Comentario Exegético Parábola Del Buen Samaritano
Comentario Exegético Parábola Del Buen Samaritano
Comentario Exegético Parábola Del Buen Samaritano
FACULTAD DE TEOLOGA
AO ACADMICO 2014-2015
Profesor:
P. Estanislao Vega.
Alumno:
Orlando Porta
(1483)
Segundo Ao 3 Sem.
INTRODUCCIN
Sin duda alguna la Biblia es uno de los textos ms ledos a lo largo de la historia.
Representa uno de los libros ms misteriosos y enigmticos. Uno de los libros que a su vez
ha generado la ms grande cantidad de libros y revistas. Es el libro ms comentado, y uno
de los ms antiguos. Considerando que en s misma contiene libros que son realmente
antiguos, podemos considerarla como uno de los ms antiguos libros de la humanidad.
Tambin es uno de los libros considerados sagrados, el libro sagrado. Por ello acercarse a
los textos sagrados representa toda una aventura, pues muchas veces no sabes lo que puedes
encontrar, y as tambin cada vez que alguien se acerca a su contenido con la disposicin de
escucha y apertura, no vuelve a ser el mismo. No es un libro de fcil lectura, y muchas
veces se necesita ayuda para poder descubrir su significado interno.
Dentro de todos estos textos, encontramos el Evangelio segn San Lucas, que al
igual que los otros Evangelios, el de Marcos y Mateo, constituye los evangelios
sinpticos, y junto con el evangelio segn San Juan completa el nmero de los
evangelios. Es justamente dentro de este evangelio segn San Lucas que nos adentraremos
para profundizar en uno de sus textos ms famosos, el de la parbola del buen
samaritano, conocida por catlicos y no catlicos.
CAPTULO I
El Texto
que en el versculo 38 del captulo 10 nos habla de Jess yendo de camino, lo que quiere
decir que el dialogo con el legista ha terminado. Pero a pesar de esta divisin, es posible
hacer una divisin interna a nuestro texto, y tomar la Parbola del buen Samaritano como
un texto en s mismo, prescindiendo de las preguntas y la respuesta de Jess.
En un segundo momento hablemos por poco, sobre la estructura del texto. Esto lo
haremos de modo muy sencillo aunque puede ser hecho de distintos modos, como por
ejemplo por progresin temtica, segn el sujeto de la accin, segn los tiempos
verbales o incluso conjuntando los criterios.
Por ahora ocupmonos de la progresin temtica, ya que nos ayudar en un futuro
para el comentario.
v.29 El legista pregunta a Jess sobre el prjimo.
v.30a Jess le responde por medio de una parbola.
v.30b Inicio de la parbola. Un Hombre baja de Jerusaln a Jeric. Es asaltado y dejado
medio muerto.
v.31 Casualmente pasa un Sacerdote y da un rodeo.
v.32 De igual modo un Levita pasa y da un rodeo al ver al hombre.
v.33 En cambio un Samaritano tiene compasin de l.
v.34 Venda sus heridas
v.35 El da siguiente paga dos denarios al hospedero.
v.36 Jess retoma la palabra y pregunta.
v.37 El legista responde.
Para continuar despus con otros elementos, quisiera por el momento dirigir la atencin a
algunos elementos del texto, que nos sirven para un par de reflexiones, que desde ahora
quisiera plantear y retomar posteriormente. La traduccin del texto que tenemos en espaol
es realmente una buena traduccin, sin embargo en el v.33 me pareci mucho mejor la
traduccin hecha por la Bibbia CEI (traduccin de la Conferenza Episcopale Italiana). Que
en versculo en cuestin traduce la partcula griega de que ya habamos encontrado con
anterioridad. Esta partcula de oposicin puede ser traducida en varios modos, de forma
correcta, de hecho el texto en espaol tiene un pero, sin embargo el texto italiano traduce
invece. Puede no aparecer diferencia alguna, sin embargo a mi parecer muestra un parte
aguas, es decir, en narrativa la parbola presenta primeramente la situacin del hombre que
es asaltado, y posteriormente pasa un sacerdote y un levita, el invece que podramos
poner como un en cambio rompe la secuencia de eventos para llegar as al ejemplo del
Samaritano. De esto nos ocuparemos ms adelante.
En cuanto a elementos literarios, nos encontramos, como lo decamos al inicio, con
un griego propio, pero no complicado. Una narracin clara y continua. El gnero literario
utilizado es obviamente el de la parbola. En cuanto a elementos teolgicos presentes,
podramos sealar la misericordia, la compasin y la caridad; ms sin duda el tema
de quin es el prjimo, ms el actuar para la vida eterna.
1.3 Anlisis semntico
Analicemos un par de palabras, que nos permitirn conocer de mejor modo a los
personajes de la parbola.
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Plhsi,on: prjimo.
Iericw: Jeric es conocido como el lugar de perfumes. De hecho es un valle que
atraviesan aquellos que se dirigen a Jerusaln, desde Samaria.
Anqrwpo,j: hombre, el que fue asaltado, del que no se dice la identidad.
iereu,j: un sacerdote: un representante de los dirigentes religioso del pueblo5.
Leui,thj: un levita: un asistente del templo Teman acercarse al hombre pensando que
estaba muerto y que por ello podra ser causa de impureza ritual?6.
Samari,thj: un samaritano: [] En el curso de la parbola el que posee el secreto de la
vida eterna resulta ser este extranjero que no tiene los conocimientos ni la preocupacin por
su propia seguridad del legista, carente adems de la dignidad y la categora del estado
sacerdotal y levtico. Movido a compasin: su amor es espontaneo y no se preocupa de la
Ley; es amor desinteresado, tierno, personal y eficaz7.
Vale la pena decir algo acerca de la relacin de los personajes. Los personajes han sido
cuidadosamente elegidos. El hombre asaltado y golpeado es un judo, mientras que el que
ofrece ayuda gratuita es un samaritano. Entre estos dos grupos exista una intensa hostilidad
racial. Ben Sira describe a los samaritanos como el pueblo estpido a quien su alma
detesta (Eclo 50,25-26). A los judos les estaba prohibido decir amn al final de una
oracin presentada por un samaritano. [] Los samaritanos eran considerados
extraos8. Aunque como lo dijimos anteriormente, el texto no nos dice que aquel que
fue golpeado fuese judo, el texto dice solamente un hombre, que puede ser cualquiera,
incluso un samaritano mismo, pues como lo dice la parbola, no era extrao que gente de
distintas regiones pasara por ah. Incluso, es mejor dejar el que era un simple hombre, pues
universaliza an ms el hecho de que mi prjimo es cualquier persona, y no necesariamente
un tipo particular, pero sobre esto tambin regresaremos ms adelante.
2. Aplicacin del anlisis narrativo al texto
Pasamos ahora al anlisis del texto a travs del anlisis narrativo. Nos detendremos
en cada uno de los momentos del texto, para su comentario, a partir de la narracin.
Recordemos que nuestro texto inicia con el legista. l, despus de haber puesto a la
prueba a Jess: Pero l, queriendo justificarse, dijo a Jess: Y quin es mi prjimo?.
5 NCBSJ, 369.
6 Ibidem.
7 Ibidem.
8 Comentario Bblico Internacional, W.R. FARMER, Editorial Verbo Divino, Navarra
1999, 1279.
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Recordemos que esta pregunta, que nos deja una gran enseanza, en la parbola del Buen
Samaritano, surge de un querer justificar el propio deseo de poner a prueba a una persona
que era un tanto incmoda para los judos, como lo era Jess. El legista conoce muy bien la
ley, y eso se denota en la respuesta que da a Jess sobre los mandamientos.
Pero ms que la pregunta del legista nos interesa la respuesta de Jess. Jess, pocas
veces da una respuesta, que nosotros calificaramos como directa, ante una pregunta, es
ms bien alguien que te lleva a encontrar la respuesta, muchas veces parece dar un rodeo
antes de contestar, por medio de imgenes o parbolas. En este caso nos deja la parbola
del Buen Samaritano. Jess comienza diciendo: Bajaba un hombre de Jerusaln a Jeric
y cay en manos de salteadores que, despus de despojarle y darle una paliza, se fueron,
dejndole medio muerto. Jess conoce la condicin de su tiempo y su lugar. La
descripcin que hace al inicio de la parbola corresponde, hasta donde nos permiten ver los
estudios recientes sobre el tema, a la realidad que se viva en esa poca y en esa regin. La
gente era constantemente asaltada en el camino de Jerusaln a Jeric. Sin embargo hay que
reflexionar tambin en el hecho que con anterioridad mencionbamos. Jess dice Bajaba
un hombre, el texto griego reporta anthropos, un hombre cualquiera, que podra ser
judo o no. Como ya lo decamos anteriormente, el que sea un hombre cualquiera
universaliza la enseanza de la parbola. El Samaritano, como lo veremos despus, ayuda a
este hombre, por el hecho de ser un hombre, y no se detiene a pensar si era judo o
samaritano, que no habra podido notar pues haba sido despojado de todo. De este modo la
ayuda debe ser dada a cualquiera y no a alguien por el hecho de pertenecer a una raza o
grupo. De hecho el texto nos indica la direccin del movimiento, bajaba, se diriga a
Jeric, no nos dice sin embargo el motivo.
El texto continua diciendo: Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y,
al verle, dio un rodeo. Es importante reparar en el casualmente con el que inicia el
versculo. El sacerdote que pasa por ah, bajando hacia Jeric, como lo haca el hombre
pasa casualmente, es decir, no era su rutina el pasar por ah, sino es una casualidad el que
pase, lo que sin duda no quita su responsabilidad al rodear al herido. Como hombre
dedicado al servicio de Dios, se esperara de l la ayuda a un necesitado. Sin embargo la ley
es muy delicada, y la ayuda a un moribundo o el acercarse a un muerto significaba volverse
impuro, lo que lo hace rodear y ni siquiera acercarse. Sin duda, para una lectura moderna
como la nuestra, esto es reprobable.
En el versculo 32 tenemos otro caso: De igual modo, un levita que pasaba por
aquel sitio le vio y dio un rodeo. El texto dice de igual modo, as como el sacerdote, el
levita pasa casualmente por ah, y del mismo modo que el sacerdote, el levita pasa de lado,
lo que tambin lo coloca en la misma situacin que el sacerdote.
Pero como decamos ya antes, en el versculo 33 encontramos una ruptura narrativa.
En cambio un samaritano que iba de camino lleg junto a l, y al verle tuvo compasin.
Detengmonos por el momento solo al versculo presente, posteriormente veremos los
dems y su relacin entre ellos, con respecto del samaritano. Como ya decamos el en
cambio, cambia completamente la situacin. Es decir los primeros casos, que fueron
introducidos con el casualmente y el de igual modo, que terminaron con el pasar de
lado de los protagonistas de los versculos, ahora cambia, en cambio el samaritano, hace
toda otra cosa. Importante es que Jess no dice exactamente hacia donde se dirige el
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samaritano. Los verbos utilizados no indican con exactitud el origen del movimiento y la
direccin; solamente indican movimiento. Por lo que no podemos decir con exactitud si el
samaritano se diriga hacia Jerusaln o si se diriga hacia Jeric hacia su patria. El
samaritano, llega junto al hombre, no es como los otros dos que pasan de lado. l, lo
mira, y tiene compasin (splagcnizomai). Compasin viene del latn cum-patire, es
decir: padecer junto con. Traduce el verbo griego splagcnizomai ser movido en las
entraas. El samaritano padece con el hombre que ve y que est muy herido, de ah, del
profundo de sus entraas surge su ayuda.
Entonces: Acercndose, vend sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le
mont luego sobre su propia cabalgadura, le llev a una posada y cuid de l. Una vez
ms el texto nos coloca en un verbo de movimiento. El Samaritano se acerca y ahora venda
sus heridas, pero antes de hacer esto las limpia, con aceite y vino, que son medicinales. Era
sin duda un viajero previsor. An de mayor inters es el hecho de que el Samaritano monta
al hombre herido sobre su cabalgadura. Sin duda sera un burrito, como el que us Jess en
su entrada a Jerusaln, pues era la cabalgadura ms comn, y sin embargo no era fcil en
ese tiempo tener una cabalgadura, lo que indica que el Samaritano no era de ninguna forma
pobre, sino que ms bien posea recursos, era de familia acomodada. Esto no cambia en
nada la enseanza de Jess sino ms bien contina a fortalecerla. El hombre debe ayudar al
hombre por ser tal y no por pertenecer a un cierto grupo. El versculo 35 confirma an ms
nuestra lectura: Al da siguiente, sac dos denarios y se los dio al posadero, diciendo:
Cuida de l y, si gastas, algo ms, te lo pagar cuando vuelva. Su ayuda se vuelve an
ms extensiva, lleva al hombre a una posada donde lo cuida y lo encarga con el posadero,
pues sin duda tendra que continuar su viaje, y sin embargo no es un viaje largo, pues
promete al posadero pasar al da siguiente. Pero este gesto denota una gran confianza y
honestidad en la poca, puesto que no es fcil decirle a alguien que cualquier cosa que gaste
de ms le ser re embolsada, pues hoy en da suscitara muchos engaos.
Finalmente nos encontramos con la pregunta final de Jess, que cierra el relato y da
sentido. Quin de estos tres te parece que fue prjimo del que cay en manos de los
salteadores?. Una vez ms Jess no da la respuesta directa, sino ofrece una pregunta ms
para que sea el mismo interlocutor quien de la respuesta.
l dijo: El que practic la misericordia con l. Djole Jess: Vete y haz tu lo
mismo. Ahora el legista da la respuesta, y sin embargo no pronuncia el nombre de
Samaritano, prefiere dar la respuesta ms larga, el que practic la misericordia con l, que
en nada disminuye la respuesta, sino la enriquece, pues ahora sabemos que el practicar la
misericordia con los dems, por el hecho de ser hombres, nos lleva a la vida eterna.
CAPTULO II
El Contexto
Coloquemos ahora nuestro texto en su contexto. Cada texto pertenece a una cierta
tradicin a una cierta cultura, ha sido escrito por alguien con un motivo y escrito para un
pblico en especial, ya sea real o ficticio, pues en ciertas ocasiones nos permitimos escribir
algo para alguien a quien no conocemos o no existe y es un invento nuestro.
En el caso de nuestro texto es un poco ms sencillo pues ya se ha estudiado mucho
al respecto y algunas cosas las hemos ya tratado en el captulo anterior. Nuestro texto fue
compuesto por el evangelista Lucas, perteneciente a las primeras comunidades cristianas,
que es autor tambin del libro Hechos de los Apstoles, no conoci directamente a Jess,
sin embargo el tiempo en el que vive es inmediato a la vida y muerte de Jess, por lo que
los Apstoles an estn vivos y ellos son testigos directos de sus enseanzas. Lucas pone
por escrito lo que ha escuchado de la vida y obras de Jess, en este caso recoge un pasaje en
donde Jess responde a la pregunta de un judo que busca ponerlo a prueba. Sin duda su
objetivo es que la comunidad conozca la figura de Jess y siga sus enseanzas. Su
destinatario, las comunidades cristianas.
2.1 Contexto Intratextual
Por cuanto concierne a la relacin intratextual de nuestro texto con los dems de las
Escrituras, vale la pena decir que, en cierto modo es un texto nico, puesto que no
encontramos dentro de las Escrituras otro texto que se le asemeje, es decir la parbola del
Buen Samaritano, aparece solamente en el evangelio de San Lucas, lo que no implica que
las cosas de las que habla no aparezcan de otra manera explicadas en algunos otros lugares
de la Sagrada Escritura. Un ejemplo neotestamentario sobre el tema de las relaciones de los
judos con los samaritanos lo encontramos en el episodio de la samaritana en el Evangelio
de San Juan (Jn 4,1-42). Sobre la misericordia, hay infinidad de casos y obviamente
parbolas hay muchas tanto en los dems evangelios como en el evangelio de Lucas. Como
texto paralelo, con relacin al vestir y llevar sobre la cabalgadura, la Biblia de Jerusaln nos
propone el texto de 2 Cr 28 15: Levantronse entonces los hombres nominalmente
designados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con el botn a todos los que estaban
desnudos, dndoles vestido y calzado. Les dieron de comer y de beber y los ungieron; y
transportaron en asnos a todos los dbiles, los llevaron a Jeric, ciudad de las palmeras,
junto a sus hermanos. Luego se volvieron a Samara.
2.2 Contexto Intertextual
Dentro del contexto intertextual, es decir al interno del mismo evangelio, es
prcticamente nulo el aporte de los exegetas, pues no encuentran algn texto paralelo, y es
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que cmo lo dijimos con anterioridad, nuestro texto es nico. Sin embargo, como una
probabilidad de texto que podramos relacionar a l nuestro, podramos mencionar la
parbola del Hijo prdigo (Lc 15,11-32), que hoy en da, encontramos tambin llamada
como la parbola del Padre misericordioso; y es justamente por este apelativo de
misericordioso que podramos relacionarlas de algn modo. A la ltima pregunta de
Jess, al legista, este responde que aquel que se comport como prjimo era el que
practic la misericordia, el samaritano misericordioso. Es verdad que la relacin entre
ambos textos no es inmediata, y para muchos puede parecer muy forzada, sin embargo, en
ambos momentos los protagonistas se comportan como hombres misericordiosos en
momentos muy difciles.
CAPTULO III
Interpretacin
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