Bochaca Oriol, Joaquin - El Problema Judio PDF
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Por J. Bochaca
PROLOGO
Con la serio de volmenes sobre EL PROBLEMA JUDIO, no
pretendemos crear o favorecer la creacin de un movimiento
antisemita. En la medida de lo posible nuestra publicacin
procurar evitar -aunque lgicamente quede supeditada a la
postura del autor- toda clase de adjetivos peyorativos en relacin
al pueblo judo.
No queremos ni favorecer el antisemitismo ni justificar excesos
que se cometieron en el pasado, nuestra intencin en
simplemente la de buscar y difundir la verdad histrica y de ah
que en todos los trabajos que se van recopilando en esta serie
de volmenes, hayamos rehuido de los trabajos literarios en
favor de los documentados cientfica o histricamente.
La razn que nos ha impulsado a editar estos volmenes sobre
EL PROBLEMA JUDIO, no es otra que la de contribuir al
esclarecimiento de la verdad histrica y tambin a la localizacin
de las causas del problema judo en la actualidad. No podemos
dejar de sorprendernos cuando comprobamos que mientras
fenicios, cartagineses, etruscos, etc. han desaparecido de la
realidad fsica de nuestros das, los judos, sin patria durante
casi dos mil aos, han mantenido una perfecta organizacin
social y religiosa entre ellos.
No queremos caer en el error del Presidente de la Cmara
francesa Sr. Herriot, quien al mencionar un diputado que Leon
Blum era judo, declar: "Acabis de pronunciar palabras
inadmisibles". Atacar a los judos es censurable, pero denunciar
su poder y su situacin constituye un deber histrico, tanto ms
hoy da en que el problema judo se ha vuelto "tab" para los
medios de comunicacin.
1
Kuhn (9) Tito (Iosif Walter Weiss), (10) Willy Brandt (Herbert K.
Frahm) (11), Goreff-Rose-Skoblewski, WIadimir Bischitzki, Lazar
Fekete (12) etc. etc. El nmero total de judos voluntarios en la
guerra de Espaa es imposible de precisar. Una cifra probable
son 35.000 (13), pero se barajan cantidades diversas muy
distanciadas entre s.
Dada la postura adoptada por el movimiento judo mundial que
podra documentarse con muchos ms datos, tanto Franco como
los lderes falangistas adoptaron posturas claramente antijudas
(14) y as se perfil la fisonoma de la Espaa nacida en 1939
con respecto al problema judo.
El problema que ahora se nos plantea, como primero de este
trabajo, es conocer el. nmero de judos que viven en Espaa
actualmente.
Casi siempre es imposible sacar una conclusin definitiva al
respecto, pues por no se sabe qu ocultas razones, las cifras
totales son mantenidas en suma reserva y se manejan siempre
datos vagos e imprecisos. La revista LIFE (15), aseguraba en
1967 que la poblacin juda en Espaa era de 6.000 personas,
segn datos facilitados por la propia comunidad juda en Espaa.
Sin embargo su Presidinte Max Mazin haba declarado en 1966
(16) que la poblacin juda espaola se elevaba a 7.000, pero el
mismo Max Mazin en un programa emitido por la C.B.S. (17),
sealaba que en 1968 el nmero de judos en Espaa era de
9.000 mil, asegurando CAMBIO 16 en 1975 que el nmero total
era de 10.000 (18). Vemos pues que las cifras no son nunca
exactas y concretas pero que giran alrededor de los diez
millares.
Despus de la pregunta Cuantos son? se impone la de Quin
es judo? y tambin aqu las respuestas son interesantes. Es
conocido por los escritos bblicos as como por las citas de]
Talmud, que los judos forman una comunidad racial ms que
religiosa, aunque la Sinagoga sea el centro de reunin de todos
los judos. No se explica de otra manera que mientras no hay ni
fenicios, ni cartagineses, ni babilonios, existan todava judos en
el mundo. Es precisamente su postura racista la que les ha
mantenido como un pueblo a lo largo de los siglos. Estos
conceptos quedan claramente manifiestos en las palabras de
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reducido
nmero
en
relacin
impresionantemente importante.
con
la
poblacin,
NOTAS
(1) "Alfonso XIII y el pueblo judo'', Jos Francisco Riaza Saco,
AMISTAD judeo cristiana, nm. 34, enero-febrero-marzo de
1971.
(2) Adems de la revista Kipa", Leon de Poncins en su clebre
obra Histoire Secrte de la Revolution Espagnole" (Editores,
Gabriel Beauchesne et ses fils, 1938), en la pg. 34 dice: "Alcal
Zamora, M. Maura y Fernando de los Rios, son de origen judo,
formando parte de los marranos convertidos". Sin embargo el
boletn de CEDADE nm. 22, marzo-abril de 1970 seala que en
lo referente a Miguel Maura existen algunas dudas por parte de
algunos historiadores. Mencionemos sin embargo a ttulo de
curiosidad que en su obra "Vida Bohemia" Valle Incln menciona
a Maura como judo.
(3) Tomado de un documento reproducido por Juan Segura
Nieto en su libro "Alerta!... Francmasonera y Judasmo'',
editado por Felipe Gonzalez Rojas, editor en Barcelona en 1940.
Se menciona en la pgina 41. Es de notar que Juan Segura
Nieto era periodista de gran seriedad. Padre del actual Juan
Segura Palomares, ha pasado en los ltimos aos a un total
desconocimiento, muy probablemente debido a la obra
mencionada.
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JUDIOS Y COMUNISTAS
La situacin en el mundo rabe se presenta en el futuro de una
manera singular. Despus de muchos aos de total decadencia,
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veo otra razn para que casi la mitad del dinero que este pas
destina a la ayuda exterior deba ir a Israel, ms que la influencia
del grupo de presin sionista".
.La publicista juda Barbara Walters critic acerbamente al
Vice-Presidente Agnew, acusndole de antisemitismo. Agnew
consigui que, al menos una parte de su respuesta llegara al
pblico, insistiendo en que "... siento verdaderamente que es
cierto que las influencias sionistas hacen que examinemos los
problemas del Medio Oriente de una manera deslavazada... Por
otra parte, no existe para m la menor duda de que un cierto
imperialismo israelita se ha ido desarrollando en este mundo.
Creo que los rabes saudes, por ejemplo, han sido nuestros
amigos leales por un perodo de casi sesenta aos, e incluso les
consideramos, a ellos y al Seor Sadat, de Egipto, como buenos
amigos an, a pesar de todo... pero han sido sistemticamente
calumniados por nuestros medios de comunicacin... Creo, en
fin, que dichos medios estn en las manos de muy pocas
personas, y lo que estas personas abogan y promocionan no es
el inters del pueblo americano, sino de la comunidad juda y del
Estado de Israel" (3).
Naturalmente, el Vicepresidente Agnew, pronto dej de ser
Vicepresidente debiendo retirarse a la vida privada. Nada ms
reintegrarse al anonimato civil, recibi la visita de unos
inspectores del Fisco que, sin duda, debieron convencerle de las
excelencias de la virtud de la prudencia.
Es evidente que si el Establishment -compuesto de una mayora
de judos y de unos cuantos no-judos ligados a intereses judosno poda tolerar la libre expresin de todo un Vicepresidente de
los Estados Unidos, an menos iba a poder soportar la
"desobediencia" -por mnima que sta fuera- del Presidente,
dada la significacin inherente al cargo de la primera
magistratura del pas econmicamente. ms poderoso del
mundo. Y as, an cuando la vida poltica de Nixon estuviera
esmaltada de favores al Judasmo y, ms especficamente, al
Sionismo, bast que en un momento determinado no ayudara
suficientemente al Gobierno de Tel-Aviv, para que
inmediatamente se montara el grotesco tinglado de Watergate
que le forz a dimitir. Y todo, explotando el pretexto de que el
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NOTAS
Diputado.
Despacho
de
Administracin
NOTAS:
(1) Como muchos otros judos situados en puestos clave,
Schlessinger ha mantenido su importancia y la tiene todava hoy.
Se mantuvo con Ford y en el Gabinete Carter tiene a su cargo el
importante Departamento de Energa. Al igual que ocurri con
Weinberg -que sobrevivi al Gobierno Eisenhower, continuando
con Johnson- o el famoso Warburg que mantuvo su influencia
en los gabinetes de Roosevelt, Truman y Kennedy, estos
influyentes personajes escapan a toda crisis o cambio,
mantenindose en la penunbra y persistiendo en su influencia.
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LA DECLARACIN BALFOUR
Del caos en que qued sumido el mundo civilizado despus de
Versalles, dos hechos esenciales - los dos objetivos verdaderos de
la guerra terminada - emergieron sobre el resto de las injusticias
all cometidas.
El primero fue la consolidacin definitiva de la Unin Sovitica
como estado soberano y punto de apoyo del comunismo
internacional.
El otro objetivo fue la llamada Declaracin Balfour concediendo a
los judos un Hogar Nacional en Palestina, en detrimento de los
rabes que vivan en aquel pas desde diecinueve siglos.
Sorprendente coincidencia fue que ambos acontecimientos
capitales - Revolucin sovitica y promesa del Hogar Nacional
judo- se produjeran casi simultneamente.
Para la exposicin de los hechos, convendr dar un salto atrs y
situarnos a principios del ao 1916. Las tropas francesas,
derrotadas, se amotinan; Ptain reprimir duramente la indisciplina
e impedir la desbandada general; Italia ha visto sus ejrcitos
seriamente diezmados por las tropas austrohngaras; el coloso
ruso se tambalea ante los serios golpes que le propinan los
alemanes, turcos y austracos y, ms an, a consecuencia del
derrotismo interior que terminar por alumbrar la sangrienta
Revolucin de octubre de 1917. Los satlites balcnicos de
Londres y Pars, Serbia, Montenegro y Rumania, se baten en
retirada. Inglaterra tropezaba con terribles dificultades; la campaa
submarina alemana pona en peligro el avituallamiento de las islas;
en Egipto, el Ejrcito britnico se bata en retirada ante las
embestidas turcas, y la prdida del Canal de Suez pareca
inminente.
Fue entonces cuando Alemania ofreci a Inglaterra la paz sobre la
base del statu quo ante. Las fronteras europeas de 1914 seran
restauradas. Inglaterra no poda hacer otra cosa que aceptar la
oferta alemana. A principios de otoo de 1916, las reservas
alimenticias de Inglaterra alcanzaban a tres semanas, y la
campaa submarina germnica estaba en todo su apogeo. Las
reservas de municiones eran todava menores. El Ejrcito francs
se amotinaba de nuevo e Italia (1) , cuyas fuerzas armadas haban
sido nuevamente batidas a las puertas de Venecia, negociaba una
paz separada. Las tropas zaristas se retiraban tan
apresuradamente en Ucrania que la mayor dificultad de la
Wehrmacht era mantener el contacto.
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NOTAS
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