Cómo Es Que Dios Les Habla A Sus Elegidos
Cómo Es Que Dios Les Habla A Sus Elegidos
Cómo Es Que Dios Les Habla A Sus Elegidos
Cmo puede un creyente andar en la vida sin buscar de Dios en oracin, sin escudriar las Escrituras,
cuando ellas son las que dan testimonio de Jess y en ellas encontramos la Vida Eterna?
Qu distraccin es ms importante, que la que atae a la Salvacin del alma?
Qu consejero puede ser ms efectivo que Dios mismo?
Ocuparnos en la lectura de la Biblia y la oracin privada, nos evitar muchos tropiezos.
Por la carencia de una vida de consagracin al estudio de las Escrituras y la falta de oracin privada es
que muchos se desvan y causan tropiezos. Pues cuando dejamos de or la voz de Dios, indudablemente
estamos oyendo otras voces: la del mundo, la de nuestro intelecto, la del diablo y/o la de otros hombres.
El otro elemento son:
Los escndalos producidos por apstatas, los enemigos de la Fe.
No pueden pasar desapercibidos aquellos hombres que usando de la frase: Dios me ha hablado han
causado tremenda desilusin, engao y dao en los corazones de creyentes endebles.
Al Jess decir que los tropiezos eran necesarios, nos da luz de que falsos hombres vendran para
provocar que muchos se lleven un reventn duro en sus vidas. Si los tropiezos son inevitables, lo son
tambin los hombres que los causan, tienen que manifestarse.
Uno como creyente no se puede escandalizar cuando alguien se presenta como un gran seor cristiano,
con pompa y mando de lder de mundo, embelesa a incautos a confiar que l posee algo que nadie ms
tiene, y basndose en la frase: Dios me ha dicho, arrastra tras s, a un nutrido grupo de flojos
espirituales, que ignoran que Dios le habla a todos, y que no lo hace porque alguna persona en particular
sea especial, sino por su sola misericordia, por su verdadero amor.
Como vimos en el caso de Adn y Eva, Can o David, tambin habla el Seor para traer juicio sobre los
desobedientes y rebeldes.
Consejos de las Escrituras
Lo que voy a decir le refrescar la mente a muchos, a otros les provocar que inmediatamente doblen
sus rodillas y le pidan perdn a Dios, mientras que a otro grupo les confirmar lo que ya saben, sin
moverlos al orgullo, sino a gratitud hacia Dios.
Primeramente, Dios nos habla por su Palabra escrita: La Biblia, as que lala. Cualquier otro mensaje,
palabra y/o consejo, que venga a nosotros, si es de acuerdo a la Palabra, primero no es necesaria, y
segundo si no dice lo que la Palabra dice es entonces palabra de engao y mentira, que el creyente
debe desechar inmediatamente.
Un misterio que el mundo no entiende es que Dios nos habla por medio de su Espritu, y esto solo puede
suceder por la palabra implantada en nosotros, pues el Espritu nos recuerda y revela el significado de su
Palabra. La revelacin ya ha sido dada y plasmada en la Biblia, el Espritu toma esa semilla dentro de
nosotros y la hace germinar, en entendimiento, fortaleza y fe. O Se les ha olvidado a algunos que la fe
viene por la Palabra de Dios?
Dios habla a nuestro espritu, Dios no habla a la carne, pues esta se rebela contra Dios. As que solo
aquel que ha nacido por Dios a travs de la Palabra y el Espritu es el que puede or la voz de Dios en el
espritu.
Jess nos habl de aquellos que tienen odos y no oyen, porque solo tienen odos naturales, aunque su
carne est viva, su espritu est muerto. Solo los que reciben vida, los elegidos, los que estaban muertos
pero han sido resucitados por Dios, tienen ojos espirituales para ver el panorama espiritual y or la voz
del Espritu de Dios.
Cuando no se alimenta al hombre espiritual con oracin y palabra, es cuando sale el ser carnal, tratando
de auto justificarse con sus argumentos, sus obras y sus propios pensamientos, que de paso, nada
tienen que ver con las Escrituras o lo sagrado.
Cuando Dios le habla a una persona lo hace para tratar con ella en particular. As que si usted ve a
alguien queriendo usar de el estribillo: Dios me dijo que para llamar la atencin suya, usndola para
posicionarse en un lugar elevado sobre usted o para obligarle a usted a que se someta a algo, tenga
mucho cuidado y aljese de dicha persona.
Escrito por V. Piedra