Ramiro Wankar Reinaga
Ramiro Wankar Reinaga
Ramiro Wankar Reinaga
tk Wankar Reynaga
2007-Per. Luis C. Edicin electrnica sin fines de lucro.
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Este libro fue digitalizo por www.hijodelsol.tk con el nico fin de descolonizar
la mente de los pueblos originarios y todo aquel que quiera edificar un mundo
Amautico: el reino de la verdad y la libertad, Ser lo que se es: cosmos. La
conciencia del cosmos, Por que Andino es el que piensa como l, siente como
l y sigue sus pasos.
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Este libro no ha sido financiado por
ninguna ONG ni Fundacin, es decir por
ningn dinero Gringo
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TAWA
INTI
SUYU
5 SICLOS DE GUERRA INDIA
CHUKIAGU MARKA
KOLLASUYU
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1ra. INTRODUCCIN
La obstinacin por ver ms all de la oscuridad construida durante 500 aos,
para reunir las fragmentos de la biografa del pueblo andino, se apoder de
diez aos de mi vida, los transform en esta obra.
Naci en Amacuzac, Iztapa y llano de Animas, pueblitos desapercibidos de
Mxico y Guatemala, de la penumbra de cuartuchos sin electricidad, con el
petate, la khesana aymara, por mueble nico.
No es secrecin retocada de bibliotecas ni quiero verla matiz indigenista en
debates intelectuales. No est, dirigida a la minora blancoide, duea
exclusiva y tradicional de toda comunicacin escrita. Ya bastantes hermanos
aymaras y qheswas estn alfabetizados. La he escrito para ellos.
Este es el libro esperado por quienes llevan Los Andes eternos identificados en
su sangre. Si alimenta su pensamiento podr dividir la historia nacional en
dos: antes y despus de su aparicin.
Porque, al historiar el camino indio, seala la meta y conduce a la inevitable
organizacin poltica de los millones de aymaras y qheswas.
Porque demuestra que ninguna ideologa del mundo excepto una, la capaz de
resumir nuestra sabidura en programa de liberacin, puede organizarlos.
Porque en el fondo, pese a quien pese, nos enorgullezca o avergence,
seguimos siendo Tawantinsuyu.
WANKAR
(Ramiro Reynaga Burgoa)
Hock'o-Hock'o, Chuquiapu, Sataa Ph'ajsi, 1977.
DERECHOS RESERVADOS POR EL AUTOR
Ramiro Reynaga Burgoa WANKAR
BAJ O EL REGISTRO DE PROPIEDAD NMERO:
DP 4-1-1701-05
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INTRODUCCION
Queridas hermanas y hermanos:
El ao 2.000, al amanecer del Tercer Milenio, comenz el ltimo captulo de
la guerra andina de cinco siglos contra el invasor blanco y su creacin, el
estado colonial boliviano.
El combate entre la Nacin originaria milenaria y el estado importado
centenario es a muerte. Este ha recurrido al hambre, enfermedad, bala, para
exterminar al pueblos aymarakhiswamaznico. Ha fracasado.
Hoy la Nacin Kolla, el Gigante Dormido, va despertando, como lo predije en
1973 en mi Reconstruyamos Nuestro Cerebro. La ciudad de Alto Pata, con
potencia rebelde victoriosa, ha cambiado presidentes, se ha ganado el
privilegio de ser la capital del emergente Estado Kolla.
Han pasado casi tres dcadas desde la fugaz aparicin de este libro en
Bolivia. En este breve tiempo los cambios en la sociedad andina han sido
profundos, cruciales.
El estado colonial est logrando sobrevivir usando promesas, amenazas,
coimas. Las lecciones de estos combates histricos deben aprenderse para '10
tropezar en la misma piedra:
1- El pueblo indio gana cuando guerrea, pierde cuando politiquea. Siempre
l1a sido as. En 1825 no supo culminar su victoria militar con una victoria
poltica institucional. Los caminos zigzagueantes de la politiquera criolla
estn llenos de mentiras, promesas incumplidas, contubernios, traiciones,
amenazas, calumnias, cobardas, hipocresa. No conducen a la liberacin del
Kollasuyu. Sirven slo para distraemos.
2- Frente a la insurgencia india el estado boliviano va creando una costra
indgena. La usa para engaar a la Nacin Aymara Khiswa Amaznica,
para hacerle creer que puede liberarse poco a poco, ocupando
progresivamente espacios dentro del estado colonial. Esto es falso. No se
puede construir sobre la basura. Primero hay que limpiar Los Andes, destruir
la colonia, es decir destruir el estado colonial boliviano, para comenzar a
edificar nuevos Tiwanacus.
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3- Una dirigencia india unipersonal. Caudillista, es dbil. Se rodea de enanos
para evitar que le hagan sombra y se pone de rodillas frente al enemigo con
facilidad.
La demanda por esta obra me presionaba para imprimir la segunda edicin
boliviana rpido, idntica a la primera. Pero no poda hacerlo. Durante las
tres ltimas dcadas la guerra india de 500 aos se ha profundizado y
ampliado dramticamente. Por ello he aadido esta Introduccin y el 'ltimo
captulo, Pachakuti.
1- LA HISTORIA Y LA HISTORIETA
Durante ms de 50.000 aos ramos Kollasuyu, Luz, Civilizacin, Cuna de
Culturas. Bien alimentados, no conocimos hambre. Sanos, no conocimos
enfermedad. Sabiendo lo necesario para vivir bien, no conocimos ignorancia
.Tampoco basura, codicia, tristeza, corrupcin, locura, suicidio, desempleo,
soledad, delincuencia, prostitucin, masacres, huelgas, huelgas de hambre,
desfalcos, violacin y asesinato de menores de edad y otras noticias diarias
hoy. Nadie sabe las alturas de conocimiento civilizatorio, de perfeccin social
que hubiramos alcanzado en ese camino de crecimiento, sin prisa y sin
pausa.
Hace apenas medio milenio hubo un tropezn. Fuimos asaltados por los
brbaros barbados. Hoy sufrimos todos esos males trados por el hombre
blanco. Hemos sido convenidos en el pas ms miserable, sucio, desforestador;
corrupto, ignorante de la Humanidad. No le aportamos nada, excepto cocana
y records de corrupcin.
Cul la explicacin para este cambio tan brusco y radical.
Hay dos opiniones.
Para el indio la agresin del hombre blanco es la nica causa,
Para el asaltante extranjero nuestra miseria actual es resultado y prueba de
nuestra inferioridad racial.
Occidente oculta su crimen disfrazndose de civilizador. Y puede hacerlo slo
de una manera, tergiversando la realidad, suplantando los hechos con
palabras pomposas y vacas como democracia, participacin popular,
interculturalidad, etc.
La versin del espaol y de su crio, el criollo, no es Historia, es historieta.
La palabra propia del pueblo originario es la Historia.
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La Historia es nacional, la historieta estatal.
La Historia es clandestina, la historieta es oficial.
La Historia es de la mayora inmensa oprimida de la poblacin. La historieta
es de la minscula minora opresora.
La Historia es perseguida, la historieta homenajeada.
La Historia siembra verdad, base de toda civilizacin natural y de toda
rebelin victoriosa.
La historieta siembra ignorancia. Quien ms la estudia menos sabe. Segn
ella dos Incas, Atawallpa y Waskar se disputaron el trono" del imperio"
incaico combatiendo con ejrcitos" de miles de soldados), /os cuales
misteriosamente desaparecieron cuando menos de dos docenas de criminales,
acompaantes de Pizarro, capturaron encarcelaron y asesinaron allnca
Atawallpa. Segn la historieta reinaron apenas una docena de Incas, es
decir el Tawa Inti Suyu tendra una existencia de menos de cien aos antes del
asalto.
2- IGNORANCIA DEL INDIO TESORO DEL BLANCO
La posicin de sometimiento del indio resulta de su posicin de ignorancia.
Pueblo ignorante ya no es pueblo. Es masa. Quienquiera la convence con
cualquier falsedad. El esclavo antiguo cargaba cadenas de hierro porque su
mente era libre. Sin ellas hubiera destrozado a sus amos, como Espartaco, o
hubiera huido como los negros cimarrones, libres, a lugares compatibles con
su raza.
El esclavo moderno, computarizado o no, con o sin corbata, no tiene cadenas
de hierro en muecas. Tobillos, cuello. No las necesita. Las cadenas estn ms
adentro, se han internalizado, estn en su corazn en su mente. El es su propio
polica carcelero. Comida, ropa, religin msica, poltica, todo, lo decide su
dueo gringo.
El primer eslabn de la cadena esclavizadora actual es la ignorancia.
Desconocerse es des-apreciarse, es despreciarse.
Conocerse, re-conocerse, es autovalorarse, autoestimarse, superarse,
quererse. Primera regla de salud.
La colonia lo sabe. Ninguna persona ignorante puede ser libre. No sabe quin
es, dnde est, qu quiere, qu necesita, quienes son sus amigos y quienes son
sus enemigos.
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La educacin oficial es proceso destructivo de la capacidad de pensar, crear,
analizar, inventar. En resumen. Fabrica ignorancia en guarderas, escuelas.
Colegios, institutos, universidades.
El estado tiene experiencia en oprimir a la Nacin. Lo sabe, cuando el indio
rompa la venda que le tapa sus ojos y vea su propia vida pasada tal como fue,
todo ser diferente. Desaparecern complejos, mordazas.
La masa escapa del libro, del conocimiento, como de una enfermedad mortal.
Protege, preserva celosamente su incultura, como la lacra social defiende su
mugre.
Quien lee muchos libros aprende, ampla el horizonte de su sabidura
comparando diferentes puntos de vista. Quien lee un slo libro, y peor
extranjero. No se libera, se entrega, se esclaviza. No aprende, olvida, no
ampla su horizonte mental, lo estrecha y convierte en un callejn sin otra
salida que el suicidio cultural. La Biblia de la secta es la prueba.
El japons lee 50 libros como promedio por ao. En consecuencia es libre y
prspero. Jehov y Marx en Los Andes hacen estragos, aprovechan, se
alimentan de la ignorancia. Pero no pudieron avasallar al Japn porque all
hay conocimiento.
La edicin japonesa de TAWA INTI SUYU se agot muy rpido. Mi libro
escrito para las poblaciones andinas y desconocido por estas, fue ms ledo en
Japn!
La dependencia se rompe con la verdad. la opresin se mantiene con la
mentira.
A quin le interesa expandir la ignorancia?
A la minora gobernante transitoria, al chupa sangre de apellido extranjero
cada vez ms impronunciable, a quien viene, llega, roba,' masacra se va y
desaparece.
O a la civilizacin eterna nativa.
Las juventudes aymaras, kheswas, campas, indias, construirn su futuro sobre
cimientos histricos reales, slidos, sobre la roca eterna de la verdad propia.
No sobre el barro pasajero de la mentira extranjera.
Cuando desaparezca la ignorancia del indio desaparecer el estado colonial.
Este hace lo posible y lo imposible para conservar y profundizar la incultura.
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Mi padre, siendo indio khiswa, escribi ms de cuarenta libros. Es sin lugar a
ninguna duda el escritor boliviano ms productivo. Y es el escritor ms
silenciado y ocultado por Bolivia.
En el exilio, Mxico, impactado por el rotundo fracaso de la guerrilla del Che
en ancawaz, donde no logr reclutar un solo combatiente, escrib una carta
a la direccin del Ejrcito de Liberacin Nacional. ELN. El anlisis tctico se
profundiz, se volvi anlisis estratgico, luego poltico y finalmente doctrina.
As naci mi libro Ideologa y Raza en Amrica Latina. Su conclusin fue
clara: SI EL PUEBLO INDIO DE LOS ANDES NO ES
PROTAGONISTA CENTRAL DE LA LUCHA POR LA LIBERACION NO
HAY LIBERACION ANDINA ALGUNA .
El estado colonial boliviano olfate el enorme peligro de la difusin de estas
ideas. Mediante su Seguridad del Estado procedi, por primera vez en su
historia, a quemar toda la edicin del libro.
El 10 de Enero de 1978, MINK'A, Centro de Coordinacin y Promocin
Campesina, public la primera edicin de TAWA INTI SUYU, 5 Siglos de
Guerra Kheswaymara contra Espaa de 560 pginas. Primera y todava
nica historia andina desde la trinchera india. En 1981, por segunda vez, en
toda su vida, el estado boliviano precedi a quemar un libro. Casi todos sus 3.
000 ejemplares ardieron.
El antecedente son las hogueras de sabidura mi/enana escritas en kipus,
kaitos, k'aralipichis, cueros y kh'ellkas, cortezas, durante la destruccin de
idolatras, en los primeros tiempos del asalto colonial, los ms sangrientos.
Estos fueron los nicos dos libros incinerados por Bolivia a lo largo de toda
su historia. El estado colonial. Para sobrevivir, no tiene otra opcin. Debe
preservar; precautelar; cuidar la ignorancia del indio como se cuida un
tesoro. Debe impedir; a como de lugar; que el pueblo andino y sobre todo la
juventud india conozca el pensamiento csmico, y por lo tanto antioccidental.
De Fausto Reinaga y los 500 aos de guerra india anticolonial descritos por
Wankar. Por eso hoy estos libros son imposibles de encontrar en ninguna
librera ni biblioteca ni universidad en Los Andes.
3- ROMPIENDO LAS REJAS DEL SILENCIO
No es cmodo pero debo hablar de mi padre y de mi persona porque somos
parte fundida, confundida, con el actual Pachakuti, el presente despertar
indio.
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El estado boliviano al quemar mi TAWA INTI SUYU crey haberlo silenciado
y sepultado para siempre. Pero no pudo evitar su difusin. Fue publicado en
Per, Mxico, Espaa y fue el primer libro boliviano publicado en Japn.
Result -qu irona- el libro boliviano ms difundido en el mundo. Se volvi el
impreso ms buscado en el pas. Algunos dirigente indios sudamericanos y
cientficos sociales extranjeros vinieron a Bolivia para conseguirlo y se fueron
sin l.
Fue graficado gratis por un artista desconocido al autor, Malcom Allison hijo
de europeos y criado por un Ayllu en las serranas del Per. Lo dibuj con
corazn generoso, no con cerebro calculador. Cuando lo busqu para darle su
trabajo ya impreso, no lo encontr. Desapareci, segn unos ajusticiado por
Sendero Luminoso, cuyo militante parece haber sido, a causa de su adhesin
al indio.
El negro norteamericano Alex Haley escribi Roots, (Races). Muestra a uno
de los descendientes de los africanos esclavizados, encadenados, convertido
en millonario. Segn esta propaganda, en Estados Unidos cualquiera puede
ser rico si es inteligente y trabajador. El contrabando es claro. Los. Millones
de negros norteamericanos viven en la miseria, no por el racismo yanqui, sino
por tontos, alcohlicos, drogadictos y flojos. Una gran pelcula de cine fue
realizada de esta alabanza negra al capitalismo blanco. El escritor negro
recibi mucho dinero, se compr una isla en el Caribe.
Faltaba un libro igual, escrito por un indio americano, y mejor an si atacaba
al marxismo. El manuscrito de este libro lleg a una editorial de San
Francisco. Su directora Gracia Alkema, lo consider muy importante y lo
remiti a la Hatper & Row, una de las cinco editoriales ms grandes de los
Estados Unidos. Su vicepresidente Douglas Latimer vol de Nueva York a San
Francisco. Trajo un contrato, segn el cual 150.000 ejemplares seran
impresos y distribuidos en colegios y universidades. Llegara al cine. Yo
recibira el 51 por ciento de las ganancias, aparte de los derechos de autor.
Podra comprarme otra isla en el Caribe. Cerca del negro Ilunk'u. Pero deba
suprimir las partes anticapitalistas. No acept y no se public en ingls.
La inquisicin colonial al tratar de sepultarme dentro del anonimato en
Bolivia, me catapult al mundo entero. Es el premio por no repetir la mentira
invasora como pongo, por hablar de frente lo propio.
A los pocos meses de la aparicin de esta obra se fund el MITKA,
Movimiento Indio Tupaj Katari, primer partido poltico de la Nacin
Aymarakheswa. Yo fui su Comisario de Prensa. En su primera pelea electoral
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el MITKA logr ingresar al parlamento. Sacudi la estructura poltica
boliviana. La colonia reaccion. Creo el MRTK, Movimiento Revolucionario
Tupaj Katari. Opuso lo revolucionario a lo indio, usando sus pongos
marxistizados.
El MITKA fue la energa central para el Primer Congreso de Movimientos
Polticos Indios de Sud Amrica, Marzo 1980, Cusco, Per, all naci el CISA,
Consejo Indio de Sud Amrica. Fui elegido por aclamacin, no por votacin,
su primer Coordinador General. Como tal fui a Ginebra, al Palacio de las
Naciones Unidas. All, por primera vez, se escuch la voz india cuando habl
en kheswa primero y luego en ingls.
La Comisin Evanglica Latinoamericana de Educacin Cristiana CELADEC
organiz en Costa Rica, en Marzo de 1980, la Consulta sobre Clase y Raza
en los textos Escolares en Amrica Latina. Occidente, a travs del marxismo,
etiquet como racistas slo a los indios Los marxistas negaban la existencia
de razas, y su jefe era, -qu paradoja- Pierre Charles, un negro de Hait,
quien me acus de terrorista intelectual.
Mi presentacin Clase y Raza en Los Andes, opuesto al discurso ideolgico
oficial occidental, encendi la ira de los marxistas. Sobre todo su conclusin:
EN LAS REGIONES INDIAS DE AMERICA, EN LOS ANDES, HAY
SOLAMENTE UN RACISMO. EL OPRESOR, COLONIAL, BLANCO,
ANTI-INDIO. LLAMAR RACISTAS A LAS VICTIMAS DEL RACISMO,
POR TRATAR SER PROTAGONISTAS DE SU DESTINO, ES EN SI UN
ACTO DE RACISMO.
Las Naciones Unidas convocaron al Tercer Seminario Internacional de
Cultura y Pensamiento sobre la Transformacin del Mundo, Argelia, 13 a 17
Diciembre 1981. Participantes de todo el mundo escucharon por vez primera
la palabra india andina. Y la Universidad de la Naciones Unidas con sede en
Tokio, public mi libro Pensamiento poltico de la Sud Amrica India.
En Ginebra convers con Ahmed Ben Bella primer presidente de la Argelia
libre postcolonial. Decidi que mi TA WA INTI SUYU deba ser publicado en
francs. Dio el dinero para traduccin e impresin a Jean Loup Herbert, un
espa francs infiltrado dentro del Islam, quien sabote y no apareci la
versin francesa.
El Partido Verde del Japn me invit dos veces a ese pas. Con la precisin y
puntualidad japonesa di un promedio de ocho conferencias por da por todo
su territorio. Y publicaron en idioma japons mi TAWA INTI SUYU.
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En Escandinavia y Groenlandia, Polo Norte, me presentaron como Presidente
del CMPI, Consejo Mundial de Pueblos Indgenas. Entre otras cosas por
hablar ingls. No se oficializ el nombramiento. No obedec las directivas de
los financiadores protestantes. En las Naciones Unidas, Ginebra, me
prohibieron hablar con los terroristas palestinos y fue lo primero que hice.
El 12 de Octubre de 1992, quinto centenario del descubrimiento, asalto,
encuentro, horror, etc. segn las opiniones, cataliz, aceler la cohesin
del indio.
Juan Carlos de Borbon rey de Espaa, en realidad sus asesores, pues el rey no
es muy lcido, decidieron como parte central de las celebraciones, organizar
una delegacin de lderes indios americanos. Ese da en Madrid, agradeceran
a Espaa, en la persona de su Rey dos cosas, el idioma castellano y la cruz
catlica. Segn ellos yo era la persona indicada para organizar tal
delegacin.
La Televisin Espaola me invit al programa La Ventana Electrnica, 9 de la
noche, hora prima. Acept con una condicin: mi intervencin sera en vivo,
en directo, no editada, no censurada. Dije: LOS CRIMENES NO SE
CELEBRAN, SE CASTIGAN. Y el proyecto de la tal delegacin india se
vino abajo.
Estas palabras resonaron. El verbo indio andino fue escuchado por primera
vez en varios encuentros internacionales.
En Trpoli. Lbia, Muahamad Gadaf, intent crear la Yamahiria, una Quinta
Internacional, tras el fracaso de la Cuarta Internacional trotskista. Rusia y
Cuba dominaban el Congreso. Excluyeron al indio americano de la lista de
oradores. Los indios decidimos: adems de tener rostro, muy bien usado en el
evento, tambin tenemos cerebro, voz. Si nos prohiban hablar
abandonbamos el congreso. As logramos acceso al micrfono.
Habl en kheswa, castellano e ingls. A las primeras palabras del idioma
incaico toda la concurrencia se puso de pi y estall en aplausos. Record las
palabras de los guerreros vascos: Te entienden en la medida que no te
entienden. Cunta razn tienen.
Un enorme retrato de Simn Bolvar adornaba el saln. Cuando dije que l
tena las manos manchadas con sangre india la numerosa delegacin
comunista venezolana brinc de sus asientos y avanz al presidium para
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golpearme. Yo quera que corriese sangre, para demostrar ms all de toda
duda, la raz antindia, racista del marxismo, especialmente latinoamericano.
Los delegados africanos reaccionaron inmediatamente, se enfrentaron a los
criollos blancos e impidieron la agresin. Captaron su negritud era tambin
discriminada por la ideologa blanca. Sent la simpata de los rabes, pero no
podan demostrar/a, dependan de Rusia para suministros militares.
La delegacin Irn, al verme totalmente antioccidental, me invit a Thern a
la celebracin de diez aos de la cada del Sh, el ttere imperialista. Fui el
nico indio americano presente. El Islam trat de convertirme a su religin.
Les expliqu, durante medio milenio todava no podamos limpiamos de la
religin extranjera trada por los asaltantes europeos. Mal hara en llevar a
Los Andes otra religin ajena, por muy bella y justa que pudiera ser.
En Tehern Rafael Parra, un periodista espaol de izquierda, ley mi obra y
me prometi publicar/a en Madrid. Cumpli y TAWA INTI SUYU apareci en
Espaa con el titulo PALABRA INDIA.
La delegacin de Talibanes, victoriosos despus de expulsar de Kabul, capital
de Afganistn, al ejrcito sovitico, lleg a Tehern. Me invit, otros
congresos me impidieron ir.
Dirigentes del ala poltica de la ETA militar me llevaron a Euzkadi, la Nacin
Vasca ocupada por el ejrcito espaol. Mi libro, me aseguraron sera
traducido a su idioma y publicado por la editorial Xallaparte. El marxismo
controla esta editorial. El pueblo vasco llamado el pueblo indio de Europa,
por ser el primer habitante humano de los Pirineos, no pudo conocer la
historia de otro pueblo originario, por el accionar del brazo izquierdo del
Hombre Blanco.
Con los catalanes de la organizacin independentista Terra Lliure, Tierra
Libre, creamos en Barcelona la OSMI, Oficina de Suport al Moviment Indi.
Publicamos varios nmeros de la revista Wiay Marka, con el pensamiento
cultural, social, poltico de los habitantes originarios de toda Abya Yala.
La Sociedad Internacional de Sociologa me invit a su Dcimo Congreso
Mundial en Nueva Delhi, India. Llegu con los delegados espaoles. Ninguno
de ellos hablaba ingls. Se dio la situacin inusual, un indio americano les
serva de traductor imprescindible en la India, ex posesin inglesa. Hicieron
una colecta para pagar mi pasaje a Shirinaga, Cachemira, en las
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estribaciones del Himalaya, donde tambin por primera vez se escuch el
idioma y pensamiento Inca.
Occidente, el marxismo, quiso apropiarse del aniversario del quinto
centenario, convertirlo en discurso meramente antiyanqui, no antioccidental.
Yo martillaba y dejaba claro: el Hombre Blanco, el colonialista nos
estrangula usando sus dos brazos, izquierdo y derecho. .
Esta pequea palabra de la infinita voz india, en Europa, frica, Asia, Arabia,
quebr la complaciente tranquilidad del control mental de Occidente sobre la
inmensa mayora de la poblacin humana del planeta, es decir no-occidental,
y a menudo anti-occidental.
Occidente reaccion en forma virulenta. Uso primero los msculos de su
brazo izquierdo. Sus marxistas me etiquetaron de agente de la CIA.
A continuacin su brazo derecho, pro yanqui, me etiquet de
fundamentalista, tipo Ayatollah Joimeini de Irn la antigua Persia, viviendo
hoy libre su propia religin. Ante esta situacin, inusual. Hasta para rer y
sonrer. No me qued otro camino que pedir/es pblicamente a los dos brazos
del mismo cerebro, no contradecirse: POR FIN, SOY AGENTE DE LA CIA
O SOY FUNDAMENTALISTA". Porque imposible ser ambas cosas al
mismo tiempo.
La principal enseanza de este largo recorrido: APENAS EL INDIO SE
PONE DE PIE, LAS POLITICAS DE OCCIDENTE OLVIDAN SUS
DIFERENCIAS Y SE UNEN PARA ATACARLO.
No habr victoria mientras el indio busque su liberacin apoyando a un sector
del mundo blanco contra otro. Habr victoria cuando entendamos y
comprendamos: el opresor es uno solo, es el pensamiento europeo, con todas
sus tendencias.
4- FINAL DE LA INTRODUCCION
Esta obra es subversiva, rebelde, guerrera, liberadora. Estos cuatro nombres
significan lo mismo.
Frente a las monstruosidades perpetradas por los dueos del mundo, el
Hombre Blanco, Occidente, las transnacionales (estos cuatro nombres
tambin son sinnimos, significan los mismo) la nica respuesta posible es la
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guerra. No doblar la rodilla, porque el enemigo, el blanco agringado, slo
respeta lo que le ataca.
La primera prioridad de un alma limpia en esta vida es clara: defender lo
propio, no lo ajeno.
El estado boliviano es tentculo andino del pulpo opresor mundial. Por lo
tanto en el Kollasuyu hay que ser doblemente subversivo. Adems de ideas
liberadoras universales defendemos nuestro propio ser.
A mis lectoras y lectores debo decirles. No les estoy indoctrinando,
adoctrinando, enseando nada que no est ya enraizado en las milenarias
profundidades de su alma. Solamente les estoy recordando algunas realidades
para que escuchen el silencio recndito de su espritu! propio y no la mentira
bullanguera orquestada por el depredador extranjero.
El Tercer Milenio ha comenzado bien para los pueblos indios de Amrica, de
Abya Yala. Su amanecer ha coincidido con el amanecer del Pachakuti.
Debemos sentimos afortunados de ser testigos, participantes y hasta
protagonistas de este momento histrico. Las sombras han durado demasiado.
Las penumbras de la noche colonial. Del horror cinco veces centenario, van
siendo empujadas a un lado por el principio de la luz, por el nacimiento de la
aurora multicolor.
Noviembre 2005, Achocalla Kollasuyu
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CAPITULO UNO
AYER
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1- LA COMUNIDAD COSMICA
Hace apenas 500 aos la red de pueblos comunales se extenda desde los hielos
de Alaska hasta los de la Patagonia. Compartan races y estilos. La variedad
de climas y suelos slo dio matiz regional a vestidos y ciertas costumbres.
Esta confederacin elstica de naciones, iguales por dentro y parecidas por
fuera; gener dos concentraciones mayores. Una en las selvas hmedas de
Guatemala y llanuras centrales de Mxico. La otra asentada en las laderas
andinas y alrededores del lago Titikarka.
Mayas-Qhichs en el norte y Aymaras-Kheswas en el sur resultan de una
memoria de tradiciones, de una sabidura cristalizada pacientemente a lo largo
de ms de 500 siglos de aprendizaje. En la pennsula mexicana de Yucatn tan
solo 142.000 pirmides fueron construidas. Y cada pirmide es libro pblico,
ostensible, con conocimientos tallados, para asegurar que la sabidura
comunitaria estuviera siempre compartido. En Mrida, Mxico, Carlos Darwin
vio dibujada en una pirmide la evolucin de la vida a travs de las especies.
Vio al microorganismo formndose en el agua, adquiriendo aletas y
convirtindose en pez. Observ sus aletas volvindose patas al abandonar el
agua y arrastrarse a la tierra ya reptil, y siguiendo su evolucin hasta el
humano. La pirmide no termina en punta porque el humano no es el fin de la
evolucin.
La sabidura Maya-Qhich en su juventud cre el maz, domesticando y
mezclando granos silvestres hoy desaparecidos como el tripsacum. La
sabidura Ayrmara-Kheswa cre la papa, las 200 variedades, partiendo de
tubrculos amargos no comibles, domesticndolos y experimentando
mutaciones pacientemente.
Ni maz ni papa, a diferencia de trigo Y arroz, nacen o existen Silvestres. La
mazorca necesita ser desgranada y dispersada para completar su ciclo de vida,
los tubrculos de la papa pertenecen a una sola raz y tallo. Sin mano humana
que los esparza en una temporada agotan su porcin de tierra.
Ambas tradiciones dibujaron un smbolo comn: el guila mexicana y el
cndor andino con los cuellos enlazados. Su parentesco es patente en las ruinas
y en el hoy. Olmecas quienes antecedieron a Mayas y Chavines quienes
antecedieron a Incas dibujaron y tallaron la energa con figura de jaguar en la
misma poca. Un jaguar es de jungla, el otro de alta montaa, pero sus
proporciones y actitudes son iguales. Los pueblos del sur saban que la vida de
este planeta surgi de la unin del Sol con la Tierra. Los pueblos del norte
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cuentan: el Sol dispar un cuchillo de fuego que cruz la noche sideral para
hendir y fecundar a la Tierra, la madre Coatlihue.
Ambas concentraciones de pueblos vivan bsicamente de vegetales, frutas y
comida marina. El anlisis de los coprolitos, excrementos humanos fosilizados,
y de los dientes de las chullpas sentencian: no necesitaron ser carnvoros para
sobrevivir.
En la costa andina el maz se sembraba encerrando cada grano en las
mandbulas de una anchoveta o sardina. En el norte junto al grano enterraban
cabezas del mismo pez. As capturaron la energa solar acumulada en el
plancton marino, alimento del pececillo, Y la hicieron digerible para el cuerpo
humano. Cada plantita de maz naci junto a su carga energtica necesaria para
su desarrollo ptimo. Desde entonces el maz habilita circuitos elctricos
cerebrales. Por l las explicaciones de los pueblos del norte sobre la vida,
muerte, Cosmos.. de tan exactas y profundas ya son poesa, por el uso de una
alta proporcin de los 16 millones de circuitos cerebrales humanos, hoy
dormidos.
El parentesco est hoy en la vida diaria, en sistemas de trabajo, idiomas sin
"erres" speras, en la comunidad del Callpulli y Ejido mexicanos y el Ayllu
andino, en la medicina natural y en objetos de uso corriente Como la rueca
incaica, usada y construida en la misma forma en las selvas centroamericanas.
La vida inca fue organizacin centralizada de varios pueblos comunales,
llamada Tawantinsuyu (Kheswa, Tawa-cuatro, Inti-sol, suyu-regin). El Ayllu
de Ayllus estaba formado por cuatro regiones: Kollasuyu, Chinchasuyu,
Antisuyu y Cuntisuyu. Se extenda de Cali, Colombia, a Valdivia, sur de Chile
y del ocano a la jungla amaznica. Durante ms de 50 milenios los pueblos
andinos crecieron. De la colectividad recolectora de frutos silvestres a la
colectividad agraria y pastora y de sta a la comunidad cientficamente
organizada por leyes csmicas.
El pensamiento indio no cay en la metafsica abstracta. Pensar indio es accin
concreta sobre cosas o hechos concretos y tiles. Es sentir en la mente Agua,
Tierra, Viento, Sol mezclndose en armona perfecta. La mente india analiza,
valora y cataloga causas de nuestra vida.
La comuna agraria creci a comuna csmica cuando capt la armona la del
universo. Cuando sinti sus latidos como la suma infinita de contracciones y
dilataciones de todos los astros, de aspiraciones y espiraciones de todas las
plantas y animales, de sstoles y distoles de todos los corazones, del dar y del
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tomar de todas las cosas. Estos dos momentos con su oscilacin mantienen la
vida que conocemos. Ellos tambin existen como luz y sombra, calor y fro,
verano e invierno, da y noche. Por eso no es nuestra la oposicin bien-mal,
Dios-Satn, amor-odio. Nuestro padre, el Sol, no tiene su opuesto enemigo en
la Luna, ni en la tierra, sino sus complementos. Sentimos la diferencia bien-
menos bien, me gusta ms-me gusta menos, ambos necesarios para la vida en
uno u otro momento.
En la armona universal desde las hormigas hasta las estrellas todos los seres
tenemos nuestro lugar, todos estamos formados por elementos qumicos del
mismo conjunto y sujetos a las mismas leyes naturales que reglan fecundidad,
"1acimiento y muerte. Todos dependemos de todos. La plantita ha nacido por
el trabajo comunitario de Lluvias, Sol, Tierra y otras entidades conjuntas.
Cuando comemos la plantita estamos comiendo energa csmica. Nuestra
sangre es cosmos licuado. Somos 1/4 parte energa solar y 3/4 partes agua.
Plantas y animales cogen o matan otras plantas y animales sin romper el
equilibrio natural porque lo hacen en la medida justa para mantener su vida. En
el Tawantinsuyu y en la Comunidad se coge o mata vegetales y animales en la
medida justa para mantener nuestra vida, nuestra calidad de eslabn csmico.
El asesinato, la caza, no era ni es diversin o deporte. No nos alegr ni nos
alegra la destruccin intil de otras formas de vida.
Colectivamente se sinti: todos los seres del universo adems de tener los
mismos elementos y depender unos de otros, por la evolucin cclica en espiral
eterna, son lo mismo. Todo lo que existe es ser humano en diferente momento
de evolucin. Todos fuimos o seremos estrellas cuando la rueda cclica enlace
otros tiempos y otros espacios. En 1970 soldaba para David Alfaro Siqueiros,
el famoso pintor mexicano, las esculturas de su gigantesco mural La Marcha
de la Humanidad. Me interes una momia congelada en el momento de alzar
vuelo. El maestro me explic: "Es un azteca recin muerto, vuela a fundirse
con Venus".
Sintindonos y sabindonos eslabn, insignificante y csmico al mismo
tiempo, podemos hablar con ros y montaas, saludarlos, pedirles permiso para
atravesarlos. Percibir sus cambios y humor. Sentimos siempre acompaados
por las diferentes formas que adquiere la vida en cada momento. Los
pescadores jvenes suelen preguntar a los viejos: Cmo hay que saludar al
mar para que no canse?
Los ojos no slo ven. Sienten cuando dejamos que sus' pupilas abiertas toquen
vibraciones de cosas y seres. As la experiencia aprendi a diferenciar las
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piedras por su sexo," a escoger las piedras machos para calentarlas al rojo vivo
sin que estallen y cocinar con ellas y separar las piedras hembras que aceptan
ser talladas.
Ignoramos el terror ciego a la muerte y la tensin que quiebra, corazones por
sabemos nota intercambiable de la sinfona total. En ella viviremos siempre
siendo una a una todas las infinitas formas.
En el Tawantinsuyu nadie se sinti rey de la creacin ni amo de plantas,
animales, tierras ni humanos. Somos las otras formas de vida con otra cara.
Slo el hostil a la naturaleza puede ser hostil a otros humanos, que son tambin
naturaleza.
Para nosotros el tiempo no es lnea recta formada por puntos momentos
aislados, naciendo de la nebulosa del pasado y perdindose en la nebulosa del
futuro. Por ello creamos varios calendarios. Cada movimiento del mundo
enlaza varias constelaciones de tiempos y espacios. Pasados, presentes y
futuros, lejanos y cercanos, estn enlazndose en cada segundo con todas las
formas del espacio.
Seguridad en el movimiento, ignorancia del vrtigo, capacidad de gustar la
msica en silencio dentro de uno mismo, integracin de la personalidad a un
nivel muy profundo donde se confunden razn, emocin, imaginacin, accin,
deseos, son posibles porque sentimos el tiempo y el espacio viviendo y
juntndose tambin dentro de nosotros.
El Tawantinsuyu adora las fuerzas reales que nos crearon y nos mantienen.
Nuestro padre Inti es el Sol. Nuestra madre Pachamama es la Tierra. Nos
consideramos raza solar porque nuestro Inti adems de fecundar a la
Pachamama fue el arquitecto de nuestras ciudades, con su trayectoria nos
orient al levantar nuestros pueblos y hogares, nos indic la mejor disposicin
de calles para recibir sus rayos vitales la mayor parte posible del ao y del da.
La Pachamama nos da vida, alimentos, vestidos y techo. Es cuna y tumba. Por
eso la cuidamos con amor de toda erosin. La dejamos descansar cada 3 4
aos segn el sembrado.
La nutrimos con fertilizantes naturales, rotamos los cultivos. No la herimos
con arados de metal que le lastiman la piel e impiden la renovacin de sus
alimentos. Le ofrecemos el primer trago y el primer bocado, retorno simblico.
Ms all del Inti y Pachamama hay una comunidad de fuerzas. Csmicas
demasiado sagradas para ser nombradas o dibujadas. Nuestras pirmides,
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aunque enormes como cerros pequeos, no rompen el paisaje, se integran a l.
Son truncadas porque no creemos en un dios nico, individual, sino
comunitario.
Las leyes humanas no eran diferentes de las leyes naturales. Imposible vivir
fuera de estas ltimas. El microorganismo construye en su interior un reflejo
del exterior. El tomo repite al sistema solar, al Sol, con su protn y a los
planetas con sus neutrones. El Tawantinsuyu repiti al micro y al macro
organismo haciendo de la familia la molcula bsica de la organizacin social,
repitiendo al Sol con el padre y a la Tierra con la madre, ninguno superior,
ambos imprescindibles e inescindibles.
La unin de familias-molculas forma la Comunidad India. El Ayllu ya
cumple funcin de clula. Asegura la vida del organismo social completo
asegurando su propia vitalidad interna.
La vida no es sino la unidad armnica de las clulas que se multiplican y
organizan. Los Ayllus multiplicndose organizadamente crearon el
Tawantinsuyu. Nuestra organizacin social naci espontneamente de la
evolucin natural. No del capricho de un cerebro ajeno a la naturaleza, es decir
dictatorial. Nuestros calendarios nos ligaron al Cosmos. Ordenaron nuestra
vida con el ritmo de las constelaciones. Aprendimos de ellas a no sufrir prisa,
ni competir unos con otros, ni levantar jerarquas. La igualdad o democracia
Sideral se refleja en la igualdad de la Comunidad. Los miembros del Ayllu
viven sin prisa y sin pausa, sin competencias ni jerarquas petrificadas, sin
miedo a desaparecer, porque otros asegurarn la sobrevivencia comunal donde
nadie es indispensable y todos son necesarios.
Ni en el Universo ni en el Ayllu el individuo existe. La sociedad fue antes que
el humano individual. Nadie dijo: voy a cuidar de m solo, no me importa mi
Ayllu. En el Tawantinsuyu hubiera sido tan absurdo como si la hoja dijera a la
planta: no me importas t, voy a cuidar de mi sola.
Todas las entidades del universo trabajan comunitariamente. Consciente de
ello el indio para sembrar o construir forma Minka o Ayni, trabajo comunal.
Tiwanaku, Andawaylas, Sacsaywamn y todos los edificios que resistieron
siglos y espaoles, fueron construidos Con Aynis. 15 y 20 mil hombres y
mujeres guiados por la sabidura milenaria compartida. Sus cimientos no estn
mezclados, con esqueletos de esclavos. No fueron necesarios ltigo ni
mquinas. Bast una pequea parte de la energa' comunitaria. Nuestros
antepasados siempre construyeron lo mas con lo menos, con los medios ms
simples. Qu otra cosa es habilidad?
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En el Tawantinsuyu el trabajo era felicidad. Como hoy en el Ayllu era
comunicacin con nuestra madre y con nuestros hermanos. Trabajar era
aprender a crecer, a Confundirse con la reproduccin fascinante de la vida. En
ninguno de nuestros idiomas trabajo es objeto, sustantivo, no dijimos "voy a
hacer un trabajo", "tengo un trabajo". Fue accin orgnica como respirar o
caminar.
Los das de trabajo comunal son das de fiesta. En el Tawantinsuyu el Inca
iniciaba la fiesta de la siembra trazando impecablemente el primer surco con
una Chaquithajlla (kheswa, chaqui-pie, thajlla-arado) de oro. Despus de haber
pedido permiso a las entidades csmicas, sobre todo a las que directamente
influyen en la germinacin y crecimiento, al Sol, a la Lluvia, a la Tierra y al
Aire. Hoy los Ayllus esperan ansiosamente ese da. Semanas antes las mujeres
practican canciones y bailes y los hombres instrumentos musicales. El da de la
siembra, aporcamiento o cosecha, las montaas ridas donde los Ayllus se
refugian se alegran cuando filas de comuneros las cruzan bailando. Algunas
mujeres llevan siete polleras de diferentes colores y cada movimiento de sus
caderas, fuertes y flexibles, forma arco iris circulares a ritmo ondulante. Ya en
el lugar adoran a los dioses naturales con mstica profunda, directa, sin
adornos. Yo sent el universo detenerse un momentito a presenciar el rito de la
continuacin de la vida. Despus los hombres forman grupos de cuatro, como
cuatro son los elementos principales de la vida, Aire-nitrgeno, Fuego-
oxigeno, Agua-hidrgeno y Tierra-carbono. Avanzan hendiendo la Tierra con
la chaquithajlla, preparando el Hueco. Las cuatro mujeres siguen, depositan la
semilla, ovulan de acuerdo a su sexo.
J ams Los Andes estuvieron tan cultivados como entonces. Agricultura
tecnolgica era ciencia natural aplicada. Los desiertos actuales de la costa
andina nacieron despus de la destruccin de nuestros sistemas de riego. La
arena de la costa andina est mezclada con abono. Guano pulverizado de
billones de aves marinas acumulado en millones de aos. Fertilizantes de Los
Andes tan poderosos como el nitrato de sodio, salitre, vivificaron durante los
ltimos cuatro siglos a las tierras agonizantes de Europa. El Tawantinsuyu
convirti desiertos en tierras laborales. Los Incas abran hoyos en los desiertos,
en su fondo plantaban, al cubierto de la cancula, vegetales que capturaban la
humedad del aire (9 meses al ao 90 por ciento) y la incorporaban a la tierra.
Con sus races formaban un tejido orgnico, as impedan al desierto tragarse el
agua de riego.
El Tawantinsuyu sembr toda la tierra frtil y habilit tierras estriles. Pudo
hacerlo por su red de acueductos, principalmente subterrneos para no reducir
.a tierra cultivable. El agua era cuidadosamente distribuida por cultivos,
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distancias J tiempos. Los canales incaicos recogan los deshielos de la
cordillera andina. Atravesaban sus entraas. Corran encima de puentes
salvando quebradas gigantescas. Seguan, pese a terreno tan irregular, curvas
perfectas de varios kilmetros de radio manteniendo la misma inclinacin. El
riego estaba asegurado. Pozos horizontales introducidos al seno de las
montaas altas recogan el agua escurrida de las nieves eternas. Durante la
noche compuertas cerraban estos pozos-canales, el agua se acumulaba y
distribua equitativamente en el da.
Minkas de decenas de miles de comuneros construyeron esos canales asombro
actual de los europeos estudiosos. Tambin cambiaron el perfil de las
montaas. Cuando el declive era demasiado vertical construyeron, como
gradas gigantescas, andenes para retener el agua y sembrar. Plantas servan
para fijar con sus races las enormes piedras. Las andeneras crearon 20
millones de kilmetros cuadrados de tierra cultivable. Muchas no pudieron ser
destruidas y siguen sirviendo.
El Tawantinsuyu estaba cruzado por caminos de piedra. Del Cusco, la capital,
partan cuatro caminos principales a los puntos cardinales y a las cuatro
regiones principales. Existan adems dos sistemas bsicos de caminos
Longitudinales. Uno segua la costa desde Tumbes, Ecuador, hasta Coquimbo,
Chile. El otro, serrano, recorra de Quito a Tupumn. Varios sistemas
transversales unan playa y montaa.
Los caminos incaicos no' han podido ser destruidos. Tienen el lecho de piedra
en un ancho de hasta 15 pies. A sus orillas protecciones de tierra guardaban del
viento y sol ardiente. Cieza de Len, cronista espaol, cuenta cmo los
encontr: "Todo este camino iba limpio y echado por debajo de arboledas, y de
estos rboles por muchas partes caan sobre el camino ramos de ellos llenos de
frutas, y por todas las florestas andaban muchos gneros de pjaros y
papagayos y otras aves". (CIEZA DE LEON, Pedro: La Crnica del Per.
Lima, Inca, 1973). Nada detena la perfeccin de su trazo, si una roca gigante
estaba al frente, la tallaban en gradas y descansos, si era un desierto lajas y
maderas como horcones a sus costados sealaban el rumbo, si eran quebradas
tan altas que las nubes quedaban debajo de los pies, construan puentes
colgantes de paja, totora u otras plantas vivas, es decir sin cortar races, al
contrario, cuidndolas. Los espaoles pudieron cruzarlos con caballos y
caones.
A cada 4 5 horas de caminar esperaban aposentos llamados Tambos, algunos
todava siguen sirviendo en los pliegues andinos. En los tambos los caminantes
encontraban agua fra y hervida, fuego para. Cocinar, lecho y alimentos. Parte
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de las cosechas comunales iba a los tambos. Ni en viajes largos los habitantes
de la nacin Inca portaban comida, agua, ni cobijas. Libres de toda forma de
dinero estaban libres del temor de ser asaltados.
El sistema de correos dependa de los Chasquis. Ellos vivan con sus familias,
por turnos, a la orilla de los caminos; a distancias que podan correr sin
descansar. De Limatambo al Cusco un objeto poda ser entregado en tres das,
a un promedio de 250 kilmetros por da. Los espaoles agotando sus caballos
necesitaban dos semanas para cubrir tal distancia. Cuando no transportaban
una encomienda usaban la acstica de valles y quebradas. Gritaban el mensaje,
el eco estiraba su voz salvando rpidamente distancias.
Tierra, ros, peces, bosques, rebaos, nubes, todo era comunal, de todos en
general y de nadie en particular. La Tierra se distribua anualmente a las
familias. Al nacimiento de cada criatura reciba una parcela adicional, otro
tupu; los historiadores blancos todava discuten- sobre el tamao del tupuo
Variaba con la altura, fertilidad y humedad del suelo. Su medida era producir
alimento suficiente a una persona de cosecha a cosecha. Las familias reciban
tupus en diferentes altitudes para su comida variada, de valle y montaa. La
redistribucin anual prevena la cada en el egosmo personal. Las mejoras en
las parcelas eran por fuerza beneficio comunal.
Los Ayllus siempre cosecharon ms de lo que coman. Eleccin de las mejores
semillas, sistemas de riego, fertilizantes naturales, rotacin de sembrados,
descanso peridico de la tierra y trabajo comunal daban cosechas excelentes.
Las cosechas se dividieron en dos partes. La grande fue a las familias para su
consumo. La pequea, llamada parte delinca, se distribuy en depsitos, como
la grasa est almacenada en el cuerpo humano. Cumpli las mismas funciones.
Fue reserva para catstrofes, terremotos, grandes sequas, inundaciones. Al
acumularse esta comida social iba a tambos o serva como ayuda a otras
comunidades, pueblos, para ancianos, viudas, hurfanos. Estos adems
tuvieron para s los tres surcos ms cercanos a los caminos. Aunque hubo
abundancia el bienestar dependi mas de la distribucin equitativa que de la
opulencia: el trabajo era general, desde el Inca hasta el comunero. El
Tawantinsuyu no conoci persona ni sector viviendo y gozando trabajo ajeno.
La acumulacin privada fue desconocida e innecesaria. La acumulacin
comunitaria llenaba siempre los depsitos.
La papa y otros tubrculos se guardaban aos sin podrirse. Secados con la
tcnica actual de los Ayllus. Las papas envueltas en sacos de paja son
remojados en los arroyos de los deshielos. Reciben el Sol quemante del
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altiplano a intervalos. Fri y calor combinados las seca sin quitarles sabor ni
poder nutritivo. Chuo, Tunta, Kaya, etc., pueden ser guardados ya en
cualquier clima por siglos. Para cocinarlos basta remojarlos horas antes,
dejarlos recuperar su agua, hincharse y ablandarse.
En el Tawantinsuyu tener hambre era delito, tambin caminar harapiento o
sucio. En los extraos casos de persistencia contumaz el castigo era la muerte.
La salud de la Comunidad, como la del cuerpo, exiga eliminar a sus clulas-
miembros descuidados de su propia vida. En Aymara no existe la palabra
hambre, debe decirse falta de comida. La riqueza funcional de este idioma se
muestra, por ejemplo, en sus seis verbos para levantar. Waytam es levantar un
objeto pequeo de una oreja, Ittam es levantar un objeto ms grande de dos
orejas, Ek'tam es levantar una hoja de papel, una sbana o algo plano y ligero,
Astam un plato, fuente o recipiente plano, Ichtam algo pequeo como un
grano de quinua, maz o, metafricamente, un bebe y Aptam levantar en
general.
El vestido en el Tawantinsuyu estaba asegurado. Vivan millones de alpacas,
vicuas, chinchillas y dems animales andinos, hoy extinguindose por el
asesinato frentico de los comerciantes. Decenas de miles de mujeres, nios y
hombres formaban cercos gigantescos. Al ritmo de risas y canciones, con
gritos y agitando colores, el cerco se estrechaba encerrando miles de albaceas,
vicuas, etc. Los trasquilaban, curaban a los enfermos o accidentados, les
quitaban espinas enterradas, les solucionaban cualquier problema. Los
animales ya decrpitos eran muertos para aprovechar carne, lana, cuero, grasa
como medicina, huesos para agujas. Nada se desperdiciaba.
Tintes eternos, salidos de plantas, insectos, minerales, elaborados
pacientemente, cuando la luna creca o menguaba, coloreaban la ropa
combinndola con las flores, paisajes, pjaros regionales.
A las vicuas y alpacas recin nacidas excepcionalmente bonitas, las de un
color o una sola mancha, solan adornarlas con hielos y borlas de lana de vivos
colores en las orejitas. Las soltaban y se iban jugando y saltando por las
quebradas. Eran chispas de colores que alegraban montaas, vientos, nios.
Trasquilados y curados los animales corran libres otra vez. Hasta el prximo
arreo era prohibido atraparlos, herirlos, asesinarlos o molestarlos.
La medicina incaica, como la india de hoy, fue natural.
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Por ello eficiente. Nuestras medicinas no curan enfermedad creando otra. Los
pueblos del norte clasificaron 3.000 plantas curativas y nosotros compartimos
ese conocimiento. La medicina preventiva importaba ms que la curativa.
Como el Tawantinsuyu era orden, todo tena su tiempo y lugar. En ciertas
edades se tomaban hierbas que durante milenios probaron prevenir males. Por
ejemplo las enfermedades de la prstata, aparecidas al hombre blanco despus
de los 40 aos, se evitaban tomando a los 25 aos el agua donde hirvi el izau
agridulce.
No dividimos al cuerpo en dos mitades, espiritual-material, curamos todas las
enfermedades simultneamente en carne y sentimientos. Los cirujanos del
Tawantinsuyu operaban la masa enceflica. Algunas Chullpas, momias indias,
tienen cicatrizados orificios tapados perfectamente circulares en el crneo.
Otras muestran dientes con obturaciones de oro. Los Mayas usaban con ms
frecuencia el jade como adorno en los dientes.
La tristeza fue enfermedad. La curaban rejuntando al enfermo con su ambiente.
A veces escogan una planta florida, en el norte la Tiricia de flores amarillas, y
dialogaban con ella. En ciertos amaneceres el enfermo abrazaba la planta cuya
alegra le pasaba. Masajes, llevando ms sangre al corazn y cerebro, tambin
ayudaban a recobrar la alegra natural. Volvan a armonizar el ritmo interno
con el csmico con ayuda de flores, arroyos, nubes, diversiones. Ver flotar uno
a uno ptalos de ciertas flores por arroyos cristalinos repitiendo palabras o
recordando, imgenes borraba las causas de algunas tristezas.
Cuando el mal estaba en la sangre parte del tratamiento sola ser cambiar de
altura. Respirar ms o menos nitrgeno u oxgeno cambia la proporcin de los
elementos de la hemoglobina o clulas de la sangre. Siglos despus Europa
quemaba a Miguel Servet por atreverse a decir que la sangre pasaba por los
pulmones.
Los mdicos conducan sentimientos. Entraban a una casa y entraba con ellos,
como su sombra, la confianza y el respeto. En Charazani, Bolivia, se formaron
y forman mdicos indios famosos por sus conocimientos en hierbas. Ellos
siguen recorriendo los caminos andinos portando, en su maari (kheswa, bolsa
colgada del hombro) hierbas para curar todas las enfermedades regionales. Ni
piden ni aceptan paga, pero todos les ofrecen alojamiento y comida.
Las montaas andinas son de estao, cobre, oro, antimonio, plata, wolfram y
varios otros metales. Todos ellos fueron trabajados por nuestros antepasados.
Los mochicas, en las laderas costeas de la cordillera, soldaban, templaban y
doraban el cobre con tcnicas hoy desconocidas en el mundo. Segn revelan
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los hornos descubiertos en Chan-Chan fundan sobre los 1.300 grados
centgrados. Lograron unir cobre y berilio (esmeralda) en aleacin dursima
capaz de cortar acero. Con esta aleacin forjaban cuchillos para tallar y pas
grandes para matar lobos marinos y ballenas.
Los hornos metalrgicos incaicos fueron pequeos y diseminados para no
envenenar el aire. Hoy asombrara su sencillez. Eran 3 4 piedras o un hueco
en la arena, calentados con carbn de piedra y una corriente continua de aire.
El jugo de algunas plantas era usado a veces como catalizador. La orfebrera
exquisita de trazos iguales y a proporcin es obra de habilidad manual, no de
herramientas. Con piedras de diferente forma podan doblar, cortar, repujar,
tallar, grabar relieves, huecos y todo lo pedido por el diseo. Los espaoles
vieron nios hacerlo. Los moldes eran arena 'humedecida, a veces con miel de
abejas.
La piedra viva es el material de construccin ms noble. No se oxida, ni estira
ni contrae por cambios de temperatura. Fue la materia preferida.
Sacsaywamn, Andawayllas, Tiwanacu y otras construcciones kheswaymaras
son bloques licuados con pasta radiactiva. El uranio, presente en nuestro suelo,
era llamado "la sal que mata". As la piedra fue moldeada a las necesidades de
la construccin sin cemento ni argamasa alguna. Los ojos pueden captar la
diferencia entre la piedra tallada y la licuada, moldeada, enfriada y endurecida
para siempre.
Edificios, pirmides, platos, vasos, fuentes, no necesitaron adornos para ser
bellos. La belleza no estaba separada de la utilidad. El balance perfecto y los
colores eternos de la cermica encauce eran funcionalmente adecuados a su
uso y a sus smbolos. Los tejidos y las diferentes formas de unir lienzos
tambin llegaron a la belleza por el camino de la utilidad. Los arquelogos se
asombran como los tejidos incaicos, pese a estar enterrados en suelos cidos
hmedos y alcalinos, no pierden sus colores, principalmente los de Parakas.
No develaron el misterio porque buscan tintes. El algodn tras mutaciones
germinaba con el color ya adentro. Estos delicados injertos desaparecieron
despus.
El Aymara y el Kheswa son idiomas pulidos durante ms de mil aos por la
necesidad de organizar el trabajo y la vida comunitaria. Son idiomas
colectivistas, socialistas, creados por y para gente sin categoras cristalizadas.
El kheswa es la ductilidad, ternura y dulzura de valles verdes. El aymara es
montaa, austeridad, sobriedad y dureza de las rocas granticas de Tiwanacu.
Ambos idiomas tienen ms vocales, consonantes y palabras que el espaol. No
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tienen los giros espaoles para nombrar formas de propiedad ni modos de
adquirir, transferir, perder, rentar, poseer. Ni adjetivos para alabar amos.
La escritura aymara y kheswa evolucion desde los dibujos simplicados y
simblicos, pas por los jeroglficos y lleg a la mxima abstraccin de
cualquier simbologa, el punto y la raya. Las matemticas incaicas conocieron
la posicin exacta de todos los planetas del sistema solar y confeccionaron
calendarios para cada uno de ellos. Europa, siglos despus, aprenda de
Tolomeo que la tierra era centro del universo. Segn unos sabios europeos la
tierra era un plano limitado por abismos donde los ocanos se vaciaban
incesantemente. Segn otros sabios europeos era una semibola sostenida por
cuatro elefantes parados sobre una tortuga.
Las matemticas incaicas tambin se afinaron hasta expresarse con puntos y
rayas. Escritura y numeracin se fundieron en la cumbre de la expresin
simplificada.
Los 7 colores hablaban. Es decir toda posibilidad de un sistema en blanco y
negro estaba multiplicada por 49. Los Kipus eran Kaitos (Kheswa-hilos de
lapa) de colores. Combinaban nudos-puntos y distancias-rayas para computar
tierras, caminos, poblaciones, distancias, reservas o declamar poesa. Los
Kipuca-mayos eran bibliotecas.
Los Mayas tambin llegaron a la simbologa de puntos y rayas a colores.
Consideraban los nmeros vivos por su gran movilidad. Su sistema de
numeracin vertical significa jerarqua entre nmeros aparentemente iguales.
Pudieron calcular el ao solar en 365 das y 2420 diezmilsimas y cronometrar
el infinito haciendo un calendario para 374.440 aos. Mientras Europa
quemaba vivo a Galileo por opinar que la tierra se mova.
El Tawantinsuyu para conocer las entraas del universo no necesit
instrumentos. De trecho en trecho, a lo largo y ancho del extenso territorio,
aberturas en pequeos montculos seguan la trayectoria de las estrellas. Marte
era Sartirrninasankha, Jpiter Pakheri y Pira, Llamaahui (ahui-ojo) la
constelacin Alfa.
El Tawantinsuyu aunque en agricultura, medicina, astronoma, fundicin de
metales, logr niveles no imaginados por Europa no cre armas, no organiz
ejrcitos contra otros pueblos ni policas contra sus habitantes. Matar no fue
oficio. No haban soldados, todos, desde el Inca, eran agricultores. La guerra es
ajena a la armona csmica y por ende a la sabidura inca. La guerra no existe
en la naturaleza y no existi en el Tawantinsuyu. No es fruto natural, es
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invento del hombre divorciado de la Tierra. Hoy parece imposible a mucha
gente imaginar millones de mujeres y hombres viviendo milenios sin conocer
guerra. Hoy mide la civilizacin y el desarrollo de un pueblo su capacidad
tcnica de destruccin. El Tawantinsuyu valor los pueblos por su capacidad y
tcnica de construccin. La medida fue calidad de vida, no facilidad de matar.
Las armas Slo miden barbarie.
Era moral lo que apuntalaba la vida y leyes morales regan el Tawantinsuyu.
No hay en el Ayllu candados ni cerraduras. Nada se atesora oculto. Nada se
roba. Una rama apoyada en la puerta deca nadie est en casa. Dos ramas
cruzadas a la entrada de un pueblo decan, no se quieren tratos con los
visitantes.
Leyes csmicas referidas a sociedades humanas se llaman leyes morales. Una
ley es moral si beneficia a la especie. Si beneficia un sector es inmoral porque
perjudica la especie. Las mismas leyes csmicas que dan vida, la reglan y
limitan. Absurdo tratar de ser libre de leyes naturales.
Las leyes morales nacen de un solo modo. Generacin tras generacin los
pueblos van aprendiendo a depender su bienestar Y Vida misma de su
cumplimiento. No nacen del capricho de un grupo, ni del cerebro de un
supersabio, iluminado, ni de ningn dios. Son traduccin a lenguaje humano
de las leyes del equilibrio csmico.
La presin moral del Ayllu es permanente y total. Centro de organizacin
social no es la familia sino la Comunidad. Es su responsabilidad cuidar a sus
miembros. La salud de cada uno es asunto comunal. Para reglar, las leyes
morales, no necesitaron ser codificadas ni escritas. Son tradicin viva. La
coercin moral comunal sola evita ataques contra la ley socialmente formada'.
En casos raros, cuando un transgresor persista, poda llegar a ser expulsado de
su Comunidad, condenado al individualismo. Castigo temido en extremo ya
que las Comunidades vecinas procuraban no tener tratos con el ofensor, pues
toda ofensa era social.
Esa misma presin moral premiaba a la mujer u hombre que sobresalan
dedicando su inteligencia, valenta o esfuerzo a mejorar la vida del Ayllu. El
prestigio espontneamente reconocido se hacia visible. En una ceremonia se
les colocaba en la cabeza la Mascaipacha corona de plumas de pjaros
pequeos de colores iridiscentes. La pluma, en todo el continente, represent el
pensamiento, su fuerza para remontarse como los pjaros y salvar distancias,
montaas, tiempos.
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La educacin colectiva formaba humanos colectivos. Todos los adultos
cuidaban Y enseaban a todos los nios y nias, que los llamaban tos. El
compartir vocacin influa ms que la relacin filial. Mdicos y artistas
ancianos atraan a mdicos y artistas nios. Se evit la relacin asfixiante y
excluyente slo con los padres biolgicos, o con uno de ellos.
Amar a nios y nias era ayudarlos a aprender. Grabarles con el ejemplo del
trabajo diario que su vida dependa de la Vida comunal, Amarlos no era
impedirles su crecimiento alejndolos del trabajo, nico aprendizaje real, Hoy
los pueblos aymaras con aprecio llaman Wawatdiosani (aquellos que hacen de
sus hijos sus dioses) a padres y madres que miman a sus criaturas.
El crecimiento era fluido. Nios y adultos no estaban separados
artificialmente. No haba ropa, comida, ni msica especiales para nios. Estos
ayudaban a la Comunidad apenas tenan fuerza y coordinacin jugando a los
cuatro aos ya ayudaban a escoger las semillas por color y tamao. Luego
cuidaban un huerto pequeo y alimentaban conejos, aves y Otros animales
pequeos, J ugaban aprendiendo y ayudando, desarrollando msculos, sentidos
Despus combinaban el pastoreo con hilado y tejido, ambos sexos Temprano
aprendan msica. Cualquier cargo de responsabilidad requera habilidad
musical, Revelaba armona interna.
Pronto nios y nias aprendan los trabajos del Ayllu. Su felicidad, desbordaba
en mucho al placer, naca de Sentirse da a da, creciendo, aprendiendo y
ayudando.
Toda mujer y todo hombre cumpla las leyes naturales de la reproduccin. El
matrimonio era obligatorio. Ella a los 14 aos, l a los 15. Las parejas se
encontraban generalmente en los' egrandes festivales como el Kapaj Raymi o
en Inti Raymi. Vivan un ao de matrimonio a prueba, el Sirwinacuy o
Tincunaspa (kheswa, encontrmonos). Despus se casaban para siempre: o
buscaban otra pareja. Divorcio no exista. El adulterio, de cualquiera de los
cnyuges, era casi desconocido*. Las mujeres no valan ms o menos despus
del sirwinacuy. No hubo ni nombre para la virginidad.
El sexo no fue condenado por nuestra religin ni costumbre. Por eso no fue
obsesivamente soado. Fue acto religioso. El ms conveniente, natural y
agradable para perpetuamos. Dibujos y esculturas salvados de la Inquisicin lo
muestran. Ni los ojos se salan de las rbitas ni las manos se crispaban como
garras durante el amor. No nos volvimos monstruos al hacerlo porque no
sentimos culpa.
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A los 24 aos el comunero, hombre o mujer, haba pasado por todos los
trabajos comunales. Estaba listo para ejercer cargos de responsabilidad social.
Una colectividad agraria, normalmente regalaba, generaba gobierno simple, sin
sobrepeso. Su vida sigue espontneamente los cauces probados de la tradicin.
El gobierno del Tawantinsuyu se forma naturalmente, de abajo hacia arriba.
Cada diez, cien, mil y diez mil familias eligen sus representantes gradualmente
hasta formar el Consejo de Ancianos y Ancianas. Este ratifica como Inca al
vencedor de una larga serie de pruebas de resistencia, inteligencia, voluntad y
bondad. No hay herencia ni primogenitura. El Inca simboliza el gobierno y
recibe emisarios de otros pueblos.
La pirmide truncada representa grfica y pblicamente la estructura del
gobierno-incaico. Su cspide plana repite la cspide del Estado, el Consejo, la
responsabilidad colectiva de decisin.
La evolucin natural de la organizacin comunitaria form el Estado del
tawantinsuyu. Como las clulas del cuerpo formaron el cerebro para regular
sus funciones.
Por ello lleg a ser engranaje csmico funcionando con el ritmo y eficacia
silenciosa del Cosmos. No naci del cerebro de un genio ni de la guerra de un
sector contra otro ni del mandato de un Dios el Estado Inca jams conoci
desajustes ni disensiones internas. Ambos son incompatibles con una sociedad
csmico-religioso. J usticia es balance y balance es estabilidad. Cada ao todos
es cargos de responsabilidad ejecutiva se renovaban por eleccin directa. Con
a regularidad de las plantas al renovar hojas flores y frutos. Sin reeleccin.
Orgullo era confundirse con el pueblo, no salir de l.
Los antecesores de los egipcios aprendieron de nosotros la organizacin
comunal y la construccin de pirmides. Pero cayeron en la idolatra el faran
y por ello terminaron en punta sus pirmides.
Los Amautas sabios de ambos sexos, vivan en los Yachayhuasi (Kheswa,
yachay-conocimiento, huasi-casa). Organizaban bibliotecas de Kipus,
computaban calendarios realizaban investigaciones y formaban nuevos sabios.
Peridicamente, o frente a sucesos importantes o imprevistos, los Ayllus se
reunan en asambleas generales llamadas Kamachico. Sin diferencia de edad o
sexo, todos opinaban a cerca del lugar para nuevos puentes, acequias, caminos;
sobre la eleccin de representantes o la distribucin de tareas. Siendo pocos los
problemas no previstos por la tradicin, las reuniones eran motivo para
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confundirse entre risas y chistes, con hermanos y hermanas de la comunidad.
Ni esclavitud ni servidumbre hubieran podido existir con el kamachico.
La base de la pirmide poltica fueron las cabezas de familia. Difcilmente un
padre o una madre robar o descuidar la comida de sus hijos. Los ancianos y
ancianas del Consejo decidan lo ms importante. Por su edad ya alejados de a
produccin y distribucin directas. As a salvo de cualquier tentacin de torcer
a justa distribucin de trabajos y cosechas en beneficio personal.
Ancianas y ancianos eran las joyas del Ayllu. Cuidados y respetados porque
sus arrugas guardaban sabidura milenaria y experiencia de toda una vida de
trabajo. Toda Comunidad est orgullosa de sus ancianos, enciclopedias
vivientes.
La felicidad creca ao tras ao. La gentes maduraba con la naturalidad de
plantas y animales. Sin miedo al maana no se aferraban al pasado, no
quedaban estancados en la niez. De jvenes aprendan, respetaban y
obedecan. As de viejos podan ensear, ser respetados y guiar, cada vez con
ms sabidura. Hasta el momento cuando, sin temor, regresaban a la sinfona
csmica, y se volvan tierra frtil, planta, ave, aire, estrella.
El Tawantinsuyu creca, abarcaba los territorios actuales de Colombia,
Ecuador, Per, Bolivia, y norte de Argentina y Chile. Su influencia lleg hasta
Brasil; Venezuela y Paraguay. Su poblacin, se dice, fue 40 millones aunque
caminos, canales, andeneras sugieren ms. Su bandera, siete franjas con los
colores del arcoiris, fusin de Tierra, Aire, Fuego y Agua. .
El Tawantinsuyu creci como clulas y bosques, fluida e imperceptiblemente,
sin ejrcitos ni masacres. Los pueblos se incorporaron viendo la confederacin
de Ayllus sin hambre, fro, ni miedo, conservando costumbres, autoridades y
dioses locales (el respeto al Sol y la Tierra est extendido por todo el
.Condimente Aymaras y Kheswas tienen los mismos nombres para ambos).
En el Cusco siempre haba un altar vaco reservado para dioses nuevos.
Tambin residencias y tupus para las familias nuevas. La variedad de gentes
dentro del Cusco se reconocan por sus ch'ullus locales. Usaban su idioma
entre si y el kheswa con otros pueblos.
La comunidad igualitaria de humanos cre la comunidad igualitaria de dioses
locales.
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La alianza se haca permanente hermanando sangres. Mediante Mitimaes.
Comunidades de clima y suelo semejantes se transplantan a la nueva regin
para siempre y se fundan con sus nuevos hermanos. Al mismo tiempo igual
nmero de familias de aquella regin ocupaban las tierras de labranza dejadas
por los mitimaes, impecablemente cuidadas, regadas, fertilizadas. As,
aprendiendo y enseando las Comunidades se emparentaban. Sin perder su
carcter ampliaban el Tawantinsuyu.
Los Andes jams estuvieron ms vivos. Pastaban manadas de miles de
puercos, venados, vicuas, alpacas, etc. En los ros se podan matar los peces a
palos. Miradas de patos y otras aves espolvoreaban el azul de cielo.
La plantita llega a su cumbre de su desarrollo y agradece al habiente con los
colores, perfumes y formas de sus flores, as la vida comunal lleg a la cumbre
de su organizacin con el Tawantinsuyu, se dedic a crear belleza. La
abundancia material no corrompi su esqueleto moral.
En nuestro mundo comunal todo estaba ordenado en su tiempo y lugar. Las
festividades en das fijos la msica y el baile gustaban al mximo, pues el
mucho dulce empalaga. La energa sobrante floreca en competencias de
velocidad, destreza y fuerza, en grandes fiestas como el lnti Raymi, 24 de
junio.
EL Cusco fue repetido a escala en el Juchuy Cusco (Kheswa juchuy-pequeo).
Hasta los acueductos subterrneos seguan la proporcin. Se lo desconoci
porque su dueo un terrateniente, encerraba all sus vacas
Al sur de Lima, en Nazca, Per nuestros antepasados dibujaron la evolucin de
la vida comenzando cuando el tiempo y el espacio se juntaron para crear el
microorganismo, su evolucin a pez, reptil, ave, insecto. Las lneas de estos
dibujos para desconcierto de Europa se extienden kilmetros sobre desiertos
montaas, valles. Algunas trazan la trayectoria de las estrellas ms brillantes,
fueron vistas recin hace algunas dcadas por pilotos peruanos. El Skylab
(laboratorio del cielo) el 20 de agosto de 1973 fotografi tales dibujos desde la
estratosfera. Desde tal altitud resalta la perfeccin de sus perfiles y
proporciones.
Difcil para Europa aceptar nuestra sabidura. Pero son testarudas las rocas de
los edificios incaicos. Europa encuentra aun ms difcil aceptar evidencias de
nuestra organizacin social.
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El Cosmos maravilla en todos sus niveles. Su perfeccin golpea cada minuto
nuestros ojos domesticados. La plantita mas humilde sabe mas qumica, fsica,
matemticas, decoracin, que todos los cerebros humanos juntos. Ninguna
semejante necesitara la energa yagua gastada por Nueva York en un ao.
La vida incaica desborda la comprensin del pblico industrializado. La
maquina uniforma comidas, vestidos, msicas, expectativas, razonamientos y
sueos. Impide comprender que ser feliz es construir nuestra casa o parte
substancial de ella; sembrar, cuidar, cosechar y cocinar la propia comida;
decidir el vestido curarse; poner ritmo propio a nuestras alegras y tristezas;
cuidar el derecho de aprender con nuestros errores. Siempre seremos del
tamao de nuestros trabajos, de la habilidad y torpeza de nuestras manos y
mentes.
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II- LA MASACRE IRRUMPI ENVUELTA EN HIERRO
Un da llegaron del norte unos doscientos seres extraos.
Tenan ms o menos forma humana pero su piel era sin color. Parecan haber
vivido bajo tierra o tal vez el Inti no quiso verlos. Venan forrados en lminas
y redes de hierro, sentados sobre las espaldas de animales como venados
grandes Pero sin cuernos. Estos estaban tambin forrados en hierro, sus
cabezas y sus cuerpos. Gruesas placas de metal estaban prendidas con clavos a
sus pezuas. Traan perros no alegres y juguetones como los nuestros. Perros
feroces, con, ojos como carbones encendidos, con grandes colmillos al aire,
con la lengua hmeda afuera. J adeaban como buscando donde morder. Unos
perros tambin tenan coraza de hierro y todos .estaban encadenados. Uno de
sus dolos que llamaban San Jorge. Tambin estaba vestido de hierro.
Hablaban un lenguaje spero, sus erres araaban como tela rasgndose. Su
idioma no pareca suficiente pues recurran a embarcaciones, interjecciones y
golpes de voz. Traan un aborigen de los territorios del norte. El hablaba el
Runa Simi (Runa-humano, Simi-lengua o kheswa y el idioma de los
extranjeros. Lo llamaban Felipillo, o Felipe diminuto.
Segn las noticias estos extranjeros en tierras aztecas, trascaltecas, olrmecas,
destruyeron sembrados y poblaciones hasta mataron hermanos, dentro de
nuestro territorio. Pero la costumbre es para cumplirse. Emisarios incaicos
fueron a saludarlos, atriles casa, alimentos y regalos de bienvenida.
Los recin llegados pidieron ver al Inca Atawallpa (kheswa Ataw-viril,
hallpa-tierra dulce y negra), estaba en Putumarca. Tomaba baos en las aguas
sulfurosas que brotaban calientes y humeantes. All la poblacin prevena
enfermedades.
El Inca dispuso la entrevista en Cajamarca. Orden alojar a los extranjeros en
sus residencias de esta ciudad. Anunci su visita dndoles tiempo para dormir
y descansar. La poblacin estaba alegre y curiosa. Los extraos parecan venir
de muy lejos y la llegada de extranjeros era ocasin para conocer ideas, frutos,
ropas, costumbres de otras tierras y ensear las nuestras.
El 16 de noviembre de 1532 Atawallpa fue a visitar a los extranjeros. Su
escolta de 4.000 kheswas portaban regalos. Aguard en la plaza, frente a la
residencia incaica. Apenas el Inca cruz las puertas donde estaban alojados los
extranjeros, estos violentamente lo agarraron y apresaron. El sacerdote de
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ellos, Vicente Valverde mediante el traductor Felipillo, en lugar de los saludos
y presentaciones, lo increp.
El cura le dijo a nuestro Inca que el dios extranjero cre en seis das el Sol, la
Luna, las cielos, las montaas, en fin, todo lo que exista, incluso los humanos.
Que cuando el primer hombre dorma le sac una costilla para crear de ella la
mujer. Que su jefe el papa, representaba al dios blanco en la tierra y orden
pasar nuestros territorios andinos a propiedad de Carlos V, rey de los
extranjeros Exigi al Inca rechazar a nuestros dioses csmicos, aceptar al dios
extranjero, reconocerse sbdito de Carlos V y entregar en el acto todas las
riquezas a Pizarro, su enviado.
.
Atawallpa, asombrado al escuchar tantos absurdos juntos, respondi:
"Nuestros dioses son buenos para nosotros y no dudo que los vuestros
lo sean para ustedes. No quiero ser tributario de ningn hombre...
Vuestro rey puede ser grande, no lo dudo, por lo mismo quiero
tratarle como hermano... Respeto al papa, debe estar chocho si trata
de dar reinos que no le pertenecen. En cuanto a mi religin no quiero
cambiarla. Vuestro dios, segn dices, fue condenado a muerte por los
mismos hombres a quienes haba creado; pero el mo vive y desde all
vela sobre sus hijos".
El Inca pregunt al cura los fundamentos de sus afirmaciones. El cura le
alcanzo un objeto diciendo: aqu estn todas las verdades, Atawallpa lo
observ, palp, lo acerc al odo para escuchar tales verdades. Al no encontrar
nada comprensible en sus jeroglficos lo arroj a un lado.
El cura le dijo a Pizarro entonces: "No veis que mientras estamos aqu
gastando el tiempo en hablar con este perro lleno de soberbia llenan los
campos de indios? Salid de l que yo os absuelvo".
Pizarro no asesin al Inca, como lo peda el cura. Grit Santiago! la consigna.
Las mquinas de hierro que ellos llamaban caones y arcabuces arrojaron
truenos y relmpagos sobre la escolta y los curiosos. Comenz la matanza
meticulosa de hombres, mujeres, nios y ancianos. El ataque haba sido
preparado con la maestra de la experiencia. La caballera lista y oculta
esperaba la seal. Lombardas, falconetes y otros caones horas antes fueron
cebados y apuntados donde la multitud seria mas compacta por la disposicin
de calles y esquinas de la plaza, despus fueron atrincherados y ocultados.
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La masacre fue total. El xito de los extranjeros completo. Ni un solo espaol
fue muerto. Solamente uno fue herido, el mismo Pizarra. Accidentalmente uno
de sus soldados lo alcanz en el borde de la oreja con su largo cuchillo.
Amaneci el da siguiente. Cajamarca ensangrentada. Miles de cadveres de
kheswas, hombres y mujeres de todas las edades, tirados por calles y plazas.
Fueron despojados durante la noche de sus adornos de oro y plata, a lucirse en
la fiesta de bienvenida.
El plan de los extranjeros se cumpli sin error. La alegra encenda sus rostros.
Su sacerdote Valverde agradeci a su dios, le ofreci una misa cantada, un te
deum. Llam la matanza "heroica victoria".
Nuestro Inca qued encadenado y encerrado con grillos en un cuarto de su
residencia. Pizarro le dijo sentir pena por tenerlo preso y encadenado, pero que
era por cuidarlo de sus soldados quienes queran matarlo. Le propuso un
acuerdo. Seria liberado si llenaba el cuarto donde estaba encadenado con oro y
otros dos cuartos iguales con plata. Atawallpa no entendi el motivo para
querer tanto esos metales, pero acept. Para dar seriedad y solemnizar al
acuerdo los extranjeros lo hicieron contrato legalizado, de acuerdo con la ley
espaola, en escritura pblica firmada ante notario.
Emisarios comunales recorrieron los pueblos recogiendo oro y plata para
rescatar a nuestro Inca. El cuarto hecho celda meda 9 pies de alto, 35 de largo
y 18 de ancho. No fue difcil llenarlo, Ambos metales abundan en nuestras
tierras. El oro lo usbamos mucho porque acepta cualquier molde o repujado y
resiste cidos, humedad, aire, tiempo. Serva para platos, vasos, fuentes,
adornos y utensilios de uso diario. Tambin esculturas y tallados religiosos y.
Artsticos. En Koricancha (kheswa, Kori-oro, cancha-plaza grande) fueron
fundidos en oro puro y en tamao y volumen naturales vicuas, alpacas,
cndores y otros animales andinos, pastores con hondas y cayados, maizales.
Hasta los trrones de tierra eran oro fundido y trabajado en detalle. Las
plomadas para dar peso a las redes de pescar y los anzuelos grandes para
atrapar ballenas eran de oro mezclado con cobre. Lo fundamos para unir
piedras en cimientos de algunas construcciones.
Cuando el inca llen su celda de oro y otros dos cuartos "iguales de plata no
fue liberado, fue estrangulado. En el garrote, una maquinaria espaola de
muerte. Poco antes de ser asesinado el cura Valverde le dijo: no te aflijas,
perdono tus pecados y rezar para que seas enviado al cielo. Era el 29 de
agosto de 1533. Nuestro Inca se acercaba a los 32 aos. Antes de ser
estrangulado pregunt a Pizarro:
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- "Qu he hecho yo, qu han hecho mis hijos para merecer tal suerte?
Qu hemos hecho para merecer de tus manos la pena de muerte,
cuanto tu no han encontrado mas que amistad y afecto en mi pueblo,
cuando he repartido entre los tuyos mis tesoros, cuando de mi no has
recibido sino beneficios? Dnde est mi culpa? Y si no la tengo
por qu me condenas?".
Al da siguiente el cura Valverde ofreci a sus dioses una misa de difuntos.
Quera mostrar al Inca como conquistado por la religin espaola antes de caer
asesinado por los espaoles. Adems algunos soldados extranjeros lloraban y
tenan enojo contra Pizarro. Durante sus 9 meses de encadenado Atawallpa,
con dignidad de Inca, les mostr cunta bondad poda caber en un humano.
Pizarro calm a sus hombres asistiendo a la misa. Fingi pena y visti ropa
negra de luto en duelo por el hombre que estrangul. Luego estupr a la hija de
su vctima, Coya Rithi (Coya-Luna, rithi-fulgor) de 13 aos. Le hizo engendrar
dos hijos. Uno muri pronto, al ser llevado a Espaa, el otro desapareci sin
huella.
Los tres cuartos fueron llenados de diademas, mscaras, calel1darios, aretes,
pulseras, brazaletes, esculturas y objetos artsticos, cientficos y domsticos de
oro y plata. Pizarro lo hizo fundir todo. El arte se convirti en adobes
cuadrados. El precio del rescate fue 4.000.000 pesos oro. El botn ms alto en
toda la historia de la humanidad. Al repartrselo los extranjeros rieron entre
si. Cada uno" quera mas que los otros. Se acusaban mutuamente de fraude.
Pizarro enoj a todos al apropiarse de la tiara de oro que usaba el Inca para
sentarse. Dijo ser regalo de su vctima. Sus soldados lo acusaron de repartir "a
lo Corts", es decir con la astucia y engao del destructor de Arawac.
As comenz el asalto al Tawantinsuyu. La avalancha de espaoles creci da a
da. Poco antes del reparto del botn llegaron a Cajamarca ms de 150
soldados, dirigidos por Diego Almagro. Trajeron ms caones, arcabuces y
caballos. Como hormigas enloquecidas por el olor d la miel desguarnecida,
innumerables bandas, grandes y pequeas, penetraron al Tawantinsuyu por
varios costados.
Del siglo XV al XVII la poblacin de Espaa de 10 millones qued en 5. La
mitad escap del hambre, mendicidad, pestes, inquisicin, a nuestras tierras.
Aventureros y delincuentes de toda Europa tambin cruzaron el ocano por
cientos de miles. Solos unos, los mas enganchados en empresas de asalto
porque no tenan dinero para el pasaje del barco.
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La hez sanguinaria de Europa llen las islas del Caribe, sobre todo Santo
Domingo, Cuba, Puerto Rico, las tierras de Mxico, Panam, las costas de
Venezuela y todo Centroamrica. Llegaron noticias del desguarnecido oro
incaico a esas multitudes hambrientas, desesperadas por enriquecerse,
decididas hasta la delincuencia. Ex-presidiarios, prfugos, vagos, maleantes,
mercenarios cesantes, curas y soldados se vaciaron sobre Los Andes, sin plan
ni organizacin. Formaron cuadrillas ocasionales. Avanzaron por tierra y por
agua, bordeando la costa. Abastecindose en el camino con el asalto de
comarcas indias. .
Veinte, treinta o ms Asaltantes irrumpan en las comarcas. Agrcolas.
Sorpresivamente, al anochecer, .en. Plena noche, o muy temprano. Mataban a
la .mayor cantidad posible de .hombres. Despus tomaban como rehenes a
quienes juzgaban, indios principales, a mujeres, nios y ancianos. Y ordenaban
a los. Sobrevivientes entregarles todo el oro que tuvieran, o llenar con l
cuartos, si queran evitar el asesinato de los rehenes. Ordenaban ir por oro y
retornar el mismo da.
Durante la espera atormentaban, a los rehenes. A menudo untndoles aceite en
los pies y encendindolo. Les cortaban los pulgares, los dems dedos, manos,
brazos. Queran hacerles confesar donde, tenan oro escondido. Nunca
entendieron, el oro no se esconda en el Tawantinsuyu.
Sus sacerdotes decan ocultar oro es pecado, contra la religin y delito contra
las leyes. J ustificaban la quema de humanos vivos para hacerlos confesar
donde fue "ocultado". Tampoco entendan, en el Tawantinsuyu el oro no se
adoraba.
La mayor parte de los asaltantes habitaron las crceles de Espaa y
merodearon alrededor" de ellas. No hablaban la lengua de su nacin, el
castellano. Hablaban jerga, argot de delincuentes.
Por esa razn los cronistas son a veces incomprensibles. "Dar" a una .persona
significaba matarla,"dar" a un pueblo era asolarlo, renchar", "caparra" era
rodear un pueblo, torturarlo y lograr botn, "rescatar" era robar, "salir" de una
persona era asesinarla, "llegar" tambin era asaltar, "galico"; "luetico",
"hetico", eran algunos de los nombres para sifiltico.
El orden csmico del Tawantinsuyu fue quebrado. En las regiones asaltadas el
estupor ante crmenes no imaginados en los milenios de vida rural nos
paralizo. Los asaltantes nos mataban como ovejas paralticas En las regiones
donde llegaban las noticias eran absurdas e increbles.
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Nuestras bibliotecas fueron quemadas. Los kipus de lana y los libros de
qhelka, cortezas, ardieron fcilmente, la sabidura del siglo y siglos se volvi
humo en minutos. Las lminas de barro cocinado fueron machacadas. Se trat
de guardar el saber csmico tallado en piedra y en lminas de metal. Y sellarlo
dentro de cavernas profundas mientras pase la catstrofe. Algunas de ellas
fueron descubiertas en Ecuador, en 1969. Quiz demasiado pronto.
A nuestros yatiris, astrnomos, mdicos, curacas, amautas, los creyeron
hombres ricos y los buscaron. Murieron con los tormentos por lograr oro. Los
curas estaban concienzudamente dedicados a matar los ancianos, guardianes de
nuestra sabidura. Los parientes de los ltimos Incas fueron rastreados
ansiosamente. Los asaltantes los suponan dueos de tesoros, iguales a los
reyes de Espaa. Como no era as fueron asesinados despus de tormentos. A
unos pocos los mandaron a Espaa. No regres ni uno. La mayora muri en el
trayecto. Buscaron impedir que la J erarqua incaica mantuviera el orden del
Tawantinsuyu.
Todo lo de oro o plata fue fundido en barras. Desaparecieron calendarios,
libros, objetos religiosos, ceremoniales, artsticos. Los espaoles solo tenan
ojos e inters en esos metales, destruyeron formaciones extraas, sacadas
durante milenios de cavernas profundas, como unos huesos humanos enormes.
Nuestros antepasados al ir conocindolos arrojaron artesanas y maravillas
naturales a ros, ocanos principalmente al lago Titikarka. Volvieron a la
Pachamama antes de romperse en las manos burdas de los espaoles.
Poblaciones indias enteras desaparecieron. Y brotaron otras alrededor de
concentraciones de oro, en lugares poco apropiados para ciudades.
Los extranjeros procuraron implantar el saludo "ave mara pursima" y su
respuesta "sin pecado concebida". Llamaban pecado a la unin entre mujer y
hombre de la cual tambin ellos nacieron. Para defenderse de la moral
espaola el pueblo andino instituy el saludo con moral incaica: "ama sua, ama
llulla, ama khella y su respuesta khampis jinallam (no seas ladrn, mentiroso
ni flojo. Ni tu tampoco).
Persiguieron tambin la medicina del Tawantinsuyu. Plantas, animales y
minerales fueron negados como remedios. Impusieron como legal la medicina
espaola limitada a rezos y sangras con sanguijuelas. Los espaoles sifilticos
ya ricos hacan traer esclavas "d Castilla", es decir espaolas, para tomar la
leche de sus senos como medicina. Normalmente mora ella antes que l. Los
animales se sanan mordisqueando hojas, flores y races. Saben curarse mejor.
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Las casas se volvieron crceles. Se llenaron de muchachas y muchachos
acusados de "amistad ilcita" por vivir en servinacuy. Los curas que los
acusaban de cometer pecado aprovecharon la reclusin de las muchachas para
violarlas. Ellas para no engendrar hijos de monstruos tomaron hierbas
abortabas. Las jvenes parejas solamente podan salir de la crcel casadas.
Despus de pagar a los carceleros los servicios del matrimonio religioso
cristiano.
Frecuentemente los curas portaban sfilis u otra enfermedad sexual. Mientras
nuestros mdicos perseguidos buscaban remedios para los males blancos, las
muchachas, antes de morir, contagiaban a su marido.
Kheswaymaras fueron obligados a derribar pirmides y levantar con sus
piedras esculpidas iglesias y conventos. En el continente se construyeron
70.000 iglesias y 500 conventos. Cuando las pirmides eran muy grandes la
iglesia se construa sobre la cspide. Los esclavos nivelaban el terreno
cargando tierra en sus espaldas. Los cimientos de las iglesias en Los Andes
estn mezclados con los huesos de nuestros antepasados.
El ro de asaltantes creca y creca. Hombres y mujeres del Tawantinsuyu,
despus de la desolacin de comarcas, vagaban perdidos en nuestro propio
suelo, sin rumbo, procurando no toparse con las bandas asesinas.
Por primera vez Los Andes vieron:
- Asalto, guerra, armas de fuego, hierro y plvora. Bergantines con caones
empotrados surcando las aguas sagradas del Lago Titikaka
- Quema de humanos vivos y cadveres. Exhibicin aterradora de cadveres,
enteros y seccionados. Mutilaciones en cuerpos vivos. Costumbres ellas
practicadas por los extranjeros en sus guerras contra los rabes. En el Caribe
los negros se 'suicidaban en masa. Sus sacerdotes les prometan resucitarlos
libres en frica. Queran hacer menos lucrativa la compraventa de humanos.
Los espaoles amputaban brazos y piernas de los cadveres, los ostentaban y
explicaban a los esclavos que si resucitaran sera en pedazos.
- Uso de las enfermedades tradas por los espaoles como armas, de la
tuberculosis, viruela, gripe, ttanos, tracoma, paludismo, tifus, lepra, fiebre
amarilla y principalmente sfilis y gonorrea. Pizarro aprendi esta tctica de
Hernando Corts, contrahecho por "enanismo por sfilis congnita del sistema
seo". Diagnstico del 5 de enero de 1949 de Alfonso Quiroz Cuadrn, el
mejor mdico criminalista de Latinoamrica, despus de examinar sus huesos
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guardados en la catedral (GUZMAN, Eulalia: Relacin de Hernn Corts a
Carlos V sobre la Invasin a Anahuac. Mxico, D.F., ediciones Anahuac,
1958, p. 549). Los espaoles atrapaban muchachas de comarcas que no podan
destruir directamente, las violaban hasta contagiarlas y las dejaban huir. Las
muchachas volvan presurosas a sus comarcas portando la muerte en su sangre.
Los cuerpos de los espaoles aprendieron en siglos a sobrevivir enfermos, a
compartir su vida con las enfermedades venreas. Nuestros cuerpos no saban
esa experiencia, no tenan defensas y moran fcilmente. Nuestra medicina
tampoco conoca esas enfermedades.
.
Las chullpas revelan. Antes de la invasin, mataba la vejez. Despus mataban
las enfermedades blancas, principalmente la tuberculosis. Hoy en el
Amazonas, comarcas enteras de indios siguen muriendo con epidemias de
gripe sembradas por acaparadores de tierras, brasileos y colombianos,
principalmente. Aparecieron:
- Perros entrenados para la guerra y caza de humanos, alimentados slo con
carne de indios y negros.
- Destruccin deliberada de sembrados, canales de riego, pirmides,
andeneras, pueblos. .
- Hambrunas. Las mejores tierras quedaron yerras por muerte de los
labradores. Algunas Comunidades no sembraron esperando que el hambre
sacara a los invasores. Pero los kheswaymaras hambreaban. Los espaoles
asaltaban otras comarcas, a ancianos, mujeres, nios, viudas.
- Suicidio de comarcas enteras. Las bandas solan encontrar a todos los
pobladores colgados de rboles, principalmente de unos llamados Maures.
Entre humanos el dolor, como la alegra, siempre es compartido. El recurso
ltimo y dramtico les deca a los invasores fuera! Era lenguaje errado. Los
espaoles no lo entendan. Alegres rastreaban las casas vacas, recogan oro y
plata y quemaban las comarcas cementerios.
- Marca de humanos. El hierro al rojo vivo tena las iniciales del amo o una
letra G, de guerra, al extremo. Quemaba frente, brazos, pecho, mejillas o
espaldas de indios e indias. Como a vacas o caballos. Era otra costumbre de
guerra en Espaa. Segn sus leyes esas marcas eran del rey. Deban
custodiarlas autoridades y usarse frente a un veedor real. Pero hubieron cientos
de juicios por falsificacin de marcas. Ya a Hernando Corts le encontraron
escondidas varias en su casa de Cuahunhuac (Cuernavaca), Mxico.
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- Tolerancia de crmenes y regalos a jueces. En el Tawantinsuyo no castigar un
delito era alejarnos de nuestra sabidura comuna1. Los pecados contra la
religin espaola tampoco se castigaban, excepto con ms rezos.
-Herencia, fronteras, vida militar, falsificaciones, promesas incumplidas,
juegos de azar. Principalmente naipes, hechos de cuero al comienzo. Apuestas
casi siempre terminadas a chiquilladas.
Mientras ms actuaban los espaoles menos los entendamos. Slo
comprobbamos su infinita diferencia con nosotros.
Crean muertos el Inti, la Pachamama, Ros, Bosques, Montaas, Estrellas.
Sentan la vida de los dems humanos inferior a la suya. Quiz por ello su
terror a morir. Sus sacerdotes no podan alejar ese terror. Tambin lo sufran.
Aunque saban menos de sembrar que nuestros nios nunca tuvieron
curiosidad por aprender cultivar, criar animales, curar. Ni siquiera a trabajar
el oro que acaparaban. Se extraaron cuando nuestros antepasados hicieron
frutecer las pepitas de las naranjas que trajeron.
El trabajo era su castigo. Su mismo dios les maldijo. Castig a los varones con
el trabajo, a las mujeres con la maternidad.
.
Entre espaoles llamar a alguien trabajador era insulto respondido con
cuchilladas. Era ofensa legalmente suficiente para juicio por calumnia. El
juicio terminaba en prisin, retractacin o retribucin en dinero por dao al
honor. Los nobles por ley no pagaban impuestos, si trabajaban dejaban de ser
nobles y deban tributar. La nobleza inverta su dinero en prostitucin y juego.
Regentando sus "casas de holgar" no perdan hidalgua ni respeto.
La palabra trabajo viene de trabaliare, instrumento de tortura formado por dos
palos cruzados. All se trababa, se amarraba a la vctima. Despus trabajo
signific dolor. Despus accin que produce dolor.
Su comida no era cultura. No cocinaban ni sazonaban con recetas antiguas,
combinacin de hierbas, especias; clases de fuego y pasos detallados. No
coman plantas ni insectos. Comer para ellos no era acto social para reunirse,
conversar y conocerse. Devoraban rpido, casi desesperadamente, carne cruda
o apenas asada al fuego directo con algo de sal. Desgarrando los tejidos an
sangrantes. Quiz por ello eran tan agresivos.
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Sobre su dios, su rey o su pueblo, se queran a si mismos. No conocan lmites.
Repletos de oro seguan insatisfechos e intranquilos. Siempre buscaban ms.
Muchos murieron por no soltarlo al combatir con indios u otros espaoles.
Despus de aos de asalto continuo acumulaban tanto oro que no hubieran
podido gastarlo el resto de sus vidas. En vez de gozarlo, usaban sus ltimas
energas en "probanzas de mritos", largos y tortuosos juicios contra su rey.
Trataban de probar prdidas de riquezas, dedos, dientes (segn ellos cados por
comer maz tostado), enfermedades, reclamando indemnizaciones,
recompensas, pensiones.
Su felicidad era el simple placer de robar. Coln comparta esa obsesin. Con
los 120 asesinos y ladrones arrastrados en cadenas de las prisiones a los barcos
por orden de la reina Isabel. Al ver por primera vez este continente, tan
diferente al suyo, escribi en su diario personal:
"Aqu debe haber muchas cosas que yo no conozco, pero no puedo
dejarme apartar de mi objetivo: encontrar oro para la explotacin de
las islas. Si tengo el tiempo necesario, explotar la isla entera hasta
encontrar a su rey y darme cuenta de sus riquezas en oro. Cuando
haya comprobado las riquezas de oro y de especias que aqu se
encuentran recin entonces reflexionar sobre lo que me conviene
hacer".
Frente a nuestros antepasados solan quejarse de una enfermedad mortal del
corazn. Tan solo el oro, decan, poda curar los. Los indios les daban mucho.
Pero no sanaban, lo acumulaban y pedan ms. En Centroamrica unos indios
probaron si de verdad el oro curaba a los espaoles, les hicieron beber oro
licuado.
Sus nombres eran vacos. No decan su carcter ni vocacin. Se llamaban J uan
por igual espaoles tristes o alegres, brutales o taimados. Sus nombres de ros,
montaas, valles tambin eran huecos. San Pedro poda ser una montaa de
espinas y serpientes y un valle de flores y mariposas, un ro tranquilo y otro
tormentoso.
Odiaban los colores, vestan de negro y gris. Sus sacerdotes asociaban colores
con alegra, y sta con lo que llamaban pecado. Un catlico deba ser lbrego
en carcter y ropa para agradar a sus dioses.
Los espaoles tampoco pudieron, entendemos. Para lograr algo de nosotros,
cuando la fuerza no servia, nos prometan hacemos ricos, para, segn ellos, no
trabajar ms y as ser felices.
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Los espaoles eran tan diferentes de kheswaymaras porque su pas era muy
diferente al Tawantinsuyu.
Espaa no era nacin al embarcar Coln. Apenas terminaban los ocho siglos
de control rabe. Las cuadrillas armadas vean en la unificacin de la pennsula
el fin de sus tiranas feudales regionales. El jefe de la cuadrilla ms grande, el
rey, logr aplacar a los otros jefes. Pag con privilegios hereditarios su
reconocimiento, As naci la nobleza. A fines, del siglo XVI entre el rey y el
clero ya posean el 95, por ciento de las tierras. Aprovecharon la guerra contra
los rabes para despojar a campesinos lusitanos y espaoles, de las tierras no
acaparadas por los jefes feudales. Su idioma no estaba formado. An no tenan
gramtica, ortografa ni diccionario. Por ello es difcil entender a los cronistas.
Naci recin hace veinte siglos, en Castilla. Cuando los soldados romanos
llevaron el "sermo vulgaris", no el "nobilis", y lo revolvieron con los idiomas
de celtas e iberos. La mezcla creci con 8 siglos de dominio rabe. Pero no
evolucion ms all de idioma feudal, usted para el poderoso, t para el pobre,
lleno de adjetivos, .serviles para aqul, de sarcasmo para ste. Tullido para
alcanzar la sutileza de la vida natural.
Como la tierra espaola no era Comunidad las gentes no aprendieron a
sembrar, construir planicies, ni sistemas de canales para regar. No crearon
plantas. No habilitaron desiertos para plantaciones. Al contrario, vientos y
lluvias vaciaron la capa vegetal al mar, los desiertos crecieron, devoraron casi
toda la pennsula ibrica. Leyes nacidas de la guerra contra los moros
impusieron la Mesta. Por ella los grandes ganaderos tenan derecho a destruir
sembrados con sus rebaos de ovejas, chivos, vacas. Campesinos hambrientos
y enfermos llenaban las ciudades mugrientas. Azotaban las plagas reflejadas en
sus religiones. Algunos quebraban los huesos de piernas y brazos de sus hijos
para hacerlos mendigar mejor. La injusticia engendra caridad. Las limosnas
son para su religin pasaporte de escape del infierno. Un brazo o pierna
gangrenados eran fortuna envidiada. Uno deca: Esta pierna quebrada es como
la India y este brazo llagado como Amrica. (RAMOS, Luis Alberto: Historia
de la Nacin Latinoamericana, Buenos Aires, Pea Lillo, C. 11, 1968).
Todo su pensamiento era religioso. Mas la pobreza de su tierra vivi en la
pobreza de su religin. Ciegos a la armona csmica, ignorando ser una nota de
ella, los extranjeros, se adoraban a si mismos: Crearon un dios a imagen y
semejanza del hombre blanco. Y predicaron: l cre todo el universo, excepto
la tierra y su cielo todo lo dems es morada de la "santsima trinidad", la
naturaleza es lo contrario a lo sagrado. A quien dudaba lo quemaban vivo.
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No adoran a Cristo. Adoran su cadver. Representan a su dios agonizante,
crucificado, ensangrentado y fnebre. Lo veneran en la penumbra de sus
iglesias construidas como atades enormes. El signo de su religin es
instrumento de tortura, dos palos en cruz manchados de sangre. El color de su
religin es negro o morado oscuro. Ambos de los entierros. En el fondo los
extranjeros adoran la Muerte. Creen su vida instante efmero e intrascendente.
Si mentan para favorecer a su dios eran santos. Si decan verdad contra el eran
pecadores. Repetan haber recibido de su dios diez mandamientos y no
respetaban ninguno. Uno de los primeros mandamientos ordenaba: "no
levantars el santo nombre de dios en vano" y lo hacan por intrascendencias
varias veces al da. Tanto, que juramento lleg a significar tambin
imprecacin, y jurar en falso fue oficio. Otro mandamiento les ordenaba no
matar y mataron millones de indios, africanos y se asesinaban unos a otros por
un poco de oro o por el sexo de una mujer. Otro mandamiento ordenaba "no
codiciars los bienes ajenos". y despus de matar su ocupacin permanente fue
robar todo lo que podan adems del oro, plata y joyas, de indios y de
espaoles. Otros mandamientos sentenciaban "no codiciars la mujer ajena",
"no fornicars" y su tercera ocupacin habitual despus de matar y robar fue
violar. Por su lascivia al ultrajar sus manos se volvan garras, sus ojos se salan
de sus cuencas como de animales enfurecidos. Las mujeres de nuestras tierras
para evadirlos cubran sus cuerpos con excremento.
Su religin no era moral. No evit a sus sacerdotes ni a sus fieles obrar como
los demonios y diablos que describa. Despus de sus crmenes los espaoles
pagaban a sus sacerdotes la donacin y eran absueltos. Ya declarados puros
estaban listos para perpetrar ms crmenes con protecci6n divina. Los
sacerdotes no amaban a su dios, lo teman. Siempre le estaban pidiendo
perdn, tenan la cabeza gacha y no miraban de frente. Inventaron pecado e
infierno para atormentar la vida con el miedo a la muerte. Suprimir su
infierno era suprimir su fe. Aunque de existir tal lugar estuviera lleno de
cristianos.
Como se desenraizaron de la Tierra su vida fue triste. La llamaron "valle de
lgrimas" e inventaron otra. Esta, decan, era ms importante y comenzaba al
morir. Pero no han debido estar convencidos a juzgar por la fiereza por
enriquecerse en esta vida, cerrndose las puertas de su cielo.
La evangelizacin de Los Andes fue militar. .Los indios dudosos de la bondad
del dios blanco fueron quemados en hogueras y aterrorizados con el infierno.
El cura Jos Arriagada, en 1621 declar: en su Extirpacin de la Idolatra en el
Per "Todo lo que puede ser quemado es quemado inmediatamente, el resto es
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roto". Nuestros abuelos y abuelas, ya maniatados, o aceptaban ser bautizados
o eran acuchillados, la cruz o la espada. Milagros cuidadosamente urdidos y
fabricados comenzaron a sucederse. Caan piedras del cielo silbando demonios
soltaban alaridos, figuras celestiales brotaban, aves hediondas aparecan con
truenos y otras supercheras, todas de moda entonces en Europa. Los nicos
testigos eran espaoles o indios controlados, por el miedo o por la ambicin.
Los curas deformaron nombres mapuches para aducir que crean en un dios
nico. Terror, truco y mentira no bastaron para imponer la religin invasora.
Dominicos, franciscanos, agustinos, jesuitas, se quejaban: "la conquista
espiritual no tiene fin". No vean que sus hechos de odio eran ms
comprensibles que sus palabras de amor. La monja al enclaustrarse por el resto
de su vida en un convento, para su religin prueba de mxima bondad,
encerraba, tambin hasta la muerte, a una india con ella, para usrsela como
sirvienta dentro del claustro.
Algunos africanos cristianizados situaron el infierno al otro lado del mar, por
donde aparecan los barcos de los hombres blancos que los cazaban,
engrillaban y vendan. Nuestros antepasados, recin catequizados, fijaron el
cielo en las cumbres ms altas de Los Andes, entre nieves eternas sin mancha.
All imaginaban ir al morir, a sembrar sus tupus y cuidar sus vicuas ms all
del alcance de los espaoles. Cuando en sus bailes, como en la Diablada de
Oruro, debieron representar a Satans no dudaron al buscar modelo. La
mscara de Satans es cara espaola piel blanca-rojiza, ojos claros y feroces
pelo rubio mezclado con gusanos dos o ms serpientes por lengua demostrando
la doblez y ponzoa de la mentira. El cuerpo cubierto de dinero en monedas.
La iglesia al comenzar su invasin decidi que los kheswaymaras ramos
animales sin alma y no haba necesidad de evangelizaron. Despus cuatro
papas discutieron Si ramos humanos. El papa Gregorio Garca, en el siglo
XVII, despus de consultar con los sabios cristianos sentenci: los indios
ramos judos, y se nos poda perseguir y despojar como. Su prueba era
concluyente: tampoco creamos en los milagros de Jesucristo y, lo ms
importante, la palabra indio era la palabra judo, con la letra invertida y la i
doblada abajo.
Al no poder acabamos procuraron catequizamos. Cristianizar a los
sobrevivientes fue el nico medio de asegurar nuestra dominacin. Como lo
decan, para que "no pasemos a otras manos".
Bartolom de las Casas fue un cura diferente, Pens avanzar la cristianizacin
con amor ms que terror. Pero fue obispo de Chiapas, Mxico y visit
fugazmente una vez Los Andes. En 1559 algunas Comunidades andinas de
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Anancusco le enviaron un poder legal autorizndole defenderlos de despojos
ante el rey. Unos jesuitas se acomodaron a las costumbres guaranes. Detrs de
las selvas amaznicas vivieron con ellos como antes de la invasin. Moneda,
latifundio, comercio de muerte, torturas, prostitucin estaban prohibidos.
Hablaban y escriban solo guaran. Los sembrados comunales se dividan en
dos partes: los campos del humano para reparticin inmediata y los campos de
dios para reserva comunal. El trabajo era obligatorio. Contra los mamelucos
portugueses esclavistas pararon un ejrcito permanente de 30.000 hombres.
Fueron atacados por espaoles y portugueses juntos. Las Comunidades,
llamadas misiones por los blancos, fueron destruidas sus habitantes
esclavizados, los jesuitas muertos o colgados. Ellos con Bartolom fueron
nicas excepciones.
Solo una fuerza extraa pudo daar tanto al Tawantinsuyu. Pueblo natural de
agricultores, atados por sus hbitos pacficos. La guerra permanente espaola
desaloj y sustituy la paz permanente incaica. Al acabarse el oro visible, fcil,
la violencia de las bandas, principalmente de los recin llegados, envolvi
tambin a los espaoles. Mientras las bandas se disputaban a cuchillo y
plvora el botn indio quebraban el orden csmico, sin ver siquiera, el tamao
de su crimen. Sus ojos, ms all de la ambicin eran ciegos.
Francisco Pizarro naci en fecha incierta de padre incierto. Su madre se llam
Teresa o Francisca Gonzles. Era prostituta de oficio, cortesana como se deca
entonces. Cuando naci Francisco lo abandon, de acuerdo a la costumbre en
la puerta de una iglesia en la ciudad de Trujillo: Creci cuidando puercos,
disputando con los cachorros la leche de las marranas. Un da se le escaparon
los animales y evadi el castigo del amo huyendo al "nuevo continente".
Diego De Almagro tambin fue abandonado por sus padres de nio. J ams
supo su verdadero apellido. Tom Almagro del nombre de la aldea donde
creci, cerca de Ciudad Real, Espaa.
Pizarro y Almagro, ambos analfabetos, y sin moral familiar ni oficio temprano
engrosaron el gremio delincuencial.
All respiraron rencor contra su sociedad que los rechazaba y obsesin por
enriquecerse pronto, por cualquier medio. No teniendo nada en Espaa
cruzaron el Atlntico. Llegaron a Santo Domingo entre la multitud de
exprisioneros, aventureros delincuentes salidos de Espaa tras el oro indio.
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En Panam conocieron al cura Hernando Luque. Los tres formaron una
sociedad para asaltar las tierras del sur. Mxico y Centroamrica ya haban
sido saqueados por las primeras oleadas.
El botn deba repartirse en tres partes: Pizarro y Almagro organizaran y
dirigiran el asalto. Luque quedara en Panam para mandar lo necesario y
guardar sus remesas. El cura proporcion mil pesos oro para comprar armas,
plvora, caballos. Adquirieron lombardas, ballestas, arcabuces, falconetas,
perros de guerra, lanzas, sables. Nunca se aclar el origen de tal dinero. Pero el
cura afront varios juicios por estafa y robo a espaoles. Robar a indios no fue
delito para la ley espaola.
En 1524 fracasaron en su propsito de llegar a las tierras del sur. Los
reclutados exigieron ms provisiones. El segundo intento, 1526, tambin
fracas. Solicitaron ayuda a la mxima autoridad espaola en Panam, al
gobernador Pedrarias. El, despus de verlos no quiso ningn trato. Decidieron
mandar a uno hasta Espaa. A pedir ayuda a los funcionarios del rey. Revent
la disputa entre Pizarro y Almagro. Cada cual quera viajar por desconfianza al
otro. El cura los aplac y salv le empresa. Almagro acept que Pizarro
viajara. Luque solemniz su reconciliacin celebrando una misa. Los bendijo y
or: "Plegue a Dios, hijos mos, que no os hurtis uno al otro la bendicin,
como J acob a Esau. Yo holgara todava que a lo menos fuerades entrambos".
En 1528 Pizarro parti llevando algo de oro y llamas para acicatear la
ambicin de los Reyes. No logr ninguna ayuda de los funcionarios reales.
Pero en 1529 consigui una capitulacin que le autorizaba, a l solo, explorar
600 millas al sur de Panam. Retorn con ms vagos y delincuentes reclutados.
Antes de iniciar el asalto a Los Andes, el cura Luque ofreci otra misa.
Implor a sus dioses impedir el fracaso de la incursin por causa de traicin
entre Almagro y Pizarro. Los hizo arrodillarse juntos y jurar lealtad ante sus
altares. Para santificar an ms la complicidad los hizo comulgar de la misma
hostia. La parti en dos, dio a cada uno la mitad y los declar "una sola alma
en dos cuerpos". No olvid hacerles jurar guardarle su parte del botn.
Pizarro y Almagro con 200 hombres ms o menos avanzaron por mar
bordeando las costas. La tropa extermin pueblos donde desembarc y tambin
se acuchill entre si por los despojos. Pizarro era ya famoso por su facilidad de
asesinar. Sus reclutados evitaban protestar por miedo a ser muertos en el acto.
Enviaron una carta secreta. La escondieron en medio de un ovillo de lana.
Regalo mandado a la esposa del gobernador Pedrarias aprovechando el regreso
de Almagro a Panam por ms hombres. Le suplicaban pidiera a su esposo
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ordenar la vuelta de la expedicin y apresar a Pizarro. La carta contena este
verso murmurado por los soldados:
! Ah, Seor Gobernador!
Miradlo bien por entero;
All va el recogedor (Almagro)
Ac queda el carnicero". (Pizarro)
Despus del asesinato delinca y de la rebatia por el botn, Pizarro y Almagro
disputaron por la posesin del Cusco. Discutieron si estaba o no dentro de las
600 millas dadas por el rey a Pizarro. Este logr quedarse con el Cusco
encandilando a su ex cmplice con supuestos tesoros ms al sur. Almagro
parti con sus hombres. En vez de oro encontr la resistencia feroz de los
mapuches, ya enterados de la masacre de Cajamarca. Regres decepcionado.
Busc para asesinarlo a Pizarro, entonces ya radicado en Lima. En el Cusco
solo encontr a Hernando y Gonzalo quienes se decan medios hermanos de
Francisco y usaban el apellido Pizarro. Apres ambos. Hernando despus de
unos 9 meses escap. Con los hombres de Francisco y otros atac a Almagro,
lo apres y mat. Era 1538. Un hijo de Almagro form otra banda incitando
delincuentes con un gran botn. Asalt la lujosa residencia de Francisco
Pizarro en Lima. Mat a sus cuidadores y lo asesin de una cuchillada en el
cuello. Mientras el resto de la banda desvalijaba la mansin. Era el 26 de junio
de 1541. La cabeza de Francisco Pizarro fue clavada, ostentada en la plaza
central de Lima.
Gonzalo Pizarro form otra banda. Dos aos aterroriz a las bandas rivales.
Apres y asesin al hijo de Almagro. Luch contra las autoridades llegadas de
Espaa para no pagar el quinto real o 20 por ciento de impuestos del botn.
El rey vio la ambicin de los espaoles en Los Andes mucho mayor que su
lealtad a Espaa y a su religin. Y entr en la lucha armada por el oro indio.
Varios virreyes combatieron entre las bandas delincuentes. Uno de ellos,
Blasco Nez Vela fue derrotado por Gonzalo Pizarro en Aaquito. Su cabeza
decapitada fue exhibida al estilo espaol. El rey entonces mand agentes
conocedores de los fondos delincuenciales. Ellos podan reducir a los
asaltantes amotinados. El monje Pedro Gasca fue el mejor. Lleg a Los Andes
casi sin soldados. Armado slo de su astucia. Atacando con promesas Y
amenazas logr hacer desertar a los soldados de Gonzalo. Con ellos y otros
asaltantes dispersos form una cuadrilla. Derrot a Gonzalo Pizarro en
J aquijahuana, cerca de Sacsaywamn, y lo ejecut el1 O de abril de 1548. Su
cabeza fue mandada a Lima para ser exhibida en picota, su casa fue arruinada
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y sembrada de sal. Gasca, en homenaje a su victoria, mand fundar La Paz
sobre el Chukiapu aymara de oro el 20 de Octubre de 1548.
Gasca gan para enfrentarse a la soldadesca levantisca de apetito insaciable.
Las precauciones sagradas del cura Luque no sirvieron. La traicin estaba en la
sangre espaola. Ninguna historia puede seguir el hilo de las luchas entre
cuadrillas de invasores aliadas y enemigas al mismo tiempo. La historia
espaola llama a este perodo "guerra civil". Falso. No fue ni guerra ni civil.
No fueron grupos estables luchando por diferentes religiones, polticas o
territorios. Ni siquiera se atacaban por un estilo u otro de administracin
colonial o por un caudillo. Cientos de bandas ocasionales de delincuentes se
formaban y desaparecan da a da, asalto tras asalto. Sin diferencias suficientes
para una versin histrica. Todos queran lo mismo: robar el mayor oro
posible, lo ms rpido posible y regresar a Espaa a gozar el botn.
Los mejores en esta competencia de asalto y asesinato ganaron el respeto de
los dems y llegaron a ser las autoridades. "Carnicero de indios" era ttulo de
honor. Francisco Carvajal fue excepcin. No lleg a autoridad. Se deca hijo
bastardo de Csar Borga. En1536 Hernando Corts para deshacerse de l lo
mando a Los Andes, deslumbrndolo con el oro inca, junto a 200 hombres.
Aqu luch con y contra todas las bandas importantes. Llamado "El Demonio
de Los Andes" era asesino nato. Al menos 20.000 indios y cientos de
espaoles murieron por su mano u orden. Cuando las fuerzas reales de Gasca
se acercaban sus hombres lo descuartizaron. Y degollaron. La cabeza estuvo
exhibida varios das en la plaza central de Lima junto con la de Gonzalo
Pizarro.
Naci la palabra "guzmanes" para nombrar soldados vagos, matachines y
aventureros. El 3 de diciembre de 1556 lleg a Lima el tercer virrey Andrs o
Hurtado Mendoza, Marqus de Caete. Hasta febrero del ao siguiente hizo
degollar y desterrar ms de 800 espaoles. La primera tarea administrativa de
Espaa en Los Andes fue "desaguarlo", que significaba expulsar orines y
excrementos de casas y barrios. En 333 aos de opresin colonial Espaa no
termin de "desaguar" Los Andes. El crimen sigui creando palabras. En el
siglo XVI a los usurpadores ms feroces, telogos y cronistas comenzaron a
llamarlos tiranos, posiblemente por que los trianos, nativos de Triana,
destacaban por su crueldad (Prlogo de Robert Levillier, FINOT, Enrique:
Historia de la Conquista del Oriente Boliviano. Buenos Aires, Cervantes,
1939, p. XIX).
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Fue larga y sangrienta la lucha contra las bandas. Mas el control de los reyes
no termin el bandolerismo contra indios ni entre espaoles. Los peores
asaltantes se bajaron de sus caballos para sentarse en los puestos de la
administracin de colonias, minas y haciendas.
El asalto se hizo institucin para durar ms. A la fuerza desnuda de las armas
de hierro y plvora se agreg la fuerza legal de las instituciones invasoras. Los
cuchillos se volvieron cruces y ordenanzas reales. El robo ocasional directo de
oro se ampli con el robo diario, directo e indirecto, de la fuerza y vida de las
familias kheswaymaras.
A nuestros antepasados que sobrevivieron la masacre directa los espaoles
planearon extinguirlos con trabajos brutales y hambre, Inventaron medios para
lucrar con nuestra muerte, para volver dinero nuestra agona.
Toledo, uno de los virreyes ms .sanguinarios, estableci la mita, trabajo
militar-esclavo en las minas. El turno duraba siete das. Los mitayos trabajaban
sin alimentos. Bloqueados dentro de los profundos socavones, ya horados
durante el incario. En toda la semana no vean sol. La coca estiraba artificial
mente sus vidas.
En pocos aos las poblaciones indias cerca de las minas fueron exterminadas.
Entre Paita y Lima slo, de ms de dos millones de gentes en 1685 quedaban
4,000 familias. "De acuerdo a estudios mejor fundados Es posible admitir que
la poblacin de Amrica... Fuera de entre 70 y 80 millones antes de la
conquista. Un siglo y medio despus, y debido a su impacto, aquellas
poblaciones se haban reducido a 3.5 millones en todo el continente".
(PENSAMIENTO CRITICO, n. 51, abril 1971: ", Darcy Ribeiro, La Habana,
p. 27).
Los campos cercanos a las minas, principalmente en el alto Kollasuyo,
quedaron desiertos de indios. Los espaoles entonces alimentaron los
socavones con mitayos trados desde Ecuador y Chile. Patrullas militares
llegaban a una comarca por sorpresa, la cercaban y apresaban a todos los
hombres y tambin a mujeres (aunque sus leyes lo prohibieran), entre 14 y 50
aos, los amarraban en largas filas. As viajaban, portando la comida que
podan reunir.
Las madres, hijos, esposas, parientes de los reclutados los despedan llorando.
No volveran a verlos. Poco a poco esos adioses fueron adquiriendo ritmo, de
letania y quejido. La msi9a india de Los Andes se estaba volviendo lamento.
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Tambin la poesa:
Le ped a una mariposa
le mand a una liblula
ir a ver a mi madre
ir a ver a mi padre
La mariposa volvi
la liblula volvi
diciendo, tu madre esta llorando,
diciendo, tu padre est sufriendo.
Fui yo mismo
yo mismo llegu
y era verdad, mi madre estaba llorando
y era verdad, mi padre estaba sufriendo.
STRAND, Mark: 18 poems from the Quechua, Cambridge, Massachusetts,
E.U., Ferguson Press, 1971.
La mita dur toda la colonia y parte de la repblica. El hedor de miles de
cadveres insepultos de mitayos y las nubes de buitres orientaban a los viajeros
para llegar a las minas. El virrey Conde de lemus reconoci: "Tengo por cierto
que las piedras de Potos y sus minerales estn baados con sangre de indios
y que si se exprime el dinero que de ellos se saca, ha de brotar ms sangre que
plata". Entre 1575 y 1585 slo en la mina de Potos murieron ms de 100,000
mitayos. En tres siglos de colonia ese cerro de plata vio morir ms de 8
millones de kheswaymaras segn Joseph Conder. Sus socavones con laberintos
sin fin. Algunos fueron usados como cementerios de mitayos. La montaa est
hueca. Una piedra redonda arrojada en su cumbre, rueda y cae, cae y rueda,
sonando hasta que el odo no pueda escuchar.
Los espaoles seguan acuchillndose unos a otros disputndose indios. Para
evitarlo los reyes organizaron el asalto. Repartieron las familias kheswaymaras
entre sus soldados previo pago de regalas.
Los dueos, ya legales, disponan de los indios como de cosas, los mataban
para alimentar a sus perros o para sacarles la grasa o unto y aplicarlo caliente
sobre articulaciones enfermas de sus caballos. Comenz la leyenda de los
"grasadores de caminos", los Karisiri (Karia, cortar, aymara), fantasmas que
acechan en los caminos andinos, para matar y quitarles la grasa a los viajeros
solitarios nocturnos.
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Los encomenderos obligaron a sus indios encomendados a trabajar de mitayos
en las minas, de yanaconas en las haciendas, de pongas en las casas, de
esclavos en los obrajes, donde se obraban textiles, cermica, artesana. Los
vendan u ofrecan en canje. Los alquilaban para cualquier servicio.
Algunos les hicieron construir sillas de cortezas de rbol. Las amarraron a sus
espaldas y hombros. As, con la silla empotrada al cuerpo, los alquilaban para
pasear espaoles, cruzar los ros, sin que se mojaran sus medias de seda y
encaje, para subirlos por las speras cuestas andinas.
El kheswaymara comenz a ser el nico que trabaja y es explotado en Los
Andes.
La hacienda vala por el nmero de colonos. La fuerza para levantar, empujar,
sacar, se media en "indios de fuerza" como hoy en caballos de. Fuerza, .se
deca "un malacate (polea o cabrestante) de 15 indios".
La ferocidad de los espaoles aterraba. Los indios libres, llamados ''vacas", de
vacantes, estaban ms expuestos a ser cazados o asaltados que los indios
esclavizados. Estos tenan al menos un dueo armado quien los cuidaba como
objetos suyos. .
Enviciar comenz a ser negocio. La coca, planta sagrada, en el Tawantinsuyu
fue cultivada con lmites. Se la mascaba unas dos o tres veces al ao o en
ocasiones muy especiales para rastrear profundidades de caracteres. Slo los
yatiris la portaban siempre consigo 'para curar. Los espaoles aprovecharon su
efecto adormecidos. La dieron diario a sus mitayos, yanaconas, pongos, para
charoles trabajar con hambre y cansancio.
Por primera vez el Tawantinsuyu' vio yungas enteros hechos cocales. Pueblos
enteros de yanaconas eran transplantados para su cultivo desde regiones altas y
fras. Multitudes murieron con paludismo y otras enfermedades calientes.
Los cargamentos de coca viajaban desde los yungas hasta Potos y otras minas,
a lomo de indio. Y enriquecan los invasores en pocos meses.
Desde entonces las minas andinas slo pueden funcionar por la coca.
Los espaoles tambin enriquecieron envenenndonos con el aguardiente de
caa o uva. Causaban la pena, luego vendan alivio pasajero metido en
botellas.
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En el incario la chicha de maz o quinua se preparaba el da anterior a tomarse:
Fue refresco dulce y nutritivo. En la colonia se comenz a fermentarla. Le
echaron chancaca y la enterraron semanas para convertirla en alcohol.
Tambin de arroz y cebada elaboraron chicha alcohlica.
Antes de la invasin en Los Andes se tomaba el aguamiel. El jugo del maguey
nutre ms que la carne mientras refresca con dulzor suave. Para imponer la
venta de aguardiente y chicha fermentada, los espaoles destruyeron las
magueyes. Tarea fcil, estas plantas necesitan diez aos para madurar. Hoy en
Los Andes son desconocidas. En el norte fermentaron el aguamiel natural y lo
hicieron pulque alcohlico para lucrar.
La guerra india de resistencia fue censurada y la inquisicin fue secreta. As la
historia espaola de la colonia se redujo a la relacin de robos de virreyes y
autoridades contra el rey, y llegada de inspectores de Espaa, pblicos y
secretos.
La mayora de los 40 virreyes, al trmino de sus mandatos, fueron juzgados
por malversacin de dinero real. Los fiscales con mandamientos coercitivos los
"residenciaron" en Lima durante los inacabables juicios.
Llegaron comisionados del rey para evitar fraudes en el negocio de la
esclavitud. Y estafaron ellos mismos otorgando licencias de herrar, es decir,
marcar humanos, a nombres de espaoles ya muertos o a nombres de criados,
suyos. o de gobernadores. En 1513 cada africano trado a Amrica desde los
reinos de Castilla generaba un impuesto de dos ducados. Los negreros
espaoles evadan el impuesto coimeando a los flexibles inspectores. En
noviembre de 1519 se comenzaron a vender en el Caribe autorizaciones para
cazar indios y africanos cimarrones.
El rey y la iglesia, por resarcirse de los fraudes de sus sbditos y feligreses, en
adelante vendieron los cargos laicos y eclesisticos en puja abierta. Era
autoridad quien ms "gratificacin" pagaba en el remate. Apenas posesionado
recuperaba el pago exprimiendo a los indios por todos los medios. Los aos no
cambiaron la costumbre espaola. En 1975 un puesto de polica de trnsito en
Mxico, segn denuncias de Prensa, vala 50.000 pesos, ms un porcentaje de
las mordidas.
En los 333 aos de colonia no hubieron ciencias, descubrimientos, inventos ni
artes. Solo inquisicin. Pensar era dudar de la sabidura divina: Quien
perpetrara investigacin era perseguido. Cientfico (llamado alquimista
entonces) capturado era torturado y muerto. Las universidades fueron
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seminarios teolgicos, Poeta, pintor o escultor alejado del motivo rutinario, de
la crujiente cara de los santos agonizantes, tambin era castigado. Dolor y
muerte monopolizaron la inspiracin artstica. El terror comi quejidos de
indios y espaoles.
Los mejores sabios de Espaa inventaban tormentos para mostrar la fuerza de
la caridad cristiana. Las actas de la iniciacin en Amrica revelan tormentos de
aire, agua y fuego entre otras muchas variedades. Investigar quin era culpable
y quin inocente era, sencillo. Para los conquistadores las ordalas o "juicios de
dios" eran infalibles. Al sospechoso, hombre o mujer, lo asaban con' hierro
candente, si mora o gritaba era culpable. Obviamente dios no lo ayud a
soportar el dolor. Sus restos chamuscados eran encajados en un atad pintado
con llamas rojas de fuego. As no quedaba duda, su destino sera el infierno
donde seguiran los tormentos eternamente.
A veces las pruebas sobraban. Un espaol fue quemado vivo por preguntar a
otro con una bolsa.
-"Qu bellaqueras llevas ah?" Dentro iban iconos de yeso. Los curas jueces
eran dioses intocables. Ninguna autoridad civil osaba enojarlos. Como las
denuncias eran secretas se las inventaba y usaba para venganzas.
Declaraciones de testigos inculpados eran secretas tambin y podan ignorarse.
Desde 1503 Espaa monopoliz todo el comercio con Amrica mediante la
Casa de Contratacin de Sevilla. Pero los jueces inquisitoriales metan en sus
bagajes no inspeccionables sedas chinas de contrabando. Violaban dentro de
las iglesias a las mujeres ms hermosas amedrentndolas con acusarlas de
hechiceras y quemarlas en fogatas. Por algo belleza era tentacin diablica al
pecado, resultado de brujeras, la palabra ms usada entonces.
Cuando Espaa se consideraba el imperio "donde no ~pone el sol" Carlos V
sinti peligrar su "unidad cristiana universal". Se filtraban dentro de Europa
destellos del Tawantinsuyu, de nuestro mundo sin dinero, guerras, robos,
torturas y la gente comenzaba a comparar a pesar del terror al infierno y a la
inquisicin. .Carlos V enclaustr ms la oscuridad. Dict leyes ordenando a los
cronistas "hacer aparecer como execrables la poltica y el gobierno incaicos".
(MARKHAM, Clemente: Historia de la Conquista del Per. Citado por
CARNERO HOKE, Guillermo: Apuntes una Reestructuracin de Amrica y el
Per Antiguos. Lima, Universidad Nacional Federico Villarreal, 1970, p 61).
Los cronistas eran soldados. En el da atacaban al pueblo del Tawantinsuyu
con caones, arcabuces y espadas. En la noche lo seguan atacando con la
pluma. Pese a ello, sus escritos fueron revisados y censurados cuidadosamente
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por los tribunales de la inquisicin. Estos tachaban las partes dudosas.
Taponaban las grietas por donde podra escurrirse la verdad de nuestra vida y
la barbarie de la invasin. Por ello crnica hoy significa artculo, no
documento E "historias" pueden ser patraas.
Segn la iglesia un pueblo poda y deba ser destruido y esclavizado si
practicaba idolatra, sodoma y canibalismo. Los cronistas recibieron de la
iglesia y del rey la misin de justificar la invasin acusando a nuestros
antepasados de cometer tales prcticas.
Nuestro pueblo no dibuj ni esculpi las fuerzas csmicas situadas ms all del
Inti y la Pachamama, por respeto e imposibilidad de reducir su grandeza a un
signo. Y fue acusado de idlatra por quienes se postraban ante dolos de
estuco.
Nuestro pueblo orden el matrimonio obligatorio, desconoci prostitucin y
aberraciones sexuales. Y fue acusado por quienes trajeron aquella y stas de
sodoma, palabra inexistente en kheswa o aymara.
Nuestro pueblo se aliment solo de vegetales, frutas, peces y aves. Y fue
acusado de canbal. Sin embargo, Pedraza, el primer obispo de Trujillo, cuenta
en su "Relacin de Yucatn". Alrededor de 1515 confes a dos espaoles
sobrevivientes de una expedicin. Le revelaron haber comido los sesos de
otros espaoles agonizantes; en un lugar llamado La Hibuera. Probablemente
entonces, por primera vez, carne humana aliment a humanos en este
continente, sin hambre antes.
Espaa resguard con armas la ignorancia europea del Tawantinsuyu. Tambin
la americana sobre Europa. Todos los libros no religiosos fueron prohibidos,
incluso el Quijote.
La falsificacin fue exagerada. Pocas palabras sensatas bastaban para
desplomarla estrepitosamente. Por ello, en el siglo XVII, el rey prohibi por
ley todo comentario, impresin, circulacin, en cualquier idioma, en las
colonias y en Europa, de la historia del Tawantinsuyu. La mentira espaola fue
tan grosera que necesit silenciar a los mismos cronistas espaoles.
El asaltante armado irrumpe en el hogar. Roba y asesina al padre y a la madre.
Al salir intimida a los hurfanos: Si hablan los mato! Despus asustado de su
crimen, amenaza a sus propios cmplices: Al que hable lo mato!
Espaa actu, as en Los Andes. Y peor, porque todava no sali.
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III- DEFENSA KHESWAYMARA
I.- VIRREYNATO
SIGLO XVI
El Tawantinsuyu fue conocido en todo el continente. Los espaoles escucharon
de l en Mxico, el Caribe y Centroamrica y en grupos inconexos se lanzaron
al asalto. Avanzaron al sur masacrando mientras fingan respeto y amistad
alinea. Aprovechando la ignorancia del Tawantinsuyu de la guerra, su falta de
armas, ejrcito y hbitos guerreros.
Su avance era desordenado. A veces devastaban las comarcas al cruzarlas.
Otras veces grupos aislados se quedaban donde suponan haber oro enterrado,
Nuestros antepasados no se defendieron militarmente, Slo apresaban,
juzgaban y castigaban algunos espaoles por crmenes contra la tradicin
como asolar sembrados. Fue correccin, no guerra defensiva. Ya en mayo,
1532, Molina y Grimes murieron ajusticiados al norte del Tawantinsuyu, en el
puerto de Tumbes. Varios caciques fueron asesinados en represalia.
. El 7 u 8 de octubre 1532, llegaron a Pabur. All destruyeron los canales de
riego para Wancapampa, cerca de Quito. Por ello varios espaoles .fueron
ajusticiados.
Una patrulla de jinetes, con Soto a la cabeza, se desprendi del grupo principal
e ingres a Caxas. Despus de asolar esta poblacin hoy desaparecida avanz
hasta Huancapampa. All mat muchos indios de autoridad. Uno de ellos pudo
haber sido Huscar, alto responsable del Chinchaysuyu.
Este es uno de los asesinatos mas ocultados por los espaoles. Su
encubrimiento es la base para inventar una guerra interna del Tawantinsuyu,
aparecer como pacificadores y acusar a Atawallpa por la muerte de Waskar.
La mentira vive en la historia republicana. Hoy las escuelas de Los Andes y
del mundo ensean que Wayna Kapaj "dividi su imperio" por amor a su hijo
"bastardo" y a la muerte de los "medios" hermanos Atawallpa y Waskar
lucharon entre s con ejrcitos de cientos de miles de soldados y aquel asesin
a ste.
Garcilaso de la Vega, Sarmiento Gamboa y dems cronistas repetidores
pudieron falsificar, pero no pudieron impedir que su propio marco histrico y
geogrfico, su tiempo y su espacio hicieran patente su invencin. Solamente
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los reyes europeos eran dueos de "imperios" y podan "dividirlos". Ni los
Incas, ni siquiera los Consejos, eran dueos del Tawantinsuyu comunal.
Imaginar dividirlo hubiera sido tan absurdo como tratar de dividir una
pirmide o un rbol, tambin obras comunales. Solamente los espaoles
diferenciaban sus hijos en legtimos y bastardos, primognitos y segundones,
espreos, incestuosos, adulterinos, sacrlegos. Los Incas, como las plantas y los
animales, no dividan a sus hijos. No tenan la nocin absurda e hiriente de
hijos ilegtimos.
La historia de las cortes reales europeas es la relacin de intrigas y guerras
entr pretendientes al trono. Era rey quien derrotaba o asesinaba a sus rivales.
En el Tawantinsuyu no haba rivalidad por la tiara Nadie hubiera podido
proclamarse Inca a si mismo. Solo el Consejo de Ancianos y Ancianas,
despus de varias pruebas pblicas de inteligencia, armona y resistencia
escoga al Inca. No conocimos guerra, ni civil ni de otra clase. Si alguien
hubiera tratado de tomar el incanato por la fuerza se habra inhabilitado por si
mismo, para tal responsabilidad, por siempre. Y seguramente hubiera sido
castigado con muerte por la sabidura comunal.
Dentro del mundo csmico-religioso todo es sagrado. No caben disensiones.
Una sola sera rompimiento instantneo de todo el orden y armona Csmicos.
Por supuesto ninguna fuente india consigna sealo indicio alguno de tal
divisin. Ni la historia espaola es consistente en su mentira. No dice cmo,
cundo, dnde, ni con cules armas Atawallpa combati contra Waskar. Ni
cmo, dnde, ni cundo lo asesin, si l mismo o por otra persona. Slo dice el
por qu intemporal e inespacial, fcilmente inventable. Copiado, como deba
ser por fuerza, del mundo nico conocido por los cronistas, del mundo
europeo.
Lo ms importante. La historia espaola no menciona lo sucedido con los
supuestos ejrcitos de 200.000 kheswas, tanto del Cusco como de Quito. No
explica cmo esos ejrcitos no aplastaron ni combatieron a Pizarro y su
puado de asaltantes.
Un historiador, sacerdote jesuita, quien no oculta su adhesin a Espaa frente a
la independencia republicana, en su Historia General del Per al respecto dice:
..."Juzgamos que hay escaso fundamento para derivar esta divisin
del hecho de haber Huaina Capac decidido separar Quito del Cusco
y entregar esos reinos a su hijo bastardo Atawallpa. Esto no
encuadra bien dentro de las costumbres de los Incas soberanos y de
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su arraigada tradicin familiar. Si surgi la divisin entre los
hermanos, ella obedece a otras causas que no son de este lugar".
(VARGAS UGARTE" Rubn: Historia General del Peru. Espaa,
1966, p.47).
.
Tales causas no son mencionadas en ningn otro lugar de los cinco volmenes
de es Historia.
Las bandas armadas siguieron hacia Motute, llanos de Llambayeque, Cinto,
Chiclayo y otras regiones norteas del Tawantinsuyu. Daban zarpazos aqu y
all. De acuerdo con la costumbre hacia extranjeros el Inca, pese a su inslita
conducta, les enviaba regalos de bienvenida. Los espaoles los reciban, hasta
enviaban otros de vuelta con los mensajeros para mantener al Inca en la
creencia o duda sobre su amistad. Despus ocurri la masacre en Cajamarca de
mamacunas, amautas y miles de kheswas, sin distincin de sexo ni edad. Los
hechos se precipitan en aluvin vertiginoso. Nuestros antepasados milenios de
paz csmica humanizados, no pueden ni comprenderlo que est pasando. Los
espaoles de Cajamarca marchan al Cuzco. Durante el trayecto apresan a
Tupaj Huallpa, Toparka, hermano de Atawallpa y lo nombran Inca. No pueden
usarlo y en octubre, 1533, lo asesinan. Queman vivo al amauta Challcuchimaj
porque rechaza el bautismo. Pizarro excluye de la matanza a Manco, lo
considera otro hermano de Atawallpa, y lo nombra Inca. Manco es encerrado
en las residencias incaicas del Cusco y los extranjeros pretenden gobernar el
Tawantinsuyu usndolo. Manco escapa. Es recapturado por .los hombres de
J uan, quien se deca hermano de Pizarro. Es encadenado debajo de las
escaleras de la residencia de Hernando. Este tambin se dice hermano de
Pizarro. Es jefe de los asaltantes en el Cusco. Francisco regres con su botn a
Lima. All se siente ms seguro, los barcos estn cerca.
Los actos pasmosos de los espaoles pronto son noticia. Cubre todo el,
Tawantinsuyu en labios de los chasquis veloces. Los pocos testigos
sobrevivientes se desparraman por los cuatro puntos cardinales. Huiay Cusi
(Huiay-siempre, Cusi-contenta, kheswa) fue ustha del Templo del Sol en
Cusco. Los espaoles le arrancaron los ojos porque dijo no haber visto dnde
estn las "piedras verdes", las esmeraldas del templo. Recorri el resto de su
vida los caminos del Tawintinsuyu contando lo ltimo visto por sus ojos. Las
noticias causan mucha estupefaccin, poca queja u odio.
Sin embargo, hay respuesta. Tito Atauchi es uno de los primeros en atacar a
los invasores en rumbo al Cusco. Toma vanos prisioneros, Cullar entre ellos,
escribano del juicio a Atawallpa. Quisquis tambin ataca a los invasores en
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marcha al Cusco. Derrota patrullas de caballera. Usa prisioneros espaoles
como mensajeros para exigir la salida de los invasores.
Manco Inca ya sabe del amor espaol al oro. Habla en secreto con Hernando.
Le dice de una estatua de oro de Huaina Capaj, de tamao natural y otros
"tesoros escondidos" en un lugar que solo l conoce. Hernando lo manda con
dos soldados para traerlos. No quiere repartir el tesoro con J uan Pizarra ni con
nadie y calla.
Los guardas de Manco no regresan. Hernando avisa a sus cmplices la fuga del
Inca. J uan Pizarro sale con unos 70 jinetes para capturado. Encuentran
quemado el puente sobre el ro Willcanota, en el valle de Yucay. Apenas
vadean el ri son rodeados y atacados por una multitud kheswa armados de
k'orahuas. Usadas hasta entonces slo contra aves y animales rapaces. Cuatro
das se combate. Mueren muchos qheswas, tambin espaoles y caballos. Cada
anochecer los atacantes se retiran a las alturas. No imaginan lucha nocturna.
J uan Pizarra pide al Cusco refuerzos. Sus mensajeros se topan con los de
Hernando. La fuerza principal de los invasoras .tiene problemas ms urgentes
que la captura del Inca prfugo. Juan y el resto regresan al galope al Cusco.
La capital del Tawantinsuyu est cercada por decenas de miles de
kheswaymaras. Son los primeros das de febrero de 1535. El primer ejrcito
incaico est dividido de acuerdo a la posicin de las cuatro regiones del
Tawantinuyu.
Los kheswas llegados de Chichaysuyu dirigidos por Taipe, Cullash, Coriatn,
ocupan el norte del Cusco. Los venidos del Antisuyu, subidos desde las junglas
amaznicas, comandados por Antallca y Rupaj Yupanqui se sitan al este. Los
Aymaras bajados del altiplano encerrado entre los brazos oriental y occidental
de la cordillera andina, del Kollasuyu, cierran el sur al mando de Lliclli. Los
kheswas subidos desde las laderas occidentales del Cuntisuyu se despliegan al
oeste de la ciudad, dirigidos por Suru Huarman, Quicani y Curi Huallipa.
Todos ellos portan la bandera del Tawantinsuyu, los siete colores del arco iris
y sus distintivos regionales. El profundo aullara del pututu, cuerno en pueblos
de montaa y caracol en pueblos costeros, comunica rdenes y aglutina a las
multitudes.
La fuerza del ejrcito andino es el nmero. Sus armas, instrumentos de
labranza, palos y piedras lanzadas a mano o con la warak'a o k'orahua. La
honda incaica y los liwi-liwis son armas nicas de los regimientos bajados del
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altiplano. Los del Antisuyu, traen flechas, cerbatanas y arcos de maderas
negras y duras como metal. No procuran matar a los invasoras sino reducirlos,
capturarlos, amarrarlos, y as parar sus asesinatos. Construyen zanjas,
descubiertas y ocultas. Tejen mallas, las sueltan sobre jinetes y caballos y los
maniatan juntos o enredan sus piernas. Construyen vallas con troncos delgados
y dividen en pedazos las llanuras. Con todo ello traban los rpidos y mortales
despliegues de la caballera forrada en hierro. Los aymaras y kheswas del
Kollasuyu y Cuntisuyu unen dos y ms piedras redondas con una tira de cuero,
las lanzan girando a gran velocidad y enredan las patas de los caballos en
carrera.
Los kheswaymaras usan fuerzas naturales, Agua, Fuego, Viento, Montaas.
Aprovechan su experiencia en canales y construyen grandes acequias. Desvan
el agua, la contienen y sueltan sbitamente. Inundan el campo enemigo, frenan
la caballera con lodo, Incendian desde grandes distancias. Los antis del
Antisuyu disparan flechas en llamas untadas con brea vegetal y petrleo,
abundante en sus' tierras. Los aymaras del Kollasuyu lanzan piedras machos
calentadas al rojo vivo, envueltas en paja, con sus warak'as. Piedras
incandescentes, brasas y flechas encendidas viajan a favor del Viento y caen
sobre los techos de paja seca de casas, depsitos de alimentos, reservas de
forraje. Hacen del Cusco una gran hoguera. Desde la cumbre de, las colinas, en
cuyas abruptas faldas comienza la ciudad, provocan derrumbes de galgas,
rocas enormes. Los kheswaymaras van perdiendo el pnico al trueno y al
relmpago de las armas de hierro, a los caballos. Cuando derriban un jinete
toman su arcabuz y su caballo para usarlos. Pero el fusil deja de servir cuando
se agota la plvora y la municin que porta el jinete.
Las armas invasoras son muy superiores. Han sido pulidas por experiencia
guerrera milenaria. Tienen los espaoles picas, lanzas largas terminadas en
lengetas para destrozar las carnes humanas, largos cuchillos de varias formas,
arcos y flechas ya fijadas en soportes.
Las armas de fuego de los espaoles, terrorficamente extraas, son las
decisivas. Desde el ao 1300 comenzaron a perfeccionar en Europa varias
clases de fusiles. Traen arcabuces, espingardas, mosquetes, caones de mano,
matamoscas, trabucos. Tienen grandes caones de llanura y caones ligeros de
montaa. Su variedades amplia: falconetes, culebrinas, lombardas, basiliscos,
bombardas, morteros de bocas anchas y cuerpos chatos, berracos, caones
pedreros, parafusos, crepantes, caones de 45 libras llamados doce apstoles y
otros. Destinados traspasar las placas metlicas que cubren los soldados
europeos. Son mucho ms mortales en Los Andes. Las multitudes indias sin
resguardo metlico se lanzan de frente sobre las bocas negras humeantes que
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apestan con el azufre de la plvora quemada y arrojan cientos de trozos
candentes de metal.
Invasores y caballos estn forrados de hierro. Los hombres con almetes,
crestones, espaldares, ristres, mandiletes, escarcelas, quijotes, escarpines,
ventallas y otras defensas. Placas y cotas metlicas los cubren de pies a cabeza
y detienen piedras, flechas y palos. Caballos y hombres tienen incluso los ojos
protegidos por rejilla metlica.
Manco Inca sigue las decisiones del consejo de jefes de tropas provinciales y
de Amautas y Mamacunas. Ordena el ataque por escuadras, como trabajo
comunal, relevndose por turno, los invasores no afrontan un asalto sin tregua
por todos los costados. Manco Inca dirige el cerco montando diestramente un
caballo. Usa la coraza de un invasor caldo.
A pesar de la carnicera de labradores andinos el cerco se estrecha poco a poco,
Willaj Huma es uno de los primeros en comprender a los invasores y sentir la
urgencia de expulsarlos. Ayud a dividir, antes del cerco, la fuerza invasora
relatando a Diego Almagro de supuestos tesoros de oro en el sur. Lo acompa
algunos das y retorn incorporndose al cerco. El 6 de mayo comanda el
asalto a Sacsaywaman, convertido en fortaleza por los invasores.
Despus de un;:i fiera defensa es tomado. Mueren varios espaoles, los
sobrevivientes bajan al centro del Cusco.
Incendios e inundaciones arrasan la ciudad. Los invasores resisten tenazmente.
Estn rodeados de grandes riquezas y no quieren abandonarlas.
Manco Inca instala en Sacsaywaman su direccin. Desde all puede ver toda la
ciudad y las colinas de los alrededores. Los invasores recuerdan Tenochtitln
Mxico. Al capturar a Moctezuma debilitaron el ataque azteca. Arriesgan sus
60 caballos y jinetes ms rpidos Y sanguinarios y asaltan Sacsaywamn para
apoderarse de Manco Inca. J uan Pizarro comanda el asalto de jinetes y
soldados a pie. El resto simula ataques para dividir la fuerza inca. La
resistencia kheswaymara es ptrea: Se torna ataque. La mayora de los jinetes
de la patrulla mueren. Juan Pizarro es despojado de sus defensas metlicas en
el combate. n warak'azo le destroza el crneo y lo mata. Hernando Pizarro
queda jefe nico de la guarnicin sitiada.
Mueren muchos ms kheswaymaras que invasores. Pero el cerco: se sigue
estrechando la mayor parte de la capital incaica es limpiada de espaoles. De
las tres plazas del Cusco dos ya han sido recobradas. Solo la plaza central est
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en poder del invasor. De acuerdo a la idea inca de la guerra los espaoles ya
estn vencidos. El exterminio es ignorado.
Los europeos resisten principalmente porque sus caones, a causa de la
concentracin de la multitud kheswaymara, con cada disparo matan muchos. Y
por la traicin de un indio llamado Paulo. Los espaoles con gran ceremonia lo
proclaman Inca. Le prometen reconocimiento del rey. Lo instalan en las
residencias incaicas de Ccolcampata. All vive copiando los vicios de los
invasores, embriagndose y acumulando metales. Paulo usa la fidelidad alinea
de algunos indios de la Ciudad. Los convierte en sirvientes de los espaoles.
Los invasores tienen una agresividad no conocida ni imaginada en el
Tawantinsuyu. En una escaramuza apresan 200 indios. No los matan a cuchillo
como acostumbraban. Les cercenan la mano derecha a todos. Y los envan as
alinea para alejar por el terror a los sitiadores. En otra ocasin mutilan manos y
brazos a 400 indios. Tambin regresan a las tropas incaicas espantando.
(VARGAS UGARTE, Rubn: Historia General del Per, Espaa 1966, p,
136). Los kheswaymaras, por el contrario, consideran humano al enemigo, un
hermano enloquecido momentneamente quien se culturizar despus, en
contacto con la moral comunal.
A pesar de su crueldad los sitiados ven su espacio reducindose. Todos sus
galpones de forraje han sido quemados menos Suntuhuasi. Hernando Pizarra
arriesga sus ltimas posibilidades. Divide la fuerza invasora en dos partes. Una
finge huir. De noche, cuando los kheswaymaras no combaten, montan en
caravana y retroceden con direccin a la costa. El cerco se abre, los deja pasar.
El ejrcito inca lucha por liberar su capital, no por exterminar a los invasores.
La caballera luego de perderse de vista da un gran rodeo. Ataca
sorpresivamente por la espalda a las tropas andinas apostadas en
Sacsaywamn. Es el intento final por capturar a Manco Inca.
El ataque de la caballera es combinado con otro desde la plaza del Cusco.
Ambas fuerzas cercana los kheswaymaras en Sacsaywamn. Los arrasan con
artillera y luego se lanzan al asalto. 1.500 kheswaymaras dejan de combatir.
Reconocen estar vencidos al no tener ms movilidad. Suponen ser liberados
despus. Son acuchillados. El jefe Cullash, de Chinchasuyu, blandiendo un
palo con puntas de cobre, derriba y mata muchos espaoles. Estos deciden
capturarlo vivo y torturarlo pblicamente. El kheswa, venciendo hambre y sed,
rompe el crneo de todos los invasores llegados al borde de su reducto en
escaleras de madera. Finalmente los invasores colocan varias escaleras en
diferentes puntos y trepan simultneamente. Cullash comprende, va a caer vivo
en manos enemigas. Y se arroja desde la roca ms alta. Su bravura no ha
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podido ser ocultada. Pero los historiadores espaoles lo llaman Cahuide y lo
describen originario de Centroamrica.
La toma por asalto de fortalezas es la accin militar ms conocida entonces en
Europa. Los invasores tienen vasta experiencia y prctica en ella:
Manco Inca no est en Sacsaywamn cuando el asalto. Mantiene, el cerco un
tiempo ms, luego disuelve los regimientos. Las tareas sagradas de la cosecha
deben comenzar. El se retira ordenadamente con parte del ejrcito inca a
Willkapampa. Est finalizando el ao 1535. El cerco al Cusco ha durado diez
meses.
Hernando Pizarro olvida sus promesas al indio Paulo. Lo abofetea en pblico.
El traidor desaparece despus de su breve y vergonzosa accin. "Los invasores
forman un comando de 70 jinetes y 30 infantes al mando de Hernando y otro
grupo rpido de exploracin, al mando de Gonzalo Pizarro, con 30 jinetes.
Ambos salen del Cusco a capturar a Manco Inca. Lo creen rumbo a
Ollantaytambo. Llegan all, matando y muriendo. En vez delinca encuentran
resistencia. No pueden vencerla y regresan al Cusco. Durante dos aos los
combates alrededor de la capital son diarios.
Francisco Pizarro desde 1535, comienzos, reside en una comarca llamada
Limatambo. Cuando le comunican el cerco al Cusco procura retener a toda
costa la capital del Tawantinsuyu, pues all queda mucho oro. Organiza cinco
destacamentos de refuerzo. Cree asegurar su llegada mandndolos separados.
La primera tropa de refuerzo sale de Lima. Tiene 70 soldados de caballera y
30 a pie. Lo comanda Diego Pizarro. Sigue la va de J auja y Huamanga. Un
poco ms all de este pueblo, en la cuesta de Parca, cerca de Huanta, una
multitud de kheswas les cierra el paso a k'h.orahua. Las armas andinas no
pueden competir con las europeas. Los invasores adems llevan armas de
repuesto a los sitiados. Los kheswas usan su terreno. Echan a rodar, desde la
cumbre de la montaa; millones de rocas. Aplastan a los invasores. Apenas un
espaol queda con vida despus del combate. Es conducido al inca.
Sale de Lima el segundo refuerzo enviado-por Francisco Pizarro al Cusco.
Tiene 70 jinetes y 70 soldados a pie. Va al mando Francisco Mogrovejo
Quiones. Avanzan devastando pueblos rumbo a Vilcas. En la comarca de
Parcos queman 23 kheswas como "escarmiento". Antes de llegar a Vilcas
chocan con combatientes incas. La lucha es feroz. No queda un invasor vivo.
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El tercer destacamento de refuerzo es todava ms grande. 80 invasores a
caballo y 70 a pie salen de Lima rumbo al Cusco dirigidos por Gonzalo Tapia.
Sigue una ruta cercana a la del primer refuerzo hasta J auja. De all doblan al
sur hacia Huaitara. Apenas cruzan uno de los ros de esa regin, el puente es
incendiado. El destacamento es atacado y destruido. No sobrevive un invasor.
El cuarto destacamento es ms pequeo. Pizarra busca flexibilidad y
velocidad. Tienen 40 hombres a- caballo y 60 a pie. Es un grupo escogido
comandado por Alfonso Gaete. Sale de Lima apenas llegan las noticias de los
problemas del primer destacamento mandado por Diego Pizarra. Gaete y sus
hombres llegan demasiado tarde a la regin de Huamanga para socorrer a
quienes iban en socorro del Cusco. Chocan con indios. Mueren todos sus
hombres menos dos. Sern recogidos por el quinto destacamento de refuerzo.
El ltimo refuerzo es ms pequeo y veloz. Francisco Godoy dirige 45
invasores a caballo. Ninguno va a pie. Llegan a J auja. Ya no pueden avanzar
en socorro del destacamento anterior. El ataque kheswa los hace escapar a
galope a esconderse a lima.
Francisco Pizarro, ya llamado marqus, no sabe nada del Cusco. Lo considera
perdido como sus refuerzos. No tiene esperanzas en recapturarlo, pues Lima
misma es atacada. Los regimientos del Tawantinsuyu se descuelgan desde las
cordilleras nevadas ala costa. Lima ya no es ciudad. Es fuerte. Lo rodea una
alta muralla alternada de varios kilmetros, con torres espaciadas aberturas
para la artillera y troneras para disparar. Sin riesgo, adems es puerto con
comunicacin a Centroamrica donde pululan millones de aventureros
dispuestos.
Los regimientos incaicos atacan Lima comandados por Huallpa Roca Tupaj (o
Quizu) Yupanqui. Su hermana Huaylas es prisionera de Pizarro. Este la viola y
aparenta ser su esposo. Simula amistad y parentesco con los dirigentes incaicos
para engaar a los kheswas de la costa.
Las tropas incas comienzan el cerco a Lima. Pizarro planea capturar a Tupaj
Yupanqui y hacerle ordenar el retiro. Encarga la misin a Pedro Lerma. 70
invasores a caballo escogidos salen de la fortaleza, al galope, aprovechando la
llanura. La caballera avanza tres millas. En el valle de Surco le ataca un
regimiento inca. La atrae donde los caballos no pueden correr por piedras y
huecos. La patrulla es derrotada. Mueren varios espaoles. Francisco Pizarra
acude con una tropa poderosa. La patrulla regresa con 32 espaoles y 8
caballos menos, Pedro Lerma Vuelve sin los dientes del delanteros. Una
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pedrada le ha quebrado la parte inferior del rostro, desguarnecido de metal
durante el combate.
Tupaj Yupanqui organiza el cerc sobre Lima como en el Cusco los incaicos
atacan por escuadras. Tambin portan la bandera del Tawantinsuyu. Tupaj
Yupanqui despus de completar el cerco por tierra cruza con parte de su tropa
el ro Rimac. Toma por asalto el cerro Cristbal, situado al norte de la ciudad.
Es ms alto y cercano a Lima. Los sitiadores destruyen en la cima una enorme
cruz. Los curas hicieron construirla a los esclavos kheswas. Los espaoles
atacan. No pueden romper el cerco. Van cambiando su desprecio al indio por
el temor. Varios espaoles, principalmente quienes ya tienen botn, escapan
para siempre. Cruzando el "Mar del Norte" como llaman al ocano Atlntico.
Dentro de Lima otros espaoles en pnico no luchan ni huyen. Se encierran en
iglesias y monasterios. Se refugian en la ilusin de una vida sobrenatural
comprada con donaciones.
Las noticias sobre el resto del territorio incaico son fnebres para los
invasores. La "Relacin del Sitio al Cusco" escrita por un espaol en Lima en
abril 2, 1539, escondido en el anonimato para evadir la inquisicin, refiere, "no
haba da que no le venan a decir (a Pizarro) ''tal cacique se ha alzado", "en tal
parte han muerto tantos cristianos". Segn Cieza de Len murieron ms de 700
espaoles entre Quito y Lima solamente, cuando el cerco a Lima.
Francisco Pizarro al comienzo evit compartir con otros invasores el botn del
Tawantinsuyu. Pag 100.000 ducados a Alonso Alvarado en 1533 para detener
su avance al Cusco con 500 jinetes. Ahora pide refuerzos urgentes, en tropas,
armas y caballos a Mxico, Centroamrica, Santo Domingo, Puerto Rico,
Cuba, Guatemala, Panam. A las otras concentraciones de millones de
expresidiarios, vagos, mercenarios, prostitutas que siguen a los asaltantes,
excampesinos despojados de sus tierras por la iglesia, el rey y la nobleza.
El flamante marqus analfabeto viene de esas multitudes criminales. Las
conoce. No intenta moverlas con llamados religiosos o nacionales. Exacerba la
codicia de quienes cruzaron el Atlntico para asaltar. Enva de Lima vasijas de
oro y joyas incaicas como botn. Promete enriquecimiento instantneo a quien
lo ayude a sobrevivir y destruir el Tawantinsuyu. Otros miles de delincuentes
armados llegan a Los Andes. Pizarro hace volver del sur a Lima un barco.
Llevaba tropas y armas contra los mapuches. Impide toda otra "entrada"
(asaltos a Comunidades) para "rescatar" (robar). Manda mensajeros a Alonso
de. Alvarado, quien dirige cientos de jinetes a Chachapoyas. Llama a las tropas
dirigidas por Garcilazo de la Vega rumbo a Buenaventura. Tambin a las
bandas conducidas por Juan Porcel a Pacamoros. A la guarnicin ocupada en
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asolar las provincias del norte mandadas por Sebastin Benalczar. Ignora su
situacin. Est acorralado por los kheswas quiteos.
Las bandas en su incursin al Tawantinsuyu se desperdigaron para asaltar
diferentes comarcas. Ahora todas se concentran en Lima.
La guerra contra el invasor desencadenada por Manco Inca se extiende a todo
el Tawantinsuyu y ms all. Al este los pueblos chiriguanos derrotan primero
las incursiones y despus las expediciones de exterminio. Al sur los mapuches
incendian los asentamientos invasores.
Son cientos los fuertes construidos por espaoles. Piensan haber fundado
copias de ciudades espaolas. Las nombran Nueva Valladolid, Nueva Granada,
etc. Ahora atacan concentraciones andinas dirigidas por ayudantes de Manco
Inca. Las sitian, toman y queman. No se levantarn nunca ms. Son
ajusticiados los miles de espaoles quienes desde los ltimos meses de 1532
establecieron haciendas, minas y obrajes esclavistas.
Rumiahui (Rumi-piedra, ahui-ojo), kheswa) presenci el estrangulamiento
delinca Atawallpa. De acuerdo con Manco va a las provincias norteas, hoy
Ecuador. Organiza la. Defensa y arrasa la ciudad de Quito, convertida en
fortaleza por los invasores. Derrota varias veces a las tropas de Benalczar.
Guayaquil cambia de manos una y otra vez. Es destruida por las tropas
qheswas. Francisco de Ore llana deber fundarla otra vez mucho ms tarde.
Los kheswas quiteos vencen todos los refuerzos enviados desde Lima.
Excepto Cusco y Lima, el territorio del Tawantinsuyu est limpio de invasores.
Francisco Pizarro no puede derrotar con armas a los kheswas del norte. Manda
a Zalea a negociar, a lograr la paz, con cualquier promesa mientras lleguen
refuerzos. Desde Centroamrica o las crecientes e incesantes de espaoles
suben a Los Andes con artillera pesada y caballera. Rumiahui quema la
fortaleza espaola de Quito y se retira a Llanganate. Benalczar entra a la
ciudad en cenizas. Contina su ocupacin habitual, profanar sepulcros en
busca de utensilios de oro. Como la mayora de los jefes invasores ser
juzgado por sus mismas autoridades por falsificar monedas, sellos reales y
torturar a espaoles. Benalczar deja en Quito a Ampudia, famoso por su
crueldad. Le encarga la misin de exterminar a los kheswas de Quito y sus
alrededores. Mientras las caballeras de Soto y Almagro combaten contra las
tropas incaicas del jefe Quisquiz quien procura retornar Quito.
Willaj Urna es uno de los jefes incas ms odiados por los invasores. Corta el
paso entre Huamanga y Huarochir. Deja esas regiones limpias de invasores.
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Llegan las nuevas oleadas de espaoles del norte. Lucha durante aos. Hostiga
con grupos pequeos y rpidos a las grandes concentraciones de soldados
invasores de la costa.
El cerco inca sobre Lima sigue. Ms el ro de invasores llegados por mar crece
da a da. Tupaj Yupanqui decide el asalto. Los kheswas no conocen acecho ni
sorpresa. Avanzan cada amanecer de frente, en grupos, detrs de la bandera
multicolor. Francisco Pizarro puede cebar sus piezas grandes y pequeas de
artillera. Colocarlas en las mejores posiciones para masacrar y atrincherarlas.
Se combate 6 das seguidos. Muchos espaoles son muertos pero caen ms
andinos. Tupaj Yupanqui avanza al frente del destacamento central. Es uno de
los primeros cados. Las tropas incas diezmadas por los caones retroceden
para organizar nuevas oleadas de .asalto. Ignoran el mecanismo de los
caones. Los espaoles tienen respiros para recargarlos.
Alonso Alvarado llega del norte con ms de 500 jinetes ferozmente armados.
Los sitiadores temen, ser atenazados entre dos fuerzas invasoras. Se retiran. El
cerco ha durado 6 meses.
Durante los cercos al Cusco y Lima los kheswaymaras han destruido las
primeras oleadas de invasores. Se han unido con los pueblos chiriguanos y
otros de las selvas orientales de Los Andes. Los espaoles escapan a la costa.
Arrodillados suplican perdn a los naturales. Estos los perdonan y hasta les
ayudan a trasladar sus cosas. Esos mismos espaoles reforzados volvern para
acuchillarlos. Manco Inca despus de los diez meses del cerco al Cusco se
retira a Willkapampa (Willka-guila, pampa-llanura). Instala la capital del
Tawantinsuyu y reorganiza la administracin incaica. Piensa posible la
convivencia entre kheswaymaras y espaoles. La experiencia de milenios,
mediante el Consejo de Amautas y Mamacunas le anuncia, los invasores en
contacto con kheswaymaras se volvern humanos, perdern poco a poco sus
costumbres asesinas, aprendern a cultivar y se adaptarn a la moral incaica.
Algunas tribus de las junglas perdieron agresividad al comprender la armona
csmica.
El primer virrey Blanco Nez Vela, la mxima autoridad de los invasores
nombrada por Carlos V, al mismo tiempo, promete unos repartimientos de
familias kheswaymaras y dictar "nuevas leyes" para frenar la barbarie
invasora. Pero siguen llegando al Inca noticias crecientes de masacres, robos,
mutilaciones en varias comarcas. Las ideas, ciertas o no, Del virrey son una
cosa los hechos de los saltantes armados son otra. Para estos vivir es agredir,
indios u otros espaoles. .
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La paz es rota otra vez por los espaoles. Organizan expediciones
poderosamente armadas para capturar a Manco Inca en Willkapampa. Son
derrotadas por los regimientos incaicos retirados del cerco al Cusco con el
Inca. Los kheswaymaras sin suficiente agresin para exterminar a los sitiados
tienen resistencia suficiente para defender su Inca. Siempre sern mejores en la
defensa que en el ataque. Tienen la ayuda de bosques, ros, montaas. El Inca,
bien informado por los chasquis, comanda sus tropas. Cruzan el ro Willcanota
y destruyen patrullas invasoras en viaje de Lima al Cusco del Cusco a la costa.
Los espaoles usan la ingenuidad india, la entienden como estupidez. Fingen
paz y envan cinco espaoles. Ellos llegan a Vitcos, cuartel inca en
Willkapampa. En 1542 pidiendo refugio. Dicen pertenecer a las tropas de
Almagro y haber abandonado a los invasores. Llegan otros dos, tambin
movidos por el mentado ''tesoro delinca". Gomez Prez es uno de ellos, otro el
cura Diego Mndez. Luego de ganar confianza a fines de 1544 apualean a
Manco Inca, quien muere dos das despus. Durante 8 aos dirigi la
resistencia armada al invasor. Antis y kheswaymaras apresan a los siete
espaoles. Los juzgan, descubren su conspiracin y los llevan a la montaa.
Sin la. Ayuda de guas indios no pueden salir del bosque. La naturaleza los
castiga. La guerra se exacerba ms. Crece nuevamente a todo el Tawantinsuyu.
El consejo de Amautas y Mamacunas elige como Inca sucesor a Sairi Tupaj.
Los historiadores europeos, acostumbrados a la sucesin hereditaria de reyes,
lo creen hijo de Manco Inca y lo llaman Manco Capac Pachacutec Yupanqui.
Sairi Tupaj Inca controla desde Quito hasta Chile y norte de Argentina, y
desde la costa hasta la jungla del este, donde los chiriguanos siguen derrotando
todas las avalanchas espaolas. El Inca enva a las provincias los primeros
mapas militares del Tawantinsuyu. Ellos recogen las informaciones de los
chasquis sobre concentraciones enemigas, puentes, depsitos de alimentos,
lugares para emboscadas, etc. Un jefe comunal a quien los espaoles llaman
hermano delinca Sairi Tupaj, limpia de invasores la regin de Yaguarsongo
(kheswa,-Yaguar-sangre, sonko-corazn, por las masacres de indios) y
Braados. Ajusticia al capitn Francisco Mercado y su tropa. Este es hermano
de Adela Alderete, una de las prostitutas clebres de Lima. El rey Felipe 11
declara: los indios del Per se levantan por obra de la "dinasta incaica". En
Europa luchan reyes, no pueblos. Ordena "reducir" es decir asesinar, a Sairi
Tupaj. Pedro Gasca, enviado real, desentierra del olvido a Paulo, el indio
traidor, para atraer alinea y fracasa.
Mediante emisarios logra que l reciba unos curas como embajadores del
virrey. Estos a su vez I~convencen que el virrey condena los abusos de los
invasores, ama al pueblo inca y necesita su ayuda para detener los abusos. Con
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persistencia conventual insisten en trasladarlo al valle de Yucay. All el virrey
Caete le ofrece las tierras asaltadas y apropiadas por Francisco Pizarro.
Adems una renta anual de 17 mil a 20 mil castellanos para l y sus herederos.
En 1555 el Inca Sairi Tupaj confa en el virrey. Abandona su refugio y va a
ayudarle a terminar los abusos de los invasores. Parte de Willkapampa
acompaado de una lujosa escolta y de 300 guerreros. En el Cusco es recibido
por multitudes kheswas. Sigue a Andawaillas donde llega el 5 de noviembre de
1557. Entra a Lima en enero 5, 1558. El virrey le rinde todos los homenajes
reservados en Espaa para los jefes de estados poderosos. Lo sienta a su lado
en las grandes recepciones en su honor. Demuestra as pblicamente
considerado su igual. El Inca regresa al Cusco. All se casa con Cusi Huaray.
A lo largo de su recorrido se vacan, desde montaas y calles, las poblaciones
kheswas. A la vera del camino afirman su fidelidad al Inca. El ambiente es
triunfo andino pacfico y emotivo. La alegra de ver al jefe de su estado aferra
a las multitudes incaicas a su Tawantinsuyu. Con entusiasmo siembran sus tu
pus, tejen nuevamente sus Comunidades, reconstruyen puentes y canales.
Suponen vuelta la paz despus de la pesadilla.
Antes de 1560 el Inca Sairi Tupaj muere en su residencia de Yucay valle. Los
invasores acusan a la neumona. Los kheswas saben la verdad. Ha sido
envenenado con' una ponzoa de efecto lento sin rastro. Kheswaymaras,
aztecas, mayas, clasificaron miles de plantas curativas. Jams las usaron en
comidas o brebajes venenosos. Los europeos desconocan la fuerza curativa de
las plantas. Pero eran expertos en el envenenamiento con hierbas y metales.
Conocan, como los Borgia de Florencia, varias clases de venenos, de efecto
instantneo y retardado. Hasta los portaban en sus anillos. En Yucay los
espaoles tienen toda la oportunidad de envenenar al Inca.
Regalos, emisarios, curas misioneros, embajadores, promesas, recepciones,
culminan con la muerte delinca Sairi Tupaj. La secuencia revela al Consejo de
Amautas y Mamacunas otra cara ms de la experiencia asesina espaola.
El Consejo elige para suceder a Sairi Tupaj a un guerrero. Combati en el sitio
al Cusco. All organiz un cuerpo de mas de cien chasquis militares. Fue
capturado en una batalla en el valle de Urupampa. Escap antes de ser
acuchillado como los dems prisioneros. Se incorpor inmediatamente al
estado inca en Willkapampa y presencio el acuchillamiento de Manco Inca. El
Tawantinsuyu suele entregar cargos de responsabilidad a quienes
sobrevivieron peligros extremos, derrumbes, rayos, cadas de gran altura, etc.
En esos momentos, lmite entre vida y muerte se pueden alcanzar percepciones
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mas profundas. El Inca Titu Cusi Yupanqui recibe la Mascaipacha de manos
del Consejo en 1560. Radica otra vez la capital del estado inca en
Willkapampa. Desde all organiza la resistencia armada.
La guerra se extiende con mayor fiereza. Las tropas kheswaymaras van
aprendiendo. El espaol es la ms mortfera de las criaturas vistas. Las tropas
espaoles siguen reforzndose. Miles de ambiciosos delincuentes suben
enrolados desde Centroamrica. Otra vez son quemados los fuertes ciudades
espaoles. Hay ms invasores y ms invasores mueren. El primer da de
febrero, 1564, el cuarto virrey, Diego de Ziga y Velasco, Conde de Nieva,
implanta el toque de queda en Lima. Prohbe, bajo pena de muerte, caminar
armados de noche a ms de dos hombres. Francisco Aguirre, gobernador de
Tucumn, desesperado ante el fracaso de sus expediciones pide refuerzos
urgentes a Buenos Aires. Este puerto a su vez ha sido quemado y fundado
varias veces.
El siguiente representante real en Lima no es virrey. Felipe 11 nombra
Gobernador al licenciado Lope Garca Castro. Lo ser por 5 aos. Escribe al
rey de Espaa: los indios armados siguen "sus acostumbradas correras". Le
informa la tarea ms importante de su administracin es la "reduccin" delinca
Titu Cusi Yupanqui. Lanza sus tropas contra Willkapampa. Todas son
rechazadas o destruidas. El gobernador entonces escribe alinea. Le pide la paz
al estilo Europa. All las guerras suelen terminar con un matrimonio entre las
familias de los reyes enemigos. Le ofrece casar su hijo Felipe de unos 14 aos
con la hija delinca Sairi Tupaj y Cusi Huarcay. Ella tiene unos 10 aos y el
gobernador la llama Isabel. El espaol solo respeta lo que teme. Ahora olvida
que para su nacin y su iglesia los indios somos animales.
El Inca Titu Cusi Yupanqui rechaza el matrimonio ofrecido. Condiciona su
respuesta a la propuesta de paz, a la detencin por las tropas invasoras de su
asolacin. Los espaoles insisten. El Inca finalmente firma el tratado de paz.
Los invasores se comprometen a respetar los pueblos a cambio del alto en la
guerra y del abandono del refugio inca.
Los abusos continan y el Inca no, abandona su capital en las montaas. La
guerra sigue de acuerdo al plan general preparado por el Inca. Sus conexiones
logran entrar a Lima, los espaoles apresan complotados. Les decomisan
armamento lo iban a usar mientras las tropas invasoras estuvieran en la
procesin de jueves santo de 1565.
El gobernador manda a Diego Rodriguez Figueroa, Llega a Willkapampa
cargado de promesas y regalos. Trata de encandilar alinea con beneficios
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personales. Lo imagina como su soberano. Los reyes de Espaa tienen riquezas
y desean ms. El Inca se niega a recibir otros embajadores. Como su esposa
Chimu Ocllo rechaza el bautismo y no abandona su residencia en
Willkapampa. En 1565 los espaoles forman piquetes nocturnos de vigilancia
en Potos y otras ciudades. Adems de la guerra directa opera un movimiento
mstico religioso de liberacin, conocido como Takiy Unkuy (Taky- canto,
Unkuy-dolor, kheswa), combinado con ataques chiriguanos.
El rey de Espaa Felipe 11 ya gusta vestir una armadura de oro, plata y
brillantes robados de Amrica. Recibe noticias sobre la creciente guerra india
que comanda el Inca Titu Cusi Yupanqui. Sustituye al gobernador Garca con
el virrey Francisco Toledo. Es veterano de las guerras en Argel e Italia.
Durante el reinado de Carlos V luch aos.
Toledo trae instrucciones precisas para destruir la organizacin incaica. Desde
Panam avanza reclutando mercenarios. Viene transmitiendo a las autoridades
espaolas las instrucciones del rey. Meticulosamente detalladas para requisar
armas espaolas de las comarcas indias y averiguar su origen. Ya en territorio
del Tawantinsuyu averigua cunta gente debe exterminar levantando censos
militares.
El 30 de noviembre de 1569 llega Toledo a Lima. Manda extender las
plantaciones de coca e incrementa la produccin de aguardiente. Quiere drogar
a las multitudes kheswaymaras y disminuir su resistencia.
Desde Lima, mediante mensajeros, ruega al Inca Titu Cusi Yupanqui reciba al
cura Domnico Gabriel Oviedo y a Rodriguez Figueroa. Este ya intervino
anteriormente en intentos de parlamentar. Ambos tienen la misin, con
cualquier promesa o garanta, de hacer abandonar al Inca su refugio. El Inca
ordena a sus tropas cerrarles el paso. Toledo decide radicaren el Cusco para
cumplir su misin represiva.
El virrey combina splicas y amenazas. Ya en viaje al Cusco, desde el valle
Gle Yucay manda con Atiliano Anaya una carta imperativa. Anaya y otros
espaoles armados son atacados en el puente de Chuquichaca y aniquilados.
Toledo persiste suplicando al Inca permita curas misioneros en Willkapampa:
El inca acepta, las costumbres incaicas reservan siempre un lugar para dioses
de otros pueblos. El Inca tambin piensa enviar una carta directa al rey Felipe
11 con uno de los misioneros. Los invasores lo describen como justo y piensa
comunicarse con l. Dicta personalmente la carta al cura Marcos Garca.
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Nunca se supo si tal carta lleg al rey, al virrey o fue destruida por los mismos
curas.
En 1571 el Inca Titu Cusi Yupanqui muere envenenado. Tom un brebaje
preparado por el cura agustino Diego Ortiz. Este radicaba en Wilikapampa.
Lleg con un "lengua" (traductor) mestizo y con los espaoles: Pedro Pando y
Antonio Romero.
El Consejo juzga a todos los espaoles establecidos en Willkapampa. Los
inocentes son separados de los envenenadores. El" cura y sus cmplices son
ajusticiados. El obispo del Cusco Antonio Raya pide al papa reconozca los
servicios del asesino a la invasin canonizndolo.
El Inca Titu Cusi Yupanqui ha comandado 10 aos la guerra contra el invasor.
Despus de su asesinato el Consejo de Mamacunas y Amautas elige como Inca
a Tupaj Amaru. Desde chiquito vivi, junto con otros nios, en el
Yachayhuasi. All los ancianos y ancianas los prepararon para dirigir la
resistencia contra la invasin.
El Inca Tupaj Amaru ya es hijo de una poca nueva. Muy diferente a la
tradicional de paz y trabajo. Sus maestros le relataron lo sucedido en el
Tawantinsuyu le describieron a los extraos enemigos.
Tupaj Amaru recibe del Consejo la Mascaipacha. Como primer acto de Inca
extiende la guerra. Procura organizar los ocasionales regimientos incaicos en
permanentes y profesionales. Tarea dura cambiar en meses hbitos agrcolas
pacficos milenarios en guerreros. Derrota sin embargo todas las expediciones
de asalto a Willkapampa organizadas por bandas de aventureros espaoles.
Persiguen el ''tesoro del inca", centro de discusin de todos sus concilibulos.
Toledo primero intenta el engao usado para asesinar a los Incas anteriores.
Fracasa, el Inca Tupaj Amaru aprendi desde nio a desconfiar del espaol.
Willkapampa y los territorios circundantes, centros de la administracin
incaica, son irreductibles. No pueden ser invadidos con arcabuces, caones,
caballos y perros. Los guerreros incaicos ya saben cmo defenderse de ellos.
Extraas enfermedades aparecen. Atacan a los pueblos alrededor de
Willkapampa. La mortandad es vasta. Los cultivos se agostan por falta de
labradores. El hambre acelera ola muerte de las Comunidades enfermas. Un
nico cronista Calancha, indirectamente refiere esta guerra con epidemias.
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Las regiones ms atacadas bordean los territorios controlados por los
espaoles. En varias de ellas la muerte termina las poblaciones. No queda
gente para cortar o quemar los puentes de paja sobre el ro Urupampa,
principal entrada al territorio incaico libre.
El virrey Toledo saca de Lima las ms feroces tropas invasoras. Con ellas y
con toda la burocracia colonial se traslada al Cusco. All asienta la residencia
virreinal para organizar el ataque a la nueva capital incaica, Aumenta sus
tropas. Prohbe toda expedicin a las selvas orientales, al sur y a las comarcas
serranas.
Enrola a los invasores recin llegados de Espaa y Centroamrica. Su fiereza
aumenta con su hambre de oro inca. Veteranos de campaas anteriores son
colocados en los mandos. As combina experiencia y empuje. Ordena
militarizar criados y pajes. Forma el ejrcito ms grande visto hasta entonces
por los Andes.
26 abril 1574. Parten del Cusco cuatro compaas de infantera y cuatro de
artillera. Cuerpos de caballera se adelantan para limpiar el camino de
emboscadas. Los cuerpos de los soldados espaoles saben defenderse de las
enfermedades sembradas por ellos. Son ya inmunes. Al mando del grueso del
ejrcito estn varios capitanes generales, segundos en autoridad despus del
virrey. Los dirige Martn Hurtado de Arbieto. Mandan otros cuerpos varios
Maeses de Campo bajo el comando del veterano J uan Alvarez Maldonado.
Gaspar Sotelo dirige unas tropas de caballera hacia Curahuasi. Nuo Mendoza
otra parte de la caballera rumbo al valle de Abancay. Ambos tienen la misin
de rodear Willkapampa por detrs.
Los pocos comuneros sobrevivientes de epidemias y hambrunas evitan el
combate abierto. Se dividen en grupos pequeos. Aprovechan su velocidad y
conocimiento del terreno. Golpean a las tropas invasoras sin presentar blanco a
su terrorfica artillera.
Apenas las tropas de infantera y artillera cruzan el puente de Chuquichaca
son atacadas por guerreros escondidos en las montaas. Mueren varios
esclavistas. Los comuneros procuran atraerlos al monte, lejos de los caminos.
Las tropas invasoras tienen una orden no apartarse de su rumbo a
Willkapampa. Avanzan dejando sus muertos.
21 de junio. Los invasores toman la comarca de Huaynapura. Matan con
cuchillo a todas las mujeres y nios en castigo porque los hombres los atacan
desde las montaas.
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Durante cinco meses, cada da, los kheswas luchan sin tregua. Los ejercitas
espaoles avanzan con muchas bajas. Los ultimas das de octubre, 1574, los
espaoles rodean Willkapampa. La toman pocos das despus de haber
fundado San Francisco de la Victoria de Willkapampa. Es homenaje a sus
dioses por el triunfo inminente. Ya grandes manchas de buitres se arremolinan
en los cielos atrados por los miles de cadveres kheswas insepultos. Los curas
se regocijan. Ofrecen misas de aleluya. La soldadesca asola el poblado
buscando oro.
El Inca Tupaj Amaru y su cuerpo de jefes-evaden el cerco sobre el Valle del
ro Urupampa. Escapan a los bosques tropicales bordeantes con las faldas
orientales de la cordillera andina. Desde su nuevo refugio organizan ataques
pequeos y rpidos. Van mermando nmero, belicosidad y esperanzas de las
tropas espaolas posesionadas de Willkapampa. Patrullas se internan a las
selvas tras delinca. No regresan.
Las tropas invasoras van encontrando difcil su situacin. Han conquistado el
terreno pero no han podido exterminar completamente la poblacin. No
pueden avanzar a la selva. La naturaleza all hace inservible su artillera. No
pueden quedarse mucho tiempo. Son hostigados por grupos pequeos y
rpidos. Los atacan sin dejar huella. Ningn espaol se anima a habitar la
ciudad acabada de fundar. Se retiran al Cusco. San Francisco de la Victoria de
Willkapampa vuelve a llamarse simplemente Willkapampa. La regin es
limpiarla de invasores por los guerreros incaicos y la naturaleza. Ser
desconocida siglos para. Europa. En 1911 Hiram Bingham descubre
Machupijchu (Machu-viejo, pijchu-cndor, kheswa), uno de los tantos refugios
incaicos.
Los espaoles vuelven a aprovechar el tradicional e inalterable respeto indio
por otras religiones. Logran permiso delinca para enviar misioneros. Estos
repiten las promesas usadas antes. Procuran hacerle abandonar al inca su
refugio para "parlamentar". El Inca rechaza todo ofrecimiento de enriquecerlo.
Toledo lo comprende mejor. Le ofrece prohibir el trabajo esclavos en las minas
de Potos. All mueren miles de indios e indias cada mes.
El Inca Tupaj Amaru sufre angustia por los kheswaymaras exterminados en las
minas. Ve una oportunidad de ayudarlos. Abandona con su escolta su refugio
seguro en la selva. Se acerca a las tropas espaolas a parlamentar.
Inmediatamente es apresado con su familia y otros jefes militares incaicos.
La mita no se suspende. Se ampla. Los espaoles tienen en sus manos al Inca,
a los jefes Curi Paucar y su hija, dos hermanos y su comitiva d miembros del
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Consejo. Comienzan a martirizarlos. Todos los jefes menos dos mueren
durante las torturas. Los dos sobrevivientes agonizan. Los procesos se hacen
sumarsimos. Concluyen en dos das, para evitar juzgar y ahorcar cadveres ya
en descomposicin.
El asesinato delinca Tupaj Amaru ha sido planeado como ejecucin. Los
espaoles lo realizan con gran ceremonia. Su formalismo tiene objetivo
militar. Fijar en la mente de las multitudes kheswaymaras la muerte, con su
Inca, de toda esperanza de expulsar a los espaoles. La ejecucin se realiza en
la plaza principal del Cusco. El Inca encadenado es llevado por las estrechas
calles y amplias plazas. Frente a la catedral est el cadalso. El jesuita Alonso
Baraza y el cura Molina van predicando a su lado la religin invasora, ahora
triunfante.
El Inca es torturado, primero en secreto y luego pblicamente. Los espaoles
se esfuerzan para hacerle delatar planes y nombres del comando militar
organizado por l para la luchar en todo el Tawantinsuyu. El Inca sonre con
desprecio. Es obligado despus a presenciar tortura, violacin y asesinato de su
esposa y tormento y muerte de sus hijos. Luego es subido al cadalso. En esos
momentos Cusi Huarcay desde un balcn le grita: "Querido Inca de los. Cuatro
Suyus, tu pueblo seguir la lucha". La multitud de comuneros obligada a
presenciar la !3jecucin emite, como desde una sola garganta, un largo grito.
Ms que de rabia o dolor es de unin. Los espaoles no pueden callar el ulular
comunal andino. Sirve. Fortalecen ms an la unidad ya ptrea de las
multitudes incaicas. As dicen, y se dicen a s mismas, somos uno en la victoria
y uno en la derrota. El largo ulular sigue creciendo, y oprimiendo el ambiente,
El Inca Tupaj Amaru levanta suavemente la mano derecha y deja caer con
majestuosidad natural. Todas las gargantas callan. El silencio es total e
instantneo. Contrasta con el grito de segundos antes hasta ser ms opresivo
an. No hay un movimiento en toda la plaza. Los espaoles sobrecogidos
afirman: !ha llegado el "da del juicio final"! Da omnipresente en la
conciencia colectiva de la edad media en Europa y cuya inminencia se anuncia
de cuando en cuando. Se arrodillan. Se tocan varias veces con los dedos
cruzados frente, pecho, labios temblorosos. .Algunos corren desesperados
donde sus sacerdotes. Quieren confesarse. Sus dioses -creen- no los enviarn al
"infierno" si relatan sus crmenes a los sacerdotes. Estos tratan de calmarlos,
de convencerlos, Les repiten, el da del juicio no vendr a consecuencia de la
muerte de un "infiel". Los curas se acercan amistosamente alinea. Procuran
consolar a la vctima de su propio espionaje. El Inca los rechaza sin
escucharlos.
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Asustados los espaoles imploran al virrey Toledo perdonar la vida alinea. El
obispo de Popoyn, Agustn de la Corua, le sugiere mandarlo a Espaa. Dejar
al rey la decisin. Toledo, por contrario, acelera la ejecucin. Teme la
reaccin india. Manda a Juan de Soto, su sirviente y empleado de los
tribunales. Este al galope rompe la masa de espectadores y transmite la orden
de muerte inmediata.
Los ibricos le cortan la cabeza alinea Tupaj Amaru y lo descuartizan. Sus
ltimas palabras son: "Ccollanan Pachacutec! Ricuy Anccacunac yahuarniy
richascaucuta" (Oh Dios justiciero !Mira cmo mis enemigos derraman mi
sangre!)" (VALEGA, J os M. El Virreinato del Per. Lima, Cultura Eclctica,
1939, p. 54). De acuerdo a la costumbre invasora la cabeza delinca es clavada
en una picota y colocada en la plaza central del Cusco. En el momento cuando
la cabeza es desgarrada del cuerpo doblan las campanas de todas las iglesias y
monasterios del Cusco. Los curas agradecen a sus dioses.
Toledo decide trasladar el centro de la administracin colonial al centro de la
administracin incaica. Tras largo anlisis militar decide. La capital del
virreinato debe estar en el Cusco, capital del Tawantinsuyu. Medita los
antecedentes. Hernando Corts fund la ciudad de Mxico sobre Tenochtitln,
capital de la nacin azteca. J imnez de Quesada fund Bogot sobre la capital
de la nacin Chibcha en la llanura de ese mismo nombre. Quito es fundada
sobre la antigua capital kheswa. Pizarro ya intent establecerse en el Cusco.
Pero tuvo miedo de su vida y de su gran botn. Volvi junto al mar. Vivi en
una pequea posada incaica, Lima tambo, lejos de los Andes.
Toledo logra radicar ms de dos aos en el Cusco. Pero no puede residenciar
all su administracin. La defensa kheswaymara aplasta su plan. Desiste.
Vuelve a la costa donde los invasores siempre se sienten ms seguros, ms
cerca a sus barcos. La capital virreinal quedar para siempre en Lima. Aunque
nueve meses del ao, humedad, niebla y arena de desierto hagan deplorable la
vida.
SIGLO XVII
El siglo XVII. Nace en Los Andes oliendo a plvora. Con horcas en plazas y
lugares pblicos para ejecutar indios rebeldes y aterrorizar multitudes.
6 enero 1600. 180 espaoles y esclavos africanos desembarcan por naufragio
en Punta Mangles. Los indios les socorren. Los invasores comienzan a robar.
Son atacados. Casi todos los espaoles mueren.
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1600. Los verdugos de la inquisicin torturan complotados procurando
hacerles delatar a sus compaeros. Alonso Inca es ahorcado en el Cusco. El
complot urbano est conectado con tropas indias en los campos, a las cuales
los espaoles no pueden derrotar.
El cura J os Arriagada en 1621 publica su libro "Extirpacin de la Idolatra en
el Per". Orgulloso elogia la cacera de yatiris y amautas. Guardianes de la
tradicin del Tawantinsuyu y organizadores incansables-de la guerra
kheswaymara. Los espaoles al asaltar aldeas, adems de asesinar habitantes y
buscar botn en oro, ahora tienen la misin de destruir arte y objetos religiosos,
y de exterminar nuestros sabios.
Al este del Tawantinsuyu la guerra favorece a las tropas nativas. La ciudad
Sevilla de Oro, defendida por el capitn Logroo, es arrasada y desaparece.
Segn espaoles de entonces, 12.000 invasores mueren. Luchan juntos
kheswaymaras bajados del altiplano y chiriguanos.
El virrey Esquilache en sus "Memorias" refiere varios alzamientos indios en su
administracin. Segn l los indios de Esmeralda, noroeste de Quito, dominan
sus regiones y matan muchos espaoles. Logra paz transitoria mediante una
tregua y un tratado.
Las primeras dcadas del siglo XVII todo el continente vive la rebelin nativa.
La ciudad de Panam, una de las primeras fundadas por los espaoles, es
cercada. Los indios avanzan desde sus refugios en la jungla del Darin.
Queman, entre otras, las ciudades de San Miguel Bayani, Corozal, Chepo y
.destruyen los aserraderos esclavistas.
Quito est en peligro de caer nuevamente en manos andinas, Villa de Ibarra es
tomada por kheswas armados. Sebastin Mascado los dirige. Avanzan hacia la
capital. Segn los espaoles la guerra alrededor de Quito estalla por la
violacin de una india.
1617. Estalla en Potos uno de los episodios ms largos de la guerra. Marcar
todo el siglo XVII. Los historiadores no pudiendo ocultarlo, poco a poco lo
desdibujan. Primero disminuyen nmero e importancia de kheswaymaras
participantes. Despus niegan su presencia convirtiendo en guerra exclusiva
entre espaoles por cargos administrativos. Por ltimo lo cantan como
aventura romntica de caballeros aristcratas en duelos de honor por amores de
sus damas potosinas.
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A comienzos del siglo XVII Potos es una de las mayores ciudades del mundo.
La ms poblada del norte, centro y sud Amrica. Con ms habitantes que todas
las ciudades europeas menos Pars y Londres. Est en las faldas de la montaa
que ms plata dio a Espaa. Europa dice "vale un Potos para significa riqueza
enorme. El Quijote lo repite. Tras su descomunal opulencia se lanzaron
centenares de miles de aventureros. Mineros, curas, jugadores y prostitutas. En
1579 ya era tpica ciudad espaola, con 800 tahures profesionales y 120
prostitutas clebres. El dinero se concentra en 36 iglesias, 36 casas de baile y
14 de juego. (GALEANO, Eduardo: Las venas abiertas de Amrica Latina, La
Habana, Casa de las Amrica, 1971). Millones de mitayos mueren. Por
hambre, accidentes o envenenados con el humo de azogue o mercurio
calentado en pequeas hogueras para "beneficiar" o recuperar la plata. Los
invasores derrochan fabulosas riquezas en mujeres, juegos de azar e iglesias.
Soldados, putas, tahures y curas mantienen el equilibrio esclavista. Los tres
primeros son catlicos fieles. Los ltimos, despus de su donacin v confesin,
les ordenan rezar tres o cuatro oraciones. Los eximen de pecado y los habilitan
para seguir ejerciendo sus profesiones.
1617. Aqu, en este emporio espaol de muerte, vicio y lujo, poca del virrey
Esquilache, comienza la guerra ms larga del siglo. Kheswaymaras la preparan
lentamente. Conectan comarcas en torno a .Potos con comarcas lejanas.
Aquellas de donde los espaoles traen encadenados mitayos, hombres y
mujeres, para trabajar y morir en las minas. La guerra estalla al mismo tiempo
en diferentes regiones. Van cayendo los pueblos en manos indias. Varios
corregidores (autoridades espaolas cuyo nombre indica su misin) son
ajusticiados. Los regimientos qheswaymares atacan la audiencia de Charcas,
centro de autoridad espaola en el Kollasuyu.
Los primeros cinco cantones o distritos kheswas, iniciadores de la guerra, estn
alrededor de Potos. Logran ayuda para conseguir armas de hierro de algunos
espaoles y criollos dentro de la ciudad. Principalmente de espaoles
resentidos contra las autoridades venidas de las provincias vascas, crueles
tambin para ciertos espaoles y criollos.
Los kheswaymaras organizan grupos armados urbanos clandestinos. Los
forman mayormente indios, pocos criollos y menos espaoles. Estos grupos
son declarados oficialmente fuera de la ley por la Audiencia de Charcas en
1622. El decreto busca asustar a los no indios. Los rebeldes responden
ejecutando ms corregidores y atacando a los cuartelas militares de Potos. Un
criollo comprometido, Alonso de Ibez, cae apresado en Munaypata. Es
ejecutado en 1617 con otros complotados en la Plaza del Gato de Potos por el
corregidor Rafael Ortiz de Sotomayor.
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Los conspiradores no indios despus de las ejecuciones pblicas se dividen en
dos grupos. Los ms desertan. Olvidan sus proclamas por "la emancipacin de
las colonias" y se acogen al perdn del rey Felipe IV. Los menos persisten.
Adoptan como divisa el sombrero de vicua. Smbolo de su adhesin al indio y
repudio al invasor.
La guerra contina incontrolada en los campos. San Antonio de Esquilache,
San Pedro de Alba y otras ciudades espaoles desaparecen para siempre. Los
corregidores son los espaoles ms castigados. Hasta entonces los
corregimientos eran los cargos ms buscados. Permitan el robo rpido, directo
y legal de las Comunidades, obligadas a pagar tributos inflados en provecho
personal, a "comprar" a precios caprichosos lentes, sedas y otras mercaderas
intiles. Ahora son cargos rehuidos.
Los kheswayinaras va aprendiendo de los espaoles a simular. Diego Ramirez
Carlos, hijo de una india de Colquemarca tiene correspondencia con el rey.
Usndola logra del virrey Esqulache armamento para pertrechar expediciones
punitivas contra Larekaja, norte de La Paz. All estn refugiados regimientos
aymaras. Las armas van a manos de otros regimientos indios en formacin.
Estos resistirn ataques de los virreyes Esquilache. Fernndez Crdova
Marqus de Guadalczar, conde de Chinchn, Mancera, Salvatierra, Alba del
Liste y Santiesteban.
1 diciembre 1661. El Corregidor Cristbal Canedo y varios espaoles son
muertos en la ciudad de La Paz. Mitayos de Laikakota llegados meses antes
prepararon el ataque. Algunos comerciantes mestizos se les pliegan. Antonio
Gallardo, llamado Ph'ilinco (pichn de pato, aymara) es uno de los jefes. Los
rebeldes: marchan a Puna. Se juntan con los mitayos victoriosos de Laikakota.
El teniente corregidor Francisco Erquiigo comanda las tropas de castigo. Es
vencido. Su casa es quemada. El sucesor en el mando aleja el peligro con
tropas limeas de refuerzo. Asola las poblaciones indias y levanta docenas de
horcas. Cartas annimas llamadas pasquines llaman a la sublevacin contra la
tirana extranjera y a la "libertad de los americanos".
Mitayos de las minas de plata de Laikakota, sur de Puna, y mitayos-de Potos
forman regimientos conjuntos con yanaconas de haciendas. Derrotan a las
tropas del capitn Martn Garayar y del gobernador Luis Csar Escaisola. Las
residencias de ambos en Puna son atacadas y quemadas. La noche del 24 de
junio de 1665, la noche ms larga y fra del ao, cuando se celebran las fiestas
de San Juan con fogatas, los kheswaymaras atacan. Matan varios espaoles.
Algunos curas caen heridos en los combates. El virrey Pedro Fernndez de
Castro Andrade, conde de Lemus, va con tropas a Puna apenas llega de Espaa
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a Lima. Deja como virreina en Lima a su esposa Ana Borja. Levanta en el
altiplano cientos de horcas. Dice en sus "Memorias": "tambin conden a
muerte a 64 de los ms inculpados". A pesar de las masacres los regimientos
incaicos no son derrotados, ni alejados. El virrey es obligado a cambiar de
lugar la poblacin de Laikakota.
Los kheswas de los alrededores de la Audiencia de Charcas, ayudados por los
de Potos, forman tropas. Van extendiendo su rebelin. Derrotan las partidas
militares enviadas a exterminarlos.
Los espaoles de Lima tambin rumian temor. Las fiestas de navidad, reyes,
fin de ao y comienzos de 1667 son suspendidas. Hay noticias graves:
16 diciembre 1666. Jueves. Es descubierto en parte un plan para inundar Lima.
Los kheswas preparan el desvo de las aguas de la acequia grande llamada
Santa Clara, provenientes del ro Huatica. Se aprestan a tomar por asalto la
capital virreinal despus de la inundacin. Su objetivo es preciso: ajusticiar a
todos los habitantes espaoles de Lima. La Audiencia de Charcas descubre
otro plan igual.
El plan es descubierto en Lima por delacin. Los espaoles permanentemente
tienen prometida una fortuna de recompensa a quien delate cualquier dato,
sea o insurgente de la guerra india. Como toda ciudad espaola Lima ya luce
multitud de mendigos. En esa brutal diferencia de fortunas, delatar es pasar, en
un da, de la miseria sin fin a la riqueza. Son apresados caciques kheswas.
Entre ellos J uan Ordoez, quien trabajaba haciendo sillas. Lo hallan culpable
de remitir a la sierra detalles de la defensa de Lima con los indios J uan
Bautista de J ess y Andrs Arenas. Estos aparentaban trabajar en Lima como
zapateros.
La delacin no impide actuar a los kheswas armados. Cuando saben de las
detenciones en Lima avanzan sobre los obrajes propiedad del virrey Diego
Benavides Cuevas, Conde de Santisteban. Los arrasan. Liberan a los esclavos.
Refuerzan sus regimientos con ellos. De Lima parte con tropas el licenciado
Fernando Velasco Gamboa. Los kheswas lo vencen y queman la casa donde
duerme. Apresan espaoles. Proponen canjearlos con kheswas presos. Los
invasores ahorcan 8 indios en Lima el, 24 de enero de !667. Otros kheswas son
condenados a galeras por vida. Los rebeldes ajustician sus prisioneros.
Mismo jueves 16 de enero de 1667. Tres temblores sacuden Lima. La
poblacin espaola asustada ya por la guerra murmura: la Tierra se venga,
castiga la crueldad ibrica con sus hijos andinos. La noticia de un inminente
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asalto indio se riega por la poblacin invasora. Los curas calman, confiesan"
consuelan y ayudan a las autoridades a controlar nimos. 300 soldados
escogidos de caballera salen de Lima, asolan comarcas de los alrededores.
Ejecutan mujeres y hombres, los descuartizan y ostentan das brazos, piernas,
torsos humanos. Buscan as restaurar la confianza de los invasores. Pero no
avanzan ms. Retornan a Lima explicando no haber podido encontrar a los
"indios alzados",
J ueves. 30 mayo 1675. Tres kheswas son ahorcados en Lima despus de un
proceso por rebelin. Eran artesanos. Trabajaban en la capital virreinal como
barberos y silleros. Fueron acusados de conexin con barcos ingleses, estos
merodean las costas peruanas tratando de asaltar sus puertos y romper el
monopolio comercial. Ms kheswas capturados son ahorcados. Otros
condenados por vida a galeras. Es decir encadenados para siempre a los
stanos de los barcos esclavistas como remeras.
SIGLO XVIII
La guerra contra la invasin crece. Los invasores comprenden su imposibilidad
para exterminar a kheswaymaras y procuran mantener e institucionalizar la
esclavitud. Prohben bajo pena de galeras, azotes, pblicos y privados, multas,
hasta muerte, a cualquier indio montar a caballo.
La clula del7 de septiembre de 1725 prohbe a indios, negros y mestizos, de
ambos sexos, usar seda o vestir lujos. El decreto explica, as se prevendrn
"robos para mantener galas".
La prohibicin de vestir bien a los kheswaymaras tiene razn militar. La fuerza
andina ya se hace patente en calles y plazas de las ciudades espaolas mismas.
Kheswaymaras, hombres y mujeres, transitan lujosamente vestidos. Llaman la
atencin de los harapientos indios esclavos de haciendas, minas y ciudades.
Estos se vuelven dscolos y violentos contra sus amos.
1706. Segn el cronista Lorenzo Hervs, citado por CISNEROS ESPINEL,
Csar: Demografa, y Estadstica sobre el Indio Ecuatoriano, trece mil
espaoles son muertos en Angamarca y Pomallajta. Cuando los kheswas
atacan las poblaciones establecidas en torno a las haciendas esclavistas de los
jesuitas.
Los invasores no pueden detener la guerra kheswaymara. Ni con armas ni con
cristianizacin. Nuevamente usan enfermedades. De 1714 a 1719 la ms
grande epidemia desde 1589 asola el Tawantinsuyu. Durante los meses de
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agosto y septiembre de esos aos mueren un promedio de cien kheswas por da
solamente en Lima y sus alrededores. Son el clera o tifus, los espaoles la
llaman "peste grande". .
En el altiplano andino la violencia contina. Quedan solamente registros
fragmentarios de ataques a ciudades o naciendo de ellas. En 1730 los kheswas
de Cochabamba, organizan un alzamiento con la ayuda de algunos mestizos
urbanos. El capitn Manuel Venero Valera, al mando de un regimiento, es
enviado de Lima a Cochabamba. Viene a numerar los indios y verificar sus
tributos. Cerca de su destino el cura del pueblo de Capinota le alerta. 200
comuneros armados de piedras y garrotes lo esperan ocultos adelante. El
capitn pide auxilio a la ciudad de Cochabamba. Salen refuerzos el 29 de
noviembre de 1730. La ciudad queda con menos soldados. Los kheswas la
asaltan y toman en la noche. Con los mestizos comandados por el platero Alejo
Calatayud rompen las rejas de la crcel y liberan presos. Capturan y ajustician
a los espaoles ms odiados y queman sus casas. Parten refuerzos espaoles
desde la costa y desde la Audiencia de Charcas. En varios encuentros mueren
espaoles, kheswas y algunos mestizos. Estos ltimos se dividen en dos
grupos. Los ms pobres van con los nativos .armados. Los dems piden perdn
y ayudan a los represores. Los kheswas no abandonan la ciudad. La lucha es
calle por calle. Las tropas invasoras reconquistan el centro de la ciudad. Los
kheswas se atrincheran en la colina de San Sebastin, cerca a la ciudad, donde
hoy est la estacin del tren. Calatayud, asustado y arrepentido de su ayuda" a
los rebeldes, trata de apaciguar a los kheswas atrincherados en la colina.
Fracasa y los jefes comuneros lo amenazan con la muerte si pacta con los
huampos, posiblemente blancos pronunciado con fuerte acento kheswa.
El combate comienza. 18 espaoles son muertos. Algunos kheswas tambin
mueren pero ganan. Toman nuevamente la ciudad. Los espaoles, hombres y
mujeres, temiendo ser juzgados por tribunales kheswas se refugian en los
conventos.
Las autoridades espaolas esperan poder reunir ms tropas. Mientras aceptan
las demandas comuneras. La principal: los corregidores son prohibidos de
comerciar ropas, mulas y mercancas. Con tal pretexto especulan a las
comarcas.
Los invasores se comprometen perdonar a todos los participantes en el ataque.
Despus parten las tropas keswas. El siguiente corregidor de Cochabamba,
Rodriguez Carrasco, apresa a Ca!atayud. Lo juzga por sedicin. En sentencia
de 31 de enero de 1731 lo condena a muerte. El garrote funciona en la crcel.
Su cuerpo es descuartizado y ostentado en piezas Procuran as alejar por el
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terror a los mestizos urbanos de ms alianzas con los indios. 50 conspiradores
son degollados.
El virrey, teniente J os Armendriz, marqus de Castellafuerte, al informar al
rey Felipe V de los sucesos de Cochapampa resume sus causas: "odio indio al
espaol".
El kheswa Juan Belez de Crdova 14 aos camina todo el Per y el territorio
de la Audiencia de Charcas. Va conectando los movimientos locales para
organizar ataques y defensas conjuntas. Resume los objetivos de su esfuerzo
en un "Manifiesto de Agravios". En e1 denuncia: la muerte de diez mil indios
por ao, solamente de las minas del Cerro de Potos, casi lo mismo en las
minas de Huancavlica, la base injusta y el abuso de los tributos. Acusa a los
ibricos: "siendo entre ellos ms honrado el que ms roba", los jueces de la
Audiencia de Charcas siempre favorecen a los criminales, es decir invasores.
Revela su propsito: "Liberar al pas limpindolo de la tirana de los
extranjeros blancos, que nos consumen".
El movimiento es descubierto por delacin sacerdotal. Los curas siempre
preguntan a quienes reciben la confesin si conoqen detalles de
conspiraciones.
J uan Belez de Crdova es muerto a garrote en 1739 por el corregidor Martn
Ezpeleta Villanueva. Con l son ejecutados los indios Eduardo Pachamira,
Miguel de Castro, Nicols Encina, Carlos Prez. Todos juzgados y condenados
por conspiracin armada.
1740. Lima, Kheswas armados buscan contacto con los criollos y espaoles
ms perjudicados por los abusos del virreinato. Forman una junta para destituir
al virrey J or Antonio Mendoza, marqus de Villagarca y sustituirlo con el
Inca Felipe. Los conjurados espaoles hablan de coronario como Felipe 1, Rey
de los Mares del Sur y del Norte, es decir rey de los ocanos Pacifico y
Atlntico, soberano de todo el continente sur. Los blancos de la junta buscan
apoyo ingls. Ofrecen a cambio el monopolio del comercio continental.
1742. Por primera vez desde los tiempos delinca Tupaj Amaru la guerra
kheswaymara en todo el Tawantinsuyu es dirigida por un Inca ostensible.
Nuevamente kheswas, aymaras, campas, tienen su estado incaico en las
montaas, su ncleo estable de resistencia.
J uan Santos Atawallpa, kheswa nacido en el Cusco, es usado por los jesuitas
como sirviente en el colegio religioso para hijos de espaoles. Tambin sirve
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en el monasterio, barriendo, lavando ropas, llevando mensajes, etc. Los
jesuitas se acostumbran a sus servicios. Lo llevan muy joven a Espaa y
Angola donde tambin tienen misiones. En Espaa aprende latn, espaol,
ciencias fsicas y naturales estudiando despus del trabajo. Asimila fcilmente
la rudimentaria ciencia europea de entonces. La compara con la sabidura
andina, miles de aos adelante en el conocimiento de la naturaleza. Crece su
respeto al Tawantinsuyu y su desprecio a los amos. En Angola ve frailes
africanos. Recuerda. En Los Andes la cristianizacin militar prohbe frailes
kheswaymaras.
Regresa al Tawantinsuyu entre 1729 y 1730. Abandona su nombre espaol
impuesto y usa Atawallpa Apu. Abandona la ropa espaola forzada y viste
para siempre la Cushma, la colorida y larga tnica incaica. Usa el pelo largo en
trenza al estilo kheswa de Quito y barba suave como Atawallpa y Moctezuma.
Es alto y fuerte. Parco en la comida. Masca coca slo en las ceremonias. No
bebe alcohol. Renuncia a la felicidad de construir una familia personal. Su
moral incaica le da facilidad natural para ordenar y ser obedecido sin
imponerse.
Prepara la guerra lenta, meticulosamente. Con dedicacin mstica. Aos
camina montaa y costa, campo y ciudades, sobre todo Cusco, Lima,
Cajamarca, Lambayeque, Napo, lejana comarca oriental. Va tejiendo,
hermanando indios de regiones diferentes. Amautas y Mamacunas de las
Comunidades, reunidos en Consejos, le colocan la Mascaipacha. Lo proclaman
Inca y respaldan su misin sagrada.
A los 30 aos de edad, en consulta con el Consejo, estima suficiente la
preparacin. Y comienza su guerra de expulsin al invasor. Su primera accin
es elocuente. Quema el convento franciscano de Sacramento. Rompe as con
sus antiguos amos.
Kheswaymaras de ciudades, haciendas, minas. Comunidades, de la costa, alta
montaa y jungla dejan sus aperos de labranza y forman regimientos.
Cumpliendo los planes largamente rumiados' van asaltando haciendas, minas y
obrajes. Liberan a sus hermanos esclavos. Con entusiasmo stos se integran a
los ejrcitos andinos.
La sierra va quedando limpia de espaoles. Unos mueren con las guarniciones
coloniales locales. Otros son ajusticiados por sus siervos. Dueos de
haciendas, minas y obrajes huyen a las ciudades ms grandes de la sierra.
Muchos no paran hasta Lima. Contagian a la capital su pnico.
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Los kheswas responsables de preparar la guerra en Lima son denunciados por
un sacerdote. Inmediatamente despus de su captura son ahorcados. Tambin
es ahorcado uno de los principales conjurados de las regiones de Zaa y
Lambayeque.
Los kheswas toman Huarochir. Vencen a las tropas enviadas para aniquilarlos.
Pese a su proximidad con la capital del virreinato esta regin queda libre de
invasores.
Los jefes militares espaoles desconocen nmero, jefes, armas, de las tropas
kheswas. Los curas de las regiones liberadas son ajusticiados o escapan a
Lima. No pueden espiar. Los coloniales obligan indios a ir e inquirir. Los
fuerzan apresando sus esposas e hijos como rehenes. Poco pueden averiguar.
Las tropas recalcas acampan en la zona llamada el. Gran Pajonal. La paja alta
y densa oculta cuanta gente hay dentro.
El gobernador Milla parte de la costa dirigiendo regimientos de caballera,
infantera y artillera. Se acerca a la montaa. Es emboscado varias veces por
comandos pequeos y rpidos. Mueren muchos soldados. Los incaicos no
pierden un hombre. Han aprendido. Atacan y diezman coloniales sin ser blanco
de sus armas de fuego. El gobernador Milla ve su tropa disminuida, hay
muertos, heridos y desaparecidos. Regresa rumbo a Nijandaris. No ha podido
ni ver a sus atacantes. Planea descansar, reponerse y preparar otro asalto desde
Nijandaris. Este poblado se pliega a las fuerzas de Atawallpa Apu Inca. Millas
pierde infantera y artillera. Con pocos soldados de caballera huye a Quimiri,
combatiendo solo para robar comida,
Atawallpa Apu Inca avanza hacia Quimiri con 2.000 combatientes, parte de
sus tropas. Lo asalta y toma. Captura los espas forzados enviados por los
espaoles. Los deja irse en libertad. Les encarga difundir los propsitos de su
guerra. Sierra con jungla estn unidas, libres y armadas. El Inca nombra a
Mateo de Asia y a Antonio Gatica, ex esclavo africano, sus generales.
Los pueblos kheswaymaras recuerdan. Manco Inca, Sairi Tupaj y Titu Cusi.
Yupanqui fueron engaados o envenenados por curas de pasos silenciosos y
mirada esquiva. Ahora previenen a los curas merodeadores. Si intentan algo
contra su Inca bebern chicha en sus calaveras. Los frailes deciden irse dentro
de las fortalezas de Lima.
1743. El virrey Mendoza, marqus de Villagarca, manda contra el Inca dos
compaas. Parten del Callao. Una va dirigida por Alzamora y otra por Bartuli.
Suben Los Andes poderosamente armadas. Adems llevan otras armas,
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municiones y artillera suficientes para levantar otras compaas en el camino.
Llegan a Tarma. Se instalan y organizan el asalto al territorio Inca, llamado
entonces La Montaa. Deciden tomar Ouimiri y construir all un fuerte.
Dirigen la, tropa el corregidor de Tarma Alfonso Santa y Ortega y el
gobernador de Frontera Benito Troncoso.
El 27 de octubre de 1743 comienza la construccin del fuerte en Quimiri.
Sudan los indios y negros esclavos trados de lima. El fuerte en sus almenas
tiene caones emplazados.
El Inca no molesta a los espaoles durante la construccin. Mientras sitia y
toma Huancabamb. Quema los puentes custodiados y prepara el sitio a
Quimiri.
Bartuli, uno de los jefes venidos de Lima, ve insuficientes las tropas tradas
con Alzamora de la costa. Con los curas en fuga a la capital pide refuerzos
urgentes. .
El fuerte hecho construir por el gobernador Troncoso est terminado. Contiene
300 soldados atrincherados y pertrechos suficientes para muchos ms.
Entonces el Inca lo cerca: Sus tropas no dejan salir ni entrar a nadie. Lo aslan
sin ofrecer blanco a los arcabuces ni a los caones cuyas bocas negras asoman
desde almenas y troneras de la fortaleza. Las tropas incas estn bien
informadas por los chasquis, quienes recogen datos de los esclavos usados por
los espaoles. Asaltan caravanas de arrieros transportando ganado, vveres
armas al fuerte. Cortan los puentes para evitar la huda de las tropas
atrincheradas. El resto es slo paciencia. Los invasores dentro del fuerte
esperan con su artillera lista el acostumbrado ataque masivo indio. El ataque
no viene. La inquietud tocada por el hambre se vuelve desesperacin. Y salen.
Apenas abandonan las proximidades del fuerte son atacados desde posiciones
sabiamente escogidas. Vuelven a refugiarse en su fortaleza. Van consumiendo
sus municiones desde las almenas.
El Inca ordena el asalto. Fcilmente toma el fuerte. Todos los soldados son
ajusticiados. Del fuerte quedan cenizas.
El cura Lorenzo Nez, capelln de las compaas espaolas, huye de las
inmediaciones de Quimiri a Tarma. Cuenta la toma del fuerte. El pnico cubre
a. Tarma y alcanza a Lima. El virrey marqus de Villagarca manda sacerdotes
misioneros. Llevan regalos, principalmente herramientas. As esperan pacificar
a los indios. Los curas son rechazados antes de llegar. Manda indios de Lima
disfrazados como curas misioneros. El virrey aparenta intencin de negociar
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con este ardid meditado. El Inca Atawallpa Apu vio frailes nativos en Angola.
Los indios en Los Andes solamente pueden ser "donados", es decir, regalados
como sirvientes de por vida a curas y monjas espaoles.
Los indios disfrazados de misioneros llegan tambin cargando regalos. Nada
logran. No son ejecutados, el Inca sabe de sus familias cautivas como rehenes.
3 enero 1744. El gobernador Benito Troncoso intenta otra "entrada" con
regimientos de reserva subidos de la costa. Llega hasta la hacienda
Chanchamayu. La encuentra en cenizas. La hacienda est a orillas del ro
llamado tambin Chanchamayu. El puente ha sido quemado. Los regimientos.
Coloniales estn vadeando el ro cuando son atacados sbitamente desde las
alturas. Los guerreros incas atacan con los caones capturados en el fuerte de
Quimiri. Ayudan a los regimientos andinos grupos de africanos esclavos
escapados de la costa y refugiados en el territorio inca. Al preparar la guerra el
Inca se reuni en secreto con los esclavos africanos.
Indios y africanos, libres y armados, luchan juntos contra el mismo amo.
Nunca tienen problemas entre s. Ninguno impone su costumbre al otro.
El combate es sangriento. Las tropas invasoras son rechazadas. Retroceden con
pesadas prdidas.
1745. Los espaoles no intentan grandes ataques al territorio incaico. 13 de
J unio. Lima tiene nuevo virrey. Diez aos como Capitn General de Chile le
han dado experiencia en la guerra india.
1746. El virrey J os Antonio Manso de Velasco conde de Superunda organiza
otra incursin. El general espaol Jos Llamas recibe el mando de las tropas
organizadas en la costa. Marzo de 1746. Inicia su ataque partiendo de Tarma.
El gobernador Troncoso se opone al intento. Quiere ms preparacin. Llamas
con arrogancia hispana ordena el avance respaldado con la autorizacin
virreinal. Forma dos columnas, una dirigida por l y la otra por Troncoso. De
acuerdo con su plan ambas columnas deben atacar alinea desde posiciones
diferentes y encontrarse en la residencia incaica.
El general Llamas avanza por Huancabamba. El ncleo de su ejrcito son 200
soldados escogidos de caballera. Ellos comandan la infantera y artillera. A
las pocas millas de su partida, cuando todava no ha tenido oportunidad de usar
sus armas, su ejrcito ya parece derrotado. Son los meses de lluvia, En la sierra
andina grandes tormentas, desconocidas en la costa, anegan en pocas horas
caminos, ciudades y valles y al rato el sol brilla otra vez. Los caones son
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arrastrados por indios esclavos. Ellos tambin cargan sobre sus espaldas
vveres e implementos., Las tormentas arrecian. Los esclavos cargadores
escapan. Se llevan vveres, armas y hasta caones. Sus hermanos armados los
esperan cerca.
El general Llamas llega apenas hasta el Cerro de la Sal. y retrocede. La mayor
parte de su tropa vuelve a pie. Los caballos estn muertos o con los andinos.
Llamas huye dejando muertos y heridos. Ni siquiera ha encontrado a las
fuerzas incaicas principales.
El gobernador Troncoso sigui la ruta de Quimiri. Con experiencia no se
aventura muy adentro. Nota desde los arbustos, a los lados de los caminos,
miradas indias siguiendo su avance. Se detiene, se atrinchera y espera el
ataque. Los incaicos avanzan. Saben la distribucin de la tropa invasora, de sus
piezas de artillera. Vencen fcilmente. De los 150 soldados de caballera
pocos escapan. Los de infantera y artillera mueren.
El Inca prepara el ataque a Monobamba. Espera el 24 de junio, 1746, fiesta de
San Juan. Mestizos y espaoles celebran la fiesta con cohetes. Las
guarniciones no pueden detectar los movimientos rebeldes. Las tropas incaicas
toman la ciudad. Enva de all una carta al virrey rechazando sus pedidos de
pacificacin. Tambin manda un recado hablado al vanidoso general Llamas.
Lo considera "muy inferior' para dirigirle una nota escrita.
Agosto 1746. El virrey teniente J os Antonio Manso Velasco enva grandes
tropas desde la costa. Construyen dos fuertes, calificados esta vez de
meramente "defensivos". Uno en el valle de Chanchamayu. Otro en
Ocsabamba. Procuran evitar la unin de los regimientos incaicos. Ambos
fuertes son arrasados.
Febrero 1'747. Comandadas por Albarin tropas espaolas de caballera e
infantera regresan. Intentan infiltrarse sigilosamente por un flanco del
territorio incaico. Son atacadas cuando dificultosamente vadeaban el ro En.
Las tropas espaolas combaten furiosamente el primer momento, pero sus
disparos, son ciegos. Los nativos estn confundidos con la floresta. Los
soldados invasores se sienten derrotados. Comienzan a copiar a los curas.
Hacen seales de amistad y bendicin sobre los blancos de su esfuerzo
exterminador. Mueren todos los soldados y curas misioneros, quienes iban
guindolos.
El obispo de Lima alerta al rey Fernando IV, Las colonias enteras peligran. El
virrey Superunda se inquieta. El obispo -siente- lo juzga incapaz y busca su
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cambio. Basndose en las apreciaciones de los capitanes generales en vspera
de las incursiones enva informes optimistas. Promete aplastar la fuerza
armada delinca. Pocas semanas despus enva informes opuestos al rey. Relata
las catstrofes sufridas y pide refuerzos.
El prestigio de Atawallpa Apu Inca crece. Los indios cristianizados murmuran.
Lo creen un santo. No ha sido derrotado en ningn combate. Comienza a
formarse la leyenda de su invulnerabilidad e inmortalidad. En los territorios
controlados por las tropas incaicas los andinos organizan nuevamente los
Ayllus. Siembran con la misma devocin con la que combaten, sembrando
tambin hacen la guerra. Pronto viven bien alimentados, con alegra. Los
pueblos dominados por los invasores, famlicos y tristes, comparan.
Las rdenes delinca son obedecidas como mandatos del Inti mismo. En los
combates los guerreros atacan encendidos por la fuerza mstica irradiada por el
Inca. Con la tenacidad de l en su misin de echar al invasor, Por primera vez
los incaicos usan grandes juegos de equipos de artillera y de arcabuces,
tomados de los espaoles. Combinan los caones con las flechas silenciosas de
los regimientos campas subidos desde las junglas amaznicas, desde el otro
lado de Los Andes.
Los espaoles durante ao y medio no organizan grandes campaas de
represin. Las anteriores han disminuido su poder militar. Se atrincheran en el
territorio dominado, en la costa principalmente. Intentan la "reduccin
pacfica" enviando curas misioneros con regalos y promesas.
1750. El virrey conde de Superunda organiza en Lima otra campaa. Dos
compaas suben hacia. el territorio incaico. Una la dirige el general J os
Llamas; marqus de Mena Hermosa. Sigue la "ruta de Monopampa. La otra va
por Tarma. Se proponen rodear el reducto delinca en La Montaa. Ambas
columnas son atacadas, derrotadas y aniquiladas por separado. Pocos soldados
y curas logran escapar. Se refugian en Ocopa.
1751. Las tropas incaicas asaltan el fuerte de Sonomoro. Antes han cortado los
puentes y dejado grupos escondidos en las posibles vas de refuerzo y escape.
Toman el fuerte y lo queman.
J unio y julio 1752. El Inca avanza con 500"combatientes sobre Andamarca.
Los latifundistas espaoles radicados en la ciudad huyen. Dejan sin apoyo a las
guarniciones militares. Estas fcilmente son derrotadas. Los curas lentos en la
huida se arrodillan ante el Inca. Le imploran no ordene su ejecucin. El Inca
dispone encerrarlos en la crcel luego, en consulta con los jefes locales, manda
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quemar partes de la ciudad. Tropas espaolas de refuerzo parten desde J auja.
No pueden evitar la destruccin en la ciudad.
J auja se levanta. Apoya la guerra incaica hasta 1756. Ese ao el brigadier
Pablo Saenz Bustamante penetra a la ciudad con tropas de la costa. Hace
matar a cuchillo a todos los vecinos kheswas y a muchos labriegos de los
alrededores. Despus de las masacres manda construir una cruz enorme en el
centro del pueblo. Es recuerdo de su victoria contra los partidarios locales del
Inca.
Durante 13 aos suben de la costa ejrcitos organizados por los virreyes. Son
destruidos en la sierra. Mientras en el resto del Tawantinsuyu kheswaymaras y
africanos conspiran. Su esfuerzo es duro. Los invasores estn muy alertas, ya
en 1750 descubrieron una vasta conspiracin relacionada con el Inca. La
capital del virreinato es un fuerte rodeado por una muralla interior de 3
kilmetros y 34 baluartes artillados; Su poblacin era 18.000 espaoles,
dueos de haciendas, minas y obrajes esclavistas. 2.000 indios y 34.000
africanos y mulatos esclavos. (VALCARCEL, Daniel: Rebeliones Indgenas,
Lima, 146).
21 J unio 1.750. Un cura pide "entrevista reservada" con el virrey Manso de
Velasco. En secreto, por temor a ser ajusticiado, le revela lo odo al confesar a
un africano esclavo. Est en marcha una conspiracin para tomar por asalto el
palacio a medianoche con 500 hombres, asesinar al virrey, a sus ministros,
apoderarse de las armas, expulsar a todos, los invasoras y levantar en Lima la
nueva capital del estado incaico.
24 septiembre 1750. El virrey, segn su "Relacin", ordena investigaciones
secretas. El espaol Pedro J os Bravo Castilla o J os Bravo Lagunas es
designado jefe de la pesquisa. El virrey recibe una segunda delacin. Un
prroco tambin quiebra el secreto sagrado de la confesin. Confirma el plan.
El africano confiado en la inviolabilidad de la confesin es obligado a espiar.
Los invasores as averiguan. Hace dos aos, varios kheswas urbanos,
artesanos, van preparado el ataque. El plan es inundar Lima con la ayuda de
kheswas del campo el 29 de septiembre, fiesta san Miguel Arcngel, 500
hombres deben atacar el arsenal. En el momento cuando se abre y los
participantes en la procesin sacan las armas para desfilar con ellas. Los 500
hombres, de acuerdo al plan, deben liberar los miles de esclavos africanos.
Los conspiradores se juntan por ltima vez. Deciden fecha y detalles ltimos.
Dos das despus los espaoles ejecutan una redada. Apresan a tres indios
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comprometidos. A uno de ellos J ulin Ayala, le encuentran una exhortacin a
ser difundida despus del primer golpe y un plano militar de la ciudad de
Lima. El plano es exacto y detallado. Hasta incluye el interior de la sala de
armas. El ' plano tiene marcados los sitios donde grupos de 50 hombres
cortaran la comunicacin entre las guarniciones espaolas y los lugares: para
emplazar las piezas de artillera. Uno de los caones debe ser colocado frente a
la catedral, para dominar la plaza central de Lima.
Francisco Surichac, Julin Ayala, Melchor de los Reyes, Gregorio Loredo, el
nico con parte de sangre espaola, Santiago Huallpa Malta, Miguel. Surichac
y otros siete kheswas son apresados Se los tortura procurando hacerles revelar
los nombres de los comprometidos. No lo hacen. La mayor parte de sus
compaeros pueden escapar.
20 julio 1750. Los reos agonizan por las torturas. La Sala del Crimen de la
Audiencia de Lima dicta sentencia apresurada. Once kheswas son condenados
a ser "arrastrados, ahorcados y descuartizados, poniendo los cuartos en los
baluartes de la ciudad y las cabezas en tres sitios diferentes donde se juntaron".
(LEWIN, 80leslao: La Revolucin de Tupac Amaru. La Habana, 1972,
p.125). Cuatro reos son condenados a prisin por vida. Dos en el presidio de
Ceuta, dos en el presidio del Callao, quiz por ser menores de edad. Un
mestizo sirvi de escribano a los complotados. Es sentenciado a doscientos
azotes. Se ignora si sobrevive.
22 julio 1750. Se cumplen las sentencias en la plaza de Lima. Los kheswas de
la ciudad son obligados a asistir y presenciar la muerte de los rebeldes. Las
horcas estn rodeadas de caones cebados apuntando a la multitud Y de
soldados de caballera con las armas en la mano. Compaas de soldados
africanos y pardos esclavos tambin resguardan la ejecucin. Los invasores
temen el rescate de los condenados.
.
En este intento estuvieron comprometidos algunos indios cristianizados
Devotamente murmuraban, "Santa Rosa (Virgen de Lima) pronostic que en
los aos 50 volver el pueblo incaico a ser libre".
Las ejecuciones inspiran unos versos populares annimos murmurados
entonces! en parte dicen:
"Se castig como obra
siendo solo pensamiento".
"La voz fue de Antonio Cabo
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el principal instrumento
de ir un concierto formando
para hacer un desconcierto".
"Se condenan a que canten
por la cuerda del tormento".
"Mandan que sean ahorcados
y destrozados sus cuerpos
den horror en los lugares
donde obraron tan sin miedo".
Los jefes de la conspiracin escapan de la ciudad. Se renen con los kheswas
comprometidos del campo. Uno de ellos es un cacique muy respetado en la
zona de Huarochir, Francisco Garca J imnez, ms conocido como Francisco
Inca. Escapa a Lahuaytambo con Pedro Santos, su yerno. All pronto los
encuentran los mensajeros enviados por los dems complotados ocultos.
Antonio Cabo, uno de los ajusticiados, prometi '400 armados para el asalto al
arsenal de Lima. Sus compaeros escapan de la capital. Se renen con
Francisco Inca en Huarochiri. A la reunin secreta asisten complotados
locales. Tambin tienen relacin 'con ellnca Atawallpa Apu.
26 julio 1750. Asaltan Huarochir ktreswas armados de la regin. Derrotan a la
guarnicin local. J uzgan y ajustician al corregidor, teniente Villa de Moros.
Tambin a los espaoles ms odia-dos por las comarcas, refugiados en el
edificio del cabildo. Cortan puentes, obstruyen caminos, organizan cuerpos de
guardias por turnos, da y noche. Despus distribuyen entre sus dueos
ganados y tierras arrebatados por los invasores, Detienen el comercio con
Lima. Evitan as espas disfrazados de comerciantes. Extienden la guerra
destruyendo haciendas y obrajes. Antes de dejar Huarochir Francisco Inca
ordena quemar las casas de los espaoles y todos los ttulos de propiedad de
tierras guardados en el cabildo.
Las tropas incas vencen en toda la provincia. El virrey Superunda publica un
indulto para los "cabecillas". Busca parlamentar. Mientras aparenta buscar la
paz prepara un ejrcito poderoso al mando del marqus de Monterrico. Su
fuerza ms importante es un cuerpo de caballera de 400 soldados. El indulto
es difundido en el pueblo de Langa. Los jefes nativos creen en l. Se
aproximan a parlamentar. Son arcabuceados sorpresivamente. Entre ellos cae
Francisco
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de Santa Cruz. Este kheswa en poco tiempo sobresali en la conduccin
militar. 7 jefes son baleados, otros dirigentes enviados a Lima. Son juzgados y
condenados a varias penas, la mayora a presidio por vida en las islas J uan
Fernndez.
Pedro Santos, quien escap de Lima con su suegro Francisco Inca, es apresado.
Por ser cirujano le cortan las manos. Luego lo ejecutan. Seccionan su cabeza
para exhibirla en La Pampilla donde vivi.
El marqus de Monterrico aprovecha la desaparicin del grupo dirigente.
Ataca las alturas donde Francisco Inca reside desde el comienzo de su
rebelin. Avanza masacrando indios e indias de todas las edades. A los
cadveres les cortan las manos para usarlas como instrumentos de espanto. Es
ascendido a brigadier.
El terror recorre Huarochir. Comarcas enteras abandonan estas regiones.
Recorren durante meses las quebradas andinas. El cacique J uan Cajahuamn,
de la comarca de Sune, conduce los Ayllus en migracin total hasta
Andawayllas.
El virrey Superunda informa de su victoria contra los guerreros de Huarochir
al rey Fernanddo IV. Afirma, la causa de la guerra es "aversin de raza".
Predice' ms guerras. Explica, cada vez hay ms kheswaymaras y menos
espaoles, disminuidos por las luchas. Con ello justifica las campaas de
exterminio mandadas por l desde Lima.
1761. En Lima el virrey Conde de Superunda termina sus Memorias: "desde el
ao 1756 no se ha dejado sentir el indio rebelde y se ignora su situacin y an
su existencia". Los kheswas dicen el Inca ha viajado hacia el sur, hoy Bolivia.
Segn el historiador peruano Valcrcel, muere en circunstancias desconocidas
aos ms tarde y es enterrado en una pirmide construida con maderas
preciosas.
El misterio sobre la desaparicin delinca, el hecho de no haber podido
derrotarle los espaoles un solo combate en la larga guerra, su control sobre
Montaa, .sierra, jungla, forjan una fe en las multitudes andinas.
Principalmente' en Huallaga, Ucayali; Percu, repiten, su espritu invencible
regresar dentro de otro indio a completar la misin sagrada de expulsar al
invasor.
1764. Ocho mil kheswas gritando "abajo el rey" y portando wiph'alas atacan
Riobamba. Vienen de las localidades de Calpi, Cajabamba, San Luis, Lican y
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Yacuques. Los dirigen los indios Antonio Ovando, nombrados Guaminca,
Baltazar Lancaxi, Calista Buayque, Ambrosia Ansa y Antanio Taipe. Los
curas sasiegan a las indios armadas y logran hacerlos desarmar sus ejrcitos y
regresar a sus cmaras. Entonces san capturadas y ahorcados las dirigentes
nombradas y otros.
Octubre 1764. Siendo virrey Manuel de Amat los kheswas del valle de
Carabaylla, con cientos de esclavas africanos huidos de Lima, se atrincheran
en una colina cerca de la casta. El virrey enva trapas par tierra y mar para
sitiarlas y aislarlas de las regiones vecinas. Despus de un larga sitia y varios
combates, apresan algunas y las ahorcan. La mayora de kheswas y africanos
escapan a los riscos montaosos.
1774. J ernimo Sugasti ocupa el cargo de corregidor de Chumbivilcas en
reemplazo temporal de Joaqun de Als. Encarcela a un cacique. La esposa de
ste rene a los kheswas de las cercanas. Se arman, toman el poblado por
asalto, derrotan a la guarnicin, rescatan al cacique, juzgan al corregidor
interino y lo ajustician. Los kheswas, ya dueos de la ciudad, instalan un
tribunal. Escuchan las quejas de las vctimas de los espaoles contra varios
parientes del corregidor. Los ms culpables son tambin ajusticiados.
La fuerza kheswaymara crece. Asusta a los coloniales. Procuran mutilar las
tradiciones. El virrey conde de Chinchn ya en la tercera dcada de 1600
orden a todos los corregidores del enorme virreinato prohibir las fiestas Incas.
Explica, cuando los indios se renen en sus milenarias fiestas, hablan sobre su
situacin "de donde resultan sus Inquietudes".
Suena otra vez el sagrado llamado del pututu. Antes de la invasin llamaba al
trabajo en comn. Ahora llama a la guerra en comn. Tambin el redoble
sostenido del Wnkar, el tambor andino de cadencia enrgica y ondulante,
porta ahora un tamborilleo blico. Parece 'venir desde las profundidades de la
Pachamama. Reaparece la wiph'ala, la bandera de los siete colores. Ahora est
seccionada en cuadrados. No hay dos juntos del mismo color. Es la ms
dramtica de las banderas.
1776. El obispo de Trujillo denuncia al virrey Manuel Guirior
"irregularidades" en Todos Santos de Ceota. En realidad los indios ya
controlan la poblacin. El virrey manda a Trujillo un juez para averiguar por
qu los kheswas ya no pagan tributos. Con el mismo propsito un investigador
real va a Lambayeque. All kheswas, africanos y' mulatos, haca tiempo no
pagaban tributos. Los investigadores informan los tributos no se pagan porque
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los indios se han armado y dominan las poblaciones. El virrey
apresuradamente ordena suspender el cobro de tributos para "evitar desmanes".
1777. El arzobispo de Quito, Gonzlez Surez, refiere la sublevacin:
"Empez esta espantosa desgracia el da 9 de Noviembre en el pueblo
de Cotacache a la hora de Misa Mayor, y se extendi a los pueblos de
Atontagui, San Pablo, Cayambe y Asiento de Otavalo, quemando las
haciendas y Casas, y matando a cuantos blancos encontraron. Al
Corregidor y a mi buscaron con el mayor empeo, y Dios y la
Santsima Virgen de las Mercedes que tena al pecho me libraron de
la muerte incorporados con la tropa que pas a la Pacificacin bajo
las rdenes del seor Presidente, volvimos a recoger lo que nos
haban dejado,. y a defender la Corona hasta morir... Venan los
levantados en nmero de diez mil: a nuestra vista; pero contenidos
por el reposado genio de este Sr. Brigadier vimos arder el Pueblo y
haciendas de Cayambe, y dormimos esa noche a una legua de
distancia: Al da siguiente entramos a l, y vimos el ms espantoso
espectculo que se puede pintar. La tropa fue encerrada en una
hacienda que esta a la entrada que haba quedado ilesa en la
invasin; pero los paisanos encendidos en clera partimos con
indecible furia a la Plaza en donde estaban colgados los cuerpos de
los hombres blancos, y gritando todos, Viva el Rey, salieron de la
Iglesia innumerables mujeres que estaban en ella refugiadas... Los
Brutos se retiraron prontamente, aunque perseguidos por los
Paisanos que estaban a caballo pudimos coger a muchos, y matamos
algunos... En este Pueblo se empez a hacer la Sumaria, y fui
nombrado Protector sin que este empleo me pudiera retraer el tomar
las armas cuando se ofreca... Proseguimos nuestro viaje a los dems
Pueblos en donde encontramos muchos cadveres y otras tragedias;
pero ya sosegados los indios, por que los vecinos de la Va, de Ibarra
que estn a la espalda de dicha Prov. en bastante nmero haba
acometido y muerto a muchos de los levantados, con cuio motivo
estaban ya menos soberbios; pero no por eso dexamos de observar
las precauciones necesarias en tierra de enemigos... Negaron estos
brutos la subordinacin a nuestro Soberano; en algunos Pueblos
aclamaron al Rey de Portugal; negaron la existencia de Cristo en el
Sacramento; ultrajaron la Sagrada Custodia y la empaaron muchas
veces con la sangre de los blancos". Informe enviado a la corte de
Madrid, citado por LARREA, Carlos: El Vigesimonono Presidente de
la Real Audiencia de Quito, Barn Luis Hector de Carondelet.
Curas sanguinarios como ste no dudan en llamarse "Protectores de indios".
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1778. Guano. Kheswas atacan y vencen a las tropas comandadas por el
Visitador Juan Jos de Villalengua llegado para numerarios. Ms tropas
punitivas se acercan. Y castigan: Agustn Miranda y Pedro Carrasco son
decapitados, cortados en piezas y stas ostentadas en diversas poblaciones. Por
sorteo se ejecuta a una mujer.
"Ajusticiaron a Baltazara Chiuza. El Teniente se sinti horrorizado
ante las piezas descuartizadas, que fueron depositadas en la iglesia
de Guano. Al da siguiente no fueron retiradas por oposicin del
Cura. El Corregidor se dirigi al Vicario y ste tambin se neg a la
entrega de piezas. La audiencia orden la exhibicin de ellas
conforme a sentencia. Decapitaron a Miranda en la picota de la
Alameda; los cuartos exhibieron en el camino para Otavalo; el
Teniente Guayllabamba recibi un brazo, el de Taguacundo, una
pierna, el de Peguche, un brazo". PEREZ, Aquiles: Los Puruhayes.
Arequipa, en las faldas del volcn Misti, es ciudad llena de espaoles.
Casi todos se consideran nobles. Es tradicionalmente fidelsima al virrey. Los
dems pueblos de la sierra despectivamente los llaman "mistis" y crean
refranes como "Arequipeo, ni grande ni pequeo".
En este reducto invasor los kheswas reparan otro ataque. Usan cohetes para
convocar sus cabildos en el campo y en la ciudad. Asisten algunos mestizos
resentidos. Las autoridades hispanas pretenden tasar sus tributos previa
confesin jurada de ingresos. Aparecen pasquines en las paredes:
"Han venido a esta Ciudad
de lejanas tierras extraas
a sacamos las entraas
sin moverles la piedad".
El corregidor Baltasar Sematnat ofrece 500 pesos fuertes de recompensa a
quien delate, secretamente, datos sobre los responsables.
Noche. 13 enero 1780. Unos 600 kheswas divididos en grupos asaltan oficinas
y queman censos tributarios. Aunque hay mucho dinero en aquellas no lo
toman. El corregidor en sus investigaciones posteriores prueba por ello que son
indios. Las multitudes insurrectas llenan las calles. Buscan en casas e iglesias
espaoles para ajusticiarlos. La noche siguiente a los tumultos principales
atacan los kheswas con la ayuda de mestizos. Toman la aduana y la casa del
administrador aduanal J uan Bautista Pando. Queman ambos edificios y las
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casas de los espaoles a quienes ajustician. La casa del corregidor Sematnat
tambin es quemada.
Noche. 16 enero. Los kheswas atacan la guarnicin local acuartelada. La
derrotan, Con sus armas atacan el presidio. Lo toman. Liberan a todos los
kheswas y mestizos prisioneros. El corregidor para calmarlos les devuelve Sus
dineros y cargas de alimentos confiscados. Esa noche las multitudes andinas
gritan. Anuncian proclamar a Casimiro Inca, jefe del nuevo estado del
Tawantisuyu.
Los espaoles viven refugiados en los stanos de los monasterios. No quedan
en la ciudad soldados coloniales. Los frailes salen a pacificar a los kheswas.
Les predican amor mientras piden mayores refuerzos adems de los ya en
camino. Vienen dos compaas de infantera, una de artillera y siete de
caballera al mando del capitn general Cosa. La impresionante fuerza militar
se" divide en destacamentos. Unos avanzan hacia la pradera, a un flanco de
Arequipa. Los otros suben por las faldas del volcn donde comienza la ciudad.
Las tropas virreinales atacan las comarcas kheswas de la pradera. Estn
comandadas por Opheln, famoso por su crueldad. 2.000 andinos lo atacan
apenas sale de la ciudad. Opheln pide refuerzos al capitn general. En las
faldas del volcn cinco espaoles "nobles" son muertos cuando suben hacia las
posiciones incaicas situadas en las alturas del Misti. La mortandad entre los
invasores crece. El mismo administrador Juan Bautista Pando es herido.
Tres compaas de la caballera espaola se dedican a quemar en la pradera las
rancheras de los labriegos andinos parapetados en el volcn:
El corregidor acepta todas las demandas de mestizos y criollos sobre las
aduanas. Une as a los no indios. Pide refuerzos mayores a Lima. Ms tropas
parten de la capital virreinal. Avanzan levantando horcas en los caminos y
dejando colgados cadveres kheswas.
17 andinos son ahorcados en Arequipa apenas los refuerzos arriban. Seis de
ellos ya agonizaban con heridas de bala. Ms horcas son levantadas en filas en
las calles de Arequipa. Los cadveres de los ejecutados son colgados de los
corredores del Cabildo. Algunos kheswas heridos en los combates son
capturados. Los amarran de los balcones de las casas en la plaza mayor. Son
dejados all colgando. Su agona lenta tambin espanta a la poblacin inquieta.
El virrey teniente Manuel Guirior despus del terror decreta perdn general.
Quiere evitar as la ampliacin de la guerra. Ordena al administrador Pando,
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cuya presencia era resistida, salir de Arequipa. Sin embargo enva
permanentemente cien soldados del presidio del Callao a Arequipa.
Mismo 1780. El caciqu de Pisaj, Bernardo Pumayalli Tambohuacso, de la
zona de Calca, prxima al Cusco, prepara la guerra. El dice: "eslabonando
(hombres) de diez en diez o de quince en quince". Se ofrecen indios "sin
nmero para la lucha. Se rene con otros caciques y con kheswas plateros y
orfebres. Ellos trabajan dentro del Cusco fabricando joyas y adornos de plata.
Un hijo de espaoles, Lorenzo Farfn de los Godos, tambin asiste a las
reuniones conspirativas. All lee los pasquines contra el rey de los kheswas de
Arequipa.
Los caciques de Pisaj, Pampamarca, Quispicanchis, Pedro Sahuarahua, de
Surimana y de Tungasuca acuerdan convertir al Cusco en capital del nuevo
estado inca. El cura agustino Gabriel Castellano, mediante la confesin
averigua algo del complot. Inmediatamente !o delata al corregidor Valdez y al
alcalde ordinario Marcos Cmara.
Primeros das de abr! 1780. Caen detenidos los kheswas plateros J uan de Dios
Vera y Jos Gomez. Se suceden las detenciones. Son ahorcados el 30 de junio
Diego de Aguilar, Juan de Dios Vera, Eugenio Crdenas y Riva, Jos Gomez,
Lorenzo Farfn, Ascnsio Vergara e Ildefonso Castillo. Cada uno despus de
un caonazo para espantar a los labriegos de las tierras cercanas al Cusco.
Domingo Unda, Felipe Unda y Melchor Chacn Bezerra son paseados debajo
de las horcas y restituidos al presidio. Chasquis clandestinos avisan de las
detenciones a Bernardo Pumayalli. Escapa con los dems caciques principales.
Los espaoles no descubren toda la red de la conspiracin. La divisin en
grupos pequeos lo impide. Pero saben de Tambohuacso. Ofrecen una fuerte
recompensa por su captura y logran detenerlo. Prximo a ser ejecutado pide un
confesor. Los invasores se apresuran a traer uno. Piensan as descubrir otros
comprometidos. Tambohuacso debe ser desatado para la confesin. Escapa y
corre a refugiarse en la iglesia del pueblo de Taray. Iglesias, monasterios y
conventos entonces se consideran lugares sagrados de asilo. Los curas no
responden a sus golpes. Es nuevamente capturado, cuando llama las puertas
cerradas del templo. Es decapitado en la plaza mayor del Cusco el 17 de
noviembre de 1780. Su cabeza es clavada en una picota en Pisaj. El cacique
J oaqun Len tambin es ejecutado. Ya es costumbre espaola hervir en aceite
las cabezas degolladas para alargar el espectculo terrorfico.
Los espaoles del Cusco, llamados a s mismos "vecinos distinguidos", forman
cuerpos de guardia permanente da y noche en grupos de 25. Temen sea
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sorprendida la guarnicin local y los indios quemen sus casas como en
Arequipa.
La estructura clandestina creada por Pumayalli Tampbohuacso sobrevive la
represin. No acta inmediatamente sin embargo. Quienes conocen los
contactos estn muertos o ferozmente perseguidos.
ltimos meses de 1779, Cochabamba. Los espaoles se reunen en cabildo para
formar milicias y ayudar a las guarniciones. Fracasa su cabildo por falta de
acuerdo. Hombres y mujeres kheswas de los alrededores de Cochabamba
llegan a la ciudad. Esta amanece con pasquines fijados en las paredes. Uno
dice: "sabremos resistirlo, quitando la vida a cuantos se opusieran a impedirlo,
que sea el corregidor sean Alcaldes, sean vecinos, sean Clrigos, o Frailes,
Forasteros o Patricios".
Los mestizos se van plegando a los kheswas. Las autoridades para impedirlo,
quitan la aduana como en Arequipa y La Paz.
Los choques armados entre espaoles e indios son ms y ms frecuentes y
violentos. Preparan la mayor guerra kheswavmara. Demasiado grande para
caber dentro del silencio fabricado por la historia blanca.
Averiguar dnde comienza exactamente sera como querer averiguar dnde
comienza exactamente el Amazonas. Ro nacido de centenas de miles de
arroyos imperceptibles en las cumbres andinas.
Toms Katari es cacique kheswa nacido en la localidad de Macha, provincia
Chayanta entonces jurisdiccin de La Paz y hoy del departamento de Potos,
Bolivia. Demanda jurdicamente ante las autoridades de La Paz respeto a los
derechos indios violados a diario por los corregidores. No logra nada. Apela a
la Audiencia de Charcas. Tampoco logra nada.
La Audiencia de Charcas desde el 7 de julio de 1768 ya no pertenece al
virreinato del Per sino al de Buenos Aires, creado en esa fecha. Toms Katari
y Toms Achu, hijo de su compaero Isidoro Achu, van a Buenos Aires. Como
son indios estn prohibidos de montar a caballo. Caminan ida y vuelta esa
distancia, ms: de 2.500 millas. En el camino trabajan por la comida.
Buenos Aires. Se entrevistan ambos con el virrey Juan J os Vertiz. El se
impresiona por la recia personalidad de Katari, por su largo viaje y por la
abrumadora prueba de sus argumentos. El kheswa lo convence con la verdad.
Las autoridades de La Paz y Charcas le han cerrado toda posibilidad jurdica
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de defensa. El corregidor J oaqun Als y el Cobrador Bias Bernal ejercen
cargos usurpados y desobedecen las rdenes tanto del virreinato de Buenos
Aires como del Per.
El virrey les entrega un reconocimiento escrito de sus derechos. Ordena
adems una investigacin. Con los documentos Katari Y Achu cruzan
nuevamente a pie la infinita pampa argentina y las quebradas andinas hasta
Macha.
Tan pronto retorna autoridades espaolas de provincia apresan a Toms Katari
en Toracar. A pesar de portar los documentos virreinales de proteccin
personal. Soldados lo conducen al pueblo de Aullagas. Los indios de los
alrededores se arman de palos, las indias de yauris y lo liberan.
Las autoridades espaolas inician proceso criminal contra Katari en la
Audiencia de Charcas. Lo acusan de hablar sobre la mita cuando 800
kheswaymaras amarrados esperan su turno en el pueblo de Ocur.
J unio y Julio. 1779. Toms Katari organiza la guerra. Secretamente se rene
con Jos Gabriel Condorkanki, cacique de Tungasuca, Julin Apasa dirigente
aymara y otros jefes indios.
Katari es nuevamente apresado y juzgado en la Audiencia de Charcas. 12 de
diciembre de 1779. Expone ante ese tribunal sus argumentos. 8 de enero de
1780. La Audiencia ordena al corregidor Als eleve el proceso para corregir
sus irregularidades. Los jueces ya han decidido asesinar jurdicamente a
Katari.
Cuando es trasladado de una prisin a otra con escolta especial los kheswas
vuelven a liberarlo. Katari todava confa en el reconocimiento logrado de la
mxima autoridad espaola en Amrica. Se presenta en la Audiencia de
Charcas para defenderse de los cargos: 10 de junio de 1780. Es nuevamente
apresado. Los jueces ordenan: "Retener en la Real Crcel al reo Thomas Katari
a quien el alcalde le estrechar la prisin privndole toda comunicacin,
especialmente con los indios de su parcialidad".
23 julio 1780. Los kheswas se arman y movilizan. En Huancarani cerca de
Pocoata rodean al corregidor Als y a la patrulla militar que lo acompaa.
Exigen al corregidor Als liberar a Toms Katari y rebajar los tributos a doce
reales por cabeza.
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El corregidor promete, mediante los curas Roque Burgoa y Agustin Arzadum,
ordenar la libertad de Toms Katari y rebajar los tributos y los indios lo dejan
ir.
25 agosto 1780. Fiesta de San Bartolom. Los espaoles cada ao recogen
indios para la mita. El corregidor Als asiste a la numeracin de mitayos. Va
rodeado de varias compaas de soldados, llamados milicianos. Toms Achu,
quien camin con Katari e Buenos Aires, se acerca. Le exige cumplir su
promesa. El corregidor le responde con dos pistoletazos. Achu cae muerto" ah
mismo. La furia kheswa estalla. Los milicianos son derrotados y muertos. Als
huye al galope. Quiebra su huda un k'horahuazo en la cabeza. Es capturado y
llevado a una cumbre escarpada. Acostumbrado al caballo no puede caminar.
Un kheswa se quita sus ujuthas se las da y sigue escoltndolo descalzo. As
llegan a la choza donde es encerrado. El orgulloso corregidor cautivo finge
amor por los indios. Viste como ellos, masca coca. Adulndolos pretende en
vano escapar. Los kheswas hacen saber a los espaoles. Cualquier maltrato a
Toms Katari ser repetido en Als. Ofrecen canjear su vida y libertad por la
de Katari.
Las autoridades invasoras no responden. La muerte de Katari parece inminente
los kheswas preparan la ejecucin del corregidor. Los de Macha y Pocoata no
estn de acuerdo dnde efectuarla. Ambos quieren a Als ajusticiado en su
territorio. Las ancianas y ancianos de ambas comarcas resuelven. Als ser
ajusticiado en el mojn levantado para marcar el lmite entre ambas
jurisdicciones.
Comienza la ejecucin de Als cuando Katari aparece. Fue liberado por los
invasores quienes aceptaron el canje. Als tambin es liberado. Katari lo pone
en el lmite de su jurisdiccin y lo disfraza de cura para cuidarlo de otras
comarcas.
El corregidor Als huye hasta Tucumn. Katari gobierna su provincia en
consulta con amautas y mamacunas. Mediante edictos nombra autoridades
"defensoras y protectoras de los desvalidos indios tributarios miserables,
indefensos.., que otros individuos les beben la sangre". Ordena elegir las
siguientes autoridades en asambleas, como, en los tiempos incaicos.
Isidro Serrano, un espaol llamado "descarriado" por los invasores, es
secretario de Toms Katari. Escribe su correspondencia y lo cuida donde va.
Katari le dicta una carta al rey Carlos 111 denunciando la venalidad de sus
autoridades.
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Los espaoles respetan pblicamente la autoridad de Katari. Secretamente
ordenan su captura, vivo o muerto. Ofrecen fuerte recompensa con tal fin.
Katari es sorprendido en uno de sus viajes de inspeccin cerca de la poblacin
minera de Aullagas por una patrulla al mando de Manuel Alvarez Villarroel.
Es entregado al J usticia Mayor de la provincia de Chayanta, J uan Antonio
Acua. Este se apresura a llevarlo custodiado por fuerte tropa a Chuquisaca,
capital de la Audiencia de Charcas. Kheswas armados lo siguen. Acua acelera
el paso. El eco del pututu llena las quebradas alertando. Indias e indios acuden
a rescatar a su defensor. 15 de enero de 1781. Acua, en las escarpadas alturas
de Chataquilla, ordena maniatar a Katari y lo empuja al abismo. Isidro Serrano
es asesinado ah mismo.
Los kheswas alcanzan a Acua y su tropa. No queda un soldado vivo. Acua y
Manuel Alvarez Villarroel son ajusticiados. Ya no cobrarn la recompensa.
Curusa Llawi, viuda de Toms Katari, y sus hermanos Dmaso y Nicols, con
otros jefes indios, encienden la guerra. Se expande con encarnizamiento no
alcanzado hasta entonces. Los regimientos kheswas sistemticamente van
destruyendo haciendas y minas. Reparten tierras, ganados e instrumentos entre
los yanaconas y mitayos liberados. La mita es suspendida, Los ex mitayos
forman otros regimientos. Prefieren morir luchando bajo el clido beso del Inti
y no enterrados en el trabajo esclavo. Estos campos kheswas quedan limpios
de invasores ibricos. .
13 febrero 1.781. 7.000 soldados incaicos cercan Charcas, sede de la
Audiencia. Abogados, fiscales, jueces, procuradores, escribanos, tinterillos y
toda clase de leguleyos pueblan esta ciudad llamada devotamente por los
espaoles La Plata. Ahora forman cuerpo militar para ayudar a las
guarniciones; Un doctor, Juan J os de Segovia, es nombrado su comandante.
En largos y meticulosos decretos reglamenta el uniforme del nuevo regimiento,
colores y dimensiones de los adornos. Los curas tambin se militarizan.
Doctores y curas convertidos en militares prometen a los indios perdn general
si se retiran a sus campos. Los kheswas envan una carta firmada por Dmaso
Katari. Exigen devolucin de los expedientes trados por Toms Katari de
Buenos Aires, cambio de autoridades, liberacin de presos. Amenazan "que de
lo contrario entraran en la ciudad, a saquearla, incendiara y destrozarla". Los
doctores responden declarando abolido el reparto de indios e indias hecho por
los corregidores. Punto crtico de friccin. Al mismo tiempo refuerzan sus
milicias.
17 febrero. Entusiastas desfilan doctores y curas. Estrenan sus lujosos
uniformes de guerra. Salen de la ciudad sitiada en busca de los rebeldes.
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Rpidamente derrotados no alcanzan a darse cuenta por dnde fueron atacados.
Los sobrevivientes regresan. Se desprenden de toda responsabilidad militar.
Ignacio Flores, comandante de la ciudad, organiza la defensa. Ataca el cerco
con tropas profesionales. Lo rompe. Los kheswas se retiran a sus campos
cuando la Audiencia acepta, con decretos, sus demandas.
1 abril 1781. Dmaso Katari es capturado junto a28 jefes en Macha. Lo delata
Francisco J avier Troncoso, cura de Pocoata. Es remitido a Charcas. En esta
capital lo pasean por las calles encadenado. Soporta una corona de espinas y
plumas y un cetro de madera. Es burla de su jerarqua incaica. El disfraz no
nubla su desprecio a los acicalados doctores quienes lo observan desde los
balcones coloniales. Ante los torturadores callan los detalles. Slo afirma ante
los jueces su fidelidad al Inca Tupaj Amaru. Es ahorcado en la plaza mayor de
Charcas el 27 de abril de 1 781. Su cuerpo es descuartizado y ostentando en
piezas.
Los kheswas atacan nuevamente comandados por Curusa Llawi y Nicols
Katari. Se renen los combatientes de las comarcas de Macha, Ocur, J ayguari
Socopoco, Pocoata y Paria. Asaltan el poblado minero de Aullagas... Lo
tornan. Nicols Katari gobierna declarndose comisionado delinca Tupaj
Amaru.
El cura Troncoso interviene otra vez. Delata su residencia. Un cuerpo de
caballera espaol es enviado especialmente para su captura. En la noche lo
sorprende solo y lo apresa. 7 mayo 1781. Es martirizado en la plaza central de
Charcas, Ya agonizante lo ahorcan y descuartizan como a los dems indios
presos. Su cabeza cocida en aceite es colocada en la entrada de la ciudad. Sus
manos y pies son repartidos donde fueron los combates principales.
Los regimientos incaicos estn acostumbrados a los combates abiertos, de da.
Enfurecidos vuelven a devastar las comarcas espaolas, Otra vez Charcas vive
la inminencia del cerco.
Suben al Kollasuyu grandes ejrcitos coloniales de refuerzo. Parten de la costa
del ocano Pacfico, principalmente desde Lima y Arequipa y desde la costa
del Atlntico, Buenos Aires.
19 marzo 1738. Nace Jos Gabriel Condorkanki en Surima, pequea
Comunidad cercana a la poblacin de Tinta. Brota de las cumbres andinas,
sobre los cuatro mil metros de altura sobre el mar. Despus del asesinato del
Inca Tupaj Amaru en e! siglo XVI su familia, junto con otros parientes de
Incas, escaparon a las alturas del asesinato selectivo. Por eso su padre se llama
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Miguel Condorkanki Tupaj Amaru. Su madre Rosa Noguera, El 25 de mayo de
1760 se casa con Micaela Bastidas Ph'uyukawa, kheswa de Pampamarca.
Conocida en toda la regin por su gran belleza fsica y bondad. Tiene tres
hijos, Hiplito, Mariano y Fernando.
El nebuloso rastro de Atawallpa Apu Inca, despus de salir de La Montaa, en
Tarma, se pierde al sur, en esas cordilleras. J os Gabriel Condorkanki
alrededor de los 15 aos de edad pudo haberlo visto.
1776. Condorkanki, ya cacique de Pampamarca, termina un largo pleito contra
autoridades y hacendados espaoles, ante los tribunales de Lima. Representa
con poderes legales a los caciques kheswas de la regin del Cusco en sus
demandas para la exencin de la mita de Potos ya perteneciente al virreinato
de Buenos Aires. Condorkanki usando las mismas leyes espaolas gana el
pleito. Los mismos jueces quienes reconocen sus derechos traban con
subterfugios la ejecucin de la sentencia.
Condorkanki regresa a la Sierra. Prepara la guerra. Teje una malla de
complotados. Viaja intensamente por las Comunidades. Se rene con los
consejos de amautas y mamacunas. Secretamente est en Chukiapu, Charcas.
Se entrevista con Toms Katari y J ulin Apasa. Sus familiares y compaeros
viajan mucho ms lejos ampliando la red.
4 noviembre 1780. Cumpleaos del rey Carlos 111 de Espaa. Celebran la
fiesta las autoridades en la mansin de Carlos Rodriguez, cura de Yanaoca.
Est presente el- corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga. Como a las 4 de la
tarde abandona la fiesta. Se retira a su distrito, es rodeado por kheswas
armados quienes aprehenden su escolta. El corregidor escapa un trecho. Una
kheswa lo tumba de un hondazo en la cabeza. Lo capturan y amarran en una
silla de mujer, humillacin para los espaoles. Lo llevan as a Tungasuca.
Aqu ya esta instalado el gobierno Inca. Los Consejos de Comunidades de Los
Andes han formado un Consejo de 5 indios para comandar la guerra: Eligen a
Condorkanki Inca, lo nombran Tupaj Amaru (Serpiente que Resplandece). Le
cien la Mascaipacha. Le obedecern hasta la muerte.
El corregidor Arriaga es conducido ante el Inca Tupaj Amaru. Este le ordena
escribir y firmar varias cartas. Una va a su cajero. Le manda remitir en el acto
todo el dinero y las armas deposita-das en las oficinas del corregimiento de
Tinta. Otra va a Manuel de San Roque, empleado del corregidor. Le ordena
venir a Tungasuca trayendo dos pares de grillos, una cama y las llaves de las
cajas reales del Cabildo. Ellas guardan documentos, dinero y armas. Otra carta,
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con fecha 8 de diciembre, del corregidor cautivo, ordena a todos I<;>s pueblos
de la provincia congregarse en 24 horas en Tungasuca. Las cartas se cumplen
cabalmente. El Inca obtiene 22.000 pesos, barras de oro, 75 mosquetes,
animales de carga y mulas.
Un tribunal comunal juzga al corregidor. Lo sentencia a muerte. 10 de
noviembre 1780. Se renen los pueblos de la provincia. El Inca llena de
formalidad la ejecucin para diferenciarla de otro castigo ocasional ms. El
pregonero explica a la multitud las conclusiones del proceso. Resume sus
crmenes y anuncia la sentencia. Antonio Oblitas; un ex esclavo africano la
aplica. Despus del ahorcamiento Tupaj Amaru Inca habla, primero en
kheswa, despus en espaol. Declara comenzada la liberacin y anuncia
castigar a todos los corregidores criminales.
Al da siguiente inicia la campaa. A la cabeza del ejrcito incaico monta un
caballo blanco. Viste un unku de terciopelo negro con adornos de plata. Su
sobria y majestuosa elegancia recuerda al incario. Los curas de comarcas,
impresionados, tienden alfombras por donde pasa. Lo reciben luciendo capas
de oro. Portan "cruz alta y palio", reservados en Espaa para recibir al rey.
16 noviembre 1780. Desde Tungasuca Tupaj Amaru Inca emite su primer
decreto: "Los esclavos negros quedarn libres y los contraventores
experimentarn el rigor mas severo que en m reservo sean clrigos, frailes o
de otra calidad o carcter". En otro decreto se refiere al trabajo comunitario y a
los invasores: ''vivamos todos como hermanos y congregados en cuerpo,
destruyendo los europeos opresores que nos roban la miel de nuestros
panales".
Destruye haciendas y libera esclavos yanaconas. Va normando la vida de
kheswaymaras, mestizos, criollos con la moral incaica. En Chumbivilcas dicta
otro decreto, castigando con la muerte: "el hurto, la mentira y la embriaguez".
Actualiza el milenario Ama Sua, Ama Llulla, Ama Kh'ella". Cambia pereza
con embriaguez. El vicio blanco es arma militar. Debilita a los pueblos
incaicos en guerra y enriquece a los corregidores.
La guerra incaica va cubriendo todo el continente excepto oriente del Brasil y
sur de Chile y Argentina. Abarca los territorios hoy llamados Panam,
Colombia, Venezuela, Ecuador, Per, Bolivia, Paraguay, norte de Argentina y
Chile. Es la guerra ms vasta, en extensin y poblacin, de las tres Amricas.
Y una de las ms grandes del mundo. El Inca hiere mortalmente al ms
poderoso imperio levantado hasta entonces, al dominio mundial donde "nunca
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se pone el sol", al cepo de Europa, Amrica, Asia {Filipinas, Indochina},
Africa (Angola, Marruecos).
11 noviembre 1780. El Inca se acerca al Cusco. Avanza con su ejrcito sobre
Quispicanchis capital de la provincia del mismo nombre.
Amanecer. 12 noviembre 1780. El corregidor de Quisplcanchis, Fernando
Cabrera, huye sin intentar defensa. El Inca ocupa los territorios. Comienza
resolver las necesidades ms urgentes de las victimas. Escucha sus quejas.
Devuelve tierras, ganados, dineros usurpados por los ibricos fugitivos.
De Quispicanchis el ejrcito incaico avanza contra los obrajes Pomacanchi y
Paripijchu entre otros. Los dueos han huido. J unta telas y vestidos tejidos por
indias e indios esclavos. Les devuelve este producto de su trabajo y los libera.
Reparte entre los siervos el dinero incautado a los amos. En Pomacanchi deja a
J uan Bautista Tupaj Amaru. El con calma ir saldando las cuentas y
organizando la vida libre.
Las noticias llegan veloces al Cusco. El corregidor Fernando Incln Valds
forma una J unta de Guerra Extraordinaria. El Sargento Mayor J oaqun de
Valcrcel es nombrado su jefe. El obispo Moscoso entrega 25.000 pesos para
gastos de guerra. Ordena, bajo amenaza de excomunin, a todos los curas de la
regin levantar ejrcitos contra el Inca.
Las autoridades invasoras, civiles, militares y eclesisticas, corregidores y
tropas de Acomayo, Quispicanchis, Quiquijana, Sicuani, Yauri y muchos otros
pueblos de la regin se concentran en Cusco. Organizan dos ejrcitos de
milicias. y salen del Cusco tras el Inca.
18 noviembre 1780. Sangarara. El ejrcito esclavista y el ejecito incaico
chocan. De los 600 soldados espaoles 576 son muertos, 28 entre soldados y
oficiales caen prisioneros, muchos de ellos heridos; El Inca hace sepultar todos
los cadveres. Ordena a los mdicos kheswas de su ejrcito curar a los
espaoles heridos. Luego libera todos los prisioneros. Ellos regresan al Cusco.
Contraste total. Los espaoles siempre torturan a los prisioneros, heridos o no,
antes de matarlos.
Mismo 18 noviembre 1780. Otro destacamento espaol, al mando de Tiburcio
Landa, es rodeado y derrotado por tropas incas en las cercanas del anterior
combate. Los sobrevivientes, espaoles, criollos y mestizos, corren a
refugiarse y atrincherarse en el templo de Sangarara. Los rodean las tropas de
Tupaj Amaru.
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El Inca les intima dos veces rendirse con garanta de sus vidas. Los invasores
consideran vergonzoso rendirse ante un indio. Apresan a los mensajeros. El
Inca decide y comunica. Criollos y mestizos pueden salir del templo. El
garantiza su vida. Al mismo tiempo anuncia. Esperar su salida un rato y
atacar. Criollos y mestizos lo saben. El Inca no miente. Deciden salir del
templo. Los espaoles enfurecidos los acuchillan frente a las imgenes e dolos
religiosos. Al prroco de la iglesia, Sanchez de Alba, le espanta la hereja de
los espaoles. Enva mensajeros secretos a Tupaj Amaru Inca. Le ruega atacar
la iglesia y castigar a los sacrlegos.
Misteriosamente explota un depsito de plvora de los sitiados. Cae una de las
paredes de la iglesia en llamas y los kheswas atacan. Apresan a Tiburcio Landa
y la tropa. Los juzgan y ajustician. Nuevamente los espaoles heridos son
curados y liberados. Los cadveres sepultados. El Inca regresa a Tungasuca.
En el Cusco el obispo Moscoso y Peralta rene al Cabildo Eclesistico. Lee su
decreto:
"Tenga por pblico Excomulgado de excomunin maior, a Joseph
Tupac-Amaru cacique del pueblo de Tungasuca, por incendiario de
las capillas pblicas, y de la iglesia de Sangarara, por grasador de
los caminos, por rebelde traidor al Rey nuestro seor, por revoltoso,
perturbador de la paz y usurpador de los Reales Derechos, y a todos
cuantos le den auxilio, favor y fomento y los que le acompaen, si
luego que tuvieran noticia de esta censura no se separan de su
comunicacin, y se desisten de auxiliarlo en su depravado intento, y
bajo la misma pena ninguno se atreva a desfijar este Ceduln del
lugar de la Iglesia donde se fijare, reservando Nos la absolucin de
todo".
La iglesia recurre a su arma ms poderosa. Con ella destrona reyes en Europa.
En aquella oscuridad colonial la iglesia aprisiona con garfios de hierro las
mentes. La excomunin amenaza quemar y torturar eternamente a quienes no
combaten alinea. La represin colonial espaola se vuelve guerra santa; El
obispo combina terror con maniobra. Se reserva la absolucin de todo, el
perdn a quienes abandonen alinea y a ste mismo si claudica.
Indios cristianizados siguen alinea. Eligen a Nicols Willca ex siervo de la
hacienda, Paucartambo, su obispo. Ser el primer y nico obispo indio.
12 diciembre 1780. Tupaj Amaru Inca responde a su excomunin con un
oficio. Confirma: "mi intencin es conseguir la libertad absoluta en todo
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gnero de pensiones a mi Nacin". Sugiere al obispo ordenar a los curas, de las
comarcas en guerra, ocuparse de sus asuntos religiosos sin conspirar contra el
Inca. Este oficio lo dicta a su secretario, Diego Ortigoso, criollo hijo de
espaoles de Arequipa, quien lo ayudar hasta su muerte.
El Inca ordena por escrito a los caciques organizar en sus regiones la guerra
kheswaymara, destituir corregidores y sustituirlos mediante eleccin general
directa. Los insurgentes organizan un sistema incaico de chasquis. Pero esta
vez los chasquis montan a caballo. Aumentan velocidad y van destruyendo la
centeria prohibicin espaola.
Despus de su victoria absoluta en Sangarara Tupaj Amaru Inca tiene abierto
el camino al Cusco ya desguarnecido. Micaela Bastdas Ph'uyukawa su esposa
y compaera, opina atacar el Cusco y tomarlo. Tupaj Amaru Inca prefiere
avanza al sur, seguir emancipando pueblos. Decide volver sobre el Cusco con
su ejrcito aumentando con los esclavos liberados. Sus Gontingentes crecen
da a da. El Inca espera tener pronto una fuerza impresionante y rendir al
Cusco pacficamente, sin tanta sangre como en Sangarara.
Las tropas invasoras del sur se desbandan en pnico ante su avance. Los
corregidores apresurados juntan sus robos y huyen a' Lima y Arequipa. Los
sacerdotes procuran cumplir las rdenes del obispo Moscoso. Levantan tropas
efmeras. Se desorganizan asustadas ante el avance incaico.
24 noviembre 1780. El virrey de Lima. Agustn de J uregui y Adecoa sabe, de
la reconstruccin del gobierno incaico Abandona en el acto los asuntos de su
administracin. Forma una Junta Extraordinaria de Guerra presidida por l
mismo. Estn as autoridades civiles, militares y eclesisticas ms altas del
Virreinato. Adems del Visitador General, enviado por el rey para
inspeccionar, est el General J os Antonio de Areche, el Inspector General
J os del Valle y los jueces de la Audiencia real.
La junta de Lima ataca polticamente. Declara abolidos los repartimientos de
indios e indias hechos por corregidores. Termina as oficialmente, en los
papeles, la esclavitud, principal bandera de los ejrcitos incaicos.
Al mismo tiempo forma el mayor ejrcito del continente. Solamente los cuatro
destacamentos de caballera de vanguardia tienen 1,300 soldados
profesionales. 200 en cada uno de los tres primeros destacamentos y 700 en el
cuarto. Parten al mando del coronel Gabriel de Avils. Despus parten las
tropas principales. La infantera transporta 3.000 fusiles, aparte cada soldado
lleva su arma. Llevan trenes de maestranza para fabricar armas de fuego y
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repararlas. Equipo para elaborar plvora. La artillera al salir de Lima al
Cusco, aparte de seis caones grandes, tiene gran cantidad de lombardas,
falconetes y otras variedades de caones de montaa, ms pequeos. El
General Areche es designado J efe y el General J os del Valle Comandante
Militar. El oidor de la Audiencia Benito de la Matalinares es nombrado
Auditor, Fernando Saavedra comisario y el coronel Antonio Borda cajero,
encargado de pagar a los soldados.
La inmensa tropa, cerca de 20.000, se divide. Sigue caminos diferentes para no
arriesgarse a emboscadas, y asegurar su arribo. EI18 de noviembre ya sali un
refuerzo a la regin del Cusco sacudida por los ataques previos a la formacin
del ejrcito incaico. 28 de noviembre. Sale el primer destacamento contra. el
Inca con 200 jinetes. Otro igual parte un da despus. El tercer destacamento
sale tambin con 20 jinetes. El mayor grupo de vanguardia con 700 jinetes
sigue la ruta de Ica y Arequipa despus de anunciar ir por Ayacucho y
Abancay. Se cuida de emboscadas pues como los dems transportan cargas de
pertrechos.
1 enero 1781. El primer destacamento llega al Cusco. En Chilques recoge 1
.300 soldados espaoles ms. En los pueblos no liberados los curas levantan
tropas y ellos mismos, armados con fusiles, se pliegan. En el Cusco forman un
ejrcito especial religioso. Reclutan a los estudiantes de monasterios mayores
de 14 aos bajo las rdenes de Dean Mendieta. Su bandera tiene los .colores
morado y negro usados en los funerales. El tercer destacamento de avanzada
de caballera llega al Cusco. Alojan sus 700 jinetes en el convento Almudena.
Las autoridades del Cusco renen otros 3.000 soldados ms.
Slo los soldados profesionales del ejrcito represor alcanzan 17.116 hombres.
Los refuerzan miles de vecinos, milicianos y curas armados. Hay
destacamentos separados de africanos y pardos esclavos. Adems obligan a
algunos caciques a servirlos en la guerra. Logran la ayuda del cacique Mateo
Pumacahua ofrecindole nombrarle gobernador del Cusco, la ciudad ms
poblada del Per entonces. .
Mientras, el Inca sigue avanzando al sur. Va liberando pueblos y organizando
la administracin incaica. El 7 de diciembre de 1780, despus de liberar la
provincia Chumbivilcas sale del virreinato del Per y entra al territorio del
virreinato de Buenos Aires por la provincia de Lampa. Ya en el Kollasuyu. La
ciudad de Ayaviri es abandonada por las tropas del Oficio Real Francisco
Dvila, quien huye rumbo a Cabanillas. El Inca en Ayaviri reparte los bienes
de las autoridades espaolas entre sus principales victimas. 9 de diciembre.
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Llega a la poblacin de Lampa.. La ocupa como las anteriores sin resistencia.
Los espaoles huyen a. La Paz das antes de su llegada.
Micaela Bastidas Ph'uyukawa qued en Tungasuca, centro del movimiento.
Organiza con devocin y talento. Enrola, alimenta y arma decenas miles de
soldados. Adems dirige la propaganda. Contrarresta la de los curas, quienes
siembran rumores y asustan con castigos divinos a los rebeldes. Micaela
ordena cerrar todas las iglesias activamente colonialistas. Slo permite cumplir
sus ritos a los curas respetuosos; por conviccin o miedo, del germen de
organizacin incaica. Micaela y las indias jefes militares quieren los mtodos
ms radicales de lucha. No confan en ningn espaol. Opinan. por
ajusticiarlos a todos.
Micaela lo sabe por los chasquis. El Cusco se llena de miles de soldados
llegados de la costa y valles. Enva rpidos mensajeros a caballo al Inca. Lo
urge a retornar inmediatamente a Tungasuca. Micaela lo convence. Se posterga
la liberacin de las tierras del sur hasta aplastar el peligro creciente del Cusco.
Tupaj Amaru Inca retorna. EI17 de diciembre entra a Tungasuca. EI20
comienza a marchar sobre el Cusco. Con mensajeros se comunica con Diego
Cristbal Tupaj Amaru, su primo y compaero. Le ordena salir con sus tropas
de las regiones de Paucartambo y Urubamba y avanzar sobre el norte del
Cusco. 28 diciembre 1780. El Inca con sus tropas se sita al sur de esta capital.
2 enero 1781. Los regimientos incaicos cierran el cerco. Son avistados' por la
poblacin del Cusco llenando totalmente el horizonte. El Inca confa evitar
muerte y sangre con el impresionante cerco y con la razn de sus argumentos.
Enva una carta a los sitiados. Les pide rendicin garantizando sus vidas. La
respuesta no es clara; 5 de enero de 1781. Enva otra carta dirigida al jefe
militar de los sitiados, general Areche. Le explica los motivos de su guerra y
vuelve a exigir rendicin garantizando 1a vida de sus soldados. 7 de enero. El
Inca enva su ltima conminacin. Avisa. Al da siguiente atacar.
8 enero 1781. Los regimientos d Tupaj Amaru Inca avanzan al estilo incaico.
De frente, sin tretas, al son de pututus y con wiphalas multicolores. La pelea es
feroz y la mortandad grande en ambos bandos. La artillera espaola abre
claros en la masa oscura de andinos. Son llenados inmediatamente por otros
combatientes. Los soldados kheswas llevan corazas gruesas de cuero y
algodn. Los defienden de lanzas y sables en la lucha cuerpo a cuerpo. La cual
ansiosamente buscan. Los espaoles confan ms en las armas de fuego. Antes
de cada caonazo invocan la bendicin de la virgen del rosario. Le piden su
ayuda para apuntar el disparo.
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Dos das de ataque interrumpido. Los ejrcitos incaicos van dominando. Los
espaoles apresan indias e indios dentro de la ciudad. Los amarran y usan
como parapetos. Disparan resguardndose detrs de ellos. Los soldados
andinos no pueden matar a sus hermanos y hermanas maniatados. El Inca
ordena parar el ataque y retirarse. Sus tropas lo hacen por partes, sin
desorganizar el cerco.
El combate ms importante se vuelve de artillera. Los pocos caones del
ejrcito incaico estn manejados mayormente por mestizos, tambin los
fusiles. Los kheswas prefieren sus armas principalmente la k'horahua. Algunos
mestizos traicionan. Apuntan los caones donde no hay invasores.
Como Manco Inca, 246 aos atrs, Tupaj Amaru inunda el Cusco despus de
provocar incendios.
Se acercan ms refuerzos de Lima. El Inca los deja entrar al Cusco. Piensa.
Ser ms difcil abastecer el ejrcito sitiado crecido.
Los sitiados reforzados atacan y quiebran el cerco. Ha durado tres meses.
Hasta los primeros das de marzo, Despus de sangrienta resistencia el Inca se
retira con sus tropas disminuidas.
Comienzos de marzo. Sale del Cusco tras el Inca el ejrcito espaol. El Inca lo
espera bien atrincherado. Las lluvias torrenciales dificultan la movilidad de los
pesados caones represivos. Zumiao Castro, un mestizo, traiciona. Avisa al
general del Valle la emboscada. El Inca retrocede y se atrinchera en Tinta.
EI12 de marzo el general del Valle le manda por mensajero una demanda. de
rendicin. El 23 de marzo el general espaol est a pocos kilmetros de Tinta.
Ordena rodearlo para impedir alinea huir. Lanza el ataque. Los espaoles
tienen muchos muertos. Tinta fue guarnecido rodeado de fosos y trincheras
artillados. Esta vez kheswas manejan los caones y dan en blanco. Los fusiles
tambin los disparan indios y mestizos fieles. Pese a su mortandad los
invasores avanzan. Quieren capturar a cualquier precio alinea. Toman Tinta,
matando y muriendo. Pero no capturan ni matan alinea.
El general del Valle ya comienza a ser llamado mariscal. Ofrece 20.000 ' pesos
de recompensa a quien le entregue alinea. Con ese dinero cualquiera puede
vivir lujosamente el resto de su vida, tambin sus hijos y nietos.
El Inca atraviesa sierras y bosques. Mediados de Abril. Cruza a nado uno de
los grandes ros. Es visto por un grupo de 18 mulatos tras su rastro. Son parte
del regimiento de "pardos" trados de Lima. Dos de ellos se ahogan por cruzar
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el ro a nado. Los dems llegan tarde a la otra orilla. El Inca se esconde en el
pueblo de Langui. Lo ven el cura Antonio Martnez y el mestizo Francisco
Santa Cruz. Lo delatan. El general del Valle lo hace escoltar con 50 soldados
de caballera. Llega la noticia al Cusco. Los curas tocan repique general de
campanas en aleluya. Tambin Micaela Bastidas Ph'uyukawa es capturada. Iba
a La Paz llevando 12 cargas de plata sellada para reorganizar la guerra.
Ventura Landaeta, un mestizo, la denuncia para lograr una parte de esa fortuna.
El general del Valle conduce personalmente alinea y su esposa. Van
encadenados. Los entrega en Urcos a su superior Areche y regresa a combatir.
Sbado, 14 abril 1781. Ingresa al Cusco la tropa colonial conduciendo al Inca y
Micaela. El est encadenado con grillos y atado a la montura del caballo Viste
unku, la larga ropa incaica. Los curas colocaron a ambos una enorme cruz de
oro en el pecho. Refirman la victoria invasora. Todava lleva el Inca medias
blancas y calzados de terciopelo negro Micaela viene encadenada y amarrada
sobre una mula blanca sin montura. Los dos son trados con las cabezas
descubiertos. Los vecinos espaoles tienen curiosidad por verlos. Van altivos,
serenos y despreciativos. Las torturas comienzan al da siguiente. Buscan
averiguar nombres de otros jefes kheswas, de criollos y mestizos
comprometidos, si los ingleses ayudaron y muchos otros detalles para aplastar
la guerra andina cada vez ms fiera.
19 abril 1781. Benito de la Matalinares, oidor de la audiencia de Lima, les
toma la primera declaracin oficial. El Inca y su mujer, tambin torturada, no
contestan una pregunta.
27 abril. El Inca logra la complicidad de su centinela Guevara. Le entrega un
retazo del terciopelo de sus vestiduras. En l ha escrito un mensaje con su
sangre, Pide una lima para librarse de los grillos en pies y manos. Son
descubiertos. 28 de abril, el oidor preside las torturas para averiguar el
destinatario. Torturan alinea todo el da y durante la noche. Al' amanecer lo
amarran al potro del tormento. Le quiebran el brazo derecho. El Inca no da
pista.
12 mayo. Logra papel y tinta del centinela Fermin Luque Al da siguiente
ofrece 9.000 pesos por-una lima al centinela Lino Santiago. Este sabe. El Inca
no miente. Se la proporciona. El kheswa nuevamente es descubierto y
torturado. Agoniza por hambre, golpes, heridas y la fractura no curada. El
visitador real interviene en los interrogatorios. Teme ver morir alinea sin
revelar sus secretos. Ante la insistencia tenaz del visitador Areche por saber de
los cmplices, el Inca despreciativamente, sin usar el "usted" le responde:
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"Aqu no hay ms cmplices que tu y yo; tu por opresor y yo por liberador
merecemos la muerte.
Los espaoles aceleran el proceso judicial. Tupaj Amaru agoniza. Temen su
muerte antes de la sentencia. 15 de- mayo. Avisan al inca, a su esposa ya' los
dems condenados los tormentos y ejecucin a sufrir cuatro das despus.
Los curas estn ansiosos por confesar y comulgar a los condenados. El obispo
del Cusco, Moscoso y Peralta reiteradamente insiste al Inca aceptar los
sacramentos de la religin invasora. Quiere profundizar su derrota. Poder decir
que el Inca muri cristianizado. Todos los condenados altivos rechazan a los
curas. El visitador Areche es quien confiesa y comulga al amanecer del
suplicio. Digiere la hostia a nombre de quienes va a matar.
18 mayo 1781. Se cumplen las sentencias. El Inca y Micaela son obligados a
presenciar el tormento y ejecucin de su hijo Hiplito y de sus compaeros
J os Berdejo, Andrs Castelo, del ex esclavo africano Antonio Oblitas,
Antonio Bastidas, Francisco Tupaj Amaru, Tomasa Tito Condemaita.
Le llega el turno a Micaela. El Inca y su hijo menor Fernando son testigos
forzados. La soberana incaica soporta las torturas. Persiste su belleza
impresionante y su tenacidad. Camina sin permitir ayuda de los verdugos, con
el mentn altivamente levantado. La quieren forzar a pedir perdn. Aprieta los
dientes. Los hispanos le abren a la fuerza la boca. Le cortan la lengua como
castigo a su soberbia. La encadenan al garrote para estrangularla. Tiene el
cuello demasiado fino. El dimetro del torniquete se cierra. Aprieta. Ms no
puede ahogarla. El visitador Areche da instrucciones. Varios verdugos le
amarran sogas al cuello. J alan de ellas en direcciones opuestas para asfixiarla.
La Inca sigue viva. Areche resuelve con ecuanimidad el incidente. Ordena a
los verdugos matarla con puntapis en los senos y el estmago. Finalmente
muere. Su suplicio inspira unos versos annimos repetidos entonces:
"En la tribuna se planta
tan majestuosa que admira
y tanto el cuello levanta
que el pulso se le retira
de un apretn de garganta".
Comienza la ejecucin de Tupaj Amaru. Los jueces, cristianos todos, para
idear las torturas alinea se inspiran en las torturas a Cristo. Pero el martirio del
Inca es mayor. La sentencia detalla el tormento:
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"onze coronas de fierro con puntas muy agudas, que se le han de
poner en la cabeza en representacin de onze dictados o ttulos de
que se denomina Emperador. Igualmente un collar de Hierro con dos
Platinas muy pesadas y rodeado de puntas muy agudas que
manifiesta la orden del gran Paititi, de que se titula gran maestro.
Por la parte del cerebro se le introducirn tres puntos de Fierro
ardiendo que saldrn por la boca en demostracin de los tres vandos
que mando publicar, declarando al Rey Catlico por usurpador
sacrlego de sus Dominios". (VALCARCEL, Carlos Daniel: La
Rebelin de Tupac Amaru. Lima, Peisa, s/f, p 157).
Despus de estas torturas el Inca agoniza. Queda congelada en su boca una
sonrisa despreciativa. Le abren la boca y le cercenan la lengua. Lo acuestan de
espaldas. Amarran cada una de sus extremidades a la montura de un caballo
robusto. A una seal los caballos, espoleados brutalmente por sus jinetes, salen
disparados hacia los cuatro puntos cardinales. Los espaoles quieren
despedazar vivo a Tupaj Amaru Inca en cuatro partes. Buscan significar que el
Tawantinsuyu ha sido roto y separado para siempre como el cuerpo delinca. El
kheswa usa su ltima energa. Tensa los nervios. Resiste el terrible estirn.
Queda suspendido en el aire. Agitndose como una mano gigantesca
seccionada, ms all del dolor.
Fernando, de siete aos de edad, alla de horror. Entonces el Cosmos habla
sbitamente del cielo limpio cae una tormenta violentsima. La furia natural
desorganiza la detallada ceremonia de la ejecucin. Un testigo espaol cuenta.
"Suceden algunas cosas que parece que el diablo las trama y dispone
a conformar estas "en sus abusos, agueros y supersticiones. Dgolo,
porque habiendo hecho un tiempo muy seco y das muy serenos... a la
hora de las doce en que estaban los caballos estirando al indio, se
levant un fuerte refregn de viento, y tras de ste un aguacero que
hizo que toda la gente y an los guardias se retiraran a toda prisa.
Esto ha sido la causa de que los indios se hayan puesto a decir, que el
Cielo y los elementos sintieron la muerte delinca, que los espaoles
inhumanos e impos estaban matando, con tanta crueldad".
(VALCARCEL, Daniel. La Rebelin de Tupac Amaru. Segunda
edicin, Mxico Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1965,
ps 179, 180).
Los caballos tras varios intentos por desmembrar alinea van perdiendo empuje.
La ejecucin se prolonga demasiado. El cuerpo delinca no puede ser
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seccionado, Areche ordena desatar los caballos y arrastrar al kheswa
moribundo al pie de la horca. All es decapitado y descuartizado a cuchillo.
La cabeza la remiten a Tinta. La exponen tres das en la horca. Luego la clavan
en la entrada principal del Cusco. Uno de sus brazos es llevado a Tungasuca, el
otro a Carabaya, una pierna a Livitaca y la otra a Lampa. La cabeza de Micaela
es exhibida encima de la Caja de Agua del Cusco. Un brazo es enviado a
Tungasuca, el otro a Arequipa y una pierna a Carabaya. La ostentacin de las
piezas humanas es imposible por la guerra.
Los espaoles decretan quemar pblicamente todos los expedientes del
proceso. Procuran evitar quede testimonio de la guerra incaica. Despus
comienza la cacera sistemtica de todos los parientes de la familia de Tupaj
Amaru Inca y de Micaela Bastidas Ph'uyukawa. Procuran hacer desaparecer
los apellidos de ambos. Los torsos del Inca y de Micaela son quemados en la
cumbre del cerro Pijchu. Las cenizas son arrojadas al ro Watanay. Los
invasores temen. Sus sepulcros pueden ser santificados por los indios
cristianizados.
Fernando es obligado a pasar debajo de todas las horcas. Los espaoles
castigan al nio hacindole sentir los espasmos agnicos de los cuerpos;
Despus es desterrado por vida a un presidio en las colonias espaolas del
Africa.
El terror espaol no paraliza al indio. Los kheswaymaras se unen y fortalecen
ms, Enfurecidos atacan a los grandes regimientos subidos de la costa. Cuando
no son suficientes para combates frontales, forman grupos virulentos y
escurridizos. Matan a los rezagados con ataques violentsimos y veloces.
Desorganizan los grandes ejrcitos coloniales. Ahora su artillera ya no le sirve
al espaol.
Cerro de Condorcuyo. Pocos das despus del apresamiento delinca y Micaela.
Tropas kheswaymaras comandadas por Pedro Willka Apasa atacan al general
del Valle. Se retiran antes que la artillera espaola funcione. El general apresa
a 67 andinos, muchos heridos. Ordena decapitar a todos. Clavan sus cabezas a
la orilla de los caminos. Los ataques incaicos se intensifican. Los espaoles
concentran sus fuerzas en los poblados, abandonando la mayor parte del
territorio. Los ejrcitos subidos de Lima toman Azngaro. Matan a cuchillo a
todos los indios e indias. Cuando salen solamente quedan vivos unos pocos
ancianos y nios.
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Estos exterminios nutren el odio andino al invasor. Del Valle es atacado da y
noche por tropas rpidas a pie y a caballo. Van armadas con algunos fusiles,
pocos caones y muchas hondas. El hostigamiento kheswaymara es incesante.
Sus escuadrones se turnan en el ataque. Golpean desde diferentes lados para
evadir la artillera pesada.
Del Valle, ya Mariscal, ve la desercin mermando su ejrcito ya disminuido
por los muertos. Se repliega rumbo a Puno. Este puerto est rodeado por
12,000 aymarakheswas comandados por Julin Tupaj Katari. El corregidor
J oaqun Antonio Orellana no puede romper el cerco. El mariscal del Valle
ingresa a Puno el 23 de mayo, 1781. Pese al refuerzo los espaoles no pueden
defender este puerto sobre el lago Titikarka y lo evacuan. 26 de mayo. Escapan
los espaoles, vecinos y soldados, de Puno al Cusco. Del Valle hace destruir
los pesados caones. Los que no logra inutilizar ordena enterrarlos. No puede
garantizar su transporte. Slo le quedan restos de la caballera, una dcima
parte de su enorme ejrcito subido de Lima. 5,000 espaoles, vecinos de Puno,
forman la caravana des invasora. Puede avanzar solamente porque los
aymarakheswas permiten, compadecidos por ruegos de mujeres y nios. 6 de
julio. Semanas despus el mariscal llega al Cusco. Entra con los vecinos
espaoles huidos de Puno y un puado de tropas. Visten harapos, hambrientos,
acobardados y heridos. Su ejrcito ha desaparecido. El mismo mariscal est
agotado.
La guerra incaica llega a Panam, Venezuela, Colombia y Ecuador por el norte
y Argentina y Chile por el sur. Miguel Tovar y J acinto Fajardo se entrevistaron
con el Inca. Ahora llevan sus rdenes a las provincias del norte. Van en finas
hojas escondidas entre las suelas de sus abarcas. Tovar despus de varias
luchas es capturado. Muere en prisin por torturas.
La guerra incaica estalla en el norte. Hoyes conocida como movimiento de los
Comuneros. Los insurgentes, cumpliendo instrucciones delinca, asaltan los
pueblos de la jurisdiccin espaola de Nueva Granada. Ajustician
corregidores, despedazan escudos reales, destruyen depsitos de aguardiente,
de naipes y de tabaco. Una cancin de los Comuneros en parte dice:
"Lo que hay de que tener mayor dolor
En estos hechos de tanta tirana
Es mirar en los indios el rigor
Con que se llen de infame villana
A la socapa de ser su protector
Los destruye con cruel alevosa".
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Tropas espaolas llegan del norte y del sur contra los Comuneros. Son
derrotadas. Los soldados desertan por evadir la guerra con los indios. Las
autoridades ofrecen capitulaciones. Se comprometen a respetar las propiedades
de las Comunidades. Cuando tienen refuerzos traicionan las capitulaciones y
cazan indios.
19 marzo 1781. Llanos de Casan are. Este de Colombia. Indios de las regiones
de Pore, Tarmara y. Ten limpian sus comarcas de espaoles. El indio Javier
Mendoza asume el gobierno provisional.. Basa su autoridad en una
autorizacin de Tupaj Amaru Inca, llamado aqu "rey de Amrica". Lagunillas.
Capitana General de Venezuela. Cae en manos de los indios. Estos entran a la
poblacin vivan do al "rey del Cusco".
Cocuy, cerca de Centroamrica. Es aclamado el "Rey nuevo de las Indias"
Bandos de Tupaj Amaru Inca son difundidos.
Neiva, Colombia. A nombre de Tupaj Amaru Inca alabardean al gobernador.
Llanos de Venezuela, frontera con Colombia. Los indios acostumbran ya
capturar curas y obligarlos a cocinar su propia comida. El cura de Ten, antiguo
dueo de esclavos, es uno de ellos.
10 febrero 1781. Oruro. Altiplano de Kollasuyu. Mitayos se rebelan. Ayudados
por algunos mestizos como J acinto Rodrguez y Sebastin Pagador, apresan a
Urrutia, el corregidor. Se acercan tropas represivas. La mayora de mestizos se
acobarda. Los aymaraskheswas combaten solos. Vencen y castigan a espaoles
y mestizos traidores. El corregidor de Cochabamba enva auxilios a Oruro. Los
refuerzos son atacados y vencidos por otros regimientos incaicos.
J uan Jos Vertiz, virrey de Buenos Aires, enva varios ejrcitos. El teniente
coronel J os Reseguin sube con estas tropas al Tawantinsuyu. Muchos
mestizos se alan con los espaoles. Comandados por J acinto Rodrquez
ayudan a masacrar a los kheswavmaras dentro de la ciudad de Oruro. Sacan a
los presos invasores de la crcel. Rodrguez segn los espaoles maneja la
masa mestiza con "arte y cautela".
Los ejrcitos espaoles subidos desde la costa del Pacifico se juntan .con los
ejrcitos espaoles subidos desde la costa del Atlntico. Coordinados
combaten a kheswaymaras alrededor del lago Titikarka. Su auxilio a los
ncleos invasores es efmero. Rompen un cerco, se van instalando cuando
deben socorrer otra ciudad. Abandonan la primera y ella es nuevamente
cercada o tomada.
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Los regimientos incaicos, despus de la muerte de Tupaj Amaru, extienden la
guerra sin proclamar pblicamente un Inca. Evitan as a los espaoles
descabezar su fuerza. La jefatura es comunal. Los jefes kheswaymaras
armnicamente combinan sus tropas.
Uno de los jefes es Diego Cristbal Tupaj Amaru. Durante la campaa del
Inca, Diego Cristbal ataca la ciudad de Arequipa. Sus tropas controlan los
caminos entre la alta cordillera y tal ciudad. Combate en el cerco al Cusco.
Despus recorre las provincias del norte del Cusco. Va derrotando las tropas
espaolas concentradas. Para mayo de 1781 controla esas provincias. Luego
ayuda a J ulin Katari a tomar Puno.
Los aymaras dominan las provincias al sur del Cusco. Pascual Alaparita es uno
de los jefes. Junto a los kheswas atacan al mariscal del Valle. Lo derrotan
usando distancias, quebradas, lluvias, cansancio y hostigamiento sin tregua.
Sorata, ciudad cerca de La Paz, es valle de fascinante belleza, al pie del
lllampu. Miles de espaoles arrebataron tierras y huertos frutales a las
Comunidades. E instalaron all su residencia. La convirtieron en fortaleza
invasora. Ahora 4 de mayo de 1781, 20.000 kheswaymaras la cercan. Uno de
sus jefes es Andrs Tupaj Amaru, sobrino del Inca. No. tiene 20 aos de edad
pero ya es un guerrero veterano.
Las guarniciones espaolas resultan impotentes para romper el cerco. El
hambre ataca. El cura de Sorata, J es Eustaqui Caravedo revela. Durante el
sitie les espaoles comen carne de mula, perro, gato., rata y otros animales
"inmundos". Los invasores aparentan conciliar. Solicitan entrevista con los
jefes del cerco. Los corregidores J es Pinedo y Gregerio Santalla salen del
cerco a parlamentar. Son recibidos y alejados. Se quedan varios das. Alaban
una y otra vez las cualidades del joven Andrs. Les permite entrar y salir del
cerco.
Cuando logran su confianza regresan con pistolas escondidas en la ropa. Su
plan. Asesinar a Andrs Tupaj Arnaru, segn elles, nico organizador del
cerco. Dispararle desde sus cabalgaduras y huir al galope a Sorata. Una de las
pistolas cae al piso. Un indio la ve. Descubiertos los corregidores procuran
escapar. Espolean sus caballos. Sen capturados, juzgados y ajusticiados. Los
indios preparan el asalto.
Trabajando comunitariamente soldados aymarakheswas desvan los deshielos
del lllampu y del Tipuani. Contienen los ros Chillcani, Quilimbaya y Lakathia
con una represa. Las aguas llegan al tope. Vuela la represa y el torrente avanza
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sobre la ciudad sitiada. La feroz artillera no puede matar el agua ni detenerla.
Irrumpe destruyendo cuarteles, calles, casas. Despus los aymarakheswas.
Andrs Tupaj Amaru, su esposa Gregeria Apasa, hermana de Julin Tupaj
Katari, y los ancianos del Consejo se instalan frente a la iglesia mayor de
Sorata. Adentro estn refugiados invasores y autoridades. Les ordenan salir
uno a uno. Miden sus delitos. Ajustician a espaoles dueos de haciendas
esclavistas. Tambin a los ms crueles de la ciudad. Los criollos sen regaados
por su complicidad con los invasores. Luego son liberados. Ni una mujer, ni un
nio., son castigados a muertes. Muchas espaolas, asombradas por la justicia
Incaica deciden vivir con sus hijos entre los indios para siempre. Visten,
comen como ellos, caminan descalzas y olvidan su pasado opresor. Hoy
algunos nativos de la regin tienen cierta claridad en la tez.
Los combatientes organizan el gobierno comunitario en Sorata y marchan al
Chukiapu. La Paz tambin est cercada por los regimientes aymaras
comandados por Tupaj Katari.
El ro Chokeyapu corre por el centro del Chkiapu. Como los dems ros y
arroyos cercanos era ya atraccin para los primeros invasores. Entre sus
piedras brillaban pepas de oro. Por ello la ciudad fue motivo y escenario de
sangrientas luchas entre bandas invasoras. Las autoridades espaolas al
fundarla bautizndola Nuestra Seora de La Paz; escribieron en su escudo:
"los discordes en concordia
en paz y amor se juntaron.
y pueblo de paz fundaron
para perpetua memoria"
Su riqueza se hizo fama. Cervantes, el autor del Quijote. Pidi y obtuvo en
Espaa el cargo de corregidor de La Paz. Muri antes de viajar y participar del
festn invasor sobre el oro aymara del Chukiapu.
La paz est ahora cercada por tropas aymaras de Tupaj Katari J ulin Apasa es
un aymara nacido en la provincia Chukuito, poblacin Ayoayo. Bartolina Siza
Maturana Osorio, nacida de padres aymaras en Chacani, Charaipata, Norte de
Potosi, es su esposa. Tienen una hija y dos hijos. Desde el primer momento de
la conspiracin est en relacin estrecha con los hermanos Katari de la
provincia Chayanta, y con Tupaj Amaru de Tinta. Despus cambia su nombre
y apellido. Toma el primero del Inca y el segundo de Toms Katari. Ahora y
siempre se llamar Tupaj Katari. Es inteligente y simptico. Encubre su
peregrinar de conspiracin como negociante de coca y bayeta. Habla aymara,
kheswa y espaol perfectamente. Fiel a la tradicin inca, viste el largo unko.
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Parco usando coca. No bebe aguardiente. Tres hijos de espaoles, Agustn
Carlos Troche, J oaqun Anaya y Basillo Angulo Miranda lo admiran. Son sus
secretarios. Tambin el mestizo Bonifacio Chuquimamani.
Los Consejos de Amautas y Mamacunas de los Andes comisionan a Tupaj
Amaru Inca sitiar y tomar Cusco, la capital del Tawantinsuyu. A Toms
Katari, rodear y tomar Chuquisaca, asiento de la Real Audiencia de Charcas.
Ya Tupaj Katari cercar y tomar Puno y La Paz.
13 marzo 1781. La Paz amanece con todo el horizonte bordeado por 40.000
aymaras. Parte de ellos son los combatientes que tomaron Puno, comandados
por Tupaj Katari. Este se declara gobernante de la ciudad sitiada. Subordinado
slo a Tupaj Amaru Inca. Por ello los criollos lo llaman virrey Tupaj Katari.
Escuadrones de flecheros suben de los valles. Se juntan al cerco.
Incendian los techos de paja lanzando flechas con penachos de lana
ardiente. Los aymaras de montaa disparan con sus warak'as brasas
incandescentes y piedras impregnadas con petrleo. Ambas envueltas
en paja. Tambin arrojan con liwi-liwis lienzos atados conteniendo
plvora encendida. Los aymaras llegan a crear granadas metlicas
pequeas de fragmentacin. Las arrojan a mano y con mortero contra
las trincheras fortificadas y artilladas. Tupaj Katari dirige el ataque
desde dos cuarteles bsicos. De El Alto, .borde la hoya y del cerro
Killikilli. Desde ambas alturas se ve toda la ciudad. Los combates son
tenaces. El "Diario de la Sublevacin de 1780" escrita por Lado,
espaol cercado, dice de los aymaras " pelearon con tanto valor, que
despus de acabrseles las piedras tiraban con tejas caldeadas al fuego
que se habla prendido en otra casa y uno de vestido colorado de los
enemigos, se entreg al fuego y no a los nuestros".
Otro testigo. Miguel Antonio del Llano, Tesorero real de la hacienda
refiere en su "Certificacin'" "el coraje y dems particularidades, que
entre el huir y ganar los cerros y ensenadas, imitando a las ms astutas
liebres se han burlado de nuestras armas, que en un cortsimo espacio
de conspiracin general se podr decir que se hicieron veteranos y se
disciplinaron tanto, que diaria y nocturnamente maquinaban nuevos
mtodos de invadir la ciudad y de llamarse a si la plebe, con engaos,
promesas, caricias y otros ardides".
El cerco pese a la feroz caballera y artillera de los espaoles se contrae.
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Los aymaras ocupan la zona de San Pedro a pocas cuadras de la plaza central.
El hambre castiga a los vanidosos invasores. Devoran mulas, caballos, perros,
gatos, ratas. Terminan esos animales. Comen cueros y pieles, hasta podridos.
El espanto no atonta su ambicin. Algunos hacen fortuna vendiendo gatos,
ratas y otros animales a precios extravagantes.
Las mujeres aymaras, tradicionalmente resueltas, son parte importante del
ejrcit0 sitiador. Bartolina Siza, esposa de Tupaj Katari, organiza y lucha
fieramente desde un caballo. Monta con destreza. Como Micaela, la esposa
delinca, Bartolina es partidaria del exterminio total de invasores. Se opone a
todo parlamento con ellos. Tupaj Katari quiere evitar el desangramiento.
Ofrece la paz. Exige a 'cambio: entrega de armas, aduanas, entrega de los
corregidores para juzgarlos, allanamiento de fortalezas, retorno de los
invasores a sus tierras. Pide tambin ser recibido por los curas junto a los
dems jefes indios, bajo palio, como lo fue Tupaj Amaru Inca.
Los espaoles no aceptan y sigue el cerco. Fray Matias Borda logra
acomodarse como "capelln y confesor" de la jefatura india. Aprovecha el
invariable respeto andino a otras religiones. Se entrevista en secreto con
mensajeros del espaol Sebastin de Seguro la ex corregidor de Larekaja, jefe
de la ciudad sitiada. El cura realiza sus entrevistas cuando los aymaras
combaten ms tenazmente. Un soldado criollo, Mariano Murillo, maneja uno
de los dos caones de los aymaras. Tambin traiciona. Adems de espiar,
apunta para hacer ms dao a los sitiadores y trata de inutilizar el otro can.
6 julio 1781. Una de las cartas secretas enviadas por el cura Borda al
corregidor Segurola llega a manos de Tupaj Katari. La carta lo menciona:
"Este brbaro est por ir a Sicasica, por oposicin que ha hecho otro
con l, con mil soldados y las dos piezas de artillera, o pedreros, de lo
que doy noticia para su gobierno; cuando se efectuare su ida vendr
abajo, como para guardias al cerco, y esta ser la seal. V.S. (vuestra
seora) no tengo cuidado de las piezas (de artillera) que yo
comunicar con el que las '11aneje, y advierto que me guarde sigilo
por esto; porque lo de adentro todo se sabe, y adis hasta nuestra
visita. Mircoles 7 de la maana, Su mas amante capelln. Fray
Matas Borda. La inclusa al S. Obispo. Fecha 8 de mayo, recibida en
el mismo da".
Otra carta secreta, del corregidor a Murillo, tambin llega a Katari. El espa
artillero es juzgado. Los espaoles acostumbran decapitar los presos indios
despus de terribles torturas o devolverlos con manos o brazos cortados. Los
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aymaras deciden golpear a los invasores con mtodos invasores. Usan tambin
el terror. A Murillo le cortan los brazos y le dejan ir a La paz con una nota:
"Al Capitn Comandante, Habiendo vista una (carta) escrita a
Mariano les prevengo, que salgan por el da que gustare, que por tener
lstima a los criollos no les haba dado el combate hasta aqu; pero a
vista de la traicin que los dichos criollos hacen, he resuelto
arruinarlos a todos, por lo que se lo despacho a Mariano, a fin de que
no les haga falta..." El cura Borda, ileso es enviado a sus cmplices
sitiados.
Los combates recrudecen. Los espaoles sufren su propsito de destruir los
regimientos aymaras con criollos y curas traidores. El cerco se sigue
estrechando cuando el31 de julio llega un fuerte contingente espaol de
auxilio.
Un destacamento de las tropas subidas desde el virreinato de La Plata marcha a
Sikasika. Aliado con los espaoles del lugar conquista nuevamente la ciudad.
Tupaj Katari abandona momentneamente la direccin del cerco de La Paz.
Con parte de su tropa marcha sobre Sikasika Derrota a los invasores y retorna
despus al cerco.
Ignacio Flores, comandante militar de la audiencia de Charcas, avanza desde
esa capital. Despus de haber roto el cerco de los regimientos kheswas
comandados por Curusa, viuda de Toms Katari.
1 agosto 1781. El cinturn de guerreros aymaras se abre. Deja ingresar a las
tropas de Flores sin atacarlas. Tupaj Katari quiere repetir su victoria de Puno.
All el mariscal del Valle empeor la situacin del corregidor y comandante
cercado Joaqun Antonio de Orellana
Los refuerzos no pueden romper. el cerco. Este se sigue apretando. Muy pronto
sus provisiones son consumidas. Ms gente significa menos comida. Ignacio
Flores teme ser aniquilado con los dems espaoles. Pese a sus ruegos rene su
tropa, sale y se atrinchera en la Ventilla, cerca de La Paz. Destacamentos
aymaras sin tregua hostigan su ejrcito, diezman su retaguardia. Flores huye
apresurado a Oruro. 4 agosto 1781. Toda su tropa ha salido de las
inmediaciones del Chukiapu. Ese mismo da el cerco aymara cierra
nuevamente La Paz.
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Cada da mueren ms espaoles. Los aymaras se aproximan sin ruido.
Sorprenden las guardias diurnas y nocturnas. Aniquilan invasores y rpido
regresan al anillo.
Comienza la segunda quincena de agosto. Llegan de Sorata las tropas incaicas
victoriosas. Con ellas Andrs Mendigure Tupaj Amaru. Miles de aymaras y
kheswas juntos construyen una represa para acumular las aguas del
Chokeyapu. Las aguas del ro, normalmente lmpidas, bajan turbias. Los
espaoles comprenden por qu. Nada pueden hacer. Los comuneros levantan
la presa detrs de la lnea del cerco. El ro, torrentoso como todo de alta
montaa, acarrea pedrones. La noche del 12 de octubre rompe la presa
inconclusa. De todas maneras, destruye casas y puentes. Varios espaoles se
ahogan. Los aymarakheswas proyectan otro dique mayor.
15 octubre. El Consejo de Guerra de los sitiados decide abandonar La Paz.
Prepara la salida. Antes ya una caravana de espaoles ha evacuado La Paz.
Sali dirigida por el marqus de Feria. Evitaron ser aniquilados aprovechando
sus mujeres y nios para lograr la compasin kheswaymara. Cruzan los
Yungas e Inquisivi y llegan a Cochabamba. Un miliciano mestizo, nativo de
esos valles yunqueos, Pedro Domingo Murillo, gua al marqus.
17 octubre. Refuerzos espaoles llegan a las inmediaciones de La Paz. J os
Resegun comanda 7.000 jinetes y una poderosa artillera, 10.000 soldados
profesionales en total. El comandante militar del virreinato de La Plata ha sido
enviado desde Buenos Aires por el virrey J uan J os de Vertiz. Estas tropas
llegaron el19 de abril de 1781 a la audiencia de Charcas. Alejaron el cerco
kheswa. Han masacrado todas las comarcas que cruzan. En Tupiza matan a
cuchillo a toda la poblacin india. Es represalia por los ataques de las tropas
comandadas por el indio Luis Laso de la Vega y por Pedro de la Cruz Condori,
aymara nombrado gobernador de Tupiza por Tupaj Amaru Inca.
Resegun mueve todo su ejrcito en socorro de La Paz. 17 de octubre. El cerco
se abre sin permitirle usar su artillera. Descansa tres das y sale en busca de
Tupaj Katari.
Los regimientos aymarakeswas se retiran a las alturas de Pampajsi. Desde su
refugio bajan destacamentos. Atacan con golpes violentsimos y rpidos a los
refuerzos. Resegun marcha sobre los andinos atrincherados en Pampajsi. La
resistencia es terca. Son eliminarlos muchos espaoles. Ms aymarakheswas
mueren, se retiran. Resegun ofrece la paz pese a su victoria. Prefiere luchar
con negociaciones. Ha visto la ciudad de La Paz despus de cinco meses de
cerco. y reconoce haber ms de 10.000 espaoles muertos.
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Por motivo de la concentracin de tropas coloniales enviadas desde Buenos
Aires y Lima, los dirigentes kheswaymaras conferencian. Se renen en Peas,
Tupaj Katari, Andres Mendigure Tupaj Amaru, Diego Cristbal Tupaj Amaru
y otros jefes andinos de las altas montaas. Hay otro asunto a conversar. Las
autoridades espaolas incapaces de aplastar militarmente la guerra
kheswaymaras han propuesto un acuerdo de paz. Se comprometen a abolir las
leyes perjudiciales a los indios y a destituir a las autoridades abusivas,
principalmente corregidores.
Resegun quiere tambin conferenciar con Tupaj Katari y Miguel Bastidas
Tupaj Amaru. Los considera representantes de los ejrcitos sitiados. Miguel
Bastidas asiste a la conferencia. Tupaj Katari condiciona su asistencia a la
libertad de su esposa. Bartolina Siza ha sido atrapada en una de las ltimas
escaramuzas en la ciudad. Est prisionera con uno de sus hijos.
Los espaoles insisten para convencer que buscan la paz. Al mismo tiempo
compran al mestizo Cisa Lpez, quien se hace llamar Toms Inca Lipe.
Organiza una fiesta "en honor al virrey Tupac Katari". El jefe aymara asiste.
No puede despreciar el homenaje. Cien soldados espaoles de caballera
rodean el lugar, Katari intuye la amenaza. Abandona la fiesta. No desconfa del
mestizo. El avisa su rumbo a la patrulla comandada por el espaol Ibaez
Noche del 9 de noviembre de 1781. La tropa de caballera sorprende a Katari
mientras duerme en Chinchaya. Rpidamente es encadenado y conducido a
Peas. All acampan las fuerzas principales de Resegun. Cisa Lpez es
recompensado. Recibe dinero, una medalla de oro y honor. Los invasores lo
llaman Lipe El Bueno. La traicin lo santifica.
Provincias de Larekaja y Umasuyus. Al saber la detencin de Tupaj Katari los
guerreros aymarakheswas atacan las poblaciones reconquistadas por las tropas
de Buenos Aires. aniquilan espaoles, vecinos y soldados. Los coloniales
temen que los aymarakheswas rescaten a su comandante.
15 noviembre 1781. Peas. Francisco Tadeo Diez de Medina, oidor de la
Audiencia de Chile y auditor de guerra sentencia la muerte de Tupaj Katari.
Cuatro caballos de carrera, trados desde Tucumn, son atados a sUs muecas
tobillos. Toman impulso y descuartizan en vivo al jefe aymara, debilitado por
una semana de hambre, sed y tortura. El diccionario revela secamente la
terrible precisin del espaol para el suplicio DESCUARTIZAR: despedazar el
cuerpo en cuatro partes, hacerla cuartos. El resto del cadver es decapitado, Su
cabeza, al estilo espaol, es lucida en una pica clavada en la plaza central de
La Paz. Ms tarde, en el cerro de Killikilli, uno de sus cuarteles. Su mano
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derecha es clavada en Ayoayo, donde naci. Despus en Sikasika donde
derrot refuerzos coloniales. Su mano izquierda es ostentad a en Achacachi,
otro escenario de su combate. Su pierna derecha en Chulumani, donde derrot
la guarnicin y tom el pueblo. Su pierna izquierda va a Kakiawiri. Despus de
diez meses sus piezas son recogidas y quemadas. Las cenizas son arrojadas a
los aires. Los espaoles' quieren hacer desaparecer todos los restos de su
cadver. Temen que los aymaras se renan en torno a ellos.
Persiguen a los parientes de Tupaj Katari para asesinarlos. La sentencia
ordena: "Ni al rey, ni al estado conviene, quede semilla o raza de ste o de todo
Tupaj Amaru y Tupaj Katari por el mucho ruido e impresin que este maldito
nombre ha hecho en los naturales. Porque de lo contrario quedara un fermento
perpetuo".
12 septiembre 1 781. Para asegurar la pacificacin el virrey del Per. J aregui,
publica un decreto de indulto general para todos los indios que participaron en
la rebelin. Se compromete a no perseguirlos ni juzgarlos. Tambin decreta la
prohibicin de impuestos y tributos a los indios durante un ao entero, la
abolicin de los repartimientos de mitayos para la mita y para las haciendas La
guerra, kheswaymara logra matar jurdicamente las instituciones esclavistas.
1 octubre 1781. Diego Cristbal Tupaj Amaru es notificado con el indulto y
con el tratado de paz propuesto por los hispanos. El mariscal del Valle le
comunica por carta. El indulto lo comprende a l, a su sobrino Mariano, a
Andrs Noguera ya Nina Katari. Diego desconfa y rechaza el tratado. El
obispo del Cusco interviene. Le remite el indulto. Garantiza su vida y la de las
personas nombradas. Logra convencer al kheswa. Diego Cristbal remite al
mariscal del Valle una carta aceptando firmar el tratado. All expresa "el temor
de la muerte no me hace trepidar en nada, que quien tiene corazn para lo ms"
no es "mucho tenga para lo menos".
12 diciembre 1781. Lampa. J os Resegun del virreinato de La Plata. y el
Comandante de la Columna de Arequipa, Ramn Arias del virreinato del Per,
asisten a la ceremonia. Ambos firman el documento solemne. En parte dice:
"prometo en nombre del Rey, del Seor Carlos 111 (que Dios guarde) que no
ofender, ni perjudicar a ningn natural, que guardar exactsimamente las
Ordenes del seor Virrey, dirigidas a tratar con suavidad y blandura a todos
los" naturales..."
Diego Cristbal Tupaj Amaru, antes de pasar al campo enemigo, hace
confirmar si las armas espaolas estn descargadas. Comisiona a Andrs Tupaj
Amaru verifique los fusiles. El cura Pacheco, all presente, cuenta: "este bello
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muchacho quien tendr 18 aos, se pase por el campo nuestro y les dijo a
algunos arequipeos: Uds. tienen la culpa de no acabar con todos los
pucakuncas. Algn da les pesar". (Puca-rojo, kheswa; kunca-cuello,
kheswaymara).
Diego Cristbal todava desconfa. Cuatro das despus "escribe una carta al
obispo Moscoso. Exige una ratificacin del tratado. "
6 de enero 1782. Sicuani. Es confirmado el tratado de paz con firmas del
obispo del Cusco, Moscoso y Peralta, el mariscal del Valle y Diego Cristbal
Tupaj Amaru. La ceremonia de ratificacin es solemne. Los espaoles la
santifican con misas, te deum laudanus. Hay disparos de artillera y msica.
Iluminan tres noches seguidas todas las ciudades del Per, normalmente el
alumbrado pblico duraba unas dos horas. Hay misas de gracias en todas las
iglesias de Los Andes.
Los virreyes de Lima y Buenos Aires estn alegres. Lograron comprometer a
los kheswaymaras para detener su guerra a cambio de promesas. Los grandes
regimientos incaicos son dispersados. Los soldados vuelven a ser labriegos.
Regresan hacia sus comarcas, felices de haber logrado los decretos aboliendo
los repartimientos e indultando a todos. Entonces comienza la cacera ms
tenaz de exterminio de los jefes y soldados de la rebelin y de sus familiares,
an los ms lejanos.
Un ao despus de la firma del tratado Diego Cristbal Tupaj Amaru y todos
sus parientes reciben la orden de residir en Lima. Algunos de ellos bajan a sa
ciudad. Diego Cristbal, confiado en el tratado de paz y en el indulto
permanece en Tinta. Ninguno menciona residencia.
15 febrero 1783. Diego Cristbal Tupaj Amaru es detenido en Tinta con su
madre Marcela Castro y otros familiares. Todos son conducidos encadenados
al Cusco. Se le sigue un proceso con cargos absurdos. El obispo Moscoso del
Cusco clama sanguinariamente: ''todos los de la familia de los traidores deben
sufrir el ltimo suplicio". El obispo garantizndole la vida logr la firma de
Diego Cristbal en el tratado de paz. Ahora usa fcilmente la palabra traidor y
presencia la muerte de su vctima en la plaza central del Cusco. Diego
Cristbal Tupaj Amaru es sacado de la crcel. Soporta cadenas muy pesadas.
Apenas puede pararse, debilitado por alrededor de cuatro meses de torturas. Lo
tienen que arrastrar amarrado a la cola de un caballo. Lo atan al lado de una
hoguera. Caliente al rojo vivo unas tenazas construidos especialmente. Con
ellas le arrancan pedazos de carne de su cuerpo palpitante: Despus ahorcan y
descuartizan los restos del cadver. Su cabeza es clavada e Tungasuca, un
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brazo en Lamamarca, otro en Calca. El tronco es clavado en el concurrido
camino entre la Caja de Agua y el centro del Cusco. Su casa es arrasada.
Personalmente el corregidor de Tinta roca sus campos de sal para
esterilizarlos.
A la madre de Diego Cristbal, la anciana Marcela. Castro Phuyukawa, le
arrancan en vivo la lengua. Despus la ahorcan y descuartizan. Reparten su
cabeza y sus miembros en el camino del Cusco a San Sebastin, en el puente
de Urcus, Sicuani, en Pampamarca y Ocongate. La madre de Andrs Tupaj
Amaru tambin es ahorcada despus de suplicios, tambin una hermana de
Marcela Castro Ph'uyukawa, llamada Cecilia y muchos parientes ms.
Todos los parientes delinca capturados y no eliminados por la masacre legal
son desterrados a Espaa por vida, por sentencia de 16 de marzo de 1784, son
embarcados en los navos de guerra "El Peruano", y "San Pedro de Alcntara".
Miguel Bastidas Tupaj Amaru, precisamente quien se entrevist con J os
Reseguin para acordar el tratado, es uno de ellos. Su esposa y su hijo pequeo,
tambin pasan de la prisin al destierro.
Los tres hijos de Tupaj Amaru Inca, Mariano, Fernando e Hiplito mueren en
manos de espaoles. Mariano es asesinado en Ro de J aneiro, en una escala del
barco. Fernando, despus de 24 meses de presidio tiene 9 aos muere en el
destierro. Hiplito fue ejecutado en el Cuzco antes delinca. Andrs Tupaj
Amaru muere en la travesa al destierro. Los espaoles dicen en un naufragio
frente a las costas de Portugal. Tambin Bias Tupaj Amaru, to delinca. Su
hermano Juan Bautista Tupaj Amaru es el nico, de una lista de decenas de
nombres quien llega a Espaa, sobrevive y puede regresar a los 82 aos, en
1822. Vive en Buenos Aires hasta 1827. Muere despus de haber demandado a
los jefes de los ejrcitos republicanos la restauracin del Tawantinsuyu y haber
escrito sus Memorias.
Bartolina Siza, esposa de Tupaj Katari, capturada al final del cerco, es
asesinada a los 26 aos de edad. Despus del indulto. 5 septiembre 1782. La
india es paseada desnuda por las calles de La Paz. Los cristianos quieren
avergonzarla y exhibir las huellas de azotes y de mquinas inquisitoriales de
tortura. Camina atada a la cola de un burro. Desfallece. La sujetan montada
sobre el animal. Sigue la procesin. Le ponen una corona de cuero, erizada de
plumas y espinas y le amarran un palo en la mano. Quieren ponerla as en
ridculo ante los indios cristianizados quienes la llaman Reina. Le mutilan los
senos. Despus la arrastran varias vueltas la plaza central. Esta plaza, donde
hoy esta el palacio de gobierno de Bolivia, queda manchada con su sangre en
los cuatro costados. All le arrancan la lengua, antes de ahorcarla. El cadver,
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de acuerdo a la costumbre espaola, es descuartizado. Su cabeza es ostentada
en Cruz Pata y zona San Pedro de La Paz, donde comand ataques. Despus la
exhiben en varios pueblos de Ayoayo y Sapahaki y la remiten a Pampajsi.
Gregoria Apasa, hermana de Tupaj Katari, es martirizada, ahorcada y
retaceada con ella.
Los espaoles despus de haber descuartizado el cuerpo de Bartolina Siza
procuran descuartizar su memoria. Tratan de mostrarla como chola, mestiza,
ignorante de los acontecimientos que protagoniz. Basta su confesin para
disipar la nebulosa mentira colonialista. Cuando le preguntan cuntas veces
estuvo presa respondi: "Con esta son seis, las cinco primeras por Tributos que
no satisfizo su Marido, de orden de los seores corregidores de la provincia de
Sicasica, y esta ltima por lo que tiene expuesto: la libertad de su tierra".
10 abril 1782. Los espaoles capturan a un nio de 10 aos. Es hijo de Tupaj
Katari y Bartolina Siza. Sin proceso desaparece en sus manos.
Los kheswaymaras se sienten comprometidos a no combatir por haber
aceptado el tratado de paz propuesto por los espaoles.
10 enero 1782. Cuatro das despus de haber sido confirmado el tratado de paz
y santificado con ceremonias cristianas. Sale del Cuzco el mariscal de Campo
J os del valle y Torres en campaa de exterminio rumbo noreste. Se propone
matar a todos o a la mayor cantidad posible de kheswas y aymaras,
principalmente mujeres y nios. Los kheswaymaras estn desamparados. Sus
ejrcitos fueron dispersados obedeciendo el compromiso firmado en diciembre
de 1781. Se refugian en las altas quebradas. Se forman grupos armados de
sobre vivencia. Se juntan, forman nuevamente ejrcitos. Esta vez los nombres
de los jefes son secretos. Para cuidarlos. Uno ya era conocido. Pedro Willka
Apasa, descendiente de antiguas familias incaicas. El comanda los ataques al
mariscal del Valle. Lo hostiga porfiadamente. Desaparece rpidamente
despus de cada golpe sin darle oportunidad de usar su artillera.
Del Valle avanza dando golpes ciegos y tremendos. Moviliza grandes
contingentes y tropa penosamente escarpados riscos. No encuentra nadie. Sus
tropas, sobr todo de retaguardia, van cayendo por ataques andinos. El ejrcito
espaol se desmorona. El mariscal agotado regresa al Cusco. Muere al mes. Ya
no realizar su tercera campaa de exterminio, planeada para "pacificar" Calca
y Lares. Le sigue en el mando el ya general Gabriel Avils trata tambin de
"pacificar" regiones del Kollasuyu. Entonces esa palabra espanta, es una de las
ms sanguinarias del idioma guerrero de los invasores. Pacificar para ellos es
exterminar porque los cadveres no se rebelan.
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Nuevamente la guerra cubre los Andes. Ahora es silenciosa, ms implacable,
desconocida. Los historiadores espaoles, dueos de la palabra escrita, pueden
ocultarla ms fcilmente. Los andinos cuidan a sus jefes encerrndolos en el
silencio.
Primeros meses; 1783. Alturas de Marcapata. Los regimientos, kheswas
vencen a las guarniciones locales y a los refuerzos llegados del Cusco.
Mayo 1783. Huarochiri, cerca de Lima. Nuevas agrupaciones kheswas
recobran sus territorios y expulsan a los invasores. Se llega a identificar uno de
los jefes. Es Felipe Velasco Tupaj Inca Yupanqui. Declara actuar como
subordinado de Tupaj Amaru Inca. Ello puede significar que otro Inca opera en
las altas cordilleras. Felipe Carrera, corregidor de Huarochiri, es derrotado por
el jefe kheswa. Este luego prohbe por decreto la esclavizacin de los indios
por causa de las deudas. Tambin prohbe la esclavizacin basada en
declaraciones escritas "voluntarias", porque "nunca son verdaderas". En ellas
los indios aparecan declarando querer seguir como esclavos.
J unio 1783. La guerra andina se propaga a la mayora de las comarcas y
pueblos de la montaa. Ciriaco Flores es uno de los Principales jefes. Los
pueblos kheswaymaras vencen a las tropas espaolas y construyen un
rudimento de estado incaico para gobernar los territorios liberados. Ese ao las
ramificaciones de la resistencia armada ingresan a Lima. Varias reuniones
secretas se realizan. Los espaoles las detectan y apresan a algunos
complotados.
El corregidor Felipe Carrera, con espaoles y africanos esclavos militarizados,
captura a Ciriaco Flores en una emboscada nocturna a su residencia. Lo llevan
a Lima de noche Son cercados por miles de kheswas. El corregidor se
atrinchera con su tropa. Ordena matar al jefe indio "en ltima instancia", de ser
derrotados. Despus de varias escaramuzas Ciriaco Flores es liberado por las
tropas kheswas. El corregidor huye tambin de noche con el resto de su tropa.
Nuevamente es cercado. Refuerzos salen urgentemente de Lima. Le permiten
regresar a Lima. De aqu salen, meses despus ms regimientos para
"pacificar" las provincias de Huarochiri. 16 kheswas son arrestados. Muchos
ms son asesinados despus de su captura. Los espaoles descubren algunos
hilos de un plan general de rebelin.
Caen capturados Juan Torres Palomino, quin comand durante la campaa de
Tupaj Amaru Inca una parte de su tropa, Ciriaco Flores, Felipe Velasco Tupaj
Inca Yupanqui y otros. Son condenados a torturas y muerte en Lima. Los
arrastran con caballos. El pregonero por delante recita los cargos. Despus los
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ahorcan y descuartizan. Varios nios son apresados, azotados y pasados debajo
de las horcas. La cabeza de Velasco Tupaj Inca es colocada en la Puerta de las
Maravillas. Dentro de una jaula de hierro Sus miembros son ostentados en
diferentes lugares pblicos. La provincia, entera de Huarochir es transformada
en jurisdiccin militar. Todas las autoridades civiles son remplazadas por
militares.
Siguen subiendo ejrcitos espaoles de la costa. Ya Ramn Arias subi meses
antes desde Arequipa con 2.000 soldados de Arias. Otros. 800 soldados de la
costa del Pacfico llegan a La Paz.
Nueva Granada, norte del Tawantinsuyu. La rebelin llamada Movimiento de
Socorro, sostenida por los Comuneros, tiene como bandera proclamar al
"nuevo Inca".
La guerra se extiende hasta las mansiones mismas de los invasores. El virrey
de Lima Ambrosio O'Higgins piensa, la inquietud social, la rebelin armada,
nacen, no de la opresin de las multitudes kheswaymaras y africanas esclavas,
sino de la lectura de peridicos franceses y norteamericanos. Obliga en 1799,
bajo la amenaza de 500 pesos de multa, a quien reciba del exterior peridicos
entregarlos en el acto a la censura. En reincidencia el castigo es proceso
inquisitorial por perturbador. Es decir tortura y muerte.
30.000 esclavos africanos tienen ntimo contacto con los kheswaymaras
armados. El virrey en un informe reconoce "me obligan a no perderlos de
vista".
La guerra se hace ms feroz y despiadada. Los espaoles copian el estilo de los
romanos, sus conquistadores. Levantan horcas y clavan en cruces cabezas,
brazos, piernas, torsos de kheswaymaras rebeldes a lo largo de los caminos.
Desde Panam hasta Buenos Aires, principalmente en Cusco, Tinta, Puno,
Peas, La Paz, Challapata, Charcas, Auilagas, Pocoata, Quirpincacha, Lima,
Tucumn, Arequipa y en las ciudades principales de los territorios de Panam,
Colombia, Ecuador, Per, Bolivia, Argentina y Chile, La fetidez de kilmetros
de indios destrozados, de despojos humanos mutilados, clavados a distancias
regulares en los caminos recuerda el poder de la fuerza invasora. Procura
apagar en germen todo deseo andino de emancipacin.
La cacera es especialmente cuidadosa para exterminar los apellidos
Condorkanki, Noguera, Amaru, Bastidas, Ph'uyukawa, Katari, Apasa, Willka,
Cruz Condori y otros de jefes kheswaymaras.
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Los curas instalan grandes crceles-internados. Encierran a los jvenes
kheswaymaras perfilados como lderes. All tratan de adoctrinarlos. Sueltan
slo a quienes consideran suficientemente domesticados para repetir sus
doctrinas religiosas invasoras. Sin embargo no los ordenan como sacerdotes. A
pesar de su cristianismo siguen siendo indios y por ello discriminados
La jerarqua catlica realiza una cuidadosa investigacin inquisitorial.
Averigua cmo la preparacin de una rebelin tan grande no fue detectada por
los curas. Los sacerdotes que recibieron a Tupaj Amaru Inca bajo cruz alta y
palio son ejecutados. Los curas de Orurillo, Azangaro, Pampamarca y otras
comarcas son remitidos a Espaa. Encerrados en monasterios de desiertos para
siempre, por haber conciliado con los rebeldes o no haber espiado bien.
Espaa realiza su esfuerzo ms grande de los tres siglos de invasin para
destruir el Tawantinsuyu. Carlos IV prohbe a kheswas y aymaras, mujeres y
hombres, vestir su ropa. Procura forzarlos a vestir la ropa espaola
renacentista. Uniforme vanidoso incompatible con el trabajo. En total conflicto
con clima, humedad y vientos andinos. Aymaras y kheswas conservan sus
ropas, la gran variedad de estilos locales tpicos.
Los idiomas kheswa y aymara son prohibidos y perseguidos. El invasor trata
de imponer su espaol como lengua nica.
Segn Espaa el recuerdo presente y vivo del incario resulta de la lectura de
libros. Prohbe los Comentarios Reales de Garcilazo de la Vega Ch'impuojllo.
Esta historia escrita bajo orden espaola contiene algunas referencias, aunque
falsas, incompletas y censuradas, de la vida incaica.
Reorganiza todas las milicias y ejrcitos espaoles en la codillera andina.
Prohbe la fabricacin de plvora, fusiles y fundicin de caones en minas,
obrajes, haciendas. Evita a los kheswaymaras aprender. Construye una nueva
red de fuertes a 10 largo de las concentraciones indias. Procura asegurar el
control militar sobre el largo territorio. Con este fin la administracin colonial
civil tambin es reorganizada.
Teme que los abusos intensifiquen la guerra. Prohbe a corregidores repartir
indias e indios a los vecinos espaoles. Antes enriquecan en meses con el
comercio esclavista. Tambin les prohbe de encargarse del enganche de
mitayos para las minas. Los mitayos son exentos de servir otra vez en la mita.
As el mortal reenganche es abolido para aquietar a las comarcas.
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Espaa ataca combinando terror y limosna. Espera as mantener su poder
colonial sobre los Andes. Dos dcadas despus ser expulsada del continente
entero. La guerra kheswaymara de Tupaj Amaru Inca, Toms Katari, Tupaj
Katari y de sus compaeros destruye la maquinaria militar, econmica,
religiosa-ideolgica de Espaa en Amrica. Ya es imposible componerla.
II - LOS CRIOLLOS SE EMANCIPAN
SIGLO XIX
Comienza el siglo XIX. La situacin social, econmica y militar de
kheswaymaras, mestizos, criollos y espaoles en Los Andes es resultado
directo de la guerra incaica dirigida por Tupaj Amaru y sus compaeros. El
ambiente es tenso por la inminencia de otras rebeliones kheswaymaras. El
dinero de los virreinatos de Lima y Buenos. Aires se consumi, armando,
vistiendo y pagando soldados, premiando a delatores. Y por el robo de los
virreyes de las haciendas reales. La resistencia a pagar los tributos indgenas
tradicionales hace ilusorio el aumentarlos. Los grandes ejrcitos espaoles
fueron diezmados, algunos aniquilados completamente. El enrolamiento
compulsivo de indios y africanos se hace cada da ms difcil. Los virreyes
deben usar soldados mercenarios.
Los kheswaymaras armados continan la guerra centenaria. Golpeando cada
vez ms duro agudizan la crisis del invasor. Los objetivos no han variado
desde Manco Inca en 1535.
27 febrero 1803. Tropas kheswas bien disciplinadas y organizadas atacan y
toman Guamote. Lorenza Avemaay comanda los regimientos de indios. Se
acercan tropas hispanas artilladas. Abandonan los andinos el pueblo. Se
atrincheran en las montaas cercanas, Vencen a los invasores y a los criollos.
Llegan nuevos y poderosos refuerzos coloniales. La masacre de cabecillas es
tenaz. Surgen nuevos jefes. El presidente de la Audiencia de Quito, Hctor de
Caron d'Let ordena
"perdn general en favor de todos aquellos que no hayan sido
comprendidos directamente en homicidios, ni habiendo sido causantes
o factores".
Los regimientos kheswas se dispersan y entonces arrecia el castigo de lderes.
La sentencia dice:
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"Debo condenar y condeno a Cecilia Taday, Luis Sigla, Valentn
Ramrez y Lorenza Avemaay a la pena ordinaria, para cuya
ejecucin debern salir arrastrados a cola de una Bestia de alvarda,
hasta el sitio de la Horca, donde colgados pierden la vida; con la
calidad que cortndose la cabeza del primero, se coloque en el puesto
de Naubug de modo permanente para que se perpete la memoria del
castigo aplicado a este seductor... Condeno a los servicios de los
Obrajes de Guachal, San Ildefonso y Tilipulo grande por el trmino
de diez aos a Francisco Sigla, J os Chuto, Francisco Coxilema,
Ventura Delgado, Felipe Quinto, J oaqun Delgado y Modesto
Berdejo, con declaracin de que a tiempo del suplicio salgan todos en
bestia de alvarda y sufriendo doscientos azotes en la esquina de la
Plaza Principal... En Conclusin declaro haber perdido los bienes los
condenados para los fines y aplicaciones de Derecho".
16 son los condenados a pena capital. Segn las investigaciones unos 10.000
kheswas participan en el movimiento desde Pasto, al norte, hasta Cuenca, al
sur. Su consigna: "acabar con los blancos ladrones de tierras".
Enero 1809. Audiencia de Charcas. Circula un manifiesto. Contiene demandas
indias en un dilogo imaginario entre Atawallpa y Fernando VII. Este se queja
al Inca asesinado en 1533 contra Napolen. Ha invadido tierra espaola, mata
a sus hijos y roba sus pertenencias. Atawallpa le responde: Napolen esta
repitiendo lo hecho por los abuelos de Fernando VII contra el Tawantinsuyu.
Los kheswaymaras captan resentimiento antiespaol en algunos criollos. En
varios pueblos se alan con ellos y con mestizos contra los invasores. Llamados
chapetones, gachupines o pucakuncas. Todos nombres acuados por indios.
25 mayo 1809. Una multitud urbana de kheswas, mestizos y criollos llena el
centro de Charcas. Captura al presidente de la audiencia. Ramn Garca Len
de Pizarra. Los criollos gritan "Viva Fernando VII", "Abajo las malas
autoridades". Acusan a Pizarro de infidelidad al rey. Los kheswas callados
procuran ajusticiarlo. Los criollos radicales en la Academia Carolina elogiaban
exaltados a la revolucin francesa y a la independencia norteamericana. Ahora
olvidan su retrica. Ocultan a Pizarro en un aula de la universidad. El
arzobispo Moxo trata de escapar del tumulto. Por su pnico no puede correr. El
cura Jorge Benavente lo carga sobre sus hombros. El arzobispo huye a
Yamparez. Pide refugio en una choza. La india se compadece. Lo acepta.
Comparte con el arzobispo su comida de esclava. El estmago acostumbrado a
manjares de palacio no acepta la lagua de maz colorado. El arzobispo vomita
la comida diaria del indio.
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Mientras tanto en Charcas los criollos rebeldes concilian. La audiencia
gobierna otra vez, reforzada con aquellos. Se declara fiel al virreinato de
Buenos Aires y enemiga de la junta de Savilla. Esta, en la pennsula, procura
organizar la resistencia contra la invasin francesa. La audiencia de criollos
ordena al coronel espaol J uan Antonio Alvarez de Arenales organizar milicias
para. Defender las nuevas autoridades. Los criollos invitan al arzobispo Moxo
a retornar a Charcas y ocupar su puesto. Arenales opina diferente, quiere
fusilar al arzobispo. Prevalece la sumisin criolla.
16 julio 1809. Chukiapu. Un tumulto depone al intendente Tadeo Dvila y al
obispo Remigio de la Santa y Qrtega. El ataque directo a La Paz contrasta con
el nebuloso movimiento de Charcas. Aqu la careta criolla confunde
propsitos. En Chukiapu la fuerza aymara en las juntas clandestinas de la
insurreccin es determinante. El Cabildo sustituye a las autoridades espaolas.
Tiene delegados de Comunidades, elegidos al estilo incaico, en asambleas. Un
documento del 1 O de agosto de 1809 dice:
"se nombr sin obstculo ni diferencia alguna a Dn. Gregorio Rojas,
Indio principal y originario del Ayllo Guarizata... Para vocal
representante de los derechos y acciones de los Naturales de este
Partido, en la J unta de la Capital de esta Provincia". Francisco
Figueroa Incacollo y Catari, del pueblo de Chirca es elegido el 1809,
delegado de las Comunidades de Chulumani. (J EMIO, Luis F.: La
Revolucin de La Paz. Documentos Histricos Compilados. La Paz,
1902, ps. 1, 2,3).
J uan Manuel Cceres fue soldado de Tupaj Katari en el cerco a La Paz. Este
aymara es jefe importante de. la J unta Tuitiva eleg-da por el Cabildo en
sustitucin del intendente espaol. La junta emite un documento. En parte
dice:
"hasta aqu hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo
de nuestra patria, hemos visto con indiferencia y desdn sometido
nuestra primitiva libertad"... Declara la guerra contra el "Len de
Ibera". Termina afirmando su propsito: lograr la "libertad de estas
miserables colonias adquiridas sin el menor ttulo y conservadas con
la mayor tirana e injusticia".
Los virreinatos de Lima y Buenos Aires son sacudidos por la victoria aymara
en La Paz. Por primera vez, desde comienzo de siglo, las consignas de
sumisin fingida "Viva Fernando VIII" son apagadas por multitudes gritando
"Mueran los chapetones". La reaccin espaola es rpida. El virrey Fernando
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Abascal de Lima enva a Jos Manuel Goyeneche, hbil militar criollo nacido
en Arequipa, con fuertes tropas. Parte del Cusco sobre La Paz con Mateo
Pumacahua, el cacique movilizado por los espaoles contra Tupaj Amaru Inca.
Criollos y mestizos plegados a los aymaras son, desde el comienzo de la
rebelin, el sector conciliador. Escapan ante el avance de Goyeneche y
Pumacahua. El mestizo Pedro Domingo Murrillo cuando el cerco de Katari a
La Paz sirvi a los espaoles. Ahora es miembro importante de la J unta
Tuitiva. El .17 de octubre de 1809, enva un mensaje a Goyeneche: "No tengo
ms garanta que la piedad de V. S. M. Y. Ni otro protector que su acrisolada
benignidad".
Avanzan las poderosas tropas de Goyeneche. Custodiaban Cusco convertido
en plaza fuerte. Combaten aymaras y coloniales en Chacaltaya. Los aymaras se
repliegan. Atacan con comandos pequeos y rpidos.
11 noviembre 1809. Goyeneche ingresa a La Paz. Murillo es ahorcado el2 de
enero de 1810. .Los espaoles despus de matar al mestizo lo usan. Sus
escritores y pintores lo visten de criollo hispanado. Con l tapan la
intervencin aymara en la insurreccin. Hoy la plaza principal del Chukiapu se
llama Murillo.
Durante tres das las tropas de Goyeneche cazan complotados. Levantan
horcas. Los criollos insurrectos son condenados a galeras o a trabajar en las
minas. Es decir los condenan al trabajo donde, hace siglos, indias e indios
initayos sirven por obligacin.
Goyeneche convence a sectores indios que los criollos republicanos slo los
usan. Logra su indiferencia y despus su apoyo. Sus espas son indios, viajan
vendiendo sus productos. No combate a los indios rebeldes con los indios
serviles dirigidos por Pumacahua, cacique de Chinchero, ni por Manuel
Chokehuanca, cacique de Azngaro. Pumacahua recibe el cargo de Coronel ~n
el ejrcito del rey. Ambos caciques son encargados de dirigir sus tropas contra
los criollos rebeldes. Los derrotan fcilmente. Durante das sus regimientos
destruyen sus haciendas esclavistas. Ingresan a Sikasika, ya repoblado por
criollos y espaoles y destruyen sus propiedades.
Goyeneche, Pumacahua y Chokehuanca regresan al Cusco. Aquel ha
reinstalado en La Paz a las autoridades espaolas. Estos han destruido
haciendas de terratenientes criollos alzados.
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Al vencer Goyeneche la insurreccin del 16 de julio de 1809 en La Paz, la
mayora de criollos y mestizos complotados asustados abandonan a sus aliados
indios. Los kheswaymaras siguen solos la guerra, como en los siglos
anteriores. Uno de los jefes es J uan Wallparimachi Mayta. Educado por los
caciques de Macha, Chayanta, Potos. Desde nio luch contra el invasor.
Nunca us cuchillos ni sables, llamados por los espaoles armas blancas,
aunque los tenan tintos en sangre andina. Usaba la honda incaica. Caminaba
de noche grandes distancias guindose por constelaciones. El criollo Manuel
Ascendi Padilla se incorpor a sus tropas. El 2 de agosto de 1814 resisti
cuatro d[as en la regin de Carretas el ataque de los regimientos invasores. Sus
soldados armados con 1.900 warak'as y 30 fusiles, algunos manejados por
criollos. El 7 de agosto de ese ao Altamani, otro jefe indio, descubri a
invasores infiltrndose por un desfiladero. Wallparimachi muri en el ataque
que los desaloj. Tena 23 aos.
Enero 1810. Chukiapu. J uan Manuel Cceres, combatiente de los cercos
comandados por Tupaj Katari cerca nuevamente La Paz con regimientos
aymaras. Procura salvar a sus compaeros condenados a muerte.
Cceres apoya al primer ejrcito emancipador de Buenos Aires. Pero no
confunde sus tropas con las de Castelli. Al ser ste derrotado por Goyeneche y
los criollo altoperuanos, Cceres como los dems indios contina la guerra.
Sus regimientos son aymaras de las provincias Sikasika, Umasuyus, Larekaja y
Pakajes. Cuando Castelli se retira a Oruro y Goyeneche marcha sobre
Cochabamba, los aymaras se apoderan de todo el altiplano entre Chukiapu y el
lago Titikarka. Cercan el puerto de Tiquina, en el estrecho del mismo nombre
derrotan la guarnicin. No queda un invasor vivo. Toman fusiles y dos
culebrinas no alcanzadas a destruir por los espaoles. Avanzan despus a
liberar el Chukiapu.
11 agosto 1811. La Paz. 45.000 aymaras la cercan. Esta ciudad esta
poderosamente artillada y fortificada despus de su reconquista por los
invasores. Ataque y defensa .son frenticos.
Casimiro Irusta es jefe del sitio aymara. Golpea implacablemente. Encierra un
sector de la ciudad. Divide la tropa sitiada y toma por asalto la gobernacin
central. Ajusticia al gobernador Diego Quint Fernndez. Quedan grupos
reducidos de invasores cercados es otros sectores. De Oruro y el Desaguadero
avanzan fuertes tropas espaolas comandadas por Lombera y Benavente.
Casimiro Irusta es informado. Los refuerzos planean cercar la ciudad y matar a
todos los guerreros aymaras dentro de la hoya pacea. Retira sus tropas a
Pampajsi despus de ajusticiar ms invasores y quemar sus casas.
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Los jvenes combatientes, como los veteranos de las guerras de Tupaj Katari,
buscan restaurar el Tawantinsuyu. La mayora de los criollos sublevados dicen
luchar tambin para restaurar el incario.
Los criollos escapan ante Goyeneche despus del 16 de julio de 1809 en La
Paz. Los indios rebeldes de Yanacachi, Chupe, Coripata, acogen a Manuel
Victorio Lanza. El 2 de noviembre de 1809 ste escribe de Chulumani al
comandante Gregorio Humrez: "Por ttulo alguno permita el trnsito ni pasaje
a ningn mestizo, espaol o soldados, excepto a slo los indios".
Gabriel Antonio de Castro, Victorio Garca Lanza y otros criollos pretenden
escapar. Cruzar los Yungas, atravesar las selvas, pasar el Brasil y embarcarse a
Portugal, abandonando a sus aliados nativos resistiendo y muriendo. Los
indios comprenden. Estos criollos nicamente usaron su sangre y ahora
escapan de los acontecimientos que ayudaron a desencadenar. Los persiguen y
alcanzan en Mosetes. Los juzgan y ajustician. El obispo Remigio de la Santa y
Ortega logra apropiarse de la cabeza de Victorio Garca Lanza. La manda
exhibir en Coroico, lugar de su nacimiento.
14 noviembre 1810, los regimientos indios de las provincias de Sikasika
derrotan al ejrcito espaol comandado por Fermn Pineda en Aroma.
Los aymarakheswas armados establecen un 'cuartel general para organizar la
guerra en todos Los Andes. Escogen Chayanta, Potos, tierra de los hermanos
Katari, tradicionalmente rebelde. Ahora limpia de invasores y de traidores
como el cacique Martn Herrera y Chairiri, cmplice del corregidor espaol
Paula Sanz de Potos.
Los kheswaymaras esclavizados y usados por los grandes ejrcitos coloniales
van liberndose. Tambin los kheswaymaras obligados por los criollos
terratenientes a servirlos en sus ejrcitos "libertadores". Criollo y espaoles,
por encima de sus diferencias acuerdan. No incorporar indios a los ejrcitos
regulares sino usarlos como cuerpos de servidumbre armada para arrastrar
caones, vituallas, sembrar o combatir.
22 diciembre 1812. Kheswas armados de Pillao y Chinchao avanzan sobre
Hunuco: Estan comandados por descendientes de antiguas familias incaicas.
Tropas del alfrez Agustn Peres salen del poblado. Esperan atrincheradas.
Los kheswas al comienzo tienen apenas una escopeta vieja y k'horahuas.
Sufren muchas bajas pero vencen. El alfrez y su tropa son muertos. Los indios
avanzan a las regiones de Huamales, Conchucos, Acomayo, Santa Mara del
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Valle. Tambin aqu los kheswas estn armados solamente de khorahuas y
palos.
Al da siguiente de la muerte del alfrez espaol Agustn Peres kheswas de los
cerros de Rondos bajan sobre Hunuco. Llegan gritando "apartaos americanos,
que no venimos contra vosotros sino contra los chapetones". Los criollos no
combaten por miedo a los indios. Los espaoles huyen a Lima. Los kheswas
entran a Hunuco. Destruyen las propiedades esclavistas. El arzobispo Las
Heras saca a la calle la estatua de la virgen La Dolorosa para asustar y
controlar a los esclavos rebeldes. Es en vano. Las casas espaolas arden. El
arzobispo informa al virrey Abascal de Lima: la "insurreccin no era contra el
Estado, ni contra la monarqua, ni contra la patria, ni contra la religin, sino
slo contra los chapetones opresores y tiranos, segn lo vociferan los indios".
25 diciembre 1812. Fuertes combates entre kheswas y tropas espaolas de
refuerzo venidas de Lima. Los andinos queman el puente hacia Hunuco en
Ambo. Tambin las casas de espaoles en este pueblo. Resisten a los 500
soldados coloniales y su artillera de 4 caones grandes y ms de montaa. En
Hunuco los criollos se alan con los kheswas victoriosos. Gobierna una J unta
de Americanos formada por kheswas, criollos y mestizos.
Los espaoles interceptan cartas de los criollos de la Junta a criollos de otras
provincias. Inician en Lima proceso contra los criollos de la J unta de Hunuco.
Ello basta para romper la alianza efmera. Los criollos concilian. Los kheswas
luchan. Siguen la guerra. La extienden a San J uan de la Frontera de
Huamanga. El poblado recobra su nombre indio Huamanga.
Mateo Pumacahua se regenera. Cuando Tupaj Amaru cerc al Cusco. 1780, los
espaoles logran su ayuda contagindole ambicin (le dicen, tienes ms
"sangre incaica" que Tupaj Amaru) y prometindole la gobernacin del Cusco.
El Inca es ejecutado y los espaoles olvidan su promesa. Vuelven a l en julio
de 1809, cuando La paz se rebela. Al avanzar con Goyeneche sobre La Paz
Pumacahua ve jefes aymaras, como J uan Manuel Cceres, luchar contra
criollos y espaoles. Despus de castigar a criollos republicanos Pumacahua
regresa al Cusco. Por su ayuda lo nombran presidente de la audiencia del
Cusco y brigadier del ejrcito del rey. Pese a sus altas posiciones en la
burocracia virreinal en nada puede ayudar a su raza. Y decide luchar por la
restauracin armada del Tawantinsuyu. Tiene 70 aos.
1813. La inquisicin en el Cusco recibe denuncias annimas sobre la nueva
actividad de Pumacahua. La investigacin no penetra su fina red. Ya est
aliado con el grupo insurgente mestizo ms radical, los "juramentados de
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Salta". Esta logia clandestina se forma en base a tres hermanos Angulo. Ellos
se han jurado mutuamente expulsar a los espaoles o morir en el empeo.
1814. Pumacahua toma el Cusco con miles de kheswas. Instala una junta de
gobierno. Forma tres ejrcitos. Uno lanza sobre La Paz dirigido por Mariano
Pinelo, otro sobre Huamanga al mando de Mariano Angulo, Bejar y Mendoza.
Comanda el tercero, junto con Vicente Angulo y avanza sobre Piura y
Arequipa. J os Angulo, el tercer hermano, queda a cargo de la J unta en el
Cusco.
El destacamento de Pinelo avanza sobre La Paz. Esta formado, por kheswas de
Azngaro y Carabaya. Son unos 400 soldados permanentes. Traen dos
culebrinas y 6 caones "de a 4" pulgadas". Se acercan a Puno. El puerto es
abandonado sin combate. Los espaoles se refugian en La Paz. 11 de
septiembre 1814. El corregidor del Desaguadero, J oaqun Revuelta, se
atrinchera en la ciudad y combate. Rpidamente es derrotado, cuando la
guarnicin se pliega a los insurrectos. Los regimientos indios siguen
avanzando, ya con la artillera dejada por el corregidor en fuga. Miles de
aymaras armados ahora marchan con ellos.
14 septiembre 1814. Las tropas kheswaymaras llegan a las orillas de La Paz.
Acampan en las alturas de Munaypata. Al da siguiente la ciudad amanece
totalmente cercada. 24 septiembre. Los atacantes se lanzan al asalto. Pongos
Aymaras viven dentro de la ciudad, cuidando y limpiando chacras y casas de
los espaoles. Combaten ahora en coordinacin con los atacantes. Aymaras y
kheswas juntos pronto toman los barrios de San Pedro y San Sebastin.
El corregidor de La Paz, marqus de Valdehoyos, se refugia en la catedral. Los
regimientos aymarakheswas avanzan derrotando a la guarnicin colonial. El
marqus es herido de una pedrada en la cabeza. Sobrevive. Un cura, Muecas,
del grupo de criollos complotados. en 1809, lo cura y oculta en la catedral.
Luego sigue ayudando a los indios.
Los kheswaymaras se apoderan por asalto del cuartel. Queman las casas de los
espaoles y sus almacenes. Los invasores se esconden en los stanos de los
conventos. Desde all conspiran contra los andinos nuevos dueos de la ciudad.
28 septiembre 1814. Explotan los depsitos de plvora del cuartel Santa
Brbara. Los kheswaymaras enfurecidos sacan al marqus refugiado. Lo
ajustician con los dems espaoles, muchos de ellos autotitulados nobles.
El virrey Abascal ordena juntarse en Oruro al Regimiento No. 1 y al batalln
El General para marchar juntos en auxilio de los espaoles de La Paz. Va al
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mando uno de los mejores estrategas realistas, el general Ramrez. Este avanza
con una artillera tres veces superior a la rebelde. Los kheswaymaras salen de
La Paz. Se posicionan en Achocalla. 1 de noviembre. Sangriento combate. Los
nativos se repliegan a Chacaltaya. Las tropas de Juan Ramrez entran a La Paz.
Pinelo se retira al Desaguadero, Muecas a los Yungas. Desde las nieves de
Chacaltaya partidas rpidas de kheswaymaras se descuelgan y hostigan a los
espaoles.
El destacamento enviado por Pumacahua a Huamanqa vence las guarniciones
espaolas. Fcilmente controla J auja, Tarma y Huancayo. Despus de grandes
combates con los refuerzos (en algunos quedan hasta 600 cadveres de ambos
bandos), se dispersan en pequeas partidas. Los espaoles tienen que habilitar
40 prisioneros para rebeldes y sospechosos.
Mateo Pumacahua con sus regimientos avanza al otro lado de la cordillera
occidental andina. En fieros combates derrota las tropas espaolas. Ocupa la
ciudad de Arequipa. Ramrez, despus de reinstalar en La Paz autoridades
invasoras y ahorcar a kheswaymaras capturados, marcha a reconquistar
Arequipa. Pumacahua mide las fuerzas y decide retirarse al comenzar
diciembre. Antes de dejar Arequipa un tribunal indio juzga y condena a muerte
al mariscal espaol Francisco de Picoaga y al intendente de Arequipa J os
Gabriel Moscoso. Sern ajusticiados.
Los espaoles procuran sobre todo la captura de P.umacahua. La terrible
fusilera colonial diezma sus tropas en Umachiri. Algunos complotados
criollos traicionan. Lo entregan el14 de marzo de 1815, cuando hua en las
proximidades del ro Umachiri. Marzo. 1815. Pumacahua es degollado en
Sicuani. 25 marzo 1815. J uan Ramrez entra al Cusco. Criollos y tropas
espaolas cazan indios y mestizos.
La guerra kheswaymara de defensa se hace ms violenta an. Por la mitad de
la segunda dcada los intentos criollos de emancipacin son aplastados en Los
Andes. Los espaoles procuran reforzar su poder econmico y militar. Sin
embargo los kheswaymaras armados los atacan y hostigan sin darles el respiro
necesario.
1815. Los invasores, sin la amenaza criolla independista, concentran sus
fuerzas contra los regimientos kheswaymaras. Estos se dispersan en partidas
pequeas y mviles. As cuidan los territorios liberados. Los pocos criollos y
mestizos que no han transigido con los coloniales encuentran all refugio.
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La historia blanca llama a estos territorios incaicos libres "republiquetas". Las
muestra como obra de los pocos guerrilleros acogidos por miles de
kheswaymaras armados. En estos territorios; fuera del alcance de los ejrcitos
espaoles, la comida es india la ropa es india. Se habla aymara o kheswa. Las
armas son la k'orahua o waraka y rocas rodando desde las quebradas. Las
tropas se concentran con el pututu incaico, no con el clarn europeo.
La vida de las republiquetas es comunal. Se siembra en comn para alimentar
a los ejrcitos kheswaymaras comunales permanentes. Cundo llegan los
ejrcitos argentinos, estas pequeas naciones indias, los acogen y alimentan.
.Son sus ojos Y odos.
El odio espaol a los kheswaymaras guerrilleros es mayor que a los criollos
insurrectos. Cuando tornan una comarca y sospechan tiene contacto con las
tropas nativas, proceden a "quintar". Forman una larga fila con hombres,
mujeres, nios y ancianos kheswaymaras. Los numeran y fusilan a cada
quinto, o sea mltiplo de cinco. A los cadveres kheswaymaras no solamente
los descuartizan. Ahora cosen los trazos y piernas mutilados a los costados del
cuerpo en posiciones inverosibles, para aumentar el terror paralizador. Al
terminar la llamada guerra de emancipacin de los cientos de, jefes indios,
pocos sobreviven.
La guerra kheswaymara no esta slo en las montoneras, ni en las
"republiquetas". Esta en todos los intentos urbanos. A veces en alianza con
criollos y mestizos. Ms a menudo solos, luchando contra espaoles y criollos
coaligados.
1815 Chumbivilcas y Cailloma se sublevan al mis,!,o tiempo. Las fuerzas
espaolas locales son insuficientes para imponer la paz invasora.
Mismo 1815. Chocha, Pichigua, Yauri y Corporaque. Los andinos se sublevan.
Forman regimientos comandados por Anselmo Andina, Agustn Velarde y otro
indio apellidado Salazar. El coronel espaol Francisco de Paula Gonzales
avanza con fuertes tropas desde la costa. Masacra cientos de indios entre las
poblaciones de Aivitaca y Calania. Luego avanza hacia Puno, Paucarcollo y
regiones cercanas. Ataca Asillu, centro kheswaymara rebelde. Tambin en esta
campaa deja cientos de cadveres andinos.
El kheswaymara, con grandes prdidas en vidas, va quebrando la maquinaria
militar espaola. Es la guerra ms cruel, sin armisticios ni treguas,
acostumbrados entre los ejrcitos espaoles y los ejrcitos criollos. Tanto los
emancipadores argentinos de Castelli, Belgrano y Rondeau como los ejrcitos
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llamados libertadores subidos desde Argentina, Chile, Colombia y Venezuela.
Los combatientes keswaymaras son nombrados "montoneros". Siempre actan
en montn, en grupo comunal. Cantidad es su fuerza principal. Cuando los
espaoles capturan a montoneros los fusilan inmediatamente, sin proceso.
Cuando apresan a criollos insurrectos respetan sus leyes. Los procesan, les
permiten defenderse. Siempre les dejan abierta la puerta del perdn si se
arrepienten y juran fidelidad al rey.
La guerra kheswaymara contra el invasor tampoco ahora tienen historiador que
la resee. Slo escribas que la ocultan. Hoy sus detalles son un desafo a los
estudiosos de la Historia. Su verdad es una perla escondida en silencios,
mentiras, medias verdades.
La Universidad San Francisco Xavier de Sucre, Bolivia, .mediante el
historiador Gunnar Mendoza, public en 1951 y 1952, el diario indito de un
combatiente mestizo, apellidado Vargas, tambor de los regimientos indios de
la regin de Ayopaya. Este documento abarca de 1816 a 1821. Infelizmente ha
sido "enmendado", es decir censurado, por mano criolla annima. Varias
pginas enteras han sido arrancadas. Los folios sobre hechos posteriores a
1821 han desaparecido. Fueron ocultadas as las pginas acerca de los
cruciales momentos cuando terminaba la dominacin espaola y nacan las
repblicas.
Pese a censuras, mutilaciones y a compartir el odio antindio de la colonia el
diario del mestizo Vargas es documento fascinante sobre la vida diaria de los
combatientes indios.
Segn revela los regimientos indios de las regiones de Ayopaya y Sikasika
tenan destacamentos de caballera. Algunos usaban fusiles y hasta caones.
Santiago Eagle, un ingls, enseaba su manejo. Controlaban, probablemente
antes de 1809, las provincias de Ayopaya. Hasta 1817 su comandante fue
Eusebio Lira, kheswa nacido en Mohoza. Su padre, Dionisio Lira, muri
combatiendo a los espaoles. El diario califica a Eusebio "valiente, sagaz,
prudente y meritorio". Mova hbilmente grandes contingentes de soldados en
grandes distancias. Construy, junto a otros jefes comunales, la fuerza militar
que derrot a todas las partidas espaolas lanzadas a reconquistar esas vastas
regiones.
El documento muestra la intensidad de lucha y peligro. En una ocasin Lira y
sus hombres son cercados por los espaoles. Pedro Loayza, un kheswa de
Tinquipya, se arroja a un abismo para no caer vivo en manos enemigas. Lira y
otros hombres deciden tambin desbarrancarse. Uno de sus soldados, J ulin
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Reynaga, le dice: "Mi comandante, quememos el pajonal y as escaparemos, el
enemigo est arriba. Lira moja con saliva la plvora antes de rastrillarla para
que no explote sino flame. Incendia el pajonal y escapan en medio del humo.
17 noviembre 1817. Los destacamentos de Lira provenientes de las provincias
de Mohoza y Leque avanzan sobre Paria. Es una de las primeras ciudades
fundadas en Los Andes por los espaoles a fines del siglo XVI. Aunque est
muy cerca de Oruro la toman por asalto comandados por Eugenio Flores,
Anselmo Carpio. Laureano Choque, jefes subordinados de Lira. Los
aymarakheswas apresan espaoles. Los 'juzgan uno por uno. Muchos son
ajusticiados. Un terrateniente espaol apellidado Barrientos, usurpador de las
tierras de la Comunidad Munata, es juzgado por el asesinato del combatiente
Dionisio Lira, padre de Eusebio. Es ejecutado.
Desde Oruro parten tropas espaolas para reconquistar Paria. 5
aymarakheswas mueren combatiendo. Los espaoles tambin tienen bajas.
En la toma de Paria colabora un pequeo grupo de mestizos a los regimientos
de Lira. Uno de ellos, Eugenio Moreno, se hace llamar capitn. Se dedica al
pillaje de propiedades espaolas. Eusebio Lira lucha por restaurar la moral
incaica. Ordena aprehenderlo y juzgado. Es condenado a muerte por robo.
Moreno se postra de rodillas a los pies de Lira suplicando perdn. Un cura
quien se adjunt a los regimientos indios tambin se arrodilla rogando por la
vida del mestizo. Lira no cambia la ley incaica. El cura ayuda a Moreno a salir
de su encierro y a huir con diez granaderos mestizos.
Lira supone a Moreno yendo a revelar a los espaoles cmo y dnde acampan
los regimientos indios. No est seguro sin embargo. El cura pacientemente
logra convencerlo que Moreno est en las montaas esperando su orden para
reintegrarse a la guerra. Lira lo perdona y le permite volver. Moreno reaparece
con los diez granaderos fugados con l. Llega y besa los pies de Lira en gracias
por su perdn, pese a la repulsa del indio ante su servilismo.
Una noche Eusebio Lira est lejos del cuartel central y de sus tropas. Moreno y
los granaderos mestizos, casi todos del Cusco, los sorprenden dormido. Lo
apresan y fusilan. Es el15 de diciembre de 1817. Despus explican haber
encontrado una carta secreta de Lira a los espaoles. Y designan a Santiago
Fajardo, un mestizo, nuevo jefe de los regimientos indios.
Miles de kheswaymaras consideran la acusacin absurda. Exigen una
investigacin. Los de Paica y Machaca son quienes ms exigen una aclaracin
al nuevo jefe mestizo.
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Los jefes de regimientos se renen en asamblea al estilo incaico. Los mestizos
influenciados por criollos, crean facciones internas. Moreno y sus hombres no
prueban su acusacin. La investigacin aclara. La supuesta carta secreta de
Lira al enemigo ha sido escrita por el criollo Antonio Pacheco, hombre de
Moreno.
Fajardo quiere acallar las reclamaciones. Un indio le increpa: "estas armas
que tienen los soldados que Ud. va mandando por ahora, no nos cuestan
nuestro trabajo, nuestros desvelos, nuestra sangre y nuestra propia vida?".
Santiago Fajardo debe dejar el mando a una junta. Ella representa en su
proporcin a los combatientes. La junta elige como jefe por unanimidad a J os
Manuel Chinchilla. Es indio nacido en Machaca. Lucha contra los espaoles ya
antes de 1809.
Chinchilla, en consulta con los jefes de regimientos, perdona a Moreno y sus
hombres la traicin probada. Los kheswaymaras no quieren alejar de la
insurreccin a los mestizos y criollos descontentos con la dominacin
espaola. Moreno y sus hombres pronto luchan entre si. Cada cual quiere el
control del grupo mestizo-criollo. Las facciones de la minscula minora no
india contrastan con la unidad de la vasta mayora kheswaymara.
Criollos y mestizos van formando un grupo aparte. Cada vez luchan menos
contra el invasor espaol. La mayor parte de ellos son alcohlicos habituales.
En 1818 una de sus borracheras genera una disputa sangrienta. Marquina,
yerno de Santiago Fajardo, mata a Moreno para arrebatarte el control del grupo
mestizo-criollo. Los indios apresan al resto de mestizos alborotadores. Los
juzgan y ajustician. Tambin a Marquina. No queda vivo ni uno de los asesinos
de Lira.
J os Manuel Chinchilla y los otros jefes indios sostienen solos, con sus tropas
kheswaymaras, la guerra. Expediciones exterminadoras marchan sobre el
territorio aymarakheswa. Las esperan, atacan y destrozan. Chinchilla despus
de derrotar una partida de 2.000 espaoles va extendiendo los territorios
fiberados. Nunca ser vencido por los espaoles.
3 febrero 1821. Aparece en la republiqueta kheswaymara de Ayopaya Miguel
Lanza: Este criollo luch algunos meses ayudando a las tropas indias.
De 1815 a 1821 el kheswaymara combate a Espaa solo, armado con hondas,
garrotes y unas pocas escopetas y pequeos caones viejos. Son los. aos ms
terribles de la guerra. En 1821 los ejrcitos coloniales ya han sido debilitados y
muchos criollos se animan a volver. Entre ellos Lanza.
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Lanza es recibido por Chinchilla con confianza. Estuvieron encarcelados
juntos mucho tiempo atrs, como en 1809. En aquel tiempo Chinchilla se quit
sus pantalones, se los dio a Lanza, quien as pudo evadir los carceleros y
escapar.
Ahora, 1821, Lanza llega con una pequea partida de soldados criollos. Acusa
a Chinchilla de cooperar con el enemigo espaol. Sin juicio ni prueba lo fusila.
Otro jefe indio, Mateo Quispe, pide explicaciones a Lanza. Este evade la
respuesta. Slo repite "vine a investigar con poder de Buenos Aires". El mismo
soldado Vargas, autor-del diario, pregunta muchas veces a Lanza por qu mat
a Chinchilla. Nunca recibe respuesta. Nadie ve el poder mencionado por
Lanza.
Mientras el imperio espaol va recibiendo ataques mortales del kheswaymara
en el Tawantinsuyu, es atacado tambin en Europa. Tropas francesas cruzan
los Pirineos. Ocupan casi toda la pennsula hispana. Coronan en Madrid como
rey a J os Bonaparte, hermano de Napolen. Carlos IV abdica el reino a manos
de su hijo Fernando VII. Ambos son capturados. Viven fastuoso cautiverio en
la poblacin francesa de Bayona. El pueblo espaol enciende una virulenta
guerra irregular contra las tropas de ocupacin. All nace la palabra guerrilla.
Las mujeres atraen a los soldados franceses a emboscadas en rincones y los
baan con aceite hirviendo desde las ventanas. Las cortes espaolas se hacen
gobierno. Se instalan en Cdiz, pues Madrid est ocupada. La J unta de Sevilla
tambin pretende gobernar. Incluso una minora trata de implantar una versin
ibrica de la revolucin francesa.
Las cortes espaolas para fortalecerse en la crisis permiten delegados de las
colonias.
Dionisio Inca Yupanqui resulta diputado. En la sesin del 16 de diciembre de 1
810 dice:
"Napolen, tirano de la Europa, su esclava, apetece marcar con este
sello a Espaa. Espaa que lo resiste valerosamente no advierte el
dedo del Altsimo, ni conoce que se castiga con la misma pena al que
por espacio de tres siglos hace sufrir a sus inocentes hermanos. Como
Inca, indio y americano, ofrezco a la consideracin de V.M. un cuadro
sumamente instructivo. Dgnese hacer de l una comparada aplicacin
y sacar consecuencias muy sabias e importantes... Apenas queda
tiempo ya para despertar del letargo, y para abandonar los errores y
preocupaciones, hijos del orgullo y vanidad. Sacuda V.M.
apresuradamente las envejecidas y odiosas rutinas y bien penetrado de
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que nuestras presentes calamidades son el resultado de tan larga poca
de delitos y prostituciones, no arroje de su seno la antorcha luminosa
de la sabidura ni se prive del ejercicio de las virtudes ser libre. V.M.
toca con las manos esta terrible verdad....
Dionisio Inca Yupanqui est hablando a sordos. Las cortes olvidan sus
discursos libertarios. Rechazan la libertad de Amrica. El europeo concibe la
libertad slo en su continente. La revolucin francesa profundiza la
dominacin de sus colonias usando mercenarios suizos y alemanes. Paulina
Bonaparte, hermana de Napolen, en Hait alimenta sus 28 perros dogos caza-
humanos con carne de sus esclavos coloniales africanos.
Las noticias sobre la invasin francesa, la abdicacin de Carlos IV y el
cautiverio de ste y Fernando Vil. su hijo, llegan al Tawantinsuyu por 1808.
Los arzobispos de los virreinatos del Per y La Plata organizan procesiones
para rogar por sus reyes. Espaoles y criollos se cubren con tnicas y
capuchones negros morados. Van detrs de sus dolos de yeso, recorriendo con
pasos pequeos y lentos las angostas calles empedradas. Avanzan recitando
cantos lgubres. Rebalsan las iglesias. Las plazas donde las tardes de domingo
se divierten atormentando y matando toros enceguecidos con largos sables
ahora sustituyen a las iglesias. Se llenan con multitudes implorantes.
Los virreyes Abascal y Liniers pretenden convertir oraciones por Espaa en
dinero para auxiliarla. Aprenden. La fidelidad al rey de los espaoles en Los
Andes es tan grande como la devocin de sus plegarias y tan pequea como su
desinters monetario. Contrasta el fervor en las demandas de auxilio divino
con su fra negativa a prestar ayuda real.
Los virreinatos de Lima y Buenos Aires, en crisis econmica por causa de las
guerras incaicas, extienden la obligacin de tributar a mestizos y criollos al
terminar el siglo XVIII. Tributar ms que carga econmica es vergenza
social. En Espaa los nobles estn exentos de trabajar y pagar impuestos. Los
invasores espaoles en Amrica olvidan su pasado carcelario y se consideran
nobles. Se excluyen a s mismos de trabajar y tributar. Los criollos tambin son
excluidos de tales afrentas, reservadas para los indios.
Ya los tribunales coloniales estaban abrumados por largos y meticulosos
juicios promovidos por mestizos. Queran probar no tener sangre india para
evadir la tributacin. De la "gratificacin" al juez flexible dependa
generalmente la sentencia.
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Los criollos, ahora en peligro de tributar, murmuraban. La crisis poda salvarse
curando la corrupcin. Recordaban, la mayor parte de los virreyes de Lima
fueron procesados por robo a la hacienda real. Ya en 1782 los criollos
arequipeos repetan versos dirigidos al rey:
"Por qu Seor, no averiguas
a quines das los empleos?
Si hombres indignos envas
quieres que se pierda el reino?"
Moralizar para los criollos significa no excluirlos de los cargos coloniales, los
cuales enriquecen en meses mediante el robo las comarcas kheswaymaras.
Las grandes guerras de fines del siglo XVII, mejoran la situacin militar de los
criollos. En el ejrcito colonial, los mandos superiores eran para espaoles.
Slo algunos mandos subalternos son para criollos. La tropa eran mercenarios
espaoles o criollos servidos por esclavos indios o negros. Los guerreros
incaicos atacan principalmente a los europeos. Marcados entonces como
nicos enemigos. Los mandos dejados vacos por los espaoles ajusticiados
son llenados ocasionalmente por criollos. Ellos, ms y ms, ejecutan las rudas
tareas represivas. Un jefe militar criollo gana menos de la cuarta parte de un
espaol del mismo rango. Sin embargo, el ascenso criollo a los mandos
ejecutivos del ejrcito colonial influye en su posicin econmica, social y
administrativa. Disminuye la distancia social construida durante los siglos
anteriores por los espaoles para separarse y colocarse sobre los criollos. Los
cargos administrativos coloniales, por la crisis virreinal, tambin quedan al
alcance criollo. Su ascenso civil burocrtico permite a los criollos irse
apropiando de las minas y tierras que hasta entonces administraban para los
europeos.
Los criollos ya ricos, se ven en procesiones y desfiles militares marchando a
espaldas de los espaoles. Se reconocen en los cabildos e iglesias ocupando los
asientos de atrs. Estn delante slo en los combates contra los indios.
La ambicin estomacal, econmica, de los criollos se va volviendo ambici6n
poltica. Poco a poco los criollos buscan sustituir a los espaoles como dueos
de esclavos andinos y africanos, tierras y minas. Su codicia se va disfrazando
de pasin libertara. La crisis de Espaa (con sus dos reyes cautivos, su poder
disputado por Napolen, Inglaterra, la princesa Carlota de Portugal, las Cortes,
la J unta de Sevilla) permite a los criollos organizarse. Armar ejrcitos contra
Espaa simulando defenderla. La palabra ms usada por los conspiradores
criollos es "careta", mscara. Ella es toda su estrategia poltica. Como no
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tienen ideologa, usan sus vagas referencias de las revoluciones francesas y
norteamericana. Las mutilan de todo ejemplo igualador. Las convierten en
fuente abstracta de sus discursos sobre la libertad. Pronunciados en salones y
asambleas donde mestizos; kheswaymaras y africanos no pueden entrar y son
bienvenidos los espaoles. Los criollos demostraban, ms que nunca, cun
buenos hijos de Espaa eran. Al traicionarla aprovechando su debilidad eran
fieles, ciento por ciento, al espritu y tradicin espaoles.
La guerra kheswaymara, sorda, sin cronistas ni aniversarios, paraliza los
ejrcitos coloniales espaoles. Grupos pequeos rompen, una y otra vez, sus
lneas de abastecimiento, destruyen sus reservas, exterminan sus retaguardias.
Mientras los terratenientes y mineros criollos van formando sus ejrcitos
mercenarios.
Generales, oficiales y soldados espaoles, agotados por los ataques violentos y
por la resistencia silenciosa de las Comunidades para alimentarlos,
transportarlos, albergarlos, guiarlos, informarlos se van juntando contra los
ejrcitos de terratenientes. Cuyos generales y oficiales son a menudo parientes.
Estos los reciben alegres y les confan responsabilidades de mando; El
propsito sigue siendo reprimir la guerra andina.
Los kheswaymaras vencan los ltimos reductos militares espaoles. Sufran
los golpes ms crueles de la fuerza invasora agonizante despus de tres siglos
de guerra. Los criollos preparaban la bienvenida a San Martn y Simn
Bolvar.
Los regimientos y guerrillas kheswaymaras limpian de tropas espaolas, poco
a poco, Los Andes. Excepto seis ciudades, Charcas, La Paz, Oruro,
Cochabamba, Santa Cruz y Potos, las dems son liberadas. Los espaoles
realistas dominan nicamente el suelo donde acuartelan o marchan sus
regimientos. Da a da, por falta de lugares seguros de refugio se van
convirtiendo en bandas armadas. Asaltan para comer. Hostigados da y noche
por los indios disminuyen con desercin, muerte y traicin.
La guerra de "emancipacin" dura meses en las costas. En la alta cordillera
dura 16 aos. Los aymarakheswas destruyen las guarniciones espaolas
locales. As atraen de Lima, Buenos Aires, Colombia, Chile los ms poderosos
ejrcitos espaoles. Los aymarakheswas los guerrean a muerte. Sin treguas ni
armisticios los van destruyendo. Por ello en Buenos Aires y Venezuela los
realistas son derrotados una dcada antes. Los invasores se aferran al oro y a la
plata de las minas ms grandes, horadadas en las altas montaas.
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Los criollos fluctan entre indios y espaoles. Apoyan al vencedor de cada
momento y esperan que ambos se destruyan al mximo. La hipocresa hispana
viaja en la herencia y florece en los criollos.
1825. Los aymarakheswas han limpiado el Kollasuyu de invasores. Entonces
suben desde el norte los grandes ejrcitos de Bolvar y Sucre. Los regimientos
aymaras ocupan La Paz el 25 de enero de 1825, antes de entrar Sucre. El resto
de las ciudades est en manos kheswaymaras. Los ejrcitos "libertadores" las
ocupan sin combatir.
Soldados profesionales forman los ejrcitos "libertadores". Reciben un salario
superior al de los soldados del rey. Gana quien ofrece ms "soldada". Parte
importante de las campaas de Bolivar y Sucre es asaltar iglesias para
apoderarse de oro. Sus armas, uniformes, comida, estrategia, formaciones, son
copiadas de los ejrcitos espaoles. En ambos, los oficiales azotan, abofetean,
engrillan, fusilan soldados frente a la masa del ejrcito. La disciplina funciona
con dinero y castigo. La inmensa mayor parte de oficiales jefes de los ejrcitos
"libertadores" sirvieron antes en los ejrcitos espaoles. All incluso Bolivar,
aprendi a matar. Luchando contra la resistencia india. Cuando la situacin de
Espaa en Amrica se hace crtica, abandonan los ejrcitos del rey y se
integran a los ejrcitos asalariados; llamados libertadores. Bolvar con su
decreto de guerra a muerte, amenaza fusilar a todo espaol que no luche por
los terratenientes criollos.
En los Andes esos ejrcitos combatieron con espaoles slo en Pichincha,
cerca de Quito, en 1822, en J unio, agosto de 1824 y en Ayacucho 1824. Estos
combates son europeos. Llenos de acuerdos, treguas, compromisos, amenazas
y homenajes a los vencidos. En el Kollasuyu no combaten. En Tumusla el 2 de
abril de 1825 los restos desbandados de espaoles comandados por Pedro
Antonio Olaeta son atacados por sus mismos desertores. Un sobrino suyo,
Casimiro Otaeta ser uno de los constructores de la repblica de Bolivia.
Kheswaymaras y criollos, por separado, dan la bienvenida a Bolvar y sus
tropas al Kollasuyu. J os Diego Chokehuanca, uno de los jefes indios lo saluda
en una solemne ceremonia en la cumbre del monte Pucara, uno de los ncleos
de resistencia andina en la guerra que terminaba. Los kheswaymaras saludan a
Bolvar como a un guerrero emancipador, preocupado slo por la misma tarea
gigantesca de limpiar el continente de invasoras.
Los criollos conocen mejor a Bolvar. De nio jugaba torturando a los hijos de
sus esclavos africanos. De joven dilapid la fortuna de su padre en prostbulos
de Madrid y Europa, y bebiendo en la corte espaola, incluso alternando con
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quien ser Fernando VII. La llamada aristocracia de sangre se haca ostensible
al pueblo en diademas, anillos, pulseras. Los criollos en Espaa estaban
prohibidos de usar joyas y adornos de oro. Bolivar fue perseguido por lucirlas.
Debi huir a Madrid y le naci un resentimiento contra el pas que siempre
consider suyo. Viaj a Inglaterra a ofrecerse como agente. Volvi a
Venezuela. En un banquete, donde estaba el Capitn General, ya bebido,
brind por la independencia. Y comenz su carrera.
Bolvar necesitaba elogios de multitudes y mujeres. Ellos saciaban su complejo
de grandeza. Los criollos dominan a Bolvar dndole aplausos y mujeres.
Organizan grandes fiestas en su honor. En la cumbre del cerro de plata de
Potos la hija de un criollo terrateniente, en disfraz de griega antigua, le corona
al estilo romano con ramas de olivo y laurel. Los discursos criollos lo nombran
dios inmortal, hijas y madres de grandes mineros y terratenientes alimentan su
desenfrenado apetito sexual, nacido de su vergenza de ser moreno y
esmirriado. En La Paz el 18 de agosto de 1825 los sacerdotes le colocan una
corona de oro y brillantes, remeclando la coronacin papal a Napolen.
Llaman al Kollasuyu Repblica de Bolvar y lo declaran presidente vitalicio.
Despus, Manuel Martn Paco Chico, prroco, dice en el flamante congreso:
"si de Rmulo deriv Roma, de Bolvar debe derivar Bolivia". As, del elogio
servil y de la copia colonizante nace el nombre criollo del Kollasuyu.
Los criollos usan a Bolivar para impedir a los kheswaymaras reestructurar el
Tawantinsuyu o el Kollasuyu. N siquiera dejan crear la repblica de la Gran
Colombia con los territorios de Venezuela, Colombia, Ecuador, Per y Bolivia.
Hasta logran hacerle contradecir sus propios decretos estableciendo la libertad
de las naciones indias.
Los criollos mientras nombran a Bolvar Libertador no dejan de ser
profundamente monrquicos. Envan emisarios a Europa. Piden a las noblezas
inglesa, francesa, espaola, italiana, uno de sus hijos, incluso uno bastardo,
para coronario su rey. Desde Mxico hasta la Argentina los criollos mendigan
a Europa un rey. Buenos Aires se ofrece varias veces como protectorado del
Ro de la Plata a Inglaterra, mientras desprecia a los indios llamndonos
"cuicos".
Despreciados por las familias nobles de Europa los criollos se hacen
republicanos.
Al comenzar la guerra de los 16 aos, los kheswaymaras, como en los siglos
anteriores, combaten contra los ejrcitos coloniales de generales y oficiales
espaoles y tropas criollas y mestizas. Despus los espaoles, ya con sus
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ejrcitos quebrados, combaten contra una confusa alianza de kheswaymaras,
criollos y mestizos. Dentro de esta vacilante unin los kheswaymaras
combaten, los criollos discursean y redactan pasquines y los mestizos fluctan.
Al finalizar la guerra de los 16 aos la situacin militar de Los Andes ha
cambiado para siempre. El kheswaymara ha destrozado los ejrcitos espaoles.
Culmina en 1825 la primera misin blica del Tawantinsuyu. La primera
guerra incaicadura tres Siglos. Comenz en 1533 con el asesinato del inca
Atawallpa. Va creciendo en la medida que los pueblos kheswaymaras
aprenden que es imposible convivir con los invasores.
Pero los espaoles de Europa han engendrado a los espaoles de Amrica. Los
criollos, desapercibidos antes entre las dos grandes fuerzas: indios y espaoles,
surgen como fuerza en menos de dos dcadas de guerra. Su aparicin es
demasiado sbita. El odio kheswaymara al espaol no les alcanza.
Criollos y espaoles, jams luchan entre s como espaoles y kheswaymaras.
Sus ejercicios, idnticos en uniforme, estructura y tctica se pasean uno frente
al otro, mientras sus jefes mantienen guerras de cartas, amenazas,
compromisos, treguas, armisticios, conciliaciones. Muchos criollos y espaoles
combaten en los dos bandos en diferentes momentos de la misma guerra.
Ninguna barrera de dolor ni sangre los separa. Adems de lengua, religin,
sangre e historia los une el horror al trabajo y al andino armado.
Nuevos ejrcitos coloniales, con el nombre de republicanos, reprimen a los
combatientes kheswaymaras y mantienen en la esclavitud a los pueblos en
minas y haciendas.
Los ejrcitos kheswaymaras no culminan con poder poltico su victoria militar.
Su fuerza, clara en los combates, desaparece en las conferencias. Despus de
destruir los ejrcitos coloniales los kheswaymaras vuelven a sembrar, a su
ocupacin habitual. Han recibido los golpes feroces del invasor agonizante.
Sin embargo, su debilidad no es militar. Es demasiada ingenuidad.
Casi todos los jefes veteranos indios mueren destruyendo los ltimos ejrcitos
del rey. Soportaron el peso fundamental de la guerra de expulsin al invasor.
Caen recibiendo sus ltimas y desesperadas dentelladas. Los nuevos jefes
creen al criollo cuando se dice defensor de todos, mestizos, indios y africanos.
Quienes desconfan son asesinados. Los pueblos kheswaymaras suponen que,
sin ejrcitos coloniales, el Tawantinsuyu ser reconstruido. Oyen a los criollos
repetirlo y lo creen. Vuelven confiados a sus parcelas. Ignoran la nueva
tragedia andina. Quienes en la guerra defendieron al rey o no combatieron
ahora estn decidiendo el destino de tierras y pueblos kheswaymaras.
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Los ejrcitos republicanos se refuerzan con generales, oficiales y soldados
coloniales. Pretextando castigar a colaboradores de las tropas reales,
descabezan sangrientamente, los ncleos kheswaymaras armados. Sobre todo
aquellos dispuestos a seguir la guerra como fuerza andina, independiente de
criollos y espaoles.
Los ejrcitos criollos reprimen a la raza andina. Defienden el dominio de los
grandes mineros y terratenientes. Y fundan las repblicas sin cambiar la vida
colonial. Los ejrcitos profesionales llegados del norte, de Venezuela y
Colombia, mandados por Bolvar y Sucre y los llegados del sur, de Argentina y
Chile, mandados por San Martn, permiten a los criollos apropiarse del poder
de las tierras kheswaymaras.
Los primeros presidentes de las repblicas andinas, sin excepcin, son ex
militares realistas. Entre .otros estn Blanco, Santa Cruz, Velasco, Ballivin en
Bolivia. Agustn Gamarra, Orbegoso. La Mar en el Per. En el Ecuador, J uan
Pio Montfar, Salinas, Solano deja Sala, J avier Montfar, Fernndez Salvador.
J os Guerrero, J os Larrea, terratenientes masacrado res de kheswas son los
dirigentes republicanos.
El germen de las repblicas son los cabildos copiados de Espaa. All tienen
cierta composicin popular. A los cabildos criollos slo pueden entrar quienes
tienen renta anual superior a 200 pesos oro y saben escribir el espaol. Es
decir, una pequesima parte de la poblacin. Criollos y espaoles
independentistas, dueos de kheswaymaras, minas y haciendas, cierran sus
cabildos incluso a los pocos criollos artesanos. Los desprecian por trabajar. Por
supuesto kheswaymaras, mestizos y africanos estn tambin excluidos.
Sillas edilicias, alcalda, regiduras y corregimientos son vendidos en remate
abierto en los cabildos. El dinero entonces slo viene de la explotacin india
en minas, obrajes y haciendas. Los peores criollos y espaoles, los ms
explotadores de kheswaymaras, los ms ricos, compran el poder poltico, en
reuniones cerradas deciden el destino de Los Andes. .
Resignados a vivir sin monarquas, por el desprecio de las familias nobles
europeas, los criollos organizan las repblicas andinas. Hacen construir a sus
pongos kheswaymaras palacios legislativos, judiciales y ejecutivos copiando la
arquitectura de Grecia y Roma. Imitaciones toscas y diminutas de prticos
helnicos se levantan en Los Andes. Festejan la independencia en salones
alfombrados, vistiendo la moda europea con dcadas de retraso bailando el
minu. Servidos por esclavos negros uniformados de librea. Los espaoles en
las fiestas de independencia son mimados: Los terratenientes criollos
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consideran honor tenerlos por yernos. No slo se parecen en color, lengua,
religin. Ambos llevaron a nuestros antepasados de las haciendas, minas y
obrajes esclavistas a los ejrcitos esclavistas, tanto del rey como "libertadores".
Nuestra raza arrastr sus caones, los aliment y muri por realistas y
repblicas. Los indios esclavos pertenecientes a espaoles y criollos
republicanos combatieron contra los indios esclavos pertenecientes a criollos y
espaoles realistas.
Los criollos antindios fueron los vencedores de la guerra que no combatieron.
Los espaoles nacidos en Amrica reemplazaron a los espaoles nacidos en
Europa en el dominio colonial del Tawantinsuyu.
Hoy, siglo y medio despus, esos 16 aos aparecen en su verdadero tamao.
Como otro combate ms de la centenario, guerra kheswaymara de liberacin.
Una victoria india birlada por la viveza criolla.
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III - REPUBLICAS EUROPEAS INCRUSTADAS EN
TIERRAS DEL TAWANTINSUYU
Las repblicas andinas, Ecuador, Per, Bolivia, Chile y Argentina, nacieron
como resultado directo de 300 aos de guerra kheswaymara contra los
invasores espaoles. La llamada guerra de independencia fue un episodio de
16 aos.
Los criollos ricos piden a Bolvar, Sucre y San Martn ser sus monarcas,
vitalicios y autorizados para designar sucesores. As fundan sus repblicas en
Los Andes bajo la proteccin de los grandes ejrcitos "libertadores". Entonces
los acusan, sobre todo a Bolvar, de tener inclinaciones dictatoriales. Arman
caudillos de cuartel contra ellos. Casimiro Olaeta propicia la entrada de
tropas peruanas a Bolivia, dirigidas por el general Gamarra, para derrocar a
Sucre, abocado en apagar virulentos motines cuartelarios.
Bolvar huye de los territorios donde era endiosado. Muere pobre y olvidado
como San Martn. Su mentada genialidad es miope. No ve que Europa, Estados
Unidos y los hacendados y mineros criollos permiten slo fragmentos de una
gran repblica. Culpa a la sangre negra e india de haber destruido su Gran
Colombia. Acusa a los nicos quienes no lo traicionaron. Agoniza
lamentndose: "he arado en el mar".
Sucre es menos afortunado. 1828. La Paz. Es herido en el brazo por un motn
cuartelario. Sale huyendo de Bolivia. Llega hasta una encrucijada en
Berruecos, Colombia. All J unio 1830, lo asesinan en una emboscada. Los
restos de los ejrcitos "Libertadores", hambrientos y semidesnudos, reclaman
el pago de su soldada. Son fusilados en la Plaza de Santo Domingo, Quito,
Ecuador, Ambato, Ecuador, veteranos encanecidos son acuchillados por tropas
del caudillo Otamendi, instrumento terrateniente. Los consideran un peligro
indoctrinado por discursos libertarios.
Apenas mueren Bolvar, Sucre y San Martn, nuevamente los terratenientes se
apropian de ellos y los usan. A Bolvar lo vuelven mito tanto para glorificar la
pobre historia del criollaje, como para ocultar la guerra kheswaymara. Lo
endiosan en estos libros de historia, le levantan estatuas y bautizan con su
nombre departamentos, ciudades, plazas, avenidas, calles, escuelas, equipos
deportivos. Despus Espaa se declara otro pas bolivariano ms. Levanta en
Madrid y otras ciudades estatuas a su hijo, desobediente pero "genial".
Los caudillos de cuartel contratados por los terratenientes., son llamados
brbaros incluso por algunas historias republicanas., Los criollos usndolos se
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deshacen de ejrcitos y jefes "libertadores". Y sobre todo masacran los ncleos
kheswaymaras de resistencia. La violencia pronto se vuelve incontrolable. Las
primeras dcadas de las repblicas son guerra catica desenfrenada. Lo nico
permanente, intangible, es el dominio de la minora blanca sobre la mayora
india. Cada caudillo piensa haber nacido para dictador. Golpes de estado,
motines de cuartel, conatos subversivos, conspiraciones, asesinatos, traiciones,
se suceden velozmente. Sin rastro de diferencia poltica alguna. Ninguna
historia puede eslabonarlos en corrientes. Apenas queda bautizarlos con el
"ismo" detrs del apellido del militarote. Los caudillos combaten todo
presidente de turno y unos contra otros. Los primeros presidentes duran
semanas, incluso das: Son asesinados hasta por sus parientes. Poder es botn.
Bolivia en 150 aos sufre 187 golpes de estado, la mayora sangrientos y
victoriosos. El Tawantinsuyu es diferente. En cincuenta mil aos no conocen
un golpe de estado. Dcadas despus aparecen los primeros presidentes civiles.
Por un rato.
Bolivar, Sucre y San Martin, por la presencia de los ejrcitos kheswaymaras
victoriosos, decretan la abolicin de la esclavitud, repartimientos, mita,
yanaconaje, pongueaje y todo trabajo obligatorio y gratuito: Tambin suprimen
los tributos coloniales sobre los pueblos indios y las penas de azotes y
tormentos.
No es la primera abolicin por decreto de la esclavitud. Y a los virreyes,
especialmente los ltimos, la derogaron procurando menguar la guerra incaica.
El 7 de diciembre de 1780 el virrey J aregui, del Per, decreta la abolicin
"definitiva" de los repartimientos. Como estas disposiciones no son cumplidas,
los invasores decretan numerosas "Ratificaciones". Cada una coincidiendo con
ascensos de la guerra contra la invasin.
Las primeras leyes criollas no organizan sus republicas. Restablecen la
esclavitud. Derogan. los decretos libertarios de Bolvar, Sucre y San Martn.
Los terratenientes atacan alabando. Explican: se debe "educar al soberano", es
decir al pueblo, antes de entregarle el poder, "hay que hacerlos (a los esclavos
indios) hombres antes .que ciudadanos". Santa Cruz, otro de los presidentes
bolivianos salidos de los ejrcitos del rey, restaura por decreto el15 de octubre
de 1829 la mita, el tributo colonial indio, la servidumbre agraria o yanaconaje
y la servidumbre domstica o pongueaje.
La administracin colonial es mantenida por las repblicas. Las leyes
espaolas siguen rigiendo por mandato de leyes republicanas. Los nuevos
estados declaran como su nico idioma oficial el espaol. Aunque slo el 3 por
ciento de la poblacin sabe leerlo y escribirlo, desde Mxico hasta la Argentina
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(Congreso Indigenista Interamericano, Cuernavaca, Mxico 1964,
Conclusiones). Los pueblos kheswaymaras siguen bajo control de autoridades
no kheswaymaras. Llamadas como antes corregidores.
Las nuevas repblicas respetan las propiedades de espaoles. Muy natural.
Estos tienen altos cargos en la administracin y ejrcito republicanos o son
parientes de presidentes y diputados.
La iglesia, el arma espiritual de Espaa, defendi hasta el ltimo momento la
dominacin colonial sobre Los Andes. Excomulg a Bolivar, Scre, San
Martin y a todos quienes tomaron armas contra la monarqua europea. Incluso
excomulg pueblos enteros ponindolos en "entredichos Dio oro y plata a los
virreyes para armar ms ejrcitos represivos. Los bendijo para consagrar la
represin colonial como guerra santa. En los momentos cruciales la cruz se
volvi cuchillo, la iglesia se militariz en ejrcito eclesistico armado de
represin colonial.
Esta iglesia resulta favorecida con la fundacin de las repblicas. La libertad
individual de escoger religin, decretada por Bolvar, es derogada a las pocas
semanas. Los terratenientes declaran la "catlica, apostlica y romana" nica
religin oficial e imponen su enseanza. Desde entonces las repblicas
andinas, crnicamente raquticas, sostienen las iglesias rebosantes de oro indio.
Los pueblos aymaras y kheswas siguen adorando al Inti y a la Pachamama
clandestinamente. Lejos de la mirada policial de los sacerdotes. Disfrazando
nuestra religin csmica con barniz cristiano.
Inmediatamente despus de la llamada independencia, Espaa es declarada
"madre patria". Los terratenientes jvenes viajan all, aprenden cmo reprimir
indios y regresan a gobernar Los Andes. Su amor al pas esclavizador es tan
profundo como su odio a la nacin kheswaymara oprimida.
Cada caudillo ya presidente piensa "entrar a la historia" con designar otra
bandera y escudo nacional o al menos con decretar o promulgar otra
constitucin poltica. Bolivia ha tenido ms de 15. Su cantidad no es variedad.
No hay una constitucin con algo original. Todas son copias de modelos
europeos. La divisin del estado en poderes ejecutivo, legislativo y judicial fue
diseado por Montesquieu para Francia como sistema de frenos y balanzas.
Las dos cmaras de representantes repiten el modelo ingls, etc.
Los criollos son demasiado ignorantes para redactar las leyes de sus
repblicas. Usan las "espaolas o traducciones incompletas de leyes francesas,
principalmente de los cdigos de" Napolen. Como las europeas, las leyes
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andinas se dividen en civiles, penales, militares, eclesisticas, mercantiles,
mineras. Eligen como smbolo de la libertad en los escudos andinos el gorro
frigio. Aunque nadie sabe su significado en la mitologa del Asia menor. Sus
himnos nacionales son plagios de marchas militares europeas y versos
traducidos. En sus homenajes disfrazan una joven como pitonisa griega. La
muchacha loa al inmortalizado de turno con versos copiados, generalmente de
Petrarca o Virgilio. A menudo el verso es repetido en latn. Entonces ni el
homenajeado, ni la declamadora ni el pblico entiende una palabra. El sonido
hueco extranjero basta para satisfacer su vanidad.
As, con servilismo a lo que desconocen, los blancoides impiden el nacimiento
de estados originales, con races propias.
La opresin sobre los pueblos kheswaymaras empeor con el nacimiento de las
repblicas criollas. El Tawantinsuyu es retaceado en fragmentos. Los criollos
evitando la unidad kheswasaymararas afirman la opresin en sus regiones. Los
kheswaymaras somos divididos en ecuatorianos, peruanos, bolivianos,
chilenos, argentinos. Los primeros decretos republicanos nos prohben el uso
de "indio", la palabra capaz de unir la nacin Inca por sobre fronteras criollas.
El mango del ltigo pas del rey lejano a los dueos de minas y haciendas. A
quienes esclavizan personalmente a nuestros antepasados. Jurdicamente
quedamos menos protegidos. Los criollos derogan las garantas concedidas por
el rey para elegir nuestras propias autoridades locales. Tambin derogan los
decretos de Bolivar ordenando la devolucin de tierras arrebatadas a
Comunidades, fijando pensiones a descendientes de las familias incaicas, a los
hijos de Pumacahua en gracias a su decisiva ayuda militar contra los ejrcitos
espaoles. La autoridad de nuestros caciques es anulada. Ya no tenemos dnde
apelar en caso de violacin flagrante de las mismas leyes esclavistas. Al
finalizar la colonia los caciques solo podan ser despedidos por sentencia de la
Audiencia de Charcas y los Curacas slo podan ser indios. La repblica nos
quita esos derechos.
Los criollos republicanos se burlan de todas las leyes y decretos, espaoles y
republicanos, que limitan la esclavizacin de kheswaymaras. Las llaman
"hostias sin consagrar".
En Bolivia el pongueaje es institucin legal hasta el 2 de agosto de 1953.
La ley del primero de octubre de 1921 reconoce el pongueaje nicamente para
indios sin tierra. Es farsa. Los kheswaymaras no acostumbran inscribir su
propiedad en los registros republicanos.
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Aunque son propiedad del gamonal los colonos pagan impuestos al gobierno y
a la iglesia diezmos y primicias. Estos son legales en Bolivia hasta 1924.
Desde entonces las iglesias, catlicas o evangelistas, acentan otros medios de
despojo y conquista de las indiadas.
Las repblicas, aunque se levantan, respiran y comen por el sudor
kheswaymara desde su nacimiento, nos excluyen de toda actividad social que
no sea trabajo esclavo en minas, haciendas y obrajes y tributacin al estado e
iglesia.
No podemos adquirir propiedades. Somos propiedades. Los blancoides, nos
compran" venden o alquilan a otros blancoides. Una hacienda o mina vale por
su nmero de "colonos" o mitayos ms que por su tamao, o clase de suelo o
plantas.
1831. En una de sus primeras leyes republicanas, el gamonal es del Kollasuyu
reglamentan el postillonaje. Colonos de hacienda son reservados como
postillones. Aparte de trabajar la tierra de sus dueos y servidos como pongos
deben darles gratis, cuando los patrones ordenen, animales de carga, montura y
forraje. En 1911 una ley suprime este servicio.
La esclavitud kheswaymara empeora durante la repblica. Durante la colonia,
cada indio tiene un dueo blanco. Lo cuida como parte de su riqueza. En la
repblica todas las multitudes kheswaymaras son esclavas de la minora
criolla-espaola. Todos los blancos son nuestros dueos pero si morimos
ningn; blanco en particular pierde. Un indio "vaco" o vacante, despus de la
llamada independencia, es obligado a construir o limpiar, gratis, sin lmite de
tiempo o esfuerzo, y a menudo con azotes, iglesias, cuarteles, escuelas,
hospitales, casas particulares, calles, plazas criollas. Para el kheswaymara
caminar por una calle republicana, de pueblo o ciudad, es aventura peligrosa.
Ojos criollos, de curas, sargentos, profesores o vecinos, lo observan desde las
ventanas y meditan cmo pueden Usarlo y abusarlo.
1858. Linares, el primer presidente civil boliviano, terrateniente como los
dems, prohbe por decreto azotes y abusos a indios por parte de prrocos y
autoridades civiles y militares. El decreto en realidad legaliza la esclavitud.
Afirma, las prohibiciones son "sin suprimir los servicios necesarios".
1896. Un peridico de La Paz se pregunta "Cul es el propietario o
administrador que se halle exento de haber levantado alguna vez el ltigo? . . .
nosotros afirmaramos que ninguno". (CONDARCO, Ramiro: Zrate el
temible Willca. La Paz, p 30).
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Los criollos en sus escuelas denigran al Tawantinsuyu y glorifican el asalto
espaol. La mentira repetida forma mitos. La llamada conquista es uno de los
principales. Conquista es guerra victoriosa de un ejrcito invasor contra otro
defensor, incorporacin cultural del vencido al vencedor, mezcla de
costumbres e identificacin con el resultado. Conquista es crecimiento cultural
del vencedor. Nada de ello sucede en Los Andes. Las bandas armadas, hostiles
entre s y hostiles a su nacin hasta guerrearla, no pueden conquistar. Solo
asaltar. Estn excluidas de su propia cultura. Sus hombres recluidos en
prisiones por delitos comunes conocen apenas la subcultura de su ambiente
delincuencial. Ello es obvio en Europa entonces. Siglos despus al amparo del
silencio de la inquisicin se idealiza el asalto. Escribas asalariados comienzan
a honrar como navegantes, exploradores, militares o polticos a los asaltantes
analfabetos. Quienes ni conocan su propio pas ni intentaron conocer la vida
que saqueaban son mostrados come: cultos civilizadores.
Los escritores terratenientes son particularmente cuidadosos ocultando la
intervencin kheswaymara en la llamada guerra de independencia. La tapan
inflando sucesos intrascendentes de supuestos hroes criollos y reseas de los
ejrcitos colombianos y argentinos.
La historia inyectada a nios y nias kheswaymaras no menciona la guerra
kheswaymara, ni los hroes kheswaymaras. J uan Wallparrimachi Maita es el
nico, a veces nombrado, como trovador, no jefe combatiente.
Los criollos, como sus antepasados, conciben dos clases de trabajos:
intelectual y manual. Aquel noble, para blancos; ste vil, servil para andinos.
Los hbitos de la vida diaria son moldeados por la represin al kheswaymara.
Los criollos, como hoy, tienen tres carreras o profesiones en su vida. Pueden
estudiar la conquista espiritual de los pueblos incaicos y llegar a ser curas
Estudiar la represin armada a los nativos y llegar a ser militares. O estudiar el
despojo jurdico de las Comunidades y llegar a ser abogados y jueces.
La pugna resistencia kheswaymara-invasin espaola molde la manera de
vivir y de morir durante los tres siglos anteriores. En la repblica, sigue
construyendo todos los estilos de vida y de gobierno. La represin al
kheswaymara de colonial espaola se vuelve represin republicana criolla.
Los criollos nombran durante toda la repblica a las rebeliones kheswaymaras
"alzamientos" o "levantamientos". Estas palabras, acuadas por los espaoles
son elocuentes. Los criollos al repetirlas revelan grficamente cmo miran
nuestra posicin normal, arrodillados o inclinados.
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Los criollos pueden ocultar la guerra kheswaymara durante la repblica con
mayor facilidad que los espaoles durante la colonia. Estos informaban a su
rey lejano de los asuntos importantes de los virreinatos. A veces deban
mencionar la guerra incaica. Durante la repblica nuestra resistencia, armada o
no, es excluida de la historia y de los peridicos.
Una de las guerras kheswas demasiado grande para ser ocultada por el Per
criollo estall en las regiones de Huanta. Huachaca aprendi la guerra
combatiendo contra los virreinatos. Ya en 1824 recorre la puna alta nombrando
sargentos. 9 de diciembre1824. Ayacucho. Las tropas colombianas de Sucre
vencen a los espaoles. Es combate lleno de proclamas, amenazas, treguas,
reconciliaciones, perdones y homenajes a vencidos y vencedores. Huachaca
con otros kheswas merodean por el campo de batalla. Van recogiendo armas y
caballos.
Los criollos vencedores agasajan a los oficiales espaoles derrotados. Esperan
casarlos con sus hijas. Mientras Huachaca recoge oficiales y soldados
espaoles. Ensearn a los kheswas manejar caones y fusiles.
Huachaca lucha toda su vida contra los espaoles y despus contra los criollos.
No duerme en cuarto ni casa sino al aire libre en la puna andina. Explica, el
fro de las nieves no le deja caer en sueo profundo. Aleja as el peligro de caer
capturado o asesinado dormido.
5 de la maana. 12 junio 1827. Regimientos kheswas nacidos en las altas
serranas de Iquicha atacan Huanta. Est entre el Cusco y Lima. Narciso
Tudela, jefe de la guarnicin criolla local comanda la defensa. Los kheswas
incendian el cuartel de la guarnicin, el edificio del cabildo, varias iglesias y
los cuarteles de una compaa de infantera. Ajustician 30 soldados criollos y
se retiran a las sierras de Llamoktachi llevndose 40 fusiles. Llegan tropas
republicanas de refuerzo. Como las expediciones punitivas virreinales, antes
del exterminio masivo procuran descabezar el movimiento, atrapando con
engaos a los jefes. Pascual Arancibia es uno de los jefes kheswas asesinados.
12 noviembre 1827. Huachaca, J os Antonio Navala, quien escap por poco de
la muerte, y otros jefes kheswas, bajan de la sierra con 50.000 comuneros.
Estn armados de palos, piedras y chuzos. Parte de ellos es ejrcito permanente
de caballera. Portan fusil y visten uniforme: ujuthas, medias, pantaln corto
azul, cabellera larga trenzada, montera y poncho. Huanta es nuevamente
cercado y tomado. El cuartel militar mayor arde. Los soldados republicarnos se
refugian en los templos. Los kheswas los sacan de sus escondites y los juzgan.
Los criollos ms crueles son ajusticiados.
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Los comuneros avanzan al sur, sobre Ayacucho, la ciudad prxima ms
grande. 30 noviembre 1827. Colina de Mollepata. Huachaca, nombrado Gran
J efe de la Divisin Restauradora de la Ley, dirige un cuerpo de 3.000 kheswas
militarizados y 80 fusileros criollos. Estos, desertaron de los ejrcitos
republicanos. Ahora se consideran mestizos. Vencen los andinos.
Son ya tres aos de la muerte del virreinato. La sindicaci6n ms peligrosa es
querer revivirlo. Los militares criollos y espaoles, ex realistas ahora dentro de
uniforme republicano, acusan a los kheswas de Huanta de buscar el retorno del
dominio espaol. Con tan absurda acusacin dan carcter emancipador a la
secular carnicera racial. En Macachacra ya varios jefes indios fueron
aniquilados con aquel pretexto por tropas de caballera colombiana enviadas
por Sucre.
Los criollos concentran en Ayacucho una formidable maquinaria de guerra las
tropas participantes en la guerra contra los espaoles son movilizadas.
Fortifican Ayacucho con caones. Los estudiantes son militarizados por
milicianos republicanos. Llegan los ejrcitos andinos. Atacan y rompen las
defensas. Los jefes republicano-espaoles se refugian en los templos. Tratan
de salvarse aterrorizando a los atacantes con castigos sobrenaturales. Los
kheswas incendian cuarteles y templos. Despus son rechazados por ejrcitos
llegados de Lima. El castigo es la masacre de Comunidades.
El coronel republicano Francisco Garca del Barco, uno de los masacradores,
principalmente en la llamada batalla del Llano del Arco, relata: "la persecucin
se verifica hasta las gargantas de Huanta, dejndose sembrados el trayecto de
seis leguas de cadveres y heridos" (peridico "El Telgrafo de Lima" 2 de
enero de 1828. Reproducido por "El Debate" de 30 de mayo de 1888 de Lima
en "Recuerdos Histricos").
El coronel Gabriel Quintanilla quien comanda la masacre despus ser
derrotado y muerto por los soldados de Huachaca. 8 mayo 1828. Domingo
Tristn, General de Brigada, Prefecto y Comandante General del
Departamento de Ayacucho, publica en Huanta una proclama "llamando al
seno de la Patria a los rebeldes de Huanta, Iquicha, Luricocha, que se
internaron con varios extranjeros a las montaas, ya la vez prohibiendo
introducir explosivos o armas" (RUIZ FOWLER, J OSE: Monografa
Histrica-Geogrfica del Departamento de Ayacucho. Los extranjeros
mencionados podan ser espaoles contratados como instructores de armas. El
llamado es intil. Varios combates suceden al este de Huanta, en Tambo,
orillas del ro Apurimac.
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Uno de los primeros presidentes del Per, el general La Mar, tambin
exrealista, viene a la regin convulsa. En Ayacucho felicita a los masacradores
por su "triunfo sobre los brbaros". Forma el batalln Octavo. Se lanza en
campaa de exterminio kheswa. El ataque despiadado dura seis meses.
Moviliza criollos y mestizos de Morochuco y Andawayllas, donde, a
diferencia de sierra .y costa, la invasin gener cruzamiento, perceptible en la
abundante barba de los mestizos.
La guerra kheswa hace tambalear la naciente repblica criolla. 1833. El
Batalln Callao enviado de Lima a Ayacucho contra los kheswas se subleva.
Se pone a rdenes de Huachaca. Busca derrotar al gobierno de Gamarra. Este,
tambin militar ex-realista, enva tropas desde Lima al mando de los generales
Bermdez y San Romn. En Pultunchaca el batalln Callao es derrotado. Los
soldados kheswas regresan a las sierras altas. Los criollos, como antes los
espaoles, no se atreven a perseguirlos a las alturas.
Los kheswas armados bajan estilos de vida incaicos de las altas sierras a las
ciudades cercanas. Los implantan de 1826 hasta 1839 en las zonas de Huanta,
Huamanga, Chunqui, Challhuamayu, asno, Vicos y las riberas del ro
Apurmac. Hace tres siglos Manco Inca aqu estableci su residencia para
aislarse de la barbarie invasora.
Los combatientes kheswas de Huanta derrotan los destacamentos ms feroces
del ejrcito republicano durante estos 14 aos. En Putca todas las tropas
represivas son cercadas y diezmadas. En esas llanuras altas los fusiles
republicanos no funcionan. Por la humedad de neblina y nieve no rastrilla la
chispa para detonar la plvora. Huyen los restos en desbandada hacia las
regiones bajas y Andawayllas. Durante tres meses son perseguidos por los
comuneros armados. La segunda divisin del ejrcito peruano se encarga de la
venganza criolla. Santiago Cuntu, un testigo sobreviviente cuenta. Varias
cabezas decapitadas de kheswas son exhibidas al estilo espaol en la plaza
central de Huanta para aterrorizar a los comuneros.
1836. Los regimientos kheswas de Huanta son parcialmente legalizados. El
mariscal Andrs de Santa Cruz, presidente de la efmera confederacin Per-
Boliviana reconoce su autoridad en esa regin. 1838. El mariscal confiere a
Huachaca el grado de general dentro del orden confederado. Busca aprovechar
la fuerza kheswa contra Chile y Argentina, hostiles a la unin Per-Boliviana.
Los terratenientes peruanos temen la unin de los kheswas de Huanta con sus
hermanos kheswaymaras de Bolivia. Buscan apoyo de los terratenientes
chilenos. Estos se apresuran a enviar tropas. Ambicionan territorios. Tropas
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chilenas penetran muy adentro del territorio peruano para reprimir a los
kheswaymaras peruanos con la simpata de la sociedad criolla peruana. El
batalln chileno Valdivia, ayudado por el prefecto del departamento de
Ayacucho, Lopera, avanza sobre Huanta en 1839. La ciudad est rodeada hace
8 das por un anillo kheswa armado. El general Torrico, jefe de la Divisin del
Ejrcito Unido Restaurador, con Lopera coordina la represin. Tropas chilenas
y guarniciones armadas por terratenientes peruanos chocan con los kheswas en
Ancash norte de Lima y otros lugares. Los criollos, nacionales y extranjeros,
maniobran para exterminar, no slo derrotar a las Comunidades. Buscan
principalmente asesinar mujeres y nios. nicamente en las calles y alrededor
de Huanta 300 kheswas son muertos. El general Torrico, "expedicion sobre
aquella regin, derrotndoles y escarmentndolos ejemplarmente" resea el
peridico criollo "El Debate" de 6 de noviembre de 1896, nmero 156 (PINO
SUAREZ Juan J os del: Las Sublevaciones Indgenas de Huanta. 18271896.
Lima, 1955, p. 2g).
.
Las tropas criollas peruanas y chilenas son incapaces de exterminar las
Comunidades o reducirlas. Despus de 12 aos de guerra buscan firmar un
acuerdo de paz con los kheswas. 15 noviembre 1839. Es firmada la tregua de
Yanayay. Los kheswas prometen apaciguarse y los criollos chilenos salir de
los territorios liberados. Despus en Yanasraccay, sierra de Iquicha, es firmado
otro convenio.
1843. J uan J os Flores es caso tpico. De militar criollo se vuelve latifundista
arrebatando violentamente tierras comunales. De latifundista se vuelve
presidente de la repblica del Ecuador. Usa su cargo para promocionar el
asalto. Decreta la "ley de contribucin personal", Exige "tributacin general de
tres pesos y cuatro reales, sobre todo ser viviente en el territorio ecuatoriano,
tenga o no renta alguna" (REYES, Oscar Efrn: Breve Historia del Ecuador).
Se sublevan y arman los pueblos de las provincias Chimborazo, Inbabura y
cercanos. La guerra india se extiende a todo el Ecuador. El feroz cuartelario
Otamendi ataca a los comuneros con los soldados republicanos, los
"dragones". Comienza por Otavalo donde los kheswas se apoderaron de un
puente. De all marcha sobre Cayambe. No puede aplastar la rebelin. El
gobierno retrocede en su intento de asalto legal.
1856. El gobernador de Chimborazo escribe al Ministro del interior:
"La Copia que me honro acompaar a US. le impondr del estado de
desorden en que se encuentra la provincia de mi mando... Los
indgenas de Biblin se han amotinado contra el diezmero de esa
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parroquia seor Heredia: han protestado no pagar diezmos, primicias
ni la contribucin personal impuestas por las leyes a la clase indgena.
La sedicin est consumada. Tengo fundamentos para creer que el
desorden se generalizar; pues ya se han tomado sntomas del mismo
desorden en otras parroquias...En tales circunstancias ocurro a usted
para que sin prdida de momento, se sirva remitir 50 hombres del
ejrcito permanente de los que hagan guarnicin en esa plaza sea
cualquier .arma a que pertenezcan. Cooperando a la conservacin del
orden en el Azuay har Ud. servicio importante a la Repblica, y es
inoficioso decir a US. que invoco, evitar mayores, desrdenes,'
mayores escndalos". (COSTALES SAMANIEGO, Alfredo; PEA
HERRERA DE COSTALES, Piedad: Historia Social del Ecuador. t.
III).
1868: Un terremoto sacude Imbabura. Los criollos pretenden resarcirse de las
prdidas empeorando la explotacin al indio. Estos resisten. Aprovechan el
desquiciamiento administrativo colonial y amenazan descolgarse sobre el
poblado.
Ese mismo ao Garca Moreno, encargado con poderes extraordinarios de las
provincias del norte, recibe un comunicado oficial de Otavalo: "Los indgenas
se han sublevado y como no tengo como hacerme obedecer suplica a Ud. me
remita, sin prdida, una fuerza armada".
Las tropas pedidas llegan y masacran andinos.
Tambin en 1868 otra revuelta kheswa sacude Guano. 1871. Gobiernan los
latifundistas mediante la dictadura' de Garca Moreno. Estalla la mayor guerra
kheswa de la repblica. En diciembre, Fernando Daquilema, despus de
organizar la guerra liberadora y formar el cuerpo de jefes kheswas militares se
declara Rey de Cacha. Con habilidad va destrozando las guarniciones
enemigas. El gobierno rpidamente dicta estado de sitio en la provincia
Chimborazo. Los pueblos se van plegando a la insurreccin enfurecidos por el
intento criollo de hacerlos trabajar gratis dos das en la construccin de
caminos criollos y de abusarlos al cobrar los diezmos.
Las tropas republicanas del Ecuador se lanzan a la represin. Al estilo espaol
se esfuerzan por aislar a los dirigentes. Apresan a Daquilema y lo juzga el
consejo de guerra. La sentencia: "Por el voto unnime del Consejo, de
conformidad con lo dispuesto en el artculo diez y nueve, ttulo nico, tratado
octavo del cdigo Militar, se impone la pena de muerte." Es fusilado en
Florida, en las afueras de Quito.
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La guerra kheswa responde al asesinato de su jefe con ms ataques a
latifundistas y tropas coloniales republicanas. El dictador Garca Moreno
procura demostrar que su orden de indulto a Daquilema lleg tarde, a fin de
evadir el odio indio. La treta se hace historia gracias al jesuita J os Mara
L'Goir y el decano Proao.
Tambin en el Per se reenciende la violencia centenaria. Durante cuatro
dcadas las regiones alrededor de Huanta continan viviendo como
Comunidades incaicas. Derrotan todas las incursiones represoras y de despojo
en la larga guerra silenciosa. La muerte de un obispo rasga en parte el velo
criollo en la octava dcada del siglo XIX.
Siete de la maana. 2 noviembre 1882.Huanta es cercada por kheswas bajados
de las alturas de Callqui. Antes de atacar ofrecen garantas a Mariano Valdivia,
subprefecto de Huanta y mxima autoridad local, permitindole irse de la
ciudad. Valdivia por su codicia y brutalidad es una de las autoridades
republicanas ms rechazadas por las Comunidades.
Los criollos aparentan conciliar. En secreto envan mensajeros pidiendo
urgentes .expediciones punitivas.
El obispo de Huanta es conocido como Doctor Polo. Dice el parte oficial:
"sali a caballo el seor Obispo a apaciguar y le cay una bala que le
destap los sesos". El obispo se disfraz ponindose poncho antes de
avanzar hacia las lneas del cerco. El 22 de noviembre de 1882, pocos
das antes de su muerte este obispo envi al prefecto del
departamento, coronel Remigio Morales 'Bermdez, una carta. En ella
le peda enviar ms tropas para "hacer respetar la autoridad poltica,
hoy desconocida, burlada, perseguida y hasta atacada
escandalosamente por un populacho ignorante; diariamente
embriagado e inmoral y que dividido y conducido por dos o tres
caudillos de la antigua anarqua se desborda con frecuencia
cometiendo horribles atentados"(PINO SUAREZ...p.40,41).
Llegan refuerzos criollos. Los combates se extienden. Los comuneros bajan
desde las sierras nevadas de Los Andes con estandartes rojos y wiphalas
incaicas. Destruyen las haciendas esclavistas Mio, ahuipuquio y otras.
Ajustician amos criollos, vencen las milicias armadas por los terratenientes y
avanzan sobre Huanta. A las tres de la tarde la ciudad cae en manos de los ex
esclavos. El subprefecto desaparece o fuga. Los kheswaymas buscan en calles
y casas a los terratenientes ms odiados. Los capturan y ejecutan.
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El gobierno peruano prepara tropas para la masacre mientras pblicamente
inicia proceso judicial contra Mariano Valdivia. Acusa al subprefecto de haber
provocado la rebelin con su crueldad y ambicin. Este, en carta al prefecto el
4 de noviembre de 1882 acus ya a las vctimas: "A aquellos caribes no les
queda la menor disculpa para pretender sustraerse de las tremendas
responsabilidades que pesan sobre ellos".
La guerra kheswa crece pese al terror y al engao. Los terratenientes peruanos
olvidan su ardiente retrica sobre la defensa de la soberana patria. Con su
apoyo las tropas chilenas de Lima avanzan contra las zonas kheswas liberadas.
28 agosto 1883. El general Lynch. Comandante en J efe de las Fuerzas.
Expedicionarias Chilenas en el Interior del Per, escribe desde J auja a
Martiniano Urriola, jefe de los destacamentos chilenos en la regin de Huanta:
El "objeto principal de esta expedicin es destruir la montonera del
coronel Dvila y estorbar que Cceres pueda reorganizar con el auxlio
de los pueblos de ese departamento nuevas montoneras".
El uso oficial de la palabra montonera es elocuente. A comienzo, del siglo XIX
las montoneras formaciones militares kheswaymaras, destruyen los ejrcitos
virreinales.
El general Iglesias, presidente del Per, se ala con los invasores chilenos
frente a los kheswas peruanos. Llega a depender de las tropas chilenas para
aferrarse al poder.
12 Septiembre 1884. Tropas chilenas llegan a la poblacin de Marca, cerca de
Huanta. Los vecinos, huantinos no atacan a las tropas invasoras. Por el
contrario, envan una comisin a Iscutacu, donde estn los jefes comunales.
Les piden no resistir a las tropas chilenas.
Los kheswas indignados atacan Huanta por varios puntos. Lo toman y
ajustician a los terratenientes traidores al Per. Encienden grandes hogueras en
la Plaza principal. Queman ttulos hacendarios de propiedad y recibos de
prstamos. Las casas de los terratenientes ms grandes tambin arden. Los
partidarios del presidente Iglesias son buscados y castigados. Los andinos les
gritan' "Iscay UyaArgollista Chilliqui" (argollistas, dos caras, achilenados;
kheswa) porque dicen defender al Per contra las tropas invasoras chilenas
mientras las sirven como espas y abastecedores.
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Las montoneras kheswas combaten contra las tropas chilenas y sus aliados, los
terratenientes peruanos. Defendiendo sus Comunidades defienden al pas todo
invadido.
Los destacamentos kheswas como siempre tienen muchos combatientes, pocas
armas. La gran mayora usa palos y la kh'orahua incaica. Los chilenos tienen el
armamento industrial ms mortfero de la poca. Su fusilera a caballo es
particularmente feroz.
13 septiembre 1884. Serranas Callqui y El Calvario. Los regimientos chilenos
de caballera ubicados en la vanguardia son destrozados: Los comuneros
kheswas usan las pendientes y curvas de sus quebradas. 14 septiembre 1884.
El ataque kheswa se generaliza sobre toda la expedicin invasora. Los chilenos
huyen rumbo Ayacucho. All los terratenientes locales organizan grandes
contingentes militares contra los kheswas.
Manuel Vargas, uno de los jefes kheswas, persigue a los chilenos. Alcanza y
diezma, uno a uno, los destacamentos invasores retrasados en la fuga, Despus
regresa a Huanta donde qued Andrs Aguilar Chuntucu. Ellos y otros jefes
preparan la defensa de la ciudad. Se apresta la Expedicin Chilena
Pacijicadora. Nuevamente, como en el virreinato, la palabra pacificacin
espanta. Significa exterminio, Aguilar Chuntucu junto a otros jefes kheswas
domina Huantachaca, mrgenes de los ros Pangora, Cachi, quebradas de
Llamoktachi. Chuntucu instala su cuartel en el abra de Waywas. Paso obligado
para tramontar la cordillera andina. Por ello cruce de los caminos ms
importantes de la regin. Desde este refugio en las alturas hostiga con golpes
rpidos a las tropas invasoras. Se combate en Pangora, la Vega, Ayahuarco,
Macachacra, Waywas, Huantachaca: En el ataque a Waywas mueren 60
chilenos. Los guerreros kheswas se burlan de los blancos. Les gritan desde las
alturas y desaparecen despus de atacar. Los asustan, de da con sus gritos, de
noche con miles de hogueras.
La Expedicin Chilena Pacificadora rehuye el combate en la sierra. Entra a
Hunta. Saquea y quema las casas no incendiadas. La supone de amigos de los
comuneros. Los kheswayas rodean Huanta con un amplio cerco. Acosan a los
chilenos con golpes rpidos para eludir su artillera. Los andinos, comandados
por Manuel Vargas, Lorenzo Gonzlez y otros jefes kheswas, obligan a los
invasores a huir de Huanta hacia Ayacucho. Otros destacamentos criollos
huyen rumbo a Lima. Los kheswas los persiguen hasta Marcas, entre
Churcampa y Paucartambo. Ajustician criollos chilenos y peruanos rezagados.
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Unos 10,000 kheswas en la cuesta de Marcas, con seuelos y ataques,
encarrilan a los soldados chilenos y criollos peruanos armados a encrucijadas
ciegas, sin salida. Los sepultan con galgas, aludes de rocas y desprendimientos
de montaas. Los Andes castigan a los asesinos de los seres andinos. Villantoy
y probablemente Basilio Santa Cruz de la Vega, son algunos de los jefes
kheswas. Llegan ms tropas andinas de la regin de Mayoc, Los chilenos
aceleran la huda hacia Lima. se acercan al ro Mantaro. Encuentran el puente
cortado. Cruzan el ro montando dos soldados sobre cada caballo. Son atacados
por comuneros desde ambas orillas. La infantera y artillera fueron
destrozadas antes.
El coronel chileno Martiniano Urriola informa al general Lynch:
"Desde Huanta hasta Huancayo hemos encontrado todas las indiadas
sublevadas y el paso de la divisin ha sido una serie de encuentros sostenidos
en las alturas, para lo que se destinaba diariamente y por turno un batalln de
infantera". El general Lynch desde el Cuartel General del Ejrcito en
Operaciones ordena a Urriola:
"persuadir de que la divisin de Urriola no pretende hostilizarlos y
que deban ejercitarse con ellos la mayor equidad respetando sus
personas y propiedades". (PINO SUAREZ... p. 66).
Lastropas invasoras y los terratenientes peruanos, organizados en J efatura
Suprema Poltica y Militar de los Departamentos del Centro, acusan a los
kheswas de Huanta de bandidaje. El Registro Oficial en su editorial el 7 de
enero de 1885 dice:
"No es guerra verdaderamente civil la que hoy se mantiene; es una
guerra social de razas y de comunismo; es el desborde completo de
las masas indgenas, provocado y mantenido por el general Cceres".
El comunismo marxista todava no ha llegado de Europa. El editorial se refiere
a la comunidad del ayllu. Cceres, criollo opositor y sucesor del presidente
Iglesias, sirve para mostrar la guerra kheswa de liberacin como lucha entre
caudillos republicanos.
8 enero 1885. Combatientes kheswas acampados en las alturas de Cedropata
toman Pucaray. Derrotan en varios combates a la guarnicin criolla e
incendian las casas de los terratenientes. Despus kheswas armados atacan
Huanta desde varios puntos. Pese a los esfuerzos estacionados toman los
barrios de Tupac Horca, Cedrocucho, Cincoesquinas, Carnicera Y Hospital.
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Las tropas republicanas ya usan contra las multitudes kheswas ametralladoras
modernas europeas. Sin embargo los atacantes se retiran en orden despus de
castigar a los abusadores de Comunidades.
En 1883 el presidente Iglesias firma el tratado de paz diseado por los
invasores. Los kheswas del centro, norte e incluso sur, de Arequipa, controlado
por los chilenos, rechazan el tratado. Siguen combatiendo contra el gobierno y
contra la invasin. Durante 1884 y 1885 Iglesias ordena varias masacres.
Los terratenientes peruanos jams lo reconocern. Los kheswas, esclavizados y
hambrientos, agotan las tropas chilenas en larga y silenciosa guerra en las
sierras altas y salvan al Per de, la invasin extranjera.
A la guerra kheswa internacional sigue la defensa kheswa contra los
gamonales peruanos, siempre vidos de tierras comunales.
Entre la una y dos de la maana 14 enero 1890. Los criollos ms feroces de
Huanta, comandados por Feliciano Urbina, atacan la casa de Miguel Lizn. La
queman con petrleo y lo asesinan de un tiro en el pecho. Tambin matan a
varios de sus allegados. La causa. Los consideran indiferentes a la histeria
antindia.
Los jefes comuneros de las regiones de Huanta siguen en contacto desde las
guerras contra los espaoles. En consejo ordenan a Pascual Villanueva, Toms
Quispe, Lino Castro, Andrs Gonzles y Vicente Gonzles atacar a los
latifundistas locales pro gobiernistas.
Seis de la maana. 24 enero 1890. Otra vez es atacado Huanta por tropas
kheswas Feliciano Urbina tiene un ejercito particular. Armado con los fusiles
ms modernos trados de Europa. Enva su ejrcito al ataque. Lo ve destruido
por sus peones, se refugia con sus cmplices ntimos en la catedral. .
Doce del medioda. Los kheswas ya son dueos de Huanta. Forman un tribunal
comunal y sentencian. J usto Ruis, espada en mano saca a Felicitano Urbina del
tabernculo donde se escondi. Su hermano J uan Manuel Urbina, Alejandro
Villar, Antonio Muamn, Felipe Santayana y algunos otros tambin son
sacados de los conventos y ejecutados. Antes de dejar el pueblo los kheswas
vuelven a quemar propiedades de los gamonales ms odiados por sus colonos.
Estremecimientos de indignacin y espanto sacuden a la elite criolla de todo el
Per. El perodo oficialista "El Debate" el 28 de febrero de 1890 en su nmero
71, dice: .
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"No ha sido ya lucha de partido, sin defensa del pueblo, por la vida y
la propiedad; fue una causa ms sagrada y como los defensores no
estaban aprestados a este gnero de combate, tuvieron que 'ceder ante
el nmero de 500 iroqueses". (PINO SUAREZ, p.113). lroqueses,
como Caribes, es otro de los nombres criollos para kheswas y
aymaras. Sirve para insultar y confundir.
Ms kheswas avanzan sobre Huanta. Otros van sobre Ayacucho a liberar
colonos de las haciendas de los alrededores.
Primeras horas de la maana. Domingo 27, septiembre 1896. Kheswas rodean
Huanta. Envan 25 delegados para exigir la supresin del impuesto sobre la sal
y el canje completo de dinero boliviano. Su circulacin, habitual hasta
entonces, fue prohibida para empobrecer ms las comarcas. El dinero en mano
kheswaymaras es visto como peligro. De tiempo en tiempo las repblicas
andinas cambian billetes y monedas o el Valor del dinero circulante. El motivo
es despojar a las Comunidades del poder sobre su dinero. Ahorrado durante
dcadas de hambre. Adems cada cambio permite engaos a los comuneros en
bancos, tiendas, mercados.
La maana de este tenso domingo 25: kheswas son ultrajados por las
autoridades. Ven los criollos en la delegacin seal de debilidad. Una y treinta
de la tarde. 500 kheswas se presentan en las oficinas del subprefecto J ulin
Abad para reforzar las demandas. Las autoridades ni los escuchan y ordenan su
represin. 2 y 15 de la tarde. 10.000 kheswas armados de palos, piedras y uno
que otro fusil, rodean Huanta. Lo atacan y toman. El subprefecto Abad, el
Alcalde municipal Odiln Vega y varios soldados criollos son muertos en el
ataque. Los archivos municipales, las legalizaciones notariales de los despojos
de tierras comunales y los recibos de deudas de esclavos de haciendas y pobres
del pueblo arden en la plaza central.
Pedro Jos Ruz, prefecto del departamento de Ayacucho, pide refuerzos
urgentes a Lima. Al mismo tiempo el gobernador de Huanta, Pedro S. Portillo,
sustituye al subprefecto Abad. Pide a Pedro J os Ruz 500 soldados de
infantera y150 de caballera. La guerra crece. El kheswa, Marcelo Condoray,
nombrado Gobernador y Comandante General de Carhuamn, domina con
otros comuneros las sierras en torno a las pocas ciudades criollas de la regin.
Suben grandes refuerzos desde la costa. Los comuneros salen de
Huanta. Una crnica oficial del ejrcito republicano en campaa
informa. Despus del ataque a Huanta los indios se han remontado a
sus guaridas; parece que se, ocupan de sembrar con toda actividad, en
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previsin de cualquier emergencia que pudiera sobrevenirles" (PINO
SUAREZ, p, 129).
El gobierno nacional concentra sobre Huanta las ms poderosas tropas del
ejrcito nacional. 2 noviembre 1896. Los kheswas detienen con disparos de
can a los batallones Callao y 17 de Marzo y al regimiento Torata. El coronel
Domingo J . Parra es el jefe supremo de las fuerzas represivas coaligadas. 4.000
comuneros militarmente organizados le bloquean el camino a las sierras.
Pascual Villanueva es uno de los jefes kheswas.
Los comuneros obligan al alcalde de Luricocha a suspender la construccin de
un puente en la regin. El ejrcito peruano podra usarlo en su avance.
Llegan ms refuerzos criollos a Huanta. Parra no busca derrotar ni aterrorizar a
las Comunidades. Procura exterminarlas. Durante noviembre y diciembre de
1896 y enero y febrero de 1897 asalta comarcas. Ordena asesinar mujeres y
nios. Los heridos son acuchillados. Las balas son reservadas para los sanos.
Los kheswas espantados slo atinan a incendiar en su huida, haciendas y
mansiones. La finca Mio es una de las arrasadas.
La sociedad limea apoyo con entusiasmo la masacre de Comunidades. Un
peridico capitalino informa:
"La fuerza del orden se deja sentir con un peso abrumador sobre los
indios, y son considerables las prdidas que stos vienen sufriendo"
("El Debate", 6 de noviembre de 1896). Otro peridico de Lima ya
anunciaba: "en el fondo.., es una lucha a muerte entre el salvajismo
de las comunidades y la clase civilizada de la poblacin, a la que es
preciso defender hasta con rigor extremo si es necesario" ("EL
Comercio", 7 de octubre de 1896).
La represin no es fcil. Los kheswas atraen a los ejrcitos subidos de la costa
dentro de las sierras y all los atacan con ventaja. La resistencia kheswa y la
ferocidad republicana inquietan a una minora de la elite criolla. Los polticos
opositores lo aprovechan y acusan al gobierno. Los peridicos "Opinin
Nacional" y "La Integridad" denuncian al ejrcito peruano por realizar
campaa de genocidio total. El gobierno responde:
"no es una guerra de exterminio ciego... Es una accin represiva,
justiciera, ejemplarizadora si se quiere, ejercida por el gobierno ("El
Debate", 24 de diciembre de 1896).
El coronel Parra no oculta la masacre:
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"A partir del ao 39 no recibieron las comunidades el castigo que
merecan por los crmenes monstruosos que han cometido. (Peridico
"La Repblica", Huanta, 11 de febrero de 1897).
La masacre de Comunidades prepara su despojo. Ms impuestos sobre la sal se
agregan sobre los que generan la insurgencia. Son cobrados por adelantado con
fusiles encaonados. Parra en carta al gobierno de Lima revela: "riquezas que
no se han explotado debidamente por el temor que han infundido los huantinos
con sus actos de incalificable salvajismo"
Fines de abril, 1897 en las regiones de Huanta con dos cuerpos de artillera.
Deja en las regiones asoladas tropas para continuar la caza de kheswas,
hombres y mujeres. Los gamonales de Ayacucho le suplican "pacificar" las
Comunidades cercanas a su ciudad. La sociedad criolla del Per agradece a
Parra con ascensos, premios y condecoraciones. En 1899, durante el rgimen
de Eduardo Lpez de Romaa, es nombrado ministro de gobierno.
Fines de febrero. 1885. Alrededores de Huaraz. Callejn de Wayllas.
Departamento Ancash. Norte de Lima. Kheswas conversan:
"... general Cceres nos lleva a peliar con general Chile amarrados nos
encierra en cuartel, a ltigo enseamos a manejar fusiles, con barriga
vaca hacemos peliar. Chilenos matamos como conejos.
- general Chile robar todas las ovejas del patrn, y el Patrn
decimos despus; "T tienes la culpa... por que no escondiste bien mi
ganado? ... pagars a medias".
"general Pirola decir "soy defensor raza indgena" y matar indios
como cancha".
"general Iglesias ordenar este prefecto Noriega: "Friega indios, cobra
dos soles semestrales, contribucin personal (antes anual). (REYNA,
Ernesto: El Amauta Atusparia. Lima, Ediciones Frente, 2a. edicin,
1932, p. 17).
Adems los kheswas construyen gratis iglesias, cementerios, crceles, casas
para subprefectos o corregidores recin nombrados. Los sbados deben llevar
"presentes" de lea, huevos, cuyes, ovejitas y hasta hijos. Los gamonales
emborrachan a un comunero y le hacen firmar recibos de venta de tierras del
Ayllu, o compran testigos. Pagan 10 soles por gendarme para masacrar la
protesta comunal. Estado y criollos pagan a los operarios libres con "billete
inca". Luego los anulan. El "Sol de plata" es decretado nica moneda vlida.
Impuestan la sal. Cupos chilenos y peruanos pesan sobre las vctimas.
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Ms de 40 alcaldes indios de provincias firman el memorial presentado al
coronel Francisco J . Noriega, prefecto de Huars. La abolicin del impuesto
personal o su rebaja a la cuarta parte comienza la lista de reclamos.
La primera firma es de Pedro Pablo Atusparia. Alcalde indio de Marin y del
Barrio de la Restauracin. Es un kheswa alto, macizo, de nariz aguilea y
escaso bigote. Casado con Mara Fernanda Llauri. Estaba arrestado ya por
contestar "paga primero para que te traiga paja" al gobernador Collazos, quien
le exigi paja y techar el cuartel.
El "zambo Vergara" y el gobernador le arrancn pedazos de piel a latigazos.
Buscan el nombre del redactor del memorial. No logran ningn dato.
Trece alcaldes kheswas detrs de Pedro Pascual Guillen, Alcaide del Barrio de
Independencia, ven al prefecto coronel Noriega. Exigen la libertad de
Atusparia.
El coronel manda apresarlos. Furioso por el fracaso de la tortura ordena: "que
les corten las trenzas y le tejiesen una cincha para su montura de campaas,
(REYNA, oh. cit., p. 25) azotarlos y soltarlos.
Huars se llena de kheswas. Ven salir a sus alcaldes trasquilados. Los
delegados se cortan las trenzas como duelo y solidaridad. Algunos las agitan
frente a los gendarmes. Amenazan teirlas con su sangre y usarlas como
penachos en sus fiestas.
La fuerza criolla consta de 70 soldados de caballera, 120 de Guardia Civil,
100 del Batalln Artesanos al mando del coronel Vidaurre, tenido por muy
valiente. El gobernador Collazos ordena atacar. Arremete la caballera y
dispersa la multitud.
La ciudad yace en una ladera de la colina Pumacayn. Los incas construyeron
en su cumbre un centro ceremonial. El prefecto lo destruye. Usa sus piedras
pulidas, decoradas con pumas en alto relieve, para las toscas paredes del
cementerio y cimientos de casas particulares. En esas ruinas los kheswas se
reagrupan. Y los amautas organizan el comienzo de la sublevacin. Los
asesora Pedro Granadas, un gendarme quien se dej crecer la trenza.
Primero de Marzo. Escena corriente. Grupos indios se acercan a Huars
cargando paja. Dentro de las cargas estn las armas. Una vieja cristianizada
delata. Los soldados ceban las ametralladoras ya emplazadas. Masacre. Los
kheswas sin embargo irrumpen en la ciudad. La caballera ataca a las indias
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ocupadas asaltando los comercios especuladores del barrio de Santa Fe. Luego
sube por un largo callejn hacia Pumacayn. No hay escape. Le cae un granizo
tupido de piedras lanzadas desde las ruinas incaicas. Segn el Comercio de
Lima tan slo Pedro Granadas derriba a honda 70 soldados, con piedras
grandes como cabezas de wawa. Las indias son panteras enfurecidas. Brincan
sobre todo jinete cado. Lo eliminan a dentelladas y araazos. Entre los
soldados muertos estn el coloradote sargento gringo Smith; llamado el
"Sargento Diablo" y el oficial de la Boix.
Los ex colonos avanzan cuadra tras cuadra. Toman Huars excepto el cuartel
donde se repliegan y parapetan las tropas peruanas. Las cercan y esperan
refuerzos. Ahora el hambre es arma india.
2 y 3 de Marzo. Las tropas cercadas atacan. Fracasan. Vuelven corriendo a su
cuartel. Los comuneros ya tienen 100 fusiles. Tambin granadas de mano
quitadas al ejrcito chileno. Llegan pongas liberados de las haciendas
Huamarn, Toclla, Paria, Marca, Antipayan y Picup.
Mircoles 4 de Marzo. Atusparia cuenta. Tiene 8.000 combatientes y 300
fusiles. Decide atacar el siguiente amanecer. En la noche los labradores
alrededor de sus hogueras beben alcohol y comen plvora. As quieren adquirir
crueldad guerrera.
6 de la maana. Jueves 5 de Marzo. Se estrecha el cerco sobre el cuartel.
Pronto los comuneros acaban sus balas. Y se arrojan al asalto. El coronel
Vidaurre con 30 jinetes escapa al galope por el camino a Recuay. El
gobernador Collazos escala una pared y huye. El "zambo Vergara" cae muerto.
Su cabeza degollada es fijada en una lanza. Sus manos flageladoras son
clavadas en las paredes de la iglesia. La costumbre espaola rebota desde la
vctima. Slo quedan unos 50 soldados. Pronto son barridos.
La noticia llega al prefecto Noriega. Estaba invitado en la hacienda de los
Antunez de Mayolo. Envalentonado por el alcohol monta una mula. Enfila
hacia Huars. Ordena seguirlo a su tropa. Sus soldados aprovechan la
oscuridad y desertan. El prefecto frente a Recuay se ve sobrio y solo. Unos
indios lo reconocen. Quieren atraparlo. En galope desesperado escapa. Su mula
resbala. Se zambulle y sumerge en la mierda de gallinas y conejos acumulada
para abono. Los indios no lo imaginan escondido all y se salva. El gobernador
Collazos en Huarmey, mientras, forma una banda abigea.
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Los kheswas son dueos de Huars. Atusparia es elegido prefecto por
aclamacin, No acepta. Prefiere seguir como Delegado. Es la autoridad civil y
militar. Publica un bando en kheswa:
1.- Ordena consideracin a los blancos neutrales. 2.- Llama a los kheswas de
los departamentos de Ancash, La Libertad y Hunuco a desatar la guerra de
liberacin, 3.- Ordena mantener Huars meticulosamente limpia para evitar
pestes. 4.-Permite a los ex colonos consumir ganados y cosechas hacen dadas
"nicamente para su alimentacin". 5.- Manda celebrar el prximo domingo
una misa de gracias al Seor de la Soledad. Este santo, explica, perdonar los
pecados de los combatientes y enviar al apstol Santiago y al arcngel
Gabriel para ayudarlos a luchar.
Maana del domingo 8 de Marzo. Atusparia asiste a la misa. Viste capa negra
y bando escarlata. Sus ujut'has descansan sobre almohadones bordados con
hilos de oro.
El doctor Figueroa, prroco de la iglesia de San Sebastin, dice el sermn:
Dios es como un cordero parado sobre un horno de pan. Su abono es til si cae
a un lado de la media esfera y fertiliza el maz o es destructivo si cae a otro y
sirve para fundir lanzas. Lo cual, explica, merece castigo divino. Concluye
predicando: unos nacieron para mandar, otros para obedecer. Atusparia a
continuacin habla: el seor cura tiene razn. "Yo soy la autoridad".
Tarde del mismo domingo. Banquete comunero en Huars. Amigos blancos
son invitados. El poeta Luis Felipe Montestruque discursea. Elogia las
sublevaciones indias de Huancan, Chukuito, Huanta, Cusco, Ayacucho.
Llama "neogodos" a los represores criollos. Promete crear el peridico "El Sol
de los Incas". Atusparia lo nombra Secretario General y al Dr. Mosquera, otro
invitado, prefecto.
Lunes 9. Avanza al norte el ejrcito kheswa. Las nieves de la Cordillera Blanca
estn a su derecha, las ptreas cumbres de la Cordillera Negra a su izquierda.
Ambas encierran el Callejn de Wayllas, colosal escenario de la guerra india.
Dirigen con Atusparia, Mariano Valentn, cacique de Carhuaz y Pedro
Cochachn, llamado "J usck'u Pedro por ser dinamitero en lamina J usck'u"
(agujero en kheswa) del criollo Laguna. Los escuadrones de Guardias Urbanos
comandados por el cura de Huars, Dr. Figueroa, son destruidos. Espaoles y
criollos del Callejn de Wayllas huyen a la costa. Sus mansiones y casas de
hacienda son requisadas y luego quemadas. Tambin la casa del cura
Hinostroza en Carhus.
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Segunda quincena de Marzo. El ejrcito kheswa ocupa todas las poblaciones
entre Huars y Manco. Atusparia instala su cuartel en Villa de Manco. A una
legua est Yungay. Lo cuida la Guardia Urbana nica en la regin.
Lo kheswas atacan. Jos Orobio, llamado Kusiblanco (kusi-alegre, kheswa)
avanza con 2.000 por un flanco. La fusilera criolla los espera. La Guardia
Urbana reforzada con 83 soldados de caballera de Cars los masacran. Y
avanza sobre Villa de Manco. Los kheswas emboscan y aniquilan a su
vanguardia. El grueso retrocede a Yungay y se atrinchera. Los comuneros
cercan la ciudad.
Atusparia quiere evitar el desangramiento. Exige rendicin a Yungay. No hay
respuesta. El Dr. Mosquera trae 100 fusileros mestizos de refuerzo. El indio
avanza ostentando sus miles de combatientes. Atusparia dirige la vanguardia.
El cacique Tupishuanca la retaguardia. Los criollos quieren parlamentar. Sus
curas delegados ofrecen armas a los kheswas si desorganizan su ataque.
Estiran las charlas, Esperan refuerzos y ganan tiempo.
5 de Abril. Los kheswas deciden atacar. Tienen 40 cajones de dinamita y
J usck'u Pedro sabe usarla. Manuel R. Villn, jefe de la Guardia Urbana, es
muerto en el ro. Cae Yungay. Los gamonales son ajusticiados. Los comercios
saqueados. Algunos indios sienten dolores agudos. Los criollos envenenaron el
alcohol de las cantinas y dejaron sus puertas abiertas.
La guerra kheswa sigue alcanzando al norte. Pueblo Libre se le pliega. En la
entrada de Cars no encuentran soldados sino dos curas: Fidel Olivos Escudero
y el vicario Garca suplican misericordia para el vecindario criollo. Los
gamonales firman escrituras pblicas prometiendo colaborar al ejrcito
kheswa.
Waylas, norte de Cars. Gamonales y blancos son ajusticiados.
Mato. Es linchado el gobernador militar por fusilar a un mensajero de
Atusparia.
Pallaska. Peones asaltan haciendas. El subprefecto huye al puerto de
Chimbote.
Huari. Comuneros la toman comandados por Francisco Cceres, subordinado
de Atusparia.
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Aija. La toman peones dirigidos por Pedro Nolasco Len descendiente de
antiguas familias kheswas de Sipca.
Huamales y 2 de Mayo. Repican campanas en adhesin a los sublevados.
13 de Abril. Puerto de Casma. Desembarcan tropas de Lima. Las comanda
Iraola, designado nuevo prefecto de Huars. Parte del ejrcito, al mando del
coronel Gonzles, ocupa los pueblos de Yautn, Pariakoto y la hacienda
Chanchn. Suben las quebradas occidentales de la Cordillera Negra, Las tropas
de Jusck'u Pedro atacan en:
"los zigzageantes caminos pegados al abismo de la famosa quebrada
Lucifer, donde los espantados caballos, con los hijares palpitantes,
retrocedan locamente, resbalando en el piso rocoso y desigual, ante el
infernal estrpito de las galgas, de los derrumbes, la granizada de
pedruzcos, los gritos de guerra, y los trgicos alaridos de los pututus
que retumbaban en la quebrada con el fragor del trueno" (REYNA, p.
50).
En tres combates J usck'u Pedro y sus tropas vencen. Persiguen hasta el mar al
ejrcito represor. Sus restos se refugian en el puerto de Casma.
El prefecto Iraola ordena al feroz coronel Manuel Callirgos Gutirrez
comandar la segunda expedicin represora. Las tropas de J usck'u Pedro la
derrotan y ponen en fuga a Chimbote, principal puerto de la regin. La
persiguen hasta las alturas de Moro y Nepea. Y regresan a vigilar los caminos
que suben a la sierra desde los puertos de Huarmey y Casma.
La sublevacin libera la vasta sierra de Ancash. Los blancos de Huars salen
de sus escondites. Firmando escrituras pblicas reconocen la autoridad de
Atusparia y comprometen su neutralidad.
La vida se vuelve tranquila. Rige la costumbre Inca. La ciudad es lavada y
limpiada comunalmente. Luce un aseo pulcro, extico para la ciudad criolla.
Son erradicados juegos de azar, borrachos, tiros, raptos, serenatas y
consiguientes bochinches.
Llega la semana santa. Es celebrada con pompa. Atusparia preside las
festividades. El cabildo eclesistico deposita en sus manos el tabernculo. El
Delegado comunero viste su ropa usual de guerra chaqueta verde ribeteada con
trencilla negra, botones dorados, pantalones ajustados de bayeta negra abiertos
en la pantorrilla y ujuth'as. Sus capitanes visten bayeta azul, verde, negra,
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amarilla, segn su regin. Los uniforma la larga trenza y el Inti grabado en oro
al pecho. El Dr. Mosquera desentona con su levita y tarro.
"El Sol del inca" es distribuido. Afirma: el Per desangrado por la guerra
contra Chile necesita fuerza nueva, india, para recuperarse. Remarca, "la tierra
es para todos".
Tropas dirigidas por el coronel Callirgos cruzan el abra de Quillo. Avanzan
sobre Yungay. Atusparia es informado por los chasquis. Manda parte de su
tropa a Yungay con el Dr. Mosquera. Ordena atacar a J usck'u Pedro,
parapetado con su tropa en los riscos de la Cordillera Negra. Atusparia espera
en Huars un gran contingente de indios de Conchucos para organizarlos.
Matacota. La gente de Jusck'u Pedro aniquila la avanzada republicana.
Punap. El grueso del ejrcito represor ataca. Batalla intensa los comuneros
retroceden a Yungay. All esperan juntarse con las tropas tradas por
Mosquera. No las encuentran y se retiran. Callirgos e Iraola entran a Yungay.
Mosquera perdi tiempo alcoholizndose y discutiendo con mestizos de la
tropa. Hasta mat a uno de ellos apellidado Angeles. Lo sabe Atusparia.
Avanza al norte sin esperar las tropas de Conchucos. Sustituye a Mosquera con
Pedro Granados.
Atardecer. 21 de Abril. Yungay. El ejrcito peruano atrincherado no da
importancia a rebaos regresando de pastar. Entre ellos, tapados con cueros de
ovejas, se acercan guerreros kheswas. As evitan la fusile ra republicana y se
lanzan al asalto. La artillera de Iraola desde la colina Huansacay dispara sobre
la retaguardia kheswa. La tropa dirigida por J os Orobio toma el puente
Calicanto. Un contraataqu criollo lo retama. Este puente es importante.
Permitira el asalto masivo. Un cuado' de Atusparia, Angel Bailn, quiere
iniciarlo. Avanza gritando "!Viva Atusparia!". Cae perforado con quienes
brincaron de los parapetos. Tambin muere combatiendo Luis Felipe
Montestruque. Del bolsillo del poeta periodista cado asoman ejemplares de
"El Sol delinca". Tupishuanca es otro dirigente muerto.
Toda la noche se combate. Los comuneros se comienzan a. replegar a las 9 de
la maana. Pedro Granadas con once heridas. Atusparia tiene una pierna intil.
Es cargado al sur, hasta Huars. Jusck'u Pedro y J os Orobio quedan con las
tropas del norte. El Dr. Mosquera busca en vano acuerdo secreto con Iraola.
Huye. J usck'u Pedro lo apresa. Su tropa lo perdona despus de escupirlo.
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22 de Abril. Los comuneros son masacrado s al tratar de apoderarse de los
caballos republicanos. Los prisioneros cavan fosas enormes. Despus una
descarga los barre. Los criollos as ahorran balas. J os Orobio es capturado y
condenado a muerte. Recibe 200 azotes. Pide "yapa" Cae fusilado sonriendo su
desprecio.
Del 22 al 29 Abril. Ataques kheswas continuos. Ya son de grupos pequeos,
virulentos e inasibles.
29 de Abril. El prefecto Iraola informa al Director General de Gobierno:
"infinitas dificultades" en ingreso a Yungay. Anuncia "emprender sobre
Huars".
Mayo 3. Huars. Se acercan los regimientos represivos. Multitudes nerviosas
llenan calles y plazas. Quieren incendiar la ciudad. Atusparia no acepta.
J uscku Pedro llega sangrando. Informa "Callirgos est por llegar". Atusparia
procura organizar la defensa, hacer cavar trincheras y levantar barricadas. La
multitud lo rebasa. Histrica saca en procesin al Seor de la Soledad. Es su
fiesta y los curas se encargan de recordarlo. J usck'u Pedro se acerca agarrando
un hacha. Va derribar la imagen de yeso. El icono hipnotiza a la multitud en
pnico, la paraliza enfrente de los caones cebados, Atusparia lo detiene: "Es
la hora de luchar y no de destruir imgenes". J usck'u Pedro grita: "!Muera el
cristo!" Atusparia le hace eco "!Muera! !Mi padre es el Sol y mi madre la
Tierra!" (REYNA, p. 69).
Los caones siegan la procesin. Atusparia cae. Su cuerpo es recogido y
escondido por sus hermanos. J usck'u Pedro huye. Avanzan los batallones
republicanos costeos. Completan a cuchillo la carnicera comenzada con
caones. Atusparia es encontrado herido. Los criollos lo halagan. Hasta hablan
de levantarle un monumento por salvar la ciudad del fuego.
J usck'u Pedro queda al mando. Escoge los mejores combatientes y licencia al
resto. No quiere nmero sino calidad.
Mayo 7. Huars. El grupo selecto de Jusck'u Pedro avanza escondido en los
sembrados. Entra al colegio de La Libertad. Ahora cuartel del Batalln Canta.
Los diezma y se retira sin prdida.
Los blancos furiosos se vengan. Asesinan a mujeres y nios kheswas llegando
de Pumacayn al mercado con verduras. Los comuneros en represalia cercan
Huars. La mitad, al mando del mestizo J usto Soliz, ataca por la Cordillera
Blanca y la otra mitad por la Cordillera Negra al mando del propio J usck'u
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Pedro. Procuran incendiar la ciudad para imponer la guerra en la sierra donde
el sorojchi castiga a las tropas costeas.
El prefecto ofrece negociar. El mestizo Soliz acepta. Rodulfo Santa Gadea y el
cura Fidel Olivas Escudero.le hacen firmar la capitulacin. Soliz 1.- Acepta las
garantras del indulto. 2.- entrega las armas. 3.- implora la exoneracin del
tributo indgena (ya prometida por el prefecto para apaciguar la sublevacin).
4.- a cambio acepta la continuacin de los servicios gratuitos del pongueaje.
Despus el cura Escudero es conducido vendado "donde J usck'u Pedro. Lo
llama para adularlo "Comandante de la Guerrilla de Ancash". El jefe rebelde le
rectifica: "soy indio". El cura le avisa la defeccin de Soliz. Ofrece supresin
del impuesto indgena y solucin a todos los reclamos de los comuneros a
cambio de la paz. Jusck'u Pedro pide tiempo para consultar. Anuncia, en 24
horas responder con bandera blanca o con mosquete.
Mayo 11. El consejo comunero rechaza la propuesta criolla. Un tiro de fusil
sobre la plaza central lo anuncia. Bajan las tropas kheswas desde la Cordillera
Negra sobre Huars.
1.000 Guardias Urbanos y las tropas subidas de Lima y Casma se aprestan. El
coronel Callirgos manda como cebo al frente al Batalln Celadores. Esconde
los batallones Canta (ya reconstruido), Artesanos y a los Guardias Urbanos en
Huarupampa. Su plan se cumple. Los comuneros arrollan al batalln
Celadores, cruzan el puente y entran a la planicie de Huarupampa. Es "trampa
de ratas" con paredes altsimas al ro y el puente como nico escape. Labriegos
y soldados combaten seis horas. Callirgos no planea guerra sino exterminio.
Los prisioneros kheswas son acuchillados sin excepcin. Sin embargo.
Contingentes indios logran escapar.
Mayo 12. El coronel Callirgos en una proclama dice a sus soldados:
"Las turbas de indios que habis visto; y que en estpida insensatez,
se han dejado conducir por los malvados, han pagado bien cara su
imprudencia y temeridad. Los miles de cadveres que se hallan en las
faldas del pangor, son el ejemplo y el escarmiento de los rebeldes"
(REYNA, pe. 79-80). Entre ellos mueren los jefes comuneros
Sinforonio Carhuapoma y Condorsenka.
Ese mismo 12 de mayo recin llegan los combatientes kheswas de Conchucos
y serranas del Maran. Se comunican con fuego y humo con J usck'u Pedro.
Ven su terrible derrota y se retiran hostilizados por la artillera republicana.
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27 y 29 de J unio. Minas J usck'u y Ataquero. Tropas represiva combaten contra
los comandos de Jusck'u Pedro. El busca entendimiento con el general Andrs
Avelino Cceres; en guerra civil contra el general Iglesias, presidente del Per.
Insta al Mayor Zamudio asaltar un envo de dinero oficial de Casma a Huars.
Zamudio no se anima. Sus tropas, mayormente indias, lo abandonan y es
capturado. Los indios intentan el asalto. Son rechazados. Varios mueren.
J ulio. Jusck'u Pedro reaparece. Con su hijo Hilaro Cocilachin dirigen el
ataque, toma y saqueo de Wayllas, pueblo entre Cars y Huallanca, en la,
Cordillera Negra. Comandan ahora a tropas kheswas reclutadas en Trujillo,
puerto al norte de Chimbote. Iraola avanza desde Huars. Las tropas Kheswas
se atrincheran en Villa de Mato.
Agosto 24. Despus de varias maniobras estalla el combate decisivo. Iraola
ocupa Villa de Mato y despus Wayllas. La tropa de J usck'u Pedro, sin balas,
se retira a Quilto. Los Guardias Urbanos saquean en Wayllas las tiendas de
mestizos. Los vecinos criollos engalanan a Iraola con medallas y piden a Lima
el generalato para l.
J usck'u Pedro entra en secreto al puerto de Casma. Busca balas para su tropa.
Est ofrecida una fuerte recompensa por l y es capturado, Muere mostrando el
trasero a sus fusiladores como desprecio final a los opresores.
La poltica criolla sigue. En noviembre Cceres derrota a Iglesias y toma Lima.
Para los festejos llama a la capital a Atusparia. Convaleciente viaja con su hijo
Manuel Ceferino. El presidente Cceres "los agasaja. Le ofrece un puesto en
Huars. Atusparia declina: "No puedo aceptarlo porque no s leer ni escribir".
El presidente ofrece "Pdeme lo que quieras". Atusparia nada pide. Les sacan
una foto y termina la entrevista.
Atusparia regresa pronto, a las sierras altas. Los comuneros festejan la
abolicin jurdica de impuestos y trabajos gratuitos. Los Consejos le ofrecen
chicha en un vaso incaico de oro. Antes de beber ofrenda a la Pachamama y a
las cuatro referencias csmicas.
Cuando muere Atusparia los criollos se apropian de su cadver. Con
homenajes y discursos procuran borrar su ejemplo. Hasta sindican a sus
hermanos de lucha de haberlo envenenado.
Al otro lado de Los Andes, en sus estribaciones orientales el exterminio,
principalmente contra chiriguanos, es todava ms cruel, total y oculto.
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El asalto criollo sobre la nacin chiriguana es conocido por la poblacin
kheswaymara de todos Los Andes. E influye en la mayor guerra del Kollasuyu.
Desde la fundacin de la repblica las Comunidades aymaras y kheswas se
defienden del asalto armado de los gamonales criollos. Estos, como minora
gobernante econmico y militar, mediante el presidente Ballivian legislan: Las
tierras comunales pertenecen al estado criollo, los Comuneros son meros
usufructuarios. As las autoridades roban legalmente tierras comunales.
La guerra kheswaymara de liberacin vive en formas diferentes. Los pueblos
aymarakheswas del Kollasuyo sin prisa y sin pausa, directa e indirectamente,
con violencia armada o poltica o econmica resisten la esclavizacin
republicana.
1854. La nacin aymara se subleva con amplitud y violencia incontenibles.
Slo amaina con una terrorfica epidemia de fiebre tifoidea. Los naturales
andinos mueren con las enfermedades extranjeras sembradas desde las
ciudades para desolar los campos. 1860. Nuevamente las Comunidades
aymaras radicadas en torno del lago Titikarka se lanzan a la guerra.
Isidoro Belzu es el nico presidente boliviano durante el siglo XIX que no
masacra kheswaymaras. Permite la movilizacin poltica india. Controlada y
frenada la usa como respaldo. Los gamonales lo asesinan dentro del palacio
presidencial mediante caudillos de cuartel. Mariano Melgarejo,
permanentemente embriagado, deja el manejo de la presidencia a Donato
Muoz, famoso por su astucia y doblez incluso entre los polticos criollos.
Muoz (el ''Talento'') revela a Melgarejo {la "Valenta"} un medio fcil de
enriquecerse: vender las tierras comunales.
Los peridicos opinan, primero con sutileza, despus abiertamente. La
fertilidad de las. tierras agrcolas va disminuyendo porque las manos indias, al
trabajarlas, las esterilizan. Alarman al pas inflando la deuda interna y externa.
Entonces el gobierno anuncia la solucin para ambas calamidades dar la tierra
comunal a "manos emprendedoras", Melgarejo, por decreto de 20 de marzo de
.1866, elevado a ley el 28 de septiembre de 1868, ordena. Los comuneros para
consolidar su derecho a trabajar la tierra, considerada estatal desde Ballivian,
deben pagar de 25 a 100 pesos en 60 das. El trmino comienza desde la
publicacin de la ley en un peridico de la capital. Las multitudes comunales
no se enteran. La falta de pago acarrea la venta por el estado de las tierras en
remates pblicos. Los gastos del proceso se descuentan del precio. As el
dinero queda en manos criollas.
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Los primeros despojos legalizados encienden rebeliones aisladas de
comuneros. Las tropas republicanas salen inmediatamente en expediciones
punitivas. Y se generaliza la guerra kheswaymara en defensa de la
Pachamama.
El general Leonardo Antezana comanda la masacre de comarcas enteras. 28 de
junio 1869. Asalta San Pedro de Buena Vista, norte del departamento de
Potosi. Ordena el fusilamiento de 600 hombres y mujeres kheswas. 2 al 5
enero 1870. Las tropas republicanas asolan Waychu, cerca del lago Titikarka,
y asesinan a todos los aymaras hombres. Quiz por ello el nombre Waychu
significa hurfano. Un escritor quien nos llama "raza desventurada que carece
de historia" dice:
"Refieren los mismos soldados de la expedicin, entre espantados y
gozosos, que ante las cargas de lanzas y fusiles, las aglomeraciones de
indios se postraban, desapareciendo en tierra, y levantndose
acometan en tropel, arrojando piedras con hondas, y que caan
muertos y heridos; que en esa alternativa de desaparecer y servir de
blanco, se precipitaban contra sus matadores hasta los mismos filos y
las bocas de fuego; que abatidos en lucha tenaz de das, prefirieron
arrojarse al fondo de las aguas antes de caer en la inclemente
venganza de los blancos, pereciendo tantos como que quedaron con
vida fugitivos los que sobrevivieron al exterminio por el ltigo; que
hallada prisionera y reverenciada como soberana una vieja
nonagenaria, madre del indio principal que se apellidaba Willka, de la
descendencia real, ''fue arrancada del templo cuando se abrazaba al
santo patrono... pidiendo de rodillas clemencia, llorando a mares,
(segn Nicanor Mallo, historiador criollo) fue muerta a azotes, en
presencia de sus sbditos maniatados; que los prisioneros fueron
fusilados en masa, ligados con cuerdas, como haces de lea. EN EL
ATRIO DE LA CASA DE DIOS, morada de brutales libertinajes de
la soldadesca; donde no hubo cosa valiosa que escapara al saqueo, ni
mujer que se sustrajera a la violacin ni mancebo que no fuera
destrozado" (GUZMAN, Alcibiades: Libertad y Despotismo en
Bolivia. La Paz, Ediciones Gonzales y Medina, 1918, ps. 256 y 257).
7 agosto 1870. 400 comuneros de J anq'ulaymi son asesinados despus de su
captura. Poco despus en Taraco, orillas del lago Titikarka, 2.000 aymaras son
masacrados. Cientos llenan los presidios urbanos. No regresan. Pukarani
tambin es masacrada. Como los espaoles los republicanos apresan a hijos y
parientes de todo kheswaymara rebelde. Despus de usarlos como rehenes los
matan.
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Antezana se apropia de ms de 500 kilmetros cuadrados de buenas tierras de
sembrado y ganaderas a orillas del lago Titikarka. Los oficiales de esta
campaa de extincin se divierten compitiendo en el asesinato. Apuestan
dinero y disparan desde posiciones seguras a hombres y mujeres kheswas y
aymaras, nios y ancianos afanados por escapar a las quebradas. La prensa
republicana los elogia como hroes de la civilizacin y el honor nacional.
Las Comunidades logran sobrevivir asolando haciendas y atacando pueblos
criollos. La resistencia kheswaymara genera una oposicin criolla. 21 de
diciembre 1870. El general Agustn Morales se entrevista con las autoridades
comunales y uno de 10s. Willkas. Les pide su ayuda para derrocar y sustituir a
Melgarejo. A cambio promete derogar las leyes despojadoras y detener la
masacre. Aclara el caudillo de cuartel el acuerdo: los indios deben "respetar a
los caballeros" (as se llaman los criollos andinos porque sus antepasados
llegaron a caballo) y tambin deben obedecer a sus "superiores". El acuerdo es
entre amo y colono. Los kheswaymaras aceptan y dividen al enemigo.
Amanecer. 15 enero 1871. 20.000 comuneros aymaras llegan a las orillas de la
ciudad de La Paz. La cercan y exigen la libertad de los colonos agonizantes
dentro de las crceles y policas urbanas sin proceso judicial. La poblacin
criolla, temerosa del anillo aymara que rodea la hora del Chukiapu, se subleva
contra el gobierno. Los colonos presos son liberados y hasta homenajeados por
el vecindario. Los comuneros en la ciudad castigan la burocracia melgarejista.
Quintn Quevedo, uno de los jefes de cuartel ms feroces del rgimen escapa.
En la noche va gritando wewa Willka imita el acento aymara para confundirse
con la multitud. Gamonales radicados en La Paz besan los pies y las orillas de
los ponchos de sus colonos colmo muestra de sumisin. Para calmarlos
ejecutan el saludo que quieren imponer a sus esclavos. Se humillan a si
mismos como quieren humillar a sus indios.
La resistencia aymarakheswa del altiplano vence a Melgarejo. Las victorias
comunales son censuradas por periodistas e historiadores bolivianos.
Melgarejo huye por el altiplano. Es perseguido a poca distancia por los
comuneros. Quieren juzgado. Logra cruzar la frontera con el Per y se asila.
Algunos de los masacradores huyen con l. Se rezagan. Son capturados,
juzgados y ajusticiados. Morales, ya presidente, anula por ley de 31 de julio de
1871 los despojos de Melgarejo. La nueva ley concede a los comuneros
"libertad" para vender sus tierras. Esta clusula abre otra puerta legal al
despojo de tierras comunales. El robo contina. Por ende contina tambin la
guerra kheswaymara de resistencia.
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1874. Varias leyes del gobierno, principalmente la ley de ex-vinculacin de 5
de octubre, van fragmentando la propiedad comunal en pedazos individuales.
El asalto disfrazado de venta libre es ms fcil. La ley criolla legaliza la rapia
sangrienta de tierras comunales. Testigos comprados declaran y juran que los
comuneros recibieron dinero como pago de su tierra, Es fcil "probar" con la
complicidad de jueces, abogados, fiscales. Toda la burocracia judicial se lanza
al despojo. Algunos juristas como Antonio Quijarro de Potosi entran a la
historia republicana con honor por haber inventado mtodos jurdicos de
despojo. Hoy calles, plazas, escuelas, llevan sus nombres.
Es ms fcil fragmentar la propiedad comunal en leyes que en los campos.
Aymarakheswas se niegan a recibir ttulos de propiedad individual sobre sus
tierras. Aceptan nicamente ttulos de propiedad comunal indivisibles.
El gobierno no puede aplicar sus leyes seccionadoras. Teme desencadenar una
sola y total guerra kheswaymara en Los Andes. Reconoce por ley la propiedad
comunal. Pero habilita el despojo en los procedimientos. Estos violan y
contradicen las mismas leyes que reglan. Los jueces criollos en levita,
sombrero de copa y bastn europeos y los generales criollos en uniformes
prusianos preparan el asalto de las mejores tierras kheswaymaras.
Principalmente en los Yungas. Esta regin prxima a la ciudad de La Paz es
famosa por sus sembrados de ctricos, caf, coca, pltanos, yuca, caa, etc. En
Inkisivi, Mohoza y Caluyo las Comunidades son atacadas sangrientamente por
tropas cuartelarias. J ueces, militares y curas, en triloga letal, acusan a los
colonos vctimas de delitos inventados e inflados.
Despus de Los Yungas se generaliza el asalto de Comunidades. El revisitador
es quien-entrega a las viudas de los kheswaymaras asesinados los nuevos
ttulos individuales de propiedad, previos al despojo. A menudo los entregan y
al terrateniente. Revisitador en lenguaje corriente llega a significar usurpador.
Los comuneros tienen slo dos alternativas: o se convierten en colonos
esclavos de haciendas establecidas en las tierras de sus Comunidades o se
lanzan a la guerra. En Corque, Oruro, empleados del gobierno mensuran
terrenos comunales para su corte y usurpacin. Son ajusticiados.
Tropas republicanas avanzan sobre las Comunidades del altiplano que se
defienden. Y estalla la ms violenta de las guerras durante la repblica.
Tropas kheswaymaras del 'otro lado de la cordillera occidental, hoy Per,
cruzan la frontera criolla con J os Pizarro como jefe militar. Vienen para
ayudara sus hermanos kheswaymaras del lado boliviano a luchar y sobrevivir.
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En Colquencha la plata atrae el asalto criollo ms cruento. La sangre india
mancha el mineral. La presa clama por ms violencia para que tales riquezas
"sirvan al pas". La mayor desgracia para una Comunidad es tener minerales o
calidad de siembra y tierras. Encienden la codicia criolla.
El regimiento Bolvar, el ms poderoso del pas, ocupa Tiwanacu, aunque las
ruinas milenarias enorgullecen a los gobiernos criollos, all masacran a los
comuneros defendiendo a los gamonales de la regin. El regimiento Bolvar
despus vira a Waychu, tomado por los comuneros.
Las orillas del lago Titikarka acicatean la ambicin de autoridades del
gobierno. Avanzan tropas republicanas al exterminio kheswaymara. Los
comuneros defienden con determinacin mstica el lago sagrado. Sus orillas e
inmediaciones, sobre todo Copacabana, Calamarca, Huancan, Desaguadero
quedan limpias de asaltantes. El regimiento Murillo acuartela en Copacabana.
Desde la poblacin boliviana ms importante del lago planea movilizarse por
las convulsas regiones vecinas. El estacionamiento es imposible por el ataque
andino. Los finqueros gobernantes de Bolivia santifican la frontera, nacional o
hacendaria. Mas ahora piden ayuda a los finqueros gobernantes del Per. Los
dos ejrcitos republicanos combaten juntos contra los kheswaymaras dentro
del territorio boliviano.
Despus de extensa campaa represiva el regimiento Bolivar enva apenas 20
comuneros presos de Caracollo, Kenkopata, Sakakani, Llanamullo a las
crceles de La Paz. Miles de aymara-kheswas apresados son asesinados sin
juicio, ni civil ni militar. Los comuneros apresados combatiendo son quemados
vivos al estilo espaol.
La guerra criolla de despojo de tierras convierte en guerra racial. En guerra
criolla de exterminio kheswaymara, Criollos sin tierras de ciudades y' pueblos
forman "partidas de vecinos". Las arman y organizan los hacendados.
Prometen darles parte de las tierras arrebatadas a los comuneros. La promesa
es incumplida.
Los comuneros-de Kollana se enfrentan con piedras contra el regimiento
Bolvar. Cientos son masacrados. Los aymaras de los alrededores de Vilaque
derrotan a la guarnicin militar local. Toman el pueblo y lo incendian. Los
comuneros de .Kallapa, Corocoro, Kallapata tambin limpian sus tierras de
soldados y criollos armados. 1895. Los comuneros de Aigachi atacan
Chililaya, en el lago Titikarka, con armas de fuego. Derrotan la guarnicin
republicana y lo toman. Este puerto, llamado Prez por los criollos, es
reconquistado por regimientos republicanos y nuevamente tomado por
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comuneros de Chililaya armados con fusiles. Estas armas de fuego fueron
compradas por el hacendado Marcelino Gutirrez. Confiando en la
servidumbre de sus colonos los arm con fusiles para atacar Comunidades
vecinas y arrebatarles tierras.
1895 y 1986 la guerra crece. Marzo 1896. Las Comunidades de Anchallame,
Keroma, Urnala, obrando en comn, invaden la finca Totora, asentada sobre la
Comunidad del mismo nombre. Liberan colonos. Se reparten equitativamente
ganado y aperos de labranza de los hacendados.
Los comuneros de Pukarani asaltan las haciendas de la familia Tamayo,
considerada indigenista dentro de la sociedad criolla. Franz Tamayo, en 1910
dir, el 90 por ciento de la energa nacional es el indio. Sus colonos no
conocen sus opciones intelectuales sino su crueldad. Su guerra rompe las
tradiciones divisiones polticas de la elite criolla. El regimiento Murillo
defiende a los indigenistas criollos. Avanza sobre los comuneros de Pukarani y
los colonos recin liberados, Masacra dos veces a los combatientes sin
poderles quitar ni ganados ni colonos. Los comuneros de la regin de Yacu
deciden en asamblea no pagar ni un tributo ms al gobierno. Su ejemplo se
repite rpidamente.
Avanza 1896. Cientos de ataques comuneros a haciendas y localidades criollas
limpian el altiplano de amos esclavistas. Se van reinstalando las Comunidades
destruidas en los ltimos aos de despojos.
Tambin en 1896 se realizan elecciones presidenciales. El coronel J os Manuel
Pan do es candidato. Cuando joven fue soldado en la movilizacin de Agustn
Morales contra Melgarejo. Vio la entrevista de Morales con el jefe comunero
Willka en Ayoayo el 21 de diciembre de 1870. Estuvo cuando el general
criollo nombr al jefe comunero Sargento Mayor del ejrcito boliviano. No
olvid el estremecedor despliegue de la fuerza aymarakheswa que destron al
tirano.
Pando gana la representacin de la oposicin criolla. Aunque condena los
8excesos" de los indios aparenta colocarse encima de la pugna entre
hacendados y colonos. Las Comunidades resuelven apoyarlo.
6 mayo 1896. La ciudad de La Paz amanece totalmente rodeada por miles de
aymaras enviados por sus autoridades comunales. Llegan en paz. Quieren
demostrar su apoyo al candidato Pando. Adems comprometerlo, mediante
promesa pblica y solemne, a detener el asesinato y robo de Comunidades. El
vecindario, acriollado en su mayora, cree que los aymaras vienen a vengarse.
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El miedo inunda la ciudad y crispa nervios. Policas apresan algunos
comuneros. Gritaban Wewa Pantu. Les llenan la boca con ceniza caliente. Es
para recordarles. Como indios no pueden vocear consignas polticas.
Las multitudes aymaras salen de La Paz tan pacficamente como entraron, sin
enterarse de la brutalidad policial. Al saber de las bocas chamuscadas arrecian
sus ataques contra las haciendas.
De Chuquisaca y La Paz salen ejrcitos a reinstalar haciendas de obispos,
jueces y generales criollos. Uno de los primeros regimientos en partir al
genocidio es el J unin. Va de La Paz a la convulsa regin de Umasuyus.
Pese a la represin las Comunidades amplan las regiones liberadas. Para
agosto de 1896 la mayor parte del altiplano andino queda limpio de finqueros.
Los Kheswaymaras victoriosos van repartiendo tierras, pastos, animales,
aguas, al estilo incaico. Florecen nuevamente las Comunidades. En Sikasika,
Kalamarca, Viacha (tan cerca de La Paz que de noche se ven sus luces), las
Comunidades aymaras consolidan su organizacin. Extienden la guerra a otras
regiones, aymaras y kheswas, peruanas y bolivianas.
La minora criolla resuelve en reuniones reservadas trasladar la capital de
Bolivia de Chuquisaca a La Paz. Chuquisaca fue sede de la Audiencia de
Charcas, importante centro de la vida colonial espaola. Ello ahora es
irrelevante. Deciden instalar la capital criolla en el centro de Chukiapu, de la
nacin aymara, cuya guerra permanente de las ltimas dcadas amenaza
destruir la repblica criolla. Hace tiempo ya los blancoides repiten, los
aymaras son ms brbaros que los kheswas. Los llaman "janihuas", negacin
aymara pronunciada con rspida brusquedad, negacin de todo servicio,
invasin y comunicacin. J anihua para los criollos es cerril, cerrado, ptreo.
Por la vanidad regional el traslado de la maquinaria militar y burocrtica
republicana provoca desacuerdos internos en la lite criolla. Los vecinos
nacidos en Chuquisaca se creen aristcratas. Trataron de sustituir el nombre
kheswa de Chuquisaca por el de La Plata, Sucre, La Ciudad Blanca, La Ciudad
de los Cuatro Nombres. Construyen una torre Eiffel de cuatro metros de altura.
Los celos vecinales guerrean con discursos en las cmaras legislativas. El
diputado chuquisaqueo Ramirez es llamado Pico de Oro. Abigail Sanjins es
diputado por La Paz. Sus retricas chocan. Deciden batirse a duelo. El duelo
termina sin un rasguo y ambos son llamados hroes en los salones.
Los chuquisaqueos mezclan servilismo y vanidad. Se auto identifican con la
nobleza francesa amenazada por la revolucin de 1789. Los paceos se
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consideran la naciente burguesa. Ecos de discursos monrquicos son
respondidos con ecos de discursos jacobinos. El nico argumento no copiado
asombra: la capital debe ser trasladada a los 3,600 metros de altura porque
Chuquisaca sobre 1 ,500 metros y con temperatura envidiable tiene "clima
bajo.., no permite largos debates".
1896. Elecciones. Gana Severo Femndez Alonso. Es tradicin republicana del
derrotado denunciar fraude electoral. Cuya perpetracin tambin es tradicin
republicana. El Congreso dicta la Ley de Radicatoria contra el cambio de
capital. Pese a ello Pando y Alonso, urgidos por la guerra aymara, se
entrevistan. Acuerdan los detalles del traslado. Pero ambos quieren la
presidencia. La diferencia crece en sus vecindarios.
La J unta de Gobierno de La Paz enva delegaciones a las Comunidades. Acusa
a los chuquisaqueos de ser los nicos culpables de despojos y masacres. Les
piden su ayuda. Forman un cuerpo especial de aymaras militarizados. Lo
llaman Vanguardia de Aborgenes. Nombran jefe al criollo Manuel Arancibia
con grado de Sargento Mayor. Pando le ordena perdonar a los prisioneros
chuquisaqueos que pudieran capturar. La orden se explica. La represalia
aymara no debe salir de los lmites coloniales.
El presidente Alonso decreta estado de sitio en el departamento de La Paz. 10
diciembre 1898. Como Capitn General del Ejrcito de Bolivia sale de
Chuquisaca en campaa de guerra. Su objetivo declarado es atacar La Paz. Su
objetivo real es atacar la nacin aymara. 15 diciembre. Llega a Oruro. Apenas
parte de esta ciudad rumbo norte el ejrcito republicano es atacado por los
aymaras. En Sikasika, Imilla-imilla y Machacamarca los combates son ms
tenaces.
El ejrcito nacional sigue avanzando al norte. Llega a Viacha el8 enero
1899.40.000 aymaras organizados por Willka y otros jefes comunales lo
cercan. . Estn armados de warak'as, palos, piedras, chuzos y uno que otro fusil
y escopeta viejos. El anillo aymara es gigantesco, total e inaprehensible. As
anula la fusilera y artillera y usa su gran nmero de guerreros mal armados.
El ejrcito boliviano en marcha, rutinaria o de guerra, no porta comida ni agua.
Por costumbre nacida en la colonia espaola arrebata a las Comunidades
cercanas a su paso aves, ganado, granos, papas, quesos, lea, etc. Esta vez los
aymaras aslan al ejrcito republicano con piedra y fuego y le niegan los
servicios gratuitos tradicionales. Se llevan la comida. La imposible de llevar la
queman.
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Pando busca a Pablo Zrate, el Willka de ms prestigio. Es comunero nacido
en Sikasika, casado con Aida Aguijar, con dos hijos y dos hijas. Segn cierta
prensa criolla pacea es severo y bello, inteligente y alegre, valiente y tenaz.
Pando le dice a Willka:
"Tu me ayudas con los indios en esta Guerra Civil. Los blancos del
sur, los k'aras de Chuquisaca, son tus enemigos y son mis enemigos,
lucharemos contra ellos; y despus de la victoria, yo ser el Primer
Presidente y t sers el Segundo Presidente de Bolivia; y
devolveremos a los indios sus tierras, que arrebat Melgarejo te doy
el grado militar igual el mo.., sers el "coronel Willka" (MALLO,
Nicanor. Estudios Histricos sobre la Revolucin Federal citado por
REINAGA, Fausto La Revolucin India, p. 275).
Pando nombra despus a Willka General de Divisin del Ejrcito Boliviano y
Comandante Mximo de la J efatura Suprema de los Ejrcitos Indios. Pando
quiere ganarse a Willka llenndolo de ttulos. El comunero logra de Pando tres
compromisos principales: liberacin de colonos, participacin de masas
kheswaymaras en el gobierno y devolucin de tierras comunales usurpadas.
El ejrcito constitucional sali de Oruro poderoso y agresivo. Al llegar a
Viacha es diferente. Aunque no ha tenido ni un combate con el ejrcito federal
de los hacendados paceos, ya est disminuido en hombres, armas y moral. El
aymara hostiga a todo el ejrcito en campaa. Ajusticia a los rezagados e
impide descansar al resto. Hasta las balas de su artillera han cado en manos
kheswaymaras. Los ejrcitos criollos de La Paz no tienen artillera. Tienen slo
un caoncito llamado Walaychito (muchachito travieso en aymara).
El cerco comienza a estrecharse sbitamente en varios lugares. El ataque ya no
golpea slo a retaguardia. El ejrcito criollo se desespera como una serpiente
mordida por miles de hormigas. Los aymaras buscan la lucha cuerpo a cuerpo
para anular la fusilara. Conocen bien la posicin de los cercados y golpean sus
sectores ms dbiles. Los hijos de las familias auto nombradas nobles forman
escuadrones segregados del resto de la tropa. Se diferencian con un uniforme
muy elegante y una pelerina como distintivo. Los aymaras los llaman "sucres".
Los derriban de sus cabalgaduras jalndolos por los pies, riendo, de su
elegancia y cobarda.
La lucha en Viacha se va haciendo ininterrumpida. En sus alrededores y en
Laja destacamentos del ejrcito republicano, ya dentro del gran cerco general,
son cercados doblemente por comandos aymaras infiltrados. Estos los aslan,
atacan y desarman. Los fusiles van a los pocos aymaras que los conocen.
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Llevan los prisioneros a la ciudad de La Paz. Los interroga la Junta de
Gobierno. Los comuneros asustan a los criollos cercados. De da con el
sostenido y profundo ulular del pututu incaico, japapeos y gritos. De noche
miles de hogueras, como espejo del cielo estrellado, dicen del gran nmero de
andinos atacantes. Sbitamente concentrados en un lugar obligan al ejrcito
represor a cambiar, intil y urgentemente, la colocacin de su artillera y
defensas.
20 enero 1899. Un rpido ataque aymara sorprende, asla y desarma una
escuadra del regimiento Bolvar. El cerco se estrecha. Corta totalmente toda
comunicacin. El hambre golpea al ejrcito republicano. Ya combate
nicamente por arrebatar alimentos. Los aymaras impiden a los cercados dar
zarpazos a las comunidades cercanas quemando sembrados.
Once de la maana. 21 enero 1899. La jefatura de los cercados arriesga una
escuadra. La enva a Corocoro en busca de provisiones. Salen a caballo los
"sucres" de Viacha. Aprovechan su condicin de hijos de las familias ricas
para ser los primeros en abandonar el cerco. Galopan rumbo sudoeste. Van
envueltos en las humaredas de las brasas dejadas por las hogueras aymaras en
la noche anterior. A dos kilmetros de Viacha atacan una Comunidad pacfica.
Matan 90 indios agricultores. A quienes osan enfrentarlos, con picas y
cuchillos, los nobles chuquisaqueos los asesinan enterrndoles tales picas y
cuchillos en sus cuerpos agonizantes por heridas de bala. Desde ese momento
otro cerco aymara, ms pequeo, gil y agresivo envuelve y acompaa a los
sucres en sI,! asalto armado de provisiones.
22 enero 1899. Los sucres entran a Corocoro. Esta poblacin minera queda
inmediatamente encerrada por otro anillo aymara. Los mineros y parte del
vecindario tambin son aymaras. Se juntan a los colonos. Los mineros usando
la warak'a arrojan con precisin cargas de dinamita cebadas y encendidas. La
dinamita es su principal instrumento de trabajo diario y la conocen bien. Parte
del informe de Demetrio Toro, jefe de la expedicin:
"Al amanecer del da 22 pudimos ver cubiertas de indios las cimas de
los cerros que circundan la poblacin, los que momentneamente
aumentaban en nmero, reforzados por todo el pueblo y trabajadores
de las distintas empresas que pasaban en grupos a reforzar sus filas..,
no era slo la honda del indio la nica arma del enemigo, sino
principalmente los fusiles y revlveres de los vecinos, y lo que es peor
todava, la dinamita, de que profusamente con maestra hacan uso los
trabajadores de mina... Desde aquel momento el combate no tuvo
trmino durante el camino... Teniendo al enemigo por ambos flancos
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y la retaguardia marchamos todo aquel da sosteniendo un combate
apenas interrumpido por momentos..." (REINAGA, p. 277).
Comuneros apostados en las alturas de Condorhipia (aymara, donde se reclina
o descansa el cndor) en ataque veloz incendian las reservas de forraje de los
criollos cercados. Los fusileros republicanos no pueden impedir el avance
indio ni con trincheras en las esquinas. Tres de la tarde de ese 22 de enero de
1899. Ya est derrotado el escuadrn Sucre. Los hijos de hacendados huyen al
galope. Dejan todo lo acumulado en sus asaltos: cinco furgones de alimentos,
125 cabezas de ganado y 15 sunichus.
Los sucres no huyen rumbo a Viacha, donde est el grueso de su ejrcito
cercado en espera de alimentos yagua. Huyen al sur hacia sus tierras
chuquisaqueas. Van perseguidos toda la noche por aymaras.
Comuneros y mineros irrumpen en Corocoro victoriosos. Hacendados, dueos
de minas, tenderos, curas, abogados, tinterillos y dems criollos, directa o
indirectamente, viven del trabajo indio. Ahora dan la bienvenida a los siervos.
Adornan balcones y calles con trapos y papeles de colores. Preparan grandes
comidas y mucho alcohol. Mandan a sus hijas al encuentro de los colonos
vencedores. Les rocan ptalos de flores y. se ofrecen. Los criollos piden al
mismo tiempo en secreto tropas represoras a la J unta de Gobierno de La Paz y
al gobierno republicano de Chuquisaca.
Los halagos no desvan a los colonos de su misin. Juzgan hacendados y
criollos crueles. Oyen quejas de las victimas. Ajustician a los ms odiados.
Perdonan a los dems. Se dedican a reorganizar el trabajo y la vida diaria al
estilo Inca comunero.
3 enero 1899. Ole Sandstad, su esposa Manuela Sandstad y Thorgensen
aparecen muertos en Corocoro. Eran ingenieros europeos de minas. Los
criollos del pas acusan a los aymaras de su muerte. Fueron muertos por balas
criollas para procurar ayuda europea en la represin a los colonos.
Los comuneros armados aymaras y kheswas ya han organizado cuerpos de
chasquis al estilo incaico. Se informan mutuamente del nmero, armamento,
movimientos del ejrcito republicano, cuyos planes ya son obvios. A los
ejrcitos criollos encerrados en Viacha slo les queda un camino para
sobrevivir, huir al sur. La prensa criolla de Cochabamba compara el ataque
aymara con el "paso de Atila y Hunos por la aterrada Europa".
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Los aymaras atacan al grueso del ejrcito republicano cercado en Viacha. El
escuadrn J unn sali en refuerzo del escuadrn Sucre. Regresa sin poder
averiguar nada. Estn hambrientos, cansados y enojados por la ineptitud del
mando. Los nicos en comer algo ese da fueron los jefes. Cuando todava
estn en Collpani saben la noticia grande.1-as multitudes aymaras ingresaron a
Viacha.
Las tropas urbanas criollas de La paz todava no cruzaron un disparo con las
tropas republicanas. Aunque toda la juventud urbana criolla de La paz estudia
armas.
Los finqueros paceos, con la tributacin cobrada por adelantado a los
aymaras, compran en Europa 1.500 rifles Mannlicher, 500 carabinas
Winchester, 500.000 tiros de dotacin y 1.200 uniformes completos. En total
32 toneladas de armamentos. Ese rifle es de los ms modernos y mortferos del
mundo. El imperio Austro Hngaro es el primero en adoptarlo como arma
oficial de su ejrcito. Inventado por el bio-ingeniero Fernando Mannlicher y
patentado en 1879 y 1882 es el primer fusil considerado automtico. Introduce
como importante innovacin el magazine o caserina acoplada debajo de la
cmara de compresin, en uso actualmente. Caben cinco cartuchos, se cargan
de un solo movimiento. En 1890 ya usa plvora sin humo. Cambia el sistema
de mira.
El gobernador Zuazo, miembro de la J unta de Gobierno de La paz ordena:
"con la llegada de 1.500 rifles para el ejrcito Federal, se restituyan a sus
labores cotidianas, especialmente la clase indgena, la cual tiene a su cargo la
industria agrcola".
Tropas chuquisaqueas huyen al sur. Son perseguidas y cercadas por
comuneros. Entre la tropa perseguida van varios sucres nobles. Estos dejan a
sus compaeros heridos, cansados y rezagados tirados en el camino,
Varios sucres no pueden huir con la velocidad del resto. Llegan a Ayoayo y se
refugian. J unto con los finqueros locales se encierran en la iglesia del pueblo.
Los reciben el presbtero J os Maria Fernndez de Crdoba, el prroco J os.
Rodriguez y el cura de Ayoayo Jos Gmez.
Los colonos ingresan a Ayoayo. Incendian las casas de hacendados. Los nobles
chuquisaqueos y los finqueros locales dentro del templo piden ayuda a es
dioses. Los colonos entran al templo, los encuentran llorando, abrazados a sus
dolos de yeso. Los amos suplican perdn de rodillas. Los ex siervos los levan
a la plaza del pueblo. All un tribunal comunal decide la suerte de cada uno.
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Condenan a muerte al finquero Blacutt. Sus hijos tambin son juzgados. Los
perdonan pese a sus abusos contra comuneros y colonos. El castigo al padre ya
les afecta suficiente. Dos oficiales del ejrcito republicano aparentan sumisin
y tratan de escapar al galope. Son apresados y ajusticiados. Quedan al mando
de los soldados presos el tercer jefe del escuadrn de sucres, Melitn
Sanjins y el coronel J os Avila.
25 enero 1899. 27 sucres son juzgados por haber cosido a cuchillazos y
pinchazos a 90 comuneros en ruta a Corocoro. El castigo es la muerte. Los
colonos comen los cadveres. As comparten solidariamente la responsabilidad
del ajusticiamiento y deciden soportar unidos la represin. El terror criollo crea
el terror indio. Es guerra de sobre vivencia y los colonos encuentran un modo
efectivo de alejar a los exterminadores. Nunca volvern a pisar sus tierras
criollos chuquisaqueos. La prensa criolla de La Paz explica el castigo como
respuesta a las masacres de comuneros en Comanche y Corocoro cuando el
arrebato frustrado de provisiones.
Los colonos perdonan al resto de los escuadrones Sucre y Monteagudo. Les
avisan, sern castigados si se detienen en su retirada. Sobra el aviso. Galopan a
mxima velocidad rumbo a Chuquisaca. Topan con destacamentos del ejrcito
republicano. Este quiere obligarlos a contramarcha hacia el norte. Los nobles
se lanzan al combate armado contra sus propias tropas para no regresar a
territorio aymara. Este combate es el nico real entre criollos en esta extensa
guerra. Las tropas republicanas vencen y apresan a los sucres. Entre ellos estn
hijos de las familias consideradas ms aristocrticas en la sociedad criolla del
pas. Ello los salva, No son fusilados por desercin y amotinamiento en guerra.
Los jvenes nobles regresan al sur desarmados, montados sin cabalgaduras ni
uniformes como muestra de deshonor.
24 enero 1899. Los aymaras derrotan destacamentos republicanos y finqueros
regionales en Umala.
El gobierno constitucional ordena apresuradamente "de ningn modo se
proceda al cobro de la contribucin indigenal". Su orden no es cumplida.
Apenas autoridades y finqueros ven, o creen ver, debilidad o desorganizacin
aymarakheswa, arrebatan tierras, contribuciones, animales y masacran. El
subprefecto Roberto Pelez, aunque apoya a Chuquisaca, ordena el cobro del
tributo indgena en Umala. Lo mismo sucede en Curahuara de Pakajes. En
Sikasika criollos detienen a Juan Katari y a otros jefes de las Comunidades de
Kaawiri y Yarhuichambi. Los fusilan frente a las crceles de esas poblaciones
sin proceso judicial alguno. Los comuneros se organizan y atacan. Los criollos
son obligados a liberar los dems presos. Aguardaban su fusilamiento.
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Autoridades y hacendados procuran huir de noche. Son capturados y
ajusticiados. Sus cadveres quedan ostentados en sitios pblicos. La costumbre
espaola rebota y aterroriza a las bandas armadas de los finqueros. Natalio
Villau, corregidor, de Curahuara de Pakajes, es perdonado. No estuvo de
acuerdo con el cobro armado del tributo indgena.
La guerra avanza por el altiplano andino. Haciendas, minas y poblaciones van
siendo limpiadas de amos. Los hacendados en pnico ruegan a sus dioses
europeos reducir los colonos a la esclavitud. Cielos, Tierra, Agua y Fueg9 a
comienzos de 1899 estn encolerizados. Grandes tormentas de agua y rayos
dan escenario csmico a la guerra kheswaymara.
Comuneros dirigidos por Laureano Linares y Dionisio Sotura ingresan
gritando Wewa Pantu a Kakiawiri y Llimph'i. En ambos los finqueros apoyan
a Chuquisaca. El cura de Kakiawiri saca a la calle, frente a la puerta de la
iglesia, dolos de yeso. Protege a los esclavistas, en plena oracin dentro del,
templo, amenazando a los atacantes con castigos ultraterrenos. Los colonos
conocen al cura y gritan' "no hay que creerle, es un cura aloncista". El cura
cambia de tctica. Saca de sus arcas algunas joyas y las ofrece a los colonos.
Quiere comprarles su perdn. Hasta promete lograr la devolucin de las tierras
comunales robadas. Es en vano. Los ex siervos castigan a sus ex dueos.
27 enero 1899. El ejrcito republicano se retira definitivamente del territorio
aymara. No ha disparado un solo tiro contra los criollos paceos. Estos ni se
enteran de la retirada, fin de su pretendida guerra, Dos chasquis van a La Paz y
lo revelan a las autoridades.
Pando y la J unta de Gobierno de La Paz no cumplen su compromiso a Willka.
Slo publican llamamientos a la paz y al amor entre los esclavos armados y los
finqueros.
Mientras tanto, los aymaras persiguen, siempre envolvindolo, al ejrcito
republicano. Huye a refugiarse a Qruro. Esta ciudad, centro ferroviario del
pas, es cercada totalmente por Comunidades aymaras y kheswas. Los
comuneros de Paza destruyen un tramo de las vas frreas, impidiendo a los
cercados huir por tren.
Los colonos ya no alimentan a los amos. La poblacin criolla de Oruro y las
tropas republicanas conocen hambre. Esta vez las tropas criollas paceas
vigilan el cerco aymarakheswa, impiden a los comuneros atac-ar a las tropas
cercadas y castigar a los finqueros.
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Durante toda la campaa las tropas paceas actan en forma contradictoria. En
discursos la J unta de Gobierno de La Paz sigue hablando de su alianza con los
"indgenas". Sus tropas mientras van expulsando a los siervos armados de las
haciendas ocupadas.
El batalln Pacajes parte de La Paz a Corocoro. Responde al pedido de ayuda
de los hacendados aloncistas perdonados por los comuneros. Va a "disciplinar"
a los aymaras.
11 febrero 1899. El regimiento Loa de La Paz ingresa a Corocoro. Refuerza al
batalln Pacajes en "resguardar la tranquilidad".
Los aymarakheswas siguen solos la guerra en el altiplano. Toman Caracollo.
Ahora tambin sus victorias son ocultadas. El criollo Claudio Pinilla, en
Santiago de Chile informa que el pueblo fue tomado por 1.500 blancos y "30
brbaros". Febrero 1899, nicamente La Paz, Cochabamba, Potos y
Chuquisaca son territorio criollo seguro. De>esas ciudades parten las tropas
represivas. El general republicano Julian Mara Lpez amenaza: "Ya veremos
cul vale ms, cuando se afronte el pututu a la ametralladora".
La rebelin al avanzar se organiza. Los consejos comuneros de Mamacunas y
Amautas comis.ionan a Lorenzo Ramrez atacar Inkisivi, a J uan Lero, Tapacari
(Cochabamba) y Paria (Oruro), a Feliciano Willka, Chayanta (PotosQ, a
Mauricio Pedro, Sacaca (Potos).
Los finqueros de La Paz no disminuyen la servidumbre de sus colonos en
ninguna de sus formas. Por el contrario, aprovechan la guerra que soportan las
Comunidades para arrebatarles tierras, ganados, armas.
Los aymaras van entendiendo. Estn siendo atacados por una sola tuerza
militar dividida en dos: por tropas chuquisaqueas desde el sur de su territorio,
y por tropas paceas desde dentro.
28 febrero 1899. El escuadrn Pando se interna a Mohoza, una de las regiones
donde los aymaras han consolidado su victoria. Son 130 soldados criollos
escogidos de La Paz divididos en dos columnas. Clodomiro Bernal y Antonio
Maderos dirigen cada una. Como es costumbre se alimentan mediante el
despojo violento de las Comunidades. Los aymaras los tratan como aliados
militares, no como amos. La soldadesca criolla se enfurece. Castiga a los
comuneros por no servirlos ni abastecerlos rpido de comida, alcohol, forraje y
provisiones. Clodomiro Bernal castiga al colono J uan Bellota "planeo", azote
cuartel ario con golpes de sable. Las tropas paceas se divierten despus
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matando gallinas, ovejas y otros animales de los comuneros. Entran a la iglesia
y roban de sus arcas 250 pesos bolivianos (cada peso equivale a una libra
esterlina).
Kheswaymaras de las Comunidades de Tholapampa, Kaluyo, Huaylloma,
J ankokota, Lakalakani, Kahuichaa, Chambiri, Paylloko, Kishuara, Kotohuma,
Pipini fueron esclavizados en haciendas. Ahora estn armados contra
Chuquisaca. Ese mismo 28 de febrero de 1899 son increpados por el finquero
J os Hidalgo y su hijo Santiago Hidalgo. Ambos aducen ser pandistas y
quieren manejar a los excolonos como siervos en la guerra. Lorenzo- Ramirez
y los dems jefes comunales contestan, slo reciben rdenes de su Willka.
Apresan ambos hacendados y los llevan a Panduro. All les explican. Los
colonos armados ya tienen sus propios jefes y han decidido no obedecer ms a
los finqueros de la J unta de Gobierno de La Paz. Los dos hacendados furiosos
insultan a los comuneros. El consejo comunal los juzga. Sentencia a J os
Hidalgo a la muerte.
29 febrero. La esposa de Jos Hidalgo enva una nota al jefe de las dos alas del
escuadrn Pando, Arturo Eguino. El con otros oficiales estn escuchando misa
en la iglesia de Mohoza, despus de haber almorzado en casa del cura
despojado. Eguino apenas recibe la nota ordena a la tropa alistarse para
combate. Adelanta una avanzada de acuerdo a la costumbre criolla. Para
ordenar a los comuneros preparar "alimentos y provisiones" para el grueso del
escuadrn presto a partir rumbo a Leque.
Una multitud de colonos golpea la avanzada cerca de Mohoza. La obliga a
regresar al galope. Al mismo tiempo cerca el pueblo. Eguino dice al prroco
J acinto Escbar.
"Mi cura, estamos perdidos; la indiada se ha alzado; la guerra no es de
partidos, sino de razas; hemos vivado a Pando y a la Federacin y nos
han contestado !Viva Willca!" (CONDARCO, p. 283).
El escuadrn Pando huye de Mohoza rumbo a Paica. Los comuneros lo siguen
cercndolo. El cerco se aprieta. Un emisario de los atacantes llega al escuadrn
y ordena deben retornar a Mohoza para aclarar su filiacin. El escuadrn entra
a Mohoza gritando Viva Pando. Quiere as ostentar su calidad de aliado. Los
comuneros miden hechos no palabras. Responden "Aqu no hay Pan do sino
Willka, ustedes son ladrones aloncistas". Les quitan sus armas. Los soldados
paceos procuran identificarse con los colonos. Se quitan el uniforme europeo
y muestran sus calzones de bayeta como prueba de indianitud. Slo revelan
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otra cara ms de la opresin. Los colonos, adems de alimentarlos, los visten
con sus milenarias telas incaicas adecuadas al fro de la puna.
El vanidoso escuadrn criollo marcha tres vueltas alrededor de la plaza
principal vivando a Willka. Inslitamente labios criollos gritan un nombre
kheswaymara sin insultos. Los colonos se calman. Lorenzo Ramires va solo
donde los comandantes de la escuadra. Les pide devolver a la iglesia los 250
pesos robados. El odio antindio sustituye inmediatamente al miedo. Los
criollos no devuelven lo arrebatado, insultan al colono por exigir a los
"caballeros" y quieren azotarlo.
Los colonos se enfurecen. Apresan a todo el escuadrn. Juzgan a soldados y
oficiales criollos uno a uno. Perdonan a quienes fueron obligados a reclutarse
en el ejrcito represor. Sentencian a los dems muerte. Lorenzo Ramrez
ordena encerrarlos en la iglesia. 1 marzo 1899. Ajustician 120 criollos,
comandantes, oficiales, soldados y finqueros. Los cuerpos de los amos son
repartidos entre los siervos y comidos. Comparten solidariamente su enorme
responsabilidad y aterrorizan a los masacradores armados de plvora y hierro.
El castigo no altera la ubicacin de las fuerzas de la guerra. Segn la sociedad
criolla y su historia luchan criollos unitarios y federalistas. La represalia de
Mohoza se entiende en La Paz como resultado de la voracidad criolla. Pero
Pando busca soldar nuevamente su acuerdo con Alonso. 4 marzo 1899. Desde
Caracollo, despus de salir de Sikasika, Pando escribe al presidente Alonso:
La Guerra de razas que ya sobreviene, por impulso propio de la raza
indgena... Hagamos un esfuerzo para poner trmino a esta Guerra
Civil y el acto de prevenir, contener y esterilizar la Guerra de razas
que se inicia por los indios...
El aymarakheswa demanda a Pando cumpla sus promesas. El criollo no
escucha. Imagina slo la masacre como solucin de lo que llama guerra de
razas. Dos das despus, el 6 de marzo de 1899, Alonso recibe un telegrama de
Pando:
"Indiada guerrea mottu propio a raza blanca; aprovechando despojos
beligerantes, se har poderosa; nuestras fuerzas unidas ahora apenas
podrn dominarla; parece imposible que no lo aperciba Ud... Por
humanidad, guarnezca Caracollo..."
El tono es splica. Pero esquiva la cuestin presidencial. nica capaz de
organizar mejor su alianza tcita con Alonso.
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Pando quiere masacrar comuneros rebeldes con colonos esclavos. El respeto a
la servidumbre es virtud para l. Elogia unos indios de Umala, Curahuara y
Callapa por haber "acreditado condiciones de moralidad y sumisin". Pando
intenta lanzar 3.000 colonos en total contra los comuneros libres. No puede
llevarlos a Oruro donde la guerra es incontrolable. Porque tales siervos podran
ayudar a sus hermanos.
Colonos de haciendas en Karangas ejecutan a sus dueos. Organizados en
destacamentos militares cruzan el ro Desagadero. Avanzan a lo largo del
departamento de Oruro. Ayer siervos hoy guerreros. Liberan colonos de Paria,
Orinoca, Aullagas, Killacas, Sevaruyo. Los rebeldes de Karangas ponen en
fuga a dos batallones republicanos y se integran al cerco kheswaymara sobre
Oruro. Este cerco .ser mantenido durante toda la guerra.
En Sikasika, Caracollo, Imilla-imilla algunos Willkas ya tienen organizados
cuarteles y centros administrativos. Pablo Zrate Villka, quien se entrevist
con Panda, viaja rumbo Tapakari, Tarakachi y regiones cercanas del
departamento de Cochabamba. All las Comunidades kheswas se sublevan y
liberan colonos de haciendas. Establece su cuartel en Tambo de lro. El cuartel
se vuelve centro administrativo. Los colonos victoriosos tienen problemas
urgentes por resolver. Se los plantean a Willka. La devolucin de tierras
hacendarias, aguas, ganados, bosques, ape~os, cosechas, a las Comunidades es
tarea compleja. Sin embargo las restituciones se realizan con asombroso orden
y rapidez. Sin resistencia gamonal asoma otra vez el orden csmico. Los
criollos dejan zapatos y ropas copiadas de Europa. Calzan ujuth'as y visten
bayeta incaica. Los blancos le rinden a Willka ms homenajes que los mismos
kheswaymaras, parcos en alabanzas. Lo llaman "presidente Willka" y a los
colonos comuneros quienes lo colaboran estrechamente "ministros". Willka
monta un caballo adornado con sencillez. En ocasiones especiales usa la
mascaipacha incaica de plumas pequeas y multicolores.
Willka es informado. 200 fusiles y 20.000 tiros sern remitdos de Paria a
Cochabamba. Irn custodiados por 300 soldados y por el batalln Alonso. Con
3.000 kheswaymaras escoge un desfiladero, la Cuenca de Wayllas, para atacar
la tropa republicana. Willka emplaza destacamentos kheswaymaras en ambos
extremos del camino hacia la zona de ataque para detener posibles refuerzos.
Sur armas son hondas y piedras. Tambin hay escuadrones armados de
"cachorros" de dinamita. Ya cebados y encendidos son disparados con
k'horahuas. Los comuneros no tienen fusiles.
El ataque es avance masivo de colonos y comuneros. Se acercan de frente, sin
sorpresa. Los soldados tienen tiempo suficiente. Se atrincheran, cargan fusiles
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y ametralladoras. Masacre. El sequndo ataque es ms sostenido. Los
kheswaymaras se dividen en tres grandes grupos. Cada uno avanza detrs de la
multicolor wiph'ala incaica. Se combate dos das y dos noches. Los fusiles
republicanos escupen la mayora de los 20.000 tiros de la remesa. Cientos de
cadveres kheswaymaras quedan en el campo. Los colonos y comuneros
heridos son descuartizados y sus entraas arrastrarlas al ro. Quiz por ello ste
se llama Chunchulmayo (ri de las tripas, kheswa).
24 marzo 1899. Cochabamba se declara contra el gobierno de Chuquisaca y
apoya a La Paz. Ello no influye en la guerra real entre colonos kheswaymaras
y amos criollos.
Por los das del ataque en Wayllas colonos de haciendas cercanas envuelven y
toman nuevamente Caracollo. Derrotan las tropas republicanas enviadas a
pedido de Pando. En su galope de huda a Oruro los criollos asaltan pequeas
comarcas. Asesinan en venganza a las mujeres y nios kheswaymaras.
Cinco mil colonos del norte de Potos arrasan las haciendas donde servan. Van
armados de piedras y unas pocas escopetas, viejas como piezas de museo,
algunos revlveres y cartuchos de dinamita. Conseguidos por los mitayos de
Llallaguas, Katavi y minas cercanas. Toman Chayanta, resisten y rechazan al
regimiento republicano Betanzos.
Ms al norte, dentro del territorio aymara, la situacin del ejrcito republicano
es difcil. Un soldado relata:
"Rendidos por la jornada de Corocoro, con hambre, sueo, fro y una
incurable angustia por los engaos, falsas y malos tratos de que
ramos objeto por parte de los superiores, emprendimos bien
temprano el camino hacia Viacha, dejando Ayoayo... Los caballos de
la mayora de los soldados ya no podan dar un paso y casi todos
bamos a pie y fatigados en extremo... Y la lucha con los indios segua
por retaguardia. Eran centenares de indios que se aproximaban hasta
las filas y millares los que nos combatan de lejos... Estbamos
deshechos, incapacitados hasta para coordinar normalmente las ideas
y... marchando siempre en la horrible pampa, cercados por los indios
y sin esperanzas de conseguir ni un trago de agua... Yo iba a la cabeza
junto a los jefes, y llevaba de tiro mi caballo... Seran las once y
media a.m. cuando la cabeza hizo alto y cundi la voz de gente a la
vista!
Son indios, dijo alguien.
Son llamas, replic otro.
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Y se trab la discusin, sin que nadie se ocupara en lo que convena hacer. De
pronto un toque de corneta dijo Vanguardia! hacia la distancia de 200 metros.
Empez el tumulto y la confusin. Todos mandaban voces contradictorias y,
nadie obedeca. Se trat de extender una guerrilla por la derecha, pero ya era
tarde el fuego era nutrido... el jefe arrastrando a algunos ntimos volaba en la
pampa. El piquete del Monteagudo haba tomado en grupo hacia la izquierda y
se iba... Quedbamos menos de 100 hombres sin comando, sin municin, y sin
ganas de hacer nada.
Y vino, pues, el desastre.
Los prisioneros eran trados de aqu y de all, de todas direcciones por
grupos enormes de indios... Yo deba mi salvacin al Tte. Dorbe
Sanjins. Sin l los indios habran dado cuenta de mi (CRESPO, Luis
S.: El Mayor General Dn. J os MI. Panda. La Paz, Litografa e
Imprenta Moderna, 1918, ps. 145, 146).
El ejrcito republicano cercado en Oruro ataca. El combate se da en Paria.
Espaoles y criollos la llaman la primera ciudad fundada por los invasores en
el Kollasuyu, en 1536 por J uan Savedra. Aunque Paria ya tiene milenios como
poblacin andina.
Panda y sus tropas observan el fiero combate desde posiciones seguras, sin
intervenir.
Alonso organiza sus tropas no para combatir a los pan distas, muy lejos de sus
lneas por otra parte, sino para masacrar la mayor cantidad posible de
comuneros, sin arriesgar todo su ejrcito. Ordena dar a cada fusilero slo 30
tiros. Es por previsin. Las masas de siervos podran apoderarse de la
municin de soldados fugitivos, muertos, heridos, apresados, desertores. Deja
en la retaguardia los batallones Primero y Aroma. 600 soldados en total. Las
ametralladoras son su fuerza principal.
Poco antes del combate Alonso se ve obligado a mandar la divisin Vargas a
Cochabamba. All comuneros kheswas luchal1 junto a aymaras. Otras tropas
republicanas van al mando del coronel Rivadeneira y del teniente coronel J os
M. Yez a luchar contra kheswas armados de las provincias Cinti en el
departamento de Chuquisaca y Chichas en Potos.
Los comuneros comandados por Willka atacan frontal mente a las tropas
republicanas. Las ametralladoras matan cientos de ellos al comienzo. Despus
la inmensa multitud de colonos y comuneros rebasa la granizada de plomo del
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ejrcito nacional. Este llega a disparar slo dos tiros de can. Uno rompe el
alero de la iglesia de Paria. Segn reconoce el comando republicano, sus
cuerpos de artillera se negaron a luchar. Los batallones Primero y Aroma, no
obedecen la orden de avance, se niegan a enfrentar a los kheswaymaras.
Los soldados republicanos comienzan a rendirse y a desertar. No se entregan a
las tropas comuneras que los derrotan sino a las tropas de Pando. Estas,
ausentes del combate, las cuidan del castigo de los siervos.
El informe del J efe de Estado Mayor Republicano dice en parte:
las alturas de Paria se encontraban ocupadas por extenso cordn
de indios.., avanc hacia la artillera de campaa, y a los pocos pasos
encontr con el primer jefe, que a la cabeza de su gente pero sin llevar
un solo can, caminaba en retirada ya... Ms atrs ven(a otro grupo
del mismo cuerpo, con su tercer jefe. Le interrogu tambin: Por qu
se van ustedes? Me contest: Qu quiere usted? Si desde el primer
jefe todos se han dado media vuelta... Un poco ms all encontr al
subjefe del Estado Mayor General quien interpelado tambin por m(:
"Nada hay ya que hacer, me respondi, todo est acabado". En efecto
se ve (a en desbande grupos de todos los cuerpos". (SORIA
GALVARRO, Rodolfo: ltimos Das del Gobierno de Alonso,
Reportaje para la Historia. Potos, Bolivia, Imprenta Angel Santelices,
1919, ps. 70, 71, 72). Pando, jefe del ejrcito paceo, a su vez
informa: "... aparecieron sus avanzadas persiguiendo a los indios.,.
Despus de una hora y cuarto de combate, los unitarios volvieron la
espalda; empezando a huir en precipitada fuga aliado de Paria... El
campo qued con nosotros... En Oruro ha habido la total dispersin
del ejrcito aloncista y la toma de la plaza por nuestros amigos Se
refiere a los indios. (Crespo, obra citada, ps. 139, 140).
Una hora despus de la derrota del ejrcito republicano Alonso toma su tren
especial. Con sus compaeros ntimos huye rumbo a Antofagasta, Chile.
Tropas paceas custodian el tren presidencial.
Segn la historia criolla el combate del 10 de abril en Paria es entre 1.952
soldados republicanos y 1.795 soldados paceos. Aunque dura varias horas, en
terreno llano y ambos bandos estn soberbiamente armados de acuerdo a los
criollos en total mueren 117 y son heridos 120. Cada Comunidad se lleva sus
muertos y heridos. No se sabe cuntos cientos de aymarakheswas caen.
Despus 50.000 kheswaymaras entran a Oruro encabezados por Willka. Pando
entra a su lado comandando 3.720 soldados criollos paceos. Estos gritan
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Viva Pando! Sus voces son ahogadas por el Wewa Willka!! Rugido de las
decenas de miles de colonos y comuneros. El ocano kheswaymara llena al
tope las calles de Oruro. Demanda a gritos la devolucin de sus tierras. El
vecindario criollo de Oruro olvida sus matices federalistas o republicanos.
Adorna balcones con aguayos, mixtura y papel multicolor. Tras la simpata de
sus siervos los hacendados les ofrecen grandes comidas y sobre todo alcohol.
Sus hijas engalanadas y perfumadas arrojan ptalos sobre los kheswaymaras
que huelen a plvora, sudor, tierra y coca. Las muchachas, como en Corocoro,
se ofrecen a los siervos vencedores para impedir su venganza. Willka es
hospedado en el Palacio Prefectural, el edificio pblico ms importante de
Oruro. Los criollos, .siempre serviles al poderoso, le dicen "presidente
Willka".
Al da siguiente del combate la prensa de La Paz miente. "'os indios no han
tomado parte en la accin". Los criollos paceos tambin niegan la victoria
kheswaymara de Cosmini. Proclaman a Pando "Hroe de los Cruceros"
atribuyndole ambos triunfos.
Pando, beneficiario directo del herosmo kheswaymara de Paria, felicita a los
vencedores. Al mismo tiempo manda un telegrama a Eliodoro Villazn:
"Conviene reprimir tendencias subversin". Este general en jefe de las Fuerzas
Armadas Republicanas sustituye a Alonso como mximo comandante del
ejrcito chuquisaqueo. Pando busca la represin conjunta de sus aliados
comuneros y colonos, quienes acaban de abrirle la presidencia.
Los finqueros paceos exigen rabiosamente federalismo y descentralizacin
administrativa. Cuando Alonso escapa pueden decretar la federacin. Y se
vuelven ms centralistas y unitarios que los mismos chuquisaqueos.
Olvidan promesas y organizan las tropas republicanas y federales para la
guerra frontal de genocidio indio. La sociedad criolla masacra con la bandera
de "bolivianizar Bolivia". La consigna significa limpiar del pas al
kheswaymara, el 90 por ciento de la poblacin boliviana.
El Batalln Independiente incursiona sobre las llanuras de Sorasora. El
Batalln Victoria ataca a los comuneros de Caracollo, Karak'ato y Luribay. El
Batalln Colorado va a Sikasika para detener el castigo a finqueros.
La guerra se propaga y profundiza. El Batalln paceo Omasuyos marcha a
Challapata para impedir a los comuneros destruir el tren. Algunos
destacamentos escalan las cumbres nevadas. Los batallones republicanos
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sufren el sorojchi o mal de altura. Los criollos como los espaoles no soportan
las alturas andinas donde han empujado a las Comunidades.
Los andinos enfrentan el ataque exterminador combinado de los dos ejrcitos
nacionales. Comuneros cercan las poblaciones de Caracollo, Luribay, Inkisivi,
Yaco, Caamina y varias otras aldeas altiplnicas y de los valles. Las toman y
limpian de hacendados.
Apenas los colonos ocupan una regin restituyen Comunidades en las tierras
usurpadas por haciendas. Los pueblos kheswaymaras reclaman autoridades
kheswaymaras y rechazan autoridades criollas. Willka escoge a Lorenzo
Ramrez y a otros jefes comunales para generales de los ejrcitos de colonos.
Las indiadas cristianizadas eligen prrocos indios. Los jefes comunales,
cuando no pueden hablar en persona, se escriben cartas en clave. Las llevan
chasquis identificados con pasaportes para evitar infiltraciones criollas. Ante el
asombro nacional entre kheswaymaras no asoman traiciones, egosmos, celos
ni vanidades, motores de la poltica blanca republicana. J untos se defienden de
los finqueros del norte y del sur coaligados.
Pablo Zrate Willka lucha en Cochabamba. Consulta con los ms respetados
Amautas y Mamacunas, aymaras y kheswas, del Kollasuyu. Y ordena desde
Tambo de 1ro a J uan Lero liberar la regin de Peas y establecer un gobierno
kheswaymara.
J uan Lero es conocido por los mestizos como J atunruna atun-grande, runa-
humano: kheswa). Tiene prestigio por valiente y sabio. Form cuerpos
comuneros militares permanentes a pie y a caballo. Organiza un cuerpo de
vigas. Este sigue todos los movimientos de Alonso para impedir su huda. No
se apodera de l porque tropas paceas lo custodian.
J uan Lero con sus regimientos limpia de enemigos los alrededores de Peas.
J uzga y ajusticia al corregidor de este poblado ya otros criollos abusivos. Las
rdenes de Lero eran respetadas antes ya por las poblaciones liberadas como
rdenes de Willka. Nunca hay entre ellos rivalidad o competencia. El propsito
es uno y el camino uno.
15 noviembre 1781. Peas. La Paz. Los espaoles descuartizan el cuerpo
palpitante de Tupaj Katari con la fuerza del golpe de cuatro caballos
enloquecidos a golpes. Las autoridades militares, eclesisticas y civiles
espaoles simbolizan su esperanza ms deseada: despedazar para siempre,
como el cuerpo del aymara rebelde, la organizacin comunal.
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10 abril 1899. Peas, Oruro. Se inaugura el gobierno comunal. Su mstica no
necesita adornos, ni discursos para resaltar su fundacin. El gobierno
aymarakheswa es sencillo, hasta parco. Funciona en un cuarto grande donde
caben los delegados, pues todas sus decisiones con colectivas. Un retrato del
Inca Tupaj Amaru y otro de su representante en el Kollasuyu, Tupaj Katari,
son los nicos ornamentos. Su administracin no es papel y tinta.
Ni separacin de los gobernantes. Estos comen, visten, luchan y viven como
cualquier otro colono liberado o comunero. Slo tienen ms responsabilidad y
trabajo. La fuerza de los actos de gobierno nace y avanza con las relaciones
que sueldan Comunidades con Comunidades. Es gobierno abierto. Lo que sabe
el gobierno lo saben los comuneros, y viceversa. Los jefes informan y
consultan a sus dirigidos las decisiones ms importantes.
Las responsabilidades se distribuyen: J uan Lero, Presidente, Ascensio Fuentes,
J uez Riguroso. Feliciano Mamani, Intendente. Evaristo Guaricollo, Coronel.
Manuel Flores, Ministro Secretario.
El plan de gobierno aymarakheswa tambin es sencillo:
1.- Destruccin por fuego de haciendas y restitucin de tierras
usurpadas a Comunidades.
2.- J uzgamiento de asesinos y despojadores de Comunidades, y
3.- Castigo de culpables.
El abuso al kheswaymara es tan difundido y compartido por la sociedad criolla
que ella entiende el tercer punto como exterminio de blancos. No podr
entender. Los comuneros odian actos, no razas.
Chasquis irradian el programa a las Comunidades aymaras y kheswas. Ambas
colaborndose lo van cumpliendo. Derrotan todos los intentos criollos por
separarlas. Construyeron juntas la vida comunal. Sufrieron juntas el asalto de
la barbarie europea. Ahora juntas luchan por sobrevivir.
Los dueos de minas y haciendas, chuquisaqueos y paceos, forman la
minora-gobierno de Bolivia. No pueden ni soar una solucin democrtica.
No pueden ni concebir que sus mitayos y colonos quieran su propio gobierno.
Sin embargo funciona la hipocresa hispana. Autoridades republicanas y
latifundistas domiciliado cerca de Peas simulan obedecer al gobierno de los,
colonos. Por cartas, emisarios y personalmente corregidores se dirigen al
Presidente como sus subalternos. Al mismo tiempo le suplican pacifique a los
colonos. Creen el gobierno aymarakheswa sujeto a la voluntad personal del
presidente. Quieren crearle a Lero vanidad, con homenajes serviles.
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El gobierno de los ex-esclavos trabaja en Peas. Por la avalancha de injusticias
por resolver al mando guerrero se convierte en tribunal permanente. Los
comuneros apresan terratenientes, autoridades republicanas, soldados
chuquisaqueos o paceos y los llevan a Peas. No juzgan opiniones hacia Pan
do o Alonso sino el trato diario a colonos y Comunidades. Pesan hechos, no
formas de pensar o de hablar. Los pocos indios traidores a sus comunidades en
esta guerra de sobre vivencia son ajusticiados.
Kheswas del norte de Potos, Uncia, Chayanta, Merque Aimaya informan al
Presidente Lero. Estn listos para marchar sobre Peas y destruir las vas del
ferrocarril a Oruro. Los kheswas de Charcas despus de consolidar la victoria
en sus regiones forman grupos militares. Tambin se ponen a rdenes de Lero
y Willka.
Comuneros invaden la hacienda de Cuyo. Confiscan ganado, ovejas, aves de
granja, doscientas cargas de habas (una carga es lo que transporta un mulo),
quinientas de papas, doscientas de kinua, veinte de maz, doscientas de trigo,
cincuenta de ocas y papalisas. Queman los cebadales para forraje de caballos
lujosos. Vuelven a sembrar en esas tierras alimentos para humanos. Retoman
las herramientas de trabajo, incendian la mansin de los dueos y se dividen
tierras y bienes confiscados. Otras haciendas vuelven tambin a ser
Comunidades.
Urmiri, al sur de la ciudad de Oruro, es regin de manantiales de aguas
calientes sulfurosas, muy medicinales. Por ello es tierra muy disputada.
Emisarios del gobierno de Peas y comuneros del lugar vencen las bandas
criollas armadas. Apresan a Celestino Vargas. Este corregidor pretendi
esquivar el castigo a sus crmenes contra las Comunidades ofrecindose como
subordinado al presidente comunero. Tambin son capturados los capataces,
terratenientes y colaboradores Damin Vargas, Manuel Centellas, Roberto
Llanos, Mariano Morales, Andrs Condori, Pedro Cocayo, Manuel Choque y
Cristbal Salinas. Son juzgados y ajusticiados en los campos de Turriturri.
Aqu tambin es ejecutado Camilo Gutirrez, un espaol dueo de sembrados
y de indios.
Pando despacha varias instrucciones fi los comuneros. Les pide no atacar ni
juzgar a los restos del ejrcito repu9licano. Ordena a las Comunidades
prestarles "socorro y ayuda" en su trayecto. Para la tradicin republicana la
orden significa dejarse asaltar.
El ejrcito republicano derrotado en Paria huye rumbo a Chuquisaca. Ya en el
sur, fuera del territorio aymara, su miedo al indio decrece. Por venganza y
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costumbre vuelven a despojar y violar en Comunidades a su paso. Algunos
restos del ejrcito republicano lo ignoran. La guerra aymara ya ha crecido
hasta territorio kheswa. Cruzan regiones ya liberadas y controladas por el
gobierno de Peas. Pronto lo sabrn.
Challapampa. Oruro, est entre Peas y Charcas, norte del departamento de
Potos. Unos 2.000 kheswas se reunen con 200 soldados aymaras comandados
por Gregorio Chaparro. Estos ltimos, casi todos a caballo, recorren el
altiplano esparciendo las rdenes de Peas. J untos alcanzan a las vandlicas
tropas republicanas. Las desmontan y desarman. Oyen vctimas, miden
crmenes. Los feroces soldados chuquisaqueos recuerdan como obligan a los
colonos a saludarlos. Se postran de rodillas, besan polvorientas ujuth'as y
ponchos. Llorando piden perdn. Las propias vctimas deciden. La mayora
son ajusticiados. Un kheswa llamado Ari revela despus. Slo su grupo
ajustici 33 criollos chuquisaqueos.
Abril. Mes de la organizacin del gobierno comunero en Peas. Kheswas en
Sacaca, departamento de Potos, se rebelan violentamente. Se autonombran
"comuneros de finca". Sus tierras fueron convertidas en fincas y ellos
reducidos de comuneros a esclavos-colonos pero no olvidan su raz colectiva.
Siervos de la hacienda Chojlla, a 5 leguas de Sacaca, se apoderan de la finca.
Dirigidos por Mauricio Pedro la destruyen y restituyen el dominio comunal.
J unto a Mauricio Pedro tropas de los jefes comunales Igidio Flores, Bartolom
Willka y Pablo Saravia Willka cercan, atacan, derrotan, desarman al Batalln
Quinto del ejrcito republicano. Despus los comuneros destruyen ms
haciendas, liberan colonos y restituyen Comunidades. Se dividen en grupos y
se esparcen. Kheswas de Huanchaca y comuneros de Taikari, Callpacallpa,
J aroma y Challhuiri detienen a finqueros. Los juzgan en las lomas de
J inchupalla, en el camino a las minas de Huanuni. Los ajustician. Comuneros
de Sillu-sillu, Mamanimarca, Uiskutucuru, Wanachoca y Kamaripampa
avanzan el 20 de abril de 1899 sobre Kirkiavi y Sacaca. Rodean y toman
ambas poblaciones. La hacienda de Challoma tambin es incendiada. Mujeres
e hijas de hacendados son castigadas de acuerdo a su crueldad con sirvientas y
colonas. Las ms culpables son violadas por sus siervos. Por quienes
consideran semianimales. La sociedad criolla escandalizada exije a sus
ejrcitos el peor castigo para los colonos. Olvida el derecho de pernada.
Permite en la repblica, como en la colonia, al dueo de la hacienda desflorar a
la muchacha kheswaymara la vspera de su casamiento.
La violacin de hacendadas es arma poderosa. Muchas familias finqueras,
temiendo ser fecundadas con semen de sus siervos, abandonan para siempre
Los Andes.
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Como sus abuelos espaoles durante la colonia, los criollos durante la
repblica, cuando ven la guerra kheswaymara invencible militarmente, usan
armas indirectas, sutiles. Mentiras y promesas. Los kheswaymaras no pueden
combatirlos con estas armas y aprovechan. Por ello en algunas regiones los
jefes prohben a combatientes kheswaymaras "hablar con los blancos".
Mariano Gmez ordena "matar a todos los espaoles" nombre comunero para
los amos criollos republicanos.
Los campos del Kollasuyu van quedando limpios de finqueros. Aquellos no
ajusticiados huyen hacia las ciudades dominadas: La Paz, Potos, Cochabamba,
Chuquisaca. Otros huyen de Los Andes. Nunca volvern. Radican en las
ciudades criollas de la costa, Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima o llegan a
Europa misma.
Pando y la J unta de Gobierno de La Paz comanda la mayor fuerza criolla
nacional. No imaginan apaciguar la guerra cumpliendo sus promesas a Willka.
Al contrario. Su primera tarea de gobierno es organizar la masacre de
Comunidades. El batalln Omasuyos sale de La Paz sobre Peas con el
armamento ms moderno de Europa. Masacra las Comunidades dueas de
Paza y sus alrededores. Lorenzo Fuentes, emisario del gobierno de Peas es
capturado en Paza. El jefe del batalln le dice. "cholos e indios somos hijos
del mismo dios". Se refiere l'0r supuesto al dolo europeo de los amos. Llama
cholos a los criollos para confundir la opresin racial.
El batalln Omasuyos reinstala hacendados esclavistas. Sigue sobre Urmiri.
Los colonos abandonan esta poblacin despus de -quemar casas de
hacendados y ajusticiar los amos prisioneros. El batalln republicano avanza
sangrientamente mientras difunde llamados a parlamentar y perdones. As
atrapa y asesina algunos comuneros dirigentes. El batalln Otnasuyos llega a
Peas. Aunque tiene ms combatientes que el ejrcito, paceo la sede del
gobierno comunero cae. Los pocos y viejos mosquetes y las piedras, palos y
cuchillos matan menos que la fusilera automtica y la artillera.
El batalln criollo con nombre aymara masacra cientos de aymaras, hombres y
mujeres, en Peas. Los miembros del gobierno aymarakheswa son reservados.
Los hacendados quieren asesinarlos legalmente. Beneficiarse del proceso
judicial confirmndose como nico gobierno nacional. Llevan a los dirigentes
de colonos a Oruro. El Presidente Lero es detenido por el 23 de abril de 1899.
Muere en prisin el 12 de abril de 1901 a los 60 aos. Durante las torturas y el
proceso inquisitorial su lealtad a Willka y a la guerra comunera es total.
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Pablo Zrate Willka es apresado en Oruro. Precisamente donde entra con los
50.000 indios vencedores de Paria. Su apresamiento desde fuera parece
homenaje.. Las .multitudes kheswaymaras abandonan Oruro sin destruirla ni
castigar a los finqueros ni mineros. Suponen dejar a su Willka tratando con sus
aliados paceos la restitucin de tierras a las Comunidades conforme al
acuerdo con Pando. Los mismos criollos quienes nombraban a Willka
presidente y lo agasajaban con los dems jefes comuneros les cortan toda
comunicacin con las provincias. Los encarcelan y ordenan torturas al
interrogarlos.
Mauricio Pedro es apresado con otros dirigentes. No son ejecutados
inmediatamente por su importancia. Cruz Mamani es uno de los 60 lderes
comuneros apresados con Willka. Desde la crcel procura seguir organizando
la guerra. Es descubierto y asesinado a fines de abril de 1899 sin proceso
judicial. Segn los criollos recibi orden de Willka para escapar y
desencadenar la guerra kheswaymara general nacional y fue baleado al escalar
las paredes de la crcel de Oruro.
Feliciano Willka es otro jefe. Tambin ingres a Oruro con las multitudes
comuneras. Despus de las detenciones queda clandestino en la ciudad. Busca
comunicacin con los lderes presos para coordinar la sublevacin simultnea
de las Comunidades de Chantaya, Potos, con las del altiplano aymara. Es
apresado y fusilado. En Pakajes varios colonos son capturados e interrogados.
Por las grietas de la censura militar se filtra la noticia. Preparaban un cerco a la
ciudad de La Paz. Tres de mayo de 1899. Fiesta de la cruz. El miedo invade la
ciudad del Chukiapu. Corre un rumor. Willka desde la crcel orden el cerco y
asalto a la paz en castigo por su engao. Las fiestas no se realizan.
23 abril 1899. J efes de los ejrcitos republicanos y paceos firman un acuerdo
pblico en Huata. Coordinan la estrategia de la represin para reimplantar la
esclavitud del colonato. Ms batallones punitivos salen de las ciudades
criollas. 90 comuneros de Inkisivi son remitidos a las crceles de La Paz.
Como los dems presos mueren de hambre o bala en las celdas.
En Oruro el gobierno criollo inicia juicio a los miembros del gobierno
aymarakheswa. Para ocultar su ejemplo los acusa por muerte de hacendados en
Peas. Pese a las torturas Willka y sus hermanos comuneros callan detalles de
su organizacin.
Willka, golpeado, hambriento e incomunicado, convierte el proceso en juicio
al gobierno de finqueros y mineros. Junio 1900. Interrogado en Oruro
responde: "prisin y juicios que se me siguen por haber servido al pas hasta el
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sacrificio". Descubre engaos a las mismas leyes y procedimientos
republicanos. El gobierno planeaba aprovechar la publicidad del juicio. Ahora
procura volverlo desapercibido.
Mientras la guerra sigue. Las Comunidades sobrevivientes de la masacre en
Peas se juntan con Comunidades vecinas. Castigan hacendados vueltos con
prisa a sus fincas despus de las expediciones represivas.
Los colonos nuevamente liberan regiones peligrosamente cercanas a Oruro.
Los jueces rpido terminan .el juicio. Declaran a Willka inocente de los cargos.
Gendarmes J osacan de la crcel de Oruro con el pretexto de remitido a La Paz.
All, dicen, ser juzgado por la ejecucin del Escuadrn Pando en Mohoza.
Varios soldados lo conducen custodiado. Supuestamente para cuidarlo de
atentados. En el desrtico paraje de Chojllunkeri esos mismos soldados lo
fusilan con otros 30 jefes comuneros. Posiblemente a fines de 1901.
De 1868 a 1900 transcurren 33 aos de guerra ininterrumpida. La nacin
kheswaymara resiste con las armas el ataque del ejrcito nacional, propiedad
de los grandes finqueros y mineros bolivianos.
Esas tres dcadas amautas y mamacunas ocultan a los lderes aymarakheswas.
La memoria colectiva funciona. As impiden su asesinato.
Los criollos suponen Willka nombre de un individuo, del jefe de la rebelin.
No pueden explicarse cmo acta en lugares distantes mismo tiempo. Otros
blancos lo explican con la herencia. No conocen al andino. Para el
kheswaymara las cualidades no se reciben se aprenden y forjan.
Willka, en aymara y kheswa, es consagrador, guardin de las tradiciones ms
antiguas. Es respeto religioso al Willaj Uma, ostensible o no en la
mascaipacha. En todas las guerras kheswaymaras Willaj Umas y Willkas
tienen responsabilidad dirigente. Los nombres individuales desaparecen. Crece
slo el prestigio del gua comunal. Tiwanacu no est opacado por la firma de
sus artistas.
En la mitad del siglo XVIII Atawallpa Apu Inca con amautas y mamacunas
subi del flanco, poniente de Los Andes al altiplano del Kollasuyu. Aqu su
rastro desapareci, dentro del universo kheswaymara, en las mayores alturas
pobladas del continente. La madre de uno de los Willkas dirigentes de la
guerra era mamacuna muy respetada por las Comarcas. Posiblemente un hilo
consanguneo los une.
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Despus de los asesinatos de lderes nacionales persisten luchando.
Comunidades aymaras y kheswas de varias regiones. Se arman a otra vez con
palos, piedras, rejones, cuchillos y asolan haciendas. Mayormente en el
departamento de Potos, por las regiones de Salitre y Sorocha, provincias
Charcas, Chayanta y Fras, y pueblos de Carasi y San Pedro de Buena Vista.
En el departamento de Chuquisaca tambin estallan nuevas guerras, en la
provincia de Oropeza. En Oruro por Paria, Mondragn. Surgen Nuevos
Willkas. La sociedad criolla pens haber asesinado al nico Willka existente y
se desconcierta.
Durante los aos siguientes toda la organizacin militar republicana se ocupa
de atacar los focos de resistencia. La sociedad blancoide llama brbaros a los
nuevos combatientes. Reclama mayor crueldad a sus sanguinarios ejrcitos.
Considera legal, culto, matar con bala, sin peligro personal, a distancia porque
el arma es mquina de hierro llegada del "mundo civilizado" Considera
brbaro y criminal matar con piedra, arriesgando la vida porque esta arma no
es producto de fbrica.
La guerra del ejrcito boliviano contra las Comunidades es meticulosamente
ignorada por la prensa e historia criollas. La historia republicana inventa una
guerra entre Chuquisaca y La Paz para tapar con ella la guerra kheswaymara,
como siempre sin cronistas.
Hay una excepcin: CONDARCO MORALES Ramiro: "Zrate, el Temible
Willka. Historia de la Rebelin Indgena de 1899". La Paz, Talleres Grficos
Bolivianos. 1965.
La guerra de los colonos fue acremente vilipendiada. La masa criolla procur
acuar el nombre Willka como insulto, sinnimo de brbaro y cruel. Igual pas
un siglo antes con el nombre Tupaj Amaru. A fines del siglo XVIII todos los
rebeldes de Amrica del Sur fueron despectivamente llamados Tupamarus.
Pando y miembros de la J unta de Gobierno de La Paz cargaron la vergenza de
haber sido aliados de los siervos. Bautista Saavedra, uno de los abogados del
proceso Mohoza en La Paz, lleg a ser presidente de la repblica. Escribi
historia y sociologa "indgena" con el mismo tono acusador judicial.
El balance final de esta guerra muestra victorias y derrotas. La guerra impuso
desde su comienzo, hasta despus de ser reprimida, desinvasin criolla. Los
colonos, con palabras, cartas, juicios, acciones, omisiones, insultos, exigieron
siempre a los finqueros salir de las tierras kheswaymaras usurpadas. Esta vez
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habl la fuerza andina. Los hacendados captaron y entendieron el mensaje.
Muchos abandonaron el altiplano para siempre.
SIGLO XX
1916. El Comercio de Quito informa el 29 de abril.
"Desde el lunes 27 de marzo hasta el domingo 2 de abril en la parroquia de San
Felipe de Cantn Latacunga, ha habido sucesivos levantamientos de indgenas,
porque alguien les ha dicho que el Gobierno iba a quitarles sus animalitos y a
poner nuevos impuestos".
Veinte comuneros mueren masacrados por tropas de la polica.
Marzo. 1920. 5.000 kheswas atacan Quingeo, Sitcay, Sinicay y otros pueblos
en la provincia de Azuay. Los toman, queman archivos oficiales y avanzan
sobre Cuenca. Lo rodean ocupando las colinas cercanas. Los criollos envan
comisionados sacerdotes para apaciguarlos y distraerlos mientras llegan tropas
del ejrcito. Estas los alejan.
Agosto. 1920. Otra vez combaten los kheswas de Azuay. El Comercio de
Quito revela:
"Nuevamente se levantaron los indios en la regin de Ricaurte. Una escolta de
polica fue a dispersarlos y los insurrectos los recibieron a pedradas y
machetazos hiriendo a los agentes del orden pblico, lo que dio margen a que
fueran batidos y victimados en el nmero de 30, segn se asegura. Sera de
desear que el Congreso cuanto antes derogue los impuestos de luz elctrica y
fomento agrcola que parecen ser la causa de las sublevaciones".
1921. Refriegas en la provincia Chimborazo. 18 de octubre, el congreso
nacional decreta:
"Artculo nico.- Indultase a los indgenas de Guano, Cubijes, Guamote y
Columbe, procesados por el delito de alteracin del orden pblico, a causa de
las sublevaciones efectuadas en el presente ao"
La defensa kheswaymara no descansa en el Kollasuyu. Ismael Montes sucede
a Pando en la presidencia de Bolivia. En pocos meses de pobre se convierte en
uno de los mayores hacendados del pas. Con el ejrcito nacional masacra los
aymaras de la Comunidad Taraco, orillas del lago Titikarka. A los
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sobrevivientes los encarcela. En la prisin les entrega un puado de monedas
como precio de sus vastas tierras comunales. Gasta fortunas trayendo carrozas
doradas y otros lujos desde Pars a su hacienda. Pero no las usa ni siquiera
reside en Taraco. Teme a sus colonos excomuneros.
Amanecer. 12 marzo 1921. Comuneros de J ess de Machaca, La Paz, sur del
lago Titikarka, invaden haciendas y las queman. Con los colonos liberados
toman el pueblo. Juzgan al corregidor. Encerr en la crcel a varios
comuneros. Les prohibi recibir agua ni alimento hasta no pagar robos
disfrazados de multas. Lo ajustician. Tambin ajustician al cura, cmplice del
corregidor y a la mayor parte de finqueros del pueblo.
El presidente boliviano Bautista Saavedra declara: la Comunidad csmica "sin
base, sin organizacin y trunco impide absolutamente el mejoramiento de la
raza indgena, porque mantiene un statu quo ominoso que impide toda
tentativa de reforma y de progreso y mantiene latente el odio secular del indio
contra la raza blanca a la que acusa de usurpacin y de opresin. Los hechos
manifiestan bien que para los indios de J ess de Machaca la situacin es la
misma de 1542 cuando se sublevaron para restituir el Imperio Inksico bajo la
autoridad de Manco Inka. Esa disposicin ha estallado intempestiva y
sorpresivamente en J ess de Machaca a la madrugada del 12 de marzo de 1921
y estall con las formas de costumbre, es decir, con asesinatos a mansalva de
gente pacfica y desprevenida, salpicando sus crmenes no solamente con la
sangre de las vctimas, sino con escenas de horrible antropofagia. La
descripcin de esos sucesos es de sobra, no solamente para causar horror, sino
tambin para humillamos profundamente. La Repblica, en cerca de un siglo
de existencia, ha sido impotente para modificar y corregir ese abominable
modo de ser. No han tenido motivo los indios de J ess de Machaca para
cometer esos crmenes sino el de restaurar el comunismo inksico con el
cual suean sobre la base de la destruccin de la raza blanca y con ella la
destruccin de todo orden social". (REINAGA, p. 49).
Saavedra nos llama "orangutanes sanguinarios" y a nuestra Comunidad
Csmica "absurdo", "chancro, una llaga, una pstula". La sociedad criolla sin
embargo, le considera el presidente que con mayor rigor sociolgico estudi al
Ayllu.
El presidente Saavedra compra en el exterior nuevo armamento para el ejrcito
boliviano. Manda al Regimiento Abaroa, Primero de caballera, 1.200
soldados, a Guaqui. De este puerto avanzan masacrando a la zona convulsa.
Un maestro rural cuenta:
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"Los soldados se dedicaron durante varios das ti una feroz carnicera,
completada por el pillaje y el saqueo..., los indios que huan eran cazados a
lanzada limpia, como fieras. Las comunidades fueron asoladas, despojadas de
su ganado y de sus bienes, los sembros fueron destrozados, las poblaciones
incendiadas. El ganado que no pudieron llevar fue exterminado bala" (PEREZ,
Elizardo: Warizata, la escuela-ayllu. La Paz, Editorial Grfica E. Burillo,
1962. p.77).
1923. Combates entre comuneros armados y tropas ecuatorianas en Sinancay,
J adan, Pichibuela, provincia Pichincha: Urcuqui; Leito, provincia Tungurawa.
Carlos Loza, J efe Poltico del Cantn, con un piquete de 70 hombres del
Batalln Zapadores de la guarnicin de Quito, enviada por el Gobernador
Ernesto Chacn Quirola, ataca en Leito. En la refriega Olimpia Muoz, una
india, de un estacazo le quiebra la nuca al jefe represor, lo derriba del caballo y
lo ajusticia. 39 kheswas mueren en la balacera.
1925. El gobierno decide electrificar Cuenca y secciones de la provincia
Azuay. Impone organizar mink'as para trasportar gratuitamente la pesada
maquinaria y rollos de alambre a lo largo de 150 kilmetros. El descontento
latente se vuelve ataque armado cuando los comerciantes criollos de Cuenca,
principales beneficiados de la electricidad, ocultan la sal para especular con su
precio. Dirigidos por Puma de Vivar y Narciso Pia los comuneros invaden
pueblos, queman haciendas, registros de censos, catastros. Y avanzan sobre
Cuenca. Combatiendo logran ingresar hasta la plaza de San Francisco. Se
apoderan de las reservas de sal escondidas por los comerciantes. Los ataca la
tropa. Los kheswas retroceden fuera de la ciudad. En el campo resisten mejor
el ataque represivo. Llegan refuerzos, la soldadesca masacra.
Agosto. 1927. Kollasuyu. J ulio Berdeja, corregidor de Guadalupe, provincia
Chayanta, departamento de Potos, es apresado por los comuneros. Lo juzgan y
ajustician al estilo espaol, en la hoguera. La nueva guerra se extiende
rpidamente por Potolo, Guaoma, Poroma, Yamparez, Tapacar, Totora,
Punata, Aikite, Challapata, Quillacas, Con do y otras regiones del altiplano y
valles bolivianos.
"La Razn", el peridico ms grande del pas, el 19 de agosto de 1927 publica
la declaracin del Ministro de Gobierno:
"La sublevacin de indgenas en toda la Repblica se encuentra en la
actualidad en una fase muy grave. Para sofocar es necesario enviar fuerza
armada y matar a los indios. No es posible de otra manera proteger la vida y
las haciendas de los propietarios, que continuamente son atacados y que
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solicitan socorro al gobierno... En Chantaya, por ejemplo, la lucha es tan
encarnizada, tan sangrienta, que en el ltimo combate se han producido 100
bajas de parte de los soldados.., es de temer que la sublevacin se propague
hacia el lado de Santa Cruz... Atendiendo al llamamiento de los hacendados
maana saldr el Regimiento "Camacho" para Cochabamba y el Gral.
Gonzles Flor en vista de la gravedad de los sucesos va a viajar a Colquechaca
para dirigir las operaciones contra los indios.....
El presidente Hernando Siles ordena al ejrcito nacional la masacre general de
kheswaymaras. La iglesia otorga de manera explcita su voto de amparo a la
institucin armada por su correcta actuacin en el cumplimiento de su deber de
resguardar la paz y el orden socia'''.
Los Andes nuevamente se tien con sangre andina. En la ciudad de Sucre las
crceles policiales y militares estn llenas. 500 jefes comuneros son encerrados
en un corral de caballos. Para pagar su alimento muqhean (kheswa - mascar
maz para la chicha) hasta llagarse la boca.
"La Crtica", peridico de Buenos Aires, acusa al ejrcito boliviano de
"salvajismo genocida": Reporta: "Los indgenas al lgubre son de sus Pututus
avanzan en todas direcciones destruyendo pueblos, ingenios, maquinarias, y
ahora estn en el trabajo de levantar la va frrea que va de Oruro al Potos,
han desviado el curso de las aguas inundadas las mismas. Son cientos de miles
de hombres que estn de pie casi indefensos para librarse de la ignominiosa
esclavitud blanca..:' (Citado por "J ornada", La Paz, 9 de agosto de 1967).
1929. Mercenarios pagados por latifundistas de Guamote, provincia
Chimborazo, incendian casas de comuneros para desalojarlos de sus tierras.
Los kheswas los capturan. Amarrados los entregan a las autoridades de
Riobamba. La justicia criolla se vuelve sorda y ciega. Regresan a Columbe y
organizan la rebelin. Kheswas de Colta se arman y los refuerzan. El ejrcito
nacional se moviliza y llegan poderosas tropas punitivas pertrechadas de
ametralladoras. Segn se dice entonces son masacrados unos 3.000 andinos.
24 febrero 1929. Chililaya, llamado por los criollos Puerto Prez. Despojo. Los
comuneros Marcelino Choque y Anastasio Condori desde el Panptico
Nacional informan:
"Ah estos tres seores en un automvil nos tom sobre el camino a bofetadas,
patadas y poetes.., despus hemos sido conducidos en el mismo automvil
hasta su casa de hacienda llamada J igachi y en su casa lo mismo".
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Sesenta indgenas de J igachi hacan de centinelas con palos durante la noche, y
al da siguiente fueron torturados desnudos con la colaboracin de un piquete
de policas. Con el pretexto de que se trataba de ladrones comunes de la
hacienda se les condujo a La paz; en realidad se quera obligar a los dos
comuneros a entregar sus sayaas en forma gratuita. "Quince aos hace ya,
aaden que pretende este seor, con ayuda de la autoridad, sometemos a su
dominio". (ARZABE PEREIRA, Nancy; BUSTILLOS, Oscar; LOPEZ Luis
Gustavo: Puerto Prez, Comunidad Riberea del Lago Titicaca. Revista
Atahuallpa, Quito, Ecuador Octubre 1966, n. 1, ao 1, p. 94).
1931. Protestando contra un camino en construccin de Ambato a Baos
kheswas de Sal azar se sublevan. 1932. Comunidades de la regin de Palmira
se sublevan para impedir la desviacin de la lnea frrea.
Hay razn. Camino y tren anteceden inevitablemente al despojo de tierras
comunales.
1935. Kheswas de Licto, Galte y Pull estn en huelga, se arman. Secuestran a
los empleados de los latifundistas, se atrincheran y combaten contra las tropas
republicanas. As culminan. su larga exigencia por tres das semanales para
atender sus huasipungus. Los hacendados criollos los hacen trabajar seis das
por semana, apenas les queda el domingo para trabajar sus sayaas de las
cuales comen. Sus reclamos llegan "al presidente Velasco Ibarra en vano. Los
cabecillas son asesinados. Ambrosio Lazo, uno de ellos, es confinado a las
islas Galpagos.
Las masacres no amilanan la defensa andina.
1930. Kollasuyu. Aymaras y kheswas juntos recuperan territorios comunales.
1933. Los aymaras controlan las regiones cercanas a J ess de Machaca,
Guaqui, a orillas del lago Titikarka y extienden la guerra. El ejrcito boliviano,
por primera vez en toda su historia, usa en campaa de guerra aviones de
bombardeo. Otra vez el armamento industrial ms moderno entrado a Bolivia
es para masacrar aymarakheswas. Los aviones bombardean impunemente
desde los cielos Umasuyus y otras Comunidades en castigo por rechazar la
conscripcin militar forzada. Aprovechan para bombardear comarcas pacficas
cercanas. Los aymaras aprehden a defenderse de bombardeos areos. Se
esconden y esparcen.
El presidente Salamanca empuja a Bolivia a una guerra internacional contra el
Paraguay. As manipula mejor la guerra kheswaymara. Impone el servicio
militar esclavista. La minora criolla traslada miles de colonos y comuneros,
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kheswas y aymaras, sin escalas, a punta de fusil. Desde los 4.000 metros de
altura hasta el trrido Chaco Boreal. Apenas van llegando los colocan en
primera lnea, sin entrenamiento ni nocin de las armas. 45.000 kheswaymaras
mueren por hambre, sed, enfermedades tropicales, tropas paraguayas. Cuando
quieren regresar caminando a sus cumbres nevadas, dejando atrs esa guerra
ajena e incomprendida, oficiales bolivianos les disparan. Por ello no hay indios
entre los excombatientes.
La minora criolla confa en el desangramiento para someter y aquietar la
nacin aymarakheswa. Pero la guerra internacional sacude y descoyunta la
jerarqua civil y militar. Destroza al ejrcito boliviano. Equipado, entrenado y
acostumbrado a masacrar indios, no a cuidar fronteras nacionales sino
hacendarias. La sociedad criolla cae en crisis. Un grupo de oficiales jvenes
toma el poder. Intenta una poltica popular nacional, Como criollos que son
conciben la democracia slo dentro de la minora criolla.
1937. Kheswas toman los pueblos de Champacollo, Atarni, Sacabamba,
Arumani en Cochabamba. Pronto kheswaymaras toman' pueblos aislados de
los departamentos de Chuquisaca, Potos y La Paz.
1938. Nuevamente se sublevan los indios en Pull. Ese mismo ao en Otavalo
son atacados topgrafos y soldados del Servicio Geodsico Militar.
Levantaban planos en terrenos comunales preparando el despojo. Tambin en
1938 se rebelan kheswas en Isinlivi contra el intento gubernamental de
numerar sus animales para cargarles impuestos.
21 diciembre 1942. Kollasuyu. El presidente Enrique Pea-randa masacra
mitayos kheswas de las minas de Katavi por pedir ms salario. Ordena' "La
Paz sin indios. La Paz para gringos". Prohbe a los andinos ingresar al centro
de la capital de Bolivia. Carabineros y soldados apostados en las esquinas
arrestan aymaras y kheswas. Apresan, golpean, multan a quien camina cerca
con ujuth'as y poncho. El presidente ama a los turistas gringos. Pero no los
conoce. Vienen a retratar lo tpico, lo indio.
1943. El ataque kheswaymara enciende y abona el ataque criollo. Pearanda es
derrocado por un golpe de estado. RADEPA (Razn de Patria), una logia
secreta de militares jvenes comisiona al teniente coronel Gualberto Villarroel
la presidencia. Permite el Primer Congreso Indigenista de Bolivia:
Delegaciones aymaras; kheswas, chapacas, cambas, etc. con ropas regionales
multicolores llenan el estadio de La Paz, la construccin para multitudes ms
grande de Bolivia. La fiesta andina horroriza a la sociedad criolla. La minora
blancoide le obliga a Villarroel a reprimir colono en las Canchas. El odio
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criollo no se calma. Villarroel es acusado al mismo tiempo de nazi y populista
plebeyo. 21 julio 1946. Despus de virulentas huelgas urbanas, criollos
conservadores y comunistas aliados lo matan a golpes. Tambin a sus
compaeros ntimos. Los cadveres desnudos son colgados y ostentados en la
plaza principal de Bolivia.
Dos meses despus otros compaeros suyos son arrastrados por las calles
desnudos, linchados y colgados en los mismos faroles de alumbrado pblico de
la Plaza Murillo. A los 7 aos vi los cuerpos, plidos y lnguidos como
sbanas mojadas, pendiendo de los faroles. Entonces no lo supe: Estaba
mirando herencia espaola.
Quienes asistieron al Congreso Indigenista son rastreados y asesinados. Carlos
Condori es uno. Fund escuelas comunales de acuerdo a las resoluciones del
Congreso, Es apresado al norte de Potosi yendo de Uncia a Colquechaca.
Celestino Cerrudo, cura de Pocoata, lo ahorca personalmente despus de las
torturas. Su cadver, como el del presidente Villarroel, queda colgado en la
plaza principal de Pocoata. Es sbado de gloria, semana santa de 1947.
El kheswaymara responde con guerra. 1947. El ejrcito boliviano en su
totalidad combate al indio. Convierte Coati, Isla de la Luna del lago sagrado,
en prisin para comuneros. Gretel, sobre el ro Ichilo, adentro de la jungla
amaznica, departamento de Santa Cruz, es otro presidio para kheswaymaras.
Est bien escogido. Mata con enfermedades tropicales a los andinos de las
nieves eternas. Miles de kheswaymaras mueren por bala y por presidio.
La prensa relata:
"... en la Hacienda Calliri se produjeron choques entre fuerzas armadas y
carabineros y un grupo de indgenas... Los aviones se encargaron de
bombardear. Ante el nmero superior de fuerzas que tienen los sublevados se
pidieron refuerzos a Ayopaya, razn por la cual las columnas de tropas del
Ejrcito salieron a auxiliar a los destacamentos de carabineros, aparte del envo
de tropas efectuado desde Cochabamba. Tambin salieron otros destacamentos
de la ciudad de Oruro... Bombardeos por aire. Despus de una reunin de jefes
del Ejrcito, el Ministro de Defensa, J ulio Csar Canelas, indic que el
principal acuerdo fue ordenar bombardeo de los focos subversivos en los
ltimos das los aviones militares no descansaron en sus bombardeos..." ("La
Razn", La Paz, 7 y 9 de febrero de 1947).
El presidente Enrique Hertzog informa en su mensaje al Congreso: "el
gobierno ha solucionado la ms grave de las sublevaciones
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indigenales de nuestra historia.., como emergencia de la sublevacin
indigenal del altiplano.., se organiz una Colonia Fiscal en Puerto
Gretel sobre el ro Ichilo". Para este presidente boliviano de apellido
judo la masacre de kheswaymaras no es hecho poltico, ni siquiera
militar. Al terminar su presidencia el mdico Hertzog declara:
"durante mi gobierno no hubo sangre". Solamente los blancos llevan
sangre humana para l.
La masacre enciende otras sublevaciones. Los combatientes aymaras gritan a
los masacradores republicanos: "Somos como la kinua, no nos acabarn".
El dueo de la hacienda. Tacawa, Agustn Prieto, es degollado por sus colonos.
Su sobrina administradora, Ana Vilela, enrgica y dictatorial, es violada por
los siervos y ajusticiada por sus sirvientas. Ambos cadveres son arrojados al
lago Titikarka.
Chuquisaca. Es juzgado, condenado a muerte y fusilado el jefe comunero
Marcelino Mamani. Ayud a organizar la guerra expandida ya por Incahuasi,
Yatina, Santa Elena, Oulpina y Carapari en el departamento de Chuquisaca.
1949. Mineros kheswas de Llallagua, Siglo XX, Katavi, Uncia y dems minas
importantes del Kollasuyu ejecutan huelga general insurrecional. El ejrcito
cerca a los mitayos. Los ataca con artillera y aviones de bombardeo en mayo
de 1949. Los obreros fabriles aymaras de La Paz colaboran. Se lanzan a la
huelga general indefinida. La fuerza area boliviana bombardea los barrios de
trabajadores de La Paz en mayo de 1950. Los mineros intentan parar la
masacre. Capturan como rehenes a los ingenieros extranjeros H. Griffits, J .
O'Connor y David Vargas. La masacre continua. Ejecutan los rehenes. El
ejrcito irrumpe en las minas. Captura los dirigentes. Los jueces criollos los
condenan a muerte. J uan Chumacero es uno de ellos. Esperan el fusilamiento.
El ataque kheswaymara arrecia. Debilita al gobierno. El Movimiento
Nacionalista Revolucionario aprovecha. Con la ayuda del ministro de
gobierno, Seleme, prepara un golpe de estado. El golpe se vuelve insurreccin.
9, 10 Y 11 abril 1952. La Paz y Oruro. El ejrcito nacional es destrozado en las
calles. Los mineros kheswaymaras se apoderan de empresas, instalaciones,
camiones. Se aprestan a vaciarse sobre las ciudades armados de dinamita.
Consolidan la victoria. El MNR es gobierno. Se salvan los mitayos condenados
a muerte.
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Entre el kheswaymara y el MNR hay alianza tcita. El indio defiende al
gobierno de ataques armados y el MNR no lo reprime. 40.000 hacendados
criollos del Kollasuyu son ajusticiados, expulsados o escapan a las grandes
ciudades bolivianas o al exterior.
Los kheswas del Ecuador realizan una conferencia organizada por la
Federacin Ecuatoriana de Indios. Reciben el apoyo de los kheswas obreros y
fabriles. Camilo Ponce Enriquez, ministro de gobierno, es interpelado y
acusado por masacrador en el congreso por diputados comunistas como Pedro
Saad. (ALBORNOZ, Oswaldo: Las luchas Indgenas en el Ecuador.
Guayaquil, Ecuador, Claridad, 1976, p. 101). El J uez Segundo del Crimen
debe revocar la orden de detencin contra los indios.
2 agosto 1953. El gobierno boliviano legaliza la extincin de las grandes
haciendas, en Ucurea, Cochabamba. Lugar del primer sindicato de colonos de
hacienda, organizado contra las monjas propietarias. La ley de reforma agraria
es firmada. Ese da un oceno kheswaymara llena la inmensa planicie. Triunfo,
desfiles, deportes, canto, baile, chicha. Lo recuerdo bien. Ya tengo 14 aos.
J os Rojas, dirigente kheswa, me regala una pistola decomisada a los oligarcas
de Cochabamba. Aymaras y Kheswas forman destacamentos militares para
impedir el retorno de los hacendados. En aniversarios desfilan en La Paz
respaldando al gobierno con el nombre de "regimientos campesinos".
El MNR es jefatura criolla y militancia mestiza. Los mestizos urbanos
movimientistas son ms kheswaymaras que blancos. Pero ya estn
domesticados. Desprecian su raza andina. Avergonzados por su color de
bronce dejan toda decisin a los criollos. El MNR reorganiza el ejrcito. Lo
dota de nuevo armamento. Evade los vocablos kheswa, aymara, Comunidad,
indio. Recuerdan la necesidad de una liberacin profunda, real. Crea el
ministerio de "asuntos campesinos". Vuelve as a las necesidades de la nacin
kheswaymara asunto sindical. Con el voto "universal secreto y directo" largas
filas kheswaymaras hacen cola en las urnas ostentando la papeleta rosada del
gobierno. Unica permitida en el campo. No hay un slo candidato comunero o
colono. Los criollos eligen por quin vamos a votar.
As los kheswaymaras entramos a la poltica boliviana. Por la puerta de atrs
reservada para los pongos. Las facciones internas del MNR usan al
kheswaymara como pongo poltico. Le hacen votar, luchar, matar, morir
defendiendo ambiciones criollas. Cada caudillo del MNR tiene varios
regimientos indios bautizados con su nombre. Ni un grupo armado indio lleva
nombre histrico, de un kheswaymara, vivo o muerto. Somos obligados a
reprimir. Primero a criollos opositores. Despus a nuestros hermanos
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kheswaymaras trabadores en minas y fbricas cuando se niegan a morir de
hambre. Algunos comuneros luchan por impedir a la reforma agraria
fragmentar las Comunidades en parcelas individuales. Son acusados de
comunistas o falangistas y asesinados.
J ulio 1956. Waychu. Cada amanecer en el ulular del viento del lago se inserta
un agudo ''waiiichu''. El pjaro gris brinca de techo en techo. Parece inquieto
despertador musical. El trino se volvi aymara. Nombr al ave y el ave
nombr al pueblo.
Esta localidad, llamada secamente Puerto Acosta en espaol, entre irujich'us
erizados, fue la sede de la fugaz Repblica Aymara del Tawantinsuyu.
Laureano Machaka (machaka-nuevo, aymara) es indio nacido en Ikipuni (iki-
dormido, puni-siempre, aymara), otra Comunidad convertida en hacienda.
Pertenece a Arturo Mantilla. Aprende a leer y escribir espaol en una escuela
rural. Viaja a La Paz. Sobrevive con trabajos efmeros, dismiles y peor
pagados. Aquellos nicos abiertos a los indios recin arribados. Llega a chofer.
Conoce algunos izquierdistas radicales criollos. Su desconfianza aymara
escucha a todos, no se entrega a nadie.
El 2 de agosto de 1953 se decreta la tan esperada Reforma Agraria.
Relmpagos de entusiasmo electrizan al campo. Brotan sindicatos campesinos.
Machaka regresa a su tierra. Es elegido Secretario Ejecutivo de la Federacin
Provincial de Campesinos. Tiene 30 aos. Es moreno; nervioso y flaco. Ya el
demonio de la rebelda le come paz y carnes.
Su puesto de dirigente sindical es paso, no meta. Entiende el instante poltico y
acta. Ayudado por Gabino Choquemiza, de Pasuja y Dionisio Guachalla, de
Pococata, militariza 2.000 aymaras en tres regimientos, Los llaman
"regimientos campesinos" Vctor Paz Estensoro, J uan Lechn y Hernn Siles
Zuazo, dirigentes del MNR. Muchos otros del altiplano y valles se llaman
igual. Consigue armas de partidos criollos "de izquierda" y sectores populares
del MNR gobernante. Pero sobre todo las compra con ramas, contribuciones
comunales usualmente gastadas en medallas de oro para los "salvadores"
criollos de turno.
Los vecinos criollos de Waychu comienzan a inquietarse. Reaparece el secular
murmullo de presagio y terror "y'entrar I'indiada". Piden a La Paz tropas
mediante oficios. El ejrcito todava no est reorganizado y slo llegan cuatro
comisionados. Se alojan en la casa "hotel" de la seora J osefa, la "mama
Chepa".
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Machaka lo sabe, sigue actuando. Llega a las proximidades de Waychu con su
tropa un sbado en la tarde. Al da siguiente la multitud aymara se divide,
irrumpe al mismo tiempo por las cuatro esquinas a la plaza principal de
Waychu. Los hombres empuan fusiles, las mujeres piedras, hachas, hondas,
barretas.
Gendarmes y carabineros de la aduana y polica no intentan contener el
impresionante despliegue aymara. El vecindario criollo se cierra y atranca
puertas y ventanas. Antes del medioda de ese domingo ya los aymaras son
dueos del pueblo.
Los aymaras gritan mueras a los vecinos ms odiados. Entre ellos los tinterillos
Cupertino Cuevas y Armando Clavijo Bocngel, llamado Wallata (variedad de
pato lacustre). Este se oculta dentro de una zanja profunda del ro
Lamph'ayani.
La comisin se anima a salir. Grita una y otra vez "calma compaeros!" El
mar indio los desborda e ignora. Los colonos sublevados son aplaudidos por
algunos vecinos sorprendidos antes de ocultarse. Dan latigazos a los ms
crueles. Lanzan disparos. Todos al aire, nadie es herido ni muerto.
Ya dueos del pueblo se apaciguan. Entonces comisionados del MNR,
dirigentes y parte de la tropa aymara van algo fuera del pueblo. En la llamada
plaza de toros piden informes. Los aymaras los escuchan tranquilos. Los
comisionados los creen asustados. En voz autoritaria exigen" explicaciones.
Como a las tres de la tarde la prepotencia criolla provoca otro momento de
zozobra para los vecinos criollos. Los comisionados calman los nimos
humillndose cuando estn a punto de ser chicoteados.
Anochece. Los aymaras acampan alrededor del pueblo. Por la Caja del Agua y
por las colinas cercanas encienden hogueras, lanzan disparos al aire y tocan
pututus. Desde entonces ellos, y no los carabineros de la aduana, requisan
camiones y automviles. Buscan contrabando y sobre todo armas.
Dentro del pueblo los aymaras controlan la subprefectura, Polica, aduana,
alcalda municipal y trnsito. Machaka clausura el juzgado. Como Delegado
Comunal ejerce todo el poder civil y militar de Waychu. El gobierno de La Paz
lo ve como militante suyo reprimiendo opositores falangistas.
Machaka se instala en el Saln de Honor de la Alcalda Municipal. E inaugura
la Repblica Aymara del Tawantinsuyu. Se declara su primer presidente. A
veces le cruza el pecho la tricolor presidencial. Los criollos, cuando quieren
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"hablarle, deben solicitar audiencia. Segn sus compaeros prefiere no hablar
con los "mistis". Organiza "semanalmente concentraciones de indios donde les
hablaba y explicaba, en lengua aymara, de sus proyectos recalcando con
mucha conviccin que ellos tenan todo el derecho de gobernarse sin necesidad
de blancoides ni mestizos" (PAREDES, Alfonsina: El indio Laureano
Machaca. La Paz, Isla, 1977, p. 25). Explica: En esta su repblica modelo los
aymaras demostrarn poder gobernarse mejor sin criollos.
Organiza la administracin. Instala una tienda comunal. A precio bajo hay
ropa, herramientas, caf, arroz, fideos, alcohol, cerveza, refrescos y otros
productos trados de La Paz. Su esposa, una india joven, matiza el traje de
bayeta negro tpico de la regin, con colores alegres. Cargando su guagita a la
espalda inspecciona las ferias semanales controlando precios e impuestos. Los
camiones pagan para entrar o salir. Grava el comercio internacional con la
frontera peruana. Ante el asombro general los especuladores no son halagados
sino encarcelados. Salen libres pagando fuertes multas. La repblica aymara,
sin especuladores ni autoridades voraces, pronto alcanza riqueza econmica.
Sacos de dinero se apilan en los locales comunales.
Machaka tambin organiza militarmente su repblica. Nadie entra o sale sin
permiso escrito. Aumenta el ejrcito aymara a 4.000 soldados. Enva delegados
a Muecas, Charazani, Caupolicn, Umasuyus. Manda proclamas al Per.
Llama a los khswas a juntar fuerzas borrando la frontera criolla.
Segn la obra citada tres meses se consolida la admisin india. El gobierno
central de La Paz generalmente satisface sus demandas. Por ejemplo, pide y
logra reemplazar al director del ncleo escolar de Tajani, entre Escoma y
Waychu, Nazario Luna por Clemente Mamani Apaza. Machaka es llamado por
su gente cada vez ms Inca y no presidente.
El Consejo Aymara quiere extender el poder indio a todo el pas.
Decide salir de Waychu con 4 5 mil soldados sobre Escoma, Sorata,
Achacachi, Carabuco, J unk'ulaime, poblaciones ya permeadas por sus
delegados. "En cada comarca los propios pobladores asaltaran los
recintos policiales y militares para apoderarse de las armas y anular
cualquier accin de resistencia: Por otro lado los informes que una
buena parte de los indios contaban con armas... Los nativos de
Pucarani, Viacha, Tambillo, Tiahuanacu y otras regiones de los
alrededores de la base area y el aeropuerto de La Paz, se encargaran
de inmovilizar a los aviones del ejrcito y de empresas particulares en
precaucin de evitar el riesgo de bombardeos. Dentro de los planes de
ataque a La Paz al repetir el cerco de Tupaj Catari, estaba incluido.
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(PAREDES, ob. cit., pp. 26, 27). Esperan llegar a La Paz con 100.000
aymaras combatientes.
Algunas fracciones marxistas lo saben. Quieren aprovechar. Ofrecen ayuda.
Machaka lo rechaza. Lo sabe. El desprecio al indio tambin habla marxismo.
Por su desconfianza aymara no se convierte en sucursal rural de un partido
blanco. Los izquierdistas lo tachan de aventurero. Se rompe todo contacto.
Octubre 1956. El balance militar luce absolutamente favorable. Tanto que
Machaka desiste del plan original. En vez de 4 5 mil tropas avanzar con
unos 100 200 solamente. Los aliados tomarn poblaciones, como l tom
Waychu, comenzando por Escoma. Espera entrar sin combatir. Anuncia su
entrada sobre Escoma para el domingo siguiente.
Domingo. 21 Octubre 1956. Waychu. El presidente Machaka decide caer sobre
Escoma a medio da. Entonces es mayor la concentracin india de la feria
semanal. Y espera su ayuda.
Machaka en contraste con el tpico dirigente campesino no bebe. Hace una
excepcin, toma un poco de cerveza en la tienda de Lola Burgoa de Ascarrunz.
Los escuadrones armados repletan al mximo dos camiones. Hay cien en cada
uno. A las 10 de la maana Machaka se 'despide en la tienda, aborda uno de
los camiones y parten.
12 horas de ese domingo. Borde de Escoma. La tropa aymara baja de los
camiones. Avanza al puente Watawaya. El puente largo, de unos cien metros,
sobre el ro Suches, conduce al pueblo. Cuando estn cerca son rociados con
mortferas descargas cerradas de ametralladoras y fusiles. Aunque totalmente
sorprendidos los atacantes reaccionan. Se entabla un combate despiadado. El
presidente aymara maneja diestramente una ametralladora. Quiere tomar el
puente. Los defensores temen que el grueso de la tropa aymara avance de
Waychu. Concentran sus fuerzas sobre el puente.
A las tres horas de lucha Machaka agota sus balas y su tropa ya raciona los
disparos. El presidente aymara deja su ametralladora. Agarra el fusil de uno de
sus soldados muertos y sigue combatiendo. Es ya intil.
El presidente indio cometi un error mortal. Despreci la habilidad represiva
del blancoide.
Gamonales y autoridades de Escoma no compartieron la condescendencia del
gobierno de La Paz. Angustiados por el germen de repblica aymara
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desarrollaron frentica actividad. La notificacin ante lada aymara, anunciando
el da de su marcha sobre Escoma, permiti a los criollos preparar
concienzudamente su defensa militar.
El sbado 20. Eloy Imaa, criollo de Achacachi, Intendente de la Polica de
Escoma, presidi un cabildo criollo. Los policas recibieron cajones de balas
extras. Los contrabandistas de lana de vicua al Per son parte importante de
su tropa. Estn bien armados, manejan los fusiles con la pericia del cazador
clandestino y odian rabiosamente el insobornable control aymara aduanero.
"Los indgenas fueron conminados a presentarse con sus armas" (PAREDES.
p. 33). La dominacin social y econmica sobre el aymara otra vez se volva
dominacin militar.
Los piquetes se atrincheraron en las ventanas cercanas al puente y en las
colinas prximas. Listos para ametrallar a los atacantes desde varios ngulos.
Da y noche "se ubicaron destacamentos mixtos de indios, policas y vecinos
en las orillas del ro que bordea Escoma, rodeando prcticamente el poblado.
Se abrieron' trincheras en las calles de acceso y en el campanario de la iglesia y
los techos de las casas se situaron carabineros armados. Para evitar que
Machaka fuese advertido de los preparativos blicos, el Intendente hizo cerrar
todas las salidas del pueblo suspendiendo el trnsito de los habitantes, le
cortaron de esta manera cualquier comunicacin con sus partidarios".
(PAREDES, p. 34).
15.00 horas. La defensa criolla se vuelve ataque. Cruza el puente. Los
atacantes que pueden trepan a los camiones y escapan. Machaka herido quiere
hacerlo. Una rfaga de ametralladora le perfora los pulmones. Es capturado,
Como es aymara rebelde no es llevado a una clnica de la capital, ningn
mdico viene a verlo. Lo arrastran semidesnudo hasta la celda policial en la
plaza central de Escoma. Lo arrojan sobre dos mugrientas bolsas de yute. Los
gangochos separan su cuerpo desnudo del barro helado. Tendido va
desangrndose sin parar.
Fray J uan, prroco de Escoma, llega a la celda. Quiere ver morir al presidente
aymara confesado y arrepentido. Machaka agonizante procura usar al cura
como mensajero de sus aliados de Escoma. El cura se niega. Antes de
desmayarse le pide: "Haga venir un mdico, que detenga esta sangre, despus
mis curanderos me dejarn como nuevo". (Ob. cit.,p. 40). Nadie llega.
Como sol que asoma entre nubes negras su lucidez regresa.
Dice: Los que se dicen nuestros patrones, los que se dan el derecho de
gobernar a ms de tres millones de indios, los que nos menosprecian
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negndonos a vivir como seres humanos de acuerdo a nuestras
tradiciones, a la sabidura de nuestros antepasados, tendrn que
someterse a nuestras leyes que ya he puesto en prctica... La
hipocresa de los blancos es tan grande que se han apropiado de
nuestro pasado. Ante el mundo entero se muestran como los
descendientes de los Incas, herederos de toda la gloria dejada por los
aymaras y kheswas. Nos usurpan hasta nuestra msica que era el
nico refugio". (Ob. cit., ps. 30, 41).
Sigue hablando. Pero su voz es ya ruido incomprensible. Sus palabras se licuan
fundindose con los estertores. Sus dos ltimas palabras salen empapadadas.
Apenas logran abrirse paso entre los borbollones de sangre que viene de su
boca. Son Pachamama y Wiracocha.
Anochecer del mismo domingo. Escoma. Se fue el cura. En la Celda esta Slo
el cuerpo del presidente Machaka. Sombras con figuras humanas se acercan
sin ruido. Se llevan el cuerpo. La polica no lo nota.
Ni yatiris ni callahuayas pueden salvarlo. La experiencia habla: perseguirn el
cadver hasta arrebatarlo. Lo impiden. El cuerpo del aymara presidente escapa
.del alcance blanco. Se integra para siempre al Cosmos andino. Su sangre besa
la Pachamama, el Viento, el Agua, el Fuego. Su carne de valiente es alimento
y ofrenda ritual. Los blancos se espantarn. No importa. Su tumba no ser fro
cajn rectangular muerto. Es la entraa viva de su pueblo perseguido.
Amanecer del lunes. El grupo mtico se dispersa. Cada uno lleva en s algo de
su presidente mrtir.
En Waychu los carabineros se rearman. Vuelven a sus abusos rutinarios
subrefectos, curas, corregidores, maestros, tinterillos. Pero no fue en vano el
trabajo, pasin y muerte de Machaka. La mayora de los vecinos y gamonales
criollos, estremecida por la movilizacin aymara, abandona para siempre esas
tierras. Haciendas como Ikipuni vuelven a ser Comunidades. Los aymaras,
respetando la ley, prefieren recuperar su tierra legalmente, pagando a los
gamonales el precio de sus tierras y casas en el pueblo.
Poco a poco el kheswaymara se aleja del gobierno del MNR. Otra vez solo
lucha la guerra centenaria contra el hacendado criollo. Ahora, a menudo con
carnet de militancia del MNR. Nuevamente partes de los Andes se tien de
rojo. Kheswas del norte de Potos atacan y toman San Pedro de Buena Vista.
Hernn Siles Zuazo, presidente nacional del MNR manda al ejrcito a la
masacre de kheswas. Narciso Torrico, uno de los jefes comuneros, es
capturado.
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"Delante de su mujer encinta de ocho meses le cortan la cabeza y los
testculos. Obligan a cargar desde J achira a San Pedro de Buena Vista
a trote de caballo. De trecho en trecho la violan los forajidos a la
mujer de la carga macabra y encinta de ocho meses. Luego la obligan
a llevar en la mano, la cabeza y los testculos de su marido,
chorreando sangre, y a caminar de rodillas por calles y plazas
pidiendo perdn. Es ms. As de rodillas permanece cuando cuelgan
la cabeza de su marido en la puerta de la Polica". (REINAGA, p.
426).
1959. Se acerca la XI Conferencia Interamericana. El alcalde de Otavalo
expropia tierras comunales con el pretexto de construir un hotel de turismo
para tal evento. Los kheswas organizan una grande y pacfica marcha en
defensa de su tierra, el7 de enero de 1959, en la Comunidad Pucar Bajo de
Velsquez, orillas del lago San Pablo, parroquia Espejo, cantn Otavalo. La
respuesta es tpicamente criolla. Policas, guardas aduaneros y estudiantes
militarizados atacan la concentracin desarmada. 5 comuneros caen muertos,
20 son gravemente heridos y los presos son ms numerosos. El abogado
defensor de los indios denuncia:
"Los proyectiles han penetrado por la espalda, es decir, cuando los indgenas
huan. Hay un caso en el cual el proyectil penetra por el cuello y sale por la
cintura, evidenciando que se le disparo de arriba para abajo, mientras el indio
estuvo de rodillas" (ALBORNOZ, obra citada, ps. 106 y 107).
1962. Cotopaxi, Tungurawa y Chimborazo. Varios censado res son
ajusticiados cuando catastraban los animales pertenecientes a los indios para
preparar el despojo.
El mismo ao 12.000 kheswas de las Comunidades El Rosario, Chichicas,
Salazacas se movilizan para defender el agua de riego, cuya propiedad les
reconoce disposiciones coloniales y sentencias republicanas.
El congreso nacional se ve obligado a recibir la declaracin de algunas
vctimas. Manuel Caizabancha dice;
"Cada ao hemos pagado 600 y 700 sucres por el agua, y de dnde pagamos
los pobres salazacas, si muchas veces no tenemos animalitos para dar al
cambio, si se nos quita prendas cuando nos atrasamos en el pago 7".
Hilario Chango habla. ''Tengo 73 aos y yo y mis compaeros hemos abierto la
acequia que ahora los latifundistas nos quieren quitar. Ellos tienen dos aguas y
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nosotros ninguna. Nos estamos secando los indios, los animales y la tierra".
(Diario El Comercio, Quito, 7 de septiembre de 1902).
El gobierno criollo en el Kollasuyu influye sobre algunos grupos
kheswaymaras. Usa este poder de controlarlos para hacerlos combatir entre s.
En Cliza, Punata, Ucurea y en todo el valle cochabambino los combates son
frecuentes y sangrientos. La sptima divisin del ejrcito al mando del general
Carlos Prudencio avanza. 1.800 kheswas son masacrados. La tensin persiste.
El ejrcito se instala permanentemente en la zona. La somete a jurisdiccin
militar. Muru-Falda, Cochabamba. La masacre es vasta. Fosas comunes son
abiertas. En cada una se hallarn despus de 150 a 200 cadveres kheswas. Los
aymaras de Achacachi tambin son masacrados varias veces por el ejrcito.
Cerca de 2.700 mueren durante los gobiernos del MNR.
Los hechos posteriores nos cambian la direccin centenaria de la guerra. Los
gobiernos d las repblicas de Los Andes siguen "la rutina criolla. Hoy
alimentada por la competencia capitalismo comunismo. Ambos progresivos,
industrialmente agresivos, ajenos e ignorantes del Cosmos.
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IV- BALANCE DE LA GUERRA
La paz csmica, eterna comunal, kheswaymara, de decenas de miles de aos
fue sustituida por la guerra continua hispana. En esta guerra, ya con cinco
siglos de vida, perdimos muchos combates. El orden csmico fue quebrado.
Millones de kheswaymaras murieron a bala, enfermedad, hambre.
No atac mejor el pueblo ms inteligente sino el pueblo que orient su
inteligencia hacia la guerra, el acostumbrado y especializado en matar
humanos.
La sabidura kheswaymara es Vida, Tierras, Plantas, Animales, Rocas, Ros.
No formas de muerte.
El conocimiento hacedor de Tiwanacu, Sacsaywamn, Wiay Wayna y otras
poesas talladas en piedra, pulse las palpitaciones del universo y de las
bacterias. Sin embargo no cre armas defensivas ni ofensivas.
Conocimos miles de plantas, hasta diferenciar cualidades de las partes de una
misma corteza orientadas al naciente o poniente. Sin embargo no las usamos
como venenos.
Fundimos, con gran variedad de metales y aleaciones, complicados
ornamentos tiles y religiosos. Sin embargo no fundimos armas.
Contraste de milenios hay entre la perfeccin de nuestros canales, caminos,
andenes esculpiendo montaas, construcciones indestructibles, operaciones
dentro del cerebro y nuestra rudimentaria defensa contra el asalto armado.
Nuestro portentoso saber para construir fue debilidad cuando nos lleg el
momento de arrasar.
Nuestra defensa absoluta de la vida, hecho moral religioso, fue impedimento
cuando nos lleg el momento de matar.
La sabidura-moral injertada en nuestros huesos, sueos, pensamientos, nos
impidi destruir a dentelladas la bestia espaola invasora, fuerte por estar libre
de todo freno religioso, moral o intelectual.
Cuando las bandas espaolas asolaban, las comarcas, mas asombradas que
dolidas, supongan la crisis nica. No persiguieron las minsculas bandas para
aplastarlas.
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Los kheswaymaras no tuvimos ni tenemos una sola danza guerrera ni una
marcha militar. Ni ropa de combate, ni artificios de muerte. La msica andina
era alegra, vida. No preanuncio de sangrienta destruccin. No creamos
defensa contra el ataque de humanos.
El Tawantinsuyu no poda ser daado por un pueblo natural. Era vulnerable a
gente diferente y opuesta.
Europa es guerra desde el comienzo de su memoria. Vive con la muerte de
otros pueblos. Su felicidad se alimenta del sufrimiento de otros continentes.
Los invasores hispanos son siete siglos de vida guerrera contra los rabes.
Mataban cientos de humanos sin perder el sueo, apetito o humor. Era obvia su
experiencia.
No hubo guerra entre un ejrcito invasor y otro defensor. Chocaron dos estilos
de vida, el constructor y el destructivo. En minutos puede caer cortado un rbol
de decenas de dcadas. El asaltante analfabeto asalta impunemente al sabio,
incapaz de morder.
Perdimos muchos combates. Pero ganamos la guerra. Sobrevivimos.
Luchamos, vencimos y expulsamos a Espaa de Los Andes. La colonia y el
virreinato fueron. Nosotros somos. Hoy hay menos cuerpos espaoles en Los
Andes que antes.
All arriba, en las alturas casi extraterrestres de Los Andes, nuestra tradicin,
vida sangre estn limpias. Los invasores no engendraron por la altura y porque
las kheswaymaras violadas previnieron la concepcin. El ambiente telrico y
humano trag los resabios. Estos poqusimos espaoles desaparecieron sin
rastro dentro del universo kheswaymara.
All, en las lmpidas y nevadas alturas andinas, est refugiado nuestro pasado.
Nuestro futuro tambin aguarda agazapado en aquel silencio csmico que baje
la inundacin del fango y aparezca nuevamente la Tierra.
Esta resea de la guerra defensiva kheswaymara es incompleta e inconclusa.
Cualquiera otra lo ser tambin mientras no Reconstruyamos Nuestra Historia.
Hubieron muchas, muchsimas guerras fuera de estos pocos ejemplos citados.
Adems los protagonistas principales quiz estn en forma de Viento, de
Agua, de rbol, de Cndor, no incorporados an al Humano
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Sin embargo, los ejemplos ya juntos muestran, hablan. Secuencia es sentido,
direccin, revelacin. Cada guerra fue creda la ltima. Los ejemplos juntados
tambin revelan que desde la invasin nuestra historia es la historia de la
guerra kheswaymara.
Hoy esta guerra contina. Da y noche: Momento a momento. Directa o
indirecta. Con sangre o sin ella. Patente o disfrazada como circunstancia,
accidente o crnica policial. Cada da hay victorias y derrotas. En campo,
calles, plazas, mercados, escuelas, iglesias. En todas y cada una de las
actividades humanas.
Los espaoles tienen muchos instrumentos de ataque. Como no pudieron
acabamos con sus armas de estruendo, fuego y hierro ahora usan sus hijos.
Mediante los criollos quieren acabar nuestra forma de vida, asesinar nuestras
memorias lo que nos hace ser lo que somos.
Hemos vivido cuatro siglos y medio de guerra. Ahora nos atracan con armas
ms encubiertas y sutiles. Por eso estas palabras ideas son conciencia en
germen.
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CAPITULO 2
HOY
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I- CUANTOS KHESWAYMARAS SOMOS?
El nombre de Latinoamrica insina una sntesis rosada y amorosa del noble
conquistador espaol con la bella princesa india. Ello nunca ocurri. El
asaltante violo a la india paralizada de terror quien abort o se mat para no
engendrar.
Desde entonces en Los Andes hay dos mundos opuestos. El kheswaymara y el
espaol. El Tawantinsuyu y Europa. El mestizo no es tercer mundo. Es ser
inautntico en movimiento. Si es pobre desaparece dentro del mundo indio. Si
es acaudalado se confunde con el blanco. El mestizo es indio en camino de ser
conquistado. Por eso no hay historia, arte, msica, comida ni vestido mestizo.
Imposible imaginar nobleza mestiza.
Nacin es lengua, religin, raza, cultura, historia compartidas. Conciencia de
esta comunidad en una poblacin, asentada en una regin geogrfica y
econmica. Ninguna de las repblicas andinas ni americanas llena la
definicin. Razas, lenguas, culturas, historias separan la nacin andina de la
espaola. Toda unidad nacional que ignore estas diferencias es falsa. Es
opresin. Por ese languidece la Organizacin de Estados Americanos y la
"nacin latinoamericana", el espejismo de revolucionarios que la creen posible
sin la presencia de las naciones originarias.
El mundo reconoce la Amrica Latina. No la Amrica India. Nos cree recuerdo
para historiadores, palelogos, folkloristas, antroplogos. Es explicable. El
mundo escucha la versin de nuestro amo y enemigo, de quien nos odia y
teme. Odos y voces de tierras indias son propiedad espaola. El invasor asla
al kheswaymara del mundo. Teme verlo comprendindose e inspirndose en el
negro de Sud Africa, en el chicano con su raza por bandera, en el guerrero
iran, irlands, palestinos vascos. Teme tambin horrorizar a una voz limpia,
europea o norteamericana, capaz de romper el silencio.
El desconocimiento es recogido por el lenguaje criollo. Corriente, cientfico o
poltico. El nombre kheswaymara es censurado. Y el sustantivo indio es
sustituido por el adjetivo indgena. Indgena es aborigen, autctono, en
cualquier parte del mundo. Indio, en Los Andes, nombra una raza, cultura y
pueblo concreto. Indios en este continente somos kheswaymaras, mixtecas,
inuits. miskitus, mayas, cambas, chapacos, kichs, guaranes, etc. Indgenas sor
germanos en Alemania, galos en Francia, vikingos en Escandinavia, latinos e,..
Italia, etc.
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La palabra campesino aumenta la confusin creada para encubrir a
kheswaymara. Aunque la mayora de los campesinos son kheswaymaras
habemos muchos que no somos campesinos.
El nombre tan generalizado de Latinoamrica es penumbra, vasta y cmoda.
Cubre la luz y la sombra excluyentes, las diferencias reales, antagnicas y
eternas.
La ciudad es espaola. El campo es indio.
La ciudad industrial es cabeza de alfiler en un desierto. Nuestro continente
original, rural, tpico, nico y enorme est tapado por algunos puertos y
capitales internacionales, cosmopolitas. Es decir, vaciados de cultura. La
mayor parte del continente viste ropa original, no camisa y corbata europeas.
El kheswaymara es lo nico slido, propio y concreto de Los Andes. El nico
capaz de vivir sin modelos europeos o norteamericanos.
Desconocer al kheswaymara es desconocer esta porcin del planeta Tierra.
Pero la ignorancia se disculpa arguyendo que el kheswaymara est en trance
inminente de desaparecer.
Los gobiernos criollos suponen el "problema indgena" cada vez menor.
Imaginan cada ao sus repblicas ms blancas, europeas, "civilizadas".
El censo nacional es arma criolla en manos criollas. Todos los censos han
nacido de la poltica antindia de las minoras hispanas gobernantes. No
resultan de necesidades comunales administrativas.
Los invasores espaoles trataron de exterminar nuestros cuerpos. Hoy sus
descendientes criollos tratan de exterminamos tambin administrativamente.
Nos niegan con sus censos a quienes sobrevivimos la masacre sangrienta.
Los censos criollos sobre indios estn anulados por causa de ignorancia,
inexperiencia. y por nuestra resistencia. El censo no nos ayuda. Trata de
contamos como otro recurso natural ms, como ovejas o rboles para
explotarnos mejor. Para imponemos tributos en dinero, frutos, animales,
conscripcin militar o servicio personal. Los censos nacieron en la colonia
como tributos por ciento, o quinto real, al rey y diezmos, veintenas y huasi-
veintenas a la iglesia. Sufrimos del estado blanco slo despojos y masacres, no
tenemos inters en ayudarlo a registrar nuestra presencia. Evitamos el
encuentro con el censor fcilmente, internndonos un poco en la montaa.
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La palabra indio es insulto diario. El entrevistador censal al catalogar a alguien
como tal cree insultarlo. Por ello anota como indios nicamente a quienes no
pueden entenderlo. Evadir la palabra indio es hbito viejo, naci con los
primeros decretos de las repblicas.
Este otro tipo de matanza cataloga como de raza blanca al original que habla
algunas palabras de espaol, sobre todo si puede escribirlas, vive en ciudad,
grande o pequea, viste pantaln y camisa, andrajosos pero occidentales o
posee casa o tierra. Millones de andinos estamos clasificados como blancos en
los censos blancos a pesar de comer, hablar, vestir, vivir, sentir y trabajar como
kheswaymaras.
Tambin parecemos menos porque se cree india slo la cara desnutrida,
mongoloide, de piel muy oscura, ojos rasgados, sin barba y corta estatura.
Un censo de kheswaymaras ser exacto slo hecho por kheswaymaras. Somos
"problema indgena" continental. El primer problema en Mxico, Nicaragua,
Guatemala, Ecuador, Per, Bolivia, Paraguay, norte de Argentina y Chile. Y
problema importante en Brasil, Centroamrica, Colombia y las Antillas
excepto Cuba, Puerto Rico e islas pequeas.
Faltan censos reales, no exterminadores. Mientras lleguen siempre seremos
ms indios de los reconocidos por el espaol gobernante.
DESINDIANIZACION
Como sus padres no pudieron acabamos a bala, los criollos tratan de acabamos
sin ruido ni sangre.
Las herramientas cambiaron en 500 aos. El propsito sigue siendo asesinar
nuestra nacin.
Como no pueden cambiamos la forma de huesos ni el color de piel, ojos,
cabellos, nos cambian sentimientos y creencias.
La desindianizacin, principal arma criolla actual, no es viaje desde la
Comunidad Agraria hasta la sociedad industrial ni integracin al modo
europeo de vida. Meno~ aprendizaje o crecimiento. Es viaje
irremediablemente frustrado. Es mutilacin de races a cambio de un
imposible. Tratar de pertenecer a una raza y cultura diferente es dejar de
pertenecer a la propia y quedar suspendido grotescamente en el vaco.
Degradar la verdad propia rompe toda posibilidad de crecer con cualquier otra
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verdad o cultura. El desindianizado es un gusano hueco, vaciado. Listo a tomar
cualquier forma, bajo cualquier presin, una y otra vez.
Las primeras seales de la enfermedad pueden ser difciles de advertir, un
cambio en la marca de cigarro, aislamiento, cierta inquietud, algo parecido a
curiosidad, etc.
La joven india llega a la ciudad. Se vuelve sirvienta "domstica". Ve a su
patrona, frente al espejo horas pintndose como mercadera sexual y alardear
debilidades e ignorancias. Con su minsculo primer sueldo comprar pinturas
y tintes. Copiando a la patrona siempre, siempre ser su inferior. Aprender a
ver el trabajo destinado "solo para los indios y los burros" y con su silencio
negar su nacin.
Las indias feas tienen ms afn en vestir la moda, en pintar amarillo su pelo, en
quitarse el color de la piel con cremas y polvos. Procurarn vestirse con la
"belleza" artificial de las tiendas. Este camino de lo natural a lo falso tiene
direccin inequvoca. Conduce hacia la mujer orgullosa por vivir de su sexo
con tarifa, dentro o fuera del matrimonio.
La palabra puta no existe en los idiomas kheswa o aymara. Algunos kheswas
peruanos ahora usan pampa warmy (kheswa, pampa-llanura, warmy-mujer).
No es desprecio ni acusacin, es pena por la mujer sola en medio de la llanura,
sin la proteccin de su Comunidad. Tambin la llaman Tuta-tuta (kheswa tuta-
noche) noche dentro de la noche, oculto en la oscuridad.
Son poqusimas las putas indias en relacin a las blancas en Los Andes.
Irremediablemente son indias invadidas por la moral y religin espaolas.
El blanco nos dice: para dejar de ser vencido y humillado, para ser tambin
conquistador y vencedor sin luchar, slo necesitas vestir "bien". Y todos los
mercados nos ofrecen lentes oscuros, botas de cowboy, chaquetas, chamarras,
pantalones y camisas de plstico, relojes vistosos en colores y dems
instrumentos de conquista. El enfermo de Los Andes ya tiene su uniforme.
Casos extremos ocultan el cabello indio, negro, fuerte y lacio con rizados
qumicos elctricos y pinturas, afeitan la frente para estirar la cara y aparentar
calvicie blanca. Igual a los negros que planchaban y decoloraban su pelo.
La moda desorienta a la vctima. Cuando con esfuerzo aprendi a usar chaleco
y/o corbata, los ve pasados de moda. Se sentir compelida a copiar nuevas
ropas, cuyos diseos y colores estrafalarios resaltan el ridculo. Cuando
aprende el ritual de comer con cucharas, tenedores, cucharillas, servilletas,
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ver a los amos menos formales, tomando la comida con las manos y
chupndose los dedos. Imitando los temer revelar su raza.
El mal empuja dentro de la soledad. La vctima no soporta amigos ntimos.
Construye una pared para aislarse detrs acompaado slo de sus miedos.
Corta toda conversacin franca. Podra desgarrar, con o sin intencin, las
apariencias frgiles y dejar a la luz sus races indias. Aprende a sustituir su
cara con una mscara impenetrable y agresiva. No visita a sus padres o lo hace
clandestinamente. Se avergenza porque ellos no lo siguen en la ficcin.
Cuidndose de la burla de sus amigos los oculta. Escapa de su pueblo
volvindose estudiante sacrificado o militante fantico de un partido criollo.
Aprende los vicios blancos. Los hace instrumentos de desgajamiento. Estudia
ingls, francs, alemn o ruso en academias o por radio. Le alegra no escuchar
jams clases radiales de kheswa y aymara.
El desindianizado es triste y hosco, con todos, indios y criollos. No ama, no
puede amar a nadie con alegra porque se odia a s mismo. Cambia el orgullo
indio por la vanidad criolla. Se siente incomprendido por sus hermanos menos
invadidos. El odio es cido. No encauzado come tripas.
El mal obliga a comprar miedos, a plazos o al contado, en tiendas o fuera de
ellas. El enfermo oculta sus ungentos, cremas, potajes blanqueadores, sus
gomas para domar el pelo. Cree saber, l solo la causa de su decoloramiento.
Sentir nociva la mirada bronceadora del Sol.
Cambiar apellidos, ocultar madre, padre, hermanos, amigos, vecinos, ropas,
piel, pelo, sabidura propios, indios, inaugura el miedo a ser descubierto.
Pensar haber nacido indio por accidente, por defecto, es sentirse tratado
injustamente por la vida.
Sufre escuchando diario chistes antindios. No por solidaridad con su raza sino
por ver en ellos ataques personales, incisivos y disimulados. Aunque planee su
reaccin, llegado el momento siempre dudar entre decir o murmurar una
respuesta, quedarse callado esperando cambie el tema o rer como estpido de
si mismo. Si no re puede ser el nico y tambin denunciarse. En casos
avanzados se anticipa al rechazo de los dems burlndose de s mismo, como
alguien se burla de su propia cojera.
Ayuda a prohibir los idiomas aymaras, y kheswa en las ciudades. Rechaza
vestidos indios con ms intolerancia que el espaol mismo. Odia a sus
hermanos y hermanas de raza para demostrar que nada tiene en comn con
ellos. Si apellida Hancko se vuelve Blanco, Quispe es Guisbert o Espejo, si
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Packzi es Patzi, Mamani es Alcn, de Apasa podr ser A. Paz. En el cine
aplaude y re cuando el blanco mata indios como moscas. Encuentra normal y
conveniente que los fotgrafos de las ciudades andinas blanqueen todas las
fotos, de familia o documentacin.
El desindianizado procura casarse con mujer blanca para desligarse ms de su
raza. Paga el lujo trabajando ms que otros. La blanca comparte la riqueza de
un indio. No su pobreza. As mete dentro de su hogar, y dentro de su misma
cama, el desprecio a su raza. Difcil para un indio ser totalmente comprendido
por su esposa blanca. Cmo esperar comprensin del dolor de alguien inmune
a tal enfermedad? En el mejor de los casos apenas habr lstima.
No puede ni emborracharse tranquilo. Teme despertar con el alcohol al indio
encadenado dentro de sus viseras. No poder impedirle que salga de su crcel
gritando groseras. Su mscara blanca es delicada como tela de araa.
Cualquier error o accidente la rasga.
El amestizado est siempre invitando a todos a burlarse de l. Usando ropa
ajena, sobre todo si pretende elegancia, no combina los tonos opacos europeos,
los cuales adems, apagan el bronce de su piel. No puede usar la ropa
colonizante con soltura. Tampoco impresionar con palabras europeas difciles.
Cometa o no errores, no faltar un criollo que las repita exagerando el acento
indio para gozar de su angustia.
Su inteligencia no le ayuda a la vctima. Empuja su dolor ms adentro. Le hace
comprender que el resto de su vida estar fuera de lugar. Mientras ms suba de
ms arriba temer caer.
Esta enfermedad decolora, blanquea la piel con qumicos y los sentimientos e
ideas con ambicin. Hace de hermanos y hermanas enemigos del pueblo
propio.
La india llegada a la ciudad puede ayudar a destruir a su hijo o hija. "Para que
no sufra" suele hacerles olvidar su kheswa y aymara. Sustituye el respaldo
comunitario con mimo y dinero. Hasta llega a pagarles para que no lloren.
Cree amarlos al impedirles aprender trabajando o al someterse al chantaje del
llanto. Su falta de educacin social suele ser ostentada tambin como seal
desindianizadora. La nia o nio en la ciudad son fragmentos egostas, sin
sentido comunitario, listos para ser domesticados por la sociedad criolla. De
jvenes ya desprecian el consejo de los viejos. Ya admiran la "viveza" criolla
que aplasta la honradez india.
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La enfermedad ataca principalmente la igualdad comunitaria. Fuera del ayllu
tenemos unos ms y otros menos, nos separamos y odiamos. La riqueza de
dinero adquirida por algunos indios no mejora nuestro pueblo. Cambios no
comunitarios slo benefician al criollo. El indio rico se integra, como sirviente
querido, a la minora criolla. Le sirve para explicar que un indio, inteligente
puede vivir sin hambre.
Para saber dnde conduce la negacin de la raza hay que conocer y sufrir las
capitales de Mxico, Per, Guatemala. Los desindianizados estn ocupados
haciendo de ellas las ciudades ms hostiles y peligrosas. El espaol al ver al
indio asaltante se siente satisfecho. Ve su invasin culminada con xito.
Trabajando en el Distrito Federal, en la construccin del Hotel de Mxico, vi
cada lunes a las siete de la maana docenas de indios ofrecindose como
peones. Algunos no hablaban nada de espaol. En pocas semanas aprendan a
fumar y beber alcohol. Vean la mentira, y el robo perpetrados sin vergenza
hora a hora. Y aprendan a mentir y robar para sobrevivir. Sus primeras
palabras en espaol eran jerga delincuencial. Todo esto antes de haber
aprendido un oficio urbano.
La enfermedad arrastra a la vctima del campo a la ciudad. De la Comunidad a
la aldea, a otras ms grandes, a la capital, a otra mayor, a Estados Unidos,
Europa o Rusia. Estos pases y continentes conocen los peores indios, los
avergonzados de serio.
La ciudad nace en Europa cuando poblaciones errantes acampan en terrenos
favorables y/o prximos a rutas comerciales. La ciudad blanca en Amrica
nace como trinchera de la avanzada militar invasora. Desde entonces el
kheswaymara dentro de las ciudades andinas siente pisar territorio enemigo.
Repito, el campo es indio, la ciudad blanca.
CuandO vamos a la ciudad sta no mejora con la moral incaica. Nosotros
empeoramos con la moral espaola. Para sobrevivir debemos por fuerza
corrompemos en la confusin racial-cultural. Contagiamos de la locura de
poseer lo ms, lo ms nuevo y artificial. En la ciudad la gente no vale por su
moral, inteligencia o conocimiento. Vale por las cosas que compra. Y
competencia sobre propiedad de cosas produce egosmo.
En la ciudad se bebe rabia. Los saludos son pocos, las sospechas muchas. Para
cuidarse se debe andar con cara enojada, imponiendo miedo. Las respuestas ya
son instantneas y demuestran pensamiento estereotipado, mecnico. Prisa,
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ambicin, agresividad ya son palabras buenas porque rompen nuestro ritmo
natural csmico. En el campo hay sonidos, en la ciudad ruidos.
En la urbe la distancia entre indio e india crece. Ya no trabajan en comn. El
indio se vuelve macho. Aprende a despreciar a la mujer. Ella se venga
incitando otros machos. Viejos y jvenes tambin se separan. Aquellos, ms
invadidos desprecian a los viejos, aferrados a nuestras tradiciones.
Los desindianizados se identifican con la ciudad espaola. La explotadora del
campo indio.
Sufrir la existencia propia mueve a elogiar la ajena El habitante de Manhattan
aora la vida natural. Pero el enfermo ama a su enemigo, a quien aniquila su
raza. Despreciado por su modelo querido calma su frustracin odiando con
desprecio a su hermano de sangre.
Busca referencias siempre fuera de s, en los fragmentos de la cultura espaola,
en las sobras de Europa. Asesina deliberadamente su cultura para olvidar y
hacer olvidar su color. Est orgulloso de sus cadenas. Dinmico, atrevido, es
tirano para el indio, la mujer, el menor y servil para el rico y espaol. Mientras
trate de imitarlo, mientras sea aprendiz de opresor, estar domesticado y usado.
Imposible respetar a quien no se respeta, a quien desprecia su propio pueblo,
sabidura, raza, .color.
Los criollos convierten a indios serviles en modelos. Nos imponen como jefes
a indios que aprendieron los vicios blancos, a los entrenados en escuelas e
iglesias. El desindianizado es buen mayordomo y cmplice. Ataca al indio con
ms puntera. Nos conoce mejor. Ya no le importa ni molesta ver diario cun
sucio y triste es el mundo criollo. Ya no valora ni aprende ni crece porque el
mismo se cort sus races.
En la competencia por despreciar al propio pueblo nicamente pueden ganar
los peores hombres y mujeres.
Europa no llena, no puede llenar,. a un indio vaciado de su sabidura
comunitaria.
En las ciudades, dominio criollo, suceden asesinatos, robos, violaciones,
desocupacin, prostitucin, corrupcin. A mayor represin siguen peores
crmenes. El ejrcito se vuelve polica y los crmenes crecen y llenan la
atencin ya nacional. Los crmenes ciudadanos no se remedian con soluciones
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criollas. Trapo sucio no limpia. Mientras en el campo indio no se conocen
candados.
La vctima, no halla refugio entre los criollos. Ni entre otras vctimas. Ellas
viven ocupadas ocultando sus propios miedos. nicamente su pueblo lo
entender y curar. En ninguna otra parte encontrar el calor para derretir sus
vergenzas congeladas en hbitos. Slo dentro de nuestras tradiciones se
mover con confianza. El mestizo y el desindianizado se aliarn con la madre
violada, hurlada y desprecia. Abandonarn al violador quien tambin los
desprecia.
La curacin es comunal. Abriendo vergenzas como llagas. Sin temor a burlas.
Sin pena por sufrir males sociales. Despertando gustos, descargndose el peso
enorme de fingir cada da al hablar, comer, amar, vestir, rer. Sumergindose
en el orden csmico.
Hoy siguen matando nuestros cuerpos. Con bala, pldoras, herbicidas e
insecticidas qumicos, esterilizantes. Hasta con estricnina disimulada en el
azcar. Pero nuestra tragedia ms grande hoy es la desindianizacin. Si no
somos nosotros nadie la detendr. Y tan solo nosotros debemos y podemos
hacerlo.
La curacin de una enfermedad comienza descubriendo sus pasos, sobre todo
los primeros, desmenuzndolos, comprendiendo cada uno, profunda y
detalladamente. No es sencillo. Muchos se opondrn. La enfermedad produce
harto dinero a fabricantes y comerciantes. En ciudades comida y ropa plstica
van siendo ms barata que las naturales. Mucha gente ya no puede distinguir el
gusto de los sabores puros. Han perdido la habilidad para sobrevivir sin
mquinas, han olvidado que el poncho guarda en su pirmide el aire caliente
ms liviano.
Las cadenas criollas ms pesadas son el ansia de dinero sin lmite y la entrega
a un partido europeo.
Los criollos nos dividen a los indios con sus repblicas, partidos, iglesias,
aldeas y hasta clubes deportivos. Debemos quebrar la rutina densindianizadora.
En trabajos, mercados, escuelas, iglesias, cines. Los enfermos con
desindianizacin deben tener siempre la puerta abierta para reingresar a su
pueblo. Principalmente quienes fueron arrancados de nuestra nacin deben
escuchar la palabra kheswaymara. Comprenderla para decidir si defienden al
criollo o a su pueblo. Entonces ya no podrn culpar sus actos a la sociedad,
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gobierno, padres ni a su hambre. Tendrn que aceptar la responsabilidad por su
vida. Pas primero para crecer,
Los ricos dominan porque millones de obreros suean enriquecerse. Slo
precisan dinero para graduarse de opresores.
Las minoras criollas dominan los Andes porque hay millones de
kheswaymaras y mestizos que suean ser blancos e integrarse a la minora
opresora.
Los jvenes de las Comunidades deben por fuerza ir a la ciudad. El
Tawantinsuyu no puede ahora planificar el balance entre humanos y parcelas.
Las ciudades no crecen porque crecimiento es orden prediseado. Se hinchan
con suburbios de cartn, lata o trapos.
El indio no se vuelve peruano, boliviano, ecuatoriano, guatemalteco, mexicano
por aprender espaol y olvidar su lengua. Seguir siendo aymara, kheswa,
kich, maya, mixteca mientras esas repblicas no cree sangres, lenguas, caras,
religiones, organizaciones sociales de vida y trabajo.
Por el asalto de Comunidades y sin tierras nuevas para las generaciones
jvenes el kheswaymara ha viajado a las ciudades. Esas trincheras criollas van
siendo tambin territorio kheswaymara. Muchas de sus instituciones son ya
indias por el nmero de sus miembros. Slo las jefaturas permanecen criollas.
El desindianizado, en el primer momento de su liberacin, se retraer dentro de
si. Reconstruir su identidad rescatando nuestros hroes de las sombras. La
cara kheswaymara ya no ser ocultada. Mirar con orgullo desde miles de
carteles. Resaltar el ridculo de los cambios de apellidos, idiomas, color,
compra de esposas y esposos blancos y todas las aberraciones para tratar de
salir de la raza-cultura propia y entrar a la criolla. La rabia de la ciudad se
desvanecer en valles y montaas.
Recogiendo y difundiendo nuestras tradiciones, hoy clandestinas en las
ciudades, construirn un puente religioso mstico para regresar a su pueblo.
Kheswas me contaron. Sus familias viviendo aos en Lima noche a noche
soaban con la Sierra. Ocho horas de 24, la tercera parte de su vida tenan las
uas aferradas a sus campos y Comunidades.
Ser la vida comunal la que cure a las ciudades. Limpiarn pulmones, ojos,
aguas, cerebros.
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HAMBRE
El kheswaymara suda construyendo casas, hospitales, caminos, cines. El
criollo los usa y goza. El kheswaymara es pen y albail. El blanco es
decorador, arquitecto o ingeniero.
El kheswaymara es el brazo, el espaol la direccin.
El kheswaymara produce, el criollo distribuye.
Las repblicas andinas viven por el trabajo indio. Y a ms duro trabajo menor
salario. Los trabajadores blancos hacen huelgas, logran aumentos de salarios.
En cada inflacin los grupos van descargando sobre sus inferiores de la
pirmide racial el peso de la reduccin de valor en el dinero. Al final resulta:
Los ms pobres, por ser indios, soportamos el peso total.
El dinero de Los Andes nace o del trabajo kheswaymara o del robo blanco. El
dinero de las compaas extranjeras no enraza. Viene, lucra y se va.
El hambre es arma criolla como las balas. Es la puerta principal a la
desindianizacin. Causa millones de kheswaymaras muertos y enfermos. Los
mismos nmeros blancos revelan estadsticas estremecedoras de mortalidad y
morbilidad indias.
Los criollos construyen hambre en el campo para empujamos a la ciudad, para
hambrearnos amestizados, nos obligan a refugiamos del hambre que mata
dentro del hambre que adormece. En los autobuses de Lima los pasajeros van
durmiendo. Hasta el conductor va cabeceando. No hay energa para mantener
los prpados indios levantados. Van cayendo, pesados como si fueran de
plomo.
El hambre fabrica muerte, pasividad y tristeza. Su primer origen es el despojo
de tierras a las Comunidades. Sistemas de alimentacin no igualados. Donde
los kheswaymaras sembraron comida humana ahora hay ganado o granos para
ganado, propiedad de un dueo enfermo de riqueza. Un kilo de carne de vaca
viene de diez de granos. Un humano carnvoro produce hambre en otros diez
humanos. Lo cual agiliza el mercado. El criollo gana, no alimenta.
Fuimos echados de nuestras tierras buenas, clidas, fertilizadas y regadas a las
tierras altas y ridas. La montaa nevada limita la tierra del cielo. Ya no
tenemos donde refugiamos del asalto. Los criollos suben detrs de los pueblos
kheswaymaras para seguimos exprimiendo. Sobreviven las Comunidades
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sembrando las andeneras incaicas o construyendo otras. Ni uno de los muchos
proyectos y leyes de reforma agraria propuso devolvemos la tierra. Esas leyes
no reforman nada. Son programas de colonizacin agraria en favor de los
blancos. Buscan fragmentar Comunidades en pequeas parcelas individuales,
dividimos para acelerar nuestro exterminio. Los gobiernos prefieren comprar
papas a pases europeos o a la Argentina antes que ayudar a las Comunidades
kheswaymaras. Precisamente los creadores de esta planta no pueden ampliar
sus tierras y produccin.
En otros pases quien ms dinero tiene ms impuestos paga. En Los Andes los
espaoles exigan ms tributo a los pobres, a los indios. Quien ms granos o
animales venda pagaba menor porcentaje de impuestos. Buscaban empobrecer
ms a los asaltados.
Los criollos heredaron esa manera de tributar. La fuente mayor de dinero de
sus estados son impuestos sobre ventas directas al pblico de pan, granos,
telas, cigarrillos, alcohol, agua, electricidad. Paga igual quien sufre hambre o
hartazgo. Como los kheswaymaras somos la mayora de la poblacin y los ms
pobres, alimentamos los estados andinos criollos con nuestra hambre. Pese a
ello no sabemos como se maneja ese dinero. Sabemos solamente que los indios
somos obligados a costear la desindianizacin.
Debemos pagar a los criollos para ver las ruinas incaicas, las que no pudieron
destruir sus abuelos espaoles. Cada vez es ms difcil para un andino entrar a
las construcciones incaicas. Canales partiendo de Europa y Estados Unidos son
las nicas puertas. Al borde de Machupijchu slo existe un hotel, por supuesto
carsimo. A l se llega desde la estacin por una sola compaa de autobuses,
combinados con el tren turstico del Cusco.
El dinero producido por las construcciones kheswaymaras antiguas debe
ayudar a los kheswaymaras de hoy, a los hijos de los constructores, no a los
hijos de los destructores.
Los kheswaymaras somos para los criollos negocio permanente. Usamos
iglesias, escuelas, hospitales, crceles viejas, ms all del tiempo calculado de
duracin. As pueden los criollos usar iglesias, escuelas, hospitales y crceles
nuevas. Nuestros jvenes trabajan en campos, fbricas, minas. As permiten a
los jvenes criollos estudiar cmo gobernamos, Nos vuelven mquinas con
horarios de ocho y ms horas diarias de la misma actividad. Caso nico entre
"todos los animales. Un indio viejo dijo: "El hombre que trabaja no puede
soar. y del sueo viene la sabidura". Los criollos piensan diferente. Predican
que el trabajo es virtud. Dejmosles trabajar de acuerdo con su opinin.
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Nosotros podemos comer y vestir sin encadenamos ocho horas por da a la
mquina.
Los criollos, capitalistas o comunistas, quieren convertimos en obreros
uniformados. Entrenamos para un solo trabajo y con l hacemos dependientes
y viciosos del dinero. Quieren matar nuestra sabidura comenzada en el
amanecer de los tiempos. Quieren quitamos nuestras habilidades, experiencias,
comidas y bebidas naturales para hacer vender a sus fbricas comidas y
bebidas artificiales. Lo ignoran. Estados Unidos en un siglo destruy la
capacidad nutritiva de su suelo acumulada en seis mil aos con el hierro de sus
tractores.
El espaol, criollo o mestizo es el dueo de tienda, es quien gana. El
kheswaymara es masa de clientes engaada, al comprar mercaderas y
engaada al vender sus productos agrcolas. El kheswaymara es la vctima
eterna del comercio, sin compasin, siempre en beneficio del blanco
"inteligente y emprendedor", capaz de aprovechar la urgencia del cliente
hambriento. Nuestra verdad y honradez nos perjudican en el mercado. Nuestra
serenidad y mesura nos retrasan en la locura de enriquecemos al mximo, en el
menos tiempo posible.
Los criollos son una red de influencias nacida de parentesco, vecindad,
estudios comunes, etc. Forjada en la opresin compartida al kheswaymara.
Cada nudo es una exclusin a nosotros. Cualquier blanco puede sobrevivir
medrando en esa malla invisible. Alcanzar los mejores trabajos, o recibir
dinero estatal gratuitamente con el pretexto de comisiones, servicios o
indemnizaciones, lograr pases libres para trenes, aviones, autobuses, cines. As
enriquecen los ms ricos.
La corrupcin es inevitable donde comerciantes y gobernantes pertenecen a las
mismas familias. Cmo diferenciar cundo gobiernan y cundo comercian?
El simple cambio de una terminal de autobuses, cuartel, camino, iglesia,
escuela, hospital, cine, crea o destruye millones de dinero en hoteles,
restaurantes, gasolineras, garajes de reparacin, cantinas. El suelo vale por su
cercana a mercados, avenidas, fbricas, escuelas. Los criollos construyen
obras estatales para valorizar sus propiedades individuales. Si el suelo
beneficiado no les pertenece retardan la construccin estatal hasta haberlo
comprado o usurpado.
El hambre es producto europeo. Nace de la mquina y de la sper abundancia.
Nuestros idiomas no tienen palabras para hambruna. Ahora le llaman ''falta de
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comida", mank'at autjata (aymara, manka-comer, autjata-tiempo de las lluvias,
cuando disminuyen las cosechas).
Europa dice y los criollos repiten: desarrollo, progreso y fbricas terminarn el
hambre. Pero la mquina. no produce comida. Cuando intenta produce
solamente qumicos dainos disfrazados de comida. Lo prueban hogados,
riones y apndices, los filtros del cuerpo, de las poblaciones urbanas.
El comercio no puede dar comida buena. Vender comida sencilla, natural y
barata; enriquece con lmites y el comercio tiene sed infinita de ganancias. Por
ello adultera, complica las comidas con qumicos, nica forma de hacerla cara.
La comida industrial, considerada civilizada, desplaza a la india, natural,
considerada primitiva. El criollo cuando tiene dinero come platos franceses o
chinos, si tiene menos come hot dogs y cocacola, si tiene menos an come
como indio.
En la naturaleza no hay dinero. Hay todo lo necesario para vivir. En las
ciudades crece el dinero y va faltando aire, agua, comida, imprescindibles para
sobrevivir.
Los kheswaymaras en Los Andes somos la gran mayora de clientes. Dejando
de comprar o amenazando con hacerlo, podemos modelar el mercado' para
limarle su agresin y ataque a nuestras tradiciones.
Queremos trocar, no .mercar. Si vamos a tener tiendas que sean comunales.
Queremos escapar del hambre sin caer en la locura de los blancos. Queremos
alimentamos de la tierra. Desarrollo econmico s, pero partiendo de la
realidad andina, eligiendo nuestras soluciones a nuestros problemas. No
necesitamos nada del mundo blanco para salir de la falta de comida. Slo
queremos nuestras tierras.
Mientras ms antigua la comida india mejor. Los espaoles en Tenchtitln se
burlaban de los aztecas por verlos comer pedazos del lodo azul verde asentado
en las orillas de las lagunas, entonces limpias. Ahora algunos cientficos de
Europa estn aprendiendo. El alga cianofita es la fuente ms concentrada y
potente de energa solar entre todos los alimentos conocidos. La kinua, el
cereal kheswaymara andino, es el ms nutritivo en proporcin al peso. Adems
sus hojas y brotes tambin alimentan.
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RECONSTRUIR NUESTRO PASADO
Los blancos bloquean nuestro camino al futuro bloqueando nuestro
camino al pasado. Si no sabemos de dnde venimos cmo podremos
saber nuestra direccin? Si hemos avanzado o retrocedido? Si vivimos
mejor o peor? Sin troncos bien clavados en el pasado no pueden haber
ramas robustas alcanzando el futuro.
La historia es arma. Oprime con la mentira y el silencio o libera con la verdad.
Espaoles y criollos le sacan su color indio a la historia de Los Andes. La
reducen a cuentos de hazaas imaginadas de los asaltantes. Segn los criollos
ensean en sus escuelas la historia de nuestras tierras comienza cuando son
invadidas, Despus de una breve y nebulosa "prehistoria" india.
Los curas y soldados quienes quemaron nuestras bib1iotecas historiaron
que no tenamos escritura, As sus descendientes esquivan reconocer hoy
su ignorancia para entenderla o su incapacidad para descifrarla. Los
militares espaoles quienes reprimieron con sangre la resistencia
kheswaymara armada escribieron que aceptamos la invasin
mansamente.
La historia andina oficial est llena de agujeros y contradicciones. Mentiras
viniendo de plumas diferentes por fuerza desarmonizan. La verdad de un
hecho es una. La mentira acerca del mismo hecho sigue mltiples y opuestas
versiones.
La misin de la historia oficial es triple. Cortamos el acceso a nuestro pasado.
J ustificar como civilizacin el asalto invasor. Y convencemos de nuestro
"salvajismo".
La historia oficial tapa nuestras races con nombres y hechos extranjeros.
Asesina todo entusiasmo por nuestra nacin. Nos ensea a aprender sin
comprender. Nos avergenza por ser indios para hacemos aceptar ms
conquista. Pues quien no conoce el proceso de una invasin fcilmente creer
en la inferioridad de la vctima. Nos domestica hasta lograr que nos duela el
dolor de los invasores y nos duela la alegra de nuestro pueblo.
En la escuela pensaba los grandes hombres elogiados nos traicionaron, se los
llama libertadores y no somos libres. Ahora comprendo. No pudieron
traicionamos porque nunca fueron nuestros.
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El mundo desconoce nuestra historia. Escuch solamente la coartada del
invasor. Los escritores norteamericanos y europeos no ven ms all de los
cronistas. No llegan a las razones militares, religiosas, econmicas, polticas
que les obligaron a falsificar.
La historia que nos ensean a los kheswaymaras ensalza el asalto europeo a
todos los continentes. Procura acuar, imprimir en nuestra mente esta versin
opresiva: solamente el blanco posee todas las cualidades humanas, nos
humanizamos en la medida que nos acercamos a l. Es decir en la medida que
nos dejamos colonizar.
Europa nos hace creer a indios, africanos, asiticos, rabes, esquimales, que
hay una sola civilizacin humana poblando el planeta Tierra culminada por la
raza blanca europea.
Esta leyenda describe la raza europea fuerte, inteligente, bella, moral. No slo
como la raza ms civilizada sino como la civilizacin en s. Escala nica para
medir a los dems pueblos del mundo. Los cuales as comparados por fuerza
aparecen como razas dbiles, estpidas, feas, inmorales, en fin, no civilizadas.
El odio blanco es concreto. Alcanza precisin matemtica. Elabora una escala
de prognatismo, sinnimo de humanizacin. La escala va de peces a reptiles,
mamferos, grandes monos, africanos, indios, asiticos y culmina con el
blanco. El se atribuye 90 grados de perfil racial, es decir 0 grados de
prognatismo, o grados de animalidad. La conclusin de esta ciencia de raza
opresora es concreta, el blanco es el nico ser humano total. Las otras razas
somos puente suspendido entre la bestia y el humano. Debemos aceptar como
natural y agradecer como gua la dominacin blanca.
La leyenda de una sola naturaleza humana llama civilizacin al asalto y
masacre de continentes. Europa hace de su arte "el" arte en general y el de los
dems continentes artesanas folklricas, o cuando ms arte "primitivo". Hace
de su moral "la" moral. De su derecho "el" derecho y de los dems cuerpos
jurdicos salvajismo. De su belleza "la" belleza. De las cualidades europeas las
cualidades humanas y de su dios regional dios de africanos indios, asiticos.
Por supuesto regiones diferentes crean diferentes pueblos, y es parcial,
arbitrario, compararlas con una medida regional, slo de Europa. Precisamente
de la 'que rompi el balance de los dems continentes.
La mentira engendra nicamente mentiras. La leyenda de una sola naturaleza
humana engendr otra. La de una sola historia humana. Pues si el humano ya
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formado tuviera una sola lnea de antecesores: europeo blanco solamente
podra tener una historia: europea blanca.
La historia de la humanidad fue encogida a una esquemtica secuencia
acuada. La ficcin por captulos comienza en las pirmides de Egipto emigra
en xodo mesinico a la tierra prometida regada por los ros Tigris y Eufrates,
se afirma en el Mediterrneo con asirios, persas, fenicios, se consagra con la
Grecia clsica, se magnifica con la Roma imperial, se purifica con la larga
noche santa de la edad media, se humaniza con el renacimiento y la ilustracin.
se democratiza con la revolucin francesa se tecnifica en el norte de Amrica,
se salva en las dos guerras mundiales, se socializa en Rusia y hoy se lanza, en
coexistencia pacfica, a la "conquista" del Cosmos.
Nios y nias kheswaymaras de Amrica y muchos de frica y Asia aprenden
como historia oficial de la humanidad este cuento. Deben saberlo mejor que la
vida de sus pueblos. El invasor blanco hizo de su historia y de su cultura La
Historia y La Cultura de la humanidad entera. Disminuy nuestras historias a
meras adherencias al divino rbol genealgico del "hombre", a tumores que
rompen la lgica y la armona de la historia humana como verrugas en el
cuerpo de Adonis o J ess.
Europa degrada las historias de los pueblos que coloniza. Divide y jerarquiza
las edades de la humanidad en edad de piedra, de hierro, prehistoria e historia.
Todas secciones europeas. El uso de metal, escritura, propiedad, armas
ofensivas, dinero, todos estilo europeo, son vertidos en sntomas del grado de
civilizacin de cualquier pueblo, en cualquier continente. Incluso la
destruccin del balance natural es signo de progreso. Los pueblos agrcolas
durante milenios logramos ajustar nuestra existencia a la armona natural,
eterna. Por no tener los vicios europeos somos clasificados como brbaros por
la divisin europea de la historia en antigua, edad media, moderna,
contempornea.
Europa y su ejrcito de colonizados disminuye las historias de indios,
africanos, asiticos a narraciones nebulosas nacidas accidentalmente y
condenadas a desaparecer: Por muerte rpida, fsica o por muerte lenta.
Cultural, mediante asimilacin progresiva con la historia blanca. Su nica
utilidad actual es resaltar el esplendor de la historia europea con el contraste de
su salvajismo. Matizarla con folklore que genera curiosidad de segundos y
desprecio de siglos.
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Si aceptamos como cima de la raza humana a la blanca es grande la tentacin
de sentimos parte suya. Hacer nuestra su historia de conquista. Desligamos de
nuestro pueblo derrotado. Olvidarla como una enfermedad curada.
La historia europea desaloja en Los Andes la nuestra, aprovechando su
pretendida universalidad, deseduca enseando: no conocimos propiedad'
privada, armas de fuego, moneda, fronteras, por ende estuvimos retrasados en,
ese camino universal, en algunos siglos ms las hubiramos conocido. La
historia europea muestra nuestra vida como tosco rudimento de vida civilizada.
La historia invasora que debemos aprender niega nuestras tradiciones
milenarias. Oculta nuestros hroes, si ello es imposible los amestiza o
blanquea. Recorta brutalmente el tiempo de nuestra existencia libre antes de la
invasin para convencemos que no tuvimos historia. Esta la disminuye a
relacin catica de ancdotas de hroes blancos fabricados, sin participacin
de pueblo, de multitudes indias.
Los antroplogos e historiadores que estudian nuestro pasado y presente son
blancos. Les cuesta aceptar sus limitaciones. Llenan sus lagunas de
conocimiento con presunciones o deducciones europeas, es decir antindias. Lo
quieran o no, lo sepan o no levantaron el "animismo", "primitivismo" y
decenas de ismos, reales slo en el cerebro europeo o colonizado. Como
criaturas creadas por su ambiente industrial no pueden percibir las
explicaciones csmicas de nuestras conductas y smbolos. Ciegos escribiendo
acerca de colores sordos a la sinfona universal, nica referencia capaz de
explicamos, procuran encajamos en los casilleros de su pequea ciencia
regional. Cuando no encuentran una etiqueta "cientfica", es decir europea,
para una parcela de nuestro ser se intranquilizan e incomodan. En vez de sentir
el cosquilleo del investigador nato ante lo misterioso salvan el escollo
tachndonos de salvajes. Simplemente por no coincidir con la vida europea.
Parte importante de la construccin de nuestro futuro es reconstruir nuestro
pasado. Pero las maravillas levantadas por los antiguos andinos fascinan. Cual
veneno dulce pueden absorber los cerebros andinos de hoy con investigaciones
sin fin, desconectarlos del hoy.
Nuestro pasado no es dulce memoria sino herramienta y gua. Qu valdra
toda nuestra cultura milenaria si no ayuda a asegurar nuestra sobre vivencia.
Los criollos como los espaoles no reconocern su barbarie. Estn satisfechos
con su propia mentira. Escribir historia para ellos es intil. Ningn opresor
ser convencido por un libro liberador.
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Odian la luz los acostumbrados a la penumbra de las catedrales. Quienes
perpetraron inquisicin luchan para impedir a la verdad iluminar sus cmaras
subterrneas de tortura. Los escritores que sin haber entendido nuestros mitos
nos acusan de primitivos no reconocern su ignorancia.
Los andinos debemos escribir la historia de Los Andes. Esta verdad tan solo a
nosotros nos interesa vitalmente: Pues nicamente la verdad soporta
construcciones eternas. Esa obra tambin ser comunal. Cada da hay ms
elementos. Nuestro pasado est cada da ms cercano conocido y admirado.
Los ltimos descubrimientos e interpretaciones de objetos desenterrados en las
construcciones andinas resaltan el absurdo de las mentiras sagradas oficiales
EDUCACION
El cerebro no piensa ni puede pensar dos realidades al mismo tiempo. La
educacin o educa describiendo nuestra tierra o deseduca tapndola al
describir otra. En Los Andes nias o nios son encarcelados detrs de muros y
rejas para separarlos de su pueblo. Por aquel axioma y por esta realidad lo que
ensean las escuelas andinas es falso.
La escuela, libera o esclaviza. Abre ventanas al pensamiento o la castra para
domesticar buenos ciudadanos, conscientes slo de la distancia que los separa
del grupo gobernante.
El kheswaymara es el eterno educado, el blanco el educador. El kheswaymara
es quien debe ser disciplinado. El criollo el disciplinador.
La UNESCO (Comisin de las Naciones Unidas para la Educacin y la
Ciencia) declar: la educacin debe adaptarse a la realidad. Correcto, pues si la
realidad se debe adaptar a la educacin ya es conquista.
Los chicanos en Estados Unidos ya lo consiguieron. Los maestros de sus hijos
hablan en clases su idioma espaol.
En Los Andes los maestros ignoran los idiomas kheswa y aymara en escuelas
de las regiones kheswas aymaras. Para deshonra de su profesin, prohben
estos idiomas indios e imponen el espaol.
Toda campaa de alfabetizacin es campaa de conquista. Es castellanizacin
asesina de nuestras lenguas. Mas la victoria del idioma opresor es incompleta
por fuerza. Kheswaymaras recin alfabetizados suelen decir riendo: "Yo puedo
hacerle hablar al libro, pero no se lo que dice".
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La educacin andina construye ignorancia en escuelas, colegios y
universidades. Nos ensea a sustraemos de nuestra cultura atiborrndonos con
descripciones rudimentarias de realidades europeas. Lo agobia para mantener
un grado satisfactorio de ignorancia en alumnos y profesores.
Escuela y colegio honran los asesinos y detractores de nuestra nacin. Nos
hacen olvidar nuestra sabidura comunal. Para quitamos el orgullo de ser
nacin privilegiada nos ensean la sabidura de otros pueblos. Ilustran los
textos traducidos con hroes, plantas y paisajes de Europa. Despus de leerlos
sabemos menos sobre nuestras plantas, hroes, paisajes. Tiende a volvemos
repeticin de naciones europeas.
Las escuelas rurales, campesinas, son las ms dainas. Con su mtodo, idioma
y programa amestizan. Destruyen nuestro vnculo vital con el ambiente. El
alumno kheswaymara debe aprender cuantas amantes tuvo Napolen para no
aprender cmo nuestras Comunidades lograron moldear la piedra y florecer los
desiertos.
La educacin andina no nace de Los Andes. Repite la de tierras lejanas. Los
problemas regionales vivos, presentes no interesan a los profesores
universitarios, sesudos, marchitos y archivados. Convencidos que la cultura es
europea adoran servilmente a la Europa capitalista o marxista.
Dentro de las colonias andinas ser culto es ser invadido. Es haber sido
avasallado, devorado por la cultura invasora. Asimilar en Los Andes ha
llegado a ser sinnimo de aprender. Nadie lo nota. Asimilar viene de similitud.
Significa dejarse moldear por el enemigo europeo a su semejanza.
La vida de las naciones criollas condena su pobre educacin. Los criollos
mismos desprecian sus propias escuelas. Todos ellos procuran mandar sus
hijos a las extranjeras.
El propsito primero de la educacin andina no es educar. Es desviar el odio
del kheswaymara al invasor hacia su hermano oprimido. Volverlo admiracin
al opresor y su continente.
En nuestras tierras no hay maestros que amen a nuestro pueblo, que nos
mencionen sin odio, que en sus clases no asesinen nuestra cultura, que vean
nuestro futuro algo diferente al aniquilamiento.
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Mientras tanto los libros indios son prohibidos por impresores criollos,
capitalistas y comunistas. La ignorancia censura, la sabidura incita opiniones
diferentes. Los espaoles !o saben bien. J ams conocieron pensamiento libre.
Ni bajo la monarqua fascista ni bajo la repblica comunista. Mientras los
kheswaymaras no tengamos imprentas propias, otros, nuestros enemigos,
decidirn qu se publicar sobre nuestro pueblo, qu aprendern nuestros hijos.
Mientras ms estudia un kheswaymara en Los Andes ms se avergenza de ser
kheswaymara. Hay razn. Todos los hombres venerados por la sociedad criolla
dominante nos despreciaron y atacaron. Nos insultan los nombres de calles,
plazas, mercados, departamentos y hasta repblicas. Nicaragua fue un indio
servil, ayud a Gonzles Dvila contra Nicarogun. En el centro de Lima,
junto al palacio de gobierno, una estatua a Pizarro honra el asesinato, el robo,
la violacin. En Mxico, al menos, ni espaoles ni criollos pudieron levantar
estatua a Corts. La nica est dentro del hotel de un espaol del partido
oficial.
La educacin que insulta al Kheswaymara debe desaparecer de las tierras
kheswaymaras. Quien nos ensea la cultura europea para cambiamos, para
asimilamos, es enemigo. Cualquiera que nos inyecte vergenza por ser lo que
somos es enemigo.
Si no podemos mirar de frente, con tranquilidad y alegra, en las escuelas de
hoy, necesitamos otras.
Tenemos que volver a la educacin comunitaria, donde se aprende sabidura
til a la vida a toda hora. Mientras debemos cambiar los libros escolares.
Comenzando por los rurales. En nuestros idiomas deben decimos la verdad
sobre nuestra vida.
Nuestra concepcin csmica no necesita enigmatizar su lenguaje para revelar
profundidad. La verdad es sencilla. Una muestra:
"1.- El primer ejercicio inculcado por los padres al nio antes de ir a
la escuela era: Ves a ese otro nio frente a ti? Piensa que sus ojos son
como los tuyos y que tambin te estn mirando; que es como si fueras
t con otra cara. Le haras dao?
"2.-Ms tarde llevaban al muchacho a pasear por la milpa y le decan:
Mira la plantita del maz que empieza a crecer porque ha llovido: y
porque ahora el sol la alumbra. Debes saber que la lluvia, el sol, el
aire y la tierra trabajan juntos para ayudar a la plantita en su
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crecimiento, todas las entidades del mundo trabajan en cooperacin.
Ahora bien, piensa que t te alimentas del maz, que en ti hay algo
que te dieron la lluvia, el sol, el aire y la tierra y que ests formado,
pues, por una cooperacin comunal que se halla en tu misma
substancia; [MAGALONI DUARTE, Ignacio. Educadores del
Mundo. Mxico, D.F., Costa Amic, 1969, ps. 20 Y 21).
RELIGION
El kheswaymara es el catequizado, el objetivo de todas las campaas
evangelizadoras. El blanco es dueo de la verdad divina. El kheswaymara
es el pagano, es quien debe aprender del criollo como adorar a un Jess de
ojos azules y cabellos amarillos, a quien nunca nombr Los Andes.
El blanco es cardenal, monseor u obispo. El kheswaymara feligrs, a lo
sumo, monagillo para limpiar la iglesia.
La mayor reserva mundial del cristianismo segn el Vaticano, Amrica Latina,
no tiene un solo santo indio en cinco siglos Milagro? No; fruto obligado de
una religin extranjera y extranjerizante.
La fe cristiana est en proporcin directa con el desprecio al indio. La Biblia
no conduce al camino de dios sino al camino del blanco.
El cristianismo no se qued por la bondad de sus misioneros sino por la
brutalidad militar. Los curas incitaron a los asaltantes a matamos ofrecindoles
el cielo por premio.
Un cura europeo o norteamericano, a diferencia de un indio cristiano, no se
atrevera a llamar a Quetzalcoaitl, smbolo del pensamiento (plumas) unido a
la tierra (serpiente), Satans, ni sentenciar que la misin de los kheswas en la
vida era llegar a ser judos espirituales. La energa andina sirve para exagerar
las religiones extranjeras. Los indios domesticados son cristianos ms fieles,
ms intransigentes, que los misiqneros.
Los invasores, con su modo carcelario de evangelizar, nos obligaron a escoger
entre el bautismo o la muerte por cuchillo u hoguera. Hoy los curas imponen
nombres cristianos, copiados de la bblica o de los almanaques. Como el papa
italiano no santific ningn indio nuestros nombres van disminuyendo. Slo
pueden ser usados por extranjeros. Hoy los criollos gustan nombres gringos.
Los curas los aceptan. A veces sugieren escoger un nombre gringo y otro
cristiano. Pero siguen vetando nuestros nombres.
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Ahora la iglesia cambia palabras para no envejecer y decaer obsoleta. Los
Mariknoll ilustran su revista con ruinas incaicas o mayas, dicen: "God talks
through many cultures, some of them focused in the pasf (Dios habla a travs
de muchas culturas, algunas de ellas situadas en el pasado). El plural de
culturas se vuelve dios singular. En vez de atacar nuestra sabidura crecen
usndola. Hasta nuestros Incas milenarios aparecen cristianizados as.
Precisamente por el dios de quienes destruyeron la nacin incaica.
Cambiar comienza conociendo errores, pero primero para no reincidir. Podr
la iglesia admitir sus errores sin creerse por ello menos santa?:
Iglesias modernas y pequeas para barrios criollos. Enormes y antiguas para
kheswaymaras. Sacerdotes modernos y liberales para las minoras, sacerdotes
antiguos e inquisitoriales para nosotros. Ms conquistadores espirituales
mientras ms pequea la aldea. Hace menos de una dcada las parroquias
andinas, de Mxico y Centroamrica, vendan rezos contra nevadas y
enfermedades. Hoy siguen amenazando con el infierno a los preguntones.
En Los Andes y Amrica India la libertad constitucional de cultos garantiza las
religiones europeas solamente. No nos permite comunicarnos con nuestros
dioses csmicos. Iglesia y estados nos quieren quitar a nuestro Inti y
Pachamama. J untos ambos quieren imponernos por padre y madre a un dios
rencoroso, terrorfico y vengativo. A un dios que no pudo o no quiso evitar el
asesinato de millones de kheswaymaras.
Fuimos domesticados y cristianizados El anticristianismo blanco, el atesmo,
tambin domestica. Los marxistas no lo aceptan. Sin embargo toda religin es
parte de la sabidura de un pueblo. La religin oprimida junta los pedazos
dispersos de la nacin. Nuestros mitos mientras ms antiguos ms profundos,
ms verdaderos y nuestros.
La religin cristiana para sobrevivir dentro del universo andino ha cambiado.
Gan algo de alegra. La semana santa, por ejemplo, supuesta liturgia dolorosa
termina en un carnaval de baile. Las cruces de pasin, color de muerte, son
decorados por las indias con flores y cintas de colores brillantes. Los animales,
ignorados por el dogma, son adornados con hilos y vellones de lanas de
colores vivos y los curas tienen que bendecirlos. Incluso dentro de sus iglesias.
Barniz cristiano cubre nuestras festividades.
Pero no es suficiente. La libertad religiosa de las constituciones debe alcanzar
a la poblacin mayoritaria.
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POLTICA
El espaol es el estado, el kheswaymara es el sbdito.
Estados europeos niegan la nacin kheswaymara en la cual estn incrustados.
Apenas reconocen la existencia legal de bolivianos, peruanos, ecuatorianos,
chilenos o argentinos. Los estados que nos oprimen son los resabios dejados
por Espaa para prolongar su dominio. Su primer propsito es destruir el
carcter nacional. Apoyar toda copia, toda mezcla para hacer desaparecer la
raza andina. La conexin entre los estados sombra de Europa y la nacin
keswaymara es desastrosa para nosotros.
El kheswaymara no tiene un solo partido poltico. El criollo los tiene todos. El
blanco es candidato, representante o presidente. El kheswaymara, a lo sumo,
elige. J ams es elegido.
En cada partido, de cualquier color, de derecha o izquierda, moderado o
extremista, pequeo o grande, antiguo o nuevo el kheswaymara es fuerza
bruta, militancia. El blanco es direccin. Los partidos estn divididos como las
repblicas en dos segmentos: cerebros y masa, gobierno y-ciudadana.
Sin canal poltico nuestra energa se fermenta en alcohol, se hace odio torvo,
simple, resentido y fortalece a nuestros enemigos.
El kheswaymara es el reprimido. El criollo el represor. La represin asesina sin
juicio indios rebeldes y trata con delicadeza presos polticos blancos.
La represin colonial esta graduada geogrficamente. Movindose desde
Nueva York, Pars, hacia Lima, Arequipa, La Paz, Yunguyu o Cliza va
hacindose imposible hablar de nuestra situacin. Mientras menos poblada la
ciudad o aldea ms salvaje la represin. Lo mismo dicho libremente en la
ciudad basta para ser asesinado en el campo.
Algunos revolucionarios criollos pensaron sindicalizar las multitudes indias,
principalmente en Per y Bolivia. Pero el sindicato es arma blanca, nacida de
las entraas del industrialismo. Los dirigentes campesinos ya desindianizados
trajeron al campo corrupcin, sectas, gonorrea, odio entre kheswaymaras. Los
sindicatos sirvieron a los obreros de fbrica para lograr ms salario, pero no
organizaron nuestro pueblo.
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LEY Y MORAL
El espaol legisla. El kheswaymara es legislado.
El criollo copia cdigos de Europa para aplicarlos a la nacin kheswaymara.
Cree las leyes francesas y espaolas capaces de afrancesarnos o hispanizarnos.
Las repblicas andinas, no tienen sus leyes. Usa ajenas, traducidas del francs
o copiadas de Espaa. Los procedimientos contradicen las leyes. Forman el
enmaraado negocio de la justicia donde reptan abogados, jueces,
procuradores, notarios, fiscales, tinterillos, testigos, peritos, escribanos,
auxiliares, criollos y mestizos. Hasta hace algunos aos jurar en falso era
oficio pblico. En las gradas principales del palacio de justicia de La Paz,
tomando el sol al pie de estatuas griegas y romanas grupos agremiados de
jurado res esperaban clientes y regateaban sus servicios. Esta profesin, naci
con las primeras familias espaolas. Ellas en sus largos juicios ante el rey
procuraban rentas, premios, compensaciones, indemnizaciones hasta por
prdidas de uas. Compraron juramentos a puja abierta para llenar el requisito
jurdico de testigos.
El criollo es el juez y el kheswaymara el delincuente. Aquel fija normas
jurdicas y morales. Este es forzado a cambiar, a deformar su conducta
conforme al derecho invasor.
El criollo, quien roba, viola, mata, miente, ensea al kheswaymara lo moral e
inmoral. El criollo, quien practica todos los vicios, grandes y pequeos, se
escandaliza cuando mascamos coca para matar nuestra hambre. Olvida. Sus
antepasados nos impusieron su uso para explotamos mejor. En el
Tawantinsuyu la coca estaba permitida solamente das especiales. Hoy sin ella
ni una libra de mineral saldra de Los Andes.
Nuestros hermanos del norte dicen: el maz es alimento para mi cuerpo y el
peyote es alimento para mi alma. El criollo no puede decir lo mismo de
ninguno de sus vicios, pues los usa para olvidar, no para aprender. Es moral y
legtimo refugiamos en nuestros cielos donde no puede ingresar el invasor.
Los comuneros todava renen cuotas, contratan abogados y mandan
delegaciones a las ciudades para defender sus tierras en los tribunales. Los
abogados en el da nos representan, en la noche beben con jueces y rivales, con
nuestro dinero.
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Los abogados jvenes suelen poner un letrero en su flamante oficina;
"Atencin gratuita a pobres e indios". Mientras el anuncio se amarillea o cae,
el generoso joven se ha vuelto pirata de edad madura y gran barriga.
Organizados en defensa jurdica comunal esos jvenes evitarn podrirse. Al
denunciar dramatizar, difundir todo despojo de tierras comunales y plantear
restituciones.
LENGUA
En Los Andes, Mxico, Guatemala o Brasil saber un idioma indio es
vergenza, ignorarlo orgullo. Cuando se pronuncia mal un apellido o nombre
ingls, francs o europeo se oculta el error y se esfuerza por no repetirlo.
Cuando se yerra al pronunciar un nombre kheswaymara se proclama el error
festivamente y se insiste en l.
Cada lenguaje 'es forma de pensar y sentir. Cuando pensamos hablamos con
nosotros en silencio. La castellanizacin oficial asesina nuestros idiomas y
pensamiento. La desindianizacin corresponde al grado de sometimiento al
espaol. Aprender un idioma no es ser invadido por l. Quien crece aprende y
enriquece su lengua. El colonizado degrada la suya y la lengua que lo
conquista.
"Ni siquiera sabe hablar espaol" es sentencia mortal. Inhabilita todo aspirante
a trabajo, colegio, amistad, matrimonio.
La recia voz del aymara al hablar o balbucear espaol se vuelve aniada,
temblorosa, suplicante. Radio, televisin, cine acuan el espaol como nico
idioma. Rompen la comunicacin interna de las familias kheswaymaras.
En suburbios y aldeas pequeas de Los Andes, Chiapas, Guatemala, zonas
peligrosas donde se mezclan los idiomas, bastan algunas palabras del idioma
invasor para pasar de una categora social a otra, de unas posibilidades
econmicas a otras.
El criollo promete al kheswaymara incorporarlo a la minora si aprende el
lenguaje invasor. Despus resulta que un kheswaymara no se convierte en
criollo por haber aprendido espaol. Como un rabe no se convierte en
britnico por aprender ingls. Por el contrario, su vergenza aumenta, es ms
consciente de la distancia que lo separa del blanco. Despus el criollo promete
la incorporacin si aprendemos a escribir el idioma invasor. Despus si
tenemos dinero, grado universitario, premios internacionales. Es intil. J ams
esa distancia disminuye. El kheswaymara castellanizado incluso sufre ms. Por
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haber traicionado su lengua y por, pese a su esfuerzo, hablar medianamente el
idioma extranjero. Soporta al hablar o escribir el miedo a errar y revelar su
origen indio.
Seguir destinos ajenos produce vidas incompletas, frustradas necesariamente.
La esperanza falsa se aleja apenas uno se le aproxima. El opresor-modelo es
experto en inventar nuevas formas de diferenciarse de quienes oprime.
MEDICINA
El criollo no cre ninguna clase de medicina. Pero decide cul es la forma
legal de curar, cual remedio debe proscribirse y cul prescribirse. Persigue el
conocimiento ms antiguo sobre plantas, animales y minerales medicinales.
Experiencia pulida al extremo de diferenciar las cualidades especficas de la
misma hoja, cara arriba o abajo, viendo al oriente o poniente; de saber en qu
fase de la luna debe ser quitada, de conocer la planta exacta para calmar, por
ejemplo, el dolor de los primeros dientes al salir.
La sociedad criolla oculta la utilidad y uso actual de la medicina kheswaymara.
Se avergenza de ella y caza con sus policas a nuestros mdicos, llamndolos
hechiceros. Aunque en casos desesperados los busquen en silencio.
Los criollos persiguen la medicina barata, salida de la tierra, experiencia
milenaria para expandir la medicina cara, salida de la fbrica, puro
experimento. Peligrosa como talidomida causante de fetos sin brazos ni
piernas.
Quien quiera curar legalmente en Los Andes debe aprender cmo curan sus
enfermedades los europeos, Debe usar las drogas que curan enfermedades
simples creando otras complicadas y ocultas. Estas enfermedades nuevas
producidas por la industria farmacutica, llamadas iatrognicas, resisten la
medicina tradicional e industrial.
Los mdicos de universidades son simples agentes de ventas de las fbricas de
drogas. Las mquinas no producen alimentos, tampoco producen salud. Sus
drogas enferman. Los cientficos farmacuticos buscan ganancias encadenando
con dependencias.
Los hospitales andinos son copias de los europeos y norteamericanos. A
menudo a cargo de monjas, emocionalmente ya ciudadanas del mundo que
comienza, segn ellas, despus de la muerte. Adornados con un cristo crujiente
de dolor y agona para levantar el nimo a los enfermos.
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Mientras las universidades andinas aprendan y enseen la medicina natural,
kheswaymaras y criollos deben tener derecho a elegir pblicamente cmo
quieren curarse. Si con la medicina nuestra, natural, innocua, probada. O con la
medicina ajena, artificial, agresiva, probndose.
EJERCITO
El kheswaymara es comandado, soldado, masa, fuerza. El criollo comandante,
oficial, jefe, cerebro. El mestizo sargento. El kheswaymara combate, muere y
pierde, est en el bando que est. El criollo dirige, sobrevive y gana. El blanco
es hroe, tiene biografas y monumentos. Cuando un kheswaymara muere
heroicamente su recuerdo es tapado por el silencio.
El servicio militar obligatorio el intenso programa militar desindianizador. Los
conscriptos aprenden a balbucear espaol y son alfabetizados. Se les incita a
ser ''vivos". El cuartel los infecta con .todos los vicios del mundo blanco para
que contaminen a sus Comunidades. Deben marchar al ritmo de himnos
ingleses, alemanes o norteamericanos sin una nota ni sonido autctono.
Los ejrcitos andinos se llaman nacionales. Y usan ropa ideada y hasta cosida
por soldados de otros continentes, estructura de mandos y funciones copiada
de modelos europeos o norteamerica nos. Otras culturas disean su estrategia,
tctica, saludos, posiciones de marcha, alerta, descanso, distribucin de camas,
etc.
SEXO
El blanco es el violador habitual de la india, soltera, casada o viuda.
El blanco se casa con una kheswaymara si ella tiene fortuna. Si una blanca se
casa con un kheswaymara es tambin por su dinero. El indio pobre puede ser
invitado al lecho de la espaola o criolla, hastiada de copular con espaoles
cansados, deseosa de una fuerza viril. Pero la relacin termina con el orgasmo.
No crece con reconocimiento legal o religioso. La mestiza arrastrndose al
blanqueamiento de ninguna manera se casa con un indio. Por fuerza busca
marido blanco. Aun horrible, idiota o delincuente Ser paso hacia el mundo
opresor. Un mestizo "progresista" prefiere una puta blanca como esposa a una,
india bella y pura. Muchos dirigentes sindicales cambiaron sus esposas indias,
madres de sus hijos, por blancas de cantinas, nicas quienes los aceptaban por
su dinero.
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ARTE
Es india la nica msica, pintura, escultura, literatura de Los Andes. Las
minoras criollas no tienen arte propio. Consumen el extranjero. Enriquecen
vendiendo arte indio a Europa y Estados Unidos y prohibiendo con msica de
mquinas los ritmos andinos. Los pintores criollos se distribuyen entre las
escuelas europeas. Las copian con dos o tres dcadas de retraso. Los pintores
andinos son catalogados como "primitivistas" por pintar Los Andes.
El arte kheswaymara ha sido degenerado por el mercado. Los dibujos de
k'eros, llijllas, ponchos de simbologa mtica, hoy son producidos en serie para
turistas. Simbolizan solo la ignorancia de los mercaderes.
En Los Andes, Guatemala, Mxico todo arte real, con races, es indio. Los
dems son copias de copias para consumo de colonizados.
VESTIDO
Cualquier kheswaymara en busca de trabajo, as sea para barrer calles, tiene
que usar el uniforme europeo. El patrn, particular o estatal, exige, al indio
vestirse como proletario si aspira a ser explotado como tal.
A veces ponchos, ujut'has, telas, estn de moda entre criollos y colonizados.
Pero no las ven y copian de nosotros sino de europeos o norteamericanos.
Nunca antes de ver a sus amos se atreven a usarlas.
LETRAS
El espaoles quien lee y escribe. El kheswaymara suele ser el objeto sobre
el cual se escribe. El kheswaymara es el tergiversado y el blanco el
tergiversador. El criollo es periodista, empresario o redactor. El
kheswaymara quien vende el peridico en las esquinas o tema de reserva
cuando faltan noticias.
El kheswaymara es el investigado. El blanco el investigador y planificador
de toda "accin social" para la masa india. Nosotros debemos cambiar
aunque sostengamos las repblicas. El criollo es quien cambia, aunque
rompa la paz con ros, aires, animales, plantas, humanos.
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RAZON y EDAD
El criollo convence al kheswaymara con o sin razn. No imagina ser
convencido alguna vez por l. Considera al kheswaymara menor y le dice,
cuando est de buen humor, "hijo", aunque le doble en edad. Espera escuchar
de nosotros tatay, padre, caballero, tatita aunque pueda ser nuestro nieto.
RESUMEN
Alimentamos al criollo con nuestras cosechas y animales, trabajamos en sus
fbricas y haciendas, construimos sus caminos y casas, somos los soldados de
sus ejrcitos, llenamos sus iglesias y las arcas de sus iglesias, lo divertimos con
nuestra msica y baile. El, en pago, quiere exterminamos. Con el hambre, el
fusil o la pldora esterilizante. A los sobrevivientes quiere destruimos como
pueblo, personalidad y cultura. Somos su "problema indgena".
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II- MINORIAS SERVILES y OPRESORAS
Las ciudades andinas son kheswaymaras, espaolas o cosmopolitas. Las
minoras criollas no han creado un estilo de comida, vestido, lenguaje,
vivienda ni ciudad, etc.
No conciben elegancia delicada no francesa, pulcritud no inglesa, tecnologa'
no germana o yanqui, clasicismo no helnico. Miden su propio significado e
importancia con tales modelos ajenos.
A los kheswaymaras nos consideran salvajes y brbaros por no copiar
lenguaje, vestido, comida, vivienda ni religin. Se asimilan la cultura europea
creada sin ellas. Suponen culturizarse cuando se domestican. Sus colegios
privados producen colonizados al estilo alemn, suizo, francs, ingls,
norteamericano. Algunas materias son enseadas en el idioma extranjero
respectivo. Los alumnos por el resto de su vida disputarn con otros
colonizados defendiendo al pas que los conquist. Como las sirvientas fieles
defienden a sus patronas.
Las minoras andinas con su servilismo tenaz a Europa y Estados Unidos
lograron ser ignoradas por ellos. Temiendo tanto su indiferencia ganaron su
desprecio. Suponen suya la antigedad helnica y romana, pero Grecia e Italia
tambin las ignoran.
Alegra a los latinoamericanos entenderse en francs, alemn, ingls, ruso.
Compiten por el preciosismo intolerante del asimilado. Su lengua domesticada
satiriza cualquier error en "diccin"; Su esfuerzo pertinaz por imitar el acento
extranjero y matar el propio no llega a la perfeccin sino al ridculo.
La servidumbre se grada. Peruanos, bolivianos, ecuatorianos suelen decir
orgullosos que se sienten ms brasileos o argentinos. Estos, tambin con
orgullo, dicen sentirse ms franceses, ingleses, alemanes o norteamericanos.
Difcil distinguir en Los Andes turistas de Buenos Aires o Ro de J aneiro de
los gringos.
El hogar criollo revela renuncia voluntaria a Los Andes. Sus adornos son
caras, paisajes, animales inexistentes en el pas, inviernos de pinos nrdicos
nevados y santa claus rosados, cuando diciembre' es pleno verano andino.
Representan lo heroico con un sombrero de ranger o un cazador blanco en
safari africano, lo santo con una monja, la sabidura con lentes. La deficiencia
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en la vista les certifica conocimiento. Lo armnico con msica antigua
europea, "clsica".
Contrariando a los mismos mdicos industriales prefieren coca cola a un jugo
de frutas, pan, blanco e insustancial como algodn, a la tortilla o pan de .maz
cargados de protenas, minerales y sabor. Tienen su razn. Los primeros
vienen del mundo blanco.
Las criollas suponen la cara espaola bella, pero no se animan a caminar sin
llenarse de afeites, pinturas, cremas, sombras, coloretes, pelucas, colores de
cejas, de labios, depilados, pestaas postizas, etc. Para saber si estn enfermas
consultan al mdico, al siquiatra le preguntan si estn enamoradas. La tirana
de la moda llena su vaco cultural. Moda nacida del apremio de una sociedad
opulenta a miles de kilmetros. Sus mitos y fbulas son elocuentes. Ocultan el
"misterio" del nacimiento de sus nios contndoles que llegaron en paquete de
Pars, o colgados del pico de una cigea, animal desconocido en Los Andes.
Es decir emocional mente nacen extranjeros. Copian el andar cauteloso del
turista y arrugando la nariz rezongan: "que sucio est todo esto", "aqu la gente
no sabe cmo caminar" "por qu no construyen baos?". Olvidan que sus
familias gobiernan.
Colonizados antindios laureados como Vargas Llosa, J ulio Cortzar, Garca
Mrquez fueron consagrados primero en Europa. Entonces las sociedades
coloniales los fosilizaron en instituciones de las clases de literatura.
Cuando una sociedad vive copiando estrangula toda creacin al mencionarla,
incluso al elogiarla. Cuanto rozan los intelectuales criollos lo prostituyen.
Atentos a conversaciones ajenas, que los ignoran, sobre realidades
desconocidas a ellos, no pueden ni aprender habilidades del colonizador
porque su cerebro no tiene tronco propio donde incorporar !o aprendido. No
reconocen las suyas propias en el bosque de ideas que los invadieron. Cmo
juzgaran su colonizacin? Con los valores andinos o europeos? Puede la
sombra juzgar algo?
El criollo est acorralado por su propio odio racial. No puede invitamos a su
mesa sin ser rechazado de la mesa de los dems criollos. Si es dueo de
restaurante o cine debe prohibimos la entrada para retener su clientela blanca.
Qued confirmado: los criollos no pueden descolonizar. Lo ms que pueden
hacer es crear populismos amestizadores, ensanchar un poco las puertas de los
cargos bajos de la administracin colonial, para los indios serviles.
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Per, Mxico, Bolivia, Ecuador,. Guatemala y toda repblica criolla asentada
en tierra india est orgullosa de su pasado colonial espaol. Lo recuerdan y
honran con estilo de casas, muebles, pinturas. Con toda su forma de pensar.
Siguen en la noche de la edad media. Inquisicin es su vida diaria. A la
censura cristiana sigue la censura ideolgica.
Cualquier disfraz europeo es usado para impedir el dilogo andino. El capaz
de mostrar cun burdo es el fantico. Gun ridculo su orgullo por servir
opiniones extranjeras conocidas en parte.
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III: REVOLUCION EUROPEA PARA LIBERAR LOS ANDES
En 1973, despus de 5 aos de exilio, llegu a Los
Andes. Sin poder seguir viaje a La Paz qued
estancado. Y vi la nacin kheswaymara resistiendo
la invasin con la tenacidad silenciosa de la roca
eterna. Envolviendo las consignas extranjeras de las
constantes manifestaciones polticas universitarias
escucho el silencio andino. Su enormidad habla.
Comprenderlo es comprenderme. En vez de mirar
con lentes europeos la realidad andina veo con ojos
andinos la solucin revolucionaria de Europa. Mi
comprensin del marxismo ya no repite. Absurda o
lcida es ma. Lo tuve por situado sobre la historia y
la geografa. Ahora s que no hay nada sin races en
un tiempo y en una parte de la Tierra.
EUROPA, MADRE DE MARX
Europa se hizo opresora hace cientos de miles de aos. Sus colectividades
agotaron los frutos naturales antes de aprender a vivir del cultivo. Los hombres
abandonaron la agricultura rudimentaria. Las mujeres sembraron
ocasionalmente. La siembra, sin canales de riego, fertilizantes, rotacin de
plantaciones, andeneras ni directrices csmicas jams pudo ser organizada en
Europa. Pese a ser continente con menos tierra que el Tawantinsuyu.
Abandonando las plantas los europeos abandonaron la comida natural del
humano. Sin vegetales se hicieron carnvoros y feroces como los grandes
gatos. Con caza frentica exterminaron los animales a los cuales llaman
salvajes. No domesticaron una planta, un animal. La escasez de carne se sum
a la escasez de vegetal.
El hambre pari al miedo. El miedo pari al egosmo. Las colectividades se
fragmentaron en clan es e individuos. Estos pedazos no se acercaron ni
juntaron en el cuidado y amor a plantas y animales, se redujeron en su
rivalidad y agresin. Escapando del miedo al hambre cayeron en la ambicin.
El robo produjo ms que el trabajo individual y rudimentario. Crearon la
propiedad privada y acumularon todo cuanto ms pudieron. Para cuidar sus
propiedades y asaltar las ajenas fabricaron armas cada vez ms mortferas.
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Para medir sus diferencias de riquezas inventaron el dinero. Desde entonces su
nico dios no traicionado.
El acaparamiento individual no resolvi el hambre social. Lo agrav. La guerra
se hizo permanente en Europa. Sus estados-naciones resultaron de necesidades
guerreras. Al asalto de alimentos, animales, minerales sigui el asalto de
gentes. Humanos se apropiaron de humanos. La esclavizacin de familias
prepar la esclavizacin de pueblos. Desde entonces en Europa hubo slo dos
clases de gentes y pueblos, esclavos o amos. Los obesos ciudadanos griegos
elogiaban la belleza de la libertad gracias al hambre de sus esclavos. Su
Olimpo est saturado de crmenes, robos, violaciones, traiciones. Sus dioses
reflejaban su vida terrenal. Los asesinos eran homenajeados, respetados e
imitados. Europa cambi cada vez que una de sus culturas devor las otras.
Sus 6.000 aos historiados son una guerra con dos breves e incompletas
treguas, Grecia y el renacimiento. Sus hroes y sus dioses estn conectados
con la muerte. Castig a los pocos quienes predicaron amor. Cristo fue
ejecutado por el voto abierto, democrtico y popular. Despus fue hecho
bandera de odio. Sangre humana corri y corre con su dulce nombre por
bandera.
Los romanos clasificaron sus propiedades en mudas -cosas-, semiparlantes -
animales- y parlantes -humanos- o Los acreedores despedazaban el cadver de
un ciudadano libre en precisa proporcin a sus deudas e intereses, para
repartrselo. Obedecan las XII Tablas, base del derecho europeo. Cay Roma
y fue aorada y admirada. Toda la historia posterior del continente fue intento
por reconstruirla. Hitler se acerco ms.
Despus de la cada de Carlomagno bandas de asaltantes asolaron Europa, de
norte a sur y de este a oeste, matando, violando, mutilando, robando. Los ms
feroces aplastaron a sus rivales. Se hicieron nobles feudales y engendraron la
aristocracia europea. La jerarqua religiosa no fue ajena a la brutalidad. Pobres
mujeres eran hechas monjas y vrgenes por el dogma. Violadas por sus
superiores paran en plena misa papal. Para evitarlo el Vaticano qued para
hombres y homosexuales.
Europa dice guiarse por la razn y vivi la historia ms irracional. Cada vez
ms lejos de la naturaleza. Hizo del oro mercanca universal y midi la
felicidad de los pueblos por su acumulacin.
La vida para plantas, animales y humanos era cada vez ms intolerable.
Sufran hambre, suciedad, plagas nacidas de los cuerpos raquticos, terror y
tormento de la inquisicin, despotismo de los amos. Peridicamente
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visionarios y profetas vaticinaban el fin del mundo. Sus anuncios generaban
explosiones masivas de locura, orgas y suicidios. Sobre todo si la profeca
coincida con pestes.
Los europeos escaparon de su tierra por la nica salida, los ocanos. Sus
sabios, con reverente seriedad, .describan la tierra como media naranja
sostenida por cuatro elefantes parados sobre una tortuga o como cuadrada y
plana. En algo estaban de acuerdo: ms all del horizonte los ocanos se
lanzaban incesantemente a un abismo sin fin. Sin embargo la desesperacin
empujo a la gente a escapar en frgiles navos. El frenes de la huida
enriqueci a varias compaas los siglos XIV y XV. Los estados eran muy
dbiles para explorar. Slo legalizaron empresas privadas. Estas, cual estados,
podan firmar tratados, explorar, explotar y administrar las tierras asaltadas,
crear ejrcitos y flotas, guerrear. El asalto colonial comenz en Europa.
Usureros, comerciantes, transportistas, inflaban intereses, precios de
mercaderas y pasajes. Especuladores vendan asientos en barcos armados de
velamen, brjula y plvora. Muchos fugitivos esperanzados los abordaron
rumbo a la nada desconocida. No volvieron ni se supo ms de ellos. Segn los
rumores fueron asesinados y echados al mar por sus codiciosos
transportadores. La gente vio la muerte segura en los ocanos. Fue obligada
por los empresarios a subir a los barcos. Algunos encadenados como los 120
prisioneros venidos con Coln.
Siglo XVI. Los dueos de Europa se lanzaron en competencia al asalto de
Amrica, Asia y frica. Reyes y empresarios ya tengan certeza. Al otro lado
de los ocanos haba pueblos e impusieron el monopolio de los viajes. Su
objetivo ya no era escapar, era lucrar y robar. En Europa quedaba poco por
asaltar y creca el riesgo de ser asaltado por nuevos seores de la guerra.
Enferm aquel continente al extremo de necesitar de la salud de otros pueblos
para vivir. Comi hambre ajena.
La nica actividad conocida por los europeos mejor que otros pueblos era la
guerra. Matar era corriente para ellos. Adaptaron invenciones pirotcnicas de
China y perfeccionaron armas de fuego, hierro y plvora. Inventaron los
instrumentos ms mortferos de todo el mundo.
Europa arrebat al resto del planeta todo cuanto distancia y transporte le
permitieron cargar. Enriqueci inmensamente con especias de Asia, oro y plata
de Amrica y venta de humanos de frica. La riqueza europea no sali de tier.
ra europea. Desde 1650 todas sus guerras internas fueron por posesin directa
o indirecta de colonias. Ninguna democratizacin fren su asalto. La
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revolucin francesa contrat mercenarios suizos y germanos para retener Hait.
As naci su legin extranjera.
Aprendi de otros continentes a guisar su comida con especias y dej de
alimentarse de carne pura, cruda o asada. Su agresividad enriquecida cristaliz
en arrogancia. Midi el grado de civilizacin de 105 pueblos del planeta
usando como metro su salvajismo. A quienes vivamos en armona csmica,
sin guerras ni enfermedades, nos consider animales. Cuatro papas discutieron
si los andinos ramos humanos o bestias.
La compraventa de africanos e indios benefici a todos los europeos.
Pordioseros y reyes, curas y putas, abogados y poetas, tenderos y pensadores,
asaltantes y msticos gozaron del botn en mayor o menor medida. Europa
entera acumul capital. Con l experimento e invent maquinarias. Ya los
alquimistas procuraron crear homnculos, tambin llamados esclavos
mecnicos, para competir y rebajar el precio de los de carne, quienes
encarecen, envejecen, se matan a si mismo o se rebelan. As naci la mquina.
La ciencia y la industria europeas no resultaron de ninguna acumulacin
interna de capital o plusvala. Nacieron del saqueo de continentes. Apenas
respir la industria estir sus uas hasta donde haba llegado Europa.
La mquina hizo a Europa centro mundial econmico, militar ideolgico. De
all parten empresarios, asesores militares, misioneros cristianos, protestantes,
comunistas. Las mismas fbricas que produjeron mercaderas en serie
produjeron marxismo. Por ello esta doctrina nace analizando la mercanca, lo
no natural, y ensea la libertad social como resultado "del desarrollo de los
medios de produccin", es decir, como otro producto industrial.
Dentro del cerebro de Marx se mezclaron economistas ingleses, filsofos
alemanes y socilogos franceses. Ellos, como los esclavistas griegos, pudieron
pensar sus abstracciones porque millones de indios, africanos y asiticos los
alimentaron con su hambre, los vistieron con su desnudez y los enriquecieron
con su agona.
La nica raz no colonialista del marxismo es india. Sale del Tawantinsuyu.
Por ello la oculta. Europa supuso universal su vida sangrienta. No crey las
primeras noticias del Tawantinsuyu. Tuvo por utpica, irrealizable una
sociedad sin guerras, propiedades, hambre, plagas ni opresin. No imagin una
nacin viviendo con la paz y el equilibrio de la comunidad estelar. Pronto la
inquisicin cort las noticias. Nuestra luz, sin embargo, fue intensa, se filtr
por las grietas de la coraza inquisitorial.
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Sir Thomas More ley descripciones como las del navegante Amrico
Vespucio y del viajero Pedro Martnez d'Anghiera. A continuacin escribi
Utopa. Prohibida en Inglaterra, su pas, se pudo publicar en ingls recin en
1551, 35 aos ms tarde de la edicin en latn. Los pobladores de Utopa se
llaman amaronautas, derivacin de amautas, vivan sin dinero ni guerras, en
colectividades agrcolas. Describi, con la mxima claridad permitida por la
poca, la vida incaica. Protest as contra la violencia y egosmo de Europa. A
pesar de ser noble ingls tuvo que huir por varios pases y ocultar su nombre
con seudnimo. Finalmente fue capturado y ejecutado.
En Ciudad del Sol, de fines del siglo XVI, los habitantes, como en el
Tawantinsuyu, no tenan propiedad individual, la autoridad no se heredaba, se
lograba con conocimiento y no haba polica. Tomasso Campanella, el autor,
fue encarcelado 27 aos por Espaa a causa de sus escritos y por intentar la
liberacin de Npoles.
Pese a la inquisicin, cuando los Utopistas, Europa supo ms sobre las
Comunidades indias que hoy. El renacimiento difundi Campanella, Moro y
otros buscando iluminar la oscuridad europea. Nuevos utopistas nacieron. Ms
all de sus diferencias todos describen al Ayllu. Claudio Henri de Rouvroy
Saint-Simn joven estuvo en Amrica. A fines del siglo XVIII inici un
movimiento para sustituir con la ciencia a la iglesia dominante. Propugn una
Comunidad universal, sin guerras, organizada por los ms capaces en el trabajo
productivo .de cosas tiles a la vida. En 1815 sus seguidores publicaban en
Pars "El Productor".
Fourier revelo a los europeos la inmoralidad del individualismo y de la
competencia. Ambos -afirm- impiden el desarrollo de la naturaleza humana
en libertad cooperativa. Dividi idealmente toda la sociedad en Comunidades
de 1,600 personas llamadas falanges. En 1822 public "Tratado de la
Asociacin Agrcola Domstica".
Owen dividi la sociedad en Comunidades de 1 ,200 personas asentadas en
tierras de 1.000 a 1.500 acres, dependiendo su tamao como nuestros tupus de
la calidad del suelo para el cultivo. Cocina, trabajo y diversin eran comunales.
Hogar y crianza de nios hasta los tres aos privada. Escribi New View of
Society (Nueva Visin de la Sociedad), Book of the New Moral World (Libro
del Nuevo Mundo Moral), Revolution in the Mind and Practice"of the Human
Race (Revolucin en la Mente y Prctica de la Raza Humana). Sus comunas se
quebraron por diferencias religiosas.
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Para 1820 varias asociaciones resistan en Europa la propaganda del egosmo
individualista industrial. Todas ligadas con los utopistas. Marx respir esa
influencia. El tambin dise una sociedad formada por comunas
autosuficientes radicadas en el campo, pero tecnificadas. Comunismo y
comuna vienen de Comunidad.
Marx presenci las efmeras luchas de los obreros europeos contra la naciente
industria. Vaticin: con lucha de clases y desarrollo industrial los obreros del
mundo tomarn el poder. Muri Marx y naci el marxismo. El Capital qued
inconcluso. No se descubri ni una ley ni categora dialctica ms.
Luego todo cambio. Pero Marx ya no estaba para analizarlo. El colonialismo
se industrializa y la industria coloniza. La plusvaca o ganancia ya no sale ms
de obreros europeos sino de pulmones y sangre de indios, africanos y asiticos.
Los obreros europeos reciben parte del botn en salarios altos,
indemnizaciones, jubilaciones, primas, seguros de vejez, enfermedad,
desempleo, etc. Son aquietados, hechos cmplices y llenados con sentimiento
de superioridad racial y cultural. Satisfechos e insensibles, su rebelda se ahoga
en grasa.
La explotacin y lucha de clases emigra de las naciones europeas a los
continentes "de color". Como los pequeo-burgueses contemporneos a Marx
despreciaban a los obreros, los obreros blancos desprecian a los famlicos
"indgenas" del mundo, se alejan despectivamente de indios, afrcanos y
asiticos porque stos trabajan en una etapa menos tecnolgica del mismo
proceso industrial. La opresin nacional de clases se vuelve opresin
continental de razas. Las revoluciones estallan desde entonces fuera de Europa.
Con otra gente, organizacin y propsito. Pero Marx sigue muerto. El
marxismo se trunca como posibilidad de anlisis mundial. Queda congelado
para siempre en categoras y lmites europeos.
En el marxismo viven los hbitos y creencias de la sociedad que lo crea.
La riqueza creciente nacida del saqueo colonial de continentes hace a Europa
an ms vida. Sus naciones se embisten entre s con intenci6n asesina
disputando territorios internos y colonias. Como en los milenios anteriores se
siguen relacionando bsicamente a travs de la guerra. La nica novedad son
las armas, cada vez ms mortferas. El marxismo hereda la agresin europea.
La vuelve teora revolucionaria. La honra como lucha de clases permanente y
eterna, motor nico de la historia, partera del futuro.
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La armona csmica no es parte del pensamiento europeo. Su comprensin est
encogida al tamao del hombre aislado. Lo dems es marco. Una visin as no
puede crear una explicacin compacta. El marxismo nace cortado en dos:
materialismo dialctico y materialismo histrico, aqul enfoca a la naturaleza,
ste a la sociedad humana. Separa a los pueblos de sus aires, aguas, tierra,
clases de sol, climas, bosques y montaas. Procura conocer al humano sin
conocer las, fuerzas vivas que lo forman y tallan.
Esta visin fraccionadora no poda dejar al humano completo. Lo cort
artificialmente en dos partes opuestas y enemigas: cuerpo y alma. El marxismo
repite la obsesin disgregadora europea y sentencia: cualquier pensamiento
humano, en cualquier parte del universo es, debe ser, o materialista o idealista.
Dilema por supuesto inconcebible para una conciencia csmica.
La embestida sangrienta a continentes prepara la explotacin industrial de
colonias. La riqueza salida de esta nueva clase de asalto visti de verdad
universal a la vanidad europea. Sin vacilar se proclama a s misma no slo la
mejor civilizacin humana sino la nica. Divide la historia del mundo en las
etapas de su vida. El marxismo disemina como revolucionaria esta versin
colonialista de la historia de la humanidad todos los pueblos de la Tierra viven
prehistoria, antigedad, edad media, moderna o contempornea. Sin excepcin
progresan escalando comunismo primitivo, esclavitud, feudalismo, capitalismo
y comunismo cientfico. Es decir recorriendo el camino regional europeo. Al
Tawantinsuyu lo considera en el "estado medio de la barbarie" por no haber
sufrido esas enfermedades al pasar de la comunidad agraria a la comunidad
csmica.
La historia universal uniformada legaliza el remedio social universalmente
uniformado. El europeo como hizo de su cultura "La Cultura" y de su historia
"La Historia" hace de su revolucin "La Revolucin Mundial". Mediante el
marxismo encaja la vida de los pueblos, de todos ellos, dentro de un origen,
camino y destino europeos.
Afirma el Manifiesto Comunista: la liberacin comenzara en "todos los pases
civilizados del mundo", en los "pases avanzados", se refiere a los pases
europeos o europeizados. Cuando las tropas inglesas irrumpen en la India y
truncan su antiqusima cultura, Marx declara a Inglaterra "instrumento
inconsciente de la historia para realizar la revolucin social en la India" y
"sentar las bases materiales de la sociedad occidental en Asia". Engels, a los 27
anos de edad, defiende la usurpacin norteamericana de la mitad del territorio
mexicano. Explica: la expansin capitalista sobre "pases atrasados" acelerar
la revolucin proletaria. Hoy esas zonas sureas son las ms fascistas.
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Para Lenn Europa es "mas desarrollada en el aspecto cultural" y el marxismo
es "la legitima bandera de lo mejor que cre la humanidad: la filosofa
alemana, la economa inglesa y la sociologa francesa". En sus 40 volmenes
descritos menciona 3 veces a Amrica Latina, 6 a la Argentina, 4 al Brasil, 4 a
Mxico y 1 a Chile. Ni una vez al Tawantinsuyo. Segn Trotsky Lenn
comparte su miedo a que Staln cre un socialismo asitico, mongol
"bloqueado en esas fronteras de la barbarie". Para el marxismo la "cuestin
nacional" se planteo siempre dentro de Europa nicamente.
La sociedad madre del marxismo es cruel madrastra de los "indgenas" del
mundo. Convierte su sudor y sangre en capital y ste en mquinas. La mquina
nace como monstruo artificial. Mata para convertir en ganancia comercial
aires, aguas, plantas, tierras, gentes. La tecnologa crea inseguridad. La nuclear
ha creado en Estados Unidos, Rusia, Europa, la primera industria capaz de
hacer desaparecer todo el pas por accidente. Ya costo de billones. La
vulnerabilidad es cara.
La mquina fragmenta la sociedad e impone la dictadura de una minora cada
vez ms especializada y reducida. 6entrales planificadoras de cosechas,
mercados, programas escolares, sistemas de electricidad, telfonos, televisin,
hasta aviones modernos slo pueden ser manejados por tcnicos e ingenieros.
Dispersin y rotacin del poder ejecutivo, base de la democracia comunal, son
menos y menos realizables en la sociedad tecnolgica, sea capitalista o estatal.
El marxismo hereda la visin de una sociedad industrialmente deformada.
Considera revolucionario todo avance industrial. No puede juzgar la mquina
desde fuera, imparcialmente, porque es su producto. Su imagen de lo posible y
de lo imposible, de lo progresivo y retrgrado, de lo moral e inmoral, de la
vida y de la muerte est moldeada por expectativas industriales. (ILUCH, Ivn:
Retooling Society. Traducido al espaol por Ramiro Reynaga bajo el ttulo
Hacia una Sociedad Convivencial. Cuernavaca, Mxico, Cidoc, 1972, p. ,0/8).
MARXISMO EN LOS ANDES
El marxismo andino no nace de mediar problemas andinos. Viene de lejos,
viajando dentro del intercambio colonialista. La metrpoli se lleva nuestros
minerales y nos manda mercaderas, religiones, armas, modas, msicas,
ideologas. Es ltimo aliento del empuje invasor.
Cruza el Atlntico a comienzos de siglo. Viaja en primera clase como
inmigrante rico. Lo portan jvenes terratenientes. Regresan despus de haber
estudiado en universidades europeas.
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De la costa, principalmente desde Santiago de Chile, sube a la cordillera
andina en la tercera dcada del siglo XIX. Avanza por las entradas abiertas por
la invasin espaola y los capitalismos alemn, francs, ingls y
norteamericano. 400 aos de invasin le permiten llegar y quedarse.
La incursin europea convierte la ciudad de Los Andes en fortn. Radica
dentro gobiernos, comercios, iglesias, ejrcitos. Desde all irradia la conquista.
La ciudad blanca tiraniza al campo kheswaymara como el cerebro del blanco
tiraniza su cuerpo. En ella radica el marxismo.
Como plantita delicada necesita invernadero para sobrevivir a los 4,000 metros
de altura, entre nieves eternas e indios hermticos. Se refugia en salones
alfombrados donde los kheswaymaras no podemos entrar. Se vuelve "la"
conversacin de las elites graduadas de cultas por leer y comentar traducciones
atrasadas.
Sube a Los Andes a hacerse ver, no a ver, a ensear, no a crecer aprendiendo
de la realidad. No se alimenta con las ideas andinas. Necesita de un cordn
umbilical de miles y miles de kilmetros. Este io nutre con folletos, congresos,
documentos y hasta cismas. Se Inicia dentro del marxismo andino la
separacin perpetua yo y el pueblo. El yo refugiado dentro del nuevo dogma
europeo contra toda influencia del ambiente andino kheswaymara.
Al llegar a Los Andes el marxismo encuentra los humanos divididos en dos
grupos: Uno diminuto de criollos y espaoles, dueos de indios, haciendas,
minas, escuelas, ejrcitos, universidades, gobiernos. Otro gigantesco, los
pueblos kheswaymaras esclavizados. El trabajador libre, con oficio, no tiene
lugar entre amos y peones. La barrera racial no permite clase media. En vez de
ella encuentra flotando un mestizaje efmero. Esforzndose por desnudarse de
lo indio para integrarse a la minora. Sin cultura, parsito del mundo indio o
del blanco.
Frente a las dos sociedades el marxismo elige la minora opresora. Se
convierte rpidamente en la teora revolucionaria de la juventud del feudalismo
espaol contemporneo en Los Andes. La ideologa del proletariado se levanta
sin proletariado, industrias, salarios ni sindicatos. Y aparece en las tierras
indias un antiyanquismo totalmente espaol, con la virulencia y celos del
conquistador menor desplazado.
No rompe, ni intenta romper, el pasado colonial, lo contina. Ni siquiera
amenaza al extranjerismo de la minora criolla que lo adopta. Lo moderniza y
expande. Las familias acaudaladas despus de acogerlo no cambian, crecen,
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adquieren otra variedad poltica. Tatarabuelos inquisidores, bisabuelos
enciclopedistas, abuelos positivistas, padres liberales y capitalistas, hijos
socialistas y nietos marxistas. Cul ideologa europea copiarn los bisnietos?
Las doctrinas de moda al otro lado del Atlntico sirven a todos ellos para
preservar la brutal pirmide fosilizada de razas.
Hoy las elites blancas andinas contienen populistas, conservadores, liberales,
fascistas, socialcristianos, socialistas, comunistas, anarquistas, trotskystas,
maostas, fidelistas. Todos ellos dijeron querer liberamos. Pero precisamente
con su pugna forman la nebulosa poltica criolla diaria que oculta la tragedia
kheswaymara centenaria. Sus diferencias no les impiden abusar del
kheswaymara o ignorarlo en sus planes. La opresin al nativo andino les
permite gozar su entretenimiento poltico europeo, como la opresin de
esclavos permiti la gimnasia intelectual de la democracia entre los amos de
Atenas.
Las familias "decentes" aprenden marxismo con el fervor que les despierta
todo lo llegado de Europa. Lo feudal izan como antes al cristianismo y a la
revolucin francesa. Ahora la rancia y alambicada retrica hispana reflorece
hablando marxismo, usndolo para rellenar su vaco ideolgico.
La juventud marxista luce revolucionaria, hasta radical si sus mtodos son
violentos. En realidad es juventud conservadora. Como todos los polticos
criollos adora a Europa. Su cerebro est guiado por la tradicin colonial, por el
odio heredado al indio. Contina, respeta y propaga la dominacin europea en
Los Andes. Ideas extranjeras le describen su propia realidad local. Captar y
crear asi es imposible. Por ello sin darse cuenta obedece servilmente las reglas
del hierro de la minora racial. Su rebelda liberadora es atrapada y
neutralizada en las redes invisibles del colonialismo interno. Y es lanzada
contra una de las clases de colonialismo internacional. Convertida en soldado
de una clase de invasin europea contra otra clase de invasin europea, no
podr dar sino pasos tmidos dentro de las fronteras coloniales.
Desde el cerebro -ideologa- hasta el cuerpo -forma de vida- hay un largo
viaje. Una existencia entera puede no bastar para recorrerlo. Marxismo en Los
Andes es manera de pensar, no de vivir. Los pensamientos marxistas
armonizan con un nivel oligarca de comidas, residencias, ropas, sueos y
reflejos. Algunos jvenes llegan a sus clases de marxismo despus de sus horas
de ballet, francs o msica clsica, siempre entendida como msica francesa,
alemana, italiana del siglo pasado. El trabajador explotado ve al hijo del
patrn, universitario y comunista, comiendo, vistiendo, divirtindose como
otro oligarca ms. Aprende que es la doctrina de moda para la juventud blanca.
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El marxismo rpidamente ocupa universidades y colegios. Nada ms
comprensible. De la universidad andina no brota independencia. Desde su
fundacin est de espaldas a Los Andes y entregada de rodillas a Europa.
Nunca fue "Universitas", universal. Fue y es sombra, distante y desfigurada, de
la cultura exclusivamente del Mediterrneo. No produce cultura, ni propia ni
ajena. Porque cultura es sntesis de la sabidura de un pueblo. Apenas un
pedazo trunco de otra sntesis. La universidad andina ignora los cambios del
ambiente andino. Tan slo reacciona a cambios europeos con aos de retraso.
Ni una universidad defiende al pueblo indio de la agresin cultural extranjera.
Por el contrario, es su arma primera para deformar el espritu nacional. All los
jvenes aprenden a olvidar que pertenecen a Los Andes.
En nuestra tierra hay dos historias: la original clandestina y la invasora,
legalizada. El marxismo es parte de la historia europea enquistada en Los
Andes. Aprovecha la clandestinidad de la historia kheswaymara y la expansin
de la historia invasora. Sabe y ensea. la historia colonizante. J ustifica la
invasin como fuerza civilizadora. pe la Comunidad csmica no dice nada
porque nada sabe, despus de habitar, ms de medio siglo en Los Andes. El
cura invasor destruyo cuanto no caba en su fe mezquina. Hoy el marxismo
ignora las magnitudes csmicas por desbordar la estrecha ciencia humana de
su sociedad.
Cuanto ms nos alejamos de nuestra raz ms los acercamos a la liberacin
diseada en Europa. As la lucha antimperialista no es paso hacia nosotros. Es
otro jaln fuera de la realidad andina. Espaa, Francia, Alemania, Inglaterra,
Estados Unidos fueron otros modelos de desgajamiento antes de Rusia. Hace
siglo y medio la revolucin francesa fue otro alejamiento "emancipador" de
nuestra identidad.
La voz de la metrpoli se hincha y deforma en colonia. La desindianizada
exagera grotescamente el maquillaje de la gringa. Matices religiosos o
polticos del mundo blanco producen facciones intolerantes a este lado del
Atlntico. Cada nueva divisin de las religiones de la sociedad blanca genera
nuevos misioneros y una nueva sucursal. Testigos de J ehov, adventistas del
sptimo da, sabatistas, mormones, bautistas y enviados de todas las dems
sectas le disputan a Roma la Catlica (es decir la universal) fe y dinero de sus
creyentes indios con la acritud tpica a toda pugna colonial
*
.
*
"En Guatemala, Per. Bolivia, Sur de Mxico impresiona la proliferacin de iglesia nuevas
dentro de las zonas indias. Tenaz competencia en la venta de pasajes al cielo. Los curas
distribuyen hojas impresas para clavarlas en las puertas, con una dulce y lnguida virgen.
Contrasta ella con el acre aviso en gruesas letras negras: "En este hogar todos somos catlicos y no
admitimos propaganda evangelista.
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La tercera internacional stalinista envi cuadros a todos los continentes. La
Internacional se escindi y nuevos misioneros llegaron a disputar a Mosc sus
militantes indios, africanos, asiticos.
Las porfas entre marxistas en Los Andes son consecuencia directa del
colonialismo. La nica diferencia entre marxismo andino y europeo es la
subordinacin. Los clsicos del dogma son conocidos en fragmentos de cuarta
o quinta trascripcin
*
. Todos digieren a su manera "democracia", "pueblo",
"vanguardia popular", "control sindical", etc. Los vuelven referencias
congeladas para juzgar todos los problemas. Afirmados en esta minscula
parte de su ideologa describen su ambiente. Por fuerza sus "soluciones" son
diferentes.
El dilogo fluye nicamente entre quienes piensan sus opiniones por eso estn
seguros de ellas y no temen confrontarlas abiertamente. Y hasta lo desean para
mejorarlas. Dilogo es imposible entre fanticos armados de citas sagradas. La
sombra distorsiona lo que repite. Discusiones ideolgico-intelectuales en Pars,
Roma, Mosc, Londres aos despus producen en Lima, Buenos Aires,
Guayaquil, Los Andes luchas a piedra, palo y fusil.
Las polmicas marxistas en la colonia se nutren de textos extranjeros
traducidos. Ecos contra ecos. Por ello la indiferencia popular.
Todo cuanto llega del mundo blanco a Los Andes porta colonizacin. La
verdad liberadora cristiana o marxista se convierte en mentira opresora al
cruzar el Atlntico y ser copiada en Los Andes. A pesar de su lenguaje,
saturado de la palabra libertad.
Al comenzar el siglo XIX el poder de Europa est en crisis. Las burguesas sin
sangre azul pero con dinero son acreedoras de los reyes y les disputan su poder
poltico. La crisis monrquica en Espaa debilita el poder colonial en Los
Andes, ya golpeado por las tropas de Tupaj Amaru Inca. La lucha
kheswaymara de dos siglos y medio est a punto de expulsar todo vestigio de
invasin hispana.
El poder de los industriales europeos, mientras procura enterrar la monarqua
en la metrpoli, le disputa el dominio de sus colonias. Europa lucha contra
Europa en tierras andinas y con sangre kheswaymara. Criollos y espaoles
*
"Franklin Antezana Paz, mi profesor de economa poltica en la UMSA. se preciaba de ser el
nico boliviano que termin de leer El Capital adems de J os Antonio Arce.
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republicanos y partidarios de una monarqua regional, armados con las nuevas
ideas europeas, derrotan a los criollos y espaoles monrquicos tradicionales.
Hoy la Europa capitalista pierde pas tras pas en Asia y Africa. Su crisis
poltica de energa, alimentos, fortalece las fuerzas anticolonialistas.
La liberacin del Tawantinsuyu es perfectamente factible otra vez. Sin
embargo, las nuevas fuerzas europeas, ahora marxistas, le disputan a.
capitalismo declinante el control de sus colonias. Como la revolucin francesa
usan fraseologa liberadora para prolongar el dominio blanco.
Nuevamente Europa lucha contra Europa en tierras andinas y con sangre
kheswaymara. Los criollos armados con ideas europeas marxistas atacan a los
criollos armados con ideas europeas capitalistas.
Los republicanos con la enciclopedia, espritu de la revolucin francesa
negaron la opresin al kheswaymara y lo usaron como fuerza bruta para triunfa
sus ideas extranjeras.
Los revolucionarios criollos hoy, con el marxismo, espritu de la revolucin
rusa niegan la opresin del kheswaymara y quieren usarlo como la fuerza de
sus ideas extranjeras.
Europa, el colonialismo, no puede dejar de ganar si con su mano izquierda
controla oposiciones y con su mano derecha gobiernos, ambos fortalecidos con
la energa andina colonizada.
Los pocos idelogos honestos de la "emancipacin" la viciaron apenas
eligieron a Europa por modelo. Hoy, despus de aquella trgica experiencia,
nadie puede honestamente esperar independencia de modelos europeos.
Los marxistas andinos sintomticamente consideran libertadores a los criollos
repblicos. Su hroe y ejemplo ms 'antiguo es Bolvar, el dueo de esclavos
convertido en mito por los hacendados y homenajeado con varias estatuas por
la actual monarqua espaola.
Propio de toda colonia relacionarse con la metrpoli y no consigo misma.
Aceptar sin analizar ni titubear medicinas, educacin, msica, comida, moda,
arte, tambin estrategias revolucionarias blancas. Al colonizado le parece
normal ver llegar la liberacin, como la luz sagrada del cristianismo, tambin
de ultramar, empaquetada como otro producto europeo que lo civilice.
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El cristianismo fue impuesto en Los Andes en bloque. Como algo perfecto,
imposible de mejorar. El marxismo es impuesto en Los Andes tambin en
bloque, como dogma perfecto, imposible de ser mejorado. Aparece sin
anlisis, crtica, creatividad, independencia ni investigacin. Apenas con
anuencia colonial. El marxismo no concibe la luz del pensamiento libertario
brotando de Los Andes. Por fuerza espera la verdad del mundo blanco. Cree
pensar cuando repite citas de sus clsicos.
Por muy ignorante que sea alguien hay algo que no debe desconocer, su pueblo
propio. Quien no conozca y no quiera conocer su pueblo oprimido justifica
todo desprecio. Sin meditar nuestros problemas no los resolveremos. Quin lo
har si no somos nosotros? No es tarea de idelogos extranjeros, y menos
europeos, crear nuestra tctica de liberacin.
Toda revolucin nace de y pertenece a una cultura. Sin embargo los
revolucionarios andinos cuando estudian la realidad andina son excomulgados.
El dogma marxista los acusa de desviacin "nacionalista", "folclorista",
"indigenista". El dogma anima solamente el estudio de la cultura occidental.
Ignora la penosa y diaria resistencia de los pueblos indios contra la
aculturacin extranjera.
El internacionalismo marxista no se forma con aportes de todos los
continentes. Ni de varios. Es pura experiencia europea. Prolonga el camino
occidental, ancheado y expandido al extremo de poder disfrazarse de
internacional y universal para acelerar su invasin.
La lectura de manuales marxistas no expulsa la colonizacin del pensar vestir,
comer, hablar, trabajar, soar o imaginar. El colonizado al leer marxismo, u
otra teora revolucionaria extranjera, no se libera, se entrega. No rompe su
prejuicio antindio crecido durante cinco siglos. Disfraza su domesticacin
colonial de revolucionaria. Adquiere una visin europea, es decir ajena, infiel,
de la realidad andina y de su dependencia. Pensar posible mover Los Andes
con un mito extranjero, precisamente c.on el ltimo creado por la Europa
colonialista.
Los pueblos en sus dioses adoran sus propias cualidades y visiones del mundo.
Cristianizar naciones no europeas atentan contra sus religiones locales, nicas
y originales. Por ello el cristianismo en Los Andes se abri paso chorreando
sangre kheswaymara.
"Marxistizar" pueblos africanos, indios, asiticos tambin atenta contra sus
soluciones liberadoras locales, nicas y originales. Quien supone a Europa
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centro del mundo cree emancipador a quien tiene idea y remedios europeos en
Los Andes, Turqua, Ceitn, Nepal, Estados Unidos o cualquier otra regin.
No considera revolucionario a quien conoce su pueblo tpico y exclusivo, sino
al convencido de las verdades fabricadas por mentes europeas del siglo XIX.
La cultura europea de la mquina agrede a la cultura natural kheswaymara
tambin dentro de la insurgencia. La revolucin europea aplasta la revolucin
andina en Los Andes. No rompe la cadena colonialista, le agrega otro eslabn,
el ltimo, el que cierra el crculo planeando vencer la opresin europea con
una ideologa europea.
Quiere desgajamos de nuestras races csmicas milenarias, Acoplamos a la
breve y sangrienta historia europea. El marxismo andino mientras ms puro,
ms ajeno.
Segn el cristianismo tradicional dios permite las injusticias "porque sabe
ms". Segn el cristianismo revolucionario "J ess renace con cada victoria de
los oprimidos". Ninguno de los dos nos lleva al camino de dios sino al camino
del blanco. Son su religin.
El marxismo tampoco lleva al indio hacia el camino de su emancipacin sino
al camino del blanco. Es su revolucin. Apenas divide la accin poltica en
"izquierda" y "derecha" impone colonialismo. Los diputados populistas de las
comunas de Pars, cuando se sentaron a la izquierda del saln, no imaginaban
estar bautizando los grupos sociales andino.
Teoras europeas revolucionarias aplicadas en Los Andes por fuerza
modernizan y profundizan la dependencia. El marxista andino, devorado por la
cultura europea, ensea amor a un pueblo que no es el suyo. Le es difcil ya
entender lo obvio: la lucha del oprimido contra el opresor no sigue la
revolucin planeada por la cultura opresora.
COLONIALISMO VIENE DE COLON
Pueblos y personas o son o parecen, o se afirman o se niegan. Quienes son
crecen con experiencias ajenas. Quienes parecen al copiar se castran, en vez de
crecer matan sus races. Apenas envidian lo ajeno y se avergenzan de s
mismos ya el tiempo es su enemigo. Porque ellos son sus propios enemigos.
Quieren desaparecer y confundirse con el modelo. Hasta los dones de
occidente les sern prisiones.
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No podemos dar sino lo nuestro. Dar no es devolver lo impuesto por el
colonizador. Slo podemos traicionar lo nuestro. Slo podemos desertar de
nuestro pueblo. Mostraremos ser libres ostentando, como obra nuestra, lo
puesto por Europa en nosotros? Seremos el animal domesticado presumiendo
su facilidad de amaestramiento.
El indio libre entender otras culturas, crecer con algunas de ellas. El indio
esclavo no puede ser ni amigo del europeo. Al remedar expresiones de la cara
blanca-europea gesticuta muecas deformes que ni su amo occidental quiere
ver. La amistad, como la unin, necesita al menos dos polos. El amo no puede
ser amigo de su sombra, su esclavo. Sera amistad consigo mismo.
Cada da Asia es ms asitica, Africa ms africana. Hasta dentro de Rodesia y
Sudfrica. Los Andes siguen encadenados por minoras blanqueadas. Sin
reconocer la presencia kheswaymara continuaremos excluidos del avance del
Mundo de Color, seguirn hablando revolucionarios blanqueados, en idiomas
blancos, de la liberacin de pueblos indios. Millones de kheswaymaras,
mestizos, africanos, mulatos, blancos pobres son diezmados por hambre,
ignorancia, enfermedades, feudalismo, iglesias, joven capitalismo interno,
imperialismo, industria y su destino se juega dentro de mentes "liberadoras"
europeizadas. Si seguimos as seremos el ltimo refugio del colonialismo
mundial.
Quienes tratan de parecerse a los europeos no pueden ayudar a nadie a
liberarse. Les falta reconocerse como criaturas formadas por el colonialismo
europeo para comenzar el largo camino de la liberacin de su cerebro. Su
misma forma extranjera de pensar, sin embargo, les hace llamarse "vanguardia
esclarecida".
Sin identificar y destruir pensamientos, complejos, sueos y sentimientos
invadidos, blanqueados, antindios, ningn revolucionario sale del clan de
opresores.
Miente quien condena el colonialismo y venera a Coln. Europa, no Los
Andes, habla por sus labios. Aquella le impuso lenguaje, religin, historia,
moral, cultura, arte. Ahora le impone su versin de revolucin anticolonial.
Puede lograrlo porque Amrica Latina cree que la verdad es ciudadana
extranjera y culta slo la persona que asimil la cultura "occidental", es decir,
a la persona conquistada. Constreida por hbito colonial busca con ojos
domesticados el cmo y el por qu de su liberacin en el mundo blanco-
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occidental. No dentro de s misma. Ha sido esterilizada al grado de no poder
parir ideas sino ecos.
Los libertadores fracasarn mientras' nos tomen por lo que no -somos. Dcadas
ya esperan vemos actuar de acuerdo a lo predicho por el dogma ajeno. Tienen
ojos y odos abiertos al mundo "civilizado", a las revoluciones blancas. Ojos y
odos cerrados a la tragedia andina. J ams los kheswaymaras tuvimos entrada a
sus sueos; ocupados por el Olimpo, el Forum, la Bastilla, la Plaza Roja.
Vergenza por lo indio y envidia por lo europeo es la herencia espaola a
romper por maestros, gobernantes, artistas, todos, pero principalmente por
revolucionarios.
Slo el colonialismo explica porqu Europa es el modelo nico de los polticos
andinos, por qu imaginan toda alternativa poltica viniendo de Europa, sea
libre empresa, fascismo, democracia, empresa mixta, comunismo, incluso
nacionalismo; por qu piensan en blanco, ya con naturalidad.
Colonialismo dentro de la revolucin en Los Andes es:
- Ignorar que obreros, mineros y campesinos pertenecen a la misma
cultura nativa oprimida.
- Aprender de los lejanos pases marxistas y no del propio pas
oprimido. Definir y definirse con las categoras del colonizador.
- Atacar a occidente con una ideologa occidental.
- Creer que la profundidad de la invasin la justifica.
- Pensar que libera sustituir el dogma judaico-cristiano por el dogma
marxista, unas escrituras sagradas por otras, modelos capitalistas por
marxistas, nacidos ambos en lejanas geografas, culturas, lenguajes.
- Recortar los pensamientos regionales a la forma de verdades
importadas.
- Orientarse por guas extranjeras en la geografa humana andina.
- Bautizar con nombre europeo una parte de la realidad andina y querer
entenderla leyendo los libros traducidos que explican aquel nombre.
- Pensar la liberacin posible sin lderes, ideologas, historias y tcticas
propias.
- Sufrir por la lentitud en ser invadido.
- Creer poder llenar la vida con lo ajeno sin vaciarla de lo vital, propio
y nico.
- Medir con la moral d occidente, nica que asesina a sus profetas y
sabios para luego envanecerse de ellos.
- Hacer nuestra la pugna Estados Unidos-Unin Sovitica olvidando
que ellos son acaudalados y poderosos y nosotros pobres y dbiles.
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- Suponer posible pensamiento poltico sin comunicacin con el
pueblo.
- Avergonzamos de la tipicidad de la cultura nuestra.
- Entender traduccin por progreso.
- Tratar de expulsar la colonizacin econmica, la que roba sudor y
tierras, con la colonizacin ideolgica, la que roba cerebros.
- Pensar que toda persona es "derechista" o "izquierdista", "agente
imperialista" o "agente comunista".
Para resolver nuestros problemas necesitamos conocemos y conocerlos. Los
resortes ocultos, claves para hacer saltar la rutina colonial, estn confundidos
en nuestra vida diaria, presente y pasada.
No vern esas claves los ojos absortos en Europa, occidental u oriental. No las
entendern los cerebros tupidos, embutidos con imgenes, teoras, soluciones
creadas por un continente diferente y lejano al nuestro.
Cmo podrn penetrar la realidad andina quienes se desconciertan cuando no
encuentran una etiqueta europea a mano para nombrar un hecho andino?.
REAL OPRESION DE RAZA, TEORICA OPRESION DE CLASE
La lucha de clases naci, tuvo que nacer, en la misma cuna de la propiedad
privada, dinero, individuo, esclavitud, mercancas, capital, imperialismo.
Todas creaciones europeas. El remedio tiene la nacionalidad de la enfermedad.
Es su hijo.
La lucha de clases no poda nacer en Los Andes donde amos eran y son de raza
blanca y explotados eran y son kheswaymaras. Si, por excepcin, algn indio
explota a sus' hermanos es uno blanqueado con la ambicin europea. No
generan lucha de clases naciones sin industria. Donde el origen del "capital",
dinero, no es acumulacin de trabajo artesanal en los Burgos sino despojos de
Comunidades kheswaymaras. Donde nadie sabe qu realmente es clase porque
los ricos son blancos, espaoles o criollos y los pobres son indios.
La historia de Los Andes y de Amrica India no es relacin de lucha de clases.
De ser as la mayor parte de nuestra vida, los milenios del Tawantinsuyu no
seran historia. La lucha de clases tampoco puede historiar nuestros ltimos
500 aos de invasin, colonia y repblica. Ni describir nuestro presente. Se nos
oprimi y se nos oprime por ser kheswaymaras, no por ser obreros o
campesinos. Siglos antes de nacer el primer obrero ya comenz nuestra
explotacin.
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La historia real de los ltimos cinco siglos en Los Andes relata la opresin de
nuestra raza, cultura, nacin, describe nuestro dolor, resistencia y resea la
defensa kheswaymara contra la invasin. Guerra directa y clara unas veces,
indirecta o irreconocible otras.
Encajar la opresin y lucha kheswaymara en la teora de la opresin y lucha de
clases slo es posible encogiendo y desfigurando los hechos andinos para
hacerlos caber en las definiciones de la teora europea.
Ni aymaras ni kheswas somos clases sociales. Existimos milenios antes que el
hombre blanco inventara ese concepto-palabra. Hoy no sufrimos opresin
clasista, sufrimos opresin nacional. Aunque importante, la explotacin
econmica de clase es parte de nuestra tragedia mltiple. La teora de clases no
describe nuestro dolor ni articula nuestra exigencia de justicia.
Segn el marxismo toda opresin social, y por ello tambin la nuestra, es
bsicamente econmica. Si en el futuro furamos mejor pagados, en campos)
ciudades, nuestra nacin podra seguir siendo estrangulada. Nuestro
sufrimiento econmico-poltico fue y es parte importante de nuestro
sufrimiento racial.
Suponer que el anlisis de clase, por ser europeo, es universal y describe la
vida colonial de Los Andes es ejemplo tpico de colonialismo dentro de la
revolucin.
El pasado andino contradice la teora europea. No vinieron acaudalados de
Europa a explotamos ni fue Espaa econmicamente poderosa al invadimos
Fueron desocupados y delincuentes de una nacin pobrsima (Isabel empeo
sus joyas para pagar los barcos de Coln), an no formada, quienes vinieron a
convertirse en dueos de indios.
"E yo me acuerdo que los Reyes Catlicos mandaron en toda Castilla a sus
jueces e justicias, que los que hubiesen de sentenciar a muerte, o a corta la
mano o el pie, o darles otra pena corporal e infame, los desterrasen para estas
Indias". (FERNANDEZ DE OVIEDO, Gonzalo: Historia general y natural de
Las Indias. Madrid, Biblioteca de Autores Espaoles, 1959, libro XXV.
captulo 11).
Los refranes de los invasores revelan su ambiente carcelario: "En arca abierta
el justo peca", "El vivo vive del tonto y el tonto de su trabajo", "Piensa mal y
acertars", "Somos indios?" significa "quieres engaarme?
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En la historia clasista no resaltan hechos cruciales como los "Certificados de
Purificacin de la Sangre" Documentos vendidos por las autoridades
espaolas, en miles de pesos oro, a los escassimos indios con dinero.
Certificaban que en su torrente sanguneo deambulaban gotas de sangre "pura",
es decir espaola. Los indios compraron estos certificados no por presumir
sangre extranjera sino para protegerse contra despojos y para poder ejercer los
cargos ms inferiores de la administracin colonial.
Segn Alejandro Humboldt, uno de los pocos sabios europeos llegado a
nuestras tierras, Espaa cre con sus leyes 16 castas. As estir su distancia del
indio e impidi cualquier intento de integracin.
Los invasores despreciaron a sus propios hijos e hijas por haber nacido en estas
tierras oprimidas. Aunque tenan sangre-espaola por padre y por' madre los
llamaron cros, es decir cachorros, animales recin paridos. Con el tiempo cro
se volvi criollo y fue aplicado a los humanos. Les cerraron todo cargo de
responsabilidad. Durante los tres siglos de administracin colonial de los 170
virreyes cuatro fueron criollos, 14 de los 602 capitanes generales y 105 de los
705 obispos. Les prohibieron usar joyas, reservadas a los peninsulares, para
hacer siempre visible su diferencia.
La vctima primera en Los Andes no es el obrero ni .el campesino, es el
kheswaymara. La explotacin bsica es de raza, no de clase. Esta naci de los
libros, aquella est en la vida El gringo anglosajn o europeo oprime al criollo
de origen hispano, ste al menos blanco, ste al mestizo o mulato. Y en la base
de la pirmide est el kheswaymara, la mayora explotada por todos, sin
explotar a nadie.
La pirmide racial desmiente la teora de clases. Cada nivel explota al inferior
dentro de escuelas, mercados, religiones, clases, partidos. El kheswaymara
recibe el odio directo, diario de los inmediatamente superiores en la escalera.
Desocupados, artesanos, pequeos comerciantes, obreros, campesinos, blancos
y mestizos, quienes de acuerdo al marxismo deban ser sus aliados, se ocupan
de sumirlo cada da la base, de oponerse a cualquier ascenso. Temen que el
indio les dispute sus empleos bajos. Los blancoides pobres son los colmillos de
la minora criolla.
La india vuelta chola o birlocha (nombre andino para la mujer que acaba de
dejar su ropa india y comienza a usar la copiada) defiende su reciente -y final-
ascenso en la pirmide. Ataca con crueldad a la india para demostrar que
nunca lo fue. Descarga sobre sus hermanas de sangre su frustracin por no
poder ascender ms y sus miedos a ser descubierta. La opresin de clase existe
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en Los Andes, pero es accesoria. Est sostenida por la opresin racial como las
ramas por el tronco. Si desapareciera la explotacin de clase quedara intacta la
opresin de raza, base de toda otra forma de injusticia social. La lucha de
clases no puede destruir la opresin racial. Por el contrario, sirve para ocultada.
Las diferencias polticas entre blancos son superficiales. La que separa al
espaol o criollo del kheswaymara es definitiva, irrevocable. Por eso se la
oculta con tanto cuidado.
El espaol oprime al kheswaymara como obrero, agricultor, acreedor, cliente,
creyente, militante. La infinidad de formas de explotacin racial desborda los
lmites de la explotacin de clase. El amo blanco, por ejemplo, lleva a la
criatura kheswaymara a la iglesia para hacerla bautizar. Convertido en padrino
del hijo y compadre de los padres adquiere poder sobrenatural sobre toda la
familia kheswaymara. Al padrino y compadre no puede negrsele nada y nada
se le puede exigir, nicamente se le suplica. Golpear o insultar al padrino o a la
madrina se considera tan malvado como ofender al propio padre o madre. Por
supuesto jams un nio blanco tendr un padrino o madrina kheswaymara.
Este parentesco espiritual es arma antindia.
En la colonia racial cualquier amigo gringo o relacin con Europa eleva el
nivel social. Aunque la relacin sea dependencia pura da prestigio en negocios,
religiones, deportes, educacin, poltica, etc.
La opresin racial rebalsa la explotacin fabril. Cuando nace una criatura en
La Paz, Lima, Mxico, .Guatemala, Brasil posiblemente sus padres digan: i
Qu lindo, es blanco, o, ser blanco! y guarden silencio si la criatura, an bella
como un leonzuelo, nazca, con color. Saben. por su propio sufrimiento. Un
ligero matiz en la piel cambia destinos. Abre o cierra ascensos en trabajos,
iglesias, escuelas, partidos. Indios conquistados aplauden al hroe gringo
cuando elimina en el cine decenas de indios y africanos. Ven bella una mujer
cuando se parece a una cara fabricada en Hollywood, Pars, Mosc o Roma.
Un socialismo o democracia andinos sin comprensin racial, dentro de estos
territorios racialmente oprimidos, seguirn siendo catlogos de frases al
alcance de polticos profesionales.
Socialismo sin kheswaymaras, sin caminos ni propsitos kheswaymaras, en
pases kheswaymaras no es liberador. Revolucin ajena no libera porque
enajenacin es servidumbre. Ni la casualidad puede ayudar. La casualidad
tambin est limitada geogrfica e histricamente.
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La lucha por y con el pobre en Los Andes es la lucha por y con el
kheswaymara. Las minoras criollas' no permitieron ni permitirn justicia
econmica para nadie. El destino del blanco pobre est soldado con el del
kheswaymara. El blanco pobre es empujado por los criollos ricos a la
indianizacin mientras los pocos indios ricos se van blanqueando, porque indio
es lo pobre y riqueza es lo blanco.
La proletarizacin de las clases medias, generalizada por el marxismo, en Los
Andes es indianizacin de mestizos y blancos pobres. Todo oprimido, de
cualquier color, debe por fuerza comer, vestir, trabajar, vivir y sufrir como
kheswaymara.
El blanco o negro pobre nicamente con el kheswaymara, hambreado,
segregado y reprimido, puede hablar su situacin, criticar gobiernos o
revolucionarios de saln, maldecir su suerte y compartir sus pocas alegras.
Cuando el ms nfimo de los hoteles le es demasiado caro, va con los indios, a
dormir gratis en sus galpones comunales. Cuando el hospital ms popular le es
inalcanzable pregunta al indio y usa sus yerbas.
Opresin nacional -cultural- racial genera por fuerza comprensin racional -
cultural- racial. Opresin ms racial que clasista produce defensa ms racial
que clasista. La conquista de la democracia criolla est inseparablemente
ligada a la defensa de la mayora aplastada. Ninguna minora opresora puede
permitirse democracia interna. Necesita reprimir a los criollos no partidarios de
la opresin racial.
El desindianizado no escapa slo de la pobreza econmica. Sufre una
enfermedad profunda de identidad. Imposible de ser explicada por simple
suma y resta de salarios. La descolonizacin de Los Andes rebalsar todo plan
poltico europeo. Ser lucha contra la invasin del dinero, cruz, guerras, clases.
Colonialismo viene de Coln.
En Amrica, Asia o Africa no hay una sola sociedad clasista no racista, donde
no se pague por el color y no por el trabajo. Incluso en Europa cuna misma de
la teora de clases. Donde lleg Europa esclaviz las razas locales. Fecund
elites para prolongar la colonizacin. De la invasin militar pas a la
econmica y poltica. Ahora pretende imponer su poltica de liberacin.
La lucha de clases es teora. Nadie habl de ella en Los Andes antes de llegar a
los libros traducidos. Hoy sigue en los libros, no en la vida. No explica por qu
fuimos despojados de nuestras tierras, por qu el colono se hace colonizador y
luego colonialista, por qu no hay colonizador pobre ni por qu el odio al
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kheswaymara es ms intenso en blancos pobres y mestizos. Ignora la
distribucin racial de culpa y sus implicaciones econmicas.
Los blancos ricos son familia continental. Las lites nacionales se encuentran
en jets, hoteles de lujo, conferencias internacionales, cristianas, profesionales,
polticas, fiestas diplomticas, estn emparentadas por matrimonio. Dentro hay
fascistas, comunistas, cristianos, anarquistas, demcratas, apolticos, etc.
Todos ellos se benefician, lo quieran o no, lo reconozcan o no, lo sepan o no,
de la opresin al indio.
Esta red familiar ayuda a sus miembros a prolongar la estructura racial
osificada de sus pases. Todo no indio puede medrar de la burocracia estatal,
eclesistica, partidista, tener prstamos bancarios, contratos, pases libres en
trenes, stadiums, becas, premios en concursos literarios, de belleza, loteras.
Esta urdimbre de influencias ayuda a los criollos en buen tiempo y en crisis. La
solidaridad racial criolla va ms all de diferencias polticas. En la crcel los
criollos rebeldes tienen la mejor celda, comida y son los primeros en salir.
Los indios somos el polo opuesto. Nosotros unimos esta enredadera nacional e
internacional. El miedo al indio oprimido junta amos y sirvientes fieles.
En Los Andes el odio al kheswaymara llena la sociedad. Desde el fondo hasta
la cumbre. Desde el anarquismo hasta el fascismo, es decir desde la llamada
extrema izquierda hasta la extrema derecha. El control blanco luce tan natural
que se olvida su color. Los criollos, revolucionarios o no, suponen inevitable y
aceptada por todos nuestra entrada a la "civilizacin". Slo disputan medios
para integramos.
Un asalariado, obrero o campesino, excepcionalmente competente y tenaz
puede subir por la escalera econmica. Puede pasar del proletariado a la
burguesa. Pero dentro la sociedad andina actual nada salva al kheswaymara.
J ams es blanco, privilegiado. Aunque tenga ms dinero y ttulos que muchos
blancos seguir sufriendo desprecio de aquellos con piel clara, rasgos no indios
o apellido extranjero.
La opresin nacional racial es muy profunda. Traspasa la teora clasista
*
.
Desborda economa y poltica. Una candidata a' "miss Bolivia" .tendr ms
*
Escena tpica en cualquier ciudad andina.
Una familia marxista termina de cenar. Desde la pared el Che en pster sonre. Su rostro caucsico
combina con decorado europeo. El padre animado por la soberbia comida cruza las piernas sobre
el grueso estmago y explica la urgencia de desencadenar la lucha de clases. Deja entrever como
nico obstculo la ignorancia y la desorganizacin de las masas. Su pecho crece citando con
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posibilidades si tiene apellido extranjero impronunciable. Ninguna candidata
tendr facciones indias. Belleza en Los Andes es solamente europea.
El criollo hoy, como el espaol ayer, no explota al indio slo econmica y
polticamente. Busca exterminamos, asesinar nuestra cultura, idiomas, religin,
Comunidades. La herencia de tres siglos es clara. Lo que hace cada da, directa
o indirectamente, est relacionado con su afn exterminador. Y nada de ste
nuestro problema vital cabe en la angosta teora de la lucha de clases.
Teora de la lucha de clases oculta en Los Andes opresin y lucha de la raza
kheswaymara. Libros extranjeros ocultan la realidad local.
El culto marxista a la clase obrera tiene en Europa antecedentes. En Los Andes
se vuelve alabanza sin raz histrica li1 social. El marxismo concibe al obrero
parte aculturada, aislada de la nacin. Procura convertido en clase, sucursal de
confederaciones cosmopolitas hostiles o indiferentes a la sabidura natural de
su nacin colonizada.
En Africa los sindicatos no lucharon por la independencia nacional.
Sumergidos en pueblos campesinos sin dinero los poqusimos obreros
sindicalizados devinieron castas envidiadas. Al mismo tiempo parte de .Ia
burguesa africana naciente y obreros de la industria europea. Mimados y
disputados por las grandes centrales sindicales internacionales.
Como solucin europea el marxismo impide analizar la tragedia gigantesca del
humano andino. Anula a rebeldes inyectndoles admiracin por la cultura
opresor. Ayuda al criollo a prolongar su control. Oculta su privilegio de raza
con palabras clasistas importadas. Anuncia gobierno obrero en Los Andes sin
tradicin obrera. Entre los oprimidos andinos el obrero, como en Africa, es
minora privilegiada y envidiada. El uniforme fabril es permitido, la ropa
kheswaymara es perseguida, Muy comprensible. El indio fabril ya es tornillo
de la industria extranjera incrustada en Los Andes. Muchos obreros estn de
espaldas a su pueblo. Ya no respetan. a la Pachamama, al Viento, al Agua, a la
Montaa. Fueron conquistados por la industria que destruye plantas, animales,
tierras, pueblos, con el pretexto de progreso.
precisin a los clsicos. Las miradas de su mujer e hijos lo baan de amor y admiracin. El padre,
sin mover la cabeza ni alterar el ritmo del sermn, chasquea los dedos. Una figura morena,
silenciosa, encorvada y descalza aparece en el comedor. Una la taza vaca del amo y desaparece
como resbalando sus pasitos menudos. La incursin de la sirvienta india es fugaz, no rompe el
hechizo de la ctedra libertaria.
Hitler, de cuando en cuando, comparta su comida en la misma mesa con su cocinera vegetariana.
Algo as es imposible en Los Andes. Aqu Hiler sera tomado por demagogo teatral y peligroso.
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La alianza obrero-campesina sigue propsito despus de medio siglo y de
cientos de millones de boletines, documentos, panfletos. Obreros y campesinos
andinos son kheswaymaras. No pueden aliarse basados en un programa
poltico europeo. Se unirn basados en lo que tienen de comn: su esencia
comunera. Y sin tanta propaganda.
En historia generalizar es falsificar. Ms lo es en poltica, historia naciendo. La
palabra campesino abarca demasiado, no nombra nada concreto. Puede ser el
obrero rural norteamericano mecnico, el agricultor capitalista europeo urbano,
el andino desocupado sin tierra, mediero, latifundista, capitalista industrial del
campo. Nuestra relacin con la Tierra es ms profunda y compleja que relacin
econmica. El marxismo no lo ve y por ello cree que no existe. La palabra
campesino es la etiqueta europea para despersonalizarnos, para evadir nuestro
nombre. Por eso la usan los criollos, derechistas o izquierdistas.
La tensin principal en la colonia andina no es clase obrera-empresarios, ni
pobres-adinerados en abstracto. Es la tensin entre la nacin andina y la lite
europea, entre mayoras kheswaymaras oprimidas-minoras criollas opresoras.
Las diferencias econmicas son una de sus formas principales de revelarse.
Nadie atrapado por la urdimbre del colonialismo interno andino puede vencer
al colonialismo externo. El radicalismo importado ayuda a callar la opresin
kheswaymara con el estruendo de disparos y bombas. Ocultar diferencias
raciales reales solo ayuda a los beneficiarios de la injusticia.
Los idelogos marxistas en Los Andes vienen de las minoras. Por ello no
sienten las diferencias econmicas encubriendo la opresin a la raza india. Se
hicieron revolucionarios cuando un libro europeo traducido los convenci. Su
rebelda, de meses y aos no tiene relacin con la defensa kheswaymara de
siglos. El marxismo ni menciona esta guerra de liberacin. Entiende nuestra
resistencia como rmora para su "asimilacin".
El blanco avanz en lo militar, econmico, poltico, mdico, religioso. El
kheswaymara retrocedi. Convirtiendo su intimidad en fortaleza podr
recapturar todo.
Indianitud es muralla, Reserva y germen. Reliquia y presagio. Es hbitos,
silencios, afecciones, repulsiones, imgenes, incluso terquedades para bloquear
argumentos.
El kheswaymara slo o en grupos se sienta en un lugar apartado y phijcha,
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acullica o chajcha coca y lIujt'ha o leja, est luchando por su indianitud. Con
cada masticacin se aferra a su raza y se diferencia del blanco o criollo,
haciendo algo ajeno al opresor. Cuando aprovecha las festividades cristianas
para honrar dioses csmicos est identificndose.
El indio de Mxico o Guatemala usa hongos alucinantes o celebra la caza del
peyote con mstica religiosa. Rompe en su interior la opresin diaria. Es libre
unas horas en el cielo indio natural donde el blanco no puede entrar.
La india al hablar con un blanco y ocultar sus pupilas mirando tercamente el
suelo dice no! a la mirada invasora. Huye mientras sus pies pisan territorio
controlado por el enemigo.
Los prpados de la india, como el velo de la argelina, son armas de defensa.
Cuando el indio es grosero o delinque contra el derecho traducido de cdigos
de Europa, muestra la ilegalidad de la ley y moral forneas.
Toda guerra de liberacin crea leyendas, palabras, mitos, modas, valores,
conductas, canciones. En Los Andes ellos saldrn del pensamiento indio
csmico. De cul otra fuente podran nacer? Los marxistas seguirn cantando
en regiones kheswaymaras traducciones al espaol de la internacional, de
canciones creadas por el pueblo ruso durante la invasin nazi, de italianas
como Bella Ciao, de la guerra civil de Espaa o del Caribe.
Cada pueblo musicaliza su ritmo de vida, palpita con su armona. Y las
canciones revolucionarias, cantadas por supuestos liberadores, desprecian los
ritmos indios oprimidos e introducen ritmos y versos ajenos.
La colonia busca fuera todo lo que necesita. Remedios para catarro, patrones
para uniformes escolares o militares, ritmos y versos para himnos nacionales,
estilos de peinado o tcticas para liberarse.
Ya es una ley sociolgica. Los colonizados siempre esperan su liberacin
viniendo de la cultura que los coloniza. Nunca brotando de ellos. Sus luchas no
rompen dependencia. La amplan, profundizan y modernizan.>Su secuencia
ya es rutina cclica copia-esperanza-lucha-frustracin-copia nueva-esperanza-
etc.
En el exilio escrib: "En Amrica Latina es general la aspiracin de
nacionalizar petrleo, minas, bancos, gobiernos, pero nada de ello ser posible
sin nacionalizar antes el marxismo. Y en algunas regiones del continente
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nacionalizar el marxismo significa indianizarlo. Quera ayudar a mi raza y a
"mi" ideologa europea pero estas frases fueron vetadas.
Ahora veo claro. Toda ideologa o libera o asimila. O nos ensea quienes
somos y de dnde nacemos o nos ensea quienes debemos ser y dnde
debemos ir de acuerdo a la teora ajena y cmo son los liberadores.
Alimentados sospechosamente con la cultura de la sociedad colonialista.
Europa nos invadi y oprimi hace centurias usando sus ideologas de moda
entonces. Ahora pretende liberamos con su ideologa de moda actual. La
invasin contina. Lo nico diferente son los instrumentos. Antes ms
materiales, hoy ms espirituales. El fin es el mismo. Borrar nuestras naciones y
personalidades. Antes se nos masacraba con perros monteses, arcabuces,
caones, enfermedades y hogueras. Hoy tratan de convencemos a los
sobrevivientes que somos demasiados para imponemos la esterilizacin
mdica. O que debemos "progresar" para imponernos la muerte cultural.
El coloniaje alcanza su madurez mxima cuando controla tanto gobiernos
como oposiciones, legales o armadas. Despus ya no puede madurar ms.
Comienza a podrirse. Precisamente cuando la invasin luce consolidada los
colonizados captan la imposibilidad de liberarse con recetas de la cultura
invasora. Sienten obvio el absurdo de seguir luchas donde ambos bandos son
dirigidos por el mismo colonizador.
En el virreinato el kheswaymara sangr en la defensa armada y en el trabajo
esclavo de minas, obrajes, campos. En la repblica, adems de la guerra y del
trabajo esclavo, el kheswaymara sangr defendiendo caudillos de cuartel
ansiosos por ser presidentes. En las ltimas dcadas el kheswaymara sangra
defendiendo la democracia blanca o la revolucin blanca. Europa de derecha
luchando contra Europa de izquierda con sangre kheswaymara en tierra
kheswaymara. Para el futuro los revolucionarios piden ms sangre
kheswaymara para la versin libertadora del colonizador.
Ya la sangre india hizo vencer otras recetas europeas. Occidente calumnia a
nuestros antepasados de sacrificar humanos y llama fidelidad, civismo,
patriotismo, espritu combativo a estas intiles carniceras multitudinarias.
No necesitamos elegir entre capitalismo y comunismo. Si ambas alternativas
son europeas no' son alternativas, son matices de colonialismo. Este dilema
para los kheswaymaras es irrelevante, ajeno y enajenante. Aleja nuestra mirada
de nuestros problemas de sobre vivencia. Lo importante para los
kheswaymaras no es ser cada da ms o menos capitalistas o marxistas. Es ser
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cada da ms nosotros mismos y no algo diseado por quienes destruyen
nuestra raza.
La lucha kheswaymara de liberacin no comenz como eco de la revolucin
francesa, rusa, china o cubana. Tampoco nuestra lucha comenz resistiendo al
imperio norteamericano. Ni terminar al ser expulsado. Quedarn varios otros
puntales de colonizacin. Faltar expulsar a Europa de nuestra comida,
vestido, arte, religin, imaginacin y sobre todo de nuestros sueos y planes de
liberacin. Cada vez ser ms fcil. Europa se reduce a su tamao, el ms
pequeo de los continentes.
Europa en cinco siglos nos arrebat tierras, bibliotecas, hermandad y
relaciones con otros pueblos indios del continente, religin natural, historia,
matemtica, astronoma, medicina natural, etc. Hace medio milenio nos
excluye de poltica, historia oficial, planes, escuelas, administracin, hospitales
por causa de nuestro color. Ahora Europa, mediante el marxismo, pretende
arrebatamos lo nico que nos queda, nuestra raza. Nos acusa de "racistas",
cuando soamos, bosquejamos o hablamos de nuestra lib~racin y nuestros
senderos.
Los revolucionarios europeizados en Los Andes con la acusacin de racismo
nos impiden a los kheswaymaras de ciudad identificamos con nuestro pueblo.
Racismo evoca en el blancoide, Hitler, cmaras de gas, exterminio de
poblaciones. Para nosotros evoca Espaa, cultura "occidental". Europa no
puede acusar a ningn indio, africano, asitico de racista. El odi por causa de
raza es producto europeo. El invasor blanco es el creador exclusivo de la teora
de la raza "superior", de la "raza pura". Racismo es odio a raza, a color de piel.
Los indios no odiamos colores, odiamos opresin.. En Los Andes, Bolivia,
Per, Ecuador, hay valles con indias e indios de tez, cabellos y ojos claros.
J ams tuvieron contacto con europeos. Su color es adecuacin a sus climas y
ambientes locales, no podramos odiar a nuestros hermanos y hermanas porque
sus cuerpos se acomodaron al escenario telrico. El Tawantinsuyu fue
multirracial, y la palabra raza es desconocida en aymara o kheswa.
Pero el presente odio al kheswaymara es real. Existe incluso dentro de familias
oprimidas y partidos marxistas. Todo est dividido en razas en Los Andes
actuales. Clases, barrios, iglesias, escuelas, partidos, profesiones, familias.
Toda poltica ciudadana en Los Andes es antindia. Entre los jefes polticos, de
cualquier tendencia, no hay un kheswaymara. Esta exclusin por causa de raza
de la mayora de la poblacin luce al revolucionario criollo, marxista o no,
normal y legal.
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Mujeres u hombres, jvenes o viejos, universitarios o analfabetos, fascistas o
comunistas, excntricos o cuadriculados, todos somos racistas en Los Andes.
Bebemos, con el primer trago de leche materna, el odio al indio oprimido. En
la sociedad colonial andina el racismo antindi es llamado conducta razonable,
normal, sociable. Cuando, defendiendo nuestro pueblo, respondemos alodio
antindio rechazando al blanco opresor, la sociedad colonial se escandaliza,
mediante sus "revolucionarios" Nos tacha de racistas.
Nos odian y explotan por causa de nuestra raza, por lo ms ntimo que
tenemos, por lo que no podemos cambiar. Nos obligan a identificamos ms
con ella. A hacerla nuestra marca, refugio y bandera. A fortalecerla cuando
comemos, a adormecerla cuando dormimos, a endurecerla cuando nos
juntamos, hasta a embrutecerla cuando vivimos embriagados.
Cinco siglos de opresin racial imponen a los revolucionarios un dilema
inesquivable: o siguen luchando por las minoras criollas explotadoras, por
Europa o luchan por las mayoras kheswaymaras explotadas, por Los Andes.
Tratar de evadir el dilema con esquemas' europeos, considerndolo
antimarxista, es ocultar la opresin racial y real.
No hay maestros, sacerdotes, mdicos, gobernantes, militares, historiadores,
artistas que quieran a nuestro pueblo. Nos oprimen en sus escuelas, iglesias,
hospitales, oficinas, cuarteles, libros, arte. Opresin colonial es la nica
relacin que tenemos con ellos. Los revolucionarios tampoco nos quieren ni
respetan. Nos llaman campesinos en vez de kheswas o aymaras o indios y nos
incluyen en sus planes apenas como fuerza bruta. Opresin colonial tambin'
es la nica relacin que tenemos con la revolucin europea.
Quienes nos niegan no tienen derecho a disponer de nuestra sangre. Quienes
desconocen y ni quieren escuchar nuestro pasado no tienen derecho a decidir
nuestro futuro. Quienes no defienden nuestra nacin no tienen derecho a
obligarnos a defender sus ideologas. Nuestra sangre no debe ser usaban por
quienes quieren sepultarnos, con ceremonias ni siquiera nuestras.
En Los Andes ningn desarrollo puede ser al mismo tiempo kheswaymara y
blanco. Todo desarrollo tiene por fuerza una direccin. O beneficia a las
mayoras kheswaymaras oprimidas o a las minoras blancas opresoras. O se
acerca a Los Andes o se acerca a Occidente. O lleva al mundo vivo, natural,
regido por leyes csmicas o lleva al mundo degradante, artificial, regido por
mquinas.
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En Los Andes slo pueden haber dos clases de socialismos: El que nos ensea
quienes somos y el que nos ensea quienes debemos ser. Uno descubre
nuestra verdad, el otro -repite verdades ajenas. Uno brota de nuestra historia
milenaria, el otro brota de libros traducidos. Uno nos hace crecer comenzando
de nuestras races, el otro nos impide crecer cercenndolas. Uno confa en el
pueblo como es, kheswaymara, natural y csmico, el otro confa en la
mquina, artificial y occidental. En fin, el socialismo nuestro y el ajeno, el que
libera y el que coloniza.
Nuestra teora de liberacin slo puede nacer de nuestra sabidura. Comer y
beber slo la savia de la tierra andina, mezclada con la sangre de nuestros
hroes, concentrar el anlisis de nuestros problemas. Construir la teora de
liberacin de los pueblos kheswaymaras no es tarea de idelogos europeos.
Ellos ya cumplieron su deber con sus pueblos. No pueden damos y no es justo,
ni siquiera marxista, esperar soluciones concretas a nuestros problemas
concretos.. Esta es tarea de nosotros, mujeres y hombres andinos. Qu otra
cosa puede ser liberacin?
COMO SE DICE MARXISMO EN KHESWA O AYMARA?
Los roces del marxismo con el pasado, presente. y futuro kheswaymara son
pocos, efmeros y hostiles.
El marxismo cuando menciona nuestro pasado pierde su precisin al describir
bancos e industrias. Balbucea con la tpica nebulosidad del colonizador al
describir el pasado de quien coloniza. Los enredos insalvables creados por los
cronistas-soldados en su afn de denigrar y falsear nuestra cultura son su nica
referencia
*
. Insulta a Incas de "dspotas, tecratas", "imperialistas. Mientras
ms injusto y salvaje luzca nuestro pasado ms necesarios lucirn para
civilizamos cristianismo y marxismo. Les ayudara si desaparecieran los
rastros de Teotihuacn, Tikal, Machupijchu, Wiay Waina, Mitla, Tiwanacu,
etc.
El carbono 14 lo ha demostrado. Nuestras pirmides son miles de aos
anteriores a las de Egipto y ruinas del Mediterrneo. Arquelogos, etnlogos,
*
"Ensea un libro marxista premiado en Cuba: Durante el Tawantinsuyo los kheswas sacaban
plata del cerro de Potosi, y escucharon una voz saliendo de la tierra: "No es para ustedes. Dios
reserva esta riqueza para los que vienen de mas all...Los indios huyeron despavoridos y el Inca
abandon el cerro". (GALEANO, Eduardo: Las venas abiertas de Amrica Latina. La Habana,
Casa de las Amricas. Coleccin Premios, Mencin Ensayo, 1971, p.14). Obviamente el "dios.
personalizado reservando y concediendo "riquezas" a los invasores fue justificacin espaola del
asalto.
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socilogos europeos se adelantaron a historiadores y stos dejaron atrs a los
polticos y sus ideologas. La historia marxista de Los Andes es la del siglo
pasado. Aunque dice crecer con la ciencia cuando sta revela o confirma la
sabidura india ignora sus conclusiones. Hay mdicos, abogados, ingenieros,
profesores comunistas. Arquelogos no.
El marxismo cuando menciona nuestro presente nos muestra como resabio,
desapareciendo o ya incorporados al mundo de mercado. Al llamamos
campesinos para eludir nuestro nombre kheswa o aymara nos niega y oculta
*
.
El marxismo no menciona nuestro futuro. Su visin del futuro es anticuada, es
del siglo XIX. Como producto fabril que es imagina la Tierra de maana
fbrica total, Europa cubriendo todo el planeta. Ya industrializ, europeiz los
pueblos siberianos.
Lenin resumi revolucin en Rusia: socialismo ms electrificacin. Hoy los
marxistas resumen la revolucin mundial: comunismo ms energa atmica. El
blanco no aprendi al destruir Tierra, Aire, Agua. Cree posible remediar el
dao industrial con ms industria. La basura pre-atmica envenena en meses.
La basura atmica mata en minutos con radiactividad que dura milenios.
Aunque, asustados por el dao de la mquina, gobiernos capitalistas ya tienen
ministerios de ambiente, para el marxismo todava es revolucionaria toda
tecnologa industrial. J uzga progreso, no armona ni respeto al ambiente, sino
su destruccin con mquinas. Por ello no ve futuro natural, indio.
El marxista ofende nuestro ayer, niega nuestro hoy e ignora nuestro maana.
Segn l siempre fuimos esclavos y la nica esperanza que tenemos, en ms de
50.000 aos, son los grupculos marxistas. Precisamente q!J ienes no desean
conocer nuestra nacin.
No busca la verdad andina. No la considera original ni ti pica porque piensa
tener ya sistematizada en manuales la verdad mundial. Como captulo de la
historia europea que es, la usa a miles de kilmetros para ocultar la tipicidad
local kheswaymara y expandir la europea. Nuestra vida csmica le parece
esbozo o rudimento de la "adelantada" vida europea, adelantada obviamente
slo al pasado europeo.
*
J orge Ovando en su libro Sobre el problema nacional y colonial de Bolivia (que comienza
copiando el titulo sobre el problema nacional y colonial de Rusia de Stalin) fragmenta al indio en
decenas de "tribus". Oculta la fuerza de millones de kheswaymaras equiparndolos con decenas de
sobrevivientes de otros pueblos naturales refugiados en las selvas.
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La dulzura del cristianismo fue agriada por el odio al indio. El "ama a tu
prjimo como a ti mismo" se volvi quema en vivo de comarcas
kheswaymaras enteras.
El amor de Marx a quien sufre opresin no fue heredado. Su doctrina fue
convertida en otra arma espiritual para atacar la cultura del kheswaymara
oprimido.
El marxismo trae lista la solucin para los problemas de las regiones que ver
por primera vez, a depositaria verticalmente. No llega a dialogar
horizontalmente ni a escuchar. La respuesta india es la indiferencia.
El universo kheswaymara es hermtico. La coraza india encalleci cinco
siglos. Nuestra alegra se escondi debajo de risco hurao. Acusarnos por
hoscos, sin embargo, sera tan injusto como acusarnos por tristes. El invasor
vino como sacerdote, abogado, militar, juez, profesor, vendedor, tcnico,
corregidor, salvador poltico. Debajo de todos estos disfraces era el mismo
enemigo cruelmente voraz. Hoy el disfraz ms increble se topar con igual
silencio agresivo. No pasaron en vano los siglos de opresin espaola.
El kheswaymara para aislarse del exterminador ha destruido todos los caminos
hacia l. Nadie tiene mapas para remontar su aislamiento, menos Europa.
Caminantes sin camino los revolucionarios blancos buscan puerta y llave en
Europa para traspasar su aislamiento.
Martillado por las palabras del Che "los indios tienen la mirada impenetrable"
quise construir un puente entre marxismo y multitudes indas. La fidelidad
colonial al dogma europeo me lo impidi. Tambin me ense, el indio y el
marxismo no estaban divorciados como yo crea, jams estuvieron juntos ni se
vieron.
Mi esfuerzo por desalojar de la revolucin el odio al indio fue censurado como
peligrosa desviacin de la verdad acuada hace ms de un siglo por dos judos
alemanes quienes supieron nada de Los Andes,
Me extraaba; en cinco siglos de cristianismo en Amrica no naci un solo
santo o virgen india. De los pocos africanos en Los Andes, a uno, Martn
Porres, Roma lo santific por barrer devotamente iglesias sin parar de sonrer
mansamente. Pensaba, no tenemos vocacin para la santidad.
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Ms de cinco dcadas de marxismo andino no produjeron un idelogo
internacionalmente reconocido
*
. Me preguntaba tampoco tenemos vocacin
para el pensamiento revolucionario?
Ahora estoy tranquilo. No nacemos con taras para santidad o revolucin.
Simplemente no podemos brillar en jerarquas que buscan borramos. El nico
indio aceptado y premiado por ambos dogmas es el indio exprimido, vaciado
de su sabidura ancestral. Y sin ella de lo ms que puede graduarse un indio es
de excelente repetidor.
Ahora creo ms factible ver antes al vaticano santificar un kheswaymara que al
marxismo sufriendo por el dolor indio y reconociendo la colonizacin europea
ideolgica en Los Andes. La jerarqua papal no es tan anticuada ni rgida como
sugieren sus guardias suizos. Aprendi a cambiar para sobrevivir. En mayo de
1975 el arzobispo de Lima celebr la primera misa completa en kheswa,
transmitida al Per entero por televisin. Hoy al amanecer sus sermones,
himnos, como los evangelistas, son en kheswa y aymara. Mientras, la mayor
preocupacin de todo dogma creciente es cuidar su pureza. Por ello no hay dos
marxismos: uno europeo y otro latinoamericano, hay slo uno, el otro es eco.
El silencio europeo sobre el kheswaymara fue roto por un francs tildado de
fascista. J ean Lartegy escribi:
"Para transformar a Los Andes en una inmensa Sierra Maestra hace
falta el lazo de unin entre la ideologa occidental y el alma india, o
bien un lder indio egresado de la universidad y que hubiera
descubierto el secreto de esta difcil amalgama". (LARTEGUY, J ean:
Los Guerrilleros, Mxico, D.F., Diana, 1969, p. 268).
Otro francs, Regis Debray, estuvo presente en Los Andes ligado al Che.
Con fama de prodigio marxista escribi: "Revolucin en la Revolucin?". En
esta supuesta columna vertebral ideolgica-poltica de la liberacin de Los
Andes no menciona al kheswaymara. En La Habana le habl de nuestro dolor
y nmero mayoritario en la poblacin, antes y despus de su libro. No le
*
Carlos Maritegui no es excepcin. El fundador del partido comunista peruano engull, en
francs e italiano, toda la literatura europea. Hizo suya la lucha por la libertad de enseanza en
Francia. Pertenece ms a Europa aunque este continente lo ignore. en Los Andes no se recuerdan
sus largas polmicas sobre problemas domsticos europeos, ni su erudicin sobre Turqua, China
ni Ghandi, sino sus frases sobre el indio andino, quien, segn l, "espera su Lenn y debe. asimilar
la cultura occidental". La fuerza telrica le da trascendencia.
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interes. Estaba ansioso por conocer ms de las organizaciones mineras y
fabriles.
Kheswas y aymaras estuvimos ausentes del cerebro de Marx. El augur su
doctrina viva, creciendo siempre ms libertara con aportaciones y crtica
interna. A su muerte lo embalsamaron, recortaron su sueo a rgida jerarqua.
Hoy, siglo y medio despus, seguimos ausentes de todo cerebro marxista.
Como esta doctrina nunca habla de nosotros, hablar del indio suena
obviamente, antimarxista.
La jerarqua desoy en Los Andes el razonable consejo de Lenin: soluciones
concretas a problemas concretos. Por ello su tctica choca con las necesidades
se considera infalible. Explica sus tropiezos por indeficiencias de los
oprimidos. Estos no se liberan porque no olvidan sus culturas para
"asimilarlo". Es decir, la teora es correcta, el pueblo es incorrecto. La
solucin: "asimilar" la teora. En otras palabras, la medicina es correcta, el
incorrecto es el enfermo. La solucin: el enfermo debe adecuarse al remedio.
Es ms revolucionaria las Naciones Unidas. Mediante la UNESCO estableci:
la educacin tiene que adaptarse a la realidad y no la realidad a la educacin.
Marx marc la religin como "opio del pueblo". Se refiri a la nica religin
por l conocida, la bblica, operando en la nica sociedad por l estudiada, la
europea. Hoy su opinin regional es sentencia mundial. La colonia, sin
embargo, a menudo hace de su religin perseguida su herramienta de unidad-e
identidad
*
.
En Marruecos la religin islmica orient a quienes comenzaron la expulsin
del colonialismo espaol. Ajusticiaron borrachos y quemaron tabaqueras
porque el Corn prohbe alcohol y tabaco como vicios extranjerizantes. Los
africanos hallaron en sus religiones aliento para liberarse. Las irlandesas lo
hallan en su catolicismo. En noviembre de.1975, 300.000 moros marchan
sobre su Sahara terminando la ocupacin colonial espaola. Van gritando
"Allah Akhbar" (All. es grande) y Nuestra arma es el Corn. (The New York
Times, noviembre 7, 1975).
*
Ben Bella necesit aclarar: la revolucin argelina no es un subproducto de una ideologa
extranjera sino resultado de la evolucin y decantacin de la personalidad nacional. Dejadnos pues
con nuestro Al y nosotros estamos dispuestos a construir el socialismo. El Islam no nos ha
impedido crear la autogestin (formula bsica del socialismo argelino) ni las nacionalizaciones.
Por el contrario nos ha ayudado a seguir adelante con nuestra revolucin argelina. Es inconcebible
la liberacin de Irn y su avance sin su profeta religioso J oimeny
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Nuestra religin csmica no narcotiza con cielos e infiernos premeditados. No
cierra los ojos para orar. Los abre para desciframos la verdadera maravilla
natural. Nos explica nuestro origen real. Quin puede negar que nuestra vida
comenz cuando el padre Inti fecund a la Pachamama? Sobreviviramos si el
sol dejara de salir un amanecer?
En Los Andes muchas cosas blanquean: Cremas, polvos, lentes, ropas,
idiomas. Consumir productos importados y aprender slo doctrinas europeas
tambin blanquea.
Un kheswaymara aprendiendo marxismo es un kheswaymara aprendiendo
ideas, ropas, palabras, valores europeos. Es un indio amestizndose.
En Vietnam cuadros del Frente de Liberacin Nacional prometieron en 1945 a
Ho Chi Minh ir y vivir para siempre en las montaas, practicar los tres "con":
vivir, comer y trabajar con los pueblos. No impusieron su idioma de ciudad:
del pueblo "indgena" en liberacin. Ya hecha dogma, como todos los dems,
Aprendieron los locales y ayudaron a crear alfabetos. Por primera vez los
pueblos montaesas pudieron escribir.
En Argelia el Frente de Liberacin Nacional us, principalmente por radio, los
idiomas rabe y kabilia para reforzar la unidad nacional durante la guerra
contra Francia.
En Los Andes es diferente. Los revolucionarios desprecian los idiomas
oprimidos y originales. El marxismo ni siquiera usa el espaol vivo,
indianizado, mayoritario de las poblaciones urbanas. Usa el espaol ms
colonizante, arcaico, ibrico, con olor a herrumbre, autorizado por la academia
de la lengua instalada en los castillos decrpitos de Espaa.
No hablar el idioma de un pueblo en su territorio es despreciarlo. Lo saben
comerciantes y sacerdotes. Ambos en Los Ardes van reemplazando el espaol
por el kheswa y aymara en su propaganda radial. As venden ms bicicletas,
radios, medicinas zapatos, biblias y servicios religiosos
Los curas invasores, principalmente los jesuitas, llamados "perros de dios" por
su intolerancia inquisitorial, para cristianizamos aprendieron kheswa, aymara,
guarani y hasta lenguas de pueblos pequeos como los urus refugiados en las
islas del lago Titikarka tradujeron su biblia a los idiomas indios.
El marxismo en Amrica habla, piensa, escribe y siente nicamente en
espaol, ingls o portugus. Todos portadores de la invasin cultural.
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No fue traducido a un idioma indio. Aunque escuelas, iglesias, gobiernos,
ejrcitos, recetas de cocina, 'cancioneros, etc. son traducciones en Los Andes.
La nica palabra kheswa que usa es causanchu, traslacin mecn1ca de viva!
Cuando por primera vez el marxismo habl kheswa no fue en tierra kheswa.
Fue en el Caribe. Por la Voz de Cuba, onda corta, en los amaneceres. Recin
despus lo usaron algunos marxistas andinos.
Nos quieren hacer "asimilar" en espaol la doctrina europea para comenzar
nuestra liberacin.
Cualquier intento poltico dentro de pueblos indios basado en el espaol
fracasar. Es aberracin hablar al indio de liberacin en el idioma del amo.
La necesidad de afirmar que el indio hablar y pensar su liberacin en idioma
indio, por ser tan obvio, demuestra la profundidad del coloniaje dentro de la
revolucin.
Como religin, deporte, alcohol, moda en msica o ropa, el marxismo puede
ser escape del sufrimiento colonial. El kheswaymara angustiado por el dilema
de ser asesinado culturalmente en silencia o rebelarse y ser aplastado
fsicamente, puede refugiarse dentro de la doctrina que niega el ases1nato de
su nacin, puede sentirse rebelde sin desobedecer las reglas sociales antindias.
En vez de ser pro o antindio ser anticapitalista, pro o antisovitico, trotskysta,
maosta, fidelista. Atrapado en la maraa de violentas adhesiones y repulsiones
entre los fragmentos de cada tendencia su dolor racial queda narcotizado,
Lderes aymaras, kheswas, cambas, chapacos, son absorbidos v hechos
soldados abstractos de una lucha tan vasta que se libra en Tokio. Francia,
Guinea o Los Andes. Cercado por las sierras morenas de su pas invadido el
militante kheswaymara se siente "ciudadano del mundo", parte de un ejrcito
internacional. Metas y caminos estn ya confundidos. No liberar su pueblo
por el uso eficaz del socialismo sino cuando Rusia y el socialismo mundial se
fortalezcan y derroten al capitalismo. Sufrir la falta de "conciencia clasista de
las masas" cuando sus hermanos no sean invadidos rpidamente por los planes
polticos extranjeros.
Su rebelda terica niega la resistencia real y diaria del kheswaymara, parece
vivir y actuar polticamente. Pero no tiene voz para defender su nacin
perseguida. Apenas puede engrosar el coro de consignas traducidas.
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El odio blanco us lenguaje cristiano contra el kheswaymara durante siglos.
Despus el capitalismo frentico de lucro rpido nos acus de indolentes. El
marxismo ahora condena a quien defiende al kheswaymara acusndonos de
"nacionalistas: "folcloristas", "indigenistas". Es el mismo y viejo odio europeo
al indio hablando la jerga revolucionario de moda.
El dominio de las mayoras kheswaymaras por la minora blanca no se detiene
en la puerta de los partidos marxistas andinos. No hay un alto dirigente kheswa
o aymara. Todos son criollos, casi siempre de las familias acaudaladas,
llamadas por ello "decentes". Los dirigentes subalternos son mestizos con
dinero y estudios criollos. Los militantes, la base, son amplia y oscura multitud
de kheswaymaras y mestizos pobres. La pirmide racial se repite a escala
precisa.
La cara del Che reproducida en ceniceros, camisetas, billeteras y hasta
calcetines, fue aindiada por dibujantes, escultores y pintores annimos. Su
imagen color bronce, con pmulos fuertes, ojos y cabellos rebeldes negrsimos.
Era la versin kheswaymara del humano. La fuerza india apareca por caminos
indirectos. La energa telrica de Los Andes fue ms aceptada por las manos
de los artistas que por la mente de los revolucionarios e idelogos marxistas.
El kheswaymara despus de leer la biblia, textos escolares o universitarios
conoce menos su realidad, pasado, futuro. Igual despus, de leer marxismo.
Se comprende a s mismo menos que antes. La sabidura ajena entra al cerebro
colonizado desalojando, por fuerza, el saber propio.
El marxismo no menciona, condena ni ataca la desindianizacin. Es uno de los
pasos de este proceso.
Hay kheswaymaras comunistas orgullosos de sus pensamientos europeos y
avergonzados de su raza y de su color. Refugiados dentro de la lcha de clases
viven la ilusin de indios decolorados infiltrados en el mundo blanco de la
poltica.
Algunos comunistas kheswaymaras llegan al extremo de atacar su nacin, raza
y cultura perseguidas. En ellos el proceso deshumanizador colonial ha
culminado con xito total.
Dentro de los partidos comunistas andinos y de otros grupos marxistas y
revolucionarios hay dedicacin generosa, sacrificio, valor annimo. Ms en las
bases nacionales que en las direcciones extranjerizadas. Por stas las
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cualidades de las militancias no son ayuda concreta al pueblo colonial. Ignora
si al final ganarn las bases o las direcciones.
Pero de algo estoy seguro. Ningn marxista avergonzado de su raza andina
podr movilizar Los Andes. Menos liberarlos.
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CAPITULO TRES
MAANA
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DESCOLONIZAR LOS ANDES ES INDIANIZARLOS
O LOS KHESWAYMARAS LIBERAMOS LOS ANDES
O NO HAY LIBERACIN ALGUNA
Beneficio amplio
Nos oprimen estados colonias. Los criollos suean confundirse con Europa,
Estados Unidos o Rusia. Los serviles no pueden ensear liberacin.
Suponen defender su pas defendiendo su clase, religin, profesin, secta o
barrio. Mientras los egosmos compiten una nueva gente, sin forma, vaciada de
historia y sabidura, nacida para copiar va poblando Los Andes.
Los milenios anteriores a la invasin fueron organizacin csmica. Los 333
aos de coloniaje espaol fueron semiorganizacin natural. Los virreinatos no
pudieron destruir nuestra estructura comunal y autoridades regionales. Los 150
aos de repblica el caos crece.
Los Andes seguirn vivos si los libres del vrtigo de ganancias o guerras
organizan la vida humana de acuerdo al Cosmos. Los asesinos de la naturaleza
no pueden organizarla. Nuestra responsabilidad es mayor por la creciente
capacidad asesina de la mquina. Adems de la india agrede toda otra forma de
vida, incluso la de opresores. Sin organizacin kheswaymara seguirn
muriendo Vegetales, Animales, Montaas, Aires, Aguas, Tierra. Lo bueno para
el kheswaymaras es bueno para Los Andes, para cualquiera de sus formas de
vida. Para lo que no es mquina ni producto de mquina.
Nosotros sufrimos ms.
Las naciones criollas estn levantadas sobre nuestras .espaldas. Los intentos
kheswaymaras de liberacin son llamados grficamente alzamientos. Al
paramos las repblicas andinas vivirn terremotos, se derrumbarn sus
costumbres. Deberemos resolver, adems del nuestro, los dems sufrimientos
sociales y naturales en conjunto.
Conocemos las injusticias a curar. Nadie las ha sufrido todas como nosotros.
Podemos ensear qu es opresin en Los Andes. Los mejores presidentes para
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nosotros fueron quienes nos ignoraron, los dems nos asaltaron y
ensangrentaron.
Quienes sufrimos dolor podemos crear y sentir plenamente alegra.
nicamente los excluidos de la cultura opresora podremos construir una
sociedad ms amplia donde todos quepan sin segregaciones.
Los males comenzaron con el nuestro.
Persiguiendo la sabidura andina las repblicas criollas persiguen su nica
defensa posible contra la colonizacin. La causa primera de sus fracasos es la
opresin de la mayora nativa.
Todos prometen cambios profundos. Quien est al fondo, en la raz de las
dificultades, debe producir y orientar los cambios. Y nadie conoce ms el dolor
que quien lo sufre.
Somos la base de la pirmide de explotacin. Usados por todos, sin usar a
nadie. El cimiento de la sociedad andina es nuestra opresin. E imposible
arreglar cimientos sin tumbar la casa.
Un blanco pobre en Los Andes sube pisando indios, quitndonos trabajos,
tierras, ideas, dinero, etc. Barrenderos, sirvientes, peones, cocineras son indios.
Un blanco dura semanas en esos trabajos. La sociedad criolla se avergenza de
un blanco pen o sirviente y lo jala arriba.
La cara de Los Andes es kheswaymara
Cultura no es palabra extraa aprendida de libros traducidos. La sabidura no
vive en papeles sino en trabajos, comidas, vestidos, medicinas, msicas, etc.
Ser culto es conocer los lmites de la maravilla csmica, identificarse con el
nico equilibrio perfecto. Ms sabio un pueblo, ms experimentado, ms
confundido con su naturaleza regional, con su Aire, Altura, Tierra y. otras
formas de vida circundantes que no puede cambiar. Ms realidades vitales
conozca, menos mquinas necesita para vivir.
Slo los pueblos aprenden, en milenios. Los cientficos discrepan. Sus
experimentos de este ao niegan los anteriores y sern negados. Europa no es
obra del Cosmos, es del hombre ignorante del Cosmos.
Quien viva en Los Andes en armona con la naturaleza vivir como
kheswaymara. En miles de aos aprendimos a vivir y crecer junto con las otras
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variedades de vida. No a costa de ellas. Respetando planta, Animales, Tierras,
Aguas, Vientos.
No todas las naciones crean cultura. No todas las naciones crean idioma,
religin, forma de trabajo, comida, vestido, msica, medicina, arte, visiones
del mundo. En Los Andes slo nosotros creamos cultura. La cultura andina es
kheswaymara.
Ningn pueblo sobrevive, menos crece, dentro de cultura ajena. Ni siquiera
puede asesinar totalmente su sabidura propia. Un pueblo no vive cualquier
estilo de vida. La opresin lo empuja a seguir estilos ajenos. Por ello las
republicas andinas no crearon ni un instrumento musical. Usan los indios o
europeos. Su desprecio al kheswaymara es tan grande como su humillacin a
Europa. Sombreros aymaras de mujer, de copa y redondos, inspiraron a la
moda francesa. Recin entonces las criollas los copiaron.
En contraste con el criollo somos personalidad. En nosotros vive la
personalidad de Los Andes. Somos los nicos capaces de darla a las naciones
andinas.
Tenemos color y olor de Los Andes impregnados en la carne. Nuestra sangre
est mezclada con su suelo. Somos fuerza mineral, vegetal, animal. Somos
Andes humanizados. En esta regin del planeta Tierra somos el nico pueblo
creador de su forma propia de vida.
Hoy no tenemos base para erigir nuestra sabidura, para crecerla, para construir
otros Sacsaywamanes ni Tiwanacus. 500 aos de males humanos y naturales
combinados y ningn kheswaymara pens en huir a otro continente, en fundar
una Liberia. Andes y aymarakheswa somos lo mismo. Y no hay revolucin ni
liberacin sin races, suelo, historia ni sabidura propios.
Fallaron todos los estilos europeos
Fracasaron en Los Andes todos los estilos de gobierno y administracin de
Europa. Sus alternativas polticas y econmicas estn exhaustas. Desde la
extrema izquierda hasta la extrema derecha.
El colonialismo ensea. La nica organizacin funcional en Los Andes es la
kheswaymara. La solucin a nuestros problemas est bajo 'nuestros pies, no
vendr de lejos.
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Todos deciden el destino de Los Andes. Nada estar resuelto mientras el
humano andino, el kheswaymara, no hable.
Las repblicas andinas son trabajo kheswaymara
Nuestros antepasados construyeron calles, casas, iglesias, escuelas, cuarteles,
hospitales, alcantarillados, represas, caminos, mercados, museos, artes,
fbricas, rascacielos. Las repblicas andinas son sudor kheswaymara. No es
necesario buscar nuestro trabajo. Basta abrir los ojos, en cualquier parte. de
Los Andes lo veremos al frente.
Para los criollos, como para los espaoles, el trabajo degrada socialmente,
avergenza. El idioma espaol es claro. Dice: hay dos clases de trabajo: el
intelectual o noble y el manual o vil, de donde deriva servil. El hombre de bien
es el hombre de bienes, sinnimo espaol de riquezas. Es veneracin cultural
al asalto y condena al trabajo.
Las naciones criollas comen, visten, hacen poltica, se divierten, suean con
ms dinero o revolucin por el trabajo kheswaymara,
Somos la Inmensa mayora
Tres cuartas partes de la poblacin andina es kheswaymara. Y ms en las
alturas. Colonizados o no tenemos derecho a gobernar. Incluso de acuerdo a la
democracia, europea. Sin embargo, la minora criolla sigue duea de Tierra,
ciudades, mercados, caminos, escuelas, hospitales, iglesias, crceles. De
maternidades a cementerios, de fusiles a reglas para medir belleza.
Lo ms importante. La minora criolla es duea de todos los partidos polticos,
de extremo a extremo, del conjunto completo de matices.
Porque el beneficio ser para la vida total.
Porque sufrimos ms todas las injusticias.
Porque todos los males comenzaron con el nuestro.
Porque fallaron los estilos polticos de Europa.
Porque toda obra humana andina es nuestro sudor y
Porque la inmensa mayora de la gente es kheswaymara, seremos el corazn,
cerebro y nervio de la liberacin andina.
O nosotros somos la liberacin en Los Andes o no hay liberacin de ninguna
clase.
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ES BUEN MOMENTO
Ya no prohben a kheswaymaras pisar la plaza principal del pas. No nos
ofrecen ms en los peridicos en alquiler ni en haciendas como colonos en
venta. Los abusos al kheswaymara necesitan ms y ms del silencio.
El colonialismo lleg a su cumbre, ahora desciende. Es barrido de Africa Asia
y Amrica. Las Naciones Unidas crecen con ex colonias. La tierra finaliza la
era europea. Pueblos ocultados por siglos de opresin llenan los noticieros
haciendo historia. Renacen nombres antiguos como Mali, Ghana. Dentro de la
misma Europa vascos, bretones, catalanes, irlandeses buscan la independencia.
Los pueblos de Estados Unidos se aferran a sus tradiciones.
Europa era duea de todo el planeta. Hoy slo de las mentes colonizadas. Sus
mismas juventudes se avergenzan de su colonialismo. Con ropa, msica,
comida, creencias, rechazan herencia y mquinas. Buscan color y. vida en los
oprimidos.
Con sus colonias Europa perdi vida. Su economa tropieza. Sus dolos se
encogen. Tiene sentido enriquecerse en un mundo amenazado de muerte?
Lleg el da cuando el colonizador prefiere orientarse por memorias, ms
agradables que las realidades actuales y comete errores tontos.
Minoras extranjeras todava gobiernan Los Andes, Rodesia, Africa del Sur.
Respiran por Europa. Ms europesmo sin una Europa mundialmente
hegemnica es efmero. El cordn umbilical traa cdigos, armas, modelos,
xitos. Hoy trae malas noticias.
Las poblaciones industriales aprenden ya. La industria aniquila toda forma de
vida, querer sper salud revela enfermedad. Van sintiendo: la pugna
capitalismo - comunismo es cada da ms irrelevante. La lucha social da a da
es menos entre opiniones polticas y ms dilema entre sobrevivir o dejar el
planeta poblado nicamente por algunos insectos y mquinas mudas.
Los criollos se han apropiado del impulso descolonizador mundial. Le han
impedido llegar al oprimido, al indio. Lo volvieron moda intelectual al meterlo
a sus salones. En Los Andes quien sino nosotros podemos beneficiamos de la
desintegracin del colonialismo mundial?
Cada da es ms claro. Estn completas las condiciones para nuestra liberacin.
Ser la culminacin del ascendente movimiento descolonizador mundial. Lo
repito, colonialismo viene de Coln.
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DIFERENTES PARTIDAS, UN PROPOSITO
El incendio comenzar por varias partes. Su luz y calor estn viajando desde el
fondo, de lo ms ntimo. Todava gobiernos, curas, marxistas compiten
absorbiendo a los jvenes indios que podran ser nuestros lderes, algunos
todava sern domesticados como buenos cristianos, ciudadanos, comerciantes,
marxistas, policas o patriotas. Sern an controlados mediante su hambre de
dinero o revolucin, despus abandonarn misiones ajenas para cumplir la""
nuestra.
Kheswas dicen: "no somos indios somos Incas!" Mayas prefieren llamarse
naturales. Indio no es la palabra nuestra. Pero este vocablo despreciado como
nosotros cinco siglos, nos puede unir continentalmente. Ya sirvi en escala
nacional en Estados Unidos para el Movimiento Indio Americano. La palabra
indio es ms nuestra que indgena, preferida por los criollos por el vaco
cultural que representa. Y mucho ms nuestra que campesino, la etiqueta
criolla para tapar el nombre propio, real que tenemos.
La necesidad del nombre indio revela cuan alejados de nuestra senda fuimos,
cunto territorio invadido debemos cruzar para volver. Solamente ingls y
espaol, idiomas invasores, pueden ser nuestros instrumentos temporales de
comunicacin india internacional. El invasor al juntamos en el dolor nos junt
en el camino de liberacin.
Somos cincuenta milenios de sabidura csmica ms cinco siglos de iglesias,
mercados, cuarteles, revoluciones. Usar slo herramientas indias en regiones
de invasin profunda separa de la realidad, del pueblo, como es hoy.
Somos tambin 500 aos de defensas petrificadas en hbitos. Estos pocos
siglos estn ms cerca. Por ello parecen ms grandes en las ciudades que los
milenios anteriores.
.Cada indio lleva la marea de la sociedad que lo oprime. Mientras ms
invadido, ms herramientas blancas usar al comienzo. Ello tambin empuja a
indianizarse.
Cemento y asfalto igualaron los pasos de la gente .industrial. Por eso tropieza
en la montaa. La gente natural no olvid grabar automticamente en el
cerebro las decenas de metros adelante que ve y acomodar cada paso al terreno
irregular, como en millones de aos lo aprendieron los animales.
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Hoy necesitamos pasos polticos desiguales para avanzar en terrenos
desiguales. Usar lo propio y lo ajeno implantado. La mquina produce la forma
ms tosca de comunicacin con la voz nica del locutor. Entre indios todos
escuchan y hablan. Excepto en cuentos, quien dice una sugestin calla y
espera. La idea comunal toma forma filtrando opiniones. Pero hoy mucha
gente escucha y cree ms a las mquinas. Hablando y hablndonos por radio,
peridico, televisin romperemos el discurso sin fin criollo, impondremos el
dilogo indio.
No lucharn al comienzo lo mismo el pen agrcola, el minero, el doctor en
psicologa, el creyente o el militante.
Ruidos se escucharn antes de la armona Brochazos y pinceladas inconexos
iniciarn la pintura del cuadro.
Si los primeros intentos fracasan reorientarn con sus errores. Comenzaremos
a avanzar con los movimientos torpes de una wawa. Experiencia, confianza,
valor, habilidad son frutos, no semillas.
Ya lo veo. Despus de la larga oscuridad, brotan centros culturales.
Desentierran nuestro pasado como se desentierran joyas incaicas.
Kheswaymaras de partidos, sindicatos, gremios, iglesias, asociaciones, juntas
vecinales, centros deportivos, academias, o lo que fuera, sienten la necesidad
de jefes y dirigentes de nuestro pueblo.
Los esfuerzos dispersos vencen ensamblados por un propsito poltico,
ORGANIZACION POLTICA KHESWAYMARA
No cabemos en la poltica andina. No somos conservadores, revolucionarios,
fascistas, marxistas, demcratas, progresistas, nacionalistas, internacionalistas,
clasistas, socialistas, republicanos ni nada parecido, Ninguna clasificacin
europea nos contiene, identifica, mide ni moviliza.
Somos voz original andina. Incomprensible para los ecos' de Europa. Dialogar
polticamente con criollos es imposible. Presentarles nuestras ideas sera tratar
de convencer al portero que nos cierra el portn por orden superior. Mejor
hablar al dueo de la mansin y de su cerebro. Desde Estados Unidos y Europa
nuestra voz rebotar y ser escuchada con atencin y respeto en La Paz, Lima,
Quito, Guatemala, Mxico. Ser respondida en Los Andes con citas,
comentarios o plagios de intelectuales europeos pasados de moda.
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La palabra kheswaymara en Los Andes tiene otro destino. Es medicina para
hermanos y hermanas invadidas
Sin embargo el criollo seguir dueo de gobiernos y oposiciones, del presente
y futuro polticos, mientras las mayoras kheswaymaras estemos excluidas de
la accin poltica.
Nuestras organizacin es primero. Su importancia rebalsa la poltica. Apenas
una rama debe representamos en ella. Los mejores hombres y mujeres
kheswaymaras no deben sumergirse en la podredumbre.
Ingresar a la poltica sin ser tragados es nuestra misin. Si tenemos demasiadas
esperanzas en aquella confundiremos herramientas con objetivo. Degollaremos
nuestro movimiento amestizndolo y nos perderemos dentro de los callejones
criollos.
Participaremos con eficacia teniendo propsitos precisos, no buscando "la
toma del poder". Saber qu podemos lograr y qu no debemos esperar nos
evitar ampliar el mosaico de partidos criollos.
La accin poltica sola no libera. Apenas podr servimos para:
- Romper el mito de la democracia. Todos los criollos, de cualquier poltica
- y matiz, dicen luchar por la democracia. Esta es el gobierno de la mayora.
Nosotros somos la mayora en Los Andes. Dominio criollo y democracia
en nuestras tierras se contradicen.
- Martillar: Ninguna eleccin es legtima sin candidatos kheswaymaras, sin
la participacin polticamente organizada de las mayoras.
- Nacionalizar las constituciones polticas. Deben reconocer Comunidades,
idiomas kheswaymaras, culturas andinas. Bolivia, en 150 aos de vida, ha
tenido ms de 15 constituciones. Ninguna de ellas pretendi organizar la
vida social ni poltica andina. Slo demostrar con vanidad que leyes
europeas norman las repblicas crollas. Los policas suelen decir: "Las
mujeres y las constituciones nacieron para ser violadas". Nos alertan: este
logro ser paso, no propsito final.
- Rescatar a hermanas y hermanos kheswaymaras hechos pongos y
mit'hanis de partidos criollos. Demostrarles. La poltica con su bullicio
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aturde e impide la discusin responsable de los problemas andinos, sobre
todo del principal, nuestra opresin.
Lo malo no es intil. Ensea. El criollo poltico es tpico. No tiene cara, tiene
mscaras. No diferencia verdad de mentira, sino niveles de conveniencia.
Encaja en varios partidos al mismo tiempo, incluso enemigos. No lucha por
una lnea poltica, usa todas. De temer cuando alaba y sonre. Se divide para
simular cantidad, firma con varios nombres declaraciones y manifiestos.
Comienza a crear un partido, generalmente antes de elecciones, con la pintura,
no con los cimientos. En aviso pagado en la prensa la primera declaracin
opina sobre poltica internacional y nacional, promete todo a todos, luce
revolucionario con condenas a la opresin en general.
Si nuestra principal tarea sera competir con los criollos en poltica, aunque son
grupculo, nos devoraran. Tienen dinero, experiencia, hipocresa, radios,
peridicos, crceles y cementerios para hacer de todo germen de partido indio
arma antindia.
Los blancos siempre nos vencieron usando indios engaados. No todos los
kheswaymaras por serio estarn con nosotros. Los desindianizados
atacndonos esperarn ser aceptados por sus amos blancos dentro de la
minora. Nos acusarn, de herejes cuando revelemos la invasin del
cristianismo, de instrumento capitalista cuando marquemos al marxismo como
ala izquierda de la colonizacin europea. de comunistas cuando nos
defendamos de la voracidad del dinero, de salvajes irrespetuosos cuando
desnudemos sus dolos europeos.
Despus aprendern: Un kheswaymara nunca odia a otro kheswaymara por
una idea india sino por una idea ligada, directa o indirectamente, a la
colonizacin. Ninguna organizacin blanca detendr el odio criollo al
kheswaymara. Ninguna idea europea nos liberar. Lo vern claro. Slo una
organizacin nuestra nos defender. Sin ella seguiremos siendo nada en
poltica aunque seamos la mayora de la poblacin.
Al comenzar una etapa de luchas los colonizados por fuerza ven posible lograr
igualdad dentro de la administracin colonial. Los criollos nos hacen creer que
siendo obedientes lograremos igualdad con ellos en trabajos, escuelas,
partidos, iglesias, ejrcitos. Con esta esperanza paralizante ocultan la opresin
racial. Precisamente lo imprescindible para comprender la actividad social
andina.
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La aparente confusin racial en Los Andes entre blancos, mestizos, indios
permite decir que todos los andinos tenemos las mismas oportunidades y los
kheswaymaras vivimos peor porque somos menos inteligentes. Definiciones
matan confusiones. Sin aclarar, resaltar y hacer ostensible nuestra diferencia
con el blanco no podremos quitrnoslo de la espalda. Los africanos, por su
color inconfundible, no necesitaban insistir tanto como nosotros sobre su
desemejanza con el opresor blanco.
Nuestra diferencia con los polticos criollos ser, tendr que ser, la claridad al
hablar del elemento racial en la opresin y en la liberacin.
El odio racial antindio ya es invisible. No por pequeo sino por demasiado
grande. Porque est confundido con toda la estructura social con todas sus
actividades. Debemos jalarlo de las greas, arrancarl0 de donde est metido
disimulado, y mostrarlo a la luz del Sol. Quienes tengan ojos. odos, narices
deben ser obligados a verlo, orlo, olerlo. Quienes amen al humano deben
sufrirlo.
El lenguaje es otra herramienta para diferenciamos. El criollo no dice su
pensamiento poltico con nombres. y verbos. Lo enmascara con adjetivos. Su
retrica no es elocuencia, es cortina estridente. Hemos escuchado demasiado
tiempo, nos han contagiado su habla. He sufrido viendo jvenes kheswaymaras
discurseando. Sus ideas eran pretexto para mmicas. Sus adjetivos mendigaban
aplausos. El indio no discursea, habla, de inteligencia a inteligencia.
Los adjetivos son como signos de atencin, aunque sean muchos no aumentan
significado ni belleza. Slo amortiguan, desdicen las palabras. Ideas-palabras
cabales no necesitan adjetivos. Las rocas talladas incaicas no necesitan yeso ni
cemento por unirse bellas y firmemente.
Toda retrica india suplica halago criollo. Y ste no es respeto, es arma. El
criollo respeta nicamente lo que teme, del resto se burla. intil tratar de
convencer al criollo, odia la sensatez.
Preferible silencio a retrica. La sensibilidad india se envuelve con silencio. El
hablar incesante impide comunicar. Parlotear sin tregua tonteras evita
intimidad y franqueza. El silencio da la pausa, el ritmo para cargar cada
palabra con su significado completo. La sabidura no se desespera ni atropella
por asombrar.
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La voz kheswaymara est brotando embadurnada de colonia, chorreando
retrica espaola. Poco a poco se limpiar hasta volver a la elegancia serena de
la roca desnuda.
Error repetido kheswaymara es imaginar en el criollo nuestra moral. Por este
error esperamos remedie una injusticia cuando la mencionamos. Ninguna
coleccin de agravios molesta al criollo. Lo alegra, le confirma que todava
nos controla. Intil mencionar una injusticia sin su solucin. Ms fcil explicar
los dolores de una enfermedad que el remedio. Veamos las injusticias como
enfermedades sociales. Como fallas nuestras por permitirlo.
El uso de la retrica espaola revela creencia de que la liberacin es; o
comienza, con mejorar inmediatamente el orden criollo. Es tentador tratar de
reformar lo ya existente con nuestra organizacin social, suponiendo que unos
pocos cambios dentro de ella asegurarn nuestra sobrevivencia.
La opresin no se compone, se extirpa. Reformas son instrumentos para
cambios verdaderos, no fin.
Los criollos luchan polticamente con rutinas. Sus secuencias son golpes de
estado, llamamientos, amenazas, fraudes electorales, guerrillas, frentes,
divisiones. Su tradicin les impone lmites para no despertar al gigante. Hoy
nos ocultan no porque seamos insignificantes sino porque somos decisivos.
Cuando aparezca nuestra fuerza estremecer toda la estructura poltica andina.
Ser la energa nueva temida por los polticos profesionales. Nuestra intrusin
en la poltica alterar para siempre las posiciones.
Somos un pueblo enorme, del tamao de Los Andes, en busca de un cerebro,
en proceso de ensamblar sus fragmentos seccionados.
Aun hambrientos, confundidos, desanimados, como estamos en varias
regiones, somos fuerza gigantesca en economa, trabajo, mercado, elecciones,
etc. Qu pasara si todos los andinos votramos libremente cmo queremos
vivir? Ganara Europa o Los Andes? El criollo o el kheswaymara?
Nuestra tarea debe ser del tamao de nuestra fuerza. Cambiar un estilo de
invasin por otro, refaccionar, limpiar el rgimen criollo, lograr pedazos
crecientes de limosna no son nuestra tarea. No exigen ni un pedazo sustancial
de nuestra energa. Luchar por mejoras inmediatas dentro del rgimen criollo
se justifica si prepara el cambio total de la vida en Los Andes. Esta misin s
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est de acuerdo a nuestro tamao, necesitar nuestra inteligencia, voluntad,
persistencia plenas.
Nuestra organizacin nacer despacio para vivir mucho. Sus races vendrn de
adentro. No surgir de una noche de acuerdos. Ser flor y fruto de siembra
paciente.
Brotan ya grupos formando la opinin india. Durarn si martillean odos indios
y multitudes colonizadas. Estn perdidos polticamente si se convierten en
moda criolla. Su brillo instantneo asegura olvido y muerte.
El pensamiento se hace fuerza con mujeres y hombres dedicados a volverlo
organizacin todas las horas, todos los das. Confundiendo su vida con esta
tarea. Indios e indias de tiempo completo, alimentados por sus regiones,
formarn los ncleos permanentes de la multitudes militantes.
Una parte del pueblo kheswaymara, una porcin de la energa andina, debe
canalizarse exclusivamente para organizamos polticamente.
Nada es imposible para un grupo decidido y paciente dedicado a construir
poder poltico para las mayoras.
Al comienzo en las ciudades tan slo excepciones estarn con nosotros, pese a
que somos la mayora. Los escogidos tendrn ojos iluminados, capaces de
mirar con claridad nuestro objetivo lejano, aliento para resistir y persistir. No
sentirn alegra ni pena por aplausos o condenas momentneas, fabricadas slo
para distraemos. Podrn nadar contra la corriente.
.
Para mirar lejos se trepa, y entre nieves eternas el fro es desolado. El silencio
es grande, oprime, aplasta, hasta puede ensordecer. Sin una estrella dentro uno
siente helarse. Regresa corriendo a refugiarse dentro de la multitud tibia
uniformada. Arriba resaltamos. Inevitable no ser llamados locos, peligro,
brbaros, vagos, criminales. Si la colonizacin no nos muerde, est claro. Le
somos innocuos.
Hoy dentro de las ciudades slo organizaciones con propsitos aparentemente
inalcanzables atraern las excepciones. Mientras tanto los lderes
kheswaymaras, cambas, chapcos, seguirn invisibles. Desaparecidos dentro
de multitudes, de ciudad o campo, incluso europeas o norteamericanas.
Nuestras primeras palabras sonarn en el ambiente poltico prematuras o
tardas, excntricas o disparatadas. La costumbre se defiende, Caracteres
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dciles, gentiles no inician la ruptura de ninguna rutina colonial. Los
iniciadores sern hombres y mujeres tercos, endurecidos. Habrn sangrado con
las dentelladas de la ciudad, con despidos de trabajos, iglesias, partidos, con
balas, crceles burlas, persecuciones. Estos y otros sufrimientos alejarn la
basura. La verdad ser castigada como accin terrorista. Lealtad al propio
pueblo ser subversin.
Dureza no es insensibilidad. Al contrario. Imposible ser fofo y vehemente. No
hay cuchillos de plomo, su blandura no permite afilarlos. Mayas e Incas
tuvieron cuchillos de obsidiana, el vidrio hervido por volcanes y presionado
por montaas. Su cristal permite un filo ms agudo que cualquier acero y
jams necesita afilarse otra vez. Sensibilidad es filo para traspasar pieles y
pulsear los cambios tenues de sentimientos, electrizar grupos plcidos, sentir
alegras y dolores descomunales, desconocidos a uniformados.
Toda influencia criolla debe hallar inaccesible, impenetrable nuestra
organizacin. Pero nuestras ramas llegan donde hayan kheswaymaras
invadidos. Penetran iglesias, partidos, sindicatos, universidades, etc.
Crecimientos rpidos sin control matan, son tumores e hinchazones. Los
troncos necesitan tiempo para endurecerse. Antes de militantes en multitud
necesitamos esqueleto para sostener la carne nueva, armazn que asegure
aprendizaje de objetivos. Un grupo dedicado a reclutar antes de organizarse
llega a ser dirigido por quienes acaban de entrar para aprender. Confunde
crecer con inflarse. Es aplastado por el peso muerto de la nueva militancia no
enseada ni organizada. Las ideas decisivas son abrumadas por las
superficiales. El hoy mata al maana.
Un grupo pequeo, selecto; analiza con profundidad las enseanzas de su
nacimiento, fija propsitos centrales, conoce mejor a sus militantes y les exige
ms.
En territorio invadido lo preferido por la gente y lo til a su nacin suelen ser
cosas diferentes. La colonizacin ha creado hbitos. Su opinin ha el1trado a
cerebros kheswaymaras urbanos y hasta rurales. En muchos ha creado e! mito
del progreso eterno, preferencia incondicional por caminos, escuelas,
electricidad, tiendas. Todas armas criollas.
Nosotros debemos decidir comunalmente si queremos o no un camino, cundo
y dnde. Un camino puede ser canal para transportar plantas y animales o
incursin para robamos tierras e invadimos con alcohol, putas, cines
sangrientos, comidas y bebidas qumicas venosas. Ms escuelas no deber ser
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ms maestros enemigos de nuestra nacin, asesinos de nuestra sabidura,
dedicados a ensear a nuestros hijos vergenza por sus padres.
Confundir lo vitalmente til a la gente y lo que ha sido forzada a querer es
abrir nuestra organizacin al control criollo. Los aprovechadores tienen olfato
fino. Como los parsitos van a la mejor fruta, llegan a los grupos de rpido
crecimiento. En toda colonia los partidos afanosos por ser mayoritarios tienen
que conciliar. Son muertos por astutos con ms estmago que sueos, por
liberadores a salario. El germen permanente no reclutar con impaciencia.
Usar la afluencia de pretendientes a militantes. Escoger lo mejor del
ambiente. Es decir crecer como lo hacen plantas y animales.
La tarea es larga, requiere direccin fuerte y estable. Capaz de realizar
movimientos cuyas consecuencias se produzcan aos despus, de sembrar
hondo, de resguardar la semilla, para que el viento y el olvido no se la lleven.
Una direccin inestable es empujada a arriesgar todo, cada da.
Inevitablemente ser barrida. Se construye direccin fuerte trabajando para
hacerla nacer con la experiencia de los Consejos, procurando depender sus
decisiones de la enseanza de las Comunidades, no del genio de un dirigente.
La juventud fecundar con la experiencia su entusiasmo. El respeto al anciano
es respeto a la cultura. Los viejos tuvieron ms tiempo para aprender con
aciertos y errores. Son sabidura csmica natural. Uno mismo puede quitarse
aos y aparentar juventud. Aumentarse aos y aparentar sabidura, experiencia,
es ms difcil. En la sociedad maquinizada los jvenes ensean a los viejos sus
experimentas porque las habilidades industriales duran apenas aos antes de
ser desechadas: Por eso su vaco cultural.
El indio viejo con su vida ligada a la naturaleza afin su sensibilidad. Al dar la
mano puede medir el pulso, la rigidez de la piel, el cambio de temperatura,
sentir el peso del aire, el sosiego de los nervios, detectar la sinceridad.
Los dirigentes comunales hablan, comen, visten y viven como los dems
indios. En medio del trabajo colectivo es absurdo acumular sin lmite. La gente
no vale por tener ms papas, maz, gallinas, armas, cosas o dinero. La
Comunidad valora prestigio, desprecia o compadece a quien acapara. Y
opinin propia no crea prestigio. Esta nace espontneamente de los dems.
Cual paloma prefiere acercarse a quienes no la persiguen.
Los hbitos para defender la vida, es decir la moral comunal, orientar
reacciones y jerarquas dentro de nuestra organizacin poltica.
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El ejemplo kheswaymara junta. El ejemplo criollo divide. En partidos blancos,
de derecha o de izquierda, los dirigentes comen, visten, hablan y viven como
patrones, los militantes como pueblo. Por ello los incansables llamamientos al
sacrificio por un ideal.
Vendrn kheswaymaras catequizados por catlicos, protestantes, comunistas,
demcratas, nacionalistas, fascistas, socialistas. Algunos por su decisin.
Creyendo esas doctrinas europeas capaces de liberamos. Otros mandados por
sus dirigentes criollos para absorbemos o daamos. Sern armas criollas
atacando desde dentro.
Un kheswaymara marxista, capitalista, evanglico, atc. Es un kheswaymara
ms algo ajeno. Algo no adquirido sino impuesto a costa del silenciamiento de
su raza india. Es un andino soportando una variedad de colonialismo.
La verdad kheswaymara en los Andes es enorme, ms grande que todos los
pedazos mutuamente rivales en los cuales se divide la verdad criolla. Todos
esos pedazos nos dicen "yo soy la verdad". Y no mencionan el Cosmos.
J ams rechacemos un kheswaymara invadido por ideas criollas. Debajo de su
barniz importado est la verdad andina. Es nuestro terreno a erradicar .Ia
invasin. Somos suficientemente grandes para entender cualquier clase de
invasin en cualquier kheswaymara. Nuestra curacin es identificar, digerir y
desasimilar toda incrustacin europea en el cuerpo andino.
Cada kheswaymara invadido, cristiano, marxista o lo que sea, es un caso de
enfermedad colonial. Toleramos sus ideas europeas pasajeras confiando en su
irrevocable esencia natural andina. Aprendamos a combinar la mxima
inflexibilidad en su liberacin final. Aprendamos a usar como herramientas las
diferentes clases de invasin tradas a nuestra organizacin. Los kheswaymaras
marxistas vern en los kheswaymaras evangelistas cmo opera la invasin
europea religiosa. Estos vern en aquellos cmo opera la invasin europea
poltica. Despus con ms facilidad se comprendern a s mismos.
Somos un animal gigantesco, del tamao de varias repblicas. Tenemos
hombres y mujeres de diferentes habilidades. Para liberamos necesitamos
Memorias, Ojos, Lenguas para hablar y para hablamos. Corazones, Colmillos
y Garras, Nervios mensajeros, Msculos, Alas, Odos, Huesos, Pies para ir
lento o rpido, Brazos para defender y atacar, para construir y para destruir. Un
cuerpo no es puro cerebro, o puro colmillo, o pura lengua. .Somos vida
comunal En nosotros caben todas las formas de energa, porque hay momentos
de paciencia y de intrepidez, de contraerse y expandirse.
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Pero diferentes habilidades no son diferentes propsitos. Nadie debe poder
hacer nuestro germen de liberacin herramienta cristiana comunista,
nacionalista, regionalista o cualquier variante europea, ni pedestal para vanidad
o ambicin.
Nuestr organizacin nacer frgil como todo brote. Para crecer con victorias
iniciales debe ver y medir todos los aspectos de las posibilidades propias y
enemigas. Ms all de la improvisacin o azar. Sin arriesgar toda la
organizacin en luchas inciertas. El herosmo impaciente no es indio. En el
fondo suele ser cobarda desesperada. Es largo el camino, comenzar corriendo
no asegura llegar antes, ni llegar.
PROGRAMA
La determinacin de multitudes se hace fuerza indesviable ya resumido en
pocas demandas claras. Pueblos con necesidades concretas, purificadas en
programas no son ignorados.
Su fuerza ser incontenible si se concentra en exigencias concretas, posibles,
claras, incambiables e inconfundibles. Reclamos vagos generan dudas, apata y
desconfianza. Luchas por problemas generales se vuelven luchas por palabras.
El programa une, vincula, identifica, mide avance. Es camino y gua. Impide
tanto lemas impuestos como discusiones estriles.
Con programas podremos aliamos sin ser tragados. El ayudar a juzgar rpido
cada encrucijada. Orientar si necesitamos abrimos paso entre las grietas de las
fuerzas polticas criollas, sin tropezar por tener la vista en la estrella.
El criollo no necesita programa ni siquiera ideologa. Su ambicin gua su
flexibilidad para usar una u otra ideologa.
Programa no es para estudio de acadmicos prudentes, cansados y aburridos,
impotentes de crear vida y por ello crticos de toda idea vital nueva. La
erudicin hace arrogantes cobardes. Un ejrcito con demasiados generales es
nulo. Quienes puedan dialogar con multitudes son ms tiles que letrados
huraos.
Los intelectuales pueden seguir polemizando las teoras que los invadieron. No
necesitan nuestras ideas. Tienen a mano incontables "ismos" extranjeros para
satisfacer su sed de ms colonizacin.
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El esfuerzo por tener nuestro programa es el esfuerzo por comenzar a unimos y
organizamos polticamente. El camino podr ser largo y programa dura ms
que dirigentes. Debemos mirar con los mejores ojos, muy lejos, anticipar
peligros de desunin y proveerlos en el programa actual. Criollos y espaoles
siempre vencieron enfrentando indios contra indios. El ms pequeo indicio de
desunin merece considerarse.
Toda ocasin ser buena para fijarlo en las poblaciones. Sobre todo en la gente
sin forma, aquella que no se siente india ni criolla. Radios, peridicos,
elecciones, aniversarios sern tiles para repetirlo con la persistencia que hizo
Tiwanacu, sin prisa y sin pausa.
Es la hora de sembrar, no importa si algunos granos caen sobre cemento.
Todos los habitantes de Los Andes tienen derecho a escuchar la voz
kheswamara.
Un cerebro no producir el programa kheswaymara. No hay sabios ms sabios
que los pueblos. Ser voz social, registrada y resumida por representantes de
Comunidades. Voz de campos, nieves, altiplano, yungas, valles, junglas.
Tallado con verdades como rocas que no necesitan pastas aglutinantes para ser
una sola y gigantesca piedra labrada como Sacsaywaman.
Debe ser corto, unos 5 7 puntos, para que puedan memorizarlo todos los
kheswaymaras. Si es muy complicado slo los estudiosos de gruesos lentes lo
entendern. Si es muy general no romper los disfraces criollos. Si es vago
podr ser absorbido y convertido en arma antindia. Clavado a tiempos y
lugares concretos podr medir avances y retrocesos.
Nuestro programa ya pulido por millones de pareceres, ptreo e inmodificable,
se integrar a nuestra sangre, estar en nuestros sueos, ser ltima idea antes
de dormir y primera al despertar.
MS ALLA DE LA POLTICA
Liberar Los Andes es tarea enorme. Son las montaas ms grandes del
continente, las segundas del mundo. Exige dedicacin ms all del inters
poltico, del esfuerzo dosificado en das y horas de oficina. Explicaciones
polticas convencen, quiz entusiasman. No encienden persistencias
incandescentes eternas.
Un pueblo al agrupar su esfuerzo en una direccin crea un elemento mstico.
Los instrumentos son creados, escogidos por las tareas. Para construir un
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puente basta experiencia y msculos, para sembrar, seguir la tradicin. Para
romper la opresin centenaria aparecen herramientas mstico religiosas como
corazn de organizaciones polticas. El camino de liberacin es brillante slo a
los devorados por el fuego de maana. Los comprometidos estarn amarrados
al esfuerzo y unos a otros con nudos, no en intereses, ropas ni pieles, sino
atados muy adentro de sus entraas, en sus mdulas ms ntimas. Avanzarn
recto porque mirarn lejos.
El Africa est liberndose porque su fuerza poltica naci de logias religiosas,
secretas para Europa, como Mau-Mau, Hombrestigres, Hombresleopardos. Lo
mismo en India y China.
La nica mstica contemplada, percibida por Los Andes es la nuestra. La
avidez espaola de oro no es mstica. Los criollos hoy la suponen moda,
producto vendido por lecciones para mejorar la digestin o disciplinar con
gimnasia.
En Los Andes el pueblo kheswaymara nicamente tiene dolor, esperanza,
paciencia, vida suficientes para purificar su voluntad en accin mstica.
Idea, sentimiento, pensamiento, emocin, saber se confunden muy dentro del
kheswaymara. No las separa. Por ello es paciente. Tiene suficiente profundidad
para alimentar mitos sin fondo, constancias inagotables, sin caer en la
intolerancia celosa.
Fuera del pueblo no hay mstica. Es pureza de alma colectiva encendida tras un
propsito total. Es voluntad de multitudes tallada en milenios por pueblos
asombrados de la maravilla csmica. No es fanatismo. Es luz, no oscuridad. Es
urgencia por conocer, no nudos ciegos en el cerebro. La mstica andina
terminar con el fanatismo trado por Espaa. Evitar aprender los vicios
guerreros del criollo. De adquirirlos, aunque venciramos, la agresin europea
se habra reproducido en nosotros.
El Ande est preado. Otra vez, como hace miles de aos, la cultura bajar de
las montaas nevadas. Las comunidades refugiadas entre el cielo y tierra son
sagradas, guardan sabidura csmica. Esperan, bajan ya las aguas de la
invasin. Ellas guiarn la reconciliacin con el hogar universo.
Entre compaeros antiguos, cuando su comunicacin es solidaria pura, mitos
como Inkari suelen aparecer ms y ms. Nadie presume conocerlo entero. Las
cenizas de su cuerpo pedaceado se enterraron en lugares diferentes, se lanzaron
a vientos y ros para hacerlas desaparecer. La ceniza se hizo Tierra, Planta,
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Roca, Animal, Nube, Gente. Algo de l est en cada kheswaymara, camba,
chapaco. Por matarlo completamente lo hicieron inmortal. Por erradicarlo lo
incorporaron a todo cuanto hay en Los Andes. Despertar y unir su cuerpo
mutilado uniendo el Tawantinsuyu.
Las mujeres de ciertas comarcas andinas, Huancayo, Per; Chuquisaca, Potos,
Bolivia, usan una cinta negra en el sombrero. Otras en las altas montaas
tienen toda su ropa negra. Contrastan con la ropa kheswaymara plena de color.
Razn poderosa explica la excepcin. Estn de luto por Tupaj Amaru Inca,
Toms Katari y Tupaj Katari. Antes de cubrirse otra vez de colores su pena se
endurecer. Se volver diamante afilado.
ESTADO KHESWAYMARA
Los kheswaymaras somos comunidad original de territorio, sangre, libertad
pasada, opresin presente, lengua, trabajo, comida, vestido, arte msica,
religin, visin del Cosmos.
Hoy tenemos todas las profesiones dentro de nuestra raza. Apenas nos falta
estado para ser nacin.
Los criollos tienen estado. Pero les falta todo lo dems para ser nacin. Estn
en territorio del Tawantinsuyu. Dudan de su sangre; en Los Andes se sienten
europeos, en Europa americanos, hasta indios. Son serviles a Espaa, Francia,
Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Rusia, Brasil o Argentina. Desconocen
la cultura europea y dicen pertenecer a ella. Suponen Grecia y Roma su
antigedad. Usan el idioma de Espaa y aprenden el de Inglaterra, Francia,
Alemania o Rusia. Aunque no trabajan procuran imponer el trabajo
maquinizado, creado sin ellos. Gustan comida china, francesa o
norteamericana; en extrema necesidad sobreviven con nuestra comida. Visten
ropa de Europa o Estados Unidos o, excepcionalmente, copian la nuestra.
Consumen sombra de arte europeo y lucran vendiendo arte kheswaymara a las
metrpolis de occidente. Escuchan y bailan msica ajena, extranjera o india.
Su religin naci en Judea y ahora est en Roma su cuartel. Repiten la visin
europea del mundo.
El kheswaymara es ms nacin que el criollo. Sus repblicas criollas estn
colgadas entre Europa y Los Andes. Su cabeza enredada all, sus pies
hundidos aqu. Si siguen dependiendo de Europa seguirn alejndose del suelo
que pisan. Procurando cambiarlo lo destruirn peor. Si deciden injertarse a Los
Andes debern aprender del kheswaymara, de quien conoce esta Tierra al
menos quinientos siglos antes de existir los criollos.
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Las repblicas criollas andinas son proyectos de nacin. Para serio necesitan
crear idioma, religin, ropa comida, cultura, trabajo. Necesitan dejar de ser
sombra.
No queremos integramos a repblicas insignificantes internacionalmente. Las
cuales pese a su pequeez no respetan nuestra vida y sabidura csmica.
Pasado y presente nos colocan, definida y definitivamente, fuera de sociedad,
estado y problemas criollos.
Durante 150 aos las repb1icas criollas pudieron integrarse a la milenaria
nacin andina. Prefirieron aislarse. Todas sus acciones buscaron extinguimos.
Sus mismas iglesias, conventos, mansiones, casas, nacieron como parapetos
militares, con rejas, trincheras, almenas, troneras para disparamos desde
seguro.
Los Andes fueron quebrados en pedazos absurdos por reyes lejanos e
ignorantes. Ellos no podan crear unidades territoriales. Medan la tierra
trazando crculos con un cordel (el nombre sigue usndose en Cuba) amarrado
a un palo clavado al suelo. Mientras nuestro .pueblo dibujaba curvas perfectas
de miles de kilmetros para canales y meda rbitas de constelaciones.
Nos separaron metindonos dentro de pases diferentes, hasta enemigos a
veces. Hoy los criollos usan sus sectas religiosas, polticas, gremiales,
regionales y hasta sindicales y deportivas cual tijeras para retacearnos como
pueblo. La divisin no termina en cada secta, se multiplica dentro de ellas en
violentas luchas internas. El criollo quiere hacer de cada kheswaymara un
fragmento, suelto, dismil, indiferente a su nacin.
Nuestro pueblo vive ms de 560 siglos. La invasin comenz hace menos de 5
siglos. El virreinato dur 333 aos. Las repblicas se fundaron hace siglo y
medio. El fluctuante presente criollo esconde el ptreo pasado y futuro indio.
Es momento de nuestra vida, enseanza. Si parece grande es por la natural
distorsin de la perspectiva.
Los virreinatos fueron. Nosotros somos, Las repblicas se indianizarn o
desaparecern. Nosotros seguiremos siendo.
O las repblicas se nutren de Los Andes y viven mientras ellos vivan o siguen
remedando a Europa y duran mientras dure el europeismo ya declinante.
Sacamos a los espaoles. Quedan sus restos.
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Somos el pueblo que no pudo ser asimilado.
Somos roca milenaria natural cubierta de polvo centenario republicano. Somos
pueblo-nacin grande dividido en repblicas pequeas.
Los cimientos del Cusco, Lima, Quito son incaicos, de piedra. Las paredes
coloniales son de tierra. La pintura es republicana. Esa tierra y esa pintura
sern limpiadas o petrificadas. Seguir la construccin en roca eterna. Las
rocas florecern otra vez en calendarios y poesas. Los mitimaes seguirn
matrimoniando pueblos, injertando sangres para esculpir el humano solar. Los
altares tendrn nuevamente un espacio vaco para todo dios nuevo.
Las repblicas jvenes y colonizadas, se integrarn al Tawantinsuyu eterno.
Sus gobiernos, siempre en crisis sanarn incorporndose a la naturaleza
andina.
Despus de Sembrar llegar el tiempo de Tejer. Tierras altas con bajas,
Comunidades con Comunidades, de zurcir fronteras, de engarzar los pedazos
del Tawantinsuyu. Despus de Tejer ser Edificar. Levantaremos nuevamente
la pirmide eterna, palpitante, rotativa, identificando y ordenando los pedazos
dispersos.
Si alguien se sorprende de nuestra liberacin ser el criollo. El planeta prevee
y aguarda nuestro despertar. Cuando un sabio, estudiante o simple turista de
otro continente sube a Los Andes es para conocer al humano real, al
kheswaymara, no al criollo, la sombra. Los pueblos africanos y asiticos recin
entrados a las Naciones Unidas nos ayudarn si nuestro drama llega all.
Tambin. Sufrieron invasin europea. La descolonizacin mundial no puede
terminar sin la liberacin de las tierras ocupadas por Coln.
Una parte de los criollos aceptar nuestra administracin. Lo saben, el
kheswaymara de Comunidad no roba, mata, miente ni ambiciona. Otra parte de
los criollos desde siempre quiere irse de Los Andes a las grandes ciudades
europeas y norteamericanas. Desprecian aquellos, admiran .stas. Tendrn
nuestra ayuda para cumplir su sueo. Hay un antecedente. Hace 150 aos los
nuevos gobiernos pagaron los pasajes de quienes prefirieron irse a su Espaa.
Cualquiera que trabaje vivir mejor. Las Comunidades rechazan ocio, no color.
El matar no ser profesin. El control ser comunal. Ya los kheswaymaras
bajados de la Sierra a Lima se defienden comunalmente de la delincuencia
urbana, a veces uniformada. Con golpes en las paredes de sus cuartos
colindantes se renen en un instante.
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Nos ridiculizan porque sembramos con respeto religioso. Hoy se va
entendiendo. La Tierra agonizante ya no quiere alimentar a sus asesinos.
Nuevamente sembrar ser acto religioso.
Las repblicas criollas respiran, comen, visten, se divierten y suean porque
millones de kheswaymaras y dems indios trabajan y sudan. Cuando los
desindianizados regresen a su nacin se detendrn las ciudades criollas. No
podrn sino dejamos decidir qu vida preferimos.
O nos dejan decidir cul educacin queremos para nuestros hijos o creamos
nuestras escuelas.
O resuelven el hambre kheswaymara o los kheswaymaras lo resolvemos.
O los estados criollos se indianizan o creamos nuestros estados.
Llano de Animas, 15 de noviembre de 1976
Lima, Abril de 1987
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CAPITULO
CUARTO
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1- LA NATURALEZA ES CCLICA
La lnea recta no armoniza con los ciclos
Todo lo que existe vibra, late con cadencia rtmica. Olas, estaciones,
corazones, pulmones, alas, aletas. Por eso de-cadencia es acercamiento a la
quietud de la muerte.
La Vida es dinmica, inquieta, impredecible, sorprendente. Nuestras ideas,
ideologas, religiones, conceptos y pre-conceptos, juicios y pre-juicios son
estticos, predecibles.
La Vida siempre va asombrando a nuestros sentidos y sobre todo a nuestro
cerebro anclado, clavado a lo fijo, inmvil. Lerdo y lento para captar la
realidad viva circundante, fugaz y veloz.
Lo nico que no cambia es el cambio incesante. La Tierra y los dems planetas
son organismos vivos, palpitan, oscilan, se expanden y contraen, calientan y
enfran. Desaparecieron continentes como la Atlntida, tambin animales
portentosos como la familia de los dinosaurios, aves gigantescas con dientes y
pelos en lugar de plumas como los pterodctilos. No existen hoy cientos de
animales en inminente peligro de extincin? Bosques descomunales de
helechos se transformaron en mares subterrneos de petrleo en Arabia. El
actual altiplano andino fue antes fondo de mar, los fsiles lo prueban.
En el Universo la lnea recta, el ngulo recto de 90 grados, no existen. El
Fuego, el Agua, el Viento, la Tierra, los cuatro poderes csmicos bsicos
transcurren, se mueven en trayectorias curvas, No hay ollas, teros, gotas,
vientres, corazones, soles cuadrados, cubiculares. Las galaxias incluidas la que
pertenecemos, tienen silueta, perfil elptico. Por eso, la mente lineal, mecnica
del Hombre Blanco no abarca el Cosmos.
La luz que llega del Inti a la Pachamama en 8 minutos, se curvea por
atracciones y repulsiones de campos de energa electromagnticos. Es arco de
la espiral sideral.
La vida es cclica, das y noches, las cuatro estaciones del ao, eclipses,
terremotos, maremotos, tsunamis, sequas, inundaciones, ciclones, riadas,
tomados, tifones, eclipses, cometas, todo tiene su horario y calendario
csmico.
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La vida transita, avanza en espirales. No en crculos, porque estos, al nacer y
morir en el mismo punto, son estriles.
En ciertos momentos y lugares de la gran espiral tempo espacial suceden
bruscos aumentos e impulsos de potencia. Sealan fines de un ciclo y
nacimientos de otro, son reacondicionamientos, reacomodaciones.
Una vuelta de la espiral es un ciclo. Y cada ciclo recuerda el ciclo anterior.
Pero no lo copia. Por ello no hay dos inviernos ni veranos iguales. Si la
repeticin fuera mecnica, la espiral dejara de ser tal para convertirse en
crculo cerrado. Cada ciclo refleja el anterior en una rbita superior, como las
vueltas del caracol, del tornado, cada vez ms amplias.
2- LA NATURALEZA HUMANA ES TAMBIEN CICLlCA
Mente lineal mente mecnica
El mundo est terminando su ciclo industrial e implcito ataque letal contra la
Naturaleza. La fuerza ecolgica pone al monstruo industrial en peligro de
extincin. Hoy, en el inicio del Pachakuti, est naciendo el afn imperioso de
"volver a lo natural", en todo, comidas, bebidas, medicinas, ropas, incluso
cosmticos. Los fabricantes esconden sus qumicos bajo nombres que sugieren
pureza natural. La China est entrando con xito al mercado mundial de vinos
sin aditamentos qumicos, producidos con la tcnica artesanal de antao.
La era de plstico tiene harto al mundo entero. Hace mucho termin la
fascinacin con este qumico, tan maleable y tan difcil de hacer desaparecer,
(de ah la invencin del plstico supuestamente bio-degradable).
La historia de la Humanidad oscila entre dictaduras y democratismos,
colectividad e individuo, guerra y paz, opulencia y hambrunas, etc. Ahora est
completando terminando un ciclo y comenzando, inaugurando otro ciclo. Es el
actual amanecer del Pachakuti, el retorno a la matriz natural.
Hace ms de dos mil aos naci e; ego, el individualismo. Poco a poco fue
avasallando a los pueblos. Hace 500 aos la raza creadora del egosmo
individual se lanz a la conquista del mundo, se apoder de Africa, Arabia,
Asia, Amrica.
En el nacimiento del Tercer Milenio aparece la mundializacin, llamada
"globalizacin". El uso de esta palabra es revelador. Es un vicio del lenguaje,
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un anglicismo, es decir un contrabando del idioma anglosajn dentro del
castellano. Mundo en ingls se traduce por "globe". El imperio gringo ha
intrusionado no solamente en tierras, mentes, religiones, en todo, incluso ha
degradado el idioma castellano.
La supremaca de Occidente ha llegado a su cspide, no puede ascender ms.
Por fuerza la hegemona colonial inicia su declinacin. Aunque por coincidir
con su mximo podero es difcil de percibirlo. Pero stos y varios otros hitos
trascendentales significan y marcan el comienzo del fin de la tirana planetaria
del Hombre Blanco.
EI11 de Septiembre del 2001 muestra la aproximacin del Pachakuti. El.
imperio yanqui es golpeado, por primera vez, dentro de su propio territorio. El
monstruo colonial ya no es invulnerable en su propia guarida. Y no culpa al I
"comunismo internacional". Culpa al "terrorismo internacional", al Islam.
Aunque ste tiene parte de sus races en la religin juda, Abraham pertenece a
los dos, es considerado como no occidental.
El derrumbe de las Torres Gemelas fue el derrumbe de las falsas fronteras
ideolgicas de Occidente. Se confirm mi palabra. Fidel Castro, cabeza del
comunismo mundial tras la desaparicin de la URSS, conden el ataque
subversivo, antimperialista y ofreci al Pentgono su ayuda. Hoy Guantnamo
parte de Cuba, llamada "Territorio Libre de Amrica", se ha convertido en
crcel, en campo de concentracin para ms de 600 talibanes, guerreros
antimperialistas rabes, sin ningn derecho a defensa legal.
El 11 de Septiembre del 2001 es fecha histrica, hito sagrado. Siendo smbolo
del poder colonial yanqui, fue pretexto suficiente para desencadenar al
terrorismo tecnolgico contra el mundo rabe. Terrorismo ocultado con la
palabra equvoca de "guerra", del Golfo, de Afganistn, de Irak.
Esto no es casual, nada lo es. Todo es causal. Tras la desaparicin del
comunismo estatal el egosmo, el ego del hombre blanco se ha desnudado de
todo disfraz. El "capitalismo salvaje" mata sindicatos, horarios de trabajo,
vacaciones pagadas, pensiones, indemnizaciones, sueldo 14, huelgas, fueros
sindicales, comisiones, etc. Y crea monstruosidades como alimentos
transgnicos, vacas locas venenosas, clonaciones, etc.
Ahora termina la lucha entre polticas, porque" las ideologas han muerto.
Comienza la lucha entre el mundo y el enemigo del mundo, es decir Occidente,
la guerra es rabes, negros africanos, indios y mestizos americanos, asiticos,
mujeres y juventudes de todas las razas del mundo contra el Hombre Blanco.
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Estos son algunos de los indicios, sntomas, seales de la proximidad del
Pachakuti en el planeta.
El proceso descolonizador del mundo comenz expulsando al Hombre Blanco
de Asia, de Africa, de Arabia. Ahora le toca el turno a nuestro continente.
3- CHISPAS DEL PACHAKUTI
Viene llegando el tiempo del cambio
3.1 EN ABYA YALA
Hace unos veinte aos el pueblo originario de Amrica no exista en la prensa,
radio, TV. Era un "problema" de las repblicas, cada vez ms pequeo,
extinguindose.
Amanece del Tercer Milenio del calendario actual y comienza bien para los
pueblos indios. Se inicia otra etapa. El indio despierta y llena los noticieros
mundiales.
A lo largo y ancho del continente Abya Yala brillan fulgores de la era nueva.
En Mxico, pennsula de Yucatn, tierra Maya estalla la guerra india. An con
comandantes blancos, el Ejrcito Guerrillero Emiliano Zapata llega al
congreso, all habla, bien, mal, regular, pero hace escuchar su voz.
En Ecuador la fuerza india se organiza y cambia presidentes. Su cuerpo
"poltico llamado Pachakuti se constituye en la vanguardia de la lucha de todo
el pas contra las imposiciones imperialistas del Fondo Monetario
Internacional y del Banco Mundial.
En Per el candidato mestizo a la Presidencia se quita el disfraz, la corbata, se
pone la ropa ancestral, india y gana las elecciones.
En Venezuela el presidente Hugo Chavez se reconoce indio y su gobierno
popular coloca indios e indias en posiciones de poder.
En Chile el mapuche defiende su tierra frente a la voracidad de las
multinacionales gringas y se enfrenta al ejrcito.
Pero no todas son luces.
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Pacha Aru y Aymarmarka, ncleos aymaras chilenos, organizaron una media
docena de Seminarios Amaticos en Chile, Per y Bolivia, encuentros
doctrinales en su momento.
La cohesin 'del aymara chileno se iba consolidando y el estado chileno atac.
No con balas ni crceles. . No hubo ni un muerto ni un preso poltico aymara
en Chile. No hubo necesidad. A los dirigentes los compr, los capt.
En la medida que se hinchaban sus panzas se marchitaba su rebelda, su
espritu. La decepcin apag el entusiasmo de las bases. El estmago se trag
al corazn y ala mente.
Le sali barato al estado chileno hacer abortar este movimiento aymara. Pero
no pudo hacer lo mismo frente a la reciedumbre mapuche. Esta no permite
fcilmente a sus dirigentes arrodillarse frente al enemigo.
La leccin es clara: En blanco no va ha financiar ninguna actividad favorable
al indio.
Pero nunca es demasiado tarde para separarse del enemigo, abandonar el
camino efmero de la servidumbre y volver al seno eterno del propio pueblo.
3.2 EN EL KOLLASUYU
En Bolivia las chispas- del Pachakuti son ms contundentes.
Ya al terminar el Segundo Milenio algunos relmpagos .anunciaron la
proximidad de la nueva era. A fines de los 70 se fund el Movimiento Indio
Tupaj Katari, primer partido poltico indio de Bolivia.
El MITKA fue el principal organizador del Primer Congreso de Movimientos
Polticos Indios de Sud Amrica, Marzo 1980, Per, cuya resolucin central
fue clara: "EN LOS PAISES DONDE LOS PUEBLOS INDIOS SON
MAYORIA, ECUADOR, PER, BOLIVIA, DEBEN LUCHAR POR LA
TOMA TOTAL DEL PODER POLITICO, POR TODOS LOS MEDIOS,
PACIFICOS O VIOLENTOS".
3.2.1 PRESENCIA INDIA MASIVA EN EL PARLAMENTO
Un poquito de historia ayudar a captar su significado real. En 1943 el
presidente Enrique Pearanda prohibi el ingreso a la Plaza Murillo de burros
y de indios, en ese orden. Diez aos despus la Reforma Agraria decret el fin
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legal del pongueaje. Pese a ello los nicos indios que entraban al Hemiciclo
blandan la escoba dirigindose a los mingitorios para limpiarlos.
Hoy, apenas medio siglo despus, un instante en la vida de los pueblos, la
avalancha nativa irrumpe en ese reducto blanco.
No son los primeros indios dentro del Hemiciclo. Les antecedieron otros. En la
dcada de los 50, bajo el paraguas rosado del MNR brotaron cientos de
"dirigentes campesinos". Como tales fueron admitidos dentro de la llamada
"clase poltica". Pronto cambiaron sus ch'ullus por gorras y sus ponchos por
chamarras y ternos. Muchos tambin cambiaron sus esposas de abarcas por
mujeres de tacn, a menudo de tacn dorado, es decir jercedoras de la
profesin ms antigua de Occidente, la prostitucin.
Pasaron por la poltica sin trascendencia. Se limitaron a cobrar sus dietas.
Nunca pidieron la palabra para expresar la voz de sus comunidades.
La actual intrusin masiva india en el Parlamento es un logro. Como todo
avance cambia el escenario. En consecuencia es una responsabilidad nueva, un
desafi. Existe un peligro, los errores de los "dirigentes campesinos" de la
dcada de los 50 pueden repetirse. Empero el control comunal hoy es ms
celoso.
Antes los "honorables" formaban una masa opaca, con el uniforme occidental
de trajes oscuros. Hoy el Parlamento es ms colorido, con polleras, ponchos,
ch'ullus, hasta plumas y cueros de felinos selvticos.
La entrada de los Andes dentro del Parlamento boliviano es visual, de imagen.
Es una realidad, substancial, de sustancia, de materia. No es todava una
presencia esencial, de espritu, de mente.
.
El diputado indio, la diputada india deben mostrar que, adems de tener rostro
y ropa propios, tienen tambin pensamiento poltico propio. Ello supone tener
informacin sobre lo pasado y lo presente, lo cual a su vez significa aprender.
La entrada de los pueblos naturales al Congreso sin la sabidura csmica,
amatica ser slo folklrica.
La Nacin Andina, hundida en creciente crisis moral, y ende econmica, est
ya cansada de quejas y lamentos. Estas slo refuerzan la opresin, con ellas el
oprimido delega al opresor la solucin de su miseria. Bolivia necesita
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soluciones. La "clase poltica" cre la triste situacin actual y no la va a
solucionar.
La presencia india en el Parlamento puede ser la clave para salir de la
corrupcin y su consecuencia, la miseria. Hasta ahora no se ha escuchado la
sabidura amatica milenaria en el Hemiciclo centenario. El indio tiene mucho
que ensear y aportar. Viene de comunidades con el cordn umbilical intacto
con las fuerzas eternas de la Naturaleza, de sociedades equilibradas, sin
candados, prostitucin, corrupcin, manicomios, policas, ecocidios, etc.
Las bases deben decidir en reuniones comunales idioma, ropa, contenido de los
discursos, objetivos, todo.
Sin embargo algunos diputados indios han realizado actos jams imaginables
en un blanco. Han repartido sus dietas en los Ayllus que los eligieron.
3.2.2 MACHAJ MARA E INTI RAYMI
Hace pocos aos este ritual estaba en franco proceso de extincin. El Inti
Raymi fue convertido en una parte ms del paquete turstico fabricado para los
gringos. En Sajsaywamn, Cusco, empresarios hoteleros organizaban grupos
de jvenes bailarines, desconocedores del contenido ceremonial de la fecha.
Los disfrazaban y entrenaban para mover sus caderas frente a extranjeros, ms
ignorantes an que ellos, pero satisfechos del show, tan colorido como vaco.
Esto est cambiando. Ao tras ao se expande la celebracin autntica, no
turstica del Ao Nuevo Andino.
Pero no poda faltar el ataque del enemigo. Aparecieron calendarios inslitos.
Segn ellos la Nacin Aymara estaran cumpliendo 5.000 y pico de aos,
curiosamente cifra muy parecida al ao judo.
El estado boliviano se apresur a difundir esta imbecilidad, segn la cual los
aymaras no habran existido hace 6.000, 10.000, 50.000 aos y antes.
El aymara, junto con otros pueblos originarios de Los Andes, fue el primer
habitante humano de Los Andes. Cuando en las montaas y estribaciones
andina, merodeaban mamuts, dinosaurios, broncosaurios, tiranosaurios,
pterodctilos y otros animales prehistricos, hoy extinguidos, los antecesores
del aymara (jaya mara, ao lejano, antiguo) coexistan con ellos, lo cazaban y
se alimentaban de su carne. Hoy, junto a los esqueletos de estos animales se
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hallan utensilios fabricados por abuelos de los aymaras actuales. Son llevados
de contrabando a Europa y Estados Unidos y traficados en el mercado negro.
3.2.3 INDIGENISMO
"Indgena", indio castrado
El sustantivo, el nombre indio etimolgicamente viene, es decir tiene su raz,
en el idioma italiano, descendiente del latn, hablado por Cristoforo Colombo,
"in deus", en dios, en estado de gracia. El adjetivo, el calificativo indgena
tiene relacin etimolgica con indigente, con indigno.
Otra seal de la aproximacin del Pachakuti es la aparicin del indigenismo. A
los estados hambreadores y masacradores de los pueblos indios, sbitamente y
al unsono, les brot simpata hacia sus "indgenas". Justo cuando stos
comienzan a organizarse para sepultar la colonia.
Todo indigenismo es blanco, oficial. No hay indigenismo indio, opositor,
rebelde contra el sistema colonial. Todo indigenismo es arma blanca antindia.
En 1992, por primera vez el Premio Nbel de la Paz fue concedido a una
persona india, a Rigoberta Mench. Su mrito? Ser propiedad privada de los
comunistas europeos, incapaz de pronunciar una palabra salida de su propio
cerebro.
Las Naciones Unidas tambin en 1992 establecieron la "Dcada de los Pueblos
Indgenas". Dcada en la cual ningn indio ni india del continente obtuvo
beneficio alguno, menos ningn pueblo. "Quiz la 'nica beneficiaria fue
Rigoberta Mench', aunque tanto banquetear adquiri un volumen corporal
poco apropiado para representar a los hambreados pueblos indios.
Las Naciones Unidas no son tales. Estn constituidas por estados, carceleros de
naciones, como la aymarakheswamaznica, vasca, catalana, kurda, chechenya,
etc., etc. Ms del 95 por ciento de su presupuesto va a sueldos de su gigantesca
burocracia.
Espaa orden a los estados latinoamericanos, como lo haca la corona a los
virreyes, crear el Fondo Indgena, organismo sin fondos, con dinero solamente
suficiente para premiar a sus "indgenas" de confianza. La condicin, no
acercarse a sus hermanos indios, libres, subversivos.
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Los gobiernos latinoamericanos, todos antindios, con una sincrona
sospechosa, crearon, al mismo tiempo, ministerios de asuntos indgenas, a
cargo de blancos ~"indgenas" domesticados.
No hubo, hay ni habr relacin alguna entre el surgimiento del Pachakuti,
protagonizado por indios e indias rebeldes y el indigenismo oficial,
protagonizado por los indios e indias serviles. Pero la invencin de organismos
estatales creados especficamente para adormecer a los pueblos indios es otro
sntoma del gran amanecer.
3.2.4 DESHUMANIZADOS POR UN SISTEMA INHUMANO.
Nada ms despreciable que una
persona que se autodesprecia
Las primeras luces del naciente ciclo postcolonial coinciden con los estertores
ms oscuros del ciclo colonialista agonizante. Lo peor de lo majo coexiste con
el inicio de lo mejor.
Medio milenio de mentira, crimen, egosmo, hipocresa, ha quebrado la
columna vertebral moral de algunos hermanos y hermanas.
Parte del pueblo csmico eterno ha sido convertido en masa delincuencial
transitoria. A muchos aymarakheswas no les importa nada su ser social, su
Kollasuyu, su Tawa Inti Suyu. Slo les importa llenar su panza.
Quieren ser lo que no son. Son lo que no quieren ser. Usan nombres gringos,
cuyo significado, escritura, pronunciacin ignoran. Algunas wirlochas, para
alejarse de la pollera materna, ocultan su hermoso cabello negro azabache.
El esclavo siempre copia lo peor del amo. Se vuelve ms egosta,
anticomunitario y mezquino que l.
Nobleza, generosidad, magnanimidad son palabras y realidades ausentes de su
vida. Es rarsimo el joven indio que cede su asiento en un transporte pblico a
una india anciana o cargada de wawas y bultos.
Incapaz de captar ideas o ideales, slo capta el beneficio monetario inmediato
y personal, logrado por cualquier medio. Para l ser honesto es simplemente
ser imbcil. Gestos, semblantes, revelan almas carcomidas por la envidia,
mezquindad, rencor, cobarda, traicin. Ignora, tanto su propia cultura
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despreciada, como la cultura ajena admirada. Es "El Hombre Mediocre"
descrito por Jos Ingenieros.
El despertar de la civilizacin andina va creando una nueva forma de
prostitucin poltica. Algunos "dirigentes campesinos" han superado en esta
actividad a los politiqueros criollos. El blanco no ataca directamente a los
pensadores e idelogos indios, y por lo tanto indianistas. Usa sus pongos y
lleva la corrupcin al extremo: indios atacando al indianismo!.
El ocaso de la era colonial va produciendo estadsticas de terror. Un 10
porciento de la poblacin original de Los Andes es tarada, retardada mental,
por hambre, suciedad, incultura. Pese a su horror es una seal ms del fin de
un ciclo y el nacimiento del siguiente. .
3.2.5 WHIPH'ALA
Otra seal de la cercana del Pachakuti es el renacimiento del emblema
tradicional andino.
La Wiph'ala presenci, alumbr ritos sagrados, ceremonias ancestrales,
durante los milenios de vida natural precolonial. Despus se reg con sangre
espaola y andina durante los cinco siglos de guerra anticolonial,
antioccidental. Sobre todo en los grandes combates dirigidos por Tupaj Amaru,
los Hermanos Katari de Macha, Tupaj Katari, Micaela B. Ph'uyukhawa,
Wartolina Sisa, etc. que destruyeron los ejrcitos virreinales.
La fundacin de la repblica colonial signific un decrecimiento en su uso.
Pero siempre estuvo presente en los "levantamientos" indios andinos, es decir
cuando stos se pusieron de pie.
En 1952 onde en altiplanos y valles durante la recuperacin de tierras
comunales, usurpadas por los terratenientes. En la medida que el MNR iba
dejando de ser "nacionalista" y "revolucionario" para convertirse en
herramienta poltica del imperio gringo fue cayendo en el olvido.
La creacin del Movimiento Indio Tupaj Katari en 1978 signific la
introduccin de la Wiph'ala a la poltica boliviana. No fue fcil el inicio.
Cuando los militantes del MITKA la ostentbamos y ondebamos en calles y
plazas de La Paz ramos escupidos, agredidos, pateados y calificados de
"chilenos" por izar una bandera diferente a la tricolor.
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Una diferencia bsica entre el Tawa Inti Suyu y Occidente es el concepto-
palabra de "exclusivo". El ego-egosmo del Hombre Blanco se precia, se alaba
de su exclusivismo. Es la primera palabra, la ms usada de su propaganda
comercial, pilar de su actividad econmica y social, .en autos, ropas,
cosmticos y todo lo dems.
Por el contrario el indio andino, americano, como el africano y todos los dems
pueblos naturales, no son exclusivistas, excluyentes. Son incluyentes. No
excluyen a otros humanos ni a sabiduras ajenas, tienden a incluirlas dentro de
su conocimiento para crecer con ellas.
La Wiph'ala no es esttica, monolito quieto. Es dinmica, inquieta, es
creciente. Naturalezas diferentes tallaron seres humanos diferentes. El Tawa
Inti Suyu comprendi pueblos tallados, construidos por nieves eternas como
los urus, chipayas, aymaras, por valles y quebradas como lo mochicas, los
khiswas, por selvas y junglas amaznicas como los chunchus, yamomamis,
campas, y cientos de otros pueblos.
Cada nuevo pueblo integrado, incorporado significa, sugiere un cuadrado ms.
Ni ms pequeo ni ms grande que los dems. Porque de ser as
desequilibrara todo su contenido, esencia y belleza.
Hace medio milenio el asalto de Europa al Tawa Inti Suyu sacudi las races
de los Andes. Queramos o no apareci el mestizaje. Hoy es realidad actual y
realidad creciente. Es1 naciendo una nueva raza, la raza solar formada con el
aporte de todas las dems razas, y ella constituye un cuadrado ms de la
Wiph'ala. No la contamina ni la empequeece. La ampla, y la ampliar ms,
hasta abarcar al mundo entero.
La Wiph'ala ensea cmo debe organizarse una Nacin, un estado. Revela:
cada individuo es diferente e igual a otro individuo. As como cada pueblo es
diferente e igual a otro pueblo. La diferencia no separa, no se traduce en
jerarqua, en opresin, discriminacin, segregacin. Predica: la diferencia
significa unin, significa igualdad, pues cada uno de sus 49 cuadrados son
iguales.
Es la leccin, la enseanza sociolgica ms cientfica, profunda y amplia. Es la
verdadera UNIDAD DE LA DIVERSIDAD.
Es la bandera ms armnica, equilibrada, esttica, fascinante del mundo
entero. Es la descomposicin de la luz solar, de la fuente de toda la vida
planetaria.
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Como la Chakana es cuadrada, no tiene Norte ni Sur, Derecha ni Izquierda,
congelados, estticos. Las banderas rectangulares son opresivas, fijan una
frontera, un arriba y abajo secos, permanentes.
Al comenzar el III Milenio cada vez se la usa y se la ve ms y ms. Incluso los
enemigos de Los Andes, los polticos criollos, buscando el voto de la mayora
india, la van difundiendo.
La actividad poltica en Bolivia hoy en da es impensable sin la presencia de la
bandera andina.
Hoy es smbolo nacional junto con la tricolor. Deba ser la 'nica bandera
boliviana. La desunin india en el Congreso no lo permiti. Desunin causada
por la influencia paternal de los partidos polticos criollos tradicionales sobre
algunos diputados indios.
De acuerdo a la ley debiera izarse en el Palacio de Gobierno, en la Prefectura,
en el Colegio Militar, en la Academia de Policas, escuelas, colegios,
universidades, etc.
3.2.6 EL PENSAMIENTO DE FAUSTO REINAGA
Otra chispa ms del prximo Pachakuti. Est saliendo de la sombra
inquisitorial de la colonia el pensamiento de Fausto Reinaga. Se resquebraja el
cerco del silencio. Se est comenzando a percibir la dimensin de su obra. Se
va Viendo que conocer su diagnstico de Occidente, de su naturaleza criminal,
es imprescindible para el avance de la liberacin de Amrica, Africa, Asia y
del mundo entero.
Mi padre es descendiente directo de los hermanos Toms, Dmaso y Nicols
Katari. Como ellos kheswa nacido en Macha, hasta hace poco una pequea
aldea de Chayanta, norte de Potos. De nio yo vi Macha como un pequea
plaza rodeada de inmensos papales.
Sus verdaderos apellidos son Katari Katari, como hay miles de Mamani
Mamanis en el altiplano. Tanto Reinaga como Chavarra son apellidos vascos,
forneos. Sin embargo ni sU padre Genaro Reinaga ni su madre Alejandra
Chavarra jams hablaron una sola palabra en vasco ni en castellano.
En 1781, las sentencias virreinales de los descuartizamientos fueron muy
precisas. Explicaron con detalle las torturas previas a la muerte. Ordenaron
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rastrear a todas las personas con apellido Katari para asesinarlas, para "hacer
desaparecer la semilla". Cambiar de apellido era sobrevivir.
De esa sangre sagrada viene la fuerza de sus 40 obras, a partir de "Mitayos y
Yanaconas", 1940. El estado colonial boliviano al haber silenciado los libros
de Fausto Reinaga crey haberlos sepultado en el olvido para siempre. No
sucedi as.. Hoy en da sus libros son los ms buscados en Bolivia y Los
Andes. Porque un indio o una india que los lee jams ser ya esclavo o esclava
mental de Occidente. Bast que un preso poltico indio leyera en la crcel de
San Pedro, La Paz, su obra para convertirse en Mallku y ser capaz de paralizar
en su momento a la sociedad colonial.
Sus libros menospreciados terminaban en el th'anthakh'atu. Los libros
buscados eran de Marx, Lenin, Trotsky. Hoy es al revs. Estas obras
occidentales acumulan polvo en los textos viejos de tercera mano. Los libros
indios de los Reynaga, padre e hijo, son los ms buscados en Bolivia y en Los
Andes. TESIS INDIA ha tenido el privilegio de ser pirateado. Igual que los dos
ltimos captulos de mi Tawa Inti Suyu por un ph'ajpaku de la Perez Velasco,
Carlos Joffr Romand, un charlatan ladrn hablando de liberacin. Mi folleto
DEL CHE A TUPAJ KATARI adems de ser pirateado ha sido plagiado por
un Willy Copari, ambos supuestos "amigos", pudiendo comunicarse conmigo
escogieron el camino de la delincuencia. Por eso los menciono. Por pedagoga,
pues caminos sucios no conducen objetivos limpios.
Tampoco el nombre de mi padre ha podido ser erradicado. Por el contrario,
parientes lejanos, sobrinos que nunca lo vieron, conocieron, ni escucharon, se
hicieron pasar por sus hijos, dentro y fuera del pas, para profitar de su luz.
La colonia, el estado boliviano, para acallar su voz, para evitar que su
pensamiento llegue a la juventud india, vida de su enseanza doctrinal, cre
La "Fundacin Fausto Reinaga", a espaldas y contra la opinin de sus tres
nicos hijos. Su objetivo poner un candado a su doctrina volvindola
propiedad privada.
Pero no van a poder encarcelar la luz. El pensamiento comunitario de mi padre
no ser convertido en propiedad privada, en mercanca de lucro personal.
Yo, como su nico heredero universal legal, autorizo pblicamente a
cualquier persona, a reproducir, de ahora en adelante, en imprenta,
fotocopia, o cualquier otro medio informtico, uno o todos los libros de
Fausto Reinaga, difundirlos y comercializarlos.
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Ms an. El estado boliviano, para retribuir en algo el enorme dao causado a
la Nacin Originaria Andina, debiera publicar sus obras y distribuirlas
gratuitamente en colegios, institutos, normales, universidades.
Occidente al ser enemigo del indio es enemigo de Fausto Reinaga. Toda
organizacin andina con su cordn umbilical dolarizado a una ONG, como
CIPCA, THOA, varias ms, reciben dlares si cumple un requisito: no
mencionar a Fausto Reinaga, continuar el cerco de silencio colonial contra su
pensamiento indio, es decir liberador.
4- LA LUCHA NO ES DE CLASES, Solamente
Marx, el ltimo profeta de Occidente
est muerto y el marxismo agoniza.
En Abya Yala, en Los Andes, empresarios explotan a trabajadores. Por lo tanto
hay lucha entre pobres y ricos, hay lucha de clases.
Pero no hay marxismo boliviano, como no hay marxismo latinoamericano,
africano, asitico, rabe. Existe un solo marxismo en el mundo, el europeo, el
occidental, el blanco. Siendo extracontinental, como es, no refleja, explica,
interpreta ni resuelve la realidad social de Abya Yala ni de Los Andes. No
llegaron blancos burgueses a explotar a indios proletarios. Llegaron pobres de
Europa para "hacerse la Amrica".
Un indio andino, por muy rico que sea, no cruza la frontera racial. No es
admitido dentro de la costra extranjera, gobernante y opresora. No entra a un
hotel, restaurante de lujo, al Rotary Club, a Los Leones, a las logias masnicas,
gobierno de gobiernos. No puede meter a sus hijos al Colegio Militar ni a la
Academia de Policas. J ams ser presidente de la Confederacin de
Empresarios Privados. Por muy bella que sea su hija jams ser "Miss
Bolivia", no tiene pelo amarillo, ojos celestes ni verdes, adems es Mamani,
Kispi u otro apellido andino.
Segn la teora europea los indios explotados deban tener en los blancos
pobres sus aliados naturales. Segn la realidad blancos y mestizos pobres son
a menudo los ms racistas antindios. Temen que ste les dispute las sobras de
los banquetes. Por .el contrario, algunos blancos, ricos y cultos, idealizan al
indio, lo admiran por su cosmovisin.
Un indio engullido por la izquierda, es decir por Europa, odiar al indio que no
es pobre. Todo germen de burguesa aymara ser empujada al campo enemigo,
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impidiendo as, la liberacin aymara, pues solamente un indio que ha escapado
de la miseria crujiente de cada da puede leer, aprender, meditar, dedicarse a
organizar a su pueblo por tiempo completo.
El marxismo no libera Los Andes. Los enajena, los vuelve algo ajeno, europeo.
Procurar encajar l realidad andina enorme dentro de la estrecha teora europea
es "cortarse los pies para que puedan caber en los zapatos". (Mao).
Hay que aprender de todos, pero sin ser engullido, adoctrinado por nadie. La
organizacin celular comunista es una gua 'til para convertir la fuerza social
en fuerza poltico-militar.
Yo lo se a mis 11 aos mi profesor de 5to. de Primaria en la Escuela Mxico
fue Mario Monje Molina, Secretario General del Partido Comunista de
Bolivia. A esa edad comenc el rayado mural. Como miembro activo de la
J uventud Comunista de Bolivia aprend cmo un grupo pequeo, bien
organizado se adueaba de sindicatos, asambleas multitudinarias, asociaciones.
Vi dedicacin, entrega, mstica, ms en las bases que en las direcciones.
El trabajo del pedagogo ruso Anton Makarenko con los nios de la calle y los
delincuentes juveniles es una experiencia 'til de conocerla, cuando tal
problema social crece da a da en la ciudades andinas.
Hoy, tras la muerte de la URSS, se cort el flujo del renombrado "oro del
Kremlin". Hoy las transnacionales financian a 105 partidos izquierdistas,
clasistas, sobre todo trotskystas. Son sus mejores herramientas para dividir la
Nacin Kolla, para trabar la reorganizacin de la Civilizacin Andina
milenaria.
La Universidad Popular de El Alto, capital y sede del emergente Estado Kolla,
deba ser un centro intelectual pensante, para dotar de un cerebro a la creciente
insurreccin andina, india, nacional. Pero se ha convertido en una trinchera
ms del trotskysmo internacional. Creer posible liberar Los Andes guiados por
el marxismo, repito occidental, es un error causado por la desviacin hacia la
izquierda europea.
5- LA GUERRA NO ES DE RAZAS, Solamente
Somos raciales, no racistas
Las razas existen, por lo tanto la guerra entre razas existe tambin. No niega la
lucha de clases, la engloba y usa.
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La opresin racista es ms profunda y permanente que la opresin clasista. Dos
pruebas contundentes: En Amrica Hait es el pas ms negro, Bolivia el pas
ms indio. Ambos son los ms empobrecidos, los ms aplastados por el
Hombre Blanco. Aunque a los haitianos les va mejor. Sus presidentes son
negros, aunque sean esclavos del gringo, como Aristide.
La segunda prueba es ms concluyente an. Durante la Segunda Guerra
Mundial los aliados jams pensaron usar la bomba atmica contra Alemania.
Pero no dudaron en hacer desaparecer Hiroshima y Nagasaki, porque los
japoneses no son gringos.
Comparada con la raza la clase es efmera y superficial. Un proletario puede
convertirse en capitalista, solamente necesita dinero para brincar de una clase a
otra. Un burgus puede empobrecer e ingresar al proletariado. La frontera de
clase no es infranqueable. La frontera de sangre si lo es, no se la puede cruzar
jams. Un indio nace y muere indio.
Raza es geografa, es clima, es topografa. Las junglas del Amazonas tallan,
construyen humanos distintos a los tallados por el Crculo Polar Artico. Los
Inuit (mal llamados eskimales, es decir salvajes), los Samis (mal llamados
lapones, es decir salvajes) son diferentes somtica, biolgica, sociolgica,
emocionalmente a los Yamomani del Brasil, los Mayas de Centroamrica, etc.
Pero son tan indios como ellos. Son razas diferentes con una cultura similar.
Los chipayas, urus, aymaras, etc. de las cumbres eternamente nevadas del
Altiplano son tan indios como los khiswas, campas, chunchus, waranies, etc.
de los valles y de las selvas, pero tienen otro cuerpo, otra cara, otro carcter.
Pero sienten, piensan, palpitan al mismo ritmo natural ancestral.
Por eso la Wiph'ala es multirracial, es, repito, verdadera unidad de la
diversidad. No ha sido destruida por el asalto del hombre de raza blanca. Su
esencia csmica simplemente se va expandiendo para abarcar realidades
nuevas. Al ampliarse comprender, abrazar tambin a negros, mulatos,
mestizos, blancos, zambos, chinos, rabes, etc. es decir a todas las personas de
cualquier raza, incluso gringos, judos que hayan evolucionado lo suficiente
para tener alma csmica, despojada de la enfermedad europea del egosmos
individualista, y capaz por lo tanto de aprender de las civilizaciones naturales
milenarias de Abya Yala y de Los Andes.
Los indios, vctimas durante cinco siglos de un racismo feroz, son vulnerables,
fcil se contagian con esta enfermedad del hombre blanco. Muchos han cado
en un racismo viceral. Hoy existen aymaras que creen que fuera del aymara no
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hay nada bueno. Cuando esta enfermedad empeora llega a extremos absurdos,
ya no slo de racismo sino de regionalismo. Hay indios para quienes cualquier
persona no nacida, hace generaciones, en su barrio, aldea, regin, Ayllu o
Marka es enemigo.
Este camino estrecho tiende a estrecharse cada vez ms. Segn algunos el
aymara verdadero es uno: el nacido en liwanacu. Otros contradicen afirmando
que es el nacido en las nieves eternas de Ulla Ulla, otros replican que es el
nacido a orillas del lago sagrado, otros optan por Charazani. Otros afirman que
el verdadero indio andino no es el aymara, sino el Uru, el Chipaya, el Pukina,
etc. Al final de este camino, cada vez ms angosto, est el suicidio.
El orgullo racial es .til. Todos los grandes imperios han sido racistas. Pero
sentir y pensar solamente guiados por el color del cuero es el error racista
causado por la desviacin hacia la derecha europea. El racismo, como el
clasismo, es un contrabando occidental incrustado dentro del proceso de
liberacin antioccidental.
6- COMIENZA LA GUERRA ENTRE CIVILIZACIONES
Todo el Mundo contra el terror gringo
6-1 OCCIDENTE, EL REINO DE LA MUERTE.
La guerra entre civilizaciones no niega ni la guerra de razas ni la lucha de
clases. Las engloba y avanza con ambas.
Guiarse por ideologas es basarse en teoras, siempre ambiguas, cambiantes y
opuestas. Mejor basarse en la realidad, en los hechos, tal como sucedieron, sin
interpretaciones acadmicas, sin adornos ni maquillajes.
La raza blanca en el siglo 16 asalt Africa, Asia, Amrica, Arabia, Oceana y
el mundo entero con un objetivo: imponer un intercambio intercontinental
colonial, delincuencial.
Pero el robo no fue la primera razn de la agresin. Fue la masacre. A los
pocos aos de su llegada al Caribe y.a Centroamrica la raza blanca logr el
exterminio de prcticamente toda la poblacin originaria. Tanos, Siboneyes,
Guanajatabeyes y otros pueblos indios fueron acabados por bala, hambre,
esclavitud, enfermedades provenientes de un continente- enfermo, pestilente.
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Sus cuerpos limpios y sanos no tenan defensas propias, ni medicinas contra la
sfilis, gripe, tuberculosis, fiebres epidmicas, etc.
Tras diezmar las poblaciones americanas la raza blanca se iba quedando sin
mano de obra esclava para sus haciendas y minas. Entonces invent el
comercio intercontinental de carne humana viva. El trfico de esclavos
africanos cumpli dos objetivos: desangrar un continente y ganar con ello
inmensas fortunas.
De cien esclavos encadenados y embutidos en los barcos negreros en Africa
llegaban a las costas americanas apenas unos 10 o 20. El resto mora en la
travesa por sed, hambre, enfermedad y era arrojado al mar para engordar a los
tiburones.
Durante cuatro siglos Europa sobre todo Inglaterra y Estados Unidos (porque
pertenece a Europa, aunque est en tierra americana) engordaron, se
potenciaron desangrando el Africa y exterminando al indio piel roja del Norte
de Amrica. Recin en 1807 el parlamento ingls prohibi en sus colonial la
compraventa de esclavos. No por razones humanitarias, sino porque las nuevas
mquinas eran fciles de ser destruidas, saboteadas.
George Washington, Benjamn Franklin y todos los padres de la independencia
de Estados Unidos fueron dueos de esclavos. El Norte industrial, con
Abraham Lincoln, aboli la esclavitud por la misma razn. El Sur agrcola
necesitaba mano de obra esclava, se opuso y estall la guerra civil de secesin
de 1861 a 1865.
La raza blanca, pues, fue la nica raza humana cuya poltica de estado, cuya
decisin fue enriquecerse mediante la masacre de otras razas humanas.
Hoy, esta raza maldita, supuestamente civilizada, extrae de estos continentes
asaltados oro, plata, minerales, bosques, alimentos, energa natural y humana.
En resumen Vida.
A cambio la raza sin color exporta al resto del planeta armas, egosmo
individual, explotacin, crimen, masacre, enfermedad, homosexualismo, sida,
basura, alcohol, droga, y sobre todo guerras religiosas e ideolgicas. En
resumen Muerte.
Occidente es la raza y la cultura de la destruccin. No slo de humanos.
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Las primeras vctimas de la raza europea fueron los bosques europeos. Una
ardilla poda cruzar ese continente de Norte a Sur, de Este a Oeste brincando
de rama en rama, sin tocar el suelo. Esos bosques han desaparecido, excepto la
Selva Negra en Alemania.
La segunda vctima de los europeos fueron los animales europeos, tigres,
leones, jirafas, elefantes, gorilas y otros grandes mamferos escaparon de
Europa, se refugiaron en Africa y en Asia donde su caza estaba limitada.
Esta civilizacin fue la nica en convertir en arte la invencin y fabricacin de
instrumentos de tortura y asesinato. Los actuales museos europeos de la
tortura, llamados claramente as, lo confirman.
Tambin fue la nica en convertir ahorcamientos, piras humanas,
descuartizamientos y otros formas de ejecucin en espectculos pblicos, en
diversin y regocijo familiar y popular. Algo que rompa la rutina y el
aburrimiento.
En Inglaterra ahorcaban a los carteristas enfrente de grandes multitudes. Sus
colegas, en lugar de aprender la cruda leccin, se dedicaban a ejercer sus
habilidades sobre la masa descuidada en nimo de feria dominguera. El
colgamiento ingls era especial El o la condenada, con la soga al cuello, eran
arrojados desde una gran altura. La cada rompa la parte superior de la
columna vertebral y la muerte era ms expedita.
En el siglo 18 en Europa los verdugos con un garrote solan romper los huesos
de brazos y piernas de la vctima. Las extremidades ya descoyuntadas, eran
entrelazadas a travs de los radios de ruedas grandes sujetas a la punta de un
palo. Los vidos testigos se disputaban a mordiscos trozos de carne, los ojos
eran los ms apreciados. Ejemplos sobran, describir las formas de la tortura
europea necesitara varios libros.
La crueldad del blanco atac a su propia raza. Los nios europeos
deshollinadores de 4, 5, 6 aos moran a menudo limpiando las angostas
chimeneas, tambin moran nios y mujeres en telares y fbricas con horarios
de 14 y 16 horas por da, sin domingo ni feriado.
En el Norte de Abya Yala manadas gigantescas de bisontes cubran el
horizonte, tardaban en cruzar esas inmensas praderas 3, 4 das. Hasta que el
Hombre Blanco lleg y casi extingui esos enormes animales solamente para
aprovechar su lengua. La nica masacre comparable fue la de nuestros
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hermanos de piel roja. Visones, armios, castores, zorros plateados,
chinchillas, etc. han sido exterminados por la codicia de la raza blanca.
Hoy la industria descarta a la gente cuando ya no la necesita, despus de
destruirla con trabajos aburridos, mecanizantes, brutalizantes,
despersonalizantes. Cuida mejor a sus mquinas.
A la mujer le va peor. Bancos y otras empresas le imponen usar uniforme para
des-sexualizarla y as impedir que el cliente se distraiga con algo diferente al
negocio. Las azafatas de las grandes lneas areas no pueden escoger su
peinado, lpiz labial, maquillaje, relaciones personales. Son obligadas a fumar,
a no protestar cuando son manoseadas por los pasajeros.
Occidente es falta de respeto al otro. No puede tener una relacin horizontal,
de igual a igual, ni entre pueblos ni entre personas. Genticamente est
programado para ser esclavo o esclavizador. Es el obstculo para un dilogo
planetario entre civilizaciones.
Su historia es de invasiones, masacres, violaciones, degellos, y otras
monstruosidades. La raza blanca aniquil ms de 15.000 culturas y 6..000
idiomas. Segn Federico Nietzsche, posiblemente el ms grande filsofo
europeo, "el hombre es la especie ms perversa de la zoologa"'. Se refiri,
naturalmente, a la nica raza que l conoci, la suya, la raza blanca.
Un grupo de nios egocntricos, egostas, tristes, pueden destruir en minutos
un jardn, un vergel, productos de aos de trabajo. Su frentica bsqueda de
satisfaccin total, inmediata, es camino seguro al aburrimiento y consecuente
afn destructor.
El Hombre Blanco es inventor, mayor fabricante y traficante de todas las
mquinas para producir muerte, nucleares y no nucleares. Incita guerras
internas dentro en las dems razas, con un objetivo doble, debilitarlas y
beneficiar su industria blica.
Occidente usa toda clase de armas. Con el arma econmica se ha convertido en
acreedor universal de todos los dems pases con el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional, la Corporacin Andina de Fomento, la Asociacin
del Libre Comercio, etc. Con ellos mata las industrias nacionales para abrir
mercados a sus transnacionales. Su propsito geopoltico es expandir el
hambre en el resto del planeta.
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El Hombre Blanco vaca los estmagos, y tambin vaca los cerebros de los
pueblos que asalta. Con el arma cultural disemina ignorancia, mata la sabidura
e identidad milenarias de las civilizaciones. Sus escuelas, colegios,
universidades amputan las races cognoscitivas de los pases, cercenan la
diversidad viva, palpitante para imponer su uniformidad esttica y
espiritualmente estril y conducirlas hacia un mundo de plstico, donde todos
los nios del planeta dibujen solamente el Pato Donald.
El Hombre Blanco, con el arma moral, expande pornografa, homosexualismo
para quebrar la columna vertebral tica de familias y pueblos. Sus
herramientas son msica, baile, cine, televisin. Matrimonios entre hombres
invertidos y entre mujeres lesbianas ya son legales en varios pases del mundo,
incluso en Espaa, bastin del catolicismo. Y son alabados, envueltos en una
aureola de modernidad. As corroe la estructura familiar, base de la cohesin
social y cultural.
El Hombre Blanco convierte a los pueblos en masas, hambrientas, ignorantes,
criminales, desechables, cargadas de negatividad. Busca exterminar a todas las
dems razas del mundo y habitar el planeta entero solamente con' una raza, la
suya. Este el propsito de la clonacin, absurda en nuestro planeta sobre
poblado.
Y nadie debe sorprenderse. El plan est claramente escrito y anunciado en el
Viejo Testamento, raz del pensamiento occidental. Segn esta plataforma
geoideolgica, geopoltica solamente el "pueblo escogido de dios" tiene
derecho a vivir y tiene, por lo tanto, obligacin, mandato sagrado, de
exterminar a todos los dems pueblos. Ya se habla de una dictadura "benfica"
mundial. En los hechos ya existe, es el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y es benfica para los bancos no para los pueblos. Corri sangre
en Argentina y otros pases por culpa de las imposiciones del FMI. La
nacionalizacin del gas, exigida por todo el pueblo boliviano, hasta ahora no se
realiza por imposicin del FM 1.
6-2 SE ACERCA EL PACHAKUTI
El mundo est terminando su ciclo industrial e implcito ataque letal contra la
Naturaleza. El monstruo industrial est en peligro de extincin por el empuje
ecolgico. Hoy, en el inicio del Pachakuti, est naciendo el afn imperioso de
"volver a lo natural" en todo, comidas, bebidas, medicinas, ropas, incluso
cosmticos. Los fabricantes esconden sus qumicos bajo nombres que sugieren
pureza natural. China est entrando con xito al mercado mundial de vinos
producidos sin aditamentos qumicos, con la tcnica artesanal de antao.
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El amanecer del Pachakuti coincide con el amanecer del Tercer Milenio.
Comenz en el mundo con la cada del muro de Berln, sigui con la
desaparicin de la Unin Sovitica y el consiguiente final de la confrontacin
mundial entre ideologas europeas. El 11 de Septiembre del 2001, la accin
revolucionaria contra las Torres Gemelas de Nueva York .marca con
espectacularidad el comienzo del final del ciclo tirnico de Occidente.
El Hombre Blanco, con su brazo derecho capitalista se adue de las riquezas
naturales de los continentes asaltados. Y con su brazo izquierdo marxista se
apoder de los cerebros de africanos, asiticos, americanos, rabes y dems
razas terrestres.
Al estar Occidente, la Metrpoli, dividida en derecha e izquierda tambin lo
estuvieron sus colonias, el resto del planeta.
La oposicin capitalismo comunismo, en el fondo, siempre fue aparente. Son
dos caras de la misma moneda. Hace ya ms de dos dcadas bautic a
Occidente con el nombre de Capicom, Capitalismo-Comunismo, el monstruo
bicfalo. Tras la muerte del marxismo estatizado, la Unin Sovitica se volvi
simplemente Rusia, mafia como Estados Unidos. La URSS ms que
comunitaria fue culto a la personalidad, al ego.
La lucha entre izquierda y derecha, ambas occidentales va siendo reemplazada
por la lucha entre la civilizacin del asaltante. Occidente, la civilizacin judeo-
cristiana contra la Humanidad.
Hoy el blanco ataca a las otras razas del mundo, con el pretexto de combatir el
terrorismo y el narcotrfico. Siendo l mismo el primer y ms grande
terrorista, drogadicto y narcotraficante de topa la historia humana. Hay solo un
terrorismo, el perpetrado por la raza blanca contra Africa, Asia, Amrica. Es el
ataque sin justificacin a Afganistn, a Irak, la amenaza contra Irn y todo el
mundo rabe.
El mayor logro del pensamiento judo-occidental es haber puesto al mundo
entero al borde de la catstrofe eco lgica social, moral, energtica. Es haber
inventado la basura, esa excrecencia que nadie quiere tenerla cerca. Inexistente
en los millones previos de vida humana. Mientras ms desarrollada, civilizada,
adelantada una sociedad produce ms basura y ms txica, letal, radiactiva.
Solamente la ciudad de Los Angeles produce 44 millones de toneladas de
basura por da
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La Pachamama, el mundo no pueden coexistir con esta forma de vida
destructiva.
Comenzando el III Milenio el planeta est dividido en forma cada da ms
desigual. Todo en manos de un puado de supermillonarios, cada vez ms
pequeo, gozando de la miseria creciente de todos los pueblos.
El poder del ego, egosmo del Hombre Blanco ha llegado a su cima. No puede
crecer ya ms, por fuerza comienza a bajar.
Globalizacin, es polarizacin. Estados Unidos, Israel e Inglaterra se van
quedando solos. Su ataque imperialista contra Irak apenas consigui un apoyo
fro y reticente de Francia, Alemania y el resto de Europa.
El futuro ser para todos o para nadie. Occidente, el ego, acaba con la
Humanidad, con esta maravillosa aventura de la Vida en el planeta. O la
Humanidad se libera de la tirana letal del Hombre Blanco,
La prxima guerra ser entre catlicos, musulmanes, asiticos, africanos,
pueblos naturales, mujeres, juventudes, de todas las razas, incluida la blanca,
contra Occidente, su FMI, BM. etc.
El remedio no saldr de las sociedades enfermas. Saldr de los pueblos sanos,
de los pueblos naturales, de quienes no hemos roto el cordn umbilical con la
madre csmica, tenemos la medicina dentro de nuestro ser humano csmico y
natural.
Por esto la liberacin del pueblo andino excede la dimensin de Los Andes
inmensos.
Existen cuatro razas bsicas en el mundo. La roja, de Abya Yala, Amrica. La
amarilla de Asia. La negra de Africa y la blanca de Europa y Estados Unidos.
La nica raza sin representacin en la Organizacin de las Naciones Unidas es
la nuestra. Todas las razas tienen su propio estado, 'menos la nuestra, la raza
roja. El asitico, el africano expulsaron a los blancos de Asia y Africa.
Solamente falta expulsarlo de las regiones originarias de Abya Yala. Este paso
final en el proceso descolonizador mundial va comenzando en lo alto,. en las
montaas nevadas eternas de Los Andes.
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7- NACION ANDINA CONTRA ESTADO BOLIVIANO
Nacin es Civilizacin, es eterna. El estado no lo es.
7-1 EL INDIO PATRIOTA
El pongo grita: "Wewa Wulibia carajo".
El indio guerrero, dice: Jallalla Kollasuyu
El indio de Los Andes hace cinco siglos no tiene patria. V hoy por hoy es el
nico patriota, ha sido "patriotizado". Es ms bolivianista, ecuatorianista,
peruanista que el criollo. El "patriotizador" lleva la patria es su billetera.
Lo traducir al lenguaje deportivo. El indio llena los estadios aplaudiendo al
Bolvar o Strongest, aunque en ninguno de estos equipos de ftbol juega un
Mamani, un Kispe, un indio.
Esta ignorancia es fruto de la educacin boliviana. Ha logrado que el oprimido
venere a los hroes de cartn fabricados por el opresor. Segn esta des-
educacin, des-informacin Bolivia siempre fue gobernada por grandes
estadistas. No explica porqu es el pas ms miserable del planeta, teniendo
oro, plata, diamantes, petrleo, gas, bosques.
Se habla mucho sobre los Derechos Humanos, entendindolos solamente como
casos individuales. Tambin existen los Derechos Humanos Sociales. Y son
ms importantes. Si los derechos vitales de1 85 porciento de la poblacin no
son respetados, no hay derechos humanos en Los Andes.
Un indio gritando "Wewa Wulibia", "Viva Bolivia" muestra, demuestra
ausencia de inteligencia y de informacin. Est aplaudiendo a los
masacradores y hambreadores de su raza madre, de su familia, de sus
ancestros, a quienes le cierran el futuro como persona y como pueblo sano,
libre, feliz.
Un indio al volverse "indgena" se vuelve parte del problema, es el problema
social. No es parte de la solucin, no es la solucin social.
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7.2 DIFERENCIAS
Kollasuyu Nacin sin estado.
Bolivia estado sin Nacin.
Las diferencias entre la Nacin Andina y el estado boliviano son enormes,
llegan a la oposicin irreconciliable.
En ninguna otra parte de la Tierra es tan grande la distancia entre gobierno y
poblacin, entre estado y Nacin, como en Bolivia.
Nacin es comunidad de territorio, raza, historia, lengua, religin, comida,
medicina, ropa, arte, msica y danza, de origen y de destino. El Kollasuyu, el
Tawa Inti Suyu poseen todos estos requisitos. Y fueron no slo naciones.
Fueron Civilizacin, cuna de culturas, de naciones.
El contraste entre la Nacin Kolla y el estado boliviano es total. . Lo bueno
para el uno es malo para el otro.
El estado boliviano busca aumentar su dependencia econmica, cultural,
alimentaria, artstica, etc. hacia el extranjero para trabar la independencia del
pueblo nativo y mayoritario.
La Nacin Kolla vivi, creci, floreci sin ninguna dependencia al exterior.
Hoy debe y puede hacer lo mismo. Una de las .primeras tareas del prximo
Estado Kolla ser terminar la dependencia al extranjero ligada al Banco
Mundial, al Fondo Monetario Internacional, a la Corporacin Andina de
Fomento y organismos coloniales similares. Su ayuda no ayuda, perjudica,
impide el crecimiento propio. Solamente se aceptar ayuda tcnica del Asia,
J apn, China, y de otros pases, incluso europeos para proyectos y planes
especficos. Por ejemplo que no nos regalen paneles solares, que nos enseen a
construirlos.
Al estado boliviano le interesa masificar al pueblo, brutalizarlo con hambre,
alcohol, ignorancia, violencia intracomunitaria, intrafamiliar.
El Estado Kolla debe convertir a las masas, siempre inconscientes, en pueblo,
siempre consciente, terminando con su desnutricin, alcoholismo, ignorancia,
violencia creciente.
El turismo ejemplifica el contraste entre ambos. Cada gringo que llega a
Bolivia gasta por promedio 500 dlares. Estos no llegan al pueblo, al indio.
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Van al bolsillo del mismo extranjero, dueo de hoteles, buses, restaurantes y
de todo lo accesorio a este negociado.
7-3 SIGNIFICADO
Imposible ganar combates ajenos.
La batalla de la Nacin Kolla, por dotarse de su propio estado, es la batalla
prctica, concreta, tangible por la Civilizacin Andina, combate que, repito,
abarca y engloba la guerra de razas y la lucha de clases.
El inicio de la lucha planetaria entre civilizaciones significa en Los Andes el
inicio de la lucha final entre la Civilizacin Andina Milenaria y el efmero
estado forneo, caricatura de la Europa colonizante.
Caminos ajenos conducen a metas ajenas. Ideologas, polticas, estrategias,
tcticas occidentales conducen a metas occidentales.
Durante los ltimos 50 aos de la noche colonial combatimos un combate
ajeno. No hubiramos podido ganar de ninguna manera. Siendo ambos bandos
Occidente, tanto comunista como capitalista, Occidente siempre ganaba. El
blanco diriga la lucha social con sus ideas y teoras. El indio las defenda con
su sangre y su vida.
Ahora, en el amanecer del Pachakuti, vamos inaugurando nuestro propio
combate, tras nuestros propios objetivos, con nuestras propias armas,
estrategias y tcticas. El nico combate merecedor de nuestro sacrificio, de
nuestra sangre, de nuestra vida. Al obligamos a pensar por nosotros mismos,
con nuestro propio cerebro, es el nico combate capaz de damos la victoria.
Cuando cometemos errores en un combate ajeno no aprendemos nada,
pasamos de un tropezn a otro. De ninguna manera un paso ser correcto,
acertado al caminar sendas ajenas. Caemos en un crculo vicioso cada vez ms
ajeno y por lo tanto ms enajenante.
Cuando cometemos un error combatiendo nuestro propio combate es diferente.
El error es til, hasta precioso, porque nos ensea a no tropezamos en el futuro
en la misma piedra. ..
Al levantamos despus de cada cada, avanzando sobre nuestro propio camino,
nos levantamos ms experimentados, ms sabios. Conocemos mejor al
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enemigo, el terreno de combate y sobre todo nos conocemos mejor a nosotros
mismos. Elementos imprescindibles para la victoria.
Este el significado del amanecer del Pachakuti en Los Andes. Es el inicio de
nuestro propio combate, tras nuestras propias metas y con nuestra propia
estrategia y tcticas, aprovechando nuestras fuerzas y cualidades. Aprendiendo
de todos sin permitir que nadie nos instruya inocule, adoctrine ni use.
7.4 NACION KOLLA
Los Andes humanizados
En los milenios de pre-esclavitud Abya Yala, Los Andes, eran Materia,
Espacio, Tiempo, Energa, Humanidad organizados. Cada persona haca lo
mejor que saba hacer en bien de su ser social, de su Ayllu.
Un conocimiento csmicamente cientfico fue capaz de crear todo lo necesario
para vivir en salud, paz y felicidad, de construir estructuras sociales orgnicas,
sin opresores obesos y ociosos ni oprimidos hambrientos y explotados.
Adems cre joyas, libros en piedra, como Teotiwakn, Tikal, Sajsaywamn,
Tiwanaku, Samaipata y otros en montaas, valles, junglas con tcnicas hoy
ignoradas.
El Kollasuyu, como el Tawa Inti Suyu, llegaron a la cspide de la perfeccin
en la construccin de un orden social natural, propio, sin desigualdades ni
sobresaltos. Sin ayuda extranjera, crearon su propia comida, vestimenta,
religin, idioma, medicina, msica, baile, moral, filosofa, Cosmovisin.
En el A'yllu milenario no existen candados, chapas, cajas de seguridad,
calabozos, policas, crceles, manicomios, desempleo, prostitucin,
alcoholismo, drogadiccin, maltrato y violacin de mujeres y de menores. etc.
Cada Naturaleza y clima forma su raza humana propia. El Tawa Inti Suyu
abarcando nichos ecolgicos muy variados, nieves eternas, altiplanos, valles,
selvas, junglas, chacos, etc. fue multirracial. Pero las diferencias genticas,
sicosomticas,' no significaron jerarquas sociales ni econmicas. Esta
igualdad de las diferencias est grficamente estampada en la Wiph'ala, en sus
49 cuadrados de igual tamao. Fue, lo repito, autntica Unidad en la
Diversidad, palabras .usurpadas por el sistema colonial y convertidas en frase
hecha, plagiada, para llenar el vaco" de los discursos oficiales, es decir
falsarios.
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El Tawa Inti Suyu, el Kollasuyu, no exterminaron una sola especie de animal,.
de planta durante los milenios de vida precolonial, por el contrario crearon
plantas que alimentan al mundo como el maz, la papa, etc.
A diferencia de Occidente fue el reino, la prioridad del "nosotros" sobre el
"yo". No hay nada ms creativo, productivo que un pueblo armnicamente
organizado. Nuestra vida precolonial lo prueba.
7.5 ESTADO BOLIVIANO
La verdad se defiende sola,
la mentira necesita la ayuda
de la autoridad, del estado.
La enfermedad precisa una descripcin ms extensa que la salud, porque es el
problema a resolver. La presencia centenaria colonial del estado boliviano en
Los Andes es el obstculo que impide vivir, crecer a la civilizacin milenaria y
asombrar al mundo con obras nuevas.
7.5.1 COMO NACIO
El 6 de Agosto de 1825 un grupculo de doctorcillos y generalillos, todos
esclavistas extranjeros, dueos de mitayos, pongos, yanaconas, mith'anis,
fundaron su estado boliviano, perpetrando una triple traicin.
Primero a su propio rey espaol, a quien decan defender durante el da para
conspirar contra l durante la noche. La palabra poltica ms usada entonces
fue "careta", hipocresa, doblez.
En segundo lugar los fundadores del estado colonial traicionaron a los ejrcitos
aymarakheswas que destrozaron los ejrcitos virreinales.
En tercer lugar traicionaron a Simn Bolvar, quien so contrarrestar el poder
imperial de Estados Unidos de Norteamrica con los Estados Unidos de
Sudamrica, la Gran Colombia. Los hacendados y grandes mineros tena: otros
intereses, mezquinos, esclavistas, por ello su "Libertador" muri
lamentndose: He arado en el mar.
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7.5.2 PARA QUE NACIO
El estado boliviano naci para preservar y continuar el virreinato. Para que la
estructura econmica, social, militar, jurdica colonial virreinal sin cambiar se
volviera estructura colonial republicana.
Todos los primeros presidentes de Bolivia fueron miembros del ejrcito
virreinal. Sus uniformes lo revelan sin lugar a dudas. Cambiaron de bando a
ltimo momento, cuando los ejrcitos andinos ya haban derrotado a los
ejrcitos coloniales. Recin entonces se volvieron republicanos.
7.5.3 QUE PUDO HACER
Los fundadores de Bolivia pudieron haberse inspirado en la Civilizacin
Milenaria. Pudieron crear el cerebro organizador de la Nacin Andina uniendo
lo mejor de Amrica y Europa.
Pero escogieron como modelo la copia colonial de los tres poderes ideados al
otro lado del ocano por Montesquieu.
Pudieron construir un pas poderoso, viable, creciente aprovechando las
enormes riquezas naturales y la enorme potencia social de un pueblo honrado y
trabajador. Pero se dedicaron a enriquecerse desangrndolo.
7.5.4 QUE HIZO
En su corta vida perpetr solamente masacres, destruccin ecolgica, saqueos,
drogadiccin, corrupcin, racismo, drogadiccin.
El estado boliviano no ha creado nada de valor civilizatorio en toda su
existencia.
No ha defendido las riquezas naturales andinas. Por el contrario ha sido
cmplice del asalto extranjero sobre las riquezas andinas, oro, plata, salitre,
cobre, petrleo, castaa, caucho, etc. Ahora el gas. Los dueos de Bolivia no
son bolivianos.
Continu la prctica virreinal de la caza y asesinato selectivo de amauth'as y
mama th'allas para descabezar la Nacin Kolla e impedirle reconstruir su
cerebro, su organizacin estatal propia. . '
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7.5.5 QUE ES
El estado boliviano es vaco civilizatorio. El estado boliviano como
civilizacin, como cultura no existe.
Usa lenguaje, religin, ropa, medicina, ajenos, europeas. O usa msica, baile,
comida, medicina, rituales, ajenos, aymarakheswas o amaznicos. Como dijo
Fausto Reinaga es sombra de sombras, eco de ecos.
No existe burguesa boliviana, con planes geopolticos. Existe solamente
oligarqua boliviana, sirvienta de las burguesas extranjeras que gobiernan
Bolivia.
El estado boliviano es el ms deforestador de todo el mundo.
Es uno de los ms corruptos del orbe. Ms del 80% del presupuesto van a
sueldos para engordar a la burocracia estatal. Y mientras ms grande ms
problemas para el pblico. Basta recordar un trmite para obtener un carnet de
identidad, o un Sello Seco del Registro Civil, donde muy a menudo la
burocracia comete errores con el fin de obligar al pblico a seguir un juicio
ante los juzgados, perdiendo tiempo y dinero para solucionar tal "error". Los
tribunales de justicia, de aduana, trnsito, se mueven solamente con mucha
paciencia y dinero. Por eso la justicia comunitaria va reemplazndola.
Su siempre creciente burocracia es "una maquinaria gigantesca manejada por
pigmeos" (Honorato de Balzac).
Segn el Banco Mundial es el pas con las mayores desigualdades sociales del
planeta.
Es uno de los pases ms racistas del mundo. Los indios bolivianos huyen a la
Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Europa, donde su trabajo les saca de
la miseria.
Es una de las poblaciones ms miserables del mundo. Tripas y colas de
pescado son enlatadas para Bolivia. Recibe los cigarrillos yanquis con alto
nivel de nicotina prohibidos en Estados Unidos.
Es uno de los pases ms frgiles y vulnerables del mundo. En menos de 200
aos ya ha perdido ms de la mitad de su territorio. Segn Pinochet bastaba la
fuerza de los carabineros chilenos para ocupar Bolivia, sin necesidad de echar
mano al ejrcito.
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En Bolivia, como culminacin temporal de un proceso de tres dcadas, a su
vez dentro de un proceso de medio milenio, en Abril y Septiembre del 2000, la
fuerza india paraliz al Altiplano y al Chapare. El hambre asom su cara a las
ciudades, cada huevo de 30 centavos subi a un peso con cincuenta centavos.
El ejrcito boliviano, por primera vez en su historia, pidi al ejecutivo
soluciones polticas y no armadas, es decir declar su tcita rendicin.
Viernes 18 de J ulio, horas 2003. La electricidad se cort en cinco
departamentos, qu fcil Nadie sabe por qu!
EI12 Y 13 de Febrero del 2003 estall en las ciudades de Bolivia la ira del
pueblo, la ira de dios, vox populi vox deL En la Prez Velasco tuve la
oportunidad de dirigirle la palabra y capt su enorme potencial. Cuando le
pregunt quieren ms discursos o quieren accin? Su respuesta fue un rotundo
ACCION! A mis preguntas CUANDO DONDE su respuesta fue
AHORA!, AQU!
Estas escaramuzas mostraron la fragilidad del estado boliviano. Bast una
moderada y por dems justa exigencia de los policas y su huelga para que se
abrieran las compuertas de la rabia contenida dentro del pueblo. Las masas
urbanas por unas horas se volvieron pueblo.
En Octubre. del 2003 nuevamente la rebelda popular floreci. En patacamaya
parte del ejrcito se neg a seguir disparando contra aymarakhiswas mineros y
campesinos. El presidente gringo genocida tuvo que escapar por aire a su
patria gringa. Por primera vez Bolivia fue ejemplo para las masas oprimidas de
los pases vecinos. Con veneracin hablaron de emular el "Bolivianazo".
Despus la fuerza y tenacidad del pueblo de Alto Pata oblig a renunciar al
presidente Carlos Mesa, sucesor del gringo. E impidieron que los' presidentes
del senado y de los diputados, asumieran la presidencia, por estar al servicio de
las compaas petroleras extranjeras.
Con un mnimo de organizacin, de sincronizacin esa fuerza incontenible
hubiera sido ms que capaz de cercar y tomar el Palacio de Gobierno.
7.5.6 FUTURO
El futuro del estado boliviano era incierto hasta finales del milenio anterior.
Ahora, en el nacimiento del Tercer Milenio, su futuro ya no es incierto. Es
muy cierto, es su extincin, su muerte, su archivo en el basurero de la historia,
como algo que jams debiera haber existido.
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Cada ao el estado boliviano se desintegra ms y ms. Sus partidos polticos se
han convertido en bandas delincuenciales especializadas en asaltar el tesoro
pblico. Parte del botn compra inmunidad e impunidad de presidentes,
ministros, jueces, fiscales.
Al comenzar el Tercer Milenio ha desaparecido toda esperanza de un partido
poltico, de un gobierno honesto.
El boliviano nunca va a liberar Bolivia. El estado boliviano es la colonia. No
se lo puede democratizar, socializar, indianizar, salvar. Solamente queda
quemarlo y sobre sus cenizas construir el pas libre, post-colonial.
Ni alimentacin, ni salud, ni educacin, ni tribunales, ni instituciones como
ejrcito y polica, saldrn de su crisis mientras subsista su causa, la colonia, el
estado boliviano.
El propsito del estado boliviano fue la destruccin demogrfica, religiosa,
cultural, econmica, biolgica del Kollasuyu. Fracas en este intento, no pudo
alcanzar ese objetivo genocida. En los albores del Tercer Milenio, del
nacimiento del Pachakuti, la Nacin Kolla, el Tawa Inti Suyu, el gigante
dormido, comienza a reorganizarse y hace tambalear al estado boliviano. Este
en sus estertores procura prolongar su agona absorbiendo la energa del indio,
de Los Andes.
Pero ya es tarde para arrepentimientos.
8- INTEGRACION
Quien vive de quien.
Quien necesita de quien.
Quien integra a quien.
El indio hace 5 siglos ya est integrado. Tiene su lugar, Es el esclavo de la
sociedad colonial, virreinal y republicana.
Bolivia vive del sudor indio. El indio alimenta al boliviano como campesino,
cuida sus propiedades como carabinero y soldado, lo transporta como chofer,
lo divierte con su msica y baile, etc.
Bolivia sin el indio, sin el Kollasuyu, sin Los Andes no podra vivir un solo
da.
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El Indio, la Nacin Kolla, Los Andes, pueden vivir, y mucho mejor, sin
Bolivia.
La unin de la Nacin Kolla con Bolivia es letal para el pueblo originario. Y es
vital para la colonia.
Lo importante en el amanecer del Pachakuti es no olvidar la leccin, la
enseanza de los hechos histricos, tallado res de los hechos futuros. La
estrategia del invasor extranjero en Los Andes, en el continente, fue el
exterminio del pueblo originario, con hambre y bala.
Hoy, en sus estertores, pretende salvar la colonia fingiendo simpata por
quienes quiso hacer desaparecer. Ensancha la puerta de la burocracia estatal
para que puedan caber indias e indios escogidos, castrados, prostituidos.
La Nacin no puede crearse por decreto.
La Nacin s puede crear su estado por decreto.
Bolivia es parte de los Andes, pero Los Andes no son pone de Bolivia.
Por muchas razones la Nacin Kolla no puede integrarse a Bolivia.
Lo milenario no puede integrarse a lo centenario. Simplemente no cabe dentro
del estrecho sistema republicano colonial. Lo centenario no puede abarcar ni
comprender lo milenario.
Lo propio, lo original no puede integrarse a lo ajeno, a lo mal copiado.
Lo' emergente no puede integrarse a lo decadente, agonizante.
La Wiph'ala no puede integrarse a la tricolor. La tricolor es parte de la
Wiphala, tanto a nivel histrico como a nivel grfico. La tricolor tiene que
integrarse a la Wiph'ala. Ya lo est haciendo.
La Nacin seguir siendo incompleta, amputada mientras no construya su
estado, reconstruya su cerebro. Tambin ya lo est haciendo.
El estado colonial boliviano se est desintegrando est agonizando.
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La Nacin es ms importante que el estado. Porque es una realidad no slo
sociolgica, poltica, burocrtica. Es un hecho geolgico, biolgico, telrico,
histrico, esencial, sustancial, intrnseco.
La Nacin es creacin de la Naturaleza. El estado es creacin de un cerebro
humano ajeno al Cosmos.
El estado es apenas accidental, es tribunal, parlamento y palacio, es fusil, es
papel.
9- LA NACION KOLLA y EL EJRCITO. "NACIONAL"
Un Corneta Mamani cuando ser general?
Segn Occidente estado es Poder Ejecutivo, Legislativo y J udicial. Esta
definicin es superficial. En Los Andes Estado es arma, ejrcito, polica. Nada
ms.
La fuerza de Los Andes ha ido avanzando, reconquistando espacios dentro del
orden colonial boliviano. En del Poder Judicial ya existen abogados, fiscales,
jueces indios e indias. El indio ha ingresado masivamente al Poder Legislativo.
En el Poder Ejecutivo ha llegado a ser Vicepresidente y Presidente del pas.
Pero no hay generales indios dentro del Ejrcito y dentro de la Polica Estos
son los ltimos reductos donde se atrinchera el enemigo colonial.
A lo largo de la historia de Bolivia la actitud del Ejrcito Boliviano frente a la
Nacin Andina ha sido ambivalente.
Por una parte es la casta encargada por el estado colonial de masacrar al
pueblo originario, labriego y pacfico, que cierra las puertas del Colegio
Militar y de la Academia de Policas a cualquier postulante con cara y apellido
indio, andino.
Por el otro lado hay una pregunta inevadible: Cules han sido los presidentes
bolivianos menos odiados por la Nacin Kolla?
Para responder con veracidad esta pregunta es imprescindible despojarse del
odio marxista visceral al uniforme militar, predicado durante medio siglo. No
se puede ver nada con claridad lo real, lo objetivo, si uno esta cegado por
prejuicios y preconceptos subjetivos.
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Excepto dos presidentes civiles, Siles Zuazo y Paz Estenssoro inmediatamente
despus del 9 de Abril de 1952, todos los dems presidentes aceptados por el
pueblo andino han sido militares: El Tata Belzu: J os Manuel Pando, Germn
Busch, dispuesto a fusilar a Mauricio Hoschild por defraudacin al patrimonio
nacional, dio su apoyo total a la Escuela Ayllu creada por Elizardo Perez y
Avelino Siani, adems nacionaliz el petrleo. Gualberto Villarroel, permiti
el Primer Congreso Indio de Bolivia, por lo cual la oligarqua lo asesin en
forma tan sanguinaria, incluso Ren Barrientos Ortuo por encima de su
demagogia, Ovando Candia quien volvi a nacionalizar el petrleo, J uan J os
Torres presente en el congreso indio de Potos, incluso un militar tan castigado
como Garca Mesa en su momento le dijo al imperio gringo frente a su
amenaza de cerco econmico: Nosotros no tenemos miedo, podemos vivir con
nuestro ch'arque, caya, tunta, chuo.
Por estos antecedentes histricos el ejrcito nacional frente a la realidad, por
dems evidente, de la inminente desaparicin del estado colonial, debe decidir
si defiende al enfermo Terminal ya olor a cadver o a la wawa, la Nacin
Kolla, duea e hija de Los Andes eternos, a la inmensa mayora de la
poblacin, con una gran cultura civilizatoria milenaria, al gigante dormido
despertando o defiende el estado colonial agonizante, la corrupcin y el
racismo.
Su existencia misma depender de su eleccin correcta.
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LIBROS AUN MS PERTINENTES
Estoy escogiendo los libros ms tiles para los hermanos y hermanas decididos
a crear un estado propio para la Nacin Andina.
Todos nos pueden ensear algo til para nuestros propios propsitos. Pero
tambin todos nos pueden indoctrinar, absorber, usar, abusar. Por lo tanto
debemos ser capaces de aprender de todos sin entregamos a nadie.
Muchos se extraarn que ponga juntos libros nazis y judos. La pelea,
rivalidad, entre ellos es pelea entre blancos, entre gringos. Ninguno de ellos
tiene simpata por nuestro pueblo indio. Su pelea no nos concierne, no debe
dividimos. Pese a su gran oposicin hay ciertas similitudes entre ellos.
Solamente en el Tercer Reich Hitleriano y en el Estado de Israel estuvieron y
estn prohibidos los matrimonios interraciales.
Nosotros debemos aprender de ambos. Porque ambos buscaron y lograron lo
que nosotros necesitamos. Su propio pas, estado, tierra, ejrcito.
Podr ser acusado de sionista por los nazis y asesinado. Podr ser acusado de
nazi por los judos y asesinado. Pero ello solamente afirmara, corroborara con
sangre la claridad de mi leccin: aprender de todos sin entregarse a nadie.
Debemos aprender incluso de la Mafia, que habiendo nacido como un
movimiento libertario: "Morte ala Francia Italia Anhela", "Muerte A Francia
Italia Anhelan, devino en una organizacin, aparato con un envidiable nivel de
organizacin interna,
1- MI LUCHA DE ADOLFO HITLER
2- EL JUDIO ERRANTE DE HENRY FORD
3- LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION
4- LA REVUELTA DE MENAHEN BEGIN
5- XODO DE LEN URIS
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INDICE
1ra. Introduccin...............................................................................................3
INTRODUCCION............................................................................................4
CAPITULO UNO
AYER
I. La Comunidad Csmica...........................................................................16
II. La Masacre irrumpi envuelta en hierro..................................................34
III. Defensa Kheswaymara............................................................................57
- Virreinato.............................................................................................57
- Los criollos se emancipan..................................................................133
- Repblicas europeas incrustadas en tierras del Tawantinsuyu...........155
IV. Balance de la guerra...............................................................................230
CAPITULO DOS
HOY
I. Cuntos Kheswaymaras somos?..........................................................234
II. Minoras serviles y Opresoras................................................................264
III. Revolucin europea para liberar los Andes...........................................267
CAPITULO TRES
MAANA
Descolonizar los Andes es Indianizarlos.......................................................306
CAPITULO CUATRO
SE VIENE ACERCANDO El PACHAKUTI.....................................................
INTRODUCCION..............................................................................................
1. LA NATURALEZA ES CCLICA........................................................339
2. LA NATURALEZA HUMANA ES TAMBIEN CCLICA..................330
3. CHISPAS DEL PACHAKUTI ..............................................................332
3.1. EN ABYA YALA.........................................................................332
3.2. EN EL KOLLASUYU..................................................................333
3.2.1. PARLAMENTO...................................................................333
3.2.2. MACHAJ MARA E INTI RAYMI ......................................335
3.2.3. INDIGENISMO....................................................................336
3.2.4. DESHUMANIZADOS POR UN SISTEMA INHUMANO.337
3.2.5. WIPH'ALA...........................................................................338
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3.2.6. EL PENSAMIENTO DE FAUSTO REINAGA...................340
4. LA LUCHA NO ES DE CLASES, Solamente......................................342
5. LA GUERRA NO ES DE RAZAS, Solamente.....................................343
6. COMIENZA LA GUERRA ENTRE CIVILIZACIONES....................345
6.1. OCCIDENTE, EL REINO DE LA MUERTE..............................345
6.2. SE ACERCA EL PACHAKUTI ...................................................349
7. NACION ANDINA CONTRA ESTADO BOLIVIANO......................352
7.1. EL INDIO PATRIOTA.................................................................352
7.2. DIFERENCIAS.............................................................................353
7.3. SIGN I FICADO...........................................................................354
7.4. NACION KOLLA.........................................................................355
7.5. ESTADO BOLIVIANO................................................................356
7.5.1. COMO NACIO.....................................................................356
7.5.2. PARA QUE NACIO.............................................................357
7.5.3. QUE PUDO HACER............................................................357
7.5.4. QUE HIZO...........................................................................357
7.5.5. QUE ES................................................................................358
7.5.6. FUTURO..............................................................................359
8. INTEGRAC ION...................................................................................360
9. NACION ANDINA y EJ ERCITO NACIONAL...............................362
LIBROS AUN MAS PERTINENTES..........................................................364
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OBRAS DEL AUTOR
1- IDEOLOGA Y RAZA EN AMRICA LATINA- 1972
2- RECONSTRUYAMOS NUESTRO CEREBRO-1973
3- TAWA INTI SUYU- 1978
4- CLASE Y RAZA EN LOS ANDES- 1980
5- PENSAMIENTO POLTICO DE LA SUD AMRICA INDIA - 1981
6- DEL CHE A TUPAJ KATARI- 1998
7- BLOKEO 2000- 2001
OBRAS POR EDITARSE
A: SE VIENE ACERCANDO EL PACHAKUTI
B: REVOLUCIN EUROPEA PARA LIBERAR LOS ANDES
C: ESPRITU Y RELIGIONES
D: COCA, COCANA, COCACOLA
E: MANUAL AYMARAKHISWAMAZONICO DE ABERRACIN
F: PSICOLOGA DEL ESCLAVO
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