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Presidente Toms Torres de Dios
Vicepresidente de Finanzas Irn Molina A.
Director del Departamento Editorial Alejandro Medina V.
Traduccin
Miguel . Valdivia
Revisin editorial
Ideyo Aloma L.
Diagramacin
Ada Acosta
Copyright 2007 de la edicin en espaol
CONTENIDO
Libros de Elena G. de White. Clave de abreviaturas ............... 9
Prlogo .................................................................................... .. 11
PRIMERA SECCIN: Cmo trata jess a los pecadores que
anhelan la victoria: LA JUSTIFICACIN
l. Desesperacin ................................................................... 17
2. Cmo trata Dios a los cristianos que cometen errores .......... 21
3. La plataforma petrolfera .................................................. 29
4. Las condiciones para recibir la justificacin ...................... 3 5
5. La fe y la obediencia ......................................................... 43
6. La salvacin: Las partes y el todo .................................... 49
7. Est eso en la Biblia? ....................................................... 53
8. Pecados intencionales ....................................................... 61
9. Una religin experimental ................................................ 73
10. El entrenador de ftboL .................................................... 83
11. Un beb llamado Miguelito ....
89
12. Una semana en la vida de Juan Prez ............................... 95
.........................................
El camino a Cristo
CP
Coleccin de Paulson
CRA
CS
CTBH
DMJ
DTG
HH
JT
Mar
Maranatha
MC
El ministerio de curacin
MCP
MGD
MR
MS
PVGM
RH
1-9T
TCS
Prlogo
"Entonces el dragn se llen de ira contra la mujer; y se fue a hacer
guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los
mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apoc. 12:
17). Este pasaje es muy conocido para los adventistas del sptimo da. El
dragn, por supuesto, es Satans, y la mujer es la iglesia. Creo que este
versculo predice las pruebas del pueblo de Dios durante los das finales
de la historia de la tierra. Tambin creo. que nosotros estamos entre esas
personas y que Dios nos ha comisionado para advertirle al mundo acerca del rugido del dragn.
Al anticipar la crisis final de la tierra es fcil enfocar nuestra atencin
en los acontecimientos que tendrn lugar durante esas semanas, meses y
aos. Tambin es fcil suponer que casi toda la ira del dragn se canalizar como una persecucin externa. La verdad, no obstante, es que desde el da en que fue lanzado a la tierra, el dragn ha estado ocupado
mayormente en atacar el corazn humano. La batalla real que cada uno
debe entablar no es contra el dragn exterior, sino contra el dragn
,,
interior. Por eso es que, al anticipar la crisis final, debemos enfocar nuestros esfuerzos ms intensos en conquistar el dragn interno.
No nos atrevamos a esperar conquistarlo cuando comience la crisis
final. Necesitamos aprovechar toda estrategia que el cielo nos ofrece para
conquistarlo cada da y ahora mismo.
Debido a que creemos que Dios suscit el movimiento adventista hace
150 aos para advertir al mundo contra esta crisis final, le hemos dedicado
a la misma mucha atencin. Desdichadamente, muchos de nosotros hemos
empleado ms tiempo en asuntos externos que en lo interno. Pero gracias a
Dios, durante todos estos aos, hemos tenido el beneficio del don de profeca. Elena G. de White continuamente se refiri al conflicto interno, incluso en sus escritos donde descnbi vvidamente el conflicto externo.
Por desgracia, a veces hemos entendido mal su consejo respecto al
conflicto interno, 10 que en algunos casos nos ha llevado a un perfeccionismo enfermizo. Me gustara compartir con usted dos de sus declaraciones que a menudo se malinterpretan:
"Los que VIvan en la tierra cuando cese la intercesin de Cristo en el santuario celestial debern estar en pie en la presencia del Dios santo sin mediador. Sus vestiduras debern estar sin mcula; sus caracteres purificados de
todo pecado por la sangre de la aspersin. Por la gracia de Dios y sus propios
y diligentes esfuerzos, debern ser vencedores en la lucha contra el mal.
Mientras se prosigue el juicio investigador en el cielo, mientras que los pecados de los creyentes arrepentidos son quitados del santuario, debe llevarse a
cabo una obra especial de purificacin, de liberacin del pecado, entre el pueblo de Dios en la tierra" (CS 478).
"Ahora, mientras nuestro gran Sumo Sacerdote est haciendo propiciacin por nosotros, debemos tratar de llegar a la perfeccin en Cristo. Nuestro
Salvador no inducido a ceder a la tentacin ni siquiera en pensamiento. Satans encuentra en los corazones humanos algn asidero en que hacerse firme;
es tal vez algn deseo pecaminoso que se acaricia, por medio del cual la tentacin se fortalece. Pero Cristo declar al hablar de s mismo "Viene el prncipe de este mundo, y l nada tiene en mi" (S. Juan 14: 30). Satans no pudo
encontrar nada en el Hijo de Dios que le permitiese ganar la victoria. Cristo
guard los mandamientos de su Padre y no hubo en l ningn pecado del que
Satans pudiese sacar ventaja. Esta es la condicin en que deben encontrarse
los que han de poder subsistir en el tiempo de angustia" (CS 680-681).
Nuestra comprensin equivocada de estas declaraciones estriba especficamente en la perfeccin descrita por Elena G. de White. Algunos
adventistas insisten en que debemos ser "perfectos" a fin de estar preparados espiritualmente para la crisis final. No intentar referirme aqu a
12
Prlogo
esta idea. Este libro es mi respuesta, aunque me referir al tema de manera especifica en la "Conclusin".
Mientras tanto, me gustarla llamar su atencin a una frase que est en
la primera declaracin de arriba. Elena G. de White dijo: "Sus vestiduras
debern estar sin mcula; sus caracteres purificados de todo pecado por
la sangre de la aspersin". Note la palabra caracteres.
En otro pasaje importante acerca del tiempo del fin en Palabras de vida
del gran Maestro, Elena G. de White dijo: "Es en la crisis cuando se revela el carcter" (PVGM 339).
Declaraciones como estas sugieren que un carcter perfecto es la preparacin que todos necesitamos para conquistar al dragn en la crisis
final de la tierra. Elena G. de White continu sealando que ser demasiado tarde para moldear el carcter despus que haya comenzado la crisis final (ver CS 680,681). Si hemos de estar preparados entonces, hemos
de conquistar el dragn interno ahora.
Por eso escrib este libro. En El desafio del tiempo final, enfoqu parcialmente este tema. Sin embargo, ese libro fue una combinacin de eventos del tiempo del fin y el desarrollo del carcter. Con la excepcin del
"Prlogo" y la "Conclusin", este libro trata exclusivamente de la preparacin espiritual que debemos hacer para el tiempo del fin. Tengo planes
de dedicarme nuevamente a los eventos del tiempo final en un libro posterior, pero creo que este libro es ms urgente.
Me gustarla decir unas pocas palabras sobre el contenido y la organizacin d~, este libro. Como se puede ver en la Tabla de contenido, est
dividido en dos secciones. La Primera Seccin trata de la justificacin y la
Segunda, de la santificacin. He tratado ambos conceptos separadamente porque esto nos ayuda a entenderlos mejor. No obstante, en la realidad
son parte de un todo. He destacado este hecho al referirme a los dos conceptos repetidamente en ambas secciones.
Con respecto a la justificacin, hay varias lineas de pensamiento en el
adventismo de hoy. Si usted est enterado en algn grado de estos asuntos, ver que he adoptado e intentado clarificar uno de ellos. Tengo un
favor que pedir a los que dudan de la validez de la posicin que tomo en
la Primera Seccin. Antes de emitir juicio sobre lo que digo all, por favor
complete la lectura de la Segunda Seccin. En otras palabras, haga el
favor de interpretar la Primera Seccin dentro del contexto del libro en su
totalidad. De otra manera, es muy posible que interprete mal mis comentarios acerca de la justificacin.
13
Notar al entrar en la Segunda Seccin que utilizo bastante los conceptos que han surgido dentro del "movimiento de recuperacin" moderno, incluyendo Los Doce Pasos de los Alcohlicos Annimos. He estado
en un proceso de recuperacin (no del alcoholismo, sino del exceso de
trabajo [workaholism]) durante cerca de tres aos. He encontrado que los
conceptos expresados en Los Doce Pasos me han resultado sumamente
tiles: me ayudaron a entender y aplicar los principios bblicos de la santificacin y el desarrollo del carcter. Algunas personas dudan de la validez del movimiento de recuperacin y Los Doce Pasos como herramientas tiles para los cristianos en su lucha contra el pecado. Nuevamente le
ruego que lea todo lo que digo antes de juzgar cualquier declaracin aislada.
Espero que EL DRAGN QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO CMO VENCERLO?
lo ayude a comenzar a triunfar en todo lo que ha sicjp tentado y ha fracasado. y espero que lo ayude a prepararse para conquistar al dragn
externo durante el terrible tiempo de prueba que por muchas razones
parece estar muy prximo. Lo ms importante es que espero que el carcter que usted desarrolle hoy, maana y pasado lo prepare para recibir a
Jess cuando venga.
14
PRIMERA SECCIN
LAJUSTIFICACIN
Captulo
DESESPERACIN
Una maana, hace varios aos, me encontraba hojeando un ejemplar
de Insight, la revista juvenil en ingls de la Iglesia Adventista. Algunos
prrafos en la seccin de "Canas al director" me llamaron la atencin:
"Cul ser la solucin, si uno ha pedido perdn y confesado, est dispuesto a abandonar su pecado, ha orado fervientemente y se ha consagrado a Dios, solo para darse cuenta que ha cado nuevamente en el mismo
pecado?
En algn lugar le falta un eslabn vital a la cadena que me permite llegar a
ser como Cristo. Habr alguien que haya recorrido el camino antes que yo?
Alguien que haya encontrado la respuesta, una solucin factible que resulte
en una alabanza triunfante al final del da, de todo corazn, dedicada al Amigo que ha hecho t~nto por nosotros? Qu cambio sera ese! Estoy totalmente de acuerdo con la idea de vivir de 'victoria en victoria', pero cmo hacerlo?" (19 de marzo, 1974).
Los pastores nos han dicho que la victoria sobre el pecado la obtendremos si tan solo entregamos nuestra voluntad a Jess. "Haz de su
voluntad tu voluntad", afirmaban. "Acude al pie de la cruz. Cae sobre la
Roca para que seas desmenuzado".
Eran palabras agradables y animadoras; por lo menos as me parecan
a simple vista. Pero la realidad era muy distinta. Cuando me iba a casa,
17
descubra que estaba viviendo de igual manera que antes: intentaba vencer mis tentaciones y tena tantos fracasos como victorias.
Dios conoce el entusiasmo con que intentaba entregarle mi voluntad a Jess! Pero pareca que mientras ms trataba, ms se alejaba de mi
el "pie de la cruz". Y eso de "caer sobre la Roca", aunque es cierto que
Jess lo dijo, no haba forma de que yo entendiera cmo lograrlo.
Quiz la Biblia. me ayude, me deca. No asever Pablo que "todo lo
puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4: 13)?
Magnfica idea!
Espero que la misma le haya sido de utilidad a alguien, porque en
aquel entonces no me sirvi de nada. Me identificaba mucho ms con el
Pablo de Romanos: "No hago lo que quiero, sino lo que aborrezco" (Rom.
7: 15). En mi lucha contra el dragn, perda mucho ms terreno del que
ganaba!
Tengo malas noticias para usted! El autor de aquella carta dirigida a
Insight no estaba solo. Millones de cristianos, incluyendo a miles de adventistas, se identifican demasiado con sus sentimientos. No necesitan que
la Biblia les diga que los pecados que acarician estn destruyendo su felicidad y quiz su salud mental. Adems de las razones que encuentran
en la Biblia, saben que deben abandonarlos por su propio bien. La Biblia
simplemente le aade una perspectiva moral que convierte a cada fracaso en una razn para afligirse an ms.
La mayor parte de nosotros encuentra que a veces funciona parte del
tiempo. "Dios mo, a:y?ame a no hacerlo!", musitamos. Luego apretamos los puos y rechinamos los dientes, y efectivamente no lo hacemos.
Estamos limpios! Aceptados! Estamos de vuelta a una relacin aceptable con Dios. Salvados al fin. Despus de todo, no nos ha dado Dios
muestras de todo esto al concedemos la victoria? La gente que no ha sido
salvada no experimenta ese tipo de victoria, no es cierto?
Otra informacin preocupante es que quienes actan de esa forma invariablemente sucumben ante la misma tentacin. Quiz es algo que no
suceder la misma semana. Quiz permanezcan limpios un mes o un ao.
Pero tarde o temprano, en algn momento, casi siempre ... Ese dragn
que llevamos ah dentro todos, saldr victorioso.
Me pregunto: Ser que el lector de Insight se refera a algo parecido?
Ser que se senta en la cima de la montaa un da y en el abismo al
siguiente? Un abismo al cual se vea arrastrado a pesar de sus mejores
18
Desesperacin
19
Captulo
Accin A
Pecado
>
>
>
Accin B
Confesin - - >
Resultado A
Relacin quebrantada
Resultado B
Relacin restaurada
21
La justificacin
El asunto que est en discusin en este debate es la doctrina de la justificacin. Para saber cmo trata Dios a los cristianos que pecan despus
de convertidos, necesitamos entender claramente el concepto de la justificacin. As que hablemos del tema.
La justificacin significa dos cosas:
Perdn
Declarado justo
Vayamos en orden.
Perdn. Pablo dice claramente en Romanos que la justificacin significa perdn. Comencemos con dos versculos:
"Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impo, su fe le es
contada por justicia" (Rom. 4: 4, 5)
22
Reina-Valera
23
guen es esencialmente bueno y perfecto. La justificacin es entonces, justicia por proclamacin. Dios proclama que el pecador es justo.
En los das de Pablo, dikaioy (declarado justo) era un trmino legal. En
una de sus acepciones constitua una proclamacin judicial de inocencia.
El asunto no era si determinada persona era de hecho inocente, porque el
juez que emita la proclamacin quiz no tena suficiente informacin para
determinar la inocencia del acusado con absoluta certeza.
Los escritores del Nuevo Testamento tornaron este trmino del griego
y lo aplicaron de una manera ms abarcante que la terminologa legal de
su tiempo. Dios sabe que usted y yo somos culpables, pero por gracia nos
declara inocentes. En nuestros das un indulto judicial es algo similar. El
funcionario, o el juez que firma el indulto, sabe que el acusado es culpable, pero decide tratarlo corno si no lo fuera. Por eso la palabra justificar
puede significar "declarar justo", lo mismo que ,"perdonar".
Es fundamental entender que la justificacin significa declarar justo a
pesar de que existen evidencias de una conducta impropia de parte del pecador.
En Romanos 3, aparece una de las disquisiciones de ms relieve sobre la
justificacin en el Nuevo Testamento, all Pablo declara en forma inequvoca que "no hay justo, ni aun uno"; "todos pecaron" (Rom. 3: 10,23). El
asunto no es si hay suficientes evidencias para condenamos. Nuestros
pecados estn registrados en los libros del cielo para ser comprobados por
todo el universo. Todo ser humano es culpable delante de DioslNuestra nica esperanza es una proclamacin judicial, una declaracin de que somos
justos a pesar de nuestras fallas.
En eso consiste la Justificacin.
La justificacin es casi una ficcin. Hemos pecado. Somos culpables.
Pero, a pesar de este hecho reconocido, Dios nos trata corno si furamos
perfectos.
24
25
26
Nota nO 1
La justificacin es un concepto bblico, y es mejor dejar que la Biblia
lo defina en su propia terminologa. Por eso comenc nuestra definicin
haciendo referencia a la Biblia. Sin embargo, Elena G. de White en diversas ocasiones emple trminos bblicos de una manera diferente a los
escritores sagrados. Esto no significa que sus usos y definiciones estn
mal utilizados, siempre y cuando no contradigan lo que dijeron los escritores de la Biblia. Los adventistas creen que ella tambin habl inspirada
por Dios, y por lo tanto es apropiado que estudiep10s sus conceptos y los
aceptemos como correctos.
Nota n 2
No estoy seguro que la Biblia mencione la forma en que se aplica la justificacin al carcter, de una manera tan clara como lo hace Elena G. de
White. No obstante, la idea aparece en forma implcita en las declaraciones de Pablo sobre la justificacin. Aunque nunca utiliza la palabra carcter, s utiliza otra palabra ntimamente relacionada. Habla de la mente pecaminosa. Por eso, en Romanos 1: 28 dice que Dios "los entreg [a los impos] a una mente reprobada". Ms adelante define al pecado, no meramente desde el punto de vista de la conducta, sino sobre la base de lo que
denominaramos como carcter. "[Estn] atestados de toda injusticia, for27
Captulo
LA PLATAFORMA
PETROLFERA
Nunca he estado en una plataforma petrolfera marina. No recuerdo
siquiera haber visto una desde un avin. Sin embargo, he visto muchas
fotos de ellas, y estoy seguro de que usted las ha visto tambin, as que
ambos sabemos la apariencia que tienen.
Cuatro enormes columnas sobresalen del mar, sus extremidades inferiores estn ancladas en el profundo suelo ocenico. Una enorme plataforma
de acero se construye sobre esos pilares y sobre la misma se levanta un enorme equipo para bombear petrleo. Encima y dentro de la plataforma se
habilitan reas para la maquinaria y las habitaciones de los obreros. Cuando se completa la plataforma, llegan los trabajadores y comienza el trabajo.
Por favor tome nota de lo siguiente porque es de importancia crucial:
29
Ocano
Ocano
PECADO
PECADO
Fondo
del mar
Fondo
del mar
La plataforma representa la justificacin. Dios la prepar a fin de proveer un lugar seguro para realizar el desarrollo del carcter.
Lo bueno y lo malo que usted y yo hacemos tiene su origen en lo que
somos internamente. Las buenas obras nacen de un buen carcter y las malas obras surgen de un carcter torcido. Siendo que todos los seres humanos son pecadores que hacen cosas incorrectas, p~demos decir con
certeza que todos tienen un carcter defectuoso. Nuestro objetivo como
cristianos es cambiar en algo bueno todo lo malo que tenemos. De esa forma nuestras obras sern buenas en vez de malas.
El diagrama anterior muestra que la justificacin es la plataforma sobre
la cual se lleva a cabo la obra del desarrollo del carcter. El desarrollo del
carcter tiene que ser apoyado por la justificacin. A menos que usted y yo
seamos justificados, la transformacin de nuestro carcter, en el sentido cristiano, ser algo imposible.
Usted notar que el agua debajo de la plataforma se denomina "pecado". Cuando usted y yo comenzamos a vivir, nadbamos de un lugar a
otro en el mar del pecado y nos encantaba. Pero cuando Jess lleg a
nuestra vida, nos levant de aquel mar y nos coloc en la plataforma de
la justificacin. Es de vital importancia entender que la justificacin ocurre en el momento en que usted y yo aceptamos a Jess como nuestro Salvador. Somos justificados en el instante en que nuestros pies tocan la plataforma, yen ese preciso instante somos salvos. En ese momento Dios
30
La plataforma petrolfera
comienza a vernos a travs de Jess, el filtro del pecado, y nos trata como
si tuVlramos el carcter perfecto de Jess aunque no sea as. Si muriramos en aquel instante, se nos garantizara un lugar en el reino eterno de
Dios.
Nuestras buenas obras no tienen absolutamente nada que ver con la
accin de subir a la plataforma. No podemos comenzar a hacer buenas obras
hasta que nuestros pies se afirmen en la plataforma. La obra del desarrollo
del carcter que se inicia despus que Dios nos coloca en la plataforma es
lo que hace posible las buenas obras.
Lo que dir a continuacin es de suma importancia para su paz mental como cristiano. Es precisamente la analoga de la plataforma petrolfera la que me ayuda a explicar lo que quiero afirmar. As que contine leyendo aunque todo aparente ser una serie de detalles insignificantes.
De vez en cuando tropiezo con cristianos que consideran que el desarrollo del carcter es algo que sucede en un instante. Dicen que quienes
se han convertido de veras dejan de pecar. "Si usted todava sigue cayendo en pecdo", dicen, "es prueba de que no se ha convertido". Esto sencillamente no es verdad. La transformacin del carcter no se produce instantneamente. Esto debiera ser algo muy obvio para cualquier cristiano
que haya luchado al menos con un pecado. Sin embargo, reforcemos este
punto con alguna cita inspirada.
Pablo dijo: "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto [... ]"
(Fil. 3: 12). Despus de muchos aos de haber sido cristiano, Pablo admiti que todava le faltaba mucho para ser perfecto. Pedro dijo que necesitamos aadir a nuestra fe, bondad, "a la virtud conocimiento; al conocimiento, dominio propio" (2 Pedo 1: 5-6). No alcanzamos todos estos rasgos de
carcter de una vez. Los vamos aadiendo paulatinamente.
Elena G. de White entenda que la transformacin del carcter toma
tiempo. Incluso utiliz las palabras de Pedro para probarlo:
"El carcter cristiano no se logra en un instante, sino que da tras da he~os
de aadir a nuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento,
dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal, y al afecto fraternal, amor. De esta forma es como hemos
de ser preparados para la venida de Cristo" (RH, 4 de abril de 1891, el nfasis es nuestro).
Sin embargo algunos de los lectores podrn decir: "Es cierto que el
desarrollo del carcter toma tiempo. Pero cada vez que un cristiano des31
La plataforma petrolfera
33
Captulo
LAS CONDICIONES
PARA RECIBIR
LA JUSTIFICACIN
Imagnese una ciudad con exactamente mil habitantes. La llamaremos
Villacentro. Lamentablemente, los habitantes de dicha ciudad estn en una
situacin desesperada. Han estado desempleados durante un ao. Nadie tiene dinero.' La ciudad est destinada a sufrir una hambruna si no sucede algo muy pronto.
Por suerte, algo ocurre. Un empresario rico va de paso y cuando se detiene en Villacentro para comprar gasolina se entera de la terrible situacin
de sus habitantes. Debido a que es una persona bondadosa, siente lstima por ellos y decide obsequiarles un milln de dlares. Obtiene el nombre y la direccin de todos ellos y le pide a su contador que expida a cada
uno un cheque por la suma de mil dlares.
Algunas personas se apresuran a ir al banco, a fin de cambiar sus cheques y comprar alimentos. Otros, sin embargo, se muestran escpticos. "Nadie seria tan tonto como para regalar mil dlares a cambio de nada",
dice~, mientras se niegan a hacer efectivos sus cheques.
Piense por un momento en esto. Cada uno de aquellos ciudadanos tiene mil dlares. Sin embargo, solamente los que van al banco y cambian sus
cheques poseern sus mil dlares. Los dems tienen el cheque, pero no poseen el dinero. Y hasta que no 10 posean, no les servir de nada. "
Esta parbola ilustra un punto clave acerca de la justificacin: Todo
habitante de este planeta ha sido justificado, al igual que todos los habitantes de Villacentro que recibieron un cheque por mil dlares. y usted
puede pensar: "Yo crea que solo los cristianos eran justificados".
Les advierto que en los medios cristianos es comn pensar que Dios
justifica a las personas nicamente cuando estas deciden aceptar el cris-
35
36
(Efe. 2: 8-9). Una de las mayores tentaciones que enfrentamos los cristianos
es pensar que de alguna manera debemos mejorar nuestra conducta, aunque sea en forma mnima, de manera que se nos considere ms aceptables delante de Dios. Ese era precisamente el error en la teologa de aquel
maestro de Escuela Sabtica de Texas: afirmar que Dios interrumpe su
relacin con los cristianos -los rechaza, si prefiere que lo digamos ascada vez que cometen un error.
Pero decir que no somos salvos por las obras tan solo nos ensea cmo no se obtienen mil dlares. No nos dice ni una sola palabra acerca de
cmo obtenerlos. Si cada ser humano ya ha sido justificado, aunque solo
algunos sern beneficiados, cul es entonces la .condicin para apropiarnos de la justificacin que ya es nuestra?
Mencionar dos condiciones necesarias para recibir la justificacin.
Ambas son bblicas, y ambas son cruciales para nuestra paz mental como
cristianos.
37
Actitud
Accin
La accin puede ser nicamente de ndole mental: alejarnos del pecado, rechazar mentalmente el pecado. Sin embargo, es una accin que
Dios acepta. Pero, por accin no quiero decir buenas obras que me hagan
merecedor de la salvacin. El relato del hijo prdigo nos ayuda a aclarar
este punto.
Usted recordar que el hijo prdigo dej su hogar llevndose una tercera parte de la fortuna de su padre. * Despus de derrochar su dinero,
tuvo que dedicarse a cuidar cerdos. All, rodeado de lodo y suciedad,
reconoci lo bueno que en realidad era su hogar y un gran deseo surgi
en su corazn.
"Los siervos de mi padre estn mejor que yo", se dijo. "Ir a mi casa y
dir: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya Ilo merezco que me
tengas por hijo. Solo pgame como un siervo ms de la casa. Cualquier
cosa, con tal que pueda vivir aqu''' (ver Luc. 15: 18-19).
Despus de haber expresado estas palabras, se puso en camino de
vuelta a su casa. Cuando lleg, dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti, y ya no merezco que me tengas por hijo".
Este joven mostr los dos elementos del genuino arrepentimiento
mencionados por Elena G. de White: tristeza por el pecado (la actitud) y
abandono del pecado (la accin).
La actitud (su tristeza por el pecado) se observa en lo que dijo: "He
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no merezco que me tengas por
hijo".
La accin (su abandono del pecado) se advierte en lo que hizo: Se
puso en camino y se dirigi a su casa, y cuando lleg all, se confes ante
su padre.
Segn las costumbres judas. el hijo mayor de la familia heredaba el doble que los otros hijos.
38
Y qu le dijo el padre a los siervos? "Pronto! Traigan el mejor vestido y pnganselo" (Luc. 15: 22).
Por favor, tome nota, porque esto es de suma importancia: No hay
indicacin alguna en el relato de que el padre haya dicho: "Hijo, antes de
ponerte este manto, me gustara que te baes. Adems, pdele a tu mam
que te lave esa ropa. No queremos ensuciar el mejor manto de la casa con
la mugre de un corral de cerdos".
No! El manto le fue colocado sobre su ropa sucia, lo que simboliza que
el manto de la justicia de Cristo nos cubre a pesar de nuestros pecados.
Dios no requiere que arreglemos todos nuestros problemas, que venzamos todos nuestros pecados, ni siquiera algunos de ellos; para cubrimos
con la justicia de Cristo. La justicia de Cristo cubre todos nuestros pecados por completo. Su carcter perfecto sustituye nuestro carcter defectuoso, y somos aceptados delante de Dios como si nunca hubiramos
pecado.
Ahora permtame hacer una pregunta muy prctica: Nos quita Jess
el manto de su justicia cada vez que cometemos un error?
La respuesta es no. Mil veces no!
Por qu puedo decir esto de una manera tan enftica? Debido a una
declaracin de Elena G. de White que ha adquirido un gran significado
para m:
"Cuando existe en el corazn el deseo de obedecer a Dios, cuando se
hacen esfuerzos con ese fin, Jess acepta esa disposicin y ese esfuerzo como
el mejor servicio del hombre y suple cualquier deficiencia con sus propios
mritos divinos" (lMS 448). *
Fjese que en esta declaracin se encuentran presentes ambos elementos del arrepentimiento genuino:
"Cuando existe en el corazn el deseo de obedecer a Dios"
Equivale a sentir pesar por el pecado:
Actitud
"Cuando se hacen esfuerzos con ese fin"
Equivale a abandonar el pecado:
Accin
Cuando estos dos elementos estn presentes, "Jess suple la deficiencia con sus propios mritos divinos".
* Vase la Nota adicional al final de este capitulo para un comentario respecto a esta declaracin.
39
nuestros pecados.
Dice acaso Elena G. de White que Jess suple nuestra deficiencia
"interrumpiendo su relacin con nosotros"? Dice que nos arrebata su manto de justicia cada vez que pecamos?
No! Mil veces no!
Confo en que todas los adventistas aceptan que al acercamos a Cristo
por primera vez, l nos perdona y nos declara justos en relacin con las
pecados que cometimos en el pasado. Pero les aseguro que la justificacin
tambin es un manto que Dios coloca sobre usted, algo que usted continuar vistiendo mientras viva su vida cristiana. En tahto que mantenga el
manto sobre usted, ser justificado instantneamente cuando cometa un
error. Por lo tanto su relacin con l, su confianza en la salvacin, se mantendr inclume. Elena G. de White expres este principio en su libro El
camino a Cristo de una fonna tan clara como no la he visto jams:
"Hay personas que han conocido el amor perdonador de Cristo y desean
realmente ser hijos de Dios: pero reconocen que su carcter es imperfecto y
su vida defectuosa; y tienen la tendencia a dudar en cuanto a si sus corazones
han sido o no regenerados por el Espritu Santo A esas personas quiero decirles que no cedan a la desesperacin. A menudo tenemos que postramos y llorar a los pies de Jess por causa de nuestras culpas y equivocaciones; pero no
debemos desanimamos. Aunque seamos vencidos por el enemigo, no somos
desechados ni abandonados por Dios. No; Cristo est a la diestra de Dios, e intercede por nosotros" (CC, APlA 2005, 96).
40
De vuelta a la fe
Anteriormente les dije que trataramos de nuevo el tema de la fe antes
de concluir este capitulo. Permtame relatar algo que me sucedi en una
reunin campestre celebrada en Oklahoma durante el verano de 1993.
Despus de presentar ese concepto, una dama se me acerc con un rostro triste y me dijo: "Es verdad lo que usted dijo? Es en serio?"
Le asegur que s110 era. Permaneci mirando al piso, sacudi la cabeza y dijo: "No puedo creerlo. Es que no puedo creerlo!"
Pobre hermana. No poda creer las buenas nuevas ms hermosas que
jams se han expresado.
Hay dos razones por las que los adventistas puede que no crean lo que
estoy compartiendo ahora con mis lectores. La primera es la vergenza y
la falsa culpabilidad. No me refiero a la culpa que sentimos cuando hemos hecho algo que a todas luces est mal y necesitamos hacer una confesin. Esta es una culpa muy saludable. La falsa culpabilidad es la vergenza que continuamos albergando despus de haber confesado nuestro
pecado. Algunas personas hasta se sienten indignas de estar vivas!
La otra causa de incredulidad entre los adventistas obedece a una teologa espuria. Hice la misma presentacin en otro campestre durante el
verano de 1993, y al concluir, un amigo pastor me dijo que haba escuchado a varias personas quejarse dciendo que yo enseaba "una teologa
nueva". Los adventistas conservadores tienden a resaltar las normas y la
conducta correcta como la seal de una experiencia cristiana genuina, y algunas de estas personas tienen dificultades para entender que Dios las acepta como son, con todo y sus defectos.
Pero aqu es precisamente donde entra la fe. Pablo dice que la justificacin, la plataforma petrolfera, el manto de la justicia de Cristo, es para
los que creen.
41
quier cosa que le impida creer en el don de justicia que Jess le ofrece, pone en
peligro su vida eterna. A Satans no le importa si la causa de su incredulidad es un falso sentido de culpa, o una falsa teologa, o las dificultades de
este mundo, o el racionalismo, o lo que fuere. Lo nico que le importa es
lograr que usted deje de creer. El mtodo no importa. Pero cambiemos el
cuadro:
A todos los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios (ver Juan 1: 12).
Esta justicia de Dios viene mediante la fe (Rom. 3: 22).
Por gracia sois salvos, por la fe (Efe. 2: 8).
La prxima vez .que usted se vea tentado a sentir que los pecados que
comete a diario lo convierten en un pecador tan empedernido que Cristo
no lo acepta, reclame por fe sus promesas. Mientras usted crea en ellas, el
cumplimiento ser suyo. Aun cuando usted no lo sienta as.
La prxima vez que usted se sienta tentado a permitir que su teologia
se interponga en el camino de la paz que se obtiene al saber que Jess lo
acepta, reclame la promesa de todas formas, y pdale al Seor que lo ayude a entenderla.
42
Captulo 5
LA FE Y LA OBEDIENCIA
Hace algn tiempo, mi esposa y yo nos cansamos de todos los in.::onvenientes de las conexiones telefnicas a Internet, as que contratamos
:!n servicio por cable. Nos frustraban dos problemas en particular del servi.::io telefnico que usbamos. En primer lugar, tenamos que acceder a Inter:tet cada vez 'que desebamos usarlo, mientras que el cable nos permite mantener la conexin todo el da. Cuando queremos usar Internet, slo tenemos
que hacer un click, y al instante comenzamos a navegar. En segundo lugar,
12 conexin telefnica era espantosamente lenta. A veces necesitaba dos o
:res minutos para ingresar a un sitio web. Eso no es tan grave cuando se
desea revisar solamente una pgina, pero cuando se va de un enlace a otro
dentro de un mismo sitio, o se busca informacin en varios sitios a la vez, esos
intervalos de dos o tres minutos rpidamente se llevan media hora. Por otro lado, cambia'r de sitios web lleva cuando mucho un par de segundos con la
.::anexin por cable.
Algunos amigos nos aconsejaron instalar un "firewall" para protegemos
de quienes podan invadir nuestra computadora, puesto que ahora estbamos conectados a Internet todo el tiempo. Revis el programa en particular
que nos recomendaron, pagu 70 dlares mediante una pgina web con mi
tarjeta de crdito, y descargu el software. Nuestras computadoras estaran a
salvo de cualquier intruso!
Grave error! Es cierto que el programa nos protegi de los intrusos pero,
como descubrimos ms tarde, tambin del resto del mundo. El "firewall"
limit el acceso a nuestra conexin, as que la mitad de las veces no recibamos correo electrnico, y constantemente se desconectaban las pginas web
que visitbamos. Fue desastroso!
43
Ped ayuda a la compaia que me vendi el programa, pero me dijeron que solo podia recibir soporte tcnico en lnea. "Envienos un correo
electrnico que describa su problema ---<dijo el representante-, y le responderemos con la solucin". Segu la instruccin. Esperaba una respuesta a nuestro problema en panicular, pero todo lo que recib fue un
listado -de problemas y soluciones en el cual podamos buscar una situacin parecida a la nuestra. Por desgracia, no 'encontramos algo remotamente similar a lo que nos suceda, mucho menos una solucin. Escrib
varios mensajes ,electrnicos para solicitar que un tcnico se encargara de
nuest1!O problema, pero siempre recib en respuesta el mismo listado.
Finalmente, Heno de frustracin, borr el "firewall" de nuestra computadora con la esperanza de restaurar nuestro acceso a Internet. Pero
esto no sucedi. El programa fragment tan efectivamente la configuracin del software que nos conectaba a Internet, que el problema continu
aun cuando ya no estaba su origen. Por fonuna, nuestra compaa de servicio por cable ofrece soporte tcnico mucho mejor que la del "firewall".
Habl por telfono durante cinco horas con los tcnicos hasta que se restaur la conexin. Desde ese -da, hemos tenido muy pocos problemas.
Por qu comparto esta ex,periencia con usted? Porque ilustra muy
bien un prdblema comn de la justificacin por la fe. Nuestro "firewall"
estrope el mismo sistema que deba proteger. Si la malentendemos, la
justificacin por la fe, la solucin que Dios dise para el problema del
pecado, puede comprometer la misma salvacin que se supone debe proveer.
Me gustara discutir uno -de esos errores con usted, expresado de
manera excelente por lo que Elena G. de White llam una teologa "de
tan solo creer". Aqu tenemos un par de afirmaciones representativas:
"Ha enseado con gran celo [la gente de la santidad]: "Tan solo creed en
Cristo, 11 seris salvos; pero basta de la 'ley de Dios!" Esta no es la ,enseanza
de la Palabra de Dios. No hay fundamento para una fe tal" (lMS 423).
"La santificacin, .tal cual la entiende ahora -el mundo religioso en general,
lleva en s! misma un germen de orgullo espiritual y de menospreci0 de la ley
de Dios que nos la presenta como del todo ajena a la religin de la -Biblia. [... ]
"Tan solo creed --dicen- y la bendicin es vuestra." Segn ellos, no se necesita mayor 'esfuerzo de parte ,del que recibe la bendicin. Al mismo tiempo
nie.gan la autoridad de la ley ,de Dios y afirman que estn dispensados de .la
obligacin de guardar los mandamientos" (CS 525).
Por supuesto, Elena G. de White crea :que solo 'es posible obtener la
sa1vacin por medio de la fe. Por ejemplo, en cierta ocasin dijo: "Lleven
44
La fe y fa obediencia
su alma: desvalida ante l, y los aceptar y bendecir. Tan solo crean" (Carta 45, 1905, nfasis aadido).. La otra ensea1ll:Za "de tan solo creer" a la
que se opona, era la idea de que la fe elimina la necesidad de esfOlrzarse
para cumplir la ley. Eso es muy claro en los, dos textos que cit arriba.
Jess muri para salvar a los seres humanos del pecado, y la ley define al pecado. Ya que se nos justifica dd pecado, la fe que neva a la justificacin debe contener algn entendimiento del pecado', alguna actitud
frente al mismo. La justificacin que ignora el probl'ema del pecado y la ley
que lo seala es una justificacin falsa, una salvacin falsa. Es necesario
preguntar: Cul es la verdadera actitud de fe ante la ley y el pecado? Sugiero lo siguiente:
l. La verdadera fe est de acuerdo con el juicio que la ley de Dios pronUNci en contra del pecado; lO' aborrece, y nosotros tambin debe'riamos aborrecerlo.
2. La verdadera fe est de acuerdo con el juicio que la ley de Dios pronunci en contra de los pecados que cada U:t10 comete; los aborrece, y nosotros tambin debenamos aborrecerlos.
3. La verdadera fe anhela ser libre del pecado y estar en armona con
la ley. Se compromete a, vem.:er el pecado y obedecer la ley, sin importar lo doloroso que sea, o cunto tiempo se requiera'.
4. La verdadera fe afirma la muerte de Cristo por el pecado, y el perdn de Dios del pecado.
Las personas que invocan la teologa "de tan solo creer" a la ql:le se opona Elena G. de White toman en cuenta :nicamente el cuarto objeto de la
lista, sin hacer caso de los otros. Desean el perdn que ofrece la justificacin,
sin el compromiso de tratar con el pecado que en primer lugar caus la necesidad de ese perdn. Per<i> Dios, no acta de esa manera. Esto no significa que
l exija perfeccin moral antes de aceptamos y, por gracia, aseguramos la salvacin. No obstante, espera que cada uno de nosotros reconozca su pecado
y se comprometa a derrotarlo.
A esto tambin podemos llamarlo arrepentimiento'. Una de las tesis pri1itcipales de este 111:>ro es que cuandO' nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados y nos esforzamos por superarlos, Dios lo acepta como la
mayor muestra de obediencia que podemos ofrecer y, en referencia a una
cita de Elena G. de White expresada en el captulo anterior, compensa
nuestras deficiencias. con su mrito divino.
45-
En la primera parte del prrafo Elena G. de White muestra que cuando queremos obedecer y lo intentamos, Dios nos acepta aunque fracasemos. No obstante, a continuacin explica una gran salvedad: "Pero no aceptar a los que pretenden tener fe en l, y sin embargo son desleales a los
mandamientos de su Padre". En la mente de ciertas personas, por alguna
razn esta frase (y las que siguen en el texto) define nuestra obediencia
como condicin de la salvacin, a pesar de que la seora White afirma
46
La fe y la obediencia
claramente lo contrario al principio del prrafo. Vea usted que, sin embargo, la frase expresa lo mismo que Elena G. de White quiso decir en los textos del "tan solo creer" que examinamos anteriormente. La fe que niega el
papel de la ley en la vida cristiana no es genuina.
La frase tiene una palabra clave que indica el sentido correcto de todo el
asunto: desleales. La autora dijo que Dios no aceptar a aquellos que, mientras pretenden tener fe, son desleales a los mandamientos divinos. Es importante comprender que la lealtad y la deslealtad no son como la obediencia y
la desobediencia. Es posible ser leales por completo a la ley de Dios, pero
incapaces de obedecerla perfectamente. Un excelente ejemplo es el hombre
mencionado en Romanos 7, que dijo amar la ley de Dios y desear cumplirla, pero cuyas acciones no expresaban sus intenciones. Era completamente
leal a la ley de Dios pero no siempre era capaz de obedecerla. De manera
muy similar, Elena G. de White insisti en que Dios requiere que seamos
completamente leales a su ley, aunque no la obedezcamos a la perfeccin_
Veamos tambin que ella mencion personas que quieren "una religin
fcil, acomodadiza y desprovista de la cruz"; en otras palabras, una religin sin normas ni exigencias. La religin de Dios es diferente. Mantiene
el ms alto nivel de obediencia, y pide que nos comprometamos a estar en
ese nivel. Adems, la religin de Dios reconoce que somos humanos imperfectos, y est preparada. Cuando hacemos todo lo posible por obedecer
porque as lo queremos; cuando somos leales a la ley de Dios, la vida perfecta de Cristo, sus mritos, compensan nuestras deficiencias cuando no
obedecemos.
Entender la justificacin correctamente ayudar a mantener esta perspectiva equilibrada de la fe y la obediencia.
47
Captulo
LA SALVA'CIN:
LAS PARTES Y EL TODO
Hace varios aos compr un vehculo de traccin en las cuatro ruedas.
Mi esposa y yo lo hemos utilizado para hacer dos viajes a las montaas del
estado de Idaho, atravesando por caminos secundarios que solo se pueden transitar en un vehculo de ese tipo. Hemos disfrutado mucho estas
travesas y planeamos realizar unas cuantas ms.
Cuando me siento al volante, por lo general no pienso en el motor, en
la transmisin, en las ruedas, ni en los frenos. S que todo esto est en nuestro vehculo, pero cuando lo manejo, pienso en l como un todo. Experimento los beneficios del mismo y disfruto de l. Puedo afirmar que para hacer eso no tengo que entender nada acerca de sus muchos componentes.
De hecho, si me pongo a meditar en ~llo, disfrutar menos de nuestros
paseos.
Sin embargo, si el coche presenta alguna falla, entonces s me preocupo por sus piezas y sistemas, y comienzo a investigar cul de ellos est
defectuoso. Si no puedo descubrir el problema y arreglarlo por m mismo (lo que ocurre muy a menudo), entonces lo llevo a una persona que
ha sido entrenada para descubrir los defectos de los autos y arreglarlos. A
este individuo lo llamamos "mecnico". A los mecnicos se los adiestra
para conocer los componentes de un automvil, y pata arreglar lo que se
ha descompuesto.
No obstante, no es suficiente decir que un mecnico necesita conocer
las diferentes piezas de un auto. Tambin necesita entender el funcionamiento total del vehculo, no necesariamente cmo conducirlo. El mec-
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50
52
Captulo
Aquellas eran personas que haban nacido de nuevo, pero continuaban luchando con una larga lista de pecados. Es iobvio que Dios no haba
interrumpido su relacin ,con ellas a causa de su 'conducta imperfecta.
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jess aclar que con excepcin de judas todos los discpulos estaban
limpios. Sin ir muy lejos tenernos que concluir que todos estaban convertidos excepto Judas. No obstante, segn Lucas fue en esa misma ocasin, la ltima cena, cuando jess le dijo a Pedro: "una vez vuelto [convertido]".
Entonces, estaba Pedro convertido en el aposento alto, o no? Creo
que la respuesta es doble.
Juan dice claramente que Pedro haba nacido de nuevo. Esta es la conversin que todo cristiano experimenta al comienzo de su vida con Cristo. Esta es la conversin que nos salva y nos asegura un lugar en el reino
eterno de Dios.
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El hombre de Romanos 7
Durante dos mil aos los telogos han debatido si el hombre de
Romanos 7: 14-25 estaba convertido, o si era un inconverso. He meditado bastante sobre este asunto y deseo compartir mi respuesta con usted.
Para que est al tanto de lo que este pasaje dice exactamente, Jo citar en
su totalidad. A menos que usted conozca muy bien el texto, le sugiero
que lo lea de nuevo antes de continuar con este captulo:
"Porque sabemos que la leyes espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que
aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la leyes
bena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que
mora en m. Y yo s que en mi, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque
el querer el bien est en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que
quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no
lo hago yo, sino el pecado que mora en m. Asi que, queriendo yo hacer el bien,
hallo esta ley: que el mal est en mi. Porque segn el hombre interior, me
deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela
contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que est
en mis miembros. iMiser~ble de m! quin me librar de este cuerpo de
muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Sefior nuestro. As que, yo mismo
con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado"
(Rom. 7: 14-25).
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56
Observemos el contraste que hace Pablo entre las personas desobedientes que son esclavas del pecado (personas inconversas), y por otro
lado los cristianos que son esclavos de la justicia (personas convertidas).
Pablo les dice a los cristianos de Roma: "Ustedes eran siervos del pecado".
Esta es una referencia clara a su vida como paganos, antes de aceptar a
Cristo. Debido a esto, la declaracin que leemos en Romanos 7: 14 de que
es "vendido al pecado", parece un argumento poderoso a favor de la idea
de que el hombre del captulo 7 no se ha convertido. No obstante, observemos la evidencia que favorece el argumento contrario.
El hombre de Romanos 7 est convertido. Pablo escribe en primera persona. l dice, "yo soy carnal". "Yo no entiendo 10 que hago". "Pues no
hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago" (Rom. 7: 14-15). Pablo no est hablando de un cristiano hipottico. Est compartiendo con
nosotros su propia experiencia. Nos est diciendo lo que sucede cuando
le toca enfrentar la tentacin. Los que creen que el hombre de Romanos 7
es un nconverso reconocen que Pablo se est refiriendo a si mismo, pero
aseguran que describe su experiencia previa al momento en que Cristo se
le manifest en el camino a Damasco. Sin embargo, esta idea queda anulada por el uso del presente en Romanos 7. Pablo dice "yo soy carnal", no
"yo era carnal"; "yo no entiendo lo que hago", no "yo no entenda lo que
hacia".
Si aceptamos que Pablo quiere decir exactamente lo que dice, entonces se refiere a su propia experiencia en el presente, en el momento cuando escribe su carta a los cristianos de Roma. Debido a que la escribi
muchos aos despus de aceptar a Cristo como su Salvador, podemos
concluir que en Romanos 7: 14-25, Pablo describe su propia experiencia
como un converso cristiano. Este es un argumento poderoso en favor de
la idea de que el hombre de Romanos 7 est convertido.
Quienes opinan que el hombre de Romanos 7 est convertido, tambin sealan que habla ciertamente como un converso. Dice "tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo"; "segn el hombre interior, me
deleito en la ley de Dios" (Rom. 7: 18, 22). Este lenguaje es casi idntico
al de Da,vid registrado en Salmo 119: 47: "Me deleitar en tus mandamientos, que he amado". Creo que todos estamos de acuerdo que en ese
salmo David se refera a su propia experiencia y que sus palabras brota57
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nos a que le induce a hacer cosas malas mora dentro de su cuerpo, e influye sobre su conducta, pero no es el Pablo verdadero. Veamos lo que l
dice:
"Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la leyes buena. De
manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en
mi" (Rom. 7: 16, 17).
60
Captulo
PECADOS
INTEN CIONALES
Todava recuerdo la primera vez que present en pblico los conceptos que he tratado hasta aqu. Durante algn tiempo consider la necesidad de hablar sobre el tema, pero no habla tenido tiempo de organizar mis ideas. En la primavera de 1991, la Asociacin de Georgia-Cumberland me invit a presentar una serie de charlas durante su reunin campestre anual. Al llegar al lugar de la reunin descubr que me haban asignado una hora ms de lo que yo haba anticipado.
Haba llegado la oportunidad de presentar el tema sobre la justificacin.
Haba aprendido que cada vez que predico sobre un tema nuevo me
harn preguntas que nunca se me haban ocurrido. No me defraudaron
en aquella ocasin. Ni siquiera haba terminado de hablar cuando alguien
exclam:
-Dios nos salva de nuestros pecados, no en ellos!
-No existe ninguna excusa para transgredir la ley! -dijo otro enfticamente.
Cuando respond aquellas preguntas, se levant una tercera mano de
alguien que pregunt.
-Usted no se refiere a los pecados intencionales, verdad?
No recuerdo cmo respond a esta pregunta, pero s que durante varios meses, prcticamente dondequiera que presentaba la misma charla, alguien se me acercaba al final de la reunin y me deca:
-Seguramente usted no se refiere a los pecados intencionales, verdad,
pastor Moore?
61
A menudo, el tono de voz y sus miradas me decan que estaban bastante preocupados de que en realidad estuviramos hablando de pecados in-
tencionales.
Consider esa ltima pregunta por un buen tiempo antes de encontrar
la respuesta; o quiz debiera decir, antes de encontrar una respuesta que
tuviera sentido para m mismo. Ahora presento la respuesta como pane de
un. seminario y ya nadie ha vuelto a hacer la misma pregunta. Cuando usted
lea mi respuesta, espero que le parezca acertada. Si as es, tambin espero que sean buenas nuevas.
62
Pecados intencionales
63
salvo no ,es poseer una teologa perfecta. Es, 'ms bien, tener fe en Jess.
Sin embargo, algunos conceptos teolgicos, algunas doctrinas, no son tan
solo defectuosos, sino q1Ae son letales. P.or ejemplo, Juan dijo que cualquiera que niegue 'que Jess vino en la carne 'est de parte del anticristo
(ver 1 Juan 4: 1-3). ,Creo que usted estar de acuerdo conmigo en lo
tocante a que el anticristo ITO tendr parte alguna en el reino eterno de
Dios!
Otra doctrina letal es negar que Jess sea el Salvador del mundo,que
no muri para salvar a los seres humanos de sus pecados. Estoy seguro
que habr innumerables personas en el delo que no llegaron 'a conocer
nada acerca de Jess, o, que si supieron algo de l, no entendieron plenamente quin era y lo que haba hecho por eUos, Pero nadie podr ser salvo si conoce la verdad y se niega a creerla. Esta es otra doctrina mortal.
Gail crea y practicaba una doctrina que neva a la muerte. Ella crea
que "la verdadera fe cristiana no se atascar en el arrepentimiento y el perdn, sino que ser alimentada por cualquier forma de amor". Juan el
Bautista dijo: "Arrepentos!" Jess dijo: "Arrepentos!" Pedro dijo "Arrepentos!" (Mat. 3: 2; 4: 17; Hech. 2: 38). Cmo puede Gail decir que el
arrepentimiento no es importante para la fe cristiana!
Dios puede aceptar a la gente que piensa que algo es correcto cuando
a sus ojos es incorrecto, siempre y cuando no traten de justificar su conducta, o se rebelen contra sus leyes. Por equivocada que sea la conducta
homosexual, la "doctrina letal" de Gail no era creer que la homosexualidad es una conducta aceptable para los cristianos. Mi preocupacin es
que ella no aceptaba el valor del arrepentimiento.
No puedo dejar de preguntarme si Gail decidi actuar de aquella forma porque no deseaba abandonar su homosexualidad. Solo Dios lo sabe;
pero si esta era su forma de pensar, entonces su doctrina era mortal porque trataba de justificar al pecado, y de hecho equivala a decir que la victoria es imposible. Esta es otra variante de los pecados intencionales que
Dios no puede perdonar y que no cubrir con la justicia de CristO.
Pecados intencionales
Permtanme explicarlo.
Comenzar citando un texto que encontr en un folleto publicado por
The Bridge, un centro para el tratamiento a la adiccin a sustancias qumicas que ya hemos mencionado anteriormente. Los directores del centro, Paul y Carol Cannon, son unos consagrados adventistas del sptimo
da. Tuve el privilegio de participar en su programa de tratamiento de la dependencia en marzo de 1993, y mi esposa Lois hizo lo mismo dos meses
despus.
Lo que deseo compartir con usted es una carta escrita por un adicto a
The Bridge.
"He sido adicto desde los trece aos. Tengo dos hermanas menores. Mis
dos hermanos ms jvenes murieron a causa del infierno del alcohol y las
drogas. Mi padre tambin muri de lo mismo. Mi madre, quien prcticamente ha perdido la razn [debido al alcohol], ha estado viVIendo prcticamente
en las calles.
Mi abuso de la bebida y las drogas est empeorando. He experimentado
con la cocana, la marihuana y con las drogas inyectadas. Este pasado fin de
semana gast setenta y cinco dlares en cocana, sacado del dinero que tenamos reservado para pagar el alquiler de nuestra casa mVIl. Debido a que
gano 5,75 dlares por hora, esto representa una porcin grande de mi sueldo.
Cada vez que uso drogas y alcohol, me digo a m mismo, a mi esposa, a
mi hijo mayor y al Seor, que estoy arrepentido y que deseo dejar el vicio. Mi
intencin es que esa sea la ltima vez, pero nunca sucede as; apenas uno o
dos meses despus vuelvo a caer.
Mi esposa, junto con otras personas que se preocupan por m, contina
dicindome que la nica manera de vencer el hbito es haciendo una entrega
total a Jess. Mi esposa est escribiendo esta carta a mquina y me pregunta
qu otra cosa quiero decir, pero mi mente no est muy clara y no puedo pensar en este momento qu ms puedo decir, excepto hacer una pregunta: pueden ayudarme?"
66
Pecados intencionales
sosteniendo una relacin ilcita, y cede ante la tentacin. Toma el telfono y comparte las aquellas noticias con su mejor amiga.
Cree usted que Jess cubrir el pecado del chisme de aquella hermana, una trasgresin obvia, con sus mritos divinos?
La mayor parte de los adventistas que he conocido no tienen reparos
en responder afirmativamente. Dicen: "A fin de cuentas, no es ms que
un pequeo pecado".
Qu interesante! El plan de Dios para salvar a los que cometen pecados de menor cuanta es diferente del mtodo aplicable a los que han
cometido pecados mayores!
Lo cierto es que Dios nos salva a todos del mismo modo. Puede que
sea ms aceptable para nosotros suponer que Dios cubra los pecados
pequeos con su justicia y no los grandes, pero puedo asegurarle que el
grado de pecaminosidad no cambia el mtodo que Dios utiliza para tratar con la trasgresin. l est dispuesto a rebajarse tanto como sea necesario a fin de rescatar a un pecador del abismo, y salva a los que estn en el
fondo de la sima exactamente como a los que estn ms arriba.
Permtanme explicar lo que sucede. Hay algo que se llama adiccin.
Me gustara compartir algo que dijo Elena G. de White acerca de la adiccin. Ella no utiliza la misma palabra, pero sin dudas se refiere al mismo
tema. La cita la tom de El camino a Cristo, 71, 72. La compartir con
usted en fragmentos, de manera que podamos comentarla por partes. Las
palabras de Elena G. de White aparecen en negrita:
Se trata de un adicto. Un adicto dice, "Nunca ms lo har", y cinco minutos ms tarde ha cado nuevamente en lo mismo.
No puedes gobernar tus pensamientos, impulsos y afectos.
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Los adictos son un tipo de personas que Jess coloca sobre la "plataforma
petrolifera", para que puedan luchar contra su hbito.
Opino que la declaracin de Elena G. de White acerca de que Jess
cubre nuestras deficiencias con sus mritos divinos, se aplica a todos los
adictos que en su desesperacin intentan triunfar, pero que debido a sus
fracasos sienten que Dios no puede aceptarlos. Saben ellos lo que estn
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Pecados intencionales
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Pero cun fcil es juzgar a otro ser humano a distancia, cuando todo
lo que podemos observar es su conducta. No tenemos idea del dolor, del
infierno que estaba empujando a la dama aquella a buscar alivio. No tenemos idea de su debilidad, de la pasin abrumadora que estaba tratando
desesperadamente de controlar aun cuando no saba cmo lograrlo.
Me siento agradecido por una declaracin de Elena G. de White que
ya hemos mencionado una o dos veces en este libro. Me ayuda a dejar
cualquier juicio en manos de Dios:
"Para avanzar sin tropezar, debemos tener la segundad de que una Mano
todopoderosa nos sostendr, y que una infinita misericordia se ejercer hacia
nosotros si caemos. Solo Dios puede or en todo momento nuestro clamor por
ayuda" (HH 157).
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Pecados intencionales
71
Captulo
UNA RELIGIN
EXPERIMENTAL
Se dice que Thomas A. Edison llev a cabo tres mil experimentos
antes de poder fabricar la primera lmpara elctrica incandescente. No se
trataba meramente de hacer una esfera de cristal y colocarle adentro un
filamento. Una de las primeras cosas que Edison aprendi fue que si el filamento era lo suficientemente delgado para brillar, se quemaba; pero que
si era bastante grueso para no quemarse, no brillara lo suficiente. Tuvo
que efectuar muchos experimentos hasta encontrar el material que fuera
suficientemente delgado como para brillar sin quemarse.
Este relato ilustra un concepto relacionado con la transformacin del
carcter que Elena G. de White sostuvo, y que he encontrado muy til.
Ella lo denomin "religin experimental". Se refiri a este tema en numerosas ocasiones. Tengo un par de declaraciones representativas:
"La experiencia es el conocimiento que resulta de lo que uno prueba. Lo que
se necesita ahora es religin experimental" (Mar 72).
La palabra experimento es la clave para entender lo que quiso decir Elena G. de 'White con la frase religin experimental.
Los cientficos llevan a cabo experimentos para descubrir cmo funciona la naturaleza y as lograr que la misma obre a favor de la humanidad. Para usted y para m, mover un interruptor y encender un bombillo
elctrico es algo instantneo. Sin embargo, Edison tuvo que someterse a
73
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Se considera una victoria si aprendemos de nuestros errores! El punto es que, ya 10 hemos dicho y seguiremos repitindolo: la justificacin es
una garanta que Dios nos acepta durante el proceso de lucha, y que Jess
no nos abandona si resbalamos y caemos. Siempre que mantengamos el
deseo de triunfar y prosigamos en busca de la victoria al mximo de nuestras habilidades. l acepta nuestros dbiles y desmaados esfuerzos porque es 10 mejor que podemos ofrecer, y "suplir toda deficiencia mediante sus mritos divinos" (lMS 382).
El pecado es pecado
Habiendo dicho esto, debo apresurarme a sealar que ceder ante un
pecado especfico, no hace que el mismo sea menos pecaminoso o grave.
Dios nunca excusa al pecado. No dice: "Vamos a pasar por alto este pecado esta vez, porque te ayud a aprender algo".
Esto parecera una contradiccin total de todo lo que he dicho hasta
aqu en este captulo, pero no lo es. Las personas que tienen un concepto
estrecho del pecado, no entienden que han fracasado cuando pecan. Creen
que 10 pasaron bien. nicamente los que reconocen que el pecado es pecado, estn en posicin de advertir que han fracasado y necesitan probar de
nuevo.
Con certeza puedo declarar que aquellas cosas que a veces catalogamos como fracasos, son pecados de los cuales necesitamos arrepentirnos
y que hemos de vencer. Tenemos que sentirnos culpables respecto a ellos.
Algo andara terriblemente mal si no los reconociramos como pecados y
no nos sintiramos culpables. Los que buscan excusas para su pecado y
se niegan a sentirse culpables y a confesarlos, se han apartado del camino de la victoria. Los nicos que alcanzarn el xito son los que estn dispuestos a llamar cada trasgresin por su nombre propio: pecado, y perseveren en el proceso de la victoria.
Lo malo es que algunos cristianos llevan su identificacin del pecado
demasiado lejos. Se revuelcan en la culpa que sienten por los pecados que
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han cometido. Permiten que la culpa persista hasta estar en extremo desanimados. El autor de la carta a Insight haca precisamente eso.
Veamos algo ms de la historia de Thomas A. Edison y de la lmpara
incandescente que puede ayudamos. Hemos escuchado que cuando llevaba ms o menos 1.500 experimentos, un reportero lo entrevist.
-Sr. Edison -dijo el periodista-, usted ha efectuado 1.500 experimentos tratando de fabricar una lmpara incandescente que funcione,
pero hasta ahora ha fracasado. No cree que es hora de rendirse y reconocer que es imposible fabricarla?
Edison le contest:
-Joven, yo no he fracasado mil quinientas veces. Al contrario, he
identificado exitosamente mil quinientas formas incorrectas de fabricar
una bombilla elctrica.
Me gust esa ancdota. Edison entendi cmo hacer de cada fracaso
un peldao hacia el xito. Usted y yo necesitamos hacer lo mismo con los
pecados que cometemos.
La mayora de los cristianos no piensan as respecto al pecado, y en
cierto sentido est bien. Sin embargo, no debiramos considerar al pecado de una forma tan casual como Edison trat sus fracasos.
Irse al otro extremo tambin es un error. Las personas que se atormentan constantemente con la culpa necesitan considerar la respuesta de Edison al periodista. Cuando uno de sus experimentos no produca los resultados que anhelaba, observaba cuidadosamente lo ocurrido, variaba el
experimento y probaba nuevamente. Las personas que se regodean en su
culpa no pueden hacer eso. Sus sentimientos abrumadores de vergenza
bloquean cualquier idea racional que pueda ayudarlos a evaluar objetivamente lo ocurrido y a probar algo diferente.
Pablo dio un buen consejo a los cristianos que tienden a espaciarse en
su culpabilidad. "Olvidando ciertamente lo que queda atrs [... ] prosigo
a la meta" (Fil. 3: 13-14). Creo que Pablo quiere decir que los cristianos
necesitan olvidar la vergenza y la culpabilidad. Una vez que hemos confesado un pecado, de inmediato debiramos tratar de examinar cuidadosamente el incidente y ver si podemos encontrar alguna manera de variar
el experimento la prxima vez. Gran parte de los prximos captulos de
este libro, le proporcionarn algunas ideas para variar su "situacin experimental", as que no vaya entrar en detalles ahora. Sin embargo, vaya
companir con usted dos sugerencias que lo ayudarn a comenzar.
78
Pregntese, qu estaba haciendo cinco minutos (o quiz incluso cinco horas) antes de pecar? Qu estaba pensando? Cules eran mis sentimientos? Una vanacin de este experimento podra ser tratar de identificar
esos sentimientos ms a tiempo, y actuar con antelacin. Pruebe varias tcnicas. La lectura de la Biblia y la oracin son dos posibilidades, y combinar ambas es una tercera.
Esta forma de actuar debiera ser totalmente objetiva. Es como si usted
se separara de s mismo y observara sus actos como si otra persona lo
hubiera hecho y usted tuviera que aconsejarla. Pero usted y yo no podemos
hacer esto mientras nos estemos espaciando en la culpa. Por eso es imperativo libramos de la culpa, mediante la confesin, tan pronto como sea posible. nicamente entonces podremos tratar objetivamente con la causa del
fracaso.
Especialmente aqu donde el concepto de justificacin es tan importante. La justificacin nos indica que Dios nos acepta tal cual somos, que
el carcter de Cristo suple el nuestro, que su vida perfecta suple nuestros
pecados y errores, que Dios nos acepta como si no hubiramos pecado.
Ahora podemos libramos de la carga de culpabilidad que nos ha estado
agobiando. Ahora podemos con una conciencia limpia marchar hacia la
victoria.
Es posible que usted anhele desesperadamente sentirse libre de culpa
despus de haber confesado un pecado. Si la culpa lo controla a usted
hasta el punto que la confesin no puede aliviarlo, mucho de lo que dir
ms adelante en este libro le ser de ayuda. No obstante, considere esta
sugerencia por ahora.
Cuando la culpabilidad persiste despus de la confesin, lo que se est
sintiendo no es un sentido de culpa. No es la voz del Espritu Santo. Es
vergenza. La vergenza tiene un cierto lugar en nuestra vida, pero es una
de las emociones naturales que se distorsiona con mucha facilidad. Desde que Adn y Eva se escondieron de Dios despus de comer del rbol
del conocimiento del bien y el mal, la raza humana ha sufrido la vergenza, a menudo sin que tenga relacin con ningn error cometido
(aunque Adn y Eva definitivamente haban desobedecido a Dios). Si
usted esta experimentando esta vergenza enfermiza, le sugiero que le
pida a Dios que se la quite. Pero le aconsejo cautela; no espere que lo haga
en un minuto, en una hora, o en un da. Librarse de la vergenza y de
otras emocines dainas puede tomar toda la vida. Forma parte del proceso de la victoria. Pero se puede comenzar hoy
79
La importancia de la fe
Edison no fue el primer cientfico a quien se le ocurri fabricar una
lmpara incandescente. Muchos otros lo haban intentado y fracasaron,
ayudando a establecer la idea de que era algo imposible de realizar. Esa
fue probablemente la razn por la que un periodista sugiriera que Edison
deba abandonar el proyecto. A fin de tener xito, Edison deba:
l. Creer que era posible.
2. Creer que l poda hacerlo.
Si Edison se hubiera llevado de las creencias populares, nunca hubiera fabricado una lmpara incandescente. l debi oponerse a la nocin
popular, creyendo que era posible hacerlo. Desde luego, poda tambin
haber dicho: "Creo que se puede hacer, pero me parece que no podr
hacerlo". Por fortuna, no hizo esto ltimo tampoco. l crea ciegamente
que era posible, y que estaba capacitado para lograrlo. Si hubiera abrigado alguna duda acerca de alguno de los dos supuestos, nunca habra
fabricado la primera lmpara incandescente.
Es absolutamente necesario que usted acepte esas mismas dos aseveraciones. Que la victoria sobre una tentacin especfica es posible, y que es
posible para usted. Esto es lo que quiso decir Elena G. de White en un texto citado en un captulo previo: "Para avanzar sin tropezar, debemos tener
la seguridad de que una Mano todopoderosa nos sostendr" (HH 157). El
punto es el siguiente:
l.Usted necesita creer que hay poder en Jess para vencer la tentacin
ante la cual flaquea.
2.Usted necesita creer que puede cooperar con Dios de manera que su
poder le conceda la victoria.
El "fracaso" en nuestros intentos por obtener la victoria sobre los pecados acariciados puede hacernos sentir que la victoria es imposible. Pero
ese no es el plan de Dios para nosotros. El plan de Dios es que tengamos
fe, una certeza absoluta, de que podemos obtener la victoria total aunque
nunca la hayamos experimentado. Si nos aferramos a esa certeza y no
abandonamos el proceso aunque el camino nos parezca largo y desanimador, experimentaremos la victoria total a su debido tiempo.
Hay dos razones por las que los cristianos se desaniman en sus esfuerzos por vencer el pecado. Una es la falta de fe, algo que acabamos de discutir. La otra es que no estn siguiendo el procedimiento apropiado. Es
80
81
Captulo
10
EL ENTRENADOR
DE FTBOL
En su libro The Claim [El reclamo 1, Dwight Nelson cuenta la historia
de un nio que dibujaba en una hoja de papel.
-Qu ests dibujando? -le pregunt su mam.
-Un retrato de Dios -contest el pequeo.
-Pero, hijo, cmo puedes dibujar un retrato de Dios si nadie sabe
cmo es l? -pregunt la madre.
-Ya lo sabrn cuando termine! -replic el nio.
Este relato nos hace sonrer, pero transmite una verdad bsica: En gran
medida, entendemos a Dios por medio de ilustraciones. De hecho, Dios
se nos ha revelado por medio de referencias a objetos que podemos ver.
Nos vienen a la mente las parbolas de la oveja perdida, de una moneda
perdida y de un Joven perdido. Tambin recordamos las histonas del diluvio y de la cruz: ambas son poderosas revelaciones de la actitud de Dios
hacia los pecadores.
La justificacin no es sino la imagen de un Dios que nos ama y que no
nos rechaza por causa de nuestros pecados. Sin embargo, para algunos de
nosotros es difcil asimilar este concepto. Pareciera que necesitamos un Dios
que exige obediencia y que nos castiga por nuestros pecados.
Nuestra "imagen" de Dios es la manera en que lo entendemos. Es
nuestr actitud hacia l. Cada uno de nosotros tiene un concepto, una
idea de Dios, que dIfiere un poco del adoptado por cualquier otra persona. Hay tantos conceptos de Dios como personas hay en el mundo. Uno
de los mayores desafos de la vida cristiana es enderezar las imgenes torcidas que tenemos de Dios. l se revel en la Biblia para darnos una ver-
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84
El entrenador de ftbol
luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est en los cielos" (Mat. 5: 16). Pablo complet una de sus declaraciones ms famosas acerca de la "salvacin por la
fe solamente" con estas palabras: "Porque somos hechura suya, creados
en Cristo jess para buenas obras, las cuales Dios prepar de antemano
para que anduvisemos en ellas" (Efe. 2: 10).
Hace varios aos, mientras conversaba con un predicador a quien le
gustaba enfatizar el tema de la salvacin por la fe, decid divertirme un
poco. Le dije: "Sabes? Dios ama las buenas obras. Nuestras buenas obras
son de gran valor para l".
Hubo una larga pausa, mientras nuestro amigo asimilaba aquellas palabras. Mi amigo predicador no dijo nada. Finalmente romp el silencio.
"Por supuesto -le dije-, nuestras buenas obras no tienen nada que ver
con la salvacin". Mi amigo se sinti aliviado.
A veces pienso que les tememos tanto a las obras que nos gustara creer
que no tienen lugar en la vida cristiana. Pero eso no es verdad! Las buenas obras fueron fundamentales tanto para jess como para Pablo, al igual
que para Santiago. Pablo lleg al extremo de decir que Dios nos cre6 para que
hagamos buenas obras. Si el plan de salvacin no nos capacita para realizar buenas obras, entonces la muerte de Cristo en la cruz fue en vano. Dios
nunca quiso que su pueblo se sintiera satisfecho con una vida de pecado.
Por eso, Pablo asever tan enrgicamente: "Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera!" (Rom. 6: 1-2). Yo dira
absolutamente no!
Cmo podremos reconciliar dos ideas diferentes? No somos salvos
por las obras; y por otro lado, el plan de salvacin ha fallado si no realizamos buenas obras. La parbola de jess el entrenador de ftbol nos
ayuda a entender esto.
Hice una pregunta al final de la misma parbola, pero no la contest.
La pregunta fue: "Corre jess alIado del jugador que avanza en la direccin incorrecta?" Y la respuesta es: si, siempre y cuando permanezca en
el equipo de jess. Siempre y cuando mantenga presente su objetivo.
Ahora bien, si se cambia al otro equipo entonces jess ya no correr ms
a su lado.
Sucede lo mismo con usted y conmigo en el juego de la vida. jess
est enteramente dispuesto a mantenerse a nuestro lado cuando avanzamos en la direccin equivocada, siempre y cuando nos mantengamos en
su equipo. Pero si nos unimos al equipo del diablo, jess no podr correr
85
Cuando en su corazn exista el deseo de obedecer a Dios y usted intente hacerlo no cabr dudas cul ha de ser su meta. jess lo aceptar a
usted, incluso cuando corra en la direccin equivocada; aunque usted haya
pecado despus de haber sido salvo.
* Incluso si nos "unimos al equipo del diablo", Jess continuar junto a nosotros porque contina
invitndonos a volver a su equipo. Una relacin con Jess que ha sido interrumpida no tiene por
qu permanecer de tal forma l ciertamente no desea que sea permanente! Su gracia siempre
estar disporuble para nosotros en cualquier momento. No obstante, este hecho tampoco significa que sea imposible para nosotros quebrantar nuestra relacin con l
86
El entrenador de ftbol
Por lo tanto, la pregunta que debe hacerse no es si ha obedecido perfectamente, porque ninguno de nosotros lo ha logrado. La pregunta es si
su meta ha sido obedecer a Dios.
Mientras su blanco sea obedecer a DlOS, l lo considerar como si ya
lo hubiese logrado. El carcter de Cristo ocupa el lugar de su carcter, y
usted ser aceptado ante Dios como si no hubiera pecado.
Esto es precisamente la justificacin. Y por eso es tan importante. La
justificacin proporciona una va para que Dios nos acepte aun cuando
estemos corriendo en la direccin equivocada.
87
Captulo
11
UN BEB
LLAMADO MIGUELITO
Imagnese que usted es el padre de un beb de once meses que est
empezando a caminar apoyndose en los muebles. Lo llamaremos Miguelito. Un da usted est acomodado en una amplia butaca en la sala mientras que al otro lado de la habitacin su beb da algunos pasos junto al
sof. Desde luego, usted anticipa el da que el nio camine sin tener que
aferrarse a las cosas. De repente decide llamarlo; l se da vuelta y lo mira.
Usted percibe que l est muy concentrado pensando cuidadosamente.
Para un beb de piernas inseguras, ha de ser atemorizante dar esos primeros pasos por su cuenta. "Yen ac. Yen con papi".
Usted 10 sigue animando hasta que finalmente, despus de un par de
minuts, se suelta del sof y comienza a caminar solo. Naturalmente, sus
piernas no lo sostienen bien y a mitad de camino uno de sus pies se enreda en la alfombra y se cae.
Usted salta de su silla, llega hasta donde est Miguelito en el piso, lo
levanta por un brazo y le da una buena nalgada. "NiO tonto! -le grita-. Podras haberlo hecho mejor!"
Miguelito est llorando, pero usted lo ignora y lo pone de vuelta en el
piso. "Ahora quiero que te pongas en pie y que camines como un hombre!"
No s qu pensar usted, pero meilOrrorizo al pensar que un padre sea
capaz de castigar a un beb que est tratando de aprender a caminar. Sin
embargo, es sorprendente cuntos cristianos piensan que Jess trata de esa
manera a los pecadores que estn empeados en la religin experimental.
Creen que cuando pecan, Jess rpidamente llega junto a ellos para aga-
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rrarlos por un brazo, darles una sacudida y decirles: "T, miserable pecador! Debes portarte mucho mejor!"
Para luego darle un empujn y decirle: "Ahora quiero que empieces
a caminar como un verdadero cristiano!"
Acabo de compartir con ustedes una ilustracin que me parece horriblemente falsa, pero que entra en el mbito de lo posible. Probablemente nadie describira a Dios en trminos tan grficos, pero es asombroso cuntos de nosotros abrigamos semejante imagen del Seor. Incluso aun
cuando nuestro raciocinio nos indica lo contrario, creemos que esa es la
actitud que Dios .asume cuando cometemos un error. Nos contempla con
un rostro severo, nos regaa, nos condena.
Tratemos de encontrar una descripcin diferente de la forma en que
Dios acta. Estamos de vuelta en la sala, observando a Miguelito mientras
se suelta del sof para cruzar al otro lado de la sala. Tropieza y se cae, pero
esta vez su pap se acerca, lo levanta, lo abraza fuertemente y le dice: "Me
alegra que quieras caminar y que lo ests intentando!"
.
Entonces coloca al beb en el piso, lo toma de sus manitas y dice:
"Djame ayudarte para que aprendas a caminar".
En esta representacin, usted participa con el beb en su caminata
experimental. Usted lo ayuda a aprender. Usted lo aYuda aun en medio
de sus errores. *
Creo que este cuadro ilustra mejor la verdadera actitud de Dios y de
jess hacia usted cuando fracasa en el intento de aprender a no seguir
pecando. jess lo toma en sus brazos, lo abraza fuertemente y le dice: "Me
alegra que quieras triunfar y que ests intentndolo". Luego lo pone en el
piso, le coloca una mano en el hombro, lo mira al rostro y sonre. Su sentido de culpa quiz le diga que est ceudo, pero puedo asegurarle que l
est sonriente. Con la otra toma una de las suyas y dice: "Ahora permfteme
ayudarte para que aprendas a hacerlo correctamente".
La imaginacin es una de las formas ms poderosas que nosotros los
seres humanos tenemos para ejercitar nuestra fe. Hay algo que le sugiero
que inten~e la prxima vez que se sienta desanimado por haber cado en
el pecado. Imagine que jess lo mira con una amplia y amistosa sonrisa.
Note la amable expresin en su rostro. Imagine que una de sus manos
estrecha la suya, y que la otra descansa en su hombro. Escuche su voz
En realidad, los padres prudentes permiten que sus hijos aprendan a caminar por su cuenta. Creo
que en cieno sentido Dios tambin hace algo parecido con nosotros. Sin embargo, no es esa la
enseanza que deseamos resaltar mediante la presente analogla.
90
decir "S que has cedido ante esa tentacin, pero lo que ms me importa
es que deseas triunfar y que ests tratando de hacerlo con todas tus fuerzas. Esto en realidad me agrada. Ahora te aseguro que me mantendr a tu
lado para ayudarte la prxima vez que seas tentado".
Podra alguien decir que se ha roto nuestra relacin con Dios cuando
Jess nos pone un brazo sobre los hombros y nos sostiene la mano mientras tratarnos de no pecar ms? l muri a causa de los mismos pecados
que estarnos intentando vencer. Lo menos que har es quedarse a nuestro lado mientras aprendernos a alcanzar la victoria. Jess no retrae su
bendicin hasta que cambiemos nuestra conducta. l intenta utilizar todos los medios posibles a fin de compartir su gracia con nosotros, a fin de
ayudamos, aun a pesar de nuestro pobre comportamiento. "El que no
escatim ni a su propio Hijo, sino que lo entreg por todos nosotros,
cmo no nos dar tambin con l todas las cosas?" (Rom. 8: 32).
Lo he dicho en varias ocasiones en la presente obra, si usted tan solo
aspira a servir aJess, aunque no haya sido capaz de lograrlo, puede estar
seguro de que l estar de su parte. Usted no interrumpe su relacin con
l porque quiz se rindi ante una pasin arrolladora que an ejerce
algn tipo de control sobre su vida. Al contrario, l estar a su lado para
animarlo y ayudarlo a fin de que la prxima vez le vaya mejor.
Pero para que eso suceda, usted ha de tener una imagen apropiada de
Dios, una visin correcta del Seor Jess.
Dios nos dice: "No tendrs dioses ajenos delante de m" (xo. 20: 3).
Por supuesto que ninguno de nosotros jams ha visto a Dios. Cualquiera
que sea el Dios en quien creernos, ser tan solo una percepcin en nuestra mente; una representacin mental, por as decirlo. Nuestra relacin con
Dios y nuestra relacin con Jess estn determinadas por la imagen mental
que tengamos de ellos. Una idea falsa de Dios no es ms que un dios falso.
Una de las razones principales por las que Dios nos dio la Biblia es para
proveemos una representacin exacta de s mismo.
Tampoco hay que asumir que alguien posea una definicin perfecta de
Dios. Todos estamos involucrados en un proceso de aprendizaje para llegar
a comprender a Dios. Incluso la bella ilustracin del padre que abraza a
su beb y lo ayuda a aprender a caminar, es una representacin parcial de
Dios. Tan solo nos muestra la misericordia de Dios. Sin embargo, no nos
dice nada acerca de su justicia, que es tan importante corno su misericordia. Ninguna ilustracin o metfora es adecuada para abarcar todo lo
que Dios es. No obstante, Dios se nos revela por medio de metforas e
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ilustraciones. Muchas de las parbolas de Jess son representaciones o imgenes, que nos ayudan a entender mejor a Dios.
Seal anteriormente que incluso el trmino teolgco justificacin,
que estudiamos en la Primera Seccin de este libro, es una representacin
de Dios. Nos muestra a un Dios que nos declara justos, aunque todava seamos internamente imperfectos. Nuestro propsito ha sido ampliar la comprensin que tenemos de Dios mediante la palabra justificacin. Hemos
intentado trazar los detalles con mayor claridad. Y en gran medida, hemos empleado otras imgenes para completar el cuadro: metforas como
la plataforma petrolfera, el pueblo de Villacentro con mil ciudadanos
hambrientos, Jess el entrenador de ftbol y el padre cuyo beb est
aprendiendo a caminar.
Debo apresurarme a aadir, sin embargo, que la justificacin es mucho ms que una imagen mental. La justificacin es una transaccin real
que se lleva a cabo en el cielo, mediante la cual Dios nos acredita la justicia de Cristo en los registros celestiales. y ese es un acontecimiento que
ocurre fuera del mbito de nuestra mente, a trillones de kilmetros de distancia de nosotros. Sin embargo, la forma en que entendemos dicho arreglo constituye otra representacin de Dios.
Desde luego, la imagen mental que nos formemos de Dios es de vtal
importancia. Recibimos la justificacin por la fe, y la fe es algo que est
en nuestra mente. En cierto sentido, podemos decir que la fe misma es
una representacin mental. La justificacin presenta a un Dios que perdona nuestros pecados y que se niega a considerarlos en contra nuestra.
La fe implica aceptar esta representacin como verdadera. Significa hacer
que esa imagen de Dios le conceda sentido a nuestras vidas.
Si creemos que la justificacin es un requisito' para la salvacin, y que
la fe es una especie de imagen mental de Dios; entonces podremos decir
que nuestra salvacin depende en gran medida de que poseamos una
imagen mental apropiada de Dios. No es de extraar que Dios haya dicho: "No tendrs dioses ajenos delante de m". Un dios falso, una representacin falsa de Dios, puede costarnos la vida eterna.
Deseo adelantar que el triunfo sobre el dragn interno, o ganar la victoria sobre el pecado que es lo mismo, tambin depende de tener un concepto apropiado de Dios. Si tenemos una falsa imagen del Creador, como
la de un padre que maltrata a su beb cuando tropieza y se cae, nos resultar imposible obtener la victoria. Recordemos la declaracin de Elena G.
de White que afirma que "para avanzar sin tropezar [pecar], debemos
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93
Captulo
12
UNA SEMANA EN LA
VIDA DE JUAN PREZ
Concluiremos esta parte sobre la justificacin con un relato que a todas luces es tan ficticio como el relato del entrenador de ftbol y el beb
Miguelito. Lo titularemos "Una semana en la vida de Juan Prez".
A continuacin se encuentra un diagrama que representa los das de
la semana. Si observa cuidadosamente, ver que el mismo incluye un da
adicional al principio y al final de la semana:
11
1M 1M I
Lamentablemente, Juan Prez tiene un gran defecto: un carcter terrible, un increble mal genio. Cuando se enoja, explota como un volcn. El
Sbado de noche, apenas al comienzo de la nueva semana, Juan Prez se
enfurece porque su esposa lo ha contrariado en algo insignificante, y se
lo hace saber de mala forma.
En realidad, Juan Prez y yo somos muy parecidos. Cuando me enojo, siempre tengo la razn. No ha notado usted que a veces le sucede lo
mismo? Juan Prez estaba convencido de que su esposa mereca cada una
de las palabras que le haba dicho. Le tom todo un da para calmarse lo
suficiente y llegar a la conclusin que quiz estaba equivocado. Ya el
lunes de noche saba que estaba equivocado, sin embargo, fue el martes
en la tarde cuando finalmente le confes a su esposa su error. As es como
se vera en el diagrama:
11
D
95
1 5111 o
11
Afortunadamente, despus de confesarse ante su jefe, Juan es un hombre limpio, ha restablecido su relacin con Jess. Ahora poda morir tranquilamente, porque iba a ser salvo.
Desdichadamente, Juan todava tiene ms contratiempos debido a su
mal genio. El jueves de noche cuando llega a la casa, explota a causa de
sus hijos y no se arregla con ellos hasta el domingo de maana:
M
96
IIID I
vi
Si la teologa de aquel maestro de Escuela Sabtica de Texas es acertada, entonces tres o cuatro horas a la semana en una relacin con Jess es
todo lo que Juan Prez necesita para vencer todas sus tentaciones y desarrollar un carcter como el de Cristo.
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Es verdad que cada vez que caemos en pecado presentamos una mala
imagen de Cristo y lo herimos, porque hasta el pecado ms pequefio es parte de lo que aconteci en la cruz. Sin embargo, Dios no nos rechaza cada vez
que cometemos un error o caemos en pecado. Si creemos que perdemos
nuestra justificacin en Cristo cada vez que pecamos, invalidamos por completo la verdad de la Justificacin por la fe. Este concepto est basado en la
idea de que somos justificados mediante la obediencia, lo que Cristo hace en
nosotros, y no por lo que l ya logr por nosotros por su obra y su muerte en
la cruz Esa idea hace que el Evangelio se convierta en un buen consejo en vez
de una buena noticia" (p. 104).
Me gusta esa explicacin. Me ayuda a entender que Dios me ama, incluso cuando cometo errores. Siempre y cuando yo quiera vencer e intente vencer, l permanecer a mi lado, incluso si no obtengo la victoria.
98
SEGUNDA SECCIN
LA SANTIFICACIN
El propsito de la Segunda Seccin es explicar cmo se puede "enfrentar cualquier situacin de la manera correcta". No obstante, antes de entrar en materia; necesitamos hacer dos cosas. En primer lugar, definir lo
que es el carcter. En segundo lugar, entender la relacin que existe entre
el pecado y los hbitos, as como el papel de las creencias en la conquista de estos elementos. y tambin deseo compartir con ustedes una poderosa estrategia para vencer cualquier pecado o hbito acariciado: una estrategia que he encontrado en extremo efectiva para obtener la victoria.
Estos son los temas que trataremos en los prximos tres captulos.
Hay otro punto de relieve que mencionaremos antes de concluir esta
pausa. Cinco de los componentes de la victoria, que estudiaremos en la
Segunda Seccin son tan cruciales que los hemos denominado "principios fundamentales". Para estar seguros de que usted los reconozca cuando los encuentre, cada uno de estos principios fundamentales ser identificado claramente y destacado con letras en negrita. Est atento a ellos y
prsteles especial atencin.
Aqu es el lugar donde estamos en este bosquejo de la Segunda Seccin:
Segunda Seccin: Cmo ayuda Jess a los pecadores a obtener la victoria: La santificacin
Primer alto en el camino < - 13. Un cambio de carcter
14. Pecado, adiccin y creencia
15. Alabanza y accin de gracias
Primera parte:
Segunda parte:
Tercera parte:
Cuarta parte:
102
Captulo
13
UN CAMBIO
DE CARCTER
Hay un dicho entre los aficionados a las computadoras: "Si usted
introduce basura, obtendr basura". Con esto quieren decir que si el operador introduce informacin incorrecta a la computadora, con toda seguridad obtendr resultados incorrectos.
Suponga que usted es programador de computadoras y advierte que
su computadora contina dando soluciones equivocadas a los problemas que usted espera que resuelva. Qu har usted? En primer lugar,
verificar los dat,os que introdujo. Si estn correctos, entonces analizar
las frmulas utilizadas para procesar los datos a fin de confirmar si son las
adecuadas. De hecho, nunca se obtendrn respuestas correctas si los datos c; las frmulas estn errados. Una respuesta equivocada es una dificultad, pero no es la raz del problema. La dificultad real se encuentra en
los procesos que la computadora llev a cabo. Una vez que usted localiza el error interno y lo corrige, la computadora le ofrecer en forma consistente la respuesta correcta.
Lo mismo nos sucede a los seres humanos. Podemos comparar nuestro carcter, lo que est dentro de nosotros, con una computadora. Nuestra
conducta es el product\,o Y, al igual que una computadora, el que nuestra
conducta sea correcta o incorrecta, buena o mala, depende de lo correcto o
de lo incorrecto que haya sido programado o alimentado nuestro carcter.
Elena G. de White define este tipo de programacin de una manera
muy precisa: "Los pensamientos y los sentimientos combinados constituyen el carcter moral de la persona" (5T 290). Los pensamientos y sentimientos se forman en nuestro interior, en la mente y en el corazn. Por
eso, el ttulo completo de este libro es EL DRAGN QUE TODOS LLEVAMOS
DENTRO. CMO VENCERLO? No podemos ganar la victoria sobre la tenta-
103
Un cambio de carcter
de cambiarlos con un chasquido de dedos. Por ejemplo, las personas que casi siempre estn alegres y optimistas puede esperarse que permanecern
as por bastante tiempo.
Malas y buenas noticias. El carcter cambia lentamente. Este es el primer aspecto fundamental respecto al desarrollo del carcter que hemos de
destacar en el presente captulo. Aqu est el segundo.
a la regla de que todos los bebs nacen espintualmente muenos, o pueden todos los padres consagrados procrear nios que estn bajo la influencia del Espritu Santo? Ul Biblia no habla de este
tema.
106
Un cambio de carcter
dura en una masa de harina. Al amasar la harina, la levadura penetra lentamente y se integra a la misma. En la medida en que la levadura se esparce
a travs de la masa, cada espacio que toca se transforma, lo que hace que
crezca y suba.
As obra el Espritu Santo en nuestra vida. El Espritu Santo es el principio de vida que Dios implanta en nuestras mentes y corazones. Con el
paso del tiempo, el Espritu Santo toca las diferentes partes de nuestro
carcter: nuestras tendencias heredadas y cultivadas hacia el mal, y las
transforma. El cambio que se produce en nuestro corazn cuando aceptamos a Cristo es solo el primer paso en el desarrollo del carcter cristiano. La modificacin de nuestros hbitos y nuestra conducta, en una obra
de carcter permanente.
Los autores seculares han ideado muchas tcnicas para transformar
hbitos y actitudes. A menudo pueden ser tiles para el cristiano que
intenta desarrollar su carcter. Hablar ms al respecto en captulos subsiguientes. Por s solos, los mtodos seculares de modificacin de la conducta no equivalen al desarrollo del carcter mencionado en la Biblia. El
desarrollo del carcter cristiano se inicia con el principio vital que el Espritu Santo introduce en el corazn cuando nos convertimos, y contina
en la medida en que ese principio suaviza las asperezas y pule las partes
duras de nuestro, carcter da tras da.
Necesitamos tener en cuenta una diferencia primordial entre la levadura y el nuevo nacimiento. Una pequea porcin de levadura que se
introduzca en la masa la afectar totalmente. Esto se lleva a cabo una sola
vez. Sin embargo, no podemos aadir el Espritu Santo a nuestras vidas
cuando nos convertimos por primera vez, para luego olvidarnos de l.
Necesitamos recibir a diario ms del Espritu Santo porque la conversin
es un vinculo permanente con l. Esta es la conversin general de la que
hablamos en un captulo anterior.
El Espritu Santo tambin puede transformarnos en aspectos concretos. Todos nosotros albergamos defectos de carcter que nos llevan a
cometer errores. A veces esos defectos nos incitan a pecar. A medida que
el Espritu Santo entra en contacto con esos defectos, los moldea y los
transforma hasta que alcanzamos la perfeccin.
Puede ser que dichos defectos sean heredados. Por ejemplo, parece
que algunos nios son agresivos desde su nacimiento, mientras que otros
son tmidos. En "dosis" pequeas, estos rasgos no son necesariamente defectos, pero la timidez excesiva, o una exagerada actitud agresiva, pueden
107
La fe y las obras
Es menester que dejemos aclarada una decisiva cuestin teolgica,
antes de proseguir al tercer punto que trata del desarrollo del carcter.
Quiero hablarle de ello en este captulo. Algunas personas se sienten
incmodas ante cualquier tema que se relacione con el esfuerzo realizado
por los cristianos para desarrollar el carcter. "El esfuerzo humano es
obras -dicen-, y los cristianos se salvan por gracia, no por obras".
El temor que el nfasis en las obras y en el esfuerzo humano pueda
poner en entredicho al Evangelio, surge de una comprensin errada del
propsito de estos mismos elementos en la vida del cristiano. Hay dos
principios que aclaran esta confusin:
El propsito de la fe es la salvacin.
El propsito del esfuerzo es el desarrollo del carcter
Es de vital importancia que los cristianos entiendan la diferencia entre
estos dos conceptos. Los que no lo hagan corrern por un lado el riesgo
de tratar de salvarse ellos mismos, y por otro el intentar excusar el pecado. Una vez que los cristianos entiendan que el esfuerzo que dedicaron al
desarrollo del carcter no es el fundamento de su salvacin, se sentirn
en libertad de esforzarse por realizar buenas obras sin necesidad de poner
en entredicho el Evangelio. Tambin estarn preparados para entender
que Dios no los rechaza cuando fracasen sus esfuerzos por manifestar
buenas obras. Si Dios fuera a romper su relacin con nosotros cada vez
l8
Un cambio de carcter
Un cambio de carcter
Cambios necesarios
La parte de Dios
Nuestra parte
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
En nuestros
deseos pecaminosos
En nuestra
conducta pecaminosa
Quienes hayan ledo mi libro El desafo del tiempo final, podrn observar algunas similitudes y diferencias entre este cuadro y uno de los que
aparecen en el captulo 7 de dicho libro, titulado "Preparacin para el fin
del tiempo de gracia". Muchas personas me han dicho que ese captulo
les ha ayudado a vencer diversas tentaciones. Espero que el resto de este
libro le resulte igualmente til a usted, o incluso sea de un mayor beneficio.
No obstante, antes de entrar en el tema del cambio en nuestra forma
pecaminosa de pensar, observemos ms detenidamente el tema de los
hbitos y el pecado, as como el papel de la fe en la conquista de ambos.
111
Captulo
14
PECADO, ADICCIN
Y CREENCIA
sus familiares en diversas maneras. Esto equivale a decir que una cantidad significativa de adventistas del sptimo da tiene serios problemas de
adiccin, dado que esta condicin casi siempre precede al abuso. La investigacin de Kasischke y Johnson no tom en cuenta adicciones como
el sexo (excepto en casos de incesto), el trabajo, los alimentos, etctera.
Sin embargo, los adventistas del sptimo da necesitan sacar la cabeza de
la arena y reconocer que en la actualidad, y desde hace mucho, estos problemas estn presentes en nuestra iglesia.
Aunque no deseo condenar a nadie, creo que las personas que cometen este tipo de abusos tienen que ser llamadas a cuenta, y que en la iglesia hay ocasiones y medios para esto. No obstante, el propsito de este
libro es ofrecerle esperanzas a quienes tienen algn tipo de hbito incontrolable. Vamos a suponer que la mayora de los que han cometido algn tipo de abuso se siente terriblemente culpable y desea encontrar un modo de
enmendar su conducta. Intentar mostrarles la solucin. En este captulo
discutir tres asuntos. En primer lugar, la naturaleza de la adiccin, incluyendo algunas de las ms comunes en Norteamrica. En segundo lugar, la
relacin entre la adiccin y lo que ensea la Biblia acerca del pecado. En
tercer lugar, trataremos lo que considero que es la herramienta ms poderosa que puede tener un adicto y pecador para conseguir la recuperacin: afeo
Qu es la adiccin?
Ser adicto significa ser esclavo de un hbito destructivo. El adicto no
puede decir "no" a conductas de las que depende. Algunos cristianos de
buenos sentimientos se preguntan por qu el adicto no dice simplemente: "no". No entienden que el adicto est sujeto a emociones compulsivas y
obsesivas y que decir "no" no representa una opcin. Miles de alcohlicos han intentado decir "no" y ocasionalmente han tenido xito durante
algunos meses, o incluso aos; pero a la larga casi siempre vuelven a
beber. Muy pocos tendrn xito en su recuperacin a largo plazo si dependen de su capacidad individual para decir "no" a su adiccin.
El concepto de "adiccin" comenz a utilizarse primeramente en relacin con el alcoholismo. Hoy hablamos de "adiccin qumica", para incluir a los narcticos, al tabaco y a la cafena, al igual que al alcohol. Estas
sustancias introducen al cuerpo ciertos compuestos, a los que el cuerpo
se acostumbra y llega a exigir.
114
115
=-
~"".5:gh,
en el captulo l. Esto les pasa a todos los cristianos que se preguntan, "me ha abandonado Dios porque hice esto por milsima vez?" Y
la respuesta, por supuesto, es no. Dios no lo ha abandonado. No demanda obediencia perfecta antes de aceptar al adicto y comenzar ayudarlo a liberarse. Todos los que aseguran que es posible lograr victorias instantneas
no entienden el poder de la adiccin. Todos los que aseguran que Dios no
puede salvar a los que viven en el pecado no tienen idea de cun larga e
intensa es la batalla por la recuperacin, ni cun desanimado se siente el
adicto que cree que Dios no lo recibir en su gracia hasta que haya vencido totalmente su adiccin.
Pero hemos hablado suficiente de este aspecto del problema en la Primera Seccin. Volvamos a nuestra investigacin acerca de la adiccin.
Echemos un vistazo a algunas adicciones tpicas; no las qumicas, sino
aquellas que usted quiz ni siquiera haba considerado como tales.
Comida. Las adicciones relacionadas con la comida van desde hbitos de
comer en exceso, comer entre comidas, hasta la bulimia y la anorexia. Una
de las caractersticas de cualquier hbito es el temor de perder el acceso a lo
que se desea. Los adictos con problemas graves, como los bulmicos, sienten terror de alejarse demasiado de su casa, o por mucho tiempo, para
no perder el acceso fcil a la comida que tienen all. Los bulmicos no
comen para nutrirse. Comen para anestesiar el intenso dolor emocional
que sufren. Debido a que tres comidas al da no es un "medicamento suficiente fuerte", los bulmicos comen y luego vomitan para poder comer de
nuevo. Un bulmico puede comer y vomitar hasta quince y veinte veces
por da!
Una mujer me dijo que ella practicaba su bulimia hasta doce horas
seguidas.
La anorexia es otro desorden alimentario grave, pero no es una adiccin a la comida. Los anorxicos son tambin adictos al control. Usualmente se sienten fuera de control en otras reas de la vida y la comida es
un rea que pueden controlar. Derivan gran satisfaccin al saber que han
sido capaces de abstenerse de ingerir alimentos. En casos extremos, los anorxicos literalmente se matan de hambre, a la vez que se sienten "satisfechos" de que han ejercido un excelente dominio propio.
Si su problema alimentario es comer demasiado, probablemente ser
suficiente que preste atencin a los principios discutidos en este libro
para enfrentar el problema. Si usted es un bulmico, o un anorxico avanzado, podr beneficiarse de lo que digo en esta obra, pero adems nece116
117
Biblia mucho ms a menudo de lo que la mayora de las personas considerara como normal para una experiencia cristiana saludable. Si usted es
muy activo en su fe religiosa, quiz se pregunte cmo podr determinar si
es un adicto a la religin, o si tan solo es una persona normal para quien
la religin es algo fundamental. Una de las mejores maneras de sopesar
esto es examinando cun severo es su sentido de culpa luego que decide
no participar en una actividad de la iglesia. Si usted no puede dejar de
estudiar la Biblia un solo da, o no puede dejar de asistir a la iglesia ni
siquiera un sbado, sin sentirse profundamente culpable, probablemente
est utilizando la religin como un paliativo para su dolor emocional.
La adiccin religiosa a menudo surge de ideas distorsionadas acerca de
Dios .. Los adictos a la religin estudian sus Biblias y asisten a la iglesia para agradar a Dios, como si estas actividades los hicieran merecer la aceptacin divina. En trminos teolgicos, los cristianos se refieren a esto como "justificacin por las obras". Pero el asunto en s no es la religin ni
ser religioso; es hacer de la religiosidad la fuente de nuestra autoestima.
Adiccin y pecado *
Es pecado la adiccin? Los cristianos no tienen dificultad alguna en
identificar las adicciones a los alimentos y al sexo como pecado. Las adicciones sentimentales que llevan a una persona casada a sostener mltiples
amoros tambin son catalogadas rpidamente como pecado. La mayora
de nosotros estara tambin en condicin de referirnos a la adiccin a las
compras que llevan a una persona a gastar mucho ms de lo que gana,
como pecado. Pero qu diremos en cuanto a las adicciones al servicio, al
deseo de controlar, o a la religin? Puede la religin ser pecado?
S, si es que conduce a una vida desequilibrada. Todas las adicciones
que describ en detalle en las pginas anteriores son actividades que en s
mismas se consideran normales. Solo se transforman en una adiccin, en
un hbito malsano, cuando las llevamos a un exceso. Elena G. de White
dijo: "Llevar al exceso lo legtimo constituye un grave pecado" (TCS 131).
Este principio se aplica a cualquier actividad, sin importar cun buena sea
en s misma, que se la practique hasta el exceso. Cristo predijo que al momento de su segunda venida rechazara a muchas personas religiosas que
Algunos cristianos me han preguntado si el hecho de considerar la adiccin como un pecado tiene respaldo bblico Asimismo han manifestado ciertas preocupaciones respecto al programa de
Los Doce Pasos para la recuperacin de adictos. Tratamos de satisfacer sus dudas en el Apndices
B, mientras que en el A respondemos algunas dudas expresadas por creyentes cnstianos acerca de
los Doce Pasos de los Alcohlicos Annimos para recuperarse de la adiccin.
120
Un esclavo est sujeto a la voluntad de su dueo. El pecador asimismo ha de hacer la voluntad de su "amo". El amo del pecador son sus deseos. Cuando Dios nos cre, l quiso que nuestra mente gobernara nuestros deseos. Sin embargo, cuando los deseos se sobreponen, la mente pierde el control sobre nuestras vidas.
Ese es el problema del adicto. nicamente puede hacer lo que sus
deseos le dictan. Pablo se refiri a esto cuando dijo: "No reine, pues, el
pecado en vuestro cuerpo mortal, para obedecer a sus malos deseos" (Rom.
6: 12, NRV); "porque cuando estbamos en la carne, las pasiones pecaminosas, condenadas por la Ley obraban en nuestros miembros y llevaban
fruto de muerte" (Rom. 7: 5).
He colocado en cursiva las palabras relevantes de cada pasaje: malos
deseos y pasiones pecaminosas. Las emociones humanas representan un
cmulo de energa. Cuando estn bajo el control de la razn, pueden ser
un poder para el bien en el mundo. No obstante, cuando la razn pierde
el control y la emocin se impone, el poder de la emocin se toma terriblemente destructivo. Una vez que la razn le entrega el control a la emocin, la emocin se convierte en un dictador y queda impotente para recuperar el control por si misma.
Eso es pecado. Eso es adiccin.
La Biblia habla de una naturaleza pecaminosa, "el viejo hombre" tiene
que ser destruido (Rom. 6: 6). La adiccin es una expresin de esa natu121
Creer
Los adictos experimentan casi siempre un profundo sentido de culpabilidad y temor, y a menudo de ira. Estas emociones son la causa de sus
hbitos, as como su resultado. El temor, la vergenza y el enojo causan
el dolor que el adicto intenta aliviar, a la vez que su conducta obsesiva compulsiva empeora el temor y la vergenza. Es un crculo vicioso. La mayora de los adictos que reconocen que son adictos entienden exactamente
lo que el apstol Pablo quiso decir cuando exclam: "Miserable de m!
quin me librar de este cuerpo de muerte?"
Anteriormente sealamos la siguiente cita de Elena G. de White, en la
que ella describe lo que es una adiccin sin emplear dicho trmino. Esta vez
me gustara que usted observara la oracin final del prrafo que he colocado en cursiva:
"T deseas hacer su voluntad, pero eres moralmente dbil esclavo de la
duda y dominado por los hbitos de tu vida pecaminosa. Las promesas y resoluciones que haces son tan frgiles como telaraas. No puedes gobernar tus
pensamientos, impulsos y afectos. El recuerdo de tus promesas no cumplidas y
de tus votos quebrantados debilita la confianza que tuviste en tu propia sinceridad,
y te induce a sentir que Dios no puede aceptarte, pero no tienes por qu desesperarte" (CC 71, 72).
El adicto que desea escapar se siente desesperado. Despus de repetidos esfuerzos infructuosos para escapar de sus hbitos, llega a la conclusin de que para l la victoria es imposible, y por eso siente que Dios no
puede aceptarlo.
Si usted se siente as acerca de su adiccin, entonces la leccin espiritual que supera a cualquier otra, y que necesita aprender, es que la victoria es posible para usted. S, hay una salida. Si usted no la ha encontrado
todava, entonces es que no ha entendido el plan de Dios diseado para
liberarlo de su esclavitud. La buena noticia es que hay ante usted algunos
descubrimientos maravillosos.
No deseo que piense que la salida es fcil. nicamente estoy asegurndole que la victoria ser posible si usted cree en ella.
En el alto en el camino llevado a cabo un par de captulos atrs, mencion que compartira con usted cinco principios bsicos respecto a la
victoria sobre el pecado. Aqu tiene el primero:
122
Paso 2
Creer que un poder superior a nosotros mismos
pueda devolvemos la salud completa.
123
Captulo
15
ALABANZA
Y
ACCIN DE GRACIAS
Cuando viajo por lo general llevo mi computadora porttil para mantenerme conectado con la casa editora mediante el correo electrnico. No
hace mucho tiempo pas varios das como orador en una reunin religiosa campestre en Oshawa, Ontario (Canad). En cuanto llegu, conect mi computadora a la energa elctrica e hice lo necesario para abrir mi
correo electrnico, pero obtuve solamente un mensaje que mostraba un
error. No entend lo que significaba. Lo nico que supe fue que no poda
abrir el programa. Puesto que tampoco tena la ms peregrina idea de
cmo resolver el problema, llam a la casa editora y habl con Esteban,
uno de nuestros especialistas en computadoras. Me sugiri que verificara
los parmetros del programa del correo electrnico y que confirmara si
estaban bien. Lo hice. Me pidi que intentara nuevamente. Lo hice. Nada.
Solo obtuve el consabido mensaje de error. Nueva llamada telefnica a
Esteban. Me sugiri nuevas estratagemas. Tampoco consegu el resultado
esperado. Volv a llamar a mi mentor porque necesitaba abrir mi correo
electrnico con urgencia. Me senta frustrado despus de varias llamadas
telefnicas intiles.
Repentinamente me vino una idea! Primero tena que conectarme
con el servicio de Internet de la casa editora! Despus podra abnr mi
correo electrnico. As lo hice y obtuve el resultado tan esperado.
125
PRINCIPIO FUNDAMENTAL N 2
Alabe a Dios por la victoria, antes de obtener la victoria.
Este principio es diametralmente opuesto a nuestra sabidura convencional. La mayora de nosotros supone que el momento de alabar a Dios
por una victoria es despus de haberla obtenido.
Pensamos que debemos agradecerle nicamente por una obra completamente terminada en nuestra vida. Eso es lo que el angustiado corresponsal de la revista Insight crea, a juzgar por la carta que mencion en
pginas anteriores. Veamos lo que deca:
"Un eslabn vital de la cadena del proceso de conversin de un cristiano
se ha perdido. Ha encontrado la respuesta alguno que ya recorri el tramo
siguiente del camino? La solucin realmente prctica que al final del da hace
estallar en sincera alabanza triunfante en honor de un Amigo que puede hacer
tanto por uno? Qu cambio producira eso! Creo sinceramente en 'una VlCtoria tras otra', PERO COMO OBTENERLAS?"
126
eventos que forman al cristiano", algo que faltaba en la vida del autor de
la carta, tiene enorme importancia. Esto es precisamente lo que deseo
compartir con el lector en este captulo, es decir, alabar a Dios anticipadamente por una victoria antes de obtenerla.
La alabanza, de hecho, es un tipo de oracin; por eso sugerir un
modo especial de orar:
"Seor, te agradezco porque ya obtuve la victoria
sobre esta tentacin, en Cristo Jess. La reclamo como ma".
Si su tentacin particular tiene que ver con la comida, entonces debe
decir: "Dios mo, te agradezco por la victoria que me has proporcionado
sobre este asunto de la comida. La reclamo en el nombre de jesucristo".
Si est luchando con fantasas sexuales, puede decir: "Dios mo, te agradezco porque ya es ma la victoria sobre la concupiscencia, en Cristo
jess. La reclamo en tu nombre". Si se trata de la ira, puede orar de este
modo: "Querido Dios, te agradezco porque ya obtuve la victoria sobre mi
temperamento irascible, en Cristo jess. La reclamo en tu nombre".
Existe una excelente razn que explica la eficacia de esta oracin. Es
eficaz porque se trata de una expresin de fe. jess dijo: "Por tanto os
digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiris y os vendr" (Mar. 11: 24). En ninguna parte de la vida se aplica esta promesa con
ms fuerza que a los asuntos espirituales, por ejemplo, a nuestra lucha
con la tentacin.
Hace varios aos escuch una serie de ocho o diez cintas de audio que
contenan las lecciones de un exitoso orador experto en motivacin. Uno
de los conceptos que destacaba repetidamente, era la importancia de creer
en nosotros mismos. Sugera, por ejemplo, que cuando nos encontremos en
una situacin estresante, debemos crear un cuadro mental en el cual nos
veamos saliendo adelante. Varios captulos ms atrs, les refer la historia
de Thomas A. Edison, quien crea que poda fabricar una bombilla elctrica, y por lo tanto, lo logr. Tambin nosotros ejercemos la misma clase de creencia cuado alabamos a Dios por una victoria antes de obtenerla. Comenzamos a crear una imagen mental en la cual nos vemos teniendo xito en algo que intentamos llevar a cabo, y por lo tanto lo conseguimos.
Sin embargo, existe una razn de mayor importancia que las estrategias
motivadoras del xito y creer en nosotros mismos, que explica por qu es
127
una estrategia tan eficaz para vencer el pecado. Esta clase de oracin coloca nuestra fe en Dios. La justificacin es por la fe. Ya aprendimos en este
libro que debido a que carecemos de justicia que ofrecer a Dios, l nos
atribuye la justicia de Cristo y nos considera perfectos, aunque nuestros
caracteres sean todava muy defectuosos. Esta es una transaccin legal
que denominamos justificacin.
Ahora deseo sugerir que la santificacin, es decir, nuestra victoria
sobre el pecado, tambin se obtiene mediante la fe. En un captulo futuro
aprenderemos que todos carecemos de poder por nuestra propia fuerza
para vencer los pecados y las adicciones favoritos.
Necesitamos ayuda exterior, y esa ayuda procede de Dios. Cuando alabamos a Dios por una victoria, antes de obtenerla, es como si dijramos
a nuestro Padre celestial: "Creo que tu promesa de ayuda para vencer esta
tentacin es real, y tambin creo que es para mi. Estoy pidiendo su cumplimiento. Retrate, Satans!
La estrategia de alabar a Dios por la victoria antes de haberla concre~
tado es magnifica y eficaz. Prubela, porque tambin ser eficaz en su
caso.
128
SEGUNDA SECCIN
Primera parte
CAMBIAR NUESTRA
FORMA PECAMINOSA
DE PENSAR
Captulo
16
LA PARTE DE DIOS:
MOSTRARN"O-S,
NUESTRA FORMA
PECAMINOSA
DE PENSAR
Baruch Goldstein se levant temprano la maana del 25 febrero de
1994. Se visti rpidamente, tom un rifle automtico y sali a la calle. A
la 5:30 lleg a la Mezquita Ibrahim de la ciudad de Hebrn, en Israel. Un
guarda musulmn bloqueaba la entrada, pero Goldstein lo golpe con la
culata del rifle y entr corriendo a la mezquita. Durante los diez minutos
siguientes le dispar a numerosos adoradores. Al final haba 30 muertos
y decenas de heridos. Mientras tanto, Goldstein fue herido de muerte por
algunos airados palestinos. En la confusin que sigui, varias personas
fueron abatidas por la turba, o heridas por soldados israeles que no saban lo que estaba ocurriendo.
Me gustara plantear una pregunta: Cul fue la causa de aquel acto
tan horrendo? Los psiclogos seguramente debatieron el tema durante
meses y quiz aos, pero la Biblia es clara. La causa fue el pecado que
haba en el corazn de Goldstein, y no hay que ser siquiera cristiano para
entenderlo. La revista Time lo expres muy bien: Goldstein era un hombre "tan lleno de odio que haba anunciado su accin de esa maana de
viernes: asesinara a tantos rabes como le fuera posible para procurar
'vengar a su pueblo'" (Time, 7 de marzo de 1994,52).
131
Por increble que nos resulte a usted y a m, s le hubiramos preguntado a. Goldsten, nos habra dicho que sus motivos eran justos y que sus
acciones eran absolutamente justificadas. Lo mismo diran los "mrtires"
rabes que se inmolan en medio de sus enemigos.
Esto sucede frecuentemente con el pecado. Parecen ser acciones muy
correctas. Y si no, pregnteles a los serbios. Pregntele al Ejrcito Republicano Irlands. Pregnteles a los que se aferraban al apartheid, as como
a sus oponentes en Sudfrica. Todos le dirn que ellos estn, o estaban en
lo correcto.
Pregnteles a dos adolescentes que masacraron a quince compaeros en la Escuela Superior Columbine, en el estado de Colorado. Pregntele a Hugh Heffner, el director y fundador de la revista Playboy. Pregntele al hombre que hizo trampas en su planilla de impuestos. Todos
le dirn que la razn estaba del lado de ellos.
Pregntele a un alcohlico. Pregntele al hombre que le grita a su
esposa, a la mujer que fastidia a su esposo. Pregntele al miembro de iglesia que habla del pastor a sus espaldas. Pregntele al cristiano que critica
a los que comen lo "que no deben" y se visten con r0tla "inadec.uada".
Todos le dirn que tienen razn.
El pecado siempre aparenta ser tan correcto. Y lo mismo ocurre en el
caso de un asesino consuetudinario, que en el de un cristiano legalista. La
mayora, aun cuando est involucrada en actividades incorrectas, creer que
est realizando algo muy bueno.
El pecado hizo que Lucifer se rebelara contra Dios en el cielo. El pecado caus la expulsin de Adn y Eva del Jardn del Edn. El pecado fue la
causa para que Dios destruyera el mundo medante el diluvio. La historia
de nuestro mundo es la historia del pecado y sus efectos devastadores.
Jess muri en la cruz para salvamos tanto a usted como a m del
132
que estaba haciendo lo correcto, y no podia entender que su componamiento era algo horrible. Es fcil para nosotros reconocer la maldad en el
acto atroz de Goldstein; sin embargo, el principio detrs de su enorme pecado, y de nuestros pequeos pecados, es el mismo. De hecho, nuestros
"pecadil1os" son ms mortferos que los de Goldstein, porque tendemos a
pensar que porque son pequeos, son insignificantes.
La pregunta necesaria es: Cmo podem.os tomar en serio al pecado
cuando nuestras acciones equivocadas nos parecen tan correctas? Y la respuesta es sencilla: No podemos. Si alguna vez vamos a reconocer nuestros
propios pecados, alguien externo debe intervenir para mostramos lo que
est mal en nuestra vida.
Entonces, de dnde vendr la ayuda? Nuevamente 'la respuesta es
sencilla. La ayuda que necesitamos para comprender la verdad acerca de
nuestros pecados proviene de Dios, y nicamente de l.
133
La parte de Dios
LA CONVICCION:
Nuestra parte
NOS MUESTRA
NUESTROS PECADOS
En nuestros
deseos pecaminosos
En nuestra
conducta pecaminosa
Para entender cabalmente nuestros pecados, necesitamos entender nuestros motivos. Y es aqu especialmente donde necesitamos la ayuda del Espritu Santo. Aun cuando el motivo se muestre claramente errado, como en el
caso de la ira o los celos, nuestras emociones usualmente nos engaarn
para que creamos que nuestra motivacin es del todo razonable. Solo el
Espritu Santo puede ayudamos a entender que nuestros motivos no son
correctos.
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137
138
gentes:
"Es cierto que hay una indignacin justificable, aun en los seguidores de
Cristo. Cuando vemos que Dios es deshonrado y su servicio puesto en oprobio, cuando vemos al inocente oprimido, una justa indignacin conmueve el
alma. Un enojo tal, nacido de una moral sensible, no es pecado" (DTG 277).
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Captulo
17
NUESTRA PARTE:
1o PEDIR AYUDA
PARA SUPERAR
NUESTRA FORMA
PECAMINOSA
DE PENSAR
En la primavera de 1993, mi esposa Lois y yo pasamos tres semanas
de vacaciones en China. Volamos sobre el Ocano Pacfico hasta Hong
Kong a finales del mes de abril, y despus de descansar un fin de semana para recuperarnos del cambio de hora, tomamos un tren hasta la ciudad de Guangzhou (pronunciado Guan-jo, el nombre moderno de Cantn). Habamos pasado los primeros das en Hong Kong con amigos, pero
al adentrarnos en China, nos hallbamos totalmente sin ayuda. Estbamos en una tierra extraa sin la menor idea siquiera de cmo contar hasta diez en el idioma local.
En una ocasin, intentamos comprar un boleto de tren por medio de
las mejores seas que se nos ocurrieron y de un par de palabras en chino. Luego de media hora de mover los brazos y parlotear en lo que a
nosotros nos pareca una jerigonza, la agente de la boletera se dio por
vencida y nos dio la espalda. Afortunadamente un seor que habamos
conocido ese mismo da se present en la estacin y nos ayud a comprar
los boletos.
Usted y yo estamos embarcados en un viaje a lo largo de un pas que
es mucho ms extrao que China para una pareja de norteamericanos
inexpertos. La regin por la cual atravesarnos es nuestra mente.
141
El laberinto
Nuestra mente contaminada por el pecado es como un gigantesco
laberinto, y estamos con los ojos vendados, intentando encontrar una
salida. Lo extrao es que hayamos estado dando tumbos por tanto tiempo en ese laberinto, durante toda nuestra vida, y que nos parezca normal
estar all. Ni siquiera sabemos que estamos perdidos, e incluso aun si nos
diramos cuenta de ello, no sabrIamos encontrar la salida. Algunos de
nosotros quiz no quemamos salir. Necesitamos ayuda!
Necesitamos ayuda, antes que nada, para sobreponemos a nuestra forma pecaminosa de pensar. Dios es quien nos convence de pecado, pero
hay tres cosas que usted y yo podemos hacer para cooperar con l. Estos
elementos los estudiaremos en este captulo y en los dos que siguen. Lo
primero que podemos hacer es pedirle que cambie nuestra actitud ante el
pecado. Podemos solicitarle que nos convenza de pecado, especialmente
del nuestro. Coloquemos esto en un diagrama, y luego explicaremos algo
adicional:
Cambios necesarios
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
La parte de Dios
La conviccin:
Nuestra parte
PEDIRLA
Nos muestra
nuestros pecados
En nuestros
deseos pecaminosos
En nuestra
conducta pecaminosa
Por favor, preste mucha atencin a 10 que diremos en seguida, porque
nos referiremos a esto con frecuencia en captulos subsiguientes. Necesitamos solicitar a Dios dos tipos de ayuda para superar nuestra forma
pecaminosa de pensar:
l. Necesitamos ayuda para comprender que estamos perdidos en un
laberinto. Esto es, necesitamos ayuda para entender que somos pecadores.
142
motivos errneos.
Yo tena mis dudas cuando por vez primera escuch este tipo de oraciones, pero las experiment y me di cuenta que funcionaban muy bien.
Ahora las utilizo a menudo, orando con plena confianza, con la seguridad que Dios me dar el discernimiento que necesito, y l siempre lo ha
hecho.
En esto consiste la religin experimentaL
144
145
Muchos adventistas del sptimo da se preocupan cuando leen declaraciones como la anterior. Se dicen a s mismos, "yo nunca podra ser tan
bueno. Me imagino que no estar listo para el cierre del tiempo de gracia
y la segunda venida de Jess".
Quisiera librarlo de esa preocupacin. Si usted es fiel en hacer la parte que le toca en el cambio de su carcter, Dios garantiza hacer la suya y
prepararlo a tiempo. Pidale que le muestre sus defectos de carcter. Pidale que le muestre los motivos errneos que lo impulsan a la accin errada. Estas oraciones usted podra elevarlas en favor del desarrollo de su
carcter para el tiempo del fin. Trate de cambiarlas para que incluyan
agradecimiento y alabanzas:
Seor, mustrame lo que necesito saber a fin de prepararme para
el fin del tiempo de gracia.
Seor, mustrame lo que necesito saber para estar entre los
144.000.
Seor, mustrame lo que necesito saber para reflejar la imagen de
Jess.
y especialmente, aydame a reconocer mis motivos errneos.
146.
dir algo que responder exactamente a las oraciones que usted ha elevado a Dios.
No obstante, estos destellos de luz a menudo le llegarn en la manera
y circunstancias ms comunes. A m me han llegado en medio de una
conversacin con un amigo que de pronto dice algo que me golpea en la
misma frente. Nuestro amigo probablemente no tuvo la menor idea de lo
mucho que significaron sus palabras, pero Dios las utiliz para responder
a mi oracin y ayudarme a entender mejor las cosas. A veces los destellos
de claridad parecen venir de la nada. Los he recibido mientras camino en
el interior de mi casa. Un pensamiento me llega y yo s que fue Dios
quien lo puso alli.
Recuerde que la revelacin fundamental que usted persigue es comprender mejor sus motivos: los sentimientos y deseos que lo impulsan a
hacer lo que no desea. El temor, la vergenza y la ira estn entre las razones subyacentes ms comunes por las que cedemos a la tentacin. Sin
embargo, muy a menudo ni siquiera las advertimos. Pfdale entonces a
Dios que lo ayude a reconocer cuando el temor, la vergenza y la ira motiven su conducta errada.
Debo advertirle que uno de los mtodos favoritos de Dios para ayudarlo a entender los errores que hay en su vida son las pruebas y el sufrimiento. Elena G. de White dijo que "las pruebas de la vida son los instrumentos de Dios para eliminar de nuestro carcter toda impureza y tosquedad" (DMJ 15). As que no se sorprenda si, despus de elevar sus oraciones, las dificultades aumentan. En vez de quejarse, diga: "Te alabo,
padre, por esta oportunidad para reconocer mejor los pecados y los defectos de carcter que me impiden ser como Cristo".
Una de las mejores ocasiones para orar, pidiendo una mejor comprensin de lo que uno puede hacer para vencer sus tentaciones, es inmediatamente despus de haber cedido. Pfdale a Dios que le muestre lo
que anduvo mal, y lo que usted puede hacer para no ceder la prxima
vez. Esta es la verdadera religin experimental.
Cuando mi esposa y yo comenzamos a orar de esta manera, ni siquiera podamos haber imaginado una de las maneras clave que Dios tena en
mente para respondernos: TIte Bridge (El puente), un centro adventista
de tratamiento de la adiccin y coadiccin qumica al que ya hemos hecho
referencia en varios captulos.
Los dos asistimos al programa de dos semanas para el tratamiento de
la coadiccin en TIte Bridge en 1992. Hemos reforzado el entrenamiento
147
148
Captulo
18
NUESTRA PARTE:
2 HABLAR
DE NUESTRA
FORMA
PECAMINOSA
DE PENSAR
Lo que deseo compartir con usted en este capitulo podra parecerle
muy extrao. Es, de hecho, tan extrao, que algunas personas me han
dicho que estoy equivocado. Pero no es en s nada del otro mundo. Usted
y yo lo hacemos continuamente. Se trata de hablar.
Hablar es uno de los actos ms comunes para usted y para m1. Y esto
es una buena noticia. La parte que Dios nos ha asignado para cambiar
nuestra forma pecaminosa de pensar no es terriblemente complicada. Lo
hacemos continuamente, al igual que caminar, respirar y abrir y cerrar los
ojos. Hacemos todo esto sin pensarlo.
Muchos creen, en forma equivocada, que conquistar los rasgos negativos de nuestro carcter involucra un procedimiento tan complicado que
solamente los atletas espirituales pueden comprenderlo. Por eso parece
sorprendente, y por lo tanto es una agradable noticia, que esta parte de la
victoria sobre la tentacin sea tan fcil como hablar acerca de ella.
Antes de proseguir, aadmosle dicho elemento a nuestro cuadro y
luego lo explicaremos:
149
Cambios necesarios
La parte de Dios
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
Nuestra parte
Pedirla
HABLAR ACERCA DE ELLOS
En nuestros
deseos pecaminosos
En nuestra
conducta pecaminosa
De qu debemos hablar entonces para conseguir un cambio en nuestra forma pecaminosa de pensar?
Necesitamos hablar de nuestros defectos de carcter. Si esto le parece
extrao, por favor siga leyendo, porque es algo que se basa en un destacado principio espiritual:
Hablar de nuestros defectos nos ayuda a entenderlos
Recuerde que en esta Seccin estamos tratando de identificar maneras
en que podemos cooperar con Dios a fin de obtener un cambio en nuestra forma pecaminosa de pensar. Hablar de nuestros defectos de carcter
es una de las mejores maneras de lograrlo.
Hablar de sus defectos probablemente le parezca difcil al principio,
pero djeme asegurarle que es completamente apropiado. Santiago dijo:
"Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que
seis sanados" (Sant. 5: 16). Algunas traducciones de la Biblia, como la
Nueva Versin Internacional, dicen: "confisense unos a otros sus pecados". Sin embargo, la palabra griega que la versin Reina-Valera traduce
como "ofensas" no es la palabra que se acostumbra usar para "pecado" en
el Nuevo Testamento. Se refiere ms bien a un traspi, o a un paso dado
en falso. El pecado est incluido ciertamente en este grupo, pero nuestras
faltas pueden incluir defectos como temor, vergenza e ira, que nos llevan a cometer actos pecaminosos, pero que en s mismos no lo son.
Otro texto del Nuevo Testamento que recalca la importancia de conversar con alguien acerca de nuestros pecados y defectos de carcter se
encuentra en Glatas 6: l. Pablo all afirma: "Hermanos, si alguno fuere
sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle
150
5:
Aceptamos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otros testigos la naturaleza exacta de nuestros errores.
PASO
Permtame repetir la razn por la cual usted necesita hablar de sus faltas: Hablar de sus defectos de carcter le ayudar a entenderlos. Cada vez que
usted hace un esfuerzo por plasmar sus ideas en palabras, usted las dilucida en su mente. Cualquier maestro le dir que l aprende ms enseando un tema que los alumnos al escucharlo. Hablar acerca de sus defectos
de carcter es una manera poderosa de entenderlos ms apropiadamente,
lo que mejorar su capacidad de enfrentarlos.
Obviamente, tendr que seleccionar cuidadosamente a la persona con la
cual va a hablar. Debe buscar a alguien con las siguientes caractersticas:
l. Un cristiano fuerte.
2. Alguien confiable y discreto.
3. Alguien que lo acepte, y que no manifieste sorpresa alguna ante
lo que usted le diga.
4. Alguien que lo escuche sin darle consejos.
5. Alguien que preferiblemente haya estado en un proceso de recuperacin por algn tiempo.
6. Alguien del mismo sexo.
dido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espritu de mansedumbre, considerndote a ti mismo. no sea que t tambin seas
tentado". Cuando una persona habla con otra acerca de sus tentaciones,
siempre existe la posibilidad de que quien escucha sea tentado por el relato de los pecados del otro. All Pablo no dice que los cristianos eviten
aconsejar a quienes hayan cado en pecado, sino que nicamente los cristianos fuertes han de hacerlo.
Seleccione a alguien confiable. La razn de escoger a alguien que sea discreto es clara. Usted no quiere que sus defectos sean conocidos por toda
la iglesia, o por todo el vecindario. No suponga que porque alguien sea
un amigo ntimo, se convierte en la mejor persona para aconsejarle. A
menudo, es mejor compartir con alguien con quien usted no ha estado
tan relacionado emocionalmente.
Seleccione a alguien que lo acepte. Tambin hay una buena razn para
escoger a alguien que lo acepte y que no se sorprenda ante lo que usted
le cuente. Abrir su alma ante otro ser humano de por s es bastante difcil, sin la carga adicional de tener que sufrir su censura. Por otra parte,
tampoco le conviene alguien que le d una palmada en la espalda y le
diga que 10 que usted hizo no es tan malo. Cualquiera de los dos extremos disminuye, y hasta puede destruir, la eficacia de esta prctica.
Seleccione a alguien que lo escuche sin darle consejos. Si usted espera
algn consejo de la persona con la cual habla, entonces le est hablando
a la persona equivocada. El propsito de este ejercicio no es enterarse de
10 que la otra persona piensa que usted tiene que hacer. Es una manera
de descubrir por usted mismo la forma en que debe actuar. Hablar acerca de sus dificultades 10 ayudar a entenderlas, y cuando usted entienda
lo que ocurre en su vida, estar en una mejor posicin para encontrar sus
propias respuestas.
Escoja una persona que haya pasado por un proceso de recuperacin. Usted
recibir una mejor ayuda de alguien que ha estado en recuperacin por
algn tiempo. Una de las mejores maneras de encontrar a esa persona es
asistir por algunos meses a una reunin de Los Doce Pasos, como las celebradas por Alcohlicos Annimos. A su tiempo, reconocer quin realiza
comentarios que podran serIe de utilidad. Probablemente esa persona
sea un buen candidato.
Escoja una persona del mismo sexo. Cada vez que usted comparte informacin personal con otra persona, el tono de la conversacin se hace muy
ntimo. Es crucial que esta intimidad no adquiera un viso romntico. Esto
152
es de especial importancia si usted necesita hablar de temas que involucran cuestiones matrimoniales, o relacionadas con temas de ndole sexual.
Tratar estos temas con personas del sexo opuesto implica que tarde o temprano surgir una relacin sentimental, y lo menos que usted necesita,
adems de todas sus otras dificultades, es la carga de un romance, o una
relacin sexual ilcita. La regla ms segura es escoger a alguien del mismo
sexo.
En el programa de Los Doce Pasos, al mentor con quien el adicto
habla se le llama "consejero", o "consejera". Se espera que cada adicto encuentre un mentor.
Algunas personas preguntan si su cnyuge podra ser un buen consejero. La respuesta es no! Lo ideal es que usted y su cnyuge sean completamente honestos entre s, y quiz usted est tan enterado de lo que le
pasa a su pareja como su mismo consejero. Pero a menudo son precisamente los conflictos con su cnyuge los que usted necesita tratar con un
consejero. Incluso si usted y su cnyuge se llevan perfectamente bien y
estn al tanto de todo lo que le pasa al otro, lo mejor es no colocar sobre
su pareja la responsabilidad adicional de ser su consejero. Un mentor
podra necesitar confrontarlo a usted de una manera fuerte o radical, algo
que se le hara difcil a su cnyuge, sin que l o ella intente cvntrolar la
conducta suya, o que al menos aparente controlarla.
Algunos, se me han acercado preguntando si no es suficiente hablar
con Dios de sus defectos. La respuesta es No! En realidad necesitamos
hablar con otro ser humano, por un par de buenas razones. Primero, Dios
ya conoce nuestros problemas, y segundo no puedes mirarle la cara a
Dios. Una transformacin maravillosa se efecta dentro de nosotros cuando hablamos con otra persona acerca de nuestros pecados, tentaciones y
defectos de carcter. Se nos har ms fcil vencerlos!
154
Escribir. Usted mismo es alguien con quien puede comentar sus conflictos, y la mejor manera de hacerlo es escribiendo. He encontrado que
escribir es una manera poderosa de comprender mejor los asuntos que
me inquietan. Hace muchos aos, cuando termin mis estudios en el
seminario y comenc mi internado ministerial, a menudo me senta deprimido. Todava recuerdo que dedicaba bastante tiempo a escribir acerca de
mis preocupaciones. Hoy hemos vencido casi por completo la tendencia
a la depresin, y creo que haber escrito sobre ella fue uno de los pasos
ms valiosos que dimos para enfrentarla. Escribir es ms fcil que hablar
con otra persona!
155
Antes de utilizar esta declaracin para concluir que serta una equivocacin el que usted hable con cualquier otro ser humano acerca de sus
defectos de carcter y sus pecados, por favor considere los puntos que
siguen:
Elena G. de White habla acerca de la confesin abierta en la iglesia.
Esto es bastante claro sobre la base de la ltima oracin, y especialmente a
raz del contexto del captulo donde aparece dicha declaraci.n.
El problema, tal como Elena G. de White lo describe, no es que hablar
a alguien acerca de nuestros pecados y defectos de carcter sea un error;
sino que hemos de evitar decirlo a personas dbiles en la fe, que podran
156
157
tiago quiso decir cuando mencion que los cristianos debieran restaurar a
los pecadores del error.
As que la nocin de que los cristianos nunca debieran hablar unos
con otros de sus propios pecados especficos no se encuentra en la Biblia.
Al contrario, la Biblia ordena a los cristianos que conversen acerca del
pecado con los dems.
Todo lo que estoy sugiriendo en este captulo es que el cristiano que est
procurando vivir una vida ms perfecta invierta el orden en la iniciativa. En
vez de esperar que los miembros espirituales de la iglesia vengan donde
usted, usted debiera acudir a los miembros espirituales de la iglesia y decirles: "Necesito ayuda. Puede usted hablar conmigo?"
El pasaje de 1 Juan 1: 6-9 provee un excelente apoyo bblico para la
importancia de compartir nuestros defectos de carcter con otros cristianos, aunque quiz no parezca as en primera instancia:
"Si decimos que tenemos comunin con l, y andamos en tinieblas,
mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como l
est en luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de Jesucristo
su Hijo nos limpia de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos,
y la verdad no est en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, l es fiel
y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".
Lo primero que notamos en este pasaje es que de principio a fin destaca la honestidad y la contradiccin personal, algo que estudiaremos en
el captulo 20. La primera frase habla acerca de personas que aseguran
tener comunin con Dios pero viven segn el mundo. Eso es contradictorio. Por otra parte, los que caminan en la luz, quienes son honestos,
tendrn comunin unos con otros. Quienes se contradicen aseguran que
tienen comunin con Djos, mientras que los que son honestos tienen
comunin entre s.
En este contexto, qu significa ser honestos? Si la comunin de los
que son honestos ocurre entre s, entonces significa que son honestos los
unos con los otros. No afirma que estn libres de pecado. No temen que
otros vean sus defectos de carcter. Se sienten tranquilos sabiendo que
son algo menos que perfectos.
Enfoquemos esto de una manera prctica. Ha asistido usted a un culto de testimonios en la iglesia? Qu dicen los participantes? Todos se
ponen de pie y alaban a Dios por los milagros que ha realizado, y por las
victorias que les ha dado sobre el pecado.
158
Cundo fue la ltima vez que usted vio a alguien ponerse de pie ante
la congregacin para testificar acerca de su mal genio, o porque haban
sentido la tentacin de hurtar en alguna tienda?
No quiero decir que debiramos abstenemos de alabar a Dios por sus
bondades durante un culto de testimonio. Pero si eso es todo lo que
vamos a hacer, qu le diremos a los desanimados que pudieran estar presentes? Quiz piensen, los miembros de esta iglesia tienen un xito sorpren-
dente. En cambio mi vida es un desastre. Parece que, despus de todo, no soy tan
buen cristiano.
Tampoco intentamos decir que hemos de presentar cada pecado secreto a la iglesia. Lemos asimismo la advertencia de Elena G. de White al
respecto, citada anteriormente. Pero la Biblia dice que tenemos que
sobrellevar "los unos las cargas de los otros" (Gl. 6: 2), y aludir a ciertos
defectos de carcter de una manera prudente durante un servicio de testimonios, o en una clase de Escuela Sabtica.
Juan concluye el pasaje citado arriba, con las palabras familiares del
versculo 9: "Si confesamos nuestros pecados". Este versculo realmente significa que debemos confes~r nuestros pecados a Dios y a quienes hayamos perjudicado. Sin embargo, creo que Juan nos est animando a ser
honestos unos con otros acerca de nuestros defectos de carcter en el contexto de los versculos anteriores que se refieren a la honestidad y a la
comunin entre los creyentes; incluso en el caso que no nos hayamos
perjudicado mutuamente. Despus de todo, el texto no dice, "si confesamos nuestros pecados a Dios ya las personas que hemos perjudicado".
Simplemente dice, "si confesamos nuestros pecados".
Y cul es el resultado cuando confesamos nuestros pecados? Dios, las
personas a quienes hemos perjudicado, y de hecho todos los miembros de
la iglesia, ofrecern su aceptacin y perdn, y la obra de limpieza continuar. El perdn y la limpieza estn disponibles para todos aquellos que
son honestos. No estarn presentes en la vida de personas que se niegan
a ser sinceras y honestas unas con otras. La honestidad respecto a nuestra fragilidad humana, es la base de la comunin, y es la base tanto para
el perdn (la justificacin), como para la limpieza (la santificacin).
Sospecho que la idea de que es inapropiado para los cristianos hablar
entre s de sus pecados, surge ms de un sentimiento de vergenza que
de un principio bblico. Nos sentimos avergonzados al exponer nuestras
imperfecciones ante otras personas. El que nos apoyemos en la Biblia,
como una razn para no hacerlo, es simplemente una excusa para la ver-
159
Un ejemplo personal
El mismo da que escriba este captulo, mi esposa y yo recibimos una
llamada telefnica que ilustra perfectamente lo que intento explicar.
Durante varios aos hemos conocido a una seora residente en la zona
oeste de los Estados Unidos a quien llamaremos ]ennifer. Ella sufre de
una adiccin al amor y a las relaciones sentimentales. Est involucrada en
una relacin altamente adictiva con Jorge. Jorge y Jennifer se han conocido durante varios aos y sostienen relaciones ntimas, aunque nunca se
han casado. Pelean constantemente. Ella nos llama muy a menudo para
relatamos lo herida que se siente por las cosas crueles que l le hace y dice;
y sobre la base de lo que nos cuenta, podemos adivinar que l se siente
igualmente herido por lo que ella le dice y le hace.
Hemos animado repetidamente a Jennifer para que ponga fin a su relacin con Jorge, y ella ha prometido hacerlo varias veces; pero al da
siguiente, o a la semana siguiente va nuev:amente a verlo. No puede dejar
en paz a Jorge, y viceversa. Aunque no hemos conocido a Jorge, en nuestra opinin, l est tan adicto a dicha relacin como ella.
Animamos a Jennifer a matricularse en un programa de tratamiento de la
adiccin, y en efecto lo hizo en un centro cercano a su casa. Asisti al centro de t~atamiento por cerca de un mes y obtuvo bastante ayuda.
Cuando iba a mitad del programa, nos llam y, entre otras cosas, se
quej de que casi todas las mujeres de su grupo la ignoraban.
-Me gustara mucho tener una relacin ms cercana con alguna amiga, pero todas me evitan. Me duele mucho esto.
Jennifer mantuvo esta lnea de conversacin por varios minutos y de
pronto me di cuenta de que ella se refera en efecto a su propia adiccin. As
que la interrump en medio de una frase.
-]ennifer, cul es tu adiccin 'bsica?
-El amor -respondi.
-Y qu ms?
Pens por unos instantes .e intim:
-Las relaciones sentimentales.
161
Captulo
19
NUESTRA PARTE:
3 ANALIZAR
NUESTRA FORMA
PECAMINOSA
DE PENSAR
Se considera que Thomas A. Edison fue el inventor ms prolfico en la
historia de los Estados Unidos. Sus dos inventos ms famosos fueron el
fongrafo y la lmpara elctrica. Tambin transform el mundo del entretenimiento con su proyector de pelculas.
En 1876, Edison tena menos de treinta aos cuando estableci un
laboratorio de investigaciones en Menlo Park, Nueva Jersey, donde se le
uni una veintena de hbiles tcnicos. Once aos ms tarde se mud a
West Orange, Nueva Jersey, donde construy un laboratorio diez veces
mayor que el primero. El edificio de West Orange ms tarde se vio rodeado de fbricas que daban empleo a unos cinco mil obreros!
Edison era un estudiante incansable. A la tierna edad de diez aos ya
lea libros cientficos, y de joven devoraba toda revista tcnica que le caa
en las manos. Cuando tena 21 aos de edad ley de una sentada el libro
de Michael Faraday, Investigaciones experimentales en electricidad, y luego
puso en prctica cada uno de los experimentos descritos por el autor.
Esta es la actitud que usted y yo necesitamos tener respecto al desarrollo de nuestro carcter. Edison amaba el conocimiento cientfico. Nosotros necesitamos atesorar el conocimiento espiritual. Edison absorba
toda aquella informacin como una esponja. Necesitamos ser esponjas
163
La parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
INVESTIGAR
En nuestros
deseos pecaminosos
En nuestra
conducta pecaminosa
169
Quisiera que usted observara los dos beneficios que aquella dama recibi al leer libros seculares. En primer lugar, ella dice que se aferr a Jess
"ms estrechamente que nunca". Yen segundo lugar, dijo que luego de
haber leido aquellos libros, "todos los principios del espritu de profeca
y la Biblia comenzaron a cobrar mayor sentido".
He descubierto exactamente lo mismo. Antes no entenda el significado
de algunos pasajes de Romanos 6, 7 Y 8. Luego, despus de dos aos de
haber estudiado la teora de la adiccin y la dependencia, regres a los mismos captulos y me parecieron como un libro abierto. Por primera vez en
mi vida, entend lo que Pablo quiso decir!
La dama que me escribi aquella carta deca: "Me siento muy agradecida por la Palabra de Dios y por el espritu de profeca, porque me ayudaron mucho. Pero algunos de nosotros necesitamos ms ayuda".
Qu verdad tan grande! Y esa ayuda est disponible all afuera, en el
"mundo", usando nuestra terminologa; si la buscamos orando a Dios
para que nos ayude a reconocer cualquier principio falso que podamos
encontrar.
Lamentablemente, algunos piensan que toda la informacin que se
necesita tener sobre la mente y las emociones, se encuentra en la Biblia y
en los escritos de Elena G. de White. Creemos que si un libro no tiene el
pie de imprenta de una de nuestras editoriales, no es apto para ser ledo.
En mi opinin, esa es una actitud muy soberbia y arrogante, de ,la que
debemos librarnos si hemos de progresar en la batalla de nuestras adicciones y pecados.
La verdad es que es imposible que la Biblia y los escritos de Elena G.
de White contengan todos los conocimientos del mundo. Hay mucha
ms informacin disponible para los interesados siempre y cuando pidan
la direccin divina, por medio de la oracin.
As que lo invito a leer esos libros seculares. Lea todo lo que pueda
conseguir que hable de la adiccin y la dependencia. Una vez que entienda estos principios, lea libros y escuche casetes que incluyan temas especficos relacionados a sus tentaciones.
Vida diaria
La tercera fuente donde los cristianos pueden buscar conocimientos
acerca de su percepcin y motivos para el pecado, es en su vida diaria.
Elena G. de White es muy clara en cuanto a esto:
"Si el pueblo de Dios meditara, [ .. ] con atencin en las acciones de cada
da y las revisaran con cuidado, con el fin de llegar a conocer sus propios
170
Por favor fjese sobre todo en la ltima frase: "Esta revisin diaria de
nuestros actos l... ] es necesaria para todos los que deseen llegar a la perfeccin del carcter cristiano". Los adventistas que intentan ser "suficientemente buenos" para el fin del tiempo de gracia necesitan prestar atencin cuidadosa a este consejo.
Los Doce Pasos de Alcohlicos Annimos tambin animan a los adictos
a escudriar su vida diaria. Dos de Los Doce Pasos hablan en forma concreta sobre esto:
PASO
10
171
172
Captulo
20
HONESTIDAD
Y ENCUBRIMIENTO
El tabaco llam bastante la atencin de los medios noticiosos estadounidenses en abril de 1994. Los ejecutivos de cinco de las mayores compaas tabacaleras del pas testificaron ante el Congreso de Estados Unidos. Haba dos cuestiones sobre el tapete: una, si el tabaco causaba adiccin y la otra si tena un efecto negativo sobre el organismo. Como era de
esperar, los cinco ejecutivos negaron cualquier relacin entre el tabaco y
la adiccin, o la enfermedad.
No obstante, en aos recientes la evidencia cientfica que muestra un
nexo entre fumar y ciertas enfermedades se ha tornado tan abrumadora
que negar esta relacin sera como unirse a la "Sociedad de Creyentes en
la Tierra Plana". En cuanto a la adiccin, durante las audiencias del Congreso, dos cientficos testificaron ante un subcomit de la Cmara de Representantes que haban encontrado indicios a comienzos de la dcada de
1980 que la nicotina poda ser adictiva; pero su compaa, la Philip
Morris suprimi la evidencia y cerr su laboratorio. Aun as, los ejecutivos de Philip Morris y de las otras compaas negaron ante el Congreso
que el tabaco fuera adictivo!
Cmo pueden individuos racionales e inteligentes ser tan ciegos?
Cmo pueden negar lo obvio de una manera tan descarada?
La respuesta es sencilla: egosmo e intereses personales.
El mismo da que el peridico anunci el encubrimiento de la evidencia del poder adictivo de la nicotina, tambin public un artculo
sobre Aldrich y Rosario Ames, el matrimonio que fue arrestado en 1994
173
Hace varios aos, cuando era pastor en Texas, una seora, a quien llamar Andrea, se me acerc llorando porque segn ella otra dama de nombre Donna estaba propagando algunos comentarios negativos sobre ella
en la iglesia.
'74
Honestidad y encubrimiento
'76
Honestidad y encubrimiento
177
El control es otra adiccin poderosa que a sus vctimas les es sumamente difcil reconocer. La adiccin al control es sencillamente la necesidad de salirse continuamente con la suya, o de siempre tener la razn.
Una de las mejores maneras de reconocer una adiccin al control es preguntarse a s mismo: "Cmo reacciono cuando no se hace lo que quiero? Cul es mi reaccin ante la gente que no est de acuerdo conmigo?"
Los adictos al control utilizan varias estrategias para conseguir 10 que
desean. Algunos 10 obtienen por medio de la ira y los insultos.
Otros son ms sutiles. Utilizan la vergenza, o la manipulacin, o el sentido de culpa, para salirse con la suya. "Si t me amaras, haras esto o
aquello". O aaden: "No querrs que la gente piense que ests descuidando a tu familia ... ?"
Algunas personas, incluso utilizan la religin para manipular a otros. "La
Biblia ordena que obedezcas a tus padres ... " "Dios dice que las esposas
deben someterse a sus maridos ... " Pero si se les preguntara a estas personas si son adictas, casi seguro que retrocederan horrorzadas. Incluso si
usted les explicara todo en la misma manera como yo 10 he hecho en este
libro, la mayora tratara de justificar su conducta.
Eso es negacin.
Algunos adventistas son adictos a los hbitos tradicionales como el
alcohol y las drogas. Esto es mucho ms comn en la iglesia de 10 que se
cree, al igual que la adiccin al sexo, a los alimentos y a la ira. Y somos
tan propensos a negar que tenemos estas adicciones como a negar que
somos adictos al trabajo, a la religin o al control.
Los alcohlicos adventistas le dirn que la Biblia no condena la bebida. Solo advierte en contra de emborracharse. Los adictos al sexo le dirn
que un poco de pornografa no le hace dao a nadie. Los adictos a los alimentos dicen que lo nico que hacen es terminar con las sobras, y los
adictos a la ira son personas que simplemente dicen las cosas como son. Los
pedfilos "cristianos" justifican su conducta racionalizando que estn ayudando a los nios a aprender del sexo.
Algunas personas se horrorizarn de que yo hable de la existencia de
tales pecados en la iglesia. Ser que no soy capaz de darme cuenta que
estoy enlodando el buen nombre de la iglesia?
Estas personas 10 nico que hacen es elevar la negacin del nivel personal al nivel corporativo. No es suficiente negar sus propios pecados.
178
Honestidad y encubrimiento
Tienen que negar los pecados de todos los dems de manera que su iglesia haga un buen papel. Aunque parezca extrao, esto tambin es una
adiccin. Se llama perfeccionismo. Es muy dificil convivir con los perfeccionistas, especialmente con los adictos al control. Estas personas no solo
tienen que vivir vidas "perfectas" ellas mismas, sino que les hacen la vida
miserable a todos los que no viven a la altura de lo que consideran es la
perfeccin.
La honestidad y el arrepentimiento
Muchas palabras tienen un concepto opuesto O antnimo. El antnimo de caliente, por ejemplo, es frio. El antnimo de largo es corto, y lo
opuesto a seco es hmedo. Tambin hay un antnimo para la negacin. Se
llama:
Honestidad
Nuestro objetivo es alcanzar la honestidad. Necesitamos echar por tierra nuestra negacin y admitir con franqueza: "Estoy equivocado". El propsito de este libro, y especialmente de este captulo, es ayudarlo a entender la importancia de reconocer nuestras faltas y pensamientos errados y
exteriorizarlos. Analizar nuestros sentimientos y actitudes y admitirlos
honradamente, nos ayuda a romper algunas cadenas. Aleja el temor de
nosotros. La vergenza se disipa.
Aunque parezca raro a primera vista, los que ms fcilmente asumen
una actitud de encubrimiento o negacin son los cristianos. Los que no
son cristianos no se preocupan mucho por lo que los dems puedan pensar, pero nosotros los cristianos debemos dar una buena impresin. Tenemos que mantener en alto nuestra reputacin. Despus de todo el cristianismo es una religin de elevados valores, y no debemos ser un mal
ejemplo para la comunidad! De manera que as como afirm en el captulo 1, nos colgamos una sonrisa en el rostro, asumimos una agradable
fachada, nos colocamos una mscara y le contamos a todo el mundo lo
agradable que es ser cristiano, aunque por dentro nos estemos muriendo.
No estoy afirmando que todos los cristianos sean as, pero algunos de
nosotros lo somos.
Tampoco sugiero que usted se ponga en pie en la iglesia el prximo
Sbado y revele sus ms ntimos secretos ante la congregacin. Pero necesitamos reconocer nuestras luchas aun cuando no entremos en detalle.
Cada uno de nosotros necesita encontrar un compaero no necesaria179
mente otro miembro con quien ser del todo honesto, incluyendo los detalles.
Hay otra palabra para la honestidad en el contexto de la recuperacin.
Se llama:
Arrepentimiento
Usted y yo necesitamos la ayuda de Dios para arrepentirnos. No podemos lograr este cambio en nuestra forma pecaminosa de pensar sin ayuda. Podemos entender que hemos hecho trampas y hemos codiciado,. sin
la ayuda de Dios; pero sin la ayuda divina no podremos entender la
malignidad de dichas acciones y de las actitudes que se esconden detrs
de ellas.
El Espritu Santo debe convertirnos a cada uno, dicindonos las cosas
que estn mal en nuestra vida y animndonos a vivir de la manera correcta. El arrepentimiento significa que declaramos: "Seor, t tienes razn".
Eso es honestidad:
Necesitamos experimentar ese cambio en nuestra forma pecaminosa de
pensar antes de que Dios pueda comenzar a cambiarnos a su imagen en
nuestro interior. Por eso, una transformacin en nuestra forma pecaminosa
de pensar est a la cabeza de la lista de cambios que necesitamos experimentar si deseamos la victoria sobre la tentacin y el pecado. Dicho de
otro modo, un cambio en nuestra forma pecaminosa de pensar es el fundamento de la santificacin.
La honestidad es tan elemental que la hemos incluido entre los cinco
principios fundamentales que son clave para la victoria sobre la tentacin:
PRINCIPIO FUNDAMENTAL N 3
Para obtener la victoria, usted tiene que ser honesto
consigo mismo y con Dios.
Arrepentimiento y justificacin
El arrepentimiento, el cambio efectuado por Dios en nuestra forma
pecaminosa de pensar, es el fundamento de la santificacin. En un captulo anterior, dijimos que el arrepentimiento es la condicin para recibir
la justificacin. Por lo tanto, el arrepentimiento es el vnculo entre la justificacin y la santificacin. El Seor no podr justificarnos ni salvarnos,
hasta que usted y yo no abandonemos nuestra actitud de encubrimiento
180
Honestidad y encubrimiento
Cuando nos arrepentimos sinceramente de los pecados que conocemos. Dios tratar los pecados
que no conocemos con la misma gracia justificadora.
181
SEGUNDA SECCIN
Segunda parte
CAMBIAR
NUESTROS DESEOS
PECAMINOSOS
Segunda Seccin: Cmo ayuda Jess a los pecadores a obtener la victoria: La santificacin
Primera parte: Cambiar nuestra forma pecaminosa de pensar
Segunda parte: Cambiar nuestros deseos pecaminosos
Segundo alto en el camino~:---21. La parte de Dios: Cambiar nuestros deseos pecaminosos
22. Nuestra parte: 1 Pedir ayuda para superar nuestros deseos pecaminosos
23. Nuestra parte: 2 Hablar de'nuestros deseos pecaminQSos
24. Nuestra parte: 3 Someter a Dios nuestros deseos pecaminosos
25. Los deseos pecaminosos: Comentarios finales
185
Captulo
21
LA PARTE DE DIOS:
CAMBIAR NUESTROS
DESEOS PECAMINOSOS
La siguiente carta al editor apareci en la pgina 2 de la Adventist
Revew del 26 de mayo de 1994:
"Estoy completando el dcimo ao de una condena de 99 por el delito de
haber tenido sexo oral con una nia menor de 14. No pretendo excusarme
por lo que hice. S que lo que hice estuvo mal y fue daino, pero cuando comet la falta no lo sabia. No decidl de manera consciente convertirme en un
"abusador de menores". He sentido cierta atraccin sexual hacia las nitas desde que tengo uso de razn. Mi primera experiencia, a los seis aos de edad
fue con una 'novia' de la misma edad que vivia en la casa de enfrente.
Hace unos nueve aos que soy adventista del sptimo dla. Reconozco que
tener relaciones sexuales con nios es pecado. He intentado cambiar, pero me
doy cuenta que no puedo hacerlo; mi mente est presta, pero mi carne es dbil (Mat. 26: 41), y me encuentro repitiendo lo que dijo Pablo: 'Porque no
hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago' (Rom. 7: 19).
Nuestros pecados no son peores que algunos otros (Sant. 2: 10). Necesitamos ayuda, amor y aceptacin como cualquier otra persona, no el desprecio y el rechazo que ahora recibimos. Yo tambin necesito ayuda. A quin
acudir? Dios no me ha respondido, ni tampoco los seres humanos".
Esta cana, y la otra dirigida a la revista Insght que citamos en el primer captulo, son idnticas en determinados aspectos: Los autores intentaban obtener la victoria sobre la tentacin, y ninguno de los dos lo haba
logrado al momento de escribir. El lector de Insght fue el ms enftico de
los dos: "Yo estoy totalmente a favor de [vivir] de 'victoria en victoria',
pero CMO?" Mientras que el abusador de menores francamente admi187
Conducta
Lo que ensea este diagrama es que tanto nuestros deseos como nuestra conducta estn involucrados en la victoria sobre el pecado y estn
relacionados. He ilustrado esta relacin con una flecha colocada entre
ambos trminos que apunta hacia arriba y abajo. Nuestro cambio de carcter ser mucho ms rpido y nuestra victoria sobre el pecado mucho ms
completa cuando entendamos esta relacin.
Sospecho que a pesar de toda su sinceridad, tanto el lector de Insight
como el abusador de menores no comprendan la relacin entre el deseo
y la conducta; como resultado, su estrategia para el desarrollo del carcter y
la conquista del pecado estaba errada. Estaban haciendo ciertas cosas al
revs. En este capitulo, comenzaremos a poner de manifiesto los principios para establecer una relacin equilibrada entre el deseo y la conducta,
y una gran parte del resto del libro aclarar an ms estos principios.
188
190
Por qu? Porque el pecado va ms all de la conducta errnea. Incluye tambin el deseo de involucrarse en una mala conducta. Jess expres
esto claramente en el Sermn del Monte cuando dijo que asesinar es ms
que matar a las personas. Es odiarlas. El adulterio es ms que practicar
una relacin sexual ilcita. Es lascivia. El verdadero pecado, dijo Jess,
est en el corazn. Pero aqu es donde chocamos con una pared de ladrillo,
porque somos incapaces de cambiar nuestros deseos malvados.
La organizacin Alcohlicos Annimos reconoce este principio. Y lo
Admitimos que ramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se haban vuelto ingobernables.
191
per (22).
Nuevos deseos. i De esto precisamente estamos hablando en este captulo! La parte de Dios en la obra de conseguir el cambio de nuestros
deseos pecaminosos es damos el nuevo nacimiento. Y este nuevo nacimiento infunde nuevos deseos, propsitos y motivos que conducirn a
una vida de victoria: la victoria que todos deseamos tan desesperadamente.
Encerrado en este corto prrafo de El camino a Cristo se encuentra otro
vocablo, otra palabra clave que usted y yo necesitamos entender, porque
explica la diferencia entre la parte de Dios y la nuestra en obtener el cambio de nuestros deseos pecaminosos. Esa palabra clave es:
Recibir
Ha recibido usted una carta alguna vez? Cmo sucedi eso? Qu
hizo usted?
-Pues, fui al buzn, hall un sobre, y dentro se encontraba una carta que alguien me haba enviado.
Una buena explicacin! Usted tom del buzn un sobre con una
carta que alguien le envi. Usted no escribi la carta. No la puso en un
193
Ahora usted entiende por qu Alcohlicos Annimos tiene tanto xito en librar a los adictos de la botella. Es porque reconocen el principio
fundamental de que la base del alcoholismo es una obsesin por el alcohol, que la fuerza de voluntad del adicto es totalmente incapaz de dominar. Solo Dios puede eliminarla.
194
La parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
Investigar
LA CONVERSION:
CAMBIA
NUESTROS DESEOS
En nuestra
conducta pecaminosa
Un llamado a la cautela
Debo compartir con usted un llamado a ser cautelosos: No espere que
Dios efecte un cambio instantneo y permanente en sus malos deseos.
No quiero decir que Dios no podrea cambiar sus deseos en el instante, ni
siquiera que jams lo har. A veces es claro que lo hace. Todos hemos
escuchado, por ejemplo, acerca del fumador que tir sus cigarrillos y
nunca ms ha vuelto a fumar. No obstante, por cada fumador que desecha sus cigarrillos y nunca ms fuma, le puedo mostrar cien que han
luchado durante cuatro o cinco aos antes de obtener finalmente la victoria.
Muchas personas han tenido la bendicin de que una tentacin las abandone instantneamente; pero a nadie lo han abandonado todas sus tentaciones de una vez. Dios nos deja luchar contra nuestras tentaciones mientras
se desvanecen lentamente.
Por qu Dios libra a algunas personas de una tentacin particular instantneamente, mientras que otros luchan con la misma tentacin durante meses y aos? Me gustara saber la respuesta a esta pregunta. La mejor
explicacin que puedo dar es otra pregunta: Por qu Dios sana a algunas personas de cncer instantneamente, mientras que la mayora de
las vctimas de cncer tienen que recurrir a la ciruga, radiacin y quimioterapia para sanar? No lo s. Quiz Dios lo explique algn dia cuando lleguemos al cielo.
Emociones dainas
Algunas emociones con las cuales contendemos no son pecaminosas
en si, pero pueden fcilmente conducir a una conducta pecaminosa.
195
La vergenza
La vergenza nos impide aparecer en pblico sin ropa. Nos recuerda
que debemos comportamos respetuosamente ante los dems. La vergenza saludable tambin nos lleva a sentimos culpables cuando hemos
hecho algo que es indudablemente incorrecto.
Sin embargo, la vergenza tambin puede ser daina. Veamos tres formas de vergenza enfermiza:
En primer lugar, la vergenza enfermiza es la base de todos los sentimientos de indignidad: la nocin de que todo el mundo es mejor que yo.
Gran parte de la depresin que sufrimos surge de la verguenza.
En segundo lugar, la vergenza enfermiza a menudo se disfraza de
culpabilidad mal enfocada. La culpa mal enfocada nos lleva a creer que
ciertas acciones estn mal, cuando de hecho estn bien. Por ejemplo, algunas personas experimentan sentimientos de culpa ligeros, o extremos, con
relacin al sexo dentro del matrimonio, cuando la Biblia es muy clara en
cuanto a que Dios invent el sexo y lo dio a la raza humana, tanto para procrear como para disfrutar.
Una tercera forma de vergenza enfermiza es la falta de vergenza. Las
personas que no tienen vergenza son a menudo atrevidas. Ofenden a
otros sin advertir que han violado las normas del comportamiento social
adecuado. Esto es pecaminoso, aunque a menudo no lo concebimos de
esa manera. En realidad, estas personas pueden estar sufriendo de una
vergenza tan intensa que la nica manera de manejarla es negndola. Su
conducta desvergonzada es una forma de probarse a s mismos que estn
bien.
El temor
El temor es saludable cuando nos impide tocar una estufa caliente o
saltar frente a un camin. Es enfermizo cuando nos impide hacer lo que
somos perfectamente capaces de realizar.
El hombre que tenia un solo talento en la parbola de Jess es un buen
ejemplo. Le dijo a su Seor: "Tuve miedo, y fui y escond tu talento" (Mal.
25: 25). El temor tambin es enfermizo cuando lo enterramos profunda-
196
197
"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han
sido dadas por su divino poder [... ] nos ha dado preciosas y grandsimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupcin que hay en el mundo a causa de
la concupiscencia" (2 Pedo 1: 3-4).Este principio, que afirma que somos incapaces de cambiar nuestros
propios deseos y que Dios debe hacer el cambio por nosotros, es una de las
claves ms valiosas para conquistar a nuestro dragn interior.
198
Captulo
22
NUESTRA PARTE:
comience a trabajar? Claro que no. Por generosa que sea la oferta, an le
quedan a usted algunas cosas por hacer: necesita aportar los planos, elegir los colores de la pintura y los acabados, y firmar un contrato.
Como primer paso para vencer los pecados personales, Dios promete
cambiar nuestros deseos pecaminosos. Somos incapaces de hacerlo por
nosotros mismos. Nuestras mentes y fuerza de voluntad no son suficientes para lograrlo.
Entonces, lo dejamos todo tranquilamente en manos de Dios? Por
supuesto que no. Usted y yo tenemos por delante una tarea. Dios nos ha
dado ciertos medios para que cooperemos con l en la edificacin de nuestro carcter. Si no hacemos nuestra parte, l no podr hacer la suya.
199
El adicto es un esclavo
En El camino a Cristo, pp. 71, 72, Elena G. de White afirma 10 siguiente:
"T deseas hacer su voluntad [de Dios}, pero eres moralmente dbil,
esclavo de la duda y dominado por los hbitos de tu vida pecaminosa. Las
promesas y resoluciones que haces son tan frgiles como telaraas. No puedes gobernar tus pensamientos, impulsos y afectos".
Aunque en capitulos anteriores revisamos este texto, vale la pena analizarlo de nuevo. La autora no emplea la palabra adiccin, pero claramente la
describe. Ella dice: "T deseas hacer su voluntad, pero eres moralmente
dbil, esclavo de la duda y dominado por los hbitos de tu vida pecaminosa". Un adicto es controlado por sus hbitos pecaminosos. No tiene la
fuerza para resistirlos. As es la esclavitud; un esclavo est dominado por su
amo y no tiene ms opcin que obedecer sus rdenes. Pablo describi esa
condicin en Romanos 6: 20 cuando les dijo a los cristianos de Roma:
"Fuisteis esclavos del pecado". Yen el 7: 25 dijo: "Porque cuando estbamos en la carne, las pasiones pecaminosas [... J obraban en nuestros miembros, y llevaban fruto de muerte"
La seora de White contina diciendo: "Las promesas y resoluciones
que haces son tan frgiles como telaraas". Un adicto puede jurar: "nunca volver a hacerlo", para retomar sus viejos hbitos cinco minutos despus de hacer la promesa. Conoci a una mujer que me confes que su
adiccin era robar mercanca de las tiendas que visitaba. "Podia estar de
pie frente al escaparate antes de entrar, determinada a pagar toda la mercanca, pero, cuando sala del lugar, siempre habia alguna cosa en mi bolso por la cual no habfa pagado".
La cita de El camino a Cristo concluye con las siguientes palabras: "No
puedes gobernar tus pensamientos, impulsos y afectos". As le sucede al
200
202
f
Correcta accin de la voluntad
Comportamiento
Una flecha apunta hacia arriba, desde la Correcta accin de la voluntad
al Deseo, y otra apunta hacia el Comportamiento. Existe una manera
correcta de utilizar la voluntad para cambiar nuestros deseos y comportamiento. Es imponante entender que ambas formas son muy distintas
entre s. Lamentablemente, una dificultad comn entre los cristianos es
intercambiarlas. Aplican a sus deseos pecaminosos las estrategias que
deberan usar en relacin con la conducta pecaminosa y viceversa. Es verdad que eso funciona a veces, pero es como conducir un automvil que
tiene los cuatro neumticos desinflados. Es muy incmodo y el progreso
es muy lento.
Las dos maneras de ejercer la voluntad son: la determinacin y la eleccin. Vamos a definirlas.
203
La eleccin correcta
Una vez que admitimos nuestra impotencia, estaremos listos para permitirle a Dios que haga lo que a nosotros nos resulta imposible, ya sea por
la debilidad de nuestra voluntad, o a causa del fracaso de cualquier otro
mtodo. Tenemos que orar as:
204
La parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
La conversin:
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
Investigar
PEDIRLO
Cambia
nuestros deseos
En nuestra
conducta pecaminosa
La oracin anterior ("Seor, por favor elimina mi deseo de pecar, y cmbialo por el deseo de hacer lo correcto") es tan simple, que un nio de cinco aos podrta aprenderla de memoria. Aun as, elevarla de manera consciente es uno de los retos ms grandes que usted alguna vez enfrentar.
La razn? Es necesario repetir esa oracin en el momento menos
deseado. Usted necesita pedirle a Dios que le quite la ira en el momento
que tenga el fuette deseo de golpear a alguien en la nariz. Debe pedirle
que haga desaparecer el hambre cuando usted apenas pueda esperar que
llegue la hora de la comida. Tiene que pedirle que elimine los deseos carnales en el momento que anhela mirar una revista, o un video pornogrfico.
No ser muy difcil pedirle a Dios que borre los deseos pecaminosos,
por muy intensos que sean, durante los momentos del culto matutino o
vespertino. Claro que ms tarde, cuando la pasin parezca insopottable,
lo que menos desear usted es que Dios elimine aquello que usted ms ama.
Querr disfrutarlo primero, iY despus permitir gustosamente que el
Seor lo elimine! Pero la victoria no llegar hasta que usted le pida a Dios
que elimine el deseo antes de pecar.
En mi libro El desafio del tiempo final relat la historia de Gary, alguien
que fue miembro de una iglesia que yo dirig en Texas hace muchos aos.
La repetir aqu, porque es un excelent ejemplo de lo dificil que puede
ser pedirle a Dios que elimine nuestros deseos malignos y que nos conceda otros nuevos. Sin embargo, esta vez llamar Charlie al protagonista,
porque ese es su nombre verdadero y me autoriz para que 10 mencionara. Un da se acerc a m y me dijo:
205
Puede usted entenderlo? A veces, para vencer la tentacin es necesario arrancarse un ojo, o un brazo, en lenguaje simblico. Qu difcil!
Quienes piensan que para derrotar al pecado basta con esperar tranquilamente mientras Dios los transforma internamente y cambia sus deseos,
sern incapaces de conquistar al dragn que llevan dentro! Es verdad,
Cristo debe cambiar nuestros deseos. Y es cierto que una vez eliminados,
ser ms fcil vencer al pecado. No obstante tenemos que pedirle a Das que
nos quite el deseo antes de que este desaparezca: que lo transforme mientras
206
Pedirle a Dios, voluntariamente, que cambie nuestros deseos. Podemos decidir que vamos a alabarle por haber quebrado el poder que los deseos ejercan sobre nuestras vidas. Esto
es algo que s podemos hacer.
Algunos lectores descubrirn que se les har imposible orar pidiendo
ayuda en el momento en que sienten la tentacin con mayor fuerza. Si lo
mismo le sucede a usted, siempre le quedar una opcin: elevar una oracin "de emergencia" cuando el deseo no sea tan intenso. Pedirle a Dios, cuando la tentacin sea dbil, que ms tarde, en el momento de mayor presin,
le d el valor para orar pidiendo ayuda, y alabe a Dios porque l le va a dar el
valor para pronunciar la oracin cuando el deseo sea ms intenso. Los cultos
matutinos y vespertinos son las mejores ocasiones para esa oracin "de
emergencia". Si usted no ha establecido una hora devocional fija, ahora
es un buen momento para hacerlo. La devocin diaria regular ser de vital
importancia para usted, si en verdad procura vencer los hbitos pecaminosos.
207
208
209
Captulo
23
NUESTRA PARTE:
2 0 HABLAR DE NUESTROS
DESEOS PECAMINOSOS
212
Fje-
PASO 5
Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser
humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
Si usted desea que Dios elimine sus malos deseos, una de las cosas ms eficaces que puede hacer es encontrar a alguien que est dispuesto a escucharlo,
y contarle a esa persona sus inquietudes. Esta estrategia para vencer la tentacin es tan eficaz que la he incluido como una de las iniciativas ms
trascendentales que usted y yo podemos emplear para que se efecte una
transformacin en nuestros deseos pecaminosos. As que incluymosla en
nuestro diagrama:
Cambios necesarios
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
En nuestros
deseos pecaminosos
La parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
La conversin:
Cambia
nuestros deseos
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
Investigar
Pedirla
HABLAR
En nuestra
conducta pecaminosa
,
Pero, quiz se pregunte usted: Con quin debo hablar? Le confieso que
encontrar a la persona apropiada puede ser difcil, pero no es imposible.
En el capitulo 18, sealamos que el programa de Los Doce Pasos recomienda que cada adicto consiga un mentor o consejero, con quien
213
5
Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser
humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
PASO
Puntos fuertes
l. Me gusta completar una tarea
antes de comenzar otra.
2. Me gusta mantener la casa limpia y el lugar donde trabajo en
orden.
3. Me gusta la buena msica.
4. Generalmente estoy dispuesto
a reconoce mis defectos.
Puntos dbiles
l. A veces me irrito cuando no
consigo lo que quiero.
2. Me acosan mis impulsos sexuales.
3. A veces ingiero demasiados alimentos.
4. Me siento inferior a otras personas la mayor parte del tiempo.
Probablemente la parte ms dificil en cuanto a compartir sus debilidades de carcter con otra persona, si es algo que no ha hecho antes, ser
ponerlo en prctica por primera vez. Le puedo asegurar que si lo hace
214
215
216
Captulo
24
NUESTRA PARTE:
3 0 SOMETER A DIOS
NUESTROS
DESEOS PECAMINOSOS
Linda es adicta a la relacin que mantiene con su esposo abusivo. Vino
a vernos a mi esposa y a m hace un par de aos.
-S que no puedo soportar ms a Guillermo, pero temo perderlo.
-Linda -le contest-, usted acaba de hacer una declaracin muy
apropiada.
Le expliqu que todo adicto teme perder aquello que lo "satisface". El
alcohlico tiene terror al pensar que pueda encontrarse en una situacin en
la que no pueda comprar alcohol. El adicto a los alimentos empacar
cajas de alimento para un viaje, por el temor de encontrarse en un lugar
donde no los haya. A los adictos nos encanta lo que nos "satisface".
-La mayora de las mujeres habran abandonado a Guillermo despus de la primera bofetada -le dije a Linda. Pero Guillermo puede golpearla y gritarle e insultarla, y usted todava desea estar junto a l. Y ahora acaba de decirme por qu. Hay algo en Guillermo que la hace sentir
bien, y sea lo que fuere, usted siente terror de perderlo. Prefiere el sufrimiento antes de abandonarlo.
-Pastor, yo s que debo olvidarme de Guillermo -dijo Linda desesperada. Pero por qu no puedo dejarlo? Qu puedo hacer para dejarlo?
La respuesta que le di a Linda es la misma que quiero compartir con
usted ahora: Rndase. Este es el tercer elemento de la parte que nos corres217
La parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
La conversin:
Cambia
nuestros deseos
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
Investigar
Pedirla
Hablar
RENDIRLOS
En nuestra
conducta pecaminosa
Rendirme significa tres cosas:
En primer lugar, significa que acepto que el mtodo de Dios es el
mejor, aunque quiz nunca lo haya experimentado. Significa que ser
ms feliz cuando l transforme mis deseos de manera que prefiera otra
cosa, en vez de cualquier pecado acariciado; aunque ahora mismo mis
emociones me digan que morir si carezco de ello.
En segundo lugar, rendirme significa que me coloco en una actitud
receptiva para que Dios me quite los deseos pecaminosos. Le entrego a l
mis deseos negativos para que los transforme en algo apropiado para mi
vida, de acuerdo a su voluntad que siempre desea lo mejor para mi.
En tercer lugar, rendirme significa que acepto el hecho de que entregar mis pecados acariciados ser doloroso y que aceptar ese dolor.
Estas son dos oraciones de entrega:
Seor, te entrego este deseo, aunque me cause dolor. Ahora te
pertenece a ti. Transfrmalo de la manera que creas mejor.
Padre, te entrego este deseo. Te alabo porque el mismo ya no
ejerce ningn poder sobre mi, y te agradezco por el cambio que
has iniciado en mi vida. Dame fuerzas para soportar el dolor,
mientras t completas tu obra en mi.
218
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Captulo
25
LOS DESEOS
PECAMINOSOS:
COMENTARIOS FINALES
Lo que indico en este capitulo podra considerarse un tanto repetitivo
con relacin a las ideas expresadas anteriormente, o a las que presentar en
los captulos que siguen. No obstante, creo que todo ello es algo que vale
la pena tomar en cuenta. Creo que en este capitulo podremos analizar el
tema ms detalladamente. Si hubiera aadido toda esta informacin en
captulos anteriores seguramente nos habramos desviado de los temas
principales. En este captulo intento analizar especialmente el falso sentido de culpabilidad; y tambin, hacia el final, el temor infundado.
222
Jess dijo que el Espritu Santo nos convencerta de pecado (ver Juan
16: 8), pero no creo que eso signifique que el Espritu toque los "botones" que nos producen vergenza. Creo que cuando el Espritu Santo nos
redarguye, solo nos proporciona informacin. Cuando esa infonnacin
contradice lo que hemos considerado como algo correcto a lo largo de la
vida, se activa nuestra vergenza, y nos sentimos culpables. Si nuestra
comprensin de lo correcto y lo errneo est en armona con la expresin
divina de dichos conceptos, la vergenza que sentiremos al violentar los
dictados de nuestra conciencia, ser correcta.
Es lamentable que la mayorta de nosotros haya crecido con un sinnmero de ideas torcidas respecto a lo que est bien y a lo que est mal. Es
apropiado que nos sintamos culpables si hemos hecho algo que a todas
luces est mal; pero si aquello que considerbamos incorrecto no lo es,
entonces el sentimiento de culpa que experimentaremos no ser "la voz
de Dios". Ser nuestra vergenza mal dirigida. Sin embargo, dicha "culpa" se siente exactamente igual que la culpa legitima.
Cmo podemos determinar la diferencia entre ambas?
Por medio del estudio cuidadoso de la Biblia y de la oracin. Nuestras
A fin de librar nuestra mente de opiniones y hbitos previamente establecidos, es necesario que estemos dispuestos a poner a un lado las tradiciones que ms apreciamos con relacin a lo que hemos credo toda la
vida que estaba mal. Quiz sea necesario rechazar lo que otros nos dicen
que est mal. O, probablemente hemos de buscar la verdad en la Biblia
por nosotros mismos. Si nuestra mente est agobiada por una falsa culpabilidad, entonces necesitamos orar para que Dios nos ayude a libramos
de ella, y a entender lo que la Biblia dice en- realidad, no lo que nuestras
emociones distorsionadas nos quier~n hacer pensar que dice.
Permtame ilustrar esto con el caso de la ira que muy a menudo nos
lleva a interpretar la falsa culpa como si fuera genuina. Seal en un capitulo anterior que la ira es un don de Dios que podemos utilizar para pro-
223
correcta puede libramos de algunos sentimientos inapropiados de culpa respecto a la misma. Esto se puede aplicar igualmente a cualquier culpabilidad
imaginaria.
Cuando usted aprenda a reconocer cualquier expresin de falsa culpabilidad, se dar cuenta cmo esta se manifiesta en numerosas situaciones. Cuando era pastor, una dama que se preocupaba mucho por los alimentos me dijo en cierta ocasin: "Cada vez que ingiero una cucharada de
alimentos me siento culpable". Ser apropiado sentirse culpable por cada
cucharada de alimentos que comamos? Por supuesto que no! Era el Espritu Santo quien le hablaba a aquella mujer que se senta culpable al probar tan solo una cucharada de alimentos? No! Sin embargo, puedo asegurarle que esta persona senta que era el Espritu Santo el que le hablaba por medio de su conciencia. Por qu? Porque ella, al igual que la
mayora de los cristianos, lleg a asociar los sentimientos de culpabilidad
con la ''voz'' del Espritu Santo. Por lo tanto, se nos hace muy difcil creer
que no sea l quien nos habla ya que damos por sentado que es su voz la
que omos.
El sexo es otro motivo comn de vergenza enfermiza, y esta situacin
puede surgir de un sentido apropiado de culpa que se ha llevado a un
extremo. Los seres humanos tenemos un sentido de vergenza respecto al
sexo que es enteramente normal. Por ejemplo, cubrimos las partes sexuales
224
225
El temor
Otra emocin con la que tenemos que lidiar en nuestra recuperacin
del pecado acariciado, y de la adiccin, es el temor. El adicto enfrenta una
amarga paradoja. Por una parte, le encanta su "vicio" y siente el terrible
temor de no poder disfrutarlo ms. Por ejemplo, algunos alcohlicos tienen tanto temor de quedarse sin licor que esconden botellas por toda la
casa. Mientras que muchos bulmicos sienten pavor de hacer viajes largos
por la posibilidad de encontrarse atrapados en un ambiente donde no
podrn comer e inducirse el vmito.
Por otra parte, el adicto siente un terrible temor de que recaer en su
adiccin y experimenta un abrumador sentido de culpa al respecto. As
que se tortura por un lado y por el otro, temeroso de obtener lo que desea
y a la vez de no obtenerlo. Aprieta los puos y rechina los dientes para
no cometer el acto y sentirse culpable; pero finalmente se sobrepone a su
temor y termina hacindolo de nuevo. La culpa profunda que siente al
ceder ante su adiccin, lo lleva a jurar que nunca ms lo har, sin embargo, a la vez siente un gran temor de no poder hacerlo otra vez. As permanece en un circulo vicioso, empujado y retenido por el temor en dos
direcciones.
Gran parte de la obsesin que impulsa nuestras adicciones es el temor
que nos hala y nos empuja al mismo tiempo. Estoy convencido de que los
adictos podrn vencer sus hbitos en una forma mucho ms fcil cuando
estn en condiciones de identificar la vergenza y los temores asociados
con ellos. Asimismo cuando aprendan a manejar dichos sentimientos
como una parte de la misma adiccin.
La pregunta clave es: Cmo se pueden enfrentar estas emociones tan
poderosas? La respuesta es sencilla. Les aplicaremos el mtodo que he
bosquejado en este libro. Comenzaremos buscando un cambio en la comprensin de estos sentimientos, empleando las estrategias que suger en
la Primera parte, "Cambiar nuestra forma pecaminosa de pensar", y continuando con la Segunda parte, "Cambiar nuestros deseos pecaminosos".
Finalmente aplicaremos estas enseanzas a nuestra conducta, empleando
226
227
SEGUNDA SECCIN
Tercera parte
CAMBIAR NUESTRA
CONDUCTA PECAMINOSA
Captulo
26
LA PARTE DE DIOS:
CONCEDERNOS
LAS FUERZAS
NECESARIAS
233
Casi sin darse cuenta ha abierto la cartera y deja caer el perfume adentro. Luego mira a su alrededor para asegurarse de que nadie la ha visto.
As es.
Est a punto de cerrar su cartera cuando una mano gigante aparece de
lo alto y se aferra a su mueca.
Al principio se llena de pnico al pensar que un guardia de seguridad
la ha atrapado in fraganti. Pero da otra mirada a su alrededor y confirma
que est sola. De dnde pues apareci la mano gigante?
-Aj! Tena que ser Dios.
Entonces una voz le dice:
-Devulvelo, hijita. Devulvelo.
Ella se resiste por un instante, de manera que la mano gigante la obliga a introducir la mano en la cartera.
-Tmalo! -ordena la voz.
La dama toma el perfume con los dedos.
Lentamente la mano gigante tira de su mueca y mueve su mano hacia
el mostrador. Cuando su mano llega al mostrador, la voz le dice:
-Sultalo, amiguita, sultalo!
Ella se demora un poco y los dedos gigantescos comienzan a apretarle la
mueca. De verdad que duele! A menos que desee experimentar un tremendo dolor, no tendr otra alternativa y decide soltar el perfume.
Finalmente aquella mano gigante la deja libre. Qu alivio!
Le ha pasado esto a usted en alguna ocasin?
Por supuesto que no! Dios no desciende del cielo para obligar a nadie
a dejar de pecar.
Quiz entienda mejor ahora el pnncipio bsico detrs del cambio de
nuestra conducta pecaminosa. Comenzaremos por sealar el principio
fundamental detrs del cambio de nuestros deseos pecaminosos y continuaremos inmediatamente con el principio que apoya el cambio de nuestra conducta.
234
una tentacin, por ms pequea que sea, debiramos primeramente atacar el deseo pecaminoso.
Sin embargo, tan pronto como hayamos enfrentado el deseo pecaminoso, debemos prestar atencin a la conducta. Veamos, el mismo principio:
nicamente nosotros podemos cambiar nuestra mala conducta.
Si Dios pudiera cambiar nuestra mala conducta, tendra que descender del cielo y fsicamente obligamos a hacer el bien o a dejar de hacer lo
malo. Pero eso sera coartar nuestra voluntad, y l no lo hace. Si nuestra
conducta cambia en algo, ser porque nosotros la hemos cambiado, no Dios.
Esto no significa que Dios no participe en el proceso de ayudamos a
cambiar. Ni siquiera pensarlo! Su papel se resume en un corto versculo
que encontramos en Filipenses 4: 13:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Tomemos un momento para analizar esta declaracin. En primer
lugar, se refiere a la conducta, no a un deseo. Sabemos esto porque Pablo
dijo: "Todo lo puedo". Se refiere a usted y a mi. Filipenses 4: 13 es la base
bblica del principio que dice que "nicamente nosotros podemos cambiar nuestra mala conducta".
Qu parte de nuestra mala conducta podemos cambiar? Pablo dijo:
"Todo lo puedo". Esto significa que usted y yo podemos vencer cualquier
pecado en nuestra vida.
Gracias a Dios no estamos solos, porque Pablo dijo: "Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece". Jess est all, no para obligamos a comportamos
correctamente, sino para ayudamos. Esto me recuerda el versculo que
encontramos en 1 Corintios 10: 13: "No os ha sobrevenido ninguna tentacin que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejar ser tentados
ms de lo que podis resistir, sino que dar tambin juntamente con la tentacin la salida, para que podis soportar".
Finalmente, Pablo nos dice la forma en que nos ayuda Jess: "Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece".
Eso es. La parte de Dios al ayudamos a cambiar nuestra conducta
pecaminosa consiste en damos las fuerzas para abandonarla. Pongamos
esta idea en nuestro diagrama:
235
Cambios necesarios
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
En nuestros
deseos pecaminosos
En nuestra
conducta pecaminosa
La parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
La conversin:
Cambia
nuestros deseos
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
Investigar
Pedirla
Hablar
Rendirlos
LA CONVERSIN:
CONCEDERNOS LAS FUERZAS
Usted notar que he colocado la palabra conversin por encima de concedemos las fuerzas. La razn es que este es otro aspecto del nuevo nacimiento. Incluye la fortaleza espiritual para lidiar con nuestra conducta
pecaminosa.
Dios no cambia nuestros deseos pecaminosos y luego nos dice que de
all en adelante nos toca cambiar de conducta. A cada paso del camino,
l tiene un plan para ayudamos a ganar la victoria sobre nuestras tentaciones. Cada una de ellas!
236
Captulo
27
NUESTRA PARTE:
1o PEDIR AYUDA
PARA SUPERAR
NUESTRA CONDUCTA
PECAMINOSA
Varios capitulos atrs compart con ustedes el diagrama que se reproduce abajo, y a la vez mencion la manera apropiada de emplear la voluntad para obtener un cambio en nuestros deseos pecaminosos. Ahora es el
momento para hablar del empleo correcto de la voluntad a fin de obtener
un cambio en nuestra conducta pecaminosa.
Deseos
Conducta
Usted recordar que seal dos maneras de emplear la voluntad. Una
era la eleccin; la otra, la determinacin. La eleccin es el mtodo apropiado para obtener un cambio en nuestros deseos pecaminosos. Debemos
decidir pedir a Dios que los cambie. La determinacin es la forma apropiada de usar la fuerza de voluntad para cambiar nuestra conducta pecaminosa. Sin duda usted recuerda que la determinacin implicaba apretar
237
los puos, rechinar los dientes y decir: "No lo vaya hacer". Sin embargo,
es sumamente importante que usted entienda bien la funcin de la determinacin: qu puede y qu no puede hacer. As que antes de explicarle el
uso apropiado de la determinacin, me gustara sealar dos cosas que este
uso de la voluntad no puede hacer:
l. La determinacin no puede cambiar sus deseos pecaminosos.
2. La determinacin no puede efectuar un cambio permanente en su
conducta pecaminosa.
Si usted est rechinando los dientes y apretando los puos como un
modo permanente de controlar sus deseos pecaminosos y mantener su
conducta en armonia con la voluntad de Dios; entonces, como he dicho
varias veces ya en este libro, olvdese del triunfo. No funcionar. Puede
que tenga xito al rehuir cierta conducta por algn tiempo, pero tarde o
temprano sus deseos triunfarn. Incluso si usted tiene xito y logra ser un
destacado cristiano, controlando sus deseos permanentemente, ser una
forma miserable de vivir la vida cristiana.
Pero si no puede emplear la determinacin como un modo permanente de obtener un cambio en sus deseos pecaminosos, para qu sirve
entonces? El principio siguiente es tan significativo que lo he escrito en
negrita:
La determinacin obrar como una manera temporal
de controlar su conducta mientras el deseo se desvanece.
He sealado una o dos veces en esta obra que en circunstancias normales, nuestros deseos cambian lentamente. Si usted se siente muy enojado con alguien, no podr mover un interruptor en su cerebro y calmarse en un segundo. Dios no viola este principio cuando cambia nuestros
deseos pecaminosos. Aqu es donde la determinacin juega un decisivo
papel. Quiz usted entienda con mayor facilidad lo que quiero decir al
ilustrarlo mediante un diagrama:
Oracin para que Dios
nos quite el deseo
El deseo finalmente
se desvanece
La parte de Dios
Nuestra parte
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
La conviccin:
En nuestros
deseos pecaminosos
La conversin:
Pedirla
Hablar
Investigar
Pedirla
Hablar
Rendirlos
En nuestra
conducta pecaminosa
La conversin:
Nos muestra
nuestros pecados
Cambia
nuestros deseos
PEDIRLA
239
Note que cada una de estas oraciones comienza pidiendo ayuda para
suprimir un deseo pecaminoso. Hay una buena razn detrs de esto. Se
basa en un principio sealado por Elena G. de White que compart con
usted: "Hay muchos que tratan de reformarse corrigiendo este o aquel mal
hbito, l ... ] pero nuestra primera obra tiene que ver con el corazn" (PVGM
69). El punto es este:
240
escapa.
La moraleja es esta. Usted no puede emplear la "fuerza de voluntad"
como un medio permanente para modificar la conducta, porque tarde o temprano sus deseos llegarn al punto en que "la tapa explotar". Pero usted
podr pedirle a Dios que elimine la presin de los deseos que se generan
en su interior, de manera que pueda "mantener la tapa cerrada" mientras
el deseo se va desvaneciendo.
Quienes intentan cambiar su mala conducta nicamente por medio de
su voluntad estn condenados al fracaso. Pero los que le piden a Dios que
transforme sus deseos y les d fuerzas para "abstenerse" mientras l los
elimina, comienzan a descubrir que obtendrn victorias en las situaciones que antes solo significaban un fracaso.
En la primavera de 1994, recib una taIjeta de una dama que haba asistido a uno de mis seminarios pocas semanas antes. Deca lo siguiente:
"SI FUNCIONA! Anteriormente, cuando Dios me ayudaba ante la tentacin y estableca una vla de escape, me senta privada del placer del mismo
acto incorrecto. Pero ayer dije 'Qutame el deseo y aydame a mantenerme
firme hasta que obres en mi!' Finalmente adverU que en realidad no deseaba
hacer lo malo. Sent que Dios haba contestado mi oracin l es demasiado
bueno y poderoso para librarnos y transformarnos l "
Captulo
28
NUESTRA PARTE:
2 HABLAR DE NUESTRA
CONDUCTA PECAMINOSA
la parte de Dios
La conviccin:
Nos muestra
nuestros pecados
La conversin:
Cambia
nuestros deseos
La conversin:
Nuestra parte
Pedirla
Hablar
Investigar
Pedirla
Hablar
Rendirlos
Pedirla
HABLAR
Hay dos formas para hablar con los dems acerca de su conduela
pecaminosa. Una es a travs del llamado "mtodo del mentor o consejero". La otra es mediante el "mtodo de la confesin".
243
244
a recibir llamadas nocturnas, puede ser que durante las horas laborables
no est disponible. As que trate de negociar las horas o los momentos
cuando usted pueda llamar, o ir a visitarlo.
Trate esta tcnica. Usted se dar cuenta que funciona muy bien.
El mtodo de la confesin
Una de las cosas ms difciles que he tenido que hacer ha sido confesar un pecado. Ha habido momentos cuando hubiera deseado morir
antes que hacer una confesin. Usted sabe a qu me refiero, no es as?
Pero la Biblia nos lanza un desafo: "Si confesamos nuestros pecados, l
es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1: 9). Nunca he podido esquivar este texto. Si deseamos el
perdn, tendremos que confesar nuestras faltas.
Tambin tenemos la declaracin directa de Elena G. de White: "Los
pecados que no se confiesan nunca sern perdonados; el nombre de aquel
que rechaza de esa manera la gracia de Dios ser borrado del libro de la
vida" (RH 16 de diciembre de 1890).
El asunto es bastante serio.
Por qu?
Porque se trata de demostrar honestidad.
Dios est totalmente dispuesto, est ansioso, por aceptarnos a usted y
a m as como somos, con nuestros defectos. La condicin no es que venzamos todos nuestros malos hbitos. Eso tomarla toda una vida. La condicin, como ya he mencionado, es el arrepentimiento. Yel arrepentimiento implica sinceridad.
Dios desea que usted y yo reconozcamos nuestros defectos de carcter.
Si no reconocemos con sinceridad el pecado que nos infecta y deseamos
sinceramente librarnos de l, no estaremos actuando honestamente. En
esas circunstancias Dios no podr ayudarnos. y pane de esa sinceridad es
reconocer ante los dems la manera en que nuestra conducta los ha perjudicado. Para poder vencer nuestra conducta pecaminosa, necesitamos
hacer una confesin ante quienes hayan sido perjudicados por nuestro
mal componamiento. Por eso es tan necesaria la confesin.
Confesar en qu hemos perjudicado a los dems es tan necesario que
Alcohlicos Annimos lo incluye en tres de sus Doce Pasos:
PASO
Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el dao
que les causamos.
245
9
Reparamos directamente el dao causado a cuantos nos fue
posible, excepto cuando l hacerlo implicaba perjuicio para
ellos o para otros.
PASO
10
Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocbamos lo admitamos inmediatamente.
PASO
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247
248
251
Captulo
29
NUESTRA PARTE:
3 0 ABSTENERNOS DE
NUESTRA CONDUCTA
PECAMINOSA
A solas. Muy caliente y seco. Un desierto. nicamente acompaado
por animales salvajes. Hambriento. No hay nada que comer.
Puede imaginarse usted cmo pudo haber sido aquello? Cuarenta
das deambulando por el desierto de Judea sin nada que comer. Lo extrao de todo es que l fue quien lo decidi. Aunque no fue as exactamente. La Biblia dice que el Espritu de Dios lo condujo a ese lugar (ver Mat.
4: 1).
Todo esto era parte del plan de Dios para la vida de Jess!
Lo que Jess llev a cabo en el desierto tiene un nombre. Se llama abstinencia, o templanza. Abstinencia significa pasar un largo perodo de
tiempo sin practicar o demostrar una conducta especfica.
Por qu quiso Dios que Jess se abstuviera de ingerir alimentos? Porque Adn y Eva fracasaron en algo relacionado con el apetito, y Jess
tena que comenzar su victoria sobre el pecado en el punto donde ellos
haban fracasado. Dios quera que Jess resistiera la tentacin del apetito y
la pasin, para demostrar que usted y yo tambin podemos controlar
nuestros apetitos y pasiones. Elena G. de White dijo: "Para quebrantar el
poder de los apetitos ayun cuarenta das en el desierto, y en beneficio
nuestro soport la prueba ms dura que la humanidad pudiera sufrir"
(MC 256).
253
Cambios necesarios
La parte de Dios
Nuestra parte
En nuestra forma
pecaminosa de pensar
La conviccin:
En nuestros
deseos pecaminosos
La conversin:
Pedirla
Hablar
Investigar
Pedirla
Hablar
Rendirlos
Pedirla
Hablar
ABSTENERNOS
En nuestra
conducta pecaminosa
Nos muestra
nuestros pecados
Cambia
nuestros deseos
La conversin:
Concedemos las fuerzas
pantallas de televisin, en revistas y carteleras; hasta en el idioma callejero. A nuestra sociedad no le agradan las restricciones. No nos gusta decir
que no. Preferimos el lema "si te gusta, hazlo". Pero si hemos de lograr la
victoria sobre nuestros pecados y adicciones, necesitamos aprender a
practicar la abstinencia.
Abstinencia significa que cuando lo que ms deseamos es dejarnos llevar por nuestras pasiones decimos "no" y rehusamos hacerlo. Esto es
difcil! Pero es crucial. Elena G. de White pregunt: "Quines entrarn
por las puertas en la ciudad? No los que declaran que no pueden quebrantar la fuerza del apetito" (CRA 20S).
254
Durante las etapas iniciales de nuestra victoria sobre el pecado, debemos practicar la abstinencia por la fuerza: rechinando los dientes y
apretando los puos. Segn hemos descubierto, esta es una faceta de la
fuerza de voluntad llamada "determinacin", cuyo empleo es apropiado
para enfrentar nuestra conducta pecaminosa. Como hemos visto, Dios
promete darnos las fuerzas para hacerlo. Tambin hemos visto que la determinacin solamente es til como una estrategia a cono plazo para sobreponernos a nuestra conducta pecaminosa, mientras Dios cambia nuestros
deseos pecaminosos. Ilustr este punto en un capitulo anterior por medio
de un diagrama. Aqu lo reproduzco con algunas modificaciones:
El deseo finalmente
se desvanece
ABSTINENCIA - - - - - - t - - - - - >
Apriete los puos,
Paz
rechine los dientes
Este diagrama es diferente del anterior en dos aspectos. En primer
lugar, incluye la abstinencia. La abstinencia no es exclusivamente un
ejercicio de la voluntad por medio del cual rehusamos practicar una conducta errada. La abstinencia debiera ser precedida de una oracin para
que Dios nos libre del deseo. Durante todo el tiempo que usted aprieta
los puos, rechina los dientes y se niega a cometer el acto, la abstinencia
parecer ser la fuente del peor sufrimiento mental que jams haya sufrido.
El segundo punto que deseo derivar del diagrama anterior es que la
abstinencia no siempre tiene que referirse a apretar los puos y rechinar
los dientes. Usted notar que la linea que sale desde la abstinencia se
extiende hacia la derecha, ms all del pU!lto donde el deseo se desvanece. En otras palabras, la abstinencia tambin puede ser un motivo de paz
y por ello no deja de ser abstinencia. De hecho, la abstinencia tranquila
debiera ser su objetivo. Una persona con un carcter bien equilibrado no
est luchando constantemente con la tentacin. Aprender a disfrutar de
la abstinencia!
255
La abstinencia sin un cambio en nuestros deseos, es absolutamente imposible de practicar y es una de las razones fundamentales del fracaso de tantos cristianos en su esfuerzo por
conquistar la tentacin.
Sospecho que esta es la causa primaria de la frustracin expresada por
el lector de Insight cuya carta citamos en el primer captulo.
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3~ Abstenernos de twe5tra
conducta pecaminosa
para cooperar con Dios en nuestro esfuerzo por vencer a nuestro dragn
interno, pero es una de nuestras estrategias ms elementales. Es tan importante que dedico dos capitulos a explicarla. As que contine leyendo.
261
Nota adicinal
Lamentablemente el asunto de si Cristo albergaba nuestras pasiones
pecaminosas se ha convertido en una especie de ping pong teolgico en la
Iglesia Adventista durante los ltimos cuarenta o cincuenta aos. No
estoy sugiriendo que Jess tena deseos pecamino,sos. Elena G. de White
dice que l "peda con intensidad, aunque no posea las pasiones de nuestra naturaleza humana y cada [... ]" (2T 451).
Pero Jess s experiment la fuerza de los deseos que tan a menudo
estn fuera de nuestro control. Sobre este detalle, Elena G. de White
dijo que l "experiment el poder del apetito sobre el hombre" (MGD
315). Estoy satisfecho al aceptar las sencillas declaraciones de Elena G.
de White que hablan respecto a ambas posiciones y dejo el asunto por la
paz. En este lado del cielo, nunca podremos entenderlo todo en cuanto
a la naturaleza humana de Cristo, especialmente respecto al grado de su
semejanza a nuestra condicin. Cometemos un error intentando dilucidar
este punto y no seria correcto hacer de estos detalles teolgicos una prueba para la ortodoxia ajena.
262
Captulo
30
ABSTINENCIA
y ENTREGA
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264
Abstinencia y entrega
cayendo en el pecado. Adems, luchar contra el pecado es doloroso, y,
quin esta dispuesto a soportar dolor cuando hay una solucin rpida
para todo?
Daro quera una solucin rpida para sus fantasas sexuales. Pero
debo decirle que en la mayora de los casos Dios no nos proporciona soluciones instantneas para nuestros defectos de carcter. La razn no es que
l no desee que seamos perfectos, ni tampoco significa que se niegue a
liberamos del dolor. Es que la lucha contra la tentacin figura entre las
mejores maneras que tenemos para desarrollar nuestro carcter. Cada vez
que Dios nos quita instantneamente un defecto de carcter, perdemos la
oportunidad de utilizar esa victoria para desarrollamos espiritualmente.
En el capitulo 24 le dije que la entrega es el vinculo entre el cambio
en nuestros deseos pecaminosos y nuestra conducta pecaminosa. Entregamos nuestros malos deseos cuando le pedimos a Dios que nos los quite en el preciso momento cuando ms deseamos disfrutarlos. Y rendimos
nuestra mala conducta cuando le pedimos a Dios que nos d las fuerzas
para no ejercerla en el preciso momento cuando ms lo deseamos. Me
gustara compartir con usted una oracin de entrega:
El deseo finalmente
se desvanece
LA ENTREGA A DIGS
ABSTINENCIA - - - - - - 1 - - - - - >
Paz
Apriete los puos,
rechine los dientes
265
La abstinencia, apretar los puos y rechinar los dientes para no ejercer la conducta errnea mientras Dios nos quita el deseo, es un poderoso
acto de entrega. El pecado puede vencerse nicamente sosteniendo un
amargo conflicto, luchando contra el pecado y soportando el dolor.
Someterse significa:
Aceptar el dolor.
Dejar que llegue el dolor sin ceder a la tentacin.
Mientras Dios hace su obra en nosotros a su tiempo, no en el
nuestro.
Someterse a Dios, entregndole a Jess los peores deseos y los ms
malos, as como nuestra conducta pecaminosa ms acariciada, sin importar lo doloroso que pueda resultar, es uno de los secretos fundamen. tales para vencer al dragn interior. Sin esto no hay victoria. Cuando lo
hacemos, hay una promesa de victoria total sobre cada tentacin que
usted y yo enfrentamos.
266
SEGUNDA SECCIN
Cuarta parte
CONSIDERACIONES
FINALES
Segunda Seccin: Cmo ayuda Jess a los pecadores a obtener la victoria: La santificacin
Primera parte: Cambiar nuestra forma pecaminosa de pensar
Segunda parte: Cambiar nuestros deseos pecaminosos
Tercera parte: Cambiar nuestra conducta pecaminosa
Cuarta parte: Consideraciones finales
Cuano alto en el camino <:;'----31. Ilustrando la alabanza y la accin de gracias
32. Cambiar nuestras actitudes
33. Cmo alcanzar la moderacin
34. Un fracaso exitoso
Conclusin
269
Captulo
31
ILUSTRANDO
LA ALABANZA
y LA ACCIN
DE GRACIAS
Sabia usted que algunas formas de orar pueden dificultar el esfuerzo
que una persona efecta para recuperarse de las adicciones y pecados
favoritos? Por eso una estrategia importante para obtener la victoria, es
aprender a utilizar formas eficaces de orar por los pecados contra los cuales est luchando. Ya present en capitulos previos un mtodo muy eficaz
de oracin, que consiste en alabar a Dios por la victoria antes de obtenerla.
El propsito de este capitulo es examinar con ms detenimiento esta
forma de orar en el contexto de dos hbitos comunes: la comida y el sexo.
Los eleg porque cada uno est "integrado a nuestras vidas". Es decir, el
deseo de satisfacerlos reside en nosotros.
Dios estableci el apetito por los alimentos y el deseo sexual en los
seres humanos cuando cre a nuestros primeros padres. La Biblia declara
que Dios dijo a Adn y Eva: "He aqu que os he dado toda planta que da
semilla, que est sobre toda la tierra, y todo rbol en que hay fruto y que
da semilla; os sern para comer" (Gn. 1: 29). Tambin les dijo: "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra" (vers. 28). Y al final del sexto da,
"vio Dios todo lo que haba hecho, y he aqu que era bueno en gran manera" (vers. 31 el nfasis es nuestro).
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La adiccin a la comida
En primer lugar, un par de comentarios generales acerca de la adiccin
a la comida.
Si usted padece de bulimia o anorexia es probable que encuentre til
lo que sigue, pero deber obtener ayuda profesional para su problema,
especialmente si es severo. Aunque no la necesite, debera asistir a una
sesin de la organizacin Los Doce Pasos de los Coonsumidores de Alimentos
Compulsivos Annimos, trabajar estrechamente con un asesor, y aplicar las
dems recomendaciones de este libro. Lo que digo aqu es un suplemento a estas otras formas de hacerle frente a la adiccin a la comida. No haga
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La adiccin sexual
Dos de mis sugerencias para los adictos a la comida se aplican tambin
a los adictos sexuales. Primera, es la recomendacin de que los anorxicos y bulimicos busquen ayuda profesional para su problema y no confen exclusivamente en las sugerencias de este captulo que se aplican a
ustedes. Los adictos sexuales tambin deben combinar las sugerencias que
siguen con la asistencia a reuniones de Los Doce Pasos, trabajando con su
asesor o consejero y buscando ayuda profesional cuando sea necesaria.
Segundo, el sexo ha sido la forma en que el adicto ha tratado de curar un
dolor emocional subyacente, y, como ocurre con los adictos a la comida,
ser til comprender bien ese dolor y tratarlo. Las reuniones de Los Doce
Pasos y quiz la ayuda profesional, son buenas maneras de hacerlo.
La adiccin sexual consta de dos componentes bsicos: apetito o deseo
sexual y lujuria. Comentar ambos componentes en forma separada:
278
Padre, te alabo por el deseo sexual que estoy experimentando en este mismo instante, y gracias, Seor, por ensearme
a disfrutarlo en la forma que te propusiste originalmente.
El hecho de alabar a Dios por sus deseos e impulsos sexuales comenzar a quitar o remover la vergenza que ha sentido por su sexualidad. Comenzar a quebrantar la obsesin. Y cualquier cosa que quebrante la vergenza y la obsesin contribuir para que usted pueda recuperarse de la adiccin.
Puesto que usted ha sido un esclavo de su obsesin por el se?Co, tambin debe alabar a Dios por haber quebrantado la esclavitud:
Te alabo, Padre, porque Jess muri por m en la cruz, porque el poder pecaminoso que mis impulsos sexuales han tenido sobre mi vida ha sido quebrantado. Gracias, Seor, por la
libertad de la esclavitud sexual.
No se preocupe si pasan varios das, e incluso varias semanas, antes de
empezar a notar el cambio en sus sentimientos. Si usted persiste en esta
oracin, tarde o temprano ocurrir.
La
Se experimenta un intenso placer en la lujuria, si bien es un placer pecaminoso. Es la razn por la cual es tan adictiva. La persona que ha sido
adicta al alcohol y al sexo, o a las drogas y el sexo, concuerdan en que la
adiccin sexual fue la ms dificil de vencer.
279
280
Seior, te alabo por hacer a esta mujer tan bella. Ella es una
parte maravillosa de tu creacin. Gracias por darme el privilegio de verla hoy.
Tambin te pido, Padre, que la bendigas espiritualmente
ahora mismo. Aydala en cualquier problema que est afrontando hoy.
y Padre, te alabo porque a travs de la muerte de Jess en
la cruz el poder de la lujuria sobre mi vida se ha roto .
comida: alabar a Dios porque la muerte de Jess ha roto el poder de la lujuria que lo domina. De nuevo, esto no significa que el poder de Jess
quitar inmediatamente todo el control que la lujuria ha tenido sobre su
vida. Al decir la oracin usted pide que el poder de Dios comience a romper la esclavit}ld de la lujuria que lo domina. Usted expresa su fe de que
su poder est operando ahora en su vida y que remodelar su actitud
hacia las mujeres y hacia el sexo. A su debido tiempo ocurrir.
Estas oraciones son tan efectivas con las fotos que aparecen en las
revistas y en la televisin como lo son con las mujeres en la vida real. Toda
mujer es una maravilla de la creacin de Dios, est o no personalmente
frente a usted. Y, a menos que ella muera una muerte prematura Oa mayora
de las modelos son muy jvenes), la mujer que aparece en la fotografa est
caminando sobre tierra firme en algn lugar. Dios sabe quin es ella, donde est, y cules son sus problemas, y usted puede seguir mirando la fotografa y orar por ella.
Ahora, aqu est la clave de estas oraciones: Es imposible decirlas y
decirlas sinceramente, y continuar pensando lujuriosamente. Es as como
usted puede continuar mirando y transformar la mirada.
Le dije anteriormente que tengo tres oraciones y una declaracin que le
sugiero. Ya le di las tres oraciones. La declaracin es esta. Despus de decir
las oraciones, y mientras contina mirando a la mujer, diga:
282
Cuando usted fracasa. Una oracin ms es extremadamente importante: La que dice cuando cede a la tentacin a pesar de sus enormes deseos
de tener la victoria y sus mejores esfuerzos para salir victorioso. Es similar a la que compart con usted relacionada con la comida:
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de perdonarlo y continuar aceptndolo a pesar de sus fracasos, le producir paz mental. Comience por extirpar la condenacin, la vergenza y la
culpa que impulsan su obsesin y lo ligan a ella. Es una de las claves ms
importantes para la victoria.
He encontrado que el principio de la alabanza y la accin de gracias
tambin es til para manejar problemas menores en mi vida. Con frecuencia, cuando me siento ansioso por algn asunto en panicular, le
agradezco a Dios por la respuesta que ya ha preparado, y lo alabo porque
la ansiedad por ese asunto en particular ya no tiene poder sobre mi. Si me
siento deprimido, alabo a Dios porque la depresin es temporal y ya no
tiene poder para controlar la forma como me relaciono con la vida. Esto
no hace que la depresin o la ansiedad se desvanezcan instantneamente, pero me siento ms capacitado para relajarme con respecto a esos sentimientos y, a su debido tiempo, se disipan. Una persona que sufre de un
ataque agudo de depresin debiera, por supuesto, utilizar esta estrategia
en combinacin con la ayuda profesional, incluyendo la medicacin que
se le prescriba, no en lugar de la asesorta o la medicacin.
Es importante y necesaria una palabra de precaucin antes de terminar
este captulo. A medida que progresa en la recuperacin de sus pecados
acariciados y adicciones, a medida que su poder sobre su vida disminuye,
usted puede sentir que ya tiene control suficiente de su vida y por lo tanto puede bajar la guardia. Esta es una actitud muy peligrosa, porque estas
tentaciones pueden asaltarlo inesperadamente en nuevas e impensadas
formas. Si bien es bueno regocijarse en la libenad que Dios le ha dado de
sus pecados dominantes, usted debiera mantener siempre una actitud vigilante para evitar su reaparicin. Los cristianos nunca pueden darse el lujo
de bajar la guardia antes de la segunda venida de Cristo.
Las estrategias que he companido en este captulo me han servido
muchsimo a m mismo. Me han ayudado a vencer al dragn que est
siempre al acecho dentro de mi. Hay muchas maneras de estructurar estas
oraciones. Cualquiera sea la adiccin o pecado acariciado que lo domine,
usted encontrar su propio camino para decirlas.
Lo invito con mucha insistencia a probarlas!
286
Captulo
32
CAMBIAR
NUESTRAS ACTITUDES
Yo sola deprimirme. El primer recuerdo que conservo de una depresin seria se remonta al ao 1959, cuando era estudiante ministerial en
la Universidad del Potomac, que era el nombre que tena el Seminario
Teolgico Adventista cuando se encontraba en Washington, D. C. Me levantaba por la maana, me miraba al espejo, y saba que no me senta conforme conmigo mismo. Las circunstancias de mi vida no eran demasiado
difciles. No exista una razn lgica para sentirme deprimido. De todas
maneras lo estaba.
Durante el segundo semestre me matricul en una clase de psicologa
pastoral con el Dr. John Cannon. Unos dos meses antes de que concluyera el ao escolar, el profesor Cannon dedic algunos perodos de clase
a explicar los sntomas de los desrdenes mentales y emocionales ms
comunes. Uno de ellos en particular me llam la atencin. No recuerdo
el trmino que us, probablemente "depresin", pero todava puedo recordar qu dijo: "Una de las caractersticas de este mal es un malestar que no
tiene explicacin lgica en la vida real. El individuo puede levantarse en
la maana y mirarse en el espejo y saber que no est conforme consigo
mismo. No puede presentar una razn objetiva para sentirse tan miserable. Pero as es".
287
Se me ilumin la mente. Ped una cita para hablar con el Dr. Cannon.
Todava recuerdo la forma en que le expliqu la razn de mi visita: "En
la clase de ayer, le dije, usted bosquej los sntomas de varios trastornos
emocionales, uno de ellos lo estoy sufriendo yo".
No sal de la oficina del Dr. Cannon curado de mi depresin, pero fui
a hablar con l cada semana durante el resto del ao escolar. Para ese
entonces, haba sido invitado a trabajar como aspirante al ministerio en
la Asociacin del Sur de California, y el Dr. Cannon me anim a buscar
ayuda profesional tan pronto como pudiera.
La Asociacin me asign .a una iglesil!. en Pomona, a mitad de camino
entre Los Angeles y San 'Be~ardino. Yo era soltero y lo primero que tuve
que hacer fue. bu~car un apartamento, algo que no era qifcil en aquel
entonces. Una o dos semanas despus, le ped a un mdico que haba
conocido en la iglesia que me recomendara a alguien para consultarlo respecto a mi depresin. Me habl de un psiquiatra adventista, el Dr. Vernon Miller, cuyo consultorio result estar a dos cuadras del apartamento
que haba alquilado.
Fui a la consulta del Dr. Miller una vez a la semana durante un ao.
Lo recordar siempre con mucho aprecio porque fue para m un amigo y
una figura paternal, como consejero y como psiquiatra. Me escuchaba
atentamente y me ayud a descifrar algunas de las relaciones confusas que
haba tenido en mi vida, incluyendo la relacin con mis padres.
Durante el tiempo que viv en Pomona, me dediqu a escribir todo lo
que pasa'Qa por mi mente. Casi siempre utilizaba tarjetas. A menudo dedicaba una o dos horas a consignar mis ideas y sentimientos en aquellas tarjetas. Creo que as fue como aprend1 a escribir, aunque fue algo que no puse
en prctica sino hasta diez o quince aos despus.
Ojal pudiera decirles que qued libre de la depresin cuando dej de
ver al Dr. Miller. Deseaba creer que as era, sin embargo, continu viviendo
con aquellas confusas ideas durante muchos aos ms. Todava me asaltan de vez en cuando.
51, creo que recuerdo exactamente cundo y dnde comenz'mi curacin real. Haba regresado al Seminario Teolgico, que ahora estaba ubicado en la Universidad Andrews, para cursar un programa de maestra, y
todava luchaba con sentimientos depresivos. Un da, creo que fue en la
primavera de 1969, mientras iba caminando desde la biblioteca a la tienda de la universidad, not que la depresin haba desaparecido y que me
288
de, s lo que puedo hacer al respecto. Frecuentemente me digo a m mismo: "Esto tambin pasar", y espero que se me quite, y siempre sucede as.
Mi depresin era, y todava es, una forma enfermiza de pensar y sentirme respecto a la vida. Es una actitud poco saludable. Una actitud es la
manera espontnea en que pensamos y nos sentimos con relacin a
nosotros mismos y a los acontecimientos que nos afectan da tras da. La
persona que tiene una actitud saludable se siente bien consigo misma y
con los dems. Es capaz de manejar las tensiones de la vida con relativa
facilidad. Quien tiene una actitud enfermiza no se siente bien consigo
mismo y encuentra muy dificil enfrentar las tensiones cotidianas.
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292
En primer lugar, le ped a Dios que me devolviera la actitud de bienestar de la que haba recibido una vislumbre, y le ped que me ayudara
a retenerla tanto tiempo como fuera posible. Esta era una manera muy
sencilla de pedirle que "cambiara mis deseos".
293
En segundo lugar, en diferentes ocasiones habl con consejeros profesionales, y durante los dos primeros aos de mi ministerio escrib bastante sobre lo que me estaba sucediendo. Esta fue una manera de "hablar
de mi actitud", y estoy seguro que me ayud.
En tercer lugar, yo le entregu a Dios mi depresin. Despus de orar
al respecto, la acept y regres a mi trabajo, rehusando preocuparme por
ella o por el hecho de si me abandonara o no. La puse en manos de Dios
y dije, en esencia: "No puedo librarme de esta depresin. Es tuya para que
me la quites cuando lo desees. Esperar pacientemente sin desesperarme
hasta que t decidas eliminarla". Y entonces continu con mis actividades.
En cierto sentido, nunca debiramos aceptar nuestros defectos de
carcter. Siempre necesitamos creer que hay otra manera ms positiva y
feliz de vivir, y seguir buscndola hasta que la encontremos. Por otra
parte, siempre hemos de aceptar nuestros defectos "provisionalmente",
reconociendo que cualquier cambio requiere tiempo.
Por esto, el concepto total de justificacin que presento en la Primera
Seccin de este libro es tan fundamental. Tenemos que entender que Dios
nos acepta mientras se efecta cualquier cambio. Es imposible aceptar
nuestra condicin pecaminosa "mientras tanto" si cada vez que cometemos un error tememos que Dios est enojado con nosotros, o que nuestros pecados hayan interrumpido nuestra relacin con l. * Nunca venceremos nuestra imperfeccin hasta que podamos tranquilizamos, reconociendo que Dios nos ama y nos acepta como somos y donde estamos.
294
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Captulo
33
CMO ALCANZAR
LA MODERACIN
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Aprendiendo la verdad
Hace varios aos, conversaba con un individuo acerca de la ira. En el
transcurso de la conversacin le dije que pensaba que la ira tenia su lugar
300
A veces necesitamos liberamos de los prejuicios y opiniones previamente establecidos, de la exaltacin de ciertos valores morales tradicionales que no son los valores morales de Dios. El Nuevo Testamento provee
302
un excelente ejemplo de este asunto. Los judos del tiempo de Cristo estaban totalmente atados a incmodas normas y reglamentos inventados por
ellos, a los que les adjudicaban consecuencias morales eternas. No podan
librase de aquellos prejuicios,y opiniones previamente establecidos para
escuchar lo que Jess les decia.
Una experiencia cristiana genuina depende en pane de la habilidad
para evaluar nuestras presuposiciones morales, aparte de opiniones previamente establecidas, que fcilmente pueden interponerse en nuestro aprendizaje de la verdad. Los adventistas necesitamos aprender ms que 'nadie
esta leccin. Hemos establecido un cmulo de normas -culturales a las
cuales les hemos asignado consecuencias morales que no se encuentran
en la Biblia.
Aunque corra el riesgo de incomodar a algunos de mis lectores, me
atrever a sugerir que nuestra obsesin con las joyas es un buen ejemplo.
La Biblia no condena las joyas en los trminos severos en que nosotros lo
hacemos. Esto no significa que nuestra posicin sobre las joyas durante
todos estos aos haya sido errnea. Abstenerse de utilizar joyas es una
manera perfectamente apropiada para demostrar un compromiso con los
principios de la sencillez y la mayordoma cristiana. Tambin es apropiado que un grupo de cristianos, o una iglesia, decida que colectivamente
han de manifestar su mayordoma y la sencillez del Evangelio al no usar
joyas, y que les pidan a los nuevos miembros del grupo (la iglesia) que
hagan lo mismo. Pero esto no hace que el uso moderado de joyas sea un
pecado. Si el uso de joyas en s mismo fuera pecaminoso, entonces
muchos adventistas que ~san prendedores y alfileres ornamentales tendran que reconsiderar su actitud.
Una vez que un grupo les asigna cierta connotacin moral a sus normas culturales, sus miembros pasan estas presuposiciones a sus hijos y
nietos. Sin embargo, para cuando la prohibicin alcanza a la cuarta y la
quinta generacin, el principio original subyacente, que era totalmente
apropiado, se habr perdido en la mayora de los casos. Todo lo que los
biznietos y tataranietos saben es que sienten vergenza por algo que un
estudio cuidadoso de la Biblia les dice que no est mal.
Esto no es tan serio respecto ,al adorno externo del cuerpo. Pero cuando les trasmitimos a nuestros jvenes la idea de que la ira es mala, o que
303
todo deseo sexual est mal, los llevamos a un terrible conflicto interno
que puede producir depresin y adicciones.
Por qu me he tomado el trabajo de explicar este asunto en detalle?
Porque usted no se podr desarrollar rpidamente en la senda de la perfeccin cristiana si tiene ideas confusas acerca de los requisitos divinos que
le estn causando dolor emocional, depresin y culpabilidad. Sea cual
fuere su adiccin, usted necesita pedirle a Dios que cambie su forma
pecaminosa de pensar. Pidale que lo ilumine ,con un sentido real de lo
que puede estar bien o mal respecto a cualquier actividad. Pdale que lo
ayude a entender el significado de la moderacin genuina. Es esencial,
por supuesto, que su nueva actitud se base en las Escrituras. As que
mientras lee su Biblia, pdale a Dios que lo ayude a poner a un lado la vergenza y la culpabilidad durante el tiempo que sea necesario, a fin de
entender lo que l realmente le, quiere decir.
Una vez que usted haya comenzado a desarrollar algunas ideas renovadas acerca de lo que est bien o mal, necesita experimentar con ellas.
Un joven se me acerc una noche despus de concluir una de mis charlas.
-Pastor Moore -me dijo-, estar bien que yo experimente con
algo que antes pensaba que era incorrecto, pero que ahora creo que no
est tan mal?
Le respondi:
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Pero observemos los calificativos que Elena G. de White coloc alrededor de su consejo sobre la religin experimental. Es necesario que haya
"una solicitud cuidadosa y un ansioso deseo de aprender, mejorar y de
reformar todo hbito que no est en armona con las leyes fisicas y morales"; as tambin hay que realizar una "investigacin cuidadosa del principio involucrado". Ella abog por una prctica religiosa cuidadosamente controlada, no de un abandono imprudente.
Qu es probable que pase con los que no se dediquen al conocimiento y prctica de una religin experimental apropiada? Observ:e lo
que dice Elena G. de White: "Hay ms errores recibidos y firmemente
retenidos sobre la base de ideas falsas de la experiencia que por ninguna
otra causa". Tendemos a catalogar el error religioso y espiritual como una
falsa doctrina. Pero sugiero que algunos de los errores ms destructivos
son asuntos que tienen que ver con el estilo de vida que los seres humanos hemos colmado errneamente de vergenza y culpa. Eso era precisamente lo que hacan los fariseos. Y uno de los mejores medios para escapar de ese error, segn Elena G. de White, es la religin experimental.
En un capitulo previo, dije que usted debiera pedirle a Dios que transforme sus malos deseos. Esa es una buena oracin, siempre y cuando
usted entienda qu constituye un deseo malo. La ira no es mala. El deseo
de ingerir buenos alimentos no es malo. El deseo de ser una persona
atractiva no es malo. El deseo sexual no es malo. Lo que est mal es la
obsesin por estas sensaciones y la decisin de usarlos inapropiadamente. Estos sentimientos son lo que debemos pedirle a Dios que elimine y
alabarle por removerlos aun antes de que hayamos experimentado el
cambio.
Mi primera experiencia hace muchos aos con la alternativa saludable
para la depresin fue apenas una impresin momentnea. Quiz eso sea
todo lo que usted reciba al principio como percepcin de una alternativa
saludable de 10 que lo atormenta. Agradzcale a Dios por ella, pdale que
10 ayude a disfrutarla tanto como sea posible, y cuando se desvanezca,
pdale que se la devuelva. Entonces crea que 10 har, siga adelante y no
se preocupe de que por ahora no pueda experimentar continuamente esa
nueva actitud. De esta forma, usted finalmente se librar de la adiccin y
se acostumbrar a practicar la moderacin.
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La abstinencia y la moderacin
El tercer punto que usted y yo necesitamos aprender es acerca del significado de la moderacin. Para hacerlo, necesitamos practicar la abstinencia.
Abstinencia significa "no hacerlo". Respecto al alcohol, el tabaco y los
narcticos, los adventistas recomiendan la abstinencia total. Sin embargo,
los seres humanos a menudo nos convertimos en adictos a prcticas que
solo son apropiadas en forma moderada. Nadie recomienda la abstinencia total de ciertas prcticas, como en el caso de los alimentos, lo cual
equivaldra a una sentencia de muerte. Pero la abstinencia es sencillamente una parte vital de la victoria sobre nuestra conducta adictiva y
compulsiva.
El adicto se siente tan consumido por el deseo que la muerte casi parece preferible a la abstinencia. Teme muchsimo perder lo que ansa. Pero
este temor es parte de lo que se interpone en el camino de la victoria. Solo
Dios puede quitarle el temor, pero el adicto tiene que hacer algo al respecto, y de eso se trata la abstinencia. No obstante, esa abstinencia no tiene que ser total. Si la actividad a la cual usted est esclavizado es buena
en una forma moderada, simplemente necesita aprender a ser moderado
y la abstinencia total no se lo ensear.
Utilicemos la adiccin a los alimentos como ejemplo. Suponga por un
momento que usted puede abstenerse de alimentos durante un ao completo y sobrevivir. Qu habr aprendido? Habr aprendido a vivir sin alimentos durante un ao. No habr aprendido a ser moderado. La moderacin requiere que usted tenga la habilidad para decir tanto "s" como
"no" a los alimentos y decirlo tranquilamente. La adiccin, que ya usted
conoce, solo le ha enseado a decir que "s". La abstinencia total solo le
enseara a decir que "no". De la misma manera en que no aprender a
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Captulo
34
UN FRACASO EXITOSO
Un fracaso exitoso
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equivocado. Sin embargo, a veces pasar algn tiempo antes de que podamos hacer una confesin. En algunos casos, las circunstancias pueden
impedir que hagamos una confesin de inmediato. Quiz no podamos
localizar al individuo que perjudicamos, o quiz necesitemos esperar hasta que la situacin en que nos encontramos se resuelva. En otros casos,
tomar tiempo antes de que nosotros siquiera advirtamos que hemos
hecho mal, y cuando entendemos nuestro error, quiz nos tome un tiempo reunir el valor-para arreglar las cosas. Quiz tengamos que luchar con
Dios durante algunos das, o algunas semanas; quiz algunos meses.
Entretanto, seamos sinceros con Dios y estemos dispuestos a obedecer
su voluntad. l est perfectamente dispuesto a cooperar con nuestra flaqueza humana. l no exige que seamos perfectos. Solo nos pide que seamos honestos.
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Un fracaso exitoso
tara decirle que Dios podra darle una visin, o que usted escuchar voces
en la noche. Sin embargo, Dios no obra de ninguna de esas formas para concedemos las respuestas a nuestra vida espiritual. l es mucho ms indirecto, y por ser Dios, podemos suponer que su manera de contestamos es la
mejor, aunque a veces nos parezca frustrante.
Entonces, cmo podremos encontrar la respuesta divina a nuestra
pregunta de qu anduvo mal? Haciendo dos cosas. Primero, pidindole a
Dios percepcin adicional. Segundo, proponindonos encontrar esa percepcin que necesitamos.
Pidiendo percepcin adicional. Lo que usted necesita cuando se siente
desanimado por algn fracaso, es ms percepcin respecto a su adiccin
y algunas ideas nuevas respecto a la forma en que podr lidiar con su problema. He compartido con ustedes nueve o diez estrategias para lidiar
con la tentacin, que en mi caso han funcionado, pero que no son ms
que la parte visible del iceberg. Dios tiene mil estrategias disponibles para
usted y para m a fin de que podamos vencer al dragn interno. Hay
muchas de ellas en las cuales ni siquiera hemos pensado. Aun as, varios
de estos mtodos son precisamente los que necesitamos para bregar con
nuestros problemas especificos.
Por lo tanto, vaya de vuelta al mismo principio y pdale a Dios sabidura. Pdale que le muestre algunas nuevas estrategias con las cuales pueda
experimentar. Usted podra orar de la siguiente forma: "Padre, me siento
frustrado porque parece que no estoy llegando a ninguna parte en mi lucha
con las tentaciones. Mustrame algo nuevo que pueda poner en prctica, o
indcame otra manera de utilizar las estrategias que he estado usando".
Luego, termine su oracin agradecindole por lo que l va a decirle que
usted haga, y alabndolo porque ya la victoria es suya en Cristo Jess.
Deseo asegurarle que Dios responder a su pedido para obtener un mayor
entendimiento. No obstante, como le dije anteriormente, no espere recibir
visiones, o escuchar voces en la noche. Las respuestas de Dios son mucho
ms indirectas. Permtame ilustrar esto con la analoga del laberinto que
mencion en un captulo anterior.
Usted se encuentra atrapado en un gigantesco laberinto con los ojos cubiertos por un pauelo. Intenta salir de all palpando las paredes, y en determinado momento encuentra una puerta por la cual entra. Entonces contina
tentando a ambos lados del nuevo pasillo hasta que llega a otra puerta, la
cual tambin atraviesa. Finalmente, al ir descartando las rutas erradas, puede salir al exterior donde le permiten quitarse la venda.
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Gracias a Dios, usted tiene la ventaja que hay Alguien que est ansioso por ayudarle a encontrar las puertas que conducen al exterior. Sin
embargo, usted necesita entender que aunque l podra tomarlo de la
mano y llevarlo directamente al exterior (una "solucin rpida"), ha escogido no hacerlo. l le ayudar dndole indicaciones para que descubra la
salida de una forma ms eficiente, sin embargo, permite que usted la
encuentre por medio de la experiencia.
En este libro he compartido con usted muchas de las estrategias para
ganar la victoria sobre el pecado que me han dado resultado a travs de
los aos. Puedo asegurarle que no descubr estas estrategias en el orden
estricto en que las he presentado aqu. Fui tropezando con ellas una a
una, poco a poco, pieza por pieza, mediante un proceso de experimentacin. Estas respuestas no llegaron fcilmente, tampoco llegaron de manera
rpida. Pero llegaron.
y Dios est tan dispuesto a mostrarle cmo salir de su laberinto as
como lo estuvo cuando me mostr a m cmo salir del mo.
Busque la percepci6n adicional. Una vez que usted le haya preguntado a
Dios qu anduvo mal, entonces trate de encontrar la respuesta. Comience
con la Biblia. Ore mientras la lee, pidindole al Seor que le muestre nuevas
formas de experimentar la victoria. La variacin que le muestre puede ser
una nueva actitud, o quiz sea una nueva manera de orar. Sea lo que fuere, prubela y no se desanime.
Sea duro con usted mismo. Busque un consejero. nase a un grupo
de Los Doce Pasos. Vaya a una librera, o a una biblioteca, y consiga libros
que traten de su tentacin. Lea todo lo que usted pueda acerca de la adiccin y la dependencia. Si tiene que hacerlo, asista a algn centro de tratamiento para adictos y dependientes. Recuerde, sobre todo, la promesa
de Dios:
"Si clamares a la inteligencia,
y a la prudencia dieres tu voz;
si como la plata la buscares,
y la escudriares como a tesoros,
entonces entenders el temor de Jehov,
y hallars el conocimiento de Dios" (Prov. 2: 3-5).
Quisiera compartir con usted una promesa trascendental:
LA VICTORIA ES POSIBLE
Usted necesita creerlo! Nunca debe cesar de tener fe. Jams permita
que los fracasos de ayer nublen su vista para no ver la posibilidad de las
316
Un fracaso exitoso
victorias del maana. La victoria les llega a los que creen, no a los que
dudan.
Tampoco debe abandonar la lucha. La victoria no llegar simplemente porque la deseamos. No la obtendr sentado en la iglesia. No le llegar
al retorcerse las manos y hundirse ms en su culpa. La victoria les llega a
los que trabajan, luchan, y se esfuerzan por alcanzarla.
Recuerde que la ruta hacia la victoria est llena de fracasos. Las personas buenas lo son porque han llegado a ese punto mediante sus fracasos.
El concepto religin experimental significa precisamente eso. Si usted fracasa, vuelva al punto de partida y pdale a Dios que le muestre cmo
variar el mtodo. Entonces pruebe de nuevo. Si eso falla, pdale a Dios
que le muestre otra forma de variar el experimento, e intntelo una vez
ms. Puede ser que en numerosas ocasiones no tenga xito, pero ir pro-
gresando.
Cuarto: Recuerde que Jess todava lo acepta
En un pas lejano hay un puente de ferrocarril sobre un profundo abismo. El abismo tiene trescientos metros de profundidad y el puente tiene
casi un kilmetro de largo. En cierta ocasin un viajero deseaba cruzar el
puente a pie pero era largo, el abismo profundo y no saba cundo pasaban
los trenes. Por buena suerte, encontr a un lugareo que conoca el horario del tren y que haba cruzado el puente muchas veces. Este hombre se
ofreci para guiar a nuestro viajero. Le mostr cmo poner los pies cuidadosamente en los durmientes. Entonces, asi la mano del viajero fuertemente con la suya y comenz a guiarlo. De pronto, a mitad del puente, el
pie del viajero se desliza entre dos durmientes y parece caerse.
Dgame usted, qu cree que har el gua? Soltar la mano del viajero o la apretar ms fuerte?
Usted sabe la respuesta, no es as?
Pero es sorprendente cuntas personas creen que cada vez que tropiezan a lo largo del camino de la vida hacia la victoria, Jess les suelta la
mano. Esto por lo general conduce a un sentimiento de condenacin, y
la condenacin lleva al fracaso. En el mismo momento que usted cede,
debe creer que Jess todava lo lleva de la mano. Que su brazo rodea los
hombros de usted, y que tiene una sonrisa en su rostro, asegurndole a
usted que l se mantendr alIado suyo para ayudarle la prxima vez que
sea tentado.
317
*****
Hemos vuelto al punto de partida de este libro: comenzamos hablando de la justificacin y hemos regresado a la justificacin. La justificacin es
una plataforma segura sobre la cual podemos cometer errores mientras
aprendemos a no hacerlos. Le parece ms sensata esa idea ahora? Quiz
se sinti amenazado al leerla en la primera parte de este libro, temiendo
que yo estuviera rebajando las normas, justificando el pecado excusando
el mal. Espero que entienda, despus de leer la Segunda Seccin, que no
excuso el pecado. No lo trato livianamente. El pecado es sumamente seno,
y Dios espera que hagamos todo lo que podamos para vencerlo. Pero l
entiende la realidad acerca de cmo lo vencemos. l sabe que la VIctoria
sobre el pecado llega mediante del desarrollo del carcter, y esto es algo
que toma tiempo. l nos concede el tiempo. No exige una victoria instantnea sobre el pecado. Solo pide que sigamos seriamente buscando la
victona. Y l promete estar a nuestro lado en cada paso del camino.
Por favor, lea nuevamente las dos promesas de los escritos de Elena G.
de White que compart con usted en la Primera Seccin:
318
Un fracaso exitoso
"Cuando est en el corazn el deseo de obedecer a Dios, cuando se hacen
esfuerzos con ese fin, Jess acepta esa disposicin y ese esfuerzo como el
mejor servicio del hombre, y suple la deficiencia con sus propios mritos divinos" (lMS 448).
"Para avanzar sin tropezar, debemos tener la seguridad de que una mano
todopoderosa nos sostendr, y que una infinita misericordia se ejercer hacia
nosotros si caemos. Solo Dios puede or en todo momento nuestro clamor por
ayuda" (HH 157).
Con promesas como estas, y con la ayuda que Dios ha provisto, usted
y yo no podemos menos que vencer al dragn interno. Y mientras ms
aprendamos a conquistar a ese dragn, mejor preparados estaremos para
conquistar al dragn externo.
319
CONCLUSIN
Imagine por un instante que una larde, de aqu a varios aos, est sentado en su sala, observando el noticiero vespertino. Los acontecimientos
mundiales le sugieren claramente que el tiempo de gracia se ha cerrado, y el
informe de esa noche es una prueba convincente. De pronto, suena el timbre de la puerta, y cuando usted la abre, encuentra a un amigo ntimo de
la iglesia. Lo saluda y lo invita a pasar y sentarse. Luego de conversar por
algunos minutos, su amigo le dice:
-Crees que el tiempo de gracia se ha cerrado?
-Qu bueno que me lo preguntas! -dice usted-o Estaba mirando
las noticias y preguntndome exactamente Jo mismo. Creo que la respuesta es probablemente que S.
SU amigo hace una pausa. Entonces lo mira fijamente con un semblante preocupado y le dice:
-Te sientes preparado para el cierre de la gracia?
La pregunta parece poco razonable en nuestros das; pero le puedo
asegurar que si nuestra interpretacin adventista del tiempo del fin es
acertada, usted y yo nos haremos esa misma pregunta un da no muy lejano.
Mientras uSled piensa en esa pregunta hoy, qu respuesta cree que le
dara a su amigo? Le dira: "Por supueslo que estoy preparado! lti,mamente me siento casi pe1fecto".
Espero que hoy no diga eso, porque puedo asegurarle que tampoco
podr decirlo en aquel da. La nica respuesta que puedo dar a la pregunta de cun cerca de la perfeccin necesitamos estar usted y yo cuando se cierre el tiempo de gracia es la siguiente: hemos de permitir que
321
Jess lleve nuestro carcter lo ms cerca posible de la perfeccin, mientras que continuamos unidos a l con el propsito de ser transformados.
Quiero asegurarle que si usted est haciendo fielmente su parte para
desarrollar un carcter como el de Cristo antes del fin del tiempo de gracia, l le garantiza que har la suya y lo preparar a tiempo. Usted no sabe
cuando ha de estar listo, pero l s lo sabr, yeso es lo que importa. Confe en que l no va a cerrar la gracia hasta que usted est listo, porque no
lo har.
Esto nos lleva a un ltimo asunto que necesitamos tratar en este libro;
la idea de la "perfeccin absoluta".
De vez en cuando alguien me dice: "Pastor Moare, los que vivan despus del fin del tiempo de gracia sin un mediador han de ser absolutamente
perfectos'" Algunas personas se refieren a este concepto como la "teologa
de la ltima generacin". Quiz usted tambin lo haya escuchado.
He encontrado la respuesta perfecta para quien me desafa con esta
idea. Le digo: "Quizs usted tenga razn. En realidad no s, porque no
puedo definir la perfeccin. Por lo tanto, nunca se podr conocer el
momento cuando lleguemos a ser suficientemente buenos". Paso entonces a sealar que si somos fieles en hacer nuestra parte, Dios ha prometido hacer la suya y preparamos a tiempo.
Si Dios sabe que usted y yo necesitamos ser perfectos para vivir sin un
mediador cuando se cierre el tiempo de gracia, entonces l va a obrar en
nosotros la perfeccin. Si l sabe que un grado cercano a la perfeccin es
adecuado para vivir sin mediador, l nos ayudar a alcanzar ese nivel.
Debido a que nunca sabremos en qu momento hemos llegado a ese punto, simplemente debemos confiar en que si hacemos nuestra parte, Dios
har la suya y nos preparar en todo lo que necesitamos, )' que lo har a
su tiempo.
Para decirlo de otro modo, los adventistas del sptimo dfa y todos los
dems cristianos necesitan dedicar suficiente tiempo para entablar una
relacin sincera con Dios y unos con otros. Asimismo tienen que hacer lo
mej or que puedan para vencer sus pecados y defectos de carcter. Pero
no vacilo en decir que no tenemos que emplear ni un minuto para preocu-
Conclusin
Maestro:
"La plenitud del carcter cristiano se alcanza cuando el impulso a ayudar
y beneficiar a otros brota constantemente de dentro [es decir: de nuestro inte-
La perfeccin ocurre dentro de uno, internamente. Usted y yo necesitamos, antes que nada, vencer a nuestro dragn interior. Jess desea especialmente cambiar sus impulsos y los mios desde adentro.
No estaremos listos para el cierre de la gracia y para vivir sin mediador hasta que estemos internamente preparados. Espero, sobre todo que
10 que usted haya aprendido de este libro le ayude cada da a ser internamente ms y ms como Jess.
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Apndice A
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327
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Apndice B
ADICCIN,
DEPENDENCIAS
Y CRISTIANISMO
Desde la dcada de 1930 y en mayor medida en la actualidad, Alcohlicos Annimos ha llamado la atencin del mundo al tema de la adiccin.
Desde mediados de la dcada de 1980, la teora de las dependencias ha florecido junto a la adiccin como una manera de definir algunos de los problemas humanos. Algunos cristianos critican tanto a la adiccin como a
la teora de las dependencias, sobre la base de que ponen en peligro la
posicin cristiana sobre la interdependencia entre la humanidad, Dios y
el pecado.
Como sabemos, en este libro hablo bastante acerca de la adiccin y las
dependencias. He encontrado mucha ayuda en estas teoras. Dedicarme a
responder en este libro a las preocupaciones de quienes critican las teoras de la adiccin y las dependencias, nos habra apartado del propsito
principal del mismo. Sin embargo, esas preocupaciones tienen que ser atendidas y he decidido hacerlo en este apndice.
Comenzar por decir que en cierto sentido, son legitimas las inquietudes de quienes critican las teoras de la adiccin y las dependencias.
Los cristianos precisan ser cuidadosos en cuanto a la forma de relacionarse
con ideas extrabiblicas que tratan acerca de la mente y las emociones
humanas. Algunos cristianos llevan este concepto hasta el extremo de insistir que toda verdad tiene su origen en la Biblia. Si la Palabra no lo dice, se
niegan a considerarlo. Tienen tanto temor a contaminarse con el mundo
que lo evitan por completo.
Mi enfoque es observar lo que la sociedad dice tamizndolo a travs
de los principios y valores de la Biblia y permitir que ese enfoque bblico
me ayude a definir y aceptar unas ideas y rechazar otras.
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nio. Si un padre carece de salud mental, no importa que lea todos los
libros sobre el cuidado infantil que existen en el mundo, aun asi ser un
mal padre. Los padres tienen que resolver sus problemas emocionales primero, para despus ayudar a sus hijos a desarrollar sanamente sus sentimientos.
Esto indica lo fcil que resulta malinterpretar las palabras de un escritor. El que una afirmacin dada no utilice el lenguaje cristiano cotidiano, no significa que sea incorrecta. Como ejemplo, usar dos fragmentos
de un artculo bsico sobre la dependencia que le en una revista. El autor
del texto, a su vez, citaba un par de escritores expertos en la dependencia para probar que la teora es errnea. En mi opinin, una de las referencias empleadas es un argumento vlido en contra de la dependencia
desde cierto punto de vista, y la otra no. Intente usted adivinar cul fragmento considero correcto. Las citas fueron tomadas del artculo de Eward
T. Welch, "Early Roots of the Codependence Movement" (Fuentes primitivas del movimiento de la codependencia), sep Journal, 18: 3, 25.
Aqu estn los fragmentos:
"Honrarse a s es amar nuestra propia vida, las posibilidades de crecimiento y gozarnos; amar el proceso de descubrir y explorar nuestro peculiar
potencial humano As comenzaremos a ver que honrar nuestro yo es practicar un egosmo del tipo ms elevado, noble y menos comn que se pueda
imaginar. Esto, en mi opinin, requiere una enorme independencia, valor e
integridad" (Nathaniel Branden, Honoring the Self, Boston. Houghton Miffiin,
1983,4).
"Mi individualidad se basa en mi propia alma Esa es la esencia de lo que
yo soy, un ser excelente, y yo deseo sentirme as siempre. [... ] Mi santo y sagrado ser est en su lugar y yo quiero verlo aqu y ahora" (Lynne Bundesen, Cad
Dependency, Nueva York Crossroad, 1989, 106).
Cul argumento le parece ms apropiado a usted, y cul seria cuestionable desde una perspectiva cristiana? Para m, el primero es correcto y
el segundo tiene argumentos en contra. Por qu?
El primer autor nos anima a honrar nuestro amor por la vida y las
posibilidades infinitas que existen para desarrollamos y gozarnos en ella.
Nos aconseja amar el "proceso del descubrimiento y exploracin de nuestro peculiar potencial humano". Esta es la misma enseanza que Jess
mostr en la parbola de los talentos. Cul de los dos hombres fue condenado: el que amaba la vida y todas las posibilidades que le ofrecia Dios,
o aquel que por temor se neg a desarrollar su propio potencial?
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bases ms profundas de la fe durante una larga vida dentro del cristianismo, entonces discuta las ideas que encuentre en sus lecturas con
cristianos ms maduros. Acrquese a ellos para que le recomienden
otros libros.
2. Ore, de manera que pueda recibir las advertencias de parte de Dios. No
suponga que un libro estar automticamente correcto solo porque el
autor y la editorial sean cristianos. Tenga cuidado con los textos escritos por autores cristianos que no pertenecen a su misma denominacin, y tambin con los no cristianos, pero no se convierta en una persona paranoica.
3. Cudese por igual tanto de los autores seculares como de los cristianos paranoicos. Esto es, sea precavido cuando encuentre cristianos
cuyas crticas parezcan en extremo duras. Personas que califican todo
en funcin de blanco o negro, y cuyo lenguaje insina la promocin
de una agenda o plan. Tenga cuidado con los cristianos que usan
palabras emotivas. Por ejemplo, uno de los autores que mencion
anteriormente y que critica esta teora, hace mencin de los "gurs de
la dependencia". Guro en este caso es un concepto peyorativo que me
dice que debo cuestionar la objetividad de dicho autor, especialmente tomando en cuenta que todo el artculo est escrito en el mismo
tono.
4. Pdale a Dios que le conceda la capacidad para hacer una reflexin
personal, primero desde la perspectiva bblica, y luego respecto a las
dems fuentes. Pdale que le ayude a reconocer la verdad genuina en
cualquier lugar, sin importar quin la haya dicho o escrito.
5. Definitivameme es necesario evitar leer libros, o aun artculos de revistas, en los que el autor se muestre partidano de la Nueva Era, y esto
sea algo que usted conozca de antemano. Sin embargo, tambin le
sugiero que evite rechazar una obra solo porque usted no est de
acuerdo con alguna frase o captulo. Sobre todo, si el autor presenta
el resto de su libro desde una perspectiva cristiana.
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S! Podemos conseguir
la victoria sobre el pecado
CMO VENCERLO?
descubriremos cmo
trata realmente Dios a los pecadores ...
y resuelve el problema de mi pecado.
, C MO VENCERLO?
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