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nela misma autora
I.., vida liligil. viotencia, podercs)' sotula, idades I' ll el Paris
d,'1siglo X I' I II, Mexico, 19')4 dv /IIS multi tudes: secuest ro iuj ant]! ell Pa ris, 1750, Buenos Aires, 1998 ( e ll co laborncion COil lacqucs Rc\'(:I) I II ut rnccnnt dcl archivo, Valencia, 199 / IIc! Rcuacimicnto a III Edad Moderna (con Arlette Zemon Davis), vol, II I: siglos XVI - XVI II , en C;co rgt' S Dub)' y Michelle Perrot (di rs.), Jlistoriu de las nt ujcrcs , ' 1/ Ocridcu tc dcIa : I nlig/ k da,} I I 1/1I ,'sl I'O'< dias, Madri d. 1992 J<' \,.,1d'ulimrnt s ( I Paris II/I Xl' lII' sicclc, Pari s, 1974 vi"'Tdans la me II Pari, all X V II / " sicclc, Par is, 1979 I ,' d,'.' orrlrc dcs Iatnitle, l.ctt res de cachet des IIn:I1ives de III Bastille, I'aris, 191!2 (en coluhoracion COil Michel Foucault) I lin' ," 111(/1 di re. J: 0l' ill i o/l pub lique 1111 X\ 'II I" sicdc, Paris, 1991 I I,'.' licu pourl'histoire, l' ari s. 1997 j " (II' "I1/n,. Ii dL'llx lits ct II' conlonuier de 7l'1-:\J'i\', Paris, 20DO Arlette Farge Efusion y tormento. El relata de los cuerpos Historia del pueblo en el siglo XVIII Traducido por Julia Bucci III cono cimiento Primera edici6n, 2008 (f.l KAtz Editores Sinclair 2949, 5 Q B Cl425FRA Buenos Aires Fernau Gonzalez, 59 Bajo A 28009 Madrid www.katzeditores.com Titulo de la edici6n original: Effusion et tourment. Le recit des corps. Hist oire du peuple au XVlllf siecle Odile Jacob, marzo de 2007 Esta obra, publicada en el marco del Programs de Ayuda a la Publicacion Victoria Ocampo, ha recihido el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia y del Servicio de Cooperac ion y Acci6n Cultural de la Embajada de Francia en Argentina. Cet ouvrege, publie dans le cadre du Programme d'Aide ala Publi cation Victoria Ocampo, benelicie du sautien du Minist ere Frsncsis des Affaires Etrengeres et du Ser vice de Cooperation et d'Action Culturelle de l'A mbassade de France en Argentine. ISBN Argentina: 978-987-1283-72-9 ISBNEspana: 978-84-96859-28-9 1. Historia de las Civilizacioues. I. Bucci, J ulia, trad. II . Titulo CDD 909 EI contenido intelectual de esta obra se encuentra prolegido por diversas leyes y tratados internacianales que prohiben la reproducci6n integra 0 extractada, re.rlizada por cualquier procedimiento, que no cuente CUll If! autorizacion expresa del editor. Ilir.wio de colecci6n: tholon kunst luiprnsn UII la Argentina per Latingratica S. R. 1. Hoehn II I deposito que marca la ley 11.723. Iodice 9 Agra dec imientos II Nota pr elirn inar J3 Introducci6n 2 1 I. l QUE ES EL PUEBl. O? UNA OB SES10 N DE l.OSCONTEMPOR ANEOS 27 Mcmotias del teniente general de policia parisino lean-Charles-Pierre Lenoir ( 1732- 1807) 32 Simeon-Prosper Hardy, "Mis ent retenimientos o eI diatio de los acontecimientos tal como llegan n /II i conocimiento, 1772- 1784" 45 LOllis-Sebastien Mercier: Tableau de Paris 17 82 - 17 8 9 55 2 . UNA " MARMITA DE SON ll ) O S" : EL RU IDO, LA l' Al. ABRA, l. A VOZ 77 3. AVECINDA RSE Y D ESPLAZA RS E. HA BITA R EL ESI' ACIO 79 Avecindarse en Paris 97 Desplazatse en ile-de-France, conocer In itinerancia I II 4. MUl.T IT UDES Y EFUSJONES 112 Los pobres tienen prohibido odiar 115 La mul titud, esn rechazada 12 l) qilSiol1cs, btomas y sentimientos 146 Pavor 157 S HABLAR DE LOS CUERPOS 1S8 En ((/SO de conjlieto entre hombres y mujeres 168 Si hay violencia ordinaria 171 Algunas palabras sobre el discurso medico 173 6. NII'zOS ABANDONADOS Y CUERPOS MALT RATADOS 174 El niit o abandonado 208 Cuerpos trabajando 21 4 Los extravagantes y los cautivos 227 Concl usio n 231 Bibliografia no nos roza, a nosot ros tarnbien , una rafaga del aire qu e envolvia a los de antes? en las voces a las que pr estamos oido no resuena el eco de otras voces que dejaron de sonar? Walter Benjamin, "Tesis de filosofia de la historian, Sobre el concepto de historia (Ma drid, Taurus, 1973) Agradecimientos La soledad de la invcstigacion no me ha dado muchas opo rtu- nidades para ceder a In tentaci6n de los agradecimicntos. Sin embargo, hayque ser justos. En media de esa soledad, me alcgra agradecerles a aquellos que la rodearon afcct uosarn cntc: Philippe Artieres, Francoise Borin, Roger Chartier, Michel Chau- mont, Mariette Darrigrand, Francoise Dufournet, Dominique Godi ncau, Ianine Bourlo is, lean- Fran cois Lac, Pierre Laborie, asi como a todos mis alumnos, a quienes les debo tanto. Nota preliminar Se rerranscribira aq ui el alien to de los cuerpos anonimos y un poco incornodos del siglo XVIII; ellos, qu e piensan y se agita n, se seducen, se pertu rban y se vi ol entan . En los cue rpos de los mas desprovistos (al igua l que en los de los ot ros), existen la volu ntad y el suefi o de m ultiple s escapadas, la inveri cion de los gcstos creados 0 esbozados pa ra lograrlas y de las palabras para no mbrarlas y, por ende, para ap ropiarselas, La sorda fuerza fisica y corpo ral de 10 ano nimo, movida por la espe ra nza del futuro y co n el claro recu erdo de 10 qu e fue, se encue ntra con cl poder, Ie respo nde y Ie habla pa ra in tegrarse a el 0 par a 111 0 - di ficarlo. Michel Foucault escribia ace rca de los prisioneros 0 los locos: "Nadie esta obligado a pensar qu e esas voces confusas cantan rn ejor q ue las otras 0 que so n inocentes, Basta ca n que cxis tan y que tengan en su cont ra todo 10 que se ern pena en hacerlas callar pa ra que tenga sentido escuc harlas".' Alii, algo vibra. Los cue rpos zumban y elaboran sus de st i- nos. Ho m bres y mujeres, seres de ca rne, estan "afectiva rne nte e ll el rn undo';' Lucha n constantemen te cont ra Sll propio cuer- po y mant ienen una inev itable sirnbios is con el a fin de aleja r , Michel Foucault, Dtts et ecrit s, 4 vols., Par is, Gallima rd, 1994, vol. u, p. 16 2. IJayid Le Breton. Les passions ordinaires, anthropologie des emotions, Paris, Arma nd Colin, 1998, p. 91. 12 I HUSIUtI Y fOR MUII O El RElAIO DE l OS CUER POS 110 S(l ill cI fr io, eI harn bre y eI cansa nci o, sino umbien la injus- I icia, el od io y la violencia. Son seres ordi naries, que estan ani- mados por fa histor ia y que act uan en ella. El cucr po cs sabio, social y polit ico y parecerla que at1I1 resta por descifrar "la hi st oria de la relaci6n de los hombr es con sus cuer pos" .' Bajo el Ant iguo Regimen, en cfecto.el de los pobrcs t iene una presenci a y una act ualidad que nos dic e mucho sobre la vida de anta no . Eso no significa en absoluto que este enfoque de los cuerpos sea una manera de reducir la fuerza de pensa miento de las poblaciones pobres. Lejosesta de nosot ros la volun t ad de definir (co mo much as veces sehizo ) a los mas de biles uni carnente po r las necesidades y los deseos primarios de su cuer po, al cua l, pur otra parte , se 10 calfica de inculto. Por el contrario, in tentar un enfoque historko y polit ico "de esa parte mater ial de los seres animados":' corfirma la infi nita nob leza del cue rpo, su capacidad raciona l y pasi onal de crear con la hist oria y pese a ella, pues to que el es lasede y la par te implicada de las sen saciones, los sentimientosrlas percepcio- nes, Ductil, se incl uye en eI mun do en la medida en q ue Ie es posible. Esto Ie cuesta risas y gritos, gestos y amores. sangre y penas y, tambicn, cans anci o. EI cu erpo, Sll historia y la historia for man un todo. , ( ;auchel )' Gladys Swain, La pratique de l'csprit humil ill, Tinstitution osilairc et 1,1 revolution democratique, Pari s, Gallimard, 1910, p. 60 , n. III. I la definicion tid cucr po qu e da cl diccionario Lc Petit R.1/!ert, 1993. Int roduceitm . . l lablar de los hombres )' de las muj cres del pas ado sin tomar la prccaucion de en unciar la dimension corporal sobre la qu e asien- Ian sus espir itus y sus inteligen cias cs olvidar una gra n parte de -llos mismos.' Por otro lado, los archives jud iciales del siglo xv rn, .londc se enc uc ntra n aetas de corn isari os , denuncias e in tcrro - se explayan de un a maner a ext r aordinari a so bre los gcstos, las ac ti t udes de los cue rpos, las percepciones se nsoria- lcs y las ernociones, asi co mo so bre el conjunt o de las sensibili- .l.ides pasionales }' deli beradas. Algunos archivos in editos en - " urados entre los manuscritos que se conservan en los Archivos Nacio nales me perrnitieron tomar co nocimien to de multiples iclutos provenient es de los cue r pos de los mas po bres fren te a 1.1 (uerza que los estaba interrogando 0 escu ch ando. A t raves de archivos so bre los ab an donos de ninos, y pasando por los ,k los info rmes elaborados coti dianamente por ofic iales subal- urnos de la policia enca rgados de vig ilar los paseos publ icos, '1 ll i sl ' poner en esce na el importan te co m ponente gestu al y sen- L\ orinl de una socicdad que vivia entre tormentos y efus io nes, " Illlllicndose co n su cuerpo y su pa labra a los pode res ya los .u n ntcc im ien tos. I 1 111 1!"llanski, "Lcs usages sociaux du corps', AESC, Nt> I, 1971, 1' 1'. ! O; -223 1 14 I I f U\l O'1 Y IOR MENJO. l RLA IO DE lOS CUER POS Hoy sabcrnos mucho sabre los cuerpos q ue vivieron en el si- glo XVII I. ' La anatomia, la sexualidad, la enfcrrnedad, el parto, el ( uerpo fcmcnino, la rnecanica hurn ana, laalirnentacion, la mater- nidad, la mucrt e, la vejez y el nacimiento son tcmas que han scd uci do a los histor iadores , sobre todo porque les pe rmit ian rctl exionar, al mismo tiernpo, sobre un universe sensible y un rnundo inmediato, que antes de Lucien Fcbvrc' la historia dejaba de lado, Mas tarde llcgo Michel Foucault, filosofo e historiador que inauguro una vision par ticular de la historia del cuerpo y most ro c6mo las ins t it uciones act uan sob re el, medi ante los rnodos de do minaci6n y de podcr, limit andol o y cubriendo lo de o rdenes y conrni naciones destinadas a transformarlo y vol - verlo docil.: La const rucci6n fisica de los cuerpos, el control de sus gestos )' de sus miradas y la conmi nacion de los rnarginales )' los locos al encierro desde el siglo XVI hasta el siglo xx mediante el esfuerzo de los gobe rna ntes, las iglesias ylas elites fueron temas fue rtes en las decadas de 1970 y 1980. Mas 0 menos en la misma epoca, Norbert Elias,' que trabajaba sobre los tra tados de civi- lidad y la soc ieda d cortesan a, muestra como se rnoldean los usos del decoro, las maneras de compor tarse en sociedad, de cami- nar, conversar, etc. A partir de esa reflexio n, ernergieron nue- vos trabajos. La hist or ia de la vida pri vad a, por eje rnplo, se con- virti o en un objeto de investigacion en SI rnismo," en la estela ) t 2 A. Corbin, J.-J. Courtinc y G. Viga rcllo (cds.) , Histoire ri ll corps, 3 vol s., Pari s, Scuil, 2005. 3 Lucien Fcbvrc, Pout Ilfle histolre apart entierc, Pari s, SEV I'E N, 1962. 4 Michel Fouca ult, Histoire de la folie, Paris. PIon, 1961; Naissance de 10 cliniquc, Paris , PUE . 1963; Survciller et punir, Paris, Gallirnard, 1975; La volollte de savoir, Paris, Gallirnard, 1976. 5 No rba t Elias, 1.1 societe de cour [19691. Pari s, Calmallll- Lcvy, 1974, Prefacio de Roger Cha rt ier. 6 Phi lippe Ar ies}' Ge orges Duby (d irs. ), Histoire de la I'ie privee, 5 vols., Paris, Scui l,I\lK6 -1999. INIRODUCCI ON I 15 del eual nacia la historia de las mujeres/ y, mas tarde, la de la rela- cion entre los sexos, que dio lugar al cuerpo fem enino, sus ava- lares )' sus repr escntuciones aSI como a los sistemas de desi- gualdad que 10 gobernaban. <' Los d iscu rsos sobre el cuerpo son Ian numerosos q ue han ocultado la realidad politica de las practicas corporales 0 , al menos, 10 que pucde ser la bistoria de una experiencia politica de los cuerpos. Rcsulta ditkil para el historiador lograr arrave- sar el espesor de los textos )' de los relat os, de las obras litera- rias 0 aun de los tratados, las rcglarnentaciones, las prohibicio- es, las ordenanzas reales y las obras de la Iglesia, para encont rar en otros lugares, en ot ros doeumentos 0 archives, las hucllas vivas del pasado, las palabras pronunciadas, los gestos, 1a fuerza, 1a intcncion y la postura de los cuerpos, las expres iones de dol or, en fin, los acontecimientos vividos por los cuerpos cu)'a unica salida era responder con el cucr po, EI cue rpo no cs un objeto. Vehlculo se; en cl mundo, se unc a los de mas en una epoca precisa, se comp rome te continua- J me nte en la co nq uist a de 10 real, movicndose de proyect o en pr oyecto. Anclado en cl ticmpo y en el cspacio, se irnp lica en las uctividades urbanas porque 10 politico sc 10 exige. El ser humano una for ma antr opologi ca y poli t ica, el Cller po cs una mezcla de modalidades de afecto y de modos de inteligibilidad . No sc pu cde considerar ninguna accio n de los cuerpos sin su dimcn- emocio nal y pasional, que no oblitera ni su intel igencia," ni M I dimension polit ica. Las ciencias hurn anas se han ocupado II nry poco de esto, atadas a la conviccion suprema de que el afccto, 1,1 cmocion yla considcracion de las sensibilidades significaban I ,eorges Duby r lvl ichclk Per ro t, I-l istoirc rlcs femmes, 4 vols., Pari s, Pio n, li l l) \. H I lau dc Ciautier y Olivier I.c Cuur C;randmaison (d irs.), Passiolls et scimcrs 11I1I1Ir/ illes, I'ar[s , P UI' , 2002 (I nt rod ucci{ll1). 16 I f USION Y I OR /H IIIO. U RElAIO DE l OS CUERPOS una alteracion del conocimiento."Con frec uencia, laCs) ciencia(s) ha( 11 ) dcspreciado la "carn e humana" y todo 10 que pu diera pare- ccrse a una forma ordinaria y modesta de scntir las cosas, alvi- da ndo que las ideas at ravicsan los cuerpos}' estrin insertas den- t ro de corn plejos sistemas de apropiaci6n y negacion do nde conviven, a diario y sin dejar nada de lado, el asornbro, la sor- presa, el en tusia smo, el asco, et c. , scnti rnientos que fundan y gobiernan el acto de comp render yde actuar, Sin contar In manera decisiva en la que la politica se inscribe en el. Despues de un largo viaje por los archivos policiales del si- glo XVIII , me parcel' evidcntc que, si bien ya sc ha dicho mucho sobre las condiciones materialesde la vida del pueblo, hayalgo in- finitarn ente paterue, constante, poderoso Yal mismo tiempo ig- nor ado, nunca antes estudiado, ni siquiera considerado como un posible espacio de 10 politico y de Ia historia: me refiero a.I cuerpo, Espacio provisorio yde infortu nio, cI cuerpo del pobre es su bien mas pr eciado, sobre el cual se inscriben los avata res de los dias -po r 10 general produ cidos por las exigencias sociales Y1'0- Iiticas- y a partir del cual se inventan respuestas politicas que pasan, entre ot ras cosas, par el cuer po. Como vivcn afuera y conocen entr e si una gran promiscuidad,v sus rnane ras de ser, sus gr itos, sus formas de ser en gr upo , sus vivacidad 0 sus indig- naciones, lagrirn as 0 efusiones manifiestan una corporeidad y una verdadera sensua lidad tarnbien observadas, y tcrnidas, por las autoridades. Mas alld de su continua y constan te pr esencia en cl espacio publico, inventan y produccn sus dias padeciendo, al mismo tiempo, los acont eci mien tos. Como no poseen casi ningun refugio que les permita resguardars e de 10 que acon tece, >Jl frcntados dc inmediato aJ universe socinl y poli t ico que los Arlelle l'argc. "Affccter les scit'l1ces h umaines': en c:. Cautie r y 0. I.e Cour Grandmaison , Passiolls ct sciellccs hlllrlail/c.<, pp . 45-50. 10 ,\ r!ett e Fa rge, Vil' fl' dal/.' /(/ ruc (11/ X1' II!'" :; icc/c, Pari s, GalJimanl, 1979. INI RODUCCI ON I 17 i odca ygobierna, estos scres de carne se orga nizan y construyen posiciones en relacion con los poderes. Una manera de vivir, de resistir, de luchar, sin dcrn asiado resguardo para protegerse del mundo autoritario ygobernante, el cuerpo del pobre es un iormidable agentc de la histor ia. I' ,,1' .r I': , . Al historiador Ie resulta diffcil aprehender el cuerpo:"Se cvoca d I rabajo a partir de la descripcion de los oficios, los ritrnos, las hcrrarn icntas y se dejan de lado los gestos, las posturas, los can - la pucsta en csccna de los cuerpos para vivir 0 para sobrc- vivir"," Mas aun, se evita trabajar sobre la cuota de sensualidad, l' \ presividad y cmociones declar ada s que tiencn csos cuerpos y ' 1lIHC c61110 la expcricncia de la cotidianidad construida social )' politicamentc mult iplica las numerosas ocasiones de enun- l iar 0 trazar con el otro pcrcepcioncs sensoriales que constitu- vvn 11 110 de los tantos medios de comunicaei6n ca n 10 politico. Si los cuerpos se ruanifiestan e imponen su presencia, 110 cabe duda de que cl universo sensorial ocupa un lugar muy importan- It' e ll el siglo XVl JI . Las emociones se yen y se dicen, se apo der an 111- 1cuerpo y alimcntan el cspiritu, indisociables de la identidad uulividual y colectiva de la cpoca. Inteligentes, disponibles, ge- I H'lOSilS, las sensibilidades libr an los cuerpos al mundo. Hacicndo I I I upcion en el mundo social, se claman y se t rans rn itcn a gran velocidad, construyendo en desorden el mundo urbano del si- -Ill XVIII con colores de tormenta y entusiasmo. I rabaj ar el campo hist6rico a part ir de esa experiencia cor - 1'1 11.11 y cmotiva cs todo un reto. Sin embargo, las emocioncs son " I llS sociales. Exacerbadas, estas pucden convcrt irse en pasio- ''Il' ' Illortiferas. En la vida cotidiana y en el cor aza n de la ines- I IIl1liuaJ cLOn6mica del siglo, de sus penllrias 0 sus declaracio- " ", I"j, lil' n lahan, I.e:; renai :;Silllce:; dll corp:; ell OccidCllt (J450-J650) . Par is, 11. 111 1, l OIl.\. p. ';I ( Intro d ucci' IIl). 18 I f USIO N Y TORloff NTO. El REl ATO OE l OS CU ERPOS nes de guerra, estas const it uyen un lenguaje , el espacio de un vinculo social. A vcces decisorias - cspecial mcn te en las rev uel- tas-, las emocio nes no se opo nen, como suele de cirse, a la razon, sino que la arrastran hac ia detc rmi na das elccciones, modos de resistencia, sumision 0 confro nracion. Esa sociabilidad pa lpa- ble se acornpana de fcnornenos generadores de acontecimien - tos. Sin lugar a duda, las [uerzas del poder obligan aJ cuerpo y 011alma a so meterse, pero existen resistenci as que se enfrentan de cara al pod er, Sin int er mediarie s. Desn udo, cl cucrpo apropiado por 10 polit ico se apode ra de el. Al reaccio nar en su co nt ra, actua sobre el y 10 provoca: es un movirniento incesante de acci6n y reaccion. Doblegados, los cuer- pos ern iten su replica y, pese a que cs despreciada, esa replica ticne una infl ucncia. Cuando ir rurnpe en la escena public a, el cuer po part icipa plena ment e en la cosa p ublica y es el prirncro en ser tocado en su carn e, el primer o en avcnt urarse hacia un mini ma de resist encia. "Los acontecimien tos del cucrp o se convicr ten en los acontecimicn tos del d ia', " so bre todo porque los indivi- du os son pobres. Prente a la precariedad 0 la ad versidad, el cuerpo su fre de lleno el cansan cio, los accidentes de tr ab ajo, los golpes, etc. Se en cuentra en la pri mera linea, mient ras que eI de las ot ras clases sociales pucde colocar en tre el }' la adversi dad determina- dos bienes matcriales (hoteles particulares, casas, tiendas, et c. ) y personas a las que se les paga pa ra servirlo y m ant enerlo. En esa socicdad de la volupt uos idad, el place r, el libertinaje y la busqueda de la felicidad," el lugar que ocu pan los afectos aun no esta del todo cont ralado par la m oral q ue em ana de los tr a- 12 II. laurice !I"!crk au-I'onty, }' }u!nolllL'tlOJogie de Ja perceptiOl1, Paris, Gallimard, reed. en coleccilin "Tel': 20()J . p. 10 1. 13 Robert /vlauzi, Cider rill hOllhellr d l/II S la lil/ernilire el la pC I1 .< ,'e!ral1l;aises lItl XVII I' sii'rle, I'arb, Armand Colin. 1979; reed. en Bibliothi. 'que de I'humani l<' . Paris, Albin Michel, 199-1 . v-' UORODUCCl OII I 19 t.ulos de civilidad y no significa un exceso de sens ibilidad. Tanto para los mas ri cos como par a los mas pobres, el siglo XVl lI cs el de los cuerpos en busca de placer : los pri mero s adaptan :.lIS dc scos a una posici6 n pr ivilegiada y los segundos se d eba- ten en tre el hecho de ser lanzados al mu ndo exter io r sin pro - icccion y la costumbre de expo nerse, fuer a de los codigos y las ronveniencias, a la in mediatez de las relaci ones rispidas, efirne- ras, violentas y, a vcces, solidarias. EI gesto y el verba testimo - uian sobre sus pensamientos y sus acciones. Habiran pl enamente vl tiempo y el espaci o y se co rresponden ca n el mundo, al mismo I icmpo que se yen limit ados par el: su maner a de relac ionarse de una for ma const a ntemente afect iva can el acontec imien to modi fi es no 13 percepcion que las elites t ienen de cllos , sino el .icontecimicnto en sf misrno. El temor po r el cuerpo pobre r ige u na par te de la po lit ica monar quica, al mi smo tiempo que se inst ala una obsesi6n frente . 1SlJ fuerza y sus posibilidades de revuelta, acornpanada por cier ta co mpasio n haci a las desgracia s considerad as in dignas de u na nac ion civilizada. Los aristocrat as, la cor te, eI rey, los duques las princesas no les temen a sus pro pios cuerpos; los manipu- Ian a las milmar avill as en la voluptuosidad de sus sent idos y su mas asidua bu squed a de la felici dad , En esc aspecto, eI siglo es cfcrvescente, de hech o, los ar ist6c ratas SOI1 incapaces de ver, oir, I cconocer, y, peer aun, de auto rizar ese fervor, que ellos mi smos poncn en los go ces de su cuerpo y de sus arn ores, en aq ue llas pe rso nas que no ti enen su mi srno ra ngo. Aho ra bien, pese a sus .; '> lb igualdadcs y a la ar bit rariedad, la inj ust icia y la miser ia que 10 caracleriza n, este siglo es el siglo de la elocuencia de los cuer- pus , del bulli r de las emociones, de una corporeid ad que es tanto \ 111 lenguaje co mo un m odo de vida. podri ama s de ci r, acaso, que el cuerpo del pobre, al opo - Ilcrsc a men udo como resg ua rdo si ngular y so litar io ant e las 2 0 I fUSION Y I OR Mf r O. El RElAIO DE l OS CU ERPOS conminaciones politicas, es el componente de 10po litico qu e este no pucde - 0 no sabe- reconocer?EI cuerpo es el elemento menos reconocido del mundo politi co; sin em bargo. es el mas pode- rosa . Mediador del rnundo, apoya ndose en sf mismo y en lo que 10 rodea, es concicnc ia de sf, sujeto compro metido qu e, con sus ernociones, hace estallar la objetividad del mundo y qu e no cesa de buscar un sen tido y de experime ntal' toda satisfacci6 n mate- rial, etica y simb6 lica. La afect ividad ern bebida de inteligencia.':' como di ce Merleau-Pont y, esta est rcchamente ligada a la exis- tencia en comun. 14 Maurice Mer/call-Pont)', Phenontenologic de III perception, p. 180. 1 ' QUees el pueblo? I lila obsesi6n lie los conternporaneos Cuando pensamos que en Pari s hay cerca de un millen de per- sonas amo ntona das en el mi smo Jugal' y qu e ese lugar no es 11 11 puer to mari time, sobran mot ivos para estre mecerse sobre la Iutura subsistenc ia de ese pu eblo. [. .. J satisfacer a ] csa masa de necesitados cuya uni ca garant ia de subsistenc ia reside en el lujo de los grandest ' I 's observadores de las calles de Pari s, asi como algunos memo- u.rlistns, no cvitan la descripcion est upefacta 0 diver tida, a veces hurrurizada, de los cuerpos a los que observan vivir, t rabajar, 1111, 11' y morir. Co n un a ventana a la calle (a veces en el sentido lucra] del ter mino),: un poco co mo Geo rges Perec sentado en I" plaza Saint-Sulpice en Pari s, escriben y dibuj an , pin tan ca n 1 lllrllsi6n los luga res populares, ar ras t rados pOl' el espec tac ulo ' d,- II n afuera ates tado, pro fuso y tarnbi en caotico. ScI' cronista .'.. ohservar Sll t iempo con espirit u cr itico, desta cando co n la , I ouis-Sebasticn Mercier, Tableau de Paris /782-/789, Mercure de France, 1')9-1 , ' 01. I , p. 73. , Hardy llcvo un diario de III que obsc rvaba , a mcnudo dcsdc .u vcnt.m. entre 1772)' 1784, tit ulado "Mes loisirs, journal d' cvcnerncnt s leis ,\'I ' ib parvicnncn t it rna connaissance'l l Mis di st racciones, diar io de los ." "ll tc'cimi enIoS 1.11como Ilegan a mi conocimicnto], conscrvado en los .\ 1\ hivos Nacionalcs ell Paris. 22 I FUSIO N Y TORHHII O. fl RElAIO DE l OS (UERP OS plu ma las dcb ilidades, las indignidades, las inju sticias y las curio- sidades que se ofrecen a la vist a. La mirada sab re los cuerpos es aplicada y fasc ina da , tarnbien inqui cta, aunque los cuadros a las obser vaciones que resultan de ella reb osan de juicios mas a men os severos, de ano tac iones en forma de ac usacion, de comen- tari os moral es mas 0 men os de spreci ati vos. La prosa de los tes- t igos es tanto del o rden de la observacio n soci ologica, dirta- mos hoy, co mo del di scurso moral y politi co: un di scurso que, au nque no cxi me al pueblo, se permit e ace r bas critica s sa bre muchos ot ros arnbitos . La Igl esia, la monarquia, los hombres de la justicia y de la policia e incluso eI es pir itu publico son blan- cos privilegiados. EI teniente general de la policia Leno ir escr ib ira su s "Me mo- ria s", hasta hoy ine d itas, desp ues de abandonar sus funciones en 1770 ,3 Lo uis-Sebastien Merci er, el cro nist a mas famos o del siglo XV I I I , escr ibe su Ta bleau de Paris ent re 1782 y 1789. 4 EI librero Simeon- Pros per Hardy, armad o ca n una mirada inci - siva, registra a di ari o los grandes y pequenos acontecimientos, sin preocu parse, cree rnos, par su publicacion, 10 que no er a el caso de L -S. Mercier. Este s tres hombres de las Luces nos pro- veen un testimonio de su ti empo y sus anot ac iones a relatos conti en en un pensarnien to verdaderamente complejo sabre el cuerpo del p ue blo. Bajo el Ant iguo Regimen y, aun mas, ba jo la Revolucion, los escr itores " piensan la abstracci6n par med io de la metafora: le han dado, por ejernplo, a su co mprensi6n del individuo y de la co munidad humana, e incluso del uni verso, la forma del cuerpo h uman e. Su len gu a, aun la mas filos6fica a la mas juridica, esta 3 lean -Ch arles-Pier re Lenoir, " Memo ircs' , conscr vadas en la BibJioteca de Orle ans, fond o ant iguo, J399-J4 01. 4 Louis-Sebastien Mercier, Tableau de Paris 1782-1789. l OUE f S n PUEBL O? UN AOBSf S\ON Of lOS CO tlTHIPORA NEOS I 23 1\ .' 11;1 de esas imageri es".' Si su marco intelectual esta asi con- I,1III1 ado, su aprehens i6n global de la poblaci6n -incluidos todos miernbros- es la de un cuer po cuya cabeza es la persona del Il' y, De ar riba a abaj o del cu erpo se de sgranan los tempos de la 1"I,lr<l uia social, pero la cabeza irriga con su poder y su saber a \,1' 111ros mi embro s de las clases sociales. Dentro de esta pers- I '1 ' t l iva, el pueblo pobre es la parte baja del cuerpo, la que obe- "" ll' y se encue nt ra baj o el yugo de la realeza y de su siste ma I t il ial y economico. Dentro de ese universo vivo, pues la idea de ,.,P- )- , ucrpo es una met afora social, la masa de las personas desfavo- I \ ' , se mueve si n que se le conceda ningun poder, ningun l l' l\sill11 iento e, incluso, ninguna inteligencia. Como co nsecue n- , 1,1, Clo muy natural para los cron ist as que esa parte baja del 11 1I Imio social este en lucha cont ra las pasiones mas inauditas y 11 1.1'" cont rover t idas: "La co rporeida d de la sociedad esta en re- I." il'1I1 a la vez co n el individuo-cuerpo singular y con eI uni - \'1 J ...., i-cuer po plurali st a y entabla con ellos rel aciones hornoge- III,,,", y co rnplejas"," I 11 los escritos de los cro nist as , el individuo como cue r po esta rnuy bi en de scrito, pero aparece inserto en una serie 'tl ll l i lllJa de anec dotas, de hechos extraordinarios, de relatos de , 1 111Il' l1CSYrapifi as y, tambien, de superst iciones, Asi se 10 des- , I dll' , presa de la abuli a, la ebriedad y el desenfreno, incluso de 1,1d,(fl' pit ud. A traves de esos retratos, los autores buscan de- 11111l l iar 0 descubrir que pudo en gendrar tales seres sin cultura I I I u.oda lcs y que elites a instituci ones pudieron corromperl os ,1.\ h.1rlos a perder hast a ese punto. Aun no es la hora de la Revo- h ll 11111 de 1789, que intentara, a todo precio, regenerar el con- \ 1I ,,,i lll ' de Baecque, Le corps de l'histoitc, metaphotes et po/itiqlle, 1770-/ 800, 1' ,11 h . ' :all1lann- Levy,1993, p, 12. III/I I , \,, 17, 24 I EF US I ON I f ORM ENf O. EL RELA fO OE l OS ( UERPOS j unto del cuer po so cial, crea r un cu erpo y un ho mbre nuevo, sa no y so berano. Su reflexion es doble: una "ignominia" popu- lar coexiste de hecho con cier tas responsabilidades q ue vienen de a rriba. La influen ci a de cstos text os ha sido y sigue siend o considera ble ysu tr arnpa reside en que le da n al lector una sen- saci 6 n de absoluta vera cidad y realidad, Los propios hi st o r iado res, s irv iendoso de estos re lat os, a men udo han ret omado par cuenia propia esas elefinieiones del cue rpo popul ar, sin espir itu crit ico, aun que en sus propios tra- baj os volvieron a plasmar, sin saber lo, esa visio n dolorosa y falsa sobre cuerpos del pueblo animalizados, ins tint ivos, di spuest os ala revuel ta e inca paces de tener conciencia de la cosa p ubl ica. La vision negat ive del mundo po pular no es reciente, pero los estcreot ipos se sed imenta n uno s sobre otros y terrninan por consrr uir una fabula que os cila entre cl miserabilismo, el asco y la co mpasi6n. Aha ra bien, los escr itos de Lenoir, Hardy y Me rcier, que no so n exactos reflejos de In realidad, d icen mucho mas de 10 que se crc e. La pregunra que podern os hacernos cua ndo los leemos es la siguiente: l los homhres y las mujeres del pue blo estuvieron tan sometidos como nos 10 pcr rni ten pcnsar sus representacio - nesi lI.a di st ancia percib ida entre 10 q ue se ha escri to sobre elias y 10 que e1los viven no cs acaso un a forma de retomar, un a a un a, las ideas reci bidas? Aun mas, .1la lectura en detalle de Jas croni- cas no dej a entrcver cierta dud a e indecision en los propios escri - to res? no perrnite acaso considerar la idea de que no se ali- neaban en la doxa tradiciona! en un l ugar sin d uda poe conseicnte de su pensami en to? Si esc fuera eIcaso, lSUSescr itos no ofrecc n, entonces , un a pos ibi Jidad suplel11en taria pa ra las person as del pu eblo de no ser dcl todo 10 que se decia que cra n? Est a hip6lesis, si bien no cambia eI curso de las cosas, al menos tr ansfo r ma su interprelacion. i OUE ES El PUEB LO? UNA OB SESION DE l OS (ONfEMPORANEOS I 25 Co n peq uen as pi nceladas, de ma nera imperceptibl e 0 clar a, los cuadros, las notas ylas cr6nicas hacen ap arecer una gran can- I iliad de aj ustes competentes y prec isos que se organiza n ent re I(l S cuerpos pobrcs )' cI mundo. Carla uno a su rn ancr a, los tr es (',>cr itores no ocultan ni esconden, en los vcr icuctos de una frasc, I,IS posibilidades incspcradas de los cuerpos ni sus exper icncias -cnsuales frente al otro y frente a los aco nte cirn icntos. Del mismo modo, no puedcn obliterar los pro cesos de co nocimiento, pen - <.un icnto y voluntad de su peracion q ue manifiestan el conj un to til' los cuerpos y las existencias (ser cuerpo es exist ir ). Movi- micnto pcrrn ancnte , la existencia cot idiana ci a a los cuerpos de Ill S hombres yde las mujeres la capacidad de asumir y afrontar ('I aco ntecirn iento, "ninguno de sus pensarnientos pod ra sepa- r.i rsc dcl todo del cont ext e histor ico donde vivc'? ni del d rama cconorn ico y social q ue descifra d ia tras d ia. Aunq ue, sin haber- ' l' lo propuesto, estes mernoriulist as esc riben real ment e una hi s- ror ia de los cue rpos, par me m entos escapan a los presupuestos r a los j uicios co nvencionales. En contr a de Sll voluntud, las des- . ri pcio nes superan la definicion que ellos creen dar del cue rp o v de la asign acio n soc ial y moral impuesta. Finalmcntc, dichos 11lCrpOS no solo se sulcn dell ien zo del pi ntor, si no que 10 des- gar ran. Ani mados po r la estruct ura rr agi ca de la his tor ia, ro m- I'en el marco y, en cierra fo rma, III iran de lleno al lect or, expucs- Ill S al mundo, al mismo t iernpo m odclados po r el )' aptos para I rear mecanismos de indocilida d, rc flexion )' sociabilidad que pru eban tanto su saber como su conci encia, escapando a las dcfi - nicioncs dernasiado faciles. Esto no significa q ue eI puebl o escape ,I Sll co ndic ion n i a la in fini ra d ific ult ad de las sit u aciones en I dS que sc encue ntr an los cuer pos, pew la descripci6n de las cos- Maurice Mcrleall' Ponty, P/"'llo/llcll%gie d l' /(/ perceptio/l. Pari s, Callimard. 1')45; reed. Coleccill n "']e l", 2 0 0 ] , p, 20 1. 26 I EFU SION Y TOR ME NTO . El REl AT O DE l OS CUE RP OS tumbres gestuales y de la manera en que el pueblo inviste ese cuerpo y en que es investido por el, del que recibe sufrimien- tos, enfermedades y cuyas capacidades de resistir capta, da que pensar. Lo vernos como un inventor de sus capacidades; en los intersticios de los textos de los memorialistas se lee un espacio de libertad del que el cuerpo, segurarnente, gozo, aunque no haya leido el Tableau de Paris de L.-S. Mercier, pero -10 sabe- mos-Ia interacci6n entre los espiritus y los cuerpos es un ele- mento certero de la vida en sociedad. Pese a la austeridad de la pluma del teniente general de la policia Lenoir y la estricta moral dellibrero Hardy y con la ayuda de la pluma brillante y contradictoria de Mercier, el cuerpo del pueblo escapa a los cuadros convencionales. Aqui se fotogra- fian seres que conocen "por cuerpos '" el mundo que los rodea y que construyen tantas "realidades" 0 situaciones nuevas como las que estan vigentes. Con la preocupaci6n ideal y practica de existir fuera de su asignaci6n social, ellos se implican en su his- toria; los autores, en mayor 0 menor medida, son sus testigos discretos. Voltaire se expresa sobre la igualdad: en su texto, leemos que una sociedad no puede evitar estar dividida en dos clases, "una ' ) de los ricos que mandan, otra de los pobres que sirven" Agrega: "Todos los pobres no son desdichados. La mayoria de ellos han nacido en ese estado y el trabajo continuo les impide sentir dema- 8 Pierre Bourdieu, Meditations pascaliennes, Pari s, Seuil, 1997, p. 168. " EI grade en que el cuerpo esta comprometido en esa rclacion Icon el mu ndo ] es, sin duda, uno de los principales det crrninantcs de la atencion y el interes que hay invertidos alii y de la importancia [.. . ] de las rnodifi cacion es corpora les que resultan de ello. (Esto es 10 qu e olvida la vision intele ctu alista, dir ectamente ligada al hecho de que los universos escolasti cos trat an el cuerpo y todo aqucllo relacionado con el I...J de modo tal que . de algun modo. estc queda fuera del juego.) Aprendemos por cuerpos [.. . 1.las conrninaciones mas serias estan dirigidas no al intcle cto, sino al cuerpo," i QUE ES El PU EBL O' UNA OB SESION DE lOS CQNTE MPO RANEOS I 27 vi.ulo su situaci6n; pero, cuando la sienten, entonces se produ- 1. ( '11 guer ras' ." Esta frase es el ejernplo de la arnbiguedad: el tra- impide "sentir"; y si por casualidad el cuerpo del pobre .icnte demasiado la mi seria, hace "la guerra". Pero no se dice nada sobre que es aquello que puede hacer que el pobre sienta. vqui coexisten dos ideas contrarias: aunque esta acostumbrado , 11 ;1 desdicha cotidiana, un pobre no puede sentir; pero en el caso e ll que, pese a esa anestesia debida a su cult ur a de pobre, lIegara , I scntir y a darse cuenta, piensa en reto barse. Volta ire aporta la pruc ba dellugar eminente de las emociones y las conmociones .lc los cuerpos, capaces de producir la revuelta, de pensar en repre- '"dias, de ir mas alia de las sensaciones inmediatas y las frias sumi- roues para unirse a determinadas decisi ones y momcntos pre- I isos de actividad, Si Voltai re se permite escribir eso, es porque )'.1ha comprendido la posibilidad que tienen los pobres de con- vi-rt i r sus sensaciones en pensamientos y en actos. Eso significa, qui za, que los pensadores de las Luces no eran necesariamente .ngcn uos con respecto a sus discursos sobre el p ueblo. \ 1!',MORIAS DEL TENl ENTE GENER AL DE LA POUciA PARISl NO II AN - CHARLES- PI ERRE LENOIR ( 1732- 1807) I. c.-P, Lenoir fue teniente general de la pol icia de Paris en dos .uomentos: la primera vez ent re el ano 1774 y el mes de mayo ,It, 1775, Yluego por un periodo mas largo, entre 1776 y 1789 . La '/ Voltaire, Dictionnaire de La pensec de Voltaire par lui-mi me, textos cscogidos cdicion de A. Versaillc, prcfa cio de R. Porn eau e introduccion de Emmanuel l c Roy Ladurie, ed. Cornplexc, 1994, p. 383. Este fragmcnt o perr cn ece 31 Iiictionnaire pliilosophi que, "Egalitc', 1764, rcforrnulad o en 1771 en QlIestions <l /r l'Encyclopcdic. 28 I EfUSIOII YIORftENIll. El Rfl AIO DE l OS CU ERPO S Revoluc i6n 10 hace abandonar la capita l. De alli en ade lante, de 1790 a 1807, fecha de su muerte, redact a sus Me mo rias. No se trata de la obra de un escri tor: 10 qu e famil iar mente se sue le llamar los "papeles Len oir" [papiers Lenoiri10 -aun se co nservan en esta do de manuscritos y s610 los co noccn los histo riad ores especializados en estc per iod o- se par ecen un poco a un tratad o de la poli cia, con la unica difer encia de qu e esta n come nta dos y alimentados por reflexiones y juicios personales sobre el estado de las casas. Tarnbicn esta n coloreados con jus t ificac iones apos- teri ori sobre las m aneras de gobe rna r qu e cl hab ia ad optad o. Pront o edita dos," despli egan la sucesi6n de los diver sos obje - tos poli cial es a los qu e se vio co nfronta do Len oir: esto abarca, co mo en el famoso Traite de la police de Delamare," de la reli- gi6 n a la suerte de los pu ebl os, de la tr anquilidad publi ca a la recolc ccion de la basura, pasando por la seguri da d y el abaste- cimiento de los viveres, AI final de sus Me rnorias, Len oir exprcsa sus retl exiones: a veccs se justifica por cier tas decisiones centro- vert idas en su tiempo, o tras, co rnpa ra la situacion de la decada de 1780 con las del Cons ulado y el lmperio bajo los qu e aun vivc. No se trat a, pu es, ni de observacio ncs ni de cr6nicas. Por ot ra parte, cl teniente general fuc objet o de muchas criticas apasio- nadas en la epoca mi sma en que estaba en ejereicio. Dcsti t uido por Turgot du ra nte el mot in de 1775 par el pan (guerra de la hari na) y luego de regreso al t rabajo un ano de sp ues, co noc e los ava ta res, las gracias y las desgraci as de su pro fesi6 n. Exi- liado durante la Revolucion, es un hombre her ido con la memo - ria tcfi ida por el resentimiento y la nostalgia. Sin emba rgo, antes de 1789, ya habi a sido obj et o de cr iticas de sus co ntc rn po ra - \() Papicrs Lenoi r. Bibliotcca de Or leans. fondo antig uo, MS 11 Por Vincent Milliot, aut or, entre otros, de Cris de Paris ou lc pel/pic (ravcsti. Parls.Publicarions de In Sorbonne, 1995. 12 Nicolas Dclurnare, Trait,' de IIIpolice1705-1738,4 vols, in-folio. i OUt ES El PUEBLO ? Utl A OBS ESION DE lOS CONll ftPORA NEOS I 29 ""IIS, como las de S.-P. Hardy en "Mes loi sir s" lnvolucrado en II, que se llam6 el complot del hambre," par a muchos enca rn a 111\ .rliusos de la policia y su co rrupci6n. .... lIS "Mernorias" no pu eden leerse sin un minirno de prcca u- \I Il l , aunque contenga n multi ples informaciones sobrc los deba- H ' \ po liticos y eco n6micos de la epoca, asi co mo sobre el esta do .lc l.: vida pa risi na y de la opini6 n publica. Ade rnas, estan incon- , 11I.\ ;1S y, en muc hos casos, se han mantenido baj o la for ma de "'.'I'entes borradorcs, Se conservan dent ro de t res cajas de archi- \ "' , In ultima de las cuales esta corn pues ta por desechos y frag- uu-ntos. Sin duda, ese caracter inacab ado es 10 que permite qu e \ , .1111os desprende rse de la plurna del antiguo teniente gene ral til' 1,1policia cxiliado y deslegit im ado ciertas indicaciones muy v.r liosas sob re los cue rpos de aq ue llos a quicn es admin ist r o, \,'g ill'l, dir igi6 0 reprimi o. Lenoir no es un hombre de los que se enternecen frent e al pu e- hi." al que llama "po pulacho" Su resentimient o en el m omenta , 'I I que escr ibc, su odio hacia la Revolucion y su perfect o cono - 1 11 11 icnto de los ambientes mas turbi os Ie oto rgan un est ilo severo. ..-vcridad interesa nte par a captar los mornent os est rategicos en ' lil t' deja ent rever algunas de las voluntades de los cue rpos mas .kspr ovist os. Ya desd e las Palabras prelirninar es, se pone a si 1111\1110 en situac ion. EI exilio es un a inrnensa tri steza, dice Lenoir, I' ;11a aquel qu e sirvi6 "al pu eblo sirvicndo bien al rey". Da co mo I'" reba de clio sus lagr imas cuando fue des tit uido: I F.I pueblo 1me habia llorado cuando, en 1775, me vi obliga- ,10 a dimit ir de esta magistr atura y [ .. . ] parecia regodearse mas '! IIC yo cu ando el rey me hi zo e1 sed ucto r )' peligroso honor II \ 11' \'1' 11 Kaplan. I.c complot de [amine: histoirc d'l/lle rtlI1lW" (III X V III" sieclc. 1' ,11is, Armand Colin, 19R2. 30 I Ef USIO" Y rORNUn O. EL RE LAIO OE LO S CUE RPO S de volvcr a llamarrne. Esos pesares que me siguieron me son muy caros. No he podido olvidarlos.'! Pueblo amado, pueblo afectuoso: con la (Estancia, Lenoir sc inclina hacia esas lagri rnas y esa alegr ta que 10 acornpanaron. Aqui esta muy lejos de el, por razones debidas a la estrategia poli- cial ya la dista ncia, la idea de oprimir al pueblo, que sin embargo Ie agradaba muy poco. En ese momenta pr eciso de su relat o, ni las lagrirn as ni los apla usos son tornados como mementos de his teria, como fuero n tomados con frecuencia en otros lugar es yen ot ras ocasiones, Segun 10 que el transcribe, esas mani fes- taciones de emoci6n no tiencn nada de superficial y existen de manera juiciosa, pues, a fin de cuentas, se dirigen a su persona. Esta es una pri mera confesi6n del reconocimiento de algunos tipos de emoc i6n popular. Mas ade lan te," cuando toma como objeto de reflexion 10 que llama "la disciplina de las costumbres' , su descripci6n hace un acto de reconocimie nto aposteriori de las cualidades del mundo pop ular, a tr aves de sus gestos fieles y de la expresi6n de su corazon, y parece excusar sus defect os, En una ciudad f.. ] donde los acontecimientos se suceden a cada instant e, do nde las pasiones nunca dcscansan )' donde existe necesariamente entre sus habitant es una diferencia de costumbres y de maneras de vivir, es imposible mant ener una misma y exacta disci plina de las costumbres. Una vez observado eseestado de hecho donde Lenoir, pese a todo, insiste en la inevitable exacerbaci6n de los cuerpos y las pasio- ncs populares, lc otorga a cada estado de la sociedad ciertas carac- 14 j . Ch. r., Lenoir, " Mern oircs'' 15 Ibid" Tit ulo segund o, 1" part e, "Di scipline des mccurs ': (0 Ut ES El PUEBL0) UNA 0BSEsidN 0E LOS CO tHEMP0RAN E0S I 3 1 1"1 1.. 1icas agradables. Escribe:"Laplebe, en otras palabras el popu- 1.11 hn, teni a cos t um bres simple s y grose ras, pe ro que parecian ,I, Iwr llevarla mas bien a acresde humanidad que a accioncs fero- I ' : ; l ipinion adulado ra, probablemente influida por la "fcroci- ,111 1popular" que luego percibio bajo la Revolucion.Aqui , sc des- 11 1.1 una palabra, "humani dad' , at ipica en la pluma de un ienicntc .II 1.1policia a la hora de calificar a los pobrcs. I grietas y aberturas, poco frccuentes en Lenoi r, hombre .I, .uuoridad, basran par <1 rn ost rar que el sistema intelectual en , I que viven los ho mbres de las Luces, pese a ser severo y pol i- I url, no esta complctarnente cer rado sobre si mismo. En todo ,'''' ', I'ragment ariamcnte, se mant iene alga abier to a un cuasi I " C.uocimiento de un orden legitimo de los sent imientos popu - I. ,I c". Mas que cscasas, hayque confesarlo, estas anotacioncs dis- I" '1 del aus tero tcnicn te 10 muestran perfcctamente al corrien te ( , I 11 0 testigo ) del campo de cmocion es populares positivas y II , ,' Ilsibilidades que podrian tener bucnas inf1 ucncias sobre 101 n .iuquilidad publica". Estc hccho ar roja luz sobre 13cuestio n. Ilo\llol llllcnte, en su capitulo "Sante", Lenoir sc preocupa par la 1Il ' II e de los ni nes aban donados'vllcvados lejos de Paris po r II .insportadores de ninos"" 11IlcI1curs d ' clI! a lll s] dern asiad o II ' l-\ ligcl1 les que los trasladan en carretas 0 en coches de agua" ,t o 10-111,1 que sc dcsarr ollara mas adclantc en cstc lihro. I I 1II "ir.msportador de ni nes" cs un homb re rctribu ido para traslada r a los II l1l1 lS uhandonados dcsdc cl Hospital de Ninos a su nod rizu en la provin cia. l.uuh iun conduccn a los nines de part iculates hacia las casas de las nodri zas 1"'I:.I\loI s por cllos. El transport ador de nines tambicn se encarga de los cnvios , I,' I es dccir, cuando los padres rcclama n a sus hijos, de hab cr cl mcs de nodriza. 1111 "cochc de ag ua" es una suer tc de barco acondicionado para rccibir a I" I"" rccicn nacidos que deben transportarsc hncia las casas de sus nodri zas , I I ,I VCS de los rios. !-:stan fabricados con pcqucnos cubiculos de madera .1011 .1" sc ins\ala alnillo rajado qUl' , sin otra alimcntaei6n mas que' un poco 01 ,' "ino, padece la extrcmaoa longit ud de los lra)"Cetos. 1 2 I H USIOII Y TORIH NTO. El RElATO OE l OS CU ERPO S demasiado precarios y pcligrosos para su vida. Al cnt crarse de uc Iuc responsable de la rnuerte de un recien nacido cuando CI cstabn personalmcnre convencido de que le habia preparado y organizado no s610 una buena rripulacion, sino tambicn un viaje segura, Lenoir, agobiado, destaca el heche con una [rase rapida pero significative: "No pude hallar consuelo por la mue rte de una inocente criatur a" SI MEON-PROS PER HAR DY, " MIS EN'l'RET ENI MIE NTOS o EL OI ARI O DE LOS ACONTECIMI ENTOS TAL COMO LLEGAN A M I CON OCIMI ENTO, 1772-1784 " Sin ninguna responsabilidad oficial de autori dad 0 de justicia, el librero Hardy, sobre quien finalmente sabcrnos I11U)' poco, se instalo durante muchos afios delante de su ventana parisina para observar 10 que ocurria afuera, dar testimon io de los acontcci- mient os a los cuales se proponia referirse, cscuchar a sus con- temporaneos y, al mismo tiernpo, dar algunas op iniones sobre 10 que le parecia scr el orden, el desorden yel frenesi de la epoca. Por supucsto, leia las gacctas, iba a recabar informacion a todos lados y, en especial, a los alrcdedorcs del Parlarn ento, dond e se desarrollaban nurncrosas manifestacion es antimonarquicas; observaba con met iculosidad a los habitantes de su barrio, sor- pr endido por sus acciones, su impet uosidad, su cxtravagancia y sus dcsgracias. Con tristeza, invcntari aba con part icular aten- cion los suicidios y sus razones confcsadas. Su diario man userito cs impresionante: gran formato>regis- tros (on encuadernac ion de cuero> cscrito con una let ra fina y regular> fechado dia por dia, con un margen bastante amp lio del lado izqu ierdo donde se cscr ibe una suer tc de cncabezamiento, i QU( l PUEBL O? UHA DE lOI ( ONH MPORANE OS I 33 It t itulo a de resumen del rclato desplcgado en pagina entera. 1.1 lcgibilidad cs irnpecable, asi como la aplicada conti nuidad ,h' l relate de los dias transeurridos ent re 177 2 y17 8 4. Cada aeon - In .miento relatado esta detailado con pasion Y>a vece s, cornen - i.ulo. La pl urn a es liviana y vivaz, colorida y ast uciosa; s610 se II'l, lrga un poco cuando se llena de moral. ( :{1l11O cxplicar la emocion sentida al recorrer yleer esos nume- I '''OS registros manuseritos que hoy la digitalizaci6n nos irnpide 1" IllT en nuestras manes, hojcar y recorrcr de at ras hacia adc- I.II1l e en un vagabundco manual, de la vision prccisa de los tra- gruesos y fi nes, de las vacilaciones y los arrepcnt imientos . I tcx to, tan inreligente. sc debilita al scr digitalizado, asi co1110, .rl lccrlo, se atcn ua 13 intcligencia del lector, Un cor to fragment IIt ' los registros muest ra la envergadur a de los tcstimonios cscri- por el librero. Citare dos ejemplos: l 4 de noviernbre de 1777, Despues del mediodia, un albanil que iba a comer a diario ,I 10 de una joven que residia en cl quinto piso de una easa de la rue de In mortellcric en el barrio de la Greve, tras IIcgar a 10 de esa joven para tomar su sopa un poco mas temp rano que de U istumbrc y encontrar alii a un soldado del regimen de las guar- elias Iranccsas 31que segur amente Ie quiso dar muest ras de su dcscontent o, esc mismo soldado 10 lanz6 a la calle por la ven- lana. De inrnediato van a buscar a la guardia y10 transportan ,H'1!1 can vida aunque todo magullado al hospital en un cache de plaza, no dccian si el soldado habia sido ar rcstado 0 no. 'c; de novicmbr e de 1777, Un dta contaban en la calle una histor ia muy singular ver- dadera 0 falsa oeurr ida hacia algunos dias, a saber un joven l irujano que se habia propucsto robar en especial del hospi- 34 I Y IORIH NTO. l RE LA TO DE l OS CUE RPOS tal conocido bajo eI nombre de cementerio de Clarnart, trc- pando el muro de cierre, un cadaver para utilizarlo en sus estu - dios y Lras atar el cadaver con una cuerda para poder ar ras- trarlo mas Iacilrnenre con el, que estaba suspendido de un lado del muro y cl cadaver del di funto del ot ro lado, habi a sido cstrangulado y retirado muert o de cse lugar a la manana del dia siguicnte, 10 que habia dado lugar a algunas personas a res- ponder bromeando que un muerto habfa colgado a un vivo.v Este cs el tipo de escenas que alli sc cucntan y Hardy se interroga: la vida de los cuerpos csta extraorJinariame nte presente all], segun el rascro de la realicl ad vertiginosa de sus act ividades siern- pre ejercidas afuera, en cl cspacio publico, ant e las miradas de In mayoria. El "diario de acontecimientos" es un verdadero listado ilustrado, casi teatral 0 cinemalogralico, de gestos casi tan exrraor- dinarios como cotidianos. La curiosidad de su autor 10 lleva a abordar todos los tcmas: apareccn grandcs cantidades de ano- tacioncs sobre las agiiacioncs y los tumultos de la opinion publica e incluso se transcriben ill extenso algunos fallos del Parlamen to considerados importantes, Los grandes asuntos regios ylos des- plazamicnlos de los pr incipes estan consignados cronologica- mente, al igual que los pequenos incidcntes 0 los Infimos asun- tos cot idianos. Espcct.lcUlos, tcatros, conccnt raciones fest ivas, ejecuciones, eastigos no son olvidados, rnientras que se da un lugar importantc al conjllnLo de los debates filosMicos, literarios )' lcologicos de la epoca. Gran lector de gacetas, periodicos y noti- eias escritas a mana vendidas de manera cJandesLina, a Hardy Ie gusta retranscribi r algun os fragmentos. Su pasion 10 lIeva a los acontccimientos visiblcs dc la calle, las alegrias. los accidentcs, 1\1 I lan l)', "l'- lc-s loisirs, journal td s qu' il, pan'i<:nn<:111iJ Illa ,I S li6K1. .cur ES f L PUE BLO? UNA OBSE SI6N DE lOS COtn l MPO RAtlEOS I 35 I." rr imenes y las penas del pueblo. Lo primero que ve ydescribe .r ut los cuerpos, cuerpos a los que observa vivir y morir, inten- Lilldo cornprcnderlos 0 dcducir alguna moralcja. 101 diario de cste hombre de scntirnicntos es e] ceo de la efer- \,' t l'ncia de las Luces, aunque s610 sea por el movimiento de sus IIka:. y la agiracion de las personas fisicas. Baja su astuta mirada, I',1m cs lin ser vivo aprehendido a traves de Ia amplitud de sus I 1I11\' iIII ientos y de su arquitectura, asi como a traves de la ebu- II" ion de su cultura y el espectaculo cot idiano de una politica '11 11' anima los cuerp os agitados por la preocupacion de los dias \ ,k multiples resistencias a la desgracia. Cuer pos pucstos en 1,\ cnn porque acuian y sc mov ilizan, cuerpos suscitados sa bre 1. 11/11 por condiciones sociales quc los proycctan en plena luz 11 11 in la busq ucd a de Lrabajo y de encucntr os, y tarnbicn de h i " ulad, pcse a tantas melancolias persistenrcs Lan bien rest i- IllI das por Hardy. Alii, aparecen descritas las Luces en su mas 11111 contraste: los enunciados de los filosofos se entrecruz..1I1 con 1, 1' humorcs, los proyectos y los sufrimientos de un pueblo cuya ll1 l1l ,1 salida cs oponcr sus cuerpos, sus cansancios y sus erne - , 1II IIl'-; ante la organizacion social }' politica que sc les irnpone. I ,IS cstaciones como el [rio, el calor 0 las heladas y los hielos I unhicn ticnen lugar en el diario de Hardy." Como vive en el i' II"d.: 17 de encro de 1776: "cse dia cl frio seguia hacicndos c scntir muy 0I1I1. 11I 1<:n te, se dl'cia 'jut' hada 1 grados m,ls qut' cn 1740; d rio ya estaba , ," EI ganado moria ell lodas part es <: n el campo . La r<:ina, d rc)'.los I" II' l:iPl'S )' las princ<: sas seguian entretenicndose mirando cortejos de Irineos. 11.111'0 sabo)'an05 llluri<:ron en un granero; cerca de la un cenlinda 31 '1' ''' 'l' olvidaron d<: rd <: var muri 6 congelado <:n su garita; oeho niJios del 11 "' l'ital <1 <: NiJios Abandonad os s<: congc1aron en d coche que los I , ,11.1 dL' r<: gr<: so de 5\1 nodriza; una pobre mujer de5vanecida pm d rigor dl'! 1IIII, Iras s<: r transporlada a un b,lr, l11 uri6 de la impresi6n s(,bila prod ucida I'"' ,I. ,lior d<: la salallland ra 1...1se distribuia madera en todas las esquinas I I Ilia d<: cir que los princip <: s)' las princesas panic ipaban d<: esa gran obra': 36 I ff USION Y IORME NIO El REWO OE l OS CU ERP OS corazon del bar rio de la parroq uia Saint -Etienne- du-Mont , es ('I primero en inforrnarse sabre 10 que ocur re no s610 en eI barrio, sino tarnbien en los alrcd cdores , en el barr io Saint-Marcel y en las or illas del Bievre: co no ce a los artesanos, a los mendigos y a los nines, espla sus hurnores, los inventaria y, a veces, los sopesa. Un verdadero halo de afectividad acornpana sus relates a Sll rapida csccnificacion de situaciones. Se explaya arnpliamente acerca de la t r isteza y la pcna, la preocupa cio n y la esperanza, asi com o las lagrirnas 0 cI odio, Obscrvados , descritos y Iuego pen- sados, los afectos mas pequenos, asi como a veces los de los reyes (Hardy se mucstra !TIuy sensible ante el visible abu rr iruiento de la rcina), oeu pan LI n lugar importante. Dan muest ras de la extrema sensihilidad que recorre esa sociedad }' Hardy cornparte ese rasgo con otros de SLIS contcmporancos. Por supuesto, es una sensibilidad que puedc mos trarsc severn 0 indignada, pero es un rasgo de las almas que corresponde a la ext rema comunica- cion ent re los cue rpos de aquellos que componcn el conj unto social. Si bien las marcas de sens ibilidad estan aco mpari adas por una moral virtuos a, cI intercs de S.-P. Hardy por el alma hurnana, la hurnanidad }' sus giros }' rodeos, constituye SlI modo de estar en el mundo, qu e tambien corn parte ca n ot ros. En esta larga nar racion de acont eeimientos llcvada a diario se dciccra una intensa atcncion prestada al pueblo: el vigor, I, vitalidad y la animat ion de los cuerpos, incluso aquellos dcb i- litados por la pobreza, rcsplandecen bajo la pluma del autor, Con Hardy, visualizarnos - mas de 10 gue ca mp rendemos- hasta que punto la soeiedad del siglo XV III existe, en sus mil'mbros men os favoreeidos, media nte la cxprcsividad de sus dichos, su clIerpo ysus rap idos mccanismos y pensamientos de respuesta frclltl' nl mundo. Dcscritos en todos sus estados (alegria, cntll- sinsmo, desamparo, ind ignacion ), estos cuc rpos existen plena- men te, observados en car ne viva Ue6mo podria ser de Olr a i OU E n PUEBL O? url A DE l OS CO NTfHPO RA NEOS I 37 .u.merai ) por el librero Hardy. A vcces, esos rct rat os podri an 1' II11 arse como ano taciones exager adas sobrc cl pueblo al que, I II II 01 ra parte, sicmpre se considera excesivo: sin embargo, par e- , I' rla que sus maneras de rclatar los pequenos hechos de la vida , I" hi callc const ituyen marcas de asombro y de distancia frcnte I Ill S dist intos tipos de exprcs ion corporal que encuentra como de canmovida farniliaridad. dimension carna l de los acontecimientos que nos provec I. , lectura del "diario" puede cxpl icarse por una relat iva y nor- I l l. d ignorancia con respecto a la fisiologia y a la expresividad de Ill,. l llerpos, 'lsi como por una terrible preocupacion (si no pavor) 1II'Il k a las manifcsracioncs fisicas que ernanan de esos cuerpos. I . t mcdicina s610 es aun un esbozo de ciencia, aunque se tr ata II, una disciplina muyalentada pa r el monarca, que creo la Socie- .l.nl ltcal de Medicine a fin de comprendcr mejor el estado de sus 1\llhlaciones, tanto en la capital como en la provincia. Simulta- II I.II 11ente, cl progreso medico es uno de los proyectos mas apli- I , ll los de las cicncias del siglo XV II I, al mismo iicmpo que uno de I" , objctos tangibles del discurso de los filosofos (de Voltaire a 11lllcrol, pasando por [aucourt, Galliani, Mme. de Epinay 1I otros). I I . ucrpo es el "extr ano-farniliar" <11que las elites quiercn cono- , " 1Irnr y ver reprodu cirse en las mej ores condiciones para ase- I I I .ir cl progreso de una nacion y apartar de la mirada de todos I . \ Isi6n de una miseria que, tras la despiadada hambruna de 11111 y, lucgo, de la peste de Marsella en 1720 , adquirio una visi- " dlliad desconeertante. EI trabajo sobre las epidel11 ias que azo- 1 111111 a Francia es una inmensa preocupacion , al mismo liemp o 11111 lahrica imaginarios de espanto, nocivos para e1 orden publico. I II " l lll'fpOS, imp resiollados por la enfermedad, son lIna Fuente , I, .II-: ilacion social. Por otra parte, el espanto que provoca n las , II Il'rmcdades es mal consejero. Hardy, que vive en esc contcxto, , \',' claramcnte afectado por el, pero tambien vivc dentro de 38 I EfUII ONY10RMUITO . fl RElATO Of l OS CUERPOS una eult ura de los cuerpos do nd e los gestos y la expresividad son los med ia s prineipales para par ticipa r en el mundo, en a usen- cia de una cult ura escr ita proporciona da a todos. Entre los sucesos, obser vamos la importa ncia que se da a los suicidi os: Hard y releva al me nos t reseien tos. Con respecto a cstos, el me mori alista se muestra muy react ive e impresio na- ble y en su diario se leen muehos rel a tes de derra mamientos de sa ngre, de visccras despa rramadas 0 descripci ones maca- bras que contienen muchos de talles. Pero si se expresa asi es 1' 01' - qu e los cuerpos , emine ntemente visibles, 10 so n has ta en sus ma s severas )' sangrientas magulladu ras. No se trata por su part e de lin gus to part icular por la sangre, nacido de cier to voyeurisrno, sino de la relacion (com o mas tarde Jo hara la fotog rafia) entre cue rpos heridos, captados en la evidc ncia de su presenci a. Los ho mbres y las rnujercs del siglo XVI II man ifiesta n ante nues- tros ojos una cor poreid ad espectacular. Ha rdy los describe tal como los vc, lIena ndo la plaza publica con Sll modo de existcn - cia. Sin embargo, los suicidios pert urban su idea del hombre y sus comen tarios morales se suceden. En 1776, impresio nado pa r la can t idad de suicidios de los qu e se ha enterado, aurnenta sus ano taciones pe rso nales: 17 de mayo de 1776, hacia las cin co de 13 tarde un par ticular que tenia bastan te aspecto de obrero al parecer movido por la desespe raci6n se precipira al rio cerca del Pet it Chatelet, po r suert e fue llcvado al hospital a tiernpo. En todas partes veia- mas ll1 ulti plicarse para des gracia de la so ciedad ol eadas de suicidi os qu e nuestros padres apenas conocian . :1d ia anterior, cl dia de la Ascension, un cordonero de la rue de la !\I[oll lagllc -Sa;lI l c-Gcllc v; eve aten taba contra sus dias bebiendo arscnico por razones de dinero: iOUE fl El PUEBL O? UNA OB IEI IO 'I OE l OI COIl TEMPOR ANfOS I 39 Vivie dos horas de hor ribles tor rnentos ocasio nados por el desgarramiento de las entranas y las cr ispaciones de cada uno de sus nervios. Al reflexiona r sa bre cstc acontecimiento t an t riste C0 l110 cxtraordinar io, un o no podia evitar depl orar la debilidad y la inconsecuenc ia del csp irit u humane ." l leri do, enfer mo 0 difunto, el cuerpo aparece exhib ido en s u dia rio tal como 10 esta en la realidad : ese esiado de heche no le impide al memo r ialista sentirsc afeetado; la farn iliaridad con 1'1 sangre y la herida del ot ro coexiste con el traurnat ismo pa d - - Lido y el ho rror exprcsado, 'H1I11asveces sc dijo que, en cl pasado, nues tros a ncesrros cstaban tan acosturnbrados a la muerte que no sufrian par ella, q ue cl dia rio confi rrn a la tes is inve rsa: el "echo de asist ir ca n frecuencia al espectaculo de las he r idas y las violcncias, de las enfe rmedade s y la muert e no va aco mpa riado de insens ibilidad. Los cuer pos last imados, publicamente visi- hlcs debido a las condiciones de vida, eq ui valcn a hcr idas in fe- r idas a los espir it us: Ha rdy ci a test imonio de ella. El hec ho de que los aco ntecimientos tr aurn at icos sean tan frccuc ntcs C0l110 los accident es de trabaj o, los lat igazos d ist r ibuidos a rbit rari a- me nte par los coc heros, las pelcas a espa da que azotan los cuer - pos, las mucrtcs subitas a 10 largo de las costas u en las ent ra - das de los ed ificios no sign ifiea e ll ab so lut o qu e la genre sea insen sible a cllos, todo 10 cont ra rio . La exhibicion del cue rpo sufriendo obliga a scntir y a rell exio nar, a dete star 0 a cornpa r- I ir. En esc contexte, no es so rprende nte que la escri tu ra de los cronistas 0 de los rnemorialistas se tina de todo aquello que afecta .1 los cuerpos, ellos , que los observan cont inuamente. En cfecto, Hardy no vacila en describir las enfcrmcdades y sus huellas en los cuerpos, las repe ntinas supresiones de las regl as ': 1 S.- P. Ha rdy, "Mcs loisirs, jou rnal d 'evenerncnts leis qu'i ls parvien ncnt it rna connaissance" mayo de 1776. 4 I HU SION Y lOR ME IITO. El REI ATO Of lOS CUERPOS Ylos sincopes de las mujeres, los derrames de rnenstruacion, con tr isteza, por otra parte, 0 a veces con esrupor y deso lacion, Vigo- rosos 0 despojados, con fuerza 0 con desarn paro, los cuer pos viven su vida ante la mirada del vecindario. Proyectados en csta- dos fisicos de sufrimiento a mcnudo impresionantes, pues 13 medicina no pucde aliviar sus dolores, estos cuerpos dicen mucho, La forma en la que Hardy describe esos acontecimien- tos cs fiel al tono exacto de sus scntimicntos al respecro ya la realidad de los lenguajcs de los cuerpos all igidos. EI 20 de juni de 1776, Hardy se interesa por la suer te de una joven: esta sc ahogo "ell Sll periodo critico"2 J Mientras se divertia ca n sus ami- gas sa bre In plancha que la conducl a al barco del quai dela Tour- nclle, paso inopo rL unamente bajo los barcos lIenos de carbon y no nudo regresar a Ia orilla: Como estaba en un periodo critico la sangre alluy6 ell abun- dancia del lado del corazon y la ahogo, luego irrurnpi o par la boca y los ojos micnrras que de la nariz y las oreias manaban chorros de sangre. Su garganra intiada por el agua emi tia ester- lares horrorosos micruras se rasguiiaba cl pecho antes de morir, eer "Mis entretenimicnlos" cs informarse sobre la escena mo- na rquica y parlarncntaria, es "ver y oir" a los cuerpos que viven en Ja ciudad, en la indigcncia 0 en los placeres. No se descarta ni ngtlll relato de derramamienl o de hUf1l ores - sangre, leche, linfa, vomitos - si estc pa rece neccsario para ellr<lbajo de obser- vacion del autor. Asi cs como viven los homb res. bservese que nllnca Sedice nada sobre los cuer pos sin dejar de destacar la impor tancia de los afectos: cuerpo, alma y espi- rituno estan separados y sentimos '11memorialista afectado pa r 22 h cil' ,ir, Illienl ras ten ia Ia regia. , QUE [S El PU EB l O? UU AOeSf SIO N DE IDS I 4 1 torrncntos del corazon. Cada acontecimiento (fiestas, ejecu- I runes, cntierros, accidcntes, nornbramientos, llcgadas del rey, u -rcrnonias principescas 0 escandalos) esta cnvuelto en su cmi - ucnrc dimensi on corporal, en su cont exto y en los afectos que 1" .rcornpa nan. Asi, observe las multipl es y sutiles forrnas de las I' ('nas y los enojos, de las satisfacciones manifestadas mediante Witos, risas 0 aplausos, de los vuelcos del alma y las invcrsio ncs .Il' situacion, 0 hien la presencia de insanos prox irnos a la locura, I que llama "los sesos deshechos para su desgracia" Aunqu "acost urnbrado" a los sucesos, reconoce que ante ellos se vrrntc "invadido por ia congoja'; y adopta ahora cl rn isrno VOl - hulario corporal que aplica a aquellos a quicncs observa. Si sc habla tanto de los cuerpos es porquc son los signos visi- hiLs de una historia que esta pen sandosc y haciendosc en esc uuunenro y porquc los gestos de esa poblacion, que dispone de I l l ll y poco abrigo y que se desmorona bnjo los impedirncntos, es 1. 1lcngua com un, la encar nacion apropiada y evidente de aque- 1111 que construyc los dias, las relaciones sociales y la historia de II " aconrecimienros. Sin olvidar que, en su mayorfa, son elites COl , I uprcndcntes III isterios sociales y fisiologicos, pero, mas aun, que .h- fi nen el lugar remido y dcsprcciado del que pucdcn provenir, I II rnesura, cualquier afrenta y cualquier desor den. En cuanto a Ill " pobres, su cuerpo es UIl amparo frente a la adversidad, un 1I1n d a de existencia no protcgido que se vive entre la exhibici6n lit I e1egida y cl sufrimiento to!erado, ent re vitalidad, improvisa- l llll1 yclaboradas decisiol1 cs de pertenencia a la existencia social. I 11 sus mo men tos de provocaci6n , los cuerpos sc \'uelven l, peetacu!arcs. Como estn nalgada sUl11 inistra da en pleno dia a 1. 1esposa de lin procurador: 17 de julio de 1776, cse dia contaban que el domingo anterior I.. csposa de un procur ador a ]a que no se nombraba y que 4 2 I EF USION Y rORH EN IO. El REl AIO OE lOS CUERPOS vivia en la rile du Roi de Sicile, joven y bastante bonit a, habia rcc ibido en medio de la calle y en plene dia cua ndo se disp o- nia a ir a escuchar la misa una correccion humillante par part e de un emplead o de Sll rnari do al que habia acusado de robo [... [. Mientras le aplica ba la cor recci6 n este sc habia d iri- gido a ella en los sig uientes ter rninos "recordaras que fuc un norrnando, un lad ron y lin picaro quien te azote el tr ascro" Otros meme ntos , mcnos sorprendentes, so n igualmente sign ifi- cat ivos, como esta asa rnblea dc'l pobres mendigos arrestados pa r orden del gobierno" Era el 18 de novicmbre de ese mismo ano: Cornenzo al at a rdecer y d uro hast a rnuy en trada la noche. Ce rca de las 10 u n grllpo de solda dos de la guardia de Pari s conduce a seis mendigos at ados de a dos, uno de los cuales, de edad avanzada, derrarnaba muchas lagrimas [... J. EI Sal- vad or del mundo qui en decla re perso nal mente que sicmp re habria po bres ent re nosotros nos venia a la memor ia y al pe n - sa r en ello uno se veia arrast rado a condc nar el vigor mas 0 mcnos aparente de las o rdenes q ue se ejecutaba n a di ario, Poco t iempo desp ues, en di ciernbre, "vol vieron a llevarse a unos pobres" Hardy, test igo de la esccna, cuenta que la mujer de un ob rero, probab lern eru e ebr ia, se lanza sa bre la multi t ud para acusa r a las "moscas" [Illouchcs] de la policia (es pias) y deci r q ue Iucron elia s "quicnes cargaro n a algunos de esos pobres sa bre sus hom bros co mo si Iucran haces de tr igo" La metafora es pod e- rosa: esta mujer, indignada, describe el gesto policial como eI de la ha l que St' ve trab aja r en los campos. As] co mo se cortan los tr igo s para po ner!os en haces sobre la espalda, se azota a los po- bres y lucgo se los echa al hombro: cuer po y objeto, vida}' muert e, la hoz de los cam pos y la de la muert e se cru zan y se asemejan. ( QUE ES El PUEBLO ' UN A OBSES IO ti OE l OS CON TEMPOR AtlEO S I 43 I u.uul o usa esa exprcsion, Ha rdy cru ra en eco con el sent imiento I '\I l1CII1 de la poblaci6n. Mediante esa cornprcnsion ya t raves , k narracion, les ofrece a los lectores. 0 a sus co n t e mpora - 110" ' :> , la po si bi lid ad de refl exionar de un a fo rma q u e no sea iva so bre la co rporalidad de la "gente de pecos rec u rsos", 1" 11 ' 10 10 q ue les dan, de manera im percept ible, una iden li dad 1\ I iva c int c1 igente. "'._P. Hardy detesta la in decenci a. En cua n to p u ed e , co n- .1"11.1 las costumb res incor rect as 0 los ejernplos de liberti naje 1\ 0 iol crablcs. Su diar io esta poblado de dicho s cjem p lo s. Sin 1 h-uuuarse demasiado en ella, senala su de sapro baci6n. SU into- I....mcia ap un ta facilmente co n tra las capas soci ales mas acomo- . l.ulus, a las q ue acr ibill a co n intensas repr imcndas. En jun io . l. 17 x S, crit ica crudamente a " un joven impudico per tc n eciente I un u familia di gamos honesta", q ue sc paseaba por cl quai du I ll /I Ff(' en cI [ard u: de l'I1l!allt: " Desdc la terraza lanza ba are na .. lire los sc no s de las da mas que pasaban po r debaj o de el", l ln,l vez preve n idos los guardias, se produce una violen ta rifia, , I ihr c todo d eb ido a que el joven posee una espada prest a da. Y 11.lI'lly coru enta: hacer con la audacia de la juve n t ud de IIII\'?" Mas t arde, se entera de una enojosa novedad de LlI l1 Cvi llc, I' \I ' escribc de inrn ediato: una cxcelente ar tista de teat ro, a l menos 1 \I 'i ll opinio n, ad opto "grandcs aires de desprecio co nt r a ca ba - I I I il l S d el c u cr po de la genda r meri a". Au nq ue la ca li fi ca d e un pura", Hardy no aprueba 10 que le sucedio. En efe cro. in d ig- II , Hl ll S po r sus ai res de gr andeza los agentes la ar res t aron al 1lllILhecer: " Le habian cort ado cl cabel lo, flagel ado con erllel- . 1. 11 1>, la habian sOl11 et ido a mucbos ult ra jes q ue luego la deja - 11111 muy cn fe rma". EI l11i n ist ro repr imio esa in sll bo rd in a ci 6n '1 11\ y I-Iardy se alegr6 de esa valiente posicio n . Ahora I ' It' ll , pa ra cOl11prender mejo r eslc acontecimien to, hay que saber '1" ' d urante cs te siglo aun se asociaba a las cOl11edian tes 0 a las l 44 I FU SION l' fORME /IlO. El kELAIO DE l OS CU ER POS act rices de teatro por un lado con el desenfreno, Y por ot ro con la cscoria del pueblo. Podriamos detenernos aun mas en este diario, pues abunda mucho en cste tipo de hechos que const ituyen la historia. En espe- cial. hay que observar Ia cornplejidad del di scur so y la divers i- dad de los enfoq ues presentaJ os sabre los rnodos de existcncia populares. Se rctorna cada incidentc dcntro de su cont exto y los cuerpos son objeto de una gran atencion, provista de un cono - cimiento profunda de las scnsibilidades, las vulnerabilidades y las astucias de los hombres y las mujeres del pueblo. AIevocarlas, Hardy da forma, de rnanera casi an tropologica, a una poblacion de la que no rcnicga pero con la que no sc casa, con la que man- tiene una rclacion de alteridad , aunque a veccs la cri tique. Su dis- cur so ticnc todas las intlexioncs: relata, j ustifi ca, condena, dibuja con trazos de palabras que transmiten deseos, desespcraciones e int eligencias. Descifra el lenguaje 0 , rncjor aun , sabe vivir den- tro de cl. Asi, "reconoce" en cl sent ido fuerte del termino a aque- !los de los que habla y que, en el plano Iiterario, 10 con sienten debido a su ext rema visibilidad , su actividad, su movirniento y la cspontanea exhalaci6n de sus afectos. Asi descriros, los cuer- pos de esc pueblo agitado y en accion cobran relieve, adquieren una idcntidad y una apariencia de vera cidad inigual able. Ysi Hardyse exprcsa asi es porque sienre. Aun mas, el produce, a par- tir de csa poblacion, un vcrdadero saber. La compleja presencia de los cuerpos rerrarada en cl diari o presenta una brecha, unos intersticios que no s610 prod ucen saber, sino que tarnbien crean de for ma simbolica espacios para el rcconocimiento de su inte- ligcncia. Les es dada ciert a iden tidad no atrofiada ni deformada; I'l1tonces, pueden apoderarse de ella a ctlerpo descubiert o. Mediante t razos cortos, eI autor deja aJ ivinar el vinculo fron - tal entre eJ cuer po y cIcuerpo politico. A los intclectuales de hoy, asi como a algullos historiadores, allJ1 les cuesta percibir que hay <au f ES H PUE Bl OJ UNA OB SES ION DE. lOS ( ON Il MPORANEOS I 4 5 1I111111en tos en que el cuerpo del pobre, cspacio de saber y de I mociones, esta obligado a existi r en 51 misrno, sin proteccion III p.mralla. Lcs cuesta pensar que csa existcncia corpor al es otra que 1.111 instinro 0 un rast ro de animalidad (cl misJ110 razo- 1I,III1 icnlo ca n que sc t rato la cuesti6 n del "salvajc") y que esc , Ill'rpo sabc pr acticer 10 sublime, vivir 10 sagrado y apegarsc a I".-imbologias, que lrascienden a todo prccio las realidadcs coti- de los pies cuhiertos de tierra y de polvo. 1II1 I I 'o- SEll ASTJ EN M ERC IER: , \ ' I/ .HAV Dr: PAJ< I S 1782 - 1789 2 .1 ., In ha llarnado cI"sociologo de su t iernpo" Sensible tan to a la , II lpalia C0l110 a la aversion, su escritura resulta accesible para 1".111:>. Louis-Sebastien Mercier, famoso por el Tableau de Paris, I" au nque de rnancr a imperceptible, aquello que es parte de uitcligencias de antano. A mcnudo indignado, incisive, rapido, uu uultuoso, desplicga para quicnes se dedican a leerlo una poe- I ll " de los espacios y las difi cultades, una sensible pcrccpcion de I, mtcciru ientos poeticos, LI nn aprehension personal de situa- I 11I1ll':> que el considcra inconccbibles 0 ind ignas, Vclocidad y sc entrelazan can la cornpasi on para constr uir un objeto Ill ' ' ,Irio innovador. 1\ lcrcier constr uye un paisaje del pueblo de Paris sin concesio- I I'" y, sin embargo, profundame nte humane. Conoce sus suti- I, , 1\ . sus jerarqui as, ]a importancia de la escala social. Describe I I I I y con pasi6n su incesantc agitaci6n y SLi inolvidablc 1, ,,, is Sebaslien rlolercicr. 'l i /blell ll de Pilris, 2 vols. , cdici6 nl'slableciJ a bajo 1,1,fi" 'ccion de k an-Cla ude Bonnet , Mercure de Fra nce, 1994. 4 6 I [fUSION Y IORMENIO. l RElA IO Of lOS CUE RP OS coreogru fta. Atesora - de una forma difcrcnte que S.-P. Hardy- algunos de los secretes de las c1ases sociales y de su cuerr o, sc proyecta en sus apuros y sus descos, sin vacilar cuando se trata de evitar caer ell In ingcnuidad. Pese a clio, tiene algunos pre - juicios }' su pensamiento esta - uunque la palabra sea a la vez anacronica y anticuada- teiiido de idcologia. Con discrecion, da cucnra de sus int imos deseos de carnbio. de sus indignacio- nes y sus condenas morales y politicas, Su relacion con la cosa publica es arnbivalcnte, pues en su obra se derectan multiples contr adi cciones, pero su voluntad critica nutre su plurna. La escritur a de colores vivos, iluminados por su subjetividad }'su obsc rvacion, por el recorte de su obra en cuadros relativa- me nte breves, ofrece un caut ivante caleidoscopio de 10 que fue la socieda d urbana. Las escenas se sucede n. EI Ta bleau se escr i- be de manera entrecor tada, con impresiones yopiniones, repleto de sensaciones sonoras, odo riferas }'visuales que se supone resu- men la ciudad . El lector tiene tot al libertad para sumergirse en esos relatos , para frecuentar las vidas 0 las situa cioncs descri- tas, para sentir 0 cornpartir y, tambien, para juzgar. En la obra no hay nada fijo y Paris, primero ante su mirada y luego ante su escrit ura, no pa rece estar al abrigo de ninguna eferve scen- cia, de ningun entusiasmo. Al borrarse a si misrno, el cronista proporciona una luz capaz de ilurni nar la opacidad de 10 real mediante pi nceladas que viran ent re los w aves pasteles, los pur- puras intimidantes )' 1'1 oscuridad sornbr ia )' negra de las trage- dias existcntes. En su b usqueda di aria de la intensidad de los colores del arco iris, Mercier crea una obra de arte, Obra de arte, si, peru Mercier tambien tiene opini ones firmes y en muchas ocasiones experimenta una gran indignacion. Su condena del lujo (lema economico mu)' a In mocla en aquel en- tonees ) es caleg6rica. En su capit ulo titulado"Part isans du luxe': no se anda con rodeos: i OU IS H PUfBl O? UNA Of l OS CONlM PO PA lif OS I 47 ""11 numerosos. apoyan en el consuelo que este les brinda pur los rigores de la servi tu d, sobre algo que esta mas a mcnos ucncralizado en toda Europa. Se Ics puede decir: se ent regan , I I111 a seguridacl peligrosa. picnsen que s610 basta can un pue- hlo sobrio y laborioso para dcrrocarlos. Lean en la histo ria su . nndena." 1\ I. IS adelanto: FI pueblo ya no tiene dinero, esc es cl gran mal. Se Ie quita 10 qlle lc queda medi ante cse juego infernal de la lotcria asesina v a traves de presramos peligrosamente scductores. EI bolsi- 11 0 de los capit ali stas y de sus adcptos esco nde al me nos la <uma de seiscicntos millones [de libras]. Gracias a csa masa i ucgan cternamcnLe en con tra de los ciuda danos del reino." vl.-rcicr capta "el caos" y las injusticias y los integra a su efcr- observaci6n de la calk. La infinit a diversidad de los "."l itantes, el alocado rit rno de la calle, la agitacion de los indi - \ 1I111 0 S, la ernocion de unos u otros, el sonido de las voces, la pfl1x imidnd sono ra de las guturales y los multiples acentos, las Il ill inaciones apasionadas, los odios vivacesy pululantes, cl ardor , l cansancio de los cuer pos hacen estallar su relate en mil haccs I ' , plandccicntes, limpidos de sent ido, lejos de todo rniserabi 1" ,lIl l1, lucidos y proxirnos. \q ,li se leen la arrnoni a y la desarrncnia, asi C0l110 las m ulti l ol l '" pdcticas de una vida en comuniJad, que, como ult imo 11' ( lIrSO, buscan la fc licidad llenas de ficbrc y de sensualidad. En- I I ' 1.1 dcscri pci6n de las injust icias, los acomodos de la policia I 11,,,1., 1' '' 1. I , cap. eV i l , "Part isans d" luxe"' , p, 26 3. 11,,,1.. vo l. I , cap. CCI .\' , "Capilalisll'< p. 6')9 48 I rfUSION Y ' ORM[ NIO, [L REl AT OfIE l OS CUERPO S y Ia colera de los Parlarnentos, en tre Ia dcscripci6n de las de- sigualdad es frente al lujo, se des lizan y se crigen unos cuerpos ar rastra dos por la avent ura social y pol itica, Cuer pos que tra- bajan y se deficndcn , cuerpos que abuchean a los mas acomo- da dos, cuerpos ell lucha y, tambien, cuerpos seducto res. Frcn te a ellos sc alza la policia co r rup ta, como una "ja urta de per ros', dice Mercier, y un ieni entc gene ral de la policia "que ernbrolla o dese mbrolla a su gusto y que siembra las tinieblas". 26 EI auto r se inscribe dcntro de una linea de escritores y lite- rat os que panen al pueblo ell cl centro de sus preoc upa cio- nes, sin por ello scr revolucionarios. Propa ne visi ones que ape- Ian tanto a refo rrn as como a juicios crfticos osados. A tr aves de su esfuerzo pa r ern puna r a traves de las palabras la rudeza de cierta realidad social, haec lin llarnado a la independencia y a la igual dad y olrece un csp acio literario dond e todos pucden acceder a la co n cicncia de aq ue llo que constit uye el enigma de 10 social. Repet it ive y obst inado, Mercie r pone de relieve las tensiones sociales que subyacen a las repugnan tes visiones de un pueblo malt ratado. En efecto, habla y escribe ell lugar del pueblo y con numerosos cstcreot ipos so bre el, pcro su mirada se abate como una espada sabre una realidad satur ada de pena s. POl' supues to, en cl, al igual que en Retif de La Brcton ne, se dictan una moral y una filosofia asl como tambien sc oyen algun os Ilarnados dis- crctos a una fut ura conversi6n del pueblo. No es po r populismo, sino mas bien porque su sensible inteligcnci a Ie perrn ite perci- bi r no la cscnci a del pueblo (n o es un esencialista), sino su apti- tud y sus disposiciolles para estar en c1lugar que se lc asigna y, a la vez, en otra parte, alli donde puedc escapa r, huir y, eventual- menlc, t ransformar la situa cion. Mercier no es un id61atra del 2(, !l lii/. , \'01. I , l ap, I.X I I I, "l.iCLl ll' Jl all l l,tln':ral J t: policc': p, 107, , aUE ES fL PUEBLO ? UN AOBSESldN OE l OS ( ONI EMP ORAN fOS I 49 I' l it hill, simp leme ntc Jo conoce y, ca n lin pulso relativa rncnr e "lll ll' , dcsigna los intersticios donde su d ignida d puedc rccrcar- , 11 '0 vicios , tr ansfo rrnarse. EI cronisra presie ntc que para los "1I ,,llllls del rc)' cl problema reside en crear una cohesion de 10 ,. 1., I ivo para defcnderse no 5610 del miedo, sino tambicn de 1.11 l. llI:-. i<' 1Il . 17 II -eurido del derallc y de la rapidez imita en cierta forma el 11I 1I\' lllliclltOde aq uel los a quienes observa y 10 lIeva a pi ntar I , hurnana s y los sentimientos morales, Toda accion, 1111 '" I he, esta guiada tanto pOl' afectos como pOI' juicios raze- 1"101 ,,,,. l'or ot ra part e, ,1c6mo podria ver y leer Paris sin en tr ar I I uuhicn dcntro de esa tension crcat iva que une la razo n a las I I 1I. llt 'S? ,1C(Hl1Opodria escribi r mov ido solo por cl pcnsami cnto I , 11111, 11 cua ndo t rabaja con las ernociones y con los sufri micn - 1' 1iv.idos y soc iales? No clige dejar la miseria al margen de , til" l os y la presencia de los cuer pos, aunqlle en su pluma la 11 .1 social y politica se vuelve cap az tanto de intensas con - II ' III IiCS como de tcrrores difu sos. 1'1",11' Hourdicu sabi a bien, aunquc se tratara de nucst ra epoca, 1'1111"tl1l .it ica que es la dern arcacio n ent re r azo n y pasio nes: , I 11 ,1 porquc eI cuerpo csta (en gr ades desiguales) expuesto, 1'111' 1<1 en jucgo, en peligro en el m undo, enfrentado al riesgo I, I I cmocion, la vulncracion, el dolor , la muerte, a veces y, 1" 11 III r.mto, obligado a tomar en ser io cl mundo (y no hay " " I ll .I S seria que la ernocion, que llega hasta 10 mas hond I, 1,, \ dispositi vos or gani cos). P OI' ella eSlaen condiciones de 1l 1,! lI l1 ir disposi ciones que tambien son aper tura al mundo, ' ''' , III Dcjolll's, "PassiOIl CI ps)'chocl)'nami quc de I'aclion", t:1l 111 ,01 . i " l ui iel' )' Olivier I CC OLII' (;randma ison (dirs,), !'assiolls ct sci ('/1cCS "", '\, 1', l ri s . PUll. :!()0 2. pp. 31- 50 . \ \ 50 I Y IO RM EN IO El RflAIO DE LOS CU ERP OS es dccir, a las estr ucruras rni smas del rnundo social del que son la forma incorporada." Mercier restituye los gesros por medio de una ritmica lircraria, de hermosas mctaforas y de una poderosa sintaxis. Su capitulo "Portefaix'?v IPorteador1es una pi nt ura de los cuerpos cchado s a perdc r por su vida. Hombres y mujeres con pesadas cargas son "palidos, fornidos yflacos, cncorvados yse sost ienen con Inayuda de un baston. Cargan pesos que rnatarfan a un caballo, Los car- gan con desenvolt ura y dexrcridad par calles cstrechas" Lucgo se describen las piernas tern blorosas, las cabezas hundidas ent re los hombros, los cuellos devorados pa r el esquelcto, los pies pJanos. Sensible aJ cue rpo (emc nino, Mercier se dernora en su presencia en media de obreros tan cargados. En sus palabras, despunta algo de compasion, un vcrdadero pavor y una so rda revuelta: DJ pena ver a esas rnujercs desdichadas que, can la cesta pe- sada, sc adcla ntan a la auro ra ell las calles fangosas I,..juno sufre por elias, aunq ue su sexo este ext rafi amente desfigura - do [.. . J su gargan ta esta cerra da, hinchada, su respiracion es penosa y la co rn pas ion nos pcnet ra hasta cl fonda del alma I... ] .;como las rnujercs esta n reducidas entre nosotros a una labor tan desproporci onada? [, . ,I pueblo dentro del cual se las encier ra cs acaso mas cruel que agu e! que las libra a trabajos despiadndosf> La observacion radical de L.-S. Mercier acerca de ese pueblo ago- biado par eI cansancio tiene la precision de ]0 5 que sahen articu- l' i L'ITC Hourdicu, fI/t'dirati" II.< J!USCl1 /it.'lItil'S, p. I <iH. 1.') L. S. I\krli .-r. Tublcau til' l'uriS1782-178y. cap. cec il . " POrl efaix': p. 7Hl. 3" J1lid. lOUr ES El PUEBLO? UNA OB SES ION DE IDS COHTEM POR ANEOS I 5 1 I II , II." ernocio nes con la constatacion objetiva de condici ones I. vrda poco acept ables )' deja oir con fir rneza una preoc upa- 11111 personal mezclada con un senr irniento de injusticia: "La hmqul'l la obsesiva y tan hurna na pOI' arrancarles su secrete a 1" , I." esas personas que pasan unas junto a otras sin conocerse: I la rnarca mas personal de un escritor"," \ 1;1 invcrsa, con tradicLorio ycomplejo, Mercier sabe rcprcn- 1" 1 pcrfccta mente y ca n crudeza, y ca n una plurna scgu ra, las 1'",t llT<lS dc ma siado transg resoras de esas mismas poblaciones t uuel icas. I r.ms mite una autcntica fidelidad a esc siglo en el que vivc, r] "'['vor de sus habitantcs, a la scnsualidad de unos y orros y su I dn corre mas veloz que nuest ra mirada cuando tr anscr ibe la III il l icion de los cuerpos, la expresion de las pasiones, la poca d"I. l de las calles, Nada 10 impresiona y la fuerza del Ta bleau ' I I II.' introdu ce al lcctor en las prisiones fa ngosas, los oficios " I, lidos, los cabarets viciosos, mient ras que su sentido de la des- 111'<ion, aun que ella sea atroz y a vcces asqueada, siernpre deja II 1,llIeir un deseo de dignidad para el hombre y la mujer del I'"' hlo, En e1 siglo XVII I, cI hecho de que semejante escritura \ uclva el acta carn al, accidentada, con rnocionada ycolor eada I, I ilia yde la noche es un desafio. I I I.mgo, la suciedad, los excrementos y la sangre de los ani- " , .It'" que fl uye par la calle de los cuarteadores, los vaporcs putri- I,., , I.IScmanaciones del cementerio de los Innocents no hielan su urura, plies alii esta el pueblo, alii esta Sll vida de escr itor. En 111I, li l) de 10 innoble, el relata y,por lo tant o, otorga sentido yvida. ( .-rca de las carnicerias, "la sangre corre por las calles: se coa- liI.1 hajo los pies y los zapatos se tinen de rojo"" En carn bio, al , I, .111 Claude Bonn et, Irn roduccion a 'JiJ b/elll l de Paris, p. XXXI. I .. , Mercier, 'Jilb/call dc Paris 1782-1789. vol. I. cap. XLII. " Boucher ies", p. 111.. 5 2 I EfUS IONYIOR HNl0. u RElAIO DE LOS CUE RPOS autor Iedcsagradan las prostit utes:"Viles prostit utas, cerca de los carniccros )' de la sangre, exhibcn publicamente Sll lujuria" La asociaci6n hombre- enrniccro -sangrc-p ut ridez-prost ituta es obviarncntc un juicio, una mancra, esta vezcstercotipada, de pre- sentar detcrrninada ignomi nia que Mercier condena. EI airc esta viciado, las iglesiaspropagan olores insoportables yninguna casa logra deshacerse de manera definitive de sus excremenros: "De esa multitud de pozos negros cma na un vapor i nfecto. Sus vacia- dos noctur nes propagan la infeccion en todo cl barrio, ponen en pcligro la vida de varios desdichados por el crn plco peligroso y desagradable al que se libran'l" La frasc, que sc moldea en la ex- tension de los 010re5infectos, da lugar en su desenlace ala desdi- cha de los pobrcs, que son sus vlctimas. Aqui, el pueblo no apa- rece des figurado, sino Iigur ado: 10 que segurarnente establece Mercier es la capacidad de las elites para reconocer en su verdad la vida los senlidos de los mas miserables. EI trapero quiza sea eI cjernplo mas impresionantc de ello, sa bre todo porque su dcscripcion invoca LIn paralelo COil el mundo de las letr as: l Vcn a esc hombre que, ca n ayuda de su horquilla, recogc 10 que encucntra en el fango y 10 echa ell S11 cesto? No voltee la cabeza : nada de orgullos ni de falsas delicadezas, Esc vil yapes- toso trapo cs su materia pri ma, que se converti ra en el orna- menta de nucstras bibliotecas y en el preciado tesoro del espi- ritu humane, Este t rapero precede a Montesquieu, Buffon y Roussea u.'! En orra parte, el cron ista transmitc su pacicntc observacion sabre ninos mas pobres ydice como la vida los eseulpe poco a poco, .' .\ l iJi" ., vol. I, C' lp. X1.1 II , ''l.' air p. 10 4 , .H I/li". , vol. I, cap. CI.XXXIV, " Ll' chifftlllier' : p. 452. . uu r [ S L PU EBLO? UNA aBSEIl ON DE LOI CON l t-l PORANE OS I 53 I " 1 1' ('(II', hasta llegar al punto de reprocharles, quiza, esa manera I1. 11 "huhitados" corpor almente por su s6rdida condici6n: \ 1 . 1 1111 nino en cI fondo del barrio Saint-Marcel, dond e rcsidi dlll. llllc 11111cho ticmpo." A los doce 0 tr ece anos , esos ojos II. de dulzura sc habian vueIto intrepidos y ardicntcs: su boqu ita se habia torcido de man cra ext rafia; esc , ,wilt i tan redondo se habia inflado con musculos [. .. 1. Habian .111II I'Iado la fisonomia de la feria y el mercado-" I I" I' ,L' cs clara: el espacio social, econorn ico y politico at enta 1111 1,1 (,Icuerpo de la manera mas cruel, de modo que este ter- 011 11,1 I'areciendose a los espacios quc frccuenta. I I Ill S cuer pos mi ser ables son actores del Tableau de Paris." I . Il iuudes de los individuos acompafian los relates; cI rcnt ista, I II I"l\digo que se hace cI tuer to para despert ar compasion, el 1111" " ' 1ocioso, el lujoso. cI indolen te. el hombre superficial, etc., II . 11 \ '11 su retrato. Cri tico, L. -S. Mercier deduce de esos cuerpos I 11 >; defectos algunas lecciones rnoralcs, c incluso politicos. I I , l iminal, en carnbio, Iepar ecc revcstir todas las indignidades: 1' " 1rica cont ra los galeotes. los asesinos y los envcncnadores l' ll'lea para clio algunos elementos de morfologia: "Los cri- IIl ,des a los que vi pasar para ir al suplicio, los perfidos asesi- " IllS envcnenadores eran todos de baja estatura I.. l las almas I ' iI ,," vesc qu e esc barrio es uno de los mas pobrcs de Par is. I v Mcrcier, 'Ii/ h/mll deParis 1782- 1789, \ ' 0 1. I, cap. I. XXXV, " I.c foubo urg . 11 11 Marcd ", p. 217 " ,. , .,I IJH 'l'SIO, el 'l illJleil ll dL' Paris Sl' inlcresa por las dases .. " " " ,,Iadas de Ia por Ia corte, las art es, Ia 6pcra )' la 'I'" ' " lipan un lugar I11U)' imporl anll' c info rman con ciaridad sobre los '" ll" \,,, SOCi'lk s, la l'scala soci al, d gusto de unos )' olro s pOl' cI cspectaculo, I., 11,c" ..1a 10 csrrilo, '5 4 I ffUSI ON YIORME NfO. El REL AT DOE l OS CUE RPO S crudes se alojan en cue rpos exiguos 'l> En eI cap it ulo "L' indo- len t" escribe: Mient ras qu e uno se cansa y tra haja de la mana na a la ne che, el ot ro vive en la mas absol uta inaccion, [... J Todo su tiernpo se Ie escapa, no sabe que es 10 que hace con el. [... ] merece aca so el no mbre de hombre, cuan do vive en un es tado tan poco digno del hombre? Pcro, digo?Tienc una carga con - siderable, un a her mosa mujer, veinte lacayos; le esta pe r rn i- tido tener In cabeza y el coraz6n vac ios." Es convenicnte decir que Mercier entabla un vinculo natal con la ciudad: desde el quai de l'Ecole hasta la rue des Noyers y la rue de Saint-Bernard, es un habita nte de Paris y no co nci bc vivir en ot ro lado fuera de esa estancia del tercer estad o q ue t iene la ven taja de ser una cuidad.!" Des grana los dias, se aj usta a sus ri t rn os co n un ar te del croquis que capta el temblo r de l ti cmpo y de los homb res. Aprecia las Ienguas de sus conciudadanos y tambien sus so nori dades, capta e inrn oviliza las voce s, cscribe sabre elias para q ue se las oiga, y se las aye. Gracias a esa poet ica , a esa melo di a y, t ambien, a esa obscrvaci on so ciologica, los hombres )' las mujeres adquie- rcn identidad . .I K I.., S. Mercier, Tableau de Paris 1782 -1189, \' 01. I , cap. XUJJ: " L' air vi ci e", p. 1l7. Y) l hid., \' 01. I, cap, CI. \' , " L'i udolcru' , p. 369. 4 ll 11,;.1., vol, I. , l ntruduccinn de lean-Claude Bonnet, p. 1.\'1. 1111 11 "rnarrnita de sonidos": I ruido, la palabra, la voz I " " l1i cnzo esta el ruido, la muchedurnbre y cl polvo, la olea- t I tI, los desplaz arni en tos a caballo, en coche 0 inc1 uso a pic, 1 .01 , .... r co mo un inrnenso rumor, por momcntos inrerrumpido 1'"1 msoportables est ridencias. Precisarnente, alii rcsult a dificil I I . u.rlquier cosa , cxccpt o el clam or pcrs istente y calido de 11\ ,1 ' uul ad donde cada mo m enta sc ve acompanado por el 1I11tlkcedo r alboroto causado por los oficios cjcrcidos al aire dO ll', los cas cos de los caba llos sa bre los adoqui ncs, los secos I...... juidos de las fustas de los cocheros, los inco nt ables cons- \11 1. 11'1:5 de edificios que goJpean la madera y tantos ot ros ma te- d. , l O ll sus hcrrarnientas de hierr o, los llamados de los pas an - \ IH ir una suerte de ru mo r ensordecedo r. Sc oyc un perpe tuo .unluclo 0 un bo rdo nc o ernbriagador, inter rump ido aqu i y Iii 111' 1' crepitaciones q ue sc vuel ven sordos rugidos. Algunos II I illS tic ne n el rui do de los gemidos de la mi ser ia, otros, el de " uvidad fur iosa y la batahola, A veccs, si se para la oreja, se I I , alguna musica, cancioncs, un tarnbo r militar, la repe- II I I) de un est rihillo, cl sonido de las ca rnpan as al vuelo at ra- I lI d ll cl tie mpo, Pero es dificil aislar un so nido cualq uiera, III ll.unado cualquiera: par eccr ia el gran viento del mar que 10 . 1 chocar cont ra los pcnascos, Se oyen golpes y gritos, cr u- III,,, Ychoques de manes, risas demasiado fue rtcs 0 llan tos, inju - I I \ 1 cncantos ca n fuer tes abrazos. 56 I {fUSION Y TORM EN IO. [l RElAIO DE lOS CUERPOS En esc cscandalo, las orillas del Scna son las mas impresio - nantes, aunq ue no cs scguro que las blanque adoras, pese a 10 que sc d iga de elias, sean las mas respo nsables, Por los pu ertos del Scna, donde cI Irabajo se haec en 18 desnudez de las or illas hlandas , circulan las mercancias acarreadas por barcos. AI acer- carse la tcmporada Irla, si se csta en las oril las del rio, llcga de lejos un pesado rugido, que sc infla como las nubcs de tor menta y anuncia la lI egada sobre el agua de los troncos de madera, luego inrnovilizadns por todo un disposi tivo de cadcnas, ganchos y chatarra )' Jucgo cortados para hacer lena. Superada la prirnera imprcs ion, la orej a sc organiza: recono ce, o al rncnos se vuclvc capaz de reconoccr, las dist intas sefiales cmitidas, En plene corazo n del paso dese nfrenado de las carro- zas, del relincho de los caballos y fuera del son ido ritmico de las carn panadas de las iglesias, las lIamadas cspccificas y parti- culares atracn la atencion y taladran el oido sin dclicadeza. Luego, cada oficio, cada corncrcianrc arn bulante posee )' perfecciona su gr ito: voces penetr antes y agud as sc lanzan sobre los rechos y rasgan el aire, la mercaderia se can ta con alar idos exacerbados pOI' los agudos. Hay que Did os lanzar sus voces sobr e los techos, su gargan ta supera el ruido y el albororo de las esquin as. AI extra nje ro le resulta imposible comprender esto: el propi o parisino s610 10 dist ingue po r rutina. Todos esos gri tos discor dantes for man un todo del que no se t icne ningu na idea hasta (l UC no se 10 ha oklo. ' I Mercier. n,blc(lI/ dt' /' or ;s vols., l:dicill l1 ,., tablecida b,l.io Iadir ecci611 de k ill1 -Claude 1I01111l' t. Mcrcurl: de Francl:, 1'.! '.! 4. vol. I , C I I' . CCCI.XXXI I ' , "t\ larrni l< pcrpt l ud k:". p. 106.1 , UNAMARMI! A DE SONI DO S': [[ RUI DO. I APAlA BRA. lA VOl I 57 I I vruclcdor arn bulante, molesto po r el sonido de las voces de I", umerciantes de chatarra, salta de una nola a otra con guru I - ,.d" , cxaspcra nrcs; Invcndedora de gofres, dcbil c intcnsa, pre- '1 '11.1 SU voz en agudos casi insopor tables; sin contar at aguador " ,I 1.1 vcndcdora de encajes, que int enta tapaI' el con j unt o 111I1 11.ll1tC Olros cstratagc mas vocales. Cada alimento, cada bcbida cada objeto indispensable 0 de pacotilla tienc su estr i- I. Ih 1, 1, su melod ia, su l1 ujo )' reflujo y sus eruo naciones, que ,I PH'I'n aso rn brosas "figuras ver bal es y mus icales".' Eso aun II , ,l'l la nada si cada dia no se clarnaran a voz en cuello las ordc- IIIII/,IS. los avisos 0 los anuncios de guerras, castigos 0 ejecucio- Ii I'cru 10 que llcna cl aire de la rn anera mas impera tive es el '" l lh ill gr itado de los alirnentos: los vendedores gritan eI nom- I I' til ' SlI mcrcadcria, gal linas, arenques, puerros, que trazan .. .lmcnte una melodi a discordante, un universo musical cor- 1" ' I .d )' carnal cargado de sentido y a gusto de cada uno. En esc I 11 111110, los rui dos s610 pucdcn reconocersc pa r acosturnbra- Ill' 1I10.1a rut ina auditiva tcrrnina par aceptar que In oreja des- 11 ,lda dist inga algunas informaciones irn portantcs )' ncccsa- 11 ' 1',11 a luvida cotidiana, I . 1 ,od cdad 111.1Saco modada, la del barrio Saint-Ge rmai n 0 t 1. 1I .Iis, no ticne la oreja entrcnada. Les delcga esa rcsponsa- I 'd" I. ,,1a sus criados y sirvientas: I " ,irvicntas ticncn la oreja mu cho mas ent renada que cl ,. ,II I{- mica; elias bajan la escalera para la cena porque sabe n ir dcsdc eI cuarto piso, y de un extrema de la calle ,lil l i'll, si sc anu nciando caballas 0 are nqucs frescos, I, , hllgas 0 remolachas. Como las silabas finales tienen mas 111 .111 II" jl ill, tic I-'mll\'ois Nt/wlais ctlll Lilli IIrc /,<JI'III' lirc all Mogc// ,'I ' ,111 , 11/ [(<'IIllisSII//re, Par is, 1970, p. l H4. 58 I EfUS I ON Y El REl ATO DE LOS CUERPO S a menos cl mismo tono, sol o la cost u m bre lcs ense na a las sirvien tas a no equivocarse y, para cualquier otro, es una inex- plicable cacofoni a.' A eso hay que agregarl e el campo indefinido de los olores de todas las vit uallas ofrecidas: no sol o los son idos son ensordece- da res, el ai re tambien se co lma de efluvios. Manteni dos en un cstado de vilo constante, el oi do yel 01fato sufren pcrmanentes asaltos. Los sonidos, los gritos y los discu r- sos le dan a la ciudad una organizaci6n de carn e y sensacione s y la informacion pasa por la voz. Los cuerpos aullan ta nto como oycn: el ru ido inforrn a todo im pregnando los sen tidos, se con- vie rte en una grarna ti ca urbana que lIeva y trac de un punto a ot ro, a traves de rccorridos per tur bados c itiner ar ios cot idianos. En tre los ru idos ha bit ualcs y los de los oficios, se deslizan las palabras constantemc nte intercambiadas, como ins istentes comas fab rieando la escansion de los di as y las naches. Las personas
ha blan, se llarn an, sc mezclan y se cuentan novedades, se bus- can para advcr tirsc y pi dcn indicaciones, hacen sus negocios con pala br as y prorn esas. Hacen un alto en los mcrcad os a en las tabernas a fin de favorecer la ci rculacion de sus palabras, de esta- blecerlas, de hacerles cr ear acont ccimientos, pero tambi cn para sentir como el otro, ser-en-el- rnundo, part ici pa de ese ru ido del mundo sent ido ind ividual a colcctivament e. Los cu erpos hablan y b uscan SLI camino en invisibles gale- ri as q ue crea n la existencia y la eonciencia cle ser y su habla es tanto una separacion co mo un enc ucn tro, un afecto y una he rra- mienta para vivir, pues escr ito, sin ser escaso, resulta inut iliza- blc, ya q ue se 10 descon oce. Aun que los neg acios se pactan .> L.-S. Mercier, 'lablcall de Paris 1782 -1789, vol. I , cap. CCCCLXXI X, "Cr is de Paris': PI'. 1050-1051. UNA " MARMI TA DE I ONIDOS El RUIDO, LA PAL ABRA, LA VOl I 59 1111 .h.mte la palabra, la discusion tarnbi en hace manar injurias multiples so n idos col er icos 0 Iuriosos. Entonces, la multitud I ' Illgrega y se encarn a en los cuerpos de los que asisten a la I, usion. Iuego in tervi enen, llarnan al o rden 0 se hablan en el 1'1 11 den, El tejido social se despliega, se dcsga rra y lu ego, en I u u-jo r de los casa s, se vuelve a tcjer: dist intas d ialogos se hacen " micn t ras que so nidos y significados se inst alan en rnareas lit ' " IV;l S. At raves del verba , se perciben las diferencias, mien- 1 '>'I"l' se definen las apuest as y lu ego se eligen. Pero el ruido, 1 ,1'\ prcsente, la necesidacl cle poner orden y los sorii dos prove- 1110 I\ les de 101 guardia ell alerta que lIegan a los oidos de todo s a puedcn traer la calma, pero nunca el sileneio. Se ha borrado I. , . k-us idad de los gritos, cfi meros p ero violentos; los sonidos I 1,1 i njur ia han cesado, pero cada uno, ca rnalmente, carga can II " III ,Ki6n confli ctive a la que ha asi st ido, la recuerda, lIeva sus I' d.dJrilSa otra parte y de otra forma, para ot ros usos. Las iniu- gritos fue rtes y las vociferaciones son t an Irecuentes, 1,.1,\ In proximidad vivi da pa r todos los habitantes, que las for- III ' til'! habla se impregnan de ellos. El recuerd o oral y so no ro I I " , Ji scusi ones es, al me nos, un man tilla parti cular sa bre el I"' 'it.' adhieren tan to gestos soli d arias co mo odios rcpen t inos, 111,1 1 de piel. Cic r ta fusion se art icula facilmente en tre los gri - " .It' iubilo, las alabanzas y los insultos: p ueden leerse, pue- I n mrsc claramente, en esa inst antane idad de pasos en tre pala - 11\ 1\ I lc injuria, estados afeetivos que se sucedcn a toda veloc ida d II qll l' , en la ciud ad, se ape la co nstant emen te a los cuerpos. hI lI I pclados en su carne (o ido, olfa to, t act o ), transrniten el ceo I, I intcrp elacion. Se captu ra el in st ante donde se ab re ese 1 .. 111' , donde el cambia interviene en la enunciacion, aunque ,1' 1'L'a par el conte nido de los acontec imientos exteriores que 11 1, 1di n azotan los cuer pos. La Frontera ent re la explosion de i1 ,i1 ' 1)' 13 mesura es di fusa: aun no ha lIegado par a el pueblo el 60 I H USI0 II YlORlIEN10 fL RELA10 DE L0S (UER P0S t iernpo de la civi lid ad y no porque no sea "ed ucad o', 0 incluso "vir tuoso", par na tu raleza, sino porque la pl aza p ub lica es pri- mero sensorial y porque el ap rc ndizaje de la cosa p ublica se hace no pOI' media de la cu ltura escrita, sino por la ap elacio n a los espir it us y a los afect os: "Sc instaura u n vaivcn entre scnsacion de las casas y sen sacion de uno mismo" La inmersi on fisica de los hombres en el mundo los haec pensar y actuar, "la co nd ici6n humana es primero corporal en eJsent ido mas noble y mas fuerte del tcrrnino":' La palabra es pr ofusa, co n t i nua, es una act ivid ad esencial median te la cual se tej en los in tercambios y los med ias de pe r- tene ncia a la region, la ciudad 0 cl barr io. Debido al exodo rural, Paris absorbc a per sona s provcnien tes de todas las regiones de Fra ncia, y si al llega r a la ca pit al el viaje ro ay e una cacofonia, tambi en es porque no p ucde d istinguir, entre todos los dial ec- tos mezclados, las silabas de s u pro pi a lengu a. La act ividad lin - guist ica acar rea tantas en unciaciones y rnodos discu rsivos co mo medios fon icos )' oralcs para res ponder a las sit uaciones indi- viduales y sociales. La palabra es reina. Su fuerza exuberante 0 gr unona in quiet a a los poderes; estas no so n capaces de desci- frarla, a mas bien de oirla, salvo cuando esta reviste entonacio - nes a menazantes. Se sabe: que cuando se p rod ucen aconteci- mi cn tos t raumaticos para la mo narquia, como los rnotines de 1720 01 775, los de 1750 en contra los secuestr os de nifi os en plena calle, 0 bien durante el atcntado de Damiens cont ra Luis XV en 1757, pe rsonas pagadas par la polid a, espias y observadores reco- gen los di scursos pronu nci ad o s, mien t ras se esco nden en las esq llinas, en los pasajes c incJu so en los caba rets para no ser 4 IJ'lVid Le Breto n, Ltl s(wellr dll lilli/lilt', IlIIe I/I Hhropol ogie des scm, Par is, cd. 1\1 01a;li0, 2006, ln trod llLc ;tin, p. 1.'\. 5 Arlett e I'argc, Dire (' 1 mil l di re, I'O/'i ll iol1/,lIiJl iq lle <l Pnr is {/I I X V I II " sj,\cle, Paris , Selli!, 1<)<)2. UNA ' MARMII A DE 50NI O.OS EI RUI OO , LA PAl \ 8RA . LA VO l I 61 , I C I hl \ , "'Ilr otra parte, el ten iente general de la po lida se reune 111 "1I'cy cl martes por la ma nana pa ra info rrnarlo soh re la 6 d parisi na y sa bre 10 que dicen las "grcnoui lles" [ranas 1. II> "voces del p ueblo", en una sociedad que se cstaba mol - l , 'I" III pO l' 10 escrito, alb ergan cierto aislamicnto, c incluso cier- rho, EI pu eblo habla, pero esc rib e muy poco, La Iro n tcra III 1.1 cscritura y la oralidad di vide la sociedad en dos: por un III, .iqncllos qu e dorninan cornodamcnte la lect ura y la cscr i- III , I. !'or otro, aquellos que no las rnancjan 0 que solo utiliznn t, I, u n inados fragmenros, pe ro q ue so n plenamente concient es I I" " h-rque laescritura (leyes, ordenanza s, cultura escrita) ricne ,,,', 1,Is activida des. "Pese a ser de vocacion publica y a no estar 11'.11.idu oficialmente pa r ni ng un cuerpo del Estado, la cscr i- 11.1 ' ,1M"1 una diferencia qu e po de mos lIamar de clase":' se abre 11 .1 hi ccha ent re hablantcs )' escr ibie ntes , q ue es percib ida y I 1,1. 1 por todos de mancra consciente, La escrit ura no dorni- , II l i n dorninable par la mayoria de los subditos del rey, genera 1' ,11 ((I S sociales muy di ferc ntes, can una Iuert c dominaci6n cspi rit us lctrados sobre aqucl los a los que se llama incul- II delrados. Si n embargo, la pal abra po p ular Iascina a todos '1 111' ia esc uchan, aunque solo la so b revuclen dcbido a que 1 ,, '1 11 los m edias para dor n inarl a po r medic de la cultu ra i uu. Sc aprehende mal esa realidad , no obstante t an violcnta, 'I. oI ... iglo de las Luces que se organize de rnanera desigual ent re I l ' l ' ulacion abundante y calida de la palabra )' los ho mbres I. , .-scrito, los fil osofos a los escr itores. Hech a de scns uales ,I.,!J r,ls de incesantcs fl uctuaciones, inven t ivas 0 repet iti vas y, .I I II Ind o. interrogativas , las Cl ites Ie da n eI no mine de "caco - I ' .1.' (,1.1l'mpleada para design ,!r a Iagentc del puebl ll, \'ease 1lidi cr SClllin, '1I I'lil/lll:"$, Paris, I: f:choppc, 2006. ' " ( hr islophe Bailly, I.e c!l(/Ill p milll;ti qll c, Par is, Scui l, 20ll 5, p. 252. 0 2 I lfU SION Y TORMEN TO l RllA10 DE l OS CUERP OS Ion ia" mient ras quc cada murmullo, cada rugido de palabras es, en realidad, uno de los lugares de la cornp rcnsion, la alter idad )' el conocimiento. Pcnsar el Siglo de las Luces como el siglo de los Iilosofos exige que no se olvide que, an te todo, la sociedad es or al. Esa tr aycc- to ria oral impregna y compromete los cuer pos, y los espacios Itsicos gcnerados par ella son las senates vivas de una enuncia- cion c'lp az de crear nuev as situaciones. Simultanearnente , en esos medics populares existe el oscuro deseo de intercarnbiar un el ia su piel por la de los cuerpos letrados, "gloriosos" en su poder de enunciacion. La palabra pop ular cs una carcncia que est ruc tura el pcnsa- mi ent o ent re la conciencia de dicha carcncia, la distancia afec- tiva respecto de los poderes de la escr itura y el deseo de come- tcr un rapt o, cI de dorninar la lectura y la cscritura: pero nadie oye esc espacio de desco, Aveces, el dolor de la earencia se vuelve tan vivo que la palabra Sf: convierte e ll gri to, "revuelta 0 fuga de aquello que en cl cuerpo cscapa a la Icy de 10 nornbrado". " Ruido cnsordecedor e inaudi ble, asociado a denorninaciones peyorativas, la oralidad es repudiada con respecto a 10 escrito, rernat ada al mejor postor, mi cntras que, para sorneterla, las elites dicen no corn prcn de rla 0 , peor, afirrna n que no es mas que sonidos y bo rborigrnos y que nunca llcgara a ser opiniones ni pensamientos. Asl, el pueblo queda fuera de cuudro, par su mise- ria, su apar icncia indocil y por el ruido intempestivo de su pala- br a t ildada de volcanica, hembr a )' menor, arrastrada al banco de las espanlosas guturales cmi lidas por las mujeres sublcva- das,910sgaleotes encadenados 0 los mendigos en las puertas de KMichel de Certc au, Ci ll l'(' lI liulI dll <lllO ri,[i(',I, I. "Arts de (aire", lOfI8, 1980, P 257' 9 Dominique C; odme<l u, Ci l oyell ncs / r ico/ell ses. i.e.< jcmmes du peup l c II Paris pem/all l la Ul' l'Ol lII i l)ll Ji'allfaise, Paris , Alin':a, 19R8. UNA " HARMI TAOE SOIHOO S": El RUiOO, LA PALABRA, LA VOl I 63 I Se escr ibe (sabre) el pueblo, y sab re su carne, pero " , I" oye. Ahora bien, la palabra cs un goce y provoca opor- , I 1III III ICllle 1a sensacio n primordial de exist ir de a muchos yde , II I,lr cl mundo gracias a ella. La oralidad no pucde concc- I II. cse cornparti r las palabras de todos )' cl hombre qu e tI tumb ien "un lector apasionado, que Icc directamcntc la I tll,l muudo",'" I IIllll1izada, la palabr a de aquellos que sc exprcsan en di a- l " vcrd progresi vamen te [orzada a ern itir con otros soni- II 1"11 o t ras to nalidades, UII lenguaje sinract ico ycohcrente. I 1 . '1 <I ll invest igaci6n realizada en 1790 " en toda Franci a para I' I ur.ui ar to dos los accnt os y las lcnguas provinciales y cnc a- I 111l,1 reunificacion pOl' media de una lengua cornun , el fran- pl.uu ca la d ra stica obscrva cion segu n la cual el ern pleo del 11 .1" 11( 1cs sinonimo de inmovilismo y de primitivismo. No I I 11l 1l: , los investigadores detectan, a veees can placer y nos- 1.,,1.1 manera en que esas lenguas, cxtranas a las sonor ida- 1I11,ltidicas y agi les, recuerda n 10 que ellos creen que es el '" II II mares del Sur y de Oriente, Tarnbicn las sienten como 11.\,lhks y las reconocen sensuales, cargadas de afectos y pasio- t lvc n perfecta mcnte cl aliento de esas lenguas pesada s I .11' . expe r ic nc ias cot idi anas, donde los tones, los acentos, las excla ma ciones y los insultos se suponc que for- III 'l' glll1 elias, un paisaje de la inocencia rural que no cono - I 1.1i ntrusio n de la racionalidad. Ligado a los afectos, cl dia- l", <in embargo, se vuelve indescable, pues es un "sistema ,llIl d(Js" donde, di cen, se enlrcmezclan las pasiones bue- I \ 11I, lIas. Del mismo modo, en cl se aye cl ruido de la natu- I \ dd agua. el rumor de los follajes lavados pa r la lluvia, II 1 'h ' i' IOl' hc Bailly, I.e clI<I IIlP lIlir/l(:riqll c, 1' . 252, '" 111'1 de l .at L"lll. Domi nique Julia r Jacqucs Revel, (Jil l' pol i ti /JI/" de la '/I' , l '.lri s. ( ; " lIi11la rd , 64 I YlORM EN I O. El REI A10 DE lOS CU ER POS pero el dialecto, pOCOcivilizado pcsc a estar aurcolado por Sll inrncrsion en los scntidos, sera censurado. Las lenguas del pue- blo parccen un residuo de bcstialidad. No obs tan te, la lengu a, las voces estridentes 0 calidas provie- nen de cuerpos que piensan su vida a traves de las senales sono- ras que restituyen al cuerpo el papel J e agente primo rdial de In decision yel pensamicnto. Asi es como se formula la Paris popu- lar, fuera de la descripcion que sc ha hecho de ella 0 de la opi- nion que se tenga sobre ella. Los ruidos )' los gritos de Paris moldean el imaginario y, al mismo t iernpo, constit uyen uno de los aspectos mas notables de la sociedad. La palabra cs algo csencial, en efecto, pero par a que sea audible hay que inscrtarla en los tipos de melodi a que ella adopt a, Los sonidos y las palabras Se hacen compariia para rear universes muy diferentcs: unos son suaves, algunos arnbi- valentes, ent re la risa franca Yla burla, mientras que ot ros no son sino imprecaciones. Olvidarnos aque llos que const ituycn la materia misma de las prornesas, las ncgociacioncs y los acuerdos. Tampoco se debe oblitcrar la cultura cscr ita tr ansrni tida por la voz. Los cuentos narrados durante las veladas, las ordenanzas leidas a los subdi- tos del rcy )' las canciones vcndidas pa r los vendedores arnbu- lames se transforrnan en citas se noras, oralmente abrazadas por una dulce Ion etica. De modo que la cultura escr ita, al transmi - tirse en for ma oral, se infiltra a traves del lenguaje, Y, en las pala- bras mas ord inaries, se dice algo sobre cl cllerpo. En los arch ivos policiales, do nde las pregunt as de los poli- cias )' las respuestas de los acusados 0 de los testigos acompa- san cI procedi mienlo, las frases pronunciadas por las personas del pueblo haccn resonar los cuer pos, es decir,la manera en qUl' eslos se ven inmcdiat amente tocados, a traves de sus mas inti - mas pcrcepciones. Relraducidos por los escribanos, se perci- UNA "HARHllA DE SOljIDO S": EL RU ID D, LA PAl ABR A, LA VO l I 65 I" I I I r.igmcntos de cnunciados, balbuceos entre la desgracia ocu- 11 11 1.1 )' alguna mcnt ira protcctora, en unciados que rcprescntan 1IIIIir de la vida de cada uno, capturados de t raves pa r la escr i - 1111. 1 Lid cscribano y rczumando aqucllo que sintio cl cuerpo. ( II roejernplo de esa oralidad capturada por 10 escrito: las per- "' 11.1' que no saben leer ni escribir y que ticnen gnnas el l' cnviar 1111 mcnsajc recurren a la soluci6n mas rapida )' mas barata. Alre- 01 , ,III I' de los osarios, el cem enteri o de los Innocents d e Par is" dlll'rga a escr itorcs publicos, rnuy poco acoruodados y proxi - 1' 11 1\.1 la rniseria, pero que saben escribir, Scntada [rente a una Il l . ,.1 imp rovi sada 0 de pie dct ras de un tonel, esta poblacion uu-crnhle escucha a la ot ra miseria, que viene a confiarle al oido It ' ror mcntos, sus car tas de amo r, sus cartas de ncgocios. Sin 1I11 11!, l lll renorn bre, cl escritor publico, del que se dice que cs "de I 11 01 cxi raccion", plasma la oralidad sobre cl pap el, do nde sc II producen las quejas enunciadas sin rcparos porIa sintaxis. Alii iu uhicn se escribe la carta al rey cuando alguna familia eleva 1111. 1 dcnu ncia contra alguno de sus rniernbros por luju ria, pro- d,g,l1idad, locura 0 delincue ncia. Alii tarnbi en, el espacio fonc- I II II .lcl lcnguaje se mantienc intacto en la denu ncia al rey, COil i111 simple restablecimiento pa r parte del escritor publico de al- I I id S separacioncs entre las palabras y la reconstruccion de las i1, l!l iIS scgiin el usa cscrit urario. En esa escritura tor pc, se oyen I " u.nalidades de aquel 0 de aquella que dej6 fluir sus palahras 01 11, los oidos del cscriptor, Alii puedc oirse el alboroto ment al I, loscuer pos indignados 0 profundarncntc apcnados, lanzando II ' palabras como se tiran piedr as cont ra las ventanas. 1.0 escrito lI ,lrdn los sonidos de la miseria y del dolor. En auscncia de una , IIIi' line I\\ctayer, tl ll lolllbeoll des se(fcls, les.'eril'aill,<pllblics dll Paris l'd/' III"ire. GII/clierc lies SailliS III/lOce/lIs, XV/'-XVlll' sit\ :lcs. Paris. Albin \l 1, hel, 20 0 0 ; Arlet te Farge y Michel Foucault, I.e dcsordre des/ all/illes, IC/ln's ,I. dl r/w il Pa ris(III ;( 1"111' siecIc, I'Mis. C;allima rd, 19S2. 66 I F USIO NY TO RHNIO. EL RE LA ID DE LOS ( UH I'OS sintaxis perfecra y decorosa, el escritor publico, hombre de poca cult ura, transrn ite 10 que In palabra del otro es, esa inseparab le mezcla de los impet us del cuerpo y de las almas. La palabra supone el gesro, un tone, deterrni nados movimien- tos del rostro, que implican, todos , el mundo de las cmociones, a palabra cs artesana de sensaciones, El cuerpo sc VI.' invadido por complete por 10 que sale de su boca. Lo oral es tarnbien una gest ual, una manera de ext irpar de Sl una apari encia de sent ido inter carnbiado en corn un provenicnte de la inter ior idad del ser, EIcuerpo se convierte en la huella del enunciado y t ransmite, por media de los gest os, la intenci6n de las palabras pronu nciadas: los ojos, las rnanos ylos hombres acornpanan el tono )' la inten- cion de las palabras, La oralidad es una experienc ia existcncial, es In lrase dicha, la sintaxis cfcct uada, la parte de si mismo, el eco de un paisaje sonoro provcniente de lin universe tan sensi- ble como pcnsado. Los subdi tos del rey, sornctidos a las autori- dades, al poder monarquico ya la realidad mater ial }'simbolica de 10 cscrito, sometidos de heche a aquello de 10 que nunca podran apropiarse, comprornctcn alii su scr, su saber y sus pensamien- tos. Esc rumor se vuelve no s610 sensato, sino tarnbien conmo- vcdor, Las palabras pronunciadas comprometen a aqucl 0 a aque- lI a que las ha pronunciado, son creadoras de acontecirnicruos. Par sup uesto, no cxisten palabra s pu ras ni palabras vlrgcnes, sino efectos de scntido que poseen tantas cualidades como defectos. El mundo de las voces)' las palabras domina la cscena privada y publicacuando la leyde 10 escrito ha invadido a todos, pero nadie 5C 10 ha apro piado. EI enunciado se convierte cn supervivencia, en insc ripcion tonal en lin mundo de do minados. Oper aci6n gcsticulada, e1 w rbo y 1a palabra, sostcnidos par los multiples so- nidos que produce la voz, son actos de compromiso en la eiudad. a palabra es acontecim icnto )' en las elites nadic guiere sa- herlo, ni olr lo, ni, especiall11cnte, creerlo. Qucrer dec;r, inj ur iar, UNA'flARMIIA DE SO NIOOS": EL RU IO O. I I. PA LAB RA. LA VO l ' 67 11111 n..unbiar, leer en voz alta para el otro son sefialcs perrn a- ' " 1111" de la inscripci6n de las exisiencias en lin mundo poli- 1I 11I que rcsulta muy dificil para quienes no saben ni leer ni 1 uh ir y les proeur an sufrimiento a fuerza de SCI' designados " llI ll lllgarcs inaudibles e insensatos. No obstante, tejen y tr a- 11.1 11 los vinculos entre aquellas personas que s610 estan liga- II \ en t rc si por media del verba. I 11 Paris, las personas se mueven asf: van y vicncn, se inter- I" 1,11 1Ysc buscan, se arnan con arnor u odi o, cuentan sus visio- I I I , tid rnundo con una gcnerosidad de palabra cuyo podcr, est u- I" 1.ILlo y mitigado, dcsconfia mas que todo. La palab ra cs u n " l ' l l k presencia, una postur a frente al mundo; es esc ruido vivo I, pcnsamientos que sc estan buscaudo y luego reconociendo, 1110' huscan ser apr ehendidos y luego guiados pa r los contcni - , 1,1, de sus enunciados. \ l.l ion, manera de ser, eI habla de la gente del pueblo la com- 1'11I 11H: te pa r completo. Como la escritura no se domina bien, ItI, l uerpos convierten a sus palabras en un deveni r, lin poder 10111 e cl fut uro, un enunciado de Sll prescnte. La palabr a destila I, mpuralidad: se cuen ta 10 que fue, se actua verbalmente sobre III que cs, se espera para mas tarde 0 se invocan ot ros porvcni- Il i a palabra, actri z, busca guiar los acontecimicntos, COllS- II I l i l ' , al mismo tiernpo, de que primero los padece. lncluso la II.d.lhra privada carga con el peso del tiempo y de sus descspc- I ,II I / aS. Pclear con su pareja cuando se es pobre, enfrenta r las 1'l lItligalidades 0 los desenfrenos de sus hijos cuando se es un II1 1' l' rablc significa decir el sllfr imi ento propio y enunciar eI .I, oI"r que pertenece pllblicamente a todos aqueUos que cstan \' ,1111 la dominacion del Estado monarquico. \ veecs, tanto en su vivacidad como en sus injllsticias, la pala- 1" ,1 vllclvc un resumen ealltivante de los acontecimicntos 0 ,Ii I,IS situaciones vividos. Cuanto mas oprimido se siente el puc- 6H I ErU SIO N Y 10RME IIIO. El Rfl AIO DE lOS CUERPOS blo, mas int cnsas y violentas son las palabras y esa violencia se propaga tanto en caso de pcleas particulares 0 familiares como en C<lSO de confl ictos con un rost ra mas colect ivo. Cuando ni 10 cscrito ni la lectur a aporran un relevo 0 un soporte para la indig- nacio n, el cue rpo se haec cargo del peso de esos senti rnientos ext rernos y la palabra ernitida se convierte en un cielo tor rnen- toso. Au nquc, por supuesto, las palahras estan moldeadas por cierta cul tura escri ta que les fue transrn itida. Esa experiencia concreta, que es constitut ivade casi todos y que nadie toma real- ment e en cuent a (ni los fil6sofos y los escritores de la epoca, ni los historiadorcs de hoy) impregna los espiritus y produce un lenguaje compuesto por una afluencia de palabras; es la dimcn- sion de la imposibilidad de compartir con el mundo let rado, pero tarnbi en una viva fuerza que el pueblo explota par a pre- sentarse, decirsc, an unciarse y revelarse. Los medios ilustrados aun no pueden comprender bien que el pueblo, eventualmente, ticne proyectos, que dispone segun el re- cuerdo de palabras oidas en el pasado y que esaspalabras, a las que alegremente se ha tildado de inaudibles, poseen infinitos signi fi- cados. Ponen en jucgo con seriedad nociones tan Iundame nt a- les como eI amor ent re el hombre y la mujer, el lazo con el hijo, el barrio 0 la ciudad, la visi6n de 10 que puedcn ser el trabajo y el dolor, los vinculos con cl otro, el sufrimiento yla rnuerte, las ganas de progresar y de enriquccerse, la conciencia de la dorninacion, la absoluta certeza de no formar part e de la clase de los impor- tantes, las convicciones acerca de la rnona rquia, el reyysus ama n- tes, la guerra y sus desastres, las finanzas, el abastecirniento, la plaga del hambre y las epidemias. La palabra no es un extra situado ton- tamenteen Ull escenario teatral donde act uarian prcstigiosos acto- res, sino que es la heroina que hace Ia historia sin reivindicarla, emitida por un cucrpo que Ieda toda su envergadura, sus tonali- dades y sus sonidos, que sc despliegan del grave al agudo. UNA" MARMITA DE sorll DOS : El RUI DO. LA PA l AB RA, LA VOl I 69 1,\ pulabra cs intcrlocucion, Essabido, hablar solo es una senal .1, lucura, po r In tanto, hablar con verdad e influencia es diri- If ,c al ot ro, int erpelarlo, hacerlo ingr esar dent ro de nucst ro 1',H:io sensorial, conmoverlo y aceptar ser conrnovido por sus II .puestas. Pero la palabra no puede comprendcrse sin los ges- I". r las mimicas que la acornpan an, sin los sonidos y las I11C- 111, 11.1:>, las armonias y las disonancias que const ruycn su tona- 11I 1.ltI. La palabra esta atada al cuer po, "siernpre en una relacion I, .ihrazo con el mundo"," La existencia popular pasa a t ru- ,, ' lc una inaudita mul tiplicidad de sonidos y de flujos de pala- Ill ,!, cornparables a las olas rompientes en alta mar. I II L'I corazon de ese flujo, se produce eI cncuentro feliz 0 rnor- I II. ro ca n el ot ro, el asombro de interrogar al ot ro con su pro - 1' 111 lcnguajc, En la complejidad de sus desarrollos, cl lcnguaje , , 11:-1rae de los cuerpos y exprcsa, por medio de los gestos y con 1,.11'icular efcrvescencia, la complejidad de las relaciones socia- l, \ politicos y las multiples formas desplegadas para alojarse dll . un cI mayor confort posible. lnscr ipcion en 10 real, cornpe- I III in , voluntad de ser tan poderoso como 10 cscrito, pem sabicn- 01"". cxcluido, el lenguaje comunica objctos nuevos y descos li. \ ivir que las clases mas acomodadas no pueden captar por- I'" . picnsun elias, estos estan dernasiado embe bidos pa r las I ' ,I\ III I1C$ Ylas sensualidades, Sin embargo, esas palabras, mal que ' 10 ' 11, han trazado las aspcrezas de 10 real, han inscrito SlI rudeza 11,,1corazon de los acont ecimientos y han heche estallar el relate 11 111 ,11 del curso or dinario de las casas. I 01 palabra y la voz siernpre van acompanadas por cl tacto y I II .ulcnan deterrninados gestos. EIvocahulario de la plaza Pllblica I II' ll'l1dria ningun sentido si todo el clIcrpo no se solidarizara ' I I lI, animandose con las palabras, rct ractandosc ca n ellas. Paris I I '"vid I.e Breton, l .tI SIII'<:" r rill /I1ollde, Wl e tllllhropo[o!:i edes seilS, p. 40. 70 I Y TORMENTO. EL RE LAIO DE LOS CUER POS cs un esccnario de palabras y gestos, un incomparable teatro del iacto con sus reglas y sus conveniencias. No obsta nte, cs con- sustanc ial a la palabra enunciada. La reprcsion no es aceptable, t CS acaso posible en esa sociedad transparent e donde todo se vc, se sabc y lucgo sc cuenta?: "Ideas e irnagenes no tienen una exis- tencia posible fuera de las rclaciones de cornunicacion'l'sCuando una sociedad csta hecha de prorniscuidad, el tacto es una eviden- cia. Adern as, el intercambio linguistico entre individuos social- ment e dorninados es el zocalo sobre el cual se busca instalar un poco de libertad, aunque solo sea ilusoria. La injuria )' e1 gesto amenaza dores for man part e de una const ruccion corpora l que revela el deseo de ser mas fucrte, mas acomodado 0 , en todo caso, difercnie del personaje que los dorninantes les han asignado. No separar la palabra del tacto pcrrnite percibir yluego inter- pretar acti tudes que tuvieron sent ido, pesc a su vulnerabilidad y su poco credi to, y que hicieron emerger, por memen tos, sit ua- iones nuevas, resistencias sorprendentes, t rans po r tes afect i- vos que transforman por un ti ern po los modos de vivir. Descu- biertas en 1750's en el momenta del motin parisino contr a los secuest ros infantil es, las solidar idades muest ra n muy bien la rnanera en que los gestos, los gritos, las palabras pronunciadas y, a vcccs, las injurias constituycron aetores sociales capaccs de hacer retroceder las ordenes reales. Dest ruidos afectivamente, los padres de los nines secuestrados reaccionaron instantanca- mente para obtener su libcracion. Advirtieron el hccho con prisa, lloraron, insultaron, invol ucraron sus cuerpos para defenderse de esa violcnra agresion, cornpartiendo los dolores de la carcn- cia y la injusticia. La palabra , eI tacto y los elementos sensoria- 14 Alball Ikll sa, Lajill dc I'cxntismc. [,s ai, critiquc, Paris, cd. Anacharsis, 2006 , p. 71\. ' S Ark' ltCFarge r Jacquc, Rcvel, l.es logiqucs de lajOlile. l.'aaire,1e.< enlel'cmcIl/s d'<'Ilji mlsil Paris111/ XV III' , i,lclc, Paris, J-1achette, 1987. Utl A "NARHIII. DE SONI DOS " : El RU I OO, LA PA l ABRA , LA VOl I 71 II unpar tidos volvieron al otro aun mas proximo, perrnitie- '"11 cl acto qu e era necesario ejecutar, como ir en bu sca del 10 uu-ntc general de la polida para pedirle cxplicacioncs, visitar 1,. 0pri siones para asegurarsc de la alirncntacion de los nines I" I a los policias pagos y a los inspectores de la policia que h.iluun cornct ido los sccucstros. l-l tucto cs una manera cvidente de vivir de los hombres y las 1Illl i"res del siglo XVI! I. Ysi el gesto es una palabra, la palabra 11 11 gesto. Estos dos actos se confirman cl uno al otro para crear 111 1 universe de pieles sensiblcs y de intercambios feliccs U odiosos. I ,1 callc albcrga la extravagancia del loco y 1a obsccnida d, cl ullicto ylos ab razos amorosos. la efusion cornpasiva yel desa- Ihl .,cspada, las agitaciones de las rnanos explicandosc, asi como I, .. .ihrazos y las alegrlas de los encucnt ros, las prornesas 0 los l\ ' lll llcnt ros. Entonces, eI tacto es una grarnatica, y tambien 111 1 sintaxis , que perrni te no necesariamente decirlo todo, pero ' " dcjar de persuadir. Entre el distanciarniento y la fusion, el si- I.. xVII I popular, tanto en sus palabr as como en sus gestos, es ' Ilt' rador de conocimiento: conocimicnto del otro y de los aeon- I Aun no regulados ni restringidos, eI verba yel tacto, hacia ya mucbo tiempo dorn esticado s y simbioticos, per- 11 1111' 11 In cvaluacion del otro y del mundo. En deterrn inados 1l 11l 11 1cntos de la vida social, pa r supuesto, esto puedc volverse I" ligroso. En el dia a dia, es una aguda forma de la aprehension I. I1111Indo. una perccpcion de SlI idcnt idad y una busqueda per- ui. me nte para hallar una rcspucsta a los acontccirnient os poll - III y socialcs, l lnblar y al rnismo t iernpo tocar, como sucle oeurrir con fre- 1II'Ilcia entre los vccinos, los obreros de taller, los peatones en If, '\ l.lill (;aut hier, "Afleur des Ilcuroncs", revista ,"aix, N 2(\-27 , 20 03, I . "' lIeher" ; GlIy t.avallee, " Une peau visudle': en ibid., p. 128. 7 2 I [lU SIO NYl ORHft llO. Et REtAIO DE lOS (Uf RP OS las esq uinus 0 los cornpa ncros de copas, haec vibrar los cuerpos, los pone en esta do de alerta, Al mismo tiernpo, se "rcstit uye la carn e de las cosas, su caracter irnper ioso" I; EI cucrpo no mi ente -ese cuerpo al que Nietzsche llama "la gran raz6n "-}' eJ rnundo feb ri l de las sensac ion cs 10 huce pasar de un estado a otro. Las palnbras, Iragmcnradas y disconi inuas, cntablan un pro - ceso de co nfianza pr imero irr eflexivo, pues existe un consen ti- rnie nto natural [rente a elias, rnicntr as que el cue rpo del otro "se expone como mediacion' ." Cuando sobreviene la palabra, es ta alberga ell si ciert as rern iniscencias de la corpo ralidad . Frcru e al desprecio de las clases mas acornodadas, las lenguas se adap- tan al mundo y se ordenan unas a otras para hacerle [rente. La palabra no es un objeto inmovil: dinarnica, rnov il, traza sus carn i- nos sin que se la so rncta. En ella, nada esta fijado de manera defi- nitiva, pucs las palabras se acoplan y evitan 0 dcsafian los aeon- tecimientos. Par otra parte, el hecho de que sean banales no sign ifi ca que su contcnido sea pobre. '? En lucha can la COIl- cicncia de si rnisma y sabicndo muy bien quien Iii domina , esta al acecho de 10 "nuevo" que podria sur gir en la trarna de los dias y se alimenta de esa posibilidad. Las personas la uii lizan para ponersc de acucrdo 0 para negociar, murrnuran 0 se defien- den con violcncia, en coordinacion can su serncjantc yen unu Illeha lingOistica ca n las O1u tor idades. "Para experiment ar un dolor 0 lin afecto, es necesario un cuerpo que sient a";oOy par a hablar de esc dolor, son necesarios 17 Alain Gallthier, "A Ileur des neuro nes", p. 120. Renaud Dulong, I f' " :/11 0;11 oCIIlil;,., '. I." s cv ll d il ; lI/ 1S soe;<I /l's d e l'll l lt ' s l ll l ; OIl pasl ll /Il cl/ c, Paris, cd. H I ES!>, 19 9 1', Pl' . En,-in Coffman, ra Il/ is. m sci'll e dt- Ia Fie (/ll ol id ic /'llu. I.cs far i ' oi r" .' dl/ lIl oi, Paris, l\linllil, 197." I ') Brllc,' lIcgoUl, I .a dJcollFcr/c ,/ 1/ (l lIVlidi l'll. Paris. cd. Allia. 2on6. 20 \lease Christophe Ik jours. " Pa.ssion el p.srchodynamiqlle de en Claud, Caulier yOlivier L,' Com ( ;ram]l1laison (dirs. ), j '<Issi ou.; ('I scicllees IIl l /lIllit ICS, Paris, I' UI' . 2002, p. ."1. UNA "HAR Mll ADE SON ID OS": El RUIDO. LA PALAB RA. LA VOl I 73 I I VI IZ Ycl cuerpo. Demasiado subjetivas, las pasioncs puestas en I',dahras ordinarias par personas ordinarius interesan poco a los luvtoriadores, salvo detc rminados hcchos particulates. Sin embargo, las emociones son el fundarncnto del vincu lo t I l i3 1, scan negativas 0 posit ivas. De cste modo, las palabras no " '..Inde vehicularlas yde transmitirlas, de mil maneras difercn- 1" \ , , Del amor 011 od io, del deseo al desamparo, la palabra cir- I I dB Ysc vuelvc cl ceo corporal de esa scnsacio n primo rdial ' I' Ie cs la recepci6n de 5i)' del atm. En los archives judiciules, es normal obse rvar que muchas palabras se alojan en la .igrcsivi- .1 ,111. pucs han sido producidas en un marco llllly especifico: cl ,h-I delito, las victimas ycl acusado. Esc triangulo "infernal" haec ,1" ir muchas cosas yoculta aun muchas mas; sin embargo, des- pll'llde un senrido y perrnitc la reflexion. Cuando sc queja, el ser 1IIII1HlnO libera una gran cantidad de palahras que revelan su \ ivion dcl mundo y, adernas, la est ruct ura tragica de la historia. 1" , gritos de odio 0 los insultos arnenazadorcs albergan cI infor- tunio, cI desclasamicnto y la conciencia de dicho desclasamiento. l .l lenguaje fami liar de In plaza publica tiene un verba alto y , nron aciones dispares, por el simple hecho de que cmana de I ru-rp os conmovidos, desproiegidos y, por ende, impctuosos, I "injur ias 0 las exclal11aciones de sorpresa 0 alegria organizan, , I I',IVCS del Icnguajc, ciertos elementos de la CU ltli ra Iibrcsca, 1I 111 que, de hccho, se carezca de ellos. Las entonacion es tambien I ' \ "Ia n cl pavor y el l11iedo. 1resentimiento se aloja en ]a gar- , IlIl a )' las palabras para exprcsarlo pasan por la respiraei6n baja I"s IOllali oildes graves, mient ras que Ia indig naci6n adopt a 111 \ agudos. EI odio puede albcr garse en 1a neutralidad de una 11I(' !odia fria, aun nUls glacial que el sentimiento que la oCllpa, , 1' 1," DUl1l ollchL'l . Emoriol/s. 1:"s.<ai stir Iecorps1' 1Iesocial, Co!. I.es I III I'c.'dI "lII' S pellser ell rolll!. 1999. I' P. $(, Yss. 74 I H UI IOtl Y El REIA TD DE I DS ( Uf RPOS Los int errogatorie s de la policia y los testim o nies tr ansc ritos par los escribano s co nfiesan m ucho mas que las palabras y su conren ido: cuand o los leemos m uchas veces, vernos y o im os a los cuerpos, entre timidez y audacia, cargando eI peso de las sen- sacion es arnistosas y hostiles q ue los atravicsan, Si bien la plaza publica es, en pr imer lugar, un espacio de soni- dos y ruidos, de rupturas y asociaciones furtivas, lambien es capaz de prod ucir una utop ia, de inventar modclos carnavalescos que enriquecen la vida, de desafiar las prohibiciones y de desacrali- zar 10 real. En ese arnbiente sonoro y aromatico, agitado y tac- til, la palabra ocupa un lugar primordial y adopta un vocabula- rio q ue sc rclaciona facilmcnte ca n cl cuerpo. Se jur a por "la barba de Dios" se injuria con pala bras como "zapato de tripero', se jura por su "vientre" 0 su "sangre". A veces puedc ser con ternas grot escos, ext raido s de la elocuencia rabelaisiana, pero es sabre todo una manera simple de expresar la expcriencia individ ual de los cuer pos hacicndosc eco, al rni srno tiernpo, de la actuali- dad. "Corporeizar el rn undo":" pa r sus enu nciados significa per- tenecer a este mundo y a este s cuerpos, parlantes y pensantes. No es un a voluntad de aparccer, sino una manera de ser, EI ruido, la palabra y la voz son la sustancia 111.1s encan tadora venenosa de un iiernpo en lucha con la chachara y el liber ti- naje, co n la musicalidad de los son idos y su disto rsion, ca n la organizacion musical de las fiestas y las cerernonias, que invitan tanto a las multitudes cxpresivas como a los ru idos de la calle, los clarnores de los desposcidos, los gritos de los supliciados, las ento- naciones de los mendigos y los Ilantos de los nines abandona- dos, los gem idos poco aud ibles de los prisioneros del Petit Cha- relet, mezclados con los anu ncios oficiales gritados al amanecer. 22 Mijail Bajtin, l.oeuvrede Ravelais et la culture populaireall Mogcn ct ;el l iS III Uelill iss(/Il ce. UNA"MARMI1ADE SOHIDOS" El RIJ ID O. LA PAlABR A. LA VO l I 75 Frcctos del cuerpo, csas voces son la ma ter ia misma de la vida " 11 comunidad. Alii se organiza cl irnaginario, pues la cscrit ura \ la lect ura sc le cscapan. EI heche de hablar y escuchar sin cul- ruru, 0 casi, fabr ica un rnundo de visioncs cspecificas: de esc 1II1I do, la sociedad oral posee una dimension pol itica part icu- 1,11 que pasa por su inscripcio n en el cue rpo. Ent o nces, ern er- \l' ll pensarnientos sobre si y sobre eI mundo que 11 0 son los de poderosos y que cscapan a las grillas de lcctura tradiciona- b. Sc produce un hiato: los dorn ina nres proyccian sobre cl pue- hill significados que son incapaces de dernorarsc L' 1l 13singula- Iidad oral del pcnsarniento popular. 3 Avecindarse y desp1azarse I Iabitar e1espaci o \Vallea u, co n sus fluiclos sombreados }' sus scdosos d ra pea dos, I i.igonard, con In rebeld ia tan arn ablcrn cntc volupt uosa q ue I' lea a sus pcrsonajes tanto de fro ndosidades como de telas tor - u.ixol adas, Chard in, co n su austerid ad sensual y suntu osa, ha n rl.ido rep resenta r las mas delicadas scnsaciones y los pl accr cs I A pcrimentados pOl' los cu erpos en la epoca de las Luces , pe- IllIdo qu e po see, de m aner a pode rosa y cont rastada, est ilos de \ /,1.\ op uestos, pero at ravesados pur cierta dulce y violcnta co mo - .h.l.ul co rporal y gest ual. I.os liber t inos y los aristocr ata s fu eron sus perso najes mas mhlcmat icos, al mi smo ti cmpo que simbolicos, y se olvido, 0 111.1'. bien se dejo de [ado, el heeho ell' que los rne nos acornoda - convcrtian su cucrpo en un agi tado refugio cont ra la adver- It 1.1t !. Negoc iando co n la desd icha , hallaron la manera de ap ro- 1' 1, 11 sc de cier ta holgura asi como tarnbicn de ci crta parte' de 10 OJ, 1:11 y 10 poli tico que las autoridadcs no quer ian ced erlcs y de I. ' 1IIl', pOI' ot ro lado, no los cons ide raban eapaces, En efccto, los II I pa rt e no poseen un espaci a politico, salvo qu e d esplacen "el II I 'I' l)de l espacio que estaba asignado en esc 1110 111('nto, [cnton- , l la actividad pol itica deja vcr 10 q ue no pod ia verse, deja oir I 11 p.il.rbra "pan e" sc adopio de los t raba jos de Jacq ues Rancicrc, 1.,I/I h t'l/lt'II tc. politiquc et philosophic, Paris, Galilee. 1995. 71\ I Y 'ORM EN IO. II RElAIO Of lOS CUER POS como discurso 10 que solo se percibia como un r uido'" Un "saber scr de las ernociones'" y un sabe r vivi r los espacios y los entor- nos aco mpanan al co nj un to de los mas dcsprov istos, corn ple- ramente forjados por los paisajes y los entornos rurales que elias ocupa n 0 at raviesan, Esos dos saberes se corn bi nan y se Iusio - nan. Aurne ntan las cornpeien cias sociales de cada uno y agud i- zan las inreligcncias multiplicandolas y diversificandolas. En ciert a mcdida, la di scipline historica y sus maest ros con frccuencia han hecho 10 misrno, esto que recientemente lc valio a la corp oracion la crf tica de un historiador estadounidense, que se lamcn taba de q ue 13 in terpretacio n hi storica y la histo ri o - grafia hu bieran dejado de lado de tcr minadas heren cias mayo - res, co mo las de Lucien Febvre y Georges Lefevre, y se h ub ie- ran most rado poco capaces de aprch endcr, e incl uso de air, el mund o de las emociones. " Dejando de lado sus manifest acio- nes externas, las emociones no han parecid o interesar a la Escue- la de los Annalcs,":' Esta se vera cr it ica posee, en efecto, cier to gra do de verdad. Para los mas humildes, ha bitar el ticmpo y cI espacio signi- fica no tene r ot ra vivienda mas que si mismos, sign ifica no tener o t ra co sa mas que sus cue r pos para col oca r ent re ellos y el cntorno, Al desnudo, solo con su Iuerza fisica y moral para co mu- ni carse y trabajar, el habi tan te de la reg io n pa ris ina se desplaza. En tre su lugar de desca nso ( una habitacion 0 un amueblado si n int imidad ) ysu lugar de t rabaj o, se hace carne con 10 que 10 rodca, los peligros y los riesgos, las buenas oportu nidades y los cncuent ros ; se haec carn e co n el paisaje, los atajos, los senderos en los bosq ues, los pasajes en las ciudades 0 los bordes areno- 2 Jacques Raucicrc, La lI1':sclllelllc. poluiqi 1' 1philosophic, p. 53. :1Ramsay Mac Mullen, I.es (;/m>liolls tl1II IS /'llislOire 1IIJC;e rIll C ct modem I', Paris, I.,., Bell es Lett res , 20 (H>. p. 113 . 4 JI' id. AV ECI NDAR SE Y DESP l Al AR SE. HAB lfAR u ESP ACIO I 79 C1\ de los rios, pero t arnbien co n los adoq uines rclucien tcs de 1.1L iudad, los pasajes ent re las callejuelas, las csquinas anima- .l oiS y los pue ntes repletos de pequenos co merciantcs. Se haee I ' l il t: con los ot ros para b uscar trabaj o y crcar vi nc ulos. Los I I II tl res 11 0 se pro tcgcn: fu rt ivos 0 prolo ngados, t icn en eI sabo r . kl placer ro bado y, a mcnudo, se los di sfr ut a sin siquiera ocul- r. usc. Todos los ad ivinan sin preocuparse dernasiado por sabe r , -on a no sinceros. Georges Leveq ue tienc IS a nos )' 11 0 ccsa .I. dccirle a todo el mundo, en Sll panadc ria, que Toussa int se uurcre de tristeza po r la Jeannett e y que cl ya ha perdido In vir- I midad. ' Mientras tanto, Rosalie, una cocinera de 23anos, cucnta tl ll lO vio llorar a Le Beau, sirvicnte, micnrras la llama ha "su '1 11I;cr qucrida', d icicndole en las escaleras qu e era gua pa )' frcsca ,, 11 110 una rosa. Sus co nversacioncs le habian agradado tanto '11l L' nu nca penso que algun d ia ser la aba ndo nada. " Asi t ra ns- I I I rc la vida en csos espacios do nde la promiscuidad de los cucr- )' IIS per rnite todos los sueii os y obliga a todas las decepciones. \ H INDARSE EN PARi s "f.:1I n el d iccionar io, la vecindad [ie voisinageJ significa: estado ,I. proxi rnidad de un lugar 0 una pe rso na ca n respccto a una , 'ISa 0 un luga r. Tambien significa que se encue ntra a una pe- I"u-na distancia y, tarnbien, que se aserneja, que es parccido, casi uuiiur, Avecindarse quierc decir: visitarse, confrontarse a. l ie csas accp ciones pr ox imas se puede sacar la concl usion de 'I"" se trata a la vcz de lin cstat us espaci al , tern porul (accrc arsc) \ ,,-him .; nacionales. y 9H96. 2Hde oCluhr e de )?Ho. I 1/".1" Yl)HH7. 14 de marIo de 17HO. Ho I II Y IORMENIO El PElAI Q OE lOS y de una forma de sociabilidad, Los vecinos pertenecen fisi ca- mente a un mismo espacio, perc a esa observacion hay que agre - garlc una di mensio n levern ente afectiva, pues en tra en juego la idea de la sirnilitud y el parecid o. La vecindad no posee en nin- gu n caso un est atus juridico expliciro (cosa que no ocur re con los oficios ), salvo cua ndo se t rata de establcccr limi tes () terr i- to rios y de const ru ir separaci ones entre los barr ios 0 ent re las tie rras de propiet a rios y los ca m inos co nt iguos , las pa rcdcs me di aneras, los pascos publicos, etcetera. Sin emba rgo, aun sin reglamc nt aci on, exi sten uno a var ios codigos implici to(s) de usa y de pert enencia al barri o que a uto - r iza(n ) 0 im pidc(n) det crrni nadas conducias. Una obligacion mo ral difu sa, pcro est ricta, exige q ue los vecinos reu nidos en un rn ismo espacio, po r casualidad 0 por elecci6n propia, logren que reine la paz y la t ranquil idad publica, 10 que podriamos llamar una comunidad de en t e udimien to. Ser vecino, pcrteneccr al barrio implica ciertas obl igaciones y solidar idadcs, una prescr- vaci6n del orden, la limpi eza y cl respeto po r el ot ro. En algu- nos barri os muy conocidos de la capital, las perso nas se agr u - pan "po r rcgiones" En este periodo de exo do ru r al, pe rsonas oriundas de Auvergne, de l Jur a, del Lan guedoc, de No r mandla , lIcgan a la ciud ad y se reunen dent ro de espacios semiprivados ) donde no ab andonan ni su di alecto ni sus costumbres. Asi, pues, po demos cornprender 10 que representa la llcgada a Pari s y la presencia nueva de un habitante veni do de ot ra pa rte. En cl siglo XVI II , la vecinda d co nstr uye el barr io, rer mi no crn plcado para de signer una parcela de tie rra parisina regi da pa r una ad mini st racio n pol icial relalivamente nueva , pues la aparici6n de 101 Super intendencia General de Policia data de 1665, Existen w intt: ba rr ios y Cllarenta y ocho comisar ios ayuda dos po r inspectores a men udo especializados (p rostit uci6n, libre- ria , ext ranjeros , etc. ). EI C'omisar io es "c1 ojo del magistrado ", AVECI NO/, RSE Y OEI Pl Al ARSL HABIT/; R El ES PACI O I 81 (' glln la expresion de Delarnare, auror de l Traitc de fa police. II hay nada que pueda pert urbar la t ra nq uilidad publica que I I I I sea de su competenc ia. Propietario de su vivienda ( 4 0 .0 0 0 Ilhras), tiene un ingreso rn edio de 1.600 libras al ano que le parece msuficicnte, Per so nalidad conocid a y ternida , el co rnisa rio de 1. 1policia posee ademasun podcr de negociaci6n con los hab i- t.uues, de consejo y de conciliaci6n: en ese sentido, su tr abajo Il"l i1:1 entre la represion y un a eventua l bo ndad. Pronto surge la siguiente pregunta: l la autor idad personal del unisar io es la que cirnient a el bar r io 0 cl ba rr io, organizado \'" r ia agr upacion de los oficios 0 las regio nes, ya t icnc consol i- .l.ula la pe rsonalida d aun an tes de sornetersc a su comisario? La I por supuesto, es una tensa mezcla entre ambas pos i- I umcs, sobr e todo si consideramos que, en sus barrios, los veci- 111 1\ no constit uyen una masa inmovil. Van r vienen en eI espacio 1',IIisino y sus alrededores, viven sin tr anquil idad ni estabilidad I I busca de un trabajo y conoeen una prorn iscuida d tcna z qu e il" hace vivir constan temcnt e sin intimidad, en el espacio publico, II,l;1l la mi rada de todos. En esa vida tu rn ul tuosa , desorde nada, Ildl:nta, abier ta a todos los imprevistos, sc t rate de rinas 0 de I 1I111Siasl11os, t iene poder ot ra au torida d, csta vel. cclesiastica. E1 III a de parroquia, poseedor de los ccrtificados de bautismo, matri- 111 111l io y deceso, es tarn bien aq ue! que puede ent regar, a pedido, I' l l ificados de buenas cost umbres 0 de buena vecindad. ese lugar circunsc rito e int ranq uilo que es eI barr io, cada 11 111 1 se sit ua ca n rcspect o a muchos signos que act ua n sabre I. ,..scnt idos. Se trata a bien de los ca rtdes qu e pcrmi len oricn - III \l', 0 bien del ruido de los oficios (el ruido emi t ido por c1 zapa - I, 10 no es cl mi sl110 qu e el que emite el her rador, pa r ejemplo, 11,' 1impreso r), 0 bien t ambien de las k nguas empleadas. EIoi do ' Il ia los trayec tos al mismo tiempo que la vista yel oler I Cll or de la sangre derramada de un animai lleva a pensar que 0 L x! I lFU\ 16N Y l ORMNIO, U RElAT O Ol l OI CUER PO I no se csta muy lejos de 1<1 rue de Si cile, famos o barri o de los dcscuar ti zadorcs. Del rn isrno mod o, descubrir que cl Sena se tine por me mentos de una coloracion que tiend e entre cI ambar, cI azafran y eI rojo oscuro ciaa cornprcnder que nos acercarn os a 13 conl1 uencia cntrc cl Bievre, que Il ega a cielo abierto, yd Scna, EI barrio tiene una pr esenci a sensual ycorporal evidente, donde los cuerpos se codcan sin precauciones, entre golpes, gritos, abra- zos y alaridos de todo tipo. Es un lugar, en efecto, pero tarnbicn un referente. Se parcce a una person a ca n vida que reaccio na ante los acontec imient os, las dichas y las desdichas de cada uno o las situacioncs que ocurrcn de irnprevisto. El barr io es tarn bien una morada: \. as callcs son el aparrarnento de 10 colecrivo. La coIectivo es un ser en constante movirni cnto, qu e vive, cxperimenta, \; conoce, percibe e invcn ta tantas casas entre las fachadas de los edificios como los individuos al abrigo de sus cuat ro pare- des. Los car telcs son par a el colecti vo una decor acion mural [. .. ] La calle, mas que cualqu ier otro lado, se presenta como el int erior familiar y arnu eblado de las masas.' Si bien este texto cscr ito pa r Wa lter Benjamin pretcnde referirsc a la Paris del siglo XI X, posee una verdadcra pcrtinencia par a c] Siglo de las l.uces , pu es Haussrnann y sus obras so brevienen ant es de la guerra. Cuando sc produce un incident e y sc realiza \, una denuncia ante el cornisar io, aco mpanada de testimoni e s que seran deterrn inan tcs para la cncarcclacion y la present acion del easo ante el tribu nal del Petit Cr iminel, descubri mos qLll' veeinos, paseanl cs y habitant es convocaclos para testifica r a 7 Walll' r Benjamin, "Tc,is de li losofia dc' la historia'; SO/Ire eI(0 11( ' 1'10 de h;slOr;,, _Madn d, Tallr us. 1973, AV EC INO AR SE Y OE IPl AZA RSE. HABIIAR l ES PACIO I 83 "ll uudo hablan en norn br e del ba rrio. Si hay qu e de fende r a ..utundir a un acusado, se oiran las siguientes palabras: "es un 1IIIII lhre del ba rr io", "en el barrio se la consi dera una rnuj er
h""esta", "todos los veeinos asegu ran q ue.. . "en el barrio se "I. II. " de eI qu e. . . ", etc. Ser del barrio es una pcrrene ncia valo rada ' I'n:ciada pa r los vecinos r esa situacio n segurarn cnte no es dKII facil de vivir. EI barr io scria un Ingar do nde cstar ian 0 no ' In: llil11 adas las pe rsonas q ue 10 hab itan y q ue construyen su L\ " ,kn y su reputacion , Pcro, apa rte de esa circu nstan cia lcgiti- 1100 1,lora, cstc espacio es cl lugar de todos los tu m ultus, de todas I, . 'lgilaciones Ypodemos afirrn ar sin eq uivocarnos qu e nu nca loilipl a un rost ro calmo. Revisie el de 1;1 rormcnta social 0 e1 de I" .rlcgrias colect ivas y, por me mentos, pu ede romper como una 11.1 en invierno. I ompuesto pa r cuerpos indivi d uales y singulares diferentes I II IIIS de ot ros, el barr io es, pese a to do, un acto r social}' politico 1'11" 150 e imprecise , pues cada uno de los veint e espacios parisi - 1'" I iene (al igual que hoy) su fisono m ia, su ternperamento y sus 1 1'1\llles. Dentro de ese espacio, las reputaciones de unos Yo t ros , II man y se desarrn an a un a velocidad im pr esionan te, y au n- I'll stable en e1 plano espa cial, est a anim ado por rernporali- I lIlt 'S muy diversas y disconti nuas don de reina 10 cfimc ro. Actor I, nu ludable poder en deterrninadas ocasiones (revuelta con- 11. 1 I" polida, contra los panaderos CLJ)'o pan es dern asiado caro, I, ), no tiene un rost ra fijo 0, mas bien, ado pta mi l rostr os. I , 1. 1 corn puesto por miles de pares de ojos y avec indar significa 1.11 confrontado a toda s csas m irada s. Ca n un cspesor geogra- I " II Ii uc signifi ca una consistencia de clasc, im pon e 0 pretende 1I 1' I"lllcr cada dia un poco de su po der. Es la vara segLll1 1a eual , II l1 den los ho nores y las rcputacioncs. Sin respo nsabi lidad ci- II 01 ni juri dica, se construye "politicamente" en los encuentros 11.1 ;l-l:ara entre sus miembras a ca n las au tori dades.
1' 4 I Y IOR ME NTO El RElAIO DE l OS CUERPOS Eso no seria na da si no est uviera habi tado por una tempe ra- lidad especifi ca, 101 que viven los cuerpos de su s habit an tes. 1 dia y la noche no exi sten en e50S espacios atravesados desde el alba ha st a la ne che ava nzada por todos los que se desplazan a pi e y sin descanso po r la capital, para asist ir a su tr aba jo 0 para encont rar uno. Encontra r un trabajo no significa encont rar tra- bajo:101 poblacion precaria pa sa de una ocupacion a ot ra, guiada por las estac iones 0 por las oc asione s. Forzada a 101 inestabilidad, la poblaci6n vive de instante en instante: hay que saber estar dis- poni ble para aceptar recoger judias verdes en Gent illy en pri - mavera, luego dirigirse 011 centro de la capital para ocuparse de 101 plateria en los hoteles regenteados por los ar istocratas y luego prestar una ayuda remunerada a los constructores de todo tipo que pueblan la arquitectura de 101 ciudad. La temporalidad se VL', pues, interrumpida; el dia y la noche se ven abru ptamente recor tados por oc upaciones ext rcmadarn ente divcrsas en luga res ale jades unos de otros, EI dia no se descornpone de 101 mariana al almuerzo y, luego, del almuerzo a la ce na, como hoy, sino en cl corazon de una temporalidad ir regular, cnt recor tada, Ilena de tropezones y sobresalt os que forjan no solo los cuerpos, sino tarnbien sus cmoci ones y sus imaginarios . La exper iencia que cada cu er po co noce, por la fuerza, de la falt a de trabajo, 101 sub o rd inacion y la dorninacion, de la disco nt inuidad te mporal y espacial crea una intcn sa d imen si6n de in ter ior iza cion de 10 politico. Sornct ido a todos los avatares de manera muy frontal, el cuerp o, exp uesto a las sacudidas del tiempo, ritmado de maneru obligada po r el ti ernpo sin unidad de mcd ida y sin lincalidad de la p reca r iedad, es un cucrp o cuyo imaginario, sensibilidad .. interio ridad se ven forzados a calcarse so bre los sobrcsaltos, la.. d isco ntinui dade s y las r upt uras que vive ho ra tras hora. La expc riencia que esc cuerpo conoee mas alla de su subord inaci6n > de la fuerza de las a utorid<:ldes 10 int ima, si multaneamente, .1 AVE CI NOAR SE Y OESPl AZ ARS E, HA BITAR El ESPACI O I 85 . IIl: tr de su influencia, La oralidad, las crcencias multi ples y I. t ' 1I 1L' sue le lIamarse las supersticiones, la adhesion a los cspec- I ' 1I111S de las callcs que mezclan curiosidades, picar d ias y mons- irnpregnan las sensibilidades, A esa s I rayec to ria s . lcntadas de los cuerpos se suman deseos expresados 0 call a- I" " de con trapoderes 0, al menos, de actitudes inven tadas doud e l rca resist encia. Pase 10 que pase, los cuerpos so n d ifici les \. ' Ililceionar, pes e a las aui oridades, sobre todo en est c sigl o de r.u lidad y corporei dad entusiastas. I I I I rc la genre del puebl o, nadie duda del hecho de qu e la prac- II I de los dias y la experiencia de las sit uaciones menos favo- nl.is organizan el tiernpo, mien tr as que, 011 mismo t iern po, ' " ' k lan los cuerpos. EI porvcni r, siempre in mcdi ato y poco ,..,. I I I II I , forma par te del pr csen te y se constr uye de manera abrupta II , l mterior mismo de los momentos vividos. Afer rada ypegada 1 ,1' 1mt ccimienro, la idea del fut uro tambien se constr uye desdc uuruda de ca da uno sabre la presenci a co r poral del rey y la 111. 1. de sus amante s, del delfin y luego d e su s prmcipes. Los II I IllS viven siguiendo el r it mo de esa monarquia co rnpuesta I ' " " l' rsonas sagradas, pe w , al fin de cuen tas , por personas. La I" ' , iencia pract ica del tiempo rnonarquico, que no t iene nad a I II vel' con c] t icmpo de los par t icula t es, se su ma al tiernpo " ,(' 1I1ey da lugar a numerosas opin iones y pensamientos sobre I I I uest io nes del tiempo. De fo r ma extrana, pew sin lu gar a 111' 1. 1' , las practicas orga nizan las ternporal idadcs. De ese modo, l l uturo inrnin cn te yn forma pa rte del prescntc y, a veces, da lugar 1111. 1 vision mas arnplia del porvenir lejano donde sc cspe ran I, '.11. 15 Iuturas. Si bien la mem ori a existe y, e ll especial, 13 de las . inn cs y las revueltas de los siglos pa sados (I asj{/cfj llcr i es' u I, i , L' I presen te tarnbicn se in forma sobre el pa sado y se orga- 1'.1'1 " li t," de los call1 pesinos (ranceses cont ra los sei\ores en 135X. I N. de la '1'. 1 1'6 I If I rOW HENTO. El REl AID 01. 105 r UERPO S niza en funcion de el, Con reaccion es prontas e inmediatas, los cuerpos disfru tan las experiencias discontinuas del tiempo para constr uir rclaciones vivas con los mun dos soci ales y politicos que los rodcan. He aqui un ejemplo que concierne a la vida de todos los barrios: en 1750, cuando la policia recibe la orden por parte de su Superintendencia General de secuest rar y luego ence- rrar a los bijos de artesanos u otros considcrados vagabundos y que entorpecen la calle, los barrios, en su cntidad viva y cor porea, abandonan, en la persona de sus habitantcs, las tempo - ralidades de tr abajo qu e de cost umbre los modelan para opo - ner a la autoridad otra pr actice: la de la negaci6n, la violcncia ) el ccse de las actividades. El acontecimiento de los secuestros provoco una verdadera ruptur a; at verse pisoreados los afectos y los sentirnientos de filiacion , la vioJencia di o a luz rupturas ternporales, deshizo la tr adicional aceptacion de la autoridad y, en 10 inrnediato, los pensamientos y los actos se construyero n alrededor de la necesidad del rapido retorno del ni no a su barrio, a su hoga r. Pascal cscr ibia: "Estarnos llenos de cosas que nos expulsan hacia Iuera. [. .. ] Nuest ras piernas nos ernpujan hacia afuera" En eIsiglo XVI I I, el pueblo sabe a veces que, con frccuen cia, el"afuera" esta prohibido y, por 10 tanto, que debe ser robado, captado y rccup erado. Enfrent arse al poder significa, pues, que - brar el tiernpo del poder, EI barrio )' su vecindad se apropian de esa practica con insistencia )' evidcncia; romp er con el tiern po de los podercs se vuelve una necesidad. Los cuerpos albergan () provocan en elias las posibilidades de invcntar alga dife rcntc de 10 que les ofreccn las autor idades. Ese cnfrcntarnicnto con cI podcr, por per iodos, deshace el tiernpo y los barrios viven con sa posibilidad; esta pasa por los cuerpos que se agrupan y se expresan, con lu intencion de cvitar la dominaci6n que 10 poli - l ico cjerce sobre elIas. Espacios donde se inscribe 10 politico, los cuerpos que pertenecen a los bar rios, soldados pa r la con- AVE CINOARSE Y DE SPl AZAR SE. HABITAR El ESPACI O I 87 II III 1<1 tragica de su presenrc ysu futuro, formu lan para quicn jll ll'ra olr lo 10 que ellos sientcn frcnte ala presion y la inrnancn- I I lid poder, Se permiten una individualidad y quiza s una auto - 111111 101, lugar de conc iencia cmo tiva, que ya sabcn que no podra 1\ I I' sin una cornun ion de cspiritus yde opinioncs, A vcces, los 1 I I I lOS ysus habitarues saben quebrar el tiernpo lineal y mo no- 111\ I' que se suponc que la persona regia vive en su cucrpo divino. I u.mdo se produce un incident e 0 un arresto, el acta del corn i- 1111 1 de la policia llama a testigos. En sus palabras, hallarnos, por el escr iban o, la trunsmision oral de la presencia It los cuerpos, las actinides )' los gc: stos y se sugicrc la intensa " 'H.'ptibilidad que exisre entre los vecinos. Una gran caruidad I rcstirnonios da mu estras de una energia compart ida; una III rgia para defender a los acusados 0, po r eI contrari o, para , 1I'"lrlOS. EI 5 de di ciernbrc de 1774, a las 2 de la rnadrugada, se I .lr za una de nuncia en la casa del coru isar io Chenon pa r via - 1"111 ins en la calle: I .orn parecio el sargento de 101 guardia 01 1mc rcado, tras haher .udo pcdir auxilio persiguio ,1 dos particulates que malt rara- h.m a lin tercero. Todo el mundo cstaba asomado a [as ven- t.inas y Ie indicaba cl camino por donde esos particulates huian .licicndole son dos bandidos que estan asesinando a lI ll des- ft r.lciado y, luego de perscguirlos con la ayud a de vecinos y -oldados, los alcanz6 en la w e St HOI/on; y los arrest6. 1'111 \ de los dos parti culares arrcstados dira, para defendersc, que .111buscaba acostarse, que habia ido can un amigo recien lIe- uln"a 10 de una lechera que ya 10 habia alojado, peru no reco- I" " in su puerta'" Las explicaciones son int rincadas, perc t ie- \ 1' hivos nacionales, Y 9825,5 de dic iembre de 1774 AVE CINO ARSE Y OS PlAZARS , HAB IIAR II SPA CIO I 89 II nrand o desconso ladarn enre y sin conocimiento, su hija de x alios en lagrim as y arranc and ose los cabellos de la desespe- r.icio n, que no p ud o sabe r nad a de Sll tristeza, )' solo pudo cnterarse por m ed ic de la cmpleada de la ticnda que le dijo 'III I.' habian insultado a su esposa." I 1/ ',.1.. y de jun io dt: 17/;5. ( ol11lsario C uyn!. 1/11</., y julin tit: J7HS. (o rnisario Thibnl. 1111,1 discusion. Los testigos confirman esc encucn tro rapido yel dl'recho a partir con el nuevo soldado, pues eran dcl mismo barrio. "n del m ismo barr io no significa q ue las personas se conozcan " ' l' reconozcan , pero justifica a quiencs se sicntcn ligados por n,l per tenencia, Pero si el barrio es un a person a, los cuer pos ,!lIl' 10 habitan no son obligatoriamen te arnigos, sino q ue tcjcn um ivencias rapidas y solidaridades efirneras. l.as historias de amor y de seduccion tarn bicn sc prestan a Jis- t usion ; una mirada mal dir igida 0 un gesto ligcro irrita a los I inos, a los arn antes y a los arn igos, a los mar idos y a las l'S J10- I' : a cstc rcs pect o, los cuerpos posecn 1Ina i nc rc iblc vivac idad. como existe 1.' 1jugucteo, las lalras a las marcus de fidclidad I',lrccen into lerablcs, Golpear eI cuerpo de las mujeres provoca lidnridad, casi sicmpre unduimc. En el dolor, los gestos son .Ir.uuaricos, como los q ue cuenta un rna rido quc regresa a su I Is,1 y encuentra a su rnu jer \\ I'lindarse signifier arr iesgarsc a los golpes y las peleas: Nico- l., Verct, comerciante de alfi lcres, It: grita, con cl apoyo de sus , 1110:' de 13 rue de L(I- verreric, a aq ucl que desde el primer piso I. I cdificio le lanza regularmc nte carozos de cen:Z<lS so bre cl I I ,lI l ' : "G ra nllja, mcrecc rias comerte una talla como un cspa- A 10 que siguil' l una pelea nipida , peru sangricnta. 1 ! Fue liberado un mes d esp ucs. " Llcvar un gor ro, no saber donde reside alguien, haberse ala judo en el pasado en la casa de una lcchcra: es un modo de exis tc ncia replete de peleas y contlictos. Los testigos alcgan sus cos turnbres de barrio y tienden a rechazar 10 que vicne de lejos II dcscon ocido. Pcro las so lida ridades son tan fuertes como fur tivns. Tras COllocerse en un cabar et, un ho mb re decide scguir lu" paso::. de su nuevo am igo y enrola rse en el cjcrcito. Cr uza la', rw nleras perllli tiJ as, se presenta an te cl regimie nto e iniciil Dijo esrar en com pania de varies flam encos cuyo norn brc dcsco nocia y qu e se prod ujo un a discusio n: dijo que en t re cllos solo se llarnaban "pays?" y que 110 sabia da nde rcsidian, qu e, de heche , s6 10 rue a r restado po rq uc lleva ba un gorro como el q ue habla or iginado la discusi6n. 11 111 1" 1" 1'"/' IIJ'S"sigl1 ili",1 dt: 11 1l;! l11 ism ;l rcgit"lIl': 1lI /\ rd lil" lI' n"cilln ,d,'s, Y l2 de de 177S. HH I I Y 10RMl N1U. I I R[[ AIO OE l OI CUERP OI ncn la fuerza de la verosimilitud. Por un lado, In vecindad par- I icipa de In busqueda de 10 que cree que es un del incuen tc. Pa r otro lado, el acusado arguye un tipo de cncucntro clasico en esa Paris tan po rosa: cncontrarse con un amigo que acaba de llegar, ir a golpearle la puerta a un a lechera que un dia 10 albergo, no reconoccr realrnen te su puerta pues no hay ningun a direcci6n escrita sobre los frontones de las calles. Paris-barr io, Paris-poro sa, conocida y desconoci da, can sus cuerpos acosturnbrados a los encue nt ros, a las casualida d cs y a las falsas csp eranzas de reen cucn t ro. D isc usio n en un a ti e rula de vines en 177 5: un sospecho so q ue parccia no tener ocupa cio n cs intcrrogado dcspues de su arresto en cl Grand Charelet: 90 I [f UI ION Y rORME NIO . EL REl Aro DE l OI CUER POS Pese al constan tc tumulto de la vecindad, cada uno se esfuerza por parecer legitimo ante los dermis, plies ser conocido en Sll barr io es una ventaja, sobre todo porquc los observadores de Ia pol icia estan encargados de captar las palabras divulgadas pOI el barr io. Tal vez esa observacion perrn anente termine cimen- tando los cuerpos y sus acciones )' aurncnte, al mismo tiern po, la amp lit ud de los rurnores. La opinion de los habit antcs es l'l complejo producto de las opiniones de cada uno, de Inconcien cia de pertenecer a una misma comu nidad, de la rcsistencia COil siderada necesaria contra la rudeza de 1a policia 0 de los rcprc sentantes de la rnona rquia." Dent 1'0 del barr io que, a veccs, reacciona con una sola vo ante los acontecirnicntos rcligiosos, sociales )' politicos, existcu vinculos y sabercs de una forma a la vez natural y construid.i Uno de los prirncros vinculos qlle favorecc una comunion d cuerpos csui forjado par la informacion, la busqucda de nove dades, el conocimie nto de los delitos 0 los crimcnes conocidos No hay barri o que no tenga un informante propio, II' a las Tulh rias 0 al Palais-Royal, donde llegan a caballo los oficiales porta da res de novedades del reino yde la diplomacia, es un acto escn cial que lucgo pcrmite informal' <I I barr io. Asi como aqucl 'I ll! cada manana, se desplaza hasta la casa del comisario para v expuesto el precio del pan y luego advertirselo a los habitanu sella )' unc los pensamicntos populares que debaten cotidian.i mente sobre 10 Justo y 10 injusto. Ylos ni rios ocupan un lugar evidente en esc papcl de infor mantes.': A part ir de los 10 afios, a veces un poco antes, trabaj.. irregular 0 regularmente junto a sus padres comerciantes 0 art 13 Ark th.: FMgC. Dirt: Cl rna! dire, ['opinioll pLlb!it!11C all XI' l1l( siecle, Pari s, Scuil, 1991. 14 Arlett e F;lrgc, !:enfant dtllls !tI l'il1e, Pari s, Ra)'ard, 2005. AVE CINDARSE Y DEIP l AZARIE . BASil AR l EIPAC IO I 9 1 1111... Encargados, debido a su edad, de las diligcncias 0 del trans- "111' de pequenos paquetes, atraviesan la ciudnd en tudus di rec- "1111''', recogen las palabras y las conversaciones dL' linus )' otros II uilancia los vuelve sensibles a todo 10 que rccorrc cl campo 1.1 ., opiniones establecidas 0 en gcstacion. Opiuiones, he uqui II I , ilabra que abre un vasto campo dondc ln expcricnciaaWI1l - 111. 1 IJ ernocion: puede t ratarse de tcmorcs cxprcsados ant e II I que parecc proxima, la alanna ante l'i auru cnto dd , 'Ill de las mercancias, especialmente el t rigo, la dcccpciou y I " Iemen cuanto a las actividadcs turbulcntus y considcradas , 1'1.ICe.: Sde los Parlamentos, el espcctaculo de los castigo!>, sc II' I lc la picota 0 del suplicio supremo. EI nino de.: barrio, COil II I h.1 Irccucncia objeto de solicitud y afecto, salvo qllc se trate III ' iravieso, es un intcrrnediario y LIn mcnsajero. Su dcb ilidad h 1 110 irnporta frente a SlI capacidad de movilidad, su incan - hi, I urios idad y su fucrza de persuasion cuando Ie parcel' que t I'.IS van a ponerse seri as. Muchas huelgas 0 comienzos de 100 111I .lmienlo les deben la rapidez de su concent racion, I I urlorrn acion es un apr endizaje cotidiano de la cosa pub lica I, 1111 saber social profundo sabre el cuasi desar rollo preciso I. , . I uesriones del Estado a de la Iglesia. Aunque a mcnudo I , plazan fuera de su barrio, los ind ividuos SOil primcro de 1'1/ I io ypueden, en cualquier memento, para reaccionar ante ' 01den de la policia 0 ante las or denanzas reales, servirsc de I1 ll ligl' ncia de los lugares, de los dcsplazarn ientos de las auto- hll'" r de las cost umbr es policiales para op oncrsc juntos a IllJOS saben de memori a y pa r el cuerpo como enconl rar I. kncia del teniente general de la pol icia, pa r ejemplo, per II III II sabcn reconocer de lin vistazo a los espias de la poli- '1 ' 11 , disfr azados , merodean como chivalos en las plazas 0 II ' "llui nas. Tambicn conocen mu y bien la agenda de las I hl.ldes. Los edificios institucionales (iglesias, palacio de 9 2 I [fU SION Y 10RME NI O. [l REIA I O OE lOS CUERPO S justicia, pr ision, casa del comisar io, hotel del ten icnte general, dornicilio de los recaudadores de impuestos, etc.) son lugarcs tall farniliares como ext ranas. Tarn bien son los lugares donde se reu nen las multitudes reivindicativas )' por donde, desde d moment en que existe alguna, pasan las manifestaciones, Escconocimiento del espacio es una cornpetencia politica por cl cuerpo y par I" razon, Simultanearncnt e, los cuerp os de los habi tantes, que vivcn un cara a cara tan calido como tumult uoso, est an famili ariza do s (y tambien desconcertados) con la desdicha del otro y COil los infortu nios su frid os. Avecindarse significa cstar al corr iente \ tanto de los malestar es como de las act it udes dcshonestas 0 deli, \ r' tivas de aquellos que 10 rodean. EI habitat, que obliga a los cue: pas a ser testigos privilegiados de la intirnidad del OtTO, construj una corporeidad que oscila entre cl odio y la cornpasion, ent I el afec to yel desco dcst r uctivo. No puede scr de ot ra manera. A \ I con sus cuer pos a 13 defensive y con sus cuer pos a la ofcnsiv.i los hahitant cs no puedcn sino ver, observa r, en uistccerse, vol verse irnrusos 0 cornpaneros de la intimidad de los ot ros. SCtr.u.. -J: pues, de un encuentro cara <1 cara corporal )' afectivo COil el vecimI que deja inevitahles marcas ell cada uno, Avccindarse se vuclv sinonirno de introd ucirse sin qucrerl o en el espacio del otro adrniti r que otro tan to ocurre con un o mismo. En esa conf u si6n que envuelve la vida de las tamilias, la expresi6n de las em. , ciones buenas a malas no encuentra ni un refugio ni un rcUl w co. ' Iodo se expresa a cido abie rto. El "ent re si" es un espacio complejo, alli todo parece posibl y, sin embargo, los modos de regulaci6n estan tan presentes COl li el rcspcto de las normas. Par mas que cI desorden sea evidellt y que los desbordes se produzcan de manera ordin aria, reill pcse a todo, d deseo COlcClivo de vivir I11cjor y de impedir totl aq ucllo que pod rin perjud icar a la colectividnd. Como com cuencia, cI barr io funciona mediante espas mos sucesivos. AI1SI' AVECINOA RS E Y DE SPI AlA RSE. HABI H R Et ESPACIO I 93 I I cnte al mundo exterior, los habi tantcs SOil hombres y muje- Ipasionados, con movi mientos de humo r nipid ns y co n- 1,1 ,1. ldos. Las vol un tades y las pasioncs sc dcsnr rollun al rit mo " I.,., cmocio nes scntidas y los gestos siguen Sll cadcncia. El lugar I, 1m afectos es tan dominante como el de la intcli gcncia, uun- I'" 1. 1vida del barrio esta at ravesada tanto por cxaspcracioncs 111111 por clamores de di cha u odio. La fascinacion y cl ellI u- I IIlt l Henan cl espacio, aunq ue eI roves de esos nlcctos P OSl ' L' 111 i ucr za exasperada: scntir odio por alguicn sigui fi cu estnr d is- II , 10 a da rle una goIpiza soberana 0 a injur iarln como hicu lc 111 , 1, Lacrueldad pucde recrnplazar pro nto una clcr vcsccncia I.d y la atmos fera sc transforrna abruptamcntc, micnt ras que ''' ', minutes antes nada podia transparcntars c. En oct uhrc de "t.1,1 mujcr de lean Le Cene, artesano, cnt ra en trabajo de par te , 1I'11i! d'enf ant" ] y da a luz, Alguicn golpea a 13 puerta y la par- I II' .ivisa a Jean Lc Cenc y a la sirvienta encargada de ayudarla. II I 1(' Cene se dirige hacia cl vestibulo, luego bacia 1'1 puerta y II I ucntra cara a cam con el rnarido de 13 partera, un tal Har- I I ..l l' lc grita a Le Ccne en la cara que "la hora es indcbida" y . plicre a "su mujer " Jean Le Cene le pide que espere hasta el I 1!'\ lliente y" que luego ella iria, pues por eI memento aun se 1,lh. 1 ocupa ndo de su mu jer, que estaba dando a luz" Loco de I ' , l lardcl "larga un di sparo": la pelea se vuelve tan violcnta I , G: ne tcrmina ma tando a Ha rde!.'; 1' , 1 lodos los int ercambios estan atra vcsados por halos emo - t d,'" que poncn en juego a los cuerpos. Una respiracion sen- ..t1 lllillterru mpida irri ga el barrio y, para funcionar con [os h' l)' lJucvivir '11ritmo de los sobrcsa1t os de lodos, en dcpen- I I I 1.I:-oi Ilbligada de las escansiones de las vidas privadas y de h"", \" (\45, Ca ncilleri a, grac ias y carlas de rCl11 isi<'ln I " ,), IX de oCl ub rc de 1700. 94 I H USION Y l ORHl NIO. El RElA ID DE l OS CUERP OS su vida colectiva, Esto pasa por cI saber social, la informacion y un buen conocimicnto de la vida politica, al menos de la que puedc scr accesiblc. Cada uno sabe mas 0 menos en que hoteles, resi- dencias 0 casas viven las au toridadcs cuyas carro zas defiende y de las que conoce los traycctos que llcvan a tal pr incipe al teatro o al tcniente general de la policia a la casa del intendente. Esta cornpetcncia social instantanea y cada dia actualizada leda mucha vivacidad al barrio, pero tambien mucha susceptibilidad. Los cuer pas se chocan 0 se injur ian can facilidad ante la menor afrenta a su honor 0 a su modo de sociabilidad: levantar el sombrero de alguien, lanzarlc un carozo de cereza alii donde no se debe, ocu- par cl lugar de otro en el mcrcado, dade un empujon a un pucsto, saludar de manera torcida 0 burlona son pretextos de pelea. Los scntirn ientos y las suscepiibilidadcs, vividos a flor de piel, dicen tanto como muchos de los discursos, Dern asiado restringidos pOl lndureza de la vida ylas condiciones en las que se ejercc la domi nacion social, los cuerpos de los individuos experimentan COil intcnsidad y violencia tod o 10 que no soportan de los ot ros, el con tacto cara a cara dircct o con la autoridad es imposible. Ent re los habirantes, esa conc iencia de vivir dominados y t sornetidos provoca, de hecho, una fuert e dependencia que a vecc- cobr a la forma de la solidaridacl y las alegrias colectivas com partidas, y otras, la de los celos, el odio y las rivalidacles. En atmosfera, eI pensamiento de si ysobre si, la dignidad yel honul son tall valiosos que se defienclen de manera aguerrida. EI hechn de compa rtir ca n el vecino la intima eonviecion de que, con re, pecto al rey, se forma parte de la poblaci6n mas vulgar gener,l deseos colect ivos de salir de esa situacion sent ida como vcr gonzosa ydeplorable y de los momentos en que cl otro se vuelv, el encmigo que hay que combatir para eneont rar su lugar. La 1'ertencncia al estado de les da vivacidad )' fero ciclad a los intercambios cor porales. POl' ejemplo, [rente a III AV EC INDARSE YOSP l AZARSl IIHI IA R [L ESPACI O I 95 ,11,' lIta 0 el robo cornetido por alguien del mismo nivel social, I" .cspuesta es inmcdiata y la eoreografia gcstua]cstulla sin lirn i- It '. sin rit ual ni protocolo. No tiene sentid o preoellparse por el II I rII, pues es cl quien, al ser el misrno y el otro, se ha perm itido 1I Il Iar co ntra 10 mas Intimo que existe: el ho no r, ln rcp uta - 11111, cl cucrpo 0 los bie nes . Ik heche, en cada rina 0 agresi on, nuda qucda comp lera- II ll'nk librado al azar, salvo en case s de cbriedad o de tipos de I .unport amieuto muy part iculares. La con fusion gcucrad.i por I", ineident es violcn tos 11 0 es el ceo ci t' la "naiurulcza popu- / 11 ' : no domada )' siempre limitada por ap usinn a- h ,. Son muchos los fil6sofos 0 cronis tas qUt' picnsnn de cs ta II hlllt'ra. Mas tarde, "la filosofia pens6 constuntcmcn tc l'l ellerpo 11I1Il! un obs taculo en el acccso al alma del mundo"," :.1(,101'- I " ido como he rcncia ese extrano pensamiento de las Luces res- I" t I II del pueblo. \ \ observar las palabras pronun ciadas, los golpes propina- 1,1, y los gestos realizados, con frecuencia descubr imos que la t II dl'llcia entre vccinos act ualiza de heche sit unciones precisas II morncnros coyuntur alcs det errnina dos: lin sombrero qui- I I till en brorna cs serial de una act it ud muy incivilizada que 10 lila contra la parte sup erior de la cabeza y rcpresenta una I" rulu cont ra la idcntidad de aquel que es bur lado; cI hecho I, I rnpujar el puesto de un vendedor provoca un deficit eco- 111I 1\lieo; una inju ria contr n un a mujer perj udi ca no solo Sll 1'\Itaci6n , sino tambicn la de su t:1milia, qu e intenta como ".a/ quier otro obtene r un teeho propio, etc. En el mismo ills- IIl lt' en que se prodllcen estos incident es, la iden tidad soc ial, I. I iva y econom ica J e los cuerpos se ve perturbada; los ges- 1'111 1Ilu lTI lIm:hcl, I:molicms. b 51 i mr Iecorps el Ie50(;al, Col. Em pccheurs I, I'l'nser CII roml, 1999, p. 14. 96 I ffUSI6H Y TD PH NT O El W Al O Of l OI CUERPOS ios, los golpes y las palabras responden a Invelocidad de la inju- ria cometida. Si los peato nes a los vec inos salcn al rescate de unos II orros , no siern pre se t rata de confusio n, sino de mane- ras de hacer que ccsc la discordia y de resrablecer la unid ad fragil }' t umult uosa de esa obligacion de vivi r juntos, de esa vol unt ad de conformal' una comunidad de cuerpos Ircruc a la policia. En alguna parte, en esa act iva febrilidad de cada dia )' en las Irccucntes violencias , podern os entrever que los habitan tes del bar rio. en su ca rencia de poder, buscan enunciar uno - 0 muchos- derecho( s). Ese "alga en COmlJl1" en el o rdcn de de rechos es lo que hay que hacer respeta r y 10 que, a vec es, haec reaceiona r a los pearones cuando los mendigos son detc nidos pOl' los agcntcs de 1'1 policia. Alii no bay irracionalidad: tarn poco podcmos afir rnar que ya cxistc 10 que mas tarde se 11<1 mara la cohesion social, pero pucdcn derect arse con cvidencia dcterminados acccsos, violcnt os 0 no, pero en todo caso verba les }' gesru ales, que indican un dcseo de autonomizacion. Esa "b rusqucdad popular' : tan observada por las elites, es sol todo una confesion de su par te sobre la rnaner a en que elias :>1 reprcsentan a la poblacion. Como asignados a la brusquedad por la mi rada policial, la mayoria de las veces los cuerpos obe decen mas 0 menos co nscientcmc nte a esa conrn inacion. POI otra parte, esa brusquedad es una respuesta corpor al }' gcstual que corresponde no so lo a las condiciones de vida, sino tarnbicu a las intencioncs, y ambos elemen tos sc refuerzan el uno al a tI'll para convcrtir aJ barrio y a sus habitantes en una comunidad de Cller pos Illuy especifica. En Paris, avecindarse signi fica ent rar en la marejacl a de 10 eu\.' rpos, funcionar para bien 0 para mal ca n el ot ro, COil lin. clIriosi elad tan grande por las cucstioncs del ticmpo y la publica que weinsenfrcntan con la misma fuerza los doloroslI avatnres de Sll condici6n. Fisical1lcnte, ora ll1lente, politicament AVH IIIDAR I E YOf SPl AZARS. HABIT AR I fSPACIO I 9 II I SPLAZARSE EN i l. E- I>E- l' RANCE, I ' INOCER l.A ITI NE lt ANCI A I mprender ruta l'.lra ir a t rabajar, a men udo hay que desplazarse fucra de Paris \ por 10 tanto, dejar los espacios mas 0 rncnos pro tcgidtls de la ,. Ipital para reco rr cr las ruras, at ravesar bosqucs )' rios, ho rdcar I." planicies y llegar a los pueblos. Esta vida itincrunte Iorju otras 11I .lIleras de vivir con los cuerpos y otros sistemas de sociabili- .l. ul. Pero, para rnuchos, cmprcnder rutn cs unn practica hahi- III.d: el exodo rural, por lin lado y, lucgo, cl paso de las est acio- III ". ar rojan a los carninos a rn uch os hombres 0 mujcres, que 11.111 dejado tras de si a sus families, en husca de una oc upacion. Illos atravies an las provincias para llegar a la capital, rnicntras ' I' ll' otros recorren cl camino inverso, part en de Paris para inten - I I' pequenos negocios en sus alrededores, bordear rios y carni- "." de sirga L'1l direcci6n a los pueblos mas cercanos. veto devoto y habitual, cI peregrinaje" tarnbien somete a los lu unhrcs a la prueba de la marcha y de las largas distancias entre 11110 y el calor, la mayoria de las veces en soledad. En cuanto a Ii mendigos ylos vagabundos, conocen 1'1 rugosidad de la grava, I " malezas abundantes, las severas heladas asi como los grandes ,I, Ires. El corncrcio entre Paris y sus lejanos alrededores obliga a 1.1 ' I.irretas precar ias, los caballos}' los hombres a trazar sus carn i- I' ", FI polvo es abunda nte, micn tra s que los pies mal calzados " h)$ caminantes, que caminan entre cspinas de escar arnujo, ene- 111 ' 1, terrenos arcillososablandados por la Il uvia 0 abunelantcs hd a- I I' II1 verna les, estan marcados pa r heridas ydd i.mllileiones. Para 1111 gaslar demasiado dinero y para evitar pagarles Ll nos solsil los 1' llljllcrOs, Ul IOS y ot ros cruzan a nado los rios asumiendo lod o I' ,IllI i l dqllc Julia (Jir.), Gilles Caillotill. pC/erill. J.e rel o/l r de Rome ri '/l11 sergier " ' I/oi,. 1724 . Fran<; aisr:J r: ({nOl r:, 2006. - 98 I [fUI IO N Y JORMlN IO. El RE LATO OE LO I CUERP OS tipo de riesgos y en co nd iciones poco fa vorablcs, a veces soste- ni endo en alto sus pert encncias para man tcnerlas secas y, a veces, dejan dolas arrast ra r po r co rr ient es a las que co nsideran favora- blcs, El frio 0 cl calor cut ten y burilan las pi eles y los rostros: Ia it inerancia voluntar ia 0 (orzada es. pues, una "i nscripcion en eI cuerpo de las pruebas de la prueba del camino': IH l ambien implica los encuent ros buenos 0 ma los con el otro, las mordcduras de ani- males, la severid ad de los sen dcros apcnas desbr ozados carent es de circul acio n y de cont rol. Las crecidas, la he lada, el sol ardientc y las rafagas de vient o qu e corren sobre las planicies esculpen los cuerpos y los im pregn an con sus rafagas, micnt ras que los altos roneles de madera forman obstaculos irnponcn tcs e inquiet antes. o bien las pe rsonas se "congelan co mo el hi elo" scgun la expre- sia n de Caillotin, cl peregri no de Reirns, 0 bien se quernan hasta las cnt ranas. Pcse al tiern po y a las int cmper ies, los cu erpos estan su mergidos en una natura leza que puede se r agrcsiva a t ierna- mente acoge dora, pcro que sc su me regula rmcnte en la oscur i- da d de la ne che de multiples espa ntos . En los carn inos, todo es irnprevisiblc, La vida nornade no t ienc alli mas q ue un solo apoyo vcrdade ro: el c uerpo. Los paisajcs var iados, las dcsnivelacionc s ca nsado ras, eI agua flu ida y ator- mentada, siernpre presentc, modelan los imagina ries y las sen- sibilidadcs. Erninenterncnte sirnbol ica, la rut a es scnal de largos t raycct os ar r icsgados y de parti das, llc na s de aza res y peligros poco previsibles, pero tambien de altos ar riesgados yde cr uces dL' puebl os que no son lodos necesariamcnlChospitalarios. Aqucl 0 aquella que pasa, va, vuelve, se vuelvc ya sea "habi tual" y colidiano o bien conserva la marca y el rosl ro del extranjero. La pob laci6n errante co noce multi ples conlrol es y vigila ncias: los gu ardCl s, pe m IXI)ol1liniqu c Julia ( di L) , (;il!c> Cuil/olill, pa n-ill. f.e rclOllr dc Romc d 'lIl/ sn-gicr r"'l/ois, p. 3.li . AV EC INDARS l YOES PLAZARS L HABITAR EL lSPACID I 99 ! uuhien las autor idades pol iciales de los /millillgcs y los SCtl Orl OS, I. ", gcnda rm ertas y las autoridades militares se prc ocupan por los q ue esconden la cantidud en aumcnto de Iugi- ' I VI IS, descrto rcs 0 sirn plcmente mcndi gos y cnfcrmos escap ades ,1, los hospitalcs para h ui r de esos an tros dcmasiado insaluhrcs. Ill' esc modo, mas vale provecrse de ccrt ifi cados dc buut ismo 0 .1. 11Oda, tene r su pe rrn iso milita r en regia si sc cs soldudo, 0 cual- ' I' li cr marca de p ertenc ncia a lin pa tron si sc cs comi siouista. Di- .. iamente sobrc cl cuerp o, cnterrados CIl los bolsillos, se ins- uhcn signos de idc ntidad fra um cnt arios. 1" iuuerte 1I,IIldo Iccmas las aet as de rccoleccion de cad avc res hall ados I I cl Sena 0 en los carninos, dcscubrimos, co nservados en los , ur rpos, restos de papelcs, fragrn en tos de cscr irura, jiroues de ( ' I I ificados lavados p ar el agua q ue los naufragos 0 las vict i- 1l l,I S de muert e sub ita en la rut a llcvaban consigo, precavida- mente. Casi tod os po bre s c ilctr ados, lleva n consigo la presen- 1,1 de un escr iio cuyo co ntrol no poseen (tsaben, incluso, leer lor) , I" III cuya gra n irn po r tancia conocen." Los cuerpos ha llados inucrros se invcura ria n minuc iosa ment e, se descri ben las ropas cons ignan los objctos llevados. vin (0 casi) cu ltura escr ita , convivcn con el text o cscrito, Esre lin lalism.i n que les pc rmite at ravesar eJ liempo y los dias y II va cminenlc s imbo logia cu nocen. Aderna s. esc pa pel es un 1I',no de pert en encia, cosa que lodos necesilan mucha. En el se III lIcntran las palab r as ncccsar ias pa ra vivir. La presencia de las I" d.lhras, de los peq ucI10s frClgmenlos de carlas, de cuen tas, de '" ,\ r1 cllc I'argc. I.e bracelel de ptl rc/relllill . CrlTil sll r soi {/I I XI' I ll' si,'cfe, P"ris, I :" r a rJ. l a o I f USION Y lORMEN TO. El RlATO DE LO S CUERPOS vagos ayuda mernorias 0 di reccio nes responde al deseo de Ull yo en construccion que sabe rnos que pasa por 10 im preso. Eli esa sociedad oral, las personas intuycn cI peso de 10 escrito como un a prueba de identidad y una manera de obs crvarse act uar y vivir dentr o del ordena mienio regulado del mundo. A veces, 10 que se revela alii, en csos torpes escritos t ransporta dos, esboz.i los con tornos de las cult uras de si y de las de los otros: hay qut' observarlas po r 10 que son, sin declararl as "inc ultas" ni consi derarlas cult ur as de la carcncia. Los escritos po rtados expresuu un deseo, cI de establccer un vinculo con la soc iedad, y repr esclI tan una rnarca evidcnte de una voluntad que se sicnt e ma s fuert. wando se la expresa de forma escrita que de forma oral. EI cuerp cs un "port a-insignia'?" c inscribe sa bre sf algunas de sus intcn cioncs, una parte de sus relacioncs con el mundo y de sus crecn cias, Lugar de construccion men tal e imaginaria, con sus escri tos tambien confiesa las cohercnci as )' las incohcrencias de 511 , per ten encias y, so bre todo, las rupturas )' las di sco ntinuidadv que han conformado el dest ine de su recorrido. Una parte de saber reside alii, bajo varie s aspectos que combinan briznas ell calculo con trozos de oraciones y mi sivas. Espacio de riesgo \ de dolor, el cuerpo proporciona un relato de SI mismo, sin ardell pcro sin desorden. Ci er tamente, 10 que se abre, 10 que sc inscr ih en el cs el mundo politico, que Ie prescribe la portacion de sig nos idcntitarios: a partir de alii, podra ur dir e inventar sus prll pias ma neras de estar en el mundo. EL gesto de La ll1arc!la La marcha es un gesto. Dc paso en paso, se van enunciando I. , trayeclorias a recor rcr y cl Ob}Clivo a alcanzar; enunciadora, I 20 :\lIwr l .\ Ioync, J,e camel d'adre.<ses, ("l ri S, L'l la rmatt an, 1989. AV f CINDARS f Y DESPL Al ARI . II ABI IAR EI f SPACI O I 101 1I1.l l dla tiene el valor de un conocirn iento. EI camin.uue, dicen, 11w" mas despues del viaje que antes, y su cucrpo, movilizad I " Ii l " csfuerzo, se ha llenado de nuevas in formacio ncs, que son l'I I II Il' n 1 de orden IIsico (se mide su resisrcnci.i y ( ;J IlS;J IlCio ), I" '" r.unbicn de orden estetico (el paisajc illlprl'glla Ill S pasils )' h. pcnsamient os del carninan te) 0 de o rdcn imagill<1 rio (d lllHl u.ibilizar la cantidad de espantos cxperimcntados, de xo rn - I ", cntrcvistas, de an imales 0 de plantas hostilcs 'I Ill' 1I 11 1l 1l' m" II. Ilnl rar). Las infor rnaciones que I' ropurcioll;1la Illarch'l :-'0 11 " r.ilcs; cruzarse con alguien bcncvolo permi tc .ICl l,dl'r.1nove- 1" II 's del ticmpo, fa region , la vida y los acont ecimicntos lIL- lr. u: I ' l l de otras partes. En carnbi o, 1.' 1"mal ripo" s610 (;111 $0 1pro- I, III,IS, sabre todo si hay que dcfe ndersc de el pur dcsgra l. ia , El "gesto caminatorio">' juega COil la S0l11 hr;1y la It lt , , Il 'sconfl anza )' eI eq uivoco, Puede suscitar fur tivos encucut ro:. lI"r IlSOS, doncle los tr igos y los cuerpos sc mezclan sin dcmn- , " I" pudor, ca n el inten so placer de los abrazos tall crucun i cs ,"" I cl maiz tosrandose, En ese nornad ismo en med ic de 11l1 1I 11. ' - "'" pcligros, el cue r po habita la desmesura del t ic mpo )' de 1'l ' IIsamientos oscuros, rcaliza el ejcrcicio coti d iuuo de una , r.ihilidad tan repenti l1a como efl mcra y se acerca al pcrcgri1l0, I J/ot' l'lldose constanternen te hacia san ruar ios qu e no cxisrcn ." II I , , del gran cnc ierro de 1665, en los siglos X I I y XIII, "la locura 1 Il lot'xte nsiva al vagabundeo y, por cso III ismo, lodo vaga- II l h!l' O lesta baJ amenazado por la locur a':" ' l:lIIto l'I hosq ue ' " '' l'i agua son mu )' propicios pa ra ese l'sladoli ll1ill' ,"1errante 11, 1",1de "1vlarchl:Sda ns I" ville", ('11 l .'i ll l"'lI li ol/ dl/ '/ l/o'it/i l' l1 . ..\ rt$ t,,,,, ,If, 10/111,1 9110,1' .185. " H, M,u ic Fritz, Lc di scoll rs ri ll ;;,11 nLl Mo)'c" Age, "<llis, I' ll I. 1992. ,,/ 1'. 19, , II hl'l r oucauh, HislOirc de In folie" ['fig' dassilJlI' , "<Iri s, 1'1011 , 1961, I ' l. ' ]() z I ff U) 10II Y 10HIE H10. El REl ArO DE lOS ( UERPOS y marcado por 10 desconocido. Por ot ra par te, en los relatos mcdievales, la tierra elegida para la locura se encuentra, en efecto, en el bosque y cerca de los cha rcos 0 los estanques, Lugar de ti nieblas, refugio de anirnales, aguas espejadas, tod o cs propi - cio par a las ilusiones, para las se nsaciones ate rno r izantes y para los hechos increibles. EI bosque, lugar de vagabundco, hace aflo rar la irr acion alidad, vir ar los colores, olvidar las prohibicion es. El loco encuent ra alli un espaci o propicio para sus frenesies cor- porales y sus esperanzas de unirse con el cosmos tan sagrado como diabolico, Par a ot ros, la larga soledad y el vagabundeo prolongado, hi necesidad de cscondcrse en caso de sentencia en rebeldia 0 de dcscrcion dan lugar a divagaciones y desordenes mentales que provocan alucinacioncs, confusion es y actitudes rapidamente agrcsivas, A mcnudo, algunos cn fermos, desgastados por una vida dernasiado dur a en los hospitalcs, escapan a las rutas, Entre enferrnedades, incertid umbres sobre cI futuro y una naturalcz.i a la que no siern pre estan acostumbrados, se int roduce la pertur bacion mental y aquello que Michel Foucault llarnaba la aventu ra de las "cabezas alienadas" Ese vagabundeo no encuentra sosiego mas que en el descanso y los suenos 0 las pesadillas habitan sus neches. Sin embargo, existe cierta dulzura en el heche el l' ser un dearnbulante, y rI peregrino Caillotin expresa con belleza la extraordinaria maner.i en que, en la ruta, los cuer pos se ven cnvueltos por el clirna, 1.1 luz y las som bras 0 la pesadez del verano. Tras dccidir part ir li l viaje a Ron1J y nsu regreso, en 1724, de la capital italiana en dire, cion a su ciudad de Reims, este peregr ino fabricante de sarg.1 hizo ll1 uchas anotaciones sobre su viaje. Este hombre ordina rio domina bien la escr itur a y su diario aborda todos los temas pero lamb icll lodos los paisajes )' los encuentros. Alii puede esa "scnsibilidad" po r cuerpos de la que ya se ha hablado; no s, AVE CIH DARSE Y DESP LA 1ARS E. HABIIAR El ES PACI O I 1 3 u.uu de una autob iografla y Caillotin, para Sll propio placer, " Iota iodo en su cuadcrno , insertando rext os ell prosu 0 pcq ue- poesias de otros escr itores, asi como im.igcn cs. Esc rompe- " ,hczas, donde se encastran la escr it ura propia )' tcx to s ya cscri- o editados por ot ros, pretende marcar e] rc cucrdo, Caillo t in 11'1 se pie nsa como autor, pese a sus csfuc rzos dl' extilo )' de 1"I,'lI' ica aprcndidos en la escuela. I.a itinerancia, piensa el, es una asccsis, pcro lamhit'n la forma pura de sumergir el cuerp o en Ius nunult os y las hcllczas . 1" LJ naturaleza, aunque esto irnplique cl causancio, las lasuma- duras en los pies 0, simplernenrc, cl micdo y cl dcsco de rcgrc- I I a la region. La fuerza fls ica cs fa primera rcqueri.la: los via- l' I ll S asocian "bosqucs de gestos" con miles de pasos, micntras , cstremeccn en los c1aros de los bosquccillos 0 se resguardan 1.1I.-.II11ente para evitar encuentros indescados, EI 28 de sept iem - I" , de 1724, agota do por cl cansancio, Caillotin escribe cerca del " llIll te Saint-Cenis qu e se encontraba .lesnudo en el heno a fin de descansar con mayor tr anq uiJi- d.id I...]. Pero tuve que volver a vcstirrne para salvar mi vida, I' il l ' S los vicntos traspasaban los muros, que solo estan com- puestos por piedra s dispuestas unas sobre orras, sin mort ero I' sin siquicra revestimicnto. 11\ elias despues, "el calor cxcesivo me hizo banarrnc en Ja ori- II I del rio, sosteniendome de una ba rquill a atada a un arbol )' j"' l ll1 aneci asi en tre 4 }' ') horas para I ll'1"rante "ordinario" que busca trabajo 0 Sc despl aza para II l'mpleo conoce muy bien los codigos )' las costumb res de las II II.:.IS marchas, cs decir, las formas de sociabilidad que hay que I ' '' " liniquc Julia (cd.), (;il/es Cail/otill, pC/erill, p. .'3 5. 104 I 'ORMENTD. El RElAI D DE CU ERPOS cultivar ylos recelos que hayque establccer contr a los malos gol- pes 0 eI surgimie nto irn previsto de ladroncs de los carninos. Tambien sabe como hacer un alto en el cabaret sin hacer eno- jar a nadie y como at ravesar los pueblos sin provoc ar host ili- dades, Pcr o una cosa es "saber" y ot ra cosa es practical' dichas costu mbres. Asi, la parada en el cabaret no deja de SCI' un momento propcnso a todos los peligros: alii la genle bebe. j uega a las carta s y traba arnist ades, pero los problemas surgidos de improviso se tran sfo rrnan muy pronto en rinas. Sociabilidades y peleas de la ruta Algunos archives proporcionan informacion sobre los t ipos de sociabilidad y las peleas del mundo de los caminos; son los de los recursos de gracia solicitados por los dclincuentcs y los prisio- neros en detcrminados mementos solemnes de las vidas de los reyes, como la coronacion de Luis XVI en T775, por ejcmplo." EI protocolo es el siguientc, Para ir a la ciudad de Reims, dondc tiene lugar la coronacion , el rey debe desplazarse. En su trayecto, gozan de gracia los prisioneros encarcelados en las ciudades que Sl' escalonan entre Paris y Reirns, como Senlis, Soissons, Co mpiegne, etc. Todos han ai da hablar de esa gracia; los que fueron conde nados en rebcldia y que, despues del juicio, se esconden y vaga bu ndea n pa r miedo a SCI' capturados y luego encarcelados, Sl' dirigen con prisa a los lugarcs donde se det iene el rey a fin lit- presentar su pedido de gracia. Existen ciertas restri cciones para esc proceso, como el caso del crimen de lesa rnajcstad, la falsi 26 En 1722, cI 25 de oelubre, lu vo lugar la eor onaei6n de l.ui s XV y se C<l ncedkron gracias. 1.0 mismo ocurri<') en 1744, en cI mOn1 cnto en q ue cl rn , cn conl ra dc 10 cspc rado, parl i<' l a luehar per sonalme nte en la gue rra en tiCI I,1 de 1;landes, EI regisl ro de los rl'eursos de gracia dd aiio 1775 se encucnl ra l ' ll los M ehivos Nacionalcs bajo cl indi ee 0 ' 242, AVECIN DARSE Y IfABIIA R El ESPACI D I 10 5 Ill.1Ci6n de rn oncda, el d uelo, el rapto, la violacion, la desercion, ,I asesinato por cmboscada y cl cont rabando. Estos, pucs, estrin xcluidos de la gracia real debida a su gravcdad; los otros cri- icnes, incluso de sangre, pueden ob tcn er el perdon del rey. F,I recurso de gr acia no es una cart a de rcmisio ri" y SI: pre- enra bajo 13forma de un interrogatorio rcal izado par lin comi- ,II in de 13 policia que le haec rclatar al delincuentc sus dclitos , ' \1 dctalle. Las narraciones son largas, prccisas y detalladas y casi umpre conservan cl tono oral de tina convcrsncion, Cada pr i- 11 11 llCrO adopta la po st ura mas humildc posiblc para rne rccer la II.Kia real. En suma, los relate s de dclitos se dcsliza n segun un 1III Idelo pni cti carnente horn ogeneo: se ( lienIan los hcchos, pcro dl- I" narracion sc desprende que, si tuvieron lugar, cs porquc a una actitu d legitirna frente a las cost urnbres de la , I'llca. POI' supuesto, hubo un dcrrape, pero s610 fue una rnancra ,II' dclendc rse, logicamente. Cada uno 0 cada una "manipula'' cl , utirniento que tienc de su honor e intent a rnostrar se como un d l t-;1l0 subdito del rey que solo cometi6 una falta para defender " honor pisoteado y, pa r 10 tanto, tamhien el del rey, l-n 1755, 2 17 prisioneros -17 de los cualcs son muj eres- solici- 1 11 1 un rccurso de gracia. Scsenra prisioneros de los 217 no saben I I ihir ni firrnar, de las mujeres s610 9: cstas estri n mas alfabeti- IoI.I S que los hombres. Pew 1775 es un ano particular, pues, can cstallo la guerra de las harinas y 25 arnotinados fueron ndcnados por saquco de rrigo y otros delitos. Los otros con- I, u.ulos, por su parte, 10 habian sido pOl' pelcas en los caminos 1111 hnblan causado la muerte, par incendios de granjas, robos en I, rutus 0 rinas en los cabarets de pueb lo. S610 scis de los casos I ,h.lIT rclacionados con historias de amor 0 de brlltaliclad sexual. II , il i,' lel1l on Davi" I'ollrSCI II v('/" SCI I'ie, d(' I'llrdoII till X 1' 1" sit'de , Paris, Il i li i. I'.)R8. 106 I [f US ION V rORMENIO. El REl AIO lJ[ l OS CUE RPOS Muchos relates de pelea pertcnccen a una dramat urgia de los cuerpos muy codificada, a la que subyacc una extrema impor- tancia otorgada a las civilidades ya los gestos de salutacion 0 reci- bim iento que, nat uralmente, deben ser respctados. La casa al borde del camino, la propiedad, los caminos serioriales, los pasa- jes y las callejuclas, la acci6n de levant ar el sombrero, los acuer- dos trabados en el cabaret, los saludos durant e los enc uentros casuales, el reeorrido en barco con los ba rqucros a fin de cru - zar el rio, todo es objet o de reglas tacitas que no deben t rans gredirse. Los gestos que hay que realizar, los saludos que hay que diri gir, las cabezas que se inclina n 0 no y las miradas burlonas est ri n inventariados y son sornctidos a evaluaciou. De una mala actitud 0 un gesto descartes nace la discusi6n que, a vcces, puedc dcgencrar en la rnuerte del hombre; en la ruta, no mas que ell cl cabar et, nada cs simple. En cl pueblo () en los caminos, se cr uzaron hombres y rn ujc res: se conocieron y 10 prjmcro 'I uc viero n Iue el cuerpo del ot n I , luego 10 ohservaron y 10 estirnaron. Este lcs par ecio 0 no agra dable, sin vergucnza 0 dispucsto a la pelea y el hurto. Las narra ciones mul t iplican la dcscripcion de las posturas, los gestos ell la mana y las pie rnas , las miradas. Se lecn los modes de pel cepcion donde los cuer pos y el pensamiento se alter nan )' se allan para apreciar al otro, desconfiar de el 0 terncr que provoqu e un., pclea. l.ejos de los pueblos, cerca de los bosqucs 0 de los cam pos de trigo, no habia "u na" ll1ul tit ud como en 1'1 ciudad, sino un prot ocolo del encuentro y un saber vivir de los cuerpos. Sabl'l apreciar al otro significa tamb ien tener una gran voluntad: 13 preservaci6n de si mismo. Eso tambicn sirve para defendersl' para afron tar cI fut uro. Es el (aso de Claude tvlinard, agricultor de 43 anos, nativo d Borgoi'la que reside en La ChapellI.'. rcaliza a pie el tr ayecto para lI egar a la prisi6n de Compicgne y solicitar su gracia. En AVEWIOA RS E V OE SPl AZAR SE . HABIIAR El ES PAC IO t 10 7 i , uando tenia 17 afios) , fue condcnado a la galcra de manera per- pctua, por contumacia. 51.' habia pelcado COIl Benoist, vinador ' I' ll' vivia cerca de Avallon, en un lugar llarnado Veau de Lugny. Ik noist Ie reprochaba que nun ca prestaba atencion a los danos que causaba cuando hacia a sus caballos pasar cerca de su campo. I ucnra: "Parades uno frente al ot ro, sc injuriaron prirnero ca n u.ividad, pero mutuamente, y luego sc golpcaron'. Podcmos ima- ' Illar la esccna, en efecto, y a Minard ufirrnando que Benoist cayo moportunamente sobre un [rOIl CO plInI iagudo dcspucs de un '1", 10 de distancia, mientras que 01IlO In cstuba urnc nazando, y , hirio gravemente la cabeza. Benoist lo dcnu ncia )' se llcva a 1 , 11 1(1 el juicio, que condena a Minard a las galcras. Estc sc fuga. L IS tarde, regresa a buscar a Benoist y, de hombre a hombre, a un arreglo con cl y 10 indemniza con 660 l ibras, de las ' 1' 11.' conscrva un recibo firmado pOl'el notario Cousin d'Avallon. I I no sabe firma r y s610 inscribe un a cruz sobre el papcl, Ale- uulo el arrcglo financiero, solicita su perd on. No hay ninguna palabr a que car ezca de impor tancia , nin- III saluda que sea insignificante, ningun gesto que no sea inter- l' lltado. Existe una "pucsta en escena ordinaria" de la vida de III, cuerpos en los carn inos }' hay que sorneterse a ella. Si no, " 1\ ncccsa rias tan to las cxcusas como las retraccioncs: ,iquicn dejar pasar pri mero al ot ro en un vado, por ejemplo, 1.' 1ofi- III () cI soldador Todo pucde pr estar se a discusion, pues se ! ' \'" lle que cada gesto debe cnul1 ciar ma rCelS de respcto y pre- I V, II' d honor. Posadcros, criadas, sirvicnt3s, jnrnalcras, obre- t \' Iavanderas saben "por cuerpos" 10 que es la rep resent a- 11111 10 que son las falt as a la civilidad. Si, pa r dcsgracia, l' llldlice una pelea )' luego golpes tan graves que provocan la 1I11 1' ri C, aquel que ha golpeado teje su relat a mllYcod ificado II I Il ' comisario, destacando In que el cOl1 side ra como falt as al ""Ih1 1 () a la honestidad. La l11 uerte causada 51.' redta ll O como 108 I (fUS IO N Y (ORMENIO. El RElA ID DE lOS CU ERP OS un crimen, sino C0 l110 una respuesta cuasi heroica ante la ofensa. Aqui cstamo s en un modo de prcscntacion de uno mismo y del cuerpo que pretcnde corresponder a las normas del heroismo definiendosc de manera consciente Ypolitica a fin de obtener la gracia real. Al adoptar los codigos sociales y las norrnas de los que se vale la propia monarquia, se corrc la suert e de obte- ncr el perd6n can mayor facilidad, Los gestos descritos minu- ciosamente - los de la ofensa, la herida 0 la mue rte- pretenden ser, aun euando son erroncos, dignos de haber sido realizados por un subdito del rey que cornparte con el soberano los mis- mos valores del honor y la surnision a su autoridad, En 1774, un mcrcero es condenado a rnuerte por habcr mat a- do al mar ido de una muj cr delante de la casa pa r do nde pasaba a la salida de un pueblo, Cucn ta que tenia pl aneado "ir a la casa de la mcnt ada Isabcau, a dos leguas de alii, pero que se equi- voco de puer ta )' entre'> en la casa de una vecina" &ta, enloque- cida, sc quejo ca n su mari do, que fuc a csperarlos al regreso y los injur i6 par haber confundido su casa ca n un lugar de vicio, "estes lc rcspo ndiero n que no habian heche ni ngun insulto, pero cansado de oi r los insult os del mar ido, pe rdio la paciencia y 10 desafi o a un cornbate a espada" Asi murio el marido, E5 imposible, aqui, distinguir 10 verdadero de 10 false, pero result a facil imaginar 10 que son las susceptibilidades y los c6di- gos de ho nor rcspecto de los urn brales de las casas y el lugar de las mujeres. Ent re las personas se esboza una coordi naci6n posible, compuesta por rcglas que se leen en los movimi entos del cuerpo del otro. Ent ran en juego las emociones, pues no existe "un sujeto independientc, un individuo aut6nomo sin el pr occso afectivo que 10 con el ot ro. Las reaccio- ncs percihidas en el otro pucden desencadenar una conmoci6n 2S 1' . DlIITI OllChd, f llloli" l/s. E'sai sllr Ie corpsci Ie sv(il/I, 1'. 103. V[(INDAR SE YDEIPlAIARI E. HAB IIAR El ESPWO I 109 j', pam clio, no siernprc se ncccsitan palabras. Los gesios 1<1111- bien euentan. Suele ocurrir que cuando rcgularmente se tornan los mismos , .iminos, la gente se encuentre con las rnismas personas y quc sc J' lI cda entablar una amistad , pcro In ami stad de la ruta es un proceso eflmero. Alguic n pucde cntrcgar pront o SLI confianza tras rc.ilizar una parte de su recorr ido eon un corn panero para mat ar 1.1 soledad, pcro cualquier incidcnic pucdc hucer qUt: SI? 1'1 retire. I I11111 bres y mujercs de la rura viven "csa so rprcndcntc mezcla de -i.mdes efusiones, ahrazos }' scparaciones comp lct.uncnrc hrus- .IS': 29Esas efusiones 5610 rcsu ltan "so rprcndentes' an te nuestra mirada de hoy; estan arraigadas en los modos de vida de esc .Iglo no made , significan csa "filosofia" del instante que caractc- I lIa a UIlJ poblaci6n acorralada, sin dulzura en SlJ porven ir. Estas ern ociones son aun mas vivas pues constit uyen la escri- 111 ra de los cuerpos, su inscripc ion en el mu ndo )' frent e a las .r.ilidadcs sociales. Esencialmente racionales, tambien son "act i- II lades de pensarnicnto";" EI hombre no csta en eJ mundo como un objeto atravesado por instantes de sent imientos, Irnplicado en sus accioncs, sus rclaciones con los ot ros, con los objetos que 10 rodca n y con ', 1I entorno, se ve permanentemcnte afectado, iocado par los .icontecimicntos. Las decisiones mas "frias" movilizan la afcc- t ividad, son procesos a los que subyacen valores, significa- dos y expectativas." . I ',"niniquc Julia (cd.), Gille.' C(/illol i ll , pC/cri ll, p. 359. , I ',Ivid Le Bret on, La .'aw ,,,. dll lll O/ul c, IIl1eIlII l lrropologil' dc" Paris, cd. \kl.lili':, 2 00t'> , pp. 1)1 r ss. I I/,;d" ". 1)2. 'i Multitudes y efusiones I'll s palab ras p rovocan cl t CI1l<H de l as elites: llll l ' lin ind ivid uo 1,1 po brc, cnferrn o 0 loco, vaya y pase: pen) que sc parczca a " I rus y entonc es co nsi it uyan un "a rnonto na rnicnto de genre" para q ue cl panico invada a las autoridades. Ahora bien, \01 costurnbre de cstar juntos par a bien 0 para mal es tradi cio- I"d >' cvidcnte, pues las condiciones de vida los obligan a clio. , ) C$ que se t rate en cada caso de malas intenciones rcspccto de jucllos qu e gobiernan, sino mas bien de un modo de existcn- , " I forzado, La so ledad sur gida de la pobreza esta tan presenrc Ian d ificil de vivir, la falta de int imidad y de abrigo para pro- es tan fucrtc que "esta r ju ntos" es una situac io n evid erue. ( ol1111n icarse cs "most rarsc" j un tos, gcst icular, rocar, convert- 1; todas acciones que llevan a rnan ifcstar scntimicntos yopi- uuuics, csper anzas y do lores. Sirnultanea mcntc, frcnre a 10 que I 11.1 las elites parecen desbordcs 0 tipos de cxuberan cia inacep- ,bb " si bi en s610 son maner as sociales y polit icas de vivir, las '" ll1ridades despliegan respuestas facticas, mientras que, dia tras h.r, consolidan su imagi nar io sobre el pueblo y se nutrcn con 11,'\or de las csccnas publi cas de las que so n tcst igos: para elias , 11':lla de la gest ion ma s 0 menos efi caz de una corporalidad )' " costurn brcs gcstualcs que no dorninan en ahsolut o, gue no uuoccn y que irnputan sin vacilar a la pa rt e animal c ins tin- .'\ ' del pueblo. 112 [ EfUSIONYlORHlNIO El RllAlO OllOS CUERPOS LOS I'ORRES TI F..NEN I' RO H I IIID O omxn Darles a los pobres como a los pajaros, decia mas 0 menos Fran- cisco de Asis,mas tarde convertido en santo. En breves morncn- los de la historia cl pobre y su cucrpo dolorido fucron objet o- de amo r; uno de los rncnsajes de Cristo y de la Iglesia insiste en eI cuidado que cada uno debe tencr de darles limosna a los pobres ya los cnfer rn os afligidos en su cuerpo, aunque 5610 sea para obtencr la salvacion. Lo que mas tarde llevara a Georg Simmcl a afirmar: "Cuando Jesus dijo al rico maneebo: ' Regala tu patri- monio a los pobrcs, 10 que Ie importaba evidentemente no eran los pobrcs, sino el alma del mancebo, de cuya salvacion aquell.i renunc ia era mero medic 0 slrnbolo",' La preocupaci6n por los pob res es constante. Se teme su de sorden. El pobre, cl loco, cl marginal dcsar ticulan la sociedad )' el debcr de asistencia uunbien es una manera de rn antener l'I orden publico. Aun mas, soco rrcr a los pobres no tiene CO Ill O corolario ni como objeiivo supr imir la division de la sociedad entre ricos y pobres, sino atcnuar las diferencias demasiado pro fundas ent re las clases, que se vuelvcn peligro sas. Taladrad po ri a pobreza, la asistencia es un dcber y el Estado rn onar quico comprende la cnvergadura de csto, Dct ras de los precep tos, se alberga una ccrteza nunca expresada abier tarnente: aqucl que no I ; CIl C no cs. La exclusi6n de los pobres obedece a la COli viccion de que 13 persona que no posee nada practieame nte de saparcce. Pcro como \a exclusi6n tota l resulta imposible, I" 1 Ceorg Sil11 llld, Sociologic. 1:/1/I1/'> >lIr Ic>j' Jrl IW5de /(I , OciCl/ i;at;oll, Paris, pur, 1999 , cap. VII, "I.e pauvre", PI'. 453'470 [Ia ( ita pertenecc a la cdici6n esp,lllOla: C; corg Sillll1l CI, Soure /a illcl il'iclualiclacl)' lasj (lI" rna> 50ciab. Fsu illl cs(('giclo;, intI'. y de Donald N. Levinc, Bucnos Aires, Editorial dc la Univcrsidad Nad on'll de Quilllles, 2002, N" 11: " F1 pobr e", PI'. 211> - 24 7, (i ta en p. 22 1 (N. del 1'. )1 MUl l lI UDES YEfUSIO"E S I 1] 3 Iires i ntent an evitar el obstacu lo, preocupandose por el cucrpo oi l' los pobres y del pueblo, pa r su imposibilidad de intcgrarse II sistema economico, por 1<1 salvacion de sus ninos y por el .lcsarrollo de una mcdicina cncargada de reduci r los cstragos ', llIsados por las epidemias . Esto no sc contradice con la ascr- 1 10 11 del "no ser ", pero rambien debcmos agrcgar que, en cste de progreso e intuicion, Ilene tit: convicciones y de deseos tic' cambia, la compasion ,I menudo acompana los procesos de En el coraz6n del proceso de individualizacion que I .iracteriza al siglo y que conc icrnc sobre tndo a las capas ari s- I"\.r,iticas y burguesas de la socicdad, la Iinalidad de las opera - I II Ill es de asistencia a menlido esta movida por cl intcrcs social I I" arnor par "51 mismo " 1pobre sigue sicndo un cxi ranjero 4 , Iraflo al que seria prefcrible borrar, con iodas las probables I nsecuencias que csta opinion implica. Paulatinarnen te, los III,IS hurnildes se deslizaron hacia eiegos laberintos de la inexis- 1"IKia , y los patcticos paisajes en rnedio de los cuales han hecho II historia y la de In socicdad han moldeado, aun en la derrota, II identidad, y han forjado cuerpos irr igados por el deseo de scr I,, interloc utores dcl mundo politico. I I pueblo sin for tuna estatan prcsente en los paisajes ruralcs I I I banos que ninguna autoridad, ni siquie ra eI monarca, puede t", prcnderse de su cxistcnc ia. La Iluida y movil cxpresividad It Ill S pobres, cuyos cuerpos estrin marcados por las hucllas del II sancio y las enfermcdades, ofrece un especlaculo doloroso , .11.\ lIuiencs buscan asistirlos. El lcatro de la miser ia es el peor til los teatros. A veccs, los observadores osc1lan ent re llna des- II!,cion grotesca ylastimosa de esa Illiseria tlagrante ylin aseo 1.11 1nte por csa evidente realidad. de esta mancra, cOllsiderado como algo que no debe 111' 1I" arse, sino que debe docilizarse, el pueblo ticne pocos dere- III" para defenderse ycxpresarse. Por 10 tanto, moviliza SlI fuel7...l 114 I [f USION YI ORM EN TO. u RE LAIO DE lOS CuERPOS politica mas cvidcnte: su cuerpo. Adcrnas, en cl conju nto de los textos escri tos sobre los cuer pos de los pobrcs se percibe de rna nera implicita, a subliminal, un pcdido: a ellos lcs esra prohi bido odiar, a fin de preserver la tranquilidad publica. Los pobres estan condenados a una cita perpetua de obcdi encia ca n res pecto a sus condiciones y a las autoridades que los gobiernan. Hay que llevar a Ins pob rcs 31temor de Dios yevitar su posibk resentirniento respecto del otro. Como el sistema politico se busa en la voluntad de borrar la pcrsonalidad popular (ma s alla dr su capacidad de produccion de trabajo), la obligaci6n de no odiar se vuelvc la merafora de 1a tranquilidad publica. Celebrai cI poder, al rcy y a sus prl nci pcs, aplaudir r festejar sus apari cio nes, es tar par ticu larmente alegres y cxprcsi vos fre nte a mult iples peri pcci as o stcnsivas de la mona rq uia vie ne acorn pafiado de ot ra cosa: no hay que sent ir ningun tipo de rcsent i miento rcspecto del revsagrado, que vive para la di cha de todos. EI mejor ejern plo de csa prohibicion es cl atcntado que Damien- perpetro contra Luis XV en diciernbre de 1757 can un navajazo que no resulto de gravedad. La conrnocion entre los gober nan tes fue tal que el Consejo del rcy sc rcunio para da r ordenes ;I los intendentes de las pro vincias. Se les encargo que recorric ran Juntos las provincias de Franc ia para observar si se habian cumplido y seguido las rni sas y las oracioncs en favor del rc) y si los carnpesinos y los pueblerinos habian most rado su pesar, si se habian inclinado hacia la tierra, pa r ejemplo, al oir el sonido de las campanas 0 no habian murmur ado palabras en contra de la mo narquia. 2 EI rey y sus principes qucrian que los cuerpm del subdito 1l10straran extc rionnente su pesar; estD continlla b politica de los cue rpos. 2 Ark ll e Farge, Dire el 11/11 / di re, /'Op;II;OIl pll b/il/lle ilI l XI' I1I' sicde, Paris , St' uil, 1991. MU LT IT UDE S Y I 115 Noodiar, no expresar scntimicru us de injusticia, guardar silen- , 1' 1, no agitar su cuer po can gcstos indebidos 0 con palabras des- \ i.ulas son conrn inaciones vivaccs que, a la vcr; rcfrcnan j - favo- rvccn la cxpresion. Hay alii una intolerancia I rcn te '11 vasto campo .lr las sensaciones y los afectos ycierra imposihilidad de CO111 pren- .Icr que tada prohi bicion 0 toda soliciiacion relu riva a la expresi- vulad de IOl> cuerpos es una invitacion a scnsibilidadcs aun 111 ;IS .x.rccrbadas ya actos reivindicativos intcnsamcntc pcligrosos, 1 \ M ULTl TUD , ESA REC HAZA DA 1'1' ella pucde surgir cualquier cosa, como del cuerpo de la mujcr, .hccn en los circulos medicos. En la ciudad, 10 primero que los \ ui cros obs ervan, entre pavor y fasci nacion, es a las rn ujeres. vlcgre, apasionada, trabajadora y activa, la mujer es sonora y ,higarrada, aunque s610 sea por la Ilegada al suelo de Francia de , loridas tclas de estilo indio floreadas 0 rayadas. La multitud es hcterogenca: en SlI interior, rozarse es evidente, .l.irsc crn pujoncs no es ati pico. Apie 0 en carroza, atr avesarla 0 , j,-cidir fundirse can ella implica riesgos nada desprcciables, Hay '. (' nte en todas partes, en surna, una afluencia considerable, iuquicta y reactiva: las orillas del Sena , los bul cvar es, los paseos '"\liin repletos de gente. En Paris, todo es un prctexto para deam - hular, Cllando no se tr ata del tr abajo, es Cll esti6n de oeio) fics- 1. 1\, bailes al aire libre y de un a proximidad con todo tipo de , II riosidades que plleden atraer la atenci<'m. Lamultilud es, ante !lI do , fcstiva )' ferviente, entusiasla yalegre. En cuant o se produ ce un incident e, las autoridades ya no h,lhlan de muItitud, sino de muchedumbre, de masa, de pop u- 1,leho 0) incluso, de enjall1bre, 10 que pone de l11anifiesto la preo- 116 I EF USIQ II Y rORHENIO. fl RELAI O DE l OS CU ERPOS cupac ion que cxiste con rcspecto a esas conccnt raciones Ian irnprcvisibles como cot idianas: el anuncio en un cartel de un aurnento en el precio del pan puede provocar concent racioncs multit udi nari as alrcdedor del cartel pegado sobre los muros de las casas de los corni sarios, Avida de curiosidadcs, pero critica. Ia Iuerza no se deja enganar; rnaravillada, acepta las ilusiones. A como de Jugal', participa de esc perpetuo mov imiento de la rnusica, las dcmostraciones y las exhibicioncs, los anirnales adies- trades y los cantos que escanden cI ritrno de sus dias. Se ha tcndido a convertir a esos an6nimos agrupados en rernil gadas estarn pitas, y en nuestro imaginario se han inscrito durante mucho tiernpo las dcscripciones alucinadas de los amont on: rnientos de Paris y de las mult itudes rencorosas e incontrolables. La represenracion de la multitud que la mayoria de las vcces nos viene a la mente es la de una rn ueca popular, irracional y des mesurada, sin saber y sin racionalidad, que intenta dcscstabili zar cl orden publico. La multit ud, sin6nimo de contacto inqu ie- tante, supcraria el fnigil urnbral de los races entre los cuerpos, entre la pasion crnbriagada y el desapego necesar io. Rompe r con csa imagen, no adherir a ella, acercarse un poo I mas a aquellos que componcn esas mult itudes e indagar 111,,1Sell profundidad 10 que fue la vida de esos hombres y mujeres, 1'01 mementos reun idos, nos conduce hacia otra histor ia, la de los cuerpos y los pensamientos captados por complclo pOl' sus tareas, su voluntad de comprension del presente, y enfrentados sin pro teccion a las dichas ya las desdichas de su cond ici6n. Turbulen tos, sin lugar a du da, pues la vida sucede afuera, pero con infi nitas declinaciones del espcctro de las sensibilidades ylas de aprehcnder el mundo que cond ucen la historia, la inlerpclall y la modi fi can. Par supueslo, entre estas multitudes se dcslizan los mal icio sos y los ba ndidos, los cont rahandistas, los cstafadores y los HUlf l l UDES YH USIONES 117 I I iminalcs, dispuestos al robo, a las rinas y a los golpes morta- les. Su prcferencia est ruendosa y notoria 110 pucde borrar la vida I k los ot ros, provi stos de dcseos difl'rcnl l's, de volunt ades ycapa- t i.lades de las que pe cos buscan rrazar la histor ia. Acostumbrados como estarn os a l ratar a las mult itudcs co1110 moportunos exccsos,' ya no sabernos como consiruir la histo- I i.1social de todos esos individuos reunidos cUyl) cuerpo es el principal sopor te y, a veces, constr uye el lcnguajc. Sin embargo, , Il su lntroduction ii la France tuodcrne' Robert Mandrou ya abo- pOl' una historia de las sensibilidadcs )' las pasioncs. L1 a- m.rba a trabajar sobre el oido y el racto, la vista, las mi rudas y gesros. "Tocar, tanLear, besar, torn arsc de la mano son gestos rrudicionalcs que aseguran la percepcion y dan solidez a la imprc- Ion proporcionada por la vista."; Reir y llora r son modos sen- rbles y frecuen tes de cornpar tir, No se t rata, como se dice con I rccucncia, de instintos con los qu e csta rian dotados los mas .lchiles a falta de inteligencia. En efecto, 10 "sentido y la cxpre - HIll de las emociones tienen qu e ver COil una division social, "l'm se inscriben ell cl scno de un sistema simbolico ydesmicn- i v u la hipotesis de un lenguajc nat ur al 0 insrintivo del cuerpo, .Il' una universalidad del significado de los gestos, las mi micas 0 LIS posturas"" De un lugar cultural a otro, todo cambia, como de una epoca a ot ra. En cuanto a los llantos y las risas, a menuel o \ Iviel os en gr upo 0 en medio de la multilud! l11a nificstan las Il1l'ocupaciones cOLidianas, las emociones sentidas y los instan- \ I )al' id A ll l hmpolog;e du cor p_' el I/lINl em il l;, Paris, I'l l h I'!<)() , /, .1 12. I Man droll, hll rotl UCIUJIl l1Iii Frmlc!' I/l odemt'. I'ssoi " t' l'sycJlIJlogie hislOri l/ li c 1500 JO40, P,n 's. Albin Michel, Col. ''!.'Cvolllli" n de l' hulIl<l nill'": 1961. , 1/';". I);I\' id I.e Al1rll mpol ogi ,' "" corps e( lIl otl el lli/ e!, p. 112. \n ne ViIlCl: nl- llufTault, Jl is/oire des IlIrlll es, Paris. Ril'ages, 19SIi. I I H I Y [ ORMENIO. II RElA iO OE l OS CUE RP OS tcs de felicidad, sin voluntad de retr aersc en la inrimidad, como succdera mas tarde. En la vida mundana, las lagrimas tarnbien par ticipan de esa busqueda de la voluptuosidad: en el pueblo, las lagrimas tambien se der raman para sent ir cierta volup tuo- sidad en el hecho de compartir la t risteza 0 eI desasosiego. Llo- rar en publico no estamal vist a. En la rnultit ud, las pasiones y las emociones se intereambian y se informan unas a ot ras , De esc di alogo informal naee eIaprcn- dizaje de la cosa publica y politica. No cs facil dcscifrar los momen- tos preeisos de ese aprendizaje. Sin embargo, algunos inforrnes de la policia respeeto de ciertos incidentes muestran la enverga- dura de 10 que representan las multitudes para las personas encar- gadas del orden publico. Temerle a la multit ud, a al menos sus desbordes, ysabel' eontrolarla, es, en efecto, la tarea del guardia de los Campos Eliscos Federici." Hombre de baja ext racci on y de poco poder (no es mas que un subaltcrno de In policia), sus infe r- mes casi diaries muestran su cscasa cultura letrada. Pero su puesto de guardia del paseo de los Campos Ellseos Ie da autoridad y CI interioriza su funci6n como un sin6nimo de poder. Tarnbicn in terior iza los c6digos de civilidad usuales, se inclina ante los gran- des- pri ncipes y princesas- , quienes tambien frecuentan eI paseo, y se preocupa por 10 que el llama "e1pop ulacho", que se agrupu a SLI alrededo r, espantado por los peligros posibles de una mez cia social inconvcnicntc y,sin embargo, habitual. Que los cuerpos de los hurnildessc acerquen a losde las princesas Ie parcce un sacri legio, pese a que es algo autorizado, En abril de 1778, Federici' comienza su informc de la siguiente manera: Archivos naciona!cs, 0 ';89, Pol icia de los Cl mpos E/[seos, 1777-1789, inforl11es del guardia Federici. Agrade/.co especialmcntc a l.i1urcnl Turcot pOI habn Ilam'ldo mi atenci6n sobre esta fuent e. En su texlo, la aUlora ha respctado la or!ografiJ de los inform cs redactados por Federici, pues considera lJue pone de man ifiesto hasta pun In MUll lTUO ES Y EFU SIONE S I 119 EI populacho imbecil siguio ayn a la Senora Pri ncesa Lam- bal, que estaba ell cl pasco con una darna de cornpania, yo tuve el honor de ofrcccrlc guardia, para alejar a la rnul titud. La senora se nego agradccicndornc 111 11 cho hasta que estuvo sentada y yo volvi a hacerlc el mismo ofrccirnicnto, a fin de que pudiera rcspirar un poco de airc, pew me clio la misrna rcspuesta. Poco despues de la partida de lu princesa la Senora de Boulogne vivi6 1a misma cscena, pem lc puso lin pronta- men te retr ocediendo y subicndosc a SlI coc hc, cs cierto que ayer habria parcci do que toda Paris estaba en Ius Campos Eli- seos. Firrnado Feder ici." I 01 rnul titud cs cl pr incipal en ern igo: ell cfecto, pueden surgir multiples desordcnes, batallas e indecencias y, po r ende, moles- 11,IS para los arist6cratas y much as deterioracioncs de la natu- i.il cza, como 13 de los ar boles y las plantacioncs. En verano, la uiultit ud se divierte en todos los lugares de paseo y la consc- c ucncia de clio es un amontonamiento t urn ultuoso; arnontona- micnto sospcchoso, porquc obliga a los cuer pos a estar ju ntos vin precaucion, a formar una coh orte incont rolable. A esto se .urnan los pequcnos cornerciantes preocupados por ganar dinero cste hombr e, ubirado abajo en la jcrarquia social, una cscrit uru a vcces proxima a la oralidad. AI pic de pagina, sc transcribir.in las citas de Feder ici lal como aparcccn en cl tcxio en frances. IN. de la T.I I) lbid., Iol. 30 , "La populace imbecilic a suivi hicr Mad.unc Ia Princcss l.ambal. qui etoit ,i la promellade awe ulle dame de compagnie, j'ai l'UI'holl lll'ur de lui olTrir 10 garde, pour ccarter Ia fOlilkoMadame I'a rcfust' ell mc remL' rt ialll bcalloup illsqu'a ce qu' elle fut assise el lui fi l la mcme olTre, ali ll qu'c'1 1e pll respir er I' air. d ie me fil la 111 ':'I11C rt!ponsl'. l' eu apr es Ie dt'p'HI de Iaprin cesse Madame dl' Boullogne Nil la mCl11e scclle, l11ais elle I'a Iinie prlll11 pkllll'll l <.' 11 r"lrogradalll et en l11 0nl anl dans sa voil ure, il cst vrai (jill' hil'r 0 11 aurail cr Ll 'i lle tout Par is aux Champs-Elyst'es. Signt' l' ederici." I l l) I rfUSlON r IORHE NfO. El Rl LA IO DE lOS CUERPOS y cuya presencia agrava las aglomcracioncs de per sonas en la mult itud. Para Federici, los l11<l S humildes son unos br ibones y tcrne que cstos rcfucrcen en los paseanrcs una suerte de fiebrc popular, qu e el sicnte como desastrosa: "Son todos unos br ibo - ncs esos vcnd edores de alime ntos, COIll O hiscochos, dulccs, Iru - las, panes, gofres y bollos arornaticos' .' :" la multit ud se surna el olor, lema recurrentc si los hay. Los pcqucnos comerciantes no 5610 son chicaneros, mala genre, sino que rambicn sc divierten cxcitando al"populacho",dando emp u- jones en la multit ud ca n gestos obscenos , levantando, de v e/ en cuando, las faldas de las muchachas. Esas libcrradcs picaras ynauseabundas reprcseutan la prohibicion maxima para cI guar- dia del paseo, que sueiia con la fl uidez movil de una rnultit ud calma. Par la tarde, Ie cuesta mucho trabajo apartar a la gcntc y cuida ca n extrema cuidado que, en media de los cmp ujones, los senores estell mas 0 rnenos proregidos, " '\1atardeccr - escribe- , hay que echa r a los pequenos comer ciantes suc ios y apestosos de las gra ndes al amedas rcservadas, sobre todo porque echan a perder las ropas ca n sus grandes canas tos."''' Organizar 10 mejor posibleel contacto entre los cuer pos de personalidadcs de distinro estatus social y corurolar las acri- tudes sospechosas y los gesros dernasiado ligeros. La mult it ud reun ida, los bosqllecillos y los pascos verdes conslituyen una vcr- dadera oportu nidad para cl pueblo para reunirse en algunos al110 res furt h'os 0 para "practicar indecencias" condenables, en CSpt' 10 :\ rchivos naeiollal es, infOlml'Sdel guardi a Fcdniei, 1'01. . "C(' sont lou s fripo ns, ccs marchand' de dcnrl'e de h' lllclll' , comme ,1"01i Ulnolles, sucrn ie.s, frui ts, pet its pains, ou hlies et polli ssn ies od orantes." 11 Archi" ,s ncionales, infor mes del guardia Feder ici, foJ. . ".\ lil brune, il faut les , has;.er d' aut,ln! lJue l CS dernicr s da ns les grandes all':'l's rl'!iCrVl' CS, ks pelits mar(hands jw isscux cl pll an ts, g:UCIl I les hab illemc' llt, .lVee Icu rs pagllcs gros." HUlII 1UO ES Y Ef USION ES I 111 cial los gcstos de pedcrasria que Federici pcrsigue y luego arno- nesra con tono severo. Cuando cae la neche, 1a tarea es ardua: "Descubri a cuatro muchachas ya dcscalzus, sin sus faldas, acorn- p.inadas por jovenes para pasar la noche, una de las cua les se mostro de rnanera indeccnte en plene rncd iodia", " Al guardia Ie da mucho trabajo dctcner a csra ultima y anota: "es muy corp ulenta, alta, tienc mucho husto, es jovcn y at rac- tiva, con un atavic reb uscado )' cstaba Ian loca que se revel- cuba en cl Ioso, golpeando con los pies y las manos a la genre que se lc acercaba. Hicc que la llcvnran a un cuche para llcvurla ,I SLI Su tarea es inccsante. Nada escapn a su vista y sus notus dan cuenta de una socicdad movil yviva, ell algunos casas indcccnt c, pues a veces part icipa apresuradarnentc de los hechos y los ges- tus cotidianos, la gran rnayor ia de las vcccs vividos con prisa, r n una imposible intirn idad. La expos icion pu blica (a penas "dada) de las indecen cias es tin estado de hecho que Federici rcprueba y que la muliitud perdona: Ayer por la ne che a cso de las diez Etienne jovcn pasi elero aprovecho que cl jardinero dormia profundarnente recostado sobre Stl vicntre y I tl VO cI dcscaro de desabrocharle eI pan ta- 16n y pas6 a la accion . para cometer el abominahle crimen de la pederastia. Elienne qu iso eseapar pero mi joven dogo jellll c, li lle dcj:\ dl' eha usst'es, am iup" btl' es, .h:compagnl>es de gaff, on s po ur passel la nuit . do nt lllll It-jOllr en pkin midi se donne il voir de imlt' " ,nte." I> Archivos nacio1lJks, informe, del guardi,1 Fede rici, 1<,1. !07. ".-Ill' est d ' un embonpoint , gran de, be<l ueoup <I ... gorge, jcune et jolie d ' une I'ilf urc rcclu: n:hl' e clal si folk qu\ :lIe se fll ullait d,lI1S Ie fossl', fra ppan t des pi... J, L'l des ma ins la fo ulc qu i I'ap prochait. Jc I'al lai l Cl> nd llirc dans un liaen: pour la Caire eonduirc chez d ie." I I II \ IORMENI O. U RELAIO III LOS CUERPOS entrcuado pOl' mi 10 alcanz6 a 400 pasos y fue entregado a la guardia de Paris, donde e\ corn isario Thierion 10 envio a la car- eel del Petit Chatelet. " Risuena, a mcnudo la mu ltitud sc divierte con los gestos inde- centes que se corneten [rente a ella y no siern pre ap recia los Lures- tos. Federici se larnenta cuando relata, por cjernplo, la forma con- tinua en que 51.' produccn "indecencias rnudas a la gua rdia, pera llevando repet idas veces la mana de la nariz al trasero'' ** Ese hecho suceelecon frecuencia y, en agosto de 1778, Federici, humi- llado, observa que cI publico siern pre se vuelve espectador y que "estan todos alii dcstcrnilland ose de risa ante los gestos obsce- nos"." * Como no cs un homb re de sintcsis, sino una person a conc ienzuda y or gullosa de Sll rcsponsabilidad, Federici inscribe anotaciones que siempre giran en torno a descripcioncs minu- ciosas de miradas, ropas, gestos y postu ras, Del mismo modo, se sirve de algunas rnetaforas anirnales, 0 de ot ro tipo, para expli- carse mejor y da a leer 1.'1 conj unto de los comportamientos de una sociedad diferenciada donde se rnczclan "paseantes y br i- bones, comerciantes y principes"."?" MlIYvisuales, las escenas que relata no ti enen ni ngun objet iva de pu blicaciori ulteri or como, p Ol' ejemplo, fue eI caso de Mercier: solo se t rata de dar cucnta de 10 que ve. Obstinado, se toma su tar ea al pie de la letr a 15 Archives naciona lcs, inforrncs del guardia Federici, fol, 47 "Hicr au soir vcrs les dix hcurc s f:ti.:nnc pat issicr proti ttant du sommdl protTolll1du jardi nier couche sur son ventre cut I'clTronterie de lui deffaire sa cuiott.:. et sc mi t en aClion. pour commellre I'abominablt' crime de pedcrastie. l:'tienne \'oldut s'cchapp er mais mon .icune dogue que j'ai clevc I'a all einl i\ .j Oll pas et il fut remis ala garde de Paris, oil Ie cOlllmissaire Thi crion I'envoya a la pri son du Peti t Ch:tld el." . "des indccences a la garde sans parole mais en porta nl aplusieur s reprise,s la main du nez au derr iere," ". "ils sonl lOus lil pris d' hilaritc devant des gestes obscenes." , . ,. "promcneurs el vauriens. marchands et prin ces". UlIl IUD ES Y lI USIO NES I 123 >' I raza retratos fulguran tes de vivacidad yvcrncidad, de situacio- nes que colocan al lector en cl corazon de un lugar parisino donde los placeres, la furtividad amo rosa, los dcsallos a b policia y la rnendicidad organizan el gran especi aculo de los cuerpos, POl' otr a parte, en junio de 1783 Federici se expresa dL' rnancra perti- ncnte respecto de esc pasco; preocupado pOI' Ius frccucntcs mal- I ratos que rccibe, escribe: "Quiero devolver las cosas a su csrado inicial, el pasco tranquilo, pem vco e1 inconvcnicntc de vel' los Campos Eliseos convert irse en una IllIL'Va ciudad' .':' En declo, cl "ve" y escribe esa vision: he aqui cl pasco convertido en ciu- dad, en toda su cornplejidad, atravcsudo pOl' la abund uncia de los cuerpos, sus dcfcctos, sus astucias y sus ar rogancias, todas for- mas de ser en e1 cspacio publico que pronto se transforrnan ell postures que desafian las ordenes de las autoridades politicas. En suma.jque cucnta Federici, can ciert a melancolia?He aqui, dice, la noche pro picia a todos los incidentes y los horticulto- res de los alrededores dispuestos a apropiarse de ticrras que no son de elias, pues estan sobre el ter ren e del paseo. He aqui los .uvaiiersde niaison (son cochcros de carrozas privadas) pisotean- do sin verguenza los senderos ylos matorralcs de flores. He aqu i, i.nn bien, "rnujcres de vida Iacil" (prostitu tes) que se recuestan I orno les place, cabarctcros que se instalan en los rincones "para vivir mejor", personas importantes de este mundo que se per- miten atravesar de un extremo al otro el pasco a caballo sin .espetar ni los sendcros, ni los bosquecillos, ni las fro ncl as. En uma, he aqui la ciudad, dice en sustancia. Dent ro de esa COI1- Illsia n, a veces debe \lamar a algunos gllardias sllplemen larios, ' II II.' dl' inmediato son abucheados por la l11 uJtitud. "Contener" I I Mchivos nacion ales, informcs del guardia I;ederici, fol. l06. "k I'CLI Xremelt re les choses dans leur premi er cta!, Ia prom cnad.: tranquill e, Ill"is jc vois I'inconvcnient de \'oir les Challl ps-l' lysces se transformer cn une ,," uI'elle villc." 124 I [f USION YlORM ENTO, El RElAIO OE l OS CUERPOS al pue blo en todos sus estados se vuclvesu obsesi6n; un pueblo que para los hurn ildcs forma Ull todo, pero qu e, para los mas acornodados, juega a la arrogancia y a la supcrioridad: Es inut il, Senor, que tenga el honor de aclararlc cuan irnpor- tante es mant encr el buen orde n y hacer que se respete a la gua rdia en un lugar donde Irecuentcmentc se reune n varios miles dc person as de todos los estados, de otro modo cste paseo pronto se conver tir a en una especie de campo de bat a- lIa y en el cscena rio del mayor de los desordenes.':" l Co mo rcprender a la vez a los curas libertine s, a losbo r ra- chos, a los burgucses dcsve rgonzados, a los escolares sin con- ducta, a los j ugado res de bat rcs: : 0 de r ela ta que viven entre la exaltacion y in rifia, a las jovcnes con los pan talo nes abierto s y a los impios?lComo protegcr a las personas importantes cuando sus servidorcs ma ndan en el Jardin? lQUC dcc irles a los mas importuntes cua ndo pisotea n toelo con los cascos de sus caba- llos? En 1772, un caballo y su caballero causaron danos en los sendcros por pura arrogancia. lnsol itarnentc, Federi ci describe al caballo: "Caball o bayo, de larga cola, marcado en el lorno COIl Ia let ra L. coronado, con una sangria recient e, la vcrga extr e- madarn entc hi nchada, carn inaba muy lcntarncnte"..... 15 Archi ves na ciona lcs, i nfo r rncs del guardia Feder ici. fol , 342- " ll .:st inutik, I'hon eu r vou s obser ver combien il imporla nt de maint en ir Iehon et fai re rc'specter Ia gar de' dans un lieu ou s.: plusi<:urs mi lliers de de loul sa ns (cia celle de vien dra un,' espl:ce de champ de hal.l i11" Iethc;iilrc' dcs plus gra nds " l kporl e colc'cti vo qu c se pract ic<i c'n Fra nc ia los siglos XIII y XI X en eIquc' dos hand os se w loca n frc'rllc a y cada uno intcnta tolll ar p rision eros del bando co nI ra rio , IN,lk Ia'1'.1 "Cheval haye :, Iongue lJueue. mar que sur hi l<l nge ,1 1a I.. couronne. s.:iglll' fraichcmcnt, ayant Iaverge c'xl rClllement enOee. marchail tr es Icnlemenl." Y[f USION!S I 12 5 Y luego, l C]ue decirles a los nines de los bajos rondos, a los mendigos, a los jovenes zapatcros, a los fabricantes de sarga a a los cabareteros, euyo irn presionante cuadro tr aza Federici]: "EI joven panadero Ique cornetio un acto de rebdi6n ) le su rnaba a una cintu ra muy pequena Unos ojos de cerdo, cI hocico de Ull 1110no y unas ropas muy sucias, ell fi n, era el mas dcsagradablc y cl mas feo de todos esos pajaros nocturnos"> Est41 tan Iuerte expresa cI pcnsamiento de rnuchos: cl ho mbre del puc- blo es, en cfecto, un ser vivo, pcro stllu cxiste entre cl cerdo, eI 1110 no y el buh o, el l' modo que es horr iblcllll'nte desagrael able, Federi ci se sie nte pr isio nero entre 141 multit ud y los co m isa- rios de poli cia y no ccsa de ape lar a la auroridad de los co111 i- sarios y de reci bir cl rcc hazo de esta. Los cuerpos de "sus" pa- scantes 10 prcocupan. Esa preo cu pac i6n se repire como un leitmotiv cada vez que esta en presencia ell' incidc ntcs que con- sidera graves. En el orono de 1780, se enfada ante una mendici- dad que sc ha convertid o cn epidernia: Nanette Valle, pcquena desvergo nzada de unos 12 anos de edad, arrestada finalmente cl miercoles pa r astucia micntras hula de los soldados y regresaba al paseo exigicndo limosna ca n la ultima de las imporlu naciones e insolencias y levan- lando su falda hasta el cucllo delante de los hombres pidien- doles algun as rnonedas. Pcse a la advertencia que Ie hice al corn isar io, csie la dejo ir y no se preoc upo pa r rni irnpracti- cablc devoci6n por man lener en vano cl bucn orden, la joven volvio a aparecer al dfa siguienlc con otras diez que hacian 10 mismo. No obstante, Ie escribi '11senor Dutrochct, inspec- . " I.e gar"on boulan ger [qui Iii acle de r.:bdli on l joignail ii IJllCtaille Irb !'e litl' des ycux de cochon.1e musea u d'u n si nge. et des t res sales. conli n il elait bic' n plus (k'gou tan t el Ie plus laid de ces oisea ux nocturnes," 126 I fUSION Y lORH EH1 0. El RELAIO OE LO S ( UERPOS tor de la policia para el departament o de los pob rcs, para rogarle que me enviara a dos de sus hombres a quienes les br indaria cI apoyo de mi guardia, a fin de pu rgar al pasco de esa chus ma. Adernas hay que arrestar a los pederastas, qu e estan pa r todas part es. Vc rc si ioma en cuenta mi pedido.'?" En la mul titud, todo el mu ndo esta inclui do: los irnportantes, los burgueses, los soldados y los cscolares, En confl icto con csa escala social, Federici csta siern pre en la lucha; tiene ante la vista el resumen vivientc y agitado de toda la sociedad. No Ie resulta facil distinguir ent re el alboroto habitual, los disturbios cotidia- nos y la gravedad de otras situaciones. En lucha contra una gran cant idad de "ext ravagant cs", SCg Lll1 su vocabulario figur ado, 51.' asusta cuando vcvcni r a la"aglomeracion popular"'lQuc es una buena aglomeracion y que no 10 es? El hecho es Ian frecuente y rellcja tantas [orrnas ordinar ias de la sociahil idad que hay que estar alerta. Cualquier curi osidad da lugar a risas y aplausos y, por supuesto, a un facil contacto ent re los sexos. La violencia surge rapidarncnte bajo anodinas extravagancias; la cantidad de paseantes, casi codo a codo, provoca una perrn isividad gestual que no es del agrado de todos. Los bailes y la proximidad de los cabare teros calientan la atmosfera, a menudo llena de efusiones 16 Archives naciona lcs, informcs del guardia Federici, fol. 281. "Nanette Valle, pet ite cffro ntec agee d'cnvi ron douzc ans, arrctce enfi n mcrcrcdi par finesse, laqu cllc fuyait lcs soldats ct revenait en cxigcam ala prom en ade l' aumonc avec la dern icre imporl unilc el insolence el qui b 'ail Ics j uppes j usqu'au col devant les hommes demandanl quelques sols. Malgre l'avis que j'ai fail au colllmissairc ill' a renvoyc nl' s' ocupas pas de mon zc!L' impralicable pour Illaint enir Iebon ordre apure perl l" elle a reparu Ie Iendel11ain avec dix ,wi res faisanl le I11 CllleIrain. r ai pourtant ecrit aMr DUlrochel inspecteur de police pour Ie depanemenl des pauvres, pour Ie prier de m' envoyer deux dc ses hommes que je tcrai soutenir par rna garde, ati n de purger la promenade de Celle vermine. Dc plus il faul arrcler les gens de la pederastic qui sont parto ul. Je verrai s' il aura cgard i1 rna demand e," HUL I II UOES YEf US IONES I 127 )' abr azos, Los jugadores )' sus inseparables tra mpas se dcspl ie- gan en abundancia, Sumcmoslc a csio ln fa lra de limpicza y el paseo de los Campos liliseos sc conviertc pronto en una cloa- ca, rnicnt ras que la multitud se divicrt e )' vivc, fcrvicntc y ale- gre , EI pasco es, en menor cscala, 10 que 1<1 ciudad cs a cscala mayor: "Los jugadores de ponce,' los cspcctndores y los cam - pesinos no cesan de vcnir dura nte lodo cl dia a las csquinus de los senderos para orinar, Estos depositos de ori na comun ican una infeccion tal capaz de cnfer rnarnos, M.' ticne lu intcncion de vcrter alli vcintisiete baldes de aguil por dia, pero los solda - dos no tienen t icmpo';" : " Orden irnposible para Federici; sin embargo, gracias a cl, asis- timos a la vision de una expresivi dad de los cue rpos y las voces, de las gcst ualidades quebradas y significativas, sin duda leve- mente exacer badas par el lugar, que cs, ante todo, de cntreteni- miento. La facilidad con la que In mu ltitud at aca d iariamente on burlas y pequenos golpes a los grandes perso najes es su prin- l ipal preocupacion: "una Darna se vio fucr ternente incomodada ,II atravcsar una multitud de pueblo tan injusto como para inj u- Escandalizado por esas proxi rnidades sociales dern a- siado peligrosas, en mayo de 1789 (fecha notable con respecto a los acontccimientos posteriores), envia a su sup erior jcrarqui co una carla que muestra muchos elementos de crispacion social, . Aqui, prob ablcmc ntc, sc haec rctc rcnc ia alje/l de puce, j ucgo dc mesa muy pructicado en aquella cpoca. La cursiva ," miu. IN, de Ia'1. 1 17 Archivos nacionales, informcs del guardi,l J" 'derici, foJ. .\0;. "l.cs joueurs de pouce, les speclalcllrs l' l les pa)'S<1I1s nc' Cl'SSl'nl loull' la 10url1l\e de vcnir dans les angles de I'allec pour y faire dl' I' mu. Ccs dcpllts d' urine comllluniquent une Id le infect ion capable dl' nuus fair.: IOl1l bcr Illalades, l'on a I'i ntention d'y fain: verser vingl Sl'aux d' cau par jour, Illais les soldals n' onl pas Ietemps." III Archivos nacionales, illforllles del guardia I'cdlTici, foJ. -lOS. "Ulll' dame s' esl lrouve l' fOrl illcollllllodce ell Ira\'crsanl U, ](: foule' (Il- pcupll' "ssa injusle pour I' injur ier." I [fU SI ON Y lOR ME NIO II RElAI D DE l OS ( UERPOS asi como el cara a cara (0 cuerpo a cuerpo) instalado entre los disti ntos grupos sociales : Habida cuenta de que la frec ucntacion de personas distingui- das desdc la lIcgada de los dias agradablcs exigia alejar abs o - [utarnente esc hormiguero de rnendigos de todas las edades y de ambos sexos que rodeaban cada coche que descc ndia de entre 120 a 20 0 a la vet, me parecio adecuado escribirleal senor de Rulhiere, Comandante de la guardia de Paris [.. . ] a efectos de alejar la mendic idad, asi como a los pequenos comercian- tes. Es necesarioque csas Damas esten tranquilas [. .. ]. Hayque iurgar pron to cl paseo de la mendicidad, de las jovenes licen- ciosas de la mas haja calana yde los sospechosos de mala estirpe, alcjar a todos los malos subditos yque la plaza Louis XV, refu- gio ordinar ia de toda la canalla, 110 scextienda hasta cl paseo.'?" Separar los cuerpos de los humildes de los cuer pos suntuosos habitados pOl' los grandes y las damas, no tener que asistir ya a una mezcla odiosa que, adernas, provoca gru nidos y odios. l os cuerpos de los pobr es se cxhibcn frente a los cuer pos civilizados e intocables de los arist6cratas: el contacto de piel contr a piel, habitu al para los mas desfavorecidos , es sacrilege. Es tarnbien una fuertc exprcsion de una lucha que se organize entre clases 19 Archive s naci onales, informes del guardia Feder ici. fo!' 534- , "Vu que la frequentation des person ncs distingu...cs dcpuis lcs beaux jour, cxigt';\it d' cloign,r absolumc nt ceuc fou rrni llcrc de mendians de to us age et de deuxsexes qui cntourraicnt chaquc voilure a la dcscenll' jusqu'au nombre de 120 '1 10 0 a la foij ' ai cru bon d...crire a r\ 1.de Rulhierc Commandant de la garde de l'o1 ris [.,.1:\ I..{fel d\' loigner 1,1rnendicil'"ainsi que lcs IlClits marchands, II I' lllt que ccs I)al11es soienl tranquil!.:,; I...111 faul vile purger 1a promenade de la mcndicil.... de' lilies de dcballl:he du plus bas gellT" et des susPCC!Sde toull' vilaine cspi. 'ct', l'loigner lous mauvais sujets cl que la place LAmis ).. 'V refugc ordinaire dc lOUI e la crapuk nc se r"'l'ml de pas dalls la promcnade." MUlf l l UOl S Y I 12 9 ociales )' que Federici ohscrva con terror y ca n asco hacia los , lI ('rpos de los menos acornodados. Los "acontccirnien los del pasco': como los llama Federici, son mconrables.Cuando elabora lin informc para relatarlos , hayl lue Il' l' r alii Sll aso mbro. De cost urnbre. Jos inforrnes hahlun snbrc uiiradas afccradas 0 inoport unas, sohrc aciitudcs fcstivus yin gro- eras, sobre una cornunicacion inccsantc y voluble,aun si, a veccs, I I grunido de los cllerpos se \ uclve una urncnaza para lu "11';111- [uilidad publica". Losgestos, como Inharia el lcnguajc, cnunciun I.IS multi ples formas de apropiacion de los espucios. l'esc a su I\ CO )' a su oprobio, Feder ici da cuenra cficazrncnte de la lubili- .l.id Yla capacidad de los cuerpos para inven tar, dcnrro de 1'1 [ucota, modos de vida obligados. Descritos rninuciosarncnte en 11 0; notas, los vcmos pascarse 0 agruparse, tejiendo sus dias entre I ,'Iaciones de Iucrza, solidar idades, eruusiasmos e indignaciones. ran preocup antc para las au to ridade s, la multitud es una de I. " forrnas de la expresion social y politica. Antes que un anna. I , una cornposicion sut il )' anirnada de alegrias comparti das y , Ii' desaflos arriesgados, aun si las autoridades la creen mas bien un lugar de frenesi y de t ranse, un cspacio no controlado donde pucde deslizarse la locura . Aha ra bien, la mult itud t ienc con- I icncia de su cxisrencia de rnultitud, de SllS posibles arreba ros y d" (a alegria que Ie da consti tuirse de csa forma. I I'\ JSIONES. BROMAS Y S ENTIMIENTOS I I vagabundeo )' la pobreza no estan hechos s610de desgracias , dcsamparo: en todas partes sc lee un verdadero alborozo de 101\ cuerpos. Saborear, reir, beber, jugal' a los dados, conocer eI '1110, sacar part ido de amistades efimcras e intensas son hechos 130 I Ef UI IONY 'ORM EN IO El RElAIO DE lOS CUER POS que inundan los cuer pos de una gran cncrgia y de goces rapi dos, siempre a la espcra de goces nucvos, mas dukes. A rncnudiI. los cuerpos sc lanzan a travcs de gcstos variados en busca de feli cidadcs obtenidas can prisa, Entonces se expresan los sentimicn l OS y las personas se dcticnen en los cncuentros para)luego, segui i su camino para o tra cosa. Ser pobre no significa aburrirse. No es muy posible hastiarsc. aun cuando sobrcvicne la mclancolia, pues el cuerpo tiene una viialidad de supervivencia que llcva a las personas a carniruu desde el arn anecer hasta la nochc. No sc trara de un exceso, sino de una so rprenden te propension de los cuerpos a cntrcgar se facil ment e a una gestualidad )' una scnsualidad que rnuestran, en pri mer lugar, la atraccion inmcdiata por cI otro y no la hostilidad Salvoalgunas cxccpcio nes. Loscncuent ros, las citas, e ind uso I( )' , Iallidos, albergan In novedad y la Irescura de las esperanzas. L(J '. adioscs cstan hcchos de abrazos, de gestos con la mano 0 (I.- palma das en la espalda. Los recncuentros son parlanchines, mien tras que en las tabernas se elaboran proyectos ca n alegria y ae l lorami ento. En cI relata del peregrina Gilles Caillotin , mucha- escenas toman prestado el lema de los corazo ncs alegrcs. POI sup uesto, s610 se rrata de mementos part iculares; muchos 0 11"0', se caractcrizan par su durcza, pcro esc fervor es una marca pre cisa de la gesta de los humildes. En compail ia de un "pequeflO" saboyano, como cl Io llama, Caillot in suoe el Mont-Cenis, atra viesa los pueblos a fill de hallar su camino. Su acompafi ante COli versa can el y Ie cuenta mil profecias: Ese saboyano baja , que no recordaba estar ernpapado por 1. 1 lIuvia, sino pa r el vino que Ie alegraba el coraz6n y Ie haciol dar brincos que parecian mas de una cabra que de un hom bre; lcvantaba saltando un pic cuyo extremo sobrepasaba 1.1 punla de la cabeza, sin mo lcstarse por nada, aun que era lk MUlIllU DE I YUUI ION ES I 13 1 haja estatu ra. r. ,.1 EIsaboyann siernpre alegre me hablaba sin cesar de su bonito violin, que lamentaba no tener consigo para haccr bailar a la cornpania.:" vunque las noches son oscuras y los carninos peligrosos, los indi- \ luos buscan el calor y la fiesta, pagando cl precio de gran des Ill lrracheras que no sicmpre tcrrn inan bien, Beber por la salud ,I,' alguien, pagar su par te de lu com i da para sellar un cont rato, \ I..itar a la posadera por el placer de mi rarlc la cnagua a la sir- \ unta, llorar de risa delante de aquel que hace malabares c intents mostrar su habilidad en las esquinas trazan cstilos de vida dondc I cuerpo pone libremente en escena sus curiosidadcs y sus crno- . rones. La musica, el sonido, la danza, el canto, la serenuta aCOI11 - I',\I1an esa gestualidad entre melodias, aplausos, talonazos y males rn cuc nt ros. Pa r otr a parte, los co mpan er os de fiesta tie nen sus .uusicas, Asi, lacques-Louis Menet ra, artesano vidriero, da un It ..tirno nio en su diario de la ornnipresencia musical: " Pa rti de I l i llfS y los cornpaneros me acornpanaron con violines yoboes \ .lespues me I rajeron de regreso a la ciudad para que pudicra .h- spedirrnc de mi buena granjcra, que me dio de comer much os hucvos frescos' ." A vcces, Menetra oyc 0 recibe una serenata. de una vez menciona la alegria en el t rabajo, durante el eual r. ui ta solo 0 acorn panado, 10 que le perrnite "eutrar en seduc- , Ion", como Ie gusta decir: "Me dice que estoy siempre J e buen 1Il l111 0r y que canto. entonces me pr egunt a si no me gustn el It.lile. Le rcspondo que no se bailar, sino que day saltos. Ella me IrYe de beber". Heber vino blanco, comer huevos revuelt os, pes- , .1r gobios, lIamar al tambor, podria parecerse a una vida sOIlada. " I Gi//es Ca i//utill, pclerill. I.e relUlir de Rome d'lIll sergier [1' lIwis, 17 2 4 , t:cole de Rome, 20 0 6 . p. 130 . I /,KlJlJ(s- Louis MCllctra, fOllma/ de Ili a vie, compagrlo rl virrier all XI ' TJt ' sicc/e, de D. 1982, p, 52. 134 I Ef USIO N Y I ORNENIO. El REl AIO OE lOS CUERPOS plaza entre la seducci6n y la sexualidad y que , a vcces, pasa poi el arno r y cI mat rimoni o. EI arnor es eI gran tema del siglo XVI II. A la genie Ieprcocup.1 el hecho de que cste sicmprc pueda consc rvar el placer mezclad con la seduccion, fragil alquirnia que se cornbina con la inquie tu d, el suspenso y la cspera. Sc 10 llama el siglo libertino, peril esta atento a las pasiones del alma. Tarnbien se 10 sabe aspero \ desigual. En todo caso, en los .imbitos menos acomodados, 1m fragmentos de seduccion y de brornas hallados SOil trozos de dra mas arnorosos 0 sexuales, Tcnidos por los colores no s610 de \.\ pob reza, sino adernas de la desigualdad entre los hombres y mujeres y la violcncia entre los conyuges, tambien forman part. de las forrnas de la Ielicidad. La busqueda del placer, la conq ui- ta de la rnujer, la libertad de los gcstos y eI caracter mixto de cici tos lugares publicos favorccen una politica del encucntro lei'iid,1 de encanto y de violcncia. Amar el amor es el romance del sigh peru las condiciones sociales hacen que, ante esre, no todo-, lengan las mismas opor t unidades, que no adoptcn ni los mi- mos gestos, ni las mismas palabras, ni las mismas relaciones de fuerza y que, en una situacion de inestabilidad )' pobreza, la dr sigualdad sexual se viva crudamente y e1 cuerpo de la rnuj ci padezca mas violencia fisiea que eI del hombre. En ese contexto, do nde la alegria fisica se expresa con ruidll , sonidos, nll"sica y fervor, aunque s610 sea para contrarrestar 1.1 suerte que se debe tolerar, los cuer pos masculino y femeninll. en un primer momenta, part icipan muy activamente. Tanto ell la ciudad como en los campos, en las plant aciones de tr igo conlll a travesde los barrios, se enLregan primero a laspenas y al esfuerw al tr abajo y a la volunt:ld de ganar di nero. Acostumbrados al \; encuenlro, a la proximidad, a cierta simbiosis enLre el espacio \ ellos mismos, a la movi lidad de cada uno, los cuerpos se sedl! en y se captan. Aun en cI trabajo, los gestos art esanales de 1(1'" HULf I1UD ES Y f US IONES I 13 5 , ucrpos son scnsuales, carnalcs y visihles parol todos. EI cansan- , III r el sudor, la amplitud yla fucrza de los !:\l'SlnSde los jovenes d,' los rios, los obrcros del t ranspori c dl' madera, las blanquea - .lorus del lavadero, los transportadorcs dl' niflllS, los brazos act i- I liS Ylos cuerpos en extension de los ohrl'ws de 1:1 const ruccion 11/1 la conuin medida, e! paisajc de cada dia en l'i que sc imbri- 1,111 1'1 fricci6n entre la pcna y el carino. cl riuno habi tual de las uracciones ylas peleas r tarnb icn el lugar del arnor csperado, I' lonto herido, mal recibido yluego dcstru ido, pcro siem prc rcco- nicnzado. Pcro en esos cuerpos los senti micntus 1; 11 11bien posecn 1. 1complejidad de los pcnsarn ientos del siglo respccto de In que pucde rcpresentar la estabilidad econorn ica )' afectiva de In pareja, , I placer de la fidclidad, la posibilidad de criar hijos sin derna- i.ula dificultad, la necesidad de entablar relaciones que Ieden a I., pareja una buena reputacion. Al mismo tiern po, la mujcr activa \ I rahajadora, que sabe 10 que signi fica ganar, busca una aparicn- , 1,\ de autonornia Iinanciera, un honor r una profundidad de 111\ vinculos 0 , al menos, su tranquilizadora duracion. l)e 1<1 brorn a a la indecencia hay caminos arr iesgados y con- -I enables. Por otra parte, las instit uciones estan aIli para velar por , l orden de las cosas. Pero la cultura de la brorna es una cultura qlll' se conjuga en masculino y femenino. Ademas, los espacios ,It hI ciudad y los de los campos la permilcn facilmenlc. La ciu- d.d, la ventana, la avcnida, d pOlO Yla escalera son los lugares l'Il'llikctos para esa agradable activida d que se prodigan hom- !til'S y mujercs y que oscila entre la burla, la mor daciclad r los " .. esos de temura. Pero deben respetarse cier tas norlllas: si bien I. , Ilroma es un jucgo ordinaria, su interru pci6n 0 su derrape plle- t1l' n Lcner graves consecuencias, Hay lugare5 donde no hay que 1l' l'nlur arsc; de la broma a la indecencia hay 5610 un paso. Mourettc, peluquera, vive en la casa de un frutc ro en la rue ',' t o HlI chette, en un edificio lindan le con el de Car loL, que es 13 6 I fUSION Y IORMfN 10. El RflA 10 DE l OS CU ERPO S maestro candelcro. Estamos en 1765. Moureue va habi tualmcn d buscar su provision de vclas a la tienda. "Esta joven tenia llil humor alegre y jovial. Era Illuy petu lante, rnuy viva y libre ell sus palabras y a mcnudo se dijeron rcctprocat ncntc palabras, par,' brornear, pcro sin faltar nunca a 101 deccncia: todas sus bromus ternan que vcr con cosas indilerentes y tenian como objetivo 1.1 burla,' Una tarde, sin que el sup iera realrnente par que, pero pro able rncnte porque ella venia de alrnorzar con unos jovenc alegres, burlada 1'01' Carlot p Ol' SlI dialccto Mourette le respond. agriarnentc, "le dice que habia que brornear con rnoderacion" Lucgo, volaron insultos, incluso hubo golpes y se rornpieron obj los, Carlot la injurio y 1'1 trato de puta, Es el quien haec la dcnun cia.' :' Aqui se hi! prod ucido un desaj uste: de pron to, aparece 1., idea de que la rcciprocidad de antes se ha quebrado, 101 mo d!' rado n ha desaparec ido y las palabras han volado hacia ot ru terrenos; el placer, 1'1 seducci6n reciproca 1'01' medic de la burl.r sc han cstrcllado brutalmente. Pero, de costumbre, el tiernpr que corre CS, en efecto, eI de la HIm: torna de la palabra, que irr itu. seduce y hace reir, Descle principios de siglo, pese a los silencios, las falsas acu saciones y las mentiras, se lee un paisaje atravesado pOl' indivi duos prcocllpados por vivir la seducci6n y el placer dentro d, los Iimites de las convencio nes yel respelo. La joven desvL: r gonzada , que no siempre aparece bien csbozada a traves de 1,1 " de nllncias y los ju icios, existe desde entonccs. No es tan vergonzada como viva y "pctulanle", su cuerpo sexuado esta ell armonia con Sll ellerpo que se desplaza en los espac ios rur ak y urba nos 0 en los del eansancio y c1lrabajo'lCmintos de abllsivos y violentos, qut' marc an el poder masclllino qlll sometc ala mlljer a sus Jescos, no han quedado inventari adll" !4 Archi\"os l1 aciollalts, Y <i 70 ; , 2! dc CIlC ro ,Il 176, . MU II IJUDES Y EfUS ION ES I 137 I ' l l los archives? lCuanlos fucro n aceptados sin pcsta near? Las .lcnuncias son escasas, y en los archives de la per ifcria de Paris 1.1rchivos de In prehost ia de llc-dc- France) casi siernpre estrin icompanadas de posteriores desistirnientos pOI' parte de la farni- 11,1de la mujer, como si ('I acto ante la iusi icia impl icat a una mayor marca de infami a que e1 acto sexual cometido de rnane ra .ihusiva 0, incluso, que la violacion. " lean Valran. de 52 anos.es carnicero en Paris y ricne familia. u n ,11 '1 de junio de 174 6 ,: 6 regresa tempruno pm la mana na a su casa, l('rca de las 9, "cncuentra a Sll mujcr chria de uguardicntc" y la rcprcndc, dice Col, mien tras rornpe el rcsto de las boicllas de agllar- .Iicntc. Estasc dcficnde tornando un casco de botclla para herirlo II cl brazo. Tras ese acto, el hombre decide ir a que 10 curen )' a heber ccrvcza hasta la neche. Una vezde regrcso, llama a su mujer \ como esta "no quiso venir se durrnio hasta el dia siguien te" De I,ronto, dcscubrc al pic de la cscalera a su rnujer "con 1'1 cabeza entre las pier nas" Alarrnado, obscrva que esta rn uerta, "toda b.urada en sangre de una her ida que tenia en la cabeza" Encar- ul ado, pide el indulto. Estesuceso es ejernplar de muchos otros: IIIISinforrna sabre cI reves de una corporcidad triunla nte. A veces, la vida se esboza en lIna suertc de espo ntaneidad, l llmo si dec ir fuera hacer, como 5i hacer fuera decir. Sin de - masiado rolllanticismo, pues lambien se pucde pcnsar lsobre Il,do seglJn Mcnelra ) qUl' la5cosas van l11uy dpido y que cier - I,ISalianzas, aunque hibiles, son corrientcs. Batailleau cs ob rc!'o I' ll cI pue rto y vive con la Chev rier: esta mos en 1/49, ambos son I'l'fseguidos 1' 0 1' del ito. Como de cost umhre, cJ comisa rio inle- Iwga al acusado )' Ie hace pregun tas sabre su rclaci6n con 1'1 U c' l lidio de los dcsislil11 iclllOSI'(lskrior cs a 1... denu nelas s"r ia apa, iullanlL' d<:hi do a 10q UL' ':'.' Ios signilicall sociall11c l1 lL' ya [0 '-l ll l' illlplic;ll1 l' l1 ell,lnlo a 1.1S l1l'gociaciol1 cs de 1,1' ciudadcs y los I' ut'blos. , '\ rchivos ll;lciol1alcs, 0 '177. Recurslls de gracia. oCiubr e d " 1744. 13 8 I YIORHEHI O. EL REL AI O OE l OS CU ERP OS susodicha Chevrier. Las respuestas muest ran como se forman las pa rejas, como sc separan y como, luego, buscan ot ra com pania mas alia de las convenciones, si el corazon a la neccsidad 10 requieren. EI corn isario le pregun ta a Batailleau por que"per vi rt io" a esa mujer arr ancandosela a su padre y a su madre. Este se dcficnde cont ando que la conoc io haec dos anos en Par chcrons, barr io pobre de Paris don de ella rcsidi a con su fami lia, incluidos su hermana y su cunado. Para el, la palabra "per version" de la que sc 10 acusa no sc aplica a su caso. Explica qUl' "el no la pervirtio, ya que ella habia ten ido lin hijo de un cor do ne ro antes de que el la conociera ca r nalmcnte. Yante s d. eso habra sido pervert ida por soldados de su compafiia dond cl mismo estaba" "Pervertida" parcel' significar que era una mujci que ya sc habia acostado con otros y el parecc, si mplc mc ntc, tarn bicn haberlc heche companla. Luego, agrega que su rnatri monio no estaba funcionando y que se habia visto obligado ;1 "vender su casa", meme nto grave y costos o para cualquier per sona a la que esto le ocurrc.Baiaillcau con tinua su relata; penso en "ta mar a esta jovcn" porque realrnente Ie necesitaba para cria1 a su hijo. Por ot. ra par te, ella rnisma hahia tornado la iniciativ.i y el hab ia scnrido mucho "alivio" Ella 10 ayudaria con las tarca-, dorn csticas. Para ter rninar, agrega cicrto esbozo de afecto haci ella )' de bicnestar que, finalrnente, es l11U)' signi ficativo. Si aet l!( I asi, dice, es"por ia familiaridad que se habia generado entre dlo' que la uso como a su l11 uj er".17 Esla hisloria mezcla 1.'1 malentendido, la nalur alidad de 10' encuentros can 1T1 ujercs que )'a han tenido amanles, pero tam bi en la "familiaridad", es clecir, la cost umbr e, eventualmenll dulce, de )' 41 haber estacl o can alguicn y de regresar luego a 27 Bibliotcca del Arsmal, archivos Bastille 11663, cxpedicnle llataillcau- Chevril'l. 01 110 1749 MULlll UOES Y EfUS IOliES I 13 9 I'l:fsona despues de un t icmpo de separacion. Sill brillos, sin hoda. Aunque la cxpresion "la mar a una mujer" sucna como la tuma de un objeto y aUllqllc el rornant icismo no parecc scr cl motor principal, las alusiones a una practica or dinaria de la -rx ualidad y el afecto diccn rn ucho acer ca de una cot idiunci- .1,10 de conductas compartidas, aun si la policia, en cuanto puedc, h IlSG\ codificar las cos t urnbrcs. Los sentimientos ent re ho mb res y rnuicres provoca n ta nto ,i l11aciones colorcadas de esponrancidnd y soltura como 1110mel1 - Ill S dra rnaticos donde el cncuentro y lucgo la pclca transtorma n LI S cfusiones en cuerpos violcnios yatorrnentudos. Sicmpre hay 'I"e contar ca n la mirada de los ot ros y sopesarla, pu es de ella \ icne el honor que el pobrc neccsita. Aunque la sensualidad sicrn- 1' 1' 1.' es aceptada y la mayor par te del tiempo se vive sin prcocu- p.r ciones, cl arn or y la sexualidad se mantiencn bajo vigilancia. Vigilancia que nunca tiene fin, dados los usos de los cuerpos r n csa socicdad y las normas vigen tes , EI incesto, por ejcmplo, 111 1 es algo poco fr ecuente, sin embargo, mas vale no hallarse en ,'"a situacion. Pasquier Rondelet va a pedirle la gracia al rey uando estc par te para la guerra de Plandes en 1744. Iornalcro, mant uvo una relacion incestuosa con Sll cunada }' fue encar ee- Lido. Pero apenas sali6 de pr ision , volvio a vivir can csa m ujcr \' IllVOt res hijos con ella. Ambos seran eondenados: destcrrados pOl" veinticinco ail os, la mlljer sera previame nle azotaua. EI dcs- I iL'rro arrastro a Rondelet a la miseria y este decidi6 romper su oI cstierro (es dccir que aba ndon6 la region don de sc 10 habia I llnminado a vivir para buscar fort una en otra parte ). Caplu- 1.ldo, fue enviado por tercera vez a prisi6n y su cucrpo fue mar- l ,ldo can ]a letra B. 1proceso continuo pOl' muc ho t iempo: des- I lara, prision, destierro . , Ya sea pOI' amor a la libertad a hacia ri IIlid. 140 I EFU SIOHYTORH Un O. [[ Rfl AIO DE l OS ( UfR POS su mujer, en todo caso, esta situa cion incest uosa, si bien es cas iigada, nun ca 10 condena a las penas 111,lS cr ueles. Como si ell este caso, insensiblcment e, la policia no se preocupara del todo por las fo rrnas del arnor en contra de 13 nat ur aleza, rnicnt ra- no intervi nieran otras acciones que las volvieran intolerable, En cambia, los crimcnes de hornosexualidad y pederast ic SOli durarnente castigados. La arbit rar iedad es tal que ningun individuo sabe ca n cxac titud cuales de sus acciones ser an toleradas y cu.iles, severamentr castigadas. EI ambi to de la sexual idad y de los amores pareee .t veccs un campo de batalla librado a los hurnor es de los veci nos. Luchar par su reputaei6n 110 deja de ser una base solidu, pero lc6mo rnantcner esc aire liviano de la buena reputacion: Muy pronto las personas son tildadas de libert inas, pervcrtida-, a "rnuchachas para soldados" l.lilles 11 soldtlls ]. La propia pobl.i cion lama, a vcces, part ido en cse juicio por mala reput ucion. h cl caso de la hija de un soldado de 26 afios: tiene la reputacion " le divertirse porque hacia cl amor con un rarnbor hungaro' os burgueses de la ciuda d, ofuscados, prepararon una cmbo- cada de unos diez hombres "para insultarla" Ella los dcscubri.. a ticmpo y avanzo hacia ellos, enfur ecida: violenta, sc abalan/ sobre ellos a las cuehilladas. Algunos resulta ron heridos. Tras encarcelamiento, se descubri6 que estaba embarazada de " SU' tamhor y ella proclamo que queria casarse con el. Le solicito al rey su gracia, que Ie fue concedida. Ademas, promet i6 que SII tarnbor hllllgaro se convertiria al catolicismo. Las fami lias pobres no son loda s un rcmanso de paz. l 9 1. 11 pedidos de encierro p OI' parte de padr es, madres, maridos, mujr 2<) t\ rk tt c Farg.: y Michel Foucault. J.: d,'sorrl re rlesJilll/ille.;. I,es 1':(flT!;(Ie w ell, 'l <I.::; are/lives d,' /a Has/illc. I,e !fl'sordre <I.:s (alt/illes, les lettres de me/Ie/ , / IIX Arclliws de la Has/ilk. Pari s, Callimard. 1<)1i2, Ulll TUDE S Y I 141 I herrna nos 0 herrnanas enviados al re>, (gcstionados por el u-niente genera l de la policia ) dan rnuestras de rnodales de que prcscinde el deterioro de los sent imi cnros. I >ct r.is de la vcrguenza y el dolor procurados a una familia pllr alguno de sus micmbros, las cartas al rey relatan vidas dcs cnfrcnadas, desga- II udas entre costurnbres poco convenicnrcs )' gas!lIs de dinero m siderados i mportantes, El zocalo faI1l iliar 110 1:5 una 1icrra nrme; las peleas abundan y la violcncia Iamiliar rcvistc Ins mis- 1Il0S colores que la que existeen 01 ras partes CI1 el cspacio publico. Ills cuerpos son cl lugar donde sc rccuerdan los truurnruismos, LIS conmociones ya experi rncntadas o de las que ya sc ha oido h.iblar. Ahora bien, las pcleas entre esposos son frecucntes y. en I vos cases, las palabras oidas y las fantasias se convierten rapi- .l.une ntc en gcstos agresivos. Son una invitacion a dec ir otra ' lisa, a enunciar 10 intolerable . En esas pclcas, can frecuencia relatadas en los archives poli- I rules, do nde los miernbros de una fami lia van a quejarsc por uulos trat os, perversion o prodigalidad, los gestos de la violen- 1 1. 1 siempre se relatan con minucia. Si brornear, irrit arsc y tocarse lin actit udes usuales, golpcarse e insultarsc ado pt an, con Ire- . ucncia, aspectos catastroficos, En la pelea, los cuerpos decupli- ,.1Il mas vitulidad, cnergia }'espontaneidad que los que vivcn en lllllonia. Como las emocioncs 5C cont rolan poco, para nuestra Illirada de hoy los gestos agresivos resultan impresionantes, no 1,l l1 lo por 10 que son - pucs hoy tamhit n exisle la crucldad-, sino I' ll I' su aparente frecuencia. Los cuerpos est.1n inmersos en una cspacial, y en la vida domesl ica viven una suerte de oI llrcza fabricada por el enLorno. La rapida disposicion a la colera .1.1 In acci6n emoliva sc suma al hccho dc que los cuerpos viven. \'" 1' un lado, en la miseria y, p OI' cl olro, en un ambiente rugoso, de inst rume ntos 0 herramientas que se convierten facil- 1I1I'ntl' en ar mas. 14 2 I H USIONYIORME NI O. El RElAID DE l OS CUERPOS Si hubiera que tomar un solo cjernplo, trivial con respecto a tantos otros, seria cste, pues combina cI cspaci o del cabaret COil la vida laboral )' de pareja. EI 20 de novicrn bre de 178 4, el comi sar io FOUGu t recibe a las 10 de la mariana una denuncia' " pOI parte del cornerciante de vino Claude Aubonnet, que reside e l l la riledesGrands-Degree. parroquia de Saint-Elienne-du-Moni. Claude Aubonnct ticnc como inquilino a Florcntin, emplead en el puerto de tejas: Desde hace dos anos -explica Foucart- , cste inquilino va diu riament e con su esposa a su cabaret, que como tiene vario-. obreros qu e dependen de el y de cuyo pago cl est a encar gado, siemprc fuc a su casa a realizar ese pago, que Florentin malt rato varias veces a su mujcr en su local y en su presell cia, que hoy a las 10 de la ne che SLl esposa ent ro en 1a sala dr la salaruandr a donde habi a dos personas y se habia ent retc nido alii cerca de un cuar to de hora calentandose. Que SI I marido entro en esa sala muyenojado y la dcrribo de un golp sobre la salamandra, que el qui so irnpcd ir esas violencias y fue t ratado de miserable, granuja, canalla, rufian, que cuando esa manana su hijo paso por eI puerto de tejas Florentin I" apost rofo di cicndole que estaba muy enojado por no habc: partido la cabeza de su padre con un tronco. Este suceso muestr a la atmosfera particular de aquellos espaci(l" don de se mezclan los placeres y cl tr abajo. En eI cabar et se bebe pcro tambien se hacen negocios. Es un lugar social y politiclI. Alii se efectua n pagos, se organiza n contrataciones, circula (,I vino, bu eno 0 malo, las Illujeres estan presentes y las salamall dras ofrecen un calor que las viviendas nol ienen. Alii se COi l 3D Archivos nacionalcs, Y 9947,20 de novicmbrc de 1784. HUl1l1UDl S Y EF USIO NES I 143 -ientc cl cuerpo: calor, presencia femcnina, posihilidad de cmpleo, p.iga, bebidas. .. A nadie se Ie pucdc cscapar d bucn humor del lugar, tan bueno asi como tambien pucdc volvcrsc execra ble en . uant o se desliza una palabra de mas (1 CU;lI H!O algunos gestos ,II.' los hombres respecto de las mujercs sc vuclvcn intolcrables v reprensiblcs. Tal fue el caso de Florcntin, que mah rata a su 1I I1I jer ca n dernasiada brut alidad, 10 que no L'S acvpt ahlc ni iquier a en esc contexto. De lin cue rpo al ot ro, de-de la mujer sc "cntreticnc't y sc calienta. desdc d mar ido que mal trata I su mujer, desde el posadero que ugrcdc al marido , la cont i- nuidad cs ostensible, aun si cl dccoro, c] dcrccho, la justicia y una rclaci6n sana para con el cucrpo del otro 10 proh ibcn, Los I uerpos se mueven de prisa. lncitados por las condic iones extc- uurcs , reac cionan con la rnisrna brutaliJ ad e irn pet uosidad , lin las que pcrciben sus ma ncras de ser )' eI encier ro en el que ('q as se cncucnrran. La"cult ura" de los instrumcnros, las herra- ur icntas, los habitats sin ningun con fort, la prorniscuidad y la I,,,hreza Iavorecen violencias cspecificas. Estar en el mu ndo en este siglo es habitarlo polit icarnente II00 S(;1 en 141 forma ell que las personas se agreden y 1'1 rnanera I II que las respuestas a esa agresion adoptan el lenguajc de una , I ueldad rnanifiesta. Estar en la pobreza es pertenecer a Sll ticrnpo \ .il mundo y significa aprehcndcr cste ult imo atravcsando su .lu reza y, a veccs, adoptandola. Rcspo nderle al mu ndo obliga a " poncrse a el con su cuerpo, siemprc en acei6n, invest ido de Il ,das las situacio nes y apropiandose de los gcstos lj li e llloidean 1. 1forma de los vinculos con el otTO. La postura de los cuerpos, " luido de las voces, cl eontenido de las injurias estan inlller- I", envueltos, incrustados en la realidad social del presente y 1111 L'S que Ies resulte imposible desprendcrse de ella, sino que 11.1)' II na suerte de injusticia en cI hceho de que ese presente sea 1 111 duro e incstable. 144 I (f USI ON Y f l RE LA TO DE 1. 0S CUERPOS Greuze, el piutor Asi puedcn verse, po r un lado, 10 :' cuadros de Grcuze," pi nto: no desconocido, pero poco apreciado. Sin embargo, una vez revc lado al publico en 1760, aprox imadarncntc, teudria mucho exit.I en los saloncs de la cpoca, en especial en 1761. 1763 Y1769. P OI otra parte, Diderot 10 consagrara en sus escriros sa bre pintur.i donde habla de sus cuadros con un evidente entusiasrno y 1I1l gran precis ion. Greuze cs un pintor que "cuenra', y si aqu i atr,: nuestra atencion rcspecto de las efusioncs scntirn enrales y ]a violencias farni liares cs porque les dedi co varias obras impoi tames a escenas dorn esticas tragicas y/o conrnovcdoras. Tal \ 'l'1 sea por eso que, lucgo, sc 10 borro un poco y se 10 cri tico pOI habcr sido, abusivarn entc, Ull pintor "lacrimoso" De heche, 1.'11 esc circulo del siglo xv III fue Ull pinlor "que le hablaba al espc. tador" (Didcrot ) y que visito la sorn bra y la luz de las emocio nes }' los desgarros Iami liares: Eacconlce de village ILa novia d,' pueblo J, Le.fils ingra t lEI hijo ingrate I, I.e paralytique [E1 para Iitico ]' Les scmcuscs [Las sernbradoras ], l.a maled iction patv nelle [La maldicion paterna], Tod os esos cuadros ofrcccn a la mirada cuerp os humildc- desgarrados, felices, enojados 0 cn llanto, a menudo en una situ.i cion familiar: pucdc t rat arse de una proll1csa de matr imonio un grllpo de nodr izas rodeadas de nil1os. un padre moribund" en furecido con Sll hijo delante de una familia entera presa til mult iples sent imientos. 0 bien un padre paralitico pidiendo atl'1l ci6n. Ysi Dide rot se inleresa par esta pinlura es porq ue t icll una idea paradojica acerca del arte: la raz6n debe exaltar el sell timiento y aportarle senlido y equili br ia. Entonces, eI arte sen,l una manife:-taci6n del pensall1 ient o capaz de mantener junl,1 31 Grell/e , l1a c id o en \72S. lll ll <:rlO ell 1110 5 l'1l TOLlrnl1S, dond e e xis le lIll lll Ll SCO a d. HUllllU OES Y EfU SIOHES I 145 1.1razon y In pasion y 10 imporranre reside en el apego por las ,'\ presiones humanas, Se trata de una gramatica visual de las pa- roues que se aleja de la reproduceion hab itual de las actitudes populares en tcrrninos de rusticidad 0 anirnalidad. De esc modo, lin arte como el de Grcuze, que cxprcsu sufrimientos. peligros, I' reocupaciones, crnociones y cxaltacioncs, cs dcl ordcn dl' 10 uhlime. Las cornposicioncs fami liares rcprcxcutadns por Grcuzc expo- ucn los cuerpos, sus act itudcs, sus flex iones e i111ploracioncs, Slls urancras de tocarse y de abrazarsc, de maldecirse 0 i am bicn de .h-sdenarse y traicionarse. Tanto en sus estudios como en sus , uadros, es evidente la presencia cor po ral que da scn tido a la " 1,,.,1y, aun mas, esc no se que que trasciende la dcnsa rcalidad .ll' los dolores y la huclla perceptible de los afectos. Greuze no luerza cl t razo, como sc acosturnbro decir, Mas bien, y Diderot 1" dice, "cuando t rabaja, se afecta profundarnente" En su pill - iuru se lccn la locura, el secreta de los cuerpos }' las in tensas !','nas, pcro rambien el peso de las conminaciones que recaen .' lhre cada individ uo, siemprc que este viva en socicdad. Col o- usra, apasionado por la suavidad de las telas, Grcuze convierte I .iquel que observa su lienzo e ll aIguicn quc toea, que roza, 0 d menos que siente, cs decir, que esta "en posibilidad de afec- IllS': Alii csta presentc la gestualidad dd siglo, mienlras que eada J't'rsonaje del cuadro familiar (la hermana, el amigo, cI hermano, , I nil10 0 la madre) construye, con su actit ud, su propia histo- 11.1 dentro de In historia colectiva lrazalia. 'le lrate de la par t ida de U 11 hijo, de una eseena fnllliliar dcs- 0 de promesas de matr imo nio, "c mos que mas alia de t Il'rta homogeneidad se reLll1en milagrosamente lrazos hctero- 1:['l1eos que compo nen infinitas singularidades, A traves de la II l1 mulacion de pcrsonajes y, por .endc. de cuerpos (suelen scr III 1I Chos en un lllislllO lienzo), podemos detec tar una gra n can - 146 I EF US I ON Y IORMEN I O. fl RElATO DE LOS CU ER POS tidad de gestos con di lcrcn tcs significaciones: las pieruas. Jos pies, los pan talones. Ias enaguas. Iascamas, las sillas y los perr i los, los bebcs en el suelo y los brazos en alto son algunas de I,, , figu res de esa composici6n dcsco m puesta. Observador de 5 11 ticmpo, Greuze tambien se intcresa po r los paseos. Ias iglesias v las asambleas pol it icas. En el se han grabado [as signos corpo rules mas destacables yfrecucntes y, a mcnudo, el ar tista cent r.t su en foque en dirncns iones pat et icas. Tal ver. s610 sean pateri cas bajo la vara de nucstra mirada actual, tan desconfiada CO i l respecto al ambito de la cxprcsion de las cmociones. EI cspacio dorncstico que a Greuze Ie gusta capturar no CS, evidcntemen t.: un tema clasico y el pintor busca crear una historia de colon- y mi radas sobre algo que cs la no historia, es decir, el i nter ior de las almas y su cout rontacion con el otro. Tornando prcsi dos dctc rrninados eleme ntos de la riqueza de las pasiones, 5 11 cuadros, en espec ial Le.fils it/gmt, Lc vieillard pamlytiquc y 1,/ malediction paternelle, par ticipan de una dina rnica co r poi .rl observada a diario. A traves de los lienzos de Gre uzc, mucho :. dice sabre la separacion y 13espera, la fili acion yla muerte fu t ur.: acon tecimientos todos marcados pOI' ritrn os corporales don.h se instala la elus ion enternccida 0 colerica, asi como se i nst ul.i tarnbien, en la vida corriente del siglo. PAVOR Segun eJ diccionario,.\' cI pavor se define de la siguiente form l "Gran espanto, a veces l11ezclado con horror, que hicla )' atr ap,l EI pavor cs mudo; sin lenguaje, asombra )' pasma al cuerpo, I" ,n I.e Petit Un/,,' ,-/. MULTI TUD ES Y EF U\I ONES I 147 lo[pca de lleno. En el surgimien to de dcterrninados aco nreci- uucntos, ese afecto curnplc un papc l impor tnntc: es una pasion ',Iacial que paraliza, pero que poscc una Iucrt c impo r t.mcia. I 11 eI pavor, hay espa nto y el cuerpo se vc asallado por intcnsas l' lI lsacionc s que desorbit an los ojos y cstrungulun In garga nta, .uicntras que la expresion verbal abando na a la persona por cl pacio de un instante. EI cuer po, pris ion cro, y' l no I ienc COIl- ' Icncia ni del pasado ni del futuro; hajo el yugo del cspnruo, 111,lrCa un tiempo de pausa en cl que se abisrna cI estupor. Una \0. que ha pasado el pavor yque el individuo ha recupcrado la .. rlma, es probable que surjan scntimientos sccundar ios C0 l110 I odio 0 la indignaci6n )' que estes desaren situacioncs i ncdi- I, IS, tanto en cl plano social como polit ico. Ligado a todo aquello que pertenece al ambito de 10 desco- uocido yque sucede sin que puedan coruprenderse sus razones, ,,1pavor se propaga rapido, Una cat ast rofe natural 0 una epide- rui n fulminante seguida de una tasa de mor talidad espec iacu- 1.11' provocan un pavor inrnenso, sobre todo dcbido a qu e las l'llhlacioncs, anestesiadas pOl' eJ panico y la falta de cornprcn- ron, a veces crecn ser objcto de la ira divina. En primer lugar, concierne a aquellos que se ven confronta- .I' IS, br utalmente 0 no, a la mLlcrte. Aunq ue es mu)' frecuente y ,[pea de manera incesant e, la mucrte significa estupor y cscan- ,I. do. Familiar, pcro inaceptable, la mucrtc se invita con cualqllier l'l l.'l exto y la de los niflos rcsulta particularmelltc insoportable. I II lugar a dudas, es habit ual. En cI siglo XVI II , la muj er )' el 1111 10 a menudo est.in ligados por la vida y Ia l11 ucr te, pues eI parto , , IIna violcncia que puede interrumpir la vid' l de una y/o del " 1111. En cierto modo, cI pavor se aloja alii pesc a la cost umbrc: I II decto, si e[ rccicn nacido se apaga antes de que se Ie haya I,,,dido administrar el sacramento del balltismo, en tierra cat6- I" .1 se piensa que su alma, privada de Dios, vagara eternamente 14 8 I l f USIOll i I ORHEtl TO. El RIA10 DE l OS (UERPOS sin descanso ni resp iro )' que no se podra enterr ar su cuerpo L'II Tierra Santa. Como cI actor, persona tan repro bada en cI sigl XV !I!, cl rccicn nacido difunto se cnt cr rar a sin cerernonia ell tierra profana..l.l Tant o como la mue rte del nino, esa situa cion de vagabundeo y ausencia provoea en los paricntes un pavor into lerahlc, que castigos son objeto para que entre el nacimiento y la muerte el cur a no haya tcnido ticmpo de dar k los sacrarnen tos? La Iglesia, punti llosa, prohibe a las parteras ungir a los hebe- 1"1 ...t;, que les pareeen muertos y las sanciona por clio. Ahora bien, l'i parto cs un acontecimicnto colectivo; alrededor de la futura madn seagolpan la patt ern, las mujeres de 101 familia ylos vecinos. Detra de la pucrta, un poco aparta dos, los hombres esperan el acontv cimi ento. Cuando las cosas salen mal, inter viene e1 pan ico, ;11 rnismo iicmpo que los gestos aeostumbrados para esas circum, tancias. Cada uno sahc, en su corazon, que la muerte merode.i facilrncntc, pero los cspiritus sc ven azotados por grandes mil' dos . Ell efecto, una cosa es "admitir" que cl nino pueda mo rii ot ra es accptar, 0 no tcmer, que no reciba sepult ura y que su alm.i este condcnada a no tcncr ningun lugar donde descansar, VividII co111 0 una tragedia, el nacimiento de un ni no muerto proVOL .1 espanto. En consccuencia, se inventan los gestos. Aun si dicho. gcstos son sospechados por ia Iglesia de eur iosas crccncias, supers ticiones 0 m31a devoci6n, ellos existen, da n vida r modifiean I., real. Esos gestos no s610 $e haccn, sino que tamb ien estructur dli la pena y la t ransforman en csperanza: rapidament e, las mat ro nas y lal> mujeres !levan eI cuerpo 31alt3r de la iglesia, acechan ,.j menor signa de una vida eventual (un movimiento, un gcSl1I inciert a del cuerpo, un derrame de sangre 0 de humor) ; en instantc, se reaJiz3 cI bautismo y el alma es salvada. EI cuerpa 33 la, ques ell}illllSdes Ii",/ ,,s. Moris-'"'Sel/!l lrl'llISd,ws I'Euro(lt' clm 'til'l" u', Paris. cd. Audiben , 10 0 6. NULTI I UDE S Y[ f US IUtll S I 14 9 nterrara en un buen lugar. Exponer <II nino, cspcr ar a 1<1 luz de los cirios de la iglesia la so rnbra de un soplo y no tcner miedo si cste se prod uce: esta gest ual, apenas tolcrada por la Iglesia, pues 01 mcnudo se basa en cl imaginario (el nino, de hccho, est,i rnucrto )' los signos que sc dice reconoccr no SOi l mri ... !J UL' qui rncras ), I icne la inventiva de la descspcracion. Nacc del pavor : esos ' me mentos de respiro" se volvieron tan lrccucnt cs en cl siglo \ VIII que afuera de algunas iglesias SL' const ruyeron sa ntuarios, ll urnados"santuarios de respire' , para colocar cl cuerpo tid rccicn uacido yespcrar un rayo de csperanza yde vida. EIpavor, a menudo arr aigado ell miedos desconocidos 0 liga- -los a una event ual ira de Dios, da lugar a una gcstualidad y u volidaridadcs nuevas que autorizan a las comunidades de per- unas a irnaginar practic as novedosas para interponer ent re las uuor idades y elias mismas. Pasion suprema, el pavor, aun si nace til: la ignorancia, cs una inspiracion par a nuevas economias de I,l cuerpos y nuevas mancras de soportar el conj unto de las I nas mas grandes. l.n cu aru o a las epidemias, que a su paso arrasan COil todo, r.nnbicn provocan temorcs paroxisticos: la peste de 17 20 en Mar- ,\lI a cs el ejernplo mismo de un acont eeimiento donde el pavor "\ Ill:rimentado en el plan o individual ycolectivo tuvo mult iples icidcncias socialcs ypoliticas, Si bien la cnfcrrnedad se propag6 , lit rc pob res y rieos, eso no sucedi6 de manera equitativa, es libido, y si hien el pavor rue compartido, las di st intas c1ascs 'Iciales no 10 enfrentaron del mismo modo. H Lo:-. ricas aball- llIl1<1n la ciudad y se van haeia las ;)ltll ras, mientras que la ciu- ,I. ,d popular, forLOsament e inrnovil, queda librada al cataclismo. I . 1 ll1 uertc reina en todas partes: I ( .h. Carri"rc, M. Cour duric y E Rebuffa l, Marscille. l'ill,. 11 101' 1<'. /.a (les te de ' .":1o. l' ar[s. cd. M. 1968. 150 I ErUS ION Y TO RfIEN10. l REl Alu DE LOS CUER POS Las iglesias cierran sus puertas unas tr as ot ras. En sus expla nadas, en med io de las plazas publicas, a 10 largo de las calles, todas las neches, los vivos van a echar sus cadaver es cncima de los enfcrrnos, abandonados por todos, abatidos por la des esperacion y el pavor y su plicandolcs a los cuervos que sc los lleven tarnbicn a elias en sus carret illas." Adernas, cond ucir los cuerpos .1 las 1urnbas es una tarea de los prcsidiarios, cuya presencia masiva en Marsella es rnuy conn cida." Ellos sabcn dir igirse hac ia una muerte certera, aunquc solo sea por 1a respiracion de )os miasmas de putrefaccion, Ell lucha con el pavor mas insoporta blc, pillan los cadaveres, pem sobre tocl o gritan: Era mas facil equipar a estes presidiar ios que alojarlos y ali mentarlos, pOl'que nadic sc atrcvia a cornunicarse con ellos: la rnera idea del cuer vo y del presidiar io era Ian at cmori zante que se tern ia rerriblementc a csa gente, Se sabe que pilla ban alii adonde iban a recoger a los muer tos [. . . ] y como ntI esta ba n nadu acost urnb rados a conducir las carretillas, .1 menudo volcaban en las COl lies, generando en 141 gente grit o y clarnores ho rr ibles y rompiendo las carretillas, a las que III los guarn icioneros ni los apcradores se atrevian a tocarY Tres aiios despues, y de otra forma, 141 ernocion y el azorarn iennI se apoderan de toda la sociedad, convocando a intelectuales y 01 medicos a reflexionar sobre una situacion mortifera de gr.\\I 35 Ch. Carriere, M. Courduric r F. Rebuffat, Marseille, ville morse. 1.11 peste de J7 20 , p. 84. }6 Zisberg, res gil/ericII.' , Scuil, 1987. 37 Giraud, )01/"' 1(// historil/ I/c de ceql/i s'cst ptlsse e1alls /11 ville de Marseille e1e 17':" (I i72] . r1UL11 1UDE S Y ff USION ES I l S I .unplitud: aproxi rnadarnente 20 .00 0 person as muercn de viruela t entonces conocicl a como "petite verolc") . l.lurnada "peste ara - bica" por Voltaire, csta atroz cnfermcdad causa ter rihlcs estra- mientras que nadie logra contro lar ni su cvolucion ni su con- i.uninacion." Afccrados en abundu ncia, los ninos ell' CSl,IS,! cdud mucren fici lmcnte de csa cnfe rmedad }' los medius populates 'l' vcn particularmente afectados por d conrauio. EI 111 11ndll l.-trado y fil os6fico asiste con pavor a csa monstr uosidad, para- lrzado por la ignorancia de su saber. micnrras que en iudos los .unbitos se habla de venc no, de sangre ardic nie, de contugio extreme, de [uria, de ger men sin picdad, de exhalacioncs Iuncs- I .I S 0 de alicnto perverse. Una corrcspondcncia entre particula- Il'S reconstruye la irnprevisibilidad }' la dureza de la enfermedad. IIn brigadier de 141 guardia del rey tiene un joven sobrino que vive lcios de Paris)' cs scr vido por lin criado. En 1747, preocupado, cl , I indo lc escribe estas palabras a su patron: "Su sobrino acaba , Il' scr atacado a su regreso de Joiny; la viruela se declare ayer, .u aban de da rle las vacunas y, segun las aparicncias, no sera pcligrosa, pli es se encuentra en 141 mejor posicion posible en (', Ia enfe rmedad " En rcalidad, no existe una "buena posicion" I' ll csta cnferrnedad. Unos el ias despues, nueva cart a del criado: Senor, me desesp era verrne forzado, por la amist ad que siern- pre sent i pa r su sobrin o, a informarle la t riste noticia que acaba de suceder, acaba de mor ir con grandes convulsiones: csta nochc la viruela hizo una irr upcion tan grande que 11 0 lue posible dcvolverlo a la vida, 10 que mas me enfaJa es que I' Madame de McrtclIil sc vcd afectada pOT csta cnfcrn1l'dad al linal ,1<' 1a nOl"da de Choderlos dc Lad os, 1.a.< rd ll l"io/Il'spdigmsrls, Vease, 1,1lcsis de Catrio1l ,] Seth, "La grande al'l: l ire, l' inoL' ula\io1l all Sii:d c l.ullliercs': dcfcnd ida en dicielllbre de 2004 bain Ia dirccci()1l de Ivlichel Iklon, 152 I F USI ON Y TORfl ENTO, El RE lA IO DE lOS CUER POS el t iernpo paso tan aprisa que no rccibio los sacrarnentos. nadie pudo ocu parse de clio. No me scparc de cl ni de dia ni de ne che, la cnferrnedad galopab a yes una tarea de la qUI' me hubicra gustado rnucho sc me dispensara.'? Mi entras la en ferrncdad galo pa, rn icnt ras los te rnores respect de ella no ccsan, rnicnt ras que cl "vcncn o" pcrsigue a hombres y mujeres de todas las clases, un debate se instala. EI pavor es una Fuente de toma de conc iencia, Esas granJ cs "pasiones" soc iak-. forman el aprendizaje de la polirica, pues enuncian voluntadcs de cambio y provocan invcntiva y rcflcxio n. En efect o, Ja posi blc inoculacio n de la cnfcrrncdad ser ia, segLII1 algunos medi cos, una forma de evitar lu viruela. La apuesta cs tan alocadu como atcrradora la cnfcrmedad: posible intligirle el mal a UII cuerpo sana para que no cste cnferrnoi Esdccir, les posible insu Oar la mucrtc para prcservar I<J vida] Frente a estc di lerna, las eli tes reaccionaran de distintas mancras: movidas par el terror (il- la mucrte pa r viruela, el debate se instula con pasion, Los fi lo sofos no se ponen de acucrdo entre si, la Iglesia no tendra 1;'1 real cion que podria espcrarse, los medicos se posicionaran en un.i op tica inquieta, e incluso angustiada, sobrc la posibilidad el l'! progreso, los disclirsos morales oscilaran entre la Natu ralcza \ Dios. Afcctados pa r la enfermedad. los arisl6cratas 4 " cUlllpli ran una funci6n muy importante en este debate , mientras qUl' la epidcl1l ia azotara como un laligazo a una gran parte de las cia ses pop ulares. El debate sabre la inoculaci6n se va abriendo con palabras, con visiones dclmundo diferentes: las posicionn son a la vez sensibles, morales, cienlificas y filos6ficas y 10 SO i l porque CSt<lll agu ijoneadas por el pavor. pues la en fennedad .19 Archivus Y107' 4. Saldo de la secretaria , riminal, siglo XV II I. 'Ill Lui, XV J11 Ul're de yiruela I' ll 1775. j'1U lTl f UOE S Y I 153 afecta a cada familia. "EI hombre, pes" a ser luer tc y fi r rn e por una buena atcmperacion del mal, llcva ell SI cl gl'l'llll' ll que arne- naza en cua lq uier momenta, propaga ndo cl icrror por tudas par- tes", escribe el rnedico Pale l'Etang, micrn rns que m.is udclante lcsraca:"Es una furia [csta enIerrncdud Ique a la j uven- Iud arma en mario" La lengua medica del XV II I cmp lca, rorno puede verse, un vocabulario ..pas io nado do ndc c] c ucrpo, 101 furia y la gue rra SOil cvocados c lnvoc.u los, sin cstur ancsic- -iados por el cien tificismo de un lcnguajc abstracio. LI pavor convierte a la virue la en un monsI r uo )', pur 10 tan to, en Ull CUl'rpo que vive dispuesto a devorar a todos los cuer pos. Solo dcspucs de la gran epidernia de 1723 sc intenrara la inoculacion, cs decir, entre 1754 y 1763. Se instala un debate, que opone a Diderot )' a I)'Alelllbert. Para D'Alernbert, la operacion de la inoculacion puede lIevar a la muertc, Razona ndo a escala de los individuos, vc preocu pa par eI peligro en el que se incurre y ell 176J publica una memoria donde cornpara LI n riesgo presenrc COil LIll a VCIl - raja desconocida, 10 que hace evalua r rernor yesperanza: En cuanto nos pongarnos de acuerdo en que sc puede rnori r por In inoculacion , ya no me atrevere a culpar a un pndre oe que tema hacer inoc ular a Sll hijo. Pues si esc hijo, par des- gracia, fuera vklima de ella, su padre tendni que haccrse l'ter- namentc eI terr ible reprochc de haber anticipado la l1luerte de 10 mas querido que tenia)' no conozco nada que pucda compararsc a una desgracia Ian cruel." I >idcrol coloca a la human idad por l:llcim;\ de lodo )' se concell - I ra en la bclleza de una experiencia que beneficiar ia a lodos, pllniendo en juego eI sistema iluill illado del progreso)' cl futuro . I I "Vcl:iba ccrca d,' un hijo r y" era SII verdugo," 154 , HUSICN YI OR tH HTO. El RElA ID DE I DS l UERPOS \ EI debate coloca a los nine s, a las mujcres y al Estado en el pri - mer plano: hay que preservar a la infancia de cualquier dano, y en toda s partes sc cxpresan can fucrza los senti mientos fi liales. EI arno r paternal ocupa alii un lugar irnportantc, cosa que pucd so rprender, Se 10 vc dibujado a I raves de las rcflcxiones cie nt i ficas, donde los padres son exhortados al valor frente a la deci- si6n que llevara a! progreso de la cura, aunque este deba hacer arder el arnor paternal con un fuego incandescente. Los padres deben tener valor, micnt ras que ala.'> mujcres hay que conven- cerlas de una manera muy difcrcn re. Menurct, medico, 10 sabc y cscribe: "Es a las mujcres, a las mad res, a quienes hay que conquistar y scducir, si pucdo cxprcsarrne asi: es 10 que trate de hacer al inci tar ell sus corazo ncs la piedad yel remer, Piedad pOI las tiernas vict imas de la virucla, ternor al presentarles la muerte y la mascara de la fealdad " t En que cucrpo Ierne nino se basa el .:..... medico ?lEI cuerpo ctcrnamentc maternal a ague! que, tarnbieu cter namente, se preocupa por ia belleza y 13 frescurar Hablar- les de medicina a las rnujeres es hablar a su cuerpo y a su ros tro: la belleza y la fealdad haccn la diferencia. Si la virucla con surne horri blemcntc su rostro, las rnujcres se venin seducidas por la inoculacion, La aparienc ia es una cualidad tan fuertc y envidiable en los medias aristocrat icos que alii las vent ajas de la inoculacion scran forzosa rn cnte escuchadas, En cuanto a hombres, si se les pide valor, tc6mo no 10 tcnd rian en esa socie- dad rica, de cuerpos fanfarro ncs? Todas las observacioncs y los discursos acerca del ellerpo enfermo de virucla se basan en el panico que la enfermedad pro voca )' en sus innu mcrablcs consecucncias de orden politico. Pues si eI Estado debe frenar las fatales mortalidades que csta tan preocllpado po r Ia demograna, tc6mo practical' d arr iesgado met odo de la inoculacion? El pueblo Ie es llt il 011 Estado; los cuer pos individllalcs que 10 componen estan olvi MUlII IUDS Y EF USIONES I 155 dados en cuanto a sus sufrirnicnros 0 SlI mucrte. Esto susc iia impor tanres discusiones sociales, algunos proponen que sc i no- cule a crirn inales conde nados a mucrte a fin de ver ificar en cllos las consecuen cias del acto. La Lcscornbat, acusada de ascsina r a su mar ido y convertida en un perso najc heroico del si glo, Iuc asi designada par a que se probara COil ella la inocu lacion. Esto din lugar a un debate politico y etico: i.es posihle induhar a una mujer de su crimen inoculandola y, por 10 t.uuo, prolong.mdo su vida? ( 0 una) criminal P OSCl' acaso 11 11 ( uerpo que hahri" qu e res - pctar? Las discusiones SO il violenras y en 51: dClid ir;) (Iucgo de LI n fallo del Parlarncnto en 1762 que condcna lu inoculacion) transfor mar cl hospital Saint- Louis en LI n hospital de inocula- ion para los nifios abandonados, En consccucncia, se plantea l'l mismo debate: ,i que cs el cuerpo de un ni no abandonado y pur que sumi nistr arle a el esa inoculaci6n? La genre del pueblo mant iene desconfiada [rente a Ja inoculacion: tpor que creer - 11'S a las elites? "Como creede ala genre de las ciudades qu e far- Iulla en latin", did uno de ellos. AI pavor de la viruela responde el de Ia inoculacion. Ese terror .r sombroso es la fuente no solo de debat es entre filosofos y hom- i-res de la Iglesia, sino que tarnbien es el germen de profundas rcllexiones provenientes de las clases mas pobres, No es que estos 110 sean valicntes frente al progreso, sino que sospechan del l'vidente lugar en cI que se los pos iciona: d del blanco princi- pal de los ensayos terapcuticos. En ese sentido, el pavor es un ,Iprendizaje de la vida politica: la emoc i6n experimentada no 'S s610 pasividad, tambien es un:1 lecci6n social )' politica. 5 Hablar de los cuerpos Entrar en con nivencia COil In que sc dice sohrc 1,1(a rne: cl len - hallado a cste rcspecto en los archives policiales SI: CO Ill pone de enunciaciones breves y crudas. Ocupa un lugar pro- pio. El heche de que esc lenguaje sabre el cuerpo puedu hallarsc en los docurnentos judicialcs no modifica ni su con tenido ni su inter pretacion. Por otra par te, la prueba de ella son los infor- Illes medicos que acornpanan denuncias y j uicios. Esas citas de voces respecto de lesiones del cuerpo a de heri- lias son una prosa de un gcnero extrema: se habla acerca de un cucrpo que esta sufriendo, Los testi mo nies lIevan la huella d experiencias flsicas vividas )' hablan sobre el cuerpo, La mayoria lielas vcccsde iamano minuscule, esas pequenas unidades de vida .ilrededor de un herido 0 de un cnfer mo, tson tambien historia? l.as palabras en l orn a de un cuerpo agredido marcan LI n lugar de Irontera donde se ve a la sociedad refutar, mal que bien, aqucllo que lcsucede: a rn enudo, cl torrnento padecido refuerza eI vincu- losocial, pues cada uno rcflcxiona accrca del acontccimicnto. En cse sentido, deiallar las hcridas del cuerpo agrcdido precede de 1. 1forrnacio n de esc vinculo social. Hablar de los cuerpos en esc momento signifi ca"pcnetrar mas alia de sus aparicncias externas lllcgando ] asi a cornprendcr esc mundo de 10 interior", ' I Siegfried Kracauer, L'!li, lOirc des avant- tlcrnicrc d ill " " , prclacio de Jacques Revel, Paris . Stoc k. 10(J(" p. 14 'i. 158 I Ef USION Y TOR ME N10. II RElA ID 01 LOS CUERPOS Algo serio sc enuncia: 1<1 sexualidad, la vida y la rnuerte que- dan a rost ro dcsc ubier to: se vuclve visible aq uello que no es soportable en cuanto 31respcto de los cuerpos y se ad ivina Iii ernocion ante la existcncia hurn ana amcna zada 0 hu millnda, Entonces, si, es historic. Alii detcctamos las ganas de vivir, el des- piadado furor puesto en defendcrse cuando se cs atacado. Par e1contrario, se erigen paisajcs sonad os don de la fclicidad, la exal- tacion y el goee son valore s quc 110 debc n cuestionarse. Los relates son breves y las palabras son palabras-cuchillo que dan cuenta de la sangre derrumada, de las obsccnidades y los impu- dares infl igidos. EI otro quiso romper el pacto de alianza entre el hila de la vida yla integridad de los cuerpos. Los naufragios cor- porales relatados en cortas narraciones rczurnan dolor, aun si sabe- mas que cl cscribano pudo edulcorar algunas declaraciones, EN CASO DE CONFLl CTO ENTRE HOMBRES Y MUJERES Familiar izados con el sufrimiento )' con los cuerpos expuestos, heridos 0 rnuertos, los indiv iduo s tiencn, a 13 vez, la necesidad de hablar de clio, tiron eados ent re el pavor, la cornpasion y cI odio. Aun si, en sus Eusayos, cl gran Montai gne pudo escribir: "La filosofia nos remite de manera incesant e a los ejernplos del mulero, quienes ordinariamente ni Lemen la mucrte ni ningun torment o )' son capaces de mayor firmeza de la que la eiencia proveyo jamas a ningtll1 hombre",2 hay que tomar esta opinion con precauci6n. Por un lado, Montaigne no es un mulero )' Sll oficio de filosofo 10 conduce por los caminos de un pensador que vive fuera de las pnkticas cotidia nas. Por cI ot ro, si el m ulero 2 Ivlontaignc, /issnis, l.ibro II , .:ap. 12, Par is, Garn icr-f b mma rion, p. 19 HAR lH Of l OS CUER POS I 15 9 ticne "fuerza" y siente menos, 110 es porque sea indiferente, sino porquc las fatigas del tra bajo han esculpido su rcsistcnc iu. Para cfectuar su t rabajo, la genre de los pequ cnos oficios vivc con dolor; In dilicu ltad cs extrema, cl rcchazo. cvideruc, En esta socicdad prccaria, la suavidud no es habitual. I.n que los testimo nies rnuestra n en 10 rvl.u ivo a los conll ictos gravt:s cntre los sexos ilustra bien la gravedad dc ataqucs cometidos esencialrnente contra el cuerpo Icmcnino y re.rccioncs Ireni c ,I esos acontecirnientos, EI Antiguo Regimen es parad l'ljico res- pccto de esc cncuentro tan di fici] entre cl mundo musculino y cl mundo fernenino. Cuando, un poco antes del reinado de Fran- cisco I, sc lcs perrnitio a las mujeres ent rar a los espacios puhli- cos del gobierno y la realeza, fue todo un acontecirn icnro. Los siglos XVT y XVII esbozaron un mundo don de las mujeres ten- drian lin lugar, ma ntenicndo, al mismo tiernpo, una sociedad dcsigual que no les conccdia ningun derecho. Pero el deseo de estar juntos, de aparecer juntos en un pri mer mo menta pr ima sobre todo el resto,' aunque se busquc "dcsbr utalizar a los hom- bres", como a rnenudo 10 desracaba 101 marquesa de Rarnbouillet. Convertida en un objeto de amor, en especial en la cpoca de las l.uces, cuando antes solo era un objeto de solicitacion 0 de tcrnor, In mujer no debe ser hurnillada en publico y cierias atenciones haria ella mant ienen la civilidad de una sociedad que prctcnde scr rnixta. Esto se ci a prirnero en los ar istocratas, dejandolc at mundo plebeyo )' al pu eblo su gro seria considerada nalural. I n cambio, en lodos los medios, la broma, Ia risa )' la ironia son Ill oneda corriente y generan l11uchos problemas. En algunos ,asos, "d poder que nace del lenguaje es superior a aqucl que prucba 101 violencia publica": ' I Claude l labib, Gnlnnta i..fmllraise, Paris, C.1lJil11ard, 10 06. 1 Elisabet h Bour gu ina1, I. e s;,;r!C' <Ill persiflage. 17.H- 1711l). Pa ris, pl! r, 199H, p. li S. t I.J 160 I EFU SION Y l ORMNIO. El RElAIO DE l OS ( UFR POS No obstante, una repeni ina voluntad dc rcspet o por cl cucrpo ferncnino im prcgna a la sociedad en su conj unto, y las clases popularcs, sin embargo violentas y de conductas br uscas rncz- cladas co n un bro rncar anodi no, protogen co mo pueden e) cuerpo de la mujer e intervienen cuand o este se ve amenazado. Acercarse Amenudo, la realidad es diferentc. No obstant e, en esc momento preciso, el terrnino alberga dulzu ra, implicitas reglas esboza n las forrn as esperadas de los placcrcs, Las denu ncias por violcncia dan muest ra de los espir itus qucbrados y los codigos no respetados. EI vocab ulari o cm pleado para descri bir esos me me nt os de en cuent ro es bello, csta imprcgnado de desco yde ernocion, pero tambien de timidez y, lucgo, de pena y desilusion. Por supuesto, es posiblc postular qu e las palabras pronunciadas son artificios o mcntiras para apiada r al comisa rio; poco irnporta, son verosi- miles 0 , en todo caso, habla n sobre las dichas esperadas. En ot ros me mentos, las palabras q ue evocan cI acercarniento entre los sexos son de una insolente crudeza, de un realismo despiadado, Se corres- po nden con promesas no cumplidas , con descos derru mbados y con csa ext rana neche caida sobre el cucrpo femenino: "el sus- t rajo mi honor con dulces ardides y enganos' , "rn i reputacion sc ha visto enganada porqu e crei en sus bu enos ai res"; "pa r doblc desgracia, se ve privada de su honor por un embarazo de cinco meses que ella no des eaba y que ya no puede oc ultarle al pu blico mi ent ras que el ya no Ie promete nada"; "embarazada de el, ella si n emba rgo Ie hab ia expresado sus preoc upacion es". Esas son las frases pronunciadas ante el comisario, do nde mujcres scdu- cidas se sintieron abusadas yaho ra son "abuchcadas en su barr io': Ingenuidad, desco no cont rolado 0 mcntiI-a, los hechos se na- rran con simpleza:"Ella sicmpre Ie habia dicho que no iba a la casa HAB l AR DE l OS CU ER POS I 161 de personas casad as, pero el Ie respond io suavernente que su mad re estaba alli, entonces el la fue a su casa y se sorprendio mucho al encon tra rlo solo; de inrnediato, el cerro bruscarnente la puerta y Ie dijo que no se id a igual qu e como habta llcgado" No es posible ser mas claro y mas rudo. La jactancia, la ment ira y Ia brutalidad no SOil tolerables: ser cchada sobr e una cama, ser tornada po r la fucrza COil un panuclo en la boca, ser ernpujada al suelo si n su co nsent irnicn to cuando se tienc la regia son gestos que se cuentan como reproches e inju- rias, como violacio ncs de la intimidad. Algunos homb res se defi cnden c invoca n la cantidad de "honestidades habitualcs" que deb ieron ernplear antes de lograr sus fines: "Siernpre le hala- gaba su coc ina y su limpieza" Ot ros son mas rudos y utilizan la mofa, e incluso la vulgaridad y la obscenidad: "su cuerpo era de rodos, que no mio?": "que cstaba muy orgulloso de haberla dcsvirgado y que Ie hab ia alcgrado mostrar por todas part es SlJ arnison ensangrentado" El scxo, la sangre y el cuer po tomado sc exponc n como t rofcos. La jactancia es un argumcnto: para destrozar el honor de una par eja que 10 dejo, el hombre pucde x poncr como ocurrieron las cosas:"dijo que cuando fue de paseo por 1'1 zona de la Villette, se encontr 6 con Logeais y bcbio media iotella con el, que se jacto alto r Iucrtc de haber gozado con su esposa, de la que conservaba un cabello, e hizo incluso el adernan Ie mos t rar esc cabello sacan dolo de su bolsillo" Pero no todos los acercamicntos se desarrollan asi: ta rnbien cxistcn acercamient os fel icesde los que hablan algu nos test igos: . Ella siem pre ha bia obscrvado desde Sl1 venta na y luego en el paseo que se gustaban mucho, siempre se tuteaban , se besaba n l on frecuencia y tem ura y manteni an cn cuentr os que no ocul- laba n su amor y qu e anunciab an que se dan ama ntcs". Tam- hicnlos hay muy crudo s. Un sombrcr cro testifica sob re lIno de '.l IS vecinos: "10 vio permilirse manoscar sin rcparos a las muje- 16 2 I [f US IONYIORMNl 0. n OE l DS CUERPO S res en los lugarcs q ue la decencia no per mite no mbrar, qu e III oia gozar can todas sus fuc rzas en su habitacion y que gri tab.i ' torn a tus peq uenos placercs' mi ent ras Ie respondian: 't errn inc, ter mine rapido, me siento ma l",' Malos tratos En las denun cias sc devclan cuerpos rnagul lados, la fuc rza de III imaginarios reci procos y los descos masculines de apropiaciou del cucrpo fe menino. Pa r ejc mplo, podemos citar un relar que data de 1780: el 9 de c uero, Mar ie Francoise Goyer, cspos- de un jardi nero dorni ciliada en c1 quai de La-Toum elle, de nu n cia a su rnar ido ante el co misa rio Desormeaux, precisando qu. s610 haec dos al10Sq ue csta casada: AI cabo de seis mcses de mat rimonio, cl de jo de conteners la inj ur io, Ie propino var ias t ro mpadas con t an ta fur ia qll l ella sa ngre durante varies d ias, pero que no se dct uvo y k dio go lpes en el cuerpo con un palo, la empujo a patadas \ t rorn padas co n rnucha Curia y le t ir6 del cabello; el mierc les, mient ras ella se calentaba las man os delant e del fuego, 1.1 to rno y la echo al fuego, luego, tras lanzarla sobre 1J. cama, I golpe6 la cabcza contr a el m uro. a expresion "al cabo de seis meses de mat rimo nio, el dejo d co ntenerse" podria resu ltar c6mica si no fuera tr iste. Deja en u ver que al co mienzo de l matri monio hay que respetar un tienu- tradicional de b uena arrn o nia y arnabil idad, aunque , SCglJII I exprcsion, pa rcceria que para el ho mbre esto cs alga muy dill 5 Tod os cstos fragrncntos de Irnses y rclutos minu scule s fucron ext raidns lk I ar r hivos dd Petit a il/lind II Pa ris entre 1775 y 17R5, conservados en la ser i,' ) dt: los r\ rch ivllSnaciollales. HABl AR DE l OS CUER POS I 163 cil. Mas adelante, cuando la esposa rec ucrda un mo menta de conto rt, cuando sus manos se calien tan sobrc cI fuego, po r un insta ntc se ins tala la imagen tradic ional del hogar y la int i rn i- dad, queb rada par 10 que sigue a co nt inuaci6n, una scxual idad )' unos golpes indcs eados. Adc mas, la desgrac ia de las pa rcj as (en gr an part e la de las mujeres) resiste mal la exposicion publica. EI su frimiento resulta mas intolerable cuando el vecinda rio csta .11 corr icnte porque, cada vez, csta en juego la di gnida d de la per- ona. Cas ada con un caballista , Ni cole Iacq uesson torna como virvienta a Lo uise Delo rme, venida de la provi nc ia. Su marido ',I; "encapricha" ca n ella mientras que esta ultima exper imenta una gran fascina cio n por el y "q ue no se oculta n de la relaci6n I riminal que manti ene n acost andose en la misma habit acion y ella a veces en la escalera, 10 que en gen eral es sabido todo a su alrededor: que ella se hab ria confo rmado co n gemir en secreta I todo 11 0 se supiera" Cua ndo el cariiio, la Iocura y los go lpes se ent rernezclan y , uando la vida se vuelve in soportable, se expresa el desaso- I l ' g O femcnino. Cada palabr a t rad uce la espe ra de los cu erpos, 1,\ del am or y, luego, la de la cornpasion mezclada con el horror rrcn te a la dureza de los golpes . Fabricante de cajas, Margueri te I I ' Clerc vive en par eja desde ha ce mucho tie mpo can un fabr i- I .1I1 te de papeles tcn idos, Denis Gouffe. Ambo s viven en la rue ,/1/ Faubourg-Saint-Iacques. Su corn panero padece "frenesi es" t , durante las cr isis, la malt rat a. Ella 10 lleva ant e el comisar io de 1. 1policia, pues se siente en peligro, pes e a que 10 qu iere mucho. I I I sus morncn tos de calma, asegura ella, siempre le prornetio '1 II C se rccupcraria, pe ro esta vez, cinco a nos desp ues de SLI p ri- uieru den uncia, en 1773, ella decide pedir protecci6n y separarsc, I I relate es fu erte porq ue esta atravesado por los d olores del tllIla y de l cuer po, ten ido po r mo mentos de un a culpa qu e no IIInascar a deltodo un sufrimiento intolerable. Cue nta un a vida 16 4 I H USIONY10RMltITO. El RElAIO DE lOS (UERPOS HABI AR DE l OS CUERPOS I 165 en pareja caoti ca, tambien echada a perde r por los productos noci vos de su oficio: Gouffe Ie solicito que regrcsara con el y le prornetio que cam biaria de conducta, que ella asi 10 qui so y se determine a ell, pero prcsa de sus frenesies d volvia a maltr at arla, ella Ie atri buy6 esa locura a los colorcs con los que el trabaja sobre l'i papel c intento dec irle que aba ndonara su tr abajo y fabri cara cajas con ella con la cspcranza de que su espirit u sc tr an quilizaria, que lc du d e mucho vcr que se equivoco, pues haec ya 18 meses que no trabaja mas con los colores, que fue a l.i Charite a haccrse tratar por el c61ico de plorno, torno airc, pal rio CO il ella 31Pet it Gcnrillydondc bebio con moderacion y ch pronto le pro pin6 var ios golpes de baston sin tener cuidad de su crnba razo de seis meses ydel hecho de que ella tenia l 'lI brazos a su hijo de dos anos, al que Ie hizo una her ida S<J I I gra nte en cl parpado, su gorro se romp io rnientras que Cll .l derrarnaba mucha sangre. ernura, tormentos de la locura y nifios que proteger: todo dicho, Marguerite nombra oportunamente las heridas de los CUt'1 pas ylos cspiritus, expone una situacion alarrnante que, a menudo ha querido modificar y cuenta el desasosiego de las"cabezas alic nadas" cuando son presas de su delirio, sin voluntad de revan cha ni de arnabilidad, da ndole a entender a quien pueda escu charla la soledad dcsarrnada de los cuerpos pobres, sin protecciou ante la locura, la violencia y las enfermedadcs profesionales. Escribir accrca dc las viulencias conlra las mujeres exige inclull eI cncuentro entre los dos scxos en eI paisaje ya descrilo de UIl .t comod idad familiar y jovial enlre los cuerpos, de una promi." \ cuidad de lodos los instan tes. Los dos sexos se frecuentan, " II \ \. grcmcnte 0 no, se conocen y se persiguen en media de las mil l titudes, las aglomeraciones a las fiestas. Los secrete s y la inti- rnidad no son moneda corri ente . EI hori zonte de vida es el ins- tunte efimero. lgual al hombre debido a sus actividadcs, su libcr- lad de palabr a )' sus gestos amplios, la mujer tarnbi en sc vuclve lin objeto familiar de pelea, el cuerpo-es pacio donde se conccn- I fa la agresividad masculina, potente por su fucrza fisica, su dcrc - cho y su conviccion de que el cs quien ruand a. Todo 10 que ant es ucurria en una jovialidad aceptada oscila hacia los golpcs mas Icroces, avivados por los cclos, la idea de la posesion 0 los males dcseos de las sexualidacles mas hurnillantes. EI pr ecio qu e sue- len pagar las mujeres es alto. Sin embargo, elias despli cgan cfi- .uces sistemas de defensa, aunquc no son capaces de despren - .lerse de su inferioridad. Enese contexte, la vida de los cuerpos conoce numerosos sobre- altos. Pero una cosa es segura: pese a todo.l a vecindacl femenina vd entorno en general ejercen una gran vigilancia a estc respccto. PI cuerpo fcmenino maltratado no deja a nadi e indifercnre: 10 que explica, entre orras cosas, la extraordinaria precision de los dctalles sobre los cuerpos proporcionados por los testigos 0 por 1. 15 victimas. El espacio corporal femenino es una geografla sen- iblc que no debe ser herida, en especial en sus zonas intimas. Las isas son claras y, en consecuencia, tarnbien las palabras. "La malt rat a sobre todo por In noche","la expone desnuda rtuera con el frio )' el vient o expo niendo sus part es", "se acosto I I In ella por la fuerza", "la forzo hasta que su cuerpo cedio" "la .lcrribo sobre la cama mientras que su amante le sostenia las pier- Il,I S y luegol par a conscguir sus fines, la dej6 tod a cnsa ngren- I alay lI eva el horror hasta el pLlnto de ponerle su parte cn la boca Illienl ras la sostenian", "que el quiso que ella se acostara can el y 101 sirvienta encerrandola primero en el taller", "que constan tc- IIl l'nte Ie dcsgarra las bragas afuera y que las vecinas acudieron", 11 Lle la descubrio afuera hasta la cintur a para divertirse con su 166 I Ef US IONYTORMENIO. El RElATO DE l OS ( UER POS desnudez, exigi6 que se quedara asf par a divcr tirsc","que obt uv su placer con violencia sin cscuchar sus suplicas, que el mal tar penet ro sus sentidos y que ante sus gritos los vecinos flH'lII II a go lpcar a su puer to" Estes fragmcn tos de explicaciones iII ron tomados al azar entre miles de denuncias consultadas. N tienen nada de cxtraordinario ySlI elcccion, incluso, ha qUCI'11 cvirar dernasiada cr udeza para no verse tcnida de voyeurisu Entonces, l que decirr Nada, salvo el hecho de que esas palal precisas gritan aquello que no es tolerable y el hecho de que I t mujeres, con esos detalles, afirman la plcnitud de una ferni ni.L que en ningun casu ticnc derecho a ser pisoteada ni por gestos I I con venien tes ni pa r golpes, Afi rman su cuerpo y sus funcior la simbologia asumida de su pr esencia en el mundo don.l.. 1 liberrad y la dignidad de haccr cl arnor van de la mana, sin 1'1 11 talidad ni humillacion. Enuncian pollticamenre su cuerpo [n-ru a los jueces yal comisario de policia ylos obligan a conveno-r En 1770, el relate de Jeanne Dussy, esposa de un techador, (' ' I tiene la historia no accptada de su cuerpo. Los gestos del marul en Sll con t ra despli cgan todas las acti tudes inaceptables )' I. lugarcs "simbolicos" del cuerpo femenino: "le arranca el g< II" 1ira cl colch6n de la carna, Ie da la ensalada que ella prepalII 5U caballo, la cnvia a haccr Incalle para conscguir dinero, la '111 .1 1ra hacia la escalera" El tocado fernc nino, que simboliza 5U 1'111 ItI Y su modcsria, es ar rancado. Tirar el colch6n expresa la pli \' cion de sexualidnd yde afccto. Darle los alimentos prepara.ll un caballo cs ofender cl papel del alimcnto yde la mujer ah. 1 tecedora y el latigo que doma resuena de bcstialidad. Envi,lI a hacer la calle forma parte de una mczcla masculina enl n extremo placer yla voluntad de ganancia. 'lodo cst:i alii yel calill recuerdo de los hechos por Jeanne Dussy resume las 1'051111 exccsivas de 10 masculino y Ia defensa lucida de una muj er ClIl l ciente de 5U dignidad. HA BlAR DE l OS CU ERPOS I 16- I 'uando los cuerpos pelean, hay furor. lEs este mayor que en I, ,, cases de violcncia ordinaria entre hombres 0 ent re rnuj c- I ,( Como saberlo, salvo par cl heche de que In sexual idad, sus hll lllas, su tabues y sus habitos sc ven degradados y mancilla- ,I",. La rnutil acion fisica y simbol ica del sexo se considera una uil.unia, pero, sin embargo, no cs atip ica. Si por casual idad sc II Il a de un hombre gol peado, la dec laracion femenina tiene un It nor muy difere ntc. En 1776, un carpintcro se queja de Sll com- 1l ' lIl'ra, Marie Camier. Ella 10 ha herido de gravedad en eI ojo 1111I una botella. Estase disculpa por "su vivacidad de la que csta 111 11)' enojada, Ie picle perdo n y de hecho se puso de rodil las y declare no saber cscribir ni firrnar " En un papcl tradi- ' 1III1a l. ella irnplora, sc arrodi lla, pide perdon, moviliza su cuerpo 1' 11 .1 ado ptar una acii tud cor poralmente surnisa, buscando cl l'l ldon pOl' haber comctido semejante falta. Reina de la GIlle"," la mujer debe luchar mucho para hacerse II -peta r, EI bromcar tiene su costado doloroso: los ar ranques, I vi-ces causados por la ebricdad, de la fuerza masculina con- 11.1 1.ls rnarcas de la sexualidad y la posi ble rnaternidad de los I WI pos fcmeninos. Los dos imaginar ios - masculino y feme- 111111) - oscilan par a el hombre entre la voluptuosidad de los pla- I , ' S carnales, los mementos de atraccion envuel tos de ternura .lukes ar ru macos, la couviccion mas culina de que 1.' 1cue rpo I. IIH.'nino necesita un propictario )' que es propcnso a los Je- de humores; para la muj er, la all'gria de scr scducida , I" verse rodeada de atcnciones, las ganas de establecerse para I, ,.1r de vivir en la preearicdad, el deseo de ser ella misma frente I ' l l ro; todo clio en un mundo social, literario, polit ico y filo- ,d lCO euyos prin cipales ejes son la volupt uosi dad y la felici- "'gull 1<1 exprcsill n Jl' lean Nicolas, l.ll rebellion f mni tlise, Mom'cl1JCl1 lS 1"'/" i1a ires et cOllScience socinlc 166J-171>9, Paris, SClJiJ, 2002. 16 8 I H US ION YIORHfHl0 El REWOor l OS CU( RPOS dad y Irente al escena rio de la rcaleza, donde cl cuerpo del u accede fa cilmcntc a las sexualidades mas ricas e improbubl En estas rclacioncs entre los scxos ron da la imagen sagr :i.l cuasi divina, de un rey todopodcroso cuyo cucrpo sirnboli cl conjunt o de la socicdad y reune a todos sus subdi tos CI I " II scxualidad. Ahora bien, esc cuerpo es eI lugar de la scxual i.Li mas intensa (sus incon tablcs amanres, las j6venes en trega.Li a el en el Pare aux Ccrfs) que, COil mayor 0 mellor concicn. 1,1 todos asocian con In nueva y Ilarnante guer ra, realizada a ca" 11 0 y con bordados, y con las partidas de caza en los bosqu lc Marly 0 Rarnhouillct. 51 !lAY V IOLENCIA ORDINARIA Otro registro, este muchas vecescvocado, incluso estercot ipa. h del discurso histo rico: he aqui la violcncia ordinaria, la que ti," la ventaja de dejar hucllas en los archives y, por 10 tanto, dl' WI un mana disponihle para los investigadorcs en histori a social Alii tarnbicn sc dice rnucho sobre las formas de vivir de to," I con la rcalidad cotidia na de las peleas y las rinas ycon los uml)1,' lcs que no debcn cruzarse. Fami liar, quiza, la violencia sienu es rcprohada y sus reglas rigen las relacioncs entre los cuerp los limites que no hay que (ruzar ent rc uno y cl ol ro, las 1'1'1 111 teras mentales y fisicas que cada cuerpo Ic impo ne al ot ro, 1.1 diferencias bien percibidas )' seiialadas entre eI contacto allll loso 0 rudo y la <lgresi6n, la perccpc iol1 de la intangibi li(h"ld d la vida y de la pro hibicio l1 de la l11ue rte dada. Todo ella l' , 1 sumergido dent ro de siste mas de valorcs ct icos 0 rel igios' l Losque trans fonnan las reglas (y son muchos) a veces 10 hall 'll en d nombre misrno de las reglas que transgreden, mil'ntras qll HABtAR DE lOS CU ERPOS I 16 9 IIII,IS violcncias provic n en de Ins forrnas ordinar ius de la vida y .I.! curse or dinario de s ituacioncs per eibidas como no cquita- IIV,,'; c injustas. Extrano caldo de cuerpos en lucha dondc cada uuuse sacude ent re razo nes tan divcrsas como la rniscria de rna- \.1110 grande, la malda -d dcrnasiado franca, la tan tr adicioual d,'lillcuencia, cl senti miemto de injust icia mas flagrante, la volun- 1,,, 1sensoria l, men tal}' corpo ral de existir frente al otro y de ya ,n scr rcduc ido 0 humillado pa r cl, etcetera. r .ada clase social tien e sus prop ios rnodos de explicitacion del IIITPO, pues 10 polltico sc inscribe en elias con firmeza, pro - 01\" icndo una cantidad infinita de rcaccioncs y scntimi cntos: dli se descubre una eti ca de la alteridad, al misrno tiernpo que 1111 01 filosofla social sin cultura letrada para Iundarla y una res- uisabilidad propia hacia si rnismo y hacia cl gr llpo social. La IIIlencia es.n la vcz, ct.rerpo y lenguaje. Ysi se ha dcscrito (con I I/lIn ) un siglo xv I II popular muy violento, se ha olvidado ' I' ll', par un lado, aquello estaba a la altura de Sll exprcsividad y .II cxuberancia y, por cit ro lado, que tenia una concicncia de 10 1111, .lcrablc. La intolera blc adquiere aqui dos scntidos: puede scr nacido de condici ones de existencia miscrables, pero tam- hu-n el intolerable c i risostcnible franqucarnicnto de la indis- 1"'llsable iruegridad y Ii bertad corporal. Se percibe que cl cucrpo, 11111(0 apoyo tangible de In prccario, pucde convertirse en un .11 11101 hirienic para el otro y cI hecho de que el clIerpo sea cl unico ''''Ilgio frcnte a lasociedad exterior no significa que no sea"pen- \'Ill" Y"actuado" de acucrdo con estrategias, por supucsto, pcro I lI11bien ca n eonvicci o nes, cualesq uiera sean. I J desordcn publico del que muchos se queja n esta forjado ,o ldado?- po r conLactos cuerpo a cuerro que evolucio nan III re la exubcranc ia, las cnemistades , los gritos y las violen- 1.1' , Entusias mos fe rvores tejen cI vlIlculo social; la violenci, 11 11 III desgarra realmente, salvo par el hecho de que imponc c 170 I [f uSI6N YI ORtHN10. u RElAIO DE lOS CU ERPO S inl1ige con fuerza y ferocidad sufr irnicntos dcsmedidos y ci II I\) cia COil insistencia 10 que tarnbien es la irnposible arme nia L' I I I r los cuerpos en situaciones desfavorccidas 0 precarias. Alg" aflige con demasiada dureza con tantas hcr idas de los cuerpo Paradoj ica rclacio n con el cuerpo: cuanto mas le pcrteu een cI fervor y la cornuni cacion verbal y gestual, mas suscit.i cornbate una anodi na afrenta contra cualquier autonornia II o irnaginaria. ToJo el mundo participa de esa paradoja: los v,'\ 1 nos tcstigos se sublevan, toman par tido, separ an a los indi , I du os, etcetera. Quejarse de los ataques con tra el cuerpo signifiea afirm.u III q ue sc piensa de el )' 10 que no se debe padecer del otro; es ' ,I nificar, sin siquie ra la conciencia de cstar haciendolo, la sole-I...i )' cl cansancio que 10 aq uejan . Los pobres no poseen las n'I ,.1 de las clases mas acornodadas: la riqueza, la propiedad y la II I ' I" riedad. Morir nunca esta lejos. Es irnposible no cornprender I I" esos cuerpos, tan exuberantcs como doloridos, son el tejido L. II nal de la historia sobre cl que se imprirne 10 politico. Dceir el cuerpo, hablar de el, aunque sea a traves de la viohu cia a el sufrirnicnto, expresa algo relative al derecho a existir 111 .1 o me nos dignarn eute, a cornprorneter en su rncdida 10 qUt' iensa del derccho a la hurnanidad. Aqui no cs cuesti6n de 01\ I dar a de oc ultar toclo aquello que en la violencia cs tamlu cr del orden de la simple crueldad, pervers idad 0 ignominia. Nl es ese el objctivo de estas pagillas. EI intcres de este trabajo 50 1, 1 las palabras pron unciadas a prop6sito del cuerpo es detectar II momen tos en que los cuerpos se dicen por 10 que estima n dc ' mismos, por 10 que estan obligados a padeeer )' por Ia maliI'I en que se describen como enunciado res de una voluntad de jll DI lOS CUER POS I 17 1 lit ia, de igualdad. lnconseientemente 0 no, se enuncian algunos IIdlOS sociales y politicos. En cuanto a aquellos que dan tcsti- .uonio de violencias a las que han asist ido, sus palabras proee- .lcn de la toma de posicion, de la division esiablccida entre aqucl '111l: tiene razon )' aquel que esta equivocado. Luego, en una Iranja I',I stante arnplia, adivina mos lu ernpatia (estas herido, me com- ',Idczco; eres mi amigo herido por un rnalvado, te compadezco) \ ln posibilidad de csboza r frente a las aut oridadcs judicialcs ret ratos de 10 inj usto, 10 cruel, 10 accptable, 10 necesario y h.ista cl de 10 intolerable. PALADRAS SOBRE El. DISCURSO MEDI CO I I I lu superficic dcl lcnguaje se perciben una mancra de decir y 1111.1mancra de haccr, Se ignor an tantas cosas sob re los cuer pos I'1L'd discurso pronunciado cs, a la vez, docto yrcmcroso. Para I,,, medicos, eI euer po parece siemp re desbordarse a SI mismo I -ntrar dent ro de categorias que es necesario inventar y nom- l-r.rr, La ohser vacion r ia mirada sobre Cl se vuclvcn elementos uuulamcntales de 13 cicncia,? sobre todo porque el cuerpo es 11 11ItlO. La pasion de dcscubrir da lugar a una abundancia de rcpletos de delalles fascinantes y fascinad os por un '1It'rpo que no pucde decirsc a si mismo." Configurar las enfer- 111l'llades es un rompecabezas, sabre todo dcbido a que los medi - 11\ corn prendieron rapido que las condiciones de vida tcnian 11 11 papcl esencial en la patologia. El medico sera un investiga- d,' r-curacl or y lin hombre politico que eont rada a los gobernan- I\tk hcJ Fouca ult. NII;sslI ll cede III cI;llil.jlle. Paris, P UF, 1972. / 11/ mMec;1l des I.III11 ;rres, pdic ula dirigida pa r Rene Allin. 17 2 I EF USION Y I ORM EN IO. EL REL AID DE LOS CU ERPOS res que perrniten que sc organice la tirania sobre la pobreza y II" luchan contra los abuses de la riqueza. Como 10 desta ca M. Foucault, ")'a no se trata de brindar I" elementos par a rcconocer una cnfer rn cdad, sino de restituu en el nivel de las palabr as, una historia que cubra al ser total I.. I la persona es vista, es hablada"? Restituir una historia es enrr.i en un vocabul ario y una sintaxis que cstan inmersos en los lr u mentes corporales del pacic nte. Los informes de los medicos " la Soci edad Real de Medicina pertenecen a lin orden particul.n en que al relate de las enfcrrnedadcs observadas se suma un g r , l l ! asornbro sob re todo aqucllo que pu cde escaparse del cuer pCl " entrar en el: una vision apocallptica no distaria mu cho de I.". visiones brindadas pa r los medicos. En cuanto a los medicos tit- I rey, las palabras ernplcadas son incluso casi mas irnpresion.u tes, mas dctalladas, mas preoeupadas. Ell el Jo urnal de 50 11 11 ; ,I, LouisXIV IDioriodesalud de Luis XIV ], las paginas vacilan enu el panegirico del rey)' la intcrruinablc descripcion casi rcpulsiv.i de sus I ras tornos intestinales: 2 de abril de 1710, Su Majestad fue purgada. La medicina halI I I excremcn tos e ndurecidos, que ret ardaron su cfecto. Peru euando comenz6 a manar en un gran cuenco lIeno de mucli cxcrern cntos }' hurnorcs hirviendo, rue seguido de otros 1,\ \ de heccs rajas en cantidad por la neche, luego con una peqUl' lI crnanacion de serosidadcs biliosas.:" Un cuerpo dcrrarnado, un cucrpo en convulsiones y cfcrvesccn cia que los medicos cifran )' descifra n en tre pasion y desco n cierto. Un cuerpo a la medida de los acontccimientos. Sl Michel I'oucault. Naissancc til' la cliniquc, pp. 94-Sl5. 10 Stanis Perez (cd. I, [ourna! de SII II (, ' tie LouisX/ II, escriio por Vallot, Daqu in y Fargon, Grenoble, lcrornc Million, 20U4 , p. 3Sl0. Nines abandonados y cuerpos maltratados "La piel del lacayo cs cI perga mino dond e cscribe la mano del arno," Michel de Certeau' 11 ,1}' situacioncs en las que, de pronto, ell su soledad, el cucrpo vc brutalmentc expuesro a la accion de las institucioncs, ya . .111 estas de asistencia 0 de represion. FI cuerpo de un aristo- I ..ua, de una burgucsa 0 de un gran comerciante no vive la rnisma luvtoria que el de un ser mas debil y desprotegi do, 0, pcor, vaga- l-undo y mendigo. Entre la inst itucion medica 0 reprcsiva, el \ IIlTpO del aristocrata siernpre esta protegido pOl' suntuosos .luigos inmohiliarios, por di nero, pOl' Iarnilias poderosas, por 1"lks influyentes y nurnerosas alia nzas, pa r bic nes, viveres y, '1'111.,1, par un "saber". Aunque, por m em entos, sa bre algunos -i.uules del rcino se abate la justicia del rcy y se abrcn las pr i- umcs, sus cuerpos reciben consideraciones, gozan de pensio- 111'\ y ut ilizan su capacidad cscritu rar ia para protcstar, dcn un - I r.u y, en ocasiones, hac cr inte rvenir a sus arnistadcs 0 a los 11.,trllIOS del Estado, I Mi chel ti e CcrteaII, 1: i, /1'('I I / ;01l rill rj ll (l/ i, / il'll . / l r/ s rlcli /;rr , wil li, I') Kn. p. 174 I EFUSI ON Y l ORM EN IO. El RElAIO OE l OI (UERPOS Expuesto dcsn udo frenrc a la institucion, el cucr po del pO" 1 que delinqu e 0 que, sirnplernenrc, esta al rnargcn vive una avrn tura difercnte, sevcra y, sin embargo, or dinari a: por emit , en :> 11 secrete s cncierra forrn as cspec ificas de abatirniento 0 de tencia, voluntadcs de vivir y pcnsarn icntos constr uidos pes, la mclancolia del liempo ya 1<1 rclacion obligada con un m UI " I, politico qu e no ccsa de debili tarlo. Muehos acontccirnicnt.. cntorpeccn a los cuerpos, y en cl desarnparo, cl dolor 0 el olvi. lu estes se vuelvcn cucrpos-acontccimi ent os. En su intento par r.- ponder a t raves de su (mica fortuna - el cuer po- tambien COil tituyen llarnados al ot ro, para que piense, EL N IN O ABANDONA DO EI cuerpo sana y la sup crvivencia del nin o rec ien nacido l ' pr imero, una apuesta dcmogra fica y, luego, social y politico. I ,I muert e del nino y la de la madre son objcto de prcocupaciou rnient ras que la Iglesia, la mon arquia y la medicina velan ( ' II atencion sobre esa fragilidad de los cuerpos que provoca t(1IlI,1 sobrcmo rtalidad infant il y materna, Del mismo modo, la cuu t idad de nifios abandonados en las calles, las esquinas 0 las igl sias suscita cornpasion, piedad y una voluntad de act uar.' 2 Los archives de la Sociedad Real de Mcdicina conscrvados en la Academia d<: Medicina de Paris, en Ia calle Bonapart e, dan l11uestr as de 101 preocupaci' )11 inslitucional respeclo de Ia protecci6n de los nil' lOs y las madres. Sohre los abando o!)s de nili os, v'case Badinter, I.'arllOLlr Crl plus, Paris, Odil. Jacob, 1980. La cantidad de nili os abandonados a mediados del siglo X V I II se estima en, apl\lximad amcnte, 20. 0 0 0 pm alio. /IIN OI AB AHD ONAOO\ Y (URPO I MA LIRAIADO\ I 175 I" il/!al/cia mortificada 1,111 tOcI rey y la reina' como la policia, la adrn inist racion , la fil o- nib )' 13 literat ura han discrtado y reflexionado en abunda n- t 101 accrca de la infancia rnort ificada )' han producido rextos )' nu-morias. Se inrentaron muchas acciones respecto de las cpi- .lemias (la del mugue t, por ejernplo, esc mi crobi o que afccra 13 IIIica >' 13 garganta de los reden naeidos y provoca a la vez asfi- 1.1 )' gangrcna de la laringe), su dcbil capacidad de supervivcn- . 1.1. su alirncntacion tan descuidada. Todas consiguieron rnuy I'" ;!SOS resultados , 10 que puedc cornprenderse facilrnenre si sc Igue el recorri do de un pequcno cnviado a Incasa de la nodriza I li la provincia, transportado en un cuche de agua por transpor- I.. lores de nines poco escrupulosos que, ell vezde lcche, alimen- I I1I00 n a los pcqucnos con vino, Como consecuencia, nos encon- 11.1111 0 S, par adoji carn ente, en el corazon de un disposit ive tll ,.,hordado pOl' si mismo, impotente )' mo rt ifero aunq uc, a1 1' 1.ncipio, se baso en la idea de las Luces segun la cual cada uno III' IIC el dcrecho )' cl dcbcr de vivir, para el bien de la nacion. l'n eI Hospital de Ninos Abandonados, en Paris, los regis- I I I IS de las deliberaciones que se sostuvieron entre los medi- I cI persona l sanitar io, las autoridades y los visitan tes da n muestras de 1<1 volun tad de 141 atcncion prcstada.' Sin embargo, 1 I raves dc las delibcraciones se leen tanto rnarcas de una muy , ' I rl'y r ia rcina a veccs visitaban cl ll ospital de los Ninos Abundonados para . IM mu cstras de su solicii ud. AS1, un an o despues de la Revolucion, en 17\>0, tueron a visitar la Casa de Parto- . EI informc de la visita sc establcceria 1 11 est es terminus: "Sus majcstades d ieron rnu cs tras de mucha sen sibilidad v<a tisfarcion al vcr a los nino- rl' cien nacidos r anIe d aspccto onknado y 1. 1Illllp iez'l de I.1s ClI llas. ExhOrlaro n ,d senor Delfin a coloear a IllSninos, lit- ,.tlOra en m'ls, bajo su prol,ccicln". -\rdlivos de la Asislencia I'llbliea, Ilospilal de Ninos Abandonados, archivo J ,l V;dette, que conlielle div.:: rsos reglamentos de J753 y rel.li st ro, de las " "' ibl'rad on.:: s de I,)s Senor,'s Direclor <:, (iojas 11 '1 14). 17(\ I Y l ORMEN IO, [L RElATO Ol l OS ( UfRPOS cxtrana solicit ud como una gran auscnci a de atcn cion. 1'.11 tica ate ncion de csre siglo tan corporal)' sensible, que al),ll l J ona a los mas dcsprotcgidos a su aventura singular, encerru.l y parali zada dent ro de esa tela de a rafia enrcdada e impl.r.a hie de la asistcucia y el asco, de la corn pasi o n, do nde tarn lu. entran en jucgo la incornprcnsion.Ia muda indiferencia sum.uI 31deseo irnaginario de convert ir al "pobrecito" en un scr r('11 table para la nacion.' En cfecto, los di rectores delibcran, ell ocasiones una vez I'ltl semana, para regular las llcgadas de nines abandonados, los ( I II dados que hay que proporci onarles, cI estado de las nodr iz.i etc, lncluso se habla de la arquitcctura de los cdificios, tan noc rv.i par a In sallid, de los viajes de los recien nacidos bajo lu respCl Il sabilidad de los t ra ns po r radores poco atentos, de la muertc 'III' cuesta cara. La rcalidad cotidiana es cruel, aun si diceestar aco rn panada de mcjori as. Es una rnarca de deliberacioncs, sacudi.L ent re eI querer-obrar-bien )' eI solo-sabcr-obrar-mal, porque (' II los intcrsticios de esos rnovirnientos de asistcncia se deslizan insiruian las rnarcas de la desvalori zacion de los seres peq ucno Consecucncia de la incur able miseria, los huerfanos estan ({( ", iinados a la desfiguraci6n de su identi dad pese a la mirada p (l t (. probable de un n:y o una reina du rante una cercmonia, ve rn dos a contcmplar cl bucn cornportarnienro de los locales. 1.('" cuerpos son extremada mentc fragiles; 13 asistencia, en las CO i l diciones en las que se practica, los pulveriza. Son doblemelll' hucrfanos y cst,' 1l ausentcs cn la ausencia. En el Hospitnl de Ni fll .', Abando nados, 1.' 1nill(l recibc en pleno roStro los aranazos dl' 1.1 muertc y lleva ell cl cuerpo los cSligmas morales de un dra11101 que, al principia, no fue cl su)'o. 5 Arl cll r Farge, " L' Hl l pilal des Enl;lIlt s tr ollvcs", ell Sails visage,l'illlpossibie r('f!,el f d -' lI f Iepall vrc, Paris, Bar Md, 20U.>, Pl' , 45-75. ABANO OH AOO S Y HAllk A1AOO S I l r Ik alii cl simbolo y la realidad de una "ciencia de la asisten - 101 ' que no puede sino fracasar debido a las condiciones socia- l, , de 1<1 precar iedad y que resume el destino del cuerpo del nino I, .,!lre, considerado pese a todo como un "desecho" y que, a I ,Ives de csa doble representacion (nino avergonzado, nino que 11 , 1\' que hacer vivir), se abisma en un espacio ciego donde, de lin ho, no existe ningun anclaje. En esa opacidad, la vida que " 1\' que preservar sigue sicndo, pese a todo, obj eto de la ncce- II incornpasion heredada de los siglos cristianos y la imp iadosa ,d'\crvaci6n de que, finalmentc, s610 se t rata de una " pobla- 11\11 indigente )' [unesta" 51.' la debe curar sin mir aria. "i n embargo, a In largo de este siglo algunos han "rn irado" .ilrnente a esos ninos, 51.' trat a de los curas de parroquia, las 1',11 teras, los vecinos, los padres de los nines voluntaria y nece- IIiumentc abandonados y los corn isar ios de la policia: es 10 I" l ' se llama una poblacion int errnediaria, Sus miradas y su ' '' Illpasion estrin alcrtadas sobre la fl agrante realidad del nino th,lII don'ldo. Las huellas de esa atcncion provenient e de un pue- 1,1 11 sin riqueza no son cvidentes, pero, sin embargo, existcn y 1"'l mitcn descubrir algunos fragmentos disperses de realidad lilt los libr os de historia y la historia oficial ignoran. Debido I qlle sc trata de nirios, no podernos cuestionur In resistcncia que I I cuerpo opone al mu ndo social y politico. AI menos, 105 ges- I II , de la poblaci6n frente a e50Scuerpos desprotegidos a veces I' Hnan la palabra por ellos y se inmiscuyen en el desarrollo de III politico. En declO, esos pequelli simos cuerpos sin lenguaje ' Illiten un Ilamndo: un llamado para aqucllos que los y hll'golos encucnt ran y tambien un Il amada emocional, pues se I I ,I ta de: origcnes, nacimie nto, inocencia. Los cuerpos de aque- II ." que buscan prolegerJos act uan como Ull cucrpo-memor ia ,1, 1a vida ycl nacimielllo. 178 I f USION YIORMENI O. fl RlAI O DE LOS CUERPOS 1rcgistro del coinisario Tliierion, 1755-1176 ' n los Archives Nacionales, llama la atenc i6n lin registr II vado por un cornisari o de polid a, Thi erion, cercano a la p'lII . quia de Sai nr-Roch. Se tit ula " Regist re pou r se rv ir aMo ns ir le Co rnmissai re T hicrion ainscr ire les enfanrs qu i seront I II voyes de son ordonnance al'hotcl des Enfants rrouves de n ' l l ville de Pari s, commence Ie 14 juillet 1755 j usqu' en 1776, 11111 de febricr" > Dia tras dia, cI cornisario consigna a los nines que Ie son 11.11 dos para inscribirlos en su registro, lucgo levanta un acta dc . "llcgadas" y se cncarga de fir mar la orden gue les pe rrni tir.i III gresar al hospital. EIse responsabi liza por ellos a cualquicr III" del dia y de la neche. Esa es la tarca de todos los comisa rios .1 pol icia del barrio, pero el rcgistro elaborado p OI' Thierion ejernplar, Rcdactada de ma nera deta llada y rninuciosa, eJ .II I incJuye cI sexo del nino, su edad aproxirnada, la persona (jIll I llcvo a su casa yluego sigue una busqueda en su mantilla de l ll.d quier rastro de ideniidad a de un ccrt ificado de baut iSI1111 'I " en caso de dcceso le per rnita ser enterrado en tierra cristiana. I registro cont icne la inscr ipcion ordcnada de 1.140 ni nos, La , ,III t idad de varones abandonados cs cxactarncntc In misma, ;'011\ una excepci6n, que la de las rnujcres, Este detalle es util: los pa,1i no abando nan mas a sus hijas mujcres que a sus hijos varon- Por ejemplo, un acta que data dejulio de 1755: "Un 1111 reeien nacido, lraida por la l11ujer de lin fabricant e de pdl ll 6 IRcgisl ro para servir al SClllJl" Comisario Thicrioll a ins.:ribir a los nifJ O\ '1' scan I'lwiados por su disposicill n al Hospi tnl dc' Ninos Abandonados de I., ciudnd de !'aris, comellzado c114de j ulio de 1755 hasta 1776, mes de febl"' '' Regisl ro colIScrvado en los Archivos Nad ollales bajo la rdefencia Y 1Ol).t l feldn, las citas que aparccen a conlillll<l ci6n proviCIlt"ll de cslc registro pnginado )' lIevado crollol6git'arncnle, Sc c0111 prendcrJ, pucs, que no Sl ' rccucrde In referend a n' pic de piigina, NINOS ABA ND ONAD OS Y( UERPOS MAlIRAIAOOS I 179 1111' reside en la rue Zacharie, que 10 h3116 expuesto haec unos 11l ,lantcs en la entrada de In casa donde vive; e ll su mantilla n , ha1J6 ninguna nota". '\ qui se dan pocas precisioncs, eI nino no posee ni ngun signo ll !cl1li ficator io, la mujer del fabricanle de pelucas no dio su nom- "II', Probablemcnre, cl gesto fue rapido: vcr a lin nino, hacer que I I mstitucion se encargue de el llevandolo a 10 del cornisa rio de I" "id a. S610 el tcrrnino "expues to' , que aparece a menudo, echa lill sobre una realidad significative: si el nino csta "expuesto" a II vistadel otro significa que aqucllos que 10 depositaro n alii tie- 111 ' 11 1:1 csperanza de que sea descubierto y, por 10 tanto, llevado I IIIl hospital 0 a una casa de socorros, Sc tr ata de un regime n 01. mrcncionalidad: eI pcnsamicnto de los padres se orienta tanto "' I,ia el abandono como hacia un deseo de supervivcncia para I hebe; el nino no cs fajado sin que se dcp ositen en el de tcrm i- ".ll los proyecios. Sin irn portar 10 que ocurra, se deposita una jlcranza: al coloca rlo en un luga r es trategico para quc sea per- , rhido, tarnbien se esta contando con cI cuer po del nino, con sus I I los 0 sus lla ntos, par a llarnar la arencio n. Esta ultima -l }' IIlel?- solicitud de los padres da muestras de la cost urnbre de I, poca de verse constan tcmcnte rodeado - y,pOl' ende, salvado- , ,I, co nocer una relativa farni liaridad con el fen6meno del ab an- .111 11 0 . En la rniscria, se instala algo asi como una anonima COI1- h.mza en cl otro, con esa cuasi ccrteza de que, sin duda, el hebe , ,vira gracias a aque1 0 aquclla que se acerque a el. Existe una \ Idente compctencia en saber d6nde debe dejarse al bebe; en IInbi o, hay mas dudas respecto de Ia ignorancia -fingida 0 asu- 11I 11I a- de los padres sobre ]a suerte que Ies reserva cl Hospital ,I," Ninos Abandonados. lAcaso creen que, efectivamente, eI nill o , , Llnl bien atendido cuando parcel' SCI' muy sabido que la falta ,II J1ledios y de nodr izas hace de ese lugar un sit io de desas- I lw;O desamparo? La respuesta reside, qu iza, no en Ia certeza I Ro I !FUS ION Y l OR ME NIO. El Rl 14l 0 Of lOS CUE RPO S de los padres frcnre al hospital, sino en la fantasia elabora da I' l l ellos de que s610 la casa de partos cs apta para hacerlos sol vivir y que, si no 10 haec, al rncnos ticne el dcber de hacerlo, I que dismi nuyc los cstados de culpa ca n los que no se sicnr. n cornodos. Adernas, csa oport un idad dada al ni no por el hO.-'11I tal ilustra algunas de las forrnas de las ternporalidadcs vivi.l.: por las clases pobres. Ia del instante (es irnposible qucda rse I '" cl nino, se 10 abandona) acorn panada por un inmenso salto. ! tragicos contornos, hacia un futuro lejano que se imagina luuu noso, sin que haya necesidad de una prucba tangible para lII., Aun sin destctar, cl ni no cs enviado a la Casa de Partes, /II Nc uve-Not re-Da me, al lado del hospital pr incipal, frcnt e .I I catedral de Notre-Dame de Par is. Arnaman tado por nod riz.. (siernpre tan dramatic arnen tc escasas), una vez que ha crecul eI nino parte acorn panado a 1'1 provincia, ala casa de otras no. lu zas mucho mas bara tas, pues vivcn lcjos de las aglorneraciou. son poco controladas y poco competentes. Realizan ese vi.u en "coc hes de agua" barcos Iabricados para ellos, que se dl',,11 zan .1 10 largo de los rios Scna, Oisc, Marne 0 Escaut, acom p.i riados por transporradores, mas interesaclos por el dinero ql ' por su oficio, y pa r una nod riza. Bien Iajados, los bebes SOil col, cados de pic dentro de unos pequcri os cajoncs clemadera CUl l truidos par a elias. Poco alirncntados (a veces solo se les da nas gotas de vino ), sornet idos a la int crnpcr ic, al frio, a 1. \ sacudidas del atraquc, algunos de ellns fallecen antes de Ia II, gada del barco y abanclonan eI viaje. Los transportadores 11 1 escr upulosos hacen negoci os con ellos: como se les paga pit cada viaje realizado, se dcshacen del pequeno cuerpa, recog"l1 a un nuevo nill Oen algLl1l alto y cobran dos veccs. Sordido II fico que la justicia, sin mucho CxilO, intentad detener. Pero hay algo aun PCOf : si los coches de agua Jlegan deseado con nill OSfallecidos a bordo que babrja que enlel r.1 INOS ABAN DONAOOS Y CU l RPO S MAl i RA 1AOOS I 18 1 . 1111 [rccuencia los cu ras de la parrc quia prohiben toda eere- II Il.nia e inh umacion , invocando como mot ivo que los padres, u-cntes, nunca podran pagarles los gastos. Cuando, aun difun- I"". los cuer pos de los pcquenos se cnfr entan a las instirucio- muchas vcces no encuent ran ni dulzura ni cornpasion , sino 11 11, 1 cruda aspercza de cornplicaciones sin generosidad que rerni- 11 11 a los cuerpos a una materialidad ext rema que nunca fue la .I, ellos, ..,j cl nino no cs cnviado a la provincia hacia 1a edad de un ano, tI" I.l la Casa de Partos para ir al Hosp ital de Nil10SAhandona- tI, ,\ , en cl faubo urg Saint-Antoi ne; el hospital tambien recibe a 1111,1 gran cantidad de nines que realizan el viaje inverso, es decir, ' 111l ' van dcsde la provincia hacia la capital. A 10 largo de todo cl If.do XV I II, el hospital parisi no alberga una cantidad cada vez 1I1olyor de ninos: en 1772 , en solo un ano, 7.676 nine s fueron 11\ iados alli. Eso sc consider6 como una carga tan pesada e uuposiblc cl e adrn inistrar que dos fallos reales da tados el ano \ prohibicron cl transporte de nines a Paris. En efecto, nueve 1.,\ imos de los nines t ransportados en esa dircccion fallccian n cl mas cstr icio anoni mato. l.a rniscria cs la mayor provccdo ra de nines abandonados, I,dn:> de arn ores furtivos 0 ancilares, 0 de mujeres de escasos 11' \ ursos." Ellas son sirvientas, obreras textiles. jornalcras 0 caba- 1, ' Ieras e, incluso, rnujcres casadas 0 concubinas quc no estan en I do de mantener a su hijo que, a menudo, no es d prirnero. I . " padres, cuando se indica su profesi6n, disponen clcun aba- I I IUl social un poco mas amplio, aunq ue limitado, a excepcion It ."gullos burgucses muy ricas. En Par is, cerca del 35% de los !,'Illres de profesion conocida son 0 bien maestros arlesanos, 0 ( ' I.llIdc I)c!asscl1c, " l.cs nbandolls d' cllfnnls aParis au X\' II I' sicclc",,1ESC, N" 1, 1975. Pl'. 1117-2111 . 182 I EF USIOII Y rORM EN10. El REl ATO DE LOS CUE RP OS bien aprendices. Luego, sigue la cohorte de los vendedores aml-u lantes, los ernpleados dornesticos, los obreros de la construcciou y los peones, etcetera. En cl registro llevado por Thierion se adivinan todos los aju- tes y las disposiciones que cada uno inventa a partir del desru br imiento de un nino en la ciudad: aunque ese cuerpo de P Ol ,1 hor as no genera una conmoci6n total en los otros cuerpos, II, dispone a inventar acti tudes, a hacer gcstos adaptados, a CO ll i poner con 10 real, a suavizar la rudeza del acon tecimiento. hi el nacimiento yen el abandono sc expresan los afecros , y los gl' tos ligados a ellos, mal que bien, habl an del amor a, al men" de fa solicitud. Aun si todos hacen 10 minima ante el nino halla.lo no pucde tratarse sino de un cncuent ro can el desgar ro de 1.1 vida y la mejor mancra de volverlo mas soportable. En su breve acta, Thierion ci a cuenta de eS3 comunidad d, perso nas que sc ha acercado y, Iuego, inclinado sabre el nin Ello forma una red efirnera , reunida 5610 por el acon tecimicnr. I heterogenea pero dcterrninada: se pcrcibe el mundo de las p.1I teras, el de los curas, las rcligiosas 0 los sacristanes, a veces II I agentes de la policia y, luego, los par ticulares que, de pronto, encontraron (rente a un nino abandonado en algun lado. Al rl'lll nocer en el regist ro el norn brc de algunas pa rteras que vari.. vcces fueron a llevar le algun nino al corn isario, corn prendc mas que algunos individuos estri n mas famil iarizados con 1".1" problema que ot ros. En efecto, las parteras sc encargan de ,I. var 31nino a 10 del comisario j usto despues del parto, si la m .ul r ha expresado su voJuntad de ella. Ot ras madres, que dieron a luz solas, depositan 0 hacen dCI'I , sitar al recien nacido en cI rincon de lIna puerta, en un Vl's l l bulo, bajo un porche 0 bien ell la ent rada de una iglcsia 0 d un convento dc religiosas. Esto permitc lin anonimato qUl' 1.1 par teras que tienen una casa que da a la calle no pueden al l NINOS ABANDONA OOS YCUERPO S MAllR ATA DOS I 183 , ,' I': se trata alii de un abandono del cuerpo mas dr arnat ico aun '\ 11 1' en cl primer caso. Pero interviene una estrategia ; en efecto, \,. Ireee habcr otra rnanera de aban donar bastarue Irecuent c: ,I,'positar al nino no lejos del lugar de rrabajo de la parrera. Las .uujercs y las fut uras rnadrcs conocen pcrfectarnente su dorn i- , .lio ysu reputacion ydesconfian de los rumo res esparcidos por III ,IS y de 1a arnplitud de los secretas que cstas poseen y que, a \'I'(CS, divulgan sin verguenza. Lacasa de la partera es uno de los lugares mas usualcs par a los abandonos: EI27 de noviembre de 1755, al mediodia, un nino recien nacido rue trai do par la sirvicnta de la pri mera partera, que vive en 1:1 file du Faubou rg St. Honore. El23 de enero de 1756, LIn ni no recien nacido es traido por una maestra partcra de la me des boucherires saint -honore, hallado justa en la accra de esa calle. I I I esc paisajc, la partera ocupa un lugar rnuy important e, por I I poder, par su prestigio en cI barrio, por todo 10 que sabe sobre unos y de ot ros. Ella es el cuerpo inti mo del cuerpo de las rn uje- II " y, a vcces, algunas madres le suplican que se quedc con su " 11 0, pago mediante, Apartir de alii, los acontecimientos se arre- iuolinan y todos resultan perj ud icados, Thicr ion inscribe un. .unnana (abril de 1778) Ia lIegada de la rnujer Chcvet, maestra I '.II'tera de Paris que desde haec t res anos se ha hecho cargo del v.i ron recien nacido de Fcrtilitc Rameau. Como ya no tiene noti- I I ,IS (It: la madre, ha dejado de recibir su contribucion )' no sabe .1,lnde reside ella, la mujer Chevet lIeva a su vez al nino de tres IIiOS al comisario para que cstc 10 envie al Hospi tal de Ninos \handonados. Ella agrega y Thicrion transcribe: "que siemprc I lIcup6 de d, siempre cuid6 de el con cuidado )' car ino, per, no puede costear mas cuidados y 10 ent rega con Sll fe de 184 I lFUSIO/j YTORMN TO. El REl ATO DE l OS C UE RPOS bautisrno dcl ji de julio de 1755a la izle ssia Notre Dame de la ViII E" " . veque . La mayor ia de las vcccs, cuando es d eescubierto el nino halLid, , tiene tan s610 algunas horns 0) como rnucho, uno 0 dos cll .1 siernpre sc precisa cste dato, aunque sea dificil de estableccr, \)"1 ' 1 los ojos de las parreras 0 de los pcaione-s son clarividentes, CSI. IP acost urnbrados y saben reconocer la e clad de los pcqucnos II I tros abandonados it la internpcrie, Si ellos tienen mas edad I, que sucede, pero con menor frecuenci a - , significa que han conducidos por un viajero provenicnte- de 1'1 prov incia como I 11I favor a una madre en di ficultades que se quedo alii: en esc (; 1" 1 tienen entre 3 y 10 anos y parccen pcrdid os. Losespera el"infil'lIh' de Dan te'," hospital a la vez lugubrc y s in higicne. Los vicarios y los curas de las parro-quias estan muv presc tes en el registro del cornisar io. Han bautizado al nino y lc 1, ,11 1 dado a aquel que 10 lIeva ante I.?II0s un certificado de fe de h .111 tisrno en deb ida forma . Esc papel , tan preciado para eJ cst ai u del fut uro nino, se desliza entre las m antillas y 10 acornpnn.ui hasta el Hospital de Nifios Abandon aulos, donde se 10 trara nucvarnente. La gestion ante la Ig lesia puede provcnir ..I, la partera 0 de cualqu ier otra perso na, .,.a sea pa r volun tad pl' l pia, ya sea a pedido de 1a madre que rcc ien dio a luz. En n1l1(1I" otros casas, eI ni no ya llcva cons igo cl J)reciado papel: tan .'> 111.. un quinto de elias lIeva la mell( i6n contraria: unu nota ahlll chada a 1'1 mant illa menciona que el nino no ha sido zudo. lVo]unlaJ real de negaei6n '11 b aut ismo 0 inci taci("11 que cste sea datlo? La imporlancia de ese sacramento es evjdl'lll y los cma s IlUllca se niegan a oliciarlo, a t1nquc s610 sea para pi' l! "]nnl' rno de lJ.lJl ll' '' es la l'xprcsill1l l'l11 l' leada p or UIl O de los primaos his[or iador cs del hospi tal para no mbrar al hos ,-. ilal Hie':lrc. Vease P, Hrll, ) j i,! oi n' dcH in!!,.". PdriS, l.ccrasilicr Cl Bab<' , NIIl os AB ANOO tlADOS Y CUERPOS HAIT RAI AOOS I 185 venir el posible deccso, cuya consecuencia, considerada terrible, vcrla 1'1 de un alma infantil vagando sin descanso en los lim- hns. Poco importa cl acto del abandono (observese quc los sui- l idados no tienen derecho a ningun a sepu ltur a en tierra cris- riana y sc castiga a sus cue rpos difuntos, allnque la practica se vaya volviendo cada vez mas inusual a 10 largo del siglo), poco nnporta que el nino haya nacido como rcsultado de una union llcglrima, en esc punro, el nino no paga por los actos juzgados rnmorales de sus padres. Los curas mas rigurosos 0 quisquil lo- \ IlS rnencionan, PllI.?S, en lat in, In siguic nte precision:"Naci do ex I'II rcnI ilnts11011 conjugalis" (nacido de padres no casados), 1cura vicario de la parroquia Saint-Roch, tcrritor io del comisario, es 1111I)' conocido en el bar rio. No solo conocc a Thicrion, sino tarn- hien a sus ficles, a sus parroquianos y a los hab itantes del barrio. \ veces anota, como una suerte de rccomendacion, que los padres tueron vistos en la iglesia yson fieles asistentcs a las misas y cere- monias, AI incluir la mendon "nacido tie padre dcsconocido, pcro 1:1 madre cs mi parroquiana", el cura quiere dar a cntcnder que no prc tcnde castigar ni excluir a los rccien nacidos ycxcluye csas legitirnidudes del azar 0 la desgracia, Los sacris tanes 0 las persona s vinculadas con la iglcsia tarnb ien esuin l11 uy presen- k s en el acontecimienro. Th ierion aneta que una manana de -cptiembrc dc 17'58 una zurcidora viuda de un jornalero Ie lIev6 1111 nifio recien nacido. 1nino Ie habia sido confiado po r el ristan de la iglesia, que hab ia cscrilo In siguicnte nota: "HI.? ,l'l UI lin rcciell nacido que flle hallado csta manana mcdia hora ,IIltCS de la aper tura de la igk sia de los Capucins, te: ngan la bon- dad de balltizarJo en Paris".Eso se hara, Thierion Ie pedid a lIno dl.' sus inspectorcs 'l l H? 10 llcvc a la parroCJ uia Saint-Roch donde -,l' celebral'il cl ba ulismo. S610 Jespllcs sc elahorar;l d aCla. EslIna cOl11u nidad de cuerpos en inlercambio unos con otros que proeede a la du icificaci6Jl de una situaci6n dolorosa: la extre- ) 86 I EfU SIO N Y TORHENTO. u RElATO DE lOS CU ERPO S mada debi lidad del cucrpo del recien nacido abandonado a LI iniern per iesin padres provoca la cncrgia y la cornpasion de aquc lIos que 10 c ncuent ran. Es cier to que esta se debe a la costuru bre, pcro tambicn irn plica una compr ensi6n )' una atencio u: tarnbien cs la p rue ba de la ext rem ada debilidad de una pobla ci6n frcnte a la rniser ia. Ahora bien, cI recien nacido re presen r.i la inocencia: la perccpcion corporal de su debilidad es tan intcns.i que los gestos realizados en esc memento calrnan fa ernocion In eventual tristeza experimcntada. Podernos responder que eso-. gestos no son improvisados y que sigucn cl curso ordi nario tI. las cosas: ocuparse del nino, hacer que se 10 ba uti cc y lueg deshaccrse de eJante cl corn isario puede parecer una ru tina. E.s(I no quita que en esc proccdirniento se lean la diligencia de 1.1 acc io n , la ind iferencia con respecto a los cod igos eclesiastico-. del ma trimonio y la idea de prcscrvar la vida. Si bien existe U II. I "mecanica inst itucional", tarnbien hay una iden tificacion CUl l una situacion sernejante y una tcntativa de evitar lin dolor dema siado cercano a la mucrtc, Otro gesto sc produce desde la lI egada del nino a 10 del comi sario, Delicadarnente, se busca en cI interior de sus ma ntillas .' d no sc ha deslizado algun a nota, alguna informacion, De hech. I , la mi tad de los nines recibidos por Th icrion Bevan en su fajd un pequ cno papel, una dircccion, un cer t ificado 0 u na nota ma nLlscrita con indieaeiones. De no encontrarse nada, Thierioll inscr ibe: "en sus man tillas no se ha1l 6 ninguna nota". Esas nol;l'. no siemprc son mu)' pero si son significalivas: a ven", esta escrito torpemente cl apd lido del padre 0 cl de ambos padres. otras, s610 se precisa si eI niJlo fue 0 no baLl t izado; otras solo dan el nombre del padrino y la madrina, C0 l110 si loda la aventul ,I ') Algunas, sc cxponcn Cll cl museo de la Asistcncia Publica, qu,li des ' J(lU rncllcs, Paris, 4". NINO S ABAN DONADOS Y CU ER POS MA lIRAIADOS I 187 dd nino lcs fuera cedida. Lo que de alguna mancra es cicrio, si \l' considera hasta que punto, bajo el Antiguo Regimen, 13 fun- ion de los pad rinos )' las ma d rinas cor resp onde, en efecto, a lin co mpro m ise rnuy firrnc con Dios y con los ho mbres. Esos nombrcs de los padres)' las madrinas inscri tos de ma nera fur- l iva en ause ncia de los padres scllan el pacto de esperanza que la Iglesia ha prcscrito a la vez frente a una eternidad lejana y LI lla icrnporalidad cercana, que exige proteccion, au nque preserve cI .moni rn ato de los padres. Lanota hallada entre las mantillas cs LI n escritosobre cl cucrpo. Mal ortografiado, poco preciso, poco legible, entre trapo )' papel, rnpidcz y aplicacion, es un signa del cuerpo que escribe sobre l'1cuerpo debilitado. Es una inscr ipci6n del desarnparo y de la nccesida d, ambos confundidos en una misma accion escrit u- raria. Aque llos que hall cscrito, intentado escribir ejecutaron ese ,KtO ati pico y dificil, la cscrit ur a, cuyo desafio, valo r y Iuerza conocen )' de la que se apropian con di ficultad. :" Nines naci- dos de una [alta de arnor, de poco amo r, de un placer obtcnido . on prisa, 0 ninos nacidos en la ma)'or miseria solo poseen como vi atico, 0 para iniciar el viaje de la vida, alguna s tor pes indica- l iones escritas en unas notus que, en realidad, son talisrnanes 0 hotellas al mar. Ultimo rn ensaje enviado a quienes dirigen la SlJ - ciedad, esos minuscules trozos de papel dan muestras de la obli- t\<lc i6n de los 111{IS miserables de ado ptar las formas nobles de la escritur a, de la que conocen a la vez la importancia y el sim- holo, aunqlle all11 110 dom inen sus formas. A lraves de csas notas deslizada s entre los euellos y las fajas comprendemos rapidamente hasta que punto el Hospilal de Nill os Aba ndonados estainvestido de un poder de super viven- "' Arlett e Farge, I.c bracelet dc pnrchcmil1, l'eerirslir so; rll/ XI' / /I " ,iedc, Paris, Bayard. 20 03, 18 8 I EF USION Y lORHE1: 10. El REl Ai 0 0[ lOS ( UERP0S cia y de salvac ion inc onrnensurable r que no sc cor respond- en absoluto con sus pos ibilidades, Por me mentos, las nota-. parecen dirigirse al hospital como a una person a 0, par qu.: no, como a una madre sust it ut a. EI dcs fase cs tragico para esr lugar de in fo rtu nio. EI 26 de marzo de 1757, a las dos de la tarde, la parter a Mathe ron dcscubre en un banco del hotel de Noailles a un ni no recicn nacido. Consigo, ent re la faja y la bat ira, hay dos breves not a- la primera ccr t ifica que el nino ha sido bau tizado y csta fir mada por el cura de la parroquia de Saint-Roch y la segunda l 'S mas dificil de leer. Escr ita de mancr a temblo rosa con linens que van de arriba hacia abajo, dice 10 siguicnte: Se ruega a la senora de los Nifios Abandonados que lc brind.: todos los cuidados a un ni no nacido de padres rnuy sanos, S\' 10 reti ra ra y se cnt regara una recornpe nsa, se llama jca nloui \' ha sido bautizado. Se ruega se encue ntre una buena nodriz.t para la lechc y, so bre todo, que no sc estropec al nino. La exprcsion " la senora de los Nines Abandona dos' , tan P O( p adccuada frent c a la adrninist racion del Hospital, muest ra hast.i que pun ta se 10 ha personificado. En estc hospital hay necesa riarn cntc una "senora" que es la madre de todos los abandons dos y, si se1(' suplica, ellasen! necesariamcnre una "buena senora': lNo se trat a acaso de un cuerpo?: cl cuerpo cl e los padres, el ell" nino, el cuerpo materno represent ado por el hospit al. Piensan con el cuerpo )' esos pcnsarnicntos corporales constituyen ges tos y afectos que ellos trad uccn par escr ito. La escritura no es la lmica forma de c.xpresarse para los padres, A menudo ent re las manl illas se hallan objetos religiosos, slm bolos, amulelos de la sucrle, que han sido puestos con la ('spc ranza de reconocer al niilo en el caso de que tuvieran la posibi NINOS ABAHDONADOS Y I 189 lidad ccon6mica de recupera rlo, A veces, se dcslizau algunas monedas entre las notas y las mantillas para signifi car que se es concicnte del costo del abandono YCa ll la esperanza de que esc gcsro suscite una atcncion arna ble por parte de las darn as del hospital. La inst itucion hospitalaria, vista como una madre 0 una rnujer afectuosa, cs pcnsada como un cuerpo femenino pro- vista de una evidentc cornpasion. En junio de 17 58 , dos ni nos, lin varon y una rnujer, fueron hallados en la rile d';\rgcll lcll il par 13 mujcr de un zapatero, que los recoge y los llcva a 10 del corn i- sario. En los pequefios cuellos de los ni nes, cI cornisario encucn- Ira algu nas monedas y unas palabras esc ritas. Consigns: En cl cuello de cada uno de los nines hay un cordon de hilo blanco al que estuatado y anudado aproximadamcnte el cuarto de una mo neda de 12 sols cuya imp resi6n ap arece y una tar- jeta cor tada de forma triangular en la del nino do nde estrin escritas cstas pala bras: "pensa rnos retirar a los dol' ninos, senora, 1(' rogamos que les deje las marcas y la de la nina )' pcnsarnos ret irar a los dos ni nes. Le rogamos que lcs dc je las rnarcas en el cuello" 1:1 pedi do, repetido dos veccs, de dciarlcs la marca en cI cuello L'S una suplica y tarnbien una prornesa de rcgreso, un signa de inscripci6n corpor al de una madre dirigido a una "senora" irua- ginada como otra madre. La urgcncia, la posiblellegada de 1a muerte de un recien nacido incitan a realizar gesros llarnados de salvacion. Un cochcro de la me Montmartre cncuentra a un ni no que ya tienc 1 ailo de edad. Fn su cuello, lIeva enganchada una nota Ca ll la I11cnci6n de su edad (13 l11eses), el nombre de sus padres, su lugar de nacimiento en Paris y un mensaje apresurado, pero claro:"fue ungido durante lIna conv ulsion", Agregada baja csta frase, la mcnci6n: "esto l J '"... 190 I [ fU SIO N Y I ORMEHI O. n RElA IDOt 10\ CUERPOS fue efe ct uado con urgencia en to part icular (es clecir, en la inti mid ad ) y en presencia de cuat ro iestigos" La unci6n no es UtI baut isrno, se realiza sin curet , en la intimidad de las fami lias y vecinos y en caso de urgencia si, por ejernplo, el nino da seii a les de una muertc posible. l.a presencia de monedas en las mantillas es indice de un salx: econ6mico evidcnte: eI ni no cuest a caro, y cs por cso que, en b mayc ria de los casos, es abandonado. 1..<1rno neda, por mas infima que sea, es 1<1 prueba de escsaber yde la carencia, Pero esos peque nos cuerpos albergan muchas otras huellas: objetos, marcas, medallas, trozos de cinta, favores 0 galones, cintas de gro, algu nas pequcnas cruces a joyas de poco valor. Se ent ra, en tonco . en la intirnidad y en el afecto de un universo desesperado qu marca sabre los pCqUCllOS cuerpos signos de pertencncia ya uglJ rios (sup erst iciosos 0 religiosos) de fcl icidacl . Esosobjetos escon didos en las mantillas son un lcnguaje, el de la voluntad de vol ver a hatlar al nirio 0 , si oc urre Jo peor, de equ ipar su c uerpo COil un maximo de garantias para su supervivcncia, su futuro 0 , l' 11 el peor de los casas, si llcgara a mor ir, para Sll salvacion. 1,;1 canLidad irn po rt ant e de cin tas de colorcs 0 de trozos de gro per mite pensar que los padres han conservad o preciosam ente, 1'<11 su lado, los trozos restantcs a fin de poder, cvent ualmcnte, reco noccr a sus hijos si el futuro se 10 permite. Esc vinculo cortado, esa cinta recortada con tijeras es un lenguaje del cucrpo: un COl d6 n umbilical dividido en dos del que tanto el nino como 1.1 madre son depositaries. Los dos cuerpos se niegan a separars.: para siernprc, la cinta cor tada es cl signa sensual y evidentc dl' ello. Cinta de color que traza de manera sirnbolica y carn al d vinculo que line de modo deflnitivo cl cllerpo del niilo al de SII madre. Esta (dLima precauci6n, ese lenguaje del cuerpo haci.1 e1 cuerpo, es no s610 una marca de identidad, sino eI signa t!l- una pr esencia carnal insistente, de una con tinllidad de cuerpm NI NOS ABA NO ON ADOS YCUERPOS HALIR AIAD OS I 191 que las palabras no pueden decir, que los signos del tejido pro - claman con fervor. Otros signos de reconocimiento habitan los pequenos cuer- pos: medallas, una divisa inscrita en un carton, naipes, pequenas ioyas, cruces de hierro, a veces la reproducci6n de signos rnaso- nicos, Son palabras de amor, indicaciones de lugar 0 , quiza, adio- Sl;S que debcn guiar al nino hacia un fut uro posible. 1\ veces, las nin as llevan un aro en una sola oreja: el o tro, indudablernentc, cs conscrvado por los padres. EI aro es, como la cinta, el fl exible vinculo circular que une los cuerpos de la madre ycl nino. En una nina de 6 meses, el corn isario hallo una rnoneda de plata, un cuadrado de lela marcado ca n una B,acornpanados por "una nota dondc esta anotado 'conscrvarnos el par' con una bolsa de saten .armesi que cuelga de una cinta de seda azul' : Las palabras son claras: si la madre"conserva eI par" es porque piensa volvera hallar .i la nina, reconocerla y llcvarsela consigo. Las cintas y los satencs son vinculos reciprocos portados sobre los cuerpos. Una ninita, pa r su parte, llevaha consigo una rosa: EI 5de mayo de 1756 a las 8 de In noche una nina red en naci da fue hallada por ia senora Henriette, partera, con la indica- ci6n de que habia sido bautizada esc rnisrno dia bajo cl nom- hre de Elizabeth en la par roqui a Saint -Sauveur yque es la hija de Antoi ne Racquet y Marie-Francoise David, nola a la que esta atado un trozo de cinta de scda con fondo rosa y narcs verdes y una rosa blanca enganchada en el cent ro. AIdia siguieme, en In ruedes Bouchcrie..;, se encuenLra en las man- tillas de un ni no un pequeno trozo de "cinta rarada r de color I. ambiante". '" ' nn medalla de Sant iago rodeada por una coro na de cspi- nas", "una pcqueil a medalla de plata que de un lado representa
" f USIO N Yl ORMENIO. El RH AIO DE lOS (UER POS 19 fue efectuado con urgencia en 10 particular (es decir, en la inti midad) y en presenci a de cuatro tesrigos" La uncion 110 es UII bautismo, se realiza sin cura, en la inri rnidad de las farnilias y 10-, vecinos )' en caso de urgencia si, por ejernplo, cl nino ci a sena les de una mucrtc posible. La presencia de rn onedas en las mantillases Indice de un sabci econ6mico evidente: el nino cuesta caro, yes pa r eso que, en 1.1 mayoria de los casos, es abandonado. Lamo neda, par mas infinu quc sea, es la pr ueba de escsaber y de lacarencia. Pero esos pequl' nos cuerpos albergan mu chas otr as huellas: objetos, marcus. medallas, trozos de cinta, favores 0 galones, cintas de gro, algu nas pequcnas cruces 0 joyas de poco valor. Se entra, entonccs en la int irnidad y en cl afecto de un universe dcsesperado qUI rnarca sobre los pcquenos cuerpos signos de pertcnencia yaugll rios (supersticiosos 0 religiosos) de fel icidad. Esosobjetos eSCOl1 didos en las mantillas son un lenguaje, el de la voluntad de vol ver a hallar al nino 0, si ocurre 10 pear, de cquipar su cuerpo COl! LI n maximo de garanti as para su supervivencia, su futuro 0, l'll el peor de los casos , si llegara a morir, para su salvacion. /.;1 cantidad irn portantc de cintas de colores 0 de trow s de gro PCI mile pcnsar que los padres han conservado preciosarnente, pOI su lado, los t rozos restantes a fin de poder, event ualmente, recti nocer a sus hijos si cl futuro se 10 per rnite. Esc vinculo cortado. esa cinta recor tada con tijeras es un lenguaje del cuerpo: un COl d6 n umbilical dividido en dos del que tan to el nino como 1,1 madre son depositar ies. Los dos cuer pos sc niegan a par a siern pre, la cinta corlada es el signa sens ual y evidente lil' clio. Cinta de color que t raza de manera simb61ica y carnal 1,1 vinculo que une de modo ddi nitivo cl cuerpo del nino '11 de madre. Esta LHt irna precauci6n, ese lenguaje del cuerpo haci.1 el cuerpo, es no s610 una marca de identidad, sino el signo cl, ' una presencia carnal insistente, de una continuidad de cuerpm NINO S AB AtlOON ADOS YCUERP OS MAl I RAI AOOS I 191 que las palabras no pueden decir, que los signos del tej ido pro- . Iaruan con fervor. Otl"OS signos de reconocimiento habitan los pequenos cuer- 11()S: medullas, una divisa inscri ta en un carto n, naipes, pequenas Illyas, cruces de hierro, a veces 1a reproducci6n de signos rnaso- IIIC OS. Son palabras de arnor, indicaciones de lugar 0, quiza, adio- -cs que dcben guiar al nino hacia L1 1l futuro posiblc, A veces, las ninas llevan un aro en una sola oreja: el otro, indudablerncnre, l'S conservado por los padres, EI aro cs, como la cinta, el flexibl e Vi nculo circular que une los cuerpos de la madre yel nino. En una nina de 6 meses, cl comisario hallo una mo neda de plat a, un cuadrado de tela marcado can una R, acompan ados par "una nola donde esta anorado 'conscrvarnos el par' con una bolsa de saten .urrucsi que cuclga de una cinta de scda azul': Las palabras son . laras:si 1'1 madre "conserva el par" es porque piensa volvera hallar .i la nina, reconocer la y llevarsela consigo. Lascintas y los satencs , un vinculos rcciprocos portados sobre los cuerpos. Una ninita, por su part e, llevaba consigo una rosa: El Sde mayo de 1756 a las 8 de la neche una nina recien nacida fue hallada por la senora Hen riette, partera, con Ia ind ica- cion de que habia sido baut izada ese mismo dia bajo cl nOI11 - bre de Elizabet h en la parroquia Saint -Sauveur y que cs la hija de Antoine Racquet )' Marie-Francoise David, nota a la que esta atado un t rozo de cinta de seda con fonda rosa y florcs verdes )' una rosa blanca enganchada en el centro. dia siguienle, en la ruedes BOllcherics, se en-:uentra en las man - tillas de un nino un pequeno trozo de "cinta rayada y dc color cambiante': "Una medulla de Santiago rodeada por una corona de cspi- nas': "una peque lla mcdaHa de plata que de un lado represe nta r
19 2 I H USIO N Y' ORM ENIO El RElA IO OE LOS CUERPOS a lesucristo coronado de espinas con las palabras Salvator Mundi y del ot ro a 141 Santa Virgen con sus palabras Refugiurn pcnatum ora, medalla a la que esta atada una cinta de seda Ha mada taVlI l de color azul, un sohre scllado con cera de Espana roja can la', palabras ' para 141 Senora Superiora de los Nines Abandonados" , "una medulla que rcpresenia un san to sudario y una anunciad.i con una nota rogando que se leconserve 13 medalla en eI cuer po" la corona de cspinas, el santo suda rio, las palabras de oraciou son 1a imagen del dolor y de la mucrtc. tC6 mo no ver en eso, objetos signos en que Sf: cnt rernczclan la desespcracion y 141 ranza, en que sc manricne un vinculo ten ue aun que inmcnsn mente fragil? Vinculo corporal y afeciivo, vinculo de amor Si l l posibi lidad de encar narlo, vinculo que sc niega a la pcrd ida. Algunas notas son mas explicitas. En elias se prccisa que mih tarde se desca retirar al nino y que la miscria impide consci varia: se le solicita a la supcriora del establecimiento que se ocup.: de el, El l de cuero de 1765,cl cornisar io Thicrion Ice 141 siguicnu nota, que transcr ibe integra. Sc trata de una nina traida por un.t partera del barrio: 5e110ra superior, le ruego por su piedad que se ocupe pOI picdad de este inoccn te deb ido a que su padr e y SU madr. est an actualmcntc en la indigencia absoluta y cuando s,' encuentrcn mejor no dejaran de vcnir a retirarlo rnuypronltI , ellos no cesan de rezar por el bien de las personas que quir ran tcner la voluntad de ocu parse de el. Nos gustaria que d bebe se Ilame Angclique Rosalie. Otra nola: "1'01' 1(1 miscria del tiempo (4 de oClubre de 1760) Ill) " vemos obligados a dejar a esta nina, pero la reliraremos 10 anll', posible y se la encol1l endamos a las bondades de las sell 0ras' La suplica y la certeza de ser ayudados se mezclan con la impo ABAN OO HA005 V(UERP0 5 MAlIk AIAD OS I 193 Ii.ilidad de imaginar que cI hospital no es un rernanso de paz, 11 1\ ) LI n lugar de decadencia. EI cuerpo del recien nacido es un lugar de lenguaje simbolico y de escri tur a, en cl se dcpositan loiS cndeb lcs marcas de una esperanza social y rcligiosa, Mucha mas aripicos son Ius nines abandonados que ya I ie- ucn cierta edad , las anot aciones del comisario dibuj an sil ueras dligidas en plcno dcsasosicgo. Marie-Adelaide yMar ie-Made- k ine tienen 4 y 2 ali os. Un obrero las trae de Gometz- Ic-Cha - 11, 1, lIevan consigo un certifi cado de bautismo donde se puede vcrificar que nacieron de un legitirno matrimonio y un act a .l,: defuncion en la eual se inforrna que el 25 de abril de l764, un .mo antes de su llegada a Paris, su madre fuc inhurnada. Sobre ," las ninas se vuelca una desconcer tan re cascade de duclos , .ibandonos, marcas de indiferencia y hasta de crueldad. Ell octu- III I.' de 1758, una nina de 10 a110Smal vestida,con medias de lana violeta, llc- vaen su cuello un pcqueno corazon y dice llamarse Marie-Anne )' que su padre, criado, murio hacc dos a110Sy su madre, lavan- dera, hace tres. S610 recuerda que sus padres vivianen cl barrio Saint-Marceau, pero no sabe en que calle, su padre antes de rnori r In habia eolocado como pensionada en Gailly, en Nor- mandia, en 10 de una nodriza, In senora Bourgannoy, tarnbien lavandera que la hizo partir hace un mes can una transports- dora que la abandono en Paris sola, la pequena nos fue Iraida por una nill a mcndiga Vietoi re Ie Front que decJara haberla hallado aycr en eI patio de las rcligiosas de laciudad St Honore. I ludo, abandono de la nodriza y luego de la transportadora y, IlIlalmente, auxilio de una jovcn mendiga: eslnavnlancha de SUfTi- Illienlos desgarra los cuerpos. Algunos ninos no 10 resisten, com " 1.' que parecia lener 3 ;] ll0S, hallado pOl' una jnrnaicra en una 19 4 I FUSION Y IORMENIO. H RElAIO DE l OS CUERPOS calle lateral cerca de Neui lly, Tiene la tez mate, los ojos bizcos, 1.1 nariz chata, la boca rnuy grande y esni vcstido con una de muleron rojo (au nque cs un varon ). No podia res po nde: las pregunras,"en estado de postraci6n, al cabo de una hora fiu.rl mente pudo decir que su padre y su madre hablan muerto" Cuerpos zarandeados del particular <II transpor rador, de la 1' ,11 tera a la nodriza, del cura al comisario de policta, encornen. L dos al encuentro de las damns de los Nines Abandonados: rec1I"1l nacidos , su viaje de desasosiego los convierte en cuerpos cnu. gados, pero el hccho de verlos, de percibir su mirada haec qll algunos actuen pOI' elias. Aunque las reglarnentaciones son est ri, las y los abusos de las partcras 0 los tr anspor radores muy fl'l ' cuentcs, algunas personas parti culares buscan resistir en !1 ( J Ii I bre de esos cuerpos fragiles, Un caso administrative ocurr i.! en 1780, eI caso Roussin," va a echar una eruda y radical luz sol. el problema del transporte de nines pOI' los trans portadores: 'I tra ta de ordenes, contraordenes y, mas alla de todo, de sentirni cn tos. Como en cl resro del pa is no existen ni asilos ni verdadcr depos itos Je ninos, los nines abandonados en cl campo qued.iu a merced del trafico de los transportadores yde pr acticas dudeI sas q ue ponen en juego sin verguenza 101 vida de los nines. "II 1779, un fallo prohlbe transporta r nines a Paris. La rnedida oh dece a la vez a una suerte cit,' compasi6n hacia los ni rios y a 1,1 volumad de aliviar cl hospital parisino, que se vc desbordado til bebes que, a cada instante, corren el riesgo de contraer epidcmia, o de morir. Se decide, pues, detener en las rutas a todos que contravengan esle fallo. Sc encarga cxplicitamenle a los a li cialcs de gendarmeria que detcngan a los cocheros que no abc dezcan; ellos scnin encarcela dos y paganin una mu lta. 11 ,\rchivos Nacionaks. FJ s 24S9, Estado de los niiio, abandonados Vt: nidos de las provincias al Hospit.d de Pari s, 17H3- 17HS. ABANDOHADOS YCUERPOS HAlHAIA DOS I 195 EnAutun , un coche ro llamado Roussin no quiere acat ar estas ordcnes: pOI' eI caso, sc comprende que es un hombre que to lera .ual las pruebas que deben soport ar los mas peque nos, Cucn ta 'l il t: cuan do quiso dejar, despues de un largo viaje, a los ni nos en el hospital de Dijon, el adrni nistrador 10 recibio Irescarnentc \' declare que no podia rccibir a "extranj cros"," Roussin insistc, .nostrandolc a los nines extenuados par un viajede vcintc lcguas, .ilgunos desfallecicntes, otros babeando eI vino que se lcs habia uministrado. Frente a ese espectaculo, cl adminis trado r hace IIl1a excepci6n a la regla y rccibe a los nines. La excepci6n reprc- -ntada por Roussin participa de la conciencia de algunos esca- ' os I ranspor tadores de que, al legiferar de forma imperfects (pro- hihicion de transportes hacia Paris), las situaciones cmpcoran ncccsariarnentc y no son tolerables. Sin duda, Roussin deficnde <u profesion y, pa r 10 tanto, Sll situacion econ6mica, pero su de- ohedicnciu cs rarnbien una rn anera de oponcrse a una politica ' illeno ve ni siente rnucho con respccto a csos traslados de nines .rbundonados y que regula los grandes problemas a la distan- t ia, sin compromet ersc ca n la complejidad a veces dra matica de -ituacioncs sin salida. Aqui, cuerpo del nino y politica no son interlocutorcs: el primero esta avalado porI a scgunda, aunque durante su per i- plo se encuentrc can personas que suavizan su suer te. Pese a clio, IllSpequenos cuerpos son "echadas" a Sl mismos; su espacio cor - poral, sin embargo, es inmenso. Provoca gestos, actitudes, senala I ,lrencias e indiferencias, pero no deja de ser una her ida indigna para un siglo preocupado por su productividad por los ninos )'. par momentos, por tador de una voluntad de justicia compa- '.iva. Cuerpos lilnzados al abis1110 de las iluscncias politicas, entre- gados simult.lncarncntc a pract icas de asistcncia que no dispo- I ! i\ qui "ext ranjeros" significa: personas que no son de Ja rnisma region . 196 I [fUSION YIORMEN IO El RElAIO DE lOS ( UfIl POS ncn de ningun medio para honra r su nornbre. Cue rpos dcshr chos/ cucrpos constit uidos/apar icion de cuerpos singularcs pal ,I intentar allanar una ruta entrccortada y pedregosa. Cuerpos inarcados Durante mucho tiempo, las si luetas y los rostros de l pueblo impregnaron las memorias, aunquc siempre se haya preferid absorber las imageries de los vestidos y los cuerpos su nt uosos de principcs, reyes, reinas y princesas, Pesc a ello, los cuer pos d, los hurnildcs, rayados y rnarcados por la pena de sus condicionc de vida, siempre causaron fascinacion, Los pintores y los grab" dores esbozaro n ret ratos de multi tudes, escenas callcjeras, imu genes de la hurnildad de lados los dias: pensarnos en Watteau, Chardin, G. de Saint -Aubin, Bouchardon, Lepicic, Fragonard ('II cie rta rnedida (La charrette embourbee ILa carreta ernpanr.i nada]), lcaurat, etc., que fijaro n por mucho tiernpo los CUn pos de los pobres, los arrcstos de prostitutes, etc. Podemos W I rcpresc ntados algunos cada lsos, multitudes de lavanderas incl. nadas en barcos lavader os en me dio del Scna, corn erciantc s Ii .. telas 0 de pastelcs, algunas pelcas de mercado. A rn cn udo, el tra/ era fucrte, cs clecir, volunrar iamcntc violento, como para c lI ' tu rar can rapidez y de una sola vez los cuerpos maltratados, co u rost ros a vcces repugnantcs, a veces bel los, per o ya en vias Ii, desrn ejorarniento; escenas lambien donclcla multitud en sc alborota . EI trat amiento no es ncccsari arncnrc nega tive, pI"! tende ser un poco realista, nat uraliSla. Senlimos alli, ligera " finne, una mirada condcscendiente, vagamente divertida, a Vl'l t ' enlernecida y siempre dcsdc arriba. Para Didero t, la inspi rac ion del pinlor 0 el dibujante eld" venir de la calle; es alii donde puede hallar el lengllaje cl, ' ' ,( 1 pincd, comprcnder "las acciones de su vida". As!, aconseja a I" Hl t) OS ABANDO NAOOS i' CUERROS fIAl lRA1ADO\ I 19 .ut istas que vayan a los mcrcados, a las oficinas de ar bit rios 0 . vrca de las peri ferias y que ob ser vcn sin t regua ni descanso: Bllsqucn las cscenas publicas, sean obser vadores en las calles, " 11 105 mercados y en las casas y de alli tomaran las ideas correc- LIS sobre el verdadero rnovimiento en las accioncs de la vida"." tenia mucha razon, pues la representaci6n pict6rica de la gente \' de los cuer pos del pueblo dcpend ia ampliamente - y seguiria h,lciendolo- de una t radici6n lejana, la de la representacion mas l.ien esrcreot ipada de los oficios ambulantcs,'! cuyo or igcn se .emonta al a Edad Media y cuya presencia aurnentaba de siglo \ ' 11 siglo. Los mas pobres Iucron (y aun son) objcto de una repre- .cntacion constanterncnte folklor ica, exotica y llana por parte .It' muchos de aquell os que los grabaron, los pintaron a que, a vcces, escribieron sob rc ellos. EI inmcnso exito popular de los Cris de Paris' sc debe a esa visionestereot ipada , limpia )' civilizada . Los vendcdo res arn bu- 1. 1I1 tes, que dearnbulaban par tada Francia, habian llcnado abun- .l.mternente sus casilleros, Mal que bien, madcras, esrarnpas }' vehiculizaro n tantas imagenes como lugarcs comu- ucs" y visio ncs t runcacl as que fijaron pa r mucho t iempo la unagen del cuerpo de los mas desfavorecidos. Alii, se rcfl cja pnco la vcrda dera miscria debido ala necesidad de volver tod o lnnpio y llano: asi apar ecen, ruilagrosamcnte. Ios delanrales de 1\ Diderot, Essais -' II,. la 1'1';111 1" 1' , 1791, Par " , l lcrrnan, 1911 4, P. .HIl. 11 Vcasc Massin, Lcs ct is dc lu vilie. commerce antbulauts ct petu I/I,;,ia -, ,l,'ln ruc, Pari>, C;allimard, 1978. . 1.05 gritos de los mercados de Paris de comienlll Sdel sigll) XV I fueron inmOrlalizados por ClcITIc' nt Janeljuin en la canci<i n " Vol/lez 011)''' les a is .Ie Paris?'; que en general se conoel' bajn d nombre " I.l'S eri s de Paris" I I os gritos de Par isi. I N, de la '1'.1 I, Vincent Millint, I.cs a ;s de Paris OLI Ie pCl/plc tmvcs/;, Paris, C; allimard , 1911 6: I.e; repre$el11atiollS dcs pc/irs I/I<'riers par;5;eI/SaLI XVIJI" siec/c, Paris, Publicaliom de la S"rbol1ne, 1995. 198 I [fU SICII Y l ORMflIIO . fl RELAIO OE LOS CUERP OS los corne rciantes a los obreros sin manchas ni arr ugas, los pi agradablemente calzados, los gestos graciosos y los ento rn acogcdores. Esos grabados cont rad iccn , por sup uesto, las invc- tigacion cs 0 los textos pu blicados en la misma epoca sabre III artcsanos: aq ui se piensa en cl t ra baj o pio nero del ita lia no Rarnazzini" sabre las enfcrrnedades de los ar tesanos , donde cri t icaba las condiciones de trabajo e inventa r iaba las enferrnc dades y peripecias corpora les que padccian los ob reros, En carnbio, en esas rcpresenlacioncs de los "gritos de Paris de los pequenos cornerciantcs es posible detectar facilrnenu- una leve intenci6n de burla 0 de desprecio por parte de los gra badores y los dibujan tes. Los pantalones rcmendados ylas en.i guas rasgadas transrniten un mensaje mas "grotesco" que natu ralista. Prefiercn burlarse de la socicdad de abajo par a mantenn alejada su ame nazadora vulncrabilidad. No es cuestion de hacers cargo de sus tipos de sensibilidad 0 de sus fonnas de vivir 10 cou diano. No obsta nte, los pintores han escapade a esas desviacio nes y, par suerte, han propuesto otros protocolas de puesta ('/I esccna. Can sua vidad, de rnanera imperceptible, esas perccpci. I nes del pasado sobre cl cuerpo de los ob reros 0 de los pegllt' nos corncrciantes han forjado hasta el dia de hoy nuestra P CI cepcion de las clases sociales y, pa r 10 tanto, su representaciou Oscilando entre la idea de un mundo sucio ypeligroso ycl emu nccimiento Irentc al exotismo de e 50 S medics, fueron [or/11 ,11I cl ose imagenes, de Ins que son representativas las tarjctas po' tales de los "/11 cndigos de Belleville", hasta la decada de 191'0 , <1 11 nque solo sea pOl'qu e han cstruct urndo nuest ras miracL! .. En efecto, esas imprcsia nes vienen de la imagineria antigua: ,., vendedor ambulante del Ant igua Regimen, inmovil e ingenul'. 16 Barl o!omco Ramazzini, Essni Sil l" les /1lalndie.< rles al" lisallS , M6dena, 170 0 , lrad ucido ypublicado en Alcmania r rccicn publicado cn Francia en 1777. 'IINOS AS ANDOHADOS Y CUE RP OS IH l IRA1A OOS I 199 .Icsclichado pero l irnpio, impri mi6 su figur a lcvcrncnte ridl- , Ida en los espiritus conternporaneo s. En algunos escr itos poli - \ "des, informes 0 inter rogator ios, se descubre 0 1ra realidad: alii, I vcces, se descri ben los rostros y los cuerpos con una rn inu- , msidad y una precision sorprendentes que no dejan ninguna .luda sabre 10 que fucron rcal m en tc. Los registros policiales urilizan nu rnerosas locucioncs par a I. 'S descripciones de los ac usados. l nmedi at amcnr c, los hO/11 - hrcs de la policia perciben a traves de los cuer pos determine- , 1.15 intcnciones. dcfectos 0 conductas pasadas 0 futur as: la ropa, 1. 1actit ud y la forma del rostro son algunas de las indicaciones '!lI C sirven pa ra una event ual rcprcsion, aun ant es de que el u sado haya abicr io la boca. "Tener un air e sospcchoso" cs la ,' xpresi6n mas cmplcada ; sc basa en una 0 var ias apa riencias una lectur a de signos codificados. Esta rapida aprehension .II.' las idcnti dades muestra una nueva sensibilidad con respecio I las cond iciones sociales. " Las vest irnen tas de los oficios II c- \ .111 la evidencia de su fact ura, pero la percepci6n de las iden- udades va mucho mas alla: del cbanista al zapatero, de la cnca- u-raa la criada, cada uno posee "habitos corporales, fisonornias til' ricndas y talleres"," Somct idos a su tra bajo )' t ransfor rna- till S no solo pOl' el, sino tarnbien por cI cntorno inmedi ato, coma 1.1 clicntc la, por ejemplo, los cue rpos, segun Diderot, sc vuel- Il.'n "fiso nornias" Reproducen su identidad laboriosa, est ri n unprcgnados fisicamentc pOl' los gestos y los usos de su p[(ie- Ilca; "transpiran" Sll estada, dcsdc el cabello hasta los zapatos. I l l' esa rnanera, cxhibcn 10 que forjan, fabr ican 0 vcndcn, 10 que "'Iii inscrito en elias. , /can Jacqucs Court ine y Claudine [-Iaroch,\ J-li.<loire dl! visaRe, X V I ' - XIX' - s;,'c1c$, Paris, Rivageslili stoir c, 1988, p. 148. ,x Iliderot, Essllis SUI" la pein/lI1"e, p. 374, 2 0 0 I EI US ION Y l ORMENI O. El RElAIO DE l OS CU ERPO S Adernas de esa pcrcepcion por los otros de las "fisonouu.i de taller", se suman irnprcsioncs de ordcn mor al: pa r SlI rll t ro, la forma de su nar iz u de sus ojos, algunos pucden su: I tar sospechas; de ot ros, ya juzgados y, pa r end e, consider:l.. cr irninalcs, sc dice que posecn "el rostr a del crimen". Cuan.f Louis-Sebastien Mercier, en su Ta bleau, describe cl paso dt" I cadena de los galeot cs, sc cli rigc a los "fisonornistas'': "Son S,'I I Ieroces y violcntos, Pisonomistas, acerquense )' vean si no II I vaban sa bre su frente cl presagio del crimen" !" Modelado por sus habitos de trabajo y sus condiciones de vi, poco acomodadas, cI cuerpo, la mayor ia de las vcccs ar ruinad se acost urnbra yes asi como se sena la ante el otro y ante 1.1 ins titucioncs: l estaria, entonces, realmerue al descubierto , mido por la nipida interpretacion ded ueida de su aparicncu De hecho, pucde intentar desp lazarse con respecto .1 su im.i gen, huscando producir otros tipos de confrontaci 6n con 10 I'l',d Sc taman decis ioncs cotidianas en materia de objeios 0 d.. personas: guiadus por las sirnpauas y las ant ipatias, los alt" los y las aversiones.Ios gustos y los disgustos, las personas ' crcan un cn torno donde se sienten 'en casa' y donde pucd ru concretar alga de su deseo." Luego, csto lcs pcr rni te a otros, a partir de ese relative confo r: per rnanecer indifcrcntes al )uego de las estigmatizaciones qu se abalen sabre el >' que vienen del exterior. En el siglo XVII I, si por desgracia un cuerI'o con "fisonomJ, de taller" se vlIcive ddincucntc, cn tra para siempre en la est il' 19 LS. t-krcicr, '1Il {' /1'II1I de Pilris, 1 "ols., c'dici6n t'Sl'lblccida la dirccci6n .It: lean -Claude Bllnnel, t-k rClI rl' de France, 1994. 20 Pierre Bllurd iell, IIl,;l1i l,1I 10115/,cl .,ca/iCl IllC5, !'.His, Sellil, 1997, cap. IV : "L. a w nnaiss,1I1ce p<l r corps", p. 178. HIIIO S ABAH DONAD OS V CUCR POS HA llRA!A DOS I 2 01 Jnatizacion mas feroz; I ildado de"rcpugnante y feroz' , sera objeto til' las descripciones corpo rales mas caricaturcscas. En cambio, Ii i crura en ar morua (si pucdc decirsc) ca n 10 que sc pieusa que cs el mund o de los debiles, las dcscripcioncs de Sll cuerpo ado p- Ian mas bien terrninos del vocabulario de la picdad, la cornpa- sion 1.' , incluso, la ternura 0 la indignacion. J iescripciones I.a fotografia de identidad no existc, Los rostros y los cuerpos que la pol icia quiere recordar SOIl scnalados po r cscr ito )' las pOC1S lincas redactadas a esc d eclo sc parecen a las pinceladas de un pintor que inrnovilizan un rostra. Los sores corporales sc inscriben con agudeza dentro de la memoria. En efccto, en esc poroso siglo xv I II , donde algunos no t ienen ni fuego ni vivienda, csta la neces idad de reconocerse, de encontrarse, de tenor ell mente la imagen de un rostra ya visto. En esc universe senso- rial y afectivo de enc ucntros casualcs y de negocios realizados u m pr isa ent re tabernas yesquinas, recorde r al otro es necesa- rio, aun en caso de litigio. En esta materia de la descripcion. ' los escri tos po liciales y las palabras I ranscritas provcnicntes de tesrigos poseen un "ar te" particular que se hace eco de un tipo de cscr itura y de descrip- ( ion presente en aquella epoca." Hayque decir que, para la sen- sihilidad de hoy, las descripciones halladas ell los archives des- prcnden una el11 ocion real que reside tanto en e1vocab ulario ,Idoptado como en 1<1 visualizaci6n que este suscita. Uno cree l'star ,' iendo, tocando, sinliendo los relievesde los rostros, Ic)"endo . I.l alll" ra lItili/.,a .1LJ lIl la palabra anacnlllica ; ip ", klIl Oll , que dice emple,u pnr C011l odidad. (N. de la Tl ' I /c,m-!<KqllC' COlirl illCYClaudine Haroche, I lisl"i,.(' dll visage. w02 1 Ef USIONYIORMHITO. El REL AIO DE l OS CU ERP OS las internperies de los cuerpos, como en una especie de 6SJ1l 11 sis. A partir de alii interviene la impresi6n sensual de percihu no una vida, sino briznas de aco ntccirnicntos vividos par cue: pos q ue no conoccn cl con fort. Sin dud a, hay que tornar las mi smas prccaucion cs que cuan. I, I hoy lcernos c int cr prctarnos una fotog rafia de identidad. ,\, ' como la fotografla no pucde dccir 10real, porq ue)'a cs una inl et preracion, las descripciones pOI' cscrito del siglo XVIJJ estri n suj las a las percepciones singulares de la epoca. Algunas puedcn tencr que vel' primero con la mirada (confusa, bizca, enrojecid etc.), otras pucden detcnerse en la cantidad de cicatrices de lu- que se ignora si sc debe n a accidentes 0 a enfcrmedades, salvo en caso de precisiones adecuadas, Todas las descripciones constit uyen relates, son el resulta do de irnpresiones registradas luego 1'0 1' eserito. Cuentan una tabul.: 0, al mcnos -con las palahras que ernpleen y la contextua liza cion del me ment o en que fueron producidas- una intriga ell LI qu e 1a rapida percepcion de los rasgos del rostro y del cuerpo se traduce 1'01' tonalidades extraidas, pa r supuesto, de la rcali dad, pero tarnbien de la moral y de la estctica, Sc adivina la pel cepcion esterica )' etica de los cuerpos, que corr esponde a 1: 1 vision moral del siglo, a sus intenciones polit icas. Estas des cripcioncs son la escr itura de la relaci6n visual con el otro y de las huellas del tiempo sobre los cuer pos, pues el tiernpo esta mar cado pOI' las condiciones ell las que fuc vivido y par los afectos expcr irncnt ados. Los rostros est rin esculpidos 1'01' cicat rices (It- acciden tes )' /0 cnfer rn edades, pa r defectos visibles como los labios leporines, un ojo tuerto, las protuberancias 0 los lunare- con pelas: transmiten la munera brutal en la que, en repetida, ocasiones, la vida arremeti6 contra esos cuerpos. Aunque de di chas descripciones no pueda esperarse un enfoque exacto de 1a realidad, al mismo liempo se roza la expresi6n del Vinculo admi- tli NOS ABA NDO NADOS Y CU ERPOS MAllRAI ADOS I 203 mstrativo, policial y sensible que circula ent re el que describe y cl descriro, Los hombres de la policia, que denigran las rnarcas de la vida sobre los cuerpos que los haccn reconoci bles, cons - I ruycn, a sus espaldas, una gra matica antropologica y social de la pobrcza, Algunos cuer pos cstan judicia lmenle marcados 0 "agrieta- dos": sobre los hombros se lee G AL, las tres letras rnayusculas quesignifican para siempre lacond ena a la galcra, 0 la v de ladron IIiolel/ r ], 0 bien la flor de lis. La peJla del destierro es la unica que 110 implica una afrenta contra eI cuerpo. Marcar la picl de los cuerpos es una imposicion sacrificial y sacrificadora qlll: signi- fica la fuerza de Su Majestad c imprime direct arnent c sabre la pie] los signos de su poder primit ive. Emi ncnterncnte corpora- les, la persona del rey )' su cuerpo pue den 0 bien curar al toca r a los enfcrrn os durant e la cerem()nia de las escrofulas - " EI rey tc toea, Dios te cura" - 0 bie n lacerarlos, es decir, grabar la epi- dermis con una marca de hierro i ncandescente ydefinitiva, fir- mando entonces de manera definitiva la indefect ible pertenen- cia del castigado al cast igador. "Atraves del sufrimicn to y la crnocion, se ejercc una acci6n psicosorn at ica y polit ica [... J que se inscribe en la superficie misma de los cuerpos, mu tilaciones, escarificaciones" cscribe Pierre Bourdieu,U Algunas de las listas de los condcnados eva- didos" y de los registros donde figuran nornbrcs y dcscripcio- Mucho m.is tarde, COIll O 10 indi ca cl au io r en M,'tlitlllioIlSpasca!iCI1I1CS, p. 69, acon tccimi eruos similares seglli nin siendo de adualidad: " r l paso de Ltl (O !Ol1 ill pCllitcllcillrill, donde Kat1<a cuen ta que Sl' inscribl'll en d cuerpo del t rallsgrcsor todas las ]c t ras de la ley qu e ha lra llsgredido, rad ic.lliza la neccsidad n llc1. abs ur da, jnsonda ble que sc uisimula, sill m,\ s alhi, ddr,is de las institlJciolles Ill ,b sag, radas': .I Archivos de la llasli lJa, 12711. f' iliac ion de co nden ados libcrados 0 1759-1706, 204 I EFU SIONYTORMEHT O. EL REL ATO DE l OS CUERPOS nes de los conden ados a gal eras':' muest ran la envergadura de esas desc r ipciones hech as pa r la policia: Angelo Percy, nativo de Ajaccio, 41 afi os, alt a esta tura, cabc llos, barba y cejas castanos, rostro chato, marcado pa r la vir uela, t uerto de ojo derccho, e1 izquicrdo azul , na r iz pequena y chata . Louis Poi r ier, casado con Silvaine Carquo, herrador, 31 arios, nat ive de Lim oges, rostro ovalado, nar iz larga co n la punta gorda, muy marcado pm la viruela, cicatrix en la Irente del lado izq ui erdo, varias cicat rices en la mej illa del mi srno lado, Gu illaume Tabuse , casado co n Marie Lherrne, ca rd ado r.i de lana, 4 0 anos, native de Gevaudan, alta est atura, cahellos, barba y cejas negros, rostro redondo, ojos azules, nar iz pcqucn.i y al argada, con una ci catriz debajo de la ceja izquierda, Fra ncois Pescheux, casado con Marie Rouer, sin alicia, nati ve de Cuisse, 35 anos, cabel los, cejas y bar ba castanos, ojos grise, muy hundidos, rostra ovalado, nari z medians y lin poco gruesa en la pu nta, cicat r iz cn el labio superior del lado izquierdo, una marca en la parte inferior de la mejilla del mismo lado. Pie rre Brillon, tejedor, 37 aries, nativo de Bella)', marc ado pa r la viruela, con una verruga en Ia mej illa derecha, una pequena cicat r iz debajo del labia infer ior del lado dcrccho, oj os marr ones, na riz grande y ganch uda. Etceter a. Sin d ud a, In mirada del siglo XVI" no es la misrn a qUI' la de hoy y esas vis ioncs de la polici a se ven reCorzadas por LI volll n tad de recordar y, por cnde, de consignar los signos mas fla grantes 0 destaca bles. La vision es tambien rcco llocimicnta , y I I aj os, al mismo liempo que Yen, parecen to car ; no obstante, h , :24 l\ rchivos de la prefectura de po licia, AB :291. Informacion que uti liza el conserjc del castillo de Ja Torre Sai nt-Bernard en cI registru de los condenados a galcr as, 1754-1766. ABAH DONADO \ YCUl RP05 IIH IRA IA DO\ I 2 05 palabras para dcscrihir aquell o que es visto corrcsponden a Iro n- teras de 10 percept ibl e que varia n de una epoca a ot ra. La que si n lugar a du das se senala co n mas frecuc ncia so n las marcas de viruela, que dejan impor tantes scnalesen el rostra. Escribir que cl rostro esta "avir uelado" Iveria/e] es saber que las marcas que po- see son la fir ma de la ente rrn edad , conocimiento que no resulta sorprendente debido a la arnplia difusio n de In cnfermedad, Los rumanos ( nariz pequena 0 grande ) y las forrnas (ojos hu ndi- dos) dibujan el rost ro del galeote en media del color siern pre .1J11111ciado de sus cabellos, SlI barba y sus cejas. A traves de los .idjctivos ernpleados 0 de los calificativos, se transmitc par inters- I icios mi nuscules y apenas de tec tables la par te discernible, pero prescnte, de Ia inquie tud cxperirnentada ante la vision del ros- tro y cl sent imiento de extraneza. Cua ndo Marin Sirot, so ldado tit? cabal leria de 27 anos, es descrito can cabellos, ceja s y bar ba "ardicntes", "cl ro stro Ileno de virucla", los ojo s "h und idos" Ia nariz"gruesa abajo", con un a "rn arca" en media de la mejilIa, una ica triz en el puno y una " larga en cl muslo', comprendemos que el personajc conden ado a la galera par aetas dcsidiosos parcce llcvar una pcsad a carga a nive! corporal: cnferrnedad, lun ar, cica- I rices, cabellos ardicntes como II n d iablo y ojos hu ndidos. L, des - cr ipcion, scgu ramcnte, cs "reali sra" pero los escr ibanos ar u n- Ian no s610 al elcmen io mas visible, sino al que mas di ce.sobre la concl usio n que puede sacarse de un retrato sern cjante. Es posi- hie pensa r que las descripciones de los galcotcs, que obedecen a rcgIas de prcvenci6n, tamb ien se comprendc l1 a t raves de 10 que Ill S ho mbres de la po licia csperan ver, es dccir, a cr iminal es lll o l - dca dos por los dcl itos comcl idos. Mas alia de esta obser vacion, la Ic'ctll ra de esas descri pciones (uno de los regi stros ca n ticne lI1'ls de 2.0 0 0 ) t ra za un paisaj e os curo, incl uso siniesl ro, de cue r- pos a menudo jo venes p ro fll ndamen tc nrruinados, desgasta - dos , surcados y marca dos por pesados ca nsancios yenfermeda - 2 06 I ff USION Y IORHENIO. II RflAIO DE lOS CUERP OS des, cizallados en su carne por pclcas a rifias, cuando no sc t r.u.i de la guer ra y los castigos, caidos en desgracia por falta de cui dados, abando no y dependcncia de la miseri a. En media de C.\.I pint uru ca n palabras de las desgracias de los cuerpos y los rm tros, a vcccs surge alguno mas irn presio nante que los dermis. donde el patetisrno prima sabre el resto: "Paul Marrnus, sin 011 cio, native de Francourt, cabelloscastanos, calvo, frente rnuy bai.i ymuyarrugada, nariz grande, rost ra largo}' delgado, tcmblarulo de todos sus miernbros por discapacidad, de estatura mediann ' Todos los rost ros cuent an una parte de su historia: la sole dad, sin duda la ingest a frecuente de vino, la it inerancia, 1m encucntros sexuales casuales a las pri vaciones de sexualida. l. quiza la guerr a, probablerncnte la vida en cI ejcrcito, el paso dt las cpidernias, cI endurccimien to voluntario frente a una rcali dad que agrieta las mejillas yarr uga las frentes, la resistencia tam bien y, pa r supuesro, In presencia del crimen y de los castigo- Estos cuer pos Bevan firrnado en su rostra yen su cuerpo eI paso de un tiernpo her ido, mu tilado y mutilante. En medic de 10 qUI se parece un poco a una debacle de los cuerpos, algunas anoia ciones captan signos dispersos de una event ual belleza 0 arm" nia, Es sabido, la bclleza es uno de los valorcs del Siglo de las Lucc-, y, con bastan re frccuencia, los rclatos de los viajeros, las COIT t' S pondencias u otros sc explayan sabre esa belleza de los cuerpos, su diario, el propio Caillot in acornpana a veces su relato til- peregrinacion con detalles de encuentros con indi viduos que k resultan agradables a la vista. En 1724, cia cuenta desu felizencuen tra en uno de sus mt'Jl tiples caminos con "un apuesto frances dt' 27 aiias, con rost ra fuerte y una piel muy delicada y blanca". A'l ill estamos k jos de la descripci6n de los presidiarios. Sin emba rgo, ell muchas oportunidades, en medi o de un pall tano de detalles mns bien mo nstruoso, brilla una tIna observ,l cion estetica como "nariz bien formada" ana tada entre cicatri NINOS ABANDONAOOS Y MAliRAIADOS I 2 0 7 (CS Yexcrccencias sobresalientes en el ment6n. 0 bi en "ojos grises bien hendidos: rostra redondo y agradable: buen aspccto: nariz aguilcna yfina; dientes muy blancos; nar iz bien alargada" o bien "l a parte infer ior del rostro redondeada forman do una figura bastante bonita" y "l abios gr uesos, pera bien hor dca- dos" Estas ir rupciones de una presencia de la bellcza (aquella que la epoca reconoce) pr ueban, par un lado, que esas peque - nas narraciones sobre los rostros no s610 esran influidas pOl' el .isco, el rniedo 0 el dcsco de represion, pesc a scr const ruiclas p Ol' los hombres de la policia, y, por otro lado, que la vision depo- siiada sohre esos rostros for ma un recorte estricto ent re varios lugares donde sc detecta 0 bie n la fineza, o un defe cto de la picl, 0 bien la forma de la mirada, las heridas, las cicat rices 0 lospclos dcsafortunados encararnados sobre lunares, etc. EI bello e codca con el feo, el deforrnc, el enfer rno yel mut ilado, como esas percepciones segrncntadas de las distintas partes de un rnismo rostra 11 0 se sumaran sino que se superpusieran. El ojo no resume sus impresiones med iante un juicio estet ico 0 moral. se aplica a los hechos singulares que siembran los rost ros y los cuerpos; las marcas, cualesquiera scan, son las fid es hucllas de una historia ca6tica ya vivida. La vision del hombre de la poli- cia para escribir su dcscripcion se ha vista fragrnentada por los signos recibidos y el pucde describ ir can mayor fidelidad sus forrnas por media de palabras apropiadas debido a que el mismo, que ell la jerarquia social no csta lejos de los delincucntes, sin duda lI eva algunos de esos signos en su propio rostra. Pa r otra parte, "el modo visual de los tiempos modernos cs una manera dl' capt ar 10 real )' de dupl icar lo";' ; y asI, pues, se duplican las ,lsperezas, como ocu rre en esas dcscri pciones de 1<1 polida. David I.e Hrelo ll, 1.11 'lII'w r rill monde. IlIIealllhropu/ugic de, seils. Paris. MI:lailic.2ll06. I U US ION l RElA I O DE lOS CU ERPO S Esos rostros csbozados lc ofrecen al lector la percepci on ti, un munJo del que no tcnernos ningu n recuerdo. Asi, en algu nos de esos relates de los rost ros podcmos leer las clams ma r cas de un pasado cuyos contornos concretes nos cuesta adivi na r, Por co mo est rin escritos, crcern os tocar csos cuerpos. conocerlos, casi esperarnos oirlos res ponder: cl ceo de 10 lcjan. I se borra para dar lugar a la presencia de rniradas y actitudes que. fi nalmcntc, crccrnos conocer. Como ell un reatro de so rn bras. esos rost ros aparecen v vuclven a aparecer, entregando sec ucn cias de vida asl como sornbrios cuadros de pena. Los archivo- de csos rost ros son "pensat ivos", co mo decia Roland Barthc-, sohre la fo tografla," trazan y lucgo dcsarrollan espacios socia les en In cornplcjidad del rnundo. Los aconrcci micntos qu e SI ' inscriben en eI a veces producen otros acontccirnie ntos. En 1721I . el cuer po de Jean ne Liman es hallado sin zapatos cerca de 1;1 maqui na de Marcy. Esta "rn arcado por pustules" anot a eJescr i bano de Versalles, YSll rostra esta desfigurado. En su bufan d.i hay una nol a dond e ella indica que "co mo padecia pu stul es, no podia arn amantar a su rccicn nacido Ydecidio morir"." cus ni-os TRAUi\JANI>O Ni galcotes, ni crimi nales, ni rnendigos, ni abandonados, he aqui a los cuerpos simplemente t rabajando en tiendas, talleres 0 peque nas ma nufa cturas de fines del siglo XV II I. 2X Pod emos adivinar fud as e illscguras condiciones en las que sc efectlla el trabajo: I:t 26 Roland Ilarth es, LI1 c!J l1 l11 brc (/ airr . G<l llil11 ardtScuil, 1980, p, 65. 27 I\ rchivos de \\rsall<:s. HI640, expeJ ienles de I' risiolleros. 2/i Arlelle Farge, " Les art isans I11J lades de leur tr<lvair: AJ,SC, N" 5. scptielllbre- octubre de 1977, PI'. 993-1000, INOS ABA liOONA OOS Y ( UER POS MA lIRA IAO OS I 2 0 9 atmosfera de cada dia esta envuelta en media de posi bles enfer- medades, envencnarn ientos causados po r cl rnaterial utiliza do y frccucntes heridas. Poco sc ha escrito en cl siglo XVIII sobre el cuerpo dedicado al t rahajo, cnfrentado a 151y arruinado par el, (:11 comparaci 6n ca ll la cantidad de inforrncs, tcxtos c investiga- ciones sobre algunas de las epidernias y, por 01ra parte, sobre las cnlerrncdades de las mujcres, las cesareas 0 la mortalidad infan- til. Dcscribir los sufrimie ntos en el trabajo y las patologias qu e derivan de el cs una rareza. Sin e mbargo, cl precurso r data de 170 0: se trata de Bartolomeo Rarnazzini, ca n su Ensayo sobre Ins delosartcsanos,que red en se cdito en Francia setcnta )' siete anos desp ucs de su publicacion. Anter iormente, en Fran- cia, Philippe Hecq uet y el doctor Bucha n, que conocian cstc trabajo, habian retornado en sus obras algunos ele mentos." En este siglo consagrado ardientemente al progreso, cada uno se glorifica de la irnporrancia de las investigacio nes que pue- den vincular cI t rabajo co n las cnfermedadcs ylas nuevas cien - cias, Estaatcnci on prueba el intercs de lasociedad po r rernediar lodo 10 quc vienc a perturbar patologicamente eI fu turo del t ra- bajo manufact urero en ple no desarrollo. 'Iarnbien 5C hab la de la dignidad como de una ncccsidad p ara un Ira bajo just a : Pajot des Charmes, en sus Mcrnorias,": insiste particularrnente en escambito en un o de sus inforrnes sobre las enferrncdades con- Imidas po r los obreros textiles: En consecuencia, seria digno de la Sociedad Real de Medici na proponer premios u otr as reco rnpcnsas a las personas a las que las nobk s gan as de recllrr ir a las opinioncs de hllmani- 2<) Philippe IlccCJlI Cl , J.l1 lll1',It'cil1c, la clli rurgic clio pil l/mulr i" rlespall l' res. aClU"lli/ ado por Lacherie, 3 "ols.. 1740; Doctor Buchan, /"'lI'.Jcci ,1C riolll l'sric/' IC. tr iH! ucido I'or DlIplanil en 1775, .10 I'ajol de:;Ch<l rl1l cs, ACil del11 ia Re.t1 de Medicina. SlI M l i 4 2 10 1 f fUSIO I! Y l ORMENTO n REl ATO DE l OS (UERPOS dad que anirnan a un cuerpo de cientificos tan disti nguid habria sugerido medics propios para alejar los males que afcc tan a la clase numerosa, Pajot des Char rnes y Fourcroy trad ujeron eI innovador libra del italiano Ramazzini y destacaron la irnportancia, tanto hu man como progrcsista, de interesarse por todo 10 que viene a obsta culizar dolorosarnente la salud corporal de los artesa nos, muy a menudo sometidos a condiciones de trabajo terribles y patolo gicas. Esas palabras no contienen ninguna voluntad ideologies tit' revuelta, que, eventualmente, podrla infundirse en los ob reros y en los artesanos. S610 manifiestan la fc bril y convencida intcncion de rernediar condiciones de trabajo declaradas inhurnanas, Doble gados, sornetidos, quebrados, asfixiados por 10 que padecen ('II los talleres, los doloridos cuerpos de los obreros oponen a las eli tes y a los medicos Sll peligroso estado y ponen a pr ueba en d im a la vez los scnt imientos de conmiseracion y los saberes cientif cos que perrnanecen alejados de los dolorosos sufrimientos de I( cuer pos, donde cl horizonte sigue siendo cl de la instauracion dt' condiciones que favorezcan al maximo un rendi rniento indus trial cada vez mas necesario a partir de rncdiados del siglo. Se toma profundamente en cueni a la dimension dr amatic ysufrientc de los acontecimicntos que Ie ocurre n al cuerpo, corm I por ejernplo el de los obreros dedicados a la calcografia: "Est,1 11 expuestos a csguinces y golpes en la cabeza, los brazos, las pier nas y en todas las part es del cue rpo [. . . J los obreros se cacu con frecuencia y se hieren de gravedad'l-' Tarnbicn sc podrian tomar como ejemplo numcrosos oficios artcs anales, como el de los grabadores, los obreros dedicados al 3 1 Pajnt des Cha rm"s, AlCmoi reSil l' les i mprimell rs en faille doli ce, Sncieddd Real d... l'vl"d icina. SRM 174 . HIN OS AB AND ONA DOS Y ( UERPOS MAlTRA IAD OS I 2 11 esrnerilado del vidrio 0 bien los que sc ocupan de criba r la cal asfixiandose con el polvo: "He visto a hombres y mujeres ocu- pados en esc tipo de trabajo de rrarna r por la nariz, al cabo de algunos instantes, sangre y humores que lucgo ernanaban de una boca cspu rnosa. Esa clase de obrcros tiene los dias contados" Entre los trabajos que parecen mas anodinos, el caso de las "desmot ad oras" de lana muestra que estas no se cn cuent ran mucho mas a salvo:"Se ven vivamente afcctadas por graves indis- posiciones que la apertur a de las ventanas no reduce en nada, a tal punto cstan afectadas por las fibras, pOl' un lado, y pOl' las corrientes de aire, por el otro" " En esas Mcrnorias tarnbien se describe a obreros "t ernblando par el mercuric" Otros , los "cardadores", ticnen los dedos pin- chados, mi entras que los tundidores t iencn las munecas que- bradas y torc idas, los tendones anestesiados y, a veces, los dedos rnutilados, Son sornbras en cl cuadro del progreso, cuerpos rnuti- lados, rapidamente vucltos incurables y con unos temblores tan exasperantcs y recurrcntes que casi nadie desea ocuparse de cllos. EIcuerpo que trabaja, considerado afortu nado, pues posee un cmplco y, por cnde, un salario, se ve tan "curvado" por las cpi- dernias, las enferrnedades y las discapacidades que cs un cuerpo que se erige frcnte al rn undo politico en la desnudcz de sus heri- das y sus enferrnedades, 10 que 10 obliga a enfrentar en su pro- pio ser las muti laciones y los dolores para quc la vida continue, quiza mejor . .. Pero 10 que la mayoria de las veces se propaga es un discurso que remite no a sus males fisicos, sino a su docili- dad: de el, cuer po herido en el trabajo y por esc trabajo, se cspera docilidad y "resignacion con respecto a la voluntad de Dios' .> 32 ibid. Mcmoire concernant la grande et pet ite draperi e. p. 2. 33 Durand. De la condi/ioll des olll' ri a s de Paris de 1781 II 1841, Par is, Gros, 11l41, PP 189-190 . 2 12 I IUI 16H Y I ORME H10. L RElA TO DE l OS ( U[ RP DS hEI obrero que en Paris aspira a otra cosa mas alia del tra bajo que aporta el pan cotidiauo y Ie asegura a cl y a su familia la vestirncnta, cornida y la vivienda, sc vuelve peligroso pam la tmnquilidatl publica,' Medicos y filosofos se inrcresan mucho pa r la prcvcncion. Mas que curar, hay que to rn ar disposiciones de anternano a fi ll de que los cuerpos laboriosos pcrrnanezcan sanos, La preven cion inqu ieta a los medicos: como dudan abie rtarncntc de las capacidades obreras para prevenir los accidentcs, prcconizan la auior idad y la cducacion y encargan de clio a los empresar ios. A ellos lcs corrcspondc prevenir los peli gros de "conscrvar a la, personas ernpleadas en cl servicio de sus establecirnientos">' )' exigirles a los obrcros lirn pieza y ropa irnpecable (en una suertc de utopia de la higiene forzada). Hay que volver soportable cl t rabajo; no hay nada peor que aqucl que odia su trabaio, COil ese fin, la manufact ura }' cI taller deben scr vigilados constan- tern cnte por individuos encargados de establecer cl ordc n y 1.1 limpieza. EI doctor Hecque t sabe que sera dificill ograr que los obrcros acepten esos controles y aconseja a los que se encargan de ella, rogandolcs que sean muy pacicnres y firrnes: "Hay que sobrellevar [. . . ] los mains hurnorcs de persona s que, abruma- das por la mclancolia (consecucncia ordinari a de la pobreza y la enfermedad), a vcces solo escuchan ca n repugnancia aquello que se les propa ne por su bien".3SEI pobre, ignorant e por natu raleza, no sabe 10 que le convicnc para asegur ar su superviven- cia. Las capas super iore s deben decidi r por elias, irnponer un orden y las precauciones que hay que tomar. Con la autoridad se mezclan sent imientos human itarios. No es tolerable obser- 34 Pajol des <:ha rmes, M': ll1o ire SlIT k s ll uvr iers de Ja verrerie, p. 6, i\ rchivos de la Sociedad Real dc Medicina, SlI M 174 . 35 Philipp e I lecquet , LlI /1/,MeL"i nc, III chirurgir: r:f III pharll/l/(ieciesptll ll res. NINO S AB Atl OO NA DOS Y(UERPOS MWRAIADOS I 2 13 var cuan tos hombres y mujcres cscupen sangre 0 se asfixian en los talleres de vidrieria, ni ver a jovenes dor adores ca n las pier- nus y los brazos hinchados, sacudiclos pa r tcmblores de las manes y 1'1 cabeza y sincopes bru tales. Esc "espcctaculo miserable" es aflictivo y Hccquet se subleva, explicando que la pobreza csta en el orden de las casas, pero no el desarnparo absoluto: Hay Pobres en un Estado como sombras en un cuadro, estos for man un con traste necesario del que a vcces la humanidad sc larnenra, pero que honra las calles de la Providc ncia. [. . . ] Es necesario que haya pobres, pero no cs en absolute nece- sario que haya miscrias; estes no son sino la vergucnza de la hurnanidad, aquellos, por cI contrario, entr an en el ordcn de la econ orn ia politica: por ellos, reina la abu ndancia..I fi Si en las mern ori as de Hecquet, de Pajot des Charrnes, ctc., deja- mos de lado aquello que es del orden de cicrta filosofta 0 etica para leer solo las descripciones de las cnfcr rncdadcs de los ar te- sanos, nos encontramos frente a unos cuerpos famelicos y heri- dos, dramaricamcnte afectados por las forrnas agotado ras de su I rabajo. Una vezmas, sin embargo, hay que dcstaca r que aqui los que hablan no son los artesanos. Estes estri n envueltos en un discurso dorninante que deja poco lugar para la opinion. Pcse a ella, la mirada de los medicos de la epoca, a nivcl superficial, csta invadida pOl' el dolor del ot ro. Si bien en estos inforrnes )' mernorias solicitados pa r la Sociedad Real de Med icine no se lee mucha emocion, la constataci6n de la mi seria provoca 10 politico, 10 desvia sin nu nca apart arlo de su objclivo primordial ni desplazarlo con respecto a sus catcgori as mentales, que han sabido 0 querido constr uir "Ia" categoria obrera C0 l110 algo aparte. 36 /bic. 2 14 I YTORMENTO. El REl AI D 01 lOS CUERPOS La concl usion que vamos a escri bir aqui es muy extrana: ell estc siglo XVIII , los cuer pos laccrados pa r sus cond iciones de tra bajo se ha n vuelto inte rlocuto res mudos, pero presenrcs, del mu ndo del pro greso. Son "sores parla ntes", objetos de solici tud, pero nunca int erlocutorcs poli ticos para construi r un EstackI sano Yprospcro. Los cuerpos en fermos ha n provocado las refor mas, 10 que confi rma nuevarnente la int eraccion, aun quc cinicu e interesada, entre la vision del dolo r corpo ral de los obreros ) la po litica de las elites que se abate sa bre cuerpos productivos, que oscilan entre cui da dos y autoridad. LOS EXT RAVAGA NTES Y LOS CAU T I VOS Nacc la experiencia clasica de la locura. La gr an arnenaza qu(' apa rece en el hori zont e del sigIo xv se atenua: los podere- inqui ctantes que habitaban la pin tura del Bosco han perdido su violcncia. Subsisten cierta s for rn as, aho ra t ransparent es y docil es, qu e in tegran un cortejo, el inevit able co rtejo de la razon. [.. . J [La locura] ya no ira de un mas aca del m undo a un mas alia, en Sll transite extrario; no sera ya nunca esc limite absolute yfugitive . Aho ra ha atracado entre las cosas y1a genre, Rctenida y mantenida, ya no es barca, sino hospital." Surgen el tema yla realidad del hospital de locos, donde un rnundo de desorden se di vide en distintas categorias: csta el tonto, el imbe- cil, el fr enet ico, el me lanc61ico qu e deambula por eI campo , las cabezas alienada s 0 crrat icas, los "vacios de cerebro" y tam bien 37 Michel Foucault, Hiswire de la/otic aI'age c!lIssiqlle, Paris, Gallil11a rd, col. "Tel': 1972. HIti 0S ABAN00NADDS Y( UERP0S HAll RAIA00S I 2 15 los "locos ebrios" Aunque poseen una iden tid ad q ue descu bri- mos en las grandcs columnas de los registros de Bicetre, asi como Ia so rne ra ap elac ion de su enfcrmedad, nunca se co m prende por que se les da como espac io un a vecindad de desa rnparo COI11- parti da con me ndigos valido s, pob res desafort unados y partu- rien tas, si no cs porqu e se ha decidido la decad encia de todos esos scres, igualmente par a unos como para ot ros . La caza de men- digos Ylas ordcnanzas reales cada vez mas fi rmes cont ra los vaga- bu ndos ( 1724, 1748) constituycn algunas de las forrnas de exclu- sion globa l: allise engulle la locum. Pa r mas que ciertos hospitales como cl de Bi cet re 0 el de la Salpet riere abra n talleres 0 algunos intentos de manufa ctura den tro de sus muros, se tratar a de ten - tativas si n rnu cho efecto, cos tosas pe ro pesadas y densas par a los prcsos q ue realiza ro n la tarea. En cfec to, exist iero n talleres de co nfecci6n de cordones y otros de pulido de vid r ios (peli- grosos y causantes de enfcrrnedades), hasta la obligacion de la subida de agu a po r equipos en vet del t rabaj o de los caballos." Pese a todo s los esfuerzos de excl usion y encierro, el loco 0 eI ida no dejan de scr person ajes farniliares de las calles y los cam- pos, Las denuncias q ue, a veccs, se elevan contra algunas de sus act ividades funestas (csca ndalo, incendios, ctc. ) muestr an, al misrno ricmpo, hasta que pu nt o Ia poblacion tarnbien manifiesta corn pasion, alga de tolerancia y rn ucha co rnprensio n. Co mo si cl "cabeza al icnada" Iuera un perso naje habit ual que sc codeara sin d cmasiados problemas co n otros perso najes q ue aca rr can ot ros tipos de dcsarnparo 0 de miseria. Si no co mcte excesos, el 38 l.a bibliografla sobre estc lema es abu nda nte: Mart he Henr y, La Salpctricrc SOLIS l'A ncien /{('gime, 1922; Philippe Chate lain, l.c I"gillie des et des 1lI/{}(II UllIX aux x vn' ct xvursicclcs, 193 0: y mas rccicntcmcut e: Marcel Gaucher y Gladys Swain. La pratique de l'esprit hl/maill, l'instiuuion asiluire ct lu revolution democrat ique, Paris. Gallirnu rd, 1980. y L1 na Il(J,cla: Marie Didier. Dans la IlII it de flice tre. Paris, Gallimard. 2006. 2 16 I YTO RH EHTO . El RHAlO DE lOS CU ER POS loco no es rnuy temido. Pero muchos cambios religiosos, politi- cos, retor icos Ycconornicos hicieron que a part ir del siglo XVI I el cuerpo de los locosse fuera deslizando hacia la multitud molesta de los pobres pcligrosos. Prolcngacion de lu miseria, la locura ;1parece como el ultimo cslabon de una larga cadena de paupe- rizacion gue hay que erradica r, pero primero cncer rar, En la ciudad, codcarsc con la locura for ma parte de la vida cot idiana, pcro par mot ives de orden publico llega el ticmpo de prohibi r esos contactos . L" mirada sohrc la locur a se secularize, el cuerpo del loco se ve afectado pol i rica y carnalmcnte por la rni rada de las autoridades: las elites no quiercn asistir a esacxpe- ricncia de 10 patetico y los medicos aun no saben curar, Pero ante ese rost ro severo rell ejado por la auror idad, cI cuerpo del loco opone su desajuste )' deterrninados signos muy conocidos por todos y, par cndc, familiarcs. Lalocura se Icc ell los cuerpos, Como los medicos aun no sabcn realmente ni curarla ni nornbrar la, las acta... de arr esto cont icnen est a extrafia perifr asis: " hallado COIII a inscnsato" 0 "ha llado CO/l IO un extravagantc'. Qu iza 11 0 sea realmc nte insensate 0, al l11 en05, es "como" si 10 fuer ..... on los cabellos dc spcinados par a sefialar e! estado de [uri a, can la caheza rapada como sei;al de la volunLad de casligarse 0 la de "airearse la cabeza", COJll O 10 sei;alan algunos medicos, los locos lIevan y escarificaciones voluntarias. Pasean por Ill llltiplcs Il.Igares, dicel1, su cuerpo desesperado par b pasi6n. EI vecindario est<i atento, a menudo preocl.l pado por negociar Call esos personajes cu)'o ingreso al hospital temen. En 1781, ulla mujer denul1 cia Ulla pelea grave COil unos j6venes de su edifi- cia, c1 acta rclat.1quc como la demandant e "era como imbccil, puesto que hablaba en vozalta todas las noches, habia que pedir- lcs a los j6venes gue no pelc<H'lll mas para dejarla lranquila': A una mujer que acababa de cnviudar,con un nacido "imbc- cil y mudo de nacimie nto", cI comisario de policia Ie niega su HIROS ABAH OONA OOS YCUERPOS HALlRA IAOOS I 2 1 pedido de encier ro en Bicetrc, "par compasion Ypor de ber" dice. En carn bio, si cI loco atcnta cont ra si mismo 0 cont ra otra per- sona, la policia cs mas activo e int rusiva: en 1771, un granadero de un regimiento naval denuncia " 13 horrible dern cncia" de SLI cunada, gue busca destr uirse micntras que est a cmbarazada de cinco mcses, La conclusion de la policia es recornendar que la mujer este constantcrncn te vigilada en una posada. EI miedo al encicrro parece tan grande que una rnuj er, acompan ada por un mar ido "dcscrito como mur viejo y con la caheza debil', va por vol un tad propia a ver al comisario, le ruega obtcncr algunos sub- sidios a fin de alimenrarlo r "que no se 10 tome como un insen- sato que debe ser cnce r rado " lgualmcnt c, en 1769, cI inspector aboga par la indulgencia r la libertad de un portcador llamado Briere y curiosamente apodado Casaquin (pucs habia comprado ell una feria de usados csavaliosa prenda remendada). Decabcza pert u rbada )' a mcnudo ebrio, Casaquin es dc nu nciado par unos soldados vecinos. EI inspector menciona ell su inforrne: " Brien: riene la cabcza perturbada, pew no haec dane . Dejar cl caso"," Si el pobre ha abandonado la tierra de los perdo ncs posibles, la presencia del loco mucstra determinados tipos de inlercs por Sl.l personalidad ernitica. Podria pensarse gue en eI siglo XVl ll cl loco min ticne una obra que cl.lmplir, gue habJa de la mucrte, y su cuerpa se agita tragicamente, viviendo una experiencia mara- villosa y dr am;i tica nacida del coraz6 n de patcticas pruebas gue otros estan dispuestos a compart ir. es eso, acaso, 10 que Ie sucedi6 a esa madre de familia que precipit6 a sus dos hijos a Ja mucrte despucs de haber escuchado lin do mingo la prc- diea de un eura que reprendia a los parroquianos por sus peca- Casa'i uin haec ... nd a a "cas,l"'( IWSllfJ lld . IN. de:b '1'. 1 .lYTodos estos casos se halbron en los archi\,(lSde la prcfecl llra de po licia, ('n los cllildern l del inspector Santc: rn:. 2 18 I EfUSION Y I ORMfNIO. fl RflA10 OE LOS CUER POS dos y que les ascguraba que la sentcncia divina recacria sabre elias y sus hijos? La transmut acion de 13 locura de los espiritus en una loea actividad del euerpo es una respuesta ante aquellos que dorn inan, exhorran y dan ordcncs: dominados, l eoma resis- tir a tantas co nrninacio ncs si no es mediant e una fuga cr ra nte de los espiritus que provoca, pa r desgracia y algunas veces. Ia desaparicion de los cuerpos vivos? l.a loeura es la melod ia cxa- cerbada de la desesperacion, cI cmb riagado prop6sito de trage- dias sin palabras para defcnderse y,sin duda, uno de los ultimos gestos antes de que sobrevc nga la muerte, aquel que esta moviclo pa r los eerebros alicnados que yerran par el campo. Ext ravagantcs periplos aquellos, donde los cuer pos no apor- tan ninguna respuesta racional, pero parten, a 10 lejos, hacia los carninos y los paisajes donde la mue rte roza el desp liegue de la locum para. a veces, confu ndirse con ella. EI cuerpo insen- sata posee un cspir itu, un cucrpo que , a su manera, responde a la dureza del rnundo, Entonccs, vagabu ndea mas alla de las (on- minaciones y jug uctea entre tierra y agua. A veces, sc toma el mundo al pie de 13 letra y, frente al ordenarniento de los dias, pliega su cquipaje de razon par a dcsaparecer, Es cornprensible que la locu ra - y sus dcseos de vida maravi llosa'" 0 de muerte- haya acornpanado a una gran cantidad de subdi tos del rey en el siglo XVI I I. AI no estar ya sostcn idas pa r un mensaje cristia- no -como ocur ria en la Edad Mcdia-, las cabezas alienadas em- plean sus recursos mas intimos: los sucnos, los estupores, los inno rnbra bles deseos de malar al rey y de apuntalarse cont ra los angeles 0 el diablo, las profa naciones o, tambien, las langui- das vagancias ent re aguas y juncos, los unicos eapaces de acari- ciar su desastrc personal en esas regioncs arnbiguas donde la razon se abandona a la desmesura de las irnpresioncs )' las fantasias. 40 I.-M. Fritz.!.e discollrs d ll fOll 11 11 " -To)'en Age, Pari s. " UI', 19 9 2. ABAHOO NADOS Y CUERPOS HAlIRAIA DOS I 219 En cl siglo XV II I. "10" politico no pudo controlar en 10 abso - luto \;1admiracion fascinada de esos seres que partieron mas alia de la miseria, vucltos "i mbeciles" por los j uegos si rnultaneos del inlortu nio, cI abandono y las 6rdencs autori tar ias provenien- res tic arriba. Fabrica el encierro. Los cuerpos de locura 0 bien se resignaron a las ti nieblas de los hospitales, a bien se volaron, alucinados, alejando sus hierros y, a veces, arrastrando con ellos a una poblacion que consentia algunos de sus dclirios que corrcs- pondian a sus inauditos suenos de felicidad. El loco es el otro. Yen el siglo XVI II tambien fue, sirnultanea- mente, aquel que se par ece a uno en esa inaudita posibilidad de superar sus limites a fuerza de haber los padecido durante mucho tiempo. Cuerpos ca ul i l' OS Louis-Sebast ien Mercier escr ibe en el Tableau de Pans : Prisiones imaginadas para limpiar rapidamente las calles ylos caminos de los mend igos, a fin de que la miseria suplicant e dcjc de verse junto al insolente fasto. Sc los sumerge con la ultima de las inhumanidades en fetidas rcsidencias tcnebro - sas, donde sc los deja librados a SI rnismos. La inaccion, la mala alirnentucion, el abandono en el que se encuentra n y el amontonamiento ele sus cornpaneros de miscria no demoran mucho en haeerlos desapareccr unos tr as otros." La enfermedad y la mu ert e se suceel en. A veces, la poblacion asiste al cortejo de los condenad os, los galeotes 0 los esclavos. Ent re picdad y oprobio, los galeotes pasan ante las multitudes 41 I..-S. Mercier, !;lblcall dt! Paris, l. J, cap. CCI .XXXV. p. 731. 2 2 0 I Y! OR ME NIO. EL REl AIO DE lOS CUERPOS tan fa scinadas como horrorizadas, buscando la fuerza y la vcr- gue nza de los cr irnenes en los rost ros, los cuerpos, las muecas y las posturas. Aveces, la sensibilidad prevalece, a tal pu nto el cau- tiverio parccc scr cl punta ciego y sordo del desamparo. El 17 de octuhre de 1785, S.- P. Hardy, librero, escrihe que 108 cautivos esclavos franceses recornprados en Argcl van a hacer una procesion en Paris: "Esc dia, habia que cont cner al pueblo, entre csos esclavos recomprados que habian vivido 30 anos de cauti- verio, se podian observar rost ros soberbios y ot ros mejor carne- ter izados. Eso enternecia los corazones y hacia manar las lagri- mas': La cornpasion por cl esclavo corn prado" no suscita ningun sentimicnto positive similar hacia el cautivo, el galea Ie encadc- nado 0 cl pr isionero de la Bastilla luego cnviado a las islas a pcdido de sus padres. Los cuerpos danados y heridos, cnfermos 0 minus- validos, son la hcrida abicrta de un siglo "ahicrto" a las liberta- des ycerrado a todas las debilidades. Cuerpos deteriorados, cuer- pos envueltos en el oprobio, cuya resistencia se vuelve imposible. No obstante, algunos testigos como Mercier aun intentaran hablar pa r cllos, describicndo en dciallc el horror de las prisioncs ysu cuasi inutilidad: sus blancos seran cl hospital de In Salpetriere, Ie la Force, de Bicet re y la prision de Chatelet, mientr as que, se sabe, acusara a la policia }' a su Supcrintcndencia de mil defec- tos. Pero el caulivo, hombre libre que de pro nto se ve retenido pOI' los hierros a entre cuarro muros, cambia de estatus: la poli- tiea de las luces s610 pllede iluminarlo ca n su act itlld compasiva, devolviendolo, al final, a la oscuridad de las tinicblas carcela- rias. Cucrpo prisionero y derrotado pero que, de hecho, consti- luye un interr ogal1 le para cI mundo de las Luces, tanto para sus fil 6sofos y sus medicos C0 l110 para sus gobe rn antes. 42 ' lcri ida do.: lin senlimicntll particular n:specto de sus orfgencs y SU exot isl11 o, NlilO\ ABANOOIIA OOS Y CUERPOS MAll RI,TAOOS I 2 2 1 Los prisioneros cncer rados en la Bastilla pcrtcnecen a varies niveles socia les. Algunos de ellos se encuentran alii par razones politicas y posccn cicrtos conocirni cnros >' cier ta cul iura. De modo que, detras de los muros, esos pr isioneros, cua ndo son lctra dos, se dedican al trabajo intelect ual r ruegan que se les con - ceda un mi nima confort. En 1755, el conde de Baldy le cscribe al tcniente Bertin con el fin de conseguir U I1<l habitacion lumi- nosa: "En mi calabozo arnanece a las 10 de la manana y oscurecc a las 4, l Podria ser colocado en una habitacion do nde penetrc la luz? Si pudiera obtcner algunos libros, tinta y par d, t raba- jaria en algun lema literario incapaz de pcrjuicio alguno, pues usted pucde juzgarlo" Ent re sus papeles, se hallaran cua t ro pequeiios libros cscritos po r el: "Un cours ou la scien ce des ast res","Fiches personnelles awe ' revolut ion solaire", "Enfan ts morts dans leur plus grande jcuncssc avec en face les astres de leur naissance" "Table des revol ut ions an nuelles du sold". ' efccto, para "evadirse" merualmcntc, los prisioneros cons- t ruyen numerosos proyectos r utopias - ficles en eso al cspir itu del siglo-: se t rate de tratado s de maternat ica 0 de gcomctr ia () del di seno en papcl de extraord inarias rnaquinas, sc oricntan hacia nuevas esperanz..as, adoptan como puedcn los caminos del progreso posible a algunas refl exiones sobre las mejo res for- mas para incrementar los presupuestos, En 1758, Dcsforgcs, un cura de Etarn pes encarcelado pa r haber escr ito un libro sobrc Les ilvlll1 /ages dll l1l ariage pOl/r les prc/res et les eveques, no elllite ni una sola palabra acerca de esc tema, que Iecoste'> tantos sufri- micntos. Pero como llevaba lIna vida edificante, sUl11 adre aboga pOI' su libert ad; el cura, obediente, no obstante habia cOlltinuado " Un cu rso 0 b cicncia dc los aSlms", "Fichas I' crsonalcs con ' rc\' oillci,' n solar": "NiilOSmuert os en su m,is ticrn a juvcntud con los astros de su nacimicnt o cnt"rcnlc': de las rc\'olucio ncs J llllales del >01' : IN. dc la '1".1 222 I [f USION Y IORN ENI O f L REL AIO DE LO S CUF RPOS con sus escri tos: "Guardo sobre rni ant iguo libro un silencio inviolable tal como 10 prorne ti. Actualmentc, me ocupo de la const ruccion de una maquina que sera de gran utilidad para el publico. Ya he hecho una pcqucna prueba" Los expedientes de los prisioneros conservan esos pequenos tratados, libros minuscules y relaciones extraordi narias al rnismo ticrnpo que versifi cac iones y pocmas, par 10 general mas irnpro - bables que talcntosos. La caligrafia es desconcertantc: ternblo- rosa, dcforrnada por la cnferrnedad y la angustia, a vcccs las pala- br as son ilegi hles 0 amorfas. Ent re dos 0 t res razonamientos sensaros, pcrcibirnos un cuerpo que se haec gri to, se escri be y sc prolonga sobre su hoja de papel en eI mayor desasosiego. A veccs, en cl mar gen de las pequenas hojas, con una letra firme, puedc leerse la opinion del jete mayor de la Bastilla: "su cabeza esta muy en fer ma" "ticne cl csplrit u todo perturbado", "le sale sangre del pecho y su espir itu cnloqucce" .. . En efecto. En su esfuerzo por rcalizar una reflexion social y politica sab re los castigos y las privaciones de libertad, el siglo produjo nurne- rosas mern orias, anonimas a no, provenientes de personalida- des que sc propusicron pensar mejor la criminalidad. Las aca- dcrnias provinciales, asi como los saloues en det er rn in ados lugarcs de Francia, abrieron concursos sabre los mas variados temas, cspecialmcnte este. Asi, la cfervesce nc ia de la epoca se alojo en nurnerosos textos que luego probablemente se difun- dieron, pcro que rara vez sc imprimieron 0 publicaro n. Tal fue el caso de una memor ia que se conserve como manus- crito titul ada: "Pour ne plus rornpre, brulcr, pendre" [Para no romper, quemar 0 colgar mas],4. 1 escrita a mediados de siglo pa r Puget, jde mayor de la d rcel de la Bastilla, es decir, el segundo respollsable del castillo despucs del gobernador, que tenia la fun- 43 Archivos de la B'lsti lla, MS 6814. HI NDS AB AN OONAD OS Y CUERPO S HAllRAIA OD S I 2 2 3 cion de gobernar a los prisioneros. Baja ese titulo intr igante, que se prope ne suprimir los suplicios mas inhumanos y definit ivos COIll O la rueda, la hoguera y la horca, Puget pret cnde ser a la vez humanists y un hombre eficaz. Para ella, considera necesa - rio que el cuerpo del culpable sufra y sea ator rncntado, pcro cse sufrirnicnto, en vez de ser pasivo y no servir par a nada, debe ser uril. Haccr sufrir al cuerpo, aporrarle el torrnento cs csen- cial, pero sin que ello pueda obstruir el trabajo que Ie sera im puesto: esta bien que sc 10 marque, pero no quc se 10 hiera; esui bien que se lacere su cuer po, pero no que sc 10 dcsfigure; y, por ultimo, no debe acarrear cadenas que limitarlan su capaci- dad productiva. En cuanto al espect ac ulo de la pe na, debe ser irn ponente, pero nunca horrible "porque los ojos del pueblo sc acosturnbr an y eI cjemplo se vuelve nulo" Despues de esas precauciones y rccorucndaciones, el iefc mayor de la Bastilla propane un "plan': Antes de emp lcarlo r ponerlo a trabajar, 51.' debe estigrnatizar al cuerpo en la plaza publ ica }' se 10 debe lIamar No podra servir a su parria mas que dentro de /III cuerpo" cuyo plan les voya trazar: sc Ie colocaran las manos sobre la cabeza ante la mi rada de todo el pueblo pronunciando en voz alta "te lacero" y luego sc aplicara un tatuaje sobre la rnejilla, sin lastimar, can 1<1 palabra "asesino" 0 "ladron" mientras que sc rasuraran la cabeza y las cejas. Mostrar cl cuer po, gritar en voz alta 10 que Ie sera impucsto, ins- cribil' en su rostro el nombre de su delito: aquI, el poder se apro- pia del cuerpo y. en una suertc de mimetismo ca n eI poder del rcy, Ie int1 ige no cf tacto de las escr6fu las ( yo te taco, Dios te +1 La cursiva es mi a. 2 2 4 I [FUSI ON Y 'aRMENia. [I RElATO DE EOS CUER POS cura), sino la infamia (re lacero e inscribo sabre tu cuerpo que abandonas el rnundo de los hurnanos). La violencia }' el podcr de este texto s610 t ienen igual en la ru ultiplicacion y la minucia maniat ica y enfermiza de las preci- sioncs apor tadas para el desarrollo del castigo. En d ieciscis ar- ticulos, Puget describe verdade rarncntc ot ro mundo, aquel que cl pretcnde con str uir y que dese a "con todo su corazon" lIumi - nado por su plan, por la aplicacion de su deseo de encierro defi - nitivode los crirninales en cspacios escond idos donde c1 trabaj seri a inccsaruc }' duro, el au tor const ruye una pesadil la, per - suadido de estar haciendolc un inmenso c ingcnioso favor a la nacion. Habra 4 .0 0 0 hombres, escribe, y por 10 tanto " 8. 0 0 0 bra- "OS utilcs para la pat ria en vezde ponerlos en un ataud' , 40 corn- panias de 100 hombres cstaran comandadas por un capitan. EI mode lo es el ejerciro, pera esc ejercito debe SCI' enviado a un des- ierto del que no se podra salir y donde nadie podra penet rar, Entregado por complete a su pasion finalmente morbida, y para cvit ar les la muert c }' el cadalso a sus pr isioneros, Puget tran - quiliza el honor de aquel los (jUL' estaran encargados de dirigir a esos hombres. "1dirigir C50S cuerpos no mancillara a nadic, por cl hecho de que uno no se deshonra mas por dirigir a una tropa de bandidos que par conducirlos al cadalso, pues, en ambos casos, sc esta sirviendo al Rey, ala justicia ya la sociedad," Sc preve cl un iforme para todos, asi como la comida de I. semana y de los do mi ngos. Se impone el tr abajo como una actividad incesante, sin feriados ni otro descanso que e1 sueil0: (l EI cuerpo estan\ siemp re en acci6n medianLc la reparacia n de ant iguas rutas, la construcci6n de nuevas, la desecll cion de los pantanos, eI cor te de las roeas. cl desbrozo de las landas, el tr a- bajo de las salinas, la const rucci6n de monumentos pubJicos, etc.': Recordando que en su articulo 2 habia previsto un desierto par a colora r a esos 4 .0 0 0 hombres yal observar que eI incesante NINOS ABAHOONA OOS Y CU ERPOS MAliRATA OOS I 2 2 5 trabajo los obl iga a trabajar y, por ende, a cruzarse eventual- mente con algunas personas, redacta cl articu lo 8: (l EI cuerpo no pucdc alojarsc en ningun pueblo, sino que acarnpard a 10 largo ell' los carninos, en tierras no cultivadas" un desier to sin salida, con un iforme, castigado a palazos (no dernasiado violentos, para que los crirnina les puedan con- tinuar con su Lrabajo ), Puget instala distinciones entre pueblo pequcno, burgucsia y gcnt ilhornbre. Nadie cs igual en esc de- sierto, en esa apropiacion poli tica de los cuerpos. " En efecto - cscr ibe- no cs justo que un gentilhombre, que nunca rnan i- pula las hcrrarnicntas de trabajo del pueblo. sea sometido como esc pueblo ya embrutecido por el trabajo". Para las rnujeres , el jefe mayor de la Bastilla prove casas de fuerza. Ticr uas }' debiles, estas tristes victirnas no pueden ir al desierto creado para los crirninales, esos "hombres de sang re". es precise salvarlas de la pena de muerte, pues scria una indecencia que cl cuervo femenino sufriente fuera expuesto"ante las miradas avidas y crudes de un populacho desenlrenado y sin costurnbres" Oscuros objetos del desco. Obsesionado por la muerte dada sin gloria por los ejecuto- res. pero dcliciosamente arorrnentado por la voluntad de aniq ui- lar a una poblaci6n de crirninales, escribe un artic ulo 16 autori- tario y tiranico. Se niegaa que se establezca una cor respondencia entre los prisioneros y sus fa rni lias )' los declara muerros: "Ni siquiera 1a familia podra tencr ninguna correspondencia con Cl y cste se consi derara O1 uer to para el Estado, en una sucrte de inexistencia, 10 que debe de ser mas tilertc que la mucrte civil. La l11 ujer se considerara viuda y los hijos heredaran sin que nin- guno de ellos pueda verlo". Todos esos articulos, de consecucncias vcrtiginosas, muest ran la envergad ura, incJuso L1 t6pica, del poder real y temido del cuerpo c3utivo y cri minal. Conve ncido de scr un reductor de 226 I [ FUS IONYI ORMENIO. [ l REl ATOD[ l OS CUERPOS penns, Puget reit era el act o de muerre sobre el culpable. Lam uert c civil, la inexistencia y la viudez de la esposa so n dist intos medics de dar la muerre si n "calcntarniento de san gre': Asi es, escr ibc en su conclusion, cI esbozo del proyecto que ha dictado rni corazon y el extreme dcseo q ue tengo de salvarles la vid a a tantos desafor t unados . Lo que yo de seo no tie ne nad a que ver con la inrnolacion defi- nit iva , no quiero que rnis ojos vuelvan a ver un cadaver en medic de una multit ud de buitres arrancandoselo para des- garrarlo. Por supuesto, estc proyecto no vera la luz , pero eso no cs 10 im po r- tante: 10 irnportant c esta en la fucrza y la violcnc ia de un con- tro l ab soluto de los cuerpos delictivos y enferrnos, en 1a aplica- ci6n de una estrategia poli tira, sin d uda vapulcada, pe w de finida por la volun tad de an iquilar cualquier otra acci6n que no sea el t ra bajo, ya que todos los sentimicntos y los afectos pueden dcvolverlc vigo r a los mGS desafortunados. Conclusion Aunq uc cl cue rpo del pobre sea Iragil, se involucra en la activi- dad de la ciudad eje rciendo sus p ract icas social y polit ica frente a las auto ridades y ofrecien do sus rcaccioncs ante los aco nteci- micntos publicus y privados. Forzosamente "at ravesad o" po r 10 polit ico, el cuerpo - en sus cmocioncs, sus palabras y sus ges- 10s- "hace cl mismo politica " Si su cuerpo cs polit ico, es porque se cnfrenra al m undo sin ningun ot ro interrnediario mas que su piel y su carn e. A menudo desprotcgi do, no reconoci do como sujcto politi co por el rey, a vcces malt ra tad o y/ o vio lcnto, cxperi rnenta su capacidad para res po nder tan to ante los avata res como ant e las au tor idades. a palabra, de la que se si rvc de una manera tanto mas ese ncial cuanto que no puede apropiarse facilmente ni de la lcct u ra ni de la escritura, es un vehiculo lingui st ico cargado de scnt ido, de int enc io nes y de sit uaciones nuevas. EI murmullo turn ult uoso de las palabras que los cronist as evocan es, a men udo, U ll z6calo necesar io para integrarse tan to a la vida econo rnica como a las restricciones de las sociabilidades y los sueii os colect ivos teni- dos por las emociones. De las palabras dadas y lucgo recibi das nace el rnosaico sensato de las solidarida dcs 0 de las enernista- des populates. In tcrp elar, lIamar, gri tar, de cir so n act os cons- t ructorcs de acontccirn iento, y si las elites solo ret ienen el ru ido cs porquc, en esa epoca, aun no p ued cn as u mir la idea de que 2 2 8 I ErUSION YIORM UII O. l L REL AIO DE lOS l Ul RPOS las palabras crean aco ntec imie ntos y aco rnpanan la avent ura social y politica de los hombres y las mujcres. La palabra sc hace lenguaje al mismo tiempo que sonorida- des y voces dist intas , pues las Icnguas y los dialectos cada pro - vincia cocxiste n y se reencue ntran, ayudados por los gestos, los ros tros ylas post mas del cuerpo para hacerse comp render. Si las voces ern iridas alto y Iuer tc crcan jaleo, cs simplementc porquL' las elites parisinas Ilaman "jaleo" a esos lcnguajes populat es que desconocen. De heche, e ll la callc 0 en los caminos, todos tern an como punto de refcrenc ia esas palabras dichas e irnpro- visan disrintos tipos de relacioncs orales y gestual es, tan cfirne- ras como eficaces. AI mismo tiern po, de la noche a la manana y hasta el ere- pusculo siguienre, los individuos viven segun un ri tmo sen- sual, cntusiasta y voluptuoso que es la marc a del siglo. En efecto, la miseria no es la unica cornparua de csos sores parlan tes r ac- tuantcs; el gozo, la rnus ica, el sueno, la dive rsion y las relacio- nes burl on as entre hombres y m ujeres estrin colorcados 1'01' abrazos y clusioncs, por descos de tornar a vocesel t iernpo como vicne entre cncucntros poeticos, jucgos br utales 0, en ocasio- nes, placeres furt ivos y compartidos. Las aglorneracioncs donde los cuer pos se tocan y se roz... an liberan las cmociones, las hacen circular. El acceso a la carne dd otro es evidente y, de ese modo, pro- duce tipns de relaciones cllyo alfabet o los goberna ntes descono- cen. Aunque las autoridades tengan la costumbre de despreciar esa gestualidad pOl' consi derarla grosera, vana y lIena de imbe- cilidad, SLI amplitud y Sll fuerza, asi como la sutilcza de sus enun- ciaciones, asustan y,ala vez, crean senti do. La parte politica del cuerpo reside, quiza, en aquello que Michel Foucault lI amaba "e1 eco de existencias rcales y de vidas jugadas cn unas pocas fra- ses [.. . ] efectivamcnt e arriesgadas y perdidas en esas mismas CONCLUSIO N I 2 2 palabras'. ' En todos esos discur sos pron unciados en voz alta par cuerpos de gestos tan irreverentes como tiern os 0 ascsinos, se ent relazan las impacienci as y las pac iencias de lin mundo vibrantc, muy a mcnudo asignado a su tonteria mientras que su dimension politica se forja de manera estridcnte, justamente alii donde nadie 10 espera. Las intensidades corpor ales pcr turban los ritmos cot idianos ylas reglas del decoro aconsejado por los 111<IS poderosos: la multit ud, el nornadismo, la vagancia, la reccp - ci6n de rccien nacidos, etc., son distintas forrnas de estar poli- ticarnentc en el mu ndo enfrentandose ala aut oridad, y a veces incluso dcsafiandola. Esto no iienc nada de exotico: existen silue- tas de 10 real que el discur so er ud ite ylo autoritario no sabc bscrvar, Los car inas de los cuerpos y sus enojos hablan de si mismos y tarnbicn constr uyen la historia, De todo csto -tan lejano y, pese a todo, tan cercano- , nosotros somos herederos y dcudores, aunque los gestos expresivos y las palabras gr itadas ya no forrne n parte de nuestra corporeidad. Sin emba rgo, "existe una cita secreta entre las gencraciones que fueron y la nuestr a' , cscribia Walter Benjamin>en uno de sus textos sobre el concep to de hi stor ia. Si cso es cierro, l como hCJl10S podido, a fuerza de docilidad y silencio par parte de nuest ros cue rpos, int roducir nos como hoy en nuest ro Iuero interno hasta cI punto de olvidar que eI individuo s610 cs el si se ticndc hacia eI ot ro, que eI entusiasmo y el fervor son actos pensados y no desbordes, valores el icos tan imp or tanles )' nece- sarios como la libcrtad, fundadores de igllaldad )' de fraterni- dad? Hemos oCllltado, y para 10 peor, 13 parle calurosamenk polit ica de nuestros cuerpos y hemos olvidado la parte simb6- 1 Michel Fouca ult . " l.a vic dcs hommcs infflmcs". Ca"icrs rill C"e/1/ il1. N 29. IS de l' ncro de 1977, Paris , Ga llima rd. 2 Walter Benjamin, "Tesis dc i1l osofia de 1.1 his!or ia': So/' re cI ((l/Iecplo ric {lis/or;", Mad rid, Tilllr us, 1973. 230 I El USION Y! ORME NIO . El REI ATO Of lOS CUER POS lica, indefectible y (mica de sus expresiones tan reflexivas como cmocio nalmente pcnsadas. De 1a historia del Siglo de las Luces hemos retenido esencial- mente el aspecto brillanie de una cultura del pro greso, el ful- ga r de los escritos filosoficos )' cl cntusiasmo inrelectua l de las elites, la belleza de las conversaciones de sal6n y el soplo enci- clopedico de un Diderol 0 un D'Alernbert. No nos hemos dete- nido de masiado en 10 que ocurr ia "en la superficie' , esc rnur- mullo de la superficie de 13 historia tan caro a Michel Foucault, salvo euando se trataba de insist ir a prop6sito de imageries este- reotipadas de una vida popular hccha de gestos )' dispuesta a todos los exeesos. No hemos advcrti do que alii, en ese absoluto murrnul lo, zurnbando dia tras dia, estaban en jucgo tanto el de- sarnparo como el cornu nicable fervor y la simple recepcion de la piel de los otros, dandoles la fuerza para resistir politicamente a los gobcrnarucs, Ojala este libra pudiera restituir cl componente sensible de los cuerpos parlant es y pensantcs del siglo XVII I. En efecto, la histo ria y 10 politico se inscr ibcn en ysa bre los cuerpos) r estos ult imos les hacen frcnte. A traves de las ernociones y las sensi- bilidades, el cuerpo r su concicncia cambian sus relaciones con el mundo para que el mundo cambie. Reconocer, hoy, ese com- ponent e del cuerpo es tener una cita con aqucllos que nos pre- cediero ri, aquellos que, muy a menudo, aun son negados por 10 politico. 3 Michel de Certca u, "L' ccon omi e scr ipturairc" en Einventi on du quot idien, lO/ lt\, p. 243. Bibliografia (Ji lil AS DE Il I STO RI A Aries, Philippe y Georges Duby (dirs.), Histoired,' l,/ I'i,' privcc, 5vols., Paris, Scui}, esp.: 11;51.".;(/ de ln vida prtvada. S vols., Madrid, Taurus]. Art icrcs, I' hilipp e. II,;\YSr/'IJ ;swire, Paris, Les prai ries ordi naircs, 2 0 06. Hajti u. Mijnil, i'oeuvrcdc Francois Ravelais ella culllire populaire (/II Mogl' lI 1\,I;( cl SOliSla Rl'I1l1 i SSIlI /lC, Paris, Gallim.ird, 1970 [ trad, csp.: 1.11 clII/lim poplliar ell III f da" Mcdi )' CII cl Renacimicnto: c! COllleXla de Fl'tl/lcvis Nil/x iIIis, Buenos Aires, Alianza, 19941. Bourguinat, r;lisabeth, l.e sicclc till persiflllge. '734- ' 789, Pari s, I' UI' . 1998. Carn porcsi. 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