Semiotica
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a siguiente gua est basada en algunos estudios acerca de los escritos de Charles
Sanders Peirce. Para analizar algunos de sus pensamientos, primero veremos su vida,
sus conceptos principales y luego abordaremos sus conceptos acerca del signo y la
semitica.
signo es interpretado ahora como proposicin; de forma ms concreta: son entendidas como
signos (semeia) las proposiciones antecedentes de las condicionales en las que el antecedente y el
consecuente son verdaderos a un tiempo, por ejemplo: si tiene leche ha dado a luz.
Los pormenores de estas discusiones nos han llegado gracias al descubrimiento en las
ruinas de Herculano del tratado de lgica titulado Per semeion ka semeiseon (Acerca del signo y
la Semiosis) cuyo autor fue Filodemo de Gadara, un epicreo del siglo Ia.C. El conocimiento de sus
teoras proporcionara a Peirce el trmino semiosis, que quedara definitivamente como el ms
adecuado para referirse a la accin de los signos.
En la Edad Media fue Agustn de Hipona (San Agustn), heredero en muchos aspectos de la
tradicin estoica, el primero en construir una teora semitica que unifica la perspectiva lingstica
con la tradicin inferencial sistematizada en torno a los indicios. l es el primero en utilizar la
nocin de signo (signum) en un sentido tan general que incluye tanto a los signos lingsticos como
los no lingsticos; tambin a l le debemos las perspectivas psicolgicas y comunicativas que
encontraremos en la tradicin ms prxima a nosotros y, desde luego, en Saussure.
Peirce toma algunos de estos elementos y define tres ramas de la semitica: la gramtica
especulativa, la lgica pura, y la retrica pura o metodetica. La divisin de la semitica en estas
tres partes puede ser justificada desde el interior mismo de la teora semitica: la gramtica
especulativa, recogiendo la tradicin medieval de los modi significandi, se ocupa de las
condiciones que deben darse para que algo sea un signo; la lgica pura o lgica propiamente
dicha, conservara la funcin de la lgica tradicional, es decir, se ocupara de las condiciones de
verdad; la retrica especulativa se ocupa ya de los sujetos y, de forma ms concreta, cmo un
signo da nacimiento a otro signo y, especialmente, un pensamiento da nacimiento a otro
pensamiento. En definitiva, lo que justifica esta clasificacin es la consideracin de la semiosis
como una relacin, necesariamente, manifestaciones de las categoras faneroscpicas de
primeridad, segundidad y terceridad.
El sentido de estas reflexiones es para comprender por qu Peirce se aleja del modelo
propuesto por Saussure que, al fin y al cabo, representa la tradicin de la semitica moderna
(recordemos que Saussure reduce el signo a la unin de un significante y un significado). En este
sentido, Peirce defender como uno de sus principios fundamentales que los elementos de la
semiosis son necesariamente tres: signo, objeto e interpretante. Sigue en esto al Aristteles del
comienzo del De interpretatione, que al explicar el modo en que nos comunicamos mediante el
lenguaje alude a los sonidos que son smbolos de las afecciones del alma que, a su vez, son signos
de las cosas. Esta relacin tridica se mantiene tambin en una teora mucho ms articulada que la
aristotlica como fue la de los estoicos. Fueron ellos, segn nos han transmitido Sexto Emprico y
Digenes Laercio, los primeros que se refieren a esos tres elementos de la semiosis como
significante (t semainon) significado (t semainmenon) y objetos o acontecimientos (to
tynchnon). Las verdaderas razones de Peirce no obedecen al seguimiento ciego de esta tradicin,
sino que tienen que ver con principios tericos profundos. Los tres elementos de las semiosis,
signo o representamen, objeto e interpretante son, como hemos dicho antes, manifestaciones de
las tres categoras faneroscpicas de primeridad, segundidad y terceridad, pero, adems, son tres
porque como demostrar desde la lgica de relaciones, slo una relacin tridica puede dar razn
de un fenmeno genuinamente significativo.
El segundo elemento o relato de la semiosis es lo representado por el signo. A este
elemento Peirce lo denomina objeto. Segn l nuestra experiencia de la realidad se nos da ya
semiotizada, es decir, inserta los procesos de semiosis. Habra que decir, por tanto, que los
lmites de la semiosis son los lmites de lo cognoscible y, en ltimo trmino, del mundo.
Los signos, como los pensamientos estn conectados unos con otros y, adems, son
comunicables. De hecho sin comunicabilidad no hay representacin, pero dado que,
contrariamente a lo que mantuviera Descartes no existen ideas innatas ni es posible la intuicin
en sentido estricto, un pensamiento surge de otro pensamiento o, lo que es lo mismo, un signo
nace de otro signo.
permite saber lo que se ignoraba. En los procesos concretos de semiosis confluyen pues, dos
elementos; un elemento preexistente de carcter colectivo: una regla de interpretacin y, en
muchas ocasiones, un elemento innovador que pertenece a la experiencia de los individuos pero
que, gracias al carcter social de las reglas de interpretacin de los signos, resulta comunicable y
en cuanto tal, universalizable.
La concepcin del interpretante como efecto producido por un signo ampla notablemente
la nocin de significado utilizada por la tradicin, al tiempo que supera el sesgo intelectualista
(conceptualista) desde el que era concebido. Al subrayar que los efectos que los signos producen
pueden ser meras emociones, acciones o conceptos. Peirce fue el primero en incluir dentro del
mbito de la semiosis el mundo de las acciones y las pasiones. Un signo slo llega a serlo
realmente cuando produce un interpretante. La relacin semitica incluye pues, tanto la accin
del signo como la pasin de un intrprete; en otros trminos, la interpretacin.
En conclusin, las diferencias epistemolgicas en el tratamiento de la semiosis tienen su
expresin ms caracterstica en la eliminacin del objeto que Saussure lleva a cabo, al reducir los
elementos de la significacin al significante y al significado. El sistema estructuralista obedece a
una lgica dual, interpretada en trminos de oposicin, que tiene verdaderas dificultades para
explicar relaciones tridicas (o de conjuntos superiores que no pueden reducirse a relaciones entre
pares).
La vinculacin que Saussure establece entre semitica (semiologa) y lingstica llev
algunos de sus seguidores a considerar a la primera como una translingstica. Este objetivo,
expresamente enunciado por R. Barthes, aunque no asumido en trminos estrictos por otros
autores, ha seguido operando en la prctica. De hecho la teora semitica elaborada desde esta
perspectiva se ha hecho desde el lenguaje y para el texto lingstico. De ah que desde esas
posiciones se haya reprochado a Peirce sus escasos conocimientos lingsticos.