Filosofía Contemporánea

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La filosofa contempornea es aquella filosofa que se desarrolla en el perodo actual de

la historia de la filosofa occidental, es decir, que corresponde a la Edad Contempornea


(siglos XIX, XX y lo que va del XXI). Por extensin, se llama tambin con este nombre a la
filosofa producida por filsofos que an estn vivos. No debe ser confundida con la
filosofa moderna, que inici en el Renacimiento y culmin con el fin de la Ilustracin
(aunque algunos ubican su conclusin en el siglo XIX o hasta entrado el siglo XX). La
filosofa contempornea supone una ruptura conceptual con la filosofa moderna, derivada
de la crisis de los valores y las premisas del pensamiento ilustrado. El resultado fue un
amplio abanico de corrientes filosficas, muchas de las cules nacieron en franco
antagonismo unas con otras y posteriormente fueron conjugadas en nuevas corrientes
que asimilaron dicho antagonismo o que trataron de conciliar diferencias. Son corrientes
contemporneas: el vitalismo, el marxismo, el positivismo, el neopositivismo, el
existencialismo, el estructuralismo, el posestructuralismo, el posmodernismo, entre otras.
Es una miscelnea la filosofa contempornea
La filosofa contempornea se extiende desde fines del siglo XVIII hasta nuestros das.
La revolucin industrial a partir de 1789, con el descubrimiento de la mquina a vapor en
Inglaterra, produce una revolucin tecnolgica que modifica totalmente la antigua forma
manual de producir que reemplaza al hombre por las mquinas y la manufactura
individual por la produccin en serie.
Este hecho histrico y las guerras ponen de relieve las contradicciones de la sociedad
inspirando a movimientos filosficos, como el de Hegel.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831) filsofo alemn que sigue a Kant, Fichte y
Schelling, marca la cspide del idealismo y se caracteriza por un sistema racionalista
absoluto.
La base de su pensamiento es el concepto de dialctica como modo de alcanzar el
conocimiento, como un proceso histrico que tiende al absoluto que se identifica con el
Ser real.
La dialctica es el mtodo filosfico que procura definir y resolver las contradicciones del
pensamiento y de la realidad histrica.

Puede considerarse a Herclito como precursor de la dialctica al concebir la realidad


como un devenir por la fuerzas de los contrarios.
La dialctica idealista hegeliana supone un proceso de tesis y anttesis y como superacin
de ambas la sntesis ms alta y elaborada que a su vez se puede convertir en una nueva
tesis.
La filosofa Hegeliana se considera un mtodo y una teora de toda la realidad.
Un aspecto de esta doctrina pone el nfasis en la historia y otro aspecto en la dialctica y
su aplicacin a los problemas de la realidad cultural, poltica y econmica de su tiempo.
El indiscutible aporte del hegelianismo es la de destacar la historicidad de los hechos y la
posibilidad de racionalizarlos.
El sistema de Hegel oblig a la cultura a ocuparse de los problemas de la historia y Marx
fue el encargado ms relevante, de llevar el idealismo dialctico hegeliano a la realidad
material.
Karl Marx, (1808-1883), filsofo poltico, economista y revolucionario alemn, traslada la
filosofa de Hegel a la historia y la transforma en el Materialismo Dialctico.
En Pars se contacta con Fredrich Engels que fue un colaborador de toda su vida y
escribe su libro ms famoso, El Capital, que es una crtica al Capitalismo.
El Marxismo, ideologa y teora socioeconmica desarrollada por Kart Marx y Friedrich
Engels, considerada un determinismo econmico porque sostiene que en toda sociedad lo
econmico es lo ms importante en ltima instancia, constituye la base fundamental del
comunismo.
Segn esta doctrina, toda persona tiene derecho a disfrutar del producto de su trabajo.
Pero en un sistema capitalista la sociedad est dividida en dos clases, el proletariado, que
vende su fuerza de trabajo sin ver su producto y los dueos de los medios de produccin
que no trabajan.

Este estado de alienacin de la clase proletaria podr ser superado una vez que los
trabajadores recuperen los medios de produccin y se termine la lucha de clases; y la
revolucin es la nica forma de lograrlo.
Posteriormente, la teora de Marx y Engels se transforma en el Leninismo y el Maosmo
que son llevados a la prctica en Rusia y China.
La filosofa de Hegel tuvo amplia repercusin en el pensamiento de casi todos los pases,
que reflejan en general un tipo de actitud idealista frente a los diversos problemas; como
la dialctica existencialista de Kierkegaard(1813-1855), en abierta oposicin a Hegel, que
defenda la imposibilidad de la conciliacin de los contrarios.
La vida par Kierkegaard se vive como una paradoja. No existe una continuidad entre tesis
y anttesis a travs de la sntesis, porque la diferencia cualitativa entre los contrarios es
infinita y porque el pensamiento que tiene por objeto lo universal y abstracto, se da en una
existencia finita.
La unidad entre pensar y ser slo se da en Dios. Kierkegaard es un pensador subjetivo
que reconoce como nico conocimiento esencial la relacin del hombre con la realidad,
que como totalidad le es inalcanzable.
EXISTENCIALISMO. FILOSOFA EXISTENCIALISTA.
Presupuestos. Aun cuando el e. sea un movimiento filosfico del s. xx,
sus races y antecedentes deben ser buscados en algunos pensadores
de la primera mitad del s. xix. Sin lugar a dudas, es la figura enigmtica
de Sren Kierkegaard (1813-55; v.) el precedente ms directo de esta
corriente. Su filosofa se nos presenta como antpoda al panlogismo
hegeliano, como la oposicin ms dura al sistema y a la idea
absoluta (v. t1EGEL). El solitario pensador dans reclama los
derechos del individuo, del existente que parecan absorbidos por la
pura lgica del pensamiento. El grito de alerta de la filosofa existencial
est maravillosamente expresado en aquellas palabras que el
dramaturgo H. Ibsen (v.) pone en boca del director de la casa de locos
en Peer Gynt: La razn absoluta ha muerto. Viva el hombre!. El e.
extrema, pues, la tensin individuo-universalidad, ser concreto (la

existencia de cada hombre)-ser puro, abstracto. En este sentido, no hay


que negar, sino, en todo caso, radicalizar su encaminamiento
metafsico. El e. se presenta, tras este previo examen, como un
cuestionar por el ser (v.), en una dimensin hondamente ontolgica,
aunque truncada y parcial. Lo qu acontecer es que ese ser por el cual
nos preguntamos coincidir en el e. con el ser propio de la subjetividad
humana (v. SUBJETIVISMO); el planteamiento metafsico del e. aboca
a una antropologa (v.). La pregunta clsica por el ser cede sus
derechos a un mero interrogar en el que el ser que cuestiona y aquello
por lo cual se cuestiona coinciden. Ese punto de encuentro es para el e.
nuestra

propia

individualidad.

La antropologa existencialista. La manera en que la individualidad


es entendida supone un corte con la antropologa clsica. Esta
ontologa de lo concreto-individual, de la existencia humana, va a
despojar de ella todo contenido sustancial propio, dejndola reducida al
hecho bruto de existir, al factum de su individualidad abierta al mundo y
coligada en el conjunto de las restantes individualidades. La filosofa
de la existencia aspira a desterrar todo robinsonismo o individualismo
antropolgico en el que por cargar las tintas en la consistencia de la
subjetividad, se le niega la extroversin a lo real que dicha filosofa ve
como un constitutivum de sta. Existir es existir-con; en ningn caso la
existencia se erige en tal si el propio acto por el que sta toma
conciencia de s no va acompaado de un acto de afirmacin en el
mundo -el hombre es ser-en-el-mundo (Heidegger; v.)- y de un saberse
acompaada de otras existencias -la autntica categora de existencia
slo

se

logra

en

la

comunicacin

(Jaspers;

v.).

La ruptura del e. con la manera clsica de entender al hombre (v.)


radica en la no afirmacin por su parte de un elemento esencial que
acompae a la existencia (v.). Heidegger considera insostenible toda
postura que trate de sustancializar al individuo; pensar que en ste la
existencia (v.) pueda ser compartida con la esencia (v.) es, segn l, un
absurdo absoluto, pues ello equivaldra a negarle la apertura al mundo y

a los otros que le son propias (cfr. Ser y Tiempo, Mxico 1953). Sartre
(v.) ir mucho ms lejos: el pour-soi (para-s) aparece como un vaco de
ser en el que se destaca la realidad maciza del en-so (en-s). La
existencia queda reducida, en esto coinciden ambos pensadores, al
hecho de haber sido, a su realidad ya cumplida. De aqu la
importancia de la temporalidad para este tipo de ontologas (v. TIEMPO
II).
Tal vez, la antropologa jaspersiana sea una excepcin a esta tesis.
Hay que tener presente su teora de la libertad y de la
comunicacin. La primera se revela a Jaspers como asida a un
fundamento ltimo, incuestionable: mi existencia, un lmite que al
trascender aparece en franqua absoluta al Ser, a la Trascendencia (v.).
El enquiciamiento de todos mis actos a tal fundamento descubre al
existente como portador de una cierta consistencia, por la que aqullos
cobran continuidad y sentido, en la intimidad misma de su ser. Para que
la comunicacin sea posible -filosofar en la comunicacin es el
imperativo del pensamiento jaspersiano (cfr. Filosofa, Madrid 1958-59)se requiere que las existencias que se aprestan al dilogo se coloquen
en un nivel idntico y ello slo puede acontecer bajo el supuesto de la
existencia de una estructura comn a ellas y condicin indispensable
del

dilogo.
Gabriel Marcel (v.) est en una postura ambigua, a caballo del

sustancialismo clsico y del fenomenismo (v.) existencial (como


antecedentes pinsese en Hume, v.; Dilthey, v.; Bergson, v.; etc.). Si con
el fenomenismo est de acuerdo en la negacin de un ncleo esencial
en la persona (Du refus a Pinvocation, 1940); en consonancia con lo
que hemos llamado sustancialismo acepta ver en ella una continuidad
en sus actos, debida no a factores meramente histricos, sino recibidos
por la herencia e inherentes a mi propio ser (Figaro littraire, 19 jun.
1948;

V.

PERSONA).

Rasgos caractersticos. Tomando como punto de arranque la

existencia individual, y bajo el supuesto que venimos comentando,


podemos sealar los rasgos caractersticos que esta metafsica
antropolgica, en general ambigua, ve en la vida humana, lo cual
servir igualmente para comentar la temtica propia del existencialismo.
El hombre aparece como un ser nunca acabado, en continuo
realizarse. Al igual que para Ortega y Gasset (v.), para el filsofo de la
existencia, la vida no nos ha sido dada hecha, sino que tenemos que
ir hacindo nosla nosotros mismos, ganndonosla (v. VITALISMO). Ante
el hombre se abre un abanico de posibilidades, posibilidades cuyo
sucesivo cumplimiento va anulando el de las restantes, convirtindolas
en imposibilidades. Pero el hecho de seguir a una posibilidad u a otra
slo es factible porque ante ellas puedo decidirme, elegir. El problema
de la eleccin y el de la libertad que tal supone van a remitirnos a otros
dos, claves en la analtica existencial: la responsabilidad (v.) y la finitud
(v.

CONTINGENCIA).
Porque puedo elegir una posibilidad u otra, me veo a m mismo

como

ser

responsable;

la

conciencia

de

la

libertad

connota

forzosamente esa conciencia de ser-deudor, de culpa que acompaa a


mi realizacin existencial (v. CULPABILIDAD iII). El tema de la fidelidad
(v.) (Treue), fidelidad conmigo mismo, con los otros, con mi situacin
histrica, etc., es de gran importancia para la temtica de una tica
existencial, y con l se subraya el estado de inseguridad, de
preocupacin que le adviene al ser-en-elmundo. Todo ello campea en
torno al tema de la libertad, libertad que es rotundamente afirmada por
los existencialistas; nicamente difieren en la manera de entenderla: por
su referencia a un fundamento trascendente (Jaspers), o pensando que
la ausencia de un fundamento (Un-grund) es la nica solucin posible,
pues una libertad fundamentada es considerada como contradiccin
rotunda (Heidegger), o fundamentndola en el propio individuo (Sartre),
etc. (v. LIBERTAD). Y supone una vinculacin estrecha entre libertad,
existencia y temporalidad, en la medida que la segunda es tal por ese
realizarse continuado que se me revela en el cumplimiento de las

posibilidades, lo cual se logra desde el horizonte de la temporalidad. De


aqu la importancia que este tema tiene para el existencialismo (ya
Kierkegaard resalt el asentamiento temporal de la existencia humana,
cfr. Esttica y tica en la formacin de la personalidad, Buenos Aires
1959), y el porqu de haberse desarrollado una filosofa existencial de
la

historia

(v.).

La misma temporalidad remite a la finitud, en la medida que el


hombre cobra conciencia por la primera de su carcter de serinconcluso. Para unos la finitud surge ante la nada (v.); o bien porque
nos causa extraeza el mismo existente, ya que ms razn hay para
que no hubiese nada que para que haya ser (M. Heidegger, Qu es
Metafsica?, Buenos Aires 1970); o porque es la misma nada la que
habita en el interior del hombre hacindole darse cuenta de su
condicin de pasin-intil (J. P. Sartre, El Ser y la Nada, Buenos Aires
1950). Diramos que Heidegger ha llevado a cabo una ontologizacin de
la nada, elevndola a la categora de ser, y Sartre, una esencializacin
de ella al ubicarla en el hombre y desplazar de ste cualquier referencia
esencial (J. J. Rodrguez Rosado, El tema de la Nada en la filosofa
existencial, El Escorial 1966). Para otros, como Jaspers, la finitud se
revela por un continuado abrirse a la realidad en busca de un Ser ultra o
supra-objetivo que se nos da allende toda inmanencia. La imposibilidad
de que nuestra bsqueda se cierre con el conocimiento de dicho Ser
implica la infinitud (potencial) de ese realizarse humano (en ninguna
realidad conocida podemos detenernos), y su propia finitud; y, ya que
ninguna de esas realidades aparecen como un Ser infinito que ponga
punto final a nuestro cuestionar, implica tambin su fracaso (R. Almazn
Hernndez, Carlos Jaspers: Una filosofa del fracaso, del amor y de las
cifras, en Estudios de Metafsica, Univ. de Valencia 1970-71). La
filosofa de la existencia es una filosofa, en cierto sentido al con-trario
de la escolstica o en otro sentido del marxismo, de la finitud.
Nuestra finitud, nuestra angostura manifiestan el temple de la
angustia (v.) (Angst). Tan estrechos, tan finitos, tan angostos somos

que, segn el e., no tenemos ms remedio que angustiarnos. Pero no


nos angustiamos ante nada concreto, ante ello sentimos miedo, sino
que el hecho de la angustia se nos ofrece ante la nada (vor dem
Nichts). Esta actitud se explica en el e., dado que olvida el destino
trascendente del individuo, y con l, a Dios (cfr. A. Gonzlez Alvarez, El
tema de Dios en la filosofa existencial, Madrid 1945). Si para
Heidegger, el hombre es ser-para-la-muerte (Sein-zur-Tole) como
ltima de sus posibilidades, callando ante la pregunta de un ms-all (el
tema de Dios y lo sagrado en el segundo Heidegger no ha quedado
suficientemente claro), para Sartre el hombre es ser-para-la-nada,
quedando anulada por esta segunda toda posibilidad de Trascendencia,
ya que Dios quedara como un ser absolutamente contradictorio.
Jaspers abre un resquicio a un posible tesmo (! ) existencial. La
existencia se explica slo por relacin a lo Trascendente, en la misma
estructura existencial reside su orientacin a lo Absoluto, un lmite de
todo el lmite, impenetrable a la ratio finita del hombre y al cual llegamos
sirvindonos de la f e filosfica. La voz de Gabriel Marcel (se ha
calificado a su filosofa de socratismo catlico) es una llamada a la
esperanza. El pensador francs destaca el estado de homo viator
consustancial a la persona humana y se declara defensor de una
comunin con Dios que se nos da en un acto de aceptacin, de fe,
comprometedor de la totalidad de la existencia (tre et avoir, 1935).
V. t.: III-1V; SITUACIN, TICA DE; SER; ESENCIA; SUSTANCIA;
EXISTENCIA;
ATESMO.

HOMBRE;

PERSONA;

LIBERTAD;

ESPERANZA;

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