El Patriarcado - Alicia Puleo
El Patriarcado - Alicia Puleo
El Patriarcado - Alicia Puleo
social superada?
Por Alicia H. Puleo
formas se van adaptando a los distintos tipos histricos de organizacin econmica y social,
preservndose en mayor o menor medida, sin embargo, su carcter de sistema de ejercicio del
poder y de distribucin del reconocimiento entre los pares. Respecto de esto ltimo, agregar un
sencillo ejemplo: todas las semanas me sigue asombrando la abrumadora dosis de reconocimiento
intelectual y artstico que adjudican los suplementos literarios de todos los peridicos a creadores
consagrados y noveles frente a la exigua racin otorgada a las creadoras de cualquier rango. Es
evidente que, del siglo XVIII a nuestra poca, no ha cambiado demasiado la percepcin del genio
como eminentemente viril.
Reflexionando sobre el patriarcado y los obstculos que pone al reconocimiento del genio en una
mujer, en su libro La poltica de las mujeres (Ctedra, 1997), Amelia Valcrcel subraya justamente
que el acceso a la igualdad pasa tanto por la democracia paritaria y el empleo femenino como por
el reconocimiento de la individualidad y del mrito en las mujeres y que un buen comienzo es la
prctica de la solidaridad entre las mismas mujeres (excepto en el caso de que sta implicara
apoyo a medidas o ideologas contrarias a la emancipacin). En Malas (Aguilar, 2002), Carmen
Alborch ha examinado, a la luz de numerosos ejemplos, la rivalidad entre mujeres y los obstculos
para la solidaridad, dificultades relacionadas con la falta de autoconciencia de pertenecer a un
colectivo histricamente discriminado. Descubrir la trama de la red socio-cultural en la que vivimos
y de la que hemos extrado elementos para la constitucin de nuestra propia identidad no es tarea
sencilla.
La desaparicin de los elementos coercitivos tanto en el plano de la ley como en el de las
costumbres se debe fundamentalmente a las luchas del feminismo. Con ello me refiero tanto a su
primera manifestacin masiva con el sufragismo que conquist el derecho al voto, como a la
segunda ola de los sesenta-setenta del siglo XX, con su profunda transformacin de las
relaciones afectivo-sexuales, y a las investigaciones acadmicas, grupos locales y polticas de
accin positiva de mbito nacional e internacional que existen actualmente. Muchas son las tareas
pendientes y una de ellas, como seala Alicia Miyares en Democracia feminista (Ctedra, 2003) es
reconocer y asumir que el feminismo es una teora que ha de vertebrar la prctica poltica.
La consideracin de la violencia contra las mujeres, antao considerada parte del orden natural de
las cosas, como un grave delito relacionado con el sexismo es un paso fundamental para terminar
con una tradicin que no reconoce la autonoma a la mitad de los seres humanos. Que muchos de
los asesinatos de mujeres sean realizados por hombres que no aceptan la ruptura de la pareja es
significativo. La mat porque era ma, concepcin subyacente a estos crmenes, es una de las
expresiones ms trgicas del orden patriarcal o sistema estratificado de gnero. Por sta y otras
asignaturas pendientes como la gran desigualdad en el acceso a los recursos y al reconocimiento,
no puede decirse como han hecho algunas pensadoras de la diferencia sexual, que el patriarcado
ha muerto porque ya no existe en la mente de las mujeres.
P.-S.
Alicia H. Puleo es Ctedra de Estudios de Gnero de la Universidad de Valladolid.
Texto publicado en "Temas para el debate" n133, diciembre 2005,pp.39-42.