Ololiuhqui en Nueva España PDF

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Oliuluque en Nueva Espaa: distintos usos de las semillas visionarias en el siglo

XVII.

Carolina Valeria Flix Padilla

1. Qu es el Ololliuhqui
Entre los aos cincuenta y sesenta, Alber Hofmann, Shultes, Wasson y otros, publicarn
una serie de estudios sobre las propiedades psicoactivas de algunas plantas mexicanas.
Entre ellas, por poseer ergotamina, un potente alcaloide del cual se sintetiza la legendaria
Dietilamina de cido Lisrgico, destaca el Ollolluqui, una enrededare de hermosas ores,
a veces blancas, a veces de colores purpureos, que crece abundantemente en el rea
mesoamericana.
Con el trmino de Ololliuhqui, tradicionalmente se ha denominado a las semillas de
un par de plantas: la Turbina Rovirosa (identicada tambin como semilla de Mara,
maravilla, badoh, xtabantun, etc.), y la Ipomea Purpurea, Violacea y Tricolor (llamada
tambin tlitlitzin, yaxce y badoh negro, por el color ms oscuro de estas semillas). Las
ipomeas, dados sus efectos ms potentes, son usadas con mayor reserva y restricciones.
Como apunta Mercedes de la Garza respecto a la complicada denominacin de estas
semillas alucingenas, los trminos parecen ms bien referir a un conjunto de plantas con
caractersticas y efectos similares, y cito: Los indgenas parecen referirse ms a grupos
de plantas, con anidades en sus formas o en sus efectos, que a una especia en
particular. As, es preferible hablar de los ololiuhqui . Ololliuhqui, signica cosa redonda
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y encorvada, reerindose con esto a las semillas de la enredadera. Sahagn la designa
coatl xoxouhqui culebra verde, mientras que Hernndez tambin la llama coaxihuitl
yerba de la serpiente.
Las especies vinculadas al ololliuhqui, en la cosmovisn mesoamericana, tienen a
su vez asignado un gnero, siendo la Turbina Roivirosa de ms frecuente utilizacin por
sus suavizados efectos, asociados a lo femenino y la gura mariana. Por su parte, el
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GARZA, Sueo y alucinacin en el mundo maya y nahuatl, Mxico, UNAM, 1991, p. 68.
1
tambin llamado badoh negro, es decir, las distintas especies de ipomea, de frecuente
utilizacin especialmente entre comunidades de la regin mixteca y zapoteca, est
vinculado a lo masculino, siendo asimismo los hombres sus consumidores.
Es junto con el peyote y las setas alucingenas, uno de los entgenos ms
importantes del Mxico prehispnico,y su uso fue rearticulado en el contexto novohispano
por distintos actores, continuando hasta la fecha. De su pervivencia tras el proceso de
conquista, dan cuenta diversas cronnicas y tratados, en el siglo XVI destacan las obras
de Hernndez y de Sahagn. El primero, adems de su empleo mstico, da cuenta del uso
medicinal de estas semillas, por su parte Sahagn la reere como cosa del diablo que
termina por enloquecer a los hombres. Ya para el siglo XVII Alarcn dedica en su Tratado
de supersticiones, dos captulos a la al consumo del ololiuqui.
La obra de este interesantsimo personaje resulta una de las ms importantes
fuentes de carcter etnolgico escritas durante los tres siglos de dominio hispano. No
excenta de los prejuicios que caracterizaban a un convencido y acrrimo catlico, es
testimonio de un proceso de doble resistencia : El de los indios por abandonar sus
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costumbres ante el embate hispnico catlico, y el de los espaoles por disolverse en un
exhuberante mundo cultural completamete desconocido, el oculto miedo que mueve a la
represin. Tras una autoasumida labor de inquisidor y extirpador de idolatras, a travs de
lo que hoy son los estados de Guerrero y Morelos, el cura lleg, no sin un toque de
cmica irona, en 1614, a los tribunales del Santo Ocio, por maltrato a los indgenas,
quienes desde 1571 estaban excentos de la jurisdiccin de dicho tribunal, tras el
lamentable suceso con el cacique de Texcoco, don Carlos.
Adems de stas fuentes, existen una serie de procesos inquisitoriales,
particularmente durante el siglo XVII en el centro de la Nueva Espaa, a travs de los
cuales tenemos acceso a la experiencia misma relatada por los acusados y los
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QUEZADA, Hernando Ruz de Alarcn y su persecucin de idolatras, en Tlalocan, vol, 8, Mxico, IIF,
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1980, p. 325.
acusadores. Para esta ponencia, estoy utilizando como pretexto, un proceso acaecido en
Mxico, con cuatro de reos del santo ocio -y condenados a muerte-, que consumieron
bebdizos de ololiuque con el n de adivinar los sucesos por venir.

2. El Ololliuqui: de Mesoamrica al barroco novohispano.
Entogenos diversos, son costantemente representadas en la iconografa
mesoamericana, especialmente durante el perodo posclsico, en el Altiplano Central.
Asociados frecuentemente a las deidades del maz, a Xochiquetzal, y especialmente a
Tlaloc y otras de sus epifanas. Esta planta conocida con el nombre de Ololliuhqui
desempe un importante papel en contextos rituales y adivinatorios an despus del
proceso de conquista.
Ante la ausencia de las plantas autctonas, espaoles, africanos y mulatos pronto
adoptaron las especies endmicas y rearticularon sus propias necesidades espirituales y
siolgicas a la realidad americana. Por otro lado, de entgenos con nes adivinatorios
no resultaba ajeno para espaoles, africanos y mulatos. En el antiguo continente exista
una arraigada tradicin de auspicios apoyada en el consumo de setas alucingenas,
beleo negro y mandrgora, entre otras especias de rosaceas con potentes alcaloides.
Las plantas americanas fueron utilizadas con nes msiticos, pero tambin
racionales: en la medicina popular (al igual que en el contexto precolombino), por un sin
n de actores sociales, como apunta Aguirre Beltrn. Por ejemplo, Cervantes de Salazar
reere en el siglo XVI, que la planta tiene un uso medicinal al ser aplicada, molida sobre
heridas , mientras que Sahagn reconoce sus propiedades en el tratamiento de las
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reumas y la gota.
En el caso particular que nos atae, Beltrn Aguirre ha sealado una vinculacin
entre el oliluiqui y Cuetzpaltzin, cuarto da del Tonalpohualli, el lagarto, asociado al agua y
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LOZAYA, Plantas, medicina y poder: breve historia de la herbolaria mexicana, Mxico, Pax, 1994, p. 73.
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asimismo al Dios viejo del maz. Por esto Aguirre Beltrn atribuye una naturaleza trinitaria
a la semilla: Olloliuhqui-Cuetzpallin e Itztlacoliuhqui. Al respecto, Alarcn seala que para
los indgenas, la semilla actua a travs de Cuetzpallin, el lagarto, cito el tratado de Ruz de
Alarcn:
De este gnero han pasado por mis manos muchos casos, y en algunos de ellos ha
sido necesaria intervencin del Santo Ocio, por mezclarse en ellos otras naciones
como espaoles, mestizos, negros y mulatos, porque en tales sospecahas a nadie
perdonan .
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Asimismo, Mercedes de la Garza asocia a esta semilla con Tlaloc y y por lo tanto al
agua y la fertilidad. CIertamente, existe evidencia iconogrca que sustenta esta
propuesta, especialmente proveniente del centro de Mxico. Al respecto, vale la pena
mencionar el mural de la Diosa Madre, del Tepantitla en Teotihuacn.
La naturaleza divina de la semilla, que inundaba de solemnidad y temor a quienes
la consuman -puesto que caba la posibilidad de ofender a la divinidad que en ella se
contena (siendo el efecto psicoactivo plena expresin de su potencia)-, fue por otra parte,
adhiriendo nuevos signicados y transformando el contexo de su consumo (de uno
plenamente solemnizado efectuado por una lite sacerdotal, al consumo clandestino y con
un n probablemente ms mundando (en tanto que vinculado directamente a la
experiencia vital de los agentes involucrados).
En el mbito prehispnico, para los usos con nes adivinatorios existan sacerdotes
mensajeros encargados consumir la semilla y realizar la interpretacin de la voluntad
divina, llamados payni. Posteriormente, de acuerdo a Beltrn, en la poca colonial son los
curanderos y la gente de a pie quienes adoptan este rol ante la supresin de las lites
sacerdotales.
Durante la poca colonial. se apunta la vinculacin entre las dos especies de
ololliuqui con Nuestro seor, con los ngeles (o el ngel, como reportan etnograas
4
RUZ DE ALARCN, Tratado de las Supersticiones y Costumbres Gentlicas que Hoy Viven Entre los Indios
4
Naturales de esta Nueva Espaa, Barcelona, Linkgua, 2008, p. 47.
contemporneas) y con Mara Santsima, cuestin que queda maniesta en el desarrollo
del proceso que aqu se analiza.

3. El caso de Pedro de Silva y Luis de Cardosso.
El consumo del Olloliuhqui, se difunde a partir del centro de Mxico,
particularmente el Estado de Morelos. De acuerdo a Beltrn la mayora de los procesos
por consumo de alucingenos se dan en la primera mitad del siglo XVII, sin embargo, casi
a nales del mismo vemos procesada a la mestiza Mara de Luna por su uso ritual. En el
presente se ha seleccionado un documento proveniente del fondo de la Inquisicin del
Archivo General de la Nacin. En 1622, se tiene noticia del consumo de la semilla dentro
de las crceles inquisitoriales. Los involucrados en la cuestion son Pedro de Silva
(espaol), Francisco Ramrez alias el cambillo), y Jorge Cardosso, un interesante mulato
que pose algunos rasgos de payni y de zahor
[]que estando preso con este declarante Pedro de Silva, que ahora est en la crcel,
le pidi a este que pidiese una noche que [le] quitasen los grillos a Jorge Cardosso,
mestizo que tambin estaba preso, porque quera tomar un bebedizo de oluluque para
saber qu estado haban de tener algunas causas, ansi la suya como la del dicho Pedro
de Silva y la de este declarante y otras y asimismo para saber cuando van a enviar una
persona suya a quien haba enviado a llamar el dicho Cardosso para que le trajese un
libro con el cual tenindole habria de hacer abrir las puertas de la crcel [].
Y sigue:
[.]se los quit una noche los grillos y habindoselos quitado se puso en un rincn del
dicho calaboza habiendo colgado una frazada y all tom el dicho bebedizo aunque este
declarante no lo vio hasta que el dicho Pedro de Silva le rog oyese lo que [soltaba] el
dicho Cardoso y que si tena nimo para ello y este declarante de dijo que si y as le lleg
dos o tres veces a ver lo que dicho Cardoso haca y soltba y le oy encomendarse a Dios
y a su Santsima Madre y estaba abrazado con una imagen []
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De acuerdo a lo que declara el testigo (un natural de Toledo), Jorge Cardosso
(mulato) y Pedro da Silva (espaol), consumieron bebedizos de Ololiuqui (en un
momento se menciona balque", tal vez reerindose a la bebida tradicional maya balch)
para adiviniar cundo podran salir del presidio. Jorge Cardosso, mestizo, funge como un
5
AGN, Inquisicin, vol. 341, exp. 4, fs. 339-347, Proceso contra Pedro de Silva, Jorge Cardoso y
5
Pedro Silva por uso de peyote y oliuluque, Chimalhuacan-Chalco, 1622.
chamn dentro de su celda, y uno de sus nes adivinatorios es saber cundo se le traira
un supuesto libro mgico que posea, con el cual sera capaz de abrir las rejas para dejar
sar a quien as lo quisiese. El mismo reere que ya haba salido de la crcel en su natal
Quertaro, por este tipo de suertes. Adems menciona que en tiempos anteriores haba
utilizado la semilla para encontrar minas (como una suerte de zahor) y que durante este
experiencia se le haba aparecido un Viejo venerable, (fenmeno descrito tambin en la
crnica de Ruz de Alarcn). De acuerdo a lo vertido por los dichos declarantes, el
acusado asume el origen satnico de dichas visiones, no sin olvidar, que nos
encontramos frente a un documento emitido por la inquisicin misma, testimonio, cmo se
ha dicho ya, de una violenta resistencia.
Paralelmanete, sobre el caso de una hechicera en la Nueva Viscaya, Deeds
concluye que este tipo de procesos, y cito revelan una coincidencia de simpatas entre
los grupos formados por diferentes mezclas de clases, etnias y sexos . Arma tambin
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que este tipo de solidaridades intertnicas son posibles slo en el contexto de la
desolada frontera, sin embargo, como el caso aqu analizado, observamos que dichas
redes y solidaridades se tejen entre diversos sectores sociales y tnicos del mbito
novohispano por encima de las distinciones jurdicas entre castas. Este proceso, se
caracteriz por un proceso de mutua aculturacin; espaoles mestizos, mulatos y
africanos, logran ajustar su propia cosmovisin a las prcticas corrientes entre las
comunidades indgenas, dotndolas de nuevos sentidos y utilidades.
En ltima instancia, esta pequea monografa no pretende ms que denunciar lo
intil de ciertos discrusos esencialistas, que apelan a la bsqueda de una experiencia
primigenia y pura, lejos de la retorcida visin occidental respecto al consumo de
psicoactivos. Tal cosa no slo es imposible en el plano de lo fenomnico, sino que
adems, al menos desde los sesenta, ha promovido un turismo de explotacin cultural y
6
Deeds, Brujera, gnero e inquisicin en Nueva Vizcaya, en Desacatos, n. 10, otoo-invierno 2010,
6
Mxico, p. 45.
ecolgica, sostenido slo en el desconocimiento de la gran variedad de entegenos
endmicos, volviendo extico lo cercano y ocultando lo propio.

Fuentes

AGN, Inquisicin, vol. 341, exp. 4, fs. 339-347, Proceso contra Pedro de Silva, Jorge
Cardoso y Pedro Silva por uso de peyote y oliuluque, Chimalhuacan-Chalco, 1622.

HERNNDEZ, Francisco, Antigedades de la Nueva Espaa, Ascencin Hernndez (ed.),
Madrid,Las Rozas, 2001, 267 pp., (Las Crnicas de Amrica. Historia, 13).

RUZ DE ALARCN, Hernando, Tratado de las Supersticiones y costumbres gentlicas que
hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva Espaa, Barcelona, Linkgua,
2008, 214 pp.

SAHAGN, Bernardino, Historia general de las cosas de Nueva Espaa, 11ra. ed., Mxico,
Porra, 2006, 1061 pp., (Sepan Cuantos, 300).

Bibliografa.
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colonial, Mxico, Univesidad Veracruzana/Fondo de Cultura Econmica, 1992.

DEEDS, Susan, Brujera, gnero e inquisicin en Nueva Vizcaya, en Desacatos, n. 10,
otoo-invierno 2010, Mxico, pp. 30-47.

GARZA, Mercedes de la, Sueo y alucinacin en el mundo maya y nahuatl, Mxico, UNAM,
199.

HOFMANN, Albert y H. TSCHERTER, Isolierung von Lysergsure-Alkaloiden aus der
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1960.

LOZAYA, Xavier, Plantas, medicina y poder: breve historia de la herbolaria mexicana,
Mxico, Pax, 1994.

QUEZADA, Noem, Hernando Ruz de Alarcn y su persecucin de idolatras, en Tlalocan,
vol, 8, Mxico, IIF, 1980, pp. 323-354.

SHULTES, RIchard Evans, A Contribution to our Knowledge of Rivea corymbosa. The
Narcotic Ololiuqui of the Aztecs, en Botanical Museum of Harvard University,
Massachusetts, 1941.

SHULTES, Richard Evans y Albert HOFMANN, Plantas de los dioses. Las fuerzas mgicas de
las plantas alucingenas, 2da. ed., Mxico, Fondo de Cultura Economica, 2000.

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