El documento discute el debate sobre si Internet conduce a comunidades virtuales o a una sociedad en red. Argumenta que las limitaciones iniciales de este debate se están disipando a medida que hay más investigación empírica. Explica que la mayoría de los usos de Internet son instrumentales y relacionados con el trabajo, la familia y la vida cotidiana, no con identidades simuladas o aislamiento social. Concluye que Internet es una extensión de la vida real y que las interacciones en línea generalmente reflejan las identidades y relaciones fuera de línea.
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El documento discute el debate sobre si Internet conduce a comunidades virtuales o a una sociedad en red. Argumenta que las limitaciones iniciales de este debate se están disipando a medida que hay más investigación empírica. Explica que la mayoría de los usos de Internet son instrumentales y relacionados con el trabajo, la familia y la vida cotidiana, no con identidades simuladas o aislamiento social. Concluye que Internet es una extensión de la vida real y que las interacciones en línea generalmente reflejan las identidades y relaciones fuera de línea.
El documento discute el debate sobre si Internet conduce a comunidades virtuales o a una sociedad en red. Argumenta que las limitaciones iniciales de este debate se están disipando a medida que hay más investigación empírica. Explica que la mayoría de los usos de Internet son instrumentales y relacionados con el trabajo, la familia y la vida cotidiana, no con identidades simuladas o aislamiento social. Concluye que Internet es una extensión de la vida real y que las interacciones en línea generalmente reflejan las identidades y relaciones fuera de línea.
El documento discute el debate sobre si Internet conduce a comunidades virtuales o a una sociedad en red. Argumenta que las limitaciones iniciales de este debate se están disipando a medida que hay más investigación empírica. Explica que la mayoría de los usos de Internet son instrumentales y relacionados con el trabajo, la familia y la vida cotidiana, no con identidades simuladas o aislamiento social. Concluye que Internet es una extensión de la vida real y que las interacciones en línea generalmente reflejan las identidades y relaciones fuera de línea.
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Comunidades virtuales o sociedad red?
Manuel Castells *
La aparicin de Internet como nuevo medio de comunicacin ha generado una fuerte controversia sobre el surgimiento de nuevos patrones de interaccin social. Por un lado, la formacin de comunidades virtuales, basadas principalmente en la comunicacin on line se ha interpretado como la culminacin de un proceso histrico de disociacin entre localidad y sociabilidad en la formacin de la comunidad: nuevos y selectivos modelos de relaciones sociales sustituyen a formas de interaccin humana limitadas territorialmente. Por otro lado, los crticos de Internet y los reportajes de los medios de comunicacin, basndose a veces en estudios realizados por investigadores acadmicos, defienden la idea de que la expansin de Internet est conduciendo hacia un aislamiento social y una ruptura de la comunicacin social y la vida familiar, porque los individuos se refugian en el anonimato y practican una sociabilidad aleatoria, abandonando la interaccin personal cara a cara en espacios reales. Es ms, se est prestando mucha atencin a los intercambios sociales basados en identidades simuladas y en los juegos de rol. Por tanto, se ha acusado a Internet de incitar gradualmente a la gente a vivir sus propias fantasas on line y huir del mundo real, en una cultura cada vez ms dominada por la realidad virtual.
Pero este debate, bastante estril de por s, adolece de tres grandes limitaciones. En primer lugar, su origen es anterior a la difusin generalizada de Internet, por lo que sus afirmaciones se basaron en principio en unas pocas experiencias de los primeros usuarios de Internet, con lo que se ampliaba la distancia social entre los usuarios de Internet y la sociedad en su conjunto. En segundo lugar, se llev a cabo en ausencia de un verdadero corpus de investigacin emprica sobre los usos reales de Internet. En tercer lugar, gira en tomo a una serie de preguntas bastante simplistas y engaosas en ltimo trmino, tales como la oposicin ideolgica entre la comunidad local armoniosa de un pasado idealizado y la alienada existencia del solitario internauta. En la actualidad, esas limitaciones se estn disipando, por lo que deberamos ser capaces de calibrar los patrones de sociabilidad que surgen de la verdadera prctica de Internet, por lo menos en las sociedades desarrolladas,
* En: Castells, Manuel La galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresas y sociedad. Captulo 4: Plaza y Jans, Barcelona, 2001.
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donde se ha producido ya una difusin masiva de Internet. Aunque el volumen de investigaciones acadmicas sobre este tema sigue sin estar a la altura de su importancia, actualmente contamos con los suficientes datos y anlisis para basar nuestra interpretacin sobre fundamentos menos resbaladizos que los de la futurologa o el periodismo popular. El caso es que el tipo de preguntas que destacan en el debate pblico sigue centrado en unas dicotomas simplistas e ideolgicas que dificultan la comprensin de los nuevos modelos de interaccin social. As pues, proceder con cautela en la elaboracin del argumento que vaya presentar en este captulo, disipando de entrada algunos errores habituales respecto al comportamiento social asociado con la comunicacin en Internet, ordenando posteriormente la informacin que conocemos sobre este tema y tratando, finalmente, de sacar conclusiones de estos conocimientos para proponer unas cuantas hiptesis sobre los esquemas de sociabilidad que estn surgiendo en nuestras sociedades.
Para hacerla me basar en los esfuerzos realizados por varios acadmicos en su empeo por sintetizar e interpretar los datos disponibles sobre la relacin entre Internet y la sociedad. En la elaboracin de mis reflexiones me han resultado especialmente tiles los trabajos de Barry Wellman y sus colegas, la resea de los estudios sobre comunidades virtuales de Steve Jones y la rigurosa recensin de los estudios sociolgicos sobre Internet realizada por DiMaggio, Hargittai, Neuman y Robinson (2001). El resto de las fuentes utilizadas y comentadas en este captulo aparecen en los enlaces de lectura.
La realidad social de la virtualidad de Internet
Para empezar, los usos de Internet son fundamentalmente instrumentales y estn estrechamente relacionados con el trabajo, la familia y la vida cotidiana de los usuarios. El correo electrnico (e-mail) representa ms del 85 % del uso de Internet, y la mayor parte de este volumen de correo electrnico est relacionado con el trabajo, con tareas especficas y con las relaciones entre familiares y amigos en la vida real (Howard, Rainie, Jones, 2001; Anderson y Tracey, 2001; Tracey y Anderson, 2001). Si bien los chat rooms, los grupos de noticias y las conferencias Internet multiuso resultaron significativas para los primeros usuarios de Internet, su importancia cuantitativa y cualitativa se redujo con la difusin de Internet a gran escala. La actividad social en toda su diversidad se ha apropiado de Internet, aunque esta apropiacin tiene efectos especficos sobre dicha actividad social, como explicar ms adelante. Los juegos de rol y la construccin de la identidad como base de la interaccin on line constituyen una porcin muy reducida de la sociabilidad basada en Internet, y es un tipo de actividad que tiende a concentrarse especialmente en crculos adolescentes. En efecto, los adolescentes son personas que se encuentran en un proceso
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de descubrimiento de la identidad y experimentacin con la misma, o de averiguar quines son realmente o quin les gustara ser, lo cual abre un fascinante campo de investigacin para comprender la construccin de la identidad y la experimentacin. Sin embargo, la proliferacin de estudios sobre esta cuestin ha hecho que se perciba a Internet como un terreno privilegiado para la prctica de las fantasas personales, cuando en realidad casi nunca lo es. Internet es una extensin de la vida tal como es, en todas sus dimensiones y modalidades. Es ms, incluso en los juegos de rol y en los chat rooms informales, las vidas reales (incluidas las vidas reales on line) son las que determinan, definen, el modelo de interaccin on line. As, Sherry Trukle, pionera en los estudios sobre construccin de la identidad en Internet, concluye su clsico estudio indicando que la nocin de lo real se rebela. La gente que vive vidas paralelas en la pantalla est en cualquier caso limitada por los deseos, el sufrimiento y la mortalidad de sus seres fsicos. Las comunidades virtuales nos presentan un dramtico nuevo contexto en el que pensar sobre la identidad humana en la era de Internet (1995: 267). En la misma lnea, Nancy Bayrn, en su estudio sobre el comportamiento de las comunidades on line realizado sobre la base de su estudio etnogrfico de r.a.t.s. (un grupo de noticias dedicado a las telenovelas) afirma que la realidad parece indicar que muchos, probablemente la mayora de los usuarios sociales de la comunicacin mediante ordenador, crean sus propias identidades on line coherentes con sus identidades off line (Baym, 1998: 55). En pocas palabras, los juegos de rol son una experiencia social interesante pero que actualmente no representa una porcin significativa de la interaccin social en Internet.
Las primeras etapas de los usos de Internet en los aos ochenta se presentaron como el advenimiento de una nueva era de la comunicacin libre y la realizacin personal en las comunidades virtuales construidas en tomo a la comunicacin mediante ordenador. Afirmaciones tales como la de John Perry Barlow, cofundador de la Fundacin de la Frontera Electrnica (Electronic Frontier Foundation) de carcter libertario, son representativas de esta veta proftica: Estamos creando un espacio en el que las personas de este planeta puedan mantener [una nueva] clase de relacin comunicativa: quiero ser capaz de interactuar plenamente con la conciencia que est tratando de comunicarse conmigo (Barlow, 1995: 40). El influyente libro de Howard Rheingold, Virtual Communities ( 1993- 2000) [versin castellana: Comunidad virtual, una sociedad sin fronteras], estableci el tono del debate en tomo a esta cuestin al defender enrgicamente el nacimiento de un nuevo tipo de comunidad, que reunira a la gente on line en tomo a una serie de valores e intereses compartidos, creando unos lazos de apoyo Y amistad que podran a su vez extenderse a la interaccin cara a cara. Lo que se prometa era la sociabilidad ilimitada. La experiencia de WELL, una comunidad virtual que surgi a mediados de los ochenta en el rea de la Baha
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de San Francisco, con la participacin de figuras clave de los inicios de la cultura Internet, tales como Stuart Brand, Larry Brilliant y Howard Rheingold, pareca responder a dicho modelo. Sin embargo, a medida que Internet se fue difundiendo por el conjunto de la sociedad, sus efectos sobre la sociabilidad se hicieron menos espectaculares. Incluso WELL experiment una considerable transformacin a lo largo de los aos, a medida que las presiones de la comercializacin y los subsiguientes cambios de dueo iban transformando su identidad y su composicin social, como demuestra el estudio realizado por Zhou (2000).
Frente a las afirmaciones de que Internet es una fuente de comunidad renovada o, al contrario, de que constituye una causa de alienacin y escape del mundo real, parece ser que la interaccin social en la red, en general, no tiene un efecto directo sobre la configuracin de la vida cotidiana, ms all de aadir la interaccin on line a las relaciones sociales previamente existentes. As, Karina Tracey, refirindose a una importante encuesta longitudinal sobre los usos de Internet en los hogares del Reino Unido, llevada a cabo por British Telecom, no observa una diferencia demasiado grande entre los usuarios y los no usuarios de Internet en cuanto a su comportamiento social y su vida cotidiana, una vez aplicados los controles correspondientes para las variables sociales y demogrficas (Tracey, 2000). Anderson et al. (1999), al analizar los datos del mismo estudio de BT, encontraron que la comunicacin por ordenador y la comunicacin telefnica son complementarias, particularmente en los contactos con amigos, si bien los usuarios de ordenador suelen tener menos contactos personales con sus familiares que los no usuarios. Los investigadores atribuyen estas diferencias a la procedencia social: las personas con un estatus social superior suelen tener ms amigos, ms diversos y que viven a mayor distancia, por lo que el correo electrnico se convierte en un buen instrumento para
Mantenerse en contacto con esta amplia red de amistades personales. Por otro lado, la gente procedente de las clases bajas tiende a mantener un contacto ms habitual con familiares y vecinos, por lo que tiene menos necesidad de comunicarse a grandes dis- tancias. Sintetizando los datos de su estudio, realizado sobre 2.600 personas residentes en 1.000 hogares del Reino Unido, Anderson y Tracey llegaron a la conclusin de que no hay ninguna evidencia en estos datos que indique que las personas que actualmente tienen acceso a Internet en el domicilio y hacen uso de l, pasen menos tiempo viendo la televisin, leyendo libros, escuchando la radio o dedicados a alguna actividad social en el hogar, que los individuos que no tienen (o ya no tienen) acceso a Internet en su casa. El nico cambio experimentado por la gente que tiene acceso a Internet desde su domicilio es un aumento del tiempo dedicado a escribir mensajes electrnicos y navegar por la red -un resultado obvio-. Por otro lado, los nicos cambios asociados a la prdida del acceso a
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Internet se manifiestan en pasar menos tiempo cocinando o estn relacionados con cambios en las circunstancias educativas y en el empleo remunerado a domicilio (2001: 16).
En Estados Unidos, Katz, Rice y Aspden (2001) analizaron la relacin entre el uso de Internet, la participacin ciudadana y la interaccin social, basndose en una serie de sondeos telefnicos a escala nacional llevados a cabo en 1995, 1996, 1997 Y 2000. Encontraron que el nivel de participacin poltica y relacin social entre los usuarios de Internet era igual o superior al de los no usuarios. A su vez, constataron que exista una correlacin positiva entre el uso de Internet y la frecuencia de las llamadas telefnicas, as como con un mayor grado de interaccin social entre los usuarios. Los usuarios de Internet tendan ms que los no usuarios a reunirse con amigos y a mantener relaciones sociales fuera de casa, aunque sus redes de interaccin estaban ms dispersas espacialmente que las de los no usuarios. Tanto en el caso de los usuarios veteranos como en el de los recientes, su actividad on line no afectaba demasiado a la cantidad de tiempo dedicado a la familia y los amigos. Una dcima parte de los usuarios de Internet hicieron nuevos amigos on line y participaron activamente en las comunidades on line.
La investigacin de Howard, Rainie y Jones (2001), basada en una encuesta realizada en el ao 2000 sobre una muestra representativa de la poblacin estadounidense en el marco del Internet and American Life Project del Pew Institute, aporta conclusiones en la misma lnea: el uso del correo electrnico contribuye al incremento de las relaciones sociales con familiares y amigos y extiende los contactos sociales en general, despus de controlar otras posibles variables. Otra encuesta llevada a cabo por Uslaner (1999) encontr que los usuarios de Internet suelen tener una red de relaciones sociales ms amplia que los no usuarios.
En su importante obra sobre la disminucin del grado de participacin social en Estados Unidos, Robert Putnam hace la siguiente afirmacin: Sabemos tambin que los primeros usuarios de tecnologa de Internet no eran ni ms ni menos socialmente participativos que los dems. Para el ao 1999, tres estudios independientes (incluyendo el mo) confirmaron que, despus de controlar [los efectos de] el alto nivel educativo de los usuarios de Internet, estos no se diferencian en absoluto de los no usuarios en cuanto a su nivel de participacin social (2000: 170).
Si acaso, Internet parece tener un efecto positivo en la interaccin social y tiende a aumentar el grado de exposicin a otras fuentes de informacin. Di Maggio y otros (2001) informan sobre los resultados de diversas encuestas de participacin pblica que indican
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que los usuarios de Internet (una vez controladas otras variables) leen ms literatura, asisten a ms acontecimientos artsticos, van ms al cine, asisten a ms espectculos deportivos y hacen ms deporte que los no usuarios. En el mismo sentido, segn una encuesta sobre una muestra de estadounidenses a escala nacional, llevada a cabo por un equipo de investigadores de la UCLA y publicada on line en octubre de 2000, dos tercios de los 2.096 encuestados haban estado conectados a Internet en algn momento durante el ao anterior. De estos, el 75 % declararon que no se sentan ignorados por su familia o amigos como consecuencia de su actividad en Internet. Por el contrario, afirmaron que el uso de correo electrnico, sitios web y chat rooms haba tenido una influencia moderadamente positiva en su capacidad para hacer amigos y comunicarse con sus familias (Cole et al., 2000).
Es ms, Barry Wellman y sus colegas han demostrado en una serie de estudios realizados durante el ltimo lustro un efecto positivo y acumulativo entre la intensidad de los usos de Internet y la densidad de las relaciones sociales. Quiz las conclusiones ms significativas sean las presentadas por el equipo de Wellman sobre la base de 40.000 usuarios en Norteamrica, llevada a cabo a travs de la pgina web de National Geographic en el otoo de 1998.
Segn los resultados de este estudio, el uso del correo electrnico se aade a la interaccin cara a cara, telefnica o por correspondencia y no sustituye a otras formas de interaccin social. Los impactos positivos del uso del correo electrnico sobre la sociabilidad son ms importantes para la interaccin con los amigos que con los familiares y cobran una especial relevancia para la comunicacin con amigos o con familiares que residen lejos. Las personas con un nivel educativo ms alto parecen ms inclinados a comunicarse a larga distancia por correo electrnico con sus amigos que los dems. Los usuarios ms jvenes tienden a comunicarse por correo electrnico, especialmente con los amigos, mientras que los usuarios de mayor edad dan preferencia a las relaciones familiares en su uso del e-mail. Dichos esquemas de sociabilidad eran similares tanto en hombres como en mujeres.
Abundando en esta perspectiva de investigacin, Hampton y Wellman realizaron un estudio ejemplar en 1998-1999 sobre una urbanizacin residencial con el sistema de comunicacin electrnica ms moderno de Canad. Netville es una urbanizacin de Toronto que se anunci como la primera comunidad residencial interactiva. Se le ofreci acceso de banda ancha a 120 propietarios (de clase media baja) y conexin gratis a Internet las 24 horas del da durante los dos primeros aos a cambio de que aceptasen ser objeto de un estudio. El 65 % de las familias aceptaron el trato, permitiendo no slo que se les observase
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sino que se les comparase con los residentes de este mismo barrio que 11 tenan acceso a Internet. Se descubri que los residentes de Netville que eran usuarios de Internet tenan ms lazos sociales fuertes, ms lazos sociales dbiles y ms relaciones con conocidos dentro y fuera del barrio que los que no lo eran. El uso de Internet potenciaba la sociabilidad, tanto a distancia como en el entorno de la comunidad local. La gente estaba ms al da de las noticias locales gracias al sistema de correo electrnico de la comunidad que serva como vehculo de comunicacin entre vecinos. El uso de Internet reforzaba las relaciones sociales, tanto en la distancia como a nivel local, para los lazos fuertes y para los dbiles, para los fines instrumentales o emocionales, as como para la participacin social en la comunidad. De hecho, los usuarios de Internet se movilizaron al final del perodo de prueba para conseguir ampliar sus conexiones y utilizaron la lista de correo de la comunidad para coordinar dicha movilizacin. En general, podemos afirmar que en el experimento Netville se daba un efecto de realimentacin (feedback) positivo entre la sociabilidad on line y off line, en el que el uso de Internet serva para potenciar y mantener el compromiso social para la mayor parte de los usuarios. Riemens informa sobre un experimento similar de comunidad cableada en Holanda, que condujo a su vez a la movilizacin de los usuarios que pedan un nivel de conectividad mayor del que KPN, el Proveedor de Servicios de Internet, poda proporcionar (Riemens, 2001).
Existen, sin embargo, algunos informes divergentes sobre los efectos del uso de Internet en la sociabilidad. En Estados Unidos suelen citarse dos estudios de panel como prueba del efecto de aislamiento que provoca Internet. Se trata de la encuesta on line sobre 4.000 usuarios de Internet, dirigida por Nie y Erdring (2000) y el celebre estudio sobre Pittsburgh, dirigido por Kraut et al. (1998).
Nie y Erdring advirtieron la existencia de un patrn de reduccin de la interaccin persona a persona, as como una prdida de conexin con el medio social entre los usuarios intensivos de Internet, si bien la mayora de los usuarios no haban experimentado un cambio sustancial en sus vidas. Kraut et al. (1998), en un Estudio de panel cuidadosamente elaborado sobre una muestra no representativa de 169 familias durante sus primeros dos aos de experiencia con la comunicacin por ordenador, observaron que la intensidad del uso de Internet iba asociada a un descenso del nivel de comunicacin de los participantes con los miembros de la familia residentes en el hogar, una disminucin de la extensin de su crculo social y un aumento de la depresin y la soledad.
Los investigadores han tratado de interpretar estos estudios, que estn en clara contradiccin con la mayor parte de los datos disponibles, sin cuestionar su calidad, ya que
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provienen de instituciones universitarias de gran prestigio (Universidad de Stanford y Universidad Carnegie Mellon, respectivamente). En el caso del estudio de Pittsburgh, parece tener gran importancia el hecho de que las familias estudiadas utilizaban Internet por primera vez. De hecho, los investigadores tuvieron que proporcionar ordenadores a las familias para poder observar su comportamiento. Di Maggio et al. destacan, basndose en un estudio dirigido por Neuman et al. (1996), que los usuarios nefitos de Internet tienden a experimentar un alto grado de frustracin ante un medio que no dominan realmente y que les obliga a un esfuerzo muy grande para conseguir romper sus hbitos. As, algunos de los efectos observados por Kraut et al. podran estar relacionados con la inexperiencia ante el uso de Internet. De hecho, segn el estudio dirigido por Katz, Rice y Aspden (2001) basado en los resultados de sondeos telefnicos a nivel nacional, en 1995 los usuarios de Internet experimentaron un sentimiento de sobrecarga, estrs y desencanto con sus vidas en mayor medida que los no usuarios. Sin embargo, en 2000, aunque seguan sintiendo la sobrecarga de la vida en una proporcin mayor que los no usuarios, los usuarios de Internet sentan una mayor satisfaccin, que iba asociada a una interaccin social ms intensa con la familia y los amigos que los no usuarios, una vez controladas otras variables. Por lo tanto, bien puede ser que la introduccin de Internet en la actividad cotidiana y la familiaridad con este medio favorezcan una mayor adaptacin al nuevo medio tecnolgico, cancelando las reacciones negativas iniciales durante el perodo de introduccin a Internet entre los analfabetos informticos.
En el caso de la encuesta de Nie y Erdring, la prdida de sociabilidad detectada concerna tan slo a los usuarios ms frecuentes de Internet, lo cual podra indicar la existencia de un umbral en el uso de Internet, a partir del cual la interaccin on line afecta negativamente a la sociabilidad off line. Podremos entender mejor este hecho basndonos en otro estudio mencionado por Di Maggio et al., segn el cual los usuarios de Internet no muestran un descenso en su nivel de sociabilidad, pero a partir de cierto umbral de actividad on line, Internet comienza a sustituir a otras actividades, tales como las tareas domsticas, la atencin a la familia y el sueo.
As pues, el conjunto de datos disponibles no sostiene la tesis de que el uso de Internet conduzca a una menor interaccin y a un mayor aislamiento social. Pero hay algunos indicios de que, en determinadas circunstancias, su uso puede actuar como sustituto de otras actividades sociales. Como los estudios que apoyan estas tesis alternativas se han llevado a cabo en diversos momentos, en contextos diferentes y en distintas etapas de la difusin del uso de Internet, es difcil llegar a una conclusin definitiva sobre los efectos que la red pueda tener sobre el grado de sociabilidad. Pero puede ser que
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no nos estemos planteando las preguntas adecuadas. De hecho, esto es lo que piensan algunos de los principales investigadores en este campo, tales como Wellman, Haythornwaite, Putnam, Jones, Di Maggio, Hargittai, Neuman, Robinson, Kiesler, Anderson, Tracey y otros. En otras palabras, que el estudio de la sociabilidad en/con/sobre Internet debe situarse en el contexto de la transformacin de los modelos de sociabilidad en nuestra sociedad. Con ello no pretendo subestimar la importancia de los efectos especficos de este nuevo medio tecnolgico sino incluir esos efectos especficos en la evolucin general de los modelos de interaccin social as como en su relacin con los soportes materiales en que se desarrolla dicha interaccin: espacio, organizaciones, tecnologas de la comunicacin.
Comunidades, redes y la transformacin de la sociabilidad
La nocin de comunidades virtuales, acuada por los pioneros del estudio de la interaccin social en Internet, tena una gran virtud: llamaba la atencin sobre el surgimiento de nuevos soportes tecnolgicos para la sociabilidad, que eran diferentes, pero no por ello inferiores, a las formas anteriores de interaccin social. Pero dicho trmino introdujo a su vez un equvoco considerable: el trmino comunidad, con las fuertes connotaciones que lo acompaan, confunda diversas formas de relacin social, y provoc la discusin ideolgica entre los nostlgicos de la vieja comunidad, espacialmente limitada y los entusiastas partidarios de las comunidades electivas propiciadas por Internet. De hecho, para los socilogos urbanos, esta es una discusin que viene de lejos y que no hizo sino revivir los debates clsicos entre los que vean el proceso de urbanizacin como la desaparicin de las formas de vida comunitarias significativas -reemplazadas por unos lazos ms selectivos y dbiles entre hogares esparcidos por la metrpoli annima- y los que identificaban la ciudad con la liberacin frente a las formas tradicionales de control social. Es realmente cuestionable que estas comunidades espacialmente delimitadas y culturalmente homogneas hayan existido jams, como argumenta Oscar Lewis en su demoledora critica del clsico trabajo de Robert Redfield sobre el pueblo mejicano de Tepoztlan (actualmente un destino muy apreciado por las elites cosmopolitas), que constituy la base de la visin antropolgica de la comunidad como la forma especfica de la sociedad tradicional. Sin embargo, la sociabilidad basada en el lugar era sin duda una fuente importante de apoyo mutuo e interaccin social, en las sociedades agrcolas y en las primeras etapas de la sociedad industrial. Con la consideracin adicional de que esta sociabilidad estaba basada, no slo en los barrios, sino tambin en los lugares de trabajo. Esta forma de comunidad territorialmente definida no ha desaparecido del mundo en general pero no cabe duda que ahora juega un papel menor en la reestructuracin de las relaciones sociales para la mayor parte de la poblacin de las sociedades desarrolladas, como los estudios de Fischer (1982)
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entre otros, demostraron hace aos. Es ms, basndome en mis estudios sobre asentamientos populares urbanos en Amrica Latina, as como en estudios similares de otros investigadores, puedo decir que la proximidad geogrfica perdi su preeminencia en la constitucin de las relaciones sociales en muchas de estas zonas urbanas hace ya, por lo menos, veinticinco aos (Castells, 1983; Perlman,2001).
La gradual desaparicin de la comunidad residencial como forma de sociabilidad significativa no parece estar relacionada con los modelos de asentamiento de la poblacin. Claude Fischer ha demostrado que, en la tierra de la movilidad geogrfica por excelencia, Estados Unidos, la movilidad residencial ha disminuido en realidad entre 1950 y 1999 (2000). As pues, la gente no construye su significado en las sociedades locales, no porque carezca de races territoriales sino porque selecciona sus relaciones sobre la base de sus afinidades. Es ms, las formas de asentamiento espacial no suelen tener un efecto realmente significativo sobre la sociabilidad. Una serie de estudios llevados a cabo hace aos por varios socilogos urbanos (Suzanne Keller, Barry Wellman y Claude Fischer entre otros) demostraron que las redes sustituyen a los lugares como sostn para la sociabilidad, tanto en las zonas perifricas como en las ciudades.
Esto no quiere decir que la sociabilidad basada en el lugar haya desaparecido por completo. Las sociedades no evolucionan hacia un modelo uniforme de relaciones sociales. De hecho, la creciente diversidad de modelos de sociabilidad es la que determina la especificidad de la evolucin social en nuestras sociedades. Las comunidades de inmigrantes, tanto en Norteamrica como en Europa, siguen basndose en gran medida en la interaccin social basada en el lugar (Waldinger, 2001). Pero es el estatus de inmigrantes y la concentracin espacial de las personas que comparten dicho estatus lo que determina el modelo de sociabilidad, ms que la mera contigidad espacial en un lugar. As, lo fundamental es la traslacin de la delimitacin espacial como fuente de sociabilidad a la comunidad espacial como expresin de la organizacin social.
Quiz el paso analtico necesario para comprender las nuevas formas de interaccin social en la era de Internet consiste en construir una redefinicin de la comunidad, quitando trascendencia a su componente cultural y haciendo nfasis en la funcin de apoyo que cumple para individuos y familias para no limitar su existencia social a una sola modalidad de accin material. Por lo tanto, una definicin provisional til en este sentido sera la propuesta por Barry Wellman: Las comunidades son redes de lazos interpersonales que proporcionan sociabilidad, apoyo, informacin, un sentimiento de pertenencia y una identidad social(2001, IUJRR: 1). Naturalmente, la cuestin clave aqu es el
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desplazamiento de la comunidad a la red como medio principal de interaccin organizativa. Las comunidades, por 10 menos en la tradicin de la investigacin sociolgica, estaban basadas en compartir los valores y la organizacin social. Las redes se construyen de acuerdo a las elecciones y las estrategias de los actores sociales, sean estos individuos, familias o grupos sociales. As, la sustitucin de las comunidades espaciales por las redes como formas principales de sociabilidad conllev la transformacin de esta. Esto es cierto en el caso de las amistades pero lo es an ms en las relaciones de parentesco, a medida que la familia ampliada se redujo y los nuevos medios de comunicacin permitieron la comunicacin a distancia con un nmero reducido de familiares. Por tanto, el modelo de sociabilidad evolucion hacia una sociabilidad construida en torno a la familia nuclear en el hogar, desde donde se tendan redes de lazos selectivos, de acuerdo a los intereses y valores de cada miembro del hogar. Segn Wellman y Giulia, en el contexto norteamericano la gente suele tener ms de mil lazos interpersonales, de los cuales slo media docena son lazos ntimos y menos de cincuenta son razonablemente estrechos. La familia nuclear juega sin duda un papel principal en la construccin de dichos lazos ntimos, pero el lugar de residencia no. Como media, los norteamericanos no suelen conocer a ms de doce vecinos y slo mantienen una relacin estrecha con uno de ellos (como mximo). Las situaciones de trabajo, en cambio, han desempeado un importante papel en la construccin de la sociabilidad, de acuerdo con la observacin de Arlene Hochshild (1996). Pero la composicin del ncleo ntimo de sociabilidad, parece depender de los pocos lazos familia- res que sobreviven y de unas cuantas amistades muy selectas en las que influye la distancia, pero no de una manera decisiva. En cualquier caso, el hecho de que la mayor parte de los lazos que establecen las personas sean lazos dbiles no quiere decir que no sean importantes. Son fuentes de informacin, de trabajo, de ocio, de comunicacin, de participacin ciudadana y de diversin. Tambin en este caso, la mayor parte de estos lazos dbiles son independientes de la proximidad espacial y se mantienen gracias a algn sistema de comunicacin. La historia social del telfono en Estados Unidos de Claude Fischer (1992) demostr cmo este aparato reforzaba los modelos de sociabilidad preexistentes, ya que la gente sola mantenerse en contacto con sus familiares y amigos y con los vecinos con los que ms relacin tenan. Anderson y Tracey (2001), Tracy y Anderson (2001) y Anderson et al. (1999), en sus estudios sobre Internet en los hogares britnicos, hacen hincapi sobre cmo la gente adapta Internet a sus vidas, en lugar de transformar su propio comportamiento por el mpacto de la tecnologa.
Actualmente, la tendencia dominante en la evolucin de las relaciones sociales en nuestras sociedades es el auge del individualismo en todas sus manifestaciones. No se trata tan slo de una tendencia cultural. O, por lo menos, es cultural slo en el sentido de la
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cultura material, o sea, un sistema de valores y creencias que configuran el comportamiento y que est arraigado en las condiciones materiales del trabajo y el sustento en nuestras sociedades. Desde perspectivas muy diferentes, cientficos sociales como Giddens, Putrnan, Beck, Wellman, Carnoy y quien esto escribe, hemos sealado el surgimiento de un nuevo sistema de relaciones sociales centrado en el individuo. Tras la transicin desde el predominio de las relaciones primarias (encarnadas en la familia y la comunidad) hacia el de las relaciones secundarias (encarnadas en la asociacin), el nuevo patrn dominante parece estar constituido en torno a lo que podramos denominar relaciones terciarias, o lo que Wellman llama comunidades personalizadas, encarnadas en redes centradas en el yo. Esto representa la privatizacin de la sociabilidad. Esta relacin individualizada con la sociedad es un modelo especfico de la sociabilidad, no un atributo psicolgico. Est radicada, para empezar, en la individualizacin de la relacin entre capital y trabajo, y entre trabajadores y proceso de trabajo, en la empresa-red. Se debe a la crisis del patriarcalismo y a la consiguiente desintegracin de la familia nuclear tradicional, tal y como se constituy a finales del siglo XIX. Est mantenida (aunque no producida) por los nuevos modelos de urbanizacin, en la medida en que el crecimiento suburbano y exurbano y la creciente desconexin entre funcin y significado en los microlugares de las megaciudades individualizan y fragmentan el contexto espacial de la vida cotidiana. Y est racionalizada por la crisis de la legitimidad poltica, en cuanto que la distancia creciente entre los ciudadanos y el Estado socava los mecanismos de representacin y fomenta que el individuo se retire de la esfera pblica. El nuevo modelo de sociabilidad en nuestras sociedades se caracteriza por el individualismo en red.
Internet como soporte material del individualismo en red
As pues, cmo se manifiestan las posibilidades (y limitaciones) de Internet en este contexto?
Los datos con que contamos, procedentes especialmente de los estudios llevados a cabo por Barry Wellman y sus compaeros, as como por el Internet & American Life Project del Instituto Pew, parecen indicar que Internet es un medio efectivo para mantener los lazos sociales dbiles, que si no se perderan en el tira y afloja entre el esfuerzo de establecer una interaccin fsica (incluida la interaccin telefnica) y el beneficio de dicha comunicacin. En determinadas condiciones, este medio puede a su vez crear nuevos tipos de lazos dbiles como ocurre en las comunidades de inters que surgen en Internet, con diversos resultados. Las redes como SeorNet, que ponen en contacto a gente mayor permitindoles mantener un intercambio instrumental de informacin y recibir apoyo emocional y personal, son tpicas
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de esta clase de interaccin. Constituyen soportes para los lazos dbiles en la medida en que raramente construyen relaciones personales duraderas. Las personas se conectan y desconectan de la red, cambian de inters y no revelan necesariamente su identidad (aunque tampoco se la inventan), y adems cambian de compaeros on line cuando quieren. Pero, aunque las conexiones especficas no sean duraderas, el flujo s perdura, y muchos participantes de la red la utilizan como una manifestacin social ms. Se podran hacer observaciones similares sobre las diversas comunidades on line estudiadas por Steve Jones y sus colegas. Estas son sin duda la clase de comunidades virtuales que Rheingold populariz. Pero, a diferencia de la comunidad WELL de San Francisco o Nettime en Holanda, la mayora de las comunidades on line son efmeras y rara vez articulan la interaccin on line con la interaccin fsica. Podramos entenderlas ms bien como redes de sociabilidad con una geometra y una composicin variables, segn los intereses cambiantes de los agentes sociales y segn el tamao de la red. En gran medida, el tema que define el objetivo de la interaccin en la red on line define a sus participantes. Lo ms normal es que una red de apoyo on line para pacientes de cncer atraiga principalmente a los enfermos de cncer y a sus seres queridos y quiz a algunos observadores mdicos e investigadores sociales, pero no a los voyeurs, excepto a los de la peor calaa. Frente a lo que sugiere la famosa vieta publicada por The New Yorker en la prehistoria de la comunicacin on line (en la que dos perros ante un ordenador comentan que en la red nadie sabe que eres un perro), en Internet ms vale asegurarse de que todo el mundo sepa que eres un perro y no un gato o acabars inmerso en el mundo ntimo de los gatos, porque en ella uno es lo que dice ser, ya que las redes de interaccin social se van construyendo a lo largo del tiempo sobre la base de esta presuncin.
Internet puede contribuir tambin a mantener los lazos fuertes a distancia. Se ha observado a menudo que el uso del correo electrnico est ayudando a las relaciones familiares que, debido a la creciente disparidad de formas familiares, al individualismo y en algunos casos la movilidad geogrfica, se han tornado bastante difciles en muchos casos. El correo electrnico no es slo una buena herramienta para poder estar presente desde la distancia, sino que permite hacer acto de presencia sin necesidad de profundizar demasiado en la relacin, lo cual nos supone un esfuerzo emocional que no estamos dispuestos a hacer a diario.
Pero el papel ms importante de Internet en la reestructuracin de las relaciones sociales es su contribucin al nuevo modelo de sociabilidad, basado en el individualismo. Sin duda, como afirma Wellman, las redes sociales complejas siempre han existido, pero los recientes avances tecnolgicos en las comunicaciones han permitido que emergieran
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como una forma dominante de organizacin social (2001, IJURR: 1). La gente se organiza cada vez ms, no slo en redes sociales, sino en redes sociales conectadas por ordenador. Por consiguiente, no es que Internet cree un modelo de individualismo en red, sino que el desarrollo de Internet proporciona el soporte material apropiado para la difusin del individualismo en red como forma dominante de sociabilidad.
El individualismo en red constituye un modelo social, no una coleccin de individuos aislados. Los individuos construyen sus redes, on line y off line sobre la base de sus intereses, valores, afinidades y proyectos. Debido a la flexibilidad y el poder de comunicacin de Internet, la interaccin social on line juega un papel cada vez ms importante en la organizacin social en su conjunto. Cuando se estabilizan en la prctica, las redes on line pueden construir comunidades, o sea comunidades virtual es, diferentes de las comunidades fsicas pero no necesariamente menos intensas o menos efectivas a la hora de unir y movilizar. Es ms, lo que observamos en nuestras sociedades es el desarrollo de un hbrido de comunicacin en el que se juntan el lugar fsico y el ciberlugar (por usar la terminologa de Wellman), actuando como soporte material del individualismo en red.
Por mencionar tan slo uno de los muchos estudios que apoyan este modelo de interaccin entre redes on line y off line, la investigacin realizada por Gustavo Cardoso sobre PT-net, una de las primeras comunidades virtuales en portugus, seal que se daba una interaccin muy estrecha entre la sociabilidad on line y off line, cada una con su propio ritmo y sus caractersticas especficas, pero formando un proceso social indisoluble. Segn Cardoso: Estamos en presencia de una nueva nocin del espacio, donde lo fsico y lo virtual influyen lo uno en lo otro, sentando las bases para la aparicin de nuevas formas de socializacin, nuevos estilos de vida y nuevas formas de organizacin social. (1998: 116.)
Vivienne Waller ha sealado el papel de Internet en el desarrollo de nuevas formas de vida familiar individualizada, en su estudio seminal sobre el uso de la red en los hogares de Canberra (2000). Waller abunda en los resultados del Pew Internet and American Life Project (2000) que indican que los estadounidenses suelen utilizar Internet para resaltar la importancia de la familia. Una tercera parte de los hogares utiliz la red para buscar a un fa- miliar perdido, ms del 50% para incrementar el contacto con los miembros de su familia, mientras que muchos muestran informacin sobre su familia en sus pginas web personales. De hecho, uno de cada diez americanos formaba parte de una familia a la que uno de sus miembros haba dedicado una pgina web familiar. Pero, una vez demostrada la relevancia de Internet en las relaciones familiares, tanto en Estados Unidos como en Australia, Waller pasa a exponer que Internet se est utilizando para re definir las relaciones
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familiares en una sociedad en la que sus miembros estn experimentando con nuevas formas familiares. La autora explica Cmo el correo electrnico ha permitido a una serie de hogares gozar de lo que ella denomina familias electivas, mediante la Incorporacin a la vida cotidiana de la familia de extraos Contactados a travs de la red, con los que se ha establecido una relacin desarrollada y enriquecida mediante la interaccin por internet a lo largo de un cierto perodo de tiempo. Por lo tanto, la prctica del individualismo en red puede estar redefiniendo los lmites y el significado de las instituciones tradicionales donde se ejerce la sociabilidad, tales como la familia.
En otras instancias, estas redes on line se convierten en formas de comunidades especializadas, o sea, formas de sociabilidad construidas en tomo a intereses especficos. Como es muy probable que la gente pertenezca a varias de estas redes a la vez, los individuos tienden a disear sus propias carteras de sociabilidad invirtiendo diferencia1mente, en diversos momentos, en una variedad de redes de fcil entrada y bajos costos de oportunidad. De ello se deriva, por una parte, una extremada flexibilidad en la expresin de la sociabilidad, ya que los individuos construyen y reconstruyen sus modelos de interaccin social. Por otra parte, como el nivel de compromiso exigido es relativamente bajo, las formas de apoyo social pueden resultar un tanto frgiles. Desde la perspectiva de la sociedad en su conjunto, mientras algunos observadores celebran la diversidad, la pluralidad y la libertad de eleccin en este nuevo modelo de sociabilidad, otros, como Putnam, temen que se produzca una ciberbalcanizacin que pueda acentuar la disolucin de las instituciones sociales y la crisis de la participacin ciudadana.
As, los nuevos avances tecnolgicos parecen aumentar las posibilidades de que el individualismo en red se convierta en la forma de sociabilidad predominante. La corriente creciente de estudios sobre los diversos 1.1S0S de los telfonos mviles parece indicar que la telefona celular responde a un modelo social organizado en tomo a comunidades electivas y a la interaccin individualizada, basada en la seleccin de tiempo, lugar y compaeros para dicha interaccin (Kopomaa, 2000; Nafus y Trace1y, 2000). El proyecto de desarrollo del Internet ina1mbrico abre el abanico de oportunidades de la conexin en red personalizada a una amplia gama de situaciones sociales, aumentando con ello la capacidad de los individuos para reconstruir las estructuras de la sociabilidad desde abajo.
Estas tendencias representan el triunfo del individuo, aunque an no estn claros los costos que puedan tener en la sociedad. A no ser que consideremos que en realidad los individuos estn reconstruyendo el modelo de interaccin social con la ayuda de las nuevas posibilidades tecnolgicas para crear un nuevo modelo de sociedad: la sociedad red.
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