Ars Poetica de Horacio

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Si un pintor aadiera a una cabeza humana

pescuezo de caballo y con plumajes rtilos


la vistiera, mezclando miembros disparatados,
y tanto que la linda mujer termine en hrrido
pez; ante el esperpento reirais, amigos?
Creedme bien, Pisones, muy igual a ese cuadro
ser un libro que encierre como febril delirio
formas incoherentes sin unidad, ni centro.
A los pintores siempre tambin a los poetas
se les dio equilibrado poder de intentar todo2:
en verdad lo pedimos y a la vez lo otorgamos,
pero sin que cohabite lo feroz con lo plcido,
ni de aves nazcan vboras, ni de tigres corderos.
A veces a solemnes comienzos promisorios
se les aade a tientas un atuendo purpreo:
o el altar y floresta del santuario de Diana,
o un riachuelo que cruza por amenas campias,
o el ro Rhin, o acaso un arco iris; todo
bello, mas no en su sitio. Dominas el diseo
del ciprs y, qu importa, si al comprador del cuadro
debes pintar nadando sobre un leo de nufrago?3
Empez el artesano a modelar un nfora,
por qu, al girar la rueda, le sale una tinaja?4
Intentes lo que intentes, sea sencillo y uno.
Pisones, padre e hijos, la inmensa mayora
de poetas caemos en un bien falacioso:
lucho por ser conciso, me hago oscuro; mi mente
decae persiguiendo la sutileza; hinchado
me torno en lo sublime; y, si arredrado eludo
la tempestad, termino serpeando por la tierra.
El que prdigamente quiere variar lo nico,
pinta un delfn en bosques y un jabal en las aguas.
El inepto al fugarse cae en el vicio opuesto.
Cerca del gladiatorio de Emilio 6 un estatuario
perfila bien las uas, la cabellera al aire,
pero luego fracasa culminando el conjunto7.
No quiero asemejarme al tal en mis creaciones,
como tampoco quiero para m nariz chata
entre unos negros ojos y cabellera negra.
Emprended un asunto los que escribs conforme
con vuestras energas, sopesando qu tanto
vuestros hombros soportan y rechazan. Si el tema
es adems muy slido tenedlo por seguro
ni os faltar facundia, ni esplendoroso orden
Es fuerza y hermosura del orden o me engao
decir ya lo que debe decirse ya, dejando
lo dems para luego y omitindolo ahora 9.
Esto ama, esto desprecia quien aspira a poeta.
Hallars la belleza si eres sutil y cauto
al elegir palabras, sobre todo si logras
que expresin novedosa restalle del ensamble
de vocablos: si acaso se requiere que signos
actuales iluminen lo oculto, bien se puede
extremar la osada de modo que relumbren
lxicos que no oyeron los antiguos Cetegos10.
Aquestos neologismos poblarn el idioma,
si hbilmente se toman del manantial helnico.
Por qu quitar a Vario y a Virgilio 11 el derecho
que dio el romano a Plauto y a Cecilio? 12 Y ahora
por qu si yo introduzco pocas voces, me envidian,
cuando Catn 13 y Enio14 tambin enriquecieron
la patria lengua y nuevos nombres estructuraron?
Ha sido siempre lcito y siempre habr de serlo
el acuar palabras signadas por su poca.
Al llegar el otoo los bosques van cambiando
sus hojas una estirpe de palabras sucede
a otra estirpe las nuevas florecen y con rito
de juventud se imponen. Nosotros, nuestras obras,
vamos hacia la muerte. Se puede hacer bahas
regia empresa robando tierra al mar para
abrigo
de las flotas; se puede convertir una estril,
navegable marisma en campo labranto
que alimente ciudades vecinas; y se puede
enderezar un ro destructor de sembrados.
Hay hechos perecibles, mucho ms las palabras
con su slida honra y su sonora gracia.
Renacern vocablos que ya descaecieron
y morirn aquestos que hoy poseen prestigio,
si lo prescribe el uso, que es juez y ley y norma l5.
Homero ha demostrado cmo narrar hazaas
de reyes y caudillos, y dolorosas guerras.
Los dsticos, antao, refirieron lamentos
pero cantan ahora el martirio amoroso.
Discuten los gramticos y el pleito est en litigio
sobre el autor que un da cre este verso exiguo18,
Arquloco 19, en sus iras, se apoder del yambo.
Despus, los comediantes como los dramaturgos,
lo hallaron apropiado para el dilogo, firme
para acallar al pblico, leal para la escena.
La lira 20 es inspirada para cantar a dioses
y a hroes y al atleta vencedor y al caballo
victorioso y las penas de amor y el locuaz vino.
Si no puedo e ignoro seguir el ministerio
del verso, los matices y textura de un gnero,
soy acaso poeta? Por qu, pues, torpemente
prefiero la impudencia a aplicarme al estudio?
De veras la comedia repele versos trgicos.
Es tambin indignante narrar con un pedestre
verso la horripilante comilona de Tiestes 21.
del hexmetro para tal gnero. Era un verso fludo,
fcil, casi natural para
el relato de los aedos, algo como versos doblados de
6, 7 y 8 slabas con
que los juglares contaban las gestas. Todos ellos son
equiparables en cantidad
de slabas y en espontaneidad mtrica. No es raro
que fuesen instrumento
de bardos populares.
Cada asunto requiere su entonacin exacta.
A veces la comedia alza la voz y Cremes
iracundo litiga con perorata tmida.
En la tragedia Tlefo y Peleo descienden
al coloquio cuando, ambos, exilados y pobres
rechazan rimbombancias y acento sobresdrjulo,
a fin de que sus quejas conmuevan a la audiencia.
No le basta al poema ser hermoso, reclama
una interna dulzura y una interna energa
que haga rer si re, y haga llorar si llora.
Si deseas mi llanto debes llorar primero.
Entonces tus desgracias me laceran, Peleo
o Tlefo; si en cambio tu expresin no concuerda
con tu sentir, me duermo o me burlo. Reflejen
las palabras un rostro: las dolientes el lgubre,
las amenazadoras el airado, asimismo
lascivas el jocoso, y severas el serio.
Es que naturaleza, por s misma, nos plasma
con las idiosincrasias ms diversas25; nos lleva
al gozo o a la ira, nos abate o angustia;
y despus las palabras interpretan el nimo:
y si stas desentonan en el actor, al punto
ntegro el auditorio suelta la carcajada26.
Hay mucha diferencia si el que habla es dios o hroe,
si un anciano prudente, si un joven impetuoso,
si una eficaz matrona, si nodriza solcita,
si mercader undvago, si agricultor modesto,
si colquense o asirio, si tebano o argivo27.
Sigue las tradiciones, escritor, o si creas
caracteres, disalos iguales a s mismos28.
Si introduces a Aquiles, el famoso, que sea
diligente, iracundo, inexorable, acre,
que no acate mandatos, que se fe a sus armas.
Sea feroz e invicta Medea, Ino flbil,
prfido Ixin, errtil Io, sombro Orestes29.
Pero si te aventuras con un nuevo carcter,
dale una permanente identidad exacta.
Es siempre muy difcil individuar lo abstracto30.
Mucho menos arriesgas si acaso escenificas
un trozo de la Ilada que si, el primero, emprendes
la creacin de lo ignoto y de lo inexpresado31.
Temas universales sern tu patrimonio
si no rondas el mismo crculo trajinado,
si no te servilizas traduciendo palabra
por palabra, ni te entras por un desfiladero
del que nunca podras regresar, pues lo impiden
el pudor de tus fuerzas o las leyes del gnero.
No empieces como otrora aquel poeta cclico32:
"yo cantar el destino de Pramo y la magna
guerra". Cmo podra sostener tal jactancia?
Van a parir los montes, nace un ratn minsculo33.
Mucho ms acertado quien comienza sencillo:
"Dme, Musa, del hombre que tras la guerra en Troya
vio costumbres diversas e innmeras ciudades".
Homero se propone robarle luz al humo
y jams humo al rayo; por ello luego emergen
maravillas: Antpates, Caribdis con Escila
y el Cclope; y si trata del retorno de Dimedes
no se remonta al crimen de Meleagro, ni empieza
el conflicto de Troya relatando el origen 34.
Apura el desenlace, se concreta a la esencia
y olvida todo aquello conocido e insulso.
De tal modo entreteje realismo y fantasa
que entre todas las partes discurre un todo
armnico35.
Te inquieta lo que todos reclamamos. Pues yeme
y mirars entonces a los espectadores
esperar, sin moverse, hasta cuando el flautista
d la nota que indique la hora del aplauso.
Perfila, pues, los rasgos de cada edad, y el trazo
que transforma a las gentes a travs de los aos.
El nio apenas puede balbucir y dar pasos
seguros, se desvive por jugar con iguales
a l, se encoleriza y pronto se apacigua,
y sin ms y por horas cambia de sentimientos.
Cuando el adolescente lampio ya no tiene
vigilancia, se entrega a equitar, a los perros
o al atletismo36. Es cera dctil para los vicios,
renuente a los consejos, descuidado en lo til,
prdigo en el dinero, vido y orgulloso
y presto olvidadizo de afectos. El adulto,
al mudar aficiones busca las influencias
y amistades y honras, y se cuida de faltas
que luego debera rectificar con pena.
Rodean al anciano muchas inconveniencias:
busca algo, cuando lo halla lo rechaza o lo teme;
administra con fra timidez sus haberes,
dilata todo, tiene precarias esperanzas,
es inerte y ansioso de futuro; es difcil,
quejumbroso y exalta sus acciones de nio
pero a la vez castiga, censura a los menores.
Los aos, cuando llegan, traen muchas ventajas
pero cuando se alejan tambin arrastran otras.
No des, por tanto, lneas seniles a un muchacho,
ni viriles a un nio. Procura, pues, que siempre
haya un justo diseo de edad y circunstancias37.
O algo se escenifica o si no se le narra38.
Son menos excitables los odos que el ojo
fiel del que est en el teatro39. Sin embargo tan slo
pongas sobre la escena lo que se la merece,
y quita de la vista todo lo que bien puede
narrarse con facundia. Que Medea no mate
a sus hijos en pblico, ni el execrable Atreo
cocine humanos miembros, ni se vuelva ave Procne,
ni tampoco que Cadmo se haga dragn. Incrdulo
detesto el artificio si todo esto me muestras40.
La fbula contenga cinco actos41, ni uno menos
ni uno ms. Slo entonces la pedirn de nuevo.
Un dios nunca intervenga: slo que el desenlace
requiera juez divino42. No aparezca una cuarta
persona padeciendo por entrar en el dilogo43.
El coro forme parte de la accin, realizndose
personaje en un todo: no interrumpa los actos
sino con un propsito de veras coherente.
Favorezca a los buenos, como amigo aconseje,
calme a los iracundos y ame a los temerosos
de pecar; y celebre la sobriedad, las leyes,
la tutelar justicia, la paz; guarde el secreto,
suplique ante los dioses, ruegue por que la suerte
retorne donde el msero y abandone al soberbio44.
Antao era la flauta tenue, simple, sin tantos
orificios; ahora, rival de la trompeta,
tiene partes unidas con oricalco45. Otrora
acompaaba al coro dando el tono; se oa
en un teatro que estaba sin turbas apiadas,
al que asista un pueblo muy poco numeroso,
frugal, honesto, puro, piadoso. Pero pronto
las victorias ampliaron territorios, los muros
abrazaron ciudades ms grandes, y las gentes
solazaron las fiestas con vino an de da:
entonces se ensancharon modulacin y ritmo.
Antao era muy grato ver al rstico, libre
de sus labores, cerca del citadino, al torpe
junto al docto. La flauta aadi al arte antiguo
danza y lujo: el flautista camin el escenario
con su largo vestido. Tambin la lira, otrora
tan severa, se hizo decacorde; el idioma
se hizo ms abundante, ms audaz, ms inslito.
El coro dio consejos prcticos y predijo
el porvenir al modo del orculo dlfico46.
Quien compiti en el drama satrico con miras
a un vil macho cabro47, desnud prontamente
a los agrestes stiros 48 y aunque guardando
inclume
la gravedad, fue rudo cuando intent la chanza.
No posea fama; deba, por lo tanto,
con gratas novedades retener a la audiencia
despus del sacrificio y de las embriagantes
libaciones 49. Conviene presentar a los stiros
burlones y locuaces, y entremezclar lo serio
con lo chistoso, pero sin que un dios o algn hroe,
poco antes revestidos de oro regal y prpura,
bajen con palabrejas a sombras tabernas;
o al revs que, tratando de evitar lo plebeyo,
cojan nubes inanes. No sienta a la tragedia
el espetar sandeces, aunque, como matrona,
obligada a la danza en las fiestas rituales
podr ir, pudibunda, con los protervos stiros 50.
Si yo escribiera stiras, no usara palabras
escuetas y precisas; no me contentara
con proscribir el tono de la tragedia: a Davo
no dara, ni a Pitias, cuando logra en su audacia
que Simn le estornude un talento, el lenguaje
de Sileno, custodio, servidor y maestro
de Baco 51. Todava ms, me dedicara
a construir mis versos con jerga, de tal modo
que quien tambin se atreva, sude y sufra y se
frustre.
As son de honorables las palabras comunes52
y es as de importante su secuencia y ensamble.
Segn mi juicio, creo que no pueden los faunos
portarse como gentes de las encrucijadas
o del foro, asumiendo gentilezas de jvenes
o reventando dichos procaces, repulsivos.
Slo se ofenderan las gentes educadas53
y no se alcanzara ni prestigio, ni premios,
aunque aplauda la plebe de garbanzo y castaa.
Pie rpido es el yambo con su slaba larga
tras la breve; de donde viene el trmetro ymbico
con sus seis golpes 54. No hace mucho tiempo que
todos
los pies eran de yambos; despus, para que fuese
algo ms lento y grave, recibi al ponderado
espondeo 55. Lo hizo con paciencia y con gracia,
pero sin que cediera con placer el segundo
y cuarto puesto. El yambo es raro entre los nobles
trmetros de Accio. En Ennio la pesantez del verso
indica que, en su teatro, trabaj sin esmero,
con prisa, o que ignoraba lo que es peor el arte.
Un juez advenedizo no ve los inarmnicos
poemas y, por tanto, se ha dado a los poetas
romanos una venia que no se merecan:
ello, pues, me permite que escriba sin cuidado
y al azar? o que juzgue y han de ver mis pecados

que se me amparara, s, por benevolencia? 56
Bien, evit la culpa sin merecer elogios.
Mantened a los griegos da y noche entre manos57.
Con todo, los abuelos alabaron el ritmo
de Plauto58 y el gracejo, pero con excesiva
tolerancia y, no digo, tontera. Vosotros
y yo, muy bien sabemos distinguir un lenguaje
chabacano y gracioso, y tambin percibimos,
contando y al odo, la mtrica legtima.
Se dice que fue Tespis quien cre la tragedia.
Llevola en carromatos para que los actores,
maquillados con heces, cantando la pasearan 59.
Despus invent Esquilo la mscara60 y el manto,
introdujo tablados, ense un tono magno
y el uso del coturno 61. Vino despus la antigua
comedia no sin loa bastante pero pronto
degener hasta el vicio la libertad, debindose
decretar ley severa 62. Se decret y el coro,
suprimido el derecho de puyar, silencise.
Nuestros poetas todo lo intentaron y nada
al fin desmerecieron, al desertar de Grecia:
celebraron las gestas nacionales, lo mismo
las trgicas que cmicas; y no sera el Lacio
menos potente en letras que en armas y entereza,

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