Argumedo - Los Silencios y Las Voces en America Latina. Cap 4
Argumedo - Los Silencios y Las Voces en America Latina. Cap 4
Argumedo - Los Silencios y Las Voces en America Latina. Cap 4
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ALCIRA ARGUMEDO {f)e)"C!V/7) \
LOS SILENCIOS Y LAS VOCES
EN AMRICA LATINA:
Notas sobre el pensamiento nacional y popular
EDICIONES DEL PENSAMIENTO NACIONAL
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;\1.CIRA AllCil/MEDO
<los grrtn<les malrices liberales tienden a ignorar los coslos sociales y
nacionales que conlleva la implantncin de estos proyectos frente a
una nuev;i r.pocn mundial. Nos prcgunlamos, por conlrasle, si desde
esas matrices es posible pcnsnr el fuluro de Amric;1 Latina, agobiada
por un drenaje de capilalcs, con ms de 300 millones de
habitantes en condiciones de pobreza crtir:a y donde los consensos
nrnyoritarios 111;s permanentes, han tendido ; vertebrarse alrededor de
olrns ideas.
1
t
IV
LAS OTRAS IDEAS EN AMRICA LATINA
l. El. l'llNTO DE VISTA 1'01'\.IL/\R
La evolucin de la historia humana, signada por conflictos, gue-
rras y antagonismos, impide que los hechos puednn ser relatados con
objetividad. Ms all; de quines detenten el poder, del refinamiento
de las interpretaciones. de la <lescaliricaein <le vastas cultur;is, <le los
triunfos y derrotas, de los predominios ideolgicos o acadmicos, los
grandes hechos histricos han dado siempre lugnr ; distintas versio-
nes
1
El ca nctcr polmico de la filosofa y las ciencias socia les es
resultante de esas diversas perspectivas, que otorgan sustento a los
marcos tericos y a las propuestas polticlls; lo cual obliga a definir
el f11gnr epistemolgico desde el cua 1 se funda mentan.
En Amrica Latina, el punto de vista popular recupera los
rel<tlos de las alteridades excluidas por las corrientes eurocn-
lricas. Impone el reconocimiento del otro histricamente mc-
nosprecia<lo:, de los significados y tradiciones que alimentan la
"visin de los vencidos"\ "la otra cnra de In conquista'"'.
Considera que las concepciones de esos "brbuos ms fanticamente
hostiles a los extrnnjeros"
5
contienen potenciales tericos. emergentes
'fcimann, .Jos Pablo: Filosofa y Nocin, [Juene>s Aires, Lcgasa, t 984.
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L1tina. Biblioteca fundamental del hombre moderno. 1972.
'Marx, Carlos; Engcls, Federico: Lo ideologa a/emano, Mosct. Progreso, 1976.
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AI.Cllv\ A!lGllMEDO
de las experiencias vilalcs y de las expresiones culluralcs de un
sujeto social heterogneo, que encuenlra sus puntos de unidad en una
historia com11 de rcsistcncias y desgarramienlos, Je sueltos de dig-
nidad y aulonoma. Hislora inlegrada por innumerables idcnlidadcs y
saberes, que ha ido generando lineamcnlos comparlidos; una matriz
dt: pt:nsamicnlo n1yos rasgos esenciales asumen lo que Arturo
Ja u relc he ! lama ra u na posicin nacional, que es ta mbi.n la linoa me-
nea na:
La expresin "posicin nacional" admite baslanle latilud,
pero enlendemos por tal una lnea poltica que obliga a
wnsar y dirigir el destino del pas en vinculacin directa
con los intereses de las masas populares, la afirmacin de
nueslrn independencia poltica en el orden internacional v
la asp,iracin de una realizaci11 econmica sin sujecin ;1
intereses imperiales dominantes. Esta posicin no es una
doctrina sino el abec, d planleo elemenlal y mnimo que
requiere la realizacin de una nacio11alidad, es decir, la
afinnacin de su ser. No supone ni una doclrina econmica
o social de carcter universa lista, por nHS que no pueda ni
deba prescindir de una visin de conjunlo en el mundo, ni
lampoco una doctrina inslilucional, pues todas son contin-
gentes al momenlo histrico y sus condiciones
6
Jos indios,
. . ihlico se muestran respc uoso. . . ' "
s1 (.n 1 l 1 abh11do quechua los motq.111,
est il n slo entre e.o onos}
1
' : . Saben que los mistis
se burlan de ellos o Jos .. .. , i 111 tonl"/il folla
los perciben como seres infenorcs y s111n l. 1 .. ,
, 21
de co111prens1011 ...
. asi vos de mirada indcscil'rahlc, esos
Aparentemente resignados y P . . , l !da ya se.a en formas
1
, , ada vez a mostrar su re Je ' .
seres vo \eran (., . d' '<l 1 "camino a J-luarnz, un
. , mera venganza in 1v1 ua . ' , , d l
colc.c.t1vas o como . 1 l ' : d 1 ca)itn se venga arro1an o e
. .
1
1. , )jJortado e a t 1go e ' ' ' , ,
1nd10 que \aLlJa st
1
. i ndio qtie parecia so o
l
' d las alluras es e mismo
unas ga gas ues c. ' ' '". ., ,,,s H"li'ian desart iculado sus
) \l11lSerilCI On " ' .
dispuesto al llanto y a . e.01 , d erar su dignidad. Un pernia-
1
s a mb1nones e rccup . ' . 1 ,
[uc.rzas, pero no a. . , <. 11orquc. sentan que ( ctras
anaba a Jos oprc.sorc,, , . .
1
ncnte temor ' ,. . latente una guerra potencial. a re -
de Jos silencios s1cn1pre . , " -\1 11vor . la unin Y un
ll tue \e111an " " -
vuelta de aquellos misera i es . t . s se exHcsan de manera
'l l ' <l' a Pero las res1s cnc1a. . .
1
.
ncomprcns11 e 1 1om. . , muchas veces s111c1l as,
. s <le dcscspcrac1on Y .
atomizada, con rasgo. b t < antes <uc como allcrnat1vas
on<licioncs a erran c., '
como respuestas a e l I dcstrt11' dos aniquilados, que se res-
. Son 1t1e 1 os .. '
de real 1Ibcrnc1on. t . su condicin numana
. 'digos Jara mancner
guardan en antiguos co
frente a un poder arrasador.
. . 1, 111dnd y i1ro11a c 11 /ns Andes . ,,.,
- ("" ' A lhcrto: D11scn11dn un [nen.
'' i'lorcs "' muo. " ' . 9R6
Ilabana, Ca sa de las /\meneas, 1 . Madrid 1961. Citado por
Garca Calder011. Ve ntura: C11 i; 11tns pertlfll1t>s. , . "'
Flores Galin<lo, i\lbeno:
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P cit.
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Los Sn.ENc1os Y !.As Vocrs EN AMf; mcA LATINA
No obstante, a lo largo del siglo XVII, j unto a mltiples
insurgencias, fugas en masa o conspiraciones , se producen movimien-
tos de mayor envergadura, como las guerras calchaques entre 1630
y 1635 y entre 1660 y 1665, o la resislencia de Palmares desde 1630
a 1697. Con mayo res o menores niveles de radica iidad, disli ntos
eslallidos se suceden en el continenle. Hacia 1609 la huida de escla -
vos de las haciendas azuearerns en la regin de la selva de Orizaba
en Mxico, dara origen a una sociedad negra organizada mililarmcn-
te que designa a un rey llamado Yanga. Luego de resistir lcnazmc.ntc.
los embates de las fuerzas espaolas, Kcc.dern a dejar las armas con
la condicin de obtener su libertad y pc.rnrnnc.ccr en el lugar -<lon<le
fundaron el pueblo de San Lorenzo <le los Ne.gros- aunque no podrn
dar refugio a nuevos fugilivos . En 1615, los indios lepehuancs en
Nayaril se sublevan contra las tandas mineras de Zacalccas. En 1652.
los antiguos habilanles de Yucatiin cncahc.zados por el carique Diego
de. l3arrasa lograron neutralizar los primeros inlcnlos por someterlos,
matando incluso al gobernador. !lacia la 111is111a r poca, Lui s de
Yaguanaquc lidera el lcva11la111iento de los larahu111aras en Chihuahua
conlra los impuestos y exacciones que pretenden imponerles. Nueva s
revueltas se producen en Oaxaca al sur, 'ante la i111p11n<lad del alcal-
de mayor de Tehuanlcpec y, c.011 la mediacin del obispo, exigen
mejoras en las condiciones <le trabajo de los encomendados. Durante
1678 se levantan los indios laos, pcures y !checas en Sanla Fe .
Al1os m;s larde, lrncia 1689, otras insurrecciones de los talrnrs y una
vez miis de los tepchuancs de Nayarit y los tarahumaras de Chihuahua
conmueven al virrcynato de Nueva Espaa . Muchas veces, en estos
procesos pnrticipan sacerdotes ndgerws con una visin religiosa que
reivindica la salvacin cierna, pero lambin condiciones de vida le-
rrena 1 menos crnclcs para los somet idos
26
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la J d
1
se va on-
' e se
1
11te:nan cada vez que pretenden apresarlos. Durante trece aos,
l:is cxpcd1t:1oncs lanzadas contra los seguidores del nuevo caudillo
lucro1'. replicadas por_olras t'.1ntas contraoJ'ensivas; y si bien no logra-
ron dcrrolarlo, en 17:;:,6 se pierde su rastro en la selva. Ningn hom-
.ocnd_cntal podr en ella hasta el siglo siguiente y Ja
'clv<1 sera el cspauo 1111ag111aro de la utopa andina. el Jugar donde
pervive el remo dor;1do de los
. Haciendo extensivo a lodo el continente el seala111iento de Darcy
R1bc1rn con reJ'ercncia al Per, puede afirmarse que un elemento
dec1s1vo . racleriz a los movimientos rebeldes en Jos tres siglos de
dom111ac10n colonial:
., V
- <:Joya. Juan l.t1 e..rpoliac11 de A111rct1, Buenos Aires. La Bastilla, 1973.
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'"Flores Ga!inJo. Al heno: op. cit. ' .
- !(i h<:1ru, Dan: y: op. c11.
- !(ihe1ro. Darcy: El dilema de Amca L.
11
1
11111
: 1 I '
es ruc uras f t.! pot c.:r y llt.!r:::as
111.rnrge11tcs. Siglo XXI. J 97 J.
ALClllA ARGllMEDO
iucrns repres1v,1s en
1
, .. : 'r ero tambin eran inevitables porque expresa 1an .
ulS. .. . , 1 ('ble Sl!SCeplt-
I
HOlesla contra una situac1on socia 111.sopor. , . I
. . d'tl \luego 111surrecc1on.1
l
1le de ma nlener siempre c1Ken 1 o e . , .. ,
<l ,
1
cicJa gcncrac1on.
Esta situacin era la que pro ucia , e1 ' ' l .e de la
.
1
. ue aclua ndo en nom ir '
nuevos grupos dmgen es q ' , 1. " "1 de
itcman v1va "' conuenc1<
.
1
lcycndi renace11l1sla 111a1 ' , , d
v1q. . . . . . . b' clo Se genero as1 un esta o
la ele er '.111 .?. IJ . rebelin incipiente. que
cnd:111ico de mcu 1c.tud sou.1 y . . . . . ue
. . c.nl'rc.nta1111c.nlo v1ctonoso, pero q
110 llegaba p111as un .
1 1
. . de. cohesin
. . . 'ua mantener y lorlalccer os .11.os . . .
consc.g " ' ., de la conquista y consc.r-
tnica, perpetuar su prnp1.1 \-is1on d. 1 , . a las
var la esperanza de una revancha ' .1c.se rdi-
1 l
"c)11cs tltl ilti1la no la aulonon11a y la d1g111dad pe
po ) au ..
das .
10
.. siglo XVIII con
. . .. . se cierra al frna izar e _
Este. c1clo de rc.s1slenc.1.1s .. 1 1780-1781 y con la rcvolu-
. I Tunc A111art1 l en
el lcvanlam1cnto te ' . T . . .. t Louvcrture y Jcan Jacquc.s
l
. 1 r {3ouklllall Oll!SS<ln . C
cin negra lt era P ' . . .. dolllinio francs del a-
. . c. Hoclalllan en e.se
Dcssalines. en . a1l1 , qu . .. d. Lali111. Conle111-
1 . 1dc.1c.11cJ1enle e '
ribc. la pr1111c.rn repu) ic.1 11 1 \ ' t' a11os hasla sus
l
Fnnccsa os 1,1i
1
' ..
1
1orneos de la Rcvo UCIOn ' l ,; : . 1 t11\d1d libertad y rrat ern1-
. . \l(lSlll auos uc 1g ' ' '
lli111as consccuc.11c1a s os . .' . . , d los 500.000 esclavos
d
. l7<.J1 una 1nsurrc.cc1on e . _
1
.
1
dad En agosto e .
1
lant iciones e 111cenu1a a
. \ \ oloni a destruye. 1as 1 ' '
cuc trabap 1an en ,1 t . _, . . . 1esigiian gobernador a
. ,. Poco uc.spues. u ..
ciuc.lad de P11crlo Pnnl 1pc. l; , , . 1 h cschvitud algo que las
. . 1. rcla la abo 1c1on ue ' ' ,
1 1
.
Louvcr.turc y se. en '
1
. , r; . ncc.si no conlc.mpla 1an: ,1
.
1
. . le h Rl'VO uc1on 1r.1 '
ideas 1gua 1lanas < ' , .. . 1 l
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l, lnb1a clcl1111uo
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Asamhka Consl1luyen c. .' l., \ d' l'ercncias de. sangre entre
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libres y esclavos en
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111<s !arde, cuando c. s lns u 111 . l t . 1'unac.los a las presiones
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Los Y LAS Vocr:.s EN AMRICA LATINA
el Caribe . En 1802 Napolen manda al general Ledere con 86 barcos
y cerca de 30.000 holllbres para relolllar la isla y all sufrir la
primera grnn c.lerrola e.le su historia lllililar. Pero logran apresar a
Louverlurc y llevarlo a Pars, donde l\luere en la drcel dos a10s ms
tare.le. Jcan Jacques Dessalines toma su lugar y en 1803 vence a una
nucv;1 expedicin francesa. Nomhrac.lo gobernador vitalicio, el 1 de
enero de 1804 proclama la inc.lepcndencia de Saint Domingue cam-
biando su nombre por el e.le Hait. El asesinato de Dessaiines en 1806
desala graves conflictos. mientras el pas se divide en dos regiones
enfrentadas entre s: en el norte, el gobernador Christophe implanta
una dictadura poltica que ms larde se transforma en monarqua. En
d sur, Alcxanc.ler Petin eslablece una repblica democrtica: la
primera en el mundo de alcance integral, si se tiene en cuenta que
los Estados Un idos y Francia mantenan la esclavituc.I y el colonia-
lis1110. Pctin reparle las tierras entre los antiguos esclavos y durante
111s de una c.l.cac.la, hasla su 111uerle en 1818, gobernad por consenso
en un di111a e.le paz. c.le111ocracia integral y su lder, ejercern
decisiva inlluenci;i en las luchas y en las ideas e.le Simn Boivar
31
.
A su vez, estos 111ovimienlos expresan los complejos fenmenos
sociales y culluralcs que se fueron procesando en los tres siglos e.le
dominacin hispanoportugucsa. En el transcurso e.le ese perodo, las
soberbias civiliz;1lcHias. las ambiciones c. intereses, las experiencias
vitales lmite, las lrnc.liciones tni co-culturales, las nuevas condiciones
de produccin e inlerca mhio, las a lluencias poblaciona les y los
lras loca111ic.nlos socialc.s, van conslituyendo dos grandes patrones socio-
c11/111rales a travs e.le una amalgama de aportes e.le marcada diversi-
dad. En cada uno e.le. ellos ser posible delectar elementos bsicos de
definicin en lomo a valores conslilulivos, percepciones existenciales
y visiones c.lel 1111111c.lo, que se inn reproc.lucienc.lo y alimentando en
las sucesivas generaciones sin haber logrado, hasta el presente, una
sntesis capaz de revertir su histrico conllicto: por una pule, el
patrn socio-cultural de corle oligcrq11ico-seiiori11/; por otra , su con-
lrapart ida popular.
E'ilos dos sustratos tienen entre s 11111liples puntos de contacto,
intercambios, espacios grises y elc111enlos e.le yuxtaposicin. Existen
prstamos, readaptaciones y fc11111c.nos e.le ;1dopcin de elementos de
cada uno e.le ellos por parle e.le! olro. Dado que la historia es din-
mica, lanlo los patrones socioculturales e.le las clases c.lominantes como
los de los sectores subalternos se lransfor111an continuamente, creando
" Bosch. Juan: JJolmr y In R11errn social, Buenos Aires, Jorge lva rcz. 1966.
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en Todo es lr.11orw, 1987.
1.Sl
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ALCIRA ARGllMEDO
normas. comporlamienlos y smbolos que contluycn y se oponen, que
no se dan en lota! aisla111iento unos de otros. No obstante esta co111-
plcjidad de sus caractersticas y relaciones mutuas, son dos formas
f1111damentales de vertebracin social y cultural. Dos polos cuyos
perfiles respectivos se hacen 1ms visibles en sus manifestaciones
cxtrc111as. Y si bien existen otras expresiones sociocullurales inter111e-
<lias, con mayor o menor peso segn los pases, la fuerza de atrac-
cin que cada uno de ellos ha ejercido histricamente, dcl'ini los
principales ejes del antagonismo en Amrica Latina:
En el sentido mls amplio, se trata de la contraposicin de
dos diferentes visiones humanas por imbricadas que estn;
de dos cullu ras distintas, dado que la cultura es t;llnhi n una
concepcin del mundo y de la vida del hombre. la sociedad
y la naturaleza ... Los participantes de la cultura dominante
y popular hablan dos lenguajes distintos, por lo que no se
entienden: tienen dos cosmovisiones y sociovisioncs dil'e-
renles. No hay acuerdo entre ellos en virtud de los diferen-
tes componentes de sus lenguajes, signos y smbolos ... Por
ello podr{i notarse que la idea del todo social (la nacin, por
ejemplo) difiere entre los portadores de la cultura popular
y los de la cultura dominante, porque su herencia cultural
difiere en sus contenidos.
32
A grandes rasgos, con las facetas que adquiere en las distintas
regiones, el patrn oligrquico-seiiorial estar asentado en las nuevas
"aristocracias" formadas en Amrica por los descendientes de los
aventureros, ex-convictos, delincuentes, hijos segundones o campesi-
nos misrrimos que integraron el grueso de las corrientes conquista-
doras y colonizadoras hispano-lusitanas. A partir de las fortunas
anrnsadas en encomiendas, asientos de esclavos, explotaciones mine-
ras, plantaciones. obrajes o expediciones genocidas, las siguientes
generaciones irn adquiriendo un cierto refinamiento. Construyendo
alcurnias que diluyen los orgenes y les permiten asumirse como
razas elegidas, portadoras de la sangre, la civilizacin, la cullura y
la religin europeas.
falc patrn mantendr como una constante la conviccin de su
superioridad racial y cultural y un complementario desprecio haca
las poblaciones autctonas y de origen negro. En una alta proporcin,
el desprecio se extiende hasta sus propios hijos mestizados, a quienes
no obstante buscarn cooptar para consolidar su dominio. Fieles se-
guidores de los preceptos teolgicos que afirmaban que los negros no
3
' Durn, Lconcl: vp. c11.
Los S1LENc1os Y LAS Voc1os r:N l\Ml'HICA L'\TINA
tienen alma e nlerpretrndo ct 1 . d'
razn coi . . . : ' i? os in ros eran amentes, fallos de
humanos, el palrn se-
can las capas socdes o J go"'c. cEis siglos una conlundentc distancia
' J nm1u<1s. n este mirco h d . .
y el exterminio no Jodan co 'd .. ' ' es 1uma1uzann
1
. ' . ns1 er.irse como una afrenta 1 D' p
e contrano, muchas veces 1. ' . ' ' ' ios. or
1
se 1.iuan nccesanos pir
1
hon
ne y olras para alcanzar la civilizacin:.. . ' ' rar su nom-
FJ "
l":'d era componenle rndispensable en Ja menta-
1 a .. e e ualqu1er gamonal; existan razas, unas eran
a otras. de all que el colono de una hacienda
h1ern m1ra r a bajo al mis t l rata rlo con veneracin
::1 hla rl.c s1 estuviera siempre su plica ndo, mienlrns ci
f'imon,11 dcbia manlcner ci tono eslcnlcreo y de lllando en
;' l-folllbres de a pie y holllbrcs de a caballo holllbres
e esca zos y hombres con largas holas.11 ' ..
En. todo c.I perodo de la colonia. este .st1slr,1t<1
u
1
sociocnltural lendr{i
1 a cierta s1mililud enlre fas d'
derivada del Jcso de 1;1 . "' .zonas de Alllrica Latina,
titucicn y L . l11sp,1n,1 y porluguesa en su cous-
. uc.go e <i 111dcpcndcncia el t , r , .
conservar el espritu <lis. . . .
1
. ' pa ron o 1garqu1co
los modos de ex J , ", . c.nnl11n<1 Clf10, rea.da piando los fundamentos v
. ., j rC.SIOn . OS nuevos lll' ,, 'tf.. " "
quiebre el eje f'undanle d 1 d . . .mpos ,. I e.is, sin que se
, ' e esprec10 social y cult . 1
1
.
mayonas populares. Dcciks . 1 I . . llfd 1,1na las
I . . ... 1n e ,1s preswnes eco1H1111cas y culturn-
c.s exlernas, estos sectores buscar;n cc1 i 1 .
cxtr1n ' llH d i,idos <I las Jotenchs
' Jer.is ue turno p1r1 resgu d '
susten1111 J . 1 ' ' .ir ar su predominio. Sobre ellos se
' .is re ac1ones ncocolona les qu .
1
. .
cos, unen el orgullo de s. 1 .. , . . . . e' .i os intereses cconmi-
hrcs an para una misin de horn-
' '"
0
requiera una actitud scrviV'.
Por otn pule el , .
' ' jJlltro11 SOCIOCll//11raf flOJJll/ , f .
co1110 una elaboracin cofecliva que . . . .... ar se. ira or1ando
nes a partir del siglo XVI N , c.n las d1strntas regio-
prolongacicn de l1s . o sc.Jlr,1t,1 .. por supuesto, de una mera
. '. e 1rns preco omb 1 . . l ..
l'Xstcnc'llcs f .
1
las, y.i CJUC. as l'OllOICIOnes
' . lle.ron profundamente conmocio111cJ1s Debd 1
senca cspaliola y portug11e. - , d . ' : :. . i o a a pre-
les en ! . . . sa, pro llJeron modi11caciones sustancia-
, c.slructura social de eslos rncblos y . .
de
0
. .. ,. , . . surgieron nuevas forlllas
. rg,1n1z,1uon rnd11c1das jJOr el mder cc>i<>111',1I. Se
desarlirnl Ja
''Flore' Galin<lo. J\lhcrlo: op. cil.
J.i Frnnco. Clrlos; Cax/ro Po:.o: 1u1cu11 ' / . - . , ,
Centro Ue Estudios ; , , . nor c:.1111-tn,1011 y socialismo, Lima,
-C 1 1 . p1rn c.I Dc,arrollo y la Par11c.:1pac1n (CEDEP) N"7 198<l.
'.' Adolfo: op. el/.
- R1hc1rn. DMcy: op. el/.
\
,;
r:
1
::
,.
/\LClllA /\RGlJMEDO
' da religiosa y las tradiciones laborales, mientras las ;e'.1guas,
v1 . 1 [", r111", o'c. a. las vestimentas y las arles.an1as, conscr
alimentacin, a n ' ' d 1 s
, 't'd y si bien a pHllf e en once.
varan un perfil autctono 111 I 1 . de los grupos
se
1113
nt ienen ejes de c.ohes1on soCia Y r .. . '
1
. <l t'
no como individuos aislados- as
1
en !-
nativos en . tanto - ; t nsrormadas por fenmenos de
dades tnicas ong1narrns seran ra . is
mestizaje racial y cultural de envergadura . .
Junto a las culturas indianas, los africanos c?nst1tuyAeron
. f . ' pu lar amencana. pesar
fundamental en la con or111<1c1on po . , 1 s esch-
<l
1
ue se 1111ponrnn a o. '
condiciones infrahumanas e c.x1s encrn q. . , d'<los se c1kula en
1 1rome<lio de vida desde que eran ven 1 . . . ' .
vos -e 1 . . . lt 1 se [uc i1111oncndo en e1crtas
- su 1nfluenc1<1 cu ura . .
c111co anos-
1
. , . a y los rituales rel1g1osos,
, . lmcnle en la danza, ,1 111us1c, .
are.as, espeua . . . . d .. 1 ' dad 1cr111itidas por una dura
casi l;is nic;is cxprcs1oncs e crea iv1 '
c.xplotacin:
Aunque esta masa lrnllla1w perteneca a d.iversas
colllO la yoruba, fanti, aslrnnti, mand1.11g_a, ha .n?
\.
1 t
tenalahasecomndeu1u1n1m1smov1talista
ienguea,ec., , ' . ts
y una serie de costumbres en muchos aspectos semepn e ..
Al lle ar a Am.rica, sr. produjo entre ellas u1rn. fuerte
inevitable ante el contacto o la !orzada
. " 1 las 'lenwirr1 y la necesidad de defenderse
conv1ve11t lil CI '' ' ' , l ' , . 1 s
del blanco. Tal inlerculturacin se tam 11Cll ,1
. <l' e11as como lo vemos en la mitolog1<1 del llanrn o
11\ 1g - ult\lras
candomiJl caboclo en el nor<lesle brns1 eno ... u1s l '.
f
. . s '11e<len existir como rc.st-cllltUras (elementos
n ncana. , <l 11 les
inconscienles que llotan en otrns rcnhda es urn .
. . , idolas con las modiricacones gra11rnl1calcs por
ennquectet " ' . .. . ) colllo ne.o-
h nllucncin negra. p<1labras, mod1s111os, ,.tt.' . .
;u !tu ras (el ca ndombl c;i bocio de la u1 poc.1 ra,
, )
1110
lormas relat1va111entc
el bnmbuco, la santc.rta , etc. y co, , . . , ( l -
P
urns como ciertos cando111bles geges-nngo yoru ),'.
. ) kct <le Baha, donde el lenguaje
dahomcyano o ewc Y . 36
ceremonial africano se mantiene pese a Jos siglos.
encima de la heterogeneidad de es los. _la
Por - edu ' o a una co11d1non co1m1n de explo
cin espanola Y portuguesa . J. '. <l ' y .
1
los esclavos negros,
d
. gr11'0S r.tn1cos in ianos '
lados a los 1vc.rsos '
.l Dur 11, 1.,concl: op. cit. .
-Slavenhagen, Adolfo: op. cll . .
- Galindo, /\Iberio: np. ca.
/\Jolfo: op. cir.
'.J
'-
o
(j)
o ..
. CU
-1
Los SILENCIOS y LAS Vocr-s EN /\Ml'IU('/\ LATINA
pcr111iticndo el surgimiento ele algunos factores ele cohesin social;
pero, al mismo tiempo, se busc incentivar las rivalid;ides para evitar
[; arliculacin de las rebeldas . Se fueron dando as situaciones con-
lrndictorias, donde el desprecio, l;i dcsconf'ianz;i y la agresividad en
el inlcrior de [;is dases populares contrastaron muchas veces con s11
participacin conjunla en diferentes levanlamicntos de protes!a
37
1
1i1is111o y 1wci11 en f(I 1\rgc11ri11a , Bucnn:o 1rcs. 1111 nsm,
-Romcrn . .lose Luis: op. cit.
- !liil[!ll . l]tgo: Ofl . c:it.
Rosa , Jnsc M:ira: np. cir.
- ll;ilpcrin Dnnghi. Tulio: np. clf. .
11
, 1 . . . l) lll"hi Tul in: rr C.l'/l<!J<l de lrr liis1ori11: 11ro/Jlcmas argi.:111111osy pcrspi!Cf /I'(/,\
- o pcrin < ,,. ' 7
/ntinoamc:ric""-" ll11clHlS Sudilmcr1c;i11;i , l 9!l
- Tcr:in. op. c11.
1 r.:.r-.
1
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1
Los SILENCIOS y LAS EN /\M!'.RIC/\ lJ\llN/\
gama de la cuadrcula positivista destinada a diagramar un
modelo de pas donde las inslituciones trazar;n el lmite en
cuyo interior se asimilaran los sectores inlegrnbles a ia
modernidncl, en tanto que la variable coerciliva operara
tambin institucionaliz;idamenle expulsando de l las frac-
ciones pre o extracnpilalisins renuentes a incorporarse a la
eslruclura nacional. .. L1 mirada de los epgonos nntivos de
Spencer quedar no pocas veces por los factores
raciales que presuntamente explicaran el retraso o las
frustrnciones modcrnizantes especialmente en aquellos
pases que-como Mxico, Bolivia o Per-conservaban
un denso y suprstite fondo inclgena.
57
Co111ple111cnla ria mente, las rebeldas popu l;ircs iban a ser i nlerprc-
tadas romo manifestaciones regrt.sivas de oposicin al progreso, como
f'uerzas i rracio1w lcs inca paces de comprender los nuevos ca mi nos
emprendidos por los centros civilizados, como afirmacin de esa
inl'crioridad gen.tica e irreversible. No entrabrn en ia consideraeicn
de estas elites las duras condiciones de vida que el nuevo orden
econmico volva a imponer a las clases sometidas, los efectos de
desnrticulacin culturnl, el hostigamiento y ruptura ele los lazos
socictalcs, el senlido de dignidnd y justicia latenle en esas mayoras
sociales. Se niega todn legitimidad a las altenrntivas opuestas a esas
fornrns de moderniwcin, dirigidas a incrementar e! poder ele los
estamentos privi legiaclos y los centros imperiales, condenando a tas
rrncciones populares a solventar los c1rnntiosos coslos que tal moder-
niz;ici6n supuesl11111ente requera
5
R.
El conlrm;le entre estas posiciones y las verlienles e.le signo popu-
lar, se reproduce en los ms diversos pases y en dif'crentes perodos.
Y si es posible comparar en trminos de vidas paralelas a pem;adores
latinoamericanos y europeos en distintas coyunlurns ele la historia, el
ejercicio es tambin vlido p;ira los exponentes de esas dos grnndes
fuerzas que recorren la vida polticn lalinoamcricana . Las lneas de
continuidad enlrc un Estanislao L6pez en la Argentina e.le 1830 y un
Jos. M;irt en Cuba medio siglo ms tarde, permiten confrontar ese
bagaje de ideas con lns esbozadas, entre otros, por Domingo Faustino
Sarmiento. En una carta al encargado de negocios de Su Majestad
Britnica, a quien solicit;1ba ayuda parn derrocar a Juan M;inuel de
Rosas. deca:
op. cir.
''Romero, .los Luis: El dcsarrnllo de /a.1 idea., en In soc1cd11d 11rg.:111i11a del siglo XX.
Mxico. Fomlo de Cullura Econ<mic:i. Colccci6n Tierra Firme. t965.
-Romero. Lus: op. cir.
'
\:.
ALClltA ARGllMEDO
Pertenezco a 1 corto nmero de ha bitan tes de Amrica del
Sur que no abriga prevencin alguna contra la influencia
europea en esta parte del mundo: como publicista he
sostenido de diez aos a esta parle que estaba en nuestro
inters abrir a la Inglaterra y a todas las naciones europeas
la navegacin de nuestros ros, para que desenvolviese el
comercio, la riqueza, crease ciudades y estimulase la
produccin ... Estos pases, me dira, son demasiado brba-
ros para ser gobernados de otro modo ... Lo que supongo que
S.S. me dira a 1 odo, puede decirlo a boca llena sin que yo
se Jo desapruebe. Yo he habituado los odos de los ameri-
canos a orse llamar brbaros y ya no lo cxlraflan ... Yo
pertenezco, se10r, al nmero de seis millares de argentinos
a quienes en' una sesin de la Sala de Representantes
denunciaba D. Baldomero Garca en 1839 como que "quie-
ren andar a la extranjera, hablar a la extranjera, vestir a la
extranjera" y mis simpatas por los extranjeros no lo
excluyen a S.S., representante de una de esas naciones a
quienes el gobierno de Rosas atribuye bruL1les caprichos e
infames aspiraciones.
5
')
Pocos a1os antes de esta carta, en 1832, Inglaterra se haba apro-
piado de las Malvinas y otras islas del Atlntico Sur; y pocos aflos
despus, en 1845, se iniciara el bloqueo anglo-francs al Ro de la
Plata parn forzar la libertad de comercio penetrando en los ros
interiores. Ante esa 11ucva forma de agresin colonial --<ue se repro-
duca en China con la Guerra del Opio- el general San Martn
escriba desde su rcliro en Francia, poniendo su cspa<la y su persona
al servicio de la nacin argentina y felicitaba al gobernador de Buenos
Aires, como defensor de la independencia americana.
Halpcrin Donghi
61
remarca la indignacin de Sarmiento --<ue en su
libro Fac1111do <lenunciaba los avances de la idea de igualda<l como una
<le: las causas de las guerras civiles en la Argentina- frenle a quienes
pretendan establecer una relacin entre el Arauco prehistrico y el
Chile que nace de la conquista:
Quisiramos apartar <le to<la cuestin americana a los
salvajes ... para nosotros Colocolo, Lautaro y Caupolicn ...
"Ci tau o por Carri. Roberto : Pensamiento nacional y Sociologa antinacional" C11cdra
Tcvr11sSucwl:ic11,- L111111v11maic111111s, Facultat.l t.lc Filosofa y Letras, Universitfat.l
t.lc 13ucnos i\in:s , 1970.
0
!tosa, Jos Maria: op. cil.
I llatpcrin Donghi, Tulio: El espejo . .. op. ci1.
Los S11.ENc1os Y l.J\S Voce> EN AMRICA LATINA
no son ms que unos indios asquerosos, a quienes habra-
mos hecho colgar y 111an<laramos colgar ahora si aparecie-
sen en una guerra de los Araucanos contra Chile, que nada
t i n ~ que ver con esa canalla.
62
Desde una visin coherente con estos planteas todava a princi-
pios del siglo XX, un diputa<lo limeflo comparaba "a los indios del
Per con los pieles rojas, exigiendo para ellos un destino similar: el
cxtcm1inio"
6
3. Hacia la misma poca, en un conocido informe sobre
las clases trabajadoras en la Argenlina, Bialet Mass relataba que en
Santa Fe "una persona de alla posicin cree que nada hay que es-
tudiar <le la cuestin indios ; lo nico que hay que hacer es extermi-
narlos y si queda alguno, llevarlo a la Tierra dei Fuego: -Y si a
us tc<l le hicieran eso, qu dira '? -Es que yo no soy in<lio!"
64
A
partir <le estos elcmcnlos, concluye:
De lodo ello yo deduzco que se continan en el siglo XX
todas las maas del siglo XVI y que hace falta restaurar el
imperio de las leyes que repriman los abusos nacidos tanto
<le la codicia como de la falta del concepto de que el indio
es hombre y tiene Jos <lerechos de la humanidad.
05
De otro cancter habnn de ser las dificullades encontradas por las
vertientes del marxismo <lcsdc fines del siglo XIX para construir
consensos masivos en Amrica Latina. Salvo excepeioues, como Jos
Carlos Mar<legui, la ortodoxia marxista que llega al continente tuvo
li111itacio11es para compren<ler los rasgos originales, la particular com-
plejidad cultural de las clases subalternas y los mecanismos del poder
y la expoliacin en estas regiones. El marxismo buscaba el sujeto
social proletario que haba de encarnar y liderar el camino haca una
radical transformacin. Pero en socie<lades predominantemente rura-
les, con tradiciones de lucha e identida<les centenarias, los trabaja<lo-
res indus triales constituan, hasta bien entra<lo el siglo XX, sectores
claramente minoritarios en su peso econmico, social y cullural. Sin
cn1bargo, el problema de una i<leologa sin sujeto no habra de ser
el nico que enfrentara el marxismo en este continenle. Mao Tse
Tung dara en China una resolucin propia frente a condiciones si-
milares luego de la derrota de Shangai en 1927. Pero se trataba de
' CitaJn por llalpcrin Donghi, Tulio: L/ e!.pc;o ... op. cil .
"'Flores GalinJo, Alberto: op. c.
llialet Mass..:. Juan: fllformc sol>rc cl es111do d.: las clas .:s vhn:ras <:11 el i111.:rior de !ti
lfrpihlica, Buenos Aires, Imprenta y ca sa cJitora t.lc AJolfo Grau. l 904.
' llialc! Mass, Juan: up. ci1.
li
,.
Al.CJl\A ARGUW! IJCJ
alguien que ante todo fue chino y despus marxista; que en esa larga
111;11ch;1 supo compenetrarse con las tradiciones. las identidades y los
patrnminms culturales de su pueblo -en especial del campesinado-
}' s1ntct1zarlos, refundirlos, enriquecerlos con las herramientas que Je
aportaba el 111arxis1110.
En el continente lat1noamenrn10, los principales tericos y pol1-
t1cos marxistas se ligaron predominantemente con los urba-
nos, "modernos'', de estas sociedades duales; y en la bsqueda dd
proletan;ido que deba estar en i<1s ciudades, mantuvieron un scnt1d(l
ilun11n1sla - positiv1sla en ltima instancia- que los llevara a des -
prcuar las raigambres culturales y las tradiciones rebeldes de las
clases populares, que componlan una proporcin clec1s1va ele la pohla-
cicin c11 los clislintos pases. En esta perspecliva, Juan B. Justo lc en
la 1\rgcnlina el claro exponente ele un rensam1ento poltico socialista
que se 1nscr1aba en las :reas urbanas del litoral, ele esa pampa ele la
cual rucran dcs;llojaclos los pobladores nativos y sus descendientes
111cs111.os luego de los genocidios de 1860 y 1880. Y si bien una de
sus propuestas esenciales ruc la necesidad de nacionalizar a los obre -
ros extr;rn1eros que llegaban al puerto de Buenos Ares con el ohc -
t1 v(l de participar en la accl!n poltica a travs del voto u111vers;ll y
sccrcl(l , lal nac1on;ili1.ac1Cn no planleara nunca un reco111ici1111cnl(l lk
las 1de11t1dades populares , que h;1ci;1 esa poca se sentan
por Leandro 1\Jc111 e Hip<ilito Yrigoyen, a quienes 'despreciaba por
sus 1orn1;1s plebeyas de aceplac1t)n de la 1norga11Lidad de las 111a-
:-.;1s "c,,,
Y;1 lrn:n entrado el siglo XX, el erec11111cn10 tic las ciudades c1111rn
e<J11sccuc11cia dL: las 111igr;1c11111es internas quL: se produce ;1 lo larg(l lk
1\111cnca J,atna. ineormni en la cultura urbana nuevos ck111cnlos <k
1111x1uraei<in proven1e11lcs de las tradiciones rurales que, a s11 \'CI.. s,
cllnugan con l;1 i111pla111ac1on masiva tk los medios tic crn1111n1c;1-
L'l<n . d;1ndo lug;1r a procesos de l'uerte 1nterpenetracit'1n social y L" tli-
111r;d_ C'lln 11na v1s11)n .. censal" , econo1111cis1:1, de las clases
que gnor;1b;1 su car;ielcr tic suelos hist1rcos, las concepc1oncs 111ar-
x 1s1as 111;i s s1gnificat1vas buscaron 1111po11er una ideologa ho111ogcnea.
c11 L111lo se C(lns iderahan poseedoras de una ne11cia capaz de prcl"i-
gurar la verdadera conc1cnc1a rcvolucwnaria que deban alcanr. ;1r esas
clases. l,;1 dslam:1;1 entre sus prop1<1s verdades y el sentido eo1111in
que 1111pregnaha a llls estratos populares , confir111aha sus tesis de
una C(lnc1cneia s11c1al enacnada. Esta 1ncomprensicn hara c(l111c1 -
Ant.: 11 . .ltl Sl' : l)d1L111t1s rc111:-.cr1ar 1\11Hi nc:i L;it1na, pcru .. ,desde que l'O!ln.:p111:-.
' pc'll \: 11 1\111cr1c;i.'- c-11 /J111u/ r (;11/i111h. 1\1-1n XVI, N"l'J . ll11c11os /\irc" . Cl.1\CSO.
uli" tk
-- - l\1;1g1n1. 1 lug.u : "!' ni .
i7fl
Los S11.12Nc1os v LAS Vocrs EN AMRICA f_,ATINA
dir en 1rns de una oportunidad a una parle importante <le los grupos
marxistas con los lihernlismos oliglrquicos en las interpretaciones de
la historia. de los movimientos polticos y de las concepciones del
11111 ndo popular:
No slo el pensamiento liberal cuestionn la validez de las
nilluras indgenas; tambin lo hacen ciertas corrientes del
pensamiento marxista ... En la medida en que la cultura es
expresin de las condiciones socia les de produccin, lo que
se puede ll;1111a rcullura indgena en Mxico es expresin de
los vestigios de modos de produccin pre-capitalistas.
Conforme se generalizan las relaciones capitalistas de
produccin y desaparecen las formas de produccin anle-
riores, la mhn desaparecer 11 rremedia blemenle las di-
versas manifestaciones cultura les asociadas a slas. E<; le es
un proceso histrico irreversible y adems deseable. Pre-
tender la preservacin de las culturas indgenas es anacrnico
y en el fondo reaccionario ... Plantea ria cu es li n cullu ra 1 es
frenar el desarrollo de la lucha de clases y la revolucin
social. Con hase a estos argumenlos y otros similares, la
izquierda en Mxico se ha manifestado en favor de una
acelerada prolctarizacin de los grupos indgenas y de
hecho coincide con el pensamiento liberal en cuanlo a que
la desaparicin de las culturas indgenas es a la vez inevi-
table desde el punlo de vista hislrico y deseable desde el
punto de vista pollco.
67
Por ello, en d extremo opuesto, el valor de un Jos. Carlos Marilegui
rue sei'ialar las claves cseondicJas en las races culturales y en el pro-
blema del indio, como bases ineludibles desde las cuales promover el
Para Mar;tegui el nrnrxsmo era el milo moderno y pian-
teaba una revolucin concebida como un acto colcclivo. como creacin
de las masas, como lradunin de sus impulsos y pasiones; en un
derrotero construido desde ahajo hacia arriba, a partir de las comunida-
des y los pueblos . Por Jo tanto, era imprescindible que el marxismo se
expresara en quechua , amalgamndose con el milo andinom. La conver-
gencia entre las identidades indgenas y la cu!lura de las amplias frac-
Stavcnhagen. Adolfo: op. c.
.; rvtaritcgui. JnsC ,\'ictc cusayosdc llllt:rprt:lllCi11 de In rcaldnd pt:rttll/UI, Lima,
llihlinlcca 1\m;1ula. 1'>67.
Flore' (i;dino, Athcrto: op. dr.
- Francn. op. clf.
1
'
1
tv1ar;i1c;;ui. Carlos: l.n po/mtca del 1.ima, Mosca /\zul, 1976.
CiJ;uJn por Flore$ (i;dinJo, Alhcrln: op. cir.
171
;;'. . .
.....
,,
;
ALCIRA ARGUMl!OO
ciones de mestizos, deba incorporar la potencialidad de las ideas que
brindaba el marxismo para la de una nueva sociedad pe-
ruana. Capaz de sintetizar el pasado y el presente, la tradicin y Ja
modernidad, el nacionalismo y el socialismo, donde los patrimonios
culturales que tenan sus fuentes en las COlllunidades calllpesinas seran
el fundamento del calllino nacional hacia el socialismo. Pero esto reque-
ra una reformulacin crtica de la teora originaria, un proceso de
metabolismo conceptual que la transformase en un elemento de Ja cul-
tura endgena y el pensamiento nacional contcmporneo
7
. Es lo que
Artigas y Bolvar hicieran con las ideas de Rousseau; o la modalidad
con la que Mart incorpor Jo ms avanzado del pensamiento universal
de su tiempo. Actitudes que se distancian significativamente de las
formas predominantes en que fueran introducidos en Amrica Lalinil los
aportes de Carlos Marx y Federico Engels.
A su vez, el nacionalismo aristocratizanle tuvo dos manifestacio-
nes principales en el continente y en especial en Ja Argentina. Por
una parle, hacia los inicios de este siglo, las vertientes del
regionalismo oligtrq11ico comenzaran a esbozarse como una expre-
sin. reaccionaria frente a las corrientes migratorias que llegaban
masivamente al puerto de Buenos Aires y en muchos casos intentaron
buscar en los trabajadores del campo a los que poco antes haban
derrotado --en las montoneras federales, en el Paraguay, en los
desiertos del sur-, un aliado frente a los nuevos trabajadores urba-
nos y a los colonos rurales extranjeros:
En la regresin aristocrtica anlc el presente, en el rechazo
del "cosmopolitismo", la "potencia igualadora" Jo "mon-
tono o vulgar", se comienza a articular lamhinel naciona-
lismo de la Ley de Residencia, la represin social y la
revisin de la poltica inmigraloria. Un nacionalismo que
est tambin en la base del ruralismo oligrquico y su,s.
derivados. L1 apologa del agro, la vuelta al campo, se;
erigir como reaccin frente a ia ciudad, al proletariado
urbano, a las masas migrntorias ancladas en Buenos Aires,
a las primeras luchas sindicales y tambin, a pesar de la
crisis, como confirmacin de la Argentina dependiente y
agroexportadorn, base del poder oligrquico.
71
'Flores Galindo, Albcno: op. cit.
- Franco, Carlos: op. ci1.
- Franco, Carlos: .. Izquierda poltica e identidad nacional'' en Arrospide de la Flor y
otros: Peri : ide111idad 11acio11nl, Lima. CEDEP. 1979.
11
Ford, Anbal: op. cit.
Los SILENCIOS y LAS Vocr-s :N AMRIC.\ LATINA
Por otra parle, el nacionalismo integrista colll ienza a c:obrnr pre-
sencia alrededor de 1930 con decisivas inlluencias del fascislllo ita-
liano y el ideario de Len Daudet y Charles Maurras, a los cuales
se adosaba un espectro de pensadores que incluan a Aristteles,
Santo Toms de Aquino, Joscph de Maistre. Juan Donoso Corts,
Jacques Maritain, Ramiro de Maeztu, Oswald Spengler o Giovanni
Papini. En las distintas vertientes que este nacionalismo expresara
con mayor o menor vigor en Amrica Latina, se evidencia como un
rasgo comn su orientacin claramente autoritaria , opuesla al voto
popular y a los gobiernos basados en la participacin de las mayo-
ras . Convencidos de la superioridad de las elites, plantean la nece-
sidad de garantizar por cualquier medio el gobierno de aristocracias
naturales y evitar las demagogias frente al pueblo que slo posee "un
pensamiento d ifuso"n.
De esta fornrn, tambin el nacionalismo aristocratizantc descalifica
a las clases sulfllernas, pretendiendo imponerles una subordinacin
rrente a otro tipo de "elegidos". El escaso arraigo alcanzado por esta
visin en Amrica Latina, tiene como eonlracara su imporlante par-
ticipacin en las dictaduras militares que se sucedieron a lo largo de
este siglo; donde las convicciones a nlilibcra les se restringen a 1 campo
de la gobcrnabilidad poltica -a las ideas de represenlatividad del
liberalismo jurdico-poltico- pero han logrado convivir cmodamen-
te con las expresiones del liberalismo econmico que acompaaron
los lineamientos de la economa en una parle significativa de esos
regmenes .
As, en sus principales manifestaciones, las ideologas del Occi-
dente central que arribaron a nuestras coslas han tendido a enfatizar
una visin elitista de la poltica y la cultura, que menosprecia los
patrimonios largamente defendidos por las mayoras latinoamericanas.
Y ;i pesar de los antagonismos entre las fuerzas polticas identifica-
das con una u otra de esas corrientes i<leolgicas, desde la perspec-
tiva popular es posible percibir en ellas una coincidencia que afirma
la superioridad del pensamiento occidental y la concomitante desca-
lificacin de las tradiciones articuladas alrededor de esas otras ideas.
La nocin primigenia de que Amrica era un "vaco cultural'" o que
las culluras paganas deban ser exterminadas para impostar en estos
territorios la Verdad
7
3, permaneci como una constante en las con-
cepciones occidentales y en sus epgonos de la Amrica L1tina ciu-
dadana, civilizada, moderna .
72
Buchrucker, Cristi;n: Nacio1111/ismo ypcrm11smo: In Argc111i1111 c11 la cns1.1 itJ, ,uf!81ca
11111111/ial , Buenos Aires. Sudamericana, 1987.
13
Ro ig, Anuro Andrs: op. cit .
ALCIR/\ AHGllMf'IJO
En el mejor de los Cilsos, las confronlilciones regisfr;das a lo
largo de la historia tendieron a inlerprefarse como una oposicin
entre "razn" y "sentimiento"; entre infuicin y cicnci;; entre elites
ilustrndas y masas populnres; entre "inlclcctualcs y pueblo-nacin"
7
' )
c.
Los SILENCIOS y LAS Vocm EN /\MoRIC/\ L.ATIN!I
L1s corrientes ideolgicas incorporndas acrticamente en Amric.a
Latina pretendieron de esta forma generar una rupturn con las tradi-
ciones populares. como modo de construir consensos para proyectos
polticos y modelos sociales que pretendan. "contra su
p;isadQ"
76
Por el contrario. los lderes, cnsay1st;is o 1ntt:lccl11alc.s que
calaron hondamente en el registro poltico-cultural lal111oamencano,
fueron verdaderos intrpretes; capaces de sintclizar. con mayor o
menQS cnvcrgadurn, los deseos, identidades y reivindicaciones; los
lincamienlos a menudo complejos y contradictori<ls contenidos en el
modo de percibir el mundo de las nrnyor;is. Al 111argen del rc:fina-
miento terico aJcnzado por c;ida uno de ellos, gestaron consignas
y herramientas ele interpretacin de los procesos hi;51ricos Y. mlticos
a partir de cdigos h;sicos de justicia, ;iulononm y d1gn1dad, que
seran volcados lrncia Jos protagonisl;is originarios co111\l 111odo de
cnriqucci111ic.nto y avance de sus conce.pcioncs conrnncs . . De ;ill la
decisiva integracin que se cst;iblccc entre esas y esos
lderes, enlre esas capas sociales y esos inlelcclualcs organ1cos ruc
han ido proces;indo el pcnsa111ienlo nacional-popular lali11oa111cricano.
En una ;ictitud crtica [r.ente a los esqt1enrns conceptuales
<lficializados, buscaron el dilogo con los oprimidos afrontand<l el
reto tic crear sus propios inslrumcnlos tericos , de ro111per con los
dnoncs establecidos, de neg;ir la supuesta autoridad de ios
iluminismos despreciativos de lo popular. Decididos a quebrar las
mscaras de charrclerns y togas que denunciaba Mart, a busrnr la
virginidad mental que peda Ral Sc;ilabrini Ortiz porque:
Todo io que nos rodea es faiso e irre;il. Es falsa la histori;i
que nos ensernron. Falsas las creencias econmicas que
1;os imbuye.ron. Falsas las perspectivas mundiales que nos
presentan y las disyuntivas polticas que nos ofrecen.
Irreales las libertades que los textos ;isegurnn .. . VQ)ver a la
realidad es el imperativo inexcusable. Para ello es preciso
exigirse 11n;i virginidad mental a toda n1st;i y una resolucin
. . .n
inquebrn nta ble de querer sa bcr exacta mente como so111os .
Romper el encarcelamiento de los sistemas de ideas y l;is
tes ideolgicas predo111i1rnnles, era el modo de cxpresil nuevas opc1?-
ncs sociales y cullurnles, de cuestiotrnr los de do1111n10
oligrquico imperial que pretendan imponerse. rCl:onocer
la lcgiti
111
idad de esas fuerzas resistentes, niyas expresiones 111lclcc-
' Jl;ilncrin Donghi, Tuliti: El espejo ... op. cit .
'' Scaahrini Ortiz. Ral: Poltic(I bri111iC(I en el Ro de la !'fara: pg111as de la historia
renebro.rn de 1111 p(lsado polrico. Buenos Aires. llcchns e [dcas. 1 Q50.
\75
.\ 1
"'
'. (
ALCIRA ARGUMEDO
tuales ms jerarquizadas haban sido sutilmente distorsionadas o
crudamente silenciadas. Se trataba de elegir un camino que deba
interpretar y escuchar antes que imponer o negar, buscar las otras
razanes contenidas en los saberes de las clases populares, haciendo
esta! lar esa mezcla de soberbia y subordinacin tpica de las capas
intelectuales oficiiles en nuestro continente:
Durante siglos el mensaje redentor e ilurninista de la
arrogante Europa seal el paso e indic el camino a
seguir. De lo que se trataba era de integrar a las dscolas
periferias -Latinoamrica o Asia o frica- dentro del
magntico crculo irradiado desde el centro de la razn
universal. Cual obedientes discpulos, nuestros pensado-
res y dirigenes siguieron mansamente por generaciones
el mandato segn el cual cuando lo real no coincidiera
con lo racional, tanto peor haba de ser para lo real.
78
4. MATRICES DE PENSAMIENTO O ECLECTICISMOS IDEOLGICOS?
El dilatado proceso de maduracin de las ideas nacionales y
populares no ha hecho emerger concepciones autrquicas. cerradas
sobre s mismas y alimentadas slo con sus propios recursos . A
partir de una vertebracin fundante de valores y lineamientos que
impregnan sus significados ms consistentes, se incorporan ideas,
temas, experiencias y conceptos provenientes de distintas vertientes
ideolgicas con las cuales se encuentran en relaciones de dilogo,
debate o confrontacin. De ellas se extraen aportes que son mati-
zados, metamorfoseados, decantados y absorbidos crticamente en
el interior de las redes de sentido de la propia matriz.
Simn Bolvar y Jos Mart incorporaron ideas de las propuestas
libert11nas de Rousseau o Montesquieu. Pero esas influencias serfan
reformuladas en el marco de la lucha por la soberana continental y
las reivindicaciones sociales ante situaciones lmite de sometimiento.
como es el caso de los esclavos negros o las etnias indgenas y
mestizas . Parten de una conciencia de la originalidad de Amrica
Latina, de la necesidad de construir bases propias para el conocimien-
to y la transformacin de sociedades heterogneas, fuertemente gol-
peadas por una larga historia de expoliacin. Y sin caer en un des-
lumbramiento acrtico o pueril, pueden tornar como interlocutores a
las versiones de su poca para contrastarlas con estas realidades, con
problemticas y desafos que difieren marcadamente del mundo
" Piscitelli, Alejandro: op. cit.
Los SILENCIOS y u.s Voclli EN AM.IUCA LATINA
metropolitano. Porque, como afirmara Simn Rodrguez, "la filosofa
consiste en conocerse, no en contrahacerse". En este sentido, Mart
es un ejemplo paradigmtico ya que, al tiempo que convoca a la
creativid1d para enriquecer las identidades de Amrica Latina, para
encontnrr puntos unitarios desde las diferencias tnicas o sociales y
vertebrarlas en una sola voluntad de autonoma y justicia, conoce las
ideas contemporneas y reivindica en Pars las invenciones de Thomas
Edison, mientras escandaliza a Mitre y Sarmiento con sus anlisis
sobre el capitalismo norteamericano
79
0
G;uca Delgado, Daniel: op. et!.
- franco, "17.cuicrda poltica e identidad 11ac1011al" op. cit.
Los SrLENc1os y LA> VcxT'-' T'N AMr" .
1 '' " :ll lC/\ ./\TIN!\
pensamiento J;rtino;imericano Por 11 . .
den . l' d . e o es posible establecer coinci-
. _nas un amcnlalcs ;ice.rea de la necesidad
1ulono111<1 d
1
de enconlrnr c;imino
' s e 111 erprclacin de los JTO . . . , . . . ,,
recuperar un;i visin proJi;i del 1 d cesos hrslorrtos y socr;ilcs, de
1111111 0
p;irn dar respuestas a d'
l rones esencrnlmcnle se111eja11tes c1 1 , . .. '. , con 1-
enlrc s o d1' sla11I 1 ... ' . J pcnsac ores y lideres l;in dismiles
' es en e trempo co B r .
Morclos, Felipe V;ircla Al H mo o r;ar, Artigas, Hidalgo,
Z
. , cm, oslos, M;irl1 S;indino y . -
ap;il;i, V1lla, H;iy;i de la T ' , rrgoycn ,
del M;izo U C' ' , ' orrc, M;inuel UgilTlc, G;ihricl
. , azaro . ;irdena:;, Pe.ron, Juan Jos Torres
Alv;irndo, por 111cnc1011ar o'Jo 1 Rr . o Vcl;isco
' ,, a gu nos .
Un;i mayor rigurosidad en el anlisis de las . . . .
nal-popul;ires en Amric;i Latirrn . d'. , : . conlepcro1ws nacro-
hislori;i de mayoras s .
1
'
111
1
Ililr.r;i en estas l1errns J;i
(
. ' . ocia es no rn sido foriaelr " . " .
uncJamcntos e inlcrJrctacioncs " . C. ..' ' , Ciegas ' SllJ
(
' prop1.1s 01110 yr se h . -
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l'ac a una ele esas grrndN el d
1
.' ,1 sena ac o, en
' ,.,, .1pas e con ornJH'J . .
aulonomislas y de af'irmi ", .
1 1
' on e c. os proyel'los
Jliros con ,1111'1 ('. ' , .: t 1011 s.ocrn 1a11 exis!clo inlclecluaJcs y po-
.. . . . ' . or111,1cro11 ccurvalcnlc a la 1 . f .
1
. . .
olrcialcs""Caph ;e ,.
0
. .. . <c. ,is c. rlu; rlustraclas
arlicul;icin:
nivel .de
-a Lockc, Monlcs uieu R. . as . .ru repetir o copiar
Marx Le.nin G q. . . Ilardo, Adam S1rnth, Maurrns, Weber
' , rnmscr o sus resJcclivos c
1
. '
res- qt .. 1 . . omcn ansias y conl111u;ido-
1c dCa r as prow1s hcrra 1
1
' 'mrcn as, cn!Jcar los dnoncs d
n;in es, romper los mcc;inismos v J;is I' r'. d . ' . . om1-
!;id;is en l'uncfamenlos c ' tT. J og1c.as e suslen-
. .1e11' Kos s11p11est<1111cnlc rnapclablcs.
Tonrnndo este nrnr . ' d
las lrndicioncs. ;ifirnrnein de que
ric;i L;ilna tienen una ;e ases , en Am-
lar la!ino;inwric;ino
110
e pcnsa1111c11lo popu-
. .s un;i mera mcz:cl;i oc ideas de divcr
gen, un mixto de concepciones . '(" . so on-
cionc:; de libcrnl's . . . . . Y. icanlcs con emlicas propor-
sia o lcor1 . '. '. r. mo, fasrrsmo, dol'lrina soci;il ele la i le-
'. m1'1l;ir Sin desconocer sus llll!i)lcs inl'lucnl1a
l '. 11 una perspct l1va luslonra de su d. . 11 1 '
cuc contienen cs;is verle( . " , csl.rrro o rcsa fan las coorclcnacl;is
de
trs d'f 1. JTac1011cs cu lurnlcs fundantcs colllo lllillrz:
,, 1 eren es cxpr s' E , -
ellr
. . . . . c. rones. ;n s111lcsis. J ra !Jill'1.<l1d de
1qucc11111cnlo y l r , '
partir de rclacioncsacd . . u, de las verl.icnles n;icional-popularcs
m . lllil 1111cas con las corrrcnlcs id 1' r . ...
>..;. en un coyuntura histrica dad . '. co ogrt ,1s presentes
['] emulacin o la ado;cin con la simpic
.9> de los e1 r e .r s ' ras ele moda. Por cncin
?J . ivcrsos actores que ;ictr;in rn las realidades pollicas ele
-J
"' (' .
Arlurn Andrs: op. cit.
- Zca. LenpnlJo: op. cit.
- Silvio: "L.1disoiuci\
1
d I .
l?c1ista de Filomfa l
1
'. e
1
. e en la edad del nihili:;mn" en
. ,a 111oa111encn11nyCrc11cuuSocirrlesN"l.1, lluc nos Aires, 1988.
179
.
1
,.
'1
.!
ALClllA ARGUMl!DO
Amrica Latina, no es tan fcil entonces hacer tabla rasa_ con las
concepciones populares, consid_erando _qu_e se est en una
mixtura sin contenidos esenciales m fronteras, de experiencias no
procesadas, de activismos ciegos, de poltica sin cultura
V
LA IDEA DE NATURALEZA HUMANA Y SOCIEDAD EN
EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO
l. EL TEMA DE LA lllENTlllA[) EN AMJUCA LATINA
A diferencia de otras regiones que fueron sometidas por dominios
coloniales, e.n el continente latinoamericano se procesaron mltiples
entrecruzamientos de razas, etnias y culturas, d;rndo lugar a una
complejidad social y cullural de caractersticas inditas en la historia.
El aniquiiamiento de la poblacin nativa de frica como consecuen-
cia del trfico de esclavos y la posterior penetracin de las potencias
europeas, gener una devastacin inenarrable en territorios que ha-
ban albergado tradiciones negras y de influencia musulmana alta-
mente refinadas, como el reino de Ghana que alcanz su esplendor
t:ntn: los siglos X y XL el de los Yomba entre el Xlll y el XIV,
o el de Tumbuctu en el XV y XVL Sin embargo, salvo el poblamiento
bla nrn en Sudfrica y la introduccin de contingentes asiticos -
especialmente hindes- en algunos lugares puntuales, no se produ-
jeron all afluencias demogrficas que llevaran a fusiones raciales
significativas o a un contlieto prolongado entre diversos patrones de
cultura. De manera tal que, pese a la monstruosa destruccin sufrida,
en las reas africanas sobrevivieron las identidades originarias esca-
samente trastocatlas por procesos tic trnnsculturacin.
Segn seala Amlcar Cabra!', con slo algunas excepciones, la
experiencia tic la dominacin colonial en el frica negra no fue lo
'Cabnd, 1\mlcar: "La cultura, fulll.lam.:nto del movimiento e.Je li bcracin", en Colombres,
Ac.lolfo: La c11/111ra pup11/ar, Put:bta , Mxico, La rc:d de Jons/l'rcm, 1987.
-Amn, Samir: La ,..,,-cc,,,..,xi11, Buenos Aires, Ec.Ji<:ioncs e.Jet pensamienlll nacional,
1988.
- W onc.lis, Jack : lfrica: lus orgenes de la re10/11ci11, Madrc.J, Ciencia N ucva, J 968.
- Sanchez, Mara, /lfo1imic111os de libcr11ci11 <!11 Jfrca, Madrid, Miguel
Cas1cllotc. 1973.