Lujuria de La Luna 1

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LUJURIA DE LUNA

SHERRI L. KING




Prlogo

Luna Llena.

Hoy era su cumpleaos. Desde las 9:20 de la maana ya no tendra
menos de 32 aos. Brianna suspir, enviando un soplo de vapor al fro aire.
Entonces, por qu estoy aqu fuera, en mitad de las montaas Ural,
escuchando a un gua turstico hablar sin cesar sobre los viejos bosques de
Rusia?
Porque le haba hecho una promesa a un hombre muerto, por eso. El
excntrico, aunque querido, to Alexi siempre haba querido volver a visitar
la tierra de su nacimiento pero nunca tuvo la oportunidad. Despus de la
muerte de sus padres, to Alexi la haba criado como a una hija. As que
durante aos haba estado demasiado ocupado preocupndose por ella y
supervisando sus proyectos internacionales de conservacin forestal para
tomarse tiempo para s mismo. A medida que pasaba el tiempo y Brianna
creca, le haba ayudado en sus esfuerzos de conservacin... pero l nunca
haba encontrado el tiempo para escaparse.
Le haba pedido que fuese en su lugar.
Tienes que ver las montaas y los bosques, Bri. Promteme que irs
cuando yo me haya ido. Son tan hermosos que los ngeles lloran de envidia.
Quiero que los veas. Quizs t tambin llorars, eh? Trat de rer pero su
cuerpo estaba demasiado dbil por el cncer.
Haba muerto aquel mismo da, pero slo despus de que ella le haba
prometido visitar su patria.
To Alexi haba tenido razn sobre la regin media de Ural; era
impresionante. El aire, aunque fro, era fresco y limpio, tan claro que uno
poda ver kilmetros de las regiones ms altas. Era impresionante estar
entre el denso bosque de rboles como lo estaba ahora, pero a la vez
era...espeluznante.
Brianna no estaba segura de por qu el hermoso paisaje le inspiraba tal
incmodo temor dentro de ella, pero all estaba. Se senta nerviosa, crispada.
Cazada. Por extrao que pudiese parecerle a cualquiera que la conociese, se
senta de aquella forma desde haca dos das. Desde que ella y las otras trece
personas de su grupo, turistas, estudiantes y guas, haban entrando en una
particularmente densa regin del viejo bosque.
Durante dos das se haba sentido acechada por algn miedo sin nombre.
Casi podra jurar que si se daba la vuelta en el momento preciso vera un
monstruo dirigindose hacia ella. Ni siquiera la belleza de la tierra y la fauna
poda apartar su mente de aquel horrible sentimiento de estar siendo
cazada.
No ayudaba que cada hora o as vislumbrara por el rabillo del ojo un
destello de algo en el bosque. Como ahora, mientras algo bajo y veloz se
mova entre los rboles, oculto por la densa vegetacin...
Se mordi el labio. Los guas haban mencionado que el rea estaba llena
de animales salvajes, especialmente zorros y lobos. Brianna se encontr
deseando que las sombras que vea tan frecuentemente entre los rboles
fuesen slo los curiosos habitantes del bosque y no los monstruos de su
imaginacin.
Parpade. Ests perdiendo la cabeza murmur para s misma No
hay ningn monstruo.
Dndose cuenta de que se haba quedado retrasada del grupo mientras
estaba perdida en sus pensamientos, se dio prisa a alcanzarlos. Grit
cuando trastabill, fallando en notar una protuberante raz en el suelo. Al
tropezar, fue incapaz de recuperar el equilibrio. Los sueltos sedimentos
cedieron terreno mientras se tambaleaba, hacindola resbalar.
Ouchh!
Brianna cay, jadeando cuando se vio a s misma rodando
incontrolablemente cara a un escarpado barranco. OH, Dios!
Sus ojos se ensancharon cuando un aullido penetrante se alz hasta el
cielo. Gritando cuando su cabeza golpe contra un pedrusco, rpidamente se
rindi a la negra inconsciencia.

Captulo 1

Luna Menguante

Bebe esto, Brianna, te mantendr caliente.
La voz era sombra y lejana. Las palabras eran en ingls, pero el acento
era espeso y ruso. Brianna luch por abrir los ojos, y debido a la luz que
penetr a travs de la rendija sinti fragmentos de cristal astillndose en su
mente. Sinti una copa presionar contra su boca, y un caliente y confortable
lquido gotear por su garganta. Demasiado pronto la caliente bebida se alej,
y una mano alis el pelo de su frente. Su cuerpo estaba dolorido, y le era
difcil usar los brazos y las piernas. Le llev algunos segundos darse cuenta
de que le era difcil moverse no porque estuviese herida, sino porque tena
varias mantas pesadas apiladas sobre ella, sobrecargndola.
Sufriste una cada. Tuviste fiebre y has estado muy dbil. He tenido que
estar cuidndote. dijo la voz dulcemente.
Dnde estoy? su voz era ronca y apenas perceptible.
Ests a salvo, Brianna.
Cmo sabes mi nombre?
Una suave y masculina risa son cerca de su oreja.
Hablas en sueos.
La mano en su frente se movi hacia debajo para acariciar su mejilla. La
sinti fresca contra su enfebrecida piel. Las mantas que la haban estado
encarcelando fueron echadas a un lado, y sinti la frialdad del aire
acariciando su carne desnuda.
Eres realmente hermosa. dijo l toscamente.
Intent protestar cuando unas manos alcanzaron sus pechos y dieron un
pequeo tirn a sus pezones, pero fue en vano. No poda abrir los ojos, sus
labios no podan formar palabra alguna. Se sinti drogada y decada,
demasiado dbil incluso para gritar. Unos fros labios se presionaron
suavemente contra los suyos, incluso mientras luchaba por hablar. Afilados
dientes mordisquearon sus labios, gentilmente, pero con una promesa de
peligro y pasin. Todo el tiempo, unos dedos jugaban con sus pezones,
dejndolos caer pesadamente y tirando de ellos de un modo que encontr
increblemente excitante, aunque slo debera haberle hecho estar nerviosa e
incmoda.
Quin era aquel hombre? Cmo la haba encontrado? Recordaba la
cada pero luego... nada. Cunto tiempo haba permanecido all con l?
Alej la cara de su beso, pero l no se inmut. Sus labios bajaron por su
mandbula hasta su cuello por donde desliz sus dientes. Al dejar pequeos
mordiscos en su sensible piel la hizo jadear, y lav las diminutas heridas con
su lengua. l gru suavemente y movi su cabeza descendiendo por su
clavcula, mordiendo y aspirando mientras pasaba. Su mano levant un
pecho, y sinti su aliento clido jugar sobre su pezn una fraccin de
segundo antes de que lo lamiese. Su lengua traz un hmedo y largo camino
desde su pezn a su garganta hasta conectar con sus labios, los cuales
separ para profundizar dentro. Ella no pudo contener un gemido de
excitacin mientras l la besaba imperiosamente. Quienquiera que fuese, era
el besador ms sexy que alguna vez haba sellado sus labios. Y an cuando
ella estuviese completamente a su merced, ya no senta miedo. De algn
modo senta que aquel hombre no le hara dao. Pareca contentarse con
besarla y acariciarla, los sentimientos que le evocaban eran agradables a
pesar de su estado dbil y agotado. Su boca baj una vez ms y se aferr a
uno de los hinchados pezones. Ella se movi bajo l, sin esforzarse en
escapar, esperando nicamente experimentar ms de aquel delicioso abrazo.
l absorbi su pezn, produciendo hmedos ruidos mientras se alimentaba
de l. Sus manos estaban de pronto por todos los lugares de su cuerpo,
acaricindola por cualquier sitio que pudiese alcanzar. Brianna sinti sus
dedos resbalar entre sus muslos, y abri ms las piernas para l. Cualquiera
que fuese la locura que lo conduca a l, ahora pareca conducirla a ella
tambin, y dio la bienvenida a la sensacin de las yemas de sus dedos
cuando apartaron sus labios inferiores para acariciarla. Infaliblemente
encontr su hinchado cltoris, y lo presion de tal forma que un relmpago
pareci lanzarse a travs de ella.
l se separ bruscamente, hacindola jadear de decepcin.
Te pido disculpas. su voz era un bajo gruido, sus ojos
penetrantes. He tenido que refrenarme estos das pasados mientras te
cuidaba, pero al verte ahora, despierta y ms recuperada... no he podido
controlarme. Descansars ahora, verdad? Recuperars las fuerzas con el
sueo.
Con aquellas ltimas palabras, Brianna lo sinti colocar las mantas sobre
su cuerpo. A pesar del anhelo insatisfecho que su experto toque haba
despertado en ella, al momento estaba otra vez dormida.
* * * * *
Ivan Davidovich Basileus baj la mirada para observar a su mujer
durmiendo. Las contusiones se haban desvanecido hasta convertirse en
pequeas manchas apagadas debajo de su translcida piel, y la incisin en
su cuero cabelludo ya no estaba hinchada. Los febriles desvaros haban
cesado la noche anterior, abandonndola por fin a un sueo reparador.
Realmente estaba mejorando.
Nunca olvidara el sentimiento de terror que lo haba inundado cuando la
haba visto caer por el barranco. Cmo su corazn se le haba cado
pesadamente en el pecho cuando ella se haba despeado sin fuerzas por el
rocoso fondo, terminando su cada en una quietud absoluta. Se haba
precipitado inmediatamente a su lado temiendo lo peor. Despus de
asegurarse a s mismo que estaba de verdad todava viva, la haba llevado a
su cabaa en lo profundo del pramo. All, en la quietud de su casa, se
haba ocupado de sus raspones y contusiones con ms cuidado del que
nunca le haba mostrado a otra persona viva. Era lgico, pens, que ella le
hubiese inspirado tales instintos protectores en su interior. l la deseaba.
Quera despertarla, sin darle tiempo para protestar porque eran extraos, y
tomarla como una bestia. Aquel deseo de ella era como una fiebre que le
devoraba el cuerpo y el alma y contra la que no poda luchar ni controlar. Se
dio cuenta de que era incapaz de abandonar su lado por ms de unos pocos
minutos como mximo, deseando nicamente sentarse en silencio y
observar su cara y su forma. No haba forma para racionalizar o explicar su
feroz atraccin por ella. No era una gran belleza, con su simple pelo castao
y sus ojos oscuros. Su piel era translcida y delicada, dndole una calidad
fabulosa, pero no estaba hecha de la materia de los hmedos sueos de un
hombre. Era ancha en el busto y en las caderas, rasgos que le gustaban de
una mujer, pero aquello tampoco era una razn suficientemente buena para
la fuerza de su deseo por ella. No, sus atributos fsicos no era lo que le
provocaba aquella lujuria. Aquel deseo, aquel hambre que senta de ella iba
ms lejos de aquello. Lo que senta era mucho ms peligroso que la mera
atraccin fsica. Su miembro estaba duro. Haba estado duro desde el
primero momento en que la haba tenido cerca, lo suficiente para oler la
fragancia florar de su jabn. Lo suficientemente cerca para oler su
feminidad. Era un olor embriagador, diseado para volverlo loco, y
funcionaba muy bien. Se movi de la cama hasta una silla cerca de la
chimenea. Sin quitarle nunca los ojos de encima, se sent. Desabotonndose
los pantalones, rode su miembro y comenz a acariciarlo. Deseaba que la
mano que lo bombeaba fuese la de ella, lo deseaba tanto que era un dolor
fsico, pero se resign a esperar por ahora. Reclinndose hacia detrs en la
silla, apret el eje de su ereccin. Masajeando los testculos con una mano,
mientras se acariciaba su pene con la otra. Ivan sinti como se le aceleraba
la respiracin. Totalmente erecto, su grueso miembro luca una gran cabeza
prpura, que pronto derram una gotita de pre semen bajo su mano.
Arremolin el lquido alrededor, usndolo como lubricante mientras se
masturbaba. En su mente imaginaba a Brianna movindose sobre l, su
corto pelo negro como un halo alrededor de su cabeza. La imaginaba
gimiendo y envainndolo en su hmedo sexo, una y otra vez mientras lo
montaba. Gru suavemente y aument el ritmo de sus caricias. Pronto sus
caderas se sacudan al ritmo de sus manos, y sus testculos estuvieron
apretados con su carga de esperma. Oy un suave suspiro desde la cama
cuando Brianna se revolvi en su sueo. Aquel pequeo sonido de sus labios
fue todo lo que necesit. Con un largo siseo interior para prevenir su rugido
de liberacin, se derram sobre sus manos. Pasaron varios momentos antes
de que volviese a calmarse. Se jur que la prxima vez que volviese a
hacerlo, sera en lo ms profundo de Brianna.

Captulo 2

Luna Nueva

As que... estoy atrapada aqu hasta cuando exactamente?
Hasta que la nieve se haya descongestionado del camino. Unas pocas
semanas a lo sumo. Ya ests aburrida de mi, Bri?
Sabes que no ri y le dio un ligero puetazo en su musculoso
hombro.
Est perdiendo peso?, se pregunt. Haba parecido mayor los primeros
das despus de su enfermedad. Habiendo perdido peso o no, era
ciertamente espectacular con su espeso pelo negro y sus vibrantes ojos
verdes. Nunca haba visto un hombre ms atractivo.
Pero t puedes cansarte de tenerme todo el da alrededor. No ests
acostumbrado a tener a alguien pegado a tus talones aqu, en medio de
ningn sitio.
Nunca podra cansarme de tu compaa, no importa cunto ests
pegada a mis talones. sus palabras fueron bromistas y ligeras, pero sus
ojos estaban oscuros con una profunda pasin. Los ojos de predador se
deleitaron en ella, devorndola por completo.
En la semana pasada despus de su recuperacin, Brianna haba
permanecido con Ivan, esperando porque la temprana e inesperada tormenta
de nieve se agotase. No haba telfonos ni electricidad all, y aunque Ivan le
haba dicho que viva slo a unas pocas hectreas de distancia del pueblo
ms cercano, estaban prcticamente incomunicados del mundo exterior. Al
menos hasta que la nieve se derritiese un poco del camino. Haban
disfrutado de una rpida y cmoda amistad, y ninguno haba mencionado
las caricias y los besos robados entre ellos aquella primera noche. A veces
Brianna se preguntaba si todo habra sido un sueo apasionado y casi
podra llegar a creerlo as. Hasta que en momentos como aquel, cuando los
ojos esmeralda de Ivan ardan y resplandecan con un hambre reprimido.
Entonces recordaba cada beso, cada toque y se estremeca con renovado
deseo. Aquel hombre que estaba ante ella le gustaba muchsimo. Poda ser
amable y gentil, tanto como divertido y pensativo. Ivan era un misterio para
ella de muchas maneras, pero an despus de un tiempo tan corto junto a l
se senta como si lo hubiese conocido durante toda una vida. La haca rer,
la haca pensar, y nunca peda nada a cambio ms que su amistad. Ivan le
haba salvado la vida y ella estaba muy contenta por ello. De otro modo,
nunca lo podra haber conocido.
Pero a veces...
La intranquilizaba. Como la manera en que poda quedarse sentado de
forma inmvil durante horas, sin apenas parpadear. La haba observado de
aquella forma durante los ltimos das en que haba estado postrada en
cama. Excusaba su fija y vigilante mirada recordndose a s misma que era
un verdadero hombre del bosque, aislado de la sociedad civilizada y no
acostumbrado a otras personas, y haba intentado acostumbrarse a su
mirada. La forma en que se mova la intranquilizaba ms que cuando estaba
quieto. Sus msculos eran tan fluidos que se movan con gracia casi
inhumana. Y era rpido. A veces ni siquiera poda ver sus movimientos. En
aquellos momentos, volva a recordarse su duro estilo de vida, uno que
seguramente le haba vuelto ms fuerte y rpido debido a un agotador
trabajo. Aquellos recuerdos la ayudaban a ignorar cualquier inquietud que
sintiese cuando pareca un poco...extrao.
En aquel instante, la estaba mirando tan fijamente que casi olvid de qu
estaban hablando. De pronto quiso saber ms sobre l de lo que su
chchara acogedora le haba revelado.
Se aclar la garganta.
Tienes familia cerca?
S. Tengo muchos familiares en el pueblo. Dijo, sus ojos sin vacilar
sobre su cara Qu hay de ti? Dnde est tu familia?
OH, no tengo. El to Alexi era el ltimo de mis parientes.
Ah, s, aquel sobre el que me hablaste. Su acento era espeso y jugaba
sobre ella como una caricia El to que te dijo: "ve, ve a la madre patria,
luego cete de cabeza y haz que el pobre Ivan tenga un ataque al corazn
cuando te encuentre toda magullada en un barranco", ese to Alexi?
Brianna ri.
S, ese to Alexi. Iba a venir ms entrado el ao cuando hiciese ms
calor, pero hice la promesa de venir y quera hacerlo tan pronto como
pudiese.
Los ojos de l parecieron suavizarse un poco.
Queras escapar. De su muerte y de tu soledad, no?
Ella apart la mirada.
S. Cmo lo adivinaste?
Lo volvi a mirar, inexplicablemente curiosa por su respuesta.
Ivan se encogi de hombros, los firmes msculos ondeando bajo su
camisa.
Puedo verlo en tus ojos, la soledad. Queras a tu to Alexi, y ahora que
se ha ido no tienes otra familia. Ahora ests sola.
Brianna baj los ojos, y mir sus manos apretadas con fuerza sobre su
regazo.
S Estuvo de acuerdo quedamente.
As que viniste aqu para olvidar tus preocupaciones por un tiempo. Es
algo bueno. dijo l suavemente, su espeso acento en un murmullo.
Ella sonri.
Y he conocido un buen amigo, eso es algo bueno tambin. agreg.
l se qued inmvil. Sus ojos esmeraldas perforando los suyos.
S, es algo muy bueno.
* * * * *
Ms tarde, recogieron lea para la larga tarde que tenan por delante. El
pesado abrigo de Brianna, cogido prestado del armario de Ivan, la cubra
desde la cabeza hasta los pies, pero el viento segua siendo fro y cortante.
Cuando se haba cado por el barranco, su mochila contena dos mudas de
ropa, aunque ninguno de los artculos era lo suficientemente abrigado para
aquel clima nevado. Le alegraba que l fuese un hombre tan grande, y que
su abrigo mantuviese la mayor parte del viento fuera.
Dnde conseguiste la lea? Este bosque no est protegido debido a
su edad?
Ivan gru.
Esta parte del bosque no. El gobierno no tiene deseos de salvar todo el
Viejo Bosque. Slo conservan las reas donde habitan las especies en
peligro.
Pero la mayora de estos rboles son centenarios, incluso hasta tienen
miles de aos. Los aldeanos y t no los talis para hacer lea? su voz
estaba horrorizada.
Ella y su to haban pasado sus vidas intentando prevenir cosas as con
sus esfuerzos de conversacin.
No! Uso los rboles jvenes, con la madera joven y enferma. No soy un
carnicero para quitarle la vida a los rboles grandes. Cort el aire con la
mano, una expresin apasionadamente rusa. Una cosa as sera un
crimen en todos los aspectos. Estos rboles no podran ser reemplazados, ni
durante una vida entera, y las criaturas que viven aqu merecen el refugio de
un bosque vivo.
Hubo un momento de silencio.
Siento haber dudado de ti. Ella sonri y le lanz una bola de nieve a
la cabeza.
Ivan farfull indignado cuando la bola de nieve lo alcanz. Con un gruido
tir el montn de lea que haba recogido y alarg la mano para hacer su
propia bola de nieve. Brianna ri y comenz a correr, resbalando en la nieve
suelta. Con slo dos pasos, Ivan la atrap. Sinti como si la hubiese
golpeado un tren de carga mientras caa al suelo. Escupiendo un bocado de
nieve alz la mirada a sus profundos ojos de color del bosque.
Por qu has hecho eso? Cre que estbamos teniendo una pelea de
bolas de nieve, no jugando a ftbol americano!
l lade la cabeza a un lado, un cautivador rasgo que haba notado que
haca cuando estaba juguetn o curioso.
Pero corriste.
Claro que corr, tonto. No voy a quedarme quieta simplemente y
esperar para que me golpee tu bola de nieve!
Pens que corras por que queras que te persiguiera. No quieres jugar
a que te persiga?
Bueno, yo... no creo que haya pensado en eso.
Qu pregunta tan rara. De pronto fue muy consciente de su peso
presionndola contra la nieve. Su clido aliento jugaba sobre su cara, y se
encontr sorprendida por la larga longitud de sus negras pestaas.
Bueno yo...hago esto durante un tiempo cuando atrapo mi presa.
Con aquellas palabras todava sonando en el aire entre ambos, descendi
sbitamente y la bes.
Era el primer toque ntimo entre ellos desde la noche en que haba
despertado de la fiebre. Recordar y soar con aquellos primeros besos haba
consumido cada pensamiento y la realidad era an mejor. l saba al aire
salvaje del bosque y a oscuro deseo. El beso aument en calor y pasin. Sus
respiraciones se estremecieron en el interior de la boca del otro, mientras
sus lenguas se batan en un baile tan viejo como el tiempo. El pelo de Ivan le
hizo cosquillas en la cara, su suavidad era como la de un pelaje extico. La
nieve y el fro quedaron olvidados cuando los brazos de Brianna se
enredaron a su alrededor para atraerlo ms cerca. Las caderas de Ivan se
pegaron contra las suyas. l gru dentro de su boca, un sonido animal de
necesidad. Apartndose de ella, mir profundamente dentro de los ojos de
Brianna; aquella quietud repentina que posea se abati sobre l. Pasaron
algunos minutos mientras jadeaban sobre la cara del otro, la respiracin
vaporizando el humo alrededor de ellos.
Te deseo Su voz fue un sonido gutural.
Yo...yo tambin te deseo Admiti ella.
Entonces, te tomar.
Sus ojos resplandecieron con las palabras, se puso rpidamente en pie
con ella asegurada en sus brazos. l era muy, muy fuerte. Ella no era
ningn peso pluma, pero la llevaba como si lo fuera. Su corazn se aceler
con excitacin. Veloz y seguro la llev hasta la puerta de su casa de madera,
abriendo la puerta con el pie, sin parar hasta que llegaron a la cama. Con
tierno cuidado la dej sobre sus pies delante de sta.
Deberamos quitarnos estas ropas mojadas. Susurr l, luchando por
controlar su urgencia de rugir su triunfo a la noche. Pronto sera suya.
nicamente suya.
Estando de acuerdo incondicionalmente, se apresur a quitarse su abrigo,
sus guantes y botas. Sus manos temblaban de ansias, y se senta tan
mareada como una virgen. Oy un sonido de rasgadura y alz la cabeza para
ver a Ivan rasgando sus ropas con el mismo abandono ansioso. Sus dedos se
movieron para desabotonar su camisa de franela, pero de pronto las manos
de l la detuvieron. Elev los ojos para encontrarse con los suyos, que
brillaban con tal fulgor que era casi alarmante.
Deja que lo haga yo dijo.
S suspir ella.
Con dolorosa lentitud la desnud. Con manos tan tiernas y gentiles que
apenas poda sentir su toque, respetuosamente acarici cada nuevo trozo de
piel mientras la iba dejando al descubierto. Era como ser seducida por
mariposas, sus suaves y halagadoras caricias jugando sobre su piel como
alas sedosas. Poda ver el hambriento deseo en los ojos de l y supo que
estaba ejerciendo un gran control contra sus pasiones para seguir siendo
tierno con ella. Cuando descubri sus pechos, se arrodill ante ella y
lentamente, muy lento, movi su boca para presionar un beso contra su
pezn. La atrajo hacia l y enterr su cara contra la suavidad de sus pechos
e inhal profundamente. Sus instintos mantenan una lucha en su interior,
y su control resbal por un desfiladero cuando cay sobre ella con fervor
renovado. Acun y apret sus pechos en la mano y se movi para sorber
ruidosamente un protuberante pezn en su boca. Su lengua y sus dientes lo
acariciaron antes de que abriese ms la boca y tomase dentro tanto de ella
como pudo. Se aliment de ella con un hambre oscura e interminable.
Liberndola con un audible pop, en el ltimo alejamiento, sus dientes
rasparon sobre su pezn y l solt un irregular gemido de sus abiertos
labios. Entonces se desplaz hasta el otro pezn y le dispens la misma
atencin. Ivan alz la mirada desde el pecho que estaba succionando para
ver la cabeza de Brianna echada hacia detrs, su respiracin estremecida en
sus abiertos labios. Ella saba dulce y suculenta, y l resisti la repentina
urgencia de morderla para marcarla como suya. Quera imprimirse a s
mismo en ella, para que as nunca pudiera verse en el espejo sin verlo a l
tambin. Era algo primitivo, una tentacin contra la que tena que luchar
por miedo a ahuyentarla. Con manos inestables le desabroch los
pantalones, bajndolos con infinito cuidado por sus caderas y muslos. Las
manos de ella descansaron en sus hombros para sujetarse mientras sala de
su ropa. Permaneca ahora desnuda ante l, como la haba imaginado tantas
veces las pasadas noches. l se inclin hacia delante y presion un suave
beso contra la suave turgencia de su estmago, incapaz de resistir el deseo
de mordisquear su tierna carne con sus dedos. Ella contuvo la respiracin, y
l pudo or su corazn martilleando en su pecho. Aspirando su fragancia
profundamente, elev una de sus piernas sobre sus hombros, con cuidado
para mantenerla equilibrada cuando vacil. Las manos de Brianna se
dispersaron por su pelo y sus ojos descendieron para encontrar los de l.
Saba lo que l quera hacer, pero ningn hombre se haba ofrecido a hacer
por ella una cosa as. Los ojos de l estaban tan verdes cuando se hundieron
en los suyos que la hicieron temblar en sus brazos.
Quiero saborearte. dijo con su oscura y sexy voz.
Juguete sobre ella como el roce del terciopelo negro. Interpretando sus
gemidos y suspiros como un s, l la abri con sus dedos y la lami. Su
lengua deambul desde su abertura hasta su cltoris donde se demor para
presionarlo y darle golpecitos. La lami repetidas veces, haciendo una pausa
nicamente para succionar la carne de sus labios y su cltoris. Se demor en
su cltoris con calientes besos y lametones, sus labios, sus dientes, y su
lengua la estaban volviendo loca. Ella gimi y se contorsion, pero las manos
de l eran firmes y la mantuvieron contra su hambrienta boca. Hmedos
sonidos llenaron la habitacin, avivando el deseo de ambos, apresurndolos
a l. Ivan gimi contra ella, y las vibraciones jugaron a lo largo de ella como
un terremoto. Sus paredes vaginales se apretaron, y l pareci sentirlas.
Lanz pecaminosamente su larga lengua profundamente en su hmeda
abertura y la empuj en ella como si fuese su pene. Dentro y fuera su lengua
la penetr, y sus dedos se unieron al juego sobre su hinchado y palpitante
cltoris. Ella gimi mientras la sangre se apresuraba por su vagina,
hinchndola an ms y llevndola muy cerca del orgasmo.
OH, Dios jade.
Rompi sobre ella con la fuerza de una explosin. Ella se sonroj de las
mejillas hasta el pubis, su cuerpo ardiendo a punto de ebullicin. Se le
doblaron las rodillas, y habra cado si no fuera por su enorme fuerza que la
sujetaba. Alz la voz en un alto y entusiasta gemido. Los temblores la
sacudieron por lo que le pareci una eternidad, oscurecindosele la visin
con su fuerza.
Ivan sinti los temblores de su orgasmo encerrando su lengua como un
apretado puo. Supo que mientras viviese nunca olvidara su sabor. Su
tacto y su olor, su mujer.
Cuando su orgasmo disminuy en pequeos y profundos temblores, baj
su pierna y se levant. Permaneci quieto por un largo momento, sin decir
nada, slo mirndola a los ojos sin parpadear. Aquello la desestabiliz antes
de ver sus hombros temblar con el esfuerzo de abstenerse de saltar sobre
ella. Una fuerte emocin de anticipacin silb a travs de ella.
Sus ojos ardieron en los de ella, y sus manos la tiraron con fuerza contra
su duro cuerpo.
Saborate en mi lengua. gru y la bes. Fue un beso ardiente, de
posesin y obsesin.
Sin saber cmo lleg all, se encontr repentinamente bajo l en la cama
mientras la besaba. Su boca y sus manos estaban en todas partes, era como
hacer el amor con un huracn. Las manos de ella le recorrieron libre y
desesperadamente, jugueteando sobre sus tensos msculos, demorndose
cuando grua o suspiraba por una caricia en particular. l empuj para
abrir sus piernas, manteniendo sus tobillos en sus grandes manos. Brianna
vio su miembro, listo y esperando por ella. Por un instante sinti una fuerte
sensacin de excitacin y sorpresa al ver su longitud y anchura. Sera un
encaje forzado. Observ como situaba la gran y redonda cabeza contra su
carne mojada y jade cuando comenz a hundirse en ella. La estir y la hizo
arder, su carne tan caliente, como si estuviese resbalando un hierro de
marcar dentro de ella. La llen ms completamente de lo que nunca lo
haban hecho. Cuando estuvo a medias enfundado en ella par, y ella gimi.
l tena la mandbula apretada, sus ojos eran ms intensos que nunca
antes.
Ahora eres ma jur.
No te detengas implor ella, sin vergenza.
Dilo exigi l Di que eres ma.
l lo deseaba tan fervientemente que supo que tomara sus palabras como
una promesa. Pensando en los pasados das con l, supo que estaba
comenzando a quererlo de verdad. Pero poda prometerse a l? Saba que si
deca las palabras no habra vuelta atrs para ninguno. Jams.
Dilo gru otra vez, retirndose de ella lentamente, hacindola sentir
privada y vaca.
Soy...soy tuya su voz tembl.
Dilo otra vez.
Soy tuya. Soy tuya! prometi, sintiendo como si su alma se
enhebrara de alguna forma a la suya.
Ma suspir l, obsequindola con un dulce beso antes de empujar
por completo dentro de ella.
Ambos gimieron ante la exquisita sensacin. Incapaces de esperar ms,
comenzaron a mecerse el uno contra el otro. Brianna coloc sus piernas
alrededor de sus caderas, enganchando sus tobillos al final de su espalda. l
empuj dentro y fuera de ella, de alguna forma alcanzando ms profundo y
ms profundo en su interior con cada golpe.
Pronto ambos estuvieron sudorosos por sus esfuerzos, el embriagador
perfume a sexo y lujuria flotaba en el aire. Atraparon los gritos del otro con
sus bocas, gimiendo y jadeando, temblando y retorcindose en la cama. Ivan
gru y clav agudamente los dientes en su hombro, sus dientes sujetndola
bajo l a medida que empujaba an ms ferozmente en ella. Brianna se
qued sin aliento por el dolor, pero su pasin subi hasta un tono febril.
Llegaron juntos, el cuerpo de Brianna corcoveando bajo l, gritando en su
salvaje xtasis. El cuerpo de Ivan sali del tenso interior del de ella mientras
echaba hacia atrs su cabeza en un tronador rugido. El cuerpo de ella le
exprimi su semilla, su vagina apretando su pene como si de una boca vida
se tratara.
Ivan se derrumb sobre ella, su peso aplastndola en la cama. Le dio la
bienvenida, aferrndole a ella mientras su corazn desaceleraba. Su resuello
reson a travs del cuarto, lentamente fue calmndose hasta que Brianna
flot suavemente hacia el sueo.
Antes de que el sueo la tomara completamente oy un aullido en la
noche y a Ivan murmurando las palabras La luna est creciendo.

Capitulo 3

Luna Creciente
Una semana ms tarde

Una voz reson en su odo Te deseo otra vez. Ahora
Brianna se despert de su agotado sueo mientras la gruesa verga de Ivan
la empujaba desde atrs
Lo hicimos cuatro veces anoche, Ivan. Estoy cansada protest, aun
cuando al mismo tiempo su cuerpo despertaba a la pasin que el apetito de
l provocaba dentro de ella.
Los dientes de l mordieron tiernamente la blanda carne entre su cuello y
el hombro. Pareca disfrutar mordindola, y a ella ciertamente le gustaba
tambin. Ella se humedeci an ms, y luego termin por mojarse, mientras
l le levantaba una pierna y la pona por sobre sus caderas. Esto la abri
completamente para l, y la cabeza de su verga resbal en ella.
Puedes descansar ms tarde. Te necesito ahora. Sus palabras fueron
rudas como si luchase por controlarse. Saba que ella probablemente estaba
demasiado delicada luego de haber hecho tantas veces el amor la noche
anterior, pero su control se le iba escapando cada vez ms, y no podra
contenerse a s mismo por ms tiempo.
La semana anterior haban pasado los das y noches el uno en los brazos
del otro. Haban explorado sus deseos ms profundos y ms oscuros y se
haban alimentado el uno al otro como dos glotones. En cualquier momento
en que ella se le acercaba, su verga se pona dura como el mrmol y su
corazn corra a mil por hora. l saba que era lo mismo para ella, que
estaba tan hambrienta como l. Sus oscuros ojos llameaban y se calentaban
en cualquier momento en que estaba junto a ella.
Cuando no hacan el amor pasaban su tiempo hablando y aprendiendo el
uno acerca del otro. Mientras ms aprenda Ivan acerca de Brianna, ms
creca su amor por ella. Amor, era una descripcin demasiado plida para la
emocin que senta por ella. Ella se preocupaba por las mismas cosas que l,
le gustaba la misma msica y compartan muchas de las mismas aficiones.
Era inteligente, amable, y apasionada. Era su compaera, la mujer de sus
sueos. Su pareja en todos los aspectos.
Algunas veces encontraba difcil compartir con ella todos los secretos que
haba guardado durante toda su vida. Pero lentamente se los haba ido
revelando, preparndola para el conocimiento de lo que saba que deba
conocer (ms que conocer, deba aceptar) para que pudieran estar realmente
emparejados. No quedaba mucho ms tiempo para introducirla en el
conocimiento o en la aceptacin, pero iba tantendola con cada nueva
revelacin compartida entre ellos.
No era como otros hombres. Esperaba que ella lo pudiese aceptar, y
pudiese ser capaz de amarle por ello y no a pesar de ello.
Al sentir su hmedo calor rodeando la cabeza de su verga, empuj en ella,
detenindose en la entrada de su vagina. Trat de calmar su respiracin,
para enfriar su ardor, pero fue intil. Ella era una tentacin demasiado
grande, y l pronto se encontr empujando dentro y fuera de ella, con firmes
embistes.
Te estoy lastimando, pequea? Le pregunt con su spero acento
ruso. l dio un suspiro de alivio cuando ella le asegur que no lo haca.
Gimi bajo l, y l no pudo detener un gruido de satisfaccin. Ivan se
chup el pulgar y el dedo ndice, usando la humedad en su pezn, que se
puso tan duro como un diamante bajo su atencin.
Empuj en su interior, sintiendo como su humedad los empapaba a
ambos. Sabiendo que estaba prximo a su orgasmo, su mano se movi
contra el pezn de Brianna. Movi su mano ms abajo, y encontr su
empapado cltoris, y comenz a masajearlo de la forma en que saba que a
ella ms le gustaba. Sinti los pequeos y dbiles temblores del clmax de
ella y permiti que su control de hierro se hiciera trizas.
Brianna senta su cuerpo inflamado de pasin y necesidad. No importaba
cun a menudo o cun a fondo se amaran, todo se senta totalmente
novedoso y excitante cada vez. Gimi mientras su mano deambulaba sobre
ella con un toque genial. La tocaba como si ella fuese un instrumento,
sabiendo exactamente cuando presionar y cuando retirarse para hacer que
sus nervios cantasen de placer.
Su verga la llen y la hizo estirarse. En los ltimos das, se haba sentido
vaca y privada si l no estaba en su interior. Su cuerpo se senta separado,
como funcionando con piloto automtico, nicamente feliz cuando estaban
el uno en los brazos del otro. Ella no le podra haber negado ninguna cosa.
Era tan atemorizante como mgico.
Mientras sus dedos apretaban y masajeaban su cltoris, se corri,
apretando como con abrazaderas su verga mientras l bombeaba su semilla
en su interior. Ivan grit, un sonido roto, desigual, que la conmocion aun
mientras ella gritaba al unsono.
Despus de algunos momentos sus respiraciones se haban calmado.
Durmete, Bri. Har algo para que desayunemos dijo dndole un beso en
la oreja. Ella lo sinti levantarse de la cama y una idea la golpe.
No ser otra vez carne de venado, verdad? No creo que mi estmago
pueda soportar ms carne de venado, no importa cmo la prepares dijo
con una sonrisa, recordando todos los platos diferentes que l haba
preparado con carne de venado como el ingrediente principal.
l le sonri. Qu me dices acerca de liebre salvaje, entonces?
Por qu todo debe ser carne? Por qu no huevos o cereal? Demonios,
comera harina de avena y yo detesto la harina de avena se ri.
Los huevos no nos mantendrn por mucho tiempo, y no puedo tener
pollos en la casa. Hay lobos, en caso de que no te hayas dado cuenta. Su
amplia sonrisa fue positivamente fiera. Adems, ste es el mejor tiempo
del mes para cazar, justo antes de la luna llena.
Uh. Supongo que te has dado cuenta de que hablas como una mujer
con Sndrome Premenstrual, mencionando las fases de la luna y tonteras a
cada rato se ri, pero l permaneci extraamente quieto y silencioso. Ella
lo ignor, no gustndole la desagradable sospecha de que si intentaba
explorar la cuestin con mayor profundidad sera como abrir la mtica caja
de Pandora. Por qu no me das una sorpresa, entonces? le pregunt
con una gran sonrisa.
Creo que puedo ingenirmelas con eso le dijo con una sonrisa tan
amplia como la de ella, y se visti con una bata gruesa que l dejaba para la
cocina. Con una risa y un chillido propio de una chiquilla ella se escondi
bajo los cobertores.
* * * * *
La luna est creciendo murmur l. Si ella no hubiese estado
arrebujada en el nido formado por los brazos de l, junto a la ventana,
entonces no lo habra odo.
Sabes, debes ser astrnomo de corazn brome ella. Ya has dicho
eso antes.
l simplemente gru, su pecho vibrando bajo la oreja de ella, y Brianna
se acurruc ms apretada en su abrazo. Haba recuperado la carne que
haba perdido, sus msculos firmes y abultados bajo ella, hacindola
sentirse segura y amada.
Es tan brillante dijo l con voz montona. La abrazaba fuertemente y
ella casi poda sentir la energa contenida emanando de l en ondas.
Ser luna llena en un par de das ella estuvo de acuerdo, preocupada
por razones que no quera sondear.
Una luna llena l se demor sobre la segunda palabra de modo que
al fin son como " luuuuna"
Un solitario aullido rompi la quietud de la noche. Ella se estremeci.
La mano de Ivan le hizo levantar la barbilla, dejndola con el rostro vuelto
hacia la luz de luna. l se haba quedado tan quieto, de esa extraa forma
suya, ojos esmeraldas fundindose con los de ella. Poda ver sus pupilas
amplindose y cerrndose una y otra vez, repetidas veces, como una lente de
telescopio. Sus ojos estaban encendidos con un extrao fuego interior.
l respir profundamente, como si estuviese impregnando sus pulmones
profundamente con el perfume de la esencia de ella. Las ventanas de su
nariz aleteando, sus ojos destellando, pareca ms animal que hombre.
Aquello la enerv, pero pese a ello su corazn comenz a agitarse con energa
debido a la excitacin. Ivan era el hombre ms peligroso y atractivo que
alguna vez haba conocido, y ella lo amaba. l la conmocionaba, la haca
sentir cosas maravillosas. No poda imaginar cmo haba podido vivir alguna
vez sin l en su vida.
Lo deseaba. Repetidamente, desesperadamente, tena que tenerlo.
Recostndose contra l, Brianna presion sus labios contra los suyos, y lo
oy emitir un sonido que mas pareci un quejido antes de apretarla contra
l. Se volvi salvaje, desgarrando sus ropas y gruendo con la misma
hambre desesperada que ella senta. Con asombrosa fuerza los levant a
ambos de la silla en la cual haban estado abrazados para ponerla junto a la
ventana.
La hizo girar de espaldas a l, ponindose detrs de ella y quitando
rpidamente el resto de su ropa. Ella se qued de pie all, bajo la luz de la
luna, sintiendo una lujuria bestial que la envolva. Ivan mordi su cuello, y
ella gimi. Con manos speras la jal hacia atrs, contra l, y ella sinti su
carne desnuda presionando apretadamente contra ella.
La piel de Ivan se calent, ardiendo detrs de ella como un fuego rugiente.
La inclin hacia delante y empuj completamente dentro de ella, sus pelotas
chocando contra ella mientras se deslizaba en su interior.
Se suave le urgi mientras se senta a s misma totalmente henchida
con la longitud de l. l estaba tan grande aquella noche, ms grande de lo
que nunca antes le haba visto.
No puedo dijo l speramente. Su voz era gutural y ruda. No
ahora. Dime si te estoy lastimando, Bri. Gimiendo, se empuj an ms
fuerte contra ella.
Ella se qued sin aliento. No dolorida, como haba esperado, pero s
envuelta en un xtasis abrumador. Su sexo estaba absolutamente repleto
con la verga de l, y el ngulo en el cual la penetraba lo pona en contacto
con todos los lugares secretos, placenteros y maravillosos en su interior.
El placer y el dolor la mareaban, sus manos, su boca y sus dientes
estaban en todos los lugares que podan alcanzar, su verga tan
profundamente en su interior que ella sinti de pronto como si se hubiera
dividido en dos. Un gemido agudo y animal son repetidas veces, y Brianna
se percat que el sonido sala de sus propios labios.
Ooooh, Ooooooh, Dios, S No te detengas! grit una y otra vez.
Quin te posee, en corazn y alma? A quin perteneces? demand
l.
A ti, te pertenezco. Slo a ti! jur ella, en medio de gritos
desmadejados.
Sus cuerpos chocaban audiblemente, el sudor cubrindolos con un fino
brillo. Crrete para m orden l. Ven, crrete para m. Ahora.
Ella lo hizo. Inmediatamente luego de or sus palabras, su vagina se
apret con la fuerza de un puo alrededor de l y l empuj an ms
furiosamente. Ella empez a gemir, casi gritando mientras su cuerpo
pulsaba y se estremeca. El orgasmo fue explosivo, intenso y absorbente.
Cuando ella se hubo calmado se percat de que Ivan estaba lejos de ella.
l cay de rodillas delante de ella y enterr su boca en ella. Lami y chup y
le hizo el amor con su lengua hasta que ella se corri otra vez.
Las piernas temblando, totalmente agotada y sin capacidad de
discernimiento despus de la violencia de sus orgasmos, todo lo que Brianna
poda hacer era gemir y apretarse contra l mientras Ivan yaca en el suelo.
l la levant y la mont encima de l. Su grueso eje la llen por completo,
alcanzando su tero.
Mntame gru
Con sus manos rodendola con fuerza, ella le rode, movindose encima
de l ansiosamente. Increblemente l se puso an ms duro mientras ella
ondulaba sobre l. l volvi su cara hacia la luna, sus ojos destellando hacia
los de ella iluminados con un brillo plateado. Sus dientes relucieron,
vindose de pronto afilados y extraos junto a sus sensuales labios. l gimi
y gimi bajo ella, sus caderas presionando contra las de ella, sus manos
firmemente asentadas en la carne de las caderas de Brianna.
Repentinamente l se puso tenso bajo ella, su cabeza cay hacia atrs. El
orgasmo de Brianna tembl a travs de ella justo un segundo antes de que
su esperma inundara su matriz. Ivan se movi agitadamente bajo ella y aull
un largo lamento hacia la noche iluminada por la luna.
Brianna se desplom sobre l, perdiendo terreno sin su soporte, y lo oy
jurar en su odo Nunca me dejars. Ni ahora, ni nunca.

Captulo 4

Luna Llena

Ivan estaba actuando de forma extraa. An ms de lo que era habitual
en l. Su pelo estaba desordenado y despeinado, sus ojos agudos y
concentrados. Brianna slo le haba conocido durante un mes, pero en ese
tiempo haba aprendido lo suficiente sobre l como para estar preocupada
por su actual comportamiento. Poda ver que tena algn tipo de
desasosiego, pero cuando le pregunt qu estaba mal l slo le haba ladrado
y ella termin por retirarse al aire libre.
La dej durante varias horas, y al volver pareca salvaje y peligroso.
Inmediatamente tom su cuerpo como una bestia, enterrndose
despiadadamente fuera y dentro de su sexo por muchas horas.
La atraccin entre ellos era muy fuerte, pero, debido a su extrao
comportamiento durante los das anteriores ella comenzaba a sentirse,
bueno nerviosa
El sexo con l era salvaje e indomable. Haba tenido tantos orgasmos que
ya haba perdido la cuenta, e Ivan nunca pareca cansarse de provocrselos.
La haba follado en cada orificio, su sexo, su boca, incluso su trasero, un
lugar en el cual ella nunca haba sido tocada pero l an quera ms y ms
de ella.
En los pasados dos das raramente haban hablado. Haban estado
demasiado ocupados follando hasta volverse locos. Brianna lo amaba y tena
la certeza de que l empezaba a amarla tambin. Por eso, se preocupaba por
el tormento interno que pareca sufrir.
Pero cuando trat de sacarlo de su caparazn, la haba dejado fuera
completamente. Quiz era simplemente un capricho pasajero, pero pareca
tan distante con ella, a menos que estuvieran haciendo el amor. Cerrado y
retrado.
La luna est llena esta noche dijo Ivan, irrumpiendo en sus
pensamientos. Se puso de pie en el portal aparentemente preparndose para
uno de sus paseos.
De verdad? Trat de sonar interesada. l hablaba demasiado acerca
de la luna.
Tenemos que hablar. Su voz era seria y firme. El corazn de Brianna
se hundi, mientras senta miedo de que ya se hubiese cansado de ella y
estuviese tratando de encontrar una forma para cortar la relacin. Intent
no permitir que su tristeza saliese a la luz.
De acuerdo dijo ella, asombrada de que su voz sonara as de neutral
y estable.
Hay cosas acerca de m que debes saber. Acerca de m y de mi familia
y la gente del pueblo. Cosas que no entenders pero necesito que hagas un
intento.
Me ests asustando murmur ella.
Lo siento. Deseara poder darte ms tiempo, pero la luna vacil, y
por primera vez Brianna vio que estaba nervioso e inseguro de s mismo.
Oye, est bien. Me lo puedes decir ella intent darle nimos, tomando
las manos de l en las suyas.
l suspir. No soy como otros hombres, Brianna. Mi familia y los
habitantes del pueblo cercano no son personas normales. Somos muy
diferentes. l guard silencio por un momento. Ella casi poda or los
engranajes girando en su cabeza. Hablando sin rodeos, no somos
humanos.
QQu? Ella trat de rerse de su declaracin, pero no le sali nada
ms que una risa ahogada y desgastada. Su garganta estaba seca, la palabra
le sali ronca y desmayada an para sus propios odos. Su revelacin era
peor de lo que haba esperado.
Estaba loco
Qu quieres decir exactamente? Su voz se endureci al pronunciar
la ltima palabra.
No te alejes de m. Su voz la atrap mientras l intentaba alcanzarla
cuando ella se apart. No podra soportarlo si te apartas de m ahora. He
esperado que estuviramos cerca, lo bastante cercanos para esto. Te amo. Te
he amado desde el comienzo, y me matara si te apartases de m ahora.
Yo tambin te amo, Ivan. Muchsimo. Pero me asustas. Has estado tan
distante los das pasados, y cuando me diriges la palabra suenas como si
estuvieses enojado. Siento como si me apartaras de ti a la fuerza. Y ahora
esto! Todo esto simplemente no tiene ningn sentido!
Lo siento, pero no tengo palabras para decirte que esto tendr sentido.
Nunca se lo he dicho a nadie, nunca he tenido que hacerlo. Raramente
conozco humanos, los de mi clase tendemos a mantenernos aqu en el
bosque, siempre lo hemos hecho. No soy como t, soy distinto.
Hablas como un loco exhal ella. Y me ests asustando.
l dijo una palabrota en ruso, recorriendo con una mano su oscuro pelo.
No poseo conocimientos suficientes del ingls para decirte lo que soy. Pero
los de mi tipo, somos muy diferentes de los tuyos. Experimentamos fases,
con la luna como nuestro gua. Cada luna llena nos transformamos en en
lobos. No como lobos normales, pero algo muy cercano dijo por encima del
jadeo de ella, colocndole una mano en su boca para silenciarla hasta que l
acabase. Ella trat de apartarse, pero l la apret a l, ejerciendo un poco de
fuerza al hacerlo.
Con la luna menguante, despus del cambio, perdemos nuestros rasgos
lobunos, nuestros oscuros y encendidos ojos, nuestros colmillos se retraen y
nuestros cuerpos pierden masa muscular. Durante la luna nueva parecemos
casi humanos, aunque mantenemos una parte de nuestra fuerza y
velocidad. Durante la luna creciente el ciclo comienza nuevamente, y nos
aproximamos al cambio con los sentidos intensificados, la masa muscular
aumentada y los dientes ms afilados. Luego, con la luna llena cambiamos.
Nos transformamos en lobos, con cuatro patas, pelaje y colmillos. Cazamos
en la noche como nos demandan nuestros instintos, acorralando a la presa
ms dbil y comunicndonos con la naturaleza. Sus ojos esmeraldas
estaban brillantes, intensos, su mandbula apretada con fuerza. No somos
humanos.
Brianna hizo un intento otra vez de apartarse de l y esta vez l la dej.
Ella se estremeci, no con miedo de l como Ivan sospechaba, sino con
miedo por l. Por su cordura. Lo que le estaba diciendo era imposible.
No eres un hombre lobo. Tu familia y esos aldeanos no son hombres
lobos. Ests simplemente confundido, pero podemos obtener alguna ayuda.
Las lgrimas la ahogaban mientras su mente se llenaba de imgenes. l
necesitaba doctores, los mejores que el dinero pudiese comprar.
Afortunadamente ella tena el dinero suficiente para obtenerle el tratamiento
que necesitaba Prometo que te ayudar hasta que te mejores.
No lo entiendes, pero lo hars. La noche est sobre nosotros, y la luna
est elevndose. Entonces vers la verdad de mis palabras. Slo s que
lamento no poder ayudarte a pasar por esto. Te dara ms tiempo para
conocerme antes de que veas lo que soy, pero es imposible.
Si eres lo que dices que eres, entonces por qu me has elegido? Por
qu no has elegido a una de tu tipo para amar? Ella vacil. Lo amaba
tanto que estaba empezando, en alguna esquina oscura de su mente, a creer
un poco de lo que le deca.
No s, nunca antes he tenido noticias de un apareamiento entre
especies. No estoy seguro de si podemos tener descendencia, t y yo, aunque
quiero hacer el intento. Nosotros nos emparejamos de por vida dijo l
firmemente. Formamos una pareja de por vida, instintivamente sabiendo
cundo hemos encontrado la pareja correcta. T eres mi nica, mi mujer, y
mi compaera. Y me creas o no, te amar para siempre, aun si te apartas de
m debido al horror despus de esta noche. Siempre ser tuyo.
Nunca has formado una pareja antes de m? murmur ella.
Eres la nica mujer con quien alguna vez he yacido. La nica mujer
con quien alguna vez he querido yacer. Antes de ti slo estaba mi mano y
mis fantasas de una compaera sin cara: t. Nunca estar con otra. Slo
ests t jur.
La primera vez que te vi fue cundo entraste en el bosque continu.
Me cautivaste, tiraste de m y me atrajiste. Te segu, algunas veces como
un lobo debido a la luna llena, y algunas veces como un hombre, pero no
pude dejarte salir de mi vista. Me causaste obsesin. Cuando te vi caer por
ese barranco, casi me ca muerto de susto. No tienes idea de cun
agradecido estaba cuando me percat que estabas viva.
Los ojos de Brianna estaban muy abiertos. Cmo puede ser eso? No es
posible. Estoy asustada por ti, Ivan. Te amo, pero esto la voz de ella se
desvaneci como si cayese en la cuenta de la oscuridad que les rodeaba. Los
ojos de Ivan resplandecieron, como esmeraldas en las sombras
Me puedes mirar mientras cambio. Su voz fue ruda y gutural.
Saldr despus, a cazar con mi manada, pero estar de vuelta al amanecer.
Si consideras que no quieres verme otra vez, deja la puerta principal cerrada
con llave y puedes irte. Enviar alguien a buscarte y llevarte lejos de aqu. Te
dejar ir, pero te extraar. Su voz se interrumpi, la tristeza traspasando
cada palabra. Te amo murmur.
l sali de la casa, a la nieve. Brianna lo sigui impotente, llorando
abiertamente. Era tan ferviente, quera creer en l, cualquier cosa para saber
que su mente no haba perdido la cordura.
La luna que se elevaba lo ilumin mientras se quitaba la ropa. Brianna
protest, tratando de detenerle, pero fue interrumpida cuando un aullido
sali de sus labios. Brianna se qued sin aliento cuando vio a Ivan caer al
suelo contorsionndose. Se apresur a ir a su lado.
Aljate gru y gir su cabeza hacia la luna. Lo que ella vio casi
detuvo su corazn. Su cara estaba cambiando. Sus dientes se afilaron y
expandieron, y los huesos de su cara parecieron cambiar de lugar bajo la
piel. Vuelve a la casa, Bri. Podra lastimarte en la otra forma aull otra
vez, su cuerpo entero comenzando a trasformarse.
Brianna corri de regreso a la casa como le haba dicho, sabiendo que su
presencia no era necesaria. Observ desde la ventana como su amante
cambiaba de forma y se transformaba en un lobo. Mientras el cambio
progresaba, vio que era mucho ms grande que cualquier lobo ordinario, y
mucho ms salvajemente bello. Su pelaje era negro y grueso, brillante a la
luz de la luna. Era corpulento y pesadamente musculoso, con mandbulas
enrgicas y colmillos destellantes.
Nunca en sus sueos ms descabellados hubiese pensado que esto era
posible: un hombre que realmente cambiaba de forma. Al principio estaba
asustada, asustada de l y por l. Pero despus de ver su cuerpo
transformarse y cambiar, por unos pocos momentos le record a las
mariposas y la crislida, una transformacin mgica y totalmente apegada a
la tierra y a la naturaleza. La Madre Naturaleza tena muchas maravillas
secretas. Brianna crea que su hombre lobo era una de ellas.
Cuando el cambio estuvo completo, un poderoso lobo negro se puso de pie
ante la ventana. El lobo la mir directamente con el verde brillante de Ivan
en los ojos, pareciendo casi triste por un momento, antes de cambiar de
direccin y adentrarse corriendo en el bosque. Brianna alz la voz,
maravillndose en la cruda belleza del milagro que haba presenciado,
deseando poder ir con l.
Pas la noche escuchando el aullido distante de los lobos. Su mundo
haba cambiado para siempre. Estaba enamorada de un hombre lobo,
emparejada con l. Por siempre unida a l. Se imaginaba que la vida con
Ivan nunca sera aburrida, y se ri a travs de las lgrimas que corran por
sus mejillas. Aunque haba mucho ms que discutir entre ellos, Brianna
estaba ansiosa por dar la bienvenida a su amante cuando volviese.
Ella era suya, y l era de ella. En todos los aspectos para siempre
Cuando un Ivan desnudo volvi hacia el amanecer, la puerta estaba
abierta de par en par, y ella le esperaba en camisn en los escalones del
porche. l sonri, positivamente lobuno en su alivio y su triunfo. Se
apresur a ir a recogerla en sus brazos, llevndola directamente a la cama
donde se ech a descansar sobre ella.
Me aceptas entonces? No me tienes miedo? pregunt, y cuando sus
labios se movieron, Brianna pudo ver claramente sus afilados y alargados
dientes
No te tengo miedo. Tienes miedo t de m? brome Brianna.
l ignor su mofa. Entendera si lo tuvieses. No puedes haber conocido
a muchos como yo.
Quieres decir rusos? No s si alguna vez estuviese en un pas como
para poder conocerlos, pues sera justamente ste.
Trato de ser serio pero se ri de todas maneras.
No, no tengo miedo de ti, Ivan su voz sali en un susurro, y ella toc
la cara de l con sus manos. Quiero saber todo lo que hay saber acerca de
estar emparejada con un hombre lobo voy a necesitar toda la ayuda que
pueda obtener. Ella bes su nariz.
l sonri abiertamente, obviamente aliviado. Mi madre y mi hermana
estarn felices de guiarte. Estn ansiosas por conocerte, junto con el resto
de la manada. Estn curiosos acerca de la primera mujer humana en unirse
a nuestra familia.
Espero que no crean que no soy lo suficientemente buena para ti.
Nunca pensaran eso. Mis instintos te reconocieron como mi compaera
desde el principio. No pueden haber objeciones a lo correcta que es nuestra
unin. Mi corazn te pertenece, y es as como debe ser.
Ivan se movi contra ella, y Brianna repentinamente se dio cuenta de su
desnudez. Enred sus piernas alrededor de su espalda, hacindolo gemir.
Te extra anoche murmur ella.
Ivan dej escapar un pequeo aullido y levant su camisn con manos
speras. Har un intento para no ser rudo, pero es as de duro al poco
tiempo despus de un cambio.
Se rudo. No me importa. Sus palabras fueron veloces con su naciente
excitacin.
Or esas palabras pareci disolver el poco control que l haba mantenido.
Gru y sac a tirones la ropa del cuerpo de Brianna, hacindola quedarse
sin aliento. Su boca baj con estrpito hacia la de ella, hambrienta y
exigente. Ella sinti la raspadura de sus dientes y acept gustosa el beso.
Las manos de Ivan estaban por todas partes sobre ella, y su boca las
sigui rpidamente. Su pelo, ms largo despus del cambio, cosquilleaba
sobre su piel mientras le haca el amor. l hizo rodar sus cuerpos y se puso
de espaldas, de modo que ella montase a horcajadas sobre l. Su verga se
apret contra su hmedo corazn. l la meci de ac para all, causando
una friccin exquisita que los hizo jadear a ambos.
Ivan enterr su cara en sus pechos, apretndolos alrededor de su cara a
fin de poder lamer y amamantarse de ambos. Sus dientes raspaban y se
hundan en su blanda carne, detenindose justo antes de romperle la piel,
hacindola gemir con un acalorado anhelo. Apret firmemente su cabeza
contra ella, movindose sobre l, bandole con su hmedo calor.
Sacando un poco la cabeza de su miembro fuera de su agarre, ech hacia
atrs su cabeza y aull. Brianna oy al lobo en su grito, un sonido lejos del
que cualquier humano pudiera realizar, y la emocion. Vio sus ojos
resplandecer con su extrao fuego interior, y sinti como la elevaba,
situndola sobre su duro miembro. Mientras aumentaba sus esfuerzos sobre
l, envolvindole con su cuerpo, las uas de Ivan ahondaron en la carne de
sus caderas y repentinamente la obligaron a quedarse quieta.
Los ojos de l encontraron los de ella, su respiracin caliente lanzando
resoplidos sobre su cara. Se quedaron sentados all, respirando
ahogadamente durante varios latidos, antes de que Ivan la empujara hacia
arriba y tirndola hacia abajo al mismo tiempo se enfundara hasta las
pelotas profundamente el su interior. Algunos momentos pasaron, mientras
l permaneca quieto, incrustado en su interior.
Te necesito tanto murmur l con palabras entrecortadas.
Brianna se qued sin palabras, su amor por l llen su corazn tan
completamente como su miembro llenaba y estiraba su vagina. Ella gimi y
presion un beso sobre su boca, montndolo. Lentamente al principio, y
luego ms rpido. Ivan gimi y asumi el control de su baile, estrellndose
contra ella con una fuerza que la debera haber magullado pero que en
realidad slo la haca ponerse ms hambrienta.
La cama tembl con la fuerza de sus embistes, y pronto Ivan estaba
gruendo repetidas veces, aproximndose a su clmax. Brianna
deliberadamente apret sus msculos interiores alrededor de su eje,
extrayendo un grito de l. Sus manos le apretaron la carne, y hundi sus
dientes en el hombro de ella mientras se movan. Ese pequeo y placentero
dolor fue suficiente para acercarla de golpe hacia el borde de su clmax, y
mientras los pequeos temblores internos de su clmax comenzaban, Ivan
empuj dentro y fuera de ella lo bastante fuera como para que ella sintiera
que podra morir con la penetracin.
Se corrieron juntos, bandose el uno al otro con los lquidos de su
placer. Se mecieron con delicadeza el uno contra el otro hasta que sus
cuerpos se agotaron. Brianna se sinti llena con su verga y con su semilla, y
nunca se haba sentido mejor en sus brazos. De alguna manera supo que
estaba embarazada.
Despus de lo que les parecieron horas, aunque slo haban pasado
algunos minutos, Ivan levant la cabeza de su hombro y sonri.
Hagmoslo otra vez.
Ambos se rieron y procedieron a hacer justamente eso.

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