Antología para Ella
Antología para Ella
Antología para Ella
Escritor.
Eres catedral en la noche:
Al fulgor celeste,
Buscando el rostro divino
Mar montono.
El hasto de la monotona
Aqu entre las manos,
De soar y de beber
Al pasar, de Cruz, la va.
Del cosmos de tu anatoma
Despertar.
Somos el ave de cuatrocientas voces
Que no descanza,
Que sigue cantando hacia el alba.
Somos ensueo de la tierra muerta
Que no descansa,
Siempre despertando hacia el alba.
En la calle.
Camino diario.
Con la amargura tras el amanecer
Caminas empapado de sueo
Y caminas contra la luz
Bajo los torbellinos del florecer
Y sobre la tierra de los muertos.
Con el corazn en las rodillas
Cortas el cierzo
Para despertar a la blanca Luna,
Proposicin indecorosa.
Fragmento.
Fluyes como el fuego
Imprescindible de la vida,
Quemndola en cada uno
De sus pliegues.
Piensa en este bardo
De la esperanza marchita:
Me gusta mirarte
Me gusta mirarte y ver cmo eres
En la tristeza detrs de tus ojos
Y de tu vida, en los pliegues.
Preocupacin.
Dime Azucena:
qu es lo que trae tu invierno?
Dime qu es el hambre
Fragmento VII
Tu mirada me sabe a otra vida,
A tabaco rubio y fro en la ventana.
Me suenas a una meloda lejana
Cuando atrapan tus dedos mis mentiras.
Lucirnagas. (Fragmento)
VI
Tus ojos: clara piscina
Donde abreva el ideal.
Tu mirada: Un madrigal
De Gutierre de Cetina!
Amado Nervo.
Madrigal.
Ojos claros, serenos,
Si de un dulce mirar sois alabados,
Por qu, si me miris, miris airados?
Si cuando ms piadosos,
Ms bellos parecis a aquel que os mira,
No me miris con ira,
Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
Ya que s me miris, miradme al menos.
Gutierre de Cetina.
El poeta a su amada.
Amada, en esta noche t te has
crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi
beso;
y tu pena me ha dicho que Jess ha
llorado,
y que hay un viernes santo ms dulce que
ese beso.
En esta noche clara que tanto me has
mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en
su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda cada y el ms humano beso.
fluyes y no te mueves.
Inaccesible si te pienso,
con los ojos te palpo,
te miro con las manos.
Los sueos nos separan
y la sangre nos junta:
somos un ro de latidos.
Bajo tus prpados madura
la semilla del sol.
El mundo
no es real todava,
el tiempo duda:
slo es cierto
el calor de tu piel.
En tu respiracin escucho
la marea del ser,
la slaba olvidada del Comienzo.
Octavio Paz
Al Chumacero1.
La nia de Guatemala.
Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La nia de Guatemala,
La que se muri de amor.
Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmn: la enterramos
En una caja de seda.
...Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvi, volvi casado:
Ella se muri de amor.
Iban cargndola en andas
1 Ver Responso del peregrino.
Obispos y embajadores:
Detrs iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.
Poema XIV
Juegas todos los das con la luz del
universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el
agua.
Eres ms que esta blanca cabecita que
aprieto
como un racimo entre mis manos cada
da.
Antonio Machado.
Ausencia
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un leo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te haca campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos, que se devanaban,
en lanzaderas, delante tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueo,
y en tu recuerdo ms fiel ya me borro.