Civilizacion Empatica

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La civilizacin emptica

Necesitamos una conciencia planetaria para resucitar la economa y


revitalizar la biosfera. Imposible? No, en absoluto. La ciencia demuestra
que el ser humano progresa reduciendo su egosmo y ampliando su
empata
JEREMY RIFKIN
EL PAS - Opinin - 19-03-2010

Dos espectaculares colapsos, separados por slo 18 meses, han marcado


el fin de la era contempornea. En julio de 2008, el precio del petrleo
en los mercados mundiales alcanz la cifra rcord de 147 dlares por
barril, la inflacin se dispar, y con ella todos los precios, desde los
alimentos a la gasolina, y el motor de la economa mundial se atasc. Lo
que precipit la crisis fue la creciente demanda de combustibles fsiles
de China, India y otras economas emergentes. La capacidad de compra
se desplom y la economa mundial se derrumb. Ese fue el terremoto
que hizo trizas esa poca industrial. El colapso de los mercados
financieros dos meses despus no fue ms que una rplica.

En diciembre de 2009, mandatarios de 192 pases se reunieron en


Copenhague para abordar el problema que supone la factura de entropa
acumulada de una revolucin industrial basada en los combustibles
fsiles: el gasto en CO2 que est recalentando y desequilibrando el
planeta hasta llevarlo a un catastrfico cambio climtico. Despus de
aos de preparacin, las negociaciones fracasaron y los lderes del
mundo fueron incapaces de un acuerdo.

La crisis radica en la concepcin de la naturaleza humana que rige el


comportamiento de los lderes mundiales y cuyos presupuestos surgieron

hace ms de 200 aos, durante la Ilustracin, en los albores de la


economa de mercado y de la era del nacionalismo. A los pensadores
ilustrados -John Locke, Adam Smith, Condorcet, etctera- les ofenda la
concepcin cristiano-medieval del mundo que, viendo en el hombre a un
ser indigno y depravado, aspiraba a la salvacin ultraterrena a travs de
la gracia de Dios. Preferan sumarse a la idea de que la esencia humana
es racional, distante, autnoma, ambiciosa y utilitarista, propugnando
que la salvacin individual est aqu en la Tierra, en un ilimitado progreso
material.

La concepcin ilustrada de la naturaleza humana se reflej en el recin


acuado Estado-nacin, cuyo objetivo era proteger la propiedad privada,
estimular el mercado y servir de intermediario a los intereses de la
ciudadana en el mbito internacional. Se consideraba que los Estadosnacin eran agentes autnomos envueltos en una incesante batalla con
otras naciones por la obtencin de ganancias materiales.

Si la naturaleza humana es como indicaban los filsofos ilustrados,


probablemente

estemos

condenados.

Imposible

concebir

cmo

podramos crear una economa mundial sostenible y devolverle la salud a


la biosfera si todos nosotros, en nuestra esencia biolgica, somos
agentes autnomos, egostas y materialistas.

Sin embargo, los ltimos descubrimientos sobre el funcionamiento del


cerebro y el desarrollo infantil nos obligan a repensar esos arraigados
dogmas.

Los

bilogos

los

neurocientficos

cognitivos

estn

descubriendo neuronas espejo, llamadas de la empata, que permiten a


los seres humanos sentir y experimentar situaciones ajenas como si

fueran propias. Parece que somos los animales ms sociales y que


buscamos interactuar ntima y amigablemente con nuestros congneres.

Por su parte, los cientficos sociales estn comenzando a reexaminar la


historia con una lente emptica, descubriendo as corrientes histricas
ocultas que sugieren que la evolucin humana no slo se calibra en
funcin del control de la naturaleza, sino del incremento y la ampliacin
de la empata hacia seres muy diversos y en mbitos temporales y
espaciales cada vez mayores. Las pruebas cientficas de que somos una
especie bsicamente emptica tienen consecuencias sociales profundas y
de gran alcance, y podran determinar nuestra suerte como especie.

Para resucitar la economa mundial y revitalizar la biosfera, lo que ahora


necesitamos es, nada ms y nada menos, que dar, en menos de una
generacin, el salto hacia una conciencia emptica mundial. La cuestin
es la siguiente: cul es el mecanismo que permite la maduracin de la
sensibilidad emptica y la expansin histrica de esa conciencia?

Los momentos cruciales que dan un vuelco a la conciencia humana


tienen lugar cuando nuevos sistemas energticos se conjugan con
revoluciones en las comunicaciones, creando nuevas eras econmicas.
Los nuevos medios de comunicacin se tornan mecanismos que rigen y
controlan la estructuracin, organizacin y gestin de las civilizaciones
ms complejas que los nuevos sistemas energticos posibilitan. La
primera revolucin industrial del siglo XIX, gestionada gracias a la
comunicacin

impresa,

dio

paso

la

conciencia

ideolgica.

La

comunicacin electrnica se convirti en el mecanismo rector y de


control de la segunda revolucin industrial del siglo XX, que marc el
inicio de la conciencia psicolgica.

Las revoluciones en las comunicaciones, al hacerse ms complejas, van


poniendo en contacto a cada vez ms gente dentro de redes sociales
ms amplias y variadas. La comunicacin oral tiene un limitado alcance
temporal y espacial, mientras que las comunicaciones manuscrita,
impresa y electrnica amplan el margen y la profundidad de las
interacciones sociales.

Al desarrollar el sistema nervioso central de cada individuo y del


conjunto de la sociedad, las revoluciones en las comunicaciones no dejan
de proporcionar escenarios cada vez ms incluyentes para la maduracin
de la empata y la expansin de la conciencia. Durante la primera
revolucin industrial, caracterizada por la imprenta y la conciencia
ideolgica, la sensibilidad emptica se extendi hasta alcanzar las
fronteras nacionales, de manera que los estadounidenses se identificaban
con los estadounidenses, los espaoles con los espaoles, los japoneses
con los japoneses, etctera. Durante la segunda revolucin industrial,
caracterizada por las comunicaciones electrnicas y la conciencia
psicolgica, los individuos empezaron a identificarse con otros de ideas
afines.

Hoy en da nos encontramos en la cima de otra convergencia histrica,


en una tercera revolucin industrial de la energa y la comunicacin, que
podra extender la sensibilidad emptica a la propia biosfera y a toda la
vida terrena. La repartida revolucin de Internet se est conjugando con
la diseminacin de las energas renovables, haciendo posible una
economa sostenible que se gestiona localmente con vnculos en todo el
mundo.

Durante

el

siglo

XXI,

cientos

de

millones

de

personas

transformarn sus edificios en centrales productoras de energa que

producirn in situ fuentes renovables, almacenndolas en forma de


hidrgeno y electricidad compartida, e intercambindolas a travs de
retculas

locales,

regionales,

nacionales

continentales

de

funcionamiento similar al de Internet. En el mbito energtico, al igual


que en el de la informacin, la difusin de fuentes de cdigo abierto dar
lugar a espacios de colaboracin energtica, no diferentes a los de ndole
social que en la actualidad existen en Internet.

Si conseguimos aprovechar nuestra sensibilidad emptica para instaurar


una nueva tica mundial habremos superado los distantes, egostas y
utilitaristas presupuestos filosficos que acompaaban a los mercados
nacionales y el orden poltico de los Estados-nacin, situndonos en una
nueva era de conciencia biosfrica. As, dejaremos el antiguo mundo de
la geopoltica para entrar en la nueva era de la poltica de la biosfera.
Esta nueva perspectiva va ms all de la tradicional divisoria entre
conservadores y progresistas que caracteriza la geopoltica actual de la
economa de mercado y el Estado-nacin. La nueva divisoria es
generacional y enfrenta el jerrquico modelo de organizacin familiar,
educativa, comercial y poltica con otro ms cooperativo y cosmopolita
que, en su funcionamiento y sus espacios sociales, favorece los mbitos
comunes del cdigo abierto. Para la generacin de Internet, la calidad de
vida se torna tan importante como la oportunidad individual.

Est surgiendo la civilizacin emptica. Las generaciones ms jvenes


estn llevando su capacidad de empata ms all de los credos religiosos
y la identificacin nacional, incorporando as a toda la humanidad y al
ingente proyecto vital que envuelve la Tierra. Pero nuestra prisa por
alcanzar la conectividad universal emptica tropieza con un gigante
entrpico en constante aceleracin: el cambio climtico. Podremos

alcanzar la conciencia biosfrica y la empata mundial a tiempo de evitar


el derrumbe planetario?

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