechenbach, H., 52
Redman, D. A., 231, 251, 252
Rescher, N., 281, 282, 285, 298
Retzius, A., 31
Ricardo, D., 24, 132
Rickert, H., 44-46
Ricoeur, P., 77, 254
Ritzer, C., 262
Robbins, L., 57
Robinson, J., 309, 310
Rodrguez Braun, C., 20
Roemer, J., 79, 82
Rose, A., 78
Rose, H., 288
Rose, S., 288
ndice onomstico
Rosenberg, M., 56
Rosenberg, A., 139-141, 231, 248, 251,
252
Rosenthal, R., 109
Rubio Carracedo, J., 22, 44, 69, 73, 7678, 198
Rudner, R. S., 56, 78, 81, 119, 120,
189, 195, 196, 199, 282, 283
Russell, B., 52, 127, 157
Russett, C. E., 31
Ryan, A., 56, 76, 78, 80, 81, 116, 165,
190, 196
Ryle, R., 52
Sagan, C., 32
Saint-Simon, 22, 23
Salanti, A., 229
Salmon, W. C., 61, 108, 126, 128, 129,
151-156, 159, 160, 186-188
Samuelson, P. A., 57, 91
Sanvisens, A., 73, 76
Sargent, T. J., 293
Sartori, G., 102
Saussure, F., 73, 77
Schffle, A., 41
Schiller, F., 32
Scriven, M., 163
Sen, A., 90, 92, 93, 291
Shapere, D., 115
Sheamur, J., 239
Sherman, L. W., 260
Shlick, M., 52
Shweder, R. A., 265
Shils, E., 50
Simon, H. A., 120, 141, 173, 175, 182,
183, 286, 293-297, 309
Slovic, P., 295
Smith, A., 17, 19-21, 85, 209, 252, 253,
288, 293
Smith, D., 103
Sneed, J., 198, 199, 202
Sober, E., 79
Spencer, H., 29, 35-39, 41, 102, 223
Spohn, W., 156
Spurzheim, J. G., 30, 31
Stanley, J., 106
Stegmller, W., 198-200
Sugar, A., 198, 199
343