Monografia Psicocriminologia
Monografia Psicocriminologia
Monografia Psicocriminologia
ESCUELA PROFESIONAL DE
DERECHO
Psicocriminología
CURSO : Criminología
CICLO : II
SECCIÓN : “B”
INTEGRANTES :
CHIMBOTE – PERU
2007
Dedicamos el presente
trabajo a Dios por
otorgarnos el don de la
vida y a nuestros
padres, generosos
consejeros a través del
tiempo y las
circunstancias.
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PRESENTACIÓN
LOS AUTORES
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Tendencias Psicocriminológicas
El problema del crimen y otras formas de conducta desviada son objeto de diversas
disciplinas, entre ellas de la Psicología, ciencia que integrada a un enfoque
criminológico, apunta hacia el conocimiento y comprensión de la división psicológica
del delito así como del comportamiento desviado no delictivo. Este aporte psicológico
al campo criminológico no es reciente, ya se aprecian ideas sobre el particular desde
fines del siglo XIX, cuando empezaba a configurarse la psicología como ciencia
autónoma. Sin embargo, también en erados anteriores hubo preocupación por la
dimensión Psicológica del hombre y de su conducta criminal; al respecto, según la
opinión de Bonger, posiblemente uno de los precursores más lejanos de esta vertiente,
fue, F.G Pitaval (1673-1743), jurista francés, que fue “el primero en recoger material de
psicología criminal, especialmente en su obra Causes Celebres et Interesantes (1734)”.
“como ciencia práctica experimental”, fue el médico francés Prosper Despine (1812-
1892).
Desde nuestro punto de vista los primeros aportes claros datan de fines del siglo XIX e
inicios del silo XX, con el surgir de la Psicología como ciencia, en la que empezamos a
encontrar visiones más orgánicas relativas a la Psicocriminología, hasta desarrollos
sistemáticos y más coherentes posteriormente.
Sin embargo podemos anotar que por mucho tiempo en el campo de la Psicología
criminal y de la Psicocriminología en particular, impero una visión unilateral, por el
predominio de la perspectiva Psicoanalítica, que desde nuestro punto de vista y de otros
autores es precisamente la tendencia menos sólida y menos científica de la Psicología.
Posteriormente y en menor escala se desarrollaron algunas concepciones
caracterológicas (Kretschmer, Shelldom); la concepción psicopatológica del crimen; las
teorías conductistas del delito, entre otras.
Si reparamos en el panorama actual de la Psicología observamos que existen diversas
teorías que explican el comportamiento humano desde perspectivas muy variadas hasta
contradictorias, pero con un mayor desarrollo de los enfoques científicos. Sin embargo,
no podemos soslayar que la Psicología como ciencia en general y como Psicología
criminal o delincuencial en particular, abarca una temática amplia que rebasa el enfoque
criminológico, ingresando hasta terrenos penales, penitenciarios y criminalísticos. En
los últimos lustros ocurre también una mayor participación del conocimiento
psicológico en diversos ámbitos del Derecho.
La perspectiva criminológica disciplinaria, tal como lo hemos señalado, para penetrar en
forma integral en la problemática que constituye un objeto de estudio, recurre a
indignaciones de carácter social, Psicológico, como biológico. De esto se comprende
que uno de los capítulos importantes de la Criminología lo constituye el enfoque
psicocriminológico para comprende el fenómeno delictivo y antisocial.
Como se podrá deducir de los criterios señalados, esta concepción psicológico-criminal
aborda ciertos aspectos extra jurídicos del fenómeno delictivo, como el hecho
psicosocial que apareja tal evento, así como los aspectos estrictamente psicológicos
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subyacentes en los actores de tales hechos, lo que constituye un capítulo importante de
la criminología al que denominamos PSICOCRIMINOLOGÍA.
De esta breve visión del papel de la Psicología frente al delito, el delincuente y la
conducta antisocial, en sus diversos momentos y correlaciones, nos interesa
concentrarnos en cuanto constituye el capítulo de la Criminología, o sea como
Psicocriminología, orientado al análisis de todo lo relativo a la explicación del delito y
el comportamiento criminal y antisocial desde el punto de vista Psicológico. Esta
afirmación, sin embargo, no debe llevarnos a postular o creer en una explicación del
crimen puramente psicologiota, mas bien nuestro punto de vista criminológico nos
inclina a una propuesta Socio-Psico-Biológica. Por ello entendemos a la
Psicocriminología como un capítulo de la Psicocriminología criminal, que aporta desde
esta vertiente especializada sus conocimientos para la explicación de los fenómenos
delictivos y antisociales, abordando también el estudio Psicológico de los autores de
tales fenómenos.
No obstante debemos señalar también que desde la vertiente de la criminología crítica,
se cuestiona el papel y la existencia de una psicología criminal. Teresa Miralles dice al
respecto que la Psicología criminal es una instancia de control social, afirmando a su
vez según el cuestionamiento desarrollado por Basaglia, que “la definición y etiquetaje
de la enfermedad mental encierra un significado político por que mantiene intacto los
valores de las normas que el individuo marginado discute, no puede o no quiere
aceptar”. También afirma que la Psicología criminal sigue una tendencia positivista que
centra el problema del delito en el autor, en sus condiciones psíquicas, pasando a ser el
delincuente un enemigo del orden social. Esta crítica nos lleva a una especie anti
Psicología criminal, en la que el “delincuente” vendría a ser la sociedad y la persona que
ejecuta el acto delictivo “víctima”. Al respecto creemos necesario acotar que el enfoque
psicológico criminal científico de nuestros días, no pretende hallar un Psiquismo
diferente de carácter delincuencial, si no que así como cualquier ser humano tiene
determinadas condiciones psicológicas que guardan diversa relación con su conducta,
las personas que delinquen, al margen de su rotulación igualmente tienen una dimensión
psicológica que es importante conocer. Así mismo, toda la variedad de aportes
psicocriminológicos, podemos comprenderlas en tres grandes grupos o tendencias:
⇒ Una que abarca a las teoría psicológicas mas o menos sistemáticas, explicativas
del crimen y de la conducta desviada en general, como el psicoanálisis, el
condicionamiento operante, la teoría de imitaciones o aprendizaje social, la
concepción de H. Eysenck, la tesis de la frustración- agresión, entre las mas
importantes;
⇒ Otra que incluye a los diversos factores psicológicos que tienen mayor o menor
correlación con la criminalidad y comportamiento antisocial; y,
⇒ Finalmente, el enfoque de la Psicopatología criminológica que abarca la
explicación del crimen correlacionada con determinados trastornos mentales,
desde síndromes psicóticos como la esquizofrenia y la Psicosis afectiva; hasta
trastornos de la personalidad (psicopatías), así como los diversos problemas de
la dependencia de drogas (fármaco dependencia), hasta la neurosis y el retardo
mental entre los mas significativos.
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atención a posibles factores genéticos, como lo veremos más adelante, pero no como
únicas condiciones determinantes en segundo lugar, la personalidad no es una realidad
puramente psicológica y aislada que condicionan el comportamiento humano, si no que
ella no se puede comprender separada de su entorno social, parecer que siguen otros
estudiosos y sobre todo de su contexto situacional que es muy cambiante.
Para Cattell “la personalidad puede definirse como aquello que nos dice lo que
una persona hará cuando se encuentre en una situación determinada” y en “un
estado de ánimo definido”. Guilford por su parte afirma que “la personalidad de
un individuo es una constelación específica de rasgos”. Si bien no existe acuerdo
entre los psicólogos respecto a la noción de personalidad, podemos considerar
que la idea de Charles Morris, más afín a la corriente de los rasgos, presenta una
noción integral, concibiéndola como un “Patrón único de los pensamientos,
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sentimientos y conducta del individuo, que persisten con el tiempo y en diversas
situaciones”. Actualmente apreciamos que la personalidad no es considerada un
sello hereditario y fatal, sino que se configura a lo largo de la experiencia vital
de cada individuo, sobre todo en sus primeros años, de acuerdo a sus
condiciones internas o base biológica subyacente. Por eso es de importancia
sustantiva la primera infancia, en la que se configuran los primeros basamentos
de nuestra personalidad, peo que posteriormente, en función de diversas
influencias, puede reajustarse en alguna medida. Por ello afirman algunos
autores, que parece razonable considera que una gran parte de la formación
básica de la personalidad tiene lugar antes de los seis o siete años de edad, pero
que el aprendizaje de ciertos aspectos de esta dimensión humana puede
continuar a lo largo de la vida. Es también necesario decir que en la base de la
personalidad está sobre todo esa estructura anatomo-fisiológica del sistema
nervioso, que responde “temperamentalmente”, de un modo singular e integrado
ante las experiencias y estímulos que inciden en el sujeto.
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⇒ Nervioso ( emotivo-inactivo-primario)
⇒ Sentimental ( emotivo-inactivo-secundario)
⇒ Colérico ( emotivo-activo-primario)
⇒ Apasionado ( emotivo-activo-secundario)
⇒ Sanguíneo ( no emotivo-activo-primario)
⇒ Flemático ( no emotivo-activo-secundario)
⇒ Amorfo ( no emotivo-inactivo-primario)
⇒ Apático ( no emotivo-inactivo-secundario)
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2.1.3 La Teoría de los <<Rasgos de Personalidad>>y Delito: Como sabemos en los
últimos tiempos ha tenido gran auge la tesis de los rasgos como la visión mas
adecuada de la personalidad, caracterizada precisamente como un conjunto de
propiedades o rasgos más o menos estables.
Para muchos autores, William Stern (1934) es el iniciador de esta tendencia, aunque
el hablo de disposiciones, siendo más bien Gordon Allport (1937) quien prefirió la
denominación de rasgos y la difundió. Para este psicólogo, los rasgos son
“tendencias o predisposiciones determinantes a emitir una respuesta”. Mientras
tanto Cattell dice que por rasgo “entendemos una tendencia a reaccionar,
relativamente permanente y amplia”. En tanto Morris afirma que los rasgos son
disposiciones duraderas dentro del individuo, las cuales hacen que piense, sienta y
actúe en unas formas determinadas.
Para la medición de la personalidad, dentro de la corriente psicométrica, se emplean
diversos tests, habiendo logrado mayor desarrollo del estudio a través de
cuestionarios o inventarios multifásicos de personalidad que miden los rasgos, los
mismos que pueden diferenciarse según Pichot en:
a) Clásicos, como el Inventario de personalidad de Benreuter,
b) Psicopatológicos, como el MMPI, el Humm-Wadsworth, y
c) Factoriales como el Cattell 16 P.F., y el de Guilford, entre otros.
Destacando sobre todo los psicopatológicos como el MMPI y los factoriales como el
Cattell 16 P.F. y el de Guilford.
A. El Cuestionario 16 P.F. de Cattell: Raymond Cattell y Odbert
hallaron en 1936, una relación de 4500 términos referidos a los rasgos de
personalidad. Mas tarde Cattell consideró que se podían reducir a 200, porque
muchos de ellos eran sinónimos o cuasisinónimos. Sin embargo cuando a una
persona se le clasificaba según esos 200 rasgos, varios de ellos tendían a
agruparse, por lo que luego de diversas investigaciones concluyó que 16 rasgos
representaban la complejidad de la personalidad humana. también diferenció en
tres Rasgos Comunes, que se dan en todas las personas, y rasgos únicos propios
de un individuo. Asimismo desde otra perspectiva distinguió entre Rasgos
Superficiales, y rasgos Fuente que son las variables subyacentes determinantes
de las superficiales.
La primera versión de su cuestionario para medir la personalidad comprendió el
estudio de 12 rasgos, signados con una letra de A a O, posteriormente agregó
otros cuatro denominados Q1, Q2, Q3, y Q4, sumando 16 factores o rasgos
explorados mediante 187 preguntas o ítems. Cada pregunta presenta a su vez tres
alternativas de respuesta, entre las que se debe escoger una. Ejemplos:
<<99. A veces me irritan demasiado pequeñas contrariedades:
a) si b) en duda c) no
100. Muy rara vez suelto exclamaciones molestas que puedan herir los
sentimientos de la gente:
a) cierto b) en duda c) falso<<
En función de las respuestas se delimitan los rasgos dominantes de la
personalidad explorada. De los datos hallados por Raymond Cattell con dicho
cuestionario 16 P.F., casi todos los tipos de neuróticos y también de alcohólicos,
así dos a las drogas y delincuentes, resultan anormalmente bajos en el factor C
de fuerza del YO. En otros términos, los sujetos delincuentes obtienen un
puntaje del factor C inferior a lo normal, tan igual que los neuróticos y
psicóticos. Son por tanto mas emotivos de lo debido, y no son capaces de
controlar sus impulsos y estados de ánimo. En cuanto al factor G fuerza del
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súper yo, los puntajes muestran claramente que también están por debajo de lo
normal en los delincuentes y psicópatas, pero asimismo se presentan algo bajo
en los sujetos neuróticos. Otro dato importante es que los delincuentes provienen
con más frecuencia de los extrovertidos, y los sujetos psiconeuróticos de los
introvertidos. La incidencia de los delincuentes a ser generalmente más
extrovertidos se aprecia tanto en los datos obtenidos por los cuestionarios, como
en las mediciones objetivas que los factores.
De estos resultados podemos inferir que mediante este cuestionario se pueden
detectar ciertas características de personalidad, que si bien no creemos que sean
predisponentes de la criminalidad, son indicadores de un mal ajuste personal
pueden precipitar en ciertas circunstancias un comportamiento delictivo.
B. El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI):
Uno de los inventarios psicopatológicos de mayor uso y difusión, para el estudio
de la personalidad, lo constituye el MMPI, el mismo que fue elaborado por
Starke Hathaway y J.C Mc Kinley por los años de 1940 y revisado en años
subsiguientes. Esta prueba consta de 10 escalas clínicas numeradas
secuencialmente: 1(Hs), 2(D), 3(Hi), 4(Dp), 5(Mf), 6(Pa), 7(Pt), 8(Es), 9(Ma),
0(Si). Además contiene escalas de validez: ?, L, F, y K, que permiten apreciar el
grado de confianza para hacer inferencias sobre la personalidad del encuestado.
El número de ítems es de 566, lo que determina que su aplicación demore hasta
dos horas. Cada pregunta del inventario presenta dos alternativas de respuesta:
verdadero (V) y falso (F) de las que se debe elegir una de ellas. Ejemplos:
<<38. Por un tiempo, cuando era mas joven, participé en pequeños robos:
V F
39. A veces siento deseos de destruir cosas
V F>>
Este cuestionario ha sido también empleado dentro de la práctica criminológica
y penal, y de los diversos estudios al respecto, se considera que la escala 4,
desviación psicopática (Dp), integrada por 50 frases, tienen como objeto detectar
el trastorno de personalidad antisocial, que comprende individuos con un
comportamiento asocial, con mínima angustia y con ningún o poco sentido de
culpabilidad. Rafael Núñez afirma que los sujetos normales como alta
puntuación en esta escala, generalmente son rebeldes y no respetan las normas
vigentes en su grupo social, además son egoístas, agresivos, individualistas,
entusiastas y muy sensibles.<< El adolescente con escala 4 alta es también
rebelde, tiene problemas en la escuela y generalmente tanto de los estudios(…) y
finalmente llega la delincuencia>>.Precisamente Hathaway con Monachesi
hicieron estudios empleando el MMPI con menores delincuentes (1953),
orientando a la predicción de la conducta criminal, habiendo hallado que los
sujetos ubicados en la escala de excitación, conformada por las escalas 4(Dp),
8(Es), y 9(Ma) tenían alta tasa de evolución criminal, pero que algunos autores
como Di Tulio no aceptan como válido.
De lo anterior queremos es conveniente apreciar el tipo de correlación de 4(Dp)
con otras escalas, y si aparece combinada con elevación de las escalas 3, 8 y
sobre todo 9, la delincuencia es más frecuente según el parecer diversos
estudiosos. Precisamente Dahlstrom y Welsh (1960), hallaron también que los
sujetos con perfil alto en 4(Dp) y 9(Ma) revelaban claras conductas psicópatas.
Dentro de esta línea de estudio, Roberto Hare es quizá uno de los autores que
mayor énfasis pone sobre la validez del MMPI, para diferenciar los delincuentes
psicopáticos de los no psicopáticos, y en un trabajo con reclusos empleando
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dicho cuestionario, afirma que se ve perfectamente que las dos escalas que mejor
permiten diferenciar a los delincuentes psicópatas de no psicópatas son la
desviación psicópata (Dp) y la Hypomanía (Ma).
Las correlaciones criminológicos, del 16 P.F. de Cattell, como del MMPI deben
tomarse con cautela, en el sentido de no pretender estar ante test psicométricos
capaces de detectar a los delincuentes, sino más bien ante instrumentos de
diagnóstico psicológico que nos indican que ciertos rasgos de personalidad se
presentan con elevada frecuencia en los grupos de delincuentes psicópatas, pero
que también se manifiestan en personalidades que no son delincuentes.
Otro elemento de juicio que debemos considerar, es que los estudios sobre los
personalidad precisan en que éstos no determinan necesariamente un tipo de
comportamiento ineluctable en el sujeto que posee dichos rasgos, ya que se
deben considerar otras variables, como la situación en que se halla el sujeto.
Esto ha sido desarrollado por lo que se conoce como las Perspectivas
Situacionista, uno de cuyos impulsores es Walter Mischel (1968, 1982). Esta
tendencia dice que probablemente las características conocidas de una situación
provocan constantemente el mismo comportamiento (E.J. Phares, 1984), y que
no sólo es función de los rasgos. Según dicho autor, diversas investigaciones han
demostrado que el desempeño en la medida de los rasgos que sea aceptado por
el contexto, y que tal conducta es modificada por variados cambios ambientales,
y aunque las personas suelen exhibir consistencia en sus cuestionarios y
calificaciones, esos resultados no predicen de manera inequívoca su
comportamiento real y situaciones específicas. Mischel dice también que <<
todos los individuos pueden exhibir consistencia en lo que se refiere su propia
conducta en algunos rasgos, pero en muchos otros la mayoría de los seres
humanos exhiben muy poca consistencia de una situación específica a otra>>.
En suma, la teoría de los rasgos y las técnicas psicológicas para su revisión, en
lo referente al crimen, tienen que ser considerados bajo criterios no tan rígidos,
sino sus correlaciones anotadas y con las limitaciones que aún existen en la
predicción de la conducta humana y en particular del comportamiento delictivo.
2.2 Teoría de Hans Eysenck: El psicólogo inglés Hans Eysenck (N. 1916) de origen
alemán, planteó que existen correlaciones entre personalidad y delincuencia (1964). Su
concepción al respecto la escuadramos como de orden psicobiológica, aunque Yates la
cataloga como teoría general de la socialización. El afirma que en cada persona existen
las dimensiones de introversión- extraversión y la de estabilidad neuroticismo, con
fundamentos biológicos o genéticos, y que conjuntamente con el condicionamiento
determinan la personalidad comportamental. De los experimentos hechos por el autor y
otros científicos, detuvo a la hipótesis de que hay una fuerte predisposición hereditaria
subyacente al comportamiento extravertido o introvertido, así como para la estabilidad-
neuroticismo. Para llegar a tal afirmación consideró los estudios de los gemelos
univitelinos, utilizando una variedad de estímulos en situaciones diversas y otras
investigaciones adicionales.
Las fuentes de la emotividad (estabilidad- neuroticismo) están en el sistema nervioso
autónomo, las que dan lugar a reacciones específicas en cada persona. Las paces de los
fenómenos de excitación e inhibición (introversión-extraversión) tienen relación con las
neuronas del cortéx, tesis derivada de los estudios de Iván Pavlov. Además Eysenck
afirma que especialmente los extravertidos desarrollan rápidamente la inhibición,
muestran asimismo alto grado de inhibición y le elimina lentamente. Por su parte en los
introvertidos en cambio desarrollan la iniciación más despacio y en menor grado y la
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eliminan con mayor rapidez. En cuanto a la excitación, los introvertidos la desarrollan
con mayor rapidez e intensidad, mientras que los extravertidos con más lentitud y
debilidad .Eysenck agrega también que la lesión cerebral incrementa la inhibición total
que afecta al cortéx, y deduce de ello que los niños y adultos con lesión cerebral se
comportan de forma más extrovertida que los normales, lo que también se manifestaría
en los lobotamizados.
Estos fundamentos biológicos, en base a los estudios que he efectuado, sirven a Eysenck
para decir que los extravertidos que acumulan alto potencial de inhibición durante el
proceso de condicionamiento, resultarán más difíciles de socializar y se condicionarán
con menor intensidad que los introvertidos, que en principio acumulan relativamente
poca inhibición. De lo que se desprende también que los introvertidos se condicionarán
mucho mejor que los extravertidos. Sin embargo anota que nada de cuanto hasta ahora
hemos dicho puede inducir a pensar que el entorno no ejerce ninguna influencia como
causa del delito. Ninguno de los autores mencionados hasta ahora suscribiría una
afirmación semejante. La noción misma de delincuencia o de delito sería absurda sin un
contexto de aprendizaje, de experiencia social y, genéricamente, de interacción entre los
hombres. Lo que demuestran las cifras es que la herencia es un fuerte factor de
predisposición en la realización o ejecución del delito. En suma, lo que plantea es que la
personalidad corporamental (PC), la personalidad fenotípica que observamos en la vida
cotidiana, es la resultante del genotipo (herencia) y del entorno ambiente:
Pc= Pg. E
La dimensión excitación- inhibición es de orden fenotípica, que en el proceso de
condicionamiento y frente a determinadas influencias ambientales (e), va a dar el
comportamiento de tipo extravertido o introvertido. Eysenck sugiere que simplemente la
formación reticular ascendente es la sede fisiológica donde radica el soporte de tal
dimensión. Proceso similar se perdía para la emotividad (estabilidad-neuroticismo), que
junto con la anterior, pueden dar lugar a diversas combinaciones.
En otro acápite agrega que en cuanto a factor disuasivo del delito, la reacción autónoma,
la conciencia condicionada del delincuente en potencia, tiene mucho más poderosa que
las fuerzas de la ley y el orden establecidos. De ello afirma que la conciencia es
principalmente, el factor fundamental que nos hace comportarnos de una manera moral
y socialmente aceptable. La delincuencia se explicaría entonces, tomando en cuenta las
siguientes consideraciones lúcidas de todo lo anterior.
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b) Las personas que cometen delitos y otros actos antisociales serán más extravertidos
que las que se abstienen de realizar esos actos. Según Eysenck, en ese segundo
enunciado existe mayor número de pruebas confirmatorias.
G. Trasler (1962), que también sigue este modelo, a diferencia de Eysenck, ha prestado
mayor atención a las diferencias de clase social en relación al proceso de socialización
en su contacto con influencias delictivas.
2.3 Teorías Psicoanalíticas: Existen realmente diversas versiones explicativas del delito
desarrollados desde la vertiente del psicoanálisis, que décadas atrás era casi la única
difundida dentro del campo criminológico. Por ello Ellis y Gullo, con preocupación
decían que por desgracia, el psicoanálisis se utiliza con frecuencia como sinónimo
absoluto de análisis psicológico o psicoterapia, idea que realmente se fue y a veces
sigue vigente en círculos jurídicos y criminológicos.
Siguiendo los argumentos de su ensayo de 1915, Freud creía que una forma de
criminalidad se explicaba en base a los fuertes sentimientos de culpabilidad que
sufría la persona, debido a que no había podido superar su complejo Edipo, ya que
decía haber observado sujetos que sufrían un penoso sentimiento de culpabilidad de
origen desconocido, y una vez cometida una falta concreta, sentían mitigada la
presión del mismo, y esto significaba que el sentimiento de culpabilidad existía
antes del delito. También consideraba que había otro grupo de delincuentes, no
condicionados por el sentimiento de culpabilidad, es decir de aquellos que no han
desarrollado inhibiciones morales o creen justificada su conducta contra la sociedad.
En base a esta versión se dedujeron otras tesis analíticas, con variantes explicativas
que llegan muchas veces al absurdo. En la mayoría de ellas juega papel importante
la visión pansexulista y su desarrollo en el individuo, que pasaría por las etapas:
oral, anal, fálica y etapa de latencia, así como el famoso complejo de Edipo, que
según los psicoanalistas se caracteriza por la atracción erótica que siente el menor
por el progenitor del sexo opuesto, y a su vez rechazo u hostilidad hacia el del
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propio sexo. Otros de los conceptos clave son: la tesis del subconsciente en la
estructura del aparato psíquico integrado por el que Ello o Id, el Yo o Ego, y el
Súper Yo o Súper Ego, con predominio fundamental de los procesos inconscientes.
a) Existen pocas pruebas, como insiste Jons y como explica M. Klein, que los niños
normales estén preocupados por celos, odios e impulsivos agresivos gran parte del
tiempo.
b) No hay razón para creer que los niños demanden invariablemente la atención
exclusiva de sus madres y que por ende, odien a sus padres de manera inevitable. Es
obvio que muchos niños admiran más a sus padres que sus madres, y sienten cierto
resentimiento hacia las madres por qué los alejan del afecto paterno.
c) Cuando hay problemas de amor en los que alientan el hecho de que los niños
resientan a uno o ambos padres, no hay evidencias claramente bien definidas, como
lo indica Freud, ante el conflicto en cuestión se base en fundamentos de tipo sexual.
d) El sistemas del Id, Ego y el Súper Ego es en gran parte ficticio y consiste en un
manejo real y poco científico de las partes de la personalidad, que en realidad no
posee ninguna existencia independiente, no están abrumadas de energía instintiva y
no impulsan al individuo a realizar nada.
2.3.2 Tesis de Franz Alexander y Hugo Staub: Ambos publicaron en 1929 el libro El
Delincuente y sus Jueces desde el punto de vista psicoanalítico. Como se podrá
deducir del título en bajo de dichos planes, la tendencia analítica era el fondo teórico
sobre el que se desarrollaron la explicación del crimen. Sin embargo en la
comprensión del delito fue presentada considerando algunas variantes no señaladas
antes por Freud, aunque si tomando como parámetros básicos los conceptos y
postulados psicoanalíticos, como el impulso o instinto fanático o de muerte, con el
que todo ser humano nace y que persiste toda su vida, y que ha tenido diversos
grado de aceptación por los mismos psicoanalistas.
Alexander y Staub, sobre la base de este impulso tanático, plantearon la tesis del
"innatismo criminal del ser humano"; considerando al respecto que todo hombre es
innatamente criminal, es decir un inadaptado, y que conserva en su plenitud esa
tendencia durante los primeros años de la vida. La adaptación del sujeto en la
sociedad comienza después de la victoria sobre el complejo de Edipo, en su periodo
de latencia que descrito por Freud, que surge entre el cuarto y sexto años de edad y
termina en la obsolescencia. La única diferencia entre el hombre normal y del
delincuente, era que el normal logra dominar parcialmente sus instintos motores
criminales, y los desvía hacia otros fines socialmente inocuos.
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Frente a la criminalidad, y apreciando la variedad de delitos y delincuentes,
plantearon una clasificación de los mismos siguiendo una perspectiva amplia,
considerando dos grandes grupos:
A. Criminales Crónicos: que incluía a su vez cuatro subgrupos especiales:
1. Criminal condicionado orgánicamente, que abarcaba a los deficientes
mentales (imbéciles), enfermos mentales, orgánicos, toxicómanos y
alcohólicos.
2. Criminal neurótico, en el que se incluían a los delincuentes por
sentimientos de culpabilidad y algunos afines, conforme a la explicación
freudiana.
3. Criminal normal con Súper Yo criminal, que abarca a individuos a una
sociedad especial, con una moral propia, que se podría llamar moral
criminal, diferente a la moral dominante. Son criminales no neuróticos.
4. Criminal genuino, que sería un caso límite imaginable de hombre que no
ha recibido ninguna especie de adaptación social, y sería en consecuencia
un ser sin Súper Yo. Sin embargo, los mismos autores de esta tesis dudan
de su existencia real.
B. Criminales Accidentales o Agudos: que incluía dos variedades de delincuentes:
En base a tal leyenda, Mc Night y sus colaboradores, creen que los hombres que
matan a sus madres imitan a Orestes y defienden el honor de sus padres
traicionados. Como dicen Ellis y Gullo, francamente nos damos mucha importancia
al complejo de Orestes como causa primordial del matricidio, porque realmente no
tienen ninguna base objetiva sino tan sólo una libre interpretación subjetiva.
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probable que cuando los varones de nuestra sociedad desarrollan en pulsos
homicidas por sus deseos de poder, se están esforzando muchas veces en superar
sentimientos de falta de valor y desajustes, y que la interpretación de Walsh es
probablemente una bazofia psicoanalítica descarada.
a) Los que cometen delitos violentos han sido gravemente rechazados por su
madre.
b) Ellos sienten amargamente este rechazo.
c) Esa experiencia es siempre inconsciente.
d) Tratan siempre de demostrar a su madre lo importante que son, y
e) Ellos creen que efectuar actos de violencia o matar a otras personas,
demostrará en forma ostensible su importancia.
En resumen podemos señalar que las tesis psicoanalíticas de la criminalidad y la
conducta antisocial carecen de objetividad científica, y más bien constituyen una
inconsistente explicación psicocrominológica, que no ha contribuido al
desarrollo criminológico desde dicha vertiente. Este punto de vista se basa en
aspectos metodológicos científicos que son señalados por Mario Bunge, quién
califica al psicoanálisis de pseudo ciencia; así como argumentos desde la
vertiente psicológica e incluso de algunos ex-psicoanalistas como Albert Ellis,
quien textualmente afirma que casi todas las teorías psicoanalíticas sobre la
criminalidad plantean exigencias imposibles de credulidad y se enuncian de una
amanera que hace que sean inaceptables casi con toda seguridad. A Baratta,
desde la perspectiva de la criminología crítica, señala que no obstante la
importante función crítica ejercida por las teorías psicoanalíticas de la
criminalidad frente a la ideología de la defensa social, es menester decir que no
han logrado superar los límites fundamentales de la criminología tradicional,
siguiendo la orientación positivista.
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a) La existencia de un impulso o motivo alertado previamente o no
recompensado, y
b) Alguna forma de interferencia que dificulta el logro del impulso o
motivo. En este caso según señala Arnorld Buss, la frustración puede ser
consecuencia de una serie de operaciones, barreras, fracasos, factores de
distracción, conflicto, omisión de recompensa, ocurrida en alguna
secuencia del comportamiento.
Generalmente la frustración intensa ocasiona un estado de excitación emocional
y cambios corporales fisiológicos que se hallan bajo el control del sistema
nervioso autónomo.
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En el segundo grupo de reacciones de mecanismos de defensa, se consideras:
a) la racionalización, b) la represión, c) la proyección, d) identificación, entre
otras.
B. Orientación o Dirección de la Agresión: Cuando la frustración produce
agresión, dice Peter Heintz, es preciso distinguir entre 1) las frustraciones cuyas
consecuencias agresivas se dirigen hacia el agente frustrador, y 2) las
frustraciones que provocan una agresividad tan fuerte que las agresiones no
tienen aparentemente ningún objetivo racionas, es decir relacionados con la
frustración, orientándose contra terceros.
En todo caso reiteramos que no se puede hallar una relación directa y necesaria
entre frustración y agresión, sino tan sólo en ciertas circunstancias y también
cuando el fenómeno frustrante se percibe por el sujeto como algo arbitrario o
injusto, y sobre todo ante una alta expectativa de éxito esperada. Asimismo hay
que tener en cuenta la intensidad de la frustración, y que en casos de respuesta
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agresiva, éstas pueden ser también muy disímiles; en todo caso hay que
considerar la presencia o ausencia de inhibidores de las acciones agresivas y
hostiles. Al respecto estudios posteriores de Berkowitz, según señalan Secord y
Backman, indican que estímulos que han llegado a asociarse con la agresión o la
frustración, pueden facilitar la agresión en situaciones frustrantes.
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2.5.1 El Condicionamiento Operante: B.F. Skinner (1904-1990), siguiendo el
modelo conductista y tomando como antecedente la <<Ley del efecto >> de
Thorndike, desarrolló un modelo explicativo del comportamiento que denominó
Condicionamiento Operante, teoría que sirve para explicar una gran variedad de
conductas humanas, así como para desarrollar consecuentemente diversas
técnicas para su modificación y modelamiento. El condicionamiento El
condicionamiento clásico maneja el refuerzo antes de la emisión de la conducta
esperada, de tal manera que asociando previamente un estímulo neutro al
refuerzo incondicionado que estimula la emisión de la conducta, de tal manera
que asociando previamente un estímulo neutro al refuerzo incondicionado que
estimula la emisión de esa conducta, se llega a producir tal comportamiento con
la sola presencia del estímulo neutro que se convierte en estímulo condicionado,
llamándose a la respuestas así producida, reflejo o reacción condicionada.
20
conducta emitida; mientras que el refuerzo NEGATIVO se define como un
estímulo desagradable, cuya supresión o retiro después de la emisión de una
conducta, aumenta o intensifica la repetición de dicho comportamiento.
Según la frecuencia de presentación se distingue entre refuerzo continuo y
refuerzo intermitente. Asimismo, en todo caso un reforzador debe presentarse
inmediatamente después de emitida la conducta operante, en caso contrario no
tendrá efecto reforzante.
21
De ellos se deduce que la génesis directa de la conducta delictuosa se halla
entonces en la incapacidad de la sociedad para procurar contingencias adecuadas
que promuevan el desarrollo de repertorios pertinentes en todos los miembros de
la comunidad.
En base a tales puntos de vista, considera que los Ambientes Prostéticos o
instituciones donde se manejan contingencias positivas para el desarrollo de
conductas socializadas, que si bien pueden implementarse en cárceles y centros
de reeducación, pero si no se hace nada por la ampliación de sus objetivos al
medio natural de los delincuentes, podrían convertir al programa en un simple
proyecto de demostración y no de rehabilitación. Lo importante es también
lograr una generalización a circunstancias distintas. Plantea asimismo que otro
procedimiento para enfrentar el problema delictivo sería de carácter preventivo,
buscando la reestructuración o cambio radical del medio social que genera la
conducta criminal, lo que es difícil por la resistencia al respecto de los
organismos oficiales.
Según A. Bandura, el aprendizaje social brinda una teoría general que pretende
ser lo bastante amplia como para abarcar las condiciones que regulan todas las
facetas de la agresión, sea individual o colectiva y sancionada personal o
institucionalmente. Afirma que los seres humanos no nacen con repertorios
prefabricados de conducta agresiva; deben aprenderlas de una u otra manera.
Las personas pueden adquirir estilos agresivos de conducta, ya sea por
observación de modelos agresivos o por la experiencia directa del combate.
2.6.1 Aprendizaje de la agresión por observación: Para bandura hay dos formas de
aprendizaje de la agresión , una por observación de modelos , y otra por experiencia
directa . El autor plantea que las conductas mostradas por las personas son aprendidas
muchas veces por observación o imitación, sea deliberada o inadvertidamente, a través
de las influencias del ejemplo. Como anota feldman, el aprendizaje observacional se
relaciona con las respuestas que se adquieren sin reforzamiento directo alguno para el
adquiriente .En cambio, este observa el comportamiento de otra persona denominada
modelo
22
por imitación, aunque no totalmente suficiente.
23
los adultos sobre los niños .Sin embargo, el modelo familiar no siempre se
expresa en conductas agresivas o violencias explicitas. Es también en el aspecto
da la practica disciplinaria donde los niños adquieren los modelos mas vividos de
sus padres para influir en la conducta de los demás. Los padres que propician los
métodos de denominación agresiva tienen hijos que tienden a valerse de tácticas
agresivas semejantes para controlar la conducta de sus compañeros.
24
estímulos o móviles que instigan su activación o canalización efectiva .Al respecto
se consideran los siguientes:
25
3) Autorreforzamiento: Además de los elementos reforzantes externos, el ser
humano puede regular en alguna medida sus propias conductas por la
consecuencia producida por ellos mismos .La autorrecompensa por la agresión
se da en casos que la persona valore la conducta agresiva en forma especial,
como una fuente de orgullo personal .En consecuencia la ejecución de un
comportamiento agresivo será autorreforzante.
a) Las variables del aprendizaje, en las que ya se consideran los aportes del
condicionamiento clásico, el instrumental u operante, la imitación u observacional
entre otros. Se plantea que se aprende a delinquir como a no delinquir, afirmación que
proviene de las teorías del aprendizaje, en la que es importante social.
3. Psicopatológica Criminología
26
la Asociación Psiquiatra Norteamericana que generalmente prefieren los psiquiatras de
dicho país .
Los trastornos mentales, según la OMS 1975, se clasifican en cuatro grandes grupos de
problemas que fueron los siguientes
Cada grupo de los trastornos indicados incluyo varias categorías o géneros de alteración
mental, que sumaban 30 categorías en total y que iban precedidos de un código de tres
dígitos (Ej. .las psicosis Orgánicas abarcaban: 290.psicosis orgánica senil; y presenil
291. Psicosis alcohólicas, etc.)
27
Trastorno del desarrollo psicológico (F80 a F89).
Cada uno de los once grupos de trastornos mencionados incluye una variedad de
categorías de alteraciones mentales, cuyos códigos están conformados por la letra F
más dos dígitos
Ejemplo, dentro del primer grupo: trastornos mentales orgánicos incluidos los
sintomáticos, se consideran:
F00 Demencia en la enfermedad alzheimer
F01 Demencia vascular,
F02 Demencia en enfermedades clásicas en otro lugar
F03 Demencia sin especificación
F04 Síndrome amnésico orgánico no incluido por alcohol u otras sustancias psicotropas.
Dentro del síndrome intoxicación aguda por alcohol (F10.0), destaca la subespecie
destácala subespecie de Embriaguez Patológica (F10.07), antes considerado
episodio sicótico agudo producido por consumo de cantidades de alcohol
relativamente pequeñas .La persona puede presentar en este estado, reacciones
violentas y agresivas incontroladas, entre otras manifestaciones.
Las psicosis alcohólicas son trastornos orgánico originado por el consumo
crónico de alcohol, aun que también se piensa que pueden intervenir los defectos
28
de nutrición .Esta categoría de psicosis incluye varios síndromes que en la
clasificación de 79 eran las siguientes:
29
3.3 Esquizofrenia Y Trastornos De Ideas Delirantes: El grupo denominado otras
psicosis, en la clasificación de la OMS 1975b, es equivalente en parte a los grupos
Esquizofrenia .trastornos de ideas delirantes, y a los trastornos del humor de la
clasificación del. En estos casos no se ha logrado precisar una base orgánica clara
en la cosis endógena o funcional.
Existen varias categorías de psicosis no orgánicas en la clasificación actual,
destacando la esquizofrenia.
Exner (24hace algunas décadas atrás decía que existen psicóticos que durante su
trastorno mental cometen delitos y que se denominan “enfermos mentales
delincuentes”, mientras que otros condenados por algún delito , enferman
mentalmente durante su encarcelamiento , y se les llama “delincuentes enfermos
mentales”.
Distinción similar también planteaba Di Tulio en su clasificación de los
delincuentes , quien refiriéndose a los psicóticos esquizofrénicos que cometen
delitos señalaba que las observaciones de diversos estudios ,distinguen acciones
criminales por sujeto que todavía no presentan ningún síntoma claro de
30
esquizofrenia , y que el delito y sobre todo el homicidio constituye muchas veces
el primer síntoma de su psicosis.
De los diversos tipos de esquizofrenia, quizás los más peligrosos son la paranoide
y la catatónica, sin que signifique que estos psicóticos están predeterminados a
cometer actos criminales. Ellis y Gullo (23), señalan por su parte que en u estudio
sobre características psicológicas de asesinos famosos del ultimo siglo, llegaron
ala conclusión que la mayoría de ellos eran total o parcialmente psicóticos; y
según Freedman et al. Resulta “extremadamente difícil prevenir la mayoría de
homicidios por esquizofrénicos puesto que habitualmente no existe ningún aviso
claro. El paciente puede parecer relajado, incluso apático, antes de matar a
alguien”.
31
pasible de sanción penal. De todos modos, un hecho cometido por causas
patológico –mentales, desde el punto de vista criminológico es importante, sobre
todo con propósitos preventivos.
La A.P.A. señala que los estados paranoides son trastornos psicóticos en los cuales
la anomalía esencial, es un delirio generalmente de persecución o de grandeza. De
delirio se derivan trastornos del estado de ánimo .la conducta y el pensamiento.
También pueden darse temas de litigio, celos, o de parte de su cuerpo esta
deformado o que los demás piensen que despide mal olor. Generalmente no
presentan otra psicopatológica y se inicia hacia la edad media o avanzada de la
vida. El trastorno, en estos casos, centrado sobre todo en el delirio persecutorio,
lleva al sujeto a reaccionar a veces con violencia homicida. El ya citado Hesnard
afirma que las diversas variedades de paranoia pueden dar lugar a actos
criminales.
Los casos de psicosis afectivas se caracterizan por un alteración grave del ánimo,
compuesto bien por depresión o por alborozo y excitación que puede acompañarse
por algunos de los siguientes síntomas y signos: ideas delirantes, perplejidad,
trastornos de percepción y del comportamiento .en estos casos depresivos hay una
fuerte tendencia al suicidio.
32
3.4.1. Episodio Maniaco Psicotico Y Delito: En los casos de manía con síntomas
psicóticos, se presentan como síntomas un estado de alborozo o excitación
desproporcionado con las circunstancias que vive el paciente, y que desde un estado
hipomaniaco puede llegar hasta una excitación violenta casi incontrolable. En estos
casos son frecuentes la agresión, la ira y el espíritu querellante, sobre todo cuando
no se complace al sujeto o se impide sus desmanes, pudiendo cometer algún acto
criminal. Di Tulio afirma que el tipo maniaco o la fase maniaca en la circular, es de
mayor importancia criminológica, por que es mas propenso a la actividad antisocial,
pero sobre todos en estados hipomaniacos en los que con una conciencia
aparentemente lucida y animo exaltado pueden parecer sujetos hiperactivos
normales, llevándolos a cometer delitos contra la propiedad, delitos sexuales
(violaciones, exhibicionismo) delito contra la propiedad y contra las personas
(agresiones, homicidios).
Es sobre todo en casos de hipomanía o “manía subaguda” mas aun si se hallan
complicados con delirios de persecución que pueden manifestarse reacciones de
peligrosa maldad, agresiones físicas y actos obscenos. La expresión mas grave de la
manía tiene menor incidencia criminológica, por que la claridad del cuadro
psicotico, generalmente conduce al internamiento del paciente, aunque no se
descarta que no tenga ninguna influencia en la conducta desviada.
3.4.2. Episodios Depresivos Psicóticos y Delito: En este grupo el caso del episodio
depresivo grave con síntomas psicóticos por el estado de depresión intenso del
melancólico, este expresa menos conducta violenta. Sin embargo en las variantes de
depresión delirante (ideas de culpa, infidelidad, ruina) que llevan al sujeto a
considerar insoportable su existencia y muchas beses los de sus seres queridos mas
cercanos pueden conducirlo a formas de homicidio por piedad, generalmente
seguida de suicidio.
Hesnard nos dice que es un crimen muy particular, inspirado por el deseo bien
intencionado de evitar a un ser querido la angustia y los sufrimientos
experimentados por el propio sujeto. El enfermo en cierto sentido suicida a su hijo o
a otro ser amado, por un altruismo irreal y fantástico, que algunos psiquiatras llama
suicidio directo .Son relativamente frecuentes los casos de sangre cometidos por
depresivos psicóticos en nuestro medio.
33
F45 Trastornos somatomorfos (incluye la anterior neurosis hipocondríaca mas
otras alteraciones que formaban grupos autónomos).
F46 Otros trastornos neuróticos (abarca a las anteriores neurosis neurasténica),
neurosis de personalización y las no especificadas).
Sobre este particular D.J.WEST. Afirma que entre los neuróticos probablemente es mas
propenso a la delincuencia el tipo identificado por Alexander como neurótico actuante
persona cargada de tensiones y conflictos que alivian por medio de la acción Bazzy y
Fontanesa 1962 hablan de un grupo de neuróticos que llaman “conflictuales”, una de
cuyas variantes puede caracterizarse en caer en conductas anormales o de carácter
antisocial. Consideran estos autores italianos, que dentro de la perspectiva
criminológica, se da la variante de “neurosis conflictual tipo actino-out” (de paso al
acto), que puede propender a un comportamiento antisocial, como una función de
descarga o alivio de situaciones de tensión insoportable. Di Tulio dice al respecto “que
muchos autores señalan la frecuencia con que sentimientos particulares, que se
encuentran generalmente descritos en las neurosis conflictuales, son causas de
conductas antisociales y criminosas. Baste recordar a este propósito, los conocidos
sentimientos de injusticia, de inferioridad de frustración y de culpabilidad”
34
3.6.1 Antecedentes De Los Trastornos De Personalidad: La denominación de estos
trastornos no han sido informe habiendo predominado antes el termino genérico
de psicopatía, que todavía unos usan precisamente la variedad y la confusión de
nombres al tratar este problema dio lugar para que algunos psiquiatras negaran su
existencia, pero en realidad cualquiera sea la denominación o termino empleado,
estos trastornos de personalidad no se pueden desconocer.
Kart Schneider publico el libro las personalidades psicópatas en 1923 que alcanzó
muchas influencias y que a lo largo de más de cuatro décadas posteriores tubo
tubo sucesivas ediciones y traducciones asumiendo dicho autor una tendencia
constitucionalista en la explicación de los diez tipos de psicópatas que descubría
en su obra dicha idea y otras a fines tuvieron aun que en la primera mitad del siglo
XX, y en parte aun es sostenida todavía por algunas, pero tal enfoque fue en
contrapuesto por una perspectiva ambientalista , inicialmente por el psiquiatra
ingles David Henderson en su obra “Psychopathic status 1939 seguido por otros
estudiosos como el norteamericano H.cleckley con su obra mask of sanity 1941.
Posteriormente han sido importantes los trabajos de M. Craft 1966): Psychopathic
disorders and their assessment”en Inglaterra, y sobre todo la investigaciones de
R.D.Hare (1965, 1966, 1968, 1970).
Debemos anotar que el término PSICOPATIA, también fue usado con un doble
acepción: en un caso, sobre todo por la psiquiatría anglosajona, sólo como
equivalente al trastorno denominado “psicópata desalmado” por
schneider ,”anetico” por H.Delgado “crueles” por Catalano y Cerquetelli ,y que
hoy es llamado “trastorno disocial” de la personalidad por las OMS-93 ; y en otras
cosas, como termino genérico similar a la denominación vigente de trastornos de
personalidad abarcando una personalidad de “psicópata” actualmente mas o menos
desde los años 50 se usa el nombre de trastornos de personalidad por la primera
DSM norteamericana de 1952 la segunda de 1968 la tercera de 1980 y la cuarta de
los 90 y también por la CEI a cargo de la organización mundial de la salud
desplazando al termino de psicopatía aun que algunos autores aún están utilizando
la antigua nomenclatura , e incluso se sostienen puntos de vista inexactos y
confusos al afirmarse que existe diferencias entre psicópatas y sociopatía obviando
o desconociendo el hecho de que la denominación genérica actual es de trastornos
de personalidad.
1) Psicópata hipertímico
2) Psicópata depresivo
3) Psicópata inseguro
35
4) Psicópata fanático
5) Psicópata necesitado de estimación
6) Psicópata lábiles de ánimo
7) Psicópata abúlico
8) Psicópata asténico
9) Psicópata explosivo
10) Psicópata desalmado
36
manía moral” en la cual todo los sentimientos rectos estaban abolidos, mientras la
inteligencia se mantiene sin desordenes según refiere C.Bernardo de Quiroz.
varios siglos después, Felipe Pinel (1745-1826) medico alienista francés describió
un caso que no encuadraba en los grupos psiquiátricos de ese entonces,
denominándolo “manía sin delirio” (1806). unas décadas después en 1835 J.C.
Prichard(1786-1848)en Inglaterra hablo de la “moral insanity” o locura moral en
su A Treatise on insanity and other disorders affecting the mind, caracterizado por
una mórbida perversión de los efectos de la disposición moral y os impulsos, es
después de la aparición de la tesis de LOMBROSO sobre el delincuente nato 1876
, una de cuyas características era el de la “locura moral” que este concepto se
difunde en Francia Ernesto Dupre en 1912,presento la tesis de la perversidad
instintiva constitucional que influyo en la psiquiatría francesa que acogió dicho
nombre , considerando también al lado de la perversidad constitucional , una
“perversidad adquirida” por causas infecciosas o traumáticas . Esta personalidad
anormal hoy denominada por la OMS – 1993 “trastorno disocial de la
personalidad y por la DMS norteamericana “personalidad antisocial “constituye
pues el “loco moral” del siglo XIX el mismo que también fue conocido con otros
términos como “anestesia moral”(scholz) “estupidez moral”(Báez);imbecilidad e
idiocidad moral (bleuler); acromatoccia moral (liepmann);complejo sintomático
anetico (Albrecht) “Psicópata desalmado”(Scheneider) “Psicópata cruel” Catalano
y Cerquetelli entre otras denominaciones los autores se denominaron diversos tipis
de psicópatas , han dado definiciones generales que incluyen a todas sus variantes
o tipos. Por ejemplo scheneider decía que los psicópatas son aquellas
personalidades que sufren por su personalidad, o hacen sufrir bajo ella a la
sociedad. De entre ellos el psicópata acnetico o desalmado, hoy llamado
personalidad antisocial, se incluía dentro de la variedad de los que hacen sufrir a la
sociedad por su anormalidad. Franz Exer que hablaba de “psicópatas insensibles”
decían que estos se distinguen por una “estupidez apática” frente a los demás seres
humanos, pero a menudo también frente a ellos mismos. Les falta tanto el
sentimiento del valor ajeno (amor, compasión, honor), como también el
sentimiento del propio valor (orgullo, pudor, conciencia) y carece de energía para
reprimir los instintos, los que los lleva a la brutalidad, crueldad fría e impulsiva.
Conceptos similares se han dado por K. Schneider, H.Delgado y P.H.Berkowitz.
Noyes y Kolber decía también, siguiendo en este caso la sección restringida del
antiguo nombre de psicópata, que “la mayoría de los pacientes que en la
actualidad se clasifican como personalidad antisocial, recibían el nombre de
“estado psicopático constitucional” o personalidad psicopática Muchos psicópatas
aun que no son intelectualmente deficientes, lo parecen desde el punto de vista
emocional. sus sentimientos carecen, por tanto, de sutilidad y delicadeza. El
psicópata típico no siente cariño hacia nadie, es egoísta desagradecido, narcisista,
y exhibicionista” los MC Cord 1964, por su parte cuando hablan de este trastorno
de personalidad, señalan que “bajo no importa cual termino:”manía sin delirio”;
“carácter sin afecto”; “anetopata”; “criminal nato”; “sociopata”, el psicópata a
echo conocer su existencia de 150 años. Esta personalidad anormal, cuya
nomenclatura a sufrido mucha variantes tiene especial correlación con la conducta
delictiva y antisocial y presenta una variedad de conflictos de sus relaciones
sociales actuando con frecuencia en contra posición a la moral y a las normas
culturales aun que el pueda distinguir que su conducta no se ajusta al derecho y a
las normas imperantes. En suma tiene implicancias de interés criminológico
particular por que presenta alteraciones en la esfera moral, afectiva y otros
37
aspectos comentados, por lo que se haya en alto riesgo de verse ligado con
diversas actividades criminales y desviadas en general. Para tener una descripción
mas detallada de las características de este trastorno de la personalidad antisocial o
disocial , también antes dominado sociopata o psicópata , podemos adoptar los
criterios de los mas MC Corp. quienes señalan los siguientes rasgos
predominantes:
38
siempre reincidirá en el delito ya que existen muchos de ellos dedicados a
diversas cantidades no criminales que tienen mayor afinidad que sus
características peculiares. Roberth Lindner1944 decía por ello, que el psicópata
no solo es criminal sino que también es potencialmente el futuro jefe de tropas
de asalto. Además se ha demostrado que no parecen tener fallas en la
adquisición de habilidades ordinarias, pero se parecen estar menos afectados por
la amenaza de castigo (hare), particularmente cuando este va a ocurrir de todas
maneras en alguna ocasión futura.
Las explicaciones de los factores que condicionan a la “personalidad antisocial”,
han sido muy diversas, desde los criterios hereditarios, que consideramos ya
superado, hasta las explicaciones neurológicas y los factores ambientalistas.
Nosotros creemos que ninguna de estas explicaciones unilaterales de una
respuesta cabal al problema de la cusa de este trastorno. Por ejemplo, algunos
autores que hablaban de esta anormalidad como algo constitucional, afirmaba
que la explicación ambientalista se referían a casos de pseudos psicopatía.
En realidad creemos en la explicación tiene que ser biosocial constitucional y
ambiental – emocional entendiendo por constitucional a aquella estructura
biológica singular, especialmente el tipo de sistema nervioso que es básico para
el desarrollo afectivo e intelectual, además del medio ambiental social-
emocional, para acondicionar el comportamiento característico de una
personalidad anormal.
39
3. Trastorno histriónico de la personalidad o personalidad
histérica :fue denominado por KURT schneider “psicópata necesitado de
estimación” es una persona afectiva e inestable , con lesiva ansia de
apreciación y atención , así como manifestaciones de teatralidad .esta
personalidad no esta cómoda o se siente despreciado cuando no es el
centro de atención .en algunos casos se puede llegar a la pseudología , que
linde con ciertos actos delictivos de fraude o engaño , o asta falsas
imputaciones
De abuso sexual en mujeres histriónicas o pseudologías.
40
F64.0 Transexualismo
F64.2 Transvestismo no fetichista
F64.8 Otros trastornos de la identidad sexual
F64.9 Trastorno de la identidad sexual sin especificación.
F65 Trastornos de la Inclinación Sexual
F65.0 Fetichismo
F65.1 Transvestismo fetichista
F65.2 Exhibicionismo
F65.3 Escoptofilia (voyeurismo)
F65.4 Paidofilia
F65.5 Sadomasoquismo
F65.6 Trastornos múltiples de la inclinación sexual.
F65.8 Otros trastornos de la inclinación sexual.
F65.9 Trastorno de la inclinación sexual sin
especificación.
F66 Trastornos Psicológicos y del Comportamiento del
desarrollo y Orientación Sexuales.
F66.0 Trastorno de la maduración sexual
F66.1 Orientación sexual egodistónica
F66.2 Trastorno de la relación sexual
F66.8 Otros trastornos del desarrollo psicosexual
F66.9 Trastorno del desarrollo psico – sexual sin
especificación
41
c) Si la víctima tiene de 10 años a menos de 14, la pena será no
menor de 20 ni mayor de 25 años.
Además existen agravantes por el tipo de relación con la victima.
3.8. Retraso Mental Y Delito: Hace ya muchos años que se ha pretendido vincular la
deficiencia mental con la criminalidad, pero la nomenclatura de la deficiencia
intelectual no siempre ha sido la misma, existiendo criterios actuales que han
abandonado las denominaciones antiguas que adquirieron connotaciones peyorativas o
despectivas. La OMS en su clasificación de 1993 habla de Retraso Mental,
42
caracterizado por la subnormalidad de la inteligencia, considerando cuatro categorías
principales o niveles de deficiencia, y otras y sin especificación:
Los factores condicionantes del retraso mental son múltiples, desde alteraciones
cromosómicas, hasta traumatismos prenatales o en el parto. Tanto en las clasificaciones
antiguas como en las últimas, los criterios para diferenciar los diversos sub niveles de
inferioridad intelectual, toman generalmente el grado de cociente intelectual (C.I.),
según las escalas de Terman, de Wechsler u otros, que es una de las pautas para su
diagnostico. Asimismo debemos señalar que las últimas clasificaciones de la deficiencia
intelectual, han afinado un poco más las diversas sub variedades de dicho retraso. Frente
a la tripartición tradicional que consideraba el cuadro oligofrénico, se aprecian hoy
cuatro sub niveles de retardo mental, cuyas equivalencias presentamos en el cuadro.
Las personas con retraso mental Profundo y retraso Grave, tienen un déficit que
determina el requerimiento de asistencia ayuda para satisfacer sus necesidades vitales.
El sujeto con retraso mental Moderado, puede a veces llegar hasta un segundo grado de
escolaridad, y alcanzar alguna forma de trabajo no especializado o semiespecializado en
determinadas condiciones, siempre que reciba una educación especial. Las personas con
retraso mental Discreto o leve, pueden alcanzar capacidades sociales comunicativas y
llegar con dificultad hasta un sexto grado de escolaridad. Mediante educación especial
son capaces de desarrollar destrezas vocacionales que le permitan sobrevivir; aunque
pueden requerir orientación y asistencia en situaciones de estrés social o económico no
usuales.
Los estudios criminológicos que han señalado alguna relación entre retraso mental y
delincuencia, han ido modificando tal correlación con el transcurso de los años. En los
trabajos más antiguos se hablaba de un índice significativamente alto de criminalidad de
imbéciles y débiles mentales. Al respecto, diversos criminólogos mencionan a Henry
Goddard (1866 – 1957). En las primeras décadas del siglo XX (Feble Mindedness –
1917, y The criminal Imbecile – 1915), como su representante más importante, quien en
el estudio del nivel intelectual de reclusos norteamericanos, encontró de un 20 a 89% de
presos como débiles mentales, lo que constituía una incidencia muy alta, y que hizo
dudar de su validez. Por su parte, William Healy (1915), en “The Individual
Delinquent”, sobre la base del examen de mil antisociales jóvenes, halló solo un 10% de
estos menores eran deficientes mentales.
43
4. Explicaciones Psicopáticas (Psiquiatritas) Del Delito
44
norma” (en sentido sociológico-jurídico) y normalidad y a su vez normalidad y salud.
Dicho razonamiento, como es lógico, conduce a identificar, también “conductas
desviadas y anomalías” y “enfermedad”. Con lo que u la categoría enfermedad s
confundida con exigencias derivadas de “deber ser” que encuentran su expresión en
normas legales.
Solo a partir del siglo XIX se empieza a distinguir entre delincuente y enfermo mental,
y es contemplado este último como cualquier otro enfermo. Dicho proceso de
diferenciación, en todo caso, moral, sustentado por PRICHARD DESPINE (1835) y
otros, y las investigaciones NICOLSON, tratando de verificar la tendencia a la locura
del delincuente.
Es positivismo criminológico sustituirá la teoría de la “locura mental” por la de la
personalidad criminal, es decir por la hipótesis en que existe un conjunto de rasgos, una
personalidad, específicamente criminal, un entramado o estructura psicología delictiva.
Dicha suposición, desde luego, destacaba la insuficiencia de las teorías biológicas y
sociológicas en el momento de explicar la etiología del crimen. Pero el éxito inicial de
la teoría de la personalidad criminal que recibe en su plena coherencia con dos de los
postulados del positivismo criminológico: el principio de diversidad del delincuente
(seria, desde un punto de vista cualitativo, distinto, diferente de los demás ciudadanos
“normales” que cumplen a las leyes), y la necesidad de aislar, mensurar y cuantificar
aquellos factores patológicos que inciden de modos causal de individuo y le determinan
al delito.
Pero, en todo, caso, tantos las viejas concepciones denomínales, como la teoría d la
locura mental o personalidad criminal, son escalones de un razonamiento cuya premisa
es le rechazo de la normalidad mima del crimen y de su protagonista. La necesidad de
demostrar que el delincuente es desde un punto de vista psicológico, anímico, distinto
del individuo “normal”; y que, precisamente por ello delinque: por que es anormal.
b) La Psiquiatría: En cuanto a ciencia que se ocupa de los psíquicamente anormales es, sin
duda, la disciplina mejor predispuesta a explicar el comportamiento delictivo como
producto o expresión de patologías del psiquismo humano. Seria erróneo suponer sin
embargo, existe una teoría psiquiatrita explicativa de la criminalidad, una teoría
generalizadora compartida por las comunes opinó. Como se vera no puede afirmarse
que todo comportamiento criminal tenga una base psicopatológica, ni se ha podido
demostrar siquiera una correlación inequivocaza entre enfermedad o trastorno mental y
delito. Hoy no cabe mantener que el delincuente sea un loco o que la locura genera
necesariamente criminalidad; tampoco y por las mismas razones la tesis contraria: la
normalidad del delincuente, porque las todas las generalizaciones, carente de respaldo
empírico, don falsas. Más bien, había que reconocer que nuestra información es aun
deficitaria; que contamos con serios obstáculos metodológicos para formular
conclusiones el respecto; y que es necesario relativizar la confianza depositada en el
saber empírico, cuando se pretende establecer cierto tipo de relación entre
perturbaciones psíquicas y conductas desviadas.
45
quiera categorías psiquiatritas aparentemente pacificas, como la esquizofrenias puedes
sustraerse tal contexto. Por ultimo, el etiquetamiento de una persona como “enfermo
mental” es inseparable de ciertos procesos sociales de interacción, que tienen su
dinámica propia y no siempre se guían por el criterio objetivo del merecimiento del
autor o características intrínsecas de su conducta esto es, la reacción social constituye
una importante variable en los proceso de definición y selección de dichos individuos
“enfermos mentales”
46
Introducida por CATALANO y CERQUE TELLI (1953) que distinguen doce tipos de
psicópatas: hipertimicos, deprimidos, labiles de humor, anacasticos, inquietos,
asténicos, histriónicos, fanáticos, inestables, crueles, extraños e hipo evolucionados, o la
de KHAN (1969), quien se refiere a tres tipos de psicópatas: psicópatas de instinto
(impulso y proclives a una reacción violenta), del temperamento y del carácter.
Se comprende, por ello, que el termino, “psicopatía” haya sido objeto de suerte de criticas, y
que la investigación sobre personalidades psicopaticas a cuyos resultados se hará referencia
después.
Existen tan variadas descripciones de esta entidad nomológica, que obviamente una misma
persona puede devenir psicópatas, según la teoría o clasificación que se utilice, o que el
psiquiatra aplique. De hecho como advierte CLECKLEY, en la praxis clínica suele utilizarse
una aceptación tan laxa que realmente cualquier criminal podría ser reputado “psicópata”.
Proceder censurable, ya que, según resalta el propio CLECKLEY, ni la mayoría de los
psicópatas. Las topologías resultan, a veces, tan ambiguas que asignan a la personalidad
psicopatita del delincuente unos “rasgo” que en puridad, no parecen primitivos de éste, sino
comportamientos por otras muchas personalidades no criminales.
Una de objeción apunta a la escasa fiabilidad de los resultados obtenidos por las investigaciones
realizadas en la población reclusa y los errores de predicción sobre el comportamiento de
psicópatas. La tercera crítica, fundamentalmente ideológica, reitera un argumento ya expuesto:
la “enajenación mental” es una mera definición social y los psiquiatras como afirman “agentes
conservadores del control social”
Muchas de las investigaciones empíricas dirigidas a comprobar las correlaciones existentes
entre determinadas anomalías psíquicas y el comportamiento criminal; sus resultados,
equívocos, desconcertantes e incluso contradictorios, dan pie a toda suerte de interpretaciones y
teorías.
Para una valorización correcta de aquellos, parece necesario distinguir los estudios realizados de
anomalías y perturbaciones psíquicas en la población reclusa mas en la femenina que en la
masculina; índices que oscilarían, según las diversas tesis, entre un 10 por 100 un tercio del total
de la misma, si bien muy pocos son los paciente que ingresan a los hospitales psiquiátricos
procedentes de los establecimientos penitenciarios, o de los tribunales de justicia. Los
problemático es la interpretación de tales datos.
En cuanto a la indecencia de la psicopatía en la población carcelaria, los investigadores ofrecen
porcentajes muy dispares, aunque no es posible comparar estos por tratarse de nuestras
homogéneas y de técnicas de investigación también distintas.
Seria erróneo, sin embargo, inferir d estos datos obtenidos de la población reclusa resultados
concluyentes sobre la incidencia de ciertas patologías psíquicas en la conducta delictiva. Por
muchos y diversos motivos, abstracción hecha de la escasa homogeneidad de los estudios
mismos y de sus reiteradas contradicciones.
Ante todo, no procede identificarse no procede a identificarse los términos reclusos y
delincuente, como hacen por rigor quienes explotan a la población criminal no
institucionalizada de los datos extraídos de la población reclusa. Se olvida de la primera y que la
mera institucionalizada del infractor (proceso, sentencia, condena) condiciona decisivamente
todo diagnostico objetivo sobre su psiquismo, al potenciar eventualmente anomalías
preexistentes y crear, sin duda, otras nuevas. Por ello, en parte, no puedo sorprender
sobremanera los porcentajes de trastornos mentales que surgieron algunas investigaciones
carcelarias. Nada tiene de extraño, aunque precisamente por esta razón tampoco demuestren
nada, los elevados índices de oligofrénica halladazos en la misma suelen citarse como ejemplo
para diga matico al respecto.
Por otra parte, estas investigaciones sobre la población reclusa se han llevado a cabo sin el
contraste del correspondiente grupo de control; y carecemos, desde luego, de información fiable
respecto al impacto de unas y otra anomalías psíquicas en la población general. De modo que
no parece aventurara hasta que punto puede aguantas tales patologías una correlación especifica
con la conducta delictiva o con otros factores, pero no privativos a ella.
47
Así, SCHUESSLER y CRESSEY, en un informe de 1950 que evalúa los trabajos realizados
durante 25 años en los EE.UU. sobre la base de test objetivos de personalidad en delincuentes se
asocie a determinados rasgos de la personalidad, porque las diferencias observadas entre los dos
grupos carencia de relevancia necesariamente para fundamentar tal correlación estadística
Parecida es la tesis del matrimonio GLUECK, después de comparar dos grupos homogéneos de
500 delincuentes y no delincuentes, ponderando no solo aspectos cualitativos ni dinámicos de
las inteligencias, sino también la extensión y naturaleza de patologías psíquicas de acuerdo con
el test Rorschach. Las analogías entre los dos grupos fueron más acusadas que las diferencias.
Se compararon dos grupos homogéneos de criminales y no criminales, a menudo se halla
diferencias considerables en diversas escalas; sin embargo, el porcentaje medio de tales
diferencias no suelen ser significativo.
Por el contrario un conocido estudio de seguimiento de GUZE, GOODWIN Y CRANE,
publicado en 1969, encontró que la sociopatía, el alcoholismo y la drogodependencia son tres
datos solidamente unidos y asociados a la conducta delictiva.
En el momento de una valoración definitiva y conjunta de los materiales acumulados, parece
necesario excluir las dos tesis extremas. Ni se puede sostener que le delito sea consecuencia
directa de la enfermedad mental o trastornos psíquicos identificación arcaica hoy superada, ni
consta o cabe verificar los contrario: que le delincuente sea, desde un punto de vista psíquico tan
estable y normal como el resto de la población no criminal, e, incluso, el porcentaje de enfermos
mentales en la población carcelaria muy inferir al de tales tales patologías en la población
general. A caso procede reconocer con H. WILLIAMS que, salvo a excepciones determinadas,
la conexión de la enfermedad mental y el crimen es muy reducida. La sicopatología criminal,
por ello, a de esforzarse de poner en manifiesto tales correlacione con una metodología
diferenciadora no generalizadora. Y, en este sentido, tal vez solo pueda mantener en cierto
grado de certeza que cierto tipo de trastorno psíquico se hallan asociados significativamente con
ciertos tipos de comportamientos delictivos.
En tales términos se plantea, en efecto, el problema: no si “el” delincuente es una persona
“normal”, desde el punto de vista psíquico, o si “la” enfermedad mental influye o no en “el”
crimen; si no la conexión que puede existir entre “las” distintas patologías con sus muy diversas
modalidades y con concretas manifestaciones delictivas
Sabemos, sin duda, mucho mas sobre las enfermedades y trastornos mentales, desde un punto de
vista psicopatológico y clínico; pero no sabemos tanto sobre las relaciones especifica que puede
existir entre cada una de esta entidades y concretos comportamientos criminales.
Probablemente, porque, como apunta GOPPINGER, los progresos de las disciplinas medicas y
fines que se ocupan del hombre nos han permitido ampliar el saber sobre este, aportando una
multitud de conocimientos nuevos en torno a posibles proceso reguladores y conexiones
funcionales de su organismo; pero, al mismo tiempo, numerosas hipótesis hasta entonces
seguras e in controvertidas, quedaron relativizadas o desmentidas en virtud de ese mismo
progreso.
En todo caso, conviene reiterar una vez mas que la competencia de aquellas disciplinas
(psicopatológicas y psiquiatritas) se circunscriben a los proceso mentales patológicos, al
delincuente enfermo. Hipótesis que, según la comunes opino, debe entenderse estadísticamente
poco significativa si ponderamos el total de la población criminal. La sociedad tiene la
delincuente enfermo mas por impresibilidad propia del individuo sicótico que por las transen
decía o gravedad de sus actos, pero en términos cuantitativos, el delincuente sicótico representa
un porcentaje muy reducido de la población criminal total, muy inferior de lo que pudiera
parecerse. Ficciones estadísticas como la del delincuente medio, acaso carezcan hoy de especial
interés no obstante, i como punto de partida la experiencia parece demostrar que los infractores
de la ley son sorprendentemente normales, desde un punto de vista psíquico: el problema, a
menudo, consiste no en que determinados individuos se hallen mal compuesto inadaptados, sino
en que se encuentre bien dispuesto y adaptados a la vida y a los valores criminales.
48
El psicoanálisis-o, si prefiere, el llamado modelo psicodinámico, representa un puente o
instrumento de comunicación entre el enfoque psiquiátrico y el Psicológico.
En efecto nacido en el centro de la clínica y como terapia para ciertas dolencias psíquicas
concretas (Histeria y Neurosis) pronto se convirtió en una teoría general e incluso en mas que
una teoría modelo en una autentica cosmovisión. El análisis imaginativo de la estructura y
dinámica de la personalidad, del proceso de desarrollo de esta de sus conflictos y motivo
profundos, permitió a los psicoanalistas elaborar un vocabulario e instrumental muy valioso
para la propia comunicación mutua de psiquiatras y psicólogos.
Los primeros adoptaron las teorías psicoanalíticas construidas como la base de diversas clases
de desajustes conductuales.
Los psicólogos trataron de verificar experimentalmente procesos como los de represión y
regresión. Pero, sobre todo, a través del paralelismo establecido por el psicoanálisis entre el
crimen y la neurosis, pudo aquel construir un entramado teórico capaz de explicar el
comportamiento antisocial, por más que el crimen propiamente dicho no ocupara la atención de
Freud, lo cierto es, en cualquier caso, que las concepciones psicoanalíticas han ejercido una
poderosa influencia de criminología, probablemente muy superior al resto de teorías
psicológicas y psiquiatritas. Así como las relaciones del psicoanálisis y el derecho penal son,
desde siempre, poco cordiales y trágicos en enfrentamiento de lo primero con la justicia penal,
la criminología contemplo y sigue contemplando con interés la sugestiva hipótesis del
psicoanálisis, tanto en el plano etiológico – explicativo como en el terapéutico.
El psicoanálisis desde luego, no es ni pretendió serlo nunca una teoría de la criminalidad pero a
pesar de sus innegables limitaciones y carencias posee un gran atractivo. La coherencia interna
de sus cutas de abstracción y generalización, el propio discurso sicoanalítico, metafórico y
enigmático, Ho la apelación las fuerzas ocultas del inconciente y al pasado remoto del hombre
en el momento de explicar la parte irracionalidad del crimen, tal ves contribuyen la fascinación
que sus proposiciones despiertan.
49
los requerimientos a la conformidad (moralidad convencional) de la comunidad o entre los tres
niveles del psiquismo de aquel: el yo, el ello y súper- yo reprime en el inconsciente impulsos y
complejos del individuo. Estos retratan de aflorar al mundo consciente, venciendo el obstáculo
del censor que les retenía allí, de modo que todos los actos, incluidos de los delictivos, son
respuestas sustitutivas o comportamientos simbólicos que directa o indirectamente expresan la
realidad de inconsciente, las ideas, tendencia y sentimientos reprimidos
j) Particular interés (criminológicos).La no superación de este genera un complejo de
culpabilidad cuyo componente auto punitivo explica la comisión de muchos delitos. El
individuo delinque para ser castigado y aliviar el complejo de culpabilidad. Este no subsigue al
crimen: el precede y motiva
k) Desde un punto de vista terapéutica, el psicoanálisis pretende hacer consciente lo
inconsciente, de modo progresivo. De las diversas formas en que este puede desvelarse (actos
fallidos, sueños) utiliza clínicamente las pruebas proyectivas, el análisis de los sueños y la
técnica de los asociaciones libres. La acción curativa exige que el paciente traslade al analista
sentimientos y reacciones acordes con el modelo elegido.
a) Para Freud todo acto humano – el delictivo también-tiene un sustrato y connotación sexual
profunda. La libido constituye la energía vital primaria del hombre, motor y referencia obligada
a su comportamiento. Freud potencia significativamente el papel de los instintos .A juicio,
pugnan en el individuo dos instintos contrapuestos que polarizan su existencia: una fuerza
positiva, básicamente sexual, y una fuerza negativa, de destrucción, dicha teoría freudiana de
destructividad o agresividad innata del individuo, ofrece una sugestiva hipótesis explicativa de
determinadas manifestaciones delictivas.
b) Según Freud, la personalidad del individuo sigue una evolución paralela al del mismo
instinto sexual .Hasta el punto de que la libido se be localizado progresivamente en diversas
partes del ser humano haciendo de estas, durante cada fases, el centro de interés del hombre.
c) Pero la aportación mas significativa de Freud reside en la trascendencia que atribuye al
inconciente su famosa ``división topográfica del psiquismo (preconsciente, consiente,
inconciente), así como en el descubrimiento del aparato intrapsiquico y sus tres instancias- yo,
ello, súper-yo
El llamado aparato intrapsiquico o división dinámica de la personalidad, merece especial
consideración .Freud distingue tres instancias mentales: el ello, el yo, y el súper-yo.
d) Según Freud, el equilibrio de estas tres instancias asegura la estabilidad psíquica del
individuo; sus disfunciones, desajustes o fallo de sincronización y armonía, los diversos
procesos patológicos. Es lógico, por ello, que la teoría psicoanalítica utilice como una hipótesis
explicativa del delito la ausencia del súper-yo. El crimen seria consecuencia bien de un fracaso
en la interiorización de las normas y valores convencionales, bien de una mala estructuración
del “”yo””, incapaz de controlar las fuerzas instintivas del “”ello” y las exigencias sociales del
``súper-yo.
La estructura dinámica del psiquismo conduce al concepto de neurosis, fundamentalmente en al
teoría psicoanalítica; estoes la, ``afección psicógena cuyos síntomas son la expresión simbólica
de un conflicto psíquico que tiene sus raíces en la historia infantil del sujeto y constituyen
deseos en tres el deseo y la defensa.
Freud estableció un claro paralelismo entre neurosis y criminalidad, por entender que tanto el
comportamiento del neurótico como del delincuente responden aun mismo proceso, a claves
psicoanaliticamente afines .En ambos casos existe un conflicto mental profundo, la actuación
defensiva del ``yo” que reprime en el inconciente síntoma del neurótico como expresión del
fracaso de la expresión mediadora del ``yo´´ y de los equilibrios intrapsiquicos. No obstante,
según Freud, dos diferencias separan al neurótico del criminal en cuanto al nivel de
conciensación y desencadenamiento de la agresividad: en el neurótico hay algo secreto para su
propia conciencia, el en criminal su hecho es secreto para los demás; el criminal pasa a los
hechos, al acto; lo que el neurótico generalmente imagina pero no llega hacer.
50
9. Aportación A La Criminología De Otros Psicoanalistas:
51
10. Pensamiento Psicoanalítico Postfreudiano Heterodoxo O Revisionista: Entre los
psicoanalistas posfreudianos, heterodoxos tres merecen una mención destacada por cuanto
representan otras tantas “escuelas” o “suborientaciones”: ADLER (“psicología individual”),
JUMG (“psicología analítica”) y ERCKSON (“teoría del desarrollo psicosocial”).
52
tipologia psicológica, JUNG distingue entre “introvertidos” y “extrovertidos”,
clasificación básica muy utilizada desde entonces por las investigaciones sobre
psicopatía y reincidencia que ha conseguido más eco en la moderna psicología que las
propias tesis freudianas. De esta clasificación deduce JUNG una consecuencia: que los
rasgos histéricos son más probables en los extrovertidos que en los introvertidos,
mientras con los estados de ansiedad y neurosis obsesivo- compulsivas sucedería justo
lo contrario. Peor la aportación de la criminología original de JUNG reside en la idea
del inconsciente colectivo o conjunto de convivencia de la humanidad, acumulada a lo
largo de la historia a modo de legado cultural, que cada hombre revive en su persona y
se trasmiten por la herencia. JUNG concedió gran importación a este “deposito de la
experiencia ancestral” por entender que a lo largo de los siglos, acumula imágenes
generales y arquetipos, modelos culturales y pautas de conducta inconscientes peor
decisivos en la explicación de la conducta individual. La teoría del inconsciente
colectivo, al invocar la transmisión hereditaria de los arquetipos y vivencias culturales,
permiten a algún autor plantear si existe un “inconsciente colectivo criminal”, y si dicha
hipótesis coincide con la noción de “atavismo” esgrimida por la Scuola positiva. Tal ves
no falte razón a quienes creen ver el “inconsciente colectivo” una posible explicación a
las atrocidades históricas de pueblos que se dejaron arrastrar por “arquetipos –
imágenes” con funestas consecuencias por desgracia bastante conocidas. El
pensamiento de JUNG tiene por otra parte, puntos de coincidencias y de discrepancia
con el FREUD. Como buen heterodoxo, censura el excesivo énfasis que ponen los
freudianos en el instinto sexual. Aunque conserva el término “libido”, lo hace
privándole de la connotación sexual originaria. La libido- para JUNG – es una energía
vital que sirve de sustrato al instinto de auto conservación equivalente al “élan vital” de
Bergson. Sin embargo, se muestra como conciliador en cuanto a las técnicas
terapéuticas (por ejemplo a los delincuentes neuróticos), a pesar de que JUNG se ocupa
más del futuro que del pasado biográfico del individuo y ve en su situación presente la
clave de las neurosis.
c) Paradigmática es, también, la teoría del desarrollo psicosocial del “yo” de ERIKSON,
quien tiene en cuenta aspectos sociales y no solo intrapsiquicos o mentales en el
desarrollo evolutivo del individuo. ERIKSON distingue ocho etapas, en función de
otras tantas “adquisiciones psicosociales” definidas bipolarmente que el sujeto debe de
conseguir en cada una. Además, según ERIKSON, existen unas cualidades esenciales
básicas que permiten al individuo pasar de una fase a la siguiente. Cada etapa implica
un progresivo enriquecimiento del “yo”.
d) Por ultimo, E. FROMM, uno de los más prestigiosos teóricos sociales del pensamiento
psicoanalítico ha abordado problemas directamente relacionados con la conducta
anómala y antisocial. Dos de sus obras: “el medio a la libertad y “el psicoanalítico de la
sociedad contemporánea”, merecen especial consideración. FROMM plantea el
problema de la crisis de la civilización occidental, cuyas manifestaciones serían formas
colectivas de occidente es una libertad “de” ataduras tradicionales, pero no una libertad
“para”. El hombre de la moderna sociedad industrial se halla inmerso en una profunda
contradicción: por una parte se ha liberado de cadenas históricas que le esclavizaban,
peor de otra ha cobrado clara conciencia de sus limitaciones como persona y una
sensación de soledad moral que paradójicamente le incita el alinearse subordinando su
propia vida a poderes exteriores y superiores a él. El miedo a la libertad explica tales
mecanismos de defensa: el hombre se siente inseguro, angustiado y dependiente de la
aprobación ajena, es incapaz de amar y de usar la razón, incapaz de tomar decisiones,
en realidad, es incapaz de apreciar la vida añade FROMM. Y así esta pronto a
destruirlo todo y aún a destruirlo gustosamente.
53
11. Las Teorías Psicoanalíticas: Valoraciones Críticas
a) Una somera comparación de las tesis freudianas, neo o post freudianas y revisionistas,
pone de relieve que el cuerpo de doctrina del psicoanalista ha evolucionado
sensiblemente. Que no existe, en puridad, una teoría `psicoanalítica de la criminalidad,
sino diversas hipótesis. Es obvio, por ejemplo, que la moderna doctrina ha dado paso a
un nuevo lenguaje Psicodinámico. Así, el instinto primario de agresión, el triunfo de
“ello” o el complejo de culpa inconsciente de origen edípico, quedan relegados a un
segundo plano. El significado etiológico atribuido a ciertos conflictos intra psíquicos o
a traumas de la infancia ceden ante nuevas perspectivas: el proceso de aprendizaje del
niño, la interiorización de las normas y valores convencionales, los denominados
estados deficitarios criminógenos. En todo caso, cobra creciente interés el análisis de la
“psicología colectiva”: de la “sociedad sancionadora”.
54
e) El modelo psicoanalítico ha sido objeto de muy diversas criticas, fundamentalmente y
con razón en el ámbito metodológico, pero también en el terapéutico, político criminal,
etc. Como afirma RACHMAN; muchas de las tesis freudianas parecen no susceptibles
de oprativizacion científica, otras no han podido ser aún confirmadas de modo
convincente, las más, hacen referencia a hechos que encuentran una explicación
satisfactoria acudiendo a otras teorías psicológicas más acordes con el método de la
ciencia. El pan sexualismo que inspira toda la teoría de FREUD por ejemplo ha sido
abandonado por los neos freudianos (FROMM, SULLIVAN, ERIKSON. etc.) y desde
luego por los freudianos heterodoxos (ADLER, JUNG). Constituía sin duda el “talón de
Aquiles” del psicoanálisis. Desde una perspectiva político criminal. Las tesis
psicoanalíticas adolecen de una limitada practicidad. Esto es, resulta problemático
insertar la mismas en cualquier programa político criminal realista y eficaz de
prevención del delito. Mas aun si se repara en las característica de la terapia
psicoanalítica.
55
predictivo. Todo ello, sirviéndose de instrumentos objetivos de medición y
cuestionarios como el MMPI. Los rasgos y variables consideradas son
inmunerables (extroversión – introversión, locus de control, esperanza –
desesperanza, etc.) Se dará cuenta sólo de algunas formulaciones recientes.
13. Modelos Biológicos – Conductuales (Modelos De Condicionamiento Del Proceso
De Socialización)
EYSENCK, por ello, considera más efectivo el aprendizaje clásico por asociación de
estímulos que el instrumental. A su juicio, el denominado aprendizaje “instrumental” es
56
poco eficaz como mecanismo de disuasión contra el comportamiento criminal porque
la consecuencia aversiva (pena) que sigue a aquél se aplaza considerablemente
(imposición no inmediata, ni segura), con lo que se infringe una de las reglas
elementales de la efectividad del “condicionamiento operante” (esto es: el que se lleva
a cabo a través de las consecuencias de la propia conducta en el sujeto que la
realiza). La intimidación penal es mucho menos efectiva que el condicionamiento,
“clásico” (asociación del acto prohibido o estímulo condicionado con el estímulo
incondicionado o castigo), ya que el proceso de socialización forma y desarrolla en el
individuo una conciencia (reflejo condicionado) o respuesta autónoma estable,
duradera y sólida que actuará, en lo sucesivo, como poderosa instancia de control
interno de los actos no deseados sirviéndose de implacables agentes punitivos: los
sentimientos de ansiedad y culpa.
Los extravertidos exhiben bajos niveles de activación cortical, son más rápidos
en el desarrollo de la inhibición reactiva y disipan ésta más lentamente. Por ello, los
extravertidos en rapidez e intensidad. Y la predicción apunta a más elevados índices
de conductas criminales en los extrovertidos.
Para EYSENCK, pues, el obvio que existe una relación inequívoca entre
comportamiento delictivo y puntuaciones elevadas en extraversión, neuroticismo y
psicoticismo, “prescindiendo de las grandes diferencias políticas, sociales y culturales
entre los diversos Países”
57
mantenga una disciplina adecuada: suficiente para asegurar el condicionamiento
necesario y no tan severa como para generar procesos neuróticos en el educando.
Esta sugestiva hipótesis, propugnada entre nosotros por Pérez Sánchez, parte
de una revisión crítica de la teoría de la criminalidad de EYSENCK.
En efecto continúa Pérez Sánchez el hecho de que tanto la variable “P” psicoticismo,
como la variable “E” extraversión, guarden una estrecha relación con la conducta
antisocial según demuestran numerosas investigaciones (no así la variable “N”,
siempre en el modelo de EYSENCK) sugiere la búsqueda de los que puedan tener en
común uno y otro rasgo de la personalidad. Pérez Sánchez llega a la conclusión de
que la “necesidad de estimulación” es el dato común que explica la relación de las
variables “E” y “P”, con la delincuencia: una acusada necesidad de estimulación sería
elemento esencial en la génesis de la conducta antisocial.
Según esto, las personas con gran necesidad de estimulación para conseguir
un rendimiento óptimo (debido a un bajo nivel de activación cortical, probablemente)
sería las más propensas a la conductas antisociales que impliquen estimulación, Por
ello siempre a juicio de Pérez Sánchez se ha podido detectar en todo tipo de
personalidades antisociales (tanto en psicópatas, como en drogadictos o en individuos
considerados normales) una significativa necesidad de estimulación. Necesidad, por
otra parte, más acusada en el varón que en la mujer.
Ahora bien, mientras unos autores, como García Sevilla estiman que la
necesidad de estimulación es una consecuencia de la baja sensibilidad al castigo,
otros relacionan ambas invocando la hipótesis de la activación cortical.
58
En todo caso, existirá una relación inversa entre mayor o menor activación
cortical y mayor o menor necesidad de estimulación. Esto es: un bajo nivel de arousal
conlleva una elevada necesidad de estimulación. De acuerdo con esta hipótesis, pues
las personas con bajo arousal son menos sensibles al estímulo aversivo, de modo que
el castigo produce un menor impacto disuasorio en las mismas.
c) El modelo de Trasler.
Según TRASLER, tal fracaso del condicionamiento puede producirse bien por
la inadecuación de las técnicas de entrenamiento aplicadas, bien por la inadecuación
de las técnicas de entrenamiento aplicadas, bien por la pobre condicionabilidad del
individuo o la interferencia de factores exógenos que perturban la eficacia de aquél.
Dos son, por tanto los parámetros básicos en el modelo de TRASLER: los que
determinan la condicionabilidad diferencial del individuo a los entrenamientos en
evitación de la conducta criminal y los que caracterizan o especifican el propio proceso
de socialización, al decidir la eficacia del entrenamiento y los valores que se trasmiten
al individuo a través de los mismos.
Por otra parte, TRASLER confiere mayor importancia que EYSENCK a las
variables sociales, como el status socioeconómico relacionado con el riesgo de
exposición a modelos criminales, por cuanto, a su juicio, tales variables se proyectan
en la educación impartida a los miembros de las respectivas clases sociales.
59
En cuanto a la opción, prevencionista de JEFFERY y su certera crítica a los sistemas
legales represivos basados en la idea del intimación y a la trascendencia que asignan
al factor ambiental – físico como ámbito adecuado para llevar a cabo con éxito el
control de la criminalidad, baste con una remisión a lo ya expuesto en un capítulo
anterior.
La teoría del aprendizaje social es la variante del conductismo más próxima a las
teorías sociológicas del aprendizaje por transmisión cultural o asociación diferencial.
Su premisa es que la adquisición de pautas y modelos criminales se lleva a cabo a
través de un proceso de aprendizaje evolutivo que descansa en la observación y en la
imitación del comportamiento criminal de otros (aprendizaje vicario, observacional o
proceso de modelado).
Pero, como modelo teórico, el del aprendizaje social trasciende el ámbito estricto de la
criminalidad violenta. Con el mismo trata de explicarse, también, el proceso de
adquisición de normas de conducta en general, de juicios y valores, y el desarrollo del
autocontrol, esto es, la capacidad de tolerar la demora de una recompensa, de
posponer recompensas inmediatas a favor de metas y objetivos a medio y largo plazo
de trazarse auto – recompensas y castigos.
60
mantenimiento o perpetuación de la conducta infractora; las variables de aprendizaje
son los factores criminógenos por excelencia, interactúan con los anteriores y
despliegan su acción tanto en el momento adquisitivo del modelo criminal como en el
de ejecución de la conducta infractora y mantenimiento del estatus criminal.
a) La Psicología de la Gestalt.
61
2) Mayor interés tiene para la teoría de la criminalidad la formulación de
KOHLBERT, quien comparte la premisa básica de la concepción cognitiva, esto es,
que la forma en que una persona organiza sus razonamientos en torno a las leyes y
normas genera patrones de conducta eventualmente delictivos. Partiendo de la tesis
de PIAGET, mantiene KOHLBRT la existencia de seis estadios en el proceso de
formación del razonamiento moral del individuo, durante los cuales se perfilan sus
decisiones y juicios sobre el concepto de lo justo y lo injusto de distinta manera.
62
17. Teorías Psicológicas De La Criminalidad: Valoración Final
63
Conclusiones
3. Tipologías Caracterológicas:
⇒ Nervioso ( emotivo-inactivo-primario)
⇒ Sentimental ( emotivo-inactivo-secundario)
⇒ Colérico ( emotivo-activo-primario)
⇒ Apasionado ( emotivo-activo-secundario)
⇒ Sanguíneo ( no emotivo-activo-primario)
⇒ Flemático ( no emotivo-activo-secundario)
⇒ Amorfo ( no emotivo-inactivo-primario)
⇒ Apático ( no emotivo-inactivo-secundario)
6. El autor nos trata de explicar las influencias que desde el crecimiento que nos va
formando y nos va haciendo más propensos a cometer delitos.
9. Los diversos trastornos y disfunciones del comportamiento sexual, si bien tienen una
concomitancia fisiológica, no dejan de ser condicionados también por diversos procesos
psicosociales
10. Disfunciones Sexuales: Incluye conductas que no constituyen desviaciones, sino más
bien alteraciones que dificultan su expresión fisiológica “normal” por razones
64
psicológicas o psico – biológicas, tales como la aversión sexual, frigidez, vaginismo,
etc.
14. El modelo Psicoanalítico distingue tres instancias mentales: El ellos, el yo y el súper yo,
el correcto equilibro de estas aseguran la estabilidad psíquica del individuo.
15. El Psicoanálisis ha contribuido de forma decisiva a una mejor comprensión del hombre
sano o enfermo en los mecanismos no consecuentes que subyacen a su conducta.
16. El conductismo supuso un rotundo desplazamiento del análisis causal de las respuestas
humanas del ámbito de las motivaciones internas.
65
Bibliografía
66
Índice
Dedicatoria 2
Presentación 3
Tendencias Psicocriminológicas
67
3.8. Retraso Mental y Delito 42
4. Explicaciones Psicopáticas (Psiquiatritas) Del Delito 43
5. Fundamentos Psicopatológicos De La Conducta Delictiva 44
6. El modelo Psicodinámico y su función Mediadora 48
7. Postulados Del Modelo Psicoanalítico 49
8. El Pensamiento De S.Freud (1856-1939) 50
9. Aportación A La Criminología De Otros Psicoanalistas 51
10. Pensamiento Psicoanalítico Postfreudiano Heterodoxo O Revisionista 51
11. Las Teorías Psicoanalíticas: Valoraciones Críticas 54
12. Los Modelos Psicologicistas 55
13. Modelos Biológicos – Conductuales (Modelos De Condicionamiento Del Proceso De
Socialización) 56
14. Modelos Socio conductuales: El Aprendizaje “Social” 60
15. Teoría Cognitiva Del Desarrollo Moral (Variables Cognitivas) 61
16. Análisis Factorialista: “Rasgos” De La Personalidad 62
17. Teorías Psicológicas De La Criminalidad: Valoración Final 63
Conclusiones 64
Bibliografía 66
68