Ediciones Musicales en El México Del Siglo XIX
Ediciones Musicales en El México Del Siglo XIX
Ediciones Musicales en El México Del Siglo XIX
Resumen
En la segunda dcada del siglo XIX surgieron en Mxico imprentas musicales que
comenzaron a editar partituras desligadas del mbito religioso. Estas imprentas
estuvieron vinculadas a los ideales del pas recin independizado, editando
preferentemente obras de compositores nacionales y temas mexicanos. La subsistencia
de un negocio tan especializado como la edicin de partituras musicales se debe por una
parte, a la intensa actividad musical del Mxico decimonnico y por otra al surgimiento
de las sociedades filarmnicas, gracias a las cuales la msica en nuestro pas comienza a
profesionalizarse. Adems de las ediciones de las casas impresoras, las partituras se
publican tambin en revistas de la poca, dedicadas particularmente a las mujeres.
Existen distintos temas vinculados a las ediciones musicales del siglo XIX, todos los
cuales nos permiten acercarnos a nuestro pasado musical para revalorarlo.
Las culturas musicales existentes alrededor del mundo constituyen diferentes aspectos
del sonido organizado, poseyendo cdigos especficos que las distinguen entre s.
Dentro de la tradicin musical occidental posrenacentista, la fijacin de las
composiciones a travs del sistema de notacin tiene una gran importancia; la partitura
nos permite volver una y otra vez a la obra de determinado compositor. Para que una
partitura llegue del compositor a los intrpretes y de stos a su vez a los oyentes, la
As lo demuestran distintos relatos hechos por los cronistas religiosos como Fray Pedro de Gante, Fray
Toribio de Motolina, Fray Juan de Torquemada o Fray Jernimo Mendieta. Si se quiere profundizar
sobre la habilidad de los indgenas en la msica y su rpido proceso de aprendizaje de acuerdo al
testimonio de los distintos cronistas arriba mencionados, puede consultarse a Enrique Martnez. La
msica precolombina. Un debate cultural despus de 1492. Espaa: Paids, 2004.
2
Guillermo Orta Velzquez. Breve historia de la msica en Mxico. Mxico: Porra, 1971, p. 186.
3
Un ejemplar de este libro se encuentra en la Biblioteca Nacional de Mxico y fue donado por el
historiador Luis Gonzlez Obregn. Vase Rubn M. Campos. El folklore y la msica mexicana.
Investigacin acerca de la cultura musical en Mxico (1525-1925). Mxico: Publicaciones de la
Secretara de Educacin Pblica, 1928, p. 49.
Como puede leerse, la Sociedad Filarmnica presidida por Elzaga solicit el apoyo del
presidente de la Repblica para la fundacin de la imprenta musical. Dicho apoyo sera
en calidad de prstamo, sin embargo la ayuda oficial no se concret. No obstante,
Elzaga no cej en su esfuerzo y un ao despus (febrero de 1826), asociado con
Manuel Rionda, sac a la luz el que se considera primer ejemplar musical impreso del
Mxico independiente. Si bien es cierto que se le ha atribuido a Elzaga el mrito de ser
el primer impresor de msica secular de esta poca, como bien lo expone Gabriel
Saldvar, antes de l tambin se impriman piezas de este carcter, slo que no
prosperaron ya que, al estar impresas por grabado en metal, su costo era muy elevado.
Tal es el caso de la cancin marcial de D. Benito Erviti,7 director de msica del batalln
de patriotas de la capital, misma que se venda en papel fino y de marquilla en las
libreras de Arispe y en la calle de Tacuba a 2 pesos.8 Los datos proporcionados por
Saldvar permiten plantear que aunque Elzaga no sea el primer impresor de msica del
Mxico Independiente s es el primero formalmente establecido.
Regresando al primer ejemplar impreso por Elzaga, se debe decir que en l todo era
mexicano: la composicin de Elzaga (un vals con variaciones dedicado a la memoria de
Rossini), la imprenta y el papel.9 Este dato se conoce gracias a un anuncio que aparece
en el peridico guila Mejicana del 2 de febrero de 1826, donde el articulista annimo
seala que la imprenta tiene un costo accesible pues cada plancha no debe exceder del
precio de 8 a 10 pesos.10
En el nmero referido de guila Mejicana, el mismo Elzaga publicita su imprenta
sealando que es un establecimiento nico en la Repblica y el primero de su clase, y
relata las dificultades que han atravesado para lograr esta empresa:
Las fatigas y tareas que habrn costado el proyecto es fcil comprenderlas, si se
reflexiona que siendo desconocidas hasta el da una oficina de esta especie, sin recursos
y sin quien ministrse (sic) nociones sobre el particular, se ha tenido que entregar en
manos de la naturaleza y repetir experimento sobre experimento para superar las
dificultades que son consiguientes al emprender una carrera desconocida y sin la menor
gua.11
Pieza musical que fue anunciada en la Gaceta del Gobierno de Mxico del jueves 20 de febrero de 1812
(III/187, p. 198). Vase Gabriel Saldvar. Bibliografa mexicana de musicologa y musicografa. Mxico:
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, CENIDIM, 1992, Tomo II, p. 214.
8
Ibid.
9
Jos A. Robles. Op. cit., p. 98.
10
Annimo. Msica. guila Mejicana. III/294 (2 de febrero de 1826). Vase Ibid., p. 99.
11
Jess C. Romero, Op. cit., p. 106.
Elzaga reconoce que no es un experto en la impresin musical pero que, a partir del
trabajo constante, logra incursionar en este campo. En la misma propaganda tambin se
explica por qu Rionda y Elzaga eligieron un vals como primera pieza a imprimir:
Se ha escogido una pieza pequea con la mira de que su corto valor que es de cuatro
reales y el tamao del pliego de papel de la fbrica de San ngel pueda facilitar su
circulacin y el pblico juzgue de los trabajos de la empresa, y de mis composiciones.
Si este paso anunciare en alguna manera que se ha recibido con agrado se establecer un
peridico filarmnico, en el que se publicarn piezas de clave y guitarra, ronds, dos,
cavatinas, con sus correspondientes acompaamientos de dichos instrumentos y todo lo
ms selecto de canto de los mejores profesores de Europa, interpolndose algunas de
mis composiciones en uno y otro ramo.12
Ibid., p. 107.
Ibid.
14
Lo anterior puede corroborarse haciendo una revisin de las partituras de esa poca, las cuales pueden
consultarse en los fondos reservados tanto de la Biblioteca Candelario Huzar del Conservatorio Nacional
de Msica, como de la Biblioteca Cuicamatini de la Escuela Nacional de Msica de la UNAM. Las
partituras de la primera mitad del siglo XIX editadas por compaas extranjeras que ah se conservan, son
prcticamente en su totalidad de autores extranjeros. Es hasta la segunda mitad del siglo que se
13
hacan llegar a los consumidores de distintas partes de la Repblica, desde Oaxaca hasta
Monterrey, pasando por Pachuca, Guanajuato o San Luis Potos. Para 1845 Ignacio
Cumplido contaba con 121 representantes forneos distribuidos por toda la Repblica,
lo que le permita que sus publicaciones llegaran a lugares apartados o poblaciones
pequeas.23 Aunque este tema no es central en el presente trabajo debe sealarse su
relevancia para una futura investigacin.
Junto con Ignacio Cumplido, Jos Mariano Fernndez Lara fue uno de los empresarioseditores sobresalientes de la Ciudad de Mxico. Hacia 1830, Fernndez Lara estableci
su imprenta en un inmueble familiar ubicado en la calle de la Palma nmero cuatro, 24
calle llena de comercios importantes y personajes destacados como Martn Burckhadt,
constructor de pianos. La tipografa de Lara logr mantenerse durante varias dcadas
con una produccin editorial diversa, ya que adems de partituras o manuales
musicales, como el manual de msica de Jos Antonio Gmez,25 este impresor public
diversos textos, entre los que destacan las traducciones de Eugenio Sue, las revistas El
Museo Teatral y El Liceo Mexicano y los peridicos El Tiempo y El Daguerreotipo.26
Dentro del siglo XIX tambin encontramos a otros impresores musicales como Manuel
Murgua, J. Rivera, Vicente Garca Torres y Flix Snchez; sin embargo, los datos
bibliogrficos sobre tales personajes son escasos. De Manuel Murgua, por ejemplo, se
sabe que fue otro importante editor de partituras desde 1840 hasta 1870. Su imprenta
del Portal del guila de Oro27 edit en 1850 una serie de partituras para guitarra
sptima que hoy en da pueden apreciarse gracias a la edicin facsimilar y la
transcripcin hecha por Miguel Limn.28 De acuerdo con Rubn M. Campos, la Casa
Murgua realizaba publicaciones peridicas de piezas sueltas de msica mexicana
23
popular,29 lo cual vuelve a confirmar el inters que tenan los impresores musicales por
difundir msica mexicana.
Despus de considerar a los principales editores en Mxico de piezas musicales del
siglo XIX, en seguida me enfocar en las casas impresoras que durante la segunda mitad
del mismo lograron consolidarse: la Compaa de H. Nagel y la empresa A. Wagner y
Levien.
Wagner y Levien y Nagel. Las editoras musicales en la segunda mitad del siglo
XIX
Segn la informacin presentada por Miguel Galindo en su Historia de la msica
mejicana, la fundacin de la casa Nagel puede situarse antes de 1841, ya que una
edicin de Nagel del manual de Jos A. Gmez revisada por l no est fechada, 30
mientras que la reimpresin realizada por Fernndez Lara data de 1841. Galindo plantea
por una parte que el establecimiento de la compaa Nagel es previo a 1841 y que esta
imprenta tena una estrecha relacin con la de Lara.
De acuerdo con Jess C. Romero, la compaa Nagel compr el repertorio musical que
haba fundado Jos Antonio Gmez,31en el cual adems de partituras se vendan
instrumentos. Por su parte, Miguel Galindo haba sealado anteriormente que la
fundacin del repertorio [] es un gran mrito para D. Jos Antonio Gmez, pues
aunque esta clase de establecimientos son meramente comerciales, sin ellos la msica
no prospera.32 Adems, ubica este repertorio en la calle de la Palma nmero cinco, 33 lo
que explica que la compaa Nagel se situara posteriormente en esta direccin segn
puede observarse en los datos de las partituras editadas por esta casa.
Varias de las partituras de la H. Nagel y Compaa que despus sera Nagel y
sucesores pueden consultarse en el fondo de reserva de la Biblioteca Candelario
29
Huzar del Conservatorio Nacional de Msica.34 Entre las partituras revisadas, se puede
citar por antigedad de plancha: A Notre Dame de Lourdes de Melesio Morales, nmero
de plancha 3. En este mismo fondo se encuentra tambin una revista musical editada por
Nagel llamada El lbum musical de Nagel y sucesores que data del quince de abril de
1885 y contiene la partitura Ecos de un vals de Ricardo Castro con nmero de plancha
243.
Del mismo Ricardo Castro se encuentra el Intermezzo de Atzimba, plancha 1380,
fechada en 1900. Este dato es muy revelante, pues nos indica que de 1885 a 1900 la
produccin de impresiones musicales de la Casa Nagel aument considerablemente al
pasar en tan slo 15 aos de la plancha 243 a la 1380, hecho que me permite reflexionar
sobre los motivos de ese aumento. En primer lugar, considero que las razones del
crecimiento y consolidacin de las editoras musicales como la H. Nagel y Compaa,
estn estrechamente relacionadas por una parte con la creacin en 1866 del
Conservatorio de la Sociedad Filarmnica Mexicana hoy Conservatorio Nacional de
Msica, ya que los alumnos eran familiarizados en sus clases con el lenguaje musical
y con un repertorio nacional e internacional que ejecutaban en los conciertos pblicos.
Estos estudiantes nios, adolescentes, jvenes, amas de casa y adultos requeran de
partituras impresas para el aprendizaje y desarrollo de sus habilidades. Por otra parte, la
popularizacin del piano entre las clases medias35 foment la demanda de las partituras
de moda y de profesores de msica o, en su defecto, de manuales tericos (que tambin
eran publicados por las imprentas musicales) para aprender a leer partituras. Esto se
deba a que saber msica era un signo de refinamiento en la educacin, particularmente
de las mujeres, como veremos ms adelante. La demanda de msica impresa fue tal que
se convirti en un negocio, algo considerable si se toma en cuenta que las partituras
impresas son un producto especializado con un costo muchas veces elevado.
Adems de la Casa Nagel, en la segunda mitad del siglo XIX tambin tuvo una gran
presencia la empresa A. Wagner y Levien,36 que comenz a funcionar justo en 1850.
34
Aunque slo se consult el fondo reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Msica,
tambin existen partituras editadas por Nagel en los archivos de otras Bibliotecas como la Cuicamatini
de la Escuela Nacional de Msica, en la Biblioteca Nacional y en el Archivo General de la Nacin.
35
Este instrumento se convirti en parte del mobiliario fundamental de la casa burguesa. ngel
Quintero. Salsa, sabor y control. Sociologa de la msica tropical. Mxico: Editorial Siglo XXI, 2005, p.
41.
36
Al igual que Nagel era una firma mexicana de dueos alemanes.
Gracias a partituras de esta imprenta podemos saber que su primera sucursal se encontr
en la calle de Coliseo Viejo nmero 15. Entre las partituras examinadas se encuentran
Sabes lo qu es amar? de Melesio Morales dedicada a Ignacio Manuel Altamirano
(indica la propiedad desde 1877 y el nmero de plancha AW y L 3), Clotilde de Ricardo
Castro (AW y L 150) y Pastoral para piano de Melesio Morales (AW y L 151). Otras
partituras de esta editora nos indican, mediante la reconfiguracin del nmero de
plancha, el cambio de establecimiento y tal vez de dueos que sufri esta empresa. La
nueva Wagner se ubic en la 2 calle de San Francisco y tena sucursales en Puebla,
Guadalajara y Monterrey. En las partituras analizadas se observa la simplificacin del
nmero de plancha de AW y L a W y L. De estas obras musicales puedo mencionar la
edicin de distintas composiciones de Ricardo Castro, entre las que se encuentran
Soires mondaines, Cinco valses, (W y L 4), Aires nacionales mexicanos (W y L 29),
Danzas caractersticas mexicanas (W y L. 1561) y Ballade en Sol menor (W y L 8223).
Gracias a la observacin y anlisis de partituras del siglo XIX tambin se puede ubicar
otra casa editora de msica llamada Otto y Arzoz (editores de msica y almacn de
pianos), la cual se defina en sus impresiones como especialista en msica religiosa.
Esta imprenta se situ primero en la calle de 5 de mayo nmero dos y despus se
cambi a los nmeros 57 y 61 de esa misma calle. Las partituras localizadas37 son todas
de Melesio Morales: A Bertita, Ayes del alma, La primera comunin, Seis piezecitas
muy fciles para nios y Netzahualcyotl, vals elegante.
Adems de las casas editoras de msica establecidas, las partituras tambin eran
publicadas por las revistas de la poca como se ver enseguida.
Como puede leerse, la publicacin de msica se asociaba al gusto femenino. Dado que
toda seorita que se preciara de ser bien educada deba tocar el piano, dentro de los
diversos artculos y temas publicados en El Iris, la msica se destinaba a las mujeres. El
ejemplo de El Iris fue seguido por otras revistas mexicanas que al publicar msica
queran ganar el reconocimiento principalmente del sexo femenino, tal es el caso de
Mosaico Mexicano, Museo Mexicano, La Armona, poca Musical, El lbum Musical,
El Semanario de las Seoritas Mejicanas (sic), El Presente Amistoso y La Camelia,
entre otras.
Luis Mario Schneider. La primera revista literaria del Mxico Independiente. Claudio Linati,
Florencio Galli y Jos Mara Heredia. El Iris. Peridico crtico y literario: Mxico, 1826. Reproduccin
facsimilar. Mxico: UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliogrficas, 1988, p. XXIX.
39
Claudio Linati, Florencio Galli y Jos Mara Heredia. Op. cit. I/ 2 (sbado 11 de febrero de 1826), p.
16.
40
Ibid. I/4 (sbado 25 de febrero de 1826), p. 32.
38
Antes de concluir, quiero sealar que la escasez de informacin sobre las ediciones
musicales del siglo XIX se debe por una parte a los pocos estudios que tanto
historiadores como musiclogos y etnomusiclogos han realizado sobre el tema, pero
sobre todo a que un gran nmero de partituras editadas por los impresores antes citados
no se han localizado.41 Algunas quiz se encuentren en archivos privados o en
antologas de ese siglo, aunque es muy probable que muchas se hayan perdido
irremediablemente. Como mencion en un principio, era frecuente que las partituras del
siglo XIX se acompaaran de bellsimas cartulas dibujadas sobre la piedra por los
litgrafos.42 stas eran arrancadas de la partitura y utilizadas como objetos decorativos,
mientras que la msica impresa se desechaba. El planteamiento anterior es propuesto
por el musiclogo Karl Bellinghausen a partir de la observacin de varias de estas
cartulas que se han encontrado y en las que se nota su separacin del cuaderno musical
y de partituras del siglo XIX que no tienen portada.
Conclusiones
La imprenta musical fue uno de los grandes cambios que los espaoles introdujeron en
las culturas musicales precolombinas. En el caso de la Nueva Espaa, se comenzaron a
imprimir partituras religiosas desde comienzos del Virreinato y durante casi tres siglos
las ediciones musicales que se hacan en Mxico tuvieron un carcter religioso.
En 1826, muy pocos aos despus de que Mxico consiguiera su independencia de
Espaa, Jos Mariano Elzaga fund en la ciudad de Mxico la primera imprenta
musical del siglo XIX que editaba msica de carcter secular. Aunque la duracin de la
imprenta de Elzaga fue corta, su ejemplo fue imitado por otros editores como Enrique
Murgua, Ignacio Cumplido, Jos Rivera, y J. M. Hernndez Lara.
A mediados del siglo XIX, las ediciones musicales mexicanas lograron consolidarse con
empresas como la compaa de H. Nagel y la casa editora de A. Wagner y Levien.
41
En Mxico no se cuenta a la fecha con bases de datos que permitan consultar de forma integral los
archivos musicales del siglo XIX, resguardados en la Biblioteca Nacional, la Biblioteca de la Secretara
de Hacienda, el Archivo General de la Nacin, las Bibliotecas de la Escuela Nacional de Msica y del
Conservatorio Nacional de Msica y la Biblioteca de las Artes del Centro Nacional de las Artes, por
mencionar los ms importantes. La creacin de una base de datos que compile las partituras editadas en
Mxico durante el siglo XIX es una labor que debemos emprender musiclogos y etnomusiclogos. Hasta
entonces se podr dimensionar qu tanto se perdi de las ediciones musicales decimonnicas.
42
Rubn M. Campos. El folklore musical, p. 153.
Adems de los editores independientes y las casas editoras antes citadas, en el Mxico
del siglo XIX se publicaban partituras en las revistas de la poca, particularmente en las
dedicadas a las mujeres.
La realizacin del presente trabajo implic la revisin tanto de partituras como de
documentos que me permitieron dar seguimiento a las ediciones musicales del siglo
XIX. Despus de dicha exploracin puedo decir que, pese a los esfuerzos de algunos
historiadores y musiclogos,43 las ediciones musicales de Mxico en el siglo XIX son
un tema que an falta mucho por investigar, debido a que una gran cantidad de material
impreso se encuentra desconocido hasta nuestros das y otra parte del mismo est
disperso en archivos y colecciones particulares o en bibliotecas pblicas. Entre los
temas que pueden ser abordados se encuentra el vnculo que las incipientes imprentas
musicales tenan con los ideales del pas recin independizado, lo que las llev a editar
preferentemente obras de compositores y temas mexicanos. La clasificacin y
compendio de las ediciones musicales impresas en el Mxico decimonnico es una tarea
que nos atae de manera particular a musiclogos y etnomusiclogos, ya que
enriquecer en gran medida nuestra comprensin del desarrollo de la msica en Mxico.
Los temas que se desprenden de las ediciones musicales del siglo XIX son variados,
pero todos de sumo inters: los impresores musicales, el proceso de produccin, la
distribucin fornea, el material publicado, las revistas en donde se imprima msica, la
relacin de la cultura con la msica impresa, entre otros. Este trabajo slo ha sido un
acercamiento al complejo y fascinante mundo de las ediciones musicales del siglo XIX
y una invitacin para continuar en la bsqueda y revaloracin de nuestro pasado
musical.
43
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