Maestros de La Sospecha
Maestros de La Sospecha
Maestros de La Sospecha
Para Marx: la religin es el opio del pueblo y el grito de dolor del animal
herido, es decir, una forma de alienacin, de negacin y de bsqueda de
consuelo ante el absurdo del mundo y ante la explotacin.
POLTICA
En poltica, los pensadores de la sospecha niegan la capacidad de la sociedad
burguesa para resolver las tensiones sociales que genera la industrializacin. Estas
contradicciones deben ser resultas mediante un cambio radical en la base misma de
la sociedad. La burguesa y la mquina han producido unos cambios sociales que
ellas mismas no pueden gestionar.
Marx en la Tesis XI sobre Feuerbach afirma: los filsofos no han hecho otra
cosa que interpretar el mundo; lo que hay que hacer es transformarlo. La
filosofa resulta insuficiente, ha de ser substituida por la poltica, por la
transformacin del mundo en beneficio de la inmensa mayora, que son los
explotados; y eso no debe hacerse por razones de justicia moral, sino que
es exigido por la misma naturaleza de una sociedad que no puede funcionar
sin el trabajo del proletariado.
Freud entiende la poltica como una represin que niega el principio mismo
del placer, en nombre de unos ideales que la mayora de las veces los
humanos ni entienden ni aceptan.
SOCIEDAD
En relacin a la sociedad, la filosofa de la sospecha considera que la sociedad
burguesa no crea autnticos valores; el individuo ilustrado vive en un mundo
retrico y vaco, que crea individuos angustiados, tristes, explotados y neurticos.
Es comn a la sospecha un pesimismo radical sobre el futuro de la humanidad si no
cambian profundamente las bases de la organizacin social: la sociedad ha creado
unas relaciones sociales profundamente engaosas y su autoengao acabar por
ser suicida. La crisis posterior a la Primera Guerra Mundial acab, ciertamente, por
darles la razn en este aspecto.
TICA
La tica de la sospecha recoge el sensualismo materialista y la tradicin epicrea.
propios valores. Por eso slo es bueno lo que ensalza la vida, no lo que la
sociedad presenta como moral.
Segn Freud, la tica nace del Superego: su origen hay que buscarlo en el
miedo que desde la infancia nos produce el Padre, interiorizado por el
inconsciente. La tica es una represin del deseo y nos culpabiliza
permanentemente. Por eso hay que promover la liberacin del placer y de la
sexualidad, como nica forma de evitar la neurosis y la angustia.