Este poema de Alberto Arvelo Torrealba está compuesto de 32 estrofas que evocan paisajes, recuerdos y sentimientos del llano venezolano. A través de imágenes de la naturaleza como el río, el viento y los árboles, el poeta expresa la nostalgia de un amor perdido y recuerdos del pasado. Cada estrofa aporta detalles que, en conjunto, pintan una imagen vívida de la vida en la sabana.
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Este poema de Alberto Arvelo Torrealba está compuesto de 32 estrofas que evocan paisajes, recuerdos y sentimientos del llano venezolano. A través de imágenes de la naturaleza como el río, el viento y los árboles, el poeta expresa la nostalgia de un amor perdido y recuerdos del pasado. Cada estrofa aporta detalles que, en conjunto, pintan una imagen vívida de la vida en la sabana.
Este poema de Alberto Arvelo Torrealba está compuesto de 32 estrofas que evocan paisajes, recuerdos y sentimientos del llano venezolano. A través de imágenes de la naturaleza como el río, el viento y los árboles, el poeta expresa la nostalgia de un amor perdido y recuerdos del pasado. Cada estrofa aporta detalles que, en conjunto, pintan una imagen vívida de la vida en la sabana.
Este poema de Alberto Arvelo Torrealba está compuesto de 32 estrofas que evocan paisajes, recuerdos y sentimientos del llano venezolano. A través de imágenes de la naturaleza como el río, el viento y los árboles, el poeta expresa la nostalgia de un amor perdido y recuerdos del pasado. Cada estrofa aporta detalles que, en conjunto, pintan una imagen vívida de la vida en la sabana.
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Poesa de:
Alberto Arvelo Torrealba
GLOSAS AL CANCIONERO
Ah caramba compaero! No lo puedo remediar que acabe diciendo en verso lo que empec a conversar
1 La trocha pelada y fija sin una ceja de monte el soleado horizonte le puso al campo sortija. Compaero, no se aflija, beba agua que yo lo espero, pero dgame primero con el acento marchito cunta sed tiene este grito: ah caramba, compaero!
2 Yo aprend en tierra abismada leccin que no tuvo tregua: ir engaando a las leguas con el silbo y la tonada. Dej una penca sembrada orillas del saladar y despus la vi palmar; pero este afn que en m sopla de sentir tu alma en la copla no lo puedo remediar.
3 Malhaya el paso sombro que el limpio rumbo me corta, aunque y por ti qu importa que se ponga guapo el ro! Que el lucero asome umbro y el arenal brille adverso: yo te doy mi mundo terso porque es de llanera boga si empec luchando en soga que acabe diciendo en verso.
4 Porque de lejos me vino lo que se estira y se azula, lo que la canta modula cuando est solo el camino; lo que so Florentino cuando se le fue el cantar: que de ti me va a quedar la pura flor de tu ausencia, como en la pampa silencia lo que empec a conversar.
Clavelito colorado que de la mata cay todo lleno de roco cmo te cogiera yo!
5 La madrugada se ahoga en los esteros del hato. El alba, toro araguato, viene sin pica ni soga. Humitos ponen en boga sueos de caf colado. Le echa cuentos al ganado nguere madrugador y canta el ordeador: clavelito colorado...
6 Si quieres partida buena cuando juguemos al naipe, en las orillas del Caipe yo tengo colcha y arena; pero no araes mi pena con celos de Bocon. Ella su suerte Sigui y yo segu con mi suerte: para algo soy limn fuerte que de la mata cay.
7 No quieres que me trasnoche con chipolas ni atarraya. Sgueme cuando me vaya en vez de tanto reproche. Sentirs correr la noche por mi verso, como un ro, y tendr el viento sombro nido de su desamparo paja de tu pelo claro todo lleno de roco.
8 Pone su trazo contrito el ala sobre el desierto. muda se ve Mata e Muerto como pensando su grito. Bancos de pecho marchito el espejismo mir, y por eso les pint pozos de dulces reflejos. agua tan honda y tan lejos, cmo te cogiera yo!
Los luceros en el cao, la luna en el carrizal: boquita de caa dulce quin te pudiera besar!
9 Como el agua pura vives, cristalina y sin espuma: ayer pas por la bruma: y vi. el sol en tus aljibes. Hoy por amargos declives, con la peste en mi rebao, camino mi duelo hurao; y desde un recodo miro, cual tu nombre en mi suspiro los luceros en el cao.
10 Noche clara, buen testigo para el joropo y el lance; la espinita del romance te punza el lunado abrigo. Vente muchacha conmigo por el dormido arenal, a ver desde el paso real con qu ternura serena se puso a estampar la arena la luna en el carrizal.
11 Tapichera del boho, que esta moliendo y cantando, quien te escucha, va cruzando, caaveral con roco, tigana de mi corro, deja que tu voz me endulce, deja que mi anhelo pulse, mientras tu las caas mueles, quien se chupara tus mieles, boquita de caa dulce.
12 Sabana de secos tallos, uno te aprendi a querer en boca de tu mujer, en lomo de tus caballos. Mientras retoan los mayos queda amor para un cantar: tierra altiva como el mar, cardo sin riego y sin poda, sobre la amargura toda quin te pudiera besar!
A m mismo me da miedo cuando levanto el tao, porque me jallo faculto y dueo de mi albedro.
13 Dcimas de amor ausente el viento arriero balbuce. La noche de mayo luce su clara cruz en la frente. Yo beb tu zumo ardiente campo de bravo caedo, tierra del ansia y no puedo, ruta de adis y quin sabe. Cuando esta pena se acabe a m mismo me da miedo.
14 En mi retinto sin freno, donde el eco a nadie asombra anda espantando mi sombra caminos del hato ajeno. La paja con el sereno se puso a soar roco, y el viejo Llano bravo y los recuerdos que cargo me saben a cedro amargo cuando levanto el tao
15 En el rincn del Mal Paso, donde andan pasos sin huellas me top con las estrellas bebiendo en el lagunazo, hermanitas del yaguaso, que en juncal suea oculto; y como soy slo un bulto por solitarias arenas, me pongo a cantar mis penas porque me jallo faculto.
16 T que me labraste firme la fe donde me aquerencio y me lloraste en silencio, la noche que tuve que irme, por si quieres escribirme mi direccin te confo: en la tierra del corro, con la mejor jefatura, capitn de esta amargura y dueo de mi albedro.
Noche oscura y tenebrosa encend tu lucerito que yo tengo el corazn ms hondo que tus caminos
17 La sombra tendi sus vendas sobre la corriente glauca. Slo rizan el Arauca los bongos de las leyendas. Mi potro sobre las riendas cruza la orilla arenosa, y cuando el cielo de rosa cierra su ultima rendija, abres tu negra cobija noche oscura y tenebrosa.
18 Noche de relato fiero y el espanto a golpe de una: atormentada y sin luna te le diste al cancionero. Noche del tono pechero que acuna en alma su grito, sin con tu beso contrito mi pecho se desabrocha, sobre el quizs de mi trocha encend tu lucerito.
19 Tan oscuro, Chipolita, con mi cuatro y t tan lejos! La nostalgia de tus dejos contra el cedro me palpita. Por esta tierra marchita son agua y sed la emocin y si cautivo en mi son tu dulce cario cargo, Chipolita, eso es lo amargo que yo tengo el corazn.
20 Noche que el alma le ensea esta anhelo tierno y macho; Pajarote que echa un cacho, Santos Luzardo que suea. Soga de brisa apurea nos enlaz los destinos; y en mis rumbos peregrinos, noche, tan ma te encuentro, que estn mis llanos de adentro ms hondos que tus caminos.
Arbolito sabanero yo ten vengo a peguntar si cuando ella se me fue t me la viste pasar.
21 Abre sus sueos al raso la soledad sin un grito. Aspira el campo marchito la dulce flor del ocaso. T pesaroso, en el paso puro arenal del estero, soando el aire mayero, cmo tendrs de congojas que ya no te quedan ni hojas arbolito sabanero!
22 La copla que te saluda y en tu mudez se desgarra puso un dejo de guitarra entre tu rama desnuda. Mi cuatro en su pena ruda sabe un son que hace llorar, y por eso en mi cantar, mientras el da se muere, por ella, que ni me quiere, yo te vengo a preguntar.
23 Yo s el ansia del corro que cuando la noche cierra cruza el dolor de esta tierra como un vaquero sombro. Yo s el sueo del roco y el penar del cristofu, ms con todo lo que s la amargura se me estira cuando el cantador suspira: si cuando ella se me fue...
24 Arbolito de hojas finas, nido de puras congojas, como ya no tienes mis hojas te besa el sol las espinas. Madrinero sin madrinas paso yo con mi cantar y t en tu grave callar te quedas mas seco y triste. Arbolito, t la viste, t me la viste pasar.
Para abajo corre el ro, para arriba corre el viento Para donde van tus ojos se llevan mi pensamiento
25 Un remero golpe muerde el silencio y el paisaje. En una vuelta del viaje el Masparro se me pierde. Por el camino ms verde ando el paso ms sombro. Patrn de recio albedro que se va y no se destierra, entre mi copla y a tierra, para abajo corre el ro.
26 A zurcir sueos me pongo y pienso por un instante si no ser un grito errante sobre el remanso y el bongo. Ve si es justo mi rezongo para reforzar mi aliento, que ayer remontando lento el puro remo me trajo, y hoy como voy agua abajo para arriba corre el viento.
27 Tus ojos y el cielo claro llenan el agua mil veces. Luce entre ncar de peces la copa del caracaro. Mas, qu adusto desamparo tras los playeros rastrojos: all van tristes y cojos los caminos rezongando, sin gente, muchos andando para donde van tus ojos.
28 Mi viejo me lo deca la voz como en abandono: muchacho canta ese tono zumo de arena brava. Yo llevo desde aquel da su puro afn en mi acento. Mudez del pozo sediento, leguas donde se desmaya el nunca del ah malaya! se llevan mi pensamiento.
Mata de Anima Sola, Boquern de Banco Largo. Ya podrs decir ahora: Aqu durmi Cantaclaro
29 Con el silbo y la picada de la brisa coleadora la tarde catira y mora entr al corraln callada. La noche, yegua cansada, sobre los bancos tremola la crin y negra la cola; y en su silencio se pasma tu corazn de fantasma, Mata del nima Sola.
30 Campo de emocin serena: si en tu quietud todo es viaje qu luz tendr tu paisaje cuando se alivie esta pena! Cruz la garza morena sobre el palustre letargo, y cuando aquel sino amargo cay sobre tus retiros, alas fueron tus suspiros, Boquern de Banco Largo.
31 Un claro recuerdo lija la plata en que me deleito: por cada amargo de pleito me mandaba la sortija. Mi caballo y mi cobija an saben camino y hora. Malhaya quien se enamora cuando lo matan de veras. Te dije que no dijeras, ya podrs decir ahora.
32 Mata de copas aejas donde el sol se desmenuza, por entre tus ceibos cruza sombra de aciagas consejas. Refugio de alas y quejas que abrigas en dulce amparo el dolor del taro-taro, bajo tu paz me aquerencio y estoy soando en silencio: Aqu durmi Cantaclaro
Al pensar que no me quieres, cuando me pongo a pensar, me van saliendo los versos como agua de manantial.
33 Todo lo tierno del valle ech flor en tu sonrisa. La palma llena de brisa se vino al pueblo en tu talle. Ayer te encontr en la calle: cmo fuiste y cmo eres! Por albas y atardeceres meci tus sueos mi bongo. Hoy ya ni triste me pongo al pensar que no me quieres.
34 En mi caballo tordillo que compr con nobles reales record en los chaparrales tu verso, Pedro Sotillo. Me hinc su amargor sencillo la espina de tu cantar. Hoy te mando a saludar desde el medanal inmenso por donde anda lo que pienso, cuando me pongo a pensar.
35 La luna de cuatro das me hace sombra de dos varas. ngueres de voces claras alertan las lejanas. Me acuerdo de mis baquas por aquellos mundos tersos; y como en das adversos fui matapalo de otoo, hoy por un fatal retoo me van saliendo los versos.
36 Versos del sueo alazano en el arrebol lebruno, honda voz de cmo es uno cuando aprende el hombre en el Llano; grito del venezolano que ama su bien y su mal, su palma y su tremedal; golpe que alegra y desgarra fluyendo de la guitarra como agua de manantial.
Canta el patico yaguaso la laguna se sec. Dice la garza morena: ahora s me muero yo.
37 No quiero alambre importuno en mi mundo desolado. Si se me riega el ganado yo ver si lo reno. Cuando esta tierra anda en uno, legua y legua son el paso. Ms all del lagunazo sigue el infinito abierto: llorando tanto desierto canta el patico yaguaso.
38 Pena tengo de escribirte con las cosas que voy viendo. Los peones andan diciendo que ya no quieres venirte. Por eso mand a decirte lo que el cao suspir: cuando el garcero espig fue cielo el agua marchita; cuando se fue la chusmita la laguna se sec.
39 Contndole los luceros a la noche millonaria atraviesa solitaria la copla por los esteros. Los caminos sabaneros van como nima en pena. La luna finge en la arena la estela de una piragua: Qu malo el mundo sin agua! dice la garza morena.
40 No me preguntes la clave de mis cantares dispersos; si yo muy bien s que en versos la mujer es la que sabe. Mas si te me quedas grave, si tu madre te mand a que me digas que no, yo con la vida hecha zarza cantar como la garza; ahora s me muero yo.
Ah malhaya un trotecito que no terminara nunca! Ah malhaya quien hallara aquello que nadie busca!
41 Alba de rubios asomos floreci su caal tinto y me lo prendi el retinto espigas sobre los lomos. Corcel que apechaste plomos bajo el ltigo de un grito: si tu casco lleva escrito ritmo de bravas chipolas, por estas picas tan solas ah malaya un trotecito!
42 Yo ya no s si rasguea mi voz nativos dolores o si son males de amores los que me labran la idea. Cuando en la mata florea hasta la palmera trunca, cuando el estero se enjunca, este mal que nos desgarra quin lo creyera, guitarra! que no terminara nunca.
43 Todo mi sueo sin cuna se volvi copla al dejarte y me prendi sobre el arte jazmines de adis con la luna. Piqu mi mala fortuna por la tierra muda y clara. Y hoy, pura sed, a la cara soles de duros reflejos, agua de tus ojos lejos ah malhaya quien hallara!
44 T, la del barrio seero que me miras cuando salgo como si valiera de algo tener fama de coplero, deja que el sol maanero sobre los cardos reluzca, y que la estrella traduzca la honda fe del caminante que encontr en la arena errante aquello que nadie busca.
Cuatro veces te he mentado y a ninguna has respondido. Quin me manda a andar buscando lo que no se me ha perdido!
45 No s lo que se encobija en tu mirar estupendo que hoy te me quedaste viendo como desde una rendija. Por no cargar tu sortija ya me esperas de mal grado. Ser que me has ensalmado para que mi amor te dure, que en la soledad de Apure Cuatro veces te he mentado.
46 Por eso quiero saber querencia de mis porfas si hace mucho me queras o me empiezas a querer, o si me quisiste ayer y hoy slo quieres mi olvido, o si nunca me has querido. Queriendo verdades juntas quise hacer cuatro preguntas y a ninguna has respondido.
47 Por el plan sin un corozo cruzan mis sueos en fragua como los bichitos de agua cuando se les seca el pozo. Al arrendajo buen mozo me lo top suspirando. A todos los fui encontrando: paraulata, cristofu... Slo a m no me encontr. Quin me manda a andar buscando!
48 Baquianos de mi destierro se aduermen los cuatro puntos. All como que van juntos Florentino y Martn Fierro... Como amansando un encierro yo oigo su canto tendido. Compadre, ponga el odo: desde el Llano abajo vengo y traigo en mi son realengo lo que no se me ha perdido.
No olvides esta postal: a caballo, Margarita. Aunque se llame Antillano nadie al Llano se la quita.
49 El sol en llanero alarde te da su ardor y su brillo. En tu caballo amarillo mandas en jefe la tarde. Chipolita, Dios te guarde, sola por el chaparral, como luna en el pajal besando todos los verdes. Aunque nunca me recuerdes no olvides esta postal.
50 Barajan sus naipes rojos los arreboles dispersos. Pago un siglo de mis versos a un segundo de tus ojos. Soando en estos rastrojos el que pierde se desquita. Hondos de sed infinita se fueron entre palmares tus ojos y mis cantares a caballo, Margarita.
51 Por esos rumbos vaqueros de Ortiz a Corozo Pando, la noche viene afinando los cuatros y los luceros. Tras los espinos caseros, como un joropo lejano, se oye la voz del secano: que me d la prenda ma jagey de su llanera, aunque se llama Antillano.
52 Eso la caada pura se lo conversa al barranco, y en la soledad del blanco el chaparro lo murmura, y en la noche ms oscura el toro fiero lo pita, y en la clara maanita lo suspira la soisola: tu gracia de palmasola nadie al Llano se la quita.
Se toparon los vaqueros muertos de sol los caballos: Hermano, ah tierra bien sola! Ah vida bien dura, hermano!
53 Sobre la tierra sin cao ni palma que le suspire el uno en potro catire, el otro en viejo castao el saludo y el rebao vueltos sed de mil senderos Por los aciagos esteros donde la ilusin embauca, trochando el Cajn de Arauca se toparon los vaqueros.
54 Cruzan la tierra silente que el Catire ech a la Historia la vez que enlaz a la Gloria y la rabiat a su gente. Van en dos y dos doliente sobre los marchitos tallos; los corazones, vasallos de las lejuras sin tregua, los ojos, pozos de leguas, muertos de sol, los caballos.
55 Curvan el anca los rejos sueos de quema y esto. Hombres, ante lo baldo se ven como amigos viejos. Hondo se miran, qu lejos el alero y la bandola, el moriche y la soisola! Con voz que el anhelo estira Santos Luzardo suspira: hermano, ah tierra bien sola!
56 Su luto y su letana lejos pone el taro-taro. Horizonte en desamparo, sol guapo, paja brava. Se quiebra impvido el da en espejismo lejano, y con su dolor arcano, con voz que en selva se arroba, le contesta Arturo Cova: ah, vida bien dura, hermano!
FLORENTINO Y EL DIABLO I EL RETO El coplero Florentino por el ancho terrapln caminos del Desamparo desanda a golpe de seis.
Puntero en la soledad que enlutan llamas de ayer, macolla de tierra errante le nace bajo el corcel. Ojo ciego el lagunazo sin garza, junco ni grey, dura cuenca enterronada donde el casco da traspi. Los esculidos espinos desnudan su amarillez, las chicharras atolondran el cenizo anochecer. Parece que para el mundo la palma sin un vaivn.
El coplero solitario vive su grave altivez de ir caminando el erial como quien pisa vergel. En el cao de Las nimas se para muerto de sed. y en las patas del castao ve lo claro del jagey.
El cacho de beber tira, en agua lo oye caer; cuando lo va levantando se le salpican los pies, pero del cuerno vaco ni gota pudo beber. Vuelve a tirarlo y salpica el agua clara otra vez, mas slo arena sus ojos en el turbio fondo ven.
Soplo de quema el suspiro, paso llano el palafrn, mirada y rumbo el coplero pone para su caney, cuando con trote sombro oye un jinete tras l.
Negra se le ve la manta, negro el caballo tambin; bajo el negro pelo'e guama la cara no se le ve. Pasa cantando una copla sin la mirada volver:
Amigo, por si se atreve, agurdeme en Santa Ins, que yo lo voy a buscar para cantar con ust.
Mala sombra del espanto cruza por el terrapln. Vaqueros de lejana la acompaan en tropel; la encobijan y la borran pajas del anochecer.
Florentino taciturno coge el banco de travs. Puntero en la soledad que enlutan llamas de ayer parece que va soando con la sabana en la sien. En un verso largo y hondo se le estira el tono fiel:
Sabana, sabana, tierra que hace sudar y querer, parada con tanto rumbo, con agua y muerta de sed, una con mi alma en lo sola, una con Dios en la fe; sobre tu pecho desnudo yo me paro a responder: sepa el cantador sombro que yo cumplo con mi ley y como cant con todos tengo que cantar con l.
II La porfa
Noche de fiero chubasco por la enlutada llanura, y de encendidas chipolas que el rancho del pen alumbran. Adentro suena el capacho, afuera bate la lluvia; vena en corazn de cedro el bordn mana ternura; no lejos asoma el ro pecho de sabana sucia; ms all coros errantes, ventarrn de negra furia, y mientras teje el joropo bandoleras amarguras el rayo a la palma sola le tira seeras puntas.
Sbito un hombre en la puerta: indio de grave postura, ojos negros, pelo negro, frente d clida arruga, pelo de guama luciente que con el candil relumbra.
Un golpe de viento guapo le pone a volar la blusa, y se le ve jeme y medio de pual en la cintura. Entra callado y se apuesta para el lado de la msica. Oiga vale, ese es el Diablo. La voz por la sala cruza. Mrelo cmo lleg con tanto barrial y lluvia, planchada y seca la ropa, sin cobija ni montura. Dicen que pas temprano, como quien viene de Nutrias, con un oscuro bonguero por el paso de Las Brujas.
Florentino est silbando sones de aeja bravura y su diestra echa a volar ansias que pisa la zurda, cuando el indio pico de oro con su canto lo saluda.
EL DIABLO Catire quita pesares contsteme esta pregunta: Cul es el gallo que siempre lleva ventaja en la lucha y aunque le den en el pico tiene picada segura?
FLORENTINO Tiene picada segura el gallo que se rebate y no se atraviesa nunca, bueno si tira de pie, mejor si pica en la pluma.
EL DIABLO Mejor si pica en la pluma. Si sabe tanto de todo diga cul es la repblica donde el tesoro es botn sin dificult ninguna.
FLORENTINO Sin dificult ninguna, la colmena en el papayo que es palo de blanda pulpa: el que no carga machete saca la miel con las uas.
EL DIABLO Saca la miel con las uas. Contsteme la tercera si respondi la segunda, y diga si anduvo tanta sabana sin sol ni luna quin es el que bebe arena en la noche ms oscura.
FLORENTINO En la noche ms oscura no quiero ocultar mi sombra ni me espanto de la suya. Lo malo no es el lanzazo sino quien no lo retruca: tiene que beber arena el que no bebe agua nunca.
EL DIABLO El que no bebe agua nunca. As cualquiera responde barajando la pregunta. Si sabe d su razn y si no, no d ninguna: Quin mitiga el fuego amargo en jagey de arena pura, quin mata la sed sin agua en la soledad profunda?
FLORENTINO En la soledad profunda el pecho del medanal, el romance que lo arrulla, la conseja que lo abisma, el nima que lo cruza, la noche que lo encobija, el soplo que lo desnuda, la palma que lo custodia, el lucero que lo alumbra. Qu culpa tengo seores si me encuentra el que me busca?
EL DIABLO Si me encuentra el que me busca el susto lo descarea. Falta un cuarto p'la una cuando el candil parpadea, cuando el espanto sin rumbo con su dolor sabanea, cuando Florentino calla porque se le va la idea, cuando canta la pavita, cuando el gallo menudea.
FLORENTINO Cuando el gallo menudea la garganta se me afina y el juicio se me clarea. Yo soy como el espinito que en la sabana florea: le doy aroma al que pasa y espino al que me menea.
EL DIABLO Espino al que me menea. No le envidio al espinito las galas de que alardea: cuando la candela pasa la pata se le negrea. Con plantaje y bulla de ala no se cobra la pelea. Vaya ponindose alante p'que en lo oscuro me vea.
FLORENTINO P'que en lo oscuro me vea. Amigo no arrime tanto que el bicho se le chacea. Atrs y alante es lo mismo p'l que no carga manea. El que va atrs ve p'lante y el que va alante voltea.
EL DIABLO El que va alante voltea a contemplar lo que sube borrando lo que verdea: en invierno el aguazal, en verano la humarea. Me gusta cantar al raso de noche cuando ventea porque as es como se sabe quin mejor contrapuntea.
FLORENTINO Quien mejor contrapuntea hace sus tratos de da y trabaja por tarea. "Cjame ese trompo en la ua a ver si taratatea!". Ni que yo fuera lechuza en campanario de aldea para cantar en lo oscuro con esta noche tan fea.
EL DIABLO Con esta noche tan fea una cosa piensa el burro y otra el que arriba lo arrea. Ay, catire Florentino! escuche a quien lo previene: dle tregua a la porfia p'que tome y se serene si no quiere que le falle la voz cuando se condene.
FLORENTINO La voz cuando se condene. Mientras el cuatro me afine y la maraca resuene no hay espuela que me apure ni bozal que me sofrene, ni quien me obligue a beber en tapara que otro llene. Coplero que canta y toca su justa ventaja tiene: toca cuando le da gana, canta cuando le conviene.
EL DIABLO Canta cuando le conviene. Si su destino es porfiar aunque llueva y aunque truene le voy a participar, amigo, que en este duelo yo no le vengo a brindar miel de aricas con buuelo. Si se pone malicioso no me extraa su recelo, que al que lo mordi macagua bejuco le para el pelo.
FLORENTINO Bejuco le para el pelo. Contra un giro atravesao yo mi pollo ni lo amuelo. Entre cantadores canto, entre machos me rebelo, entre mujeres me sobra muselina y terciopelo, cuando una me dice adis a otra le pido consuelo. Desde cuando yo volaba paraparas del rayuelo vide con la noche oscura la Cruz de Mayo en el cielo.
EL DIABLO La Cruz de Mayo en el cielo. A m no me espantan sombras ni con luces me desvelo: con el sol soy gaviln y en la oscurid mochuelo, familia de alcaravn canto mejor cuando vuelo; tambin como la guabina si me agarra me le pelo, tambin soy caimn cebao que en boca'e cao lo velo.
FLORENTINO Que en boca'e cao lo velo. Me acord de aquel corro que me lo ense mi abuelo: Velando al que nunca pasa el vivo se qued lelo, para caimn el arpn para guabina el anzuelo, patiqun que estriba corto no corre caballo en pelo. Con qu se seca la cara el que no carga pauelo? P'qu se limpia las patas el que va a dorm en el suelo?
EL DIABLO El que va a dorm en el suelo pega en la tierra el oo: si tiene el sueo liviano nunca lo matan dormo. Los gallos estn cantando, esccheles los cantos, los perros estn aullando, recuerde lo conveno. "Zamuros de la Barrosa del alcornocal del Fro albricias pido seores que ya Florentino es mo".
FLORENTINO Que ya Florentino es mo. ngueres de Banco Seco! taro-taros del Piono! Si ust dice que soy suyo ser que me le he vendo, si me le vend me paga porque yo a nadie le fo. Yo no soy rancho veguero que le mete el agua el ro, yo no soy pjaro bobo p'estar calentando no.
EL DIABLO P'estar calentando no. No s si es pjaro bobo pero va por un tendo con la fatiga del remo en el golpe mal medo; y en la orilla del silencio se le anudar el tao cuando yo mande a parar el trueno y el desafo.
FLORENTINO El trueno y el desafo. Me gusta escuchar el rayo aunque me deje aturdo, me gusta correr chubasco si el viento lleva trono. guila sobre la quema, reto del toro bravo. Cuando esas voces me llaman siempre les he respondo. Cmo me puede callar coplero recin vesto!
EL DIABLO Coplero recin vesto, mano a mano y pecho a pecho ando atizndome el bro con el fuego del romance que es don de mi seoro. Relmpagos me alumbraron desde el horizonte ardo nariceando cimarrones y sangrando a los rendos con la punta'e mi pual que duele y da escalofro.
FLORENTINO Que duele y da escalofro... Dame campo pensamiento y dame rienda albedro p'ensearle al que no sabe a rematar uh corro. Cimarrones hay que verlos, de mautes no le porfo; pual, squelo si quiere a ver si repongo el mo. Duele lo que se perdi cuando no se ha defendo.
EL DIABLO Cuando no se ha defendo lo que se perdi no importa si est de pies el venco. porque el orgullo indomable vale ms que el bien perdo. Por eso es que me lo llevo con la nada por avo en bongo de veinte varas que tiene un golpe sombro. Y vuelvo a cambiarle el pie a ver si topa el atajo.
FLORENTINO A ver si topa el atajo. Cuando se fajan me gusta porque yo tambin me fajo. "Zamuros de la Barrosa del alcornocal de abajo: ahora vern, seores, al Diablo pasar trabajo".
EL DIABLO Al Diablo pasar trabajo. No miente al que no conoce ni finja ese desparpajo, mire que por esta tierra no es primera vez que viajo, y aqu saben los seores que cuando la punta encajo al mismo limn chiquito me lo chupo gajo a gajo.
FLORENTINO Me lo chupo gajo a gajo. Ust que se alza el copete y yo que se lo rebajo. No se asusten compaeros, djenlo que yo lo atajo, djenlo que pare suertes, yo sabr si le barajo; djenlo que suelte el bongo p'que le coja agua abajo; antes que Dios amanezca se lo lleva quien lo trajo; alante el caballo fino, atrs el burro marrajo. Quin ha visto dorodoro cantando con arrendajo! Si me cambi el consonante yo se lo puedo cambiar.
EL DIABLO Yo se lo puedo cambiar. Los graves y los agudos a m lo mismo me dan, porque yo ech mi destino sobre el nunca y el jams. Ay! catire Florentino, cantor de pecho cabal, qu tenebroso el camino que nunca desandar, sin alante, sin arriba, sin orilla y sin atrs. Ya no valen su baqua, su fe ni su facult catire quitapesares arrendajo y turupial.
FLORENTINO Arrendajo y turupial. De andar solo esa vereda los pies se le han de secar, y se le har ms profunda la mala arruga en la faz; porque mientras llano y cielo me den de luz su caudal, mientras la voz se me escuche por sobre la tempest, yo soy quien marco mi rumbo con el timn del cantar. Y si al dicho pido ayuda aplquese esta verd: que no manda marinero donde manda capitn.
EL DIABLO Donde manda capitn usted es vela cada, yo altivo son de la mar. Ceniza ser su voz, rescoldo de muerto afn sed ser su ltima huella nufraga en el arenal, humo sern sus caminos, piedra sus sueos sern, carbn ser su recuerdo, lo negro en la eternid, para que no me responda ni se me resista ms. Capitn de la Tiniebla es quien lo viene a buscar.
FLORENTINO Es quien lo viene a buscar. Mucho gusto en conocerlo tengo seor Satans. Zamuros de la Barrosa salgan del Arcornocal que al Diablo lo cogi el da querindome atropellar. Scame de aqu con Dios Virgen de la Soled, Virgen del Carmen bendita, sagrada Virgen del Real, tierna Virgen del Socorro, dulce Virgen de la Paz, Virgen de la Coromoto, Virgen de Chiquinquir, piadosa Virgen del Valle, santa Virgen del Pilar, Fiel Madre de los Dolores dame el fulgor que t das. San Miguel! dame tu escudo, tu rejn y tu pual, Nio de Atocha bendito, Santsima Trinid. (En compases de silencio negro bongo que echa a andar. Salud, seores! El alba bebiendo en el paso real). CANTAS I
1 El horizonte y yo vamos solos por la llana tierra: Me enlaz todos los rumbos su audacia de soga abierta.
2 Oros de los arenales copas de las campanillas, bastos del cardn doliente, espadas de las espigas. En San Carlos tus lagunas son espejos de las garzas. En ellos la luna triste, en ellos se ve las manchas. Espadas de las espigas: la sabana y yo jugando con tu recuerdo y la brisa.
3 El quemado est de luto como una flor de cuaresma porque las brisas jugaron un carnaval de candela. Yo anduve con suerte triste, me la puso triste el llano: entre mi vida y tus ojos las llanuras de San Carlos. Un carnaval de candela. El viento le ech la tarde papelillos de hojas negras.
4 El candil en los caneyes pincel su rojo tmido, y sali a rumiar leyendas la punta de los corros. Cmo enseda el verso humilde sus hilos de pueblo y alma, cmo va de pena en pena y de guitarra en guitarra. La punta de los corros! Con la angustia de baquiana el cuatro cogi camino.
5 All va un encobijado por el peladal pampero: as se va mi esperanza sin ti por el alma adentro. Llanos, y llanos, y llanos cruc por ir a "Tu Olvido" y tras tanto caminar llegu a "Te quiero lo mismo". Sin ti por el alma adentro me acord de cuando iba por la llanura lloviendo.
6 Palmarito en el Apure, El Amparo en el Arauca. Clarines se ha puesto mudo, soledad se pobl de alas. Lejos rezongan los cardos tristes porque no retoan: -Si al rosal siempre lo riegan qu gracia es que tengas rosas Soledad se pobl de alas, y en Cantaura por tu ausencia no quieren cantar las auras.
7 J unto a Platero trotando la noble canta florece y en sed de arriero se moja por los caminos sin verde. Tu cuatro, Llano, modula cantares de Andaluca y por eso siempre tienes para tu dolor, sonrisas. Por los caminos sin verde -hondo arriero de ternuras- pas J uan Ramn J imnez.
8 Oros de paja marchita sobre los lejos se azulan. En la copa de una palma el chiriguare me anuncia. Aqu estuvo el hato, padre, que nos dio sombra otro tiempo: en este alambre cado se me enredaron los sueos. El chiriguare me anuncia. En la copa del recuerdo grita la nostalgia, muda.
9 Mi madre bord en carios su rosaleda fragante: le pagaron poda y riego con hondo amor los rosales. Una vez cruz mis sueos silenciosa y de puntillas y se qued toda alegre porque me vio una sonrisa. Con hondo amor los rosales. Qu perfume el de tus rosas rosaleda de mi madre!
10 La tarde como con pena se puso un traje cenizo. Para una solita ausencia tres veces nos despedimos. Me alcanz la noche oscura en los esteros de abajo y de puro or tu nombre lo aprendieron los yaguasos. Tres veces nos despedimos: por un espigal de adioses me voy podando suspiros.
11 Van los vaqueros del viento, van sus candelas picando. Ululan cantares de humo sobre el tabln del quemado. En sabanas de tu pueblo yo vi. volar la pregunta: Ser el inmvil el potro y lo fugaz la llanura? Sobre el tabln del quemado rezongaron amarguras la palmaseca y el charco.
12 El crepsculo viajero se terci su manta gris. Ayes de tierras ardidas plae lejano el paujil. El cao labra la orilla, la quema los pajonales, y yo labrndome en quiero, yo, mudo, sin ti, labrndome. Plae lejano el paujil. Hilos de chusmitas lloran sueos de Lazo Mart.
13 Espinito pura espina sin hojas y medio seco cuando vengan las garas te retoarn luceros. La siesta escurri su sed bajo los viejos palmares y las chicharras estiran de penca en penca su alambre. Te retoarn luceros para pagar con perfumes la amarga burla del viento.
14 Me acord de aquella copla que tiene tan hondo el aire: "El amor es como el trigo si no se riega no nace". El cerro sale a lo llano, la noche a la maanita. Hasta cuando ir yo a andar tu recuerdo sin salida? "Si no se riega no nace". Por qu a mi me nacera si t nunca lo regaste?
15 La noche cambi en realitos mis pachanos de crepsculo: por los bancos de Hato Viejo merqu el ensueo en mi burro. En esteros de tu pueblo son dulces las caabravas y anochecen las chusmitas pescando guabinas de alba. Merqu el ensueo en mi burro. Mi burro le fiaba al viento sus collares de rebuznos.
16 Los dos por la tierra larga -noche azul y silenciosa- Me sent jagey la vida entre la luna y la novia. Laguna en la media-noche Cmo se puso declara. Parece que fuera el cielo el que se copi del agua. Entre la luna y la novia la brisa silb el nocturno de la sombra larga y sola.
17 En Puerto Nutrias a veces estn las calles azules: Parecen una guitarra con bordones de agua dulce. El rumbo de mi canoa se me aloc en tu cario: de Bruzual a San Fernando yo pas por Palmarito. Con bordones de agua dulce por las calles pintorescas el coplero del Apure.
18 Dicen que pagan amores lo que se pierde en los naipes y por eso es que yo sueo, yo sueo que tu me ganes. El nublado va hacia el Norte y hacia el Sur las garzas vuelan: en ilusin de crepsculo la luna se va con ellas. Yo sueo que t me ganes. La luna y t se me fueron para desesperanzarme.
19 Tras m le qued temblando el pulso al cao sereno. Por este barrial amargo me cogi ventana al viento. La noche a jugar conmigo se sent en los arenales: mi dicha apostando a suertes mi pena ech puros ases. Me cogi ventana el viento -Apure, hermano, me dijo, que en "Palma Muda" lo espero.
20 El morichal busca el agua, el nido busca lo verde. Criollita del sueo esquivo el que tu soastes viene. Quin me la gana en amores despus que perd jugando? Tranqu con el blanco-uno, tenas el doble-blanco! El que tu soaste viene a enredar en tu cario hatos de doce mil reses.
21 Viendo en los pozos del ro soar dolida la garza me acord de tu sonrisa en mis grises pozos de alma. Cmo titila la noche, cmo se espeja en el charco. De los cielos bebe el ro, yo, de tus ojos lejanos. En mis grises pozos de alma una curiara solita, nica que no naufraga.
22 El tringulo de mi choza me lo trag el bajo inmenso. Desborda el sol de soslayo cao para los recuerdos. Cmo se amansa el rodeo cuando se estira la copla. En esta tierra la canta enlaza ms que la soga. Cao para los recuerdos. Dnde me ir yo a saciar la sed azul de tus lejos!
23 En las cantas fugitivas dicha y afn se me quedan: las labro a punta de gozo, las pulo a filo de pena. Me dio lstima el pajal qu hace con tanto roco sin una gota de verde para su luto amarillo? Dicha y afn se me quedan: yo mir en el lagunazo el nubarrn y la estrella.
CANTAS II 24 Bamb de caa batiente atalayero de azules, arpa de todos los verdes, cimera de alas y luces. Su ancho disco de horizonte puso a rer la maana, y llena de sol y brisa se me enloqueci la manta. Cimera de alas y luces. -Trino y pulmn- los turpiales pueblan de alba los bambes.
25 De puro mirar el llano tus claros ojos verdean porque tienen las ternuras del color de lo que suean. Caaveral en la arena -pulpa ardida y sin retoo- cmo sentir de dulce tu mirar color de pozo. Del color de lo que suean. Cmo no se te ennegrecen de tanto mirar mi pena!
26 Los ptalos de tu risa en la mata de cerezo te los salpic de lloros la maldad del avispero. Me acord de aquella copla que tiene tan dulce el aire: la palma llena de brisa se vino al pueblo en tu talle. La maldad del avispero: tu boca pequea, grande, tus ojos grandes, pequeos.
27 Cmo se fue la gara, cmo se vino el verano, cmo se estira en los lejos la canta del taro-taro. Prstame los regalitos -Manchas blancas de tus uas- para simularles garzas a mis aljibes de angustia. La canta del taro-taro. Hoy sent amarga la copla que se me endulz en tus labios.
28 En su curiara mi to por el Orinoco bravo -azogue en alma cauchera- corri amores y chubascos. Capitn de la candela el viento va pensativo: si pasa con sed maana dnde beber el roco? Corri amores y chubascos. Rodaron por Ro Negro oro de sus veinte aos.
29 La madrugada entrecruza curvas decantas y rejos. Por los corrales oscuros llovizna espuma el ordeo. Capachos bate el corozo, capachos de viento arisco. Del tranquero al horizonte tiembla un bordn de mugidos. Llovizna espuma el ordeo: Yo me empap en tus rocos el caal del sentimiento
30 Agua de Laguna Negra -madre vieja de mil rboles- Antonio Machado un da anocheci en tus pinares. Tu voz, sabana, modula alma que te dio Castilla, y por eso hay fe indomable en la pena que suspiras. Anocheci en tus pinares. All va solito y noble en el lomo del romance.
31 Contndole al cao viejo su dolor de cien caminos viene silbando chicharras el anochecer cenizo. Para mentiras el pueblo, para verdad la llanura. Cuando ves la luna entera ves no ms que media luna. El anochecer cenizo. Y t no me tienes rabia, ni lstima ni cario.
32 Tu que has visto la tristeza de la tierra larga y sola, tu que sabes mi esperanza mrala como se ahonda. La noche vaquera-negros la cobija y el caballo- sonando espuelas de grillos cruz el callejn del hato. Mrala como se ahonda, cual un lucero furtivo en el jagey de mi copla.
33 Al sesgo el pelo de guama al cinto la faja negra, ese hombre callado es como pozos de la Portuguesa. Arden de sol las arenas y el agua muda las lame; el bongo en viaje rasgua la inmvil luz de la tarde. Pozos de la Portuguesa: bajo el remanso apacible el caimn sus males suea.
34 Mis manos tahres abren para mis anhelos, picas: en juego de cartas verdes te gan la mesa limpia. Me arrebuj en la cobija de regreso de tu rancho; pas por "El Sentimiento" oscurito y lloviznando. Te gan la mesa limpia: J uega el as del corazn que te espero en la cada.
35 Me voy por esta sabana -arpa que afin el silencio duros bancos de "Voy Solo" caminito de "Agua Lejos". Rinconada de "Los Bueyes" arenales del "Olvido"... En el alma de estos nombres le "flori" pena al camino. Caminito de "Agua Lejos" sembr una palma de olvidos y me reto recuerdos.
36 Los arreboles temblaron su despedida en las pencas. Partmonos el paisaje como llanero y llanera. Me cogi la noche negra en los esteros de Arauca y me fui para tus ojos por la pica de una canta. Como llanero y llanera. Coge el lucero y la palma, djame el pozo y la arena.
37 Tal vez maana me vaya cuando el callejn me alumbres tras esta brisa coplera, trocha de la tarde dulce. La caada dijo luna, el estero dijo garza. A ti no ms te dir lo que dijo la guitarra. Trocha de la tarde dulce. Cargados burros los cerros llevan barriles de nubes.
38 Con el dejo de este cuatro me acord de cuando iba de noche en mi buey cansado. Y el hato en la lejana. All van los carreteros por el banco a media-luna: abren callejones tristes los ecos de sus guaruras. El hato en la lejana en la garganta de un gallo me gui su lucecita.
39 Hombre de la tierra hermana que de misterio te emponchas: resero en el "cangrejal" -potro duro y alma sola- Aqu tambin el adis al sueo audaz le sonre; aqu tambin "es llegar un pretexto para irse". Potro rudo y alma sola, con la amargura en el anca se fue Don Segundo Sombra.
40 Hoy casi me puse alegre, casi de puro soarte, casi parodi por ti la copla del casi casi. Alma del hato lucero viene en las brisas un son: qu tendr el cedro del cuatro tan seco y echando flor La copla del casi casi. Casi es lindo como t el lucero de la tarde.
41 Si a la sombra de Quevedo te olvidas de irme olvidando, te acuerdas de no quererme a la luz de Garcilaso. Alta y profunda la noche sobre mis sienes titila como el signo de tu ausencia cerca de mi lejana. A la luz de Garcilaso brisa eglgica susurra en la palma de tu mano.
42 El horizonte y yo vamos solos por la llana tierra: me enlaz todos los rumbos su audacia de soga abierta. Mientras las otras se ren la luna y tu silenciosas, y la sombra de mi mano tiembla al tropezar tu sombra. Solos por la llana tierra. Andar y andar hacia ti como quien de ti se aleja.
43 Agurdeme, compaero, en el botaln del patio que voy a ensebar la soga que piqu del cuero sardo. Quin es, por fin, quien se queja cuando el fuego lame el agua el agua porque se quema o el fuego porque se apaga?
44 Esprame, palmasola, palma del camino, esprame, que quiero zurcir nostalgias con msica de tus pencas. Slo te besa una boca y un ojo no ms te ve: la clara boca del cao, el ojo azul del jagey. Con msica de tus pencas me puse en los arenales, me puse a acordarme de ella.
45 Se toparon los vaqueros, muertos del sol los caballos: -hermano, ah tierra bien sola! -ah vida bien dura, hermano! Alcaravn del recodo -pensativo y ojo alerta- tu mutismo afila inmvil la cancin de cuando vuelas. -Ah vida bien dura, hermano! El cauchero Arturo Cova Le dijo a Santos Luzardo.