(Pre) Textos para El Análisis Político. Disciplinas Reglas y Procesos
(Pre) Textos para El Análisis Político. Disciplinas Reglas y Procesos
(Pre) Textos para El Análisis Político. Disciplinas Reglas y Procesos
(Pre) textos
para el anlisis poltico
Disciplinas, reglas y procesos
320
P3442
Indice
(Pre}rexros par.ad anlisis poltico. Disciplinas, reglas y procesos /
Ec!u21do Vilbrtt:tl <Ant y Victor Hugo Marrnez Gonzlez (coordinado=)
Mxico: Fbcso Mxico: Univusidad Von Humboldt, 2010.
280 p.: giil ; 15x23 cm.
ISBN 978-607-7629375
fa:roduccin
,...:.:r Hugo Martnez Gonzlez y Ed:t.or.
Ciencia poltica
Vctor A/arcn Olgun . ..... ....
Sociologa poltica
ngela Oyhandy Cioffi ........ .
Psicologa poltica
Ricardo Ernst Montenegro ......
Segunda pz:
Reglas e~ ....
Constitucin
Enrique Serrano Gmez .........
Democracia
Jos Luis Berlanga Santos ........ .
Sistemas de gobierno
Moiss Prez Vega .......... ... ..
Partidos polticos
Vctor Hugo Martnez Gonza!e:: . ..
ndice
:nrroduccin
Vctor Hugo Martnez Gonzlez y Eduardo Villarreal Cant . ............... . ... 7
b.:ild.:
:z::i
Ciencia poltica
Vctor A/arcn Olgun . .............................................. 23
Sociologa poltica
ngela Oyhandy Cioffi .............................................. 49
Psicologa poltica
Ricardo Ernst Montenegro ............... ............................ 71
Segunda parte
Reglas e instituciones
!de dicraminacin por acadmicos externos de acuerdo
e Editorial de la Flacso Mxico.
~ '" .\fa:ico.
Constitucin
Enrique Serrano Gmez ........................ ... ...... .. . ... ...... 95
Democracia
Jos Luis Berlanga Santos ............................ ............... 125
Sistemas de gobierno
Moiss Prez Vega . .......................... .................. . ... 159
Partidos polticos
Vctor Hugo Martnez Gonzlez ..................................... 183
Tercera parte
Esferas y procesos
Introduccin
Sociedad civil
Sergio Ortiz Leroux. ............................................... 209
Movimientos sociales
Martn Retamozo ...................... . .......................... 233
Polricas pblicas
Eduardo Villarreal Cant . ............... ..... ...................... 257
Introduccin
Por algn azar inefable, quienes presentamos esta obra compartimos la curiosidad cognitiva por la poltica; a tal grado que, si nuestra
vida no fuese de ello una prueba, nos parecera un exceso que ese inters comn refuerce la amistad y sus placeres. Poltica y amistad no
son conceptos y ejercicios opuestos, especialmente cuando la alegada
oquedad tica de la poltica se objeta y resiste. Quienes coordinamos
esta obra creemos, as, en una poltica asociada a valores, que pueden y
deben debatirse, pero en ningn caso sucumbir inopinadamente ante
"las razones del poder". ste tiene confines y, de vez en vez, hay que litigado, como mostrara Jim Jarmusch en las imgenes de Los lmites
del control.
Por otro generoso azar, nuestras formaciones y especializaciones
acadmicas tambin coincidiran. La cohabitacin en aulas, igualmente favorable para sumar nuevas y muchas lecturas que para despejar la relatividad de los grados escolares ('cultura mata currculum':
como bien dice el argot), generara el deseo de realizar esta obra. Ah
y entonces, por el reconocimiento de las labores que estaramos habilitados a emprender, este libro fue tomando su primera y nebulosa
forma. Un segundo andamio vendra con nuestra participacin en el seminario de anlisis poltico organizado en 2007 por la Universidad Von
Humboldt (Ciudad Madero). Desde entonces hasta la fecha, la maduracin de ese deseo liber las ideas que a continuacin esbozamos.
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Inrroduccin
La arquitectura de (Pre)textos
Como las familias descienden de otras, as los libros descienden de
otros, escribi alguna vez Virginia Woolf. Un libro para el anlisis poltico -lo tenemos por cierto y reconocido- no es precisamente una
oferta inventiva ni el develamiento de un territorio ignoto por recorrer.
Lo sabamos al principio y ms ahora despus de revisar manuales, tratados, lxicos, diccionarios o introducciones al pensamiento poltico,
con los que nuestros (Pre)textos guardan (y presumen) cierto aire de
familia.
(Cmo validar en esa prolija atmsfera bibliogrfica otro libro reincidente? Las apuestas seran dos: 1) con una amplia convocatoria entre
especialistas en el concepto que firman aqu, 1 y 2) mediante una estructura que, como efecto de su seguimiento por parte de los autores, garantizara la confeccin de estados del arte del tema abordado.
A causa de los flemticos pero indispensables dictmenes acadmicos y arbitrajes editoriales, no estn aqu todos los ensayos recibidos, pero ello no es bice para que la compilacin sea rica e ilustrativa.
Gracias, por otra parte, a que los autores suscribieron la estructura
El elenco de autores de (Pre)textos incluye a dos autnticos maestros, a quienes agradecemos su confianza y e1paldarazo a este proyecto: Enrique Serrano Gmez y Vctor Alarcn
Olgun.
propuesta, sin por ello ahogar su escritura personal, la compilacin entrega una panormica sobre conceptos capitales del anlisis poltico, sistematizando y discutiendo a beneficio de tal fin las definiciones, historias
literarias, debates contemporneos y lecturas recomendadas para la exposicin de los conceptos tratados. Como ya lo mencionamos, el "paisaje
de fondo" para que nuestras apuestas resultasen efectivas ha sido nuestro propio concierto como politlogos, socilogos o psiclogos sociales de reciente formacin. Que ciertas teoras posclsicas de la sociedad
civil, los partidos polticos, las polticas pblicas o los movimientos sociales desfilaran y destacaran en nuestros cursos, es cosa de un azar que
nos supera. Compartirlas, con el nimo de aprontar un pretexto para
el anlisis de la presunta novedad de estos planteamientos es, en cambio, una responsabilidad que en el camino de su cumplimiento no perdi el encanto.
Cant
Introduccin
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~tllarreal
~ruales de
(Pre)textos
ll
iyos aqu reunidos, por su naturaleza nter. neal, y porque es nuestro deseo que el lecrrativo" por la puerta de su agrado, inters o
un tablero de direcciones unvoco o invio.ie algunas (flexibles) instrucciones de uso,
J2:emas conceptuales del siguiente modo:
10
...:.S
11
Qu es la poltica y qu puede esperarse de ella? es, no en balde, una pregunta cannica del
pensamiento poltico que Norberto Bobbio prioriza en su obra (Femndez Sanrilln,
1996: 55-59).
12
~-ripcin;
b) la incidencia del
en la construccin de
....-i.:o; e) los frutos de la ciencia
--..::onalismo, conductismo, anli:::;o=x:::sr::i.o \. posmodernismo.
,csq'.frar las tentaciones de un relato
-o lado, ejemplificado con el tex.. ue Angela Oyhandy Cioffi. La cienra...-!ente e imitadora en su momento
SOL,ologa, fue definida por Duverger
cica. A ello, empero, seguira una dispal.bras de Brian Barry (1974), separagi::anre ("menor, precientfic') de una
~. autntica y definida por el paradigma
gia potica, explica Oyhandy a travs de
. ~erminan de decir lo que tienen que decir':
-enciacin con la ciencia poltica puede no
..:unda. La sociologa poltica, as el caso, se
esd.e una opcin superadora de las rgidas
=e~C3 aenrifico
=
=
Introduccin
n::2..--xismo (Marx, Gramsci y epgonos). Si el primero enfatiza, con evi.:.e::cias que as lo avalan, la poltica como un centro de integracin soa,;.;.. el segundo, tampoco carente de pruebas, resalta la dominacin que
e.e :o poltico es consustancial y privativo. Dos miradas rivales y, sin em~~o, sostiene y despliega Oyhandy, imposibles de erradicar por cuanto
_ :iaruraleza inacabada del (des )orden social se juega justamente en esa
.:cnringente e irreductible ambivalencia poltica.
Ambivalentes, y por eso mismo persuasivos, son tambin los aportes
::.l! ~sociologa poltica al funcionamiento de la democracia en las socie:,,des complejas. Por un lado, sistematiza la autora, la corriente desenc..:tada (Mosca, Michels, Pareto) para la que la democratizacin social
G.e<-ene en la trgica pero inevitable burocratizacin de la poltica.3 Por
:ro, renuentes al elitismo democrtico de Schumpeter, los enfoques
e races marxistas, unos; de corte pluralista, otros) para los que la de:ocracia no es slo posible sino un horizonte de continua y deseable
radicalizacin.
"Psicologa potic: captulo final de la primera parte titulada
.Jisciplinas'; constituye una entrada particularmente jugosa. Para vi.:Orizar la discusin contra todo empeo reduccionista, Ricardo Ernst
:.fontenegro nos recuerda en su ensayo que el vnculo psicologa-pol~ca no es nuevo y ostenta orgenes ms ricos que el acartonamiento de
la conducta poltica bajo un esquema de preferencias fijas y racionaliC.ad instrumental.
Si el comportamiento poltico est hecho de intereses pero tambin
2.e miedos, esperanzas, smbolos e imgenes, la psicologa potica, adrierte Ernst, es algo ms que psicologa puesta al servicio de clculos
:x>ticos. "Examinar lo que de psquico hay en el quehacer poltico'; im?ca, en efecto, un estudio analtico que no subsume lo psicolgico en lo
:><>ltico; que no dispone, en concreto, a lo psicolgico en el plano de una
::ave para conseguir control o gobernabilidad polticas. Que no rehsa,
--amos, lo que de lo psicolgico y poltico escapan a los lmites de la ra=on y el entendimiento humanos.
12
13
Para llegar a ello, con ritmo y acierto pedaggicos, Ernst sistematiza los antecedentes e interpretaciones ms influyentes de la psicologa
poltica. En lontananza, ya Platn, Sun Tzu, Maquiavelo o los descendientes finiseculares de "los padres fundadores" de las repblicas latinoamericanas, ensayaran con afanes varios los primeros cruces entre
psicologa y poltica. Civilizacin y barbarie, ttulo del escritor y tambin ex presidente de Argentina, Domingo Faustino Sarmiento, sera,
por su capacidad de fundar una tradicin (lo pasional como "incomprensible" y brbaro), el arquetipo de sistemas educativos construidos
polticamente sobre la dualidad psicolgica racional/irracional (Piglia,
2001). Ms cercanas en el tiempo, el autor ubicar tres expresiones de
psicologa poltica cuyos contenidos son mensurables por su simpata
o distancia frente a la metfora racional/irracional y su secuela patologa/normalidad (sociales): 1) la teora de la Psicologa de las masas,
de Gustave Le Bon; 2) el conductismo social y 3) la corriente latinoamericana que concebir "lo psicolgico como cultura y contexto; lo social como variacin y lucha; lo poltico como dominacin, resistencia
y liberacin':
"Constitucin': texto que abre la segunda parte, denominada"Reglas
e instituciones': concita a un tiempo una disertacin fina, pero didctica, por parte de Enrique Serrano. La Constitucin, fija Serrano como
perspectiva de anlisis, "representa el punto en el que se condensan los
ideales de libertad que han motivado las luchas polticas a lo largo de la
histori: Con tal premisa por faro, su ensayo arroja luz sobre el concepto
en cuestin y otros relacionados con ste: Estado, legalidad, legitimidad,
derechos, liberalismo, contractualismo, etctera.
Si bien distinto en sus connotaciones clsica ("forma de organizacin del poder imperante en una sociedad") y moderna ("sistema de
normas rsupremas y ltimas por las que se rige el Estado"), el trmino
Constitucin tiene, no obstante ello, vasos comunicantes entre sus orgenes grecolatinos y sus posteriores transformaciones. "Para realizar un
anlisis adecuado del concepto, es menester diferenciar entre sus acepciones clsica y moderna, pero sin perder de vista la relacin que existe
entre ellas': La presencia de una dimensin descriptiva y otra normativa, tanto en significados clsicos como modernos, el influjo de la tradicin constitucionalista grecolatina en el contractualismo o la referencia
a un principio moral de justicia, explica Serrano, son continuidades den14
Inrroducaoc
15
Incroduccin
14
f:=entemence reducida al control monoplico de los recursos de coaccin fisica, "la pect:..mdad del Estado moderno (la legitimidad dd poder esta.cal de la que habla Weber) es
-..cubr d concrol de los recursos de coaccin al monopoo de la administracin de jus= Sobre esta complejidad en la obra de Weber, viast Bobbio (en Fernndez Sanrilln,
x.6: 91-114) y Serrano (1994).
:5oore la emergencia dd individuo moderno pueden consultarse Dumont (1987) y Bjar
SSS).
15
La relacin de la democracia con las tradiciones polticas del republicanismo, el liberalismo y el socialismo, apuntala Berlanga, incidir
tambin en la polmica (siempre e inevitablemente candente) por lo que
la democracia es o debiera ser. Expuestas con precisin y equilibrio, las
coordenadas de este debate contemporneo (enfoques procedimentales contra enfoques participacionistas como derivas de la clsica disputa
entre liberalismo y republicanismo) familiarizarn al lector con teoras
democrticas (elitista, polirquica, econmica, deliberativa, radical, etc.)
al servicio de una querella inconclusa.
Concluido en su fase original, pero redivivo y en boga a partir de
vueltas de tuerca y lneas de estudio en evolucin, el debate presidencialismo contra parlamentarismo conforma el eje sobre el que Moiss Prez
desglosa el concepto "Sistemas de gobierno': "Forma de organizacin y
relacin de las instituciones de gobierno de una sociedad': define Prez
un concepto de particulares resonancias en Amrica Latina por la diatriba acadmica de Linz y otros tericos contra el presidencialismo y su
alegada fragilidad. Que ste, no obstante sus impasses y contrariedades,
permanezca como un sistema de gobierno estable, refutara hiptesis
que debieron ajustarse e incorporar ms factores en la ecuacin anatica
sistemas de gobierno-rendimiento democrtico. Dos dcadas de debate,
rastrea Prez, daran paso as al estudio de "arreglos especficos que inciden en el desempeo del presidencialismo': Fragmentacin partidaria,
tipo de poderes constitucionales del Ejecutivo y el Legislativo, formulacin de polticas pblicas, gravitacin del sistema electoral y de los gobiernos divididos, violacin de los mecanismos de rendicin de cuentas,6
son, entre otras, variables anaticas que robustecern esta discusin. De
stas, con apuntes que completan un minucioso estado de la cuestin,
informa e ilustra el ensayo de Prez.
"Partidos polticos" de Vctor Martnez, el texto postrer de la segunda parte, constituye un objeto de estudio marcado por las encrucijadas y desencuentros tericos y metodolgicos. Atravesando la (in)
definicin terica, historia y debates contemporneos del concepto, el
autor despliega una miscelnea literaria (clsica y posclsica) colmada de
hiptesis en pugna. De la primigenia, los partidos daan la democracia
6
16
.:.in
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\ -illarreal Cant
ictor Martnez, el texto postrer de la se1>bjeto de estudio marcado por las encrucos y metodolgicos. Atravesando la (in)
iebates contemporneos del concepto, el
ea literaria (clsica y posclsica) colmada de
rmgenia, los partidos daan la democracia
Introduccin
17
Que la sociedad civil, desmitificando muchas de las ilusiones puestas en sta, siga siendo ms una buena idea que un espacio de influjos
y proezas democrticas sin reversa, podra justificar cierto desencanto.
Contra ste, no por nada cierra as el ensayo, la agenda de investigacin,
ms urgente que nunca, exige el replanteamiento intelectual y fctico de
los puentes entre el sistema poltico y el sistema social.
El penltimo concepto de (Pre)textos, "movimientos sociales" de
Martn Retamozo, es en s mismo una evocacin de la plausible reconstruccin del puente sistema poltico-sistema social. Los movimientos
sociales, privilegia con vehemencia Retamozo, "son una muestra de la
contingencia del orden social, de la posibilidad de que determinadas
relaciones sociales se estructuren de otra form'. Su estudio supone,
por ello, "la oportunidad de rastrear las huellas del futuro, las potencialidades y limitaciones que los sujetos tienen para hacer la historia
por venir':
Tal conclusin, consecuencia de un anlisis exhaustivo de enfoques
acadmicos, pero tambin de posiciones polticas e ideolgicas (marxismo, funcionalismo, eleccin racional, teora de la movilizacin de recursos, del proceso poltico, del paradigma orientado a la identidad y los
"nuevos movimientos sociales"), sobresale en un trabajo que no olvida
rescatar el expediente latinoamericano sobre la cuestin. La accin colectiva, irreductible al pragmatismo del gorrn y cuenta nueva (free rider),
es, como Retamozo devela, un reflejo de los dilemas y conflictos que
cimientan los desgarros, pero tambin solidaridades de las sociedades
modernas.
"Polticas pblicas': artculo final de (Pre)textos, es un concepto que
Eduardo Villarreal Cant desmenuza cargando las tintas en la corresponsabilidad gobierno-ciudadana. Un enfoque de la ciencia poltica,
senten~a el autor, comprometido con la visin de lo pblico ms all
del Estado. "Lo pblico de las polticas pasa, siempre, por interacciones
entre ciudadanos e instituciones que posibilitan las metas colectivas y
los medios para llegar a stas': Sustanciar ciudadanamente el gobierno,
insiste Villarreal, en tanto que "el adjetivo de pblico obedece a la necesaria condicin de que en el diseo y puesta en marcha de las polticas pblicas estn presentes la opinin y visin de diferentes agentes
pblicos (englobados en las categoras gubernamentales, sociales y privados)': Redes de polticas pblicas, remarca el ensayo, como premisa
18
Faentes
&..-:-, Brian (1974). Los socilogos, los
~.:onomistas y la democracia, Buenos
-\!res, Amorrortu.
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:.:O.sdleck, Reinhard (2007). Crtica)
;risis: un estudio sobre la patogntJu
~l mundo burgus, Madrid, Trona.
!9
Introduccin
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orden secularizado, Barcelona, UAM/
Anthropos.
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fiscalizacin legislativa en Mxico.
Los casos de Nuevo Len, Distrito Federal y Tiaxcala ( 1997-2004)';
Mxico, Facultad de Ciencias P-Olticas y Sociales, UNAM (tesis doctoral).
19
Primera parte
Disciplinas
Gencia poltica
:r Alarcn Olgun *
Introduccin
La ciencia poltica se ha estandarizado a nivel mundial como una dis?'.ina con numerosas subdivisiones e intereses, capaz de trascender las
~ciguas fronteras que la confinaban al mero estudio de los aconteciIL:".!entos asociados con la toma de decisiones de gobierno. Hoy en da,
'-'..5 preocupaciones de los politlogos se han multiplicado, ya no slo
oorque se necesitan diagnsticos prescriptivos que intenten dar cuenta
ce cmo se han dado las cosas o quines se hallan involucrados en los
?:ocesos y acciones del poder, sino que ahora se demandan explicaciones
5ernnticas sobre el sentido y situacin de los hechos, la interpretacin y
::oyeccin de escenarios, o de apoyo a las afirmaciones y sugerencias a
.:nplementar, basados en la construccin de evidencia emprica relevante
.;:ue permita probar las hiptesis propuestas. Desde esta lgica, la ciencia
::ioltica ha acumulado retos y respuestas que la obligan a convertirse en
~ '<sciplina hbrid: cada vez ms dialogante, interactuante y abierta
~especto de sus propios lmites. 1
De manera similar a lo acontecido en el desarrollo y crecimiento de
ias ciudades modernas, el "vecindario de la ciencia poltic' se ha enri-
23
Ciencia poltica
ellos proponiendo
opinin- siguen siendo rele~-,.~- aunque ello no nos exime de
prudencia en la puesta en marcha
..,....___....~........ s! estos carecen de la debida va~an en el desarrollo de las agenc_-.,..-.- res dentro de una cierta regin
unvoca en sus mtodos, rcniadoptar en este ensayo intenta eralas tendencias que la ciencia poltica
:e .iurante las ltimas dcadas. Si bien no
cin cronolgica, ocasionalmente ser
ue ccntextualizacin en torno a los sucesos
.iopcin de cierto tipo de propuest~s dollt
Gusravo Emmerich desarrolla la idea de una ciencia poltica orientada al servicio de los
ciudadanos como parte de su definicin de la disciplina (Emmerich y Alarcn, 2007).
Expresin que, obviamente, nos lleva al ya clsico libro de Gabrid A. Almond ( 1990).
En oportunidades previas he expuesto mi posrura en romo a lo que denomino anlisis
integral e integrador de la poltica. Remiro, entonces, a revisar direcramenre dichos trabajos
(Alarcn Olgun, 2002; 2006).
25
Ciencia poUcia
Ciencia poltica
consolidada~
19.
::-olirica con un contenido emprico, intecruciales y la comparacin mediante el
Por ejemplo, cabe ver d balance de Gabrid A. Almond en' History of Politica1 Science: An
Essay~ incluido en su libro Venturcs in Political Science (Almond, 2002: 23-62). Si bien dicho
anlisis proviene de la experiencia estadounidense, no deja de ser ilustrativo en las maneras
en que la disciplina fue desarrollndose no slo por preocupaciones y mritos individuales,
sino por la bsqueda consciente de medios y espacios para hacerla prosperar y que cumpliera
con el objetivo de volverse necesaria para entender no slo los procesos de funcionamiento dd gobierno y la administracin dd Estado, sino tambin los modos de participacin y
sociali%acin de los individuos dentro de las actividades polticas. La fundacin en 1903
de la American Political Science Association (APSA) y de una revista especializada como la
American Political Scienu Review (APSR) para permitir la divulgacin de articulos e investigaciones, as como la realizacin de congresos anuales, son hitos cruciales que se extendern
hacia Otras latitudes para d efinir la formalizacin y profesionalizacin de la disciplina. Si
bien ya haba desarrollos similares en Inglaterra, Alemania o Francia, la aportacin estadounidense catapult el surgimiento de los programas de estudio asociados con las escuelas
de gobierno (Government) que surgieron en lugares como Columbia (siendo la primera en
1880), Chic.igo, Harvard, Johns Hopkins y Michigan, por ejemplo. Sin embargo, no pas
demasiado tiempo para que se dien la fundacin expresa en Inglaterra de la London School
of Econornics and Political Science (LsE), o de la Fundacin Nacional de Ciencias Polticas
en Francia, e incluso de la Internacional Political Science Association (rPsA), en 1949, para
contemplar esfuerzos similares que colocaran a la enseanza de la ciencia poltica como una
necesidad de Estado. En cambio, la situacin para Amrica Latina y Mxico resulta en el hecho de que la ciencia poltica regional apenas cuenta desde hace una dcada con una organizacin (ALACIP ), la cual ha podido realizar congresos bianuales desde 2002 Por d contrario,
en Mxico se ha perdido el rrabajo de organizacin gremial que se vena desarrollando desde
1974 con d Colegio Nacional de Ciencias Polticas y Administracin Pblica, a diferencia de otros paises del continente, como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia y
Venezuela, cuya institucionalizacin y avance han sido muy meritorios. Para un balance del
desarrollo reciente de la ciencia poltica en la regin, remito a Altman (2006).
27
Si bien hay un claro proceso de difusin y extensin de la disciplina desde los primeros epicentros que se generan en Europa y Estados
Unidos, la ciencia poltica no alcanzar su verdadera independencia y
reconocimiento en el contexto internacional sino hasta el trmino de
la segunda guerra mundial. Por vez primera, se percibe la necesidad de
saber planear y conservar la estabilidad de los gobiernos para as evitar una nueva aparicin de los modelos totalitarios. De esta manera, el
curso de la ciencia poltica se volvi ms estrechamente ligado al estudio de las relaciones internacionales (dando as paso al fortalecimiento
de la poltica comparada) y hacia la administracin pblica y la economa (lo que defini el fortalecimiento de las polticas pblicas) (Somit y
Tanenhaus, 1986).
La percepcin de que la democracia, los derechos y las libertades no
podan ser un mero ejercicio deductivo de comprensin conceptual en
lo relativo a su filosofa e intencin tica, sino que aqullos deban estudiarse a profundidad para asociarlas con los procesos inductivos que
habran de ser impulsados e instruidos entre los actores sociales y sus liderazgos polticos, hace ver que tenan que promoverse proyectos acadmicos y acciones de gobierno de largo alcance y mucho ms coordinados
para acortar as las diferencias existentes entre las naciones en materia
de desarrollo poltico y econmico, por lo que la ciencia poltica deba
asumir la tarea de convertirse en una disciplina capaz de cumplir con su
divisa histrica de proporcionar la capacidad y respuesta que poseen los
liderazgos para tener estructuras de poder fuertes y sensibles a las necesidades sociales.
La coyuntura posterior a la segunda guerra mundial permite entonces que la ciencia poltica tuviese un primer anclaje de corte internacional gracias a la manera en que la Unesco proyecta, en 1950, la aparicin
de cinco volmenes destinados a conocer, promover y sistematizar la
enseanza de las ciencias sociales en el mbito universitario, pensando muy particularmente en la expectativa de impactar en las regiones y naciones amenazadas por la ausencia de instituciones y prcticas
democrticas.6
28
Ciena..~
Ciencia poltica
la segunda guerra mundial permite enton1ese un primer anclaje de corte internacioe la Unesco proyecta, en 1950, la aparicin
ios a conocer, promover y sistematizar la
ciales en el mbito universitario, pensan!a expectativa de impactar en las regio<>r k ausencia de instituciones y prcticas
28
GSe sealar que el informe relativo a la ciencia poltica lo redac:::.iam A. Robson (profesor de la LSE), quien tuvo como materia
:a elaboracin de un estudio comparativo regional aplicado entre
--5. 1952 por la IPSA, el cual incorpor los casos de Estados Unidos,
- Bretaa, Francia, Suecia (como ejemplos de los pases desarrollailldia y Egipto (que abarcaban las realidades asitica y africana);
~ (que recupera la dimensin socialista) y Mxico7 (que mostraba
p:ttminencia en Amrica Latina debido a la reciente fundacin de la
-::da Nacional de Ciencias Polticas y Sociales (ENcPys) en la UNAM).
:nente, el estudio abarc diez pases en la medida que Robson tom
.:::enta los casos de Canad y Alemania. Su estudio es paradigmti~rque precisamente se orientaba bajo las premisas de aplicacin del
~odo cientifico, mediante la recoleccin de informacin va encuesta,
-cmparacin y la definicin de parmetros de significacin que avala= o descartaran acciones realizadas hasta entonces y, finalmente, pordescriba un balance de recomendaciones y acciones concretas para
=::.ruro.8
El punto de anlisis ubicado por Robson es encontrar una discipli~ 2n carente de una unidad y un lenguaje propios, frente a otros cams de conocimiento. Por otra parte, detecta la situacin de vislumbrar
..a enseanza de la ciencia poltica responde precisamente a la exigen- de formacin profesional de cuadros especializados, o simplemente se
.::..-ere al criterio de ser un suplemento formativo dentro del cuerpo de
::-as especialidades, como la sociologa o el derecho.
No obstante ello, Robson detecta varios elementos de concordancia
r..:re todos los pases incluidos en la muestra: el inters por el estudio de
....... instituciones de gobierno, el ejercicio del poder y de las formas parti-;:-anvas de las organizaciones sociales en materia poltica (a la manera
:.L. los grupos de presin). Traducidos en los campos de materias pro- ...:estos por la IPSA, para ese entonces son cuatro los grandes terrenos
El responsable de redactar la informacin sobre el caso mexicano fue don Lucio Mendieta
y N ez, precisamente uno de los fundadores de la ENCPys. Por desgracia, su contribucin fue entregada antes de la p uesta en marcha de la carrera de Ciencia Poltica en el ao
de 1951, aunque s se indica dentro del informe una sinopsis del plan de estudios a ser
implementado.
El informe no apareci en su versin en espaol, sino hasta 1961, bajo el patrocinio de la
Unin Panamericana y la Organizacin de Estados Americanos (onA).
29
generales que se sugeran para promover la enseanza y la cohesin disciplinaria: teora poltica, instituciones polticas, relaciones internacionales,
partidos, grupos y opinin pblica (Unin Panamericana/OEA, 1961: 4).
En contrapartida, el informe de Robson reconoce que los desniveles
existentes respecto del grado de autonoma e identidad de la ciencia poltica son un factor que influye poderosamente para establecer los limites propios de la disciplina, pues la velocidad con que se manifiestan en
las diversas naciones analizadas incluso presentan dificultades apreciables,
como ya se perciba con los casos de las relaciones internacionales y la
administracin pblica, las cuales estaban originalmente asociadas con
la idea de que stas apoyaban la existencia de las llamadas 'ciencias polticas': As que mientras ya en algunas latitudes se encuentra el desafo de
la fragmentacin; en otras, la disciplina apenas est en la fase de surgimiento y expresin propia. De esta manera, la ciencia poltica existente
tena frente a s los retos de remontar la situacin subsidiaria que amenazaba con pulverizarla, debido a las presiones existentes en ambos extremos de su desarrollo.
Sin embargo, se concluye que la libertad de enseanza y el crecimiento de la pertinencia cientfica de sus investigaciones en el contexto
de la aplicacin y transformacin concretas de la realidad harn que la
disciplina se vuelva por s misma un referente de convergencia y cohesin para las propias ciencias sociales. Para Robson, la pertinencia de la
ciencia poltica se fortalecer en la medida que su enseanza y desarrollo no se quede slo en las universidades, sino que se asuma el desarrollo
de institutos y centros de investigacin aplicada (Unin Panamericana/
OEA, 1961: 84-85).
Si observamos dicho trabajo a la distancia, los resultados del informe de la Unesco son elocuentes: al paso de los aos, la ciencia poltica
gan una importante cuota de identidad y legitimidad en casi todas las
regiones del planeta, no slo por el xito en la expansin de centros y
universidades interesados en la disciplina, sino porque la exigencia de
los acontecimientos polticos lo hicieron tan pertinente como necesario.
Desde entonces a la fecha, resulta impresionante la cantidad de proyectos (individuales, colectivos, nacionales, multinacionales) que nos
permiten .rastrear no slo la formulacin de tratados, manuales o introducciones al estudio de los conceptos, mtodos o tcnicas aplicables
para el campo de la poltica. No estamos aqu en condiciones de recu-
30
31
Ciencia poltica
ajo a la distancia, los resultados del inforal paso de los aos, la ciencia poltica
e identidad y legitimidad en casi todas las
?Or el xito en la expansin de centros y
!.a disciplina, sino porque la exigencia de
lo hicieron tan pertinente como necesario.
l resulta impresionante la cantidad de proros. nacionales, multinacionales) que nos
formulacin de tratados, manuales o in'5 conceptos, mtodos o tcnicas aplicables
-o estamos aqu en condiciones de recuLes:
30
:.a organizacin general de dicha obra es: vol. 1: Political Science, Scope and Theory;
"01. 2: Micropolitical Theory; vol. 3: Macropolitical Theory, vol. 4: Nongovernmental
Politics; vol. 5: Governmental Institutions and Processes; vol. 6: Policies and Policymaking;
"'01. 7: Strategies of Tnquiri; vol. 8: Tnternational Poli tics.
:.Os volmenes publicados entre 2006 y 2008 abarcan los siguientes campos: Compararive
Politics, Political Theory, Public Policy, Political Methodology, Political Economy, Law
and Politics, Comexrual Political Analysis, Internacional Rdations, Political Institutions y
Political Behavior.
31
C ieno.a polioc.a
trabajos? Apoyndonos
poltica contempornea
enfocar su trabajo en
=:;;::::"-Z~,a de los instrumen~::=:~:=::?2 en b demostracin
sobre d que se sustenta
.ttmaon en los probleesas rres dimensiones
i:::::iClCl~ un desarrollo de la
e equilibrio y complemen:ro, 2004: 20).
-.r...-~~ b ~porcancia de los aspectos de
rm~ respecto al objeto de estudio,
rr.~s" ,. micro de la investigacin, que
_mra la intensidad de cobertura espa~.er.ltica, sino tambin nos facilita su
;emporales de la investigacin, pudiendo
-rerrospectiva (pasado), coyuntural (prepro: eccivo (estudio de futuros y escenaca seleccionada expresa las posibilidades
a los actores, las agencias (medios/ proce.... eme se involucran en el inters del anaaspecros tendran poca relevancia si no
los factores de incorporacin de los eles que permiten establecer parmetros
re los daros e informacin que apoyan a la
Leonard, 1999).
emo de las distinciones que se debe conerc materia de su identidad y consistenperspectiva de que lo avanzado en estos
excluyentes o de incompatibilidad. A diobservan la situacin como el mantenintaciones que obligan a defender su coto
rico, cabe pensar en una postura en la
ci.e la ciencia poltica se desplacen precisa.ori::onte de libertad intelectual, enlama"'n dacin entre todos los niveles de accin
32
~~__.,~.,ria.
~'"oques
CienO.
Con posterioridad, el diagnstico de Hay describe que la ciencia poltica se desplaz precisamente hacia la formulacin de corrientes hbridas vinculadas con el conductismo y el anlisis institucional, asumiendo
a su vez la interaccin de la eleccin racional en ambas propuestas, con
lo que el nuevo institucionalismo tiene ahora no slo el componente
histrico, sino uno de corte cultural y otro basado en el estudio de escenarios y cursos de accin ( constructivismo, anlisis de patrones de dependencia, individualismo metodolgico, teora de juegos y la accin
colectiva) que le hacen depender de las opciones lgicas que puedan ser
construidas por los actores.
~iejo institucionalismo
Nuevo institucionalismo
Conductismo
Posconductismo
1950
1960
1970
1980
1990
2000
35
Ciencia poltica
.,.__-= y otro basado en el estudio de esce_.:::,'ismo, anlisis de patrones de dec~gico, teora de juegos y la accin
er e las opciones lgicas que puedan ser
Nuevo institucionalismo
Poscon uctismo
1980
1990
2000
~~~
_estos tericos e
"..mond (1990, 13: 31) ubicaba el escenario de las mesas separadas en la ciencia poltica
co:no uno caracterizado por la divisin metodolgica entre derecha e izquierda, y stas a su
Ye trazadas por su percepcin ideolgica dura o blanda de sus posrulados.
35
Conceptos
budones
clave
!_nfoques
1
Viejo y nuevo
institucionalismo
Conduclismo
y posconductismo
Las instituciones son la parte central del anlisis. stas modelan y dan significado a la conducta social y el contexto.
-La historia cuenta en la medida que aporta antecedentes importantes para la evaluacin del desempeo que se
puede esperar de las instituciones.
- Los sistemas poiticos son complejos e impredecibles.
- Los actores no siempre se comportan de manera vinculada con la reali7.<lcin de sus intereses materiales.
-Se trabaja con una slida lgica inductiva. Se pueden derivar leyes de cobertura general a partir de observaciones
empricas especficas.
-La conducta observa regularidades a travs del tiempo, lo
que permite el establecimiento de postulados con aleance general.
-Se asume un anlisis de los datos imparcial y objetivo.
-Los comportamientos son definibles y evaluables a partir
de parmetros y tipologas conceptuales.
!r."ilf
-Institucin
-Organizacin
-Secuencia
- Trayectorias
-Patrones de
dependencia
-Cambio y equilibrio
-Diseo
-Causa-efecto
-Correlacin
-Significacin
- Tendencia
-Aditud
-Escalas de valor
- Representacin
-Racionalidad
-Utilidad
- Inters
-Escenario
-Qptimizacin de renta
Eleccin racional
Marxismo
-Clase
-Sociedad
- Revolucin
-Capitalismo
-Dominacin
- Hegemona
-Sujeto
-Dependencia
-Narracin
-Discurso
-Cultura
- Instante
-Hermenutica
-Situacin
-Experiencia
Posmodernismo
-Free-riding
-Punto de equilibrio
-Mercado
-Cooperacin
-Competencia
-Ador
-Juego
36
~.ones
;,i.
-moducir los elementos del conflicto y los mte~como bases motivacionales en la accin
'tica pbl i<A y privada, as como en el plano
'idual y coleciivo.
-'.C'esarrollar un sentido dedudivo sobre la base
(e simplificar y hacer coincidir los intereses de
" actores con los de las instituciones en tmu"de incentivos y recompensas.
~s:ablece
.&S
[)t)-
-?lantea una crtica general a las diferencias ex::sentes entre los individuos a partir de los antereJentes histrico-culturales.
-'ia proporcionado una importante vlvula de esnpe para comprender la naturaleza de los it~
~ polticos basados en la informacin la a>,.-.micacin, la antropologa o las trayectoria< ~
Jeden ofrecer un retomo al sujeto y su esenoa
p ;ida.
Ciencia poltica
e enca poltica
Conceptos
clave
Umitaciones
- Institucin
-Organizacin
-Secuencia
-Trayectorias
-Patrones de
dependencia
-Cambio y equilibrio
- Diseo
-Causa-decto
-Correlacin
-Significacin
-Tendencia
-Actitud
-Escalas de valor
-Representacin
- Racionalidad
-Utilidad
-Inters
-Escenario
-Optimizacin de renta
- Free-riding
-Punto de equ il ibrio
-Mercado
-Cooperacin
-Competencia
- Actor
- Juego
-Clase
- Sociedad
-Revolucin
-Capitalismo
-Dominacin
-Hegemona
-Sujeto
- Dependencia
-Narracin
-Discurso
-Cultura
-Instante
- Hermenutica
-Situacin
-Experiencia
er el papel mediador que tienen las inslos comportamientos intraduciendo dichos inos en resu Itados.
-Tiende a presentar un esquema lgico de exposicin, en el que los actores son prisioneros de la
propia dinmica contextual en la cual se ~n
r la complejidad y contingencia de los sistevuelven.
!lQo ticos a travs de sus unidades constiMi.aes como burocracias, legislaturas, judicatu-El despliegue de los contextos explicativos regu
...ociaciones, grupos de inters, etctera.
larmente obliga a desbordar los anlisis.
;gegacin sust.inciales.
'ePS como
"tea una crtica general a las diferencias exis;es entre los individuos a
:es histrico-culturales.
nroporcionado una importante vlvula de espata comprender la naturaleza de los fen~polticos basados en la informacin, la co...acin, la antropologa o las trayectorias que
:;;ueC1erl ofrecer un retomo al sujeto y su esencia
..a.
36
37
12
38
ez.,pos
~----1--b~
je_to_ __ _ _ _ _-t
Nos permite analiza los
--.pologa
ritua les, reprcsentac"Xle>
redes sociales, as como
~a
sociedades del pasaoo
- ------'- -
.-,fa poltica
"'loga poltica
-ninistracin y
ricas pblicas
nografa poltica y
tica comparada
onoma poltica
storia poltica
>teologa poltica
Derecho poltico y
'Constitucional
39
Ciencia poltica
2.":lbivalencia dentro de la
liemras muchos hablan de
al empobrecimiento y aban_manisticos por una perspec~dva; por otra parte, existe la
gresado a pasos exponenciales,
ue :emes y temticas alcanzadas
ce abarcar su enseanza de mane-
Objeto
-.uopologa
fX1l ruca
:: 'Osofa poltica
Xx:iologa poltica
-.dministracin y
':JO/ticas pblicas
1::2
.2
'DO
iconoma poltica
-istoria poltica
"sicologa poltica
::>erecho poltico
constitucional
39
40
Cien=,.
-1
Ciencia poltica
La ciencia poltica debe hacerse comprender ms all de los especiatas y aqu es donde debemos buscar e incidir en que su estudio se lea
"ea desde los mbitos literario, cinematogrfico y visual. Comprender y
acionalizar el mundo son dimensiones fciles de asumir como tareas de
propia accin de la poltica en tanto manifestacin del pensamiento.
!'eoo quiz lo ms difcil sea "sentir y disfrutar la poltic: Que asumaros una misin de la ciencia poltica desde una postura no soberbia y
...stamente humana. Los pensadores de la Antigedad fundamentaban
~ ejercicio de la poltica como un "art: una obra de lento procesamiento
.re requera destreza y sensibilidad, pero sobre todo que necesitaba la
a?acidad de saber vincular la imaginacin con la realidad. Por ello, cabe
-ecalcar a una ciencia poltica rigurosa basada en el dato y la informacon, pero no por eso alejada de los valores y las formas enriquecedoras
.:e la imagen, la letra y el espritu.
41
e intereses, sin dejar de reconocer que los problemas de creencias, ideologas y de percepcin moral siempre estarn presentes en cada uno de
nosotros.
En concordancia con Karl Mannheim, cabe sealar que no hay ni
puede haber imparcialidad ideolgica en el anlisis poltico, pero s demostracin contundente de que se han seguido los pasos pertinentes
en materia de los protocolos metodolgicos, para as mostrar el apego
objetivo a la cientificidad que apoya a los argumentos y recomendaciones que se establecen para dirigir la toma de decisiones que demanda la
coyuntura.14
Nuestras utopas no son ni pueden ser meros actos ideatorios, sino
que implican defender un compromiso con el conjunto sistemtico de
opciones construidas con fundamentos, informacin pertinente y acciones plausibles que permitan la insercin y apoyo participativo (sobre
bases libres y democrticas) de la mayor cantidad de gente. Una ciencia
poltica eficaz no slo es formal o abstracta, sino que a su vez siempre
estar en la obligacin de demostrar su pertinencia, para as tener una
base de legitimidad prctica.
Estamos ante el deber de fomentar no una ciencia poltica encerrada
en s misma, y que slo sea tema de discusin entre profesores, sino una
disciplina capaz de generar inquietudes y respuestas adecuadas acerca
de cmo conocer al mundo, qu tipo de identidades y memoria histricas
hacen que se mantenga o se constituya el poder y las instituciones pblicas a cargo de la sociedad.
En forma similar, estamos comprometidos respecto a definir con
rigurosidad una comprensin de los ciclos y tendencias que articulan
a los procesos decisorios. La ciencia poltica se remite entonces a tener
una clara y contundente insercin en los temas de la comunicacin, la
psicologa, la economa, el derecho, el campo internacional, la dimensin
cultural y antropolgica, por slo citar los aspectos disciplinarios en los
cuales tienen cabida los temas y corrientes explorados en este trabajo.
14
Mannheim llegaba a esa conclusin en el marco de explicar por qu hasta ese momento no
haba una 'cienci' de la poltica. Sin embargo, su argumento es iluminadorjustamente para
entender cmo se construye el camino en esa direccin (Mannheim, 1958, en especial el
cap. 3, "Perspectiva de una ciencia p oltica. Relacin entre teora social y prctica polric').
42
Cieno.a
En mi opinin, la politologa d~
.:..:.sciplina nobl:15 cuya presencia ha ~
i.= largo recorrido histrico, y a la .,'e::
..:.esarrollo cientfico, si estamos en :a ~
-:-.arco de la integracin y converge!'.cia .:i.
~ afirmaciones que expresara sin reme:
;.._-uro cientfico, no por la ruta de la
catos, los experimentos cruciales o l.a ms:.:perado la visin intuitiva para dar acr
6 ca en torno al proceso de generao- e
La ciencia poltica se construye y
.::ida que fortalezca su lenguaje cor..:e;:
-:cetodolgico y tcnico; pero sobre t
ores criterios de calidad en materia .:!e
.::e los conocimientos producidos. Aqm
?ropia que podamos ser capaces de :-articularmente desde nuestro mirae
~ la mera condicin imitativa y ad.a?U
.i la disciplina, para trasladarnos a la :z:
originalidad endgena, que se perc:Joe.
:iablar de una disciplina ms homoger.e::
re y asimtrica respecto de la que se cu;.
.ie conocimiento.
Por ende, no podemos desdea::>ara comprender nuestra realidad
desarrollo institucional, la moderni::d.:
nzacin, la dimensin de lo ciudad.am
!dentidades, el mbito del gnero y co:.a globalizacin, si nos atenemos a un.i
:os temas que han ocupado a la reflex!O:
Tampoco podemos minimizar :os
sencia de una interminable combs..aa:
.
.
I
actores, mstanc1as y procesos po.;occ
sistmicos, marxistas, culturalisras
:()CZ,
_,,..
Ciencia poltica
..._.,
43
individual y colectiva; o bien los enfoques comparativos, institucionalistas, prospectivos y retrospectivos en materia de escenarios y trayectorias, en materia de construccin y seleccin de polticas pblicas, agentes
y estructuras, sin dejar de lado a las perspectivas discursivas, contextuales y situacionales, entre las muchas que han sido enunciadas de manera
panormica en este texto.
Esto ciertamente plantea un reto de fondo en lo relativo a superar las
etiquetas del provincialismo o el regionalismo, para definir entonces la defensa de una ciencia poltica ms global e interactuante en su disponibilidad de resolver problemticas, teniendo a la mano todo el instrumental
tcnico y conceptual para que seamos nosotros, a partir de nuestra capacidad y experiencias, quienes hagamos la diferencia en materia de ofrecer
las mejores alternativas para controlar y erradicar en su caso las dificultades presentes o futuras. 16 Un riesgo recurrente es seguir manteniendo
una lnea de discusin que asuma la existencia de una ciencia poltica
buena o mala, debido a su origen estadounidense o europeo, y que nosotros estamos obligados a elegir en medio de esta dicotoma.
En mi opinin, la problemtica no est all, sino en la manera concreta que cada uno aplica su conocimiento, en pos de la defensa o transformacin del statu quo. Insistir en esta suerte de dinmica asociada con
la idea de percibirnos como parte de una disciplina dependiente y victimizada por los grandes poderes slo produce eso: la reproduccin de la
inferioridad y la marginacin, en lugar de ponemos a trabajar en resolver los problemas que le interesan a la poblacin, al margen de las ataduras ideolgicas que impiden a muchos reconocer la pertinencia de que
una tcnica o concepto especfico pueda emplearse al margen de si ste
formaba parte del cuerpo o protocolo autorizado. De ah la intencin de
superar uno de los rasgos que caracteriza el quehacer convencional de las
ciencias sociales, que termina viendo a los mtodos o las tcnicas como
fines 'en s mismos, y no como medios de apoyo para tomar decisiones y
transformar la realidad activamente.
16
En este punto, bien vale remitir a las enseanzas y el legado trazado por Marcos Kaplan.
Sin duda resulra imperativo recomendar su trabajo de 1976, uno de los pocos diagnsticos
serios que existen acerca del desarrollo de la ciencia poltica en el contexto latinoamericano.
A mi parecer, la agenda temtica ah trazada marca los retos que siguen sin contestarse a
cabalidad hasta la fecha (Kaplan, 1976).
44
Conclusin
~eseo concluir este trabajo con t.U
::-:-opia experiencia como politlogo
--:en por vocacin (pienso que la die
~r siendo para nosotros esa jaula
.:io nuestros mbitos de accin r retl
este punto para resaltar que mucho
:irofesin depende tambin de cmo
;uento mediante la divulgacin ,. La
;ns colectivos.
Por ello es importante reiterar
que las ciencias sociales no slo han
:iarias en sus objetivos, sino que co
cometido se lograr en la medid.a que
:.ndividualistas de trabajo y pod.arnos
cas grupales y redes que faciliten .;
misma descripcin de campos e im:
tenores as lo indican de manera m-
45
Ciencia poltica
!::::J:::::!S
comparativos, instituciona,
1-0
Conclusin
.Jeseo concluir este trabajo con una apostilla que nace a partir de mi
;:-opia experiencia como politlogo convencido por conviccin y tam,
::-~n por vocacin (pienso que la dicotoma weberiana no tiene por qu
~ir siendo para nosotros esa jaula de hierro existencial que ha separa,
O::o nuestros mbitos de accin y reflexin). Me permito traer a colacin
este punto para resaltar que mucho de lo que sostiene la validez de una
?rofesin depende tambin de cmo se socializa y articula el conoc,
::ento mediante la divulgacin y la cooperacin en proyectos cada vez
::1s colectivos.
Por ello es importante reiterar -como ya se dijo anteriormenteque las ciencias sociales no slo han de ser cada vez ms interdiscipli,
::arias en sus objetivos, sino que convendra agregar que mucho de este
cometido se lograr en la medida que aprendamos a remontar esquemas
mdividualistas de trabajo y podamos pasar a la recuperacin de dinmi,
.:as grupales y redes que faciliten dichos esfuerzos de colaboracin. La
:n.isma descripcin de campos e intereses mostrados en las secciones an,
:eriores as lo indican de manera muy sugerente.
45
Resulta claro que falta mucho por hacer en materia de profesionalizacin, mejora de recursos y diversificacin/consolidacin de temticas.
All es donde resulta importante llamar la atencin de todos nosotros
respecto de cmo nos encargarmos conjuntamente de estos retos; pero
sobre todo, saber trasmitir la estafeta desde el mbito mismo de las aulas y en el contexto de los espacios pblicos con decisiones firmes y con
responsabilidad. Las tareas para una ciencia poltica comprometida con
la realidad y las soluciones concretas que se necesitan para erradicar las
desigualdades de todo tipo apenas empiezan.
sa debe ser la divisa de quienes ejercemos una disciplina tan antigua y asociada al ser humano, incluso resulta ingenuo argumentar (por
no decir otra cosa ms severa) que la misma deba perecer o despedirse
de sus creadores. No nos equivoquemos. Algunos paradigmas o conceptos entraran en desuso a partir del buen o mal desempeo que provean para alentar la evolucin de los campos de estudio, los mtodos y
las tcnicas que hagamos sus practicantes. Pero esto es algo muy distinto a anunciar tormentas justicieras que deban purificar las almas de
los pecadores. En una era de contenido cientfico, el reto es justamente
conectar al politlogo a un ejercicio basado en la vocacin, la conviccin y la aplicacin del conocimiento responsable precisamente para
construir edificios slidos y no muros de lamentaciones. sta es la gran
deuda histrica, tica y cientfica que la politologa del siglo xx ha heredado a la del xxi.
Lecturas recomendadas
Visiones generales de la ciencia poltica en Polsby et al. (1975), Goodin
~ ~ingemann (2001) y Shapiro (2004). El desarrollo de la ciencia polnca en Estados Unidos en Farr et al. (1999). Un examen de la ciencia
poltica en Amrica Latina en Altman (2006). La pluralidad de escuelas
en la ciencia poltica en Almond (1999 y 2002). Anlisis de los enfoques interdisciplinarios en la ciencia poltica en Hay (2002). El concepto y enfoque de la hibridacin en ciencia poltica en Dogan (2001)
y Alarc~n Olgun (2006). Un tratado reciente de ciencia poltica en
Emmench y Alarcn Olgun (2007), asimismo, metodologa del anlisis
poltico en Alarcn Olgun (2006).
46
fuentes
A...;.rcn Olgun, Vctor (2006). ~La
.mportancia del mtodo para d
anlisis poltico': en V. Alarcon
Olgun (coord.). Metodologas para
ei .Jnlisis poltico: enfoques, proml'5
e instituciones, Mxico, UAM/Plaza.,.
.-alds, pp. 39-59.
w.rcn Olgun, Vctor (2002)."Hacia
una teora integral del anlisis poliaco~ Casa del Tiempo 35, nms. 2-1rwnond, Gabriel A. (2002). Venture:.;
Ciencia poltica
Fuentes
-:..::=:::=zoiri/
co:
47
Sociologa poltica
;ela Oyhandy Cioffi*
:ntroduccin
En
48
Sociologa poltica
ngela Oyhandy Cioffi*
Introduccin
En
49
Sociologa poltica
gda Oyhandy Cioffi*
:ntroduccin
E n las pginas siguientes nos pro:
:amica sobre los temas, problemas v
.:iologa poltica. Abandonando,. par.
de realizar una revisin exhausnva '1e
.evantes de esta disciplina, se prese"...an
que han complejizado y enri.qu~ci~o b.
poltica. Esta seleccin ha pnonzaao b.
ces clsicos, que en tal carcter, a pesar
v tiempos remotos, continan ilurr.
nuestras sociedades contemporneas..
hecho, volvern sobre esta idea: la vig
cas, ya por su valor en s mismas, va ~
abordajes ms actuales retoman v .::
una herencia notable.
Tres son los ejes que organizan ~
b reve revisin de las diversas de&.;
propuesta de una opcin superadora
narias; en segundo lugar, una va de er.
rores fundamentales a travs de dos d
Sociologa poltica
A.ngela Oyhandy Cioffi*
.'.:!::J::;:s;,c,
mseanza universitaria de las ciencias sociales: ciencia poltica (responsable general: William A. Robson),
\Vashington, D.C., Unin Panamericana/ OEA (Estudios y Monografas, 2).
\ oegelin, Eric (2006). La nueva ciencia de la poltica. Una introduccin,
Buenos Aires, Katz Editores.
Introduccin
En las pginas siguientes nos proponemos ofrecer una visin panormica sobre los temas, problemas y enfoques que caracterizan la sociologa poltica. Abandonando, por razones de espacio, la pretensin
de realizar una revisin exhaustiva de los autores y las discusiones relevantes de esta disciplina, se presentan algunos ncleos problemticos
que han complejizado y enriquecido la mirada contempornea sobre la
poltica. Esta seleccin ha priorizado la exposicin de una serie de debaces clsicos, que en tal carcter, a pesar de haberse originado en lugares
y tiempos remotos, continan iluminando el anlisis de la poltica en
nuestras sociedades contemporneas. Las conclusiones del captulo, de
hecho, volvern sobre esta idea: la vigencia de ciertas perspectivas clsicas, ya por su valor en s mismas, ya por su incidencia en el modo en que
abordajes ms actuales retoman y complejizan lo que de los clsicos es
una herencia notable.
Tres son los ejes que organizan este captulo: en primer trmino, una
breve revisin de las diversas definiciones de la sociologa poltica y la
propuesta de una opcin superadora de las rgidas separaciones disciplinarias; en segundo lugar, una va de entrada al estudio de una serie de autores fundamentales a travs de dos debates paradigmticos: 1) la disputa
*
49
entre quienes piensan la poltica como vehculo de integracin social (estructural-funcionalismo) y los que la conciben como medio de dominacin (marxismo); 2) la dicotoma entre quienes sealan como tendencia
dominante de las sociedades complejas la oligarquizacin de la poltica
(destacada por Max Weber y los elitistas), y quienes destacan las posibilidades abiertas hacia la democratizacin (en la versin marxista de la
democracia directa y en la concepcin pluralista de la sociedad); por ltimo, se presenta un mapa de acceso a una serie de temas estudiados por
la sociologa poltica contempornea, cuyos avances, insisto, tienen conexin con problemas clsicos.
Los objetivos de este captulo estarn cumplidos si, al concluir su
lectura, el lector ha encontrado los argumentos necesarios para responder las siguientes preguntas:
l. Qu es la sociologa poltica y qu caractersticas la distinguen de
otras disciplinas en el estudio de la poltica?
2. Cules han sido algunos de los debates y preocupaciones tericas
fundamentales de la sociologa poltica?
3. Cmo organizar un plan de lectura mnimo para acercarnos a la sociologa poltica?
Sociologa poltica
) qu caractersticas la distinguen de
de la poltica?
os debates y preocupaciones tericas
a poltica?
rica
es una rama de la sociologa que se ocupa bsicamente de analizar la interaccin entre poltica y sociedad [estudiando para ello] el comportamiento poltico dentro de un marco o perspectiva sociolgic' (Dowse
y Hughes, 1975: 23-31). Que la sociologa poltica estudie los fundamentos sociales de la poltica, privilegiando en ello "la interaccin entre poltica y sociedad" conforme las tradiciones y preguntas propias de
la. disciplina sociolgica, supone entonces como sus marcas distintivas:
1) Una especificidad centrada en su mtodo y herramientas de investigacin. El de la sociologa poltica es un enfoque que observa la
dimensin poltica y su vinculacin con lo social a partir de una preferencia por la teora sociolgica en la construccin del objeto de estudio (Brambila, 2000).
2) Una naturaleza singular que, subrayando la interdependencia entre
los componentes del sistema social y los elementos diferenciadores
del sistema poltico, deviene en "un hbrido interdisciplinario (entre
sociologa y ciencia poltica) con una sntesis cualitativamente distint' (Caldern, 2003: 91).
3) Una orientacin, que por destacar precisamente la interaccin entre lo social y lo poltico, no limita los hechos polticos a un subproducto de los hechos sociales: "las instituciones polticas, a la vez que
estn asentadas en un entramado social, influyen a su vez sobre el
sistema social del que forman parte" (Dowse y Hughes, 1975: 27). 1
Establecido lo anterior, aqu se sostendr que un modo pertinente
de destacar la especificidad de la sociologa poltica consiste en identificar el tipo de preguntas y el punto de vista que caracterizan a la
sociologa. Siguiendo a Zigmunt Bauman: lo que identifica a la sociologa es el hbito de considerar las acciones humanas (en nuestro caso
especficamente a las acciones polticas )2 como "elementos de elaboraciones ms amplias, es decir, de una disposicin no aleatoria de los actoLa sociologa poltica, que no obvia la auronoma de lo poltico, niega el reduccionismo
sociolgico de la poltica, esto es, la tentacin de ver en lo poltico no ms que una variable
dependiente de lo social. Sobre este punto, resaltando al respecto el trabajo de Lipset y
Rokkan sobre los clivajes sociales y su conversin (va la organizacin partidista) en c!'li'.presiones polticas, vase Sarcori (1969).
Las cursivas son mas.
52
B~uman,
1994: 13).
Las preguntas centrales de un
las que se interrogan por el modo en
sen influidas por las acciones de o.
rr<>tos. En palabras de Bauman: ;En
~ cualquier cosa que hagan o pue
~rras personas?, en qu sentido riene
.:ompaa de otros, en intercambio
-nanost (Bauman, 1994: 16). En di:
...osriene que "la labor de la. sociolog12
que existe entre aqullo que la soaecemos nosotros mismos" (Giddens bin se destaca la centralidad otorga
existente entre las estructuras soc1x.es
este punto de vista -el cual aqu1
nos ayudar a estudiar el campo p<L
sociales (economa, educacin, f:
rie de conceptos y modelos de d.Juou.LM. .
que las estructuras polticas expanc.~
minacin de los actores sociales.
El lector advertir que una de,..
nacin poltica, la democracia, la.
dentro de las instituciones y los proc
las expresiones de los movimien:os
lectivas y las demandas de la. socied.a.:.
tituido. Tal definicin permite
y articular las distintas dimens1cnes
que una sociedad denomina cor::o _
superar las visiones sobre la poln
dico e institucional al equiparar
ej:s~meme
-;:-_::::;;::::;:ia"l
de analizar la in-
precisamente la interaccin en~ los hechos polticos a un subproL"lStiruciones polticas, a la vez que
r..ado social, influyen a su vez sobre el
parre tDowse y Hughes, 1975: 27). 1
L4.Car
Interrogantes como ";en qu modo influye la clase social en la distribucin de los votos en
las elecciones o por qu podra el factor generacional tener influencia en las ideologas po
lticas!'; serian as, en opinin de Horowitz (1977: 25), preguntas propias de la sociologa
poltica. Un clsico en la materia, que interroga por las condiciones sociales de la democracia, es Llpset y su conoci!a obra El hombre poltico (1993).
53
54
Sociologa poltica
o. !a misma definicin
...,-:ps resumidos en el peligro
e.e una teora general de las
c::s2Ildiar excesivamente los l~ coincidir con una sociolo~emos a lo largo de todo el
e nos ofrece la sociologa para
.:.::.er::o de minimizar los riesgos
1s1cas
u...-adas posibles
e:
de subsistemas (econmico, poltico, etc.) que cumplen funciones especficas y cuyo buen desempeo de conjunto contribuye al equilibrio
del todo social. Cmo se logra este ajuste perfecto entre subsistemas y
dentro de cada uno de ellos?
Parsons elabora una compleja descripcin acerca del funcionamiento de la sociedad, a la que denomina "modelo de intercambi:5 que presupone la interdependencia entre subsistemas. Por ejemplo, para el caso
que nos ocupa, el poder poltico (que en su teora se identifica como la
capacidad para alcanzar metas) ser legtimo en la medida que reciba
disponibilidades econmicas (adaptacin), legitimacin cultural (integracin) y lealtad (mantenimiento de patrones). El papel especfico de
la poltica en esta teora es la organizacin orientada hacia la consecucin de las metas colectivas. Concretamente, el subsistema poltico para
Parsons est sometido a tres conjuntos primordiales de exigencias, que
se resumen de la siguiente manera:
l.
En este ensayo nos basamos en la descripcin del llamado modelo AGIL, desarrollado por
Parsons en su madurez. ~n l subdivide al sistema social en cuatro dimensiones: adaptacin, capacidad para alcanzar metas, integracin y mantenimiento de patrones. Una sntesis y evaluacin de Parsons se halla en Alexander {2000),
55
(2000: 94).
56
En el extremo opuesto, la t
eje explicativo de la sociedad. A
tablece la prioridad analtica de la
esta concepcin, las clases soci~es
con la propiedad de los medios de
estructura en torno del conflicto
to res (proletarios). El carcter de
las instituciones polticas y jurdiC4Smo ha recurrido a la metfora arq
de la sociedad, definiendo a las ~
superestructura, en donde la p
As, en estas sociedades divididas
zan su poder no slo en el espac 1
social, de manera que las institua
instrumentos para la preservacin
las instituciones estatales desem
cin del poder de la clase dirigen:e.
Qu puede aportarnos el
Si bien es indudable que la soc:
de la temprana sociedad capitahsu
anlisis marxistas nos llaman la :u
el poder poltico y el Estado en r
y transformacin social. Bajo e.sea
las relaciones interpersonales de las
ticas de las instituciones poltio..s,
nes en s mismo, sino en la det
(superestructura) por las relacion
En resumidas cuentas, afirmamos
enfatiza el papel de la poltica en la
ciedad, el marxismo resalta el ca
dad poltica. Para la teora marxt
las divisiones de clase y la desigua:.
Sociologa poltica
los."2Il
Esta metfora, utilizada por ~I propio Marx, transmite la idea del nivel econmico como la
base sobre la cual se edifican las relaciones polticas e ideolgicas. En su concepcin, no se
trata de un determinismo directo sino, ms bien, de una forma estrucrurante amplia que
impone formas y lmites a las relaciones sociales.
57
a instancias como el sufragio universal y las polticas sociales de asistencia a las clases subalternas.
La versin del marxismo que aqu describimos concibe la poltica
como una variable dependiente de las relaciones sociales de produccin
y ha sido criticada desde distintas posiciones por su "economicismo': Sin
embargo, inmerso en esta tradicin, un autor como Antonio Gramsci
destac (en las primeras dcadas del siglo xx y desde la realidad de la sociedad italiana) la relevancia de las dimensiones culturales y polticas en
las sociedades occidentales. En la obra de Gramsci se expresa un redimensionamiento de la poltica, fundamentalmente a partir del concepto
de hegemona, en el cual se subraya la incidencia de la direccin cultural
e ideolgica de los dominantes sobre los dominados en la construccin
y mantenimiento de la desigualdad. El terico italiano piensa la superestructura a partir de dos dimensiones de anlisis: en primer trmino,
la sociedad poltica que agrupa a los distintos aparatos e instituciones
estatales y, en segundo lugar, la sociedad civil, que en su conceptualizacin incluye a instituciones pblicas y privadas. La sociedad poltica garantiza la coercin, y la sociedad civil es el espacio de construccin del
consenso. As, para Gramsci, la hegemona constituye una compleja articulacin de coercin y consenso. Se trata de un concepto acuado para
dar cuenta de la especificidad de la dominacin capitalista en Occidente,
apuntalada por robustas sociedades civiles. Aqu quisiera sealar dos
aportes fundamentales del marxismo de base gramsciana para el estudio de la poltica:
l. La importancia de las construcciones ideolgicas para garantizar una
dominacin dotada de cierta estabilidad. Tratndose de una teora
de inspiracin materialista, no slo se trata de estudiar valores, ideas
y normas, sino fundamentalmente las instituciones que las producen
y difunden: iglesias, universidades y medios de comunicacin.
2. La necesidad de estudiar el papel de los intelectuales para una acabada compresin de la poltica. En la concepcin gramsciana, al nivel
de la sociedad civil, los intelectuales son los encargados de elaborar la
ideologa de la clase dominante, dndole as conciencia de su papel y
transformndola en una "concepcin del mund' que impregna tod<2
el cuerpo social. En la sociedad poltica, los intelectuales son los funcionarios encargados de la gestin de los aparatos estatales.
58
complejidad y democratizacion
Otro de los nudos problemticos
do destaca la relacin existente enrre
cial (divisin del trabajo) y la con
Expliquemos un poco ms este a<
gestiona la poltica en nuestras so...~
En primer lugar, reparemos en el
dente de la repblica. Junto a l. ~
Hacienda, Seguridad, entre orras.
de estas agencias, observaremos un
en subsecretaras. Luego, pasem\)$
idnticas subdivisiones temticas
recordar que slo estamos ex
federal, no debemos olvidar que
cada uno de los estados de un pais
Ahora imaginemos un caso
debe procesar el sistema poltico
que regula el trnsito vehicular en
mnimo de coordinacin entre el
posiblemente a partir de los 1 '
el Poder Legislativo debe desem
coincidencias en la comisin en
carse en los distintos bloques p
descripcin basada en los canales
nos olvidar la existencia de disnn:a.s
Adems, cada uno de los poderes
miento de especialistas que rrabap
Sociologa poltica
A pesar de cierto esquematismo, la introduccin de la dicotoma en~e integracin y dominacin nos permiti sobrevolar dos de las grandes
::eoras que han signado el anlisis sociolgico sobre las sociedades con(emporneas. Ambas han sido sometidas a profundas crticas y reconceptualizaciones. Aun as, todava siguen brindando poderosas imgenes
\. disparando preguntas interesantes para el estudio de la poltica.
Sociologa poltica
aadmicos, consultores) a
Tambin debe existir un
medios de comunicacin,
.a y a sus posibles efectos
~men democrtico demanda
:;; ciudadana para garantizar el
~ desobedezca masivamente la
que la puso en prctica no sea
j1dad, pero ntese que no esrrupcin, incapacidad, diletantisen otro nivel de anlisis: estamos
ca estructural de la poltica en las
maa de organizaciones masivas, budel Estado (agencias, comisiones,
- arridos polticos, sindicatos, asocia.idimos el funcionamiento poltico
-1 compleja, sin embargo, no hemos
o soberana popular, bien comn o
enecientes a una narrativa de la depel de la participacin del ciudadano
-o a partir de la extensin del sufra \'eremos en las pginas siguientes,
~ imagen sobre el proceso de de~o el discurso democrtico entroniza
os seala la irrupcin en la vida poCuando se exalta el papel de lavones, \Veber llama la atencin sobre
Es~do y sobre la incorporacin de la
?roduccin. Eventos todos ellos que
-acin de la vida poltica. En pa!68' : "la inevitabilidad del sufragio
cron de las masas, replantearn desde
tema de la democracia. En otro sentico: la centralidad de la organizacin.
e rodo tipo evidencian el papel pro:e que la realidad contempornea sea
Si bien inevitable, en canco la burocratizacin conectaba con y derivaba del proceso de racionalizacin (formalizacin, clculo, especializacin, control eficiente), el anlisis de Weber
se enriquece al considerar (como vacuna a la ausencia de conduccin y responsabilidad po
lrios de la burocracia) la necesidad de circunscribir lo poltico a las decisiones gubernamentales que tomaran una suerte de lite, los polticos profesionales, dorados de cualidades
especiales para gobernar en nombre y a favor de las masas. La expansin de la burocracia,
siguiendo a Weber, se equiliorara as con un parlamento fuerte y con un liderazgo probado.
Sobre ello, vase su conferencia La poltica como vocacin {1967), sus Escritos polticos (1982)
y las Lecturas sobre Weber compiladas por Galvn y Cervantes (1984).
61
Sociologa poltica
Soo
Sociologa poltica
lificar la administracin
on pblica crearse sus rgobiern' (Marx citado en
,....,.,_~ kcciones para la construccin
.soaedad socialista es la necesi--~ sufragio universal, y mantener
por parte de los electores. De
los cargos polticos por parte de
~ m.stiruciones polticas como enrotantes.
stX1logos pluralistas proponen una
ogico. Su punto de partida es un repoltica, pues, para los pluralistas, en
:!11 unico centro de poder en la toma
:en mltiples centros de poder, nin~e soberano" (Dahl, 1967: 54). Si los
rabie oligarquizacin de las instituoderna, que entronizaba a una lite
pluralistas destacan, por el contrae intereses que se ponen en juego
que ningn grupo, clase u organiza.ro social. Por ello, pluralistas como
entre Estado, sociedad civil, poder
esta perspectiva, ser dominante en
genera necesariamente la capacidad
el pluralismo sociolgico, la poltica
ociacin y conflicto entre diferentes
los, sindicatos, corporaciones emprelos elitistas clsicos, esta multiplici-' emandas al sistema poltico habilita. Una de las crticas ms consistentes
..! sobreestimacin de la capacidad de
de decisiones polticas, as como su
~ agente neutral que canaliza y pro timando sus vnculos con ciertos
Cada una de estas teoras nos proporciona una descripcin diversa acerca del funcionamiento de la poltica en nuestras sociedades complejas que enfatiza aspectos y problemas distintos. Mientras el elitismo
sociolgico nos ayuda a entender los problemas de eficacia de las instiruciones polticas en la resolucin de las demandas que plantea una sociedad de masas, la apelacin a la democracia directa retoma la cuestin
de la construccin de consensos y la legitimidad democrtica. Por su
parte, el pluralismo cuestiona la propia posibilidad de concebir el poder
poltico como un centro nico de coordinacin y referencia en sociedades complejas.
Cada uno de estos enfoques ( oligarquizacin o elitismo; democracia directa; pluralismo poltico) destaca, con sus propios diagnsticos y
tentativas de respuesta, un problema caracterstico de la poltica en sociedades modernas: la tensin entre complejidad y democratizacin social.
Si por democratizacin social entendemos, mnimamente, la idea de un
sistema de gobierno definido por un tipo de"representacin poltica responsable y sustantiv' (Pitkin, 1985), lo que estas teoras revisadas evidenciaran seran los intrincados retos para hacerlo posible:
l. Una alta complejidad, que por avanzar los procesos de diferenciacin social (lo econmico se distingue de lo poltico, lo poltico de
lo tico y lo religioso; la cultura y el arte se autonomizan, etc.), cuestionara la centralidad de la poltica como eje integrador y democratizador. Principios como la voluntad general o el bien comn
- argumentada por Weber la impotencia tica de la polticadejaran de ser, para el argumento elitista, los fundamentos unvocos de la democracia. Si sta es, entonces, un mtodo de competencia, un procedimiento racional para desahogar los intereses en
disputa, su aspecto ms sustantivo (sus ideales y promesas) entrara
en tensin con su cara ms procedimental.
2. Por esos frecuentes registros menores de democratizacin, el alegato de la democracia directa, constituyendo una crtica a los lmites
de la democracia representativa, apuesta por una participacin popular que no se subsuma y s trascienda el mtodo racional de las
elecciones. La premisa de un ciudadano absoluto, dispuesto siempre
a una politizacin informada y reflexiva, es, sin embargo, negada por
cierto pensamiento liberal-democrtico.
65
e)
Vitalidad y secuencias contemporneas de los clsicos
Esta revisin de conceptos, categoras y discusiones clsicas tuvo por
objetivo fungir como una va de acceso a la sociologa poltica. Los autores y teoras expuestos, a pesar de haberse originado en contextos temporales y espaciales lejanos de nuestra realidad, permiten planteamos
preguntas pertinentes para entender el funcionamiento de las sociedades modernas. Lejos de ser un resumen sobre la sociologa poltica, se
trata de una invitacin a profundizar en los senderos de una disciplina
dedicada a subrayar el carcter histrico y relacional de la poltica. Para
acentuar la vitalidad de las perspectivas registradas y persuadir al lector
de sus secuencias en debates ms recientes, concluir con un breve compendio de algunas lneas contemporneas de anlisis: 10
l. El problema del orden social, trabajado aqu con Parsons (la poltica
como consenso) y Marx (la poltica como conflicto), tiene secuencias interesantes y tambin disputadas:
JO
11
Para profundizar en lo que aqu slo enunciar, vanse Bottomore y Nisbet (2001), Baerr
(2001), Coller (2003), Iglesias y Herrera (2005).
Trabajos de Robert Putnam (1993) sobre el capital social y de Ronald lngleharr (2000)
sobre valores posmateriales prosiguen de algn modo esta nea.
66
2. Del lado del marxismo, el ya avanzarn hacia un "marxismo a.dualismo metodolgico y la teona
nal. Con una teora del sujeto ~
(Adorno, Horkheimer, Marcu.se,
tambin a la actualizacin del rr..a.;:
el papel irreductible del conflicto
na) de Mouffe y Laclau suma..."'2.:"
3. Finalmente, el debate entre m sociologa poltica muchas y va.: dernidad y a una presunta pero
la razn, impactar en los ...u..<.:.'-'>q
sociales, del posmodernismo co-;sentido o, por el contrario, de :a
concluso que no debiera aba..'16
problemas de integracin social ....
Sociologa poltica
~:ica
:!:adas:
ha estado presente en los estudios de David Easton sobre el sistema poltico. Ms original, tanto que merecera un texto diferente, la obra de Niklas Luhmann es de gran potencia.
b) Cuestionado por sus pretensiones de ser una teora general, el
estructural-funcionalismo, en los estudios de Merton, avanzara
hacia las importantes teoras de rango medio. Con otros desarrollos, opuestos tambin a la idea de "la gran teor: los trabajos
de C. Wright Milis destacan por sus crticas al conservadurismo
del estructural-funcionalismo.
e) La reaccin al holismo metodolgico de la teora de Parsons
despertara, a su vez, avances notables en la microsociologa.
La capacidad individual de eleccin, prestigiada por el individualismo metodolgico, tiene muchas propuestas analticas.
Entre stas sobresale la de Jon Elster y las teoras de la accin
racional.
d) Como un camino analtico para superar el debate de la microsociologa (agente) versus la macrosociologa (estructura), el
vnculo micro-macro o la teora de la estructuracin, trabajadas, respectivamente, por Alexander y Giddens, sern atractivas lneas de estudio.
2. Del lado del marxismo, el ya mencionado Elster y otros autores
avanzarn hacia un "marxismo analtico" que renovar, va el individualismo metodolgico y la teora de juegos, el marxismo tradicional. Con una teora del sujeto distinta, la teora crtica de Francfort
(Adorno, Horkheimer, Marcuse, Habermas y otros) contribuir
tambin a la actualizacin del marxismo. Rescatando, por otra parte,
el papel irreductible del conflicto social, los trabajos (sobre hegemona) de Mouffe y Laclau sumarn riqueza a la teora del conflicto.
3. Finalmente, el debate entre modernidad y democracia tendr en la
sociologa poltica muchas y variadas secuencias. La crtica a la modernidad y a una presunta pero discutida condicin universal de
la razn, impactar en los anlisis renovados de los movimientos
sociales, del posi;;nodernismo como un desencanto ante la crisis de
sentido o, por el contrario, de la modernidad como un proyecto inconcluso que no debiera abandonarse (Habermas, Giddens). Los
problemas de integracin social moderna, ya previstos por Tnnies,
67
Lecturas recomendadas
Manuales introductorios de sociologa potica en Oowse y Hughes
(1975), Horowitz (1977) y Duverger (1982). Compendios accesibles
sobre los autores clsicos de la sociologa poltica en Giddens (1976,
1994, 1997), Alexander (2000) y Bottomore y Nisbet (2001). Antologas ms recientes en Baert (2001), Coller (2003) e Iglesias y Herrera
(2005). Para Weber, dem (1967, 1997), Galvn y Cervantes (1984).
Sobre hegemona: Gramsci (1975) y Laclau y Mouffe (1987). Para
complejidad social: Luhmann (1998), Torres Nafarrete (2006) y Zolo
(1994). Un acercamiento a Habermas en dem (1991).
Fuentes
Alexander, Jeffrey (2000). Las teoras
Paids.
Giddens, Amhony (1994). El caprr.-lismo y la moderna teora social, Barcelona, Labor.
Giddens, Anthony (1976). Poltic<'
sociologa en Max Weber, Madnd
Alianza.
Gramsci, Antonio (1984). Notas sobre Maquiavelo, sobre la poltica J
Sociologa poltica
69
Psicologa poltica
Ricardo Ernst Montenegro"
Introduccin
Psicologa y poltica son dos .:oson puestos el uno al lado del ocursos neoconservadores -que
poltica como un espacio de rra;
sociales egostas que actan pe:por la inercia de algunas intrans!=
nan de cualquier coordinacin
cas, en un intento por sostener e
profesionales con pretensiones .::
de psicologa y poltica es hoy una
parece poco adecuada. Para algth"l
errnea. Sin perjuicio de estas :
campos que, como veremos, a :o
de una forma mucho ms cercar..a
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los progenitores de la polis gn~'
2 500 aos, hasta la sistemtica f
logos militares y los tcnicos elo..ltica se han entrecruzado e 1I'3o..
*
70
Psicologa poltica
Ricardo Ernst Montenegro*
J<<:E.
- , Mxico, FCE.
oc:. Max (1982). Escritos polticos,
- ts- Mxico, Folios.
\\eber, Max (1967). El poltico y el
;:entifico, Madrid, Alianza.
Zolo, Danilo (1994). Democracia y
complejidad, Buenos Aires, Nueva
Visin.
Introduccin
Psicologa y poltica son dos conceptos que en nuestra poca rara vez
son puestos el uno al lado del otro. Ya sea por la fuerza de ciertos discursos neoconservadores -que imponen la "costumbr' de signar a la
poltica como un espacio de transaccin perversa y propio de agentes
sociales egostas que actan pensando slo en su beneficio- , o bien
por la inercia de algunas intransigencias epistemolgicas - que abominan de cualquier coordinacin entre nociones complejas y problemticas, en un intento por sostener el espacio y el poder de ciertos gremios
profesionales con pretensiones cientficas- , poner juntos los trminos
de psicologa y poltica es hoy una operacin que, a los ojos de muchos,
parece poco adecuada. Para algunos, poco feliz; para otros, abiertamente
errnea. Sin perjuicio de estas tendencias, psicologa y poltica son dos
campos que, como veremos, a lo largo de los siglos se han desarrollado
de una forma mucho ms cercana y coordinada de lo que se supon~ _)
Desde la sutil y profunda consideracin de lo mental que hicieran
los progenitores de la polis griega y los estrategas chinos hace ms de
2 500 aos, hasta la sistemtica y tecnificada intervencin de los psiclogos militares y los tcnicos electorales modernos, la psicologa y lapoltica se han entrecruzado e informado mutuamente desde hace siglos.
71
Si bien a la poltica como campo de reflexin, creacin y lucha, se le reconocen fechas de fundacin mucho ms antiguas que a la psicologa, sta,
a su vez, en cuanto indagacin acerca de cmo la gente piensa, siente y se
comporta, tambin cuenta ya con milenios de desarrollo y operacin en
la cultura humana, representando por ello una matriz de informacin y
herramientas que ningn sujeto deseoso de progresar en el arte de gobernar puede desdear o ignorar. De la misma manera, la poltica, en
cuanto actividad y espacio fundamentales en la construccin de la materialidad y el simbolismo de la vida social en comunidad, comporta una
dimensin ineludible para los interesados en la comprensin y dominio
del complejo intelecto-voluntad-deseos-contexto, este objeto del cual se
ocupan las disciplinas que se conviene en llamar psicologa.
No obstante la riqueza y profundidad de las indagaciones que al respecto podemos emprender -y a las que, como en algunos casos veremos, stas nos conducen- , la diversidad de los lectores a quienes estn
dirigidas estas reflexiones preliminares (acadmicos, estudiantes y otros
pblicos interesados), as como las obvias limitaciones de espacio, nos
obligan a una presentacin que no puede tener sino un carcter introductorio. Mxima en cuanto a la extensin de las preguntas sobre las que debe
intentar iluminar; mnima en relacin con la profundidad con la cual stas pueden, en el marco de las limitaciones ya mencionadas, ser tratadas.
Interludio terico-metodolgico
Tericamente resulta necesaria una breve digresin sobre distintas maneras de concebir lo psquico, para que desde ah cobre sentido nuestro
intento por describir cierta especificidad en el concepto psicologa poltica. Metodolgicamente, es pertinente explicar el sentido del ejercicio
historizador que conduce nuestro argumento y exposicin. Empecemos
por este punto.
Por qu iniciar la reflexin desde la historia~ Creemos en el valor de
proceder, sobre todo en los ejercicios introductorios y con ciertas pretensiones pedaggicas, ms inductivamente, de una cierta lectura de los "hechos" a la "ide; podramos decir, antes que deductivamente, es decir, de la
"idea" a los "hechos': Convencidos del carcter esencialmente construido
del conocimiento, nos parece ms productivo, y hasta cierto punto ms
72
Psicologa poltica
Psicologa poltica
~ sobre la especificidad
se comprendera y sera inrico, tambin son precisas
Sumariamente, slo para efectos ilustrativos que orienten otras indagaciones ms exhaustivas,1 las respuestas ofrecidas por estas tradiciones se
resumen de la siguiente manera.
Para la tradicin conductista, heredera de la revolucin mecanicista de
los siglos xv1 y xvn, el ser humano es fundamentalmente una mquina,
si bien altamente compleja y sujeta a las mltiples interacciones que su
medio social le impone, a la vez sometida a los mismos principios de causa-efecto, mensurabilidad de factores y modelamiento contingente de
procesos y resultados. En esta lnea, se piensa que el ser humano es un
animal inteligente que, si bien producto de generaciones de evolucin natural -que lo han llevado a ocupar la cima en el ecosistema terrestre- ,
no presenta diferencias sustantivas, desde el punto de vista estructural
o funcional, en relacin con el resto de los mamferos superiores (como
ballenas, orcas, delfines, chimpancs, orangutanes y gorilas). Por todo
esto, desde el punto de vista de las posibilidades de influir en su conducta, en esta tradicin se considera al ser humano como perfectamente
posible de entrenamiento sistemtico y aprendizaje acumulativo, sujeto
al modelamiento conducrual va condicionamiento operante, estando determinado en su devenir por los resultados contingentes de los mltiples
arcos esmulo-respuesta que construye, a propsito de su interaccin
con el medio ambiente. Esquemticamente, en relacin con la poltica,
es el ser humano como actor racional.
Si bien tambin reconociendo el sustrato biolgico-animal de la existencia, constitucin y desarrollo de los seres humanos, el psicoanlisis se
erige en buena medida oponindose a la lectura recin descrita. Para esta
concepcin, el ser humano representa un salto cualitativo en la evolucin
de la vida desde la consideracin de dos de sus cualidades caractersticas:
la trascendencia del mbito de las necesidades fsicas y la posesin y desarrollo de lenguaje. En funcin de estas dos diferencias, los seres humanos representaran una forma completamente nueva y distinta de vida
inteligente. Desde este punto de vista, los sujetos humanos se constituyen como tales luego ele un lento proceso de maduracin y aprendizaje
social (primero en el crculo familiar; luego en otros ms amplios) en el
- -- - - --
Para una revisin general sobre los d=ollos de La psicologa en Amrica, una buena refe
rencia es la obra de Alonso y Eagly {1999). Para esa misma revisin, en relacin con el resto
del mundo, una buena referencia es Wolman ( 1991).
75
--
simultneamente a la psicologu
fundamental las maneras en las
intentaran luego comprender )
Una primera propuesta
te pensador griego Platn (4r, ~
ples fracasos al intentar la puesu
al mundo una de las primeras
en un todo coherente un cierto
na (una teora del alma entendi~
conocimiento, dividida a su v~ en
siones) con una teora tica r
lsofos y dividido en clases que
alma: artesanos o trabajadores ~
Por las mismas pocas enco
ticula coherentemente los saber
ms que un libro de prctica
no Sun Tzu (400,320 a.C.\ El
testimonio sistemtico de los
nocimiento de la naturaleza bu
expresin "Conoce al enemigo
no corrers jams el ms
Psicologa poltica
t:
77
Fn
supo entonces que sus tropas estaban dispuestas e infligi a Yen una humillante derrota"
(Sun T:zu, 2007: 18).
"Dejando, pues, a un lado las fantasas, y preocupndon os slo de las cosas reales, digo que
todos los hombres, cuando se habla de ellos, y en particular los prncipes, por ocupar posiciones ms elevadas, son juzgados por algunas de estas cualidades que les valen o censura
o elogio (... ).S que no habr nadie que no opinase que sera cosa muy loable que, de entre
todas las cualidades nombradas, un prncipe poseyese las que son consideradas buenas;
pero como no es posible poseerlas todas, ni observarlas siempre, porque la naturalezi humana no lo consiente, le es preciso ser ran cuerdo que sepa evitar la vergenza de aquellas
que le significaran la prdida del Estado, y, si puede, an de las que no se lo haran perder,
pero si no puede no debe preocuparse gran cosa y mucho menos de incurrir en la infamia
de vicios si los cuales diflcilmente podra salvar el Estado, porque si consideramos esto con
frialdad, hallaremos que, a veces, lo que parece virrud es causa de ruina, y lo que parea vicio
slo acaba por rraer el bienestar y la seguridad" (Maquiavelo, 1999: 123-125).
78
Psicologa poltica
jl3ulatinamente puestas en
.b cual, ya desde el siglo xv1,
----=--" de lo que hoy llamamos con
dilipazo que presagi el dinarodos conocida y pieza, segn
moderna; nos referimos, por
_:.uavelo (1469-1527). Primera
m lo que realmente es en oposickbera ser, esto es, la llamada
p:-tmer terico moderno en decla- -o, la astucia y la capacidad de
o cualidades fundamentales de un
dres fundadores" decidieron experimentar en ingeniera social colocando la primera al servicio de la segunda, llevando adelante sus intentos por
"civilizar" a las masas de indgenas y mestizos que predominaban en las
nacientes repblicas a travs de sistemas educativos permeados en su concepcin y funcionamiento por la joven disciplina de la psicologJJ
De este cruce moderno, y ms o menos abierto, entre los dos campos,
un primer exponente destacado ser el psiclogo social francs Gustave
Le Bon (1841-1931). Sus obras Psicologa de las masas (1895) y La psicologa poltica y la defensa social (1921) se consideran los primeros trabajos clsicos del campo. Al igual que sus antecedentes griegos, chinos
e italianos, stas se concentran en la tarea de orientar a los gobernantes
acerca de las maneras ms eficientes de controlar con provecho a sus gobernados. No obstante, por primera vez ello se intenta utilizando explcitamente los supuestos saberes de la psicologa, coaligando tres de sus
reas (la "individual': la "de las multitudes" y la llamada ae los pueblos")
con la disciplina de la historia. Los trabajos de Le Bon, como era de esperarse, despertaron las ms diversas reacciones. Desde la calurosa acogida que le brind una parte importante de la clase intelectual y poltica
de su pas,5 hasta el abierto rechazo que suscit en diversas organizaciones polticas de centro e izquierda, as como entre destacados cientficos
sociales de la poca, todos los cuales vieron con profundo recelo su individualismo conservador, su claro rechazo a los movimientos obreros y de
corte socialista, as como su uso problemtico de ciertas nociones como
"inconscient: "alma colectiv' y "conductor': entre otros.
No sabemos si especficamente elaborada ad versus Le Bon, aunque
su ttulo lo sugiere, la obra de Sigmund Freud Psicologa de las masas
)' anlisis del yo (1921) se erige como una clara respuesta a varios de
los planteos lebonianos, y constituye un ejemplo de otra vertiente original a partir de la cual se desarrollarn con los aos estos cruces entre
psicologa y poltica. El aporte freudiano se traducir con el tiempo en
una visin que priorizar la consideracin de los aspectos psicopatolgicos involucrados en la constitucin y conducta de los sujetos actores
del devenir de la accin poltica, construyendo lecturas que, poniendo el
Entre los invitados a los almuerzos de tertulia que organizaba a inicios del siglo, se encontraban, encre otros, figuras como Paul Valry, Henri Bergson y el propio presidente de
Francia, Raymond Poincar.
79
acento en la estructuracin temprana de la psique de los individuos, intentan develar los sentidos puestos en juego a lo largo y ancho de los diversos procesos polticos estudiados.
Con el devenir de estos desarrollos, ya desde comienzos de 1930
en adelante, comienzan a ejercerse variadas acciones que intentarn seguir de la manera ms completa posible las "recomendaciones" surgidas
de estas reflexionesNcomo ya habamos visto antes, una de las primeras reas receptivas~ tales orientaciones fue la milicia. Bajo el lema de
modernizar la gestin de sus recursos humanos, el ejrcito de Estados
Unidos, durante el primer lustro de los aos treinta, comenz la utilizacin de test de evaluacin psicolgica (llamados en aquel momento "alfa"
y"bet') para la seleccin y asignacin del personal dentro de su esquema organizacional y operativo. Al poco andar (especialmente luego de
sus experiencias en la ltima gran guerra europea, la de Corea y luego la
de Vietnam), y como ya haban mostrado con meridiana claridad Sun
Tzu y Maquiavelo siglos atrs, se comenz a revelar otra vez el enorme
potencial que, a efectos de conseguir la victoria, tena el conocimiento,
moldeamiento y control de la psique humana. Lo que pareci en un primer momento un arrebato de "modernismo tcnic' sin mayor utilidad
comprobada, termin por revelarse (especialmente a lo largo de la guerra fra, las mltiples guerras de liberacin nacional y los ya tristemente
clebres episodios de terrorismo de Estado que caracterizaron el desarrollo del siglo xx) como uno de los principales espacios de batalla de
--.
las guerras moderna~.
Un triste ejemplo contemporneo de lo anterior es la condenable
participacin de psiclogos en los "programas de interrogatorio" ( eufemismo para referirse a las sesiones de tortura) conducidos por la milicia
estadounidense en su ltima guerra de conquista, ahora llamada 'guerra
contra el terrorismo': y que actualmente se debate tras bambalinas en el
seno de la American Psychology Association (APA) tal y como denunci
el periodista Mark Benjamin hace poco tiempo atrs. 6
La contraparte de esto que, como todo en la realidad tambin la tiene, es la tarea de contencin y profilaxis realizada por una parte importante de psiclogos y otros profesionales latinoamericanos, los cuales,
Para ms detalles, vase, pot ejemplo, la entrevista que hace poco le hizo la activista Amy
Goodman (2007).
80
Debates contemporneos
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Psicologa poltica
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rodo en la realidad tambin la tierealizada por una parte impor.iales lacinoamercanos, los cuales,
que hace poco le hizo la activista Amy
Debates contemporneos
Si bien hemos presentado un relato que, buscando por antecedentes significativos, se remonta al ao 400 a.C., lo cierto es que la psicologa poltica nace como disciplina cientfica, al igual que el resto de las ciencias
sociales, hace poco ms de un siglo. En este contexto, su desarrollo ha
estado marcado por derroteros y coyunturas similares a las que definieron el devenir de aqullas, siguiendo un curso inextricablemente ligado
a las grandes contingencias sociales que moldearon el siglo xx.
Como ya dijimos, el lugar social que cada cual ocupa -y desde
el cual uno piensa, habla y acta- prefigura el contenido y sentido de lo
realizado. A la luz de esto, no es de extraar que una primera fuente de
discusin que ha alimentado los debates contemporneos sobre la psicologa poltica tiene que ver con las distintas ideas e intereses de los sujetos concretos que participan de sta o sus inmediaciones, mismos que
modelan el lugar que ciertos individuos y grupos creen que sta ha de
ocupar en el concierto de lo social. Tales debates, en funcin de la especificidad de la materia, son llevados a cabo en esferas muy restringidas,
bsicamente compuestas, adems de por ciertos altos burcratas involucrados en la toma de decisin de poltica pblica, tambin por acadmicos, profesionales del campo y algunos otros intelectuales y miembros
de la sociedad cercanos a todos ellos.
En tal sentido, y al igual que en todo grupo pequeo, la lucha fue
feroz y se centr primero en las batallas por delimitar un espacio, conformar un campo de trabajo con determinados "problemas'; "mtodos"
81
En Oblitas y Rodrguez (1999) puede an notarse esto con claridad. Por ejemplo, en la
"Presentacin'; Oblitas entender la psicologa poltica como un "rea de la psicologa contempornea" (1999: 7); mientras que D'Adamo y Garca la encienden como "uno de los
mbitos de la psicologa social aplicada" (1999: 293).
82
Psicologa poltica
293.
interactuando motivados por el inters individual, el campo es concebido como una disciplina de los hechos obviamente polticos; y stos, a su
vez, definidos como conductas del quehacer pblico institucionalizado
en una sociedad, leyndose as lo poltico como el espacio de interaccin
social normado racional y consensuadamente.
En la misma lnea, lo psicolgico, reducido a conducta consciente
y supuestamente voluntaria, se interesar por el estudio de temticas
como la socializacin poltica y los procesos de toma de decisin, slo
por mencionar las ms destacadas. O sea, se mantiene el inters por un
conocimiento que provea ms y mejor control en las tareas de gobierno
por y sobre los sujetos en el dominio de lo poltico, sin embargo, ahora dicho inters se focaliza en las conductas asociadas a los espacios y
procedimientos definidos por la lgica institucional de lo poltico, descentrando el foco leboneano, al menos en teora, del actuar ms o menos inorgnico de la masa, as como de las tcticas y estrategias de las
lites.
) - Una tercera forma de entender la psicologa poltica, y que da cuenta
de las tensiones antes referidas, se produce en los aos setenta y ochenta. Sensibilizados por los contextos de violencia y represin poltica en
los que se encontraban, algunos profesionales latinoamericanos comienzan el desarrollo sistemtico de la corriente latinoamericana en psicologa poltica. Desde Chile, en el sur, hasta Mxico, en el norte, aparecen
trabajos que encuentran un hilo comn en el reconocimiento de las limitaciones del acto de importar teoras y prcticas generadas en otros
contextos y en funcin de otros intereses, lo cual se articula con la tarea
de construir nuevos modelos y explicaciones que se ajusten a la realidad social donde han de ser aplicados. En esta perspectiva, en general,
se asume que la psicologa poltica no intenta aplicar teoras psicolgicas en la poltica, sino ms bien pretende examinar lo que de psquico hay en el quehacer poltico: "el aporte especfico de la psicologa est
en el examen del comportamiento poltico[ ... ), el comportamiento en
cuanto mediacin de la poltica [... ],la poltica en cuanto es actuada por
actores y grupos" (Martn-Bar, 1990: 210). Se rechaza concebir la especificidad de lo poltico en el carcter del acto mismo (cualquier accin
adquirira carcter poltico si quien la realiza es el presidente de un pas),
as como en el carcter del actor (muchos actos pueden ser realizados
por quienes no ocupan un cargo en el aparato estatal: huelgas, manifes83
taciones, sindicales, etc.). Antes bien, se concibe en funcin de su relacin de sentido con las fuerzas y el orden social de una formacin social
determinada: "en la medida en que una actividad promueva los intereses
de un determinado grupo social y que afecte o influya en el equilibrio de
fuerzas sociales y en el orden social tal como se encuentran en un determinado momento, esa actividad tiene carcter poltico" (Martn-Bar,
1990: 214). En pocas palabras: lo psicolgico como cultura y contexto;
lo social como variacin y lucha; lo poltico como dominacin, resisten~.Y liberacin. _
Todas estas maneras de proceder no pueden ser reconocidas como
alternativas homogneas, excluyentes y sucesivas que han dominado
correlativamente en los distintos espacios de legitimidad del campo,
pues si bien surgieron en distintos momentos histricos de la discipli1
na, perviven en mltiples espacios, prosiguen en sus disputas internas
1
y persisten en su pugna por lograr la hegemona dentro del[;carril. As,
(- la psicologa poltica no escapa a la poliforia conceptual en a que naci.
v De alguna manera, el debate dentro de la disciplina parece haber llega(,\ \~ M do a un punto en el cual se discuten no slo los matices tcnicos o teriz.. t;"\ cos que la sustentan como campo y forma de indagacin, sino tambin
las interpretaciones de sentido vigentes a lo largo de su historia que han
prefigurado su labor y sus resultados, esto es, la base a partir de la cual
sta se define ante s misma y frente al resto de las disciplinas. Se ha
vuelto permanentemente al problema inicial de toda reflexin sistemtica que aspira a constituirse en ciencia, es decir, la cuestin acerca de
la delimitacin. Situacin que se vincula estrechamente con el carcter
altamente interdisciplinario que progresivamente distingue al campo.
Un caso interesante al respecto es el de la psicologa poltica en su
variante clnica. Por mucho tiempo relegada, 8 esta tradicin fue durante aos una importante fuente de relatos y prcticas tiles no slo
para los fines de la mnima contencin ante el dao producto de la violencia poltica ejercida por los diversos autoritarismos imperantes en
nuestra regin, sino, adems, a efectos de reinstalar los debates en torno a categoras y procedimientos de la psicologa hasta ese momento
ll,.
84
Psicologa poltica
.:::=::ot>e
hegemnicos. Al poco andar de mi propia prctica logr captar la centralidad y gravedad implicada en debates en torno a categoras como
"vnculo comprometido': "traumatizacin extrema" y otras. Pensar en
el ejercicio teraputico obedeciendo el principio cannico de la "neutralidad en la intervencin" ya era cuestionable en las discusiones de la
licenciatura, pero cuando se piensa en ste en un entorno de violencia
poltica sistemtica como aqul, que en cuanto experiencia de vida es
compartida por paciente y terapeuta, se vuelve un ejercicio prctica y
tericamente insostenible (Lira y Weinstein, 1987; Lira, 1996; Agger
y Jensen, 1996).9
Ya en la formacin de grado apareca, entre aquellos pocos que se interesaban por estos
temas, b sorpresa cuando encontrbamos en los manuales de psicopacologa y en boca
de alcas personalidades de la burocracia de la salud en Chile las descripciones sobre el
"desorden de estrs postraumrico" (PTsD, por sus siglas en ingls) como la "mejor forma"
de catalogar y aproximarse a los sndromes que parecan afectar a aquellos sujetos vctimas
ms directas de la represin y b violencia polcica. Si bien la categora resulta ordenadora
y facilita el proceso de diagnstico, diversos autores (Becker, 1994; Lira y Castillo, 1991;
Agger y Jensen, 1996) han planteado que a la hora de describir las caractersticas del dao
en estas personas este concepto resulta deficiencc por mltiples razones. Entre otras, primero, la referencia al trauma es vaga e imprecisa: los esrresores" van desde una catstrofe
natural a un accidente automovilstico no constituyndose -dentro de este concepto- en
experiencias significativamente diferentes. De esta manera, se dificulta la comprensin de
la relacin estrecha entre sinromatologa y contexto social y se corre el riesgo de ocultar
tras la psicopatologa individual los procesos sociopolticos implicados en el origen de la
situacin traumtica (Lira y Castillo, 1991). As, "el crimen de la tortura se convierte en 'cstresor; quitndole toda connotacin poltica(...] el estresor se revela como palabra cargada
de ideologa porque hace invisible la dimensin poltica del dail' (Beckcr, 1994: 77-78).
En segundo lugar, los sntomas descritos por el PTSD aparecen tpicamence en las vctimas
de violencia poltica, no obstante, "la sintomacologa de las vctimas es mlciple no limitada
a un set especfico de dolencias [ ...J la posibilidad de encontrar sntomas descritos por el
PTSD es mayor a corto plazo, sin embargo, a largo plazo puede aparecer todo tipo de enfermedades (... ]" (Becker, 1994: 79). El dao parece involucrar enfermedades psquicas y
somticas incluyendo problemas de ndole ms bien social -por ejemplo, dificultades para
establecer relaciones de pareja e inestabilidad en el trabajo- como tambin tener un curso
ms crnico y severo que en el resto de la pobbcin (Barudy, 1990; Becker, 1994). Por otro
lado, los sntomas que describe el estrs postraumtico son unipersonales, es decir, se refieren a los signos individuales del trauma en desmedro de los daos interpersonales que ste
implica. "Cuando ocurren daos por la persecucin poltica o la guerra, la traumarizacin
involucra siempre por lo menos al grupo familiar entero. Parte de la enfermedad son tambin esrrucrura.s comunicacionales marcadas por el miedo y la angustia, son la rigidizacin
de los lmites entre la familia y medio ambiente y la desaparicin de lmites intrafumiliares: hijos parenralizados, padres infantilizados, familias enteras sumergidas en procesos de
duelo alterados, violencia incrafumiliar, ere:' ( Becker, 1994: 81).
85
Nuestra psicologa ha sido as una sistematizacin de carcter selectivo de problemas especficos vinculados a la salud mental de grandes
mayoras, que estimamos importante comprender y difundir porque
puede ser til no slo para nuestros pacientes, y nosotros mismos,
sino para codos aquellos que necesitan comprender el mundo en que
viven, sin que existan all espacios negados, suprimidos o reprimidos,
principalmente por razones polticas (Fasic, 1987).
Llegados a este punto, y luego del recorrido mnimo que realizamos en relacin con sus antecedentes y debates contemporneos, pasemos ahora a revisar brevemente algunos puntos que nos permitan
elaborar una definicin mnima del concepto psicologa poltica.
ruaI
Psicologa poltica
s;;:;::::::::z:i~-.a.:ion
de recorrido mnimo que realizaes \ debates contemporneos, paalgunos puntos que nos permitan
-oncepto psicologa poltica.
rezar como sigue: campo de prcos compartidos acerca de lo humae, al devenir en institucin, genera
coordinada entre s, de cuerpos de
. ue r el cuerpo, que en su operacin
ts y prcticas especficas constitutivas
caracterizacin del trmino poltica
como la esfera constituida por los
modelan y definen el devenir de la
!as comunidades humanas. De ma!n de las relaciones humanas en la
par sujecin/dominacin.
ameriores reflexiones, la coordinaevidente en al menos un punto:
o~ 'n
C>Cf.
1...
"LJ. 2s
--~
Lecturas recomendadas
Sobre los esfuerzos sudamericanos en el campo, excelentes referencias son los trabajos de Fasic (1987), Lira (1991, 1996), D'Adamo y
Garca (1999), D'.Adamo, Garca y Montero (1995). Para lo mismo en
Centroamrica una referencia ineludible es la obra completa de MarcinBar (especialmente Martn-Bar, 1990). En el caso de Mxico, buenas
referencias son los trabajos de Jurez (2000) y Mota (1999). Para los
ejercicios estadounidenses, vase Milgram (1969), Hermann (1986) y
Elster (1995). Sobre la tradicin europea, Fromm (1956), Moscovici
(1987), Billing (1987, 1991) y Potter (1996). De manera general, se consideran insustituibles las revisiones de los clsicos antiguos como Sun
Tzu, Platn, Maquiavelo, Le Bon y Freud, as como los excelentes trabajos de recopilacin y anlisis de Montero (1990, 1994, 1999, 2001).
88
Fuentes
Psicologa poltica
_ resentadof=a de las
re-;:on ha propuesto una
~-""=' _ potica en la cual se
_ e;;. psicoanaltica, discura..~.:ularse con seis mode,.,,.._.....,,~~'-"4- retrico-discursivo,
-;rero, 1 99: 9-24)f dando
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91
Segunda parte
Reglas e instituciones
Constitucin
Enrique Serrano Gmez*
Introduccin
cuales, para los fines de este trabajo, cabe destacar dos: el primero posee
una larga tradcin y se encuentra ligado al sentido etimolgico del trmino: constitutio denota la naturaleza, composicin o estructura de algo.
De acuerdo con esto, en su acepcin poltica, la Constitucin es la forma
de organizacin del poder imperante en una sociedad (status publicusstatus reipublcae); el segundo significado, propio del mundo moderno,
consiste en el sistema de normas supremas y ltimas por las que se rige
el Estado. A su vez, en cada uno de estos significados cabe distinguir
una dimensin descriptiva y una dimensin normativa. Para realizar un
anlisis adecuado del concepto de constitucin es menester diferenciar
claramente entre estas acepciones, pero sin perder de vista la relacin
existente entre s. Ello slo puede lograrse si se renuncia al presupuesto
de la teora clsica de la definicin (per genus et di.fferentiam) respecto de
95
Constitucin
En esta narracin mtica se destaca que la sociabilidad es un impulso espontneo de los seres humanos, ligado a la supervivencia; sin embargo, para lograr desarrollar la cooperacin en la convivencia social se
requiere crear una Constitucin,2 es decir, un orden institucional, el cual,
mediante la referencia a un principio de justicia comn, permita integrar
las acciones. En las sociedades en las que no existe una Constitucin impera lo que se denominaba stsis, esto es, una situacin en la que el conflicto, animado por un creciente espritu de faccin, tiende a polarizarse.
En esta lucha, sin mediaciones institucionales y sin reglas, simplemente
se imponen los ms fuertes, por lo que la relacin entre gobernantes y
gobernados se convierte en un vnculo de dominio. De esta manera, se
generan formas de gobierno ilegtimas, las cuales, al carecer de un principio de justicia, mantienen una situacin de conflicto sin mediaciones,
que impide el desarrollo de la sociedad. Segn esta tesis, las formas de
gobierno ilegtimas, al depender de la arbitrariedad de los dominadores,
no poseen una forma definida que permita estabilizar las expectativas
de los miembros de la sociedad, es decir, carecen de una Constitucin.
La nica manera de superar los riesgos inherentes a la stsis es, por
tanto, generar una Constitucin que permita regular las relaciones sociales. Para la tradicin grecolatina clsica, el problema de la Constitucin
de la sociedad no se reduce a un asunto tcnico (tecn), sino que, ante
todo, es una cuestin prctica (praxis), en la que, como tal, se encuentra en juego la determinacin de las condiciones que hacen posible el
ejercicio de la libertad. Es decir, para ellos es inseparable la dimensin
descriptiva y la normativa; toda Constitucin implica un principio de
eunoma, que define el buen orden que debe regir en la colectividad.
Aunque nunca se accedi a un consenso amplio sobre lo que significa el
buen orden social, s se establecieron ciertos puntos de coincidencia. En
La Consrucin (politea-constitutio) es lo que crea el espacio pblico comn en el que se
establecen y regulan las relaciones de poder (polis-civitas).
97
98
Jit
:o
Constitucin
de la stsis, y los reg las diversas fuerzas sociar---'---" er. ~a prioridad poltica de
cos la prioridad reside en la
~ados, en ellos la prioridad
danos, desde el cual se eligen,
os de ejercer las tareas especiates dejan de ser los dominae los ciudadanos en general.
prioridades significa que se estaque limitan el poder de los gobere'lse, por ejemplo, su Constitucin
co reside en la asamblea de todos
.anan las decisiones polticas ms
r sorteo de los que deben ocupar
excepcin de los mandos militado, Zeus ordena que el sentido
os los ciudadanos para que lapocesa el ideal de isonoma, esto es, la
que se basa en el deber y derecho
ros pblicos.3
coincidencia en la tradicin gre'on de justicia que debe coronar
~ad.a al atributo de ciudadano. Por
ror su pertenencia activa al orden
de la sociabilidad espontnea, su
\"Oluntario. Dicho de otra manera,
capacidad de actuar (libremente).
dano que obedezca a las normas,
les de la polis. La manera de conciegalidad consiste en que cada ciu :.1
dadano sea un legislador, para, de esta manera, crear las condiciones que
permitan llegar a identificar su voluntad con la ley. Se logra en la medida
que el orden civil garantiza a todos los ciudadanos el derecho a disentir
y, paralelamente, los ciudadanos asumen la responsabilidad de sus acciones. La lealtad absoluta del ciudadano no es al contenido de las normas
particulares, sino al principio de legalidad que debe regir su relacin con
los otros. Por eso, esa legalidad siempre debe contener un procedimiento para encauzar los disensos. La idea es que slo pueden ser justas las
leyes que emanan de un consenso social, al que se accede en condiciones
de libertad: Volenti non fit iniura.
Este principio de justicia lo encontramos expresado claramente en
la nocin de Repblica: 'l\.s pues, la Repblica (cosa pblica) es la cosa
propia del pueblo; pero pueblo no es todo conjunto de seres humanos
reunido de cualquier manera, sino un conjunto reunido por un consenso en torno a un derecho y una utilidad comn':-1 Ms all de la clasificacin cuantitativa de los regmenes polticos, la Repblica se convierte
en sinnimo de gobierno legtimo, en la medida que implica la transformacin del orden civil en un espacio pblico (abierto a todos los ciudadanos) del que emanan las leyes que deben regir sus relaciones. En cambio,
el trmino Tirana se utiliza para referirse a todo rgimen en el que la
voluntad de los gobernantes se encuentra por encima de la ley, esto es,
que carece de una Constitucin. Cabe destacar que este principio de justicia ser retomado en el mundo moderno por las teoras del contrato
social. Con la figura del contrato no se pretende explicar la gnesis del
orden civil de una sociedad; el contrato original es una ficcin en la que
se condensa la manera en que debe constituirse el orden civil para acceder a un gobierno legtimo. Esto es, la figura del contrato social no cumple una funcin terica (descriptiva), sino una funcin prctica (definir
el fin de las acciones polticas).
Dentro de la tradicin constitucionalista grecolatina, Aristteles
sistematiza gran parte de las teoras de sus predecesores y, al mismo
tiempo, abre nuevos rumbos para la reflexin terica. Su novedad radica en el reconocimiento del carcter contingente y, por tanto, plural del
Cicern, Sobre la Reprb/ica, l, 25 (39). "Res publica (ese) res populi, populus autem non
omnis hominum coccus, sed coccus mulrirudinis, iuris consenso et utilicaris comunione
sociacus".
99
mundo humano, sin perder la exigencia de universalidad normativa implcita en la nocin de eunoma (el mejor gobierno).
Reconocer la contingencia y pluralidad del mundo humano implica
que, a diferencia del proyecto de su maestro Platn, no se puede iniciar la
discusin en tomo a la Constitucin pretendiendo definir en abstracto
el mejor rgimen que deben adoptar las sociedades. El punto de partida se encuentra, por el contrario, en el estudio emprico de las diferentes
constituciones (segn Digenes Laercio, Aristteles analiz "ciento cincuenta y ocho regmenes de ciudades, de acuerdo con sus formas: democrticas, oligrquicas, tirnicas, aristocrticas"). Slo despus de realizar
esa labor descriptiva, se tienen las bases para sustentar la reflexin normativa (prctica) en tomo al mejor rgimen poltico:
Pues bien, como nuestros antecesores dejaron sin investigar lo relativo a la legislacin, quiz ser lo mejor que lo examinemos nosotros,
y en general la materia concerniente a las constituciones, a fin de que
podamos completar, en la medida de lo posible, la filosofa de las cosas
humanas. Anee codo, pues, intentemos recorrer aquellas partes que
han sido bien tratadas por nuestros predecesores; luego, partiendo
de las constituciones que hemos coleccionado, intentemos ver qu
cosas salvan o destruyen las ciudades, y cules a cada uno de los regmenes, y por qu causas unas ciudades son bien gobernadas y orras
al contrario. Despus de haber investigado escas cosas, tal vez estemos en mejores condiciones para percibir qu forma de gobierno es
mejor, y c6mo ha de ser ordenada cada una, y qu leyes y costumbres
ha de usar. 5
100
Consricucin
tatO
Una constitucin que promueva la mayor libertad humana de acuerdo con leyes que hagan que la libertad de cada uno sea compatible
con la de los dems es, como mnimo, una idea necesaria, que ha de
servir de base, no slo al proyecto de una constitucin poltica, sino
a todas las leyes (... ]. Aunque es ro no llegue a producirse nunca, la
idea que presenta ese maximum como arquetipo es plenamente adecuada para aproximar progresivamente la constitucin jurdica de los
seres humanos a la mayor perfeccin posible. En efecto, nadie puede
ni debe determinar cul es el supremo grado en el cual tiene que detenerse la humanidad, ni, por tanto, cul es la distancia que necesariamente separa la idea y su realizacin. Nadie puede ni debe hacerlo
porque se trata precisamente de la libertad, la cual es capaz de franquear toda frontera predeterminada (Kant, 1978: A317, 8374: 312).
Constitucin
clebre libro sexto de las Historias de Polibio. De acuerdo con este pensador, toda forma de gobierno simple, esto es, fundada sobre un centro
de poder y un principio de organizacin nico, resulta inestable. La forma de gobierno estable es, por el contrario, aquella en la que cada poder
se encuentra equilibrado y contrapesado.
Constituci6n
105
Constucin
recursos de coaccin al
_.__.... Precsarnente la legitimidad
.ene de esa actividad ad_ ,...___....,. que predomin en la Edad
.....~,,.., tradicionales que regulan el
os de Dios, etc.), el derecho
r. de un sistema institucional
:!rcera persona, como mediacin
a-echo estatal moderno aparecen
pc.!tenciarios y, especialmente, la
por parte de juristas profesionaccho consuetudinario de la tradiarizado por el Estado.
aunque no del todo precisa, el deEscado. La actividad de sistematiel Estado representa la condicin
peo moderno de Constitucin, esto
regulan las relaciones de poder. Si
a. hecho de la organizacin conde los modernos denota, en priorden. Sin embargo, hay que tener
de lo que sostienen algunos
la Constitucin de los modernos
peculiar de la organizacin poha reducido a un fenmeno me-
en el republicanismo clsico, se
rica (la supremaca del todo ~
en los que se reconoce iura >.
En cambio, en la modernid.a2 se
individuos. Como afirma ~Iam
La lucha por el derecho :no.:
progresiva ordenacin del .:!er
tamental. La historia de ta: .
de los filsofos del iusnaru.r
victoria con las declaracio:ies
lar con la francesa de l89
El camino hacia la conc
marca el trnsito del repubic
en dos actores fundamentales:
mero de ellos, en su obra ~
la primera ley fundamenta: e
equitativa de la propiedad; d.e
que permita al mayor nmero e
a una pequea parcela. La p. ~
para garantizar la libertad e
trariedades del poder poltico
el lmite central del poder es- como segunda ley fundamen:
un Senado, en donde son e:ec
ta superior a las cien libras, r
resto de los propietarios.- 1--1
mixta, sino de una que define
dicho Hobbes, aparece como la
un elemento necesario para e
Sin negar sus races rep
tematizacin de la teora :.t
108
Constitucin
Hconstitucionalismo moderno, no
e el resultado de una ruptura, sino
'cin en la que se encuentran co-
en el republicanismo clsico, se asume la primaca de la comunidad poltica (la supremaca del todo sobre las partes); por eso, son pocos los casos
en los que se reconoce iura y libertades a los individuos en cuanto tales.
En cambio, en la modernidad se liga indisolublemente los derechos a los
individuos. Como afirma Mauricio Fioravanti:
La lucha por el derecho moderno se presenta as como la lucha por la
progresiva ordenacin del derecho en sentido individualista y anriestamental. La historia de tal lucha se inicia con las primeras intuiciones
de los filsofos del iusnaturalismo y alcanza una primera y sustancial
victoria con las declaraciones revolucionarias de derechos, en particular con la francesa de 1789 (Fioravanti, 1996: 36) .
109
Constitucin
er significado de Constitucin ya
lad poltica, sino las normas fundaden civil para garantizar la libertad
funcin bsica, la Constitucin
ogo de derechos fundamentales y
. la estructura que debe adquirir
chos. El aspecto bsico de esa esde los poderes para conformar un
cen y controlen el ejercicio del
un aspecto normativo (derechos
rico (la ingeniera institucional li. A travs del aspecto pragmtico,
mantiene una continuidad con la
na de Locke es la determinacin
encales, ya que l los define como
ndependencia del orden civil (de'cin iusnaturalista, Locke afirma
111
Como se ha dicho, la figura del contrato social no pretende describir la gnesis del orden civil, ya que se trata del recurso de una argumentacin normativa para exponer las condiciones que deben crearse para
realizar la exigencia de justicia inherente a la Constitucin. Esas condiciones son para Kant: a) la libertad de cada miembro de la sociedad,
en tanto ser humano, b) la igualdad de ste con cualquier otro, en tanto sbdito, y e) la independencia de cada miembro de una comunidad,
en tanto ciudadano. Y agrega: "Estos principios no son leyes que dicta el
Estado ya constituido, sino ms bien son las nicas leyes con arreglo a las
cuales es posible el establecimiento de un Estado, en conformidad con
los principios racionales puros del derecho humano externo en general':
Cabe subrayar que los derechos fundamentales, como leyes, son creados
por el Poder Legislativo; pero su validez no depende de la voluntad de
ese poder, en tanto representan la condicin necesaria para que una legislacin positiva sea considerada como legtima.
La posicin de Kant no resultara clara para sus contemporneos.
La nocin de una voluntad del pueblo unido, entre otras, engendr confusin y polmica. De hecho, los juristas profesionales que se dedicaron
a la teora del derecho hicieron a un lado la posicin kantiana, considerando que era mera metafsica. Por lo que la discusin en torno al carcter de los derechos fundamentales contina hasta nuestros das. La
filosofa del derecho qued atrapada en el falso dilema entre positivismo
jurdico y iusnaturalismo. Esto, como veremos ms adelante, fue determinante para el futuro de la ideas en torno a la Constitucin.
112
Constitucin
1mt::-;:;:1 social
,..._.._.es
n
" formacin de los Estados moderde soberana (centralizacin del
limitarlo, propio del ideal clsico
-olucionarios se busc superar esa
za popc4lar. Sin embargo, tal nocin
114
..
Constituci6n
- 'lOS.
En El Federalista se reconoce que la formacin de facciones y partidos es consustancial a la dinmica social y, adems, que la causa ms comn y persistente del conflicto entre s es la desigual distribucin de la
riqueza. Pero, de acuerdo con sus autores, el objetivo no es tratar de suprimir la pluralidad y el conflicto, sino organizarlo mediante la Constitucin,
para que sirva a la estabilidad y grandeza de la repblica ("La ordenacin de tan variados y opuestos intereses constituye la tarea primordial
de la legislacin modern'). La lucha por la justicia distributiva slo
puede progresar en una repblica ordenada. El arte de la legislacin
constitucional es utilizar la ambicin de un poder para contrarrestar la
ambicin de otros, hasta lograr el equilibrio que permita la primaca del
bien pblico. Ms tarde, Tocqueville advirti en este reconocimiento de
la pluralidad del constitucionalismo estadounidense el remedio para las
tendencias centralistas que predominaron en Francia, tanto en el antiguo rgimen como en la Revolucin.
El punto culminante de la historia del concepto de Constitucin es
la Revolucin francesa y, especialmente, la Declaracin de los Derechos del
Ser Humano y del Ciudadano (28 de agosto de 1789) que en su artculo
segundo afirma: "La finalidad de toda asociacin poltica es la conservacin de los derechos naturales e imprescriptibles del ser humano. Estos
derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresin': Posteriormente, el artculo 16 sostiene: "Toda sociedad en la cual
la garanta de estos derechos no est asegurada ni determinada la separacin de poderes, no tiene Constitucin': sta no es cualquier forma de organizacin del poder poltico, sino aquella en la que existe un catlogo de
derechos fundamentales, ligados a los individuos, as como una estructura institucional (divisin de poderes) que garantice su vigencia.
Sin embargo, en la Revolucin francesa lleg a predominar la interpretacin de la nocin de soberana popular en la que el pueblo se considera un sujeto unitario. De esta manera, se hace a un lado el complejo
problema de la construccin de un sistema de pesos y contrapesos, para
considerar que el objetivo de la Revolucin consiste simplemente en trasladar el poder soberano del monarca al sujeto pueblo. Antecedentes de
esta posicin se encuentran tanto en la filosofa de Rousseau y su peculiar nocin de voluntad general, como en la teora de Sieyes, el cual, si bien
pone nfasis en los lmites de los poderes constituidos del Estado, sostiene
con la misma fuerza que el poder constituyente del pueblo que conforma
115
No afumo que sta sea la inrerprecacin adecuada de esros dos grandes autores (habra que
analizar sus posiciones tericas con ms detenimiento), pero fue la interpretacin que se
impuso en la prctica.
116
Constituci6n
"'.~
En relacin con este ltimo punto, habra, sin embargo, que conceder
la razn a Arendt: situar la prioridad en la justicia distributiva, en relacin
con la justicia legal, lejos de permitir el avance en la reparticin equitativa
de la riqueza, favorece el uso demaggico de las demandas de justicia distributiva, por medio del cual se instrumentaliza la fuerza social que desata
la pobreza, en beneficio de un grupo poltico particular. En los procesos
revolucionarios en los que se pospuso la Constitucin de un orden libre,
en nombre de la realizacin de la justicia distributiva, nunca se accedi a
ninguna de las dos demandas, sino a formas de tirana inditas.
Por otra parte, cabe destacar que las experiencias del proceso revolucionario francs hicieron posible un aprendizaje respecto de los puntos
esenciales de la nocin de soberana popular que han de incorporarse a
la Constitucin. Ya en la Declaracin de los Derechos del Ser Humano y del
Ciudadano, del 24 de junio de 1793, se establece lo siguiente (artculo 26):
"Ninguna parte del pueblo puede ejercer el poder del pueblo entero; pero
cada seccin del soberano reunida en asamblea debe gozar del derecho a
expresar su voluntad con entera libertad". Artculo 27: "Todo individuo
que usurpe la soberana debe ser inmediatamente ejecutado por los seres
humanos libres': Artculo 28: "Un pueblo tiene siempre el derecho de revisar, reformar y cambiar su Constitucin. Una generacin no puede sujetar
a las generaciones futuras a sus leyes': Y un artculo esencial en la medida
que expresa el ideal clsico de justicia, Artculo 29: "Todos los ciudadanos
tienen igual derecho a participar en la formacin de la ley y en el nombramiento de sus representantes o de sus agentes': La justicia no reside en un
algoritmo que resuelva en trminos tcnicos el problema de la distribucin de la riqueza, sino en crear las circunstancias para generar las condiciones que permitan la constante discusin, en la que participen todos los
grupos sociales, en torno al reparto equitativo de los bienes. La experiencia de la Revolucin francesa representa, adems, el punto de partida de
los grandes tericos del siglo x1x: Burke, Kant, Hegel, Bentham, Stuart
Mili, Tocqueville, entre muchos otros.
La creciente complejidad de las sociedades modernas erosion paulatinamente las bases empricas de la imagen del orden social en la que el
117
Constirucin
onopolio de lo poltico y,
que imperan en los dieros pensadores en llamar
C .u-1 Schmitt, quien advirti
"lo es el efecto de su poder,
e _;;. lgica estatal, se crean cada
e poder enfrentar la multiplici:Llerentes reas del tejido social.
so.uciones se convierten en parre
nenen un principio centralista de
-~-ClS
10
Constitucin
del nombre Constitucin. Ello equivale a decir que las constituciones nominales son meramente organizativas, es decir, el conjunto de las reglas
que organizan, pero no limitan el ejercicio del poder poltico en un determinado Estad' (1992: 21).
En Amrica Latina, por ejemplo, encontramos un gran nmero de
constituciones en las que no existe un autntico control del poder poltico y ste permanece como un medio de dominacin y explotacin.
Incluso puede haber un catlogo de derechos fundamentales, pero al no
existir la estructura organizativa correcta, permanecen como meras buenas intenciones para ser utilizados retricamente por la clase poltica.
Sin embargo, el desarrollo de la historia del siglo xx desemboc en el
triunfo de la democracia, al ser reconocida como el nico rgimen poltico capaz de obtener una legitimacin racional. La presencia de procesos
electorales competitivos representa el criterio emprico para distinguir la
existencia de un sistema democrtico. Pero, como advirti Schumpeter,
estos procedimientos slo tendran xito en sus objetivos democratizadores si se realizan dentro de un marco institucional que cumple ciertos
requisitos bsicos. Entre estos requisitos se encuentra, en primer lugar,
la presencia de una Constitucin en su sentido clsico, 10 esto es, como
un conjunto de normas que encarna en un sistema de pesos y contrapesos que limita el ejercicio del poder poltico y establece las condiciones que hacen posible aproximarse a los ideales inscritos en los derechos
fundamentales. Cabe subrayar que la presencia de procesos electorales
competitivos es una condicin necesaria, mas no suficiente, para hablar
de un sistema democrtico.
El siglo xx tambin represent la ampliacin de lo que se considera
derechos fundamentales, hasta abarcar los llamados derechos sociales,
ligados directamente a la justicia distributiva. En relacin con este punto, la historia de las constituciones ha demostrado que, entre derechos
civiles, polticos y sociales, se debe establecer un orden; no se trata de
uno de sucesin histrica, como se da entender cuando se habla de derechos de primera, segunda y tercera generacin. La exigencia es un orden
de carcter lgico, ya que, como haba planteado Aristteles, al no existir
10
Para evitar una polmica terminolgica, se podra utilizar un sentido amplio y emprico
de Constitucin, como lo defiende el positivismo; pero, al mismo tiempo, distinguir un
concepto restringido, ligado a la tradicin clsica y su exigencia de un orden civil libre.
121
una frmula universal de distribucin, se requiere la presencia de derechos civiles y polticos para avanzar slidamente en la distribucin equi
tativa. En la historia existen numerosos casos (la Alemania de Bismarck,
varias constituciones latinoamericanas, entre muchos otros) donde se
utilizan derechos sociales restringidos para escamotear los derechos civiles y polticos; de esta manera, se mantienen las estructuras de dominacin poltica tradicionales mediante estructuras que bloquean el
desarrollo de la ciudadana a travs de relaciones clientelistas.
En la actualidad, el llamado garantismo plantea recuperar el sentido normativo de Constitucin, para el cual los lmites del poder poltico
tienen como objetivo hacer realidad los derechos individuales, que con
vierten al orden civil en un espacio de libertad. Ahora bien, no se trata
simplemente de recuperar las posiciones tericas del pasado, sino determinar todas las condiciones que permiten mantener ese fin bajo condiciones polticas y sociales inditas. Gran parte de este trabajo terico y
prctico est en vas de realizarse.
Fuentes
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Gredos.
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Madrid, Gredos.
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to sobre el gobierno, Madrid, Tecnos.
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Sobre las leyes, Madrid, Tecnos.
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122
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Carbonell, Miguel y Pedro S-'(2005). Garantismo, Madrid,~x.Daz, Elas y Jos Luis Colomer
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Constitucin
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Trotta.
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Bobbio, Norberto, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino (coords.)
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Mxico, Siglo XXI.
Brunschwig, Lloyd (2000). El saber
griego, Madrid, Akal.
Democracia
Jos Luis Berlanga Santos"
Introduccin
E1
Definicin
La democracia, en su sentido e
poder, demos=pueblo). Como
124
Democracia
Jos Luis Berlanga Santos*
Akal.
Introduccin
E1propsito de este texto es introducir al lector en el tema de la democracia. En primer lugar, presento los elementos que componen la
definicin de democracia agrupados en dos grandes dimensiones: procedimientos y valores. Un segundo apartado aborda brevemente la historia de la democracia, desde sus orgenes en la antigua Grecia hasta su
relacin con otras tradiciones polticas: el republicanismo, el liberalismo
y el socialismo. El tercer apartado intenta establecer ciertas coordenadas
del debate contemporneo sobre la democracia. A partir del eje de la participacin ciudadana, se articularn dos enfoques distintos: el elitista y el
participacionista. Se concluye el captulo con una breve reflexin sobre los
problemas actuales de la democracia. Por la naturaleza introductoria del
texto, se privilegia una visin panormica del tema. El lector interesado en
profundizar en alguno( s) de los diversos aspectos tratados, puede acudir
al apartado de lecturas recomendadas o a la bibliografa consultada.
Definicin
La democracia, en su sentido etimolgico, es el poder del pueblo (kratos=
poder, demos=pueblo ). Como lo expres Lincoln en sus palabras de
Maestro en Ciencia Polc:i., Universidad Autnoma de Puebla. Profesor de Tiempo completo en la Universidad de Monterrey (UdeM). Correo electrnico: <[email protected]>.
125
Reglas y procedimientos
Para Bobbio (1996: 24), "la ruC2
bla de democracia [...) es co11S1d
reglas (primarias o fundamen:.i.ks
do para tomar las decisiones cm
condiciones: 1) el derecho de pa::
la toma de decisiones colecm'a.S se
de ciudadanos 2) la regla fun
la mayora y 3) los que pued.:1..:ben de tener alternativas reales \
una u otra.
Dahl (1993), por su parte..
que haya democracia en un pas:
bernamentales recae constitucio
2) los gobernantes son elegidos en
ciales; 3) el sufragio es inclusi> o:
a votar; 4) asimismo, prcriam
cho a ser candidatos a ocupar ar~
libertad de expresin sobre cu
desempeo del gobierno; 6 !os
diversas fuentes de informaavn.
7) los ciudadanos pueden formar
pendientes, incluyendo partidos
los siguientes procedimientos
Valores, principios
Emprica
Normativa
Realista
Idealista
Lo que es
Hechos
Ideales
Descriptiva
Prescriptiva
Ciencia poltica
Filosofa poltica
126
Democracia
~~::iiemo
Reglas y procedimientos
Para Bobbio (1996: 24), "la nica manera de entenderse cuando se habla de democracia[ ...] es considerarla caracterizada por un conjunto de
reglas (primarias o fundamentales) que establecen quin est autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qu procedimientos': Tres
condiciones: 1) el derecho de participar (directa o indirectamente) en
la toma de decisiones colectivas se atribuye a un nmero muy elevado
de ciudadanos; 2) la regla fundamental de la democracia es la regla de
la mayora; y 3) los que puedan decidir o elegir a quienes decidan, deben de tener alternativas reales y estar en condiciones de optar entre
una u otra.
Dahl (1993), por su parte, enumera siete requisitos mnimos para
que haya democracia en un pas: 1) El control sobre las decisiones gubernamentales recae constitucionalmente en los funcionarios electos;
2) los gobernantes son elegidos en elecciones peridicas, libres e imparciales; 3) el sufragio es inclusivo: casi todos los adultos tienen el derecho
a votar; 4) asimismo, prcticamente todos los adultos tienen el derecho a ser candidatos a ocupar cargos pblicos; 5) los ciudadanos poseen
libertad de expresin sobre cuestiones polticas, incluyendo crticas al
desempeo del gobierno; 6) los ciudadanos tienen el derecho a buscar
diversas fuentes de informacin, las cuales estn protegidas por la ley;
7) los ciudadanos pueden formar asociaciones u organizaciones independientes, incluyendo partidos y grupos de inters. Entonces, habra
los siguientes procedimientos bsicos en una democracia:
acia
Normativa
Idealista
Lo que debe ser
Ideales
Elecciones. Quienes gobiernan son electos. La democracia es lo contrario a la autocracia que implica autoelegirse, o bien ser jefe poltico
por derecho hereditario o de conquista. En contraste, en la democracia los gobernantes se escogen va elecciones libres, competitivas
y limpias. As, nadie puede decidir por s mismo ser el "mejor': sino
que deben ser otros quienes lo seleccionen (Sartori, 2003).
- - - Prescriptiva
Filosofa poltica
Norma de la mayora. Las decisiones polticas fundamentales se someten a la regla mayoritaria, es decir, triunfa la opcin que obtiene
la mayor cantidad de votos. Las minoras se respetan en dos sentidos: que no se violenten sus derechos fundamentales y que haya ex127
Inclusividad. La inclusin es
adultos tienen derecho a " edad, segn el cargo al que se
criminales y residentes rra..- tos derechos ha marcadc la
Garantas individuales. La ley debe proteger los derechos fundamentales de los individuos: libertades civiles (libertad de expresin,
pensamiento y creencias, de manifestacin y reunin, derecho a la
propiedad privada y a contraer contratos vlidos) y derechos humanos (derecho a un debido proceso legal: a no ser arrestado arbitrariamente, a defenderse de las acusaciones, a la salvaguarda de la
integridad fsica en los interrogatorios). Estos derechos se afirman,
principalmente, frente al poder, frente al Estado. Suelen estar plasmados en las constituciones de los pases.
Soberana popular. En sintona con la definicin etimolgica de democracia, el poder es legtimo slo si emana de la voluntad popular,
esto es, si es libremente consentido por la ciudadana. El pueblo tiene derecho a autogobernarse, a darse sus propias leyes, a determinar
su propio rumbo. Ningn poder puede estar por encima del pueblo.
Representacin. El demos no gobierna directamente, sino que elige a
representantes en intervalos regulares. La toma de decisiones pblicas por los gobernantes conserva un cierto grado de independencia
en relacin con la voluntad de los representados. Los gobernados
pueden expresar sus opiniones sin el control de los que gobiernan.
Las decisiones gubernamentales implican un proceso de debate
(Manin, 1998).
Dahl (1993) encuentra las siguientes ventajas de la norma de la mayora: asegura que el
mayor nmero de ciudadanos vivan bajo leyes que ellos escogieron; en ciertas condiciones,
tiene ms probabilidades de generar decisiones correctas; globalmente, produce ms beneficios que costos; implica pluralidad, no grupos homogneos y armnicos; es imperfeeta,
pero las alternativas son peores. Cita el estudio de Lijpharc (1987), en el que compara
paises con modelo mayoritarista y con modelo por consenso. Resultado: la mayor parte de
las democracias estables no han adoptado sistemas esrrictamente mayoritaristas. Dahl concluye que no hay una norma nica en la democracia. La mejor regla es la que se considere
al evaluar cuidadosamente las circunstancias en que han de tomarse las decisiones.
128
Valores
El valor axial de la democracia es
gue de las dems tradiciones de _
consiste en que todos los ciu
en la cosa pblica, en los asu.'1:os
volverse visibles. En la demOL~
legios; los ciudadanos se rece: ~
Algo que simboliza este valor es
todos los votos cuentan lo
cias sociales o naturales.
Fueron los antiguos gnegos
dad poltica. Los dems valo::es
como fuente de inspiracin al ~
Democracia
se puedan convertir en
es tlibertad de expresin,
non y reunin, derecho a la
ros vlidos) y derechos huegal: a no ser arrestado arbiaones, a la salvaguarda de la
os . Estos derechos se afirman,
te al Estado. Suelen estar plas-
itas son:
la definicin etimolgica de desi emana de la voluntad popular,
por la ciudadana. El pueblo tiesus propias leyes, a determinar
uede estar por encima del pueblo.
directamente, sino que elige a
cs. La toma de decisiones pblicierto grado de independencia
representados. Los gobernados
d control de los que gobiernan.
rmplican un proceso de debate
Valores
El valor axial de la democracia es la igualdad poltica. Este valor la distingue de las dems tradiciones de pensamiento poltico. La igualdad poltica
consiste en que todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a participar
en la cosa pblica, en los asuntos comunes. Todos pueden alzar su voz,
volverse visibles. En la democracia no puede haber desigualdad o privilegios; los ciudadanos se reconocen como iguales en el mbito poltico.
Algo que simboliza este valor es el voto. Un ciudadano, un voto, es decir,
todos los votos cuentan lo mismo, independientemente de las diferencias sociales o naturales.
Fueron los antiguos griegos quienes crearon el principio de la igualdad poltica. Los dems valores importantes de la democracia tienen
como fuente de inspiracin al republicanismo y al liberalismo. Los pri-
El tpico de la culcura poltica se inscribe en una tradicin inceleccual robusta y muy longe
va. Desde la poca de la antigua Grecia (Ariscceles, Platn), pasando por el renacencismo
( La Bocie), hasta la modernidad (Moncesquieu, Rousseau, Tocqueville), se ha pensado
que a cada forma de gobierno le corresponde un cierto cipo de ciudadano. En el terreno de
los estudios empricos, destaca el crabajo pionero de Almond y Verba ( 1963), cuyo objetivo
fue vincular la culcura poltica con un gobierno democrtico estable. Actualmente, sobresalen los trabajos de Inglehan: (en colaboracin con Wclzel, 2006) en torno a los valores de
la democracia.
129
meros dos que enunciar son tpicos de la tradicin republicana y los siguientes seis de la liberal.
No violencia. La violencia es
presupone el avasallarnie--o
con el autoritarismo. Kar.
un pas democrtico de u:c :>
ciudadanos pueden qui~ a
sangre. Y en el terreno de :as
no ha estallado ninguna g-..i
cracias (Bobbio, 1996).
Dilogo y negociacin. En b
nas con las que no se pueda
rios, competidores. Se est.l\
concesiones. No se buscad e
negociacin. La insatisfacao
ras nunca triunfan totalmerue
Libertad de asociacin. Los\:
otros para realizar props i
damentales en una demo.::
ga, y, por el otro, fungen e
contencin frente a los ah
nuir la brecha entre los r
existieran, el riesgo de cae- m
rio sera muy alto (Tocque">
Libre debate de las ideas. !..a
guir. .. de eso se trata en u:i
tacin de opiniones r de ~
de la sociedad y el carr.b.
(Bobbio, 1996). Asimismo,
y fanatismos; las ideas se pu
(Woldenberg y Salazar, l 99
Democracia
r la participacin cvica
blico por parte de la ciuda,
, las instituciones y las leyes
que en cierta forma son su,
de participar en la toma de de,
aurnnomo y libre: interviene en
:afectan su vida. Las instituciones
audadanos un poder extrao que
e, intocable (Castoriadis, 1998b).
no...tacia se puede hacer cualquier
(.!ler cosa. No todo es posible. Se
os generan desastres. Para los grie,
'.1te de discordia, de espanto, de
poner lmites a las propias accio,
1esis: la prudencia, el sentido co,
"co.
Historia
La palabra democracia es acuada por primera vez por Herodoto a mediados del siglo v a.C. en Los nueve libros de la historia, donde presenta
una discusin entre tres dirigentes persas, Otanes, Megabyzo y Daro,
sobre la mejor forma de gobierno a instaurar en Persia. Otanes condena
a la monarqua por irresponsable, arbitraria e injusta.
En cambio, el gobierno del pueblo lleva en primer lugar el ms bello
de los nombres, isonoma (igualdad de derechos polticos); y en segundo lugar, nada hace de aquellas cosas que un monarca hace. Pues por
sorteo se ejercen los cargos pblicos, los magistrados son obligados
a rendir cuentas del ejercicio del poder, toda decisi6n es sometida al
voto popular. Propongo, pues, que nosotros rechacemos la monarqua
para dar el poder al pueblo; pues todo es posible para el mayor nmero (citado por Bobbio, 1987: 16).
Lo que describe Oranes, el 'gobierno del pueblo': no era una quimera,
fue una realidad histrica en Atenas, Grecia, de fines del siglo vi a.C. (ao
51l), con la reforma de Clstenes, hasta el inicio de la hegemona macednica muy entrado el siglo IV a.C. (ao 338) (Requejo Coll, 1990).3
Democracia ateniense
El demos se autogobiema, es soberano, es decir, se rige por sus propias leyes, toma sus propias decisiones, posee su propia jurisdiccin. La
igualdad poltica es su valor central. Todos los ciudadanos tienen igual
derecho a participar en el poder. (Aunque no todos eran ciudadanos;
las mujeres, los esclavos y los extranjeros estaban excluidos.) Como lo
deca Pericles, cualquiera que tenga algo que ofrecer a los dems, inde-
132
pendientemente de su condia
ateniense (Tucdides, 1998 ;.privilegios quedan fuera. Se ?31
sa, la asamblea popular. TO<l.:lS
labra (isegoria), sus votos .alen
con franqueza (parrhesia '. La
los Quinientos (boule), legisla
directa. Los cargos polticos tn2S
tegrantes del Consejo, son desi=
bros de los jurados. Todos es~
paideia (educacin cvica). SO:...
reros o especialistas (arquit~~
gistrados tienen una duraaon Adems, los magistrados deben
ante el Consejo. Disposiciones
significaba el destierro de alg-.!:"
la denuncia de ilegalidad cua.-.:.
comunidad (Castoriadis, 1993'
La participacin ciudad.an.a.
espacio pblico. Para los pnm
con el hablar los unos con los
slo a travs de la pluralidad Je :
ver las cosas, el mundo adquma
tenan un carcter revelador. A
era, revelaba su identidad, sus _
espacio pblico se configuraba a
iguales (homoioi), del libre ir.re.
cuestiones pblicas. Lo que u;:_
labra ciudadano: el que se F~
quienes no participaban en r
porque slo se dedicaban a su.s
en Atenas.
Democracia
me-
133
Democracia y republicanismo
En el siglo vn a.C., el legislador Licurgo ide un gobierno mixto para Es,
parta: le dio su parte de poder al rey, a los nobles y al pueblo, construyen,
do una organizacin poltica que dur varios siglos. Para Polibio (siglo
n a.C.), las formas de gobierno puras tendan a corromperse. El nico
modo de romper esta inercia era crear la "Constitucin mixt: es decir,
tomar lo mejor de la monarqua, de la aristocracia y de la democracia
para lograr estabilidad poltica. La Repblica romana (509-43 a.C.) es
el ejemplo ms exitoso de este tipo de gobierno. Los cnsules represen,
taban el espritu monrquico, el Senado a la aristocracia y los tribunos
al pueblo (democracia). Cicern (siglo 1 a.C.) se declar partidario de
esta forma combinada de gobierno: la repblica, es decir, "cosa pblic'
(res=cosa). Tanto Cicern como Polibio tienen influencia de Aristteles
(siglo IV a.C.), el primero que formula la idea del gobierno mixto, y con
quien inicia la tradicin republicana cuyos valores centrales enuncia en su
tratado de la Poltica: participacin ciudadana, bien comn, virtud cvica
(Rivera, 1998).
En suma, el republicanismo clsico incluye a la democracia, pero
slo como una parte de su organizacin mixta. Rechaza a la democra,
ca pura por su inestabilidad. En su clasificacin de las formas de go,
bierno, Aristteles (1999) cataloga a la democracia como un rgimen
corrupto, donde los pobres buscan satisfacer sus intereses particulares
oprimiendo a los ricos. De hecho, en gran parte de la historia de la hu,
manidad, la democracia tendr una connotacin negativa (digamos, del
siglo IV a.c. al XVIII d.C.).
Al desaparecer la Roma clsica con el ascenso del Imperio y el pos,
terior mundo teocrtico de la Edad Media, el republicanismo no regresa
sino hasta el surgimiento de las ciudades,repblicas italianas (mediados
del siglo XIII al xvr). Estas ciudades (Florencia, Venecia) afirmaron su
libertad frente al poder del papa y el poder del emperador. Sus cargos
pblicos eran electivos y tenan dos cmaras: consejo y podesta (Rivera,
1998). Estos ejemplos de autogobierno inspirarn a Marsilio de Padua
(siglo x1v) y Maquiavelo (siglo xv1). Marsilio resalta la idea de soberana
popular y Maquiavelo exalta la grandeza de la repblica romana por equi,
librar los deseos de los nobles y de la plebe. En la tipologa de ste, la rep,
blica puede ser aristocrtica o democrtica (Fernndez Santilln, 1994).
134
Ya en plena modernidad
espritu de participacin O\'O
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Democracia y liberalismo
El liberalismo surge en el siglo
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Democracia
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Democracia y liberalismo
El liberalismo surge en el siglo xvn con Locke, quien reivindica los derechos naturales del individuo (a la libertad, a la vida, a la propiedad)
frente a los abusos del poder. El Estado es un constructo artificial, un mal
necesario. Debe ser acotado por las leyes, por el derecho.7 Aqu se presenta una diferencia sustancial con los demcratas: nentras el liberalismo
busca limitar el poder, la democracia busca distribuirlo (Bobbio, 1989).
Sin embargo, las coincidencias tambin son notables. Para Locke, la
legitindad del Estado se funda en el consentinento de los individuos.
Los gobernantes deben responder a los gobernados, estar al servicio de
ellos, y no a la inversa. Esta idea liberal embona bien con la democracia
135
que se basa en el "poder del pueblo': Para los demcratas, el poder es vlido slo si est sustentado en el apoyo y asentimiento de los ciudadanos
(Sartori, 2003). Este principio, inspirador de las Revoluciones inglesa,
francesa y estadounidense, lleva a la adopcin del procedimiento de la
eleccin, institucin central del gobierno representativo (Manin, 1998).
Pareciera entonces que el advenimiento del sistema representativo,
con la idea de que el pueblo elige a sus gobernantes, fortalece la relacin
entre liberalismo y democracia. No obstante, la har ms tensa. Tres aspectos esclarecen esta cuestin: el problema de la escala, la extensin del
sufragio y la seleccin de "los mejores':
En el siglo xvm, Montesquieu observa que las sociedades modernas son mucho ms grandes y complejas que las antiguas: el surgimiento
de los Estados-nacin reemplaza a las ciudades-repblicas. El gobierno
representativo sera la solucin al problema de la escala. Stuart Mill, en
el XIX, tambin defendi este tipo de gobierno: "no puede exigirse menos que la admisin de todos a una parte de la soberana. Pero puesto que
en toda comunidad que exceda los lmites de una pequea poblacin
nadie puede participar personalmente sino de una porcin muy pequea de los asuntos pblicos el tipo ideal de un Gobierno perfecto es el
Gobierno representativ' (Stuart Mill, 2000: 43). En la misma tesitura,
los federalistas (Hamilton, Madison y Jay) proponen una repblica representativa para Estados Unidos por ser un Estado grande con poblacin numerosa. En cambio, la democracia (participacin directa) sera
propia de las ciudades pequeas (Fernndez Santilln, 1994).
Al aumentar la cantidad de ciudadanos, disminuye la oportunidad
de participar. Los representantes sustituyen a la asamblea ciudadana. Se
restringe as la participacin cvica (Dahl, 1989). Los demcratas quedan a disgusto porque el poder no se distribuye con la amplitud debida.
"El pueblo ingls piensa que es libre y se engaa: lo es solamente durante
la eleccin de los miembros del Parlamento: tan pronto como stos son
elegidos, vuelve a ser esclavo, no es nada. El uso que hace de su libertad
en los cortos momentos que la disfruta es tal, que bien merece perderl'
(Rousseau, 1998: 51).
Una segunda fuente de conflicto tiene que ver con la discusin
sobre la extensin del derecho al voto, punto clave de los primeros gobiernos representativos. Incluso, esto conduce a que, durante la primera mitad del siglo XIX, el liberalismo y la democracia se vuelvan rivales.
136
Democracia
ciudades-repblicas. El gobierno
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:: bierno: "no puede exigirse mere de la soberana. Pero puesto que
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sino de una porcin muy peque1 de un Gobierno perfecto es el
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engaa: lo es solamente durante
ento: tan pronto como stos son
~. El uso que hace de su libertad
les tal, que bien merece perderl'
Los liberales proponen que este derecho al sufragio sea exclusivo de los
propietarios, es decir, que tenga un carcter restringido; mientras que
los demcratas quieren ampliar el voto lo ms posible y desaparecer gradualmente los lmites para votar. Una vez ms, no hay acuerdo en el
grado de participacin del pueblo en los asuntos polticos (Fernndez
Santilln, 1994).
El tercer foco de tensin se vincula con las caractersticas de
los representantes. En los orgenes del gobierno representativo, se cree
firmemente que las personas electas para los cargos pblicos deben ser
mejores que sus electores en cuanto a riqueza, talento y virtud (Manin,
1998). Para Madison, un liberal que influy significativamente en la
elaboracin de la Constitucin estadounidense, el efecto del sistema
representativo consiste en que "afina y ampla la opinin pblica pasndola por el tamiz de un grupo escogido de ciudadanos, cuya prudencia puede discernir mejor el verdadero inters de su pas, y cuyo
patriotismo y amor a la justicia no estar dispuesto a sacrificarlo ante
consideraciones parciales o de orden temporal" (Hamilton, Madison y
Jay, 1943: 39). Por supuesto, los demcratas, cuyo valor por excelencia
es la igualdad poltica, no comparten esta idea de que los representantes
son individuos distinguidos y prominentes, superiores a los ciudadanos
promedio.
Adicionalmente, una profunda diferencia conceptual entre las tradiciones liberal y democrtica aflora con el gobierno representativo. Para
Siyes, uno de los artfices de la representacin poltica en Francia, este
tipo de gobierno es el ms apropiado para las condiciones de la sociedad moderna, porque los ciudadanos estn demasiado ocupados en sus
intereses privados y no tienen tiempo para los asuntos pblicos. Por ello
confan el gobierno a quienes s puedan dedicarse de tiempo completo
a esas tareas (citado por Manin, 1998). En su clebre discurso La libertad de los antiguos comparada a la de los modernos, en el Ateneo Real de
Pars en 1818, Constant plante con claridad el antagonismo: "El objeto de los antiguos era dividir el poder social entre todos los ciudadanos de
una misma patria: esto era lo que ellos llamaban libertad. El objeto de los
modernos es la seguridad de sus goces privados" (1988: 76). De tal suerte que la libertad de los modernos (liberalismo) es privada, en tanto la
libertad de los antiguos (democracia) es pblica. En las sociedades modernas, el individuo se realiza en la esfera privada, fuera de la poltica. En
137
contraste, en las sociedades antiguas slo en el espacio pblico los ciudadanos se sentan realizados.
Pese a todo, liberales y demcratas terminan alindose en la segunda mitad del siglo xrx, en parte para hacer un frente comn contra el
socialismo que en la Revolucin de 1848 mostr un incremento de fuerza. Pero principalmente se unen al darse cuenta que sus principios eran
conciliables. La ampliacin progresiva de los derechos polticos ( derecho al voto a los pobres, a las mujeres, a los jvenes) fue el elemento clave
de la unin. Por un lado, los liberales aceptaron que el mtodo democrtico es la mejor salvaguarda de la libertad individual. A travs de ste, los
ciudadanos se pueden defender mejor de los abusos del Estado; y, por
el otro, los demcratas reconocieron que la proteccin de las libertades
que defiende el liberalismo es necesaria para el buen funcionamiento
de la democracia. Participar en las votaciones slo adquiere sentido si
se realiza libremente, es decir, respetando las libertades de opinin, de
prensa, de reunin, de asociacin (Bobbio, 1989).
Democracia y socialismo
La relacin entre demcratas y socialistas tampoco estuvo exenta de
conflictos. En un principio, pareca haber un nexo slido entre ellos: la
igualdad. Graco Babeuf, en el Manifiesto de los iguales, en 1797 seal
que la igualdad de derechos, propia de la democracia, deba ser complementada con la igualdad real, propia del socialismo. Rousseau propona
una democracia respaldada por la igualdad material. Marx vea al socialismo compatible con el gobierno popular ("producto libre del hombr').
No obstante, la distancia entre los dos conceptos de igualdad era considerable. La igualdad poltica y la igualdad econmica son cosas muy distintas. Mientras Rousseau hablaba de cooperacin en la asamblea, de una
democracia de ciudadanos, de la poltica como algo valioso en s mismo,
Marx hablaba de cooperacin en el campo de las fuerzas productivas, de
una democracia de los productores, de la poltica como algo instrumental
(Femndez Santilln, 1994).8
8
Tocqueville fue radical al respecto: "la democracia y el socialismo se unen s61o por una
palabra, la igualdad; pero ntese la diferencia: la democracia quiere la igualdad en la liber
138
Detengmonos en el pci~:u-J!
tativo del socialismo (comente
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Una visin alternativa a La
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1875). Se ali con el marxisn:o
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Sarrori, 2003: 287).
Democracia
hlar
lllC:aaa
Detengmonos en el pensamiento de Marx, el autor ms representativo del socialismo (corriente que surge en el siglo x1x). Para l, la democracia (de tipo liberal representativa) no era ms que una farsa, una
forma de enmascarar lo central: la explotacin de los "burgueses" (los dueos de los medios de produccin) hacia los proletarios (los que slo tienen
su cuerpo para venderlo como fuerza de trabajo). El gobierno no es sino
un gendarme de los intereses de los capitalistas. De ah la descalificacin
marxista de la democracia como "burgues' o meramente"formal': La"verdadera'' democracia slo se alcanzara al llegar el comunismo: la supresin de las clases sociales. Sin embargo, la Comuna de Pars entusiasm
a Marx y vio all elementos "realment' democrticos: la autoorganizacin poltica del pueblo (entendido como clase trabajadora), democracia
directa, revocacin de mandato, organizacin horizontal, sistema descentralizado. Todo esto no tena valor por s mismo, porque era poltico,
pero apuntaba a la transformacin de los medios de produccin para lograr la sociedad comunista. Es decir, ese tipo de democracia era un instrumento del proletariado para lograr sus fines emancipadores. As pues,
la igualdad poltica (democracia) resulta slo un peldao para la verdadera igualdad: la material (socialismo) (Vallespn, 1998).
Una visin alternativa a la marxista fue la socialdemocracia, cuyo sur
gimiento data de la segunda mitad del XIX (con el programa de Gocha en
1875). Se ali con el marxismo y se convirti en el principal referente poltico del movimiento obrero hasta la primera guerra mundial. Bemstein
fue uno de sus tericos ms importantes. A diferencia de Marx, s crea
en reformas concretas como el sufragio universal; consideraba a la democracia liberal como imprescindible para llegar al socialismo, y vea al
Estado como guardin del inters general, no como instrumento de dominacin. Adems, pensaba que dentro de la democracia los partidos
aprenden a conocer sus lmites y a entrar en negociaciones; se acostumbran a la legalidad. Bernstein se pronunci en contra de la opresin de
la minora por la mayora y de la cancelacin de libertades individuales.
Rosa Luxemburgo, pensadora marxista, critic sus posturas "revisionistas': Para ella, las reformas, por ms benficas que fueran, nicamente
eran un medio para la revolucin (Ruiz Miguel, 1992).
tad, el socialismo quiere la igualdad en las incomodidades y en la servidumbre" (citado por
Sarrori, 2003: 287).
139
Kautsky (destacado terico socialista) y los partidos socialdemcratas europeos apostaron al parlamentarismo y participaron en gobiernos
en la poca de entreguerras. Lenin, el principal lder de la Revolucin
rusa, y quien llev a la prctica las ideas marxistas, tach a Kautsky de
"renegad: El enfrentamiento entre las dos principales corrientes del socialismo fue duro, pero se evit el rompimiento. La ruptura definitiva
con los marxistas-leninistas se dio hasta despus de la segunda guerra
mundial (con el programa del Partido Socialdemcrata alemn en 1959
en el Congreso de Bad Godesberg) (Ruiz Miguel, 1992).
En el terreno emprico, el rgimen marxista de la URSS fue incompatible con la democracia: dictadura de partido nico, negacin de derechos civiles y polticos, y Estado totalitario. En el caso de los gobiernos
socialdemcratas, hubo respeto a la economa de mercado, a las elecciones y al Estado de derecho; se construyeron pactos entre gobierno, empresarios y trabajadores; y se edific el Estado benefactor.9
Debate contemporneo
En las discusiones contemporneas sobre la democracia, se presenta el
conflicto irreductible entre sus dos dimensiones: las reglas y los procedimientos, por un lado, y los valores y principios, por el otro (vase el
cuadro 1). As, unos enfatizan la representacin, y otros la participacin.
Unos le dan prioridad a los hechos, a lo emprico, mientras que otros privilegian lo normativo, el deber ser. Unos le apuestan al realismo, otros a
los ideales. En fin, unos abordan el fenmeno de la democracia desde la
ciencia poltica y otros desde la filosofa poltica.
Un par de observaciones: primero, resulta imposible establecer ntidamente dos bandos, dos bloques homogneos de autores y enfoques a
partir de las dimensiones mencionadas. Hay muchos entrecruzamientos y articulaciones complejas. Por poner un ejemplo, Bobbio es un filsofo poltico (dimensin normativa) que, como ya vimos, le otorga una
gran importancia a las reglas (dimensin procedimental); en segundo
La construccin del Estado benefactor, sin embargo, deriv en una crisis de magnas pro
porciones: burocrazacin, corrupcin, endeudamiento pblico, proteccionismo comer
cial, inhibicin de la iniciativa individual y paternalismo.
140
10
11
Democracia
re la democracia, se presenta el
ensiones: las reglas y los proce principios, por el otro (vase el
ntacin, y otros la participacin.
emprico, mientras que otros pris :e apuestan al realismo, otros a
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poltica.
resulta imposible establecer ntiogneos de autores y enfoques a
. Hay muchos entrecruzamienner un ejemplo, Bobbio es un filue, como ya vimos, le otorga una
1n procedimental); en segundo
r~o. deriv en una crisis de magnas pro nuento pblico, proteccionismo corner-
o.
lugar, las dicotomas o modelos en pugna dependen del eje que se escoja
para realizar el contraste. A manera de ilustracin, la tradicional disyuntiva entre democracia representativa y democracia directa tiene que ver
con quines toman las decisiones pblicas: el pueblo o unas personas
elegidas para ese fin. Otro ejemplo: se agrupan modelos a partir de la
visin que se tenga del ser humano, ya sea pesimista u optimista. As lo
hace Nino (1997), quien forma dos grandes grupos: las concepciones de
la democracia que suponen los intereses de la gente como inalterables,
frente a las concepciones de la democracia como transformadora de las
preferencias de las personas.
En este apartado abordar el debate a partir del eje de la participacin ciudadana. Considero que la vieja disputa entre el liberalismo y
la democracia de algn modo sigue vigente: qu queremos, un poder
acotado, limitado, o un poder distribuido de una manera amplia~ As,
la concepcin elitista pugnara por una participacin modesta y la concepcin participativa por una mucho ms robusta. En cierto sentido, la
democracia elitista abreva del liberalismo y la democracia participativa recupera el espritu de la Atenas democrtica y del republicanismo.10
Antes de describir ambos tipos de democracia, dos ltimos comentarios. En general, el enfoque elitista se vincula ms con la dimensin
procedimental de la democracia, en tanto que el enfoque participativo se
conectara ms con la dimensin normativa. Pero esto se debe tomar como
algo meramente aproximativo, que dista mucho de ser exacto. Segundo,
los modelos no son necesariamente incompatibles; pueden ser complementarios. De hecho, sta ser la postura que defender: la moderada, la
de la conciliacin, en vez de la combativa, la de la confrontacin (aunque
algunos autores que se revisarn s adoptan posiciones radicales).11
JO
11
141
Democracia elitista
El precursor de la teora elitista sobre la democracia es Max Weber, quien
combate a los idealistas por contaminar la poltica con juicios de valor.
En la realidad, nos dice Weber, lo que hay es diversidad humana y "poli,
tesmo de valores': Se requiere libertad valorativa, esto es, tomar distan,
cia de las propias concepciones del bien para percibir distintas escalas de
valores. Por ello, son importantes los procedimientos y las instituciones.
Porque posibilitan la expresin de la pluralidad. Porque los consensos
amplios solamente se generan en torno a stos (Serrano, 2001).
La poltica, por otro lado, tiene que ver con la capacidad de direc,
cin del Estado. De ah la importancia que otorga Weber al liderazgo
poltico. Los lderes, sobre todo los que se sitan en el Parlamento, son
quienes determinan los fines pblicos (mientras que la burocracia esta,
tal se encarga de los medios para alcanzar dichos fines). Las elecciones
conectan al lder con las masas (va la confianza y adhesin). Adems, el
electorado puede destituir a los polticos ineficientes, a los malos lderes
(Serrano, 2001; Held, 2001).
En este orden de ideas ( revaloracin de los procedimientos y del
liderazgo), surge la propuesta de Schumpeter (1983), quien induda,
blemente es el iniciador del debate entre elitistas y participacionistas
con su obra Capitalismo, socialismo y democracia (publicada en 1942).
Al igual que Weber, critica el idealismo de las concepciones clsicas de
la democracia, que la asociaban con la soberana popular, el bien co,
mn y la voluntad general. No existe el "bien comn"; la realidad es plu,
ral y conflictiva. Resulta utpico que en una sociedad democrtica nos
pongamos de acuerdo en un nico bien. Propone una nueva definicin:
"mtodo democrtico es aquel sistema institucional, para llegar a las
decisiones polticas, en el que los individuos adquieren el poder de de,
cidir por medio de una lucha de competencia por el voto del pueblo"
(1983: 343). Entonces, por un lado, la democracia es ante todo un con,
junto de procedimientos (elecciones limpias, peridicas y competitivas).
Se construye, as, un criterio objetivo mnimo para distinguir a la de,
142
12
13
Democracia
12
Habra que marizar el elitismo de Dahl. En sus trabajos reciemes (1993), muestra preocupacin por la participacin ciudadana. Por ejemplo, su propuesta de "minipopulus": asam
bleas (a nivel federal, estatal y local) de unos mil ciudadanos elegidos al azar para deliberar
dunnte un ao sobre una cuestin pblica en particular y dar su veredicto. La idea es con
formar un "pblico atento~ bien informado, representativo, que manifestara discrepanci2s
entre sus juicios y los de las lites y los otros "pblicos atentos~
143
Democracia participativa
que ponen a una cierta cuesuon o
Las crticas a las posturas elitistas de la democracia no se hicieron esperar: subestiman a los ciudadanos comunes y corrientes; ensalzan la
15
El rational choict es una corriente relevante dentro de la ciencia poltica. Utiliza el mcodo
deductivo: de un axioma se explica codo lo dems. La premisa es la siguiente: los seres humanos acran por su inters individual, son egostas: slo buscan su propio bien. "Hemos supuesto que el individuo cuyo clculo hemos analizado (el individuo 'representativo' o 'medio')
est motivado por un inters egosta, que sus compaeros en la decisin constitucional estn
motivados del mismo modo, y que, dentro del conjunto de reglas elegido para la eleccin
colectiva, los participantes son elegidos del mismo modo'' (Buchanan y Tullock, 1993: 353).
Un ltimo apunte: los tericos elitistas suelen sustentar sus afirmaciones en encuestas. Una
de las ms citadas es la de Voting. aplicada en un pueblo esc:adounidense a mediados d el
siglo xx, cuyos resultados fueron contundentes: "Una premisa que subyace a la teora de la
democracia es que el ciudadano est altamente motivado para participar en la vida poltica.
Pero curiosamente una caracterstica del comportamiento electoral consiste en que para un
gran nmero de personas la motivacin es dbil, si no es que es inexistente (... )" (Berelson,
Lasarzfeld y McPhee, 1954: 306-308).
144
Cuadro 2. Enfoques de la de
Enfoque
Democracia fuerte
Democracia delibera tiva
Democracia radical
Democracia cosmopolita
Democracia multicultural
Democracia creativa
Fuente: elabora cin propia.
Democracia
tes antidemocrticas"
-""-"""""''" ~participacin ''fuert'
~ prrducir extremismo. Y si el
.,._..__._-.4dor sucumbira.
-3 plantea una teora econc.e !a economa al campo de la
r-olticos es igual de racional
s. Los partidos, protagonistas
os que buscan maximizar gaaca a cambio de votos. As como
d mercado, el poder es el prinpartido poltico es un equipo de
Jmente para gozar de los ingresos,
ngu el aparato gubernamental. La
polticas pblicas) slo se cumciones privadas. De nuevo, el nfaaso) y se tiene en baja estima al
). Participar en aras del bien de la
cional (e irreal).15
. La premisa es la siguiente: los seres huma: slo b = su propio bien. "Hemos su- o ( d individuo'represenrativo' o'medi)
compaeros en la decisin constirucional estn
-d conjunro de reglas degido para la eleccin
o modo" (Buchanan y Tullock, 1993: 353).
~tentar sus afirmaciones en encuestas. Una
= Wl pueblo estadounidense a mediados del
L'na premisa que subyace a la teora de la
re movado para participar en la vida poltica.
F?Orum.ienro electoral consiste en que para un
i no es que es inexistente[...]" (Berelson,
Democracia deliberativa
Democracia radical
nfasis
Autores
Democracia fuerte
,__
Consensos comunicativos
Conflicto, pluralidad
- --
145
Democracia creativa
Creatividad, imaginacin
...
1
Democracia fuerte
A fines de los sesenta, Macpherson y Pateman emprenden una crtica de
la teora democrtica elitista. Esta corriente podra llamarse "democracia
fuerte': 16 Ambos autores comparten la idea de que las libertades formales en las democracias liberales deben volverse concretas, tangibles. Las
desigualdades de clase, sexo y raza limitan la participacin poltica de
grandes masas de individuos. En las relaciones cotidianas, la idea liberal
de que somos libres e iguales pierde significado (Held, 2001).
El derecho igual para todos al autodesarrollo slo se alcanzara plenamente con la participacin directa y continua de los ciudadanos en la
toma de decisiones que los afectan. Si bien no es realista que en la poltica nacional se participe ampliamente, en otras esferas s es posible.
Macpherson habla de "partidos participativos'; con una democracia interna slida, y de organizaciones de pleno autogobierno, en el lugar de
trabajo y en las comunidades locales. Pateman coincide en que lo~ asuntos de poltica exceden el mbito gubernamental. Ella pone el acento
en la industria. Practicar la democracia en el lugar de trabajo generara
un crculo virtuoso en la percepcin ciudadana: la participacin vale la
pena, las propias opiniones y preferencias s cuentan, la posibilidad de
influir en las decisiones que nos ataen es real. El ciudadano se volvera
activo e ilustrado. Para estos autores, la nica forma de que el ser humano se realice es a travs de la autodeterminacin, el autocontrol y la capacidad de definir las propias opciones de vida (Held, 2001).
Democracia radical
Con la publicacin de Hegemn
Democracia deliberativa
En Teora de la accin comunicativa, Habermas resalta la importancia de
lograr consensos comunicativos en la sociedad. En una "situacin ideal
de discurso'; las personas entablan un dilogo basado en argumentos ra-
17
16
146
18
Democracia
r;::!:::AD
cionales. Alcanzan un acuerdo mediante el triunfo del mejor argumento. Estas ideas, al llevarse al terreno de la poltica, configuran el enfoque
de la democracia deliberativa. Elster (2001: 18) lo resume as: "la eleccin poltica, para ser legtima, debe ser el resultado de una deliberacin
acerca de los fines entre agentes libres, iguales y racionales': La argumentacin sobre asuntos pblicos, entonces, cumple un papel central en las
democracias.
Habermas (1999; 2000) plantea que la legitimidad democrtica
est vinculada a un proceso de deliberacin pblica que debe contar con
la participacin de todos los ciudadanos involucrados. Deliberacin significa discutir y evaluar los distintos aspectos de una cuestin determinada. La esfera pblica no sera ajena al debate y al intercambio de
razones. "Solamente son vlidas aquellas normas y acciones con las cuales todas las personas posiblemente afectadas puedan concordar como
participantes de u~ discurso racional" (citado por Avritzer, 2001: 60).
Como seala Cohen, si la fuente de legitimidad de la democracia son
los procesos discursivos, los ciudadanos preferirn instituciones donde
sea claro el nexo entre deliberacin y resultados a aquellas donde esta conexin sea dbil.17
Democracia radical
Con la publicacin de Hegemona y estrategia socialista (1985), Mouffe
y Laclau plantean una perspectiva democrtica que denominan "democracia radical y plural': Su idea es presentar una alternativa ''fuert' de
17
ticn.=
18
Otros autores que han desarrollado las implicaciones institucionales de esta perspecti
va son Bohman, Feres y Fung; vase la revista Metapoltica (2000). Por otro lado, cabe
mencionar a Rawls (en su Teora de la justicia) como precursor de la democracia deliberativa (Avritzer, 2001; Elster, 2001). Dos textos de referencia obligada del modelo deliberativo son Public Deliberation (Bohman, 1996) y Democracy and Disagreement (Gurmann y
Thompson, 1996).
Autores como Zizek se ubican en esta corriente. Algunas de sus fuentes intelectuales son
Derrida, Lacan y Heidegger (Buenfil Burgos, 1998).
147
Si bien este enfoque reconoce el triunfo de valores democrtico-liberales como la libertad individual y los derechos humanos y las instituciones que los protegen, no comulga con la pretensin de alcanzar
consensos definitivos en torno a ellos. La interpretacin de dichos valores e instituciones no puede sino reflejar la enorme pluralidad de los
actores sociales. En las relaciones humanas existe siempre una dimensin antagnica y hostil Los conflictos son inevitables e interminables.
Potencialmente, el otro se constituira en mi enemigo, alguien que niega
mi propia identidad y a quien, por tanto, es menester eliminar. Lo poltico se nutre de estos antagonismos, sean tnicos, religiosos, econmicos,
de gnero, etc. El papel de una poltica democrtica moderna es crear
instituciones que permitan transformar el antagonismo en "agonismo':
es decir, que los actores polticos no se vean como enemigos, sino como
adversarios.
Si la democracia contina privilegiando el consenso y la armona, en
vez del "vibrante enfrentamiento de las posiciones polticas democrticas" (Mouffe, 2003: 117), de la confrontacin de proyectos claramente
distintos, el vaco de poder que inevitablemente se genera ser ocupado por fuerzas extremistas nacionalistas o populistas. Lo mejor para la
democracia es reconocer el conflicto y la pluralidad, y construir los espacios donde se puedan expresar. No existe posibilidad de que se construyan acuerdos racionales y universales. En la democracia, lo que hay
son luchas y reivindicaciones sociales de carcter particular y limitado.
Estas luchas involucran pasiones, no slo argumentos. Y en stas nadie
se impone definitivamente. Se trata de establecer una "hegemon: esto
es, un dominio parcial y temporal (Mouffe, 1999).
Democracia cosmopolita
En la actualidad, es un hecho innegable la prdida de soberana de las
naciones-Estado debido a la globalizacin. La democracia liberal parta de la idea de que el consentimiento, expresado a travs de elecciones legitima al gobierno en un territorio delimitado. No obstante, las
nuevas interconexiones estatales, regionales y globales cuestionan la democracia como forma nacional de organizacin poltica. La economa
mundial, los organismos internacionales, el derecho internacional y la
148
homogeneizacin de la cultura
autodeterminarse.
La era global obliga a rep:
La "democracia cosmopolita es b
psito es la ampliacin y desa.. .cl
los niveles regionales y mun~
democratizadores en el mb1ro dd
las vas de participacin cvica en
esferas internacionales. Creaaon
sobre problemas transnacionalcs.
de las organizaciones gubernar:
organismos como la ONU, forra.:
nales que protegen los derechos
nan al concepto de una democr.k.- u
Democracia multicultural
Hoy en da las tasas de inmigraa
vadas. Las sociedades demoetajQS
grupos tradicionalmente mar!:'.
minoras tnicas y religiosas e.x.:gen
dos maneras de responder a est~
dimental o a travs de un modelo
exclusin de grupos con modos a e
cmo abordar las diferencias a
un Estado democrtico~ El enf
derecho de cada quien a elegir u.s
lidad de establecer fines comun~
19
20
====w
Democracia
Democracia multicultural
Hoy en da las tasas de inmigracin internacionales son cada vez ms elevadas. Las sociedades democrticas se vuelven multiculturales. Adems,
grupos tradicionalmente marginados como las mujeres, homosexuales,
minoras tnicas y religiosas exigen inclusin. Segn Taylor (2001a), hay
dos maneras de responder a este desafo: a travs del liberalismo procedimental o a travs de un modelo cvico-asociativo.20 Cmo combatir la
exclusin de grupos con modos de vida distintos o culturas diferentes?,
cmo abordar las diferencias a fin de lograr una mejor convivencia en
un Estado democrtico? El enfoque liberal-procedimental presupone el
derecho de cada quien a elegir sus propios fines y metas. No hay posibilidad de establecer fines comunes. Lo nico que se puede compartir es la
-acin. La democracia liberal parmro. expresado a travs de elecciornrio delimitado. No obstante, las
~onales y globales cuestionan la derganizacin poltica. La economa
nales, el derecho internacional y la
l9
20
Para un mayor desarrollo del modelo de democracia cosmopolita, vase Held ( 1997). En
este modelo se ubicara a Beck (2001) con su idea de "partidos cosmopoliras" (partidos cransnacionales de ciudadanos globales) y a Giddens (1998), con su "polca global desde abajo#
(ONG de carcter transnacional como Greenpeace y Amnista Incernacional).
Este modelo yo lo denomino "democracia mulciculrural''. En la amplia literatura sobre el
debate entre el liberalismo y el mukiculturalismo (o comwtarismo), a Taylor se le ubica
como uno de los autores ms representativos del enfuque mulcicultural. Simplemente agre
gu este ltimo adjetivo al trmino "democraci'.
149
Democracia creativa
Los principales exponentes de esta corriente son Arendt, Castoriadis y
Lefort. Yo la llamara 'Clemocracia creativ:22 La creatividad en Arendt
(1993) se revela a travs de su categora de natalidad: la capacidad humana para crear cosas nuevas, espontneas, no determinadas, imposibles
de prever o predecir. La accin poltica es el campo apropiado donde se
despliega la nacalidad. Actuar polticamente significa asumir la iniciativa,
realizar lo inesperado, configurar lo nuevo, establecer nuevos comienzos
21
22
Para revisar con ms amplirud las ideas de Taylor, vase Multiculturalismo y poltica dd reco
nocimiento (200lb). Touraine (1995) se suma a la propuesta de Taylor: el reconocimienro
del otro es la razn de ser de la democracia. Las principales amenazas a la democracia provienen, por un lado, de los excesos del mercado y del consumo que destruyen la diversidad
de las culruras y, por el otro, del comunitarismo exacerbado que cae en fanatismos e inrolerancias. Otros mulriculruralistas que se podran mencionar son Walzer con Las esferas de
la justicia, y Kymlicka con Ciudadana multicultural.
Tres observaciones: 1) el nico texto que conozco que ha intentado vincular a estos auto
res con una nueva perspectiva democrtica es el de Dubiel, Rodel y Frankenberg (1997),
sin embargo, aqu el eje articulador de los tres discursos es la conrraposicin entre la democracia y el totalitarismo, no la creatividad; 2) una objecin narural es que A rendt no
crea en la democracia. Argumentara que ella es una demcrata a pesar suyo. El acento
que pone en la igualdad poltica, valor central de la democracia, es una prueba de ello. Ms
an, Arendt resalta que la accin poltica creativa es practicable por codos los ciudadanos;
3) algunos autores como Dewey, Jeas y Beck han utilizado el trmino "aemocracia creativa'; pero desde un enfoque sociolgico. En lo que estoy pensando es en un tratamiento
politolgico.
150
25
Democracia
23
al.
::<.""<' que
24
25
Arendt no cree que las instituciones de la democracia representativa sean apropiadas para
la accin innovadora. Ella propone como alternativa el sistema de consejos (vase Sobre
la revolucin, 1988: 271-285), cuyos ejemplos son la Comuna de Pars (1871), los Riites
(1919), los Soviets (1905; 1917) y los Consejos de la Revolucin hngara (1956). Rasgos
en comn: la espontaneidad de su nacimiento y constitucin, contra la planeacin de los
polticos profesionales. La aspiracin a fundar un nuevo orden. Exigencia de la accin, de la
acruacin conjunta, de la praxis creativa, no slo la ejecucin de programas o lineamientos
estratgicos como en los partidos. Creacin de espacios de libertad, es decir, de estructuras
estables para que los ciudadanos participen. Su inters es ms poltico (hablar, discutir,
interactuar en torno a lo pblico) que socioecon6mico.
Para una critica fuerte de Castoriadis a la democracia procedimental, vase su artculo La
democracia como procedimiento y como rgimen" (1998b).
Segn Lefort, "Pensar lo poltico requiere una ruptura con el punto de vista de la ciencia
poltica[... ]" (1991: 20). A los polit61ogos les critica que pretendan ser objetivos y neu
tros, como si su observacin no derivara de una experiencia de la vida social, y que no se
interroguen sobre la forma en que se configura la sociedad, es decit, sobre cmo el objeto
de estudio interpreta su mundo: lo que es legtimo y lo que no, lo verdadero y lo falso, lo
151
Conclusiones
No hay duda de que la democracia liberal ha triunfado en las socieda,
des contemporneas. Y con justa razn: las libertades individuales, los
derechos humanos, los procesos electorales, son condicin necesaria
para la existencia de un rgimen democrtico. Si se restringen estos de,
rechos, la democracia desfallece; el autoritarismo toca a la puerta.
Empero, hoy acudimos a una crisis de la democracia representativa.
Hay una especie de corto circuito entre los representantes y los represen,
tados. Los ciudadanos desconnan de los partidos, de los diputados, de
los gobernantes. A su vez, los representantes se desentienden de la ciu,
dadana. El resultado es predecible: la gran apata ciudadana y los serios
problemas de corrupcin e ineficacia de los gobiernos.
A mi juicio, la raz de la crisis es tanto terica como prctica. A nivel
terico, la dimensin "realist' de la democracia, las reglas y los proced,
miemos, ha terminado por avasallar a la otra dimensin de la democracia:
la normativa, la de los principios y los valores. Se ha perdido el equili,
brio, la tensin irresoluble de la que habl al inicio de este texto. Tiene
que surgir un arte combinatorio de ambas dimensiones. A nivel prcti,
co, el problema es que se han perdido las instituciones que permian la
participacin efectiva de los ciudadanos. Los espacios pblicos (con los
rasgos que le atribuan los antiguos griegos: preocupacin por el mun,
do, relaciones horizontales, autenticidad de las palabras) prcticamente
han desaparecido. La democracia se ha burocratizado: el Estado se ha,
lla lejos de la accin ciudadana. Los ciudadanos ordinarios ven al poder
como algo casi metafsico. Y el gobierno se reduce a pura administracin
(son los expertos, los tecncratas, los que deciden los asuntos pblicos).
Adicionalmente, la democracia se ha comercializado. El nexo entre repre,
sentantes y electores se ha vuelto la relacin propia del vendedor y el com,
prador (por ejemplo, a travs de la mercadotecnia poltica). Los medios
de comunicacin contribuyen tambin a la invasin de la democracia por
parte de la lgica mercantil. Su obsesin por el rating los lleva a banalizar
las cuestiones polticas y a privilegiar el escndalo. El ciudadano se vuelve
un espectador pasivo del "espectculo" poltico.
normal y lo patolgico. Esre tipo de interpretaciones es lo que singulariza a cada sociedad,
lo que las diferencia unas de orras.
152
Lecturas recomendadas
Para una visin panormica dei te
tos los libros de Dahl ( 1993 . s.._~
vale la pena revisar la sisreman.:..
democracia elaborada por Dd A:.
ma dcada, la literatura sobre .1.Sf
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Diamond y Plattner (2001', Cnu..
Respecto de la historia de la d
ideas, vase Bobbio (1987; 19~
tomo al debate contemporaneo
(1973), Del guila (1995) r. rmo
Acudir a los clsicos resulc:a
cdides (1998) y Aristteles 1999
Cicern (1997). De la poca m
(1987) y Rousseau (1998); del
(2000), Sruart Mill (2000), Co
milton, Madison y Jay (1943 : d
En el terreno de los esrudi
concentran la atencin: la cah
cuentas (accountability). En e
26
(2000).
Democracia
El desafo es maysculo para las democracias existentes. 26 Es menester una renovacin de las instituciones democrticas en clave republicana. Vale la pena, asimismo, impulsar las asociaciones de la sociedad civil,
fuente de creatividad y energa cvica. Hace falta, por ltimo, promover
de un modo apasionado y vigoroso una cultura poltica democrtica,
lo que los atenienses llamaban paideia, esto es, la educacin ciudadana.
En suma, urge crear espacios pblicos. Los ciudadanos deberan participar ms en la deliberacin y en la toma de decisiones pblicas. El poder
debe distribuirse con equidad. Creo, al igual que Pericles, que cada uno
de nosotros tiene mucho que dar a los dems.
Lecturas recomendadas
Para una visin panormica del tema de la democracia, son muy completos los libros de Dahl (1993), Sartori (2003) y Held (2001). Asimismo,
vale la pena revisar la sistemtica recopilacin de textos clave sobre la
democracia elaborada por Del guila y Vallespn (1998). En la ltima dcada, la literatura sobre aspectos normativos de la democracia ha
sido fructfera. Algunos ejemplos seran Young (2000), Shapiro (2003),
Diamond y Plattner (2001), Crick (2002), Tilly (2007) y Keane (2009).
Respecto de la historia de la democracia desde el punto de vista de las
ideas, vase Bobbio (1987; 1989) y Fernndez Santilln (1994). En
torno al debate contemporneo sobre la democracia, vase Bachrach
(1973), Del guila (1995) y Nino (1997).
Acudir a los clsicos resulta imprescindible. De la antigua Grecia: Tucdides (1998) y Aristteles (1999). De la Roma clsica: Polibio (1986) y
Cicern (1997). De la poca moderna, del republicanismo: Maquiavelo
(1987) y Rousseau (1998); del liberalismo: Locke (1998), Montesquieu
(2000), Sruart Mill (2000), Constant (1998), Tocqueville (1957) y Hamilton, Madison y Jay (1943); del socialismo: Marx (1998).
En el terreno de los estudios empricos, dos temas muy recientes
concentran la atencin: la calidad de la democracia y la rendicin de
cuentas (accountability). En cuanto al primero, los textos de O'Donnell
26
Para profundizar en los desa.os acrualcs de la democracia, viase Bobbio (1996) y Yallespn
(2000).
153
(2004) y de Diarnond y Morlino (2005) examinan el concepto. En la revista Metapoltica (2005) se encuentran publicados varios artculos sobre el tema. La medicin de la democracia incluye ahora aspectos como
el Estado de derecho y el desarrollo humano. De la relacin entre la
"rule of law" y los gobiernos democrticos, consltese la compilacin de
textos de Przeworski y Maravall (2003). Respecto del segundo tema
(rendicin de cuentas), el libro coordinado por Schedler, Diamond y
Plattner (1999) brinda un panorama general de la cuestin. Se distinguen las dos vertientes del trmino: vertical (Estado-ciudadana) y horizontal (entre poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial), as como sus dos
dimensiones: answerability (informacin pblica, monitoreo) y enforcement (agencia que imponga sanciones).
Fuentes
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El centauro rransmoderno: liberalismo y democracia en la democracia liberal'; en F. Vallespn ( ed. ),
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Avrirzer, Leonardo (2001). "Democracia deliberativa. La recuperacin
del concepto de deliberacin pblica en la teora democrtica contem-
154
Democracia
155
156
Democracia
Alianza.
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Ruiz Miguel, Alfonso (1992). "La
socialdemocracia'; en F. Vallespn
157
Sistemas de gobierno
Moiss Prez Vega*
Introduccin
Una aeja discusin ha OCU?a
como de los modernos, pasandrl
ta la moderna ciencia potica: ,
cannica interrogacin ha adqui:
en la ciencia poltica de finales .:
tauracin y reinstauracin dem
nmero de pases de Amrica
xx, cobr relevancia examinar 'para la supervivencia y estabili.hd
una extensa produccin acad
la ciencia poltica y que llena b.s
fsicas o virtuales. Ante ello, no
pales ejes, problemas y perspe
propsito de las siguientes lneas.
de este ocano literario.
Como punto de partida ~
sica de los sistemas de gobierno.
rencias estructurales entre presiotro, el contraste entre el moddo
*
158
Sistemas de gobierno
Moiss Prez Vega*
Introduccin
159
1) El Ejecutivo es encabe-..ado:
2) Los periodos del jefe del
fijos, y no estn sujetos mu::
3) El Ejecutivo nombra y dnge
nalmente de autoridad :egi..s
Esta ltima definicin enf.o
gue al rgimen presidencia:. es sistema presidencial respecte de
mixtos:5 el origen y la supen ;
va y legislativa. Para contrasur
- - - ----
160
Sistemas de gobierno
-rollado en Latinoamrica.
~ucin del debate en torno a
2
1) La eleccin popular directa o casi directa del jefe de Estado (el presidente) por un tiempo determinado (condicin necesaria, pero no
suficiente).
2) El Ejecutivo no es designado ni desbancado mediante el voto
parlamentario.
3) El presidente dirige el Ejecutivo.
Otra definicin esboza tres criterios mnimos, pero resalta tambin
otros aspectos importantes para diferenciar el presidencialismo:
r parlamentario
Un ejemplo ilustrativo fue Mxico, que durante dcadas vivi bajo un rgimen poltico no
democrtico con una forma presidencial de gobierno.
Matthew Shugart (2006), "Compararive Executive-Legislative Relations'; en The Oxford
Handbook ofPolitical lnstitutio1is. Esta concepcin es una versin modificada de una anterior
que propone cuatro criterios, la cual se encuentra en M. Shugarc y J.M. Carey, Presidents and
Assamblies (1992).
Los regmenes "mixtos" o "hbridos" poseen caractersticas de los sistemas presidencial y
parlamentario, en vircud de lo que reciben diversas denominaciones como "semipresidencial'; 'semiparlamenrario" o 'premier-presidencial~ Estos sistemas se distinguen por poseer
un "ejecutivo dual~ que implica la eleccin popular del presidente que comparce el Poder
Ejecutivo con un primer ministro que est sujeto a la aprobacin y confianza de la asamblea
161
necesario sealar los dos rasgos definitorios del modelo puro del rgimen
parlamentario:
1) La autoridad ejecutiva, conformada por el primer ministro y el gabi,
nete, surge de la asamblea legislativa.
2) El Ejecutivo est sujeto a la potencial destitucin a travs del voto
de no confianza de la mayora de la asamblea legislativa. As, en los
parlamentarismos, el gobierno emana de la asamblea y puede ser
destituido por sta. He aqu la distincin bsica: mientras que en
los sistemas presidenciales el Ejecutivo es electo de forma separada
del Legislativo y su supervivencia en el cargo no depende de la ma,
yora de la asamblea legislativa, en los regmenes parlamentarios el
gobierno deriva su autoridad del Parlamento y puede ser destituido
por ste. Dicho ms sucintamente: los sistemas presidenciales se
basan en el principio de separacin de poderes; los parlamentarios
en el de fusin de poderes; y los semipresidenciales en el de com,
particin de poderes (en razn de la existencia de un Ejecutivo dual,
que se comparte entre el presidente y el primer ministro) ( Hurta,
do, 1999).6
Ahora bien, hasta el momento se han mencionado los rasgos bsicos
del rgimen presidencial que permiten diferenciarlo de los otros sistemas
de gobierno. Sin embargo, se aprecian diferentes esquemas presidencia,
les en funcin de diversos criterios y pticas. As, se distingue entre presidencialismo de mayora y presidencialismo pluralista, atendiendo al grado
de pluralidad y de dispersin en los ejercicios de la competencia y del
poder potico (Lanzaro, 200lb: 23,24). Una clasificacin ms elabora,
da plantea cinco modalidades de gobierno presidencial, en la que cada
una determina un tipo de relacin entre el Ejecutivo y el Legislativo. La
tipologa considera dos variables: negociacin (nmero de partidos con
los que el presidente acuerda la conformacin del gabinete) y mayora
legislativa. Pan una perspectiva de las difercnres variantes y furma.s de funcionamiento del
semipresidencialismo, vase Roben Elgie (1999), y P. Schleiter y E. MorganJones (2007).
Adicionalmenre, la dinmica de los sistemas presidenciales, parlamentarios y semipresi
denciales se distingue por sus relaciones de control, esto es, desde la teora de delegacin
basada en modelos del agente-principal. He desarrollado e$a distincin en Prez (2007).
162
Sistemas de gobierno
rcruc:s
distintos en la presidencia y el Congreso) y en la distribucin de poderes entre ramas de gobierno, otorgando al presidente fuertes poderes
para promover cambios legislativos, aun en ausencia de un apoyo legislativo mayoritario (Negretto, 2003). De esta manera, la mayora de
los sistemas presidenciales en Amrica Latina "evolucionaron en contra de los objetivos de sus fundadores originales" (Cheibud Figueiredo,
2003: 170-171). Argelina Cheibub sostiene que las condiciones bsicas
para un adecuado funcionamiento de un sistema de pesos y contrapesos estn ausentes en muchos pases de la regin, esencialmente por dos
razones: en primer lugar, porque durante el siglo xx los gobiernos representativos adquirieron la forma de "democracia de partidos': lo cual
consum el temor de Madison sobre la existencia de "divisiones estables de conflicto poltico"; en segundo lugar, por la concentracin de poderes legislativos en manos del Ejecutivo; es decir, la existencia de los
partidos polticos y el fortalecimiento de la rama ejecutiva distorsionan
los objetivos originales del modelo madisoniano de checks and balances.
Por su parte, Llanos y Mustapic (2005: 20) sostienen, cuando analizan los casos latinoamericanos, que las premisas del modelo madisoniano no se verifican, pues "nada garantiza que la divisin entre Ejecutivo
y Legislativo, a partir de elecciones independientes, d origen a instituciones que se comporten de forma independiente, dispuestas, adems,
a controlarse entre s". En este aspecto, los vnculos partidistas entre poderes y las formas organizativas del proceso decisorio de las legislaturas
pueden unir lo que el diseo institucional tiende a separar. Por ello, si
se quiere examinar el funcionamiento de los regmenes polticos, resulta
esencial analizar conjuntamente diseo institucional y distribucin del
poder partidario entre ramas de gobierno.
Sistemas de gobierno
~ la distribucin de podea.i'
flentarismo:
"modelos puros"
a) La doble legitimidad. La eleccin separada del presidente y la asamblea mediante el voto popular conduce a que cada uno reclame la
legitimidad de su mandato, situacin que genera enfrentamiento
entre poderes, especialmente en un escenario de gobierno dividido
(cuando el presidente carece de mayora parlamentaria).
b) El periodo fijo del mandato. Esto comporta una gran rigidez del presidencialismo, pues cancela la posibilidad de resolucin de conflictos por mecanismos institucionales, ya que ni el Parlamento puede
destituir al presidente cuando le retira su confianza, ni el presidente
puede disolver a aqul si le es adverso.
El supuesto rerco es que las instiruciones tienen un impacro autnomo sobre el proceso
poltico, supuesto que se deriva de la corriente terica conocida genricamente como neoinstirucionalismo. Esrc enfoque no es un cuerpo terico homogneo, con un programa de
investigacin consensuado; sin embargo, comparte el presupuesto de que las instituciones
son determinantes para explicar los resultados sociales y polticos.
Una primera versin de los a.rgumenros de este especialista espaol se halla en Linz ( 1984); wu
versin abreviada en ingls apareci en Linz (1990); vase tambin Linz(1996; 1994; 1997'.
165
e) La lgica de "ganador nico". La naturaleza de la eleccin presidencial genera un juego de suma cero, lo que resulta perjudicial para la
estabilidad democrtica.
d) El "estilo presidencial de la poltica". Los grandes poderes asociados a
la presidencia conllevan a la sobrepersonalizacin del poder en la figura presidencial.
En especial, la"legitimidad dual" y los periodos fijos de los mandatos
provocan que los sistemas presidenciales posean escasa flexibilidad institucional para la resolucin de conflictos entre ramas de gobierno, cuya
consecuencia es el bloqueo entre el Ejecutivo y el Legislativo. La conclusin a la que llega el especialista espaol es que el parlamentarismo es
ms favorable a la estabilidad democrtica que el presidencialismo.
Las reacciones a los planteamientos de Linz -algunas reforzando las crticas al presidencialismo, otras refutndolas- no se hicieron
esperar. Stepan y Skach (1997) sealaban que la esencia del "presidencialismo pur' - la independencia de los poderes- crea la posibilidad
de impasse entre Ejecutivo y Legislativo, para lo cual no hay mecanismos constitucionales para procesarlo. Estos autores examinan la existencia de 43 democracias consolidadas en el mundo entre 1979 y 1989,
y apuntan que 34 eran parlamentarias, dos semipresidenciales y slo
cinco presidenciales. Su conclusin es que el "parlamentarismo puro" se
asocia en mayor medida con la consolidacin democrtica que el "presidencialismo puro':
Por su parte, Lijphart (1997) critica del presidencialismo su tendencia inherente al gobierno mayoritario. El problema radica en que el
presidencialismo conduce a la concentracin del poder, no ya en un solo
partido, sino en una persona y, al hacerlo, suprime artificiosamente la
pluralidad poltica.
Por otro lado, varios autores identificaron debilidades de los argumentos de Linz. As, Horowitz (1996) cuestiona los razonamientos de
dicho autor, afirmando que: a) se basan en una muestra regional demasiado selectiva de experiencias comparativas, procedentes principalmente
de Amrica Latina; b) se fundamentan en un punto de vista mecanicista
e incluso caricaturesco de la presidencia; e) suponen un sistema particular para elegir al presidente, que no es necesariamente el mejor sistema y
d) al ignorar las funciones que puede desempear un presidente elegido
166
Sistemas de gobierno
_.__"""'~-A
en privado en una sociedad dividida, sus pretensiones anulan los admirables propsitos de Linz.
Por su parte, Dieter Nohlen (1998) sostiene que la alternativa presidencialismo-parlamentarismo sugiere la existencia y oportunidad de una
receta mgica que no es tal. El problema - dice el autor- "es ms complejo, la historia ms rica, la capacidad social-tecnolgica ms restringida
y mucho mayor la responsabilidad de aqullos que propician e instrumentan reformas en el sistema potico, dado que, en definitiva, son las sociedades latinoamericanas mismas las que disfrutarn o padecern las
consecuencias de toda reforma o no reforma poltic: Desde una perspectiva institucional-histrica, Nohlen sostiene que la ptica de Linz reduce al mnimo la variedad histrica de las instituciones polticas.
Hasta ese momento, los estudios se enfocan bsicamente al anlisis
del tipo de rgimen como variable explicativa para describir las consecuencias sobre la estabilidad democrtica (variable dependiente). Dicho
en otras palabras, examinan los "modelos puros" de presidencialismo y
parlamentarismo para esclarecer la estabilidad democrtica. Sin embargo, investigaciones posteriores plantean la necesidad de analizar ms
factores.
La rigidez de los mandatos era observada como un atributo de previsibilidad del rgimen de gobierno; la criticada eleccin presidencial
era considerada un elemento de transparencia del sistema; y la doble
legitimidad de los mandatos volva a ser considerada, tal como lo indica la teora del gobierno presidencial, como un instituto que favorece
la rendicin de cuentas y los controles entre los gobernantes (check
and balances) (Chasqueti, 2001: 320).
el Ejecutivo y el Legislativo a ?~
presidente: los poderes constfr ....
interactan para determinar d ::
dentes sobre las polticas.
Los poderes constitucional~
rentes al cargo de presidente que
tomadas en consideracin a la
Shugart, 1997: 40). Los poderes
con el tipo de sistema de parricios.
tido o coalicin del partido del
de disciplina partidaria.
Para evaluar de manera mas
darios': Mainwaring y Shugart c
o coalicin del presidente en :.. le-.'.:
pues sta influye en la confi~
res de los partidos para obtener d
lograr el apoyo individual de ::
los autores no llegan a una co.
tar con partidos disciplinados en
pues aqullas dependen de la e
o unificado. Es decir, se prefieren
biernos unificados y partidos :.:i:
conclusin tentativa es que hav tIIU
deres constitucionales y poderes F
tienden a encontrarse presidenaas
ridad constitucional-legislativa en
ne bajos poderes partidarios a b
casos analizados es reducido. ~:..
-.O<U..-...
Sistemas de gobierno
Los tipos de poderes constitucionales son cuatro: veto, veto parcial, poder de decreto y
poder exclusivo de introduccin legislativa. El poder de veto permite al presidente defender
el statu quo, reaccionando al intento de la legislarura de alterarlo. Con el veto parcial los
presidentes pueden vetar temas especficos de una iniciativa, pueden promulgar artculos o
temas de una iniciaciva en los cuales estn de acuerdo, miencras pueden vetar y regresar al
Congreso para su reconsideracin slo las partes vetadas. El poder de decreto se da cuando
d Ejecutivo, al firmar un decreto, se convierte en ley estableciendo un nuevo statu quo. Por
lcimo, el poder exclusivo de introduccin legislaciva se refiere al derecho de introduccin
exclusiva de propuestas legislativas en determinadas reas.
169
nen que el presidencialismo tiende a funcionar ms efectivamente cuando los presidentes poseen facultades legislativas limitadas y cuentan con
un bloque amplio de apoyo legislativo.
De este modo, el estudio de Mainwaring y Shugart mostrara la variedad de los sistemas presidenciales de Latinoamrica respecto de las facultades presidenciales en el proceso legislativo y en el formato de sistema
de partidos, abriendo una perspectiva para evaluar los escenarios de interaccin entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Posteriormente, las relaciones entre presidentes y congresos se analizan a partir de los efectos que tienen en la formulacin de polticas
pblicas. El punto de partida de un trabajo emblemtico de este enfoque sostiene que la distincin entre "macroinstituciones" (presidencialismo-parlamentarismo) es inadecuada, ya que explicar resultados
polticos requiere concentrarse en los detalles de la estructura institucional (Haggard y McCubbins, 2001: 4). As, se examina cmo afectan
ciertos arreglos institucionales la elaboracin de polticas, especialmente
la estabilidad o adaptabilidad de las polticas. Primeramente, se distingue entre la separacin de poderes y la de propsitos; esta ltima significa que mltiples actores con diferentes preferencias controlan puntos de
decisin sobre las polticas. El dilema sobre la estabilidad/adaptabilidad
de las polticas depende de los incentivos creados por las instituciones
polticas. De esta manera, se esperara mayor estabilidad de las polticas
pblicas cuando hay varios jugadores de veto y cuando los actores cuentan con una gran separacin de propsitos. Esto ltimo depende de los
incentivos para cultivar el voto personal, 1 as como el nmero y la fraccionalizacin de los partidos.
En suma, diversas investigaciones de los aos noventa cuestionaron, por un lado, la visin genrica y dualista de Linz y subrayaron
las virtudes del rgimen presidencial respecto del parlamentario. El
diagnstico pesimista linziano quedaba en entredicho. Por el otro, al
examinar los poderes y preferencias de los actores, la literatura revel
la existencia de diferentes pautas de funcionamiento de los sistemas
presidenciales.
10
El voro personal se define como "la porcin del apoyo elecroral que un candidaro obriene
por sus cualidades, calificaciones, actividades y rrayecroria personales" (Can et aL, 1987).
170
Sistemas de gobierno
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1987).
y sernipresidenciales); en el segundo caso, se hace referencia a la descentralizacin poltica en sistemas unitarios y federales. Ms especficamente, en el caso de gobiernos divididos "horizontales'; ningn partido
tiene mayora en la asamblea y se forma un gabinete de coalicin multipartidista, como suele suceder en los regmenes parlamentarios basados
en la representacin proporcional; o el partido del presidente no tiene
mayora absoluta en la asamblea (50 por ciento + 1) como sucede en
regmenes presidenciales y semipresidenciales bajo elecciones prioritariamente no concurrentes. En el caso de gobiernos divididos "verticales'; el
partido del gobierno central no controla la mayor parte de los gobiernos
regionales o locales.
La definicin de Colomer es relevante, pues esclarece que los gobiernos divididos no son patrimonio nico de los sistemas presidenciales. Con la definicin de gobierno dividido "horizontal'; el autor ampla
el horizonte de aplicacin del concepto a todos los sistemas constitucionales: presidencialismo (gobierno dividido), semipresidencialismo (cohabitacin) y parlamentarismo (gabinetes de coalicin multipartidista).
Por otro lado, se concibe a los gobiernos divididos en trminos de
los efectos positivos que generan para el rgimen poltico y no tanto
como un problema (causantes de bloqueo gubernamental). Al respecto,
Colomer sostiene que el desempeo de las instituciones polticas sera
evaluado en funcin de su capacidad para generar la mayor satisfaccin
para el mayor nmero de individuos (principio de utilidad social). Este
autor argumenta que los regmenes democrticos pluralistas basados en
electorados complejos, reglas de votacin inclusivas y divisin de poderes tienden a producir resultados socialmente eficientes. De este modo,
las frmulas institucionales pluralistas, como la representacin proporcional y la divisin de poderes horizontal y vertical, produciran mayor
utilidad social que las frmulas simples basadas en reglas de votacin
mayoritarias que favorecen la concentracin del poder en un solo ganador. De esta manera, Colomer concluye que ciertos arreglos institucionales incrementan la posibilidad de satisfacer las preferencias de los
ciudadanos: los regmenes parlamentarios de representacin proporcional, el federalismo descentralizado y bicameral, la divisin horizontal de
poderes entre el presidente y la asamblea, si los incentivos para la cooperacin interinstitucional y multipartidista son efectivos para prevenir el bloqueo y el conflicto.
172
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Desde una perspectiva
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Sistemas de gobierno
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Lijphart analiza comparativamente el desempeo macroeconmico de las democracias consensuales y mayoritarias: en general, la
evidencia muestra resultados ambiguos, razn por la cual no puede afirmarse la superioridad de los sistemas mayoritarios a la hora de tomar
decisiones y elaborar polticas. A pesar de ello, los sistemas de consenso presentan claras ventajas en cuanto a calidad democrtica, lo
que implica mejores resultados en representacin e igualdad poltica, mayor participacin y satisfaccin con la democracia, entre otros
aspectos.
En sntesis, los gobiernos divididos no son patrimonio de los sistemas
presidenciales y, adems, los esquemas consensuales de gobierno (o de
mltiples ganadores) tienen ventajas que los esquemas de gobierno mayoritario no poseen.
Por otro lado, contrario a la visin sostenida por algunos autores, se
ha demostrado que los regmenes presidenciales son capaces de construir coaliciones de gobierno en contextos de mulripartidismo (Deheza,
1998; Amorim Neto, 2002; Cheibub, Przeworski y Saiegh, 2004). Si
bien los daros muestran que las coaliciones son ms frecuentes y que un
mayor porcentaje de stas alcanzan estatus mayoritario en el parlamentarismo, se afirmara que la construccin de coaliciones en el presidencialismo es un fenmeno ms habitual de lo que comnmente se crea.
Finalmente, la relacin entre gobiernos minoritarios y supervivencia democrtica, as como entre gobiernos minoritarios y "parlisis" en
173
sistemas presidenciales no est validada por la evidencia. As, mediante la comparacin de sistemas presidenciales, parlamentarios y mixtos
entre 1946 y 1996, se concluye que bajo la ocurrencia de gobiernos minoritarios presidenciales no es ms probable la parlisis, y que sta no
afecta la supervivencia de las democracias (Cheibud, 2002). Asimismo,
un estudio revel que Estados Unidos y pases de Sudamrica con experiencias de gobiernos divididos no haban presentado parlisis gubernamentales como se pensaba (Morgenstern y Domingo, 1997). Respecto
del efecto del estatus del gobierno (mayora unipartidista, coalicin mayoritaria, minora unipartidista y coalicin minoritaria) sobre la produccin legislativa, se rebate tambin la idea de la supuesta eficacia decisoria
de los gobiernos de mayora (Cheibub, Przeworski y Saiegh, 2004: 577579). Si bien los gobiernos de mayora son los que tienen mayor xito
legislativo, los gobiernos minoritarios unipartidistas manejan un desempeo legislativo ligeramente ms bajo, pero por encima de los dos
restantes formatos de gobierno.
Despus de este recorrido por el debate presidencialismo frente a
parlamentarismo, se ha puesto de manifiesto que los "peligros del presidencialismo" en buena medida se exageraron y que mediante la incorporacin del anlisis de diversos factores (sobre todo institucionales)
se observa que el rgimen presidencial presenta y alberga importantes
variaciones de funcionamiento. Si bien, en general, en Amrica Latina
no ha sido catastrfico el desempeo del presidencialismo, ello no significa que se deje de reflexionar en torno a arreglos institucionales que
mejoren el desempeo de los sistemas de gobierno de la regin. De all
que tenga vigencia la bsqueda de la mejor forma de gobernar en condiciones de pluralidad, lo cual implica cavilar sobre dispositivos que
incentiven la cooperacin de los poderes Ejecutivo y Legislativo en contextos de pluripartidismo, donde es muy comn la creacin de gobiernos divididos.
Al respecto se han propuesto algunas reformas deseables para los sistemas presidenciales de Amrica Latina, entre las que destacan las planteadas por Colomer y Negretco (2003: 13-61). Ellos analizan dos tipos
de frmulas institucionales: las reglas electorales y las normas que regulan el proceso postelectoral de coma de decisiones. En relacin con
las primeras, los autores defienden un conjunto de reglas electorales
que promoveran tanto una representacin equitativa como la coope174
Sistemas de gobierno
parlamentarios y mixtos
~ ocurrencia de gobiernos miZ:i1e la parlisis, y que sta no
Cheibud, 2002). Asimismo,
?:uses de Sudamrica con expe~""!. presentado parlisis guberna-er-;J y Domingo, 1997). Respecto
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os unipartidistas manejan un desbajo, pero por encima de los dos
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ts
Conclusiones
Despus de ms de dos dcadas de debate presidencialismo contra par,
lamentarismo, la discusin actual no propone una sustitucin entre sistemas constitucionales de gobierno. El debate ya no gira en torno a
las macrorreglas (diseo constitucional), sino a arreglos espeficos que
influyen en el funcionamiento del presidencialismo en el subcontinente (microrreglas), es decir, pequeas reglas que articulan la maquinaria
institucional de un esquema de gobierno. Ms que pensar en la transicin de un rgimen a otro, en Latinoamrica lo que ms se necesita es
reflexionar sobre el funcionamiento de las democracias presidenciales
establecidas. Ha perdido sentido discutir si el parlamentarismo es superior al presidencialismo en el sostenimiento de la democracia. Tiene
sentido, a su vez, reflexionar sobre el funcionamiento de cada uno de
stos y sobre la necesidad o no de adoptar mecanismos institucionales
propios de cada esquema constitucional para mutuamente complementarse. Desde esta perspectiva, enunciamos algunas lneas que consideramos relevantes como parte de una agenda de investigacin para evaluar
el desempeo de las democracias presidenciales.
En vista de los dficit que los procesos de democratizacin arrojan
en los pases de Amrica Latina, una lnea de estudio apunta a indagar
ms sobre los procesos de rendicin de cuentas que se generan en los regmenes polticos. Los procesos de rendicin de cuentas y control de tipo
horizontal (entre poderes del Estado) tienden a ser muy dbiles, en especial el que se ejerce desde las legislaturas. As, en primer trmino, resulta
necesario investigar qu tipos de mecanismos de control se ejercen desde
las legislaruras11 para controlar las polticas implementadas por la burocracia y qu factores institucionales o partidarios intervienen en la puesta
en marcha y efectividad de tales mecanismos.
Otra lnea consiste en apreciar el efecto de los sistemas electorales
sobre los incentivos y los resultados del proceso de formulacin de polticas pblicas. As, se evaluara el efecto de ciertas caractersticas de los
11
Lecturas recomendadas
Sobre los rasgos distintivos de iO"S
(1994), Shugart y Carey (1992
rativo sobre el desempeo de los
la teora de la eleccin social se
el funcionamiento de los regmen
vanse Linz y Valenzuela (199- ,
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(1998) y Chasqueti (2001).
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mal para mutuamente complemenlamos algunas lneas que considera- enda de investigacin para evaluar
Sistemas de gobierno
sistemas electorales respecto de los resultados de las polticas en trminos de universalismo contra focalizacin. Al respecto, se sostiene que
entre ms se centren las elecciones en candidatos y no en partidos, es
menos probable que las polticas pblicas sean universales (Haggard
y McCubbins, 2001).
Sin duda, el tema de las relaciones entre los poderes Ejecutivo y
Legislativo plantea nuevas interrogantes. Especficamente habr que
ahondar en los determinantes de la cooperacin entre poderes en formatos de gobiernos sin mayora. Sobre esto se ha argumentado que el
desempeo de los gobiernos minoritarios es afectado por: a) la ubicacin del partido del Ejecutivo en el espacio poltico; b) la fortaleza
de veto del Ejecutivo; e) la formacin de coaliciones de gobierno (Negretto, 2004).
Finalmente, sera muy provechoso examinar el funcionamiento de
los sistemas constitucionales de los pases a nivel subnacional. sta es
una asignatura pendiente que enriquecer la subespecialidad de los regmenes de gobierno dentro de la ciencia poltica y la visin del proceso
global de democratizacin en Amrica Latina, incluido Mxico.
~idenciales.
Lecturas recomendadas
Sobre los rasgos distintivos de los sistemas de gobierno, vanse Sartori
(1994), Shugart y Carey (1992) y Shugart (2006). Un estudio comparativo sobre el desempeo de los sistemas de gobierno bajo la ptica de
la teora de la eleccin social se encuentra en Colomer (2001). Sobre
el funcionamiento de los regmenes presidenciales en Amrica Latina,
vanse Linz y Valenzuela (1997), Mainwaring y Shugart (1997), Nohlen y Fernndez (1998), Lanzaro (2001b). Negretto (2004) presenta
un enfoque analtico sobre formatos minoritarios de gobierno en Amrica Latina. Respecto de la formacin de coaliciones en sistemas presidenciales y parlamentarios, vase el estudio comparativo de Cheibud,
Przeworski y Saiegh (2004); en sistemas presidenciales, vanse Deheza
(1998) y Chasqueti (2001).
ID
177
Fuentes
Aguilar Rivera, Jos Antonio (2000).
178
sDeheza, Grace !vana (1998\:Goo,:cnos de coalicin en el sistema ?.-esdencial: Amrica del Sur: en Uiettt
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Sistemas de gobierno
~......,.....
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179
PP 501-524.
180
Sistemas de gobierno
Partidos polticos
Vctor Hugo Martnez Gonzlez*
Introduccin
"Mira qu brazos tan largos tengo y por todos sitios no hay ms que
vaco': Hija de la pluma de Ingmar Bergman (1990: 67), quiz esta frase
podra firmarla cualquier partido poltico. Porque los partidos son hoy,
como nunca, fuertes en las democracias, pero, no obstante, se dice y repite hasta la saciedad, sufren un divorcio con los ciudadanos. Por qu la
paradoja? Para responder a esto, se explorar aqu la literatura partidista
internacional.
Para dotar de contenido las partes del texto retomar cuatro hiptesis esparcidas en cien aos de bibliografa partidista: 1) los partidos perjudican la democracia, razn por la que deben desaparecer
(Ostrogorski en 1902); 2) los partidos de masas son las organizaciones del futuro (Duverger en 1951); 3) los partidos estn en crisis y sern sustituidos por movimientos y otras formas de organizacin social
(Lawson y Merkl en 1988) y 4) los partidos se han transformado y revitalizado (Katz y Mair en 2002).
Apoyado en estas hiptesis, pero tambin en sus correspondientes objeciones, el arculo sobrevolar debates interesantes, por ejemplo:
183
184
Partidos polticos
i::;.:x!'?:l
En ciencias sociales, definir conceptos es un serio problema. Y el de partido es una jaqueca. Sabiendo eso, Ware trazara un concepto que juzgara incompleto: "el partido es una institucin que busca influencia
en el seno de un Estado, a menudo intentando ocupar posiciones en el
gobierno, y puesto que normalmente defiende ms de un nico inters social intenta, hasta cierto punto, agregar intereses" (1996: 5). Que
Ware catalogue de incompleta su definicin, no es extrao. En 1951,
Duverger evadira definir a los partidos. "Una comunidad de estructura particular" (1957: 11), y nada ms!, fue su propuesta conceptual.
Panebianco, contagiado por ese sndrome, avalara en 1982 la ausencia
de un concepto que, comportando frecuentemente prejuicios analticos, perjudicara la investigacin. Entre las no definiciones, Hodgkin
obtendra la medalla (1961 : 16): "probablemente es ms conveniente
considerar a los partidos como todas las organizaciones polticas que
se consideren a s mismas como partidos y que son generalmente as
consideradas':
Varias razones justifican que los conceptos de partidos sean, o bien
abundantes, o siguiendo la estrategia de Duverger, Panebianco o Hodgkin,
trminos vagos. Podemos esquematizar con dos explicaciones: primera, los partidos no son lo mismo en todo tiempo y lugar: en Europa y
Estados Unidos, los partidos son incompatibles; el viejo partido de corte
leninista no se parece en nada al actual Partido de Bebedores de Cerveza
(Polonia). El concepto partido poltico es, pues, un concepto polismico condicionado por el origen geogrfico, histrico y la evolucin social.
Michels (1962), que en 1911 defini al socialdemcrata alemn como
una oligarqua, se removera en su tumba si leyera que ese mismo partido es ahora definido como "una anarqua levemente acoplada" (Losche,
1997: 73). Segunda, la definicin no unvoca de un partido es resultado tambin de debates acadmicos sin un consenso feliz. Para algunos,
los partidos "son un cuerpo de hombres unidos para promover, mediante sus esfuerzos conjuntos, el inters nacional basados en un principio
particular en el cual todos estn conformes" (Burke, citado por Sartori,
1980: 28. Las cursivas son mas). Segn esto, un partido tendra como
cualidades la unidad interna, una tarea normativa y una ideologa privativa. Pero esto lo niegan otros conceptos: "los partidos son sistemas de
185
conflictos con subcoaliciones de activistas que abogan por diversas estrategias" (Kitschelt, 1989: 47);"los partidos son un equipo de personas
que tratan de controlar el aparato de gobierno" (Downs, 1973: 27); "un
partido poltico no es un grupo de hombres que intentan fomentar el
bienestar pblico 'a base de un principio sobre el que todos se han puesto de acuerdo' [ ... ] un partido es un grupo cuyos miembros se proponen actuar de consuno en la lucha de la competencia por el poder poltico"
(Schumpeter, 1996: 359).
El debate acadmico tiene otro punto lgido en la definicin, o no,
de un partido como una organizacin. Para Ostrogorski, Michels o
Duverger, un partido es, precisamente, una estructura estable. Con esa
idea, Panebianco firmara que "los partidos son ante todo organizaciones" (1990: 14). Opuesto a esa visin, Epstein sostendra una antagnica: "los partidos son cualquier grupo, aunque laxamente organizado, que
busca puestos gubernamentales bajo una cierta etiquet' (1967: 9). Para
Epstein, puede leerse en su texto, el concepto partido es aplicable incluso a un solo individuo que busca ganar puestos pblicos, adoptando para
ello un nombre partidario.
El debate gana otro pico en definir, o no, a los partidos segn los fines que persiguen. Conceptos como 'el partido es una institucin que
busca enlazar al pblico con el poder poltico a travs de ubicar a sus representantes en posiciones de poder" (Lawson, 1976: 3), depositan su
ncleo en las funciones que los partidos desarrollan. Para una concepcin amplia, stas son la seleccin de lites, la formulacin de polticas, la conduccin del gobierno, la educacin poltica de los ciudadanos
y la intermediacin entre individuos y Estado (Merriam, 1923: 391).
Para una concepcin restringida, la nica y autntica funcin es "alcanzar
cargos pblicos" (Key, 1962: 315). Pero este tipo de aproximacin, en la
que el concepto de partido es una variable dependiente de sus fines, no
est libre de censura. Para Duverger, Blondel (1978) o Panebianco, definir as a los partidos acusa un sesgo: privilegiar la conquista de cargos
olvida que la lucha electoral es slo un medio, entre otros, por el que el
partido procura sus objetivos.
Pomper (1992) redact un artculo para armonizar la cuanta de
formulaciones tericas, pero en su intento, empleando tres vas para organizar las definiciones (nfasis en lites o masas, objetivos, y estrategias), terminara contabilizando ocho conceptos distintos de partido!
186
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Partidos polticos
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Blondel (1978) o Panebianco, de1>: privilegiar la conquista de cargos
medio, entre otros, por el que el
1>
Acaso el problema es irresoluble? Aunque no perfecta, Lawson propondra una buena salida del laberinto: localizar y ponderar las definiciones segn su enfoque de anlisis.
Con este criterio/brjula, bajo qu enfoques analticos clasificaramos las definiciones de partido? Lawson (1976) recomienda cinco:
histrico, estructural, de comportamiento, funcional-sistmico e ideolgico. Charlot (1987) los reduce a cuatro: estructural, funcional, ideolgico, y sistmico. Montero y Gunther (2002) discriminan tres: inductivo,
funcionalismo y eleccin racionaL En este trabajo considerar cuatro escuelas o tradiciones de estudio: organizativa, ideolgica, funcionalista, y
rational choice.2 Contar con mltiples conceptos de partidos no es, entonces, una maldicin si los conceptos son evaluados dentro de la perspectiva analtica que predetermina su forma .
As las cosas, un concepto como "el partido es una estructura que
responde y se adapta a una multiplicidad de demandas por parte de sus
distintos jugadores y que trata de mantener el equilibrio conciliando
aquellas demandas" (Panebianco, 1990: 36), puede ser entendido como
un dibujo terico elaborado desde la ptica organizativa. Afumar, por
otra parte, que "los partidos son sobre todo organizaciones ideolgicas
que se han estabilizado a lo largo de conflictos diversos sobre el dogm'
(Beyme, 1986: 35), representa un concepto para el que la ideologa sera
el meollo partidista. La muy conocida definicin de Sartori (1980: 92),
"los partidos son cualquier grupo poltico que se presenta a elecciones
y que puede colocar mediante elecciones a sus candidatos a cargos pblicos': encarna una idea propia de la escuela funcionalista. Finalmente,
conceptuar a los partidos, como hace Krehbiel (1993), como fracciones
de polticos sin ninguna estructura organizativa, ser, por su nfasis en las
ambiciones individuales de quienes lo conforman, una definicin sintomtica del enfoque de la eleccin racional. Si los partidos son susceptibles de ser estudiados desde diversas aproximaciones, nada raro, luego,
que sus retratos conceptuales no arrojen un cuerpo homogneo de teora sino un rico, inacabado y portentoso debate.
Historia literaria
Agotar el bal literario de los partidos es imposible. Con toda parquedad, lo que puede hacerse es apenas: a) dividir salvajemente la informacin en apartados (inicios, fase clsica, crisis -declive o renovacin-); b) hilvanar apuntes con un ngulo selectivo y no comprensivo;
e) esperar, si el intento sale bien, que el lector sea seducido por la curiosidad de atender el desfile de citas bibliogrficas. Con ese afn, comienzo con tres notas introductorias: 1) Ostrogorski escribi en 1902
el primer libro sobre la materia; 2) LaPalombara y Weiner, en 1966,
realizaron la mejor sntesis de las teoras sobre el origen partidista;
3) en los aos cincuenta del siglo pasado el estudio de los partidos se
consolidara.
1966: 6).
La transicin de clubes a partidos polticos - convienen tambin
especialistas- no ser un proceso terso sino difcil y enfrentado a
distintas oposiciones. La ms aeja: los partidos dividen "facciosamente" a la sociedad. Contra ese handicap, los partidos, portadores de
"un comportamiento poltico disidente frente al sistema de normas
188
Partidos polticos
rmposible. Con toda parquedr:'idir salvajemente la infor- crisis -declive o renova.;:-o selectivo y no comprensivo;
d .ecror sea seducido por la cub~bliogrficas. Con ese afn, co: Ostrogorski escribi en 1902
~:tPalombara y Weiner, en 1966,
teoras sobre el origen partidista;
pasado el estudio de los partidos se
~qu
teoras explican su surgimientas. Vamos a la primera. Los parraneo. Sus antecedentes no van ms
JX. Para Duverger (1957: 15), los
e la palabra, no existen antes de
os partidos son hijos de la demol :ispera del siglo xx- de las madamente de partidos ser preciso,
~ algo diferente a los clubes, logias
e las caractersticas inditas de un
teme no sujeta a la muerte del fununidades nacionales y locales; una
na voluntad de mantener el poder
lectores" (LaPalombara y Weiner,
vigente" (Beyme, 1986: 17), tendran que labrarse un lugar en la esfera poltica.3
Los tericos, puestos de acuerdo en las seas sui gneris o en el advenimiento de los partidos ligado al sufragio masivo, no lo estarn, sin
embargo, en la relacin de stos con la democracia. Los partidos lapotencian o lastiman? Desde siempre - puede rastrearse en la literatura ms peregrina- , esta cuestin merece opiniones ambivalentes. Para
los primeros (Ostrogorski, Michels), los partidos menoscaban la democracia; para otros, la democracia ser viabilizada justamente por ellos
(Duverger). A medio camino entre el temor y la apologa, otros ms
dirn aspticamente que los partidos habran sido slo "un mecanismo
efectivo para movilizar y representar al conjunto masivo de las personas" (Crotty, 2006: 26). Desde los inicios de la literatura, el nexo partidos-democracia discurre as por sendas contradictorias y sin resolucin
definitiva.
Qu teoras explican la aparicin de los partidos? La mejor respuesta acadmica a esta pregunta es la de LaPalombara y Weiner
(1966: 3-42), quienes construyen una visin de conjunto dnde ubicar
las propuestas de Weber, Duverger, Neumann (1965), Sartori, Beyme
o Lipset y Rokkan (1967). Esta pelcula conceptual consiste en tres
teoras rotuladas como: la teora institucional, las teoras de crisis y la teora de la modernizacin.
La teora institucional, como su nombre lo anticipa, se centra en un
plano institucionalista, concretamente en el vnculo parlamentos-emergencia de partidos. El origen de los partidos, se postula as, obedece al
desarrollo de los sistemas parlamentarios y a la extensin del sufragio
popular. Autores como Sartori delinean, de este modo, el arranque de
los partidos en la transformacin de grupos aristocrticos que, forzados
por la reformas institucionales del sufragio (1832, 1867 y 1884), debieron "buscar la adicin de un partido electoral, un instrumento de
acopio de voto" ( 1980: 48). Para decirlo con Duverger: "el desarrollo de los
partidos parece ligado al de la democracia, es decir, a la extensin del
sufragio y de las prerrogativas parlamentarias (... ] el mecanismo ge-
Sartori, como todo relato antolgico de partidos parece inevitable que recuerde, dedica el
primer caprulo de su Partidos y sistemas de partidos (1980: 19-35) al deslinde conceprual
encre partidos y facciones.
189
Para completar esta versin literaria, Weber (1967: 125-129) tiene pginas tambin fundamentales, con cuya suma el lector quedar enterado del paso de los partidos aristocrticos
(de notables, de "cuadros'; o '<le creacin intem') a los partidos modernos (de masas, populares, o de 'creacin extern').
190
Partidos polticos
~s
parlamentarios, en
comits electorales y, fi-.:::anente entre estos dos
desintegracin del ancien rgime, ah donde el desmantelamiento del viejo y cansino orden poltico los convocara como canales de enlace entre el
Estado y la sociedad civil de un moderno rgimen de gobierno.
mo guerras, depresin eco~'d.S as crean crisis de legities cuyo fruto, puesto en jaque
~os para encauzar las nuevas
:iesw de Lipset y Rokkan (1967:
nacionales. Los partidos y sus
res o fracturas histricas conecta. entre el centro y periferia (parti'endencias eclesisticas (partidos
nfesionales); entre ciudades y el
illlos); entre el trabajo asalariado
s obreros y empresariales.
:odernizacin. Los sistemas pol1966: 19), atraviesan por mutistricas, pero el nacimiento de
o de ello. Los partidos, luego ennerto proceso de modernizacin
odificaran sus actitudes hacia la
t:na parte de la lite gobernante
:blico y e) los cambios socioecoresionales, el incremento en los
~ mercados o el apogeo de la tecble la fundacin de los partidos
.e la modernidad" (1966: 30).
,~ de reproches acadmicos que
r. codo, su concierto nos permite
partidos habran florecido por la
16- : 125-129) tiene pginas tambin funda~ dd paso de los partidos aristocrticos
2"' a !os partidos modernos (de masas, po-
Diamant (en 1952) y Lavau (en 1953), iniciaran la denuncia de fallos tericos y metodolgicos en Duverger. Mckenzie (autor, en 1958, dd libro clsico de mayor repercusin en
Inglaterra) discrepara con la distribucin del poder interno: en el grupo parlamentario, y
192
no en el aparato extraparlamencano.
(1959), empero, es la fuente crtica=
sus refutaciones, habra hecho en 195.
de masas. Esca hiptesis, apoyad.a CG La usual referencia de este duahs..'0'3
cidos catch-alf; suele provocar un.a
catch-all no han dejado de ser pa::
clasista o confesional, no promllt'=i
economa de lenguaje me referir a
debe tener presente esta nota.
Partidos poticos
~b
poltica centrada en la
los vajes ms profundos;
rcs....--mga la lucha poltica a
-erarura clsica legara cuae masas: su mayor inters,
espirituales y morales en la
.aeacion (como efecto de la pa... que renen a los marinos en
contagio, entre los partidos de
partidos de masas de izquierda
mann (1965), la conversin del
politikon, republicano y atento
193
194
10
11
Partidos polticos
:2
(1966: 184y190).
JO
11
Kirchheimer (1966: 185-191), afirma, niega y vuelve a afirmar despus la posible existencia de leyes causales para el nacimiento de los partidos catch-alL
La idea errnea de que los partidos catch-all son para Kirchheimer promotores originales
de la desideologizacin provendra de una imprecisin en la traduccin del texto. En sta,
el verbo "appear" se tradujo como "se encuenttan" (Kirchheimer, 1980: 333), lo cual, a diferencia de "aparecen'; permite una lectura que da al partido catch-all un papel proactivo, en
vez de reactivo, en la desideologizacn.
195
Un partido catch-aU, condensar Kirchheimer en un prrafo muy citado (1966: 190-191), tendra como marcas: 1) reduccin del bagaje ideolgico; 2) fortalecimiento de los grupos de direccin; 3) devaluacin de la
militancia; 4) reemplazo de un electorado clasista o confesional por uno
heterogneo y 5) lazos con una variedad de grupos para asegurar mayor
apoyo electoral. Conseguir un xito electoral inmediato, y no la lealtad
o integracin social de los votantes, inducira estos cambios pardistas.12
En suma, haca 1954(a), ao en que por primera vez Kirchheimer
emplea el concepto catch-all party, este autor invertir la tesis de Duverger
para presentar a los partidos ideolgicos como una etapa transitoria
dentro de una evolucin general hacia agencias electorales que conformaran un cartel incapaz de revolucionar el statu quo. 13
Pasemos ahora a un debate ligado al parteaguas de Kirchheimer:
(el cambio de los partidos constituye su declive o, ms bien, su fortalecimiento? Para los seguidores de Kirchheimer como un terico precoz
de la crisis partidista, la devaluacin de la ideologa y los militantes ser
percibido como un declive partidista. Pero para otros, que lo consideran un visionario de la capacidad adaptativa de los partidos, los cambios
partidistas significarn su mayor equipamiento para responder a los desafos sociales. Si todo punto de vista es la vista desde un punto, la supuesta crisis de los partidos perfilar, segn Appleton y Ward (1995:
114), dos escuelas: la de los declinists (tericos del declive, descomposicin o deterioro partidistas) y la de los revivalist (defensores de la adaptacin, metamorfosis o revitalizacin de los partidos).
Entre los aos sesenta y finales del siglo xx (debo ahorrarme el relato) el mundo transit de una poca de cambios a un cambio de poca. La literatura partidista, atenta a los vuelcos sociales que los pardos
han enfrentado, prohijara un dilogo entre dos prefijos, "post" y "de': que
aluden a un momento de evolucin o de franca crisis. En sociedades
(post)industriales o (pos)materiales, los partidos sufren un desajuste
ante cambios que los llevan a su (de )clive o (des )composicin (Inglehart,
12
196
Figura 1
Cambio en la
estructura social
Cambio cultural
de valores
Partidos polticos
1:5.Joe los
1977; Dalton et al., 1984; Lawson y Merkl, 1988). El cambio social forzara, as, el cambio/crisis partidista. Aspectos como la fragmentacin
de las identidades colectivas, la prdida de confianza en las instituciones de la democracia, el crecimiento de los sentimientos antipartidistas,
el surgimiento de movimientos sociales con mayor capacidad de representacin, la prdida de votos, o la volatilidad electoral, seran sntomas
inequvocos de la debilidad y posible muerte de los partidos. El conjunto de anlisis del cambio partidista, para el que el influjo de una sociedad (pos)material condicionar el (de)clive de los partidos, propondr
un esquema analtico como el de la figura 1 (Crewe y Denver, 1985: 16):
Figura 1
Cambio en la
estructura social
Desalineamiento
Cambio/declive
de los partidos
Frente a un juicio como el anterior, la controversia emanar de cuestionar las premisas de lo que Str0m y Svasand ( 1997: 4) llaman "la visin
sombra y los tratados catastrofistas de los partidos': La rplica esgrimir
como contraargumentos:
1) La continuidad, y no derrumbe, de los clivajes tradicionales. El nivel,
histricamente inferior y no mayor, de volatilidad electoral. El cambio
electoral como indicador espurio de cambio partidista: la volatilidad
electoral no garantiza el cambio partidista ni su ausencia lo excluye
(Mair, 1993).
2) La estabilidad de los partidos tradicionales, potenciada por la institucionalizacin de sus clivajes competitivos y por el magro rendimiento electoral de los nuevos partidos (Mair, 1997).
3) La definicin de la crisis partidista como un proceso de adaptacin
y fortalecimiento que, en palabras de Aldrich (1995: 160), obligara
197
Cambio social
Cambio electoral
Cambio partidista
Dec/inists
Radical en sus
consecuencias
Extremo
Declive
Decadencia
Desfallecimiento
Considerable, mas
no radical en sus
efectos
Limitado
Adaptacin
Transformacin
Fortalecimiento
i--
Revivalists
Debates contemporneos
Desarrollado en los ltimos rr
crisis partidista parece tener un
obituarios literarios, el cada\ e..
na parte. La capacidad darv:L
ra, as, como lnea de esruruc
de estas organizaciones. En ese
es la de un modelo orga.nC::-o-o
(1995, 2002) como partido :.":
dio en la evolucin partidisu,
netracin entre el partido y el ~ de la sociedad civil para comemr
colusin interpartidista (los ra:
cooperar entre s). La ayuda ~
tuales partidos dependen econ
bra acelerado esta metamor:.:>SlS..
Con los partidos cartel. :
riodo en los que los fines de b
la potica deviene una profcsi
partidos, gracias a la adopaon e
(campaas personalizadas y m
14
Partidos polticos
~nando, atestiguaremos
su
que vinculen ms efectivaFbnagan y Dalton, 1984: 13).
~ .::eratura del declive partidis~:e!", 1989: 326). Afirmaciones
-e por la crisis partidista. La raz
e, mientras para unos es una sen~"TUnta con tendencia a una resC.mibio social = cambio electoral
eran los tericos del declive. No
ricos de la adaptacin de los parmerodolgica en torno a la cauorre otra lnea de desencuentro:
'e ios cambios sociales y cambios
ecadencia, o reforzamiento, de
partidos
tmbio electoral
- - -- - - !
Cambio partidista
Declive
Decadencia
Desfallecimiento
Adaptacin
Transformac in
Fortalecimiento
juego: a) un debate subyacente, terico y metodolgico, sobre la conceptuacin y operacionalizacin del cambio en los partidos; b) una suerte de (meta)debate sobre la visin terica y prctica de la democracia
y el papel en ella de los partidos; c) una cantidad ingente de temas interconectados (neocorporativismo, nuevos movimientos sociales, identificacin partidista, valores culturales, organizacin y funciones de los
partidos, etc.) y d) para terminar de liarla, hiptesis de consumo rpido
y corta duracin. Que los partidos cambiaron es algo que nadie niega;
pero si ese cambio significa una adaptacin o un declive, ms claro es
an, desencadena un candente desacuerdo acadmico.
Debates contemporneos
Desarrollado en los ltimos treinta aos del siglo xx, el debate por la
crisis partidista parece tener un veredicto incontestable: a pesar de sus
obituarios literarios, el cadver de los partidos no apareci por ninguna parte. La capacidad darwinista de los partidos para persistir abrira, as, como lnea de estudio, "las transformaciones contemporneas"
de estas organizaciones. En ese rengln, la propuesta con mayor acogida
es la de un modelo organizativo emergente definido por Katz y Mair
(1995, 2002) como partido cartel. Contemplado como un "nuevo" estadio en la evolucin partidista, dicho partido manifestara una interpenetracin entre el partido y el Estado (los partidos dejan de ser agentes
de la sociedad civil para convertirse en agencias estatales), y un patrn de
colusin interpartidista (los partidos dejan de rivalizar para ms bien
cooperar entre s). La ayuda/financiamiento estatal, ah donde los actuales partidos dependen econmicamente de los recursos pblicos, habra acelerado esta metamorfosis.14
Con los partidos cartel, agregan Katz y Mair, dara inicio un periodo en los que los fines de la poltica se hacen ms autorreferenciales,
la poltica deviene una profesin alejada del ciudadano de a pie, y los
partidos, gracias a la adopcin de canales tecnolgicos de comunicacin
(campaas personalizadas y mediticas), seran cada vez ms poderosos,
14
Para ampliar el cerna y su debace, vanse Koole (1996), Kacz y Mair ( 1996), Denerbcck
(2005) y Marrinez (2010b).
199
2003); la (des)mitificacin de
ere otras, avenidas promisona.s e.e
La potencia de esta agen.ia
reflexin. Como sucede con la .__ midad de teoras y mtodos es .
polticos es cada vez ms lo cr-e
estos avances los que alimentan
Ya sea porque la propia cieno.a!:
herramientas analticas (la elo.:
lista); ya porque la supermena2
los como variables independi utilizar por Panebianco, Kirscr.d
porque, luego de observar (er. n
tencia y asistencia de los para.:
anlisis de la democracia enfre&
partidos polticos y la calidad .::
y otros retos en la materia, er. C'enfoques, trabajos, recuerdo :u
de lo que ha ledo. Un (pre :c:xt'
los textos aqu introducidos.
Lecturas recomendadas
Para estados de la cuestin, \ ea.se
y Gunther (2002), y Katz }' C:o ....
verger (1957), Neumann 1965
Sartori (1980), Panebianco ! ....
chelc (1989), Katz y Mair 199~
(1997), Dalton y Wattenberg .:
Lawson y Poguntke (2004 ~ r-
16
IS
Gunther y Diamond (2001) proponen quince tipos de partido, exceso que Krouwel
(2006: 256) vincula con "lo errtico del proceso terico relacionado con la transformacin
de los partidos~
200
Partidos polticos
Lecturas recomendadas
Para estados de la cuestin, vase Jan da ( 1993 ), Mella (1997), Montero
y Gunther (2002), y Katz y Crotty (2006). Sobre literatura clsica, Duverger (1957), Neumann (1965), Kirchheimer (1966), Epstein (1967),
Sartori (1980), Panebianco (1990). Sobre literatura posclsica, Kitschelt (1989), Katz y Mair (1992, 1994, 1995), Aldrich (1995), Mair
(1997), Dalton y Wattenberg (2000), Gunther, Montero y Linz (2002),
Lawson y Poguntke (2004), la revista Party Politics.
16
Algunos de estos estudios pueden consultarse en el nuevo Handbook ofParty Politics (Katz
y Crorty, 2006). Para el caso concreto de la nueva tipologa de sistemas de partidos, hay
que estar a la espera de la prxima aparicin de un libro de Wolinecz (2010), en el que este
autor completar sus avances ya publicados.
201
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;mual de la Asociacin de Ciencia
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Tercera parte
Esferas y procesos
Sociedad civil
Sergio Ortiz Leroux*
Definicin
La
Doctor en Ciencias Sociales por la Flacso Mxico. Profesor-investigador de tiempo completo de la Academia de Ciencia Poltica y Administracin Urbana de la Universidad
Autnoma de la Ciudad de Mxico (uACM) y profesor de asignatura de la FCPys, UNAM.
Miembro del SNI (candidato). Correo electrnico: <orti:[email protected]>.
209
compuesta de asociaciones ~
papel de intermediacin con bs
De aqu que la nocin de sociedad
teora como en la prctica po:l!I:~
de sociedad compuesto por ~
mente diferenciadas: el Estado,
Historia
En el pensamiento clsico de la
tena una acepcin distinta a
era un espacio intermedio enrre d
Estado y sociedad civil fueron
:a
Sociedad civil
Historia
En el pensamiento clsico de la Antigedad, el trmino sociedad civil
tena una acepcin distinta a la que conocemos hoy. La sociedad civil no
era un espacio intermedio entre el mercado y el Estado. Por el contrario,
Estado y sociedad civil fueron asumidos como expresiones sinnimas:
A la comunidad poltica se le denominaba Politik koinonia. Este trmino sera traducido ms adelante al latn como societas civilis. Es
la polis entendida como el lugar en el que los seres humanos se renen en cuanto animales polticos, zoon politikon. As fue definida la
Politik koinonia, en cuanto comunidad tico-poltica de ciudadanos
libres e iguales bajo un sistema de gobierno legalmente constituido
(Fernndez Santilln, 2003: 31).
Societas civilis, entonces, es la traduccin latina medieval de la koinonia politik griega. Sin embargo, la expresin societas civilis muestra una
peculiar ambigedad etimolgica. En efecto, el adjetivo puede ser usado
tanto como derivado de civitas (de ah que la societas civilis sera, como
ya dijimos, el equivalente latino de la koinonia politik griega), como a
partir de su relacin con civilitas, es decir, con el estado en el que los
hombres dejan de ser primitivos, brbaros, salvajes, etc. La expresin
mantiene esta misma ambigedad durante la Edad Media. De suerte
que la nocin sociedad civil puede ser representada como sinnimo de
Estado o como opuesta a la sociedad natural o primitiva.1
211
212
Socie<Lid civil
"Del mismo modo que los hombres han renunciado a su independencia natural para vivir bajo leyes poticas, han renunciado tambin a la comunidad natural de los bienes para vivir sujetos a leyes
civiles. Las primeras les aseguran la libertad, y las segundas la propiedad. No hay que decidir por las leyes de la libertad (... J lo que no
debe ser decidido ms que por las leyes concernientes a la propiedad"
(Moncesquieu, 1993: 341).
Para Montesquieu, las leyes positivas pueden ser de tres tipos: las
que regulan las relaciones entre naciones (derecho de gentes); las que
se dan dentro de una nacin entre gobernantes y gobernados (derecho
poltico o pblico) y las que se dan entre ciudadanos (derecho civil). Al
distinguir Montesquieu el mbito de lo civil (derechos entre ciudadanos) del mbito de lo poltico (derechos del ciudadano), la sociedad civil
(el espacio entre los ciudadanos) adquiere la autonoma necesaria para,
en adelante, desempear un papel de mediacin entre la esfera econmica mercantil y la poltica estatal. Gracias a ese margen, la sociedad civil moderna se instituye como un mbito social diferenciado del Estado
y del mercado.
Desde una mirada diferente, pero no opuesta, destaca la visin de
la sociedad civil centrada, no precisamente en las instituciones polticas, sino en su actividad econmica y cultural. Esta lectura toma cuerpo en la nocin de civil society desarrollada por los ilustrados escoceses:
Ferguson, Smith y Hume. En la obra de Adam Ferguson, autor del ya
clsico Un ensayo sobre la historia de la sociedad civil (1767), podemos
identificar cuatro grandes sentidos de la sociedad civil que se encuentran en la frontera entre la Antigedad y la modernidad: a) la sociedad
civil civilizada (sociedad civilizada), que se refiere al ltimo estadio, hasta
entonces conocido, de evolucin de la historia de la humanidad, contrapuesta a las sociedades brbaras - cazadoras y pastoriles- y a las sociedades agrcolas; b) la sociedad civil comercial (sociedad comercial), que
si bien alude al mismo fenmeno histrico que la sociedad civil civilizada, se distingue porque se acompaa de una serie de elementos tpicamente modernos de naturaleza econmica: comercio, crdito y divisin
del trabajo; c) la sociedad civil de mercado (sociedad de mercado), en la
cual la dimensin "civil" de la sociedad se cie exclusivamente a la esfera del mercado, que se define como el espacio en el cual convergen y se
213
relacionan entre s los individuos, entendidos stos como agentes privados que buscan la satisfaccin de su propio inters particular y d) la sociedad civil virtuosa (sociedad virtuosa), que se diferencia de la sociedad
comercial porque no subordina a la norma econmica las dems dimensiones de la vida social, sino que reconoce los planos tico y poltico del
individuo (Wences Simon, 2006: 23-24).
Un nuevo giro en la tuerca de la historia del concepto de sociedad civil se da con G.W.F. Hegel, quien desarrolla en los Principios de la filosofa
del derecho (1820) una concepcin de la sociedad civil que se encuentra
a mitad de camino entre lo privado y lo pblico, entre la economa y la
poltica. El filsofo alemn visualiz a la sociedad civil como un mbito intermedio entre la comunidad familiar (lo privado) y el Estado (lo
pblico) propio de las sociedades modernas: "La sociedad civil es la diferencia que se coloca entre la familia y el Estado, aunque el perfeccionamiento de ella se sigue ms tarde que el del Estado, ya que la diferencia
presupone al Estado al cual ella, para subsistir, tiene que tener ante s
como autnomo. La creacin de la sociedad civil pertenece, por lo dems, al mundo moderno" (citado por Serrano Gmez, 1999: 65). Con
ello, el filsofo alemn rechaza cualquier simplificacin en el diagnstico de este mbito social y admite la legitimidad de un espacio de intereses y necesidades privados y de derechos subjetivos, que trasciende
la comunidad familiar y el sistema poltico (Pea, 2003: 2000). En este
lugar de cruce, Hegel distingue tres momentos de la sociedad civil: a) el
"sistema de las necesidades" (mercado) b) la administracin de justicia
y c) y la polica (en el sentido tradicional de reglamentacin pblica) y
la corporacin.
Por su parte, Karl Marx simplifica el concepto hegeliano de sociedad
civil al dejar nicamente la parte del sistema de necesidades, es decir, la
parte que se refiere a la economa y el trabajo. Para el filsofo alemn, la sociedad civil, como instancia diferenciada de lo estatal es el resultado de
la emancipacin de la clase burguesa del dominio del Estado absolutista. La sociedad civil es vista como el mbito donde la burguesa pudo
consolidar y expandir su poder econmico, hasta llegar a convertir al
Estado en un mero instrumento de sus intereses. Con esto, el significado de sociedad civil pierde su dimensin jurdico-poltica y se asocia estrictamente al de sociedad burguesa. Esta asociacin la desarrolla Marx
en La cuestin juda (1843), especialmente cuando describe el proceso
214
Sociedad civil
Como se observa, la teora de Gramsci sobre la sociedad civil introduce una profunda innovacin respecto de toda la tradicin marxista,
ya que en su obra la sociedad civil no pertenece al momento de la estructura econmica, sino a uno de los dos niveles de la superestructura
poltica: la hegemona cultural (sociedad civil), diferente de la coaccin
(sociedad poltica). En adelante, la nocin de sociedad civil ya no ser
representada en la teora poltica y social moderna y contempornea, a
partir de un modelo dicotmico Estado-sociedad civil, sino a partir de
'i\.lli donde el Estado poltico ha alcanzado su verdadera madurez, el hombre lleva una
doble vida no slo en sus pensamientos, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida:
una vida celeste y una vida terrena, la vida en la comunidad poltica, en la que vale como ser
comunitario, y la vida en la sociedad b11rguesa, en la que acta como hombre privado" (Marx,
1993: 34-35). Las cursivas son mas.
215
Debates contemporneos
La recuperacin concempori:-.ea
en buena medida, en las nocion
Con stas, la sociedad civil res-..::;-e
lucha por conquistar y consot.::.z:el renacimiento contempora..-ieo
trechamente ligado al deba~e - -
nera de fuente de inspiracin, e
concepto: a) la crisis y cada
totalitarios de la Unin SO\-:tia
y noventa; b) las llamadas "r:ra:-.si.
continental y en Amrica Lat:.:"..a
sis del Estado benefactor }' e: i:.:.~
postindustriales de Centroeuro:
ce
ce
Sociedad civil
Debates contemporneos
~cipales.
Esta fuente de inspiracin tiene sus races en la nocin de sociedad civil desarrollada por Gramsci, en quien encontr una justificacin terica
de un modelo tripartito de sociedad que diferenciara Estado, mercado
y sociedad. Para los crticos neo y posmarxistas del socialismo autoritario y totalitario -en Alemania, la "tercera generacin" de la Escuela
de Francfort: Rodel, Frankenberg y Dubiel; en Francia, la llamada "segunda izquierda" de los aos setenta: Lefort, Castoriadis, Gortz y
Rosanvallon; y en Europa del Este: Kolakowski, Michnik y Wajda-,
el problema terico fue cmo fundamentar la autonoma de lo social respecto de la poltica y la economa. Los principios normativos comunes
de su estrategia fueron los de autoorganizacin de la sociedad, la secularizacin radical de las razones de justificacin de la poltica, la reconstruccin de los lazos sociales fuera del Estado autoritario y el llamado a
construir una esfera pblica independiente de los espacios controlados
(Olvera, 1999: 28-29).
Dentro de esta fuente de inspiracin, destacan las contribuciones
de Ulrich Rodel, Gunter Frankenberg y Helmut Dubiel, quienes elaboraron una teora crtica de la poltica que dio cobertura a los nuevos
217
movimientos sociales, iniciativas ciudadanas y, en general, a todas las corrientes favorecedoras de la desestatizacin de la poltica. De ah que el
desarrollo de una sociedad civil diferenciada y autnomamente organizada constituya el inicio de otra forma de concebir el Estado y, por supuesto, lo poltico, que de ser algo especfico del poder ejercido por el
Estado, pasara a ser todo aquel espacio susceptible de ser politizado.
La nocin de sociedad civil la concibe la tercera generacin de francfurtianos como un mbito social, un "espritu pblic' independiente, que
aparece como el primer factor para el proceso de transformacin democrtica iniciado por las sociedades con regmenes totalitarios y autoritarios en la URSS y Europa del Este (Maestre, 1997: 7-8).
En sintona con los filsofos alemanes, Claude Lefort recupera y reformula la idea de sociedad civil en el marco de su teora sobre el llamado 'Clispositivo simblico de la democraci: Para Lefort, la democracia es
una forma de sociedad poltica, opuesta a la sociedad totalitaria, que se caracteriza por la desintrincacin entre el polo del poder, el polo de la ley y
el polo del saber, y por la aceptacin de la divisin y el conflicto sociales.
Cuando Lefort hace referencia al polo de la ley, destaca el papel que han
desempeado los derechos del hombre en el proceso de constitucin de
la sociedad democrtica. Para el filsofo francs, la sociedad democrtica se instituye a partir del reconocimiento del derecho a tener derechos. Su
eficacia simblica radica, precisamente, en que los derechos del hombre
aparecen estrechamente ligados a la conciencia de stos.
El dispositivo simblico de los derechos del hombre ha generado, segn Lefort, cambios singulares en la estrategia y en el discurso de las luchas inspiradas en la nocin de los derechos. En primer lugar, estas luchas
no aspiran a una solucin global de los conflictos sociales mediante la
conquista o la destruccin del poder poltico. Su objetivo es menos ambicioso, pero ms efectivo: la instauracin de un poder social que ponga
en tela de juicio la legitimidad del Estado. En segundo lugar, las luchas inspiradas en la nocin de los derechos ya no asumen su identidad bajo una figura homognea -sea sta el pueblo, el proletariado o
el partido- ni tienden a fusionarse en un solo contingente, sino que reconocen la heterogeneidad de sus reivindicaciones y la legitimidad de
cada una de stas. En tercer lugar, estas luchas adquieren su identidad
bajo el cobijo de la figura de la sociedad civil, ese referente simblico que
ofrece sentido de pertenencia a todos los grupos o movimientos ciuda218
e:
Sociedad civil
danos que circunscriben su accin fuera del Estado. En suma, autonoma del derecho frente al poder, de la sociedad civil frente al poder y del
saber frente al poder. He ah los nuevos signos polticos de la sociedad
democrtica.4
En Europa del Este, por su parte, la oposicin polaca al rgimen de
tipo sovitico fue la que ms claramente mostr la idea de la autoorganizacin de la sociedad frente al Estado autoritario. Adam Michnik denomin a esta estrategia "el nuevo evolucionism: Con este nombre resaltaba
el carcter no revolucionario de la poltica de la oposicin. Despus de las
fracasadas experiencias revolucionarias "desde abaj' (Hungra en 1956)
y reformista "desde arrib' (Checoslovaquia en 1968), Michnik acept que no era posible desmantelar el Estado autoritario por estas vas.
Por lo canto, deba dejarse el control del Estado en manos del Partido
Comunista y transformar a la sociedad 'aesde abaj: La nueva relacin
entre el Estado y la sociedad se sostena, segn el terico de Solidaridad,
en los siguientes supuestos: "a) el carcter autolimitado del proyecto de
transformacin, puesto que no se pretende modificar un rgimen poltico
que est apoyado por una fuerza militar imperial; b) el principio normativo fundamental es la autonomizacin de la sociedad respecto del sistema poltico, dado que ste no puede ser destruido pacficamente, a no ser
mediante una vasta transformacin de la sociedad" (Olvera, 1999: 31).
En palabras de Leforr (1991: 46): "La originalidad poltica de la democracia, que me parece
desconocida, es sealada en ese doble fenmeno: un poder consagrado a permanecer en
busca de su propio fundamento, porque la ley y el poder ya no estn incorporados en la
persona de quien o quienes la ejercen, una sociedad que acoge el conflicto de las opin iones y
d debate sobre los derechos, pues se han disuelco las referencias de la certeza que permitan
a los hombres situarse en forma determinada los unos respecto de los otros''.
219
Sociedad civil
ruro de la democracia
re fue recuperado por los actopuras y los totalitarismos de izun referente fundamental en la
' cica en las sociedades indus~
Europa. El debate sobre la crisis
. que enfrent a los defensores
los defensores del Estado social,
roe entre el Estado y la sociedad,
los pases centroeuropeos.
Segn la doctrina econmica keynesiana, las polticas del Estado benefactor sirven para
estimular las fuerzas del crecimiento econmico y prevenir recesiones pronunciadas, alen
tando la inversin y estabilizando la demanda. En trminos polticos, el Estado benefactor
tambin aumentara la estabilidad y productividad: por una parte, el derecho legal a los
servicios estatales ayuda a los que sienten los efectos negativos del mercado a la vez que
elimina problemas explosivos del conflicto indusrrial; y por la otra, el reconocimiento del
papel formal de los sindicatos de trabajadores en la negociacin colectiva y en la formacin
de la poltica pblica "equilibran la relacin de poder asimtric.i entre la mano de obra y el
capital y modera el conflicto de clases (Cohen y Araco, 2000: 30-32).
Desde el punto de vista econmico, son tres las acusaciones que se presentan contra las
polticas del Estado benefactor: conducen a un desincentivo para invertir (impuestos), para
trabajar (seguro social y de desempleo) y constituyen una grave amenaza para la viabilidad
de la clase media independiente (altas tasas de impuestos e inflacin). En el aspecto poltico, se argumenra que los propios mecanismos introducidos por los Estados benefactores
para resolver sus conflictos y crear mayor igualdad de oportunidades (derechos legales y un
sector estatal ampliado) han conducido a nuevos conflictos y han violado los derechos de
algunos para favorecer a otros. Y en el aspecto culrural, se subraya el debilican1ienro de la
tica de la responsabilidad. Al mismo tiempo, esros mecanismos han generado un conjunto
de expectativas crecientes y un aumento de las demandas que conducen a una siruacin
general de ingob~rnabilidad (recurdese el famoso texto sobre "La crisis de la democracia"
elaborado por la Comisin Trilareral) (Cohen y Araro, 2000: 32-34).
221
Para esce apartado se recuperan las ideas principales de dos trabajos fundamencales: Araco
y Cohen (1999: 83-112) y Olvera (1996: 31-44).
222
Sociedad civil
ble de la nocin de globalizacin en su forma ms general. Si la globalizacin es entendida como desterritorializacin,8 entonces, qu supone
la sociedad civil global2 Esta nocin comprende, en trminos generales, la
actividad cvica que: a) se dirige a problemas que rebasan las fronteras de
los Estados nacionales: cambio climtico; enfermedades como el sida;
derechos humanos; armas atmicas; crtica a agencias gubernamentales globales como la OCDE, el FMI, el BM; cuestionamiento a aspectos de la globalizacin econmica como la produccin, el comercio, las
inversiones, las finanzas; b) involucra comunicacin transfonteriza:
comercio areo, telecomunicaciones, redes computacionales y medios
masivos electrnicos; e) tiene una organizacin global y d) trabaja con
la premisa de la solidaridad supraterritorial. A partir de estas cuatro expresiones de supraterritorialidad, la sociedad civil global ha adquirido proporciones significativas a finales del siglo xx y principios
del XXI.
Ahora bien, qu provoc su expansin y desarrollo? La sociedad civil global es parte de un conjunto de procesos de globalizacin. En efecto, las mismas fuerzas que impulsaron la globalizacin en general son
las que incrementaron la actividad cvica transfronteriza. Cuatro condiciones han sido vitales para la globalizacin: a) el pensamiento global es
crucial, pues las personas se vuelven capaces de imaginar el mundo como
un lugar sencillo de ser construido en el orden de relaciones globales concretas; b) el desarrollo capitalista es fundamental desde el momento en
que la globalizacin ha sido esparcida fuertemente por los esfuerzos de
empresas para maximizar ventas y minimizar costos; c) la tecnologa es
crucial desde el momento en el que el desarrollo de las comunicaciones y
el procesamiento de informacin han soportado la infraestructura para
las conexiones globales y d) la regulacin es fundamental, ya que medidas
como la estandarizacin y la liberalizacin han provedo la estructura legal que estimula la globalizacin.
f
224
La revalorizacin de la soae...: ;r Estado ha provocado un fer-1 (Aguilar, 2004; Mayntz, 2001: 1tuciones estatales y no estata:e:s ~
participan y a menudo coope:-ar o:
polticas pblicas. La cooperaao;; ei:
la formulacin de polticas p6:ica:s
a) mediante una gobernacir: ::o-:J>.:
pblicas y los actores corpora2 os
formulacin de las polticas pG .:zi
neocorporativos; b) a travs de ~
la que la gobernacin se traslada .:.~
multidimensionalidad de capas .~
de regulacin; c) mediante la coo?
vil, bajo la forma de redes rnil.-:25 ~
observan en niveles ms especi2.:os
ejemplo, en las telecomunicacio;:;.es
miento de lo que se ha denomic.a.:.
en la cual la sociedad civil se 6m.
y aplicacin de regulaciones, s:::o ~
exclusiva responsabilidad (socic.i...:
Sociedad civil
~=era.
Sociedad civil
1115~:::n"O
ni participan exclusivamente en decisiones que involucran al inters general. El ciudadano moderno tambin sera, al mismo tiempo, productor, consumidor, trabajador, padre de familia, miembro de una iglesia,
etc. De ah que los ciudadanos de la sociedad civil tambin participen en
decisiones menores y, con ello, influyen sobre las decisiones de alta poltica o economa que se ejercen a otros niveles. Estos ciudadanos reales, y
no ficticios, participan slo de forma intermitente, pues estn demasiado
atrapados en los asuntos de la vida cotidiana. De manera que no existe
un ciudadano nico y portador de virtudes universales, sino que existen
tantos ciudadanos como escenarios para poder vivir diversos tipos de
vida buena (Walzer, 1998: 385-386).
En tercer lugar, los discursos contemporneos de la sociedad civil suelen menospreciar la presencia de intersticios inciviles entre la sociedad civil
y la sociedad poltica, y entre la sociedad civil y la sociedad econmica, que
son altamente corrosivos: el desempleo, que dincilmente conduce a la civilidad o a la deliberacin colectiva; la criminalidad, que erosiona la autonoma social y alienta la usurpacin; los monopolios de control social local,
que interrumpen la deliberacin, fomentan la intolerancia y oscurecen la
legitimidad de puntos de vista alternativos, y la irresponsabilidad impersonal de los modernos medios de comunicacin masiva comercializados
(Whitehead, 1999: 26).
Alrededor de estas cinco grandes lneas de investigacin versar seguramente la discusin presente y futura sobre la nocin de sociedad
civil. Nadie podr asumirse como el rey filsofo que ofrezca respuestas concluyentes y definitivas a cada uno de estos ejes problemticos.
Al contrario, mientras ms se mantenga abierta la discusin sobre el
significado, los alcances y los lmites de este discurso, mejores sern las
aproximaciones que tendremos a ste. De lo que s podremos hacernos
cargo, en todo caso, es de los grandes dilemas alrededor de los cuales girar la discusin futura sobre la nocin de sociedad civil.
En primer lugar, habra que discutir si la globalizacin es una oportunidad que se abre para el fortalecimiento de la sociedad civil o es, por
el contrario, un riesgo que pone en peligro su propia supervivencia. En
segundo lugar, habra que debatir sobre la pertinencia de mantener una
definicin exhaustiva de la sociedad civil o, por el contrario, una definicin menos exhaustiva y definiciones secundarias que dieran cuenta
de su pluralidad ontolgica. En tercer lugar, habra que polemizar so228
Lecturas recomendadas
Sobre la historia conceptua.! .:ie
Femndez Santilln (2003 \
porneo de la sociedad cinl.
(1999), Arato (1999) y Cohen
mica de las teoras polticas con:
a Sauca y Wences (2007).
Fuentes
Sociedad civil
Lecturas recomendadas
Sobre la historia conceptual de la sociedad civil, vase Bobbio (1989),
Fernndez Santilln (2003) y Pea (2003). Sobre el debate contemporneo de la sociedad civil, lase a Olvera (1999), Serrano Gmez
(1999), Arato (1999) y Cohen y Arato (2000). Para una visin panormica de las teoras poticas contemporneas de la sociedad civil, revisar
a Sauca y Wences (2007).
Fuentes
Aguilar, Luis F. (2004)."Gobernacin/
gobernanz' (manuscrito indito).
Arato, Andrew y Jean Cohen (1999).
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Bobbio, Norberto (199la). "Sociedad civil'; en N. Bobbio, Nicola
Matteucci y Gianfranco Pasquino
229
230
Sociedad civil
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a Javier {2003). "La sociedad ci' en Aurelio Artera, Elena Garo.a : Ramn Miz (eds.), Teora
lica: poder, moral, democracia,
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.t.L Sauca y M.I. Wences (eds.),
ecruras de la sociedad civil. Un macontemporneo de sus teoras,
iadrid, Trotta, pp. 21-43.
tic.a. Jos Mara (2007). "Mukicul;:;lralismo y sociedad civil'; en J.M.
Sa~ca y M.I. Wences (eds.), Lectu
..s .1e la sociedad civil. Un mapa conporneo de sus teoras, Madrid,
rorra, pp.111-142.
231
Movimientos sociales
Martn Retamozo*
En el breve relato "Del rigor de la cienci; Jorge Luis Borges evoca la historia de un imperio en el cual la cartografa haba llegado a tal desarrollo
que los expertos se dispusieron a realizar un mapa perfecto, uno que coincidiera exactamente con los detalles de aquel reino. El absurdo de tal
esfuerzo fue evidente para quienes lo necesitaban: un mapa de estas caractersticas es completamente intil (no podra desplegarse), un mapa consiste en una rigurosa simplificacin atenta a ser til para quien requiere de
sus servicios. Pues bien, este trabajo tiene por objeto introducir al lector al
campo de estudio de los movimientos sociales, para ello hemos elaborado este mapa de la cuestin que, lejos de la precisin del relato borgeano,
busca la virtud de ser una gua eficaz para quien se aproxima a la temtica.
El presente captulo, en consecuencia, ofrece un itinerario general y
las claves para que el lector se sumerja en el campo temtico de su inters
vinculado a los movimientos sociales. As, este mapa inicia con una primera
parte dedicada a los orgenes clsicos del debate en cuestin. En la segunda
visitaremos crticamente algunos de los esfuerzos dentro de los principales paradigmas contemporneos. All, presentaremos la teora de la movilizacin de recursos (y su continuacin en el enfoque del proceso poltico),
el paradigma orientado a la identidad y las teoras sobre los "nuevos movimientos sociales': Finalmente, revisaremos algunas claves para la conceptualizacin y el anlisis de los movimientos sociales en Amrica Latina.
*
233
Martn Retarnozo
Introduccin
La atencin a los fenmenos de accin colectiva y movilizaciones sociales, contra lo que muchas veces se supone, ha sido recurrente en la reflexin poltica. Tambin es cierto que en los estudios clsicos este tema
estuvo supeditado a otras preocupaciones tan dismiles, que van desde
la teora de la guerra y la conformacin del orden social (antiguo y moderno) hasta las luchas por las independencias nacionales. No obstante,
parece innegable que el estudio de los movimientos sociales como un
campo especfico cobr autonoma relativa cuando fueron tematizadas
las movilizaciones de la dcada de los sesenta. All, y en gran parte debido al fracaso de los enfoques y herramientas analticas existentes hasta
el momento, as como al profundo desafo que significaron estos movimientos, se abri un terreno frtil para indagar en nuevas concepciones
que ayuden a explicar los acontecimientos de protesta, accin colectiva
y movilizacin social.1
la sociologa, pero esto no implica la imposibilidad de ser construido como objeto de estudio
de la ciencia poltica, la historia, la antropologa, la psicologa social e incluso la filosofia.
234
Movimiencos sociales
clsica
bas
11 ha sido
Tambin los trabajos de Hannah Arendt y Theodor W. Adorno indagan en esta direccin,
aunque desde una perspecciva filosfica diferente.
235
Martn Retamozo
social, especialmente cuando se manifiesta un defasaje entre las expectativas introyectadas por los sujetos y la ordenacin social. Esta corriente se
concentra en identificar aspectos en las estructuras sociales que explican
la accin de los hombres. Las acciones se conciben como emergentes en
espacios no estructurados o frente a las fallas de las normas sociales encargadas de regular el comportamiento social. Las acciones colectivas, entonces, seran la manifestacin de un colapso de las formas de integracin
normativa de las sociedades. Frente a estas situaciones, los individuos se
ven frustrados y descontentos, por lo tanto, motivados para participar en
acciones colectivas. Smelser contempl la importancia de las creencias
para explicar las reacciones frente a las tensiones o desajustes sociales,
pero privilegi los aspectos estructurales.
236
La pertinencia dd lnd.ividw.lismo
las ciencias sociales en genera.: r d
generado un amplio debate. C.-mc;
1994) y de la Garza (2005 . UI
(1989) al desencanto con~ pe:-s;:'Ci::i;;
Movimientos sociales
si bien no excluye motivaciones variables, pone el acento en las propias del individuo (sus preferencias, su informacin y sus clculos de
costos-beneficios de participar), con lo que se acerca ms a explicar las
conductas de los individuos en grupos de inters o asociaciones econmicas, que a desentraar las complejidades de los movimientos sociales
propiamente dichos.4 Sin embargo, los escritos de Olson son relevantes,
puesto que sirvieron como soporte metodolgico para una de las principales corrientes de investigacin sobre los movimientos sociales, especialmente en Estados Unidos.
s.
tia el
237
Martn Recamozo
Movimientos sociales
-~~cs:rucruralistas y marxis-
El problema de la movilizacin social, entonces, se construye en torno a la pregunta cmo es posible que individuos autointeresados, maximizadores, que se valen de sus clculos de recursos y oportunidades para
decidir su participacin en la accin en un juego estratgico, se decidan
a actuar colectivamente en aras de cambiar algo de la sociedadr En otras
palabras, (Cmo es posible superar el problema delfree rider que pondra
en jaque la obtencin de la accin colectivar McCarthy y Zald (1977)
sugieren que para resolver el problema es necesario hacer especial hincapi en los incentivos colectivos y los recursos que los organizadores dispondran para obtener el resultado de la accin colectiva. Los incentivos
colectivos son mecanismos de premios y castigos (materiales o simblicos) que refuerzan la participacin. Por su parte, entre los recursos que
desempean papeles importantes destacan: tiempo, dinero, profesionalizacin, medios de comunicacin, liderazgos, los cuales se utilizan para
mejorar el juego estratgico y lograr que los individuos se decidan a participar en tanto calculan que el xito (la satisfaccin de sus preferencias)
es posible. Pero, adems, se introquce una segunda variable en la explicacin que se vincula a las estructuras organizativas de los grupos preexistentes a la accin. Los incipientes desarrollos de la TMR produjeron
una expansin de trabajos empricos (muchos de ellos comparativos)
sobre diferentes movimientos sociales, algunos de los cuales se consideraran con mayor precisin grupos corporativos de inters o de presin.
En esta misma perspectiva, algunos especialistas vieron la necesidad de incorporar nuevas variables para complementar la atencin prestada a los recursos y las organizaciones del movimiento. Autores como
Tarrow, McAdam y Tilly buscaron ampliar el horizonte analtico para
incorporar variables del contexto poltico (e incluso cultural) para el estudio de los movimientos sociales, dando lugar a estudios enfocados
en el "proceso poltico': El anlisis del proceso poltico en el cual se encuentra inmerso un fenmeno de accin colectiva origin una serie de
trabajos que buscaron determinar condiciones polticas para la emergencia del movimiento social, y que los condujo a conceptos relevantes
como 'estructura de oportunidades polticas'; "ciclo de protesta" (Tarrow,
1991; 1994) y"repertorio de accin" (Tilly, 1978).
Esto supone, segn Laraa (1999), una ampliacin de la variable
independiente para situarla en el contexto poltico en el que se desarrolla la accin, en lugar de acotarla a los recursos. Los autores que se agru239
Martn Recamozo
Movimienros sociales
.;:::::::::::';!~ b
necesidad de
.::::!::::::i:x::zs mdividuales,
~..i mcorporar al
'"alores como
251cunente, el paracO'"""'.mientos sociales
organizacin, dine?Ortunidades dadas por
a.:.:ion.
DC"uticos en los que se desarrolla
de la accin colectiva, llev a
rrucrurales e institucionales del
nger (1973) propuso el concep' ncas" para referirse a las condique facilita la accin colectiva. El
autores como Tarrow lo populacorporar nuevamente en el anales, el Estado, los otros grupos
en las lites), las crisis econcxplicar la accin colectiva en un
para avanzar en la explicacin
e la gente se suma a los movit rtunidades polticas, y a contia.:cin colectiva. Como resultado,
l movimiento social (cundo se
c:i en gran medida el /por qu' t
mtroduccin de aspectos estruc-<'nmicos, historia, tradiciones)
:is que ocurren las acciones.
de las variables del sistema polchos de los movimientos sociafuertemente a un plano cultural,
CC' \- constituyan tambin all su
ro de la misma corriente, surgie' entana de oportunidades para
ini:esrigar as las oportunidades
Martn Retamozo
Movimientos sociales
~~:::;::u
de recursos no
~ccin (se ten-
cidad
01:imientos sociales, su constitula accin colectiva ha sido esrn la identidad por autores como
ouraine, en Sociologa de la accin
:c. los estudios de los movimientos actores sociales y el confliclades industriales avanzadas. En
dera que la crisis de la moderesferas de conflicto que produsujetos y actores que necesitan
racin terica que abandone la
ro tambin exclusivamente inditn actor en referencia al sistema
L-a
Touraine define historicidad como "d conjunto de modelos culturales, cognoscitivos, econmicos, ticos y estticos con los cuales una colectividad construye sus relaciones con el
medio" (1987: 67).
Pases industrializados, con economas capitalistaS y democracias liberales consolidadas.
243
Martn Retamozo
La preocupacin centra! de Mclucci ha sido por los movimiemos sociales de los pases
centrales, sin embargo, su enfoque ha sido ucilizado para construir explicaciones de las movilizaciones en Amrica Latina. Por otra parte, l mismo ha intentado realizar mediaciones
244
Movimientos sociales
?' su respuesta es
:rc:;ii:::?:i:::..:-::l. :x>r
un dficit de mo-
;o:.,o
descuidar el "cmo" lo hacen. Su apuesta, entonces, es recuperar el proceso de movilizacin (el cmo) para indagar las causas y consecuencias
de la accin (el porqu).
Melucci propone una definicin analtica de movimiento social
"como forma de accin colectiva que abarca las siguientes dimensiones:
a) basada en solidaridad, b) que desarrolla un conflicto y e) que rompe los lmites del sistema en que ocurre la accin" (1999: 46). La concepcin del movimiento social como un sistema de accin introduce una
distincin con las que confunden movimiento con un actor colectivo
emprico movilizado (Raschke, 1994: 124). De acuerdo con Melucci, lo
distintivo del movimiento social es que consiste en un tipo de accin colectiva que se diferencia de otras (por ejemplo, los ataques de pnico),
puesto que supone una integracin sostenida en el tiempo (solidaridad e identidad) que pone en cuestin al sistema en que se desarrolla
la accin.
Para Melucci, los movimientos sociales surgen como respuestas a la
crisis de sentidos provocada por el advenimiento de las sociedades con
alta densidad de informacin. En consecuencia, conviene poner atencin
a estas crisis y los intentos colectivos por restituir ese horizonte (Revilla
Blanco, 1994). La atencin a las relaciones sociales que los individuos
establecen y donde construyen identidades, sentidos compartidos y solidaridad se torna, as, fundamental para comprender los procesos de movilizacin social y accin colectiva. En esa lnea, Melucci ha puesto especial
atencin en las dimensiones pertinentes para el estudio de los movimientos, destacando all el peso de las redes sumergidas en la vida cotidiana
que es el lugar donde se construyen sentidos colectivos. Las redes sociales de la vida cotidiana son previas y de algn modo "prepolticas" y hacen
de estructura o tejido que constituyen condiciones de posibilidad del movimiento, en tanto que aportan recursos materiales y simblicos para la
accin. Tambin nutren de experiencias histricas que se constituyen en
soportes de procesos de identidad. El entramado social previo provee, entonces, a los actores una serie de redes de comunicacin y relaciones con
otros actores, sujetos y organizaciones que facilitan la construccin de un
sistema de accin.
para la adopcin de su teora en pases del tercer mundo (Melucci, 1999, especialmente su
"Introduccin" a la edicin en espaol).
245
Martn Recamozo
Las concepciones de Claus Offe (1985) sobre la emergencia de nuevos movimientos sociales constituyen una aproximacin particular a los
procesos polticos europeos de la dcada de los setenta. Su reflexin indaga en las nuevas formas de participacin poltica en las democracias
occidentales, especficamente la aparicin de los nuevos movimientos
sociales, como respuesta a la crisis de gobemabilidad del Estado benefactor europeo (Offe, 1989). Para este estudioso, los movimientos
sociales se encuentran asociados al incremento de la politizacin de la
sociedad civil y la agudizacin de las tensiones entre la democracia liberal
(y el sistema de partidos), por un lado, y el Estado benefactor de corte keynesiano, por el otro. Esta contradiccin conduce a la crisis bie gobemabilidad de las democracias liberales occidentales en los pases centrales,
a partir de los aos setenta. A su vez, esta crisis presenta dos caminos
de interpretacin y resolucin: por un lado, el proyecto conservador
(Crozier, Hunrington y Watanuki, 1975) plasmado en el informe de
la Comisin T rialateral, que propone la retirada del Estado de la regulacin o intervencin en espacios que se definen como no polticos,
bsicamente el mercado (Offe, 1985: 815-817); por el otro, el proyecto
basado en los nuevos movimientos sociales que apuesta a la reactivacin de la participacin ciudadana en la esfera de la sociedad civil, especialmente en espacios no institucionalizados y "cuya existencia no est
prevista en las doctrinas ni en la prctica de la democracia liberal y del
Estado de bienestar" (Offe, 1988: 174). La no institucionalizacin de
246
Ante la imposibilidad de d
mann prefiere concenrn::se ~
Nafurace, 2004).
Movimientos sociales
.fcnntario como
s hdaridad y el
aones de otros
--'""' ~onales. La aten-
las nuevas formas de hacer poltica, para Offe, lejos de ser un circulo vicioso y destructivo, puede brindar las condiciones para la apertura de la
participacin de la ciudadana a partir de una redefinicin de los lmites de la polfrica y de la dicotoma pblico-privado, tal como la entiende
el liberalismo.
La adopcin de demandas no contempladas y acciones polticas no
institucionalizadas constituyen la razn de ser de los movimientos sociales que buscan comunicar sus redamos al sistema poltico. Offe se refiere
a los movimientos ecologistas, los de defensa de los derechos humanos
(feministas entre ellos), los movimientos pacifistas y los que promueven
formas de produccin comunitarias alternativas de bienes y servicios.
Estos movimientos sociales significaran una redefinicin de la participacin poltica por fuera de las formas institucionalizadas (partidos de
masas) de tal manera que contengan la "sobrecarg' de la democracia, volviendo a los grupos movilizados interlocutores legtimos en el sistema
democrtico.
Las reflexiones de Offe tienen un centro de inters en los problemas
que afrontaban los pases centrales en los aos setenta, vinculados a un
proceso de racionalidad tcnica y control social que (como buen heredero de la tradicin francfortiana) el autor cuestiona, y al que los nuevos
movimientos sociales enfrentaron a partir de defender un proyecto de
autonoma e identidad (Offe, 1988). En este punto, Offe toma contacto con la preocupacin de Habermas (1989) sobre la colonizacin del
mundo de la vida por la racionalidad instrumental. Habermas concibe
los movimientos sociales en el marco de su teora de la esfera pblica
(1982), all el potencial de stos radica en que pueden proponer un pro
ceso de racionalizacin de las demandas en el seno de la sociedad civil,
a la vez que exige al sistema poltico su incorporacin produciendo, de
esta manera, una mayor democratizacin. Este proceso fue identificado
tambin por Niklas Luhmann, quien considera que los "movimientos
sociales de protest'8 se ubican en la periferia del sistema poltico y son
encargados de transmitir ("irritando" o "buscando resonanci') preocupaciones para que sea el sistema poltico el que las resuelva. Es decir, no
s
247
Marn Retamozo
10
Para una revisin de las tesis de Germani en relacin con los movimientos sociales larinoa
mericanos puede consultarse Cisneros Sosa (2001).
Es posible encontrar excepciones, como la de Jos Carlos Maritcgui por ejemplo, que des
de el marxismo intent pensar las caractersticas propias de la realidad peruana.
248
Movimientos sociales
Esto no significa que no hayan existido esfuerzos por comprender las movilizaciones colectivas en la regin, particularmente el movimiento obrero y el campesino. Sin embargo, como cimpo autnomo de estudio los movimientos sociales se constituyeron recin
hacia comienzos de los ochentas. Enrre las principales obras conjuntas caben destacar la
compilada por Caldern (1986), Caldern y Jelin (1987), Caldern y Dos Santos (1987),
Camacho y Mcnjivar (1989).
249
Martn Retamozo
Conclusiones
A lo largo de este captulo, revisamos diferentes perspectivas, teoras y
paradigmas para el estudio de los movimientos sociales. En este punto
es necesario destacar que han sido varios los intentos de dilogo entre
los diferentes enfoques, especialmente entre las tradiciones continentales y la estadounidense. Los autores citados (Tarrow, Tilly, Melucci,
250
Movimientos sociales
Pizzorno) han procurado una sntesis que permita atender tanto el plano estratgico de los movimientos como su faz identitaria. Conciliar distintos enfoques, sintticamente, no puede realizarse desde una sumatoria
de los aportes, puesto que parten de supuestos ontolgicos y epistemolgicos dismiles. Incluso los esfuerzos por incorporar desde el paradigma
de la identidad, los aportes de las teoras orientadas a la estrategia han
acabado por sesgar el aporte de la primera al vincular identidad con definicin de preferencias y el accionar estratgico. Quizs ms que una
bsqueda de sntesis, es necesario rearticular los aportes, dismiles por
cierto, de los enfoques a partir de una configuracin terica superadora
y pertinente para los fines especficos que las investigaciones plantean,
esto es imprescindible para enfocar nuestra atencin a las movilizaciones que nos interesan.
Es evidente que el lector que ha llegado hasta aqu buscando una
definicin acabada de lo que son los movimientos sociales, se llevar
una decepcin. La mayora de los conceptos de las ciencias sociales son
categoras que adquieren determinado significado en relacin con las
perspectivas tericas y de investigacin en la que se insertan. Es estril batallar en la bsqueda de la definicin acabada de ese objeto esquivo "movimientos sociales'; bsicamente porque no existe como tal, sino
como una construccin metodolgica particular, la cual depender de
la posicin del investigador, el problema a indagar que plantee, sus convicciones, intereses, bsquedas, angustias y sus valores. Una definicin
acabada de los movimientos sociales tendra, sospechamos, el mismo
problema que el mapa del imperio al que hicimos referencia al inicio: sera tan perfecta como intil.
Por lo anterior, en lugar de proponer una definicin de lo que son
los movimientos sociales, procuraremos identificar algunos mbitos
abiertos al debate, en los cuales cualquier interesado en el tema puede indagar y que se agregan a los mencionados en este trabajo. El primero es la atencin a las demandas sociales en la conformacin de los
movimientos. Esto ayudara a observar las relaciones sociales que los sujetos identifican como injustas y las que originan sus acciones. El segundo es el lugar de las subjetividades colectivas y los sujetos sociales como
construcciones que elaboran demandas y se reconfiguran en el proceso
mismo de accin y movilizacin. El tercero, que se deriva del anterior,
supone abordar los procesos de construccin de identidades colectivas,
251
Martn Retamozo
Fuentes
Mxico, uNu/Clacso/Iss-L"SAM.
Caldern, F. y Elizabeth Jelin 19SClases y movimientos sociales en
rica Latina: perspectivas )
Lecturas recomendadas
Un trabajo introductorio muy destacado es el de Ana Rubio Garca
(2004). Para los clsicos, consltese Laraa (1996). Una buena introduccin a la teora de la movilizacin de recursos es el trabajo de
Jenkins (1994), y para su ampliacin, los trabajos clsicos de McCharty
y Zald (1973 y 1977). Entre la literatura del proceso poltico cabe mencionar a Tarrow (1994), McAdam, McCarthy y Zald (1999), as como
McAdam, Tarrow y Tilly (2001); mientras que entre los trabajos orientados a la identidad Touraine (1987; 1997a; 1997b) y Melucci (1999).
Por su parte, Laraa y Gusfield (1994) compilan uno de los trabajos
252
reaii.;~:s
res, Clacso.
Camacho, Daniel y Rafael ~i
{1989). Los movimientos pcp:
en Amrica Latina, Mxico. ~
XXI/uNu.
tica de los movimientos soC1.ktS.. ~
Movimientos sociales
ms destacados por la variedad de enfoques incluidos que se complementa con el de Ibarra y Tejerina (1998).
Entre las fuentes relevantes para el estudio de la actualidad de los
movimientos sociales en Amrica Latina, encontramos el Observatorio
Social de Amrica Latina (promovido por Clacso), donde se llevan registros de los movimientos en la regin y se cuenta con una revista especializada en la temtica, la cual est disponible en Internet. All pueden
encontrarse valiosos materiales bibliogrficos. La revista internacional
Mobiliza.tion ofrece estudios sobre diferentes movimientos sociales, mayormente desde un enfoque del "proceso poltico': El muy citado nmero 69 de la revista Zona Abierta est dedicado ntegramente al tema y
contiene excelentes trabajos desde diferentes pticas.
Fuentes
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Polticas pblicas
Eduardo Villarreal Cai:u
Introduccin
Hasta hace relativamente _
ausente en los anlisis y dba:es
atencin de la ciencia poltica en
las caractersticas instiruciona;.cs
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256
Profesor-investigador de b. R::iao
Comparadas. Correo d~
Polticas pblicas
Eduardo Villarreal Cant*
Introduccin
Hasta hace relativamente poco, el concepto de polticas pblicas estaba
ausente en los anlisis y debates polticos de la regin latinoamericana. La
atencin de la ciencia poltica en el continente estaba muy orientada hacia
las caractersticas institucionales de los regmenes polticos, as como a las
formas, dinmicas y actitudes de los actores que se organizaban contra
los excesos gubernamentales, ya sea para derrocarlos institucionalmente (partidos polticos) o presionarlos hacia una mayor democratizacin
(movimientos sociales). La atencin de la disciplina estaba abocada, ms
ampliamente, hacia las formas como se acceda al poder, dejando de lado
los mecanismos y decisiones del ejercicio de ste. Sin embargo, conforme los pases latinoamericanos han avanzado en trminos de democracia
electoral (es decir, que han logrado instaurar instituciones y procedimientos democrticos respecto de las formas de acceso al poder pblico), los
intereses analticos se han ampliado hacia temas de la accin de quien detenta ese poder formal, es decir, a la hechura, diseo, modo o proceder de
quien lo ejerce. Con ello, el enfoque de polticas pblicas, que se orienta en
esa direccin analtica, ha ganado espacio y amplia visibilidad.
Los sistemas democrticos que se gestan en Amrica Latina implican
que las acciones formales que se tomen para enfrentar lo que colectivamente no es deseable (los "problemas pblicos") deriven de una compleja
*
257
y muy dinmica relacin entre las instituciones del Estado y sus titulares
(gobernantes) y los miembros de la sociedad que la componen (gobema,
dos), no exenta de intereses heterogneos, visiones diferentes, objetivos
dismbolos, etc. El objetivo de este ensayo es explicar, sencilla e introduc,
toriamente, el concepto de polticas pblicas desde una visin sociopol,
rica. Lo que pretendo con ello es advertir al lector(a) lego en el tema las
muchas complejidades (empricas y conceptuales) que estn detrs del
ejercicio del poder pblico en sociedades democrticas, que es el centro de
atencin del enfoque analtico denominado polticas pblicas. Pero quiz
ms importante que eso, lo que nos mueve a presentar al lector(a) estas l,
neas en la forma como se hace, es la fundamental advertencia de que no se
pueden entender las polticas como "pblicas" en ausencia de ciudadanos
enrolados en stas. Lo pblico de las polticas, si se pretenden efectivamen,
te democrticas, debe pasar siempre por diferentes interacciones entre
ciudadanos e instituciones que posibiliten la determinacin de metas co,
lectivas y los medios para llegar a stas. Las formas y procesos de esas in,
teracciones varan ampliamente, pero no pueden estar ausentes. Conocer
mejor el concepto de polticas pblicas y algunos de sus ms importantes
nodos temticos es lo que a continuacin se desarrolla.
+
+
Lo que el gobierno
Los impactos de la a~
Una lnea de accin d
Accin gubernamen~
de s misma.
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Conjunto de suces-2s
gimen poltico freme a
y que buscan la resol
Para una amplia discusin en las diferencias entre gobierno, gobernabilidad y gobernacin/
gobernanza, vianse Aguilar (2006) y Cerrillo (2005).
Ms que una disciplina (entendida como 'me, facultad o ciencia"), las policas pblicas son
un enfoque analtico de la ciencia polica, que nos ayudan a"dirigir la atencin o d inters hacia
258
PoUticas pblicas
~ ,.
sus titulares
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+
+
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un asunro o problema desde unos supuesros previos, para rratar de resolverlo acercadament'
(Real Academia Espaola). La cualidad de enfoque no significa prdida de riqueza conceprual, sino una mejor ubicacin dentro de la ciencia poUrica, la disciplina"rnadr' de la que surge el enfoque. A pesar de que esa precisin la considero pertinente, advierto al lecror(a) que
no es usual esta distincin en la bibliografla del tema y con frecuencia se le Dama disciplina.
259
El concepto de polticas pblicas no ha sido ajeno, como puede advertirse, a esa tendencia en ciencias sociales de tener definiciones variopintas. Las opciones van desde miradas reducidas que se centran slo en
el gobierno, hasta algunas tan amplias e imprecisas en las que cabe prcticamente toda cuestin sociopoltica y ah el enfoque no encuentra su
propia singularidad frente a otras disciplinas sociales.
En aras de precisar lo mejor posible lo que es una poltica pblica,
tomemos la definicin de Aguilar (2007), quien ofrece una opcin, aunque larga, productiva para fines conceptuales:
(Una poltica pblica es] un conjunto (secuencia, sistema, ciclo) de
acciones, estructuradas en modo intencional y causal, en tanto [que]
se orientan a realizar objetivos considerados de valor para la sociedad
o a resolver problemas cuya intencionalidad y causalidad han sido
definidas por la interlocucin que ha tenido lugar entre el gobierno
y sectores de la ciudadania; acciones que han sido decididas por las autoridades pblicas legtimas; acciones que son ejecutadas por actores
gubernamentales o por stos en asociacin con actores sociales (econmicos, civiles); y que dan origen o forman un patrn de comportamiento del gobierno y la sociedad.
Esta definicin nos permite resaltar algunas caractersticas esenciales de toda poltica pblica: no se trata de decisiones aisladas, tomadas
coyunturalmente, sino agregados de decisiones congruentes y consistentes entre s; que tienen detrs una explicacin y argumentacin terica
que las sustenta (es decir, estn basadas en una teora causal del cambio
social); formuladas e implementadas en espacios gubernamentales y no
gubernamentales, pues se parte de la idea de que en sociedades contemporneas "lo pblico" trasciende lo gubernamental; 3 as como enmarcadas en normas jurdicas vigentes, lo que implica que se desarrollen y
ejecuten dentro de un Estado de derecho concreto, permitiendo cierto
Cada vez es ms frecuente hablar, entonces, de accin pblica, una "categora de anlisis que
permite explorar el punto de interseccin de la accin gubernamental y la accin social. La
utilidad de este enfoque es que no se queda en la parcialidad de una visin de lo pblico
slo desde lo gubernamental, y a la vez tampoco se queda en la parcialidad de una visin de
lo colectivo slo desde la sociedad~ Al respecto, puede consulrarse Cabrero (2005).
260
Polticas pblicas
es mu poltica pblica,
C.ece una opcin, aun-
grado de coercin para su cumplimiento. Un importante supuesto analtico presente en el enfoque, pocas veces mencionado, es que slo pueden pensarse las polticas pblicas en sociedades con sistemas polticos
democrticos, donde el intercambio de opiniones entre gobernantes y
gobernados sea una posibilidad real y concreta.
Las polticas pblicas suponen, entonces, espacios de interlocucin,
accin y dilogo entre los actores de la escena pblica (gobierno, sociedad
civil y mercados), quienes en conjunto deciden los objetivos (qu) y los medios (cmo) para "resolver" situaciones que democrticamente, a travs de
instituciones del sistema poltico, definen como problemticas. Estas dinmicas, por algunos llamadas "inteifaces socioestatales';4 son inherentes a
sistemas donde el ejercicio del poder es democrtico, no as donde predomina la imposicin y la fuerza, como sucede en dictaduras o gobiernos
autoritarios.
En suma, "al hablar de polticas pblicas, queremos decir decisiones
que incorporan la opinin, la participacin, la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes.
Concedamos que en esta perspectiva disminuye el solitario protagonismo
gubernamental y aumenta el peso de los individuos y sus organizaciones.
Se sustancia ciudadanamente al gobiern' (Aguilar, 1992).
llQl ~.;bernamental y
Las interfaces socioestatales son espacios de participacin, interpelacin y control del poder estatal, donde participan gobernantes y gobernados, no casual sino intencionalmente
(Isunza, 2006).
261
Resultado (Policy). Cuando contemplamos la poltica como resultado, en realidad nos referimos a la combinacin que la estructura y el
proceso arrojan en un caso determinado, particular. Las decisiones
que los actores formales toman (politics) en el marco de una estructura dada (policy) terminan resultando en algo concreto que puede
ser analizado y estudiado (policy) de manera particular y desde un
enfoque preciso (policies ).
Las expresiones que en espaol solemos utilizar para estas dimensiones son, respectivamente, sistema poltico, poltica y polticas pblicas
(cuadro 1). Estas dimensiones nos ayudan a mostrar que las polticas pblicas tienen un cariz analticamente separado (aunque nunca desconectado) de otros temas y debates ms tradicionales de la ciencia poltica.
Cuando nos hacemos preguntas respecto de, por ejemplo, cmo gobierna
el partido Violeta (cuestionamiento clsico del enfoque de polticas), nos
interesamos por conocer algo diferente a qu tipo de sistema pertenece,
262
Estructuras
Procesos
Sistema, orden,
institucin, regla
1----- - - - 1 - ne"""'gocia<:!...ones
Polity
Politics
Fuente: Valls (2003: 46).
Historia
El enfoque de polticas pbliGU
posterior a la segunda guerra
ca sirvi de base para pensar en
sociales con la misma lgica y
como objetivo los asuntos o r
internas) como la pobreza, d ~
del enfoque hay un consenso
Laswell es el trabajo fundaciom!
ricas" (policy sciences).6
Si esquematizamos e~ des.al:
de las polticas, diramos que en
cincuenta a los setenta) "e! ob~
consisti en estudiar y raaor
Polticas pblicas
e conducta (individuales o
amente en el ejercicio de lapode de manera particular a los
s, examinando sus actuaciones,
f nes. Los factores que estimulan
~ :Sladores o entre gobernantes y
.ensin, as como las causas que
es se convierten en partidos potros sociales, por mencionar slo
e mientras la parte estable de la
onde la estructura (polity ), lapocomo proceso.
~1t1co,
Estructuras
Procesos
Resultados
Sistema, orden,
institucin, regla
Polity
Politics
Policy
H istoria
El enfoque de polticas pblicas aparece en Estados Unidos en la poca
posterior a la segunda guerra mundial.5 El "xito" en la estrategia blica sirvi de base para pensar en una forma de enfrentar los problemas
sociales con la misma lgica y determinacin, pero teniendo entonces
como objetivo los asuntos o problemas internos (las 'guerras sociales"
internas) como la pobreza, el desempleo, la inflacin, etc. En los estudios
del enfoque hay un consenso amplio en aceptar que el artculo de Harold
Laswell es el trabajo fundacional del enfoque de las "ciencias de las polticas" (policy sciences).6
Si esquematizamos el desarrollo histrico que ha tenido el enfoque
de las polticas, diramos que en sus primeras dos dcadas (de los aos
cincuenta a los setenta) "el objetivo disciplinario de las polticas pblicas
consisti en estudiar y racionalizar el policy decision making, el proceso
Para una revisin ms detallada de la historia del enfoque, desde la ptica estadounidense,
vase DeLeon (2006). Una mirada europea y crtica se encuentta en Torgerson (1999).
Publicado originalmente bajo el tirulo The Policy Orientation, en Lerner y Laswell (1951).
Existe ttaduccin al espaol, con d tirulo La orientacin hacia las polticas (1992).
263
La formulacin de sow:.:wno
elaboran y negocian pan
polticos.
La toma de decisin: los
La implementacin: una
la fase ejecutiva de la poJttru~
1970-1990'
1950-1970
Racionalizar
la decisin
pblica.
Ciclo de polticas
Una de las caractersticas ms notables del enfoque es la forma que analticamente divide, para efectos metodolgicos, el proceso de una poltica
pblica. Esta forma de deconstruir la realidad ha sido la fuente de numerosos trabajos del enfoque. Siguiendo a Mny yThoenig (1992: 105), el
ciclo de poltica pblica se compone de cinco fases, en la que a cada cual
corresponden un sistema de accin especfico, actores y relaciones particulares, as como compromisos y estructuras sociales nicas:
Para una re\'isin del desarrollo histrico del enfoque, vase Ernesto Carrillo {2004).
264
En la literatura se enrum=
mayora de stos concuttd.z
ms bien, en que algunos de!~'t':;:ai
los diferentes model~ ~
Polticas pblicas
as cortes temporales)
i'O
m..'1
1990 en adelante
!OS de
gobernanza : colaboracin
~e l. Identificacin
de un problema
Fase 11.
Fase 111.
Formulacin Toma de
de solucionf's 1decisin
Fase IV.
Fase V.
]
lmplemen- Evaluacin
tacin
Elaboracin
.creacin de Ejecucin
Apreciacin de los aconuna coalicin Gestin y
tecimientos
de propuestas
Legitimacin administraDefinicin de un problema Estudio de
de una polsoluciones
Agregado de intereses
cin
Produccin
tica elegida
Adecuacin
Organizacin de las dede efectos
mandas
de los criterios
Representacin y acceso
ante las autoridades
pblicas
~el enfoque es
~~ i~as~
Demanda de la accin
pblica
Propuesta de
una respuesta
Poltica
eectiva de
accin
Impacto
sobre el
terreno
Reacciones
a la accin
Juicio
1 sobre los
efectos
Expresin
Accin
poltica
o reajuste
265
Este marco de anlisis, que de entrada parece demasiado rgido, lineal y formal, es ms bien la forma en que mentalmente se piensa y estudia una poltica, aunque se sabe que en realidad el proceso est abierto a
toda clase de efectos de retroaccin y superposicin (Mny y Thoenig,
1992: 104). La idea del ciclo es, entonces, slo para efectos analticos y
metodolgicos, donde de ninguna manera se piensa que as suceden los
problemas en los hechos. Para autores franceses como Mny y Thoenig:
"El proceso de una polfrica es el complemento indisociable de la sustancia del analista: proceso y contenido constituyen las dos caras de una
misma realidad. En definitiva, el problema que se plantea el analista es
la manera de descomponer su objeto de estudio en elementos empricos
ms finos, sin por ello perder de vista el conjunto del paisaje. Para ello,
se han propuesto mltiples claves analticas':
De ah que un acercamiento a la literatura del enfoque refleje que lamayora de los anlisis hasta ahora confeccionados tenga como base esta estructura analtica o referencia metodolgica. Los estudios sobre agenda pblica,
diseo, implementacin y evaluacin de polticas abundan en la literatura
del enfoque, y todos tienen como referencia esta secuencia procedimental.
Recientemente, sin embargo, las fases tienden a reconsiderarse dimensiones analticas que operaran simultnea o parcialmente solapadas, bajo
tres divisiones que enriquecen la forma bajo la cual se analiza un proceso
de polticas (Gom y Subirats, 1998; !barra et aL, 2002):
La dimensin simblica o conceptual: corresponde al proceso de construccin de problemas, explicitacin de demandas, elaboracin de
discursos apoyados en determinados valores, marcos cognitivos y
sistemas de creencias, as como a la conformacin de agendas pblicas de actuacin. Es una visin macro o general, un tanto abstracta,
de las ideas y preferencias, as como de las ideologas y cosmovisiones de los actores interesados.
La dimensin sustantiva: corresponde al proceso de formulacin de
polticas y toma de decisiones. Es decir, la dimensin donde se negocian contenidos y opciones de fondo, formalizndose por medio
de decisiones jurdicamente respaldadas. Es la visin meso o intermedia, que da paso a la interaccin de los actores, as como a los escenarios de cooperacin y conflicto que entre s se suscitan.
266
La dimensin oper..;::t.;:
evaluacin. En sta se
produccin de servicios.
cin ms tcnica, aunque e:c
ticipativos, ligados tamo a
de ciertos aspectos ,. al
la visin micro o concreta
instrumentos, mediciones
Polticas pblicas
e al proceso de formulacin de
1ecir, la dimensin donde se nedo, formalizndose por medio
i.adas. Es la visin meso o nter.Je los actores, as como a los esque entre s se suscitan.
JO
Para un amplio anlisis del enfoque de redes de polricas pblicas, vase Rhodes y Marsh
(1992), Kickert, Klij n y Koppenjan (1997), Evans (1998) y Chaqus (2004).
Para u n anlisis amplio de estas dos formas de gobierno, vase Alford y Friedland ( 1991) y
Marsh y S roker (1997).
268
interfases gobernantes-go~
algunosdelospostulados ger.e:::l
Pluralismo
Idea de
partida
Actores
Proceso
poltico
Abierto, libre de
restricciones a a
participaci n.
Decisiones Resultado de la
lucha e interacc ..,
de grupos de in
ters.
Poder
Disperso. Existen
contrapesos que
limi tan la concertracin del ~
Papel del
Estado
rbitro
Polcic:i.s pblic:i.s
re pectivo riesgo
i:!L la.:. competencias
Jicas, las polti~cipacin de ms
a-~evo de "pblicas"
q-..:e en su confeccin o
Vliion de diferentes agencaregoras gubernamentales,
de polticas pblicas pueru.al particular y rentable: el de
Pluralismo
Idea de
partida
Actores
Diversidad de gru
pos de inters.
Proceso
poltico
Abierto, libre de
Negociacin constante
Decisiones
Resultado de la
lucha e interaccin
de grupos de inters.
restricciones a la
participacin.
Disperso. Existen
contrapesos que
limitan la concen1------1-t_racin del poder.
Poder
Papel del
Estado
rbitro
Cerrado, monopolizado
entre actores. Puede adop- por pocos actores que
tar formas diversas en cada participan en una negociacin cerrada en la
sector de actividad.
formulacin y desarrollo
_ _______d_e_l_as polticas.
Promotor
As pues, una definicin general de redes de poltica pblica es "conjunto de relaciones relativamente estables entre actores pblicos y privados
que interactan a travs de una estructura no jerrquica e interdependiente,
para alcanzar objetivos respecto de la poltica pblica" (Chaqus, 2004: 36,
las cursivas son mas).
269
2. Sustantivo
3. Lgico-positivista
4 . Economtrico
5. Fenomenolgico
6. Participativo/ Redes
7. Normativo / Prescriptivo
8. Ideolgico
9. Histri co
Lneas de investigacin
12
11
270
Polticas pblicas
Objetivo primordial
2. Sustantivo
3. Lgico-positivista
L___
>------
4. Economtrico
5. Fenomenolgico
6. Participativo / Redes
7. Normativo/ Prescriptivo
8. Ideolgico
9. Histrico
Lneas de investigacin
Las polticas pblicas son, como ya dijimos, un enfoque reciente para la
ciencia poltica en Iberoamrica, lo que implica que existen mltiples
opciones por explorar todava.12 Sin ser ajenos a las corrientes que en otras
partes del mundo adopte el enfoque, en Amrica Latina parecen perfilarse cinco senderos por donde los anlisis13 de las polticas pblicas estarn presentes en el mediano plazo:
)2
Aguilu (1992).
13
Estos nfasis no deben significar, sin embargo, que el enfoque pierda su carcter multidisciplinario. Se trata, ms bien, de lneas de trabajo que responden a los cambios que el continente
ha experimentado en la ltima dcada, donde las polticas pblicas tienen mucho que aporrar.
271
Evaluacin de polrr.cas
cientes en el uso de os
que deben desarrollarse,
trumentos tcnico-ad
polticas. Gobernar pomientas de evaluacin
lo que significa que deben
tos pblicos para ser
tentes y polticamente ~
modelos de evaluacin ad
es, sin duda, una verrien-e
para Amrica Latina.
14
272
lS
16
Al respecto, consltcnst
(1975), as como el ampbo co::::;;c=4
La Unin Europea es un
situaciones.
Polticas pblicas
implementadas
ogo, la negociacin
_ _...........es en las decisiones
que tuvo el Ejecutivo
_....,._...,os autoritarios, ya por
egada de la democracia.
es Legislativo y Judicial,
diferentes formas de co,
atender y estudiar. Temas
cuencas, la profesionalizacin
r~-ursos pblicos, entre otros,
:u en las agendas pblicas y ne,
o de las polticas. La disciplina
e leves, como en su interpreta,
que desempear en el papel de
racion en el anlisis est siendo
Polticas pblicas globales: uno de los lmites del enfoque, desde sus ini,
cios, tiene que ver con que se pens para sociedades donde el Estado,
nacin tena claros lmites geogrficos. Esto implicaba que se poda
hablar de polticas pblicas segn los pases analizados. La poltica
urbanstica francesa, la poltica energtica estadounidense, la polti,
ca medioambiental espaola, etc., eran ejemplos de ello. La globaliza,
cin, como se sabe, ha fracturado muchos de los supuestos que valan
para el anlisis tradicional de los Estados, y el enfoque de polticas
no es la excepcin. Hoy existen problemas pblicos compartidos por
dos o ms pases, regiones continentales enteras e, incluso, por todo el
planeta, lo que mueve a la necesidad de pensar polticas pblicas ms
all de los lmites nacionales. 16 Los obstculos y lmites para aplicar el
enfoque a estas realidades son muy desafiantes. Preguntas como las
15
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Gobernanza: el anlisis de redes est ligado indisociablemente al enfoque de gobernanza. Siguiendo de nuevo a Aguilar: 'el enfoque de
la gobernanza representa un cambio en la idea del gobierno y del
gobernar: el paso de un centro a un sistema de gobierno, y el paso de
un modo jerrquico de gobierno a uno ms asociativo y coordinador" (Aguilar, 2006: 79). Los estudios de redes no slo son una opcin metodolgica viable e interesante, sino que en la medida que se
consoliden, tendremos herramientas para visualizar si, como sucede
en otras regiones, podemos hablar efectivamente de gobernanza en
nuestros pases o seguimos bajo los parmetros analticos del (slo)
gobierno. Pensarlo en esa direccin nos brindara pistas para saber
el grado de cooperacin/ obstruccin que existe en las relaciones sociopolticas de nuestras dinmicas sociales o, lo que sera preferible,
nos ayudara a analizar y proponer acciones concretas para estimular la coordinacin necesaria y enfrentar mejor los problemas pblicos vigentes. Los estudios de caso son una opcin metodolgica que
tienen una muy favorable perspectiva en este sentido.
Conclusiones
El propsito de estas lneas ha quedado cumplido: el lector cuenta ahora
con algunas ideas generales del enfoque de polticas que requieren, para
mejor comprensin, una revisin a detalle de los textos aqu sealados
o de otros ms sobre el tema. Me quedan tres consideraciones finales.
Primero, el enfoque de polticas pblicas tiene mucho que aporrar
al entendimiento de las dinmicas sociopolticas actuales. Su mayor virtud es que, cuando se le visualiza desde una perspectiva ampliada, recoge la complejidad que caracteriza nuestros tiempos. Pensar en anlisis
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Polticas pblicas
de polticas pblicas significa meter en juego instituciones, organizaciones, actores y decisiones, lo que no slo resulta atractivo, sino necesario
para intentar miradas analticas integrales de lo que pasa en los albores
de este siglo XXI
Segundo, el nexo entre poltica (politics) y polticas pblicas (policies) es innegable. Su influencia recproca permite apostar "larga vida" al
enfoque. Las transformaciones que se viven en Mxico y en pases latinoamericanos bien se podran analizar con esta sugerente herramienta
analtica. Para ello habr que tener en cuenta que las polticas pblicas
se analizaran como variables dependientes o independientes. Esto es,
cuando nos interesa saber qu condiciones socioeconmicas y qu caractersticas del sistema poltico operan en la configuracin de las polticas, se les ve como variables dependientes (la poltica pblica determinada
por su entorno ms amplio); cuando, por el contrario, nos interesa ver el
impacto de una o varias polticas pblicas en la sociedad y el sistema poltico, procurando con ello entender los enlaces entre fuerzas socioeconmicas, procesos polticos y resultados pblicos, se les analiza como
variables independientes. Ambas formas de analizar las polticas mejoran
nuestro conocimiento sobre el funcionamiento social, por lo que habr
que estimular su estudio y aplicacin.
Tercero, habr que incentivar cada vez ms dilogos entre los que
utilizan y dominan herramientas cuantitativas y los que se apoyan en
anlisis cualitativos para el estudio de las polticas. La complejidad de
la que parte el enfoque obliga a que no se bifurquen las investigaciones
de polticas entre analistas tcnico-normativos y poltico-contextualizadores. El desafo para un inteligente uso del enfoque radica en la multidisciplinariedad, no en especializaciones ciegas o renuentes a incluir
variables y perspectivas analticas. Importa tanto la decisin pblica predecisional como la posdecisional. 17 Se requiere que se avance en ambos caminos, mas no aisladamente, sino de manera complementaria.
17
Aguilar (1997: 24) seala que 'el anlisis (de polticas) se ha caracrerizado por ser predeci
sional, y su propsito disciplinario ha sido mejorar la calidad y la eficiencia de la decisin;
mientras tanto, los esrudios de implementacin y evaluacin de politicas han puesto el
acento en el momento posdecisional, en el sentido de que, al decidir, hay que considerar y
anticipar las dificultados y complejidades que acarrea llevar a efecro lo decidido, a causa
de la intervencin de mltiples actores administrativos y polticos que por muy diversos
motivos toman partido a favor o en contra de la poltica".
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Lecturas recomendadas
Para visiones amplias e introductorias del enfoque, vase Aguilar (1992),
Howlett y Ramesh (1995), Parsons (1997), Mndez (2000), Lahera
(2002) y Roth (2006). Interpretaciones y anlisis del enfoque desde la
perspectivas europeas se encuentran en Meny yThoenig (1992), Muller
(2002) y Subirats et al. (2008). Trabajos desde la sociologa poltica se
encuentran en Lindblom (1991), Majone (1997) e !barra et al. (2002).
Referencias clsicas de una visin racional econmica se encuentran en
Weimer y Vinnig (1989), as como Albi et al. (1997). Para una visin
organizacional del enfoque, consltese Arellano, Cabrero y del Castillo
(2000). Anlisis recientes para Amrica Latina se ubican en un trabajo
del BID (2006), Garce (2007), Mariez y Garza (2009), Pardo (2006).
Destacados anlisis de polticas pblicas a nivel municipal se ubican en
Cabrero (2003; 2005). Sobre las actuales discusiones de gobernanza,
vase Cerrillo (2005), Aguilar (2006), Kooiman (2003), Porras (2007).
Un til diccionario sobre los conceptos e ideas ms representativas del
enfoque lo presentan Capano y Giulani (2002). Recientemente, Moran,
Rein y Goodin (2006) compilaron un panormico manual de poltica
pblica. La revista Gestin y Poltica Pblica del CIDE es una buena referencia para reflexiones tericas y empricas sobre el tema.
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