Malas Madres
Malas Madres
Malas Madres
Introduccin
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Este artculo forma parte del marco terico conceptual del proyecto de investigacin que tiene el mismo ttulo y que ser coordinado, de manera compartida, por
la autora de ste y por la doctora Mara Eugenia Surez de Garay, ambas investigadoras del Centro de Estudios de Gnero de la Universidad de Guadalajara.
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Verlo de esta manera no implica negar la obvia presencia de factores biolgicos
en la concepcin, el embarazo, el parto y la lactancia. Sin embargo, en nuestros das
las posibilidades reales de evitar o suspender un embarazo son tan accesibles en
trminos generales, que no hacerlo supone un acto de voluntad, aunque los motivos
permanezcan inconscientes.
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Claro que en este punto nos referimos a la maternidad biolgica, pero podramos afirmar que la maternidad no biolgica tambin se vive desde los mismos
parmetros, lo cual confirmara nuestra hiptesis respecto a que la prctica social se
superpone a los determinantes biolgicos de la maternidad.
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abuso y otros males que los harn padecer una enorme serie de limitaciones, sufrimientos y dificultades. Por otra parte, no existen tampoco
instituciones suficientes ni mecanismos sociales claros para atender las
necesidades de los nios que carecen de padres que se hagan cargo de
ellos, lo cual, por un lado, sobrecarga el papel de la madre biolgica y,
por otro, crea condiciones de mucha vulnerabilidad para la infancia.
En trminos sociales, los efectos son mltiples. Por el lado de las
mujeres se puede mencionar la sobrecarga del esfuerzo y la responsabilidad de la crianza de hijas e hijos producida por la ausencia de reflexin sobre la maternidad como prctica que compete a toda la sociedad,
as como las dificultades prcticas para que las mujeres madres se desarrollen profesionalmente y cuenten con igualdad de oportunidades en
todos los mbitos. Por otra parte, tambin hay efectos relacionados con
la infancia, tales como el abandono, las nias y nios de la calle, y otros
conectados con stos, como el trfico de menores y la violencia y abuso
de los mismos.
Finalmente, no ver la maternidad como una cuestin de gnero
impide contar con polticas pblicas realmente efectivas para la atencin de las mujeres y de la infancia, tanto en el plano de la salud y los
derechos reproductivos, como en el plano laboral y de los soportes
institucionales para una saludable atencin de la reproduccin social.
Es sorprendente, por otra parte, que en todo lo que tiene que ver con la
maternidad como fenmeno sociolgico, no se establezca nunca el vnculo con la importancia de que se trate de una experiencia subjetiva
realmente voluntaria y gustosa.4 Mientras esto siga dejndose de lado,
no habr manera de lograr una verdadera planificacin de los embarazos ni de controlar los efectos negativos que actualmente padecemos.
De la misma manera, mientras se siga creyendo que la maternidad es
algo que solamente corresponde a las mujeres y no se logre verla como
una funcin simblica y social, no habr solucin a los conflictos que
presenta este fenmeno.
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Ms que cuando se trata de culpabilizar a las mujeres madres por los conflictos de los hijos.
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El imaginario de la maternidad
Trabajar sobre la dimensin de lo imaginario permite reconocer el peso
de ese otro lugar de produccin de sentido que se diferencia de la realidad e incorporar el juego social de los fantasmas y el deseo. La dimensin imaginaria determina la cultura como ese espacio simblico capital
para la construccin de las identidades subjetivas y colectivas que son,
al mismo tiempo, el resultado y la va por la cual se percibe la realidad. Dicha dimensin se compone de smbolos en distintos registros:
en el de las imgenes propiamente dichas, pero tambin en el del
lenguaje y en el de las prcticas sociales, formando as un texto social
complejo y de difcil lectura.
Afirmamos que el proceso de construccin social de la maternidad supone la generacin de una serie de mandatos relativos al ejercicio de la maternidad encarnados en los sujetos y en las instituciones, y
reproducidos en los discursos, las imgenes y las representaciones,
que producen, de esta manera, un complejo imaginario maternal basado en una idea esencialista respecto a la prctica de la maternidad. Como
todos los esencialismos, dicho imaginario es transhistrico y transcultural, y se conecta con argumentos biologicistas y mitolgicos. De aqu
es de donde se desprende la produccin de estereotipos, de juicios y de
calificativos que se dirigen a aquellas mujeres que tienen hijas o hijos y
que stas mismas se autoaplican.
Respecto a los estereotipos, encontramos primero la idea de La
Madre, esa representacin ideal, abstracta y generalizadora que motiva
los monumentos, las loas y los refranes (madre slo hay una, etc.) y
que encarna la esencia atribuida a la maternidad: el instinto materno, el
amor materno, el savoir faire maternal y una larga serie de virtudes derivadas de estos elementos: paciencia, tolerancia, capacidad de consuelo, capacidad de sanar, de cuidar, de atender, de escuchar, de proteger,
de sacrificarse, etc. A partir de esta Gran Matriz representacional, se
producen dos otros estereotipos: las buenas madres y las malas
madres que, en trminos generales, nacen del grado de acercamiento o
de alejamiento a esa primera idea de La Madre. Es importante notar
que esta representacin, aunque incluye el sobreentendido de que La
Madre es una mujer, no incluye la idea de persona, ni la de ser humano. Como si toda la subjetividad de quien cumple la funcin materna
se redujera a ser madre.
El proceso de construccin de estereotipos es responsable de la
produccin simultnea de ambas caras del mismo fenmeno. Es decir,
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incognoscible en el deseo materno, el sentido mentado de la experiencia se ve sistemticamente ligado, por una parte, a emociones, afectos y deseos poco explicitados y, por otra, a mandatos sociales vinculados
a tradiciones, costumbres, normas y creencias, tambin poco explcitos
y que forman parte de las prcticas discursivas de gnero.
Adems de la necesidad de identificar los lineamientos de esas
construcciones sociales, lo fundamental es rastrear, por una parte, los
presupuestos sobre los que stas se basan y, por otra, sus efectos concretos reales. Uno de estos efectos es que la maternidad, en tanto prctica irreflexiva, es tambin una prctica derivada de la presin normativa,
o de la necesidad de sostener la estabilidad de la costumbre en
trminos weberianos. Esto produce una vivencia extremadamente
ambivalente o francamente negativa de la maternidad, que genera impactos sociales en la necesaria funcin de la reproduccin social y en la
produccin de individuos sanos y capaces, adems de producir situaciones conflictivas tales como el maltrato de los hijos, el abandono de
stos y hasta su asesinato. Entre dichas situaciones, se pueden sealar
las siguientes:
En todos los pases de Latinoamrica el ndice de nios de la
calle ha llegado a ser alarmante, al igual que el de los menores abandonados, maltratados y asesinados. De esto nos han informado abundantemente los medios de comunicacin, as como los informes de la UNICEF
y otras agencias internacionales.
En Mxico, un informe del gobierno del Distrito Federal (DF) y el
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) difundido en febrero del 2002, seal que ms de 14 000 nias y nios viven y trabajan
en las calles y espacios pblicos de la Ciudad de Mxico. De acuerdo
con el reporte, 75% de las y los menores desamparados son adolescentes de 12 a 17 aos de edad, poco ms de 1 500 viven su primera infancia
(de 0 a 5 aos) y el resto oscila entre los 5 y 12 aos. El documento
sostiene que la mayora de los llamados nios de la calle ha sufrido
maltrato o abandono familiar o son hurfanos, y estn expuestos a explotacin laboral y sexual. El ao pasado, UNICEF situ en 16 000 la cifra
de nias y nios vctimas del comercio sexual en Mxico y se calcula
que al menos 2 500 son del DF.5
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En distintos pases se puede observar en la prensa la consternacin general por el enorme nmero de nios abandonados (o expsitos)
que crece cada vez ms. En algunos pases, se comienza a trabajar en la
modificacin de las leyes penales que se refieren a las madres abandonadoras, como respuesta al hecho de que no se puede disuadir a las
mujeres para que no abandonen a sus hijos, pero s, probablemente,
forzarlas a hacerlo en mejores condiciones para los nios abandonados.
De manera igualmente abundante, la prensa nos informa con
frecuencia de los casos de nios maltratados por sus madres y que
terminan en hospitales y centros de atencin.
El trfico de menores, ya sea para su venta o para adopciones
ilegales, es un fenmeno que tiene su base en madres que se deshacen
de sus hijos de distintas maneras y por distintos motivos, incurriendo
en delitos federales que estn en proceso de tipificacin.
Los casos de mujeres que matan a sus hijos son siempre causa
de horror y escndalo, y la mayora terminan en consignaciones por el
delito de filicidio (De Barbieri, Malvido y Torres Arias 1992). Sin embargo, no son pocos estos casos y habra que estudiar sus races y buscar la
manera de prevenirlos.
Las estadsticas sobre el nmero de abortos en nuestro pas, aunque poco confiables por la naturaleza clandestina de esta prctica, hablan de que las mujeres estn dispuestas a asumir cualquier riesgo para
poder decidir sobre sus cuerpos y sus destinos, y cada vez es ms
obvio que un embarazo no deseado no representa un hecho que se acepta como algo inevitable o como algo que puede convertirse, en algn
plazo, en algo positivo y aceptado.
Es importante notar que todos estos hechos han sido clasificados
como delitos penales en la legislacin mexicana y en las de otros pases, con un peso diferente en las sanciones en el caso de las mujeres y
de los varones. Adems, se han creado figuras/estereotipos tales como
las madres desnaturalizadas, las malas madres y otras que se basan, en
lo esencial, en la valoracin de estas mujeres como carentes del natural y por lo tanto esperado instinto materno, y su derivacin, el
amor materno. Estas categoras ya han sido estudiadas y elaboradas como
construcciones histricas que obedecen a necesidades sociales del contexto en el que surgen (Badinter 1980; Knibiehler 2001).
De esta manera, los estereotipos de la maternidad son piezas bsicas del discurso de gnero, entendido ste en su triple dimensin de
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Organizacin de las Naciones Unidas, Informe de la Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Social, Copenhague, 6 a 12 de marzo de 1995. Difusin por Internet de
Naciones Unidas con la clave: A/CONF.166/9, 19 de abril de 1995.
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Consideramos que comprender las dimensiones simblico-sociales de la construccin de la maternidad como pieza fundamental del
imaginario de gnero permitira esclarecer elementos para develar esas
causas subyacentes y estructurales de la desigualdad social entre los
sexos, as como para prevenir los graves efectos sociales de una prctica
social de la maternidad en condiciones adversas. De esta manera, se
podra colaborar en la construccin de una nueva tica que permita
construir una concepcin de reproduccin que reconozca las especificidades de las condiciones femenina y masculina, y que contribuya a
prevenir situaciones sociales conflictivas, tales como el sometimiento
de las mujeres a situaciones forzadas y enfermizas que desembocan en
situaciones como la prctica masiva del aborto en situaciones insalubres e inhumanas, o como el abandono y el maltrato de nios y nias,
el filicidio o la explotacin de infantes. Igualmente, permitira avanzar
en el planteamiento de nuevos marcos ticos para la vivencia de la
parentalidad, para el diseo de polticas pblicas que incidan en la funcin de la reproduccin social, y se podra comenzar a perfilar el significado social de la infancia en nuestro contexto cultural y a buscar vas
para fomentar la responsabilidad social frente a sta.
Por otra parte, el tema de la construccin social de la maternidad
se relaciona con dos reas de investigacin concretas: la primera tiene
que ver con las polticas pblicas hacia las mujeres, tanto en relacin
con la evaluacin de las polticas y programas ligados con la salud
reproductiva, como con la defensa y reivindicacin de los derechos sobre el propio cuerpo. La investigacin seria en esta lnea podra proporcionar bases para legislar aspectos de atencin a las mujeres y a la infancia,
as como para generar polticas de atencin a aspectos especficos relacionados con la prctica social de la maternidad. La segunda rea de
investigacin es la de la cultura y las representaciones de gnero, ya
que estamos precisamente hablando de cmo se construyen imgenes
de las mujeres sobre la piedra angular del fenmeno de la maternidad
y cmo esta construccin se realiza desde registros culturales diversos y
entrelazados, conformando un orden discursivo compacto y efectivo en
la produccin de diversos efectos sociales.
Dada la amplitud del tema, nuestra investigacin se propone iniciar por uno de sus ngulos: por las llamadas malas madres, categora entendida como el negativo de la construccin social de la maternidad
en nuestro medio y que, al construirse, produce por oposicin maniquea
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