Outram Dorinda La Ilustracion
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traduccin de
V IC T O R IA S C H U S S H E 1 M
LA ILUSTRACIN
por
DORINDA OUTRAM
siglo
veintiuno
editores
s i g l o xxi
editores,
s.a.
B802
087 18
2009 Outram, Dorinda
1. QU ES LA ILUSTRACIN?
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LA ILUSTRACIN
QU ES LA ILUSTRACIN?
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I.A ILUSTRACIN
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LA ILUSTRACIN
QU ES LA ILUSTRACIN?
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U ILUSTRACIN
QU ES LA ILUSTRACIN?
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IA ILUSTRACIN
QU ES LA ILUSTRACIN?
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LA ILUSTRACIN
INTRODUCCIN
121]
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LA ILUSTRACIN
i.os c a f s y l o s c o n s u m id o r e s
23
1985.
10 N. McKendrirk.John BreweryJ. H. Plumb (coinps.). Thehirlh ofa consumirsociety:
The commercialisation of eightemth-century England, Londres, Europa, 1982; T. H. Breen,
Baublt-s o f Britain*: The American and consumer revolutions o f the eighleenlh-ccnlury", Pasl and Presad, 19, pp. 73-104.1988; G. Barber, "Books from the Od World and
for the New; T he British International trade in books in the cightecnth-century", Studies
on VMtaire and the eightemth-century, 151, pp. 185-225, 1976; R. Darnton. El negocio de la
24
iJk ilustracin
esos medios culturales entre los pases europeos se vio apoyado por
la prctica creciente de la traduccin y tambin por el hecho de que
en la mayora de los pases, a excepcin de Gran Bretaa, las lites
sociales eran adeptas al uso del francs, que en ese momento reem
plaz casi por entero al latn como lengua internacional. Tambin es
este creciente comercio con medios culturales el que permite com
prender esos impactos violentos entre las nuevas ideas y las viejas
tradiciones que Franco Venturi identific como una de las maneras
ms importantes en las que se form en Europa el pensamiento ilus
trado.11
Este comercio de medios culturales no estaba limitado a Europa.
Para el siglo xvm muchos estados europeos posean imperios colo
niales en Amrica, el Caribe, la India y lo que es hoy Indonesia. A
esas colonias las ideas llegaban en los barcos de carga enviados desde
Europa. No se trataba de un trfico en un solo sentido, ni de bienes ni
de ideas. Productos coloniales tales como el t, el caf y el azcar eran
vitales para los cafs y los salones de t europeos, donde los parro
quianos se reunan a beber, hablar y leer los peridicos o los ltimos
libros; algo de la misma importancia era la experiencia colonial de
las culturas indgenas, que provocaban su impacto en la Ilustracin
de Europa. Al final, el intercambio global de ideas, como todos los
intercambios del mercado, rompi barreras entre sistemas cultura
les, divisiones religiosas, diferencias de gnero y reas geogrficas y
promovi un nuevo tipo de igualdad entre los consumidores de cul
tura, todos aquellos que podan pagar por el mismo libro o imagen.
Contribuy asimismo a la creciente homogeneizacin del mundo que
se manifest en el derrumbe de los sistemas culturales indgenas y el
comienzo de la imposicin, a escala mundial, de los sistemas cultura
les generados por los europeos, con los cuales nos familiarizamos en
el siglo xx. Este proceso de homogeneizacin cultural continu sin
tregua pese a las numerosas crticas a las que se lo someti a finales de
la Ilustracin.1112 A pesar del surgimiento de formas de nacionalismo
cultural en algunos estados europeos hacia el decenio de 1790, la
cultura europea, cuando entraba en contacto con la de los pueblos
indgenas, segua teniendo el mismo efecto de provocar el derrumbe
de sus sistemas culturales.
11 Vase el captulo I.
12 Vase el captulo 4.
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LA ILUSTRACIN
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LA ILUSTRACIN
que social.17A medida que este cambio penetraba en las clases sociales
ms bajas haca ms difcil que los iletrados tuviesen acceso a las ideas
y actitudes transmitidas por la palabra impresa. Esta es una imagen
atractivamente simple, que parece ser capaz de explicar bien el origen
de nuestros propios hbitos de lectura en la actualidad, que sin duda
son predominantemente extensivos, privados y silenciosos. Es tam
bin un argumento que apoya el historiador estadunidense David Hall,
quien ha descrito una transformacin similar de los hbitos de lectura
de los habitantes de Nuera Inglaterra entre 1600 y 1850. Para finales
del siglo xviit las comunidades de esa zona tambin parecan haber
abandonado su dependencia de un repertorio limitado de obras devo
tas y estaban prcticamente inundadas de nuevos gneros novelas,
peridicos, libros infantiles, obras de viajes y de historia natural, que
se absorban con voracidad y luego se descartaban para tomar otros.18
No obstante, es posible que la presentacin de cambios en los hbitos
de lectura que hacen Engelsing y Gall sea demasiado esquemtica y
est basada slo en pequeas muestras de las regiones con las que tra
bajaron. Tambin es fcil sealar que hay muchas evidencias de que la
lectura intensiva sobrevivi incluso entre las lites sociales, por ejem
plo, en las muchas autobiografas que mencionan la relectura obsesiva
de ciertas obras y en especial de los grandes best-sellers, como Panda
(1740) y Clarissa (1747-1748), de Samuel Richardson, Julia, o la nueva
Elosa (1761), de Jean-Jacques Rousseau, o Las desventuras deljoven Werther (1774), de Johann Wolfgang von Goethe.19 Pero si bien hay sin
duda muchas indicaciones de que el panorama es ms complejo de lo
que han afirmado algunos historiadores, sigue dando la impresin de
que los finales del siglo xvm en pardcular, sobre todo para las clases
sociales ms altas, representaron un punto de inflexin, un momento
en el que un pblico ms amplio, como nunca antes, se apoderaba
ansiosamente de ms materiales de lectura de carcter diverso.
17 Rolf Engelsing. Die Perioden der l-csergeschichte n der Neuzeit. Das statischc
usmass und dic Soziokuliurellc Bedcutung der l.ektre", ArchivJr GesehhJUedes Ouchewesms, 10, pp. 944-1002,1969; Der BUrgerais Lesee: Lesergeschiclite in eutschland, 1500-1800,
Stultgart, Kohlhammer, 1974.
18 David Hall. T h e uses o f literacy in New England 1600-1850", W. L. Joyce (com p.),
1rintingand society in earfy America, Worcester. American Anliquaran Societv, 1983, pp.
M 7.
19 Esta llamada Lesewul, o "fiebre de la lectura", es analizada por Kurt Rothmann:
Ertuterungen und okumrnte: Johann Wolfgang Goethe: Die leiden des ungen Weriliers,
Stuugart, 1974; R. Darnton, Los lectores le responden a Rousseau: 1.a creacin de la
sensibilidad romntica", La gran matanza de gatos..., op. aL, pp. 216-267.
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LA ILUSTRACIN
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IA ILUSTRACIN
definicin, para la mayora de la gente del siglo xvm las mujeres nunca
podran ser independientes o autnomas, debido a sus deberes fami
liares. ni imparciales, por causa de su naturaleza emocional. Por eso se
consideraba que la participacin de las mujeres reduca la legitimidad
de la Repblica de las Letras en su conjunto. Su posicin equvoca
como productoras de conocimiento que nunca fiieron realmente acep
tadas como parte de la Repblica de las Letras demuestra de qu mane
ra, pese a su universalismo, la Ilustracin misma con frecuencia pareca
dedicar tanta energa a declarar que grupos sociales enteros como
las mujeres o los campesinos eran impenetrables a la voz de la razn
e incapaces de construir un mundo mejor para los seres humanos.
Al examinar otras instituciones que desempearon un papel cru
cial en la difusin de las ideas de la Ilustracin, es probable que resulte
ms exacto contemplarlas como formas efectivas de producir la unin
entre los grupos de lite de la sociedad que como un intento de llegar
a grupos sociales menos privilegiados. En Gran Bretaa, por ejem
plo, un extenso alfabetismo y una clase media profesional y comercial
grande y acaudalada produjeron instituciones cuyo objetivo era la dis
cusin de las ideas, y cuyos integrantes, miembros de las lites locales,
contribuyeron tambin a que stas se encontrasen en un territorio
comn, neutral, y a que consolidasen contactos recprocos ms firmes.
Entre tales sociedades pueden mencionarse la Sociedad Literaria y
Filosfica de Manchester, fundada en 1785 y que an sigue existiendo,
o la Sociedad Lunar, un grupo con sede en Birmingham que inclua al
industrial Josiah Wedgwood, al poeta y mdico Erasmus Darwin, abue
lo del naturalista, y al inventor Richard Arkwright,32 y que ilustra bien
cmo un inters compartido por las ideas de la Ilustracin poda pro
ducir una institucin social capaz de configurar un nuevo espacio de
interaccin entre fabricantes, cientficos e intelectuales locales. Todos
estos grupos que se reunan para llevar a cabo discusiones y experi
mentos eran nuevas formas de sociabilidad centradas en el intercam
bio de ideas, instituciones sociales en las cuales se abandonaban tem
poralmente las distinciones entre los diferentes miembros para buscar
de modo imparcial la verdad y el intercambio de las ideas.
Este hincapi en la igualdad se llevaba ms lejos an en otra ins
titucin social, la de la masonera. Por toda Gran Bretaa y Euro
pa continental florecan las logias masnicas, que contemplaban la
intensa participacin de aristcratas y hasta prncipes reinantes, como*
** R. E. Schoficld, Thr Lunar Saetj of Birmingham, Oxford, Clarendon Press. 1965.
OS CAFS V I OS CONSUMIDORAS
35
Federico el Grande de Prusia y Francisco I de Austria en las organi/aciones centroeuropeas. Sus miembros, que se supona se mantenan
en secreto, se comprometan a hacer a un lado las distinciones socia
les y unir a sus integrantes con la promesa de llevar a su culminacin
prctica en la sociedad ideas clave de la Ilustracin, como la benevo
lencia racional. I.as logias masnicas, algunas de las cuales estaban
abiertas a las mujeres, se convirtieron en centros de debate en los
que sus miembros trataban de comprender el mundo de maneras
muchas veces teidas de misticismo y procuraban la regeneracin
moral de la sociedad y de los individuos sin hacer referencia a las
religiones establecidas. La pera La flauta mgica (1791), de Mozart,
ron su vasto empleo de imaginera masnica, es la mxima expresin
artstica de este ideal. Sin embargo, en algunos lugares de Europa la
masonera era rechazada. Fue condenada por la iglesia catlica. En
ciertos estados alemanes su programa de regeneracin social total y su
carcter secreto la expusieron a malas interpretaciones, como amena
za contra el sfatu <uo social y poltico, especialmente porque algunos
masones tambin eran miembros de sociedades secretas, como la de
los iUuminati, que pretendan establecer a sus miembros como nuevo
orden gobernante. Por consiguiente, el movimiento se encontraba
frecuentemente con una recepcin hostil, sobre todo a medida que,
hacia finales del siglo, aumentaban las tensiones polticas. En esos
contextos, la masonera expresaba el dilema central de la Ilustracin:
tras haber creado la opinin como nuera fuerza poltica, en qu
medida era practicable o justificable usar esa fuerza para producir un
cambio social y poltico?**
En Francia y en Italia diferentes instituciones fueron las ms des
tacadas en la promocin del debate de las ideas de la Ilustracin y en
la reunin de los viejos y nuevos sectores de la lite. En este periodo
se fundaron academias eruditas en muchas ciudades de provincia.
Se trataba de organizaciones formalmente estructuradas, muchas
veces con estatutos corroborados por cdulas reales, y que en general
posean locales y bibliotecas propios. El ingreso estaba abierto a quie
nes pudiesen pagar una cuota, lo que en la prctica se restringa a las
lites locales: la aristocracia, los miembros ms notables de las buro
cracias reales y eclesisticas, las lites comerciales, los integrantes ms
acaudalados de profesiones tales como la medicina y el ejrcito. Exis-*
* Rcinhard Koselleck, Kritik u Krisr. Kinr Studir zur Pathogniesrdrr kTgrrtichen Wrlt.
t burgo y Munich, Alber, 1959. pp. 86-87.
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I.A ILUSTRACIN
tan para promover el debate, comentar los trabajos sobre temas eru
ditos o coyunturales presentados por sus miembros, estimular la vida
intelectual al ofrecer una biblioteca y, en el caso de las instituciones
ms ricas, para convocar y financiar concursos de ensayos con pre
mios.34 Los ensayos premiados, una vez reimpresos, podan movilizar
la opinin pblica mucho ms all de los confnes de la academia y
sus miembros, como lo atestiguan los furiosos debates pblicos que
tuvieron lugar sobre el tema de la pena capital despus del concurso
de la Academia de Metz, en 1784, o acerca del papel social de las
artes, tras una competencia igualmente clebre en Dijon, en 1750.35
Esas instituciones, como lo seal su historiador Daniel Roche, no
slo desempeaban un valioso papel intelectual, sino que tambin
contribuan a reunir a las lites sociales de cada regin tanto las
nuevas como las tradicionales y a convertirlas en parte de la nueva
fuerza de la opinin pblica.36
Pero en todo este debate acerca de las instituciones sociales y el
impacto de la Ilustracin nos hemos concentrado hasta ahora en la
experiencia de las lites sociales: de los letrados, de quienes podan
pagar por pertenecer a una academia, un club o una logia masM Las academias de provincia en Francia han sido estudiadas por D. Roche, le
sicle des lumires en pravince. Acadmies el academiciens prmnnciaux, 1680-1789, Pars. 1978.
English Dictianary.
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LA ILUSTRACIN
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42 Roger Charlar, Figures o f ihe other: leasant reading in the age <>f the Enlighlenment", Cultural hislory, pp. 151-171, y Dix-HuitiemeSihle, 18, pp. 45-64, 1986.
43 R- Darnton, Im gran matania de gatos..,, np. rit., en particular el estudio que da
ttulo al libro.
44 Harvey Mitchell, Rationality and control in Frcnch eighteenth-century medical
views of the peasantry, <empamiive Studirs in Snciety and Hi.ttory, 21, pp. 81-112, 1979; D.
Outram, The body and theFrmrh rrvalution, New Haven y I.ondees, Yalc University Press,
1989, pp. 41-67.
45 Vase el captulo 3.
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IA ILUSTRACIN
CONCLUSIN
3. ILUSTRACIN Y GOBIERNO.
NUEVO ARRANQUE O CONTINUACIN?
[41]
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1.A ILUSTRACIN
ILUSTRACIN Y GOBIKKNO
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LA ILUSTRACIN
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pa occidental. Este enfoque vea esencialmente la Ilustracin como
irrelevante para el absolutismo, pues asuma que aqulla era una
ideologa de la burguesa, mientras que la monarqua exista para
apoyar los intereses de la aristocracia feudal. Por eso, en la perspec
tiva marxista, las monarquas del siglo xviu se haban enfrentado a la
tarea imposible de tratar de reconciliar intereses irreconciliables: feu
dalismo y capitalismo, aristocracia y burguesa. La Ilustracin actu
como una superestructura ideolgica que se us para disfrazar
las consecuentes contradicciones de valores e intereses.7 Este enfo
que tiene, desde luego, muchos problemas. Es difcil aplicarlo a las
muchas monarquas cuyos estados, particularmente en Europa cen
tral y oriental, no contenan un nmero significativo de burgueses;
por otro lado, cabe dudar de la utilidad de describir a la aristocracia
de muchos estados en el siglo xviu, sobre todo de Europa occidental,
como feudal. Tampoco resulta fcil apoyar el supuesto marxista de
que los grupos sociales slo son receptivos o susceptibles de aceptar la
influencia de aquellos programas que se relacionan directamente con
sus intereses econmicos objetivos. Adems, este enfoque, por defini
cin, tiene poco que ofrecer a los muchos y diversos estados republi
canos. Por aadidura, la aristocracia y la burguesa no eran grupos
sociales monolticos, con actitudes totalmente unificadas frente a la
Ilustracin. Tratarla como una mera superestructura" es tambin
perpetuar (aunque por razones muy diferentes) la distincin entre
hechos y pensamientos que, paradjicamente, ocupaba un lugar tan
central en el viejo estilo de la historiografa de la Ilustracin.
El enfoque de la influyente obra de 1956 de Reinhard Koselleck,
Crtica y crisis,8 tambin fue diferente. En esta obra se considera que
la relacin entre la Ilustracin y el estado estuvo determinada por la
reaccin contra los conflictos religiosos de los siglos xvi y xvii. La
ideologa de la Reforma haba permitido que individuos y grupos
legitimaran una crtica irrestricta de la monarqua y de los dirigentes
de diversa fe, produciendo as en Europa una era de un desorden
ILUSTRACIN Y GOBIERNO
7 Por ejemplo, Perry Anderson, Lineages ofthe absolute State. Londres, New Lcft Books,
1974; Albert Soboul, 'Introduccin'', Philippe Goujard (com p.), L'Etuyetoprdte ou Dietionnam Raisonn des Sciences, des Artes el des Mrtiers: Tales choisies, Pars, Editions Sociales,
1952,1976,1984; Horst Mller, Die Interpretation der Aufklrung in der MarxistischLeninistischen Geschichtssreibung", Teilschrijlfr Histonsrhe Forsrhung, 14. pp. 438-472.
1977.
8 Reinhard Koselleck, Kritik und Krise: Eme Studie zur Pathogrnese der brgrrlirhen Wril.
Munich, Verlag, 1956.
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I.A ILUSTRACIN
ILUSTRACIN Y GOBIKRNO
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LA ILUSTRACIN
ILUSTRACIN Y GOBIERNO
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The weU-ordered police-state: Social and institutional changr thmugh law in Ihe fermanies and
Russia 1600-1800, New Havcn, Yale Univcrsity Press. 1983: T h e well-ordered police-state
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LA ILUSTRACIN
ILUSTRACIN Y GOBIERNO
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I.A ILUSTRACIN
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solamente pudo deberse a un compromiso personal. 1a tolerancia no
slo despertaba hostilidad, sino que tambin atacaba las races mismas
de la relacin tradicional entre la iglesia y el estado en la monarqua
austraca, y la involucraba implcitamente en una redefinicin radi
cal de sus poderes y su legitimacin, como veremos en el captulo 8.
Kn esta campaa en pro de la tolerancia es donde ms claramente
queda demostrado, por vez primera, tanto el compromiso de algunos
monarcas con una idea especficamente ilustrada como el precio que
pagaron por ello.
Muchos de los intentos por reformar las estructuras eclesisticas
tenan fuertes motivaciones econmicas. F.n numerosos pases cat
licos la iglesia era un gran terrateniente, si no el principal. Ciertos
economistas, como Pietro Verri, en Miln, o Francesco Galiani, en
Npoles, sealaron que el dominio del mercado de la tierra por
parte de la iglesia retrasaba el desarrollo agrcola e impeda que sur
giera un mercado dinmico de las tierras que pudiese ajustarse a las
necesidades de una poblacin rural en rpido crecimiento y generar
as mayores utilidades agrcolas. Este ataque contra el papel econ
mico de la iglesia no fue ms que uno de los aspectos del debate
econmico de la Ilustracin, gran parte del cual tuvo un impacto
directo en el gobierno. En el caso de la mayora de los gobiernos,
sobre lodo de Europa occidental, la Ilustracin atestigu el aban
dono de ortodoxias previas, que han sido descritas en general con
la denominacin colectiva de mercantilismo y que, por lo general,
sostenan que la verdadera riqueza se encontraba en las manufac
turas, en la acumulacin de metales preciosos y en las restricciones
al intercambio con los competidores comerciales. En el siglo xvm,
a medida que se expanda la economa, se fue aceptando cada vez
ms que los recursos econmicos tambin incluan gente, industria
c innovacin, y que era probable que el libre comercio diera benefi
cios para todos al hacer posible un mayor nivel general de actividad
econmica. Estas ideas fueron desarrolladas en Francia por un grupo
conocido como fisicratas, quienes consideraban que la verdadera
base de la riqueza estaba en la tierra y la agricultura. Precios ms
altos llevaran a tener mayores utilidades, las utilidades elevaran la
productividad agrcola, y a largo plazo se dara una mayor abundan
cia. Los fisicratas, entre los cuales se contaban promotores de gran
influencia, como Mercier de la Rivire, Quesnay, Mirabeau y Dupont
de Nemours, propugnaban el fin de los controles gubernamentales
de los cereales, la abolicin de las barreras aduaneras internas y la
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17James van Horn Mellon. Absolutista and Ihe eighteenth-cenlury origins of compulsorj
schooting in Prussta and Austria, Cambridge, Cambridge University Press, 1988; Harvey
Chisick, The limits of reform in Enlightcnment, Princeton, Princeton University Press,
1981.
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LA ILUSTRACIN
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gobierno, su religin, sus ideas de la ciencia y de las obras de arte, todo, en
breve, fue recopilado por Cook para sus contemporneos y para la posteri
dad. con fidelidad e incansable diligencia.1
I-A EXPLORACIN, EL CONTACTO TRANSCULTURAL Y LA AMBIVALENCIA
Sludirs in Volitare and llir righlrmth eentury, 1976 (15), pp. 797-826.
2 Ibid., p. 798.
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LA ILUSTRACIN
F.I capitn Cook fue hasta la p ro a del bote, lo llam d e m anera am istosa y
le arro j su p ropio pauelo y algunos otros, que aquel n o quiso recoger.
E ntonces el capitn, tom ando en las m anos unas hojas de papel blanco, des
em barc sin arm as en la roca y le extendi el papel al nativo. A hora el hom
bre tem blaba muy visiblem ente, y m ostrando en el rostro fuertes indicios de
m iedo, tom el papel, tras lo cual el capitn Cook, acercndose a l, le tom
la m ano y lo abraz, tocando la nariz del h om bre con la suya propia, que
es su form a d e saludarse. Con ello se disip su aprensin y llam [...] a dos
m ujeres, q ue vinieron y se unieron a l, m ientras varios de nosotros desem
barrbam os para acom paar al capitn. Se produjo una breve conversacin,
de la que poco entendieron am bos lados, p o r falta de un conocim iento com
pleto de su lenguaje.
*Johann Forster, A voyagr antund thr vxnid, compilado por N. Thomas y O. Berghof,
Honolul. Univcrsity of Hawaii Press, 2000, pp. 137-138.
Las representaciones de la sensualidad femenina y la fuerza masculina intervenan tambin en la reciente polarizacin
influencias clsicas, sobre todo en la figura del flautista de la izquierda, que sigue el modelo de los pastores de Arcadia.
por Cook y Bougainville: en esta representacin se mezclan danzas, msica, celebracin y sensualidad. Tambin aparecen
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LA ILUSTRACIN
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LA ILUSTRACIN
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slo sirven para p ertu rb ar esa feliz tranquilidad que ellos y sus antepasados
haban gozado. Si alguien niega la verdad de esta afirm acin, que m e diga
qu han sacado de b u en o los nativos de toda la extensin de A m rica del
com ercio que han tenido con los europeos.9
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El sentimiento antiesclavista tambin logr crear casos legales cuyos
juicios revelan todos los problemas y ambigedades que hemos men
cionado. Sin duda el caso ms famoso fue el relacionado con James
Somerset, esclavo propiedad de un plantador, Charles Stuart. Stuart
llev a Somerset consigo a Inglaterra en 1769. Cuando en octubre de
1771 estaba prximo su regreso a Virginia, Somerset huy de su amo.
Stuart hizo que volvieran a capturarlo y lo mantuvieran prisionero a la
fuerza en un barco que aguardaba anclado en el puerto de Londres,
con destino a Jamaica, donde se lo vendera. Al proceder as, Stuart
afirmaba sus derechos de dueo de una propiedad para disponer
de manera absoluta de su esclavo. Los activistas antiesclavistas, como
(iranville Sharpe, reclutaron abogados que actuaran en representa
cin de Somerset y el caso fue llevado ante el juez Mansfield en 1772.
Los abogados de Somerset sostenan que, al condenar al regreso, se
volver tan impracticable la resurreccin de la esclavitud domstica
por introduccin desde nuestras colonias y desde otros pases como
lo es aqu de origen". Mansfield, a regaadientes, dictamin que no
poda obligarse a Somerset a volver a Virginia contra su voluntad.
CUANDO LAS PERSONAS SON PROPIEDADES
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LA ILUSTRACIN
After Somerset: Mansfield, slavery and the law in England, 1772-1839', Norma Landau
(com p.), Ijtnn (rime and EngjBsh society, 660-1830, Cambridge, Cambridge University
Press, 2002.
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6. EL PENSAMIENTO DE LA ILUSTRACIN
ACERCA DEL GNERO
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LA ILUSTRACIN
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las que habran de configurar los argumentos que a finales del siglo
plantearan autores como Mary Wollstonecraft, Theodor von Hippel
o el marqus de CondorceL5
El libro de Wollstonecraft fue importante, no slo por el lugar de
clsico que ha adquirido en el pensamiento femenino contempo
rneo, sino tambin porque fue uno de los primeros libros que se
enfrentaron francamente a las contradicciones implcitas en las ideas
de gnero de la Ilustracin y sealaron sus problemas para la estructu
ra del pensamiento ilustrado. Wollstonecraft mostr que las ideas de
feminidad sostenidas por autores como Rousseau, que consideraban
que las mujeres eran diferentes e inferiores a los hombres, no hacan
ms que reproducir en la vida domstica como ya haba indicado
Voltaire el sistema poltico basado en el privilegio y el poder arbitra
rio del que gozaban los reyes y los aristcratas sobre sus sbditos o los
dueos de esclavos sobre stos, elementos que los mismos pensadores
estaban tan dispuestos a criticar en otros contextos.6 La autora identi
fic tambin contradicciones ms serias que se centraban en el gnero.
Indic que la Ilustracin se basaba en ideales tales como la razn y la
virtud, que se pretenda eran innatos en todos los seres humanos o
alcanzables por stos. Pero la racionalidad era precisamente lo que les
negaban a las mujeres autores como Rousseau y los escritores mdicos,
mientras que la virtud, en el caso de las mujeres, se defina exclusiva
mente en sentido sexual. Sin embargo, como lo seala Wollstonecraft,
esas maniobras slo podan llevar a un peligroso relativismo moral que
impedira tambin el progreso de la Ilustracin al ponerle sexo a la
moral.7 Adems poda socavarse todo intento de vincular la Ilustra
cin a la religin por definir la virtud de un modo para los hombres
y de otro distinto para las mujeres. Incluso:
Si las m ujeres son, p o r naturaleza, inferiores a los hom bres, sus virtudes
deben ser las mismas en calidad, ya que no en grado, o la virtud es u n a idea
relativa [...]. la virtud n o tiene m s que u na no rm a etern a.8
5 M. Wollstonecraft, op. di.; Theodor von Hippel, ber die burgcrtiche Verbeserungder
Weiber, Berln, 1792, reimpreso en Vaduz, 1981. Nicols Caritat, marqus de Condorcet,
"Leltres dun bourgois de New Haven", Oeuvres completes de Condorcet, Pars, 1804, xn,
pp. 19-20; Ddaration des droits: Egalit", ibitL, pp. 286-288.
fi M. Wollstonecraft, op. ciL, pp. 121-122.
1 IbL. p. 121.
8 Ibid., p. 108; vanse tambin las pp. 109 y 1S9.
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Ij\ ilustracin
Es una farsa llam ar virtuoso a cualquier ser cuyas virtudes no resulten del
ejercicio de su propia razn.9
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[...] las jerarq u as d e ordenam iento divino o la costum bre inm em orial com o
base para la creacin o la distribucin del p o der en las relaciones entre hom
bres y m ujeres.16
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No obstante, era sta una ideologa que las mujeres que absorban
esas diatribas en favor de la lactancia materna obedecan con ciertos
costos. Como dej en claro Rousseau, el precio de una limpia con
29 D. G. Charlton, Thcnew Eve", New imagesofthe natural inFrance: A study in European
rultural history 1750-1800, Cambridge, Cambridge University Press, 1984; Mary Sherriff,
Fragonards erolic mothers and the politics of reproduccin , L. Hunt (comp.), Erotism
and the body politics, Baltimore y Irmdrcs, Thejohns Hopkins University Press, 1991, pp.
140; (arle Duncan, Happy mothers and other new ideas in Frcnch art, Art tulietin,
55, pp. 570-583, 1973.
90 M. Sherriff, op. te, C. Duncan, op. L
31 Mary 1.indeman, Love for hirc: The regulalion of the wet-nursing business in
eighleenlh-century Hamburg", Journal of Family History, 6, pp. 379-395; G. Sussman,
Selting mothers milk: The wet-nursing business in France,1715-1914, Urbana, University of
Illinois Press, 1982.
MJ.J. Rousseau, mile..., op. t p. 45.
112
LA ILUSTRACIN
7.
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tory, 1984. pasan revista a las actitudes de la Ilustracin, muchas veces contradictorias,
sobre las mujeres.
M F. M. A. de Voltaire, Femmes, soyez soumises vos maris", Dialogues el ancdota
philosophiques, compilado por Raymond Nares. Pars. 1955, p. 216; Denis Diderot, Sur
les lemmes". Omines, compilado por Andr Billy, Pars, 1951, p. 985.
55 D. Diderot, op. ciL
** D. Diderot, op. l.\ F. M. A. de Voltaire, op. t.; Montesquieu, De 1esprit des /os,
libro xviii, i, Pars, 1748.
119
CONCLUSIN
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39 D. Oiitram, The body and thr Frmch Revohitian: Sex. class and politieal culture, New
Haven y Londres, Yale University Press, 1989.
7. CIENCIA E ILUSTRACIN:
ORDEN DIVINO Y COMPRENSIN HUMANA
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dos histricos y literarios eran, por las razones que este autor, mucho
ms estables que el conocimiento de la naturaleza y, por lo tanto,
representaban un tipo superior de producto intelectual.
Los pensadores de la Ilustracin que trataron de encontrar una
base para el conocimiento del mundo exterior, como John Locke
(1632-1704) o tienne Condillac (1715-1780), rompieron con las ideas
previas y destacaron el papel de las impresiones sensibles del mundo
exterior en la formacin de conceptos abstractos. Una consecuencia
de esta creencia fue que el hombre slo poda conocer las apariencias,
no las verdaderas esencias de las cosas externas:
Las ideas no nos perm iten, de m anera alguna, conocer a los seres tal com o
son en realidad; m eram ente los pintan en los trm inos de su relacin con
nosotros, y esto, por s solo, basta para dem ostrar lo vano de los esfuerzos de
esos filsofos que preten d en p en etrar la naturaleza de las cosas.7
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PRINCIPES
MATH M ATIQUES
DELA
P H IL O S O P H IE N A T U R E L U E ,
ParfcucMadamelaMarquifeDU CaASTELLET.
TOME PREMIER.
A PARIS,
D e s a i h t 6 cS a i l l a m t , rae S . Jean de Beauvais,
Chez L a m b e r t , Imprimeur - Libraire, rae 6c a c o t
de la Comdie Fran<joiTe, au PanufTe.
M. D . C C L I X .
AVEC APPROBATION bT PRJV1LGE DU ROI.
9.
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LA ILUSTRACIN
135
posibilidad misma de clasificar a los seres vivos de modo de revelar as
la verdadera estructura de la naturaleza. Mientras que Linnaeus pen
saba que las especies podan revelar verdades acerca de la naturaleza,
Buffon estaba convencido de que los individuos que forman parte de
sta no podan ser clasificados de maneras que revelasen tales verda
des y que las clasificaciones eran meros recursos heursticos.13
Adems, Buffon estaba mucho ms interesado que Linnaeus en la
idea de que la naturaleza tena una historia, que su estado actual no
era el mismo que tena cuando Dios la haba creado. Emple evidencias
fsiles y experimentacin fsica para sostener que el mundo y la vida
mismos eran mucho ms antiguos de lo que indicaba una adhesin
rigurosa a la cronologa sealada por el relato de la creacin del libro
del Gnesis. Esta importacin del pensamiento histrico a la historia
natural ha sido vista por Michel Foucault como una de las formas esen
ciales en las que la ciencia de la Ilustracin comenz a diferir de mane
ra bsica de la de pocas anteriores, mucho ms preocupada por ubicar
a los seres vivos en relaciones taxonmicas estticas entre s.14 Foucault
considera esta idea de que la naturaleza tambin tena una historia
que las especies no emergan perfectas e inmutables de la mano divi
na sino que cambiaban en respuesta a otras presiones, a lo largo de
periodos mucho ms prolongados que los que indicaba la comprensin
del momento de la cronologa bblica como la precondicin esencial
para la aparicin de la teora darwiniana en el siguiente siglo y, con ella,
el inicio de la modernidad cientfica. Lo que resulta ms pertinente
para nuestros propsitos es que la cuesdn de la historia de la naturale
za tambin muestra el surgimiento de diferencias entre los objetvos de
la teologa y de la interrogacin cientfica. El trabajo de Buffon acerca
del ritmo de enfriamiento de la Tierra fue condenado por la Facultad
de Teologa de Pars, la Sorbona, porque sus resultados implicaban
que la Tierra era mucho ms angua de lo que se haba pensado hasta
entonces, pero de cualquier manera se lo reimprimi y se convir en
el best-seller Epoques de la nature [Las eras de la naturaleza].
Otros philosopftes, como Diderot, se dedicaron a la naturaleza de la
vida misma, y elaboraron un retrato de sta como la fuerza constitutiva de la naturaleza, un impulso que tenan los propios seres vivos
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JOHANN PEZZl.
VOI.TAIRE1
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2 Keith Thomas, Religin and the decline of magic: Studies in popular bdief in sixteenth
and sevenletnlh-eenlury England, Londres, 1863. pp. 640 y 659.
* Michel Vovelle. Pitebaroqueel dcrislianisation en J*mtienceau XVinesicle: La altitudei
deuanl la mor d'aprs la clames des testamrnls, Pars, Pin, 1973.
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cin con la religin alejndolas de los interrogantes sobre la verdad
religiosa/teolgica, que obsesionaran a la era de la Reforma de los
siglos xvi y xvn, para obsesionarse de igual manera con la utilidad de
la religin, en el sentido de proporcionar estabilidad social. O, segn
l, la Ilustracin simplemente vea la religin como una derivacin
de otros fenmenos, como las leyes de la naturaleza, que podan ser
conocidos por el hombre. En todo caso, la religin dejaba de tener
un papel independiente en relacin con un mundo de la fe que le
resultaba slo parcialmente cognoscible al hombre, y se asimilaba por
entero a las necesidades y la comprensin humanas. Una vez que el
hombre se convierte en un fin en s mismo que era, segn Hegel,
lo que suceda en el pensamiento ilustrado, una vez que pierde
la aspiracin religiosa, queda atrapado en su propio solipsismtf y es
incapaz de juzgarse correctamente a s mismo o de entablar lazos no
utilitarios con otros seres humanos. De esta forma, Hegel, al igual que
Kant, vean la Ilustracin como un proyecto inconcluso para alcanzar
la libertad intelectual y espiritual. Pero para el primero, la Ilustracin
se haba traicionado a s misma y haba dejado incumplida su misin
religiosa, debido a la naturaleza de la imagen del hombre que produ
jo, que se centraba en la autonoma y la autosuficiencia humanas.5
Esta visin de las relaciones entre la Ilustracin y la religin tuvo
enorme influencia, del mismo modo que el punto de vista hegeliano
acerca del pensamiento religioso del Iluminismo tuvo un peso conside
rable, especialmente en el caso de Francia. Movimientos religiosos tales
como el desmo, particularmente fuerte en Gran Bretaa y en Francia,
negaban que el hombre pudiera llegar a tener algn conocimiento
del creador, aparte del mero hecho de su" existencia. Autores como
Voltaire, alternadamente, abogaban contra toda religin organizada o
sostenan que la observancia religiosa slo poda tolerarse debido a su
utilidad para producir estabilidad social, no porque sus afirmaciones
fuesen realmente ciertas. Un materialista comojulien Offray de la Mettrie (1709-1751) arga, en L'homtne machine, de 1747, que el alma no
exista y que todo conocimiento provena, en ltima instancia, de las
impresiones sensoriales del mundo fsico circundante.6 Los hombres,
EL ORIGEN DF.I, PAGANISMO MODERNO?
5 Este anlisis debe mucho a Lewis Hinchman, HrgrTs critique of Ihe Entighienment,
Cainsville, Univcrsily Presses of Florida, 1984, captulo 5. Vase tambin H. R. TrevorRoper, "The religious origin o f ihe Enlightenmcnt", Religin, Refonnation and social change,
Macmillan, 1987. 1.a cita de Hegel es de Fenomenologa del espritu, op. cit.
6Julicn Offray de la Mettric, Lhomtne machine (1747), compilado por Paul Laurent
Assoun, Pars, Denol/Gonthier, 1981.
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1iety and polities: Religin and the rise of absolutista in Engtand, Wrtlemurg and Prussin,
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9. EL FIN DE LA ILUSTRACIN:
CONSPIRACIN Y REVOLUCIN?
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Alexis de Tocqueville public su The Anden Rgime and the French
Revolution [El antiguo rgimen y la Revolurn francesa]. De Tocqueville,
un poltico liberal preocupado por las crecientes tendencias auto
ritarias en Francia despus de que Luis Napolen tomara el poder
en 1852, no era una Figura conservadora que mirara con pesar los
tiempos idos en los que el trono y el altar permanecan incuestiona
dos. Le interesaba mucho demostrar que haba continuidad entre el
siglo xvm y la revolucin, pero que sta no radicaba, como la viera
Barruel, en una conspiracin exitosa de los philosophes, sino ms bien
en el poder creciente del estado centralizado que, en su opinin, no
haba perdido fuerza entre el antiguo rgimen y la propia revolucin,
y que tena tanta capacidad de extinguir la verdadera libertad como
la que tuvieran los excesos del gobierno de la plebe. De Tocqueville
afirmaba que, una vez llevados por los acontecimientos a la poltica
prctica, a partir de 1789, los philosophes, a los que vea como pensa
dores utpicos y sin experiencia, haban sido incapaces de ofrecer
un baluarte ideolgico contra el avance del terror poltico que haba
llevado adelante el desarrollo de la centralizacin. De hecho, su idea
lismo utpico, tanto antes como despus de 1789, haba creado una
situacin en la cual no fue posible contener el debate y las diferen
cias legtimas, por lo cual el terror se convirti en la nica manera
de ejercer el poder, lo que condujo a un enorme reforzamiento del
gobierno central desptico. Para nuestros propsitos, la influyente
historia de De Tocqueville se presenta como una versin negativa de
la tesis de Barruel.
Gran parte de la tesis de De Tocqueville ha encontrado ecos, algunos
ms distantes que otros, en los estudios histricos actuales. Un ejemplo
es el nfasis de Robert Darnton en los escritos de oposicin de Grub
Street" como factor que socav la autoridad a finales del siglo xvm.
Tambin lo es, en una direccin diferente, el planteo de Keith Baker
en el sentido de que la Repblica de las Letras sirvi, no slo como
sustituto del verdadero debate poltico antes de la revolucin, sino tam
bin como prototipo de la poltica de la esfera revolucionaria pblica.6
Baker coincidira con De Tocqueville en que, bajo el antiguo rgimen:
EL FIN DE LA ILUSTRACIN
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1.A ILUSTRACIN
El manto de los philosophes ofreci asilo seguro a las pasiones del momento, y
el fermento poltico se canaliz a la literatura, con el resultado de que ahora
nuestros escritores se convirtieron en lderes de la opinin pblica, y durante
un tiempo desempearon el papel que en los pases libres recae normalmen
te en el poltico profesional.7
Esta opinin coincide con la de Habermas acerca de la esfera
pblica de la Ilustracin que analizamos en el captulo 1. La recien
te reinterpretacin de la revolucin que hizo Fran^ois Furet recoge
tambin esta versin benigna de la tesis de De Tocqueville cuando
destaca la importancia de las reuniones intelectuales informales prerevolucionarias, las socits de pensr, que presagiaron muchas de las
formas de organizacin y movilizacin revolucionarias.8 No obstante,
todas estas interpretaciones modernas difieren en un aspecto impor
tante de la de De Tocqueville: se interesan mucho ms por la forma
de la asociacin entre los hommes de lettres, philosophes o intelectuales
aficionados que en el contenido real de la crtica al antiguo rgimen.
En otras palabras, no se ocupan directamente ni de las acusaciones
de Barruel acerca de que el contenido de sus ideas en contra del viejo
rgimen habra lesionado tambin a la iglesia y a la monarqua, ni de
las imputaciones de De Tocqueville de utopismo" o falta de sentido
prctico. Franfois Furet, en particular, no hace mayor esfuerzo por
vincular su descripcin de la naturaleza especfica del pensamiento
y el lenguaje revolucionarios, en especial la de los jacobinos, con la
Ilustracin. De manera que el nfasis en la continuidad entre las for
mas sociales de la Repblica de las Letras y las formas polticas de la
revolucin deja sin respuesta el interrogante acerca del impacto de
los escritos mismos de los philosophes.
Se u ala, en parle, de un alejamiento deliberado del estilo de an
lisis de, por ejemplo, Louis Blanc, quien en su Histoire de Ui Rvolution
Francaise, de 1874, hace un esfuerzo sostenido por rasU'ear las ideas
de la Encyciopdie a lo largo de toda la revolucin. Tambin refleja el
7 Alexis de Tocqueville, The Od Regime and thrt'rmch Rvolution, compilado por H.
Brogan, Londres. 1966. pp. 165-164.
* Franfois Furet, Interpreting theFrrnrh Rvolution. Cambridge, Cambridge University
Press, 1981, publicado originalmente com o Prnsrr la Rvolution Fmnfae; Pars, CalUntard, 1978. Aqu resulta de especial relevancia el anlisis que hizo Furet de el ms
malinterprctado de los historiadores de la Revolucin francesa* (p. 212), Augustn
Cochin, sobre lo que l llama las sodts de pensr del antiguo rgimen, el heterogneo
grupo de asociaciones intelectuales que iba desde las academias provincianas hasta las
logias y clubes masnicos.
EL FIN DE LA ILUSTRACIN
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lA ILUSTRACIN
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gran controversia en torno de cun revolucionarios" o democrticos
fueron los alzamientos que Palmer estudia. Los Pases Bajos austra
cos, por ejemplo, estaban tan interesados en restablecer la relacin
histrica de la provincia con Viena que vean amenazada por Jos
II como en crear una ligera extensin de la participacin poltica.1
EL FIN DF. lA ILUSTRACIN
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sas instituidas all por Pedro Leopoldo y los obispos jansenistas a fin
de reducir el esplendor y el derroche del culto, el nmero de feria
dos religiosos y la riqueza de las rdenes religiosas, especialmente
de aquellas que no desempeaban labores socialmente tiles.12 En
Hungra, la rebelin amenaz los esfuerzos del emperador Jos por
modificar las relaciones entre los vasallos y los terratenientes y por
alterar los vnculos entre Viena y Budapest. Muchos gobernantes die
ron marcha atrs a sus programas ilustrados de reforma en el decenio
de 1790, dejando aislados a aquellos elementos de las lites y el servi
cio del estado que antes haban apoyado esas transformaciones. Esos
grupos fueron la base del apoyo a Francia en muchas reas cuando
los ejrcitos de la Revolucin francesa, a partir de 1792, empezaron
a crear repblicas satlite en Holanda, Suiza, Npoles y el norte de
Italia. En esas regiones hubo muchos que lograron convencerse de
que la anexin a Francia era la nica manera de preservar los pro
gramas de reforma de la Ilustracin. Al menos esos contemporneos
no vieron ruptura alguna entre la Ilustracin y la revolucin en Fran
cia. Que con frecuencia las esperanzas que cifraban en los franceses
resultasen total o parcialmente frustradas no altera ese hecho. Todo
esto significa que una vez que abandonamos el modelo lineal de una
historiografa ms antigua, de un siglo ilustrado que concluy catas
trficamente con una revolucin, podemos ver que la relacin entre
ambos fenmenos era mucho ms compleja. Las revueltas y revolu
ciones se produjeron a lo largo de toda la Ilustracin. Algunas de
ellas se incorporaron al corazn mismo de sta, como lo demuestra el
enaltecimiento de Pasquale Paoli, cabeza del movimiento para lograr
la independencia corsa de la repblica de Gnova, quien apareca
como luchador heroico contra el despotismo para pensadores tan
distintos como David Hume yjean-jacques Rousseau. Otros levanta
mientos, como Viva Mara en Toscana, estaban en clara oposicin
a los programas ilustrados.
Por otro lado, la Ilustracin tampoco estaba demasiado cmoda
con el concepto de revolucin. Queda claro, por ejemplo, que slo
gradualmente, a todo lo largo del siglo xvm, la palabra lleg a tener
las connotaciones propias del siglo xx; por eso, al analizar el vnculo
12 Estas revueltas no tardaron en vincularse a la hostilidad hacia las reformas eco
nmicas de Pedro Leopoldo, en especial hacia la desregulacin del comercio de los
granos. Vase Gabriele Turi, Viva Mana": h i irazione alie rifarme Uopoldine 1790-1799,
Florencia, Olschki, 1969.
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lA ilustracin
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ii (1729-1796). Emperatriz de Rusia, fue influida por Voltaire, Montesquieu y la Enciclopedia, y mantuvo correspondencia con
Voltaire, Diderot y madame Geoffrin, anfitriona de un saln. Intent
europeizar Rusia, pero con frecuencia se ha cuestionado su relacin
c a t a l in a
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f r a n k l i n , Benjamin (1706-1790). Se form como impresor en Filadelfia. Entre 1730 y 1748 public Im Gaceta de Pensilvania; de 1732 a
1757, el Almanaque del pobre Richard, coleccin de preceptos morales
e informacin. Alrededor de 1727 cre el club de debates Junto, al
que suele considerarse el origen de la American Philosophical Society, establecida formalmente en 1743 y que sigue siendo, hasta hoy,
una de las instituciones ms importantes de la vida cultural estadu
nidense. Franklin intervino tambin en la fundacin, en 1742, de la
Biblioteca Pblica de Filadelfa. A partir de 1746 experiment con la
electricidad, aunque ahora se cuestiona si alguna vez realiz el famo
so experimento de la cometa. Hasta entonces, su vida haba sido un
perfecto ejemplo de manipulacin ilustrada del poder de la imprenta
y la discusin. La eminencia que obtuvo con ello se tradujo en posi
ciones de poder poltico. Pas los aos 1766 a 1770 tratando de lograr
la conciliacin entre Londres y los colonos americanos. Fue miembro
del comit que redact la Declaracin de Independencia, y pas los
aos 1776 a 1785 en Pars, negociando un tratado de comercio y
una alianza militar defensiva. En 1790 present al congreso varios
memoriales exigiendo la abolicin de la esclavitud. Al respecto, sus
acciones directas contrastan con las opiniones equvocas dejefferson
sobre los mismos temas.
BIOGRAFAS BREVES
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je f f e r s o n
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LA ILUSTRACIN
especial la expedicin de Zebulon Pike y la de Lewis y Clark [18041806]) y fund la Universidad de Virginia. Elegido (1769-1776) como
miembro de la Virginia House of Burgesses (la primera cmara repre
sentativa de los Estados Unidos), actu como presidente del comit
que redact la Declaracin de Independencia. Incluy en ella pasajes
contra la esclavitud que fueron eliminados ante la insistencia de las
delegaciones de Georgia y Carolina del Sur. Fue gobernador de Virgi
nia entre 1779 y 1781 y ministro estadunidense en Francia de 1785 a
1789. Durante su presidencia se produjo la expansin de los Estados
Unidos gracias a la compra de Luisiana, un vasto territorio de lmites
desconocidos que se extenda al oeste del ro Mississippi. Propietario
de esclavos durante toda su vida, prohibi su importacin, pero no
su posesin ni el trfico interno en el pas. Su nica obra publicada,
Notes on the State of Virginia, una compilacin de informacin acer
ca de la geologa y la historia natural del estado, con observaciones
sobre el problema de la esclavitud, apareci en 1781.
, sir William (1746-1795). Nacido en Inglaterra, ya desde joven
demostr un marcado inters por los idiomas. Su inters persisti
mientras estuvo en Oxford, donde estudi literatura oriental y adqui
ri el conocimiento de lenguajes como el persa, el rabe, el hebreo,
el italiano, el espaol, el chino y el portugus (antes de morir cono
ca en total trece lenguas). Despus de adquirir cierto renombre
como orientalista, decidi dedicarse a una ocupacin ms rentable.
En 1774 aprob los exmenes de la barra de abogados y en 1783
lleg a ser juez de la suprema corte en Bengala, India. Poco despus
fue elevado al rango de caballero. Afortunadamente, su inters por
los estudios orientales no ces con su xito en el campo del derecho.
Estudi snscrito, fund la Sociedad Asitica de Bengala, tradujo
muchos textos indios fundamentales y, en general, plante la impor
tancia de buscar la sabidura en Oriente. Tambin, al sealar la simi
litud del snscrito con el latn y el griego, fue el padre del campo de
la filologa comparada.
jo n e s
BIOGRAFAS BREVES
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Johann Gaspar (1741-1801). Nacido en Zurich, fue el decimotercer hijo de un mdico que tambin ocupaba cargos importantes
en el gobierno de la ciudad. En 1763 hizo un viaje de un ao a Pomerania, en el norte de Alemania, uno de esos viajes educativos que
realizaban con frecuencia los intelectuales de clase media con aspira
ciones cuyo objetivo era hacer contactos y acumular informacin de
todo tipo. Su viaje le permiti trabar amistad con Moses Mendelssohn
y con el poeta Klopstock. En 1774 realiz un viaje similar a lo largo del
Rin y conoci a Goethe, quien apoy inicialmente sus teoras fisiognmicas, pero luego las atac. En 1771 public su obra ms famosa,
los Physiognomische Fragmente. El libro caus mucha controversia y ter
min por recibir poco apoyo de la comunidad intelectual. Su teora
acerca de que las cualidades del carcter (por ejemplo, controversin o afecto) podan localizarse en rasgos de la parte exterior del
crneo fue importante para investigadores posteriores en la localiza
cin de reas cerebrales. Sus contemporneos, empero, sealaron la
naturaleza arbitraria de las definiciones de cualidades del carcter y
cuestionaron la idea de que la formacin exterior del crneo tuviese
alguna relacin con la configuracin del cerebro mismo. Lavater se
opuso enrgicamente a la Revolucin francesa y recibi heridas fata
les durante el sitio francs a Zurich, en 1799.
lavater,
186
LA ILUSTRACIN
BIOGRAFAS BREVES
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, Charles-Louis de Secondat, barn de la Brde (16891755). Era miembro de una familia destacada dentro de la nobleza
dedicada a las leyes en Francia y fue presidente del Parlement, o corte
de apelaciones soberana de Burdeos, a partir de 1726. En 1721 apa
reci su primera obra de importancia, Cartas persas, una stira a las
instituciones francesas que, al mismo tiempo, presentaba una visin
m o n t e s q u ie u
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BIOGRAFAS BREVES
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s m it h
turgot
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v o l t a ir e ,
w esley
BIOGRAFAS BREVES
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, Johann
z i n z e n d o r f , Nikolaus Ludwig, Graf von (1700-1760). Naci en Dresde, Alemania. Su sensibilidad religiosa fue configurada por el pietismo de su padrino Spener y el Paedagogium de Francke en Halle.
Se form como jurista en Wittenberg y tambin estudi teologa. Se
desempe como funcionario pblico desde 1721 hasta 1727, cuando
192
LA ILUSTRACIN
abandon esa senda para convertirse en lder de un grupo de moravos exiliados debido a sus creencias religiosas. Les permiti instalarse
en sus propiedades, donde fundaron una comunidad llamada Herrnhut (proteccin del Seor). Fund la iglesia morava y se convirti en
su obispo en 1734, cuando se orden en Tubinga. Consideraba que
los moravos eran parte de la iglesia luterana y que se concentraban
en el misticismo de Jess y en la importancia de la comunidad
religiosa. Sus acciones lo enfrentaron a los cristianos ms ortodoxos,
y fue exiliado de Sajonia en 1736. Sigui trabajando por expandir
la influencia del moravianismo, fundando congregaciones por todo
el mundo. Fue asimismo un escritor prolfico, que dej ms de cien
libros y numerosos himnos moravos.
194
IA ILUSTRACIN
195
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LA ILUSTRACIN
197
ca", American Historical Review, 67, 1962, pp. 339-351; acerca de JeTerson, vase N. C. Cunningham, / pursuit of reason (Baton Rouge, 1981).
Sobre historia religiosa, cuyos temas recorren con tanta intensidad la
Ilustracin, G. Cragg, The Church in the age of reason (Oxford, 1960) es
una visin confiable. El conflicto religioso dentro de la iglesia catlica
y sus considerables consecuencias polticas se estudian en Dale van
Kley, TheJansenists and the expulsin of theJesuits from Frunce 1757-1765
(New Haven, 1975), mientras que C. Becker, The heavenly city of the
eighteenth-century philosophers (New Haven, 1932), seala que las posi
ciones antirreligiosas adoptadas por algunos de los principales pensa
dores slo lograron crear una religin alternativa de la razn.
Robert Mauzi, Lide de bonheur dans la Uttralure el la pensefrnjense au
X\We siecle (Pars, 1960), analiza una de las principales ideas que reem
plazaron el pensamiento religioso tradicional con respecto al lugar
del hombre en la tierra. Henry F. May, The Enlightenment in America
(Nueva York, 1976), destaca de manera parecida el papel de la reli
gin, aunque debera comparrselo con el estudio clsico de Frank
Manuel, The eighteenth century confronts the gods (Nueva York, 1967),
que muestra otras lneas de la Ilustracin que se interesan por desmi
tificar la religin. G. R. Cragg, Reason and authorily in eifjiteenth-century
England (Cambridge [Inglaterra], 1964), y Hans Frei, The eclipse of
Biblical narrative (New Haven, 1977), narran aspectos diferentes de la
misma historia sobre el impacto de la religin comparada en el esta
tus del cristianismo. Los estudios clsicos de John McManners, l)eath
and the Enlightenment: Changing altitudes to dealh among Chrislians and
unMievers in eighteenth century Trance (Oxford, 1981), y de Robert R.
Palmer, Catholics and unbelievers in Enlightenment Trance (Nueva York,
1961), siguen siendo valiosos. En este periodo, las iglesias misioneras
desempearon un papel muy importante en la globalizacin, incul
cando creencias similares en territorios muy alejados entre s y provo
cando muchas veces la desaparicin de las religiones tradicionales.
Sobre una de las iglesias misioneras ms exitosas vanse Coln Podmore, The Aloravian Church in England, 728-1760 (Nueva York, 1998);
Artluir Jantes Freeman, An emmenical theology of the hearl: The theology
of Count Nicholas Ludwig von Zinzendorf (Bethelhem y Winston-Salem,
1998); vase tambin C. B. Cowing, The Great Axoakening and the Ameri
can Revolution (Chicago, 1971). Sobre la ciencia de la Ilustracin,
todava tan enredada con la teologa, no hay un panorama general.
El libro dejaeques Roger, Buffon: Un phihsopheauJardn du Roi (Pars,
1992), es fruto de toda una vida de erudicin, igual que Les Sciences de
198
I.A ILUSTRACIN
la vie dans la pense francaise au xvnie sicle (Pars, 1963). D. G. Charllon, New images of the natural (Cambridge [Inglaterra], 1984) y C.
Glacken, Traces on the Rhodian shore: Nature and culture in Western
thought (Berkeley, 1967), analizan aspectos de la metfora central de
la naturaleza en la Ilustracin. K. M. Baker, Cxmdorcet: From natural
philosophy to social mathematics (Chicago, 1975), explora la creciente
interaccin entre las ciencias sociales que se iban desarrollando a
Anales de la Ilustracin y las ciencias fsicas y matemticas. El impacto
de la ciencia en la comprensin de la historia mundial se revisa en P.
Rossi, The darle abyss of time: The history of the earlh and the history of nationsfrom HooketoVico (Chicago, 1984). Si bien el impacto de la ciencia
en la visin del gnero fue muy grande, tambin cre un pensamien
to mucho ms antiguo, como se demuestra en George Rousseau y
Roy Porter (comps.). Sexual underworlds of the Enlightenment. La con
tribucin de las mujeres a la ciencia se analiza en Londa Schicbinger,
The rnind as m sex? Wometi in the origins of modern Science (Cambridge
[EU A], 1989). 1.a importancia del papel de philosaphe para las muje
res se estudia en Katherine Clinton, "Femme et philasophe: Enlighten
ment origins of feminism", Eighteenth Century Studies, 8,1975, pp. 283299. Tambin el mundo no europeo, igual que las mujeres, se vea
como algo natural. Ciertos aspectos de esta conexin se analizan en
la obra del colaborador de Raynal en Yves Bnot, Diderol: De l'atheisme
a Tanti-coloniafisme (Pars, 1970), y en Gilbert Chinard (comp.),
Introduction a Supplment au vayage de Bougainville (Pars, 1933).
Buena parte de los sistemas econmicos de la Ilustracin, as como el
poder de muchos estados, dependan de esas economas del mundo
colonial. El uso de trabajo forzado contribuy en gran medida a sus
finanzas, sobre todo en el caso de Francia e Inglaterra. El trfico de
esclavos tambin hizo un gran aporte a la globalidad de la Ilustracin.
La llegada de los esclavos, que fue probablemente la mayor migra
cin forzosa de la historia, provoc la aparicin de nuevas culturas,
furiosos debates en la Ilustracin y un impacto perdurable sobre la
cultura, la sociedad y la poltica de toda Amrica. R. B. Davis, The
prohlem of slavery in the age of Revolution, 1770-1823 (Ithaca, 1975),
sigue siendo un anlisis clsico. Entre los estudios recientes ms valio
sos se cuentan David Eltis y David Richardson (comps.), Direction,
ethnicity and mortality in the transatlantic slave trade (Londres, 1997);
Robin Blackburn, The overthrow of colonial sltwery 1776-1848 (Londres,
1988); Philip D. Gurtin, The riseand fall of the plantation complex; Essays
in Atlantic history (Cambridge [Inglaterra], 1990); Michael Mullin,
199
Africa in America: Slave acculluration and resislance in the American South
and theBritish Caribbean, 1736-1831 (Urbana, 1992); Gwendolyn Midi
Hall, Africans in Colonial Louisiana: The devdopmenl ofAfio-Creole culture
in the eighteenth century (Baten Rouge, 1992);John F. Sensbach, A sepa
rte Canoan: The making of an Afro-Moraxnan world in Norlh Carotina,
1763-1840 (Chapel Hill, 1998); Alian Kulikoff, Tobacco and slaves: The
deuelopmenl of Southern cultures in the Chesapeake, 1680-1800 (Chapel
Hill, 1986); Mervyn C. Alleyne, Roots ofJamaican culture (Londres,
1988); C. L. R. James, The blackJacobins: Toussaint L'uverture and the
San Domingo Revolution (Nueva York, 1989, 2a. ed.). John Axtell, Nuli
ves and newcomers: The cultural origins of Norlh America (Oxford, 2001),
analiza, en varios ensayos, los encuentros transculturales entre los
colonos blancos y las naciones indias durante este periodo. Tambin
sigue siendo valioso el trabajo clsico de Robert F. Berkhofer, Salvation and the savage: An analysis ofProtestanl missions and A merica n Iridian
response (Lexington, 1965). Algunas de las consecuencias de las com
plejas interrelaciones que tuvieron lugar en la Amrica espaola entre
historiadores blancos, burcratas metropolitanos y las culturas indias
se describen en Jorge Canizares-Esguerra, Houi lo wrile the history of the
New World: Historiographies, epistemologies and identities in the ghteenlhcentury Atlantic zuorld (Stanford, 2001). Ciertos aspectos de estas cues
tiones se tratan en Richard Herr, The eighteenth-century revolution in
Spain (Princeton, 1958). I. Hont y M. Ignatieff (comps.), Wealth and
virtue: The shaping ofpotitical economy in theScottish Enlightenment (Cam
bridge [Inglaterra], 1983), muestran la formacin de algunas ideas
econmicas clave. L. Krieger, Kings andpliilosophers 1689-1789 (Nueva
York, 1970), examina la ambigua relacin entre los monarcas y los
principales pensadores, mientras Konald Meek (comp.), Theeconomics
ofphysiocracy (Cambridge [EUA] 1962), observa la formacin de olio
importante conjunto de teoras econmicas. Ernst Wangermann, The
Austria achievement 1700-1800 (Nueva York, 1973), analiza la tormen
tosa trayectoria de las polticas de la Ilustracin en los gobiernos de
Jos II y Mara Teresa, cosa que tambin hace Derek lenles, Joseph 11:
In the Shadow of Mara Theresa, 1741-1780 (Cambridge [Inglaterra],
1987). Vase tambin el estudio clsico de S. L. Kaplan, Bread, politics
and potitical economy in the reign of Louis XV (La Haya, 1976, 2 vols.).
Asimismo, sobre los argumentos econmicos, vase A. O. Hirschman,
The passions and the interests: Potitical arguments for capitatism befare its
triumph (Princeton, 1977). Los gobiernos del siglo xvin se esforzaron,
con diversos grados de xito, por implantar reformas que con freLECTURAS ADICIONALES SUGERIDAS
200
LA ILUSTRACIN
201
1982); Neil Rennie, Farfetched facts: The Uterature of travel, and the idea
of the South Seas (Oxford, 1995); D. Outram, On being Perseus: New
knowledge, dislocation and Enlightenment exploration, en D.
Livingstone y Ch. Withers (comps.), Geogruphy and Enlightenment (Chi
cago, 1999);Jonathan Lamb, Vanessa Smith y NicholasThomas, Explo
ration and exchange: A South Seas anthology, 1680-1900 (Chicago, 2000);
Jonathan Lamb, Preserving the self in the South Seas, 1680-1840 (Chica
go, 2001); O. W. Frost (comp.), Georg Wilhelm SteUer,Journal of a voyage
wilh Bering, 1741-1742 (Stanford, 1988). Muchos intentos de la Ilustra
cin de construir una "ciencia del hombre" utilizaron tambin la
informacin sobre pueblos desconocidos que se recababa en esos via
jes. Vanse R. Fox (comp.), Inventing human Science: Eighteenth-century
domains (Berkeley, 1995); John H. Zammito, Kant, Herder, and the birth
of anthropology (Chicago, 2002).
Los trabajos ms recientes sobre la historia de la ciencia en ese
periodo se han concentrado muchas veces en la nocin de ciencia
como espectculo pblico, vinculada al actual inters, en los estudios
de la Ilustracin en general, por el "espacio pblico y la puesta en
escena. Vanse Jessica Riskin, Science in the age of sensillity: The senti
mental empiricists of theFrench Enlightenment (Chicago, 2002); Julia V.
Doulhwaile, The wild girl, natural man, and the monster. Dangerous experiments in the age of Enlightemnent (Chicago, 2002), que tambin con
viene consultar en lo tocante al pensamiento ilustrado sobre la educa
cin. Vanse tambin Simn Schaffer, "Natural philosophy and public
spectacle in the eighteenth century, History of Science, 21, 1983, pp.
1-43; Jan Golinski, Science as public culture: Cheniistry and Enlightenment
in Britain, 1760-1820 (Cambridge [Inglaterra], 1992); Robert Darnton, Mesmerism and the end of the Enlightenment in France (Cambridge
[EUA] 1968); J. L. Heilbron, Electricity in the seventeenth and eighteenth
centuries: A study of early modem physics (Berkeley, 1979). Sobre Amrica
del Norte, I. Bernard Cohn, Benjamn Franklin's Science (Cambridge
[EUA] 1990). Sobre los espacios ms institucionalizados de aprendi
zaje, vanse Daniel Roche, I^e siecte des Lumires en prwince: Acadmies
et acadmiciens provinraux (Pars, 1978, 2 vols.); R. E. Schofield, The
Lunar Society of Birmingham (Oxford, 1963); Roger Hahn, Anatomy of a
sdentific institution, The Parts Academy of Sciences, 1666-1803 (Berkeley,
1971); James E. McClellan III, Science reorganised: Sdentific societies in
the eighteenth century (Nueva York, 1985). 1.a aparicin de una ciencia
global que se basaba en la creacin de instituciones cientficas estan
darizadas en todo el mundo controlado por Occidente, y en el desa-
202
LA ILUSTRACIN
CRONOLOGA
204
LA ILUSTRACIN
CRONOLOGAS
1741
1746
1747
1748
1750
1751
1752
1754
1755
1756
1758
1759
1760
1761
1762
176S
1764
205
206
IA ILUSTRACIN
CRONOLOGAS
207
NDICE ANALTICO
201.
[209]
210
ciencia popular: 131.
civilizacin: 70-72,76.105, 125.
clasificacin: 7 3 ,8 8 ,9 2 , 134.
C ochin, Augustin: 166.
colonialism o: 74-75,123, 188.
com ercio global: 64, 195.
com pra de Luisiana: 184.
Condillac, tienne B o n n o td e: 127,
128, 186, 205.
C ondorcet, m arqus de: 9, 72, 77,
78,103,198,207.
conocim iento histrico: 155.
conspiracin: 161-165.
constituciones: 59, 61.
contacto: 18, 70, 76.
conversin en m ercanca: 16.
Cook, Jam es: 64, 65, 66, 67, 68,69,
70, 71, 74, 76, 200, 206, 207.
cooperacin internacional: 63.
C oprnico, Nicols: 153.
cristianism o razonable": 124,125,
152.
Cristo: 86, 129,152,154.155,158.
crtica: 45-46.177.
Crow, Tilom as: 22.
cuqueros: 80.
cultura: 16,24,37-40.
curiosidad: 126.
DA lem bert,Jcan d e la R onde: 12,
1 4 ,3 1 ,3 2 ,1 1 5 ,1 2 6 ,1 3 2 ,1 8 0 , 183,
184.205.206.
D arnton, Robert: 14 .21 ,2 2 , 23,26,
27,28, 3 1 .3 2 ,3 9 .1 3 8 .1 6 4 , 165,
175,201.
Darwin, Erasmus: 34.
D eclaracin d e Independencia: 12,
9 1 .9 3 .1 8 2 .1 8 4 .2 0 0 .2 0 6 .
decretos de tolerancia (Francia):
149.
D effand, M adam e de: 115,180.
Defoe, Daniel: 204.
desm o: 145,146.
destas: 124.153.
derechos: 59,99.
LA ILUSTRACIN
211
NDICE ANALTICO
illuminati: 35,162.
Ilustracin: 11-15,17, 34-36,39,41,
43-45,47-48, 6 7 ,9 3 4 ,119-120,
141-144, 146, 161-162,167-168,
174-176, 187.
indios am ericanos: 72-73.
integracin econm ica: 84.
jansenism o: 158.
jasffim 146, 205.
Jaucourt, caballero de: 94.
9 2 .9 3 ,1 8 2 ,1 9 7 , 200, 206.
jesutas: 163-164, 205,206.
John so n , Sam uel: 205.
Jones, W illiam: 109,207.
Jo rg e III, rey d e Inglaterra: 205.
Jos II, em perad o r d e Austria: 41,
5 4 ,5 6 ,5 8 ,6 0 .1 4 9 ,1 5 0 ,1 5 1 .1 5 9 .
169,176,199,206.207.
judos: 150-151.
212
Ley de Tolerancia: 147, 149.
U nnaeus, Cari: 73, 74,88, 125,134,
135,186.
L ocke.John: 5 9 ,1 2 7 ,1 2 8 ,1 3 1 ,1 5 1 ,
168,170, 185,195,203.
logias m asnicas: 34-35,159,162.
Luis XV: 60 .18 8 ,2 0 3,2 0 6 .
L ulero, M artn: 144, 147,151,191.
M allet d u Pin: 163.
M ansiield, juez: 95,96.
m aores: 65-66.
M ara Teresa, em peratriz d e Austria:
4 6 ,5 3 ,5 8 ,1 4 9 , 150, 151,199,204.
206,207.
M arx, Kart: 188.
m arxism o: 44.
M aupertuis: 181.
May. H . F.: 12.171,197.
m ecenazgo: 31.
M endelssohn, Moses: 9 ,1 0 ,1 8 5 ,20 7 .
m ercantilism o: 55.
M cttrie.Julien de la: 145,181, 185,
205.
milagros: 155-156.
M irabeau, H onor: 55,188.
m onarqua: 42-43, 48-49, 58-62.
M onboddo, lord: 74.
m onogenistas: 74.
M ontesquieu, Charles-Louis de
Sccondat: 79,88, 89.97, 118,179,
193, 196, 204, 205.
moravos: 85,87, 192.
m ovim iento m etodista: 96.
m ovim iento pictista: 146.
M ozart, W olfgang Amadeos: 31, 35,
38, 106, 207.
M uchem bled, Robert: 22, 38, 39.
M uratori, Ludovico A ntonio: 204.
Museo Britnico: 205.
natural: 90,104-106.
naturaleza: 104-106, 122-125, 193,
198.
Necker, M adame: 205.
LA ILUSTRACIN
213
NDICE ANALTICO
resurreccin: 155.
revelacin: 151-152,155.
revolucin: 172-174.
Revolucin francesa: 162-163,165,
167.175.
Revolucin industrial: 23.
Revolucin norteam ericana: 171.
R ichardson, Sam uel: 28,101,198,
204, 205.
R obertson, W illiam: 189, 206.
Robespicrre: 36.
Rousseau, JeanJacques: 12,28,33,
3 6 ,7 0 ,7 1 ,7 2 ,7 5 ,8 1 ,9 4 , 101,103,
1 0 4 ,1 0 5 ,1 08 ,1 1 1 ,1 1 2 ,1 17 ,1 1 8 ,
1 1 9 ,1 2 5 ,1 26 ,1 3 1 ,1 6 7 ,1 68 ,1 7 0 ,
172.175, 180, 183,184,187,189,
195, 198,205,206,207.
Saint-Pierre, abate de: 106,203.
Saint-Sim on, Claude-H enri: 132.
Saint D om ingue: 5 7 ,8 1 ,8 2 ,9 7 ,1 8 7 .
saln: 114-117,
sapere aude: 10.
Schiller, Jo h a n n C hristoph
Friedrich von: 18.
Schlter, profesor: 18.
Sensbach,Jon: 8 5 ,87,199.
servidum bre: 4 7 ,56 ,1 8 1 ,2 0 7 .
S harpe, Granville: 95.
sirvientes: 38.
Sm ith, Adam: 2 1 ,5 6 ,1 4 6 .1 8 9 ,1 9 0 ,
205,206.
Sm ith, B ernard: 69, 200.
Sociedad Asitica d e Bengala: 184,
207.
Sociedad Literaria y Filosfica de
M anchester: 34.
Sociedad L u n a r 34.
Sociedad N orteam ericana
para Prom over y Propagar el
C onocim iento Util: 38.
Sociedad p o r la Abolicin del
Trfico de Esclavos: 76.
Socit des Amis des Noirs: 85,98.
Som crset, Jam es: 95,96.
NDICE DE ILUSTRACIONES
[214]
NDICE GENERAL
1. Q u es la Ilustracin?.....................................................................................
21
41
63
79
101
121
141
161
Biografiar breves.............................................................................................................
Lecturas adicionales sugeridas....................................................................................
Cronologa........................................................................................................................
Indice analtico..............................................................................................................
Indice de ilustraciones..................................................................................................
179
193
203
209
[215]
214