El documento resume la vida y obra de Martín Luis Guzmán, escritor mexicano que vivió en el exilio en Madrid y París debido a su oposición política al gobierno mexicano. Detalla su experiencia durante la Revolución Mexicana y cómo publicó artículos y su novela más famosa "El Águila y la Serpiente" mientras vivía en el extranjero, describiendo sus días como revolucionario y la lucha interna entre las facciones revolucionarias.
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El documento resume la vida y obra de Martín Luis Guzmán, escritor mexicano que vivió en el exilio en Madrid y París debido a su oposición política al gobierno mexicano. Detalla su experiencia durante la Revolución Mexicana y cómo publicó artículos y su novela más famosa "El Águila y la Serpiente" mientras vivía en el extranjero, describiendo sus días como revolucionario y la lucha interna entre las facciones revolucionarias.
El documento resume la vida y obra de Martín Luis Guzmán, escritor mexicano que vivió en el exilio en Madrid y París debido a su oposición política al gobierno mexicano. Detalla su experiencia durante la Revolución Mexicana y cómo publicó artículos y su novela más famosa "El Águila y la Serpiente" mientras vivía en el extranjero, describiendo sus días como revolucionario y la lucha interna entre las facciones revolucionarias.
El documento resume la vida y obra de Martín Luis Guzmán, escritor mexicano que vivió en el exilio en Madrid y París debido a su oposición política al gobierno mexicano. Detalla su experiencia durante la Revolución Mexicana y cómo publicó artículos y su novela más famosa "El Águila y la Serpiente" mientras vivía en el extranjero, describiendo sus días como revolucionario y la lucha interna entre las facciones revolucionarias.
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En la hora de la Revolucin
doce liBros del siglo xx mexicano
iv. el guila Y la serpiente, de martn luis guzmn 78 Letras Libres abril 2010 Martn Luis Guzmn lleg a Madrid en el vera- no de 1925, proveniente de Nueva York. La espera a que la gresca de los odios polticos mexicanos se aclarara lo sufciente para regresar a Mxico sin riesgo de daos irrepa- rables se haba prolongado ms de lo previsto, y no quera que sus hijos olvidaran el espaol. Rent un piso cercano a la calle Torrijos, donde haba vivido durante su primer exilio madrileo. Cuando iba a la Biblioteca Nacional, al Retiro, a la Puerta del Sol, a tantos otros sitios, reconstrua paso a paso las caminatas que haba realizado con Alfonso Reyes y Jess T. Acevedo en 1915. Guzmn public ese ao el folleto La querella de Mxico e intent escribir una novela sobre su experiencia en la Revolucin mexicana. Avanz slo tres captulos que seran dados a conocer poco despus de su muerte, en 1976, a los 89 aos de edad. Guzmn haba tenido que escapar de Mxico un ao y algunos meses antes de su llegada a Madrid. Dej atrs la empresa periodstica El Mundo, una radiodifusora comer- cial, una curul en la xxx legislatura y un lugar sobresalien- te, aunque an polmico, en el movimiento opositor a la eleccin de Plutarco Elas Calles como sucesor de lvaro Obregn en la presidencia. El fracaso de la rebelin armada en contra de esta imposicin haba producido una estela de cadveres, que se sum a la de casi quince aos de lucha fratricida. Prcticamente todos los grandes hombres con los que Guzmn haba convivido estaban muertos. Ninguno de ellos por enfermedad u otra causa natural: haban sido asesinados de muy diversas maneras. Pero lo ms terrible de todo no era la muerte en s misma sino su inutilidad. Por qu? Porque en 1924, ao de la eleccin de Calles como presidente de Mxico, un clan de asesinos se haba adueado del poder. Eso pensaba Guzmn en septiembre de 1925, cuando le comunic a Reyes que su exilio, convenido con el gobierno como una medida temporal, perdurara al menos hasta que concluyera el cuatrienio presidencial en turno. Era algo ms que un exiliado: un perseguido poltico sobre el que pesaban las acusaciones de haber realizado gestiones en el extranjero para los rebeldes. Su situacin lo pona al margen del mecenazgo estatal de Mxico, prdigo con propios y ajenos a fn de fomentar la literatura viril que tanta falta haca, y de las subvenciones indirectas, como los cargos diplomticos, de las que gozaban muchos de sus amigos mexicanos. Viva de escribir artculos para peridicos de ultramar, El Universal (ciudad de Mxico), La Prensa (San Antonio), y La Opinin (Los ngeles). En sus ratos libres redactaba apuntes sin el propsito de publicar- los de inmediato. Ocho aos antes haba renunciado a la posibilidad de escribir un libro de verdad. La malhadada manera como se ganaba el pan no le permita lo anterior. Manifest a Reyes su desesperacin por ver que su vida se le escapaba sin haber hecho lo que se esperaba de l y sin la esperanza de lograrlo en el futuro inmediato. Despus de seleccionar y transcribir el material para armar su obra prima, decidi dar marcha atrs porque no era decente que saliera con eso casi al cumplir treinta aos. Jug con la posibilidad de suicidarse por el disgusto de no haber aprendido a calcular su tiempo. La frecuentacin de la literatura inglesa y estadounidense contempornea era el mayor de sus gozos. Diez aos ms tarde Guzmn tena que sobrevivir de la escritura. Hasta entonces haba compartido esta actividad con muchas otras, la poltica en primer trmino. Debido a que esta le resultaba cada vez ms atrayente en Madrid, 070-081_EBicentenario-RL.indd 78 3/22/10 12:09:28 PM letras libres en el bicentenario abril 2010 Letras Libres 79 donde formaba parte de la tertulia republicana del Caf Regina, decidi trasladarse a Pars. Fue recibido por Reyes, a quien llevaba diez aos sin ver. Las diferencias que pudiera haber entre ellos respecto del Mxico circunstancial eran menores que sus acuerdos en relacin con la Republica ideal trazada en comn en los inicios de la Revolucin y parcialmente lograda, para ser destruida ms tarde, a lo largo de ms de una dcada de esfuerzos. Jos Vasconcelos, el ms esforzado de todos los amigos del Ateneo de Mxico, estaba tambin en Francia, desarrollando una campaa en contra de la perpetuacin del militarismo a la mexicana. Durante los primeros meses de su estada france- sa, Guzmn envi a Amrica artculos para la columna Epstola parisiense. A partir del lunes 8 de noviembre de 1926 comenz a aparecer en La Prensa y La Opinin la serie de entregas De mis das revolucionarios, que durara hasta octubre de 1927. Tras una interrupcin de tres semanas, esta fue reanudada de domingo a domingo con el ttulo La vida mexicana. Las mismas entregas eran publica- das en la primera pgina de la tercera seccin dominical de El Universal, dedicada a la arquitectura de aqu y de all, la radio, los automviles y la maquinaria. Los textos iban acompaados por ilustraciones de Francisco Gmez Linares. En algunas estaba Guzmn, en diferentes pasajes de sus andanzas revolucionarias. Si alguien se dejara llevar slo por la iconografa y lograra identifcar al autor, pen- sara que este estuvo en el centro mismo de la Revolucin. Imaginara tambin que el protagonista era un hombre alto (lo que no era) y apuesto (lo que a m siempre me ha parecido) que vesta de traje entallado y encaraba todos los peligros con una sonrisa. Nada que ver con la persona real que en diciembre de 1928 confes a Reyes haber actuado ms veces como un cobarde que con valenta. Distante, sin duda, del hombre de apariencia enfermiza, retrado, poco locuaz pero afectuoso que supo ganarse la amistad de varios de los redactores del peridico madrileo El Debate, entre los que era conocido con el sobrenombre de el Generalito por su pasado revolucionario. En cuanto regres a Madrid, en octubre de 1927, Guzmn se reintegr a la redaccin de El Debate, que iba a con- tracorriente de los dems diarios capitalinos respecto a la situacin poltica en Mxico. El historiador mexicano Carlos Pereyra y su esposa, Mara Enriqueta Camarillo, quienes llevaban una dcada de exilio forzado en Madrid por sus antecedentes contrarrevolucionarios, se encarga- ban de desmentir la propaganda a favor de la persecucin religiosa y de difundir a autores acosados en Mxico, entre ellos Victoriano Salado lvarez y Federico Gamboa. Igual labor realizaban La Prensa y La Opinin entre la comunidad hispanohablante del sur de Estados Unidos y de la poblacin del norte de Mxico, as como El Universal en la capital de la repblica. El gobierno mexicano prohibi la distribucin de los primeros allende la frontera y estrech la censura sobre el segundo. El Debate public a lo largo de varios meses de 1928 la serie Bajo la sombra de Pancho Villa (episodios de la Revolucin Mejicana), ttulo genrico con el que fueron rebautizadas las entregas de Guzmn para los peridicos americanos. En la parte inferior se anunciaba que los episo- dios eran parte de un libro prximo a aparecer. Cuando esto sucedi, el manuscrito haba sido denominado de nuevo. Segn Guzmn, el editor lo convenci de la inconveniencia poltica y mercadotcnica del ttulo inicial, A la hora de Pancho Villa. Entonces record que el escritor Vicente Blasco Ibez, autor de El militarismo mejicano (1920), se refe- ra a Mxico como el pas del guila y la serpiente. Adems de una referencia directa al Escudo Nacional de los Estados Unidos Mexicanos y una metfora de la coexistencia brutal entre dos seres opuestos, estos sustantivos implicaban un homenaje a Blasco Ibez, cuya obra Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916) haba establecido todo un canon en la literatura de guerra. El guila y la serpiente fue publicado en Madrid por la editorial Aguilar en junio de 1928, con la vieta de una for impresa en la portada. Contena diez episodios ms que la versin de El Universal, casi todos ellos relacionados con la relacin entre el autor y Villa. Sus 402 pginas fueron organizadas en dos partes, cada una con siete libros. La primera, Esperanzas revolucionarias, consta de 27 episo- dios; la segunda, En la hora del triunfo, de 35. La proximidad temporal entre la aparicin de las ltimas entregas periodsticas y el libro obliga a suponer que Guzmn improvis a toda prisa, sin detenerse en los primores de estilo, el procedimiento, muy recurrido en la escritura decimon- nica de folletn, de ir avanzando por partes aisladas entre s hasta dar con la trama esencial y despus armar esta ya sea mediante la supresin de algunos sucesos, la inclusin de otros o el cambio en el orden inicial. En relacin con lo ltimo, el autor reorden los fragmentos con base en la secuencia cronolgica de los sucesos narrados: desde octubre de 1914, cuando el propio Guzmn parti de la ciudad de Mxico en pos de Venustiano Carranza, hasta las primeras derrotas de las tropas de la Convencin, en febrero de 1915. Es decir, del desarrollo de la lucha constitucionalista en contra del intento restaurador de Victoriano Huerta a la pugna fratricida entre las distintas fuerzas revolucionarias; de la unin en pos de un ideal a la dispersin generada por las ambiciones perso- nales de los caudillos. Entre uno y otro extremo, el intento unionista de la Convencin y el fracaso del gobierno provi- sional designado por esta. Detrs de todo esto el asesinato de Francisco I. Madero, cuya rebelin en contra de la reeleccin de Porfrio Daz haba causado de manera indirecta la muerte 070-081_EBicentenario-RL.indd 79 3/22/10 12:09:28 PM del coronel de infantera Martn Luis Guzmn Rendn, pa- dre del escritor, en diciembre de 1910. A la postre, un sacrifcio tan vano como el del propio Madero. Escrito en primera persona, con el propio autor como protagonista, testigo o escucha de los sucesos narrados, El guila y la serpiente fue ensamblado como un reportaje vvido de un periodo crtico de la Revolucin mexicana. Sigue la ruta de Guzmn por la geodesia revolucionaria: primero de sur a norte y despus en el sentido opuesto. En estos esce- narios, el joven iluso que haba pasado de las aulas al pleno movimiento armado vive un dilema existencial crnico en la historia de Mxico: el de los civiles que se meten a pol- ticos y terminan como instrumentos adscritos a criminales disfrazados de gobernantes. Entonces decide romper sus nexos con los distintos bandos en pugna y escapa del pas. En cuanto El guila y la serpiente sali de la imprenta, Guzmn hizo una lista de amigos y crticos de Amrica y Europa para enviarles ejemplares. Reyes fue uno de los primeros en recibir el suyo. La carta en la que coment sus impresiones de la lectura se ha perdido, pero de la respuesta de Guzmn se puede inferir que no fue complaciente: envi al autor una extensa fe de erratas (en realidad errores y quejas) sealando cada una de las pginas en las que estas se encontraban, quince en total. Guzmn realiz las correcciones que consider perti- nentes para la segunda edicin del libro, que sali a la luz en diciembre de 1928 por la Compaa Iberoamericana de Publicaciones. A los 41 aos de edad logr lo que ningn escritor mexicano del siglo xx haba alcanzado: agotar la edicin original en slo seis meses y transitar de una ca- sa editora marginal a la primera gran corporacin editorial espaola. El xito acall, por fn, las sornas de los amigos del Ateneo de Mxico tras el anuncio que hizo Reyes en 1913 de que Guzmn estaba preparando un libro inspirado en las rfagas de aliento humano que brotan de la obra de Edith Wharton. El triunfo de El guila y la serpiente se debi en parte a la intensa labor de difusin realizada por la prensa y las revistas espaolas. Enrique Dez-Canedo inaugur la moda mexicana con una resea en El Sol, de Madrid; le seguiran Juan Chabs en La Gaceta Literaria y otros comentarios en El Debate y La Voz Nueva. La novedad se extendera rpidamente a otros pases de habla hispana, mientras que en Mxico la recepcin fue ms lenta y escasa: slo se tienen registradas dos notas en 1928, una de Carlos Gonzlez Pea en El Universal y la otra de Jaime Torres Bodet en la revista Contemporneos. Poco, si se toma en cuenta que el libro sera considerado como el equivalente para la Revolucin de las crnicas de la Conquista y su autor un moderno Fray Bernardino de Sahagn. Por el momento, fue valorado como un testimo- nio crudo del Mxico revolucionario. As fue anunciado en la prensa norteamericana ms infuyente (The New York Times Books Review, por ejemplo), donde fueron publicados en ingls algunos episodios sueltos. El libro comenz a circular en 1931, editado por Dolphin Books (Nueva York) y con prlogo de Federico de Ons. La traduccin fue realizada por Harriet de Ons, esposa del prologuista, quien tiene entre sus mritos el de haber dado a conocer en el mbito anglosajn a Alejo Carpentier, Jorge Amado, Germn Arciniegas y Jos Mara Gironella, entre otros. Al igual que ocurri en Estados Unidos, la versin en francs de El guila y la serpiente fue precedida por la publica- cin de algunos fragmentos en peridicos y revistas. El pre- facio fue hecho por Blaise Cendrars, seudnimo del escritor originario de Suiza y naturalizado francs Frdric-Louis Sauser, toda una leyenda en la literatura europea de la poca. Algunas de las pginas de He matado son consideradas entre las ms bellas y escalofriantes de cuantas se hayan podido escribir acerca de la guerra. No resulta imprudente suponer que la lectura de su obra, y probablemente el trato ocasional con el autor, hayan inspirado a Guzmn para desarrollar en espaol lo que un lector entusiasta defni como una nueva esttica de la violencia. 80 Letras Libres abril 2010 070-081_EBicentenario-RL.indd 80 3/22/10 12:09:29 PM El guila y la serpiente fue declarado por el semanario Estampa el suceso literario de 1929 en Espaa. Poco antes de que terminara el ao, sali de la imprenta La sombra del caudillo por la renombrada editorial Espasa-Calpe. La versin preliminar haba aparecido completa en La Prensa y La Opinin, y de manera inconclusa en El Universal. En este ltimo formaba parte del conjunto de entregas dominica- les reunidas en El guila y la serpiente. Ser concisa: lo que despus sera La sombra del caudillo fue publicado en Mxico como la prosecucin de su antecesor. Decir esto es fcil, pero imagine el lector de ahora lo que pudo haber sentido su igual de 1928 al pasar de la maana en la que el narrador se despide de Villa en la estacin de Aguascalientes poco antes de subir al tren que lo conducira a la frontera con Estados Unidos, a la descripcin de un general de treinta aos llamado Ignacio Aguirre recientemente nombrado secretario de Guerra. Todo ello de un domingo a otro y sin explicacin alguna ni de adnde haba ido a parar el viajero ni de quin era Aguirre! El solape entre una y otra obra no es mera casualidad. Guzmn explic en varias ocasiones que en octubre de 1927 estaba trabajando en una triloga sobre la Revolucin hecha gobierno. Entonces llegaron a sus manos los peridicos mexicanos con las fotografas de los cadveres del general Francisco R. Serrano y sus acompaantes, asesinados a sangre fra en un tramo de la carretera a Cuernavaca cer- cano al poblado de Huitzilac. El entendimiento de que el crimen constitua el momento culminante de la historia reciente de Mxico lo oblig no slo a apresurar su trabajo sino a modifcar la estrategia narrativa: de personajes reales a fcticios, pero inspirados en los primeros; del yo narrador directo a la creacin de uno omnipresente; de los episodios independientes, aunque entrelazados entre s, a la defni- cin de una trama novelstica en forma. En pocas palabras, de la crnica histrica (salpicada de matices tragicmicos) a la gran tragedia nacional. El trnsito de una forma literaria a otra no es tan claro ni fue algo ajeno a las circunstancias en las que los escritos fue- ron realizados. Guzmn quera, y seguramente necesitaba, que su obra fuera publicada en Mxico. De haber puesto los nombres y los apellidos de los protagonistas, lo ms seguro es que sus entregas hubieran sido censuradas. No slo por el recuerdo incmodo de los sucesos del pasado, sino debido a las circunstancias inmediatas. A partir de noviembre de 1927, fecha en la que Guzmn reanud la serie periodstica, Obregn era, ahora s, el candidato nico a la presidencia. Realizaba su campaa electoral en medio del descrdito y de un intento vano por distanciarse de Calles y de los ase- sinatos ocurridos unos meses antes. El Universal estaba en la mira por sus relaciones con los sectores catlicos. Escritores mucho menos inoportunos que Guzmn no tenan garan- tizadas ni la publicacin ni la paga de sus artculos en es- te peridico. Algunos de los personajes involucrados en los impresos frmados por Guzmn, como Vasconcelos y Miguel Alessio Robles, escriban en El Universal sobre el retroceso que representaba la reeleccin en un pas que se haba levantado en armas precisamente por ese motivo. Obregn fue reelecto en junio de 1928, cuando sali a la luz El guila y la serpiente. Sera asesinado unas semanas ms tarde, mientras celebraba su triunfo. La historia de lo que sucedi inmediatamente despus de la difusin en Mxico de La sombra del caudillo ha sido contada de muy diversas maneras: Calles se puso frentico por el contenido del libro y pens en prohibir su distri- bucin; Genaro Estrada lo convenci de que lo anterior slo aumentara la lectura del impreso y la fama del autor; el gobierno mexicano presion a los dueos de la edito- rial Espasa-Calpe para que silenciaran a Guzmn y este acept no escribir ms acerca de la poltica en Mxico. Slo lo hara de piratas, corsarios, flibusteros y hroes de la Independencia. Esta leyenda pasa por alto que Guzmn haba dicho ya prcticamente todo lo que tena que decir sobre los acon- tecimientos recientes en Mxico. Sus palabras eran ledas por miles de lectores en tres idiomas diferentes, a los que se agregaran el italiano, el alemn, el portugus, el checo, el holands y el japons. De este modo no slo cumpla las expectativas que se haban forjado en torno a l sino que exorcizaba sus propios temores y, sobre todo, mantena vivo el recuerdo de sus muertos. Mientras El guila y la serpiente siguiera leyndose perdurara la historia del propio Guzmn; tambin la de su padre y la de aquellos valientes que en momentos diferentes se rebelaron en contra de las imposiciones de los militares en turno. Ah estn, vivos an, bajo la sombra de los grandes caudillos, Felipe ngeles, Jos Isabel Robles, Lucio Blanco, Vito Alessio Robles y Adolfo de la Huerta. Cerca de ellos, Rafael Buelna, Manuel Diguez y Salvador Alvarado. Estos ltimos acudieron al postrimero llamado para detener la perpetuacin del cau- dillismo, la rebelin delahuertista de 1924. Guzmn no lo hizo: pact su salida de Mxico y, tras un escape milagroso, err por distintas ciudades europeas para despus asentarse en Nueva York. De ah viaj a Madrid, adonde lleg el verano de 1925. Si llevaba o no consigo los cuadernos en los que, supuestamente, haba escrito a mano todo cuanto vio y escuch durante su paso por los campamentos revo- lucionarios resulta secundario frente a la frmeza de narrar, bajo el manto de hazaas que se suponan estrictamente histricas, las revelaciones esenciales de la guerra; una guerra tan cruel como inacabable, casi eterna en un pas que haba devorado a lo mejor de s mismo. ~ SuSana Quintanilla letras libres en el bicentenario abril 2010 Letras Libres 81 070-081_EBicentenario-RL.indd 81 3/22/10 12:09:29 PM
Suplemento de Sansueña 1: Revista de estudios sobre el exilio republicano de 1939 (número 1). Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2015). Filosofía, estética y literatura