Cuento S
Cuento S
Cuento S
generosidad
La desaparicin de los
Luckys
Hace mucho tiempo, en el pas de las Gominolas Mgicas, existan unos pequeos seres de
colores llamados luckys. Eran redondos, peludos y suaves, y muy divertidos y cariosos.
Nacan de las flores ms bellas, y eran una constante fuente de buena suerte para quienes
estaban cerca. Por eso todas las personas se hacan acompaar por su propio grupo de
luckys. Y competan por convertirlos en sus amigos ofrecindoles juguetes, golosinas y
toda clase de regalos.
Bueno, todas menos Violeta, una nia que nunca quiso conseguir sus luckys con regalos.
Ella prefera tratarlos como verdaderos amigos, y se esforzaba en darles mucho cario,
hacerles favores, hablar con ellos y preocuparse por sus cosas... en resumen, necesitaba
tanto tiempo para conseguir y cuidar a cada uno de sus peludos amiguitos, que era con
diferencia la persona con menos luckys.
Cierto da corri la noticia de que bajo las cataratas de miel vivan miles de luckys sin
dueo, y la gente junt regalos y golosinas para viajar hasta all en busca de ms buena
suerte. Violeta era muy feliz con los luckys que tena y no pensaba hacer el viaje, pero
cuando vio que se quedaba sola, le pudo la curiosidad y tambin emprendi el camino con
alegra.
Pero cuando lleg a las cataratas slo encontr personas tristes y solitarias, sentadas junto a
sus montones de regalos y golosinas. No haba rastro de los luckys.
- Ten cuidado, la catarata se ha tragado todos nuestros luckys- le advirti una mujer. - Se
abre y los absorbe en un instante Vete antes de que sea tarde!
Pero ya era tarde. Las cataratas se abrieron y cerraron con gran ruido. Sin embargo, al mirar
a su alrededor, buscando a sus luckys, no faltaba ninguno de sus queridos amigos.
- No se los ha tragado - decan todos sin crerselo, formando un corro alrededor.
Antes de que pudieran hablar mucho ms, las cataratas volvieron a abrirse. Esta vez se
mantuvieron abiertas por ms tiempo, y permitieron ver en su interior a todos los luckys
felices y contentos rodeados de los mayores y mejores regalos que se pudieran imaginar.
Cuando las aguas se cerraron, los luckys de Violeta seguan junto a ella.
Finalmente, las aguas se abrieron una tercera vez, mantenindose abiertas, y un hombre de
aspecto raro y divertido habl a los luckys con dulce voz.
- Venid conmigo, pequeos luckys. Aqu tendris ms y mejores cosas de lo que nunca
podis imaginar Seremos grandes amigos!
La propuesta era tan tentadora que Violeta dijo:
- Podis ir con l si queris, chicos. Este sitio tiene una pinta estupenda. No me extraa que
les haya gustado a los dems luckys.
Pero ni uno slo de sus luckys se separ de ella. Se abrazaban tanto a su amiguita, que
nadie dud de que para aquellos pequeos lo verdaderamente estupendo era estar con la
nia.
-Voy a recuperar a mis luckys! - dijo entonces un nio, dirigindose a la cascada.
Aquel nio fue el primero en decirlo, pero todos conocan las locuras de Violeta con los
luckys, y supieron en seguida lo que tenan que hacer para recuperarlos. Y uno a uno fueron
entrando bajo la cascada para dar a sus luckys el cario, la atencin y la generosidad que
los hiciera verdaderos amigos suyos, y no de los regalos que solan hacerles.
Dos duendes y dos deseos
Elementos principales
Children Stories
Idea y enseanza principal Ambientacin Personajes
Hay que pensar las cosas antes de hacerlas
impulsivamente para evitar consecuencias
imprevistas y dolorosas
Hace mucho, mucho tiempo,
en una tierra de seres mgicos
Dos duendes y
un hada
Cuento
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La desaparicin de los Luckys
Hubo una vez, hace mucho, muchsimo tiempo, tanto que ni siquiera el existan el da y la
noche, y en la tierra slo vivan criaturas mgicas y extraas, dos pequeos duendes que
soaban con saltar tan alto, que pudieran llegar a atrapar las nubes.
Un da, la Gran Hada de los Cielos los descubri saltando una y otra vez, en un juego intil
y divertido a la vez, tratando de atrapar unas ligeras nubes que pasaban a gran velocidad.
Tanto le divirti aquel juego, y tanto se rio, que decidi regalar un don mgico a cada uno.
- Qu es lo que ms desearas en la vida? Slo una cosa, no puedo darte ms - pregunt al
que pareca ms inquieto.
El duende, emocionado por hablar con una de las Grandes Hadas, y ansioso por recibir su
deseo, respondi al momento.
- Saltar! Quiero saltar por encima de las montaas! Por encima de las nubes y el viento, y
ms all del sol!
- Seguro? - dijo el hada - No quieres ninguna otra cosa?
El duendecillo, impaciente, cont los aos que haba pasado soando con aquel don, y
asegur que nada podra hacerle ms feliz. El Hada, convencida, sopl sobre el duende y, al
instante, ste salt tan alto que en unos momentos atraves las nubes, luego sigui hacia el
sol, y finalmente dejaron de verlo camino de las estrellas.
El Hada, entonces, se dirigi al otro duende.
- Y t?, qu es lo que ms quieres?
El segundo duende, de aspecto algo ms tranquilo que el primero, se qued pensativo. Se
rasc la barbilla, se estir las orejas, mir al cielo, mir al suelo, volvi a mirar al cielo, se
tap los ojos, se acerc una mano a la oreja, volvi a mirar al suelo, puso un gesto triste, y
finalmente respondi:
- Quiero poder atrapar cualquier cosa, sobre todo para sujetar a mi amigo. Se va a matar del
golpe cuando caiga.
En ese momento, comenzaron a or un ruido, como un gritito en la lejana, que se fue
acercando y acercando, sonando cada vez ms alto, hasta que pudieron distinguir
claramente la cara horrorizada del primer duende ante lo que iba a ser el tortazo ms grande
de la historia. Pero el hada sopl sobre el segundo duende, y ste pudo atraparlo y salvarle
la vida.
Con el corazn casi fuera del pecho y los ojos llenos de lgrimas, el primer duende lament
haber sido tan impulsivo, y abraz a su buen amigo, quien por haber pensado un poco antes
de pedir su propio deseo, se vio obligado a malgastarlo con l. Y agradecido por su
generosidad, el duende saltarn se ofreci a intercambiar los dones, guardando para s el
intil don de atrapar duendes, y cediendo a su compaero la habilidad de saltar sobre las
nubes. Pero el segundo duende, que saba cunto deseaba su amigo aquel don, decidi que
lo compartiran por turnos. As, sucesivamente, uno saltara y el otro tendra que atraparlo,
y ambos seran igual de felices.
El hada, conmovida por el compaerismo y la amistad de los dos duendes, regal a cada
uno los ms bellos objetos que decoraban sus cielos: el sol y la luna. Desde entonces, el
duende que recibi el sol salta feliz cada maana, luciendo ante el mundo su regalo. Y
cuando tras todo un da cae a tierra, su amigo evita el golpe, y se prepara para dar su salto,
en el que mostrar orgulloso la luz de la luna durante toda la noche.