La Argentina Del Ochenta Al Centenario
La Argentina Del Ochenta Al Centenario
La Argentina Del Ochenta Al Centenario
EZEQUIEL GALLO
(compiladores)
La A1.rgentina
del Ochenta
al C<ntenario
lnea
EDITORIAL SUDAMERICANA
JJUENOS AIRES
eri,
fr-ontera
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Sur
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otro, igualmente extenso, sobre los nuevos territorios que han sido
sometidos al dominio de la nacin por la accin de su gobierno y
el es foerzo,1:_de sus soldados. Hace catorce aos que empezaba un
Tvliniste1io proyectando la ley de tierras que hoy rige en esta provincia.
Los proyectos de 1880 dividen, catorce aos despus, la Patagonia
en secciones y cnsignan reglas para acer pasar al dominio privado
.
las 1ierrns del Pas de los Manzanos, los territorios casi desconocidos
del Colorado y los fabulosos, hasta ahora poco conocidos, del Ro
Negro. Estos son los mejores materiales del camino recorrido por
nuestro pas dominando su propio territorio. En cuanto a m, puede
decirse con verdad que mi vida poltica en uno de los focos de su
accin extelior se ha desenvuelto entre estas dos leyes de tierras". 12
Pero si ello no bastara para sealar que fue un programa de go
bierno, citemos, nuevamente, la opinin del propio Avellaneda en
pginas ntimas escritas despus de abandonar la presidencia: "La
idea o el plan de llevar la frontera al Ro Negro no es nueva. Perfecta
mente.. fvli mensaje refiere que se pens en esto desde el siglo pasado
y que desde entonces el proyecto ha tenido grandes defensores. As,
. todo esto es viejo, bien viejo. Est dicho y ha sido confesado desde
el ptimer momento. Pero hay una cosa nueva, muy nueva, aunque
protesten son los celos personales. Hay una cosa muy grande, aunque
se alarme todo lo pequeo. Lo nuevo y lo grande es realizar e/,pensa
miento y ste ser realizado". 13 As fue, pues, ese pensamiento reali
zado poco despus en medio de graves cuestiones internas, lo que
otorga ms valor a esa voluntad de realizacin. Por el.lo terminaba
notando Avellaneda: "La supresin definitiva de la lnea de fronteras
interiores no fue una obra popular, sino una obra de gobierno; y es
por lo tanto contradictorio excluir al jefe mismo del gobierno, es
decir, a aquel bajo cuya responsabilidad directa y personal se ejecut
la obra. Puede decirse por accidente que el Presidente de la Repblica
no ha tenido participacin ostensible en tal o cual acto; pero no puede
esto decirse respecto de una obra a la que fue necesario centrar.toda la
atencin que dur cuatro aos, y a la que se aplicaron todos los recur
sos de la administracin y todos los resortes del gobierno ... Ha
habido una campmza poltica para sostener cuatro aos contra la
incredulidad y la discusin. Una campaa financiera para buscar
recursos pecuniarios, sin los que nada se habra hecho, y buscarlos
en medio de la crisis. Una campaa legislativa para hacer sancionar
ocho leyes. Una campa11a de responsabilidad pblica y de peligros
personales, alejando el ejrcito e internndolo en el desierto en medio
de la:; revoluciones anunciadas para cada da" . 14 Nada ms concluyen
te para comprender que lo ejecutado de 1876 a 1880 fue ante todo
obra ele un plan ele gobierno, consciente, responsable y firmemente
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mentas oficiales, en las dos obras del Comandante Manuel Prado: Guerra al
Maln (1877/79), y Conquista de la Pampa, Hachette, Buenos Aires, 1960.
Tambin se leen con provecho las crnicas del Coronel Jos Daza, Episo
dios Militares (Vicente Davoqui, E:uenos Aires, 1908), y las pginas de reminis
cencias de Ignacio Fotheringham, La vida de un soldado, Buenos Aires, 1910,
dos volmenes.
10
NOTAS
I
por Adolfo Alsina. Imprenta del Porvenir, 1877. La segunda edicin es de Eude
ba, de 1977. All se incluye el mensaje citado en pginas 19/25.
Esta i'vfemona constituye un valioso doct ...-,!to, rico en informaciones de
toda ndole y pieza fundamental para juzgar el proceso de expansin de la
frontera Sur.
4
Ibdem.
5
Estas Instrucciones como los partes de cada Divisin, con sus correspondien
tes Diarios de Marcha se encuentran incluidos en la Memoria Especial del Milli
terio de Guerra y Marina, 1877.
i
en la Jdemoria Especwl. op. cit., en pgs. 289 a 300. Las Obras Complementarias
estnbn.n a cargo del ingeniero Alfredo Ebelot.
Fue Ebelot, al margen de su labor profesional, un escritor de amplia
produccin, un fino y agudo observador de la vida argentina. Como
consec11encia de su participacin en la campaa de Alsina escribi para la
Re111e des De11x 1l1ondes unas amenas y detalladas crnicas reunidas, al traducir
se, con el tftulo Relatos de la Frontera (Solar-Hachette, Buenos Aires, 1968)
:d que el lector podr recurrir para obtener un cuadro vvido de esa campaa.
O Memoria Especial, op. cit., pg. 50.
'' Algunns ei:cenos de esta campaa y de la posterior dirigida por Roca se
haUan It:clnctadas con una minuciosidad y un colorido que no poseen los docu-
una imagen a gusto del personaje a cuyo servicio se encontraba, siendo artfices
de esa imagen dos sagaces y bien dotados periodistas como lo fueron Olegario
V. Andrnde y Maria.no ele Vedia.
11 Nicols Avellaneda, op. cit., To.110 VI, pg. 228.
12 Ibdem, pgs. 9 y 10.
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De las cinco Divisiones, dos fueron las que, adems de atravesar zonas
geogrficas poco o nada conocidas, tuvieron que avanzar librando recios comba
tes con la rnsistencia india, adems de padecer obstculos y dificultades imprevi
sibles. Fueron e.Uas las comandadas por Eduardo Racedo y Napolen Uriburu.
La marcha de la tercera Divisin se encuentra narrada en la obra de su jefe el
Coronel Eduardo Racedo, La'conquista del Desierto. Memoria militar y descrip
tiva (Comisin Nacional del Monumento al Teniente General Roca, Buenos
Aires, 1940, tercera edicin). Estt: libro de Racedo junto con el de Olascoaga
conforman las dos piezas bsicas de la campaa dirigida por Roca.
16 La marcha del Cuartel Genera:, que acompai'iaba al general en jefe se halla
Monseor Antonio Espinosa, L., Conquista del Desierto. Diario del Capelln
de la Expedicin de 1879, Comisin Nacional del Monumento al teniente
1879,
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1880
LA FEDERALIZACION DE BUENOS AIRES
Natalio R. Botana
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de Buenos Aires, -viejo espe-ctro alberdiano que no parecia dispuesto
JI trii"-sTerir su Sl'benma a una comunidad poltica ms amplia. D.\mm:
te dos dcadas, mientras eje,rcieron. la presidencia de la Repblica,
Bartolome -rvrftr, Domingo F. Sanniento y Nicols Avellaneda, la
Arg_-......t1.!:!.9....&.:9:_.P..QI.....).ITL rgimen. p.9lf!J.v.-:cuyos.. .r.a.:s?.S.
ms significativos puede n resumirse as: dos_pode.-?..<l__!;s,._:-
nos Aires v En trc Ros- celosos de su autonoma y libe.rtaa frente al
Gooern_o_Nacrni'rni--(U:.'lo..f1:1lfr.lfaprJ(}1e.'.agi;-gt:iiinii\iii.ff:
gri:11.
_ o.;Ja:proviicia:A.:t:ti:a,;,?.--4$! ...s.te..9... e.nmm.ps.. \t.l2..I!l:..9P.:i.i);
y unriferiiCa.e-p/ovldas. qe hi.b a,ne:qieIjme,,nJad(Ll.O! eetos de
FEDERAL1ZAJCIN DE BUENOS AIRES
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NATALIO R. BOTANA
Nacional. En un
.. ----despti
- caso, las provincias controlaban los excesos
-- el
cos de las instituciones centrales y, en la circunstancia
inversa,
- . puso. en tela
djuicio la. 1--_3:d _constituconal _ hasta __ qUe ,. ;i.elto e(pi- ci.omfuio
porteo en. Pavn, Bartolom Mitre afr(?}.1:t{>._e!.. P. !)_ema 9.).f-pj_tal
de la Repblica insp:ltado por un propsito semejante al de Bemardino
Rivadavia_. Mientras dur el rgirnen _de Ja .Confe_4ri",:.c9;is.}nto
en Paran, los recursos de pod e r de ese Gobie rno Nacio11a.J...e.i:an
tributarios de la provincia de Entr e Ros que
lo sustet:ba. La victoria
,-""
Ai;-s:-Ese...
109
ar,;o.\lt;t;rIr:r-Jl;?:f!::frt::nt:?l-t1Nt@fut:; 7
fr ente a las pro11in_cias ferie.,...P.,C?.r !;:_l. otro }:tib.a . logr:.ado ..w:iponer
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su __ so:!!J---R!".!.!2 ..i-}?S:mtt!!:l}::i.911..P.!.QYjnCial.
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:Os frmulas
pre side Buenos Aires y fa" m"ayrfa''fo'
las provincias:
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NATAL10 R. BOTANA
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polticas qe- rpres'tib..
Avellaneda y Alsina d_i9_J:1:!;&llr a una
frn!!!lunUt.ta.e.n.Ja._c.ual, junto_._gn la.. tr..9i!?J.9.V..- Lr,gU:ifl preside="
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ca!_, <::_nviya. un No ms acorde con
el rgimen de gabinete: una
personalidad doij:n_a1!.t....qi:ie'scine;ab-u9'jii@'i:. IT1irjis"fr'6--compa
aba al presidente . desde el ministerio estratgico de guerray''maa
.
--E.!L:1_.il7 ; 1 r.iV!iHui-.c.ocillain.9.?...... l .P..r::_itrista
robustec10 lad autondad
del presidente y recre un clima de concordia
..
eri""laCi'ciacf e .Ifei's ires:ral"'sTtuacin se prolongOp'oco Bem-po.
La muerte d Alsina"yla'designacin de Carlo s Tej edor, apoyado p or
.
au ton oristas y n'i'c!fbnalis.fas";..coiogobemadorfe" Buenos Aires,
com_plicaron el pan orama de la c oricicin: Sfr1-A1suia'Ia"coancn
nacional
a _J2i.
so' "re.s"fitctoorte ....... ......... " . :t...Dr74
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coma el nesgo de recaer en la postur.a
.1!.!Il:!!1.1.s.mow.tar..igente
a la cual el m:'Vo gobeffidr
haba prestado,
desde haca- ya veinte
.
--,,........,
ai'\ os' una mpcinda.li'atac. f.''' ,-,,n
Estos hechos singula.res . podan despojar a la c oalicin del seguro
que haba satisfecho, al menos parcialm ent e, a los bloques de electores
del interi o r y a un se ctor de la opinin de Buenos Aires. Hasta ese
momento la frmula de g obierno era. c ompartida: ello exiga jefes
de partido en Buenos Aires. y Gobernadores en el interior capaces de
actuar como interlocutores reconocidos. En ausencia de esos mediado
res pareca poco verosmil una confrontacin pacifica -entre una
candidatura presidencial gestada en el interior y otra sustentada
exclusivamente en la opinin p blica de Buenos Aires. El recuerdo
del 74 evocaba un conflicto de proporciones si el talent o para trazar
arreglos no se impona sobre la rgida de finicin de las posiciones.
Tal como aconteci seis aos atrs, las candidaturas presidenciales
come nzaron a perfilarse de ntro del gabinete . Dos ministr os candidatos:
Julio A. Roca y Saturnino Laspiur (que a fuer de simplificar la in
triga recibieron apoyo, respectivamente, de las gobernaciones y
de las legislaturas provinciale s), abrieron camino. Roca, cuya trayecto
ria poltica y militar corra paralela con las victorias del Gobiern o
Nacional eri los campos de batalla, reemplaz a Alsina en el Minist erio
de Guerra. Laspiur, afn al nacionalismo, ocup el Ministerio del
an.
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NA TALIO R. BOTANA
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La... ..gugra sobrevino ...como...r..sul!ado,.de un ..hecb.o,_que p
evitado. El 2 de junio de 1880 se desembarcaron 3 .000 fusiles y
soo.po._ cartUchos .. e ..la-..lfo.a del Ria-chi.ie.lo. paia'.:p'i-e.Ghir:i1a
Guardia de ( Buenos Aires. Un btl!ll.n provincial, conduciQQ ..p_ox. el
CQ;nel T'-_-.ri--;;-s.-prot;gi; operaci: l Primero.. d Lnea, qu_e deba
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impecifr e(desernbarco, se __rn_tir_a la ryjag1:ia4:<:fe se' .:tis.r,n. _::.a
sin ofrecer cmnl:iate. La P..?:iV_:3 a cti..tud _c;l_e__..!u:lm ..1)ijJ,lQu:H.o....mar.gen
NATALIO R. BOTANA
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a la Chacanta. Quedaba
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as dispuesio".
esceii"iif-prov1sfoiC ta-cruaad
uenos Aires,
que era centro de ataque y defensa; la campaa que la rodeaba como
teatro de operaciones; dos nuevos instrumentos de comu nicacin y
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de fuego : el f.
nJ.,Vkrni;tJ..ia; las noches largas y los das cortos de la se gunda
quincena del mes de junio .
Se enfre ntaron dos e jrcitos que , en total, reunieron aproxima
damente veinte mil hombres . Los jefes m.ilitares, cuyo papel protag6nico fue ms . visible, traan al combate la experiencia de las luchas
civiles y de la guerra contra el indio. Buenos Aires form la plana
supe rior de su e jrcito con dos generales qu e fueron revolu cionarios
en el 74: M. de Gainza, minis tro de Guerra, y J.A. Gelly y Obes,
Jefe del Estado Mayor. Pe ro en el te rreno de la batalla actuaron tres
coroneles -J. l. Arias, como Comandante e n Jefe, J. Campos y H.N.
Lagos - que, e n aquella revolucin, fue ron leales al Gobierno Nacio
nal. Arias y Lagos, que comand la Si Divisin, participa.ron en la
Campaa del Desierto. Este desplazarnientq de lealtade s, donde
convivan viejos y nu evos bonaerenses, contrastaba con el homogneo
grupo de oficiales del Ejrcito Nacional: Roca, que de hecho ejerca la
comandancia ge ne ral; el Jefe del Estado Mayor, J. Viejobue no, que
haba desempeado el mismo cargo en el 74; los dos je fes de la 211 y la
3i. Divisin -en la Campafla del Desierto, los coroneles N. Levalle y E.
Racedo; los. coroneles L. M. Campos, asesor de Pellegrini, L. Nelson y
J. O. Olascoaga; los tenientes coroneles F. Bosch y E. Godoy. Ninguna
fisura: todos sirvieron al Gobierno Nacional en el 74, la gran mayora
ve na hacindolo desde mucho ante s, y la concentracin de oficiales
expedicionarios al desierto era significativa.
Arias organiz la movilizacin bonaerense en la campaa: 12.000
bis oos, mal pertrechados, que se concentraron e n Merce des; de sde
all partie ron, siguie ndo la lnea del ferrocarril, hasta la estacin
Olivera, en el partido de Lujn. Racedo, que ve nia de Campana,
hostig a Arias en ese tray ecto, logr debilitar su grupo principal, pe ro
no impidi, pues careca de movilidad, que los porte os llegaran en
tre n y a ma1cha de caballe ra, por Lujn, Rodrguez, Merlo y San
Justo, hasta Puente Als ina. En la margen izquierda del Riachuelo,
re cos tados sobre los Corrale s al sur, acamparon de sie te a ocho mil
hombres, con un ncleo de dos mil quinie ntos fue rt eme nte armados.
Es os e fectivos fueron re forzados con pie zas de artillera y una parte
del batalln provincial. 'El e scenario ms amplio, donde transcurrie ron
las prime ras operaciones, que d delimitado, en el suburbio del s ur, por
el Riachuelo, los puente s q ue lo atravesaban, en V... Alsina y Barracas,
y dos me setas en los Corrale s y la Convalesce nciaC:lugar del Hospicio
de las Me rcedes),. acaso insignificantes en otro espacio, que se empina
ban sobre la de pre sin del terre no pampeano hasta dominar el campo
de batalla. La estrategia del Ejrcito Nacional consisti en atacar sobre
Pue nte Alsina y Barracas, forzar la e ntrada en el extremo sur de la
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NOTA BlBLIOGRAFICA
El libro ms completo sobre la federalizacin de Buenos Aires es B. Galn
dez, Historia PoUtica Arge11ti11a. La Revofuci11 del 80, Imp. Coni, Buenos
Aires, 1945. De imprescindible lectura, como fuente que rene la legisladn y
los debates parlamentarios, es In obra de A . B. Carranza, La Cuestin Capital de
la Repblica, 1826 a 1887. Antecedentes, Debates Parlamentarios, Iniciativas,
Proyectos y Leyes, Talleres Gnficos Argentino. L. J. Rosso, Buenos Aires,
NATALIO R. BOTANA
la Ciudad de Buenos Aires como Capital, Librera La Publicidad, Buenos Aires,
1881. Carlos Tejedor, La Defensa de Buenos Aires (1878-1880), M. Biedma,
Buenos Aires, 1881. Ed uardo Gutirrez, La muerte de Buenos Aires, Estudio
Preliminar de Juan Carlos Ghiano, Hachette, Buenos Aires, 1959 (Publicado
originalmente en La Patria Argentina, en 1882, con el subttulo Epopeya de
1880 y reimpreso en 1894 por la Casa Editora L. Maucci). Pedro Goyena,.
"La Fcderalizacin ,de Bue nos Aires", indito del autor acerca de los anteceden
tes d e lo cuestin capital, publicado por Paul Groussac en La Biblioteca, Ao
l, Tomo 1, 1896. Paul Grousuc, Los que pasaban (Nicols Avellaneda), Hue
mul, Buenos Aires, 1972 (Primera ed icin de 1919). J. A. Costa, Roca y Tejedor,
Buenos Aires, 1927. Felipe Yoffre, El Congreso de Be/grano (Ao 1880), J. La
jouane, Buenos Aires, 1928, en cuyo Apndice -pg3 . 228 y 229- figuran los
textos citados del Mensaje de Avellaneda a la Legislatura de Buenos Aires.
Entre la literatura reciente, adems de la ya mencionada, cabe destacar:
J. P. Tamborini, "La Revolucin del 80" en Hechos e Ideas, Ao V, N9 34,
Octubre 1939. L. E. Sanucci, La Renovacin Presidencial de 1880, Universidad
Nacional de La Plata, 1959. Mariano Grandona, Los Dos Poderes, Emec,
Buenos Aires, 1973. S. Rato de Sambuccetti, Avellaneda y la Nacin versus la
Provincia de Buenos Aires. Crisis Econmica y Polz'tica. 18 73-1880, La Plyade,
Buenos Aires, 19-.:. !='. M. Madero, "Vicente Fidel Lpez en el 80", Instituto
Histrico de la Organizacin Nacional, Revista Histrica, Ao 1, nQ 3,
Julio-Diciembre, 1978. Debo agradecer a F. M. Madero la consulta del Aichivo
de Eduardo Madero que contiene infonnacin indita sobre la batalla d e junio.
La cita de Montesquieu, que cierra este 'ensayo, es d e "Mes Pen3es", en
Oeuvres Completes (Prface de G. Ved e!, Prsentation et Notes de D. 03ter),
Scuil Pars, 1964, pg. 887.
,
APENDICE DOCUMENTAL
Entrevista a Julio A. Roca, candidato a la
Presidencia de la Repblica 1
Coln M. Lewis
470
COLIN M. LEWlS
80 son sm orumo de ca
mbio, y constituy en un
hito en la hist oria
argentina: las "salidas
de Roca" de l 878/79 co
nsolidaron la posicin
poltica general y contri
buyeron a los logros eco
aos posteriores. Re
nmicos del pas en
trospectivamente, la con
tunden te campana de
Roca contra los ind ios
y estos cambios poltic
os y econmicos han
adq uir ido una aureola
de inevita bilidad. El obje
analizar el proceso y
to de este ensay.o es
las consecue ncias de las
campaas de l 878/79.
Concentrndose en un
rea de la frontera indi
a, el sur de Buenos
Aires, procurar identifi
car elementos de con
tinuidad, antes que de
discontinuidad, y de
mostrar que muchos de
los rasgos de los cam
bios posteriores a la
dcada del 80 ya se
estaban gestando en la
dcad a del 70, q ue.
las campaflas del general
erradicacin de la "
Roca y la exitosa
amenaza" india no inic
iaron e] cambio. Por
con trario, las canipa
el
flas fueron consecuencia
de fenmenos que ya
apuntaban a la mbd emi
zacin: la victoria de Roc
te y no una causa
a fue una resultan
del desarrollo agropecu
ario. La derrota de los
indios parnpeanos 2 se
rl!-li a un proceso de
consqlidacin poltica
que dependa de los
frutos del cre cimiento
econmico y estaba
virtualmen te terminado
antes de las campaas de
pansin econmica
1878/79. La ex
no slo penniti el afia
nzamiento de la autori
dad estatal en trminos
generales, sino la aplic
acin de proyectos
infrest ructurales ese
nciales para la implem
entacin exltosa de la
estrategia militar de Ro
ca.
E! resurgimiento de la "
am enaza" india
La explicacin 'inmediat
a de la reinic iacin de la
los indios indudablem
campafla contra
ente reside en l pre
caria situaci n de la
frontera, que condujo
a un incremento en la
propor cin y frecuen
cia de los malones a fm
es de los afias 60 y p
rincipios de los 70. Las
autoridades argentinas
esta
tud y el xito de los ban cada vez ms alarmadas por la magni
aparente facilidad con ataques indios a zonas colonizadas, y la
que los salvajes operab
an durante se:111
aun meses con impuni
anas <:>_
dad, asolando n-o slo
p oblaciones grandes
de la frontera. La m ayor caseros aislados sino
a de las fuentes aluden
a la audacia de los
indios en este periodo
y sealan el xit o de
depredaciones. 3 En la
sus
primavera de 1870 hub o
un gran ataque a
Baha Blanca, ya una
pob
lacin
importante y p rctica
baluarte que indicaba l
mente el
a fr
camente arrasada. 4 Uno ontera india del sur; la ciudad fue. prcti
s dos aos despus se
incursin en San ta Fe
pro
del sur, cuand o los indi dujo la notable
frontera y llegaron a me
os penetraron la
nos de seis leguas de Ros
ario, paralizando el
471
472
COLIN M. LEWIS
473
tenan una reputacin mucho menos halagea que las tropas regu
lares. El fin de la Guerra de la Triple Alianza en 1870 no alter
radicalmente esta distribucin de las fuerzas militares. La posicin
dominante del Brasil en la regin aa:da otra complicacin. La
presencia de un ejrcito de ocupacin . brasileo en el Paraguay,
el ejercicio de un virtual protectorado brasileo en el Uruguay y el
fortalecimiento de las escuadras navales brasileas en el Plata y
el Paran (Colonia se transfo:rm de hecho en base naval del Brasil)
eran motivo de alanna para los sucesivos gobiernos argentinos. La
necesidad de conservar fuerzas en Paraguay para .. que sirvieran de
freno a las ambiciones bras:eas y las tentativas subrepticias (e
ilegales) de fortificar la isla de Martn Garca absorban los limitados
recursos estatales a expensas de las defensas de la frontera india.
Pero el problema no era de origen totalmente externo. Los distur
bios civiles en la inestable Mesopotamia tambin contribuan a
dirigir la atencin del gobierno central hacia el norte ms que hacia
el oeste. La revuelta ae Lipez Jordn en Entre Ros, en 1870,
constituy una seria amenaza a la frgil y reciente unidad de la
Confederacin Argentina. Lo:; disturbios provocados en 1874 por la
eleccin del presidente Avellaneda continuaron impidiendo al gobier
no naciBtal la manutencin de fuerzas adecuadas contra los indios
pampeanos. La dedica.cin de una parte sustancial de las fuerzas y el
presupuesto mili tares a la proteccin de la frontera externa y el
espectculo de las tropas fronterizas enviadas contr las tropas
nacionales a causa de rivali.dades intemas no pasaban inadvertidas
para los indios, que tenan sus razones para dirigir renovados ata
ques contra las reas coloniza.das. Aunque la evidencia es extremada
mente limitada, existen al'gurros indicios de una lucha por el predo
minio entre las tribus. Quiz los nuevos jefes indios procuraron
fortificar su posicin dentro de la sociedad india a travs de un
conflicto contra los blancos. :.o La conjuncin de los problemas con
los pases limtrofes, la crisi:; estructural del estado argentino y las
turbulencias internas de la sociedad india se combinaban para alen
tar a los indios a realizar incursiones ms audaces precisamente en el
perodo en que la Argentina estaba menos preparada, o capacitada,
para consagrar sus recursos a la defensa de la frontera in tema.
Los costos econmicos de la inseguridad fronteriza
y las reacciones polticas
No obstante, si estas circunstancias dan cuenta de la creciente
audacia cie los indios, no explican necesariamente la actitud del
474
COLIN M. LEWIS
AR.GENTIN A.
DE LA FRONTERA
CONSOLIDACIN
CUADRO 1
: prdidas
Provincia de Buenos Aires
475
ind'ios
---
Total
Pror:nedio-anual
220.000
11.000.000
40.000
000
00.
2.0
ado
Gan
40.000
000
00.
allos
2.0
Cab
1.000
50.000
Ovejas
60
capturados
3.000
Individuos muertos o
S 400.000
$ 20.000.000
Propiedades destruidas robadas 9 destruidas
Valor de las mercaderas
encargado
), enviados por H. G. MacDoneyll, de 1872.
(s.d.
nsa
Pre
Fuente: Recorte de La uenos Aire s, a lord Granvlllc, 16 de ma o
B
,
6/318 :51, reimpresa
de negocios bdtnico, correspond
encia del Foreign Office Fems, Britain and
c
Offic
,
rd
.-S.
do en. H
Public Reco
pg. 3 87.
(1872) LXX, 39, cita
en Parlamentary Papers enth cetury, Oxford, Clarcndon, 1960,
ete
nin
Argentina in the
parecen habe r si d o
pueden ser cuestionadas, el m aterial simil ar
s
cifra
stas
e
que
Aun
mo
n temporneos, as co
ca
aceptadas por los co rodo 1870-76, que indica que en esta p0
pe
e
l
stra
e
regi
ant
publicado dur
or magnitud que las
endo prdi das de may
individuales antes que de
se estaban produci
nes
rsio
incu
a causa de
1
dro
ataques a los
Cua
el
en
das
En mano de 1872, los Juli o propor
des.
tilida
hos
e
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l:,lueve de
un conjunto
Veinticin co de Mayo y
s, y
do y 500 c autivo
partidos de Alvear,
gana
de
zas
e
cab
15
.000
200
e
s
Alr
indio
cionaron a los
y s us finc as dest ruidas. Tandil
eron asesina d os
fu
s
de
lono
o
o
c
artid
el p
unos 300
s, otra incursin en
dedor de un m e s despu .000 cabez as de gana do y caballos, y la
120
476
COLIN M. LEWIS
ENTINA
LA FRONTERA ARG
CONSOLIDACIN DE
477
flujo continuo
ao s. La dependencia del
tierra o c uidaran de los reb to de varios proyectos de desarrollo
xi
riza. No slo la
de inmigran tes para el
de la inseguridad fronte
ma
ble
pro
el
a
cab
pli
com
vocaba costosas
tud de las incursiones pro ue tambin se
mayor incide ncia y magni
q
o
sin
daos a la propiedad,
prdidas de armale s y sada por los ataq ues indios desalentara el
cau
res italianos, el
perciba q u e, la alarma
El terror de los agriculto da inhibir , e
n.
ci
igra
inm
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po
proce so d
s
ado
aisl
cos o escoceses
ase sinato de pastores vas
atmio.
migr
jo
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me di,ados de la
incluso revertir, el
punto de concretarse a
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Este
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Tra
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70
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es ue llegaban al
, el nme ro de inmigrant
principios de los aos 70
3.
pas alcanz un pico en 187
CUADRO 2
miles)
Argentina: flujo 1 .: :_;'.!.torio (en
Inmigrantes.
Emigrantes
2 0 ,9
3 7 ,0
76,3
66,3
42,0
36,3
4_2,9
1 0 ,7
9,2
1 8,2
21, 3
22 ,5
18, 3
14, 8
1 87 1
.1 8 72
1873
1 874
1 875
18'17
1 87 8
Diferencia
1 0 ,2
27, 8
. 5 8,0
46, 9
, 19,4
17 ,9
2 8 ,0
as (comparadas);
Esradisticas histricas argentin
Fuente: V. V:.7.quez-Presedo, nos Aires, Ed. Macchi, 1971, pg. 93.
primera parte. 1875-1914, Bue
a principios de la dcada
e la inmigracin
.
El notable aumento dmpla
buenos ojos; indicaba las
u
y
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do con
te
la
y
o,
oll
arr.
des
e
de l 70 haba sido con
d
s de previos programas
conse cuencias favorable "gobe rnar es poblar", tan caro a los esta
realizacin del apote gma ca. Por lo tanto, cuando la inmigracin
po
distas argentinos de la hu bo una cons ide rable alarm a y el temor
3
187
de
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muchos se ctore s de
ipientes favore cidos por
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discrepancias, casi
Aunque existen algunas
indican q ue la
la oligarqua fracasaran.
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acionadas -con l
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todas las
personas que ingresaban
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fines de la dcada. Aunq
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terstica de mediados y
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latinam ente de 1873 a 187
gracin bruta s baj pau d: el pico de 1873 no fue nuevamente
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recobr con mucha len
3
4.2
188
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alcanz
478
COLIN M. LEWIS
47!'1
-UJO
COLIN M. LEW!S
cia nmade de los indios, la frecuencia con que las tribus atravesaban
la cordillera l'<.llev a pensar que detrs de la creciente audacia de los
indios podan ocultarse ambiciones chile nas. Ha ba una inclinacin a
ver fa mano de Santiago en las incursiones masivas organizadas por
los nmades entre 1872 y 1876. 31
Hacia una nueva estrategia de fronteras
En este conte:tto se emprendi en el ao 1876 la ltima fase _de
la consolida cin fronteriza. Con la dete mlinacin de frustrar las
ambiciones chilenas en la Patagonia del norte m e diante el estableci
miento de una poderosa guarnicin militar en la zona , las au toridades
nacionales urgen tinas consideraron necesario resolver el problema
indio. Tanto los problemas econmicos internos como las complica
cione., externas incitaron al gobierno central a tomar el asunto en
serio. En la dcada del 70, quiz por primera ve z en cuaxenta aos,
la economa argentina e staba nece sitada de tierras. Los procesos
de crecmien to y diversific a cin que l entam ente haban cobrado
impulso desde la dcad a ante rior signific aban que aun la clase de los.
estancieros estaba sufriendo ecqnmicamente a causa de la _incontro
lada amenaza india . Los elementos ms progresistas de l a oligarqua
descubran que el modelo que proyectaban para la expansin econ
mica ar gen tina, basado en la lcida defensa de los propios intereses,
sera frustrado por la e scasez de un factor que hasta ahora haban
dado por sobrentendido: la tierra frtil. La percepcin de esta escasez
daba de por s la medida de la e xpansin que y a se haba llevado a
cabo. Las incursiones de los indios.ya no causaban la prdida- de unos
cuantos cientos de cabezas de ganado, la destruccin de la propiedad
de pue,;teros aislados, o la aterrorizacin de un puado de inmigrantes
analfabetos; ponan directamente en jaque los intereses de los grupos
domi.nn.n tes e implicaban una amenaza para la acumulacin de ca pital
de las clases terratenientes. Las ltimas incursiones en gran escala
ele 1876 indicaban la naturaleza de la situacin, y tambin que no
faltaba mucho para la implementacin de una solucin deftiva.
Las relacione s con los indios se h aban estado qeteriorando durante
el difcil otoo de 187 5, y el resultado haba sido un levantamiento
masivo de las hibus haca fin de ao y la penetracin de las defensas
fronterizas en un vasto frente. Entre octubre de 1875 y marzo de
1876 corrieron rumores cada vez ms al armantes acerca de.atrocida des
y matanzas, cuhninando con la destruccin de colonias del mismo
centro ele la provincia de Buenos Aires y la paralizacin general de
las actividaqes comerciales. 32
ENTINA
LA FRONTERA ARG
coNSOLlDACIN DE
481
e en las
1876, sealara una nueva fas
que
La campaa de Alsina, en
con
ud
ntit
pro
la
por
e
Fue notabl
hostilidades contra el indio. ccionar ante el avance de los salvajes,
las autoridades supieron rea n. Estos triunfos eran en parte conse
cci
ento de un a
y por la eficacia de esa rea
inares relativas al establecim
lim
pre
s
e
sion
u
n d e u na
cuencia de disc
pci
ado
la
reco:inocimiento de
nueva lnea fronteriza, un te del gobie rno. Ms particularment e,
nueva poltica india por parexpansin econmica y la consolidacin
la
fueron una resultante de a se evidenciaba, y que luego llevara a
u ni
poltica consecuente que y
o n una red de com
amtmaza" ind ia . C
de
d
la solucin de finitiva de la "
tida
can
gran
pudo trasladar una
caciones perfeccionada, Alsina tanto logr contener el avance de los
lo
tropas rpidamente y por
. A.fmie ndo
cobrara demasiado impulso
que
es
ant
s
pero como
indios pampeano
n,
bot
ar una gran parte del
la iniciativa, pudo recobr
los indios,
a
ir
segu
per
o
c.iada no pud
carec a de una caballe ra ade ual de perd erse en las pampas cuando
habit
quienes emplearon la tctica lares.33 Esta era la eo,11.:ia del proble ma,
rc
pas
tro
con
an
tab
el factor
se enfren
de la frontera. Y haba sido
la movilidad hasta y ms all mitido a los indios saque.ar :1 voluntad.
per
ndo la
que durante dcadas h aba
pos dominant es, y aprovecha r este
Bajo la presin de los gru
era
g
exa
e
n
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con
no
e
a do (aunqu
creciente autoridad d el est
estrategia de
al empe z a formular una de tratados
ion
nac
o
iern
hoc
aspe cto), el gob
ad
ma
cart d ante rior siste
fronteras coherente y des ciones ptmitivas.34 Con estos obstculos,
edi
exp
y
parciales, sobornos
ar la estabilidad
poltit: a destinada a aumente se conservara,
L1na
acto
crc
Alsin a haba
nt
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exi
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ensivo. La lfu.
fronteriza y el pu1L'11cial def n,)res, y establecida sobre los centros
me
nes
cio
ica
dif
erdo con los
pero con mo
cidos adecuadamente de ac).l
e.xistentes, que seran guarne .tructura y las comunicaciones seran
ae
recursos disponibles. La infr frnnte ra. Se proyectaron ferrocarriles y
a
l
de
rgo
a
l
lo
a
mejoradas
a travs de las
fortines y se cav una fosa
los
n
aro
jor
me
se
,
fos
gra
a como una
tel
a una forma fsica; existir
pampas. La frontera asumir no. como una zona vaga descripta por
y
l1ea claramente definida
un rasgo s emipennanente
a de Als ina ser a
r
nte
fro
La
s.
rafo
tg
car
lizada. Slo cuando la
civi
y
a
, colonizad
del terreno, sera segura
uras extensio
tosamente se pensara en fut
lnea se hubiera trazado exi a esta nuevo programa .
nes. Se d-i-o mucha publicidad basaba en lo que era inmediatamente
Aunque esta poltica se
n sustancial
, requera una contribuci
cos
sti
log
os
min
tr
en
aestructura
posible
a la construccin de la infr
del erario nacional, tanto par la consolidac_in que se llevara a cabo
a
defensiva fronteriza como par sto era poco realista. Adicionalmente
e
vez
Tal
a.
lne
la
de
rs
det
gran disputa
ratgicas que llevaron a una
haba serias discordancias est
482
COLIN M. LEW1S
FR.ONTER.A AR.GENTINA
CONSOLIDACIN DE LA
483
l cuidado.
campaa fue dirigida con igua
La implementacin de la
campa
los
a
vas
niti
u
p
es
an .expedicion
Las salidas de Roca no ser
e dici n de Roca
exp
La
s.
oria
,ilus
indias
mentas, una busca de hordas
s y destruccin. La etapa
aniobra de bsqueda
m
a
gad
lon
pro
a
un
sera
ento de
ida por un ostenido hostigami
final de la guerra sera preced
fueron
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tad
mon
bien
y
s
amentos bien armado
los nmades. De stac
frontera. Esta
nte desde varios puntos de la
les
despachados sucesivam
indios se reagruparan , y a impedir
ban destinados a impedir que los s pampeanos. La fase final en s
ijo
que se ocultaran en sus escondr puntas sobr e el territorio indio .
o
cinc
de
ce
avan
,
consistira en un
retirada por pasos y ros andinos
la
ar
cort
para
s
tida
r
pa
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Tras env
trib
las
de
pas
pam
a limpiar las
las tropas regulares procederan pinzas. Con la frontera establecida
e
d
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este
apresadas en
nsa
ros serviran c omo primera defe
en el Negro y el Neuqun, estos
tra
es
s
ado
ubic
s
e
unos pocos fortin
contra incursiones espordicas;
ja
bastaran para defenderla. Empu
a
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nter
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a
lne
a
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tgicamente e
s
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desi
s
o
n y el N egro, hacia los inhspit amenazar
dos ms all del N euqu
e
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an
ejar
d
pereceran y
patagnicos, los indios 38sin duda
ros.
e
nci
a colonos y esta
su can1pai\a era ms sagaz y ms
Si Roca posea astucia miHtar y
ias, tambin contaba con mejores
abarcadora que las expediciones prev ba en 1878 era un contingente
da
equipos. El ejrcito que l coman l donde el mismo haba servido
ue
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.
se deba a sus prop ios esfuerzos
unos ai'los antes, y en parte eso
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P.
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Adems el ejrcito estaba'mejor finan ificativamente ms numerosas
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iese militado en las guerras
que cualqui er tropa que antes hub
39
aba en 1876.
desierto, aun la que Alsina comand
tera:1
COLIN M. LEWIS
484
Ul6B
1369
1870
l87]
1B7'.
1873
1874
1875
1376
1877
[8;P,
1879
Sistema total
FFCCSttd
FFCCOeste
356
376
455
529
578
686
71
71
71
99
110
149
149
153
204
204
204
204
236
236
236
821
1.215
1.263
1.386
1.386
l.386
71
146
146
146
202
202
270
270
270
. -485
486
COLIN M. LEW1S
487
488
489
490
COLlN M. l,EWIS
CON SOL.
,.:.\.li
NOTAS
COLIN M. LEWIS
492
Para un relato convencional de las campaas contra los indios vase J.C.
Wn..lther, La conquista del desierro: sntesis histrica de los principales sucesos
oc11n-idos y operaciones militares realizadas en La Pampa y Patagonia, contra los
indios (mos J 52 7-1885), Eudeba, Buenos Aires, 1970, 3ra. edicin, Los captu
los IX l' X dan indicios sobre la escala y la intensidad de los ataques durante
este perodo. Vase tambin el famoso informe redactado por el encargado de
negocios britnico en Buenos Aires, clasificado como sigue, H. G. MacDonell
to Lord Granville 16 May 1872, Pub!ic Record Office (London), Foreign
Office correspondence (a partir de aqu FO) 6/318: 1-72, reimpreso en Parlia
mentary Papers (a partir de aqu PP), 1872, LXX, 1-82.
1
' Walther, o. cit., pg. 331; Brasil and River Plate Mail (a partir de aqu
B&RPM) 23 January 1871 VII 4-6; H. S. Fems, Britain and Argentina during
the nineteenth centw:v, Oxford, Clarendon, 1960, pgs. 340-1, 387. Aunque
hny ciertas controversias con respecto al impacto de la incursin, la mayora
de las fuentes indican que una gran cantidad de indios, alrededor de 2.000
guerreros, intervino, y que se tomaron muchas cabezas de ganado.
5
Cnsul Lewis .Toe!, Rosario, to Granville 10 July 1872 FO 6/318: 86-7.
6
rement of the re1>en!le and capital account's for the year ended December
3Ist. 1876 (a partir de ahoraAn1111a/ Report.. . ), London, 1877.
' ll'fncDonell to Granville 16 May 1872, enclosed report FO 6/318:52.
'' A. Barros, Fronteras y territorios federales de las Pampas del Sud, Buenos
Aires, 1872; J. J. Biedma, Crnica histrica del Ro Negro, Buenos Aires,
1905, y A. J. Grassi, La Pampa y sus derechos, Buenos Aires, 1929, citado
en A. Hnsbrouck, "The conquest of the desert", en Hispanic American Histori
cal Review (a partir de aqu HAHR) XV 2 (1935), 195-228.
9 Walther, op. cit., pg.q. 343-4, detalla una de esas incursiones exitosas
de
1871, que result en la captura de unos 54 prisioneros, la liberacin de 4 indios
cautivos y In upropiacin de mil cabezas vacunas y ovinas. MacDonell to Grnn
ville, 30 June 18'/2 FO 6/318: 75-76, por otra pa'rte, informa de una fallida
expedicin enviada contra los indios despus de las devastadoras incursiones
en el sur de Santa Fe. El general Arredondo pas unos 40 das en campaa
Jl mando de un destacamento bien armado y montado., y regres con slo
dos cautivos liberados y 20 cabezas de ganado (se estimabaque los salvajes haban
capturado 4-6.000 cabezas y 32 mujeres y nios) slo para descubrir que los
sn..lvajes haban continuado saqueando impunemente a sus espaldas.
!O Walther, op. cit., captulo XIX.
11 fems, op. cit., pg. 340.
493
18 H. Gibson, The history and present state of the sheep breeding industry
Aires, 1839, passim;
in the Argentine Republic, Ravenscroft & Milis, Buenos argentino de la dca
J. C. Chiaramonte, "La crisis de l 866 y el proteccionismo
Los fragmentos del poder:
da del 70", en T. Di Tella y T. Halpcrn Donghi,
, Buenos Air.es,
de la oligarquia a la poliarquia argentina, Ed. Jorge Alvarez Nacionalismo
onte,
Chiaram
C.
J.
en
aciones
modific
lgunas
a
con
so
reimpre
1969,
Buenos
y liberalismo econmico en Argentina, 1860-1880, Ed. Solar/Hachette,a, 1850argentin
Aires, 1971, captulos I y II; R.M. Ortiz, Historia econmica
1930, Plus Ultra, Buenos Aires, 1964, l, Parte 2.
494
COLIN M. LEWIS
28 Para la accin oficial .en Gran Bretaa vase M. Bakarce, Argentine Minister
accredited to Pars and London, to Granvillc 16 August 1872 FO 6/318: 12 7
para un relato de la 'actividad diplomtica argentina en Italia vase West to
Derby 15 Scptember 1877, including enclosurcs, FO 6/340, 1069; para un
ejemplo de cabildeos informales vase David Robertson MP to Viscount
Enfield 7 Scptcmber 1872, ,mclosurcs and related correspondence, FO 6/318:
167-91. (Robertson posea extensos intereses agrcolas, comerciales y financie
ros en la Argentina, y el cmul nrgcntino lo haba incitado a protestar contra
las advertencias nntiinmigratorias de la Comisin de Emigrantes Britnicos y
lns actividades del encargado de negodos britnico en Buenos Aires, a quien
se consideraba el principal responsable por la propaganda antiemigratoria
britnica. Robertson solicit el.despido de dicho funcionario) para una muestra
de la campaa periodstica proargcntina emprendida en Gran Bretaa vase
The Times del 31 de julio de 1872 lOb y 16 de octubre de 1872 6b.
'.32 St. John to DerbY, 28"March 1876, FO 6./333: 65; Walther, op. cit., pgs.
362-5 BAGS, Annua/ Report, 1876, London, 1877.
33
34
FRONTERA ARGENTlNA
CONSOLIDACIN DE LA
495
Senadores, Diario
37 Repblica Argentina, Congreso Nacional, Cmara de
13 d agosto
215,
N
), pg. 644, Ley
de sesiones, 1867 (Buenos Aires, 1867
546.
pg.
cit.,
op.
hcr,
de 1867, reproducido en Walt
enorizada de la
38 Walther, op. cit.. captulo XI contiene una. relacin porm
in Hasbrouck,
tamb
vase
aa
ter de la camp
estrategia. de Roca y el carc
op. cit.
39 Walthcr, op. dt., pgs. 369-79, 430-60.
, Boletn
carriles argentinos; el ferrocarril sud"
<!O F. Barres, "Resea de los ferro
reso panamericano de ferro
te del cong
de la asociacin internacional permanen
shaw's railway manual, shareholrlers
carriles, XXVlll. 83 (1944), 55-80; Brad
7.
43
guide and directory (1923), LXXV
19.
41 MacDoncll to Granvillc: 16 May 1872, cncloscd rcport, FO 6/318:
0"
developrnont in Argentina, 1857-\89
G. M. Lewis, "Problems of rnilway
55-75.
pgs.
),
(\968
2
XXII
s
Affair
mic
Eco110
n
merica
Inter-A
1869).
45
BAGS. Anrmal report, J 868 (London,
,
46 The Times, 26 de mayo de 1869 Se Il&.RPM 7 de junio de 1869 VI 1921
ry
47 BAGS, Annua/ report, 186.'1 (London, 1869), Half-yearly report, Janua
de 1869, lOf: B&RPM 22
ma.yo
de
14
s
Time
The
);
1869
June, 1869 (London,
de noviembre de 1869,, VI 15,
ve House
43 T. Armstrong to D. Robertson, 26 August 1863, Baring Archi
Ill.
Part
9
4.1.2
HC)
aqu
de
partir
Corrc:spondence (a
de
49 Repblica Argentina, Ministerio de Obras Pblh:ns, Direccin Com:ral
ao
el
te
duran
tacin
explo
en
riles
r
ca_
Ferrocarriles, Estadi"stica de los ferro
de los ferrotarrilel en explota
1893 (Buenos Aires, 1895), pg. 67 Estadi"stica
, pg. 195; reimpreso en F.
1898)
Aires,
os
(Buen
1897
allo
el
cin durante
ferrocarril oeste de Buenoa
el
inos;
u.rgent
arriles
ferroc
los
de
Barres, "Resea
riente del congreso panel
perma
l
aciona
intern
cin
asocia
Aires", Boletn de la
.
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