Toda Eduardo - La Tumba de Sennedyem
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TUMBA DE SENEDYEM
INDICE
EL VALLE DE LOS ARTESANOS
LA TUMBA DE SENEDYEM
SON NOTM EN TEBAS (EDUARDO TODA)
en poca Ptolemaica que dio abrigo a los monjes coptos durante los siglos V y
VI d.C. Se localizaba en las inmediaciones del templo Ptolemaico de Hathor y
Maat, emplazado en un lugar prximo a la aldea.
La fundacin de Deir el-Medina se remonta a tiempos de Thutmes I, segn los
sellos ms antiguos inscritos en el muro de cerramiento de la ciudad, aunque
algunos autores piensan que pudo ser su predecesor, Amenhotep I, el primer
rey que agrup a los artesanos.
Fue entonces cuando los primeros habitantes, de condicin modesta, se
asentaron en el poblado empujados por las perspectivas que les ofreca el
trabajo de preparacin de las tumbas reales, arrastrando consigo sus creencias
locales y agrupndose jerrquicamente.
El poblado tiene forma irregular y una extensin aproximada de 7.500 m2 (en
poca de mayor expansin). Estaba rodeado por una muralla que tena al
menos dos puertas: una (la ms antigua) abierta al Norte y la otra al Oeste,
antes de que se produjera la ampliacin llevada a cabo por Horemheb. Se ha
especulado respecto a la existencia, de otra puerta situada al Sur, en el eje de la
calle principal, sin embargo es difcil averiguar la veracidad de esta suposicin
a causa de las restauraciones modernas. Las puertas quedaban cerradas durante
la noche para proteger a los habitantes.
A la entrada, junto a la puerta Norte, se encontr un edificio alargado, de tres
habitaciones, sujeto con cuatro pilares que se interpret como un puesto de
polica que serva para asegurar la seguridad del poblado y de sus habitantes.
La muralla protectora que circunvalaba la aldea meda casi 132 metros y tena 6
o 7 metros de alto por ms de un metro de grosor. Comenz siendo construida
en ladrillo pero en tiempos de Horemheb, se emple la piedra. Las casas
estaban adosadas directamente a este muro.
El interior del poblado estaba se dividido por una calle principal, que discurra
de Norte a Sur, y dos perpendiculares ms pequeas. La primera era la que
divida el poblado en dos: la derecha y la izquierda, algo de vital importancia
como veremos ms tarde. La parte oriental era la ms grande, tena 48 casas
frente a las 26 del lado occidental. Adems alojaba un nmero relativo de
viviendas mayores ocupadas posiblemente por personajes directivos, aunque
en Deir el Medina no se aprecian grandes diferencias en la disposicin de las
casas de unos y otros.
La poblacin de la ciudad era muy variable dependiendo del reinado de cada
faran y de las necesidades de mano de obra y lleg a alcanzar una extensin
considerable para un poblado de este tipo. As la villa fue amplindose
progresivamente durante el Reino Nuevo hasta finales del reinado de Ramss
XI, detectndose un empobrecimiento progresivo no slo de la ciudad sino
tambin de la calidad de las tumbas reales tebanas, prximas al poblado, a
causa del declive experimentado en Egipto en este momento
Los portadores eran los sirvientes ms pobres que vivan extramuros, bajo el
control y proteccin de los Medyai, una especie de polica. Alquilaban
regularmente los burros de los mismos obreros de Deir el Medina para realizar
su trabajo y recibir a cambio una pequea compensacin.
Durante el ao 2 del reinado de Ramss II, estos hombres recibieron un mnimo
salario en grano, aunque esto no siempre fue as y su categora social fue
variando segn el perodo.
Los esclavos eran generalmente prisioneros de guerra (asiticos, nubios o
libios), delincuentes convictos o a aquellos que se vendan a s mismos por
razones de pobreza, con la esperanza de obtener manutencin y proteccin. El
cdigo moral egipcio exiga que fueran tratados humanamente y esta esclavitud
no es comparable al concepto grecoromano que todos conocemos. Por ello a los
que denominamos esclavos, no se les puede considerar como tal, sino ms
bien como sirvientes de orden menor. Unicamente en la dinasta XIX tenemos
constancia de su presencia. Sabemos que entonces formaron parte de las
posesiones de los obreros junto a las construcciones que se encontraban fuera
del poblado, las tierras y los animales que tambin se guardaban fuera de la
aldea.
Podan ser liberados o adoptados por sus dueos adquiriendo plenos derechos
civiles y tambin estaban jerarquizados en funcin a su capacitacin y edad.
Un esclavo poda dirigir a un grupo de esclavos. Se encargaban de acarrear
pescado, fruta y verdura, hacer yeso para los muros del enterramiento, cortar
madera, hacer vasijas o lavar ropa, recibiendo a cambio un salario reducido en
grano. As por ejemplo, gracias a la tumba tebana nmero 4, perteneciente al
grabador de relieves Ken, contemporneo de Ramss II, sabemos que disfrut y
fue propietario de una docena de hombres privados de libertad.
Ellos tambin estaban divididos entre los que servan a los obreros de la
derecha y los de la izquierda, en nmero de 5 por cada lado y trabajando por
turnos. Este contingente humano poda ser alquilado o traspasada su
propiedad, hacindose estas transacciones primero verbalmente y ms tarde a
travs de contratos escritos, de los cuales se han hallado una cantidad
importante. Eran trabajadores regulares que no laboraban en el interior de la
tumba, ni vivan en el poblado y deban desempear nicamente los trabajos
por los que haban sido vendidos desde el principio. Sabemos que ciertas
mujeres eran propietarias de esclavos, a los que alquilaban a otros trabajadores.
El coste de uno de estos individuos en tiempos de Ramss III (segn papiro
Harris) poda ser de unos 7 Deben. Teniendo en cuenta que 4 Aruras de tierra,
es decir 1 hectrea, costaba 1,1 Deben, el esclavo vala ms o menos lo mismo
que 7 hectreas de terreno, alrededor de 637 gramos de plata.
Los artesanos podan vender el derecho a disfrutar del trabajo de un esclavo
obteniendo beneficios extras, pero no hay seguridad de si ayudaban, de algn
modo, en la construccin de las tumbas o si solamente asistan a las mujeres en
las labores domsticas, tales como la molienda.
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En cuanto a las mujeres podemos afirmar que tambin hubo esclavas y que el
nmero de ellas vari con el tiempo, aunque la documentacin de Deir el
Medina nos habla de entre 1 a 16. Prcticamente todas ellas eran propiedad real
aunque podan adquirirse. Llegaron a integrarse tanto con las familias a las que
servan que fueron enterradas junto a sus amos, en las tumbas de la necrpolis
de la ciudad, e incluso podan ser liberadas si su amo les conceda la libertad.
No existe un acuerdo respecto si estas mujeres vivan en el exterior del poblado,
apareciendo en la villa cuando eran necesarias para la realizacin de alguna
tarea o si en algunos casos moraban junto a las familias, ya que no se constata
su presencia permanente en la aldea. No obstante parece que los documentos
nos indican que servan 10 das por casa y por mes realizando trabajos de
molienda.
Otro tipo de personajes, tanto hombres como mujeres, al servicio de los dems
eran los "Trabajadores Libres" o servidores, denominados "Semsu". Los varones
se ocupaban de atender a sus amos cuidando sus vestidos, su casa, el jardn,
haciendo cerveza o llevando a cabo el servicio de lavandera. Ellos posean la
facultad de cambiar de dueo a su antojo ya que no podan ser comprados,
alquilados o vendidos. Las mujeres trabajaban como nodrizas, cuando las
madres no tenan leche, haban muerto o simplemente por una cuestin de
prestigio o como asistentes en las labores domsticas. Sus jefes, eran los
encargados de darles el sustento, vestidos y muy posiblemente una pequea
remuneracin.
En esta aldea convivan los artesanos con sus familias. Puede darse el caso que
en una misma casa encontremos hijos de distintas madres, ya que en Deir el
Medina eran frecuentes las muertes o los divorcios, generalmente causados por
esterilidad o adulterio. Es por ello que no son raros los segundos o los terceros
enlaces matrimoniales, pues los obreros y el pueblo en general slo tenan una
esposa. Normalmente los trabajadores estaban estaban casados ya que era la
situacin ideal, aquella que llevaba a la procreacin tan importante en la
mentalidad egipcia. Sin embargo, en esta comunidad no parece que los enlaces
fueran muy estables, quiz en muchos casos condicionado por la diferencia de
edad de hasta 42 aos entre el hombre y la mujer.
Las viviendas solan estar habitadas por una sola familia compuesta por dos y
excepcionalmente tres adultos con sus hijos. Algunas de estas familias eran
prolijas en descendencia, llegando a contar hasta 15 descendientes pues debido
a la gran consideracin de las familias fecundas, stas solan poseer los puestos
ms influyentes, aunque lo ms habitual era tener de dos a ocho hijos. Es
evidente que todos los hijos no podan trabajar en la comunidad y pasaban a
engrosar las filas de los obreros no especialistas (semedet) o se buscaban la vida
en otras partes. Los jvenes se casaban sin que hubiese distincin social e
incluso algunos se unan con miembros ajenos al poblado, que a partir de ese
momento pasaban a residir en la aldea. Sabemos de algunos casos en los que
llegaron a casarse primos directos.
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La decoracin est dispuesta sobre una capa de estuco, limo y paja y cubierta
por pintura sobre la cual se realizaban los dibujos. Aunque lo ideal era que
tanto las tumbas como las capillas se ornamentaran y policromaran, en la
prctica se han encontrado ms capillas ramsidas policromas que criptas,
quiz por la dificultad y costo de los materiales. Cuando hallamos la decoracin
monocroma, observamos que generalmente se escogi el ocre-amarillo con un
poco de negro y rojo para el diseo y los textos jeroglficos pintados sobre fondo
blanco (sobre todo en la dinasta XIX).
La cantidad de enseres en el interior de la tumba dependa de las posibilidades
econmicas del fallecido. Cuando acaeca la muerte parte de los bienes del
difunto se consagraban al ajuar funerario y el resto se reparta entre sus
herederos.
Todo equipamiento fnebre deba de tener ciertos objetos bsicos e
imprescindibles: los Vasos Canopos donde se introducan las vsceras
momificadas del difunto y un conjunto de Ushebtis o respondedores,
encargados de trabajar por el fallecido en los campos del Ms All.
En el interior de la Cmara del Sarcfago, los adultos de Deir el Medina solan
enterrarse con dos atades, uno dentro del otro, aunque sobre todo los de
comienzos de la Dinasta XVIII no han sido hallados. El ms exterior era
momiforme y el otro en forma de caja.
El ajuar tambin vari a lo largo de la historia y al final de la dinasta XX
encontramos un mayor nmero de objetos. Precisamente en este momento es
relativamente comn encontrar un sarcfago ms, una mscara funeraria, un
cartonaje, que cubra la cara, y algo de joyera modesta. Los nios solan estar
enterrados en jarras y en los casos ms pobres envueltos en lienzos o en cestos.
A finales de la dinasta XX se observa en la necrpolis un empobrecimiento en
la construccin. Las tumbas se hacen mucho ms pequeas y se reutiliza un
nmero elevado de enterramientos anteriores. Esto provoc que se produjera
uno de los crmenes considerados como ms odiosos: el robo de sepulturas en el
terreno funerario de Tebas, con el consiguiente perjuicio para el difunto
propietario del sepulcro. La usurpacin llevaba a la eliminacin del nombre y la
desaparicin del nombre le condenaba a no morar en el Ms All, es decir a la
no exitencia.
A partir del Tercer Perodo Intermedio la necrpolis de Deir el Medina se
reutiliz sin ningn escrpulo y precisamente de estas ocupaciones tenemos
numerosas muestras en una gran cantidad de enterramientos intrusos,
acompaados de ajuares muy modestos.
En Epoca Sata se reenterraron al Norte de la ciudad algunas Divinas
Adoratrices, concretamente Nitrocris y Ajnesneferibra y lo hicieron en un
profundo pozo que perteneca a una tumba del Reino Nuevo, donde se hallaron
ms de 30 sarcfagos.
En el caso de Ajnesneferibra, el sepulcro fue acondicionado con los bloques de
una capilla encomendada a Osiris por el rey Taharka (690-664 a.C) residiendo
los obreros, mientras trabajaban en ella, en la ciudad abandonada. Esta Divina
Adoratriz fue enterrada en un sarcfago de basalto que se localiz en este pozo
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La Capilla
Queda muy poco de la capilla de Senedyem, excepto las jambas de la puerta de
entrada, en la que fueron grabadas las frmulas dedicadas a Senedyem, su
esposa e hijos Jabejenet y Jonsu
El pozo y la cmara funeraria
Un pozo rectangular, con peldaos cortados en los lados, desciende hacia el
interior de la tumba, compuesta de un vestbulo (A) que lleva a una antecmara
(B) que a su vez da acceso a travs de otro pozo a la cmara funeraria (C).
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Desde la antecmara (B) se accede a una sala utilizada como almacn a travs
de un pasaje en pendiente. El acceso a la primera habitacin (A) se encontraba
oculto por una puerta de madera (ahora destruida) al final del pozo, al oeste: la
puerta estaba encajada en un marco de arenisca, las jambas y el dintel se
encuentran ahora en el Museo Antropolgico de la Universidad de California.
DECORACIN, TEMAS
Como todas la tumbas de Deir el Medina, la de Senedyem contiene una sala
funeraria abovedada cortada directamente en la roca. Sus muros estn
alineados con ladrillo crudo, sobre el que descansa la bveda. Despus de que
fuesen alisados con un mortero compuesto de una mezcla de barro y paja
troceada, a la que se le aadi un polvo amarillo plido, recogido en el desierto
tras las lluvias, se blanquearon antes de ser pintados.
Las paredes de la tumba fueron decoradas como las de un sarcfago; se
dividieron en varios registros, mientras la bveda qued dividida en ocho
paneles. Debido a la limitacin del espacio disponible para llevar a cabo la
decoracin, el artista eligi una seleccin de escenas, consideradas en Deir el
Medina como las ms eficaces y tpicas de todos los momentos clave de la vida
futura. Este resumen funerario se complementaba no slo con los objetos
descubiertos en el interior del sepulcro sino tambin con la decoracin
representada en los sarcfagos y los muchos artculos encontrados en la capilla,
incluyendo un papiro con el cuento de Sinuh (Papiro Vernus)
LA PUERTA Y EL CORREDOR DE ENTRADA
La tumba estaba sellada mediante una puerta de madera, que ahora se
encuentra en el museo de El Cairo (JE27303). En el exterior podemos ver los
registros con el difunto y sus parientes ante Osiris, acompaado de Maat y
Horus y flanqueado por Isis, la venerada Seora del Cielo. El interior est
decorado con la famosa escena en la Senedyem, sentado junto a una pila de
provisiones con diferentes ofrendas, y con su esposa, juega al senet.
El corredor de entrada est decorado a ambos lados (este y oeste) as como el
techo, con representaciones de las diferentes etapas del viaje solar.
La pared este presenta a Ra, aqu como el gran gato de Helipolis, que mata a la
serpiente Apet. Sentado bajo la legendaria persea, se dispone a cortar la cabeza
de la serpiente con un cuchillo.
La escena se complementa con el captulo 17 del Libro de los Muertos, escrito
en nueve columnas, que relata la matanza de los enemigos de Ra. La leyenda de
otra tumba tebana (TT 335) recuerda que el protagonista es realmente el "Gran
Gato, una forma de Ra", mientras que su oponente es llamado "Apep, el
enemigo de Ra".
En el techo, el cuerpo de la diosa Nut en su forma ms simple: como parte de la
montaa oriental, indicada aqu por el contorno de un uadi. La diosa,
representada con los pechos repletos, extiende sus brazos en un gesto de
bienvenida hacia el disco solar, que ha muerto en su interior.
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Al sur, una imagen muy daada del difunto ante un himno del captulo 16 del
Libro de los Muertos.
Al oeste, tres leones Aker, Shu y Tefnut soportan los que parece ser el horizonte
occidental, por el que se oculta el sol.
Diez columnas del texto forman el captulo 17A del Libro de los Muertos,
equivalente del captulo 17. El texto, ledo desde el lado derecho al entrar en la
tumba, comienza en los registros inferiores
LA PARED SURESTE
La pared sur oriental (a la derecha segn se entra) est dividida en dos
secciones: una escena con un banquete finerario (primer registro) y una serie de
genios
guardianes
que
ocupan dos registros.
En el registro inferior, sobre
el plinto que corre paralelo al
suelo, estn representados
once personajes, cuatro de
los cuales se encuentran
sentados en sillas, seguidos
por seis hombres y una
mujer que permanecen de
pie. Representan a los
parientes y descendientes de
Senedyem. Reunidos en el
lado este estn los que
pertenecen al mundo de los
vivos (como analoga de la
topografia de la localidad),
mientras que en el lado
occidental se representa al
mundo de los difuntos.
Desde el este se transportan
diferentes
artculos
del
banquete
funerario,
viniendo,
supuestamente
desde la sala-almacen (D), en
la que guardaban las cestas
de comida y bebida.
Entre las cuatro figuras sentadas en las sillas de madera negra (con las patas con
forma de pata de len) sobre esterillas de juncos, hay dos hombres (dos
hermanos conocidos como Tutu y Mesu) seguidos por Jabejenet, el primognito
de Senedyem, y su esposa Sahte. Las sillas, las esterillas y el cono de perfume
que adorna sus cabezas, as como la flor de loto que algunos de los personajes
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EL MURO NOROESTE
La pared noroeste, que presenta las representaciones homlogas de las escenas
que aparecen en el muro surorientas, est, como sta, dividida en dos partes.
En el registro inferior, mirando hacia el este, es decir hacia los descendientes de
quienes los difuntos esperan las ofrendas y el culto funerario, la pareja formada
por Senedyem e Iyneferti y las formadas por sus antepasados directos recibien
el culto funerario realizado por un oficiante. Los dos lados familiares estn
asociados al culto funerario de Senedyem, ya que en el tiempo en que fue
construida la tumba, ya haban muerto.
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El registro superior, que forma el friso, est dedicado por completo a una nica
escena: el despertar funerario
La momia, con la cabeza hacia el oeste, sobre una camilla con la forma de un
len, yace bajo un quiosco caracterstico del proceso de momificacin,
compuesto de una amplia capilla abovedada. El difunto se ha unido ya al
mundo de los dioses, como aparece indicadopor la barba curvada. En cada uno
de los extremos, a los pies de la cabeza del difunto, las diosas Isis y Neftis
respectivamente, representadas como milanos, e indentificadas por el smbolo
jeroglfico que llevan sobre la cabeza. Tras ellas, varias columnas de texto
explican su naturaleza y el rol que ejercen como diosas. Juegan el papel de
plaideras, en general interpretado por dos miembros femeninos de la familia
del difunto, normalmente la esposa o alguna hermana.
EL MURO NORTE
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exterior mediante un pao blanco que llega hasta la mitad, acabando en una
malla unida a la parte superior del quiosco.
En la parte izquierda superior de la escena vemos una vieta incorporado en el
texto jeroglfico.
Este texto , de 26 columnas, se lea en el momento del entierro, y representa el
principio del captulo I del Libro de los Muertos. Sin embargo, el escribadecorador no complet el captulo, sin duda debido a las restricciones de
espacio de la pared.
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El canal divide este marco rectangular en tres franjas de tierra y una isla. El
primer canal, que termina en un extremo doble, a la derecha, asla una franja de
tierra plantada con flores - una evocacin de la vegetacin que creca en las
proximidades de los canales.
Entre las plantas utilizadas pueden reconocerse la mandrgora y la amapola. A
la derecha, en el extremo, una isla que parece ser un muelle para una barca
llamada Dyefau, que es la de Harmajis (Horus del doble horizonte). Es de hecho
"la barca de Harmajis, que navega a travs de los Campos de Iaru", segn reza
el texto que describe una escena idntica en Medinet Habu.
La segunda franja de tierra est subdividida en tres regristros. En el primero se
alternan rboles comunes del Valle del Nilo - sicomoros y palmeras llenas de
dtiles y palmas dum que permiten a los difuntos apagar su sed.
Separadas del registro anterior por una lnea sobre la tierra, las figuras de
Senedyem y su esposa afanosamente dedicados a dos actividades: el difunto
dirige un arado tirado por dos vacas o bueyes, mientras que Iyneferti, detrs,
siembra las semillas en los surcos. A la izquierda la pareja cosecha lino, que
segn ciertas escenas similares crece bajo la influencia de la luna.
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La parte final la
encontramos en
la bveda, sobre
el
friso
que
corona la escena
anterior.
Aqu
observamos
la
apoteosis de "RaHorajty-Atum",
Seor de las Dos
Tierras
y
de
Helipolis, Jepri
que est en su
barca".
El divino ser, que
representa todas
las fases solares
(amanecer,
medioda
y
atardecer),
es
saludadopor dos
cinocfalos,
cuando se eleva
y
cuando
se
oculta, con la
cabeza rematada
por un enorme
disco
rojo
rodeado por el
ureo, la imagen
de "La que se
encuentra lejos".
La proa est
cubierta por plantas acuticas, que son remolcadas por el barco cuando navega
a travs de los pantanos celestiales.
EL MURO OESTE
Mientras la pared este retrata la vida y el amanecer del sol, la pared oeste, en
contraste, est ligada a la muerte.
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LA BVEDA
La bveda est compuesta de ocho paneles separados por bandas de texto. Al
mismo nivel del friso, en el norte y el sur, corren dos lneas de jeroglficos que
contienen una frmula de ofrendas, dirigida por Hathor (sur), que habita en el
desierto, a los dioses y en particular al que est en Helipolis, y en el norte a RaHorajty-Atum, el Seor de las Dos Tierras y de Helipolis.
Cada uno de estos textos pide para los difuntos les sean concedidas las
funciones especiales reguladas por los poderes divinos: para que respira aire y
nunca est sin agua (Osiris), para que vaya y venga dentro de la necrpolis,
para no ser rechazado cuando se aproxme a las puertas de la Duat (Hathor),
para llegar a ser un espritu en el cielo, para que le sea dado poder en la tierra, y
para ser hallado justo en la necrpolis, navegar delante de las estrellas y
alcanzar los barcos de da y la noche (Ra-Horajty). Estos textos longitudinales
repiten las escenas representadas en la bveda.
Por otra parte los textos transversales evocan la proteccin dada a los difuntos
por varias divinidades funerarias - Thot, seor de Hermpolis, que posee las
palabras divinas, Anubis, los cuatro hijos de Horus (divididos aqu en dos
parejas: Amset y Duamutef al sur, Qebehsenuef y Hapy al norte), que protegen
los rganos internos de los difuntos y los cuatro puntos cardinales.
La decoracin de la bveda indica el viaje desde el este al oeste hacia el
renacimiento, ya que el difunto debe, previamente, identificar ciertos poderes
divinos antes de que pueda experimentar la resureccin.
Primera seccin
Los paneles de la bveda se leen de este a oeste. En la primera seccin al sur, la
escena representa la vieta del captulo 109 del Libro de los Muertos y a a RaHorajty-Atum, seor de las dos tierras y de Helipolis.
Primero el sol emerge
de entre dos rboles
sicmoro que marcan
el horizonte. Al difunto
se le supone, segn
ste mismo texto, que
reconoce
la
manifestacin de estos
dos rboles csmicos.
El artista ha dejado
espacio
para
un
carcter representado
como un ternero joven
"puro de boca", y cuyos
cuernos todava no han crecido.
Anuncia el toro solar adulto que avanza en el cielo. Es improbable que el dios
con cabeza humana sea una representacin de Sirio, porque esta estrella se
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Segunda seccin
Al sur, Senedyem avanza con los brazos levantados a la altura de la cara,
usando la misma falda que en la pared oeste de la tumba. Dirige alabanzas a res
divinidades agachadas sobre un trono de Maat. El primer dios es
hieracocfalo, mientras que los otros dos tienen cabezas humanas. El texto,
inspirado en los captulos 109, 112, 113 y 180 del Libro de los Muertos, acenta
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Tercera seccin
La escena sur se asemeja a la vieta del captulo 108 del Libro de los Muetos y
representa otra escena de adoracin a los dioses, los seores de la Duat.
Senedyem ha descartado aqu su falta puntiaguda, y ahora usa ropa ms
sencilla que resulta ms conveniente para las funciones que est realizando.
Accede a los ltimos peldaos hacia su sino. Los seores del ms all son ahroa
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Cuarta seccin
Terminado el ciclo, esta ltima seccin proporciona una especia de conclusin.
La escena sur muestra al difunto, vestido como antes, avanzando hacia tres
figuras divinas, la primera de las cuales toma prioridad sobre las otras dos: es
Thot con cabeza de ibis, Seor de Hermpolis, Escriba de Maat para la Enada,
a quien se dirige el texto por encima del difunto. Sus eptetos recuerdan que
tiene poder sobre la Luna, que a travs de sus lunaciones forma el diseo
entrelazado de la escritura celestial en el cielo. Toth es seguido probablemente
por Maat, mientras que el tercer personaje usa el pshent y se podra identificar
como Atum, el sol del atardecer, segn lo indicado por su posicin en el
extremo oeste de la tumba. Mientras que Atum desaparece sobre el horizonte,
Thot aparece, trayendo con l el Ao Nuevo; y el ciclo comienza otra vez con la
primera escena de la bveda, al este de la cmara funeraria.
La escena del norte, panel 8, expresa la idea de que Senedyem, como Atum,
pasa a travs de las puertas del horizonte occidental para, como l, renacer por
la maana, despus de ser un Osiris durante la noche. El horizonte se
materializa a travs de una puerta doblada, con sus zcalos descansando en el
centro del signo de la montaa, y el conjunto rematado por el signo del cielo.
El artista ha alcanzado a expresar todo en la minscula cmara funeraria.
Senedyem ha completado su viaje de da y de noche. Ha llegado a encontrarse
con las luces y los diferentes mecanismos del Universo. En su tumba, dentro de
su hermoso y colorido sarcfago, protegido por los vendajes de la momia y por
los amuletos, est ahora listo para hacer frente a la eternidad, para vivir por
siempre, acompaado por el alimento terrestre celestial en los campos de Iaru.
Experimentando un renacimiento lunar o solar o asumiendo la forma de
estrellas imperecederas, Senedyem se ha hecho inmortal.
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I.
La misin arqueolgica egipcia
La ciencia egiptolgica ha nacido en poca muy reciente: data de la
primera dcada de nuestro siglo, cuando empezaron los estudios para descifrar
la significacin de los extraos caracteres grabados en las piedras de las grandes
ruinas que se encontraban esparcidas por ambas orillas del Nilo.
No es esto decir que en poca anterior la nuestra dejara de apreciarse
el valor de las antigedades que cubren el suelo egipcio. Buscaban los
anticuarios las estatuas osirianas para colocarlas en los museos, como los
mdicos sacaban las momias de sus sepulcros y las reducan polvo, al que
suponan secretas virtudes medicinales. Ilustres viajeros, desde GERMNICO,
de quien nos habla TCITO, tan dispuesto los azares de la guerra como
inclinado los ocios ilustrados de la paz, hasta los sabios del Instituto que
seguan al ejrcito de NAPOLEN, recorrieron el Egipto deseosos de
contemplar sus pasadas grandezas; y en alguna ocasin entusiastas
admiradores de la tierra de los Faraones, como PABLO LUCAS, visitaron sus
monumentos y publicaron en Europa copias de inscripciones jeroglficas cuyos
caracteres parecen informes caricaturas trazadas por inexperta mano. Deshecha
la patria, decada la raza, muerta la religin y olvidada la lengua, el Egipto ya
solo fu un pasado glorioso que inspir admiracin y curiosidad, y dueos de
sus ruinas se consideraron todos los pueblos poderosos. As vemos conducir
sus obeliscos Roma, sus dioses Pompeya, Atenas y Bizancio. Y fu natural,
adems, que al pi de una de las agujas de granito sientico transportadas de
Karnac la Ciudad Eterna, un Papa, celoso de evitar las influencias del
paganismo, grabara en piedra un conjuro para destruir el poder diablico de los
signos desconocidos que ostentaba la columna. Al lado de esa limitada
apreciacin de la antigua grandeza egipcia, se desencadenaron todas las
pasiones que la codicia, el odio y el inters engendran en el hombre. Cuantas
dominaciones extranjeras pesaron sobre Egipto desde la poca macednica,
contribuyeron la ruina de los monumentos de aquel pas, procurando con
igual constancia la extincin de su vida nacional. Los griegos, los romanos, los
coptos y los rabes se cebaron en las desiertas ciudades y las abandonadas
necrpolis, hasta convertir unas y otras en informe montn de ruinas.
La causa de los mayores daos que las gentes invasoras trajeron al pas
fu la creencia de que los sepulcros egipcios contenan ricos tesoros. Los
desengaos recibidos por los violadores de los cementerios no han servido de
enseanza para nadie, habiendo seguido travs de los tiempos la mana de
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EDUARDO TODA
abrir sepulturas y desenterrar momias sin provecho ni resultado para los que
tan duro trabajo se entregaron en los arenales lbicos. No hay Pirmide que no
haya sido violada: por cada tumba de las que todava se conservan en el Alto
Egipto y se encuentra intacta, se hallan mil vacas y robadas. Los griegos los
romanos, deseosos de ver si el tmulo de Licht encerraba algn tesoro, hicieron
en la piedra una cortadura que supone enorme gasto de dinero y un mprobo
trabajo. Las tradiciones rabes recuerdan que KARAKUSH, eunuco griego al
servicio de SALADINO, aconsej este prncipe la demolicin de las pirmides
de Guizeh, que guardaban las riquezas de los antiguos Faraones: el esfuerzo y
coste de la apertura de la de CHEOPS fueron tan grandes, que temiendo el
Sultn una revuelta popular al saberse que dentro de ella solo haba cadveres,
mand esconder una cantidad de oro casi equivalente la gastada en los
trabajos, publicando luego la noticia del hallazgo. Sera prolijo detallar las
grandes devastaciones de los monumentos egipcios. No haban estas
terminado, cuando en 1851 MARIETTE descubra el Serapeum en los arenales
de Sakara, pues en aquella poca muchos excavadores, uno de ellos espaol por
cierto, revolvan la necrpolis memphita buscando antigedades para vender
los extranjeros que visitaban el Egipto. Se impuso la necesidad de guardar las
riquezas que quedaban, preservando en lo posible las grandes ruinas y
recogiendo los pequeos monumentos en un Museo; y as lo comprendi el
Khedive ABBAS baj, al ordenar en 1858 al mismo MARIETTE que fundara el
establecimiento de Bulaq y organizara un servicio para el descubrimiento y
conservacin de las antigedades de Egipto. El comercio de objetos
arqueolgicos qued desde entonces severamente prohibido en el pas.
Los trabajos ejecutados desde aquella poca por los dos directores que
el Museo egipcio ha tenido, MARIETTE y MASPERO, han sido colosales,
superando sus resultados las mejores esperanzas que la ciencia histrica
pudiera fundar en los descubrimientos arqueolgicos de aquella regin.
Salieron de nuevo la luz del da templos que, como los de Edf, haban
desaparecido bajo las ruinas de sucesivos pueblos edificados sobre sus
columnas: se hallaron millares de inscripciones epigrficas de gran importancia:
los sepulcros dieron todos los elementos necesarios para reconstituir la vida
ntima del antiguo Egipto; y finalmente, hasta en oscuros hipogeos fueron
halladas las momias de los ms celebrados monarcas de las dinastas tebanas.
Al recorrer hoy las salas de Bulaq, setenta siglos de la historia egipcia pasan
ante la vista del asombrado viajero.
Sin embargo, la prohibicin absoluta de hacer excavaciones y vender
antigedades, dictada por el Director del Museo, produjo por de pronto
funestos resultados. Careca el Gobierno egipcio de elementos suficientes para
guardar las dilatadas ruinas que cubren ambas orillas del Nilo, no siendo
posible, por ejemplo, que dos tres vigilantes cuidaran de conservar la
necrpolis memphita, en una extensin de 35 kilmetros. Adems, aduares de
beduinos edificados en el desierto, como Sakara Abd el Gurnah han vivido
siempre del producto de los objetos antiguos que recogan en los sepulcros, y
solo un verdadero ejrcito de guardianes habra podido impedir que, favor de
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II.
Descubrimiento del sepulcro de Son Notm
Al acabar el mes de Enero del ao prximo pasado se hallaba la
expedicin cientfica en Luxor. El Bulaq ancl junto un desmoronado muelle,
de construccin greco-romana, que hace veinte siglos debi edificarse para
proteger el vecino templo de AMEN-HOTPU III, cuyos cimientos lame y
destruye la corriente del Nilo, y los expedicionarios se entregaron con
entusiasmo desescombrar el pavimento del inmediato templo de RAMSS II,
en uno de cuyos intercolumnios se acababa de descubrir un bellsimo monolito
con la figura del gran monarca.
A las cinco de la tarde del da 1. de Febrero, en el momento de volver
de una excursin las vecinas ruinas de Karnac, se nos present un beduino de
aspecto miserable, enrojecido por el sol y mal cubierto el cuerpo por rota camisa
de sucio percal blanco. Vena participarnos el descubrimiento que pocas horas
antes haba hecho en la necrpolis tebana, de un sepulcro intacto y cerrado an
por la misma puerta de madera que en el dintel de la cmara pusieron los
antiguos egipcios, al dejar en su recinto el ltimo cadver. Aquel beduino se
llamaba SALM AB DUHI, y era vecino de Gurnah. Asocindose otros tres
amigos suyos, solicit permiso para hacer excavaciones en la parte de
necrpolis inmediata al pueblo de su residencia, que le fu concedido sin
dificultades, por no existir en aquellos sitios monumentos de importancia, y
despus de siete das de trabajo entre las ruinas hall el pozo del nuevo
sepulcro, que por estar cubierto con los escombros de otras tumbas, escap las
depredaciones de cuantos en pocas anteriores han saqueado los cementerios
de Egipto. Un rais guardin del Museo, despachado desde nuestro vapor, fu
inmediatamente al sitio del hallazgo para evitar que durante la noche se
sustrajera objeto alguno ni destrozaran las momias sus mismos descubridores,
cediendo la imbcil mana de registrarlas en busca de alhajas y tesoros. Sabida
con oportunidad la noticia del descubrimiento, era necesario tomar las debidas
precauciones que aseguraran la conservacin de los cadveres y del ajuar
funerario, hasta que el Museo pudiera hacerse cargo de la tumba.
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Osiris en el Occidente.
Y junto los otros personajes haba esta leyenda:
En el segundo registro de las pinturas de la puerta se vea el Dios PtahSokar-Osiris con cabeza de gaviln cubierta por la diadema osiriana, sentado en
el trono de leones que siempre ocupan las divinidades egipcias. Su nombre
estaba escrito al lado, seguido de sus principales ttulos:
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Isis la grande.
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III.
Inventarios historia del sepulcro
El deseo de salvar la puerta de madera, que podamos considerar como
ejemplar nico en el mundo, nos hizo romper el dintel de piedra que contena
parte de las anteriores inscripciones. Penetramos en la cmara mortuoria, cuyo
aspecto era en realidad imponente. El suelo estaba cubierto de cadveres; nueve
de ellos encerrados en sus cajas de sicomoro y once tendidos sobre la arena. En
los rincones se vean amontonados vasos de barro cocido, panes, frutas,
muebles, y secas y ajadas guirnaldas de flores. Arrimados la pared haba dos
carros funerarios, probablemente all olvidados por la comitiva del ltimo
entierro, deseosa de salir cuanto antes de la tumba. Pero nuestra atencin fu
principalmente atrada por las pinturas de las cuatro paredes y del techo del
sepulcro, que se mantenan frescas intactas cual si el da anterior hubiesen
sido acabadas. En la sala, larga de 5 metros, ancha de 2 , y cubierta por una
bveda de arco de medio punto, tallada en la roca viva, no haba una pulgada
de muro que no ocuparan los cuadros las inscripciones. Procedimos con
mtodo, disponiendo en primer lugar que los empleados egipcios del Museo y
los beduinos de Gurnah trasladaran todos los cadveres, muebles y ofrendas
del sepulcro, nuestro buque anclado en Luxor. As salieron de nuevo la luz
del da aquellos despojos de la muerte encerrados durante ms de treinta siglos
en las sombras del olvido; y por ms que nuestra atencin procur rodearlos de
todos los posibles cuidados en su travesa por el desierto y la llanura tebana, no
pudimos evitar que la natural incuria de los indgenas hiciera perder algunos y
estropeara otros. Un magnfico taburete pintado con brillantes colores y
atrevido dibujo, se hizo aicos antes de llegar al Bulaq.
Encargme luego el profesor MASPERO que en la cubierta del barco
hiciera el inventario de todos los objetos recogidos en el sepulcro. All trazadas
con lpiz tom rpidamente varias notas que tengo la vista al escribir estas
lneas, y que forman el catlogo de las momias entonces descubiertas, junto con
los muebles y efectos de su propiedad. De los veinte cadveres que haba en el
sepulcro, los nueve encerrados en sus cajas de madera estaban perfectamente
conservados, y pudieron ser conducidos al vapor sin ninguna dificultad. No as
los once restantes, que tirados sin cuidado alguno por el suelo, quizs tambin
mal momificados y peor sujetos por las bandas de tela rotas en pedazos, se
deshicieron entre las manos de los rabes que intentaron levantarlos. Ped
conservar nicamente sus cabezas por el inters etnogrfico que pudieran tener
los crneos. Las momias que entraron bordo pertenecan las siguientes
personas:
1. SON NOTM, descrito en las inscripciones de su fretro como
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2. sotm ash em ast ma, aquel que escucha las invocaciones en la sala de la
Verdad. Corresponda este ttulo funcionarios de alta jerarqua de la
casta sacerdotal, encargados por el monarca de la custodia y vigilancia
de las necrpolis reales.
3. KHONSU, cuya caja tena una leyenda jeroglfica igual la anterior.
4. TAMAK, hombre.
5. PARA HOTEP, hombre.
6. TAA ASH ENES, mujer.
7. EI NEFER T, mujer de SON NOTM.
8. ISIS, sacerdotisa de Ammn.
9. RAMS, hombre.
10. HATHOR, nio.
Estos son los nombres que lemos en las inscripciones puestas sbre los
fretros decorados con el mayor lujo que guardaban las momias. Adems se
recogieron dos cajas pequeas pintadas de amarillo y sin constar en ellas
nombre alguno: sin duda encerraban fetos cadveres de nios recin nacidos.
Los muebles, las estatuas funerarias y las inscripciones del sepulcro nos
dieron los nombres de los dems individuos all enterrados. Sus momias eran
pobres, mal hechas, sin cartonajes ni decorado alguno. Parecan miembros de
una familia que haba sufrido reveses de fortuna. Eran los siguientes:
1. TRU NEFER, hija de SON NOTM.
2. KHA BEKHET.
3. PA KHAL, hermano del anterior.
4. AN HOTEP.
5. RANEN.
6. MES.
7. JHA HOTEP NEFER REMPET.
8. AMN NAHT.
9. HABEKENT.
10. HOTP.
11. MESS RUTHER.
El ajuar funerario de todos los anteriores cadveres era muy
considerable. Como objetos ms importantes sealamos los dos carros
mortuorios antes mencionados, y que son raros hasta el punto de no tenerlos
ningn Museo, y solo conocidos con anterioridad por las pinturas murales que
en algunos sepulcros representan la conduccin de las momias por los caminos
de las necrpolis. Ambos son de grandes dimensiones y estaban desmontados
en un rincn la izquierda de la puerta. La plataforma est formada por una
maciza plancha que descansa sobre dos maderos cuadrilongos largos de unos 3
metros y anchos de 30 centmetros, encorvados ligeramente la punta,
afectando la forma de un trineo para ser arrastrados con mayor facilidad. Los
cuatro lados de la plancha estaban cerrados por otras tantas maderas, y en el
hueco se depositaba la momia al conducirla al sepulcro. Estas maderas estn
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de KHONS.
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de TAMAK.
de EI NEFER TI.
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de MESS RUTHER.
de HABEKENT.
de RAMS.
de MES.
de HOTP.
de TAAN ENSET.
de AMN NAHT.
de PARA HOTEP.
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BUNEKHEFT.
RASKH.
HOTP.
TAA ASH ENES.
JHA HOTEP NEFER REMPET.
AMN NAKHT.
MESS RUTHER.
En esta numerosa familia se encontraban personas de distintas razas.
Desde luego se comprende que es imposible estudiar los cadveres cubiertos
con las vendas de las momias; pero las cabezas que fueron recogidas en el
mismo sepulcro me han permitido observar que la generalidad de los
individuos que pertenecan eran de raza egipcia, es decir cobriza, con el
crneo estrecho por delante y abierto en los huesos temporales y occipital; y
solo uno de ellos era de un etope, muy desarrollado, y con la mandbula
saliente que caracteriza la raza negra.
IV.
Inscripciones y pinturas de la entrada
Da acceso la sala mortuoria de SON NOTM un estrecho corredor,
largo de 2 metros, que baja en suave pendiente desde la primera cmara al
sepulcro. La puerta de madera destinada cerrarlo fu puesta la parte de
fuera de este corredor, que forma as parte de dicha sala, y por tanto est
decorado como el resto de las paredes interiores. Empezando por la puerta, he
de describir las pinturas inscripciones de su hoja interior, ya que antes rese
las que vimos en la otra hoja al abrir el sepulcro. La adjunta lmina est
interpretada por la hbil mano del Sr. RIUDAVETS de una fotografa que saqu
de dicha puerta bordo del Bulaq, y representa tan fielmente el original, que no
he credo necesario transcribir en caracteres ordinarios la segunda y ms larga
leyenda jeroglfica que contiene. Est dividida en dos partes. En la superior se
ven la izquierda las figuras de SON NOTM y de su mujer EI NEFER TI
sentados delante de una mesa que tiene un tablero de ajedrez. Es un dato
curioso para las investigaciones del origen de este juego, evidentemente
egipcio, y del cual se conocen representaciones an ms antiguas en otros
sepulcros de Tebas. Junto esta mesa hay otra algo mayor, ricamente provista
de ofrendas de todas clases. En ella se confunden las simblicas flores del lothus
y del papirus, los panes consagrados los difuntos y las carnes con que deben
alimentarse estos en el cielo; y su pi se ven alineadas las nforas de distintas
formas rebosando buen vino y leche blanca de la sagrada vaca de Helipolis. En el
espacio que queda libre entre las cabezas de las dos figuras y el extremo
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Casi es ocioso recordar que el antiguo egipcio nunca creyo que la mujer
le era inferior en casta, en inteligencia ni en derechos dentro de la familia.
Aquella sociedad fu mongama hasta que con las influencias extranjeras
contrajo hbitos de lujo y vicios
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Adoracin Osiris Unnefer (el Dios del fuego) para que otorgue el
poder de entrar y salir en la divina regin subterrnea al doble del Osiris
auditor de invocaciones en la morada de la Verdad, SON NOTM.
Lese adems otra invocacin dirigida los Dioses pidiendo ofrendas del banquete
funerario. Dice:
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noche, madre de los Dioses. Encima brilla el rojo disco del Sol. La inscripcin
que acompaa este cuadro es un himno al Sol naciente, escrito de la siguiente
manera:
Una pequea leyenda que rodea al disco del Sol contiene sus ttulos.
Dice:
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V.
Muro del Sur
Siendo SON NOTM un rico funcionario quien estaba encomendada
la custodia de los hipogeos reales en la necrpolis tebana, no debe sorprender la
suntuosidad, especialmente en pinturas, con que se hallaba decorada su tumba.
Son notables aquellos extensos cuadros de la doctrina osiriana, y muy curiosos
los textos de inscripciones jeroglficas que llenan los espacios entre las figuras
de los muros y del techo. La detenida explicacin de adornos y leyendas dar
completa idea de aquel rico sepulcro. Empecemos por el muro del Sur, en cuya
mitad se abre la puerta que da acceso la tumba. Esta pared, izquierda y
derecha de la puerta, est ocupada por tres cuadros, dos superiores situados
ambos lados del hueco, y uno inferior largo y dividido por la misma abertura.
El primer cuadro de la izquierda se divide en dos partes sobrepuestas. En la de
arriba SON NOTM de pi con las manos levantadas se acerca los Dioses que
guardan las puertas del cielo, pidindoles permiso para entrar en la eternidad.
Debajo se ve su mujer EI NEFER TI en la misma actitud, y ambos esposos
dirigen una bella invocacin Osiris, que, escrita en jeroglficos, se lee junto
ellos. Dice el marido:
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placeres, t que conduces los manes su supremo destino en donde les deleita el
perfume del incienso. La dama EI NEFER TI.
Delante de los difuntos estn los Dioses guardianes del cielo, graves y
serenos, sentados sobre la medida de la justicia, un cuchillo en la mano con el
filo levantado para acometer los intrusos que se aventuren en el camino de
Occidente. Puestos en dos filas unos encima de otros, todos tienen detrs una
inscripcin que nos explica el nombre de la puerta del cielo que cada uno
guardaba, as formando una Curiosa pgina de mitologa egipcia.
El primer Dios, contando desde la derecha, tiene la cabeza de pjaro
Ibis. Su leyenda dice:
Primera puerta. Soberana del terror, con sus murallas elevadas, seora y
duea de la entrada. La Superiora de palabra.
Segunda puerta. Soberana del cielo, regente de las dos tierras, llama,
seora de todos los humanos en el Universo.
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Cuarta puerta. La que empua la espada, regente de las dos tierras, que
vuelve impotentes los enemigos del Dios cuyo corazn no late ms (el de la muerte).
Sexta puerta. Seora de los reflejos, superiora de las invocaciones cuyo poder
se ignora, la que no encontr...
Sptima puerta. Niebla que envuelve los que desfallecen, la que tiene
compasin de los que la adoran.
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KHENTURT.
BUNEKHAF.
RA HOTEP.
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TRITU NEFER.
KHONSU y RAMS.
AN HOTEP y RASKHU.
HABEKENT,
meridional.
profeta
Su mujer se llama:
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de
Ammn
en
la
villa
Y su hija:
LOS.
Delante hay un joven de pi, con las manos puestas sobre la cabeza de
HABEKENT. Es:
Bajo la silla de Losu se ve sentada sobre las piernas una nia que lleva
en la mano una flor de lothus. Su nombre no aparece en la inscripcin.
Al lado de la familia de HABEKENT hay otra compuesta de cuatro
personas. El padre, llamado TARO, est sentado junto su mujer TAIU. Un hijo
suyo, que est de pi delante del padre, se llama ROM, y una nia sentada
bajo la silla de la madre es TAASH SEPTU. La inscripcin de TARO dice:
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El hijo lleva en las manos como ofrenda una vela de buque, una flor de
lothus y un vaso. Son los smbolos de la vida segn nos dice la leyenda que le
acompaa:
TAASH SEPTU.
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HOTPU.
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RA SKHU.
VI.
Muro del Este
Las pinturas correspondientes esta pared estn divididas en seis
cuadros horizontales. Su conjunto representa la regin inferior del cielo tal
como los egipcios que moran en gracia de los Dioses pensaban habitarla, y por
tanto reproduce los campos de Aal con las mismas escenas rsticas que todos
los das deban verse en los campos de Egipto.
El celeste Nilo rodea el cuadro, formando un marco con sus aguas. En
la parte superior flota encima de ellas la barca del Sol,
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Khopri en su barca.
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Una pequea separacin con que termina este cuadro por la derecha,
contiene el dibujo de tres lagos sagrados, y en jeroglficos los ttulos, tantas
veces repetidos, del propietario del sepulcro. En el tercer cuadro se ve SON
NOTM y su mujer segando la mies de la abundante cosecha, que han
obtenido en los campos de Aal. A su final, en un registro parecido al anterior
de que acabo de hacer mencin, el mismo personaje est sentado, aspirando con
delicia el perfume de un lothus, delante de una mesa cargada con abundantes
ofrendas. Otras escenas campestres se repiten en el cuarto cuadro. A la
izquierda se ven los dos esposos recogiendo la paja separada ya de las espigas.
Ms all verifican de nuevo la siembra. SON NOTM conduce una pareja de
bueyes uncidos al arado, y con un ltigo, de cuero cortado en tiras, los obliga
apresurar el paso. Detrs le sigue EI NEFER TI sembrando los granos. Este
cuadro termina con un rbol frondoso, y la representacin de los cuatro lagos
sagrados que haba en la regin inferior del cielo. Los dos cuadros ltimos se
refieren los campos de Aal cruzados por un canal. En el superior ostntanse
verdes y lozanas, con las ramas henchidas de amarillo fruto, las copudas
palmeras que deban hacer felices los egipcios en esta vida y en la eterna.
Debajo salen de las aguas las plantas de lothus y de papirus, que tantos
beneficios les producan. Y en el rincn de la derecha, sobre un dibujo desigual
y caprichoso formado por los recodos de la corriente, se ve flotar una barca, sin
duda destinada conducir las almas travs del ro que cruza el cielo, y por el
que navega el Sol.
VII.
Muro del Norte
En esta pared despleg todo su genio el artista desconocido, quien se
confiara el decorado del sepulcro de SON NOTM. Teniendo su disposicin
la pared de piedra ancha de 5 metros para desarrollar su pensamiento, traz
en grandes cuadros las principales escenas de la eternidad. El dibujo es audaz,
el colorido excelente, las proporciones ajustadas, pareciendo imposible que
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VIII.
Muro del Oeste
La parte alta de esta pared figura la puerta de la eternidad. La guardan
dos pilones castillos parecidos los que se conservan en los antiguos templos
egipcios, y encima de ellos se ven dos chacales, representando Annubis. Una
mesa con un ramo de lothus entrelazados parece servir de ofrenda al disco solar
que campea en lo alto del horizonte. El cuadro importante de este muro est
formado por la composicin inferior, que representa un gran naos templo. A
su izquierda se ven SON NOTM con las manos levantadas y su mujer EI
NEFER TI con una flor de lothus, dirigindose hacia el tribunal de los Dioses.
Estos se hallan divididos en dos series. En la de arriba se ve delante Osiris, y
detrs suyo cinco jueces divinos, todos sentados sobre la medida de la justicia.
El primero, tercero y quinto, tienen la cara pintada de rojo, y el segundo y
cuarto la tienen verde. La serie de abajo consta de seis divinidades presididas
por Ra, con cabeza de gaviln, coronado por el disco solar. Sus imgenes son
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tambin verdes y rojas. Entre las dos lneas de estos Dioses del hemisferio
inferior del cielo hay una inscripcin dispuesta en tres lneas horizontales
perfectamente legible en el grabado que representa este muro. La traduccin es
como sigue:
Este libro vuelve el difunto perfecto junto Ra, le permite estar cerca de Tum,
le engrandece al lado de Osiris, le fortalece cabe el Dios del Amenti y le hace inspirar
terror las dems divinidades. Robustece el corazn del muerto, ensancha sus pasos y le
encamina hasta ponerle cara cara con Dios.
Esta inscripcin contiene abreviados los versculos primero y tercero
del captulo 148 del Libro de los Muertos.
IX.
La bveda
Hermoso es tambin el decorado del techo que cierra el sepulcro de
SON NOTM. El artista lo dividi en ocho grandes cuadros, partidos por cuatro
anchas lneas blancas cubiertas de inscripciones, que corren una lo largo del
sepulcro por la mitad de la bveda y tres horizontales que arrancan en la pared
del Norte para acabar en la del Sur. Me fu imposible reproducir las pinturas de
aquellos cuadros, pues no tena manera de colocar la mquina para fotografiar
un arco levantado, y careca de medios para dibujar las figuras de su asunto. Me
concretar, por tanto, describirlo y dar cuenta de las inscripciones
jeroglficas de que saqu copia.
Primer cuadro. Situado en el rincn de la bveda formado por el ngulo
del muro Norte con el del Oeste. Se vea SON NOTM de pi tendiendo los
brazos para abrir las dos hojas de una puerta. Su leyenda dice:
Esta pintura hace alusin la necesidad que tenan los muertos de abrir
el sitio donde estaba encerrado Thot, Dios de la inteligencia directora del
mundo, para vivir como espritus en la regin inferior del cielo.
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Es el Benn de Ra.
de Ra.
Hapi era uno de los genios funerarios que deban conservar las
entraas de los cadveres, sacadas del cuerpo de estos al convertirlos en
momias.
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Nut la grande.
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Entre este cuadro y la pared hay todava una corta faja de jeroglficos
que dicen:
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Amsit es otro genio funerario que protege las entraas de los difuntos.
El propietario del sepulcro adora en este cuadro otras cuatro
divinidades del cielo egipcio. La primera est representada por un Dios con
cabeza de lebrel y cuerpo blanco con manchas negras. El segundo es un Dios
sentado, con la cara roja. El tercer Dios tiene la cara verde y est tambin
sentado en un cuadrado rojo sobre el cual se ve el signo del cielo pintado de
azul. Finalmente, la cuarta divinidad consiste en una serpiente enroscada sobre
el signo de la montaa. Tampoco dentro de este cuadro se ve leyenda alguna.
Sptimo cuadro. Lo separa del anterior la inscripcin siguiente:
En l SON NOTM adora tres Dioses, uno con cabeza de Ibis, y los
otros con cara humana, pintada de rojo y verde. A su lado se ve esta leyenda:
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