BRASILEÑA

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Primer Parcial: Literatura Brasilea y Portuguesa

Alumna: Vernica Prez


DNI: 29788962
Profesora: Adriana Kogan

Clarice Lispector: La hora de la estrella / La bella y la bestia


5)

Tanto en La hora de la estrella como el cuento La bella y bestia se plantea el

tema de la otredad. Esta cuestin nos permite reflexionar acerca de los modos de narrar ese
encuentro y figura del otro.
Se observa en Clarice una preocupacin por el proceso mismo de escritura. En ella
se pone de manifiesto la cuestin de los modos de representacin del otro. Este aspecto nos
interesa en la medida en que al narrar a ese otro no busca reparacin alguna, como s
ocurra en la tradicin de la novela social brasilea. La novedad est precisamente en esa
impunidad con la que se narra a otro, lejos del estereotipo bueno de la novela nordestina.
Clarice en su novela opta por el camino inverso, y a aquella vida marginal la destituye de
cualquier atributo, la expone en su precariedad absoluta.
La escritura es el lugar en el que el sujeto pierde sus atributos y puede
metamorfosear la basura en estrella. El otro puede ser insignificante (como es
Macabea o Rodrigo) pero su pulsacin misma en su vida precaria, ya trae un brillo
gozoso que la novela se preocupa por revelar (Aguilar, 2011: 11)

Este procedimiento abre otro camino para pensar cmo se configura desde la
literatura un encuentro posible, una manera de escribir sobre el otro, sin apropirselo.
Podemos pensar que la operacin que realiza Lispector no es de escribir sobre el otro sino
que en su escritura se juega un proceso de despersonalizacin, dando lugar a una narracin
desde aquello que se transforma en uno en contacto con el otro. Se establece as cierta
forma de comunidad en la literatura.
Espsito, en su texto Comunidad y nihilismo pone en juego la nocin de herida,
que resulta central en este abordaje en la medida que podemos reflexionar acerca de la
carencia y la falta, desde la cual se vinculan los individuos en una comunidad:
Esto significa que, cuando se habla del ser-en-comn o comunal como del
continuo en el que cae toda existencia que haya roto los propios lmites individuales,
no hace falta entender este continuo como un todo homogneo esa es,
precisamente, la perspectiva nihilista. Ni tampoco como el ser como el Otro del
ser, sino ms bien como ese vrtice el numus comn en el cual el continuo es

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uno con el discontinuo, como el ser con el no ser. ste es el motivo por que la
mayor comunicacin no tiene el aspecto de una adicin o de una multiplicacin,
sino ms bien de una sustraccin. Una sustraccin que no tiene lugar entre el uno y
el otro, sino entre el otro del uno y el otro del otro. (Espsito, 2009: 75)

Esto manifiesta un movimiento en el cual la identidad de un individuo alcanza un


lmite, se diluye, dando lugar al otro. Es decir, el vnculo no se da desde lo comn, sino ms
bien, desde esa instancia en la que sobreviene el despojo de la identidad, del sentido
individual, para abrir paso al encuentro con una singularidad del otro. La accin de esta
historia tendr como resultado mi transfiguracin en otro (Lispector, 2011:30). En este
sentido la escritura de Clarice es clave, en la medida en que ella trabaja la
despersonalizacin la prdida de la individualidad y la repersonalizacin, la fusin, o
ms bien, el devenir, en el encuentro con el otro. La narracin se nos presenta como un
laboratorio de este tipo de experiencias.
La hora de la estrella marca una tensin constante a partir de la relacin que se
establece entre el personaje-narrador, Rodrigo S.M., la figura de Clarice, y Macabea.
Mediante una superposicin de voces y de historias evidencia la imposibilidad de la
representacin: tengo un personaje en ebullicin entre las manos y que se me escapa a
cada instante deseando que yo lo recupere. (Lispector, 2011: 31). Este tipo de escritura
slo persigue captar la singularidad de una vida, no representarla, ni imponerle una
materialidad, sino rastrear los fragmentos de esa vida, y crear una zona de vecindad.
Cuando el narrador se propone hablar con palabras sencillas de la vida de Macabea
porque es precaria evidencia cierta reflexin sobre la actividad literaria: el propsito no es
apropiarse de esa vida marginal, imprimirle una forma determinada, hacerla entrar dentro
de un campo de significaciones, sino revelarle la vida, entregarse a esa fuerza que crece
en el interior del autor. Rodrigo declara: Ella era subterrnea y nunca haba florecido.
Miento: ella era hierba. (Lispector, 2011: 40) La imagen de la hierba que crece, informe,
es un elemento ms de los muchos que encontramos a lo largo de la novela para pensar la
desarticulacin de una concepcin clsica de representacin, de construccin de un sentido,
para abrir el juego a un tipo de escritura donde, por ejemplo, el autor es un personaje que se
va haciendo en la narracin, y la escritura misma no cesa de reflexionar-se.
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Al alejarnos de la posibilidad de representar, podemos pensar la literatura como ese


espacio donde se produce y se registra el encuentro/cruce/reconocimiento con el otro. Y
esta experiencia incorpora la mediacin del cuerpo: Yo no soy un intelectual, escribo con
el cuerpo (Lispector, 2011:26). La implicancia del cuerpo nos permite descubrir aqul
proceso de despersonalizacin, de despojo de la identidad constituida, para enlazarse as
con aquella vida inacabada e impersonal. Esta encrucijada se produce de manera triangular,
entre la escritora Clarice, el narrador Rodrigo y la dactilgrafa Macabea. Pues bien: la
dactilgrafa no quiere bajar de mis hombros. (Lispector, 2011: 31)
El artculo indefinido nombra a aquello que est des-subjetivizado, destituido de sus
atributos, como Macabea: La dactilgrafa viva en una especie de aturdido nimbo, entre
cielo e infierno. Nunca haba pensado en yo soy yo. Creo que juzgaba que no tena
derecho, ella era algo azaroso. (Lispector, 2011: 45); o como el mendigo de La bella y la
bestia, De repente pens: ni me acord de preguntarle su nombre. (Lispector, 2013:
120), este movimiento en el final del cuento evidencia a la figura del mendigo en una
situacin de despojo, sin nombre, con una herida en la pierna como nica distincin.
Ambos personajes actan en consonancia con la particularidad del sistema
capitalista, como una herida: aquella parte del cuerpo expuesta, que deja ver lo que debera
permanecer oculto. En el cuento, el mendigo se presenta como la herida social que produce
un efecto determinado en la vida de Carla. Esa herida est presente tambin al nivel de la
narracin, en tanto interrupciones y fisuras Despus. Despus. Silencio. Pero de repente
aqul pensamiento gritado (Lispector, 2013:117)-, como exposicin misma de una
rasgadura, una apertura que evidencia, precisamente, una fisura en la organicidad del
cuerpo.
La narracin da cuenta del proceso que atraviesa Carla a partir del cruce con el
mendigo, la instancia en la cual vislumbra que aqul personaje marginal y ella son lo
mismo, estn hechos de la misma materialidad, la misma carne: De repente lo saba: ese
mendigo estaba hecho de la misma materia que ella. Simplemente eso. El por qu es lo
que era diferente. (Lispector, 2013:118) Ese por qu se corresponde con los procesos de
subjetivacin y normativizacin sociales, mientras que, lo que comprende el personaje en
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ese encuentro es, precisamente, que en el despojo de su individualidad constituida es que es


posible el vnculo con el mendigo, Pero en la avenida Copacabana todo era posible:
personas de cualquier especie. Por lo menos de una especie diferente a la de ella. A la de
ella?.De qu especie era ella como para ser a la de ella?. Ella-los otros.(Lispector,
2013:111)

Si Macabea, ese ser enajenado, encarna una pre-subjetividad en la medida en que no


posee ningn atributo ni un anclaje social se podra equiparar al mendigo en tanto vidas
inacabadas. Carla por su parte pertenece a una clase bien delimitada que le da seguridad:
Carla de Sousa y Santos. Eran importantes el de y el y: indicaban clase y cuatrocientos
aos de tradicin carioca (Lispector, 2013: 110). Mientras que Rodrigo S.M o Clarice
asegurados en un determinado estrato social se entregan al contacto con el otro que los
destituye de s, de su identidad, y los hace ser uno con el ser del otro, establecer as un lazo
comunitario desde la sustraccin.
Ferrz: Manual prctico del Odio
5)

El Manual Prctico del Odio delimita dos espacios geogrficos opuestos: la favela y

la clase alta/media. Estos espacios eran tradicionalmente caracterizados mediante la voz


del discurso social dominante, a saber: la burguesa. No obstante, esta novela imprime otra
musicalidad, otro punto de vista, otra voz, a saber: la voz de la periferia. El Manual
Prctico del Odio presenta una inversin en el orden del discurso, puesto que la voz es
tomada por el otro.
Como fenmeno social, expresin de los guetos, escritura del otro,
denuncia, la literatura marginal es puro aplauso. Como objeto de estudio y tesis de
sociologa, antropologa, historia e incluso geografa social, estamos delante de una
discursividad nueva e interesante. No quedan ms dudas, el pobre tom la palabra y
gan voz activa, dispensando de intermediaciones y creando dicciones propias.
(Buarque de Hollanda, 2014: 282)

Aun cuando

la separacin de estas dos realidades se encuentre fuertemente

marcadas, hay diferentes zonas de contacto que diluyen los lmites y hacen que los
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individuos que habitan estos espacios sean difciles de encasillar. En este punto, la funcin
del odio no es solamente importante sino tambin fundacional para la dialctica que se
establece entre ambas zonas. La verdadera trama es la del aprendizaje del odio, del miedo
y el amor () Yendo ms profundo, sa es la expertise que asusta en Ferrz. Que detiene
el entendimiento de las razones del odio y de la violencia (Buarque de Hollanda, 2014:
285)
El odio y el miedo funcionan como extremos opuestos que dividen a la sociedad en
dos. Negro Duda aprendi mucho en la construccin civil, aprendi que los ricachones
dueos de las constructoras no registran a nadie, aprendi que los edificios son levantados
por peones como l sin contratos ni garanta reciban menos de lo debido (Ferrz, 2014:
50). La imposibilidad de ascender socialmente, de escapar de la realidad de la pobreza hace
que el odio hacia afuera sea la forma en que ellos tengan para contraatacar ese miedo, Es
hora de vengarme, el hambre se volvi odio y alguien tiene que llorar (Ferrz, 2014:52)
Periferia y prisin son territorios caracterizados en Brasil por el abandono del
Estado (Penna, 2011:290). La periferia est plasmada como una prisin fsica y mental de
la cual sus habitantes no pueden salir. La brecha social est presente a lo largo de toda la
novela, la nica diferencia entre los jvenes que robaban y los robados era el muro social
que divide al pas (Ferrz, 2014:57)
Vivir en una prisin equivale a no tener nada que perder, no solamente por el
hecho de no poseer nada, sino porque lo nico que poseen (la vida) no tiene valor. El odio
se convierte en una violencia que produce miedo, un miedo que se incrementa, iniciando
as un crculo vicioso sin fin: ms miedo, ms odio; ms odio, ms miedo.
El entrelazamiento de estos dos espacios est mediado por individuos que forman
parte del sistema burgus capitalista. La policas debiera representar la ley, el orden que
contiene a la sociedad es aqu el lazo entre la una clase que vela por sus propios intereses, y
un margen donde la nica ley que vale para el excluido es la de su propia supervivencia.
Estos individuos, piezas fundamentales para que el capitalismo siga funcionando, tambin
son ladrillos fundantes de las relaciones econmicas y sociales que se dan dentro de la

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favela. El odio est fundado en la brecha social, en la exclusin que tiene como base al
dinero.
El teln de fondo de la escritura de Ferrz es el genocidio de los pobres.
Pero en esta labor mortfera estn empeadas no solamente las fuerzas del orden
() sino tambin los propios habitantes de la periferia, que se matan unos a otros
() El mundo hobbesiano retratado aqu es aquel en que la totalidad de las
relaciones sociales estn determinadas en el binomio dinero y guerra (Penna, 2014:
298)

El odio como elemento constitutivo de la otredad, de la exclusin, se explica


radicalmente en dos escenas claves, ubicadas estratgicamente al principio de la obra y al
final. La conversacin de Regis con la patrona de su madre:
La patrona de la madre de Rgis le dijo una qued en l para siempre, y l
la guarda como el comienzo de su indignacin, como el comienzo de todo el odio
que nutra por quien tena todo lo que l siempre quiso tener, dinero. Un da durante
una conversacin entre la patrona y su madre, la patrona le pregunt de qu barrio
eran, su madre le dijo el nombre del barrio, la patrona pas la mano por la cabeza del
pequeo y dijo:
-Entonces es ste muchacho el que un da va a crecer y me va a robar?
(Ferrz, 2014: 54)

Hacia el final de la novela se escenifica la charla telefnica que Dinoitinha mantiene


con la duea del auto: -Seorita, es que mi padre muri- Andate a la puta que te pari,
nene, no tengo tiempo para esto, carterista- (Ferrz, 2014: 258). En ambas escenas se da un
choque entre estas dos realidades polarizadas. Por un lado, por dos mujeres adultas de la
clase alta brasilera y por otro, por la inocencia de los nios de las favelas. Lo fundamental
de estas escenas es su rol fundacional en la relacin dialctica de odio/miedo.
Rgis explica que ese es el momento en que el odio por la otra gente naci. El
miedo de esta mujer hacia ese nio es lo que produce el odio en Rgis. El odio en Rgis se
transforma en violencia. Es lgico inferir, siguiendo esta lnea de pensamiento, que esa
escena final en que la mujer le corta el telfono a Dinoitinha, va a tener el mismo efecto
catalizador que el de la patrona de la mam de Rgis tuvo en l.

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De esta modo, se puede suponer que lo el narrador est haciendo es denunciar a esa
clase media/alta. Es un llamado a la reflexin y al cambio de la dialctica odio/miedo.
Escribir desde el punto de vista del asesino denuncia el simulacro de criminalidad
contenida en el programa de la escritura marginal. Simulacro que se distingue
firmemente de la prctica criminal (Penna, 2014:299)
Dentro de la comunidad perifrica este odio

establece una divisin entre los

individuos que viven en ella. La narracin se centra en los seis integrantes de una cuadrilla
de ladrones, amplia a su vez a las relaciones que establecen con otros. Los miembros de
este grupo son: Rgis, Celso Capeta, Aninha, Neguinho da Mancha na Mo, Mgico y
Lcio F. Los antagonistas en esta historia son Modelo y la polica. Ambos bandos, son
miembros de la quebrada (por ms de que algunos no vivan all).
Toda la trama se acelera en la virtuossima narracin multiperspectiva del
asalto, montada como un rompe-cabezas, entrevisto a partir del punto de vista de cada
uno de los participantes, cada uno viendo a los otros en accin, en un montaje virtuoso.
Pero nada se junta: el conjunto se rompe como un frgil vaso de cristal arrojado con
fuerza contra la pared (Penna, 2014:300)

La novela muestra un quiebre dentro de esa comunidad, el odio entre los habitantes
de la quebrada se basa en leyes y cdigos de convivencia que se rompieron: ley que la
favela tena de respeto mutuo con los vecinos (Ferrz, 2014:119).
El hecho de que haya ciertas leyes y cdigos que no se pueden romper, hacen que la
unin de Modelo con la polica se pueda entender como el peor acto de brutalidad que se da
en la narracin (an ms siniestro que las muertes y los asaltos que los mismos personajes
protagonizaban). El otro en esta instancia se desdibuja, el odio abre una nueva ruptura
dentro de un orden social que pareca establecido.
Al final, la novela suprime el juicio y hace que lo criminal se entienda dentro del
marco de pobreza, exclusin y desigualdad. El lector lejos de horrorizarse ante la
representacin de lo marginal gana empata. El peligro estara en no ver una salida posible,
esto, sin embargo se resuelve hacia el final de la novela. La novela es riesgosa en su
diagnstico. Admite, sin embargo, un pequeo margen de concientizacin, de aprendizaje o

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de cambio: al borde de la muerte, con un tiro en la barriga, Rgis vuelve a su casa, y en un


monlogo interior planea cambiar su vida (Penna, 2014:302)

BIBLIOGRAFA
AGUILAR,G. La intensidad de los perros vagabundos: la introduccin a La hora de la
estrella en La hora de la estrella, Buenos Aires, Corregidor,2011.
BUARQUE DE HOLLANDA,H. La literatura ms all de la marginalidad en Manual
prctico del odio, Buenos Aires, Corregidor, 2014
ESPOSITO, R. La comunidad y nihilismo, en Comunidad, inmunidad y biopoltica,
Espaa: Herder,2009.
FERRZ. Manual prctico del odio, Buenos Aires, Corregidor, 2014
LISPECTOR,C. La bella y la bestia o la herida demasiado grande en La bella y la
bestia, Buenos Aire, Corregidor, 2013.
LISPECTOR, C. La hora de la estrella, Buenos Aires, Corregidor,2011.
PENNA,J. Territorio Ferrz en Manual prctico del odio, Buenos Aires, Corregidor,
2014

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