El Pensar Como Ciencia - Henry Hazlitt
El Pensar Como Ciencia - Henry Hazlitt
El Pensar Como Ciencia - Henry Hazlitt
Qu significa el prejuicio en el
contexto del pensamiento? Es el
leer ms ilustrativo que el pensar?
Este
libro
de
fcil
lectura
proporciona las respuestas, a
menudo sorprendentes, a esos y
otros muchos interrogantes.
Henry Hazlitt analiza el arte de la
concentracin, que es la condicin
sine qua non del pensamiento
productivo, y la forma en que la
escritura fija las ideas, venciendo la
natural fugacidad de estas.
Henry Hazlitt
El pensar como
ciencia
ePub r1.0
PREFACIO
STE libro se public por primera
vez hace cincuenta y tres aos[1],
en 1916. El autor tena entonces
veintiuno de edad. En el ms de medio
siglo pasado desde que apareci aquella
primera edicin el conocimiento humano
se ha expandido, sobre todo en el
mbito de la ciencia y la tecnologa, a
una velocidad que no tiene precedentes
en la historia. Yo tambin espero haber
aprendido, en el mismo lapso, mucho
ms que lo que saba cuando escrib el
libro.
primitivos lectores.
Esta ha sido una de las razones de
que haya introducido cambios mnimos
en la primera edicin y optado ms bien
por aadir, a modo de eplogo, una
resea bastante extensa de las
modificaciones y agregados que hara
hoy si hubiese de escribir un libro
totalmente nuevo sobre el tema. En vez
de Eplogo, ese nuevo material podra
haberse titulado incluso Segunda
parte. El orden elegido tiene, adems,
una ventaja innegable para el lector:
coloca el Curso superior donde
corresponde, o sea a continuacin del
Curso elemental.
LA QUIEBRA DEL
PENSAMIENTO
ODOS sabemos que en el mundo
hay males que es necesario
subsanar. Todos tenemos ideas muy
categricas acerca de la naturaleza de
esos males. Pero la mayora de nosotros
opina que uno de ellos, en particular, se
destaca vvidamente por encima de los
dems. En verdad, algunos ven ese mal
con tanta nitidez que olvidan todos los
restantes, o los interpretan como
consecuencias naturales de lo que a su
juicio es el mal primigenio.
anlogas.
Pero si bien la observacin emprica
es valiosa y debe emplersela a menudo,
no se la debe utilizar jams cuando
existe la posibilidad de experimentar.
Cuando se aplica correctamente el
mtodo emprico, siempre hay que dejar
cierto margen para factores imprevistos.
Pero ese margen depende siempre de
meras
conjeturas. El
mtodo
experimental no deja margen para
ciertos factores, sino que los elimina.
En el ejemplo que hemos tomado de la
ciencia poltica la experimentacin es
casi imposible porque los factores
capaces de influir sobre las condiciones
beneficiar considerablemente si se
pregunta cmo resolvera un problema
dado, por ejemplo el de la trasmisin
gentica
de
las
caractersticas
adquiridas, mediante la aplicacin del
mtodo experimental en su forma ms
completa.
He citado ya suficientes mtodos, o
por lo menos he indicado lo que se
entiende por pensar con mtodo.
Naturalmente, es posible que haya que
modificar hasta cierto punto cada uno de
ellos a fin de acomodarlos a diferentes
problemas. Repito: hay incontables
mtodos, y algunos problemas exigirn
la aplicacin de mtodos exclusivos.
para
estimular
el
verdadero
pensamiento. Por tanto, se lo debe
emplear con preferencia a cualquier
otro. No solo es el mejor para inducir a
pensar profundamente, sino que no hay
otro que rena tantas probabilidades de
obligar a pensar originalmente. Sin
embargo, ya sea que este mtodo
culmine en el xito o el fracaso, habr
de completrselo a continuacin con
otros.
Entre los ms fructferos de esos
otros mtodos cabe sealar el
evolucionista.
Este,
naturalmente,
abarcara el estudio de la historia de la
taquigrafa, la bsqueda de la direccin
asombrosamente
sus
procesos
intelectuales. Este mtodo es aplicable a
cualquier problema, desde la invencin
de una mquina de sumar hasta la
investigacin del motivo por el cual el
plomero incluy esa partida de 23,46
dlares en su factura.
Pero volvamos a la taquigrafa.
Todava nos quedan el mtodo emprico
y el experimental. En este caso
particular la diferencia entre ambos solo
sera de grados. Podramos averiguar,
por ejemplo, qu sistemas emplearon los
taqugrafos ms veloces, pero ello no
bastara para sacar una conclusin
definitiva ya que tendramos que contar
MEDIDAS DE
PRECAUCIN
ASTA ahora solo nos hemos
ocupado del pensamiento positivo
y constructivo y de los medios idneos
para obtener sugerencias pertinentes.
Prcticamente no hemos mencionado
siquiera las medidas de precaucin, los
medios para evitar las falacias y
errores, o los recursos adecuados para
comprobar la veracidad y el valor de las
sugerencias. La mayor parte de los
autores que han encarado el tema del
pensamiento han insistido tanto en el
Un ejemplo pertinente es el de la
clasificacin. Al considerarla desde el
punto de vista constructivo, destaqu
que todas las clasificaciones deben ser
lgicas. Pero no dije qu entenda por
tales y tampoco expliqu cmo se puede
lograr una clasificacin lgica. Los dos
errores ms notables que se cometen al
clasificar son: 1) omitir que las
clasificaciones
sean
mutuamente
excluyentes; 2) no cuidar de que
abarquen todos los objetos o fenmenos
que presuntamente deben incluir.
El primer error es el menos comn,
pues, aunque casi todos los pensadores
lo cometen, es relativamente raro entre
los
errores
es
mantenernos
constantemente al acecho, en busca de
nuevos ejemplos, sobre todo de aquellos
que parecen no encajar en nuestra
generalizacin. Si se acomodan sin
forzar nada, prestan un respaldo
adicional a la clasificacin ya
elaborada. Pero a veces se comprueba
que donde se tenan tres categoras un
dato nuevo exige la adicin de una
cuarta, y a menudo ocurre que ese hecho
desbarata la totalidad de la maravillosa
construccin anterior.
Hay otra fase del pensamiento que,
si bien es ante todo preventiva, tambin
es en parte constructiva. Nos han
LA CONCENTRACIN
Cul es la empresa ms
difcil del mundo? Pensar.
EMERSON
OS hemos ocupado del pensar. Lo
hemos encarado tanto desde el
punto de vista positivo como desde el
negativo. Pero si bien hemos dedicado
nuestra atencin al pensar, hemos
descuidado hasta ahora al pensador. En
trminos ms cientficos, hemos
encarado el pensamiento desde el punto
de vista lgico; ahora lo encararemos
desde el sicolgico.
Son pocas las personas que
confesarn tener fallas especficas de
alguna ndole, sobre todo si son de
orden intelectual. Pero prcticamente no
hay nadie que no est dispuesto a
reconocer que no siempre logra
concentrarse cuando quisiera hacerlo,
y que es, de hecho, una de las infinitas
vctimas de la distraccin.
Casi todos nosotros creemos
conocer con exactitud el significado de
ambos trminos. Pero a juzgar por la
mayor parte de lo que se ha escrito, no
hay dos trminos peor interpretados que
esos. Antes de empearnos en descubrir
esas
agradables
pero
ftiles
divagaciones consiste en cortar el
encadenamiento de ensueos apenas
tomamos conciencia de l y orientar la
mente hacia algn tema serio y
provechoso. Es casi seguro que nuestros
pensamientos volvern a descarriarse.
Hasta puede ocurrir que ello se repita
quince veces o ms en el lapso de media
hora. Pero apenas descubrimos la
filtracin, debemos ponerle un dique y
encaminar nuestros pensamientos por el
cauce que les hemos abierto. Quien no
haya hecho nunca esta experiencia
tendr que desplegar un gran esfuerzo.
Pero bastar que se resuelva a controlar
orientador.
Al defender su mtodo, Spencer
dice: Es ms probable que la solucin
correcta sea aquella que se descubre
mediante el empleo de este mtodo y no
la que se vislumbra al cabo de un
esfuerzo tenaz por conseguirla. El
esfuerzo tenaz pervierte el pensamiento.
Ocurre a menudo que cuando uno trata
de recordar un nombre o un objeto
olvidado, ese nombre u objeto parece
ahuyentarse de la conciencia, al paso
que cuando se relaja la atencin, aflora
por s solo. Mientras seguimos forzando
el pensamiento por ciertos meandros
errneos la bsqueda es intil, pero
anteriores.
Tambin tengo que objetar la
afirmacin de Spencer de que cuando
cesa el esfuerzo la verdadera asociacin
de ideas produce sus frutos. El cerebro
no dispone de un mecanismo oculto
capaz de distinguir entre lo verdadero y
lo falso. En realidad, si no hiciramos
ningn esfuerzo, las asociaciones ms
frecuentes y vigorosas tendran mayores
probabilidades de imponerse, y
posiblemente gozaran a menudo de
mayor peso que las inusitadas y dbiles.
Por lo dems, no hay superioridad.
Pero la razn primordial de que no
podamos copiar el mtodo de Herbert
mayora
cuyos
pensamientos
se
dispersan constantemente, tendr que
forzar su proceso intelectual al menos
durante un tiempo.
Hay una observacin de Spencer que
es indiscutiblemente cierta: puede
acaecer que la porfa por desentraar
inmediatamente la solucin de un
problema
acte
como
factor
distorsionante dentro de la conciencia y
allane el camino al error. Y aunque
parezca extrao, su mtodo coincide
sustancialmente con el de John Stuart
Mill, que parece tan antagnico.
Obsrvese, en efecto, que Mill habla de
retomarlo (el enigma) una y otra vez
manifieste
cualquier
asociacin
accidental. Adems, el hecho de que
ocasionalmente esos momentos de
divagacin presten buenos servicios no
cohonesta su existencia. Las ideas ms
falaces, las prcticas ms demonacas,
los personajes ms detestables de la
historia, han prestado accidentalmente
buenos servicios. Lo cierto es que por
cada asociacin til que se produce
durante la divagacin, aparecen diez
durante la concentracin. La razn de
que las asociaciones tiles que se
registran durante la divagacin parezcan
frecuentes estriba en que, por
inesperadas, llaman ms la atencin
cuando se producen.
Se ha dicho a menudo que muchos de
los mayores inventos del mundo fueron
resultado de accidentes casuales. Hasta
cierto punto as es. Pero el accidente se
fue preparando mediante una intensa
reflexin anterior. Jams se habra
producido en ausencia de ella. Se dice
que a Newton se le ocurri la idea de la
gravitacin porque una manzana cay
sobre su cabeza. Quiz sea verdad. Pero
las manzanas estn cayendo desde que
las hay en el mundo, y es probable que
habrn cado millares de ellas sobre las
cabezas de los hombres. Pero solo a
Newton se le ocurri la idea de la
EL PREJUICIO Y LA
INCERTIDUMBRE
E vez en cuando al pensador
cauteloso se le ocurre que, desde
el simple punto de vista del
clculo
de
probabilidades,
es
francamente difcil que sus opiniones
sobre todos los temas discutibles sean
correctas. Veo en derredor se dice,
a millares de personas que sustentan
opiniones distintas de las mas acerca de
esto o aquello, totalmente diferentes en
la mayora de los casos, parcialmente al
menos en los restantes. Cada una de esas
que
Pero podemos dejar de lado los
casos en que es ms obvia la
intervencin del inters personal y pasar
al prejuicio sobre el cual gravita menos
el egosmo consciente o el lucro directo.
Si un economista escribiera un libro
destinado a demostrar que los banqueros
son realmente innecesarios y que la
sociedad podra prescindir de ellos, es
casi seguro que ningn banquero se
formara una opinin muy buena acerca
de la vala intelectual del autor. Si
evaluara en alguna forma sus
argumentos, no lo hara ms que con la
intencin de refutarlos. Con parcialidad
sorprendi.
2) Otra razn por la que deseamos
que una opinin sea correcta es que de
hecho la sustentamos ya. Lo ha dicho un
escritor: A menudo formamos nuestras
opiniones fundndonos en las razones
ms ftiles, y sin embargo solemos
aferramos
a
ellas
con
ciega
obstinacin. El hecho se explica por
dos razones.
Cuando nos formamos una opinin
respecto de cualquier problema, lo ms
probable es que la comuniquemos a un
tercero, y as nos comprometemos con
uno de los bandos. A partir de ese
momento, modificar la opinin implica
reconocer
que
antes
estbamos
equivocados. El cambio de opinin nos
hace vulnerables al reproche de
inconsecuencia. Lo ltimo que podemos
admitir es que seamos inconsecuentes,
que nuestros juicios sean humanos y
falibles. La inconsecuencia dijo
Emerson, es el cuco de las mentes
pequeas. Y si por inconsecuencia
entenda el cambio de opiniones ya
sustentadas, tenemos que coincidir con
l.
El elaborador de hiptesis padece
una forma especfica de ese temor a la
inconsecuencia. El terico de esta
ndole recurre a una suposicin para
cmo
continuar
realizando
sus
trabajos[13]. Darwin cuenta que cuando
era joven inform a Sedgwick que se
haba descubierto una valva de voluta
tropical en una cantera de grava prxima
a Shrewsbury. Sedgwick le contest que
alguien deba de haberla arrojado all y
agreg que si hubiera estado realmente
implantada en aquel lugar, ello
implicara una gran desgracia para la
geologa, ya que echara por tierra todo
cuanto sabemos acerca de los depsitos
superficiales de los condados del
Midland que pertenecan al perodo
glacial[14].
Tal vez algunos de mis lectores se
irrisiones.
Existe otra variante del prejuicio de
imitacin radicalmente opuesta a la
descrita. As como en asuntos de
indumentarias hay quienes se desvelan
por imitar a otros, hay tambin
individuos cuyo afn supremo es
distinguirse. Su mayor temor es que
los confundan con uno de la multitud.
Se visten en la forma ms extravagante
posible
a
fin
de
conquistar
individualidad. En el mbito del
pensamiento encontramos tambin los
mismos
especmenes.
Tiemblan
constantemente ante el temor de decir
algo que est en boca de todos los
mxima
encierra
una
verdad
maravillosa. En el mundo no hay nada
mejor que estar en lo cierto; pero,
despus de eso, no hay nada mejor que
estar
clara
y
categricamente
equivocado, porque en algn momento
se podr ir a flote. Si anda usted
titubeando entre la verdad y el error, no
llegar nunca a nada; pero si est
absoluta, total y persistentemente
equivocado, cualquier da tendr la
suerte de darse de narices con un hecho
cierto, y ello lo pondr nuevamente en el
buen camino[15].
Cuando se halle fluctuando entre dos
opiniones, quiz le convenga entablar un
esfuerzos.
Cada individuo es el encargado de
decidir la magnitud del esfuerzo que
tiene que desplegar y del lapso durante
el cual habr de mantener viva la duda
respecto de un problema concreto. Su
criterio personal debe ser la nica
pauta.
LA DISCUSIN Y LA
CONVERSACIN
A mente despliega muchas
actividades que pueden engendrar
el mal o el bien. La naturaleza exacta de
su influencia depende del uso que se les
d. Una de las ms importantes de esas
actividades es la discusin.
La discusin genera lo que los
siclogos han denominado presin
social, o sea una forma singular de
incentivo para toda clase de accin. En
este sentido, se entiende por presin
social el deseo de superar a un
EL PENSAR Y LA
LECTURA
ASTA ahora me he ocupado del
pensar casi como pudiera l
desarrollarse sin ayuda exterior. Como
ha ocurrido en el pensamiento
preventivo y constructivo, quiz lo que
me impuls a adoptar esa actitud fue una
reaccin contra la habitual insistencia en
la lectura como elemento indispensable
para el perfeccionamiento intelectual y
contra el simultneo olvido de la
necesidad de pensar en forma
independiente. Los hombres pensaron
sistemtica.
Es posible que algn extravagante
nos formule, antes de que nos ocupemos
de la forma de leer, la pregunta previa:
Debemos leer?. Hubo en efecto
pensadores y no pensadores que
impugnaron seriamente las ventajas de
la lectura. El filsofo Demcrito se sac
los ojos para no volver a leer y poder
as pensar. No seguiremos su ejemplo.
Pero no nos resulta difcil comprenderlo
cuando pensamos en muchos hombres
cultos que a fuerza de lecturas se
redujeron a un estado de aturdimiento
soador, y saben qu fue lo que
pensaron todos los dems pero que
jams
concibieron
pensamientos
propios. Tenemos que admitir que los
argumentos de esos excntricos son por
lo menos un buen remedio contra la
doctrina vigente de que cuanto ms lee
un individuo tanto ms sabe y tanto
mejor es su actuacin como pensador.
La idea de aprender a pensar
mediante la lectura se parece a la de
aprender a dibujar por medio del calco.
En ambos casos se toma como base la
obra de otros en vez de recurrir a la
observacin directa de la Naturaleza. Es
cierto que la prctica tiene sus ventajas,
pero nadie se convirti jams en un gran
artista a fuerza de calcar, ni se
Analicmoslo mejor.
El solo hecho de que usted quiera
estudiar un tema implica que no tiene
una imagen clara de aquello a que se
refiere. Por ejemplo, desea estudiar
economa porque se da cuenta de que no
entiende todo lo que debera acerca de
la produccin, la distribucin y el
consumo de bienes. En otras palabras,
hay en esos fenmenos algo que lo
intriga; tiene usted algunos problemas no
resueltos. Muy bien. Esos problemas son
sus materiales. Trate de resolverlos.
Pero cmo podr resolverlos si no
s nada de economa?.
Tenga la bondad de pensar qu es
constituido
por
una
incesante
superposicin de pensamientos. Sin
embargo, la gente se aferra, aunque no lo
confiese abiertamente, a la conviccin
de que jams podremos progresar
mediante el pensamiento, sino que para
ser educados o cultos, o para adquirir
cualquier clase de conocimientos,
tenemos que leer, leer y ms leer[19].
Esta complicada defensa casi me
hace ruborizar. Todos admitirn la
necesidad de pensar en abstracto.
Pero cmo la interpretamos en la
prctica? Cuando vemos a alguien que
lee un buen libro, nos decimos que se
est instruyendo. Cuando vemos a
con causticidad.
A menudo el autor del nuevo libro
no entiende bien a los antiguos, a pesar
de lo cual se resiste a reproducir
textualmente
sus
palabras.
En
consecuencia las altera y dice con su
propio estilo defectuoso lo que los
viejos autores, que escriban inspirados
por su propio conocimiento directo del
tema, haban expresado mucho mejor y
con ms claridad. El nuevo escritor
omite a menudo los asertos ms sabios
de sus predecesores, sus ejemplos ms
notables, sus observaciones ms
atinadas, por que no capta ni su valor ni
su riqueza. Lo nico que de ordinario lo
los
libros
de
texto
incluyen
cuestionarios al final de los captulos. Si
el suyo los tiene, lalos antes de leer el
captulo, y si es posible procure
contestarlos valindose de su propio
razonamiento. Esta prctica lo ayudar a
comprender mucho ms fcilmente el
libro. Si su razonamiento coincide con
la explicacin del autor, el resultado
robustecer su confianza en s mismo. Le
permitir darse cuenta de si entiende o
no una explicacin. Si no consigue
resolver el problema por s mismo,
valorar an ms la explicacin del
autor. Si su razonamiento no coincide
con el del autor, tendr la oportunidad
de corregirlo a l o de dejarse
corregir usted. Tanto en un caso como en
otro su opinin estribar en bases ms
slidas. Tambin se acostumbrar a
pensar con autonoma, lo cual no ser
pequea ventaja.
Despus de leer y criticar un libro,
conviene estudiar otro fundado sobre un
criterio distinto o hasta redactado en un
tono de oposicin directa. Seguramente
descubrir que el segundo seala
muchos sofismas y contradice muchos
asertos del primero que usted dej pasar
sin hacerles objecin alguna. Pregntese
a qu se debi ello. Su actitud fue
demasiado receptiva? Se detuvo en las
problemas.
No obstante, hay ciertos libros que
jams se pueden remplazar por otros.
Entran en esta categora ya porque
encaran temas que no se tratan en otros,
porque
enfocan
un
aspecto
exclusivamente original, o sencillamente
porque son obras geniales. Aunque se
puedan encontrar en otros textos las
conclusiones a las que llegan los genios,
su forma de razonar es inimitable. Esos
libros deben leerse dos veces. Cuando
elegimos un texto fundamental en el
mbito de cualquier asunto, por lo
comn lo hacemos porque es el mejor y
ms completo que existe al respecto.
perfeccionamiento de su mente, no se
equivocar demasiado si consagra
treinta minutos a la lectura y otros tantos
a la reflexin. Su reflexin puede girar
en torno al tema de la lectura o enfilar
en parte hacia otros problemas. Eso no
tiene importancia. Sin embargo, el lector
no debe imaginar que su reflexin debe
estar necesariamente circunscrita a esos
treinta minutos o a otros treinta
cualesquiera. La ventaja maravillosa del
pensamiento estriba en que puede
insertrselo en cualquier lapso libre.
Cada cual lleva siempre consigo todos
los elementos que necesita para pensar.
Ni siquiera hace falta un libro. Se lo
tanto
provecho
como
el
que
extraeramos de otro de iguales mritos
dedicado a un tema diferente, leemos
con tanta rapidez que el rendimiento del
tiempo y la energa invertidos es
prcticamente el mismo. Esa lectura
rpida es posible merced a nuestro
conocimiento anterior del tema. Si
leyramos as el libro dedicado al nuevo
tema, quiz sacaramos poco o nada de
l.
Superada, pues, esta objecin, me
permito sugerir al lector que se
especialice. Los libros que se leen con
la desconexin habitual, saltando de
unos temas a otros, dejan pocos frutos
ESCRIBIR LOS
PROPIOS
PENSAMIENTOS
La lectura hace al hombre
completo; la conversacin lo
hace gil; el escribir lo hace
preciso.
BACON
UALQUIER intento de formular
una ciencia o arte del pensar ser
incompleto si no incluye un anlisis,
aunque sea breve, de la escritura. De
caballos.
La
denominacin
es,
naturalmente, genrica. Ella, o su
definicin, se puede catalogar como un
concepto lgico. Pero el pensamiento no
se vale de la denominacin en s. Esta es
un smbolo arbitrario que solo sirve
para evocar una imagen particular
asociada a ella, y dicha imagen se evoca
como si fuera genrica. La imagen
recibe entonces el nombre de concepto:
de concepto operante. Es el concepto
sicolgico, por contraposicin al lgico.
As como la idea que usted se forma
del caballo depende de su experiencia
con determinados caballos, la de otro
individuo depender de la experiencia
CUESTIONES EN LAS
QUE VALE LA PENA
PENSAR
El hombre que no puede
admirar nada, y que de
ordinario no se maravilla de
nada, es como unos lentes sin
ojos detrs.
CARLYLE
ASTA ahora me he ocupado
exclusivamente de cmo pensar,
pero no me he referido a aquello en lo
en un pensamiento desprovisto de
aplicacin prctica, cunto mayor no
sera su dicha si pudiera aprovechar las
conclusiones? Porque cuando piensa en
algo til obtiene no solo el placer
inmediato de resolver el problema, sino
tambin el de aplicar la solucin a la
accin, o a la elucidacin de un nuevo
problema. Y si bien vuelvo a reconocer
que el pensar es un fin en s mismo, ello
no impide que sea al mismo tiempo un
medio para la conquista de un fin
mediato. Dicho todo lo cual no hay
ninguna razn para que estemos
prevenidos contra los problemas o los
temas tiles.
filsofo
siempre
tendr algunos
pensamientos. Sean correctos o no, por
lo menos es posible que sean
interesantes y dignos de anotarse por
escrito, al paso que el inventor puede
trabajar durante aos y aos sin tener
nada que mostrar al cabo de todos sus
afanes
Hay problemas que no revisten una
gran importancia prctica, pero cuyo
valor terico es tan decisivo, que por s
solos bastan para atraer la atencin.
Entre ellos se cuentan algunos
sicolgicos, y ms an metafsicos,
filosficos y religiosos, en la medida al
menos en que es lcito decir que la
esfuerzo
titnico
para
mantener
despierto nuestro sentimiento de
admiracin durante algunos instantes.
Claro est que la lista de problemas
que acabamos de trascribir solo vale
como
sugerencia.
Es
imposible
solucionar, por ejemplo, veinticinco
problemas y decretar que son ellos los
ms importantes que se puedan plantear.
Entiendo muy bien que hay problemas
ms importantes que los que yo he
propuesto. Pero no he llegado al
extremo de aconsejar que el lector
reflexione sobre todos ellos. La nmina
se ha trascrito al exclusivo objeto de
estimular el pensamiento y de indicar
autores.
Evidentemente,
si
dos
individuos capacitados por igual
estudian el mismo tema, el que lea
autores que encaran la cuestin con
criterio ms meduloso sacar ms
provecho de sus lecturas siempre,
claro est, que entienda lo que lee.
Consciente o inconscientemente
tratamos de imitar a los autores que
leemos. Si leemos libros superficiales,
nos vemos constreidos a pensar
superficialmente mientras los leemos.
Nuestro plano intelectual propende a
nivelarse con el de los autores que
estudiamos: asimilamos el hbito de
practicar una cuidadosa reflexin crtica
EL PENSAR COMO
ARTE
Descubr,
aunque
inconsciente e insensiblemente,
que el placer de observar y
razonar es mucho ms sublime
que el que suministran la
prctica de un oficio o el
deporte.
AUTOBIOGRAFA
DARWIN
DE
humano normal.
El conocimiento solo se puede
aplicar desplegando lo que al principio
tiene que ser un esfuerzo consciente.
Pngase mucha atencin en esto. Habr
que romper los viejos hbitos
establecidos. El hombre no acta guiado
por el conocimiento sino por la
costumbre. Por ejemplo, es probable
que aun despus de reconocer que es
necesario dedicar un poco de reflexin
autnoma a un tema antes de estudiarlo,
continuemos leyendo libros sin pensar
de antemano en lo que va a constituir el
tema de nuestras lecturas.
Tal vez algunos imaginen que no
de vista.
La mejor y acaso la nica forma de
que el lector se acostumbre a utilizar
habitualmente todos los mtodos
posibles, consistir en tomar uno de
esos mtodos, por ejemplo el
evolucionista, y aplicarlo, o tratar de
aplicarlo, a toda una serie de problemas.
As descubrir las posibilidades y
limitaciones del mtodo de que se trate.
Otra alternativa podr ser tomar un
problema en particular y tratar de
resolverlo mediante el empleo de todos
los mtodos posibles. Podr perseverar
en esta prctica hasta que el hbito de
trabajar con mtodo est suficientemente
LIBROS SOBRE EL
PENSAR
L lector que desee estudiar ms a
fondo el tema del pensamiento, se
encontrar con un vasto campo de
accin, pero habr de explorar muchos
terrenos dispersos. Se ha escrito mucho
sobre el pensar, pero en pasajes
fortuitos
intercalados
en
libros
redactados casi siempre para exponer y
dilucidar otros problemas. Entre los
pocos libros o ensayos dedicados
exclusiva o primordialmente al pensar
c i ta r e mo s : The Conduct of the
incalculables,
en las
biografas
intelectuales y literarias de los grandes
pensadores.
Ms
an
en
las
autobiografas,
entre
las
cuales
mencionaremos las de John Stuart Mill y
Herbert Spencer, adems de un
fragmento autobiogrfico de Charles
Darwin.
EPLOGO
EL ARTE DE PENSAR
He dejado prcticamente intacto el texto
de la primera edicin de este libro. Pero
promet en el prefacio que expondra en
un eplogo los cambios que introducira
hoy si tuviera que escribir un libro
totalmente nuevo sobre el mismo tema.
He aqu dichos cambios.
Puesto que el pensar es ante todo y
sobre todo una actividad, un arte,
probablemente el nuevo libro no se
titulara El pensar como ciencia, sino,
tal
vez, El arte de pensar
cientficamente o, mejor an, El arte de
pensar.
Introducira tambin uno o dos
cambios importantes, por lo menos en
cuanto al nfasis. A medida que
envejezco adquiero cada vez ms clara
conciencia de lo poco de que es capaz el
individuo en cualquier mbito con sus
propios esfuerzos aislados. En los
primeros aos de existencia no podra
sobrevivir sin la ayuda de sus padres o
tutores. No podra pensar en absoluto (o
solo podra hacerlo un poco mejor que
un chimpanc) si no heredara de la
sociedad y la civilizacin en que ha
mtodos
de
lectura
veloz
lamentablemente
no
sealan:
la
necesidad de que el alumno aprenda a
manejar bien la palanca de cambios, o
sea, que aprenda a leer distintos
materiales a velocidades distintas,
adecuadas a su ndole, importancia y
complejidad, as como al propsito que
induce al lector a estudiarlos.
De hecho, uno de los problemas
fundamentales del estudio es el de la
frecuencia con que el alumno debe
releer un texto o un pasaje particular de
l, o a la frecuencia con que debe
repasar materiales sustancialmente
idnticos en otros libros. Por ejemplo,
Repito
que
uno
de
los
procedimientos ms importantes es el de
enriquecer el propio vocabulario.
Quienes se fijan este objetivo se
esmeran casi siempre, con plena
conciencia de ello, por aprender largas
listas
de
palabras
surtidas,
habitualmente polisilbicas. Quiz sea
esto muy bueno, pero no creemos que
sea el mtodo ms recomendable. En
general aconsejamos que se pase de los
objetos y las ideas a los nombres que
los designan, y no seguir el camino
contrario. Los vocabularios suelen
enriquecerse a una con la totalidad de
los conocimientos, y sobre todo con la
significaciones
y
connotaciones
exactas y no para pronunciarla
correctamente.
EL PENSAR SE PERFECCIONA
ESCRIBIENDO
El lector que aspira a escribir y pensar
correctamente, debe empezar por
apropiarse
de
las
cualidades
indispensables: claridad, precisin,
coherencia, sencillez y concisin. Claro
est que la eufona y el ritmo son
deseables, pero equivalen al pulido final
de un mueble fino: los primores y las
exquisiteces ornamentales solo se
grandes
cerebros
del
siglo XIX,
comprob que: Las ideas vienen
cuando ellas quieren, no cuando yo lo
deseo.
Al anotar nuestras ideas por escrito,
las
verificamos,
explayamos,
ordenamos, clarificamos y completamos,
todo a la vez. Nos imaginamos que con
ello no solo las aclaramos, sino que les
infundimos tanta importancia para los
dems como la tienen para nosotros
mismos. Por eso tratamos de precisar y
definir bien lo que en nuestra mente era
vago; de hacer explcito lo que estaba
implcito; de unificar lo disperso; de
integrar lo fragmentario. Encuadramos
ellos.
Si se me permite una digresin
personal, dir que a mi juicio, al echar
una mirada retrospectiva, pienso que las
horas ms felices de mi juventud las
pas precisamente as. Curioseaba
vidamente un libro tras otro, y cuando
sonaba la campanilla y la biblioteca
cerraba sus puertas y tena que irme, lo
haca en un estado de verdadera
embriaguez mental, con un torbellino de
nuevos conocimientos e ideas en la
cabeza. Reflexionaba ansiosamente
sobre las soluciones a las que los
autores que haba ledo llegaban
probablemente en los pasajes que no
partidos de pelota.
Sin embargo, los lectores que an lo
ignoran deben enterarse de que todo ello
ha cambiado. Actualmente hay tantas
introducciones fascinantes a las
matemticas (por lo menos para adultos)
que parece casi una injusticia citar solo
algunas de ellas. Una breve introduccin
que abarca toda la materia y que yo
recomiendo
especialmente,
es
Mathematics
(1963),
de
David
Bergamini, incluida en la admirable
s e r i e Life
Science
Library.
Mathematicians Delight (1943), de
W. W. Sawyer, es una deliciosa
introduccin publicada en edicin de
en los propios.
Tengo muchas menos dudas acerca
de la utilidad de las matemticas. Es
cierto que ni siquiera el estudio
prolongado
de
las
matemticas
superiores nos convertir en pensadores
originales o hasta eficaces si carecemos
de cualidades innatas. Pero dicho
estudio es muy til para aprender a
pensar matemticamente acerca de los
problemas, o las materias en general.
Tambin se puede probar, con un
argumento a contrariis, la importancia
decisiva del estudio de las matemticas.
Sin un conocimiento mnimo de la
aritmtica elemental no podramos
EL GOCE DE PENSAR
Pero no debo hacer proselitismo en
favor de ningn tema particular entre los
Notas
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