Alberto Maggi - Las Bienaventuranzas Le - Beatitudini
Alberto Maggi - Las Bienaventuranzas Le - Beatitudini
Alberto Maggi - Las Bienaventuranzas Le - Beatitudini
(Mt 5, 3-10)
Conferencia del padre Alberto Maggi en la asociacin
Los beatos constructores de paz. Padua 2006
Las Bienaventuranzas son las grandes desconocidas para los
cristianos. Pero cmo es posible que las personas de fe desconozcan
un tema tan central de los evangelios? Como sabis, una de las crticas
que se han vertido contra la religin es la de ser opio del pueblo, o sea,
una sustancia que adormece a la gente, y el cristianismo fue uno de los
principales imputados de esta crtica, precisamente por el contenido
mismo de las bienaventuranzas.
En efecto, si leemos el evangelio, al menos en la traduccin o en la
interpretacin que se sola hacer antiguamente, nos encontramos con la
siguiente redaccin: bienaventurados los pobres, los afligidos, los
hambrientos y uno se pregunta: pero cmo se puede decir esto?,
en qu cabeza cabe eso?, se ve que la persona que ha escrito estas
cosas nunca ha conocido de cerca lo que es la pobreza, no sabe qu es
la afliccin ni ha experimentado nunca el hambre. Por qu razn hay
que llamar bienaventuradas a estas personas? La respuesta automtica
que daba al respecto la tradicin del pasado era: todas estas personas
son bienaventuradas porque de ellas es el reino de los cielos.
Pero qu significa esto? Quiere decir que los pobres y afligidos
van al paraso al final de sus vidas y all reciben su premio. Pero el caso
es que los pobres, que son pobres pero no son estpidos, se
preguntaban por qu tambin los ricos van al cielo y, sin embargo, nunca
les falta nada. No haba coherencia, las explicaciones no resultaban
convincentes y por eso las bienaventuranzas acabaron por convertirse en
el gran fracaso del mensaje de Jess. Sabis que sucedi en el
pasado? Pues muy sencillo: como es lgico quien se hallaba en
condiciones de pobreza, afliccin o hambre, apenas tena una mnima
oportunidad para escapar de tal situacin no se lo pensaba dos veces.
Pero mira que si no eres pobre no eres bienaventurado!, les decan.
Bueno, pues para ti la bienaventuranza! Y por su parte los que no eran
pobres ni estaban afligidos se guardaban muy mucho de hacerse pobres
o hambrientos para obtener la bienaventuranza. Total, que por esta
tergiversacin al final se acab por desconocer el significado del mensaje
de Jess.
Cuando se pregunta a los participantes en nuestros encuentros
bblicos cuntos son los mandamientos de Moiss, todos responden sin
titubeos que son 10. Cuando se les pide que los enuncien, generalmente
les cuesta bastante trabajo y confunden un tanto los trminos, pero al
final consiguen ms o menos decirlos todos. Pero hay que tener en
cuenta que stas son las leyes que Moiss dio al pueblo de Israel, no es
la propuesta que Jess hizo a la comunidad cristiana. Veremos ms
adelante que las bienaventuranzas son el equivalente de los
mandamientos para la comunidad de Mateo porque trataremos las
bienaventuranzas en Mateo. Pues bien, difcilmente se encuentran
personas que sepan cuntas son las bienaventuranzas, y si se les pide
que las enumeren, no son capaces de hacerlo.
La primera bienaventuranza, por regla general, la conocen todos,
ya que es la ms antiptica, pero a partir de ah surge la gran confusin.
Salta a la vista, pues, que las bienaventuranzas no son algo apetecible,
un mensaje algo que atraiga las aspiraciones de los hombres. Y me
pregunto cmo es posible que Jess propusiera un mensaje tan
alienante? Sin duda resulta sorprendente que Jess sea el principal
imputado de la crtica dirigida a la religin en el sentido de que sta es el
opio del pueblo.
En realidad, las cosas no son as ni mucho menos. Leyendo las
bienaventurazas, veremos cmo todas ellas estn ligadas entre s, y de
un modo especial todas estn estrechamente vinculadas con la primera.
Veremos que el mensaje de Jess no es opio del pueblo, sino muy al
contrario, adrenalina para los pueblos. Su mensaje es ese impulso de
vida capaz de poner en movimiento un flujo circular de energas y fuerzas
vitales capaces de cambiar la sociedad; he aqu por qu en la ltima
bienaventuranza se habla de la persecucin.
Hoy abordaremos al menos las lneas principales de este texto que,
cuando es adecuadamente conocido, puede reforzar las riquezas de la fe
de los creyentes, pero tambin para el no creyente aporta una gran
riqueza, porque abre al conocimiento de un texto de gran valor literario,
ya que los evangelistas como sabis eran esplndidos telogos y
destacados literatos que pueden competir con los autores literarios de
fama mundial.
En nuestra exposicin nos ceiremos al texto del evangelista
Mateo. Como sabis, cada evangelista tiene su propio plan teolgico; por
ello es bueno que antes de afrontar la lectura de cualquier episodio del
evangelio, intentemos situarnos dentro del plan teolgico que el
evangelista pretende desarrollar.
Qu significa que cada evangelista tenga su propio plan
teolgico? Quiere decir que si bien todos los evangelistas anuncian el
mismo mensaje, las formas, las frmulas y los modelos que utilizan para
proclamarlo difieren conforme a la pretensin de cada evangelista,
conforme a su estatura teolgica, literaria, pero sobre todo, las
diferencias se deben a la idiosincrasia particular de los destinatarios del
mensaje, ya que el escritor adapta su mensaje a los receptores del
mismo. Pues bien, el autor del evangelio de Mateo se dirige a una
comunidad de judos que han reconocido y han aceptado a Jess como
el Mesas esperado, pero con la condicin de que tal revelacin y
aceptacin se encuadre en el marco fijado por la tradicin religiosa del
pueblo judo, es decir, siguiendo las lneas y las huellas de Moiss y del
profeta Elas, sus enseanzas. De este modo, el evangelista lleva a cabo
una hbil obra didctica y literaria para hacer comprender que Jess es
superior, pero lo hace siguiendo las pautas de la vida y de los
acontecimientos de Moiss.
Entonces, en qu consiste la labor de este evangelista? En aqul
tiempo se crea que Moiss era el autor de los primeros cinco libros de la
Biblia, los libros conocidos como el Pentateuco, que conforman la
llamada Ley. Por eso, Mateo compone su obra dividindola exactamente
en cinco partes, cada una de las cuales concluye con palabras similares,
idnticas en realidad, a las que encontramos en los libros de Moiss. Por
tanto, el evangelio de Mateo est dividido en cinco partes.
Conocemos todos la historia de Moiss, que comienza con el
suceso extraordinario, milagroso, que lo salv de la orden emitida por el
Faran de acabar con la vida de todos los primognitos hebreos; he aqu
la razn por la que solo en Mateo, y no en los otros evangelistas,
encontramos el episodio de la matanza de los nios de Beln planeada
por aqul que generalmente viene presentado como el nuevo Faran, o
sea, el hombre del poder desptico (Herodes). Este episodio est solo en
Mateo porque el evangelista quiere poner de manifiesto la equivalencia
que existe entre ambos personajes.
Otro momento importante en la vida de Moiss es cuando sube a
un monte, el monte Sinai, y all, a travs de l, Dios promulga la alianza
con el pueblo. Pues bien, tambin Jess en este evangelio sube a un
monte para promulgar la nueva alianza, pero hay una diferencia
sustancial: Jess no recibe la ley de Dios, l mismo es la nueva ley, l
que ha sido presentado desde las primeras lneas del evangelio como el
Dios con nosotros, aqul que anuncia la nueva alianza. Jess ha venido
a proponer una relacin con Dios completamente distinta de lo que se
conoca en el mundo judo. Jess vino a trasladar las personas desde
el mundo de la religin al mundo de la fe. Cul es la diferencia entre
religin y fe? Por religin se entiende todo aquello que el hombre debe
hacer en relacin a Dios. Con Jess todo esto se ha terminado. Con l
comienza una relacin nueva con Dios en la que no cuenta ya lo que el
hombre haga por Dios, ahora se trata, en cambio, de acoger aquello que
Dios realiza en favor del hombre.
Estando as las cosas, la propuesta de Jess no puede ser
catalogada en trminos de religin, sino como fe. Y Jess vino a
proponer una nueva relacin con el Padre, con Dios, una relacin
que no se basa ya en la obediencia a una ley, sino en la acogida de
su amor y en el parecerse al mismo. Es importante que tengamos
presente esta distincin, porque en el judasmo el creyente era aqul que
obedeca a Dios observando sus leyes. Pero si existe una ley, eso mismo
quiere decir que determinadas personas, debido a su peculiar situacin
social, civil, religiosa, moral, sexual, etc, no estn en condiciones de
observar dicha norma, y entonces resultan discriminados, no pudiendo
cumplir aquellos requisitos que hacen posible establecer una relacin de
comunin con Dios. Esto hace que las personas sean catalogadas como
observantes o inobservantes. Jess, por su parte, ensea que el
creyente no es quien observa las leyes, sino aqul que se asemeja al
Padre practicando un amor similar al suyo. Observar las reglas no es
posible para todos, pero acoger el amor inmerecido e incondicionado del
Padre todos lo pueden hacer. En la mentalidad religiosa estaba en
vigencia el mrito, el hombre debe hacerse merecedor del amor de Dios,
pero esto es injusto, ya que hay personas que por su condicin particular
no logran merecer el amor de Dios: con Jess deja de tener vigencia la
idea del mrito; ahora el amor de Dios ha de ser acogido como un don
gratuito de su amor. Esta es la novedad que Jess trae consigo, y que
los evangelistas formulan conforme al modelo literario que seguidamente
veremos.
Despus, como sabis, Moiss no pudo entrar en la tierra
prometida. Muri en el monte Nebo justo antes de entrar en ella. He aqu
por qu tambin Jess termina su recorrido en un monte, en el que tiene
lugar su accin conclusiva, cosa que solo acontece en el evangelio de
Mateo. Ahora bien, mientras que en el libro del Deuteronomio se
presenta la escena de la muerte de Moiss, con la necesidad
consiguiente de hacer surgir un sucesor que gue al pueblo para entrar
en la tierra prometida, el relato de Mateo termina de un modo distinto. El
escenario es igualmente un monte, pero lo que se presenta no es una
escena de muerte, es la escena de una vida triunfante que ha sido ms
fuerte que la muerte. Y, mientras Moiss necesitaba una persona que
continuara y llevara a trmino su tarea inconclusa, Jess no precisa un
sucesor. Las ltimas palabras que Jess pronuncia en este evangelio
son siempre estar con vosotros, literalmente estar con vosotros hasta
el final de los tiempos, lo que no indica una fecha de caducidad, sino la
calidad de su presencia. Jess siempre est presente en su comunidad.
Veamos entonces este episodio; ya hemos dicho que Moiss sube
al monte y anuncia los mandamientos en nombre de Dios. Los diez
mandamientos fueron dados para un pueblo particular, sellaban la
relacin de Dios con el pueblo de Israel. La novedad que trae Jess es
radical: tambin sube al monte y proclama la ley, pero l, que es Dios,
anuncia algo completamente nuevo, precisamente las bienaventuranzas.
El evangelista elabora el relato de las bienaventuranzas con un
despliegue de recursos que lo convierten en una obra de arte literaria.
Ante todo, es importante tener en cuenta el nmero de las
bienaventuranzas, que en Mateo son 8. Por qu se ha escogido este
nmero? En el cristianismo primitivo el nmero ocho era muy importante
porque la cifra ocho simbolizaba la resurreccin de Cristo. Jess resucit
el primer da despus de la semana, o sea, el octavo da. Esta es la
razn por la que los batisterios de la antigedad, donde tena lugar la
incorporacin a la comunidad cristiana a travs del bautismo, tenan
forma octogonal, el nmero 8 remita al significado de vida indestructible.
As pues, recapitulando cuanto hemos dicho, tenemos que
mientras la observancia de los mandamientos garantizaba una larga
vida aqu en esta tierra, la acogida de las bienaventuranzas
garantiza ya desde esta existencia una vida de una cualidad
indestructible. He aqu porqu cuando Jess habla de la resurreccin
no lo hace a la manera juda. En el mundo judo, la vida eterna era un
premio a recibir en el futuro, que era necesario obtener por medio de la
buena conducta del presente. Jess, en cambio, cuando habla al
respecto lo hace usando siempre el tiempo verbal del presente: la vida
eterna no es un premio que se recibir en el futuro, es una posibilidad
que se nos brinda y que podemos experimentar desde ahora. Quien
acoge el mensaje de Jess y lo pone en prctica descubrir cmo surgen
dentro de l ciertas energas, determinadas capacidades y fuerzas vitales
de amor que lo conducen ya a una dimensin que es la definitiva.
Por eso, cuando el evangelista identifica en 8 el nmero de las
bienaventuranzas quiere decir que la acogida de este mensaje produce
en el hombre una vida de tal calidad que resulta indestructible. Pero hay
ms: el evangelista calcula exactamente el nmero de palabras que
componen su relato de las bienaventuranzas. Tal vez parezca un poco
maniaco, demasiado puntilloso, pero era el estilo literario de la poca. El
caso es que para llegar al nmero deseado, inserta una partcula que de
por s no era gramaticalmente necesaria, en cierta manera fuerza la
redaccin de modo que el relato se compone exactamente de 72
palabras.
Por qu 72? Porque segn el cmputo que aparece en el libro del
Gnesis captulo 10, las poblaciones paganas conocidas en aquella
poca estaban representadas precisamente por la cifra 72. Este nmero
indica, por consiguiente, todo el universo conocido, el mundo pagano.
Recordis en el evangelio de Lucas cuando Jess enva 72 discpulos?
Qu quiere indicarnos el evangelista? Quiere decirnos que mientras que
los mandamientos de Moiss fueron dados a un pueblo determinado,
Israel, las bienaventuranzas, en cambio, han sido dadas para toda la
humanidad, todos los pueblos sin excepcin pueden acoger este
mensaje.
La primera bienaventuranza no aparece ah por casualidad. Est
colocada con toda intencin, pues indica la condicin para que existan
todas las otras. Por ello, es la bienaventuranza que crea ms dificultad.
La conocemos, es la bienaventuranza de los pobres, es la que por regla
general se antoja ms antiptica. Bienaventurados los pobres de
espritu, porque de ellos es el Reino de los cielos, o literalmente,
Bienaventurados los pobres en el espritu, porque de ellos es el
Reino de los cielos. Nunca jams en los evangelios ha dicho Jess
que los pobres sean bienaventurados, nunca. Por consiguiente,
resulta falso afirmar que Jess haya declarado bienaventurados a
los pobres, es decir, aquellos que la sociedad ha hecho pobres. No
es cierto. Jess en los evangelios jams declara a los pobres
bienaventurados. Los pobres son desgraciados, y es tarea y
responsabilidad de la comunidad hacer que salgan de esa condicin
de pobreza.
Entonces, cmo surgi este dicho de que Jess haya exaltado la
pobreza? Como sabris, uno de los problemas que ha tenido la iglesia
catlica es que el evangelio fue escrito en griego (la lengua comercial de
la poca), pero en el curso de pocos decenios el griego perdi su
carcter de lengua internacional y fue sustituido por el latn en occidente,
por el sirio en oriente y por el copto en frica. Surgi entonces la
necesidad de traducir los textos desde el original griego a las lenguas
habladas por la poblacin. En el proceso de traduccin del griego al latn
ciertas sutilezas gramaticales, ciertas figuras del lenguaje no pudieron
ser conservadas, y despus, la interpretacin que la Iglesia hizo del texto
dio pie para que en el imaginario de la gente Jess hubiese proclamado
benditos a los pobres, sin ms.
Las bienaventuranzas, ante todo, estn escalonadas por esta
invitacin: bienaventurados, que se repite hasta 8 veces. Qu significa
el trmino bienaventurados ()? En aquella poca,
indicaba la felicidad plena y total que de por s era considerada como
una caracterstica celosa y exclusiva de las divinidades. En el mundo
pagano, en efecto, los dioses contaban con algunas prerrogativas
exclusivas, nicamente de ellos, y una de stas era la felicidad. Cuando
se percataban de que alguien en la tierra alcanzaba un nivel de felicidad
que ellos consideraban exagerado, pues teman que se acercase
demasiado a su nivel, lo azotaban con alguna desgracia.
Pues bien, Jess por 8 veces invita a la plenitud de la felicidad.
Mientras la religin promete una felicidad ilusoria y ensea que la
felicidad est en el ms all (sufre aqu, sers feliz en la otra vida), Jess
disiente. l ha venido a anunciar que es posible ser plenamente felices
aqu en esta existencia. Jess ha venido a proponer un nuevo tipo de
relacin con Dios, pero sobre todo un nuevo tipo de relacin con las
personas que haga posible la felicidad, una felicidad ilimitada, no solo
parcial, una felicidad plena y total aqu en esta existencia. En otras
palabras, Jess ensea que Dios no es enemigo de la felicidad, Dios
es el autor de la misma, y desea que esta felicidad llegue a ser la
condicin habitual de cada ser humano.
As pues, hasta por 8 veces Jess invita a la plenitud de la felicidad
aqu sobre esta tierra. Por ello, el mensaje de Jess no puede ser
considerado como un mensaje alienante, no promete nunca la obtencin
de una felicidad en el ms all, remite siempre a esta misma tierra. De
este modo, Jess proclama bienaventurados, o sea, plenamente felices a
los pobres de espritu, o mejor, a los pobres por el espritu. Por tanto,
Jess nunca proclama bienaventurados a los pobres simplemente, a los
indigentes y desposedos. En este caso se trata de los pobres de espritu.
Ahora bien, debemos comprender con precisin el significado de esta
expresin pobres de espritu. Desde el punto de vista gramatical, la
pobreza en el espritu puede indicar:
una determinada carencia del individuo: es decir, aquellas personas que
son de algn modo deficientes en el espritu. No obstante, no parece
probable que Jess proclame felices a los retrasados o deficientes
mentales. stas son personas que la comunidad cristiana ha de apoyar y
sostener, pero su imagen no es obviamente el ideal al que debe aspirar
la comunidad.
pobres de espritu puede significar tambin una actitud espiritual; y
precisamente esta fue la interpretacin elegida por la iglesia en el pasado.
Qu quiere decir?: t eres rico, puedes mantener tus riquezas, pero lo
importante es que ests desapegado espiritualmente, aunque no se
entiende muy bien lo que esto implica. As, la pobreza de espritu se
transform en espritu de pobreza. Y esta fue la versin que imper en la
tradicin de la iglesia. No se le peda al rico que renunciase a su riqueza,
lo importante era el desapego, era suficiente que se recordase de vez en
cuando de hacer alguna limosna para las obras de beneficiencia
eclesial
Sin embargo, dado que es sta la bienaventuranza ms difcil de
digerir, Jess vuelve a tratar de ella en varias ocasiones a lo largo de
este evangelio. Por ejemplo, cuando Jess exhorta al rico que se le
acerca a que renuncie a sus riquezas pero ste hace odos sordos y se
aleja entristecido, Jess no va detrs de l atenuando su exigencia para
pedirle que se quede. No le dice: bueno, conserva las riquezas, lo
importante es que ests desapegado espiritualmente. La ruptura con las
riquezas ha de ser inmediata, efectiva y radical.
pobres en el espritu puede significar asimismo una opcin existencial; o
sea, no se refiere a personas que la sociedad ha hecho pobres, sino a
personas que en el espritu, o sea, en virtud de su fuerza interior, eligen
voluntariamente colocarse en una condicin de pobreza. Pero qu
quiere decir entrar en una condicin de pobreza? Al final del relato de las
bienaventuranzas encontramos la reaccin de estupor por parte de la
gente y Jess declara: no pensis que he venido a abolir la ley y los
profetas es decir, las dos partes que componan el Antiguo Testamento
yo he venido para llevarlos a su pleno cumplimiento. Jess ha venido
para realizar plenamente el designio de Dios hacia la humanidad que ya
haba expresado Moiss, es decir, que en el seno del pueblo no haya
nadie en condiciones de precariedad. Esta es la voluntad de Dios.
En aquella poca, cada nacin contaba con su propia divinidad.
Partiendo de la base que todos consideraban verdadero al propio dios,
cmo hacer entonces para dilucidar cul de dichas divinidades era la
ms importante? Pues bien, el reto de Israel era precisamente ste:
desterrar la pobreza del pueblo. As, cuando no haya ningn necesitado
en el pueblo, la gente deber creer que verdaderamente la divinidad de
Israel es la ms fuerte de todos, la divinidad ms autntica.
He aqu por qu en su descripcin Lucas afirma que en la primitiva
comunidad de Jerusaln daban testimonio con gran fuerza de la
resurreccin de Jess, de qu modo?: no con el catecismo, con
proclamaciones, sino formando una comunidad en la que no haba
personas necesitadas. La nica prueba de que Cristo ha resucitado es
que en la comunidad no hay personas pudientes y personas en
condiciones precarias. En la cena de la comunidad nadie es indigente. Es
sta la nica prueba, no hay otras. Y Jess ha venido a llevar esto a
cumplimiento, aunque evidentemente es bien difcil. Cuando se toca el
monedero de las personas surgen los escollos. Hay un caso en el
evangelio de Lucas que parece casi una narracin humorstica. A Jess
lo sigue una multitud enorme porque se dirige a Jerusaln y la gente
piensa que se trata de la conquista de lo ciudad y que, por tanto, va a
obtener algo grande. Jess al cabo de tres etapas dice:
mirad que voy a Jerusaln a sufrir (bien, estamos dispuestos a sufrir
contigo, responden los suyos)
puede ser incluso que acaben con mi vida (bien, estamos dispuestos a
morir por ti, responden de nuevo)
quien no venda todo aquello que posee, no se crea que puede venir
conmigo.
Aqu se complican las cosas: querido Mesas, vete a Jerusaln y
despus, cuando la hayas conquistado, me mandas una tarjeta postal.
La multitud lo ha abandonado sin remisin. Cuando se toca el inters
crematstico todo se viene abajo. Esto es cierto hasta el punto de que la
comunidad cristiana transform incluso el significado de la oracin del
Seor, el Padre Nuestro. Cuando Jess dice en el Padre Nuestro
perdona nuestras deudas as como nosotros perdonamos a
nuestros deudores, no est hablando del perdn de las culpas, no est
tratando de algo espiritual, est mencionando en realidad algo muy
concreto: la cancelacin real y radical de las deudas. Por qu hace esto
Jess?
Hemos visto que el Seor, a travs de Moiss, haba hecho surgir
una esperanza, un ideal: nadie en mi pueblo habr de pasar necesidad.
Para cumplirlo, elaboraron una ley segn la cual en el plazo de 7 aos
todas las deudas quedaran canceladas. En s misma, la ley era buena,
pero lo cierto es que a la larga acab por empeorar la situacin de los
necesitados, porque cuando se acercaba el cumplimiento de los siete
aos nadie estaba dispuesto a prestar nada, ya que saba que no le sera
devuelto nada. Y tampoco se prestaba a personas de las que no se tena
la garanta cierta de que devolveran el prstamo. En conclusin, esta ley,
que haba sido hecha pensando en los pobres, acab por retorcerse en
contra de ellos.
Jess la retoma, pero la vara sustancialmente. No se trata de
aplicarla cada siete aos, ahora se convierte en prctica habitual de la
comunidad, es ms, llega a ser el criterio de reconocimiento de la misma.
En la mentalidad de la poca se consideraba que el ser humano era
deudor respecto a su Seor pues de l haba recibido la vida, la
naturaleza. Se peda que se nos perdonaran los pecados como
perdonamos los pecados ajenos. Pero se trataba de deudas de tipo
econmico, porque quizs es ms sencillo (aunque sea difcil) perdonar
una culpa antes que cancelar una deuda, especialmente si es relevante.
Y esta enseanza de Jess fue, por tanto, espiritualizada.
Por consiguiente, qu es lo que Jess pide en esta
bienaventuranza? No pide a sus discpulos que se despojen de sus
cosas, sino que vistan al desnudo, y cada uno de nosotros podemos
hacerlo sin necesidad de despojarnos de nuestros vestidos y entrar en
esa clase de pobreza que es intil. Hemos de comprender el mensaje de
Jess y traducirlo en nuestra cultura: pide que abajemos nuestro nivel
de vida para permitir a quienes tienen un nivel demasiado bajo que
lo puedan elevar. Tal como hizo Jess quien, segn el Nuevo
Testamento, de rico que era se hizo pobre para que los pobres fuesen
ricos. Jess, el Seor, quiere que todos penetren en el grupo de los
seores, pero no le interesa que nadie entre en el grupo de los ricos.
Jess se comporta de forma severa con los ricos, tanto que afirma que
ninguno entrar en el reino de los cielos.
Por qu ningn rico puede entrar en su comunidad del reino de
los cielos? Qu significa que Jess, el Seor, nos invite a entrar en el
grupo de los seores? El seor es aqul que da, y todos podemos ser
seores. Dar no depende de la salud, no depende de la cultura, no
depende ni tan siquiera de la cuanta de nuestras posesiones. Todos
somos llamados a convertirnos en seores; as pues Jess, el Seor, nos
invita a ser seores. Y quin es el rico? Es aqul que retiene para s
cuanto posee, aqul que es incapaz de compartir. Entonces, para Jess
no hay lugar para el rico en el seno de la comunidad, porque su
comunidad est formada por seores, pero no por ricos. En aquella
poca eran conocidos los as llamados pobres de Yahv, o sea,
personas que se fiaban del Seor para salir de la pobreza; pero aqu con
Jess sucede todo lo contrario: surgen personas que se fan de tal forma
del Seor que deciden optar por la pobreza. Los pobres en el espritu
son aquellos que libremente, voluntariamente, por amor, se sienten
responsables de la felicidad y del bienestar de los dems.
Pues bien, Jess les dice bienaventurados porque de ellos es el
reino de los cielos. Pero ya que manejamos tantas veces esa imagen
espiritualizada del reino de los cielos parecera que nos topramos de
nuevo con el ms all. No, Mateo es el nico evangelista que emplea la
frmula reino de los cielos, no lo hacen los otros evangelistas. All
donde los otros hablan de reino de Dios, Mateo usa la frmula reino de
los cielos, y lo hace porque escriba para lectores judos y los judos
evitan nombrar e incluso evitan escribir el nombre de Dios. Por eso
Mateo, para no herir su susceptibilidad, todas las veces que puede
sustituye el trmino Dios por el trmino cielos. Lo hacemos tambin
nosotros en nuestras lenguas, sin darnos cuenta, cuando decimos
gracias al cielo. No queremos darle las gracias a la atmsfera, sino a
Dios. Tambin decimos no lo quiera el cielo y otras expresiones
semejantes en las que cielo sustituye a Dios. En conclusin, Reino de
los cielos no tiene la connotacin del ms all, seala el reino de Dios
sin ms.
Qu significa reino de Dios? Israel vena de una experiencia
desastrosa de la monarqua. Dios, de hecho, no la haba querido, pues
Dios no tolera que haya un hombre que pueda mandar sobre otros
hombres, pero Israel la quiso a pesar de todo, a pesar contrariar con ello
la voluntad del Seor. El Seor, por medio de los profetas, haba
advertido: mirad que vuestros reyes harn de vuestros hijos guerreros,
de vuestras hijas sus siervas, se apoderarn de vuestros mejores
campos No importa, queremos tener un rey igual que los otros pueblos,
segua deseando tercamente Israel. Y esto marc el inicio de la
desgracia nacional del pueblo: se fueron sucediendo reyes psimos, uno
peor que otro, lo que condujo a una guerra fratricida entre los distintos
reinos, con la consecuencia de que las potencias del entorno ocuparon y
absorbieron ms tarde a Israel. Todo esto hizo que se proyectara en Dios
la figura del rey ideal. El rey ideal era aqul que se ocupara de los
pobres y de los marginados.
As pues, decir que de ellos es el reino de los cielos significa
afirmar que Dios es su rey, o sea, que estas personas son gobernadas
directamente por Dios, y Dios no gobierna emanando leyes que los
hombres hayan de observar, sino comunicando su espritu. De ah que
esta primera bienaventuranza tenga el verbo en presente. No dice que de
ellos ser el reino de los cielos el da de maana. No, el fruto es
inmediato: ellos ya poseen el reino de los cielos.
Pero atencin, no estamos hablando de un individuo aislado: las
bienaventuranzas no se dirigen nunca a un solo individuo, siempre tienen
por objeto una pluralidad. Jess habla en plural: bienaventurados
aquellos que. Y, por qu habla Jess en plural? Porque para l no
tiene valor que una persona aislada se comporte as. Jess quiere incidir
profundamente en la sociedad para cambiar radicalmente el rostro de la
misma, y por ello precisa de un grupo, de una comunidad.
As pues, con otras palabras Jess est asegurando lo siguiente: si
hay un grupo de personas que hoy elige libremente,
voluntariamente, ser responsables de la felicidad y del bienestar de
los dems, desde ese momento sucede algo extraordinario: sucede
que Dios se hace cargo de ellos; y surge de ah un cambio
maravilloso. Si nosotros nos hacemos cargo de los dems,
finalmente damos la posibilidad a Dios de preocuparse l de
nosotros.
Entonces sabis qu ocurre? Que se pasa de creer en Dios a
experimentarlo: y la diferencia es enorme. Cuando se pregunta a los
cristianos si creen que Dios es Padre, normalmente responden que s.
Pero la cosa resulta ms compleja cuando se les pregunta: pero t lo
has experimentado como Padre?, y aqu surgen los problemas. sta es
la tragedia de nosotros, cristianos: nos han llenado la cabeza de
ideologas, pero no nos han transmitido experiencias vitales; nos han
hecho creer que Dios es Padre, y esto es verdad, pero no nos lo han
hecho experimentar.
He aqu el modo como se puede experimentar: si nos hacemos
cargo y llegamos a ser responsables de la felicidad y del bienestar de los
otros, desde ese momentoe exacto permitimos a Dios hacerse cargo l
mismo de nuestra propia felicidad, y la vida cambia, porque se pasa a
experimentar cotidianamente, an en los aspectos ms insignificantes de
la existencia, la presencia tierna de un Padre que en cualquier situacin
te susurra: no te preocupes, fate de m.
Esto no significa que desaparezcan nuestras dificultades ni que se
desvanezcan por encanto las contrariedades que la vida nos hace
encontrar, pero contamos con una nueva energa, una capacidad
renovada para afrontarlas y vivirlas. Esta es la primera bienaventuranza,
Jess es muy claro: aquellos que libremente, voluntariamente, por
amor, deciden hoy, en este momento, hacerse responsables de la
felicidad de los dems, son bienaventurados, porque de ellos, y no
de los dems, se hace cargo Dios (este es el significado del reino de
los cielos, Dios los gobierna). Si existe esta base, he aqu que despus
vienen todas las otras bienaventuranzas, que estn condicionadas por la
primera. La primera tiene el verbo en el presente, todas las dems,
excepto la ltima, tienen el verbo en tiempo futuro. En las otras
bienaventuranzas, el evangelista presenta primeramente situaciones
negativas de la humanidad, de cuya eliminacin se habr de encargar la
comunidad que ha optado por vivir la primera bienaventuranza.
La primera de dichas situaciones de sufrimiento de la humanidad
es la siguiente: Bienaventurados los afligidos porque sern
consolados, o literalmente Bienaventurados los afligidos, porque
stos sern consolados. Jess proclama bienaventurados a los
afligos u oprimidos (el trmino ) puede ser traducido de
ambas formas), porque ellos sern consolados.
Como hemos dicho antes, tampoco ahora quiere decir que los
desgraciados de este mundo sern consolados el da de maana en el
ms all. Qu le importa saber que maana sern consoladas a las
personas que ahora sufren, que lloran desconsoladas en estos
momentos? Y adems Jess no habla de un consuelo superficial,
pasajero, sino de la profunda consolacin que proviene de Dios, que no
es lo mismo. Seguramente conocis el libro de Job, ese hombre piadoso
al que suceden todas las desgracias del mundo: arden sus campos,
mueren sus bestias, mueren tambin sus hijos, se derrumba su casa sin
que se muera su mujer Pues bien, tres amigos, personas muy pas
(las peores personas que se pueden encontrar en los momentos de
dificultad) van a verlo para consolarlo. Y sabis que dice Job? He tenido
que soportar muchas desgracias, pero ninguna ha sido tan fatdica como
vosotros, que habis venido a consolarme en vano, porque tambin yo
sabra usar vuestras palabras huecas si estuviera en vuestro lugar.
Jess no habla de una afliccin cualquiera, no habla de cualquier
tipo de tristeza. El evangelista toma esta expresin del libro del profeta
Isaas, captulo 61, en donde se declara que el da de la venida del
Mesas ser para consolar a todos los afligidos. As pues, esta
bienaventuranza de Jess (bienaventurados los afligidos) se dirige a un
grupo especial de afligidos y oprimidos. Aqu no se habla de cualquier
tipo de afliccin, como puede ser la afliccin debida a una relacin
complicada con otra persona o una situacin dolorosa cualquiera; los
afligidos de los que habla Isaas es el pueblo que se siente oprimido por
dos realidades que no hacen sino empeorar su situacin:
1. desde el exterior, una dominacin pagana
2. y desde el interior, la opresin de los jefes religiosos
Estos dos elementos provocan que el pueblo se halle en una situacin de
afliccin y opresin tal que no puede dejar de gritar la propia
desesperacin. Tan es as que en el evangelio de Lucas esta
bienaventuranza es expresada con la frase bienaventurados los que
lloran: no se trata de personas deprimidas, son personas que han sido
aplastadas por una situacin de injusticia poltica, econmica o social, y
por eso exclaman desesperados.
En otras palabras, Jess dice que quienes viven esta situacin,
aplastados por la sociedad desde el punto de vista econmico, poltico,
social, religioso, estas personas sofocadas y hundidas no son
proclamadas bienaventuradas porque estn afligidas (la bienaventuranza
no se refiere nunca a la condicional, est siempre en el segundo trmino
del enunciado), sino que aquellos que viven esta condicin de afliccin
son bienaventurados porque y el evangelista que es un gran telogo y
literato usa atentamente los trminos, no emplea el verbo confortar
(), sino el verbo consolar () que significa la
eliminacin desde la raz de la causa del sufrimiento.
Todas estas bienaventuranzas estn condicionadas por la primera:
si existe un grupo de personas, una comunidad que comienza a hacerse
cargo de aquellos de los que nadie se ocupa, de todas esas personas
que sufren hasta el punto de tener que gritar su desesperacin, son
bienaventurados porque gracias a esta comunidad que se ocupar de
ellos vern llegar el final de su afliccin.
As pues, no es para nada un mensaje alienante o espiritualista, un
mensaje que remita al consuelo del ms all, es, antes bien, un mensaje
de inmediatas consecuencias. Hay mucha gente desesperada que
exclama en su desesperacin y nosotros debemos poner fin a sus
sufrimientos. Por consiguiente, bienaventurados los afligidos porque
asistirn al final de su afliccin.
Veamos a continuacin una bienaventuranza en la que no se
comprende bien la relacin existente entre la situacin de sufrimiento y la
promesa de liberacin. Hemos visto que en las bienaventuranzas hay
una situacin negativa a la que sigue una promesa de una solucin, por
tanto, para aquellos que escogen ser pobres, las consecuencias
negativas de esta opcin sern eliminadas porque Dios es su rey y a los
pobres se les promete que heredarn su reino.
Hemos visto que los afligidos sern consolados, veremos despus
que los hambrientos sern saciados, pero en este caso, en cambio, no se
comprende por qu esta bienaventuranza es: Bienaventurados los
mansos porque heredarn la tierra, o la traduccin literal
Bienaventurados los mansos porque heredarn la tierra. No se
entiende bien qu tiene que ver la tierra con la mansedumbre. En las
otras bienaventuranzas tenemos una situacin negativa con la promesa
de una liberacin positiva, pero aqu no se comprende del todo la ligazn
entre ambos miembros. En el pasado, y cuando critico el pasado no es
tanto una crtica por mala fe del pasado, carecan de los instrumentos
necesarios para una comprensin precisa del texto. El caso es que hasta
hace unos 40 aos no se contaba todava con el texto ntegro del Nuevo
Testamento griego. Fue solo a partir del Concilio Vaticano II cuando la
Iglesia catlica torn al texto griego; la primera edicin del mismo se
remonta apenas al ao 1975, antes de ayer como quien dice.
Previamente, no haba posibilidad de contar con conocimientos
profundos del evangelio. Entonces, en el pasado no entendiendo esta
bienaventuranza, la tierra haba sido transfigurada en el ms all,
siguiendo la mana de remitirlo tod al paraso, y los mansos eran los
sometidos, los obedientes que esperaban en el ms all mientras se
inclinaban sobre todo a la autoridad eclesistica.
Pero volvamos a Mateo, tambin en este caso el evangelista se
remite a la historia de Israel, y en concreto est citando el salmo 37,11.
En la historia de Israel las cosas haban sucedido del modo siguiente:
cuando el pueblo entr en la tierra de Canan, la tierra fue dividida segn
las tribus y cada tribu fue posteriormente dividida segn los clanes, los
clanes dividieron entonces la tierra que les fue asignada segn las
familias pertenencientes al mismo, de modo que a cada familia le tocase
un pedazo de tierra. La tierra es muy importante en oriente; un hombre
sin tierra es un hombre sin dignidad y esto permite comprender la
reaccin de los palestinos cuando se les confisca la tierra. Perder la tierra
no significa solo verse desposedo de un pedazo de tierra, se pierde la
vida, la dignidad, porque si un hombre tiene tierrra, puede trabajar y por
tanto puede nutrir y mantener bien la propia famlia; si no tiene tierra,
nada de todo esto sucede. La posesin de la tierra era del todo decisiva
en aquella sociedad.
Pero tras la divisin, sucedi que en el intervalo de dos o tres
generaciones los ms prepotentes, los ms aguerridos, los ms astutos,
los ms deshonestos, en suma, tomaron posesin de la tierra de las
personas menos capaces, de las personas menos astutas y de las
personas ms dbiles. El resultado fue que gran parte de la tierra pas a
ser poseda por poqusimas familias en cuyas manos se concentr todo y
la gran parte de la gente estaba obligada a ir a trabajar como braceros en
la misma tierra que haba sido propiedad suya previamente. Una
situacin, pues, de total injusticia. Entonces, estas personas que haban
sido expropiadas de su tierra protestaban con fuerza y para calmarlos,
siempre las personas pas, usan el salmo 37, que es todo un panegrico,
y dicen: no, no os irritis con los ricos porque no sabis cunto sufren los
pobres ricos; vosotros tranquilizaos, tened calma (he aqu la religin
como opio del pueblo) porque heredaris una tierra; es decir, mantened
la serenidad, no os alteris, dejad hacer a Dios porque l distribuir
conforme a justicia y veris cmo estos ricos sufrirn y a vosotros se os
dar una tierra. Cundo se nos dar? Ah, eso no se sabe, Dios
proveer, y las cosas no cambiaban para nada. Este es el salmo 37.
Entonces, la expresin mansos no indica una cualidad moral del
individuo, indica ms bien una situacin social desesperada; es la misma
diferencia que existe entre el humilde y el humillado: aqu no se trata de
humildes, sino de humillados. Para una mejor comprensin de esta
bienaventuranza, podremos traducirla por los desheredados, o sea,
aquellos que lo han perdido todo, y esto puede ser debido a distintas
razones: culpa propia, incapacidad, etc. Sea como sea, Jess dice que
los desheredados, aquellos que han sido expropiados de todo, incluida la
dignidad, son bienaventurados porque heredarn la tierra (y aqu el
artculo determinado significa la totalidad).
Y se retorna a la primera bienaventuranza: si hay una comunidad
de personas que se esfuerza por sentirse responsable de la felicidad de
los infelices de este mundo, los desheredados, quienes han perdido todo,
incluso el honor, la dignidad, ya no saben ni siquiera lo que significa ser
una persona digna, todas estas personas reencontrarn en el mbito de
la comunidad cristiana no tanto un terreno, o un poco de dignidad, sino
que recibirn la tierra en su totalidad; es decir, dentro de la comunidad de
las bienaventuranzas los desheredados reencontrarn una dignidad que
nunca antes haban conocido en la vida, ni tan siquiera antes de perderla,
porque sern tratados con amor, con una atencin y un esmero que
nunca antes haban experimentado.
Como vis, no se trata de bienaventuranzas alienantes, son
factores que involucran en la accin. Pero la realidad es que existen los
desheredados del mundo y por desgracia siguen existiendo sin ms
desde los tiempos en que fueron pronunciadas las bienaventuranzas. Es
tarea de la comunidad cristiana que a estas personas que viven sin
ninguna dignidad se les permita hallar no una brizna de vida sino la
plenitud de la misma.
Las bienaventuranzas de los afligidos y de los desheredados son
despus resumidas por el evangelista en una tercera bienaventuranza.
Siguiendo el esquema repetido con el que el evangelista construye su
relato, la sucesiva es: Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia porque sern saciados, o literalmente Bienaventurados
los hambrientos y sedientos de la justicia, porque stos sern
saciados.
El evangelista ha presentado dos situaciones de injusticia (los
afligidos y los desheredados), y vuelve a ponerse en marcha con una
tercera bienaventuranza. Habla ahora de aquellos que consideran una
cuestin vital devolver la dignidad a quien no la tiene, liberar de la
opresin a los oprimidos. Todos stos asegura Jess sern
plenamente felices aqu en la tierra, en el seno de esta comunidad
(porque, recordmoslo, todo depende de la primera bienaventuranza que
es el marco de referencia), o sea, en una comunidad de gente que ha
renunciado a la ambicin, al tener ms, al enriquecerse, que ha rehusado
ser ms que los otros y ha comprendido que la felicidad no consiste en
aquello que se posee, sino en aquello que se da.
Y esto lo afirma igualmente, aparte de la bienaventuranza, una
frase de Jess en los Hechos de los Apstoles, que desafortunadamente
siempre ha sido transmitida sin el relieve que merece. Jess dice: hay
ms alegra en dar que en recibir, he aqu la felicidad. En nuestro
mundo muchas personas no son felices porque piensan que la felicidad
consista en aquello que los dems deben hacer por nosotros. Y entonces
quedan muy a menudo desilusionados porque los dems no pueden
conocer sus expectativas y sus deseos. Quien piense que su propia
felicidad depende de lo que los dems deben hacer para l permanece
siempre sumido en el desaliento.
De ah que Jess diga: no, la felicidad no consiste en lo que
los otros harn por ti, en aquello que recibirs, sino en aquello que
t sers capaz de donar. De este modo, la felicidad es plena, inmediata,
total; la felicidad consiste en cuanto se hace para los dems; yo siempre
s lo que puedo hacer por los dems, nadie me lo puede impedir.
Por ello, la invitacin que hace Jess es a gozar la plenitud de la
felicidad, y si existe una comunidad que se ocupa de la felicidad ajena,
en esta comunidad sern saciados plenamente quienes consideran una
cuestin vital el hambre y la sed de esta justicia (y aqu habra que
traducir con un verbo que ha cado un tanto en desuso, porque el trmino
que usa el evangelista es el verbo que se usa para los
animales que comen hasta reventar, y se podra decir hartos): es decir,
los hambrientos y sedientos sern saciados hasta rebosar de abundancia.
El evangelista emplea este mismo verbo, estar saciados, en un
episodio importante, el episodio del compartir el pan y los peces, cuando
se nos dice que todos los que comieron quedaron saciados (Mt 14,20).
Haciendo uso de esta tcnica literaria (o sea, empleando este verbo solo
en ambos casos), el evangelista nos hace comprender que se sacia la
propia hambre y sed de justicia a base de saciar el hambre fsica de
los dems, pero, sobre todo, Jess garantiza que en el seno de su
comunidad no tendr cabida ninguna forma de injusticia, ningn tipo de
injusticia tendr carta de ciudadana en su interior.
Y por esta razn, Jess tomar algunas precauciones por
desgracia poco tenidas en cuenta. Jess dice a los suyos: atencin!, no
permitid que nadie os llame padre, porque el nico Padre es el de los
cielos; que ninguno os llame maestros, porque el nico maestro soy yo.
Una pequea nota al margen: en la vida religiosa, el encargado de la
formacin de los novicios es denominado padre maestro: qu
disparate!, como si Jess no hubiese hablado con claridad suficiente
As pues, para evitar que surjan rangos y jerarquas en el seno de su
comunidad, Jess toma las debidas precauciones. l nos asegura que
quienes pongan sus cinco sentidos en estas formas de vivir la justicia
sern plenamente saciados.
Y tras haber presentado las situaciones negativas de la humanidad,
el evangelista presenta ahora los efectos positivos que tienen lugar
dentro de la comunidad en los individuos que han hecho esta opcin.
Recordad que Mateo escribe siguiendo el modelo de las obras de Moiss,
el cual, tras anunciar al pueblo los mandamientos de la Ley, proclama
una especie de credo de aceptacin de los mismos, que en hebreo se
conoce como el shem Israel (escucha Israel). Pues bien, Mateo hace
lo mismo: tras la proclamacin de las bienaventuranzas presenta el
Padre Nuestro. El Padre Nuestro no es una oracin, es la frmula de
aceptacin de las bienaventuranzas, en forma de plegaria, tanto es as
que a cada bienaventuranza corresponde una peticin del Padre Nuestro.
Y al igual que en el Padre Nuestro las primeras peticiones tienen
que ver con la humanidad, con el reino, y despus las otras ataen a la
comunidad, del mismo modo sucede en las bienaventuranzas. As pues,
en la primera parte de las bienaventuranzas hemos visto situaciones de
sufrimiento de la humanidad, que es tarea de la comunidad cristiana
eliminar de raz;
ahora pasamos a comprobar los efectos que se producen dentro de la
comunidad.
Y la primera bienaventuranza de esta segunda parte es:
Bienaventurados los misericordiosos, porque hallarn misericordia,
o literalmente, Bienaventurados los misericordiosos, porque stos
recibirn misericordia. Hemos de estar atentos, porque las
bienaventuranzas que examinaremos a continuacin no conciernen a
grupos distintos de personas: los misericordiosos por un lado, los puros
de corazn por otro, los constructores de paz por su cuenta. No, no se
trata de grupos diferentes, antes bien, son todos efectos que tienen lugar
en el individuo y en la comunidad que han acogido la primera
bienaventuranza: as pues, quien elige vivir la primera bienaventuranza y
libremente opta por entrar en una condicin de pobreza para permitir a
los pobres salir de ella, quien se hace responsable de la felicidad de los
dems, stos individuos son todos misericordiosos, puros de corazn,
constructores de paz a un mismo tiempo. Recordemos, pues, que estas
cualidades que el evangelista enumera no son cualidades de los
individuos particulares, sino caracteristicas que les hacen reconocibles,
que les identifican como miembros de la comunidad de las
bienaventuranzas.
As pues, el primer rasgo caracterstico es el ser misericordiosos.
Misericordioso () no significa una persona que alberga
sentimientos misericordiosos, designa antes bien a una persona que se
esfuerza activamente para ayudar a los dems. La misericordia no es
un sentimiento, es antes bien una accin concreta con la cual se ayuda a
los dems a salir de una situacin de dificultad. Son personas con las
que se puede siempre contar; no es, por tanto, un gesto de caridad que
se lleva a cabo de vez en cuando, la misericordia es el gesto habitual que
hace a la persona reconocible; se sabe que esa persona est siempre
disponible para ayudar.
Entonces Jess dice: los misericordiosos, esas personas que estn
siempre dispuestas a dar una mano, son bienaventuradas porque
hallarn misericordia, es decir, cada vez que se encuentren a su vez en
una situacin de dificultad, de necesidad, hallarn ayuda de Dios por
medio de la comunidad. He aqu el cambio del que hablbamos al
principio: si nos sentimos responsables de la felicidad de los dems,
permitimos que Dios lo sea de la nuestra: es un cambio maravilloso.
Porque por mucho que nos ocupemos de la propia persona, de la propia
felicidad, nosotros no nos conocemos como nos conoce Dios. Jess dijo
que conoce incluso los cabellos de nuestra cabeza; por tanto, la accin
de ayuda de Dios hacia nosotros superar siempre con creces nuestra
accin de ayuda a los dems y, sobre todo, nos dar siempre mucho
ms.
En el evangelio de Marcos hallamos una imagen muy hermosa que
a menudo es interpretada de forma errnea, al no ser comprendido el
lxico, el lenguaje de aquella poca. Jess dice seris medidos con la
medida con la que midis y se os dar an ms en aadido. Qu
quiere decir esta medida?
Hasta hace unas cuantas dcadas, en las tiendas de ultramarinos,
los productos se solan vender a granel, o sea, no estaban
empaquetados ni se despachaban ya confeccionados. Se peda un
centmetro de aceite, dos medidas de harina, etc, y para cuantificar estos
alimentos se usaban pequeos contenedores llamados medidas. Jess
est hablando de cosas que todos comprendan al escucharle, y asegura
que la medida que vosotros empleis os ser devuelta. Es decir, lo que
damos a los otros no es una prdida, porque se nos restituye. Dios no se
deja vencer en generosidad. Es ms, Dios regala vida a quien produce
vida. As pues, se nos devuelve la medida que usamos y se nos aade
an algo ms. Por ejemplo, si yo doy 100, no solo recibo 100, sino 130. Y
ahora esta cantidad, 130, no me la guardo celosamente para m, la
vuelvo a donar y recibo 180: es decir, el amor es la garanta del
crecimiento del individuo, cuanto ms se dona a los dems ms se crece
por dentro.
He aqu por qu Jess pronunci esa expresin que, tal como la
traducimos e interpretamos, podra dar pie a una interpretacin de tipo
sindicalista: a quien tiene se le dar, a quien no tiene le ser quitado
incluso lo que tiene. Esta frase de Jess se antoja de una injusticia
demoledora. El verbo tener indica aqu un resultado, porque cuando
digo yo tengo relato siempre el resultado de una accin. Jess habla
aqu tras la parbola de los cuatro tipos de terrenos: es decir, ha dicho
que hay una semilla que es capaz de producir y de fructificar. Por ello, el
significado es ste: a quien produce le ser dada la capacidad de
producir an ms. Quien ha captado el mensaje de Jess y lo traduce en
actitudes prcticas, cuanto ms se dona a los dems es mayor la
capacidad de dar que surge en l. Aqul que, por el contrario, no se dona
a los dems, aqul que no produce, hace estril la propia capacidad de
amar, y cuando llega el momento en que tiene necesidad, no es capaz
de ello.
Si yo me entreno cada da para superar los inevitables sinsabores y
adversidades que la vida comn, la vida familiar, la vida social comporta,
cuando llegue el momento de la ofensa, del mal recibido, ser capaz de
perdonar porque estoy entrenado para ello. Pero si soy incapaz de
levantar la vista ms all de los pequeos conflictos, de las ofensas, etc,
suceder entonces que cuando llegue el momento serio en que reciba
algn mal, ser incapaz de perdonar. A quien tiene le ser dado, es decir,
a quien produce amor le ser dada una capacidad de amar an mayor,
pero a quien no tiene se le quitar incluso esa capacidad.
Jess nos asegura, y por eso digo que cambia la vita, que somos
bienaventurados si nos comportamos como personas con las que los
dems pueden contar habitualmente porque saben que estamos siempre
dispuestos a dar una mano. Somos bienaventurados porque cuando
tengamos necesidad, Dios mismo intervendr y nos bendecir con
mucho ms de cuanto hayamos podido dar nosotros a los dems.
Otra de las bienaventuranzas que ha sido muy mal interpretada en
el pasado es: Bienaventurados los puros de corazn, porque vern
a Dios o literalmente Bienaventurados los puros de corazn, porque
stos vern a Dios. En el pasado, la pureza no se localizaba en el
corazn, sino en los genitales. Era una generacin obsesionada por
la pureza, atemorizada ante el pensamiento de que Dios vea todo y
vigilaba atentamente cada una de nuestras acciones, siempre
dispuesto a cogernos in fraganti. De ese modo, se reduca el
concepto de pureza a lo meramente genital y esto hizo perder de
vista la riqueza verdadera de esta bienaventuranza.
Jess aqu no est hablando de pureza a nivel genital o sexual. El
caso es que en el mundo hebreo, el corazn no tiene el mismo
significado que tiene en nuestra cultura occidental. El corazn no es para
ellos la sede del afecto, del amor, sino que equivale a lo que nosotros
decimos mente, conciencia: cuando en el evangelio se habla de dureza
de corazn no se piensa en personas crueles, se refiere en cambio a
personas obstinadas, invulnerables en su caparazn.
As pues, Jess est hablando de los puros de corazn, es decir,
aquellos que son limpios en su propia conciencia, en su intimidad, y
afirma que estos personajes limpios, transparentes, vern a Dios.
Tambin aqu el evangelista - vis como se repite la referencia al
Antiguo Testamento se refiere al salmo 24,4 que estableca la pureza
de corazn como un requisito que era preciso cumplir para subir al
templo y participar en la liturgia. Jess habla de personas limpias, pero
como hemos indicado antes, tampoco esto quiere indicar una cualidad
del individuo, aqu la pureza seala una actitud concreta que hace al
individuo reconocible; y cuando una persona ha elegido vivir la primera
bienaventuranza, es decir, no enriquecerse, sino compartir con los
dems, renunciar a la ambicin de tener ms, de ser ms, finalmente se
convierte en una persona genuina, una persona autntica, es decir,
transparente. Entonces, asegura Jess, las personas limpias, las
personas verdaderas, las personas transparentes de corazn, que lo son
tambin en la lengua, en sus palabras, personas que no tienen dobleces
ni se escudan detrs de mscaras, estas personas son bienaventuradas
porque vern a Dios.
Pero hay que estar muy atentos porque aqu Jess no est
prometiendo ningn tipo de visin. En sus palabras asegura que estas
personas trasparentes vern a Dios pero no en el ms all porque all lo
veremos todos, lo contemplarn incluso las personas que no han sido
puras de corazn. Jess asegura una visin inmediata aqu en esta tierra.
En griego, el verbo ver se escribe de dos maneras:
1. con la forma blepo () se indica la vista fisica,
2. y con la forma orao () se indica el matiz de ver como percepcin
interior, una profunda experiencia interior.
En nuestras lenguas, por el contrario, se usa un mismo verbo para
indicar esas dos realidades que de por s son bien distintas, a veces con
el matiz de vista fsica, a veces con el significado de percepcin o
comprensin interior.
Y aqu el evangelista no pretende decir en absoluto que las
personas bienaventuradas tendrn visiones de Dios. Jess asegura que
quien elige vivir conforme a la primera bienaventuranza ser una persona
limpia, trasparente, y puesto que es transparente hacia los otros, Dios
tambin ser transparente hacia ella, y esa persona se percatar de la
presencia de Dios en su existencia como padre tierno que se ocupa
incluso de los aspectos mnimos, insignificantes de su vida.
La vida cambia entonces, nosotros creemos que Dios est
presente junto a nosotros en el camino de la vida, pero cundo es que
lo podemos experimentar? Dios est presente, pero dnde? Pues bien,
Jess afirma: si vivs as os daris cuenta cada da de la presencia de
Dios hasta en las cosas ms pequeas de la vida. Un Dios de una
ternura tal que todo transforma en bien, un Dios que se pone a nuestro
servicio, un Dios que siempre permanece junto a nosotros.
Y llegamos ahora a la bienaventuranza que era de algn modo el
centro de nuestro encuentro, pero como vis estn todas ligadas una a la
otra y no es posible analizar una aislada en detrimento de las otras:
Bienaventurados los operadores de paz, porque sern llamados hijos de
Dios o literalmente Bienaventurados los artfices de paz, porque
stos sern llamados hijos de Dios.
Analicemos ante todo los trminos. Jess no proclama
bienaventurados a los pacficos, sino a los artfices de paz, los
constructores de paz (). Cul es la diferencia? Veamos:
ser pacfico es una cualidad del individuo, el pacfico es aquella persona
a la que le interesa tanto preservar su propia paz que evita
cuidadosamente tener que afrontar cualquier situacin de conflicto.
el artfice de paz, por el contrario, es un individuo que por la paz de los
dems est dispuesto a crear situaciones conflictivas; los constructores
de paz son personas que producen muchos quebraderos de cabeza
porque para obtener la paz de los dems no vacilan en despojarse hasta
de la suya propia. Pero veamos quines son estos personajes.
Constructores de paz: tambin en este caso el evangelista no
pretende indicar una cualidad del individuo, seala una actividad que
hace a la persona plenamente reconocible. La palabra paz en hebreo es
shalom, una palabra que es mucho ms rica que nuestro trmino paz;
paz en hebreo significa todo aquello que concurre a garantizar la plena
felicidad de los hombres. Como vis una vez ms, el proyecto de Dios es
que los seres humanos sean felices. Deseo subrayar este punto porque a
menudo la gente asocia fcilmente a Dios con la infelicidad ms que con
la felicidad; no solo, el caso es que hay personas que ni siquiera viven
con serenidad los momentos de tranquilidad y gozo que la vida ofrece,
temerosos de que el Padre eterno les enve alguna desgracia para
quebrar esa felicidad
Esto es tan cierto que en el lenguaje popular la gente dice a veces
que intua que algo se iba a torcer, que presentan que iba a suceder
algo malo, porque todo marchaba demasiado bien y no era normal.
Aqu se pone de manifiesto la imagen de las divinidades paganas, que no
toleraban que los humanos alcanzaran determinadas cotas de felicidad, y
se encargaban de obstaculizarla puntualmente. Muchas personas temen
pronunciar la palabra felicidad asociada a Dios porque les parecen
trminos irreconciliables, se sienten ms a gusto con el famoso valle de
lgrimas. Pero no es ste el mensaje de Jess: l nos invita a la plenitud
de la felicidad aqu en esta vida. Es posible ser del todo felices en esta
vida, porque esto corresponde exactamente a la voluntad divina. No es
preciso tergiversar los trminos como hacen personas generosas
dedicadas al voluntariado que se preguntan angustiadas si sus obras son
realmente meritorias y vlidas o no. Temen que si uno no se sacrifica, si
no sufre, su entrega no sea aceptable a los ojos del Seor. En la
mentalidad popular y debido a la herencia del pasado, la persona feliz
parece no estar en sintona con Dios. Es suficiente contemplar la
iconografia del pasado para entenderlo: fijaos bien cmo aparecen
representados los santos, sus rostros desde luego no desbordan alegra.
Habis visto alguna vez un santo feliz? Es difcil encontrar a un santo
sonriente, siempre los representan con un semblante triste y compungido.
Pero es la voluntad de Dios que se realice en esta tierra la felicidad y
Jess nos pide que colaboremos en la obra de la creacin de Dios.
En la teologa juda se crea y se enseaba que Dios haba
trabajado durante seis das y que el sptimo haba descansado. Dios
haba creado el mundo, el universo, que despus los hombres se haban
encargado de arruinar, pero Dios por su parte haba trabajado bien duro.
Jess no se muestra de acuerdo con esta concepcin: cuando le
reprochan por no respetar el sbado, en el evangelio de Juan, Jess
responde: mi Padre trabaja y tambin yo debo trabajar. Con otras
palabras, Jess est afirmando que la obra de la creacin no ha
concluido todava. El relato de la creacin que hallamos en el libro del
Gnesis, que dibuja una situacin ideal de armona entre el hombre
y la mujer, entre el ser humano y la creacin, no quiere expresar un
anhelo nostlgico de retornar a un paraso perdido, supone ms
bien la profeca de un paraso a construir, en cuya realizacin es
preciso empearse remangndose bien las mangas.
He aqu la razn por la que Pablo, en la carta a los Romanos,
exclama: la humanidad, la creacin entera gime a la espera de que
se produzca la manifestacin de los hijos de Dios. Este es el querer
de Dios: que nosotros nos convirtamos en colaboradores de su obra
creadora; y ste es precisamente el significado de ser constructores de
paz. Por ello, en esta bienaventuranza aparece la equivalencia entre ser
constructores de paz y ser llamados hijos de Dios. En el mundo hebreo,
hijos de Dios posee dos significados:
1. semejanza: hijo de Dios indica un parecido con Dios.
2. hijo es aqul que recibe proteccin por parte de Dios.
Pues bien, Jess asegura: quienes edifican la paz, o sea, quienes
trabajan por la felicidad, la dignidad y la libertad de los hombres son
bienaventurados porque, antes que nada, son semejantes a Dios.
Parecerse a Dios quiere decir que llevan a cabo su mismo trabajo. Y
adems son bienaventurados porque tendrn a Dios de su parte. Dios
est con quien no substrae la felicidad de los dems, sino que se
esfuerza en hacerla posible; Dios no se pone de parte de quien aniquila
la dignidad de las personas, l est junto a quien no ahorra esfuerzos
para restituir la dignidad a los seres humanos; en otras palabras, Jess
nos invita a colaborar incesantemente en la creacin.
Al hilo de cuanto estamos diciendo, encontramos una expresin en
el Antiguo Testamento que, al ser traducida a nuestras lenguas, pierde
mucho de su riqueza original, y aqu se pone de relieve el lmite
conceptual del occidente, incapaz de adecuarse y de captar el sentido
original de texto oriental. Pablo, y tambin en otros pasajes del Nuevo
Testamento, habla de que hemos sido elegidos para ser hijos adoptivos
de Dios. Bien, nosotros intepretamos las cosas desde nuestra forma de
pensar occidental en la que la adopcin significa un gesto de amor con el
que se trae un nio al seno de la familia; sin embargo, el significado
teolgico de ser hijos de Dios, hijos adoptivos, es mucho ms rico. En
aquella poca la adopcin tena el siguiente significado: cuando un rey o
un emperador comprenda que su vida se acercaba a su final, no dejaba
su reino o su imperio en manos de su hijo biolgico. El rey elega entre
los propios generales u oficiales la persona que le pareca ms adecuada,
la ms capacitada para llevar adelante como l su imperio, y adoptaba
como hijo a la persona elegida. ste es el significado de la adopcin
como hijos, se trata de un Dios tan enamorado de los seres humanos, un
Dios que nos estima hasta el punto de pedirnos ser sus hijos adoptivos, o
sea, pone en nuestras manos su obra y nos invita a colaborar con l y
como l en la creacin del mundo, para construir la paz. Pero es
inevitable que para construir la paz sea necesario quitrsela de las
manos a los enemigos de la misma. Cuando se trabaja para favorecer la
vida de los oprimidos, es preciso fastidiar un poco la vida de los
opresores.
Hemos visto que todas estas bienaventuranzas aparecen
formuladas en futuro, y recordemos que son condiciones posibles solo si
existe el fundamento de la primera bienaventuranza. Pero ahora,
llegados al final, nos encontramos con que la ltima bienaventuranza
est de nuevo formulada en tiempo presente, exactamente como la
primera: Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. Como vis, la segunda
parte de la primera y de la ltima bienaventuranza son idnticas.
La ltima bienaventuranza habla de persecucin, y como primera
reaccin, uno queda un tanto perplejo: despus de toda esta lista de
bienaventuranzas, como conclusin uno se esperara otra cosa, sera
casi lgico esperarse el aplauso de la gente. Y sin embargo, Jess es
muy claro: aquellos que son fieles a todo este programa (la justicia
significa precisamente la fidelidad) no deben esperarse aplausos ni
reconocimiento por parte de la sociedad civil ni religiosa. Han de
esperarse solo la persecucin.
Pero lo ms grave es que el verbo perseguir que emplea el
evangelista () es un verbo que indica el matiz de persecucin pero
en nombre de Dios, la ms terrible de todas. La persecucin en nombre
de Dios es la peor porque no proviene de enemigos externos, proviene
de las filas de aquellos con los que se crea poder contar, aquellos que
deberan haber colaborado en la ejecucin de ese programa de vida.
Jess habla de esto porque quien acoge las bienaventuranzas entra en
sintona con Dios, contempla a Dios, lo siente presente en la propia vida
y tiene necesidad de manifestarlo cada vez de una forma nueva.
Sucede entonces que precisamente en el seno de la comunidad
cristiana existe, en cambio, una parte del cuerpo que se ha detenido en
su crecimiento y que, lejos de seguir la propuesta de Jess de crear una
comunidad dinmica animada por el Espritu, se ha degradado
convirtindose fatalmente en una institucin inmvil gobernada por medio
de leyes: stos no soportan la presencia de los profetas dentro de sus
filas y los persiguen.
Es por esto que Jess exclama: Jerusaln, Jerusaln, ciudad
santa, Jerusaln, eres una ciudad asesina; todos los enviados, los
profetas que Dios te ha mandado los has eliminado uno a uno. En otras
palabras, con esta ltima bienaventuranza Jess asegura que quienes
permanezcan fieles a este programa sern perseguidos en nombre de
Dios, precisamente por parte de quienes habran tenido que ayudarles.
En el evangelio de Juan Jess afirma: vendrn das en los que
quien acabar con vuestra vida creer dar culto a Dios. Pero sois felices
porque Dios est con vosotros: para el creyente, para la comunidad
cristiana, la persecucin no ser una seal de derrota, sino un factor de
crecimiento. En la parbola de los cuatro terrenos Jess habla del grano
que cae en un terreno pedregoso y echa races, brota, pero despus sale
el sol y lo quema porque las races no eran suficientemente profundas.
La accin del sol es fundamental para la planta, necesaria, vital; si la
planta se quema no es por culpa del sol, es culpa de la planta cuyas
races no son consistentes. Explicando todo esto, Jess habla de las
personas entusiastas que acogen su mensaje llenas de gozo, pero
apenas surgen las persecuciones se vienen abajo. La persecucin es un
factor de crecimiento para la comunidad, es como la accin del sol
respecto a la planta: la fortalece y la hace crecer; esto no quiere decir
que sea necesario ir en busca de persecuciones. Ya surgen bastantes de
por s, sin necesidad de procurarlas. Jess nos asegura que vivir
conforme a las bienaventuranzas traer como consecuencia el hecho de
ser perseguidos.
Pero Dios se pone siempre de parte del perseguido. Entre quien
condena en nombre de Dios y el condenado, Dios se alinea siempre con
el condenado. Entre quien enciende la hoguera y quien es quemado en
ella, Dios est siempre de parte de la vctima. Y tal vez la tragedia de la
historia de la iglesia no es tanto que sta no haya sabido reconocer a los
santos, los profetas enviados de Dios, sino que los ha identificado y
cuando ha sido posible los ha quitado de en medio.
Pero luego la historia va adelante y sucede que quienes han sido
sacrificados y humillados posteriormente pasan a ser reconocidos como
los verdaderos testigos del Seor. Os pongo un ejemplo de un personaje
que yo estimo de manera especial y que todos conoceris: Teresa de
vila. Teresa haba entrado en un convento de monjas de clausura, pero
ella era una mujer de las bienaventuranzas, viva en sintona con Dios,
por lo que consideraba insuficientes los medios e instrumentos para vivir
la vida cristiana que la regla de la vida religiosa le ofreca y por ello senta
la necesidad precisamente porque estaba en sintona con Dios de
abrir nuevos caminos, de actuar de una forma nueva. Pues bien, el
obispo de vila, desconcertado ante la vitalidad incontenible de Teresa,
escribe al santo oficio estas palabras textuales: tengo aqu en mi
dicesis una monja que es una mujer inquieta y vagabunda. Con estas
palabras, sin quererlo, est haciendo un retrato muy hermoso de Teresa:
a esa pobre mujer, monja inquieta y vagabunda, despus de un poco de
tiempo, la iglesia la ha reconocido doctora de la iglesia. Del obispo en
cambio se ha perdido la memoria.
Pero el caso es que, pensndolo friamente, el razonamiento del
obispo era incluso lgico: querida Teresa ma, hace siglos que las
monjas se santifican observando fielmente estas reglas, qu necesidad
hay de modificarlas? Obsrvalas y basta. Pero los hombres de las
bienaventuranzas, los constructores de paz, aquellos que viven en
sintona con Dios encuentran que los medios de sus contemporneos
son insuficientes, y tienen necesidad de crear medios nuevos porque la
comunidad que Jess quiso es una comunidad dinmica animada por el
Espritu. El riesgo que se corre siempre es que la comunidad degenere
en una institucin gobernada por reglas y refractaria a la accin del
Espritu.
Cmo podemos discernir si estamos ante una comunidad
dinmica animada por el Espritu, la comunidad de las bienaventuranzas,
o ante una rgida institucin inmvil gobernada por leyes? Existe una
frase que es como una seal de alarma: cuando frente a una nueva
propuesta se nos diga: por qu cambiar?, siempre se ha hecho as,
podemos deducir razonablemente que prevalece la ley y no el Espritu.
Corremos entonces el riesgo de pasar a ser perseguidores ms que
perseguidos. Os doy las gracias por vuestra atencin.