Día Del Catequista

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DEPARTAMENTO DE CATEQUESIS

DIA DEL CATEQUISTA


21 de Agosto de 2014
MEMORIA OBLIGATORIA SAN PO DCIMO

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SUBSIDIOS PARA LA CELEBRACIN
DEL DA DEL CATEQUISTA



1. Carta a todos los catequistas de Colombia
Mons. Jos Miguel Gmez Rodrguez, Obispo de Lbano
Honda y Presidente de la Comisin de Catequesis de la CEC

2. Video Saludo a todos los catequistas de Colombia
Mons. Jos Miguel Gmez Rodrguez, Obispo de Lbano Honda
y Presidente de la Comisin de Catequesis de la CEC

3. Claves para ser un buen catequista
Discurso del Papa Francisco a los participantes en el Congreso
Internacional sobre catequesis, sala Pablo VI (27 de septiembre
de 2013; homila de la Santa Misa para la jornada de los
catequistas en el ao de la fe pronunciada por el Papa
Francisco en la Plaza de San Pedro (29 septiembre de 2013).

4. Guin para la celebracin de la Santa Misa. Memoria obligatoria de
San Po dcimo.
Para los que celebran el da del catequista el 21 de agosto.

5. Guin para la celebracin de la Santa Misa. Fiesta de Santa Rosa de
Lima Virgen, Patrona de Amrica Latina.
Para los que celebran el da del catequista el 23 de agosto.

6. Hora Santa Caminar desde Cristo
Para prepararnos al da del catequista

7. Celebracin de la Palabra Envo de lo catequistas
Esta celebracin para cuando hay ausencia de presbtero.

8. Liturgia de la Horas Laudes 23 de agosto
Fiesta de Santa Rosa de Lima, Virgen, Patrona de Amrica
Latina.






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PRESENTACIN

El prximo 21 de agosto se celebra en la mayora de las
jurisdicciones eclesisticas de Colombia el da del catequista. Esta es una
buena oportunidad para encontrarse, celebrar la eucarista, rezar juntos,
profundizar en su vocacin, formarse y festejar el llamado que el Seor
Jess les ha hecho a ser catequistas.
El Departamento de catequesis de la Conferencia Episcopal de
Colombia quiere ofrecerles a los delegados de catequesis de las
jurisdicciones eclesisticas, a los prrocos, a los coordinadores de
catequesis, este sencillo material que como se puede observar en el ndice,
contiene variados materiales para ayudar a organizar este evento, tan
importante para la vida de nuestra Iglesia catlica que peregrina en
Colombia.
Es fundamental que se valore la tarea de la catequesis como un
ministerio imprescindible, delicado, complejo y verdaderamente urgente en
nuestro tiempo. No podemos dejar pasar este da sin insistir sobre uno de
los elementos ineludibles en la vida y en la accin del catequista. Me
refiero a la oracin sencilla, frecuente, confiada y abierta, no slo a la
peticin, sino tambin a la alabanza al Seor; y, muy especialmente, a la
meditacin y, ojal tambin, a la contemplacin que debe precederla, como
base nuestro dialogo con el Seor.
Desde el Departamento de catequesis de la CEC agradecemos a todos
los catequistas de Colombia por haber atendido la llamada del Seor para
contribuir a la accin catequtica de la Iglesia y los encomendamos al
Seor Jess, para que l les siga guiando en tan alto ministerio.

Que Dios les pague con una gozosa experiencia de su amor y de su
misericordia.


P. Francisco Meja Montoya
Director
Departamento de Catequesis
Conferencia Episcopal de Colombia


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CARTA A LOS CATEQUISTAS







+ JOS MIGUEL GMEZ RODRGUEZ
OBISPO DE LBANO-HONDA
PRESIDENTE DE LA COMISIN EPISCOPAL DE CATEQUESIS
CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA





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CARTA A LOS CATEQUISTAS


Bogot D.C., agosto 21 de 2014

Amados Catequistas:

Reciban un saludo lleno de afecto, en el Seor.
En estas jornadas dedicadas a Ustedes y a la encomiable labor que
desempean en la Iglesia, queremos animarlos en su tarea y proponerles de
nuevo el ideal del cambio de paradigma que hemos estado compartiendo
desde hace algunos aos.
La experiencia nos demuestra, cada vez con mayor claridad, que no
podemos seguir haciendo lo mismo de siempre. Todos Ustedes saben que
en muchas partes tenemos grandes cantidades de nios que hacen su
Primera Comunin y no vuelven a la Iglesia, ni siquiera el domingo
siguiente; muchos jvenes que reciben la Confirmacin y parecen
cumpliendo un requisito como para tener los papeles en orden; y ni se diga
del muy limitado efecto que producen nuestras charlas prebautismales o
prematrimoniales. Pero lo ms grave es que nuestra patria est llena de
dirigentes, tanto en el orden poltico como empresarial, que han
cumplido fielmente con todas las exigencias de su religin y no parece
que pudieran siquiera tener en cuenta al Seor, al Evangelio y a la Doctrina
de la Iglesia cuando van a tomar decisiones.
Nos estn haciendo falta verdaderos procesos de iniciacin cristiana,
para hacer cristianos conscientes de su fe y de las exigencias de una vida
coherente con ella. Hacen falta cristianos que, sin titubear, den la vida por
Cristo y por la Iglesia, lo cual se traduce en la vida de todos los das como
una existencia de oracin sincera y de testimonio valiente, que se refleje en
comportamientos que sean significativos a los ojos del mundo, que
atraigan a otros a la fe y que se orienten diariamente por la voluntad de
Dios discernida y aplicada al estilo de la Virgen Inmaculada, cuyo s
definitivo y total es el nico molde autntico de una vida de verdaderos
discpulos misioneros.
La implementacin de un proceso de iniciacin cristiana nos exigir
varios ajustes en cuanto a las estructuras pastorales vigentes. Tendremos
que tomar la experiencia del catecumenado de adultos como modelo,
deberemos contar con un equipo inicial de cristianos plenamente
convencidos de la renovacin y tendremos que dar nuevas formas a la

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catequesis para que cumpla con su cometido de iniciar en la fe a quienes
van acogiendo la Palabra de Dios y se disponen a fundamentar sus
primeras experiencias de fe y de conversin.
Lo ms importante va a ser nuestra nueva manera de convocar a la
gente para la catequesis. Porque lo que vamos a implementar no es
simplemente una nueva forma de hacer catequesis sino un proceso global
de evangelizacin en el que la catequesis es una etapa esencial. Nuestra
catequesis va a depender de una accin misionera eficaz, que entusiasme
por Cristo y por la Iglesia a los alejados, bautizados o no, y los quiera
conducir a una vida de comunin y de madurez cristiana.
De todo esto seguiremos hablando. Esperamos que todos Ustedes ya
hayan ledo y estn estudiando nuestras Orientaciones Comunes para la
Catequesis en Colombia. All encontrarn desarrolladas estas ideas.
Sintase muy queridos por sus pastores. Ustedes, con todos los
bautizados, son Iglesia. Somos Iglesia, Cuerpo de Cristo y Templo del
Espritu Santo! Nuestra tarea como catequistas es necesaria y pertenece al
corazn mismo de la Iglesia. No nos cansemos de amar, no nos cansemos
de prepararnos para hacer bien nuestra labor pastoral, no nos cansemos de
abrir de par en par nuestro corazn a Cristo y al Espritu Divino para que
Ellos nos orienten en el ejercicio de nuestra misin.
Que la Madre del Redentor, Virgen fecunda, quien conservaba todos
los hechos y todos los dichos de Jess en el corazn, interceda por
nosotros para que seamos fieles y para que demos gloria y alabanza a la
Trinidad Eterna.
Con bendicin y afecto, en Cristo,


+ JOS MIGUEL GMEZ RODRGUEZ
OBISPO DE LBANO-HONDA
PRESIDENTE DE LA COMISIN EPISCOPAL DE CATEQUESIS










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CLAVES PARA SER UN BUEN CATEQUISTA



PAPA FRANCISCO
Discurso del Papa Francisco a los participantes
en el Congreso Internacional sobre catequesis,
sala Pablo VI (27 de septiembre de 2013




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CLAVES PARA SER UN BUEN CATEQUISTA
PAPA FRANCISCO
1



1. SER Y NO HACER DE CATEQUISTAS



La catequesis es una columna para la educacin
de la fe. El llamado es a no trabajar como
catequistas porque no es simplemente una
enseanza. La vocacin del catequista es ser
ms bien que hacer. Por ello quien educa en la
fe debe guiar al encuentro con Jess con las
palabras y con la vida y con el testimonio.





2. ANUNCIAR LA BUENA NUEVA CON EL TESTIMONIO

Lo que atrae en la vida cristiana es el
testimonio. Ser catequista significa dar
testimonio de la fe, ser coherente en la
propia vida. Anunciar el evangelio con
palabras y hechos: es importante que el
catequista tenga el valor de anunciar la
Buena Nueva, tambin con su
testimonio. No se puede anunciar el
Evangelio de Jess sin el testimonio
concreto de la vida. Quien nos escucha
y nos ve, debe poder leer en nuestros
actos eso mismo que oye en nuestros
labios y dar gloria a Dios Anunciar y
dar testimonio es posible si nicamente
estamos junto a l vivir una relacin intensa con Jess, una intimidad de
dilogo y de vida, de tal manera que lo reconozcamos como El Seor.
2


1
Estas notas son extradas del Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Congreso
Internacional sobre catequesis, sala Pablo VI, viernes 27 de septiembre de 2013; de la Homila de la
Santa Misa para la jornada de los catequistas en el ao de la fe pronunciada por el Papa Francisco en
la Plaza de San Pedro el da 29 de septiembre de 2013 y de algunas intervenciones hechas por el
Papa Francisco en las homilas diarias en la casa de Santa Marta.



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3. ESTAR CON JESS Y DEJARSE MIRAR POR L

Esto significa tener familiaridad con l, permanecer
unidos al Amor como el sarmiento est unido a la
vid, as podemos dar fruto. Permanecer en Jess!, se
trata de permanecer unidos a l, dentro de l, con l,
hablando con l: permanecer en Jess
3
. Lo que vale
en el ministerio del catequista es estar con El. Estar
en la presencia del Seor, dejarse mirar por l.
Cmo ests en la presencia del Seor? Te dejas
mirar por el Seor?. Esta relacin espiritual caldea el
corazn, mantiene encendido el fuego de la amistad
con el Seor, te hace sentir que verdaderamente te
mira, est cerca de ti y te ama. cmo vivo yo este
estar con Jess? Hay momentos en los que me pongo en su presencia, en
silencio, me dejo mirar por l?.


4. CAMINAR DESDE CRISTO Y DEL AMOR QUE L NOS DA

Esto significa imitarlo en el salir de si e ir al
encuentro del otro. Quien pone a Cristo en el
centro de su vida, se descentra. Cuanto ms te unes
a Jess y l se convierte en el centro de tu vida,
tanto ms te hace l salir de ti mismo, te descentra
y te abre a los dems. ste es el verdadero
dinamismo del amor, ste es el movimiento de Dios
mismo. Dios es el centro, pero siempre es don de
si, relacin, vida que se comunica As nos
hacemos tambin nosotros si permanecemos unidos
a Cristo; l nos hace entrar en esta dinmica del
amor. Donde hay verdadera vida en Cristo, hay
apertura al otro, hay salida de s mismo para ir al
encuentro del otro en nombre de Cristo. Y sta es
la tarea del catequista: salir continuamente de s por amor, para dar
testimonio de Jess y hablar de Jess, predicar a Jess. Esto es importante
porque lo hace el Seor: es el mismo Seor quien nos apremia a salir.






2
Homilia 14 de abril de 2013
3
Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Congreso Internacional sobre
catequesis, sala Pablo VI, viernes 27 de septiembre de 2013



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5. NO TENER MIEDO DE IR CON L A LAS PERIFERIAS

No podemos sentir miedo de ir a las
periferias, de salir de nuestros esquemas para
seguir a Dios, porque Dios va siempre ms
all. El catequista no puede encerrarse
porque se enferma - en unos esquemas
acortados que no le permiten ir a buscar a los
dems hermanos que se han quedado en el
camino y que han perdido la velocidad en la
fe. Tenemos que salir de la esterilidad para
pensar la pastoral de la periferia, desde
aquellos que estn ms alejados, de los que
habitualmente no acuden a la parroquia, para
esto necesitamos salir de nuestros encierros y
hacer la accin misionera anunciando el
evangelio de corazn a corazn y no
quedarnos como estatuas de museo,
esperando que las gentes lleguen hasta nuestros centros de evangelizacin.

6. SER CREATIVOS Y SABER CAMBIAR

No se entiende un catequista que no sea creativo. La
creatividad es como la columna vertebral catequista,
pues Dios es creativo, no es cerrado, y por esto
jams es rgido, Dios no es rgido! Nos acoge, nos
viene al encuentro, nos comprende. Para ser fieles,
para ser creativos, es necesario saber cambiar. Y por
qu debo cambiar? Para adecuarme a las
circunstancias en las que debo anunciar el Evangelio,
para saber cambiar de paradigma.


7. EL RIESGO DE APOLTRONAMIENTO Y LA COMODIDAD

Ay de los que se fan de Sin,... acostados en lechos de
marfil! (Am 6,1.4); comen, beben, cantan, se divierten y
no se preocupan por los problemas de los dems.

El riesgo de apoltronarse, de la comodidad, de la
mundanidad en la vida y en el corazn, de
concentrarnos en nuestro bienestar, es uno de los
problemas de nuestro tiempo. El catequista debe estar
atento para que lo mundano no se convierta en el
centro de su vida y para que la seguridad en las cosas
materiales no le roben la atencin. El compromiso




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consiste en buscar la novedad que Dios quiere, porque a lo largo de los
aos vamos acumulando cansancio y estamos paralizados como
catequistas: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades,
pararnos en una tumba, pensando en el difunto, que solo vive en el
recuerdo de la historia. Tenemos miedo a las sorpresas de Dios no nos
cerremos a la novedad que Dios quiere traer a nuestras vidas.
4



8. CUSTODIA Y ALIMENTA LA MEMORIA DE DIOS

El catequista es el que custodia y alimenta la memoria de Dios; la custodia
en s mismo y sabe despertarla en los dems. Ejemplo:
Hacer memoria de Dios, como la Virgen Mara
que, ante la obra maravillosa de Dios en su vida,
no piensa en el honor, el prestigio, la riqueza, no
se cierra en s misma. Por el contrario, tras
recibir el anuncio del ngel y haber concebido al
Hijo de Dios, qu es lo que hace? Se pone en
camino, va donde su anciana pariente Isabel,
tambin ella encinta, para ayudarla; y al
encontrarse con ella, su primer gesto es hacer
memoria del obrar de Dios, de la fidelidad de
Dios en su vida, en la historia de su pueblo, en
nuestra historia: Proclama mi alma la grandeza
del Seor... porque ha mirado la humillacin de su esclava... su
misericordia llega a sus fieles de generacin en generacin (cf. Lc
1,46.48.50). Mara tiene memoria de Dios.
El catequista es un cristiano que pone la memoria de Dios al servicio del
anuncio; no para exhibirse, no para hablar de s mismo, sino para hablar de
Dios, de su amor y su fidelidad. Hablar y transmitir todo lo que Dios ha
revelado, es decir, la doctrina en su totalidad, sin quitar ni aadir nada. El
catequista, pues, es un cristiano que lleva consigo la memoria de Dios, y se
deja guiar por ella en toda su vida, y la sabe despertar en el corazn de los
otros. Somos nosotros memoria de Dios? Somos verdaderamente como
centinelas que despiertan en los dems la memoria de Dios, que inflama el
corazn?







4
Homilia marzo 30 de 2013.


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9. L ES SIEMPRE EL PRIMERO. EL SEOR SIEMPRE NOS PRIMEREA


Dios siempre nos precede. Cuando pensamos que
vamos lejos, a una extrema periferia, y tal vez
tenemos un poco de miedo, en realidad l ya est all:
Jess nos espera en el corazn de aquel hermano, en
su carne herida, en su vida oprimida, en su alma sin
fe.




10. TENDER A LA JUSTICIA, A LA PIEDAD, A LA FE, A LA CARIDAD, A LA PACIENCIA, A LA
MANSEDUMBRE

El catequista es un hombre de la memoria de Dios si tiene
una relacin constante y vital con l y con el prjimo; si es
hombre de fe, que se fa verdaderamente de Dios y pone
en l su seguridad; si es hombre de caridad, de amor, que
ve a todos como hermanos; si es hombre de paciencia,
de perseverancia, que sabe hacer frente a las dificultades,
las pruebas y los fracasos, con serenidad y esperanza en
el Seor; si es hombre amable, capaz de comprensin y
misericordia.










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GUIN PARA LA
CELEBRACIN DE LA EUCARISTA
Memoria obligatoria de San Po dcimo




Da del Catequista
21 de agosto de 2014



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Memoria Biogrfica de Pio X

Jos Sarto, despus Po X, naci en Riese, poblado cerca de Venecia,
Italia en 1835 en el seno de una familia humilde siendo el segundo de diez
hijos.
Todava siendo nio perdi a su padre por lo que pens dejar de
estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manutencin de la
familia, sin embargo sta se lo impidi y pudo continuar sus estudios en el
seminario gracias a una beca que le consigui un sacerdote amigo de la
familia.
Una vez ordenado fue viceprroco, prroco, cannigo, obispo de
Mantua y Cardenal de Venecia, puestos donde dur en cada uno de ellos
nueve aos. Bromeando platicaba que solamente le faltaban nueve aos de
Papa.
En 1903 al morir Len XIII fue convocado a Roma para elegir al nuevo
Pontfice. En Roma no era candidato para algunos por no hablar francs y
l mismo se consideraba indigno de tal nombramiento.
Durante la eleccin los Cardenales se inclinaron en principio y por
mayora por el Cardenal Rampolla, sin embargo el Cardenal de
Checoslovaquia anunci que el Emperador de Austria no aceptaba al
Cardenal Rampolla como Papa y tena el derecho de veto en la eleccin
papal, por lo que el Cardenal Rampolla retir su nombre del
nombramiento. Reanudada la votacin los Cardenales se inclinaron por el
Cardenal Sarto quien suplic que no lo eligieran hasta que una noche una
comisin de Cardenales lo visit para hacerle ver que no aceptar el
nombramiento era no aceptar la voluntad de Dios. Acept pues convencido
de que si Dios da un cargo, da las gracias necesarias para llevarlo a cabo.

Escogi el nombre de Po inspirado en que los Papas que eligieron
ese nombre haban sufrido por defender la religin.
Tres eran sus ms grandes caractersticas: La pobreza: fue un Papa
pobre que nunca fue servido ms que por dos de sus hermanas para las
que tuvo que solicitar una pensin para que no se quedaran en la miseria a
la hora de la muerte de Po X; la humildad: Po X siempre se sinti indigno
del cargo de Papa e incluso no permita lujos excesivos en sus recmaras y
sus hermanas que lo atendan no gozaban de privilegio alguno en el
Vaticano; la bondad: Nunca fue difcil tratar con Po X pues siempre estaba
de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadosos con quien
necesitara de l.

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Una vez que fue elegido Papa decret que ningn gobernante poda
vetar a Cardenal alguno para Sumo Pontfice.
Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejas en boga
en esa poca: Modernismo, la cual la combati en un documento llamado
Pascendi estableciendo que los dogmas son inmutables y la Iglesia si tiene
autoridad para dar normas de moral; la otra hereja que combati fue la del
Jansenismo que propagaba que la Primera Comunin se deba retrasar lo
ms posible; en contraposicin Po X decret la autorizacin para que los
nios pudieran recibir la comunin desde el momento en que entenda
quien est en la Santa Hostia Consagrada. Este decreto le vali ser llamado
el Papa de la Eucarista.
Fund el Instituto Bblico para perfeccionar las traducciones de la
Biblia y nombr una comisin encargada de ordenar y actualizar el Derecho
Cannico. Promovi el estudio del Catecismo.
Muri el 21 de agosto de 1914 despus de once aos de pontificado.

Ritos iniciales
En el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espritu Santo.

El pueblo responde:
Ame!n.
El Seor, que dirige nuestros corazones
para que amemos a Dios,
est con todos ustedes

El pueblo responde:

Y con tu espritu.

Monicin introductoria de la Misa

Hermanos, estamos aqu reunidos porque somos el grupo que busca al
Seor: el grupo de los que creemos en Jess como Mesas y Salvador.
Venimos a celebrar y revivir la amistad y alianza que tenemos con Dios
Padre por la vida, muerte y resurreccin de su Hijo Jesucristo, nuestro
hermano.


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Hoy celebra la Iglesia el da de San Pio X, patrono de los catequistas, por
eso tengamos presentes en nuestra oracin a todos aquellos que se
dedican al ministerio de la catequesis en nuestras comunidades
parroquiales.

Acto penitencial

Hermanos,
El Seor Jess,
que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucarista,
nos llama ahora a la conversin.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores
e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.

T que eres nuestra luz. SEOR, TEN PIEDAD
T, que eres nuestra paz. CRISTO, TEN PIEDAD
T, que eres nuestra alegra. SEOR, TEN PIEDAD

Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:
Ame!n.

Oracin colecta

h Dios, que para defender la fe catlica
e instaurar todas las cosas en Cristo,
colmaste al Papa San Po dcimo
de celestial sabidura y de fortaleza apostlica,
concdenos bondadoso
que, dciles a su instruccin y a sus ejemplos,
consigamos la recompensa eterna.
Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo,
Que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo
Y es Dios por los siglos de los siglos.





O

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Liturgia de la Palabra

Monicin a la Liturgia de la Palabra

Ha llegado el momento de servir la primera mesa de esta celebracin: la
mesa de la Palabra, en la que el Seor nos alimenta con sus enseanzas.
Abramos las puertas de nuestro corazn para que all se aloje
definitivamente la Palabra que da vida.


Lectura de la profeca de Ezequiel 36,23-28

As dice el Seor: Mostrar la santidad de mi nombre grande, profanado
entre los gentiles, que ustedes han profanado en medio de ellos; y
conocern los gentiles que yo soy el Seor orculo del Seor, cuando les
haga ver mi santidad al castigarlos. Los recoger de entre las naciones, los
reunir de todos los pases, y los llevar a su tierra. Derramar sobre
ustedes un agua pura que los purificar: de todas sus inmundicias e
idolatras los he de purificar. Y les dar un corazn nuevo, y les infundir
un espritu nuevo; arrancar de su carne el corazn de piedra, y les dar un
corazn de carne. Les infundir mi espritu, y har que caminen segn mis
preceptos, y que guarden y cumplan mis mandatos. Y habitaran en la tierra
que di a sus padres. Ustedes sern mi pueblo, y yo ser su Dios.
Palabra de Dios


Salmo 50,12-13.14-15.18-19

R/. Derramar sobre ustedes un agua pura
que los purificar de todas sus inmundicias

Oh Dios, crea en mi un corazn puro,
renuvame por dentro con espritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espritu. R/.

Devulveme la alegra de tu salvacin,
afinzame con espritu generoso:
ensear a los malvados tus caminos,
los pecadores volvern a ti. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querras.
Mi sacrificio es un espritu quebrantado;
un corazn quebrantado y humillado,
t no lo desprecias. R/.

!"# %&' (#)&*+,-)# *(
Lectura del santo evangelio segn san Mateo 22,1-14

En aquel tiempo, de nuevo tom Jess la palabra y habl en parbolas a los
sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: El reino de los cielos se
parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mand criados para que
avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvi a mandar
criados, encargndoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he
matado terneros y reses cebadas, y todo est a punto. Vengan a la boda."
Los convidados no hicieron caso; uno se march a sus tierras, otro a sus
negocios; los dems les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta
matarlos. El rey mont en clera, envi sus tropas, que acabaron con
aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados:
"La boda est preparada, pero los convidados no se la merecan. Vayan
ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encuentren, convdelos
a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que
encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llen de comensales.
Cuando el rey entr a saludar a los comensales, repar en uno que no
llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, cmo has entrado aqu sin vestirte
de fiesta?" El otro no abri la boca. Entonces el rey dijo a los camareros:
"Atenlo de pies y manos y arrjenlo fuera, a las tinieblas. All ser el llanto
y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los
escogidos. Palabra del Seor

Homila

Oracin universal o de los fieles

Presidente: Oremos a Dios, nuestro Padre, por Jesucristo, su Hijo amado,
nuestro hermano. Oremos diciendo: ESCCHANOS, PADRE

1. Por el papa Francisco, por nuestro obispo N, por los obispos de todo el
mundo. Y tambin por los sacerdotes, por los diconos, por todos los que
trabajan al servicio de la Iglesia. OREMOS
2. Por los catequistas, por los responsables de los movimientos de Iglesia,
por los que ayudan a los dems en el crecimiento de la fe, por los que
trabajan en la difusin del Evangelio. OREMOS
3. Por los ancianos que se encuentran abandonados por sus hijos; por los
nios que se han quedado sin padres. OREMOS
4. Por los que se dedican a la ayuda de los hermanos necesitados, por los
que luchan por la justicia y la paz, por los que ofrecen su servicio en los
pases ms pobres. OREMOS
5. Por los que estamos celebrando esta Eucarista, y por nuestros familiares
y amigos. OREMOS


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Oracin conclusiva
Escucha, Padre, nuestras plegarias.
Escchalas por Jesucristo, tu Hijo, nuestro hermano,
que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

Liturgia Eucarstica

Bendito seas, Seor, Dios del universo,
por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
l ser! para nosotros pan de vida.

Bendito seas por siempre, Seor.

Bendito seas, Seor, Dios del universo,
por este vino,
fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
l ser! para nosotros bebida de salvacin.

Bendito seas por siempre, Seor.

En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, padre todopoderoso.
El pueblo se pone de pie y responde:
El Seor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien
y el de toda su santa Iglesia.

Oracin sobre las ofrendas

ecibe, Seor, en tu bondad nuestras ofrendas
Y concdenos que,
dciles a las enseanzas de San Po dcimo, Papa,
celebremos estos divinos misterios con dedicacin sincera
y los recibamos con fidelidad de corazn.
Por Jesucristo, nuestro Seor.



R

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PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
Presencia de los santos Pastores en la Iglesia

V. El Seor est con ustedes
R. Y con tu espritu

V. Levantemos el corazn
R. Lo tenemos levantado hacia el Seor

V. Demos gracias al Seor, nuestro Dios
R. Es justo y necesario

n verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvacin
darte gracias siempre y en todo lugar,
Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
Por Jesucristo, Seor nuestro.

Porque de tal manera concedes a tu Iglesia
regocijarse con la fiesta de San Pio dcimo
que la fortaleces con el ejemplo de su vida,
la instruyes con su palabra
y la proteges con su intercesin.

Por eso,
con los ngeles y con la multitud de los Santos
te cantamos el himno de alabanza,
diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Seor Dios del universo.
Llenos estn el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Seor.
Hosanna en el cielo.

PLEGARIA EUCARI!STICA III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razn te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Seor nuestro,
con la fuerza del Espritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
E

!"# %&' (#)&*+,-)# "*
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, mantenindolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espritu
estos dones que hemos separado para Ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y + Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Seor nuestro,
Junta las manos.
que nos mando! celebrar estos misterios.
Porque l mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
TOMAD Y COMED TODO DE L,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SER ENTREGADO POR VOSOTROS.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexin.
Despus prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cliz y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomo! el cliz,
dando gracias te bendijo,
y lo paso! a sus discpulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE L,
PORQUE STE ES EL CLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,

!"# %&' (#)&*+,-)# ""
QUE SERA! DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIN MA.
Muestra el cliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexin.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurreccin.
Ven, Seor Jess!

As!, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasin salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurreccin y ascensin al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta accin de gracias,
el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Victima
por cuya inmolacin quisiste devolvernos tu amistad,
para que,
fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espritu.

Que l nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con Mara, la Virgen Madre de Dios,
los Apstoles y los Mrtires,
San Po dcimo
y todos los santos,
por cuya intercesin
confiamos obtener siempre tu ayuda.

Te pedimos, Padre,
que esta Victima de reconciliacin
traiga la paz y la salvacin al mundo entero.

!"# %&' (#)&*+,-)# "#
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco
a nuestro Obispo N.,
Al Orden episcopal, a los presbteros y diconos,
y a todo el pueblo redimido por Ti.

Atiende los deseos de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Rene en torno a Ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
Por Cristo, Seor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con la Hostia y el Cliz, los eleva, y dice:
Por Cristo, con l y en l,
a Ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amn.

Rito de la Comunin
Llenos de alegra por ser hijos de Dios,
Digamos confiadamente la oracin que Cristo nos ense:

Padre nuestro, que ests en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;

!"# %&' (#)&*+,-)# "$
perdona nuestras ofensas,
como tambin nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal.
Con las manos extendidas, el sacerdote solo prosigue, diciendo:
Lbranos de todos los males, Seor,
y concdenos la paz en nuestros das,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbacin,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos.

El pueblo concluye la oracin, aclamando:

Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Seor.

Despus el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Seor Jesucristo,
que dijiste a tus Apstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy";
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concdele la paz y la unidad.

Junta las manos.

Tu! que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Amn.
El sacerdote, vuelto hacia al pueblo, extendiendo y juntando las manos, aade:
La paz del Seor este! siempre con ustedes.


!"# %&' (#)&*+,-)# "%
El pueblo responde:
Y con tu espritu.
Luego, si se juzga oportuno, el dicono, o el sacerdote, aade:
Dense fraternalmente la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

ste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Seor.

Seor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastara! para sanarme.
Rito de conclusin
Oracin despus de la comunin

l celebrar la memoria del papa San Po dcimo,
te pedimos, Seor Dios nuestro,
que, por la virtud del banquete celestial,
lleguemos a ser constantes en la fe
y vivamos concordes en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Seor.
El Seor este! con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espritu.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
El Seor los bendiga y los proteja.
R. Amn

Ilumine su rostro sobre ustedes y les tenga misericordia
A

!"# %&' (#)&*+,-)# "&
R. Amn

Vuelva a ustedes su semblante y les conceda su paz.
R. Amn

Y la bendicin de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca siempre.

El pueblo responde:

Amn.
Pueden ir en paz.
El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.





















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GUIN PARA LA
CELEBRACIN DE LA EUCARISTA
Fiesta de Santa Rosa de Lima Virgen
Patrona de Amrica Latina



Da del Catequista
23 de agosto de 2014



!"# %&' (#)&*+,-)# "(
Ritos iniciales
En el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espritu Santo.

El pueblo responde:
Ame!n.
La paz, la caridad y la fe,
de parte de Dios Padre,
y de Jesucristo, el Seor,
estn con todos ustedes.

El pueblo responde:

Y con tu espritu.

Monicin introductoria de la Misa

Hoy en la fiesta de Santa Rosa de Lima Virgen, patrona de Amrica Latina,
nos unimos como Iglesia en torno a Jesucristo, nuestro maestro, que nos
abre la inteligencia y el corazn para que comprendamos su Palabra y la
practiquemos.

De modo especial, queremos agradecer a Dios, por el ministerio de los
catequistas de nuestra comunidad, quienes celebran su da y renuevan hoy
su compromiso con la educacin de la fe de nuestros catequizandos.
Dispongamos nuestro corazn para este encuentro.

Acto penitencial

El Seor ha dicho:
El que est sin pecado que tire la primera piedra.
Reconozcmonos, pues, pecadores
y perdonmonos los unos a los otros
Desde lo ms ntimo de nuestro corazn.

A ti, Seor, que eres fuente de todo perdn, te rogamos: SEOR, TEN PIEDAD
A ti, Seor, que nos fuerza para renovarnos, te rogamos: CRISTO, TEN PIEDAD
A ti, Seor, que nos ayudas a perdonarnos, te rogamos: SEOR, TEN PIEDAD

Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados

!"# %&' (#)&*+,-)# ")
y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:
Ame!n.

Oracin colecta

h Dios que concediste a santa Rosa,

encendida en amor por Ti,
apartarse del mundo para dedicarse
a la austeridad y a la penitencia,
otrganos, por su intercesin,
que, al seguir los caminos de la vida en la tierra,
podamos gozar del torrente de tus delicias del cielo.
Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Ame!n.

Liturgia de la Palabra

Monicin a la Liturgia de la Palabra

El Espritu Santo nos ha impulsado a acudir al templo y nos ha reunido
como comunidad de fe y de amor. Escucharemos ahora la Palabra del
Seor y comulgaremos su Cuerpo y su Sangre. Dispongmonos a participar
en esta celebracin con el debido recogimiento y respeto.

Lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios 7,25-35

Acerca de los clibes no tengo precepto del Seor, pero doy mi parecer
como alguien que, por la misericordia del Seor, es fiel. Considero que, por
la angustia que apremia, es bueno para un hombre quedarse as. Ests
unido a una mujer? No busques la separacin. Ests libre de mujer? No
busques mujer; pero, si te casas, no pecas; y, si una soltera se casa,
tampoco peca. Aunque estos tales sufrirn la tribulacin de la carne; y yo
quiero ahorrrsela. Digo esto, hermanos, que el momento es apremiante.
Queda como solucin que los que tienen mujer vivan como si la tuvieran;
los que lloran, como si no lloraran; los que estn alegres, como si no se
alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el
O


!"# %&' (#)&*+,-)# #+
mundo, como si no disfrutaran de l: porque la representacin de este
mundo se termina. Quiero que se ahorren preocupaciones: el no casado se
preocupa de los asuntos del Seor, buscando contentar al Seor; en
cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando
contentar a su mujer, y anda dividido. Tambin la mujer sin marido y la
soltera se preocupan de los asuntos del Seor, de ser santa en cuerpo y
alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo,
buscando contentar a su marido. Les digo todo esto para su bien; no para
ponerles una trampa, sino para inducirles a una cosa noble y al trato con el
Seor sin preocupaciones. Palabra de Dios

Salmo 45(44), 11-12.14-15.16-17

R/ Escucha, hija, mira: inclina el odo

Escucha, hija, mira: inclina el odo,
Olvida tu pueblo y la casa paterna:
Prendado est el rey de tu belleza,
Pstrate ante l, qu l es tu Seor. R/

Ya entra la princesa, bellsima,
Vestida de perlas y brocado;
La llevan ante el rey,
Con squito de vrgenes;
La siguen sus compaeras. R/

Las traen entre alegra y algazara,
Van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres tendrs hijos,
Que nombrars prncipes por toda la tierra. R/

Lectura del santo evangelio segn San Mateo 19, 3-12

Se acercaron a Jess unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
Es lcito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?. l les
respondi: No han ledo que el Creador, en el principio, los cre hombre
y mujer, y dijo: Por eso dejar el hombre a su padre y a su madre, y se
unir a su mujer, y sern los dos una sola carne? De modo que ya no son
dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre. Ellos insistieron: Y por qu mand Moiss darle acta de
divorcio y repudiarla?. l les contest: Por la dureza de su corazn les
permiti Moiss repudiar a sus mujeres; pero, al principio, no era as. Pero
yo les digo que, si uno repudia a su mujer no hablo de unin ilegtima
y se casa con otra, comete adulterio. Los discpulos le replicaron: Si esa
es la situacin del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse. Pero l les
dijo: No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay

!"# %&' (#)&*+,-)# #*
eunucos que salieron as del vientre de su madre, a otros los hicieron los
hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los
cielos. El que pueda entender, entienda. Palabra del Seor

Homila

Oracin universal o de los fieles

Presidente: Como Iglesia, reunidos en torno a Jesucristo, intercedamos al
Padre por las necesidades de nuestros hermanos los hombres. Oremos
diciendo: ESCCHANOS PADRE
1- Para que los catequistas seamos siempre fermento de amor y de
esperanza de nuestro mundo. OREMOS AL SEOR.
2. Para que el papa Francisco y nuestro obispo N. ejerzan su misin
pastoral con espritu de servicio y entrega. OREMOS AL SEOR.

3. Para que en el corazn de todos los hombres crezcan siempre
sentimientos de paz, de justicia, de solidaridad. OREMOS AL SEOR.

4. Para que toda persona pueda tener un trabajo en condiciones dignas y
un salario suficiente. OREMOS AL SEOR.

5. Para que no perdamos nunca el deseo de crecer en el conocimiento y el
amor a Jesucristo. OREMOS AL SEOR.

Oracin conclusiva
Escucha, Padre, nuestras oraciones.
T eres la fuente de toda bondad.
Concdenos lo que te pedimos confiando en ti,
porque t eres nuestro Padre.
Por Jesucristo, nuestro Seor.

Liturgia Eucarstica

Bendito seas, Seor, Dios del universo,
por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
l ser! para nosotros pan de vida.

Bendito seas por siempre, Seor.

Bendito seas, Seor, Dios del universo,
por este vino,

!"# %&' (#)&*+,-)# #"
fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos;
l ser! para nosotros bebida de salvacin.

Bendito seas por siempre, Seor.

En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, padre todopoderoso.
El pueblo se pone de pie y responde:
El Seor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien
y el de toda su santa Iglesia.

Oracin sobre las ofrendas

ecibe, Seor, los dones que te presentamos
al celebrar la fiesta de Santa Rosa de Lima, virgen;
y concdenos, por este santo sacrificio,
que nuestra vida sea una ofrenda permanente
agradable a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Seor.


PREFACIO DE LOS SANTAS VRGENES
Y DE LOS SANTOS RELIGIOSOS
El signo de la vida consagrada a Dios

V. El Seor est con ustedes
R. Y con tu espritu

V. Levantemos el corazn
R. Lo tenemos levantado hacia el Seor

V. Demos gracias al Seor, nuestro Dios
R. Es justo y necesario

n verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvacin
darte gracias siempre y en todo lugar,
Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Pues en los Santos
R
E

!"# %&' (#)&*+,-)# ##
Que, por el reino de los cielos, se consagraron a Cristo,
Celebramos tu providencia admirable,
Por la cual, vuelves a llamar a la santidad original
Al gnero humano
Y le haces pregustar los dones
Que habr de poseer en el cielo.

Por eso,
con todos los ngeles y Santos,
te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Seor Dios del universo.
Llenos estn el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Seor.
Hosanna en el cielo.

PLEGARIA EUCARI!STICA III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razn te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Seor nuestro,
con la fuerza del Espritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, mantenindolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espritu
estos dones que hemos separado para Ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y + Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Seor nuestro,
Junta las manos.
que nos mando! celebrar estos misterios.

!"# %&' (#)&*+,-)# #$
Porque l mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
TOMAD Y COMED TODO DE L,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SER ENTREGADO POR VOSOTROS.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexin.
Despus prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cliz y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomo! el cliz,
dando gracias te bendijo,
y lo paso! a sus discpulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE L,
PORQUE STE ES EL CLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERA! DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIN MA.
Muestra el cliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexin.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurreccin.
Ven, Seor Jess!

As!, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasin salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurreccin y ascensin al cielo,

!"# %&' (#)&*+,-)# #%
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta accin de gracias,
el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Victima
por cuya inmolacin quisiste devolvernos tu amistad,
para que,
fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espritu.

Que l nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con Mara, la Virgen Madre de Dios,
los Apstoles y los Mrtires,
Santa Rosa de Lima
y todos los santos,
por cuya intercesin
confiamos obtener siempre tu ayuda.

Te pedimos, Padre,
que esta Victima de reconciliacin
traiga la paz y la salvacin al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco
a nuestro Obispo N.,
Al Orden episcopal, a los presbteros y diconos,
y a todo el pueblo redimido por Ti.

Atiende los deseos de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Rene en torno a Ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.

!"# %&' (#)&*+,-)# #&
Por Cristo, Seor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con la Hostia y el Cliz, los eleva, y dice:
Por Cristo, con l y en l,
a Ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Ame!n.

Rito de la Comunin
Llenos de alegra por ser hijos de Dios,
Digamos confiadamente la oracin que Cristo nos ense:

Padre nuestro, que ests en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
perdona nuestras ofensas,
como tambin nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal.
Con las manos extendidas, el sacerdote solo prosigue, diciendo:
Lbranos de todos los males, Seor,
y concdenos la paz en nuestros das,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbacin,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos.

El pueblo concluye la oracin, aclamando:

Tuyo es el reino,

!"# %&' (#)&*+,-)# #'
tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Seor.

Despus el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Seor Jesucristo,
que dijiste a tus Apstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy";
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concdele la paz y la unidad.

Junta las manos.

Tu! que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:
Ame!n.
El sacerdote, vuelto hacia al pueblo, extendiendo y juntando las manos, aade:
La paz del Seor este! siempre con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espritu.
Luego, si se juzga oportuno, el dicono, o el sacerdote, aade:
Dense fraternalmente la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

ste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Seor.

Seor, no soy digno
de que entres en mi casa,

!"# %&' (#)&*+,-)# #(
pero una palabra tuya
bastara! para sanarme.
Rito de conclusin
Oracin despus de la comunin

a sagrada comunin
del Cuerpo y de la Sangre de tu Unignito,
nos aleje, Seor, de las cosas pasajeras,
para que podamos, a ejemplo de Santa Rosa,
crecer en sincera caridad durante nuestra vida,
y disfrutar la visin de la eternidad en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Seor.
El Seor este! con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espritu.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
El Seor los bendiga y los proteja.
R. Amn

Ilumine su rostro sobre ustedes y les tenga misericordia
R. Amn

Vuelva a ustedes su semblante y les conceda su paz.
R. Amn

Y la bendicin de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca siempre.

El pueblo responde:

Amn.
Pueden ir en paz.
El pueblo responde:
Demos gracias a Dios.

L

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HORA SANTA
CAMINAR DESDE CRISTO







Caminar desde Cristo significa imitarlo en el salir de s
e ir al encuentro del otro.




!"# %&' (#)&*+,-)# $+

HORA SANTA
CAMINAR DESDE CRISTO

Entre las celebraciones que se proponen para celebrar el da del catequista,
se sugiere una jornada de oracin para meditar sobre el valor del
ministerio del catequista. Este guin tiene tres momentos, en cada uno de
ellos hay una lectura bblica, un fragmento del discurso del Santo Padre
Francisco a los participantes en el Congreso internacional sobre la
catequesis, realizado en Roma el 27 de septiembre de 2013, una oracin y
un canto.

Exposicin del Santsimo

Canto eucarstico mientras se expone

En esta hora de silencio y paz mientras la tarde va cayendo, queremos
acompaarte porque la mesa est servida, caliente el pan y envejecido el
vino. Queremos estar contigo, hecho misterio y sacramento; queremos
recordar y meditar tus palabras que son una brjula en nuestro caminar.

PRIMER MOMENTO

1. Caminar desde Cristo significa tener familiaridad con l.

Jn 15,1-8

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viador. Todo sarmiento que en m
no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que d ms
fruto. Ustedes estn ya limpios gracias a la Palabra que le he anunciado.
Permanezcan en m, como yo en ustedes. Lo mismo que el sarmiento no
puede dar fruto por s mismo, si no permanece en la vid; as tampoco
ustedes si no permanecen en m. Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que
permanece en m y yo en l, se da mucho fruto; porque separados de m no
pueden hacer nada. Si alguno no permanece en m, es arrojado fuera, como
el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si
permanecen en m, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que
quieran y lo conseguirn. La gloria de mi Padre est en que den mucho
fruto, y sean mis discpulos. Palabra del Seor

Reflexin

Jess insiste sobre esto a sus discpulos en la ltima Cena, cuando se
apresta a vivir el ms alto don de amor, el sacrificio de la cruz. Jess usa la
imagen de la vid y los sarmientos, y dice: Permanezcan en mi amor,
permanezcan unidos a m, como el sarmiento est unido a la vid. Si

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estamos unidos a l, podemos dar fruto, y sta es la familiaridad con
Cristo. Permanecer en Jess! Se trata de permanecer unidos a l, dentro de
l, con l, hablando con l: permanecer en Jess.
Para un discpulo, lo primero es estar con el Maestro, escucharle,
aprender de l. Y esto vale siempre, es un camino que dura toda la vida. Me
acuerdo de haber visto tantas veces, cuando estaba en la dicesis que tena
antes, a los catequistas salir de los cursos del seminario catequstico,
diciendo: Ya tengo el ttulo de catequista!. Eso no vale, no tienes nada,
has dado un pequeo paso. Quin te ayudar? Esto vale siempre! No es un
ttulo, es una actitud: estar con l, y dura toda la vida. Se trata de estar en
la presencia del Seor, de dejarse mirar por l. Y les pregunto:

! Cmo estn ustedes en la presencia del Seor?
! Cuando vas a la Iglesia, miras el Sagrario, qu hacis?
! Te dejas mirar por el Seor? Dejarse mirar por el Seor. l nos mira
y sta es una manera de rezar.
! Te dejas mirar por el Seor? Cmo se hace? Miras el Sagrario y te
dejas mirar As de sencillo. Es un poco aburrido, me duermo
Durmete, durmete! De todas formas l te mirar, igualmente te
mirar. Pero tienes la certeza de que l te mira. Y esto es mucho ms
importante que el ttulo de catequista: forma parte del ser
catequista. Esto caldea el corazn, mantiene encendido el fuego de la
amistad con el Seor, te hace sentir que verdaderamente te mira, est
cerca de ti y te ama.

Djense mirar por el Seor. Comprendo que para ustedes no sea tan
sencillo: es difcil encontrar un tiempo prolongado de calma, especialmente
para quienes estn casados y tienen hijos. Pero, gracias a Dios, no es
necesario que todos lo hagan de la misma manera; en la Iglesia hay
variedad de vocaciones y variedad de formas espirituales; lo importante es
encontrar el modo adecuado para estar con el Seor; y esto se puede hacer;
es posible en todos los estados de vida. En este momento, cada uno puede
preguntarse:

! Cmo vivo yo este estar con Jess?
! Cmo vivo yo este estar con Jess, este permanecer con l?
! Hay momentos en los que me pongo en su presencia, en silencio, me
dejo mirar por l?
! Dejo que su fuego inflame mi corazn?
! Cmo podemos nosotros, pobres pecadores, inflamar el corazn de
los dems?




!"# %&' (#)&*+,-)# $"

Salmo 15
El Seor es el lote de mi heredad

Protgeme, Dios mo, que me refugio en ti;
yo digo al Seor: "T eres mi bien".
Los dioses y seores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraos;
no derramar sus libaciones con mis manos,
ni tomar sus nombres en mis labios. E

El Seor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte est en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendecir al Seor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Seor,
con l a mi derecha no vacilar.

Por eso se me alegra el corazn,
se gozan mis entraas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregars a la muerte,
ni dejars a tu fiel conocer la corrupcin.

Me ensears el sendero de la vida,
me saciars de gozo en tu presencia,
de alegra perpetua a tu derecha.

Gloria la Padre, al Hijo y al Espritu Santo

Momento de silencio

Canto

SEGUNDO MOMENTO

2. Caminar desde Cristo significa imitarlo en el salir de s e ir al
encuentro del otro.



!"# %&' (#)&*+,-)# $#

Juan 15,9-17

En aquel tiempo dijo Jess a sus discpulos: Como el Padre me am, yo
tambin los he amado a ustedes; permanezcan en mi amor. Si guardan mis
mandamientos, permanecern en mi amor, como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Les he dicho esto,
para que mi gozo est en ustedes, y su gozo sea colmado. Este es el
mandamiento mo: que se amen los unos a los otros como yo los he amado.
Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son
mis amigos, si hacen lo que yo les mando. No los llamo ya siervos, porque el
siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los he llamado amigos, porque
todo lo que he odo a mi Padre se los he dado a conocer. No me han elegido
ustedes a m, sino que yo los he elegido a ustedes, y los he destinado para
que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; de modo que todo lo que
pidan al Padre en mi nombre se los conceda. Lo que les mando es que se
amen los unos a los otros. Palabra del Seor

Reflexin

Caminar desde Cristo significa imitarlo en el salir de s e ir al
encuentro del otro. sta es una experiencia hermosa y un poco paradjica.
Por qu? Porque quien pone a Cristo en el centro de su vida, se descentra.
Cuanto ms te unes a Jess y l se convierte en el centro de tu vida, tanto
ms te hace l salir de ti mismo, te descentra y te abre a los dems. ste es
el verdadero dinamismo del amor, ste es el movimiento de Dios mismo.
Dios es el centro, pero siempre es don de s, relacin, vida que se
comunica As nos hacemos tambin nosotros si permanecemos unidos a
Cristo; l nos hace entrar en esta dinmica del amor. Donde hay verdadera
vida en Cristo, hay apertura al otro, hay salida de s mismo para ir al
encuentro del otro en nombre de Cristo. Y sta es la tarea del catequista:
salir continuamente de s por amor, para dar testimonio de Jess y hablar
de Jess, predicar a Jess. Esto es importante porque lo hace el Seor: es el
mismo Seor quien nos apremia a salir. El corazn del catequista vive
siempre este movimiento de sstole y distole: unin con Jess y
encuentro con el otro. Son las dos cosas: me uno a Jess y salgo al
encuentro con los otros. Si falta uno de estos dos movimientos, ya no late,
no puede vivir. Recibe el don del kerigma, y a su vez lo ofrece como don.
Esta palabrita: don. El catequista es consciente de haber recibido un don, el
don de la fe, y lo da como don a los otros. Y esto es hermoso. Y no se
queda para s su tanto por ciento! Todo lo que recibe lo da. No se trata de
un negocio. No es un negocio. Es puro don: don recibido y don transmitido.
Y el catequista se encuentra all, en ese intercambio del don. La naturaleza
misma del kerigma es as: es un don que genera la misin, que empuja
siempre ms all de uno mismo. San Pablo deca: El amor de Cristo nos
apremia, pero este nos apremia tambin puede traducirse como nos

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posee. As es: el amor te atrae y te enva, te atrapa y te entrega a los
dems. En esta tensin se mueve el corazn del cristiano, especialmente el
corazn del catequista. Preguntmonos todos:

! Late as mi corazn de catequista: unin con Jess y encuentro
con el otro?
Con este movimiento de sstole y distole?
! Se alimenta en la relacin con l, pero para llevarlo a los dems y
no para quedrselo l?

Les digo una cosa: no entiendo cmo un catequista puede permanecer
firme sin este movimiento. No lo entiendo.

Oracin
Seor Jess

Seor Jess, que dijiste:
Yo soy el pan de vida,
sacia el hambre de tu Palabra.
Roguemos al Seor.

Seor Jess, que dijiste:
Yo soy la luz del mundo,
ilumina nuestras tinieblas con tu resplandor.
Roguemos al Seor.

Seor Jess, que dijiste:
Yo soy la puerta del aprisco
condcenos hacia los que no conocen tu nombre.
Roguemos al Seor.

Seor Jess, que dijiste:
Yo soy el buen pastor
renenos en tu comunidad.
Roguemos al Seor.

Seor Jess, que dijiste:
Yo soy la resurreccin y la vida
despirtanos del sueo de la rutina.
Roguemos al Seor.

Seor Jess, que dijiste:
Yo soy el camino, la verdad y la vida
mustranos el rostro del Padre.
Roguemos al Seor.

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Seor Jess, que dijiste:
Yo soy la verdadera vid
aydanos a dar frutos en tu nombre.
Roguemos al Seor.

Momento de silencio

Canto

TERCER MOMENTO

3. Caminar desde Cristo significa no tener miedo de ir con l a las
periferias.

Jons 1, 1-16

La palabra del Seor se dirigi a Jons, hijo de Amitai, en estos trminos:
"Parte ahora mismo para Nnive, la gran ciudad, y clama contra ella,
porque su maldad ha llegado hasta m". Pero Jons parti para huir a
Tarsis, lejos de la presencia del Seor. Baj a Jope y encontr all un barco
que zarpaba hacia Tarsis; pag su pasaje y se embarc para irse con ellos a
Tarsis, lejos de la presencia del Seor. Pero el Seor envi un fuerte viento
sobre el mar, y se desencaden una tempestad tan grande que el barco
estaba a punto de partirse. Los marineros, aterrados, invocaron cada uno a
su dios, y arrojaron el cargamento al mar para aligerar la nave. Mientras
tanto, Jons haba descendido al fondo del barco, se haba acostado y
dorma profundamente. El jefe de la tripulacin se acerc a l y le pregunt:
"Qu haces aqu dormido? Levntate e invoca a tu dios. Tal vez ese dios se
acuerde de nosotros, para que no perezcamos". Luego se dijeron unos a
otros: "Echemos suertes para saber por culpa de quin nos viene esta
desgracia". As lo hicieron, y la suerte recay sobre Jons. Jons arrojado al
mar. Entonces le dijeron: "Explcanos por qu nos sobrevino esta desgracia.
Cul es tu oficio? De dnde vienes? Cul es tu pas? A qu pueblo
perteneces?" l les respondi: "Yo soy hebreo y venero al Seor, el Dios del
cielo, el que hizo el mar y la tierra". Aquellos hombres sintieron un gran
temor, y le dijeron: "Qu has hecho!", ya que comprendieron, por lo que l
les haba contado, que hua de la presencia del Seor. Y como el mar se
agitaba cada vez ms, le preguntaron: "Qu haremos contigo para que el
mar se nos calme?" Jons les respondi: "Levntenme y arrjenme al mar, y
el mar se les calmar. Yo s muy bien que por mi culpa les ha sobrevenido
esta gran tempestad". Los hombres se pusieron a remar con fuerza, para
alcanzar tierra firme; pero no lo consiguieron, porque el mar se agitaba
cada vez ms contra ellos. Entonces invocaron al Seor, diciendo: "Seor,
que no perezcamos a causa de la vida de este hombre! No nos hagas
responsables de una sangre inocente, ya que t, Seor, has obrado conforme

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a tu voluntad". Luego, levantaron a Jons, lo arrojaron al mar, y en seguida
se aplac la furia del mar. Los hombres, llenos de un gran temor al Seor,
le ofrecieron un sacrificio e hicieron votos. Palabra de Dios

Reflexin:

Caminar desde Cristo significa no tener miedo de ir con l a las
periferias. Aqu me viene a la memoria la historia de Jons, una figura muy
interesante especialmente en nuestros tiempos de cambio e incertidumbre.
Jons es un hombre piadoso, con una vida tranquila y ordenada; esto lo
lleva a tener sus esquemas muy claros y a juzgar todo y a todos con estos
esquemas de manera rgida. Tiene todo claro: la verdad es sta. Es
inflexible. Por eso, cuando el Seor lo llama y le dice que vaya a predicar a
Nnive, la gran ciudad pagana, Jons se resiste. Ir all! Si yo tengo toda
verdad aqu Se resiste. Nnive est fuera de sus esquemas, se encuentra
en la periferia de su mundo. Y entonces huye, se va a Espaa, escapa, se
embarca en un barco que zarpa hacia esos lugares. Vayan a leer de nuevo el
libro de Jons. Es breve, pero es una parbola muy instructiva,
especialmente para nosotros que estamos en la Iglesia.

Qu es lo que nos ensea? Nos ensea a no tener miedo de salir de
nuestros esquemas para seguir a Dios, porque Dios va siempre ms all.
Saben una cosa? Dios no tiene miedo! Lo saban? No tiene miedo! Va
siempre ms all de nuestros esquemas! Dios no tiene miedo de las
periferias. Y si ustedes van a las periferias, all lo encontrarn. Dios es
siempre fiel, es creativo. Por favor, no se entiende un catequista que no sea
creativo. Y la creatividad es como la columna vertebral del catequista. Dios
es creativo, no est encerrado, y por eso nunca es rgido. Dios no es rgido.
Nos acoge, sale a nuestro encuentro, nos comprende. Para ser fieles, para
ser creativos, hay que saber cambiar. Saber cambiar. Y para qu tengo que
cambiar? Para adecuarme a las circunstancias en las que tengo que
anunciar el Evangelio. Para permanecer con Dios, hay que saber salir, no
tener miedo de salir. Si un catequista se deja ganar por el temor, es un
cobarde; si un catequista se queda impasible, termina siendo una estatua
de museo: y tenemos tantos! Tenemos tantos! Por favor, nada de estatuas
de museo. Si un catequista es rgido, se hace apergaminado y estril. Les
pregunto: Alguno de ustedes quiere ser un cobarde, una estatua de museo
o estril?

Lo que les voy a decir ahora, lo he dicho muchas veces, pero me sale
del corazn. Cuando los cristianos nos cerramos en nuestro grupo, en
nuestro movimiento, en nuestra parroquia, en nuestro ambiente, nos
quedamos cerrados y nos sucede lo que a todo lo que est cerrado; cuando
una habitacin est cerrada, empieza a oler a humedad. Y si una persona
est encerrada en esa habitacin, se pone enferma. Cuando un cristiano se
cierra en su grupo, en su parroquia, en su movimiento, est encerrado y se

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pone enfermo. Si un cristiano sale a la calle, a las periferias, puede
sucederle lo que a cualquiera que va por la calle: un percance. Muchas
veces hemos visto accidentes por las calles. Pero les digo una cosa: prefiero
mil veces una Iglesia accidentada, y no una Iglesia enferma. Una Iglesia, un
catequista que se atreva a correr el riesgo de salir, y no un catequista que
estudie, sepa todo, pero que se quede encerrado siempre: ste est
enfermo. Y a veces enfermo de la cabeza
Pero cuidado! Jess no dice: vayan y apense. No, no dice eso! Jess dice:
Vayan, yo estoy con ustedes. Aqu est nuestra belleza y nuestra fuerza: si
vamos, si salimos a llevar su evangelio con amor, con verdadero espritu
apostlico, con parresa, l camina con nosotros, nos precede, -lo digo en
espaol- nos primerea. El Seor siempre nos primerea. A estas alturas
ya han aprendido el significado de esta palabra. Y esto lo dice la Biblia, no
lo digo yo. La Biblia dice, el Seor dice en la Biblia: Yo soy como la flor del
almendro. Por qu? Porque es la primera que florece en primavera. l est
siempre el primero! Es el primero! Esto es crucial para nosotros: Dios
siempre nos precede. Cuando pensamos que vamos lejos, a una extrema
periferia, y tal vez tenemos un poco de miedo, en realidad l ya est all:
Jess nos espera en el corazn de aquel hermano, en su carne herida, en su
vida oprimida, en su alma sin fe. Una de las periferias que ms dolor me
causa y que vi en la dicesis que tena antes, saben cul es? La de los
nios que no saben santiguarse. En Buenos Aires hay muchos nios que no
saben santiguarse. sta es una periferia! Hay que abordarla. Jess est ah,
y te espera, para ayudar a ese nio a santiguarse. l siempre nos precede.

Oracin

Seor, me has elegido para ser catequista.
Has puesto tu mirada en m, sin merecerlo,
y me has confiado un grupo de personas,
para que en Tu nombre siembre el Evangelio en su corazones
y la semilla germine y de buen fruto,
un fruto de oracin, de servicio, de amor, de entrega
de una vida moral exigente y evanglica,
de la celebracin de los sacramentos
Una vida que sea un seguimiento a Jesucristo
con radicalidad y exigencia.

Ilumname para que con Tu Gracia y el don del Espritu Santo,
pueda realizar la misin de catequista que me encomiendas.
Haz que no slo confe en mis fuerzas,
sino que siempre me apoye en las tuyas.

Mira con bondad a todos los que me has confiado,
para que la Buena Noticia que les transmito
sea bien acogida en sus corazones.

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Aydales en todo lo que necesiten.
Protgelos y acompalos siempre.

Haz, Seor, que todos los catequistas,
vivamos con ilusin nuestro ministerio,
nos formamos bien para ello,
y seamos siempre conscientes de que nuestra
tarea la realizamos en nombre de la comunidad
de la que formamos parte.

Seor, gracias por hacerme catequista.
Gracias por que siempre ests conmigo.
Amn.

Momento de silencio

Canto

Bendicin con el Santsimo

Bendito alabado y adorado sea Jess
en el santsimo sacramento del altar.

R/ Sea para siempre bendito y alabado.

Dirijamos nuestra oracin a Jess que es nuestro Maestro y pidmosle que
nos ensee en su escuela para que aprendamos a imitarle. Digmosle:
ENSANOS, SEOR.

Seor, ensanos a estar a disposicin para ir en bsqueda de los otros.

Seor, ensanos a descubrir las aspiraciones y deseos del prjimo.

Seor, ensanos a ofrecer voluntariamente nuestra ayuda a aquellos que
la necesitan y estn en las periferias

Seor, ensanos a servir con amor y generosidad a los pobres.

Seor, ensanos a realizar toda la obra catequtica con espritu de caridad
y entrega.

Seor, ensanos a compartir nuestra vida de fe con los hermanos.

Seor, ensanos a profundizar en el misterio eucarstico.

Seor, ensanos a vivir entregados a la misin de la Iglesia.

!"# %&' (#)&*+,-)# $)

Seor, ensanos a imitar a Mara, Madre de la Iglesia, en su s a la
voluntad del Padre.


Nos diste Seor el pan del cielo
R/ Que contiene en s todo deleite.

Oremos

Ilumina, Seor, con la luz de la fe nuestros corazones
y abrsalos con el fuego de la caridad,
para que adoremos resueltamente en espritu y en verdad
a quien reconocemos en este Sacramento
como nuestro Dios y Seor.
Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amn.

Se procede a la bendicin con el Santsimo.



















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CELEBRACIN DE LA PALABRA
ENVO DE LOS CATEQUISTAS








Ustedes son la sal de la tierra.
Pero si la sal se vuelve sosa, con qu la salarn?
Mt 5,13


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CELEBRACIN DE LA PALABRA
ENVO DE LOS CATEQUISTAS
Ritos iniciales
Canto

En el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espritu Santo.

El pueblo responde:
Ame!n.
El Seor est con ustedes

El pueblo responde:

Y con tu espritu.

Monicin introductoria

Nuestra comunidad se rene en torno a la mesa de la Palabra para
festejar esta fecha tan significativa para nuestra Iglesia diocesana: el da
del catequista.

Como los primeros testigos de la resurreccin, los cristianos estamos
llamados a ser evangelizadores y testigos del Seor en nuestra vida
cotidiana. Este ministerio propio de la Iglesia, al cual todos estamos
llamados en virtud del bautismo, lo ejercitan los catequistas de un modo
especial en nombre de nuestra comunidad.

Hoy, en nuestra celebracin, vamos a enviar a los catequistas que
tendrn la tarea de evangelizar a todos en nuestra comunidad.


Acto penitencial

Hermanos,
Para participar con fruto en esta celebracin, reconozcamos nuestros
pecados.

T que eres alegra de los creyentes, danos tu luz.
SEOR, TEN PIEDAD

!"# %&' (#)&*+,-)# %"
T que eres la esperanza de toda la humanidad, danos tu luz.
CRISTO, TEN PIEDAD
T que eres el camino, la verdad y la vida, danos tu luz.
SEOR, TEN PIEDAD

Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:
Amn.
Oremos

ios Padre, que has confiado a tu Iglesia
la misin de anunciar el evangelio de Jesucristo
a los hombres de todos los tiempos,
enva tu Espritu sobre estos catequistas,
a fin de que todos ellos sean fieles
dispensadores de la Palabra de la verdad,
desempeando a la perfeccin su ministerio.
Por Jesucristo nuestro Seor

El pueblo responde:
Amn.

Liturgia de la Palabra

Monicin

El catequista vive enraizado en la comunidad: en comunidad escucha la
Palabra de Dios, comparte su fe, celebra y se compromete. Desde la
comunidad se siente enviado y acta en su nombre. Escuchemos con
atencin.

Lectura de la carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 4-10

Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que l nos ha elegido, pues
cuando les anunci nuestro evangelio, no fue solo de palabra, sino tambin
con la fuerza del Espritu Santo y con plena conviccin. Saben cmo nos
comportamos entre ustedes para su bien. Y ustedes siguieron nuestro
ejemplo y el del Seor, acogiendo la Palabra en medio de una gran
D

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tribulacin, con la alegra del Espritu Santo. As llegaron a ser un modelo
para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. No solo ha resonado la
palabra del Seor en Macedonia y en Acaya desde su comunidad, sino que
adems su fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que nosotros
no tenamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los
detalles de la visita que les hicimos: cmo los convirtieron a Dios,
abandonando los dolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir
aguardando la vuelta de su Hijo Jess desde el cielo, a quien ha resucitado
de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro. Palabra de Dios.


Salmo 66

R. Que todos los pueblos conozcan tu bondad.

Ten piedad de nosotros y bendcenos;
vuelve, Sen!or, tus ojos a nosotros.
Que conozcan la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora.

R. Que todos los pueblos conozcan tu bondad.

Las naciones con jubilo te canten,
porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tu! juzgas a los pueblos
y riges en la tierra a las naciones.

R. Que todos los pueblos conozcan tu bondad.

La tierra ha producido ya sus frutos,
Dios nos ha bendecido.
Que nos bendiga Dios
y que le rinda honor el mundo entero.

R. Que todos los pueblos conozcan tu bondad.


Lectura del Santo Evangelio Segn San Mateo 5, 13-16

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, con qu la
salarn? No sirve ms que para tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes
son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de
un monte. Tampoco se enciende una lmpara para meterla debajo del
celemn, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de
casa. Brille as su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y
den gloria a su Padre que est en los cielos. Palabra del Seor.

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Breve homila
Presentacin de los smbolos
Monicin
Para realizar la misin de catequista necesitan una buena formacin
humana. (Un catequista introduce solemnemente una luz encendida).

Para realizar la misin de catequista necesitan una buena formacin
espiritual. (Un catequista introduce de forma solemne la Palabra de Dios).

Para realizar la misin de catequista necesitan una buena formacin
doctrinal. (Un catequista introduce solemnemente el Catecismo de la Iglesia Catlica).

Rito de Renovacin y Envo de los Catequistas
Celebrante: Hermanos y hermanas catequistas, hoy estn aqu en la
presencia de Dios en esta celebracin y en medio de esta asamblea, porque
quieren renovar su compromiso de continuar la noble y sacrificada tarea de
seguir sirviendo a Dios y a la Iglesia como catequistas y tambin para
enviar a este nuevo grupo de catequistas que Dios ha llamado a trabajar en
su via y que ellos han respondido con generosidad y alegra. La Iglesia les
enva a realizar el mandato, que ha recibido del mismo Seor, Jess:
vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva. Por eso, antes de ir
a cumplir esta misin, queremos saber su disposicin y libertad para
hacerlo. Por lo tanto, les pregunto:

Celebrante: Quieren comprometerse a ser catequistas en esta comunidad
a la que pertenecen?
Todos: S quiero

Celebrante: Estn dispuestos a crecer y profundizar en su formacin
humana, cristiana, catequtica y espiritual para que puedan transmitir
mejor cada da el mensaje de salvacin a los catequizandos que se les
encomienden?
Todos: Si, estoy dispuesto.

Celebrante: Estn dispuestos a proclamar el mensaje de Jess tal y como
la Iglesia lo transmite y aceptar las mismas normas que ella nos da?
Todos: S, estoy dispuesto.

Celebrante: Se comprometen a trabajar unidos con nuestro Obispo,
sacerdotes, coordinadores y con el Plan Pastoral de la Dicesis, siendo
signo de unin y fraternidad entre todos?
Todos: S, me comprometo.

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Celebrante: Ya que estn dispuestos a cumplir con las exigencias del
trabajo evangelizador, aceptan y renuevan su compromiso como
catequistas.

Todos los catequistas leen en voz alta

Yo N., movido por divina inspiracin, quiero colaborar con Jess en la
construccin del reino de Dios, llevando el mensaje de salvacin a los
catequizandos que se me encomienden.
Por eso, en estos momentos, ante la mirada amorosa del Padre Dios, de su
Hijo Jesucristo, del Espritu Santo y de esta comunidad eclesial, quiero
comprometerme a ser catequista.

Asumo con alegra esta responsabilidad siendo consciente de que esta tarea
me traer gozos, sacrificios y sufrimientos. Pero s tambin que contar
siempre con la ayuda de Dios.

Que la intercesin de la Virgen Mara me ayude a llevar a buen trmino esta
misin que Jess y la Iglesia me confan.
Amn.

Celebrante: Que el Seor selle con su bendicin este compromiso que ante
su altar han profesado. Dios que comenz en ustedes esta obra buena, El
mismo la lleve a su feliz trmino.

En el nombre del Seor y en el nombre de la Iglesia, yo los envo a ser
testigos fieles de Jess en su tarea como catequistas.
Amn

Todos: Demos gracias a Dios.

Entrega de la Cruz

Celebrante: Hermanos catequistas, recibid esta Cruz, signo del amor de
Cristo y de la misin que hoy reciben.

Todos los nuevos catequistas: Gracias, Seor, por la misin que me
confas.


Entrega de la Biblia

Recibe la Palabra de Dios para que la transmitas fielmente, a fin de que
cobre fuerza y vigor en el corazn de los hombres.
Profesin de fe


!"# %&' (#)&*+,-)# %&
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo su nico Hijo Nuestro Seor,
que fue concebido por obra y gracia del Espritu Santo.
Naci de Santa Mara Virgen,
padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendi a los infiernos,
al tercer da resucit de entre los muertos,
subi a los cielos y est sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde all va a venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espritu Santo,
la Santa Iglesia catlica la comunin de los santos,
el perdn de los pecados,
la resurreccin de la carne y la vida eterna.
Amn

Oracin de los fieles

Oremos, hermanos, a Dios por las necesidades de la Iglesia y del mundo,
por nosotros y, de modo especial, por quienes se dedican a la tarea de
catequizar en nuestra parroquia: Escchanos Seor

1. Por la Iglesia, presente en todo el mundo, para que no cese en su
empeo por anunciar el Evangelio a todos los hombres, roguemos al
Seor.
2. Por el Papa, los obispos, los presbteros, los diconos y dems
ministros de la Palabra, para que sean fieles transmisores de la
misma y testigos de su fuerza salvadora, roguemos al Seor.
3. Por todos los que trabajan en la obra de evangelizacin y la
catequesis, para que ni el fracaso los desanime, ni el xito les
envanezca, y puedan decir como San Pablo: Todo lo puedo en aqul
que me conforta, Cristo Jess, roguemos al Seor.
4. Por todos los que han de ser catequizados a lo largo de este curso
que ahora comenzamos, para que el Espritu Santo los ilumine y los
asista, roguemos al Seor.
5. Por todos los que nos hemos reunido, para que el Seor despierte y
sostenga en nosotros el sentirnos Iglesia y la conciencia de la propia
responsabilidad en la obra de la evangelizacin y de la catequesis,
roguemos al Seor.

Oracin conclusiva


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Escchanos, Seor Jess,
y condcenos por tu camino.
T que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amn


Rito de la Comunin

Terminada la oracin de los fieles el ministro se acerca al lugar en que se guarda la Eucarista, toma
el copn con el Cuerpo del Seor, lo pone sobre el altar y hace una genuflexin.

Fieles a la recomendacin del Salvador y siguiendo su divina enseanza,
nos atrevemos a decir:


adre nuestro, que ests en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
perdona nuestras ofensas,
como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentacin, y lbranos del mal.

Despus, si lo juzga oportuno, invita a los fieles con estas o parecidas palabras:

Dense fraternalmente la paz.

A continuacin, el ministro hace genuflexin, toma el Pan y, elevndola un poco sobre el copn, la
muestra al pueblo, diciendo:

ste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Seor.

Y, juntamente con el pueblo, aade:

Seor, no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastar para sanarme.

Si tambin el ministro comulga, dice en voz baja:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.

Y comulga el Cuerpo de Cristo.

Despus toma el copn, se acerca a los que quieren comulgar y, elevando un poco el Pan, la muestra a
cada uno y dice:

P

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El Cuerpo de Cristo.

El que va a comulgar responde:

Amn.


Rito de Conclusin

Oracin

En el nombre y con la gracia de Cristo Salvador,
vayan y anuncien con gozo su Palabra.
Guiados por el Espritu de Dios,
esfurcense por servir a sus hermanos
como lo hizo Cristo,
que no vino a ser servido, sino a servir.
Que el Seor est en su corazn y en sus labios,
para que puedan anunciar dignamente su Evangelio.
Por Jesucristo Nuestro Seor.


Bendicin final

Queridos catequistas, al finalizar esta celebracin eucarstica con motivo
de su envo, les quiero transmitir el agradecimiento de toda la comunidad
parroquial, por su inapreciable labor:

En nombre de Dios les quiero transmitir su especial ayuda para esta
misin. Por eso dispnganse para recibir la bendicin:

Que el Espritu Santo vaya transformndolos da a da y los haga ms
parecidos a Jess, les ayude en su caminar y en su esfuerzo por construir
un mundo ms fraterno. Amn.

Qu el Espritu Santo les ayude a vivir en lo esencial, a vivir en la verdad;
que quite de ustedes la rutina, la pereza y el miedo, y haga brotar la vida
en su corazn para responder mejor a la misin recibida. Amn.

Vayan y anuncien la Buena Noticia y proclamen el amor de Dios con la
Palabra y el testimonio de la vida. Sintanse apoyados por la comunidad
cristiana. Amn.

Si el ministro es un laico invoca la bendicin de Dios y se santigua, diciendo:

El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

!"# %&' (#)&*+,-)# %)
Amn.

Luego el ministro despide al pueblo:

En el nombre del Seor, pueden irse en paz.

El pueblo responde:

Demos gracias a Dios.



























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LAUDES
SANTA ROSA DE LIMA, VIRGEN
Patrona de Amrica Latina
Fiesta 23 de Agosto












El primer alimento con el que cuenta un catequista
en su vida espiritual, es la Sagrada Escritura.







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LAUDES
SANTA ROSA DE LIMA, VIRGEN
Patrona de Amrica Latina
Fiesta 23 de Agosto
Monicin inicial

Naci en Lima (Per) el ao 1586; cuando viva en su casa se dedic ya a
una vida de piedad y de virtud, y cuando visti el hbito de la tercera
Orden de santo Domingo hizo grandes progresos en el camino de la
penitencia y de la contemplacin mstica. Muri el da 24 de agosto del ao
1617.

Rosa de Lima puso en su vida espiritual tres puntos esenciales, que son
vlidos como programas para la Iglesia de hoy as como lo fueron en su
tiempo.

1. Como primer punto est la oracin, entendida no como recitacin de
frmulas, sino como un dirigirse interiormente al Seor, como estar en su
luz, como dejarse incendiar por su fuego santo.

2. Los otros dos puntos esenciales provienen de aqu espontneamente:
puesto que ella ama a Cristo, el despreciado, el doliente, Aquel que por
nosotros se ha hecho pobre, ella tambin ama a todos los pobres que
llegaron a ser sus hermanos ms cercanos. El amor preferencial por los
pobres no es un descubrimiento de nuestro siglo al mximo es un
redescubrimiento, puesto que esta jerarqua del amor era bien clara para
todos los grandes santos. Era clarsima sobre todo para Rosa de Lima, cuya
mstica del sufrimiento con todos los pobres y los que sufren, que brota de
la solidaridad con el Cristo doliente.

3. De aqu deriva tambin su tercer punto esencial: la misin. A travs de
sus palabras y de sus reflexiones aparece una perspectiva universalista. Ella
deseaba poder ir, libre de las ataduras y de los lmites que comporta
nuestra corporeidad, a travs de las calles de todo el mundo y conducir los
hombres hacia el Salvador doliente. Rosa se expresaba de esta manera:
"Escucharme, pueblos! Escucharme, naciones! Por mandato de Cristo os
exhorto". Ahora ella est libre de vnculo de un solo lugar; ahora ella va,
como santa, por las calles de toda la tierra. Ahora ella vuelve a llamar con
la autoridad de Cristo a todos nosotros, a la entera cristiandad, a vivir con
radicalidad a partir del centro, de la ms profunda comunin con Jess,
porque slo as y de ningn otro modo el mundo puede ser salvado.
"Escuchadme, pueblos! Escuchadme, naciones! Por mandato de Cristo os
exhorto!" As nos habla ella hoy. Esta mujer es, por as decirlo, una
personificacin de la Iglesia latinoamericana: inmersa en el sufrimiento, sin

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grandes medios exteriores y sin poder, pero aferrada por el fervor de la
cercana de Jesucristo.

Homila del Card. Joseph Ratzinger
en el Santuario de Santa Rosa, 1986, Lima.

Invocacin inicial

V. Seor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamar tu alabanza.

Ant. Venid, adoremos al Seor, rey de las vrgenes.

Salmo 94

Venid, aclamemos al Seor,
demos vtores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dndole gracias,
aclamndolo con cantos.

Porque el Seor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque l lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrmonos por tierra,
bendiciendo al Seor, creador nuestro.
Porque l es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebao que l gua.

Ojal escuchis hoy su voz:
"No endurezcis el corazn como en Merib,
como el da de Mas en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de m, aunque haban visto mis obras."

Durante cuarenta aos
aquella generacin me repugn, y dije:
"Es un pueblo de corazn extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi clera
que no entrarn en mi descanso."

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Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amn.


Himno

Cuando, Seor, en quieta lontananza
se encienden los fulgores de este da,
no dejes de avivar nuestra esperanza,
atiende al corazn que en ti confa.

Van a pasar por manos laboriosas
los granos de un rosario de ilusiones,
acgelas, Seor, que son hermosas,
amor y don de nuestros corazones.

Mujer llena de Dios, oh santa Rosa,
vivir para el Seor, para el Amado,
fue el ansia de tu amor, gracia divina,
llevada de su fuerza y de su mano.

No olvides los que vamos de camino
siguiendo en el desierto tus pisadas,
aboga ante el Seor favor divino
seguir como seguiste sus llamadas.

Proclamen nuestros labios la grandeza
del Padre que en el Hijo nos dio gozo,
y, siendo nuestra herencia la pobreza,
nos colma de su amor el Fuego Santo. Amn.

Salmodia

Ant. 1. Libremente confieso a Cristo; de Cristo est sedienta mi alma; deseo
estar por siempre con Cristo.

Salmo 62 2-9

Oh Dios!, t eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma est sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

Cmo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!

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Tu gracia vale ms que la vida,
te alabarn mis labios.

Toda mi vida te bendecir
y alzar las manos invocndote.
Me saciar de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarn jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con jbilo:
mi alma est unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amn

Ant.1. Libremente confieso a Cristo; de Cristo est sedienta mi alma; deseo
estar por siempre con Cristo.

Ant. 2. Vrgenes del Seor, bendecid al Seor; el que sembr en vosotras el
deseo de la virginidad ha coronado ya su obra.

Cntico
Dn 3,57-88.56

Creaturas todas del Seor, bendecid al Seor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

ngeles del Seor, bendecid al Seor;
cielos, bendecid al Seor.

Aguas del espacio, bendecid al Seor;
ejrcitos del Seor, bendecid al Seor.

Sol y luna, bendecid al Seor;
astros del cielo, bendecid al Seor.

Lluvia y roco, bendecid al Seor;
vientos todos, bendecid al Seor.

Fuego y calor, bendecid al Seor;
fros y heladas, bendecid al Seor.


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Rocos y nevadas, bendecid al Seor;
tmpanos y hielos, bendecid al Seor.

Escarchas y nieves, bendecid al Seor;
noche y da, bendecid al Seor.

Luz y tinieblas, bendecid al Seor;
rayos y nubes, bendecid al Seor.

Bendiga la tierra al Seor,
enslcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Seor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Seor.

Manantiales, bendecid al Seor;
mares y ros, bendecid al Seor.

Cetceos y peces, bendecid al Seor;
aves del cielo, bendecid al Seor.

Fieras y ganados, bendecid al Seor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Seor;
bendiga Israel al Seor.

Sacerdotes del Seor, bendecid al Seor;
siervos del Seor, bendecid al Seor.

Almas y espritus justos, bendecid al Seor;
santos y humildes de corazn, bendecid al Seor.

Ananas, Azaras y Misael, bendecid al Seor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espritu Santo,
ensalcmoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Seor en la bveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre)

Ant. 2. Vrgenes del Seor, bendecid al Seor; el que sembr en vosotras el
deseo de la virginidad ha coronado ya su obra.

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Ant. 3. Que los santos se alegren en la gloria, pues han conseguido una
brillante victoria sobre la carne y la sangre.


Salmo 149

Cantad al Seor un cntico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sin por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y ctaras;
porque el Seor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vtores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amn

Ant. 3. Que los santos se alegren en la gloria, pues han conseguido una
brillante victoria sobre la carne y la sangre.


Lectura breve
Ct 8, 7

Las aguas torrenciales no podran apagar el amor, ni anegarlo los ros. Si
alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se
hara despreciable.



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Responsorio breve

V. Oigo en mi corazn: buscad mi rostro.
R. Oigo en mi corazn: buscad mi rostro.

V. Tu rostro buscar, Seor.
R. Buscad mi rostro.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo.
R. Oigo en mi corazn: buscad mi rostro.

Cntico evanglico

Ant. Para m la vida es Cristo, y la muerte una ganancia; he de gloriarme en
la cruz de nuestro Seor Jesucristo.

Cantico de Zacaras

Bendito sea el Seor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitndonos una fuerza de salvacin
en la casa de David, su siervo,
segn lo haba predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvacin que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado as la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que jur a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que libres de temor,
arrancados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros das.

Y a ti, nio, te llamaran Profeta del Altsimo,
porque irs delante del Seor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvacin,
el perdn de sus pecados.

Por la entraable misericordia de nuestro Dios,
nos visitar el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas,
y en sombra de muerte,

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para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amn.

Preces

Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vrgenes, y supliqumosle,
diciendo: Jess, corona de las vrgenes, escchanos.

Seor Jesucristo, a quien las vrgenes amaron como a su nico esposo,
concdenos que nada nos aparte de tu amor.

T que coronaste a Mara como reina de las vrgenes,
por su intercesin concdenos recibirte siempre con pureza de
corazn.

Por intercesin de las santas vrgenes que te sirvieron siempre con
fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma,
aydanos, Seor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos
separen de tu amor eterno.

Seor Jess, esposo que has de venir y a quien las vrgenes prudentes
esperaban,
concdenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza
activa.

Por intercesin de santa Rosa de Lima, que fue virgen sensata y una de las
prudentes,
concdenos, Seor, la verdadera sabidura y la pureza de
costumbres.

Se pueden aadir algunas intenciones libres.

Con sencillez y humildad digamos la oracin que Jess nos ense:

Padre nuestro...

Oracin

Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima
a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo
y a consagrarse solo a ti,
en la austeridad y en la penitencia,

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concdenos, por su intercesin,
que sepamos seguir, en este mundo,
el camino que conduce a la verdadera vida,
para que lleguemos a gozar
del torrente de tus delicias all en el cielo.
Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn.

Conclusin

V. El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R. Amn.

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