Comentario Exegético Parábola Del Buen Samaritano

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UNIVERSIDAD CATLICA LUMEN GENTIUM

FACULTAD DE TEOLOGA
AO ACADMICO 2014-2015

Evangelio segn S. Lucas, anlisis de la parbola


del Buen Samaritano (Lc 10, 29-37)

Profesor:
P. Estanislao Vega.

Alumno:
Orlando Porta
(1483)
Segundo Ao 3 Sem.

INTRODUCCIN

Sin duda alguna la Biblia es uno de los textos ms ledos a lo largo de la historia.
Representa uno de los libros ms misteriosos y enigmticos. Uno de los libros que a su vez
ha generado la ms grande cantidad de libros y revistas. Es el libro ms comentado, y uno
de los ms antiguos. Considerando que en s misma contiene libros que son realmente
antiguos, podemos considerarla como uno de los ms antiguos libros de la humanidad.
Tambin es uno de los libros considerados sagrados, el libro sagrado. Por ello acercarse a
los textos sagrados representa toda una aventura, pues muchas veces no sabes lo que puedes
encontrar, y as tambin cada vez que alguien se acerca a su contenido con la disposicin de
escucha y apertura, no vuelve a ser el mismo. No es un libro de fcil lectura, y muchas
veces se necesita ayuda para poder descubrir su significado interno.
Dentro de todos estos textos, encontramos el Evangelio segn San Lucas, que al
igual que los otros Evangelios, el de Marcos y Mateo, constituye los evangelios
sinpticos, y junto con el evangelio segn San Juan completa el nmero de los
evangelios. Es justamente dentro de este evangelio segn San Lucas que nos adentraremos
para profundizar en uno de sus textos ms famosos, el de la parbola del buen
samaritano, conocida por catlicos y no catlicos.

CAPTULO I
El Texto

Al comenzar nuestro estudio lo mejor es introducirnos un poco ya sea al autor, ya sea a su


contexto propio. A continuacin intentaremos conocer un poco de la vida y estilo del autor
para poder pasar posteriormente al conocimiento de nuestro texto y poder comenzar su
estudio.
1. Presentacin del texto
1.1 Estudios preparatorios
Comenzamos en primer lugar con nuestro autor. La tradicin cristiana seala sin
vacilacin alguna a Lucas, el medico querido de Pablo (Col 4,14) 1. Del mismo modo la
tradicin de los primeros siglos de la Iglesia mantuvo como autor a S. Lucas. A mi parecer
a pesar de los avances de los estudios modernos, que con razn cientfica buscan establecer
la autora de los textos; se olvida muy seguido, la comunidad cristiana en sus orgenes. Es
importante considerar que las primeras comunidades, que son quienes conocieron a los
apstoles e incluso a Jess mismo, aceptaban la autora de los libros sagrados segn nos
han sido transmitidos, por lo que no se cuestionaban si en realidad Marcos o Lucas haba
escrito tal evangelio o si en cambio Pablo haba escrito las cartas o haba sido alguien ms,
ellos reconocan, sin duda, la mano de Dios a travs de ellos. Es verdad que a travs de los
ms recientes estudios podemos determinar la autenticidad de los escritos, su fecha de
composicin, pero no por ello debemos perder el sentido eclesial, con el que estos textos
deben ser ledos. Como J.M Creed ha sealado, Lucas no era una figura prominente en la
Iglesia apostlica; no era apstol ni testigo presencial de la vida terrena de Jess. En
consecuencia resulta ms difcil explicar cmo el nombre de Lucas fue unido
posteriormente a este evangelio que aceptar la tradicin constante de la Iglesia 2.Sobre el
lugar de origen de Lucas otra tradicin, transmitida por Eusebio (HE 3.4, 6), as como por
Julio Africano y el prlogo monarquiano a Lc, identifica como patria de Lucas la ciudad de
Antioqua, junto al Orontes (A. Strobel, ZNW 49 [1958], 131-34), por lo cual, si la patria
de Lucas es Antioqua, esto nos da razn del porqu Lucas tiene conciencia de los primeros
1 Nuevo Comentario Bblico San Jernimo, RAYMOND E. BROWN, SS JOSEPH A.
FITZMYER, SJ ROLAND E. MURPHY, O.CARM, Ediciones Cristiandad, Tomo IV,
Madrid 1972, 295. De ahora en adelante se citar (NCBSJ, y la pgina).
2 NCBSJ, 296.
2

sucesos en la comunidad, que se ve reflejado en los primeros captulos de Hechos de los


Apstoles3.
Sobre el estilo de escritura de Lucas es importante sealar que es uno de los ms ricos del
Nuevo Testamento. El autor pasa con dominio magisterial y suave delicadeza del estilo
clsico del prlogo (1, 1-4) al tono marcadamente hebraico del relato de la infancia (1,52,52) o al modelo de los LXX, que se acusa frecuentemente en el resto de su evangelio 4.
Quiz pueda no parecer mucha informacin sobre el autor, y sin embargo nos sita un poco
mejor para como acercarnos a nuestro texto propio de estudio.
1.2 Anlisis lingstico-sintctico
Antes de continuar, veamos el texto en cuestin, segn la traduccin de la Biblia de
Jerusaln:
29 Pero l, queriendo justificarse, dijo a Jess: Y quin es mi prjimo? 30 Jess
respondi: Bajaba un hombre de Jerusaln a Jeric y cay en manos de salteadores que,
despus de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejndole medio muerto. 31
Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. 32 De igual
modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. 33 Pero un samaritano que
iba de camino lleg junto a l, y al verle tuvo compasin. 34 Acercndose, vend sus
heridas, echando en ellas aceite y vino; y le mont luego sobre su propia cabalgadura, le
llev a una posada y cuid de l. 35 Al da siguiente, sac dos denarios y se los dio al
posadero, diciendo: Cuida de l y, si gastas algo ms, te lo pagar cuando vuelva . 36
Quin de estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los salteadores?
37 l dijo: El que practic la misericordia con l. Djole Jess: Vete y haz tu lo mismo.
Antes de continuar con algn otro anlisis, delimitemos nuestro texto en cuestin.
En este sentido la Biblia de Jerusaln nos ayuda pues nos presenta el texto en una percopa
definida. En los versculos anteriores a nuestro texto, que en realidad estn ntimamente
relacionados con el nuestro encontramos a Jess junto con el legista que en nuestro texto
est presente. De hecho este legista, nos dice el texto hace a Jess una pregunta para
ponerlo a prueba y ver si cae en algn error. Le pregunta: Maestro: qu he de hacer para
tener en herencia la vida eterna?. A lo que Jess magistralmente le responde: Qu est
escrito en la Ley? Cmo lees?. De este modo Jess conduce al legista a encontrar la
respuesta por s mismo. De hecho el legista contesta con la oracin conocida como shem,
que todo judo deba conocer de memoria. El legista aumenta al shem, el amor al prjimo,
que es lo que relaciona este texto con el nuestro. Dado que la respuesta a la vida eterna el
legista ya la conoca, por eso inicia nuestro texto: queriendo justificarse. Por ello la
delimitacin inicial de nuestra percopa la podramos colocar en el versculo 29 pues inicia
un dialogo sobre el prjimo y no ya sobre la vida eterna. Sin embargo hay que sealar que
nuestro texto inicia con un conectivo que lo relaciona al texto anterior: pero (de...).
En cuanto a la delimitacin final de nuestro texto, es mucho ms fcil determinarla puesto
3 Ibidem.
4 NCBSJ, 297.
3

que en el versculo 38 del captulo 10 nos habla de Jess yendo de camino, lo que quiere
decir que el dialogo con el legista ha terminado. Pero a pesar de esta divisin, es posible
hacer una divisin interna a nuestro texto, y tomar la Parbola del buen Samaritano como
un texto en s mismo, prescindiendo de las preguntas y la respuesta de Jess.
En un segundo momento hablemos por poco, sobre la estructura del texto. Esto lo
haremos de modo muy sencillo aunque puede ser hecho de distintos modos, como por
ejemplo por progresin temtica, segn el sujeto de la accin, segn los tiempos
verbales o incluso conjuntando los criterios.
Por ahora ocupmonos de la progresin temtica, ya que nos ayudar en un futuro
para el comentario.
v.29 El legista pregunta a Jess sobre el prjimo.
v.30a Jess le responde por medio de una parbola.
v.30b Inicio de la parbola. Un Hombre baja de Jerusaln a Jeric. Es asaltado y dejado
medio muerto.
v.31 Casualmente pasa un Sacerdote y da un rodeo.
v.32 De igual modo un Levita pasa y da un rodeo al ver al hombre.
v.33 En cambio un Samaritano tiene compasin de l.
v.34 Venda sus heridas
v.35 El da siguiente paga dos denarios al hospedero.
v.36 Jess retoma la palabra y pregunta.
v.37 El legista responde.
Para continuar despus con otros elementos, quisiera por el momento dirigir la atencin a
algunos elementos del texto, que nos sirven para un par de reflexiones, que desde ahora
quisiera plantear y retomar posteriormente. La traduccin del texto que tenemos en espaol
es realmente una buena traduccin, sin embargo en el v.33 me pareci mucho mejor la
traduccin hecha por la Bibbia CEI (traduccin de la Conferenza Episcopale Italiana). Que
en versculo en cuestin traduce la partcula griega de que ya habamos encontrado con
anterioridad. Esta partcula de oposicin puede ser traducida en varios modos, de forma
correcta, de hecho el texto en espaol tiene un pero, sin embargo el texto italiano traduce
invece. Puede no aparecer diferencia alguna, sin embargo a mi parecer muestra un parte
aguas, es decir, en narrativa la parbola presenta primeramente la situacin del hombre que
es asaltado, y posteriormente pasa un sacerdote y un levita, el invece que podramos
poner como un en cambio rompe la secuencia de eventos para llegar as al ejemplo del
Samaritano. De esto nos ocuparemos ms adelante.
En cuanto a elementos literarios, nos encontramos, como lo decamos al inicio, con
un griego propio, pero no complicado. Una narracin clara y continua. El gnero literario
utilizado es obviamente el de la parbola. En cuanto a elementos teolgicos presentes,
podramos sealar la misericordia, la compasin y la caridad; ms sin duda el tema
de quin es el prjimo, ms el actuar para la vida eterna.
1.3 Anlisis semntico
Analicemos un par de palabras, que nos permitirn conocer de mejor modo a los
personajes de la parbola.
4

Plhsi,on: prjimo.
Iericw: Jeric es conocido como el lugar de perfumes. De hecho es un valle que
atraviesan aquellos que se dirigen a Jerusaln, desde Samaria.
Anqrwpo,j: hombre, el que fue asaltado, del que no se dice la identidad.
iereu,j: un sacerdote: un representante de los dirigentes religioso del pueblo5.
Leui,thj: un levita: un asistente del templo Teman acercarse al hombre pensando que
estaba muerto y que por ello podra ser causa de impureza ritual?6.
Samari,thj: un samaritano: [] En el curso de la parbola el que posee el secreto de la
vida eterna resulta ser este extranjero que no tiene los conocimientos ni la preocupacin por
su propia seguridad del legista, carente adems de la dignidad y la categora del estado
sacerdotal y levtico. Movido a compasin: su amor es espontaneo y no se preocupa de la
Ley; es amor desinteresado, tierno, personal y eficaz7.
Vale la pena decir algo acerca de la relacin de los personajes. Los personajes han sido
cuidadosamente elegidos. El hombre asaltado y golpeado es un judo, mientras que el que
ofrece ayuda gratuita es un samaritano. Entre estos dos grupos exista una intensa hostilidad
racial. Ben Sira describe a los samaritanos como el pueblo estpido a quien su alma
detesta (Eclo 50,25-26). A los judos les estaba prohibido decir amn al final de una
oracin presentada por un samaritano. [] Los samaritanos eran considerados
extraos8. Aunque como lo dijimos anteriormente, el texto no nos dice que aquel que
fue golpeado fuese judo, el texto dice solamente un hombre, que puede ser cualquiera,
incluso un samaritano mismo, pues como lo dice la parbola, no era extrao que gente de
distintas regiones pasara por ah. Incluso, es mejor dejar el que era un simple hombre, pues
universaliza an ms el hecho de que mi prjimo es cualquier persona, y no necesariamente
un tipo particular, pero sobre esto tambin regresaremos ms adelante.
2. Aplicacin del anlisis narrativo al texto
Pasamos ahora al anlisis del texto a travs del anlisis narrativo. Nos detendremos
en cada uno de los momentos del texto, para su comentario, a partir de la narracin.
Recordemos que nuestro texto inicia con el legista. l, despus de haber puesto a la
prueba a Jess: Pero l, queriendo justificarse, dijo a Jess: Y quin es mi prjimo?.
5 NCBSJ, 369.
6 Ibidem.
7 Ibidem.
8 Comentario Bblico Internacional, W.R. FARMER, Editorial Verbo Divino, Navarra

1999, 1279.
5

Recordemos que esta pregunta, que nos deja una gran enseanza, en la parbola del Buen
Samaritano, surge de un querer justificar el propio deseo de poner a prueba a una persona
que era un tanto incmoda para los judos, como lo era Jess. El legista conoce muy bien la
ley, y eso se denota en la respuesta que da a Jess sobre los mandamientos.
Pero ms que la pregunta del legista nos interesa la respuesta de Jess. Jess, pocas
veces da una respuesta, que nosotros calificaramos como directa, ante una pregunta, es
ms bien alguien que te lleva a encontrar la respuesta, muchas veces parece dar un rodeo
antes de contestar, por medio de imgenes o parbolas. En este caso nos deja la parbola
del Buen Samaritano. Jess comienza diciendo: Bajaba un hombre de Jerusaln a Jeric
y cay en manos de salteadores que, despus de despojarle y darle una paliza, se fueron,
dejndole medio muerto. Jess conoce la condicin de su tiempo y su lugar. La
descripcin que hace al inicio de la parbola corresponde, hasta donde nos permiten ver los
estudios recientes sobre el tema, a la realidad que se viva en esa poca y en esa regin. La
gente era constantemente asaltada en el camino de Jerusaln a Jeric. Sin embargo hay que
reflexionar tambin en el hecho que con anterioridad mencionbamos. Jess dice Bajaba
un hombre, el texto griego reporta anthropos, un hombre cualquiera, que podra ser
judo o no. Como ya lo decamos anteriormente, el que sea un hombre cualquiera
universaliza la enseanza de la parbola. El Samaritano, como lo veremos despus, ayuda a
este hombre, por el hecho de ser un hombre, y no se detiene a pensar si era judo o
samaritano, que no habra podido notar pues haba sido despojado de todo. De este modo la
ayuda debe ser dada a cualquiera y no a alguien por el hecho de pertenecer a una raza o
grupo. De hecho el texto nos indica la direccin del movimiento, bajaba, se diriga a
Jeric, no nos dice sin embargo el motivo.
El texto continua diciendo: Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y,
al verle, dio un rodeo. Es importante reparar en el casualmente con el que inicia el
versculo. El sacerdote que pasa por ah, bajando hacia Jeric, como lo haca el hombre
pasa casualmente, es decir, no era su rutina el pasar por ah, sino es una casualidad el que
pase, lo que sin duda no quita su responsabilidad al rodear al herido. Como hombre
dedicado al servicio de Dios, se esperara de l la ayuda a un necesitado. Sin embargo la ley
es muy delicada, y la ayuda a un moribundo o el acercarse a un muerto significaba volverse
impuro, lo que lo hace rodear y ni siquiera acercarse. Sin duda, para una lectura moderna
como la nuestra, esto es reprobable.
En el versculo 32 tenemos otro caso: De igual modo, un levita que pasaba por
aquel sitio le vio y dio un rodeo. El texto dice de igual modo, as como el sacerdote, el
levita pasa casualmente por ah, y del mismo modo que el sacerdote, el levita pasa de lado,
lo que tambin lo coloca en la misma situacin que el sacerdote.
Pero como decamos ya antes, en el versculo 33 encontramos una ruptura narrativa.
En cambio un samaritano que iba de camino lleg junto a l, y al verle tuvo compasin.
Detengmonos por el momento solo al versculo presente, posteriormente veremos los
dems y su relacin entre ellos, con respecto del samaritano. Como ya decamos el en
cambio, cambia completamente la situacin. Es decir los primeros casos, que fueron
introducidos con el casualmente y el de igual modo, que terminaron con el pasar de
lado de los protagonistas de los versculos, ahora cambia, en cambio el samaritano, hace
toda otra cosa. Importante es que Jess no dice exactamente hacia donde se dirige el
6

samaritano. Los verbos utilizados no indican con exactitud el origen del movimiento y la
direccin; solamente indican movimiento. Por lo que no podemos decir con exactitud si el
samaritano se diriga hacia Jerusaln o si se diriga hacia Jeric hacia su patria. El
samaritano, llega junto al hombre, no es como los otros dos que pasan de lado. l, lo
mira, y tiene compasin (splagcnizomai). Compasin viene del latn cum-patire, es
decir: padecer junto con. Traduce el verbo griego splagcnizomai ser movido en las
entraas. El samaritano padece con el hombre que ve y que est muy herido, de ah, del
profundo de sus entraas surge su ayuda.
Entonces: Acercndose, vend sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le
mont luego sobre su propia cabalgadura, le llev a una posada y cuid de l. Una vez
ms el texto nos coloca en un verbo de movimiento. El Samaritano se acerca y ahora venda
sus heridas, pero antes de hacer esto las limpia, con aceite y vino, que son medicinales. Era
sin duda un viajero previsor. An de mayor inters es el hecho de que el Samaritano monta
al hombre herido sobre su cabalgadura. Sin duda sera un burrito, como el que us Jess en
su entrada a Jerusaln, pues era la cabalgadura ms comn, y sin embargo no era fcil en
ese tiempo tener una cabalgadura, lo que indica que el Samaritano no era de ninguna forma
pobre, sino que ms bien posea recursos, era de familia acomodada. Esto no cambia en
nada la enseanza de Jess sino ms bien contina a fortalecerla. El hombre debe ayudar al
hombre por ser tal y no por pertenecer a un cierto grupo. El versculo 35 confirma an ms
nuestra lectura: Al da siguiente, sac dos denarios y se los dio al posadero, diciendo:
Cuida de l y, si gastas, algo ms, te lo pagar cuando vuelva. Su ayuda se vuelve an
ms extensiva, lleva al hombre a una posada donde lo cuida y lo encarga con el posadero,
pues sin duda tendra que continuar su viaje, y sin embargo no es un viaje largo, pues
promete al posadero pasar al da siguiente. Pero este gesto denota una gran confianza y
honestidad en la poca, puesto que no es fcil decirle a alguien que cualquier cosa que gaste
de ms le ser re embolsada, pues hoy en da suscitara muchos engaos.
Finalmente nos encontramos con la pregunta final de Jess, que cierra el relato y da
sentido. Quin de estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los
salteadores?. Una vez ms Jess no da la respuesta directa, sino ofrece una pregunta ms
para que sea el mismo interlocutor quien de la respuesta.
l dijo: El que practic la misericordia con l. Djole Jess: Vete y haz tu lo
mismo. Ahora el legista da la respuesta, y sin embargo no pronuncia el nombre de
Samaritano, prefiere dar la respuesta ms larga, el que practic la misericordia con l, que
en nada disminuye la respuesta, sino la enriquece, pues ahora sabemos que el practicar la
misericordia con los dems, por el hecho de ser hombres, nos lleva a la vida eterna.

CAPTULO II
El Contexto

Coloquemos ahora nuestro texto en su contexto. Cada texto pertenece a una cierta
tradicin a una cierta cultura, ha sido escrito por alguien con un motivo y escrito para un
pblico en especial, ya sea real o ficticio, pues en ciertas ocasiones nos permitimos escribir
algo para alguien a quien no conocemos o no existe y es un invento nuestro.
En el caso de nuestro texto es un poco ms sencillo pues ya se ha estudiado mucho
al respecto y algunas cosas las hemos ya tratado en el captulo anterior. Nuestro texto fue
compuesto por el evangelista Lucas, perteneciente a las primeras comunidades cristianas,
que es autor tambin del libro Hechos de los Apstoles, no conoci directamente a Jess,
sin embargo el tiempo en el que vive es inmediato a la vida y muerte de Jess, por lo que
los Apstoles an estn vivos y ellos son testigos directos de sus enseanzas. Lucas pone
por escrito lo que ha escuchado de la vida y obras de Jess, en este caso recoge un pasaje en
donde Jess responde a la pregunta de un judo que busca ponerlo a prueba. Sin duda su
objetivo es que la comunidad conozca la figura de Jess y siga sus enseanzas. Su
destinatario, las comunidades cristianas.
2.1 Contexto Intratextual
Por cuanto concierne a la relacin intratextual de nuestro texto con los dems de las
Escrituras, vale la pena decir que, en cierto modo es un texto nico, puesto que no
encontramos dentro de las Escrituras otro texto que se le asemeje, es decir la parbola del
Buen Samaritano, aparece solamente en el evangelio de San Lucas, lo que no implica que
las cosas de las que habla no aparezcan de otra manera explicadas en algunos otros lugares
de la Sagrada Escritura. Un ejemplo neotestamentario sobre el tema de las relaciones de los
judos con los samaritanos lo encontramos en el episodio de la samaritana en el Evangelio
de San Juan (Jn 4,1-42). Sobre la misericordia, hay infinidad de casos y obviamente
parbolas hay muchas tanto en los dems evangelios como en el evangelio de Lucas. Como
texto paralelo, con relacin al vestir y llevar sobre la cabalgadura, la Biblia de Jerusaln nos
propone el texto de 2 Cr 28 15: Levantronse entonces los hombres nominalmente
designados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con el botn a todos los que estaban
desnudos, dndoles vestido y calzado. Les dieron de comer y de beber y los ungieron; y
transportaron en asnos a todos los dbiles, los llevaron a Jeric, ciudad de las palmeras,
junto a sus hermanos. Luego se volvieron a Samara.
2.2 Contexto Intertextual
Dentro del contexto intertextual, es decir al interno del mismo evangelio, es
prcticamente nulo el aporte de los exegetas, pues no encuentran algn texto paralelo, y es
8

que cmo lo dijimos con anterioridad, nuestro texto es nico. Sin embargo, como una
probabilidad de texto que podramos relacionar a l nuestro, podramos mencionar la
parbola del Hijo prdigo (Lc 15,11-32), que hoy en da, encontramos tambin llamada
como la parbola del Padre misericordioso; y es justamente por este apelativo de
misericordioso que podramos relacionarlas de algn modo. A la ltima pregunta de
Jess, al legista, este responde que aquel que se comport como prjimo era el que
practic la misericordia, el samaritano misericordioso. Es verdad que la relacin entre
ambos textos no es inmediata, y para muchos puede parecer muy forzada, sin embargo, en
ambos momentos los protagonistas se comportan como hombres misericordiosos en
momentos muy difciles.

CAPTULO III
Interpretacin

Despus de haber analizado nuestro texto en sus particularidades y en lo general.


Intentemos ahora dar una interpretacin. Aunque es necesario recordar, que todo texto
puede ser sometido a interpretacin, y recordemos que cuando decimos texto, nos referimos
a todo aquello que puede ser interpretado, del mismo modo en que lo deca la Semitica
basada en el pensamiento del gran lingista francs Ferdinand de Saussure en su Cours de
Linguistique Gnrale9. Es decir una pelcula o una escena constituyen un texto, una
pintura de algn artista es un texto que puede ser interpretado, en el caso de las obras de
arte hablamos de que la obra misma interpela la persona a una interpretacin. Como tal la
interpretacin sufre de la subjetividad del interprete10. Por ello pongo en guardia al lector.
La siguiente interpretacin es personal por lo que puede someterse a la crtica y puede ser
sujeto de errores. Sin embargo intentaremos apegarnos al texto lo ms posible, dado que es
un buen mtodo para no hacer decir a un texto algo que no quera decir y que no contiene, y
al mismo tiempo no decir algo que puede ser errneo. En gran medida nuestra
interpretacin ha ya sido dada en su mayora en la parte del anlisis narrativo, en donde
relucieron los elementos, que nos parecieron revelan el sentido profundo del texto, y por
ello haremos mencin de los mismos durante esta parte.
Para comenzar, es importante proponer nuevamente la pregunta que da origen al
texto con el que nos encontramos. Qu tengo que hacer para tener la vida eterna? 11. Es
en este ambiente que el texto surge con su ms profundo significado. El texto interpela an
ms fuertemente cuando se hace dentro de la pregunta sobre la vida eterna. Esto representa
un tema muy debatido en nuestra poca. Hay vida despus de la muerte? Si es que la
9 F. DE SAUSSURE, Cours de Linguistique Gnrale, Grande Bibliothque Payot,
Paris 1967.
10 Es importante sealar que el propsito de la Semitica ha sido propio, el de
dar una cierta objetividad a la interpretacin, y para ello ha desarrollado una
metodologa propia, que permita establecer parmetros objetivos
interpretativos, dado que la gran critica que se ha hecho es justamente el del
relativismo interpretativo, o del mero subjetivismo interpretativo. Es decir, cada
quien puede dar su propia interpretacin, no importa en realidad, pues todas
son vlidas no existe alguna que no lo sea, y sin embargo no hay una sola que
pueda decirse la interpretacin de tal o cual texto.
11 Cfr. Lc 10, 25.
10

respuesta es negativa, en realidad nos podramos ahorrar una gran cantidad de


explicaciones pues, los esfuerzos de la vida presente se presentan como intiles, cada cosa
que hagamos carece de una dimensin escatolgica, cada cosa que hagamos muere con
nosotros y no tiene mayor sentido que el pasar el momento. Es en este punto que
pondramos la pregunta sobre el sentido del dolor y de la muerte. Es decir, qu sentido
tienen nuestras acciones y nuestra propia vida si todo al final termina con la muerte? En
cambio, cuando la respuesta es positiva, ahora s que es necesario pensar en el sentido de
nuestras acciones pes estas repercuten en lo que acontecer en la siguiente vida. En sentido
cristiano, es entonces donde encuentra sentido la caridad, y el tener misericordia de
aqul que est enfrente de m como mi prjimo. Cada accin tiene una repercusin
escatolgica y por lo tanto el pasar de largo frente a m hermano herido, el no atenderle
revelar su consecuencia total cuando llegue el momento de la muerte y la otra vida.
De este modo, una vez puesta la pregunta sobre la vida eterna, el sentido de la
parbola que Jess presenta, tiene un mensaje universal, y an ms entendible para aquellos
que conocen a Jess. El prjimo, es cualquiera que est enfrente, no solo aquellos que me
agradan o aquellos que no representan una dificultad o una incomodidad. De ese modo el
hombre herido de la parbola, del que Jess no dice la nacionalidad representa al hombre
en su totalidad, cualquier ser humano es mi prjimo. As el legista que en su respuesta no es
capaz de decir el nombre: samaritano, sino que evade la respuesta diciendo que aquel que
se haba comportado como prjimo era aquel que practic misericordia, debe reconocer que
tambin el samaritano es su prjimo, y que debe practicar misericordia con cualquier
hombre, no importando su raza o condicin.
Esta enseanza podr parecer obvia y hasta cierto punto trillada, y aun as, hoy en
da seguimos encontrando, con tristeza, sacerdotes y levitas que pasan de largo ante la
necesidad, no ya de un extrao que por caso han encontrado en la calle, sino ante la
necesidad de un hermano o de un hijo, ante la necesidad de una oveja del propio redil. Es
importante por ello recordar siempre quin es m prjimo?, para no olvidar nunca a quien
debo ayudar y que todo lo que haga tiene una repercusin.

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