Teoría Crítica y Derechos Humanos. Un Lectura Latinoamericana. Helio Gallardo

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GALLARDO, Helio: Teora crtica y derechos humanos.

Una
lectura latinoamericana. Contenido en: Revista de Derechos Humanos
y Estudios Sociales. Ao II, N 4, julio-diciembre de 2010.


Teora crtica de los derechos humanos. Una teora crtica de los Derechos Humanos desde
latinoamrica aparece como un discurso de minoras, unas veces ignorado y otras invisibilizado por
una sensibilidad dominante que es a la vez sensibilidad de dominacin. Por un lado, la teora de los derechos
humanos no se define por su relacin con el Derecho Natural, esto es, ni en relacin al derecho
natural clsico del mundo antiguo ni en relacin al iusnaturalismo o derecho natural moderno.
Tampoco se circunscribe exclusivamente al Iuspositivismo. Por el contrario, ella denuncia y devela
los fundamentos ideolgicos del derecho natural y el Iuspositivismo en relacin a sus alcances socio-
polticos. En efecto, si el concepto de legalidad presupone la existencia del Estado, pero no de un
Estado que se sita por encima de la sociedad, sino de un Estado que se produce en la sociedad
misma, la teora crtica interroga las determinaciones ideolgico-estatales tanto del contenido
sustancial como de la aplicacin fctica de los derechos humanos. La configuracin histrica de las
luchas en torno a la justicia se convierte en el eje de la crtica y en el fundamento de la teora que
indaga por el orden natural, moral y jurdico, ms all o ms ac de lo puramente trascendental, en
los mecanismos inmanentes de su produccin abstracta y positiva. De este modo, la teora crtica
juzga el derecho natural, el Iuspositivismo y el pragmatismo utilitario como conjeturas que
distribuyen asimtricamente propiedades, prestigio y relaciones de poder a la vez que invisibilizan
las formas mediante las cuales estas ltimas producen las condiciones de imposibilidad para la
realizacin subjetiva y objetiva de los derechos humanos: la teora crtica de los derechos humanos busca
comprender las situaciones de discriminacin como la base sistmica o estructural que las produce:


Sobre la teora crtica de los derechos humanos: Una teora crtica de los derechos humanos denuncia y
devela, por consiguiente, las ideologas filosfico-jurdicas contenidas en el posicionamiento que hemos
llamado de Derecho Natural, ya en su versin cosmocentrada (Mundo antiguo), ya en su individualista
versin antropocentrada (Mundo moderno). Las denuncia y devela por sus fundamentos ideolgicos y su
alcance socio-poltico, no porque ellas sean buenas o malas, verdaderas o falsas Se trata de una cuestin
prctica, poltica, que puede contener discusiones tericas o conceptuales. (H. Gallardo: 2010; 60)

Sobre el Iuspositivismo: Aunque es factible encontrar en el mundo antiguo factores del
Iuspositivismo, su fuerza como posicionamiento para una comprensin del derecho es moderna. El
Iuspositivismo centralmente sostiene que no existe ms derecho que el que se plasma en normas
legales jurdicas dispuestas por una autoridad competente y que, por ello, pueden ser reclamadas por
los tribunales. El argumento descansa en la distincin entre lex (ley que obliga) y ius (libertad para
decidir, derecho como capacidad) y su prolongacin posible a la distancia entre delito (legal) y pecado
(moral). (H. Gallardo: 2010; 58)

Crtica del fundamento estatal-gubernamental: () Estados y Gobiernos, por s solos, nunca, hasta hoy,
han constituido una garanta slida para la universalidad, integralidad e irrenunciabilidad que reclaman los
derechos humanos. Aunque slo fuera por este factor, una teora crtica de derechos humanos no
puede tampoco adherirse irrestrictamente al Iuspositivismo ni a ninguna de sus variedades. (H.
Gallardo: 2010; 60)

Sobre el Estado latinoamericano: () una teora crtica de los derechos humanos no se sujeta al
positivismo jurdico. Los argumentos para ello adquieren especial fuerza en la realidad
latinoamericana. En esta rea los Estados no se han configurado como Estados de derecho () son ms bien
maquinarias patrimoniales o rentistas y clientelares. Esta fragilidad constitutiva nos les permite ni
reconocer ni constituir derechos humanos ya sea directamente o creando las condiciones para que
ellos se generen, desplieguen y fortalezcan desde los vnculos que establecen sus poblaciones () La
fragilidad del Estado en Amrica Latina, que se evidencia al mirar su legislacin, el accionar de sus
cuerpos burocrticos y tecnocrticos, su capacidad para generar autoestima nacional, el
comportamiento de sus minoras polticas dirigentes y sus organizaciones, sus aparatos clericales o sus
principales medios de comunicacin masiva, tiene un correlato en la inexistencia o la tendencia a la
disgregacin de sus sociedades civiles () A un Estado patrimonial y clerical le corresponde, en Amrica
Latina, una sociedad civil disgregada y enfrentada muchas veces entre s. El factor central para cohesionar
esta realidad carencial es una cultura dominante oligrquica y neoligrquica de inspiracin seorial y
catlica. (H. Gallardo: 2010; 63)

Contenido de la teora crtica de los derechos humanos: () lo que, desde Amrica Latina, es interpelado
inicial y radicalmente por una teora crtica de derechos humanos: a) todas las versiones del Derecho
natural y sus instituciones, incluyendo la interpretacin moral o moralista (que puede ser testa) de
derechos humanos ya en su versin de derecho innato como condicin de posibilidad de un orden moral
y jurdico (Kant), ya en su interpretacin de derechos morales que descansaran en una propuesta a-
social y suprahistrica de justicia (J. Stuart Mill); b) la reduccin iuspositivista que explica derechos
humanos por su judicializacin, de modo que ellos existiran, con independencia de su fundamento
socio-cultural, cuando su violacin puede ser reclamada ante un circuito judicial local o internacional.
Dicho ms conceptualmente, una teora crtica de derechos humanos desde Amrica Latina discute la
posibilidad, factibilidad y alcances de una nocin no socio-histrica de justicia. Se empea en esta
discusin y enfrentamiento, que implica acciones polticas, porque estima que el valor de lo justo se
decanta de producciones humanas, o sea sociales (polticas y culturales), objetivas y subjetivas, y
resulta ideolgico, en un sentido negativo, predicarlo desde concepciones naturales, morales o
meramente jurdicas. (H. Gallardo: 2010; 63)

Teora crtica como discurso poltico: Una teora crtica de derechos humanos, por tanto, examina las
debilidades y vacos de otros discursos que, le parecen, desde su posicionamiento bsico, conjeturas. Es
decir falsas desde el punto de vista del conocimiento y su comunicacin y polticamente nocivas para algunos
sectores sociales en tanto facilitan la reproduccin de formaciones sociales que descansan en la
discriminacin y la dominacin/sujecin. Quines aparecen, por ejemplo, naturalmente
discriminados y sujecionados mediante esas conjeturas que se presentan o imponen como
conocimiento verdadero? Las mujeres bajo el imperio patriarcal. Los pequeos campesinos en el
marco de la produccin agro-industrial. Los trabajadores determinados en su humanidad por la
relacin salarial. Los jvenes, administrados por un mundo adulto. Los pueblos originarios o
profundos de Amrica discriminados e invisibilizados cultural y polticamente en tanto su existencia
ensea una otra especfica y legtima experiencia de ser (hacerse) humano. A estos sectores, y muchos
otros, no le resultan tiles las concepciones de o de derecho natural o positivistas de derechos
humanos en cuanto, desde ellas, tendra que aceptar, como propias, su discriminacin y sometimiento. (H.
Gallardo: 2010; 67)

Fuerzas sociales populares: () reconocer que los actores que crean las condiciones de transformacin
y cambio liberador pueden ser valorados como sectores sociales populares () Estos sectores se
consideran capacitados para constituirse como eventuales fuerzas sociales, es decir, incidentes, cuyas
tramas e instituciones de liberacin contienen su propia tica (derivada de una sensibilidad contestataria
y utpica), que se sostiene en una antropologa, y conduce a una poltica a las que se entiende como
liberadoras porque, en un mismo movimiento, enfrentan e inhabilitan las lgicas de dominacin y
proporcionan a quienes luchan autoestima legtima, autoestima posible de ofrecer a otros para sostener
procesos ms amplios, poltico-culturales, de humanizacin. (H. Gallardo: 2010; 69)

Derecho natural y Iuspositivismo. En el mundo antiguo la ley natural se expresaba en el orden
objetivo del mundo y por lo tanto, todo derecho (lex u obligacin) se presentaba como obediencia o
sujecin a este orden natural y espontneo. As la realizacin de la justicia dependa de que la
libertad humana, de acuerdo con la razn natural, eligiese lo que por naturaleza se ajustaba a la
moralidad y a la legalidad. El deber estara inscrito en las cosas del mundo y el delito conllevara a la
vez una culpabilidad (moral) y una sancin (legal). En el mundo moderno la ley natural se encuentra
asociada a una naturaleza humana que, a pesar de estar inscrita en el orden del mundo, es concebida
con independencia de sus relaciones sociales. Pero todo el pensamiento jurdico de la modernidad
temprana habra supeditado la naturaleza de lo humano a la propiedad como condicin bsica para
la inscripcin de los individuos en el orden poltico que habra de reconocerles dicha naturaleza.
Solo la propiedad garantiza la libertad y solo aquel que es libre puede ser considerado propiamente
humano. Todo derecho (ius o libertad para decidir) tendra como precondicin la humanidad
misma. Para el Iuspositivismo la comprensin del derecho se encuentra determinada por una
vertiente del pensamiento moderno de acuerdo con el cual la existencia de todo derecho depende
de su inscripcin en normas legales y jurdicas dispuestas por una autoridad competente que
permita su reclamo ante los tribunales. Esta corriente del pensamiento jurdico rechaza ambas
vertientes del derecho natural en tanto no acepta la obligatoriedad ni de un derecho metafsico
natural (ius) ni la legislacin positiva (lex positiva) como fundamentos para la regulacin de la
coexistencia comunitaria, nacional e internacional. (H. Gallardo: 2010; 58-63)

Reconocimiento y constitucin de derechos en Amrica Latina. La crtica que rechaza el
fundamento estatal-gubernamental de los derechos humanos adquiere un perfil especial en la situacin
latinoamericana. Pese al carcter abstracto de la expresin latinoamrica, ella designa un conjunto
de formaciones sociales cuya caracterstica comn consiste en la irrealizacin del Estado de
Derecho y en la produccin de maquinarias patrimoniales y clientelares como formas de Estado. Estas
formaciones estatales se caracterizan por su incapacidad para cohesionar a la sociedad civil y por la
fragilidad de sus aparatos burocrticos y tecnocrticos. Formaciones oligrquicas y neoligrquicas
determinan la configuracin de su direccin poltica as como la estructura de su conflictividad
social. De acuerdo con ello, la expresividad jurdica de las formaciones estatales latinoamericanas
posee una demarcacin ideolgica que se remonta al pasado colonial que, como correlato de un
humanismo abstracto, producira y reproducira un aparato jurdico corporativo, patrimonialista y
represivo que favorecera al rgimen monrquico. Las luchas de independencia, luchas
anticoloniales sin carcter nacional o popular y en favor de minoras locales, produjeron una
combinacin del idealismo abstracto, el iusnaturalismo, el formalismo dogmtico-positivista y el
liberalismo individualista facilitando la continuidad de un rgimen jerrquico de sujeciones y su
correlativa exclusin e identificacin inercial: colonialidad del sistema jurdico-poltico y fracaso del Estado
como tipo ideal que han legado a producir regmenes dictatoriales y democracias restrictivas. (H. Gallardo: 2010;
63-65)

Determinacin social de los derechos humanos. Los problemas que gravitan en torno a los derechos
humanos, si bien se sitan en un plano econmico-poltico, son ante todo problemas de orden
cultural que ataen a la sensibilidad colectiva y sus mecanismos de institucionalizacin. Esta lucha
cultural por la instauracin o remocin de ciertos valores surge desde la conflictividad social la cual,
a su vez, se derivada de la estructura que determina a la totalidad social. Pero estos problemas
tambin se encuentran determinados por las fuerzas sociales populares que acometen la reivindicacin
de los derechos humanos como posibilidad tanto para abolir las condiciones de heteronoma como
para construir las condiciones de su autonoma. En este sentido, las luchas populares hacen de los
derechos humanos la condicin bsica para la legitimacin de formas de vida diversas y con ello,
convierten estas luchas en una contribucin a la humanizacin de la diferencia. En este sentido, la
existencia del individuo poseedor de derechos se encuentra directamente ligada a las condiciones
sociales en que la individualidad se construye. El principio de autonoma que dignifica al individuo no
puede ser pensado por fuera de estas condiciones pues son ellas la matriz de su realizacin. De
mismo modo, la violacin de los derechos humanos no puede ser considerada exclusivamente desde el
punto de vista de la individualidad daada y del tribunal ante el cual esta individualidad busca una
compensacin. Ella tambin debe ser considerada de acuerdo con la totalidad social que la contiene
y la determina pues es en ella donde adquiere un reconocimiento y donde realiza su existencia
objetiva. Es as como la situacin de derechos humanos produce un autocuestionamiento permanente del
orden jurdico cuyas tramas legales pueden incurrir en violaciones sistemticas de estos derechos. La
responsabilidad del Estado -por accin u omisin- en la violacin de los derechos humanos debe
entonces ser considerada a partir de su funcin poltica como unificador de la totalidad social, es
decir, en funcin de su soberana. Esto es as porque los derechos humanos no slo expresan un
cuerpo de normas positivas al cual se le concede un tratamiento judicial sino que, adems, ese
cuerpo de normas expresa cierta sensibilidad cultural que es propia de las formaciones sociales
modernas. (H. Gallardo: 2010; 73-75)

Derechos humanos, individuo y totalidad social: La afirmacin de que ningn derecho puede predicarse
de individuos aislados, sino de relaciones sociales, no implica la negacin de los individuos humanos; slo
seala que la matriz de individuacin de los seres humanos es social. Los seres humanos son seres
sociales y polticos y las instituciones de sus formaciones sociales favorecen o bloquean/lesionan su
individuacin personal entendida bajo la nocin de autonoma cuya comunicabilidad o traspaso genera
autoestima legtima. Derechos humanos se liga as con los caracteres estructurales o sistmicos de
determinadas formaciones sociales y con los valores de autonoma, libertad creativa, capacidad de
comunicacin y responsabilidad humanas en el marco de una lgica de no-discriminacin () El nfasis
puesto en los relacionamientos sociales (tramas sociales) , sin que esto elimine a los individuos, nos indica
que derechos humanos se predica de una (o muchas y variadas) situaciones sociales o de existencia,
situaciones que forman o no parte de una cultura o sensibilidad, o constituida o emergente, bsica o
particularizada, y desde este punto de vista, no pueden ser agotados o constituidos por su judicializacin
(o sea derechos que pueden ser reclamados ante los circuitos judiciales), y tambin que su violacin
no se produce nicamente en relacin con casos judiciales, sino que se sigue de lgicas sociales
(econmicas, culturales, etc.) que pueden ser legales y, al mismo tiempo, negadoras de derechos
humanos en tanto estos se sostienen desde el valor universal de la no-discriminacin: nadie puede ser
negado como ser humano por su diferencia especfica o situacional en la medida que esta diferencia se
sigue de una produccin humana, o sea social. (H. Gallardo: 2010; 76)

Geocultura de los derechos humanos: Derechos humanos, esta demanda poltica de la modernidad,
exige para su cumplimiento efectivo, de la produccin de una sensibilidad cultural positiva y generalizada
hacia estos derechos. Esta sensibilidad no se ha producido en los ltimos tres siglos ni siquiera en
relacin con derechos considerados elementales como la vida y la propiedad. Esta sensibilidad no se
ha producido en los ltimos tres siglos ni siquiera en relacin con derechos considerados elementales
como la vida y la propiedad. Su ausencia, ligada con la tendencia al carcter absoluto de la acumulacin
de capital y su incidencia en la debilidad humana de una sociedad civil en la que la agencia se abandona
ideolgicamente a la responsabilidad de cada cual y no es apoderada sino negativamente por el Estado,
marca la flaqueza jurdico-cultural en el campo de los derechos humanos. Internacionalmente sigue
campeando la geopoltica del ms fuerte, lo que contiene la discriminacin de los Estados, regiones,
pueblos y sectores ms vulnerables o dbiles. (H. Gallardo: 2010; 77)

Fundamentos de los derechos humanos. El fundamento de los derechos humanos no se restringe a
una ideologa filosfica ni al reconocimiento de una dignidad humana. Un fundamento tal debe
hallarse en la matriz procesual y conflictiva de las formaciones sociales modernas. La primera
propuesta poltico-jurdica de derechos humanos estara contenida en la Declaracin de Virginia de
1776 y en la Declaracin de Independencia de los Estados Unidos el mismo ao. En 1789 la
Declaracin de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Asamblea Nacional Francesa
terminara por poner en el centro del orden jurdico y social un conjunto de derechos subjetivos
vinculados al rgimen moderno de gobierno democrtico. Sin embargo, entre el siglo XIX y el siglo
XX tendra lugar una segunda fase en la universalizacin de los derechos humanos donde estos
derechos entraran en relacin con las luchas de las clases subalternas frente a los procesos de
exclusin-inclusiva de la reproduccin capitalista. Sin embargo, ms all de la significacin adquirida
por los DDHH en estas dos fases, parece abrirse una nueva fase que extiende el alcance de tales
derechos a las posibilidades de vida sobre el planeta. En efecto, los reclamos contemporneos de
DDHH se encuentran ligados a una suerte de ecocentrismo que desnuda la naturaleza de los conflictos
en las formaciones sociales modernas. (H. Gallardo: 2010; 78-81)

Los ddhh en las formaciones sociales modernas: Sintetizando: el fundamento de derechos humanos es
una matriz econmico-social-cultural, la propia de las sociedades modernas y de las conflictividades que ella
excita () Las formaciones sociales modernas promueven conflictivamente la autoproduccin de los
seres humanos y su autoestima legtima derivada tanto de su libertad como de su responsabilidad. En el
mismo movimiento, generan la necesidad de que los seres humanos, universalmente, se pongan en
condiciones de comunicar la legitimidad de su autoestima. (H. Gallardo: 2010; 80)

La autoestima y los ddhh: Es precisamente la autoestima ligada a la autoproduccin mediante instituciones
sociohistricas la que permite distinguir, en principio, fases cualitativamente diversas en la demanda
por derechos humanos y tambin tipos de derechos entre ellos. La primera fase propone una mismidad
universal falsa (universalismo) que hace de los individuos estancos seres iguales, es decir con una
(abstracta) misma dignidad. Estos derechos, concentrados en una inexistente, y no factible, mismidad,
constituyen la versin social y dominante de derechos humanos. La otra, generada en el seno de los
vnculos sociales que producen las otredades sociales y humanas (discriminaciones) determinadas o
reformuladas por la acumulacin de capital y sus expresiones culturales institucionales (como el
colonialismo o la fetichizacin del mercado), es poltica y culturalmente minoritaria (en trminos de
fuerza social) y notoriamente invisibilizada por los centros de poder, como se advierte en el
cumplimiento de derechos econmicos, sociales y culturales o en el tratamiento que se da a las luchas
por el reconocimiento de la diversidad de opciones sexuales o al dilogo entre culturas acerca de
derechos humanos. En la consideracin del lmite de estas otredades encuentra su raz el ecocentrismo
actual, movilizacin y pensamiento centrados por un rechazo de la valoracin empresarial capitalista
moderna que hace del medio y, por extensin, de la Naturaleza y su diversidad vital, un espacio
pretendidamente infinito de acumulacin de ganancias mediante la aplicacin de una razn instrumental
(fragmentaria, cientfico-tecnolgica) que descompone y anula al planeta tierra como hbitat. Nos es
raro que la demanda por la reproduccin de una biodiversidad que permita la continuidad de la
especie humana en el planeta constituya hoy una de las banderas y frentes del reclamo antisistmicos por
derechos humanos. (H. Gallardo: 2010; 81)


Teora crtica, derechos humanos y lucha social popular. La cultura moderna termin por
negar la universalidad de los derechos humanos ah donde no supo eliminar los privilegios y las
segregaciones. Guerras imperiales y campaas neocolonizadoras se ha haran en nombre de los
derechos otorgados a la persona humana cuando, en el trasfondo, el capitalismo devorara toda
posibilidad de realizacin para estos derechos. Pero la existencia subjetiva y objetiva del Otro no cesara
de hacer emerger un conjunto de fuerzas capaces de liberar espacios para la produccin de estos
derechos. Han sido justamente las luchas populares las que han liberado estos espacios por medio de
auto-transferencias de poder capaces de abrir nuevos espacios identitarios autnomos para el
cultivo del amor propio. Sin embargo, las luchas populares no se agotan en su signo puramente
positivo pues ellas tambin han se han visto hermanadas con la violencia. Entre la legalidad y la
ilegalidad, las luchas populares han tenido que legitimarse por la contencin de una violencia
todava ms atroz. Quiz por ello, estas luchas no pueden perder su contenido utpico y
humanizador pues una tal prdida supondra una involucin de sus principios. La judicializacin de
los derechos humanos tan slo demarca un lmite jurdico que deber ser constantemente rebasado
por la fuerza del proceso poltico cuya nico objetivo ser el de incrustar en la cultura la vala de
estos derechos. De acuerdo con ello, el fundamento antropolgico de los derechos humanos establece una
condicin fctica del ser con la vocacin socio-poltica de los utopistas. (H. Gallardo: 2010; 81-89)

DDHH y terrorismo: () la realidad del mundo moderno y sus instituciones mostr una radical
distancia entre la universalidad e integridad propuesta por la ideologa de derechos humanos y la
existencia efectiva de las gentes y pueblos. En nombre de derechos humanos se realizaban (y realizan)
guerras imperiales y colonizadoras y agresiones neocolonizadoras y humanitarias () En este
universo los logros en derechos humanos lucen escasos, aislados y dbiles ante el avance de un
totalitarismo inherente a la organizacin capitalista de la existencia. La tortura, incluso contra nios, fue
fcilmente legitimada por la colusin de gobiernos poderosos y medios masivos ignorantes/sumisos
en el marco de la guerra global preventiva contra el terrorismo. (H. Gallardo: 2010; 81-82)

Lo popular: () es una categora objetiva, subjetiva y orgnica, o sea enteramente poltica.
Objetivamente designa a los individuos y personas producidos socialmente como otros, es decir
sustancial y estructuralmente discriminados. Subjetivamente, remite a su capacidad social de reclamo y
respuesta. Para ser efectiva, esta capacidad de respuesta, adems de testimonial, debe ser organizada y
constante. Una accin de denuncia y propuesta tanto respecto de situaciones y casos como de sus
vnculos sistmicos y estructurales. Testimonial, objetiva y subjetiva. Tambin subjetiva, porque con
sus acciones los sectores populares van ejerciendo su principio social de agencia y van alcanzando, siempre
en proceso, su estatura de sujetos sociales y productores (inventores, si se quiere) de cultura liberadora. La
lucha popular debe intentar constituir un espacio cultural o civilizatorio alternativo al reinante, una
sensibilidad alternativa. Sin ella, sus xitos sern solo puntuales y podrn ser siempre revertidos () De
modo que la lucha social popular por s misma no produce derechos humanos si no traspasa su
legitimidad o, lo que es lo mismo, amplia y refuerza, al convocar a otros, una cultura de derechos
humanos. (H. Gallardo: 2010; 83)

DDHH y capitalismo: El orden poltico de la organizacin capitalista de la existencia enuncia
derechos humanos, de hecho los invent, pero no puede cumplirlos. Derechos humanos no son
factibles dentro de la organizacin capitalista de la existencia. El orden capitalista, ledo con
benevolencia, ni quiere ni puede potenciar las instituciones que promoveran universalmente personas con autonoma y
autoestima ni tampoco puede generar comunicacin efectiva entre diversos. (H. Gallardo: 2010; 84)

Auto-transferencias de poder: Las luchas sociales populares tienen como procedimiento, matriz
organizativa y finalidad las autotransferencias de poder () Las autotransferencias de poder implican la
produccin de identidades efectivas en tanto expresan autonoma y autoestima y la capacidad/alegra de
comunicarlas. Las luchas populares trasuntan la sensibilidad de una fiesta. La alegra inherente a las luchas
populares no debe llamar a engao. Estas pueden ser parlamentarias o extraparlamentarias () Las
luchas populares contienen por ello violencia legtima y constructiva. Es legtima por inevitable (no
arbitraria), aunque puede resultar ilegal, y porque resulta del rechazo de la comunicacin y el dilogo
por parte de quienes desean preservar su capacidad para discriminar. La violencia popular legtima no
necesariamente se centra en persecuciones, liquidaciones y guerras, pero puede contenerlas () Las
luchas populares necesitan asumirse a s mismas bajo las formas de una sensibilidad compartida
(emprendimiento comn y abierto a otros y a todos), una comprensin del carcter sistmico y procesual de
la lucha (no puramente puntual) y un imaginario utpico en el sentido de referencias que, convocando a
un mundo distinto, iluminan y guan. Estos tres momentos estn insertos en los proceso de
autotransferencias de poder. (H. Gallardo: 2010; 84-86)

Judicializacin de los derechos: Sin duda obtener la judicializacin de derechos es importante, pero ello
no finaliza la pugna. Obtener una judicializacin (positivizacin de derechos en tanto capacidades y
fueros vinculantes) debe ser entendido como un momento del combate, pero el carcter de ese
momento demanda la continuidad de la lucha misma. No sostener la lucha (denunciando, exaltando,
precisando, aprendiendo) puede conducir a la no efectividad de la norma o del mandato judicial o a su
liquidacin por desuso, o a su reversin. Es la incidencia cultural de la lucha, y sus efectos en las
lgicas institucionales, lo que precipita o decanta la efectividad de una normativa legar y la eficacia social de
su cumplimiento.(H. Gallardo: 2010; 84-86)

La antropologa de los derechos humanos: () una teora crtica de los derechos humanos supone una
determinada antropologa: estar en el mundo (y serlo) para aprenderlo socialmente y comunicarlo
liberadoramente, antropologa que se prolonga en una actitud socio-poltica a la vez testimonial y utpica
() Se trata hoy de muchas pequeas y cuidadosas tareas de construccin de poder local que expresan y
avisan las alternativas necesarias y que, al testimoniar nuevas maneras de estar en el mundo, de sentirlo,
hablarlo, pensarlo y serlo, buscan crear las condiciones para tornar posible lo polticamente prohibido y
factible lo que hoy se presenta por las fuerzas dominantes y sus instituciones como destinado sueo, un
ser humano apropiado de s que se ofrece a otros para aprender a ser en condiciones que nunca
determinar por completo.(H. Gallardo: 2010; 84-86)

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