Aridjis-El Perro de Los Niños de
Aridjis-El Perro de Los Niños de
Aridjis-El Perro de Los Niños de
boca tronada.
Sllu.,
El ojo de Pirk
Nac en un prado de laAlameda Central. Mi madre fue perra callejera. Mi abuela tambin. Mi padre, tal vez. El color amarillo nos vino de generaciones de exposicin al sol. Mis primeros das los pas durmiendo en el regazo de una nia llamada Silvia. Silvia llevaba ropa de colores y anillo en la oreja. Cuando ella estaba conmigo yo recargaba la cabeza en su regazo. [r haca ruidos, como si le. hablara. Y ella acostaba su cabezasobre rni frente y me hablaba. Esos eran nuesrros dilogos. Esa noche de iulio, mi ojo suba por su cuerpo, hasta detenerse en su blusa amarilla y en su cara morerir. I-aluz de la luna brillaba en lapunta de mi pata. Cada vez que me mova, la mancha se mova conmigo. A1 perseguir una pulga sobre tni pierna, me morda a m mismo. Una vez despieno, me entraba una urgencia de aullar, sin razn y sin sentido. Despus del terremoto, parridos los damni, ficados, Silvia y sus amigos se haban instalado en este club social que eraPlaza Solidaridad, abierto las veinticuatro horas del da. En este club no se hacan reservaciones ni se pagaba renta. Aqu, indi-
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rante. Al querer crwarlaavenida, un autobs la atropell. Nadie se dio cuenra de su ausencia.'firada en la calle, ningn polica vino a investigar cl accidente
ferentes a horarios y festividades, los nios de la calle pasaban los das y las noches charoleando, drogndose, pelendose, copulando. te duermas, carnal, apenas es media-No Parados me sacudi. Cada vez que noche -Pelos se acercaba me deca que no me durnriera. No s por qu. Se le'haca chistoso.
'
serv con ojos entrecerrrdos. F.ra dificil calculer la eciad de Silvia ). de sus amigos por el descuido de su cuerpo y el desalio de su indumentaria. Eran carnales, aunqlle no los unan
-Dientes
ni ambulancia a.lguna la recosic. El trfico siguir fluyendo y golpeando su cuerpo, y ella no fue otra cosa que un pellejo enlbarraclo en el asfaltcl. Si tuve hermanos, no recuerdo. Si fueron abandonaclos en cajas de cartn, regalados a pearones o se perdieron en las avenid"r, me di cuenta. Como en sueros o chillar a mi rnadre con los huesos quebrados y yo chill con ellr. Conro en sue. os. L,so frrc todo.
A diferencia de Silvia, algunos chavos tenan slo apodo, o el nombre propio err un alias: Fernando, Armando, Pedro, Pablo, Luis, lo mismo daba. Cualquier apellido era til: Garca, Cmez, Godnez, Gutirrez. [a edad era vaiable, al gusto del
lazos de sangre.
oyente: Once, do.ce, catorce, quince, veinte aos. Hijos de la calle, sin actas de registro, rarios desconocan
la fecha de su nacimiento.
mi concepcin mi futura madre fue perseguida por un chorizo de perros, a los que no les impon el trfico, la gente ni la lluvia con tal de montarse enella. En un callejn de Dos de Abril un perro fue el gann. furastrndolo, ella lleg a Plaza Gaibaldi, donde los mariachis berreaban una cancin de amor. Resultado de esa pasin, yo sal amarillo. llam Silvia y vo levant la ca-Pick -me beza, con una sonrisa en el hocico. Haba respondido al nombre. De ahora en adelante yo sera Pick y ella mi carnala. Al mes o algo as, mi madre sali a hurgar en las bolsas de basura depositadas afuera de un restau-
S.g"" Silvia,
la tarde de
Hacia las dos de la tarde, bajo un sol esplendoroso, reinaba el silencio en Plaza Solidaridad. Todos los nios estaban aiostados, los nicos que estaban afuera de las riendas eran los perros asolendose. a esra nia, se lo hice senrir con un -Amo ernpujn, con un golpe en el vientre Pelos I'arados. Y a Silvia, se le declar: -confes pinche pendeja que nadie te quie-Piensas tc atno ..5' -'ro Io, te ftfiro yortc amo yo di a bcsarla, haciendo espacio enrre sus -Tproceropas para Ineterse cn ella. Como si estuvieran solos en el colchn y no hubiera nadie de la banda en el suelo inhalando activo, o como si durante el sube ybaladel amor yo no estuviera lamindole los pies a mi ama, l la recorri de arriba abajo. _ Alargu el cuello y le ol las piernas flacas. El quiso empujarme, pero le gru feo y rne pate.
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En venganza le mord el dedo gordo del pie, me emperr en el lugar. ese perro no slo parece person:1, sillo -Ja, con ojos e-xque se pone celoso -observndonle traros, l se acomod para poder alcanzarla. Se haban conocido junto a la fuente de la Virtud, poco despus de que la polica expuls a la banda de las afueras del museo y sell las coladeras' En verdad'no les fue difcil hacerse carnales, por esos rumbos llegan continuamente nios y nias de los barrios marginados y de las e ntrar.s clel pas' Las historias de los nios, extraordinarias para ellos, sott .omuites para los dems' incluso para m. Algunos viven semidormidos. Otros' iniciados en la inhalacin de solventes y en la prostitucin, caen en mundos ms bajos- Por el uso del activo, la piedra y el chemo se olvidan de s mismos hasta p.rd..los detalles de su pasado, acabando por diviir tu existenpia en tres edades: los aos de vida, los que tienen en la calle y los que llevan en la droga' PanchaGmez,la madre de Silvia, no saba dialogar. El nico idioma. que conoca era el de
los golpes. Su padrastro era peor, la haba violado a los
ella, no slo por cuestiones de lealtad, sino porque Ia acompaaba a todrs partes. Dir una verdad de a kilo, la pura neta: por ms golpes que le diera la vida, nadie pode quitarle ese fulgor en los ojos rientes, esa alegra de la cara, esa cara de risa, esos hoyuelos irresistiblcs que se le formaban en las mejillas. Dienes de Peineta tendra diecisis aos, una mitad en la calle, la otra mitad en Puebla. Se vino de aventn en camin de redilas. Cay con la banda de los Cosmos. stos lo echaron, no sin antes ensearle a ponerse l mona v a soplar bolsas de chemo. Le hall gusto a la inconsciencia, pues le quitaba el hambre, elfro y la desespe anza. De los Cosmos se fue con los de la Guerrero. Mas una tarde que se peleaban por acrivo Catalina y Tomasa, Tomasa le ech a Catalina thinner en los ojos. Casi la dej ciega. l se salv por unos albaniles que lo protegieron, pues los chavos le iban a dar de botellazos.'Cuando a los tres das fue a buscala a la casa hogar, la encargada le dijo: "AdnPrez.? Se pel". Catalina le haba pedido que no le entrara a la mona, porque le afectara el cerebro y los pulmones. Dientes de Peineta le contest que pos s, que esto de la calle era malo, peo se-senta libre y soberano sin jefa y sin jefe y que 'Aqu nadie re ponc caras, nadie te manda y nadie te grita, y nadie te despierta a patadas". Mas, la verdad, a veces se senta solo, como un bulto abandonado en una banca, como un peridico en la basura, como una araa
de est Catalina
siete,
escap de casa-
chingo", aseguraba. De las facciones y del nombre de su padre no se acordaba- Su hermano mayor estaba en una crcel de Chalco. "Es que a nosotros nos llegan puras bendiciones", crea SilviaLo que ms me gustaba de Plaza Solidaridad era mi ama (tan inocente y tan ajena a la carne cruda de la realidad). All comPartamos piso, palizas y piojos. Me costaba trabaio aPartar los oios de
pisoteada.
Dos semanas despus del incidente de la Guerrero, Dientes de Peineta fue arrestado y enviado a un reclusorio para menores. Se escabull, por-
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-,
/1
que era el pichn de los internos. Se uni a la banda de fhcubaya. No le gust all y se vino a Plaza
Solidaridad. Admitido en el grupo, clesde entorlces no pensaba en otra cosa que en la nror.ll, haca trrrcques por una rnona> pasaba da y noclie con la nroll:1, mareado hasta el alma por la mona. Su vida crrr cl bote metlico de color amarillo usado para limpiar tuberas y destapar caos, el activo. Haca un agujero en el bote, impregnaba trapos que venda a los otros, y al alucine. Esa tarde era rico y los dems lo envidiaban: traa en la mano un tubo amarillo con tapr-r negro: "{,JHLJ, EL PEGATO_DO impermeable, inflamable y flexible". Lo haba comprado en una tlapalera con un tubo de pegamento RESISTOL 5000. Aunque apenas poda leer y escribir, presuma de sus buenas relaciones con los zapateros y los peleteros, de los que consegua cementos Marca Libre, producidos por la prspera Industria de la Muerte. Pelos Parados era de Chalco y hablaba poco de s mismo. Los pmulos se le iban saltando, los dedos entumerciendo, perda fueras cada da, y todo por la droga. Siempre dubitativo, comenzaba sus frases con un "No s si me acuerdo", "No se si te acordars", "No s si fue la se mana pasada". Su nica certidumbre ert su amor por Silvia, su carnala. No disimulaba que le agradaban sus ojos francos, sus labios gruesos, sus orejas pequeas, su rostro melanclico, su pelo negro con raya en medio, y hasta su nerviosismo. Por su parte, Silvia no necesitaba que le dijeran que era bonita, desde temprana edad la gente haba elogiado sus facciones y su cuerpo.
Cuando estaban haciendo el amor Pelos Parados y Silvia, L)ientes de Peineta irrumpi en la
casita con una ctnara desechable en las manos, bir-
lida
a algtrien.
su
cubri a Silvia
desnudos
se
descubri.
-Ja -era
Batalla campal
0
Al amanecer me adormeci el rasguido de las guitarras y el olor del activo, pues el aroma de los solven-
tes que envolva a la banda me envolva a m. Mientras el msico, sentado de espaldas sobre peiidicos vielos, con dedos invisibles se las ingeniaL,a para sacar notas de las cuerdas de su instrumento, me invadi el chipichipi de la llovizna que algunos tl-rran nostalgia. te duermas, flojo me sopl -Silvia -No en las orejas. Abr los ojos. Mi mirada se desliz por las losetas del piso, se meci en las lmparas y lleg a la escultura de una doncella que tena en las manos una paloma. Por un momento tuve la sensacin de que el pecho de la doncella palpitaba y la paloma mova la cabeza. Puro alucine.
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Mis ojos caminaron hasta la Alameda y hallaron una fuente de cantera labrada con cuarro
ngeles sosteniendo una pila. Sin mover el cuerpo del regazo de Silvia, atraves los prados hasta cletenerme en la escultura de un msico, el crneo lleno
de vasos desechables, bolsas de plstico y envases de
ces la
refrescos. Era Beethoven. Miojo vislumbr entonmole blanca del Palacio de las Bellas Artes y la
guir creciendo la fbrre l-atinoamericana. En las vitrinas de Avenida Jurez los maniques se desabotonaban el saco o la falda, como si tuvieran existencia propia y sostuvieran raras relaciones cuando las tiendas estaban cerradas. En otros establecimientos comerciales las luces interiores traspasaban la reja de las cortinas y rayaban la acera. Delante de un hotel, un portero uniFormado le abra la puerta a una seora ebria que descenda de un
coche. Las personas que a esas horas pasaban por la avenida eran en su mayora veladores, sexoservidoras, meseros, ebrios, vagabundos. Haba pocos nios, ellos solan venir los domingos y en poca de
Reyes Magos, cuando las aceras se llenaban de San-
calle como un zombi a punto de ser atropellado, pues el tolueno le haca perder el sentido de la realidad y de las distancias e ignorar los automviles. Para protegerlo hubiese sido necesario'ponerle deIante de los ojos, como se pone en los espejos laterales de los coches, una advertencia: "Atencin, los objetos en el espejo estn ms cerca de lo que parecen." El problerna es que no le hubiese importado la advertencia El ojo de Pick, mi ojo, se top entonces con rrna plazoleta, adornada su fuente con una escultu-
a Qlauses cagndose de risa- le contaminacin daba un brillo turbio a las estrellas, como si fueran alas de mariposa rociadas con insecticida. Aunque los carros de la basura arrastrndose por los arroyos del pavimento y las patrullas policiacas alborotaban a
la misma oscuridad, los nios, afectados de la vista y del odo por las monas, parecan bultos mortuorios cn el suelo de la casita. En esa atmsfera de abandono, de repente un nio o una nia se levantaba, e indiferente a la hora y aI clima cruzaba la
ra representando una diosa. Apagado el surtidor, los bordes secos servan para que se sentaran los nios de la calle- En esa direccin, en el centro de la plazoleta, alumbrada por las lmparas de postes negros, mi vista se pos sobre una ninfa con un ramillete de flores. Echado a los pies de Silvia, por un efecto de la luz hnar, me pareci que tena miel sobre mi pata, y md puse a lamerla. Silvia, por su .parte, se puso a contemplar a su perro amarillo, de cola enroscada, ojos negros, pestaas rizadas, cuello suave, piernas esbelras y orejas gachas, que se haba converddo en una extensin de su cuerpo y en un receptor fiel de sus emociones, de tal manera que poda distinguirla en{as-multitudes. hombre que haca unos -el -Caiajo! minutos tocaba una guitarra, con las piernas abiertas y los zapatos sin agujetas,.ahora rompa su instrumento contra el piso y se llevaba la mano crispada a la boca para inhalar activo. Era Carlos Resistol y estaba hasta las chanclas de alucine. Ola fuerte, pues no se haba carnbiado de ropa en meses o aos. Yo, de buena gana, hubiera querido ladrarle y morderlo, pero traa cu-
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chillo. Por eso nre qued inmvil cuando se levanr con un palcl en la mano. l)os bandas se enfrenaban con borellas, varas, piedras y fierros. lbda cosa.que tuviera filo pas voiando sobre mi cabeza, aconrraada de gri_ tos, gen'ridos, soplidos y sangre . Era una batalla canr*
pal bastante enredada, pues en cada colonia resiclan enrre veinre y treinta individuos, algunos ya grandes, y era difcil saber quin era quin, y sobreiodo de qu lado esraba Carlos Resisrol, pues daba palos
piedad ajena y resistencia a la autoridad. Los lesionados fueron atendidos en un hospital de la Cruz Roja. Erika se subi a un rbol y se escondi entre les r:rmas. f)esde all vio cmo a lorgc' lo jalaron de la camisa y le dieron un rnacana:Lo en la espalda, cmo a l-uis le rusie ron las rodillas sobre la panza y le dieron de boftadas.
le daban
En respuesra a una llamada telefonica annima reportaba que dos grupos de menores -que de edad, que anres estaban inhalando acrivo, ahora se estaban peleando con armas pullzocorranres-, cerca de veinte policas preventivos acudieron en patrullas y elementos del cuerpo de granaderos sal_ taron de camiones sin puertas p"r" a..e^eter con_ tra chavos y chavas. Los comandaba un polica judicial apodado El Diablo. Sin decir agua va, los agentes del orden, disparando al aire, jalonearon, persiguieron y golpearon con pistolas y macanas a rodo aquel que se mova o
tena cuero. .sin qrre se escaparln cuatro misioneros de Ia iglesia crisriana Prncipe delapaz,que se encon_ traban all con cornida y ropa para regalar a los nios.
puetazos en el pecho. En mcdio de la trifula scrlt cl irnpulso de corrcr hacia una de las fuentes, pero la confusin de piernas y zepatos me estorb el raso y slo atin a deslizarme hacia la casita hacindorne chiquito, chi<uito. Ese movimiento me doli rnucho, por el patadn que me haba dado en las costillas Crlos
Resistol.
se
defendan encar-
A Delfino le pusieron una pistola en la sien. A Marisol le dieron en la cabeza y le quitaron su bolso. A rres los pasearon en patrullas, amenazn_ dolos corr mandarlos al Ttelar de Menores si no
daban droga o dinero. Cuatro fueron detenidos y.enviados a una agencia del Minisrerio pblico para abrirles averiguacin por los cargos de dao .,,, p.oles
nizadamente, los policas pidieron refuerzos y contraatacaron apoyados con mangueras. Incluso a m los chorros de agua me dejaron hecho una sopa y un polica de ojos amarillos me arrastr por el suelo, cogindome del pellejo, no obstante que intent clavar las uas en la tierra. Al verme pateado y temblando, aunque temblaba ms de hambre que de dolor, Silvia me recogi de entre las hierbas /trat de arroparme. Pero en ese momento, como a travs de un velo de lgrimas, vi cmo ella era jaloneada de un brazo por un polica calaco. Pick a la patrulla C-186 -Adis, -subida me diio desde la ventanilla, mientras el vehculo se alejaba con la sirena prendida y una linterna arrojando luces rojas.
)\)
Quise correr hacia ella, mas una patada en el estmago nre hizo rodar por el suelo y solamenre alcanc a ver rl dueo de la lrota rindre.
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En la esquina ElToloache descolg el relfono y sin meter tarjeta ni marcar nmero se puso a
oplrlotc:tr:
-me
re espcrasr amigo nolicrr. F,l -Aqu -un Rondn, me mir desde detrs de sus lentes ne_ gros, con-)o si los lentes fucran sus ojos. de pelos esre can, nos lo llevamos? -Est cogi de las patas el.polica calaco.
le:
sospechosos
qu?
individuo apodado F.lToloache, quien en esros momentos'se dirige a la Alameda con la intencin de violar a un honesro anciaro. Dcscripcin? Se la
debo.
quin hablas, carnal? voz del -Con pearn qr-re pas mirndolo.
-remed
la
-C-on ElToloache
la auroridad
-sc
conresr.
Jurez a un .ioven de expresin maliciosa, con el pelo color zanaho_ria y unos pantalones de mezclilla que parecan haber barrido todos los suelos, por dormir a la entrada de los cines, debajo de los rboles o donde lo cogiera el sueo. Sus calcetines blancos estaban mugrosos. Sus manos amarillentas mostraban cicatrices. Era El Toloache. viene ese granuja, cuidado con el di-
qr re des cuenra -----el expendedor de billetes de lotera previno a su mujer iu".,do l vio a distancia.
lero,
conozco. -No entero, que caiga en cuarenta y nueve -tJn El'lbloache. -pidi qu ojos vas a sorteo. -Ai El hombre seal al letrero: IIOYNO
necesiras decrmelo, lo
-Con le pago
S.
pagarlo?
despus del
tienda de ropa. El propietario sali para darle una moneda, indicndole que se marchara. Cuanclo se cruzaba con otros peatones, stos lo rehuan. " tacos de cachete sonrisa tor-con cida, El -Ti"es Toloache se plant delante de una raquera. Ella not que observaba a su nio, senrado en una caja de refrescos: s qu hacer, seor, esroy sola y el escuincle -No es muy desobediente. ur-rcs das, lt{ara. -Prstamelo es un robachicos, mam nio -Ese -el irrr*npi en llanto. La mujer le extendi el envoltorio de tacos, pero El Toloache ya se haba ido. Se par cielante de una vitrina. Un nio lustrador de zapatos miraba las cmaras lotogrfi cas qu triste? -Porestoy rriste. -No hambre?
MANANA
FiO.
-A
-Hace poca.
1<,1
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El lusrrador de zapatos, rnirndolo con descottfiartza, sc alcj. El Tirloache lo sigui. El pequeo se escotrcli detrs de ur coche. Pas de largo,
buscndolcr
ataj. -5e
Era la hora de cerrar la rienda de videos y empleado urr apag la televisin y baj la cortina. Sali por la pr-rertita central y le dijo algo al oc{o a la adolescente. Ella asinti y se fueron iunto.s. Caralina, adis Toloache se le-A -El vant. Meneando las caderas, se alej por Avenida Jvrez.
Como el polica puso cra de molesro, b,l Tbloache pro.sigui su c:rmir-ro. N{inuros clespus sc acost en la banqrreta para ver en el aarato de televisin de una tiendr de videos las caricaturas de lrs Simpson. Ponindose cmodo, se quit los zaPatos y los puso a rnanera de almohada. pas, carnal, no que estabas en la -Qu nio lusrrador de zapatos se tencorreccional?
Arres
se
di a su lado.
-el
pcnsar en ri, corazn --de volte hacia el nio y con las piernas lo inmoviliz en el suelo. Al misn-ro tiempo le meti la mano debajo de los pantalones sin cinturn y le agarr el miembro. fundose, inhalando la_sustancir en el trapo que traa en la mano izquierda, hizo que el nio chillara de dolor. Unavez que lo solt, l menor se puso a oler activo y aver televisin a su lado. El Toloache, con la mano derecha, se par el pelo. repente El Toloache
r i
-Me -Me
soltaron.
-Te consol
se
dio miedo?
abri la gabardina delante dc la serora que sala cle la pcra en el Palacio de las tscllas Artes. Para el horror de ella, l no llevaba camiseta ni calzoncillos dcbajo. no se hace, arnigo acompaante -Eso -el lo amenaz con un paraguas. hacen, carnales? Dien-Qu -pregunt tc's de Peincta. nams charoleando en el Palacio de -Aqu las Pcsadilhs Prrados serl al pblico quc -Pelos sala de la sala. de esa nia, hijitas al ver ir -Aparrnse Silvia orden una mujer cara de conejo, con pesraas posti:ras y uas esmaltadas, peluca rubia y joyas
relucie ntes.
El'loloache
Apareci en la calle una adolescerre de la banda de la Hidalgo. Hablando sola, palmeteaba las manos y ola la manga de su surer, impregnada de activo. Daba la impresin de querer ir a alguna parte, sin saber a dnde.
Enseguida dos estudianres de ballet, con tuts rosas, zapatillas dc punta y moos de seda colgados delpelo, se alejaron de ella. Cada vez que haba rearro, conciertos de msica clsica y funciones del ballet folklrico, la banda de Plaza Solidaridad esperaba a que emergieran los espectadores para charolealos. Los ms acosadcls eran los turistas norteamericanos. El me-
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', <'7
ciones del Metro, en las centrales camioneras, en las alcantarillas, en los corredores comerciales. en los rastros, en los panteones, en los terrenos baldos; se acuestan en colchones sucios con los resortes salldos y hasta en sacos de vidrios roros.
galletas, papas, tacos, lo que la -Comen gente les da. adictos a las drogas, a la calle, al sexo.
Las nias se acuestan hasta con los perros y acaban
evitando todo contacto fsico con cuerpo o ropa. Chavos de otras bandas tambin bloqueaban el paso del pblico. Algunos trlan tenis, la camisa desabotonada y de Fuera. A travs de los pantalones desgarrados se asonraban pedazos de piernas, nalgas o barriga. Un cordn era su cinrurn. Si lo llevab_an. favor, seora, un peso Rana es-Por -La tir la mano. La mujer se alej casi corriendo de ese muchacho de cara hinchada, movimientos acartonados y andar sesgado que apenas poda moverse. Sin propnermelo me encontg entre un hombre calvo con pecho de pichn y un hombre flaco con la manzana de Adn salida. Dialogaban: chicos pueden trabaja cuando crez-Esos can sern criminales, secuestradores, rateros. los descendientes de aquellos que du-Son rante la Colonia frreon llamados ciudadanos cero. vala matarlos tiernitos en el nido, -Ms com en Brasil. perro de la calle tambin es un paria, -Ese deberan eliminarlo antes de que se ponga rabioso. castrarlo. -O sirve ni para tacos. -No aguantan todo, por el tolueno no -Esos sienten hambre ni fro. Duermen en las bancas, en la banqueta, en las entradas de los cines, en las esta-
-Son
embarazadas. Los nios se meten unos con orros. Desde los diez aos son putos y puras. No se diga a los quince, son maestros.
-Son titucin infantil. Ljnos usan condn, otros nada. No tienen higiene, estn llenos de piojos.
Nadams se pone el sol y salen a asaltar. Si no tienen acdvo ptr"d.., ser agresivos. Algunos ya esrn enganchados con la cocana. gobierno debera mandarlos a fuerzas a campos-El de rehabilitacin, desinroxicarlos y ensearles un oficio, de nios de la calle se convertirn en
chavos banda,
son
yde
de los resrauranres y de los ban-Afueray cruceros, en mercados cos, en avenidas y parques charolean, cuidan coches, limpian pr.ab.iias, cargan bultos, son payasos, tragafuegos, mendigos.
he visto a en pasarelas. En el Cine Teresa son muy buscados por los jotos. Sobreviven al maltraro de la gente y de la polica, hasra que se los chinga el mundo.
Anillo de Circunvalacin
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seor
tortas. Cubana, especialy rusa doce -Ricas pesos. Milanesa, pierna y Quesillo, rres pesos. Thcos de bistec, cinco pesos
el hombre calvo con pecho de piSbitamente se qued abismado al descubrir en esa tez morena sus Propias fcciones. El nio lo mir a su vez, buscando en su rostro una parernidad ignorada. El hombre se
Cuando Pelos Parados y Dieirtes de Peinera regresaban con una caja de cartn, antes de que me vieran yo los vi a ellos desde la sombra del rbol a la
que estaba echado. Asimismo Silvia, alsalir del local de videojuegos, reconoci mi cuerpo amarillo, mi cabeza pequea y mis ojillos negros del tamao de la bola negra de mi nariz.
alej de
'-Lrgate
1.
flaco con la manzana de comprar inhalantes -el Adn salida lo ahuyent con la mano. cie rto, la chica no est mal -_el hom-Por bre calvo con pecho de pichn examin la panza prominente, los senos incipientes, la playera apretada de Catalina. cincuenta pesos te la llevas.
un peso, seo? Voy pa Observato, -Tiene rio Toloache intercept a una empleada cuanj do -El abra su bolso.
-Por
Metro Hidalgo
se
admiten canes
cuando me quisieron pasar. Afuera, muchachos de la calle acampaban en el piso, indiferentes ab charco que les haba dejado all la ltima lluvia. Pelos Parados y Dientes de Peinera se fueron por la avenida. Silvia se qued conmigo, pero luego se meti en un local de videojuegos sin pensar que podan atropellarme los minibuses que Pasaban raspando la banqueta. Bolsas de plsdco rozaron mi cabeza. Sobre mis orejas la gente vino a
de Peineta me levantaron en vilo y me pusieron en la caja de carrn. La bajaqon alzada por las escaleras. En los pasillos que llevaban a los andenes, muchachos de la calle se acostabaii en el piso, envuelros en cobijas. En la ciudad haba tantos lugars de encuenrro que era imposible conocerlos todos. Adems, la competencia para pedir era tan dura que se tena que rivalizar con nios indgenas, con ciegos, irvlidos, enfermos y desocupados; con Maras, asociaciones sociales y hasta con msicos desentonados. Cualquier persona sala con un bote y se paraba en la calle. Miles de hombres y mujeres bajaban aprisa las escaleras y se arnonronaban delante de las mquinas recogedoras de boletos. Era la hora de mayor afluencia del Metro en una ciudad donde rodo el da haba multitudes. Pelos Parados y Dientes de Peineta
aprovecharon que unos trabajadores pasaban con unos
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costales blancos sobre los hombros para
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introducir
la
caja. Los policas no se dieron cuenta de que iba yo adentro, ocupados en obstaculizar a los usuarios, des-
-Hijo
de puta
-el
coio rod
escaleras
viarlos, bloquearles los accesos a las correspondencias, hacerlos dar vueltas y taparles las salidas. Tles nios de la calle estaban sentados en el
piso, en tringulo, cerca de la pared, comiendo quesadillas; sucios, chidos, se rean de todo.
presentaron. cmo te llamas? . Y t Pelos Parados al que se haba quedado -pffguncallado. Maestro? Soy nia. Norma. -.. El Toloache se nos junt, aunque de inmediato se nos separ tratando de apreciar la marca de reloj que llevaban algunos pasajeros. Pelos Parados descendi sentado sobre una
-Soy
Arturo.
regres en orra multi_ -F.lToloache tud y le-Ole pas el zaparc sobre las greas. A la vista de todos, La Rana estaba tratando de abrir con un desarmador la mquina de esram_ pillas dcl Servicio Posral Mexicano. se -.Ya retard un chingo. se dice ya se retard, si el rren no es -No pendejo, sino se atras pelos parados a
Dientes de Peineta.
-corrigi
No pudieron abordar los rrenes que llega_ ron: el gento que se arremolinaba a sus puerras
impeda toda entrada y toda salida. Silvia se imagin que seran las seis de la tar_ d., pu.r en el cuadrante dil reloj slo haba un avi_ rso que deca Fuera de Servicio. ? El Toloache apareci recargado en una pa_ red. Los lentes oscuros sobre la nlirl permitan ver sin ser visto. Su.s manos nerviosas jugaban con una botella de reFresco vaca, Arrib uri tre., y s. meti enrre los pasajeros. las manos, joven -Suba -chill la emplea_ da qe le haba dado elpeso. quieres, mamacira, que me cuelgue , -Qu de tus peras? atac 1. En el -la caro Pelos parados y Dientes de peinem aparecieron junto a una nia gorda. Vestida de blanco, tena cara de haber hecho esa maana sr primera comunin. Silvia me sac de Iacqa,prore_ gindome para que no me pisotearan. perro ran bonito -dijo la nia de blanco. -Qu
escalera automtica.
un
el trasero.
Los gritos del Metro resonaron en el correclor: su mejor lectura, diez pesos le vale
la lupa- -Para -
Pesos.
-Adquiera
por favor cojo con voz de -un becerro-Ai,rrda, herido mostraba un letrero: PERDI LA PIERNA EN LA REVOLUCTON DE 19IO
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lana?
-Pelos
Parados se cogi
teando a los pasajeros con la derecha. Al arrancar el tren, por debajo de los pantalones de La Rana cose desparrarn sobre orinando" aludir a los presenres, no crce que -Sin huele mal este carro? la seora. -comenr huele, hiede --dijo Jernimo. -No deberan baars.e ms seguido. y -Esos cambiarse de ropa. usar desodorante. -Y nos cambiamos de lrrgar" -Mejor nos bajamos y esperamos el prximo en. -O Los que nos bajamos fuimos nosotros. Con ojos refulgentes, Silvia vio perderse en la distancia el gusano anaranjado del ten. La Rana a bordo. A la salida de la estacin dos policas hblaban con los nios de una banda que les entregaba dinero. El Rondn, moreno y regordbte, y El Flaco con lenres, interrogaban a un adoldscente afeminando, de pelo.rizado y ojos verdes. Los policas llevaban chaleco antibalas de Seguridad pblica. andas haciendo por aqu, mano? -Qude Acapulco. Tengo cinco das de
*-Ahhhhh
-rezong o no traes?
Dientes de Peineta.
de ac-
Silvia a El
-Cl'iJ". lo empuj te me acerques -Silvia -No hacia atrs. el sube y bq del amor me pone nerviosa
En una chamarra doblada sobre el brazo ocultaba lo hurtado. Cerca de un grupo de chicanos y una mexicana andaba [a Rana de cmplice.
-Ya
casi llegamos?
s
-No
-Tir
nimo
la mexicana.
-pregunt
el chicano.
Ilegado.-Soy
do-
la nia gorda a El To-Grosero! -grit loache cuando ste, tocndole el trasero, descendi en la cstacin con algo envuelto en la chamarra. Con l se vaci el carro; en la explanada del Zcalo haba un concierto al aire libre. Entre poca gente subi un ciego berreando, los ojos blancos,la nariz arisca, los dientes pelados. Se abri paso, sujetndose del pasamanos con la mano izquierda y tan-
-Ay,
-No para all. -Vamos llevan a or maiachis? -Me que quieras, corazn
tambin
l?
-El
Rondn
se
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El msico
Esa m.aana, sin apetito, entre mis patas solares abandon el hueso que me haba regalado Silvia. Invadido por un extrao desasosiego, contempl mi sombra como si fuera mi espectro y me puse a aullar por mi suerte, forque en la pared negra de una alcantarilla vi escrito mi nombre. Silvia no estaba y El Toloache con halagos me condujo a un baldo de la calle Lpez. All, me entreg a un msico cicgo. lo alquilo por cincuenta pesos. Pick es -Te un perro tranquilo y sabe cruzar la calle. Un perro as es til para un ciego. hecho lbloache recibi el di-El -Ji6 nero en morralla que el invidente haba limosneado, y parti. Cuando horas despus Silvia se enter de lo que El Toloache haba hecho, se enoj mucho.
-Dnde ---Elperro
est
mi perro? se muri.
que se muri, se lo alquilaste a un pinche quiero de inmediato. perros callejeros abundan, all hay -Los otros, escoge el qtre quieras Toloache seal a -El un can blanco, de orejas gachas y narizpelada, y a un
y cachetes color cajeta, echados al pie de un banco. Apunt a La Rayas, la perra preada que nunca me atrajo, aun cuando estaba soltera-. Esa pronto tendr cachorros, uno ser para ti.
c:rn negro, de ore.ias
la hermana mayor y encargada de la se alz de hombros. Silvia, desolada por haherrr"re perdido, se sent toda la tarde en una banqueta para ver si regresaba. A ratos, es verdad, se dio roques de inhalante y se durmi. Lleg la noche y en compaa de pelos Parados se fue a charolear en las inmediaciones del Cine Palacio Chino. Yo husme la melena blanca y el mantn negrc, conlo chal dc mujer, de mi nuevo aino. La piel se le haba secado sobre la cara y las manos y pareca de laga.rtija. Catlico pagano, llevaba un escapulario con imgenes de la Virgen de Guadalupe y del dios tzcatlipoca. Los ojos no se los mir, porque los ocultaba detrs de lentes negros y'porque me daba miedo la ceguera. Nada hay ms triste en este mundo que un perro ciego. En adelante lo identificara por su voz y su mal aliento. Ms que por su nombre. No podia verios, pero ios perros eran ia pasin de.Adn Pan y los perciba a disrancia y con la mano palpaba sus quijadas. En su error, el pobre hombre pensaba que todos los ciegos tenan un perro ytdos los perros un ciego- Al acariciarme, pronto se dio cuenra de que yo tena las orejas gachas y la cola enroscada, el hocico pequeo y er" -io fl".o. Cmo adivin que tena pelo amarillo y ojos negros, y era un perro encantador, es un rnisterio. dar un hueso cada da a cambio de que me-Te asistas en mi trabajo, pero, por favor, no alles, me ponen muy nervioso los aullidos -me dijo y me llev de una correa por las calles del centro histrico.
-A
-Francisca, banda,
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All pasamos el primer da y el segundo y el tercero, berreando l con la mano tendida a la espera de la bondad de criaturas invisibles. Para no cansarme, yo permaneca con la cal>eza acostada en el piso, mirand a la multitud venir, irse, desaparecer sin darle nada. Me entretenan los olores a queso y sardina, a huevo podrido y a perfume barato de algunas mujeres. Hasta qe en la tarde delquinto da vino a sentarse con nosotros un guitarrisu desdentado de un tufo insoportable. Cuando se quit la chaqueta para l'entilarse fue peor, pues ahora mis narices fueron acosadas por dos hedores. El hedor fue largo, pues ambos tenan bastante tiempo para matar conversando. noche, para que no se te vaya, enci-De el mal consejo que le dio el rrarlo en el bao -fue guitarrista apestoso a mi nuevo amo. Se despidieron al cerrar la noche y nos metimos en su cuarto de'recindad, con los vidrios de la ventana pintados de negro. Se me ha olvidado decir aqu que lo primero que hice en su morada fue figurarme una posible salida, un escape; pero como aparte de la puera atrancada y de la ventana negra no haba muchas opciones, me resign a esperar nna oportunidad mejor para evadirm e, taf vez un da que me fingiera enfermo y me dejara solo. tienes que acostumbrar a la buena vida, -Te carnal, no te vayas a enfermar del estmago, porque de aqu en adelante vas a tener festines diarios de palabras. Lo que no comas hoy lo guardaremos
para maana, as de econmica andar la austeridad Pan me puso delante en nuestro territorio -Adn del hocico un plato con huesos de pollo podrido. Luego, con mano zurda me indic una vasija mos-
queada, que pareca haber servido a orros perros lo mismo para echar carne, caldo de pescado, frijoles, chilaquiles y agn; nunca haba sido lavada-. No seas tmido, si tienes sed de pescado all hay suficientes espinas. Si te apetece el agua, all hace calor para
En el cuarto, Adn Pan de pronro se pona a cantar. En particular, boleros. A cualquier hora, slo necesitaba sentimiento o insomnio, para berrear:
Relmpago, furia del cielo, que has de llevarte mi anhelo, a donde no pueda ms.
Ycomo no
saba cuando era de da ni de noche, me daba serenaras al odo. Por fortuna, en la madrugada
su cantar era ahogado por la competencia de las toses de los camiones que pasaban afuera. Los sonidos hacan vibrar los vidrios y yo senra no s qu, como cuando rasguan un cristal.
-Ay,mamacita--cscuchaba yo, con la cabezapegada al piso y los ojos siguiendo sus movimientos: se haba cado otra vez, opezndose con mi
hbito mo de renderme en el suelo. duda agachas las orejas por humil-Sin dad, pero tambin para que no se te escape de las orejas mi bello 66 buen humor, y sin ren-dg las rodillas, con dedos cores por haberse lastimado speros me acariciaba la frenre. Y como a persona me explicaba, pegando su cara a Ia ma, ,espir"rrdo yo su jadeo:
ese
cuerpo, .por
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ganancias escupiendo llamas. Lo que ms agradaba era verlas. No que ahora. Te confiar un secreto: mi
padre, que era un pirmano ciego, me ense a hacer incendios. A medianoche, carnal, a medianoche encendamos peridicos, cartones, sillas, botellas, bolsas de plstico, llantas de coche. Y'todo para sentir el calor del fuego en la cara, carnal. Adn.Pan, en su exaltacin se quit los lentes oscuros y re descubri sus ojos. No quise verlos, porque, ya lo he dicho, me da miedo la ceguera, y porque asomarme en su intimidad hubiera sido como adentrarme en la relacin.
Mas un anochecer, mientras sentados en un escaln de la estacin del Metro me acariciaba la cal:,eza, habindose apoderado la apara de mi persona, af c Ia cabeza y vi venir hacia m a la nia de mis ojos.
a su encuenrro.
cay de
se qued as
un raro,
como si se hubiera muerto o estuviera mirando el cielo. Los lentes negros entre sus zapatos.
El sbado los nios se levanraron tarde. Haban dormido hasta la madrugada- Despus de porerse una mona, se fueron a [a Merced" Dientes de Peineta iba en busca de su hermana. Con ellos atraves la Alameda. Para cruzar el Eie Central esper el momento en que no hubiera cocir.". parrir.iic enr<-lic.s, ya r1o rnc scpar de ellos. Los nios no respetaban altos ni seales de trnsico, ni se fijaban en los camiones que a toda velocidad pasaban junto a nosotros. A ratos no saba si devolvermrc al otro lado de la acera o correr y
correr.
grit a Dientes de Peineta -le -Pendejoque un automovilista haba estado a punto de arropellarlo.
La verdad era que no les importaban los semforos ni los clxones. El calor derreta las pie-
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dras, haca sudar el pavimenro y el fino abrigo de piel que traa encima me haca sentir incmodo. Por eso jadeaba. Silvia entr en una carnicera y sali con un envtltorio. Me lo puso en el hocico para que lo abriera. Gustosamente saqu unos pelle.ios del papel peridico y antes de que me diera cuenta ya los haba tragado. gastaste la lana para los tacos y -Caramba, Parados le reclam, frotndose los toques -Pelos uno con otro los tenis. abrieron el apetito, Istima que no -Me Dientes de Peineta se le hizo agua la soy perro -a boca, pues no haba comido desde ayer o antier. En las calles contiguas a l-a Merced, los comercios estaban pintados de verde. En las bodegas haba barriles con cacahuates, nueces, pepitas de calabaza, ciruelas pasas y avellanas. El olor de las especies recorra'.la calle. En las fruteras las caias de duraznos y de peras estahrrn clescubiertas" Saldas, margos, papayas y melones estaban apilados. fas coronas de las pias estaban regadas por el suelo. Pencas de pltanos colgaban de las paredes. Ojos morados como uvas miraban desde los racimos. Cajas registradoras hacan ruido. En dgunos establecimientos vendan jamones, chocizos y quesos, duraznos en almbar y fruta cristalizada. Camiones con el motor prendido apestaban el aire. Los nios de la calle oFrecieron su ayuda a los fruteros y a los verduleros, pero a stos no les gustaba su aspecto ni que anduvieran entre los clientes. Al contrario,les bloqueaban la entrada a sus comercios. Los chavos seguan su camino.
Por all, colegas mos hurgaban en la basura desparramada sobre la calle. Senrados en la banqueta, los desempleados anunciaban con Ietreros su oficio, esperando ser alqrrilados Prostitutas en minifalda eran de la condicin del toido: las piernas flacas y el culo gordo. Con tacones altos y una bolsa de plsrico colgando del braz-o o de la mano, acechaban en las esquins o detrs de enrejados verdes. Entre ellas, un vago d.
cara polvorienta
negra quc alguna vr,z fue suiter o algo as, sin zapatos pero con calcetines, mostraba las nalgas secas debajo de los pantalones cados a lo Canrinflas. Era el eremita de los basureros. Pasamos junto a puesros de dulces y de zapatos, de jaLrones y de champs, de jugueres de plstico y de perfumera local, de cazuelas de barro negro y de ollas de Santa Clara del Cobre, de juegos de la
Oca y de Serpientes y Escaleras. lJsuarios pacienzudos formaban colas largas para romar el minibs a Santa Martha; vendedores de lotera ofrecan billetes para el prximo sorreo. Arrastrando los pies, los nios dejaron atrs la Maderera l-as Selvas, el Cenmo Bodnico Azteca, la TaqueuNfe Vuelves Loco y el Almacn de Plantas y Hierbas Medicinales. Afuera de la iglesia de t Soledad, consrruida con piedra roja de tezontle, y de un expendio de cerveza, mujeres en pantalones negros y zapatos de tacn alto esperabarl a sus clientes. rejas en las ventanas para que -Pusieron no te mtas, carnal. Pero ests ran anmico que cabes entre los barrotes Pelos Parados.
Dientes de Peineta respondi algo ininteligible, una especie de'O sea" arrastrado y pastoso.
-diio
)7)
faldas tradicionales, tapndose con el rebozo la cabeza para
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protegerse del sol, acompaadas de sus cros, ven..dan chiles, jitomates, hojas de mazorcas, cebollas y
-pregunt
Pelos Parados a
lirnoncs. A travs del ruido del trfico me lleg lavoz de un merolico ofreciendo pomadas para los calam, bres, los desgarres, la mala digestin, los dientes cariados y para cualquier dolor. Sus gritos me arrajeron, quizs porque parecan ladridos. Desde un camin los cargadores avenraban naranjas podridas al suelo. No se fijaban en pearones, ni en bicicletas ni en diablos. En medio de la calle dabn la impresir, de .st", solos en su acrividad. Detrs del camin una perra chata me gru, no s si por ganas o en defensa de sus desperdicios. Encadenada a un refrigerador descompuesto, era patca. En la calle Santo Toms. docenas de homb-res, con cara alerta y ojos aguzados, observaban el dlsfile de las ,."or.rudo.al, q,rien.s en pasarela continua mostraban sus encantos fsicosChicle en boca, la piel morena, el pelo negro suelto, la minifalda roja o negra y los pantalones lilas o anaranjados, las botas negras y los zapatos dr tacn alto, las mujeres estaban paradas delante de una casa en ruinas. Una por una se desprendan del muro para presentarse a los hombres. Una msica ranchera sala vociferante de la boca de una cantina hedionda. Un perro blanco sucio las segua. Un padrote
-Vienessss?
-Vasssss?
-Cien.
-Ochenra.
-se
a la vecindad. Yo los segu, pisndoles los talones. No supe si Dientes de Peineta iba rindose o era incapaz de taparse la dentadura con los labios. Con l no se saba cuando estaba serio. A veces daba la impresin de hablar en broma, pero estaba enojado. En los cuartos delpasillo apenas caba.un colchn. Una cortina zancona protega mal la intimidad de los fornicadores, cuyos pies se asomaban, cuya ropa estaba tirada en el piso, cuyas voces se escuchaban:
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'Aprate." "Esprame." "Ya salte." "[Jn minuto ms." "Ya qurare." Al fondo clel lavadero esraba un
altar con una imagen de la Virgen de Guadalupe, con veladoras prendidas. o aqu llcg.ii-rrl, .rr,rri.r, qu se les -Hast:t ofrece? sali al paso un hombretn de ms de cicn kilos. a ver a mi hermana. -Vengono hay hermanas, aqu hay puras.
La Alarneda L,l atardecer del domingo sali de la est:rcin dcl Metro un hombre de pelo gris, lentes de sol, pantalones caquis y chamarra negra. Tendra cincuenta aos. Muchachas en pantalones de mezclilla y blusas de manga corta se asoleaban en las escaleras del
palacio de las Bellas Artes.
I
I
-Aqu vi entrar.
--Le
la calle __el hombre nos acompa a -En la salida y dio el portazo. Volvi a abrirla-. No vuelvas a tocar, cabrn, porque te rompo la madre. Largo raro esperamos a la hermana de Dientes de Peinera. Pelos Parados y Silvia se recargaron en una pared pintada de amarillo, mientras l exploraba con los ojos la calle, los cables colgando de los postes. O lea los lerreros de Misclanea l_a providencia, Bar La Cornera y JoyeraEl Hormiguero. No se cansaba Dientes de Peinera de mirar y mirar la pasarela de las mujeres callejeras. Mas cuando apaqeg! la muchach?, gue esraba con un cliente, se decepcion: No era su hermana.
--Me
la vers salir.
En la Alameda, el hombre pas junto al monumento a Beethoven. El olor de los charcos se mezclaba al de los tacos de tripas. Mujeres con carros de elotes enfriaban refrescos en las tinas con
hielo. De las ollas sala vapor. Una pareja lama una paleta verde, lentanente, para que les durara. El hombre se sent en la silla de un lstrador de zapatos con gorra Nike y uniforme azul. Estaba tirado en el pasto alguien que se tapaba con una colcha. No lejos, sus botas y pantalones. No se saba si estaba dormido o nuerto. tiempo lleva as? -Cunto Siete, indic con las manos el lustrador de zapatos. Era mudo. la marana? -Desde "\o lo toque, si lo despierte le dar de madrazos", el mudo escribi en- un papel.
De pronto, dos mujeres nos aventaron cubos de agua sucia que haban sacado de los cuaftos. los culeros.
es?
de zapatos.
agua encima.
En eso, de la colcha emergi El Toloache, con el pelo enmaraado y los pantalones sucios, la camisa morada y la chamarra rnugrosa. Tlaa un calcetn puesto; la planta del otro pie, desnuda. Se pein con una cosa blanca y empez a meter sus
-Diez.
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propiedades en una bolsa de plsrico. Gate para alcanzar sus botas. Con ojos desconfiados mir en torno. Se ech la bolsa al hombro y se alej por la Alameda. Se detuvo para ver un espectculo al aire
hbre.
ElYermo, comediante de la Alameda, micrfono en mano, era un chorizo de groseras. En camiseta y pantalones caquis,.sin cuello y con me_ lena enorme> se puso una mscaa del presitlente Vicente Fox y comenz a hacer chistes de doble sentido. Su pblico, mixro, esraba compuesro en su mayor parte de trabajadoras domsricas en su
da libre.
en los troncos de los lamos secos y las pa.lmeras marchitas. Silvia ola acrivo con Ia mano derecha metida debajo de la sudadera para alcanzarse la nariz. Nios pequeos juqaban en el polvo y en la hierba. Una vendedora empujaba un carriro de helados Ray's. Muchachas ofrecan fruta pelada y bisutera. l)ientes de Peineta y Pelos Parados iban abrazados como carnales. I-Jn cantante religioso, crucifijo en mano, berreaba: Que t amas, que r arnas, con inmenso amor. Que t amas, que ttl amas, con inmenso amor.
qu tan chiveados? Yermo se quit la-Por mscara de presidenre y se -El puso una de la
muerte
.
La mujer que lo acompaaba se levant de un banco para recoger con un bore "lo que usted desee dar". Venda caseres con los chistes de El yermo. Yermo-La Muerte se contoneaba: qu se parece una botella de vodka a -En las rubias mexicanas? En que las dos rraen su Oso Negro. Por qu el Papa usa condn? por si la santa cede. Por qu las mujeres ya no se casan? porque po un pedazo de salchicha se denen que llevar todo el marrano. Cmo se escoge al hombre ms pendejo del mundo? N azar. A quin quiere aho.a Bill Clinton por esposa? A Mary Boquitas. Llega la princesa Diana al cielo y San Pedro le dice: "Hija ma, mira qu aureola te boras." Conresta la princesa: "Qu aureola ni qu jodida, es el pinche ,rol"r,r.." En los prados las parejas se abrazaban ignorando al prjimo. Algunos solitarios usaban loi tocones de los rboles como taburetes. O se recargaban
Un catequista flaco compera: pueblo de Mxico es un pueblo de in-El digentes: el hombre de Dios siempre ser prspero. Dijo Cristo Jess: Reconzcanlo, hermanos, la envidia existe, es la que hace que tu vecino arroje basura a tu puerta porque esta maana ests feliz. El religioso canr a la cara de Pelos parados:
AIeluya, Aleluya. Ven, Espriru Sanro, llena los corazones de tus fieles con amor.
mentalizndonos porque va a venir el a hombres y mujeres a -una mostrarles la mano-. Mara, la palma de ru mano dice que a pesar de lo joven que eres has sufrido una decepcin. No re preocupes. Pero esprame tantito, te voy a regalar el secreto para que tu vida cambie.
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-Q6 vantarse.
Entre los catequisras y los rnerolicos, un fotgrafo ambulante con cara de loro trauba de hacerse or: vel chaparritas, se van a rerrarar bonitas. -A Locliz a Silvia, quien estaba inhaiando activo con una servilleta: ver preciosa, una foro a colores. -A gustara, don Chucho, pero no rrai-Me go dinero. te preocupes, chula, para ri las foros -No son gratis. estoy baada, traigo el pelo sucio. -No te arreglo ---el fotgrafo jla c-Ahora mara en el trpode y, senrndose en una silla, la sent sobre sus piernas. Le abri la blusa y le unr crema en el pecho. eso para qu, don Chucho. -Y que no salga tu piel reseca pas , -Para -le la inano por los muslos-- Tienes los chamorros blahdos, debes hacer ms ejercicio. hacerme eso para una foto? -Necesita se me haba olvidado qu se sienre ser macho, -Ya cundo viens a visirarme? Atrs de la Dos de Abril tengo un cuarrito. Aqu cerquita. Si quieres vmonos para all. da, don Chucho --ella trat de lelavaste el pelo? Hueles a champ
te voy a dar un
dinerito, cuando
oFreci una
nado de solvente. Llevaba abiertos los pantalones verdes, la camisa y la chanrarra desabotonadas. Un calcetn extraviado. Andaba como ebrio. Cerca, un hombre con lentes negros y cabeza rapada salud a Catalina. Ella, sombrero de hongo, pantalones amarillos y blusa azul, se acomod lzu teras sueltas debajo 'Ioloache salt la jardinera pintada de de la blusa. El
negro, se meri en un prado. Un aviso deca:
El hombre pas entre dos fuentes con esculturas de bronce: la de Venus y la de las Danaides. Por el piso azul el aglla se vea azul. Dientes de Peineta, separndose de Pelos Parados, atraves las plazoletas con fuentes y estatuas de bronce. Ten?an nombres como Malgr Tbut
y Desespoir. En un momento de alucine vio animovimientos hasta que se quedaron inmviles de nuevo. Luego se posicion a Llna mesa de juego y apost dos monedas a los dados. Perdi. el ala, buey. Hay gente que quie-Ahueca re jugar tahr lo ahuyent-el de Peineta se qued pasmado en la Dientes acera, sin saber adnde ir. lr sobraba tiempo. Los
marse las figuras femeninas. Observ sus
-Te la apret contra su uerpo. le dije que traigo el pelo sucio. Me voy.
-{l
-Ya tu edad no necesiras lavrtelo, tu cabello tiene-A perfume natural fotgrafo le acuenc
un pecho.
--cl
-Se
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28r
le antojaba recostarse en el banco y
jubilados y los desempleados en los ban-sentados cos de fierro con sus sacos viejos y gastados, sus canas bien peinadas y sus bigoritos finamenre recortados- pretendieron no verlo, aunque como perros dc picnic pasaban las horas y los das esperando que alguien les aventara el hueso de una conversacin. Poco despus par afuera del resraurante El Horreo. El mesero sali para correrlo. En la esquina se sir.rti miserable. Dudoso, el fulgor de la tarde enrojeci su mejilla derecha. Pelos Parados y Silvia se enconrraron. Sin mlrarse, sin tocarse, empezaron a caminar juntos. El hombre de pelo gris se dirigi a la iglesia de la Santa Veraciuz, edificada cor pi.dra roj. En un costado de la puerra principal se anunciaba que adentro estaba sepultado el arquitecro y escultor Manuel Tols. Enrre las losetas de piedra creca el pasto. Alguien ladr por un apararo de sonido: "Todo me gusta de ti." al Toreo, sale al Toreo un -grit -Sale minibusero El inrerior de la iglesia era amarillo. Arrs del altar estaba el Seor de los Siete Velos, cada r'rno .or los colores del iris. Abajo haba imgenes de bulto de Mara y de San Juan. Arriba, vitrales de la Virgen de Guadalupe y de San Antonio. En el piso, floreros con gladiolas blancas. Silvia y Pelos Parados se sentaron en un banco de madera. Yo, a. sus pies. es la riqueza de este mundo? Nada. -Qu es el poder? Nada el cura de sorana Qu -profiri rojay pelo grueso de cepillo. La iglesia estaba casi vaca. Pelos Parados extendi los pies debajo del banco de adelante. Se
dormir la mona. En su alucine, oy a un loro parlotear adentro de San Antonio, quien permaneca con los labios cerrados.
Dios los bendiga, eh. Que el Espritu Santo los ilumine, eh ----el cura alz las manos. Los fieles se hincaron. Pelos Parados se qued sentado, las manos adentro de la sudadera, inhalando. Los fieles se formaron para comulgar. Un hombre
a"
gordo se arrodill. n.], no se han confesado --__<l cura neg la comunin a Silvia y Pelos Parados-. les Adems, saquen de aqu a ese pinche perro. Con un movimiento de mano llam al saTsredes
_[
cristn:
sia sola
El sacristn fue derecho a los nios: invito a que pasen afuera. -Los Los nios salieron por la puerta que daba a la iglesia de SanJuan de Dios. Por el rabillo del ojo vislumbr a un hombre vestido de blanco, descalzo, con melena y manos atadas, el Cristo Nazareno. Delante de la capilla, veladoras ardiendo. En el atrio de esa iglesia alguna vez se haban instalado Pelos Parados y Silvia. En un escaln de la escalera de piedra se haban sentado para cachondear la noche. En el vallecito entre las dos iglesias haban hecho el amor"bajo elgorjeo de los canarios. Desde lo alto de la escalera se vean los rboles de laAlameda, los coches estacionados,la plazoleta. En el kiosko, una banda de msicos con casacas burdas tocaba un vals. A un costado de Be-
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llas Artes brillaba la luna. A la derecha, el sol poniente se reflejaba en las venranas. A la izquierda, la montaa blanca de una nube pareca levantarse de la mole del edificio de corrcos. El instante era color rniel. Una lualrta colgaba entre dos rboles:
te llamas?
doce aos
Plaza de l Solidaridad
El anochecer del domingo apareci en Plaza Solidaridad el hombre de pelo gris. Al norar su presencia algunos nios salieron de Ia casita, fornada con plsdcos atados con cuerdas a las jardineras y a los bancos de fierro. En el suelo esraban los colchones. Los miembros de la banda haban estado acostados casi todo el da, indiferentes a la gente paseando por la Alameda. Los a.jedrecistas jugaban en las mesas cercanas. Echado afuera, con las patas extendiclas y el mentn en la tierra, yo era una mancha amarilla, unos ojos observalorodo. Dientes de Peineta traa panralones dc mezclilla y una sudaderaazul, adentro de la cual mova las manos, cubrindose con los bordes medio rosrro. Cada vez que se rapaba la boca o era para darse un toque. rraes en la mano? pregunt el -Qu -le hombre. mona.
le present un
mantenel el equilibrio padres me metieron en un internado -Mis mc y no gust. Iv{c pegaban. Todo.me Io quitaban La Rana, la boca grande, los cabellos -invent enmaraados, los ojos opacos y la chaqueta grande. cuido coches en una terminal de ca-Yo miones, pero los guardias me golpean, mire-Juan Carlos le mostr heridas y costras en piernas y
brazos.
-La
-Qu alucino.
sientes?
re va a
El hombre escribi. llegu a Mxico dorm en un -Cuando baldo. donde estacionan los autobuses. Elhombre apLrnt. de Pachuca. Un trailero me dio un -Soy Me vine de mosca. Me qued a vivir en el avenrn. Metro lndios Verdes.
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a l-a Ponciana, esr preada y no -Mire sabe de quin. Le gusta el dinero [cil. La otra vez
llcvaron unos granaderos y a cambio de comi, (larlos seal a una da durmi con ellbs -.Juan char.'a rlc uiios trcce anos, descalza y desgarbac{a, el cuerpo como de pollo flaco con una bola en el vierrtre. Llevaba una sudadera en la que pareca nadar y unas chanclas ms grandes que sr_rs pies. El liombre regal unos pesos y otros nios de la plaza vinieron a rodearlo. Dando pasos coll dificultad, charoleaban con la rrrano exrendid1. diecisis aos se acerc tan-Tbngo -Bero to a sus bolsillos que el hombre retrocedi, remeroso de un asalto o de un corltacto fsico cercano.
se la
lisa, flcida y sin calor. [a retir con alivio. Los nios le daban asco y ruvo e[ irnpulso de lavarse de inmediato. Y ha.sta de tirar el cuaderno de noras y la pluma que le haban rocado.
vine de Veracruz. sac del bolsillo dos monedas de a diez pesos y tna de a cinco. Rana cogi --Yo distribuyo el dinero
-Me Elhombre
las nroncdas.
-[a
m no nle dieron nada Parados -A -Pelos fue desplazado !o. chavos m,s agresi'..os. r,rr EI hombre le dijo adis con la mano. Camin rodeado por un grupo de turisas norteamericanos, con la cmara colgando del cuello. Lo segu,
-Me
nacimienro.
le quiso sus, traer del bolsillo un billete de -Bero a veinte pesos. no se hace hombre le apret la -Eso -el mureca para que abriera la mano. el dinero nios lo ro-Devuelve dss-. No se roba a quien-varios nos ayuda. Como no hizo caso, Juan Carlos lo empuj. hacia atrs, hasta que se qued inmvil. y as se qued el resto del riempo: sin avanzar, sin retroceder, luchando por manrener el equilibrio. Thmpoco poda hablar. Por la presin de los otros abri los dedos, solt el billete. carnal Parados quiso es-Scor -Pelos trechar la mano del hombre. Por un momento l dud en drsela. Pero se la dio, sintiendo su palma
dio una patada, pues para alguna genre no hay ada ms f;cil que desquirar sus frusrraciones malrratanI do a un perro callejero. Un nio de pelo lacio y perfil de guila e acost boca arriba y con las piernas abiertas sobre un macetn de piedra. Llevaba pantalones de mezclilla, desamarradas las agujetas de los zapatos. Media cara le tapaba la sudadera Csar -Soy -jo El honibre escribi su nombre en el cuaderno. de Puebla. Gngo once as. -Vengo Se hizo tl silencio. abandonaron. De eso me acuerdo. -Me El hombre anor sus palabras. padre me trajo a Ia ciudad y aqu me -Mi "Esprame dej. ranriro", dijo, y nunqr volvi. O
ssseeea
se
aos.
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El hombre recogi sus frases. pap, cmo se llarna, quera quemar la casa, -Mi nosotros fuimos a demandarlo y lo merieron a la crcel. Cuando sali me correte con un machcie. N{c qi-rcra corrar cli dos pedazos. O ssseea, mi madre lo detuvo. Me sac al corral y all me colg de cabeza en un rbol, las manos y los pies amarrados con un mecate mojado. "Hdgame lo que quiera,'mi jefe, nams le digo una cosa: No lo quiero", le dije. O ssseeea. Me traio a la ciudad y aqu me abandon se acosraba en el piso, -Csar, con los ojos perdidos.
va a dar o qu?
con
ssseeea.
-Cmo triste. S, rrisre. -Esroy quieres ser cuando crezcas? -Qu O ssseeea nio pronun-Arquitecto. -el su significado. ci la palabra como si no conociera
Dobl y estir los brazos adentro de la sudadera. -Sabes
leer?
te sientes?
-O
Polica
ssseeea.
-Cuntos
Silvia, con restos de maquillaje en las mejillas y alrededor de los ojos. Por su expresin haba tomado algo. Mir sin decir nada. Se med en la casita.
Pas
"
A medianoche Silvia, Pr.y y Erika salieron a charolear. Tomaron la calle de Valerio Tiujano hasta Pe' dro Moreno, rumbo a Garibaldi. Afuera delTeatro Blanquita se toparon con una patrulla. Sin bajarse, los policas les echaron encima las luces del carro, csi atropellndome al frenar en seco. all, cabrones! del vehculo -Alto -sali un agente rubio, pistola en ulano. Una cabeza negra observ el cuerpo de las nias desde detrs del cristal. nos apaan Erika. -sopl -Que en el asiento de atrs -orden -Sbanse el agente.
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El bolso de Silvia cay al,suelo con un ruido sordo, pues no llevaba nada que sonara. El agente lo recogi, pero ella no quiso recibrselo y l lo rir de nuevo al suelo. Ella entonces se agach para alzarlo.
En un crucero de Reforma un polica de trnsito en motocicleta y un taxi blanco con cuatro policas vestidos de civilsiguieror a la patrulla. Se pararon
APu:ci
l.tlt, elcalldv
tonado, tard en darse cuenta de la siruacin. euiso decir algo, pero las palabras no fluyeron en su boca.
mano, ponre chido polica que no-Toma, se haba baiado del vehculo -el le dio unos
chochos-
Pablo los vio pamir, conmigo a su lado. Caminamos juntos un minuto o dos y luego nos separamos en la soledad de la calle. No haba genre, no haba coches. En una esquina oscura se etuvo la
patrulla. Corr hacia Silvia. Ellaquiso subirme, pero no pudo abrir la puema por dentro. Lo que ocurri lo o de sus labios al da siguiente, cuando se lo conraba a la hermana Francisca tirada en un colchn con los ojos cerrados, pues se haba puesro la mond: varnos a dar setenta y dos horas de -Les aresto y luego las llevamos al rutelar el veh-en culo las amenaz el polica calaco. que les den una nadriza de la -Para -el cabeza negra arranc. esrn metiendo miedo not -silvia lateque les -Nos daban vueltas y vueltas por callecitas rales, por colonias desconocidas. Pary guardaba silencio. - -No lcs esranros metiendo miedo, si dicen algo las maramos. Adnde nos llevan? bailar.
-A -;A
bailar?
en un canal dc aguas negras. All haba un nido de avispas. Brika quiso echarse a correr. El polica de la moto la alcanz, dndole con un bat cn las corvas. L)esde el suelo, Erika vio que el tipo le hizo la finta de darle en la cabeza, pero la levant de un brazo y le puso un desarmador bajo el mentn. prxirna vez te chingo. -La Erika regres, con l cerca. Las otras do. r"l estaban cn los coches. Los vehculos tomaron la carretera a Pachuca y al poco rato ingresaron a Lul hotel de paso por el estacionamiento subterrneo. Los policas descendieron, tres adelante, tres atrs, y el de la moto. Siete en total. Ellas en medio. Silvia se dio cuenta de que eran jvenes. que cuando te violan y te hacen -Verdad el anlisis si tienes el himen eistico sigues siendo . virgen? --dijo Erika. dicen. -Eso m me han violado tres veces, una en -Aen el estacionamiento del Teatro Blanun vocho quita, otra uno del ajedrez y otra ya no me acuerdo. El del vocho me dio droga y cuando me despert estaba en el piso con los panralones abajo de las rodillas. Al menos haba usado condominio El agente rubio se arregl con el recepcionisra. No hablaron, se hicieron seas. cuarto de siempre, no er necesario re-El empleado le dio una llave y se meti en gistrarse -el una sala con las luces apagadas. Para ver teievisin. Era el cuarto cinco en e[ primer piso. All, pateando la puerta, los policas les arrancaron las
29r
blusas, les bajaron los pantalones, las faldas. Como Erika se resisri, el polica de la moro le dio un gol_ pe en el esrmago y la dobl. Luego la avenr con_ tra los muebles, contra la pared, ..rrr" la venrana.
La patrulla dej a Pary en una calle lateral. lbna Ia ropa desgarrada y los ojos amoratados, y el lpiz labial fuera de los labios como si le hubieran
menre se monraron sobre Silvia, quien lloraba. A Erika no le hicieron nada. .,Hueles feo", le dijo el de la moto. Parada junto a los cinrurones con las pistolas, ella dud en sacarlas y matarlos mientras estaban violando a sus compaeras. Se redujo a insulrarlos.
untado fresas en la boca. policas nos violaron se ech -Los -Paqy a llorar. chochos Pablo, sen-repiti tado en-Chochos, la banqueta, sin mirarla siquiera.
Busrando a Paty
el hocico o re madreamos
_el _le
nunciarlo. Salido el sol, Silvia regres a Ia casita, des_ peinada, demacrada, l"s ropas d.sgarradas, la mira_ fi" en ninguna parre, los labiJs temblando, en {r. el bolso unos pesos que le haba avenrado el p"li; rubio; las piernas apenas podan manrenerla.r, pi". _pelos parados baj^un violaron? . -Te instante la mirada. Estaba sentado en una;aidine_ ra. La haba estado esperando roda la ,o.h.. Ella asinri. Haba inhalado acrivo y no dijo nada ms. Pero al verla venir con el cuerpo maltra_ tado, rendido, como si le hubier"r, dadj una paliza, l lo haba sabido de inmediato. Silvia sonri cuando me le acerqu movindole la cola.
-Vjsrete, ordenaba a Silvia el agenre rubio. . Erika y Silvia volrlieron en el taxi blanco, el polica motociclista azot4ndo a Erika contra el vi_ drio, pues a ella se le ocrjrri decirle que iba a de_
Otro da fuimos a buscar a Paty a la calle de Br,rcareli. Cerca de las bodegas de los peridicos, una nueva banda se haba establecido y Pelos Parados tuvo que subirse a un muro reblandecido pr las lluvias para llegar al orro lado. A cada momenro estuvo a punto de venirse abajo con todo y muro. . Pregunt por ella. Nadie la haba visro. En Casa Nianza le dijeron a Silvia que Pary haba esndo all hace rres das, pero se haba marchado. Entraba y sala de la cas sin avisar, a veces slo vena por atencin mdica. No haba dicho a nadie lo que le haba pasado. Silvia tambin guardabasilencio sobre lo suyo y durante das anduvo pensativa, sin querer comer ni tocar nada. Le daba miedo salir de noche, aun en grupo, por miedo a encontrarse con los policas. Yo la segua de cerca hacindole ruidos, pero no me contestaba. J-os de la banda de la Guerrero vivan afuera de la estacin del Metro. Los chavos se dedicaban a asaltar genre. Las chavas, a la prostitucin. A los bebs, producto de su promiscuidad, les daban
cemento en vez de leche. Eso a los que conserva-
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ban, porque a otros los abandonaban donde fuera. l,os chavos solan pelearse por dinero, acrivo o por el control de la banda. Utilizaban los puos y los pies, y hasta armas blancas y de fuego. Algunos habn nruertt- eu riias o se pudrian en la c-rcel. El Gas y El Pescado, dos mozalbetes desencajados, con las manos como carcomidas y los ojos sin brillo, desde un banco de madera nos vieron venir entre los puestos de los ambulantes. En esa
parte cuidaban coches, limpiaban parabrisas o charoleaban. El Gas, subteniente de Carlos Resistol, nos dcsafi con ojos mandones. El Pescado nos ce-
-No para decir que no, no, no? -Ni srbe nisu apellido, ni qu horas son. -No Anda irh
-Chida? que
habla.
-Ms
eso.
sabes qe se llama
-De
rr el paso.
-Qu buscando a Pary ds Peineta -Andamos se sac la mano de la boca, la -[isns5 servilleta deshecha
onda?
-A violaron. -La la riegues, buey. -No la neta, buey. -Es la mames, buey. -No la manch, buey. -Ya El Pescado y Dientes de Peineta seestrecharon la mano. Eran viejos conocidos. foto? -Tiaes se dej retratar nide recin parida. -No qu, tu carnala? Parados es -Esa -Pelos seal a una adolescente de complexin delgada, cabello oscuro rapado, pmulos amoratados, mejillas raspadas y boca regular, que se le quedaba mire y mire. _Es Marra. puede decir ella su nombre?
qu se debe el horror?
Claudia, mi carnala. duele la rabadilla? -Le violaron. La otra noche, .r', m" ,ar__La minal de camiones, aunque se ech a correr, Los Felinos la cogieron de los cabellos y la subieron a un carro. No supo nicuntos ni quines. En pleno clmax le metieron chochos en la boca y se durmi. Al despertarse, lo nico que vio fue al sol entrar por la ventana de un cuartucho. Se dio cuenra de lo que le haba pa.sado pororre tena lr. n rlgas adolorides y no poda pararse. Sali a la calle y sopas! que se cae. Llega una ambulancia y sopas! que la trasladan al hospital de urgencias. Y sopas! que le dan unos antibiticos y sopas! que orro da la ponen de pati-
-Y
aquella?
-Es
tas en la calle.
-No
ta nunca estaba en casa. Cuando zus -La cuatro primos supieron de la violacin se pusieron en fila. Al fin ya esraba amolada. Ella se ech a la calle, Ia ta no le crey lo de los primos, le dijo que era una mentirosa.
-Tiene
familia?
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ulla ca-[)os de Proteccin Civil. Fingi insomnio y mioqpta dolores de.cabeza para escaparse cle la cnFernrera, porque una seora licenciada de pelo corto y hombros anchos la dedeabapara ver si era virgencita.
-Volviendo hombres
a Paty. se la llevaron en
-Enrespondi a las preguntas con un "No neg todc, pas nada. Nada pas." As que no hubo investigacin. Despus quiso desquitarse con su cucrpo quitndose la vida. aventndose a un coche. No se lo permitieron unos azules
-Dnde .-No s, ai nos vidrios.
despidieron. Nosotros nos fuimos a la calle de Panaderos. All dijeron que Pary.haba ido el sbado en la tarde a una dapalera para comprar un bote de activo y no haba
se
..
ms?
est?
El Gas y El Pescado
regresado.
Me-
tro Revolucin, Insurgentes y Chapultepec, entramos a los pasillos de la estacin Buenavista y a otros lugares de enganche. AI caer la tarde llegamos a un
busto. Dienres de Peineta y anduvieron entre ellas, las prostitutas nias, pero no hallaron a Pary. Silvi: clijo Qrle scra bucno clarse utra r-uelr por [ Merced. Mas yendo hacia all, cuatro bodegueros, confundiendo a Pelos Parados y Di.nres de Peineta con unos chavos de la Guerrero que les haban robado unos sacos de harina y otr4s cosas, comenzaron a seguirlos a pie y luego a perseguirlos en un taxi verde, hasta que los acorralaron en un callejn. Ya les iban a dar de cuchilladas cuando alguien dijo que no eran e[os, que eran otros. As que los dejaron ir. Lleg la tarde y nos apersonamos en un barrio cercano a la estacin Villa de Corts, para preguntar por Pary. Unos chavos, sin conocerla bien, nos dijeron que se haba ido al cine, orros que andaba por un Burger Boy. Ya de noche, Silvia sugiri {ue nos asomramos debajo de los puenres. Todoslos lugares del suelo estaban ocupados por chavos y chavas, algunos de ocho aros de edad. A los que estaban tapados con cobijas no se les pudo mirar la cara. frijoles? Zurdo nos confron-Qu -El t, parado en una escalera de cemento.
Pelos Parados
jardrn desierto y sin alumbrado. Adento de una camioneta amarilla para repartir mercancas estaban sentadas dos nias de doce aos. En la parte de atrs haba cuatro. Al vernos, el chofer arranc y se las llev con rumbo desconocido. Tles chavas paradas iunto a una casa de ladrillo se nos quedaron viendo.'Dos con minifalda y sandalias, la de en medio en pantalones. ls tres, con el pelo largo y los labios pintados, nos miraban con gesto retador y descarado. Una mostraba los muslos, otra cuza-
-Buscamos por qu el inreres, Dienres? o -Y mi carnala. -, Zurdo les ofreci unas piedras -Ja -El para sentarse . Yo me ech junto a Silvia. pac, pa que duermas calentiro. All -Vente re vas a enfriar en la noche poco raro El Zrdo
meempuj y cogi a Silvia -al de un muslo, trarndola como si fuera ya su mujer.
a Paty.
-No
te le acerques
-le
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-A _A rn ntisma.
-Tn
quin perteneces?
chamagosa y con tantos mgos?
Junto a la boca destapada de una coladera que haba sido habitada y abandonada por sucesivas bandas de nios de la calle, se sentaba un muchacho
acrrtonado, con los oios or36e5 y h piel cetrina, quie ir al darse cuenta de que por all andaba cazando El Cato, un espa de los guardias privados de la central camionera, se levant y se [ue. Incapaz de alejarse mucho de la coladera, se recarg en una pared. El Gato, varilla en mano, lo sorprendi ense;uida. Pero el individuo, con parche de pirata, se conruvo al vern,rs Al menos mientras los nios se desliebn uno por uno a travs del estrecho espacio, sin luz y maloliente, que conduca ala morada de Carlos Resisrot. Yo baj al lrimo, en brazos de Pelos Parados. El palacio subterrneo estaba iluminado por luz elctrica robada de los postes de arriba. Y hasta telfono tena, gracias a los cables descendidos hasta el silln de grandes patas donde se sentaba un rey nico, Carlos Resistol. La mesa que le serva de escritorio tena tabiques en vez de patas. El ropero, erigido con cajas de mercado, estaba repleto de botellas con chochos y de botes con acrivo, de rubos con Resistol 5000 y con UHU, de charolas con polvo blanco ycon marihuana. En un nicho, Calos Resis-
-Djala si as es la neta, ai muere -Bueno, -El Zurdo se alej por un sendero y a los pocos minutos le vi la silueta parada en el puente. Luego se perdi cn l noche Pelos Parados y Silvia se pusieron la mona
hasta que los sorprendi elsuco. Yo me dorm cerca de ella, aunque en una orilla, dondc abajo pasalran
en paz.
los camiones. Antes de que saliera el sol, cuando estbamos ms desprevenidos, El Zurdo y otros chavos aparecieron con cuchillos y palos y empez ^ ron a quitarles la ropa, el dinero y los tenis. A cambio les dieron unos andrajos para irse. No slo eso, uno de ellos avis a los policas El Rondn y El Calaco de que all andaban unos sospechosos de la Guerrero, y tuvieron que partir antes de que los c zara su patrulla. Por fortuna, al amanecer llegamos sin problernas aPlaza Solidaridad.
En la hora espectral, cuando los cuerpos que cruzan la. Avenida Cien Metros no se distinguen bien
de la oscuridad reinante; en esa hora f;cil para atro-
pellar, cuando los automovilistas pasan nerviosamente sin prender las luces y en la^s inmediaciones se cometen asaltos y secuestros, violaciones y pequeos robos, en la distancia vislumbramos el molusco gris de la central camionera. Pero no entrarnos al edificio, el fin del viaie era visitar a Carlos Resistol.
tora, que beba l mismo. El lugar ola a thinner y a otros solventes. El olor, embarrado en las paredes y flotando en el aire, casi poda rocarse con las manos. qu soy bueno, carnales? ojos -Para -los de Carlos Resistolse ocultaban detrs de lenres con
vidrios espejeantes.
PaSarl.
-Los
pedirle un favor.
favores
se
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)gq
Resistol hablaba, Pe-Seor -mienrras los Parados fue aluzado por El Gas. llamarme don Carlos El Reden-Deberas tor. Ves all a esa chava flaca, desnutrida e infeliz? Es Mnica. Su padre la rifaba en las ferias y la aposraba
en los juegos, abusaba de ella desde que rena seis aos. Se escap y yo le di cobijo. Aquellas son las hermanas
El Chiapas. 17 aios.Apualado en una ria con l-os Felinos. Yssic4. l4 aos. Se suicid con pastillas. Francisca. 15 aos. Apareci sentada en una jardinera.'Ibna dos das de muerra. El Correcaminos. l0 aos. Cay a las vas
Ibarra, Natalia y Nanc de nueve y once aos. Al huir de su padrastro y de su madre golpeadores y adictos, llegaron aqu por principio de urgencia Aquel nio de o.ios azotados, asomndose entre ellas, no conoce su nombre. Thmpoco su edad. lo nicoque recuerda
es
el bao?-Disculpe el Saln de las Damas Primerizas est al -Silvita, fondo. Que El Gas te d una lmpara de bateras, no vaya a ser que re caigas en el drenaje
que sus padres murieron. Tambin vino conmigo. que lo interrumpa, dnde est
del Metro. Rufino. 13 aos. Fue baleado desde un auro en marcha. El Acapulqu e,o. 14 aos. Estrangulado por un pederasta en un hotel de paso. Dientes de Peineta. 16 aos. Muri del tiro de un polica judicial apodado El Diablo.
Silvia leyo otravez. No deca Dientes de Peinera, dcca:
'
profundo. Delante del espejo incrustado en el cemento, Silvia pas sin verse, como ciega anre su propio rostro. En las paredes negraj ley el nombre escriro con spray de algunos nios muertos:
Robeto.- 14 aos. Consumi tres das seguidos activo hasta olvidarse de comer y de moverse.
-Cuidado, cachondeadoras
Rivas. 12 aos. Atropellado por un coche que se pas un aho. Susana. 15 aos. pespus de ser violada, la estrangularon en un baldo. El Tiueno. Falleci de sida. Lupe. 1 1 aos- Desapareci despus de que se la llevaron unos judiciales.
I
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Resistol me abri el -Quieres? -Carlos hocico para mererme el cigarro dc marihLrana que acababa de prender. De mi jeta sali hunro. es el excusado ms peligroso del mun-Esre do, da al abisrno
la secundaria para mu.ieres SorJuana Ines dc la Cruz. All mandaremos al perrito, si lc ponemos faldas.
-Cmo
le hagas caso, es una broma -Silvia, como si-No fuera yo persona, trat de calmanne. cmo no me va a hacer -Ah, no va a salir vivo de aqu. caso, si esc: perro cabrn hac cunto tiempo reside en esre -Desde palacio, seor? Dientes, desde que me lo permi-Mira, ten Los Felinos y los del cuerpo i" ,.gurid" d. la central camionera. on los mismos que una madrugada -No madrearon y dBsnudaron a unos nios de la calle atrs de la cential? hacerme lo mismo a m. Pero -Quisieron me la pelaron. Un domingo en Ia,maana, cuando vinieron a echanne chorrcls de agrlr, cul sera su sorpresa: yo tena aqu a El Diablo, su iefe, con tremendo pistoln en la sien, y los empezamos a balear. El Diablo no estaba conmigo por gusto, lo haba agarrado con un cargamenro de coca y lo haba amenazado con denunciarlo a sus superiores. Con las debidas precauciones, pues el alacrn que prendi fuego a esra coladera, calcinando a cinco nias y a dos nios de la calle, fue l -Carlos Resistolle dio un manorazo a un mosquito posado en su mejilla.
la violacin mltiple de Marisol, Maribel, C,atalina y Clau, dia, y clos semanas despus la desaparicin de Alberto. Roberto y ElGafas, raprados por [-os Felinos. algn motivo? -Porviernes en l:r noche Los Felinos ha-Un ban querido quitarles las drogas y las chavas y ellos los mandaron al carajo. Satans se encarg de la represin... y de la investigacin. Al bore-le de le coladera se oyeron pxsos. Apareci una sombra en el agujero. Carlos Resistol cogi una pistola y apunt hacia arriba. ElGas cogi un cuchillo. Cayeron dos bolsas en elpiso. Descendi El Gato. Vaci el contenido de las bolsas sobe la mesa, ,iunto a la televisin porttil, an"con la etiqueta de la tienda. te fue, Gato?
-Crno de cacera.
-Sal
nos trajiste?
-Carlos
-No
le cambies el canal,
control.
i
I
-El
-;Lo
detuvieron?
I
I
-Carlos
fin,
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pasbamos a saludarlo
-balbuce
que lo sepas, no soy afecto a excusas -Para de buenas ni a pretexros, intenciones esr lleno el inficrno y el cementerio. Se hace noche, chamaco,
Lo Jtfn
dime en dos palabras a qu han venido -Carlos Resistol dio_ un largo trago a su Coca Cola Light.
-No
mil
Quieres
pesos cabeza mis polleros les ofrecen pasaje, comida y escondire. a pary. No sabemos si El To_ me mencionen a esos cabrones. Con
Por diez
-No slo orlos menrar me rruenan las oreias. El mndi_ go del Toloache rodava no perdona a las mujeres
ye:rana: "Para qu haces eso, carnal, si aqu traigo la llave de la puerta", le dije. "Es la pinche cosrum_ bre de romper crisales para robar radiocaseteras',, dijo. Cunt traen?
porque Ia madre lo regal de nio. El Diablo, na_ ms pa decirles cmo es, la otra noche se estaba, robando un Grand Marquis y Ie dio una patada a la
'Hacia la hora vaga de la comida, los rres nios y yo nos fuimos por la lareral de Paseo de la Reforma rumbo a Puente de Alvaado. Seguimos por la Ribera de San Cosme y nos detuvimos en la calle de Nogal. Dientes de Peineta se par delanre de la ventanilla de una crsa pintada de amarillo. La fonda de laJefa. pelos Paados y Silvia se quedaron esperando en la esquina, el sol de la tarde en la cabeza, sin quirar la vista de Dientes de Peineta. l era el encargado de adquirir a crdito los guisados de laJefa. Estaban alertas, pues teman que pudieran irrumpir Los Felinos y golpearlos. Yo me figurabayalos tacos de ojoyde cachete, de sesos y criadillas, pegado a Dientes de Peinet se re ofrece, mano? Jefa abri -Qu -la haba la ventanilla de madera, en sus mejillas resabios colorados.
-O
pesos
-pelos
parados sac
un
bi_
lo, enrre los coches estacionados en Garibaldi. Silvia se acerc a hablarle, pero ella no la reconoci.
Resisrol se levant para salii. Era ya de noche y frecuentaba las calles hasta el ".rr*.... pary No fue necesario buscar ms a el domingo en la maana la hallamos senada en el sue_
los
--Uy,
con fri.joles, de fri-H*y joles con chicharrn y de papas con romarillo verde, qu te apetece?
desplumado.
prar -la mano grasosa. Dientes de Peineta la contempl como si viera por vez primera su rosrro currido por los calores del campo y de la cocina. Pens:
que me fe. Io visto vienes a charolear, no a com-Por mujer se acomod gl pelo cano con la
-Lo
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"Cunto valdr el colmillo de oro que lleva en los dientes? Cunro valdrn s.,s arracadas de oro? A lo rnejor podra carsele un arere. Lo que sea
...de cada quin, qu ojazos." si riene ia bondad, guisado para rres
agua.
-Qu
triste
-Dientes
de Peineta bebi el
la recmara, ella le
indic con
-Pos y pellejos para la mascora. Mas Ie dui.rro, no ren_ go con que pagarle,.perd el dinero en el Merro. no es problema, Dientes, puedes pa_ -Eso garme de otra forma Jefa cerr la venrana y desapareci. l pens -la que iba a reaparecer con la comida. En vez de eso, la mujer surqi en la puerta con el pelo arreglado y bil color lri.ro .., io, I"_ bios-.
Psate.
a la venrana. Una colcha bordada a nrano cubra la cama. En frente estaba un altar con una Virgen de Guadalupe.'
Delante de ella, una veladora. ver, vamos a desvesrirnos Jefa le -A -la sac la sudadera por la cabeza, se desaboton la blusa. Le levant los brazos. Se los oli-. Bate. hueles gacho.
los devolva en el mismo l.rgr. En el pasillo haba tanques de gas conectados a la esrufa e la cocina. Mir de cerca los grandes platos de su trasero. mucho no viene pary.
Dientes de Peineta la sigui por el interior de la casa, siempre reciba los recipientes en la venrana y
-O
-Y
-La
Uno est en Chicago, al otro lo -Dos. mataron en Ciudad Mocrezuma. Aese que era igualito a ti. Quieres beber algo? ---en la.o.i.r", l" ,rr".rj., [e dio un vaso de agua.
l I
meses. -Pero har un mes y pico. -Tons igualito.a un hijo que ruve. -Eres usted hijos, Jefa? -Tirvo
Dienres de Peineta se. qued parado en el umbral de la sala de bao, separada de la recmara por una cortina de plstico y un escaln. Regres desnudo. Mir asombrado las carnes de la mujer en pelota. chico, muy chico para m Jefa -Eres lo observ de arriba abujo con desdn. -la i -Puedo. vemos y luego lo dices. -Primero Un uniforme cafe oscuro colgaba de una percha, pues ella haba sido polica de trnsito. Sobre una mesita haba figuras imitacin Lladr. Un mapa de la ciudad esraba extendido sobre la pared. La ventana daba a un eje vial. Afuera p"r"t" rt trfico constante.de minibuses y camiones. El ruido de los clxones y de los morores se mera al cuarto. Dientes de Peineta tuvo la sensacin de hallarse en el peririco. Yo me ech en el piso sin tapere, sobre los mosaicos como de bao pblico. concnrrare, hijo Jefa lo le-Ahora -la vant en vilo y lo jal hacia su cuerpo como si fuera un saco de carne y hueso. Con poca delicadeza se lo mont encima, ponindolo por aqu y por all en
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busca de acomodo. Finalmente lo agit sobre su vientre con ambas manos, igual que si ella fuera una licuado ray lel objeto a licuar. De pronro dej de moverse y me examin con Sjos fi;"r. . -A vcr si ru anrigo se anima.
-No, -En
-Cul? _Ese.
que r seas ms hombrecito que l -Esperamos Jefa lo mene de nuevo. pero desisti. Bruscamente lo hizo a un lado y alcanz de un nlanorazo una cajetilla de -figres en el bur. pren_ di un cigarrillo. Arroj enorme bocanada al techo. Con desprecio clav su mirada en la panza de Dien_ tes de Peineta. los apretones que te di no se te hizo -Con grande sino chiquito, pas tu cosa de pltano ma_ cho a pltano dominico ---el cigarillo enrre los dientes, le abri las piernas y le mostr-su lamentable
-Es
joro.
-la
tengo madre. y lrgate, antes de que te d de -Vstete Ms chingadazos. puede ese perro mirn que t. de Peida pena por usted -Dientes -Me a vestirse. neta recogi su ropa y empez m me da pena por ti. -A pechugas me dar? -Cuntas el trabajo que me hiciste, ninguna.
-No
-Porque qued de traer comida a mis amigos. -[is esos muertos de hambre? Te la debo -A para maana. Ahora toma veinte pesos y vete a chatengo.
rolear a otra parte. Y no creas que agarr barco, el barco lo agarraste t, con estas torres y peas que
puso de cabez,a. [r aprer las nalgas, las cosrillas, las pienas. Lo pellizc, lo rasgu, le dio de bofetadas.
-.laJefa baj con ambas manos, lo empuj hacia Ia d.r."y hacia Ia izquierda. l,o puso de espaldas sobre ella,l
-TL
vez.
lo subi y lo
El
Valle de Chalco
-Seora de la chamarra
-A :Todava -Si
-Me
que me duele.
el hombre Pancha Gmez? -pregunt negra y el pelo gris despus de atravesar un corral con gallinas y macetas con geranios. LJna enredadera polvorienfa haba escalado las paredes de la casa construida sobre una barranca.
-En
-Aqulos pies?
-Dnde? abajo.
-una -Para iada y con delantal de plstico sali de la pieza de ladrillo. Un nio de dos aos colgaba de su falda. Mocoliento y en calzones chupaba una galleta.
cer
qu soy buena?
mujer desali-
-le
-Estoy mujer se a merer. -la La casavolvi de la madre de Silvia era de un riso y medio, la otra mitad a medio acabar. Las u".illas atii'rsbar cl ccrrrcnto.
Desde all se divisaba el paisaje grisceo de
de nuevo. El hombre haba aparecido hacia las dos de la tarde en Plaza Solidaridad, haba acordado das antes venir con Silvia a ver a su hija. En el inrerior de la casita Erika esra-
-Aqu
-A
le traigo a su hija
dijo elhorn_
-Cmo se fue de aqu para andar -Cuando calle dej de ser mi hija.
-Podemos
apagar el apararo?
en la
ba profundamente dormida. Silvia, tendida entre los colchones, se pona la mona. "A dormida?", el hombre se plant delante del bulto acostado. 'Aqu estoy echada, sero preguntndome quin chingaos anda en la Alamrda a estas horas de la maana", Erika pens qir,.^ ie hablaba a ella y le ofreci la colilla de la marihuana que estaba.fumando: "Quiere un toque?'fmela, le quitar el hambre".
Silvia se levrnt.
a hacerte anlisis?
-le
pregunt Pan-
-No.hija ha regresado, le inreresa? ' -Su m la fuga de los no hijos es cosa de to_
-Silviase acuerda de m cuando -Slo mujer en Ia puerta no nos dejaba
'
qu?
/x
veS,
tu hermana
est
le pasa algo
-la
-No Martita.
te traje un gatiro.
para ocu-
con ru ta Clara.
-Te devulveme los cien pesos que te llevaste -Mejor para hacer compras en la tienda de abarrotes.
esa
Mi hermana
es
noricias de mi hija.
-Desde
noche te fuiste con un gandalla. muelas, te los voy a pagar. -No chanclas sucias, como aquel da. -fs5las la riegues, mam. -No por preguntar cmo me siento.
-Cracias
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3lr
do a medianoche yo me despertaba con el cuarro inundado de aguas negras. seor pagaba el gas, la electridad, la -El tenencia, las nicas cuenras que llegan puntualmenre en esta parte del mundo.
duelen las chiches. -lv{e ve, seo mi mam y yo siempre -Como nos peleamos, por -todoncs venimos del pueblo a la ciu-Cuando dad cremos que bamos a mejorar, pero ahora no s.
-Te
veo bien.
-Seora, -prehombre. gunt el que se vayan luego. -Paratodo, seora? -Es muy fra, hija concesin, -Ests -como la mujer le pas a Silvia la mano por la frente. bien, mam, no jodas.. -Estoy plan es esre: re quitas la mona y la -Mi droga, los cuates y la calle, y vuelves a casa y recobras a tu hija. plan es este: mandarte a la tiznada. -Mi no se puede. r -Conrigo Silvia cogi al gatito. " realmente la quiere ayudar, seo con-Si sgale un trabajo.
p agaba?
-Lo
-Habrsque lo enlataon rengo que pagar los -Desde frijoles, las tortillas y el pollo, y hasra el aire que respiro.
-El ve, seor, hasta yo me desespero. f)esde que -Ya a la salida de la escuela un chavo le ofreci
una mona, ya no es la misma. Se fue con 1. La hallamos moneando en Garibaldi. quieres que haga, madre? -Qudejes la calle y la mona.
-Que
vengo
le dio.la espalda
-uggggh. a estudia. -Ponre _I Jooooh -Dbbb'^' pudo haber tenido una vida de-silvia cente, un novio con coche y carrefa, casa en la colonia Narvarte; va.".io.r., en Acapulco, no que
as, ponindose la mona da y noche es buena para
El hombre la sigui hasta el coche por la calle sin pavimenta. [ voz de un gallo se oy en el corral. la madre gritando tras de -sali -H.y ella-, no se te olvide tu pinche perro. mi mascota. -Es Ya en el auto, Silvia le ial el saco al hombre. veinte pesos para una mona. -Deme mismo? -Ahora si llega la urgencia.
nada.
s, qu chido, exrrao esos das felices juntas atravesbamos lodazales y brrur..o, cuando -Ay para ir a traer agua a cinco kilmetros de aqu, despus de que el padrastro borracho te madreaba y a m me violaba. Y extrao la poca de lluvias cuan-
-Por
Cine Mariscala
En la esquina de Cinco de Mayo y el Eje Central, un muchacho estaba acostado de espaldas sobre
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3r3
Pepe. Tengo trece. Soy de aqu cer-Soy la colonia Guerrero el de la suquita, de
una bolsa de vidrios abierta en el pavimento. LJn semforo en rojo detena el trfico y los limpiaparabrisas
se
dadera anaranjada.
-minti
ta que sre recogi los vidrios y vino a recargarse en la caseta de un telfono pblico. Prendi un cigarrillo y un fuerte olor a marihuana atraves la calle. soy El Faqui vengo de Villa-Chcala, hermosa cara morena, con sus labios quema-la dos y sus encas descoloridas se abri en una sonrisa que ms bien pareci una boca cortada. conocemos, carnal? Para-Pelos dos no -Nos le dio la mano. no, pero pronto seremos cuados. -Todava hermanas? -Tienes ruyas. i
es tu pr<lblema. cundo andas chido? -,*Desde los ocho niro cogi una bo-el -Desde la caseta telefonica. tella y con ella golpe romper la botella? -Quieres el pinche telfono. -No, estudiar msica. l,e suenas bien -f)eberas a los aparatos.
-A -Si
poco.
no me crees,
neleo
-No soy tragafuegos, escupo gasolina y fra-Yo labios de El Iraquir parccan queneen la planta baja del
Ciry
Bank-Pepe
rihuana.
le
-No -De .
o
-Dien-
nams se acuesta, sin echarse nada -As nio limpiabrisas con una sudadera anaranjada chup una colilla de marihuana.
.Yo, EI Faqui duermo en la calle, en los rboles, en los manchones de hierba. Si llueve busco hules para taparme. nios se desai nos vidrios -los -Bueno, pidieron. Por un efecto del sol poniente sus sombras breves parecieron avanzar dobladas sobre el muro del edificio de correos. Slo por un momento, porque luego grandes nubarrones cubrieron el sol. sede gorra, sin hacer ruido -la -Psenle orita pecosa que recoga boletos en el cine Maris. cala les permiti el ingreso.
Pick?
-Y
mames.
-El I-os nios no replicaron, pero cuando estaban adentro Pelos Parados silb y yo me met corriendo. Silvia me acomod a sus pies.
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La sala estaba casi vaca, con slo dos pare_ jas abrazadas arrs. En Ia caseta de proyeccin no haba nadie. La pelcula era vieja, en ingls y con colores deslavados_
Mis amigos recargaron la cabeza en el res_ paldo de la butaca, se pusieron cmodos y con la mano tapndose la boca inhalaron acrivo. l olo,
"
da es hoy? _pelos parados mir hacia el-Qu rayo proyecror. ojos sakones de Dienres de Peineta -Lunes brillaron -los en la penumbra. te. pas al domingo?, dnde esr? -!Q" nada, que pas, que se fue. -Pos me di cuenra. -No dnde estabas? -Pos s dnde esraba, lo que no s es donde -Yo est el domingo.
qu hiciste ayer. me acuerdo, no hubo domingo. -No cllenSe, cabrones _un vozarrn ame_ nazante -Ya sacudi la sala.
-Vamoslos zapatos mojados. Tengo los pies -Tengo siernpre fros dej caer los brazos,
Los nios, con la mano en la boca, no movieron los ojos de la pantalla. El olor a solvente flotaba sobre ellos. Parados se ler';,rnt -Vmonos -Pelosy los anuncios se inicuando las luces se apagaron ciaron. qu? Aqu est calentito se -Pa -silvia qued sentada. a Garibaldi.
echada hacia
mariachis son unos pendejos -Los -afirm Dientes de Peineta. pendejo eres t, con esas monas que re
Pones.
-El
-Acurdate
afuera se mezclaron con los de la pelcula y los ojos azorados de los nios miraron hacia arriba,ohacia el techo, hacia el lugar donde golpeaba la rormenra.
Empez allover. Empez quedito, pero pronto, enrre rruenos, el aguacero dio depatadas J tejado y el edificio pareci venirse abajo- l_os uidos de
su alucine.
_ Sigui lloviendo despacito y como la pel_ cula no les interesaba, se durmieron. O quizs no durmieron, slo entrecerraron los ojos, inmersos en
Termin la funcin y las luces se encendie_
Parados se detuvo en la contraesquina que formaban el correo y el Eje Central. qu. -Ahora a miar. -Voy Silvia, Dientes de Peineta y yo esperamos afuera. Pelos Parados se col en el Sanborns. Atraves la seccin de joyas y chocolares, de revistas y peridicos, en busca de los sanitarios. Seguridad se dio cuenta y lo sigui un elemento vesrido de civil,
walkie-talkie en mano. Al pasar junto a los telfonos, Pelos Parados oy a El Toloache dando la descripcin de s mismo: seora polica, le quiero repor-Atencin tar que a las dicienueve cuarenta y dos horas he
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observado a un individuo sospechoso que se dirige a Plaza Garibaldi, viste panralones verdes. . .
A la entrada de los sanitarios, el elemento de scguridad aguard.su salida. En el inrcrior, un hombre se par junto a Pelos Parados para verlo
orinar.
lPor -Te
do, con-Qu pantalones ajustados y el pelo teido de azul, se dirigi al hombre que rrataba de ligarlo. nams, pero no interrumpas, que
cmo re llamas? -No darte una vuelta conmigo? QLrieres onda? muchacho amanera-
Las losetas rnojadas reflejaban las luces de las lmparas. El altar de Sanra Cecilia, la patrona de los msicos, estaba iluminado. En la explanada abundaban los mariachis vestidos de negro. Las melodas
se
-el
vamos con los sardos del Catorce? quieras, mi re pero ya clausuraron ese -Como club los judiciales.
-Cundo?
do.s sbados,
por el degenere.
Desdc el portal del centro nocturno, una rjrrisra tomaba fotos. Un conjunto tocaba para una pareja abrzada en el interior de un coche. Mujer y hombre, escapados de un lugar adonde haban estado bebiendo, se abrazaban. El cantanre principal, con pauelo rojo y dientes de oro, berreaba un son: Cuando no puedo dormir, al tesofo de mi amada se lo muerdo como a un bizcocho.
-Lo1.
un chingn ms
ese la orra noche me empez a ha-A llegarte. blar, quera Antes de abandonar el sanitario, Pelos parados se arremang los pantalones, se cepill los zapatos y pas frente al espejo sin mirarse. El hombre de seguridad lo acompa hasta la salida: sea la ltima vez que te veo por aqu.
-Que
De una limusina negra bajaron un hombre trajeado de blanco y dos mujeres con vesridos negros entallados. Eran el alcalde de Pentitln y sus amigas. Seguidos por mariachis ofreciendo sus servicios, entraron al Tenampa. Lleg tras ellos un
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hombre gordo, con pantalones caquis y camisa de manga corta. H,ra el diputado Pancho Botellas. ver, adnde hay putas? -A -pregunt. comprender. f)ientes de Peineta lo mir sin pendejo. -Respndeme, Dos policas judiciales vestidos de negro se pararon en la escalera del mdulo de vigilancia. En la plzrahaba patrullas y policas uniformados con metralletas y chalecos antibalas. Pelos Parados reconoci
-Orita -Dientes turista que tomaba fotos, ahora sentada en un banco de fierro.
vengo
de Peineta
se
dirigi
a la
lncmoda por su presencia, la mujer se cambi de lugar. l regres. sus rdenes, carnales present -A -se Carlos Resistol. un bote de activo -Vndanos -Dientes de Peineta le ense un billere apeuscado.
prrr
eso n0 te alcanra.
buey?
-Carlos
ron a un hotel de paso y all lo interrogaron, hasta que se dobleg. Una pema blanca, no fea, echada en un macetn abri los ojos grandes cuando me mir. Pens que se estaba enamorando dc m, pero volvi a cerrarlos. En el macetn, alguien haba dejado una bolsa con un pollo podrido. Ms interesante que yo. As que me alej de la perra blanca. Por la puerta abierta de El Tenampa salieron las voces de mariachis cantando el himno nacional de los borrachos: Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley.
le saques Resistol se llev -No -Carlos la mano crispada a la boca inhal e algo. Yo hubiera querido ladrarle, morderlo, pero l cargaba cuchillo. qu, esquilamos las orejas del pe-Tons 6| unas tijeras de un bolsillo, divertido por -526S causarme miedo.
hay bronca Parados le ex-No -Dientes o tendi el billete. cunto es el billete? -Dea cincuenra -De quin se lo robaste? -A lo encontr tirado. -Melo birlaste a la gringa. Te vi. -Se se dio cuenta. Escuchaba a los maria-Ni chis con el bolso abierto.
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esr el producto. En el callein hay -Aqu sanitarios. No lo usen aqu. una aspiradita. -Slo lo advierto. No nre conocen -Carlos R.sistol-Te sc fLe ai cncuenrrci dc dos policas que vigilabrn la plaza.
32r
-Y?
-Los
-Vendr parricipar
a mi sanro reino, hijos de la -Bienvenidos Resistol -_cotrro cado del aire El Toloache salr detrs de los nios. Vena con El Diablo, un polica judicial con el cuello torcido, brazos largos y piernas cortas. Haba comenzado su carrera en la Ceniraldel Norte como nriembro de los guardias privados Los Felinos. Se deca que l haba sido el que ech la gasolina en la coladerx, guenrrndo a vivos a los niros que estaban adentro. Perteneca a una banda de policas que comera asaftos y secuesrros en la ciudad y las carreteras. Polica judicial, l misrno se buscaba. Les mostr, sin darla, su tarieta de presentacin: El Diablo, Presidente Fundador de la Sociedad de Policas Judiciales l)esquiciados
-Nos
.
Su rnueca rorva era lo ms cercano a una sonrisa de lo que era cap'az. El Ioloache alguna vez haba conrado que tena los muros de su cuarto adornado con irros de nias de la calle en situaciones de violencia exrrema: golpeadas, vio,
ladas, torturadas o asesinadas. Y que tambin posea una coleccin de videos pornogrficos de nias abuera violada nrmultuariamente y llegaba a los separos de la polica, l era elencargado de interrogarla. Su mtodo: acusala de menrir. Sistemticamente negaba la realidad de lo que ella deca para sadrle los detalles ms srdidos. Luego, colrico, la abofereaba. As esrableca con la vctima una relacin perversael mdico nos ayuda, por qu robar-Si lo? Parados se dio un roque de activo-. -Pelos Lo voy a perlsar .-Al Diablo no se le puede decir que no. sadas. l,e
-A dccir.
quin chingan.ros?
-Pelos
maana
'
jalamos.
maras:
lana. Es un mdico. Da dinero a la casa del nio desamparado y orras madres. De una casa hogar me rob su tarjeta.
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nos vidrios
y El Diablo
-un ver.
Entonces estall una rira en La Barca de Oro. Como un fogonazo sali una bola de genre de la cantina y enpez a moverse de un lado para orro. La oleada humanr arraves la plaza. La masa de curiosos sigui a la oleada. Meseros de pecho blanco estaban golpeando a alguien. Los policas volteaban hacia otra parte. Las puertas de La Barca de Oro se cerraron. una pelea de meseros contra trn clienre -Es chaparro se par en una banca para mariachi trajeron la cuenta y no la pag. Por otro. -balbuce esos antros roban, por eso la gente no
del bolsillo.
L,l vaso
ti
Elfbrero le dio una patada en la nrano. cor] una cuba rod a sus pies. Al clarse cuenrl Padrotc de la curiosidac{ de f)ientes de Peineta. kr
desafi:
te ofrcce algo, amigo? le sonri. Mas su cxDresin no le gust, o el encuenrro brel,e .on ,t-,, t;o, no le agrad, porquc le dio una bofetada. f)ientes de Peineta se ruboriz.
-En
En
i momenro, El Torero cogi al joven de los cabellos y le dio un derechazo en la ara, sacndole sangre de la nariz. El Padrote lo sujet de hs muecas y le dio un rodillazo en los genitales. El Torero lo dobl de una patada en el estmago. Nadie intervena. Un cojunto de mariachis comenz a canrar. El joven golpeado, incapaz de defenderse, se qued umbado entre una cubeta de agua sucia y un rrapeador. Desde elsuelo vea pasar a las mujeres. qu le pegan? la turista. -Por invir a romar -pregunt unos tragos y no traa -Nos dinero para pagar la cuenta El Torero. -mascull sali el chiste en rrescienros pesos y en una -Nos cadena de oro Padrote le arrebat del -El saco una pluma fuente y unos lentes de sol.
ese
cuate.
deja a ese ojete, carnal y vmor-ros -Ya jal del brazo y junros se inrcrnaron -El Torero lo en la llamada zona peligrosa, el rea ubicada ms all de las cantinas y de los centros nocturnos. Antes de irse, El Padrore dio unos rragos a su botella de tequila y se par para examinar a Dienres de Peinera. Urr polica los salud desde la escalera del mdulo de seguridad.
a esos bueyes, siempre andan -Conozco por aqu madreando genre el mariachi. -asegur en el piso, El joven golpeado permaneci boca arriba, los zaparos apuntando hacia m. Empec a lamerle la sangre de la mejilla. jodan, qutenme a ese animal de en-No cima, me est dando besos rio. -se Pelos Parados y Dientes de Peineta Ie dieron la mano para que se levantara. se apoy sobre sus manos y -l -Gracias sus rodillas, atraves Ia plaiay se planr delante de una prostitura. Conchita, -Soy traigo con vamos? qu pagarte. Quieres nri
reloj?
-No
-Depende
de la marca.
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El joven se alz la manga de la camisa. cuarro, cmo lo pagarnosi -El l le mostr su cadena .o', ur,* medalla de la Virgen y uno detrs de orro, se clirieieron al Ho_ rc! Riva [';lacio, del c,rro ia.io dc i" .r'ii..
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confines de mi cuerpo. Ella rnc acariciaba la frente para quitarme el miedo, pero no nre lo quitaba. Sali luz azul en medio de la noche. El piso hrrneclo rflciri las lrrccs ,jt l.r. l:nnai-:i:. lr];ilic deambulaba por plaza Solidaridad,
" observar los charco.s en los prados y las semillastrans_ parentes, que por millones se clavaban como lanzas
to. La lluvia de piernas largas bailaba en las ban_
Ias calles
Desde la tarde del mircoles grandes nubarrones cubrieron el cielo. eue caera-tremendo aguacero nadic lo dr-rdab:r, sio cra cuestin de saber *ndo. Los ajedrecistas hicieron mutis y los juegos de aje_ drez_'fueron guardados .n caj"s. y" "bJ hrb.ri. quedado dormido entre los orro, p.rros, porque en la oscuridad me despert la rorm..r.", .l t.o d. plstico se haba r,.r,ido abajo por .i"!,r, y los col_ chones estaban mojados. U; ;y" salir de -.iiro la casita. Otro rayo me hizo .rri.", corriendo. Un rayo ms me mantuvo a la entrada. Mienrras espe_ raba el f:lgo del prximo relmpago, me pur.
I
0
quetas. Las coninas de la lluvia cerraban velozmenre y rfagas oscuras lntsntaban llevarse la ca_ sita por los aires.
fui amerer_ me debajo del banco donde.. r..ort"b Silvia. Cada vez que el espacio era alt,mbrado por
Los nios en la mona dejabn que sus ropas empaparan. trde, dos de ellos pusiero., l" _o.hi. la sobre la jardinera. Ms rayos .ry.ro., y
se
tro nadie se movi, Ios chavos y las chavas esraban tapados con cobijas. yo, con la cabeza en elpiso, lo vi asomarsc y salir. Tienen hasra televisin yson como quince chofer rcgres para decirle al h,rmlrr. d" p.lo --el gris, panralones caquis y chamarra negra qu. h"bfa '-enido aquel domingo. EI hombre sali del coche. Le llamaban la atencin las lmparas de la plaza. Los dos caminaron por la acera llena de hojas cadas. lln chavo de ojos ."rgrdo., boca grandeypto enmaraado, temblando de fro, l. e"teridi l" m"no. uy nada debajo de la delgada camisa. Nada de_ 1''o de los iantalones. Las lineas de la vida se le ha_ -bajo ban borrado en la palma. Con los dienres cariado.s, la piel marchita, los ojos sin billo, la expresin alucina_ da, quiso decirles a.lgo pero no pudoiablar. Al levantarse una cobija se descubrieron rres cuerpos. Tres cuerpos acostados en un colchn. Dos nios flacos y una chava gordita, de unos catorce aos, recin escapada de su csa. me gusra que me vean as _la chava se tap -No de nuevo. Otros chavos, movindose con lendtud en_ tre los perros, la mano en la boca, inhalando acrivo, miraron a los intrusos en silencio.
l"'At"-.d,
.r_
327
-Tengo
hambre
-el
Marco.s, teugo orrce aos. Vengo de -Soy Chalco. N4e Fui de mi casa por malrraros -sd65 queran contarle al hombre su historia, pues haban visto que regelaha dinero. Vctor, tengo quince aos, seis en la -Soy calle. Ando chido por miprobler.na. corazoncs. Veo corazo -Alucino vel l)clfino. Vino Csar, flaco y con la mirada perdida. L)la a solvente. Antes de acercarse anunciaba su dependencia. Drogado, se puso necio pidindole al hombre trescientos pesos para irse aYeracruz. El hombre le dio diez pesos, pero minutos despus lo acos con la mano abierta. ' dijiste que te queras ir?
del muchacho (luc rlnres hr[-,r dr,:hn ll.rm-lrse Rain'lun do, Fernando, Jernimo, Luis y Bernab- Los nombres eran inrercambiables, no tenan importancia.
-Hoy palabras.
es jueves?
-Raimundo
arrastr las
-Es -Sc
mircolcs.
me perdi un da.
andabas?
-Qui
inhalas?
-Qu -Que
seco
ms.
se me
-Adnde _A Veracruz.
vienen pabajo.
-Qu mona.
tienes en la mano?
te sientes?
-Ests siento hambre ni fro. Slo me sientci -No por dentro, con mucha sed.
tranquilo?
-La
-Cmo
-Chido. quieres?
-Qu zapatos,
-Ts muy grandes para ti. -Son vendo. -Los llam el muchacho
guir Me dan ganas de robar dinero, carteras, de entrar al Metro y esculcar muje res. Me dan ganas de bolsearre a ti. Quiero correr por con arere pa-
conse,
-E.
328
]29
-el -Aqu
-Es
por donde roban coches, all venden piedra dc coca. Esa te chinga ms muchacho se rasc la cabeza 6ucia. a dos pesos Ia mona
sonri.
-Nosorros,
no
-afirm
el hombre y ella
-ins-j6
poner el radio?
-Erika
ech la
quieres or?
F
H
-Y es el padre?
.F
El Chocolate. Anda con todas. -Salvador -_Tcngo hambre -dijo Silvia. tambin con rizos e n la Fren-Yo -Erika. te, se acerc al hombre. llevar a tres a comer algo, de -Podemos preferencia a un sitio donde podamos sentarnos a hombre mir a su chofer. platicar -el El chofer abri la puerta del coche. Silvia, Erika y Pelos Parados se sentaron en el asiento de arrs. Yo junto a Silvia. Despacito atravesamos calles oscuras. Los establecimientos estaban cerrados y el pavimento resplandeca por la hurnedad. El carro haca splash en los charcos. En una esquina una joven sali de un antro que tena las luces apagadas. Se acerc al vehculo.
con el dedo ndice. el homme siento mareado -Ya -brome bre, pues el interior estaba impregnado de olor a activo. el chofer. --Ianibin yo -rio dura una mona? -Cuntominutos. -fus _-Er pastor? Silvia al hombre. -pregunt periodista.
I i
-Soy
-Cmo Medina.
-S"ben s
se llama?
-Miguel leer?
-Thble
-\6,
gracias.'
-ofreci.
-pregunt Erika.
el chofer.
recostarme en el asiento?
-Les
-:lJo
-Erika
-el
le
-Silvia
-Desde le tiene miedo a los nios de la calle? -No mir al hombre por el espejo retrovisor
luego que s.
ticuen miedo
a la polica?
seal a una patrulla estacionada en la calle. Un agente policiaco parado afuera mir llegar el coche
negro. nos vamos a estaciona aqu, ai le se dirigi al polica'
-Silvia
por qu? s le tienen miedo a que los roben, -Otros a que les peguen una enfermedad, a los piojos.
-No,
330
-)-1 I
-No
se tardan?
media hora.
temeroso de que no adrnitieran a los nios en El Moro, entr prinrero. Casi rodas lis
nlesas estaban vacrrs, excepto una, con una p:rreja abrazada. Los meberos merendabrn en una mesa pegada a las mqrririm para hacer chocolate y churros. Esa noche haba habido juego de futbol entre las selecciones
y l pidi a la mesera que se los -rusiera en una bols para llevar. Silvia me dio uno. La mujer retorn con una bolsa de papel de estrazl. t)csconfiada, Erika quiso guardarlos ella misrna. l-a mesera, tenaz-as en nluro, no se lo perniti. Cuando trajo la cuentrr de cientcr cincuenta pesos, los tres pusieron ojos dc plato. qu comirnos? -Pos Irlhombre dej quince pesos sobre la mesa.
de Mxico y Brasil y no haba genre. l.a relevisin estaba prendida, aunque nadie la vea. Fl chofer en, tr con los nios y ocuparon una mesa al fondo. chocolates con rdenes de churros -Cinco -.--el honrbre orden a la mesera que estaba. rnerer: dando, tema que podra rehusarse a servir o pedir que los nios se marcharan. El olor a activo comenzalta a expandirse en el local. estoy con ustedes mujer ech -Ahora -la un vistazo a los. nios y a nt. --Voy al bao levant Pelos Parados.
-se tambin. -Yo sigo. -Los I-os tres subieron por la escalera dc mosaico
blanco. Yo me qued con el hombre y el chofer. Con-ro la mesera traio las rr"as de chocolare y los platones con churros y ellos tardaban en regresa el' hombre fue a buscarlos. Lo segu. chocolate est sobre la mesa, vengan -El puerta de los sanitarios estaba abierta y l los -la vio parados delante del espejo ponindose la mona. Volvieron, oliendo a solvenre. El hombre obscrv en silencio las facciones de Silvia, el rostro melanclico de Pelos Parados, la expresin alegre de Erika. No se acabaon los churros
l i
dinero, pa qu? Ia propirra. .. qLr? -1.a. Cuando iban saliendo, Pelos Parados recogi el dinero. Se arrepinti y devolvi dos de las tres monedas que el hombre haba dejado. En la calle, la patrulla se haba marchado. partir de la semana prxima les encon-A trar sicio en una casa hosar. All estarn a gusto y homdejarn de inhalar activo. De acuerdo? -el bre los mir por el espejo retrovisor. Los nios lo miraron sin responder. en Paseo de la Reforma, del lado -I)jenos Erika. de Hidalgo -pidi el hombre abraz a Silvia y AI despedirse, nor que su cuerpo estaba rgido, fio, casi ingrvido, como si abrazara aire , rora. Respecto a Pelos Parados, su cuerpo era una cosa fofa, una chamarra grande, ms grande que su cuerpo.
-Y -Es
ese
Robo a la casa
nalgas para subirme al coche. Se sentaron a mi lado y ElToloache arratrc. Me balance sobre mi trasero,
Ese anochecer los nios me levantaron por las
JJ
333
apoyado sobre mis patas y con la lengua de fuera. Atrapado en el trfico, a veces el vehculo flotaba en un mar de smog. Poco antes El fblache haba aparecido en Plaza Solidaridad alznclo con su mano
nlugrosa el plstico azul. lrara ver hacia adentro meti su carora. Silvia, envuelta en una bolsa cle dormir con el cierre roro, se tap los pechos con Ias
manos.
Chapultepec y enrramos a una colonia lujosa por una calle circular. Las mansiones estaban protegi_ das por alros muros de piedra. Grandes rbI., cr"can en las banqueras. La indumenraria de nris acompaanres no slo contrastaba con la ropa fina de la gente que pasaba en coche, sino aun con la del personal de servicio parado afuera de las casas. f)espus de dar vuelras y vueltas, El Toloache esracion el coche junto a un rerreno baldo. y nos baiamos.
parados vio por frijoles? -Qu -Pelos debajo de la cortina sus renis. ---[sre lugar es un cochinero. a limpiarlo? quin lo dice. soy fino, uso perico y gallo. -Ahora y mota? -Coca monas te echaste hoy?
-Ya -Mira
Yo, el ltimo. Fll-lbloache anduvo contonendose por una calle llena de lmparas que alumbraban l"i e.rrra_ das. Se detuvo frente a una casa con akas alambra_ das. Las venranas con vidrios ahumados. Las rejas automricas. Dclanre de una pucrra dc madcra pu_ lida, activ un apararo.
-Cuntas
-\.
-Ests
no les cay el veinre, jntense con triunfadores. valnos. -Posperro no viene Toloache se puso -El -EI una gorra roja-. El perro se queda aqu. perro viens emergi de la casita.
libre.
-Cmplices
verasi
romaron el da
neta
se
de pei_
a oscuras. El Diablo prendi las luces. Todas las luces, las del techo y las de las vitrinas, las de los pasillos y las que alubraban las
cachorro.
Paseo de
la Reforma,
Jurez
cogimos
plantas, los cuadros y los nichos. En el vestbulo todo era verde. Cortinas verdes, taperes verdes, pa-
arravesamos
el bosque de
334
335
un universo verde. Y hasta lcls pliegues y lo.s ngulo.s, la.s rendijas y Lrs intersticios, las sombras y las manchas eran verdes. En plena noche vercle, por
tantas luces pareca de da.
Mc estaba sintiendo a gruro cuando empez a lrdrar, parirdo de mrnos sobre una reja, un rotnveiler. Encerrado en un patio interio grua ferozmente, corno sufriendo ahogos de clcra. En un principio, como no saba si l estaba adentro o afuera y solamente percib el peligro, me fui haciendo chiquito, chiquito, hasra casidesaparecer en el suelo. Llegu al grado de no querer avanza de clavar las patas en el suelo. Pelos Parados se dio cuenra de que rne orin. advert que no trajeran a ese animal, -Les ni siquiera tiene collar fulgor rabioso de los -el ojos de El Diablo cay sobre m. comprar un collar, y de los buenos -Le me acarici la frente.
un
-Silvia te veo pasendolo por la Alameda -Ya -El Diablo se sirvi una copa de coac v encendi
puro.
Se recosr en el sof.
debe de comer por diez -Dientes fascinado por el rotrweiler, que en ese momento salraba sobre la reja como un becerro enfurecido. Silvia tembl. tenges miedo, carnala, si el perro se -No sale nams ponre el brazo alrededor del cuello, porque araca a la garganta. Si re destroza el brazo, no te preocupes, habrs salvado la vida Toloache -El se fue abriendo puerras: la de la sala de lectura, la del bar, la del cuarto de relevisin, la de la galera de arte, la de la piscina y la del jardn. Y la del saln de juegos con billares, mesiras para jugar a
los naipes, a las damas chinas, al domin y al ajedrez. Finalmente se introdujo en una rccmara cuya caml era tan grande que cuatro nios de la calle hubicran podido acostarse en ella fcilmerte. Sillas y sillones estaban fbrrados de verde. Adornaba la- pared central una fotografa amplificada de una mujer de cucrpo esbelto, pecho transpare nte gue mostraba cl corazn, rcciones fillas, sonrisa.franca, ojos claros serenos y largo cabcllo castao. Con los brazos abiertos pareca volar sobre un paisaje de colinas verdes y campos amarillos. Irra la dtrela de la casa. seora no tiene problemas de dinero, -Esta ni de zapatos, ni con la polica ni con madres hijas de mir resentido Dientes de Peineta. puta -la :Esta casa est a toda madre, parec-e anuttcio de peridico -._El Tbloache se acost en una alfombra, se meti coca en la nariz y se levant. Pelos Parados.se meti en el cuarto de bao ms grande que jams haba visto en mi perra vida. Tena piso de mrmol veteado de verdes, espejos y luces, estantes con cepillos y peines, vaporizadores y frascos, champs y perfurnes; dos lavabos, dos excusados y dos baeras con tubos dorados de forma estilizada. Y tapetes y toallas verdes. El Diablo se qued atrs en la sala, abriendo el correo y guardndose los cheques de unos sobres. A su izquierda estaba la biblioteca con un librero que llegaba al techo cargado de libros con ttulos en varios idiomas. Muchos estaban encuadernados en piel verde. hambre. Quiero una limonada' Y -Hace una torta de Peineta, en la cocina, sac
cosas del refrigerador.
-pisss
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-Tomai desnudarse.
una ducha
-silvia
emPezo a
la sigui. -Yo puerrr no -Pelos cierra. -La --lis p.irf, ruc lr.rs sirvicrrres no se pongan
contigo
parados
conoc a la ma, nunca supe si te-Nunca na badajo o rendija. Pero cuando me encuenrro en la noche a una rnujer callejera me pregunro si no
ser ella.
la
dijo adi.s e n una banqueta. Me cri en el orfanarorio. Como nadie me aclopt, me salieron barbas all, hasta que
me puso en Lrna bolsa de plstico y me
-De
te acuerdas de nada?
tne escap.
a Silvia. Ella era un pollo flaco, tieso, tendido en Ia baera sin agua como en un carafalco. Sus pechos, pelotitas. Hacer elamor con ella sera como hacerlo con una mueca. s sidormirme o romar un baro. -No parados se fue cario -Divirtete, -pelos a la cocina. ElToloache se asom, se haba puesro la bata de seda del dueo de la casa .ob.e su iop". pregunta si s.. p,.rc.ie se sen-Se -Sivia t a la orilla de la baera, envuelta en una toalla blanca. calienre el agua? -Estya se enfri. -No, esperar un ratito a ver si se calienta.
ves?
Alora
safte, o me salgo
yc'r.
-El
como
abri el gabinete del espejo y meri objetos en una mochila y en los bolsillos de los panralones. Sc amonest a s rnismo: "Esto no se hace, er-r la calle cualquiera notar que has robado. Busca unrr maleta, as la gente pensar quovas de viaje." Al notar que observaba de cerca suq movimienros, se qued como pensando y de repente cerr la puerta, dejndome encerado en la sala de bao. Luego de un rrii cmpec a tener miedo de que al trmino del robo se f ueran y se olvidaran de m. Aft la puerra. Y ladr. carnal, nos vas a delatar -Tianquilo, -Pelos Parados vino a abrirme. --Me gustara ser rico -Dienres de Peineta se sent a la riresa, encorvado, vencido, con los brazos hacia abajo trabajo ser pobre, pero ser rico no -Cuesta es fcil, tienes que esrar en el gobierno o en una empresa y robar un chingamadral de lana -Pelos Parados se sirvi un vaso de leche. que te ibas a baar? Esrs igual de -No mugroso.
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limpio.
sura. El l)iablo, recostado en el so[i, miraba contra la luz de una lmpara una piedra prccio.sa' A su lado estaban dos cartones de helado vacos y una rcvista
jamn y me la acerc al hocico, pero en el monrento en que la iba a morder la retir, hacindome desatinar. As varias veces. algo rara Pick? en la coci-Hay -silvia na, en bata, descalza, goteando lluvia, busc con los ojos comida para m. l)escubri el plarn repleti-i dc qucso, r.rsbif, jamn, pavo y chuletas de puerco. Me dio rebanadas de todo. va a enlermar ese perro cochino -Se -El Toloache le detuvo la mano con un pedazo de pavo. a ti qu te importa? -Y se vaya a hacer del bao aqu, en, tonces, -No quin limpia una mordida a una pier-diolo masticado. Sin rcparos, na de jamn y me arroj lo com. carnal sic.mpre esr famlico -El -Pelos Parados cogi rosbif--. Nams huele la carne y re mete el hocico debajo del brazo. cruel de Peincra me -Apetito -Dicntes ech una bocanada de humo a los ojos. un hueso con carne bus-silvia -Denle c una chulem de puerco en el plarn. veras andarn de viaje? Pa-De rados se sobresalt al or un ruido de -Pelos coche-. Si estn de regreso, esrarnos jodidos- Ya veo al rortweiler corriendo rras de mis nalgas. va la rata, vaciando la casa -A1l -Dientes de Peineta serl a El Toloache echando joyas, ropa, todo lo que estaba a su alcance, en bolsas para ba-
abierta en unl pgiur.sobre La tlab:rna. l)e pront<'r comenz a toser. El Toloache se acerc a l para conferenciar. Hablando, sc llenaban los bolsillos de objetos y dinero- En unas bolsas para basura echa-
-Buenossss sssservido
-El a Silvirr-
fbloache rcgres a la
-Si mostrar lo de aba,io es lneior. Parallamo un taxi al seor? -Pelos -Le dos le hizo un saludo de sirviente mndame un camin de mudanzas -Mejorsac una cerveza del refrigerador, la -ElToloache destap, la bebi y se meti en la recmara principal para ech"r vestidos y abrigos en una maleta grande' Entr a la sala de baro y arranc la cortina. esa cortina, para qu te la llevas' -Y
--P^ra miducha.
la manches.
-L,ss crees
-No me guardas esto deposit -ElToloache -Ai llena' bolsa una en las manos de Dientes de Peineta
canal,
-Por as lo quiere El Diablo' Oyme, -Porque si la polica te busct, te pelas' Y no corras como
qu
Yo?
-Nadie buscar yo
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34r Ya cerca de la casita, Silvia vio un minibs estacionado entre la Alameda Central y l)laza Solidaridad, recorclando que esa ntedianoche los evangelisras de la iglesia Prncipe dc la Paz iban a traer
ropa y comida.
Regreso
a /a A/ameda
Cuando descendimos en la Alameda, lrl Diablo ar.ranc cor ci coche lleno dc nraletas. El'ioioache sc qued cargado de bolsas, gesticulando como si hablara coll un acompaanre invisible. f)e repente empuj un hierro corrugado que serua de ptrerta a un terreno baldo y entr. El terreno era una ruina del terremoto de 1985. De inn-rediato comprendimos que era un lugar seguro para ocultar cosas: en fiente del Hemiciclo a Jurez, el sitio estaba a la vista de todos, pero nadie se aventlrraba adenrro. Adenrs, lo.s exteriores de la Avenida lurezesraban bajo el conrrol de los vendedores ambulantes Entre pilas de ladrillo y grandes pedazos de concreto anduvimos, hasta que El Toloache pidi con las manos alzadas que nos detuviramos. Entonces se intern solo en un cuarto sin puerta ni veirtanas; acarre cartones, lminas y llantas viejas que coloc sobre unas cuarteaduras, cerciorndose a cada momenro de que no lo espibamos. Cuando se dio cuenta de que un vago guera entrar al rerreno por una venrana, vailla en rnallo lo ahuyent y cambi de lugar las cosas. Escondido el bodn, sali y abraz a Dientes de Peineta: t o uno de los carnales dice algo, lo -Si degello.
Dcl interior del minibs emergieron un Pastor, su esposa, dos hijos pequeros y muchachas de blanco. Tambin bajaron voluntartis, los guardianes del grllpo. Al divisar a un muchacho de ojos claros, alto y sonrente, Erika corri a abazarlo. Era cl hcrmano Simn. All estaban t:rntbin los gcmelos Anastasio y Artemio. Aunqtre Artemio era idnrico a Anastasio, yo tena una nanera de no conftrniiirlos' Pues a uno mova la cola y al otro no, a tlno le tena confianza y al otro no, quizs Porque el primero
refrigeraba cadveres en la morgue y el segundo era
iardinero. '
un Perverso
-me
regaraba
Silvia-,
Todos estaban afuera: Marcos, Fernando, F.l Caballo, Vctor Delfino, Susana, Aguila Jonathan' Pedro, Juan Carlos, Vctor, Csar, Nancy, Marisol, los perros. Cada uno de los volunmrios tom por *u ir..rt" a un nio para socializar con l y darle
conseios.
El nio atin
en nada.
re vale, porque las piedras que trajimos no-Ms son joyas preciosas, como en las pelculas, sino canicas, puras canicas El Toloache -entonces se alej de prisa por Avenida Jtrez.
Luego los chicos se formaron. l-as muchachas de blanco les dieron un plato desechable y les sirvieron una porcin de arroz y de frijoles calientes, tambin les regalaron un pan y un reFresco' Susana, Nancy y Marisol subieron al minibs para probarse ropa. Juan Carlos, Vctor y Delfino pidieron tenis, calcetines, camisetas, chamarras, algo para mudarse o calentarse. Los que estaban adormeci-
\) dos por la mona miraban desde un banco a los de_ ms. No podan moverse ni hablar.
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Y Luna.
Haba charcos.
-Adnde?
. ciio
srndwich?
_el
hernrano Sir.nn le
-No a la mujer.
-Despus rraen
le digo.
champ?
-Erika
se
aproxim
quira cl hanrhrc?
nusea.
embarezada, simplemenre no
-le
cl pelo en la fuenre. vez te traigo. -La Csar le extendi la mano. .-No le den dinero, lo quiere para la mona advirti Erika. 'No
-Para prxima
est pablo?
le dar.
veintisiete aos, llegu a la calle -fltngo desde hace diecisis, he visto morir a muchos ni_ os: enfermos, asesinados, atropellados, locos; su vida es conlo la de los perros callejcros, cuando des_ aparecen nadie lo nora hombre con curitas sobre la nariz le conr al -un pastor-. He visro a varios irse y regresar, morir en accidentes, en p-eleas. AIgr_ nos bebieron el activo y se les p.g"ron las trifas. Hay hermandad entre nosotros. - -Qu pasa con cl Clandcsrinc Club?
trocedi.
es jueves? un mucha, con -Hoy -pregunt cno patracate rojo que haba -Bernab, dicho llamarse Raimundo, Jernimo o y apodaban El rMorelos, El Rambo y El Caballo. i viernes la mujer dei pastor. -s me perdi -aclar un da . -Se --el much.ho ,"_
me entierra en la frenre.
te pasa?
se
se -Los en que vienen pabajo _dijo, pero en el momenro columbi se alej asusrado, sin darle la espalda y rin "l'p"rro, q,rit".le
-Andas rboles
la vista.
lo he visto nunca. tenindolo enfrente? -Cmo, mundo me pasa de roche. -.El se puede hacer con esas adolescen_ -Qu dejarlas que rengan tes embarazadas: la criatura o
hacerlas abortar?
a Frika.
a
-[cs -No
-la
ves
qu esrs en la calle?
su brazo.
-el
pastor tom
-Me
ba.
-No
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en nl mad.re, esr llorando por ri. -Piensa me gusra mi madre, por eso me fui. -No en tu padre. -Entonces, tengo Padre. -liu __No quieres estudiar?
-No.
seaba entre las plantas y miraba con pequeos ojos malvados. Quera darle alcance enrre las jardineras
--No.
-Hacer
algo en la vida?
antes de que se escapara por Lrna alcantarilla o se metiera en el baldo. Otros perros se sumaron a la caza. Ms jvenes que yo, corrieron a mi lado y adelante de m.
no no'hay .ailel t"mpoco hay pcro t" p.i-. flr" o t., ."rtig", ll"l:i: :',,'..,lrrrs, " ra segunda se les manda al tutela " entendido?. quiero ir a un hogar, en la calle me . -No en slento como mi casa, la calle es mi casa. En eso, las muchachas vesridas de blanco co_ menzaron a bailar al ritmo de una cancin religiosa, un_apararo de sonido. Los niSos de la cal:?d.1en ue Datlaron. Los perros nos echamos:
i
-ugh. la casa hogar que re estoy buscando -En hay sexo, n9 hay dt"grr,
sombra que perseguanros era una rata blanca, que iba y vena entre las races de los rboles y entre las patas de los bancos de fierro. En unos momentos aparec:r lejcs, en otro.s, cerca: como'si anduviera en crculos. Al verla delante de m, no la agarr con el hocico, por miedo a que me saltara encima. As que cuando se lanz en una coladera, los otros perros y yo nos quedamos esperando a que emergiera- Pero despus de un rato volvimos a la
casi ta.
la
Lafuga
La tarde del marres, Silvia me pase por la Alameda Central con un collar de piel de becerro pinro. El colla tena untada una susrancia antipulgas y mi nombre grabado en una placa de metal. Los otros perros callejeros, consumidos por la envidia, en particular Ia Rayas, se burlaron de m. Ajeno a sus resentimienros, yo me sent el perro ms guapo del mundo. No obsrante que, cuando ella me prob el collar en laTiendp Canina, me vi en el espejo como un preso animal cumpliendo una condena iniusta. Mi impulso fue quirrmelo con las patas o frotarme el cuello conrra la defensa de un coche, pues en ese momento no slo la correa me incomodaba. sino
partieron los evangelistas. Algunos 3::i1.rtada nlnosfe acostaron en^los colchones y se enrregaron a l mona. Otros se fueron .1"i.". en bares v " vaca, centros nocturnos. En la plaza yo dejd. ,oa, la patade pollo que me haba dado-r*u.h".h, para mirar a un animal que llamaba poderosamen. te mi atencin. Era una sombra blanca que haba saltado de la ventana del muro a. ..,.rrr., adonde
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haca cosquillas. "eu ganas ..me de que me bacn ", me dije, sin ver mi deseo lum_ plido. Poco despus, yendo por la Avenicla _ Jurez, Pelt;'s Prados y L),icnres de lreineta se dicron cuenta d.e que alguien los segua y cuando ellos se paraban l se paraba. 1}as un puesto de peridicos
mi abrigo de piel
-No las conseguirnos. Si no pueden pagarproblema, llegando harn un donativo de hgado, rin '' corazn al laboratorio de rganos de Ciudad Jurez.
se el viaje no hay
-Se
surgi la efigie de su perseguidor: EI T.r'lor.h", ahora rica_ menre vestido. la polica los busca _desconfiado, -Psssr, volteando en torno suyo, los arrincon conrra una pared:
cosas?
-Venclr carnal, si el perro ladra en un camin-Escucha, con indocumentados los denunciar a todos, les recomiendo que lo dejen conmigo o lo donen al laboratorio de investigaciones animales dc la Universidad. nos agarran diremos que t y El Dia-Si blo planearon el robo de la casa y nosotros.slo les echamos aguas.
Pick.
-Por
-Si
-Y la carnala
Silvia?
-Cundo
r -Hoy. as de rpido? se les fe el tren. i -Hu -Ya si no quiero irme, qu? -Y a El Diablo para que te convenz.
Te darn veinte aros. no te enojes. -Bueno, te agarran no ocultes la verdad, di pu-Si ras mentiras, confiesa que arrojaste la lana al gran canal. si me torturan? -Y de una cosa: no recuerdas nada -Acurdate lbloache sac una botella de entre sus ropas y -El les dio para que bebieran.
-Llamar
camioneta con apararos de televisin y dieron un cristalazo en un asilo de ancianos. Ti.r..r, p"r"_ porte?
de Virreyes y por asaltar a una turista afueraode Be_ llas Artes, los implica en asaltos a transenres y en robos a comercios, rambin dice que se llevaron una
-Orrate enojes. _-No --La polica los busca por el robo a la casa
broma como
esa
y te corro el gaote.
-Para
qu?
-Los
sabe a orines.
-148
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la chinsada.
mi bendicin: en el nombre clel -Reciban del f iijo y dcl Espriru Sanro, que se los lleve fad.re,
comer?
itltor.e
se..alej
-Adnde iba
para ver si nrcirc lo segura. L)ienre.s de Peineta, al cnrzar la avenida, an_ sioso de contarle a Silvia sobre el encuenrro, esruvo
chofer asom la cara roia -Pendejo! -ella ventanilla. Era y el puo crispado por el ..rl-, despus de esrar a punro de mararlo lo insultaba. Dientes de Peineta le sonri.
La hisnria de Pe/os parados Lleg el rren, con direccin a Indios Verdes, pero no lo abordamos, planeando coger el siguiente. Tlm_ poco lo hicimos: dos tipos qu. ert"b"., a nuesrro lado nos parecieron judiciales. Con un codazo. Dienres de Peineta se lo hizo saber a pelos parados, P.ero los tipos, al darse cuenta de que no enrramos, desde adentro del carro nos miraon con la cara pegada a la puerta de vidrio y luego hicieron una llamada por un telfono celular. en direccin opuesra, a Univer_ -Vamonos sidad Silvia. -sugiri a Zipolite. En la Tapo tomamos -Mejor un autobs a Oaxaca. a Maravaro, -O a Tijuana, y all vive una ra. cruzamos hacia Estados Unidos.-O nos e.scondemos en una casa de pue_ -O blo, cerca de la estacin de trenes.
qu quieres saberlo? Para-;Para -Pelos dos se acomod el cabello con la mano. que nos proreja, era pcriodisra. -Para podemos irnos a la frontera de -lnsisto, aventn. Les diremos a los camioneros que varnos dc vacaciones. s, con esras garras de ropa. Cuando -A l,:',s camioncros nos vean van a decir: "Ah, no, l.,s tres no, slo la chava-" Y a los diez kilmetros. la violan. m qu me importa que Ia polica me -A busque por las mndigas calles, no ven? Soy invisible. Desde la hora cero hasta las veinticuatro horas no tengo existencia real, no ven? Me escondo y nadie me pela. Aunque no faltar un buey dispuesto a denunciarme por unos cuantos pesos o poqun bote de activo. As de mndiga es la genre, no ven? Dientes de Peineta. -irrumpi Nos bajamos del rren casi cuando iban a cerrar las puertas y cambiamos de ruta. Varias veces. Aunque no s si alguien nos segua, lo hacamos para despistar. En el andn de la esracin Pino Surez se mostraban en un tablero los rerratos de los ltimos nlos desaparecidos. Dientes de Peineta ley: SE BUSCA Nombre: Toms Tovar Tejada alias El Toloache y Ll'lbresa. Sexo: Masculino. Edad:22 o 25 aos. Estatura: 1.69. Complexin: Delgada.
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Tipo de Cabello: euebrado negro. Frente: Amplia. Nariz: Recta. Cejas: Delgadas. Mentn: C)r,.al. Culur d. ojos: Cafc anrarillo. Se as particulares: f)os lunares en el antebrazo
izquierdo, una cicatriz en la mano derecha. Ropa que viste: Se desconoce. Lugar de extravo: Reclirsorio prevenrivo. Para informes: Polica Judicial prevenriva.
I)oco dcspus, no s si lo inregin o fue cierto, pero vi a El'ibloache leer el aviso, desprenderlo del taLlero y guardrselo en el bolsillo.Llna nia con rrenzas se le qued viendo con cara de chango asustado.
Partimos. El gusano del Metro se detuvo en una estacin elevada. En cada esracin, Dientes de Peineta se asomaba a la puerta para cerciorarse de que no suba ningn polica. Ms tarde, en un banco de la esracin Tax_ quea, mienrras Dientes de peineta y Silvia estaban ocupados hablando con unos chavos banda, pelos
Parados se volre hacia rn y me dijo:
regado hijos por las carrereras. Una noche, l se meti con mi madre y nac yo. Ei hermano de mi tnadre, un hombretn de dos metros de esrarura, fue a buscarlo y lo amenaz: 'Ai te encargo r csa morena chaparrita a la que le vas a cumplir." As lo cas a la fuerza. Pero l sigui teniendo avenruras y un sbado, borracho, que le estaba pegando a mi manr, lc grit: "Ya djala, cabrn." l sc me vino encima con un tranchete y le di un palo en la cabeza. Me escap. A la scmana me vio en la calle y me diio: "Vuelve a casa." No Ie hice caso, porqlre era traicionero y tuve miedo dc qLrc me marara dormido. Adems, mi madre me haba mandado decir que no volviera porque l quera darme una paliza y encerrarme en un cuarto oscuro- Un da se fue con otra. Entonces mi madre empez a salir de noche y a volver de madrugada, y su hermana Berta empez a decirle de cosas y a reclamarle que le dejara el escuincle, y a m ella me deca que si iba a ser delincuente me metiera a la polica, porque as formara parte de la banda de los de la ley. Luego, cuando un trailer atropell a la abuelita y se muri, mi madre y mi ta conlenzaron a pelearse por cualquier cosa, todos los das. As que mi madre desapareci con frecuencia, a veces hasta por una semana. Y si estaba en casa, se sala de noche. Un viernes, diciendo que iba a buscar un cuarto de hotel donde o llevarme, no volvi en un mes. Mi ta dijo que estaba hasta el gorro, que no poda ms con la carga y queyo era un estorbo, que no haca nada par:_ayudarlay que mi madre andaba de puta. Pero me iba a dar un chance, un chance nams, y slo porque ella era la hermana a la que ms haba querido, aunque ya no. Me dijo algo que no saba, que haca
voy a conrar mi hisroria, pick, para ms: Cuando viva con mi abuela Carmelita all por el Cine Cosmos, mi madre esta_ ba sola. En una tienda de abarrotes que ella tena,
-Te qu guardarla
yo la ayudaba a bajar carrones de veladoras y sacos de azcar, y a acarrear botes de manreca y .orirlo d. ntaz.La abuela me mantena a puros hr.r,o, y,", cos de frijoles refritos. Mas como a m me g,lrt"ba jugar al futbol, me pelaba de la tienda y m. ib" .on los chavos a un baldo. Mi padre era i."il..o y haba
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cuatro mircoles mi madre haba trado a un fulano a dormir a la casa y conlo a la medianoche ste la comenz a golpear, los corri a los dos. [Jn jueves en la maana, dos semanas despus, le hablaron a ella poi telfono desdc trn.h<;rcl d. p;so para .lc.-iric .ue fuera a ver a,una seora que haba llegado anoche con un tipo y que el tipo se haba ido, pero la seora no sala. La ta me nland al hotcl, all por lx calles de Sullivan, y cul sera mi sorpresa que en un cuarro encontr a mi madre colgada. En eso, un hombre vestido de negro se asonr y se Fue, pcro Dienres de Peineta vino a decirnos que era un judicial y que nos furamos de all ya. Pelos Parados descubri enronces que nrienrras
haba estado hablando conmigo alguien le haba robado una bolsa negra con unos pesos y unos rubos de resi.stol. As que cuando el gusano anaranjado lleg, lo abordamos. Arravesando la madrugada oscura, desde afuera se vea vaco, con las luces encendidas, pero adentro ib:rn los nios dormiclos. Silvia sola en un asienro.
Eljueves dormimos debajo de un puente. Silvia se acost sobre un bloque de concrero a manera de cama, mientras pasaba la gente encima de nuestras cabezas. Un vehculo se esracion all cerca y Dientes de Peineta fue a ver, pues tena miedo de que fuera la polica. Eran unos amanres d'el mismo sexo. En misin especial, Pelos Parados parti en busca de los chavos de la banda de la Guerrero. Afuera de la estacin Hidalgo, EI Gas y El Pescado le
I
contaron que la polica haba realizado operativos en Plaza Solidaridad y en la zona de Garibaldi, la Central de Abastos y [a Merced, y andaba registrando otros lugares t.le encttrntrr): Ios pasos v las puentes peatonales, las salidas del Metro, los callejones dondc vendan activo y las centrales camioneras. En una coladera, como los de adentro rto haban obedecido las rdenes de salir, los agenres judiciales les haban arrojado gasolina y papeles encendidos. El l-atas y La Canaria haban muetto achicharrados. l)urante das nadic los sacrl. c!:jr ror] sus cuerpos tirados iunto aldrenaje. La Cabra y El Chivo emergieron de la alcantarilla con lm manos en alto, encaonados por El Diablo. Los agentes se los llevaron, los interrogaron y los solraron. El Gas le aconsej que se pelara luego, porque all andaban Los Felinos buscando nios para madrear, con el pretexto de que molestaban a los pasajeros con su mal aspecto. En la Central del Sur, Ira Rana le dijo a Pelrs Pardos quc los judiciales le hban preguntado a Delia, la de la limpieza, si ellos no haban ido por all a charolear o a dormir. Delia record que haca dos tardes tres chavos estaban all mezclando chocolate en polvo y caf soluble con solventes, pero no estaba segura si eran ellos. Pelos Parados se enter que El Diablo haba interrogado en La Merced a un vendedor de droga, quien le dijo que unos bodegueros haban sorprendido a tres clelinclrentes robando cajas de naranjas, crerndo que eran paquetes de cigarros. Los bodegueros los agarraron a patadas y les arrojaron cerillos a las sudaderas, de manera que uno empez a incendiarse, revolcndose en el suelo, hasta que se levant con la piel
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pegada a la tela. AII mismo, una seora de un puesto de peridicos les regal una botella de agua. Ms
tarde,
cuestin obligaba a los menores a trabajar y prostiturse en las calles de la ciudad. Resistol fue remitido al Minisrerio Pblico para rendir
su declaracin. El Gas, uno de sus socios, cuan-
nc a la policia dcl pucrto para que les cayera de noche. Agarraron a un chavo de Guadalajara, creyendo que era Pelos Parados. l-o dejaron en libertad. Yendo por un puenre, Pelos Parados fuc interceptado por El Jbloache, quien a golpes lo rir al suelo. Pelos le dio un gancho al hgado. El Toloache lo tendi de una patada. Pelos le zumb con una varilla. El-lbloache se la arrebar y le peg con ella en las corvas. Y con un cable de luz quiso estrangularlo. Apareci El Gato: gusta lo-Djalo que ests haciendo.
no te peles, icarajo!, di algo -Pelitos, -por puro teatro, El Toloachq comenz a gimotear. A oscuras se levant Dientes de Peineta (sus dientes castaereando de ho). Pe ro no pani: se puso a monear. As que no fue hasta que sali el sol y regres Pelos Parados, con un carrn de leche robado de un camin repartidor y se meri en una coladera corno un varnpiro, que mosrr el peridico:
ATRAPAN AL REY DE LOS SUBTERRNEOS En una alcantarilla ubicada en las inmediaciones de la Cencral Camionera del Norre, ayer en la tarde fue arrestado por policas preventivos y judiciales el disrribuidor de drogas Carlos Resistol, El Rey de los Subterrneos, acusado de vender pegamento a nios y nias de la ca-
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alctnttrillas, te na h:.rt.i cspcju .rr ia ,rrr c.I", declar Nanc quien condujo a Ia polica a r.rna cmara secreta que era un verdadero rastro, allas
cl dcstino lc jtrg una tnala treta y ahora pasar cl rcstt dc su vicla en rlrl rcclirsorio. I-:r'cntrada r stt p:rlacio hediorrdo fire sell;rda por tralrajadorcs del Sistema de ltansporte Coli'ctivo. l'isitt en la Ahneda
La nradrugada del lunes los nios volvieron a Plaza Solidericled, con qran atrevimiento. porque podian ser arresrados. El plan era partir el sbado en la ma-
bergando mquinas de coser, rocadiscos, relojes de pared, proyecrores de pelculas de 16 rnilmetros, cmaras plegables, estufas y cilindros antiguos, y hasta tinas de lavar y cesros con nruirecas del sigio pasado. "Es detestable que exisran personas como sta que explotan la vulnerabilidad y la desesperacin de los nios en situacin de calle". manifest a este diario Heriberto Lpez, director de la Casa HogarJosefa Ortiz de Domnguez. "Los \apores del pegamento, inhalados o aspirados por nariz o boca, van directo al cerebro del nio provocndoles sensaciones de euForia y haciendo que por un momenro se olviden del fro, del harnbre y del abandono en que viven. Pero el abuso produce daos irreversibles en el cerebro, el hgado y los iiones. Uno de los pegamentos ms txicos es el usado para la confeccin y reparacin de calzado. Por esro y otras cosas , la vejez d. ql nio de la calle se presenta a los dieciocho aos". "Me voy a morir en las coladeras. De aqu no me van a sacar ni muerto, cuando llegue mi hora me arrojar al drenaje profirndd', hace unos das haba asegurado a sus lugartenientes el rico indigente apodado El Rey de los Subtrraneos. Rodeado de maletas y carrones con objetos ro-
ana hacia un pueblo de Michoacn. Y llevarme con ellos. Como el piso de la casita estaba lleno dc:
cuerpos durmiendo, Pelos Parados y Dieirtes de Peineta se sentaron en un banco junto a Erika. De hecho ella abri los ojos cuando los vio llega pero la venci la mona. Silvia no poda dormir, o tema hacerlo, y vino a sentarse en un banco que daba a la Alameda. Yo me tend a sus pies, rnirndola a la cara, a una cara dominada por el alucine. Habr un ladrido despus de la muerte? pregunt, pesimista, estimulado por los even-me tos de los ltimos das-. Habr un ms all para los perros o slo somos criaturas del ms ac? Si no hay, Silvia me llevar con ella al paraso de los hr-rmanos, co mpartiendo con m igo lr b i enaventurauza que se merece. Si existe un dios perro, yo llevar a Silvia, pues de ninguna manera podra abandonarla en el mundo de los espritus. El perro es el nico animal que vive con su dios, pero ningn perro ha imaginado su paraso.
3itl De repente, Silvia clav los ojos en la distancia y, corl un lenguaje desconocido en ella, me cont su visin: la terraza del convento de Santa Isabel 0 -Fn hay ur'nir ,le espaldas ? nosLros, lnir r lrrxr mujcr sentrda y a un hombre parado. El hombre observa con un catalejos. Un nio los acompaa. Entre fuentes y rboles, por un sendero una pareja de negro sc alj:r conversando hacia la lruerta. [.a sigue El Diablo, cn hbito de monja- En un banco plarican cuatro caballeros. Por la calzda clel Calvario viene El Toloache, con el pelo tcido de verde, Con l se acercan dos arrieros, el burro de adelanre carga barricas de agua, el de atrs un cofre aforrado por de fuera con pellejos de animal y por dentro con pellejos de gente. En el colre oculta los objetos obados. una vez que El Toloache y El Diablo se encuenrran, se dirigen juntos a la Plazoleta de San Diego, el anriguo quemadero de la Inquisicin. A su paso, un guarda les hace un guio. No lejos, una placera prepara una comida de Da de Muertos: en sahumerios de barro ncgro tuesta maiz azul, en cazuelas negras cocina mole negro y mezcla frijoles negros con hongos morilla. Qu ah-rcine, ahora mc veo a m misma ir hacia ella por un prado que ya no existe. Lo ms curioso es que la que anda por allay laque est aqu somos la misma persona, aunque no nos conocemos. Fnvuelto por el olor de los solvenres, llegu a preguntarme si no era yo el que vea doble y oa vi.siones, y no ella. Lo extrao es que Pelos Parados y l)ientes de Peineta no se dieron cuenra de nada, embobados por la corona de novia que arrastraba el agua, como si un pedazo de alba anduviera flotando a deshoras. Hacia Silvia vino un joven de pelo
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blanco, cargando sobre la espalda un pedazo de carne, y alc la cabeza. Haba hurrado la carne de un camin repartidor, porque el costillar estaba marcrdc c,-ri un lJrlricru y traa una direccin de entrega. En el alucine, Silvia no crey que el jor.e,, firese real, mucho menos la carne. El Gato present ste, deposi-se -Soy tando el costillar a sus pics. qu me das eso? -Paraque no ests trisre. -Paraestoy triste, es un regalo absurdo para -No una persona que no come came y no tiene estufa. perro tendr carne para toda su perra -Tu existencia coloc delante de mi hocico el rru-l ro filete, provocando que me ensalivara. -_.No la quiero, llvarela. acuerdo Gqro se ech sobre la -El -De espalda el pedazo de carne. Y sqalej por la Alameda, sin saber yo si haba soado"la visin de Silvia y la visita del joven de pelo blanco. Lo que no era un sueo era mi hambre. As que retorn a mi reflexin de antes, dicindome que Ia vida de un perro es un largo ladrido.
El Tbloacbe
Otro da El Toloache fue aprehendido. Silvia me ley la noticia publicada en un diario de la tarde,
escrita
Un hombre fue consignado en el Reclusorio Preventivo Varonil como presunto responsable de los delitos de violacin en contra de cuatro
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nios de la calle, inform la Procuradura de Justicia del l)istrito Federal. fxte individuo, identificado conlo Ramn Rojas Ramrez o f bms'lbvar tiada, alias El Toloache alias F.l 'lbquiero alias El Teresa, utilizaba un domicilio en la calle Repblica de Honduras, en el centro de la ciudad, para realizar sus ultrajes a nrenores. Agentes de la PolicaJudicial adscrit a la Direccin General de Investigaciones que patrullrban la zona, se dieron cuenta de que por e.si calle corra un nio desnudo in tentando escapar de un hombre adulto. Al ver la patrulla, el nio, de ocho aos de edad, solicit el auxilio de la polica. Su perseguidor trat de darse a la fuga y se introdujo en una vecindad ubicacla en esa calle. [s agentes lo sigLtieron y lo hallaron oculto en su domicilio particular. "Ese fbloache tena un colmillo que rayaba el piso", declar el rnenor, quien dijo llamrse Martn (sin apellido), revelando que en la calle Repblica de Honduras estaban encerrados otros tres menores, a los que esre tipeio violaba sistemticamente. ofrecindoles dinero v drogas a cambio de guardar silencic. Todos ellob ya han sido trasladados al Centro de Crisis de una casa hogar. Buscado por la polica por orros delitos, El Toloache se haba teido el pelo de verde, usaba lentes y se haba dejado crecer el bigore y la barba, hacindose pasar por un maestro de escuela. Se comprob que el sujeto en cuestn era aficionado al transvestidismo, ya queen un ropero se le encontraron una peluca rubia, ropa de
mujer y un traje de lentejuelas, tal vez robado, y en una recmara, un tocador de dama con productos para maquillarse la cara, los ojos y los labios, y un espeio. De nranera que no restrlt extrao que durante su arresto, a causa del calor, el maquillaje se le derritiera en las mejill:rs como un helado de fresa. "No soy un malvado", confes, "solarnente nre gustan los nios". ' En una silla se hallaron los pantalones remendados y los zaparos rotos del pequeo fugitivo. Al escapar de su captor, en el piso del cuarro, el nio dei atrs sus tiles de trabajo: unos. malabares con aros, unas pelotas y una antorcha.
Terminal Obseruatorio
Ese sbado los nios emergieron del Metro Observatorio- Dientes de Peineta, con una mochila negra en la espalda; Pelos Parados y Silvia, con bolsas en las manos; yo, atrs. Cuatro policas auxiliares estaban parados a las puertas del Metro. [a explanada ola a hidiocarburos y fritangas. Se oan soplidos de trenes. Uno tras otro pasamos junto al muro amarillo- Bajamos la escalera. Dimos vuelta a la derecha. Afilera de la terminal docenas de taxis verdes estaban estacionados. Cruzamos la calle. La musiquita de los puestos de refrescos zumbaba en las orejas. A la entrada, se decidi separarse y encontrarse ms tarde en el autobs. Cada boleto a Maravato haba costado 95 pesos, incluso el mo. Partiramos a las l8:20 horas. Dienres de Peineta columbr a El Diablo y a dos
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policas parados delante de un puesro de peridi_ tjno de ellos era El Rondn. Elorro, El Cala_ co. I)ientes de Peineta quiso sacar un cigarrillo de la bolsa del pancaln, mas no atin a mere r la mano. Entonccs giii'i hacia la derccha y se ech a correr. Irl Rondn rrat de inrerceprarlo, pero lo empuj. Corriendo por los corredores, daba la impresin de que los dientes le salraban en la boce. Diablo y los poli_ -Ladrn! Ladrn!-El cas se pegaron al mostrador de los aurobuses Flecha Roja para dispararle. En su fuga, Dientes de peineta vio que las flechas de la comp aa de rransporres ,prlrr,"b"r, " Ia izquierda, que los empleados de la dulcer a y de la tortera, de la panad era y de las guarderas de equipajes salieron a verlo, hacindose a un lado. Se les haca cmico que a un nio tan pequeo lo corretearan tanros policas del sector l3 y miembros de seguridad de la central. La meta del fugitivo era al,canzar los aurbbuses ETN. Llegar hast ail sin resbalarse en el piso imitacin mrmol le re.sultaba
cos.
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rera Tiopicana, Dulcera Pars, Fuente de Sodas) le bailaban en los ojos. En una sala de espera todos los asientos esoabn ocrtpados, todas las miradas se volvieron hacia l.."Hombres en camisa. tnttji'res con bebs y bolsas de plstico, nadie con maletas, se divirtieron vindolo correr. Puerta 2. Bloqueada. Puerta 1. En Reparacin. Por all;, por aqu, l hubiera querido estrellarse conrra los vidrios, pero no lo hizo, porque eran irrrompibles. El techo estaba altsimo. Inrposible saltar y alcanzarlo. Al pasar junto a un bote de besura arroj la mochila. El Diablo y los policas lo notaron. Inten-
t esconderse en el Bao de Caballeros. Una seora le cobr la entrada. Sali rpido. Temi que lo agarraran adentro. L,l Bao de Discapacitados estaba cerrado. Intent subir por la escalera de la"s Oficinas Generales. Gerencia de laTerminal. En el muro haba un aviso ridculo:
Afbda
dilicil.
Ajenos a la persecucin, Silvia y pelos para_ dos adquirierorl en una panadera conchas de dulce para m. Compraron dos y se robaron dos. nos detienen, diremos que un judicial
El Esta.iolruielltu
Y No Justifique Su Estancia Ser Consignada
mujer de limpieza empujaba. Se fue de bruces sobre dos sillas anaranjadas, sobre una mesa redonda. Se rasp la frente y las rodillas. Se hal! en un restaurante. Tir al piso el plato con papas y catsup que coma una mujer. En las bocinas se escuch una voz femenina: seores pasajeros, se anuncia -Atencin, la salida del autobs Herradura de Plata de las dieciocho veinte, seis veinte de la tarde, con desrino a Maravato va Toluca. Disnarse abordar el autobs por la puerta tres.
Se tropez con el trapeador que la
-Si comerieron el robo de la casa y su madrina de Vi_ rreyes, pelo que nosotros no conocemos su nom_ bre, entiends5) diciendo pelos parados -ssba cuando se dieron cuenra de la persecucn de l)ien_ tes de Peineta. Entonces'se separaron y caminaron de prisa por Plaza Poniente, dejndome atrs. A Dientes de Peineta, en su carrera, la gente
y los letreros de los establecimienros comerciales TTor_
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Dienres de Peinera quiso pasar por la puerta que daba acceso al autobs a punro de panir. El Diablo le dispar cuarro veces. Le dio en la espalda. Dientes de Peineta sigui andairdo. El Diablo, con la pistola en mano, lo mir alejarse. Dientes de peineta atraves la puerta de enrrega de boletos y se hall delante del conducror de la unidad Dina-371 de Herradura de Plata. El conducror llevaba camisa blanca, corbata azulcon las iniciales Hp, bigote bien recortado. Ola a baado, a limpio. por encima de los autobuses, del otro lado de la terminal, Dientes de Peineta apreci las casas pinradas con colores vivos: rojo, azul y amarillo; vislumbr copas de rbo. les, estructuras de cemento con varillai desnudas. all los de primera, con desrino a Morelia-Por seorita indic otro autobs a un -una pasajero de pelo gris y chamarra negra, el periodista de la Alameda-. ta botella de agua y la leche sabor chocolarg son graris. Fl motor de su autobs se puso en marcha. Dientes de Peineta escuch sus hipos, sus rronidos, su impaciencia. El conductor iba a cerrar la puerta. Dientes de Peineta le extendi el boleto y subi. En la espalda tena dos agujeros de bala. Adentro vio los "ri".tos rojos, cinco al fondo, rodos vacos. Adelante, una mujer. Escaln abajo, se avisaba. Bajo los grises envolvenres de la tarde, la rerminal se qued p..rn momenro silenciosa. Hasra que un vendedor ofreci: "Papas fritas, papas fritas". De inmediato el autobs en marcha ahog la voz. Dientes de Peineta cay sobre la pasajera sentada en la primera fila. En su reg zo s qued inmvil, sin decir palabra. Ella se puso plida y le-
vant las manos mirando sobre su falda la cabeza de ese nio muerto. El chofer abri la puerta, des-
tttotu'-op:rreci
acru, no s qrr
p"o;
a los curiosos.
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No haba policas a Ia vista, El Diablo y los otros haban desaparecido. Literalmente se los trag la tierra, aunque se fuerou por los andenes del Metro sin que nadie hubiera hecho nada para detenerlos. Ms bien las autoridades los protegieron, aunquc iban anlados. En apariencia, nadic dispar a Dientes de Peineta. Nadie lo mat. La mujer pasajera y el conductor'vieron nada, oyeron nada. El cadver chorreando sangre apareci solo en el asiento. Hubo asesinado, pero no asesinos. Cuando los camiileros se lo llevaron y una ambirlancia de la Cruz Verde lo recogi para trasladarlo a la morgue, una empleada de la compaa de autotransportes Herradura de Plata vino a pedir a los pasajeros que ocuparan sus asientos de nuevo. La unidad parta a su destino en unos minutos. El anuncio que hizo lavoz femenina por micrfono se oy en todas las salas de la terminal. he visto un autobs tan vaco en -Nunca ss6.tt se sent. esta ruta -l ms pasajer, .on boleto, no se -Haba el chofer. presentaron -dijo Yo me qued abandonado en esa estacin que parcca crecer dc tamao a medida qr-re el mo disminua. Mi soledad era completa. Por los corredores me qued viendo alvaco, a las escaleras desnudas, a las salas de espera llenas de fantasmas vestidos, a los tableros. Alrededor pasaban sin cesar muertos vivos.
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)o/
dispona a viajar a Maravato, Michoacn, de donde era oriundo, despus que un judicial le dispar. Los testigos del homicidio sealaron que Ia persecucin se dio Porque el occiso no quiso etrtregar una mochila donde llevaba objetos robados. Sus cmplices, que huyeron por temor a represalias, en apariencia no llevaban nada. Una testigo simplemente manifest que vio huir a un nio por los pasillos de la terminal de arrtobuses y a tres policas corretearlo. Los policas Rubn Bedolla Garca y Emiliano Santos Gonzlez, de 31 y 33 aos de edad respectivamemente, consignados en el Reclusorio Preventivo Norte por haber tomado parte en el suceso y por acostumbrar relacionarse con el ahora occiso y otros nios de la c.rlle, dejndolos "tranquilos" a cambio de exigirles dinero y favores sexuales, fueron liberados por falta de pruebas..Del tercer participante en el homicidio, y supuestamente el que realiz los disparos fatales, se ignora su paradero y hasta su nombre. Los policas mencionados revelaron que el dicho inclividuo apareci fortuitamente en el lugar de los hechos y no lo haban
visto antes. Una observacin curiosa. Despus de muerto, las botas de Dientes de Peineta desaparecieron: alguien
se las
Anocheci y me fui aPlaza Solidaridad, resignado a enconrrar mi fin. Enrerados de la noricia, los miembros dc la banda sacaron la colchoneta de hule espuma en que dorma, sus tenis, su sudadera sucia y otras pertenencias de poco valor. Todo eso lo depositaron en un altar: el pasto. En se acro de veneracin, no quisieron que nadie tocara sus cosls. Ms tarde, Silvia esruvo llamando a la casa Alianza para ver si Pelos Parados se haba refugiado all. Pero Ie decan "{-Jn momenro" y ponan una musiquita. f)esocup Ia casera telefonica cuando vio venir al Rondn. Al principio ella no supo lo qu le haba sucedido a Pelos Parados, si lo haban arrestado o escapado. Tendra noricias suyas meses despus desde Cancn. Esa noche vino por m y los dos partimos hacia destino desconocido. Dientes de Peinera mereci una nota de MiguelMedina en un diario:
La calle
dado Dientes de Peineta. La maana de este sbado de septiembre sucurnbi Dientes de Peinera (sin nombre co-
nocido) a las balas de policas prevenrivos y de un iudicial vesrido de civil en la Estacin Observatorio. Ahtes fueron los solventes los que minaron su salud, ahora un agenre judicial no identificado le com su breve existencia al dispararle en la espalda. Despus de cerca de cinco aos de vivir en las banquetas con los nios de la banda dePlaza Solidaridad, Dientes de Peineta muri desangrado en el asiento del autobs en el que se
rob.