Teatro para Niños Anacleto Avaro
Teatro para Niños Anacleto Avaro
Teatro para Niños Anacleto Avaro
de Isidora Aguirre
Personajes:
Anacleto
Mariquita: Su empleada
El Notario
Don Pedro
Juana: Mujer de Pedro
Juan Malulo
La accin tiene lugar en la casa de don Anacleto. Hay una ventana al fondo. La entrada
es por un costado. Se escuchan afuera pregones del manicero y del que vende mote
con huesillos, y una meloda del organillero. Don Anacleto lee el diario en un silln.
Acto nico
Anacleto: Mariquita!. Mariquita!
Mariquita: (Entrando) don Anacleto?
Anacleto: Dale un peso al organillero y compra man.
Mariquita: No nos queda ni un solo peso, don Anacleto!
Anacleto: Bueno. Sigue con tus quehaceres, entonces!
Sale Mariquita. Se escuchan golpes en la puerta.
Anacleto: Mariquita! (Ella entra), asmate a ver quin est golpeando.
Mariquita: (Mirando Por la ventana) Ave Mara!. Es un seor desconocido, vestido de
negro de abajo arriba!
Anacleto: Abre la puerta.
Mariquita: (Lo hace. Entra el Notario, ella va hacia Anacleto y dice). Le abr!
Anacleto: Pregntale quin es.
Mariquita: (Al Notario). Pregunta don Anacleto que, quin es.
Notario: (Carraspea). Soy el honorable Notario de este pueblo.
(Ella se desplaza rpidamente con pasitos cortos de uno a otro)
Mariquita: Dice que es el honorable Notario de este pueblo.
Anacleto: Pregntale que, qu se le ofrece.
Mariquita: (Al Notario) Pregunta que, qu se le ofrece.
Notario: Vengo a darle una buena noticia y una mala noticia.
Mariquita: (Va hacia Anacleto). Viene a darle una buena noticia y una mala noticia.
Anacleto: Dile que me d la buena noticia y se guarde la mala noticia.
Mariquita: (Al Notario). Dice que le d la buena noticia y se guarde la mala noticia.
Notario:Pregntele si puedo hablar directamente con l.
Mariquita: (A Anacleto). Pregunta si puede hablar directamente con usted.
Anacleto: Dile que eres mi empleada de confianza y te pago, para que me sirvas.
Mariquita: Dice que soy su empleada de confianza y que me paga para le sirva,
aunque la verdad, seor Notario, es que me debe 33 meses de sueldo y si la cosa
sigue as, me voy a retirar en Marzo.
Anacleto: Cllate y vete, srvenos helados.
Mariquita: No hay helados, seor.
pero lo sabe el notario y lo contar. Hmmm. Debo comprar su silencio. Eso es, le dar
dinero para no lo cuente a nadie. Va a buscarlo, Mariquita.
Sale Mariquita y se la oye gritar: Seor Notario, seor Notario
Anacleto: (Solo) Los buques estn pasados de moda, comprar un submarino y un
avin a chorro. Claro que eso ha de costar carsimo... creo que me contentar con un
buen automvil. Un Mercedes Benz (Reflexiona un instante). No, no, es mucho gasto.
Un Ford me servir lo mismo. Hay que ahorrar un poco por millonario que uno sea. Y,
pensndolo bien, si compro un auto voy a tener que pagarle a un chofer, y piden un
sueldo muy subido, ms con lo exigente que estn ahora, no, pensndolo bien, deca,
conviene ms no comprar auto y usar los taxis. Es bastante ms cmodo. Slo que se
acostumbra uno y toma taxi a cada rato. Y eso es la ruina!. Lo ms prctico es
caminar, es un excelente ejercicio, digo para la salud... y ahorra uno en mdico y
medicinas. Claro que caminar tiene su pequeo inconveniente, se gastan mucho los
zapatos, y con lo caro que estn pidiendo para ponerles media suela, que le llaman...
No. Decididamente, si deseo conservar este dinerito, lo ms inteligente es quedarse en
casa, sentadito en mi silln. Y para lo que necesite, mando a la Mariquita... A
propsito?, por qu no vuelve?. Necesito comprar el silencio del Notario, ese gasto no
lo puedo evitar. No porque uno hereda unos cuantos millones hay que empezar a
gastar como loco. No, seor!(Entra Mariquita seguida del Notario). Ah! Ya regresa...
Seor Notario, tengo una proposicin que hacerle.
Notario: Lo escucho don Anacleto.
Anacleto: Es imprescindible mantener en secreto esto de mi herencia, los
milloncitos... De modo que...compro su silencio!
Notario: Ofrezca.
Anacleto: Pida usted.
Notario: No, usted, don Anacleto.
Anacleto: Usted, seor Notario.
Notario: Diez mil pesos.
Anacleto: Ni muerto!
Notario: Nueve mil novecientos noventa y nueve...
Anacleto: Eso me parece ms razonable, pero an me parece demasiado.
Notario: Ofrezca usted.
Anacleto: Mil pesos... quiero decir, cien... mejor, diez pesos.
Notario: (Indignado) Diez pesos?. Qu quiere que haga con diez pesos?
Anacleto: Puede usted comprar diez cosas de a peso.
Notario: No hay nada que se pueda comprar por un peso!
Anacleto: Est bien: cien pesos!. Y ni una palabra ms.
Notario: De acuerdo. (Aparte a Mariquita). Este se volvi podrido de avaro.
Anacleto: Entonces jura usted no contar a nadie que soy millonario?
Notario: Juro.
Anacleto: a nadie!. Ni siquiera a m mismo!
Notario: Ni siquiera a usted mismo.
Anacleto: Ni a usted mismo?
Notario: Ni a m mismo.
Anacleto: Bravo. Trato hecho. Queda comprometido por el juramento.
Notario: Y... el dinero?
Anacleto: Qu dinero?
Notario: Iba usted a comprar mi silencio.
Anacleto: Ja ja ja!. Oste, Mariquita?. Yo, comprar algo tan intil como el silencio?.
No se ve, no se toca, no se oye... ja, ja, ja, por quin me toma?
Notario: Dme Ese dinero!
vaca, burro y otros animales a mi marido en lugar de ayudarlo. Sepa usted que
nadie ms que yo tiene derecho a insultarlo. De modo que me va a pedir perdn en el
acto!
Anacleto: En el acto.
Juana: Bueno, hgalo, entonces. O quiere que le pegue?
Anacleto: Pegue... (Ella le pega, persiguindolo por el cuarto a escobazos). Socorro,
socorro, fue culpa de la magia... magia
Juana: Qu magia magia!. Vaya tipo raro. Ya, ya, pida perdn, o quiere que le siga
pegando?
Anacleto: (Afligido) Siga pegando... (Para s, murmura). Maldita magia... magia.
Juana: Miren qu gusti tan raro. Bueno, para m es un placer. Ms?
Anacleto: Ms! (Recibe ms escobazos)
Juana: Ms?
Anacleto: Ms... (Se cubre la boca a dos manos)
Juana: (Al pblico). Divertido el viejo. le encanta que le peguen (Al pegarle se le cae
a Anacleto la bolsa). Y esto qu es?. Parece que es dinero...
Anacleto: Es dinero...
Juana: Caramba. Y se dira que es muchsimo dinero...
Anacleto: Muchsimo dinero.
Juana: y... es suyo?
Anacleto: (Con intenso dolor) Es suyo...
Juana: Pero compadrito, no me diga, est seguro? Yo creo que es suyo.
Anacleto: Es suyo (lo dice con una voz llorosa)
Juana: Pero qu suerte la ma!. Tantsimo que necesitaba dinero. Pero no se estar
burlando... A ver, repita que este dinero es un regalo.
Anacleto: (Idntico). Es un regalo... (Llora)
Juana: De veras?
Anacleto: De veras.
Juana: No lo puedo creer... As es que todo este dinero es mo?
Anacleto: Es mo!. Es mo! (Deja de llorar, salta de gusto). Me salve, me salv!
Juana: Cmo que suyo?. Si me lo acaba de regalar, pues, compadre. Supongo que es
una broma.
Anacleto: (Sufre de nuevo) Una broma, una broma...
Juana: Qu alivio!. Cre que se haba arrepentido. Oiga, me lo regala todo?
Anacleto:Todo...
Juana: En serio, todito?
Anacleto: (Lloroso) Todito...
(Cae desmayado en el silln. Juana lo besa en la frente y va hacia la ventana)
Juana: (Sale gritando hacia fuera) Pedro, Antonio, Jos, seor Cura, Vengan todos
para contarles la buena noticia...
(Unas Caras de cartn empiezan a asomarse desde fuera a la ventana)
Anacleto: (Volviendo del desmayo, busca su bolsa). Socorro, al ladrn!. Me han
robado mis millones... millones... Maldita magia, maldita magia (Se pega en la boca, y
en la lengua).(Entran Juan y Pedro)
Juana: Don Anacletito, dgale a Pedro la verdad, no me quiere creer, dgale que es
verdad.
Anacleto: Es verdad...
Juana: Oste, Pedro? (A Anacleto). Pedro no me quera creer que usted es tan bueno
que se dej castigar, que hasta me peda ms golpes. Y para expiar faltas pasadas, me
regal todo su dinero. Jess, qu hombre tan desprendido!. (Abraza a Anacleto que la
mira atontado sin poder creer lo que le pasa). Es un hroe, un santo, un mrtir!. Por
favor repita, para que Pedro me crea, que lo que acabo de decir es la pura verdad!
Anacleto: La pura verdad... (Los mira como atontado, incapaz ya de reaccionar)
Don Pedro: (Sacude su mano y palmotea su espalda) Pero, don Anacleto, esto es un
milagro!
(Anacleto empieza a sentirse conforme)
Anacleto: Un milagro!.
Juana: Un hroe!. Es capaz de darlo todo!
Anacleto: Todo!
Don Pedro: Se merece una estatua en la Plaza!
Anacleto: En la Plaza?
Juana: (Enternecida) Mrenlo, qu modestia!. Cmono!. Una estatua en la Plaza del
pueblo, y la inauguraremos con banda de msica (Alza la mano). Ser as tan alta!
Anacleto: Tan alta?
Juana: Pero Qu humilde... Le parece demasiado?
Anacleto: Demasiado...
Don Pedro: Pero se lo merece, don Anacleto, porque ese dinero que usted nos regala
lo repartiremos a los necesitados de este pueblo, haremos pavimentar las calles,
pondremos luz elctrica, construiremos escuelas miles de cosas...
Anacleto: (Empieza a sentir entusiasmo). Miles de cosas!
Juana: Y usted, pobrecito, se ha quedado sin nada!
Anacleto: (Con tristeza) Sin nada...
Don Pedro: Se equivoca, compadre: la Juana se lo fue a contar a todos en el pueblo y
estn haciendo una colecta para traerle cada da todo lo que necesite y de cuidar de
usted como el hroe de este lugar... Es ms quieren nombrarlo Alcalde!
Anacleto: (Ahora sin ocultar su felicidad). Alcalde...!
Juana: No oye? Ya estn aclamndolo... asmese a la ventana.
Anacleto: A la ventana. (Va a la ventana)
Voces de afuera: Viva don Anacleto!. Viva!. Queremos tener a don Anacleto de
Alcalde!. Viva el benefactor del pueblo!
Anacleto: Benefactor del pueblo!... (Al pblico). Soy el hombre ms popular... ms
popular de este pueblo, de este pueblo...
Don Pedro: Y bien, don Anacleto, vamos a ir a prepararlo todo para la fiesta de esta
noche, una fiesta en su honor, donde Anacleto, para agradecer que lo haya dado todo
para el pueblo.(Sale seguido de Juana)
Anacleto: (Orgulloso, repite). Todo para el pueblo! Ja, ja, ja... No tengo un centavo,
pero me siento feliz... qu raro... raro. (Toma el fono) Juan Malulo!... Malulo... (Un
fogonazo, humo y aparece Juan Malulo). Lbrame de la magia, ya no la necesito,
Necesito.
Juan Malulo: (Al sacar Anacleto su lengua hace unos signos sobre ella
repitiendo) Rooni trifolati al crostino", magia desaparece... (Re, contento). Ahora
cuenta, parece que result. Te fue bien?
Anacleto: Esplndidamente!
Juan Malulo: No lograron sacarte ni un centavo?
Anacleto: No tuvieron que sacarme nada, les regal todo el dinero!. Y me siento
feliz!
Juan Malulo: (Al pblico) Diablos... parece que fall la magia. No deb experimentar
con magias nuevas. (A Anacleto). Por culpa de la magia tuviste que regalar los
millones?. Perdona, te har otra magia para que los recuperes...