Enseñe y Predique La Palabra
Enseñe y Predique La Palabra
Enseñe y Predique La Palabra
ENSEE Y PREDIQUE
LA PALABRA
DE DIOS
Pasos prcticos y sugerencias sabias
para sembrar la Palabra de Dios
CHARLIE H. CAMPBELL
Ttulo del original: Teaching and Preaching Gods Word 2013 por Charles H.
Campbell y publicado por The Always Be Ready Apologetics Ministry, P. O. Box
130342, Carlsbad, CA 92013. Traducido con permiso.
Edicin en castellano: Ensee y predique la Palabra de Dios 2014 por Editorial
Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49505. Todos los
derechos reservados.
Traduccin: Jos Luis Martnez
Revisin: Ismaela Vargas y Dbora Vila
Ninguna parte de esta publicacin podr ser reproducida, almacenada en un sistema
de recuperacin de datos, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio,
sea electrnico, mecnico, fotocopia, grabacin o cualquier otro, sin el permiso
escrito previo de los editores, con la excepcin de citas breves o reseas.
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bblicas han sido tomadas de
la versin Reina-Valera 1960 Sociedades Bblicas en Amrica Latina; renovado
1988 Sociedades Bblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960 es una
marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo
licencia.
El texto bblico indicado con nvi ha sido tomado de La Santa Biblia, Nueva Versin
Internacional, copyright 1999 por Biblica, Inc. Todos los derechos reservados.
Las cursivas aadidas en los versculos bblicos son nfasis del autor.
Las palabras de Charles Spurgeon mencionadas en la pgina anterior se tomaron de
su sermn Antdoto contra las artimaas de Satans, predicado en 1858.
EDITORIAL PORTAVOZ
2450 Oak Industrial Dr. NE
Grand Rapids, Michigan 49505 USA
Vistenos en: www.portavoz.com
ISBN 978-0-8254-5618-3 (rstica)
ISBN 978-0-8254-6413-3 (Kindle)
ISBN 978-0-8254-7930-4 (epub)
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Impreso en Colombia
Printed in Colombia
RECONOCIMIENTOS
Muchos hombres han ejercido un papel importante en la formacin
de las ideas de este libro, demasiados para que los enumere aqu; pero
entre ellos destacan: Charles Spurgeon, G. Campbell Morgan, Martyn
Lloyd-Jones, F. B. Meyer, Richard Baxter, Ray Stedman, Warren Wiersbe,
Brian Brodersen, Greg Laurie, Chuck Smith, Alistair Begg, John MacArthur, Richard Mayhue, Haddon Robinson, John Stott, Bryan Chapell
y Al Mohler. Sus artculos y libros sobre el tema de la predicacin y el
ejemplo de su vida fuera del plpito han sido de gran beneficio para m.
Estoy tambin muy agradecido a mi esposa Anastasia y a nuestros
cinco hijos: Selah, Addison, Caden, Emerie y Ryland. Contar con su
amor, apoyo, oraciones y nimo mientras escriba estas pginas fue una
bendicin.
Mi ms profunda gratitud es para mi gran Dios y Salvador, Jesucristo. l me salv y contina sostenindome con su abundante gracia.
Mi mayor bendicin es conocerlo y darlo a conocer. l es la razn de mi
vida y de mis escritos, y es una bendicin servirle.
CON T E NIDO
La preparacin de la introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
31. Logre introducciones interesantes, cortas y claras.
32. Prepare la introduccin al final de su estudio.
La preparacin de las ilustraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
33. Utilice las ilustraciones con sabidura.
34. Evite emplear reiteradamente sus ilustraciones favoritas.
35. Use ilustraciones que en verdad cumplan un propsito
real.
36. Rehse traicionar la confianza de alguien en aras de una
ilustracin.
37. Evite ilustraciones en las que usted termina siendo el
hroe.
38. Utilice ilustraciones bblicas siempre que sea posible.
La preparacin de la aplicacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
39. Exhorte a los que ensea a que apliquen la Palabra a su
propia situacin y a que acten.
40. Evite guardar siempre la aplicacin para el final del
mensaje.
41. Incluya regularmente instruccin, recordatorios y
exhortacin sobre el Espritu Santo.
La preparacin de la conclusin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
42. Termine su enseanza con una poderosa conclusin.
El descanso del predicador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
43. Duerma bien la noche antes de ensear.
La predicacin del sermn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
44. Sea consciente de que predica delante de Dios.
45. Predique para que Dios sea glorificado.
46. Procure que cuando suba al plpito sus comentarios de
entrada sean breves.
47. Evite, cuando empiece su enseanza, sentir la necesidad
de repasar siempre su mensaje anterior.
POR QU ESCRIB
ESTE LIBRO
No conozco, en este lado de la eternidad, ninguna bendicin ms grande
que un hombre se ponga de pie semana tras semana con la Palabra de
Dios en sus manos y el Espritu de Dios en su corazn para proclamar
la verdad de Dios en la vida del pueblo de Dios. Qu bendicin es escudriar en profundidad su Palabra y luego llevar esos descubrimientos,
esos tesoros extrados, al plpito para que el Creador del universo los
comunique al pueblo!
Durante los ltimos veinte aos, Dios me ha bendecido con este
privilegio maravilloso. Lo disfruto mucho. Pero, por supuesto y estoy
seguro de que voy a escuchar un amn muy sincero de aquellas personas
que predican regularmente, no es tarea fcil. Algunos predicadores
hacen que parezca sencilla, pero todos los que la hemos llevado a cabo
sabemos que no lo es. La enseanza de la Palabra de Dios es un ministerio exigente por diversas razones.
Sabiendo que as es, todos los aos docenas de personas que se sienten llamadas a ensear la Palabra de Dios o que son nuevas en esa labor,
me hacen esta pregunta:
Qu consejo o recomendacin le dara a alguien como yo en
relacin con la preparacin y enseanza de un sermn?
No me hacen esta pregunta porque me consideren un gran predicador. Estoy seguro de que esa no es la razn. Creo que solo desean hablar
con alguien que lleva enseando ms tiempo que ellos con la esperanza
de recibir algn consejo til y palabras de nimo.
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de libros sobre este tema antes de que sus autores se animaran a escribirlos. Esas preguntas me acosaron como una jaura de perros salvajes
durante meses cuando yo oraba y pensaba en escribir este libro. Pero
qu va a hacer un hombre que lleva la carga en su corazn de escribir
sobre estas cosas? Decid poner mi mano en el arado, empezar con la
tarea y dejar que Dios lidiara con los perros. El libro que tiene en sus
manos es el resultado.
En las pginas que siguen encontrar docenas de sugerencias, ideas
y exhortaciones concisas y palabras de aliento para la preparacin y la
predicacin de sermones.
Cada captulo es completo en s mismo. Es decir, son independientes
unos de otros. Usted no tiene que comprender un concepto en un captulo anterior para entender algo en los que continan. Esto significa que
puede leer el libro en el orden que quiera. De hecho, la primera vez que
escrib los diferentes captulos, segu un orden completamente aleatorio,
a medida que determinados temas me venan a la mente. Y casi los dej
en el libro de esa manera. Fue cerca del final cuando, al establecer el
ndice del contenido, decid disponer los captulos en un orden determinado. Lo hice as con la esperanza de que fuera de mayor beneficio para
el lector, pero incluso ahora, mientras escribo estas lneas, me pregunto
si el libro no resultara ms divertido si la lectura de cada captulo fuera
por completo ajena al anterior y al siguiente. Sea como sea, lo animo a
leer todo el libro, pero no dude en consultar el ndice de contenido y buscar los captulos que considere de ms provecho, y esos lalos primero.
A propsito, escrib los captulos de forma concisa con la esperanza
de que al lector ocupado se le volviera ms fcil digerir el contenido del
libro a bocados pequeos.
En cualquier caso, mi estimado amigo, ruego a Dios que tenga a
bien utilizar este libro para ayudarle a usted mientras permanece con el
pueblo del Seor y lo alimenta durante su peregrinacin hacia el cielo.
Charlie Campbell
6 de marzo de 2013
Carlsbad, California
HA SIDO
USTED DOTADO
Y LLAMADO
A ENSEAR?
Todos los cristianos deberan buscar oportunidades para ensear a las
personas las Escrituras y hacer discpulos (Dt. 6:7; Mt. 28:19-20). Al
escribir a los creyentes en Colosas, el apstol Pablo los exhort:
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, ensendoos y exhortndoos unos a otros en toda sabidura, cantando
con gracia en vuestros corazones al Seor con salmos e himnos
y cnticos espirituales (Col. 3:16).
Por tanto, todos los creyentes deben ser maestros en algn sentido,
ministrando la Palabra de Dios unos a otros dentro del cuerpo de
Cristo, a nuestras familias, en nuestra esfera de influencia, etc. No obstante, Dios ha bendecido a la iglesia con ciertos individuos que l ha
dotado especficamente para que sean maestros. La Biblia afirma:
Y l mismo constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo (Ef. 4:11-12).
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A lo largo de este libro me refiero a los maestros de la Palabra de Dios con pronombres
masculinos. Bajo ningn concepto pretendo disminuir la importancia del papel que
desempea la mujer en el cuerpo de Cristo enseando a las mujeres y los nios (Tit.
2:3-4). Confo en que muchas mujeres que ensean la Biblia puedan encontrar nimo
y ayuda en las pginas de este libro.
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Por supuesto, existen muchas razones por las que las visitas nuevas no se quedan.
Quiz vengan de fuera de la ciudad. Tal vez no les guste la forma de adorar, la decoracin del templo, los asientos incmodos, la temperatura del local, etctera. Pero la gente
suele tolerar un buen nmero de deficiencias si la enseanza es buena.
21
J. Kent Edwards, Deep Preaching (Nashville, Tenn.: Broadman & Holman Academic,
2009), p. 44.
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Doy por sentado que todos los lectores de este libro han recibido el perdn de sus
pecados, han nacido de nuevo y viven reconciliados con Dios.
25
Michael Reagan es el hijo adoptivo del fallecido Ronald Reagan. Con frecuencia habla
en pblico acerca de su padre.
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2. Camine en santidad.
Sino, como aquel que os llam es santo,
sed tambin vosotros santos
en toda vuestra manera de vivir.
1Pedro 1:15
Si conocer y amar a Dios es de suma importancia para la vida del predicador,6 la santidad est ah, muy cerca de la cabeza de la lista. Estoy de
acuerdo con E. M. Bounds, que declar:
Lo que Dios necesita no es un gran talento o grandes estudios o
grandes predicadores, sino hombres grandes en santidad, grandes en fe, en amor, y en fidelidad, grandes para Dios hombres
capaces de predicar sermones de santidad en el plpito porque
viven vidas santas fuera de l. Ellos son capaces de moldear
una generacin para Dios.7
Estos hombres hombres grandes en santidad pueden moldear
una generacin para Dios. Si usted no es un hombre de Dios, se le va
a volver difcil pararse delante del pueblo de Dios para predicarle su
Palabra. Robert Murray MCheyne, influyente predicador escocs del
siglo XIX, expres: La mayor necesidad de mi pueblo es mi santidad
personal.8 Tiene razn. No existe una manera ms rpida para debilitar o hundir su ministerio de enseanza que transigir con el pecado.
Por qu el pecado perjudica tanto la capacidad para ensear de un
predicador? El pecado:
Vase el captulo 1.
E. M. Bounds, Power through Prayer (Chicago: Moody Prees, 1979), p. 14.
8
Mcheyne.info/quotes.php
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Pasar tiempo con las ovejas no solo las beneficiar a ellas, sino tambin favorecer su predicacin. Ser mucho ms fcil conocer las preguntas, necesidades, luchas y desafos de sus oyentes cuando usted se
relacione con su rebao.
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Wallace Benn, Preaching with a Pastors Heart: Richard Baxters The Reformed
Pastor en Preach the Word: Essays on Expository Preaching in Honor of R. Kent Hughes
(Wheaton, Ill.: Crossway Books, 2007), p. 134.
12
No solo diga: Orar por ustedes. Ore por ellos ah mismo!
13
Rueben Archer Torrey, How to Obtain Fullness of Power in Christian Life and Service
[Cmo obtener la plenitud del poder en la vida y en el servicio] (Wheaton, Ill.: Sword
of the Lord Publishers, 1897), p. 81. Publicado en espaol por Casa Bautista de Publicaciones.
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Muy cierto. Afortunadamente, Dios no le ha pedido que prepare sus sermones o se pare delante de su pueblo dependiendo de su propia fortaleza
(Ef. 6:10). La Biblia dice que la persona que sirve, cualquiera que sea su
capacidad, deber hacerlo mediante el poder que Dios le proporciona.
En 1Pedro 4:11 leemos:
Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno
ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en
todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la
gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amn.
Cmo se puede ensear conforme al poder que Dios da? Es necesario
ver que el poder es algo que Dios da, usted no tiene que fabricarlo por
su cuenta. La manera de acceder a ese poder es por medio de la oracin
(Lc. 21:36).
Antes de ensear, pido a Dios que me llene con el poder de su Espritu Santo. Le declaro que quiero ministrar con el poder que l provee
(Zac. 4:6). Le confieso que aparte de l, no puedo hacer nada (Jn. 15:5).
Oro pidiendo su ayuda. Oro por visin. Oro por humildad, valenta,
amor y para que recuerde bien lo que he estudiado. Oro pidiendo que me
d un mensaje claro para comunicar lo que l quiere que yo proclame.
Le pido que su pueblo resulte edificado, exhortado y consolado (1Co.
14:3). Oro para que los perdidos se salven. Le doy gracias por el privilegio de pararme frente a su pueblo para ensearle.
Entonces, confo en el Seor. Recuerdo que l ha prometido que
nunca nos dejar cuando salimos a ensear y a hacer discpulos (Mt.
28:18-20). Luego, me acerco al plpito y confo en que Dios va a bendecir
la predicacin de su Palabra (Is. 55:10-11). Incontables veces he sentido
que mi debilidad se converta en fortaleza porque Dios escuch mi oracin y respondi de acuerdo a su voluntad.
Ahora bien, contar con el poder del Espritu Santo no quiere decir
que los que se acercan al plpito pueden relajarse en su preparacin. Y
esto me lleva a mi siguiente punto.
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